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diariodigitalcristiano · 2 years ago
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La Unión Europea aprueba dos especies más de insectos repugnantes que se agregarán al suministro de alimentos para los humanos
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La Unión Europea ha dado luz verde para que dos especies más de insectos se utilicen como alimento para los humanos a medida que continúa el Gran Reinicio.
El mantra del Gran Reinicio es el siguiente, "comerás insectos, no poseerás nada y serás feliz'" esa es la nota. Después de todo, la única manera de detener el cambio climático es quitarles sus estufas de gas, sus vehículos de gas y llevarse la deliciosa carne, pollo y pescado que les encanta consumir.
Estamos advirtiendo aquí y ahora, se acerca el día en que comer insectos será obligatorio. ¿Cómo? Porque los enfermos en el Foro Económico Mundial, las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud te lo han estado diciendo durante los últimos 3 años.
"Todo lo que vaya sobre el vientre, y todo lo que vaya sobre los cuatro, o todo lo que tenga más pies entre todas las cosas rastreras que se arrastran sobre la tierra, no los comeréis; porque son una abominación". Levítico 11:42
El año pasado Europa comenzó el proceso de incluir la harina de grillo en el suministro de alimentos bajo la etiqueta "sostenible". Todo el peso del Nuevo Orden Mundial está trabajando para hacerte comer carne cultivada en laboratorio, hacer que tus bebés beban leche materna cultivada en laboratorio y hacer que los insectos formen parte de tu dieta diaria, todo en nombre de tener un planeta "verde". Recuerde que cuando hablan de "reducir la producción de carbono", tenga en cuenta que la mayor fuente de producción de carbono en el planeta son los seres humanos. Es de ti de quien buscan deshacerse.
DE BREITBART NEWS:
A partir del martes, una forma en polvo de Acheta domesticus, más conocida como el grillo doméstico, recibirá luz verde para el consumo humano dentro de la Unión Europea, según confirmaron los documentos del organismo. Esto pronto será seguido por una nueva aprobación para la venta y el consumo de la forma larvaria de Alphitobius diaperionus, también conocida como el gusano menor de la harina, que recibirá luz verde para el consumo humano en formas congeladas, pastosas, secas y en polvo dentro de la Unión Europea a finales de esta semana.
Los nuevos productos a base de insectos para el consumo humano representan el último impulso de la Unión Europea para normalizar el consumo de insectos a través de la legislación, con muchos peces gordos de una variedad de organizaciones que impulsan los insectos como alimento por razones económicas y ambientales en los últimos años.
En un comunicado de prensa que confirma la aprobación de los productos de insectos, la UE enfatiza que si bien "depende de los consumidores decidir si quieren comer insectos o no", el alimento a base de insectos puede servir como una "fuente alternativa de proteínas", y el bloque está interesado en enfatizar que muchos insectos ya se comen en otras partes del mundo.
El sindicato también enfatiza que ambos productos aprobados "son seguros bajo los usos y niveles de uso" y "no representan ningún riesgo para la salud humana" siempre que se produzcan y consuman según lo establecido por el bloque.
"La seguridad alimentaria es la máxima prioridad para la comisión", informa Der Spiegel un portavoz de la Comisión Europea en relación con la aprobación.
Las élites globales han estado dispuestas a alejar a las poblaciones occidentales del consumo de carne en los últimos años, y el tema una vez más recibió atención en la conferencia anual del Foro Económico Mundial en Davos a principios de este mes.
"Si mil millones de personas dejan de comer carne, les digo, tiene un gran impacto", comentó Jim Hagemann Snabe, presidente del fabricante alemán Siemens, durante un panel sobre el cambio climático en la conferencia.
"Predigo que tendremos proteínas que no provienen de la carne en el futuro, probablemente sabrán aún mejor", continuó. "Serán cero carbono y mucho más saludables que el tipo de alimentos que comemos hoy, esa es la misión que debemos cumplir".
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jartita-me-teneis · 6 months ago
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NARBONA TODAY
Díaz Ayuso y MAR: "Hemos rezado por el juez Peinado y por Nacho Cano desde la basílica del Valle de los Caídos. Son mártires del sanchismo"
Isabel Natividad Díaz Ayuso, implacable azote del sanchismo y su director espiritual, el sobrio y siempre comedido Miguel Ángel Rodríguez, han citado a Vito Quiles, la pluma más insigne de la España que madruga y se resiste a morir, para comunicarle que han rezado por Nacho Cano y el juez Peinado desde su retiro veraniego en el Valle de los Caídos.
Miguel Ángel Rodríguez ha sido el primero en tomar la palabra: "Queremos transmitir nuestro afecto y solidaridad a esos dos grandes españoles, anunciando que hemos rezado por ellos ante la tumba del Caudillo. Aunque su cuerpo fue exhumado y trasladado a otro camposanto mediante un rito satánico ordenado por Sánchez el felón, el espíritu del generalísimo continúa aquí y le hemos pedido que interceda ante Dios para que Nacho Cano y el juez Peinado no corran el mismo destino que Calvo Sotelo. Nos hemos arrodillado cogidos de la mano y hemos encendido unas velas que ha traído desde la milla de oro otra víctima del sanchismo, el honorable Alberto González Amador. Desde que es novicio en la abadía benedictina, no cesa de hacer recados con su Maserati. Es muy servicial y piadoso".
Entre frase y frase, Miguel Ángel Rodríguez ha bebido largos tragos de una petaca con el águila de San Juan y el yugo y las flechas. "Es un licor medicinal", ha explicado entre discretos eructos. Después ha intervenido Díaz Ayuso y ha declarado: "Estar en el Valle de los Caídos es maravilloso. Aquí se respira patriotismo y tradición. Me emociona saber que tantos rojos descansan aquí, un monumento concebido para su redención. Pienso que deberían añadir al mausoleo una plaza de toros. Quizás así llovería más en toda España. El Valle de los Caídos podría ser una nueva Covadonga, el inicio de una Reconquista que expulse de nuestro país a comunistas, bolivarianos, podemitas y separatistas. Es decir, a todos los aliados de Hamás y de la civilización cristiana, heterosexual y occidental".
Vito Quiles ha preguntado a Ayuso si estaba leyendo algún libro: "Lo intenté con santa Teresa, pero me aburría. En cambio, me entusiasman los libros del padre Fortea. Con él, he descubierto que Sánchez está endemoniado y necesita urgentemente un exorcismo". Miguel Ángel Rodríguez ha declarado que no es muy aficionado a leer y que prefiere navegar por portales como PornHub y Xvideos. Quiles ha confesado que él también suele frecuentar esos lares, pues su pasión es la verdad desnuda. Mientras hablaban el honesto periodista y el moderado asesor, Ayuso ha sacado un espejo de mano y le ha preguntado: "Espejito, espejito, ¿quién es la más mala del reino?". El espejito ha contestado sin titubeos: "No hay nadie más mala que tú en este reino". Sonriente, Ayuso ha entornado los ojos con un gesto digno de la Reina de Corazones de Alicia en el país de las maravillas, famosa por resolver todos los problemas con un expeditivo: "¡Que le corten la cabeza!".
Este corresponsal, que ha asistido al encuentro del patriótico trío escondido detrás de seto, no ha podido evitar sentir un escalofrío en la nuca, preguntándose si su cabeza continuará mucho tiempo sobre sus hombros.
Desde el Valle de los Caídos, patria espiritual de los Cayetanos, Rafael Narbona, propietario, editor y único redactor de Narbona Today, el diario global en la era posverdad. Solo publicamos noticias rigurosamente falsas.
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buen-vivir2025 · 4 days ago
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Ni reprimir, ni rezar, ni traducir: latinos en Nueva York crean cuidados de salud mental incluyentes
Historia de Laura Rojas Aponte, 18/01/2025
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La terapeuta Ingrid Camacho odia escuchar las últimas cifras del Departamento de Salud de Nueva York que dicen que sólo tres de cada diez latinos diagnosticados con depresión acceden a tratamiento. Mientras, más del 50% de los adultos blancos con la misma enfermedad logra acceder a cuidados de salud mental. La necesidad es evidente, pero el acceso a cuidado profesional para tratar la salud mental sigue siendo limitado para los latinos, lo cual deja una brecha crítica. “Creo que yo solía ser una de esas personas que decía que necesitaba ayuda y no podía acceder a ella”, dice Camacho. Esta terapeuta de 31 años creció en Queens en una casa puertorriqueña, donde las expectativas de comportamiento estaban regidas por la fe cristiana. “Me enseñaron que Jesús debería ser suficiente”, recuerda.
Aunque la salud mental se ha convertido en un tema de conversación más abierto en los últimos años, para muchos latinos acudir a terapia puede sentirse como cruzar un puente lleno de obstáculos: costos altos, falta de cobertura del seguro médico, estigma hacia el tratamiento y desconexión cultural entre pacientes y terapeutas.
Cuando hablamos de latinos en Nueva York, hablamos de un grupo diverso. Son, según el censo de 2020, alrededor de 2,5 millones de personas con ascendencia latinoamericana, de diferentes países, varias generaciones —unas con más arraigo en Estados Unidos que otras— y con distintos niveles socioeconómicos y educativos. Ante esta diversidad, terapeutas como la afrolatina Paola Voloquez, quien migró de República Dominicana a los 10 años, se precia de ejercer la competencia cultural, un enfoque que reconoce y valora el papel activo de la cultura en la salud de las personas. Para ella, los tratamientos requieren “una exploración y una curiosidad constante sobre cómo todo eso ha moldeado quién eres hoy y cómo te presentas en el mundo”. Desde terapeutas bilingües, como Camacho y Voloquez, hasta programas gratuitos con una perspectiva comunitaria, diversas iniciativas están haciendo que el cuidado en salud mental sea cada vez más accesible e incluyente en Nueva York.
“Es demasiado costoso”
“Mi historia psicológica es que todos los miembros de mi familia han tenido depresión”, aclara la colombiana Chiara Mazzanti. “Es un tema hereditario”. En 2016, recibió la noticia de que sus papás se separarían. Tenía 21 años, vivía en Brooklyn y estaba en la mitad de su pregrado. Aunque su presupuesto de estudiante era insuficiente, sintió que necesitaba conversar con un terapeuta profesional.
El costo exacto de la terapia en Nueva York es difícil de estimar. Similar a lo que ocurre con la renta o la ropa, no existe un único mercado. Algunas personas pagan el precio completo, mientras que otras recurren a su seguro médico y realizan un pago parcial. Los costos por sesión pueden variar de 10 dólares, con un copago, hasta sesiones privadas que se promocionan en línea por entre 200 y 350 dólares.
Mazzanti acudió a un servicio gratuito en su universidad. Una vez en la sesión, la terapeuta “no daba pie con bola”, recuerda.” Lo único que me decía era: “Devuélvete a tu país”. Quiso cambiar. Pero los psicólogos que le recomendaban eran impagables. Actualmente, tiene 29 años, trabaja en una agencia de casting y vive con su esposo. Cuando lo necesita, Mazzanti se conecta con una profesional en Colombia que cobra en moneda local, más barato que terapia en Nueva York. “Tengo una depresión de por vida y es una cosa que me toca tratar de vez en cuando, como cualquier enfermedad”, reconoce.
El instituto Arthur Ashe para la Salud Urbana, en colaboración con otras organizaciones, ha creado el directorio Community Together for Health Equity, que conecta a latinos con organizaciones comunitarias que ofrecen apoyo gratuito. Quienes necesiten ayuda pueden enviar un correo electrónico a la organización de su elección y acceder a terapia sin costo. Disponible en ocho idiomas, incluido español, la web filtra los servicios por ubicación.
Una de las personas detrás de la iniciativa es Camila Figueroa. Antes de completar su maestría en Psicología y Salud Mental Global en Nueva York, trabajó en la reunificación de familias migrantes. “Estos servicios y recursos existen, pero lastimosamente muchas veces no se usan”, explica. Uno de sus propósitos es divulgar la herramienta. Al trabajar con comunidades, encuentra que no es tan sencillo. “Hay un problema social muy fuerte de desconfianza”, explica, y dice que algunas personas que necesitan atención prefieren no dejar su información en internet. “Especialmente después de [Donald] Trump, si compartes tus datos, no se puede garantizar nada”, añade.
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“Son mis asuntos, no necesito ventilarlos”
Otra barrera es el estigma. Para algunos, aparece en forma de preocupación por la confidencialidad. Para otros, en conflictos con creencias religiosas, sentimiento de culpa e incomodidad de las posibles opiniones de la familia. También hay quienes sienten temor por no saber lo que ocurre en una sesión.
