Nunca pienses que no eres suficiente o que no mereces nada, corazón te mereces el puto universo y si el no es capaz de verlo, pues es mejor cambiar de novio, tienes universo de posibilidades no te marchites por alguien que no lo vale.
No te esfuerces mucho si solo quieres empezar para dejarlo desatendido cuando creas que has ganado, por que yo ataco dándole paso a mi desinterés y caminando hasta la salida, dejando claro lo que jamas debiste hacer, dejar de regar aquello que una vez sembraste por que no tarda en marchitar, pero con el objetivo de no volver a crecer.
Recordar,
de repente,
que fueron las flores
las que inventaron
el amor.
Intentar meditar
y que entre poesía.
Obsesionarme
con el surgir
de formas plateadas
desde las cubetas mágicas
con fuertes olores,
al reconocer tu sonrisa
emergiendo de su escondite
en papel y luz.
Perseguir la belleza
para que marchite
en cautiverio.
Esa ráfaga tan familiar
de dolor emocional
al despertar,
cortando la respiración
cual filo romo
atravesando la boca del estómago,
lágrimas instantáneas
nublando la vista;
el mundo oscureciendo
en un segundo.
Tirarme de la cama
para caer
en un charco de lágrimas.
De Mi vida en los labios
¡Qué importa que mi cuerpo se marchite, si conoció el amor! Y qué importa que los años pasen todos iguales. Yo tuve una hermosa aventura, una vez… Tan sólo con un recuerdo se puede soportar una larga vida de tedio". "La última niebla",
Nunca me sentí tan solo cómo el día que quise llamar a alguien para contarle todo lo malo que pasó ayer y no supe a quién.
A quién podría contarle mi agonía, a quién podría contarle con toda confianza que soy la raíz de mis propios males y que estos florecen a menudo porque constantemente la riego.
Pienso en lo tonto que fue verte de nuevo, me afecta, está mierda me afecta.
Ya no pensaba en esa boca, en volver a rozarla, ya no pensaba en tus manos tocando mi nuca y mi espalda.
En mi espalda arqueandose cómo la de un gato por la emoción de sentir tu tacto.
Sigo siendo un tonto y estos días para lo único que sirvieron fue para comprobarlo.
¿Qué voy a hacer ahora? Estoy tumbado en la cama con un dolor en el pecho y no quiero asumir nada.
Ayer lo perdí todo y hoy tenía que salir a darlo todo. Pero no hice nada.
No quiero pararme de la cama, no quiero afrontar el mundo.
No quiero caminar por esas calles donde alguien más te besa, donde alguien más te emabriaga de pasión, no quiero pensar en el imbécil que ahora te consigue droga.
Y más aún, no quiero ser ese imbécil yo y causarte más daño solo por ver qué me sonrías.
Solo espero poder despertarme mañana y afrontar que ya nada va a cambiar esto.
Ayer pasó lo que pasó, perdí lo que perdí, hice lo que hice. Y bien, sobreviví.
No puedo jugar con tu agua, esa que ahora extingue mi fuego.
Pensaba que no, pero me afecta.
Solo espero despertar mañana y seguir con mi camino, afrontando que soy un humano y que más que culparme y quedarme tirado en la cama, debo salir a afrontar el día.
Cómo cualquiera, sin esperanza, sin ganas; sin tu mirada.
Pero con una puta sonrisa y con la seguridad de que debo recuperar lo perdido y cumplir lo acordado.
Hacer valer mi palabra y dejar de pensar en las palmas que ahora toman tu cintura.
Un día más con muchas más chicas, algunas me quieren y yo solo no encajo, me gustan pero ninguna me llena.
Toca engañarme pero sin mentirme, no te he olvidado pero no puedo estar a tu lado. Más por mi bien, porque es necesario.
Y aún que me duela mi amor, "qué te marchites como la flor"
"te lo juro que no puedo más, que no te comprendo más, le haces daño a mi serenidad"
Aprender a vivir sin ti, sin aquello. Sin mis vicios.
Es complicado, pero no imposible, si no los busco, si no sé nada. Pero yo solito me complicó, y termino una vez más.
Entre los gatos o entre las serpientes, en la oscuridad de la noche. Cantándole a la luna las canciones que te dedique.
Quizás me estoy matando por una fe falsa que me promete un paraíso a cambio de una vida de mártir.
Quiero ser bonita, quiero ser pequeña y frágil, mantenerme con una flor que al minimo roce se cae de su arbol esperando a que el tiempo la marchite tarde o temprano, pero... por qué? Por qué me quiero sentir así?
¿Quién me hizo creer que no merecía espacio en mi propio cuerpo?
Llegué hasta ti y la vida se vino conmigo, esparciéndose por mis noches, por mis insomnios, a través de todos los sentidos.
Es como ese vértigo que nos pilla desprevenidos y que te es imposible sortear porque cada día que pasa parece hacerse más fuerte aún, envalentonándose en esas piedras que nos deja el camino de los días.
Sabes como te amo, no dejes que el sol marchite un amor como el nuestro.
Volví a esos días
en los que escucho el mismo
piano rimbombante
una y mil veces.
A esos días
sentado frente al computador,
encerrado en la cabina.
Los oídos ensordecieron
por el flagelante eco
del vacío.
Los ojos cansados
de observar
imaginarios vagos
De aquellas noches
azules y estrelladas
en almas traslúcidas
cual sábana de seda
fina y siútica de ayeres.
Siento
que no siento nada
Mis neuronas se extraviaron
en abismos cimentados
en memorias
fervorosas
En palabras honestas
que las aves
recogieron
antes de migrar
Se pulverizaron
y arrastraron
en el polen
que espero
no marchite
flores.