#la escena era bonita y perfecta en mi cabeza
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28/08/2024.
Estaba leyendo el libro que me recomendaron y pensé en vos, porque hay una escena que es demasiado nosotos, sin necesidad de dar el contexto en el que se da. Te dejo un fragmento (Aprecia que tuve que conseguir un pdf para esto):
"—Desde hace algún tiempo. —Hizo una pausa más larga de lo normal—.Cuéntame cosas de ti, Harriet. Lo que sea. Cualquier tontería que te venga a la cabeza. Joder, tenías razón, esto sí empieza a ser raro; creo que se nos ha ido la mano con los chupitos.
—Me gusta guardar hojas secas en tarros de cristal —susurró ella, silenciando sus últimas palabras. Harriet nunca se había sentido así. Arropada (y encima por un extraño), segura, tranquila. Como si se conociesen de toda la vida, cuando, en realidad, estaba segura de que no tenían absolutamente nada en común. De hecho, seguía teniendo pinta de capullo pretencioso, pero al mismo tiempo… había algo más que se le escapaba…—. Casi nunca tengo pesadillas, pero mi habitación está llena de atrapasueños solo porque me gusta abrir las ventanas y ver cómo las plumas se mueven por el viento. ¿Y sabes qué otra cosa me encanta? Las margaritas. Son geniales. Sencillas, bonitas, perfectas. A veces me encantaría ser una margarita y no tener que preocuparme por nada —rio—. Vale, olvida eso último, ya no sé ni lo que digo…
—No, no. Sigue, por favor.
En aquel momento la retuvo contra él con más firmeza y el abrazo se tornó real, cálido. Su voz sonó extrañamente rasgada y Harriet tardó unos segundos en volver a relajarse porque sentía su cuerpo duro contra ella, sus manos grandes en la parte baja de su espalda, su aroma masculino envolviéndola… Tragó saliva antes de seguir hablando.
—Es la primera vez que salgo de Washington. Patético, lo sé. Yo… En fin. Cuando era pequeña tenía la esperanza de hacer muchas cosas interesantes, pero luego todo acabó complicándose y la realidad nunca supera las expectativas. Trabajo sirviendo copas en el bar de Jamie. Y no te rías de mí, pero si me pidieses que situase Gambia en un mapa no sabría decirte dónde está; nunca conseguí aprenderme todos los países y suspendí geografía en el último curso. ¿Qué más? Ah, bueno, sí: hace años que dejé de pedir ningún deseo. Ni al soplar las velas, ni al caérseme una pestaña ni al soltar el farolillo el uno de agosto… Ya nunca pido deseos. Nunca.
—Odio los deseos —murmuró él—. Son un asco.
—Casi tanto como los Patriots.
—¿Hablas en serio? ¿Te gusta el fútbol?
—Claro. El partido de los domingos es un momento sagrado. —«Para toda la gente del pueblo», estuvo a punto de añadir. Era la verdad. Había sido así desde siempre, pero pensó que sonaría muy poco glamuroso—. Y preparo nachos con salsa de queso si Jamie y Angie se dejan caer por casa.
—Harriet… —Dime.
—Creo que quiero casarme contigo."
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➳ ayame quiere un besito uwu ♥
Send ➳ and I’ll generate a number between 1- 15 to see what kind of kiss my muse will give yours! / @grccve
No había nada que Jisu no amase más que las películas, la ficción escrita en libros donde se hundía cuando era pequeña y a veces hacía que su padre, leyera para ella cuentos mucho más complejos y le explicara el significado de las palabras que no lograba entender. Sus días de ver películas con su familia ahora estaban en una pausa, puesto que desde que ingresó a la universidad había tenido que cambiar a las personas con las cuales veía estas, pasando desde su mejor amigo y su crush, hasta Ayame que no dudaba en quedarse con ella en casa inclusive si era una mariposa social. No era lo habitual, pero era bueno y era perfecto. La cinematografía estaba llegando a su clímax, al punto más alto donde la heroína y su interés romántico vuelven a verse luego de pensar que se habían perdido una a la otra durante el momento de la emoción hace algunos minutos. Era un encuentro emotivo, como se sostienen cerca y como se miran a los ojos. Jisu podría enfocarse más en eso si no tuviese a la persona que le despertaba esas mismas emociones en el estómago, que le sacaba sonrisas y lograba despertar en ella sentimentalismos de los cuales según dijo, nunca sería participe. Ella piensa que, si vivieran en un universo como esos, con fantasía o momentos de acción, también haría todo por conservar con vida a Ayame. Se ruboriza un poco por el pensamiento vergonzoso, girando la cabeza para observar el perfil de la otra y la valentía se le escurre de nuevo entre los dedos. ¿Qué pasaría si arruina todo? ¿Qué pensará Ayame de ella luego de dejarse llevar? No quiere perderla, ni que su amistad se vaya por el desagüe, pero ella no era una cobarde y darle tantos rodeos a algo, le parecía tonto. - —Aya… — -Jisu era la primera en voltear una mesa cuando alguien hablaba durante las noches de películas, pero ahora es su turno de convertirse en lo que juró destruir. Cuando tiene su atención de frente, no duda en inclinarse para dejar solo un beso suave sobre sus labios, es solo el roce de sus pétalos y el calor que emanaban sus cuerpos en la oscuridad de la habitación, la única luz entre ellas era aquella en la televisión. Jisu abre los parpados, inclusive si no sabe en que momento los ha cerrado, buscando alguna reacción o rechazo. Tiene el impulso de volver a buscar otro beso, y es lo que hace, mucho más segura de si misma y con toda la intensión de hacerle saber como se sentía. Su mano se aprieta mejor contra la ajena, sin saber desde cuándo, han estado así de entrelazadas física y emocionalmente, y no se dio cuenta.
11. A kiss while watching a movie
#* ⠀ 🍒 ⠀ ╱ ⠀ dialogue ⠀ 、 ⠀ ❪ ⠀ shin jisu ⠀ ❫#* ⠀ 🍒 ⠀ ╱ ⠀ dynamic ⠀ 、 ⠀ ❪ ⠀ jisu & ayame ⠀ ❫#grccve#AMO ESCRIBIR BESITOS Y AMO A MIS REINAS KISSING ;;;;#la escena era bonita y perfecta en mi cabeza#so here i am esperando transmitir(?)#dfjkslsñsdsdds 😭💜#girls kissing and holding hands are my fav concept#t*
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«Tatuaje», 谷崎 潤一郎.
Esta historia aconteció cuando la sociedad gozaba de la insigne virtud de la frivolidad y no vivía en el estado de tensión que impera ahora. En el ambiente se respiraba tal placidez y alegría que los nobles no dejaban de exhibir su elocuencia, mientras que los sirvientes se afanaban por que la tristeza no aflorara en el rostro amable de los clientes y por que las risas desenfadadas no abandonaran los semblantes de las damas de la corte y de las oiran (esas prostitutas de gran lujo). En las obras teatrales de kabuki de la época, rudos personajes como Sadakuro, Jiraya y Narukami se transmutaban en delicadas heroínas, y en los libros ilustrados la belleza era símbolo de fortaleza, y la fealdad, de flaqueza. Todos deseaban conseguir la perfección con tal vehemencia que llegaban al extremo de hacerse tatuar, y en su piel se perfilaban contornos majestuosos y sombras multicolores. Los visitantes de los barrios de placer preferían alquilar palanquines conducidos por jóvenes con tatuajes sorprendentes, y las damas de Yoshiwara y Tatsumi, los dos grandes barrios galantes de la vieja Edo, la actual Tokio, prodigaban sus encantos y favores a aquellos muchachos que lucían preciosos diseños. No sólo recurrían a este arte del tatuaje aficionados a los juegos de azar y carpinteros, sino también comerciantes y artesanos, e incluso algunos samuráis. Quienes participaban en las exhibiciones de tatuajes que se celebraban de vez en cuando se desnudaban para mostrar sus dibujos en medio de comentarios jactanciosos, al tiempo que se daban golpecitos en los mismos. En ese tiempo vivía un joven tatuador de gran talento. Se llamaba Seikichi. De sus manos habían salido muchos de los dibujos más celebrados en las tertulias sobre tatuajes. Los admiradores de su arte lo elogiaban. Su habilidad, decían, se igualaba a la de otros maestros tatuadores, como Charimon de Asakusa, Yatsuhei y Konkonjiro de Matsushima. Estos admiradores aspiraban a ser sus clientes y a confiar a los pinceles de Seikichi una piel que extendían como un lienzo de seda. Comentaban que, si bien a Darumakin se le daba muy bien tatuar con sombras mediante la técnica bokashibori, y Karakusagonta era digno de elogio por dibujar contornos utilizando la técnica shubori, Seikichi sobresal��a por la singularidad de sus composiciones y la voluptuosidad de sus trazos. Como el artista había pintado grabados ukiyo-e en la escuela de Toyokuni Kunisada, aún conservaba la sensibilidad y el verdadero espíritu de un pintor, a pesar de haber sido degradado al arte del tatuaje. Si algún cliente no estaba agraciado con una piel y un porte que lo atrajeran, Seikichi se negaba a tatuarlo. En caso de disfrutar de ambas cualidades, el cliente debía dejar que Seikichi eligiera el diseño y fijara el precio; además, tenía que aguantar el dolor insoportable de las agujas durante uno o dos meses.
Pero en el fondo del corazón de Seikichi anidaban tenebrosos placeres y deseos. Cuando sus agujas traspasaban la carne hinchada y la sangre carmesí fluía, la mayoría de los hombres gemían de dolor. Cuanto más fuerte era el gemido, curiosamente, más intenso era el placer del joven tatuador. Se alegraba sobre todo mientras ponía en práctica el tatuaje al cinabrio y el de colores superpuestos, técnicas conocidas por causar un dolor especialmente atroz. Por lo general daba quinientas o seiscientas punzadas por día a los clientes, que, medio muertos después de bañarse para fijar bien los colores, se desvanecían ante el artista sin poder moverse más. Seikichi los observaba inclemente y, con una sonrisa de satisfacción, les preguntaba: «Así que os duele mucho, ¿eh?». Cuando a algunos pusilánimes les rechinaban los dientes o gemían como si estuvieran agonizando, Seikichi comentaba: «Pensé que erais uno de esos valientes de Edo. Aguantad un poco. Mis pinchazos suelen ser dolorosos». Y mirando a su víctima por el rabillo del ojo, seguía taladrándole la piel con perfecta indiferencia. En cambio, cada vez que se encontraba con un cliente capaz de soportar el dolor sin siquiera mover las cejas, Seikichi lo escrutaba mostrando sus dientes inmaculados: «¡Vaya! Sois más resistente de lo que parecía. Pero esperad un poco… El dolor va a atormentaros tanto que no podréis aguantarlo en silencio». Durante muchos años, el verdadero deseo de Seikichi fue hallar una hermosa mujer de piel resplandeciente en la cual tatuar su propia alma. Esa mujer imaginaria debía reunir varias condiciones en su naturaleza y su apariencia; no bastaba, por lo tanto, que tuviera una piel y una cara bonitas. Seikichi buscó en vano entre varias cuyos nombres resonaban en todos los barrios de placer de Edo, pero no logró encontrar ninguna a la altura de su ideal. El tatuador y a llevaba más de tres años obsesionado con esa mujer quimérica, y su deseo por dar con ella crecía con el paso del tiempo. Justo al cuarto año de ejercer su oficio como profesional, una tarde de verano, cuando Seikichi cruzaba la calle frente al restaurante Hirasei, en el distrito de Fukagawa, le llamó la atención un pie de esplendorosa blancura que asomaba bajo la sombra de las cortinas de un palanquín estacionado a la puerta de entrada del local. El artista observó el pie con rigor: le pareció que adquiría expresiones tan sutiles como unos rasgos faciales. Era una verdadera joya. Los cinco dedos finos, desde el dedo gordo hasta el meñique, se alineaban delicadamente cincelados; el matiz del color de las uñas era idéntico al de las conchas finas e iridiscentes de la playa de la isla de Eno; la exquisita redondez del talón era como la de las perlas, y la piel húmeda parecía constantemente lavada por el agua pura que corría entre las rocas. «Ese pie —pensaba— terminará alimentándose de la sangre fresca de los hombres a los que acabará pisoteando». Seikichi supo de inmediato que la dueña de ese pie era la mujer, entre miles, a la que había estado buscando todos esos años. Excitado por el hallazgo, salió tras el palanquín para ver el rostro de la dama, pero después de seguirla por varias callejas perdió su rastro. Durante meses, los anhelos del tatuador por aquella mujer se convirtieron en una de las más violentas pasiones que pueden sacudir un corazón humano. Al año siguiente, una mañana de primavera, mientras Seikichi observaba con un mondadientes en la boca una maceta de rohdea japónica que se hallaba sobre un infecto banco de bambú oyó que alguien llegaba a la puerta trasera de su casa alquilada del barrio Saga, en Fukagawa. Una niña desconocida surgió de la sombra del seto. La muchacha traía un recado de una geisha del barrio Tatsumi cuya compañía Seikichi solicitaba con frecuencia. —Mi señora me ha pedido que entregue este kimono al maestro para que dibuje algo en el forro interior… —le comunicó la niña desenvolviendo la bolsa de tela ambarina, que a su vez contenía un papel con un dibujo de Iwai Tohaku. Junto con el kimono le entregó una carta en la que, en efecto, la señora le rogaba que dibujara algo en dicha prenda; añadía además que la muchacha lo acompañaría como si fuera su propia hermana pequeña, y le pedía que extendiese su protección a la joven. Seikichi clavó una mirada descarada en ella. —Ahora entiendo por qué no me sonaba tu cara. Entonces, ¿hace poco que has venido a vivir al barrio? Apenas le echaba dieciséis o diecisiete años, pero su rostro bien proporcionado y atractivo se asemejaba al de esas damas habituadas a despreciar las almas de innumerables hombres a lo largo de toda una vida. Su belleza era tal que a Seikichi le pareció que debía de haber nacido de los sueños de hombres galantes y mujeres sofisticadas, hombres y mujeres que habían vivido y muerto en la capital, océano donde desembocan todos los ríos de voluptuosidades y opulencias de Japón. —¿Recuerdas si por estas mismas fechas, en junio del año pasado, volviste a casa del restaurante Hirasei en palanquín? —le preguntó Seikichi conduciéndola a la galería para que se sentara. El tatuador escrutaba los pies refinados que la niña había apoy ado encima de un tatami de Bingo. —Sí, por entonces íbamos al restaurante a menudo, porque mi padre todavía estaba vivo —respondió la muchacha a la extraña pregunta con una sonrisa. —¡Llevaba casi cinco años esperándote! Aunque no haya visto tu cara hasta hoy, ¡cómo he suspirado por tus pies! Ven, quiero mostrarte algo. Sube al salón para distraerte un rato. La niña hizo ademán de querer despedirse, pero Seikichi la tomó de la mano y la guio hasta el salón del primer piso, que daba al río Oo. Luego, el tatuador sacó de su estuche dos kakemonos y desplegó uno de estos rollos colgantes delante de ella. En la tela aparecía Bakki, la favorita del emperador Di Xin. La princesa china del dibujo se apoyaba en la balaustrada con la manga de su kimono de seda extendida en medio de la escalera. Daba la sensación de que casi no podía aguantar el peso de la radiante corona tachonada de lapislázulis