Para Camacho, la terapeuta puertorriqueña, los factores se mezclan. En su caso, su familia asociaba sus estados emocionales con falta de devoción, mientras que en la escuela y la iglesia sufría de matoneo. Al comenzar sus estudios en psicología forense, descubrió que los síntomas de la depresión coincidían con lo que ella misma estaba viviendo: “Se me hacía muy difícil ir a trabajar, asistir a la escuela, comer, o pasar tiempo con mi familia y amistades”.
Fue entonces cuando decidió hacer algo hasta entonces tabú: buscar terapia mental. En el proceso entendió que no necesitaba compartir con otros que participaba en estas sesiones, ni tampoco la aprobación de su familia para hacerlo. Hoy, Camacho tiene su propio consultorio privado, que se especializa en atender a personas de comunidades latinas, negras, indígenas o de color. Allí usa con destreza su propia experiencia para contrarrestar prejuicios. “Si el conocimiento viene de Dios, entonces eso significa que las personas que trabajan en salud mental, su información, vienen de él”, dice.
La percepción Yamaly Barragán, una bióloga peruana y estudiante de doctorado, cambió luego de conversar con un amigo. “Nunca creí en los psicólogos, ¿sabes? Pero escuché que es como el dentista; no tienes que tener caries para ir”, dice Barragán. Escuchar a alguien de su círculo la animó a probar.
En el norte de Manhattan, la organización comunitaria NMIC usa otra estrategia. Ofrece clases a migrantes en temas como vivienda, finanzas, inmigración o inglés. Los estudiantes encuentran en su currículo una sesión extraordinaria que se llama wellness (bienestar). Durante esa hora, los terapeutas de NMIC visitan el salón y comparten información, pero, en especial, se aseguran de escuchar. “Invitamos a que ellos nos cuenten de sus experiencias. ¿Qué creen que es la salud mental? ¿Por qué el estigma?”, explica Rauly Chero, coordinadora de servicios de bienestar.
Chero cursó una maestría en consejería de salud mental bilingüe en la Universidad de Columbia motivada por ayudar a migrantes e hijos de migrantes como ella. En NIMIC, una vez que los participantes comparten sus preocupaciones, suelen cambiar de perspectiva y optan por asistir a terapia. Una ventaja, asegura, es que las sesiones ocurren en el mismo edificio de las clases.
“Es que me toca explicar mucho”
Aunque una persona supere el tabú con la terapia, sortee sus costos y logre reunirse con un profesional, queda un obstáculo menos visible pero igual de significativo: la desconexión cultural. En una ciudad como Nueva York, este factor está en el radar de las autoridades. El plan de acción más reciente, A Mental Health Plan for New York City, ofrece soluciones “culturalmente receptivas” y “conscientes de la raza y el trauma”.
Preguntado por la disparidad que existe en el acceso entre blancos y latinos en el acceso a terapia, el Departamento de Salud de Nueva York dijo que no existe un enfoque único para la salud mental. “Nos comprometemos a ofrecer servicios accesibles y culturalmente competentes para las diversas comunidades que atendemos”, añadió en un comunicado.
La brasileña Tatiana Bertolucci, vivió la desconexión cultural en dos frentes. “Tenía que dar cuatro frases para una cosa que eran tres palabras en portugués”, recuerda la mujer de 42 años. Entre las limitaciones de su seguro médico y los altos costos, no encontró un profesional que hablase su idioma así que tomaba sesiones en su tercera lengua, el inglés.
Bertolucci migró para asumir un nuevo rol en una organización sin ánimo de lucro. Tenía situaciones laborales que quería discutir y que solía hablar con su mamá. Cuando se lo contó a su terapeuta, se sintió incomprendida. Le tocó explicarle que, para ella, eso “no implica una relación de codependencia”. Es algo con lo que la comediante Isa Mediana ha bromeado en un reel de Instagram con más de 86.000 reproducciones: “Para las terapistas gringas, su conclusión es: “Deja de hablar con tus papás”.
La terapeuta Voloquez cree que desconocer factores culturales, como esa estrechez de vínculos entre la familia, pone la responsabilidad sobre el paciente de educar al terapeuta. Debe explicar las normas que usualmente rigen su entorno, lo cual genera un sentimiento de alienación. “Alguien que proviene de un contexto latino o latinx puede tener una orientación basada en una perspectiva colectiva, cooperativa y más comunitaria, en lugar de una más occidental, individualista e independiente”, reflexiona. Por ejemplo, al momento de establecer límites, Voloquez sugiere que los terapuetas examinen y honren la colectividad de la cultura latina.
Como solución, recomienda tomar prestados marcos de pensamiento del trabajo social. Esto significa examinar los entornos y los contextos en los que el ser humano está teniendo su experiencia. Para mitigar la desconexión, existe una serie de directorios que agregan terapeutas que experimentan con marcos de pensamiento que expanden la salud mental clínica, como Therapy for LatinX, Latinx Therapy y Psychology Today. Adicionalmente, la National Alliance for Mental Illness ha publicado una guía con recomendaciones para profesionales al atender a personas de la comunidad latina, que puede ser usada por profesionales y participantes para guiar la conversación.
Fuente: MSN
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jgmail · 25 days ago
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Hacia una izquierda postliberal cristiana ¿Está volando el búho de Minerva? Reseña de Regime Change. Toward a Postliberal Future de Patrick Deneen y Liberalism against Itself. Cold War Intellectuals and the Making of Our Time de Samuel Moyn
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Por Eugene McCarraher
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
El liberalismo agoniza de nuevo. La desaparición del liberalismo se ha anunciado muchas veces en el pasado. A raíz de la elección de Donald J. Trump a la presidencia en 2016, Patrick J. Deneen se preguntó Why Liberalism Failed (2018). R. Emmett Tyrrell Jr., editor del American Spectator, declaró «la muerte del liberalismo» hace bastante más de una década, casi treinta años después de haber augurado el «crack del liberalismo.» Hacia finales de 1970 con Richard Nixon en la Casa Blanca y la Nueva Izquierda desorganizada el politólogo Theodore J. Lowi predijo con seguridad The End of Liberalism (1969). Durante la década de 1930 – cuando la Gran Depresión hizo que millones de personas se volcaran hacia movimientos fascistas o marxistas – el liberalismo parecía abocado al olvido histórico. (Para George Dangerfield, el liberalismo de 1930 era un cadáver andante; en su opinión, «la extraña muerte de la Inglaterra liberal» se había producido en la década de 1910). Como observa Samuel Moyn en un momento de su breve pero incisivo libro, «se dice habitualmente que el liberalismo... está en crisis o incluso acabado».
De hecho, las noticias sobre la muerte del liberalismo siempre resultan ser muy exageradas. Como la diva moribunda de una ópera que se levanta para cantar otra aria, el liberalismo siempre parece a punto de expirar, sólo para recuperarse. A través del New Deal, los liberales estadounidenses estabilizaron el ciclo económico instituyendo reformas bancarias y financieras, creando la Seguridad Social, garantizando el derecho de los trabajadores a sindicarse y a participar en negociaciones colectivas, y estableciendo la primera ley federal de salario mínimo. En Europa occidental, los socialdemócratas y democristianos, todos ellos liberales, crearon Estados del bienestar de una amplitud y generosidad sin parangón. En otras palabras, fueron los liberales, a menudo ridiculizados como «marxistas», quienes hicieron posible lo que los historiadores han denominado «la edad de oro del capitalismo». Una generación más tarde, los liberales de la Gran Sociedad aprobaron leyes de derechos civiles sin precedentes, crearon Medicare y Medicaid, lanzaron una «guerra contra la pobreza», ampliaron el acceso a la educación superior y conquistaron nuevos derechos para las mujeres. Aunque a menudo se les considera «fuera de onda», los liberales contemporáneos defienden muchas posturas populares: un «salario digno», mayores pagos a la Seguridad Social, facilitar la sindicación de los trabajadores, un sistema sanitario de pago único. En el momento de escribir estas líneas, Keir Starmer, del Partido Laborista (un liberal, en realidad, no un socialista) es primer ministro de Gran Bretaña, el neoliberal Emmanuel Macron es presidente de Francia y Kamala Harris, la candidata presidencial demócrata, está codo con codo con Trump.   
Y, sin embargo, el liberalismo está asediado en todo el mundo. Gran parte de la energía política de la última década ha emanado de movimientos «populistas» y políticos que desdeñan los valores liberales: Giorgia Meloni en Italia, Jair Bolsonaro en Brasil, Marine Le Pen y Agrupación Nacional en Francia, Geert Wilders y el Partido por la Libertad en los Países Bajos, y Viktor Orbán en Hungría, que ha llamado a su gobierno una «democracia iliberal» (intelectuales conservadores estadounidenses como Deneen y Rod Dreher han cantado hosannahs a Orbán, alabando su flamante religiosidad cristiana y su apoyo al matrimonio y la familia tradicionales). El movimiento MAGA de Trump denuncia a los liberales como traidores y pervertidos; su candidato a la vicepresidencia, J. D. Vance, ataca a las feministas y a las «señoras gato sin hijos». Como demuestran los comentarios de Vance, los populistas de derechas exhiben un resentimiento venenoso contra una «élite liberal» vagamente definida, percibida como imperiosa en su desafío meritocrático, decadente en su «tolerancia» y mojigatería secular, indiferente al dolor infligido por sus políticas económicas y su aventurerismo imperial, despreocupada por el impacto de la inmigración ilegal y despreciativa de las costumbres y el sentido común de las personas sin titulación superior.
El liberalismo está en crisis; que se haya acabado o no es otra cuestión. ¿Estamos entrando en una era «postliberal»? Una variopinta lista de pensadores así lo cree: John Gray, John Milbank, Mary Harrington, Sohrab Ahmari, Adrian Vermeule. ¿Qué significaría o qué aspecto tendría el posliberalismo? Si, en efecto, el liberalismo está abandonando por fin el escenario histórico, quizá sea el momento de invocar el lapidario adagio de Hegel de que «el búho de Minerva despliega sus alas sólo con la caída del crepúsculo»: comprendemos el significado de una época sólo cuando llega a su fin. ¿Está llegando a su fin la dispensación liberal? ¿Vuelve a volar el búho de Minerva?
¿Qué es – o era – el liberalismo? Para Deneen, profesor de política en Notre Dame, el liberalismo designa un compromiso de liberación de lo que se percibe como las restricciones y opresiones de la tradición y las costumbres. Animando el proyecto emancipador del «progreso», el liberalismo ensalza la expansión de la libertad personal, la movilidad social en lugar de los puestos o estamentos fijos, y la incesante innovación tecnológica y prosperidad material. Moyn – profesor de Historia y Derecho en Yale – comparte esta opinión, pero la reformula como «el perfeccionismo moderno de la agencia creativa»; para él, el liberalismo denota una fe en la capacidad de los seres humanos para hacerse y rehacerse a sí mismos y al mundo para mejor. El linaje del liberalismo de Deneen es exclusivamente anglófono: Thomas Hobbes, John Locke, John Stuart Mill, John Rawls. Los liberales de Moyn proceden de Gran Bretaña, el Continente y Estados Unidos, patria de los «liberales de la Guerra Fría» que él considera traidores a la causa. Leemos sobre Jean-Jacques Rousseau, Benjamin Constant, Alexis de Tocqueville (cuyas credenciales liberales enfatiza Moyn frente a los intentos conservadores de reclutarlo), idealistas y románticos alemanes, figuras ahora oscuras como T. H. Green, L. T. Hobhouse y Bernard Bonsanquet, junto con Isaiah Berlin, Hannah Arendt y estadounidenses como Judith N. Shklar y Lionel Trilling. Las diferencias en estas genealogías intelectuales importan. Deneen encuentra poco o nada que merezca la pena preservar en la tradición liberal, mientras que la narrativa más amplia de Moyn le permite ser más esperanzador sobre su futuro, así como sobre el futuro sucesor de un mundo «postliberal».  
De todos modos, ambas definiciones de «liberalismo» son muy amplias y expansivas, y me pregunto si Deneen y Moyn no están hablando tanto de liberalismo como de modernidad o del significado de «progreso», lo que sugiere de qué podría tratar en realidad gran parte del discurso contemporáneo sobre el «posliberalismo». Una forma de concebir la modernidad es como una apreciación ya no tan nueva tanto de la mutabilidad de la naturaleza (antes entendida como inmutable e inalterable) como de la capacidad humana para la autocreación individual y colectiva a través del arte, la cultura y la tecnología. Los seres humanos, que antes se consideraban sujetos a las limitaciones de la naturaleza y a las restricciones de los dioses, pueden, desde este punto de vista, modelarse y remodelarse a sí mismos y al resto de la naturaleza, y la historia es la historia de nuestra búsqueda de un mayor poder y libertad para comprender, dominar y remodelar el mundo.  
