#madre mía macho
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peaceeandcoolestvibes · 1 year ago
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Estado? Borrador
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waltfrasescazadordepalabras · 9 months ago
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LA LEYENDA DEL MOJÓN
Llovía torrencialmente en la Estancia del Mojon,
Como adorando el fogón, estaba tuita la gente, dijo un viejo de repente, les voy a contar un cuento, ahora que el agua y el viento, traen a la memoria mía, cosas que nadie sabía, ocultar por mucho tiempo. Hay cosas que yo no puedo, detallar como es debido, unas porque tengo miedo, y otras porque se han perdido, tal vez tenga que luchar, con más de un inconveniente,
pa’ que resista mi mente, el cuento sin lagrimear, pero Dios que supo dar, paciencia a mi corazón, tal vez venga esta ocasión a alumbrar con su reflejo, el alma de un gaucho viejo, que ya lo espera el cajón. Alcáncenme un amargo, pa’ suavizar mi pecho, que voy a contar por derecho, el asunto, pues es largo, haré fuerzas sin embargo, pa’ llegar hasta el final,
Y si atiende cada cual, con espíritu sereno, Verán como un hombre bueno llegó a hacerse criminal... Setenta años, quien diría, que vivo aquí en estos pagos, Sin conocer más halagos, que la tristeza mía, Setenta años no es un día y eso ténganlo por cierto, y si mis dichos han muerto, ahora tengo la virtud, de ser para esta juventud, lo mismo que un libro abierto. Allá en mis años de mozo, y perdonen la distancia, Sucedió que en esta estancia, hubo un crimen misterioso; En un alazán precioso, llegó aquí un desconocido, Joven, fuerte y muy cumplido, que al hablar con el patrón,quedó en la estancia de peón, siendo después muy querido. Al poco tiempo nomás, el amor lo pisoteó,y el mocito se casó con la hija del capataz,todo marchaba al compás, de la dicha y del amor,
y pa’ grandeza mayor, Dios les mandó con cariño,
un blanco y hermoso niño, más bonito que una flor. Iban pasando los años, muy felices en su choza, ella linda y buena moza, él fuerte y sin desengaños, Pero misterios extraños llegaron y la traición deshizo del mocetón, los más queridos anhelos, el fantasma de los celos, Se clavó en su corazón, aguantó el hombre callado, hasta dar con la evidencia, un día fingió una ausencia, que jamás la había pensado, dijo que tenía un ganado, que llevar pa’ la tablada, que era una buena jugada, pa’ ganarse algunos pesos. Así entre risas y besos, se despidió de su amada. A las dos de la mañana, del otro día justamente, llegó el hombre de repente, convertido en fiera humana,de un golpe echó la ventana, contra el suelo en mil pedazos, avanzando en grandes pasos, lleno de rabia y rencor, viendo que su único amor, descansaba en otros brazos. Como un sordo movimiento, enseguida se escuchó, después un cuerpo cayó, y otro cuerpo en el momento, Ni un quejido, ni un lamento, salió de la habitación,
Pa’ concluir su misión, cuando los vio difuntos, a los dos los entrerro juntos, donde hoy está ese mojón. En la estancia se sabía, que la ingrata lo engañaba, pero a él nadie le contaba, la desgracia en que vivía, por eso la policía, no hizo caso mayormente, pues dijeron, la inocente, se fue con el gavilán, en cambio los dos están, descansando eternamente. Ahijuna !! gritó un paisano, si es así lo que habla el viejo, ese era un macho canejo, yo le besaría la mano.
Yo soy, contestó el anciano, yo fui quien mató a su madre, desgraciada, porque con otro abrazada, en la cama la encontré. Hizo bien, taita querido, dijo el hijo sin encono, venga taita lo perdono, por lo mucho que ha sufrido, pero ahora taita le pido, que no la maldiga más, que si fue mala y audaz, por mí perdónele padre, que una madre siempre es madre, déjela que duerma en paz.
Los dos hombres se abrazaron, como nunca lo habían hecho, juntando pecho con pecho, como dos niños lloraron. Los ojos de aquella gente, con el llanto se inundaron y bajo un silencio imponente, volvió a decir nuevamente, ahí están en el mojón poniendo el corazón, el anciano en lo que dijo,le pidió perdón al hijo y el hijo le dio el perdón.
" LA LEYENDA DEL MOJÓN " Juan Pedro Lopez (URUGUAYO )
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nievesanta · 4 months ago
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Primaveral
    Mes de rosas. Van mis rimas en ronda, a la vasta selva, a recoger miel y aromas en las flores entreabiertas. Amada, ven. El gran bosque es nuestro templo; allí ondea y flota un santo perfume de amor. El pájaro vuela de un árbol a otro y saluda la frente rosada y bella como a un alba; y las encinas robustas, altas, soberbias, cuando tú pasas agitan de los himnos de esa lengua; sus hojas verdes y trémulas, y enarcan sus ramas como para que pase una reina. ¡Oh amada mía! Es el dulce tiempo de la primavera.
Mira: en tus ojos, los míos; da al viento la cabellera, y que bañe el sol ese aro de luz salvaje y espléndida. Dame que aprieten mis manos las tuyas de rosa y seda, y ríe, y muestren  tus labios su púrpura húmeda y fresca. Yo voy a decirte rimas, tú vas a escuchar risueña; si acaso algún ruiseñor viniese a posarse cerca y a contar alguna historia de ninfas, rosas o estrellas, tú no oirás notas ni trinos, sino enamorada y regia, escucharás mis canciones fija en mis labios que tiemblan. ¡Oh amada mía! Es el dulce tiempo de la primavera.
Allá hay una clara fuente que brota de una caverna, donde se bañan desnudas las blancas ninfas que juegan. Ríen al son de la espuma, hienden la linfa serena; entre polvo cristalino esponjan sus cabelleras, y saben himnos de amores en hermosa lengua griega, que en glorioso tiempo antiguo Pan inventó en las florestas. Amada, pondré en mis rimas la palabra más soberbia de las frases de los versos de los himnos de la lengua; y te diré esa palabra empapada en miel hiblea... ¡Oh, amada mía! Es el dulce tiempo de la primavera.
Van en sus grupos vibrantes revolando las abejas como un áureo torbellino que la blanca luz alegra, y sobre el agua sonora pasan radiantes, ligeras, con sus alas cristalinas las irisadas libélulas. Oye: canta la cigarra porque ama al sol, que en la selva su polvo de oro tamiza entre las hojas espesas. Su aliento nos da en un soplo fecundo la madre tierra, con el alma de los cálices y el aroma de las yerbas.
¿Ves aquel nido? Hay un ave. Son dos: el macho y la hembra. Ella tiene el buche blanco, él tiene las plumas negras. En la garganta el gorjeo, las alas blancas y trémulas; y los picos que se chocan como labios que se besan. El nido es cántico. El ave incuba el trino, ¡oh poetas! de la lira universal el ave pulsa una cuerda. Bendito el calor sagrado que hizo reventar las yemas, ¡oh, amada mía, Es el dulce tiempo de la primavera.
Mi dulce musa Delicia me trajo un ánfora griega cincelada en alabastro, de vino de Naxos llena; y una hermosa copa de oro, la base henchida de perlas, para que bebiese el vino que es propicio a los poetas. En la ánfora está Diana, real, orgullosa y esbelta, con su desnudez divina y en actitud cinegética. Y en la copa luminosa está Venus Citerea tendida cerca de Adonis que sus caricias desdeña. No quiere el vino de Naxos ni el ánfora de ansas bellas, ni la copa donde Cipria al gallardo Adonis ruega. Quiero beber del amor sólo en tu boca bermeja. ¡Oh amada mía! Es el dulce tiempo de la primavera.
Darío, R. (1888). Primaveral. El año lírico. Azul. Recuperado de https://www.poesi.as/rd04az001.htm.
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kevinprudente · 5 months ago
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If U Can't Dance
[Adrian Blanco] If you can't dance, if you can't dance If you can't dance, if you can't dance If you can't dance to this, you can't do nothing for me baby If you can't dance, if you can't dance If you can't dance, if you can't dance If you can't dance to this, you can't do nothing for me baby
[Jordan] Now we got the flavor, the bad behavior The rhythm, the melody, the juice for you to savor Rockin' and vibin' somebody is jivin' You need to take a tip, sort it out, get a grip Whenever I go out, whenever it may be There never is a Keanu but the dweeb lookin' at me But then even if I did score, he's a looser in the dance floor Take a deep breath count one, two, three
[Salvador Gonzalez] Even when his eyes met mine His slamming moves were out of time Can't you just feel the groove? Why don't you move? It's easy, can't you see? Take my hands and dance with me
[Adrian Blanco] If you can't dance, if you can't dance If you can't dance, if you can't dance If you can't dance to this, you can't do nothing for me baby If you can't dance, if you can't dance If you can't dance, if you can't dance If you can't dance to this, you can't do nothing for me baby Hey macho, te ví el otro día, me dio mucha, mucha alegría Escucha la música, Ay madre mía! Hey chico, tu no tienes nada Que susto, que sueco, que polla, que tieso Oh, no me toques, ay que pero, feo Venga, venga, marcha salida, toma esa música Me cantas deprisa, cuidado, cuidado, hey chico Que loco, toma mi ritmo, me voy contigo Hey macho te quiero, quiero un hombre, necesito sia Pero no tú, un hombre, hey macho, hey macho Si no bailas esto no puedes nada conmigo If you can't dance, if you can't dance If you can't dance, if you can't dance If you can't dance to this, you can't do nothing for me baby If you can't dance, if you can't dance If you can't dance, if you can't dance If you can't dance to this, you can't do nothing for me baby
[Salvador Gonzalez] You can't do nothing for me baby Oh-whoa-whoa-whoa
[Payam Mostafavi] Nothing baby
[Salvador Gonzalez] Oh-whoa-whoa-whoa
[Jordan] The rhythm
[Salvador Gonzalez] You can't do nothing for me baby Even when his eyes met mine (oh-whoa-whoa-whoa) His slamming boots were out of time Can't you just feel the groove? Why don't you move? (Oh-whoa-whoa-whoa) It's easy can't you see? Take my hands and dance with me
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hala2021 · 5 months ago
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La operación, parte 20 (esto es solo una historia inventada y una continuación del cuento «Las flores»)
Fui al colegio custodiada por varios guardias de seguridad. Mis fanes me esperaban en la puerta, pero la policía federal había acordonado la entrada y permitía pasar a los profesores por ambos extremos. El colegio estaba ubicado en una esquina, en el barrio de Barracas. Al llegar al aula, me esperaba Jazmín, esa alumna rara. Tal vez sería una illuminati.
—Perdón, profe, que me meta. Yo sé que no tengo que hablar de sus cuentos, porque usted es acá solo una docente, pero ya cansa con eso de Margarita. ¿No puede inventar más personajes? ¿Dios no le cuenta sobre cómo es el mundo de los muertos? —me preguntó ella, mientras sostenía el lápiz en su mano.
—¡Ay, Jazmín! Yo no puedo inventar lo que Dios dice. La historia es inventada, pero lo que Dios dice es verdadero —le contesté.
—Ja, ja, ja. ¿Pero usted piensa que nosotros vamos a creer sus cuentos? —me dijo y volvió a soltar una carcajada. 