y corales. En la mano derecha sostenía una gran copa de la que estaba a punto de beber, y al mismo tiempo observaba a un hombre que iba a ser decapitado en el jardín. El reo tenía los brazos y las piernas atados a una columna de cobre con cadenas de hierro y bajaba la cabeza ante la princesa cerrando los ojos, a la espera del último momento. La escena de la princesa y el prisionero era muy impactante. Durante un rato, la niña se fijó en esa insólita pintura. De modo instintivo, sus pupilas comenzaron a refulgir y sus labios temblaron. Curiosamente, su cara se iba pareciendo poco a poco a la de la princesa: la muchacha acabó por descubrir su propio « y o» en el dibujo. —¡Tu alma se refleja en este dibujo! —exclamó Seikichi, sonriendo con deleite mientras la contemplaba. —¿Por qué me enseñáis esta horrorosa pintura? —preguntó ella alzando un semblante pálido. —La mujer de este dibujo eres tú misma. Su sangre fluye por tus venas. Seikichi desenrolló la otra pintura. Se titulaba Las víctimas. En el centro, una mujer joven, apoyada en el tronco de un cerezo, miraba un montón de cadáveres de hombres que yacían a sus pies. Alrededor de ellos volaba una bandada de pájaros que gorjeaban triunfales. ¡De las pupilas de la dama rebosaba tanto orgullo y placer…! No se sabía si el dibujo representaba la escena de un campo de batalla tras la contienda o de un jardín primaveral lleno de flores. Al mirarlo, la niña tuvo la impresión de haber descubierto algo escondido en su corazón. —Este dibujo muestra tu futuro —Seikichi señaló el rostro de la mujer del cerezo: era la viva imagen del de la niña—. Los que yacen en el suelo son hombres que sacrificarán sus vidas por ti. —¡Oh, os lo ruego, guardadlo ya! —la muchacha volvió la espalda al dibujo y se hundió en el tatami como para rechazar la diabólica tentación—. Maestro, os confieso, tal como pensáis, que mi naturaleza es como la de la mujer de ese dibujo. Ahora, perdonadme y, por favor, llevadlo donde no pueda verlo —le suplicó finalmente, con los labios temblorosos. —¡No seas tan cobarde! Fíjate bien en la imagen. Ahora tienes miedo, pero pronto dejará de asustarte. En el rostro de Seikichi se dibujaba la misma sonrisa cínica de siempre. Por su parte, la niña se resistía a levantar la cara y, ocultándola con las mangas del kimono, imploró: —Maestro, por favor, dejadme volver a casa. Me asusta estar a su lado. Seikichi le contestó: —Espera un poco. Te convertiré en una mujer verdaderamente hermosa, una mujer capaz de hechizar a cualquiera. Seikichi se acercó a ella despacio. En la manga del kimono ocultaba un frasquito de cloroformo que tiempo atrás le había proporcionado un médico holandés. La luz del sol de la mañana se reflejaba en el agua del río e iluminaba incandescente el salón de ocho tatamis de superficie. El reflejo fulguraba en la cara de la niña, que dormía profundamente; mientras, en el papel de las puertas correderas de la estancia se proyectaban círculos concéntricos dorados y trémulos. Seikichi cerró las puertas exteriores de papel translúcido, y tras recoger los instrumentos de tatuar se sentó delante de la joven. Transformó su ocio en embeleso y permaneció un buen rato absorto. Por primera vez gozaba de su belleza. Le parecía que no podría cansarse jamás de estar sentado en ese salón contemplando el rostro inmóvil de la joven, ya fuera durante diez o cien años. Seikichi iba a adornar la piel pura de la muchacha con el amor, igual que el pueblo de Menfis había ornamentado la tierra sublime de Egipto con pirámides y esfinges. El tatuador sujetó el pincel con los dedos pulgar, anular y meñique de la mano izquierda y apoyó la punta empapada en tinta en la espalda de la niña. Con las agujas de la mano derecha realizó algunas punciones sobre las líneas que iba dibujando con el pincel. Disuelta en la tinta china, el alma del joven tatuador penetraba la piel de la niña. Cada gota bermeja obtenida del cinabrio de la región de Ry uky u, que caía del pincel y se mezclaba con el aguardiente de la punta de las agujas sobre la piel de la muchacha, representaba una exudación de su propia vida. En los pigmentos de esa tinta bermeja el artista contemplaba las tonalidades de su propia alma. Pasó el mediodía agradable de la primavera. Y, poco a poco, empezó a languidecer la tarde. Seikichi no cesaba de tatuar y la niña tampoco se despertaba. A una criada que, preocupada por la criatura, se presentó en el taller para llevarla de vuelta, Seikichi le comunicó con sequedad: —Esa niña ya se ha ido. La criada se fue de mala gana. Cuando la luna afloró sobre un palacio digno de un feudo de la provincia de Tosa, ubicado al otro lado de la orilla, y su luz onírica se derramó sobre las casas, Seikichi seguía en vela trabajando con febril concentración. El tatuaje todavía estaba por la mitad. Cada punzada, cada gota de colorante le costaba un esfuerzo inaudito. Cada vez que se adentraba en la carne con las agujas y las sacaba, tenía la sensación de estar taladrando su propio corazón. Respiraba profundamente. Las huellas de las agujas y de la tinta iban perfilando poco a poco la figura de una gigantesca araña hembra. Al empezar a teñirse de blanco la noche, el extraño y diabólico bicho ya había extendido sus ocho patas y se aferraba con firmeza a la espalda de la muchacha. La noche primaveral llegó a su fin. Cuando el chapoteo de los remos de las barcas comenzó a intensificarse, la niebla se fue despejando paulatinamente desde la cima de las velas henchidas por la brisa del alba, y los tejados de las casas de las islas de Nakasu, Hakozaki y Reigan empezaron a brillar. En ese momento, al fin, Seikichi posó el pincel sobre la mesa y miró fijamente la araña tatuada en la espalda de la niña. Ese tatuaje era la quintaesencia de su propia vida. Después de concluir el trabajo, su corazón estaba vacío. Durante un buen rato los dos permanecieron inmóviles. La voz baja y ronca del maestro retumbó en las cuatro paredes. —He tatuado tu cuerpo con mis agujas y al hacerlo he vertido mi alma. Es así como te he convertido en una mujer verdaderamente hermosa. A partir de este momento no habrá ninguna más seductora que tú. Tus viejas debilidades son y a cosa del pasado. ¡No habrá hombre que no sea tu víctima! La niña lo escuchó y lanzó un gemido fino como un hilo. Mientras recobraba la conciencia, poco a poco, cada vez que inhalaba y exhalaba despacio, las patas de la araña se movían como si estuviera viva. —Sin duda sufres mucho porque la araña te está abrazando con fuerza. La muchacha entreabrió los ojos. Sus pupilas brillaron con may or intensidad, igual que el claro de luna se aviva cuando la tarde se extingue, e iluminaron la cara del tatuador. —Maestro, ¡dejadme ver el tatuaje de mi espalda! Ahora que me habéis entregado vuestra alma, debo de haberme convertido en una mujer bellísima — la niña hablaba como en sueños, pero el tono de su voz era rotundo. —Ahora debes bañarte para fijar bien el color. ¡Aguanta aunque te duela! — susurró él con cariño en la oreja de la joven. —Si puedo alcanzar la máxima belleza, soportaré cualquier cosa —la muchacha se rio con fuerza, resistiendo el dolor. Finalmente exclamó—: ¡Oh, cómo me escuece con el agua caliente…! Maestro, por favor, dejadme a solas. Subid arriba y esperad. Es una humillación que me veáis sufrir tanto. La joven, sin secarse siquiera el cuerpo, rechazó la amable ayuda de Seikichi y se lanzó al suelo de madera gimoteando como quien tiene una pesadilla. El cabello desgreñado se pegaba a sus mejillas de niña con un alboroto voluptuoso. Detrás de ella había un espejo en el cual se proy ectaba la planta nívea de sus pies. A Seikichi le sorprendió bastante la actitud de la niña, por completo diferente a la del día anterior, pero, tal como ella le había pedido, la esperó arriba. Transcurrió cerca de media hora. La muchacha se peinó convenientemente el cabello recién lavado para que descansara sobre sus hombros y apareció arreglada con esmero. Irguió los hombros sin rastro de dolor y, apoy ándose en la barandilla, elevó la vista al cielo levemente brumoso. —Te regalo estas pinturas además del tatuaje. Vete a casa con ellas —le dijo el tatuador al tiempo que le entregaba los rollos colgantes. —Maestro, y a ha desaparecido la cobardía que sentía hasta hace poco. ¡Sois mi primera víctima! Las pupilas de la mujer brillaban como el filo de una katana y sus oídos se deleitaban con el eco de la victoria. Seikichi le pidió: —Antes de que te vay as a casa, déjame ver una vez más el tatuaje. La mujer, en silencio, asintió con la cabeza. Se despojó del kimono. Y en ese preciso momento, la gran araña negra tatuada en su espalda fulguró entre las llamas del sol matinal.
Autor: Jun'ichirō Tanizaki
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Di que sí
Summary: Mei es una chica soñadora que se pregunta cómo es enamorarse, tiene varias ilusiones, pero quizá todo cambie cuando le toque vivirlo.
Nota: el fic está inspirado en un AU que una amiga inventó y del que solíamos hablar casi siempre en broma, pero me animé a escribir la parte de Ned y Tai porque tenía mucho tiempo pensando en eso. Ya lo había hecho en forma de AU, pero bueno aquí está también en forma de fic. Puede que sea exagerado, pero es con el fin de ponerle drama.
También le agradezco a una canción que me inspiró. Es gusto culposo, no diré qué canción.
***El drama no involucra a ningún personaje de la serie, más que a nuestros protagonistas Ned y Tai, así que no metan a otras parejas ni las mencionen para evitar malos entendidos.
Otros links:
https://archiveofourown.org/works/21324799
https://www.fanfiction.net/s/13426240/1/Di-que-sí
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Hoy es el día, pensó Mei mientras se arreglaba para ir a la escuela. Tomó la caja con el regalo que había pasado horas haciendo, contempló la carta que lo acompañaba y metió todo con cuidado en un bolso. Respiró profundo y sonrió decidida. Hoy es el día, hoy le confesaré mis sentimientos, se dijo saliendo de casa.
Mei había estado enamorada de Lars por casi un año. Era el hermano mayor de Emma, una de sus mejores amigas, por lo que podía verlo con frecuencia y conversar para conocerlo. Al principio, Mei pensaba que Lars era odioso y gruñón, pero cuando la ayudó a estudiar para el examen de matemáticas, tuvo que retractarse. Aunque él decía que era malo explicando, la verdad era que no lo hacía nada mal, y ella aprendió en unos días lo que no había entendido en dos meses.
Después de eso, se acompañaban durante el trayecto a casa, en ocasiones él se unía al grupo cuando preparaban alguna nueva receta y también, aunque a Mei no le gustara el futbol, acompañaba a sus amigas y lo apoyaba desde la gradas. A ella le gustaba hacerlo reír porque él siempre era muy serio, se reía bajito y si resoplaba con la nariz, se ponía muy rojo, pero ella pensaba que era adorable. Sabía que detrás de ese aspecto tan arisco había una persona muy dulce y gentil.
Contrario a él, Mei era una chica soñadora y con gran curiosidad por las cosas de la vida. Cuando sus amigas se quejaban de sus decepciones amorosas o de sus novios, ella se preguntaba si así era el amor. Sin embargo, las películas y libros le decían lo contrario. Por eso, imaginaba que el amor era dulce y te hacía sentir como si estuvieras en las nubes. Emma le confirmó su teoría cuando se hizo novia de Antonio.
Entonces desde que se dio cuenta de que le gustaba Lars, a veces escuchaba canciones de amor y se imaginaba con él, recreando un video musical o protagonizando alguna de las historias que leía. Ahora, era su oportunidad para dejar de soñar y empezar a actuar.
Esperó impaciente minuto a minuto hasta el término de clases, pero no lo encontró después de la práctica de futbol. Caminó hasta la salida y entonces lo vio, iba caminando de la mano de otra chica. Mei se quedó helada, contemplando la escena y por un par de segundos, sus miradas se encontraron. Él siguió de largo, porque la chica no se había percatado de lo ocurrido y lo llevaba del brazo mientras hablaba alegremente.
A Mei le temblaban las manos y no sabía qué hacer, lloró por un momento y quiso tirar el regalo a la basura, pero no tuvo el valor. Había pasado varios días preparándolo para él, imaginando ilusionada su reacción. Se sintió ridícula. Yao la encontró sentada afuera de la escuela. Él se asustó al verla tan angustiada y le preguntó qué pasaba.
“Discutí con una amiga. No es nada” dijo enjugándose las lágrimas.
Él no le creyó, la había estado observando durante los últimos días y era evidente que se trataba de un muchacho. Sin embargo, le dolía tanto verla así que no le hizo más preguntas y le llevó a casa. Mei no quiso cenar mucho y se fue directo a dormir, ignorando las llamadas de Emma.
A la mañana siguiente, se despertó con dolor de cabeza y los ojos hinchados de tanto llorar, se lavó la cara, esperando que nadie lo notara. Se alistó para la escuela, preparándose para ver que le esperaba. Trataría de hacer como si nada hubiera pasado, pero seguía doliéndole el corazón, le bastaba con cerrar los ojos para volver a ver a Lars sosteniendo la mano de aquella otra chica.
Emma y Erzébet no sabían cómo consolarla, y antes de que dijeran algo Mei les pidió que no hablaran del tema. Había decidido concentrarse en las clases y borrar esos pensamientos de su mente. Agradeció haber optado por el club de literatura para no ver a sus amigas por un rato y cuando llegó al salón, se sentó cerca de Lien y Natalya. Las consideraba sus amigas aunque no eran tan cercanas, tal vez en los próximos días las necesitaría más que nunca.
“El tiempo sanará tus heridas” murmuró Natalya.
“¿Eh?”
“Es lo que dicen” replicó encogiéndose de hombros.
Tal vez sabía de su mal trago, pero no le preguntó más. Mei seguía triste, y todavía más porque algunas de sus compañeras no dejaban de hablar de lo lindos que se veían Lars y esa tal Paula. Como si a alguien le importara. Por suerte, tanto Lien como Natalya comenzaron a discutir sobre el libro que estaban leyendo, ignorando las conversaciones de los demás.
De todas formas, a pesar de sus esfuerzos por no pensar más en ello, Mei estuvo distraída durante los días siguientes. En todas partes escuchaba de la nueva pareja, era tan cansado e innecesario. ¿Acaso no tenían otro tema de conversación? Se preguntaba.
Durante educación física, tocó jugar béisbol, su deporte favorito, pensó que tal vez así podía descargar su enojo. No podía más, ya no estaba decepcionada, estaba furiosa consigo misma. Era evidente que era una ilusa por creer que él se fijaría en ella, todas esas tonterías con las que fantaseaba eran ridículas, le daba vergüenza ya pensar en eso. Tomó el bate, miró la pelota aproximándose y la golpeó lo más fuerte que pudo, tanto que salió del campo y fue a dar a la cancha de futbol. Todas sus compañeras aplaudieron impresionadas y no hubo más espacio para el chisme, ahora todas alababan sus habilidades.