Este deseo moderno de lo que Francis Bacon llamaba «ampliar los límites del Imperio humano» asusta a Deneen y entusiasma a Moyn. A pesar de su pretensión de liberarnos de las supersticiones, tiranías y privaciones del pasado, el liberalismo es, en opinión de Deneen, destructivo, amoral, en última instancia nihilista y, a veces, sutilmente o abiertamente autoritario. Antes de la modernidad, sostiene, la «libertad» – el autogobierno y la autodisciplina de las personas y los pueblos – implicaba lo que él denomina «barandillas» (guardrails) a la libertad personal, restricciones a nuestros deseos y pasiones que nos permitían dominarnos a través de la razón y nos protegían a nosotros y a los demás de las peores consecuencias de la indulgencia. La búsqueda desenfrenada de la satisfacción no se consideraba libertad, sino servidumbre. Estas «barandillas» derivaban de la experiencia de «innumerables generaciones de antepasados», se plasmaban en costumbres, folclore y tradiciones y perduraban inculcadas por la familia, el gobierno y la religión. Al poner límites a nuestros apetitos, los guardianes «fomentaban condiciones de prosperidad para la gente corriente», sostiene Deneen, al tiempo que ponían freno a la rapacidad de monarcas, aristócratas y mercaderes. Este elemento «populista» de los guardianes premodernos es crucial para el argumento de Deneen, ya que le permite sostener que las restricciones a la libertad benefician al subalterno en lugar de someterlo.
Según Deneen, con la aparición del liberalismo, los «guardianes» pasaron a verse cada vez más como opresiones, grilletes que inhibían injustamente el libre ejercicio de nuestras mentes, espíritus y cuerpos. Epitomizada en la Política de Aristóteles y bautizada más tarde por el Aquinate, la antigua idea de que la vida económica debía orientarse al mantenimiento de los hogares y las comunidades en lugar de a la acumulación ilimitada de dinero y posesiones, lo que dio paso al ideal capitalista de mercados de capital, trabajo, tierra y bienes sin trabas y orientados al beneficio. La creencia de que la vida sexual debía orientarse hacia el matrimonio y la reproducción cedió el paso a la promesa liberadora de la libertad y la exploración sexuales. La convicción de que la vida política debe orientarse al bien común y conducirse a través de una «constitución mixta» – una integración del populacho (demos) y de los virtuosos educados (aristoi), idealizada por Aristóteles y el historiador romano Polibio – se doblegó ante la primacía de los intereses, culminando en las microobsesiones de la política identitaria. En el mundo capitalista liberal avanzado, afirma Deneen, las viejas barandillas yacen maltrechas o demolidas y la sabiduría del sentido común forjada a lo largo de los siglos ha desaparecido en medio de un pandemónium chabacano de avaricia, lascivia y ensimismamiento.
La demolición de las barandillas no fue causada por un demos revolucionario, argumenta Deneen, sino por los aristoi corruptos y delincuentes; el liberalismo ha sido siempre, a sus ojos, un proyecto de élite. Pero es en este punto donde queda claro que los verdaderos temas de Deneen son la modernidad y el progreso. Aunque los liberales aceptaron (a menudo a regañadientes) la democracia en el siglo XIX, el liberalismo «no es una filosofía política igualitaria», afirma; ha sido un proyecto de emancipación de las élites de las restricciones e inhibiciones tradicionales. El liberalismo ha sido una ideología de vanguardia, primero de los capitalistas industriales deseosos de deshacerse de las restricciones morales y cívicas a la acumulación («liberalismo clásico») y ahora de los profesionales y gestores formados en la universidad y cada vez más seculares que dominan el gobierno, los negocios corporativos, la educación, la ciencia, la tecnología y las industrias culturales («liberalismo progresista»). Animadas por la fe en el «progreso», estas élites tratan de derrocar lo que Mill calificó en su día de «despotismo de las costumbres», es decir, la adhesión de la gente corriente a las formas tradicionales de trabajar, amar y relacionarse. Frente a las costumbres «instintivamente conservadoras» del demos, que Emerson aclamaba como «el partido de la esperanza», ahora se pulverizan todas las restricciones, consagrando la experimentación y la innovación perpetuas como norma. De ahí la revolución política que, bajo el liberalismo clásico, separó la vida política de la económica y dificultó la imposición de restricciones razonables al mercado; la revolución tecnológica que desarraigó a los artesanos y sigue desposeyendo a los trabajadores de habilidades manuales y mentales; y la revolución sexual que erosiona el matrimonio y la familia tradicionales y legitima el aborto, las relaciones entre personas del mismo sexo, los transexuales e incluso el poliamor.
Tal y como cuenta Deneen, las élites liberales actuales intentan imponer un libertarismo social sin precedentes desde sus centros de mando en las burocracias gubernamentales y corporativas, las universidades y escuelas públicas, los tribunales, el entretenimiento y las redes sociales. A pesar de su ostensible oposición a la jerarquía (que les ayuda a ocultar su propia condición de élite), se apresuran a afirmar sus credenciales y conocimientos; a pesar de sus pretensiones meritocráticas, valoran «la diversidad, la equidad y la inclusión» por encima del talento; a pesar de su creencia profesada en la ciencia y la racionalidad, vilipendian a cualquiera que cuestione los datos que sustentan, por ejemplo, la atención afirmativa de género. A pesar de sus protestas de «tolerancia», creen, como Mill, que «el despotismo es un modo legítimo de tratar con los bárbaros, siempre que el fin sea su mejora». Aparentemente, los liberales contemporáneos consideran «bárbaros» a los demos de hoy y para llevar a cabo su «mejora» se han embarcado en un nuevo tipo de «despotismo» mediante políticas de contratación, cultura de la cancelación y «des-clasamiento».
Deneen considera el marxismo como otra forma de despotismo progresista; así es como, en un libro ostensiblemente dedicado al liberalismo, emergen los verdaderos objetos de su temor: la modernidad y el «progreso». Aunque los marxistas a menudo detestan a los liberales más que a los conservadores, el marxismo es, en palabras de Deneen, un «progresismo del pueblo», una política de progreso que aspira a liberar a toda la humanidad, no a unos pocos ricos o educados. Cuando Marx observó que el dinamismo de la empresa capitalista significaba que «todas las relaciones fijas, congeladas rápidamente, con su cadena de antiguos y venerables prejuicios y opiniones, son barridas, [y] todas las nuevas se vuelven anticuadas antes de que puedan osificarse», estaba celebrando este hecho, no lamentándolo. Pero, como señala Deneen, Marx y sus epígonos nunca estuvieron seguros de que el proletariado aceptara el ideal de la revolución permanente; si los obreros abrazaban la revolución, era tan probable que fuera con fines conservadores como radicales. Debido a esta «falsa conciencia» – una renuencia o negativa a aceptar el «progreso» tal como lo definía Marx – el pueblo podría ser insuficientemente revolucionario. Así, como Lenin y los bolcheviques comprendieron, «el progreso requería (una vez más) el abrazo de una clase de élite para tomar las riendas». Tanto para los liberales como para los marxistas, el obstáculo más obstinado para el progreso es el pueblo.
El retrato que dibuja Deneen de una hegemonía profesional-gerencial altiva, moralista y secular comparte mucho en espíritu con la obra del difunto Christopher Lasch – que describió una «revuelta de las élites» y su secesión de una vida compartida con los menos educados, acomodados y cosmopolitas – que con la de los críticos contemporáneos de la condescendencia liberal, como el teórico político Michael Lind y el sociólogo francés Christophe Guilluy, que retroceden ante lo que este último denomina «elitismo de las élites», que rechazan lo que este último denomina el «falso igualitarismo» de los políticos y académicos de izquierdas. De hecho, las críticas más incisivas de Deneen arremeten contra el falso igualitarismo de la universidad neoliberal actual, donde la DEI se ha convertido en una «inclusión en gran medida simbólica de grupos desfavorecidos designados en instituciones directivas formativas», en otras palabras, otra forma de «igualdad de oportunidades», una que nos retrotrae a los orígenes antiguos y molestos del liberalismo, ya que ratifica el espíritu competitivo, respalda la meritocracia (que su humilde servidor ya ha criticado en estas páginas) y evita las críticas a las universidades de élite y su papel en la preservación de la desigualdad. Desde la escuela de negocios (con sus conserjes mal pagados) hasta el departamento de inglés (con sus adjuntos mal pagados), la visión beatífica de la universidad neoliberal es una tecnoplutocracia meritocrática cuya clase dirigente cuenta con una representación proporcional en términos de raza, género y sexualidad. Aunque, como argumentaré más adelante, el «futuro posliberal» de Deneen no es suficientemente democrático, sostiene con razón que la obsesión liberal actual por la identidad racial y de género acaba reforzando el poder de la élite profesional y directiva e impidiendo la formación de un demos multirracial que se oponga a sus señores meritocráticos.
Este orden neoliberal es el objetivo, en gran medida tácito, del intento de Moyn de rescatar al liberalismo de la desesperación. Si Deneen considera el liberalismo maligno e irredimible desde el principio, Moyn afirma su promesa de liberación, pero intenta rescatarlo del estancamiento en el que ha permanecido desde la Guerra Fría. «El liberalismo de la Guerra Fría fue una catástrofe para el liberalismo», escribe en la primera frase del libro. No es que el liberalismo anterior de mediados del siglo XX estuviera impoluto; a través de los sistemas imperiales europeo y estadounidense, estaba «enredado desde el principio con la dominación global», y a través de su supremacía cristiana blanca – ejemplificada en la misión civilizadora francesa – estaba «comprometido hasta la médula por su autoconcepto civilizatorio y su parroquialismo racista». Sin embargo, a pesar de su complicidad con estos males, los liberales seguían compartiendo una perspectiva inspiradora de la condición humana, sosteniendo «la amplia visión de que la historia es un foro de oportunidades para la adquisición e institucionalización de la libertad». A lo largo de los siglos XIX y XX, los liberales abrazaron la democracia, extendieron el sufragio a más hombres y mujeres, cuestionaron la eficiencia y la justicia de los mercados libres e imaginaron un «Estado ético» que fomentaría las condiciones para el florecimiento individual y colectivo poniendo fin, al menos parcialmente, a la separación entre política y economía. La renovación del liberalismo en torno al cambio de siglo XX auguraba tanto las democracias sociales de Europa Occidental como el New Deal en Estados Unidos.
En lugar de acoger estos acontecimientos como reivindicaciones del credo liberal, los liberales de la Guerra Fría se volvieron melancólicos y desanimados. No es que no tuvieran excelentes razones para ello. Teniendo en cuenta las dos guerras mundiales, el fascismo, el comunismo soviético, el judeocidio y las armas nucleares, se puede entender que los liberales se sintieran intimidados por la magnitud de los horrores del siglo (y los posibles horrores). Pero en lugar de mirar a los éxitos del pasado como recursos para la renovación, los liberales de la Guerra Fría perdieron su nervio progresista, a menudo repudiando la misma fe en la agencia y la creatividad humanas que había dado energía a sus predecesores. En su opinión, las esperanzas utópicas del marxismo soviético desmentían los objetivos emancipadores de la Ilustración y desacreditaban cualquier esfuerzo de un «Estado ético» por regular o socializar los mercados, mientras que la mitología de sangre y tierra del fascismo manchaba el legado del Romanticismo.
En seis retratos intelectuales vívidamente dibujados de la teórica política Judith N. Shklar, los filósofos Isaiah Berlin y Karl Popper, la historiadora Gertrude Himmelfarb, la filósofa política e historiadora Hannah Arendt y el crítico literario Lionel Trilling, Moyn examina el pesimismo políticamente incapacitante de los liberales de la Guerra Fría. Reescribieron la historia del propio liberalismo, denigrando la confianza de la Ilustración en la razón como fuente de fanatismo ideológico e identificando el Romanticismo como fuente de la mitología fascista. Rechazaron la fe de la tradición heredada en la historia como relato del progreso, sosteniendo que tal convicción desembocaba inexorablemente en el mesianismo político y el terror. Cultivando la desilusión, decidieron ser por principio «perturbados por la pasión ideológica, temerosos del riesgo y apegados a la estabilidad». De hecho, practicaron lo que Moyn describe como una «autoinmunización frente a la esperanza», una determinación por principio de renunciar a cualquier gran sueño de transformación social y política. Las palabras clave de los liberales de la Guerra Fría eran «madurez» y «realismo»; eran los adultos en la habitación, habiendo dejado de lado las niñerías que sedujeron y engañaron a sus antepasados. Por esta razón, normalmente sólo podían generar el más tibio entusiasmo por las luchas de liberación de la posguerra. (Arendt, por ejemplo, desconfiaba del movimiento por los derechos civiles y veía los levantamientos revolucionarios del mundo poscolonial como «desvaríos»).
