#poema eres tu
Explore tagged Tumblr posts
ignorvnte · 3 months ago
Text
Lo que se incrusta en el alma es eterno.
320 notes · View notes
black-beauty-poetry · 1 year ago
Text
No fue tu hermoso cuerpo, ni tus infalibles métodos de seducción.
Fue la belleza que encontré en tus características, aquellas que consideras mínimas e insignificantes, pero que, ante mis ojos, forman parte de una obra de arte.
Yo caí profundamente por tus risas, y la armonía que destilas a través de tus sonrisas ilumina el mundo, endulza la amargura de la vida.
Por la manera en que hablas suave y me haces flotar encima del firmamento. Por cómo estremeces mi cuerpo cuando derrites mis oídos con susurros.
Por cómo tus parpados se cierran y tus expresiones reposan serenas y tu respiración se sosiega mientras duermes sobre mi pecho.
Por tu dulce mirada que atraviesa mis paredes al mirar a través de mí. Por el movimiento de tus besos, y por el acento que usas al decir mi nombre que convierte mis sentimientos en un torbellino.
Por la calidez que emanas: hace que anhele estar a tu lado eternamente, hace de tu presencia un lugar de paz.
Por la forma en que expresas lo que sientes (provoca que quiera cumplir tus expectativas). Por cuando no callas tus pensamientos (provoca que nunca deje de escucharte).
Y cuando enfrentas tus batallas quisiera estar allí para protegerte de tus enemigos, pero tu valentía es tan gigante, a veces aterradora, que termino dando un paso atrás. No digo que esté mal, fuerte guerrera, me llena de admiración verte posicionarte sin miedo delante de tus tropas.
Por las veces que me cuentas sobre tus sueños, sobre tus recuerdos, son como una melodía que no me canso de escuchar.
Por la manera tan peculiar que tienes de sacudir mi piel al tocarme, mi alma se electrifica y esa es una reacción que nadie ha logrado causar.
Por cómo tus curvas se ajustan a tus vestidos. Por cómo tu cabello cae, mojado y lacio.
Por tu sentido de la moda que revoluciona las tendencias actuales, luces como una estrella que todo el mundo quiere tocar.
Al verte, no temo confesar que me enamoré. No me intimidan las dudas de gritarle al viento que eres la mujer más hermosa que he conocido y a mi corazón, lleno de grietas y cicatrices, que eres el amor de mi vida, el correcto, y lo harás risueño y verdaderamente feliz.
Te amo más de lo que imaginas.
Te amo como nunca he amado a nadie.
Eres la primera con quien he recuperado mi fascinación por el arte de amar.
Eres la primera que ha tocado mis rosas sin preocuparse por las espinas.
Eres con quien deseo pasar el resto de mi existencia.
-Dark prince
254 notes · View notes
cartasatucorazon · 1 year ago
Text
Hoy, me dijieron que me amaban... Pero no eras tú
79 notes · View notes
jorgema · 1 year ago
Text
La belleza de tu ser: Más allá de los cuerpos
~
No me importa tu cuerpo ni tu figura, pues lo que en verdad me cautiva es tu esencia. Lo que habita en tus pensamientos más profundos y lo valiente de tus sentimientos más genuinos. Porque mientras tu cuerpo se desvanece con el tiempo, tu esencia se renueva con cada amanecer. Es en tu interior donde encuentro la verdadera belleza, esa que perdura y trasciende en lo eterno.
— Confesión Poética 40 || @jorgema
159 notes · View notes
ansiedad-incertidumbre · 8 months ago
Text
Me dijo: "no le había contado esto a nadie, eres la primera persona que lo sabe"; en ese instante me sentí tan suya, tan parte de él... tan parte de su vida.
11 notes · View notes
sololabobabri · 2 years ago
Text
Eres una persona super fuerte, única, hermosa y especial, todo se va al carajo pero después de llegar hasta abajo solo queda trepar a volver a ver el cielo despejado y el sol brillando más, ve cuan valiosa eres y cuánto brillas, cada quien a su ritmo irá, y vera si se deja ahogar en esta sociedad que no para de opinar y criticar o aprende a nadar y a darte cuenta que lo que digan los demás realmente no importa en tu persona
77 notes · View notes
amormyst · 5 months ago
Text
Eres una Diosa.
