#la niña del antro
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LA NIÑA DELANTRO // drag race españa s4 meet the queens
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Hii girlssss
Solo paso por acá para contarles un poquito de lo que voy a hablar acá en mi Tumblr.....
Bueno en este blog podrás encontrar temas como pensamientos mios , algunos de mis trabajos artísticos , mis revews musicales , y el proceso de mi transición como una hispánic Dolly , espero llegarle a todas mis girlys conceptuales hispano hablantes y ser un referente aca en Tumblr
Pd:si no logro mi objetivo voy a estar q si q súper agradecida y emocionada igual bc solo quiero vivir la fantasía y el performance de ser chika Tumblr 👄💋💕
Ac auna foto de mi teletubie bc why not ?! Y bueno eso es todo por hoy stay tunned 4 more luv ya 💋💋💋💋💋💋
#lana del rey#la niña del antro#trans#teletubies#pastel goth#arca#music#transition#my art#whate ever#yolo#crystal castles#whitchcraft#tumblr#ski ferreira#barbie ferreira#monster high#alejandra ghersi#la niña delantro
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Me gusta cada que viene y me busca
Que con la pura mirada me seduzca
Me trae más loco que nunca
Ella es la luna, yo soy el sol
Como ella ninguna, y como yo no hay dos
Ella es la luna, yo soy el sol
Como ella ninguna, y como yo no hay dos (no hay dos)
Me gusta esa niña que viste elegante
Que sea reservada, que le guste el arte
Que vaya al gimnasio, que entrene karate
Que le gusten rosas, también chocolates
Que me llame pa que vayamos al cine
Que salga de antros conmigo los fines
Sentirla cerca y que a mi lado camine
Yo puedo llevarla a donde no imagine
Me gusta su cabello, sus ojos y su perfume
Que sea niña de casa y que solo conmigo fume
Cuando yo estoy con ella, hasta el cerebro se me entume
Sabe que está bien buena, pero nunca lo presume
Una niña sencilla, le gusta el mar, estar en la orilla
Mirar el sol de madrugada cuando brilla
Chiquilla, me gustas más que tomar pastillas
Pantalón entubado, una chaqueta de mezclilla
Me gusta cada que viene y me busca
Que con la pura mirada me seduzca
Me trae más loco que nunca
Ella es la luna, yo soy el sol
Como ella ninguna, y como yo no hay dos
Ella es la luna, yo soy el sol
Como ella ninguna, y como yo no hay dos
Me gusta esa niña que viste elegante
Que sea reservada, que le guste el arte
Que vaya al gimnasio, que entrene karate
Que le gusten rosas, también chocolates
Que me llame pa que vayamos al cine
Que salga de antros conmigo los fines
Sentirla cerca y que a mi lado camine
Yo puedo llevarla a donde no imagine
Puede que a lo mejor ella sienta algo en su interior
Mariposas, nena, o qué sé yo
Se nos anocheció, y la luna brilló
Los dos juntos en la misma habitación
Con luces de color, quédese esta noche, por favor
¿Que le falte al respeto?, eso no
Y tomamos licor, aquella botella se vació
Y no sé qué fue lo que sucedió
Será como tú quieras
Ella me dice: "espera"
Que su madre por poco hoy se entera
Que se ve con el cholo del barrio ahí afuera
Y eso no va a aceptarlo, por eso dice que mejor ocultarlo
De igual manera, podemos disfrutarlo
Me tiene mareado de tanto pensarlo, no puedo evitarlo
Me gusta esa niña que viste elegante
Que sea reservada, que le guste el arte
Que vaya al gimnasio, que entrene karate
Que le gusten rosas, también chocolates
Que me llame pa que vayamos al cine
Que salga de antros conmigo los fines
Sentirla cerca y que a mi lado camine
Yo puedo llevarla a donde no imagine
Me gusta cada que viene y me busca
Que con la pura mirada me seduzca
Me trae más loco que nunca
Ella es la luna, yo soy el sol
Como ella ninguna, y como yo no hay dos
Ella es la luna, yo soy el sol
Como ella ninguna, y como yo no hay dos
💐🩵🩵🩵🩵🩵🩵💐
❣️✨Luis & Drew✨❣️
💐🩵🩵🩵🩵🩵🩵💐
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¿Qué rollito primavera?
Dani Flow
From lrapuato, mami
Rrra-ta-ta-tá
El antro está lleno, pero llego y más se llena (más se llena)
Cuando llego se levanta la cadena (prra)
Tu novio se gana en año y medio mi quincena
La niña obscena, no le da pena (no le da, no le da)
Pu-Pu-Puta, arrímame tu culo, pero ya
Tiene casa, pero no tiene que llegar (no, no, no, no)
Puta, arrímame tu culo, pero ya
Se mueven más rico las que no tienen papá (puta, puta, prr)
Pu-Pu-Pu-Puta, arrímame tu culo, pero ya (pero ya)
Tiene casa, pero no tiene que llegar (no, no, no, no)
Pu-Puta, arrímame tu culo, pero ya
Se mueven más rico las que no tienen papá
Qué rico te mueves, hija de tu puta madre (prr)
Eres una perra, solo falta que me ladres (ita-ta-tá!)
Ese culo es Troya por la manera en que arde (arde)
Un chingo de morros, pero solamente un Daniel (Dani Flow, prr)
Tengo la pingona que me cuelga como taco de billar
Esas chichis están ricas, al chile, yo las vi ya (yo las vi ya)
Es-Este reggaetón en la tele no va a sonar
Y si suena es porque soy una verga, no hay más qué hablar
Me la mamas, y no mames, es el golazo de James (igolazo!)
Me encanta cuando lo lames, te voy a dar el jarabe
Nadie me cambia los planes, ni a los Jóvenes Titanes (no, no, no)
Si te parto el ano es para que el pito me embarres (ouh, shit)
Em-Em-Embárramelo todo y escúpeme en la boca (prra)
Sabes que nadie como tu papi te provoca
Le gusta meterse coca, es una motherfucka
Y está calientota como lava del Popoca
Pu-Pu-Puta, arrímame tu culo, pero ya (pero ya)
Tiene casa, pero no tiene que llegar
Puta, arrímame tu culo, pero ya
Se mueven más rico las que no tienen papá (puta, puta; aprobada)
Pu-Pu-Pu-Puta, arrímame tu culo, pero ya
Tiene casa, pero no tiene que llegar (no, no, no)
Pu-Puta, arrímame tu culo, pero ya
Se mueven más rico las que no tienen papá
Abre-Abre-Abre-Abre las dos patas, te voy a dejar los tenis puestos, obvio
Para que sea fácil correr si llega tu novio (jajajaja)
Al Rey del Morbo nadie le quitará el podio
Te chupo la vagina, niña, con todo y microbios, delicioso
Si va atronar, que truene (que truene)
Te la meto el sábado y te la saco hasta el jueves
Vente con tu prima, para las dos tengo pene (lo verás)
El puercototote, pero siempre con higiene
Te quito con los dientes blancotes ese Michael Kors
Yo no me vacuné, ay, qué rico que tengas tos
Tó-Tó-Tóseme, yo quiero la infección (yeah, yeah)
A mí se me para hasta con la escena lésbica en la peli de Buzz
Te hizo falta tu papá, por eso quieres que te pegue (que te pegue)
Terminas llorando, pero me gusta que ruegues
Te paro los dos balones como Marc-André ter Stegen (iporterazo!)
Qué chichotas, ¿de casualidad no sueltan leche?
Pu-Pu-Puta, arrímame tu culo, pero ya (pero ya)
Tiene casa, pero no tiene que llegar (no, no, no, no)
Puta, arrímame tu culo, pero ya
Se mueven más rico las que no tienen papá (puta, puta)
Pu-Pu-Pu-Puta, arrímame tu culo, pero ya (pero ya)
Tiene casa, pero no tiene que llegar
Pu-Puta, arrímame tu culo, pero ya
Se mueven más rico las que no tienen papá (ita-ta-tá!)
Dani Flow
El único Rey del Morbo
From Irapuato, Guanajuato
Tu villano favorito, mami
Rra
JB
Dani Flow
2000 siempre, el perreo que no caduca
Y el beat es mío, por si acaso
Prr-prr-prr
What's up?
Yexay
Y el príncipe del bellaqueo, Dani Flow
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Glee «The Hoovers» Part V
Noviembre de 2042
-¿Me dan sus abrigos?... —pidió Kurt estirando sus brazos, los señores Hoover se quitaron el exceso de ropa y mientras admiraban todo a su alrededor fueron entregando abrigos, bufandas, gorros y guantes, Kurt recibió todo acomodándolo en uno de sus brazos— si gustan, pueden pasar a la sala ya llegaron casi todos…—dijo Kurt señalando hacia adelante— ¿qué tal si los acompañas cariño?... yo mientras tanto guardaré… -¡No!... -¿Como? -Es decir ¡no!... es decir… yo te ayudo… —se adelantó en decir Lizzie tomando una buena parte de la ropa -Pero cariño, son solo abrigos bien sabes que… -Insisto… —dijo la chica tomando un par de bufandas— además, James conoce la casa, puede ir él…, ¿verdad? —dijo Lizzie mirando a su novio y simulando unas pequeñas piernas con los dedos de una de sus manos. -Bueno… -¿Ves?... ¡si es tan amable!… —agregó acercándose a él, le tomó la cara y le dio un beso extra apasionado como si no hubiera nadie más presente, los padres de James abrieron los ojos al máximo y Kurt no supo qué decir excepto encoger su hombro y decir «Jóvenes»��� -Claro… —contestó James mirándola extrañado y carraspeando la incomodidad del momento— ¿esta Blaine?.. —preguntó comenzando a caminar, Kurt sintió que le daba algo al sentir aquello como un exceso de confianza. -Obvio. solo falta mi tío Cooper… ve… —insistió Lizzie moviendo sus manos y dándose media vuelta en dirección del closet, todo en menos de dos segundos. -¿Esta niña siempre es así?..—preguntó la Mamá de James mirando a su hijo. -Siempre es así… —contestó sonriendo enamorado— ¿vamos?...—añadió caminando por el pasillo hacia la sala, sus padres intercambiaron miradas a sus espaldas— «toc, toc»… —dijo el novio de Lizzie la tiempo que tocaba el marco de madera de la puerta vidriada de la sala, todos los presentes giraron sus cabezas para mirar de qué se trataba. -¡James!… —exclamó Blaine levantándose de los primeros— pasa por favor… —agregó haciendo un gesto de bienvenida, James traspaso el umbral como en cámara lenta y saludo a todos haciendo un gesto con su mano— bienvenido… —añadió saludándolo con cariño.
