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German Nazism and the Origins of Argentine Anti-Semitism
🇦🇷 El antisemitismo organizado en Argentina no era desconocido antes de 1930, y ya había jugado un papel importante durante eventos como la "Semana Trágica" de 1919. Sin embargo, con la llegada del nazismo en la década de 1930, se intensificó el antisemitismo influenciado por la propaganda nazi y la llegada de miles de refugiados judíos europeos. Entre 1933 y 1945, Argentina recibió entre 35,000 y 45,000 refugiados judíos, lo que representó un aumento considerable en la población judía del país. La inmigración judía contribuyó al desarrollo comercial y cultural de Buenos Aires, aunque también provocó reacciones negativas en ciertos sectores de la sociedad, especialmente en el contexto de los movimientos fascistas locales. Durante las décadas de 1930 y 1940, el fascismo argentino se inspiró en los movimientos europeos y promovió una visión excluyente y antipopulista de la argentinidad, que, aunque no llegó a los extremos del nazismo, sentó las bases de un antisemitismo estructural y violento que se perpetuaría en las décadas siguientes, incluyendo la Guerra Sucia de los 70.
🇺🇸 Organized anti-Semitism in Argentina existed well before 1930, notably playing a significant role in events like the "Semana Trágica" of 1919. However, with the rise of Nazism in the 1930s, anti-Semitism intensified, influenced by Nazi propaganda and the arrival of thousands of Jewish refugees from Europe. Between 1933 and 1945, Argentina received between 35,000 and 45,000 Jewish refugees, leading to a significant increase in the Jewish population. Jewish immigration contributed to Buenos Aires' commercial and cultural development, although it also sparked negative reactions from certain societal sectors, particularly within local fascist movements. Argentine fascism, inspired by European movements during the 1930s and 1940s, promoted an exclusionary, anti-populist view of "argentinidad" that, while not reaching Nazi extremes, laid the groundwork for structural and violent anti-Semitism. This would later be reflected in events such as the Dirty War in the 1970s.
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Arrestos mientras España exhuma al fundador del movimiento fascista
Para recibir alertas de noticias gratuitas en tiempo real directamente en su bandeja de entrada, regístrese para recibir nuestros correos electrónicos de noticias Regístrese para recibir nuestros correos electrónicos de noticias gratuitos Ha habido varios arrestos después de que la policía se enfrentara con los partidarios de José Antonio Primo de Rivera, fundador del movimiento fascista Falange…
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La extrema derecha como promesa de unidad
Por Aide-mémoire
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
La revista belga Aide-mémoire dedica un reportaje especial a la extrema derecha en su número 104, otoño de 2024. Incluye una entrevista de Gaëlle Henrard a Nicolas Lebourg, titulada «La extrema derecha y el sabor tranquilizador de la unidad» reproducida a continuación.
Gaëlle Henrard: En primer lugar, contextualicémonos. Usted señala a menudo que el término «extrema derecha» se remonta muy atrás, al siglo XIX. Entonces, ¿de qué hablamos cuando hablamos de «extrema derecha»?
Nicolas Lebourg: El texto más antiguo que conozco data de principios de la década de 1820. En él se define al ultraderechista como alguien que está enfadado porque piensa que las instituciones y las élites conducen al caos y por eso quiere arrasar con todo para restablecer el orden. Este enfoque antropológico y reaccionario no deja de ser interesante a la hora de definir el sustrato de la extrema derecha a lo largo de dos siglos, podemos decir que esta etiqueta se refiere a grupos que se presentan como élites alternativas para regenerar la sociedad de forma organicista, vinculando esto a una revisión de las relaciones internacionales. Si nos fijamos en cualquier movimiento de extrema derecha de los últimos dos siglos encontramos que es compatible con su definición. Merece la pena señalar la existencia de un subcampo: la «extrema derecha radical», que surgió al final de la Primera Guerra Mundial. Esta tendencia no cree que basta con cambiar las instituciones: necesita dar nacimiento a un hombre nuevo, libre del liberalismo del siglo XIX e incluso de la modernidad tal y como se construyó a partir del Renacimiento, una opción propugnada por el filósofo italiano Julius Evola, que sigue siendo un guía fundamental para los grupos más ultraderechistas de todo el mundo. En la extrema derecha radical están los fascistas italianos, los nazis, pero también los solidaristas rusos, los nacional-bolcheviques alemanes o el teórico ruso del neo-eurasismo Alexandre Douguine a quien los servicios ucranianos intentaron asesinar en 2022.
Además de ser un especialista en la extrema derecha, también lo es en el radicalismo. ¿Podría definir o describir qué significa el radicalismo en el ámbito político?
Aquí también hay un gran debate. Isabelle Sommier, formidable especialista en la materia, insiste en el carácter relativo de la transgresión, señalando que cuando una manifestación agrícola causa estragos en una prefectura, nadie la considera «radical», mientras que acciones menos destructivas de la ultraizquierda serán calificadas como tales. Así que, para ella, la sociedad es quien determina qué es el radicalismo. Personalmente, prefiero partir del artículo 212-1 del código francés de seguridad interior. Procede de la ley de enero de 1936, que otorga al Estado el poder de prohibir un grupo. Me parece importante porque evita el escollo de «llamamos radicales a todos los que critican el sistema». Se trata de una norma democrática que se utiliza en el marco del Estado de Derecho. A partir de ahí, un radical es alguien que corresponde a una de las siete causas de disolución. Éstas corresponden bien al radicalismo de comportamiento (manifestaciones armadas, carácter paramilitar, terrorismo, etc.) o al radicalismo ideológico (apología de la Colaboración, etc.). En el caso de la extrema derecha, a menudo se recurre a la sexta razón: la incitación al odio.
En su opinión, el voto de la extrema derecha es ante todo un fenómeno sociológico y no ideológico. Sin embargo, a menudo escuchamos la explicación de una guerra de ideas librada (y ganada) por gente como la Nueva Derecha y Alain de Benoist para explicar el voto de la extrema derecha. ¿Qué hay de cierto en ello?
Creo que las dos cosas están entrelazadas porque la etnización de las cuestiones sociales es fundamental para votar a la extrema derecha. Si fuera sólo una cuestión de datos sociológicos, el votante podría elegir la izquierda, por ejemplo. Para votar a la extrema derecha hay que pensar que el riesgo de ser degradado socialmente va de la mano de la degradación de nuestra nación y que la sociedad multicultural y multiétnica tiene la culpa. Por otra parte, creo que analizar el ascenso de la extrema derecha a través del prisma de la Nueva Derecha es excesivo: los activistas de extrema derecha no empezaron a leer a Heidegger en la década de 1970 y, además, eso no habría cambiado su forma de votar. Esta visión fue impulsada por el politólogo Pierre-André Taguieff, porque le permitía otorgarse el estatus de filósofo, y luego por sus lectores de élite, porque también veían en ella el valor añadido de la diferenciación cultural, una posición muy apreciada en Francia porque permite concentrar capital social sin tener que hacer ningún trabajo de demostración empírica y ser así prescriptor para los políticos, una fantasía habitual de los intelectuales franceses. Si se miran las estadísticas sobre los cuadros de extrema derecha se ve que en la década de 1970 hubo un envejecimiento y un aburguesamiento de la extrema derecha y que sus motivaciones se alejaron de la violencia. Y si se miran los temas tratados obviamente no fue la cháchara teórica lo que sacó a la extrema derecha del estancamiento, sino el tema de la denuncia de la inmigración. La extrema derecha ha conquistado la hegemonía cultural, pero se lo debe más al sitio Fdesouche que a las revistas de la Nueva Derecha. Brenton Tarrant, el terrorista de Christchurch, escribió con razón: los memes compartidos en Internet tienen más efecto político que cualquier teoría.
¿Qué temas de extrema derecha atraen a los jóvenes? ¿Y hay diferencias entre chicos y chicas?
La brecha de género ha sido una de las más poderosas, pero en términos electorales es cosa del pasado. Entre los radicales de derechas, sigue habiendo una hegemonía masculina y es evidente que el masculinismo es un factor de polarización en la extrema derecha, también es claro hasta en la caricatura de los incels, los «solteros involuntarios» y la misoginia extrema. En ambos bandos, populistas o radicales, está claro que las mujeres son más reticentes al antisemitismo y más receptivas a la islamofobia.
¿Cómo describir el lado seductor, atractivo e incluso utópico de la extrema derecha? En otras palabras, ¿cuál es su «promesa», por utilizar la expresión del historiador Christian Ingrao sobre el nazismo?
