#las vans no sé si son las mismas porque con el pie que tiene la java alta
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los javis compartiendo ropa pt. 6
#adoro siempre estooo💞#las vans no sé si son las mismas porque con el pie que tiene la java alta#o a uno le quedan muy grandes o al otro muy pequeñas sldkfs#javier ambrossi#javier calvo#clothes#boyfriends#gay#otp#fashion#ropa
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Una vez dije: "sólo escribo cuando me estoy desmoronando o cuando me estoy enamorando"... este no es el caso de ninguna de las anteriores.
Cuando era pequeña, solía fantasear con lo que sería estar en esta edad y la verdad hubiera preferido no haber sobre pensando mucho ese hecho a tan corta edad.
¡Por fin! llegué a la edad que siempre soñé.. es cómo lo pensé? para ser honestos ni siquiera recuerdo qué pensaba pero recuerdo perfectamente el sentimiento que pretendía tener para cuando tuviera estos años; falta mucho camino por recorrer pero estoy segura que hoy no siento ese sentimiento que tanto deseé.
Después de una serie desafortunada de eventos derivados de mis pésimas decisiones y de las idealizaciones estúpidas en las que estuve tan ensimismada, tuve la oportunidad de detener el tiempo por tan sólo un segundo y divisar el camino que había recorrido, reflexionar lo bueno, lo malo, lo atroz.. el recuento de los daños fue demasiado largo pero aquí seguimos, en pedazos, rota, en girones, dando tumbos pero siempre de pie y de frente.
se han preguntado alguna vez cómo es que llegamos hasta aquí? y no me refiero a de dónde vienen los bebés, sino genuinamente cómo hemos llegado hasta aquí?! todos hemos tenido que librar batallas que sólo dios sabe porqué y para qué, y en una especie de burla y sarcasmo hemos seguido una y otra y otra y de nuevo otra vez aquí.
Hace un par de años que no escribía y hoy sentí la necesidad de hacerlo porque hace un par de meses que las cosas no marchan bien y aunque intenté de mil formas sacarlo de mi pecho y gritarlo, no me salió ni una sola palabra al respecto.
Cómo todos sabemos nos encanta buscar culpables de todo porque es más fácil cargar con el coraje hacia alguien más que tolerar el hecho de que nos hemos permitido demasiadas cosas incluso hasta caer en la benevolencia y el capricho.
Hoy esta carta es para mi y comienza así:
Querida Karla, te has quedado muy lejos de poder volver a decirte Kiki, ya no estás en esa etapa y tienes que superarlo. Hace algún tiempo he querido dedicarte estas palabras porque si no te las digo yo nadie más te las dirá.
quiero comenzar a decir que sé que tu camino no ha sido fácil y que has pasado por un sin fin de cosas y más allá de admirarte estoy sorprendida por la capacidad que tienes de seguir cometiendo los mismos errores aunque lo disfraces de otras cosas; a mi no me puedes mentir porque soy tú, y por más duro que te parezca, no has aprendido ni un poquito de tu pasado y como dicen por ahí, el no aprender de tu pasado es condenarte a cometer los mismos errores y querida mía felicidades, lo has conseguido una y otra vez. No estás un poco agotada de seguir haciendo las mismas cosas una y otra vez y que el resultado sea el mismo? obviamente yo sé que sí porque ni siquiera te escuchas a ti misma, qué ironía no?
Serás capaz alguna vez de realmente crecer y madurar? porque creo que tu excusa de todo este tiempo es que quizá eres demasiado buena persona y que te gusta confiar al cien por cien en todos pero, siempre acaban decepcionándote y demostrándote que nunca terminas de conocer a las personas por más que convivas con ellas 24/7. 0 y van 2. No es que te esté llevando la cuenta pero deberías de tener tu tablero para que te des cuenta que sigues repitiendo patrones que no son sanos.
Quiero agradecerte por nunca rendirte en buscarle el lado más amable y brillante a la vida pero nunca vives en el mundo en el que habitas y el día que se te ocurre regresar a la realidad te enfrentas a cosas que ni tú misma eres capaz de entender.
A veces hay que ponernos un freno para que no te pase las cosas que te pasan todo el tiempo, te desgastas demasiado por los demás, das todo de ti y aunque digas que no esperas nada a cambio es sólo una mentira que por más que te repitas jamás vas a creértela porque siempre has estado esperando a alguien que haga lo mismo que tú haces por ellos. Acaso tu deseo más grande no es que alguien te elija por sobre todas las cosas? y porqué no lo has hecho tú contigo misma? no habrá amor más incondicional que el tuyo mismo por ti misma y aún así no lo tienes y no lo entiendes. Yo sé que no es tu culpa que al final del día, en la obscuridad, cuando las máscaras se caen las personas resulten ser de otra forma muy distinta a la que siempre creíste pero no te has preguntado si quizá todo ese tiempo fueron así y tú simplemente juegas a ser tonta y ciega?
Nadie puede ser 100% bueno, ni siquiera tú.
A veces creo que te falta poner más en orden esa cabeza tan loca que tienes. No sé porqué dejaste de tomar tus medicamentos, a veces siento que te harían bien de vez en cuando porque sé lo que has estado pensando, sé lo que has estado sintiendo y creeme que eso ya no está bien y no es normal vivir de esa manera.
Sé de primera mano que siempre arruinas las cosas por tu inseguridad y que dependes de todos emocionalmente y esa constante en tu vida ha hecho que termines con el corazón destrozado porque siempre das más de lo que deberías, un par de veces has quedado en deuda conmigo y sin embargo el precio que has tenido que pagar ha sido mínimo a comparación de lo mucho que has perdido.
Recuerdas lo que alguna vez fuiste? ¿cuándo fue la ultima vez que genuinamente disfrutaste algo sin estar pensando en lo que sigue? ¿sigues esperando más? ¿sigues conformándote con menos? ¿porqué sigues soñando despierta? ¿sigues teniendo las mismas metas y aspiraciones de antes? ¿recuerdas cuándo querías ser chef y tener tu propio restaurante? (¡qué tiempos!)
Karla, quisiera pedirte de la manera más atenta que pares de compararte con los demás; no puedes seguir jugando al "fake it until you make it" porque te está costando muchas cosas importantes que no estás poniendo en la balanza.
¿Qué tanto estás dispuesta a sacrificar para poder tener ese sentimiento que siempre has querido sentir? ¿Porqué la estabilidad y la seguridad ha sido tan importante para ti sobretodo ahora?
Quisiera decirte que todo va a ser fácil pero yo tampoco te puedo mentir a ti y sabes que no lo será y que quizá nunca lo será y probablemente jamás estés preparada para todo lo que te espera en la vida, todo lo bueno, todo lo malo, todo lo peor..
ojalá tuvieramos el trailer de la película de nuestras vidas antes de poder vivirlas y decidir si queremos recorrer toda la trama o simplemente decimos "no gracias".
Ojalá yo misma pudiera darte todo eso que tanto anhelas para que no estés buscando en lugares equivocados lo que no vas a tener si no estás en paz contigo misma. Lamento muchísimo tu situación pero tú misma te metiste en este lío y ojalá sepas cómo salir del mismo. Siempre seré tu fiel acompañante pero no puedo ser protagonista de una vida en la que tú tienes el control y todas las decisiones recaen en ti.
Ojalá puedas dormir esta noche.
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intervención n° 04: remembranzas de un 𝐚𝐧𝐭𝐢𝐡𝐞́𝐫𝐨𝐞 .
📁 DECLARACIÓN POLICIAL DE: tove sidonie virgo .
HORARIO: 03:20 am .
( @lacupulaint ) .
alumnos van y vienen por el pasillo mientras ella se aferra a café que ha sacado de máquina expendedora. el gusto es tan desagradable que le hace creer que es por eso que los policías son tan malhumorados en general ; o quizás el sabor amargo lo tiene ella en su boca al revivir escena. no es la primera vez que ve un cuerpo sin vida, pero la impacta como si lo fuera. de nuevo el sentimiento de impotencia, de decepción consigo misma: si supiera primeros auxilios, si no fuera tan inútil, quizás podría haber hecho algo. de nuevo una vida se escapa de sus manos.
es una voz masculina la que llama su nombre, y en el interior de la sala el ambiente no es mucho más acogedor. niega vaso con agua pues acaba de descartar infusión, y entonces le indican que tome asiento. dos oficiales permanecen de pie, una mujer y un hombre, mientras el tercero se sienta y comienza a preguntar:
¿qué estabas haciendo en el momento del accidente?
‘estaba en el laberinto... igual que todos’ ¿eso es lo que le están preguntando a todo el mundo? duda que vayan a encontrar alguna respuesta diferente. ‘me había separado de mi grupo porque quería fumar tranquila — tabaco, aclaro’ ¿por qué aclara? ‘no creo que todos se hayan alejado mucho, el laberinto es bastante más difícil de lo que parece. seguro alguien me vio. pueden preguntar’ no nota que pierna derecha ha comenzado a moverse, costumbre que tiene siempre que está nerviosa. no seas estúpida, se reprende a sí misma en lo que envía señal a su cerebro para detenerse. no deben ser más que preguntas rutinarias, lo sabe, mas no puede evitar sentirse intimidada por los seis ojos que la observan con atención. quizás demasiada, o ella ya está paranoica.
¿te encontrabas cerca o lejos de la escena del crimen una vez que comenzaron los gritos?
‘eh, ¿no lo sé?’ de nuevo siente que responde lo incorrecto. no puede ser buena señal que anoten algo en la planilla. rasca su nuca en lo que piensa qué más añadir: ‘estaba respondiendo un par de mensajes que había dejado para después cuando empecé a oír los gritos. pude oírlos, así que no debo haber estado muy lejos pero, como dije, el laberinto es mañoso. creí que algún estúpido estaba asustando a las chicas o algo así. no imaginé que había pasado nada malo’ no indica cuánto tiempo le tomó volver. no está segura de cuántos minutos exactos demoró, tampoco lo sabe con seguridad. eso sí: cuando encontró el camino devuelta ya la escena estaba rodeada.
¿cuál era tu relación con jack?
me parecía desagradable. obviamente no es lo que dice, pues está lo suficientemente despierta como para suponer que eso va a tacharla de sospechosa, o al menos profundizar el interrogatorio, y sidonie está lista para volver a su habitación. sabe que le costará pegar un ojo, pero ahí por lo menos podrá dejar salir sus emociones sin que nadie la observe raro. la imagen de jack no para de alternarse con la que nueve años atrás tuvo de su padre. ‘ninguna más que la competencia. no compartíamos clases ni equipo. debo haber cruzado tan solo un par de palabras en lo que va del semestre’ encoge hombros, segura de que esta vez suena convincente.
¿le conocías personalmente?
¿le están tomando el pelo? ‘sí, pero como dije-‘ pone énfasis en esto último ‘prácticamente nada por fuera de la competencia. nos habremos cruzado en fiestas, supongo. pero jack no era amigo de nadie realmente, salvo por ese grupito con el que anda, andaba, siempre. ¿ya hablaron con ellos?’ por favor, ya déjenme en paz. los dos uniformados que están de pie intercambian miradas pero ninguno dice nada más. interrogatorio sigue.
¿alguna vez tuviste algún conflicto con jack?
‘¿personalmente? ninguno’ y esa es la verdad. ‘quizás sí como grupo — yo estoy en vermilion’ aclara por si acaso, y porque quiere evitar que la entrevista se retrase más de lo suficiente con repreguntas. ‘era muy competitivo y no le gustaba perder, así que nos debe haber acusado de tramposos o lanzado comentario pasivo agresivos alguna que otra vez. nada más’
¿cuál fue tu última interacción con jack?
diestra es llevada a mentón, ceño se frunce. no lo recuerda. puede haber sido en cualquier momento, nunca lo registra a menos que éste se dirija a ella o a su grupo directamente. no le parece atractivo, buena persona ni alguien con quien quiera tener vínculo alguno por lo que, en general, prefiere ignorarlo. ‘no llegué a verlo hoy’ es una verdad a medias. supone que con eso basta. ‘sé que están haciendo su trabajo pero, ¿faltará mucho? tengo trabajos que entregar mañana, y me gustaría dormir un rato...’
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Las cosas viejas
A veces me pongo a pensar en mis cuentos imaginarios. En uno de ellos, hablo de que los objetos tienen vidas reducidas. Y hace poco que levanté de la calle un objeto de vidrio, que me sirve para colocar los cepillos de dientes. No tenía, así que llegó perfecto. Lo lavé y me detuve a pensar en esas cosas que la gente arroja a la basura, como algo desechable. Lo que para algunos es basura; para otros, oro. Así como hay rescatistas de animales, también estamos nosotros, los que rescatamos objetos de la calle y los transformamos en belleza. A mi amiga, que falleció, también le gustaba juntar cosas de la calle. Una vez me mostró un saco de marca, me dijo que sale fortunas; pertenecía a una marca italiana. Y eso me da la pauta de que mi Argentina es todavía un país rico, saqueado por ladrones durante décadas. Yo tengo dos cajoneras encontradas en la calle; botas de cuero, en perfecto estado; unas zapatillas que usé por años, en fin...
Por otro lado, muchas veces no valoramos a las personas que tenemos a nuestro lado. El otro día fui a lo de mi abogado, por el tema de mi jubilación. Ese hombre trabaja con su hijo y fue quien me atendió. Se encontraba imprimiendo el documento, para que lo firmara. Habíamos enviado otro escrito, por lo tanto, no recordábamos la fecha en que lo habíamos presentado. Al final, mi abogado sale de la oficina y me pregunta si yo quería llevar el papel. Le dije que no tenía tiempo, y el hijo lo miro como diciendo: «Ay, papá, vos sos el abogado». Fue como que le dio vergüenza lo que dijo el padre. Y yo pensaba para mis adentros: «claro, tu padre es el ridículo, el vago que no quiere trabajar. Ahora lo tenés ahí, lo disfrutás, lo padecés, pero cuando te falte, cuando muera, ahí vas a llorar. Ahí te vas a dar cuenta de todo lo que tu papá hizo por vos. Tan solo mírate, sentado en esta oficina, con aire acondicionado, tomando café cuando querés. Tu padre se preocupó por tu futuro, por darte un porvenir». Y cuántas veces nos pasa a nosotros, que nos sentimos cómodos con lo que ya tenemos, y lo viejo lo descartamos por cosas nuevas. Y así hacemos con las personas. Buscamos gente nueva, para forjar nuevas relaciones. Deseamos la adrenalina que nos produce un encuentro en una cita con alguien que no conocemos. Y hoy miraba mis botellas de agua, algunas viejas. Y como compré dos nuevas, las viejas ya no relucen. Y pensando en mis cuentos, en donde dicen que los objetos tienen vida, pensé en algo similar, me dije: «claro, las viejas, que por tanto tiempo llené de agua, que me sirvieron por años, ahora las dejo, como olvidadas, pero las que primero agarro son las nuevas, brillantes, que lucen como reinas». Una de las botellas viejas tiene la tapa rota, y no sé dónde comprarla. Y lo mismo me sucedió con la computadora, decidí arreglarla porque no quise despreciarla. De alguna manera, las personas a veces funcionamos como las cosas, cuando ya aburrimos no nos prestan atención, pero vienen otros, nuevos, para ocupar nuestro lugar. Aquel hombre, sentado en la oficina, frente a mí, podía entender los defectos del padre. Yo lo miré y sentí ganas de levantarme y de decirle: «ahora tu padre te hace pasar vergüenza, para vos es un vago que no quiere trabajar, pero él estuvo años, aguantando tus pañales cagados, cuidándote cuando te enfermabas. Él te dio ese cómodo puesto que tienes en la oficina, mientras hay miles de personas buscando basura en la calle», pero me callé y no dije nada.
Entonces, el otro día pensé, sobre las botellas viejas: «yo las voy a lavar, con lavandina, y van a quedar brillantes, como nuevas. Y no van a ser de menor categoría que las que compré». Y así soy con las personas: leal. Cuando me fallan, sigo pensando en ellas. Hablo mal, las crítico, pero siempre estoy ahí, con la misma gente, al pie del cañón.
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EUGENIO CORRAL MORAL ADMINISTRADOR - ADOLFO ARTIGAS NAVARRO SU ABOGADO - EDIFICIO ACACIAS IV - DISPARATES EN JUNTA - PRESIDENTA COMUNIDAD MARIA LUISA PUENTE GONZALEZ - SEGUNDA PARTE
Copiado del blog de la víctima
https://acaciasiv.blogspot.com/
julio 2015 -
Sigue la mujer contando la película de miedo. Grabó la junta. Hizo bien. Menuda gentuza. Si al final todo es por dinero.
JUNTA V
Al entrar en el sótano donde celebramos las juntas lo primero que encuentro es al abogadillo en la mesa presidencial. Obviamente se le contrató pagado de nuestros bolsillos.
Comenzamos y el pseudoadministrador nombra a los representados y a quienes les están representando. Este año se han dedicado en cuerpo y alma en la consecución de votos. Como siempre la expresidenta en dedicación exclusiva, se presenta con un gran número de ellos.
Cuando termina me levanto y digo lo siguiente: (Lo escrito en bastardilla es lo dicho al pie de la letra en la junta) (Lo que está entre paréntesis lo estoy yo diciendo ahora no en la reunión)
ARAMBURU Yo quiero decir una cosa, que quiero que conste en acta que rechazo las representaciones de CONCEPCION VELAZQUEZ ALVAREZ porque esta persona está enferma y no la considero capacitada para representar a nadie.
Se organiza gran revuelo con griterio y comienzan los insultos.
FRANCISCO BELTRAN CIERCOLES (Apart.XXXº H) ¿Y Vd. como está? ¿Cómo está Vd.? (Me señala con una mano y con la otra hace círculos en su sien sugiriendo que estoy loca) (Esto lo realiza en varias ocasiones durante la junta).
(Este sujeto, bailarín de jotas, tiene costumbre de insultarme, muy hombre él, si está arropado con otras personas o cuando está con la verja cerrada dentro de la salita que se ha montado, robando un trozo de rellano a los propietarios. Ya aclararé sobre esto unos cuantos detalles más.
Aviso de que no insulten porque estoy grabando la junta. Me llaman “psicóloga, psicóloga, etc.” a gritos. El año pasado me llamaban “mala psicóloga”. Éste año han omitido lo de “mala” al advertirles que estaba grabando.)
Me pregunta el letradillo:
ABOGADO ADOLFO ARTIGAS NAVARRO ¿Cuáles son los motivos por los que considera que no son válidas las representaciones de la Sra. CONCEPCION VELAZQUEZ ALVAREZ Para así, yo, teniendo a todos como testigos poder poner las acciones legales correspondientes. No está enferma, no
(¿Ah, no? ¿No está enferma? Entonces como me ha denunciado diciéndo que he publicado el informe de su psiquiatra? ¿Van dando informes los psiquiatras a las personas sanas?)
Yo contesto: ARAMBURU Está enferma psíquicamente. Yo he dicho lo que he dicho. Y Vd. tampoco sé, y esto quiero que me lo diga la presidenta, que hace Vd. ahí sentado. ¿En calidad de qué?
ABOGADO ADOLFO ARTIGAS NAVARRO Yo…
ARAMBURU ¡No, no, no! ¡Vd. no! ¡Quiero que me lo diga la presidenta!
ABOGADO ADOLFO ARTIGAS NAVARRO Con tres presidentes distintos y con los tres, con los tres…
ARAMBURU De eso nada. ¡Quiero que me lo diga la presidenta! No le estoy rechazando, quiero saber los motivos.
ABOGADO ADOLFO ARTIGAS NAVARRO Si me permite…
ARAMBURU ¡No se lo permito! Esta es mi reunión, no la suya.
ABOGADO ADOLFO ARTIGAS NAVARRO … (¿?) Y tampoco se le va a permitir que monopolice la misma
ARAMBURU (A la presidenta) ¿Me quieres contestar tú? ¿En calidad de qué está este hombre aquí?
ABOGADO ADOLFO ARTIGAS NAVARRO Se le ruega Sra. Aramburu que a las pers………. les dé un tratamiento… (¿?)
ARAMBURU Yo no he insultado a nadie diciendo que no se qué. Quiero que MARIA LUISA PUENTE GONZALEZ (presidenta) me diga en calidad de que está Vd. aquí.
PRESIDENTA MARIA LUISA PUENTE GONZALEZ Ahora ya me llamo XXXXX
ARAMBURU ¿Cómo te llamas?
PRESIDENTA MARIA LUISA PUENTE GONZALEZ ¿Antes como me llamabas tú?
ARAMBURU (Digo su nombre)MARIA ALUIS PUENTE GONZALEZ
ARAMBURU No me has contestado MARIA LUISA, no me has contestado
ABOGADO ADOLFO ARTIGAS NAVARRO Si me permiten a mí… (Ininteligible)… yo creo que soy bastante más educado que Vd. Sra. Aramburu.
ARAMBURU Ya me está insultando. (Bullicio de personas presentes gritando a la vez). No me dejan aclararlo.
ABOGADO ADOLFO ARTIGAS NAVARRO Ahora no vamos a entrar en esa cuestión.
ABOGADO ADOLFO ARTIGAS NAVARRO Soy un abogado que me designó, no solo la administración, sino también los órganos gestores de la comunidad, la Sra. XXXXXXXn y su vicepresidenta XXXXXXXXX XXXXXXX . Tengo el referendo de la junta de propietarios para asistir en esta junta que se supone conflictiva (¿?)
(¡MENTIRA! A este sujeto nadie le ha asignado como nuestro abogado jamás. No consta en ningún acta, ni actuales ni pasadas. Ha sido el abogado del administrador desde hace años, presuntamente su socio, el que tramitaba los impagos y punto. Y no veo la razón de por qué se considera una junta conflictiva antes de celebrarse, presuponiendo que alguien va a crear conflicto. Serán los que insultan, no dejan hablar, expulsan a quienes les de la gana, etc. o sea el pseudoadministrador, él mismo y la camarilla. Este abogadillo parece ser tiene el don de la ubicuidad, es el abogado del administrador, el nuestro, a nivel colectivo e individual también, o sea de todo el mundo, presuntamente alentando a algunos propietarios para que me denuncien con disparates absurdos y además hipotéticamente aconsejando que mientan en los juicios y supuestamente que cometan perjurio si van como testigos.)
Y sigue… ABOGADO ADOLFO ARTIGAS NAVARRO …uso malicioso y perverso de las grabaciones… Ella es la única que va a proceder a grabar esta junta, cuando el resultado y las cuestiones que se manifiestan, una la más clara es la incapacidad de la Sra. CONCEPCION VELAZQUEZ ALVAREZ con la atribución de una serie de enfermedades incapacitantes. Nosotros ahora mismo carecemos de este soporte de la digital que constituiría la propia grabación para poder denunciarle. No obstante solicitaré al administrador que se incorpore dentro del acta que se refleje esta circunstancia, para que la Sra. CONCEPCION VELAZQUEZ ALVAREZ entienda, si es necesario, hacer uso de las acciones legales que por derecho le asisten.
(Como se puede apreciar la sintaxis va por tiempos. Da por supuesto que voy a hacer uso malicioso y perverso de las grabaciones. Ahora es vidente o adivino, futurólogo más bien y me atribuye maldad. Yo haré el uso de la grabación que me permita la ley para hacer valer mis derechos y no dejar que me los pisen ciertos personajillos. ¿Soy la única que va a proceder a grabar la junta? ¡MENTIRA| ¿Para qué son los micrófonos que tienen instalados? Eso ya lo expliqué en la entrada anterior.)
(Dice que le atribuyo enfermedades incapacitantes a esa mujer ¡MENTIRA! Yo he dicho que no está capacitada que no es lo mismo. Y repito: Esta mujer está enferma y no ligeramente, es importante lo que le pasa y vuelvo a repetir, una persona en esa circunstancia debe estar en su casa descansando y llevando una vida relajada acorde a su estado, siguiendo las directrices de sus médicos. Puede seguir tomando las acciones legales que le de la gana, eso no cambiará la realidad.
Esto que acabo de decir aquí, por la cuenta que les traía, no me lo dejaron explicar en la junta, e igualmente la presidenta se negó a dar respuesta a mi pregunta que se la repetí una y otra vez.)
NI LO PUDE EXPLICAR NI LA PRESIDENTA CONTESTÓ.
A continuación el abogadillo de marras, en un presunto ataque de resentimiento y rabia y sin venir a cuento, exhortó, indujo, alentó a los presentes a que expulsaran a mi acompañante. Sabían que era abogada, porque con la notaria y el secretario estuvo conmigo en su día en la administración pidiendo las cuentas, planos, permisos, etc. de la construcción de la piscina. Cuentas que contrariamente a lo que se dijo en la junta mintiendo, gran parte ni se presentó y otra parte, la de los pagos, estuvo sin justificar. La presidenta en toda la junta no soltó ni treinta palabras. De pelele.
Esas son la clase de juntas que se celebran en el sotanillo del gestor inmobiliario, que no administrador de fincas, donde se aseguran de tener todo atado y bien atado, sujeto y bien sujeto. Este es el maltrato, avasallamiento y acoso evidente e indiscutible hacia una propietaria.)
LO GRANDE ES QUE NADIE SE HACE ECO. ME REFIERO A UN MEDIO IMPORTANTE, PERIÓDICOS, TVE, ETC. Lo que pasa en este edificio pasa en muchos pero aqui hay tantos pelos y señales que se podria editar un libro.
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“Querida Cristina, de Emma”
“Querida Cristina,
Tenía la intención de poner como dirección “para la casita de campo poliamorosa en la Tierras de las Hadas”, pero luego me di cuenta de que tal vez nunca te llegaría :) Vale, vale, estoy de coña. Te la envío al instituto de Nueva York —Clary dice que te la guardará. Sé que Jules y yo hemos estado de aquí para allá como bolas de ping pong, pero finalmente nos hemos instalado en Londres durante al menos un par de meses, así que puedes –y deberías– escribirme de vuelta al instituto de Londres. Aunque no estoy muy segura de sin tan siquiera tiene una dirección concreta. (Y sí, podría haberte enviado un mensaje de fuego, pero tengo mucho que contarte. Prepárate.)
Bueno, hace un tiempo Jules y yo estábamos en Manaos, Brasil, estudiando el demonio Curupira, cuando nos llamaron del Instituto de Rio. Tenían un mensaje para Julian. Su tía abuela (sí, a la que él estaba visitando cuando viniste por primera vez a Los Ángeles) había muerto. Muy triste. Y luego, ¿te acuerdas de la casa tan bonita en Sussex donde ella vivía? Bueno, se la dejó a un primo del que nadie ha oído hablar, pero le dejó Blackthorn Hall a Julian. La cual es una ruina en Chiswick (como un suburbio de Londres). Así que tuvimos que venir aquí por un codicilo de testamento (ejem, según el diccionario, eso es “un añadido o suplemento que explica, modifica o revoca un testamento o parte de este”). Así que Julian tendrá que arreglarla en menos de cinco años para que sea un lugar donde se pueda vivir o tendrá que donarla a la Clave. Aun así, ya sabes como es Julian. Toma decisiones rápido. Llegamos a Londres a través de un portal un día después de recibir la noticia.
