#la luna sangre
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darkicedragon · 6 months ago
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Still watching La Luna Sangre. I'm definitely not used to dramas where it's both super slow in things happening, yet the characters change so much between episodes 😂
Bully in ep 1; ostricised by ep 3.
Terrible dad in ep 1; teaching son how to fight in ep 3.
If I didn't know the word for 'love' already, I definitely would have learned it by now!
And I still have another 180 eps to go, pfffft.
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longagoitwastuesday · 1 year ago
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This has been me lately
#I usually don't care about the murders because it's a story and it's fun#But the waist this time...#And I've become someone who cares about ample chests now apparently. I never cared about those in any form of gender presentation#I did like small waists before. I find them very pleasant especially in male presenting people. They remind me of a poem by Lorca too#But I didn't like them exactly like I'm liking them now I think#I think I understand that Lorca poem better now#I could lick blood off his face as if icecream or a lollipop#Anyway...#I talk too much#I should probably delete this later#Wait I'll go look for the poem#It's one of the gacelas#'Nadie comprendía el perfume /de la oscura magnolia de tu vientre. / Nadie sabía que martirizabas / un colibrí de amor entre los dientes.//#Mil caballitos persas se dormían / en la plaza con luna de tu frente‚ / mientras que yo enlazaba cuatro noches /#tu cintura‚ enemiga de la nieve. //#Entre yeso y jazmines‚ tu mirada / era un pálido ramo de simientes. / Yo busqué‚ para darte‚ por mi pecho /#las letras de marfil que dicen siempre. //#Siempre‚ siempre: jardín de mi agonía‚ / tu cuerpo fugitivo para siempre‚ / la sangre de tus venas en mi boca‚ /#tu boca ya sin luz para mi muerte'#Sometimes I read Lorca and so many things I love and how I love them are in the imagery and symbols he uses and it's a bit... humiliating?#He's was my favourite poet when I was four#He was my favourite before but I also wonder how much he's influenced my tastes without me realising it#That verse about his lover's blood on his mouth is so ugh
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olaja pudiera ofrecer mi cuerpo en sacrificio en honor a una deidad del bosque o algo asi
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docpiplup · 1 year ago
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cynthiamacchiato · 8 months ago
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NUEVO POEMA
Estos días he escrito algunos poemas que ya están disponibles en mi BLOG. Este es un pequeño fragmento del poema "LA LUNA EN EL CIELO".
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sonsofks · 1 year ago
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El Invincible Omni-Man se Prepara para el Mortal Kombat 1: ¡No te Pierdas el Trailer Impactante!
Nuevo Trailer del Juego Mortal Kombat 1 Destaca a Omni-Man de Invincible: ¡Llega como Luchador Invitado el 9 de Noviembre!” “Warner Bros. Games revela un emocionante adelanto del juego Mortal Kombat 1 con la incorporación de Omni-Man, el héroe de Viltrum.” Hoy, Warner Bros. Games nos sorprende con un nuevo y emocionante tráiler de gameplay de Mortal Kombat 1, que pone de relieve al luchador…
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owlyfall · 3 months ago
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"Bajo el manto de una noche sin luna, entregó lo más puro de su ser, no por recompensas ni promesas, sino por un vínculo que nunca necesitó palabras. Lo que cedió fue un sol oculto, un latido silencioso que el otro llevaría sin saber, cada paso marcado por un sacrificio invisible, más brillante que el destino, más profundo que la sangre."
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Hice este dibujo en representación a un fanfic que he estado traduciendo.
Pueden encontrarme en wattpad por aquí.
No sólo eso, sino que también he vuelto a ver MDZS y cuando llegué a la susodicha escena del núcleo dorado, lloré mucho. Ellos dos merecían ser felices <,3
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hellokittywrites · 5 months ago
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TEETH
primera parte.
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¿se sellará la indescriptible atracción que sentías hacia Park Sunghoon con el pinchazo de un colmillo?
pair: vampire! park sunghoon x f!reader (no hay descripciones específicas de cómo luce físicamente, así que puedes imaginarla como quieras <3)
summary: sólo te diré que está inspirado en la canción teeth de enhypen, vampire academy y hierarchy ;)
warnings of part 1: menciones de mordiscos, sangre y ataques de pánico (si hay alguno más no dudes en decírmelo¡!). also, la academia se llama bram stoker en referencia al escritor de Drácula
words: 5501
segunda parte tercera parte
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¿Qué tenía Park Sunghoon que siempre conseguía dejarte sin respiración? Podía ser su característica belleza principesca, casi digna del llanto de una voz poética romántica inglesa que la llamaba desde la desesperación de sólo ver fealdad. Podía ser su caminar, simple ante los ojos de los principales catadores de modelos que deben crear ellas mismas con cada paso la pasarela, pero demasiado elegante como para ser tan simple. O simplemente era el hecho de que era el ex de tu mejor amiga.
Él cortaba tu respiración desde la incertidumbre. Una chispa de interés provocaba que tu mirada quedase atrapada en su belleza, en su caminar, en su identidad. O, la identidad que él debe tener sin ningún juicio último que lo destinase así salvo la existencia de tu mejor amiga, la cual lo hacía en un ex y, por tanto, alguien que jamás debe traspasar las líneas de lo desconocido. Pues no debes saber quién es Park Sunghoon verdaderamente, no debes sentir interés ante él ni definirlo de una manera que no se resuma en tres catadoras palabras: frío, egoísta y narcisista.
Así debía ser Park Sunghoon en tu perspectiva, dentro de tu propio juicio crítico. Una sombra de fealdad y no de la belleza que tus ojos tan inocente e involuntariamente percibieron. Una imagen despectiva, para nada atractiva ya que, ¿por qué querrías a alguien frío, egoísta y narcisista en tu vida?
Pero aquella fijación silenciosa e indeterminada que tu persona padecía sufrir ante el imponente Park Sunghoon no coincidía con los asentimientos de cabeza que siempre le regalabas a Aerin, tu mejor amiga, cada vez que mencionaba a este "ser sin corazón", como ella lo definía. ¿Estaba bien juzgar a una persona sin conocerla? ¿Dejarse llevar por rumores emitidos por una clara e indiscutible subjetividad? No, claro que no lo estaba y tus padres, especialmente tu madre, te lo había inculcado, repitiéndote la misma reflexión cargada de tolerancia millones de veces, demasiadas este último verano, antes de ingresar en la prestigiosa academia Bram Stoker. Lugar en el que conociste a tu nueva y aclamada mejor amiga y lugar dónde tu secreta fijación tan vergonzosa ha nacido con el nombre de Park Sunghoon.
Jamás te habías sentido de esta forma hacia alguien en tu corta vida de veinte años. Era una constante consciencia que, si vuestros ojos se encontraban, se volvía similar al encierre que una historia produce sobre ti, llevándote consigo a lo más profundo de sus páginas, una absorción plácida que en ningún momento te hace considerar tu necesidad de libertad individual. Podía sonar demasiado particular e intenso esta comparación, pero de verdad lo sentías de esa forma: tan irreal. Más razones que hacían que tu curiosidad creciera hasta lo superlativo, quemara hasta tu propio sentido común.
Y es que cuando hacías contacto visual con Park Sunghoon, un indescriptible nacía. Una pregunta sin respuesta, una negación sin argumento. Pero, sobre todo, una atracción con, lo que parecía, una imaginaria justificación. Porque, a ver, sí, eras reservada y observadora. Una Luna que debe sentirse atraída a un Sol y no a otra Luna. En cambio, eso no sucedía así contigo. Sunghoon, otra Luna era el centro de tu capacidad de sentir atracción por alguien. Y no eras muy fanática de los romances entre personas similares, más atraída hacia los polos opuestos.