—Te puse de personaje a vos, que sos poca cosa, como un centavo para mi madre —le respondí irónicamente. 
—Pero nosotros somos millones. ¡Qué te hicimos a vos, vieja! ¡Viviste la misma vida que vivimos nosotros! Somos todos iguales, esa es la justicia. Tu mamita no tiene por qué ser una privilegiada. ¿Hala te llaman?
—Decime profe, nada más. Amiga mía no sos. Por empezar, yo estudié, algo que muchos de ustedes no hacen. Ni siquiera un dibujo terminás. ¿Seguro que adorás a la jefa, no, Jazmín?
—¡Noooooo! ¡Profe! No te metas con Cristina. Yo la amo, ella es del pueblo, del peronismo.
—¡Dibujá, Jazmín!, haceme el favor...
Después, cuando me fui a casa, y mientras viajaba en el auto, Carolina, que estaba a mi lado, me preguntó por cuántos estados pasábamos. Es decir..., cuántas veces cambiábamos de animal o de objeto. Entonces, yo le dije que eso era según el tiempo de vida de cada uno. Por lo general, los animales que se unían y tenían crías, al pasar a humanos, se encontraban y se casaban. Y me preguntó qué había sido mi frutilla, antes de ser un humano, además de caballo y lombriz. Yo le dije que poco sabía, pero yo había sido también una Mantis religiosa y él un macho de la Mantis. Y bueno..., nos apareamos y yo le comí la cabeza en la copulación. Carolina se espantó, pero yo le dije que es normal entre esos insectos. Y después, cuando Dios nos hizo humanos, nos volvió a unir en matrimonio. Y tuvimos hijos. Los dos éramos musulmanes. Y yo perdí un embarazo, que fue mi hija en esta vida. Dios me dijo que sentí placer al comerle la cabeza. Y bueno..., yo me horroricé, pero le dije a Carolina que bien que se vengó cuando era mi esposo; muy celoso, y no quería que hable con nadie. Y una vez que me vio hablando con un musulmán que pasó por la calle, a caballo, me hizo entrar a casa y me dio una golpiza. Así que tenía esa enfermedad, veía hombres hasta en la sombra. Carolina me miró con curiosidad y me dijo que ya estaba creyendo en mis cuentos, porque no podía inventar todo eso. Y yo le dije que era una forma de preparar a la gente para vivir en el mundo que se viene. Y Kim, que viajaba al lado de Bruno, el conductor, me dijo que le sorprendió lo de los hologramas. Y me comentó que ahora se hablaba de que los Ovnis venían del mar, de abajo. Y él dijo que los hologramas se manejan desde abajo. Y quería saber algo más.
—No sé, Kim, Dios habla muy poco. Así era el muñeco, hablaba poco. Yo hace años que no lo veo —le contesté.
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eastlightblogs · 6 months ago
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Un domingo como hoy, como en una ocasión poco frecuente nos visitaban mi hermano y su hijo; como era costumbre su esposa siendo enfermera no teniendo control de su horario trabaja en un día donde todos descansaban, volvía a mi casa después de haber ido a la iglesia.
Estaba muy feliz con una energía increíble viendo a mi sobrino tan feliz como siempre jugando, hasta que mi hermano suelta un comentario de manera tan simple que parecía que hablaba sobre el clima;
- Coco murió.-
Había sido tan rápido que ni siquiera en ese momento pude procesar.
- Quién era Coco? Era mi perrito, un fiel amigo peludito y negrito, que me había acompañado en los últimos 5 años, era parte de la familia, era un perrito que desde que vino a casa siempre pensé que era un perro como los antes, un macho alfa en una versión mini, dejando la convivencia con su madre por decisión de una vecina mía que quería deshacerse lo más pronto posible de las crías de su tan "apreciada perrita".
Recuerdo haberlo traído y apenas cabía en la palma de mi mano, era una bolita de pelos color negra, que apenas se le notaban los ojitos. Debo admitir que esperaba que llorara toda la noche, ya que había sido la primera vez que había estado separado de su madre, pero debo de confesar que no lloró ni una vez en la noche hasta que despertó por una hambre que lo dejó bastante inquieto, le dí una leche tibia la cual terminó en menos de 1 minuto y luego volvió a dormir con una tranquilidad sorprendente.
Ese era él, un perrito valiente desde el día uno, no llorando nunca, peleando siempre, cuidando siempre a los suyos y sirviendo de alarma en las noches de sospechosos movimientos o sonidos, todo con el fin de protegernos. El que no nos podía dejar comer tranquilamente el almuerzo o la cena porque ladraba tan descaradamente para que alguien le acercara un poco de carne que tan notorio era para su tan afilado sentido del olfato. Un perrito que no podía dejar de estar cerca de mis padres cuando se sentaban a descansar o cuando salían por los alrededores a hacer sus quehaceres. Un perro tan bien educado que salía a hacer sus necesidades a las afueras de la casa y volver al terminar que era una de las cosas que mis padres más admiraban de él.
Era un perro muy insistente cuando quería algo, no paraba hasta que consiguiera lo quería, era tanto su compromiso con sus metas que una que otra vez se ganaba unas peleas con mi papá de las cuales le aprendió a tener bastante respeto.
Ese era coco era educado, loco, avasallador, con mucha hambre y ganas de hacerse notar y vaya que lo lograba siempre. Era eso y mucho más.
Por eso, me sorprendió solo escuchar coco murió.
- cómo? - pregunté
- la verdad que estaba afuera y persiguió un auto y el auto no se detuvo y lo atropello, pero eso iba a pasar tarde o temprano si seguía haciendo eso.
Últimamente coco tenía una mala costumbre de perseguir autos y ladrar tras ellos, había aprendido de unos amigos que ganó en el barrio en sus muchos paseos en los que salió hacer sus necesidades.
Después de ese argumento poco convincente, tratando de minimizar totalmente su culpabilidad por así decirlo, dejó eso al aire esperando una respuesta mía.
- okay. - fue lo único que pude decir, lo amaba si, era inadmisible su muerte para mí claro que lo era, pero como venía de una familia en que siempre se minimizan todas las cosas, dónde casi no lloran y no hablar más de lo ocurrido y fingir nada pasó era la manera de siempre resolver las cosas no tuve otra cosa para decir.
Procesaba la información mientras cuidaba a mi sobrino y mi hermano buscaba una pala para cavar un hoyo y así poder enterrar a mi buen amigo coco que no podía pensar nada más al respecto.
Luego de ocuparse de eso y terminar su tarea me dijo;
- ya está hecho.
Como cuando dice ya está limpio el piso, ya lavé toda la ropa, ya arreglé toda la cama, etc. Y adicionen que respondí;
- okay.-
Podía haber dicho algo podría, pero aún así no lo hice.
Y ahí estaba encerrado el asunto, murió un amigo que había estado en los últimos 5 años de mi vida, se mínimo hasta lo último si.
Nadie más dijo algo, sólo le dijeron a mi hermano que ojalá hubiera prestado más atención pero nada más que eso, en la soledad de mi habitación sólo me acosté.
Podría haber llorado, no lo hice. Ni una sola gota hasta que tuve que decir en voz hasta para mí que. Coco estaba muerto.
Que ya no lo escucharía como la alarma descalibrada por las madrugadas, no lo escucharía ladrando para abrirle el portón para que pueda entrar después de sus paseos, o sus escandalosos ladridos a la hora de la comida, o siendo la compañía de mis padres en cada recorrido.
Ya no estaría y parecía que sólo a mi me importaba.
Que a nadie más le dolía que él no estuviera ahí.
Coco quiero decirte que te extraño, que extraño ver esa melena negra recorriendo toda la casa, que te sientes cerca de mis pies sólo para ganarte mimitos, que seas un loco y avasallador perro con esa energía tan enorme que siempre tenías.
Eras importante para mí, guardo tus fotos, me haces falta, te recuerdo siempre y aún no supere tu muerte.
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desnervadero · 8 months ago
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NOSOTRAS
En drive:
NOSOTRAS.
Unas notas justo después de ver la película Nosotras. Documental de largometraje de la colombiana Emilce Quevedo. 
Aún con el corazón bombeando raro por haber pasado por esas montañas, y esas abuelas, y esas tías y esas hijas y esas nietas… saltándome con ellas esos machos y orando por los niños que fueron a golpes hechos esos hombres-espantos, escasos de haber mamado amor, y prolíficos en repartir miedo y dolor.
A la visión idílica del campo, solo comparable a la desastrosa visión de la ciudad, basta rascarle un poco en su cielo para que el agua baje y se lleve el colorido, y deje esas montañas empelota con todo su misterio, y su dolor, y su hambre, y su violencia, y sus violaciones y su incesto. Allá en los colores de ese maíz y de esas flores, en esos cielos profundos y nubes bien recortadas, al lado del río misterioso como con una máscara de barro, se criaron la abuela de la directora, y también la madre y tías y tíos. Allá vuelve la nieta con la cámara a atestiguar como el tiempo y la vida han ablandado a una abuela de la que luego a fuerza de trazo amoroso y vigoroso y caricias bestiales, acabarán de darnos un retrato mucho más complejo, y completo. Cuántos abuelos que son la ilusión de los nietos fueron los monstruos de sus hijos.
Pero esas son ideas mías. Casi juicios. La película no toca en esa clave. La película ni siquiera importa y lo digo como un piropo profundo, porque, aunque narrada prácticamente en primera persona y con la voz de la directora, el aparato cinematográfico desaparece detrás de los ojos brillantes de la abuela, que en la cumbre de su edad y doblando la esquina de la muerte, se han dejado impregnar de luz con el dolor y el entendimiento profundo de quien ha vivido mucho. Del quien ha sido herida y ha herido con ahínco. Con garra.
La película desaparece, como desaparecen las películas profundas, detrás del espíritu de ese organismo hecho de las lágrimas de esas tías, de la casi decena de partos encerrada, sola, en cuclillas, de la abuela: que sola cortaba su ombligo y limpiaba el piso, y salía con una cría, para decepcionar al padre cada que él comprobaba que no era niño: entonces no le dejaría potrero, ni potro ni ganado ni le compraría ropa… La película desaparece detrás de los cachorros pulgosos de la perra parida. Detrás de esas palabras tan sentidas y tan adelantadas: esas palabras emanadas de fuentes que repitieron el horror que propinaron los abuelos, cuando las tías ya fueron “libres”, con esposo y atendiendo la casa donde las apaleaban. Donde también practicaron defenderse. Así tuvieran que lanzar un cuchillo, como la abuela, que entendió a juro, cuando se reconoció que tenía dos manos, como el esposo, que debería defenderse con ellas de él: como fuera. A ella y a sus crías cocidas en miedo.  Unas palabras que salen adoloridas pero no enconadas. Salen limpias de intención y caen sobre la mazorca y sobre la sopa y sobre los alimentos, sobre los oficios de las manos y cuerpos de esas mujeres que nunca se detienen.