A un nivel más fundamental, los liberales de la Guerra Fría repudiaron la confianza en la creatividad individual y colectiva que había caracterizado al humanismo liberal, sustituyéndola por una visión más oscura de la naturaleza humana basada en el psicoanálisis y la teología agustiniana. Cada vez más de moda entre los intelectuales después de la Segunda Guerra Mundial, la descripción de Freud de la persona humana como un recipiente combustible de pulsiones sexuales y agresivas inconscientes parecía implicar, para liberales como Trilling, que la «autogestión exigente» era la más elevada y realista de nuestras esperanzas terrenales. Para los liberales afines al cristianismo, Agustín complementaba a Freud como diagnosticador de la condición humana. Especialmente en la obra de Reinhold Niebuhr, el último teólogo que tuvo una presencia formidable en la vida intelectual liberal, los liberales desencantados podían recurrir al pesimismo agustiniano para castigar «el entusiasmo mal dirigido y la pasión desordenada», es decir, la esperanza en un mundo mejor.
Renunciando a esa esperanza, el liberalismo de la Guerra Fría «colapsó», afirma Moyn en su epílogo, en neoconservadurismo y neoliberalismo. La sospecha de los regímenes poscoloniales alimentó la cruzada neoconservadora de extender la democracia liberal mediante el aventurerismo militar; las invasiones de Afganistán e Irak fueron, y probablemente Moyn estaría de acuerdo, parte del legado del imperialismo liberal. Mientras tanto, al exaltar la libertad individual y dejar el Estado del bienestar sin defensa, los liberales de la Guerra Fría prepararon el terreno para el neoliberalismo de Friedrich Hayek y Ludwig von Mises, cuyas acusaciones del «Estado ético» como bastión de la servidumbre envalentonaron a los gobiernos de derechas para reducir el gasto social, romper los sindicatos y desregular los mercados fueron oídas. Los neoliberales no sólo han intentado aislar el mercado del control democrático; han intentado convertir toda la vida en un mercado, algo que sus predecesores clásicos nunca pensaron que fuera imaginable. En Estados Unidos y Europa Occidental, los liberales están ahora desorganizados, inseguros de cómo enfrentarse a las repercusiones sociales, políticas y ecológicas del capitalismo neoliberal respaldado por casi todos los partidos liberales, «socialistas» o socialdemócratas. Los liberales de la Guerra Fría allanaron el camino, sugiere Moyn, para la crisis de su propia tradición.     
¿Qué hacer? Deneen aboga por un «cambio de régimen»: «El derrocamiento pacífico pero enérgico de la clase dirigente liberal corrupta y corruptora» y la construcción de un régimen “postliberal” que preserve las instituciones políticas existentes al tiempo que las impregne de un “ethos fundamentalmente diferente”. ¿Quién desmantelará el régimen liberal? Remontándose a la «constitución mixta» idealizada por Aristóteles, Polibio y Aquino, Deneen imagina una alianza de la gente común con una «élite» de intelectuales virtuosos que restaurarán la «tradición política del bien común» y plantarán nuevas barandillas para gobernar y canalizar nuestros deseos. Llama a esta alianza «aristopopulismo». Aunque Deneen afirma que este postliberalismo aristopopulista «es transversal a los partidos políticos actuales», lo ve como «una nueva derecha» que combina el conservadurismo cultural (apoyo a la religión, el matrimonio y la familia tradicionales) con un programa económico «pro-trabajador» que incluye el fomento de la fabricación nacional, permisos retribuidos para los padres, «un salario de apoyo a la familia», financiación gubernamental para los oficios y condonación de préstamos estudiantiles para los graduados que sigan carreras en la enseñanza, el servicio público o la religión.
Deneen dedica más espacio al aristoi que al demos. En su opinión, será decididamente «conservador», pero no como el «Conservatism, Inc.» que lleva ese nombre hoy en día. (Deneen tacha a la mayoría de los conservadores contemporáneos de liberales de poca monta). El auténtico conservadurismo tiene sus raíces en el «sentido común» de muchos y la erudición de unos pocos; como «la tradición clásica y cristiana de Occidente», constituye «la acumulación de la experiencia humana a lo largo del tiempo, en consonancia con la naturaleza inmutable del propio orden creado». Al igual que los gobernantes-filósofos de Platón, los aristoi «dan voz a la naturaleza del bien mismo»; a diferencia de ellos, articulan el bien en términos de teología cristiana que, para Deneen, es inequívocamente (pero nunca explícitamente) de carácter católico-romano. (Concluye el libro con una meditación sobre el jesuita Jean Daniélou y «la política como lugar de oración»). «Todo orden político descansa sobre ciertos supuestos teológicos», declara Deneen, por lo que imagina a sus aristoi más abiertos que el actual régimen liberal a la teología.
Los críticos de Deneen han señalado pasajes como éste como prueba de su complicidad con «integralistas» católicos como Vermeule, de Harvard, que desean abiertamente un Estado teocrático. No creo que Deneen defienda una América gobernada desde el Vaticano. (También se distancia del «conservadurismo nacional» de Yoram Hazony y R. R. Reno). El régimen postliberal de Deneen se parece más a la socialdemocracia católica defendida por Ahmari (cuyo Compact es una de nuestras publicaciones periódicas más rutilantes). Aun así, incluso si, como yo, simpatizas con la crítica de Deneen a un orden liberal capitalista, meritocrático y complacientemente secular, hay mucho que encontrar de insatisfactorio o inquietante en este libro. Por ejemplo, los «guardianes» y el «sentido común» que él considera tan perspicaces, destilados de la «experiencia acumulada» de «incontables generaciones de antepasados». Deneen y otros conservadores pueden tachar de tediosa la objeción de que muchísima gente no tuvo nada que ver en la acumulación y articulación de esta experiencia «común» – mujeres, no blancos, la lista podría continuar –, pero eso no la hace menos válida o contundente. (La «democracia de los muertos» de Chesterton siempre ha tenido un sufragio muy limitado). La plataforma económica «pro-obrera» de Deneen, aunque sin duda reduciría los márgenes de beneficio de la mayoría de las empresas pequeñas o corporativas, tampoco haría mucho por perturbar la lógica de las relaciones de propiedad capitalistas, la fuente, hay que recordarlo, de la inseguridad, la indignidad y el empobrecimiento a los que se enfrentan los trabajadores. (Espero poco de sustancia de un Partido Republicano supuestamente «pro-obrero», y especialmente de gente como un oportunista tan hosco, resentido y misógino como Vance, cuya propaganda adorna el libro de Deneen).    
Lo que también me preocupa es lo que Deneen no dice, o quizá no se atreve a decir. Por ejemplo, sus aristoi. ¿Cómo se elegirán estos aristoi? Si, como afirma Deneen, la sociedad política se basa en fundamentos teológicos, ¿el ingreso en la nueva élite vendrá determinado por la ortodoxia teológica? ¿A qué ortodoxia se atendrán? Presumiblemente, si Deneen es sincero, será la católica romana; pero entonces, ¿quedarán excluidos los ortodoxos orientales, los protestantes, los judíos, los musulmanes, los budistas y los hindúes? Y eso por no hablar de la creciente legión de «ni y uno ni lo otro» entre los estadounidenses menores de treinta años. ¿Qué relaciones institucionales existirán entre los aristoi y el demos? ¿Habrá algún tipo de controles y equilibrios? En cuanto al «matrimonio y la familia tradicionales», ¿está Deneen abogando por un patriarcado más amable y gentil? Si es así, ¿deberían ponerse límites al acceso de las mujeres a la educación, el empleo y el sufragio, dado que fomentan la independencia y la igualdad? ¿Quiere Deneen volver a penalizar las conductas homosexuales? ¿Realmente quiere que los homosexuales vuelvan al armario o tal vez que los hagan volver? Deneen no plantea ninguna de estas preguntas bastante obvias y sospecho que tampoco querría responderlas si se le insistiera, porque sabe que, una vez que su visión posliberal tuviera rasgos definibles, el pueblo podría rechazarla. (Una mayoría de votantes republicanos, por ejemplo, está ahora a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo). Todo lo cual equivale a decir que el postliberalismo aristopopulista no tiene anclaje en las realidades sociales, políticas y religiosas de los Estados Unidos del siglo XXI.
Moyn no pide la erradicación del «régimen» liberal, pero tampoco ofrece una afirmación inequívoca. Aunque impaciente por la desilusión altanera de los liberales de la Guerra Fría y exasperado por el histerismo casandrista de sus herederos contemporáneos – cuyo discurso político en la era de Trump es poco más que «un torrente de tuits asustados y terror catastrofista» –, su propia visión del futuro liberal parece incierta e indecisa. Aún comprometido con la confianza expansiva que marca (la mayor parte de) la tradición liberal, Moyn insiste en que posee recursos para superar los límites del liberalismo de la Guerra Fría. De hecho, escribe, debemos «reinventar el liberalismo más allá de los términos que hemos conocido» e «imaginar una forma de liberalismo que sea totalmente original». Pero, ¿en qué momento esta reinvención y reimaginación transformaría el liberalismo en otra cosa, algo postliberal, quizás? Moyn parece anticiparse a esta pregunta y ofrecer el principio de una respuesta. «No importa tanto que preservemos y rescatemos las tradiciones», reflexiona, sino que «las reconfiguremos más allá de sus limitaciones por el bien de nuestro futuro colectivo». Si el liberalismo tal y como lo conocemos y lo hemos conocido no es inmortal ni indivisible, entonces si realmente vamos más allá, sugiere Moyn, cualquier futuro postliberal debe llevar en sí mismo lo mejor del liberalismo. Incluso si hubiera un «cambio de régimen», cualquier postliberalismo digno de ese nombre no negaría simplemente el liberalismo que le precedió. Moyn insiste en que, en lugar de llevarnos a un elysium reaccionario, debemos incluir lo que el «progreso» tiene de inestimable: la fe en que podemos actuar creativa y colectivamente por el bien. El fin del liberalismo no auguraría el fin del compromiso con el progreso.
El progreso es una fe a la que muchos intelectuales han renunciado, o al menos dicen haber renunciado. Desde este punto de vista, la fe en el progreso es una vergonzosa herencia de la Ilustración, refutada por los desastres del siglo XX. Pero quizás deberíamos conceptualizar gran parte de la historia cultural e intelectual moderna, no como una batalla entre «el progreso y sus críticos», como dijo Lasch, sino como un conflicto sobre el significado del progreso. Sin duda, la abolición de la esclavitud, la autonomía (aún incompleta) de la mujer, la extensión de la educación popular, la prolongación de la longevidad, etc., son pruebas de... bueno, ¿progreso? A los cascarrabias que se quejan del progreso habría que preguntarles si les gustaría revocar estos avances. (Si quisieran, no deberíamos permitírselo). En realidad, no deberíamos tener que seguir insistiendo en que las revoluciones sociales, políticas, sexuales y tecnológicas de la modernidad han traído muchas cosas buenas – revoluciones que, sí, han traído otros problemas a su paso –, pero parece que hemos llegado a un punto en el que hay que reiterar lo obvio.
A menudo son intelectuales religiosos como Deneen los que lamentan las depredaciones del liberalismo, el progreso y la modernidad; pero como señala Moyn, el cristianismo fue una parte importante de la procedencia intelectual y espiritual del liberalismo. «Los videntes del progreso del siglo XIX» cini Constant, Tocqueville, Hegel y muchos otros «subrayaban regularmente el linaje cristiano de su compromiso con el sentido de la historia», escribe, «y tenían razón al hacerlo». Dado que el cristianismo es una fe cuya veracidad depende de acontecimientos que se afirma que han ocurrido en el tiempo histórico, y dado que asume una temporalidad unilineal y escatológica en la que nuestras acciones pueden prefigurar el Reino, la historia se convierte en un escenario en el que la acción humana puede marcar la diferencia, para bien o para mal. Por lo tanto, como Moyn insinúa, la teología cristiana puede desempeñar un papel importante en la clarificación de la naturaleza del «progreso» y, por lo tanto, en la refundación del liberalismo o en la formulación de un sucesor postliberal. El liberalismo nunca ha sido enteramente secular; de hecho, Moyn incluso se pregunta si los liberales «alguna vez lo hicieron – o si podemos hacerlo hoy – hablar de forma creíble [de la idea de progreso] en términos seculares». Tal vez no; pero entonces la pregunta urgente, al menos para los cristianos, es si se puede presentar de forma creíble en términos religiosos.
Si, como he sugerido, el «progreso» y la «modernidad» son las verdaderas cuestiones que subyacen a gran parte del discurso «postliberal», entonces deberíamos preguntarnos si es posible una modernidad alternativa, con una concepción alternativa del progreso. Por su mayor generosidad moral e intelectual, Moyn es el interlocutor más valioso para los cristianos deseosos de reconstruir el liberalismo o de aventurarse más allá del liberalismo sin caer presa de los delirios y resentimientos del integralismo o del nacionalismo religioso. Una vez que hemos aceptado la sabiduría de la modernidad – que los seres humanos poseen la capacidad de «acción libre creativa y empoderada», como Moyn describe el liberalismo, y que la historia es «un foro de oportunidades para el logro y el ejercicio de esa capacidad» –, entonces nuestra contribución a cualquier mundo postliberal consiste en explorar nuevas posibilidades en la imaginación política cristiana, enraizadas en un humanismo teológico reimaginado y revitalizado.