El fascista Robert Brasillach definió su ideología como amistad a escala nacional. El revolucionario conservador Moeller van den Bruck explicaba que era el hecho de que toda la nación sintiera que vivía unida. Marine Le Pen sólo tiene la palabra unidad en los labios cuando describe su Francia. Ese es el núcleo de su ideología: una regeneración del «nosotros», haciéndolo sólido, compacto e intachable. Por eso cuestiona la visibilidad de las minorías étnicas, religiosas y sexuales: representan la división del cuerpo y, por lo tanto, su riesgo de muerte. La regeneración organicista, por el contrario, debería permitirnos vivir en un mundo unitario. Por eso fracasan las denuncias de la izquierda contra el racismo y la extrema derecha: se niegan a ver que se trata de una utopía deseable para quienes la abrazan.
Según el antropólogo Emmanuel Terray, «ser de derechas es tener miedo». ¿Qué significa esto para usted, y qué puede decir de ser de «extrema derecha»?
¿Sugiere esto que la derecha es irracional y la izquierda racional? Si es así, sólo sería una forma de decir «la izquierda tiene razón». No me parece justificado conceder puntos por mis opiniones. Pero si quiere profundizar en la idea, me hace pensar en ese maravilloso libro: La Peur en Occident (El miedo en Occidente) de Jean Delumeau. En él se expone cómo la sociedad de finales de la Edad Media se construyó en torno a este sentimiento, por ejemplo, con la fortificación de las ciudades cuando no había razones racionales, sino con la idea de que el mundo exterior era peligroso. En consecuencia, yo diría que la extrema derecha tiene más que ver con una visión obsesiva que con el miedo, es decir, con la idea de estar sitiados. Los aceleracionistas, un movimiento terrorista de ultraderecha que ha provocado derramamientos de sangre en Estados Unidos y Nueva Zelanda y donde varios de sus operativos han sido frustrados en Francia, tienen como biblia teórica un libro titulado Siege y se refieren a su visión del mundo como «cultura del asedio».
¿Cómo ve los próximos años, con la posibilidad de que haya cada vez más gobiernos de extrema derecha en Europa y otros lugares?
De hecho, creo que hay poco riesgo de volver al fascismo, se trata de un error. Pero se pueden aplastar las libertades, masacrar a los contemporáneos, en nombre de muchos otros principios. Por otra parte, me parece muy racional ver cómo se extienden los regímenes antiliberales. En otras palabras, los gobiernos están reduciendo el Estado de derecho, las garantías jurídicas, para garantizar una gobernanza autoritaria que reduce el pluralismo y los derechos fundamentales. Éric Zemmour no ha sido muy atacado por ello, aunque ha ido muy lejos, diciendo que si fuera elegido presidente no reconocería la autoridad del Consejo Constitucional, del Consejo de Estado, del Tribunal Europeo de Derechos Humanos... en resumen, que nada podría interponerse en su camino. Por supuesto, si Francia tomara este camino, dado su papel en el Consejo de Seguridad de la ONU y su despliegue en todo el mundo, existiría un alto riesgo de desestabilización de toda Europa. Observo que en los últimos años hemos visto al líder del partido conservador francés, Éric Ciotti, presentar diversas propuestas antiliberales, pidiendo que se despreciara el Estado de derecho en nombre de la lucha contra la inmigración y que al final del camino se vendió sin dificultad a la extrema derecha. Esto pone de relieve un proceso: cuestionar los fundamentos del liberalismo político es una puerta de entrada al antiliberalismo más asertivo y coherente, el de la extrema derecha.
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“Los revolucionarios o son estúpidos o deshonestos; no se puede sacrificar la vida de toda una generación por una imaginaria felicidad futura”
Vasili Grossman
Fue un escritor y periodista soviético judeoruso, nacido en Berdychiv Imperio ruso, en diciembre de 1905. Publicó varias decenas de relatos cortos y algunas novelas largas y, tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial se convirtió en corresponsal de guerra para el ejercito rojo.
Nace en el seno de una familia burguesa cultivada de origen judío. Su padre era bundista, es decir, afiliado a un movimiento politico judío de corte socialista, e ingeniero químico de profesión. Su madre era profesora de francés tras haberse formado en Francia.
A partir de 1927, su pasión por la ciencia decae y en su lugar lo ocupa su interés por la literatura. No obstante, en 1929, obtiene el titulo de ingeniero químico, contrayendo matrimonio en el mismo año.
En 1930, trabaja en una mina, pero tras una hambruna en la region de Ucrania, se instala en Moscú en donde trabaja en una fábrica de lápices. En 1932 se divorcia de su esposa y comienza a sufrir las consecuencias de las primeras purgas estalinistas.
En 1934, abandona definitivamente su empleo de ingeniero para dedicarse de lleno a la escritura, su primer libro titulado “La ciudad de Berdychiv” se publica en 1934, y muestra la vida de una familia judía pobre. Recibe el reconocimiento de Máximo Gorki, escritor y politico ruso, de Issak Bábel, escritor y periodista ruso que más tarde seria detenido, torturado y ejecutado durante la gran purga de Stalin, y de Mijail Bulgákov, escritor, dramaturgo y médico ruso.
En junio de 1941, cuando Alemania invade a la Unión Soviética, Grossman se alista como periodista para el diario “La estrella Roja”, el diario del Ejercito Rojo, y parte hacia el frente en agosto de 1941, en donde es testigo de la falta de preparación del ejército, escapando de la debacle surgida en la batalla de Kiev en dos ocasiones.
En 1942, es enviado a Stalingrado, en donde es testigo de meses terribles en el frente de batalla, y de donde tomaría experiencia y material para sus dos obras maestras tituladas “Por una causa justa” y ”Vida y destino”.
Cuando el ejército rojo logra recuperarse del asedio aleman, Grossman recibe la orden de dejar Stalingrado y de ser remplazado, por lo que lo considera una tradición. Es enviado a Calmuquia, participando en 1943 en las batallas de Kursk y la batalla de Dniéper
Durante el otoño de 1943, es reclutado para el comité Judío Anti-Fascista, y en Ucrania progresivamente liberada, Grossman descubre la amplitud de las masacres cometidas contra los judíos.
En julio de 1944, Grossman es testigo de los campos de concentración de Majdanek y Treblinka, lo que lo convierte en la primera persona en describir los campos de exterminio nazis. Su relato “El infierno de Treblinka”, serviría de testimonio en los juicios de Nuremberg.
Después de la guerra en 1946, el regimen optó por dar un giro en materia de literatura y en 1948, el comité Judío Anti-fascista es disuelto. El antisemitismo de estado sale a la superficie en 1949, y para Grossman ese suceso supone la demostración del paralelismo entre los regímenes nazi y soviético, que finalmente se tocan en el antisemitismo.
Aunque Grossman nunca llegó a ser arrestado por las autoridades soviéticas, sus dos obras maestras (Vida y destino y Todo Fluye) fueron censuradas durante el periodo de Nikita Jrushchov como antisoviéticas. La KGB registró su departamento después de que completase “Vida y destino” en busca de manuscritos, notas, e incluso las cintas de máquinas de escribir. Cuando Grossman falleció, en 1964, “Vida y destino” permanecía inédita.
“Vida y Destino” fue publicada en 1980 en Suiza, gracias a una pequeña red de disidentes soviéticos, pasando de contrabando microfilms con la obra fotografiada secretamente por el físico Andréi Sajárov, y finalmente, publicada oficialmente en la Unión Soviética en 1988 gracias a la política de Glasnost iniciada por Mijaíl Gorbachov. Es considerada como una de las cumbres literarias del siglo XX. “Todo Fluye”, fue también publicada en la Unión Soviética en 1989.
Fuente Wikipedia.
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Hola chicas! Hace unos días vi vuestro post sobre Unamuno, y si bien me pareció muy interesante, hay un dato que no es cierto del todo (y que además me molesta bastante porque es una idea errónea pero muy extendida). En el post mencionáis que Unamuno apoyó el fascismo, y si bien es cierto que al comienzo de la Guerra Civil apoyó a los golpistas, hay que tener en cuenta que estos no comenzaron proclamándose como abiertamente fascistas, sino como republicanos que, hartos de la radicalización política que acompañaba a la Segunda República, querían acabar con el gobierno para instaurar otro pero (MUY importante) siguiendo aún los principios republicanos y democráticos (Es decir, pluralidad de partidos, democracia, etc. etc.). Esto hizo que muchos se pusieran de su lado al dar el golpe, hasta que, cuando tuvieron poder suficiente, se "quitaron" la máscara. Por supuesto, en cuanto Unamuno se dio cuenta de sus verdaderas intenciones, se puso totalmente en su contra, pero aún hoy perdura la idea de sus simpatías fascistas, que como ya hemos visto, es errónea.