Yo estaba ya lista para comer bizcochitos, beber té, e ir al Ojo de Londres (todo lo que no pude hace la última vez que vine a Londres, ya que estábamos siendo perseguidos por guerreros hada y esas cosas). Pero eso fue antes de coger un taxi del Instituto hacia Chiswick y ver la casa.
Desde fuera parece un museo o una antigua biblioteca —ya sabes, grandes columnas de mármol, unas escaleras enormes, y una cúpula gigante que da la sensación de que debería tener un telescopio en ella. No, es más, parece algo hecho por hadas. O que ha salido de una película de niños. Es uno de esos cuentos de hadas donde un palacio en ruinas duerme durante mil años. Tuvo su punto romántico... durante cinco minutos. Después vimos a la primera rata, mordisqueando la borla de unas cortinas.
Es una mezcla rara de historia interesante, arte viejo y extraño, y completa ruina. Hay cuadros bastante guais de ancestros de los Blackthorn, la mayoría intactos. Julian dice no reconocer la mayoría de las caras. Algunos tienen escrito nombres detrás de los lienzos o en los marcos pero aparte de “Blackthorn”, ninguno de los nombres significa mucho para nosotros. Hay baúles de madera llenos de libros y papeleo antiquísimos, y un terreno cubierto de vegetación precioso que estoy segura alguna vez fueron jardines. Aunque ahora es la versión inglesa de una jungla. Hay un viejo invernadero y como una pequeña estructura hecha de ladrillo que no tenemos ni idea de que puede ser. (¿Un almacén? ¿Una habitación de armas muy pequeña?). Todo en si está hecho un desastre, y la mayor parte de la casa se encuentra inhabitable. Alguien creó un apartamento con cosas más modernas en un ala de la casa, seguramente en los sesenta. (Por cierto, me recuerda a esa tienda vintage de Topanga a la que te llevé. ¿Te acuerdas?). Quien haya vivido aquí ha dejado un armario lleno de todo tipo de ropa vintage además de un tapiz con muchos patrones florales y arte moderno por todas partes. Al menos el piso tiene electricidad, agua corriente y calefacción, pero el resto de la casa definitivamente parece no...
Ya estoy de vuelta. Perdona tuve que parar de escribir un momento. Julian me estaba llamando. Estaba en lo que parecía ser un salón de baile. Aunque bueno, pisó mal y su pie atravesó el suelo. (No del todo, lo que es un alivio. Pero definitivamente hizo un agujero). El salón de baile es grande y está lleno de polvo, pero se nota que hace mucho tiempo tuvo que ser precioso, y muy sofisticado. Tiene estas enormes puertas francesas que se abren hacia balcones de mármol. Aunque la mayoría de los cristales de estas han desaparecido. Una vez hube liberado a Julian del suelo roto me di cuenta de que era mi única oportunidad de hacerle entrar en razón, así que le comenté que esto es un proyecto gigantesco para dos personas que nunca han arreglado una casa; que ya tenemos un sitio perfecto donde vivir. Y que el tiempo es mejor allí.
Jules, siendo Jules, se tomó su tiempo para contestarme, sopesando lo que le había dicho. Luego dijo:
—Si no quieres hacer esto, no tenemos por qué. Tú eres más importante para mí que una casa. Que cualquier casa.
—No es que no quiera hacerlo —dije—. Es que no se ni por dónde empezar.
Julian me explicó con calma que había estado en contacto con algunos constructores hada. ¿Duendes tal vez? Que estarían el próximo lunes para echar un vistazo. Luego me rodeó con sus brazos y dijo:
—Sé que siempre podremos vivir en el instituto de Los Ángeles. Me encanta ese sitio. Pero mientras exista un legado de los Blackthorn, esto es lo único que queda. Estos papeles viejos, cualquier secreto que esconda la casa, son la historia de nuestra familia. Quiero dejarle el legado a Dru y Ty y Tavvy. Quiero darles lo que yo nunca tuve.
Ante eso, ¿Qué le podía decir? Lo entiendo. Tengo a Jem como mi legado histórico viviente. Y Jules no tiene nada parecido. Mientras tanto Aline y Helen dirigen el instituto de Los Ángeles, lo cual puede que no sea siempre, y además, pertenece a la Clave. Por lo que entiendo que no pueda deshacerse de su historia familiar sin ofrecerles una elección sobre el asunto.
Así que le dije:
—Está bien. Veremos qué podemos hacer. Si alguna vez vemos que es demasiado, podemos organizar una gran reunión familiar y que todos voten. Quedarse o no con Blackthorn Hall.
Me levantó y empezó a dar vueltas conmigo en el aire. Luego nos empezamos a besar. Seré piadosa en no contarte los detalles.
Así que he decido tomarme esto como Una Aventura. Es como un sitio arqueológico, y somos historiadores intrépidos. Más tarde veré si puedo convencer a Jules y ponernos un abrigo de tweed y un salacot mientras sorteamos a través de escombros. Porque quien viviese aquí antes tenía mucha cosa. Es una casa grande, y cada habitación tiene muebles con cajoneras y armarios, todos hechos un desastre. Armas llenas de polvo, libros dañados por el agua, pequeñas cajas con más suciedad en ellas, joyas para disfraces, fotos de gente desconocida, tazas de té rotas... Y recuerda que lo hemos visto todo solo con piedras de luz mágica.
En fin. Quería que supieses en que ando y donde hemos estado. Nuestro año de viaje se había terminado de todas maneras, así que esto es una forma de extenderlo y pasar más tiempo juntos. Esa parte la verdad que no me desagrada. Me lo estaba pasando realmente bien preparándome mentalmente para excavar en historia Blackthorn hasta esta mañana.
Sé que he dicho que esta casa parece estar encantada, pero estaba bromeando. En su mayor parte. No soy Kit; no puedo ver fantasmas al menos que ellos quieran que me van, y hasta ahora no me he cruzado con ningún espíritu ectoplasmático con mensajes del más allá. Pero este sitio me da malas vibras. No paro de imaginarme que me doy la vuelta al final de largos pasillos llenos de telarañas, como si esperase ver algo en las sombras. O me imagino que veo algo sobre mi hombro en el espejo. He asumido que eran solo nervios hasta esta mañana, cuando entré en el comedor y vi las palabras “IROS DE AQUÍ” escritas en el polvoriento suelo.
Salté, literalmente. Estaba agarrando a Cortana antes que a mí misma. “No seas ridícula”, pensé. Ese mensaje podría haber sido escrito en cualquier momento, mucho antes de que nosotros llegásemos. Podría haber estado escrito en el polvo durante años, intacto. Aunque sí que tengo que confesar algo. Borré el “IROS DE AQUÍ” con mi pie. No quería que Julian lo viese. Ya se preocupa de por sí. No quería que pasase por la misma sorpresa que yo, y sobre todo por algo tan poco importante.
Me siento mejor contándotelo toda la verdad. Ay querida, Julian me vuelve a llamar. No puedo esperar para ver en qué lugar ha metido su pie esta vez. Te escribiré de nuevo pronto. De mientras, ¡adiós desde Londres![1]
Mucho amor para ti y los chicos,
Emma.”
Texto original de Cassandra Clare ©
Traducción del texto y la imagen de Niloa Gray ©
ATENCIÓN: no se permite hacer Drives ni PDFs de “Los Secretos de Blackthorn Hall” por Copyright. Cualquier infringimiento va contra la ley.
[1] En el texto original dice “pip pip cheerio”, lo cual es una manera de decir adiós en la jerga británica. Emma lo usa de forma cómica para despedirse de Cristina.
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Clases de Seducción, parte 28: Perdón
Parte 1, Parte 2, Parte 3, Parte 4, Parte 5, Parte 6, Parte 7, Parte 8, Parte 9, Parte 10, Parte 11, Parte 12, Parte 13, Parte 14, Parte 15, Parte 16, Parte 17, Parte 18, Parte 19, Parte 20, Parte 21, Parte 22, Parte 23, Parte 24, Parte 25, Parte 26; Parte 27.
Rubén estaba sentado sobre el mesón de la cocina, mirando a Felipe y Alan que conversaban cariñosamente en el sillón del living.
—Tú sabes lo mucho que te amo —le decía Felipe a Alan.
—Demuéstralo —Alan sonreía con malicia, y miró por unos breves segundos a Rubén directo a los ojos.
Felipe se acercó de improviso a Alan y lo besó con pasión, mientras con su mano recorría todo su cuerpo. Lo besó con tal vehemencia que Rubén sintió que nunca lo había besado así a él.
Cuando Felipe comenzó a bajar por el cuello de Alan, éste volvió a mirar a Rubén, desafiante, que seguía sentado, sin moverse.
—Te dije que erai ahuenoao.
Rubén miró a su lado y estaba Sebastian, mirando fijamente la escena de Felipe y Alan.
No respondió nada, no porque no tuviera nada que decir, sino porque no podía hablar. Se quiso marchar del lugar, pero tampoco pudo moverse.
—Ahora solo te queda soportar cómo se burlan de ti, en tu cara —continuó Sebastian—. Ahueonao.
Rubén despertó con la mano de Catalina moviendo gentilmente su hombro.
—Rube, ya llegamos a tu casa —le dijo su amiga con su voz dulce.
—Chao chiquillos —dijo Sebastian soltando el cinturón de seguridad—. Fue un gusto conocerte, Catalina —le dijo a la muchacha, volteándose para mirarla a los ojos.
—Igualmente Seba —respondió ella con amabilidad, y Rubén estaba seguro que su amiga lo decía de corazón.
Sebastian se bajó del jeep de Roberto, y solo entonces Rubén se desperezó y bajó rápidamente del vehículo, después de despedirse apresuradamente de Catalina, Marco y Roberto.
El jeep se marchó y Sebastian estaba de pie en medio de la calle, mirándolo. Rubén no le prestó atención, y se dispuso a abrir la reja de su casa.
Estaba furioso después de todo lo que había pasado el día anterior. Sentía que Felipe no lo había respetado como pololo, y más encima Sebastián lo había tratado como si fuera un imbécil por aceptar las disculpas de Felipe. Lo peor era que sabía que su amigo tenía la razón, y se merecía todos los insultos posibles, pero su orgullo era más grande. Y el sueño que acababa de tener era la guinda de la torta, que lo dejó con las emociones aún más a flor de piel.
—Rube —le dijo Sebastian, mientras Rubén abría la reja y luego la cerraba detrás de si, sin mirar a su amigo—. Rube, yo…
Rubén no le prestó atención, y cerró la puerta de su casa ahogando todo intento de Sebastian de hablar con él.
Miró a través del visillo de la ventana, sin que Sebastian se diera cuenta, y lo vio dar un largo suspiro y luego caminar cabizbajo rumbo a su casa.
Se dirigió a su habitación, y vio que Darío estaba en la cocina almorzando solo, pero no le prestó mayor importancia.
—¿Vas a almorzar? —le preguntó Darío con seriedad.
Rubén se sorprendió al ver que su hermano le dirigía la palabra, pero igualmente pasó de largo a su habitación sin responder.
—Rubén, ¿vas a almorzar? —volvió a preguntar Darío, pero Rubén nuevamente no respondió. Rubén escuchó que su hermano se paraba de su asiento y se acercaba a su habitación—. Te pregunté si vas a almorzar…
—¿Qué te importa a ti si voy a almorzar? —le gritó, desafiante, a su hermano, acercándose lo más que pudo para intimidarlo—, ¿desde cuándo te importa si como o no?, ¿o desde cuándo quieres comer con tu hermano maricón?
El enojo acumulado durante el viaje a Hornitos estaba siendo liberado hacia su hermano, que nada tenía que ver en todo eso.
Rubén le dio un empujón a Darío, como una forma de liberar físicamente la ira acumulada, y esperó que su hermano le respondiera de la misma forma, pero no lo hizo. Darío simplemente se quedó mirándolo con seriedad, así que Rubén volvió a empujarlo, pero esta vez su hermano opuso resistencia, sin desestabilizarse.
Rubén siguió empujándolo y dándole golpes en el pecho, hasta que Darío simplemente lo abrazó. En ese momento Rubén se rindió, bajó los brazos y dejó que su hermano lo abrazara, conteniéndolo.
Tuvo ganas de llorar, al sentir a Darío abrazándolo, sin rechazarlo por ser gay, pero se contuvo. Nunca pensó que extrañaría sentir esa cercanía con su hermano, pero no lo pudo evitar.
—¿Qué te pasó, enano? —le preguntó Darío, al asegurarse que Rubén no oponía ninguna resistencia.
Rubén evaluó rápidamente la idea de contarle realmente lo que había pasado, pero lo descartó igual de rápido.
—¿Qué te pasó a ti, homofóbico culiao? —le preguntó de vuelta Rubén, recuperando por un breve momento un buen humor.
Le dio un empujón a Darío y se separó de él. Su hermano bajó la mirada avergonzado.
—Perdona, Rube, por cómo te traté —se disculpó Darío después de varios días.
—¿Por qué? —preguntó Rubén, sin especificar nada.
—No sé, supongo que me asusté, y no reaccioné de la forma correcta —se explicó Darío—. Nunca se me habría pasado por la mente que fueras… así. Perdona, hermano —insistió.
—¿Eso significa que me aceptas tal como soy? —quiso confirmar Rubén, esperanzado.
—Supongo, si no hay otra opción —respondió Darío, provocando que Rubén cambiara de inmediato el semblante—. O sea, a lo que me refiero, Rube, es que somos hermanos, y no quiero perderte. Aún sigo sin entender cómo puede ser que te guste un hueón por sobre una mina —se notaba en su rostro que solo la idea de pensar en eso lo perturbaba—, pero tengo que aceptarlo. Porque eres mi hermano y te amo.
A Rubén le parecía una disculpa pasable.
—Porque no hay ninguna opción de que te gusten las minas, ¿cierto? —quiso confirmar Darío.
—No —respondió Rubén, convencido al cien porciento de su orientación.
—Entonces te acepto como seas, enano —Darío le dio un abrazo—. Perdón por lo del otro día —insistió—. Tengo que trabajar en mi inteligencia emocional —admitió—. No puedo tener la inteligencia académica además de la emocional.
—¿De qué hablas?, ni siquiera eres tan brillante —le respondió Rubén con acidez—. Si algo tienes es tu apariencia, porque inteligente no eres.
—Iug, enano, ¿me estás coqueteando? —Darío puso cara de asco.
—Puede que sea maricón, pero no tengo tan mal gusto —bromeó.
Rubén se daba cuenta que cada vez que decía la palabra “maricón”, Darío bajaba la mirada, avergonzado.
—Deja de decir esa palabra —le pidió su hermano.
—¿Por qué?
—Porque es mala. Es homofóbica, ¿o no?
—Si, pero ¿acaso no era homofóbica cuando me la gritaste el otro día, una y otra vez? —lo desafió Rubén.
—Si, y me arrepiento. Por eso te pedí perdón —admitió Darío, incapaz de mirarlo a los ojos por la vergüenza.
Rubén no insistió, porque estaba viendo que al menos su hermano estaba arrepentido de su actuar, y estaba trabajando para cambiar ese aspecto de su personalidad.
—¿Qué hay de almuerzo? —preguntó Rubén, cambiando el tema para no hacer sentir más incómodo a su hermano.
—Lasaña —respondió Darío—. La hizo el papá anoche. Está buena, ¿te sirvo? —ofreció.
—Casi nunca —respondió Rubén, a modo de broma, y Dario salió de su habitación riéndose.
La reconciliación con su hermano le había levantado el ánimo, y lo hizo olvidar por un buen rato la mala experiencia en Hornitos.
—¿Cómo estuvo tu paseíto? —le preguntó Darío.
—Bueno —respondió Rubén de forma automática. Ni siquiera consideró la idea de responder con la verdad.
—¿Seguro?, cuando llegaste no te veías como si lo hubieras pasado bien precisamente —insistió su hermano.
—Son cosas de… pareja —dijo finalmente Rubén, esperando con eso disuadirlo.
—Ah —Dario se incomodó evidentemente—. Bueno, no cacho como es la dinámica entre ustedes los… bueno. Si fuera una mina te diría que te metieras con otra, eso les gusta, sentir que te van a perder.
Rubén se tapó la cara, sin creer lo que decía su hermano.
—¿Eso haces tu? —le preguntó, riendo con incredulidad.
—No voy a responder eso —dijo muy lentamente Darío.
—¿Por qué eres tan ahueonao? —se preguntó Rubén.
—Oye, más respeto, enano, soy tu hermano mayor.
Los hermanos siguieron conversando, sin ahondar en lo que había pasado en Hornitos.
Rubén no podía creer lo estúpido que podía llegar a ser Darío, pero aún así, lo extrañaba, y el hecho de que lo haya aceptado (a su manera), le había arreglado el día en un cien porciento.
—¿A qué se debe este cambio tan repentino? —le preguntó Rubén, refiriéndose a la aceptación por parte de Darío.
—Bueno, en primer lugar, quiero que sepas que al día siguiente, con la mente fría me arrepentí mucho de cómo te traté. Me acuerdo de tu cara cuando te grité, cuando te pegué —Darío hizo una pausa, como si le provocara un dolor físico recordar eso— y me avergüenza mucho haber actuado así contigo —dio un largo suspiro, como para calmar sus emociones, y luego siguió—. Ahora cuando te fuiste hablé con el papá, y me hizo ver que no tenía nada de malo que fueras así…
—Homosexual —lo interrumpió Rubén.
—Eso, no tiene nada malo —continuó Darío—, pero sobretodo, me dijo que no tenía que tener miedo a pedir perdón. Yo pensaba que me ibas a mandar a la chucha si me acercaba a pedirte perdón, pero el papá me dijo que era imposible que eso pasara, así que tenía que aprovechar la primera oportunidad para disculparme.
—El papá es sabio —comentó Rubén—, así que más te vale que le des el respeto que se merece.
Darío entendió a qué se refería Rubén, y bajó la vista avergonzado.
Cuando llegó el papá de ambos cerca de las seis de la tarde, los miró orgulloso y simplemente sonrió sin decir nada respecto a la reconciliación.
Al día siguiente, Rubén fue al cine a conversar con Catalina mientras trabajaba.
—Gracias por venir a acompañarme, este horario es el peor —le dijo Catalina a Rubén cuando llegó.
Eran las diez y media de la mañana, y le tocaba estar en la boletería, sola hasta las dos de la tarde. Le indicó a Rubén que se sentara a su lado y conversaron toda la mañana, mientras Catalina atendía a los ocasionales clientes que llegaban a las primeras funciones.
—Me alegra mucho que tu hermano te haya pedido perdón —le dijo ella cuando Rubén le contó sobre lo ocurrido con su hermano, y saltó de la silla para darle un abrazo, sin importarle que no había terminado de entregarle la entrada a un cliente de prominente bigote blanco—. Disculpe señor, aquí tiene —agregó, cerrando la transacción, ante la mirada enojada del caballero.
—A mi igual —admitió Rubén—. Me arregló el día, aunque siga siendo un imbécil, es mi hermano, y lo quiero.
—Pero igual antes estabas resignado a no hablarle más, ¿cierto?
—Si, no me desagradaba la idea —bromeó—, pero sigue siendo mi hermano, y ayer me di cuenta que igual lo necesitaba, aunque sea para despejar mi mente. Había estado muy enfocado en Felipe últimamente, que había dejado de lado mi vida familiar. No sé si tiene sentido.
—Creo que si, tiene sentido —respondió Catalina, apoyándose en el respaldo de la silla—. Hablando de Felipe, ¿qué pasó ayer?, noté que quedaste bajoneado cuando se quedó en Hornitos.
Rubén recordó ese momento y sintió como el enojo se empezaba a apoderar de él.
—Quedé pésimo cuando supe que se quedaría —confirmó Rubén—. Yo estaba seguro que se vendría con nosotros, nunca pensé que se quedaría allá, aunque claro, después de escuchar cómo le rogaba a Alan que se quedara era obvio. No sé cómo no lo pensé antes.
—¿Le rogó a Alan para que se quedara? —preguntó Catalina sorprendida.
—Si, y el muy cínico se hacía de rogar. Todo el rato haciéndose el hueon —descargaba su rabia hacia Alan, siendo que no tenía ninguna razón de peso para enojarse con él.
—A mí no me dio la impresión que Alan fuera así —intervino Catalina, intentando que Ruben razonara—. ¿Y a ti no te rogó?
—No —Rubén se cruzó de brazos y se apoyó contra el respaldo, dándole un aire de amurrado.
—Bueno, quizás quería pasar un último día solo con sus amigos de la infancia —supuso Catalina, para no sacar conclusiones precipitadas.
—Ingrid no es del grupo ese e igual se quedó —comentó Rubén de inmediato. Ya había pensado en eso.
—Ya, pero ¿no es ella la que se consiguió la casa de Hornitos con su tio? —razonó Catalina—. Obviamente tenía que quedarse.
Rubén notó que su amiga tenía razón, y tuvo una breve sensación de alivio, como si ahora todo tuviera sentido.
En ese momento abrieron la puerta de la caseta de la boletería, y entró Jonathan, el amigo de Catalina que trabajaba con ella.
—Cata, llegó un viejo reclamando que lo atendiste pésimo —le comentó, riéndose—, ¿qué le hiciste?
—¿A cuál? —preguntó Catalina sorprendida.
—Hola Rube —Jonathan saludó a Rubén rápidamente con un tierno gesto de la mano, al percatarse que Catalina no estaba sola—. Al Profe Rossa —respondió a su compañera, riéndose.
—¡Era igual! —se rió Catalina, entendiendo perfectamente a quién se refería—. Me demoré cinco segundos más en pasarle la entrada porque abracé al Rube cuando me dijo que se había reconciliado con su hermano.
—Aw —Jonathan expresó la ternura que sentía al escuchar la razón del reclamo—, bueno, la familia está primero, así que que espere nomas el viejo —justificó el actuar de su amiga—. Más encima se dio un montón de vueltas para comprar las palomitas. Y para comprar las bebidas fue otro show —se llevó los dedos de la mano derecha al entrecejo, en señal de estrés.
—¿Por qué? —preguntó Rubén, con curiosidad.
—Porque no sé qué pretendía, estaba pidiendo Fanta, y yo le decía “señor, no tenemos Fanta, tenemos Orange”, “pero a mi no me gusta la Orange, deme una Coca entonces”, me decía él. “Señor, no tenemos Coca, le puedo dar una Pepsi” le dije. “Pero si a mi no me gusta la Pepsi, ¿por qué me va a dar Pepsi?, deme una Sprite mejor” —el relato de Jonathan tenía a Rubén y Catalina muertos de la risa—. Les juro que insistió como diez veces que quería la Fanta, después la Coca y después la Sprite, y no entendía que no teníamos ninguna de esas.
—Quizás lo hizo a propósito en venganza por haberme demorado un poco más —pensó Catalina.
—Capaz —coincidió Jonathan—, pero bueno, me hizo el día el viejo duro.
—Lo malo que justo estaba Martina al lado mío cuando el viejo se quejó, así que me mandó para acá, y me dijo que te fueras a proyectar —le comunicó Jonathan.
—No sé por qué hace esos cambios Martina —se quejó Catalina, respecto a la supervisora del turno—. “Proyectar” le decimos a ir a poner las películas en cada sala —le contó a Rubén, que no entendía a qué se refería Jonathan—. Lo fome es que no sé si podré hacer que entres conmigo —pensó Catalina en voz alta.
—No te preocupes por eso, Davie dejó lista la función de las 11:30 antes de relevarme en la confitería, y la siguiente es recién a las 13:00, así que tienes tiempo para seguir conversando —le comunicó Jonathan.
—Oye, Rube, ¿pasó algo con el Seba? —le preguntó Catalina, cambiando de tema—. Noté una tensión rara en el viaje de vuelta.
—Si, me enojé con él porque me trató de ahueonao —resumió Rubén, provocando la risa de Catalina, y de Jonathan detrás de ella.
—¿Y por qué te dijo eso? —quiso saber su amiga.
—Porque había perdonado muy rápido a Felipe ayer.
—Ya, pero esa no es razón para enojarte con él, Rube. No tienes siete años —le dijo Catalina.
—Cata, no lo viste. Me lo dijo de mala forma, como atacándome —se defendió Rubén.
—Bueno, quizás había tenido un pésimo día y se desquitó contigo porque sabía que no te lo tomarías personal —pensó Catalina.
—¿Y por qué iba a tener un pésimo día?
—No lo sé, Rube. Es tu mejor amigo, no deberían enojarse por una tontera así —le dijo adoptando un tono más compasivo—. Aparte igual el Seba tiene algo de razón.
—¿Cómo? —preguntó Rubén molesto, provocando la risa de Jonathan.
Catalina sonrió sin alterarse.
—Habla con él —le recomendó—. Aprovecha que te queda tiempo con él. Después se va a ir y te vas a arrepentir de haberte enojado con él.
Rubén no le quiso decir que cuando se bajaron del jeep Sebastian había intentado hablar con él, porque se sentía estúpido por no haber aprovechado el momento.
—Estoy súper colgado, pero me encanta el drama de tu vida, Rube —comentó Jonathan con toda confianza.
—Te lo regalo, no lo quiero —respondió Rubén, aún pensativo.
Los tres continuaron conversando por un buen rato más, hasta que Catalina tuvo que ir a su nuevo puesto designado, y no pudo llevarse a Rubén consigo.
Rubén se fue a su casa en micro, decidido a seguir el consejo de Catalina e ir a hablar directamente con su mejor amigo.
Golpeó la reja de la casa de Sebastian con una moneda de cien pesos y esperó a que alguien saliera. La madre de su mejor amigo salió a ver quién golpeaba, y al verlo se puso visiblemente incómoda.
—Hola mijo, ¿busca al Seba? —le preguntó, intentando disimular su incomodidad.
—Si, tía, ¿está? —respondió Rubén, un tanto descolocado por la actitud de ella.
—Si, voy a decirle que salga.
La mujer entró a la casa y Rubén se quedó pensando en por qué no lo hizo pasar como hacía siempre.
Dentro de menos de un minuto, Sebastian salió por la puerta. Estaba muy serio, como si se estuviera esforzando para proyectar esa imagen.
Abrió la reja y se apoyó en el marco, sin decir ninguna palabra.
—¿Le dijiste a tu mamá que no me dejara entrar? —Rubén rompió el hielo de forma desafiante.
No había empezado bien su intento de hacer las pases.