-Gracias Blaine… mira, estos son mis padres, Melissa y Daniel Hoover… —dijo James apuntando a cada uno. -Mucho gusto… —dijo de vuelta Blaine estrechándole la mano. -¿Usted sí que es el cantante?… —preguntó Daniel mirándolo de medio lado. -Al parecer si… pasen por favor… déjenme presentarles al resto de la familia… —Blaine se adelanto y llamo la atención de todos con un chiflido bien divertido— ¡familia!… —añadió dando unos aplausos— permítanme presentarles a los padre del novio de Lizzie, Daniel y Melissa Hoover… —dijo moviendo su mano abierta como si señalara un premio en un concurso de la televisión— Señores Hoover, ellos son mi Papá, mi Mamá, Carole, la madrastra de Kurt, Burt el papá de Kurt y mi hijo Noah… —terminó por decir Blaine apuntando a cada uno, cada quien fue diciendo «hola» y «mucho gusto» a medida que escuchaba su nombre, Blaine sintió que estaba en un salón de las}clases con un grupo particularmente ruidoso—pasen, siéntense por favor… ¿Lizzie? -Fue a guardar nuestros abrigos… aunque yo creo que estaba medio nerviosa… —dijo James volviendo a lo de la sonrisa enamorada. -¿Nerviosa?, ¿por que?... —pregunto de vuelta Blaine mientras tomaba una bandeja y ofrecía refrigerios a los recién llegados, Carole hizo lo propio con las bebidas. -No lo se… pero se veía muy tierna… -Claro… —dijo Blaine mirando hacia la entrada. -¿Ustedes son de New York?... —preguntó Pam como para hacer conversación. -Si, de Bayside, en Queens… —respondió Melissa mientras bebía un trago de lo que le habían servido. -Según mi yerno, un excelente barrio… —dijo la Señora Anderson como repitiendo una lección aprendida. -Ahora… —corrigió el Señor Hoover mientras comía unos de los mini sándwich— pero hace 30 años era un antro de todo lo malo de la civilización... -¿Y porque vivían ahí?... -Mamá…—dijo Blaine al ver que su madre le salía del libreto. -¿Que? -No, Blaine… tranquilo… esta bien… —dijo James haciendo un gesto de calma mirando a su suegro— Señora Anderson… -Por favor llámame Pam… -Ok… Pam… lo que pasa es que mis padres tienen un establecimiento comercial, heredado de mis abuelos que a su vez lo obtuvieron de los suyos, por eso es que nos quedamos ahí… ¿verdad Papá? -Por supuesto… -Bueno, nosotros también nos quedamos en Westerville, y no tengo idea por que… —agregó la señora Anderson riendo a la par con todos, Blaine igual la miró con cara de reproche. al tiempo que revisaba su teléfono y leía un mensaje entrante.
-Creo que esta familia es bastante friolenta… ¿no crees? —dijo Lizzie mientras abría la puerta del closet de la galería y comenzaba a tomar ganchos para colgar todo. -Tal vez nacieron en Hawái o algo cariño… —respondió Kurt mientras tomaba una de las perchas y colgaba el abrigo del Señor Hoover -No lo creo… aunque no se… parece que siempre han vivido en Bayside, en Queens… —añadió la chica alzando una ceja cuando mencionaba lo de Queens. -Ese es un buen barrio cariño, y te lo digo yo que viví unos cuantos años en Bushwick —dijo siendo él quien arqueaba la ceja esta vez— creo que eso es todo… —agrego acomodando uno de los gorros en el compartimento especial para ello -También lo creo…y… ¿no vas a decir algo sobre el estilo de los padres de James?... —preguntó Lizzie mirando a su Papá de medio lado— porque si no lo haces tú, lo haré yo… porque todo cuadriculado… ¡hola!... —agregó cerrado la puerta. -La verdad es que no tengo nada que decir… todo es de muy buena calidad, y si bien es demasiado tartán para mi gusto… no se les veía mal puesto… -¿Quién eres tú y qué hiciste con mi Papá?... —dijo Lizzie divertida mientras hacía ademán de dirigirse a la sala -Loca… y no tan rápido… —señaló Kurt tomándola del brazo con una mano, mientras con la otra enviaba un texto por su teléfono móvil— primero me gustaría hacerte un par de preguntas… —añadió mirándola fijo. -Ok… —respondió Lizzie quedándose quieta como una estatua— ¿qué preguntas?... —dijo sintiéndose nerviosa. -Preguntas cariño… ven… siéntate aquí conmigo… —agregó Kurt señalando la escalera -Debo decir que me estás poniendo un poco nerviosa… —se atrevió a decir Lizzie sintiendo que más que una invitación, aquello se sentía como una obligación de la que no podía escapar. -Siéntate… —pidió su Papá señalando el espacio que le había dejado en el tercer escalón, Lizzie volvió a lo de sentirse como una prisionera camino a la ejecución, se apartó un par de pasos y se acomodo al lado de Kurt. -Primero cariño, me gustaría saber cuales son los nombres de los padres de tu novio… -Peor si te lo dije… ¡hola! -No, lo que dijiste fue «Señor Hoover y Señora Hoover»… -Ah… Melissa y Daniel… -Vaya, nunca pensé en esos nombres… -¿Por qué? -No lo sé, pensé que eran nombres más religiosos como María o… Jesús… -��Ay Papá!… ¡nada que ver!… —exclamó Lizzie riendo y dándole un empujón divertido -Vaya, parece que esta parte de la fiesta esta más entretenida… —dijo Blaine llegando hasta donde su esposo e hija estaban. -De eso no hay duda… —dijo Kurt sonriendo. -«Papáblen», ¿qué paso?... la mamá de James los puso a rezar o algo… —preguntó Lizzie tomándose la cabeza. -No Princesa, la clara separación entre la religión y el estado es valida en esta casa también… -Ah… ¿y que paso?... -Pues recibí un breve, pero muy directo mensaje del Papá diciéndome que viniera hasta aquí… —dijo Blaine subiendo los peldaños necesarios para quedar uno por sobre el que ocupaba su esposo, se sentó detrás de él y le hizo espacio entre sus piernas, acto seguido, se inclinó para besarlo y medio abrazarlo a la altura del cuello, Kurt se acomodó de inmediato como si hubiera esperado es momento por años. -¿Es verdad eso? -Por supuesto, escribí «inventa una excusa y ven a la galería»…—señaló Kurt alzando un hombro, en un gesto engreído— ¿y que excusa usaste a todo esto?... —pregunto mirándolo hacia arriba -Pues la verdad es que no tuve que decir nada, todos estaban distraídos conversando así es que al parecer nadie noto mi desaparición… por así decirlo… -Perfecto… -¿En serio se están llevando todos bien? -Muy en serio Princesa, están todos hablando, diferentes temas, pero todos hablando… parece una mesa de italianos allí dentro...—dijo Blaine riendo. -Entonces debo ser solo yo… —murmuró la chica haciendo una mueca chueca con su boca, Kurt y Blaine intercambiaron miradas. -Ok cariño… ya es suficiente —dijo Kurt moviéndose un poco para quedar mirando a su hija a la cara— ¿qué demonios esta pasando? -¿Como? ¿con que? -Contigo y la mamá de James, te escuche desear que no viniera y cuando la viste aparecer en el elevador, tu cara cambió del cielo a la tierra… ¿te llevas mal con esta señora?, ¿o acaso te hizo algo? -Kurt… -¿Qué? es una señora, y si le hizo algo a mi hija, juro que pescare ese crucifijo que lleva al cuello y se lo pondré… -¡Papá!… —exclamo Lizzie para impedir aquella blasfemia— no es necesario… y si deben saber… si… -Si , ¿qué? —dijeron sus padres al unísono. -Si, me llevo mal con ella y no, no me ha hecho nada… lo que pasa es que… —Lizzie comenzó a explicar lo que sucedía, y que sabía que era así porque el mismo James se lo había contado, Kurt tomó aire y decidió dos cosas, la primera es que ahora odiaba más a James y la segunda, es que definitivamente Melissa Hoover merecía que el hiciera eso con el crucifijo y mas.
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la niña del antro MI niña
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Could u make some gifs of La Niña Del Antro's runway this week please? Found it so cute
of course, it was very cute! here you go [x] 💕
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Una confusión de cojones.
Eso es haberse enamorado de algo en apenas días. Se llama incongruencia también. No conoces a ese algo, pero releo los mensajes, intentando convencerme de que no recuerdo las contestaciones de memoria.
Pero luego llega la culpa. Esa que debería afectar a la otra parte, aunque desconozco si realmente afecta. Lo que empezó siendo algo de lo que me quise desquitar acabó convirtiéndose en inevitable. Sobre recuerdos en bucle de aquella noche entre focos y neón en la que dijiste: “espérame y vamos a cenar”. Esa frase que en mi mente sonó como un: “espérame y vamos a conocernos, a mirarnos mutuamente sin sentir vergüenza ni reparo, a hablar y escucharnos como si nada más interesante existiese. Te haré reír, sentir y dudar. Pero no te arrepentirás ni un solo segundo de aceptar estar conmigo”.
¿Suena genial, eh? Pues me negué. En ese instante recordé todas esas películas en las que esperas que la protagonista diga que sí, pero no lo hace. Porque, querido lector: yo me moría de ganas de decirle que sí. Que me había pasado mucho tiempo admirándole mientras tocaba la guitarra, sin apenas conocernos. Que en esa obra en la que pude ver un poco más de él le observé demasiado, mucho. El diálogo de su compañera fue un simple murmuro detrás de todo, ese todo eran sus caras, sus expresiones, y una vocecilla en mi mente repitiéndome: “que difícil es, cuanto me estoy quemando en esta hoguera, de la que estoy deseando pecar y acercarme un poco más. Quiero acostumbrarme al dolor de lo que supone mirarte. Quiero que me cuentes porqué sonríes mas de la cuenta, porque te hacen feliz las cosas que te hacen estar aquí…”
Pero claro, no pude decirle eso (aunque se me pasase por la cabeza). Me limité a un: “tal vez otro día, aunque me encantaría…”. Cuidado, no es lo mismo la subordinación en esa frase: si pones primero la excusa y después lo que realmente piensas… lo cambia todo. Yo ahí le estaba diciendo que quería quedarme, que llevaba días pensando en él y en todo lo que quería saber detrás de sus ojos marrones. El “me encantaría” de después es un: “no puedo quedarme, y no es porque no quiera”. Y espero que él fuese consciente de ello.
Después vinieron las sonrisas al salir del antro, el choque de frío de Madrid en toda su realidad. Sentirse como una niña de 15 años esperando ese mensaje de: “Me ha hecho tanta ilusión que estuvieses ahí…”
��Te cuento un secreto? Llegó ese mensaje y muchos más tras él.
Me encantaría contarte más, ansío decirte que después él me confesó cosas que yo supuse (ya sean para bien o para mal) y que al final sí que pude conocerle como quise.
Cómo te dije al principio, es un algo. Tal vez el significado nunca salga más allá de esas cuatro letras y miles de sentimientos por mi parte.
Pero, esa sensación de que el tiempo pase rápido para poder descubrir que tiene que decir…
Me sucumbe la impaciencia y las ganas de saber porqué decidiste escribirme esa mañana voluntariamente para preguntarme si me gustaba la música del rock and roll.
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Hoy estuve pensando en mi compañera de primer semestre.
En mi clase de tejidos e hilaturas, tenía una compañera de último semestre, supongo que tendría unos 23 años o algo por el estilo; recuerdo sentir que era una adulta. Recuerdo que nos contaba acerca de su pap y como tenía que irse a trabajar algunos días al despacho de su papá, yo solo pensaba en que adulta se veía; gracias a ella empecé a usar gelish de manera constante porque pensaba que era símbolo de adultez. Hoy no sé nada de ella, sin embargo me quedé pensando en cómo yo salí de la uni hace ya medio año; me pregunto si las niñas de 18 años me verán como una adulta. probablemente lo hagan.