Eso la hizo sentir mejor. Tal vez lo que Natalya le había dicho era cierto, debía darse tiempo. Quizás ahora hasta había encontrado en el béisbol una nueva pasión. Decidió entonces, no hacer caso a sus sentimientos, ocuparse más de sí misma y evitar a Lars a toda costa, así tuviera que ignorarlo en los pasillos. Era infantil, lo sabía, pero realmente no quería saber más de él, si era feliz, entonces, ella también trataría de serlo.
Más tarde, Emma la invitó a ella y a Erszébet a su casa para hacer la tarea, pero Mei se excusó diciendo que estudiaría con Lien y Natalya. Emma lo entendió, en el fondo esperaba no perder a una de sus mejores amigas por lo que acababa de pasar. No sabía que poco a poco Mei se alejaría, inventando excusas si se trataba de ir a visitarla.
Aquella pelota de béisbol llegó tan lejos que si Lars no se mueve pudo haberle dado en la cabeza, eso no evitó que otro jugador lo hiciera caer. Se quedó tendido en la cancha pensando que esa pelota no debía haber errado. Últimamente, las cosas no estaban yendo tan bien, y por alguna razón, todo empezó aquella tarde con la mirada de Mei que aún seguía atormentándolo. En aquel momento quiso saber qué le había pasado, estaba preocupado porque era la primera vez que la veía tan triste, pero Paula estaba muy decidida a no separarse de él.
Aquel día, luego de la práctica, Paula había insistido en que se vieran. No era un secreto en su clase que ella tenía especiales atenciones con él. A Lars le agradaba aunque no le correspondía de la misma manera. Sin embargo aceptó ser su novio pues se convenció de que podía llegar a quererla, después de todo ella era bonita, inteligente y de carácter extrovertido y confiado. Ninguno de sus amigos apoyó su idea, ni siquiera Henri pues parecía que ni él mismo lo creía.
Al principio, estar juntos no era malo, se llevaban bien, pero parecía que no estaban en la misma sintonía. Paula siempre quería saber qué pensaba, le desagradaba que no fuera tan abierto con sus sentimientos, nunca le contaba gran cosa de sí mismo; quería que la incluyera cuando estaba con sus amigos y ser parte de su grupo. Se propuso cambiarlo y hacer de él el novio con el que había soñado.
Al mismo tiempo que su relación se desarrollaba, Lars también empezó a notar que faltaba algo. Y lo descubrió cuando en medio de un partido, volteó hacía las gradas y no estaba esa sonrisa, no estaba ese saludo ni el rostro que siempre le deseaba suerte. En su lugar, se encontraba Paula, pero no se sentía igual.
Incluso en casa faltaban esa risa y energía, aquellas ocurrencias, su motivo para acercarse a la cocina y probar bocado de las recetas recién aprendidas. Pensó que sería coincidencia, pero conforme iban pasando los días, esa ausencia se hizo más y más grande. Por fin, una tarde de estudio, se animó a preguntar.
“¿Y Mei? No la he visto en muchos días”
“No pudo venir, está ocupada” dijo Emma con sequedad.
“¿Acaso están peleadas?”
“No, Lars. Ya te dije que está ocupada. Además, ¿a ti qué te importa? Vete, estamos estudiando” le contestó de mala gana por primera vez.
Erszébet hizo un gesto tratando de calmar a Emma, se veía sorprendida por ver a su amiga de tan mal humor. Ella también extrañaba a Mei, pero no podía obligarla a volver.
Lars quiso decirle que sí le importaba y mucho, pero prefirió callarlo y no discutir más con su hermana. Lejos de estar tranquilo disfrutando de su noviazgo, estaba más apesadumbrado que nunca. Discutía con Paula muy seguido y muchas veces porque no se ponían de acuerdo en nada. A él no le pasó por la cabeza terminar de una vez, aunque ella no lo hubiera aceptado y menos ahora que todos decían que hacían una pareja muy guapa y perfecta. Y así siguieron las cosas, hasta que un día de completa tranquilidad, cuando se encontraban estudiando en la biblioteca, Paula sacó su estuche de lápices y Lars tomó uno de color rosa.
“Una amiga tiene unos lápices parecidos”
Paula no le prestó mucha atención, sin embargo, ese tipo de comentarios se repitió en varias ocasiones. Pensó que era para darle celos, pero él lo decía sin un indicio de malicia, sin siquiera reflexionarlo, y cuando lo hacía sonreía tímidamente. En realidad, la única amiga que le conocía era Katya, y sabía que era novia de Matthew, y aun después de observarlos dudó que se tratara de ella, y no tomó en cuenta a las amigas de su hermana por ser de un grado inferior.
Era obvio que él pensaba en alguien más. Quiso preguntarle, platicar en serio, pedirle que fuera sincero y por única vez que servirle de confidente, pero no estaba muy segura de querer saber la respuesta. Por mucho que se rehusara a admitirlo, no tenía ningún acceso a sus pensamientos y mucho menos a su corazón.
Esto la hizo reflexionar acerca de su relación. Era cierto que él jamás le había mostrado mucho interés, al menos no amoroso, pero es que él siempre había sido así y a ella le atraía, además de su físico y atractivo, su forma de ser tan reservada y misteriosa. Lo creía uno de esos tipos que podían tener a cualquiera cuando quisiera, un tipo interesante y peligroso. Y en realidad, él no era así. La trataba bien, de eso no había duda, y era atento, pero conforme lo iba conociendo más se daba cuenta de que no era como lo creía y de que solo le gustaba por su exterior. Entonces, terminó por convencerse de que los suyo era pura atracción física y nada más.
Por fin, luego de meditarlo por varios días, lo citó de nuevo. Esta vez no estaba entusiasmada ni nerviosa, pero sí estaba muy segura de lo que hacía.
“Lars, yo creo que debemos terminar. Esto no está funcionando. Tú en verdad me gustas mucho, pero hay alguien más en tu mente, y si he de ser sincera no me agrada, no me agrada ni un poco. Necesito quien piense en mí, quien me quiera a mí y solo a mí ¿comprendes?”
“No sé qué decir, pero yo tampoco creo que esto esté funcionando. Lo siento” contestó como si estuviera quitando un peso de encima. Lars se sintió mal no por él sino por ella.
Paula estaba triste, decepcionada y molesta. Terminaron sin falsas simpatías ni sentimentalismos, y ambos sabían que era lo mejor. Si seguían juntos, serían muy infelices.
Lars lamentaba ser tan ruin por haber estado con Paula pensando en otra. Le contó todo a su hermano menor con quien compartía una complicidad inquebrantable. Aunque Henri era dos años menor, lo consideraba un experto en asuntos del corazón. Él lo escuchó con atención, y luego le pidió que fuera muy sincero consigo mismo, entonces Lars por fin pudo admitir que solo pensaba en una persona, ahora todo estaba muy claro, a él le gustaba Mei.
Durante los siguientes días, el rumor del rompimiento fue muy comentado, a Paula no le faltó quien la consolara, y Lars no lo platicaba con nadie, ni siquiera con sus mejores amigos, quería que lo dejaran en paz, no por estar dolido, sino porque se sentía el villano. Quería que todo volviera a ser como antes. Se sentía un estúpido por haber aceptado en primer lugar.
Mei se enteró del rumor tan pronto como pasó, pero hizo oídos sordos. Él no era su amigo ni nada, no tenía por qué opinar. Ya lo había superado, ni siquiera quería intentarlo aunque él le siguiera gustando. Además fue Paula quien había terminado con él, así que no quería convertirse en su consuelo.
Natalya y Lien eran las únicas que no estaban interesadas en los chismes tontos ni en la vida de otras personas, aunque también lo hacían por Mei y ella agradeció tenerlas como amigas, la protegían del enredijo del que no quería ser parte. Emma y Erszébet tampoco querían hablar de ello, algunas personas le preguntaban a Emma por detalles, pero ella los evitaba.
Como cualquier rumor, se apagó pronto. Y con eso, Lars decidió recuperar a la chica que de verdad le importaba. Él no era bueno para hablar con la gente, así que empezó poco a poco, iba a sus partidos de béisbol, a pesar de no entender las reglas del juego, y si no fuera porque no creía en las casualidades, juraría que fue ella la responsable de aquella pelota que casi le da en la cabeza.
Un día, por distracción, Lars chocó con alguien tirando todos sus libros, le ayudó a recogerlos y levantarse. Era Mei, y sonrió al ver su sueño materializado. No le dio tiempo para preguntarle cómo le iba, ella desvió la vista, le agradeció y se fue de ahí. Él la miró alejarse sin saber que ella había deseado verlo de nuevo, tenerlo cerca, platicar como antes, pero todavía estaba herida, era muy inmaduro de su parte y lo sabía, sin embargo su orgullo le impedía alegrarse con ese pequeño encuentro.
Como ya todo había pasado, Mei volvió a casa de Emma, se reconciliaron entre lágrimas, y ahora se unían otras dos chicas al grupo. La cocina de los Janssen volvió a llenarse de risas y voces alegres. Lars iba a verlas con cualquier pretexto, pero las cosas ya no eran como solían ser, Mei y él ya no conversaban con la misma familiaridad de otros días ni trataba de hacerlo reír, aunque ya no lo evitaba, seguía existiendo una barrera invisible entre ellos.
Ahora que casi todo había regresado a la normalidad, Lars decidió ir a buscar a Mei y hablar en serio de sus verdaderos sentimientos. Pensó que el baile de primavera sería la ocasión ideal para esto. Durante el trayecto a su casa, iba ensayando lo que le diría, todos los posibles escenarios.
“Emma no se encuentra aquí” dijo Mei en cuanto abrió la puerta.
“Lo sé, quiero hablar contigo”
Mei vaciló por unos segundos, todavía no muy segura de querer escucharlo. Cruzó los brazos, pensando que tal vez quería un consejo para regresar con Paula, pero Lars agachó la cabeza, como si estuviera buscando las palabras adecuadas, como si estuviera nervioso. Ella no pudo evitar sentirse igualmente ansiosa.
“Bueno, dime”
“Me preguntaba que si… bueno, ¿quieres ir al baile conmigo?”
Mei se quedó atónita, ni siquiera en sus fantasías había imaginado que él le preguntaría eso y menos ahora. Le quiso decir que no, pero no pudo, algo se lo impedía, quizá sus propios deseos.
“Está bien” dijo tratando de sonar indiferente.
Él sonrió y después se fue. Mei sentía las mismas mariposas en el estómago, la misma ilusión de otros días, trató de ser fría, pensando que probablemente la invitaba porque no tenía a nadie más. Le contó a sus amigas, ninguna se opuso, después de mucho observarlos, creían que era conveniente no intervenir y que arreglaran sus diferencias de una vez. Y si algo pasaba, ahí estarían para apoyarla.
Para la ocasión, Mei se había comprado un vestido sencillo y bonito, y se arregló con esmero, esperando lucir lo suficientemente linda. Lars se quedó sin palabras al verla, ahora estaba más nervioso. Se portó mucho más servicial de lo acostumbrado, incluso trató lo mejor que pudo para no dejarla en ridículo cuando bailaran, de verdad lo intentaba, hasta sus hermanos se habían ofrecido a enseñarle durante los días anteriores.
Aun entre la incomodidad, todo iba aparentemente muy normal. Después empezó una canción lenta, Mei pensó que quizás era mejor decirle que estaba cansada y evitar tenerlo tan cerca, pero no pudo y menos cuando él le tomó la mano y puso la suya en su espalda. Ambos estaban en silencio, bailando al compás de una canción romántica, ella se dejó llevar, se acercó más a él y cerró los ojos queriendo olvidarse de todo.
Cuando los abrió se dio cuenta que estaban frente a Paula; ella se veía feliz, bailando con un muchacho y éste le hablaba bajito haciéndola sonreír. En ese momento, el encanto se rompió. Mei le dijo que quería descansar. Pensó que él debía estarse sintiendo mal por haber sido reemplazado tan pronto y ella se sintió usada.
En ese momento, Lars solo pensaba en hablar con Mei, así que respiró profundo y le dijo que quería decirle algo. Ella estaba muy confundida, ya no quería saber nada, pero se veía que él realmente quería platicar. Se fueron de ahí, era el momento de la verdad. Se subieron al auto, pero él no quiso manejar, ya no podía más con sus sentimientos.
“Mei, yo…”
“Lo sé, y lo lamento. Quizá debiste hablar con ella antes”
“¿Ella?”
“Paula. Siento mucho que ella te haya lastimado”
“Paula y yo terminamos. Tiene derecho a salir con otras personas y de hecho estoy feliz por ella. Es de nosotros de quienes quiero hablar. Has estado tan distante y no había tenido la oportunidad de platicar contigo, de saber qué sucedía, por qué estabas tan triste a la salida de clases…” dijo.
Por fin, ella respiró profundo. Aunque ya no quería pensar más en ese momento, comenzó a hablar sin esperar respuesta, ya que más daba, a lo mejor así podía dejar ir ese mal sabor de boca y sentirse tranquila.
“Lars, me gustas, me gustas mucho, desde hace un año, desde que me ayudaste con matemáticas. Ese mismo día iba a decírtelo, y no pude porque se me adelantaron. Fui muy inmadura por molestarme en lugar de alegrarme por ti, pero me dolía verte con otra persona” sollozó sacando de su pecho esa pena que la oprimía. “Pensé que si me alejaba podría protegerme y solo me estaba engañando” continuó hablando.
Todo era un desastre. Mei se estaba confesando al chico de quien estaba enamorada, todavía lo estaba, para qué negarlo. Y sólo lloraba y él la miraba igualmente afligido. Lars volvió a sentirse como un idiota porque por su culpa esa dulce sonrisa ahora eran lágrimas. Entonces entendió por qué ella lo miró así. Le enjugó las lágrimas, ya era momento de darle una explicación y dejar de hacerla sufrir.
“Mei… no fue mi intención ponerte triste. Lo lamento, no tenía idea de que te sentías así. A mí también me gustas. He actuado como un imbécil todo este tiempo por no querer ser sincero conmigo mismo, y por mi idiotez terminé lastimando a otras dos personas. Una tal vez ya me perdonó, pero la otra, la que es muy importante para mí, quizá no lo haga porque la estoy viendo llorar, cuando yo solo trataba de hacerla sonreír”
Ella se quedó callada, todavía mirándolo a través de sus lágrimas.
“Yo te quiero tanto, no sabes la falta que me hacías. Nada era lo mismo sin ti. Sé que lo arruiné todo, fue mi culpa, pero ya no quiero que te alejes” le dijo, por primera vez sintiéndose vulnerable porque no creía que ella le daría una oportunidad.
Mei tomó su mano entre la suyas, como queriendo acercarlo.
“No hay forma de volver atrás y ya no vale la pena arrepentirse, pero si empezamos algo ¿qué harás al respecto?” le preguntó.
Él le secó las lágrimas con la otra mano y le apartó un mechón de pelo que le caía en la cara.
“Trataré de nunca hacerte llorar, ser sincero contigo siempre y de no perderte de nuevo. Si quieres podemos empezar desde cero…”
Ella sonrió, y lo besó en la mano.