Durante demasiado tiempo, el cristianismo ha sido visto – tanto por cristianos como por secularistas – como una lúgubre sabiduría de resignación. Especialmente en sus formas agustinianas, ha lamentado este mundo como un valle de lágrimas en el que nuestra frágil naturaleza humana, tan retorcida y desfigurada por nuestra intratable pecaminosidad, hace imposible e inimaginable cualquier transformación radical del mundo. Convencida de que el «pecado original» ha mutilado tanto nuestras almas y corazones que estamos presos en la «depravación total», esta antropología teológica roza la desesperación y cierra de antemano cualquier vía de acción política visionaria. Ejemplificada en el liberalismo de la Guerra Fría de Niebuhr, puede convertirse, tanto para liberales como para conservadores, en un estoicismo sonoro y amanerado, una piadosa aquiescencia con el statu quo que se disfraza de «madurez» y «realismo».
Un postliberalismo cristiano cuestionaría este «realismo» como mera sumisión a lo dado y nos recordaría que no estamos «totalmente depravados» (una calumnia especialmente absurda e insidiosa); somos, como sabía el salmista, sólo un poco más bajos que Dios. «No hay gente corriente. Nunca has hablado con un simple mortal», como escribió una vez C. S. Lewis; «Es con los inmortales con quienes bromeamos, trabajamos, nos casamos, desairamos y explotamos: horrores inmortales o esplendores eternos». Un postliberalismo cristiano que imagine y promulgue una modernidad alternativa con un estándar diferente de progreso debería partir de esta afirmación verdaderamente subversiva. Su humanismo teológico complementaría la doctrina del pecado original con una firme afirmación de que los hombres y las mujeres son imagen y semejanza de Dios, personas capaces de autoformarse individual y mutuamente dentro de límites biológicos, sociales y ontológicos. Es en este punto de los límites donde los postliberales cristianos tendrían que discrepar con la celebración de Moyn del «perfeccionismo moderno de la agencia creativa». ¿Cuándo la capacidad humana de autofabricación nos convierte en algo inhumano? ¿Deberían los liberales acoger con satisfacción la apoteosis transhumanista de la transfiguración maquínica? ¿Es la «Singularidad» – la fusión del cuerpo humano con la tecnología digitalizada – el punto omega de la modernidad? ¿Debe medirse el «progreso» como una sublimación tecnológica?  
Para responder a estas y otras preguntas, los postliberales cristianos se inspirarían menos en Agustín y Aquino – los sombríos defensores de la culpa heredada, la predestinación y el infernalismo – y más en figuras como Gregorio de Nisa y Nicolás de Cusa. La elocuente y feroz condena de la esclavitud de Gregorio es uno de los documentos morales más extraordinarios de la Antigüedad y su llamamiento a la abolición no se basaba en una metafísica política de los derechos, sino en la theosis, una visión escatológica de la humanidad plenamente restaurada en su divinidad. («¿Por cuántos óbolos valoraste la imagen de Dios?», una pregunta que bien podría plantearse a Jeff Bezos o Elon Musk). Nicolás, cuya obra está experimentando un renacimiento largamente esperado y esperemos que permanente, es quizá el avatar teológico de un compromiso cristiano con la agencia innovadora y democrática: el primer teólogo que sostuvo explícitamente que todo gobierno se deriva del consentimiento de los gobernados, también luchó con el problema de cómo un universo evolutivo y multifacético, flexible al arte y la técnica de la cultura y la civilización, podría seguir siendo una manifestación de lo divino.
La preocupación moderna de Nicolás por los seres humanos como artífices de su mundo debería informar un compromiso postliberal con la economía política. La concepción moderna del progreso ha sido, en su mayor parte, decididamente cuantitativa – un «paradigma tecnocrático» de puro dinero y productividad – y, por lo tanto, los posliberales cristianos deben trabajar para poner fin al capitalismo, que construye mercados y propiedades como vehículos de acumulación sin fin. Aunque los liberales socialdemócratas y del New Deal pusieron barreras, por así decirlo, a los mercados capitalistas y a la propiedad, la histórica preocupación liberal por la libertad individual siempre ha dificultado que los liberales justifiquen cualquier barrera a la adquisición. Incluso cuando los liberales han invocado la religión para modificar el capitalismo, nunca se han atrevido a alterar fundamentalmente la naturaleza y la lógica del sistema. Como observó en una ocasión el radical tory (e inspiración postliberal) John Ruskin: «No conozco ningún caso anterior en la historia de una nación que haya establecido una desobediencia sistemática a los primeros principios de su religión profesada».     
Una izquierda postliberal cristiana debería revisar no sólo a Ruskin, sino también a William Morris, R. H. Tawney, G.D.H. Cole, Lewis Mumford y Theodore Roszak, así como una variedad de caminos no tomados en la izquierda: el socialismo gremial, el sindicalismo, el comunismo de consejo, el anarquismo y las formas corporativistas de socialdemocracia. Lo que une a estas visiones dispares de un mundo postcapitalista es la aspiración a reunificar la vida política y económica (los socialistas gremiales, por ejemplo, querían sustituir la representación por gremios o sindicatos por la representación por regiones) y un ideal artesanal de control obrero sobre la producción que aboliera las distinciones de clase entre trabajo, habilidad y gestión. Los movimientos obreros deberían estudiar esta historia para cultivar una política mucho más ambiciosa.
¿Está muriendo el liberalismo? Si la historia sirve de guía, quizá no; pero al igual que todas las naciones e imperios son evanescentes, las ideas perecen, se marchitan o se transmutan. El liberalismo ha demostrado una notable capacidad de autocrítica y renovación, pero toda tradición tiene unos parámetros más allá de los cuales deja de ser lo que es. Quizá bajo la presión de múltiples crisis – el abismo de la desigualdad de clases, la agitación política, la ruina ecológica – el liberalismo sufra una metamorfosis tan profunda que se convierta en otra cosa. Tal vez una nueva modernidad, basada en tradiciones religiosas que se creían obsoletas, esté esperando entre bastidores. El búho de Minerva se posa en su rama.
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enigmasancestrales · 2 months ago
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Eres Uno de Ellos? Personas no entraran al Reino de Dios | Enigmas Ancestrales
https://www.youtube.com/watch?v=2ca8A1RNydQ ¿Sabías que no todos podrán entrar al Reino de los Cielos? En este video exploramos las 7 personas que no irán al Cielo, según la Biblia y enseñanzas cristianas. Hablaremos de las características y acciones que, según las Escrituras, pueden hacer que alguien no tenga acceso al Reino de Dios. ¿Estás en esta lista o conoces a alguien que podría estarlo? ¡Descúbrelo en este video y reflexiona sobre tu vida espiritual! No es tarde para cambiar y tomar el camino correcto. Acompáñanos en este análisis profundo y comparte este mensaje importante con tus seres queridos. ✅ Suscríbete Al Canal Para Ver Mas Videos: https://www.youtube.com/@EnigmasAncestraless/?sub_confirmation=1 ✅ Conectate con Nosotros: 👉 Facebook: https://ift.tt/UQI12Sv ============================== ✅ Otros videos que te pueden interesar: 👉 Filosofía Budista: ¿Por Qué No Hay Dios En Sus Enseñanzas? | Enigmas Ancestrales https://www.youtube.com/watch?v=ZnNxOrUim7w 👉 Los Anunnaki: La Historia Oculta Que No Quieren Que Sepas | Enigmas Ancestrales https://www.youtube.com/watch?v=6RdDSYrgQyA 👉 Señales De Dios: ¿Por Qué Te Despiertas Mientras Duermes? | Enigmas Ancestrales https://www.youtube.com/watch?v=5O7IlHCK33o 👉 ¿Cuál Es El Propósito De Satanás? Descubre Por Qué Dios No Lo Ha Eliminado | Enigmas Ancestrales https://www.youtube.com/watch?v=4nUxRCT3SrM ============================= ✅ Acerca de Enigmas Ancestrales: "¡Bienvenidos a 'Enigmas Ancestrales'! Un viaje fascinante a través de los misterios de la historia. En este canal, nos sumergiremos en los misterios, las leyendas y los eventos que dieron forma a nuestro mundo. Desde las grandiosas civilizaciones antiguas hasta las épicas batallas que cambiaron el curso de la humanidad, exploraremos los recovecos del pasado para desenterrar historias perdidas y tejerlas en relatos cautivadores. Únete a nosotros en este emocionante viaje mientras desentrañamos los secretos del pasado y nos sumergimos en la magia de los tiempos pasados. Si eres un amante de la historia, un buscador de conocimiento o simplemente alguien que disfruta de las narraciones envolventes, este canal es para ti. Prepárate para descubrir el pasado de una manera nueva y apasionante. Suscríbete! 🔔 Subscribete Al Canal Para Ver Mas Videos: https://www.youtube.com/@EnigmasAncestraless/?sub_confirmation=1 ===================== #Biblia, #ReinoDeDios, #NoIralCielo, #PersonasQueNoVanAlCielo, #Religión, #CieloYInfierno, #FeCristiana, #EnseñanzasDeLaBiblia, #ReflexiónEspiritual, #verdaddivina Descargo de responsabilidad: No aceptamos ninguna responsabilidad por ninguna pérdida o daño en el que se incurra si usted actúa o no actúa como resultado de escuchar cualquiera de mis publicaciones. Usted reconoce que utiliza la información que proporcionamos bajo su propio riesgo. Haga su propia investigación. Descargo de responsabilidad de derechos de autor: según la Sección 107 de la Ley de derechos de autor de 1976, se permite el "uso justo" para fines tales como críticas, comentarios, informes de noticias, enseñanza, becas e investigación. El uso justo es un uso permitido por el estatuto de derechos de autor que de otro modo podría estar infringiendo. El uso personal, educativo o sin fines de lucro inclina la balanza a favor del uso justo © Enigmas Ancestrales via Enigmas Ancestrales https://www.youtube.com/channel/UCb0bUcl3E0nT4g1vdGh7sMg November 14, 2024 at 04:38AM
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avederuta · 3 months ago
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La Última Predicación de Zaratustra: El Evangelio del Absurdo
Zaratustra despertó en una habitación oscura, con el eco de voces distantes y confusas resonando en su mente. Hacía un siglo que había descendido de las montañas, dejando atrás a los hombres y su moralidad de esclavos, pero el tiempo, como el mundo que habitaba, parecía haber perdido su curso. A su alrededor, un televisor antiguo parpadeaba con escenas fragmentadas: dos hombres vestidos con trajes negros discutían sobre hamburguesas en un coche mientras la cámara saltaba a imágenes de un avión estrellándose contra una torre en llamas. Era el amanecer de un nuevo milenio, y el profeta de la vida eterna había sido arrastrado al caos de la era moderna.
Los años habían pasado como un susurro entre las hojas. El final del siglo XIX lo había visto caminar entre los hombres como un dios incomprendido, predicando la muerte de Dios y el nacimiento del superhombre. Ahora, en el despertar del siglo XXI, Zaratustra se encontraba en un mundo donde el caos no era un ideal filosófico, sino una realidad tangible. Desde las alturas, observaba cómo los hombres seguían aferrados a sus ídolos y sus odios, a sus dioses de guerra y destrucción. Los signos de un nuevo Apocalipsis no venían de la moral cristiana que él había vilipendiado, sino de la vorágine del capital, la violencia y el miedo.
Era 2001, y el sol de un nuevo siglo proyectaba sombras demasiado largas. Los eventos del nueve de septiembre habían marcado un antes y un después en la historia del mundo. Zaratustra lo sabía, pero no podía prever hasta qué punto los árabes, los que una vez habían sido maestros del conocimiento en su época dorada, serían demonizados por un imperio que se alimentaba del terror. En las noticias, las torres del World Trade Center ardían como la zarza de un dios que había abandonado a la humanidad, mientras los medios convertían a toda una cultura en el enemigo. “El vilipendio de los árabes,” pensó Zaratustra. "Otro milenio eterno de odio."
Pero Zaratustra no estaba solo en su cruzada a través del tiempo. Algo había cambiado desde sus días de deambular por las montañas en soledad. El mundo moderno estaba lleno de personajes cuyas vidas se cruzaban como hilos en una intrincada trama de violencia y redención. Vincent Vega y Jules Winnfield, dos sicarios atrapados en los absurdos rituales de la muerte, se cruzaban con el profeta. El maletín dorado que cargaban consigo contenía mucho más que misterios. Era el símbolo de todo lo que Zaratustra había denunciado: la búsqueda vacía de poder, la dependencia en las viejas estructuras de control. El ansia por el control neurótico que había llevado al mismo Nietzsche a reencarnar en Hitler.