También recuerdo cuando iba al antro cuando tenía 20 años, sentía que las personas de 25 ya no tenían lugar ahí; me parece gracioso pensar que ahora que veo a Carlos con sus amigos de 27 años, ya no me parecen tan grandes, sin embargo una persona de 20 me parece una persona muy pequeña.
Recuerdo el sentimiento de tener 19 y sentirme todo un adulto, pero a la vez no estaba tan alejada de cuando tenía 17 y mi vida era como una novela adolescente. Recuerdo ir con mi novio de ese entonces al Sonoras Grill y ahora pienso que probablemente nos veíamos ridículos sentados en una mesa tan grande.
El otro día fui a ver la pelea con mis amigos, todos íbamos en parejas y nos vi desde afuera, pensé en todo lo que he compartido con estas personas y pensar que algunos me conocieron a los 15, con mi cabello gris y otros me conocieron a los 21 con mi cabello rosa, es muy loco.
Recuerdo que a los 21 sentía que tenía todo el tiempo del mundo, todo era emocionante, nuevo, de mi edad; era lo suficientemente adulta como para no sentirme rara en una cita en un restaurante caro, pero también era lo suficientemente chica como para entrar en un antro y no sentirme grande.
Este año cumplo 25, si mi vida fuera ideal y como yo alguna vez imaginé a mis 16; este año estaría casándome.
A pesar de que sueño con estar casada, también hay tantas cosas que quiero vivir y experimentar, que no sé qué es lo que me emociona más.
Sin embargo, ahora siento que me estoy quedando sin tiempo.
También he estado pensando en cuánto dinero ganaban mis papás cuando tenían trabajo, en cómo sería mi vida si todo hubiera seguido igual. Si no tuviera que preocuparme por dónde voy a vivir o cómo voy a pagar mi boda, no tendría un crédito que pagar ni alguna preocupación.
Tendría tiempo para perseguir mis hobbies y tendría aún más tiempo para dedicarme a lo que realmente me gusta.
En redes sociales veo a personas más chicas que yo siendo exitosas, a veces esto me pone triste porque eso solo significa que me estoy quedando atrás.
Me gustaría tener una línea directa con Dios, para poderle llamar y que me tranquilizara, que me dijera que todo va a estar bien; a veces me gustaría despertar y tener 16 otra vez, con un grano de felicidad y despreocupación. Donde la FIT aún hubiera sido un sueño viable, donde mis papás me compraran cosas cuando iba a F21 y me gustaría que a Carlos le hubiera tocado esa época.
No se, siento que me empieza a afectar el sonido del reloj.
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5 de Agosto: En memoria de Eugenio Royale
El 5 de Agosto celebramos la memoria de nuestro gran amigo Eugenio Royale (Eugenio Leal Ayala), quien formó parte de varios proyectos en Happy-Fi y fue gran parte del desarrollo de bandas como NIÑA, D3ndron y Pato Machete. Eugenio fué nuestro primer amigo en dedicarse a ser DJ profesionalmente, y sus primeras presentaciones fueron en el antro noventero de Monterrey llamado Skizzo donde pinchaba…
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A REBECCA BUFFUNA
Érase una vez una muchacha de pelo rojo y ojos verdes que cruzó el Atlántico en busca de aquel país de sangre y arena de Hemingway, de aquella Alpujarra esencial de Brenan... y con el pulso de Manhattan Transfer en las venas, acabó echando el ancla en la Sevilla efervescente del tardofranquismo. Apasionada de las letras... no, de la vida; resolvió un día abrir un portón verde carruaje y dejar a la vista de la Sevilla zafia de la cervecita y los encontradizos un muro de libros, oro mustio de bosque otoñal, y con su guardapolvo color arena volvió a desatrancarlo un día tras otro, sin perder jamás el entusiasmo, con perseverancia de buena americana de otros tiempos, con la honestidad de aquéllos que alcanzaron todavía a soñar un mundo mejor salido de nuestras manos, y con la misma temeridad de sus imposibles rimeros de libros, en la Sevilla picardeada de siglos.
Tenía yo doce años cuando la vi por primera vez, encaprichado de un gran volumen rojo con tejuelos y descabaladas letras doradas que decían Europa Pintoresca, cuajado de castillos bohemios y antros sicilianos, que encandiló mi infantil añoranza de tierras lejanas. El dinero de la paga no me alcanzaba ni de lejos, y cuando me fajé para volver a aquel puesto de feria, aproveché al verla apartada de sus poco amigables socias para contarle mi caso: me dio el libro a cambio de mi billete y me sonrió de un modo que nunca podré olvidar. Lo que vi en sus ojos no se apagó en los cuarenta años que vinieron luego. O quizá se apagó hace millones de años, como esos astros de los que vemos sólo un pálido reflejo. Su alma grande era algo que yo percibía venir de muy lejos; completamente extraño al mundo que me rodeaba. Pero allí, de donde fuera que viniera, estaba mi patria.
De aquellos sueños caprichosos e infantiles a nuestras charlas a calzón quitado al cabo de los años, pasó mucho texto. De su mano leí el Ulysses, en su ejemplar de The Bodley Head, encontrado en la basura. En su cocina amasé el aprendido filo campesino de los pueblos del Peloponeso, a la vuelta de andanzas ya reales. Tras los largos encierros de la depresión los primeros pasos se encaminaban siempre a verla.
Fue luchadora, o no lo fue en absoluto, porque para ella no había más camino que el de la vida y el amor al destino. Ese carisma la proveyó para cumplir como mujer, amiga, madre o esposa, con la inteligencia intuitiva y abarcadora que la cazurrería de tantos confundía con ingenuidad estrafalaria. Ingenuidad, no; candidez, toda: la de la niña que mira al mundo con maravilla jamás extinta. Su entusiasmo vagabundo e indagador era parejo al de su perro, que no era suyo, aquel callejerillo prófugo que cruzaba la ciudad de madrugada para ladrarle a su ventana. Nunca tuvo edad para mí. Nunca fue pronto ni tarde para nada en su vida. Y si nos dejó acá, siempre estará en aquel mundo lejano desde donde brillaba el verde de sus ojos.
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hola de nuevo frends !! moqueur nuevamente, ahora presentando a esta señorita que debo decir que es algo nuevo para mi :))) ya se la saben un corazoncito y corro al im o al discord ( moqueur ✨ #5214 ). @lavieconex
INTRODUCCIÓN: su nombre es céline beauregard, tiene veinticuatro años y se encuentra estudiando derecho. ( pinterest ) ( más info )
uno. es gemela de sebastien y por siete minutos es la mayor, ella se toma muy en serio eso jajaja, es la única mujer de los beauregard y con sus hermanos se toma su papel de niña consentida.
dos. en carácter ( estoy experimentando bc yo casi siempre hago niñas lindas 🥺💖 ) es más parecida a la mamá, líder por naturaleza y con una fijación por hacer TODO mejor que cualquiera, no se deja vencer fácilmente. es muy mentirosa, el 90% de lo que dice son mentiras, pueden ser mentiras piadosas o mentiras que terminan por meterla en problemas ( aunque obviamente sale bien librada ), real que el arte de mentir se le da muuuuuy bien, solo su gemelo la conoce bien que sabe cuándo miente.
tres. práctica ballet, al inicio pidió las clases por capricho pero con el paso del tiempo le gustó tanto que no pensaba más que en ser bailarina. obvio tuvo que dejarlo como un pasatiempo bc no quería decepcionar a los papás, céline se estresa mucho por cumplir las expectativas del apellido.
cuatro. le gusta ser el centro de atención, nunca se le verá desalineada, cuida mucho de su apariencia física y también se fija mucho en la de los demás ( perdón :c ) prefiere rodearse de gente que tenga la misma posición económica yyyy pues mamoncita si es.
cinco. le encanta andar en antros y fiestas, es la que organiza todos los eventos super fancy, hasta puede llegar a ser considerada como alguien metiche porque le encanta la organización y que todo salga bien. big chale cuando bebe porque se vuelve otra persona y debo admitir que es un poco mala copa, jajajajaja, por eso lo evita, a céline le importa mucho el que dirán.
seis. tiene una gatita de nombre marie y es su adoración, también es fan de disney, por su posición económica ha festejado la mayoría de sus cumpleaños en algún parque de esa compañía. aunque parezca imposible es gran fanática del fútbol americano ( en el colegio secundario fue animadora del equipo ), disfruta y se apasiona viendo los partidos sentada en la sala de su casa o en vivo.
siete. en el fondo es buena chika, ahre, puede ser muy odiosa pero con sus cercanos es muy fiel y consentidora, anda que siempre: oh mira te compré esto porque me acordé de ti, o... vi esto y siento que te quedaría muuuy bien jklñfdsa, pero igual si quieren hcs para odiarla... yo feliiii :’)
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Y aquí estoy otra vez...
No es el mismo,
Pero en fin, el cuartucho de un hotel.
Y antes de empezar a gritarte,
Hay 1000 y 1 cosas que,
Aún quiero confesarte ...
La primera y entre tantas, porque has de saber que no voy a numerarlas, ya que sería de flojera y si es que algún día te conocí quiere decir que te conozco aún, y antes de la mitad, ya no querrías escucharlas...
Así que sí,
Si piensas que aún pienso en ti para tomar decisiones,
La verdad es que sí. Y no sabes cómo me jode.
Pero esa no es la primera.
La cosa es que antes de ti,
Yo no fui una santa,
Era más pvta que diabla.
Sin embargo me aceptaba,
Me aceptaban ...
Conocí a más de un hombre por dentro y por fuera.
Había de todas las edades,
Los desnudaba del cuerpo, del alma y de su cartera.
A algunos les exprimía como si fuese jugo, todo su amor hasta que ya no pudieran dar más.
Y a otros los hacía sentir tan miserables que nunca jamás tuvieran ganas de amar.
Al final como a esos juguetes que rompes y puedes remplazar, (porque siempre hay uno igual en el mercado), en el mercado donde había mil más y justo tomaste el defectuoso...
No hay problema, hay mercado.
Entonces el momento de desecharlos no dolía...
Porque sabía que había más, y que al final a todos se les iba a romper una parte y yo les iba a terminar desechando.
Y así el ciclo sin fin...
Hasta que me aburrí,
Y decidí que sería divertido tener un nuevo papel, algo que implicará más peligro...
Porque enamorarme no había servido,
Siempre ganaba,
Y en el amor, nadie gana, el que gana está perdiendo...
Fue entonces cuando me acerque a las hard_drugs.
Conocí la ciudad de madrugada,
Una maleta me acompañaba,
Rolabamos entre:
Antros,
Bares,
Raves,
Afters,
Hoteles de paso,
Casas de extraños, extrañas, amigos y casas de amigas.
Alcoholizandome de madrugada y también por las mañanas,
Durmiendo a destiempo, las horas y el tiempo pasaban más lento,
Sin tener una rutina,
Un sentido,
Un rumbo fijo.