Kaixo anon!
Muchas gracias por tu mensaje 😊. Pero disiento. Los fascistas no eran fascistas de tapadillo que se quitaron las caretas cuando llegaron al poder.
En el 34 las juventudes de Falange ya estaban realizando actos violentos - palizas y muertos, concretamente - y exponiendo en los periódicos que iban a utilizar la violencia para sus políticas.
En 1935, con heridos y muertos en el haber de los falangistas, Unamuno asistió al mitin de Primo de Rivera en Salamanca, además de recibirlo en su casa. Incluso contribuyó al movimiento con 5.000 ptas que, para la época, era un pastizal.
Por supuesto nadie estamos en su cabeza y no podemos saber si realmente él sentía simpatía por estas ideas o si las apoyaba porque el enemigo de mi enemigo, es mi amigo. El caso es que apoyó un golpe contra un gobierno democráticamente electo. Que los golpistas al final eran muy fascistas y al principio parecía que no tanto es secundario, sinceramente. Me niego a creer que alguien con el intelecto de Unamuno creyera realmente que lo que empieza con violencia y autoritarismo - y presume abiertamente de ello, como la Falange - vaya a desembocar en un gobierno plural y democrático.
Unamuno apoyó al fascismo. Se equivocó, y dicen quienes lo conocieron que se arrepintió y que renegó de esa ideología. Rectificar es de sabios y nadie ha negado que él lo fuera. No pasa nada por cambiar de opinión, pero no pienso que haya que excusarlo y decir que lo apoyó por ignorancia. Él concretamente, no.
#euskal herria#basque country#pays basque#pais vasco#euskadi#miguel de unamuno#spanish#writers#anons#personal#history
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En mi “molesta” opinión.-
La franquista izquierda y extrema izquierda española.-
“Cada vez resulta más difícil ser de izquierdas, sobre todo si uno no es de derechas” (Guy Bedos, actor francés)
No logro entender por qué no se le aplica con contundencia la “ley de memoria democrática” además del delito de odio, a las manifestaciones viscerales en contra de Israel, antisionistas y en esencia – que es en verdad lo que motiva lo anterior – profundamente antijudías de la extrema izquierda, la izquierda (perdón por la redundancia) y el progresismo posmoderno global.
Estos “antifascistas” no solo mantienen sino que amplían y superan el viejo discurso del general Franco y su longeva dictadura. Hasta en su último discurso público en la Plaza de Oriente poco antes de morir, el un anciano Franco mantuvo el antiguo mantra que señalaba al enemigo como “la conspiración judéomasónica mundial” que tiene como objetivo dominar al mundo.
Franco nunca reconoció al Estado de Israel, lo que sí hizo la Unión Soviética bajo el mando del camarada Stalin que votó a favor de la creación de dos estados, israelí y árabe. Ya en democracia, el presidente Adolfo Suárez - que provenía del aparato del régimen y había sido ministro-Secretario General del Movimiento, del de Franco no del la física se entiende por movimiento al cambio de posición que experimenta un cuerpo en el espacio en un determinado período de tiempo – recibió oficialmente entre sonrisas y abrazos a Yasser Arafat, líder de la organización terrorista Fatah, hoy Autoridad Palestina.
Pero es que durante los años de dictadura Franco siempre apeló a la "tradicional amistad hispano-árabe", no sé a qué tradición se refería si volvemos la mirada a la Reconquista que los expulsó de España, y se reunió en no pocas y amigables ocasiones con jeques, jefes de estado y reyes de países árabes.
Franco apoyó el ataque de la coalición árabe a Israel durante la “guerra de los seis días” liderada curiosamente por el prosoviético Rais de de Egipto, Abdel Nasser, al que recibió en Madrid como también a los reyes de Marruecos Mohamed V y Hassan II, los reyes Saud Ibn Abdel Aziz y Faisal de Arabia Saudí, o Sadam Hussein dictador de Irak entre otros.
Es el1 de enero de 1986 cuando se anunció oficialmente que el Gobierno español establecería relaciones diplomáticas con el Estado de Israel. ¿Gobernaba Franco?, ¿Aznar?, ¿Rajoy quizás?. No, el presidente era Felipe González, líder y secretario general del PSOE.
Desde el final de la guerra civil española hasta su muerte, Francisco Franco tuvo y mantuvo una escolta pintoresca y personal que le acompañaba en desfiles y todo tipo de actos. Se llamaba la “Guardia Mora”, así de claro, sin eufemismos de ningún tipo precisamente no porque la formaron daneses, suecos o noruegos.
¿Quién continúa hoy en día la política “fascista” de Franco?. No importa, con sus “cambios de opinión” constantes, el blanqueamiento de la banda ETA, la amnistía a los golpistas catalanes (¡ojo!, el Estado les pide perdón) y el revisionismo histórico permanente el gobierno y sus voceros afirmarán sin temblarles el pulso que en realidad aquellos soldados con capa y lanza y turbante, montados en caballo que acompañaban a Franco, eran en realidad la... “Guardia Judía”
"¡Sí se puede... con Franco al frente!" (genuino clamor antifascista en estos aciagos días)
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PEONES EN EL JUEGO
Peones en el juego Un agente de los servicios secretos británicos, Willian Guy Carr tachado por muchos de conspeiranoico y antimasonico publico en su libro Peones en el juego parte de la conrrespondencia mantenida entre 1870 y 1871 entre Albert Pike y Giuseppe Mazzini dos cualificados miembros de la cúpula masónica y satánica de los Iluminados. En ellas se diseñaron las tres grandes guerras mundiales. Albert Pike:fue un abogado estadounidense, militar, escritor y destacado activista francmasón, en 1859 fue electo Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo de grado 33 para la Southern Jurisdiction o "jurisdicción meridional", una de las dos divisiones orgánicas del Rito Escocés Antiguo y Aceptado en los EE.UU. que ejerció hasta su fallecimiento.En el siglo XIX, estableció el marco para realizar Un Orden Mundial. Basándose en una visión que tuvo, Albert Pike escribió un plan de sucesos que se desarrollarían el siglo XX, con aún más sucesos por venir. Es este plan que creemos que líderes ocultos están siguiendo hoy en día para tramar la Tercera Guerra Mundial. Giuseppe Mazzini:apodado "el alma de Italia"fue un político, periodista y activista italiano que bregó por la unificación de Italia. Ayudó al proceso de formación y unificación de la Italia independiente moderna a partir de los numerosos Estados, muchos dominados por potencias extranjeras, que existieron hasta el siglo XIX. También contribuyó a definir el movimiento europeo en pro de una democracia popular en un Estado republicano. La carta Así, en carta dirigida a Mazzini con fecha del 15 de agosto de 1871 —hace más de un siglo— Pike le comunica que la Primera Guerra Mundial se debía generar para permitir a los Iluminados derrocar el poder de los zares en Rusia, y transformar este país en la fortaleza del comunismo ateo. Las divergencias provocadas por los agentes de los Iluminados entre los imperios británico y alemán —y también la lucha entre el pangermanismo y el paneslavismo— se debían aprovechar para fomentar esta guerra. Una vez concluída, se debía edificar el comunismo y utilizarlo para destruir otros gobiernos y debilitar a las religiones. La Segunda Guerra Mundial debía fomentarse aprovechando las diferencias entre fascistas y sionistas políticos. La lucha debía iniciarse para destruir el nazismo e incrementar el sionismo político, con tal de permitir el establecimiento del Estado soberano de Israel en Palestina. Durante la Segunda Guerra Mundial se debía edificar una Internacional comunista lo suficientemente robusta como para equipararse a todo el conjunto cristiano. En este punto se la debía de contener y mantener, para el día en que se la necesitase para el cataclismo social final. El objetivo de estas dos guerras —diseñadas en el siglo pasado— se ha conseguido. Queda por ver la Tercera Guerra Mundial. La Tecera Guerra Mundial se debe de fomentar aprovechando las diferencias promovidas por los agentes de los Iluminados entre el sionismo político y los dirigentes del mundo musulmán. La guerra debe de orientarse de forma tal que el Islam y el sionismo político se destruyan mutuamente, mientras que otras naciones se verán obligadas a entrar en la lucha, hasta el punto de agotarse física, mental, espiritual y económicamente. Albert Pike escribió a Giuseppe Mazzini que al final de la Tercera Guerra Mundial, quienes pretenden la completa dominación mundial provocarán el mayor cataclismo social jamás conocido en el mundo. Las masas decepcionadas ante la nula respuesta de las autoridades politicas y religiosas,serian llevadas a tal nivel de desesperación que destruirán al mismo tiempo el cristianismo y los ateismos; ,sera la union de todas la religiones y creencias antes conocidas en el mundo.Los Iluminati presentarian al mundo a un lider capaz de devolver la paz y la normalidad al planeta(que seria el nuevo Jesucristo para los cristianos,pero tambien el mesias para los judios y el mahdi que aguardan los mulsumanes)y todo el proceso desembarcaria finalmente en el Nuevo Orden Mundial.
