#me voy a las pi��as no escucho a nadie
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Para mi mejor amiga que ya no lo es:
Sabía todo de vos y me sorprendiste. Me conociste más que nadie y no sabes cómo soy.
Te escucho en cada canción de Violetta pero ahora las canto sola, las letras lindas tienen filo.
Tengo muchas ideas contradictorias de vos y las siento todas profundamente. Me apuntaste diciendo que te había lastimado pero yo no sabía disparar(te).
Aprendimos juntas a vivir el día a día, ahora te extraño en las noches (y en cada fase de un sol sin luna).
No te perdí pero no te tengo más, ¿Qué puedo hacer si hacíamos todo juntas?
Espero que nunca encuentres esto, espero que lo leas.
Te fuiste pero estás en todos lados. Me fui pero espero que me leas en canciones y en las estrellas.
Mis pies caminaron solos. No me quedó otra que girar la cabeza para adelante. ¿Te importa? prefiero no saber. Nunca te quise lastimar, pero llegó un punto en el que no te importó si me lastimabas.
No quiero que estés sola, no quiero quedarme y sentir que me amargas.
Solíamos decir que íbamos a ser vos y yo siempre, aunque ya no estemos, aunque mañana ya no me quieras, aunque me haya despedido. Ojalá sepas que si en Argentina y España se apagan todas las luces, hay alguien en el mundo que te ve.
Ojalá me extrañes, no haber vivido todo juntas y ahora que se terminó ser la única que extraña, ojalá nunca enterarme.
Espero que puedas sentir mi apoyo en cada situación en la que te lo hubiera dado, que también sientas mi ausencia y sepas que vos sos la razón de ésta. Espero que perdones las cosas por las que no me disculpé, porque yo no creo poder perdonarte a vos.
No me arrepiento de haber prendido las velas que soplaste.
Ojalá me entiendas como te entendí. Yo cerré la puerta pero vos me estabas insultando viendo desde la vereda de enfrente (no puse la llave).
Mi mejor amiga ya no es mi amiga.
Buscame pero no me encuentres. Llamame sin que me entre la llamada. Canta por mí como lo haría Ariel sin voz.
Espero que te acuerdes de mí, porque yo me voy a acordar de vos en más formas de las que te imaginas. Y, conociéndote, sé que vos también. Pero conociéndote, no lo sé.
Espero que estés bien y que me llores. Creo que ya no sos lo más lindo de vos, creo que te di lo más lindo que fui. Estoy cansada de despedirme pero nunca me vas a volver a conocer.
Espero que sepas que hubo momentos en los que supiste todo.
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Mayo 24 2022. El girasol se cansó
Te agradezco
Nadie quiere lo que su valor ya pierde
Tú aquí ya no vuelves
Si no te dolió perderme
No mereces tenerme
A pesar de todo te agradezco
No sabía que al restarte de mi vida
Sumaría las mejores experiencias y todo se multiplicaría
No miento si digo que me encuentro mejor,
Parecía poco probable
pero entendí que no se sufre lo que ya se había perdido
Duermo mejor, mi insomnio se fue de vacaciones
Y por las tardes hasta siesta he logrado dormir
Escucho con más gusto las canciones de Banda,
Esas que les hacías caras
No es reclamo, bueno si es reclamo, tú peso ya me tenía cansada
Al soltarte pude subir más de 10mil pies
Ahora siento que no hay límites para mi
Lastima que nunca aprendiste a volar conmigo
De lo que te has perdido
Mi terapeuta hasta me felicita
He logrado tanto en tan poco
Y te agradezco no sabia que al restarte de mi vida sumaría las mejores experiencias y todo se multiplicaría
Todo se multiplica, que venga lo que tenga que venir bueno malo excelente y regular, ahora recibo con los brazos abiertos lo que me da la vida
Por fin entendí a jugar este juego de la vida, contigo nunca pude entender las reglas, ahora sé que yo las voy creando paso a paso y con eso voy sumando, restando
Agregando y eliminando, lo que no me vibra, no me resuena lo agradezco, pero ya no lo acepto
#breakup#you broke my heart#broke up#loveyourself#resilient#getup#letra#relacion rota#relacion amorosa#corazon roto#superacion#motivación#motivating myself#motivation
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CARTA DE DESPEDIDA
——, escribirte esta carta es como ir al entierro de algo que no quieres dejar morir. Es raro escribirte desde un lugar en el que ninguno de los dos está y hablarle a alguien que ya no eres.
Todavía recuerdo cuando nos conocimos, ojalá pudiera regresar a ese momento, darme la vuelta y marcharme corriendo de aquella casa con paredes blancas y el sillón gris, nuestro sillón gris.
He vuelto tantas veces a ese día que a veces creo que no fue cierto, pero siempre está en mi mente con una fuerza que hace imposible ignorarlo.
Cuando tú y yo nos acostábamos, conectaba como no lo había hecho con nadie jamás, encendías algo que no sabía que existía en mi.
Desde que te ibas a ir, me aterraba la idea, esa idea de darle tu corazón a alguien y creer con una fe ciega que esa persona lo va a cuidar. Mi problema fue esperar cosas que yo hubiese hecho, te responsabilicé de ciertas heridas que tú no debías curar, es más, que ni siquiera provocaste.
Soy de ese tipo de personas que se adelantan a lo malo, después de que te fuiste, quise irme yo también, para ver si la tristeza podría alcanzarme (o no) en otro sitio.
Pensé que volver a lo que creía era mi casa, me haría recuperarme, que al salir huyendo, iba a dejar todo excepto lo que cupiera en mi maleta. Muchos creemos que cuando algo se complica , la mejor solución es irse. Lo digo por ambos. Pero lo que no entendemos es que, aunque te vayas, todo eso que dejaste, seguirá intacto. Una huida es una pausa. Y yo estaba a punto de conseguirlo. Pero tras todo lo que me detuvo, pude entender que las cosas no cambian, somos nosotros a través de decisiones que tomamos.
Nunca estuve enojada contigo, ni decepcionada, pero no dejaré de pensar que eres un cobarde, sólo huiste de todo. No pudiste ver un final, ni siquiera un comienzo, te falto seguridad, aspiraciones, te cerraste a algo que sí era posible
Aun me duele, me duele mucho. Me tiemblan las manos y las piernas, a veces lloro con lamentos de un lugar que desconocía, y hay un vacío que regresa una y otra vez. Hay una parte mía que se quedó en un lugar muy remoto, dentro de ti y ahora no la puedo recuperar.
Puede que nunca se haya tratado de ti y más bien fue una lección para mi. Leí que la mejor forma de superar un miedo es mirándolo de frente, ponerle un nombre y hablar con él. El miedo es un escudo muy poderoso que acaba por no dejar de hacerte ideas y preguntas. El problema es que hablar de ti es un miedo que aún me cuesta mirar a la cara. Porque hablar de ti, significa hablar de mi. Tampoco soy capaz de hablar de las múltiples formas en que me rompiste.
Creo que cada quién amó desde sus heridas, ojalá me hubieses dejado entrar a esos lugares que te incomodaban y que ya no podré conocer, creo que las cosas que mas me duelen es que jamás pudiste compartir todas esas inseguridades conmigo. Siento todas esas cosas que ya no podré contarte, aún escucho el eco de tu risa y en las noches recorro la cama buscando tus pies.
Recurrí a ti cuando sentí que la vida me abandonaba, cuando te fuiste, recordé como renunciaron a mí en otra ocasión. Ya no me importa la soledad, ahora decido dejar mi puerta entrecerrada, tal vez así ya no duelan tanto los portazos. Ya no quiero acumular despedidas.
No sé si algún día podre olvidarte, a veces los recuerdos son imágenes que parecen haber sido inventadas. Lo malo es que cada recuerdo, aunque no exista, es un momento a tu lado, ¿cómo se olvida un recuerdo que visitas diario?
Era una carta de despedida y sólo la convertí en un montón de razones por las cuales te recuerdo, porque la realidad es que no me quería despedir de ti ni de todo lo que fuimos, o de todas esas cosas importantes que me hiciste sentir, de repente sólo te fuiste. Voy a seguirle mintiendo a mis amigos y decirles que no espero que me llames y que no espero que algún día te arrepientas. Tantas cosas que perdimos que ni eran nuestras.
Ojalá haya valido la pena, jamás dejaré de creer que eres increíble y la persona más graciosa que conozco. Yo todos los días intento hacerme cargo del vacío que siento. Espero que seas muy amado.
Haz tu camino y encuéntrame cuando lo desees. Me hubiera gustado que te quedaras.
#recuerdos#poemas tristes#poesia#cartas de desamor#desamor#notas de amor#rompimiento#te extraño#corazon roto#despedida#cartas#amor#corazón roto
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el maquillaje se corre de la cara
y las pestañas se pegan
los ojos duelen
mis pies se sienten fríos pero no pienso apagar el ventilador
puse dos toallas sobre las cortinas para que nadie pueda vislumbrar nada
de lo que soy
y como estoy
tengo ganas de hacer pis
pero no quiero intercambiar palabras al salir
la ansiedad me hace llorar cada dos horas
que tanto estaré haciendo mal
cuantas veces más me voy a equivocar
algún día podré salir de aquí
me enclaustro
me gusta estar sola
pero no me gusta sentirme encadenada
la vida no es más que las decisiones que otros toman por ti cuando te descuidas un poquito
todos somos idiotas
las noticias de ucrania eran eso
noticias
porque nunca una bomba nos a dado directo a nuestra casa
no al menos una física
los niños palestinos mueren
pero como nosotros estamos vivos
se nos olvidó
que algo
o alguien
o nosotros mismos
matamos a nuestro niño interior
hace mucho tiempo
el fútbol no es un deporte
la gente corre tras un balón
y no puede caminar hacia sus sueños
la playa nos queda muy lejos
y eso que somos 70 por ciento agua
a veces escucho que alguien me llama
pero sigo sola en esta recámara
la muralla china no es la única pieza capaz de resistir guerras
hay gente que nos abraza y nos cubre de las patadas de la vida
o como el papá en el partido del atlas
que puso el cuerpo para que no patearan al hijo
el sabor de la pasta se esfuma a las horas
tendré podrida el alma
pensar agota
pero si no piensas nada
te mueres de vacío
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UN CAMINO DE DOLOR | SASUSAKU - NARUSAKU
El principio del caminó
El chidori atravesó el cuerpo de la joven quien soltó el kunai que sostenía en una de sus manos, sus ojos mantenían una expresión de shock, una tos con sangre gorgojeante se instalo en su boca para después escurrir por las comisuras de sus labios.
— Sasuke-kun... — pronunció con dificultad.
El joven Uchiha mantenía una expresión indiferente a lo que había ocasionado, sus ojos estaban empañados y cegados por el odio, sin embargo, mientras el tibio líquido color carmesí escurría en su muñeca lágrimas involuntarias escaparon de sus ojos a medida de que recuperaba el uso de razón, su mente comenzó asimilar todo aquello que había causado, los orbes verdes de la kunoichi perdían su luz, fue cuando despegó su brazo del cuerpo de la pelirrosa quien cayó con ojos inexpresivos sobre el concreto del puente.
Un dolor creciente se instaló en el corazón de Sasuke quien veía en sus últimos momentos aquella mujer que nunca se había rendido con él y que por sus acciones, la había orillado a intentar matarlo, sus ojos lloraban sangre, aquel dolor que sintió al saber la verdad sobre Itachi fue avivado, recordó todo el sufrimiento que padeció a lo largo de su vida, el recuerdo de sus padres asesinados frente a él, su clan hecho añicos, su hermano muerto a sus pies siendo empapado por la lluvia, y ahora, Sakura Haruno.
Había caído de rodillas frente al cuerpo de su ex-compañera de equipo. Kakashi había llegado a lado de la pelirrosa, la sostenía cerca de su pecho mientras sus lágrimas brotaban, su llanto era desgarrador y los gritos de desesperación que emitía daban fe sobre todo lo que su corazón sentía.
— Ka-Kakashi-sensei — un hilo de voz se escuchó de parte de Sakura - perdóneme..., n-no pude detenerlo...
Su sollozo se hizo más sonoro al escuchar esas palabras — No digas esas cosas Sakura, perdóname tu a mí por no hacer algo antes, es culpa mía que tú estés así...
El efecto del kamui desvaneció a Sasuke Uchiha de la escena.
En esos momentos el intento por usar el ninjutsu médico de Sakura había llegado a su límite, estaba tan débil como para usarlo en ella, unos pasos se escucharon detrás de Kakashi quien advirtió la presencia de Naruto con solo sentir su chakra, la pelirrosa aún yacía en los brazos de su sensei.
— Sakura..., Tu... ¡No! — exclamó el rubio quien se encontraba sin entender nada, su mente no asimilaba la escena, pronto las lágrimas comenzaron a mojar sus mejillas, se arrodilló a un lado del cuerpo de su compañera — Sakura-chan, no, no me dejes..., No lo hagas...
Sakura perdía el brillo de sus ojos, sus últimos momentos de vida habían llegado, su cuerpo le impedía hablar demás así que de sus labios pálidos solo se le escapo un — per-perdoname — y más sangre salió de su boca.
— ¡No Sakura-chan, no! — sostuvo su cintura mientras sus las lágrimas empapaban la ropa de su compañera — yo voy... Yo voy a salvarte.
Sus manos arrebataron el cuerpo de la kunoichi de los brazos de su sensei.
— Naruto, ya es tarde, no podemos... — su corazón se acojono — no podemos hacer nada...
