#las manifestaciones del ser
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fadeed06 · 1 year ago
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Lo que acontece es lo que debe suceder
Las manifestaciones del ser.
Jacobo Grinberg.
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sefaradweb · 10 days ago
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Berlin Jewish youth soccer team attacked by knife-wielding pro-Palestinian mob
🇪🇸 En Berlín, un equipo juvenil de fútbol sub-17 llamado TuS Makkabi fue atacado el jueves por un grupo armado con cuchillos y palos después de un partido contra DJK Schwarz-Weiß Neukölln, según medios como Tagesspiegel. Al parecer, jugadores del equipo contrario gritaban “Free Palestine” y algunos padres de los jugadores afirmaron que los jóvenes fueron escupidos y que el árbitro no intervino. Ante esta situación, el club Schwarz-Weiß Neukölln prometió expulsar a los jugadores involucrados en el incidente. Según Alon Meyer, presidente de Makkabi Alemania, testigos confirmaron que las amenazas y persecución con cuchillos efectivamente sucedieron. Iris Spranger, senadora de Interior de Berlín, condenó los ataques y señaló que la violencia antisemita sigue presente en la ciudad. La unidad de crímenes de odio, Staatsschutz, está investigando el incidente. Este suceso refleja una creciente ola de antisemitismo en Europa, como los recientes ataques a aficionados del Maccabi Tel Aviv en Ámsterdam tras un partido contra el Ajax, que incluso forzaron la prohibición temporal de manifestaciones en la ciudad. Los fanáticos israelíes tuvieron que ser evacuados en vuelos de emergencia tras el incremento de ataques y disturbios en varias ciudades europeas.
🇺🇸 In Berlin, an under-17 Jewish youth soccer team called TuS Makkabi was attacked on Thursday by a group wielding knives and sticks after a match against DJK Schwarz-Weiß Neukölln, according to sources such as Tagesspiegel. Opposing players reportedly shouted “Free Palestine” at the team, and some parents of the players claimed that their children were spat on while the referee failed to intervene. In response, the Schwarz-Weiß Neukölln club vowed to expel the involved youth from the team. According to Alon Meyer, president of Makkabi Germany, witnesses confirmed that threats and chasing with knives indeed took place. Iris Spranger, Berlin’s Interior Senator, condemned the attack and noted that antisemitic violence persists in the city. The hate crime police unit, Staatsschutz, is currently investigating the incident. This incident highlights a rise in antisemitism across Europe, as seen in recent attacks on Maccabi Tel Aviv fans in Amsterdam following a match against Ajax, which even led to a temporary ban on demonstrations in the city. Israeli fans had to be evacuated in emergency flights after increased attacks and unrest in several European cities.
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ghiacomo · 11 months ago
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No entiendo bien la situación de Argentina en este momento. ¿Cuales son los puntos a los que la comunidad internacional deberís prestarle más atención?
Hola Anon! Acá te explico
Hace poco se prohibio un tipo de prptesta, "cortar calle", osea, protestar en medio de calles, rutas, avenidas o puentes, obstruyendo el paso. Si cobras "planes" (dinero del estado dado a la persona por razón de tener hijos que criar, discapacidad, entre otras razones) y se te identifica protestando en un corte de calle, se te quita el plán.
Hubo una protesta el 20 de noviembre, por razon de memoria ante sucesos catastroficos en el año dosmil uno. La policia y el ejercito los siguió estrechamente.
El presidente sacó ese mismo día algo que se llama DNU, un decreto de necesidad y urgencia. Lo cual es una ley o grupo de leyes que deben ser efectuadas con prioridad. En este decreto se incluian cosas perjudiciales para los argentinos. El texto del DNU puede ser encontrado en internet y tambien hay muchos articulos de diarios que explican, por lo menos, los primeros treinta articulos. Este DNU derroga muchisimas leyes, como por ejemplo, la ley de alquileres y como explico @heinous-bitch , la ley de medicamentos genéricos. La gente se autoconvocó a protestar frente al congreso esta medida.
Más recientemente salió una ley similar al DNU, conocida como "ley omnibus", la cual estaría prohibiendo completamente las manifestaciones y las reuniones en zonas publicas de 3 o más personas, entre otras peligrosisimas propuestas.
La comunidad internacional debe entender que cosas asi van en contra de nuestra consitucion y que esto es sumamente peligroso y perjudicial para nuestras vidas. Los precios del transporte publico aumentan increiblemente, los productos cambian constantemente de precio y hay incertidumbre constante acerca de nuestros futuros laborales y educacionales (para la gente que estudia, como yo).
Para más detalle sobre los articulos de las leyes mencionadas, recomiendo leerlas o en su defecto, leer articulos acerca de ellas en diarios.
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cuidemonos-juntos · 1 year ago
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Esquizofrenia
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La esquizofrenia es un trastorno mental grave por el cual las personas interpretan la realidad de manera anormal. La esquizofrenia puede provocar una combinación de alucinaciones, delirios y trastornos graves en el pensamiento y el comportamiento, que afecta el funcionamiento diario y puede ser incapacitante. Las personas que padecen esquizofrenia necesitan recibir tratamiento durante toda la vida. El tratamiento temprano puede ayudar a controlar los síntomas antes de que se desarrollen complicaciones más graves y puede mejorar el pronóstico a largo plazo.
Síntomas
La esquizofrenia implica una serie de problemas de pensamiento (cognición), comportamiento y emociones. Los signos y síntomas pueden variar, pero generalmente implican fantasías, alucinaciones o habla desorganizada, y reflejan una capacidad deficiente de vivir normalmente. Entre los síntomas se pueden incluir los siguientes:
Fantasías
Alucinaciones
Pensamiento desorganizado (discurso)
Comportamiento motor extremadamente desorganizado o anormal
Con el paso del tiempo, los síntomas pueden variar con respecto al tipo y la gravedad, con periodos de empeoramiento y remisión de los síntomas. Algunos síntomas pueden estar siempre presentes.
Síntomas en adolescentes
Los síntomas de la esquizofrenia en los adolescentes son similares a los que se presentan en los adultos, pero la afección puede ser más difícil identificar. Esto puede deberse en parte a que algunos de los síntomas tempranos de la esquizofrenia en los adolescentes son comunes en el desarrollo típico de la adolescencia, como estos:
Distanciamiento de los amigos y los familiares
Menor desempeño en la escuela
Trastornos del sueño
Humor irritable o depresivo
Falta de motivación
Tipos de esquizofrenia:
paranoide: Se caracteriza por la presencia de una preocupación excesiva por una o más ideas delirantes de diversa índole o bien alucinaciones auditivas frecuentes (oyen voces).
desorganizada: Los rasgos predominantes son que tanto el lenguaje como el comportamiento se ven alterados, no parecen tener orden ni concierto ni responder a los estímulos externos de manera adecuada.
catatónica: Se caracterizan por presentar una inmovilidad (llamada catalepsia), un negativismo extremo, mutismo, la adopción de posturas extrañas o movimientos estereotipados, así como abundantes muecas y manierismos o la imitación de las palabras o movimientos de su interlocutor (ecolalia y ecopraxia respectivamente).
indiferenciad: Se describe como aquella en la cual se dan síntomas como los anteriormente descritos pero sin que éstos puedan en su conjunto permitir clasificarla como paranoide, desorganizada o catatónica.
residual: No se dan ideas delirantes, alucinaciones, catatonia ni desorganización del lenguaje o el comportamiento. Solamente se dan manifestaciones leves de síntomas tanto positivos como negativos pero de menor magnitud (creencias extrañas, experiencias perceptivas poco habituales).
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jartita-me-teneis · 2 months ago
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AZAFRÁN DE LA MANCHA
El azafrán de La Mancha es mucho más que una especia de intenso aroma, único en su variedad por el especial tostado a fuego lento, que potencia todas sus naturales cualidades. Con fama de ser de los mejores del mundo, es en nuestra tierra donde se realiza el noventa por ciento de su cultivo mundial.
El azafrán es, además, en Castilla-La Mancha toda una cultura ancestral, que aún se conserva, por las especiales características de su cultivo y recolección. Una recolección que todavía debe hacerse a mano, recolectando a diario sus flores, en el otoño. Y separando después sus pistilos, las hebras del azafrán, de los pétalos. Una a una, mano a mano.
La cultura gastronómica, histórica y tradicional del azafrán, única de Castilla-La Mancha, ha dado origen a manifestaciones tan importantes como la fiesta de La Rosa del Azafrán de Consuegra, en Toledo.
Fotografía: Azafrandevillafranca
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useless-catalanfacts · 8 months ago
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Com fort és el recolzament a Palestina per part de Catalunya?
El moviment de solidaritat amb Palestina de Catalunya fa molts anys que és molt actiu. De fet, és tan present que els mocadors palestins són un dels estereotips dels catalans d'esquerres o progressistes en general (és cert que als 2000s i 2010s es veien per tot arreu). Molta gent hi porta molts anys treballant i s'han aconseguit coses per exemple el Parlament de Catalunya va ser el 1r parlament europeu en passar una resolució reconeixent oficialment que Israel és un estat d'apartheid:
També hi ha una part de la població, minoritària però existent (dins de les dretes), que està molt a favor de l'existència de l'estat d'Israel.
Últimament:
Aquestes són només algunes de les manifestacions que s'han fet, n'hi ha hagut més.
Sindicats:
I d'altres que no he publicat.
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azulita8 · 1 month ago
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VOID STATE
Quiero hablar sobre el void state/conciencia pura/estado soy yo, o como les guste mas llamarlo, por que para mi fue una de las cosas que mas me complique, y encerio es demasiado facil y dejen encerio dejen de complicarlo tanto, aunque en cierto punto lo entiendo.
Que es?
El void state es un estado de conciencia más puro donde no hay nada físico, no sentimos, no vemos, no escuchamos, solo sentimos tranquilidad.🧘🏻‍♀️
Que podemos hacer ahí?
Manifestar
Solo disfrutar de la experiencia
Que podemos manifestar?
Absolutamente todo, cambiar tu apariencia, cambiar de realidad(shiftin), asta lo que creas imposible.
En este estado no hay limitaciones, no hay creencias negativas que impidan que tú manifestacion no se cumpla, en el momento en que sales de el void todo ya se habra manifestado en tu 3D.
Como llego a este estado?
Un punto muy importante, RECONOCE QUE ES FACIL, no te lo compliques tanto, siempre estamos en el void, es algo natural para nosotros, nosotros somos el void, recuerdas esas noches donde no soñabas nada y solo recuerdas negro, pues eso era el void.
Muchos utilizan métodos, pero en realidad no son necesarios, recuerda es algo facil, con el simple hecho de asumir que esta noche llegaras, simplemente lo haras, es facil, no te preocupes.
Como utilizar la ley de asunción para llegar?