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«La sociedad líquida» (Umberto Eco)
La idea de modernidad o sociedad líquida se debe, como es conocido, a Zygmunt Bauman. Para aquellos que quieran entender las diversas implicaciones de este concepto les puede ser útil Estado de crisis (Paidós, Barcelona, 2016), en donde Bauman y Carlo Bordoni discuten de éste y otros problemas.
La sociedad líquida comienza a delinearse con esa corriente llamada postmoderna (por otra parte, término paraguas bajo el cual se apiñan diversos fenómenos, desde arquitectura hasta filosofía y literatura, y no siempre de una manera coherente). El postmodernismo marcaba la crisis de las grandes narraciones que consideraban poder sobreponerle al mundo un modelo de orden; dedicado a una revisitación lúdica o irónica del pasado, en diversos modos se ha traspuesto con las pulsiones nihilistas. Pero para Bordoni también el postmodernismo se encuentra en fase decreciente. De carácter temporal, hemos pasado a través de él sin darnos cuenta y un día será estudiado como el pre–romanticismo que servía para señalar un acontecimiento en curso, simbolizando una especie de transbordador que llevaba de la modernidad hasta un presente todavía sin nombre.
Para Bauman, entre las características de este presente en estado naciente se puede contar la crisis del Estado (¿qué libertad de decisión le queda a los Estados nacionales ante los poderes de las fuerzas supranacionales?). Desaparece una entidad que le garantizaba a los individuos la posibilidad de resolver de manera homogénea los diversos problemas de nuestro tiempo, y con su crisis se ha perfilado la crisis de las ideologías y, por lo tanto, de los partidos, y en general de toda apelación a una comunidad de valores que le permitía al individuo sentirse parte de algo que sabía interpretar sus necesidades.
Con la crisis del concepto de comunidad emerge un individualismo desenfrenado: ya nadie puede ser considerado compañero de ruta, sino enemigo de cada uno de los otros, de los cuales hay que tener mucho cuidado. Este subjetivismo ha minado las bases de la modernidad, la hizo frágil, creándose una situación en la que, a falta de cualquier punto de referencia, todo se disuelve en una especie de liquidez. Se pierde la certeza del Derecho (la magistratura es vista como enemiga) y las únicas salidas para el individuo sin puntos de referencia son, por un lado, la apariencia a toda costa, la apariencia y el consumismo como valor (fenómenos de los cuales a menudo me he ocupado en los artículos de mi columna «La Bustina di Minerva»). Sin embargo, se trata de un consumismo que no busca poseer objetos de deseo con los cuales quedarse satisfechos, sino que de inmediato los vuelve obsoletos, y el individuo pasa de un consumo a otro en una suerte de bulimia sin objetivo (el nuevo teléfono celular nos ofrece muy pocas ventajas respecto al viejo, pero el viejo lo desechamos como chatarra para participar en esta orgía del deseo).
Crisis de las ideologías y de los partidos: alguien ha dicho que estos últimos ya son taxis en los que se sube un cabecilla o capo mafioso que controla los votos, escogiéndolos con desfachatez de acuerdo a las oportunidades que le permiten —y esto hace comprensibles y hasta honestos a los oportunistas que cambian constantemente de partido—. No solamente los individuos, sino la sociedad misma, viven en un continuo proceso de precarización.
¿Qué puede sustituir a esta licuefacción? Todavía no lo sabemos y este interregno durará bastante tiempo. Bauman observa cómo (terminada la fe en una salvación proveniente de lo alto, del Estado o de la revolución) es típico del interregno el movimiento de indignación. Estos movimientos saben qué es lo que no quieren pero no qué quieren. Y quisiera recordar que uno de los problemas planteados por los responsables del orden público a propósito de los «bloques negros» es que nunca se logra etiquetarlos, como sucedía con los anarquistas, con los fascistas, con las Brigadas Rojas. Ellos actúan, pero nadie sabe cuándo y en qué dirección. Ni siquiera ellos.
¿Existe una manera de sobrevivir a la liquidez? Existe, y es precisamente darse cuenta que se vive en una sociedad líquida que requiere, para ser entendida y acaso superada, nuevos instrumentos. Pero el problema es que la política y en gran parte la intelligentsia todavía no ha comprendido el alcance del fenómeno. Bauman sigue siendo, por ahora, una vox clamantis in deserto.
Traducción: María Teresa Meneses Fuente: Milenio
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Sin él no se puede comprender la historia del nacionalismo francés después de la IIª GUERRA MUNDIAL
30 de julio.
Aniversario de la muerte de Maurice Bardeche. Escritor, crítico de cine y literario, activista político, creador de la Revista Defense de l´Occident, organizador en la posguerra de los primeros movimientos neofascistas europeistas y cronista de los mismos.
Bardeche, fascista de preguerra que evitó la Colaboración durante el periodo de la ocupación alemana de Francia, se convirtió en Colaboracionista sólo cuando la Segunda Guerra Mundial acabó. Detenido por se fascista y por ser cuñado de Robert Brasillach, siempre arrastró la pena de saber que este se había entregado a la chusma gaullista, únicamente para salvarle la vida. El infame juicio a Brasillach y su posterior asesinato en el paredón, fueron los motivos que llevaron a alguien con vocación de profesor de literatura a ser entonces, y sólo entonces, autor de libros a favor del nacionalsocialismo, en contra de la depuración cuando esta estaba aún en marcha y, después, en el primer revisionista francés de la Shoah ...
La revista que fundó, Defense de l´Occident, duró una treintena de años y fue la primera en que publicaron, a veces con décadas de distancia, los últimos supervivientes de la catástrofe de 1945, como el miliciando y novelista François Brigneau, y los primeros neofascistas franceses de posguerra, como Duprat, Venner o Le Pen, pasando por todas las generaciones intermedias.
Defense de l´Occident, junto a Nation Europa, fue a la vez memoria de lo perdido y presagio de los volvería a renacer.
El nacionalismo francés no existiría, no al menos en su forma actual sin el trabajo casi en solitario de Bardeche.
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EL CINE NAZI (I): DEL EXPRESIONISMO A HITLER
EL LIBRO
EL DOCUMENTAL
MI PEQUEÑA APORTACION AL TEMA HACE MÁS DE 50 AÑOS (SIN COMPARACIÓN POSIBLE CON LOS DOS ANTERIORES)
CALIGARI
H. K. BRESLAUER
LA CIUDAD SIN JUDIOS
1933. LOS NUEVOS CINEASTAS ALEMANES
(En estos días se cumplen 90 años de la llegada de Hitler al poder en Alemania. En los próximos capítulos desgranaré la historia del cine nazi. Un cine vomitivo en la mayoría de los casos, pero no exento de calidad en algunas de sus películas.)
Si en el principio fue Francia el lugar donde se inició la cinematografía y poco después en los Estados Unidos se desarrolló la gran industria del cine, hubo otros países que aportaron movimientos y creadores que forman parte ya de la gran historia del séptimo arte. Uno de esos países fue Alemania. En el país germánico, al final de la I Guerra Mundial se inició uno de los movimientos cinematográficos que iba a marcar una época no solo en el cine de ese país sino en el de todo el mundo y que ha venido influenciando a los grandes cineastas hasta la actualidad. Ese movimiento fue conocido como el Expresionismo Alemán y directores actuales como David Lynch o Martin Scorsese reconocen inspirarse en ese movimiento para realizar su cine.