Esta ferviente situación comenzó a principio de curso, la primera vez que su persona, junto con la de su famoso grupo de amigos, entró en tu campo de visión. Con tu uniforme negro con corbata azul, te sentaste en lo que los alumnos denominaban Comedor -cafetería en tu antiguo instituto- y, jugando con la tirita de un corte en tu pulgar que el libro que te encontrabas leyendo la noche anterior causó, Park Sunghoon apareció.��
No hubo una primera impresión. No hubo una reacción. No pensaste nada. Las acciones del protagonista de la novela que leías hicieron que, ante hombres reales, no hubiese estándar alcanzable. Sí, la belleza de Sunghoon era arrebatadora, digna de ser observada por más de cinco segundos o un minuto, pero no sentiste esa necesidad. Fue como ver una obra de arte que no resonaba contigo, aunque fuese la obra más destacada y más bella de todo un siglo de artistas galardonados. 
No sentiste nada, pero al mirar de nuevo hacia tu mano para seguir observando la tirita, tu piel se encontraba lo más erizada que jamás la habías visto. Una piel de gallina casi enfermiza, con las puntas de las uñas de tus manos temblando. La confusión reinó por completo tu mente, expresándose en un ceño frunciéndose. Te acariciaste la piel cuestionándote su estado, y tus yemas de los dedos casi no la sentían. Te incorporaste un poco en la silla, colocando tus manos en tu regazo, intentando calentarlas un poco, mientras decidías no darle mucha importancia y pensar en otra cosa. Y, a la vez que decidías olvidarte de ello, tus ojos parecieron tener otra opinión distinta a la de tu mente, pues se dirigieron directamente a lo que habían visto antes de centrarse en la tirita. Tus párpados los cubrieron casi buscando detenerlos pero ya era demasiado tarde.
Unos ojos negros, profundos como el carbón, ocultos entre una piel extremadamente pálida, casi sin vida, asomándose entre dos líneas de oscuridad dada por pestañas, unos ojos brillantes ante la luz del comedor pero aun así tremendamente opacos, capturaron todo tu ser, aunque solo deberían haber capturado tu mirada. Ahora sí, la piel de gallina fue sentida. Ahora sí, los rápidos latidos de tu corazón dejaron de ser ignorados por tu cerebro. Ahora sí, tu lengua empezó a quejarse de su sequedad. Ahora sí, habías notado aquel indescriptible.
Desafíamelo con biología o con física, pero sentiste como si Park Sunghoon te hubiera activado, encendido, creado. Por aquella milésima de segundo que aquel contacto visual duró, Park Sunghoon pareció autodenominarse como dueño de tu cuerpo, controlando tus acciones con una simple mirada, manipulándote a su semejanza. Pero esto no era posible y, buscando ignorar la grandiosidad de las nuevas emociones que acababas de descubrir en ti misma, tras ver como él, sin inmutarse, rompía aquella conexión, miraste hacia otro lado.
Lado en el que se encontraba Aerin y el resto es historia.
Ahora que te encontrabas observándola durante largos periodos de tiempo, buscando que no se enterase de las miradas furtivas que le estabas lanzando a Park Sunghoon inconsciente de las mismas y el cual se encontraba bajando las barrocas escaleras de la entrada principal de la Academia, notaste la gran diferencia entre él y Aerin.
—Entiende que, por mucho que ya hayan pasado dos meses desde mi ruptura con el ser desgraciado...— Hizo una mueca con los dientes que los dejó pintados de su llamativo pintalabios rosa. Rápidamente gesticulé el mensaje y, sin vergüenza alguna, pues Sim Aerin nunca sentía vergüenza de ella misma desde el ser desgraciado; y tras una sonrisa que, como siempre, nunca le llegaba realmente a los ojos, continuó. —Lo que equivale a tres meses en el curso y por tanto, el final del semestre, he decidido dar un evento—.
Sonrió triunfalmente. No era la primera vez que Aerin hacía este tipo de "eventos", término con el que realmente definía una fiesta privada dónde lo ilegal se volvía legal por el dinero en la cartera de papá, el director de Bram Stoker, tataranieto del verdadero Bram Stoker. Nunca habías asistido a aquellas fiestas encubiertas porque eran para los alumnos SSR, es decir, los hijos de los principales dirigentes, tanto económica como políticamente, de la alta sociedad del país. Estos alumnos se diferenciaban del resto con una corbata carmesí y, aunque no pareciese real, no había un clasismo encubierto. No existía a diario una gran diferencia entre ellos y el resto de alumnos. De esta forma, que Aerin se hiciese mejor amiga de una de las estudiantes nuevas becadas de tercer año, tú, no le sorprendía a nadie.
Ni siquiera existía un trato especial para con estos alumnos por parte de los profesores. Es como si ellos hubiesen con su personalidad y acciones, hecho olvidar al resto de su verdadera posición social. Gesto que se observa en cómo no existía un grupo de populares diferenciados intocables. Salvo el grupo de Park Sunghoon, alumno obviamente SSR que junto a sus amigos Heeseung, Jay, Jake, Sunoo, Jungwon y Niki; se mantenían como el único grupo en todo Barm Stoker conformado por sólo alumnos SSR de distintos cursos.
Aerin y tú érais del mismo curso que Sunoo y, pese a lo anterior mencionado, Sunoo había mantenido plenas conversaciones amigables contigo e incluso él te consideraba una amiga. Pero no del grupo que, desde tu punto de vista, parecía una fraternidad llena de secretos. 
Podía ser que era por malas experiencias del pasado, pero una parte de ti siempre esperaba lo peor de Aerin, o lo peor de Sunoo. Todos ellos compartían esa sonrisa que jamás llegaba a sus ojos, un gesto que, bajo tu juicio, resonaba a una amistad llena de un vacío que jamás se podría cubrir. Aunque también podía ser simples suposiciones, pues Aerin no había sido mas que amable y Sunoo, más de lo mismo.
Cierto era que habías notado una ausencia de envidia o celos de los alumnos de tu rango hacia ellos. Ni una queja, ni ningún mal deseo. Ni una revolución. Es más, parecía que estaban deseosos de tener la atención de los SSR, especialmente de Sunghoon, la cara de la Academia. Un deseo que no compartías y que, siempre que escuchabas conversaciones en el baño de las chicas o tus compañeros de clase te comentaban algo entre as líneas de "ojalá poder estar con ellos", la extrañez era sembrada en tu interior. No te habías acercado primero ni a Aerin ni a Sunoo y no creías que hubieras tenido esa necesidad si ellos no lo hubieran hecho. Y, con respecto a Sunghoon, mientras sus ojos no se encontrasen con los tuyos, escapar era todavía posible.
—¡Qué buena idea!— Dijiste sin saber muy bien qué responder ante la noticia de otro evento al que, por normas establecidas desde un criterio un tanto desconocido para ti, alumnos de tu rango no estaban invitados. Aerin frunció el ceño rápidamente y sentiste un miedo irracional a haber dicho algo equivocado o a que hubiese notado tus miradas furtivas hacia Park Sunghoon. —¿Por qué el desinterés?— Su comentario, como tantos otros que desde su ruptura con Sunghoon te había dirigido, volvió a descuadrarte por un instante. Pero, y similar a lo que siempre sucedía, como si se hubiese acordado de algo tremendamente importante, ignoraba su propio comentario, en este caso una pregunta, para continuar con su monólogo, volviendo a sonreír de esa forma tan... SSR.
Aquel cambio en la actitud de Aerin hacia ti en instantes como éste fue paralelo a su desastrosa ruptura con Sunghoon. Dos semanas tardó Aerin en darse cuenta de que verdaderamente Sunghoon iba en serio en aquella conversación que, sin querer, habías escuchado un sábado lluvioso de noche, volviendo de la biblioteca de la Academia, dirigiéndote a los dormitorios que te correspondían, los de los alumnos no SSR, los azules. Además del lujo, la única diferencia con los otros era que se encontraban en un edificio separado de la Academia, al aire libre.
El libro de Literatura Universal era bastante pesado y ocupaba incómodamente gran parte la circunferencia deforme que tus brazos doblados y unidos realizaban para poder agarrarlo. Tus bailarinas negras sin tacón conseguían no hacer ruido al entrar en contacto con el suelo de baldosa a cada paso, siendo sólo posible escuchar el ruido de la lluvia. Hasta que, justo cuando ibas a girar la esquina para seguir con tu recorrido, la voz de Aerin te hizo pararte en seco justo cuando te ibas a adentrar en el pasillo en el que ella estaba.
