#la hora de los hornos
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301-302 · 1 year ago
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La hora de los hornos (The Hour of the Furnaces | Fernando E. Solanas & Octavio Getino | 1968)
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prontaentrega · 8 months ago
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earlier this year i joked about argentina balkanizing after Milei's fucked up neoliberal policies so it was a massive shock seeing 1968 documentary la hora de los hornos already use that exact wording to describe the country's earliest neoliberal project
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sudaca-swag · 1 year ago
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ni bien gana un gobierno de derecha: somos mayoria vagos sindicalistas, se terminó el vivir de arriba jajaj te duele la cola zurdito ahora se van a ir a trabajar o a cubazuela, bala al chorro bala bala bala
a los dos años de que el gobierno de derecha les haga mierda la vida, se les congele el salario, suba el costo de vida y la criminalidad, y no puedan alquilar ni un monoambiente: presidente haga algo 🥺🥺 yo no los voté 🥺🥺 por qué son tan injustos conmigo soy un buen trabajador 🥺🥺 todo culpa de la pesada herencia 😡😡
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toddjurgess · 2 years ago
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emilyflorencescdblog · 1 year ago
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Thanksgiving is Ruined At the center of every Thanksgiving meal is the most important part: the turkey. This year, it fell upon me to prepare the turkey for our yearly dinner. I was ecstatic to be in charge of such an essential component of the meal, but at the same time, very nervous. It was a lot of pressure to cook the turkey to perfection, with the hope that everyone would love it.
The task for me personally wasn't an easy one. Leave it in the oven too little, and you have an undercooked turkey, risking food poisoning for your guests. Leave it in too long, and you run the risk of having a really dry turkey or, much worse, burning it.
I wasn't going to take any risks. I wanted my turkey to be the best anyone had ever tasted, so I set up a stool next to the oven and sat and watched, guarding that turkey for hours. I made sure to check it every now and then. I wanted to be ready when that turkey turned into a mouth-watering, golden-brown, crispy meal ready for all my guests to devour.
Well, it turns out I lost track of time. I thought my plan of guarding it was foolproof, so I never thought about setting an alarm. Before I knew it, I couldn't remember when I put the turkey in the oven, and when the guests started arriving, being the host that I am, I got caught up in taking care of my guests and completely forgot about the turkey. Before I knew it, the aroma of something burning started to fill my home, and my internal alarm immediately went off—I had forgotten about the turkey.
Fearing the worst, I hurried to the kitchen, and as I opened the oven, thick smoke billowed out, consuming me. My heart sank. Unknowingly, I reacted by taking off my skirt to blow the smoke away, revealing a blackened, burnt turkey. It was crispy, alright—just much more than I wanted it to be.
I had ruined the turkey. I had ruined my skirt. I had ruined Thanksgiving. ------------------------------------------- El Día de Acción de Gracias está arruinado En el centro de cada comida de Acción de Gracias se encuentra la parte más importante: el pavo. Este año me tocó a mí preparar el pavo para nuestra cena anual. Estaba exultante de estar a cargo de un componente tan esencial de la comida, pero al mismo tiempo, muy nerviosa. Fue mucha presión cocinar el pavo a la perfección, con la esperanza de que a todos les encantara.
La tarea para mí personalmente no fue fácil. Si lo dejo muy poco en el horno, tendré un pavo crudo, lo que correrá el riesgo de intoxicación alimentaria para mis invitados. Déjalo cocinar demasiado tiempo y corres el riesgo de tener un pavo muy seco o, peor, quemado.
No iba a correr ningún riesgo. Quería que mi pavo fuera el mejor que todos en probado, así que puse mi silla al lado del horno y me senté y observé, cuidando ese pavo por horas. Me aseguré de chequear lo de vez en cuando. Quería estar lista cuando el pavo estuviera un color cafe dorado y crujiente listo para que todos mis invitados lo devoraran.
Bueno, resulta que perdí la noción del tiempo. Pensé que mi plan de estar al pendiente era infalible, así que nunca pensé en poner una alarma. Al pasar el tiempo, no podía recordar cuando meti el pavo en el horno, y cuando empezaron a llegar los invitados, siendo la anfitrión que soy, me dediqué a cuidar a mis invitados y me olvidé por completo del pavo. Sin precupacion me llego una aroma. El aroma de algo quemándose comenzó a llenar mi casa y mi alarma interna inmediatamente se disparó: me había olvidado completamente del pavo.
Temiendo lo peor, corrí a la cocina y, cuando abrí el horno, salió un humo espeso que me consumió. Mi corazon se hundio. Sin darme cuenta, reaccioné quitándome la falda para alejar el humo, dejando al descubierto un pavo ennegrecido y quemado. Estaba crujiente, pero mucho más de lo que quería.
Había arruinado el pavo. Había arruinado mi falda. Había arruinado el Día de Acción de Gracias.
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solojavi1996 · 8 days ago
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FLANCITO CON QUESO
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Hola!! Y hola para mí yo del pasado, porque sé que olvidarás todo esto, y aquí te dejo otra receta. En realidad no pensaba hacer un solo flan (la idea era dos, así que tenía ingredientes limitados y uno solo sería con queso pero ni modo.
Utilicé para el caramelo:
Media taza de azúcar blanca refinada, nada de agua en un sartén que no se pegue de ser posible (usé el de mi hermano, la primera vez se me quemó porque dejé que sacará burbujeara, la segunda vez si bien genial.)
La agregas al sartén y lo pones a fuego medio, entonces cuando veas que empezó a derretir alrededor y oscurecer un poquito, revuelves con una cuchara y bajas la temperatura al mínimo, lo vas revolviendo hasta que veas que está líquido. En este punto verás que está líquido y no se ven restos de azúcar y cuando lo cojas con la cuchara y lo dejes caer a un poco de altura verás que en efecto ya está listo, retiralo rapidito y viertelo en el molde porque si lo dejas más tiempo empezará a sobrecalentarse el caramelo y va a burbujear (ebullir) y se te va a quemar :c
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Utilicé para el Flan:
Una lata de leche condensada azucarada, me gusta usar la de Bella Holandesa porque me trae recuerdos de un sabor de una golosina de mi niñez, le llamábamos Chupao. (Era un sobrecito con una crema de dulce de leche que vendían para "chupar" y de ahí el nombre de Chupao).
8 huevos de tamaño mediano que estén a temperatura ambiente.
Tres cucharadas (con cucharas normales de comer) de azúcar (es opcional, solo si sientes que va a quedar con poca Azúcar, pero ya con el caramelo no haría falta agregar más).
700 mL de leche entera a temperatura ambiente.
Un pote de queso crema de 250 grs creo era.
Esta cantidad era suficiente para producir casi 2 litros de contenido, como el molde que compré tienen esa cantidad, lo adapté a esa. Agregué la leche, el queso y la leche condensada, la bati y probé, lo sentí con poca azúcar y le agregué las tres cucharadas con una cuchara 🥄. Ya comprobando el sabor, agregué los 8 huevos y bati, para agregarlo en el molde y proceder al horno.
Para Hornear pensamientos:
Mi estufa... La temperatura que tiene "su horno" la dejé entre 220 a 250° C, ya que ella es un poco lenta y esa temperatura es mentira jajaja en fin, ubicada la parrilla a la 2 posición de abajo para arriba, lo dejé precalentando 5 minutos y metí el flan para dentro por 1 hora (de 10 a 11 p.m.), pero creo que se hundió un poco en el centro por la temperatura, entonces debería bajarla un poquito y creo que a los 45 minutos ya debería de haber estado, ya sabemos para la próxima. Y pues sería todo, ojalá este recuerdo te ayude cuando necesites cocinar otro 🥹 recuerda que Tú puedes!
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headless-angel-writes · 2 months ago
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Summary:
Simon Snow está comenzando a encontrar su lugar en la familia Salisbury, aunque todavía le cuesta aceptar su rol. Durante una visita a su abuela, Lady Ruth, recibe un regalo inesperado
Los personajes pertenecen a Rainbow Rowell
Carry On Countdown 2024 Algo Viejo
Words: 1673
Ao3: https://archiveofourown.org/works/60851893
Fanfiction: https://www.fanfiction.net/s/14415445/1/Algo-Viejo
@carryon-countdown
Simon 
Mientras voy en el metro, acalorado a pesar de ser noviembre, mis pensamientos vuelan a cómo ha cambiado mi vida
Las comidas en casa de Lady Ruth, mi abuela, aunque aún me cueste llamarla así, ya son una costumbre. Cada domingo, Baz y yo vamos a su casa para almorzar con ella y Jamie. Un par de horas después tomamos el té juntos y ella no nos deja irnos sin darnos una buena ración de comida para la semana. 
—De verdad, no hace falta, señora. Simon y yo nos las arreglamos bien.—Trata de decir Baz
—Es que están demasiado delgados,—comienza a guardar comida en montones de tuppers—Además, es mejor si se alimentan con mi comida casera a sólo cosas de restaurantes y sopas instantáneas.