—No —respondió Sebastian de forma cortante—. No quiere dejarte entrar porque ahora sabe que estas pololeando con un hueón. Piensa que me vas a pegar lo gay o algo así.
Con todo lo que había pasado en Hornitos, había olvidado por completo que le había contado a la mamá de Sebastian sobre su pololeo.
Rubén bajó la vista, avergonzado por haber culpado a su amigo por la actitud de su madre.
—¿Cómo estás? —no se le ocurrió qué otra cosa decir para iniciar la conversación.
—Bien —respondió Sebastian, aún cortante.
—¿Podemos conversar? —preguntó Rubén.
—Estamos conversando —Sebastian siguió cortante.
Rubén trataba con todas sus fuerzas de no perder la paciencia.
—Solo te quería pedir perdón, por haberte ignorado ayer —dijo finalmente Rubén, después de dar un largo suspiro de resignación. Esperó un par de segundos por alguna reacción por parte de Sebastian, pero no hubo respuesta—. Estaba con la mente en otra parte, y me porté como un imbécil.
—Sí que lo fuiste —respondió finalmente Sebastian, manteniéndose serio—. Yo también fui un idiota por tratarse así el otro día —admitió—. Lo siento.
Sebastian sonrió por primera vez al decirle “lo siento”, y Rubén le dio un fuerte abrazo, para dejar atrás su estúpida rencilla.
—¿Vamos a la plaza? —ofreció Rubén, para poder conversar más tranquilos, lejos de la mamá de Sebastian, y su amigo sin responder nada, cerró la reja por fuera y comenzó a caminar.
Los muchachos se sentaron en el pasto que crecía orgulloso a pesar de las inclementes condiciones impuestas por el ambiente desértico y la brisa marina.
—Admito que fui un ahueonao, por haber perdonado tan rápido a Felipe —comentó Rubén.
—Ayer noté que te afectó que se haya quedado. Por eso te quise pedir disculpas cuando llegamos, pero no me pescaste —se explicó Sebastian.
—Si. Tengo que hablar con él.
Sebastian lo quedó mirando, como si deseara decir muchas cosas, pero por respeto no lo hacía.
—¿Vas a terminar con él? —preguntó con timidez Sebastian.
Rubén simplemente se encogió de hombros.
—¿Has logrado recuperar tu memoria de ese día que despertaste en la playa? —Sebastian cambió el tema disimuladamente.
Rubén se rió.
—Nada —había olvidado que había toda una noche que no recordaba—. No creo que me haya perdido mucho.
—No creo, pero igual es grave, creo. Pudo haberte pasado algo, no sé.
—Mientras no me haya puesto jugoso, peleando con alguien, o algo así, creo que ya no tiene sentido recordar.
—Si, tienes razón. No tiene sentido —coincidió Sebastian, cabizbajo.
Los muchachos se quedaron en silencio un buen rato.
Rubén miraba a Sebastian mientras jugaba con el pasto suelto. A veces le costaba creer lo mucho que habían cambiado en el último tiempo.
Hasta hace pocos meses, él era un introvertido adolescente que ni siquiera se había atrevido a asumir internamente su sexualidad, mientras que su amigo era la persona con más confianza y autoestima que conocía. Había estado perdidamente enamorado de Sebastian, y aún le costaba creer que su amigo se le había declarado, dispuesto a intentar tener una relación con él, pero lo había rechazado. Todo por arriesgarse a ser feliz con alguien que realmente lo entendiera. Y ese alguien en ese preciso momento estaba a cien kilómetros de distancia, disfrutando de sus vacaciones con su ex.
Por supuesto que su amigo luego le había aclarado que había tenido solo una confusión tonta, y que no se sentía realmente atraído por él, así que no tenía sentido darle vueltas a esa idea en la cabeza, el “¿qué hubiese pasado si?”.
Sin embargo, sentía que de alguna forma, los papeles se habían volteado: él tenía cada vez mayor confianza en si mismo, principalmente gracias a Felipe (tenía que admitirlo), mientras que Sebastian se veía cada vez más inseguro y apagado, casi vulnerable.
—¿Por qué hemos cambiado tanto? —preguntó de repente Rubén.
—¿A qué te refieres? —Sebastian levantó una ceja, sin entender a qué se refería.
—No sé, siento que antes éramos distintos —Rubén no supo explicarse.
—Habla por ti. Yo estoy igual que siempre —Sebastian sonrió, como si se hubiese acordado de un chiste gracioso.
—¿Seguro que estás igual que siempre? —insistió Rubén.
—Si po. Estoy ansioso por irme al servicio nomas, pero lo demás todo igual.
Rubén lo miró, apenado.
—Sabes que puedes contarme lo que sea, ¿cierto? —Sebastian asintió ante la pregunta de Rubén, sin mirarlo a los ojos—. No quiero que volvamos a pelear.
—No lo haremos —lo tranquilizó Sebastian, mirándolo finalmente a los ojos, y sonriéndole para tranquilizarlo—. Siempre vamos a estar para apoyarnos el uno al otro.
Rubén se quedó tranquilo con esa respuesta de su amigo. Continuaron conversando por largo rato, e incluso Rubén le contó entusiasmado a Sebastian que Darío le había pedido perdón por como lo había tratado cuando se enteró de su homosexualidad, y que lo había aceptado, a su manera. Sebastian se alegró genuinamente por él.
Durante la noche, Felipe comenzó a llamar por teléfono a Rubén, pero él no contestó. Necesitaba tiempo para pensar qué hacer, pero con cada llamado, su mente se activaba y empezaba a idear conversaciones que tendría con su pololo, donde le decía todo lo que le había molestado y exigía el respeto que se merecía. Muy probablemente, esas conversaciones nunca iban a ocurrir.
Lo mismo pasó durante el viernes. Rubén no contestó sus llamadas, y tampoco respondió sus mensajes del MSN, donde se conectó como “no conectado”, para que Felipe no supiera que en realidad estaba en línea.
El día sábado durante la tarde Felipe llegó de sorpresa a su casa.
—¿Está el Rubén? —escuchó desde su habitación que Felipe le preguntaba a su papá.
—Por supuesto, Felipe, pasa, está en su habitación —respondió su papá, con su amabilidad característica, y sin saber que Rubén estaba evitándolo.
El padre de Rubén salió al taller a buscar unas herramientas, y la pareja de pololos quedó a solas en la casa.
Rubén estaba sentado en su cama cuando Felipe apareció por el marco de la puerta.
—Tu papá me dijo que pasara… no hay problema, ¿cierto? —Felipe quiso confirmar, y Rubén negó con la cabeza—. ¿Pasa algo Rubén?, te he estado llamando y no me contestas.
A pesar de la autorización de Rubén, Felipe se quedó parado en la entrada de la habitación.
—Si, no sé qué onda el celu que no puedo responder llamados —mintió Rubén. Para variar, estaba ocultando su verdadero sentir.
—Te dejé mensajes en Messenger, ¿tampoco los viste? —Felipe estaba serio, pero no enojado, sino más bien dolido.
—No me he conectado en verdad —volvió a mentir Rubén, sin ser capaz de mirarlo a los ojos.
—¿Hay algo que me quieras decir?
Rubén se quedó en silencio un buen rato, pensando en cómo comenzar a verbalizar todo lo que sentía.
—Bueno, venía a ver como estabas. Estaba preocupado porque no contestabas, pero ahora veo que estás bien —dijo Felipe después de un largo suspiro, volteándose para irse.
Rubén se quedó sentado, indeciso si decir algo mientras Felipe se marchaba.
—Bonita forma de preocuparte por mi, después de dejarme tirado para irte con tu ex —le dijo con la voz temblorosa y en un volumen demasiado alto para su propio gusto, mientras salía de su habitación.
Felipe se quedó de pie en medio del living, impactado por las palabras de Rubén.
—¿Cómo? —Felipe no daba crédito a lo que acababa de oir.
—No vengas a hacer como que te preocupas por mi, cuando no es así —respondió Rubén.
—¿Por qué dices eso?
—¡Porque es la verdad!, ¡sólo te importa ese imbécil de Alan!
—A ver, Rubén —Felipe se acercó a él—, en primer lugar, Alan no es un imbécil. Y segundo, es ridículo que pienses que no me preocupo por ti.
A Rubén le molestó que hiciera esa acotación sobre Alan.
—Demuéstralo entonces. Ni siquiera intentaste convencerme que me quedara un día más con ustedes, mientras si lo hiciste con ese hueón —se explicó Rubén.
—No puedo creer que estés celoso de mi ex —murmuró Felipe—. ¡Ya te expliqué que a él ya no lo quiero de la forma en que te quiero a ti!, ¡pensé que lo habías entendido!
—¿Y por qué insististe en convencerlo para que se quedara?
—Porque es mi amigo de la infancia, como todos los que nos quedamos. Queríamos compartir con el grupo, recordar cuando éramos pendejos. ¿Tengo que disculparme por eso acaso?
—No, pero…
—No te insistí que te quedaras porque vi que estabas agotado, sabía que no querías seguir ahí.
—¿Y por qué no te viniste conmigo? —Rubén bajó el tono, avergonzado por lo que acababa de decir.
—Rubén, no porque seamos pololos voy a dejar de ver a mis amigos.
—¿Quién te está prohibiendo que los veas?, ¡llevábamos dos días con tus amigos!, mi problema no son ellos, es Alan.
—Sigue siendo mi amigo de la infancia, aunque sea mi ex —aclaró Felipe.
—Entonces no lo veas más, hace años no lo veías, ¿qué más da si lo dejas de ver nuevamente?
—¿Te das cuenta lo tóxico que suena eso?, ¿Qué me estés prohibiendo ver a ciertas amistades ahora que somos pololos?
—No es “ciertas amistades”, es tu ex —insistió Rubén.
La voz le temblaba de impotencia por no lograr hacerlo entender su punto de vista, mientras Felipe mantenía su voz monótona, aunque ahora hablaba un poco más fuerte, sin gritar.
—Da igual si es a una o mil personas que me prohíbas ver, es una actitud tóxica.
—No es de tóxico que te lo digo —se defendió Rubén.
—¿Acaso yo te he prohibido que sigas viendo a Sebastian después que me contaste lo que pasó en tu paseo de curso? —le encaró.
Rubén quedó sorprendido por lo que acababa de decir Felipe.
—No es lo mismo —solo eso atinó a decir.
—¿Por qué no es lo mismo?, ¿de qué forma es diferente?
—Porque simplemente es distinto. Ustedes fueron pareja, vivieron juntos… con el Seba no pasó nada más allá de esa noche.
—Aún así, estuvieron juntos, y se siguen viendo, día a día —insistió Felipe—. Y yo no te digo nada, porque te quiero y confío en ti.
—¿Estás diciendo que no te quiero y no confío en ti, y por eso me pongo celoso? —preguntó Rubén, dolido.
—No he dicho eso —respondió Felipe recuperando su calma.
Se quedaron en silencio por un buen rato, parados a un par de metros de distancia el uno del otro, sin saber cómo continuar la conversación.
—Para tu tranquilidad, no voy a volver a ver a Alan —le dijo finalmente Felipe, y se sentó en el sillón.
A Rubén se le dibujó de inmediato una sonrisa incrédula en el rostro.
—¿Por qué no? —quiso saber, intentando disimular la alegría que le provocaba oir eso.
—No tomé esa decisión por ti, para que sepas —si bien las palabras de Felipe eran sinceras, no fueron menos duras—. Antes de venirnos de regreso me dijo que seguía enamorado de mi, y que le había afectado volver a verme. Pensaba que al igual que yo, él ya habría superado lo nuestro, pero no. Así que tomé la decisión de no volver a verlo, para no hacerle daño a él.
—¿Te preocupa más cómo se siente él que cómo me siento yo? —murmuró Rubén, picado.
—Rubén, basta —dijo Felipe, cansado—. ¿No es eso lo que querías? —Rubén asintió, con la mirada baja—, ¿entonces?, ¿qué más quieres que te diga?, ¿que al ser mi pololo tienes derecho a dominar mi vida y controlar a quienes veo?, lamento decepcionarte, pero no es así, así como tú tienes la libertad de juntarte con los amigos que quieras y yo nunca te voy a decir nada al respecto.
Rubén seguía de pie, distante, molesto por la actitud de Felipe, la forma en que le aclaró que Alan no era un imbécil, y por haberle explicado la razón por la cual se alejaría de su ex.
—¿Por qué te preocupa tanto cómo se sienta él y no eres capaz de entenderme a mí? —insistió Rubén.
—Rubén, entiendo cómo te sientes, pero no por entenderte voy a dejar de preocuparme por mis amigos.
—Llevabas meses sin preocuparte por él, volver a hacerlo no debería costarte tanto —retrucó Rubén.
—Bueno —Felipe se puso de pie, dando por cerrada la discusión—. Venía a decirte eso y a ver cómo estabas. Cuando quieras hablar con madurez, ya sabes donde vivo.
Rubén no se movió de donde estaba parado. Con el corazón acelerado vio a Felipe caminar hasta la puerta, y marcharse.
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Los esperantes
Espero sentado en una silla no demasiado cómoda y con una resaca punzante y sudorosa instalada en mi cabeza. La resaca duele e intento distraerme mirando y pensando. Justo delante de mí vista una pared amarillenta, eso veo, y pienso que seguramente antes fue blanca, eso se nota. El dolor me impide concentrarme y me impide distraerme. No hay reloj en la pared, observo; mejor, pienso, así no veo pasar los segundos, no los escucho haciendo tic y tac a cada paso. Y no funciona, el pinchazo sigue atravesando mi cerebro por dentro y todo mi tiempo me rodea por fuera, delante de mis narices, vacío. Los segundos agobian y yo solo quiero que se me pase este puto dolor de cabeza.
Veo a mi alrededor, seis sillas metálicas con el asiento forrado de una tela roja, suave y llena de lamparones; todas con su persona encima, en círculo, rodeando una pequeña mesa baja de metacrilato, rayada y vacía. Pienso que aquello parece una sala de reuniones de alcohólicos anónimos, aunque nunca haya estado en una. Sí, las he visto en las películas, y siempre son como esta sala. Todo dando la sensación de ser de segunda mano, todo tratando de aprovechar su segunda oportunidad, todo limpio y reparado; y a la vez gastado, manchado y rayado. Las sillas, la mesa, la pared, la gente. Casi todos bien peinados, pero cubiertos de ropa ajada, de otra década. Caras llenas de arrugas y desperfectos, cicatrices y marcas. Sonrisas amarillas y desordenadas, casi ninguna boca con la dentadura completa. Miro a mi alrededor y veo una sala de reuniones de alcohólicos anónimos rodeándome por todas partes. Pero pienso que no es posible. Bebo bastante y me ha dado algunos problemas, sin embargo, estoy muy lejos de tener problemas con el alcohol.
Mientras mi cerebro se retuerce de dolor dentro de mi cráneo yo miro a los esperantes. Pienso en cómo se les notan todos los años en la cara y las manos, ahí acumulados. Como si llevaran toda su vida puesta encima. Me alivia no conocer a ninguno. Me tranquiliza no ver entre esas caras la de un viejo amigo del colegio. No soporto encontrarme al antiguo guaperas de la clase, ahora calvo, gordo y viejo. Siempre tengo que fingir alegría mientras esa cara rechoncha y esas canas me echan encima todos los años que han pasado, de golpe. Y yo que me creía joven, me veo sepultado de pronto por todo el tiempo que pasó sin que me diese ni cuenta.
La chica de enfrente, le veo la cara y son 50 años de cara, como poco, aunque estoy seguro de que es más joven, se nota que está estropeada. Pero claro, no es lo mismo la oficina que el bar, no es lo mismo la cerveza que el agua y tampoco es lo mismo el día que la noche. Y así hay vidas vacías casi, pulcras y ordenadas, como un catálogo de Ikea; y las hay llenas, sucias y desordenadas. No es lo mismo tener dentro del cerebro una agenda que un enorme garabato. Yo tengo un garabato con un punzón clavado y regusto a cerveza de ayer y tabaco. Y claro, eso al final se te tiene que notar en la cara.
A pesar de todo soy el que mejor aspecto tiene, aunque eso carezca de importancia. Estoy esperando en el mismo sitio que ellos, sentado en la misma silla de mierda y rodeado de las mismas paredes amarillentas, así que buscar las diferencias es sólo un juego. Parezco el más joven. Mi dentadura amarilla todavía conserva todas sus piezas. Es la diferencia más notable pero también la más difícil de encontrar; necesitas que esas bocas sonrían. Lo demás es más tenue, pero si observas con atención lo ves. La cara menos arrugada, las manos más suaves, más pelo en la cabeza, más grasa en las mejillas.
Todos tienen las cabezas sumergidas en la pantalla del teléfono, como debajo del agua, escapando de la superficie. La alternativa es mirar a la gente que tienes alrededor, resulta demasiado violento, mejor mirar hacia arriba o hacia abajo. Cuando entré, ninguno emergió de su móvil. Saludé y ni siquiera parecían escucharme. Un “hola” que llega amortiguado por toneladas de agua. A decir verdad, tengo dudas de si uno de ellos, un hombre de unos 40 años, gordo y con restos de salsa de tomate en las comisuras de los labios, respondió a mi saludo, emitió una especie de gruñido. Al principio pensaba que era su forma de decir “hola”, pero creo que en realidad eran reflujos, gruñó varias veces más mientras esperábamos.
También hay hilo musical. Canciones nuevas que suenan a viejo. Canciones de centro de rehabilitación, no de discoteca. Ahí sí que he estado alguna vez, en un centro, aunque sólo de visita. Son lugares de lo más triste, ni siquiera se puede fumar, ni al aire libre. A decir verdad, no recuerdo si había música en aquel sitio, fue hace muchos años. Lo que está claro es que ésta sería la apropiada, es difícil encontrar canciones que no hablen de alcohol y drogas o no den ganas de consumirlos. En este lugar lo han conseguido, aunque dan ganas de cortarse las venas para ver un brazo chorreando sangre mientras suena “Sufre mamón” de hombres G. A Tarantino le gustaría la escena, seguro. Pero la vida no es una película, generalmente es algo más aburrido, normalmente te tragas la rabia y con ella te tragas también la canción de mierda y todo lo que te quepa en la boca.
Toda esa música vacía flotando en ese tiempo vacío con toda esa gente vacía. Yo lleno de vísceras y vacío. Yo con un pinchazo en la cabeza. Yo con la ansiedad en la boca del estómago. Un globo que se llena de nada y cada vez ocupa más. Si sigue creciendo en mi pecho, mi culo se va a despegar de la silla y me voy a quedar pegado al techo como los globos de helio cuando el niño se cansa y lo suelta.
Necesito distraerme. No tengo batería en el teléfono. Casi mejor. Me quedo mirando fijamente por la ventana. Creo que la señora que tengo enfrente piensa que la miro a ella, parece incomoda, amaga con levantar la mirada, pero no se atreve. Me da igual, juro que mi único interés es la ventana. Los cristales están sucios, son como un filtro mostrándome el paisaje con un aspecto más vintage. Al principio me gusta, aunque al poco rato me dan ganas de abrir la ventana. Abrir la ventana, sacar la cabeza y encenderme un cigarro. Pero no puedo, la cabeza estaría fuera pero los pies dentro, y mientras una parte del cuerpo siga en el terreno de juego debes respetar el reglamento, o serás expulsado. Así que ya que tengo la boca abierta me trago mis ganas de fumar y la cabeza sigue doliendo y el globo sigue creciendo en el pecho.
Al otro lado del cristal se ve la fachada de una iglesia, gris, grande y quieta. Con la virgen de pie, en posición de rezar, cubierta con su manto de piedra, con la cabeza agachada y mirando a un lado. Como evitando ver hacia el edificio que tiene enfrente. Todos esos años allí parada, sin escapatoria, rodeada de ventanas llenas de fracasados trabajando, consumiendo, descansando y esperando. Apuesto a que antes sí miraba hacía aquí, pero muy poco a poco, sin que la gente se diese cuenta, ha ido girando la cabeza. Seguramente haya perdido la fe en la humanidad.
A veces me quedo tan absorto que me olvido de donde estoy, como recién despertado, como si me acabaran de soltar en el mundo. Dejo la virgen y la ventana y vuelvo a mirar a mi alrededor, a la sala, a los esperantes. Por un momento creo de verdad que aquello es una sala de reuniones de alcohólicos anónimos. Puede que sea realmente así y no me haya dado cuenta hasta ahora. Esa gente, esa virgen, esa música, ese sitio y ese olor a resaca. Todos los indicios apuntan en la misma dirección.
No recuerdo haberme inscrito en AA, pero últimamente mis recuerdos no son muy fiables, no puedo asegurar no haberlo hecho estando borracho, nunca se sabe. Quizás un agente infiltrado, en el taburete de al lado en la barra del bar. Bebe cerveza sin alcohol, pero tú no lo sabes, piensas que es de los tuyos. Cuando te quieres dar cuenta estás en aquella sala dispuesto a recibir ayuda.
Creo que tengo que levantarme y hablar.
“Buenas tardes. Mi nombre es... ¿Jackson? – No sé si en alcohólicos anónimos la gente usa su verdadero nombre- he vuelto a beber anoche. Vengo con mi pinchazo en la cabeza y mi ansiedad en el pecho y sólo quiero otra cerveza para que se me pase”
No lo hago porque se abre la puerta y entra una mujer vestida de enfermera. Ella tiene mejor aspecto que los esperantes. No creo que haya enfermeras en las reuniones de alcohólicos. Lo bueno es que, si hay enfermera, hay médico. Es posible que me puedan ayudar con mis dolores. Quizás ella diga mi nombre y yo me levante. Iríamos juntos a una sala blanca, no amarilla. Después un doctor me pincha algo que me hace sentir bien, me quedo dormido y tranquilo, por fin.
Cuando entra la enfermera todos levantan la cabeza, la mayoría sonríen, como fingiendo que todo va bien, pero tienen miedo. Todos con ojos de niño mirando hacia arriba, deseando no escuchar su nombre. Mejor esperar un rato más, es lo más seguro. La enfermera llama a María Galdós, la señora de al lado se levanta, resopla y mira a los demás como si pidiera ayuda. “El doctor Santiaguez le espera”. Todos suspiran aliviados y vuelven al buceo en sus pantallas. Yo pierdo la esperanza de que en aquel sitio hagan que se me pase el dolor de cabeza y la ansiedad, allí van a hacerme aún más daño, seguro. Después de una sala de espera, casi nunca te espera nada bueno. Así que pienso en levantarme e irme porque la ansiedad sigue creciéndome dentro y me noto casi lleno. Miro la cartera y tengo un euro y medio, me quedan dos cigarros en la cajeta y creo que la mejor opción es salir pitando de este lugar y beber y fumar un poco. Desinflar el globo y matar el dolor de cabeza.
El doctor Santiaguez cobra la limpieza más revisión a 30€, ni si quiera te hace factura. En los demás sitios mínimo pagas 60 pavos. De todas formas, no he venido por eso. Simplemente la cita la reservé hace un año, cuando aún tenía planes para mí y mis dientes. En este momento ni si quiera le encuentro demasiado sentido a ir al dentista. Mi vida es ahora un garabato, hasta hace poco daba gusto leerla, pero últimamente me he dedicado a emborronarlo todo y eso no tiene vuelta de hoja. Un garabato no va al dentista.
Así que me levanto y me voy. El recepcionista me verá salir, me preguntará por qué me marcho sin ver al doctor. A mí me gustaría explicarle la verdad. Que tengo una flecha atravesándome el cerebro y un globo lleno de vacío creciéndome entre las costillas. Que, si sigo aquí, rodeado de paredes amarillas y gente de segunda mano; esperando sin fumar, sin cerveza y con toda esa música asquerosa, al final el globo se va a hinchar más y más, tanto que casi seguro acabe reventando dentro del pecho y todo se llene de sangre y trocitos de mi piel y de mis huesos. Sería una escena muy desagradable, lo mejor es evitarla.
Me voy sin decir nada. Fingiendo tener la cabeza metida en la pantalla negra de mi teléfono apagado mientras paso por delante del chico de recepción, como sí no escuchase la voz que sale de detrás del mostrador, simplemente intentando no explotar.
-Pedro Martí
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Carta de suicidio.
A veces me da la impresión de que solo escribo a la nada, sin embargo hay algo en mi mente que no me deja escaparme nunca de estos pensamientos, tomo medicinas que se supone deberían hacerme sentir mejor, tomo terapias que se supone me hacen sentir mejor, pero, cada día siento que me vuelvo más miserable de lo que ya soy. Hay veces en las que quisiera ponerle fin a mi eterno y sublime sentimiento.
Pienso en las muchas (o incluso pocas), las veces en las que he intentado quitarme la vida, es tan sencillo tomar un bote de pastillas y sumergirlas en tu garganta con vodka, pongo a prueba mis habilidades cuando estoy en ese estado; casi catatónica, mi vida avanza y corre en segundos cruciales y, aunque irónico, no dejo de luchar por mi integridad y mi muerte segura, en mis pocos (o muchos) intentos de suicidio dejo muy en claro las causas y motivos que hacen que quiera arrancarme la vida a apuñaladas, solo quiero dejar de sentir esta esclavitud (o eso creo yo), dejar que la vida me siga martirizando con cada una de las muchas (o pocas) circunstancias que me han llevado a quitarme la vida, quiero dejar de sentir que no valgo nada, que nadie nunca se va a fijar en mí, que nadie nunca me hace caso, estoy cansada de ser la enferma a la que todos ignoran, que no solo es un trastorno el que me mata, que la bulimia y anorexia nerviosas son causas de mi debilidad mental, que cada vez que intento salir adelante me surgen nuevos retos, ¿Cuándo podre verdaderamente gozar de mi vida? Escasos son los momentos en los que me siento alegre, plena y satisfecha, no tengo una balance emocional que me mantenga en paz y calma al menos un par de horas de mi vida.
¡Hago lo que quiero y eso ni siquiera me complace! No he comprendido que debo hacer para que esta vida me trate mejor, no puedo pensar en los días buenos porque la vista se me humedece hasta sentir que no hay más días felices, cuando fui feliz no supe apreciarlo, ¿o se supone que esto es arbitrario? Los días felices se han ido y solo sobrevivo con la poca felicidad que se supone que mi cuerpo debería generar, se supone que me médico para sentirme mejor conmigo misma y no lo consigo, los recuerdos solo me hunden más que ponerme feliz, son solo recuerdos de un pasado que jamás volverá, y, ¿Cómo quieres que piense en el futuro si ni siquiera puedo vivir el presente? Si todo el tiempo vivo pensando en el presente, en el presente que me acongoja y me hace sentir miserable, no vale la pena repararse en arreglar mis pensamientos más catastróficos puesto que todos se han rendido conmigo, no soy más que una carga adolescente que solo genera pensamientos de preocupación e ira, que, no se compensan con tan solo unas disculpas, estoy harta de pensar que hay soluciones cuando simplemente no las veo, busco las respuestas, las soluciones, hacer un poco de esto, de aquello y de nada; nada sirve y nada queda, mis palabras vacías al viento se quedan, mis últimos suspiros se encuentran en cartas que nunca serán leídas, nadie quiere leer como me siento, nadie quiere saber de mí, cuando soy solo una carga adolescente, cuando todo lo que intento sale mal o peor de lo que se supone debería ser.