Hasta la llegada al poder de los nazis en 1933, ese movimiento aportó al cine grandes autores y grandes películas. Sin entrar en un análisis exhaustivo sobre el expresionismo es necesario señalar directores como Murnau, Ruttmann, Leni, Lang, Von Stenberg o Lubitsch y películas como El gabinete del Dr. Caligari, M el vampiro del Dusseldorf, Amanecer, Los Nibelungos, El ángel azul, Berlín sinfonía de una ciudad, El testamento del Dr. Mabuse o Metrópolis.
Sin duda fue Siegfried Kracauer en su texto de 1947 De Caligari a Hitler, el que mejor ha estudiado la evolución del cine alemán desde su nacimiento hasta la llegada de los nazis al poder. En 2014 con el mismo título y tomando como base el texto de Kracauer se realizó un documental dirigido por Rudiger Suchsland absolutamente recomendable. Otros autores como Marco da Costa han publicado y siguen publicando trabajos sobre el cine alemán especialmente sobre el cine de los años de dominio nazi; un cine ciertamente desconocido pues parte de la obra que se realizó en esos años era pura propaganda fascista y antisemita, por lo que muchas de esas películas constituyen hoy día un serio problema para acceder a ellas ya que su difusión está restringida.
Lo que ha llamado la atención a los historiadores es que en esos años de la República de Weimar se realizaron varias películas que se han catalogado como premonitorias de lo que iba a llegar a Alemania a partir de 1933. Todavía más: hay una película austriaca de 1924 que claramente muestra la persecución de los judíos. Lo llamativo de todo esto es que el partido nazi era muy minoritario durante aquellos años y que solo se fue coinvirtiendo en un partido de masas a finales de la década de los años 20 por lo que difícilmente se podía considerar un peligro en el momento de realización de algunas de estas películas.
La más conocida de todas es una película de culto del cine silente: EL GABINETE DEL DR. CALIGARI de Robert Wienne, 1920. Poco puedo aportar yo que ya no se haya escrito sobre Caligari: historiadores, sociólogos, cineastas y hasta psiquiatras han debatido y realizado múltiples estudios sobre esta película. No voy a entrar en un análisis más, que sobraría, ante todo lo que se conoce sobre la película; tan solo hay que recordar sus grandes aportaciones formales: iluminación, sombras, composición de planos, decorados inclinados, maquillaje muy acentuado, etc. Aportaciones que años después numerosos directores hicieron suyas para realizar sus películas (recordemos el cine negro norteamericano o el neorrealismo italiano sin ir más lejos). Estas aportaciones técnicas se han analizado desde puntos de vista muy profundos haciendo especialmente análisis psicológicos sobre ese “lenguaje” de sombras propias del expresionismo. Como ocurre en muchas ocasiones, a veces las cosas son más sencillas: esos decorados propios del expresionismo, con esa especial iluminación y esas sombras tan características se debían en gran parte a que… tras la guerra y durante los primeros años de Weimar las restricciones de electricidad eran muy frecuentes y los rodajes se debían limitar a una serie de horas al día a veces con escasa iluminación. Este hecho producto de las circunstancias sociales del momento se convirtió con los años en un signo de identidad de ese movimiento cinematográfico y lo desbordó hasta convertirse en una especial forma de lenguaje fílmico.
Pero si en su expresión formal Caligari aportó numerosos cambios, no fue menos lo que aportó en el aspecto conceptual con la introducción de elementos oníricos o alucinatorios lo que suponía una enorme novedad en el cine de esos años. La crítica norteamericana llegó en su mayoría a alabar la película, pero la tacharon de “siniestra y macabra”.
En síntesis, la historia de Caligari es la siguiente: a un pequeño pueblo llega el espectáculo del Dr. Caligari con un sonámbulo con capacidad para predecir el futuro. Al mismo tiempo comienzan a suceder una serie de asesinatos. La traslación política a la que aluden los expertos sobre esta película es que Caligari se corresponde con Hitler mientras que el sonámbulo es el pueblo alemán que obedeció inconscientemente a su líder supremo.
Pero otras películas ya más cercanas al cenit del partido nazi anunciaban el terror que se aproximaba: Fritz Lang como final de su trayectoria alemana realizó M el vampiro de Dusseldorf (1931) y El testamento del Dr. Mabuse (1933, inmediatamente prohibida por Goebbels). Del cine de Lang sustrajeron los alemanes elementos para la estética nazi. Según Krakauer Los Nibelungos (1924) y Metrópolis (1927) fascinaron a los nazis que tomaron de ellas elementos ornamentales para sus fastuosos desfiles.
Pero si todas estas disquisiciones sobre la premonición nazi del cine alemán no fuesen suficientes existe una película desaparecida hasta hace 7 años que, de forma clara y absoluta, sin especulaciones psicológicas de ningún tipo, anuncia el holocausto judío que iba a suceder unos años después.
En 1924 en Austria, se realiza LA CIUDAD SIN JUDIOS, dirigida por Hans Karl Breslauer. La sinopsis no puede ser más evidente: los habitantes de la República de Utopía acusan a los judíos de ser los causantes de la grave crisis económica y social que padecen y los expulsan del país, los persiguen y los maltratan. El relato final de la película es una crítica del racismo.
Breslauer (1888-1965) fue un actor, guionista y director austriaco que comenzó a trabajar en Berlín a partir de 1910 y en 1918 comenzó a dirigir. La película está inspirada en una novela satírica del escritor judío Hugo Bettauer y el rodaje se realizó cuando Hitler estaba encarcelado y escribía su Mein Kampf. Aunque básicamente el guion de la película nos traslada a un pogromo más de los que ha habido a lo largo de la historia en muchos países, lo que hace esta película singular es que los hechos suceden coetáneamente al relato y en una ciudad reconocible (Viena es Utopía).
La ciudad sin judíos aparte del interés premonitorio de la historia puede considerarse una película maldita por las consecuencias que tuvo paras sus autores:
-el autor de la novela fue asesinado por los nazis poco después del estreno.
-Breslauer, el director no volvió a dirigir y murió en la miseria en 1965.
-la coguionista Ida Jenbach fue deportada a un gueto donde murió en 1941.
-los actores principales tuvieron un recorrido diferente en sus vidas privadas: el actor que interpretaba en la película al judío se afilió después al partido nazi y fue un activo militante de las SS, mientras que al antisemita de la película se opuso al régimen en los años siguientes.
El estreno de la película en 1924 fue accidentado pues los nazis la boicotearon de forma activa atacando a los espectadores incluso. Pero lo más curioso de esta película es que unos años después de su estreno desapareció y se dio por perdida hasta que en 1991 apareció una copia incompleta en Ámsterdam y ya en 2015 apareció en un mercadillo de París la copia completa. Gracias a aportaciones particulares se recaudaron 75.000 euros para restaurarla. Hoy La ciudad sin judíos es un documento excepcional por su singularidad histórica: anuncia lo que unos años después iba a suceder en Europa.
A finales de Enero de 1933 Adolf Hitler era nombrado Canciller de Alemania. Al día siguiente con Goebbels a la cabeza se iniciaba la etapa del cine nazi.
25/2/2023
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Pasquarosa Marcelli (1896-1973) pintora modernista italiana.
Nació en Anticoli Corrado.Era hija de los agricultores Francesco y Maria Meddi, una familia pobre.
Anticoli Corrado, era un pintoresco pueblo del valle de Aniene. El lugar era conocido por los artistas tanto por sus cualidades paisajísticas como por sus habitantes, que tenían la costumbre de ir a Roma para modelar para los estudios de Via Margutta o para la Academia de Bellas Artes.
En 1912, con 16 años, Pasquarosa fue a Roma para visitar a su tía Maria Lucantoni, quien después de una carrera como modelo se casó con un escultor suizo.
Comenzó su carrera como modelo, a esa temprana edad, posando para el escultor Nicola D'Antino y el pintor Felice Carena.
Entre 1913 y 1916 vivió con el pintor romano Nino Bertoletti en Villa Strohl Fern en los terrenos de la Villa Borghese en Roma, donde muchos artistas tenían sus estudios, incluidos Francesco Trombadori, Carlo Socrate y Armando Spadini.
Nace un gran amor, incluso antes de casarse se van a vivir juntos a esta comunidad de artistas de Villa Strohlfern. Él actúa como su Pigmalión, la anima a educarse, le da una paleta y pinceles y descubre su talento. La adinerada familia de él no estaban de acuerdo con la relación pero Pasquarosa y Bertoletti se casaron civilmente en 1927 y tuvieron dos hijos. Los dos se fueron a vivir a una casa cedida por Luigi Pirandello.