Sin embargo, su alumno no escucho ni una palabra, avanzo entre los árboles en dirección a cualquier aldea que estuviera cerca, Kakashi se encontraba siguiéndolo de cerca.
— Tranquila Sakura-chan — habló el rubio mientras avanzaba — todo va estar bien, vamos a estar bien, te pondrás bien, tranquila, yo voy a cuidarte — las lágrimas seguían cayendo a borbotones de sus ojos, su vista se empañó y acabó cayendo al suelo.
El campo donde cayeron estaba rodeado de árboles, Sakura se encontraba en el limbo entre la vida y la muerte, debería ya haber muerto de no haber sido por su ninjutsu médico en los primeros momentos del ataque, pero ahora no había marcha atrás, no podía hablar, ya no era consciente de ella misma.
Naruto reparó en la situación viendo cómo los ojos de la pelirrosa habían perdido completamente su brillo, Sakura ya no estaba ahí, su pulso, su calor, sus esperanzas y sueños ya no estaban, ella había partido de este mundo.
— ¿Por qué? ¿Por qué tú Sakura-chan? — un sollozo se escapó de su boca — no puede acabar así, tu..., tu eras todo para mí, debí hacer más, no te pude cumplir ninguna promesa... Lamento tanto no haber compartido toda una vida contigo.
El último aliento de la Kunoichi fue cuando cayeron en aquel campo, mirando a su amigo y compañero con las hojas cayendo de los árboles y el sonido del río en sus oídos. Todo acabo para ella, aunque seguía aferrándose a la vida su estancia en este mundo ya no dependía de su determinación.
Negando la verdad
El kamui los llevo hasta el laboratorio de Tobi dónde Sasuke permanecía mal herido, su trayecto fue breve; su cabeza estaba hecha añicos por dentro, trataba de hacer un recuento de lo que había sucedido pero en su mente no cabía la idea de lo que había hecho, el recuerdo quemaba, la escena era como lava hirviendo en sus venas, la sangre en sus manos era evidencia de los hechos pero aun así era incapaz de aceptarlo.
¿Qué hiciste?, se cuestionó.
Tobi no hablo durante todo el tiempo que Sasuke permaneció ido en sus pensamientos, él lo había visto todo. Lo ocurrido le había traído recuerdos amargos, el presenciar la muerte de aquella kunoichi, fue como ver a Rin morir de nuevo.
Tobi tampoco hablo cuando Sasuke, a pesar de su condición fue a una de las habitaciones que había en su laboratorio, sabía perfectamente como se sentía, lo sabía mejor que nadie.
Las horas pasaron y Sasuke seguía negándose a la realidad, una realidad sin Sakura, una realidad dónde no podría ni si quiera mirarla de lejos como todas esas veces que escapó de las guaridas de Orochimaru para ir simplemente a verla entrenar con la quinta, una realidad dónde no volvería a sentir la calma que le generaba estar cerca de ella, la paz que solía tener con el simple hecho de caminar a su lado como cuando eran genin.
Se sintió miserable de todas las maneras posibles recordando sus últimas palabras dirigidas hacía el, su nombre aún dicho con el honorífico "kun", como siempre.
La sabiduría de Mito
La reunión con sus antiguos compañeros en medio de la cuarta guerra ninja no fue más que un momento cargado de miradas asesinas y llenas de coraje, al llegar no se atrevió a decir ni una palabra, el solo venía ayudar.
Sin embargo, sus planes no habían cambiado, sino al contrario, el recuerdo de lo que hizo era su impulso por seguir su propósito. El imaginaba un mundo donde el cargaría con el odio y pesar de un pueblo tal como Itachi lo había hecho, era su misión y castigo.
Ignoró toda mirada de desprecio durante la batalla, se dedicó apoyar a Naruto quien no le miró en ningún momento. Aún y con todo su poder fue casi imposible sellar a Kaguya si no hubiera sido por una de las invocaciones del edo-tensei que había traído a la vida a una de las usuarias del Byakugō, todo hubiese sido un total fracaso. Mito, aquella mujer le recordó a Sakura, su carácter fuerte y decidido, su fuerza, su temple de acero, era como ver a la pelirrosa solo con más años y pelirroja, pudo ver cómo Naruto pensó lo mismo; sus ojos, la mirada que le dirigió a la esposa del primer Hokage fue una de nostalgia.
— Sasuke Uchiha — la Kunoichi pelirroja nombró al joven pelinegro quien se mantenía indiferente a la despedida que Naruto tenía con su padre — puedo sentir la vida tan difícil que te ha tocado cargar, el dolor y oscuridad de tu corazón me lo han revelado, siento un pesar en mi corazón si parto sin decirte que eres alguien fuerte que puede anteponerse a su destino, sea cual sea. La única manera de llenar el vacío es con amor.
El corazón de Sasuke se acojono ante sus palabras, sin embargo, por fuera su fachada era escéptica, aun así, Mito sonrió. Llegaba la hora de su partida y fue despedido por ella mientras ascendía su alma para luego dispersarse en el viento al igual que la de los demás Hokages.
La batalla final
Se encontraban en el Valle del fin, el último encuentro, la última pelea, dos ideologías en una batalla usando todo el poder que poseían.
El encuentro que marcaría el fin y principio de una nueva era estaba por comenzar. Acabar con la maldición de odio y seguir con la voluntad de fuego o unificar ese odio hacía una sola persona quien cargaría con el sufrimiento y oscuridad siguiendo adelante por las cinco aldeas.
La voluntad de ambos era visible, tan evidente en cada golpe que recibían y daban entre sí.
— ¿Que pasa? Solo estás a la defensiva — hablo el pelinegro.
El modo Kurama de Naruto atacó tomando una pierna del susano'o azotándolo en el lago, a su vez preparo su próximo ataque, contaba con Sasuke a su mereced, estaba listo para aniquilarlo cuando su mente y cuerpo inundados de coraje y tristeza por lo que el Uchiha le había hecho a Sakura que se rehusó a matarlo, él debe vivir, se dijo.
Un rayo impacto contra Kurama afectándolo gravemente.
— Si sigues actuando tarde, morirás
— No voy a matarte — contestó el rubio mientras se recuperaba del ataque — sigues empeñado en quedarte solo mientras cargas con el odio del mundo, pero las cosas no son así, te quedarás solo, eso es verdad, pero no para ver tu ideología triunfar. Elegiste este lugar porque sabes lo que significa para ambos, pero para mí, tú ya no representas nada, la mataste, ese día tu moriste para mí.
— ¿Y qué esperas para hacerlo realidad? — reto el Uchiha.
La técnica rayo y el poder del Kyubi surgió de ellos, ambos se encontraban listos para atacarse.
— No te dejare tranquilo — grito el rubio.
El impacto fue estruendoso aniquilando la vegetación a su alrededor, grandes poderes y fuertes voluntades luchaban entre sí.
— No montes tanto escándalo, está no es como la pelea que tuvimos hace mucho, entiendo lo que piensas. Y tú a mí, ¿Verdad Naruto?
— ¿Y a pesar de eso tenemos que seguir peleando? Ella no lo habría querido así.
—Justamente por eso, ella ya no está, no hay nada que me ate a nada, solo tú, eres el recuerdo de algo que quiero olvidar.
— Quieres eliminar todo lazo que existe hasta ahora para comenzar un mundo nuevo, eso no significa que el pasado no se repita.
— Y por eso estaré vigilando, para que eso no ocurra.
— Estás delirando — Naruto contestó irritado — las cinco aldeas por fin están unidas.
— Solamente porque tenían un enemigo en común, Akatsuki, Madara, Kaguya. La única vía para que sobrevivieran era abandonar sus odios y unirse para derrotarlos, pero ya no hay enemigos comunes, así que pronto se irán separando.
— Entonces, ¿pretendes en convertirte en ese enemigo? ¿Y que pasara cuando ya no estés?
La unión de todos los puntos de su plan estaba sobre la mesa, era claro su propósito, y su explicación durante la pelea daba las pautas del cómo lo conseguiría, ya sea por la reencarnación o la inmortalidad su voluntad sería llevada acabó desde las sombras sin importar llevar toda una eternidad de sufrimiento y pena, porque para Sasuke Uchiha, eso era lo que significaba ser Hokage.
— Con ese nivel no me matarás — exclamo
— ¡Que no pienso matarte! ¡Te lo dije!
— Se acabó — declaró el pelinegro para continuar con su posición de manos que lo llevabo a extraer el poder de los bijuus — Soy el más poderoso del mundo entero. Aquí y ahora daré el primer paso para sumergirme en las sombras.
Naruto miraba atónito las acciones de su ex-compañero, la fusión de los chakras divididos estaba realizándose de una manera precisa y adecuada, Sasuke alcanzaba un nivel similar a la del viejo Rikudou llevando la fusión al susano'o, al no tener una estatua demoníaca.
La pelea siguió con el nuevo poder de Sasuke quien sin piedad atacaba a Naruto.
— ¿Por fin te entraron ganas de matarme?
— Ambos hemos cargado con muchas cosas, pero... Siempre quise enfrentarte y ganarte, sobre todo después de que le arrebatarás la vida a Sakura-chan, te odie tanto...
Está será mi última pelea contra ti, pensó el Uchiha. La flecha de Indra era el jutsu más poderoso que tenía, al utilizarlo contra el poder de Naruto se desató un desastre en las zonas aledañas y lejanas a su encuentro. Kakashi se encontraba tendido en una piedra lejos de la pelea y aun así sintió el impacto del ataque.
El modo Kurama de Naruto y el Susano'o de Sasuke desaparecieron mientras descendían del cielo para caer en las ruinas de Hashirama Senju y Madara Uchiha. Ambos habían usado el chakra de los bijuu en abundancia, pero Naruto no se rendía e iba directo hacía el pelinegro para atacarlo con taijutsu, luego de su primer golpe ambos pelearon usando sus técnicas, rasengan y chidori apoyándose del taijutsu e ingenió de cada uno, sin embargo, su uso de chakra era limitado y no tardaron en notarlo cosa que los dejó con su habilidad de combate como única arma.
Las reencarnaciones de Ashura e Indra se enfrentaban repitiendo la historia de sus antepasados y la historia de las demás reencarnaciones que los precedieron, los golpes de dos hermanos perduraron hasta este momento.
La técnica rayo que había podido desarrollar Sasuke al robar el chakra que Kurama había reunido para Naruto estaba por ser la causa de muerte del rubio cuándo su mente volvió aquella vez en el puente, cuando Sakura le dedicó una última mirada, su cuerpo había sido atravesado por ese jutsu, esto no terminaría así, pensó.
- Una y otra vez. Y otra. ¡Y otra, y otra, y otra, y otra! - grito con furia hacía Naruto quien había aprovechado anteriormente su guardia baja y lo había hecho volar de un golpe — ¡Déjate matar sin oponerte! — grito una vez más.
— Eso es imposible — declaró el ojiazul — porque soy el único...
El chidori volvió aparecer resultado del robo de chakra, entonces el Kyubi le otorgó a Naruto todo lo que quedaba en el para vencerlo. Un rasengan surgió como último contraataque hacía Sasuke, ambos avanzaban en el aire hasta impactarse el uno con el otro.
— ¿Morimos?
— Está sensación tiene que ser eso, ¿no?
Sus almas vagaban por lugares con gran significado para ambos, atravesaron escenarios tétricos de su infancia llenos de soledad y desolación.
Al estar en el limbo rememorando pasajes de su vida ambos se encontraron con un paisaje muy conocido, aquella primera vez que el equipo 7 trabajo en conjunto. Naruto moría de hambre y sus compañeros Sakura y Sasuke lo alimentaron, las almas de ambos veían la escena recordando a su compañera quien sonreía en aquel momento, su vista no reparaba en otra cosa que no fuese ella, el viento movía su exótico cabello color rosa, mientras las hojas de los árboles se enredaban en su cabellera , ella reía mientras esto pasaba.
Un dolor sellado en el corazón de Sasuke se despertó, el recuerdo de su compañera, su amiga, la persona que estuvo ahí en los momentos dónde más necesito a alguien solo era un recuerdo del que huía todo el tiempo, pero ahora, la vida lo arrastraba a recordarla. El escenario cambio para él, cada momento compartido con Sakura Haruno fue visto nuevamente, pero ahora como una tercera persona en la situación, viendo cómo fue tan tonto como para dejarla, su corazón se hizo añicos. No sabía lo que seguía, no sabía que pasaría después de la muerte, no creo ir a dónde ella está, simplemente no lo merezco, pensó. Pero vaya que desearía verle al menos una última vez.
Por otro lado, Naruto pasaba por algo similar, recordó todo momento con ella, recordó su risa y el toque de sus manos cuando curaba de el en las misiones, eran tan suaves y cálidas, el desearía poder sentir esa sensación al menos una última vez.
Sakura-chan, quiero acompañarte a dónde estás, quiero abrazarte de nuevo y estar contigo en la eternidad, pero aún no puedo seguirte, tengo que al menos cumplir algo de lo que alguna vez te dije, lamento no poder ir en este momento, pero he de terminar con todo esto, pensó.
Fue cuando un dolor se instaló en su cuerpo y despareció de ese limbo dónde se encontraba, por otro lado, el joven Uchiha permanecía desecho por el mar de recuerdos con Sakura, el panorama siguiente pareció ir de uno terrible a uno aún más doloroso que el anterior, su familia, Itachi, Mikoto, Fugaku y, para terminar, el enfrentamiento y despedida con su hermano.
— Nii-san, pronto nos veremos...