Pienso en cada una de las veces que he intentado salir adelante y caigo repentinamente; ahora, simplemente tomo una posición neutral ante mis fracasos, dejo proyectos a medio camino y me enfoco en vivir mi miserable vida como la de los demás, pienso un poco en mis pocas facultades mentales que me hacen seguir adelante, pienso pues, que mi alegría se ha ido dispersa por el mar azul, ahí donde solía recorrer de pequeña, ahí donde las olas del mar nunca me van a alcanzar, pienso pues, en la soledad del inmenso mar y la calma que me atrae hasta el, como poco a poco comienza a susurrarme que me hunda en la inmensidad del ser, quiero pues, pensar que hay solo días tristes y días, vivir en la alegría no es algo que este en mi calendario o programado en mi agenda, últimamente me he vuelto más agresiva, más insolente y más aventurada, quiero salir de este infierno llamado vivir y no encuentro la manera de hacerlo, doy mil vueltas a la cama y me desplomo sabiendo que jamás va a terminar mi existencia a menos que alguien lo haga por mí, me desplomo pues en los pensamientos ebrios que invaden mi mente después de drogarme con la ración controlada de medicamentos que suponen alivian mi enfermedad; cansada estoy de intentar creer que esto se puede curar, vivo con los sentimientos al tope cada día de mi vida, siento como nadie siente y creo que nadie jamás va a saber lo que mi piel vive día con día, pienso solamente en que algún día este sufrimiento eterno va a terminar. Y dirás “¡oye, busca algo que te guste!”, y esa será la frase que más odiare de ti, lo he intentado todo y vuelvo al mismo punto, la felicidad es momentánea, sí, pero ser un adulto saludable que esté en condiciones físicas y mentales reguladas es técnicamente imposible para mí, no puedo soportar un solo segundo de esta existencia que me exige ser esclava de los pensamientos puros y felices que no tienen cabida en mi mente, todos los días son sublimes, duele tener la herida abierta todos los días de mi vida.
Quiero terminar con mi vida una vez más, pero sé que no lo lograre y volveré al mismo lugar de donde intento constantemente escapar, ¿Qué me mantiene en este estado en el cual puedo permanecer neutra? El mismo sentimiento que me hace querer morir, la esperanza.
Sentir que esto algún día va a cambiar es una de las cosas que jamás van a estar en la checklist de cosas que hice en mi vida, sin embargo intento cumplir con las expectativas de mi familia que cree que sigo en pie y a flote con medicamentos, que cree que soy inmortal y que piensa que todo es tan ligero, que sus palabras no duelen, que todo esto es de piedra cuando no es más que una hoja de papel mojada en mis llantos y lágrimas de tristeza sublime y pura, quiero pensar que no les dolerá cuando por fin decida morirme y todo en mi este en calma, no entienden que solo quiero estar en paz, me obligan a pensar en ellos, en todo lo que me rodea y como tarde o temprano voy a terminar afectando a una persona u otra, pero jamás se han detenido a pensar en lo que siento yo ante tales circunstancias, cuando todo el tiempo estoy luchando por no perder la cordura y ser una persona funcional, cuando yo perfectamente sé que todo esto es una mierda y nada a va cambiar, porque me dieron esta vida que no me tiene más que atada a una existencia absurda e inútil que me hace entristecer más y más, cuando mi sola existencia es una carga para todos y yo no puedo con ella, cuando no es nada más que un pequeño fragmento de universo, hago lo que quiero y aun así no me lleno, ¿Qué más quieres de mí? ¿Qué más te puedo pedir? Aúllo todas las noches por un simple placer, algo que me haga sentir llena y viva, pero nada llena tanto para hacerme sentir viva.
Todas las noches estallo en lágrimas que no se secan por más que yo intente callar el llanto, sé que todos escuchan mis lamentos, pero quiero ser egoísta y pensar que nadie me escucha. Quiero dejar de preocuparme por mi familia, por mis amigas, por la gente que me rodea y poder morir en paz, solo quiero dejar este mundo para poder descansar y sentir la paz que nunca he tenido, ¿Por qué nunca he podido sentir esa paz que tanto anhelo? ¿Por qué mi vida tiene que ser una constante tragedia? Jamás he querido sentirme así, quiero sentirme viva como las demás personas, como la gente neurotipica, no quiero sentir más esta presión en el pecho que hace que todos los días llueva en mi corazón e intente matarme de una u otra forma, quiero sentir lo que los demás sienten a un nivel normal, no quiero sentir de más, no quiero que esto siga aplastándome hasta que por fin tenga un final trágico, nadie cesa mi llanto por las noches, mientras me ahogo con mi llanto y saliva esperando...
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Como en un sueño, los alrededores sencillamente no encajan. Las pesadas botas estilo militar hacen crujir el césped y algunas flores bajo cada pisada, incluso las hojas que comienzan a caer de los árboles y alguna que otra rama perdida. El sol brilla demasiado, los árboles se alzan majestuosos y las carcajadas infantiles resuenan en todo el parque. Yo, vestido enteramente de negro y con la mitad de la cabeza rapada, parezco la muerte en medio de un lugar seguro.
Camino con severa incomodidad hasta una banca. Incluso la banca, de una madera barnizada y cobriza, parece frágil y diminuta bajo mi cuerpo. O así es como ver la luz del día me hace sentir, cuando mi vida transcurre en un incómodo, apagado y sucio monoambiente, mientras que las noches están repletas de música y oscuridad en la que se envuelve el bar.
Respiro. Inhalo cuanto puedo, llenándome de un perfume que me recuerda a infancia, sin problemas, con sol, con juegos, con verde; inhalo, sabiendo que eso está lejos de ser mi realidad. Cuando exhalo, la incomodidad se vuelve más fuerte. ¿Qué hago sentado en un hermoso parque repleto de verde y niños con sus padres, a plena luz del día?
Aunque me lo cuestiono, o tengo el atisbo de hacerlo, sé la respuesta perfectamente. Y la viva imagen de mi pensamiento no tarda en materializarse, cuando la melena afroamericana perfectamente definida hasta la mitad de su espalda parece hacer entrada antes que Samara. Junto las manos, enlazo los dedos con los brazos apoyados en ambas piernas, que se separan para equilibrar el peso, y me doy un fuerte apretón antes de observarla tomar asiento a mi lado.
—Qué día tan precioso —susurra, como si estuviera maravillada. Después se inclina y me besa en una mejilla, sin prisa alguna.
No puedo evitar mirar hacia delante una vez más, el parque, el verde, la vida. "Qué día tan precioso". Incluso esas cuatro palabras parecen tan alejadas de mi realidad y mi rutina, desde hace años, con Dolores incluida, que el término me desencaja.
—Sí, supongo que sí —respondo. Paso saliva y viro la cabeza, para mirarla directamente. Mi ceño se frunce un poco por el sol, pero ella brilla. Su piel, sus labios, su cabello, todo brilla. Y me duele—. No tengo mucho tiempo.
—¿Tu novia no sabe que estás aquí? —pregunta. Noto una chispa de resentimiento.
Decir la verdad y de algún modo ensuciar mi relación con Lola. Mentir y mentirme a mí mismo. Opto por no decir nada, como siempre.
—¿Me citaste para hablar de mi novia, Samara? —pregunto, algo hastiado. Sin embargo sonrío, porque la situación me parece de lo más estúpida aunque mi corazón no deje de latir con fuerza a un ritmo desmesurado. Lola, Lola, Lola. Estoy engañándola tan solo por acceder a esta plática—. De verdad no tengo mucho tiempo.
—No, no me interesa mucho hablar de tu novia. Y sé optimizar el tiempo, así que no tienes de qué preocuparte. Pero relájate, te ves tan tenso... —Mira por encima de mí, los hombros, la postura de mi espalda. Automáticamente me tenso más, en defensa—. ¿Hace cuánto no te hacen un masaje?
Me rio por lo bajo, y soplo antes de rascarme una ceja. Por algún motivo quiero llorar, y solo se me ocurre que es por el escenario de dos vidas tan distintas. Dos propuestas, una Samara que brilla en un parque, una Dolores que me acepta como soy en una vida oscura.
—Sam... —comento, inclinándome hacia delante para cargar el peso de mi cuerpo en los brazos que reposan de nuevo sobre mis piernas. Mi cabeza vuelve a girarse para mirarla—. ¿Qué quieres? De verdad. ¿Qué quieres? Coincidencia habernos encontrado, pero verte en el bar, verte aquí, no entiendo qué necesitas.
La observo debatir mientras se muerde una porción del labio inferior y parte de la mejilla de manera pensativa. No me desvía la mirada, lo que me asusta, porque sé que está diciendo la verdad. No quiero que lo diga. No quiero que diga lo que sé que va a decir porque ya lo leí en los ojos.
—A ti.
"¡MALDITA SEA!"
—A mí, vale. Creo que te salteaste unos veinte años en la historia.
—No han pasado veinte años, Jonah, no estoy tan vieja.
—Yo sí —respondo, con el ceño más caído—. Envejecí siete vidas en una, y no tengo tiempo para que alguien que no quiso estar conmigo en el pasado, llegue de pronto a decir que me quiere en su vida ahora. De verdad que no tengo tiempo para estas cosas. ¿No ibas a casarte? ¿Y tu prometido? ¿Q...-? ¿P-...? —respiro, intentando contener los temblores de ira que comienzan a acumularse dentro de mi cuerpo y no me permiten hablar—. No entiendo qué buscas, ¿te llevó media vida darte cuenta que de pronto quieres estar conmigo? What the actual fuck.
—Evidentemente no voy a casarme, y luego del incidente en África fue... Bueno, no duramos mucho más tiempo juntos.
—Incidente, quieres decir que follamos.
—Sí... Y que le destrozaste la cara.
Sonrío, conteniendo el sonido detrás de aquel gesto. Sé que Samara intenta no reírse, pero acabamos haciéndolo al mismo tiempo y un escalofrío me recorre la espalda.
—Bueno, se lo merecía un poco —murmuro.
—Sabes que no.
—De cualquier modo... Aunque tú no estés con él, yo sí estoy con ella.
—Sí —responde, sin apartarme la mirada mucho más que para acomodarse el cabello—. ¿Qué vida puede aportarte una chiquilla de esa edad?
—¿Qué sabes?
—No, Jonah. De verdad, ¿cuántos años tiene? ¿Siquiera es legal? —¡Por supuesto que es legal! —contesto evidentemente ofendido. Las mentiras ya son tan transparentes como mis verdades—. Tiene veintiuno, es más que legal. Y no es de tu incumbencia el tipo de vida que llevemos.
—No tiene veintiuno —replica, riéndose entre dientes.
—Sí.
Hastiado, miro hacia delante y por el rabillo del ojo percibo que sigue riéndose en silencio.
—No, no tiene. Y en tal caso, tampoco se comporta como una.
Hago una pausa, con los dientes apretados y la cabeza a punto de explotar.
—Diecinueve —miento otra vez.
—Y cerca de los cuarenta, estás saliendo con una chiquilla de diecinueve años. ¡Jonah! Jesucristo, de verdad, ¿qué harás con una niña? ¿O si la niña tiene niños? ¿Serás el abuelo o serás el padre?
Cada una de sus preguntas se instalan en un oscuro sector de mi mente que antes estaba bloqueado, que pasaba desapercibida cualquier inseguridad de aquella índole. Pero no le falta razón, todas aquellas son preguntas válidas y las respuestas más que obvias. No quiero ver las respuestas, así como no quiero seguir escuchando sus preguntas.
—¿Qué mierda te importa? —mascullo al fin, volviendo a mirarla. Ahora mis expresiones son más serias—. ¿Qué más te da la edad que tenga mi novia o el tipo de vida que llevamos, o que vamos a llevar? Samara, lo nuestro terminó hace muchísimo tiempo. Y si quieres que sea aún más específico, por si la memoria te falla, terminamos como la mierda porque así lo quisiste.
—Jonah, me asusté...
—¡Me da igual!
El cambio en el ambiente es abrupto, los parques soleados y mágicos no van de la mano con mi brusquedad. Y no recibir lo mismo del otro lado, me deja petrificado. Acostumbrado a Dolores, a su lava, a nuestra manera de complementarnos, de explotar, la frialdad de Samara me impresiona. Su calma también.
—Lo siento, Jonah. Tienes toda la razón del mundo en que es una conversación que debimos tener hace muchísimo tiempo —añade. La miro desencajado, perdido en el tono suave de su voz y sin entender por qué demonios no está gritándome de regreso—. Pero no voy a mentirte ni a poner pretextos, en su momento no me pareció necesario tenerla y no... No consideré que quería volver a estar contigo; éramos tan, tan jóvenes. No consideré tampoco, en ese entonces, las cosas que considero ahora. Una vida adulta, compartida, hijos... Ya sabes, concretar tu vida con una persona.
El corazón se me rompe, se hincha, vuelve a desinflarse, late rápido, late lento. Está tan desesperado como las voces en mi cabeza. El veneno de Samara funciona, me duerme, me calma, me seda. Y sus palabras me hacen reflexionar, incluso considerar lo que de manera implícita me está proponiendo.
—Yo quería exactamente lo mismo cuando éramos "tan jóvenes", Samara —respondo, moviendo la cabeza—. No tengo la culpa que te haya llevado veinte años, o los que sean, llegar a la misma reflexión.
—Es cierto.
De nuevo me quedo con el ceño fruncido, esperando que arroje una cuota sarcástica, una carcajada desencajada o alguna inmadurez. Pero es una plática adulta, lo cual vuelve a dejarme la sensación de estar siendo muy infiel.
—No puedo ayudarte con lo que quieres —me obligo a decir. Y el hecho de hacer un esfuerzo sobrehumano en expulsar esas palabras por mi boca, me hace sentir peor por tener que hacerlo.
—Jonah... Solo piénsalo. No diría jamás que tomes una decisión apresurada, o que escojas tener una vida conmigo cuando, en general, aparentemente tienes la tuya. Pero tienes que saber, que tener en cuenta, que yo sí la quiero contigo. —Su mano se apoya en mi brazo para darme un ligero apretón, y la vida se me cae a los pies.
—No digas eso.
—¿Por qué? —susurra.
—Porque está mal en todo sentido.
—¿O porque tú también quieres una vida conmigo?
Silencio. Los pájaros siguen cantando, pero ahora la escena me parece más terrorífica que en un comienzo. Siento el teléfono vibrar en el bolsillo de mi pantalón y sé que es Lola, sin necesidad de ver la pantalla. Me pongo en pie, con el rostro algo enrojecido y las ideas colapsándome la razón.
—Te dije que no tenía tiempo, lo siento. De verdad tengo que irme.
—Jonah. —Samara se pone en pie, con una feminidad que me deja nulo y a Adriaan también—. Piénsalo, ¿vale? Por favor.
No tengo valor para responder, porque no sé qué puede salir de mi boca. La miro, simplemente, ahogado en su belleza y en lo que alguna vez anhelé con, literalmente, mi existencia. Ella aprieta los labios en una sonrisa muy suave, pequeña y algo acongojada. Se inclina a dejar un beso en la comisura de mis labios, pero los suyos son tan rellenos que abarcó parte de los míos. El nudo en la garganta me consume de pies a cabeza, y sé que ahora ni siquiera podré responder la llamada.
—Adiós —digo. Pero yo sé, y sé que ella sabe, que es un adiós temporal.
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6X13: “BAILANDO CON EL DIABLO”.
| LOS ANGELES, CA — ABRIL, 2021 |
Era un día más en el Departamento de Operaciones Extranormales, más conocido como DEO donde Nina llevaba un par de años desempeñándose en el área de rescate e informe de metas, a través de los nuevos acuerdos en la Sociedad de Metahumanos que vivía en paz en Idris. En sus comienzos no habían sido más que un par de personas las que se hacían cargo de ir en búsqueda de nuevos metahumanos alrededor del mundo para salvarlos de un futuro incierto y en dónde no eran vistos más que como sujetos a quiénes hacerle experimentos, porque, ¿Quién no quisiera tener lo que ellos tenían? Ella misma lo había vivido en carne propia, el tener que correr de un lado a otro cuando sus poderes descontrolados eran vistos y no poder confiar en nadie. Algunas veces sintió que era más una maldición que un regalo, pero eso cambió desde que había llegado a Idris. Estaba sentada en su oficina con una pila de carpetas que no hacía más que aumentar con el paso de los días. Hacían lo posible por abarcar la mayor cantidad de gente para el rescate, pero muchas veces se les hacía imposible llegar a todos. Mucho de ellos tenían poderes especiales para ocultarse, pero Nina nunca se olvidaba de ninguno. Aquel día estaba concentrada en un caso especial, pero de pronto, la puerta se abrió y la sacó de sus propios pensamientos. — Disculpe, pero esto lo acaban de mandar desde El Gard, al parecer tenemos que concentrarnos en este caso de forma inmediata. Tiene que echarle un vistazo, porque… creo que la conoce. —dijo el muchacho de cabellos oscuros con un tono de preocupación. Nina terminó de beberse su café negro y tras hacer un gesto ante la amargura en su boca, recibió el documento y lo abrió para comenzar a leer la ficha. — “Tessa Bowmann, 22 años”. —murmuró en voz baja y sus ojos se alzaron a las de su compañero quién le hizo una mueca en sus labios. Sí, la conocía bastante bien y su caso era uno de los que más le habían interesado en el último tiempo. Cuando se había enterado de su existencia, había hecho todo lo posible por ayudarla. Y tras recibir el informe de los Hermanos Silenciosos acerca de su vida, con más razón había querido ser un pilar donde pudiera apoyarse. — Tenemos que ir por ella de inmediato, ella ya… —su voz se quebró y cerró la carpeta con tanta fuerza que hizo saltar al muchacho frente a ella ante el temor que sus temblores pudieran aparecer de inmediato. —Ella ya ha perdido a su padre y su madre… bueno, digamos que nunca ha tenido una imagen familiar como corresponde. ¡Ella estaba mejorando! Idris le estaba haciendo bien, esa era la información que estaba recibiendo de ella semanalmente. —Se puso de pie y caminó en círculos buscando la mejor manera de enfrentar el problema. —¿Se tiene una dirección de donde podemos encontrarla? Se le dio la libertad de salir de aquí porque se suponía que ya estábamos en esas circunstancias, pero… bueno, ya es muy tarde para buscar responsables—agregó seria. —Si, Los Ángeles. Y Nina, —el chico miró hacia atrás por sobre su hombro, cerciorándose de que no hubiese nadie escuchando y luego cerró la puerta antes de hablar. —Se ha estado drogando… y al parecer esa droga ha salido de aquí, además hay de información de que se ha estado dañando. Los rumores mencionan que quiere salirse de aquí para buscar mudarse a otro sitio. La ley…—. Nina sintió que sus venas se congelaron y lo miró boquiabierta. Aún ante el shock, mantuvo una postura tranquila, de buena líder. —Tengo clara como es La Ley. Es dura, pero es la Ley—espetó duramente. —Quiero que me traigas toda la documentación y hagas el papeleo de rescate para esta misma tarde. Yo llamaré a otros Departamentos para tener todo listo para cuando la traigamos para acá. Le daremos el tratamiento que debió haber recibido desde un comienzo y me cercioraré de que nada le falte. Mejorará, yo sé que sí—. […] Tras varias horas de trabajo, la nave estaba en un sitio eriazo junto a la dirección señalada. Mientras bajaba de ésta, Nina sintió una especie de deja vú de la primera vez que había llegado de la misma forma a buscarla. En esta oportunidad tenía esperanzas de llegar a ella. Se conocían y le había demostrado —en cierta parte— que lo que la preocupación era real y no solo con el objetivo de utilizarla, al contrario, nadie más que ella deseaba que las personas como Tessa y ella, fueran libres y viviesen del modo que deseaban. Ahora, en estos momentos no podían dejarla ir libremente, no con todo el peligro que afuera le esperaba con ese descontrol emocional que parecía tener. Se posicionó frente a la puerta, sola, sin armas y golpeó con suavidad, con la esperanza, quizás, de que ella estuviera y pudiesen conversar tranquilamente. Luego de haber sido reclutada por Nina hace más de un año, la vida de Tessa había mejorado, conoció otros como ella, al fin comenzó a hacer amistades y tener amigas con quiénes conversar, pero no fue algo que duró mucho. Por su poca confianza en ella, sola se iba alejando o iba alejando a las personas de su vida, haciéndola sentir completamente sola. Al llegar a mediados del año 2020 sus pensamientos oscuros volvieron a ella, sus recuerdos de la niñez se hicieron mucho más presentes y esa presión psicológica no la soportó debiendo recurrir a lo único que conocía que podría hacerla sentir bien, aunque sea dos minutos de su vida: las drogas. Para su suerte, encontró un traficante que le vendía de forma ilegal dentro de Idris y también otros en LA, y así realizaba mezclas de pastillas y las consumía. También quería conocer los límites de sus poderes, ocurriéndosele la genial idea de lanzarse con cadenas y un ladrillo por un puente hacia el mar y ver si lograba salir viva… lo que logró hacerlo, y por esta situación esperaba algún regaño, pero al parecer nadie dentro de Idris se había enterado de las estupideces que estaba realizando en esos tiempos, estas eran dos de muchas cosas que comenzó a hacer durante el año. […] Después de esa última recaída estuvo bien otras semanas más hasta que conoció a un chico, algo que ni podría llamarse amorío fugaz, pero la hizo volver a ese lugar oscuro, se había abierto, contado cosas que no le había dicho a nadie y todo había acabado… para ella lo fue todo y nuevamente, la chica buscó ayuda en su distribuidor, pero ahora sería diferente, añadiría el dolor físico para sentirse bien. […] Ahora en el 2021, se encontraba mejor pero ya había recurrido a las drogas solo para sentir algo y tomó la decisión de mudarse de Idris/LA e irse lejos, sin contarle a nadie o pedir los permisos correspondientes que necesitaba. Estaba empacando cuando sintió la puerta y su perro se largó a ladrar a la defensiva, Tessa lo hizo callar y fue a abrir la puerta de su pequeño estudio y se encontró con Nina detrás de esta sabiendo enseguida que algo sucedía. —Nina… Hola… ¿Cómo estás? ¿Qué haces aquí? —Preguntó sin abrir mucho la puerta y salió para que no lograra ver dentro del estudio las cajas e hiciera preguntas que ella no quería responder. Los ojos de Nina se abrieron de par en par cuando la rubia apareció ante sus ojos. Quería sonreírle y parecer amigable porque en el fondo eso quería, ser una amiga para ella y no una especie de “jefe”, pero en el oído tenía puesto un audífono en el que un par de compañeros estaban atentos a todo lo que ella estaba haciendo y siendo honesta con ella misma, ¿Sería lo suficientemente dura con Tessa? No quería parecer débil o manipulable. Aquella chica necesitaba de su ayuda y a veces, se requería de mano dura. Y además, ella le estaba mintiendo. Con su mano apuntó a la puerta y dio un golpe con sus poderes de forma suave y calculado por lo que la obligó a abrir la puerta e hizo ingreso sin permiso. Dio un par de pasos hacia el interior y giró sobre sus talones para mirarla. Por fortuna seguía allí, eso la tranquilizó bastante. — No sé cómo decirte todo esto sin que parezca que estás en problemas, pero… ¿Recuerdas la primera vez que te fui a ver y te hablé de las condiciones si es que llegabas a Idris? — Esperó a que Tessa asistiera y luego prosiguió. — Sabemos todo y queremos ayudarte, quiero… ayudarte. — modificó. Avanzó el resto de pasos hacia ella de forma lenta, como si se estuviera acercando a un gatito desprotegido sin querer ahuyentarlo y apoyó ambas manos sobre sus hombros con cariño. No sin antes, retirarse el audífono para apagarlo. — Sé que en el último tiempo te has sentido sola y lamento no haber estado para apoyarte, pero mereces una vida mejor que las drogas y el ponerte en riesgo a diario, eso… eso no es vida. Te prometo que no. Solo… no escapes, porque te tengo cariño y la Ley me obligará a perseguirte una última vez si es que escapas de aquí y no será para salvarte, sino para encarcelarte. Por favor… dime que me escucharás. Solo sentémonos a hablar, — murmuró con un tono suplicante, uno que nunca utilizaba con nadie. Nina logró con existo entrar al departamento de Tessa, lo que no le gustó mucho, pero sabía que no podía hacer nada al respecto y solo cerró la puerta detrás de ella y camino hacia el sofá sentándose en el brazo de este y escuchó a Nina con un rostro sin expresión. Dejó unos largos minutos de silencio, miró hacia el suelo y después a Nina.— ¿Sola? Muy sola, siento que todos se han ido de aquí y quedé yo, sola, mis amigos, desaparecieron, las personas que decían quererme y apoyarme, desaparecieron y…. bueno, algunos viejos hábitos no son fáciles de dejar cuando te sientes como yo lo he hecho en el último año —La miró casi en una descarga de palabras que sentía la necesidad de pronunciar y largó un largo suspiro. —Conozco la Ley… pero ¿Por qué no escapar? He visto muchos aquí que se van y no le dan explicaciones a nadie, ¿Por qué yo sí? — Preguntaba en frustración, pero por ella misma, su vida que llevaba que no le encontraba sentido. Se levantó y buscó el extremo del sofá donde se sentó y le hizo un gesto con la mano a la chica para que se sentara también. —Pero Nina, te escucharé, no quiero quedar recluida… —Reconoció, dándole la oportunidad de hablar. La morena tan solo la siguió con la mirada, en silencio, con una mueca de preocupación al ver la reacción que había tenido. Se movió a medida que ella lo iba haciendo, sin perderla de vista y se plantó en frente, con ambas manos en la cintura. Soltó un suspiro. Aunque Tessa no lo creyera, en los últimos dos años también había perdido más gente de la que hubiese querido y se había refugiado en su trabajo para no tener que lidiar con la realidad de su soledad. Pero la situación era distinta: ella estaba más grande y la rubia recién estaba comenzando y aprendiendo a lidiar con esos sentimientos, más siendo una metahumana. — Lo entiendo y comprendo lo que sientes, empatizo con eso. El tema aquí es que tú compraste drogas ilegales en Idris y eso significa que allí adentro hay alguien que no está cumpliendo con la Ley y en un tema muy importante. ¿Imaginas cuántos chicos como tú pueden salir perjudicados? Estamos recibiendo gente con temas de autoestima e inseguridades, muchos rescatados justo antes de suicidarse. Hay muchos que tienen poderes que no son agradables, como quemar a quién tocan o tener cuernos u ojos de colores, incluso una cola. —negó con la cabeza y buscó sentarse a su lado cuando ella se lo indicó. Miró hacia el frente buscando las palabras adecuadas para que la entendiera. —Si vas ahora conmigo, no será necesario. Solo te llevaremos a hacer algunos estudios para buscar la forma de lidiar con tu adicción de una forma que sea la más sencilla, sin que afecte tu diario vivir. Y te estaremos citando cada tanto cuando necesites ir a tus evaluaciones. Lo más probable es que tengas que visitar varios especialistas, pero… —se acercó a tomar de su mano y la miró a los ojos. I>—Te recomiendo a que lo hagas y ante cualquier cosa, aquí estoy. Quizás no lo sintieras o no te lo hice saber cómo corresponde, pero no estás sola, Tessa. Quiero y queremos tu bienestar y que puedas vivir de la mejor forma que se pueda. Confía en mí. Es todo lo que te pido—. Tessa se puso de pie y dio una vuelta en su pequeño estudio, por suerte su perro estaba tranquilo sobre la cama y le daba la oportunidad de pensar y analizar su situación. —¿Me prometes que si voy ahora solo me harán estudios y no me dejarán encerrada en Idris? Porque quiero salir, no soy feliz y quiero encontrar un lugar donde sí lo sea, por eso ves estas cajas, quiero mudarme y empezar de nuevo en otro lugar… Tú entiendes a lo que me refiero— Miró a Nina con tristeza, sus ojos siempre reflejaban oscuridad, no era como las personas juveniles deberían ser, alegres o con energía, no vivía como los demás y sabía que Nina podría entenderla en más de algún sentido. —Acepto los estudios, ver especialistas porque… quiero superar las adicciones, pero también quiero mi libertad—Continúo y volvió a sentarse junto a ella. —Y la verdad es que… si he perdido el control algunas veces, respecto a mis habilidades… Las he usado para mi ventaja personal o jugado con la luz de la forma en que me enseñaron que no debería… No quiero ser castigada— Confesó tomándose las manos y llevándolas entre las piernas con temor de ser llevada ante los altos mandos para algún tipo de castigo. No quiso responder de inmediato, lo que quería era darle tiempo para que Tessa tomara confianza en expresar lo que sentía, más que nada con el afán de tener herramientas para ayudarla como correspondía. Anteriormente se había convencido de que estaría bien y la situación había llegado a ese punto. No podía volver a ocurrir. —Prometo que, si vienes conmigo, llegaré a un acuerdo para que te mudes donde quiera que quieras y si yo misma debo dar mi nombre para ser responsable por ti… lo haré, porque confío en ti—le dijo con toda la confianza del mundo. Sí, la situación era algo complicada, pero a la vez tenía todas las esperanzas de que ella la escucharía y todo saldría bien. —Tessa… no te asustes. Todos y me incluyo, en el comienzo hemos usado los poderes como ventaja personal. No tienes idea de a cuántas personas golpee con mis poderes solo porque estaba cabreada. Es un trabajo largo, así que en ese sentido la Ley no te castigará. Eres joven y llevas poco con nosotros. Puedes confiar en mí, si regresamos, será para que te hagan estudios y normalicemos el asunto de las terapias, en medio día te liberarán para que continúes con tu vida. Ya verás. —sentenció segura de sus palabras y le sonrió. Escuchó atenta sus palabras, un suspiró llenó su estudio y quedó en silencio unos segundos para después mirar a Nina a los ojos. —Ok, acepto, iré contigo, me haré los estudios, pero después deben dejar irme-—Dijo en especie de acuerdo pero advertencia a la vez. —Continuaré con todas las clases, iré a todos los doctores que quieran y aprenderé a buscar ayuda cuando la requiera con tal de que tenga libertad, pero sé que necesitaré mucha ayuda, soy débil, la debilidad está en mi sangre— Se refirió a la debilidad por el alcohol y las drogas por parte de su madre, que hasta los días de hoy las consumía e intentaba de contactar a Tessa cada cierto tiempo pidiéndole dinero para sustentar sus adicciones. —Pero Nina… debes prometerme que tú estarás siempre ahí conmigo, por ti llegue a este lugar o hubiera seguido por ahí como si nada— Pidió con voz de ayuda. Nina se mantuvo con una expresión serena, incluso ante las palabras que la chica emitía. La entendía, a esas alturas de eso ya no había dudas, pero tampoco estaba de acuerdo con su comportamiento. Quería creer que se debía a la poca madurez. — Mira, si al final lo que quieres es estar libre y lo quieras, nadie te amarra, nadie te obliga. —Dijo, ahora poniéndose de pie y resopló suavemente. —Cuando te busqué… te di las reglas. Ahora bien, siempre puedes alejarte de Idris y dejas de ser un tema para nosotros. —Elevó los hombros y luego negó con la cabeza, porque no quería eso.—Puedes consumir lo que quieras y si te metes en problemas, tendrás que valerte por tí misma. Aquí estamos para ayudarte, no es más que eso. Si tú quieres verlo como… no sé, ya no entiendo mucho tus pensamientos, es cosa tuya — Miró hacia una de las ventanas y desde allí la escuchó. Nuevamente, se sintió confundida. —A estas alturas no sé si me estás reprochando o me estás agradeciendo el que te llevara a Idris, creo que vas a tener que tomar una decisión.—le pidió, aún con la vista a la lejanía. —Lo siento Nina, si me escuché mal— Se disculpó poniéndose de pie y se apoyó contra una mesa que tenía. —Agradezco mucho que me hayas elegido para formar parte de uds, me han enseñado mucho— Suspiró suavemente y la miró aunque ella le daba la espalda. —Lo que pasa es que tengo tantas cosas en mi cabeza que no me expreso bien y se mal entienden las cosas. Quiero formar parte de uds, sé las reglas y las quiero seguir, las seguí por un tiempo, pero a la vez este sentimiento de soledad a veces es más fuerte y me gana, pero quiero mejorar-—Dio una pequeña vuelta en su estudio y volvió a sentarse. —Me cuesta pedir ayuda o reconocer que la necesito, pero Nina, necesito ayuda y no quiero escapar de Idris, quiero continuar, solo quiero cambiar mi residencia externa. Quiero ir contigo Sentenció. La morena no pensaba salir de allí sin tener una resolución a aquel asunto. Sí, Tessa podía ser una joven cualquiera, una rebelde sin causa, pero lo importante es que tenía poderes tan llamativos que no tener una guía que le enseñe lo que es convivir con eso, no solo físicamente, sino en el ambiente emocional, era difícil. No podía dejarla sola y mucho menos en las circunstancias en las que estaba. Tan débil y desamparada. Cedió, tampoco era difícil para ella hacerlo puesto que tenía un corazón gigante y no era orgullosa. Giró hacia ella para mirar y se la encontró sentada en una silla ahora y sonrió de medio lado. —Está bien, lo comprendo. Es por eso mismo que tu mejor opción en estos momentos es venir conmigo, dejamos todo solucionado para que nadie ande detrás de ti como equipo SWAT y seas libre donde quiera que necesites residir. Pero… ya sabes cómo somos en nuestro mundo, tienes que agarrar ahora un bolso y venir conmigo. Afuera nos están esperando en una nave para trasladarnos. Entre más pronto salgamos de ésta, mejor. —caminó hacia ella y extendió la mano, buscando que ella correspondiera. Dando inicio así, al comienzo de la recuperación.