Allí, Pasquarosa abandonó su apellido y aprendió a pintar, a pesar de no haber tenido ninguna formación formal.
Se podría definir como una pintora fauve, si no fuera porque en su caso el impulso expresivo no es el resultado de una elección o indicación de pertenencia a un movimiento, sino un hecho completamente espontáneo e instintivo.
En 1915 pintó a Carena, para quien había posado anteriormente. Hizo su debut en una exposición en 1915 al mostrar cinco pinturas en la Tercera Exposición Internacional de Arte de la Secesión Romana, con un éxito inesperado.
Sus naturalezas muertas fueron adquiridas por la reina Margarita de Italia, el arquitecto Pietro Aschieri y Pierre-Albert Besnard, pintor y director de la Academia Francesa en Villa Medici. Los críticos elogiaron el carácter espontáneo y original de sus imágenes, y uno la describió como un "fenómeno".
En 1929, Pasquarosa realizó su primera exposición individual en Londres, en la Arlington Gallery, donde exhibió treinta y nueve pinturas. Esto era muy inusual para una artista italiana en ese momento. En 1928, 1929 y 1932 expuso en el Sindicato Comercial Fascista del Lacio.
Entre las dos guerras mundiales viajó mucho, entrando en contacto con figuras clave del mundo artístico y cultural de la época, entre ellos Luigi Pirandello, Giorgio de Chirico y Renato Guttuso.
Después de la Segunda Guerra Mundial reanudó sus exposiciones con mayor intensidad y recibió el reconocimiento de la crítica.
En 1948 participó en la Exposición Nacional de Artes Figurativas de Roma y en la XXIV Bienal de Venecia . En la década de 1950 realizó varias exposiciones personales: en 1951 en la galería Vetrina di Chiurazzi de Roma; en 1952 en Ancona en la galería Puccini; en 1955 en la galería Russo de Roma. En 1954 expuso nuevamente en la Bienal de Venecia.
En 1953 Pasquarosa ganó el Premio internacional Marzotto de pintura.
Expuso en la Bienal de Arte de Roma y en la IX Cuadrienal de Roma en 1965-1966.
Rodeada del afecto y la estima de numerosos artistas, críticos y escritores que frecuentaban su casa, continuó pintando y exponiendo hasta los años cincuenta, volviendo a proponer su repertorio habitual con valiente obstinación. Su vida, junto a su siempre solidario marido, estaba enriquecida por la presencia de sus hijos Giorgio y Carlo Francesco, y se desarrolló en paz.
Murió en Camaiore, en Versilia, dos años después de la muerte de su marido.
Muchos de sus cuadros se conservan en Roma, en la Galería Nacional de Arte Moderno y Contemporáneo , en la Pinacoteca del Palacio del Quirinal y en el Archivo Nino y Pasquarosa Bertoletti; y en colecciones privadas.
Le ponemos cara, pintada por Guillermo Janni.
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Es oficial. El fascismo neoliberal se ha vuelto dominante en Estados Unidos... Bajo el liderazgo de Donald Trump, ha nacido un movimiento político que abarca diferentes coaliciones importantes, votantes de la clase trabajadora, mujeres, fundamentalistas cristianos , minorías [votantes negros, hispanos, asiáticos] y jóvenes [en gran medida blancos y conservadores], y los ultrarricos... que están entusiasmados con la idea de asistir a la reestructuración radical del gobierno federal (la reducción de las agencias gubernamentales acompañada de la ampliación de los poderes de la presidencia) y la represalia a los enemigos políticos del gran líder; hacer retroceder los derechos civiles y humanos y aprobar una política de “ley y orden”, que incluye militarizar a la policía y deportar a millones de inmigrantes indocumentados; apoyan una agenda política que restringe las medidas que protegen el medio ambiente, aprueban aranceles masivos sobre todas las importaciones como herramienta de competencia económica, y recortes de impuestos a los ricos... Tal como están las cosas, prácticamente no hay controles sobre Trump en su segundo mandato. Y llega al cargo armado con un fallo de la Corte Suprema que otorga al presidente inmunidad procesal por actos criminales cometidos mientras estaba en el cargo. Se avecinan tiempos oscuros... La amenaza fascista es real y el Partido Demócrata tiene gran responsabilidad por la inminente desaparición de la democracia (C.J. Polychroniou)
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Antonio Gramsci: Faro del Nuevo Mundo
Por Alessandro Fanetti
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
«Podéis matarme, pero la idea que hay en mí nunca la mataréis»
Giacomo Matteotti
Antonio Gramsci es uno de los más grandes pensadores que ha visto Italia (y el mundo). Un pensador que podría tener decenas de títulos más, como político, filósofo y escritor. Un hombre que dio su vida por sus ideales y dedicó toda su existencia a hacer madurar conceptos que hasta entonces eran poco conocidos y comprendidos en el panorama mundial. Una vida, por lo tanto, al servicio de los demás, para la construcción de una sociedad más justa y de un mundo mejor. Sin olvidar nunca a las personas que amó hasta el último momento de su vida (a las que escribía recurrentemente incluso desde la cárcel y de las que esperaba ansiosamente cartas de respuesta) y ciertamente también gracias a las cuales consiguió soportar años de dura prisión fascista: Tania, Iulca, Mamma, Delio, Giulia, etc. [1]. El encarcelarlo (hasta la muerte) fue considerado por el régimen que gobernó Italia de 1922 al 43 como la única arma capaz de detener el impulso de las ideas de Antonio Gramsci.
Una ola arrolladora que, sin embargo, no se extinguió entre las cuatro paredes donde estuvo relegado demasiados años, sino que se desbordó imparable, barriendo los cuatro puntos cardinales del planeta. Por ello, aún hoy, casi 90 años después de la muerte del ilustre comunista sardo (líder indiscutible de los comunistas italianos desde el nacimiento del PCI en 1921), sus conceptos, pensamientos, propuestas y personalidad son estudiados, analizados y a menudo adoptados en la organización de las sociedades en su conjunto. Estudiados y analizados no sólo por quienes se inspiran en su persona y sus ideales, sino también por quienes están en las antípodas de estos ideales: en primer lugar, las élites liberal-democráticas que dirigen el llamado «Occidente político». Los estudios y “tomas de tierra” que se dan en América Latina y el Caribe han resultados ser uno de los terrenos más propicios, gracias a movimientos populares y gobiernos, que consideran los análisis de Gramsci un faro indispensable.
Algunos ejemplos:
El presidente venezolano Maduro, en su primera visita a Roma, tuvo como primer acto ir a la tumba del gran pensador sardo.
Los centros de estudios cubanos están repletos de análisis y reflexiones sobre el pensamiento gramsciano.
El socialismo del siglo XXI (latinoamericano y caribeño) y la propia Teología de la Liberación también estudian a Gramsci.
Pero, ¿cuáles es, entonces, el legado «intelectual» de Antonio Gramsci? Si los estudios y reflexiones de este gran pensador pueden encontrarse escritos en decenas de libros, creo que es útil enumerar aquí y ahora algunos de los temas que trató durante los años de su vida y que sin duda le otorgaron una eterna «vida espiritual»:
Hegemonía y dominación: Un sistema económico-social no puede basarse en la dominación, sino que debe hacerlo en el consenso. La dominación sin consenso da lugar al autoritarismo, al malestar en la sociedad y termina por causar el colapso de los gobernantes. Es necesario, por lo tanto, el consenso y la capacidad de liderazgo ideal y moral sobre otras clases sociales. Una clase social (para Gramsci obviamente el proletariado) debe obtener sus reivindicaciones (principalmente una nueva formación económico-social) que debe ser hegemónica. Debe ser hegemónica antes y después de tomar el poder, principalmente en la sociedad civil. Debe tener una gran y fuerte hegemonía desde el punto de vista ideal, político y cultural. Así, en las convicciones y propuesta de Gramsci el proletariado debe ser hegemónico en la sociedad civil incluso antes de la toma del poder, sin imponer luego sus ideas una vez alcanzado el poder (ya que esto sólo sería dominación). En todo esto, para Gramsci el papel del Partido y de los intelectuales es fundamental.
Por lo tanto, la clase que aspira a tomar el poder para realizar sus aspiraciones debe librar una gran batalla cultural e ideal en toda la sociedad, tratando de hacer hegemónicas sus ideas. Haciendo este análisis, el pensador sardo demuestra así que no basta con la batalla a nivel de la «estructura» (tratar de cambiar las relaciones económicas), sino que también es necesaria la batalla dentro de la «superestructura» (cultura, ética, política, etc.).