Su voz se desvaneció y lo que pareció para el cómo un siguiente paso hacía la otra vida, solo fue un golpe repleto de karma porque seguía vivo cuando despertó.
— ¿Dónde estamos? — pregunto el rubio
— Parece que nos quedamos dormidos hasta la madrugada.
— Hmp
— Lo reconozco, me derrotaste — hablo el pelinegro después de un rato.
— Esto no se trataba de perder o ganar, si no de regresarte a la realidad.
— Preferiría estar muerto a volver a esto — su voz se quebró — lo siento por todo. Naruto, quisiera que ella estuviera aquí para decírselo.
— Lo sé, yo también pensé muchas veces en morir en vez de vivir en un mundo sin ella — suspiró — me la imaginó mirando la pirotecnia en la feria de la aldea con flores en el cabello y una yukata roja — dijo con voz quebradiza — Si alguna vez me hubiera casado, la habría elegido a ella, porque siempre fue ella.
Las lágrimas de ambos escurrieron de las comisuras de sus ojos, Naruto notó como el pelinegro se volteó para que él no lo notará pero ya era tarde, aunque lo comprendía, imposible no llorar. Él sabía que Sasuke se sentía igual por Sakura, siempre fue más discreto con respecto a sus sentimientos por ella pero el lo notaba, cuando el caminaba cerca de ella o cuando se lastimaba a propósito con tal de que ella lo curará, las veces que le miró con recelo mientras él hablaba con ella, nada había pasado desapercibido para él.
Las últimas palabras de Naruto habían sido como una daga en el corazón, él también quería a Sakura, aunque suene absurdo tras haber hecho lo que hizo, él le quería. Sin embargo, en el momento de la desgracia, no era el realmente, aunque no se justifica, sabía lo que había hecho, fue por eso que Naruto no decidió acabarlo, que peor castigo que vivir con todo lo que hiciste.
De vuelta en la aldea
El héroe de guerra, Naruto Uzumaki. Habían pasado meses desde el término de la guerra, él era la celebridad entre las aldeas y recibía visitas todo el tiempo, aunque una vez dado de alta de la clínica su primer paradero fue el lugar de descanso de Sakura, a quien contó todo.
— Sakura-chan lo hice — una sonrisa melancólica se formo en su cara — traje a Sasuke de vuelta a la aldea, el, el esta en prisión pagando por todo, es algo definitivo que el se quede ahí, creo que es lo justo — declaró — por cierto, empezare mis estudios para seguir ascendiendo en los rangos ninja, estudiare mucho, tanto como tu lo hacías, no te decepcionare esta vez, de veras.
Las lagrimas eran incontenibles, tuvo que limpiarlas con la manga de su chamarra para que después no se notaran en sus mejillas.
— Hola — escucho detrás de el — perdón por interrumpirte Naruto, siempre vengo a verla a estas horas — la rubia sonrió para el cuando sus miradas se encontraron. Ino coloco las flores en los pequeños floreros destinados a Sakura — la extraño mucho — declaró con cierto quiebre de voz.
—Yo también, todos los días pienso en ella — confeso el rubio
Ambos se hicieron compañía durante un buen rato frente de la lapida sin decir nada, contemplaron el atardecer y luego partieron a sus casas.
— ¿Qué pasara con él? — pregunto Ino mientras caminaban a casa.
— Kakashi dijo que pasaría años en prisión, luego, no lo sé...
— Mi deseo es que se arrepienta el resto de su vida — confeso, a lo que Naruto le miro entendiendo su dolor — él se arrepintió ¿no es cierto? ¿el lloro?
— Si, si lo hizo, nunca le vi hacerlo hasta ese momento.
Un camino de redención
Había pasado dos años en prisión hasta que su ayuda fue requerida, si bien ya no había que temerle la gente le despreciaba, le miraban con asco o miedo, como si de una cucaracha se tratase. Custodiado por shinobis de la prisión entro a la oficina del Hokage donde se encontró con los 9 de Konoha, los grilletes y sellos que lo ataban fueron quitados por ordenes de Kakashi.
— ¿Es necesario que el vaya? — hablo la Quinta quien veía con desprecio al pelinegro.
— El problema de esta misión radica en genjutsu, nadie mejor que el para el trabajo.
— Esto es asfixiante Rokudaime, me voy — hablo Tsunade — Y recuérdale al Uchiha que si nos vuelve a traicionar, personalmente me haré cargo de su deceso — declaró antes de salir de la oficina.
No había nada que decirle, Sasuke había escuchado todo.
— Bien todos aquí están al tanto de la situación menos Sasuke, ten —entrego un pergamino al Uchiha — ahí viene toda la información sobre lo ocurrido, se que sabes que hacer, los demás, Ino-Shika-Cho, trabajaran con las mentes de los enfermos y crearan una estrategia del cómo dar con los responsables, lo harán una vez que Hinata y la Quinta hayan logrado curarlos, Naruto tu tienes tus misiones, Tenten, Rock Lee, Kiba, Shino, necesito su apoyo en las fronteras para detectar casos de nuevas bombas humanas.
Todos salieron del despacho del Rokudaime excepto el pelinegro y el rubio.
— Kakashi-sama... — hablo Naruto — ¿Y el que hará?
— No me digas así — corrigió — y el irá solo, es su oportunidad para demostrarnos que tanto a cambiado, ¿o no Sasuke?
El nombrado hizo un gesto con la cabeza afirmando las palabras de Kakashi.
— Bien, dicho esto, Naruto necesito que te retires — el rubio salió a regañadientes de la oficina dejándolos solos — aparte de lo que dijo la Quinta quiero decirte que me estoy jugando la vida en esto, si hubiera alguien más con tus características como shinobi seguirías en prisión, pero tú eres el adecuado para el trabajo, así que te pido que no lo arruines esta vez.
Posteriormente la misión fue explicada con más detalle hacía el joven Uchiha, quien fue provisto de su catana, algo de ropa y provisiones, emprendió su camino no sin antes pararse frente a la lapida de su antigua compañera. Su corazón latió rápido y un nudo se formo en su garganta cuando leyó el grabado de su nombre, Sakura. Se arrodillo frente a ella y toco las letras con su pulgar.
— Perdóname — hablo — la vida no me alcanzará para arrepentirme lo suficiente, pero te prometo no volver hacer locuras. Naruto me a mostrado el camino, viviré para velar por la aldea y peleare cuando sea debido, no volveré a fallarte.
Con aquella promesa Sasuke Uchiha partió a su primera misión luego de años, esta era su oportunidad para regresar algo de lo mucho que hizo.
Esta historia es propiedad de nastyjaeger, no copies ni resubas.
Los personajes son enteramente de Masashi Kishimoto
Publicado : 13 - Ago - 21
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No he podido abrir su cuarta carta, me tiemblan las manos se acerca el final y a pesar de todo no sé ¿cómo decirle adiós de nuevo sin que muera otra parte de mí? Cuando le dije adiós y sentí su llanto entre su voz, se me quebraba cada uno de mis huesos y le reclame a mi corazón de nuevo ¡porque no le has amado, como para quedarte a su lado! - lo siento, no está funcionando. Mañana regreso a mi planeta- un silencio se quedó en sus ojos y Otro en mi garganta, luego me dijo con una sonrisa -entiendo, siempre estaré contigo... ¡Te quiero! - y di la media vuelta para márcheme, me mordían las ganas de ver de nuevo a mi rosa, no se lo puede ocultar... ¡Oh dios! ¿por qué su frágil corazón me lo ha había entregado a mí! Un viajero sin rumbo, Hasta ahora puedo ver cuanto amor tuvo que sostener entre sus labios para decir aquellas palabras -entiendo, ve y se feliz-
El principito giro de nuevo la banca y escucho al viento leer la carta
Carta para el principito N° 4
No he podido sostener una palabra entre mis labios y se han caído antes de tiempo, me pesa el cuerpo de tal manera que me cuesta moverme para escribir… ya la caza no sale de mis dientes no tengo ánimos para su intención, se acaban las horas a medida de mi fuerza, veo como todo se aleja, no hay mucho que contar tal vez porque ahora hago lo mismo de siempre (camino de un lado para el otra entre la madriguera, solo me levanto a escribir entre el viento de vez en cuando, veo las tardes caer con tus labios en mis sueños, las noches llegar con tu olor entre mis suspiros) y así se pasan los días, pero hoy justo hoy, mientras contemplaba el trigo vi caer una espiga que comenzaba a florecer, era dulce lo sentía entre mi boca, de tallo fuerte, brotes dorados y glumas resistentes, pero aun así no fue suficiente porque ella descendió con el mínimo soplo del viento, al verla caer sentí nostalgia y llore por las dos, porque algo en ella la hizo caer, algo no visible a los ojos cubierto por la tela de su piel y suspiré hondo, la vida es un momento que se puede acabar antes de brotar y así como ella está enfermedad me esta matado, nadie sabe lo que tengo, solo sabe que acaba lentamente con mi salud y que el tiempo es mi mayor tesoro. todo va igual entre un parpadeo y otro, hilar una oración se me ha vuelto difícil... pero hoy tengo más fuerza que ayer, tango más tocando mis labios, la carta número cuatro; volveré a retomar como si fuera un conjuro para llamar cohesión: Me cuesta en estos días sostener mi vida ¡sabes, el peso se hace de plomo en mi cuerpo! el tiempo devora sin parar, no hay mucho que contar ¿tal vez porque hago lo mismo todos los días? Que me comienzo a confundir, Los doctores estudian mi caso y voy de la casa al doctor y se me va la fuerza en ello... pero para decir tu nombre solo me basta un suspiro, hoy me llego un recuerdo que colmo mis ojos de lluvia, las palabras estaba atrofiadas y mi forma de recordarlas es algo confusa, pero que lindo es saber que a pesar de este dolor que devora mi salud aún tengo tu risa, le pediré esta vez al viento que si te llegas preocupar al leer la carta; te pinte un beso, uno fuerte que te borre cualquier miedo, descuida es solo el ciclo que se está cerrando.. continuando para luego para poder dormir y que las fuerza no me vaya abandonar en media palabra, diré que recordé mi declaración y tu respuesta
¿Te has enamorado? Mis ojos destellaron esperando tu respuesta, impaciente conté todos mis dedos apretando cada uno de nuestros recuerdos; (los descansos llenos de risas, de palabras sueltas, de tus ojos clavándose en los míos, tu voz rodeando mi risa) ... ¡No lo sé! Y... ¿tú te has enamorado? Mi sonrisa caía entre el suelo para elevarse rápidamente al cielo, toque con mis pies el suelo tres veces y sentía en mi vientre romper las mariposas que buscaban escapar... ¡Eh, mm! Ja, ja, ja... debe ser algo muy lindo, hablo de sentir amor de ese que se elige hacia otro, de ese vínculo que las palabras no saben explicar, pero tu cuerpo lo grita, lo canta, lo abraza y lo llena de ti y del otro ¡debe de ser muy lindo, enamorarse y amar después! Caí con una risa entre mis costillas y me pregunté porque en eso momento besaste mi boca sin tocar mis labios ¿cómo era posible? Que dentro de mi estuviera tu risa, me desapretó la campana ya era la hora de volver a los casilleros, a los maletines atiborrados de notas y los furtivos egos entre los pasillos y desde entonces mírame aquí pensando en tus labios clavados en mi pupila, nunca te lo dije pero fuiste una de las razones por las que salía de mi madruguera y no morir allí entre el lodo que me drenaba y las piedras que se incrustaban sin piedad en mi cuerpo y verte a ti todo lo apagaba, el mundo se reducía a tus ojos y me asustaba con la respiración presa de alegría y todos los libros y las posibles hipótesis se deshacían ante tu sola presencia, solo sabía que sentía amor hacia tu vida, (que palabra más pesada y más grande, que bajo tu nombre es pequeña y faltante de fuerza) planee día y noche que como decírtelo ¡pero yo siendo solo un zorro, con estas garras que vierten veneno, estos colmillo que solo saben morder! ¿cómo podría acércame? Y ahora solo desfilan los recuerdos, no te lo dije ni al día siguiente, ni al otro, ni al mes, ni en los años, porque quería estar bien para cuando abrirá mi corazón y que este no tuviera espinas o al menos ellas fueran blandas en tu tacto.
tantas veces me queme entre el llanto queriendo un fin, pero tu allí afuera de la cueva esperando nuestra platica para ver el trigo reír con el sol, así que me levante una vez más después de las palizas, de los gritos y del miedo, necesitaba ver el sol tocar con sus besos a la lluvia, ver a la brisa amar a los tallos de las plantas ¿fue un poco tarde, quizás? No lo sé, pero luego de reparar algunas costillas y respirar mejor, salí de la cueva con mi corazón gritando amor en cada latido y con mi sangre siendo de azúcar, corrí a buscarte y allí estabas en esa choza pequeña que te cubría de la noche y del frío -hola, el clima este algo alocado, hace frio y luego calor- reí al ver congeladas mis palabras ante tus ojos, repusiste como si ya lo supieras -hola, solo ha eso venias- ¿tal vez el viento no aguanto más el secreto y ya te lo había contado? Comencé a temblar y solo te pedí un abrazo y allí cubierta en tu pecho, te susurre en el iodo - te quiero- y me apretaste fuerte y dijiste como si anticiparas mi respuesta -solo eso sientes- asentí clavando más en tu pecho y como una ola deje caer mi confesión -no solo eso siento; siento amor, sé que no sientes lo mismo aun así no quiero que muera esto dentro de mi sin ver la luz en tus oídos... yo... estoy enamorada de ti, amo tu sonrisa, eres como una luz entre mis ojos, cuando te veo el mundo se borra solo estas t��, cierro los ojos y te siento dentro de mí, aquí en mi ser, dentro muy adentro... Sé que los seres humanos son confusos, pero mírame soy consciente de lo que digo, solo quiero que lo sepas y ya ¿por qué? Por si alguna vez te encuentras solo y triste, sepas que existió un ser que te amo por lo que eres sin nada más que los trozos de su corazón, que una persona al decir tu nombre sonreía porque eres amor dentro de su boca, que una persona no tal vez como cualquier otra te tiene escrito sobre la piel y tal vez sonrías al saberte especial a mis ojos... Por eso estoy aquí quiero regalarte estas palabras y decir que te quiero. Me quede en silencio y mi corazón cubría mi voz por completo, solo quería estar allí sin nada más que sintiendo tus latidos... Y tu respuesta fue un cielo dentro del mar.
me pesa el cuerpo y se cierran mis párpados, parece que no hoy no podre terminar, continuare en la quinta carta, mientras estos recuerdos me llenan de gozo las lágrimas y encienden un volcán dentro de mis pulmones.
estoy algo cansada entre el conteo y pronto se terminarán las puestas de sol para mí… te dejo esta carta que me sabe a tu boca y te digo que en tu risa puede encontrar un hogar y aunque ya lo la escucho vive dentro de mi memoria.