Yo fui toda la vida amigo y adorador de mis abuelas. Sus casas fueron lugares de mi peregrinaje permanente desde niño hasta que murieron, yo ya hombre. Y sus corazones y sus manos fueron siempre cuadernos donde leer letras dulces, después de tanto menjurje amargo. Una fue esposa de un hombre hermoso, de corazón hermoso, huérfano de madre desde niño en otras tierras, en el Líbano, en la guerra, y que la enamoró, a mi abuela, ya casados (ella no se casó enamorada, solo lo eligió porque le pareció que valoraba a la mujer, siendo viudo, y que no recibiría maltrato ni lo vería indignamente borracho a diferencia de lo que vio de su padre, y así fue); y la otra casada con un huracán de fuerza y de aventuras, violento y machista, huérfano de padre desde niño, con el que la abuela padeció muchas formas de violencia y mucha adrenalina. A mí que me gusta acompañar en la hora de la muerte, la vida me regaló el honor de acompañar a la segunda sus tres últimas semanas de vida, y de que se fuera a su siesta perpetua arrullada en mis brazos, y con mi mano sintiendo como paraba su corazón por primera vez en 93 años.
Así que vi la película entregado a la nostalgia de ser un nieto. De ver literalmente a “la muerte trabajando”, doblando a la abuela perfectamente, con paciencia y sin aspavientos. Y me ilusioné con su cirugía, y me entristecí con los resultados. Y sufrí ese regreso a trocha, de la vieja caminando sin que se hubiera podido hacer nada contra lo que le comía su interior, por allá en la cadera, cerca a los misterios del útero, y ahora volvía cosida, y con un palito para soportar los pasos, y aplacar el monte, y refugiarse en casa. 
Desde la cirugía se siente que se entrega con absoluta sobriedad a la muerte, y le pone sus manos al frente voluntariamente para que le ponga las esposas. Y entonces la cámara (que ha llegado a esa casa de tablas casualmente con la llegada de un espejo grande, nuevo, que ubican en un corredor), empieza a oficiar de sacerdotisa y a oír confesiones, y hacer retratos y autorretratos, como un espejo ambulante, como un espejo para verse el alma. Luego contaría la directora, al calor del conversatorio y del fuego de la palabra, que primero ella funcionó como mensajera, llevando tele-telegramas (digo yo, porque eran cortos mensajes) de un cuarto al otro, de un alma a otra, como semilla del diálogo profundo. La respectiva destinataria respondía con otro de vuelta… esa mensajería no aparece en la película pero es ingrediente fundamental de su arquitectura y ojalá haga una obra, así sea pequeña (que nunca lo sería), con ese material que ya era hermoso solo contado.
Así que estaba en clave de nieto, entregado a los ojos brillantes de la abuela que ella misma describe como que “no están tristes”, sin vérselos pero sabiéndolos, en una de las escenas más hermosas de la película, donde ella y su nieta directora comparten andeniando en una cama campesina: ambas son mujeres nuevas. La mayor por todo lo que el dolor le ha traído y que, gracias a su fuerza ha vuelto sabiduría y luz. Una metáfora obvia tal vez de lo que toda mujer hace cuando da vida: vuelve el dolor extremo del parto luz: da a luz. La otra, Emilce, una mujer nueva, que se decidió a romper la historia de maltrato y silencio de sus mujeres, de sus Nosotras, que son las mismas nuestras, y que como prueba de su proceso pudo componer esta obra maravillosa: decidió hablar, y con la voz clarita, no como cuando tenía 5 años que no le salía y que la abuela le hizo ponerse un pájaro boca adentro, para que la llamara (la voz) con su canto. En la escena están las dos en esa orilla de la cama y celebran algo así como estar ahí, o estar vivas, o estar, con una emoción muy difícil de relatar e imposible de retratar en un arte que no sea el cine. Solo hay una risa de satisfacción por el brillo de esos ojos, y unos nervios como de quererse tanto, una euforia de respirar profundo junto al abismo de la muerte. A Emilce desde niña ya le tocó la abuela amorosa, la nona, y ya grande estuvo alerta para atestiguar a esa anciana libre y renacida tras la viudez, por su fuerza, y habiendo sobrevivido a un hombre brutal y su tortura de matrimonio. No le tocó la ogra que cuentan sus hijas y que la misma abuela reconoce. 
No por ella sino por la mano inclemente del hombre, el niño, nieto, que uno es viendo la película, pronto está padeciendo: si me preguntaran por el género de la película diría: documental de horror colombiano. O de terror colombiano. Paso de ser el nieto agradecido a un niño aterrado. Quería salirme de la sala: me daba pavor la palabra que viniera a continuación… Porque no se ve una gota de sangre, ni de las gallinas sacrificadas, y prácticamente no se ven lágrimas, pero algo en la forma en que hablan, se cuestionan y perdonan (allá en el campo, en el más sencillo de los contextos), hace padecer al relato como si cada palabra fuera un puñal lanzado a uno como le pasó al abuelo. Pero acá certero, cada frase, cada silencio, cada recuerdo es como a uno lo cogieran a cuchillo: ese momento donde se pide el perdón y al tiempo se filma, y que resulta misterioso e incómodo, pero verdadero y autorizado por el camino por el que nos han llevado.
Una cosa es hablar de la violencia del campo, de escaparse por miedo de la casa al miedo ciego del monte indomable y oscuro. Una cosa es hablar de incesto, de violación, de abuso, y otra bien distinta hablarlo con quienes lo padecieron, de frente, con el derecho que se va ganando la directora de ir más hondo, de preguntar más profundo. De hurgar sin crueldad, sino por salud, porque hay que llegar a esos tumores de esos úteros y no fracasar en el intento de sacarlos: de tener una vida libre por no repetir las de esas otras, de tener una vida libre por pedir perdón y perdonarse cada una a sí misma. Empezando por la abuela que ya perdonó a sus padres, agresores, captores, abandonadores, y ahora entiende que es la hora de que la perdonen sus hijas e hijos y de pedir perdón sin misterio: esos ojos brillantes prestos a apagarse ya lo entendieron todo. Y no necesita ni palabras para explicarlo. 
Muchos seguimos creyendo en la sala de cine porque hay una magia que sana en esta cuando uno se ríe en coro, cuando se llora en coro (también con un coro de sillas vacías y eco, pero este no era el caso). Hay una cadencia en las respiraciones frente a ese espejo inmenso que es la pantalla del cine donde uno se ve y ve a sus vivas y sus muertas. Hay algo en esa experiencia colectiva al rededor del fuego del cine que hace sagrada la vivencia de haber visto, oído y sentido, y de la palabra repartida entre las manos levantadas, al final, un encuentro. Una confesión de afectos: el cine maloca. La posibilidad de repartir el dolor entre tantos y que, ya solo por ese hecho, el dolor pese menos. 
Gracias a la voz de Emilce y de sus amadas. Una voz que es también parte de un coro, de películas y autoras colombianas escarbando en su historia y sus dolores en todas las regiones: la abuela de Daniela López, de Medellín, en su película Amando a Marta, narrando juntas y con un archivo escalofriante el miedo indescriptible de la vida de la abuela junto a un maltratador ultraviolento; o la directora afrodescendiente Ángela Carabalí siguiendo con su hermana los rastros de su padre víctima, de desaparición forzada desde hace 30 años, en una película de título por definir pero conocida en su exitosa y compleja ruta de desarrollo como No los dejaron volver… por solo dar dos ejemplos recientes de una lista ya muy grande.
Nosotras solo estará unos días en cartelera. Ninguna sorpresa. Pienso, no me lo dijo ella, que aún hay hombres decidiendo que no se muestra cine colombiano en sus empresas de cine y de crispetas, y que si nos dan el “inmenso honor” de pasar por sus salas es en horarios y condiciones humillantes. Ya podemos saltárnoslos. No van venir a seguir eligiendo qué nos van a hacer el favor de mostrar o qué debemos ver y a qué directoras silenciar o ignorar. Hay voces demasiado nítidas en esta película, incluidas las de las colaboradoras: la hermana de Emilce por ejemplo con su presencia increíble y silenciosa que hace aún más valiosas sus palabras en la dolorosa escena de despedida al hermano, entre humo de incienso y cascadas de llanto; como las voces de las músicas, las maravillosas hermanas Añez, Las Añez, que nos dan aire ante el “sofoco de la tradición”. Aire boca a boca con su canto de dos pájaras. 
A cuántos oídos de hombres deberían llegar estas voces de mujeres. Esta fuerza de estas voces que nos parte y nos obliga a ver nuestra construcción y el abuso de milenios a un género sometido por la fuerza bruta pero que a su vez tiene la Fuerza de haber parido y cuidado la vida de hasta el último de sus abusadores.
Rubén Mendoza.
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coachingneurobiologico · 2 years ago
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Los ovarios representan las cualidades creativas. Las dos funciones de los ovarios (la reproducción y la feminidad) resultan afectadas en la mujer que sufre en uno de ellos o ambos. Su cuerpo le dice que no establece un buen contacto con su capacidad de crear. Está demasiado en el «no soy capaz». Se preocupa fácilmente cuando llega el momento de crear algo por sí misma, sobre todo porque es mujer.
A menudo intenta probarles a los hombres lo que puede hacer, mientras que por dentro no se cree tan capaz.
Los problemas de los ovarios indican un profundo conflicto en cuanto al hecho de ser mujer, a la expresión de mi feminidad, o al hecho de ser madre. Puedo también haber dejado de lado el lado creativo que está presente en mí.
El dolor de ovarios puede indicar que siento dificultades en aceptar ser mujer. Ni siquiera sé cómo expresar mi feminidad. Tengo miedo de someterme. Sin embargo, crecí en el entorno de mujeres que debían ser “fuertes”, tomar decisiones, etc. De hecho, llevaban los pantalones, esto significa que es ella la que dirige y toma las principales decisiones en el hogar.
¿Viví en un entorno en que las mujeres estaban sometidas y habían abdicado su propia personalidad? Tomo consciencia que debido a la educación que recibí, desarrollé mucho más mi lado masculino o bien me comprometí a ser lo contrario de la sumisión y ser yo misma asumiendo mi lado masculino en detrimento de mi feminidad. Acepto ser mujer porque como mujer, soy entera y expreso mis sentimientos. Puedo ser fuerte y saber dar dulzura, amor, comprensión, etc. Cada mujer tiene su modo bien propio de expresar su feminidad, debo yo elegir la mía.
EN MUJERES DIESTRAS (mujeres zurdas es al revés):
Ovario izquierdo: Conflicto de reproducción.
Ovario derecho: Conflicto de atracción del macho.
TERATOMA O SEMINOMA DE LAS CÉLULAS GERMINATIVAS O GERMINALES:
Conflicto de pérdida en un contexto vital vivida como si se tratara de la pérdida de un hijo. Puede ser la pérdida de un gran amigo, una persona muy querida, incluso una mascota o vivirse esta pérdida en relación a la fortuna familiar. O un gran drama que afecte al hijo. Conflicto de ser rechazada o repudiada por pertenecer a un clan determinado.
QUISTE DEL TEJIDO INTERSTICIAL:
Conflicto también de pérdida, pero más frecuente y menos grave que un conflicto que afecte a las células germinativas. Conflicto de pérdida con culpabilidad sumado a un golpe bajo. Conflicto feo en relación a la zona genital, con connotaciones sexuales con un hombre. Conflicto de pérdida de un “hijo” (real o metafórico) o conflicto de miedo a ser denigrado, amonestado, degradado por un hombre.