Solo esperaba la otra dosis,
La próxima fiesta,
La gente nueva por conocer,
El ritmo,
Las luces,
El fondo,
La luz sobre mi,
Los ojos sobre mi,
Sus ojos sobre mi.
Un estilo de vida que era más que evidente que me iba a ganar.
Me estaba ganando.
Y así te conocí.
Y tú combinabas las dos cosas que más me generaban: adrenalina, pasión, obsesión.
Y entonces me enganche de ti.
Mi dealer con corazón.
¿Te están aburriendo mis confesiones? ... Porque si quieres puedo parar, no está de más que en este final te vuelva a dejar decidir por mi... Al fin, ya es el fin.
¿No?
Esta bien, entonces prosigo. . .
¿En qué estaba ?
La maleta, si, la maleta...
Está que siempre ha sido la misma,
La que tantas veces me trajo contigo, para un día quedarse , e inevitablemente otro día marcharse.
Ahora voy con esta maleta de un lado a otro,
Buscando donde recostarme para dormir, o prenderme un toque y reposar mis pensamientos, y es cuando recuerdo que...
yo siempre quise esto.
Una vida intensa, llena de pasión, de emociones fuertes y colores vivos.
Al costo que sea.
Por eso quería estar contigo.
De niña me juraba
_'live fast die young'_
Y ese fue mi eterno lema vital.
Quería comerme al mundo antes de que el me comiera a mi.
Corría aunque no sabía ni caminar.
Y así fui andando en mi vivir.
Hasta que llegue a ti,
Y me detuve a contemplarte, ahí.
*Tan tranquilo...
Tan apaciguado...
Tan solitario...
Tan tú .*
La cosa es que
*Estoy despierta*
Más despierta que nunca ,
Pero sueño,
Que aún duermo y sueño,
Que sigues aquí.
...
Habré de confesarte que estuve por años, tan deprimida,
Que me volvía un problema para cualquier alma.
Pues inundaba sus vidas de llantos y emociones que no puedes controlar, me convertía en el huracán.
No pensé que las risas a tu lado,
Eran lo que curarían...
Que amarte sin medida,
Me salvaría de mi propio infierno .
Por eso y por tantas cosas te agradezco,
Y me dueles tan profundo,
Porque esa parte de mi a la que llegaste, yo no sabía que existía .
Llegamos juntos, entonces nos vamos juntos.
Aja ?
Así es como termina,
Al final todo lo que hicimos por amor,
De nada,
De nada sirvió.
#soledad#tristeza#desamor#amor#conciencia#ilusion#mierda#mundo#esteban#victor#sontodoselmismo#aja#hotel#motel#violetta
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Carta para Jane del futuro:
“La persona que extraño es una versión idealizada de lo que pasamos, de los momentos felices, la persona real me hizo daño, la persona real se alejó, la persona real me engañó, la persona real ya no pertenece a mi vida por alguna razón.”
Querida Jane, este escrito es para ti, lo hago hoy 20 de julio 2021 pensando en este día donde lo necesitas, donde te sientes triste y te juzgues a ti misma por haber tomado la decisión de terminar con él. No te vuelvas a perder a ti misma por nadie mas, recuerda quien eres y lo que vales, si tomaste la decisión de dejarlo ir es por que en el fondo sabes que realmente Sergio no cambiará, aun cuando tu mas quieras que lo haga, NO LO HARÁ. Recuerda todas las oportunidades que le diste para hacerlo, tú y yo sabemos que no fue una, no fueron dos o tres, si no muchas… donde el siempre tomaba el mismo camino. La primera vez con Ana Karen, recuerda las veces que te quedaste despierta pensando si te contestaría los mensajes o llamadas, pero no fue así, no le importo que lo vieran besándose con ella en los antros, ¿recuerdas cómo eso te hizo sentir? Triste, insuficiente, fea, insegura de ti misma, no brillabas; los días pasaron lo perdonaste pensando que la culpable era ella, cuando claramente la culpa era de Sergio, tu viste los mensajes donde quien la buscaba era él (todo sería mejor si hubieras terminado con Sergio ahi). Después fueron los mensajes que le encontraste con la Tutu, con Paola, con su ex Katya, con Miriand en todas esas ocasiones no pensó en ti; aun así decidiste seguir con Sergio, tus amigas te lo decían, tus papás, tus hermanos, pero seguías aferrada a que él era el amor de tu vida, la persona más buena, noble, el mejor hombre del mundo, te dedicaste a idealizarlo, lo tenías en un pedestal donde tu solita lo pusiste ahí. A esa persona es a quien extrañas, mi querida Jane. Los meses pasaban el comenzó a salir con la niña de tres palos, la llevaba a San Marcos, inclusive una vez tú le preguntaste y te contesto “será mi próxima novia”, aun así seguías necia a no dejarlo no querías que nadie mas estuviera con él aun cuando sabias que Sergio no pensaba en ti. Después cuando el vino a verte Acapulco a pedirte perdón por todo lo que había hecho, ustedes regresaron, hicieron el amor y al terminar te dijo “- Ya me voy, me tengo que regresar a San Marcos hoy, mis papás están en el santísimo y me toca cuidar a mis hermanas” le creíste, bajaste abrirle la puerta del edifico, se despidieron de un beso, una hora después te mando un mensaje diciéndote que ya estaba en su casa. Ese mismo día tus roomie’s salieron de fiesta a un bar, te invitaron, tu dijiste que no por que estabas muy cansada por el internado al día siguiente tu amiga te dice que vio a tu novio besándose con una chava en el bar, estuvieron toda la noche, a él no le importo que Angie lo viera ahí con ella, (aun sabiendo que es tu amiga de años quien obviamente te lo diría), el no regreso a su casa ese día si no hasta el siguiente, obviamente se la cogio. Lo perdonaste. Conforme pasó el tiempo comenzaste a tomar los engaños “normal” pero no es así y lo sabes, la relación bonita se rompió desde hace tiempo atrás. Para finalizar Sergio te volvió a pedir una oportunidad, te dice que te ama, que quiere hacer las cosas bien, que está dispuesto a dejar todo por ti, ese mismo día sube una foto besandose con otra chava en la playa, ahí si demostraste que no te quieres ni tantito, te convertiste en el hazme reír de todos, ¿por que lo permitiste? No estuvo bien, te escribo esta carta para que te des cuenta que Sergio NO VA A CAMBIAR, el problema no eres tú, aun si tú hubieras decidió quedarte con Sergio y darle todo el amor de mundo él seguiría siendo el mismo, seguiría mintiendo, engañándote, me guiaría negando todo, él no acepta lo que hizo, no acepta como la cago contigo, jamás lo hará. Toma de ejemplo a Karina, a Darcy, a Leslie, a Becky si ellas pudieron tú por qué no? Ahora se ven más felices, brillan mas, con amor propio, se concentraron en ellas, no necesitan a un hombre para ser feliz. Tomará tiempo pero confió en ti, toma de nuevo ese coraje esa valentía qué hay en ti y no la sueltes, no eres alguien débil, eres una mujer fuerte. Estoy contigo, CONFÍO EN NOSOTRAS.
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Eremika Spanish Week. Día 4: Reencuentro.
A Eren no le gustaba el café a menos que fuese el que preparaban y molían a mano en aquella diminuta cafetería de la calle María 845. Era un pequeño antro ruinoso que pocos conocían, de maderas que habían perdido el color, sillas que crujían demasiado y tazas y platos desportillados. Su padre le había llevado allí desde que era pequeño, esa cafetería estaba en pie desde antes de que él naciera y el mantenimiento había sido nulo desde entonces también. Sin embargo el lugar siempre estaba limpio, y el café delicioso.
Tenía la taza contra los labios cuando alguien le cubrió los ojos con las manos. Era una mujer, Eren lo supo enseguida por el perfume que usaba. Olía femenino y afrutado, elegante pero dulce. No era nadie a quien él conociera. En su vida ninguna mujer olía así. Seguramente le hubieran confundido con alguien. Dejó la taza de café sobre la mesa de mármol manchado.
- Disculpe... -comenzó
- Adivina quién soy -al escuchar su voz el corazón le dio tal golpe contra las costillas que sintió genuino dolor.
Sí que conocía a esa mujer de aroma delicioso, y muy bien además. Pasaron segundos y él no dijo nada, así que Mikasa retiró las manos y se sentó en la silla que tenía al lado. Eren tardó un poco en acostumbrarse a la luz y sobre todo en distinguirla a ella.
- Mikasa -exhaló.
Su amiga le sonrió. Los años únicamente habían hecho mas por incrementar su belleza. De niña, Mikasa había sido de una hermosura poco alcanzable para cualquiera, y conforme se iba convirtiendo en adulta más lo era. La última vez que la había visto aún tenía diecinueve años, y llevaba el pelo negro corto hasta la nuca y vestía siempre de negro con maquillajes muy elaborados. La mujer que tenía ante él ahora tenía el pelo muy largo, como cuando era niña, y apenas iba maquillada pero tenía la cara más fina y delgada que antes y el cuerpo más definido también. Hombros anchos, cintura incluso más pequeña de como la recordaba.
- Te ha vuelto a crecer el pelo -murmuró, fue lo único que fue capaz de decir.
- Diez años, que obran milagros -masculló mientras le quitaba la galleta de canela del café. Eren odiaba la canela, y nunca se comía esa galleta.
- ¿Qué haces aquí? -Mikasa vestía una blusa blanca con pantalón pitillo azul oscuro, botas y una chaqueta americana. Definitivamente estaba muy cambiada.
- ¿Lo mismo que tu? -le sonrió con malicia mientras desenvolvía la galleta y le daba un mordisquito-. He venido para la boda de Armin y Annie. Por fin dan el paso, cualquiera lo diría ¿eh?
- Sí -murmuró, mientras cogía con fuerza la tacita de café.
Si era sincero, la relación de Eren con Armin se había enturbiado muchísimo en los últimos diez años, casi no quedaba rastro de la amistad que habían compartido de niños y adolescentes, cuando correteaban por las calles de esa ciudad de piedra antigua o se emborrachaban en las ruinas de los muros de sus antepasados.
- Eren -Mikasa le miraba con la cabeza ladeada, sonriendo igual que un ratón a un gato-; ¿damos un paseo?
Eren pestañeó una vez en respuesta antes de asentir. Cuando fue a pagar el café Mikasa le dijo que ya estaba pagado y le invitó a salir con ella con un movimiento de la cabeza. Se había convertido en una mujer elegante y preciosa, cada paso que daba parecía estar lleno de gracia y libertad. Aunque dolía, en cada célula de él, dolía, un dolor que cada día se recordaba a si mismo que se merecía, Eren estaba feliz por ella. Y eso tendría que ser suficiente para él poder continuar viviendo. Mikasa no tenía anillo de casada en la mano, tampoco lo llevaba colgado del cuello. En los últimos años se había imaginado que Mikasa acabaría casándose con Jean, él siempre había estado loco por ella.
- Y cuéntame, ¿cómo te va a ti? -fue ella quién inició la conversación mientras atravesaban el camino terroso del parque, rodeados de árboles en el camino-. Historia y tu ¿seguís juntos o lo vuestro no funcionó?