Aunque Baz y yo hemos intentado negarnos, Lady Ruth se sale con la suya y Jamie sólo nos mira como si él mismo se hubiera rendido en la misma batalla hace años. Creo que estoy engordando un poco. Incluso Baz está ganando peso, los huesos de su cadera ya no son tan afilados. Y se ve mejor que nunca. Yo solo tengo más grasa en la cintura y mi pecho está cada día más grande. (Algo que Baz adora, juro que no puede sacarme las manos de encima.  Solo finjo que me molesta un poco)
Supongo que es un buen cambio, antes solía morirme de hambre cada verano… Y luego, el primer día en Watford, comía hasta enfermarme.
El punto es, Lady Ruth nos quiere. Mucho. Obviamente, me quiere más a mí. Soy su primer nieto. Y que de vez en cuando quiera verme a mi solo no es tan extraño. Aun así, no puedo evitar sentirme nervioso. es como si esta no fuera una comida familiar más.
¿Por qué querrá que nos veamos a solas? Me pregunto si tendrá que ver con que la última vez que vinimos rompí sin querer un par de adornos con mis alas.  Jamie se rió y dijo que una vez él también los rompió cuando era niño, al lanzar una pelota. Lady Ruth solo dijo, más divertida que molesta:
—Supongo que la manzana no cae tan lejos del árbol que es su tío. 
Luego, reparó todo con un simple hechizo. 
Tal vez ya no quiere verme y ella es demasiado elegante como para decirmelo por mensaje de texto. ¿Debería haber traído flores? Baz siempre insiste en no llegar a una casa con las manos vacías.  Mis alas, dobladas como origami bajo el abrigo, tiemblan un poco. Comienzo a mordeme un poco las uñas, un hábito verdaderamente desagradable pero mejor que cuando solía calmar la ansiedad con mi espada. Estoy tan distraído con ello que casi pierdo mi parada.
Una vez que estoy frente a la imponente mansión Salisbury, con su elegancia, sus jardines bien cuidados y humo saliendo de la chimenea, pienso que de verdad debería haber traído flores.
 Ya es demasiado tarde para eso. No es como si pudiera materializarlas mágicamente… Ya no, por lo menos.  En otra época, el solo pensamiento ya habría causado que una tonelada de flores brotarán de mis manos y cayeran en una lluvia colorida sobre el impecable pasto de esta mansión. 
Sacudo cualquier nostalgia por mi magia perdida antes de respirar hondo y tocar la puerta. Lo que sea que Lady Ruth quiera decirme lo enfrentaré como el Salisbury que se supone siempre debí ser. 
Antes de que pueda tocar, la puerta se abre y Lady Ruth está allí. Es como si hubiera estado esperándome viendo por la mirilla. Hoy está usando un suéter bordado de Halloween y un pantalón de yoga. Me alivia saber que no es una comida formal.
—Simon, querido, justo a tiempo —dice con una sonrisa mientras me guía hacia adentro. El aroma de carne cocinándose, algo dulce en el horno y madera quemada llena el aire, y no puedo evitar sentirme un poco más tranquilo.
—Hola, Lady... eh, abuela. —Todavía me cuesta cuando intento llamarla así, pero ella no parece darse cuenta. O finge no darse cuenta.
Ella camina hacia la sala y la sigo en silenció. Aquí adentro está cálido, acogedor, como un abrazo. Me gusta esta sala: aunque es elegante y llena de antigüedades valiosas, se siente como una sala de una casa normal. No como la de Baz, que parecía un museo. Lady Ruth escoge su sillón de siempre; hay una cobija en él y un libro en uno de los brazos. Con un gesto me indica que me siente. 
Antes de hacerlo, me quitó el abrigo y dejo que mis alas se estiren. Me alegro de ser parte de una familia mágica donde no me van a jugar por mis partes extra de dragón. 
—Que bien que está vez no tiraste nada—dice, como si yo fuera un niño que está aprendiendo a controlarse.
Le sonrió, avergonzado. Mis alas tiemblan un poco.
—No puedo prometer que las cosas se quedarán intactas por mucho tiempo.
Escucho una risita y sonrio también. 
—Tienes suerte de ser tan encantador como tu madre y que mis hechizos restauradores sean excelentes, jovencito.
Se queda callada un momento siempre lo hace cuando menciona a mi madre. (Otra palabra que me cuesta decir)
El olor de la casa es distinto, no sé cómo describirlo, pero no se parece a lo que suelo comer aquí. Sé que últimamente, ella ha estado interesada en aprender nuevos platillos de otras partes del mundo. Tal vez son algunas especias nuevas. Mi estómago hace un ruido bastante alto.
—La comida está casi lista, pero aún necesita un poco más en el horno. Mientras tanto, podemos esperar aquí.—dice
Solo le digo que si con la cabeza. Nos quedamos en silencio, uno que debería ser cómodo pero por alguna razón me hace sentir extraño. Tengo las manos en el regazo, sin saber qué hacer con ellas y trato de encogerme todo lo posible. Me cuesta asimilar que este es, en cierta forma, mi hogar también.  Siento que debo decir algo, pero ella se me adelanta 
—Simon —dice, rompiendo el silencio—, hay algo que quiero entregarte.
Lady Ruth toma una pequeña caja de un librero y la extiende hacia mi. Mi corazón se acelera ¿Que es eso? ¿Por qué me lo da a mi?
—¿A mí? —pregunto, intentando mantener mi voz neutra, pero mi tono traiciona mi intriga.
En su sonrisa parecen ocultarse todos los secretos del mundo.
—Ábrela, querido.
 Lo hago. La caja es más ligera de lo que me imaginé, tiene una “R” tallada en la madera y está despostillada en una esquina. Al abrirla, me encuentro con lo que guarda: es un anillo. un anillo de bodas. Una banda de oro simple pero elegante, y con un pequeño escudo. Es el escudo de la familia Salisbury. Tengo el corazón en la garganta.
—Este anillo…
No puedo decirlo en voz alta. Por fortuna, Lady Ruth termina la frase por mi.
—Era el anillo de bodas de tu abuelo, si. El mío lo tengo guardado en mi alhajero.—agrega—Así algunas veces consigo que extraños me inviten una copa en el club ¿Sabes?
Quiero reírme y llorar al mismo tiempo. Por la imagen de mi abuela aprovechándose de hombres distraídos y por saber que sostengo algo tan importante para la historia familiar. 
—Es una pieza hermosa. —y lo digo en serio. 
Siento que si lo saco de su caja, voy a arruinar algo. Así que solo lo contemplo, sintiendo su peso físico y emocional. Ella se sienta a mi lado en el sillón y coloca su mano sobre la mía, alrededor de la caja.
—Cuando Andrew murió…—Comienza, su voz ahora algo triste—no quise que lo enterraran con él, pensé que si lo llevaba conmigo, en el cuello, podría tener una parte de él conmigo. De hecho, quería que me enterraran con ambos anillos entre mis manos. 
Ahora si que tengo lágrimas en los ojos. Y ella también, su mano se cierra con más fuerza sobre la mía.. 
—¿Querías…?—digo
—Pensé que, ya que  te tengo a tí, este anillo se vería mejor en un dedo anular pálido y largo que entre las manos putrefactas de una anciana. Un dedo, ya sabes, como el de Baz.
Mi cara se pone tan roja y caliente que las lágrimas en mis mejillas se evaporan. ¡¿Un anillo en el dedo anular de Baz?! Lo he pensado antes y sé que quiero pasar el resto de mi vida (de todas mis vidas) a su lado, pero la idea de matrimonio suena aterradora.
—No, no puedo tener algo así. Es demasiado para alguien como yo. Además, no creo estar listo para casarme. Y Baz tampoco.
Ella tiene lágrimas en las mejillas pero sus ojos sonríen. 
—Si puedes. Eres parte de esta familia Simon Snow.—ella toma el anillo entre sus dedos y lo coloca sobre su palma.—Y esto es sólo un anillo. Tiene el significado que tú quieras darle. 
—Aun así ¿No sería mejor que lo lleve Jamie?—Trato de argumentar.
—Él también cree que es una buena idea dartelo, fue una decisión conjunta.—Lady Ruth suelta una risa suave, pero sus ojos tienen un brillo de decisión.—Mira, no estoy presionando para que te cases, si es eso lo que temes. Pero, si me preguntas… Tengo muchas ganas de asistir a una boda pronto.
Mis mejillas aún se sienten calientes y estoy seguro que,como dice Baz,, parecen un par de manzanas. 
—Tú y tus ganas de bodas…
—Cuando llegue el momento adecuado, será un buen símbolo para ti.
Finalmente, tomo el anillo de su mano y lo sostengo en mi palma. Supongo que, si nos casamos, Baz y yo ya tenemos cubierta la parte de “algo viejo”
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¡Hola!
Y empezamos con el Carry On Countdown de este año. No voy a hacer todos los dias, pero voy a tratar de hacer algunos one shots. En este me parecio que era buena idea usar el “algo viejo” en algo relacionado a bodas <3
Empecé a escribir esto con un bebé amarrado al pecho, tomando su biberón.  jeje.