Es simple, simplemente reconoce que ya as llegado sin importar que eso sea mentira, la manifestacion es instantánea, en el momento en el que lo asumes/supones/piensas ya es verdad en tu 4D, eso es lo unico que importa, no te centres en la 3D
La 3D es solo un reflejo tardío de tus asunciónes/suposiciones/pensamientos internos.
Solo mantente firme a tu asunción, ya entraste de hecho lo haces todas las noches, sigue en esa asunción y simplemente se reflejara en tu 3D lo más pronto posible si tú así lo decides.
Tu eliges las reglas en la manifestacion, tu decides si utilizar un método o simplemente asumirlo, solo recuerda que es FACIL.
"pero cuando entraré" YA ENTRASTE
"pero lo intento y no entro" no lo intentes YA ENTRASTE
No pienses que es lo que vas a manifestar ahí solo YA ENTRASTE
No pienses en cuando lo lograrás YA LO LOGRASTE
No pongas el void en un pedestal
No es nada del otro mundo, aveces la gente lo llega a complicar por lo tan facil que es o piensan que es tan facil que ellos no lo podrían lograr pero NO, ya lo as logrado, siempre lo haces.
También piensan que no lo lograrán por sus anteriores "fracasos", pero eso no importa solo fue el reflejo de tus PASADAS suposiciones, lo importante es cambiar esas suposiciones y mantenerte firme en ello, por que eso es la unica verdad.
Esto no solo te ayudará a ser un maestro del void si no que también de la ley de asunción
LA CLAVE DE LA MANIFESTACIÓN ES PERSISTIR
Por qué la única verdad es la 4D, la 3D es solo el reflejo de lo que asumes/supones/piensas o crees en tu 4D, eso significa que tu controlas la 3D, lo único que debes de hacer es cambiar tu suposiciones/ asunciónes de algo y esto se volverá realidad.✨
Si tienen alguna duda/pregunta por más tonta que suene, tengan la confianza de mandarme mensaje que yo con mucho gusto les ayudaré✨🦢💕
𝓒𝓸𝓷 𝓪𝓶𝓸𝓻 𝓪𝔃𝓾𝓵
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moonlightgospel · 17 days ago
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Diente de León como conciencia colectiva
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Jacobo Grinberg no se refirió explícitamente al diente de león, pero su enfoque sobre la interconexión de la conciencia y la realidad podría darnos una interpretación interesante. En su teoría sintérgica, Grinberg plantea que el "campo neuronal" no está confinado al cerebro, sino que forma parte de una red holográfica y cuántica llamada la "Lattice" o matriz universal. A través de esta estructura, toda experiencia sensible y conciencia están unidas en un espacio continuo y multidimensional que conecta a todos los seres vivos.
Desde esta perspectiva, se podría interpretar el diente de león, como otras manifestaciones naturales, como un símbolo de la conexión entre lo individual y lo colectivo. La capacidad del diente de león para dispersarse al viento y multiplicarse simboliza el flujo y la interdependencia que Grinberg atribuía al campo neuronal en su capacidad de influir y ser influido por el entorno. Al igual que una flor de diente de león que libera sus semillas, cada ser humano "siembra" información en el universo, contribuyendo al campo cuántico que todos compartimos. Así, el diente de león podría verse como una metáfora de la conciencia expandida que Grinberg exploraba, donde nuestras acciones y pensamientos impactan colectivamente en el campo neuronal global​​​​.
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mesetacadre · 5 months ago
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Re: Servicio militar obligatorio en el estado burgués y su relación con la estrategia revolucionaria.
Como es una pregunta larga, la copiaré textualmente y responderé parte a parte. También adjunto una captura de la pregunta original debajo del corte.
El proletariado tiene más poder sobre el uso del ejército burgués como miembro del ejército obligatorio que a través de medios democráticos burgueses. Por lo tanto, esto es en realidad un punto a favor del servicio obligatorio, ya que otorga mayor autonomía para resistir las guerras imperialistas.
La democracia burguesa no otorga poder al proletariado, claro está, y tampoco lo hace el ejército. Un soldado raso o de oficina no tiene poder de decisión en ningún caso sobre el ejercito en general, y tampoco lo tiene aunque haya una parte organizada en el Partido. La estructura de un ejército no se presta a esto, está diseñado para evitarlo.
En segundo lugar, las guerras imperialistas y capitalistas no son meras manifestaciones de la violencia necesaria para mantener el status quo, sino manifestaciones de las contradicciones del capital. Esto los convierte en lugares de ruptura de importancia crítica. Ningún otro acontecimiento que la guerra imperialista ha tenido más potencial revolucionario.
Admito que en mi primera respuesta pequé de mala comunicación en este tema, las guerras imperialistas las causan las crisis capitalistas inherentes por sus contradicciones, y por tanto también forman parte de los mecanismo violentos por los que se sustenta el capitalismo. Lo podría haber comunicado mejor, estamos de acuerdo esto. Si me parece importante señalar que la guerra imperialista no tiene que ser la única vía a la revolución o la que tiene más potencial. En Cuba, Burkina Faso, Vietnam, Laos, China, y seguro que se me olvidan más ejemplos, la revolución fue propiciada por causas distintas a una guerra imperialista, aprovecharon otros momentos de debilidad del capitalismo. En Cuba, Burkina Faso, Vietnam y Laos se dio por el momento histórico del declive del colonialismo del s. XIX, y aunque en la mayoría de casos sólo significó la subyugación imperialista por otros medios, en estos casos el proletariado se pudo organizar (y sin ninguna sección significante en un ejército burgués porque no tenían, salvo las conscripciones coloniales pero estas nunca organizaron a tanta gente) aprovechando la debilidad de la metrópolis y llevar a cabo la revolución. En China, aunque sí hubo una guerra imperialista de por medio, la guerra civil revolucionaria se pausó y durante la invasión japonesa el ejército rojo de China colaboró con el Kuomingtang. El ejército revolucionario Chino fue forjado por el PCCh, no por ningún ejército burgués, y fueron muy capaces a pesar de sus pocos medios.
La posición de convertir la guerra imperialista en guerra civil revolucionaria sigue siendo perfectamente válida y puede tener potencial, esto no lo niego en ningún momento. Pero hay que ser consicente que esto proviene de la revolución bolchevique en particular, que no ha sido la única revolución, y diría que la historia tiene más ejemplos de revoluciones (efectivas) que no siguieron esta fórmula. Y tampoco tiene tanto potencial como dices, recordemos que en hungría, alemania y austria también estallaron revoluciones que seguían el modelo bolchevique, en países con una población que había visto la conscripción en masa, y que no consiguieron ganar. El arraigo que tenían los espartaquistas, por ejemplo, no es comparable al de los bolcheviques, y no estoy diciendo eso. El punto es que un proletariado hecho al servicio militar no siempre supone un Partido fuerte.
Si bien es teóricamente posible para el partido de vanguardia (en adelante, el Partido) organizar y capacitar al proletariado (y, de hecho, organizar a las masas será un desafío incluso con capacitación preexistente), es indudablemente más difícil, incluso sin resistencia u oposición, virtud de requerir más trabajo y recursos y tener menos que el estado burgués. Y si bien el Partido necesitará organizar al proletariado en cualquiera de las circunstancias, podría introducir más fácilmente el centralismo democrático (o principios organizativos similares) a personas acostumbradas a la cadena de mando militar. Sí, podría y necesitará hacer esto incluso entre el proletariado no acostumbrado, pero sin duda será más fácil y más amplio en sus esfuerzos entre un proletariado ya preparado por la experiencia de organización militar. No sólo esto, sino que el salto a la militarización del partido, cuando sea necesario, será un acto mucho menos radical en la mente del proletariado si ya se ha acostumbrado a las formas ordinarias y típicas de militarización. Finalmente—aparte del entrenamiento militar real, la adaptación organizacional y la militarización en masa de la psique proletaria—el Estado puede simplemente capacitar a más proletarios que el Partido; la escala es completamente incomparable, cada proletario tendría potencial revolucionario antes de que comience el trabajo del Partido. Sin mencionar que los recursos que el Partido tendría que gastar para igualar la producción del Estado serían realmente enormes y, suponiendo que pudieran adquirirse, quedarían liberados para otros usos.
No sólo es teóricamente posible, camarada, es algo que han hecho todos los partidos de vanguardia que en la historia han accedido al poder. Es un desafío, pero creo que subestimas la capacidad de organización del Partido, y esto me parece que es el mayor error que cometes en esta correspondencia, y es que confundes o no entiendes las diferencias fundamentales que tiene el servicio militar y el centralismo democrático. Aunque tienen sus similitudes, quedarse en el mero hecho de que son estructuras con una jerarquía marcada es cometer un error similar al que cometen los anarquistas en su crítica a la "autoridad":
El centralismo democrático y su organicidad permite, siempre de manera flexible, la democracia interna y la crítica desde la base hasta la cima, y viceversa. La razón de ser del centralismo democrático es otorgar a un partido que organiza a los elementos más avanzados del proletariado en su tarea de llevar a su clase al poder. Las estructuras militares, sin embargo, carecen de mecánicas democráticas, porque la función y razón de ser del ejército es distinta a las de un partido de vanguardia, más aún si se trata de un ejército burgués. El carácter de una organización se refleja siempre en sus estructuras orgánicas, y pensar que son análogas dos estructuras con tan diferente propósito se podría calificar de burocratismo. Mas allá de estas cuestiones, la experiencia del servicio militar podría ser hasta contraproducente para introducir al centralismo democrático, porque en la superficie si es verdad que estas dos estructuras se asemejan. Por poner un ejemplo, en España la mili fue una experiencia de la que casi todo el mundo salía muerto del asco, no solo por la jerarquía puramente vertical, pero sin duda esta constribuyó a la mala percepción del servicio militar. Y no me parecería tan descabellado extrapolar esto a la mayoría de ejércitos burgueses, dado que en carácter y en estructura se asemejan mucho, si no son casi idénticos en algunos casos.
Para terminar de insistir en esto, te pongo este reportaje de Stalin de ejemplo, Las Tareas del Partido, 1923, pág 126 del pdf. En la sección titulada "Las causas de las deficiencias", Stalin explica los errores a los que lleva la pervivencia de dinámicas que surgerion en el periodo de la guerra civil. Por supuesto, la militarización del Partido en ese momento fue fundamental, pero (1) Stalin expone con los ejemplos de la época las diferencias sustanaciales que existen entre una estructura militar y el centralismo demoráctico, y (2) incluso en esa época de guerra civil el partido bolchevique nunca llegó a ser idéntico a una estructura militar. El partido se militarizó, y la democracia interna se limitó a lo absolutamente necesario. Pero el ejército rojo seguía siendo una estructura diferente al partido bolchevique, y ambas tuvieron tareas distintas. La militarización del Partido consiste en adapartlo a situaciones de amenazas militares en las que se tiene que trabajar muy cercanamente con el ejército proletario, pero esto en ningún momento, excepto en el caso de guerrillas minoritarias, significa que el Partido se convierta en un ejército. En tiempos de guerra el socialismo tiene que seguir siendo manejado y desarrollado, y las tareas adminsitrativas que sostienen a un país siguen necesitando cumplirse. El Partido complementa y apoya al ejército, pero nunca se funden estas dos estructuras hasta el punto que el Partido se convierta en un análogo del ejército, y viceversa.