En el instante en que entraste, el mundo pareció detenerse. No fue solo tu belleza lo que me impactó, sino la manera en que irradiabas una sensualidad innata, una energía que llenaba la habitación y dejaba una estela de fascinación a tu paso.
Era como si cada movimiento tuyo, cada gesto, estuviera impregnado de una elegancia natural y un magnetismo que resultaba imposible de ignorar. La seguridad en tu andar, la chispa en tus ojos y la armonía de tus palabras creaban una sinfonía que resonaba profundamente en mi ser.
Me encontré abrumado por la intensidad de tu presencia, una mezcla de admiración y deseo que no había experimentado antes. Era como si tu energía vital, tu esencia misma, tuviera el poder de transformar el espacio y el tiempo, envolviéndome en una atmósfera de puro asombro.
En ese momento, entendí que no se trataba solo de lo que llevabas puesto, sino de quién eras y cómo tu ser irradiaba una fuerza y una sensualidad que desarmaban cualquier intento de resistencia.
5 notes · View notes
alessmonroe · 2 years ago
Text
🍭 Kairosclerosis: El momento en el que te das cuenta que eres feliz. 🌈
Tumblr media
28 notes · View notes
Text
Porque no eres tú, porque soy yo, porque no sé pensar con el corazón, ni besar sin ganas, ni follar sin amor.
20 notes · View notes
atentamente-patty · 8 months ago
Text
¡Eres mucha poesía en un rincón suicida!
Patty
5 notes · View notes
ignorvnte · 1 day ago
Text
Cuando pizarnik escribió “estuve pensando que nadie me piensa, que estoy absolutamente sola, que nadie, nadie siente mi rostro dentro de sí, ni mi nombre correr por su sangre, nadie actúa invocándome, nadie construye su vida incluyéndome”
22 notes · View notes
black-beauty-poetry · 2 years ago
Text
No cabe duda de que hice bien en conocerte, tomar la decisión de elegirte, porque no me arrepiento de haber hallado en ti el amor de mi vida.
La farola que alumbra los callejones vacíos bajo noches oscuras, donde habita el frío y sale de cacería el peligro, esa eres tú.
La mano que emergió de la neblina para abrir las jaulas que hay en mi mente. La chispa más poderosa que brilla como si todas las estrellas se hubieran fundido en un resplandor único le pertenece a tus ojos.
La melodía que reverbera y combate el reino del silencio que mucho ha subyugado e invadido mis pueblos de miedos.
La espina que se clava en mis huesos cada vez que observo cómo otros te sonríen, despertando los impensables celos que jamás pensé tener guardados.
Esa eres tú.
Y no me importa si eres sencilla o te consideras poca cosa, para mí eres el mundo que quiero vivir, el idioma que aspiro hablar, el paraíso donde descansar después de morir.
Desde que te conocí, no he parado de soñar con cada una de tus facciones, orquestar himnos con tus voces, escribir poemas en tu piel, proclamarte musa de mi arte y emperatriz de mis imperios, convertirte en la luna de mis noches, dibujar tu cuerpo en el fuego, imaginarte en cada una de las novelas románticas creadas en mi cabeza, componer canciones sobre cómo mi amargura saboreó por primera vez la dulzura de tus besos y se volvió adicta, hacerte la compañera de mi soledad y el oasis de mis desiertos.
Hay tantas cosas que podría escribir sobre ti: sobre tu pelo, tus pecas, tus sonrisas, y cómo estoy feliz de que existas y cómo me alegro de haberte conocido porque me inspiraste desde que supe que serías el amor de mi vida.
-Dark prince
160 notes · View notes
paaulymella · 2 years ago
Text
El amor se resume en un poema, el poema eres tú.