¡Muchas gracias por leer!
Ciao!
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irmalupo · 16 days ago
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LOS DETALLES FAMILIARES
QUE SE PIERDEN
CON EL DUELO...
La vida se interconecta hasta en los detalles más pequeños, como las tazas de café en la mañana de cada día.
Cada relación es una mezcla de vivencias mutuas.
El verdadero amor no es una pequeña mezcla de cosas grandes, sino una gran mezcla de cosas pequeñas.
Los códigos, mensajes, frases y chistes, miradas, apodos, que parecen fortuitos o incluso muchas veces ridículos para una persona ajena tiene un significado profundo ya que es el lenguaje abreviado del circulo interno que tiene en especial la familia, los hermano, los amigos.
Los detalles pueden decir mucho sobre una vida.
Estos pequeños detalles
ingeniados abundan mucho en el círculo familiar como forma de demostrar cariño. El chiste….Que el Abuelo cuenta en cada víspera de Navidad y que ya todos se lo saben de memoria. El año en que Mama olvido prender el horno y la familia entera estuvo horas y horas sentadas preguntándose porque el pavo de Navidad no estaba listo. El hermano que llego de viaje para celebrar el día de la Madre y olvido avisar y traer el regalo. Estas bromas y anécdotas son temas de conversación de las reuniones familiares durante años, a pesar de que casi siempre el protagonista trata de defenderse con desesperación.
Sin embargo esta conexión íntima existe más allá del humor. Piense en su propia versión de cualquiera de estos detalles: frases dichas al despedirse con un beso por la noche, señales de complicidad, sobrenombres, dinámicas en la mesa, risas lenguajes privados, que hablan dos o tres, miradas detalles que se comparten. CUANDO LLEGA LA MUERTE ARREBATA MUCHOS DE ESTOS RRASGOS DE LA VIDA DEL SOBREVIVIENTE DEJANDO UN GRAN DOLOR….
Es muy difícil perder esos elementos porque estos afirman cuanto amamos a alguien. Las personas que mas amamos son aquellas de las que conocemos más detalles.
Al morir una persona amada, los detalles que más duele perder son los más pequeños, los mas banales que uno pueda imaginar. Esto es porque las cosas que nos son familiares, más de todos los días, “se quedan grabadas en lo más profundo de nuestro ser”.
La vida es la comida.
La vida es el estado del tiempo.
La vida es un amanecer.
La vida es un almuerzo familiar sobre un mantel a cuadros azules en el que se derramo una botella de vino.
La vida es el olor mañanero de una taza de café.
La vida es el olor del queso, a piña, a guayaba, a la comida de la Abuela.
La vida es las pequeñas cosas, de todos los días.
“Esas pequeñas cosas que teníamos en común y que ahora nos destrozan el alma”.
SON LAS COSAS COTIDIANAS DE LA VIDA, LO QUE NOS ROMPE EL CORAZON MAS QUE EL DRAMA DE LA MUERTE.
Desconozco al autor
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jartita-me-teneis · 7 months ago
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⭐BAKLAVA CHEESECAKE⭐
El crujiente del baklava con los frutos secos y la cremosidad de la cheesecake, lo hace un postre delicioso y adictivo… ¡Vamos allá! 👩🏼‍🍳
📝Ingredientes (Molde de 22 cm) ⭐Baklava ▪︎200 gr de nueces ▪︎150 gr de mantequilla derretida o clarificada ▪︎100 gr de pistachos ▪︎1 paquete de pasta filo refrigerada (la mía traía 14 hojas) ▪︎Rosas comestibles (para decorar)
⭐Almíbar ▪︎100 gr de agua ▪︎100 gr de azúcar glacé de @lavidasabemejor ▪︎La piel y el zumo de 1/2 limón
⭐Cheesecake ▪︎3 huevos tamaño L (180 gr en total) ▪︎1 tarrina de 350 gr de queso crema @philadelphia_es ▪︎1 tarrina de 20 cl de Nata fresca (Crème fraîche) de @president_es ▪︎1 envase de Nata, de Nata para montar (200 gr) ▪︎1 envase de queso, de azúcar glacé (190 gr) ▪︎1 cucharada sopera colmada de harina fina de maíz @maizena_es (unos 25 gr) ▪︎La ralladura de 1/2 limón
⭐Elaboración ▪︎Cheesecake; bate el queso, nata fresca, azúcar y ralladura hasta que quede cremoso y sin grumos. Añade la Maizena vuelve a mezclar, los huevos de uno en uno y por último la nata para montar. Reserva en el frigorífico.
▪︎Baklava; Tritura los frutos secos. Pincela el molde con mantequilla (necesitarás unos 150 gr para pincelar toda la receta) y cada hoja de pasta filo. (⚠️Recuerda tapar las demás para que no se sequen).
▪︎Forra la base con 3 o 5 hojas de pasta filo (según traía tu paquete) añade la 1/2 de frutos secos, coloca 3 hojas y la masa del cheesecake.
▪︎Pon 3 hojas recortando los bordes y anade los recortes para no tirar nada y sigue con los frutos secos y las últimas 3 hojas.
▪︎Pincela con mantequilla, divide en 8 porciones la parte superior y hornea a 170º 1 h. + 1 h. horno apagado y puerta cerrada (Tapa con papel de aluminio en mitad de la cocción si se dora demasiado).
▪︎Baña con el almíbar caliente. Decora con más frutos secos y guarda en el frigo hasta el día siguiente.
▪︎Decora con más pistachos troceados y rosas a la hora de servir y ¡A disfrutar!
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saboraazucar · 9 months ago
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Bizcocho de banano y nueces con vainilla
Si tienes un banano cerca de dañarse o buscas un postre fácil pero delicioso, esta receta es ideal para ti!
Esta preparación es perfecta para tomar en el desayuno o a la hora de la merienda! Con esta delicia conquistarás tanto a los más pequeños de la casa como a los más mayores. Y no te tomará mucho tiempo.
Ingredientes
200 gramos de harina
150 gramos de azúcar moreno
100 mililitros de aceite de oliva
3 huevos
2 plátanos maduros
100 gramos de nueces
1 cucharadita de esencia de vainilla
1 sobre de levadura en polvo
Mantequilla
La elaboración de este bizcocho es más sencilla de la que te imaginas. Una vez tengas los huevos mezclados con el azúcar y el aceite, añade los bananos aplastados junto con las nueces y la esencia de vainilla. Remueve bien y agrega la harina con la levadura. Ten en cuenta que, para que el bizcocho quede sin grumos, es fundamental tamizarlas. Para ello, coge un colador y déjalas pasar mientras vas moviendo. Luego, solo te quedará dejar reposar la masa, disponerla en el molde y hornear a 180° por 45 minutos. Una vez finalizado el tiempo, retira cuidadosamente del horno tu preparación y deja reposarla por un ratito hasta que esté a temperatura ambiente. Y listo! Tienes un rico postre para compartirlo en familia.
Si lo hiciste, cuéntame qué tal te quedó!
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mashihope · 6 months ago
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[The Day] || Bangchan, Stray Kids (ESP)
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(This mini moodboard is made by me; I don’t own any of the pics.)
• Miembro: Bangchan
• Grupo: Stray Kids
!! • Aviso: Mención de comida, ligeras implicaciones de problemas de autoestima y/o ansiedad; Y/N es afab para ir a juego con la persona para la que está escrito esto principalmente
• Sinopsis: Ha llegado el día de tu cumpleaños. Tu novio Chan es muy detallista y se ha encargado de planear todo con dos meses de antelación. Desde los regalos hasta las personas a las que va a invitar a la fiesta, porque va a ser un evento inolvidable.
[Nota: Los títulos de las canciones estarán enlazados al vídeo en youtube :) Este escenario es un regalo para @ailenuspot por su cumpleaños que viene bastante tarde, el pastel entró en el horno en el 2022 y acaba de salir ahora, por lo que puede que su sabor ya no sea tan bueno como podría haber sido desde el principio. Sin más que añadir, ¡feliz cumpleaños! <3]
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"Vamos, Y/N, Chris está fuera con el coche. No podemos hacerle esperar más", dijo Hannah tirando de tu brazo, para sacarte de la habitación.
"No puedo, este vestido me queda horrible, ¿tú has visto a tu hermano? Es una obra de arte con piernas. No puedo presentarme con estas pintas", dijiste intentando bajar la cremallera de la espalda para probarte otro.
Hannah te agarró las manos y las sostuvo firmemente frente a ti, frunciendo el ceño.
"Y/N. Primero, no estás horrible, eres y estás preciosa, Chris te seguiría queriendo y viendo igual de bonita aunque fueras a la fiesta con una bolsa de basura como vestido. Y segundo, me ofende muchísimo que ignores esta belleza divina que tengo. ¿De dónde crees que le viene a él?", dijo intentando contener la risa tras las últimas palabras, para, acto seguido, soltarte las manos y darte un par de palmaditas suaves en la mejilla.