#ovarios #quiste #teratoma #seminoma #mujer #femeniedad #sermadre #concepcion #feminidad
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futfemspain · 3 years ago
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Madre mía la mafia que hay en la federación ahora mismo. Lo de relevo no es casualidad, como tampoco lo es la promo al libro justo hoy... De repente pasamos de toda la prensa atacando a la ardilla inútil, a la mitad lamiéndole el culo sin motivo y sin lógica, porque hasta hace una semana le atacaban como todos. Huele muy muy mal todo y lo peor es que no se puede hacer absolutamente nada más que esperar que algún día alguien se rebele o que alguien decida de una puta vez echar al calvo y con él a todos sus secuaces.
Anon 🌙
Perro Sánchez echa al calvo primer aviso. Que coraje todo. Como lo ensucian todo macho
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damian-fleshandbloodnxcre · 4 years ago
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"Elis fue la única mujer real en mi vida"- dijo el incel porque nadie lo pesca en méxico 😢
"Voy a acosar a Elis, la chica hermosa que fue víctima de un patán, seguro no quemará si intento aprovecharme de su desgracia aplicando la misma técnica cobarde y pátetica de mi Dios, el joven que nunca seré yo, seguro esa muchacha está sola, seguro es una niña estúpida que busca el amor en un cualquiera como yo, no fuí sexista con ella porque si una mujer comenta significa que te la quiere chupar, por supuesto que todo gira a mi alrededor, Elis notame 😢. Intentaré meterle mi polla vieja por la fuerza, ¡soy tan intelectual y macho! ¡Algún día iré a Chile y se lo haré de verdad! ¡seremos muy felices juntos, seguro su familia me aceptará y no habrá policías esperandome! ¡Robaré todo lo que fue de su ex porque estoy desesperado de que ella me note!Elis hazme caso, no seas mala 😢 ¡perdoname y se mía! 🤬 Soy el JoKER, soy un psicópuTA. Elis es mala, es una feminazi. ¡Las mujeres tienen la culpa de todo! ¡La mujer a la cocina como forma despectiva, mujeres viejas anormales llenas de cirugías como producto comercial! ¡que no soy incel, me enojo si me dicen de mi pobreza intelectual! ¡¡necesito insertar a Elis en videos pornograficos y hacerle saber que se la estoy metiendo a pesar de que me dijo que NO, apesar de las inmurables obviedades de que me ha estado haciendo daño a próposito y en realidad nunca se la metí! ¡Ella es una prostituta como las de los videos que veo en la casa de mi madre, ella es una prostituta como las de las canciones, le fuerzo esa profesión, notame Elis, dame cierre 😢, si no dices nada significa que me quieres!! ¡¡estas atrapada!! ¡Quiero ser un camino de tus estrellas, quiero ser la mayor, robaré y forzaré! ¡¡Yo le importo tanto, por favor dame de tu tiempo!! ¡¡Ella deja entrar a todos, seguro no elige, es una puta porque si un hombre hace lo mismo es macho alfa!! ¡¡que no se note mi envidia hacia los elegidos!!¡Soy un caballero, pero desconozco el término literario y que ya no existen! ¡Elis porqué no me eliges soy un caballero de los que tanto pides! Hablame, te estoy buscando en redes sociales por favor notame, no me importa si tienes novio y no me quieres, nunca te olvidaré y eres mía porque soy incel, te dejaré indirectas en mi canal de YouTube a traves de canciones subtituladas. Cómo que su novio, familia, amigos y policía saben de mi acoso? Cómo que todos me ven como un bicho patético incel de internet?–dijo el fAN de Rammstein.
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paonietoguarin · 4 years ago
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Relato LesboFeminista
Hace muy poco reflexionaba sobre las relaciones de poder que se ejercen contra las Mujeres heterosexuales desde algunas posturas feministas- lésbica-revolucionaria- . Profundizar en algo empodera y fue ese relato de contradicciones en los mismos cuerpos mancillados el que me condujo a este escrito. A pasos ebrios nos conduciremos a la verdad, la noche lo permitirá. No me he topado con otras preocupaciones distintas a las de las miradas de las mujeres que se enfrentan en distintas expresiones cohibidas de lo mismo pero desentrañadas de distintos modos. Desde entonces, me he dedicado a contar las historias de todas, de las lesbianas y de las heteros, de las flexibles y las perdidas, de las asexuadas y de aquellas que aún no se descifran, porque al final todas se encuentran en la misma pecera, porque sin entendernos creemos en la misma libertad y se sienten los mismos colores de madrugada, porque todas sin excepción, todas, estamos hechas de y para el amor. No es que las historias de las primeras no se parezcan a las mías, -aunque mi clítoris ha sido explorado con la venia de la luna para hacerme sentir a gusto mientras la lengua sedienta de otra juguetea entre mis piernas-, Es que en medio de ellas, la algarabía cada historia está cargada de distintas sintonías y nostalgias.
Así bien, hace poco, he convenido instigar solo en madrugada, pues es en ese momento en el que se desatan las musas de las brujas que me anteceden, en la noche, fiel creadora de todas las ilusiones, se liberan los miedos, que aún aguardan en sus úteros calcinados. En esas noches me he encontrado en ellas como en el poema que se pierde en los estantes, cómo el agua que conduce al mar, como la lava que se dirige al río.
De ella, puedo decir con certeza que no reparo en sus simuladas actuaciones,- la veo como a una hetero mas-. Le dijo La Rasu a su amiga Tola, -Sé también que a todas nos falta el amor, el grito, la cofradía entre amigas, pero ella, parece que no la tocan estas luchas - reclamaba furibunda-. Ella de genio apacible se retiró a ver la luna y a comer algo de las mesas. Pero el manifiesto empezó y volvieron al gran salón. De esto nadie habla, gritó aireada la mujer delgada de cresta que tomó el microgono, sus palabras adornadas de una voz suave que se esforzaba demasiado para animar a la muchedumbre se pasmó con la llegada de Paloma. -¿Por qué nadie piensa en ellas, en las HETERO, tanto como yo esta noche?- se atrevió a exclamar ella- , - y aunque fue igual de ignorada que la anterior. Volvieron a repicar los tambores y una mujer de tez oscura añadió a la noche las historias crueles de aquellas que por alguna u otra razón han sido segregadas y asesinadas, a todas les faltaba un poco de arrojo en sus voces, la salvaje ira les nublaba. Fue entonces cuando Amanda se tomó el centro, allí faltaba algo para que pudieran reconciliarse entre sí, faltaban las historias reales de las asesinadas, de las hijas perseguidas, de las niñas vendidas. De pie y con una firmeza en sus expresiones Amanda invocó la imagen viva de Eugenia, -sí, de aquella que apuñalaron como a la otra de la que nada se habló porque era muy pobre, a ella sólo le echaron acido en su rostro hasta que se desvanecieron sus ojos- Un silencio sepulcral envileció el ambiente y tomó la palabra Camila, quién narró la historia cruel de Silvana, en aquella velada se confesó que le habían quitado el brillo y los sueños, a ella le robaron el huracán que tenía adentro, ¡ le robaron! le dolía el pecho mientras recordaba el río en el que nació, la noche que la parieron, la ruana que la arropó y el grupo de hombres que la violó una noche de cocteles en Medellín. Las historia continuaban, una mujer de tez morena pasó con timidez y narró con voz baja la historia de aquella escritora pero no se atrevió a vivir como lesbiana, a ella le hacía recordarse frágil y perdida su identidad sexual, permaneció en silencio y con doble vida hasta que se escapó de sus deseos y poco o nada se supo de sus anhelos, pero una mañana se colgó en el closet de un apartamento que rentaba con su novia y su gato, -fue por el gato que cuatro días después su cuerpo se encontró, porque su novia la había abandonado en una de tantas peleas que surgían con las drogas-. Esa historia en particular llevó a muchas preguntas y las convocadas se veían confundidas e inapetentes. La cena servida y sus miradas daban vueltas sobre los platos. Se sentía una necesidad de sanar tantos corazones como de clamar que se acallara la violencia contra todas.
De tantas anécdotas y vivencias me cautivó la de Ana María, quién estuvo desde joven buscando a un machito anciano, terminó con un judío que traficaba con armas y niñas, fue su padre y su amante al tiempo, a ella le faltaba iniciativa, amor propio y dinero, así se describió cuando narró su historia. Fue comprada y vendida varias veces, la pasaron de las manos de su madre a las de su amante anciano, a ella le parecía que la vida de malandro era la respuesta, estaba convencida del amor del anciano hasta que cayó en la cárcel de mujeres y terminó de narrar su historia contando como sobrevivía vendiendo y traficando cigarrillos adentro. Nubia nunca se sintió amada, ella buscaba desesperada en otros, sus anhelos, terminó asestándole golpes a la única que se dirigió a su cama a satisfacerla, ella odiaba tanto a los hombres como a las hetero, por eso siempre terminaba intentando enamorarlas, pero no se satisfacía, así que su rostro era largo y oscuro, Nubia se odiaba a sí misma y por eso siempre buscaba el rechazo, siempre se perdía en dramáticas historias interminables, si discurso fue tan sombrío como su alma.
Nubia no podía concebirse siendo penetrada, ¡ya la habrían obligado con certeza a sentirse virgen porque no se dejaría tocar nunca por ninguno! Pero ella con valentía superó todas las barreras que se le impusieron y aunque se expresó de forma violenta con el micrófono, se le sintió ternura en sus ojos oscuros y sus cejas bien pobladas. Vanesa en cambio se sentía afortunada con su familia y matrimonio, se casó un veinte de marzo y fue protegida varios años en el amor patriarcal, de esa unión salieron dos hermosos retoños que fueron criados como buenos machitos. Vanesa estuvo feliz mas de trece años hasta que su matrimonio se fue al barranco y nunca más fue tocada, amada o percibida en su casa. Su esposo ni parpadeaba, fue un tumor en el cerebro pero él nunca más regresó. Valeria tuvo que criar a sus retoños sola, luchando contra la estructura, contra el capital, contra la luz de sus ojos, ella nunca logró ser tan rica como su esposo y no recibió lo que por ley merecía porque su suegra se encargó de quitarle hasta la custodia de sus hijos cuando comprobaron que era mariguanera.
Todas ellas fueron juzgadas y aniquiladas por la burla del macho, fueron quemadas en un mundo de perversidad y trofeos. Fueron caminos de poco gozo, de muchos sueños quebrados, pero el Curry y los vegetales les cuidaron entre sí, la berenjena en salsa de tomates frescos y los tés de manzanilla hicieron su parte y a ratos se llevaban bien, se aleccionaron unas con otras, a ratos se querían matar, cuando se ocuparon de encontrarse, se volvieron multitud y respuesta, aquelarre y colectivo, se escribieron y se sintieron completas, de ellas me ocupé como de sentirme moralmente llamada a su despertar y a la revolución, fue así como pintamos las paredes con frases disruptivas y me senté a escribir para que nunca más fueran olvidadas en esta lucha. ¡las quemaron vivas y les dijeron brujas porque no podían dejarlas gobernar!
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ochoislas · 4 years ago
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«Limpio» dicen, como si la pobreza fuera algo que depura. Nosotros —quiero decir mi padre, mi madre y yo— llevamos ya unos cuantos años prácticamente sin ingresos, y puedo dar fe de que no es así en absoluto: habitaciones vacías por las que corre un viento frío y puro, vida frugal, y todo ese cuento. Más bien lo que me evoca la pobreza es algo tibio, pringoso y sórdido que se te queda pegado; desorden y cargazón nauseabunda. No tiene nada de tonificante ni de sobrio.