En cuanto a la legalidad, si el Partido desarrolla un régimen de entrenamiento militar masivo, el Estado reaccionará (y reaccionará con dureza), pero no puede reaccionar de la misma manera ante su propio ejército, que él mismo ha entrenado, uniéndose al Partido. Usted dice que no sirve de mucho tener un partido militarista si el Estado es estable y ni se asemeja a una situación de ilegalidad, pero la ventaja del servicio militar obligatorio es que la militarización del proletariado se convierte en un hecho típico y completamente ordinario de la vida. La transición entre un partido de proletarios militarizados y un partido militarista se vuelve mucho más simple e igualmente—si no más— importante, más rápida. Esto es importante por la siguiente razón, la más crítica: —la espontaneidad y la capacidad de capitalizar las crisis del capital está infinitamente más presente cuando el proletariado ya está formado. El Estado burgués siempre es estable y en una posición de legalidad hasta que deja de serlo. Como demostró Lenin, aprovechar el momento cuando llega inesperadamente es el deber principal del Partido y simplemente no es lo suficientemente rápido o ágil para hacerlo por sí solo. Una ventaja secundaria es que cada soldado del ejército burgués (entrenado con los gastos del estado burgués) que en realidad es miembro o se une al Partido le niega un soldado a la burguesía, en efecto, contando dos veces.
Las crisis capitalistas que pueden propiciar una situación revolucionaria no son inesperadas, son contextos de varios años o incluso décadas en las que el capitalismo entra en una espiral y el descontento que el Partido puede convertir en una afiliación masiva aparece paulatinamente. Lo que sí aparece inesperadamente, que es a lo que se refería Lenin (asumiendo que es una cita directa, aunque no se me ocurre ahora mismo dónde podría haber dicho esto) es el momento específico que sirve de pistoletazo de salida para la revolución en sí, pero este momento puntual siempre viene precedido de años de crisis, y para poder aprovechar el momento el Partido ya sería consciente de ese contexto y estaría preparado. Las revoluciones no son espontáneas, son la consecuencia lógica del tipo de crisis que las causa, lo que es inesperado es el momento concreto que la comienza.
Por eso digo que no tiene sentido la militarización del Partido o del proletariado en un contexto de un capitalismo estable, porque la situación que lo requeriría se vendría anunciando durante años. Ya he hablado antes de la compatibilidad de un ejército y un partido militarizado, así que no reiteraré. Sí haré una distinción que puede parecer meramente semántica pero que me parece importante. En todo caso hablamos de un Partido militarizado, no militarista. Un Partido militarista, siguiendo el significado del adjetivo, supondría poco más que una milicia con un trasfondo político, y eso no es la forma de un partido de vanguardia, bajo ningún concepto. De nuevo me parece que estás siendo excesivamente pesimista sobre la capacidad de organización que puede llegar a tener un Partido fuerte y con principios. El punto de quitar un soldado a la burguesía lo trataré al final.
Usted dice que se debe tener en cuenta la capacidad del Partido para crear su propia costumbre militar paralela, pero esto es demasiado optimista. La capacidad del partido para crear su propio ejército antes de las primeras victorias iniciales beneficiándose de la capacidad militar (incluso si no se utiliza en un conflicto abierto con el estado burgués) es muy débil, como podemos ver en todo el mundo. Esto sin siquiera considerar la creciente complejidad de la guerra en la era moderna. La burguesía no es ciegamente estúpida, gasta tanto en entrenar a sus ejércitos porque hay una ventaja tangible.
Si la capacidad de un Partido para crear a su propio ejército es débil en casi todo el mundo es porque no se dan las condiciones para ello, estas condiciones son la estabilidad social que aún goza casi todo el capitalismo en los países del mundo. Estas mismas condiciones que limitan al arraigo del Partido también limitan la capacidad de intervención en el ejército, más aún porque, como dices, la guerra es cada vez más compleja. Ya no es tan simple como mandar a los soldados a tornar sus fusiles contra los oficiales, y deja de ser tan análogo con una revolución. De nuevo, soy de la opinión que peca de pesimismo y de desprecio a la capacidad de una estructura propiamente leninista.
Cuando lo comparamos con Octubre, la revolución exitosa más proletaria (quizás la única proletaria en vez de campesina o burguesa), fue crítica la cantidad de soldados entrenados por la burguesía antes de la militarización del partido de vanguardia; Octubre se logró mediante la bolchevización del Sóviet de Petrogrado de los Diputados de Obreros y Soldados, lo que no habría sido posible si el partido necesitara formar una nueva fuerza proletaria desde cero, tanto por la interferencia estatal como por el tiempo.
El análisis de que la revolución de Octubre fue la más proletaria en vez de campesina o burguesa (?) me parece bastante errónea o por lo menos simplista pero este no es el punto de nuestra conversación. Tampoco se trata de imitar a los bolcheviques. ¿Que la Unión Soviética fuese la unión de proletarios y camesinos, significa que deberíamos apoyar una primarización de la economía, sólo para poder replicar la clase campesina que participó en la revolución? Por supuesto que no, se trata de extraer estrategias y lecciones de la revolución y aplicarlas a la realidad de hoy en día.
Estamos de acuerdo en que la intervención entre los soldados del ejército ruso fue crucial para la revolución. Pero aquí llegamos a la conclusión de mi respuesta. Que sea posible y se deba aprovechar el servicio militar obligatorio para aventajar al Partido no significa que debamos estar a favor de esto, que fue la pregunta original, el por qué de la oposición al servicio miltiar obligatorio. La tarea revolucionaria del Partido pasa por aprovechar la situación concreta del capitalismo. Hay que aprovechar las recesiones para educar al proletariado en la caducidad del capitalismo, hay que aprovechar la carestía de vida cuando ocurra, y también hay que aprovechar las guerras imperialistas, si ocurren. De ninguna de las maneras esto se traduce en apoyar que todo eso ocurra.
Nosotros no apoyamos que una parte de nuestra clase se muera a la intemperie en la calle porque eso puede radicalizar a otros obreros a nuestra causa, y nosotros no apoyamos la destrucción que conllevan las guerras imperialistas aunque puedan suponer una ola de apoyo al proyecto comunista. Y nosotros tampoco apoyamos que amplios sectores de la clase obrera sean obligados a dar su vida por intereses ajenos, por más que esa deleznable situación se pueda aprovechar. Decir que sí se debería apoyar el servicio militar obligatorio, o cualquier otro elemento del capitalismo que podamos aprovechar, roza el aceleracionismo. Todo esto aparte de que es cuestionable que el servicio obligatorio sea tan análogo al Partido y que pueda acercar a obreros a las estructuras leninistas.
La intervención del Partido en el ejército es algo interesante y que no se debería rechazar porque sí, sin duda que es útil tener a cuadros formados en un ejército. Pero de nuevo, no se trata ni de subcontratar la eduación de la clase obrera a la burguesía (primero de todo porque no son tan similares las estructuras), ni de apoyar la entrada masiva de obreros al ejército. Se trata de capitalizar el antagonismo de clases que se manifiesta a diario en la vida de los obreros.
La pregunta original:
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alesitafresita · 9 months ago
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Alguien de aquí sabe que son las ITS? Bueno pues les daré una definición de lo que son:
DEFINICIÓN DE INFECCIONES DE TRANSMISIÓN SEXUAL
Las ITS son enfermedades que se transmiten de una persona a otra a través del contacto sexual. Estas incluyen la infección por clamidia, la gonorrea, el herpes genital, la infección por el virus del papiloma humano (VPH), la sífilis y la infección por el VIH.
Anteriormente se las conocía como enfermedades venéreas. Son causadas por virus, bacterias o parásitos.
Estás suelen ser asintomáticas. Sin embargo, si no se tratan pueden tener consecuencias graves, como ceguera y otras manifestaciones neurológicas, infertilidad, transmisión maternoinfantil o defectos congénitos.
¿Cómo se detecta una ITS?
Suelen ser asintomáticas. Sin embargo, si no se tratan pueden tener consecuencias graves, como ceguera y otras manifestaciones neurológicas, infertilidad, transmisión maternoinfantil o defectos congénitos.
Una ITS suele manifestarse entre 10 y 90 días en función del tipo de infección. Sin embargo, también existen casos en los que no se manifiestan hasta mucho después, como ocurre con el VIH.
Aquí abajo les dejaré el link de una encuesta para que respondan.
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estebanlopezgonzalezcom · 14 days ago
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"¿Sabes cómo sé que te amo?
Porque me gusta que sepas dónde estoy, no por obligación, sino porque tienes derecho a saber a dónde te llevo, cuando no te llevo de la mano".
- Jaime Sabines Gutiérrez (1926-1999), reconocido como uno de los más grandes poetas mexicanos del siglo XX.
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groennuuk · 3 months ago
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Margarita García Alonso #graphicdesigner
 CARTA A LOS MÉDICOS DIRECTORES DE MANICOMIOS por ANTONIN ARTAUD
Señores:
Las leyes, las costumbres, les conceden el derecho de medir el
espíritu. Esta jurisdicción soberana, temible, ustedes la ejercen con el
entendimiento. No nos hagan reír. La credulidad de los pueblos
civilizados, de los sabios, de los gobernantes, adornan a la psiquiatría
de no se sabe que luces sobrenaturales. El proceso hecho a la
profesión que ustedes ejercen está juzgado de antemano. NO
pensamos discutir aquí el valor de esa ciencia ni la dudosa existencia
de las enfermedades mentales. Pero, por cada cien patogenias
presuntuosas en las que se desencadena la confusión de la materia
del espíritu, por cada cien calificaciones de las cuales las más vagas
son todavía las únicas utilizables, ¿cuántas tentativas nobles se han
hecho por aproximarse al mundo cerebral en el que viven tantos de
los que tienen prisioneros? ¿Cuantos hay entre ustedes, por ejemplo,
para quienes el sueño del demente precoz, las imágenes de las que
es presa, no sean otra cosa que una ensalada de palabras?
No nos asombramos de encontrarlos inferiores a una tarea para
la cual no hay sino pocos predestinados. Pero nos levantamos
contra el derecho atribuido a ciertos hombres, limitados o no,
a sancionar, mediante la encarcelación perpetua, sus
investigaciones en el dominio del espíritu.
¡Y qué encarcelación! Se sabe -no se lo sabe lo suficiente- que los
asilos, lejos de ser asilos, son cárceles terribles, en las que los
detenidos proporcionan mano de obra gratuita y cómoda y donde la
sevicia es la regla, y esto es tolerado por ustedes. El asilo de
alienados, bajo la cobertura de la ciencia y de la justicia, es
comparable a la caserna, a la prisión, a la cárcel.