Zaratustra, desconcertado por el ritmo acelerado y brutal de esta nueva época, encontró en Vincent y Jules la encarnación de la lucha entre la decadencia moral y el anhelo de trascendencia. Los dos hombres, sin saberlo, estaban buscando algo más que supervivencia en las caóticas calles de Los Ángeles. Como los hombres de antaño, anhelaban una revelación, una liberación de la cadena infinita de la violencia. En una ciudad que brillaba con neones y miseria, Zaratustra entendió que el superhombre no podría emerger de las montañas, sino de las calles, del caos y la podredumbre que lo rodeaba.
"Todo es caos," murmuró Zaratustra mientras observaba las torres arder en la pantalla del televisor. "Y del caos, tal vez, surgirá una nueva humanidad."
Los ataques del 11 de septiembre no fueron solo un acto teatral de destrucción física; fueron el símbolo del poder del miedo en la era moderna. Y en este nuevo milenio, los héroes no eran los poderosos ni los sabios, sino los perdidos: sicarios, fanáticos, profetas caídos y víctimas de un sistema que ya no tenía dioses, pero sí muchos demonios. Mientras los aviones surcaban los cielos hacia su destrucción, Zaratustra supo que su misión no había terminado. Había descendido de las montañas una vez para predicar el amor a la vida, el odio a la cobardía y la necesidad de superarse. Ahora, debía caminar entre los hombres una vez más, en una era donde la voluntad de poder se había convertido en la voluntad de destruir.
La película seguía rodando en el televisor, mientras Zaratustra encendía un cigarro y se preguntaba qué tenía que ver un cuarto de libra con queso con el destino del hombre. "Tal vez," pensó mientras exhalaba el humo, "el superhombre solo puede surgir del absurdo."
Los disparos resonaron en la habitación cuando Jules, pistola en mano, decía su famoso pasaje bíblico. Y en ese momento, Zaratustra supo que estaba en el lugar correcto, en el tiempo correcto. En la línea invisible entre el caos, la violencia, y la posibilidad de renacimiento, el profeta se preparaba para su última predicación.
Zaratustra se levantó de su asiento, con la mirada fija en la pantalla parpadeante del televisor. En ese instante, el mundo moderno, con su caos, violencia y desesperación, se le reveló como lo que siempre había sido: una danza absurda de ciclos infinitos. Los hombres seguían buscando significado en las cenizas de dioses muertos, atrapados en sistemas de poder que ya no les servían. Mientras caminaba hacia el centro de la habitación, donde Jules y Vincent aún discutían sobre el destino, Zaratustra levantó los brazos como si fuera a predicar una última vez. Pero esta vez, no era una predicación para dioses, ni para los hombres del pasado. Era para los hombres del ahora, del caos, del absurdo.
"¡Escuchen, hombres del nuevo milenio! Mi última palabra no será de salvación ni de condena, porque no hay tal cosa en este mundo. Lo que hay, lo que siempre ha habido, es el caos, el absurdo y la lucha por crear sentido donde no lo hay. Ustedes, como aquellos que vinieron antes, buscan respuestas, buscan redención en las llamas de las torres caídas, en la violencia de las calles, en el poder de un maletín vacío. Pero se engañan si creen que habrá paz, si creen que habrá una conclusión justa o un final perfecto.
El mundo no se resuelve, el mundo se vive. Y en esa vida, en ese choque perpetuo de voluntades, ustedes están destinados a crear algo más grande que ustedes mismos, no a través de la lógica ni del orden, sino del caos. ¡Es en el absurdo donde nace el superhombre, donde surge lo divino en lo humano! No esperen redención de los cielos, ni de las ruinas de lo que han destruido. ¡No busquen más en los cadáveres de los dioses o en las promesas vacías de los profetas antiguos!
¡Sean creadores! De sus propios valores, de su propio significado. Rían en la cara de la destrucción, porque solo aquellos que pueden reír en el abismo serán los que trasciendan. No hay orden, ni justicia divina; no hay salvación más que la que ustedes mismos inventen. En el absurdo de la vida moderna, en las calles bañadas en sangre, en las torres que se desploman, en el miedo que les venden cada día, ¡allí está su oportunidad! Porque solo en el reconocimiento de que todo es absurdo, pueden liberarse de las cadenas que han creado para ustedes mismos.
La guerra que enfrentan no es entre naciones ni religiones, no es entre Israel y Palestina, entre terroristas y víctimas. Es entre el miedo y el poder de crear. Es entre los que se aferran al pasado y los que se atreven a imaginar algo nuevo. Ustedes, los hombres de este siglo, tienen la responsabilidad de tomar lo roto, lo absurdo, y convertirlo en algo más, en algo que los dioses nunca pudieron prever.
Así les digo, hombres del nuevo milenio: no busquen respuestas en las ruinas, ni en las instituciones que ya no les sirven. Miren al caos, abrácenlo, y hagan del absurdo su cuna. Allí, en la risa del sicario, en la caída de las torres, en el maletín vacío y en el terror que los rodea, está la semilla del superhombre.
¡Sean libres, en el caos, en el absurdo, en lo que no tiene sentido! Porque solo allí, en la aceptación del sinsentido, se puede crear lo nuevo. Y eso, hombres, es lo único que los hará libres."
Zaratustra calló. La habitación quedó en silencio, salvo por el eco de sus palabras. En la pantalla, las torres aún ardían, y Vincent encendía otro cigarro, mientras Jules observaba con una mirada extrañamente pacífica. El caos seguía ahí, el mundo no había cambiado. Pero algo, en lo profundo de los hombres que escucharon esa última predicación, comenzaba a despertar.
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amiguiz · 5 months ago
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Esto dice Bartolomé de las Casas sobre Colón:
...y el filósofo en el IV de la Metafísica, dice: «que los nombres deben convenir con las propiedades y oficios de las cosas.» Llamóse, pues, por nombre, Cristóbal, conviene á saber, Christum ferens, que quiere decir traedor ó llevador de Cristo, y ansí se firma él algunas veces; como en la verdad él haya sido el primero que abrió las puertas deste mar Océano, por donde entró y él metió á estas tierras tan remotas y reinos, hasta entónces tan incógnitos, á nuestro Salvador Jesucristo, y á su bendito nombre, el cual fué digno que ántes que otro diese noticia de Cristo y le hiciese adorar á estas innúmeras y tantos siglos olvidadas naciones. Tuvo por sobrenombre Colon, que quiere decir poblador de nuevo, el cual sobrenombre le convino en cuanto por su industria y trabajos fué causa que descubriendo estas gentes, infinitas ánimas dellas, mediante la predicacion del Evangelio y administracion de los eclesiásticos sacramentos, hayan ido y vayan cada dia á poblar de nuevo aquella triunfante ciudad del cielo. Tambien le convino, porque de España trajo el primero gente (si ella fuera cual debia ser) para hacer colonias, que son nuevas poblaciones traidas de fuera, que puestas y asentadas entre los naturales habitadores destas vastísimas tierras, constituyeran una nueva, fortísima, amplísima é ilustrísima cristiana Iglesia y felice república. Lo que pertenecia á su exterior persona y corporal disposicion, fué de alto cuerpo, más que mediano; el rostro luengo y autorizado; la nariz aguileña; los ojos garzos; la color blanca, que tiraba á rojo encendido; la barba y cabellos, cuando era mozo, rubios, puesto que muy presto con los trabajos se le tornaron canos; era gracioso y alegre bien hablando, y, segun dice la susodicha Historia portuguesa, elocuente y glorioso en sus negocios; era grave en moderacion, con los extraños afable, con los de su casa suave y placentero, con moderada gravedad y discreta conversacion, y ansí podia provocar los que le viesen fácilmente á su amor. Finalmente, representaba en su persona y aspecto venerable, persona de gran estado y autoridad y digna de toda reverencia; era sóbrio y moderado en el comer, beber, vestir y calzar; solia comunmente decir, que hablase con alegría en familiar locucion, ó indignado, cuando reprendia ó se enojaba de alguno: Do vos á Dios ¿no os parece esto y esto? ó ¿por qué hiciste esto y esto? En las cosas de la religion cristiana, sin duda era católico y de mucha devocion; cuasi en cada cosa que hacia y decia, ó queria comenzar á hacer, siempre anteponia: En el nombre de la Santa Trinidad haré esto ó verná esto, ó espero que será esto; en cualquiera carta ó otra cosa que escribia, ponia en la cabeza: Jesus cum Maria sit nobis in via; y destos escritos suyos y de su propia mano tengo yo en mi poder al presente hartos.
–Fray Bartolomé de las Casas, en Historia de las Indias (cap. 2)
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77jose-ricardo77 · 8 months ago
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SAN BARNABÁS, APÓSTOL
Bernabé era un hombre bueno, lleno de Espíritu Santo y de fe, (Hch 11,24). No era de los Doce pero fue llamado y venerado como Apóstol pues inició el anuncio de la Buena Nueva a todos los pueblos, (Hch 11,22). Fue él quien exhortó a Pablo a la misión, (Hch 11,25-26). Murió como mártir en Salamina.  
SAN BARNABÁS, APÓSTOL
11 junio
«La multitud de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma. Nadie consideraba sus bienes como propios, sino que todo era común entre ellos. Los Apóstoles daban testimonio con mucho poder de la resurrección del Señor Jesús y gozaban de gran estima. Ninguno padecía necesidad, porque todos los que poseían tierras o casas las vendían y ponían el dinero a disposición de los Apóstoles, para que se distribuyera a cada uno según sus necesidades. Y así José, llamado por los Apóstoles Bernabé –que quiere decir hijo del consuelo– un levita nacido en Chipre que poseía un campo, lo vendió, y puso el dinero a disposición de los Apóstoles». (cf. Hch 4,32-37).
En el precedente texto del libro de los Hechos de los Apóstoles se menciona a José o Bernabé entre los que se reunieron alrededor de los apóstoles después de la muerte de Jesús en Jerusalén. Era una comunidad de creyentes que vivían fraternalmente compartiendo sus bienes. Otra tradición - reportada por Eusebio de Cesarea, que se inspira en Clemente Alejandrino - incluye Bernabé entre los 72 discípulos enviados por Jesús en misión para anunciar el Reino de Dios, por lo tanto lo incluye ya en el primer grupo de los seguidores de Cristo. En cuanto a sus orígenes, sabemos por el libro de los Hechos de los Apóstoles que nació en la isla de Chipre, era judío y se llamaba José. (cf. Hch 4,36).
Cristiano en Jerusalén
Bernabé es uno de los discípulos más reconocidos de la primera comunidad cristiana que, aunque no era de los Doce, también fue enviado como apóstol. En efecto, gracias a él, Pablo que acababa de convertirse en el camino a Damasco fue acogido en Jerusalén por los apóstoles y la comunidad pues era claro que muchos desconfiaban de ese Saulo que había perseguido a los cristianos, (cf. Hch 9, 27) pero Bernabé lo acogió y lo introdujo en la comunidad. Considerado un «hombre virtuoso, lleno del Espíritu Santo y de fe», (cf. Hch 11,24), fue enviado a Antioquía de Siria, de donde habían llegado noticias de numerosas conversiones. Una vez que notó que muchos creían verdaderamente, Bernabé se regocijó y exhortó a todos «a perseverar con un corazón resuelto en el Señor», y luego pidió a Pablo ayuda para ser apoyado en su servicio a la nueva comunidad de creyentes. Una vez más, por lo tanto, Bernabé intervino en la vida de Pablo, empujándolo hacia su misión como Apóstol de los Gentiles. Los dos permanecieron en Antioquía durante un año instruyendo a muchos y fue aquí donde «por primera vez los discípulos se llamaron cristianos». (cf. Hch 11,22-26).
En una larga misión con Pablo
Después de la predicación en Antioquía, Bernabé y Pablo parten para una nueva misión en Chipre. Con ellos también está Juan, llamado Marcos (el evangelista), primo de Bernabé. La siguiente etapa es Panfilia, pero aquí el inexperto Juan decide regresarse a Jerusalén (tal vez por miedo). Bernabé y Pablo continúan, hacia Antioquía de Pisidia, Iconio, Listra, Derbe y, fnialmente, regresan de nuevo a Antioquía de Siria. También van a Perge y a Atalia. El creciente número de conversiones de los gentiles dio lugar a disputas sobre si la circuncisión era necesaria, por lo que, alrededor del 49, Bernabé y Pablo regresaron a Jerusalén para discutirlo con los apóstoles. (cf. Hch 15,1-35). Poco después los dos se prepararon para una nueva misión, pero Bernabé quería volver a viajar con Juan, mientras que Pablo, (aún resentido por el abandono anterior), estaba en contra: no confiaba en el joven. Bernabé, en cambio, vio en él a un discípulo por recuperar. Al no encontrar un acuerdo, sus caminos se dividieron: Bernabé se embarca para Chipre con su primo. Pablo, en cambio se va a Asia. (cf. Hch 15,36-40).