- ¿Qué? -negó con la cabeza-. No... o sea, entre ella y yo nunca hubo nada.
- ¿En serio? Pues todos decían que eras el padre de su hija -señaló.
- ¿Qué? -se paró en seco, provocando la risa de Mikasa.
Se doblaba igual que un folio mientras carcajeaba.
- Lo siento, pero es que tu cara -carcajeó.
- Sí, me imagino perfectamente la cara que se me debe de haber quedado -Eren no pudo evitar sonreír con ella también. Su risa le hacía querer reír a él también.
Historia y él... pero qué absurdo. Era cierto que Historia había tenido una hija, pero él no era el padre, jamás se acercaría a ella de esa manera. Historia era como una hermana para él, además que a ella le gustaban las mujeres. Es cierto que había estado con un hombre, un amigo suyo de la infancia, pero porque necesitaba quedarse embarazada para poder ser libre de su bendito déspota padre. Historia, desesperada, no había encontrado otra solución que acostarse con un amigo de la infancia y salir embarazada.
- ¿Y tú? ¿Cómo te va con Jean? -la pregunta que lanzó estuvo cargada de veneno y amargura, Eren no se sentía orgulloso de ello pero necesitaba sacarse los clavos- ¿Qué edad tiene ya vuestro hijo?
- ¿Qué te hace pensar que estoy con Jean? -la pregunta de Mikasa fue tan suave como el algodón- ¿o que tengo siquiera un hijo? -le miró directamente a los ojos.
Mikasa tenía una de las miradas más profundas y significativas que había visto jamás, por sus ojos era capaz de transmitir la ira de mil diablos o la ternura del amor más desinteresado. En aquel momento, presentaba... ¿indiferencia? ¿desprecio por el increíble patetismo que debía de denotarse en él? Aquello sí que dolía. La indiferencia. Eren hubiera dado la mitad de su vida porque al menos le siguiera odiando un poco.
- Tienes la cicatriz de una cesárea en el vientre -apostilló-. Antes, cuando te has puesto el abrigo se te ha levantado la blusa y la he visto. Tienes que haber sido madre sí o sí.
- Sí -contestó de manera mecánica-. Tengo un hijo, se llama Akemi, tiene tres años. Pero no, su padre no es Jean. ¿Qué te hace pensar que me casé con Jean?
Mikasa le dio la espalda y comenzó a caminar a zancadas por el camino de tierra amarillenta del parque.
- Es lo que todo el mundo decía -contraatacó, con las mismas palabras que ella había usado antes.
Hacía años alguien le había dicho que habían visto a Mikasa con un hombre con perilla, que este le sostenía los hombros y que seguramente era su marido. Eren enseguida pensó que era Jean, porque era lo más evidente ¿no? Mikasa tenía derecho a rehacer su vida, y Jean siempre había estado loco por ella, desde que eran críos. No era descabellado pensar que finalmente, ella hubiese aceptado ser amada por él. A Eren le dolía admitirlo, pero... Jean era un gran tipo, seguramente él la hubiera hecho muy feliz.
- ¿Tienes fotos? -Eren caminó hasta ponerse a su altura. El aura de Mikasa se había enturbiado, era una malísima mentirosa-. De Akemi, en tu móvil, seguramente se parezca mucho a ti.
- No te creas -rumió.
- ¿Qué?
- Que me he dejado el móvil en el hotel -contestó con cierta brusquedad-. Eso me recuerda a que debo irme ya. Ha sido un placer verte, a ver si nos vemos en otra ocasión antes de la boda.
- Vale, pero...
- Cuídate -Mikasa no le dio tiempo a decir nada más, emprendió el camino contrario al de Eren y desapareció enseguida. Eren sintió el estúpido impulso de ir detrás de ella, pero se contuvo, ya bastante le había arruinado la vida diciéndole que la odiaba hacía diez años. Cada día se repetía que había sido por su bien pero... ¿hasta qué punto?
🌉🌉🌉
Una vez en el coche Mikasa golpeó con fuerza el volante hasta tres veces. Había sido un error ir a buscarle, había sido un error querer verle... diez años y seguía cayendo en las mismas. Ver la mirada de Eren, tan vacía, tan falta de vida... le había desgarrado el corazón casi tanto como aquel día en que él la había llamado esclava. Se tocó el vientre y se arremetió la blusa por debajo del pantalón. Akemi... maldita sea.
Mikasa apenas si tuvo tiempo de dejar las llaves en la consola del recibidor cuando un pequeño torbellino de nueve años y pelo largo castaño corrió hacia ella disfrazada de princesa.
- ¡Mami! ¡Mami! -Mikasa se arrodilló enseguida para abrazar a su hija, que le llenaba la cara de besos y le rodeaba el cuello con sus largos bracitos-.
- Hola, mi vida -la pequeña se apartó un poquito de su madre para enseñarle ilusionada su nuevo vestido de princesa-, pero qué guapa está mi princesa.
La falda del vestido era tul malva y el corpiño estaba hecho de tela fuxia con lazos y cuerdas doradas, las mangas eran de farolillo y tenían el mismo color que la falda. Carla, la hija de Mikasa, tenía el pelo castaño y los ojos profundamente verdes, su rostro era redondeado y el color de su piel era ligeramente más morena que la de su madre. De Mikasa lo único que la niña parecía haber heredado era la estatura (Carla era una niña alta para su edad) y también la nariz pequeña y fina y los labios carnosos y rojizos.
- No ha querido quitarse el vestido hasta que no la vieras -Sasha estaba apoyada contra el marco de la puerta que daba al salón.
- Gracias por cuidar de ella -Mikasa aún seguía de cuclillas en el suelo, abrazando a su pequeña.
- Por mi sobrinita lo que sea -Sasha se acercó también, cogiendo la carita de Carla entre sus manos y juntas pasaron al salón.
Mikasa había mentido a Eren también sobre el lugar en el que se estaban quedando. Le había dicho que estaba en un hotel, en realidad estaba en la antigua cabaña de sus padres, reformada en un caserío de montaña desde hacía algunos años. Mikasa y Carla llevaban viviendo allí un mes y una pequeña parte del salón había sido decorada por la niña, la zona de la chimenea y los sofás era de Mikasa, pero detrás de la mesa del comedor había una pequeña mesita de té infantil de color blanco con cojines turquesas en las cuatro sillitas y peluches en todas a modo de invitados. A Carla le encantaba disfrazarse, y los vestidos, y los peluches, también los cuentos, las muñecas y las reuniones de té. Pasaba horas en esa mesa, entreteniéndose sola, dibujando o leyendo sus cuentos o libros infantiles. Al ser hija única había aprendido a entretenerse ella sola, igual que había hecho Mikasa de pequeña.
- ¿Y le has visto? -la pregunta de Sasha hizo que Mikasa apartase la mirada de su hija, que se había puesto una corona plateada en la cabeza con corazones morados y hacía que su conejita comiese un poco de pastel de fresas imaginario-. Tú mirada lo dice todo -sentenció su amiga.
Mikasa se quitó los zapatos y el abrigo y luego se sentó en el sofá blanco del salón, frente a la chimenea y suspiró.
- Se ha percatado de que soy madre.
- ¡¿Qué?! ¡¿Cómo?!
- Eren siempre ha sido un cabrón muy perspicaz -masculló-, se me abrió la blusa y me vio un poco de la cicatriz de la cesárea del parto de Carla -le explicó en voz baja, manteniendo un ojo pegado en Carla, porque si su padre era perspicaz, ella no se quedaba atrás tampoco-. Le dije que tuve un hijo, que se llama Akemi y que tenía tres años.
- ¿Un niño? ¿Akemi? ¿Tres años? -Mikasa suspiró y puso los ojos en blanco mientras se envolvía la cara entre las manos.
- Suena peor cuando lo repites así -gimoteó mientras pataleaba contra el sofá. Quizás con un poco de suerte Eren no se enteraría, ¿verdad?
🌉🌉🌉
Eren había quedado en el centro con su hermano para tomar el brunch junto a su cuñada y su padre. Si era sincero tenía las mismas ganas de comer con ellos que de que alguien le diera una patada en los cojones, pero las cosas como eran, no podía seguir evitándoles. Eren quería a su familia, los quería bastante pero... No soportaba estar con ellos. Su hermano Zeke, por ejemplo: era homosexual, a Eren no podía negárselo, sin embargo había decidido casarse con una mujer a la que no quería, con la que jamás sería feliz del todo por más que se empeñase en negar lo contrario. En parte podía entender las motivaciones de su hermano mayor, la posición de su madre y todo lo que Grisha esperaba de él pero... aun así. Su cuñada, Isabelle, era una buena chica no tenía nada en contra de ella pero... le molestaba de cierta manera, había algo en ella que le resultaba falso. Eren sospechaba que se había casado con Zeke simplemente por la posición de su madre, y que en el fondo sabía que él era gay. El hombre que más le molestaba estaba sentado en frente de él. Grisha Jaeger.
- ¿No comes nada, Eren? -le preguntó la mujer de su hermano.
- Estoy bien -contestó.
Grisha le atravesó con la mirada. Al lado de Grisha había un asiento vacío, era el de su madre. Desde que ella había muerto, su padre había cambiado casi por completo.
- Eren... -comenzó Zeke, pero antes de que su hermano pudiese comenzar con un discurso totalmente alienado a la dictadura moral de su padre se levantó y pidió permiso para excusarse.
Escuchó las protestas de su cuñada, y el bufido de su padre, pero los ignoró. La cabeza la como un bombo y no eran ni las doce de la mañana. Suspiró y se acercó a la barra del restaurante para pedirles un analgésico cuando una manita tiró de su chaqueta.
- Señor, disculpe -miró hacia abajo donde una niña de pelo largo castaño y ojos verdes le miraba suplicante.
Era una niña preciosa, llevaba puesto un vestido blanco con cerezas bordadas , una cazadora roja y botines negros con cordones y flores rosas dibujadas en la caña. Entre sus manos sostenía un bolso transparente con las correas blancas y margaritas pintadas en el mismo color y detalles en amarillo. Era... esa niña era igual que Mikasa la primera vez que la había visto, verla a ella era como vivir una especie de déjà vu. Incluso tenían el mismo corte de pelo que ella entonces.
- Hola, pequeña -Eren se agachó, para poder ver a la niña a los ojos. Era alta, aunque por la inocencia de su comportamiento debía de ser pequeña aún-. ¿Qué ha pasado? ¿Te has perdido?
La niña negó con la cabeza, agachando la cara un poco tímida. Aquel gesto también le recordó muchísimo a Mikasa, ella solía bajar la cabeza y mirar hacia arriba con los desconocidos cuando tenían nueve o diez años.
- Es que quisiera un vaso de agua, pero no me atienden en la barra -le explicó en voz baja.
- Oh, comprendo -Eren le sonrió con levemente y extendió las manos hacia ella-. ¿Me permite, señorita?
La pequeña esbozó una sonrisa tímida antes de asentir, en ese momento Eren la cogió en brazos y la sentó sobre la barra. Luego le pidió al camarero que le trajera dos vasos de agua sin hielo, porque los niños pequeños no debían de tomar agua fría, podían resfriarse enseguida.