No nos referiremos aquí a la cuestión de las internaciones
arbitrarias para evitarles el trabajo de las fáciles negaciones.
Afirmamos que un gran número de asilados, perfectamente locos
según la definición oficial, están, también ellos, arbitrariamente
internados. No admitimos que se impida el libre desenvolvimiento de
un delirio tan legítimo, tan lógico como toda otra sucesión de ideas o
de actos humanos. La represión de las reacciones antisociales es tan
quimérica como inaceptable en su principio. Todos los actos
individuales por excelencia de la dictadura social; en nombre de esa
individualidad que es lo propio del hombre, reclamamos que se libere
a esos forzados de la sensibilidad, puesto que tampoco está en el
poder de las leyes encerrar a todos los hombres que piensan y
actúan.
Sin insistir sobre el carácter perfectamente genial de las
manifestaciones de ciertos locos, en la medida en que somos aptos
para apreciarlas, afirmamos la legitimidad absoluta de su concepción
de la realidad y de todos los actos que derivan de ella.
Esperamos que mañana por la mañana a la hora de la visita
puedan recordar esto, cuando intenten, sin léxico, conversar con esos
hombres sobre los cuales, reconózcanlo, no tienen otra superioridad
que la de la fuerza.
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jgmail · 18 days ago
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Marx, el comunismo y el decrecimiento
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Por Daniel Tanuro, Jean-Marie Harribey
Fuentes: Viento sur
A propósito del nuevo libro de Kohei Saito ¡Menos! El decrecimiento es una filosofía
Daniel Tanuro
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El libro es excelente y particularmente útil en cuatro cuestiones: la naturaleza de clase, fundamentalmente destructiva, de las fuerzas productivas capitalistas; la superioridad social y ecológica de las (llamadas) sociedades primitivas, sin clases; el debate sobre naturaleza y cultura con Bruno Latour y Jason Moore; en fin, el gran error de los aceleracionistas que se apoyan en Marx para negar la imperiosa necesidad de un decrecimiento. Estos cuatro aspectos tienen una gran importancia política hoy, no sólo para las y los marxistas preocupados por estar a la altura del desafío ecosocial planteado por la crisis sistémica del capitalismo, sino también para las y los activistas ecológicos. Este libro tiene las mismas cualidades que el precedente: erudito, bien construído y sutil y clarificador en la presentación de la evolución intelectual de Marx después de 1868. Por desgracia, tiene el mismo defecto: da por sentado lo que sólo es una hipótesis. Una vez más, Saito exagera al querer encontrar en Marx la perfecta anticipación teórica de los combates de hoy 1.
Al comienzo fue la “fractura metabólica”.
La primera parte de Marx en el Antropoceno profundiza en la exploración del concepto marxista de fractura metabólica 2. Saito sigue aquí la estela de John B. Foster y de Paul Burkett, que habían mostrado la inmensa importancia de esta noción 3 Saito enriquece el análisis al resaltar tres manifestaciones del fenómeno –perturbación de los procesos naturales, falla espacial, hiato entre las temporalidades de la naturaleza y del capital– a las que corresponden tres estrategias capitalistas de elusión –las pseudosoluciones tecnológicas, la deslocalización de las catástrofes a los países dominados y el aplazamiento de sus consecuencias a las futuras generaciones (p. 29 y ss.).
El capítulo 1 se ocupa en particular de la contribución al debate del marxista húngaro István Mészáros, que Saito considera decisivo en la reapropiación del concepto de metabolismo a finales del siglo XX. El capítulo 2 se centra en la responsabilidad de Engels al editar los Libros II y III del Capital, difundiendo una definición truncada de la fractura metabólica, sensiblemente distinta de la de Marx. Para Saito, este cambio, lejos de ser fortuito, traduciría una divergencia entre la visión ecológica de Engels –limitada al temor a las “revanchas de la naturaleza”– y la de Marx –centrada en la necesaria “gestión racional del metabolismo” por medio de la reducción del tiempo de trabajo. El capítulo 3, al tiempo que recuerda las ambigüedades de György Lukács, rinde homenaje a su visión del desarrollo histórico del metabolismo humano-naturaleza, como continuidad y a la vez como ruptura. Para Saito, esta dialéctica, inspirada en Hegel (“identidad entre la identidad y la no-identidad”) es indispensable para diferenciarse tanto del dualismo cartesiano –que exagera la discontinuidad entre naturaleza y sociedad– como del constructivismo social –que exagera la continuidad (la identidad) entre estos dos polos y por eso no puede “mostrar el carácter único de la forma capitalista de organizar el metabolismo humano con el entorno” (p. 91).
Dualismo, constructivismo y dialéctica
La segunda parte de la obra dirige una mirada muy (¿demasiado?) crítica sobre otras ecologías de inspiración marxista. Saito se desmarca de David Harvey, al que achaca una “sorprendente reacción negativa ante el giro ecológico en el marxismo”. De hecho, Marx en el Antropoceno incluye algunas citas sorprendentes del geógrafo estadounidense: Harvey parece convencido de “la capacidad del capital para transformar todo límite natural en barrera superable”; confiesa que “hablar de los límites y de la rareza ecológica (…) (le) pone tan nervioso políticamente como desconfiado teóricamente”; “las políticas socialistas basadas en la idea de una catástrofe ambiental inminente” serían para él “un signo de debilidad”. Neil Smith, geógrafo como Harvey, “mostraría la misma vacilación ante el ambientalismo”, que califica de “apocalipsismo”. Smith es conocido por su teoría de “la producción social de naturaleza”. Saito la rechaza ya que considera que incita a negar la existencia de la naturaleza como entidad autónoma, independiente de los humanos: lo deduce de la afirmación de Smith de que “la naturaleza no es nada si no es social” (p. 111). En general, Saito ataca las concepciones constructivistas planteando que “la naturaleza es una presunción objetiva de la producción”. No hay duda alguna de que esta visión era también la de Marx. El hecho incontestable de que la humanidad forma parte de la naturaleza no significa ni que todo lo que hace esté dictado por su naturaleza, ni que todo lo que la naturaleza hace esté construido por la sociedad.
Destrucción ecológica: ¿los “actores” o el beneficio?
En el marco de esta polémica, el autor dedica algunas páginas muy duras a Jason Moore. Admite que la noción de Capitaloceno “supone un avance respecto al concepto de producción social de naturaleza”, porque pone el acento en las interacciones humanidad/entorno. Pero reprocha a Moore agrupar a humanos y no humanos como actores que trabajan en red para producir un conjunto intrincado, “híbrido” según Bruno Latour. Es un tema importante. En efecto, Moore considera que distinguir una fractura metabólica dentro del conjunto-red es un contrasentido, el producto de una visión dualista. Ahora bien, la noción de metabolismo designa la manera como órganos distintos de un mismo organismo contribuyen específicamente al funcionamiento del todo. Es lo contrario del dualismo (como también del monismo) y se vuelve a la fórmula de Hegel: hay “identidad de la identidad y de la no-identidad”. Marx en el Anthropoceno ataca también las tesis de Moore por otro ángulo: el del trabajo. Para Moore, el capitalismo se mueve por la obsesión de la “Cheap Nature” (naturaleza barata), que según él engloba la fuerza de trabajo, la energía, los bienes alimentarios y las materias primas. Moore se reclama de Marx, pero está claro que su Cheap naturez escamotea el papel exclusivo del trabajo abstracto en la creación de plusvalor, así como el papel clave de la carrera por el plusvalor en la destrucción ecológica. Pero el valor no es un actor híbrido entre otros. Como dice Saito,es “puramente social” y por medio de él el capitalismo “domina los procesos metabólicos de la naturaleza” (pp. 121-122).
Está claro que la carrera por el beneficio agudiza la fractura metabólica, al exigir cada vez más energía, fuerza de trabajo, productos agrícolas y materias primas baratas. Evidentemente, de todos los recursos naturales que el capital transforma en mercancías, la fuerza de trabajo antrópica es la única capaz de crear un indice tan puramente antrópico como el valor abstracto. Como dice Saito: “precisamente porque la naturaleza existe independiente y previa a todas las categorías sociales, y sigue manteniendo su no-identidad con la lógica del valor, la maximización del beneficio produce una serie de discordancias en el seno del metabolismo natural”. Por consiguiente, la fractura no es una metáfora, como pretende Moore. “Existe efectivamente una fractura entre el metabolismo social de las mercancías y de la moneda, y el metabolismo universal de la naturaleza” (ibid). “No por dualismo cartesiano, Marx describía de manera dualista la fractura entre el metabolismo social y el metabolismo natural –así como la fractura entre el trabajo productivo y el trabajo improductivo. Lo hizo de forma consciente, porque las relaciones únicamente sociales del capitalismo ejercen un poder extranatural (alien power) en la realidad; un análisis crítico de esta potencia social requiere inevitablemente separar lo social y lo natural en tanto que ámbitos de investigación independientes y analizar después su encaje.” (p. 123)
Incomparable. No hay ninguna duda, una vez más, de que ésta era para Marx la visión del encaje de lo social en lo ambiental.
Aceleracionismo vs. anti-productivismo
El capítulo 5 polemiza con otra variedad de marxistas: los “aceleracionistas de izquierda”. Según estos autores, los desafíos ecológicos sólo pueden ser resueltos multiplicando el desarrollo tecnológico, la automación, etc. Esta estrategia, en su opinión, es conforme al proyecto marxiano: hay que derribar los obstáculos capitalistas al crecimiento de las fuerzas productivas para posibilitar una sociedad de la abundancia. Esta parte del libro es muy interesante porque clarifica la ruptura con el productivismo y el prometeísmo de los años de juventud. La ruptura no es probablemente tan neta como lo pretende Saito 4, pero hubo sin duda un giro. En El Manifiesto comunista, Marx y Engels explicaban que el proletariado debía “tomar el poder para arrancar poco a poco todo el capital a la burguesía, centralizar todos los medios de producción en manos del Estado y aumentar lo más rápido posible la cantidad de fuerzas productivas” 5. Llama la atención que la perspectiva de este texto es muy estatalista y que considera las fuerzas productivas como socialmente neutras; forman un conjunto de cosas que debe cambiar de manos (debe ser “arrancado poco a poco a la burguesía”) para crecer de forma cuantitativa.
