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cuentos-cortos-de-amor · 6 years ago

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Cuento #1. 5 años y 364 días.

Llegué a su habitación de siempre. Máx, mi novio, era peleador profesional y en cada pelea siempre le daban la misma habitación. Entrando por las escaleras principales de la arena entrar por la primera puerta, seguir por el pasillo y pasar tres puertas, dar vuelta a la derecha, entrar a las escaleras, subir dos pisos y salir de las mismas recorrer el pasillo hasta encontrar la segunda puerta con una M azul enfrente. Desde hace dos años que estábamos en Nueva York siempre tenía la misma habitación. Yo me había adelantado el día de hoy por que los paparazzis eran demasiados. Máx era famoso. No sólo por estar en las finales de pelea norteamericana. Si no por ser increíblemente guapo.

Máx y yo nos conocíamos desde hace 6 años y hace cinco que estábamos juntos. Nos conocimos en México. Ambos eramos originarios de la capital. El me encontró mientras yo era mesera y el un simple repartidor de periódico. Fuimos amigos durante unos meses y nos terminamos de enamorar en nuestra tercer cita.

En su habitación estaba todo el equipo de trabajo para sus peleas, ahora que era reconocido todo estaba tapizado de diversas marcas comerciales y anuncios de compañías multimillonarias. Deje mi bolso y casco en el sillón individual de la pequeña salita para sus invitados. Me dirigía al sanitario cuando la puerta se abrió.

-Por qué llegaste tan rápido Máx?- me voltee para ver su cara, pero no era el.

-Vaya, lamento interrumpir así pero creí que Máx me estaría esperando.- dijo una mujer morena, alta y con los senos naturales más grandes que alguna vez había visto.

-Perdón. Pero quien rayos eres y por que Máx te estaría esperando?- demande saber.Aunque claro que yo ya sabia quien era esta reportera. Le había coqueteado a Máx a cada segundo que tenía y en cada lugar que se lo encontraba de "casualidad"

-Me llamo Dya y estoy esperando a Máx para hacerle su entrevista. Tu eres la Famosa Jiva, novia de Máx.

-Así es. Dya puedes esperar afuera con todos los demás para entrevistar a Máx antes de la pelea.- Yo nunca había sido una mujer celosa, solo que solía hablar fuerte y dejar claras las cosas.

-Podría esperar afuera pero esta vez esperaba tener una entrevista más personal con Máx. Así que si no te molesta esperare aquí. - se sentó en el sillón doble justo enfrente donde había dejado mi casco y bolso. Su blusa se tenso en el pecho tanto que los botones casi salían de su ojal. Y la falda que ya traía a medio muslo subió aún más dejando ver la escasa ropa interior.

-Puedes hacer lo que quieras.-dije y entre al baño. Pelear con las personas era algo tonto además miles de chicas le entrevistaban y cada una era peor que la anterior. Aunque Dya siempre me provocaba asco por su vulgaridad.

Comencé a arreglarme el cabello en el espejo, andar en moto me fascinaba. La velocidad y la facilidad para desplazarte me seducían.

-Jiva, te hare una pregunta. ¿Por que Máx esta con alguien como tu? - Dya me pregunto desde afuera del baño.

- Perdón, repite lo que dijiste.-conteste con toda tranquilidad.

- No me malinterpretes amiga, solo quiero entender, Máx puede tener una mujer diferente cada noche pero jamás he escuchado un rumor o chisme que indique infidelidad de su parte.-dijo casi para si misma.

-Se le llama amor y lealtad.-respondí segura.

-No, estoy segura que no es eso. Todos los hombres caen. Te lo puedo probar. No salgas del baño. Y te demostrare que Máx te puede ser infiel en menos de 5 minutos.

- ¿Que estupideces estas diciendo?.-quise salir del baño pero la puesta no se abría.-¿atoraste la puerta?

-Si, solo dame cinco minutos. Y si en ese tiempo Máx no cae ante mi, podrás salir del baño fingiendo que solo estaban usando el sanitario y no escuchaste nada. ¿OK? - dijo como si hubiera sido su plan todo el tiempo.

-Claro que no, Dya, dejame salir o te golpeare la linda cara que tienes.-golpee la puerta pero no cedía.

-Vamos, decide ya. Estará aquí en un minuto. Solo estaremos probando su lealtad. ¿No quieres saber si siempre te será fiel o se ira con la primer pechitos lindos que encuentre? Decide.-sentencio.

-No necesito pruebas.-dije segura de todo lo que habíamos construido.

-Respuesta equivocada. De igual manera te quedaras allá adentro y por favor no hagas ruido. Aunque realmente no creo que te escuche.- me di cuenta que ella realmente sabía como hacer estas cosas. No le podía salir tan natural.

No golpee la puerta por que me di cuenta que Dya había planeado esto. Escuche como se abrió la puerta y entró Máx con sus ruidosos pies por delante como siempre.

Justo iba a golpear la puerta pero la voz de Máx me detuvo.

-Hola Dya. Otra vez colandote en las habitaciones prohibidas. Nunca aprendes-escuche como su maleta cayó al suelo y comenzó a sacar su equipo de preparación para la pelea. No sabía que fueran tan cercanos.