-Ramé- el zorro se quedó con un adiós bañado de sonrisas, oscilando entre su madriguera.
(Inspirado en el libro del principito, Antoine Exupéry, 1943)
Julio de 2021
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El significado oculto de “El Principito”
Por ti, me leí “El Principito”, escrito por Antoine de Saint-Exupéry. “El principito” era uno de entre esos miles de clásicos en los cuales pensé que aunque leyera trozos sueltos por alguna parte, jamás metería mi nariz entre sus páginas. ¿Por qué? No lo sé, pero tenía la sensación de que jamás lo leería.
Yo, yo que te quería tanto, presté atención hasta del detalle más pequeño de esa temporada en la que estuviste hablando conmigo. Desconozco cuanto fue, ¿fueron cuatro? ¿Quizá cinco meses? No lo sé, de todas maneras, ¿de qué sirve contar los minutos hablados con una persona que ya creó una vida en la que no formas parte ni del punto o coma más microscópicos? Me leí el libro, porque siempre me decías que era tu libro preferido.
Vivías tan lejos mi vida, tan, tan lejos; que el único salvavidas o tabla de madera a la que me veía capaz de aferrarme para no hundirme era ese libro con ilustraciones en tapa blanda de unas 95 páginas junto a las canciones del Cuarteto de Nos y Caramelos de Cianuro. Por cierto, que sepas, que sigo escuchando esa lista mierdera que me hiciste, ahí sigue. La escucho, más que nada, porque es amiga de la brisa calificada de nostalgia, porque abraza esos recuerdos que ambos sabíamos que iban a permanecer.
Comencé a leer el libro, y una vez llegados a la mitad, me veía incapaz de continuar, no porque no me atrajera su contenido, pues al contrario, picaba más y más mi curiosidad. Me veía incapaz de continuar por que te veía en cada ilustración y letra a medio borrar. Te vi en muchos de los planetas que ese pequeño hombrecito narró al autor cuando su avioneta no hizo más que irse a nada más y nada menos que el mismísimo desastre.
Primero, te localicé en el hogar del propio principito. Te veía deshollinando dos volcanes y sentándote en otro que estaba apagado. Te escuché, y observé intentando proteger a una rosa que no tenía más de tres espinas con poco más que una campana y un biombo. Tú tenías una, que pensabas que era única aunque simplemente fuera una cómo cualquier otra que terminó en tu planeta haciéndote compañía. Un día, te hartaste de todo y decidiste irte. Decidiste irte muy, muy lejos y explorar todas las estrellas que había al alcance de tus dedos.
En el instante en el que abandona su hogar, yo ya no te asocio con él, te pierdes de nuevo en los recodos más oscuros y profundos de mi memoria, cómo había ocurrido desde que te fuiste. Ya no te encontrabas a mi lado leyendo el libro conmigo. Sencillamente me convertí en una niña que caminaba detrás del autor a medida que va escuchando la historia de un niño que le pide que dibuje un cordero pequeño para su hogar, entonces ya no te encontrabas ahí.
Eran 7 planetas, los cuales fui visitando con lentitud para quedarme hasta con el más mínimo detalle y así comprender porque amabas ese libro. Más que en planetas, te encontré en pensamientos sueltos, en palabras que sin contexto no poseían coherencia ninguna. Te encontré en la extrañeza que expresaba el pequeño, respecto a los adultos y los números. Te vi, en el planeta del borracho, por la manera que tenía de olvidar.
- ¿Para qué bebes?
- Para olvidar
- ¿Para olvidar qué?
- ¡Para olvidar que tengo vergüenza!
- ¿Vergüenza de que?
- ¡Vergüenza de beber!
Tú no bebías para olvidar tu vergüenza de amante del alcohol y tus malos vicios. Tú bebías para pintarte la ficción de que eras fuerte y hacerte pensar a ti mismo que no te llegaste a enamorar. Te querías hacer creer a ti mismo, que no llegaste tarde, que no pasa nada, que más que nada no servía de nada llorar por tu famosa leche derramada. Te lo repetí entonces, y en este escrito que quiero pensar que no verás porque tengo la sensación de que ya no me lees en absoluto te lo vuelvo a repetir, eres humano, de manera que está bien que muestres debilidad y que llores. A veces, hasta al caballero más fuerte se le cae la armadura.
Fui visitando, localización por localización, y en mi imaginación tuve conversaciones con reyes, astrónomos, faroleros, y geógrafos. Me hicieron embajadora de un planeta pequeño, me hicieron comprender que a veces nos importan en exceso las posesiones hasta que llegamos al punto de exigir algo cómo las estrellas numeradas que no pueden ser de nadie, aún por la inmensidad del firmamento.
El geógrafo le pidió al principito que le contara cómo era su planeta de procedencia. Él, emocionado, le habló de sus atardeceres, de sus volcanes y cómo no; de su hermosa rosa protegida del viento por un globo de cristal. El geógrafo lo corrigió, explicando al pequeño que en los mapas solamente se escribían cosas eternas y que las flores o las puestas de sol eran efímeras, que desaparecerían nada más que con el roce de una fuerza mayor. Creo que por eso el principito no comprendía o le desagradaban los adultos. Con el crecer, me parece que olvidaron que el recuerdo también nos hace eternos. Que eterno por definición, es aquello que no puede ser medido por el tiempo o que da la sensación de no tener principio ni fin. El recuerdo, nos hace eternos, es algo que no tiene capacidad de medida a nivel temporal. El principito vivía junto al recuerdo de su rosa, ella era eterna, inmortal; y nadie le podía decir lo contrario.
Nosotros, a ratos pensábamos que tendríamos fecha de caducidad y en otros que sería eso, que seríamos eternos. Éramos distintos, tú querías con prisas, yo amaba con calma. Tú desaparecías y yo aguardaba pacientemente a tu regreso, con la esperanza de que lo hicieras, con la esperanza de que fueras a regresar. Quiero pensar que la rosa esperó al principito con paciencia, y que después de ese año y poco más que se pasó lejos del hogar, este volviera con más historias que contarle a su flor preferida.
En la Tierra, comprendí muchas cosas. Tú y yo, físicamente no éramos únicos. Tú eras un muchacho cómo cualquier otro, y yo era una niña que era una más entre un millón. Sí, éramos un poco distintos físicamente al resto de personas de nuestro alrededor, pero no dejábamos de ser muñequitos de porcelana creados de todos los colores y tamaños imaginables a granel. De todas maneras, al igual que para el principito no había flor más única que la suya, no había chico inconcluso más único que tú para mí, y quizás no había mujer más incomprensible que yo para ti. Así estaba bien.
Dejándote un poco más de lado, quiero poner el foco sobre otra cosa. ¿Tú crees que a ti te llegaron a domesticar? ¿Te pones a pensar y te das cuenta de que has creado unos lazos interpersonales tan potentes que te ves capaz de añorarlos? El niño iba en busca de un amigo, y se encontró a un pequeño zorro que le asocio el hacer amigos con la creación de esos lazos, o dicho de otra manera, con el ser o no domesticado.
Me puse a pensar sobre eso mismo. Mi primera fase de pensamiento no se limitó más que a un:
- Yo no creo haber domesticado a nadie, pero sí creo haber sido domesticada por alguien.
En ese instante, pensé en todas las personas que de una manera u otra me habían domesticado. No voy a mentir, no fueron muchas, no tantas cómo pensaba, pero sí que fueron bastantes. Entonces esta misma duda, con mi respuesta se la planteé a mi mejor amiga y me dijo algo que llamó mucho mi atención:
- Domesticaste a un zorro que es libre además de curioso, y a un infierno que es incapaz de confiar en alguien y que solo quema. Aún así dudas del poder que tienes.
¿Yo? ¿Tener poder? Me costaba hacerme a la idea de que una niña sobre ruedas, tuviera poder con tan solo un bolígrafo de colores y un papel con líneas espaciadas de un 0.5cm de espacio. Yo no tenía unos pies fuertes que me ayudaran a recorrer el mundo, tampoco era muy inteligente para tener grandes ideas o era tan buena con los números cómo para contar todos los astros del universo para decir que eran de mi pertenencia y que yo los descubrí cómo hizo el obsesionado de los números. Entonces, ¿dónde me quedo? ¿Dónde se encuentra esa magia, ese poder del que tanto habla? Me di cuenta a base de observarte, que domesticar a alguien cómo tú resultaba una misión muy complicada, extremadamente laboriosa. De todas formas, a veces me pregunto si lo conseguí por accidente.
Por último, hago hincapié en el regalo del principito. Regaló al aviador, unas estrellas que ríen. Después de mucho tiempo, unos seis o siete años, el autor aún las miraba y sonre��a porque escuchaba la risa de cascabel que procedería de alguna de esas estrellas. A tí, fui incapaz de dedicarte estrellas, pues las canciones de mis estrellas y la llave de mi corazón pertenecían a otra persona. Sin embargo, te regalé borrones de carboncillo, cera rosa y sellos de colores que me hacen sonreír al igual que el eco lejano del cielo. A pesar, de que todas y cada una de las cartas que te mandé se perdieran, no puedo evitar sonreír cada vez que paso por delante del estanco de la escuela, y la mujer del flequillo negro me saluda a través de la puerta de cristal, porque me acuerdo de ti.
Tú le diste un significado nuevo, hermoso y oculto para mí a ese relato tan cortito. Gracias, gracias por hacer al principito tan especial para mí.
- María I
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one line starters – la oreja de van gogh
bueno como les prometí he hecho unos one lines de starters basados en las canciones más míticas de la oreja de van gogh. psa: solo se incluyen las canciones de la formación original.
CUÍDATE
“ni me quejo ni me quejaré.” “¿y tú, qué has hecho para olvidar?” “lo sé, prohibido preguntar.” “y luego imaginé que estabas ahí disimulando por mi.” “cierra la puerta, ven y siéntate cerca.” “tus ojos me cuentan que te han visto llorar.” “tus manos aun tiemblan si me escuchan hablar” “sin ti ya no podré escuchar a la buena vida (aquí poner otro grupo o cantante) más.” “lo sé, prohibido recordar.” “tú cuídate, aquí yo estaré bien.” “olvídame, yo te recordaré.”
20 DE ENERO
“pensé que era un buen momento.” “por fin se hacía realidad.” “también de fotos tuyas de antes.” “dibujé tu sonrisa junto a la mía.” “me dormí con tu abrigo en el sofá.” “quiero estar a tu lado.” “quiero mirarte y sentir.” “yo quiero quererte o morir.” “me pregunté que sería sin ti el resto de mi vida.” “desde entonces te quiero, te adoro y te vuelvo a querer.” “vi tu cara en el cristal.” “era un poema de amor para viajar.” “te perdí y no te perderé.” “nunca más te dejaré.” “te busqué muy lejos de aquí.” “te encontré pensando en mi.”
PARIS
"ven, acércate.” “ven y abrázame.” “vuelve a sonreír, a recordar paris (aquí poner otra ciudad o lugar que os apetezca).” “déjame pasar una tarde/noche/día más.” “dime dónde has ido.” “dónde esperas en silencio, amigo.” “quiero estar contigo, regalarte mi cariño.” “darte un beso.” “ver tus ojos disfrutando con los míos.” “hasta siempre.” “adiós, mi corazón.” “ven, te quiero hablar.” “vamos a jugar al juego en el que yo era tu princesa.” “ven, hazlo por mi.” “vuelve siempre a mi.” “ven, quiero saber por qué te fuiste sin mi.” “no hay nada que me haga olvidar el tiempo que ha pasado ya y no volverá.”
LA PLAYA
“no sé si aun me recuerdas.” “nos conocimos al tiempo.” “abrazaste mis abrazos.” “vigilando aquel momento, aunque fuera el primero y lo guardara para mi.” “si pudiera volver a nacer te vería cada día amanecer.” “te voy a escribir la canción más bonita del mundo.” “voy a capturar nuestra historia en tan solo un segundo.” “verás que este loco de poco se olvida por mucho que pasen los años de largo en tu vida.” “el día de la despedida en esta playa...” “te hice una promesa.”