Por tanto ¿tienen razón por tanto los aceleracionistas al apoyarse en Marx? No, porque Marx abandonó la concepción expuesta en el Manifiesto. Kohei Saito llama la atención sobre el hecho de que El Capital, su gran obra, ya no trata de las “fuerzas productivas” en general (ahistóricas), sino de fuerzas productivas históricamente determinadas: las fuerzas productivas capitalistas. El largo capítulo XII del Tomo I, Vol. 2 (“Maquinismo y gran industria”) desglosa los efectos destructivos de dichas fuerzas, tanto en el plano social como en el ambiental. Se podría añadir: no es fortuito que este capítulo acabe precisamente con la siguiente frase, digna de un manifiesto ecosocialista moderno: “La producción capitalista sólo desarrolla la técnica y la combinación del proceso de producción social agotando al mismo tiempo las dos fuentes de las que nace toda riqueza: la tierray el trabajador”. Ya no se trata de neutralidad de las tecnologías. El capital ya no es entendido como una cosa, sino como una relación social de explotación y de destrucción, que debe ser destruido (“negación de la negación”). Señalemos que Marx, después de la Commune de Paris, precisará que romper con el productivismo requiere también romper con el estatalismo.
Es sorprendente que Kohei Saito no recuerde la frase citada del Manifiesto, donde se exhorta al proletariado a tomar el poder para “aumentar lo más rápido posible la cantidad de fuerzas productivas”. Eso habría dado más relieve aún a su demostración del cambio ulterior. Pero poco importa: el hecho es que el giro es real y desemboca en el Libro III de El Capital en una magnífica perspectiva de revolución en permanencia, resueltamente anti-productivista y anti-tecnocrática:
La libertad en este terreno sólo puede consistir en que el hombre socializado, los productores asociados, regulen racionalmente ese metabolismo suyo con la naturaleza poniéndolo bajo su control colectivo, en vez de ser dominados por él como por un poder ciego; que lo lleven a cabo con el mínimo empleo de fuerzas y bajo las condiciones más dignas y adecuadas a su naturaleza humana (El Capital, T. 3, Vol. 8, p. 1044).
La evolución es clara. El paradigma de la emancipación humana ha cambiado: ya no consiste en el crecimiento de las fuerzas productivas sino en la gestión racional de los intercambios con la naturaleza y entre los seres humanos.
Subsunción formal y subsunción real del trabajo.
Las páginas más ricas de Marx en el Antropoceno son, en mi opinión, aquellas en que Saito muestra que el nuevo paradigma marxiano de la emancipación es resultado de un amplio esfuerzo de crítica de las formas sucesivas que el capital ha impuesto al trabajo. Aunque formando parte de los trabajos preparatorios de El Capital, esta crítica no se publicará hasta más tarde (Manuscritos económicos de 1861-1863). Su punto clave es la importante noción de subsunción del trabajo por el capital. Insistimos de paso: la subsunción es más que la sumisión: subsumir implica integrar lo que está sometido a quien lo somete. El capital subsume al trabajo asalariado puesto que integra la fuerza de trabajo como capital variable. Pero, para Marx, hay subsunción y subsunción: el paso de la manufactura al maquinismo y a la gran industria implica el paso de la “subsunción formal” a la “subsunción real”. La primera significa simplemente que el capital toma el control del proceso de trabajo que existía antes, sin aportar cambio ni en su organización ni en su carácter tecnológico. La segunda se instala a partir del momento en que el capital revoluciona completamente y sin parar el proceso de producción –no sólo en el plano tecnológico sino también en el plano de la cooperación–, es decir, de las relaciones productivas entre trabajadores y entre trabajadores y capitalistas. Se crea así un modo de producción específico, sin precedente, por entero adaptado a los imperativos de la acumulación del capital. Un modo en el cual, al contrario que en el precedente, “el mando del capitalista se vuelve indispensable para la realización del propio proceso de trabajo”. (p. 148).
Saito no es el primero en apuntar el carácter de clase de las tecnologías. Daniel Bensaïd destacaba la necesidad de que “las propias fuerzas productivas sean sometidas a un examen crítico” 6. Michaël Löwy defiende que no basta con destruir el aparato de Estado burgués –también el aparato productivo capitalista debe ser desmantelado 7. Pero hay que agradecer a Saito ceñirse lo más posible al texto de Marx para resumir las implicaciones en cascada de la subsunción real del trabajo: “aumenta considerablemente la dependencia de los trabajadores respecto del capital”; “las condiciones objetivas para que los trabajadores realicen sus capacidades les aparecen cada vez más como un poder extranjero, independiente”; “por el hecho de que el capital en tanto que trabajo objetivado –medios de producción– emplea trabajo vivo, la relación del sujeto y del objeto se invierte en el proceso de trabajo”; “al estar el trabajo encarnado en el capital, el papel del trabajador se reduce al de simple portador de la cosa reificada –los medios de preservar y valorizar el capital al lado de las máquinas– mientras que la cosa reificada adquiere la apariencia de la subjetividad, poder extranjero que controla el comportamiento y la voluntad de la persona”; “siendo el aumento de las fuerzas productivas posible sólo a iniciativa del capital y bajo su responsabilidad, las nuevas fuerzas productivas del trabajo social no aparecen como las fuerzas productivas de los mismos trabajadores,sino como las fuerzas productivas del capital”; “el trabajo vivo se convierte (así) en un poder del capital, cualquier desarrollo de las fuerzas productivas del trabajo es un desarrollo de las fuerzas productivas del capital”. Se imponen dos conclusiones no productivistas y no tecnocráticas: 1°) “el desarrollo de las fuerzas productivas bajo el capitalismo no hace sino aumentar el poder exterior del capital,despojando a los trabajadores de sus competencias subjetivas, de su saber y de su visión, no abre automáticamente la posibilidad de un futuro radiante”; 2°) el concepto marxiano de fuerzas productivas es más amplio que el de fuerzas productivas capitalistas –incluye capacidades humanas tales como las competencias, la autonomía, la libertad y la independencia y por tanto es a la vez cuantitativo y cualitativo” (p. 149-150).
¿Qué materialismo histórico? ¿Qué abundancia?
Estos desarrollos llevan a Kohei Saito a preguntarse por el materialismo histórico. Es sabido que el Prefacio a la Crítica de la Economía Política contiene el único resumen que hizo Marx de su teoría. Dice:
En un determinado estadio de su desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes o, lo que no es más que su expresión jurídica, con las relaciones de propiedad en cuyo seno se habían movido hasta entonces. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas que eran, estas relaciones se convierten en obstáculos. Entonces se abre un período de revolución social 8.
Parece claro que Marx no podía adherirse literalmente a esta formulación –y aún menos a la del Manifiesto sobre el aumento cuantitativo de las fuerzas productivas– desde el momento en que su análisis le llevaba a concluir que el desarrollo de dichas fuerzas refuerza el dominio del capital y mutila la iniciativa de aquellos a quienes explota. Como dice Saito:
No se puede asumir que una revolución socialista pueda simplemente reemplazar las relaciones de producción por otras, una vez alcanzado un cierto nivel de fuerzas productivas. Puesto que las fuerzas productivas del capital engendradas por la subsunción real son materializadas y cristalizadas en el modo capitalista de producción, desaparecerían al mismo tiempo que el modo de producción.
Transferir la propiedad del capital al Estado no cambiaría el problema: al no cambiar las fuerzas productivas, 1°) las tareas de concepción deberían ser aseguradas por una “clase burocrática”, 2°) continuaría la destrucción ecológica. El autor concluye que “la subsunción real plantea un problema difícil de gestión socialista libre. La visión tradicional del materialismo histórico, sintetizada en el Prefacio, no da ninguna pista de solución” y “Marx no ha aportado una respuesta definitiva a estas cuestiones, ni siquiera en El Capital, de manera que debemos ir más allá.” (pp. 157-158).
“Ir más allá” es lo que se propone en la tercera parte de su obra, y lo que suscita más polémica. La cuestión de partida es sencilla: si la emancipación no pasa por el libre crecimiento de las fuerzas productivas, lo que Daniel Bensaid denominaba el “comodín de la abundancia” (op. cit.), ¿por dónde podría pasar? Por “la reducción de escala y la desaceleración de la producción”, responde Saito (p. 166). Para el autor, en resumen, la abundancia debe entenderse no como plétora de bienes materiales privados –según el modelo consumista y a la vez excluyente de la acumulación de mercancías accesibles únicamente para la demanda solvente– sino como profusion de riquezas sociales y naturales comunes. Sin ello, “la opción restante es el control burocrático de la producción social, que ocasionó el fracaso de la vía soviética” (p. 166).
Decrecimiento, economía estacionaria y transición
Marx en el Antropoceno aboga por tanto por un “comunismo decrecentista”, profundamente igualitario, centrado en la satisfacción de las necesidades reales. Según Saito, éste era el comunismo de las llamadas comunidades arcaicas, algunos de cuyos rasgos han subsistido mucho tiempo bajo formas más o menos degradadas en sistemas agrarios basados en la propiedad colectiva de la tierra, sobre todo en Rusia. Para el Marx de madurez, se trataba de mucho más que de supervivencias del pasado: estas comunidades muestran que después de haber “expropiado a los expropiadores”, la sociedad, para abolir toda dominación, deberá progresar hacia una forma más elevada de la comunidad arcaica. Me adhiero plenamente a esta perspectiva, pero con una precisión: Saito fuerza demasiado las cosas al pretender que “14 años de estudio serio de las ciencias naturales y de las sociedades precapitalistas” habrían llevado a Marx en 1881 a avanzar “su idea del comunismo decrecentista” (p. 242).Esta afirmación es excesiva. Tomada literalmente, no se basa en ningún documento conocido. Por ello, para, a pesar de todo, darle una pizca de plausibilidad (y aun en este caso:¡a condición de formularla como hipótesis, no como certidumbre!) Saito se ve obligado a recurrir a una sucesión de amalgamas: tiene que hacer como si la crítica radical de la acumulación capitalista por Marx fuese lo mismo que la economía estacionaria, como si las comunidades arcaicas fuesen estacionarias y como si la economía estacionaria fuese lo mismo que el decrecimiento. Hay mucho si, pasa por alto diferencias esenciales… y no nos hace avanzar en el debate sobre los retos del decrecimiento en el sentido en que se discute hoy entre anticapitalistas, es decir, en el sentido literal de la reducción de la producción impuesta objetivamente por el cambio climático. Veámoslo más de cerca.