«También entre los santos existen contrastes, discordias, controversias. Esto me parece muy consolador, pues vemos que los santos no han caído del cielo», dijo Benedicto XVI recordando el vínculo entre Bernabé y Pablo en la catequesis de la Audiencia General del 31 de enero de 2007, y añadió: «La santidad no consiste en no equivocarse o no pecar nunca. La santidad crece con la capacidad de conversión, de arrepentimiento, de disponibilidad para volver a comenzar, y sobre todo con la capacidad de reconciliación y de perdón». De hecho, más tarde, Pablo hablará de nuevo de Marcos como su colaborador, en su carta a Filemón y en la segunda a Timoteo.
Desde Italia hasta el martirio en Salamina
El Nuevo Testamento ya no nos da más noticias ciertas sobre Bernabé, pero algunos textos bizantinos hablan de un viaje con Pedro que lo lleva a Roma. Desde allí habría continuado hacia el norte de Italia. En Milán, en particular, su predicación habría dado lugar a varias conversiones y a la primera comunidad cristiana de la ciudad, que por esta razón lo considera su primer obispo. Las Actas de Bernabé, una obra ya del siglo V, cuenta su muerte en Salamina, donde habría sido apedreado por los judíos sirios en el año 61. Hoy en día en Salamina la tumba de Bernabé todavía existe y se dice que se habría aparecido en un sueño al obispo de Salamina, Anthemios, a finales del siglo V, quien habría trasladado los restos del apóstol a la basílica que quiso dedicarle.
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chicosanchez · 9 months ago
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El Valle Sagrado es un libro de Chico Sánchez que adentrándonos en el laberinto de la historia y sus revoluciones nos lleva a conocer una guerra por nuestras almas que lleva librándose siglos y que permanece oculta por un velo de desconocimiento que el autor irá rasgando en cada capítulo que busca ser un rayo de luz que saque al lector de las tinieblas a las que nos lleva siempre el misterio. Desde el Apocalipsis a Napoleón, desde la Revolución Francesa a la Cristiada mexicana, desde el Imperio Español hasta la Agenda 2030, el autor ayudará al lector, viajando al pasado y comparándolo con el presente, a predecir con certeza el futuro de la civilización occidental y cristiana. Desvelando los siniestros planes que se ocultan detrás de la Nueva Era y de la coronación del personaje conocido como El Anticristo. Entra en este enlace para comprarlo: https://chicosanchez.com/f/el-valle-sagrado-historia-de-las-revoluciones-chico-s%C3%A1nchez?blogcategory=Noticias
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drpablojimenez · 1 year ago
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En casa del alfarero - Prediquemos podcast
Encuentro de adoración del Movimiento La Red, con una prédica cristiana sobre Jeremías 18.1-6 titulada EN CASA DEL ALFARERO.
La buena noticia es que el juicio de Dios no destruye, sino que transforma. Dios no quiere destruirte, sino que quiere darle una vida nueva. Dios no quiere destruir a la iglesia, sino que quiere transformarla en una comunidad de fe vibrante que bendiga a toda nuestra comunidad tanto con sus palabras como con sus obras de misericordia. Dios no quiere destruir a nuestro pueblo, sino que quiere darle un nuevo futuro, en el nombre del Señor. AMÉN.
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ornella123 · 2 years ago
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La patrística:
Se llama patrística al estudio de los padres de la Iglesia en los primeros siglos del Cristianismo. Este periodo inicial del pensamiento cristiano abarca del siglo I al V, el de los llamados Padres de la Iglesia. No constituye un bloque filosófico unitario, sino que de forma sucesiva van a ir elaborándose concepciones teóricas diversas:
La primera es la de los llamados Apologistas. (=defensores): son pensadores que defienden la fe cristiana en la Época de las grandes persecuciones. Afirman la Preeminencia de la Fe sobre la Razón y subrayan la trascendencia absoluta de Dios. Destacaremos a Tertuliano (150-225), cuya frase “Credo quia absurdum" ("Creo porque es absurdo") resume la postura de los apologistas: la revelación evangélica de Jesucristo supera toda filosofía racional creada por el hombre. Para los apologistas, la Fe sola le basta al cristiano, y la Razón nada puede aportar al conocimiento de Dios.
La segunda concepción importante es la de los Padres Griegos: son de destacar San Gregorio Nacianceno y San Gregorio de Nisa (siglo IV). Los Padres Griegos son los primeros filósofos cristianos que conocen bien la filosofía griega. Su aportación al pensamiento cristiano está animado por una cierta contradicción: por un lado, son los que participan más directamente en la fijación de los dogmas de la Iglesia (el de la Trinidad, el de la virginidad de María, el de la transustanciación eucarística, etc.). Y por otro lado, impulsan el desarrollo de la Teología Negativa, es decir, sostienen que la razón humana no puede conocer lo que Dios es positivamente. Y ello porque Dios es absolutamente trascendente. De ahí que la Fe sea superior a la Razón, pues Esta no puede comprender el misterio infinito de la divinidad.
La tercera y última concepción es la de los Padres Latinos destaca con luz propia por encima de todos San Agustín de Hipona quien nace en Tagaste en 354, fue Africano, fue quien desarrollo la primera síntesis completa del pensamiento cristiano justo en el momento en que el Imperio Romano se desintegra.
En el tema de las relaciones entre la Razón y la Fe, San Agustín sostiene que la Fe debe guiar a la Razón en el conocimiento de Dios y servirse de ella para Theologiae" ("La Filosofía es sierva de la Teologia"), dice San Agustín. Así pues, la fe no está reñida/es incompatible con la Razón, sino que guía a Esta hacia el entendimiento de las verdades reveladas. "Credo ut intelligam". ("Creo para entender"). Por tanto, la fe es superior a cualquier saber racional, pues gracias a ella el hombre tiene noticia de verdades que con su sola razón jamás alcanzaría a conocerles.
La doctrina cristiana sufría ataques del paganismo, por ello, se elaboraron un cuerpo de doctrinas de la nueva fe, estos que compusieron y difundieron la nueva fe, se denominaron Padres de la Iglesia. La patrística es la que dominará hasta el siglo IX, en el que se produce el advenimiento de la escolástica, los representantes de la patrística eran aquellos que tuvieron contacto con los apóstoles.
Educadores:
Clemente de Alejandría (150-215): educado en la filosofía griega y convertida al cristianismo. Su obra es el Pedagogo, en el trata de conciliar los estudios humanísticos y científicos con la fe cristiana, es decir, intentó organizar la teología heroico-cristiana con la filosofía pagana, establecía que la ley de los hebreos y la filosofía griega han sido inspiradas en el logos, fuente de la verdad, que lleva a la revelación de cristo, la ciencia griega era obra de la divina providencia. La instrucción llamada liberal, debía preparar para la filosofía, era una enseñanza propedéutica (enseñanza preparatoria para el estudio de una ciencia o disciplina) para la comprensión de la teología. Para él, el maestro es el logos, que cuando dirige a los hombres a la virtud se llama logos pedagogos y cuando enseña la verdad es logos didascalos. Clemente dice que ay tres tipos de educación: la del filósofo, retórico y la del hombre del mundo, también hay una organización de la vida que tiene en cuenta la pedagogía de cristo que son consagrados de caminar y descansar, el alimento y sueño, es una educación equilibrada.
Orígenes (185-254): discípulo de San Clemente, la ciencia y la filosofía como una preparación intelectual para la teología o ciencia de Dios. Obra: Tratado contra Celso, que tuvo por objeto refutar las objeciones contra el cristianismo lanzadas por el filósofo pagano Ceiso. Aconseja el estudio de diversas ramas, pero lo fundamental eran los evangelios y la tradición apostólica, accesible a todos. Orígenes cayó en la heterodoxia cuando aún no estaba bien constituido el dogma cristiano.
San Basilio (330-379): es a quien se le debe la fundación de los monasterios del mundo católico oriental, cuya Reglas revelan un gran sentido pedagógico. Acentúa sobre todo el sentido social, de comunidad, en la necesidad de la caridad y auxilio mutuo. Con el surge por primera vez la escuela monástica que alcanzará su desarrollo posteriormente, como medios de educación recomienda el trabajo y la lectura de los evangelios, las letras deben aprenderse con relatos y nombres de los Proverbios.
San Jerónimo (340-420): siguió las ideas de Quintiliano tradujo la biblia al latín directamente del griego conocida bajo el nombre de Vulgata. Fundó en el año 386 un monasterio en Belén, junto a esté creó una escuela donde enseñó como gramático. En sus dos cartas dirigidas a Leta y Gaudencio donde daba concejos sobre la formación de las jóvenes que lo llevó a un ascetismo exagerado, es decir, la educación que manifiesta en estas cartas, representan la educación femenina del cristianismo primitivo:
- Para combatir la sensibilidad que no oiga instrumentos de música y que ignore sus usos.
- Prohíbe el paseo quiere que se encuentre siempre en su retiro.
- Para combatir la ociosidad debe alternaran la lectura de la biblia con la oración y labores domésticas.
- Alentarla con alabanzas procurando que sea sensible a la alegría de haber obrado bien como al dolor de no haber triunfado ¿qué piensan de esta última oración?
San Benito (480-543): el gran fundador de la orden benedictina y del monasterio de monte casino, recomendó el trabajo manual, la lectura en alta voz, y a copia de manuscritos.
San Agustín (354-430) nació en Tagaste, su padre Patricio era pagano y su madre Mónica era cristiana. Estudió filosofía y cultivo con preferencias a los clásicos, actuando como maestro de retórica. Ante la búsqueda de la verdad lo llevó a recorrer todas las posiciones del movimiento científico-religioso, primero se identificó con el Maniqueísmo, religión fundada por Manés, luego con el Escepticismo académico tomado de Cicerón, luego por el Neoplatonismo, y por último, con el Cristianismo donde encontró tranquilidad espiritual, San Ambrosio le hizo conocer mejor la doctrina cristiana e influyó profundamente en su conversión, se bautizó en el año 387 y se fue a África para llevar una vida de Sacrificio y humildad. En el año 396 fue nombrado obispo de Hipona.
Obras:
Las Confesiones.
Autobiografía de su juventud de un gran valor psicológico “La ciudad de Dios”: describe todos los acontecimientos importantes de su vida y de su evolución espiritual, sus luchas interiores en la búsqueda de la verdad, sus errores, hasta llegar a la conversión. Esta obra ejercicio profunda influencia en la formación de la mentalidad cristiana de la época. Se llama Ciudad de Dios, porque opone la ciudad de dios con la a la ciudad terrestre “Dos amores dice, dieron origen a dos ciudades, a la terrenal, el amor de sí mismo, hasta el desprecio de Dios y a la celestial, el amor de Dios hasta el desprecio de sí mismo”
El maestro: hay un planteamiento al problema de la instrucción, describe San Agustín el dialogo desarrollado entre él y su hijo Adeodato. La pedagogía agustiniana se desarrolla sobre la base de su concepción subjetivista del problema del conocimiento, el mundo de las ideas tiene su último fundamento en el principio de la interioridad del yo, de la experiencia interna, la filosofía de San Agustín es un pensamiento cristiano de corte platónico. La realidad inmediata es la experiencia intima del ser “no salgas de ti mismo: vuelve a ti, en el hombre interior mora la verdad, búscala allí donde se enciende la luz de la razón”. San Agustín busca el camino de la certeza a través de la duda, se puede dudar de todo menos de que el proceso de dudar tiene lugar en el yo, dudando se va al descubrimiento de las leyes lógicas. Si se dudan es porque se desconocen los caracteres de la verdad, que son universalmente válidos, su validez proviene del hecho de ser ideas del espíritu divino, todo conocimiento racional es esencialmente conocimiento divino. La inteligencia se produce porque es iluminada por la fe, por ella, el hombre abre su espíritu a la verdad inmutable. Por ello, las palabras del maestro que instruye no son para San Agustín sino el eco de la verdad eterna, el maestro humano solo da el método para conseguir la verdad, esto solo se obtiene bajo la influencia invisible de una fuerza interior, de algo más íntimo que nosotros mismo y que no es sino la iluminación del Dios, del maestro divino, que hace comprensibles las verdades eternas.
Tratado del orden: en el que explica su concepción de educación integral humanística.