—¿Cómo que quieres romper conmigo? ¿Tú sabes con quién estás hablando ahora mismo?— Su voz sonaba con un toque de ferocidad que jamás habías escuchado en ella al sólo conocerla desde hace un mes en este momento. El silencio le respondió. —No sólo asientas con la cabeza, Sunghoon. Eso siempre me ha sacado de quicio— Recordaste cada vez que asentiste como respuesta a una pregunta de Aerin y fue ahí donde empezaste a notar esa sonrisa SSR y, así, el modelo de sonrisa SSR.
Escuchar el nombre del mencionado te cortó la respiración del susto. ¿Por qué del susto? ¿Qué es lo que pasaba? Seguías confundida por cómo te estabas sintiendo mientras tratabas de pegarte a la pared, escondiéndote. Apretaste más el libro contra ti. 
Entonces escuchaste la voz que llamaba al latido de tu corazón a revolucionarse, como si fuese dueña de ellos, de él. Pero no de manera romántica, sino de una forma primitiva, casi depredadora. Sonaba grave, aterciopelada y un poco nasal. A tus oídos, estúpidamente un Beethoven. ¿Cómo era posible que una voz fuese catalogada de esta manera por cómo tu cuerpo se sentía al escucharla? No sabías.
—Cállate. Me tienes harto, Aerin— Frío.
—Nunca quise esto y sólo acepté por mi padre y lo sabes— Egoísta.
—Ah, espera... No me digas... ¿Te has enamorado de mi?— Narcisista.
Podías hasta casi oír la sonrisa ladina burlesca con la que había pronunciado aquellas palabras.
Fue tal y como Aerin en dos semanas te describiría a Park Sunghoon. 
Sus palabras tan duras envueltas en el sonido tentador que su voz era te aterrorizó por completo porque, en vez de cesar todo aquel juego que considerabas individual del observar el efecto que Park Sunghoon tenía sobre ti, no cabía en tu cuerpo la necesidad de volver a jugar. Así, te fuiste de aquel pasillo sin escuchar más.
Dos semanas después te "enteraste" de lo sucedido y, a partir de ese encuentro, notaste el cambio en Aerin y el esquema, además del espejismo, en el que todos los SSR parecían estar dentro.
—Bueno, olvida eso. Lo importante es que, esta vez, estás invitada— Dijo Aerin cambiando de actitud mientras daba saltitos y te abrazaba efímeramente. No te dio tiempo a corresponder el abrazo. —¿Cómo? Pero, ¿eso es posible? ¿No va contra las normas?— Aerin te miró como si tuvieras tres ojos y no dos durante un momento, para después ignorar tu negación. —Todo está permitido y es legal, creo que ya sabes quién soy— Se rio y la mención de su identidad te produjo un escalofrío.
La principal razón por la que existía una aparente igualdad entre los alumnos era porque nadie hablaba de quienes eran en realidad. Todos lo sabían, pero ellos jamás habían forzado ese conocimiento en el resto. ¿La razón? Desconocida. Así, te reíste nerviosamente, haciendo como si no hubieses escuchado sus palabras. Los ojos de Aerin brillaron. Respuesta correcta.
—No acepto un no por respuesta. El impresentable va a estar allí y necesito a mi mejor amiga para que me apoye— Su brazo rodeó tus hombros mientras os girabais para ir a clase, apareciendo Park Sunghoon en tu campo de visión, el cual estaba hablando con Heeseung y Jake cerca de la escalera por la cual le habías visto bajar inicialmente.
Estabas tan centrada en Aerin que pensaste que Park Sunghoon sólo había bajado las escaleras para después desaparecer, pero parece que había estado ahí todo el tiempo tras encontrarse con sus amigos. Fue inevitable no mirarlo mientras se te secaba la garganta y decías un "Claro Aerin" al no poder dejar jamás que ella te pirase mirándole. Aerin casi paró en seco tras darse cuenta de la presencia de Park Sunghoon. Tras titubear un momento, retomó el paso a una gran velocidad que te sorprendió. Así, con tu mente sumergida en la sorpresa, tus ojos aprovecharon para dirigirse hacia él y tu corazón latió con fuerza. Como siempre, Park Sunghoon parecía inmune a hacer contacto visual contigo. Te miraba como si estuviera mirando al vacío, haciendo un contacto similar al que haces al confundirte y sonreírle a una persona que en verdad, estaba mirando a otra parte.
Así habías llegado a la conclusión de que, en verdad, debía de estar siempre mirando en otra dirección. No provocabas en él lo que el provocaba en ti. Además, no sentías que el mismísimo Park Sunghoon mirase en tu dirección las mismas veces que tú le mirabas.
Tu interior quería su atención, la necesitaba de una forma que nunca conseguía dejar de sorprenderte. Pero él seguramente miraba a Aerin, arrepintiéndose estos dos últimos meses de su decisión de abandonarla, de ser ese Park Sunghoon frío, egoísta y narcisista, de no ser él. La conexión tan individual que sentías hacia él te hacía pensar de esta manera, apenas sin conocerlo. Unos dirán idealización, otros dirán una búsqueda de entendimiento de tus propios gustos. Yo digo una satisfacción de los deseos de tu yo más profundo que parecía que sólo él podía brindarte...
Pero él estaba por Aerin. Estabas convencida.
Pero oh, cómo te equivocabas.
‧͙⁺˚・༓☾  ☽༓・˚⁺‧͙
Tras llegar al comedor casi escapando de su ex, Aerin te sentó en uno de los bancos, justo al lado de Sunoo. La miraste con duda, temiendo su reacción ante el encuentro con Park Sunghoon. Pero, para tu sorpresa, y en contradicción con sus apretados puños casi blancos por sus puntiagudas uñas, estableció. —El evento es este sábado, siento que te avisara tan tarde pero me estaba asegurando de que pudieras venir con seguridad y déjame decirte que... qué segura estoy— Pronunció esto último mirando hacia el horizonte, gesto que te descuadró un poco. Miraste a Sunoo, el cual te la devolvió con una sonrisa ladina. —¡Hay que prepararse!— Le sonreíste de vuelta mientras un sentimiento asfixiante se asentaba en tu pecho. Lo llamaste hambre pero y tras comer, el hambre no puede durar... ¿verdad?
‧͙⁺˚・༓☾  ☽༓・˚⁺‧͙
Park Sunghoon no estaba mirando a Aerin precisamente. Desde que te vio por primera vez, todas sus convicciones de haber estado vivo temblaron -y mira que ha estado vivo por mucho tiempo-, ya que fue observándote (y después de hacerlo) cuando fue totalmente consciente de que no estaba ciego, de que sus ojos observaban una realidad cuyos colores sólo podía conocer a través de ellos, que realmente observar es una acción impersonal en la que el objeto que ha conseguido toda su atención, se vuelve lo más importante para él, aunque sólo sea por un segundo, una milésima, un simple pestañeo.
Cuando Park Sunghoon te observaba, no podía centrarse en nada más. Pero esta esclavitud de su concentración no estaba producida por resultar cautivado ante tu presencia, no. Era porque, por muy irracional que sonase, Park Sunghoon se sentía responsable de cada movimiento que hacías, cada respiración, cada paso. Era totalmente exasperante. Poco a poco, su sanidad se veía intoxicada por ti y, cuando eran tus ojos los responsables de su gran carga, Park Sunghoon quería más de ti. ¿El qué exactamente? No tenía ni la remota idea. O de eso se intentaba convencer.
Tampoco, según él, tuviste ninguna influencia en su decisión de terminar su trato, su engaño con Aerin. Y, tras ahora abandonar el hall con su ex, tampoco sintió las inmensas ganas de que te dieras la vuelta, volviéndole a brindar toda tu atención.
—Parece que Aerin te sigue odiando, Sunghoon— Sim Jake mencionó mientras que, con los brazos cruzados en el pecho, hacía una mueca de cansancio hacia donde Aerin antes se encontraba contigo. Eran primos lejanos y, tantos años juntos (demasiados), habían creado una atmósfera un tanto extraña. Su pelo rubio se movió también, al nunca estar tan controlado por Jake como le gustaría. Esto lo distrajo por un momento y no se fijó en como Sunghoon siguió mirando hacia aquella salida, contemplativo. Gesto que no paso de largo por Lee Heeseung.