Dejemos de lado el PIB y consideremos únicamente la producción material: una sociedad post-capitalista en un país muy pobre rompería con el crecimiento capitalista pero debería aumentar la producción durante un cierto período para poder responder a la enorme masa de necesidades reales insatisfechas; una economía estacionaria utilizaría cada año la misma cantidad de recursos naturales para producir la misma cantidad de valores de uso con las mismas fuerzas productivas; en cuanto a una economía decreciente, reduciría las extracciones y la producción. Poniendo un signo de igualdad entre estas dos formas, Kohei Saito mantiene una lamentable confusión. “Debería quedar claro ahora, escribe, que el socialismo promueve una transición social hacia una economía de decrecimiento” (p.242). Está muy mal formulado, porque el decrecimiento no es un proyecto de sociedad, sino justo una condición que pesa sobre la transición. Una “economía de decrecimiento”, como tal, no quiere decir nada. Algunas producciones deberían crecer y otras disminuir en el seno de una asignación global decreciente. Para ceñirse al diagnóstico científico sobre el cambio climático, hay que decir más o menos esto: planificar democráticamente un decrecimiento justo es el único medio de transitar racionalmente hacia el ecosocialismo. Dado que debe ser construído un nuevo sistema energético 100% renovable con la energía del sistema actual (que es en un 80% fósil, fuente por tanto de CO2), sólo caben en términos generales dos estrategias posibles para suprimir las emisiones: o reducir radicalmente el consumo final de energía (lo que implica producir y transportar globalmente menos) adoptando medidas anticapitalistas fuertes (contra el 10%, y sobre todo el 1% más rico); o apostar por la compensación carbono y el despliegue masivo en el futuro de hipotéticas tecnologías de captura-almacenamiento de carbono, de captura-utilización o de geoingeniería, esto es, por soluciones de aprendices de brujos que implican aún más desposesiones, desigualdades sociales y destrucciones ecológicas. Proponemos la expresión decrecimiento justocomo eje estratégico de los marxistas antiproductivistas de hoy. Hacer del decrecimiento un sinónimo de la economía estacionaria no es una opción porque equivale a reduci rel volumen de la alarma de incendio.
La comuna rural rusa, la revolución y la ecología
La perspectiva de un decrecimiento justo debe mucho al enorme trabajo pionero de Marx, pero no tiene sentido afirmar que él fue su creador, porque Marx nunca abogó explícitamente por una disminución neta de la producción. Para convertirlo en padre del ”comunismo decreciente”, Saito se basa casi exclusivamente en un texto famoso y de una importancia excepcional: la carta a Vera Zasulich 9. En 1881, la populista rusa había pedido a Marx, por correo, su opinión sobre la posibilidad de apoyarse en Rusia en la comuna campesina para construir directamente el socialismo sin pasar por el capitalismo. La traducción rusa de El Capital había desencadenado un debate sobre esta cuestión entre los opositores al zarismo. Marx redactó tres borradores de respuesta. Éstos confirman su ruptura profunda con la visión lineal del desarrollo histórico y, por tanto, también con la idea de que los países capitalistas más avanzados serían los más cercanos al socialismo. Al respecto, la última frase es clara como agua cristalina:
Si la revolución se hace en tiempo oportuno, si concentra todas sus fuerzas para asegurar el libre desarrollo de la comuna rural, ésta evolucionará pronto como un elemento regenerador de la sociedad rusa y como elemento de superioridad sobre los países subyugados por el régimen capitalista.
Para Saito, este texto significa que la degradación capitalista del entorno había conducido a Marx, después de 1868, a “abandonar su esquema de materialismo histórico anterior. No fue una tarea cómoda para él”, dice. “Su visión del mundo estaba en crisis. En este sentido, (sus) investigaciones intensivas de sus últimos años (sobre las ciencias naturales y sobre las sociedades precapitalistas, D.T.) eran un intento desesperado de reconsiderar y de reformular su concepción materialista de la historia a partir de una perspectiva enteramente nueva, derivada de una concepción radicalmente nueva de la sociedad alternativa” (p. 173). “Catorce años de investigaciones” habían llevado a Marx “a concluir que la sostenibilidad y la igualdad basadas en una economía estacionaria son la fuente de la capacidad (power) de resistencia al capitalismo”. Habría comprendido por tanto “la oportunidad de formular una nueva forma de regulación racional del metabolismo humano con la naturaleza en Europa occidental y en EstadosUnidos”: “la economía estacionaria y circular sin crecimiento económico, que antes había rechazado como estabilidad regresiva de las sociedades primitivas sin historia” (pp. 206-207).
¿Qué pensar de esta reconstrucción del itinerario del pensamiento marxista con salsa ecologista? La narrativa puede gustar mucho en algunos medios, es evidente. Pero, ¿por qué esperó Marx hasta 1881 para expresarse sobre esta cuestión clave? ¿Por qué lo hizo solamente a través de una carta? ¿Por qué esta carta requirió tres borradores sucesivos? Si de verdad había comenzado Marx a “revisar su esquema teórico en 1860 como consecuencia de la degradación ecológica” (p.204), y si de verdad el concepto de fractura metabólica había servido de “mediación» en sus esfuerzos de ruptura con el eurocentrismo y el productivismo” (p. 200), ¿cómo explicar que la superioridad ecológica de la comuna rural sólo se cite una vez en la respuesta a Zasulich? Last but not least: aunque no se puede excluir que la última frase de esta respuesta proyecte la visión de una economía post-capitalista estacionaria para Europa occidental y EstadosUnidos, no era el caso de Rusia; Marx insistía mucho en el hecho de que sólo beneficiándose del nivel de desarrollo de los países capitalistas desarrollados podría el socialismo en Rusia “asegurar el libre desarrollo de la comuna rural”. Al final, la intervención de Marx en el debate ruso parece desprenderse mucho más de su admiración por la superioridad de las relaciones sociales en las sociedades “arcaicas” 10 y de su compromiso militante en la internacionalización de la revolución que de la centralidad de la crisis ecológica y de la idea del “comunismo decrecentista”.
“Ofrecer algo positivo”
La afirmación categórica de que Marx habría inventado ese “comunismo decrecentista” para reparar la “fractura metabólica” es tan excesiva que habría que preguntarse por qué Kohei Saito la formula como conclusión de una obra que tiene cosas tan excelentes. La respuesta se da en las primeras páginas del capítulo 6. Ante la urgencia ecológica, el autor plantea la necesidad de una respuesta anticapitalista, considera que las interpretaciones productivistas del marxismo son “insostenibles”, constata que el materialismo histórico es “impopular hoy día” entre los ambientalistas y piensa que es una lástima (a pity), porque éstos tienen “un interés común en criticar el insaciable deseo de acumulación del capital, aunque sea a partir de puntos de vista diferentes” (p. 172). Para Saito, los trabajos que muestran que Marx se apartó de las concepciones lineales del progreso histórico, o que se interesó por la ecología, “no bastan para demostrar a los no marxistas que deben prestar atención hoy al interés de Marx por la ecología. Hay que “tener en cuenta tanto los problemas del eurocentrismo como del productivismo para que se vuelva convincente una interpretación completamente nueva del Marx de la madurez” (p. 199). “Los investigadores deben ofrecer sobre esto algo positivo”, “elaborar sobre su visión positiva de la sociedad post-capitalista” (p. 173). ¿Se trata por tanto de ofrecer de manera convincente esta interpretación “completamente nueva”, describiendo a un Marx que funda sucesivamente, y con algunos años de distancia, el “ecosocialismo” y después el “comunismo del decrecimiento”? Me parece más cercano a la verdad, y por tanto más convincente, considerar que Marx no era ni ecosocialista ni decrecentista, en el sentido contemporáneo de estos términos. Esto no quita nada al hecho de que su penetrante crítica del productivismo capitalista y su concepto de “fractura metabólica” son decisivos para comprender la urgente necesidad actual de un “decrecimiento justo”.
Querer hacer entrar a la fuerza el decrecimiento en el pensamiento de Marx resulta anacrónico. Además, tampoco es necesario. Ciertamente, no se puede defender el decrecimiento justo y mantener en paralelo la versión productivista cuantitativista del materialismo histórico. Por contra, el decrecimiento justo se integra sin dificultad en un materialismo histórico que considera las fuerzas productivas en sus dimensiones cuantitativas y cualitativas. En cualquier caso, no necesitamos el aval de Marx ni para admitir la necesidad de un decrecimiento justo, ni más en general para ampliar y profundizar su “crítica inacabada de la economía política”.
El problema de la apología
Hay que preguntarse por la utilidad de una crítica de las exageraciones de Saito. Se puede decir: lo esencial es que “(este) libro proporciona un alimento útil a los socialistas y a las y los activistas ambientales, independientemente de las opiniones (o del interés mismo de tener una opinión) sobre la cuestión de si Marx era de verdad un comunista decreciente o no” 11. Esto es lo esencial, en efecto, y hay que repetirlo: Marx en el Antropoceno es una obra excelente, sobre todo porque sus desarrollos sobre los cuatro puntos mencionados en la introducción de este artículo son de gran actualidad e importancia. Sin embargo, no hay que subestimar el debate sobre lo que Marx dijo o no porque se refiere a la metodología a emplear en la elaboración de las herramientas intelectuales necesarias para la lucha ecosocialista. Pero esta cuestión concierne también a las y los activistas no marxistas.
El método de Kohei Saito tiene un defecto: es apologético. Este rasgo ya era perceptible en  El ecosocialismo de Marx: aunque el subtítulo de la obra señalaba la “crítica inacabada de la economía política”, el autor dedicaba paradójicamente todo un capítulo a hacer como si Marx, después de El Capital, hubiera desarrollado un proyecto ecosocialista completo. Marx en el Antropoceno sigue el mismo camino, pero de manera aún más clara. Tomadas en conjunto, las dos obras dan la impresión de que Marx, en los años 1870, habría acabado por considerar la perturbación del metabolismo humanidad-naturaleza como la contradicción central del capitalismo, que primero habría deducido un proyecto de crecimiento ecosocialista de las fuerzas productivas, que después habría abandonado, hacia 1880-81, para trazar una nueva vía: el “comunismo decrecentista”. He intentado mostrar que esta narración es muy cuestionable.
Uno de los problemas de la apología es sobreestimar mucho la importancia de los textos. Por ejemplo, Saito da una importancia desproporcionada a la modificación por Engels del pasaje de El Capital, Libro III, donde Marx habla de la “fractura metabólica”. La dominación de las interpretaciones productivistas del materialismo histórica durante el siglo XX no se explica sobre todo por esta modificación: deriva principalmente del reformismo de las grandes organizaciones y de la subsunción de proletariado por el capital. Luchar contra esta situación, articular las resistencias sociales para poner en crisis la ideología del progreso en el seno mismo del mundo del trabajo es hoy día la principal tarea estratégica de los ecosocialistas. Las respuestas hay que buscarlas en las luchas y en el análisis de las luchas, más que en los blocs de notas de Marx.
Y lo que es más fundamental, la apología tiende a flirtear con el dogmatismo. “Marx lo dijo” se convierte fácilmente en el mantra que impide ver y pensar como marxista sobre lo que Marx no dijo. Porque, evidentemente, no dijo todo. Si hay alguna lección metodológica a sacar de su monumental obra es que la crítica es fértil y el dogma es estéril. La capacidad del ecosocialismo  para responder a los formidables desafíos de la catástrofe ecológica capitalista dependerá no sólo de su fidelidad sino también de su creatividad y su capacidad de romper, incluso con sus propias ideas anteriores, como hizo Marx cuando era necesario. No se trata sólo de pulir cuidadosamente la ecología de Marx, sino también y sobre todo de desarrollarla y radicalizarla.