Padre era en su tiempo militar de profesión pero, quizá por ser oficial veterinario, logró librarse de la acusación de crímenes de guerra. Ya hace cuatro años que volvió del Pacífico Sur y en todo ese tiempo casi no ha puesto un pie en la calle. Por lo visto tuvo ciertas experiencias bastante intimidantes durante su confinamiento, porque todavía teme que le caigan a palos. Madre, que es una persona más resuelta y sociable, se podría pensar que sabría desenvolverse mejor en estos tiempos. Y de hecho llego a montar un negocio menudeando con sacarina, pero la empresa fracasó pronto cuando los vecinos descubrieron que se les había estado vendiendo un género dudoso a un precio abusivo. Su buen nombre se echó a perder para siempre, por lo que parece, pues los vecinos siguen mostrándose recelosos cada vez que tienen algún trato con ella, como es el caso cuando le toca el turno de colaborar con el racionamiento local de alimentos. Madre está ahora terriblemente acomplejada, y sea lo que sea que haga no tiene confianza alguna. Lo que más nos tiene preocupados es cómo maneja el dinero, claro. Parece que ya no es capaz de sumar y restar, y cuando va a la compra le entrega el monedero al tendero para que coja la cantidad exacta. A ese punto ha llegado. Y luego está mi enfermedad también. Cogí espondilitis tuberculosa mientras servía en el ejército y todavía no me he curado. Paso la mayor parte del día tirado en la cama, digamos que cuidándome.
El desbarajuste al que puede llegar una familia que ha perdido la capacidad de valerse por sus medios es menester verlo para creerlo. Abran un cajón de nuestro aparador de té y encontrarán —sin duda con ojos como tazas— un serrucho. Pues está ahí porque a madre se le ocurrió pensar, en uno de sus momentos malos, que se trataba del cepillo para sacarle virutas a la mojama. Por su parte padre atesora y guarda con celo todo lo que se le antoja útil, como si estuviera aún en el frente. Amontonados de cualquier manera en los anaqueles escalonados junto a la alcoba decorativa hay chirimbolos tales como su sierra de veterinario, bisturíes, cascos de vidrio, semillas de plantas raras, sus charreteras, hilo caqui liado en una bobina de cuero, y más por el estilo. Una vez que este torbellino de desechos se traga sus pañuelos y calcetines —y hasta las camisas y calzoncillos— no hay manera humana de extraerlos. No hace falta que les diga que hay telarañas por toda la casa: en los marcos de las puertas, el techo, los cables eléctricos, y donde a ustedes se les ocurra. Y no son de las ordinarias, sino que tienen prendidas como motitas finas y fofas de algo blanco, como las flores que le salen al moho. Son pelusas de conejos de angora, para ser exactos. Les tengo que decir que a mi nunca me han gustado mucho ni los gatos. Nunca he entendido a la gente que adora a esos bichos insolentes que vienen y frotan sus cuerpos peludos contra ti y apestan la casa con sus meados. Pero los he llegado a apreciar bastante después de conocer a los conejos.
Todo empezó cuando uno de los antiguos oficiales subordinados de mi padre, que ni mi madre ni yo conocíamos, se dejó caer un día a ver al general, como todavía lo llamaba. Entonces no fuimos conscientes, pero en aquella breve visita se las compuso para meterle a padre una extraña idea en la cabeza. A la mañana siguiente padre salió de casa vestido con mayor decoro de lo habitual. Nuestra reacción a tan inesperado acontecimiento no estuvo exenta de cierto aciago presentimiento, aunque fue fundamentalmente optimista. ¿Habría encontrado un trabajo bien pagado? «Cuando se arregla todavía impone ¿no es verdad?», dijo madre. Asentí gravemente, recordando que en el pasado, siempre que iba a ocurrir algo importante, fuera un ascenso o un traslado ventajoso, salía exactamente igual que ahora: de punta en blanco y sin decir ni pío. Pero ¡ay! nuestro optimismo era del todo infundado. Padre volvió aquella noche abrazado a un cajón enorme y sin el reloj que trajo de Singapur. Alguien se lo había birlado de la muñeca expuesta viniendo a casa. Pero a lo que vamos: fue entonces cuando esas asquerosas criaturas entraron en nuestras vidas. Igual que el hombre auténticamente nefario tiene cara de ángel, aquellos conejitos, fueran machos o hembras, eran para comérselos vistos allí acurrucados tímidamente y muy quietecitos en el suelo, con sus ojos rojos brillando en la luz eléctrica. No les digo que yo mismo exclamé, por mis pecados: «¡Qué lindos!». Madre les trajo algo de pan y cada vez que alargaba un pedacito uno de ellos estiraba cautelosamente el cuello y luego de pronto lo arrebataba y gazapeaba con su presa hasta un rincón del cuarto. Nos divertían y animaban aquellas vivas criaturillas con sus cuerpos blancos y puros. Su presencia parecía iluminar toda la casa. Padre estaba muy ufano, claro está: «En seis meses nos reportarán ocho mil yenes al mes». A madre se le pintó una cara como la del niño al que le sacan una piruleta de la manga: «¡Santo cielo!», dijo, con la desdentada boca abierta. Y padre procedió a exponernos su plan: la producción de lana de un año sería tanto, que hilada equivaldría a tantos kilos, que a su vez daría no sé cuantos metros de tela... y así. Madre entró en tal paroxismo de euforia que empezó a reír sin control. ¡Qué va!, gritaba exaltada, padre se estaba quedando corto; ¡tanto paño seguro que nos valía más de ocho mil al mes! Era como si ya viera los montones de hilo y de tela.
Por el rabillo del ojo vi una bolita negra rodar por el suelo. Mirando alrededor vi que  había muchas más iguales por todos lados. «¡Qué poca vergüenza!», no había otra forma de expresarlo. Cada vez que daban uno de sus brincos otra bolita salía disparada de su horcajadura. Ni se cohibían lo más mínimo, ni apretaban... y así una y otra vez. Yo miraba sus rostros inexpresivos y sus cretinos ojos rojos de mirada vacua y presentía lo peor.
Al día siguiente padre empezó a trabajar como un desesperado. Estaba más imposible que nunca cuando trabajaba, eso lo sabía ya. En realidad era lo que más me irritaba de él. Para él trabajar era levantar el césped del jardín y rebinar la tierra cuando hacía buen tiempo, por ejemplo, o, si hacía malo, confeccionar cajas de varias formas y tamaños, no se sabía para qué. Ninguna de esas actividades reportaba un beneficio tangible, si de eso se trataba; y si era por afición, tampoco tenía ningún sentido. Lo que más me desconcertaba era el ahínco que le ponía. Medio oculto en una tolvanera de polvo —pues vivíamos en la costa de Kugenuma, famosa por sus recios vientos y mar brava— blandía la azada emitiendo un grito estridente y enloquecido cada vez que la descargaba. Era como mirar a un loco haciendo un baile interminable y el espectáculo me colmaba de angustia por la soledad y esterilidad de su esfuerzo. Caerían dos gotas y todo sería otra vez un un arenoso aguazal donde no iba a crecer nada. «¡Estás perdiendo el tiempo! —le gritaba yo desde mi cama y a través del porche—. ¡Para ya! ¡Mira cómo estás poniendo la casa de arena!» «¿Qué has dicho? —replicaba gritando, desencajado, con la azada detenida en alto sobre la cabeza—. ¿Y qué si es una pérdida de tiempo?»
La llegada de los conejos lo pertrechó de una nueva manía. Comenzó a hacerles cajas. Las clasificó como cajas de cría, de cebo, de ejercicio y todo así, y cada nuevo modelo resultaba más ingenioso que el anterior. Todas las ideas que había pergeñado anteriormente haciendo cajas inútiles las pudo aplicar ahora; pero eran tan peregrinas que aunque nada más se tratara de levantar la tapa de una, sólo él sabía cómo hacerlo. Toda la casa retumbaba sin parar con el ruido del serrucho, el cepillo, la gubia y el martillo. Aquella energía inútil me trepanaba el cráneo y saturaba mi cerebro sin dejar sitio para nada más.
Nunca se me había ocurrido pensar antes en qué clase de ruido haría un conejo; ahora descubrí que se trataba de un chirridito así como uuh uuh. Me resultó un sonido muy decepcionante; y, como cuando escuché por primera vez la voz del emperador en la radio, me dejó una especie de vacío dentro. Aquel gritito extraño y superfluo tenía que escucharlo yo continuamente, pues por miedo a los ladrones o a los perros callejeros padre había colocado las cajas en el armario del pasillo, a apenas un metro de mi cabecera. Por lo visto los conejos duermen de día y de noche se activan. Acostado en la oscuridad me llegaban sonidos de diversa índole de modo irregular pero continuo. Tan pronto eran sus dientes royendo la madera como sus pies zapateando en el piso, luego sus cacas o su pis cayendo por el sistema de desagüe (que era un artilugio notable hecho de hojalata y dispuesto de modo que el culo del nervioso conejo nunca podía esquivarlo).
Una noche típica mía tras la llegada de los conejos consistía en despertarme a media noche con una pesadilla en la que indefectiblemente una gran rata se había metido en mi cama y me estaba royendo los pies o la cabeza. Estar despierto es peor que dormir, porque ahora me hostigan los trasgos de verdad. Desde las puntas de los dedos de mis pies, envueltos en la cosquillosa guata de la cobija, repta un extraño hormigueo por mis piernas hasta ir a agazaparse en la parte enferma de mi espinazo. Cualquier cosa que tenga encima empieza a ahogarme. Primero me saco el corsé de yeso, luego la camiseta interior y me rasco la espalda, todo en vano. Lo único que consigo rascándome es que el picor se meta más adentro. Desesperado por hacerlo salir me hinco los dedos entre las costillas del pecho, empujando todo lo que puedo. Como en respuesta a mi agonía los animales empiezan a armar más barullo que nunca. Mientras, en el cuarto contiguo, se desarrolla un dueto de ronquidos entrecortado por gritos imbéciles y balbuceos.
Padre relincha de repente... se está riendo. Grita: «¡Dámiche!». Desde que volvió de la guerra siempre dice eso durmiendo y por fin he averiguado que lo que significa es: «¡Dame cheche!». Él era el menor de nueve hermanos y parece que estuvo mamando hasta la primavera en que cumplió trece. En un principio pensé que no estaba dormido y todo era un subterfugio enrevesado para convencernos que no era apto para trabajar. Pero ya no lo creo, porque he visto con qué envidia me mira cuando me bebo mi ración por convalecencia de leche en polvo. Así que su sueño recurrente es muy real, originado a la vez por un ansia inmediata y por la añoranza de los goces de la infancia. La obsesión materna de padre no me choca lo más mínimo, si es eso de lo que se trata. De hecho lo encuentro muy chistoso. La imagen de padre chupando de la teta de la abuela es grotesca, ya, pero al fin y al cabo siempre he tenido debilidad por el esperpento. Lo que no significa que su grito de ¡dámiche! en mitad de la noche no me sobresalte igual que antes. Que la palabra en sí sea un jeroglífico y haya tenido que descifrarla yo, aunque lo haya logrado, lo vuelve todo aún más insidiosamente siniestro.