Te miraste una última vez en el espejo, intentando procesar las palabras de tu amiga y teniendo un debate interno sobre si realmente sería mejor vestirte con una bolsa de basura en lugar de aquel vestido de tirantes rosa.
Volvió a tirar de tu brazo, aprovechando que estabas distraída y, finalmente, consiguió sacarte de la habitación, ignorando tus protestas. Le seguiste hacia la salida, cogiendo ambos bolsos por el camino para no olvidar nada. Abrió la puerta tras echar un vistazo rápido a la hora en el móvil y apresuró el paso hacia el ascensor, obligándote a hacer lo mismo.
Viste a tu novio apoyado sobre el coche con los brazos cruzados, incapaz de contener la sonrisa que se había formado en sus labios hacía unos minutos al pensar en todo lo que había preparado, imaginando tus ojos brillantes y esa sonrisa que tanto adoraba. Todavía no se había dado cuenta de que habíais salido del edificio y que lo estabais mirando, por lo que siguió soñando despierto. Hannah negó para sí misma tras observarlo durante unos segundos desde lo alto de la escalera.
"Podemos irnos", dijo golpeando suavemente el brazo de Chan con una sonrisa, para llamar su atención, después de pararse delante del coche. Estabas detrás de ella, por lo que tu novio no te había visto todavía.
"Y/N...", dijo Chan con una voz calmada, animándote a salir de tu escondite.
Tus mejillas se tiñeron de rosa cuando vuestros ojos se encontraron. Viste que miles de estrellas empezaron a adornar esos pequeños planetas de tonos café por los que solías orbitar cada día. Sentiste un cosquilleo en el pecho, un sentimiento cálido y familiar, ese que te inunda cuando sabes que estás segura, en tu hogar. El cosquilleo se convirtió en mariposas revoloteando por tu estómago cuando te fijaste en esos pequeños hoyuelos que coronaban sus mejillas como diamantes. Esas mejillas que solías llenar de besos cada mañana, haciendo que el chico se riera bajo tus labios bailarines, incapaz de contenerse debido a las cosquillas que estos le hacían con cada beso fugaz.
Hannah estaba de pie a vuestro lado, apartada, dejando fluir ese pequeño momento lleno de magia. Sus ojos pasaban de su hermano a ti, y de vuelta a él. Sabía que era algo normal entre vosotros y que solía ocurrir cuando os quedabais mirándoos el uno al otro por más de cinco segundos... Pero le costaba acostumbrarse y casi le daban escalofríos.
Ninguno de los dos hablaba. Ese silencio era más que suficiente para ver y entender las miles de palabras que estaban flotando a vuestro alrededor. Miles de palabras sin pronunciar que acariciaban dulcemente el corazón, haciéndolo latir más deprisa. Siempre había sido así. ¿Silencios incómodos? Nunca.
La suave brisa del verano era la única que se hacía oír en aquel momento, recordándoos que no estabais solos, haciendo que vuestra pequeña burbuja de amor y felicidad explotara para devolveros a la realidad.
"Estás preciosa, Y/N", dijo finalmente, todavía sonriendo, para dejar un beso rápido sobre tus labios que, casi sin darte cuenta, hizo que te olvidaras de los pensamientos negativos por un momento.
Hannah hizo un sonido de disgusto, sacando la lengua y empezando a caminar hacia la puerta del coche. "TE LO DIJE", murmuró (en un tono más alto del que pretendía) a través de la ventanilla en tu dirección, al sentarse en uno de los asientos traseros.
Chan la miró por un momento, negando con la cabeza para sí mismo tras dejar escapar una pequeña risa nerviosa. Porque, en efecto, estaba más nervioso de lo que en realidad llegaba a verse. No tenía miedo pero sí le daba miedo que algo pudiera salir mal. No podría perdonárselo nunca.
Al mismo tiempo, tú estabas tan nerviosa que cualquiera podría haber afirmado que te temblaban hasta las pestañas. Tenías una relación de amor-odio con las sorpresas y por más que lo intentaras jamás habrías sido capaz de adivinar todo lo que tu novio había preparado para tu gran día.
Tras comprobar una vez más que todo estaba en orden, Chan puso en marcha el coche y se dirigió hacia el lugar en el que se iba a celebrar la fiesta. A decir verdad, habías salido un poco más tarde de lo previsto, pero decidió no mencionarlo porque después de haber pasado tanto tiempo a tu lado era perfectamente capaz de imaginar los motivos. No quería hacerte sentir culpable por algo así y mucho menos en un día como este.
Tras unos minutos, el semáforo decidió que era un buen momento para haceros parar. Al comprobar la fila de coches que habían delante y que probablemente eso supondría tardar más, Chan empezó a tararear la melodía de una canción, casi sin darse cuenta. Frunciste el ceño cuando empezaste a reconocerla, pero no conseguías recordar cuál era.
"Eso me suena, ¿de dónde era?", preguntaste dirigiendo miradas a ambos. Ninguno de los dos respondió, Chan miró a su hermana a través del reflejo del espejo con una sonrisa culpable, y ella se la devolvió encogiéndose de hombros. "Vale, gracias", dijiste de una forma tan sarcásticamente adorable que Hannah ahogó una risa tras la pantalla del móvil.
"Según mis fuentes, "eso" debería estar listo en media hora", dijo tu amiga en un tono demasiado misterioso para tu gusto, sin levantar la vista del móvil. Chan respondió con un sonido de afirmación al mismo tiempo que asentía con la cabeza lentamente, sin despegar los ojos de la carretera. Los coches empezaron a avanzar y sintió que podía respirar de nuevo.
"¿Por qué tanto secretismo? ¿Me he perdido algo?", preguntaste dirigiendo miradas a ambos mientras fruncías el ceño. El silencio que inundó el interior del coche tras tus palabras fue la confirmación indirecta a tus dudas.
Hannah decidió poner una de sus múltiples "playlist random" con la esperanza de que eso te distrajera y evitaras hacer más preguntas que ninguno de los dos podía responder... Al menos, no todavía. Empezó a bailar en el asiento cuando una de sus canciones favoritas llenó el silencio del coche. Chan movía la cabeza al ritmo de la música.
Poco después, para evitar que el camino se te hiciera largo, Chan decidió que era momento de cambiar la playlist por una suya esta vez. Polaroid Love empezó a sonar, dibujando una inmediata sonrisa en tus labios. Notaste que la mano de Chan te daba un apretón suave y cariñoso en la pierna, como cada vez que sabía que estabas nerviosa.
(...)
Una hora después, levantaste la vista de la pantalla del móvil al sentir que la velocidad del coche empezaba a disminuir. Bajaste la ventanilla del todo para mirar a tu alrededor. Te llegó un olor intenso a flores lo suficientemente tolerable como para respirar profundamente. El lugar parecía ser un hotel casi a las afueras, alejado de todo el ruido del tráfico. Un par de jardines en "miniatura" decoraban la entrada a ambos lados de la puerta principal de la que descendían unos escalones con detalles dorados. A los pies de ésta había un hombre vestido de traje, siguiéndoos con la mirada y sonriendo de oreja a oreja.
"Hemos llegado", dijo Chan, sin añadir una sola palabra. De todos modos, no habría sido capaz de hacerlo, su voz ya empezaba a tener un ligero temblor (del que tú no te llegaste a dar cuenta, todavía admirando las flores)
El coche se paró y el hombre del traje se acercó a la ventanilla de Chan, esperando a que éste saliera. Se saludaron alegremente con un abrazo. No pudiste evitar sentirte confundida, lanzando una mirada a Hannah, pero solo llegaste a ver cómo salía para lanzarse a los brazos de aquel señor.
Chan se dio cuenta de que todavía estabas sentada y se giró. Dejó escapar una sonrisa nerviosa, un tanto culpable quizá.
"Este es Louis, es un viejo amigo de la familia. Es... como un tío para nosotros. Louis, esta es...", empezó a explicar tu novio, abriéndote la puerta y dejándote paso.
"¡Con que esta es la famosa Y/N! ¡Es un placer!", Louis se acercó a ti, seguido de Hannah, "He oído hablar tanto de ti... Ya empezaba a preguntarme quién sería la tal Y/N que tan feliz está haciendo a mi Christopher...", hizo un suave intento de cogerte las manos, atento a cualquier signo de incomodidad, "Te agradezco todo lo que has hecho por él, no puedo evitar sentirme orgulloso de ver en lo que se ha convertido este muchacho después de todo... Y sé que una parte de ello te lo debo a ti"
Tus ojos empezaron a llenarse de lágrimas. Había algo en la voz de aquel hombre... Podías sentir la sinceridad de sus palabras, saliendo desde lo más profundo de su corazón para alegrar el tuyo. Chan reparó en ello de inmediato, acercándote a él para rodearte con sus brazos.
(...)