“No es necesario que te presiones así, podemos dar un paso a la vez desde donde nos quedamos ¿qué opinas?”
“Opino que está bien” dijo, sonriendo.
Lars la abrazó y le dio un beso suave en la cabeza, Mei había dejado de llorar y ahora estaba calmada y feliz. Aprendió que el amor era difícil, complicado y a veces dolía, pero como ya sabía, también podía ser dulce y cálido. La barrera invisible que los separaba se derrumbó, la zozobra y culpa se esfumaron, ahora todo estaba en su lugar, donde debía haber estado desde el principio.
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Jon y Sansa suspendidos en geografía segunda parte
En mi anterior post explicaba como al fin y después de varios meses había entendido ya, creo que perfectamente, lo que había ocurrido con Jon en estas dos ultimas temporadas, sobre todo con su final y la conclusión a la que he llegado por mucho que no me guste es que Jon se había enamorado de Daenerys creyéndola un ángel salvador que así como había corrido a ayudarlo en su misión Mas allá del muro sacrificando a uno de sus dragones, sus hijos, pensaba que lo iba a hacer con todo el mundo al aceptar ayudarlo en su lucha contra los otros y que por eso mismo y por toda la propaganda que había escuchado de los secuaces de Daenerys en Rocadragon daba por hecho que la Targaryen iba a ser una reina buena y justa que iba a traer un mundo mejor a Poniente, cayendo en una relación toxica y abusiva donde la reina dragón se mostró como era realmente, una Viserys con tetas, el verdadero enemigo, llevándolo de camino a la perdición y luego siendo castigado muy duramente por su propio hermano-primo coronado rey después del genocidio de Desembarco del rey.
En la anterior parte comparaba la relación de Jon y Dany con la de las parejas que tantas veces hemos conocido en la literatura, cine, etc donde una femme fatale encandila a un hombre bueno y noble al que lleva al lado oscuro de la vida, cayendo en desgracia, dejándolo sin nada, destrozado y como un guiñapo en la mayoría de los casos,incluso haciendo que cometa actos que antes eran impensables en esa persona y así ha pasado tristemente tambien con Jon como hemos podido comprobar.
Pero en esas otras historias tenemos que ese chico que se enamora de una “mala mujer” , tiene a su alrededor a gente que lo quiere y lo aprecia de verdad e intenta hacer que entre en razon, muchas veces de manera infructuosa; la chica buena que realmente esta enamorada de el, su mejor amigo y tambien su familia. Pues en esta historia tenemos a la chica buena enamorada de verdad del protagonista que es Sansa, el amigo fiel que es Sam y la hermana que lo quiere con toda el alma, Arya y como hemos visto estos han hecho todo lo posible porque Jon entrara en razon, que abriera los ojos y muchas veces de manera infructuosa como he comentado anteriormente, casi casi hasta el triste y duro final cuando el protagonista en este caso Jon se da perfectamente cuenta de las cosas, matando a Dany por darse cuenta de que era una autentica amenaza y eligiendo a su familia con Sansa a la cabeza como detonante, pero siendo ya tarde porque como quien dice, todo el mal ya estaba hecho.
Pero una cosa que me llamo poderosamente la atención al leer el guion del capitulo "El trono de hierro" es aquello de que Jon y Sansa suspenden en geografía en el momento de su despedida y a partir de leer esa frase me han venido en tropel muchos pensamientos que voy a intentar poner en orden. Y es que para mi esa frase que a mucha gente ha parecido ridícula a mi personalmente me ha confirmado el Jonsa y resume a la perfección la relación que han tenido esta pareja.
Para mi esta frase significa que Jon y Sansa no han coincido en el mismo punto, no han conectado a la vez, no han ido al compás en sus profundos sentimientos de los cuales se dan cuenta, los dos, en el momento de la despedida, donde no lo expresan con palabras pero si con el lenguaje corporal.
Estoy convencida de que Sansa para Jon es y ha sido su amor platónico desde el principio de la historia porque vemos como siente celos de Joffrey del que Sansa no aparta sus ojos de embeleso desde que lo ve y con el que luego la prometen en matrimonio. Leemos como Jon utiliza el adjetivo de "radiante" al referirse a Sansa entrando en el gran salón de Invernalia y de su huraño comportamiento, mas de lo habitual en el, que no comprenden sus hermanos y su repentina decisión de entrar en La guardia de la noche. Tenemos tambien la manera tan romántica y onírica con la que se acuerda de Sansa mas adelante, muy al estilo de como conocen los personajes de Tolkien a sus amadas y de como es su reencuentro cuando Sansa llega al Castillo negro huyendo de los Bolton, se abrazan en una de las escenas mas bonitas y emotivas de la serie, un reencuentro que es igual que muchos que hemos visto en cantidad de películas y series donde los amantes que han estado mucho tiempo separados se vuelven a reunir.
Sin embargo esto mismo le sucede a Sansa pero al final de la historia. Creo que Sansa empieza a enamorarse de Jon desde su reencuentro, pero su mayor obstáculo como le ocurría al Jon del principio, es que los dos se creen hermanos, creando una tensión sexual soterrada que en cualquier momento iba a estallar por eso creo que uno de los motivos principales de que Jon partiera hacia el sur era salir huyendo del incesto para como he comentado anteriormente, caer de lleno en el con Daenerys, su tía.
Cuando Jon llega al norte con su amante Daenerys Targaryen, a Sansa le ocurre lo que le paso a Jon al principio con Joffrey, Jon ya no le corresponde porque esta ahora "enamorado" de la Targaryen y asistimos a los celos ya mas que palpables de Sansa, así como tambien a su desesperación al ver como Jon es un hombre manipulado y amedrentado por su amante, como le paso a ella con Joffrey, en la conversación que mantuvo con la reina dragón donde esta ultima le soltó aquello del "quien manipulo a quien" que dimos como una prueba del polJon, pero que creo que era al contrario, que la manipuladora y la que estaba manejando a Jon era Daenerys, que es lo que ha hecho con prácticamente todo el mundo desde el principio. Por eso Sansa en su desesperación le contó a Tyrion el secreto del origen de Jon porque estaba desesperada por ver como su amor del que ya se había enterado que no era su hermano, si no su primo, era anulado por una mujer de la que todo el mundo se había dado perfecta cuenta de que era una autentica arpía y a la que seguía como un perro. También se dio cuenta del temor que provocaba tambien en Tyrion, un hombre inteligente al que apreciaba sinceramente.
Con esto comprobamos como tenemos otro paralelismo mas entre los muchos que existen con estos dos personajes; los dos caen en las garras de dos maltratadores y en relaciones toxicas donde Sansa no hace mas que repetir "mi príncipe" a Joffrey y Jon "mi reina" a Daenerys.
Llegamos ya al final de esta tragedia donde Jon al que por fin se le cae la venda de los ojos mata a Daenerys como ocurre tambien tristemente en la realidad y como he comentado anteriormente en literatura, cine, etc donde hay casos de victimas de abusos que matan a sus verdugos, y el detonante no fue otro mas que Sansa, una Sansa a la que ha jurado proteger y de la que Daenerys no se ha cansado de amenazar. Hemos visto anteriormente que Jon ha sido realmente violento cuando le han nombrado a Sansa, primero con Ramsey Bolton, luego con Meñique el cual se dio perfecta cuenta de los sentimientos nada fraternales de Jon y Sansa y luego con Theon.
Ahora Jon tiene que sanar de todas sus heridas y creo que va a tener tiempo de sobra para recapacitar como le ocurrió a Sansa sobre los errores que cometió, el principal viajar al sur y fiarse de Daenerys desoyendo los consejos de Sansa, y creo que se dará perfecta cuenta de que Sansa se lo dio todo y Daenerys sin embargo todo lo contrario, lo quería tener escondido y quitarle lo que era suyo por derecho. De como lucho Sansa por liberarlo y llevarlo a Invernalia como rey, pero creo que de todo esto se da perfecta cuenta al final, en su despedida de Sansa, donde creo que se da perfecta cuenta de cuales son los verdaderos sentimientos de su prima y de ahí ese abrazo tan feroz atrayendola hacia si y de su ultima mirada que como siempre es para ella, la que ha sido su amor platónico siempre.
Al final, cuando ya se supone que es tarde es cuando se dan cuenta de sus verdaderos sentimientos, de ahí que suspendan en geografía, por no haber expresado anteriormente lo que sentían los dos verdaderamente, pero el mayor problema era el creerse hermanos, pero de haber hablado o haberse dejado llevar por sus sentimientos las cosas hubieran sido de otra manera y Jon no se hubiera enamorado de Daenerys llevando la catástrofe a sus vidas. Ahora que saben que no lo son, Jon es exiliado a la guardia, pero creo que esta historia ha quedado muy abierta, que esto va a tener una continuación y que tal vez dentro de diez años como le comenta Tyrion a Jon en la celda se vuelvan a reunir por cualquier otro motivo o amenaza ,(¿Bran tal vez?), y esto continúe, aparte de que nuestros protagonistas son muy jóvenes, están vivos, geográficamente muy cercanos y no olvidemos que Sansa es la reina del norte independiente, que puede recibir a quien le plazca en sus dominios y que los Stark siempre han sido los benefactores y han estado siempre muy ligados a la guardia de la noche, por eso soy muy optimista y por eso cada día estoy mas satisfecha con el final que hemos tenido, porque para mi el Jonsa es quien ha ganado, que todas las señales que hemos visto son reales, y aunque nos parezca que no, los Stark han acabado como ellos querían y otra vez en el punto de partida.
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Un día normal...
Estaba admirando su silueta, su forma, su hermosa manera de enamorarme, ese toque de
picardía que me hacía agua la boca para comerla entera ¡Joder!, era perfecta.
—Joven, ¿sabor de la soda? —
Salí de ese pensamiento, cuando la chica me estaba sirviendo en el restaurant a pocas cuadras de mi casa, mientras miraba una deliciosa hamburguesa puesta en mi mesa y me preguntaba la señorita sobre el acompañante.
—Agua, por favor—Respondí
Bostecé y noto como la chica me deja su número, del lado de la mesa, la mire y le sonreí hipócritamente.
Al voltearse, tome el papel y lo bote al piso.
Tenía un hambre brutal, el no saber cocinar me chocaba pero era una forma de visitar el mundo
y tratar de conocer más, y ganar mi apuesta.
—Hola, Luck ¿Cómo estas papi? —
Me dice el gordo de la cuadra, con baja autoestima pero siempre cordial conmigo.
—Bien Edgar, espero tú también— Afirma con su cabeza mientras se marcha del local.
Justamente hoy me sentía, con ganas de aislarme no comprendo bien esas emociones que
siento en ciertas circunstancias, termine de comer y me marche.
Estaba terminando un curso sobre computación, algo sencillo pero me llamaba la atención,
saber mas sobre el sistema tecnológico que se apoderaba el mundo.
Socializar con todos no era la idea.
—Buenos días, estudiantes—
—Buen día, profe— responden todos.
Yo me sentaba en la última silla, no me gustaba mucho pero note una joven entrar, al Salón no
era súper bonita, ni era fea, usaba anteojos, bajita de estatura, morena y con ojos negros bien
marcados, cabellera de color castaño, se sienta en la última fila y por un instante mi mirada la
detallo, pasamos ese día la clase fue aburrida.
Llegue a casa y me acosté sobre mi cama, pensativo, dejándome llevar era virgen en términos
del amor, mis recuerdos eran borrosos y no sé como explicarlo pero mi forma de vivir no era
similar a los mortales.
La noche era tan amena para sentir la soledad más cerca, me gustaba sentir la brisa sobre mi
rostro pero por un instante note que alguien tocaba la puerta era mi vecina.
La carajita era algo intensa, buscaba la manera de sacar conversación pero la ignoraba, no
comprendo porque las mujeres al tratarlas de alejar se pegan como chicles, suele espantar en
vez de conquistar siento que algunas están locas demás...
—Gracias Luck por regalarme agua—
—De nada rosi—
—¿Todavía no tienes celular? —
—No para nada, vete antes que tus padres pregunten porque tardas—
—Me quiero quedar un ratito más—
—No, mejor vete Rosi—
—Pero...—
Plott..!! Le cerré la puerta, esa chica era la intensidad en persona, era eso o que quizás me
violara, y pagaría por mal porque luego sería yo el que pagaría los platos rotos.
A la mañana siguiente...
Volviendo a mi rutina vuelvo a mi curso de computación, en la clase teníamos que presentarnos
LLego el turno de la chica de la última fila,
—Mi nombre es ...
Cuando de repente se escuchan gritos afuera, dando a entendernos a todos que algo pasaba en
el lugar, salimos despavoridos, interrumpiendo el nombre de la nueva.
Era un choque en la parte principal del lugar, una escena tocada por el drama ya que el auto al
chocar exploto, y solo se observaba humo por doquier.
—Chico ayúdanos—Alguien me dijo para que ayudara
—Ok—
Me acerque y pude notar que cerca del parachoques parte del cuerpo calcinado.
y del mismo ajetreo pude notar que alguien estaba gritando un nombre llamado Damian,
se supone que era familiar del accidentado.
Y para mi sorpresa era el hermano de la nueva del salón, aquella desconocida de la última fila.