-Hola Máx. Lo siento los malos hábitos nunca desaparecen por más que se traten de evitar uno siempre acaba por caer.-dijo con voz dulce tanto que empalagaba.

-Vienes por las preguntas, ¿no? Pueden esperar. Ahora debo prepararme, además espero a Jiva.-dijo Máx distraído.

-Si quieres te puedo ayudar con tus cosas.

-No, Dya, no necesito ayuda y no me toques.

-Máx solo estoy tocando tus músculos. Sabias que en TV todo se ve más grande no? Asi que solo quería ver si son del tamaño que me los imaginaba. Ven sentemonos aqui- escuche como ambos pesos corporales caían sobre el sofá de cuero.

-Dya, vamos, ya te he dicho que no quiero nada contigo. Yo tengo a alguien y soy feliz.-Max dijo seguro, mi corazón se aceleró un poco cuando dijo que era feliz.

-Máx, hay muchas que te pueden hacer feliz. Mira, esto es un ejemplo.- No podía saber que estaba pasando por que estaba petrificada. No podía moverme. Hace un segundo mi corazón estaba acelerado por que Máx declaraba su felicidad por mi pero ahora probablemente estaba tocándole.

-Te enseñaré algo rápido Máx. Tu solo quedate allí.- escuche los tacones posarse en el suelo, botones desabrocharse y cierres bajar. Supe que se estaba desnudando. El estómago me rugió por miedo. Que rayos estaba pasando. Quería salir corriendo y ver que pasaba pero las piernas no me respondían.

-Dya basta, por favor no hagas esto.

-Pero no estoy haciendo nada que no quiera hacer Máx. Me acercare poco a poco y cuando quieras puedes detenerme.

-No Dya, por favor.- Escuche su voz diferente como si sintiera dolor. Max hacia algo cada vez que algo le gustaba y eso era suspirar. Si Máx suspira es por que quería algo o deseaba tener algo. Rogué internamente para que el no cayera en la trampa y la detuviera pero no lo decía.

-Máx. Estamos solos, nadie nunca lo sabrá.

-Dya, yo no puedo, no quiero.- pero entonces lo hizo. El suspiro fuertemente. La deseaba. La quería tener. Y me di cuenta que los últimos años habían importado un carajo.

Por un momento me encontré en un recuerdo de cuando compramos nuestro apartamento en Nueva York. Apenas teníamos un año con el departamento y en nuestro cuarto aniversario me regalo cuatro fotografías. La Primera era una foto mezclada una parte eramos nosotros en nuestra primer cita, el decía que amaba esa foto ya que yo salia totalmente sonrojada debido a la pena que tenia y el llevaba un traje que le quedaba muy grande solo para impresionarme y la otra parte eramos nosotros antes de darnos nuestro primer beso, salíamos viéndonos a los ojos ya que un segundo antes de tomar la foto el me había llamado y besado tiernamente. Aunque no había capturado el beso como tal la intensidad de nuestras miradas siempre me calentaba el alma.

La segunda foto eramos nosotros patinando en hielo. Esa noche habíamos quedado en no hacer gran cosa por nuestro primer aniversario. Pero terminó siendo la gran cosa ya que por fin le habían ofrecido un lugar para pelear en las grandes ligas y festejamos tomando de más y entrando clandestinamente a la pista de hielo. La foto era borrosa pero se distinguían nuestras figuras y la botella de tequila tirada en la pista. Fue de las mejores cosas que pudimos hacer. La tercer foto salíamos en planos diferentes. Máx salía en nuestro actual departamento abriendo la puerta y yo sostenía un collar en forma de sol. Este había sido un regalo de él para mi cuando firmó su contrato con la gran ciudad de Nueva York. El collar representaba nuestro pasado. Siendo dos personas que se encontraron por casualidad a base de esfuerzo y dedicación habían logrado triunfar en el mundo. Tiempo atrás habíamos sido invitados a una fiesta y la gente que iría sería realmente adinerada asiq eu Máx había doblado turnos para comprarme el collar pero ni con eso pudimos juntar lo suficiente para comprarlo. Al final use joyas sencillas y disfrutamos la fiesta. Pero que en nuestro tercer aniversario me lo hubiera regalado representaba que cumpliría todas las promesas que algún día me hizo.

Y la cuarta foto salía yo de frente al espejo con mi vestido de flores rojas con fondo azul y el con un traje que le ajustaba muy bien. Yo salia girando sobre mis pies y el se reflejaba en el espejo. Debajo decía "Mereces el planeta, la vida y todo el amor que el universo pueda ofrecer". Al final decidimos colgar las fotos sobre las escaleras para así verlas cada noche antes de ir a dormir.

Supe que no podía soportar más tiempo el estar escuchando los besos que habían comenzado a darse. Así que avente todo mi cuerpo sobre la puerta y por fin cedió.

Salí del baño y vi a Máx sentado en el sofá y ella estaba sobre el totalmente desnuda.

-Jiva no... - Max comenzó a decir pero levante la mano para hacerlo callar.

-Felicidades Máx. Tu regalo de aniversario está en el garage. Espero que te encante.

Tome mibolso y mi casco y eche a correr por el pasillo para irme. No voltee para ver si Máx me seguía. Después del todo el no volteo a ver nuestra historia para decidir engañarme.

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