- Aquí tienen -la camarera les trajo una bandeja blanca con los dos vasos de agua-.
- ¡Gracias! -canturreó la niña, feliz por fin de poder beber agua.
- Pero qué niña más bonita -comentó la camarera-. Su hija es una ricura, además se parece muchísimo a usted, seguro que está orgullosísimo.
Eren no tuvo tiempo de corregir a la camarera, porque en ese momento la máquina del café espresso comenzó a sonar y se marchó corriendo. Eren miró de soslayo a la niña, que bebía de su vaso de agua, agarrándolo con las dos manos. ¿Se parecía a él? Cierto era que tenían el mismo color de pelo e incluso los ojos, pero el cabello castaño y los ojos verdes era una combinación común también. A quien de verdad le recordaba esa niña era a Mikasa. Mikasa era madre, ese era un dato que tenía confirmado pero... ella tenía un hijo pequeño, de tres años, Akemi. Aquella niña tenía al menos nueve o diez años.
- Pequeña, ¿puedo preguntarte cómo te llamas?
- Carla -contestó automáticamente, terminándose el vaso de agua. Carla... se llamaba Carla, igual que se había llamado su madre. Muchísimas coincidencias eran ya.
- Oye, Carla. Tu mamá no se llamará Mikasa por casualidad, ¿verdad? ¿Está aquí contigo?
- Mmmm -murmuró la niña, mientras se removía incómoda sentada en la barra-. Verá, señor, ha sido usted muy amable, pero no puedo darle más datos sobre mi. Es usted un desconocido y podría ser peligroso, entiéndalo.
Eren parpadeó, estaba totalmente atónito de que la niña tuviese tantísima razón. En cuanto asimiló sus palabras no pudo parar de reír, acababa de decidir que le encantaba esa niña.
- ¿Sabes qué, Carla? Que tienes toda la razón, eres una niña muy lista -Carla sonrió y ladeó la cabeza, ese mismo gesto se lo había visto hacer a Mikasa dos días antes, sonreír mientras ladeaba la cabeza. Eren sintió que le clavaban un puñal en el pecho y se lo retorcían.
- ¿Señor, me ayuda a bajar? -la pequeña extendió sus largos y delgados brazos hacia él para que la bajase.
Eren tardó un momento en reaccionar pero cuando lo hizo cogió a Carla por las costillas y la dejó en el suelo con un único movimiento mecánico. La niña una vez se vio en el suelo, abrió su pequeño bolso de plástico con margaritas dibujadas y sacó una polvera amarilla de juguete. Dentro tenía varias pegatinas de personajes infantiles, sacó una que era de un conejo con un lacito rojo y se la dio a Eren.
- En agradecimiento por haberme ayudado -se la pegó en el dorso de la mano y luego le abrazó por la cintura, que era más o menos a donde llegaba la pequeña-. Muchas gracias, señor. ¡Hasta pronto!
Carla salió trotando del restaurante, y una parte del corazón roto de Eren se fue con ella. Se quedó mirando el dorso de su mano, la diminuta pegatina que había puesto ahí la niña... su forma de moverse, tímida pero elegante también le recordaba muchísimo a Mikasa. Comenzó a reír, a reír sin poder parar hasta que casi le faltó el aire y la cabeza comenzó a darle vueltas. Aquello parecía una broma, una puta broma mala del destino. Volvió al salón de las comidas y se excusó con su familia diciendo que le había surgido algo importante y que definitivamente, tenía que irse. Zeke intentó pararlo cogiéndole por el brazo, pero la promesa de violencia que estaba escrita en la mirada de Eren fue suficiente para convencer a su hermano de que aquel no era el momento para intentar detenerle. Zeke captó enseguida la indirecta y le dejó marchar.
Eren salió a la plazoleta que estaba en frente del restaurante, pero alli no había ni rastro de aquella niña. Carla... ¿Mikasa le había puesto el nombre de su madre? Mikasa había querido a su madre tanto como había querido a la suya, y para Carla, Mikasa había sido tan hija como el propio Eren. No hubiera sido extraño que... pero no quería ilusionarse, no quería pensar que aquella pequeña pudiera ser... suya. Suya y de Mikasa.
🌉🌉🌉
Annie estaba a punto de correrse. Por fin, después de tantísima espera, de tantísimo tiempo sin haber podido intimar con su prometido, por fin, por fin estaban en la cama los dos solos. Estaba harta de pensar en flores, banquetes, cursos prematrimoniales, de haberlo sabido habría firmado los papeles y punto. Total, el sexo no creía que fuese a ser mejor de casada de lo que lo estaba siendo en ese mismo momento, básicamente porque le parecía imposible. Armin sabía exactamente los puntos de su cuerpo en los que debía lamer, besar, morder... a veces incluso soplar, para que ella disfrutase al máximo.
- Dios, cariño -gimió. Annie sólo le llamaba cariño en momentos muy específicos, y esa era la señal de Armin de que lo estaba haciendo muy bien-, sí... mh, sí... -y en ese momento, el mayor desgraciado del mundo y despojo humano que había pisado la tierra comenzó a llamar a la puerta. Decía desgraciado y despojo humano porque sólo eso podía interrumpirla en ese momento-. No -gimió al principio, y luego gruñó-, no, noooooo.
Annie contrajo los dedos, arañando el colchón y agarrándose a las sábanas. Armin levantó la cabeza también y se incorporó alzando un dedo.
- Le echo sea quién sea y seguimos.
Annie se cubrió con las sábanas y se tumbó en la cama, enfurruñada. Estaba literalmente harta de boda, no había tenido un orgasmo en condiciones en cuatro meses de preparativos que llevaban. Y encima quien fuera el desgraciado no paraba de llamar con fervor.
- Dame un segundo -Armin le besó en la parte trasera de la cabeza, pero ella evitó decir nada más. Ya no quería sexo, quería atención y cariños solamente.
Armin salió de la habitación vestido con la bata negra. No se había molestado ni en ponerse ropa interior, porque pensaba despachar a quien coño fuese en segundos, y volver a lo que estaba haciendo. Pero la persona que estaba detrás de la puerta no pensaba ponérselo tan fácil.
- Oiga, no sé quién... -calló de golpe-. Eren.
Eren estaba apoyado en el marco de la puerta, con ambas manos y con cara de querer matar a todo el mundo.
- ¿Tú lo sabías? -rumió.
- ¿El qué se supone que sabía? -contestó con chulería.
Eren cogió a Armin por las solapas de la bata y le zarandeó.
- ¡NO TE HAGAS EL IMBÉCIL CONMIGO! -bramó.
- Pero, ¿de qué estás hablando, Eren? -Armin cogió a Eren por las muñecas, aunque él era más alto y con más fuerza Armin podía intentar defenderse.
Aunque no le haría falta, porque tras oír los gritos, Annie había salido de la habitación, vestida con un camisón de tela de raso color salmón.
- Suéltale ahora mismo -siseó, agarrando a Eren por el brazo-. Eren te he dicho que le sueltes si no quieres que te rompa el puto brazo.
Los músculos de la mandíbula de Eren hicieron un suave movimiento antes de soltar a Armin de las solapas de la bata negra, tal y como Annie le había exigido. Armin le dio un empujón, que Eren no devolvió, pues se recordó a él mismo que la intención era dialogar.
- Está bien -Eren alzó las manos por encima de su cabeza antes de apoyárselas en la cabeza y en el cabello que tenía recogido, entonces miró a Armin a los ojos, la mirada más sincera que le había dedicado en años y ambos lo sabían-. Por favor, sólo quiero saber la verdad.
Armin invitó a Eren a sentarse en su salón mientras él iba a cambiarse de ropa. Annie ni siquiera protestó, podía parecer una persona fría, pero al final del camino Annie era el tipo de persona que si podía, anteponía a los demás antes que a ella misma. Armin se vistió con un polo de color claro y unos vaqueros, Annie le besó el hombro antes de salir de la habitación a enfrentar al que había sido su mejor amigo, su hermano, hacía tantos años. Eren estaba sentado en el sofá, con los codos sobre sus rodillas y las palmas juntas contra los labios. Se le veía derrotado, más nervioso de lo que lo había visto nunca. Armin se sentó en la mesa auxiliar de manera maciza que había frente a Eren.
- ¿Quieres algo de beber? -Eren negó con la cabeza-.
- Sólo quiero saber por qué nunca me dijisteis que tenía una hija, -le atravesó con la mirada- que Mikasa y yo tenemos una hija.
Armin parpadeó una única vez. En el fondo él estaba del lado de Eren en lo referente a ese tema. Si le hubiese pasado a él... pero recordó aquella escena, en la mesa, frente a Mikasa, las cosas tan horribles que Eren le dijo, la paliza que le dio a él...
- ¿De verdad te extraña que Mikasa nunca te dijese nada? Le rompiste el corazón -le acusó.
- A estas alturas con lo inteligente que eres -siseó- me supongo que ya te habrás dado cuenta de por qué lo hice.
Armin le miró con una ceja enarcada, evitando contestar. Mentiría si dijese que no había pensado en los motivos, y muchos le parecían muy propios de Eren pero aún así. Armin se dio cuenta en ese momento de que en el dorso de la mano tenía una pegatina diminuta de un conejito con un lazo en una de las orejas, conocía esas pegatinas y la pasión que tenía su sobrinita por ellas. Él tenía una de un conejito con una corona en la oreja pegada en la cartera desde hacía dos días.
- Se enteró después de aquel día -le confesó al fin.
- ¿Y decidió no contármelo porque me odiaba? -susurró.
- Serás gilipollas -le acusó-. Intentó contártelo muchas veces, incluso después de que tú la despreciases siguió llamándote cuando se enteró pero tú -le señaló con el dedo-, pedazo de mierda no le cogiste el teléfono ni una puñetera vez. Te pesaban tantísimo los cojones que no fuiste capaz ni de tocar una tecla verde -hizo una pausa y se levantó con brusquedad de la mesa-. Es que manda huevos, me voy a poner una copa porque me estás poniendo de una mala hostia...
Se levantó y fue hasta la cocina. Lo de la copa era una excusa en verdad, en realidad le temblaban las manos de recordar esos días tan infernales y no quería que Eren viera eso. Se revolvió el pelo rubio y corto y sacó una botella de vodka del congelador. Annie solía beber vodka, y él se había acostumbrado con ella. Cuando volvió al salón lo hizo con dos vasos pequeños y la botella entera de vodka. Se sentó en la misma posición que antes y sirvió los chupitos con el vodka.
- Bebe -le ordenó, acercándole el vasito.
- Hace años que no bebo.
- Eso es nuevo -le picó.
- Sí -no cayó.