#vida#Notas#novela#escritos#Venezuela#Wattpad#Blog#una chica escribiendo#Tumblr#artists on tumblr#poets on tumblr#cosas de lectores#Cosas que escribo#lucifer#demonio#realidad#oscuridad
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Aquí y ahora. Espero este sea el tipo de “carta” que puedas leer cualquier día, en cualquier momento, que te haga recordar a detalle cada instante que te hago citar, que te transmita todas esas emociones que yo guarde en cada oración que estoy plasmando aquí. No importa cuantas veces la leas porque se que en cada intento encontraras un nuevo significado. Se vale que sonrías, que reías e incluso que te enojes. Porque así son como suceden las cosas entre nosotros, a veces todo puede ser amor y felicidad y de un momento para el otro llegan ciertas cosas que te pueden llegar a confundir querer rendirte y dejar todo como un buen recuerdo, como muchas veces lo fue por culpa del pasado, pero algo que tenemos que llevar siempre en la cabeza, es que TODO lo que hemos presenciado juntos nos a servido de una u otra manera, para aprendernos a valorar, para saber que hemos conocido todas nuestras facetas tanto yo de ti, como tu de mi, que por algo en el presente estamos juntos y eso es lo que más cuenta. A veces me siento en silencio y simplemente sonrío y me lleno de felicidad al saber que en MI PRESENTE estas como la persona principal, que me logras calmar en mi todos mis miedos, pero también me haces tenerlos, como el miedo a que un día despertemos y se nos hayan borrado toda esa parte de nuestra leyenda, que nos acabemos muy pronto y el amor se vaya. Pero me has hecho bastante fuerte en el aspecto del amor, ya que aprendí a que las cosas que más se desean en la vida, las que mas valen la pena luchar, te cuestan y no se van tan rápido, y que se quedan grabadas por mucho tiempo. ¿Sabes algo de lo que estoy más que seguro? Que tú no me olvidarás y por supuesto yo tampoco te olvidaré. Que ni tú ni yo borraremos todo esto que hemos vivido desde nuestros silencios hasta nuestras charlas sin seriedad. Oh dónde yo estoy callado y tan serio, y tú estas dándome más amor del que merezco. Tú tan enojada y yo tan insistente. Yo tan amoroso y tú tan confundida. Tú tan cariñosa y yo tan payaso. Pero todas esas son las condiciones que nos pone la vida y el amor.!! Tenemos que pasar todos esos momentos amargos, “malos” para así apreciar todos esos TE AMO que me regalas, las sonrisas que provocas y cada caricia que me estremece por completo. Y es por eso que yo acepto todos esos riesgos contigo, todos tus cambios de humor, tus miedos acerca del pasado, tus palabras tan hirientes que se te salen cuando estás enojada, tus reacciones, tus inseguridades y tus “no sé” que me joden totalmente, pero no te pido que quites todo esto, porque yo sabía bien la gran batalla que era el estar contigo, por permanecer con alguien que quizás no le gusta tanto lo formal, y es más instantáneo, por alguien que lo serio no está tanto en su vida y prefiere lo improvisado, que prefiere la comedia, antes que el romance. Pero aún así, no quito ni cambio nada de ti, porque así es como te acepte desde un principio. Y sería egoísta de mi parte tratar de hacerte “perfecta” y es algo en absoluto busco contigo y menos con lo nuestro. Lo nuestro… siempre será y fue tan complicado, pero es algo que de cierta manera siempre me hará tenerte presente, y que me quedo con la amenaza de que no encontraré en nadie más, y que vea en ti lo que yo encuentro en estos momentos a tu lado. Y me toca decirte que tampoco encontraras a alguien como yo por más que quieras; ya que nadie te escribirá tantas palabras con tanto sentimiento, nadie pensará en ti por días completos, jamás nadie te hará los dramas que yo te he hecho, ni llorará incluso de la manera que yo lo hago y que mis ojos se hagan rápidamente rojos, y tú sin pensarlo dos veces limpias mis lagrimas sintiéndote la total culpable de todas mis lagrimas. Jamas nadie te llenará de besos pequeños por toda tu cara, te observará con tanto amor, y te acariciará tu cabello con tanta dulzura. Pero tú haces también posible tantas cosas de mi, como el crear las mejores conversaciones sin sentido, donde nadie al escucharnos entendería, todas esas miradas donde los dos nos perdemos mutuamente. Y aun no hablo de todas esa locuras, que ni siquiera hay palabras para expresar todo lo que en 5 min me puedes hacer sentir, con tan solo sentir tu calor sobre mi piel, tus abrazos mientras tu aroma (de mis favoritas) se queda impregnado en mi ropa, y si hablamos de las mejores cosas que disfruto a tu lado son las “despedidas” (ya que por mi parte no habrá un punto final en nuestra historia) que se convierten en interminables, tantos besos que son los que más disfruto, miles de abrazos con un mensaje de “quédate más tiempo” y las mejores dos palabras al terminar toda esas escenas de besos y abrazos, TE AMO. Eres una persona sumamente especial, no hace falta recordártelo, eres ese tipo de personas inolvidable en la vida, que pueden y te joden tu vida de una manera bonita, que llegan y te dejan con los mejores recuerdos. Tardaría años en agradecer todos los detalles que has tenido hacía mi, por haber cumplido mis caprichos, y respetar mis decisiones, por tus bromas estúpidas, tus acciones de mujer, y de ves en cuando por tus estúpidas acciones que haces sin pensar. Pero ya han pasado más de dos años, y aun sigo sin poder creer todo esto que hemos creado, un amor tan “mágico” tan raro, TAN A NUESTRA MANERA. Palabras me faltan para de decirte todo el amor que me has hecho sentir hacía ti, que pienso más de mil cursilerías por decirte, pero quiero que todo vaya a su paso, y no quiero adelantar tanto, ya que aún nos falta muchísimos días más estando juntos, y siendo el mejor equipo. De ahora en adelante seré la persona más sincera, cuidaré de ti, como yo quiero que lo hagas conmigo, te dejaré sin palabras cada vez que describa todo mi amor hacia ti, te dejaré con los mayores suspiros después de una gran cita, te atormentaré en todos tus sueños porque incluso hasta en ellos me extrañarás, hablarás con la gente de nosotros, porque se que siempre me tendrás o tienes presente de cualquier manera. No te prometo cosas que no cumpliré, pero si te demostraré mi amor cada que pueda y los detalles de mi parte serán totalmente sinceros, no te haré una promesa de un “SIEMPRE JUNTOS” porque sonaría como detenerte a la fuerza conmigo, y es algo que en absoluto busco, quiero que te sientas libre aun sabiendo que nos pertenecemos a través de las coincidencias o del destino, y que al final del camino siempre me encontrarás con la mejor de las sonrisas.
José Javier Pinete delgado - un viaje en letras
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Y te daré el mundo.
De nuevo no hay mariachi. Pero le dije de broma a mi hermana una vez “quiero una versión mariachi de Dear Theodosia (del musical Hamilton), porque imagino perfectito a Héctor cantándola”. Este se enlaza a El milagro de tus ojos.
-Héctor, me vas a hacer un pinche callo de tanto que me frotas la panza.- se quejó Imelda. Su esposo estaba acurrucado a su lado y no paraba de cantarle ni de acariciar su ya bastante prominente barriga. Tenía los tobillos hinchadísimos y se veía cansada, pero cada mañana él no paraba de asegurarle que se veía preciosa, a lo cual ella respondía que claro que para él se veía preciosa, si le decía lo contrario le tiraría la bota directo a la cabeza. Todos estaban haciendo sus apuestas a adivinar si el bebé sería niño o niña. La mamá de Imelda apostaba por niño y ya había tejido decenas de chambritas en rosa, la de Héctor quería una niña porque siempre había soñado con una niña a la cual sacar a la plaza con vestiditos de holanes, así que había comenzado a tejer en azul. Que si su barriga era medio aplanada en vez de redonda, así que seguro era niño o que no, que era al revés.
Y un día ella estaba muy tranquila cantando “Albricias” mientras bordaba. Una de sus primas, aún soltera, le estaba ayudando con la casa porque ya no se podía mover mucho, cuando de pronto comenzó a sentir molestias, como los cólicos que sufría. Decidió ignorarlos. El bebé se movía demasiado en su interior y más al oír la voz de su papá. Y siguió cantando como una alondra.
No me pidas que te quiera Porque te estoy adorando Y solo digo pensando Que tu amor es primavera
Lo que sí notaba, es que le estaban dando más ganas de ir al baño. -Oye, Lupita, ya no me traigas más agua de jamaica, que quiero acabar esta sabanita antes de que nazca mi chamaco.- le comentó a su prima.
-’Tas pendeja, Imelda- le replicó esta, barriendo las hojas-. Los bebés nadan ahi dentro, ocupan agua. Pero pronto la incomodidad se volvió mayor. Y en la última ida al baño de Imelda, salió asustadísima de la letrina. Estaba pálida como los muros de su casa.
-Háblale a mi mamá o a quien pueda venir, que se me salió algo bien raro ahorita.
Ni necesidad tuvo de poner pie en la casa una mujer más experimentada en cosas de la vida, porque apenas llegar Lupita y explicar qué había visto Imelda salírsele, todas las mujeres mayores corrieron por sábanas y luego corrieron hacia la casa de la parturienta. Uno de los primos de Imelda corrió a la plaza a buscar a Héctor.
-¡Héctor, Héctor!- gritó el chiquillo, trepándose hasta el kiosko, ganándose una mirada furiosa de Ernesto, que estaba a la mitad de una canción.
-¿Qué pasó, primo?- le saludó, más divertido que molesto por las prisas del niño.
-Quesque ya va a nacer su bebé, primo. Y casi se le cae la guitarra con las carreras de llegar a casa. Hasta Ernesto se olvidó por un momento de todo y corrió junto con su amigo.
El cuarto de ambos se transformó en sala de parto. Una prima bombeaba a toda prisa el agua a las ollas que otra ponía a hervir con ciertas hierbas y otra llevaba el agua al cuarto. Era apenas media tarde.
-Al menos déjenme ver a mi mujer ¿No?- se quejó Héctor, cuando lo dejaron sentado en la sala.
-No, tú te quedas aquí.- le detuvo su propia madre y volvió a sentarlo en el sillón.- Si quieres canta, eso relajaría a Imelda, pero no muy alto porque ocupo oír los latidos de tu chamaca.
-No creo que vaya a ser niña.- comentó Ernesto-. Imelda está demasiado bonita y las niñas siempre le chupan la belleza a sus madres.
-Ossstate. Yo sé de estas cosas aunque solo tuve a este loco.- y la mujer volvió adentro de la habitación.
Su suegra le marcó los latidos del corazón del bebé en las palmas de su mano, mientras tenía una oreja sobre el estómago de la parturienta. Imelda solo veía al techo, cada vez más desesperada.
-¿Falta mucho? Ya estoy cansada.- se quejó.
-Es tu primer parto, mija.- le tranquilizó su madre.- Tómate esto.
El té simplemente no le supo a nada que no fuera su propia impaciencia. Afuera podía escuchar la voz de su amado cantando, aunque un poco desganado. El pobre había jurado que iba a estar a su lado cuando llegara el bebé. Pero simplemente se lo negaron. Y tal como la madre de él había asegurado, eso la había calmado. Había esperado para que él juntara dinero para construir la casa y pudieran pagar la boda. Ahora había que esperar a que llegara el fruto de su amor. Tenía que ser paciente.
Ernesto estaba dormitando en una silla, era ya pasada la media noche, las campanas de la Iglesia hacía rato que habían espantado a posibles brujas.... y ni señas de que la espera por el bebé fuera a finalizar pronto. De pronto medio despertó cuando una de las primas de Imelda le trajo una taza de café de olla, aderezado con una sonrisa coqueta.
-Mano, anímate, ya viene tu heredero, parece más que vamos a tocar a un funeral.- murmuró, recuperando un poco la conciencia con el primer sorbo.
-Solo estoy asustado.- Héctor dejó de tocar acordes en la guitarra y miró a los ojos a su amigo, como lo hacía cada vez que se sinceraba a fondo con él-. Ya ves que se murió hace un mes la esposa de Chava cuando nació su niño. Pobrecilla, tan chica que estaba y ahora él solo con el chamaco.
-Imelda es fuerte, Héctor. Si la muerte se la quiere llevar e Imelda no quiere, ten por seguro que ella le tira un botazo y sigue viviendo hasta que las estrellas se caigan.- se rió Ernesto. Es pareció devolverle el ánimo a su carnal.
-¡Ya nació!- anunció felizmente la madre de Imelda, abriendo las puertas del cuarto y corriendo a abrazar a su yerno, que miraba embobado la pared.- ¡Oila nomás como chilla! ¡Va a cantar como nadie en esta familia con esos pulmones!
-¡Niña!- exclamó sorprendido. A pesar de que realmente esperaba un varoncito, no le importaba que fuera una niña. Sería su princesita, su florecita, su querubín, su rayito de sol y la melodía con la cual bailaría el resto de su vida.
Apenas limpiaron a la bebé y sacaron las sábanas ensangrentadas, Héctor al fin pudo conocerla. Descansaba entre los brazos de su madre. Imelda se veía absolutamente agotada, estaba algo despeinada, pero orgullosa. Héctor besó a su esposa en la frente y tomó la diminuta mano de su hija. Era perfecta.
-¿Entonces qué, no estás enojado por que sea niña?- comentó Imelda.
-No, no me podría enojar por eso, es nuestra hija y no me enojaría por algo que es nuestro.- suspiró él, tomándola entre sus brazos. Quería poderle dar mucho más que sus canciones. El mundo entero si era posible y aún así no le bastaría. ¿Qué podía decirle?.
-¿Y cómo la van a llamar?- preguntó la madre de Héctor.
-Hoy es la fiesta de la Virgen del Perpetuo Socorro.- murmuró Héctor. sin despegar un ojo de la niña-. Serás mi Socorrito. Coco. Coquito linda.
Le dio la niña a Imelda y fue por su guitarra. Coco le sonrió al escuchar los primeros acordes. Ernesto, sorprendentemente, lloraba como un niño ante la escena.
“Dedicaré mis días a tí La vida de casa me parecía ajena a mí Y con tu sonrisa me haces enloquecer Y yo tan listo que creía ser
Todo mi esfuerzo pondré Algún error cometeré Pero haré que nada nunca te falte.
Y un día nos vas a sorprender Tal vez, tal vez.
NOTAS
1- Me tomó como cuatro horas hacer este fic. Primero por investigar todo el proceso de parto y luego por buscar sobre como es la práctica de las parteras en México (lo más que recordaba era por un libro que me contó una amiga en preparatoria), pero no encontré mucho, solo entrevistas a las parteras y las condiciones en que ejercen, no pude tampoco preguntarle a mi bruja historiadora favorita porque ya estaba dormida. Fue interesante y creo que me convenció de tener a mis hijos mejor con partera que en el hospital. Mi mamá tampoco estaba ya despierta para preguntarle que cuál era el signo para saber si un bebé es niño o niña (ella siempre adivina por la panza de la mamá). Pero como ya sabemos que va a ser niña, pues ni para qué. No me equivoqué en lo de los colores, en serio, antes a las niñas se las vestía de azul (por la Virgen María) y a los niños de rojo (que porque el rojo era un tono muy macho y el rosa era un tono adecuado y tierno para un niño). Hasta como los cincuentas eso se invirtió. 2- Sí, la canción de Albricias existe. La canción al final fue una adaptación mega liberal de Dear Theodosia.
3- Si lo quieren tomar de headcannon para una fecha de cumpleaños para Coco, la fiesta de la Virgen del Perpetuo Socorro es el 27 de junio. Ya ven que antes les ponían a los niños el nombre del santo que salía en el calendario (Yo sería Cutberta, qué horror).
4-Yo creo que en el fondo, Ernesto sí es buena persona. Pero si te metes con lo que él quiere... pus te va como ya sabemos.
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Crónicas de Silencios que Dañan (Cinco): Dejar las cosas en claro
Dile amor, que soy tu sueño y que me amas como yo a ti...
Nigga
Kentin llevaba todo el día planeando su cita con Hina por su mesversario de tres meses. Cada mes él preparaba una cita romántica con la cual sorprendía siempre a su novia.
El primer mes la llevó a un bonito restaurante con temática de acuario, había amado el brillo de ilusión en los ojos de su niña. El segundo mes, habían ido a un día de campo y habían visto el atardecer y luego se habían quedado recostados viendo las estrellas, compartiendo ese bello momento.
Pero esa vez, Rosa había comentado que una cena simple en casa los dos solos también era un bonito detalle, que no siempre era necesario pensar en citas extravagantes.
Así que, esa vez él había preparado en su departamento un ambiente romántico con luces tenues y velas, había preparado la comida favorita de su novia, una receta italiana llamada ñoquis, que a él le costó demasiado aprender a que tuvieran una forma decente.
Ésta sería, sin dudar, la noche perfecta.
[...]
Hina en serio, en serio, estaba comenzando a cansarse.
Su compañero de trabajo estaba comenzando a colmar sus nervios, Hyun no parecía entender que tenía novio.
Llevaba un mes rechazando toda muestra de afecto; desde chocolates hasta flores. De hecho, una vez había aparecido con unas flores que si bien eran bonitas, aún tenían rastros de tierra en sus raíces, casi como si hubieran sido arrancadas de algún lado.