Tras dejar el coche para que Louis se encargara de buscar un buen sitio para aparcarlo, caminasteis hacia la sala donde se iba a celebrar la fiesta, recorriendo amplios pasillos. Te fijaste en un jarrón de rosas (precisamente, rosas) sobre una mesa. Te giraste para comentarlo con Hannah, pero estaba claro que en algún momento se había quedado atrás.
"Eh... ¿Dónde está Hannah?", giraste completamente, dejando que tus pies empezaran a moverse. Chan tiró suavemente de tu brazo, "No te preocupes, habrá hecho una parada para ir al baño, sigamos adelante"
Lo miraste, tenías la sensación de que estaba mintiendo, pero, ¿por qué? ¿Acaso él tampoco sabía a dónde había ido su hermana? Te hubiera gustado preguntarle una vez más pero él ya empezaba a alejarse y no querías perderte en aquel lugar.
Tras recorrer un par de pasillos y girar unas tres veces, el sonido de la música empezó a acercarse. Pudiste reconocer la canción cuando ya estabais lo suficientemente cerca de las puertas, era Darari, de Treasure. Ciertamente, era una canción que había marcado muchas de vuestras citas, apareciendo cuando menos lo esperabais (en una playlist personal de algún trabajador de la heladería, fans escuchándolo en su móvil...) para convertirla en una canción especial para vosotros.
Chan se paró justo antes de abrir una de las puertas y respiró profundamente. Se giró y buscó en tus ojos cualquier signo de huida inminente, "¿Estás lista? ¿Deberíamos irnos y esperar un momento?"
"Estoy bien, me muero de ganas por ver qué has preparado" te acercaste a él para dejar un beso fugaz en su mejilla. Sus adorables hoyuelos te saludaron una vez más, cualquiera podría haberse dado cuenta en aquel momento de lo feliz que estaba tu novio de estar allí contigo.
Tras coger suavemente tu mano, empujó una de las puertas poco a poco. El sonido de la música aumentó, incluso podías oír a los invitados hablando, algunos riendo animadamente. Chan hizo un gesto para que entrases primero, siendo el caballero que siempre es.
Bajo todo aquel ruido, empezaste a escuchar un leve sonido de golpes en el suelo, uno detrás de otro. No te dio tiempo de intentar averiguar de dónde venía cuando una alegre bola de pelo empezó a moverse entre tus pies.
De no haber sido por Chan habrías acabado en el suelo. La pequeña Berry te había reconocido en el mismo momento que habías entrado por la puerta y no había sido capaz de esperar a que fueras tú quien se acercase. Entre risas y palabras de cariño, intentaste cogerla en brazos. Era evidente el cariño que sentíais la una por la otra.
Acariciando con ternura la cabecita de Berry, empezaste a mirar a tu alrededor. El lugar era muy espacioso, con suficientes mesas para todos los invitados (que hubieras jurado serían menos, pero al parecer te habrías equivocado), una pista de baile e incluso un escenario. El sitio estaba completamente iluminado, desde elegantes candelabros de cristal colgando del techo hasta los enormes ventanales que recogían la cálida luz de la tarde. En cada rincón, podías ver adornos rosas de diferentes tonos que, pese a ello, ninguno quedaba mal a la vista. Eras capaz de distinguir numerosos jarrones parecidos a los que habías ido encontrando de camino a la sala, todos ellos decorados con, una vez más, rosas de color rosa.
Todo aquello rozaba el jardín de un hada de las flores, pero la propia decoración del hotel dejaba claro que estabas presenciando una escena sacada de un cuento de hadas del que tú eras la protagonista y aquel tu palacio, con tu príncipe.
"Chan...", empezaste a decir. Ninguno de los dos habló, él había estado mirándote desde el primer momento, incapaz de disimular esa enorme sonrisa que había aparecido en sus labios al fijarse en el brillo de tus ojos. Era tal y como lo había imaginado, tal vez incluso mejor.
Se acercó a ti, con una mano sobre la cabeza de Berry y otra en tu mejilla, y te besó. Ni todos los postres que hubieran preparado serían tan dulces como aquel beso. Tras separarse de ti, te dedicó otra sonrisa. Miró a su alrededor, buscando a su familia. Vio a sus padres moviendo la mano en el aire, intentando llamar su atención.
Os dirigisteis hacia aquella mesa, todavía llevando a Berry en tus brazos cual bebé. Os habían reservado un par de asientos y, a su vez, habían otros dos asientos libres, sin rastro de sus hermanos.
Intentaste preguntar sobre ello, pero no fuiste capaz. Tras saludar a tus suegros y dejar que Berry descansara sobre una de las sillas vacías junto a la tuya, no tuvisteis tiempo de intercambiar más palabras. El sonido de un micrófono encendiéndose interrumpió todas las conversaciones. La pequeña pareció asustarse, intentaste que estuviera tranquila acariciando su cabeza una vez más.
Todas las cabezas se giraron hacia el escenario, a un lado de las mesas. Sobre él estaban Felix y Minho, saludando a todos con una sonrisa. Algunos de los niños les devolvían el saludo alegremente.
"Me gustaría daros a todos la bienvenida y las gracias por estar aquí. Como ya sabréis, hoy es un día muy especial en el que celebraremos el cumpleaños de una gran persona y amiga para muchos de nosotros", empezó a decir Felix, siempre tratando de mantener su radiante sonrisa. "Es probable que algunos ya hayáis empezado a ojear la pista de baile o incluso dejado caer por el bar pero siento deciros que las bebidas empezaran a moverse a partir de las nueve", dijo Minho, con una de sus tan conocidas expresiones traviesas. Algunos de los invitados parecieron decepcionados tras sus palabras, otros intentaron esconderse en su asiento, visiblemente avergonzados.
"Antes de todo eso, nuestro querido anfitrión se ha encargado de preparar una serie de actividades para que todos podamos pasarlo bien, desde los niños hasta los adultos. Cada uno será libre de elegir dónde participar y, ante todo, cuándo dejar de hacerlo", Felix abrió la pequeña guía que tenía en la mano, animando a los demás a que hicieran lo mismo con las que se encontraban sobre las mesas.
"Siguiendo nuestro lema de libertad, la mayoría de actividades serán aptas para todo el público. Una vez más, cabe destacar que el bar estará cerrado para menores de 20... No, Jisung", Minho lo miró de reojo al ver que empezaba a animarse como un perrito oyendo las palabras "salir a pasear", "tú necesitas un permiso especial, no queremos que se repita la escena sobre la barra de la última vez". Sus palabras parecieron resonar con algunos de los allí presentes, riendo tras imaginar aquello. Jisung, en cambio, intentó esconderse detrás de Changbin, que también reía recordando aquel momento.
"Si seguimos el programa", Felix se dirigió a Minho, dejando salir un tono en su voz que dejaba claro que era importante no salirse del "guión" establecido. Minho ni siquiera se inmutó, simplemente le lanzó una mirada traviesa. "Podremos ver que hay tres momentos marcados en rosa, esos son los más importantes de todo el evento y, como sería de esperar, sería bueno que estuviéramos todos presentes".
"Habrá un adulto en todo momento en las actividades asegurándose de... ¿sí?", Minho levantó la vista de la guía, habiendo visto por el rabillo del ojo que una mano se alzaba. "¿Y si necesito ir a hacer pis en los momentos "rosas"?", un niño de unos seis años que estaba sentado sobre el regazo de su madre habló. "Bueno... Puede ser una excepción, eso es una emergencia, podremos esperar, sí". El niño asintió, satisfecho con la respuesta, para seguir bebiendo su tercer vaso de limonada.
Felix se acercó a Minho y le susurró algo. Éste frunció el ceño, como si no estuviera entendiendo lo que decía su amigo, "¿Cuándo? ¿Ahora?", tapó el micrófono con la mano, intentando evitar que el resto escuchara su conversación. Tosió para despejarse la garganta. "Según me informan, habrá un rincón terapéutico donde unos trabajadores de un refugio estarán hablando sobre algunos gatitos que tienen en adopción, para concienciar a los más pequeños... Y a un servidor, probablemente".
Minho se despidió y bajó rápidamente del escenario, deseoso de llegar al encuentro de aquellos gatos. "Mi compañero se dirige en este momento a ayudar a las personas del refugio para preparar todo, sepan disculparlo, es su punto débil". Felix recogió la guía que Minho había dejado caer al suelo sin darse cuenta y la limpió. "Volviendo al programa, la puerta a los jardines centrales estará abierta en todo momento. En la sala que se encuentra a nuestra izquierda estará el servicio médico para atender cualquier problema que pueda surgir. A la derecha, junto al cuadro de los tigres albinos, hay un pequeño pasillo que lleva a los baños", le guiñó un ojo al niño de la (ya cuarta) limonada, consciente de que esa información le empezaría a ser útil en unos minutos tal vez.
Felix intentó hacer un resumen breve de cada actividad, para que los invitados pudieran empezar a hacer planes. Tras ello, se aseguró de que todas las posibles dudas quedaran resueltas y se despidió, dando comienzo oficial a la fiesta. Se apresuró a acompañar a Minho, sabiendo que era demasiado probable que se hubiera quedado ya jugando con los gatitos, olvidándose de todo.