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💻 | Entrevista a Victoria Justice por Forbes
Domingo de conversación (exclusiva): Victoria Justice habla sobre sus nuevas canciones, "La música es una pasión mía y parte de mi alma"
En diciembre del año pasado, Victoria Justice lanzó el sencillo "Treat Myself". Fue la primera canción nueva de cualquier tipo de la cantante y actriz en siete años. Como dice la propia Justicia, "Siete años es mucho tiempo para estar lejos de algo".
Siete años es, en sí mismo, mucho tiempo. Pero en el caso de Justice, la pausa se siente aún más larga debido a las edades cruciales que abarca. Justice, quien comenzó a actuar a los 10 años y saltó a la fama en Nickelodeon a los 12, cumple 28 el próximo jueves (19 de febrero). Así que cuando lanzó música por última vez tenía 20 años. La diferencia de edad entre 20 y 27 es mucho mayor que siete años en lo que respecta a la experiencia de la vida.
"Lo que estoy publicando es obviamente más maduro, han pasado siete años y todo eso", dice. "Soy una mujer ahora". Eso se nota mucho en su segundo sencillo, el recién lanzado "Stay".
Descrito por Justice como "Sexy y apasionado", el magnífico sencillo combina la sensación del soul de los 70 y el doo wop para lograr un ambiente atemporal y perfecto para el Día de San Valentín. Al igual que "Treat Myself", una canción sobre no ser demasiado duro contigo mismo, "Stay" muestra en quién Justice se está convirtiendo cantante/compositora a los 28 años, alguien que no tiene miedo de abrirse y ser vulnerable y compartirlo con el público. .
Encontrar su voz como compositora y cantante es solo parte del éxito que Justice está disfrutando en este momento. Como ella señala con orgullo, "Treat Myself", sin ningún impulso de marketing, tiene más de dos millones de reproducciones solo en Spotify. Pero ese no es su mayor logro.
Habla con Justice, llegué a hablar con ella durante más de 45 minutos en Zoom en su primera entrevista musical sin dejar de lanzar nueva música, y ella sonríe constantemente, radiante mientras habla sobre la nueva música y su amor por los artistas desde Coldplay hasta Sara Bareilles.
A punto de cumplir 28 años, está segura, feliz y lista para embarcarse en la siguiente fase de su aventura musical, una que no puede esperar para seguir compartiendo con los fans. "En este momento lo estoy haciendo por mí y estoy haciendo cosas que me hacen feliz", dice. "Es emocionante volver a publicar música nueva. La música es una de mis pasiones y parte de mi alma. Así que me estoy divirtiendo publicándola".
Steve Baltin: La última vez que te vi fue en Coldplay en el Palladium.
Victoria Justice: ¿Podemos hablar de lo increíble que fue ese show? Honestamente, esa fue una de mis experiencias favoritas para ir a conciertos solo porque soy un gran fan de Coldplay. Y verlos en un entorno tan íntimo fue una de las mejores cosas de la historia. Amo mucho a Chris Martin. Él, para mí, es un líder increíble. Siempre estoy tan impresionado por su dominio en el escenario.
Baltin: ¿Encuentras que después de siete años alejada de la música la aprecias más?
Justice: Sí, eso creo. Volviendo a eso ahora tenía mucha hambre (ganas). Tenía hambre de volver al estudio. Estaba en una especie de espacio mental diferente como compositor. Estaba lista para ser más vulnerable y honesta sobre las cosas que estaba sintiendo. Y estaba tan emocionada. Durante un tiempo había vuelto al estudio y hacía música. Siempre estaba sentada y esperando que tal vez llegara el trato correcto o que ese trato se cumpliera y que sucediera el momento adecuado o la canción adecuada. Y llegué al punto en el que estaba como, "Tienes todas estas canciones que has escrito, son realmente buenas, deja de dudar de ti misma. A las personas en las que confías y amas realmente les gusta, simplemente ponlas ahí. " Ese es el lugar al que llegué. Y una vez que sucedió la pandemia, pensé: "Tengo la canción 'Treat Myself' que realmente amo. Es muy vulnerable, real y personal para mí. Y ahora es el momento perfecto para que publique esto en el mundo porque siento que muchas otras personas están en este espacio donde estamos solos con nosotros mismos, solos con nuestros pensamientos ". Y sentí que la gente podría identificarse con eso.
Baltin: Después de todo ese tiempo, ¿cuánto aumentó su confianza en el futuro por la respuesta a "Treat Myself"?
Justice: Fue increíble, me dio un gran impulso de confianza. No había publicado nada en siete años. No tenía idea de si la gente estaría tan interesada o a cuánta gente le importaría, qué tan bien sería recibido o no. Estaba sumergiendo mi dedo del pie de nuevo en el agua y esa es siempre la parte más aterradora. Pero de inmediato comencé a ver una respuesta positiva y estoy muy agradecida con todos mis fanáticos y todos en línea que me han apoyado. Solo ver que la gente se ha conectado con esta canción y que les encanta ha sido realmente especial. Es genial porque es una canción personal para mí y es una canción de amor propio. Entonces, hacer que eso resuene en la gente, que la gente me envíe un mensaje y me diga cosas como: "Escucho esto cuando me despierto por la mañana y me ayuda a pasar el día. Esta canción me ayudó en estos momentos difíciles". Eso es algo realmente hermoso. Y, obviamente, no todas las canciones van a ser tan profundas, desbordando tu corazón. Pero que la gente se conecte con él a nivel personal y que su respuesta sea tan positiva me ha hecho sentir realmente bien. Ha sido muy valioso y emocionante. Y no estoy con una sello discográfico en este momento. Así que esto ha sido a un nivel muy básico. No había mucho dinero de marketing detrás de esto, solo estábamos yo, mis redes sociales y mis fanáticos. Así que son realmente a los que tengo que agradecer todo esto. Es emocionante. Y no tengo cien millones de transmisiones en esto. Pero ese nunca fue el objetivo. Tengo más de dos millones de transmisiones en Spotify en este momento y quién sabe cuánto más en las otras plataformas y eso es suficiente para mí. Estoy tan emocionado de que incluso tanta gente lo haya escuchado (risas).
Baltin: ¿Cuáles son sus canciones para sentirse bien por la mañana?
Justice: Siento que "You Gotta Be", de Des'ree, es una opción para mí solo porque la letra es tan poderosa. Siempre me recuerdan, "tengo esto". "Tengo que ser audaz / tengo que ser fuerte". Son todas las cosas que dice. Hay una canción de Kim Petras que me encanta, se llama "I Don't Want It At All". Es súper divertido y poppy y cada vez que aparece me da esas vibras y siento que estoy lista para enfrentarme al mundo y me siento como la mujer más feroz de la historia. Y también una canción de Katie Pruitt, se llama "Expectations". Escuché esta canción "Out Of The Blue" y pensé, "¿Quién es esta chica? Tiene una voz realmente asombrosa y esta letra está contando una gran historia. Necesito ver esto". Así que fui a Spotify y escuché algo de su otra música. Ella es tan increíble. "Expectations" siento que me habla mucho.
Baltin: ¿Qué te atrae de un artista?
Justice: Alguien me mencionó a este artista, Alec Benjamin, y fui con todo porque, para mí, lo que realmente resuena es cuando siento que un artista está contando una historia. Amo a los buenos narradores. Eso es lo que más me gusta de escribir canciones. Me encanta cuando puedes contar una buena historia.
Baltin: La mayor parte de la buena escritura es subconsciente. Entonces, ¿era consciente de las cosas que sentía en "Treat Myself" antes de comenzar a escribir sobre él?
Justice: No, no lo estaba. Estaba escribiendo esto con Taylor (Buono) y estábamos juntos al piano. Y recuerdo específicamente que teníamos las líneas, "No le diría las cosas que hago a nadie más". Y yo estaba como automáticamente, "Entonces, ¿por qué está bien decírmelo a mí mismo?" Todo se derramó. Era una especie de confesión en la que ni siquiera tenía que pensar demasiado en ello. Una vez que tuvimos este concepto y esta canción, todo empezó a fluir fuera de mí.
Baltin: Una vez que escribiste la canción y te diste cuenta de todas las cosas que estabas pensando, ¿te ayudó a aprender a ser mejor contigo mismo?
Justice: Sí, eso creo. Pero creo que también, en cierto modo, a veces es un buen recordatorio para mí porque me sorprendo sintiendo ciertas cosas y pensando de cierta manera. Y pensaré en mi canción y diré: "Chica, será mejor que practiques lo que estás predicando" (risas). Así que también es algo así.
Baltin: ¿Y tuviste lo mismo en "Stay" donde te diste cuenta de las cosas al escribir la canción?
Justice: Sí, esa canción salió de la nada. Lo estaba escribiendo con esta chica Tia (Socla), que es una compositora súper talentosa. Ella estaba tocando algunos acordes en la guitarra, luego esta melodía salió de nosotros y la canción salió de la nada. Ni siquiera sé de dónde vino (risas). Pero me encanta y me encanta la historia. Soy un romántico de corazón. Me encanta el romance y la pasión y me encanta cómo esta canción captura ese momento lujurioso y apasionado. Además, apoyarme en el ambiente de la vieja escuela fue muy divertido para mí porque amo a los viejos y amo ese tipo de música. Así que fue genial hacer eso.
Baltin: ¿Cuáles son tus canciones de amor favoritas en honor al Día de San Valentín?
Justice: ¿Qué me pasa por la cabeza ahora mismo? Probablemente porque vi el documental de Bee Gees, "How Deep Is Your Love". Me encanta esa canción. Esa es una de las mejores canciones jamás escritas. Y "How Can You Mend A Broken Heart", no necesariamente una canción de amor, pero esas letras te cortan hasta la médula.
Baltin: ¿O qué hay de las películas románticas favoritas?
Justice: Por supuesto, cuando Harry Met Sally es un clásico y muy bueno. Serendipity es uno de mis favoritos de todos los tiempos con John Cusack y Kate Beckinsale. Esos son probablemente mis dos favoritas. Ah, y hay uno llamado Just Like Heaven con Mark Ruffalo y Reese Witherspoon. Es tan buena.
Baltin: Tienes tu cumpleaños este mes. Estás cumpliendo 28 años y de 21 a 28 eres una persona completamente diferente. Entonces, ¿sientes que estás empezando de nuevo como compositor y simplemente presentándote?
Justice: Sí, me siento así. Siento que estoy en una fase en la que he escrito un montón de canciones que amo, pero también estoy en un lugar en el que no puedo esperar a explorar más quién soy como artista. Y no puedo esperar para convertirme en un mejor compositor y siento que todavía tengo mucho que aprender y mucho espacio para crecer. Estoy emocionado por todo eso.
Baltin: ¿Tienes canciones que has escrito o estás escribiendo que sean bloques de construcción para el lugar al que quieres llegar como artista?
Justice: Sí, definitivamente. Estoy muy emocionado y trato de no pensar demasiado en todo esto. Al mismo tiempo, aunque puedo ser un poco perfeccionista, sé cuándo algo está bien. Lo sientes y lo sabes. Y cuando eso sucede, no puedes pensarlo demasiado, solo tienes que sacarlo a la luz. Entonces eso es lo que estoy tratando de hacer ahora mismo. Pero siento que también tengo un par de canciones más que siento que realmente se están moviendo en la dirección correcta que quiero ir. Y lo que estoy publicando es obviamente más maduro, han pasado siete años y todo eso. Ahora soy una mujer. Estoy emocionado por el destino de esta música. No puedo esperar para compartir más con la gente. Y no puedo esperar a seguir escribiendo.
Baltin: ¿Ha estado escribiendo mucho durante la pandemia?
Justice: He estado escribiendo aquí y allá, no tanto como me gustaría para ser honesto. Simplemente ha sido difícil. Intenté hacer algunas sesiones de composición en Zoom y no es lo mismo. Pero estoy emocionada de comenzar a esforzarme y, con suerte, estar en algunas salas con más gente. Y he estado escribiendo un poco por mi cuenta. También he estado ocupada haciendo películas y esas cosas. Hice una película en Nueva York justo antes de que ocurriera la cuarentena. Así que tuve mucha suerte de poder terminar una película y luego hice otra película en medio de esta pandemia en Sudáfrica. Entonces eso fue una locura
Baltin: Todas las formas de arte se infunden entre sí. Entonces, ¿la actuación y los viajes te inspiran a escribir?
Justice: Demasiado. Estaba tan inspirada. La experiencia de vida es lo que informa a escribir y contar una gran historia. He tenido la suerte de tener algunas de esas experiencias, así que estoy deseando ampliarlas.
Baltin: ¿Cuáles fueron las dos películas que hiciste sobre la pandemia?
Justice: La de Pre-pandemia era una película llamada Push, pero simplemente cambiaron el nombre a Trust, y saldrá el 12 de marzo. Es un drama de relación sobre una pareja casada. Interpreto a la esposa, Matt Daddario interpreta a mi esposo y se trata de la infidelidad y quién tiene razón y quién está equivocado y la tentación y todo eso. Es muy sexy, misteriosa e interesante y tiene lugar en el mundo del arte en Nueva York. Fue super divertido. Y luego el otro que hice en Sudáfrica se llama Afterlife Of The Party. Es una película de Netflix que me emociona mucho. Interpreto a una chica que murió justo antes de cumplir veinticinco años. Antes de morir no es la mejor, tiene mucho en lo que trabajar. Y ella entra al purgatorio y para poder ascender necesita volver a la tierra y corregir algunos errores con personas de su pasado. Estoy emocionado.
Baltin: Es una premisa fascinante, así que si te devolvieran del purgatorio, ¿qué sería lo único que querrías cambiar?
Justice: Oh, hombre, estamos profundizando aquí. Gran pregunta. Creo que me diría a mí mismo que deberia preocuparme menos, no sudar tanto por las pequeñas cosas y disfrutar de las pequeñas cosas, lo que creo que hago ahora hasta cierto punto. Pero creo que enfatizaría aún más que ahora, no des un segundo por sentado.
Baltin: ¿Quién sería el artista con el que te encantaría salir de gira con el que harías una buena pareja y te gustaría ver desde el costado del escenario todas las noches?
Justice: Una de mis artistas favoritas de todos los tiempos es Sara Bareilles. La amo tanto. Definitivamente nunca me aburriría al lado del escenario mirándola, eso es seguro. Sería un honor salir de gira o hacer algo junto a ella. Me encantaría escribir con ella algún día, sería increíble. Alguien que quizás sería más realista sería Julia Michaels. La amo tanto, es una compositora increíble. O Sasha Sloane, la amo también. Hay tanta gente, esa es una pregunta tan difícil. ¡Dios mío, Ryan Tedder! Amo a Ryan Tedder, es un actor increíble. Uno de los mejores conciertos en los que he estado fue Sara Barellies y One Republic juntos en el Greek Theatre. Entonces estoy obsesionado con Songland, me encanta ese programa. Y tiene mucho talento como compositor y productor.
Baltin: Ya que estás trabajando en un montón de canciones, ¿hay una línea de tiempo para sacar más música?
Justice: Realmente no hay una línea de tiempo específica a la que me apegue. En este momento solo tengo estas canciones y disfruto haciendo un single al mes. Lo bueno de ser independiente es que estoy en mi propia línea de tiempo. Lo haré cuando quiera y cuando me sienta bien. Me gusta la forma en que lo estoy haciendo ahora y eventualmente mi objetivo sería sacar un EP o un álbum completo. No tengo una fecha límite ni cuándo será. Me encantaría hacer eso este año, sería genial. Pero tengo trabajo que hacer (risas).
Artículo original: https://www.forbes.com/sites/stevebaltin/2021/02/14/sunday-conversation-exclusive-victoria-justice-on-her-new-songs-music-is-such-a-passion-of-mine-and-part-of-my-soul/amp/
Traducción ingles-español ©Victoria Justice México
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Nunca dejes de brillar
La verdad que con esto del club de fans voy entendiendo a los artistas, sin serlo. Yo dibujo, pero no soy famosa ni tampoco jamás expuse. Pero te mandan fotos y videos, que no entro nunca. Y es como una invasión a tu privacidad. Me digo: «en mi club de fans yo soy mi estrella y no necesito contestar a nadie ni tampoco entrar a ninguna foto que me mandan», ja, ja, ja. De hecho, pueden mandarme algo grosero y trato de cuidarme. Uno me dio clases de moral, típico de los religiosos. Me dijo que deberia usar el pañuelo en la cabeza, como manda el Islam. Y yo tenía ganas de contestarle: «y vos no tendrías que entrar por privado al celular de una mujer ni mucho menos en un espacio en donde dice "club de fans". ¿No sabés que en el Islam están prohibido los ídolos?». Y esa es la hipocresía que encontré dentro de las religiones. Claro, yo no meto a toda la gente en una bolsa, así como tampoco meto a todos los judíos en el mismo costal, porque muchos nacieron dentro de familias judías y le vienen con esa historia nueva del Sionismo, surgido por los años 1948, con el estado de Israel.
Volviendo al tema del club de fans, ayer les mandé una foto en la sala de profesores, cansada, el cabello espantoso, demacrada. Yo pienso que si con esa foto no se van, son realmente mis «fans». ¿Pero qué es ser fan? Si hasta el locutor del Cálamo tiene un club, cuando lo único que hace es dirigir un programa. No sé, muchas veces hay algo sexual o de admiración. Yo sigo a unas modelos, mujeres, y no soy lesbiana. A veces las veo y me inspiran, porque las imito de forma inconsciente. Es como descubrir mi parte más femenina, tapada por el trabajo y el cansancio. No obstante, no se llega a entender qué es un ídolo. Y lo mismo pasa con los sabios en el Islam. Una vez un «Sheij» (jeque) me dijo que seguía a Jomeini, como si fuera un maestro. Y eso es como un ídolo. En realidad, seguir a una persona dentro de una red social o ser parte de un club de «fans» (fanes) es como tener un ídolo. Es decir, todos esos que siguen al locutor mencionado tampoco son muy religiosos, como yo. Por eso, porque entiendo que la religión es una búsqueda inútil en donde siempre vas a fallar es que la tomo de forma moderada. Y el fanatismo es la admiración en exceso. Y la verdad, yo creo que a veces nos fanatizamos con algo o con alguien.
Al pie les publico la foto que les mandé a mis fanes. Estaba tan cansada... Este mundo dominado por el Sionismo internacional apesta. Y ellos no dicen cuando van perdiendo. Tan solo piensa que muchas veces hay personas que llevan una vida común y tienen muchos seguidores. Y eso es ser un «ídolo», como alguien quien llama la atención de otra persona. Podríamos decir: «admiración». Y pienso que todos deberíamos tener nuestro club de fans, porque todos somos como estrellas únicas.
La gente sigue una imagen, una idea. No sé qué siguen mis fanes de mí. Tal vez, les apasiona mi vida simple. Yo trato de ser yo misma. Y digo «trato» porque en realidad, no nos damos cuenta, pero vivimos en un mundo en donde nos encontramos invadidos por la influencia mental de otros. Sí, nos contaminamos. Y con el canto, la profesora me enseñó que debo cantar con mi propia voz. Ella es una revolución en mi vida, pero no lo sabe. A una modelo dejé de seguirla en Instagram, porque publicaba fotos demasiado expuesta. Y no quiero contagiarme de ese extremo. Yo reservo mi fuego solo para uno, pero todavía no apareció en mi vida. La verdad, este mundo es muy difícil.