Armin se tomó el segundo chupito y entonces se decidió a contárselo todo. Mikasa se había enterado de que estaba embarazada dos días después de que Eren le diera a él la paliza y a ella le dijese cuánto la odiaba. Había sido por casualidad, cuando estaba con él en el hospital se desmayó por una bajada de azúcar y le hicieron las pruebas que determinaron que estaba de cinco semanas de embarazo. Armin estaba seguro de que Mikasa interrumpiría el embarazo, sabía que hasta el último minuto se lo había estado planteando, pero finalmente en el acto que fue quizás el más valiente de su vida, decidió no hacerlo. En aquel tiempo Mikasa sopesó sus opciones y finalmente optó por recurrir a las únicas personas que podían ayudarla, aunque aceptar firmar con el diablo fuese tragarse su orgullo, vender su alma, lo hizo por su bebé, Mikasa hubiera hecho cualquier cosa por Carla. Aceptó la ayuda de su familia materna en Hizuru, se mudó con ellos, consiguió una beca de Arquitectura en la universidad y logró salir adelante. Se graduó después de lo que fueron años infernales siendo una esclava de los Azumabito y actualmente trabajaba en una multinacional como arquitecta mientras criaba a su hija ella sola. Mikasa había conseguido salir adelante ella sola, una vez más.
🌉🌉🌉
- Carla, ¿estás ya lista? -Mikasa se asomó al hueco de la escalera del segundo piso, para llamar a su pequeña, que estaba en su habitación terminando de vestirse. Ese día habían quedado de ir a cenar con Sasha, Armin, Annie y Nicco al restaurante que este había abierto en Shiganshina.
- Ya casi estoy, mami -Carla estaba en esa edad en que quería ser independiente, hacerlo todo sola, elegir ella su propia ropa, peinarse ella... A Mikasa le enorgullecía también que su hija tuviera las cosas tan claras y fuera tan independiente. Seguro que de mayor sería más lista de lo que ella lo había sido.
Llamaron a la puerta en ese momento, seguramente era Sasha que había quedado en recogerlas para ir juntas al restaurante.
- Mira, la tía Sasha ya está aquí y tu sin terminar aun.
- ¡Ya bajo, mami! -contestó con entusiasmo.
A Carla le encantaban las reuniones con personas adultas, salir a cenar, arreglarse... era incluso más presumida de lo que lo era Annie, no en vano ambas se llevaban tan bien. Mikasa miró la hora, extrañamente Sasha había llegado muy temprano, por lo general siempre llegaba con media hora de retraso a todos los sitios.
- Sasha qué pronto... -pero al abrir la puerta, no era Sasha quien estaba ahí-. Eren, ¿qué haces aquí?
Antes de que Eren pudiera responder, Carla bajó corriendo los escalones y se abrazó a su madre por la espalda.
- ¡Mami, ya estoy!
Se había puesto un vestido en color melocotón, con zapatillas amarillas y dos lazos pequeños del mismo color que las zapatillas a ambos lados de la cabeza. Llevaba como siempre un bolso cruzado sobre el pecho, Carla tenía una pequeña colección de bolsos que coleccionaba y combinaba a su antojo, esta ocasión había cogido uno cuya forma era la cabeza de un unicornio de peluche blanco, con el cuerno y las orejas doradas. En la mano llevaba una pequeña cazadora vaquera de color claro. Eren se quedó mirando a la pequeña como si hubiese visto un fantasma y quisiera echarse a llorar allí mismo.
- ¡Hola! Eres el señor del restaurante ¿verdad? -Carla le sonrió a Eren, sin dejar de abrazarse a su madre-, ¿conoces a mi mamá?
- ¡Carla! -el tono nervioso e inusual de su madre hizo que la niña se asustase un poco pero Mikasa graduó enseguida su voz-, mi vida, ¿ya habías visto a este señor antes?
- Esta mañana -contestó Eren en lugar de la niña-, nos encontramos por casualidad y enseguida supe que debía de ser... hija tuya -añadió tras una pausa-. Es igual que tu cuando tenías su edad.
Carla sonrió orgullosa por el comentario de Eren. Siempre le había gustado cuando le decían que se parecía a su madre, porque para Carla no había mujer más hermosa en todo el mundo que su madre, y se enorgullecía mucho de parecerse a ella.
- Cielo -murmuró Mikasa, pero una carraspera la interrumpió. Eren y ella se giraron, Sasha acababa de llegar y les estaba saludando con la llave del coche aún en la mano-. Cariño, -Mikasa se agachó, poniéndole la cazadora vaquera a su hija- te vas a ir con la tía Sasha al restaurante, ¿vale? mami irá enseguida, en cuanto termine de hablar con este señor, ¿si? -Eren la atravesó con la mirada, estaba iracundo y en parte Mikasa entendía que tenía razón, pero ella no estaba menos enfadada.
- Vale, mami -Carla se acercó y abrazó a su madre rodeándole el cuello, luego le dio un besito en la mejilla-, no tardes mami -luego de despedirse de su madre, tiró de la chaqueta de Eren para que se agachase y repitió la misma acción con él, se puso de puntillas para abrazarle y darle un beso en la mejilla con un "muáh" muy sonoro, así como su madre hacía con ella-.
Eren le devolvió el abrazo, acariciándole su suave pelo, tenía el mismo tacto lacio que el de Mikasa o el suyo propio. Tuvo que emplear toda su voluntad para no llorar abrazado a esa niña, su niña. Tan suya como de Mikasa. Una vez Sasha y Carla se hubieron marchado, Mikasa invitó a Eren a entrar.
🌉🌉🌉
- No me fastidies, Sasha, ¿Cómo que Eren estaba allí? -Armin sabía que Eren tenía intención de ir a ver a Mikasa, pero no que lo fuera a hacer ese mismo día.
Annie le miró con los ojos entrecerrados, ella ya se lo esperaba, conociendo al loco de su ex amigo. Y en el fondo Armin también porque tonto no era aunque se lo hiciera. Estaban reunidos en la mesa que tenían reservada el restaurante de Nicco, mientras esperaban a que este volviera con Carla de la cocina. La niña estaba en la etapa en que de mayor quería ser chef y diseñadora de moda, ambas cosas al mismo tiempo, y Nicco se había ofrecido a enseñárselo todo para que los adultos pudieran hablar a gusto.
- Oye, no se matarán ¿verdad?
- Sasha, no digas tonterías, anda -intervino Annie.
- ¿Quién dice tonterías? -Carla apareció de repente en la mesa, sentada junto a Annie. Tan silenciosa como su madre, maldita cría, pensó Annie.
- Tu tía Sasha, cariño, -Annie atravesó con la mirada a la interpelada- ¿Quién más si no?
- ¿Estabais hablando de mamá? -cogió la servilleta de encima de la mesa y se la puso sobre el regazo- ¿Se ha quedado en casa porque va a discutir con ese señor tan guapo y luego a darse besos? -Carla entrelazó los dedos y después colocó ahí su barbilla, mientras miraba a los tres adultos de la mesa que se habían quedado con la boca abierta-. En las novelas turcas que ve la tía Sasha siempre pasa así -explicó-, dos adultos que se miran embelesados como si estuvieran enfadados hacen que todos se vayan entonces discuten y se dan besos diciendo que en realidad se aman.
Annie y Armin atravesaron a Sasha con la mirada y esta deseó que se la tragara la tierra, mientras cogía el menú del restaurante y se ponía a ver qué platos había en el menú, aunque ella misma lo había elaborado junto con su marido.
🌉🌉🌉
Eren estaba sentado en el comedor de la mesa de Mikasa con ella delante, ambos tenían las manos sobre la mesa, pero ahora él estaba a la izquierda y ella a la derecha. Todo aquello parecía un paralelismo absurdo.
- Intenté decírtelo -fue lo primero que Mikasa le echó en cara-, cuando me enteré de que estaba embarazada te llamé varias veces pero... no lo cogías. Me parece tan patético cada vez que me acuerdo -sonrió, una sonrisa triste y amarga que a Eren le rompía el corazón-. Me pareció un castigo al principio, primero te acuestas conmigo, luego me rechazas y me dices que me odias y luego voy yo y te digo que la primera y única vez que nos acostamos me quedé embarazada -volvió a reír igual que antes-, es que es patético, dios mío. Es absurdo.
Se levantó de la mesa, incapaz de seguir dándole la cara y se acercó hasta los ventanales que había cerca del salón. Eren se levantó enseguida y fue detrás de ella, al levantarse se percató de la pequeña mesita blanca de té con los peluches y los cojines de pelito azules, sobre la mesa había una diadema de princesa. Quería... dios, quería tantísimas cosas, quería saberlo todo sobre su hija, y sobre Mikasa, todo lo que habían estado haciendo esos últimos años.
- Mikasa -Eren se acercó a ella por la espalda, poniéndole una mano en la cintura pero ella se apartó de él.
- No me toques -siseó. Eren cerró los ojos con fuerza, merecía todo su desprecio, aunque él la anhelase, aunque él la amase-. Si te hubieras enterado de que Carla existía hace diez años, no quiero ni pensar en lo que me hubieras dicho.
- ¿Qué quieres decir? -Mikasa no contestó-, Mikasa ¿qué quieres decir? ¿es que crees que te habría rechazado o negado el hacerme cargo? -ella le miró de soslayo, y Eren sintió como si le hubiera dado un puñetazo en el estómago-. Yo jamás hubiera hecho eso, me habría hecho cargo, de ti y de nuestra hija.
- Tsk... -bufó con desprecio e intentó alejarse de él, pero Eren la cogió por el brazo y la atrajo hacia él, intentando hacer que le mirase.
- Suéltame -siseó, incapaz de mirarle a los ojos, él la cogió por el otro brazo-, no te acerques más, no me agarres, no me... -intentó zafarse, pero Eren se acercó más a ella, pegando su frente a la de Mikasa, cerró los ojos con fuerza.
Eren no podía pedirle perdón a Mikasa, era totalmente consciente de que no se merecía el perdón, ni tampoco su amor, ni nada de todas las cosas buenas que ella podía ofrecerle. Sin embargo deslizó las manos por sus brazos, no podía creerse que estuviera allí, que la estuviera tocando, olía igual que el otro día cuando la había vuelto a ver, sentía su respiración en la cara, y su piel... su piel seguramente seguía tan suave como la recordaba aquella noche que hicieron el amor por primera vez. Aquella había sido su primera vez, y la de Mikasa también. Alzó la cabeza y le dio un beso en la mitad de la nariz y otro en la frente.
- Siento haberte hecho daño -murmuró de todo corazón y entonces la soltó, comenzó a alejarse pero ella le agarró por las solapas de la chaqueta y lo volvió a atraer hacia si-.
- ¿Vas a largarte otra vez? -le provocó- ¿te vas a ir sin darme una explicación porque te da la gana y puedes? -Eren no respondió-, ¡respóndeme, imbécil! -le zarandeó y entonces Eren le agarró la cabeza y la besó.
Mikasa le empujó al principio, le pellizcó los músculos de los brazos, le clavó las uñas pero cuando sintió el brazo de Eren deslizársele por la espalda volvió a recordar lo muchísimo que le amaba, lo muchísimo que le deseaba, la preciosa niña que él al final de cuentas le había dado también y sobre todo lo muchísimo que le había echado de menos. Cuando se separó de ella vio que Eren tenía lágrimas en los ojos, estaba llorando. Mikasa cerró los ojos con fuerza y le abrazó rodeándole el cuello, Eren la abrazó por la cintura también. Caminaron abrazados hasta que Mikasa se topó con la mesa del comedor, donde se sentó y volvió a atraer a Eren hacia si. Le quitó la chaqueta y le rodeó la cadera con los muslos a la vez que volvía a besarle. Eren le desabrochó la blusa blanca que llevaba y desplazó los besos de la boca a la garganta, Mikasa curvó la espalda cuando notó la boca de Eren en el canalillo, sus manos en los pechos por encima del sujetador blanco de encaje. Se tumbó sobre la mesa, curvando la espalda cuando notó la lengua de Eren en esternón y las manos que peleaban con la cremallera del pantalón de tiro alto que se había puesto.