Chan se giró, miró a sus padres con una sonrisa y luego a ti, "Bueno, ¿qué os parece?". Ellos se miraron, sin saber bien qué responder, "Cariño, ¿has preparado todo esto tú solo?", preguntó su madre. Al ver que el joven asentía con orgullo su padre suspiró, "Christopher, todo esto está muy bien, pero deduzco que no has descansado ni un solo momento..."
"No voy a negarlo. Preparar todo esto ha sido agotador, pero al mismo tiempo me daba toda la energía que necesitaba al imaginar el resultado, esa sonrisa que tanto adoro lo vale todo", dio unas palmaditas sobre tu cabeza para hacer todavía más obvio que hablaba de ti, "además, no podía evitar pensar en ello cada vez que intentaba dormir. Por ahora, solo puedo decir que está mereciendo la pena".
"Christopher... ¿Cuándo has crecido tanto?"
(...)
El tiempo pasó sin darte cuenta, llegando así uno de los momentos importantes (según la guía). Habías pasado la mayor parte en la zona de los gatitos, escuchando la pequeña charla de las personas del refugio y hablando con los niños allí presentes. Sin olvidarnos de los propios gatitos, claro. Hubieras dado cualquier cosa para llevarlos contigo.
Mientras jugabas con un pequeño travieso gris a rayas, sentiste una mano en el hombro. Nunca habrías prestado atención ante esa distracción de no ser porque reconociste el olor de la colonia de inmediato.
"¿Qué estás haciendo, amor?", la cabeza de tu novio se asomó por encima de tu hombro. Podías sentir su respiración sobre tu mejilla por lo que decidiste romper la distancia dejando un beso rápido sobre sus labios.
"Deberías haber sabido que no saldría de aquí en toda la tarde", dijiste intentando parecer inocente. El gato decidió que era buen momento para escapar de tus brazos, aprovechando que no lo estabas mirando, y salió corriendo para saltar sobre uno de los juguetes.
"Fallo mío", Chan sonrió, al menos sabía que habías paseado por todas las zonas de actividades antes de quedarte ahí. La pegatina de mariposa en tu mejilla, el globo con forma de gato y la pulsera de flores delataban que habías pasado bastante tiempo en tres de ellas, de hecho. "Siento decirte que es hora de despedirse...", dijo suavemente, intentando que sus palabras no te afectaran.
"¡ME NIEGO!", te cruzaste de brazos, "es imposible que haya algo mejor que esto. No pienso moverme de aquí".
Chan te miró con una sonrisa traviesa, convencido de que todo este tiempo a tu lado había sido suficiente como para tener algunos trucos guardados bajo la manga. Se aseguró de que nadie os estaba prestando atención para intentar dejar un beso en tu cuello. El resultado fue automático, pudo sentir como un escalofrío recorría tu espalda.
"¡CHRISTOPHER BAHNG!", te dejaste caer hacia un lado, intentando alejarte de él, mirándolo con una mezcla de enfado y vergüenza. "Oh no, ¡el nombre oficial!", él simplemente rio, observando tu reacción, tan divertida para él.
"¿Cómo te atreves a...?", empezaste a hablar pero un beso te interrumpió. "Y/N, amor mío, tenemos que volver, te aseguro que visitaremos el refugio en otro momento, pero ahora te tienes que despedir", te besó otra vez, intentando convencerte así... Tú y tus puntos débiles.
(...)
Al volver a la sala principal viste que las mesas estaban movidas. Alguien había estado haciendo espacio para que el centro de la sala quedara abierto y libre, para que todos los invitados pudieran estar de pie.
"¿Por qué tengo la sensación de que tú has hecho eso?", dijiste señalando las mesas con la cabeza. Chan siguió tu mirada, no estando completamente seguro de a qué te referías porque técnicamente él había hecho todo. "Oh, eso. Más o menos", soltó una risita nerviosa. "He tenido un poco de ayuda, lo habrías visto si hubieras estado por aquí en algún momento", continuó con cierto tono burlón. Simplemente rodaste los ojos en respuesta.
Felix pasó corriendo por vuestro lado para volver caminando hacia atrás rápidamente. "¿Crees que estamos todos? Minho y yo estamos contando pero no conseguimos ponernos de acuerdo", dijo, visiblemente nervioso.
"Y/N, quédate por aquí, seguramente se unan mis padres a ti si te ven", soltó tu mano y se dirigió hacia el escenario, seguido de su amigo. Subieron de un salto y empezaron a contar de nuevo. Podías verlos hablando desde donde estabas, pero no podías escucharlos. Felix fruncía el ceño. Changbin entró llevando en brazos a una niña con la cara llena de chocolate. Poco después, una mujer apareció acompañada de Seungmin.
"¡Youngseo!", la mujer soltó el brazo de Seungmin y caminó rápidamente hacia Changbin. "¡¿Se puede saber dónde te habías metido?!"
Por lo poco que llegaste a entender, la niña había estado jugando en el jardín con sus hermanos, se escapó para comer alguno de los postres a escondidas de sus abuelos y para deshacerse de las pruebas intentó encontrar los baños. Changbin la había encontrado andando sola por otro de los pasillos, pero ella no parecía estar asustada. De hecho, había olvidado casi por completo su misión y se había dispuesto a irse de aventuras por el hotel.
La mujer, que al parecer era su abuela, se había vuelto loca buscándola. Seungmin la había acompañado a ver al servicio médico mientras Changbin buscaba a su nieta. Sus hermanos (que eran mayores que la pequeña) ni siquiera se habían dado cuenta de su ausencia.
Changbin las acompañó a los baños para que la niña pudiera lavarse la cara, haciendo que la frustración de Felix aumentara. Chan observaba la desesperación de su amigo con una ligera sonrisa, había algo en los gestos de Felix que encontraba ciertamente divertido. Le puso una mano en el hombro y se apartó.
"Bien, atención, me gustaría comprobar que estamos todos presentes a excepción de tres personas", decidió acercarse al micrófono, saltándose sus propias normas. La gente empezó a mirarse entre sí, confundida ante el tono del chico.
Changbin volvió, Felix se llevó las manos a la cabeza al ver que iba solo. De no ser por el guiño de su amigo habría empezado a gritar. Detuvo su cuenta mental (una vez más) al ver que la señora entraba llevando a su nieta de la mano.
Se aclaró la garganta cuando Minho se puso a su lado, "Ahora que estamos todos, me gustaría...", para su mala suerte, el niño de la limonada se levantó de un salto, antes sentado en el suelo durante la espera. "¡Esperad!", dejó caer el vaso de plástico vacío y salió corriendo en dirección a los baños.
Felix miró a sus amigos con los ojos como platos, a punto de poner en práctica alguno de los actos malvados de Minho. Changbin empezó a reírse desde donde estaba, contagiando a otras personas en el proceso.
Unos minutos después, el niño volvió, andando tranquilamente. Cuando éste se dio cuenta de las miradas que le dirigían Felix y sus padres se apresuró a volver junto a ellos.
Felix y Minho intercambiaron miradas y asintieron a la vez, dispuestos a empezar por fin. "¿Estamos todos aquí ya?", preguntó Minho, observando atentamente a los invitados. Después miró a Chan, que le respondió con un pulgar hacia arriba. "En ese caso, y tal como habíamos anunciado, ha llegado uno de los momentos más importantes del día. Hemos intentado asegurarnos previamente de que no hubiera problemas, pedimos disculpas de antemano".
"Y ahora, démosle la bienvenida a nuestro querido chico de las flores", añadió Felix, sonriendo en tu dirección para intentar mandarte una señal de seguridad. Hacía bastante tiempo que se había fijado en todas esas nubecitas invisibles a tu alrededor, haciendo demasiado obvios tus nervios.
Minho bajó del escenario, seguido de Felix, y dejaron a Chan esperando, balanceándose sobre sus pies. Sus nervios eran cada vez más visibles, incluso habría jurado que eran mayores que todos aquellos provocados durante las actuaciones y conciertos.
Todos se giraron al oír la puerta abrirse a sus espaldas y los altavoces se llenaron de la voz de Hyunjin tarareando la melodía de una canción (que nadie reconoció de primeras), con un ramo de rosas enorme sujetado entre su brazo y su pecho, empujando un carro con el brazo libre, lleno de flores diferentes a las del ramo.
Caminó por el medio de la sala, en el espacio que habían dejado todos para que pasara. Dejó el carro a los pies del escenario y subió con el ramo todavía entre sus brazos. Hizo un gesto a su amigo con la cabeza a modo de saludo, sonriendo de forma que sus ojos estaban a punto de cerrarse. Tenían un brillo mágico, casi tan brillantes como las luces del lugar.
Chan dio un pequeño salto para bajar del escenario, cogió el micrófono que le tendía Hyunjin, y se acercó al carro de flores. Su mano vagó por el pequeño jardín, indeciso, pero poco después, tras coger un tulipán amarillo, esto fue la señal necesaria para que empezara a sonar la música.