Por hoy ya escribi bastante. Nunca dejes de brillar.
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Volver a comenzar
Esta pandemia me ha demostrado lo delicada que es la vida y conservarse en ella a pesar de cuando uno no tiene mucho.
Desde que comenzó me destrozo dos sueños. Viajar por Europa y graduarme de la universidad. Soñaba con Madrid, Roma y Paris, sin embargo en eso se quedo. También mi sueño de cruzar ese escenario y ver a mis familiares orgullosos de mí, especialmente a mi mamá. Aunque sigo visualizando cómo sería ese momento, tuve que crear nuevos sueños, seguir adelante y perdonar estas situaciones.
El reinventarse dentro de una pandemia, encerrada y volteando hacia las paredes es un martirio. En esos momentos sentía como si mi Dios me había abandonado y estuvo silencioso por mucho tiempo. A pesar de esto, volteaba al futuro para darme esperanza que todo esto acabaría pronto. Quizá por eso volteé a ver a la CDMX, me brindaba una oportunidad para escaparme a una realidad que no aún no existía. Me volvieron a negar esta nueva oportunidad y se cayó a pedazos este otro sueño. Pensaba en mi niña interior y que al no cumplir nada de estos sueños, había fracasado en proveer por mí misma. De nuevo, necesitaba volver a empezar otra ilusión, es donde depositó mi esperanza, sé que había una posibilidad que no pasará pero aún así lo hice.
Hoy doy gracias que la CDMX no fue una posibilidad porque tengo una oportunidad en donde nunca pensé llegar. Aunque no tengo una respuesta concreta, tengo un pie adentro y decido volver a soñar con ello. Sin embargo, me encuentro navegando en la incertidumbre, donde muchas cosas aparentan como que sí se dan y aveces no. Me encuentro de nuevo en el mismo lugar de ayer, con lo mismo y quizá un poco menos.
No son mentiras cuando dicen que la vida después de la universidad cambia. Creo que no hay como prepararme cuando me dicen “no” porque pienso en cuánto me he preparado para alcanzar todo lo que quiero hacer. He trabajado mucho en mi persona, no soy la misma persona que era hace 6 años y la vida me ha golpeado mucho quizá pienso que hasta cierto punto la vida me lo debe por hacer sido tan cruel. Pero ahí está el problema. La vida no me debe nada, son experiencias que me han hecho fuerte. Yo sé que ahorita mi vida es incierta, pero no pierdo la esperanza que todo mejorará, aunque estuve a punto de rendirme hoy. Estoy segura que mi Dios no me ha dejado sola, aunque así lo haya sentido.
Hoy me recordaron lo importante que es vivir un día a la vez porque la vida es incierta. Qué quizá hay cosas que yo quiera hacer y soñar pero no son necesariamente lo que necesito. Por un momento perdí el norte y la noción de mi misma. Me envolví en un mar de negatividad y me consumió. Estuve a punto de darme por vencida con la vida, pero mi Dios es tan grande que me dio una gran madre y pareja amorosa que orientaron mi enfoque al presente. Que hoy por hoy, tengo dos oportunidades tocando a mi puerta y quiero estar bien para recibirlas. He encontrado que mi valor no está en mi productividad, ni en lo que la gente dice de mí, especialmente mis familiares. Que hay oportunidades que van y vienen y mientras yo esté abierta a ellas, jamás va a caber en mí decir “ y si hubiera hecho esto” porque yo me aventé. Necesito reconocerme que soy audaz y implacable en la búsqueda de mí misma. Perdí el norte, pero aveces se necesita perder para ganar. Yo he ganado fuerza interna y amor por mis sere queridos, amor por mi misma. Los sueños no se acaban aquí, se transforman en algo que se acomoda a mi y lo que Dios quiere de mi.
El reinventarse es algo que nunca acaba.
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En las trincheras del invierno.
Sé, no sé ¿por qué?, que hay días que son un poco más triste que los demás días. Que el invierno es mucho más triste qué las demás estaciones y que los días nublados suelen ser melancólicos. Ni hablar si llueve o si ocurre, lamentablemente, que en un día se reúnan el invierno, el frió y varias lluvias. ¿se puede juntar tantas cosas en una sola? Me gusta ver las cosas ordenadas, pero como una misma moneda tiene dos caras, acepto que entendí que el orden a veces no es tan bueno.
Esta manera de colocar las cosas es bastante impracticable, sobre todo si hablamos de la memoria, que está constituida por varios objetos llamados recuerdos, que siempre avanzan ocupando más espacios, pero el espacio no es problema cuando hablamos de algo que no pueden percibir los sentidos, porque su misma inmaterialidad está constituida por el espíritu de la propia experiencia, y ahí radica nuestro problema. ¿Cómo algo intangible puede causar daño? En ese orden creo que los recuerdos se van ordenando en nuestra memoria, según categorías, formas, y efectos, en un orden perfecto y estable en la mayoría de los casos, pero relativamente, de vez en cuando hay cierta especie de recuerdos que son más problemáticos y difíciles de acomodar quizás por su propia naturaleza de ser fuente de la experiencia, y en este caso hablo de los recuerdos como la tristeza creo que en ese proceso de orden mental, la tristeza no tiene que ser sumada con más tristeza, porque generamos esa estructura de ir apilando sucintamente un recuerdo sobre otro, mientras trato de ignorar que es una estructura sin armonía, que difícilmente pueda sostenerse, que empieza a tambalear, de un lado al otro, haciendo equilibrio sobre sus propios cimientos, es como ir ordenando todo en una especie de ‘Jenga’, que en un momento dado, con el más pequeño y modesto movimiento todo puede desmoronarse. ¿la memoria a veces puede ser una sustancia? si, variable, en experiencia. Las sensaciones, una variante de la memoria, una cosa, ahí radica la materialidad del ser que buscamos, algo dado, que es en definitiva es la respuesta a nuestra primera pregunta. La experiencia suele dejarnos ciertas piezas para armar y acumular, una especie de Aleph que ocupan tanto el espacio, como todo tiempo, y toda forma.
Sé que no existe cambiar de opinión: existe darse cuenta.
Sé que a veces perderse no es no saber dónde estás sino no saber dónde está la compañía que te guiaba.
Sé que lo más difícil de todo es olvidarse de alguien de quien aprendiste cosas.
Sé que nadie es tan difícil de querer como le gusta pensar que es.
Sé que quererse es un poco tenerse paciencia, pero tenerse paciencia no siempre es quererse.
Sé que acostumbrarse es una manera de combatir el miedo.
Sé que cada vez que se cae un avión había arriba por lo menos una persona que tenía miedo, y que a veces tener memoria es peor que se caiga el avión en el que estás.
Confieso que después de todo este tiempo todavía existen días raros.
Fragmento segundo - Los Domingo.
—Bueno te espero abajo.
—¿Abajo-en-el-pallier? ¿O abajo-dónde?
—Abajo-enfrente. El auto está afuera.
Los sábados y domingos en este departamento las opciones que se barajan son descansar, sociabilizar o salir a pasear. De descansar no me gusta y para sociabilizar sí o sí hay que verse con otra gente entonces como el día estaba lindo decidí salir a pasear. Me comentaron de un lugar así y asá que queda por Guemes, ¿querés que vamos?
Los sábados y domingos también me doy este tipo de licencias y no me detengo mucho en si las cosas están bien o mal dichas, siempre y cuando me entiendan.
-Dale, cambiate y vamos.
El edificio en el que vivo queda en una esquina así que existen por lo menos tres enfrentes. Uno de esos tres enfrentes es un supermercado chino. Al chino se va por lo general a buscar algo en particular, no a pasar el tiempo, ni a ver el tiempo pasar, ni a hacer tiempo, ni nada que tenga que ver con el tiempo. Es más: pareciera ser que lo que uno quiere en realidad es pasar la menor cantidad de tiempo posible ahí adentro. Quizá por eso hago una listas antes de ir, para planificar la hoja de ruta y no tener que improvisar y andar titubeantes por las góndolas como si fuéramos fantasmas o peor: turistas.
Dejando de lado esos enfrente quedan entonces dos enfrentes. Uno de esos enfrentes es una Iglesia, la Iglesia de La Sagrada Familia, le decimos. Del Huerto de los Olivos, dicen los libros. Y google Maps no tengo idea. En realidad, tenemos que usar tantas palabras porque conocemos muchas Iglesias, pero como es Domingo le decimos simplemente La Iglesia. La Iglesia, al menos por fuera, es bastante linda. Ocupa toda una esquina y está cubierta por una enredadera de un verde inglés que se la traga entera, de pies a cabeza, dejando sin cubrir solamente la puerta doble de madera de la entrada y alguna que otra ventana. Y, por supuesto, la cruz de encima. lo tuve que googlear porque no me iba a quedar con la duda, Google maps sugiere una serie de tags, entre los que figuran #paz #verde #enredadera #otoño #primavera #vegetación. En fin, así de verde es la enredadera. La cosa es que además de la cruz y la enredadera La Iglesia tiene una escalinata. Me gusta que exista esta palabra, la palabra escalinata, porque sí, es verdad, una escalera es técnicamente una sucesión de escalones, pero no toda sucesión de escalones compone finalmente todas las veces una escalera. Y esto, esto de acá que está en la entrada de La Iglesia de enfrente, definitivamente no es una escalera. Los escalones son amplios. Duros, claro, son de cemento. Pero amplios. Y al estar en una esquina los escalones acompañan la curva de la ochava y dan toda la vuelta. Son como codos de cemento que abrazan a La Iglesia. Casi todos los mediodías, hay gente congregada en los distintos escalones. A veces hay unas chicas vestidas con ambo de médico almorzando sus bandejitas de plástico con sus cubiertos de plástico y sus charlas de plástico. Otras veces, cuando salgo más tarde, están los chicos que salieron del colegio de al lado y se quedan ahí un rato hasta que se haga la hora de ir a gimnasia o hasta que neutralicen sus hormonas o les surja alguna otra excusa. Alguna que otra vez vi a un chico de traje y morral, sentado solo, con los codos apoyados en el escalón de arriba, los auriculares puestos, mirando a la nada, no se que espera, ni me interesa. Pero todos los días llega una hora (siempre pasa) en la que el sol deja de pegar en los escalones y en La Iglesia y la esquina pierde casi toda su gracia. Ahora, por ejemplo, es Domingo y esta nublado, pero por ejemplo mejor son los sábados y es esta hora, el sol si pega.
El último de los enfrentes es el enfrente más lejano, el que queda en diagonal. Este enfrente es una plaza, normalmente le digo La Plaza porque, no conozco tantas plazas y hasta ahora no necesito usar más palabras. A lo sumo, cuando estoy muy específico, digo “la placita de enfrente”. En La Plaza hay una fuente, una calesita y un monumento en el centro. Hay caminos que nacen en las esquinas y van hacia el monumento y a lo largo y a lo ancho de esos caminos hay bancos y bebederos, además de los demás bancos y bebederos que hay por toda la plaza. En total hay siete tipos diferentes de bancos, los conté el otro día. Están los típicos bancos de plaza, esos largos, de tablitas de madera barnizada; los pseudo sillones de cemento de un cuerpo, bien hundidos y angulares; los bancos de cemento de dos cuerpos, esos lisos, rectangulares, con dos patas que parecen dos columnas enanas. En uno de esos todavía pegaba el sol cuando bajé. Quedaba bien cerquita de la esquina, casi en el nacimiento del camino al monumento, justo entre dos puestos de la feria de artesanos. Creo que fue lo primero que vi cuando puse un pie en la calle y asumí que sería lo primero que verías vos también cuando finalmente bajaras. No lo pensé demasiado, miré que no viniera ningún auto, crucé en diagonal y me senté. Me quedé unos minutos así, sentada, mirando hacia la puerta de casa, a ver si había dejado alguna huella, alguna estela en los adoquines, algún eco de mi caminata. En esos minutos que pasaron salió una vecina y sus ojos me encontraron. Pasaron otros dos o tres minutos y otro par de ojos más. Como no me hablabas me acosté, saqué de la mochila un libro y apoyé la cabeza en mi mochila. Sabía que no podías tardar mucho más, que sólo me alcanzaría para terminar ese capítulo que había interrumpido sin piedad. Me quedarían dos carillas. Pensaba que para que vos me vieras no haría falta que te estuviera esperando con los ojos.
Terminé el capítulo y pensé que para esta altura ya me tendrías que haber visto. Cerré el libro, me incorporé, miré para la puerta del edificio y no te vi. Guardé el libro, saqué el celular y me levanté. Dos llamadas perdidas después me di cuenta de que el sol ya no pegaba, de que decir enfrente es muy amplio y de que a veces, aunque sea Domingo, no hay que ahorrar en palabras.
-El Bar de Guemes no estuvo tan mal.
Manejando por el Boulevard, a eso de las 3 A.M, mientras la llovizna se convertía en lluvia, el frio subía y la calefacción me empañaba los vidrios sonó en la radio Bob Dylan.
“It's gettin' dark, too dark for me to see” Decía una oración de la clásica canción. - se hace tarde, está demasiado oscuro para mí- dije, mientras me enfocaba en llegar. “Demasiado oscuro”, ¿Cuándo es demasiada la oscuridad? la oscuridad en si misma no existe, porque es simplemente la ausencia de luz, entonces ¿Cuándo existe demasiada luz, significa que hay menos oscuridad? a mayor luz, menor oscuridad. En ese momento, tanta luz no había, era más bien solo oscuridad. ¿La memoria? Oscuridad. ¿El tiempo de la vida? Un punto en el espacio.
Si, me dio miedo darme cuenta que estaba oscuro. Demasiado oscuro para mi.
Si, me di cuenta que cuando hace frio, uno sabe donde, verdaderamente, quiere estar, y con quien. En esos días no es lo mismo cualquier abrazo, ni beso, ni siquiera sexo que del calor que se necesita para descongelar la insoportable angustia del pecho que aumenta al saber que eso es imposible porqué perdiste el tiempo en creer que eras más difícil de querer de lo que realmente sos y no saber dónde estás, ni donde estoy. Ahora siento que no estoy perdido solo no sé dónde está quien me guiaba.
Catarsis.
En su momento tuve mis razones para irme y siempre preferí la reserva y simplemente desaparecer mientras me alejo. Nunca me gustaron las despedidas, ni dar explicaciones. Aunque está noche me gustaría que hablemos, porque siempre me lo reprochaste.
-Que papelón. Hago la cuenta de cuánto hace que no te hablo. Concluyo que, ya pasó demasiado tiempo. Asumo que si no es por vos no va a producirse conversación alguna. Busqué adentro mío un motivo. Pero creo que si no lo encuentro, lo invéntelo.
Pienso casi un protocolo pero intento que no suene forzado. En mi mente repaso, casi como un manual de uso, Piense en algo que tengan en común. Si no se le ocurre nada haga el ejercicio a la inversa. Piense en lo último que supo de ella. Abra whatsapp y escriba las tres primeras letras de su nombre en el buscador del chat. Abra la conversación y relea los últimos mensajes. Dude. Piense si no quedó ningún tema pendiente. No concluya nada. Trate de no pensar demasiado. Fracase en el intento. Observe cómo titila el cursor. Escriba “Hola!”. Añada a la oración un emoji al azar. Bórrelo. Escriba dos puntos seguidos de un paréntesis de cierre. Borre todo. Haga de cuenta que está hablando con un extraño. Haga de cuenta que hablan todos los días. Observe la hora de su última conexión. Vuelva a observar cómo titila el cursor. Convénzase de que es una buena idea. Genere la interrupción que está necesitando. Levántese de su silla y vaya hasta la cocina a apagar la hornalla. Vierta el contenido de la pava que estaba al fuego en un termo. Aproveche el viaje y desplácese hasta el perchero de la entrada. Tantee los bolsillos de la campera como si estuviera buscando algo. Convénzase de que lo que está buscando no es una excusa. No la encuentre. Prepare el mate. Cambie de escenario. Cierre la notebook. Agarre el teléfono. Vuelva a abrir whatsapp. Scrollee la lista de chats de los últimos dos meses. Deténgase en alguna que le llame la atención. Ábrala. Pierda el tiempo. Ódiese por estar esquivando el tema. Siga scrolleando hasta llegar a la conversación. Constate que la hora de su última conexión siga siendo la misma que hace un rato. Junte coraje. Siéntase ridículo. Desdramatice. Tómese un mate. Presione el micrófono y deje salir las palabras de su boca. Entienda que no va a poder pronunciar ningún emoji. Trate de no mirar la pantalla mientras habla. Evite sentirse condicionado por la duración del mensaje. Intercale preguntas con información. Trate de sonar interesado y a la vez trate de interesar. Simule un intercambio epistolar. Pregúntele a su ser querido por sus seres queridos. Hable de los suyos. Hable de los seres queridos que tienen en común. Cuéntele sobre los últimos sucesos relevantes de su vida. Omita algunos. Dele la oportunidad de fingir interés. Créale su reacción al recibir un audio suyo. Acepte que quizás su alegría es genuina. No le eche la culpa por la falta de fluidez en el vínculo. Considere que usted tampoco aporta demasiado. Aproveche que en su respuesta se filtran unos ladridos y salude a los demás participantes. Evite preguntar por su padre. No incurra en preguntas encabezadas por la frase “qué sabés de” o “qué es de la vida de”. Sea permeable a propuestas que impliquen encuentros en el futuro inmediato. Deje que su interlocutor disponga hasta cuándo va a durar esa conversación. Quédese con la sensación del deber cumplido.
Solo quiero enviarte nuestras fotos sin decir nada, quizás solo un "hola" y volver a saber un poco más de vos otra vez, por lo menos que haces de tu vida, o de tu día. No quiero decirle a alguien que averigüe por mí, ni quiero crear una red social falsa para espiarte, esperando impaciente que me aceptes, quiero que vos me digas lo que quieras: ¿Qué hacés para no enloquecer? ¿En qué canales te quedás? ¿Cocinás? ¿O te cocinan? ¿Qué cocinás? ¿Salís a comprar? ¿Fumas más o menos? ¿Te tocás? ¿Qué hacés con mis fotos, las borrás? ¿Dormís siesta? ¿Tenés amigos en dónde estás? ¿Cada cuánto hablás con tus papás? ¿A qué hora pensás en mí? ¿En qué momento del día decís “no (me/te) aguanto más”? ¿Cuántas veces pensaste en mandar todo a cagar? ¿Tenés mascotas? ¿Un perro, quizás? ¿O te da igual? ¿Tenés patio en dónde estás? ¿Terraza? ¿Tenés algún lugar en donde te dejen en paz? ¿Hacés la cama cuando te levantás? ¿A qué hora te levantás? ¿Dormís sólo o con alguien más? ¿Cuál es tu válvula de escape? ¿Te cortaste el pelo? ¿Te bañás a la mañana? ¿O a la tarde? ¿Ya te pusiste en pedo? ¿A tus amigos del barrio los extrañás? ¿Alguien te extraña? ¿Querés que te extrañe? ¿O te da igual? ¿Qué cosas extrañás? ¿Cuándo no me escribís es porque no podés o porque no querés? ¿O porque no querés abusar? ¿Y cuándo me escribís es porque no podés más? ¿No tenés miedo de que no tengamos nada de qué hablar? ¿No te pasa que a veces no te acordás por qué gustabas de mí? ¿Y sí en realidad no gustabas tanto de mí y era nada más para pasar los días? ¿Cómo hacés ahora para que pasen más rápido los días? ¿Escuchás música? ¿Qué música escuchás? ¿Hacés ejercicio? ¿Hacías antes? ¿Aplaudís a las nueve? ¿Te reís de los que aplauden a las nueve? ¿Cuándo fue la última vez que aplaudiste? ¿Si te llamara por teléfono ahora me atenderías? ¿Me tenés agendado en tu celular? ¿En qué parte de tu casa pasás más tiempo? ¿Con quién conversás? ¿Cuándo pensás que va a terminar? ¿Jugás a las cartas? ¿Con quién jugás? ¿Sos buena mintiendo? ¿Te gusta amasar? ¿Qué hacés con las manos? ¿Tenés plantas? ¿Las cuidás? ¿Con la plata cómo te arreglás? ¿Ya le escribiste al transa? ¿Cuánto hace que no tomás? ¿Volverías a tomar? ¿Lavás vos los platos o los lava alguien más? ¿Ves películas o te aburre? ¿Qué noticiero mirás? ¿Hacés arreglos en tu casa o ya no te quedan cosas por arreglar? ¿De la limpieza te ocupás? ¿Están preocupados tus papás? ¿Te llevás bien con tus vecinos? ¿A vos también se te corta internet? ¿A qué hora te empezás a quedar sin batería? ¿Adónde te gustaría viajar? ¿Cuándo me dijiste que te habría gustado estar encerrado, pero conmigo lo dijiste de verdad? ¿Lavás el auto, aunque no lo vayas a usar? ¿Sos de hacer ruidos cuando te despertás? ¿Te cae bien el presidente? ¿O te parece un chanta total? ¿Hablás de política con tu familia? ¿O la ven pasar? ¿Te gusta el silencio? ¿O te asusta? ¿Rompiste algún vaso? ¿Tomás agua? ¿Comés fruta? ¿Qué pensás de Guido Kaczka? ¿Cómo se llama tu mamá? ¿Qué desayunás? ¿Desayunás? ¿Desayunás sola? ¿Con quién desayunás? ¿Te tatuarías el nombre de alguien más? ¿Te gusta cantar? ¿Después de coger abrazás? ¿O te vas para allá? ¿Tenés segundo nombre? ¿Sabés andar en moto? ¿Me enseñás? ¿Cada cuánto te cortás las uñas? ¿Usás gorra y reloj aunque no vayas a ningún lugar?
-(¿Falta mucho para que te pueda volver a abrazar?)
Te escribo porque quiero estar allí, cada mañana, contigo. Quiero estar en tu primer sorbo de café, en tu mirada perdida, y en cualquier lugar de tus piernas cruzadas. Quiero estar cuando te miras las manos pensando que te falta algo, y que pienses que en tu cocina hay lugar para dos cafes todas las mañanas. Como te explico que esos días que no podes más quiero que me pidas ayuda.
(Y cómo le digo yo que quiero estar en todos sus días; en los que puede y en lo que no. Y comó le digo que quiero, también, estar en todas sus noches, aunque sólo sea para ponerme en la puerta para no dejar entrar sus miedos.)
Quiero que te des cuenta, que esta vez, cómo otras veces, estoy volviendo, sin entender ¿por qué vuelvo?
A veces me gusta perderme, pero siempre que estoy lejos aparece alguien que me conoce y me haces pensar ¿Quién carajo soy y a dónde voy? ¿por qué mierda voy solo? Necesito compañía. Así pienso y si pienso existo -déjame con la duda de quién soy un tiempo racionalista del orto- ¿Qué me molesta? ¡No me gusta ser yo! tampoco busco ser alguien más, pero a veces me convierto en alguien que no soy, pero si me gustaría ser, soy lo que quiero, pero no so, lo que soy. Me da culpa ser yo a veces. Tampoco se el “como” pero siempre término borracho y eso me lastima, las resacas me lastiman, y aunque no haya tomado, los Domingos me siento con resaca, existen olores que me dan resaca, como el perfume de esa gringa tremenda que me voltio una vuelta -Camila, creo-, cada vez que siento el perfume de cheta me dan arcadas porque me trae recuerdos de esa resaca y que yo nunca quise estar con esa chabona aunque estaba buena, como para presumirla al otro día en el asado con los chicos, mostrar su Instagram y decirle "mira ese ortazo" a los pibes, pero no. La noche siguiente, me quede en mi casa a punto de llorar, o llore. Nunca quise estar con Camila y no entiendo porque estuve con ella, capaz porque fue ahí donde me di cuenta, pensaba que esta bien, que era un buen momento, como todos los findes de semana, que me levantaba una Camila diferente, o Sofia, Agustina, Marina, Chiara. Pero fue ese Domingo - El que Camila se fue a su casa- donde me desperté con resaca y vi el ropero, me faltaba una remera, la “Talle ‘L’, Blanca”, esa era la que usabas cuando te quedabas a dormir. En ese momento me di cuenta de dos cosas, primero que había perdido para siempre un pedacito de vos, y segundo que esta perdiendo muchas remeras, lo que no era bueno, no era una buena racha de mujeres, porque había estado con varias, tantas personas habían pasado por mi departamento y si tantas personas estaban a un paso de entrar y salir del lugar donde estaba, si tantas personas vinieron en estos pocos días, si estuve tan rodeado. ¿Por qué me siento tan solo?.
-Me acuerdo que esa noche fui hasta el comedor a oscura y escribí-
“El ropero, hoy es reflejo. Vacío, Corazón. El espejo, no refleja”
Esa remera era cara. Encima tendría que volver a conversar con Camila, estaba buena.
Fin
Me dijeron "a veces hay que perderse para encontrarse" que frase poronga, yo cuando me pierdo soy feliz porque me siento menos yo. Aunque a veces me gusta ser yo y me cuesta encontrar el camino para volver, porque me re fui, ni idea a donde me fui me perdí, por eso búscame -no para no me busques- Si, búscame que tengo miedo, y está oscureciendo, quédate conmigo esta noche y un par de días, así me acuerdo quién soy. Vos me haces menos culpable de ser yo, vos de golpe siempre me encontras algo que ni yo sabías que tenía y me haces querer ser un poquito más yo y estar menos perdido. ¿queres acompañarme? No, donde me vas a acompañar. Mira si nos perdemos ¿Quién nos va encontrar? O peor todavía ¿si te pierdo? Y te vas muy lejos, y no nos encontramos más porque vos te encontraste a vos y te diste cuenta que no necesitas buscarme a mí. No sé expresarme, pero tengo miedo de perderte y el miedo me pone triste, aunque lo disimulo, y triste me emborracho y hago cosas que no quiero como moverme una concheta y despertarme angustiado porqué esa no sus vos y no sé a dónde ir a arreglarme porqué me siento roto por adentro.
Quiero volver a poner mi vida en tus manos, y si coloco mi vida en ese lugar es para que me hagas mimos en el alma y caricias en la piel. Para que me quites con alguno de tus dedos alguna lágrima rebelde. Y con otro, en mi boca, no me dejes decir lo que no siento. Y para que me mezas cuando no paro de llorar...
Quiero que vengas y me abraces mientras dormirnos, porque no soy tan frio como aparento, ni tan fuerte como me gustaría, y ese nudo asfixiante en mi pecho solo se va cuando estás conmigo, porque en ese momento ya no hay dolor, ni preocupaciones, ni desolación. ahí estas vos.
Perdón por enseñarle a alguien más lo que vos me enseñaste.
A esta altura creo que ya no podemos ganar más vida de la que tenemos, ni disfrutar otra vida diferente de la que ya vivimos.