MUÑECA DE TRAPO
“siempre esperando que te diga algo más.” “lo nunca dicho se disuelve en té.” “como el infiel dice nunca lo haré.” “¿me olvidarás si no firmo mi declaración?” “me abrazaría al diablo sin dudar.” “por ver tu cara al escucharme hablar.” “eres todo lo que más quiero.” “te pierdo en mi silencio.” “mis ojos son dos cruces negras.” “mi corazón lleno de pena y yo una muñeca de trapo.” “quiero contarte lo que siento por ti.” “no tengo miedo al fuego eterno.” “el silencio es algo frío y mis inviernos son muy largos.” “a tu regreso estaré lejos.”
PUEDES CONTAR CONMIGO
“mi mundo empezando a temblar.” “no quiero ganar, ahora eso qué más da.” “estoy cansada de inventar excusas que no saben andar.” “solo quedarán los buenos momentos de ayer.” “hoy solo quiero creer.” “recordarás las tardes de invierno/verano/otoño/primavera por madrid (o la ciudad que queráis) “la vida pasaba y yo sentía que me iba a morir de amor al verte esperando en mi portal.” “puedes contar conmigo.” “nunca hubo maldad, solo ingenuidad.” “pretendiendo hacernos creer que el mundo estaba a nuestros pies.” “en silencio voy a construir una vida a todo color donde vivamos juntos los dos.” “no puedo evitar echarte de menos.” “y siento que quiero verte y verte y pienso.” “la vida se pasa y yo me muero por ti.”
ROSAS
“en un día de estos en que suelo pensar.” “nos hemos cruzado, has decidido mirar a los ojos azules que ahora van a tu lado.” “desde el momento en el que te conocí, resumiendo con prisas tiempo de silencio.” “te juro que a nadie le he vuelto a decir que tenemos el récord del mundo en querernos.” “por eso esperaba con la carita empapada que llegaras con rosas.” “me encantan esas cosas, que no importa si es muy tonto, soy así.” “y aun me parece mentira que se escape mi vida imaginando que vuelves a pasarte por aquí.” “me pediste que te diera un beso.” “con lo baratos que salen que te cuesta callarme con uno de esos.” “pasaron seis meses y me dijiste adiós, un placer coincidir en esta vida.” “ahí me quedé con una mano en el corazón.” “y es que empiezo pensar que el amor verdadero es tan solo el primero.” “y es que empiezo a sospechar que los demás son solo para olvidar.”
DULCE LOCURA
“vendo el inventario de recuerdos de la historia más bonita que en la vida escuché.” “vendo el guión de la película más triste y bella que en la vida pude ver.” “vendo los acordes, la brillante melodía y letra que en la vida compondré.” “vendo hasta el cartel donde se anuncia el estreno que en la vida viviré.” “entiendo que te fueras.” “ahora pago mi condena.” “no me pidas que quiera vivir.” “sin tu luna, sin tu sol, sin tu dulce locura.” “me vuelvo pequeña y menuda.” “la noche te sueña y se burla.” “te intento abrazar y te esfumas.” “vendo una cámara gastada que captaba la mirada que en la vida grabaré.” “vendo dos entradas caducadas que eran de segunda fila y en la vida romperé.” “vendo dos butacas reservadas hace siglos y ahora caigo que en la vida me senté.” “vendo hasta el cartel donde se anuncia el estreno del momento que en la vida viviré.” “llorando como un día de lluvia.” “mi alma despega y te busca en un viaje del que no vuelve nunca.” “subiré cada noche a buscar a tu luna mi tejado.” “el recuerdo de un abrazo que me hace tiritar.”
CUÉNTAME AL OÍDO
“cuéntame al oído, muy despacio y muy bajito.” “porque tiene tanta luz este día tan sombrío.” “cuéntame al oído si es sincero eso que ha dicho o son frases disfrazadas esperando solo un guiño.” “cuéntame.” “detuvo el tiempo en el beso y ese beso a mi en el tiempo.” “a qué sabe ese momento donde quedan hoy los días en que yo era un sueño.” “dónde duermen hoy tus miedos.” “si aun guardas sus caricias en la caja del recuerdo.”
VESTIDO AZUL
“solo una palabra se hubiera llevado el dolor.” “con el beso amargo de aquel licor, hubiera bastado mi amor.” “solo una mentira se viene conmigo a pasear.” “sentirme querida en aquel abrazo en el mar.” “con el vestido azul, que un día conociste, me marcho saber sin saber si me besaste antes de irte.” “te di mi corazón y tú lo regalaste.” “te di todo el amor que pude darte y me robaste.” “he rasgado mi vestido con una copa de vino.” “hoy tu amor corta como el cristal.” “en el cielo hay playas donde ves la vida pasar.” “donde los recuerdos no hacen llorar.” “solo una caricia me hubiera ayudado a olvidar que no eran mis labios los que ahora te hacen soñar.” “buena suerte en tu camino, yo ya tengo mi destino.” “con mi sangre escribo este final.”
POP
“tienes talento, cultura, manos bonitas y estudias francés.” “cantas, actúas y pintas, escribes poemas, todo lo haces bien.” “has nacido artista, lo sé.” “se te nota en la cara, tienes mucho poder.” “firma aquí abajo y verás como cambia tu vida.” “es muy fácil ganar.” “eres la reina del pop.” “una diva sin nombre, un montón de ilusión.” “eres facturas y alcohol, una foto borrosa, una flor sin olor.” “piensan que vas a gastar todo ese dinero que vas a ganar.” “no sabes cuanto te admiro, te aplaudo, te miro y te escucho también.” “nunca olvides quien te ayudó, quien estuvo contigo, quien te enseñó.” “no dejes que nadie al pasar te mire a los ojos, tú debes mandar.”
GEOGRAFÍA
“me gustaría inventar un país contigo.” “porqué no me das la mano y nos cogemos este barco.” “celebrando con un beso que hoy es hoy.” “que nuestra patria existe donde estemos tú y yo.” “que todo estará cerca si cerca estamos los dos.” “si tú también lo sientes, si a ti también te apetece, no lo pienses, vámonos, ya somos dos.”
EN MI LADO DEL SOFÁ
“no importa quien te bese yo te esperare.” “no importa que me quieras yo te escuchare.” “te daré mi vida entera.” “no importa que tus ojos no me quieran ver.” “no importa quien te abrace yo a ti te amaré.” “porque mi amor esta por encima de tanta traición.” “donde estarán los besos que nos quedan por contar.” “al despertar, me sentaré en mi lado del sofá para esperarte una vez más“ “no llorare tu ausencia solo esperaré.” “yo sin tu amor soy un montón de cosas menos yo.”
SOLEDAD
“tanto tiempo juntos y ahora te tienes que ir.” “éramos muy niños cuando te conocí.” “como me gustaba tu carita al bostezar.” “en nuestro rincón sigue aquel sillón donde me leías para dormir.” “siempre estabas junto a mí y esperando verme sonreír.” “dime si algún día habrá entre tú y el amor.” “dame tu mano una vez más.” “escapamos de todo y me invitabas a pensar.” “los mayores dicen que de ti me enamoré.”
DESEOS DE COSAS IMPOSIBLES
“igual que el mosquito más tonto de la manada yo sigo tu luz aunque me lleve a morir.” “me callo porque es más cómodo engañarse.” “me callo porque ha ganado la razón al corazón.” “pero pase lo que pase y aunque otro me acompañe en silencio te querré tan solo a ti.” “reír será un lujo que olvide cuando te haya olvidado.” “procuro encender en secreto una vela no sea que por si acaso, un golpe de suerte algún día quiera que te vuelva a ver.” “en silencio te querré.” “en silencio te amaré.” “en silencio pensaré tan solo en ti.”
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-Escucho los pasos de las niñas apresurados hacía nosotros, porque si yo soy curiosa, ellas me llevan ventaja.- "¿Qué cosa?" -Pregunta Aster unos pasos antes de llegar a ti tirando de Lei que no habla para alcanzar a su hermana.-
-Río por lo bajo antes de que las niñas lleguen a donde estamos, y yo me detengo, ya desde donde estamos casi se puede ver la casa. Me hago el interesante haciendo una pausa antes de responder a la pregunta de Aster-. Maravillosa -digo pensando que esa era la respuesta cuando de niño jugaba al "Veo, veo"-. Tengo una sorpresa para las tres -les cuento- Es algo que nos está esperando en la casa -agrego-. Pero me tienen que dejar que les cubra los ojos para que la sorpresa sea completa hasta que lleguemos ¿Qué les parece?
-Detienes tus pasos y yo hago lo mismo. Estamos cerca de casa así que no entiendo por qué simplemente no hemos seguido hablando por el camino como usualmente hacemos. Ambas niñas ríen cuando les responden y veo como abren mucho los ojos cuando dices que tienes una sorpresa para las tres.- ¿También para mí? -Pregunto, porque me pensaba que lo que ibas a contar a las niñas era solo para ellas. Pero no me dejan seguir hablando a mí porque vuelven a preguntar entre las dos qué cosa es.- "¿Sin los ojos tapados no hay sorpresa?" -Pregunta Aster mientras Lei cubre sus ojos con sus manos.- "Yo ya estoy, Nico." -Anuncia y yo tengo que reír por verlas a ambas y porque la curiosidad está pudiendo conmigo ahora.-
-Río por la reacción de las tres-. Si, la sorpresa es para vos también -digo primero-. Y si, sin ojos tapados no hay sorpresa -digo a Aster antes de mirar a Leilani-. Está muy bien Lei, pero para no tropezar, vos vas a ir con mamá -digo alzándola y poniéndola en tus brazos-. Aster tu vendrás conmigo -digo alzándola en un brazo-. Y ahora les cubriré los ojos a las tres y llevaré a mamá de la mano, así nadie se cae ¿Vale? -pregunto esperando una respuesta positiva de las tres para vendar sus ojos conjurando un "Obscuro"-.
¿Qué es? -La pregunta me sale sola en cuanto dices que también es para mí, aunque sepa que no me vas a decir nada porque te gusta dejarme con la intriga de las cosas. Respondes a Aster y la veo fruncir el ceño un momento, aunque parece pensarlo mejor cuando ve a su hermana y parece entender que mientras m��s rápido haga caso, más rápido va a enterarse de las cosas por lo que se guarda la protesta. Le dices a Lei que va a ir conmigo y yo me aguanto de decir que eso no es garantía de nada porque yo voy tropezando con todo, en su lugar abrazo a mi pequeña, besando su mejilla antes de acomodarla sobre mi costado izquierdo, a la vez que tú abrazas a Aster que parece encantada.- "¡Vale!" -Exclaman las dos y yo asiento, sabiendo que, contigo, vamos a llegar de una pieza.-
-Con un movimiento de varita las tres quedan a oscuras y entonces tiro de tu mano caminando despacio para poder ir mirando el suelo sobre el que caminas. Escucho que las niñas ríen-. Vamos despacio, pero van a ver cómo les gusta lo que van a ver cuando lleguemos -Digo escuchando a Leilani decir mi nombre mientras mira hacia arriba, como tratando de espiar por debajo de la venda-. No vale espiar -digo aunque sé que no va a poder ver nada-. Solo falta un poquito, ya casi llegamos -digo desviando mis pasos de la entrada de la casa para ir hacia el lugar del cobertizo. Ahí es donde me detengo y las miro a las tres-. ¿Están listas?
-No me hace mucha gracia el no poder ver por dónde es que van a ir mis pies, pues a veces aunque vea no dan el paso correcto, pero escucho las risas de las niñas y me aseguro de llevar bien sujeta a Lei.- "¡No estoy espiando!" -Protesta Lei que me hace reír porque se ha delatado sola, pues tú no mencionaste nombres.- ¿Cuánto? -Pregunto apretando tu mano, no sé si de nervios o por las ganas de querer saber qué es lo que voy a encontrar cuando me dejes ver. Pero no pasa mucho desde mi pregunta hasta que haces que me detenga y son las niñas quienes responden primero con sendos gritos dignos de un Sonorus.- Vivimos listas. -Digo yo, porque tengo que reconocer que me tienes intrigada y estoy luchando por no sacar mi varita y deshacer tu hechizo.-
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Es curioso como Junio siempre me toma por sorpresa. Debería estar acostumbrada al peso que me trae cada año porque hace 8 inviernos por lo menos que es así, pero no es el caso.
Estamos a 5 de Junio ya, y el día de hoy no fue de los más pesados, tampoco uno leve.
Creo que fue una subida de adrenalina que tuve que a la tarde lo que me dejó así, porque antes de eso estaba todo normal. Normal como se puede estar cuando te levantas todos los días sintiendo que vas a vomitar tus propios órganos, pero normal.
Después de esa subida del estado de ánimo tan abrupta quede desorientada, como si me hubiesen pateado la cabeza.
Cancelé una clase y un ensayo y me senté a mirar a la nada misma.
El espiral de pensamientos paranoicos que me atrapa es siempre el mismo: "no estoy haciendo nada, estoy quieta.
¿Por qué no puedo moverme?, ¿por qué no soy productiva?
Alguien me debe estar mirando mal, seguro nadie me soporta.
Yo no me soporto, ¿por qué alguien más lo haría? No valgo tanto la pena.
Todos me toman como un peso, como una inválida.
Estoy demacrada, tengo la cara hinchada, fea, desarmada. ¿Se me está cayendo el pelo? ¿Baje de peso o subí? Tengo que hacer ejercicio."
Cuando quiero darme cuenta estoy por entrar a bañarme. Hago ruido en mi cabeza y mi cuerpo se mueve solo, sin que me de cuenta. Es como vivir de a fragmentos, o estar drogado.