Poco tardó en comprender por qué, cuando una señora mayor apareció con una escoba y comenzó a golpear al muchacho por haber arrancado sus petunias de su hermoso jardín.
La joven iba perdiendo su paciencia cada vez más. Furiosa por la intromisión de Hyun, cuando en su hora de descanso le había armado una escena de celos porque ella hablaba con Kentin, sentía como su sangre hervía. Estaba considerando seriamente romperle la nariz si seguía molestándola.
Subía las escaleras hacia el departamento de su novio pisando con fuerza, sus dientes le dolían por apretarlos producto de su rabia.
Tenía tantas ganas de gritar, tenía....
Quedó paralizada al ingresar al departamento y encontrarse con el suelo cubierto de pétalos, el aire cargado de un suave aroma floral y música romántica. La luz había sido bajada como para que combinara con las velas.
Una pequeña mesita redonda en el medio de la sala decorada con un mantel rojo sangre y más velas le daba la bienvenida. En una cubitera, a un lado, una botella de champagne descansaba enfriándose. Los platos de porcelana y la vajilla de plata daban un aire sofisticado. Las almohadas tiradas alrededor de la mesita resultaban muy acogedoras.
–¿Qué te parece? –susurró una voz a su costado. Kentin estaba vestido con su clásico pantalón militar y una camisa blanca. Se veía tan lindo, observándola con cariño y un dulce sonrojo en sus mejillas.
–Creo...creo que es lo más hermoso que alguien haya hecho por mí –respondió apresurándose sobre él, besándolo profundamente.
–Vamos, la cena va a enfriarse –dijo él al separarse.
La cena estaba deliciosa, fue un detalle tan dulce que se tomara el tiempo de aprender a cocinar su plato favorito solo por ella. Después de una semana tan estresante, ciertamente ser mimada por su perfecto novio era una forma maravillosa de terminar la semana.
Kentin había preguntado cada aspecto de ella, escuchando atentamente sus palabras y besándole las mejillas y el cuello cada vez que notaba que mis picos de estrés se disparaban al recordar algunas cosas que me habían pasado.
Estábamos por comenzar el postre, entre besos y tragos de champagne, cuando mi teléfono comenzó a sonar de improviso.
–Ignóralo –susurré contra sus labios. Ambos lo intentamos.
Pero es un poco difícil cuando después de 15 minutos no dejaba de sonar, entrando mensajes de forma incesante.
–Anda, fíjate, quizá sea algo importante –dijo comprensivo.
¡Dios, era tan hermoso!
Enviándole un beso con mi mano, me apresuré sobre mi cartera, sacando la pequeña molestia. Un gruñido de hastío salió de mis labios al ver el remitente de tantos mensajes y su contenido.
¡Maldita sea! ¡Ese tipo tenía que entender que no estaba interesada!
–¿Ocurre algo?
–Nada, mi amor –respondió dejándolo en la mesa, en silencio–. Una insignificancia.
Y ahí lo dejo, dispuesta a ignorarlo y a pasar una noche romántica con su novio.
[...]
A la mañana siguiente, Kentin se despertó con sus brazos envueltos en el cuerpo cálido del amor de su vida.
Amaba verla dormir, era cuando más parecía relajada y ella misma. Así como estaba ahora, la amaba profundamente, con el cabello despeinado, con un poquito de baba cayendo de sus labios y toda despatarrada por la cama mientras lo abrazaba. Aun con sueño, miró el reloj de su mesita.
7:39
Era tan temprano, y era sábado. Ninguno de los dos tenía que levantarse hasta dentro de algunas horas, acomodándose nuevamente a su lado se dispuso a dormir un poco más junto a la chica.
¡¿Quién demonios tocaba música a las siete de la mañana?!
El sonido fue tan grande que ambos se despertaron sobresaltados y asustados. Fue algo de improviso, venia de la ventana que daba a la calle, rápidamente, ambos se apresuraron a la ventana a ver de que venía tanto ruido.
No. Puede. Ser.
Abajo, vestido de mariachi, con un equipo de sonido y una guitarra en pésimo estado en las manos, estaba Hyun. En el momento en que la vio asomarse una sonrisa surcó sus labios, y comenzó a cantar.
Hina en serio tenía ganas de llorar, esto era el colmo ¿Una serenata? ¿En la casa de Kentin?
¡Iba a matar a ese imbécil!
–Hina... ¿Puedes explicarme por qué un coreano vestido de mariachi te está dedicando canciones de amor mexicanas? –preguntó irritado su novio.
Y no era para menos, ¡Ella estaba furiosa! Si ella estuviera presenciando algo así dedicado a su novio, ella estaría echa una fiera.
–Te juro que no es lo que parece –dijo con la voz cortada–. Yo no lo alenté, he estado intentando que entienda de una vez que estoy contigo–. Furiosa y con lágrimas de ira, sacó medio cuerpo por la ventana y gritó–: ¡¿Qué crees que estás haciendo, Hyun?! ¡¿Y por qué canciones mexicanas, si yo soy uruguaya?! ¡Estás un continente entero lejos!
–¡Hina! –La reprendió molesto Kentin–. ¿Eso es lo que te interesa? ¿Qué se equivocó de país?
–Pues ya que me va a dedicar una serenata pudo haber elegido canciones de mi país, al menos hubiera elegido "No te va a gustar" – respondió rodando los ojos.
–¡Hina!
–Está bien, tienes razón, lo siento –lloriqueó, pero inmediatamente se dio cuenta de algo y entrecerrando los ojos, dirigió una mirada helada a su novio–. Espera ¿Por qué tengo que disculparme yo? No he hecho nada malo, he estado desalentando cada uno de sus avances y es él que no parece entender que no estoy interesada ¡Si estás molesto, no te desquites conmigo!
–¡No estoy molesto contigo! –respondió histérico–. ¡Lo que me preocupa es otra cosa! ¿Por qué este tipo apareció aquí, en mi casa? ¿Cómo sabía que estarías aquí?
–¡No lo sé! –chilló–. ¡En lugar de hacerme preguntas a mí, por qué no se lo preguntas a él!
Genial, lo último que necesitaba era que Kentin se enojara con ella por las burradas de Hyun. Ambos guardaron silencio, escuchando de fondo la guitarra que parecía estar siendo tocada por pájaros.
–¿Hace cuánto que está ocurriendo esto? –preguntó apretándose el puente de la nariz.
–Desde....desde que lo conocí –respondió–. Él era el que mandaba mensajes anoche, y ha estado toda la semana y la anterior, y la anterior, con actos de este estilo.
–¡Te amaré toda la vida, todos los años, los meses y los días! –cantó la voz de Hyun entrando por la ventana.
Dios, el tipo sí que desafinaba.
–Suficiente, voy a dejar las cosas en claro ahora mismo –sentenció Kentin saliendo de la habitación.
–¿Qué vas a hacer?–. Hina se quedó al lado de la ventana confundida, esperando a ver qué haría su novio. Unos minutos después, lo vio entrar de nuevo con un balde lleno de agua, impactada se apresuró a decir–: ¡Kentin, afuera aún está frío!
–Si no entiende por las buenas, es hora de que entienda por las malas –respondió arrojando por la ventana el líquido helado.
Abajo, la voz de Hyun sonó ahogada y callándose de golpe por la sorpresa del agua fría cayendo sobre su cabeza. El hielo bajo sus pies y el desequilibrio producto del golpe, lo arrojó con fuerza contra el suelo.
–¡Y no te acerques a mi chica! –sentenció Kentin cerrando la ventana con fuerza. Una vez hecho, se giró hacia la castaña y tomándola de la cintura, dijo–: "Bueno, aún es temprano, volvamos a dormir.
–¿Dormir? ¿Quién quiere dormir cuando se tiene un bombón celoso y de armas tomar como novio? –cuestionó feliz–. Ven aquí soldado, tengo muchas ideas en mente mejor que solo dormir –bromeó tomándolo del cuello lo arrastró con ella a la cálida comodidad de su cama.
[...]
Mientras, en la vereda, un muchacho vestido de mariachi, se quedó sentado en el suelo, temblando de frío como un gatito mojado, en shock intentando entender qué diablos había pasado.
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Veamos, cómo empiezo esto… Quizás sea bueno aclarar que hace poco vi “Lo que una chica quiere” (Un sueño para ella, en España), esa película con Amanda Bynes y Colin Firth en dónde ella, con solo 17 años, parte hacia Inglaterra para conocer a su papá. No es una historia de cenicienta pero, ciertamente, tiene un aire. Además, el año pasado volví a leer Orgullo y Prejuicio y volví a verme Austenland. Además, me acabo de ver todo Sakura Card Captors de nuevo. —Amo a Shaoran—. Y, en algún momento, mi mente hizo clic. CLIC. Todos esos personajes tenían, casi, algo en común. Todos son, en mayor o menor medida, Mr. Darcy.
Sí, Estamos rodeados por Mr. Darcy’s. Chicos, grandes, con estatus sociales ligeramente variantes pero siempre con las mismas características. O, al menos, así me lo parece. Por ello: ¡vamos a analizar!
¿Qué hace a Mr. Darcy ser Mr. Darcy?
Veamos su presentación inicial:
El señor Bingley era apuesto, tenía aspecto de caballero, semblante agradable y modales sencillos y poco afectados. Sus hermanas eran mujeres hermosas y de indudable elegancia. Su cuñado, el señor Hurst, casi no tenía aspecto de caballero; pero fue su amigo el señor Darcy el que pronto centró la atención del salón por su distinguida personalidad, era un hombre alto, de bonitas facciones y de porte aristocrático. Pocos minutos después de su entrada ya circulaba el rumor de que su renta era de diez mil libras al año. Los señores declaraban que era un hombre que tenía mucha clase; las señoras decían que era mucho más guapo que Bingley, siendo admirado durante casi la mitad de la velada, hasta que sus modales causaron tal disgusto que hicieron cambiar el curso de su buena fama; se descubrió que era un hombre orgulloso, que pretendía estar por encima de todos los demás y demostraba su insatisfacción con el ambiente que le rodeaba; ni siquiera sus extensas posesiones en Derbyshire podían salvarle ya de parecer odioso y desagradable y de que se considerase que no valía nada comparado con su amigo.
Comprobamos entonces, que las características iniciales del famoso señor Darcy están dadas en contraposición de la de otro personaje: el señor Bingley. Mientras uno es agradable y de modales sencillos y poco afectados; el otro posee unos modales que causaron disgusto e hicieron opacar su porte aristocrático. Se dice de él que es un hombre orgulloso, que pretendía estar por sobre los demás y siempre mostraba su insatisfacción con el ambiente que le rodeaba. Parecía odioso y desagradable. En resumen, era un hombre que, pese a llamar la atención por su porte, una vez que intentabas establecer contacto con él, no resultaba agradable para el resto.
Luego, encontramos otra característica de Darcy que lo marcará toda la novela: dice lo que piensa; aunque muchas veces no tome en cuenta los sentimientos de otros. Solo su propia percepción.
––Tú estás bailando con la única chica guapa del salón ––dijo el señor Darcy mirando a la mayor de las Bennet. ––¡Oh! ¡Ella es la criatura más hermosa que he visto en mi vida! Pero justo detrás de ti está sentada una de sus hermanas que es muy guapa y apostaría que muy agradable. Deja que le pida a mi pareja que te la presente. ––¿Qué dices? ––y, volviéndose, miró por un momento a Elizabeth, hasta que sus miradas se cruzaron, él apartó inmediatamente la suya y dijo fríamente: ––No está mal, aunque no es lo bastante guapa como para tentarme; y no estoy de humor para hacer caso a las jóvenes que han dado de lado otros. Es mejor que vuelvas con tu pareja y disfrutes de sus sonrisas porque estás malgastando el tiempo conmigo.
Sin embargo, el libro nos da muchas más luces que la película. Así que si no lo has leído te recomiendo ir a leerlo. Porque quizás te sorprendas con lo que viene a continuación.
Al principio, el señor Darcy apenas se dignó admitir que era bonita; no había demostrado ninguna admiración por ella en el baile; y la siguiente vez que se vieron, él sólo se fijó en ella para criticarla. Pero tan pronto como dejó claro ante sí mismo y ante sus amigos que los rasgos de su cara apenas le gustaban, empezó a darse cuenta de que la bella expresión de sus ojos oscuros le daban un aire de extraordinaria inteligencia. A este descubrimiento siguieron otros igualmente mortificantes. Aunque detectó con ojo crítico más de un fallo en la perfecta simetría de sus formas, tuvo que reconocer que su figura era grácil y esbelta; y a pesar de que afirmaba que sus maneras no eran las de la gente refinada, se sentía atraído por su naturalidad y alegría. De este asunto ella no tenía la más remota idea. […]
Sí. El libro menciona ese cambio que se va produciendo en el señor Darcy, y lo menciona textualmente apoyándose en construcciones temporales como las marcadas en color rojo. Es el momento donde él la ve a ella. Se percibe entonces otro aspecto clave en el señor Darcy: la observación. Lo cual se verá, también, más adelante cuando de sus testimonios sobre su propia forma de escribir versus la de su amigo Bingley. Por otra parte, este es el momento dónde comienza la duda sobre sus creencias, porque quién se presenta frente a él resulta ser una persona de figura grácil, natural y alegre. Son estos momentos donde Elizabeth se percata qué él escucha sus conversaciones y decide ser impertinente para mostrarle a él que no le tiene miedo. Lo hace en un baile, donde los Lucas, cuándo se niega a bailar con él; y él sigue fascinado observándola, como se lo menciona a una de las hermanas de Bengley.
Además, vemos que el señor Darcy es una persona que no duda de dar su opinión y de debatir aquello en lo que no está de acuerdo, como ocurre en la escena, en casa de los Bengley, donde discuten sobre las cualidades que tiene una mujer perfecta. Incluso, pareciera que es el tipo de personas que está acostumbrado a tener la última palabra. Sin embargo, en ocasiones, cuando la otra persona le responde de cierto modo, concede. Es en este momento, donde la forma de actuar del personaje comienza a cambiar. O, mejor dicho, nuestra percepción del personaje es la que cambia.
––Yo siempre he considerado que la poesía es el alimento del amor ––dijo Darcy. ––De un gran amor, sólido y fuerte, puede. Todo nutre a lo que ya es fuerte de por sí. Pero si es solo una inclinación ligera, sin ninguna base, un buen soneto la acabaría matando de hambre. Darcy se limitó a sonreír. Siguió un silencio general que hizo temer a Elizabeth que su madre volviese a hablar de nuevo. […]
Detalles simples, como una sonrisa, nos muestran que el personaje que se nos presentó en un inicio no es realmente de esa forma. Aunque, la historia también se puede ver desde otros ángulos como una clase social elevada tiene que aceptar que niveles más intermedios, y bajos, en verdad no están mal. O, quizás deba decir, el cambio de enconomías y de clases en una sociedad en vías de modernización. [1]
[…] Ella, que creyó haberle ofendido, se quedó asombrada de su galantería. Pero había tal mezcla de dulzura y malicia en los modales de Elizabeth, que era difícil que pudiese ofender a nadie; y Darcy nunca había estado tan ensimismado con una mujer como lo estaba con ella. Creía realmente que si no fuera por la inferioridad de su familia, se vería en peligro. […]
A medida que continuamos la narración somos participes sobre las percepciones que ambos personajes tienen del otro. Lizzie busca retar al señor Darcy y parece no temer el ofenderlo; mientras, él se queda ensimismado con ella. Sin embargo, no la acepta por completo. A mi parecer, un gran cambio con la película que nos muestra solo el punto de vista de Elizabeth y él queda rodeado por un aura total de misterio hasta la declaración de sus sentimientos.