La teología agustiniana: el problema del libre albedrio y del mal constituyó el punto central de la concepción filosófica y teológica de San Agustín, con una doctrina definitiva:
Dios es incorruptible, el mal, por lo tanto, no puede provenir de él. Si hay mal, es porque lo quiere el hombre, el mal consiste para San Agustín un apartamiento, en un movimiento hacia la negación del Ser sumo, es decir, hacia una nada. Con el abuso del libre albedrio por parte del primer hombre, toda la naturaleza humana se ha viciado, la culpa de Adán ha llevado a toda la humanidad al pecado, cada ahombre trae la naturaleza viciada de tal forma que no puede sino pecar, por lo tanto, todos los hombres son merecedores del castigo divino, necesitando para su salvación de la redención y de la acción de la gracia y esta la otorga Dios sólo a aquellos escogidos de antemano, el conoce desde la eternidad quiénes serán redimidos, gozando de su gracia gratuita, esto es la predestinación.
San Agustín trata de resolver el conflicto entre la libertad humana y la predestinación afirmando una y otra. La libertad humana consiste en aquello que Dios sabe que ha de hacer libremente, de manera que esta libertad no es incompatible con una predestinación mediante el cual Dios sabe desde la eternidad quienes serán los elegidos y quienes los réprobos.
San Agustín tiene el mérito de haber fijado el criterio de coordinación y conciliación entre la cultura clásica y la cristiana, resolviendo de manera sistemática el problema discutido por los primeros padres de la Iglesia acerca de la introducción de la cultura liberal en el seno de la civilización cristiana. Considera San Agustín que la ciencia es legítima y necesaria cuando en su lugar de ser concebida con un fin en sí misma, está subordinada a la sabiduría y esta se consigue únicamente mediante la contemplación orientando al espíritu hacia las cosas divinas. El estudio de las siete artes liberales es la preparación para la formación teológico-intelectual.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
• Manganiello, E.M y Bregazzi, V. E. (1950). Historia de la educación. Librería del colegio. Buenos aires. Capitulo V. pp. 87-92.
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diarioelpepazo · 2 years ago
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  Redacción Meridiano El ex pelotero, Álex Rodríguez vuelve a ser noticia luego que fuera acusado por un ex-compañero como un abusivo y maltratador de los peloteros novatos de los Yankees de Nueva York. Dichos comentarios se dieron a conocer en un podcast llamado "Foul Territory", y la figura que los dijo es el ex primera base Doug Mientkiewicz, quien considera a A-Rod como un maltratador con los peloteros jóvenes del equipo durante su tiempo compartiendo camerinos. Además en las declaraciones, Doug afirmó que Derek Jeter y Jorge Posada, quienes eran veteranos en ese entonces permitieron que el ego de Rodríguez llegara a mayores niveles. Cabe destacar que Mientkiewicz consiguió un título de Serie Mundial junto con Rodríguez en la temporada 2004 cuando derrotaron a los Medias Rojas de Boston. Además ambos peloteros fueron compañeros en la escuela Cristiana de Westminster antes de volver a compartir equipo en los Bombarderos del Bronx. Hasta ahora, Rodríguez no se ha pronunciado sobre la situación, sin embargo; luce como alguna rivalidad jamás terminada que protagonizarían en su tiempo como jugadores, pero lo que sí es grave son dichas acusaciones en contra de dicha figura, quien es considerado como una leyenda de dicha franquicia.     Para recibir en tu celular esta y otras informaciones, únete a nuestras redes sociales, síguenos en Instagram, Twitter y Facebook como @DiarioElPepazo El Pepazo/Meridiano
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dimelotv · 4 years ago
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Arcangel Hace Un Tema Para Dios y Se Lo Regala a Almighty Arcangel Hace Un Tema Para Dios y Se Lo Regala a Almighty ¡Si te gusto el vídeo no olvides suscribirte, comparte y dale like! SIGUEME EN INSTAGRAM: ... source
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crecimiento-espiritual · 2 years ago
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Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales.
Génesis 3:1‭-‬7 RVR1960
El origen del pecado
Estos días hemos estado explorando la relevancia del Génesis para nuestra fe. En los primeros capítulos de la Biblia se establecen diligentemente las bases de toda nuestra cosmovisión cristiana. De modo que la conclusión es que los orígenes son importantes.
Hasta ahora, todo ha sido positivo. Hemos pasado del vacío sin forma al orden de la creación; de la ausencia de personas a su existencia. Hemos visto cómo el Dios Todopoderoso ha establecido la luz y la vida en lugar de la oscura nada, otorgando dignidad a la especie humana.
Hoy, sin embargo, el panorama cambia. No podemos pensar en el relato de la Escritura sobre la creación sin explorar por qué la Tierra no sigue siendo una armoniosa utopía. Al inicio del pasaje de hoy, una serpiente misteriosa llega al paraíso tergiversando las palabras de Dios y desafiando a los humanos. La decisión de ellos de ignorar las instrucciones de Dios, deseando con orgullo llegar a ser como él, tiene consecuencias caóticas. El paraíso se acabó. Es un momento de rebelión desconcertante, y fundamental para comprender el mensaje de las buenas nuevas de Jesús.
¿Alguna vez se te ha caído algo hermoso al suelo y lo has visto hacerse pedazos? El objeto, que antes se mantenía unido con tanta integridad, ahora está irrevocablemente destrozado. Así fue el impacto de la entrada del pecado al mundo. Este es el momento de la "caída" de la humanidad. El orden y la belleza de la creación de Dios se desbarataron. La confianza se quebró y las relaciones se fragmentaron. Reinaba el desorden.
La decisión de Adán y Eva de rechazar el consejo de Dios cambió el juego para siempre. La humanidad fue expulsada del Edén y separada de la presencia vivificadora de Dios. Desde la perspectiva de la humanidad, al menos, no había vuelta atrás.
Comprender este episodio es fundamental para nuestra visión del mundo. Si no contemplamos la caída del ser humano, nos veremos obligados a preguntarnos por qué Dios creó un mundo de sufrimiento. Con la caída, sin embargo, vemos que Dios creó el bien para la humanidad y fuimos nosotros —y no él— quienes cambiamos la dinámica.
El pecado es el principal factor destructivo que hace pedazos nuestra vida y nuestras relaciones, causándonos daño a nosotros mismos y a los demás. Un momento de introspección nos recuerda que no solo Adán y Eva pecaron contra Dios; todos lo hemos hecho, todos nos hemos rebelado conscientemente. Al igual que aquella primera pareja no podía volver a la presencia de Dios sin la intervención divina, nosotros también necesitamos un Salvador. Sin excepciones.
Pero no todas las noticias son malas. No hace falta haber seguido a Jesús durante mucho tiempo para saber que este momento está lejos de ser el final de la historia de hoy. En Cristo, la salvación y la reconciliación se ganaron completamente en la cruz.
Hoy, permite que la incomodidad del pecado te lleve hacia el amor sacrificial de Dios por ti. Con Jesús, podemos enfrentarnos a nuestro pecado con la seguridad de que, en última instancia, ha sido derrotado. ¡Somos redimidos por la sangre de Cristo!
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enigmasancestrales · 3 months ago
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Es PECADO o no? Esto dice la BIBLIA sobre los TATUAJES | Enigmas Ancestrales
https://www.youtube.com/watch?v=0RtwokEPXcI ¿Qué dice la Biblia sobre los tatuajes? En este video, exploramos los versículos clave y el contexto histórico detrás de la mención de los tatuajes en la Biblia. ¿Es pecado tatuarse o es solo una interpretación moderna? Descubre si los tatuajes realmente están en contra de las enseñanzas cristianas o si es un tema que se ha malinterpretado con el tiempo. Analizamos el contexto bíblico, las creencias de distintas denominaciones y lo que realmente significa seguir los mandatos de Dios en cuanto al cuerpo. ¡No te pierdas esta reveladora discusión sobre la fe, el cuerpo y las escrituras! ✅ Suscríbete Al Canal Para Ver Mas Videos: https://www.youtube.com/@EnigmasAncestraless/?sub_confirmation=1 ✅ Conectate con Nosotros: 👉 Facebook: https://ift.tt/Cu8J9q3 ============================== ✅ Otros videos que te pueden interesar: 👉 Filosofía Budista: ¿Por Qué No Hay Dios En Sus Enseñanzas? | Enigmas Ancestrales https://www.youtube.com/watch?v=ZnNxOrUim7w 👉 Los Anunnaki: La Historia Oculta Que No Quieren Que Sepas | Enigmas Ancestrales https://www.youtube.com/watch?v=6RdDSYrgQyA 👉 Señales De Dios: ¿Por Qué Te Despiertas Mientras Duermes? | Enigmas Ancestrales https://www.youtube.com/watch?v=5O7IlHCK33o 👉 ¿Cuál Es El Propósito De Satanás? Descubre Por Qué Dios No Lo Ha Eliminado | Enigmas Ancestrales https://www.youtube.com/watch?v=4nUxRCT3SrM ============================= ✅ Acerca de Enigmas Ancestrales: "¡Bienvenidos a 'Enigmas Ancestrales'! Un viaje fascinante a través de los misterios de la historia. En este canal, nos sumergiremos en los misterios, las leyendas y los eventos que dieron forma a nuestro mundo. Desde las grandiosas civilizaciones antiguas hasta las épicas batallas que cambiaron el curso de la humanidad, exploraremos los recovecos del pasado para desenterrar historias perdidas y tejerlas en relatos cautivadores. Únete a nosotros en este emocionante viaje mientras desentrañamos los secretos del pasado y nos sumergimos en la magia de los tiempos pasados. Si eres un amante de la historia, un buscador de conocimiento o simplemente alguien que disfruta de las narraciones envolventes, este canal es para ti. Prepárate para descubrir el pasado de una manera nueva y apasionante. Suscríbete! 🔔 Subscribete Al Canal Para Ver Mas Videos: https://www.youtube.com/@EnigmasAncestraless/?sub_confirmation=1 ===================== #Biblia #Tatuajes #Cristianismo #TatuajesyReligión #PecadooNo #FeCristiana #EnseñanzaBíblica #Dios #Cristianos #SignificadoTatuajes Descargo de responsabilidad: No aceptamos ninguna responsabilidad por ninguna pérdida o daño en el que se incurra si usted actúa o no actúa como resultado de escuchar cualquiera de mis publicaciones. Usted reconoce que utiliza la información que proporcionamos bajo su propio riesgo. Haga su propia investigación. Descargo de responsabilidad de derechos de autor: según la Sección 107 de la Ley de derechos de autor de 1976, se permite el "uso justo" para fines tales como críticas, comentarios, informes de noticias, enseñanza, becas e investigación. El uso justo es un uso permitido por el estatuto de derechos de autor que de otro modo podría estar infringiendo. El uso personal, educativo o sin fines de lucro inclina la balanza a favor del uso justo © Enigmas Ancestrales via Enigmas Ancestrales https://www.youtube.com/channel/UCb0bUcl3E0nT4g1vdGh7sMg October 28, 2024 at 03:44AM
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tetha1950 · 3 years ago
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Rompa el silencio...
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Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su mal, a fin de darles un futuro lleno de esperanza. Yo, el Señor, lo afirmo. Jeremías 29:11 (DHH).
¿Alguna vez ha sufrido en silencio porque usted no quería que nadie supiera que estaba teniendo dificultades?
Las estadísticas muestran que una de cada cinco personas enfrenta algún trastorno del estado de ánimo. El problema es que a menudo no dicen nada. Para empeorar las cosas, la respuesta cristiana estereotipada es muy poco útil: “Solo olvídelo”. Usted tiene la alegría del Señor. Simplemente no está siendo agradecido. Simplemente usted no está teniendo fe”.
Esa respuesta se basa en la ignorancia, resulta en condena y vergüenza, y no es de Dios. Tiende a mantenerlo callado y en esclavitud. La verdad es que tenemos que hablar de lo que nos pasa porque hay muchas soluciones prácticas que pueden ayudar. Algunos ejemplos son: Los medicamentos, la dieta, los suplementos, el asesoramiento y el estudio de la Palabra de Dios para construir nuevas creencias del corazón.
En el corazón es donde tenemos nuestras creencias más profundas. Lo que usted cree puede traer oscuridad y desesperanza, o fe y una expectativa positiva sobre el futuro. La buena noticia es que podemos reemplazar las mentiras que creemos con la verdad de la Palabra de Dios.
Nunca permita que el enemigo lo convenza de que no hay esperanza, y no permita que el miedo a lo que la gente piense le haga sufrir en silencio. Usted necesita expresarse sobre lo que está viviendo. Busque ayuda de diferentes profesionales y siga estableciendo su corazón en la Palabra.
Algunas de las personas más increíbles que conozco han tenido problemas con los trastornos del estado de ánimo, y no es una cadena perpetua. ¡Vamos a arrojar luz sobre este tema y poner fin al estigma!
(Ps. León Fontaine).
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