15 notes · View notes
los-poemas-de-nox · 2 years ago
Text
Mejor tu mano que muchos pesos
E estado demasiado ocupado viviendo con tu mano lo antes soñado, han pasado momentos malos pero nunca mal acompañado, mas vale malos tragos con tu mano que cabiares en malos aires
2 notes · View notes
quin-tr000 · 1 year ago
Text
Yo quisiera llorando
decírtelo
mostrarte
decirte destrucción
y que tú me entendieras
o decirte se fue
el verano se fue
o decirte
no te amo
y que tú me entendieras
-Idea Vilariño // Yo quisiera
1 note · View note
imninahchan · 7 months ago
Text
Tumblr media Tumblr media
𓏲 ๋࣭ ࣪ ˖ 𐙚 ⌜ 𝐀𝐕𝐈𝐒𝐎𝐒: 3some, swann!namoradinho, enzo!fotógrafo, fetiche por foto como chama não sei, bebida alcoólica, cigarro (não fumem!), dirty talk (elogios, dumbification e degradação tudo junto) oral e masturbação fem, tapinhas, masturbação masc, sexo sem proteção (proibido entre as sócias desse blog). Termos em francês ou espanhol — petit poète (pequeno poeta), merci (obrigada), pour la muse (para a musa), Sé que más tarde suplicarás por mí, nena, tan lejos que tu gringo no oye (sei que vai implorar por mim mais tarde, nena, tão longe que o seu gringo não ouve), Eres una perra, lo sé (você é uma cadela, eu sei)⁞ ♡ ̆̈ ꒰ 𝑵𝑶𝑻𝑨𝑺 𝑫𝑨 𝑨𝑼𝑻𝑶𝑹𝑨 ꒱ colidindo dois mundos diferentes das girls ─ Ꮺ !
Tumblr media Tumblr media
⠀⠀ ⠀⠀
⠀⠀
⠀⠀ ⠀⠀ ⠀⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀⠀ ───── 𓍢ִ໋🀦
Tumblr media
VOCÊ NUNCA DUVIDOU DO TALENTO DE ENZO nem por um segundo. Aqui, finalmente apreciando a exposição, seus olhos se enchem ao ver o resultado de tantas horas frente às lentes dele naquele estúdio. Se vê maravilhada com a perspectiva artística do uruguaio, na forma sensível com que te captou. Os seus pezinhos no chão de madeira do apartamento dele. Os seus joelhos manchados de tinta esgueirando por baixo da barra do vestido. O seu olhar perdido, sentada na otomana vintage ao piano, os fios de cabelo bagunçados, na sala da sua casa mesmo. É de uma satisfação enorme se enxergar pelos olhos dele quando a visão é fascinante o suficiente pra beijar o seu ego. É como ler poesia, e não ser o poeta enfim, mas o poema.
“Para o nosso petit poète!”, Swann saúda, servindo a taça do Vogrincic. Champanhe escorre pela garrafa de marca chique, recém-aberta. Já é a segunda rodada de espumante e comemorações, se contar o festejo de taças e elogios cordiais durante a exibição mais cedo. Agora, um pouco mais intimista, só vocês três no conforto da decoração boho maximalista da casa. Merci, Enzo arrisca na língua local, espalmando a mão no peito, por cima da camisa social, e com aquele olhar agradecido. “Pour la muse”, Swann te serve, com um sorriso, e você faz charme, balançando os ombros.
A garrafa retorna para o balde com gelo. O francês puxa do bolso do blazer o maço de cigarro e saca um, guardando o resto. Risca o isqueiro, acende. Depois do primeiro trago, prossegue, “Foi um sucesso. Definitivamente.”, embora o artista latino pareça mais humilde. “Amanhã você vai estar no Le Monde, no Le Parisien, todos os jornais… Todos aqueles críticos de nariz empinadinho pareciam maravilhados.”
Enzo faz que não, com certeza ainda incrédulo após um dia inteirinho nas nuvens. “Obrigada pela oportunidade, é a minha primeira exposição assim, numa galeria fora do Uruguai”, explica, “e mostrar o meu trabalho junto com artistas incríveis é… Uma honra. De verdade.”, os olhinhos castanhos brilham. 
Swann não quer levar as flores sozinho, te oferece um olhar de canto de olho, “Tem é que agradecer a ela”, lembra, “está apaixonada pelas suas lentes.”