Reducido a un manojo de nervios por aquella serenata en la oscuridad, empiezo a imaginar que mi cuerpo está a punto de desintegrarse tanto por dentro como por fuera. El ruido se vuelve insoportable y trato de taparme la cabeza con la cobija, pero todo lo que consigo es arrancarle puñados de algodón del relleno mientras sigue pillada en mis piernas. La comezón de mi columna no para de empeorar. Es algo que siento desprenderse, como burbujeantes gases de ciénaga, de los residuos de mi caótico cuarto —pelusas, guiñapos, papelillos llenos de mocos— y que va calando mi cuerpo. En un intento desesperado por contener el picor que no puedo alcanzar, me crispo entero. Vuelvo a escuchar a los conejos gimotear en el armario: uuh uuh. «¡Qué gritito tan insulso —pienso— para unas criaturas que meten tanto ruido!»
Yasuoka Shōtarō
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zcort · 5 years ago
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DE NOVELA
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Me llamo Daniel, soy un hombre divorciado de 35 años, padre de dos hijos, siempre supe que era gay, pero por respeto mi padre y miedo al que dirán oculte este hecho por muchos años, mi exesposa Beatriz lo sabía, ella me amaba en verdad, tanto que me dio lo más hermoso que la vida te puede dar, un hijo.
Esa noche como otras tantas salí tarde de trabajar, era una noche de verano particularmente fría lo recuerdo bien, iba en mi camioneta rumbo a mi casa cuando en medio de la oscura calle logro vislumbrar a alguien… era un joven, güerito como de 20, llevaba bermuda y una camiseta… algo extraño para esas horas de la noche… disminuí la velocidad y detuve la camioneta pensando en ¿qué hacer?, era muy de noche, la ciudad aunque activa, no presentaba demasiado movimiento por las noches, salvo el de las compañías petroleras que trabajaban en la zona… después de re-pensarlo y más por instinto protector que por otra cosa metí reversa y me empareje al lado de ese joven. Baje el vidrio de la puerta y pregunte: “estas bien”… “no” respondió… “vete” me dijo… esa actitud a la defensiva me hizo pensar que tal vez algo malo le había pasado “no estás bien” le dije “quieres que te lleve a algún lado” agregué… “no tengo a donde ir” respondió…  esas palabras me dejaron sin saber que hacer… “bueno, al menos déjame invitarte algo de cenar” le dije…el chavo que toda la conversación había tenido la mirada agachada alzo la cara y pude ver que tenía el labio roto… “gracias pero no”, “anda ¡sube!”, insistí, el chavo al parecer acepto la invitación pues se dirigió a la puerta del copiloto… arranque rumbo a una de las cafeterías 24 horas de la ciudad, estando allí logre sacarle la sopa… tenía problemas en casa con su padrastro, él no era originario de aquí, sino que habían llegado a la zona por el trabajo de su padrastro… su mamá estaba realmente enamorada del señor ese, además de que ella, su madre, no le tenía mucho areció a su hijo que digamos, como fue el resultado de un matrimonio fallido lo trataba mal… la herida de su boca se la había hecho esa tarde cuando se pelearon por una estupidez y el señor lo corrió de la casa sin que su madre hiciera algo… “¿Qué hare para ayudarle?” me preguntaba a mí mismo, pues no lo podía dejar en la calle… y recordé  mi cuartito, así le decía a la casita de infonavit que rentaba para mis encuentros ocasionales… “tengo un lugar donde te puedes quedar si quieres” le dije… “no gracias con la comida es suficiente” me dijo, “me quedare en algún parque cercano en lo que pienso que hacer añadió… “no” insistí, “tú no te vas  aquedar en la calle” le dije mientras acariciaba su cabello en forma juguetona… ¿era mi instinto protector el que me hacía hacer esto? me preguntaba a mí mismo, su historia me había conmovido en verdad, él era inocente de toda culpa, no me podía imaginar que clase de infancia y juventud vivió al lado de esa mujer… terminamos de cenar y lo lleve al cuartito… “aquí es” le dije mientras me estacionaba enfrente de la casa… nos bajamos, entramos a la casa y lo que hizo me tomo por sorpresa… saco una navaja de su bermuda y me la puso en la garganta… ¡ahhhhh! No se crean #broma, lo que hizo fue abrazarme muy fuerte, pero de verdad fuerte, como quien abraza a alguien querido después de mucho tiempo de no verlo… “gracias, gracias, gracias” decía en un tono entre cortado… eso hizo Salir mi lado profesional, soy psicólogo así que esa conducta me causaba inquietudes… lo lleve a la sala de la casita y pregunte: “¿Qué tienes?”, “nada” respondió, “¿Qué tienes?”, “¡Nada!”, Ultima vez que pregunto, le dije en tono firme “¿Qué tienes?”.... “nada es solo que no se, me siento raro, siempre he sido el rechazado, el solitario y que alguien me de la mano sin conocerme, me hace sentir raro” decía mientras veía como apretaba sus manos… me pare frente a él, le extendí la mano, el la tomo, la jale, lo abrace y le dije… “todos necesitamos de todos”… después de eso le mostré el lugar, le enseñe donde dormiría y me retire a mi casa… en el camino iba pensando en lo que había hecho, no pensaba en si me robaría o algo así, pues en esa casa no hay nada de valor, pero si pensaba en su situación y en cómo es que yo que soy muy precavido en a quien le hablo y a quien no, metí a aun desconoció a mi casa…. Bueno a la casita esa… al día siguiente me levante muy temprano, pues recordé que tenía al chavo ese en mi cuartito, me aliste y salí rumbo a la casita, de mis hijos no me preocupaba pues su nana siempre los atendía bien, llegue a la casita no sin antes pasar a comprarle algo para que desayunara, llegue y abrí la puerta, era muy temprano, los vecinos aun dormían en su mayoría, entre a la habitación y lo que vi me dejo sin palabras… estaba ese joven dormido plácidamente, extendido en todo lo largo y ancho de la cama, analice su cuerpo, era un cuerpo joven, firme, viril, con sus abdominales marcados, sus pectorales firmes, sus piernas torneadas y sus brazos fuertes dignos de alguien de sus edad, estaba desnudo arropado tan solo por la sábana blanca de la cama que dejaba ver una mañanera erección, sinceramente de la misma forma en que ayer me traiciono ese instinto paterno y protector hoy me estaba venciendo mi lado b, mi lado gay, mi lado caliente, fogoso y sexual, cuidadosamente deslice la sabana que cubría su pelvis y parte de sus piernas dejando al aire un miembro güerito, erecto, de unos 19 cm, lleno de venas, con una cabecita rosada, mi boca parecía una fuete de tanta saliva que producía, mis piernas temblaban, “está mal, está mal” me decía a mí mismo “no debo hacer esto” pensaba sin darme cuenta que ya estaba abriendo mi boca para comerme su miembro… su pene olía bien, olía a limpio, al parecer se bañó en la noche, al sentir mis labios en su pene me deje ir como gorda en tobogán, no pensaba en nada, solo en ese miembro, mi boca comenzó a chuparlo lentamente, mi lengua recorría su tronco, mi boca subía y bajaba suavemente, dejando caer por su palo chorros de saliva que mojaban sus pelos y sus bolas… como pude logre meterme todo ese miembro en mi boca, sentía como topaba con mi garganta, era del grueso suficiente como para llenarme la boca pero sin ahogarme, sabia delicioso, sabia a hombre, a macho joven, a virilidad pura, me lo saque lentamente para volvérmelo a meter, de repente siento un ligero sabor salado, su miembro estaba reaccionando a mis mamadas, estaba lubricando, eso me prendió más  e hizo que aumentara el ritmo de mis mamadas… en eso siento como su verga se me meta a la garganta, trate de separarme de su verga pero el alzo la pelvis para que no lo hiciera… se había despertado… “¿Por qué te detienes?” me pregunto con una sonrisa en su rostro… “Este, es que, oye disculpa… la verdad yo no soy así” le decía torpemente mientras se levantaba de la cama… Del chavo tímido de ayer nada quedaba, lo que tenía delante de mí era un hombre en toda la extensión de la palabra, un hombre joven, pleno y potente con la verga dura apuntando al techo… “no te justifiques, si te gusta adelante, dale chúpala…” me dijo mientras se acercaba a mi “no de verdad yo no sé qué me paso, yo solo venía a dejarte algo para que desayunes…” le decía mientras yo daba pasos hacia atrás… “¡Hombre muchas gracias! Yo también tengo algo acá para que comas” dijo mientras sujetaba su miembro… el frio concreto de la pared detuvo mi huida…. Apoyando su mano contra la pared a la altura de mi cara acerco la suya y me dijo, “¿no me vas a dejar así verdad?” dicho eso me beso… No lo podía creer, ese guapo joven me estaba besando pero no solo eso, sino que también me abrazo, me jalo hacia él. Sus manos comenzaron a recorrer mi cuerpo, su lengua comenzó a buscar la mía. No sé qué pasaba por mi mente que no podía moverme, estaba como petrificado, cuando siento que despega sus labios de los míos y comienza a besarme el cuello, ese es mi punto débil, lo empuje para separarlo de mi… él se dio cuenta de inmediato que mi cuello era mi punto débil así que decidido a hacerme ceder se abalanzó sobre mi empujándome contra la a pared y comenzó a besarme el cuello… “n-no, no, para” le decía suplicante mientras el sujetaba mis manos contra la pared… sus besos se hacían más intensos, comenzaba a darme leves chupetones, sin dejar de besar subió hasta mi oreja y comenzó a besarla a lamerla a mordisquearla, el sonido de su boca sobre mi oído mezclado con la sensación de su cálido aliento y la de su lengua sobre mi lóbulo me hacía vibrar, estremecerme, temblar de la excitación, no me di cuenta en que momento soltó mis manos y comenzó a desabrocharme el cinturón…  para este apunto yo ya estaba más que prendido… me volteo, quedando yo de frente contra la pared, escupió su mano, unto esa saliva en mi culo, junto su cara con la mía y siguió mordisqueando mi oreja mientras sentía como su miembros punzante comenzaba a deslizarse sobre mi raja embarrándome de su liquido pre seminal, después de estar un rato dándome a desear su miembro yo ya estaba que explotaba de lo caliente, quería, necesitaba, me urgía sentir su miembro duro entrar en mi…  él se dio cuenta de esto pues yo paraba más mis nalgas y las empezaba a mover en un sensual vaivén contra su delicioso miembro, él con una gran habilidad empezó a abrirse paso entre mis nalgas buscando mi agujero… nuevamente sujeto mis manos con las suyas contra la pared, sin dejar de besarme la oreja muy hábilmente ese cabron comenzó a meter la punta de su verga en mi ano que sinceramente no opuso resistencia, yo estaba caliente, yo estaba desando ser penetrado, su glande poco a poco fue entrando en mi culo, podía sentir como con algo de dificultad por la poca lubricación su verga hacia ceder a mi esfínter, cuando su cabeza por fin entro por completo se quedó inmóvil un momento… “¿Suave o fuerte?” me pregunto… “como tú quieras“ le dije extasiado… “entonces suave” comento mientras con la pura punta de su verga dentro de mi comenzó a meterla y sacarla suavemente de mi culo, claramente podía sentir como mi culito se