—Ah, ya.— Fue simplemente lo que Sunghoon le respondió. A esto, Jake gesticuló con cierta energía.
—¿Esa es tu reacción? ¿No estuvisteis saliendo juntos durante todo el verano?—Sunghoon miró a Jake con cierto aburrimiento.
—Nunca fue seriamente— Jake miró con shock a Heeseung mientras cerraba la boca.
Heeseung, tras mirar un segundo a Sunghoon, hizo contacto con Jake y tras ver su sorpresa, rompió su silencio. —¿Qué? ¿No lo sabías?— Jake negó con la cabeza un poco, todavía sorprendido. Heeseung rio mientras le daba un suave golpe en el brazo. —Eso te pasa por siempre irte a Australia en verano— Jake lo empujó y comenzó a caminar hacia el comedor, negando con la cabeza.
—No es mi culpa que mi familia sea de allí— Refunfuñando, fue seguido por Heeseung. Sunghoon, un tanto sonriente ante las reacciones de su amigo, les siguió también, unos pasos por detrás.
Jake, que iba unos pasos más por delante, se giró y, tras dirigirle una mirada de disculpa, se colocó junto a Sunghoon. —No pasa nada, Jake— Rio este último mientras Heeseung esperaba a que llegasen a su altura, aprovechando para seguir observando la actitud de Sunghoon. —¡Perfecto entonces! Porque me acabo de acordar de la gran noticia. Aerin hará otro de sus eventos este fin de semana—.
Llegaron a la altura de Heeseung y Sunghoon simplemente resopló. —Vamos Sunghoon, el rol de vegetariano no te va muy bien—
Heeseung miró a Jake de soslayo, esperando que no siguese por ese camino. Sunghoon se tensó al momento. —No soy un asesino—.
Su tono frío le recordó a Jake por qué era un tema sensible pero, buscando reconfortar a su amigo, continuó.
—Tranquilo Sunghoon, es sólo pasarlo bien. Nunca ha muerto nadie así que no deberías— Heeseung interrumpió. —Mejor cambiamos de tema, ¿vale?—
Siendo el mayor de los tres, tanto Jake como Sunghoon dejaron de mirarse para asentir y continuar caminando. —Ahora que lo pienso no se si suena tan bien... Aerin va a llevar a su amiga, así que será su protegida— Jake lo mencionó con toda la buena intención del mundo, pero a Sunghoon no le gustó ni un pelo el tono decepcionante que usó Jake ni la mirada compasiva que Heeseung le dirigió.
Una necesidad casi primaria de prohibir a todo aquel que no sea él de mencionarte en los términos a los que Jake se refería perforó sus instintos y casi llegó a hablar para expresar tu súbito estatus como suya. Claro que Sunghoon fue el primero que se paró a sí mismo, extrañado ante sus sentimientos y negando absolutamente una posibilidad de necesitar protegerte o, peor aún, de morderte.
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Llegó el sábado sin anormalidad ninguna. Tampoco era como si estuvieses esperando algún cambio en la monótona vida académica que llevabas, o eso te repetías continuamente. El final del semestre se había dado el día después de que Aerin te invitara a aquel evento y de que te lo anunciara. Así pasaste el miércoles, jueves y viernes sin clases en tu dormitorio sólo compartido por ti y tu soledad. Aunque no sólo estuviste pudriéndote en tu cama con un buen libro, sino que también quedaste con Aerin y Sunoo en una especie de bosques interiores que existían en la Academia.
Un diseño arquitectónico que jamás habías visto, pues toda la academia se encontraba cubierta de patios interiores con la única excepción de la salida a los dormitorios de los alumnos azules.
Acostumbrada a las ventanas y, especialmente, a estar en contacto con el Sol, la estructura de las aulas y de la academia entera en general te resultó al principio un tanto agobiante. Techos infinitos que formaban triángulos afilados apoyados en altas paredes que sólo se encontraban agujereadas por ventanas en lo más alto. Escuchar por primera vez las campanadas de lo que parecía Notre Dame te había sorprendido. Antes de trasladarte, sabías de la apariencia tétrica de la academia, pero cada techo formaba un escondijo perfecto para el mismísimo Fantasma de la Ópera.
Pero nadie más que tú parecía extrañada, así que la normalidad fue sencillamente fácil de alcanzar.
La tela roja que conformaba tu vestido imitaba a tu propia piel al abrazarse con gracia y elegancia a la silueta de tu cuerpo. Sunoo te había convencido para elegir aquel vestido, haciendo hincapié en su gusto exquisito, cualidad que la misma Aerin no compartía pese a ser también una alumna SSR. Ella vestía bien, pero Sunoo más. La mirada indescifrable que Aerin te había regalado tras verte con aquel vestido a la salida de la academia (el evento se celebraba en una de las tantas casas sofisticadas de propiedad del director de la academia, es decir, del padre de Aerin), provocó una cierta inseguridad en tu apariencia. Fue Sunoo que, tras encargarse de tu pelo, asesinó cualquier sentimiento de duda.
—Estás exquisita—Estableció tras hacer contacto visual a través del espejo que el chófer de Aerin siempre traía consigo. Tu ceño se frunció ligeramente ante el uso de aquel adjetivo entre los tantos similares que podría haber usado pero, centrándote en la Luna que se dejaba ver a través del cristal, sonreíste con gratitud.
Aerin con su vestido verde oliva también lucía absolutamente preciosa y, la forma en la que había mencionado a Sunghoon con tono de venganza, entre las líneas de "se arrepentirá de haberme dejado" tras Sunoo alabarla, sonaba más a una auto convicción que una promesa.
No decidiste prestar atención a cómo siguió la conversación porque... Sunghoon. Una adrenalina provocada por un estímulo que no sabías muy bien identificar se había asentado en tu vientre, haciendo casi temblar tus manos. Ahora el hambre era adrenalina.
Tu intuición te avisaba de que hoy no iba a ser como las otras veces, una presa que consigue escapar por la indiferencia de su depredador. Hoy, tu intuición te hacía asesina de tu propio juicio, o eso es el destino que ésta selló. ¿Iba a ser así? No tenias la prueba científica... ni siquiera sabías exactamente por qué te sentías así. Pero, cada vez que Park Sunghoon se hacía camino entre tus otros pensamientos hasta llegar al centro de tu mente consciente, la adrenalina se descontrolaba. Morirías de hambre a este paso.
Aunque tu juicio, todavía vivo, no quiso atender, ya que ¿por qué pasaría algo con Park Sunghoon justo hoy tras tres meses de simple atracción no correspondida?
De nuevo, erraste en el primer momento en el que estableciste que a Park Sunghoon le eras indiferente.
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El trayecto fue corto y simple, lleno de ilusión. No sabías que te esperaba y la cantidad de anécdotas que Aerin y Sunoo te contaban hicieron que tuvieses grandes expectativas. Tenías pensado pasarlo bien, intentando ignorar tus presentimientos, ya sean malos o buenos. Además de que todo iría bien, como muchas veces Aerin y Sunoo habían repetido porque ibas en calidad de su "protegida". Todavía no habías entendido muy bien qué significaba aquel término y las respuestas evasivas de Aerin no te aclaraban nada. Pero como estabas centrada en disfrutar del momento buscando cesar tu personalidad de naturaleza tan responsable que te ahogaba con el constante recordatorio de la existencia de consecuencias que tus actos podían llegar a producir, no insististe más.
Hasta que los viste. Varios pares, casi centenares, brillantes y puntiagudos, escondidos, casi tímidos en las distintas bocas por las que se asomaban. Colmillos.
Entrar en la fiesta que se estaba dando en la piscina no supuso ningún alteridad de tu intención inicial: pasarlo bien porque todo iría bien. Ni rastro de colmillos, nada. Simplemente te extrañaron dos cosas. La primera: ¿cómo una fiesta con tanta gente tenía tan poca iluminación, dependiendo solamente de la luz de la luna para ver? Aerin te habló de un apagón temporal. La segunda: ver la cantidad de parejas que se encontraban besándose en el cuello. Sunoo te dijo que eras demasiado inocente, hecho probablemente cierto.