O uruguaio te mira com doçura, “claro”, diz. Pega na sua mão, trazendo à meia altura, “não poderia deixar de agradecer à minha musa”, e beija, “a maior arte dessa noite era você, nena.”
Você se exibe mais diante o elogio, pomposa. Já sente as bochechas queimando de tanto sorrisos fáceis, tanto regozijo, mas mantém a pose de diva, o que não falha em fazê-los rir. “Sempre quis ser musa”, conta, ajeitando os cabelos, de queixo erguido, “quando eu conheci o Swann, ele já estava trabalhando na galeria, não pintava mais”, os beicinhos crispam, numa adorável tristeza teatral, “ainda bem que a sua câmera me encontrou, Enzo.”
“Impossível não te encontrar quando se destaca tanto”, o tom dele se torna ainda mais terno, “não precisei de muito esforço, só tive olhos pra ti desde o começo”. Leva a taça à boca, prova um gole, “Acho que morreria de ciúmes se você fosse minha”, os dedos correm pelos lábios recolhendo a umidade, enquanto os olhos retornam para a figura grisalha no ambiente. 
Não, ele não sente ciúmes, é você que rebate primeiro, com bom humor, ele é francês. Swann ri, sopra a fumaça na direção do quintal, a porta de vidro aberta. Descansa o braço nos seus ombros, “E não posso ser tão egoísta ao ponto de ficar com uma obra-prima dessa só pra mim, não é?”
Você toma nos dedos o cigarro da boca dele, oui, mon amour, e traga. Enzo te observa puxando a fumaça, o seu batom vermelho marcando o pito. Nota, também, a maneira com que o Arlaud te contempla — os olhos azuis banhados a afeto, cintilantes. Tão rendido, tão vassalo. Não o julga, entretanto. Enquanto te eternizava nas imagens, com certeza deve ter te mirado com a mesma significância. 
“Não acha, Enzo?”, o eco da voz caramelada do outro homem desperta o fotógrafo, ao que murmura hm?, molhando a garganta mais uma vez para escutá-lo. “Quer dizer, olha só pra ela… me apaixonei na primeira vez em que a vi”, Swann confessa. Vai chegando com o rosto mais perto de ti, revelando, “...tão bonita, saindo do mar. Pele salgada. Parecia o nascimento de Vênus, ali na minha frente”, até recostar a ponta do nariz na sua bochecha, rindo quando você ri também, vaidosa. “Não dá vontade de beijá-la?”, a pergunta tem ouvinte certo. Os olhos claros voltando-se para os castanhos. “Eu sei que teve vontade de beijá-la em algum momento durante as sessões. Não precisa mentir.”
Em outro momento, talvez com pessoas diferentes, Enzo não se sentiria tão à vontade feito está agora. É que a energia entre vocês três é singular, entenda. Desde o primeiro momento que conheceu o uruguaio, a sua atração física e pelo cérebro de artista dele foi perceptível — além de mútua. E Swann, ele é francês, e são um casal que foge o tradicional, que experimentam. Não é uma ameaça pra ele saber que um homem te deseja. Na verdade, dá ainda mais tesão. 
Enzo pega o cigarro dentre os seus dedos, leva à própria boca. Traga. A fumaça escapa, nubla a face de traços fortes de uma forma cativante, quase que sensual. “É”, admite em voz alta, “tive vontade de beijá-la… tocá-la… diversas vezes desde que a conheci”, está com o foco das íris castanhas nos seus lábios, “aliás, tô sentindo agora.”
O sorrisinho de satisfação estampado na sua cara é inevitável. 
Swann recolhe o pito de volta para si, das mãos de um latino totalmente indiferente ao tabaco, preso à sua figura. Enquanto traga, a voz do francês soa como um demoniozinho nos ombros do outro homem, encorajando, então, beija, como se a solução fosse a mais simplória do mundo. 
O Vogrincic assiste a sua mão espalmar no peito dele; os anéis dourados, as unhas num tom terroso. Você mergulha os dedos entre os botões defeitos da camisa social dele para capturar pingente da correntinha. O olha. Aquela carinha de quem tá querendo muito ser tomada nos braços, devorada. Uma ânsia à qual ele não te nega. 