Hay personas que viven una vida en un segundo.
Así, definitivamente, la vida más corta y la más larga resultan los mismo.
El presente es de igual duración para todos. Y el pasado ya se nos fue, el provenir no es nuestro, ya que nunca nos pertenece. Todos, el que vive una vida en un segundo, y los que en una vida no viven un segundo. O los que viven varias vidas en una vida, es igual. Ya que en definitiva solo tenemos una cosa. El presente. Todos ganamos y perdemos lo mismo. Tiempo.
Piensa que solo disponemos de un tiempo limitado. Solo podemos buscar una cosa. Al final, lo único que va a ser eterno; son los momentos...
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Despido injustificado
Mi vida era más que perfecta en todo sentido, tenía un buen trabajo con grandes posibilidades a mejorar, una novia hermosa, vivía bien, vestía bien, me daba mis gustos y por supuesto cuidaba mi físico, era el hombre que toda mujer desearía, hasta que llego ese que debió ser mi gran día.
Éramos 3 los candidatos a subir a un puesto de nivel dirección dentro de la empresa, mi cita estaba programada para ser la segunda, cuando llegue a los pocos minutos vi salir furioso a Josué, uno de los tres posibles candidatos, “no dio el ancho” pensé, sin saber los motivos de su enojo… llego la hora de mi cita y me llamaron, me atendió el Sr. Lemus, uno de los socios de la empresa. —¿Sr. Lemus? Creí que sería el Lic. Ortega el que haría la entrevista. —Así seria tradicionalmente, pero debido a la importancia del puesto pedí a la junta ser yo quien elija al próximo director. Bien, comencemos. —Perfecto. Respondí sin saber en lo que me metía. —Tanto tú como Josué y Ernesto tienen un perfil similar, capacitados para el puesto, con amplia experiencia, con don de liderazgo y la confianza de todos nosotros. —¡Hombre muchas gracias! —Espera, aun no termino… este ascenso sabes que es abrirte las puertas a un mundo totalmente nuevo, es acceder a un nivel de vida superior, quienes han estado en este puesto siempre son contratados por transnacionales enormes o crean sus propias empresas… dadas estas circunstancias, yo como dueño pierdo, pierdo un empleado, pierdo una pieza clave, pierdo un gran talento, mientras que los que se van se llevan mucho de esta empresa, recomendaciones, contactos, cartea de clientes, etc… Así que Leo. ¿Qué más tienes para ofrecer aparte de tu talento? ¿Qué más me puedas dar para que yo te de el ascenso? Piensa bien tu respuesta, hay quienes darían todo, hasta las nalgas por este puesto, más en esta administración que no sabe cómo tratar a la iniciativa privada. —Disculpe señor, creo que no lo estoy entendiendo. —Es simple la pregunta, ¿Qué más me puedes ofrecer? —Sigo sin entenderlo. —Mira Leo, la cosa es simple. Dijo el Sr. Lemus mientras se ponía de pie. —Yo necesito saber que de verdad eres de confianza… que de verdad eres parte de nosotros… que de verdad estas comprometido conmigo. Dijo mientras sus manos se posaban sobre mis hombros. —¿Pe…pero de qué forma? Dije torpemente. —No lo sé, dímelo tú… Josué no dio el ancho. Dijo mientras una de sus manos bajo hasta mi bragueta… por instinto me pare para encararlo —Sr. Lemus, yo, yo lo respeto pero esto… —¡Pero nada! Dijo en tono autoritario —¡O me das lo que quiero o no hay ascenso! Exclamo mientras con su mano me tomaba del paquete… por instinto lo empuje y a punto estuve de golpearlo pero me detuve a tiempo. —¡Veo que no sirves para esto! Dijo claramente molesto —Y pensar que dejaste ir la oportunidad de tu vida por no darme ese cuerpo Me reprocho el señor Lemus mientras agarraba mis nalgas. Esa acción sobre paso mis límites. Rápidamente me volteé y de un golpe lo mande a rebotar contra la pared —¡Yo no soy maricon! Le grite, mientras lo apretaba del cuello. Salí de la habitación aún más molesto que Josué. Me fui a mi casa para calmarme y al día siguiente regrese a la oficina, topándome con la sorpresa de que estaba despedido. ¡Vaya! Ni siquiera me dejaron pasar a mi oficina, en la puerta los elementos de seguridad estaban esperándome con mis cosas. “Maldito infeliz” pensaba entre mi… esa misma tarde me entere que Ernesto fue el que ascendieron “¡Pinche puto!” pensé, le dio las nalgas por unos pinches pesos… Ni pedo me dije a mi mismo, a iniciar de cero pensé, sin saber que esa decisión era el inicio del fin. Pasaron 3 meses desde ese día, mis ahorros comenzaban a acabarse, la desconfianza de la IP era mayor sobre el gobierno en turno, mermando así los de por si pocos empleos bien pagados, eso sin contar que a cada entrevista que iba me daban la misma respuesta “Tenemos indicaciones de no contratarte”, en un arrebato de enojo marque al número de quien fuera mi jefe en su momento solo para mentarle la madre, recibiendo de su parte un “ya vez cabron, por no darme las nalgas ahora te jodes… nadie te va a contratar y te vas a quedar jodido como el pinche perro que eres” de lo enojado que estaba arroje mi teléfono contra el suelo rompiéndole la pantalla… llegue a mi departamento y me topé con la sorpresa de que mi novia me había abandonado, los recibos comenzaban a juntarse, no podía pagar el crédito de mi departamento, ni las letras del carro, ya no me quedaban amigos a los cuales pedirles dinero, solo me quedaba la membresía del gimnasio que había pagado por todo un año. Fui a entrenar decidido a calmar mis penas en medio de los aparatos del gym cuando al finalizar mi rutina en los vestidores me tope a Josué. —¡Josué! —¿Leo? —¡Gusto en verte cabron! ¿Qué onda? ¿Cómo has estado? —Bien, afortunadamente wey. —¿Sigues en la empresa? —No cabron, después de lo de Lemus me corrieron, anduve buscando jale por todos lados pero nada, hasta que un cuate me recomendó con un empresario de monterrey y mira de allí pal real. —¡No mames! ¡Qué suerte tienes! Yo he buscado y nada, el puto de Lemus me bloqueo en todos lados. —A mí también wey, pero ya vez, tuve suerte. —¿Oye y si no es mucho abuso? ¿No me podrías recomendar en tu empresa? —Mira mi estimado, vístete, te invito a comer y platicamos. Al salir del gimnasio fuimos al estacionamiento donde nos estaba esperando una flamante camioneta todo terreno del año —¡No mames cabron! Se ve que te va bien en tu nuevo trabajo. —Así es mi Leo, así es. Llegamos al restaurant y… —Pide lo que quieras Leo, yo invito, con confianza. Yo también pase por donde tu estas y créeme que es bueno poder tener al menos un amigo. Lo que dijo me llego en el alma pues en efecto no tenía ya nadie a quien más recurrir. Al terminar la comida comenzamos a charlar el bar del restaurant. —Mira Leo. Te platicare en lo que ando, pero debes tener la mente abierta pues es algo no muy convencional —¿Capital de riesgo?, ¿Inversiones en startups? ¿O de plano algo ilegal?. —No, no mi Leo tranquilízate, es algo más mundano. Me dijo con una sonrisa en su rostro… —Mira Me dijo mientras me mostraba algunas cosas en su celular. —Esto es más de lo que seguramente tú y yo pudiéramos ganar en años en la empresa de Lemus. Menciono mientras me mostraba su saldo en el banco. —No sé si sabias, pero yo vivía en una zona más o menos aquí en la ciudad, bueno pues ahora estoy en un depa en una de las mejores zonas de la ciudad. —¡No manches cabron! Súper bien. —Así es, ahora, tu y yo sabemos lo que nos pidió Lemus, los dos dijimos que no. ¿Ok? —Correcto. —Bueno, los dos la cagamos. —¿¡Quee!? Pregunte con asombro. —Así es mi Leo, esto me lo he ganado haciendo lo que Lemus nos pidió. No creía lo que estaba oyendo. Josué quien había sido despedido injustamente igual que yo por no acceder a estar con el jefe ahora se dedicaba a vender su cuerpo…. —Solo que con clientes de mejor nivel Agrego. —¿Cómo? ¿O sea que tu…? —Así es, trabajo como acompañante de caballeros. El silencio se hizo presente. —Lo sé, lo sé Leo, es difícil de creer, pero no es tan extraño como crees, de echo te acostumbras, es fácil o dime ¿Tú le dirías no a la buena vida? Yo seguía con mi cara de asombro. —Bueno mi Leo veo que esto te sorprendió de más y es comprensible. Te dejo porque tengo un viaje que preparar, toma mi tarjeta, te dejo para unos tragos y un taxi, si te llega a interesar márcame.
Me quede un rato más en el bar pensando en lo que me dijo… ¿Cómo Josué que también había rechazado la oferta ahora era un prostituto para hombres?... ninguna respuesta se me vino a la mente.
Llegue esa noche a mi casa y seguí dándole vueltas al asunto… pasaron 3 semanas desde la vez que vi a Josué… mi situación era peor, no me quedaba nada más que vender, vendí mi carro, mis relojes, joyas, hasta ropa y muebles, para poder terminar de pagar el vehículo que ahora no era mío, abonar a mis otras deudas y al crédito de mi depa. Ahora si estaba en el hoyo, mis amistades ya ni siquiera me contestaban las llamadas… bien dicen que cuando el hambre entra por la puerta la vergüenza sale por la ventana… tome la tarjeta de Josué y le marque. —¿Hola? Josué, soy yo Leo. —¿Qué onda mi leo? ¿Cómo estás? —Mal la verdad me urge entrar a trabajar contigo. —Lo siento mi Leo pero será hasta que regrese me encuentro en Colombia llego en unos 5 días, podría verte en una semana en ciudad de México ¿Esta bien? —Si mano, acá te veo.
Llego el día y yo me fui lance a verlo en una de mis peores versiones, el cansancio, la angustia y desesperación se podían ver en mi rostro.
—¡Que mal te ha tratado la vida! Dijo en tono burlón Josué mientras se acercaba a saludarme —Ya ni me digas mano, estoy que ni yo me aguanto. —Venga vamos por unos mariscos y te cuento como está la movida.
Llegamos al restaurant y mientras comíamos me explicaba…
—La cosa es simples, te seleccionan, te dicen lo que quieren, tú dices sí o no y listo. —¿Cómo en el table? —Más o menos, solo que aquí en una noche puedes sacar más que todas las del table en un fin de semana. —¿En serio? —En serio, recuerdas que te dije que trabaja para gente como Lemus, bueno, Lemus vendría siendo un gato a comparación de mis clientes. Cuando me marcaste estaba en Colombia no por placer, si no por trabajo, me fui con uno de mis clientes que tenía que hacer unos negocios allá. Y me lleve en una semana más de lo que ganaría en 6 meses en la empresa. —¡Noooo! —Sí, aunque hay un pero. —Ya sabía yo que esto no podía ser tan fácil… ¿Cuál es el pero? ¿Hay que dar el culo? Pregunte en tono burlón sin esperarme la respuesta. —Así es, eso y todo lo que te pidan. Casi escupo la comida de la boca cuando escuche su respuesta —¿Cómo? ¿O sea que si das el…? —Sí, eso y lo que pidan… seria más explicito pero estas comiendo. —¿Y crees que yo pueda entrar? Pregunte curioso y dudoso. —La pregunta ofende carnal, si yo la arme tu más, tienes esa finta de niño fresa que a mis clientes les encanta. —¡No seas mamon wey! —Es verdad, por estrenarte darían una muy buena suma.
Mientras terminábamos de comer me siguió contando los detalles del trabajo, al finalizar me dijo.
—Vamos a comprarte algo decente para que te pueda presentar con el encargado de esta zona.
En el trayecto me conto los detalles más puntuales del trabajo. —Mira en donde estoy hay ciertas reglas, yo entre por mera suerte, uno de los miembros de este grupo me vio al salir de una de las empresas donde fui a solicitar informes, me veía exactamente como tú, como un toro lastimado, derrotado, herido… creo que para él fue fácil identificar que yo haría lo que sea por dinero. Sin decir mucho me dio su tarjeta me dijo márcame si quieres ganar dinero de verdad y se fue… al siguiente día le marque, me conto de que trataba y colgué molesto “otro puto pensé” pasaron los días y la situación no mejoraba, con lo último de saldo que le pude meter a mi teléfono le volví a marcar “sabía que regresarías” me dijo en un tono burlón, me cito en un lugar, como pude llegue, obviamente le tuve que hacer el favor gratis y después de ello me llevo con “Ares” quien es el encargado de esta zona. Y bueno lo demás es historia. Pero a lo que quería llegar es a esto… ¿Recuerdas lo que nos hizo Lemus?, “si”, bueno, eso es nada, literalmente nada, a comparación de lo que estos hombres son capaces de hacernos si no cumplimos lo que prometemos o aceptamos…. Te hablo de personajes realmente de alto nivel, personas que no se pueden prestar al escándalo, que llevan una doble vida, que son imagen pública, etc… “¡Wooow!” exclame, así es mi Leo. En lo que yo llevo trabajando para ellos nada fuerte ha pasado, pero hace unos años alguien quiso extorsionar a uno de los miembros del grupo y bueno… hoy el pobre se está pudriendo en alguna de las peores cárceles del país amenazado con perder algo más valioso que la vida si llega a hablar. “¡No mames que fuerte!” bien, llegamos, ahora antes de bajarnos y gastar dime… ¿De verdad estas interesado?, una vez que entras no es nada fácil salir. “Josué te seré honesto, no tengo de otra y a ti parece irte bien, te veo entero, mejor que cuando trabajamos en la empresa de Lemus, así que si, sin duda le entro”
Fuimos a una tienda de ropa muy exclusiva “Te prestare el dinero que necesites para verte presentable eso te dará muchos puntos, ellos buscan algo exclusivo, algo a su medida, si le gustas a uno al grado de convertirte en tu crush básicamente tienes la vida resuelta” me dijo… yo batalle al inicio pues soy común por así decirlo, pero he sabido moverme y mírame… en cambio tú con esos ojos verdes y ese tono güero de piel seguro que levantaras muchas pasiones” Josué fue quien me escogió los cambios de ropa, tres para ser específicos, todos con pantalones ceñidos que marcaban mis piernas anchas trabajas en el gym, camisas semi ajustadas que dejaban ver mi espalda en “V”, mis potentes bíceps y a sugerencia de Josué me deje el vello corporal, mostrando los vellos de mis pectorales gracias a la camisa abierta casi a la altura del esternón. Esa noche dormí en el departamento de Josué sin saber que ese se convertiría en mi hogar las siguientes semanas, su depa nada tenía que ver con el mío… me explico aún más detalles del trabajo. “A estas personas no les gusta batallar, buscan chavos con alto nivel, que sepan idiomas que hayan ido a la universidad, que puedan sostener una conversación de nivel, lo común y ordinario no es para ello, pero lo que más buscan es secrecía y palabra, es decir, que seas derecho, que no les quedes mal. Si cumples con eso no tendrás ningún problema, programe una cita para mañana con Ares, nos vera en el club, llévate la camisa azul, resalta tus ojos y tu piel, lo digo como consejo no vayas a pensar mal. Llego el día de la cita, iba notoriamente nervioso per al ver al tal Ares mi nervio se calmó un poco, yo me imagine a alguien amanerado o extravagante y la pinta del Ares era de lo más normal, se veía maduro peros sumamente conservado “Josué, mi amigo, ¿Cómo estás?”, “Bien, bien mi Ares, aquí trayéndote a un amigo, Leo, Ares, Ares, Leo” “Un gusto mi Leo” “El gusto es mío Ares”… “Bien pasemos” dijo Ares. Entramos al club hicimos una rutina completa en el gym, después un poco de natación y al final algo de vapor… Ares: Físicamente estas muy bien y veo que tienes un gran talento oculto… ¿podrías erectarlo? Tímidamente volteé a ver a Josué quien con un gesto asintió, dándome a entender que obedeciera, me quite la toalla y comencé a masturbarme… “Bien, bien” decía Ares mientras veía como se acariciaba por encima de la toalla su miembro… Ares: Josué. Josué: Claro… Josué se acercó a ares y comenzó a besarlo apasionadamente mientras las manos de Josué se dirigían al pecho de Ares masajeando sus pezones… Ares saco su miembro ya erecto de entre la toalla y Josué sin que Ares le diera se dirigió hacia su miembro… Ares era un hombre maduro, con pelo entre cano, con un cuerpo envidiable, blanco y un miembro de considerable tamaño… Ares: Leo… ve esto, esto es lo mínimo que deberás hacer y tienes que hacerlo bien, tus primeras veces tendrás errores, pero con el tiempo iras aprendiendo así como lo hizo Josué. No podía creer lo que veía, tanto Josué como yo éramos considerados de los casanovas de la empresa, teníamos a todas las compañeras muertas por nosotros y verlo allí, comiéndose el miembro de ese maduro hombre era una imagen abrumadora… Ares: Al parecer no batallaras con este trabajo… mira que a la mayoría se le baja la erección al ver lo que estás viendo. Dijo ares mientras con mirada maliciosa veía a mi miembro que en efecto estaba muy duro. Su comentario me apeno un poco pero ya estaba allí, sin muchas más opciones que considerar. Ares: Josué, ya que es tu amigo… quiero ver como se desenvuelve contigo… Josué se paró, se acercó hacia mí y me dijo al oído “Tranquilo, solo sígueme el juego y todo saldrá bien” Josué comenzó a besarme yo me resistí por un momento, pero recordé que estaba siendo observado, y lo que sucedía era una especie de “entrevista de trabajo” así que tenía que dar lo mejor de mí, tímidamente comencé a besarlo, la lengua de José penetraba mi boca buscando mi lengua, sus manos se fuero hacia mi miembro y las mías hacia su cuerpo… sus labios se despegaron de los míos y lentamente fue bajando hacia mi cuello… la sección era rara pero agradable, sus manos hábilmente manipulaban mis pezones sin dejar de estimular mi miembro, yo por mi parte solo alcazaba a acariciar su cabeza, siguió bajando, ahora a mis pezones, lo tenía hincado delante de mí, la sensación de su lengua cálida en mis pezones era algo completamente nuevo para mí… pero me gustaba, así que lo deje hacer, poco a poco iba cediendo ante esos nuevos estímulos, me acomodaba en la banca de ese sauna dejando mi miembro al aire, mis bolas colgaban libre en el borde de la banca, Josué siguió su camino llegando a mis abdominales duros y marcados… cuando la voz de Ares nos interrumpió “Detente”… “Leo, ven” me dijo… “Bésame” me ordeno… aun con pena pero con menos que en un inicio acepte, sentir los labios de ese maduro hombre me causaba sensaciones encontradas, sus besos no eran como los de Josué, eran más lentos, mas apasionados, mas suaves… por su parte Josué comenzó a besarme las nalgas, la sensación de sus manos y sus labios en me tomo por sorpresa pero las manos de Ares sujetando mi cara me hicieron entender que debía dejarlo seguir, poco a poco sus besos se fueron acercando más a mi culo, sus manos abrieron mis nalgas dejando expuesto mi culo hetero, virgen, de macho, nunca ninguna de mis novias ni las putas con las que he estado había hecho algo en esa zona y hoy seria explorada por primera vez por un hombre, su lengua experta lamia con solo la punta la redondez de mi orificio, Ares despego sus labios para ver mi reacción… “Ponte en 4” me dijo… obedecí, dándole así libre paso a Josué para que hiciera lo que tenía que hacer, sus movimientos se hicieron más rápidos, la sensaciones era estimulante, agradable, podría decir que me gustaba y creo que se notaba en mi cara. Ares: No luches contra la sensación, es normal, es tu cuerpo sintiendo placer, déjate llevar… ¡Gózalo! Decía mientras se masturbaba viendo como Josué me comía el ano. “Ahhhh, ahhhh, mmmmm” salía de mi boca… Ares: Eso Leo, así, disfrútalo déjate llevar…. “Mmmmm, siiii, ahhh” Ares: Abre los ojos Leo. Obedecí Ares: Lámeme los pies… chúpalos, pasa tu lengua entre mis dedos, Con dudas, pero sabiendo que ya estaba metido en eso obedecí. Ares: Eso Leo, así, así, usa esa lengua, chúpame los dedos, siiii… siii. ¡Que rico! Por su parte Josué ya me tenía más que dilatado, podía sentir como mi ano palpitaba, era algo raro, pero me gustaba, por su parte mi miembro estaba más duro que nunca, chorreando precum como nunca antes sentía mis bolas bien cargadas de leche… no me había puesto a pensar en ello, pero llevaba semanas sin coger cuando antes lo hacía diario… Sin previo aviso los gemidos de Ares se hicieron más fuertes. Josué al oírlos dejo mis nalgas y se abalanzo sobre el otro pie de Ares, chupándolo, besándolo, lamiéndolo como desesperado, aumentando aún más los gemidos de Ares…”¡Eso! ¡Asi! ¡Asi cabrones! ¡Sigan sigan! ¡Ya casi me vengo!” Dijo mientras aumentaba el ritmo de sus jaladas…. “Ya viene, ya viene” decia mientras soltaba chorros de leche que cayeron sobre su vientre “Ahhhh, ahhhhh, siiiiiiii, siiiiiiiiiiii ¡Que rico!” gemía extasiado Ares mientras su verga terminaba de vaciarse “Ahhh que delicia!” decía el mientras dejaba caer su verga que aun palpitaba por la eyaculación… Ares: Que buen ojo tienes Josué. Tu amigo se adaptará rápidamente a nuestro estilo de trabajo. Josué: Ya vez, te dije que era una buena opción Ares: Saliendo de aquí tendrás tu comisión… Por lo pronto es todo, llévalo al estudio para darlo de alta. Josué: A la orden señor. Josué: Vámonos Leo. Leo: Ok.
Salimos del sauna acomodándonos las toallas y casi a los pocos pasos nos topamos con un grupo de tres jóvenes que se dirigían al sauna… Leo: Oye ellos… Me interrumpió Josué Josué: Así es, van por Ares, claro que ellos nos aben quien es el… Leo: ¿Pero por qué? Josué: No los ves, son modelos prácticamente. Juguetes desechables para estos sujetos. En cambio nosotros no somos algo que este exhibiéndose como carne en el mercado, pero tenemos eso que ellos buscan, un buen perfil, un perfil discreto y preparación… cuando te toca asistir a una reunión entenderás lo que te digo.
Salimos del club y nos dirigimos al estudio, sin saber bien que significaba eso.
Josué: Ahora iremos al estudio, que es literal eso, un estudio de fotografía donde te armaran tu book, que es algo así como un catálogo de ti mismo que se usara para presentarte a los clientes, firmaras unos papeles se te tomara una muestra de sangre y se te informara más a detalle cómo funciona este negocio.
Llegamos a tal lugar, un edificio de tres pisos con amplio estacionamiento, lleno de autos nuevos, motos deportivas y camionetas de lujo.
Entramos, nos recibió la recepcionista que ya nos estaba esperando, nos indicio a que puerta entrar y comenzó todo el proceso… lo que más recuerdo de ese día fue el modisto o fashionista, yo estaba desnudo frente a él, su mirada parecía la de un lobo saboreándose una oveja… “Qué bueno que le dejaste el vello, el contraste de sus vellos oscuros y su piel clara es atractivo para muchos, pero hay que rebajarlo un poco… además algo de testosterona no le caería mal, le mandare las anotaciones al nutriólogo, al médico y al instructor…esos ojos son divinos, verdes como aceitunas le gustaran más a los europeos, pero ese físico blanco y relativamente ancho puede ser también atractivo para los americanos… es muy tosco de modales como para los canadienses o londinenses, pero ese mismo carácter bravío podría compensar su blanca piel con los iberoamericanos…” decía mientras examinaba cada parte de mi ser… terminando su trabajo y con las anotaciones pertinentes procedió a sacarme así desnudo en compañía de Josué por los pasillos de esas oficinas, yo tenía pena y Josué lo noto, pero me “calmo” diciendo, esto no es nada, en las reuniones o eventos tendrás que andar así frente a más gente… “¿Reuniones, eventos?” pregunte curioso, “tranquilo, más adelante te explicaran todo…” me tomaron fotos con diferentes cambios de ropa, desnudo también, en varias poses, incluso haciendo ejercicio… por ultimo me cambie y me llevaron al piso más alto del edificio, a la oficina del fondo, donde un señor de unos 40 años nos esperaba… “por hoy es todo, dependiendo de los resultados médicos mañana te pondremos al tanto de si entras o no en esta empresa, pero según lo que comenta Josué eres un joven sano así que no creo que tengas algún inconveniente… por lo pronto ten”, me dijo mientras sacaba un sobre amarillo, “es digámoslo así, una propina por lo hoy vivido. A estas alturas ya debes ser consiente que de lo hecho y visto ni una palabra… lo que hay en el sobre es nada comparado a lo que puedes ganar, así que espero contar con tu discreción”.
Salimos del lugar y Josué me invito a un lugar desconocido para mí, donde nos echaríamos unos tragos…
Josué: Clandestinamente este en un lugar de la empresa, es algo extremadamente básico y evidentemente no relacionado directamente con la empresa, pero de una forma rara pertenece a ella… aquí solía venir Lemus… pero después de lo hecho fue vetado… al parecer aspiraba a ser miembro, pero esas conductas de forzar gente no están permitidas… por los problemas que eso podría ocasionar… Yo solo escuchaba lo que decía mientras veía el lugar, solo había hombres, de todas las edades, razas, tipos de cuerpo, etc… Josué: ¿Mucha gente verdad? Hay el rumor de que de aquí se brinca a la empresa… ¡Jajaja! Pobres ilusos, recuerdas los tres que viste en la mañana… Ares los encontró aquí, quieren ser modelos o conductores de tv… pero son demasiado tontos como para estar a la altura, ese tipo de gente es desechable, en cambio hay otros que son muy exclusivos… Pasamos un buen rato hablando de la gente que estaba en ese negocio, me sorprendió saber la cantidad de atletas, fisicoculturistas y personas de otros ambientes que andaban en esto… Josué: Como te repito, yo apenas y cumplo los requisitos, si no fuera por los idiomas y la escuela de dónde vengo no la hubiera armado… Leo: ¿Escuela? ¿Hasta eso te checan? Josué: Te checan hasta las amígdalas, no das un paso sin que ellos lo sepan… ves este teléfono, es el más nuevo, no es mío, es propiedad de la empresa, ellos nos dan muchas cosas, algunas en buena anda y otras para vigilarnos, todos los que trabajamos aquí tenemos prohibido tener otro teléfono que no fuera el que nos proporcionan. Pasado un rato más nos retiramos del lugar. Al siguiente día regresamos al estudio. Esta vez nos atendió un bato absolutamente mamado, era el instructor de la empresa. Mamado: Tus resultados salieron bien, estas sano, así que comenzaremos con tu preparación, primero un chequeo de rutina con el doc, después tu valoración con el nutriólogo y el psicólogo y al finalizar vendrás conmigo para darte las indicaciones finales. Se hizo todo lo anteriormente dicho, el mamado me dio mi nueva rutina que debía hacer en determinado gimnasio de la ciudad. Finalizado todo eso fui llamado de nueva cuenta a la oficina del último piso. —Bien Leo. Todo en orden, ahora solo falta firmar estos papeles son una sesión de derechos, unos contratos de confidencialidad, unas cartas de responsabilidad, etc.. Puedes leerlas con calma si así lo deseas… —Confió en ustedes, solo tengo una pregunta. —Dime Leo. —Josué me comento que hay formas de salirse y que la mejor forma es hacerlo por las buenas, a que se refiere eso. —Hoja 19, allí vienen las clausulas, pero a grandes rasgos es… no tener problemas o pendientes con algún socio, no haber incumplido alguna regla, tener saldo cero en cuanto deudos con la empresa y último y más importante hacerlo sabiendo que una vez fuera no puedes regresar. —¿Alguien ha salido hasta hoy? —Por las buenas nadie, por las malas varios. —Entiendo. Firme sin pensar dos veces los papeles. —Bien mi leo, al salir la recepcionista te dará tu kit de trabajo, espera indicaciones en los próximos días. Mucho éxito. El señor de esa oficina del cual no se aun su nombre, tienden a manejarse mucho así, sin nombre o con apodos, me dio un fuerte abrazo y salí de nueva cuenta de ese lugar, sabiendo que algo grande y nuevo comenzaba para mí.