amoldaba a la perfección a su verga, era una sensación muy muy placentera el sentir su verga casia punto de salir para después metérmela de nuevo en un vaivén que quisiera que nunca acabara… poco a poco mi culo fue cediendo más y más, sus movimientos suaves pero firmes se iban abriendo paso en lugares de mi culo que nunca nadie antes había llegado, cada vez entraba un poco más y más de su viril miembro, sus movimientos me tenían loco de placer, mi miembro lubricaba a chorros como nunca antes, mis pezones estaban durísimos y súper sensibles, me faltaba la respiración, sentía mis piernas vencerse ante el placer que él me provocaba “¡que cabron eres! ¡Que rico lo haces!” le decía mientras empujaba mis nalgas hacia atrás deseoso de sentir toda su potencia sobre mi…. Nuestros movimientos comenzaron  mezclarse a la perfección, el empujaba hacia adelante y yo hacia atrás, de repente sentí sus vellos púbicos en mis nalgas, había entrado toda, todo su miembro estaba alojado en mi… entro sin dolor, era la primera vez que me hacían algo así, yo estaba acostumbrado a las cogidas fuertes y sin pasión de los strippers de los antros que frecuentaba, pero este joven individuo me estaba dando placer de una forma tan sublime que no me permitía pensar en nada más. Una vez completamente dentro suavemente me la saco toda… pude sentir el aire entrar a mi culo, “¿Qué haces?]” Le pregunte “Shhhhh, solo disfrútalo” me respondió… de repente siento como se baja hacia mis nalgas y con una maestría excepcional las abre por completo de golpe y mete su lengua dentro de mi… su juguetona lengua lamia mi culito entrando y saliendo, ensalivándolo, dilatándolo más, de repente se separaba, abría todo lo que podía mi culo, le soplaba, después le daba una lamida y finalizaba succionándolo fuertemente, “Ahhhh ¡Que rico! ¡No pares! Mmmmm ¡Siiii! ¡Así!” le decía mientras echaba para atrás mi culo queriendo sentir más y más de esa deliciosa lengua húmeda… se volvió a poner de pie y esta vez con un poco más de fuerza me metió hasta el fondo su verga, empezando un mete y saca delicioso que llagaba hasta la mitad de su tronco… la sensación de esa verga llenando a plenitud y sin dolor mi ano fue lo máximo… sentía mi culo dilatarse y amoldarse a su miembro exquisito… entregado estaba yo a esos placeres cuando la alarma de mi celular sonó regresándome a la realidad… “¡Ya es tarde! me tengo que ir” dije tratando de separarme… “pero acabamos de empezar” me dijo abrazándome para que no pudiera moverme… “de verdad me tengo que ir” le dije separando sus brazos de mí y sacándome su miembro de mi culo… di unos pasos y me incline para subirme el pantalón cuando el muy cabron aprovecho esa situación para sin medimiento alguno meterme de un golpe y con mucha fuerza su verga en mi culo… pude sentir sus huevos chocar con mis nalgas…  “no te puedes ir sin tu lechita” me decía mientras me metía y sacaba la verga con fuerza, me tenía bien sujetado de las caderas, cada vez que intentaba pararme el me regresaba a la misma posición… Creo que mi resistencia le molesto pues de un empujo me aventó contra la cama abalanzándose sobre mí, su miembro rápidamente busco mi culito que a esas alturas no ponía resistencia alguna, “¡Déjame!” le grite entre molesto, excitado y apurado… con sus manos me tapo la boca jalándome hacia atrás con fuerza y me dijo “relájate, relájate, no tardare mucho” mientras aceleraba sus movimientos. Me cogía de una forma muy particular solo movía su pelvis generando un corto pero constante mete y saca en mis nalgas… “¡uuuufff, sí… ¡ya casi me vengo!” Decía mientras sus embestidas aumentaban de intensidad…. Sentí su cuerpo tensarse y yo por instinto apreté mis nalgas “¡eso!, así, ¡así! ¡Apriétame más!” decía mientras su verga soltaba chorros y chorros de leche caliente dentro de mi… “¡Ahhhhhhh! ¡Que rico! ¡Que rico! ¡Me vengo!” grito mientras su verga seguía llenándome de leche “¡Ufff! ¡Ahhh! ¡Que rico!, que rico culo tienes” me decía, mientras recuperaba el aire sobre mi…. Cuando recobro el aliento, se paró sacándome su verga de mi culito dilatado… se agacho me lo lamio nuevamente, amaso mis nalgas, me dio una fuerte y deliciosa nalgada y dijo “Ojala pudieras ver cómo te quedo el culo, estas bien abierto” decía mientras se iba al baño por papel, tomo un poco para limpiarse, me dio el resto para que hiciera lo mismo… aturdido por la situación pero más preocupado por no llegar tarde a mi trabajo solo me limpie y me fui… ya en el camino comencé a reflexionar sobre lo sucedido… tan metido estaba en analizar lo que había hecho que casi choco con otro auto… decidí mejor no pensar en eso hasta llegar a la oficina…
Al llegar a la oficina los pendientes del trabajo rápidamente ocuparon mi mente sin permitirme analizar bien lo que había sucedido… bueno, fue así hasta que llegó la hora del almuerzo… lo que paso después se los contare en otra historia.
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darkmagicianofchaos44 · 4 years ago
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Por venganza se las dí a mi suegro.
Llevaba ya algunos meses siéndole infiel a mi esposo con sus amigos del trabajo, en venganza de que él me puso los cuernos, pero al confirmar que también me los puso con mi hermana, sentí que no era suficiente cogerme a sus amigos, así que pensé en dárselas a mi suegro y a mi cuñado; ambos siempre se me habían antojado. Mi suegro tiene fama de mujeriego –por algo ha de ser- y mi cuñado simplemente está bien bueno…me encantan sus nalgas y se le ve muy buen paquete.
Lo que no sabía era cómo hacerle para que mi suegro me encamara; siempre me ha coqueteado, pero me daba la impresión de que sólo era eso y que no se atrevería a ir más allá. Ya saben, me besaba cerca de la boca, me abrazaba abajito de la cintura –entre culo y cintura- me acariciaba las piernas a la menor posibilidad; incluso alguna ocasión jugando en la alberca de su casa me dio un buen arrimón en mi colita. Pero cuando estábamos solos nunca iba más allá.
Una ocasión Miguel –mi esposo en aquél entonces- viajó unos días por cuestiones de trabajo; la soledad ofrecía muchas posibilidades para cornearlo y una de ellas fue con mi suegro. Para que yo no tuviera problema, la encamada debía ser idea de él y no mía. Recordé que los jueves mi suegro –Don Rafael- iba con sus amigos a jugar dominó o póker y acostumbra tomar bastante en esas juergas. Debía lograr que estuviéramos solos en casa ya tarde para que estando él borracho poder calentarlo y no pudiese contener sus deseos, su calentura. Me arreglé para salir a un antro con algunos amigos y amigas; una minifalda tableada tipos escocesa –como de colegiala- un top blanco con tirantitos y un juego de ropa interior blanca: pequeña panty que apenas me cubría la conchita y media nalga, y un brassiere de media copa.
En el antro estuve coqueteando con algunos de mis amigos, siempre me gusta hacerlo pero esta vez además me ayudaría para irme poniendo a tono. Me dejaba dar arrimones y toquetear un poco mientras bailábamos, pero cuando estaba sentada todo tranquilo...a excepción de un momento poco antes de hablarle a mi suegro, en que un amigo de un amigo empezó a acariciarme las piernas por debajo de la mesa con la punta de sus dedos; subía por el muslo hasta donde empezaba la minifalda y volvía a bajar. Eso empezó a calentarme, después volvía a hacerlo pero ahora subía un poco la mini hasta casi llegar a mi panty por el costado. Yo mientras seguía bebiendo y mojándome la entrepierna...me estaba poniendo cachondísima. Como a las 2:30 fui a llamarle a mi suegrito. Enseguida me di cuenta que estaba algo pasado de copas porque me decía "guapa", "preciosa", "mami", "reinita", y sólo me dice así cuando está tomado y empieza a coquetearme. Le dije que me había ido a un antro con unas amigas, pero que con la que me había ido ya no la encontraba, así que le pregunté si podía recogerme. "Yo te recojo, mami", me dijo, "dame una media hora y voy a recogerte". Seguía insinuándose mi suegrito.
Volví a la mesa, seguí tomando otro poco para "justificar" mi calentura y animar a mi suegrito, y Luis -el amigo que me estaba metiendo mano- volvió a las andadas, pero ahora fue más allá. Me acariciaba el muslo con la punta de sus dedos y fue acercándose a mi panty por el costado, pero ahora al llegar a la panty se dirigió por el borde de ella hasta mi conchita...los roces me tenían ardiendo y ya estaba deseando no haberle llamado a mi suegro y llevarme a casa a Luis para que me diera una buena cogida. Me rozaba la conchita por encima de la panty..."Estás empapada...", me susurró..."Cabrón", pensé. Mi suegro todavía tardaría unos 30 - 40 minutos en llegar y este güey ya me tenía a mil; ¿qué sólo quería dedearme? ¡Ya cógeme, carajo!. Metió su dedo pequeño a mi panty y me acarició suavemente la conchita...
- No seas...
- Qué rico te la rasuras, Tere...¿y si nos vamos a otra parte?
- No puedo, van a pasar por mi en un ratito.
- Dile a quien venga que yo te llevo.
- No, no puedo...es mi suegro...me dijo que él pasaba...para cuidarme...
- Lástima...estás bien buena y caliente. Te acompaño afuera en lo que pasan por ti, ¿te late?
- Ok.
Salimos y nos fuimos a un estacionamiento abierto que está al lado del antro, estábamos entre dos coches -uno de ellos el suyo- se puso detrás de mi, me arrimó su paquete me acarició los muslos, subió hasta mi cadera, luego subió una mano a mis tetas y la otra bajó a mi entrepierna. Acarició mi panochita sobre la panty ya empapada, y luego metió la mano para dedearme.
- ¡Qué rica papayita tienes!
- ¡Qué rico me acaricias!
- Te vas a venir en mis dedos, chiquita; me masturbaba delicioso.
- ¿Quieres que me venga en tus dedos?...ay, qué rico, síguele.
- Quiero dejarte picada...caliente...para que veas de lo que te pierdes...mira, siéntelo...-me agarró la mano y la puso en su paquete.
- Mmmmm...¡qué rico! Está grandote...
- Y te va a entrar todito...en la boca...en la panocha...-tallaba su paquete en mis nalgas.
- Métemela, Luis...métemela, ya no aguanto...
- No, ahorita no, si quieres que te coja dile a tu suegro que yo te llevo a tu casa.
- Ya te dije que no puedo...por favor, ya no aguanto...-me metió un dedo y jugueteaba en mi conchita- Ay...eres un cabrón -volvió a masturbarme.
- Vente, chiquita...dame tus jugos.
- Sí...me voy a venir, Luis...síguele...así...así...así...-en ese momento vi que llegaba el coche de mi suegro al antro, la excitación se multiplicó y me vine delicioso- aaaaaaaahhhhhhhhhhhhh...mmmmmmmmm...sí, sí, sí, sí...
- Ah, así, chiquita, así...vente...-metió dos dedos en mi conchita- vente en mis dedos, chiquita...-mi suegro se paraba frente al antro esperándome; sonó mi celular, seguro era él avisándome de su llegada.
Después de venirme le dije que ya habían llegado por mi y que debía irme. "Háblame cuando tengas ganas, chiquita...no te vas a arrepentir", me dijo. "Ya veremos", contesté. Me fui al coche de mi suegro fingiendo estar muy pasada de copas, no lo estaba tanto en realidad; él sí.