Gramsci condena también las simplificaciones deterministas y las concepciones dogmáticas (la estructura determina la superestructura, en una relación de dependencia mecánica) de ciertos estudiosos que tergiversan el pensamiento del propio Marx. En cambio, explica que el filósofo alemán define las superestructuras como «apariencias», pero sólo para simplificar su pensamiento y hacerlo utilizable para el mayor número posible de personas. En realidad, se entiende bien que Marx con el término «apariencias» sólo quiere subrayar la «historicidad» de las superestructuras y no negarlas ni absolutizarlas.
El papel de los intelectuales: La cuestión de los intelectuales está estrechamente ligada a la hegemonía y el consenso. Una sociedad política (o Partido o Clase), para no sólo ejercer la dominación coercitiva, también necesita intelectuales. Intelectuales que ayuden a crear consenso y, por lo tanto, hegemonía. Una sociedad de este tipo debe conseguir la adhesión del mayor número posible de intelectuales, ya sean «orgánicos» (expresión directa de una determinada clase y de sus intereses) o no. Sólo así una sociedad política (que agrupe a intelectuales y organizaciones de la sociedad civil) podrá gobernar huyendo de la «dominación» y ser un verdadero «liderazgo». Una sociedad política gobernante que, por lo tanto, sepa desempeñar un papel verdaderamente progresista, que consiga realmente hacer avanzar la sociedad a través del consenso.
Una vez en el poder, los intelectuales tienen una función decisiva en la hegemonía ejercida por el grupo dirigente, a saber, la función organizativa y «conectiva». Tienen la función de organizar la hegemonía social de los que dirigen la sociedad en su conjunto y pueden hacerlo porque gozan de prestigio dentro de ella.
El papel del Partido: Gramsci introduce la cuestión del Partido con un análisis del «Príncipe» de Maquiavelo. Explica que este «Tratado de la ciencia política» es revolucionario en la medida en que se dirige a la clase revolucionaria de la época (es decir, al pueblo, a la nación italiana, a la democracia ciudadana que expresan desde su seno Savonarola y Pier Soderini). Por lo tanto, tiene un carácter esencialmente revolucionario como la actual «Filosofía de la praxis». Por esta última entendemos una teoría indisolublemente unida a la práctica; una nueva cosmovisión alternativa y antagónica a la dominante (en el siglo XXI, el capitalismo neoliberal) no debe ser meramente abstracta y teórica, sino tener como objetivo acumular las fuerzas necesarias para llevar a cabo la revolución. Por lo tanto, debe ser una cosmovisión que se encarne en el proletariado a través del trabajo de los intelectuales orgánicos y del conflicto social. En conclusión, puede decirse que sólo la soldadura y posterior unidad indisoluble entre educación y lucha de clases puede hacer que los explotados tomen conciencia de su condición de subalternidad e intenten emanciparse.
Todos estos esfuerzos, sin embargo, no pueden dar resultados concretos si no se establece un Príncipe «moderno» (es decir, el Partido, por lo tanto, no un hombre al mando) que no ocupe el lugar que le corresponde en la realidad concreta del presente. El Partido es la forma superior de organización del Sujeto Revolucionario, es el intelectual colectivo impulsado a convertirse en el Estado mismo y a configurarlo a su imagen y semejanza (aglutinando todas las reivindicaciones y aspiraciones de la lucha general). El Partido debe ser un intelectual colectivo, un organismo, un elemento social complejo en el que se realice una voluntad colectiva. Debe ser intelectual y moralmente unificador, con una dirección y una disciplina fuertes. Sin embargo, no puede ni debe limitarse a estar formado por «revolucionarios profesionales», sino que debe ser mucho más amplio. Su papel principal es dirigir a la nueva clase que ha surgido dentro de las actuales relaciones de producción.
En esencia, en la primera fase (la «Guerra de Posición»), la tarea principal del Partido debe ser promover una reforma intelectual y moral de las masas. Esto también sirve al Partido para expandirse, para actuar como principal intermediario entre la fase inicial de la formación de la voluntad colectiva y su aceptación por el conjunto de la sociedad, construyendo así la HEGEMONÍA. El Partido, por lo tanto, tiene como objetivo educar y transformar a las masas en agentes conscientes del proceso revolucionario.
En el Partido debe prevalecer el «CENTRALISMO DEMOCRÁTICO», es decir, la mejor fórmula para garantizar una dialéctica sana y propositiva dentro y entre los tres niveles que lo componen:
El pueblo llano: la base social del Partido que participa en el trabajo desde la disciplina y la lealtad.
Los dirigentes: los cuadros, la dirección del Partido. Son el principal elemento unificador, siendo una fuerza altamente cohesionada, centralizadora y creadora.
Los «intelectuales orgánicos»: ejercen una función intermediaria, permiten la interacción e integración política, moral e intelectual entre las masas y la dirección.
Una vez en el poder, el Partido se posiciona como un «Príncipe moderno», un sujeto «absoluto» que guía y dirige la sociedad. Obviamente, una vez que toma el poder, la reforma «intelectual y moral» adoptará ante todo la forma de una reforma económica de la sociedad, para la mejora de las condiciones de vida concretas de las capas más deprimidas de la sociedad y su «renacimiento interior». Para los comunistas, el Partido debe considerarse como el organismo en el que y a través del cual se realiza la voluntad colectiva. El Partido es un ejército, una vanguardia consciente, organizada y disciplinada, no encerrada en sí misma, sino destinada a extenderse y ramificarse ganando nuevos apoyos.
Centralismo democrático: es necesario que el Partido se base en el centralismo democrático, es decir, un centralismo en movimiento, una adaptación continua de la organización al movimiento real, un equilibrio de los impulsos desde abajo con el mando desde arriba. Una inserción continua de los elementos que florecen de las profundidades de las masas en el sólido marco del aparato de dirección que garantiza la continuidad y la acumulación de experiencia. No es necesario un consenso pasivo de las masas hacia arriba, sino un consenso activo y directo. La necesaria conciencia colectiva forma (y al igual que a sí misma) las diversas manifestaciones de las ideas y su posterior síntesis unitaria.
Bloque histórico: Estamos frente a un bloque histórico cuando, dentro de determinadas situaciones históricas, se establece una relación homogénea, un vínculo orgánico, una interacción efectiva entre estructura y superestructura (en esencia entre la «base económica» y las «instituciones sociopolíticas» dominantes). Este vínculo es el resultado de la acción de la clase social hegemónica, que tiene la tarea de dirigir las actividades tanto en la estructura como en la superestructura. Así pues, esta noción está vinculada y relacionada con el ejercicio y la organización del poder por parte de las clases dominantes. Este bloque histórico no siempre está presente y no debe confundirse con la «formación económico-social», esta última siempre presente.
Estado y sociedad civil: el Estado debe ser visto y considerado como un «equilibrio de compromiso» entre grupos sociales. Resulta de la unidad de la sociedad política y civil (entendida esta última como el conjunto de organismos vulgarmente llamados «privados», como la Iglesia, los sindicatos, etc.) configurándose concretamente como una «hegemonía acorazada de coerción». Así, al menos en los países más avanzados, el Estado no es un mero instrumento de represión de clase (como el viejo Estado liberal del siglo XIX), sino que comprende, por un lado, la política y la economía y, por el otro, la sociedad política y civil (un «ESTADO INTEGRAL»). Y con respecto a la visión liberal del Estado y la sociedad, Gramsci la crítica de la siguiente manera: «La gente especula inconscientemente con la distinción entre sociedad política y sociedad civil, afirmando que la actividad económica es propia de la sociedad civil y que la sociedad política no debe intervenir en su regulación. Pero en realidad esta distinción es puramente metódica, no orgánica, y en la vida histórica concreta la sociedad política y la sociedad civil son una misma cosa. Por otra parte, incluso el liberalismo debe ser impuesto por ley, es decir, por intervención del poder político».
La sociedad política y la sociedad civil forman la superestructura y son parte integrante del Estado. Además, el Estado no produce la situación económica, sino que es su expresión. Más exactamente, sin embargo, hay que hablar del Estado como agente económico, ya que en cualquier caso forma parte de esta situación.
Por lo tanto, según los deseos de Gramsci, la hegemonía comunista debe promoverse en el seno de la sociedad civil (que forma parte del Estado) y, una vez alcanzada, el «poder hegemónico» (dirigido por el Partido Comunista como vanguardia del proletariado, así como por este último) puede hacerse realidad con el concepto de consenso. Por último, el «sujeto de clase» de este poder hegemónico, para ser verdaderamente hegemónico, sólo puede llegar a ser el Estado.