Pega na sua nuca, a palma quente conquistando espaço. Firme. Fica mais fácil te conduzir para mais perto, trazer o seu corpo pra colar no dele. Encaixar, invadir, sorver. Sente o gosto do espumante, o pontinho amargo do cigarro na sua língua. Um ósculo intenso, diferente do que está acostumada. É puramente carnal, desejoso. Parece que quer te engolir, verga a sua coluna um bocadinho, sobrepondo o próprio corpo por cima. Estalado, e profundo. Cheio de apetite. A taça por pouco não cai dos seus dedos. 
Quando se aparta, é porque o peito queima de vontade de respirar. Ofegam, ambos. A visão dos lábios dele até inchadinhos, avermelhados pelo seu batom, é alucinante. O uruguaio nem se dá ao trabalho de limpar as manchinhas rubras, como quem sabe que a bagunça ainda vai ser maior.
Swann apanha a taça da sua mão para entornar um gole. Ri, soprado. Bom, não é? A pergunta faz o Vogrincic se perder, outra vez, no deslumbre da sua figura. Um olhar de fome, daqueles que precedem o próximo bote. Vê o francês estalar um beijo na sua bochecha, bem humorado, e depois ir descendo pelo seu pescoço. A forma com que segura na sua nuca, guia a sua boca até a dele. Faz o uruguaio sentir um tiquinho de ciúmes, sabe? Mesmo que tenha plena consciência de que não teria justificativas pra esse tipo de sentimento. Já era de se esperar um nível aflorado de intimidade entre você e o seu homem. O roçar da pontinha dos narizes, o mordiscar implicante que ele deixa nos seus lábios, rindo, feito um menino apaixonado, não deveria surpreender o fotógrafo. Mas surpreende. Instiga. Esquenta. 
Enzo traga o pito pela última vez antes de se apressar pra apagá-lo no cinzeiro da mesinha de centro e soprar a fumaça no ar. Ávido, as mãos viajando em direção ao seu corpo — uma firme na sua cintura, e a outra ameaçando tomar o posto na nuca. Swann o interrompe, um toque contendo o ombro e a proximidade de um certo latino com muita sede ao pote. “Aprecia, mas não se acostuma”, avisa, com um sorriso, “tem que tratá-la muito bem pra fazê-la te querer de novo.”
Enzo te olha, analisa. Parece que as palavras estão paradinhas na ponta da língua, porém as engole, prefere te beijar novamente, te tocar novamente. Afinco. Te domina, mostra soberania com o corpo pesando sobre o teu. Você cambaleia, abalada por tamanha intensidade, as costas se apoiam no peito do Arlaud. 
Os beijos escorregam pelo seu pescoço, desenham o decote da sua blusa, por cima do tecido, descendo até a barriga. É crível que vai se ajoelhar, porém acaba tomando outro rumo, retornando com o foco pro seu rosto. “Vou deixar o seu homem te chupar”, diz, com uma marra tão palpável que um sorriso não deixa aparecer nos seus lábios, “porque eu sempre morri de vontade de saber como era meter em ti”, e oferece um olhar ao francês, “deixa a sua mulher molhadinha pra mim?”
Tipo, a construção da frase, a entonação, os trejeitos do uruguaio; tudo faz soar como uma provocação. E, de fato, é. Um homem como Enzo não sabe amar mais de uma vez e muito menos partilhar esse amor. Mas Swann leva tudo com o bom humor de sempre. Faz um aceno com a cabeça, ajeitando-te para que possa encará-lo. Aquele sorrisinho de dentes pequeninos que você tanto acha um charme. O assiste retirar o blazer, fazendo um suspensezinho, além de dar a entender que vai literalmente ‘colocar a mão na massa’. É engraçado como o seu corpo não abandona o estado de calmaria. Poderia estar com o coração acelerado, o sangue correndo nas veias, por diversos motivos, porém tem tanta certeza de que vai sentir prazer ao máximo que não anseia por acelerar nada. 