Me gustaría dejar caer un poco de este peso en alguien más, compartir la carga; un Samsagaz para mi malestar mental. Pero esta idea ya fue descartada, ridícula y utópica, inocente de mi parte pensar que algo así podría siquiera ser entendido por alguien que no sea yo misma. No porque crea que las personas que me quieren son tontas emocionales o desconfíe de su empatía, sino porque ni siquiera yo entiendo, y porque a través de ojos de amor nunca se encuentra una respuesta práctica.
La soledad es entonces un hecho.
Un profesional me dijo hace tiempo que yo me quedaba sola por elección propia, y que ese era mi problema, no sé que tan un problema sea, acercarse a gente también lo es.
Fuera del círculo pequeño de gente que elijo conservar en mi vida todo me disgusta o me parece un riesgo innecesario. Los grupos de extraños me ponen nerviosa, ridículamente nerviosa.
La gente de afuera de todas formas va y viene, quizás se detienen a mirar. A menudo me pregunto cómo vivirá el resto que me es ajeno.
Si verán pasar el río y desearan ser la corriente que fluye y la piedra que el agua cala. Si pensarán en una brisa fresca que los deshaga y los vuelva a armar en una pila de polvo, que los despoje de la existencia carnal y de lo cotidiano. Un viento caliente que los sacuda, los zamarree, los haga llorar a los gritos y reírse a carcajadas.
Seguro que sí, al fin y al cabo todos somos humanos, nadie es tan especial. Pero nadie es el otro ni la otredad que construimos desde lo subjetivo.
¿Cuánto tiempo pasó desde que entré al baño? No mucho, no hay tanto vapor...pero el agua tampoco sale muy caliente que digamos, es difícil saber.
Estoy pensando de nuevo en la soledad, repito como un mantra que estoy bien.
Estoy sola en esto, solo me tengo a mi misma y solo yo me sostengo, quizás hasta puedo encontrar orgullo en ello.
Yo sola vengo cargando con esto, no necesito a nadie. O quizás sí, pero es mejor no hacerse ideas, ni esperanzas ni nada de nada.
La vida así pasa en un instante, el mundo se revoluciona alrededor mío y yo siento que no moví ni un pelo, estoy estática todo el tiempo como si una fuerza invisible me atara de manos y pies.
Veo el café enfriarse, a las personas irse y volver, las estaciones cambiar. Escucho el agua hervir, los autos pasar, las personas gritando. Siento el frío calarme los huesos, el calor sofocarme. Veo a los demás crecer y el agua con sangre escurrirse por la rejilla.
Una sensación que disfruto bastante últimamente son los escalofríos que me da el calor de la estufa cuando salgo de bañarme con agua que estaba casi fría. Me recuerdan a algunas emociones que ya no siento, aunque a veces me hace llorar.
Me voy a quedar en este cuarto pequeño un rato más, en este lugar donde nadie puede verme y puedo moverme con toda la lentitud del mundo, usar mi cara de cansancio y estar en silencio. Aunque parezca tonto hasta las cosas más simples me abruman a veces; hablar con alguien en mi casa, hacer de comer, salir a comprar a la esquina, levantarme de la cama, contestar un mensaje, hacer las cosas de la facultad. Todo me hace sentir desorientada, me tiemblan las manos, aprieto los puños hasta que me clavo mis propias uñas y hago sangrar las palmas de mis manos.
No quiero salir hoy, no quiero ver a nadie. Quiero estar sola, acostada y sin pensar en nada. Quiero que me dejen en paz aunque no sé exactamente quién o qué. Quiero arroparme a mi misma y no tener que mostrar mi cara en ningún lado nunca más.
Quizás tampoco quiera salir mañana, ni pasado, ni la semana que viene ni el mes que viene. Intento convencerme de que está bien, y aunque no lo logre y me carcoma la culpa yo sé que ni hoy, ni mañana, ni pasado, ni la semana que viene me voy a despertarme sin sentir que estoy por vomitar todos mis órganos.
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Lo inminente
¿Quién me manda a hacer esto? Hace quince minutos que estoy en la vereda sin poder dar un paso más. Miro incrédula la fachada de su casa esperando que me abra para poder entrar. Y olvido que ahora la llave está en mi mano, no en la suya.
Las palpitaciones taladran mi pecho, mi cerebro siente que va a estallar. No puedo hacerlo. Sin embargo, como me advirtieron que hoy era el último día para poder resolver qué va a pasar con todo, tengo que accionar. Desde mañana sólo será una demolición y arrojar todo lo que haya en el interior a contenedores, a hogueras. A menos que lo detenga y me imponga. Que decida qué va a suceder.
Tengo ese poder, casi mágico en mis manos, de transformar este pasado en el futuro de la forma que yo guste; o permitir que se deshaga toda esta historia en pseudofuturo, en vender y dejar que otra propiedad más pase de hogar a departamentos hacinados, inertes, de mala calidad.
Quien me manda a tomar estas decisiones sabe que no hay nadie más que pueda hacerlo. Le da igual si hay una casa bonita en medio de la ciudad o un edificio horrible que tape la luz del sol a los vecinos. Sólo cumple con su trabajo. No tiene la presión que siento yo, la que me paraliza.
La piel de mi frente toca la reja. No me había dado cuenta de mis movimientos. Mi mano, temblorosa, abre la puerta.
Es extraño que me invada el aroma de las flores. Jazmines del país invadiéndolo todo. Desde afuera no se notaba. El pasto parece más verde, recién cortado, rociado con el agua de manguera de cada atardecer. Llegan los zumbidos de abejas, el canto de las aves. Lo gris quedó atrás.
“Mica.”
Busco el origen de la voz. Me resulta familiar.
“Mica, vení que tengo el mate listo.”
Voy.
Ahí está, ante la mesita de cemento revestida de segmentos de cerámica. Me hace un gestito con la mano para que me siente a su lado y mientras me acerco me va cebando un mate humeante.
Me mira con seriedad.
“Estás pálida.”
Me estira la mano y toma la mía. Es tal cual como la recuerdo: suave, cálida. Me abraza y oigo como un murmullo, su sollozo suave.
Me pongo contra su pecho y escucho el latido de su corazón. Ahí lloro yo.
Me incorporo para sentarme a su lado y mientras tomo el mate me ofrece una bandeja que tiene tortafritas.
“Ahí tenés miel, m’hija.”
Como en silencio mientras la miro. Ella tiene la vista perdida en el horizonte.
Nada parece haber cambiado. Y sin embargo…
“No me contaste de tu examen.”
¿Qué examen? ¿El de la facultad? Pero si yo ya me recibí hace 10 años.
“Espero que haya valido la pena tanto esfuerzo. Yo te vi dormida en la mesa de la cocina con mi mate a un lado y una jarra de café al otro. Saqué todo porque no quería que me rompieras nada. Y como me dio lástima despertarte, te tapé con la frazada tejida.”
Todavía recuerdo el aroma a lavanda de esa frazada, pero nada de esa situación.
“Me fue bien, abuela. Aprobé.”
Se le ilumina el rostro y me devuelve una sonrisa que nunca le había visto.
Pasa un instante y se le ensombrece.
“Es el momento.”
No entiendo, pero a la vez, sé qué es lo que me quiere decir.
“Esta casa siempre fue tuya. Y mía. Y de tu mamá. Pero podés hacer lo que quieras con ella.”
La miro.
Hay un ruido afuera.
Volteo hacia éste y cuando vuelvo la vista donde estaba ella, está todo tan oscuro que no la logro ver.
Afuera, en la calle se escuchan ruidos aturdidores.
Me levanto a tientas y vuelvo sobre mis pasos.
Llego al frente de la casa y me sorprende que no haya nada de la vida que noté antes.
En la vereda, el ingeniero, de casco y lentes oscuros, está dando órdenes a sus empleados que están sobre las máquinas.
Retorna todo a mí: el pánico, la ansiedad. Doy un paso más y veo la luz del sol.
Giro sobre mis pies y la casa está en penumbras, fría, hostil.
Doy dos pasos hacia atrás y quedo con los brazos extendidos contra la reja, esperando lo inminente.
~Micaela Bertona~
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❀ 「jeon jungkook」
23 ⇢ “Está muerta…”
50 ⇢ “No puedes salvarnos a todos.”
Sostenía tu mano en medio de la catástrofe, caminaba a tu lado protegiéndote a toda costa porque eras lo último que le quedaba.
Una plaga había acabado con la ciudad, miles de personas murieron y cuando pensaban que todo estaba controlado los muertos revivieron uno a uno. Hasta que nada era seguro.
Sus padres murieron, desaparecieron sin dejar rastro buscando protegerlo, en cuánto su mamá resultó infectada su papá huyó con ella. Para que él pensara que se fueron en lugar de que podrían haber muerto en cualquier momento y ahí mismo.
Pero Jungkook salió a buscarlos, desesperado y solo. Sin comida, sin un lugar donde refugiarse, te recordó. Corrió por toda la ciudad, sus pulmones ardían pero el dolor en el pecho podía más. No podía perderte también, tenía que encontrarte.
Tu casa estaba vacía, los gritos y gruñidos de los caminantes llenaban el lugar, pero no podía marcharse sin siquiera buscarte.
Tu cuarto intacto, la cocina rebatida.
Decidió arriesgarse y bajar al sótano, donde un destello de luz desprendió.
"Por favor que sea ella."
Tu cuerpo temblaba en una esquina cuando los pasos se escuchaban más cerca, pensando que al final no podrías esconderte de por vida.
“¿___?,” preguntó con temor, al escuchar su voz sollozaste aliviada, él estaba vivo. Con las pocas fuerzas que tenías te colocaste sobre tus pies, provocando que él se inclinara y te viera por fin.
“Dios,” susurró, dejando que las emociones lo controlaran corriendo a abrazarte. Te sostuvo cual cristal, ambos expresando lo aliviados que estaban porque el otro estuviera vivo.
“¿Qué está pasando?,” susurraste devastada, “mamá me dijo que me quedara aquí, dijo que volvería por mí pero hace días... solo escucho ruidos por la casa, personas gritando, ¿qué demonios pasa?”
Te observó por unos momentos antes de hablar, “son zombies,” abriste tu boca horrorizada, “el gobierno estaba haciendo unas pruebas y todo se salió de control, ahora están por todos lados.”
“¿Qué haces aquí?, debes estar con tus padres, Jungkook.”
Un suspiro salió de lo más profundo de su pecho, “lo intentamos, intentamos sobrevivir sin salir de casa, pero la comida se acabó y al intentar salir desapercibidos, mamá fue atacada y papá se fue con ella no pudiendo abandonarla, y ahora eres lo único que me queda.”
Te aferraste más a él, porque ahora solo eran los dos.
“Debemos salir de aquí.”
“No puedo, ¿qué hay si mamá regresa?,” tratabas de apegarte a la idea de que lo haría, pero en el fondo sabías que ella sola no podría defenderse de esto.
Jungkook solo podía pensar en maneras de hacerte ver que ella no lo haría, pero decidió tomarlo como una oportunidad de sacarte de ahí, no era nada seguro quedarse tanto tiempo en el mismo lugar.
“Salgamos a buscarla,” te ayudó a ponerte en pie, asentiste porque era la única manera que podías ver, “vamos.”
Jungkook comenzaba a creer que era mala idea adentrarse en el bosque cuando el sol descendía poco a poco y la oscuridad les impedía seguir el camino.
“Jungkook,” tragaste en seco tirando de su brazo para que prestara atención a sus alrededores, una masa que parecía crecer de prisa se formaba detrás de ustedes. Tenían que darse prisa, la adrenalina haciendo que pensara rápidamente lo hizo tirar de ti y correr por sus vidas.
El viento helado entraba por tus fosas nasales quemando todo el camino hasta tu pecho, la ansiedad llegando a Jungkook cuando se vieron en un callejón sin salida. Una mano en tu boca fue lo que te hizo gritar, pero fueron reprimidos en contra de esta, inmediatamente buscaste por tu novio y él estaba en las mismas circunstancias.
“Vas a atraerlos si gritas,” una voz ronca te susurró en el oído, ambos fueron arrastrados hasta lo que parecía ser una fortaleza, un portón fue brevemente abierto para que pudieran cruzarlo.
“Tienen suerte de que los hayamos encontrado a tiempo,” dijo uno asintiendo que para que los demás los dejaran libres, inmediatamente Jungkook corrió a ti, tomando tu mano alerta.
“Tranquilos,” sonrió, “creímos que éramos los últimos sobrevivientes en la ciudad, pueden quedarse con nosotros o irse por su cuenta, pero no van a sobrevivir solos.”
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Poco a poco fueron muriendo, algunos en combate y otros por confiados.
Hasta que de 50 quedaron 10, en pocos días Jungkook se había convertido en el monarca de la pequeña comunidad tras haber muerto el líder, que les había salvado la vida en el primer encuentro.
Jimin sostenía el canasto mientras tú te encargabas de recoger las fresas que estaban listas para ser consumidas.
“¿Crees que algún día le agrademos a la hermana de Yoongi?,” preguntó éste con un puchero en su tierno rostro.
La hermana de Yoongi, Hana, tenía un carácter demasiado especial para estar en básicamente el final del mundo. No le agradaba nadie y no sabía identificar lo bueno y lo malo, solamente lo que su egoísmo le decía y esto porque su hermano la mimaba demasiado.
“Creo que ni ella misma se agrada, Jiminie,” le tendiste una fresa para que la probara, “además, si no le agradas tú, que cualquiera puede amarte con solo verte, ya he perdido la esperanza.”