—Recuerdo haberle oído decir en una ocasión que usted raramente perdonaba; que cuando había concebido un resentimiento, le era imposible aplacarlo. Supongo, por lo tanto, que será muy cauto en concebir resentimientos… ––Efectivamente ––contestó Darcy con voz firme. ––¿Y no se deja cegar alguna vez por los prejuicios? ––Espero que no. ––Los que no cambian nunca de opinión deben cerciorarse bien antes de juzgar. ––¿Puedo preguntarle cuál es la intención de estas preguntas? ––Conocer su carácter, sencillamente ––dijo Elizabeth, tratando de encubrir su seriedad––. Estoy intentando descifrarlo. ––¿Y a qué conclusiones ha llegado? ––A ninguna ––dijo meneando la cabeza––. He oído cosas tan diferentes de usted, que no consigo aclararme.
Entonces, Fitzwilliam Darcy será esa persona que se presenta de distintas formas según con quién interactúe; es, casi, como una cebolla en la metáfora de Shrek. ¿Será Shrek un Darcy oculto también? Porque ciertas características tiene, aunque no todas.
Sigamos entonces con la declaración que todos recordamos. Una declaración, valga decir, nada romántica y un tanto brusca. Aunque él se muestra completamente sincero y le dice que está yendo contra su buen juicio al enamorarse de ella. Al menos, eso es lo que piensa. Luego, como sabemos, ella lo rechaza y el la abandona sin creer la realidad de tal rechazo. Busca entonces aclarar todos esos puntos en donde él siente ha sido incriminado. Ella, entonces, comienza a descubrir nuevas facetas de él. Su ama de llaves afirma que él es generoso y dulce. Además, vemos el amor hacia su hermana y la forma tan distinta que trata a sus tíos, los Gardiner.
––Su educación es perfecta y su elegancia y sencillez admirables ––dijo su tío. ––Hay en él un poco de altivez ––añadió la tía pero sólo en su porte, y no le sienta mal. Puedo decir, como el ama de llaves, que aunque se le tache de orgulloso, no se le nota nada.
Tenemos a un señor Darcy totalmente distinto al que se nos presentó en la primera fiesta. Este es atento, altivo, sí, pero sencillo y elegante. Qué contradicción de persona, podríamos pensar, pero justamente eso es lo que resalta del personaje: las facetas tan distintas que es capaz de demostrar.
Además, su forma de actuar ante la conmoción causada por la fuga de Lydia con Wickham llevada por la responsabilidad que siente al no haber dado a conocer el carácter de Wickham nos demuestra que es una persona que toma la acción. Va y busca a los fugados, se hace cargo y ayuda pidiendo solamente discreción. No quiere que la gente se entere de las acciones buenas que realiza. La declaración final, todas las preguntas y destinos de los personajes se los dejo para quién lea el libro. Pues en este momento es preciso hacer solo una cosa:
Resumiendo las características de tu arquetipo Darcy:
Presentación. El personaje resalta desde que aparece. Sin embargo, cuándo los otros personajes intentan relacionarse con él, este se muestra esquivo e, incluso, un poco desagradable.
El personaje comienza a enamorarse de tu protagonista. En estos momentos surgen los debates y observaciones. Recuerda que el arquetipo Darcy es un observador nato. No habla mucho, aunque no duda de decir lo que piensa. En ocasiones, mientras la observa, el lector podrá ver como él esboza una sonrisa.
El conflicto Darcy. Darcy sabe que se está enamorando aunque no lo acepta. No acepta que se esté enamorando de ella. Comenzamos a ver más facetas suyas a medida que las interacciones se intensifican.
Y puede ser que se declare. Sin embargo, esta declaración será ruda. Él todavía no está feliz de admitir lo que siente. Lo que conlleva, inevitablemente, a su rechazo o falta de respuesta por parte de ella.
El cambio. Para este momento, el personaje ya es otro. Comenzamos a ver su lado más humano y él también se comporta diferente con los demás; incluso, otros personajes hablan de él de una forma distinta.
Acciones frente a palabras. Aunque el arquetipo Darcy terminará respondiendo de forma sincera las dudas de su pareja, serán sus actos los que hablaran por él. No vacilará al actuar si el receptor de su amor se encuentra en peligro o atravesando una situación difícil. Sin embargo, esta ayuda la brindará en secreto. Aunque ella terminará igual por enterarse.
Curiosidades:
Sabías que en el libro se menciona 126 veces la construcción señor Darcy y 601 solo el apellido Darcy.
En el libro, Lizzie se entera de las acciones del señor Darcy por una carta de su tía; ella es quién le esclarece los hechos luego de que Lydia dijera que estuvo presente el señor Darcy pero que le prometió no contar nada.
En el libro, el tiempo transcurre de forma distinta. Hay varios bailes y Lizzie pasa hasta cuatro días cuidando a su hermana donde los Bengley. Además, entre la fuga de Lydia y su matrimonio pasan tres meses. Durante todo ese tiempo, Lizzie no sabe nada de Mr. Darcy y pensaba que no volvería a verlo. Del mismo modo, se narran los días que pasan desde la declaración final y el matrimonio entre Lizzie y Darcy. Así como el continuar de sus vidas.
Ciertamente, hay muchos personajes que, a mi parecer, cumplen con estas características. ¿No lo creen? ¿Se les ocurre alguno?
Analizando personajes: Mr. Darcy Veamos, cómo empiezo esto... Quizás sea bueno aclarar que hace poco vi "Lo que una chica quiere" (Un sueño para ella, en España), esa película con Amanda Bynes y Colin Firth en dónde ella, con solo 17 años, parte hacia Inglaterra para conocer a su papá.
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Suficiente
Mi vida está hecha pedazos.
Estuviste en mi vida durante casi 10 años, no tengo idea de qué es lo que me hizo enamorarme de ti como una loca... A veces pienso que en realidad yo nunca te gusté.
Nos conocimos por amigos en común en el 2010, en el 2011 mantuvimos una relación muy infantil (bueno, qué podemos esperar de dos pubertos de 14 y 15 años). En ese entonces yo no esperaba mucho de ti, ni de nadie, no sabía qué era sentir amor, para mí era un simple juego y la estábamos pasando muy bien. Hasta que decidiste terminar la relación con el objetivo de estar con tu mejor amiga. Ahí fue la primera vez que rompiste mi corazón y la primera vez que sentí inseguridad sobre mí misma. Me la pasaba comparándome diario con ella, viendo qué tenía que yo no, empecé a odiar cada centímetro de mi cuerpo, cada “cualidad” mía y sobre todo mi personalidad. Ella era interesante y casi no hablaba, yo era una parlanchina y mi risa era estruendosa, ella era morena y yo blanca, ella era delgada y yo gorda, ella tenía una sonrisa perfecta y yo dientes chuecos. Quería ser como ella; empecé a quemar mi piel a propósito, empecé a odiar los espejos, empecé a modular mi voz y mi risa, empecé a odiarme.
Mientras estabas con ella me seguías buscando, al principio me sentía como una ganadora, ya que yo seguía siendo parte de tu vida, sentía que no podías olvidarte de mí y que yo significaba algo para ti, me sentía tan especial... Después me di cuenta que solo era tu secreto... Y que nunca la dejarías por mí.
Cuando terminaron me buscaste, y como la idiota que soy te seguí.
Te seguí y pasó algo que era bastante obvio. Fui tu secreto (otra vez). Me buscabas de una manera super random, la verdad es que nunca entendí esa época. Cuando yo tenía 16 y tú 17, la prepa era de por si bastante confusa y llegaste a rematarla. Me enviabas mensajes “lindos” pero no me saludabas en los pasillos, me platicaste que tu mejor amigo me decía “la gorda” y estoy bastante segura de que no me defendiste. Las únicas ocasiones que estabas en mi casa era porque ibas de pasada a tu casa, nunca fue por que fueras con la intención de verme. Tengo que admitir que eres muy guapo, y tuve que aceptar la idea que yo era demasiado fea para que tus amigos supieran de mi existencia, yo solo mancharía tu imagen en la preparatoria. Tuve muchos impulsos de “ya no volver a contestarte” pero era un simple engaño.
Cuando yo tenía 17 y tú 18 volviste a entrar en mi vida, nos veíamos ocasionalmente y “fajabamos” o algo así, la verdad es que nunca entendí qué estábamos haciendo, era la primera vez que estaba de manera íntima con alguien. Tú tenías novia, al menos no fui la única utilizada en ese escenario.
La verdadera pesadilla empieza en 2015, cuando yo tenía 18 y tú 19. Te busqué muy random por twitter, me emocionó mucho que me respondieras. Releo lo que he escrito hasta ahora y me pregunto por qué mierda te busqué después de todo lo que me habías hecho... Sigo sin saberlo. En ese entonces yo era amiga de Jaz, la chava por la que me cambiaste estando en la secundaria, cuando le empecé a hablar descubrí porqué me habías cambiado por ella, supongo que ahora no te culpo tanto; aunque igual a lado de cualquiera siempre voy a tener desventaja. Empezamos a asistir a las mismas fiestas, a mí me invitaba Jaz, a ti Chocho (supongo); yo solo iba porque sabía que estarías ahí. En ese entonces nos besábamos y jugábamos a escondidas de todos, nos escondíamos en el baño y todo fluía tan natural entre tú y yo, ni siquiera había necesidad de decir algo, la atracción y química sexual entre nosotros siempre ha existido, siempre he sido tu juguete favorito. Uno de esos días me mandaste un mensaje de buenos días y me emocioné bastante... Después empezaste a decirme que estaba bonita y más cursilerías que sabes que me encantan. Empezamos a salir al parque y a caminar. De repente me dejaste de hablar porque había dicho mentiras sobre ti, lo platicamos, me disculpé y seguimos saliendo; qué ironía... Tú nunca te has disculpado por todo lo anterior. Seguimos platicando, la frecuencia de los mensajes lindos empezó a aumentar, me sentía tan afortunada... Por fin había “sentimientos” involucrados en nuestra historia, por fin sería algo más que besarnos a escondidas. Un día salimos a comer y tú no comiste, en ese momento me molestó mucho, pero después me dijiste que estaba bonita y olvidé mi molestia por completo. Semanas después me pediste ser tu novia en el parque que está en frente de mi casa, el mundo se me vino encima, ¡POR FIN FORMALIZARÍAMOS! ¡EL MUNDO SABRÍA DE NOSOTROS! dios mío, cuánta emoción, cuánta felicidad sentí, te dije que sí súper feliz y lo sellamos con un beso entre risas bobas. Todo era súper bonito, me dabas la mano en lugares públicos, salíamos a caminar, subíamos fotos, lo nuestro era más que oficial, al inicio de la relación me preguntaba qué pensaría tu mejor amigo de que estuvieras con la gorda.
Después todo empezó a tornarse muy sombrío, empezaste a celarme a niveles muy raros, ni siquiera recuerdo cómo fue escalando todo... empezaste revisar mis mensajes y a reclamarme por mensajes que ni siquiera eran de tu tiempo, eliminaste amigos de mis redes sociales, me prohibiste personas muy especiales para mí y me hacías sentir mal por llorar por eso. Me decías que ellos en realidad no eran tan importantes, porque al final quien estaba todo el día conmigo eras tú, no ellos... te creí. ¿Por qué mi novio me haría daño? ¿Por qué Roosevelt me haría algo malo? De seguro lo que hace es lo correcto y solo me está protegiendo... sip, eso pensé en ese momento. Hubo un pequeño momento de lucidez que me dijo que debía de dejarte, lo intenté pero la verdad es que ya ni recuerdo qué truco de manipulación usaste en ese momento para lograr hacerme cambiar de opinión y perdonarte todo. La primera vez que me pusiste una mano encima te quise cortar inmediatamente, pero es que esas escenas que hacías en la calle me daban mucho miedo y no dije nada en ese momento. Me confunde mucho pensar en la cronología de todos esos hechos, me esforcé mucho por bloquear todos esos eventos de mi cabeza y me da pendiente estar mintiendo en este escrito... el punto es que viví un infierno de violencia física, sexual y psicológica durante esa relación, y que por más que lo supiera y estuviera consciente de ello, siempre terminaba perdonándote y dándote otra oportunidad. Podrá sonar muy tonto de mi parte, pero lo que más me duele de todo eso es haberme quedado sin amigos, porque ahora no tengo un hombro en cuál recargarme... y como yo nunca fui una loca como tú, nunca te prohibí a tus amigos, nunca los eliminé de tus redes ni nada por el estilo, por más mierda que hayas sido, siempre te tuve mucha confianza en ese aspecto, yo ya conocía a tus amigos hombres que no hacen nada más que jugar ps4 y juntarse a platicar y comer, sabía que eran chavos tranquilos que lo más “rebelde” que harían sería fumar marihuana, aunque igual me habías platicado que todos lo habían dejado (qué aburridos, tho) tus amigas tampoco me daban desconfianza, siempre hice comentarios incómodos pero en realidad nunca pasó de eso, siempre te tiré carro de “tus amigas las modelos” porque en instagram solo seguías como a 15 chavas que estaban súper buenas, ya sabes, de esas que tienen una foto de perfil en traje de baño, y las que no eran las modelos eran las chavas que sí ubicaba y de las que me platicabas más, de hecho me contaste “problemas” de ellas y te aconsejaba, sobre todo de Ale, que igual admito que llegué a hacer comentarios como “Uy, siempre hablas de Ale,” y hasta llegué a decir “Ya cógetela” wow, eres super obediente.
...Me da mucho coraje pensar que “estabas en lo correcto,” que así como tú te preocupabas por mis amistades, que así como tú me celaste de una manera enferma, tal vez yo debí hacerlo también, porque ahora estás enamorado de ella y no puedo hacer nada al respecto, ahora están haciendo lo que me prometiste que haríamos tú y yo. Mañana irán al Live Out juntos, y me enferma pensar que yo te compré el boleto para que vieras a The Strokes en nuestro primer Live Out, me hacía mucha ilusión cumplirte el sueño de ver una de tus bandas favoritas... Ahora verás a The Strokes en la CDMX con ella; recuerdo que tan pronto salió el lineup del CC19 me dijiste que iríamos, hiciste cuentas de cuánto gastaríamos en ir, me dijiste que mejor fuéramos una semana entera a la CDMX para ver más de lo que no pudimos el día que me acompañaste a tener mi aborto (gracias btw). Me encanta como dices que “quieres hacer las cosas bien” y no te puede entrar en la cabeza que hacer todo eso está mal.