Fue entregando flores a los invitados mientras cantaba alegremente I'm Yours*. Cada entrega parecía no tener ningún significado de primeras, pero, cualquiera que hubiera prestado la suficiente atención al tipo de flor y a la persona en cuestión se habría dado cuenta de que todo estaba perfectamente planeado en la cabeza de Chan.
Hubo reacciones de todo tipo, desde señoras sonrojadas hasta niños sonriendo de oreja a oreja. Incluso Berry recibió una flor de peluche, pensada específicamente para ella. La pequeña ladró alegremente a modo de agradecimiento, haciendo sonreír al joven.
En cierto momento (y tras repartir todas las otras flores), tu novio se acercó a ti, mirándote a los ojos. Solo quedaba el gran ramo de rosas que, al parecer, había reservado para ti. Entre ellas, podían verse pequeñas fotos (en las que aparecíais los dos) que él había elegido para añadir al ramo. Antes de dártelo, sonrió mirando hacía el suelo, sintiendo una repentina timidez. Después, puso el ramo sobre tus manos y te besó, sin importarle nada ni nadie.
Tras separarse de ti, volvió a mirarte con esa sonrisa tímida. Al ver tus mejillas sonrojadas pasó su mano dulcemente por una de ellas. Le parecía una de las cosas más adorables que había visto en toda su vida. Ni siquiera te salían palabras, solo parpadeabas, todavía confundida.
(...)
Minho y Felix volvieron al escenario. Felix lucía con orgullo la margarita que Chan le había entregado, adornando su dorada cabecita. Ambos sujetaban una serie de tarjetas que iban a usar. Esta vez, Jeongin se unió a ellos.
Tras acercarse de nuevo al micrófono de pie, comentaron animadamente la reciente entrega. Jeongin afirmaba que había estado a punto de derramar un par de lágrimas pero que el sentimiento había sido tan fuerte que éste se lo había impedido.
Empezaron a usar las tarjetas como guía, charlando con el público sobre diferentes anécdotas y momentos que Chan les había ofrecido días antes del evento. Tras ellos, una gran pantalla dejaba ver algunas fotos o vídeos relacionados. Recuerdos graciosos, adorables, todo aquello que el joven había querido compartir con los invitados. Pequeños trozos de un amor puro que no fallaron en sacar reacciones, desde "oooh" hasta risas sinceras que parecían salir de lo más profundo de un corazón contagiado por la felicidad que Chan estaba sintiendo en aquel momento.
Al acabar, hicieron una pequeña y rápida actuación, guardando silencio unos segundos y mirando en varias direcciones (lo cual provocó que varias personas hicieran lo mismo). "¿Qué es eso tan dulce que huelo?", preguntó Jeongin, "¿Quizá son los efectos secundarios de todo lo que acabamos de ver y escuchar?", respondió Felix, negando animadamente con la cabeza. Minho se posicionó en medio de ellos y posó ambas manos sobre sus cabezas, "Tal vez deberíamos investigar este suceso, a lo mejor el culpable aparece y resuelve nuestras dudas".
Una vez más, la puerta se abrió, dejando paso a un pastel de tres pisos, elegantemente adornado con flores y mariposas. En lo alto, dos velas indicaban tu nueva edad. Tras él, dirigiendo el carrito, tu amiga Hannah intentaba esconder sus significativos ojos rojos tras una sonrisa. A su lado, ayudando a su hermana, iba Lucas, el menor de los hermanos, a quien no parecía importarle lo más mínimo que los ríos que bajaban por sus mejillas fueran vistos por los invitados.
La suave melodía que llenaba la sala no fue capaz de amortiguar los continuos sollozos del chico, que acabaron contagiando a Hannah de nuevo. Hicieron su mejor esfuerzo para dejar el pastel junto a la mesa de la comida, para después ir a refugiarse en los brazos de sus padres, quienes fingían no estar emocionados ante la escena. La pequeña Berry se acercó lentamente para lamer con cariño la pierna de sus dos dramáticos humanos.
El brillo de las luces empezó a bajar lentamente, dejando únicamente dos focos iluminando la sala. Uno de ellos se centraba en el escenario, bajo el que esperaba pacientemente tu novio. Bajo el otro estabas tú, temblando más que cualquiera de los flanes o la gelatina que había en la mesa de postres.
Chan hizo un gesto a los encargados del sonido, respiró profundamente y la música empezó a sonar. Pudiste sentir como una pieza encajaba en otra en tu cerebro para formar un pequeño puzzle; la melodía que tanto él como Hyunjin habían tarareado era nada menos que Marry You**. Pese a ello, no fuiste capaz de comprender ni procesar nada de lo que estaba pasando, tus pensamientos seguían en la reciente escena de los hermanos.
(...)
La canción acabó, los invitados aplaudieron eufóricos ante la energía que había creado Chan sobre el escenario intentando animar el momento, consciente de que algunos de ellos habían sucumbido previamente ante la emoción. Miró a su izquierda y vio a sus amigos llorando en un rincón, incluso Minho había dejado caer su fachada de "tipo duro".
"Oh, siento destrozar el momento, espero que mi amigo H.ONE sepa animar el ambiente después en la pista de baile", dejó escapar una risa nerviosa, algunos de los invitados respondieron con risas también. Otros intentaron animarlo, conscientes de la importancia del momento. "Se agradece, casi me ha parecido que estaba en medio de un concierto", volvió a reír.
"A ver, bueno, creo que debo intentar encontrar las palabras adecuadas, esperad", algunos niños encontraron graciosos los sonidos que estaba dejando salir por los nervios, él no pudo evitar sonreír ante esto. Respiró profundamente, "Bien, creo que lo tengo". Se aclaró la garganta y empezó a hablar.
"Hace mucho tiempo, yo solía ser alguien que era completamente incapaz de imaginar que era posible recibir todo lo que yo intentaba dar a los demás. Siempre he sido el tipo de persona que hacía todo lo posible por hacer felices a los demás, dejándome a un lado a mí mismo. A su vez, no era consciente de que otras personas intentaban hacer lo mismo por mí, siempre insistiendo en que yo no necesitaba nada de eso. Poco a poco, y gracias a mi familia, amigos y fans, fui descubriendo que todo eso era posible. Fui aprendiendo a aceptarlo, pues todavía había momentos donde quería rechazarlo de forma inconsciente. Y, un día y sin darme cuenta, llegaste tú, Y/N. Me gusta pensar que llegaste como un milagro y te quedaste como un sueño. Sería una mentira decir que en aquel momento yo ya estaba "curado", de hecho, apareciste en un momento bastante oscuro de mi vida. No es algo de lo que suela hablar, pero empezaste a iluminar mi oscuridad sin darte cuenta. Había algo en esa contagiosa sonrisa, esa forma de decir mi nombre, esos dulces ojos... que me hacía querer quedarme a tu lado sin importarme nada ni nadie. Creo que ni siquiera lo pensé demasiado, pedí muchos consejos a mis compañeros, pero nunca dudé que eso era lo que realmente quería hacer. Afortunadamente, todos ellos me apoyaron, diciéndome en todo momento que me encontraban más feliz, más libre, más cómodo con mi vida. Nunca olvidaré aquel momento, con tus ojos brillantes y tus lágrimas sinceras, tras decirte por fin lo que sentía. Nunca cambiaría por nada del mundo todos estos momentos que hemos compartido juntos hasta hoy. Abrir los ojos por la mañana y verte descansando pacíficamente a mi lado es suficiente para dibujar una sonrisa en mi cara y llenarme de energía ante el nuevo día. Tus brazos son el refugio que ansío cada vez que me siento perdido, mientras que tus ojos me ayudan a encontrarme de nuevo, siendo mi guía para llevarme a ese lugar especial al que solo nosotros podemos entrar..."
Se detuvo en el medio del escenario, después de haber estado andando nerviosamente y suspiró, haciendo una pausa para volver a ordenar sus pensamientos. Sonrió, ni siquiera estaba siendo capaz de mirarte, pero podía imaginar tu cara de confusión y tus mejillas sonrojadas, una vez más. Decidió seguir.
"Tras este largo monólogo, te pido disculpas, pues nunca nada de lo que pudiera decir sería suficiente para decirle al mundo lo muy enamorado que estoy de ti, mi princesa. Tantas palabras como estrellas en el universo son las que necesitaría para decirte cuánto te amo y lo feliz y brillante que haces mi vida. Y es por esto que, dado que sin ti nunca nada sería igual", hizo una breve pausa para respirar hondo y descender hacia el suelo (recibiendo como respuesta sonidos de los invitados en señal de sorpresa y emoción), tras doblar una pierna y apoyar la otra, y sacó una pequeña pero significativa cajita del bolsillo de su chaqueta, para abrirla en tu dirección (con un ligero pero notable temblor en las manos y una sonrisa tímida en los labios),
"¿me harías el gran honor de casarte conmigo?".