- Hola, preciosa...¿cómo estás? ¿todo bien?
- Ay, hola, suegrito...muchas gracias por recogerme.
- Cuando quieras y donde quieras, linda. Oye, no te vi salir. ¿Ya estabas afuera?
- Fui a buscar algo de comer para que se me baje la borrachera...jejejeje.
- Así que andas borrachita, eh!
- Un poquito...jeje. ¿Me va a regañar? Jajaja.
- Habrá que darle sus nalgadas por traviesa, Teresita.
- Bueno -me puse de lado enseñándole mi culito- pero no muy fuerte, eh, suegrito...jajaja -para mi sorpresa me dio una nalgada-...¡ay!
- ¡Por traviesa! jajajaja.
- Usted también anda medio jarra, ¿verdad?
- Pero yo soy hombre.
- ¿Y?
- Que de mi no se aprovechan, en cambio de usted sí, mamita. Y mire nada más cómo viene vestida...se le ve todo...y...
- ¿"Y"...qué? Además sólo ven.
- Pues eso, que se antoja algo más que ver, nuerita. Está usted muy...
- Muy qué?
- Pues muy rica, la mera verdad.
- Ay, muchas gracias.
- Suerte la de Miguelito...lo que se come.
- Ay, suegro...-me recosté como para dormir unos minutos en lo que llegábamos a la casa dándole la espalda y cruzando la pierna para que se levantara la mini y pudiera deleitarse (y excitarse) con mi culito asomándose por la panty. Luego de unos minutos sentí que me movían la falda para descubrirme aún más el culo.
- Qué buena está la chamaca. Mira nada más el calzoncito que trae. Esta lo que buscaba era calentar pingas, igual que todas las pinches viejas que están buenas...Igual y hasta le dieron caña o se la sabrosearon. No vayas a andar de güila, chamaca. Sólo con tu suegrito...yo sí me la chingaba, con el perdón de Miguelito. Está re buena su vieja -me moví sentándome de frente, haciéndome la dormida y abriendo las piernas-. No te vayas a despertar...shshshshshsh...-me alzó la mini para poder ver mi panty- qué rica cuquita debes tener, mami...-me tocó suavemente pero no tanto como él pensó y me moví un poco como si me fuera a despertar, sólo para asustarlo un poquito- ay...andas con el coñito húmedo...huele a sexo...andas calientita...y mira cómo me pusiste. Y las tetas que se te ven con esa blusita...puta madre.
Llegamos a la casa y mi suegro insistió en acompañarme al departamento, subió detrás de mi para ir viéndome las nalgas en todo su esplendor, hasta me levantó la mini en una ocasión para poder ver mejor; yo fingí que no me daba cuenta. Al llegar a la puerta del depa fingí no poder abrir y él tomo las llaves y abrió. "Ya ves, si no hubiera subido ¿quién te abre?".
- Ay, muchas gracias suegrito...-me recargué en él como si no pudiera mantenerme en pie, él me abrazó de la cadera para detenerme. Bueno, gracias, qué lindo.
- Te ayudo a acostarte y ya me voy.
- Ay, no, cómo cree.
- Qué tiene? Somos familia, preciosa...mi nuera.
- Bueno...me quiero lavar la cara...
- Vamos al baño, pues -me acompañó se puso detrás de mi en el lavabo y mientras yo me lavaba él me restregaba su paquete en mis nalgas, sentía cómo se endurecía su reata en mi culo; yo dejaba que se calentara el agua un poquito, cuando estaba lista me incliné aún más, él se acercó aún más; restregaba mi culo contra su paquete simulando como si fuera el movimiento propio de enjuagarme la cara. Mi suegro no aguantó más, ya sentía palpitar su verga, y me levantó la mini descubriendo por completo mis nalgas- Qué ricas nalgas tienes, mami, y qué coqueto calzón traes.
- No, ¿qué hace?
- Dándote lo que necesitas, preciosa.
- Qué?? No...Don Rafael...
- Qué nalgotas...-me las acariciaba y seguía restregándome su paquete- moría por acariciártelas...he soñado con este momento...
- Tengo días sin sexo...-me acarició la conchita por entre las piernas, oí cómo e bajaba el cierre del pantalón y luego escuché cómo éste cayó al suelo; me movió la panty y me la metió de una sola estocada- aaahhhhhhh...no...suegro...
- AAhhh, qué buena estás, mami...-me bajó los tirantes del top y todo el top hasta la cintura- hace mucho que te deseo...y ya no pude aguantar.
- No...no...no, puedo...
- Venías bien mojada del pinche antro ese, chamaca, ¿pues qué hiciste, eh?
- Nada, Don Rafael.
- Dejaste que te metieran mano, verdad? Andabas de cabrona, chamaca?
- No, de veras…ay…
- Andabas caliente y fuiste buscando macho? Por eso traías esta ropita de güila?
- No…déjeme Don Rafael…por favor…ayayayyyyyy…
- No le vayas andar poniendo el cuerno a mi hijo, eh, pinche chamaca…si andas con ganas aquí está suegrito, pero nadie más, Teresita.
- No, Don Rafa-el…de verdad…aaahhhhh…mmmmmmmm-sentía delicioso cómo entraba y salía su verga de mi panochita; la tenía deliciosa y con buen ritmo.
- Si me entero que andas de cabrona te chingo, eh, chamaca.
- Sí, Don Rafael…-empecé a mover la cadera en círculos.
- Ah, con que te está gustando, chamaca…
- M-hmmm…
- Cómo “m-hm”? Te gusta? –no respondí y me la metió fuerte-
- Ah!
- Que si te gusta, chamaca?
- Ay! Sí, sí…me gusta Don Rafael.
- Te ves buenísima así, preciosa...puta madre, ya me voy a venir...-aceleró sus embestidas y ya casi al terminar se salió y se vino en mis nalgas; me embarró hasta la espalda y el cabello. Yo estaba aún recostada en el lavabo, cuando mi suegro dijo que no pudo resistirse por la borrachera y me advirtió que nadie debía enterarse, lo que era obvio- Pero si vuelves a extrañar la de mi hijo…ya sabes, eh; pero ninguna otra. Y no andes de güila en los antros enseñando todo.
Se fue dejándome no del todo satisfecha, pero había logrado mi cometido
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elepeemeelepeeme · 4 years ago
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Buscando un espacio para contar mi historia. Atento que me es imposible lograr una página y un blog propio. Nací en 1962 mis padres biológicos fueron jose Humberto MANITTA y Laura Rosa DOMINAS , y resulta que desde que nací tuve que padecer que alguien enamorado o más bien, como macho con guita no soportando que mamá no le diera bola dijera por todos lados que yo era hija de el y con esa actitud no solo complicó la vida de mi madre sino que estropeó la mía!! El cretino o los cretinos que afirmaron haber cojido con mamá y que por lo tanto yo era hija de esas porquerías de tipos jamás midieron que con tremenda actitud destruían una familia, y mi presente y mi futuro. Además de mostrar cómo pelotudo a mi papá, que en definitiva fue el que realmente se caso con quien los rechazó a todos y en definitiva, es mi padre biológico!! Mi madre a la fecha murió, pero de haber cojido con alguno de los que afirmaron que yo era su hija, mi madre hubiera abandonado mi padre biológico. O me hubiera dicho que buscará a mi padre biológico para sacarle plata además del apellido!! Sobre todo, cuando yo estudiaba derecho, ella se enfermó gravemente , en algún momento más que por mi, por ella me hubiera dicho que buscará a mi padre biológico para sacarle plata para que ella tuviera mejor atención medica o buscar médicos en el extranjero que tratarán su enfermedad!! Y salvarse de la muerte .
Aclaro que a tía Gladhys Ruth la aprecie sinceramente, siempre recordaba que me compro los libros en la universidad , pero saber que me mintió en reiteradas oportunidades cambiando miscecidiobes con sus mentiras cambiando el curso de mi vida ,creo que no la hubiera cuidado en su última enfermedad no hubiera visitado al viejo de mierda que bien se merecieron los dos el sufrimiento previo a sus muerto, con ello saldaron bastante lo que me deben aún ellos !! y al viejo borracho lo visite todos los días en su última enfermedad!!
Es muy extraño que un canal de televisión que se llamaba hasta el año pasado canal ocho y que está ubicado a seis cuadras de mi domicilio y que pertenecía a la familia yadarola y jamás mi madre me dijo que fuera ni a buscar trabajo. Y cuando hablaba y muy pocas veces lo hizo, lo hizo como algo de un pasado que no fue,x que se casó con papá, para su desgracia!! . Además, tuve que soportar una tía ,que se PROSTITUYO ,porque no le alcanzaba el sueldo de empleada pública para vivir pagando alquiler. Jamás pudo comprar una propiedad. Y todo percutió en mi vida. Por habladurías ajenas a mi y de desconocidos por mi : Yo era hija de una mujer que se caso para ocultar un embarazo de otro tipo que no era del que con el que se casó o hija de una soltera prostituta!! Todo porque mi padre no tenía el dinero de los machos preñadores con guita rechazados por mamá! Y tía no quiso comer con el hijo del pintor Francisco Vidal que era su novio, antes de casarse!! El tipo se engayolo con la sirvienta y se caso con la sirvienta! Hoy borracho perdido y me repugnan verlo!
Lo cierto que cuando ingresé a la primariaa de un colegio católico APOSTÓLICO romano en 1967, se me complicó sin que yo entendiera a los 5 años que pasaba , mi existencia se complicó porque parece que en el verano del 67 conocí a un ya depravado niño que era Mauricio Macri, en unas vacaciones en cura brochero , Córdoba ,Argentina. Que me violó. Y jamás me dijo el nombre yo a los 5 ya tenía otro novio que ni me acuerdo el nombre.
El depravado y degenerado se apareció varias veces a lo largo de mi vida, no solo me violó a los cuatro años, sino que por lo que recuerdo en un cine se sentó a mi lado a toquetearne, otra vez en un colectivo de línea urbana repleto de personas hasta el techo eyaculo en mi trasero, otra vez se presentó con las manos ensangrentadas aduciendo que mi perro lo había mordido y el perro estaba adentro de casa! Hay más veces, pero me aburre contar cómo un tipo es capaz de hacer cualquier cosa antes de hablar conmigo como cualquier persona habla con otra. Se pasaba horas mirando mi casa desde el observatorio con permiso de las autoridades del observatorio Córdoba!! Un enfermo mental degenerado y pervertido como el padre. Siempre me mostró ser una mierda de tipo , como cuando cruce frontera una madrugada llendo para Brasil, verano de 1989. Cuando el tenía domicilio en misiones. Siempre que hablo conmigo fue gritándome y a lo bestia, mostrando su faceta violenta y BESTIA.
Ante la imposibilidad de tener mi página y mi blog porque no comenzar con lo que si hay y gratis!!! Ahora tengo sueño , estuve arreglando un hermoso vestido durante toda la noche, ya regué las plantas de mi jardin delantero y abrí está cuenta en Tumblr.
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papitamexicana · 5 years ago
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Pero madre mía willy que haces aquí compañero, haz resucitado:,D
ostia! joder macho pero si desde hace rato ya que ando meneando al cola a todo gas
(perdon si lo que acabo de escribir les molesta, pero tuve que u.u)
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