Publicado en Actuel Marx, 2024 número 76. Reproducido con autorización del autor.. Traducción: viento sur
De la ecología a las luchas sociales y a la revolución: sobre el nuevo libro de Daniel Tanuro
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El ingeniero agrónomo Daniel Tanuro, militante ecosocialista y miembro de la IVe Internacional, ha publicado este año Ecologie, luttes sociales et révolution (París, La Dispute, 2024). Es un libro de entrevistas realizadas por Alexis Cukier y Marine Garrisi, y prologado por Timothée Parrique. Autor ya de otros libros 12, Daniel Tanuro propone en éste una bien recibida síntesis sobre el estado de los conocimientos en materia de degradación ecológica, sobre todo en relación con el calentamiento climático, y también sobre la acción a llevar a cabo para superar el modelo de crecimiento capitalista que está en el origen de las múltiples crisis, o como indica el autor: lo que se sabe, lo que se puede hacer.
Lo que se sabe y explica Daniel Tanuro
Tanto los informes del IPCC sobre el clima como los del IPBES sobre la biodiversidad y los daños ecosistémicos no dejan lugar a dudas: vamos hacia la catástrofe, o según Daniel Tanuro al “cataclismo” (p. 25). El diagnóstico es indiscutible si “se considera simultáneamente nueve elementos interdependientes: la biodiversidad, la acidez de los océanos, la concentración atmosférica en partículas, la aparición de nuevas entidades químicas, los cambios de ocupación de los suelos, el estado de la capa de ozono estratosférico, los ciclos del carbono, nitrógenoy fósforo así como del agua” (p. 26) 13. De esta forma pueden definirse “zonas fronterizas” (p. 27) que no se deben traspasar.
En la discusión que opone a algunos expertos, ecomarxistas o no, sobre los orígenes del cambio de era provocado por las actividades humanas, Daniel Tanuro es tajante: para designar un cambio de era geológica, “hay que aplicar los criterios de los geólogos (…) que proporcionan una base sólida para situar el comienzo del Antropoceno después de la Segunda Guerra Mundial” (p. 30): nivel de los océanos, declive brutal de la biodiversidad, nuevas entidades químicas en las rocas. Aunque haya premisas antes de 1950, para el autor se trata de designar la “gran aceleración” producida después de esa fecha (p. 31). En esta cuestión Daniel Tanuro se aleja de otros teóricos marxistas con tendencia a preferir el concepto de capitaloceno al de antropoceno. Pero la distancia no es muy grande porque como Daniel Tanuro precisa: “el cambio ocurre en los años 1950 como resultado de un siglo y medio de acumulación capitalista” (p. 32, énfasis mío): “Hay que oponerse a los intentos de utilizar el Antropoceno contra la historia, como dice con toda razón Andreas Malm. Estos intentos escamotean los determinantes sociales, los disuelven en las leyes de la natualeza. Se borra así la historia, en particular el capitalismo, el colonialismoy el patriarcado.” (p. 33)
En cambio, Daniel Tanuro se separa claramente de Jason Moore, que se inserta en la corriente de Bruno Latour, recusando toda especificidad a la humanidad con respecto a la naturaleza y quitando toda significación al capitalismo (p. 34) 14.
Siguen varias páginas muy interesantes sobre la metodología utilizada para elaborar los informes en el seno del IPCC, cuyo contenido está mediatizado por la síntesis de intenciones de los responsables. Esto es siempre el fruto de un compromiso: por ejemplo, en el VIº informe de 2023, se pusieron en el mismo plano las energías renovables, las fósiles con captura-almacenamiento de carbono y las tecnologías para retirar carbono de la atmósfera (p. 40). ¿Dónde está el problema? Daniel Tanuro explica que el “cero emisiones netas” para responder a los objetivos del Acuerdo de París sería compatible, en el espíritu de los defensores de las energías fósiles, con continuar su utilización gracias a los progresos técnicos (p. 41).
Así se perfila el proyecto del autor: “El consenso pro-crecimiento y pro-capitalismo verde ya no es lo que era.” (p. 44). El crecimiento capitalista ya no es posible porque “esta producción requiere más energías fósiles, y por tanto más emisiones, que hay que reducir satisfaciendo las necesidades básicas, en la justicia social.” (p. 45) El autor da forma a la convergencia entre marxistas et decrecentistas, en favor de la cual argumenta también su prologuista Timothée Parrique 15.
Esta primera parte dedicada a los conocimientos sobre la situación ecológica permite a Daniel Tanuro mostrar la importancia de los saberes populares, porque los saberes científicos pueden estar impregnados de ideología. Por ejemplo, el destino de la Isla de Pascua está siendo hoy reconsiderado. La tesis de Diamond del ecocidio, que sería “el resultado combinado de la sobrepoblación y de la locura de grandeza de jefes tiránicos y crueles” (p. 48), resulta ser falsa: la desaparición del bosque se debió a las ratas llegadas con los polinesios. Daniel Tanuro deduce de ello que el modo de producción capitalista impide que “el trabajo social constituya una mediación simple, transparente entre la colectividad humana y el resto de la naturaleza. (…) Al apropiarse del trabajo, desmenuzándolo y sometiéndolo a su lógica absurda, el capitalismo desconecta esta inteligencia de su objeto principal” (p. 54).
Lo que se puede hacer y propone Daniel Tanuro
Progresivamente, Daniel Tanuro se coloca en el campo de la epistemología que le llevará a una estrategia anticapitalista:
La critica marxiana de la economía política es absolutamente indispensable para la comprensión de la catástrofe. Todas las corrientes de la ecología política coinciden en decir que esta catástrofe es el resultado del crecimiento, de la acumulación. Es exacto. ¿Pero de dónde viene el crecimiento? That’s the question. Para Bruno Latour y sus partidarios, el crecimiento deriva de que los modernos, a partir de la Ilustración, han creado un dualismo entre naturaleza y cultura. Sobre esta base, dicen, la sociedad ha creído poder crecer sin límites y reemplazar a este mundo por otro, como si fuera posible el paraíso en la tierra. Para Latour, debemos abandonar esta ilusión, renunciar a que haya un capitalismo que combatir, comprender que todos somos Terrestres. El eje del  conflicto político, en su opinión, separa a los NoTerrestres de los Terrestres (…). Al contrario de esta visión idealista –tanto en el sentido filosófico como en el sentido común del término–, Marx, desde la primera sección de El Capital, ofrece una explicación materialista de la naturaleza crecentista”del sistema. El capital no es una cosa sino una relación social de explotación del trabajo asalariado (p. 63-64).
Daniel Tanuro es prudente: “Marx no era un ecosocialista avant la lettre […], pero su análisis del capital permite comprender la destrucción del entorno como un problema social, de origen social y que exige una respuesta social” (p. 65). Es más comedido que Kohei Saito[16], aunque al igual que este último afirma que
la lógica doblemente destructiva sólo puede ser rota sustituyendo la producción de valor abstracto por la producción de valores de uso para satisfacer las necesidades reales y democráticamente determinadas (…). La crítica científica que hizo Marx del modo de producción capitalista evita algunos patinazos reaccionarios, al articular dos niveles encajados entre sí: de una parte, Homo sapiens participa del metabolismo de la naturaleza; de otra, este metabolismo toma formas históricas quo no son naturales sino sociales (p. 65-67).
Un poco más adelante, Daniel Tanuro precisa:
Marx no era decrecentista, como tampoco era ecosocialista. Denunció la acumulación capitalista, evidentemente, pero no defendió la necesidad de producir menos para gestionar racionalmente el metabolismo humanidad/naturaleza. Pero éste es, hoy día, el sentido del decrecimiento: hay que reducir imperativamente la producción material global para detener la catástrofe. Es una obligación ecológica relativamente reciente. El concepto marxiano de fractura metabólica ayuda a comprenderlo, pero es anacrónico querer hacer entrar a la fuerza el decrecimiento en el pensamiento de Marx” (p. 73).
Daniel Tanuro explica por qué el capitalismo verde, el crecimiento verde, el “greenwashing sistémico” (p. 86), la geoingeniería son vías sin salida. Causan como efecto rebote el saqueo neocolonial de los recursos y las rivalidades interimperialistas, en un contexto en el que no se puede excluir un escenario ecofascista, aunque sea improbable a corto plazo.
El autor concede un lugar determinante a las luchas sociales ancladas en la ecología para construir alternativas. De nuevo condena la pretensión latouriana de superar la división izquierda-derecha, que lleva a negar la lucha de clases. Pero tiene cuidado en decir que el mundo del trabajo debe “romper con la estrategia sindical tradicional del reparto de los frutos del crecimiento que encierra las reivindicaciones de los trabajadores y trabajadoras en un marco productivista y tapona toda perspectiva política” (p. 109).
Para armar una buena estrategia con el fin de “apartar al movimiento obrero del productivismo” (p. 115), Daniel Tanuro observa “tres puntos débiles de la dominación capitalista”. “El primero es la incapacidad del capital para resolver, o incluso atenuar, la crisis que él mismo ha creado. Para decirlo sencillamente, el capital va bien, pero el capitalismo va mal.” (p. 113). La segunda es la amplitud de la regresión causada por las políticas neoliberales” (p. 113), cuyo signo es la debilidad de las ganancias de productividad del trabajo a pesar de la revolución técnica. El tercer punto débil es “una crisis de legitimidad extremadamente profunda de los regímenes políticos y del sistema socio-económico” (p. 114). De ello extrae lo que llama un “hilo rojo de una ruptura obrera con el productivismo”: aplicar a todos los sectores de la reproducción social los “cuidados” (p. 117) de las feministas.
Desde el punto de vista antropológico, transhistórico, ¿qué es el trabajo sino una manera de cuidar la vida? En última instancia, el capitalismo es contrario a la naturaleza humana porque sólo cuida el beneficio, desarticula el trabajo para alcanzar sus fines, y desquicia nuestro metabolismo con el resto de la naturaleza (p. 130).
En concreto,
¿cuál es la clave de la situación objetiva? La imposibilidad de detener la catástrofe climática sin disminuir radicalmente el consumo final de energía a nivel global, y por tanto la transformación y el transporte de las materias. Las condiciones de existencia de más de tres mil millones de seres humanos dependen de un decrecimiento justo, es decir, de un decrecimiento capitalista que ataque esencialmente al 1% más rico a nivel planetario (p. 140-141).
Aunque estoy de acuerdo con la consigna de “ralentizar” (p. 141) –que durante mucho tiempo he opuesto a algunos teóricos del decrecimiento para pensar la fase de transición– y también que “la cuestión no es ¿sí o no al decrecimiento?” sino más bien: “El decrecimiento de qué, dónde, por qué, para quién, cómo… y quién decide?”» (p. 141), lo que he resumido con la noción de decrecimiento selectivo, dudo mucho de que limitarlo sólo al 1% más rico sea suficiente. El modo de vida ostentoso, derrochador y depredador afecta a una capa más extensa que ese solo 1%. Sin duda, habrá que cuestionar el modo de vida de al menos la fracción del 10% más rico 16.