[*versión original de I'm Yours / Marry You || **una versión diferente en cada palabra]
♡ Playlist oficial: (es recomendable leer primero el escenario)
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isabelleadjani · 13 days ago
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6, 8, 20 (movie ask game)
hiii, so sorry to keep you waiting but i am here now to answer these🫡
6. a film released before 1970 i hope you have a bit more than 4 hours to spare because my recommendation is la hora de los hornos (the hour of the furnaces) (1968), which is one of the most prominent pieces of anti-imperialist/anti-colonial filmmaking out of the 1960s. it's also great because all three parts are on youtube.
8. a film from the year you were born thesis (1996) is one of my fave watches of last year!! incredibly intense experience and i would recommend it to everyone.
20. a film where the vibes are immaculate the assassin (2015)!!!! my wife shu qi as a 9th century assassin in the most gorgeous settings with cinematography that is so indescribably breathtaking. it's written and directed by hou hsiao-hsien, so you know the vibes ARE going to be immaculate.
ask me for movie recs!
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armatofu · 14 days ago
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PAN RÚSTICO
Tumblr media
Ingredientes:
500 g de harina de trigo (panadera o de fuerza)
10 g de sal
7 g de levadura seca o 20 g de levadura fresca
350 ml de agua tibia (no muy caliente)
1 cucharadita de azúcar (opcional, para activar la levadura)
Harina adicional para espolvorear
Preparación:
1. En un bol grande, mezcla la harina y la sal.
2. En otro recipiente, disuelve la levadura y el azúcar en el agua tibia. Deja reposar durante 5-10 minutos hasta que haga espuma (esto confirma que la levadura está activa).
3. Agrega el agua con levadura al bol con la harina. Mezcla hasta formar una masa pegajosa.
4. Coloca la masa en una superficie ligeramente enharinada y amasa durante unos 8-10 minutos, hasta que esté suave y elástica. Si prefieres, puedes usar una batidora con gancho amasador durante 5-7 minutos.
5. Coloca la masa en un bol ligeramente aceitado. Cúbrela con un paño húmedo o film transparente y déjala reposar en un lugar cálido durante 1.5-2 horas, o hasta que doble su tamaño.
6. Vuelca la masa sobre una superficie ligeramente enharinada y divídela en 4 porciones iguales.
7. Forma los panes en forma ovalada o alargada, como en la imagen.
8. Coloca los panes en una bandeja con papel para hornear, dejando espacio entre ellos.
9. Cubre los panes con un paño y déjalos reposar durante 30-40 minutos para que vuelvan a subir.
10. Precalienta el horno a 250 °C (480 °F) y coloca una bandeja con agua en la base del horno para generar vapor (esto ayuda a obtener una corteza crujiente).
11. Antes de hornear, haz cortes superficiales en los panes con un cuchillo afilado o una cuchilla.
12. Hornea los panes durante 20-25 minutos, o hasta que estén dorados y suenen huecos al golpearlos suavemente en la base.
13. Retira los panes del horno y colócalos en una rejilla para que se enfríen antes de cortarlos.
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lacocineria · 3 months ago
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Cochinita Pibil: El Sabor Tradicional de Yucatán
La cochinita pibil es uno de los platillos más emblemáticos de la cocina yucateca. Tradicionalmente, se prepara con carne de cerdo marinada en achiote y cocida lentamente para lograr un sabor profundo y especiado. Aquí te comparto cómo hacerla paso a paso para que puedas disfrutarla en casa.
Ingredientes
• 1 kg de carne de cerdo (pierna, paleta o lomo)
• 100 g de pasta de achiote
• 200 ml de jugo de naranja agria (o una mezcla de jugo de naranja dulce con jugo de limón)
• 100 ml de vinagre blanco
• 4 dientes de ajo, pelados y picados
• 2 hojas de laurel
• Sal y pimienta al gusto
• 1 hoja de plátano (opcional, para un toque auténtico)
• Cebolla morada encurtida, tortillas de maíz, limón y chiles habaneros, para acompañar
Instrucciones
1. Marinar la carne: Disuelve la pasta de achiote en el jugo de naranja agria, vinagre, ajo picado, sal y pimienta. Cubre la carne de cerdo con esta marinada, asegurándote de que esté bien impregnada. Déjala reposar en el refrigerador por al menos 4 horas, idealmente durante toda la noche para maximizar el sabor.
2. Preparar para hornear: Precalienta el horno a 160°C. Coloca la carne marinada en una bandeja para hornear. Si usas hoja de plátano, enjuágala bien, pásala por la flama para ablandarla y envuelve la carne con ella, lo que ayudará a mantener la humedad y aportará un sabor extra.
3. Cocción lenta: Cubre la bandeja con papel aluminio para sellar bien y cocina la carne en el horno durante 3-4 horas, o hasta que esté tan tierna que puedas deshebrarla fácilmente con un tenedor.
4. Deshebrar y servir: Una vez cocida, deshebra la carne y mézclala con su jugo para que absorba más sabor. Sirve la cochinita pibil en tortillas de maíz, acompañada de cebolla morada encurtida, limón y chiles habaneros asados para un toque picante.
Este platillo es ideal para compartir en reuniones familiares o fiestas, ya que su sabor es único y auténtico. Si quieres más consejos sobre cómo servir o acompañar la cochinita pibil, no dudes en dejar tus comentarios en el blog.
Notas del Chef
• Usar naranja agria auténtica, si está disponible, le da un sabor más cercano al original.
• La hoja de plátano aporta un aroma distintivo al plato, pero si no la tienes, puedes omitirla y usar solo el papel aluminio.
• Para darle un toque extra de autenticidad, puedes preparar cebolla morada encurtida con jugo de limón y sal.
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cameronhcwes · 27 days ago
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tagged by @bisexualdawnsummers
rules: post 9 of your favorite films you saw for the first time in 2024 that aren't new (2023/2024) but are new to you, and tag 9 others to do the same.
camila (1984)
made in argentina (1986)
alanis (2017)
leonera (2008)
señora de nadie (1982)
la hora de los hornos (1968)
la tregua (1974)
pistas para volver a casa (2014)
luna de avellaneda (2004)
too lazy to tag people rn but i'm sure @helenprins will have some interesting choices
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2as2gs · 1 year ago
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El último sueño
4 de Enero 2024
Buenas nuevas es que no haya noticias, recuerdo me decías cuando te llamaba por teléfono después de bastante tiempo sin hablar.
Recordaba esa frase esta tarde, cuando tu hija adoptada ha llamado para decirnos que te ibas, otra vez, la definitiva.
No quisiste que te acompañáramos en tu olvido de la vida, quizás protegiéndonos, de nuevo sin preguntar si lo quería, o merecía.
De niños, nos alabaste al guardarnos una pieza cada uno sabiendo que ganaba el último en ponerla, sintiendo la vida dura y competitiva.
Podía haber aprendido otras cosas de ti, dibujo y pintura, diseño y estilo, fotografía y experiencias, más no recuerdo que así fuera.
Recuerdo sin embargo dos veces que me pareció estabas orgulloso de mi.
Cuando me llevaste a visitar a un importante cliente industrial, yo aspirante a ingeniero, tú afamado diseñador local, para que viera la fábrica y sus máquinas.
Te agradó que no te avergonzara, creo, pues dijiste que actué con entereza.
La segunda vez me visitaste en mi trabajo de verano en la librería. Me dijiste que podían hacer mucho peor que emplearme a mi.
No te recuerdo ayudándome con los deberes, ni besándonos buenas noches, pero recuerdo que algunas veces, los domingos, nos cocinabas espagueti al horno con tomate.
Sí que me enseñaste a pescar, y a volar cometas, y conduje por vez primera en tu regazo.
También di la mano a mi primer bello ensoñamiento en el asiento trasero de tu coche, mientras conducías sin manos; y me gustaba acompañarte al Pirata a tomar café de sobremesa y ver el coche fantástico en aquellos veranos cántabros de inundaciones y tienda de campaña.
Fuiste padre hasta que nos dejaste, supongo, y te encontré al pasear por el puerto viejo de la mano con tu amante, mientras mi madre cubría tu plato de comida caliente y esperaba en casa.
No hay que cerrarse a las posibilidades, nos convencías en las pocas horas de custodia compartida.
Luego tuve que escapar, pues no podía ya soportar más mentiras, y en los diez años en que pasé de asustado fantasma a persona, no visitaste mi piso nuevo en el extranjero, ni llamaste más de una vez.
Me sentí segundo plato, insignificante carga; no me enseñaste a ser padre y tuve que malaprender sobre la marcha.
La última vez que hablamos me diste el pésame por mi madre, y añadiste que ya no la recordabas.
Hoy podía haber dejado todo, haber hecho todas las horas de carretera, para estar ahí y darte la mano, como hice con tu padre, no hace tanto.
Pero me sentí hipócrita, cínico y desalmado; pues no me quisiste a tu lado y no voy a aprovechar tu hora más baja para forzarte a ser amado.
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