Nada alarmante, nada alterante. Hasta que, tras estar bailando cinco canciones seguidas con Aerin y Sunoo (realmente te lo estabas pasando en grande), un pin pon con un borracho Jungwon y un descanso en la cocina con Jake y más conocidos; te excusaste para ir al baño.
Llevabas cerca de dos horas en aquella fiesta y sin una gota de alcohol en el estómago (sorprendentemente sólo había vino y Aerin no te lo recomendó al ser de mala calidad, pese a, después y desde la cocina, verla bebiéndolo), pensaste que buscar el baño no iba a suponer un gran reto. Pero te perdiste y caminando por el segundo piso sin rumbo alguno, la suerte preció estar de tu lado cuando lo encontraste.
Todo iba tan bien, tan perfectamente bien que mientras acercabas tu mano al pomo de la puerta entreabierta sonreíste para ti misma, sintiendo que habías juzgado todo demasiado meticulosamente, dándole la razón a tu madre. Hasta que lo escuchaste.
—Muérdeme, por favor— Una voz femenina y un sonido de piel desgarrándose rompieron el silencio de aquel blanco pasillo del segundo piso y, levantando la cabeza, viste a un Heeseung mordiéndole el cuello a una chica que no conocías haciéndolo sangrar.
Tus mofletes se calentaron y te apartaste rápidamente. Los gemidos de ella y los gruñidos de él anularon cualquier sonido que pudiste llegar a hacer mientras te alejabas, buscando volver a la piscina. Buscabas quitarte aquella imagen de la cabeza, aunque la sorpresa era indudable. Sabías que había gente a la que el dolor le producía placer y nunca te habías considerado una de esas hasta que viste aquella sangre corriéndole por su cuello. ¿Por qué tu cuello no paraba de palpitar?
Bajaste la escalera y echando una ojeada al primer piso para distraerte, volviste a encontrarte con la misma posición. En este caso, era Jake con una chica que tampoco conocías. Rápidamente seguiste bajando las escaleras, llegando al porche. Tu corazón latía demasiado fuerte y decidiste pese a lo que Aerin te había dicho, beber el vino servido. Necesitabas alcohol para quitarte aquella sensación.
Así te llevaste el vaso a la boca en la soledad de una desierta cocina. Todos estaban en la piscina bailando o besándose el cuello, pues la cantidad de parejas parecía haberse multiplicado desde el inicio de la fiesta. Verlas así te devolvió el recuerdo de lo que minutos antes habías visto y, ya sin dudas, te llevaste el vaso a la boca.
Un sabor metálico y un tanto caliente hizo contacto con tu lengua. Escupiste al momento. ¿Por qué aquel vino sabía a sangre? Abriste la nevera con la necesidad de quitarte aquel horrible sabor de la boca y las viste.
Más de veinte envases de plástico con etiquetas que ponían nombres de distintos animales en rojo te recibieron tras abrir la nevera. Era sangre de animal. El estómago te dio un vuelco y sentiste arcadas. Rápidamente fuiste al grifo y bebiste agua pese a nunca gustarte beber de él.
Mientras te limpiabas la boca notando que el gloss todavía resistía en tus labios, lo que habías visto anteriormente ya no te pareció una simple coincidencia. Así, con el ceño fruncido y una valentía calculadora, te acercaste a la piscina y observaste tus alrededores,¡. Destellos blancos similares a perlas parecían reflejar la luz de la Luna en aquellas parejas que ya no estaban unidas por un beso. Mirándolo mejor, era un mordisco.
Tu respiración se aceleró casi entrando en un ataque de pánico hasta que viste la figura de Aerin y Sunoo. Sintiéndote infinitamente aliviada, ibas a empezar a caminar para ir hacia ellos hasta que Sunoo abrió la boca tras acercarse al cuello de Aerin y viste con tus propios ojos como los dientes de Sunoo se transformaban en afilados colmillos que perforaron la piel de Aerin, haciéndola sangrar.
Las caricias de Aerin y sus ojos cerrados por placer fue la señal que necesitaste para darte cuenta de que había un consenso, de que esto era normal, de que esto era lo que pasaba en estos eventos.
Tu mente empezó a dar muchas vueltas, especialmente por el hecho de que no sabías muy bien qué tipo de culto de imitación vampírica se estaba llevando a cabo. Tu respiración se aceleró y entraste de nuevo en la casa, buscando escapar. Subiste la escalera hasta el primer piso sin darte cuenta de que Jake podría seguir allí (tampoco pensaste en ello del estado de shock en el que estabas entrando). Esta vez subiste hasta arriba de todo, no parando en el segundo piso. Necesitabas alejarte de fuese lo que fuese que estaba pasando abajo y, por alguna razón, ir arriba del todo. Necesitar ir arriba del todo.
Rápidamente, llegaste a la cima de las escaleras que consistía en una puerta ligeramente normal para el lujo del resto de la casa. Estaba entreabierta y la brisa nocturna salía de aquella. Justo lo que necesitabas en ese momento, lo que más anhelabas en ese momento estaba detrás de esa puerta. Así, cumpliste esa necesidad abriéndola y penetrándola.
Con las manos en los bolsillos y sus dos mechones de flequillo moviéndose en un dócil aleteo que la brisa nocturna provocaba, la figura esbelta e imponente de Park Sunghoon te recibió y sus profundos y mortales ojos se clavaron en tu persona sin titubeo ni expresión, pero con la intensidad de un contacto anhelado en sueños.
"Él es lo que necesito, mi sueño cumplido"
‧͙⁺˚・༓☾  ☽༓・˚⁺‧͙
notes 1: la segunda parte está en camino y esta semana estará terminada... no tengo pensado hacer más así que esto sería un one shot de dos partes (?). aunque si se me ocurre algún drabble pues quién sabe juju. espero verte en la segunda parte ilysm <3
ʕ•̫͡•ʕ•̫͡•ʔ•̫͡•ʔ•̫͡•ʕ•̫͡•ʔ•̫͡•ʕ•̫͡•ʕ•̫͡•ʔ•̫͡•ʔ•̫͡•ʕ•̫͡•ʕ•̫͡•ʔ•̫͡•ʔ•̫͡•ʕ•̫͡•ʔ•̫͡
notes 2: omg!! el primer fic en español que escribo por aquí... veremos. si te ha gustado puedes dar un like y rebloguear y, si te sientes amable, un comentario me haría super happy. no he visto muchos blogs escribir en español de enhypen e intimida un poco 🙂‍↔️ solo espero que te lo hayas pasado bien leyéndolo como yo escribiéndolo jusjus. i love you <3
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chichirid · 2 months ago
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fischl identity pack
(names, pronouns, titles)
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names: ali, amethyst, annabelle, ashlee, astrid, aurelia, avril, bellatrix, blaine, chelsea, cora, cressida, demetria, ebony, elisabeta, elysia, erin, faelina, felicia, feronia, harlow, heidi, helena, ivy, jade, katherin, lea, lucinda, luna, mavis, mila, noel, octavia, onyx, pandora, quinn, ramona, ravenna, rosalind, ruby, sabrina, sylvana, velora, vespera, violet, yvaine, zephyra
pre / suffix: de ville, noir, die unsterbliche, sangre, the nightwalker, schwarz, dracul, de wit, nott, ashenfell, von ravenwood, muerte, die sangriento, moretti, von karstien, rosselin, baroness, de angelis, vexlar, nocturne, la mort, le cœur (“Cœur” meaning heart), mortelombre, ambrosiea, van essen, der weise, blacknight
pronouns: crow/crows, rav/raven, hex/hexes, divine/divines, dark/darks, mystic/mystics, goth/goths, magi/magics, electric/electro, glo/glow, noir/noirs, night/nights
titles: the conjurer of spectres, the prinzessin der verurteilung, the summoner of mirages, the shadow actress, the midnight mistress, the gifted chuunibyo, the unsettling sovereign of immernachtreich, the mystique phantasm, *prn* whose illusions are hauntingly real, *prn* with a macabre taste of magic, *prn* mesmerising flashes of amethyst at midnight, *prn* who is adorned in black, *prn* who is trailed by prophecies, *prn* who is veiled by the everlasting darkness
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alquimistaliteraria · 7 months ago
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Las personas heridas, hieren.