El libro de Daniel Tanuro ofrece un panorama completo de los principales temas para pensar más allá del capitalismo y de su corolario, el crecimiento económico. Escrito en un lenguaje sencillo pero preciso, permite clarificar los conceptos que se debaten en el seno de la ecología política y en el seno del ecomarxismo, cuando se piensa en una convergencia entre una y otro. Como escribe al final de su libro: “Ante la amenaza de una nueva inmersión en la barbarie, no tenemos otra opción que la esperanza. No tenemos otra opción que luchar por un programa rojo y verde, un programa que responda a las necesidades fundamentales de las clases populares tendiendo un puente hacia la transformación revolucionaria de la sociedad. La dificultad es enorme, pero no hay otra vía. No hay fatalidad en ver a la catástrofe convertirse en cataclismo.” (p. 154) El mensaje no tiene pues nada de pesimista; es realista.
Artículo publicado originalmente en el blog de Jean-Marie Harribey, “L’économie par terre ou sur terre?”, con fecha del 13/10/2024.
Texto original: Al’Encontre. Traducción: viento sur
Notas:
1. Ver mi artículo en viento sur “¿Era Marx ecosocialista?”
2. “Con la preponderancia incesantemente creciente de la población urbana, acumulada en grandes centros por la producción capitalista, ésta por una parte acumula la fuerza motriz histórica de la sociedad, y por otra perturba el metabolismo entre el hombre y la tierra, esto es, el retorno al suelo de aquellos elementos constitutivos del mismo que han sido consumidos por el hombre bajo la forma de alimentos y vestimenta, retorno que es condición natural eterna de la fertilidad permanente del suelo” (El Capital, T 1, Vol. 2, p. 611)
3. Leer en particular Paul Burkett, Marx and Nature. A Red and Green Perspective. Palgrave Macmillan, 1999. John Bellamy Foster, Marx’s Ecology. Materialism and Nature, Monthly Review Press, 2000 [La ecología de Marx, El viejo topo, 2000.
4. Ya en La Ideología alemana (1845-46) se puede leer: “llega un estadio en el desarrollo en que nacen fuerzas productivas y medios de circulación (…) que ya no son fuerzas productivas sino fuerzas destructivas (el maquinismoy el dinero)”. Karl Marx y Friedrich Engels, La Ideología alemana, Grijalbo, 1970.
5. Karl Marx y Friedrich Engels, Manifiesto del Partido comunista.
6. Daniel Bensaïd, «Introducción crítica a Introducción al marxismo» de Ernest Mandel, 2e edición, ed. Formación Lesoil, en línea en contretemps.eu
7. Michael Löwy, Ecosocialisme. L’alternative radicale à la catastrophe écologique capitaliste, Mille et une nuits, 2011, p. 39.
8. Marx-Engels, Œuvres choisies, Tomo 1, p. 525
9. Marx y Engels, Œuvres choisies, op. cit. tomo 3, p. 156
10. Una opinión compartida por Engels: cf. en particular su admiración por los zulús frente a los ingleses, en El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado.
11. Diana O’Dwyer, “Was Marx a Degrowth Communist”, https://rupture.ie
12. En particular L’impossible capitalisme vert (El imposible capitalismo verde, viento sur y La oveja roja, 2011), Les empêcheurs de penser en rond, La Découverte, 2012; Trop tard pour être pessimistes, Écosocialisme ou effondrement, (¡Demasiado tarde para ser pesimistas!, Sylone y viento sur, 2020).
13. Estos nueve ámbitos han sido definidos por Johan Rockström and Mathias Klum, Big World, Small Planet, Abundance within Planetary Boundaries, Yale University Press, 2015. Retomados por Kate Raworth, La théorie du donut, L’économie de demain en 7 principes, 2017, Paris, J’ai lu, 2021; y “La théorie du donut: une nouvelle économie est possibl”, Oxfam, 7 de diciembre ee 2020. El esquema del dónut define el espacio de sostenibilidad entre el “techo ecológico” y el “suelo social”.
14. Ver mi artículo «La ecología-mundo de Jason Moore desde el punto de vista del valor«
15. Lo mismo en el libro que publicó Timothée Parrique, Ralentir ou périr, L’économie de la décroissance, Paris, Seuil, 2022. Aquí, en su prólogo a Daniel Tanuro “La décroissance comme transition, l’écosocialisme comme destination”, cita en notas la respuesta a la reseña que había hecho de su libro. Aunque el lector no conozca el contenido de estas observaciones, tanto positivas (comenzaba por decir que era un libro que había que leer) como críticas, en particular sobre lo que es el capitalismo y la búsqueda del beneficio, sustituidos por el pretendido “barómetro” del PIB, en lugar de la tasa de ganancia. Al final de mi texto, se puede encontrar el link con la respuesta de T. Parrique. Referenciar convenientemente las fases de une discusión forma parte de su autenticidad y también de su elegancia…
16. Ver un ensayo de formalización de una reducción drástica de las desigualdades de ingreso sen una perspectiva social y ecológica: «Réduction des inégalités pour que les retraites soient soutenables socialement et écologiquement», 28 de enero de 2023.
Fuente: https://vientosur.info/marx-el-comunismo-y-el-decrecimiento/
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1solone · 20 days ago
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Mis muertos habitan en mi corazón.
Mis muertos, están en mi corazón, con sus abrazos y miradas de amor, en sus risas, travesuras y chistes, en sus recetas de cocina, en sus olores terrenales que me hace sentirlos muy pegados a mis hombros y a mi corazón.
Mis muertos volaron y siguen volando como colibrí alrededor de mi persona, son mis ángeles, mis protectores. Alados que rechazan las hirientes manifestaciones negativas que puedan afectar mi corazón.
Mis muertos son mi brújula, las estrellas del cielo que me acompañan, me marcan las rutas y los rumbos a seguir.
Mis muertos tienen vida eterna y me llevan de la mano, me miran y me observan, acarician mi espíritu y motivan mi espíritu de lucha.
Mis muertos necesitan de mi alegría por vivir, porque con eso les doy vida, los mantengo vigentes en mi ser.
Por eso mis muertos son seres más vivos que muchos vivos terrenales y de mi depende que yo disfrute de esta mi vida, la cual ellos dejaron ante el llamado de nuestro señor.
Por eso yo no le lloro a mis muertos, por eso la lagrima que escurre en mis mejillas es de felicidad, porque mis muertos no se han ido, están en mi!
Mis muertos solo dejaron de existir para el resto de la humanidad, pero ellos viven en mí y yo vuelo junto con ellos en esta vida bella que Dios me dio.
Hoy visito tumbas, enciendo veladoras. Hoy revivo sus recuerdos y me abrazo con ellos y mi corazón se regocija de compartir con ellos mi primera taza de té , de este día de muertos que hoy habitan en mi...!!!🌻💛🍁
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conejo--rojo · 3 months ago
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Glosario de Turupa's (seres mágicos)
Glosario de Seres mágicos/manifestaciones o personalmente mi idea es llamarlos "Tarupa's" o "Kengen's". La razón es simple, varia información se pierde o se confunde con la serie de padrinos mágicos o con manifestaciones que no tiene que ver en el tema.
Pm: Esto es una contracción de "Padrino mágico", el ser mágicos más popular, es el nombre para masculino de estos seres
Mm: Hace referencia a "Madrina magica" la contracción femenina del anterior termino
Vm: "Vampiro mágico", este se puede usar para ambos géneros, hace referencia a los seres mágicos que son vampiros
Hm: "Híbrido mágico), hace referencia a todos los hibridos
Dm: "Dimensión"
Sub: "Subliminal"
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Glossary of Turupas (magical beings)
Glossary of magical beings/manifestations or my personal idea is to call them "Tarupa's" or "Kengen's". The reason is simple, a lot of information is lost or confused with the series of magical godfathers or with manifestations that have nothing to do with the subject.
Pm: This is a contraction of "Fairy Godfather", the most popular magical being, it is the masculine name for these beings.
Mm: It refers to "Magical Godmother" the feminine contraction of the previous term
Vm: "Magical vampire", this can be used for both genders, it refers to magical beings that are vampires
Hm: "Magic hybrid", refers to all hybrids
Sub: "Subliminal"
Dm: "Dimension"
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notasfilosoficas · 9 months ago
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“La felicidad y el éxito no se persiguen, se atraen por la persona que eres”
Linus Pauling
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Fue un ingeniero químico, bioquímico y activista estadounidense nacido en Portland Oregon en febrero de 1901. Al ser uno de los primeros químicos cuánticos recibió el Premio Nobel de Química en 1954, por su trabajo en el que describía los enlaces químicos.
Su padre era un farmacéutico de ascendencia alemana con poco éxito comercial, y su madre de ascendencia  angloescocesa. Al morir su padre, su madre tuvo que criar sola a Linus y a sus dos hermanas reubicándose en Portland.
Linus en su infancia fue un lector voraz, asistió a escuelas primarias y secundarias públicas en la ciudad de Condon y de Portland en Colorado, e ingresó al Oregon State College en donde recibió el titulo de ingeniero químico en 1922, desempeñándose como profesor de tiempo completo de análisis cuantitativo.
De 1922 a 1925 fue becario docente en química en el Instituto de Tecnología de California y en 1925 fue galardonado con el doctorado suma cum laude en química con especialización en física y matemáticas.
Linus Pauling fue uno de los primeros en aplicar principios de la mecánica cuántica para dar explicación a los fenómenos de difracción de los rayos X, en 1921 sugirió e intentó llevar a cabo un experimento sobre la orientación de los átomos de hierro por un campo magnético y en 1922 junto con el profesor Roscoe G. Dickinson comenzó la determinación experimental de las estructuras de algunos cristales e inició un trabajo teórico sobre la naturaleza del enlace químico.
Los temas de los casi 350 artículos que publicó reflejan su gran versatilidad científica, publicó artículos relacionados con la determinación experimental de la estructura de los cristales por la difracción de los rayos X, la distribución del momento de los electrones en los átomos y las fuerzas de Van Der Waals entre muchos otros.
Las teorías de Pauling sobre el enlace atómico se encuentran recogidas en su obra The Nature of Chemical Bond, and Structure of Molecules and Crystals publicada en 1939, el cual es reconocido como uno de los textos científicos mas reconocidos a lo largo del siglo XX.
Como activista, fue un defensor ferviente de los derechos civiles y del activismo político. Participó en manifestaciones y protestas contra la guerra de Vietnam y fue un hombre muy critico de las políticas del gobierno estadounidense
En 1954, recibió el Premio Nobel de Química y derivado de su activismo político y su decidida oposición a la proliferación del armamento nuclear le fue concedido el premio Nobel de la Paz en 1962.
Linus Pauling fue el único científico en la historia en haber ganado dos premios Nobel en distintos campos.
Linus Pauling murió en agosto de 1994 por cáncer de próstata.
Fuentes: biografiasyvidas.com, nobelprize.org, wikipedia, bookey.app
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