Swann te conhece muito bem. Cada detalhezinho na sua pele, cada região erógena, cada fio de cabelo que nasce por mais fininho e imperceptível. É um artista que aperfeiçoa a sua arte �� dedica tempo, esforço, e não se importa com a bagunça molhada ou com a língua dormente. Antes de se ajoelhar, pede, com ternura, “um beijinho?”, para selar a boca na sua, rapidinho. E afrouxa as mangas da blusa, uma das suas mãos apoiando-se na mesa enquanto a outra mergulha os dedos entre os fios grisalhos à medida que a cabeça dele está na altura da sua virilha. Te liberta da saia longa, da peça íntima, apoia aqui, colocando a sua perna pra repousar sobre o ombro dele. 
Corre as mãos pelo interior das suas coxas, sem pressa. A boca deixa um chupãozinho no seu joelho, mordisca. É louco como ele sabe até o quão forte tem que ser o tapa na sua buceta pra te fazer vibrar e quase perder o equilíbrio. Sorri, sacana, calminha, meu bem, e ainda tem a pachorra de murmurar, é só um tapinha. 
Você até cerra os olhos, prende o lábio inferior entre os dentes praticamente sem notar. O seu corpo se contorce sob o toque, é natural. Swann percorre o dedo de cima a baixo, se mela todinho na umidade que ali já tem, e não vai desistir até que exista muito mais. 
Contorna o seu pontinho doce, te arrancando um suspiro dengoso. Leva o olhar pra ti, “vai gemer manhosinha pra ele ouvir, vai?”, quer saber, “Tem que manter a pose, divina. Não pode mostrar que derrete todinha nas minhas mãos”. Você apenas escuta a conversa suja, já perdida demais no deleite do carinho que recebe, e pior, na visão de acompanhar Enzo se sentando no sofá, com os botões da camisa social desfeitos, e a mão dentro da calça. Aham, é tudo que murmura, alheia. A carícia concentra no clitóris, o dedo circulando mais rápido, mais forte, que a onda de prazer te faz arrepiar dos pés à cabeça. Boquiaberta, por pouco sem babar pelo canto. Swann, você chama, manhosa, me chupa. E ele sorri mais, a língua beira nos dentes de baixo, brincando com a sua sanidade quando só mostra o que tem pra oferecer e demora a te dar o que quer. 
Mas quando te mama, de fato, porra… Chega a ver estrelas, os olhinhos revirando. Ainda bem que aperta os fios dos cabelos dele nas palmas, pois, aí, tem algo pra descontar o nó delicioso que sente no ventre. Quer fechar as pernas, involuntária, no entanto o homem te mantém, faminto, sugando a carne inchadinha. Passa os dentes pelo seu monte de vênus, dois dedos nadando por entre as dobrinhas quentes, ensaiando, parece, até afundar lá dentro e fundo, fundo. Você chia, preenchida na hora certa, na medida certa, pra se sentir conquistada, excitada. Encara Enzo, pornográfica com as expressões faciais, como se quisesse instigar uma prévia do que ele vai provar posteriormente. 
Os lábios de Swann até estalam, tudo tão ensopadinho que escutar a umidade do ato contribui ainda mais pro seu regozijo. O francês bate a palma da mão na sua bucetinha, esquenta a região, antes de voltar a chupar o seu pontinho. A língua dança pra cá e pra lá, também, tão rapidinha, habilidosa. Ai, você chega a sentir uma inquietação, balança os ombros, se contrai, espreguiça. Mas ele quer estar olhando nos seus olhos quando te fizer gozar, porque deixa só os dedos lá e ergue o queixo pra encontrar os seus olhos. As íris azuis brilham, um marzinho cheio e cintilante no qual é fácil querer se afogar. Os cabelos grisalhos estão bagunçadinhos, os lábios finos reluzindo de babadinhos. “Goza pra mim, meu amor”, a voz ecoa numa doçura tamanha, caramelada e derretida feito o seu doce preferido, “quero te beber, você é tão gostosa. Quero chupar você até não sobrar uma gotinha, hm? Vem pra mim, vem. Ver esse seu rostinho de choro quando goza, bobinha, docinha… Daria um quadro e tanto essa sua carinha de puta. Hm?”, e fica difícil resistir. Quer dizer, se entrega sem nem mesmo tentar resistir. É possuída pela ondinha elétrica que percorre seu corpo todinho, eriça os pelinhos e te faz gemer igualzinho uma puta. 