Y yo, ya no quiero ser una de ellas.
Ni la que hiere,
Ni a la que hieren.
-Honestidad y Reflexion-
He sido muy afortunada, pero no lo vi en su momento, atrapada en bloqueos que nublaban mi visión. Reconozco que fui irresponsable afectivamente y que no tuve la consideración que merecían todas las personas con las que en el pasado compartí mi tiempo y emociones.
En esas épocas, mi pensamiento estaba centrado en gustarles, en tener su atención y tentarles. Solo pensaba en satisfacer mis propios y vacíos intereses. Cuando comenzaba a sentir algo mínimo, la sensación me asustaba, me hacía sentir fuera de control, y para protegerme, alejarme cruelmente se convirtió en mi respuesta. Ghosting, le llaman. Lo hice sin ser consciente del daño que causaba, ignorando que mis acciones carecían de humanidad. Aunque en el fondo sabía que no era correcto, seguía adelante, y cada una de ellas, no lo merecía.
Todas eran chicas tan lindas y valiosas, y arruiné esas conexiones por la oscuridad que nublaba mi conciencia. Hace un año y algunos meses, experimenté una toma de consciencia profunda que jamás había considerado hasta que estuve en el otro lado. Ahora, miro hacia atrás y agradezco haber aprendido esta lección, una lección difícil pero necesaria, que me ha ayudado a comprometerme a no volver a herir, utilizar ni jugar con nadie.
En 2021, acepté salir con una amiga que sabía que tenía sentimientos por mí. Reconozco que no hice las cosas bien, y ella fue la última a la que lastimé por mi comportamiento. Hace unos meses la busqué para disculparme, reconociendo mi error y el daño que causé, pero no logré encontrarla. Sin embargo, hoy, gracias a esta reflexión, he dado con ella gracias por este escrito donde recordé su apellido.
Siendo musa de la chica de rizos y ojos bosque:
Eres magia
Eres la magia de mis dedos
Tu ombligo de Luna
Sintonizas con lo que creo
Tengo mucho tiempo pensándote, mágica desde antes que todo y desde antes que nada.
-Duerme tranquila, duérmete ya abejita viajera.
-Eres mi anhelo.
- *A Yulissa* Luciérnaga de encanto, guárdame un secreto,
Que te quiero tanto. Abracito de nube te fallé.
Me tienes tan ilusionada de ti pero eres viajera del tiempo, mujer sin dueña ni olvido.
Creo que me iré despacito porque cada noche sueño contigo, te fallé y que alivio que haya sido contigo.
Eres la suerte de los labios que te besan, la bendición de los recuerdos que te acompañan.
No te cambio por nada, joyita de 3 piezas:
Tu alma, tu mente, tú plena.
Tú, libertad y tú santidad. Eres viento en popa de mi barca y no quiero irme sin aprovechar la gracia que te adornan tus ojitos lacios.
No haces daño, haces risa y movimientos etéreos con tus manos que no entiendo pero prefiero verlos sin preguntar.
Las horas y tu voluntad son prioridad para mí y es mejor que encuentres tu paz.
Que no eres prohibida, pero si pertenencia de lo sagrado y por eso te quiero viva, resplandeciendo sin cadenas ni pestañas que encierren tu libertad en dónde no perteneces. -K
Ahora que releo recuerdo todo lo que pasó, me resulta curioso cómo, incluso estando del otro lado, se puede reconocer. Ella, en el fondo, sabía lo que ocurriría y quién era yo, y aún así, veía mi luz. Solía decir que me había fallado, pero, sinceramente, quien se falló fui yo.
Recuerdo una noche en particular. La chica con la que salía me canceló, y cuando la llamé, ella estuvo ahí para mí. Pasamos una noche increíble, llena de risas, pero el vino en mi sangre me hizo actuar de manera impulsiva. Después del acto, comencé a sentirme mal, abrumada por el caos que llevaba dentro, y en un instante de confusión, le dije que se fuera en la madrugada. No me gestioné adecuadamente y, después de eso, desaparecí. Yo, la más evitativa.
Ella no merecía esto. Espero que esté al tanto de que mis acciones no eran personales, sino un reflejo de mi propia falta de gestión emocional y de lo que pasaba dentro de mí. No puedo evitar sentir una profunda tristeza por haber tratado a alguien tan especial de esa manera.
Ahora que la he encontrado de nuevo, siento la necesidad de expresarle lo que realmente siento y pienso, siempre que ella me lo permita. Quiero que sepa que valoro lo que compartimos y que lamento el dolor que causé.
By Yls.
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darkicedragon · 6 months ago
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Romance parts have been passed and can get back to werewolves and vampires!
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OH HELL YES, PEOPLE RUNNING AROUND NAKED.
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JUST MAKE THEM TOUCH YOUR CHEST. FOR PLOT. YES. DEFINITELY.
Unsurprisingly having a lot more fun now, haha.
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suzukis-posts · 8 months ago
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𝗡𝗶𝗴𝗵𝘁 𝘃𝗶𝘀𝗶𝘁 - 𝗛𝗘𝗥𝗠𝗔𝗡𝗢𝗦 𝗛𝗔𝗜𝗧𝗔𝗡𝗜
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Ran Haitani/Rindou Haitani x Male!Reader
𝗔𝗗𝗩𝗘𝗥𝗧𝗘𝗡𝗖𝗜𝗔: Menciones de sangre, trío, poliamor, sexo oral. NSFW en general.
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Ran y Rindou estaban cubiertos de sangre. Habían asesinado a un par de personas por ordenes de Manjiro. Tal vez esas personas eran inocentes, pero ambos acabaron con ellas por diversión o aburrimiento.
Mientras caminaban por las calles a ambos hermanos les surgió la idea de visitar a alguien
Tú.
Tal vez una pequeña visita sorpresa no le haría mal a nadie
Ran y Rindou decidieron que querían una pequeña aventura esta noche. Ambos se colaron en tu habitación de tu mientras dormías. No pudieron resistir más la tentación al ver tu hermosa figura en ropa de dormir, luciendo tan inocente y vulnerable.
Ran pasó suavemente sus dedos por tu mejilla mientras miraba profundamente tus ojos seductores descansar, parecían hipnotizarlo aún más. Se inclinó más cerca para susurrar suavemente cerca tus oído, provocando escalofríos por tu espina.
── Despierta, cariño. ── Lentamente comienzas a abrir los ojos, sientes a alguien cerca, confusión estaba escrita en tus rasgos al principio. Puedes ver a Ran y Rindou sonriéndote de forma lujuriosa bajo la tenue luz de la luna que entraba a través de las cortinas de la ventana.
Sin embargo, antes de que pudieras pronunciar una palabra, Rindou se presionó contra tu suave cuerpo asegurándose de sentir cada centímetro de tí presionando contra él con fuerza, provocando un jadeo audible de tu parte, aún estabas ligeramente dormido tu corazón ahora late más rápido con emoción mezclada con vergüenza por haber sido atrapado.
En una situación tan vulnerable.
Mientras Rindou te sostenía con fuerza contra tu pecho, Ran se quitó la camisa ensangrentada y la arrojó a un lado para revelar nada más que pura tentación debajo; un torso suave y tonificado que captaba la luz de la luna como plata brillante.
── Rin... ¿qué está pasando? ── Preguntas sin aliento, tratando de liberarte del cálido abrazo de Rindou mientras fracasabas estrepitosamente debido a que estabas cautivado por el atractivo irresistible de Rindou.
Ran se acercó en respuesta, extendiendo lentamente la mano hacia tus suaves mechones de cabello, pasando sus dedos suavemente por ellos antes de susurrarte suavemente al oído.
── Relájate cariño, solo queremos un poco de diversión.
Apenas podías creer lo que estaba sucediendo.
¿Tus dos chicos irrumpieron en tu habitación a jugar a juegos lascivos?
Tus pensamientos giraban en confusión mezclada con emoción; ¿Deberías estar asustado o emocionado?