- Espera que no puedo sacarlo -Mikasa no contuvo la carcajada.
Se incorporó, apoyándose en los codos, tenía el pelo liso revuelto, la blusa blanca aún puesta pero abierta y el sujetador de encaje blanco torcido. A Eren, tumbada sobre la mesa, Mikasa le pareció la mujer más atractiva y sexy del mundo. Con cuidado la cremallera bajó, se le había enganchado con el encaje del costado de las bragas que eran a juego con el sujetador, por eso no cedía hasta que lo hizo pero al bajarle el pantalón Eren vio otra vez la cicatriz de la cesárea que tenía, era una finísima línea blanca justo encima del pubis, de unos cuatro centímetros. Eren la acarició con el pulgar y luego se inclinó para besársela. Mikasa le acarició la cabeza con ternura cuando lo hizo.
- Jamás me perdonaré el no haber estado contigo cuando nació nuestra hija -murmuró contra su vientre-, te dejé sola cuando más me necesitabas. Pero es que...
Mikasa puso el dedo índice contra los labios de Eren, haciéndole callar.
- Lo sé -susurró-, en el fondo siempre lo he sabido, por qué hiciste lo que hiciste. Querías lo mejor para mi y pensabas que lo mejor para mi no eras tu, ni estaba en Paradis -le delineó los labios con la punta del dedo índice mientras hablaba-. Lo sé, Eren -se incorporó del todo y cogió la cara de entre entre sus manos, luego se inclinó y le dio un beso en la comisura de los labios, apartándole un mechón de pelo que se le había salido del moño de la cabeza. Eren cerró los ojos, devolviéndole el beso con un roce en la mejilla.
- Yo... quiero saberlo todo, Mikasa. ¿Por qué te hicieron cesárea? ¿Tuviste problemas en el parto? ¿Qué pasó?
Mikasa le contó todo desde el principio, cómo el primer trimestre del embarazo había sido horrible con náuseas incontrolables, después la cosa mejoró y pasó un embarazo mínimamente bueno aunque eso sí, gordísima, fueron sus propias palabras. Eren hubiera dado lo que fuera por haberla visto embarazada de Carla, la cesárea fue porque cuando estaba de treinta y siete semanas se quedó sin líquido amniótico y la niña estuvo a punto de asfixiarse dentro de ella, tuvieron que intervenirla de urgencia. Mikasa estaba sola, en Hizuru y no había pasado más miedo en toda su vida. Pero afortunadamente todo salió bien, y Carla a la que había llamado así por la madre de Eren, había nacido perfectamente sana y con un mechóncito de pelo castaño en la parte delantera de la cabecita. Mikasa lloró al recordar ese momento, hubiera dado lo que fuera por que Eren hubiera estado con ella para ver lo que habían hecho juntos. Aún le parecía un milagro que Carla hubiera estado dentro de ella tanto tiempo.
Mikasa se volvió a vestir bajo la atenta mirada de Eren y luego le dijo que la acompañase para que viera el cuarto de Carla. La habitación de la niña estaba pintada de color crema y tenía todos los muebles blancos, en la habitación había un sofá de color rosa palo junto a una estantería infantil de color blanca en la que había libros sobre chicas que jugaban al fútbol, amigas que vivían aventuras, una niña que tenía un libro con el que hacía magia y otra que era hija de un hada y una vampiresa. También había peluches pequeños puestos junto a los libros y los cuentos. En una mesita auxiliar junto al estante había una casa de muñecas hecha de cartón que había montado y decorado la misma Carla. Le encantaba construir casas, como a su madre, y era tremendamente creativa además. Sobre el escritorio tenía un joyero con pulseras de cuentas de plástico que también había hecho Carla y al lado una bandeja con tres frascos de colonia infantil. Le encantaban las cosas que olían bien y eran suaves. La cama era de góndola, blanca y con una colcha de color malva y estrellas amarillas dibujadas.
- Le encantan las estrellas y los disfraces, también le gusta dibujar y cocinar. Tiene tantísimos hobbies y cosas que se le dan bien... su deporte favorito es patinar, y adora el azul y el rosa.
Eren se había sentado en la cama sosteniendo un peluche redondo de ojos brillantes que parecía imitar a un panda pero en balón.
- Su animal favorito es el panda también.
Eren abrazó el peluche que estaba sosteniendo, olía a la niña. Todo el cuarto olía a ella, a Mikasa.
- He hablado poco con ella pero me ha dado la sensación de que es una niña muy inteligente.
- Lo es, a veces más de lo que le conviene -sonrió.
Eren se levantó y fue hacia Mikasa para darle un beso pero en ese mismo momento la puerta se abrió y cerró y una vocecita ya familiar para ambos resonó diciendo.
- ¡Mami! ¡¿Os habéis dado besos ya Eren y tú?
Ambos adultos se miraron boquiabiertos y con los ojos como platos. Eren iba a comenzar a entender muy pronto a qué se refería Mikasa al decir que la hija de ambos, a veces era más inteligente de lo que le convenía. Tanto a ella como a ellos.
- ¿Estás seguro de que esto es lo que quieres, Eren? -entrelazó sus dedos con los del padre de su hija- ¿estás preparado?
- Jamás en mi vida lo he estado tanto -le aseguró. Mikasa le sonrió, asintiendo.
- ¡¿Cómo que besos?! -gritó entonces, saludado a su hija y caminando de la mano de Eren.
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Hola, esta soy yo escribiéndote después de un largo tiempo de no tener contacto, me había estado deteniendo de escribir este mensaje porque realmente no sabía que iba a decir pero bueno alguien tiene que dar el primer paso.
Y no me mal interpretes no vengo a hacer las pases ni a darte un falso discurso de mejores amigas por siempre, cuando claramente no lo es, vengo a decirte lo que te tengo que decir para poder seguir con mi vida y estar tranquila y sobre todo seguir con mi vida sin cargar con el peso de “lo que pude decir y no dije”.
Empezamos con lo primero, la verdad si me decepciono bastante saber que a la primera oportunidad que tuviste fuiste y me tiraste mierda con nada más y nada menos que uno de mis mejores amigos, que no se porque me sorprende si no fue la primera vez que lo hiciste, digo ambas no aprendimos la lección con eleven y por lo visto tú menos, no entiendo tu lógica de ir a hablar mal de mi con gente que es MI amiga, que te hace creer que su lealtad estará contigo y no conmigo que soy su mejor amiga, quiero creer que eres lo suficiente inteligente para saber que a la primera oportunidad irían a contarme, que spoiler si fueron. Aunque lo admito casi hiciste que creyera que toda la mierda que dijiste de mi era cierta pero para tu suerte no fui la única que estuvo presente ese día y hay más versiones que la tuya entonces sin que yo hablara tú intento por querer hacerme ver como la mala no funciono.
Segundo, honestamente si me sentí traicionada y decepcionada porque ni en un millón de años pensé que la que considere mi mejor amiga por 10 años, a la más mínima cosa me clavaría un cuchillo por la espalda. Déjame confesarte algo jajaja que me da un poco de vergüenza, pero cuando te fuiste de mi casa a las 4 de la mañana sin darme explicaciones realmente pensé que me hablarías y aclararíamos todo porque al final del día el problema ni siquiera había sido contigo, me detuve de decirle a mi hermana todo lo que había pasado, incluso no le dije nada a mi mamá cuando me pregunto porque no estabas en la mañana, tampoco quise decirles de la situación a mis amigas, no lo comenté con nadie esperando que se resolviera pero si fue muy decepcionante saber que a la primera oportunidad fuiste a llorarle a mi mejor amigo mientras le decías cosas malas de mi y todavía peor enterarme que fuiste a tirarme mierda con medio nogales cuando yo me había abstenido de tocar ese tema. Pero bueno todos somos el malo en una historia mala contada y si tú les hablaste mierda de mi como tú siempre me hablaste de ellas, hasta yo me cayera mal.
Y déjame aclararte unos puntos, si a mi no me caían bien las niñas de nogales fue porque tú siempre me decías que te trataban mal y que te hacían sentir menos y que siempre que las necesitabas nunca estaban para ti y que pues en conclusión eran unas culeras, por eso cuando me decías que conviviera con ellas yo no quería, como porque quisiera convivir con alguien que trata mal a alguien que quería? Y no puedes decir que miento porque tú sabes que es verdad. Otra cuando me decías de salir con ellas de antro y que yo te decía que no quería, no seas mala agradecida, las veces que venías y yo no quería ir a un plan, nunca te detuve ni te dije vienes a verme a mi no vayas al contrario quería que te la pasaras padre aunque yo no fuera porque enserio a mi no me gustaban esos lugares sin embargo nunca te detuve si tú querías ir, hasta te pagaba el Uber, como para que tú vayas y cuentes las cosas a tu conveniencia, incluso no te dije nada cuando metiste al Manuel y te lo estabas agarrando en mi sala, porque no quería que te la pasaras chafa solo porque a mi no me gustaba ir de antro y ojo no te estoy hechando en cara nada todo lo hice en su momento de corazón y no me peso nada, pero lo menciono porque creo que se te olvidó mencionar eso cuando fuiste corriendo a hablar mal de mi, espero que con esto se te refresque la memoria y si vas a ir a decir lo que te cuento procura contar la parte donde tú también eres culpable.
Supongo que al final de todo tu complejo de víctima salió a la luz, que todos decían y decían que te gustaba ser pero yo siempre me rehusé a ver porque siempre tuve sólo tu versión y como no le iba a creer a mi mejor amiga cuando me decía que la trataban mal? Cuando me mandaba las conversaciones de sus amigas siendo malas amigas, como es que eso era falso? Irónico no?.
Y ni voy a tocar el tema de tu novio porque al final esa situación fue entre el y yo, que se supone que tú estabas dormida no? Que no escuchaste como tu novio se aventaba sus 🚩 en vivo.
Pero bueno, toma esto como mi carta de despedida, realmente si me decepcionaste porque ni en un millón de años vi venir tus acciones hacia mi, yo te hacía una persona más leal pero la gente cambia y al final siempre terminan decepcionándote, realmente espero que él sea lo que merezcas y al final del camino no te arrepientas de tus elecciones que un bato insípido de 4 meses que aparte se coge a todas tus amigas sepa llenar mejor la amistad de 11 años de lo que yo pude, que tus “amigas” ahora si, si te valoren jaja 🤢 y blablabla.
Pd: por favor ya no le escribas a mi mama, ni para decirle los itinerarios de las vacunas, ella ahora si ya está enterada de toda la mierda que dices de mi y sorprendentemente siempre lo vio venir, así que ten una linda vida, espero pronto consigas a una amiga que te diga siempre lo que quieres escuchar y no la realidad.
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