“Si Jungkook te llega a escuchar me colgará de los huevos,” te reíste a su lado saliendo del pequeño campo. Llegaron a la casa principal, donde se guardaban los suministros.
Levantaste levemente tu cabeza en busca de una melena negra, “Jungkook está en el cuarto principal,” te dijo Hoseok y le sonreíste apenada porque te haya descubierto.
Lo encontraste recostado boca arriba, con su vista perdida en el techo, te acercaste con una sonrisa acomodándote a su lado dejando que tu cabeza se apoyara en su pecho.
“¿Qué tanto piensas?,” susurraste no queriendo romper la serenidad.
Suspiró antes de contestarte, “en mis sueños, terminar la universidad, pedirle tu mano a tus padres, casarnos, tener hijos y poder llevarlos a cada lindo rincón en donde tú y yo estuvimos.”
No supiste responderle, pues era un sentimiento y pensar que todos tenían. De cosas que pudieron haber hecho.
“Y ahora tengo la responsabilidad de cuidarlos a todos,” conectaste tus ojos con los suyos, que te veían brillosos y llenos de agobio.
“Que estés a cargo no quiere decir que tienes la responsabilidad de velar por cada uno, es que seas capaz de mantener el orden mientras pase algo que nos de esperanza, no puedes salvarnos a todos.”
“A ti sí, no me puedo permitir perderte,” te abrazó fuerte, tratando de ignorar el nudo en su garganta.
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“___, Hana y Yoongi pueden ir a cazar mientras nosotros vamos al centro,” sugirió Seokjin recibiendo respuestas positivas excepto de uno.
“Yo iré con ___,” gruñó Jungkook.
“Está bien,” besaste su cien, “es más importante que vayas con ellos.”
“Tú respondes si algo le pasa, Yoongi,” le apuntó este ganándose una mirada descolocada de Hana.
Namjoon y Taehyung se encargaron de desplazar las armas a cada uno, tendiéndote una bajo la atenta mirada de Jungkook, “por favor ten cuidado.”
Asentiste besando sus labios, “nos vemos acá al atardecer.”
Te vio desaparecer por el bosque junto a los otros dos, rezando, que si Dios existía, fuera contigo.
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Las cosas se habían salido de control.
Hana había olvidado el silenciador de su arma, atrayendo con el ruido a todo caminante hambriento. Luchaban a como podían, pero eran demasiados.
Y a Yoongi solo le importaba su hermana, por más amenaza que Jungkook le haya puesto, su prioridad siempre iba a ser ella. Y Hana era egoísta, una egoísta enamorada y obsesionada con Jungkook.
No había olvidado el silenciador, quería desaparecerte del mapa, así Jungkook podría estar con ella. Es por eso que en medio del forcejeo, apuntó directamente en una de tus piernas.
“Yoongi,” susurraste horrorizada, este quedó inmóvil por un momento, tomando la oportunidad de huir, de salvarse mientras eras devorada por el grupo.
“Lo siento tanto,” sollozó mientras tomaba la mano de su hermana abandonándote.
“¡Dile a Jungkook que lo amo, Yoongi!,” gritaste por última vez.
Jungkook golpeaba la suela de sus botas contra el suelo, nervioso y asustado. ¿Por qué tardaban tanto?
“¡La puerta, cierren la puerta!,” se escuchó el grito de su hyung, que volvía con una, no con dos.
Jungkook no dudó en estamparlo contra el suelo, “¿dónde está?, ¿dónde mierdas está mi novia?,” gruñó apretando su cuello, impidiendo que pudiese respirar con normalidad, “¡te dije que respondieras si algo le pasaba!”
“Es-tá muerta...” dijo Hana a como pudo, viendo a su hermano entre lágrimas.
Todos se miraron entre sí, y fueron tras Jungkook cuando este se levantó en busca de su arma, quien no sabía si matar a los hermanos o si pegarse un tiro por no haberte protegido, por haber dejado que esta estúpida idea de sobrevivir lo hubiera llevado a dejarte ir, porque el vivir no existía sin ti.
“Baja eso,” intentó el mayor de todos.
“Nadie aquí lo puede entender, esa mujer era lo único por lo que yo vivía, ahora no está. Estos malditos se la han llevado, ella era lo único que yo tenía,” terminó con un sollozo, “ella tiene que estar viva.”
Tomó las armas que pudo, completamente convencido de que si salía a buscarte estarías escondida, esperando por él.
Jimin fue el único en acercarse a él, “¿qué piensas hacer?”
“Voy a buscarla,” se limpió las lágrimas con rabia.
“Yo voy contigo,” se observaron un rato, Jungkook buscando algún tipo de temblor en su decisión y Jimin esperando la aprobación. El menor asintió, “la vamos a encontrar.”
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Los 94 colores de la decepción
En las noches se volvio rutina deslizar las medias con ayuda de mis pies que en medio del frio; se enredan en el intento
Y ahora estoy llorando, entonces recuerdo que a veces me siento como amapolas en algun terreno baldio, tratando de crecer y contra todo pronostico creo poder florecer
El agua ya no calma mi agonia, el vino ya no tiene color y ahora es solo vinagre
entonces sigo luchando, sigo creciendo, sigo volviendo y por todo esto es que existo, resisto y persisto
Nada me queda acá, solo tus ojos y tus abrazos que son tan calidos como los rayos de sol en otoño
Y otra vez te abrazo y me siento desamparada
voy derritiendo el alma, y arrugando la yema de los dedos que dificilmente te pueden acariciar la cara
Al parecer a nadie le gusta la canela y solo vos te conformas con su amargo y dulce olor
¿Qué más te puedo dar sino es solo males que arrastro hace años?
Escucho a los perros... estoy volviendo a casa.
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Depresión y Ansiedad
No importa que tan fuerte grite, siento que nadie me estas escuchando. Se que es insultante para aquellos que si me escuchan porque en el fondo yo se que lo hacen. Creo que pienso eso porque no reaccionan como yo quiero ante lo que les digo, sin embargo, se que no deben hacerlo ¿Cómo quisiera que lo hagan? Nadie lo sabe, pero así no es.
Es obvio que eso lo escribió ella porque, aunque yo este cansada, ella siempre esta presente. Siempre salta de un lugar al otro y nunca se que queda quieta, me confunde tanto que me hace sentir perdida. A veces le ruego que pare, pero ella solo quiere que llore, pero ni siquiera así se detiene.
El otro día llegó y como no se quería ir estuve varios días sin dormir. Cuando pensé que se había ido, pude dormir, pero ahí estaba en mis sueños siguiéndome, creo que era para que no me sienta sola. Dormir con ella es raro, es como un eterno juego en el que me duermo y me levanta, me duermo y me levanta; siempre de la misma manera y con el mismo sueño. Cuando lo supero, lo cambia. Pero bueno así es así Ansiedad, uno no puede echarla ¿o sí?
Hay días que me mueve tanto que me deja sin aire, pero cuando me veo los pies estoy quieta. Se que es mentira. Me e voy porque quiero hacer otra cosa pero ella me sigue. Nunca quiere hacer lo mismo que yo. Me siento y quiere que me levante, y me levanto y quiere que me siente, lo hago a ver si se calla porque no para de hablar me aturde. No escucho lo que me dicen muchas veces, perdón es que grita fuerte.
A veces trae una amiga, son de pelearse, pero juntas causan grandes estragos. Somos las tres amigas, pero a veces me gusta salir con una sola. No necesita presentación, pero se llama Depresión. Nos hicimos amigas una vez que nos acercamos a la ventana y vimos la vida, me asusto tanto que la abracé fuerte y nunca más la pude soltar. Somos tan amigas que ya casi no voy a ningún lugar sin ella.
Cuando Ansiedad y Depresión se pelean puedo dormir con Depresión muchas horas, hasta incluso el triple que con Ansiedad, pero (siempre viene un pero) duermo tanto que no me es posible levantarme de la cama. Cuando estoy en la cama creo que me susurra “no vale la pena levantarse hoy” es eso o “no vales la pena para qué levantarte hoy”, es lo mismo, ya ni pregunto, en fin, quiere que me duerma. F x mi
Pero, no siempre se puede dormir ¿no? Tenemos responsabilidades q cumplir. Claramente ella no es de las que te dejan sola; te sigue a la escuela, al trabajo, a la universidad y encima es celosa, siempre quiere que estemos solas. En el secundario, era tan celosa que me decía que no salga, que no le cuente a nadie de nosotras. Igualmente, no es muy linda, muchos cuando la veían corrían de ella, ojalá pudiera hacer lo mismo que ellos. Creo que era por eso que no quería shhh no le cuenten ...
Cuando el dúo dinámico esta devuelta hacemos cosas de esas que no se dicen en voz alta, pero si les puedo contar que duelen. Lo mejor de estar con ellas es que nadie se da cuenta porque Ansiedad maneja a Depresión y Depresión maneja a Ansiedad y juntas ellas a mi. Sus ordenes chocan y yo no quiero cumplir ninguna, pero esa nunca fue una opción.
Si se ponen de acuerdo simplemente lloro para rogarles que se se vayan pero no lo hacen. A veces pienso que un dolor más fuerte calmaría todo lo que siento. Que tonta ¿no ? ¿Por que el dolor calmaría el dolor ? La desesperación por algo diferente porque este libro me lo se de memoria y nunca termina bien o quizás el problema es que nunca termina.
Podría estar horas y horas o mejor dicho hojas y hojas hablando de mis dos amigas, pero Ansiedad me dice que haga otra cosas y Depresión que me calle. Ojalá ambas solo fueran mis amigas, yo me las imagino como los cositos esos de la película Intensamente. Si me escuchan amiguitas váyanse, necesito estar tranquila.
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Un Ataque al Corazón 25
Notas del cap:
Una disculpa, dije que este iba a estar el primero de noviembre pero ya saben ¬¬ me salen mamadas de último minuto que no me dejan acercarme a la pc… lamento eso… a ver si mas al rato o en los días subsecuentes les puedo traer cada cosa que ando escribiendo que… bueno… van a verlo pronto ¬u¬
¡A leer!
Sorry, este está chiquito
25 - ¡Vacaciones de Halloween! P.2
-¡Bala de cañón!- grito Chile al tiempo que caía abruptamente a la piscina creando un gran chapote; todos ríen, México solo observa tranquilo, leyendo más interesado el libro de romance que había encntrado; hasta ese momento, todos se encontraban en la tarde de su primer día de vacaciones; ya habían llevado hace media hora una guerra de lucha al hombro y ahora era el latino el que descansaba tranquilamente al lado de Guatemala, ambos a la sombra de una sombrilla y leyendo interesados un libro
Al ver a los alrededores en el hotel, era claro su alto nivel y que su nombre era al nivel de su reputación y al mismo tiempo, de su esfuerzo pues, si bien, todo tenia la pinta de monstruos de terror, incluso sus trabajadores iban vestidos como zombis, esqueletos y otros monstruos aterradores pero aun dentro del traje de trabajo, era algo digno de verse; además, llevaban rato riendo de ver como Perú y otros alumnos más habían sido asustados por lo que parecían simples maniquís que al serles pasada electricidad no paraban de temblar pero que, de la nada, saltaban y gritaban dando un susto de muerte. Claro, Perú, quien había estado demasiado cercas, casi sufre de un paro cardiaco en aquel momento y poco después, fue la burla de todos por un buen rato, hasta de su pareja
A USA y Canadá ni los habían visto desde la mañana, México no vio salir a Canadá de su habitación en ningún momento y de algún modo, lo prefirió; la noche pasada no paro de tener por pesadilla ese recuerdo donde Canadá tiembla y solo grita que estaba siendo utilizado por México. El recuerdo le parece incomodo al latino en esos momentos. Niega molesto y continua su lectura que ha quedado interesante aunque algo empalagosa… lo que sea con tal de no recordar a Canadá, se dijo
-¡México!- escucho la voz canturrean te de Colombia y Ecuador, asustado, baja el libro encontrando lado a lado a ambos countrys que en cuanto se saben vistos, toman a México tanto de manos como de pies; el libro que tenia es quitado de su cuerpo por alguien que no alcanza a ver
-¡Ora! ¡Pendejos! ¡Aléjense de mi cabrones! ¡En banda no culeros!- grita el latino nervioso al tiempo que ve como lo van acercando a la piscina
-¡Nel! ¡Ya me bañe!- grita tratando de soltarse de los otros dos
-¡¿Listo?!- grita divertido Ecuador, México niega y grita que no en todo momento pero el country solo miraba a su hermano quien asiente
-¡Uno! ¡Dos!... y… ¡Tres!- y tan pronto como gritan ambos hermanos al número tres, liberan al latino de su agarre lanzándolo al agua donde es recibido por los demás countrys y alumnos que comienzan a chapotear con más fuerza en una guerra de todos por todos
A lo lejos, en la planta de los de primera clase, Rusia y sus amigos observan la escena divertido, Alemania se encuentra lejos de su tecnología también leyendo un libro, Japón está más entretenido viendo animes con audífonos en su teléfono mientras Rusia observa desde su balcón a México ahora riendo y mojando a los demás y luchando por quitarse sus lentes para poder ver mejor
-Pareces una acosadora enamorada Rusia- habla Alemania luego de ver por 10 minutos que su amigo seguía en la misma posición y, cansado de su “timidez” opta por hablar, haciendo al mismo tiempo, que Japón reaccione y mire la misma escena que lleva rato viendo el alemán
-¿Tan difícil es para ti acercarte a hablarle como una persona civilizada-no acosadora?- pregunta fastidiado. Rusia le mira con enfado ante su insulto, Japón salta y grita alegremente haciendo mover el bañador femenino de un modo coqueto… que bueno es que ambos amigos sepan que Japón es hombre y ya no se asustan
-¡Si! ¡Eres el sempai! ¡Se un buen seme!- grita alegremente Japón entre saltos, Rusia mira confundido a su amigo; estaba bien que escuchaba sus relatos y explicaciones extendías y confusas sobre los animes pero tampoco es que entienda mucho todos los modismos con los que le habla a fin de cuentas; al volver la mirada a Alemania en espera de que le pueda ayudar a saber qué rayos le ha dicho su amigo, este solo se encoje de hombros restándole importancia, explicando con ese simple gesto, que el tampoco tiene mucha idea de que es lo que le estaba hablando el country de blanco
-Olvídalo… voy al comedor- acaba derrotado, saliendo de la habitación de los tres amigos y partiendo en dirección, suspirando entre pensamientos ¿Cómo diablos se le podía acercar si salía corriendo cada que le veía? No le tenía miedo, eso había quedado claro desde hacia tiempo pero ¿Cómo rayos se podía acercar a él?