Una parte de tí también deseaba esto tanto como parecían, ¡tal vez incluso más que juntos! De repente sentiste un golpe en tu trasero.
Soltaste un pequeño quejido.
No quedaba nada más que hacer más que ceder por completo a estos deseos traviesos que ahora crecían dentro de tí.
Sin dudarlo ahora, te encontraste derritiéndote bajo sus toques sensuales mientras Rindou lentamente comenzaba a pasar sus dedos por tus suaves mejillas antes de recorrer suavemente la línea de tu mandíbula.
Ran, por otro lado, comenzó a pasar las yemas de sus dedos por tu pecho de forma procativa, haciendo que suaves gemidos escaparan de tus labios sin querer.
Tu cuerpo parecía anhelar más afecto mientras permitías que estos hombres, que acababan de irrumpir en tu habitación, continuaran con esta tentadora danza de placer que estaban creando con cada toque y susurro.
Rindou decidió que era hora de llevar las cosas un paso más allá y lentamente inclinó tu cabeza hacia la suya sin querer nada más que una oportunidad de probar esos dulces labios tuyos.
Tan pronto como Rindou te besó, sus lenguas se entrelazaron deliciosamente provocando jadeos tuyos, por otro lado, Ran se acercaba volviéndose aún más atrevido al jugar con el dobladillo de tu ropa de dormir dibujándolo hacia arriba centímetro a centímetro, exponiendo la tierna carne poco a poco.
A medida que te quitaban gradualmente la ropa de dormir, ambos hermanos quedaron hechizados por la belleza de tu cuerpo perfectamente esculpido.
La lujuria de ambos se hizo más profunda y su toque se volvió más audaz. Te empujaron suavemente contra la cama, donde aterrizas suavemente con un suave suspiro escapándose de tus labios, indicando cuánto disfrutas este emocionante momento de indulgencia.
Rindou se acercó para besarte con más pasión ahora mientras Ran dejaba delicados besos a lo largo del camino que conducía hacia el centro de tu pecho expuesto, haciendo que cada fibra de tu cuerpo anhelara más.
Rindou se separó del beso de labios el tiempo suficiente para mirar tus ojos soñadores que ahora brillaban de deseo, mientras Ran deslizaba un dedo en tu miembro ya erecto provocandote un gemido tan profundo y sensual que podía excitar a cualquiera con solo escucharlo.
La química entre los dos hacia tí era sencillamente insoportable; ¡Ambos hermanos te anhelaban en todas las formas posibles!
Tus deseos se apoderaron por completo cuando la mano libre de Rindou acarició tu firme pecho, burlándose suavemente de tus pezones, mientras Ran acariciaba tiernamente tu miembro erecto.
Mientras Rindou continuaba besándote apasionadamente, sentiste que tu orgasmo se acercaba. Ran también lo sintió y le susurró algo al oído a Rindou.
Rindou inmediatamente dejó de provocar tu pecho y se movió más hacia abajo entre tus piernas, abriéndolas más, dándole acceso completo; sus ojos se encontraron con los tuyos con una mezcla de emoción lujuriosa ya que ambos hermanos sabían lo que estaba a punto de suceder.
Rindou comenzó a dejar marcas de amor entre tus muslos, desde mordidas, hasta chupones hasta llegar a tu miembro. De vez en cuando te daba una mirada lujuriosa, mientras disfrutaba burlarse de tu miembro dándole tiernas lamidas o incluso llegando a morder.
En poco tiempo, cuerdas calientes de placer salieron disparadas de tu núcleo golpeando suavemente la cara de Rindou, provocando escalofríos recorriendo su columna mientras atrapaba cada gota lamiéndolas, aumentando inmensamente el placer de ambos hermanos.
La vista ante Ran era realmente impresionante; Rindou complaciendote de una manera que le hacía imposible contenerse por más tiempo.
Ran también quería probar este dulce cielo, así que se alejó de tus labios por un momento y devoró con avidez los restos de tu líquido presiminal.
Finalmente, exhaustos pero satisfechos, ambos hermanos colapsaron juntos con sus cuerpos empapados de sudor.
Su respiración era dificultosa pero disfrutaban del resplandor: sonrisas jugaban en sus labios mientras se acurrucaban más cerca tuyo, estando Ran en tu pecho y Rindou en tu espalda, ambos abrazándote perdidos en la satisfacción.
Había sido una de tantas experiencias que ninguno de los tres olvidaría jamás; la emoción de romper las reglas se mezclaba con un placer tan intenso que desafiaba las palabras.
La luz de la luna se filtró a través de las cortinas bañándolos en su suave brillo plateado dejando iluminar los tres cuerpos sudorosos.
Susurras suavemente ── Eso fue increíble...
Rindou y Ran se rieron suavemente besando tus mejillas afectuosamente, compartiendo emociones no expresadas llenas de felicidad y gratitud por poder compartir tal experiencia.
Un momento increíblemente lleno de lujuria.
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deepinsideyourbeing · 6 months ago
Note
se q debes tener muchismos pedidos pero vi este tiktok y no me podia aguantar 😫
https://vm.tiktok.com/ZMMGGub7N/
imaginate un smut con dark!enzo 🫦
Lights out, headphones on ♡
+18! Dark!Enzo + CNC. Leer con precaución.
Los corredores del teatro son oscuros y el escalofríante eco de tus pasos te hace abrazar los ramos de flores con más fuerza, ignorando las espinas de las rosas y el dolor en tu piel. Cuando cerrás la puerta de tu camerino te encontrás con la última persona que desearías ver después de la función y suspirás.
-¿Qué haces vos acá?
-¿Qué te parece que hago?
-Cualquier cosa menos disculparte por romperme el vestido- señalás las costuras deshechas de algunos parches del traje que utilizaste para la obra-. Casi me dejás en bolas.
-Y vos casi me dejás ciego- señala su ojo derecho, desprovisto del lente de contacto que cayó luego de que accidentalmente lo golpearas.
-Ya te pedí perdón… ¿Te podés ir? Me quiero cambiar.
Cruza sus brazos sobre su pecho, prácticamente sentado sobre el tocador donde dejaste tu maquillaje y otras pertenencias. Entrecerrás los ojos cuando te encontrás con el espacio vacío donde jurás haber dejado tu teléfono, pero elegís ignorarlo y también intentás ignorar la presencia de tu compañero.
Dejás las flores sobre una silla libre y evitás hacer comentarios cuando Enzo toma una rosa para jugar con sus pétalos. Ocupás la silla frente al espejo y tomás los productos necesarios para retirar tu maquillaje, preguntándote si sería terrible abandonar el edificio aún maquillada y abordar el transporte público así.
-Linda la escena de la luna, ¿no?
No puede verte pero le sonreís a través del espejo, más relajada.
-Esa me gustó, sí.
Un silencio extraño e incómodo se instala en el aire y cada pocos segundos lo interrumpe el sonido de los pétalos que Enzo arranca con fuerza. Fingís no darle importancia porque sabés que siempre hace todo lo posible por molestarte, desde jugar con tu vestuario hasta llegar tarde o ausentarse de los ensayos, y mostrar enojo sólo alimentaría su accionar.
Los minutos corren y la tarea de ignorarlo se vuelve cada vez más sencilla, más natural, hasta que casi olvidás que te acompaña y cubrís tus ojos con unos pads desmaquillantes. No podés verlo pero oís sus pasos alejándose y el sonido de la puerta cuando la cierra, dejándote por fin sola y libre para cambiarte en paz.
Dejás caer tus hombros, que estaban tensos desde que comenzó el segundo acto, y suspirás hasta sentir que ya no hay oxígeno en tu cuerpo. Podés oír muy a lo lejos cómo todo el mundo abandona las instalaciones del teatro y te preguntás dónde estará la llave de la salida de emergencias, la cual esperás no volver a necesitar.
Estás por retirar los discos de algodón en tus ojos cuando te sorprende un sonido a tus espaldas: una respiración silenciosa e inquietante que logra helarte la sangre y erizar tu piel. Tu reacción es lenta y no lográs voltear porque unos dedos toman tu cabello para empujarte contra el tocador, aturdiéndote en el proceso.