Al día siguiente me llego un mensaje: “Ya que Josué fue quien te recomendó será tu mentor hasta que tengas tus primero tres clientes…
Josué: Leo… ven, te explico cómo va a estar la cosa. Leo: A ver dime. Josue: Pásame tu teléfono… mira esta es la app de la empresa, aquí te llegan los posibles clientes y en esta zona están los clientes que ya te eligieron, como podrás ver hay dos tipos de clientes, los que se interesan en ti y los que directamente contratan tu servicio, los primeros los puedes elegir tú, en el sentido de si darle el servicio o no, mientras que los segundos son un compromiso obligado. Por ahora solo tienes clientes que solicitan tu servicio, pues eres nuevo y los socios no saben de la calidad de tu servicio. Generalmente esos clientes pagan bien y aunque es más de lo que cualquier sexoservidor cobra en México, es poco en comparación a lo que puede ganar cuando alguien se interesa en ti. Hoy este fin de semana en la noche habrá una fiesta organizada por uno de los anfitriones del de esta zona. Leo: ¿Anfitriones? Pregunte. Josué: Si en el contrato viene explicado con detalle que rollo con ellos pero a grandes rasgos son socios de alto nivel de la empresa que pueden convocar fiestas donde podemos ir a “cazar” nuevos clientes, las reuniones son privadas, con un determinado número de asistentes, para ir tenemos que pagar una cuota, que si sabemos cómo movernos en esa reunión recuperaremos con creces. Por cierto tenemos que ir a arreglar algunos paleles tuyos, tu ID, tu visa y pasaporte deben estar vigentes, tu cuenta de banco en orden al igual que tus finanzas personales…
El resto de la semana fue como una capacitación intensiva, Josué no solo me explico lo que había que hacer si no que me enseño algunas técnicas para dar placer y detalles de cómo dar un buen servicio… sin darme cuenta Josué que había sido mi rival en la empresa se convirtió súbitamente en mi mejor amigo.
Josué: Es chido poder tener un amigo con quien compartir esto… si el dinero y los lujos están padres, pero vivir en soledad no está chido… por cierto no podemos tener novias o pareja sentimental mientras trabajemos en la empresa, podemos coger y todo eso pero algo serio no. Leo: Me lo hubieras dicho antes… Josué: Jajaja tu nunca has tenido relaciones serias y tu ultima novia estaba contigo por el dinero… así que no digas mamadas Ambos nos reímos pues era verdad, Verónica era una interesada de primera…
Llego el día de la fiesta, fue en una terraza en la mejor zona de la ciudad, no había más de 50 personas, la mayoría jóvenes como nosotros, no comunes, no súper modelos, sino algo más bien agradable…
Leo: ¿Por qué todos son de este perfil? Josué: Si vieras a algunos e estos señores maduros con un modelo como los de esa vez en el club ¿Qué pensarías? Leo: Pues pensaría que es su picador Josué: ¿Y si lo vieras con alguien como nosotros? Leo: Pensaría que es su empelado o algún familiar. Josué: Exacto, esa es la diferencia entre ellos y nosotros, esta lado de la compañía se enfoca en este tipo de clientes. Leo: ¿Este lado? Josué: Así la compañía tiene diversas divisiones, pero tú mi buen amigo no estás listo para esa conversación así que andando… vamos a socializar un rato.
Comenzó a transcurrir la noche entre tragos y saludos, todo relativamente bien pero hasta ahora no había recibido más que elogios… avanzada la noche un señor ya entrado en años, delgado, blanco, de pelo cano se acercó a nosotros.
—¿Y este Josué? ¿Es nuevo? —Así es Don Miguel, nuevo y listo para lo que guste… —¿Nuevo de todos lados? Pregunto el señor Miguel —Así Es Respondió Josué
Sentí las manos de ese anciano señor tocar mis nalgas… justo cuando se abre la puerta del elevador y entra un joven de unos 28, moreno, cuerpo trabajado en el gym, alto, robusto, tipo jugador de futboll americano, traía camisa vaquera y jeans, descuadraba con el resto… el señor miguel rápidamente se alejó de nosotros para ir tras él.
—Ese es Adán —Lo trasfirieron de la otra división de la empresa a petición de algunos miembros… a muchos nos cae mal pues este lado no es para gente con su perfil pero el cabron está bien preparado, habla varios idiomas, estudios en ingeniería, maestría en ciencias, ha viajado más que muchos de nosotros, además dicen que venía de buena familia, solo que por malos manejos del padre perdieron todo, Comento Josué. —¿Y siempre son así las reuniones? —De aburridas, generalmente si, los socios que nos toca atender son muy calmados.
De nueva cuenta se abrieron las puertas del elevador… esta vez entraron dos señores de cincuenta y tantos, uno un poco llenito y otro de aspecto más cuidado, alto, bronceado, con barba, Se dirigieron directo a la barra.
—Ese que llego es el Vasco, un español que gusta de orgias, lluvia dorada, baños de leche, miados, fisting y sexo duro… he estado en algunas de sus reuniones, duran días, aunque está prohibido por la empresa en sus fiestas puedes consumir de todo… —¿Y el de al lado? —Ese no lo conozco, debe ser algún invitado de él. —¿Se puede invitar gente? —Los miembros con más antigüedad o que gastan más si, el resto no y en cada orgia el vasco se gasta una buena pasta.
Metidos en la plática estábamos cuando un mesero nos interrumpió…
Mesero: ¡Hola! Disculpen, los caballeros de la barra solicitan su presencia.
Era el vasco y su amigo… nos acercamos y el vasco jalo de la mano a Josué…
Vasco: Josué he traído un amigo, acaba de divorciarse, necesita pasar un buen rato, pero es nuevo en todo esto, he oído que tu igual tienes un amigo nuevo así que pensé en emparejarlos, aunque sea por esta noche…
Yo por mi parte estaba parado al lado del señor ese sin saber qué hacer, Josué por su parte tenia tomado de la cintura al tal Vasco.
Vasco: Anda León anímate un poco Josué: ¿León? León: Así es… Josué: un gusto Dijo extendiendo su mano. Josué: Mire que conciencia usted se llama León y mi amigo se llama Leo. Vasco: León, las coincidencias no existen, esto debe ser obra del destino., Dijo mientras se acercaba abrazar a su amigo. Vasco: Anda Leo no seas tímido preséntate como se debe.
León se veía algo incómodo o ansioso…
Vasco: Anda Josué vamos por allá, dejemos que estos dos se conozcan.
Josué y el Vasco se retiraron dejándonos solos a León y a mí.
Leo: Mucho gusto, Leo para servirle. León: Mucho gusto…
Me coloque al lado de él y el silencio se hizo presente… hasta que el hablo.
León: Tengo entendido que eres nuevo Leo: Asi es León: Bueno, al menos no soy el único que se siente incómodo esta noche. Leo: Disculpe si usted gusta me retiro. León: No, no, perdona, no lo decía por ti… lo decía por mi… mira que venir a un lugar asi a días de mi divorcio, no se me hace correcto… Leo: Véalo como un distracto, como si fuera un bar cualquiera… León, Un bar cualquiera con decenas de hombres dispuestos como callejeras… Exclamo. Su comentario me tomo por sorpresa… León: Disculpa, de nueva cuenta, ¡ahhhh! Ese Aitor… perdón Vasco, se me olvida que aquí no se dicen nombres ¡Joder! Leo: Tranquilo Leonada todo hay una primera vez… Le dije mientras tomaba su mano… él la retiro por instinto León: Perdona tío, pero no me acostumbro aun a esto. Leo; ¿A esto? León: Si a la libertad, a poder tomar de la mano o tocar a un tío sin miedo… Leo: ¿Y qué podemos hacer? León: Disculpa. Leo: Si, ya estás aquí, ya eres libre ¿Qué podemos hacer? ¿O más bien que puedo hacer para hacerte sentir mejor? León: De momento acompáñame con unos tragos…
Paso la noche y león y yo nos fuimos conociendo un poco más y más a medida que los tragos fungían como lubricante social.
León: ¡Joder! O sea que al final terminaste haciendo aquello que no quisiste hacer y por lo cual te despidieron. Leo: Si, es ridículo ¿Verdad?. León: ¡Así es tío! Aunque por otro lado si no fuera por eso no te habría conocido. Me dijo mientras tocaba mi cara… León: No lo había notado tienes ojos aceituna… Leo: Y tu ojos color miel. León: No esperaba nada de esta noche más que un mal rato y mírame aquí, bebiendo, charlando, en compañía de un joven muy majo… Decía mientras su mano acariciaba la mía. León: Para ser nuevo en esto te comportas muy bien… he estado con escorts que ni siquiera me dejan tocarles la mano o la cara. Leo: No me lo creerás pero tal vez es por ti León: ¿Por mí? Leo: Si, eres muy interesante, además no sé, tienes algo que me hace sentir en confianza. León: *Abrazándome* Gracias Leo, gracias por estar aquí conmigo esta noche… Vasco: Vaya, vaya, vaya… que tenemos por aquí tortolos… ¿Qué les parece si vamos a otro lado más privado? León: No, no, ya fue suficiente por hoy. Vasco: No seas gilipollas y acepta León. León: *Dirigiéndose a mi* estarías dispuesto a aguantarme toda la noche Leo: Sin problema alguno.
Salimos de la terraza para dirigirnos a las habitaciones previamente asignadas para cada huésped… Josué y el vasco no pudieron esperar a la habitación y desde los pasillos se iban fajando… por su parte León iba en silencio caminando por delante, yo detrás de él… al llegar a nuestra habitación que estaba al lado de la del Vasco León quiso hablar con el Vasco, pero fue demasiado tarde Josué y el Vasco ya habían cruzado la habitación…
León: Pasa
Ya en la habitación
León: Leo ¿Te puedo pedir un favor? Leo: Dígame León: Hoy no hagamos nada o más bien solo quiero que hagas una cosa…
Me dijo mientras se acercaba a mí y desabrochaba mi camisa… intente besarlo pero él me detuvo “No, hoy no, hoy solo quiero hacer esto” dijo mientras me abrazaba fuertemente. Me tomo de la mano me llevo a la cama y…
León: Una de mis más grandes fantasías fue poder estar toda una noche sin preocuparme del mañana o de mi esposa, hoy quiero cumplir eso contigo. ¿Está bien? Leo: Claro.
Sin darnos cuenta ambos nos quedamos dormidos… al día siguiente por la mañana los rayos del sol que entraban por el ventanal me despertaron… Me pare a cerrar las cortinas y eso lo despertó.
León: ¿Te vas sin despedirte? Leo: No, como cree… solo cerraba las cortinas… León: Gracias… ¿Tienes algo planeado para hoy? Leo: No León: ¿Puedes estar conmigo lo que resta del fin de semana? Leo: Por supuesto. León: Perfecto
Después de desayunar con León, Josué toco a la puerta y nos retiramos para darnos un baño, al parecer Josué también pasaría el resto del fin de semana con el Vasco pues literal entro al depa, se bañó, se cambió y se fue… por mi parte espere a las indicaciones de León. El tiempo pasaba y no recibía ningún mensaje… “se arrepintió” pensé… paso una hora más cuando tocan a la puerta… abrí y era él.
León: Disculpa la tardanza, tenía mis dudas, ¿puedo pasar? Leo: Adelante. León: Leo, puedo pedirte un favor Leo: El que quieras… León: ¿Me abrazas? Su petición me dejo un poco confundido pero acepte León: Gracias… sabes nunca había estado así con nadie y menos con un joven tan guapo como tú. Leo: Favor que me haces. León: *Tomándome de los hombros* te lo digo en verdad, eres un tío muy majo, muy apuesto y sobre todo educado… mira que ayer no me hiciste ninguna pregunta personal, de dinero o incomoda, solo me escuchaste y me contaste parte de tu vida… y eso se agradece. Sus palabras me hicieron sonroja run poco. León: Anda tío, no pongas esa cara que me pones nervioso a mi también. Leo: Bueno, bueno, ¿Un trago? León: No, esta vez no, esta vez quiero estar sobrio y consiente de lo que hago… Leo; Bueno mi estimado ponte cómodo estás en tu casa… León: Gracias… Se sentó en el sofá, de nueva cuenta el silencio se hizo presente… hasta que su mano se poso sobre mi pierna, yo puse mi mano sobre la de él… “Tranquilo, estamos en confianza” le dije mientras entrelazaba mis dedos con los suyos… nos volteamos a ver e instintivamente acercamos mientras labios para besarnos, el beso al principio fue tímido por parte de ambos, tierno, suave, poco a poco fuimos agarrando confianza, nuestros labios se unieron, nuestras lenguas jugaban entre sí, sus manos jalaban mi cara hacia él y yo hacía lo mismo… los besos comenzaron a ser más intensos, poco a poco comencé a bajar por su cuello, comencé a besar, lamer y dar leve chupetones en su cuello, gemidos de placer comenzaron a salir de él, mis manos rápidamente comenzaron a desabrochar su camisa, dejando al descubierto unos pectorales velludos y trabajados, seguí bajando al mismo tiempo que terminaba de desabocar su camisa, mis abios se fueron sobre sus pezones, León se acomodó en el sofá, yo comencé a besar, lamer, chupar y mordisquear sus pezones, cosa que le encanto a León “¡Joder tío! Sigue así macho ¡sigue!” Me decía mientras con mi boca estimulaba uno de sus pezones y con mi mano su otra tetilla, con la mano restante acariciaba su bulto que comenzaba a crecer… trate de desabrochar su pantalón pero él me detuvo… “No Leo, no, aun no” me dijo mientras se ponía de pie y me levantaba al mismo tiempo, tomo mi camisa y sin avisar la reventó dejando al aire mi trabajado cuerpo, me abrazo de nueva cuenta esta vez más fuerte, podía sentir yo los vellos de su cuerpo con mi torso… “No sabes cuantas veces desee estos” me dijo con malicia mientras acariciaba mi espalda y mis nalgas… nuevamente comenzamos a besarnos.me llevo contra la pared, “no hables me dijo” y comenzó el a besarme la orejas y acariciar mi bulto… de mi boca solo salían gemidos tapados de placer… su mano masajeaba fuertemente mi miembro… abrió mi bragueta y lo saco… “Pero que trozo tienes cabron” me dijo mientras comenzaba a besar mi cuello…. Bajando hacia mis pezones, “menudo par de tetas que tienes” dijo antes de comenzar a chupar fuertemente mis pezones causándome placer y dolor, él lo notaba y al parecer le gustaba pues aumento la intensidad de sus succiones, yo solo podía retorcerme de placer, trataba de separarlo de mi pero con firmeza sujeto mis manos contra la pared como diciendo “¡Quieto!”, mi cuerpo se tensaba mientras el apretaba violentamente mis pezones con dedos, retorciéndolos, jalándolos, pellizcándolos… “Eso, así, calladito cabron… así me gusta que obedezcan” dijo mientras seguía pellizcando mis tetillas… de repente siento alivio al no sentir la presión de sus manos en mis pectorales pero poco me duro el gusto pues recibí sus puños en mi pecho “¡Ahhhhhhhh!” exclame, con una mirada fuerte me le quede observando “¿Qué cabron? Alguna queja”, moviendo la cabeza de lado al lado le indique que no “Así me gusta que aguanten” dijo mientras me daba unas leves cachetadas en la mejilla… volvió a besarme, esa vez más fuertemente, sus manos ahora estaban concentradas en mis genitales. Acariciaba mi miembro y apretaba mis bolas… sus besos eran más violento y de repente “Ahhhhhhh” me mordió fuertemente el labio causándome un leve sangrado al mismo tiempo que me apretaba fuertemente las pelotas… doblándome del dolor, León me empujo contra el suelo poniéndose encima de mí, alzando mis brazos y comenzando a lamer y oler mis axilas… “Que rico hueles, hueles a hombre a macho ¿A qué olerán tus bolas?” Se preguntó en tono irónico mientras desabrochaba mi pantalón… “Las tienes peludas, me gusta” dijo mientras metía su cara entre mis piernas… “pero que huevas más pesadas tío, parecen de toro” dijo mientras con su mano las tomaba como si las pesara… “¿Cuánta leche no tendrás aquí cabron?” Dijo antes de meterse uno de mis huevos a su boca, lo chupaba, lo apretaba con su lengua, lo jalaba con su boca, lo hacía violentamente causándome algo de dolor, trataba de no demostrarlo, pues eso parecía que eso le excitaba… comenzó a mamarme fuertemente el miembro mientras con sus manos se desabrochaba y quitaba el pantalón, cuando yo tenía mi miembro ya a tope me giro y así con el pantalón en las rodillas sin poder abrir bien las piernas el muy cabron puso su miembro entre mis piernas, se sentía grueso, baboso y caliente… torpemente buscaba mi hoyo hasta que lo encontró “Prepárate cabron” me dijo mientras intentaba penetrarme… “Ahhhh, mmmm, nooo” Decia yo, a lo que enojado contesto: “que no hables” al mismo tiempo que me daba un golpe en la espalda. Trate de ponerme de pie, cosa que le molesto y paso su cinturón por mi garganta y lo jalo hacia atrás… “De aquí no te vas con el culo intacto cabron” me dijo al tiempo que seguía intentando penetrarme, hasta que en una de tantas lo logro “arggghhhhhh” apretaba los dientes para aguantar el dolor “eso puta, eso… aprieta más, aprieta más, siente como te parto en dos el culo zorra” decía mientras empujaba su pelvis contra mí, metiendo más y más, lentamente su trozo de carne, yo quería incorporarme pero el pantalón en mis rodillas, el cinturón en mi cuello y su fuerza sobre mi lo hacían imposible… “¿Te creíste el numerito del maricen temeroso y primerizo? ¡Jajaja pendejo!, era para que bajaras la guardia y lo logre”… “a mí me gusta así, a lo bestia, a lo cerdo, a la fuerza… anda cabron, anda, defiéndete, muévete, apriétame mas la verga que con cada esfuerzo te la meto más” decía el sádico sujeto mientras seguía abriéndose paso entre mis pliegues, el aire comenzó a faltarme, creo que lo noto peor no dejo de hace presión con el cinturón, creo que perdí el conocimiento unos momentos pues al abrir los ojos ya no tenía el cinturones en el cuello… “¿Ya despertaste trolo? a ver si ahora poner un poco más de resistencia cabron” dijo en tono retador mientras yo intentaba incorporarme, cuando una serie de golpes en las costillas me volvieron a tumbar…. “¿sientes cómo te tengo empalado putito? Ya te la tragaste toda, siente como la tienes hasta los huevos, siente como te empujo las tripas, siente como rebotan mis huevos con tus nalgas blancas y lampiñas ¡Zorra!... te gusta putito te gusta?” Me preguntaba mientras me jalaba el pelo hacia atrás con una mano mientras con la otra me daba fuertes y sonoras nalgadas… “contesta trolo de mierda, aprende a responder cuando te habla tu macho”, me dijo mientras me daba una fuerte cachetada... “¿No vas a hablar? Bueno” dijo en tono retador mientras metía sus manos en mi boca y me jalaba de las comisuras de los labios hacia atrás… “¡Eso cabron! ¡Así! ¿Ya te rendiste? Siento tu culo menos tenso… ya te diste cuenta que no hay escapatoria, ¿ya entendiste que está siendo follado por un macho de verdad? los putos como tu merecen ser tratados así, como animales, no son más que putas, solo un jodido agujero donde los hombres vaciamos nuestras cargas” exclamaba mientras aumentaba sus embestidas… sin avisar me saco su miembro de mi culo, yo me desplome por completo contra el piso, sentía alivio de no tener su peso, encima mío, ni su verga dentro de mi o sus manos golpeándome… tomo mi pantalón y me lo saco por completo, yo seguía allí en el piso procesando la situación “voltéate” ordeno… me voltee y pude verlo allí de pie, con su verga erecta que fácilmente superaba los 20 cm, más grande que la mía de 18 cm, “esta es una polla de macho, de hombre, no como la que tú tienes” dijo mientras aplastaba mis genitales con su pie… ahora ábrete bien esas nalgas que te voy follar como se debe… dude en hacerlo, la situación me era más que incomoda… pero el no recibiría un no por respuesta ¡anda! Me grito mientras con el cinturón me azotaba… “Ahhhhhhh ya, ya, basta…” exclame en tono de súplica “Obedece puta ábrete las nalgas” me dijo nuevamente… sin más opción alce mis pies ofreciendo mi lastimado culo “¡Jajaja!” Se rio fuertemente “no cabe duda que eras nuevecito” dijo, lleve instintivamente mi mano a mi culo y pude sentir como un hilo de sangre salía de mi culo… “con tan poco ya te desflore” dijo en tono burlón… lo que sigue fue simplemente salvaje, alzando mi pelvis lo más que pido comenzó a taladrarme con fuerza con furia, con ira, mientras no dejaba de pellizcarme los pezones, golpear mi pecho, morder mis piernas y pantorrillas… podía ver su cuerpo peludo sudar y tensarse por el esfuerzo, la cogida se hacía cada vez más salvaje y brutal…. “ojala pudieras ver tu cara cabron, esa cara de machito, ahora toda roja a punto de llorar por que un macho de verdad te está rompiendo el orto maricon” decía mientras me abofeteaba… “no lo niegues, te gusta, te encanta o no te dejarías hacer todo esto” me decía mientras me bombeaba con furia “¡anda zorra grita! pide más, pide más… ¡Que pidas más!” Exigió tomándome del cuello y apretándome con fuerza mientras me dejaba en lo más profundo de mí ser su potente miembro… “¡más mas! Dame más” dije con el poco aire que me quedaba, “Eso, así me gustan, obedientes…” sin avisar me la volvió a sacar, me giro un poco y puso solo una de mis piernas en su hombro quedando yo en forma de ”L” y así en esa nueva posición siguió follandome mientras con una de sus manos no dejaba de aplastarme mis huevos… “Ya vente” le dije casi como suplica… eso lo paro en seco… “¿Qué? ¿Qué me venga? ¡Tú no me vas a decir que hacer zorra!” me dijo dándome un puñetazo en el estómago… “Aquí el que manda soy yo” grito furioso… “Ahora a comer culo por puta” exclamo mientras se ponía de pie para ponerme su culo en la cara… “¡abre la boca zorra y cómeme la raja!” Dijo… El muy cabron se daba de sentones sobre mi boca… “¡mueve es alengua que no la siento!” Dijo mientras aplastaba mi cara con sus nalgotas peludas… “¡Baaaa! Ni para eso sirves maricona”… dijo mientras se paraba para sentarse en sofá, “anda venid en 4 como la perra que eres y chúpame el rabo hasta que me venga…” dijo mientras jugaba con su verga… sin ganas pero con la esperanza de que ya terminara me fui gateando hasta el… casi a llegar a donde estaba me detuvo con su pie… “chúpame el dedo gordo… “nuevamente sin más opciones obedecí… después de un rato me dijo: “voltéate” y con su dedo ensalivado empezó a metérmelo en mi abierto culo… su píe en mi cola me causaba dolor, pero al parecer a él le excitaba, pues comenzó a masturbarse más y más “¡Mirad que obediente salió esta perra!” se decía a si mismo mientras empujaba más sus dedos del pie en mi culo… “anda cabrión ven por tu leche que estoy a punto…” grito excitado, mientras se jalaba su largo miembro con violencia… “eso ven, ven abre la boca así toda” dijo mientras se masturbaba, “me corro, me corro me corro” grito mientras me tomaba de los pelos y me metía su vergota hasta la garganta… sentí como sus chorros de leche caían directamente en mi garganta,,,, ¡anda cabron trágate toda la lefa, comete la leche, es toda tuya trolo” gritaba mientras me sujetaba fuertemente al cabeza para que no me pudiera sacar su miembro de mi boca… trague toda su espesa y caliente carga de semen, y hasta que acabo de disparar la última gota me la saco de la boca, al terminar se acomodó en el sillón para descansar un rato… “ven, recuéstate conmigo” me dijo… desconfiando de sus intenciones obedecí… el tiernamente comenzó a acariciarme la cabeza… “ya, ya calmado, es normal que te sientas así, fue tui primera vez y te toco con un macho cabrío, puedes llorar si quieres lo entenderé…” sus palabras me dieron un poco de tranquilidad y en efecto de mis ojos salían unas tímidas lágrimas, “tranquilo, tranquilo, con el tiempo te acostumbraras, hoy haz echo un buen trabajo y te llevaras no solo una buena paga si no también una propina”. Pasados unos minutos así, luego se paró se cambió y se fue… a los pocos minutos llego una notificación a mi celular, era de mi banco, acababa de recibir una jugosa transferencia… yo seguía allí en el sofá, echo bolita, pensando en lo sucedido y en si era esto lo que quería… pero después recordé la notificación del móvil era mi sueldo de casi tres meses en la compañía donde trabajaba antes ganado en apenas en un par de horas….
Seguí en el sofá sin darme cuenta del tiempo… llego la noche Josué no llegaba… supuse se quedaría hasta el otro día con el vasco… y así fue como tuve mi iniciación en este mundo… espero que los próximos clientes sean mas tranquilos.
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