Conciencia de clase: Fundamental, pero no se debe dar por supuesta. De hecho, sin trabajo efectivo, el proletariado (la clase de los trabajadores asalariados explotados por el capital) no tiene conciencia de clase y, por lo tanto, no son conscientes ni de su condición de subordinación ni de lo que pueden hacer para cambiar la situación en la que viven. El papel del Partido (como vanguardia organizada de esta clase) y de los intelectuales (en primer lugar, los orgánicos) es crucial para conducir a los subalternos a una concepción superior de la vida, creando además un «bloque intelectual-moral» que haga políticamente posible el progreso. Esta es la herramienta necesaria y el primer paso para que los proletarios se reconozcan como una clase que trabaja para unir la teoría correcta y la práctica correcta (dando así a luz a esa “Teoría de la Praxis” marxiana).
Educación y escolarización: Gramsci considera fundamentales la cultura y el papel de la escuela. Describe la escuela como una «estructura objetiva», un lugar de elaboración cultural. Aborrece la escuela autoritaria y discriminatoria (como la de su época.... y posteriores), señala que todos los jóvenes deben ser iguales ante la cultura, está en contra de la división entre escuela clásica y profesional. Defiende una «escuela única, inicial, de cultura general, humanística y formativa, que conduzca al desarrollo intelectual y manual (técnico)» [2]. Por lo tanto, una ESCUELA UNITARIA. Junto a ella, el Partido, entendido como intelectual colectivo, debe participar también en la formación. Así pues, una relación muy estrecha entre cultura, sociedad y política.
En conclusión, puede decirse que el ejemplo y el pensamiento de Antonio Gramsci son imprescindibles para intentar comprender el mundo (e intentar cambiarlo). Un legado atemporal como herramienta indispensable para, al menos, intentar no ser los «idiotas útiles» de un sistema sólo interesado en perpetuarse en beneficio de «unos pocos elegidos».
«Educaos, porque necesitaremos toda nuestra inteligencia. Ilusionaos, porque necesitaremos todo nuestro entusiasmo. Organizaos, porque necesitaremos toda nuestra fuerza».
Antonio Gramsci
Notas:
[1] https://archive.org/details/gramsci-antonio.-lettere-dal-carcere.-1926-1....
[2] Carlo Ricchini, Eugenio Manca, Luisa Melograni, Gramsci, le sue idee nel nostro tempo, Editrice L’Unità, Roma, 1987.
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“El trabajo de la memoria colapsa el tiempo”
Walter Benjamin
Fue un filosofo, critico literario, traductor y ensayista alemán de origen judío, nacido en Berlin en julio de 1892.
Su pensamiento recoge elementos del idealismo alemán, el materialismo histórico y del misticismo judío.
Nació en el seno de una acomodada familia de origen judío, dedicado a los negocios. Su padre era banquero en Paris pero se traslado a Alemania para dedicarse al trabajo como anticuario en Berlin.
En 1912, Walter ingresa a la Universidad de Friburgo, a la edad de veinte años, pero regresa a Berlin para matricularse en la Universidad de Berlin para continuar sus estudios de filosofía. Allí conoció el sionismo, o movimiento político nacionalista que propuso la idea de un estado para el pueblo judío.
En 1917, se matriculó en la Universidad de Bern en donde conocería a la que fuera su esposa Dora Sophie Pollack con la que tendría un hijo.
Quiso entrar como profesor en la universidad pero lo rechazaron por ser judío. En esta etapa abrazó el materialismo y afirmó su posición ante las tendencias del momento como el sionismo, el comunismo y el fascismo. Para él, la salvación de la humanidad estaba ligada a la salvación de la naturaleza. Quedo impresionado con las obras de Marcel Proust y Charles Baudelaire, ambos observadores natos de la vida.
Entre 1924 y 1926, Benjamin entra en un doble contacto con materiales que le resultaban apenas conocidos como el marxismo y el movimiento surrealista.
Fue un duro critico de Hitler, su teoría fascista y del capital financiero e industrial que apoyo al nazismo.
En 1932, tras el ascenso de Hitler al poder, se trasladó a Ibiza y posteriormente a Niza en donde llego a pensar en el suicidio, al percibir lucidamente lo que se vendría para el pueblo alemán tras el incendio del Reichstag en 1933.
Desatada la persecución de los judíos y de los marxistas, Benjamin se trasladó a Paris, Benjamin malvivía con lo que cobraba y finalmente tras la invasión nazi a Francia, intentó con un grupo de antifascistas, llegar a España para embarcar hacia los Estados Unidos.
Tras haber salido de la localidad francesa de Port Vendres, Benjamin llegó a Portbou muy cansado, y en el puesto de policía de la estación, fue interceptado por la policía española porque carecía de la visa requerida. Su amigo Theodor Adorno le había ayudado a obtener las visas de transito en España y de Entrada en Estados Unidos, pero carecía del permiso francés de salida. Por lo que Benjamin, antes de tener que volver a Francia y caer en manos de la Gestapo, decidió acabar su vida en septiembre de 1940 en un hotel del pequeño puerto fronterizo español, ingiriendo una dosis letal de morfina que siempre llevaba consigo. Tenía 48 años.
Fue Theodor Adorno, quien se encargaría de la difusión de la obra y el pensamiento de su amigo.
Fuentes Wikipedia, nuso.org, biografiasyvidas.com
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Yamal vuelve al ‘once’ y el Alavés cambia la mitad del equipo

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PorNewsroom Infobae
06 Oct, 2024 11:04 a.m. EST

El Tribunal Constitucional de Rumanía ha anunciado este pasado sábado la invalidación de la candidatura presidencial de la ultraderechista Diana Sosoaca, líder del partido SOS Rumanía, una decisión que ha tenido lugar durante los preparativos de las elecciones presidenciales: dos rondas que se celebrarán el 24 de noviembre y el 8 de diciembre, con elecciones parlamentarias de por medio, en un escenario muy fragmentado. Sosoaca, cuyo partido obtuvo dos escaños en las elecciones al Parlamento Europeo del pasado mes de junio, ha criticado duramente la decisión a través de un directo en Facebook donde ha asegurado que "Estados Unidos, los judíos y la Unión Europea han conspirado para decidir de antemano las elecciones" y pedido explicaciones inmediatas al Constitucional. La invalidación de su candidatura podría provocar una redistribución de votos entre los electores soberanistas que, según los analistas políticos, podría favorecer a George Simion, líder de la Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR), quien vería incrementadas sus posibilidades de pasar a segunda ronda contra el primer ministro socialdemócrata del país, Marcel Ciolacu. Cabe recordar que Sosoaca fue expulsada en verano de una sesión de la Eurocámara por aparecer con un bozal de perro y empezar a gritar "En Dios confiamos" después de que la eurodiputada francesa Valerie Hayer, del grupo Renovar Europa, abogara por la incorporación del derecho al aborto al Tratado de la UE. Durante un acto del Día de la Amistad Rumania-Israel en el Parlamento rumano, gritó "Larga vida a la Guardia" en referencia a la Guardia de Hierro rumana, un movimiento fascista, ultranacionalista, clericalista y antisemita formado en la primera mitad del siglo XX. EL GOBIERNO PIDE CELERIDAD AL TRIBUNAL El alto tribunal rumano no se ha pronunciado por ahora sobre sus razones pero es habitual que la corte espere unos días para publicar un argumento razonado. No obstante, Ciolacu ha expresado ya públicamente su preocupación con la decisión del tribunal, al que ha pedido que publique cuanto antes los motivos para no inflamar tensiones. "La decisión en el caso de la señora Diana Sosoaca, parece a primera vista y a falta de una justificación, desproporcionada en relación con el principio democrático fundamental de elegir y ser elegido", ha hecho saber el primer ministro en una comparecencia recogida por el portal de noticias rumano Capital. "El papel principal del Constitucional", ha añadido "es defender a los candidatos y su derecho a ser elegidos, no ser un obstáculo para su participación en las elecciones y siempre defenderé que los cargos deben ganarse en las urnas mediante el voto popular, porque esa es la esencia de la democracia". "Creo que el Tribunal Constitucional debe presentar rápidamente el razonamiento que sirvió de base a esta decisión y que debe contener argumentos jurídicos y constitucionales sólidos", ha zanjado el primer ministro
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