-¡¿Qué hacés?!- gritás en cuanto el rostro de Enzo entra en tu rango de visión, interrumpiéndote sólo para quejarte cuando captura tus muñecas con su otra mano y ejerce presión sobre tu espalda-. ¡Soltame!
-Callate- y el pequeño movimiento de su rostro te obliga a mirar en la dirección que señala, encontrando un cuchillo a pocos metros de distancia.
-No- negás-. Enzo, no.
Pero te ignora.
Contenés la respiración cuando sentís sus dedos danzando desde tu cabello hasta tu espalda, buscando el cierre de tu vestido y tirando de este con la fuerza suficiente para romper el traje en cuanto lo hallan. Te quejás y él emite ese irritante sonido siseante con el que siempre te molesta, obteniendo resultado por primera vez en años.
Sus manos frías deslizándose entre la tela y tu piel te hacen temblar violentamente y te estremecés aún más cuando te desnuda con lentitud. Las bajas temperaturas impactan en tu cuerpo y cuando Enzo tira de tus muñecas para enderezar tu postura lo primero que ve, reflejados en el espejo, son tus pezones erectos. Sonríe contra tu hombro y su mano repta por tu brazo de manera espectral.
-Qué linda que sos así- roza tu pecho y te sacudís para evitar el contacto, enfureciéndolo y provocando que tire con fuerza de tu ropa para romperla aún más-. Tendría que haber hecho esto en el escenario, ¿no?
Una lágrima corre por tu mejilla y cuando estás a punto de responder se lleva un dedo a los labios.
-Nadie te va a escuchar.
-Enzo…
-Portate bien- advierte, rodeando tu cuello con su brazo antes de liberar tus muñecas para permitir que tu vestido caiga al suelo-. No querés que te lastime, ¿o sí?
En un movimiento fugaz abraza tu cintura y te sostiene contra su cuerpo, imperturbable ante tus uñas enterrándose en su brazo y la fuerza con la que luchás para zafarte de su agarre. El ángulo en el que te dejó le permite tomar la última prenda que cubre tu cuerpo, esa delicada pieza de lencería color negro, para luego destrozarla de un tirón.
-Por favor, Enzo- golpeás su brazo con tus palmas, desesperada y sintiendo que tus piernas pierden la fuerza-. No voy a decir nada, te lo juro.
Su mano emprende su ruta en tu hombro, bajando por tu espalda y deteniéndose en la zona de tus costillas por unos pocos segundos, continúa por tu cadera y luego masajea tus glúteos con fuerza antes de colarse entre tus piernas para acariciar tu centro. Te retorcés, avergonzada y aterrada, pero es en vano y pronto sentís la erección del mayor contra tu cadera.
-¿Por qué estás mojada, chiquita?- inquiere contra tu piel. Sus dedos amenazan con colarse en tu interior y rozan de manera provocadora tu clítoris-. Vos querías esto, ¿no?
Las lágrimas que hacían arder tus ojos ahora brillan en tus pestañas y corren libremente por tus mejillas, humedeciendo también tus labios y llenando con su sabor el interior de tu boca cuando los mordés. No sos consciente de que estás regalándole a Enzo la imagen más excitante que vio en toda su vida pero mucho no importa, porque él se va a encargar de que hacértelo saber.
Aún aferrándose a tu cintura y sin importarle tu peso corporal manipula tu cuerpo como si se tratara del cuerpo de una muñeca de trapo, como si vos aún fueras el personaje que interpretaste sobre el escenario y estuvieras dispuesta a permitirle todo, tal como lo hacía el interés romántico de su personaje en la obra.
Con su otra mano te obliga a separar las piernas y luego rasga su propio traje para poder liberar su dolorosa erección. Toma su miembro y se asegura de dibujar sobre tu piel con las gotas de líquido preseminal que brotan desde su punta y brillan bajo la tenue iluminación de la habitación.
Encontrás sus ojos en el espejo y por un breve segundo se detiene..., pero dejás ir tu oportunidad.
Sin preparación previa se introduce en tu interior de una sola estocada y cuando gritás cubre tu boca, ocupándola con sus largos dedos para silenciarte. El ardor de tu entrada es insoportable y tu interior tarda en acostumbrarse a su tamaño, permitiéndote sentir sus venas y su palpitar entre el calor de tus paredes.
Mueve sus caderas unos pocos milímetros y el aleteo de tus pestañas aún húmedas te delata tanto o más que el casi inaudible gemido que opacan sus dígitos. Besa tu cuello y...
-Yo sabía que eras una putita.
Perdón, perdón, perdón.
taglist: @madame-fear @creative-heart @recaltiente @llorented @delusionalgirlplace @chiquititamia @lastflowrr ♡
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sepulcher-of-the-light · 9 months ago
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© Lucas Garcete, Yarasa
Me enfrento a este implacable sol de los días; yo, acostumbrado a las cuevas, a la honda llamada de las estrellas. Estos edificios no sostienen el peso del mundo como las raíces, pero el ocaso los viste de sombras que los embellecen. Cuando la noche se cierne, la sangre vertiginosa de mis alas interroga a las venas de la luna. La luna, exhausta en la noche donde crece mi sed y soy libre.
I face this relentless sun of the days; I, accustomed to caves, to the deep call of the stars. These buildings do not support the weight of the world like the roots, but the sunset dresses them with shadows that embellish them. When the night hovers, the giddy blood of my wings interrogates the veins of the moon. The moon, exhausted in the night where my thirst grows and I am free.
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caostalgia · 2 years ago
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A la luz de la luna un poeta bohemio escribe versos de cristal, tan frágiles que se rompen en cada palpitar de este corazón taquicardico. Fragmentados y desordenados como un rompecabezas trata de que sus pedazos puedan encajar, sin saber que habían piezas faltantes que nunca más volverán a estar. Ensangrentado y con trozos de vidrio en sus muñecas dejó que el tiempo corra sin parar, sin saber que estás heridas podrían infectar. El no sanar ha vuelto de sus versos un veneno letal, que algún día podrían liquidarlo sin que esté poeta vuelva siquiera a tocar aquel instrumento que lo inspiro a amar. Esa pluma dorada que se alimentaba de su sangre infectada, y que ahora vive para anhelar tan siquiera una mirada, de ese astro de luz. Si, esa luna tan adorada.
~Goner
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las-microfisuras · 3 months ago
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FORMAS SOBRE EL MAR
Como una canción que se desprende de una luna reciente blandamente eclipsada por el brillo de una boca. Como un papel ignorado que resbala hacia túneles precisamente en un sueño de nieves. Como lo más blanco o más querido. Así camina el vago clamor de sombra o amor. Como la dicha. Vagamente cabezas o humo, ese abandonarse a la capacidad del sueño, con flojedad aspira al cénit sin esfuerzo, pretendiendo desconocer el valor de las contracciones. Si me lamento, si lloro como un traje blanco, si me abandono al va y ven de un viento de dos metros, es que indudablemente desconozco mi altura, el vuelo de las aves y esa piel desprendida que no puede ya besarse más que en pluma. Oh, vida. La luciérnaga muda, ese medir la tierra paso a paso, está lleno de conciencia, de espiras, de anillos o de sueño (es lo mismo), está lleno de lo inmóvil para lo que está prohibido un corazón. Clavos o arpones, canciones de los polos, hielos de Islandia o focas esperadas, debajo por la piel que no duele y enfría, no impide el sentir, el ver dibujo, el ver corales lentos transcurrir como sangre, como respuesta, como presentimiento de formas sobre el mar. ¿Son almas o son cuerpos? Son lo que no se sabe. Esas fronteras deshechas de tocarse las dos filas de dientes, ese contacto de dos cercanías que tan pronto es el mar como es su sombra erguida, como es sencillamente la mudez de dos labios. Así el mundo es entero, el mundo es lo no partido, lo que no puede separar ni el calor (que ya es decir), lo que es únicamente no atender a lo urgente, conservar bajo cáscara cataratas de estancia, de quietud o sentido, mientras pasa ya el tiempo como nuez, como lo que ha desalojado el mar súbito a besos, como los dos labios a plomo triste a luces o nácar bajo esteras.
_ Vicente Aleixandre, de Espadas como labios
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