Tremendo, frágil. Quanto mais a boca suga a buceta dolorida, mais você se contorce, mais choraminga. Os olhinhos até marejam, o peito queima, ofegante. 
Quando satisfeito, o homem se põe de pé. Nem se dá ao trabalho pra limpar o rosto melado, sorrindo largo, mas sem mostrar os dentes. Você envolve o braço ao redor do pescoço dele, só pra se escorar enquanto recupera-se, os olhos ardendo sobre a figura do latino masturbando-se no sofá. “Vai lá nele”, Swann encoraja, tocando o canto do seu rosto. Beija a sua bochecha, ganha os seus lábios assim que você mesma vira a face pra alcançá-lo. A saliva misturando com o seu melzinho, um gostinho obsceno. A língua dele empurrando a sua, ao passo que o maldito sorriso canalha não abandona o rosto estrangeiro. 
Ao caminhar sobre os próprios pés, dona de si outra vez, Enzo está com a mão erguida na sua direção. Os dedinhos inquietos até que possam apertar a sua coxa. Vou montar você, é o que diz, num fiozinho de voz, se acomodando sentadinha no colo do fotógrafo. Sustenta-se nos ombros masculinos, alinha-se pra engolir tudo — está babadinha o suficiente pra ser um deslize só. 
O uruguaio suspira, completamente no seu interior, até o talo. Embaladinho lá, no calor divino, delirante. As mãos cravam nas suas nádegas, está pulsando dentro de ti, domado. “Acabou de tirar a buceta da boca dele pra vir sentar no meu pau…”, observa o seu rebolar lento, a maneira jeitosa com que se equilibra bem, não perde nem por um centímetro que seja, “jamais deixaria a minha garota sentar em outro pau senão o meu.”
Então, ainda bem que eu não sou sua, é o que você sussurra. Chega com o rosto perto do dele, a pontinha do nariz resvalando no nariz grande. Enzo aperta o olhar, mascara um sorrisinho. Você sente as unhas dele machucando nas suas nádegas, ele te encara com uma vontade louca de rancar pedaço. Daí, começa a quicar no colo dele, jogando a bunda pra cima no compasso ritmado. Pega nos cabelos negros que se somam, espessos, na nuca alheia, vai me avisar quando for gozar, ordena. É fria com as palavras, mas tentadora, carrega no tom um certo nível de erotismo, que parece deixar Swann orgulhoso, recostado na mesa. Não vou guardar a sua porra porque você não tá merecendo. E o Vogrincic ri na cara do perigo, cheio de si. Abusa da língua materna pra murmurar, “Sé que más tarde suplicarás por mí, nena, tan lejos que tu gringo no oye.”, porque sabe que o francês não vai nem sacar uma palavra que seja, mas você sim, “Não me engana. Eres una perra, lo sé.”
Você maltrata os fios dele entre a mão, como um sinal para que ele pare de falar em espanhol, soltando essas frases riscosas, sujas. Mas Enzo não te compra, não engole essa marra toda. “Faz o que quiser, musa”, fala só por falar, pois o outro escuta, quando quer dizer exatamente o contrário. A rebeldia te excita, faz acelerar os movimentos, torturá-lo com mais intensidade. Lê no jeitinho que ele retesa os músculos da coxa, no ar se prendendo nos pulmões que está logo na beirada, próximo de jorrar. Não o perdoa, não permite que o desejo mais lascivo dele se torne realidade hoje. Finaliza o homem nas palmas das suas mãos, ordenhando o pau duro, meladinho, até que a porra morna atinja as suas coxas, respingue na sua blusa. 
Enzo respira com dificuldade, pela boca. Cerra os olhos com força, parece irritadinho, indignado — uma reação que te deixa com água na boca. Se inclina pra pertinho do ouvido dele, adocica a voz, perigosa, se quer brincar, tem que aprender a respeitar as regras do jogo, okay, bonitinho? 
236 notes · View notes