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-Al fin, hora de la comida, estaba muriendo de hambre- habla emocionado Venezuela entrando delante de todos sus amigos en dirección del comedor; México ríe por lo bajo, limpiando con su sudadera holgada sus lentes y acomodándolos de nuevo en su rostro para ver mejor; ahora que mira a todos lados, encuentra a lo lejos a Rusia sentado junto a su grupo y por su lado, USA llega emocionado viendo todo como un niño pequeño y a Canadá más cansado que antes; México ríe bajito tratando de no llamar la atención
*Parece ser que nadie le advirtió que USA se emocionaba demasiado* piensa divertido el latino, sentándose apartado de sus amigos al ya no alcanzar asiento, sentándose con un grupo mixto de los salones, saludando tímidamente al no ser sus conocidos; de pronto, la alegría y la forma tan abierta de ser del latino vuelve a ser cerrada y callada con la mirada hacia abajo y un gesto retraído. Esto no pasa desapercibido ni por Rusia ni por USA Y Canadá; mas nadie dice nada
La cena comienza. Hay un pequeño show con los camareros que llevan platos llameantes que van dejando de mesa en mesa, acomodando trozos de carne incendiándose en cada plato de cada persona y finalmente, apagándolas con un trapo que dejan caer en cada plato; los elegantes bailes de los camareros elegantemente vestidos se ve interrumpido luego de que acabara el show de fuego, la luz del lugar desapareció. Completa oscuridad inundo el lugar; se escucharon quejidos y chillidos de sorpresa, unos cortos instantes de silencio y, sorpresivamente un grito de algún hombre. Ante el grito inesperado, algunos sacaron teléfonos para iluminar, los empleados comenzaron a gritar que se había ido la luz y que no era parte del show, era claro que se les escuchaba nerviosos, en especial luego del grito
-México- hablo suavemente Canadá tratando de ponerse de pie, siendo detenido por USA, el americano saca su teléfono y al usar la lámpara encuentra a lo lejos a México también con su teléfono en mano, con la luz hacia arriba en el techo para iluminar un poco mas; algunas personas en pie y finalmente, el grito ensordecedor y aterrante de una mujer
-¡Auxilio! ¡Un muerto! ¡Auxilio!- grito una de las camareras abrazada a un hombre que lucia pálido; las luces comenzaron a enfocar en el suelo donde, efectivamente, uno de los camareros se mostraba manchado de sangre en su pecho
-Esto no me está gustando- hablo bajito México buscando con la mirada en la dirección en la que estaban sus amigos, cuando alcanzo a ver a Brasil, también viendo la escena del crimen pero más cercas y a los demás ya movidos de sus mesas para acercarse y ver en que podían ayudar o simplemente, para ver lo que pasaba, se escucha una moto cierra seguido de algo golpeando en una mesa
Un nuevo grito de personas suena, México apenas gira con lámpara de teléfono en mano y alcanza a ver que un hombre con capucha y moto cierra ha enterrado el artefacto en una mesa y la estaba cortando por la mitad. Los gritos comienzan a volverse fuertes, la gente corre despavorida, México es golpeado por algo o alguien y de pronto, se ve corriendo, siguiendo al resto de las personas a diferentes lugares
-¡México!- escucho el girito de Chile preocupado, cuando trato de llegar a él y verlo, algo había tomado su mano y lo jalo en dirección del resto de los clientes que corrían hacia la derecha para salir del comedor mientras que Chile iba por la parte norte y algunos otros de sus amigos, por la parte de la izquierda
-¡Chile! ¡Brasil! ¡Jamaica!- trato de llamarlos sin ser consciente de quien le estaba tomando la mano, solo comenzar a correr con más velocidad cuando alcanza a ver que no era solo uno, sino otros tres o tal vez cuatro encapuchados con mascaras blancas y armas diferentes, uno con un mazo gigante que lucía pesado, otro, lucia tener alguna especie de cuchillo gigante y el ultimo no logro ver que poseía entre sus manos, pero fue suficiente para hacerlo correr con velocidad hacia el exterior aferrando la mano que lo tenía sujeto, perdiendo su teléfono en la huida
Notas finales:
Esta chiquito pero sirve que los dejo con la intriga y si… esto se pone bueno ¬u¬ esperemos que mañana pueda traerles un nuevo capítulo XD… porque esto se pone cada vez mejor ¬u¬
Y para dejarlos con la intriga, esta vez no hay datos extras muajajajajajajajaajaj
¿Les ha gustado?
Que tengan lindo día
¡Comenten!
¿¿Les gustaría apoyarme con alguno de estos???
Ko-fi
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Que he tenido malos días los últimos meses. Así se repite en mi cabeza. A veces con alguna añadidura o como un resumen para que la frase suene más concisa y, por qué no, más dramática. Agrego una dosis extra de dramatismo para que suene verdaderamente importante, como un acento para que los años la vuelvan crucial y así poder decir pretenciosamente Cambió mi vida, aunque no lo haya hecho; lo diría para parecer sabio e interesante, algo que solemos hacer las personas que no tenemos nada que decir. Pero también tiene algunas rugosidades de victimización. Me duele, me duele que también sea una consecuencia de la dureza que se fue apropiando de mí y de mi cuerpo y que ahora sólo sea una costumbre que me va dejando seco con el paso del tiempo.
Todo comenzó la noche del robo. Esa noche dormía tranquilo, el mundo estaba en medio de un colapso sanitario, pero yo dormía tranquilo. Fue la madrugada del sábado 6 de marzo. Alrededor de las tres de la madrugada dos tipos (supongo que fueron dos, es el mínimo para ajustarse a los actos que escuchaba) entraron a la casa donde rentaba una habitación: la del final del pasillo de la segunda planta. El resto de la casa ya se había desocupado medio año antes por las restricciones sanitarias que impedían que los estudiantes asistieran a la universidad, quizá un poco más. Éramos la casa y yo, yo y la casa. Sólo la casa y sólo yo. Nos encontrábamos solos. Dicen que nunca estamos sólo en una casa que porque allí se van prensando las presencias pasadas, pero para mi era solo cemento en forma, ni siquiera consideraba su existencia más allá de cuatro paredes que me ocultaban al viento, un retrete que absorbía lo que ya no necesitaba y una estufa que completaba el ciclo, eso veía, nada más. Y yo sólo le daba lo que me quedaba al final del día: pasos lentos, polvo debajo de mis zapatos, masturbaciones esporádicas y rápidas, y una larga resonancia cuando tocaba a Gunter, mi violonchelo, que parecía como un charlar entre ellos. Y así nos encontraron: solos. A ella la abrieron, forzaron la puerta trasera enterrándole una barreta entre la pared y la chapa mientras yo dormía: para mí la vida seguía en un sueño: yo era el sueño. Empezaron a abrir las puertas de los cuartos. Ni humano ni cosas que le dieran valor a ese humano hallaron. Al verlas desocupadas tomaron confianza. Esa confianza aumentó hasta que uno de ellos se atrevió a palpar las paredes con la palma de la mano hasta encontrar el interruptor de la luz y encenderla. Ni cuando estaba ocupada completamente hubo tanta iluminación en la casa. La confianza parece resplandecer al alma más oscura. Y no contentos con esa confianza, como suele suceder con la vastedad del vacío que incrementa a medida que uno obtiene lo que creyó necesitar, creció la avaricia de ocuparlo todo: comenzaron a hablar, primero con susurros, luego alardeando de sus potentes cuerdas vocales. En ese momento ya estaba suponiendo que era el casero. Mi puerta estaba abierta de par en par. Uno de ellos se decidió por subir a la segunda planta. Fue sólo en ese momento que decidí levantarme a cerrar la puerta que desde que empezaron los calores dejaba abierta. Pero la cerraba por mi necia introversión, por esa sensación que se disfraza de miedo y que impide que me relacione de manera asertiva y amigable con los otros; no por precaución, no por sospechas. Los ladrones mientras no los ves robando siguen siendo las personas más confiables. Pero el que subía se arrepintió a la mitad del camino, y yo también me arrepentí de cerrar la puerta a mitad del camino. Bajó y siguió revisando la planta de abajo o quizá bajó porque el otro le pidió ayuda para pasar la bicicleta al otro lado de la cerca de un metro y medio, bicicleta que no había usado por más de diez veces, la última, por cierto, el día anterior. Quizá fue en esa ida a la camioneta que traían para llenarla de despensa que le echaron el ojo, con un poco más de seriedad, al refrigerador, que empezaron por desconectarlo. Allí todavía me esperaba el pollo que había comprado el lunes, el brócoli, las zanahorias y las papas frescas del miércoles, el queso avanzado a la mitad, las tortillas que no había tocado desde el lunes, la mermelada de fresa y el queso crema al que me había vuelto adicto al untarlos sobre pan de centeno, y dos botes de yogur griego. Se lo llevarían todo, que por algo habían entrado, y nunca está de más el pan sobre la mesa. El otro acomodaba la bicicleta en la cajuela, mientras el otro-otro se decidía por empezar a revisar las habitaciones de arriba. Sus pasos se escuchaban más decididos, y yo, a pesar de que seguía pensando que era el casero y su hermano, porque aún estaba en negación, aunque por un instante llegué a pensar que si se escuchaba el correr de la cadena de la bicicleta sería el momento adecuado para bajar, porque habría imaginado que
un robo estaba en proceso y si no me hubiera detenido el miedo quizá sí hubiera bajado y gritado Quién anda allí, pero no fue hasta que escuche los pasos pesado subiendo uno a uno las escaleras que me levante a cerrar la puerta con el mayor sigilo del que disponía. Me imagino dejando el picaporte de la puerta, ya cerrada, al mismo tiempo que el que subía las escaleras pisaba el último escalón. Regreso a la cama en espera de algún sonido que señale que intentan entrar a mi cuarto. Pienso, qué le diré, no sé, algo como Quién es, Qué quiere, porque no se me ocurre algo inteligente o de sentido común que se ajuste a esta situación, algo recurrente en mí en cualquier situación con otras personas. Oigo que tocan el picaporte, yo intento acostarme, como para hacer más dramático mi cuestionamiento cuando finalmente él entre y yo me levante diciendo, quizá, Qué quiere. Al tiempo que abre la puerta yo levanto los pies para balancear mi cuerpo e incorporarme sin el menor esfuerzo del abdomen. Él abre, piensa, Ah, esta está abierta, qué raro, pero qué suerte, porque la barreta se la quedó ese wey. Y al momento de abrirla completamente un rayo de luz entra a la habitación y ve mis pies que vuelan en el aire, pero sólo mis pies, el resto de mis piernas están cubiertas por la pijama negra, entonces sólo ve pies, pies en el aire, como dos guadañas oscilantes en la oscuridad, en esa casa sola en donde nadie vive, una casa en donde sólo están la camas pero no los cuerpos que las ocupan, ni las cosas que dan valor a esos cuerpos. Ha de estar embrujada, concluye, no por nada ha visto tantas y tantas películas de terror, no por nada ha puesto atención a sus abuelos, a sus tías, a sus padre, a sus amigos, para que un fantasma iracundo le tome por sorpresa, no, no, a él ni madres, él piensa, él cree, él corre. Escucho. Quedo completamente sentado, aún con el sonido de sus pasos pesados bajando la escalera tan rápidamente que me resulta difícil pensar Cómo es que no se cayó. Me levanto con calma, ya sé lo que ha pasado, ya todo ha sido consumado. Escucho el sonido del motor llegar desde la calle. Doy unos pasos pero de inmediato regreso por el teléfono, y mientra voy bajando uno a uno los escalones comienzo a buscar el número del casero. Tecleo: justo ahora se acaban de meter a robar. Desde el descanso de la escalera veo que mi bicicleta ha desaparecido. Mucha luz, nunca había estado tan iluminada, tan escandalosamente iluminada la casa. Eso es confianza, pienso, yo quisiera tener esa confianza. Quiero tener la confianza de llegar a un lugar y encender todas las luces. Avanzo hasta la cocina. El refrigerador está desconectado. La puerta trasera está abierta. Salgo, y mando el mensaje. La puerta que da a la calle está también abierta, esa puerta que nunca había sido abierta, no desde que había sido rentada a estudiantes.
Regreso a la cocina, conecto el refrigerador y vuelvo a la cama. No podré dormir, pero no por la angustia y el miedo, sino por intentar reconstruir los sucesos; los siguientes días tampoco podré dormir pero esta vez por la angustia, la ansiedad, y el miedo que han comenzado a cuajar.
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