Y al final la historia simplemente se repite, me cambiaste por alguien más delgada, morena, interesante, nunca he escuchado su voz y mucho menos su risa... pero estoy bastante segura de que no es una voz de pito ni una risa ruidosa y molesta como la mía. El hecho de que me estuviste buscando para coger mientras ya estabas saliendo con Ale solo prueba que después de tantos años simplemente no cambias, estás hacieno exactamente lo mismo que cuando estabas con Jaz y me seguías buscando para usarme como juguete sin sentimientos de por medio... sé que nunca los sentiste. Lo más enfermo es que una vez me dijiste que hacías eso conmigo como en plan “halago” -sí, le he sido infiel a dos chavas contigo. Y bueno, ahora va una tercera, shame on you.
Cuando recién empezamos a ser novios en el 2015 no podía creer que sintieras algo “verdadero por mí” (y no lo digo por hacerme menos, sino por el hecho de haber sido tu secreto y que me cambiaras por alguien más, simplemente era algo difícil de creer) y ahora que estás con Jaz 2, puedo confirmar que yo nunca fui tu tipo.
El momento en que terminé contigo (bravo por mí) me prometiste que me apoyarías emocionalmente, que me amabas y que dificilmente dejarías de hacerlo, acepté tu apoyo pero... ¿en realidad necesito TU apoyo? ugh, no lo creo. Vaya, podemos tener en claro que necesito ayuda profesional pero no sé si tú seas la persona adecuada para proveer la más mínima ayuda, debo de quitarme este síndrome de estocolmo y dejar de ver nuestra historia como un “Bueno sí me hizo todo eso... pero también me escribió cartitas uwu.” Esa es la razón por la que no mencioné cosas “buenas” de nuestra relación, para que quien sea que lea esto no sienta compasión por ti y no se disminuya el daño que me hiciste.
Lo peor es que aún después de todo lo que me hiciste no puedo ser tan cruel contigo, tengo unas ganas enormes de compartirselo a Ale y que vea lo mierda que fuiste para advertirle lo que eres capaz de hacer, porque sorora... aunque no sé si sea necesario porque igual Jaz me platicó y advirtió sobre los celos y la violencia física pero no sirvió de nada, me dejé llevar por tus manipulaciones... Roosevelt 2 - Exnovias 0.
Supongo que después de todo esto que me hiciste no suena tan mal decir que besé más de una vez a Jean Marc el último día en Recanati, fue la noche más linda y mágica de todo el mes, fue tan lindo conmigo que no lo podía creer; estuve tan acostumbrada a ser pisoteada que cualquier halago me hacía sentir en el cielo. Lo que más me gustó de él fue su inocencia y lo espontáneo que se dio todo, podía ver en sus ojos que no buscaba hacerme daño ni cambiarme de un día a otro.
¿Si le comparto esto a Ale estaremos a mano? Who knows. Me basta con que no la golpees.
#escrito#historia de amor#desamor#amor#exnovio#heart break#breakup#feminismo#deconstruccion#deconstruccion feminista#sorora#quotes#te odio#te amé
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Suckers: Afterlife
Esto es lo que oficialmente consideraré el primer intento realmente serio de escribir una novela propia. La primera fue de un corte muy distinto y murió luego de que me fuera robada la libreta con el manuscrito original -sí, no existía archivo digital alguno-. Aunque aún cuento con la idea en mi mente, honestamente ya no la siento tan buena, así que empecé esto, de lo que después del capítulo 1 les daré contexto y luego les daré el 2.
I.
Esa noche, R. estaba tan decepcionado con el mismo Dios y la misma vida que él creía habían sido tan amables con él. Tenía una esposa hermosa, a quien había amado después de un largo tiempo sin sentir emoción alguna, la oportunidad de tener un hijo y la oportunidad de dejar ir a la mujer que hizo su vida un infierno. Esa misma noche, toda esa ilusión desapareció. Esa misma noche, él entendió que nunca me había dejado ir realmente. Esa misma noche lo observé morir por dentro, dejando ir todas las cosas que lo hacían humano en este mundo. Las cosas a las que tanto se aferraba. Lo vi llorar, en la tristeza de esa habitación obscura y vacía del hospital. Lloró por su esposa y su hijo. Ambos muertos. Me sentí tan triste. Lloré, aunque por supuesto que no me vio. No podía aún. Ahora, o más bien, en ese momento, su esposa y el niño no nacido estaban en una morgue. Durmiendo el sueño interminable. Cuando finalmente me mostré ante él, R. me miraba como si fuera una especie de fantasma. ¿Realmente me veo así? Sigo siendo hermosa. Más hermosa de lo que jamás imaginó que sería alguna vez. Por eso estaba tan asustado, tan indefenso.
- ¿Cómo pudiste entrar aquí? - Por la puerta, cariño. Como todas las personas. - ¿Por qué estás aquí? Esto es privado. Es mi vida. Es el momento más difícil de mi vida - Y afirmó eso mientras se levantaba de la cama vacía de asépticas sábanas azul claro. - Me necesitas. Y estoy aquí para decirte que ... Puedo ayudar. ... Lo siento por el pasado. Por todo. Te amé ... Yo ...- Pero él me detuvo con un pequeño gesto de su mano, como descartando siquiera que lo que acabo de decir, importe en algo. Supongo que al ver mi rostro, casi inexpresivo, no debió creerme. - Ya pasó. No me importa. No se trata de ti. Nunca fue sobre tí. Es sobre mi esposa. Sobre mi hijo. Por favor, vete.
En otro momento en el tiempo, años atrás, aquella frase me habría roto el corazón. Un corazón perfecto y palpitante aunque hipotético y más emocional que real.
Lo miré fijamente.
No sentí dolor, ni tristeza, ni siquiera una punzada mínima de celos. En ese momento seguía absurdamente enganchado a la idea de los maravillosos años con su esposa muerta, y de los maravillosos años luego del nacimiento de su primogénito, un bebé que nunca llegó a ver la luz del sol.
- No puedo irme. Necesito tu ayuda. Y tú necesitas de mí. - No puedes hacer nada. Y no hay una sola razón por la que debas estar aquí. - Estás muy cansado - dije por fin - Hoy fue un día agotador, lo sé. Ve a casa a ver la sorpresa que te he preparado. La gente del hospital hará todo por ti respecto al traslado para el funeral y otros se encargarán de todo. Y si necesitas respuestas ... Es suficiente si piensas en ello y yo estaré allí.
R. casi se desmayó en el segundo que desaparecí frente a sus ojos.
Es gracioso. Toda la gente reacciona de la misma manera después, cuando me ven desaparecer. Cuando no pueden explicar cómo estuve allí, cómo sé que me necesitan.
R. lo hizo. Lo último que vi de él antes de desaparecer, fue como caía sentado en el suelo, incrédulo, tomándose la cabeza entre las manos, intensamente aterrado.
Todos los días me recuerda eso. Ahora lo dice como si fuera divertido para él, con su rostro sin ninguna expresión, pero siempre con la mirada ligeramente triste.
La muchacha delgada, algo hinchada por el reciente parto, pero bonita, de grandes ojos cafés que sobresalían más de la cuenta de sus cuencas, de piel aperlada y tersa, mecía entre sus brazos a un bebé que parecía muy pequeño incluso para ser un recién nacido. Pero ambos estaban vivos.
Nuevamente, R. los miró a ambos, incrédulo, sintiendo que era una locura.
La habitación que tanto habían preparado juntos, resplandecía. Él estaba seguro que era de noche y sin embargo la habitación no estaba a media luz siquiera. Parecían las diez de la mañana.
El bebé resopló y dio un respingo antes de soltar un gemido ahogado, que la chica apagó arrullándole y meciéndole de nuevo, suavemente, mientras R. continuaba impávido en el umbral de la puerta. Se sentía una especie de espectador de un espectáculo enfermo y macabro de alguien que no podía ser más que la ridícula aparición de su ex novia de la juventud que ante su propia vista anonadada, había desaparecido diciéndole que si necesitaba respuestas, pensara en ello. Dijo entonces el nombre de su esposa, pero ésta pareció ni siquiera darse cuenta de que estaba allí. En ese momento, en la mecedora frente a la ventana, lo que parecía ser la mujer de la que nunca pudo deshacerse del todo, le dedicó una mirada inescrutable y luego, sonrió.
Pero no era una sonrisa como las que él había conocido en ella antes de aquella noche. No era una sonrisa feliz, ni complacida, ni dulce en absoluto. No era tranquilizadora. Lo hizo sentir indefenso, mínimo e inútil, y entonces entendió la magnitud de la petición implícita de la joven que parecía atemporal, que por entonces debía tener cuarenta años, pero que cuando mucho, se veía de veinticinco.
La vista de R. entonces se quedó fija en el cabello, ondulado y larguísimo, lustroso a contraluz con rojos reflejos pero obscuro como un hoyo negro que parecía no tener fin. Trató de no mirar sus ojos, pero no pudo evadirla.
Su sonrisa parecía más una mueca pegada sobre el rostro, antaño trigueño, y que ahora era blanquísimo como alabastro.
Si no fuese por los rasgos de su rostro que no habían cambiado un ápice, diría que era otra mujer, muy diferente de la que había conocido, a quien había enamorado, de quien pensó sería el amor de su vida, con quien había pensado tener una decena de hijos... A quien había enviado una última carta diciendo que sentía que nada hubiera salido bien. Que si alguna vez tenía hijos, les dijera que él habría querido ser su padre aunque fueran hijos de alguien más.
La joven en la mecedora asintió y luego bajó la vista a sus uñas, extrañamente largas en sus manos para ser la chica que él había conocido en la adolescencia, evadiendo mirarlo. Habló y R. hubiera preferido que no lo hiciera.
- Si aceptas venir conmigo, ella se quedará así y tu bebé crecerá y será un hombre. Podrás verlo a la cara un día. Podrás verla a ella siempre que quieras. Si aceptas ayudarme, te doy esto. Es sencillo - concluyó cruzándose las manos en el regazo y meciéndose despacio.
- ¿Como puedes hacer tal cosa? Esto debe ser algún truco como el que hiciste en el hospital.
- ¿Truco? - y soltó una risita cargante - No es ningún truco. ¿Quieres asegurarte que está viva ahora mismo? Llama al hospital. Te ofrezco la oportunidad de dejarla vivir. Y a él. ¿Has visto lo pequeño y hermoso que es? - dijo refiriéndose al bebé, con un ligero dejo manipulador en su voz modulada.
- Tratas de manipularme. - Trato de darles una segunda oportunidad que sé que te haría feliz. Tu parte es no dejar que sepan que tienes algo que ver con ellos. De hecho, es posible que aunque quisieras decírselos, al pactar conmigo, ya no podrías.
- ¿Qué eres? - Y por primera vez, se acercó, casi furioso.
- Soy... Como un mago.
- Vaya... Entonces no es la ciencia lo que te importa. Quieres convencerme a cualquier precio, pero sólo veo trucos y no me convencen.
- Es la única forma, R., si te quedaras con ella, lo que te prometo que no puedo conceder, sé que serías más feliz pero no tendría sentido haberla traído de vuelta - y fijó su vista en sus ojos - Si decides seguirme, protegerme y estar conmigo y mi grupo, yo les dejaré vivir. Pero no podrás volver a comunicarte con ellos porque estará vetado para tí. Si me sigues, renuncias a ellos.
La chica con el bebé dio la vuelta y tomó un biberón tibio de un blanca repisa y lo puso entre los labios del pequeño bebé, que sorbió con energía. Ella sonreía, con emoción, absorbida por la imagen preciosa y perfecta del hijo que siempre había soñado, en una escena digna de una teleserie donde sólo puede pasar lo mejor.
R. tomó rápida y concisamente su decisión, repasando en su cabeza cuántas veces había hablado con su esposa de tener un hijo de ambos.
- Te sigo.
Y en ese instante, cayó muerto sobre las baldosas, con la joven de cabello ondulado inclinada, mirándole con interés.
La idea básica de la historia no es hacer una protagonista, sino un grupo de protagonistas, donde ella no es sino un enlace para ligar ciertas historias donde ella tuvo participación, no necesariamente la más importante.
R. es el número uno de ese grupo, aún cuando en éste capítulo ella ya le ha hablado del grupo como si éste ya existiera.
Cronológicamente hablando, R. es la primer persona ligada amorosamente a la mujer “atemporal” de la que he hablado y la historia se basa precisamente en cómo la cronología de los eventos ligados a cada uno de estos personajes tiene una vital importancia en su principio y fin en este grupo.
Gracias por leer, sabrán más en el siguiente.
Kat.
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Aquí y ahora.
Espero este sea el tipo de “carta” que puedas leer cualquier día, en cualquier momento, que te haga recordar a detalle cada instante que te hago citar, que te transmita todas esas emociones que yo guarde en cada oración que estoy plasmando aquí. No importa cuantas veces la leas porque se que en cada intento encontraras un nuevo significado. Se vale que sonrías, que reías e incluso que te enojes.
Porque así son como suceden las cosas entre nosotros, a veces todo puede ser amor y felicidad y de un momento para el otro llegan ciertas cosas que te pueden llegar a confundir querer rendirte y dejar todo como un buen recuerdo, como muchas veces lo fue por culpa del pasado, pero algo que tenemos que llevar siempre en la cabeza, es que TODO lo que hemos presenciado juntos nos a servido de una u otra manera, para aprendernos a valorar, para saber que hemos conocido todas nuestras facetas tanto yo de ti, como tu de mi, que por algo en el presente estamos juntos y eso es lo que más cuenta. A veces me siento en silencio y simplemente sonrío y me lleno de felicidad al saber que en MI PRESENTE estas como la persona principal, que me logras calmar en mi todos mis miedos, pero también me haces tenerlos, como el miedo a que un día despertemos y se nos hayan borrado toda esa parte de nuestra leyenda, que nos acabemos muy pronto y el amor se vaya. Pero me has hecho bastante fuerte en el aspecto del amor, ya que aprendí a que las cosas que más se desean en la vida, las que mas valen la pena luchar, te cuestan y no se van tan rápido, y que se quedan grabadas por mucho tiempo.
¿Sabes algo de lo que estoy más que seguro? Que tú no me olvidarás y por supuesto yo tampoco te olvidaré. Que ni tú ni yo borraremos todo esto que hemos vivido desde nuestros silencios hasta nuestras charlas sin seriedad. Oh dónde yo estoy callado y tan serio, y tú estas dándome más amor del que merezco.
Tú tan enojada y yo tan insistente.
Yo tan amoroso y tú tan confundida. Tú tan cariñosa y yo tan payaso.
Pero todas esas son las condiciones que nos pone la vida y el amor.!!
Tenemos que pasar todos esos momentos amargos, “malos” para así apreciar todos esos TE AMO que me regalas, las sonrisas que provocas y cada caricia que me estremece por completo.
Y es por eso que yo acepto todos esos riesgos contigo, todos tus cambios de humor, tus miedos acerca del pasado, tus palabras tan hirientes que se te salen cuando estás enojada, tus reacciones, tus inseguridades y tus “no sé” que me joden totalmente, pero no te pido que quites todo esto, porque yo sabía bien la gran batalla que era el estar contigo, por permanecer con alguien que quizás no le gusta tanto lo formal, y es más instantáneo, por alguien que lo serio no está tanto en su vida y prefiere lo improvisado, que prefiere la comedia, antes que el romance.
Pero aún así, no quito ni cambio nada de ti, porque así es como te acepte desde un principio.
Y sería egoísta de mi parte tratar de hacerte “perfecta” y es algo en absoluto busco contigo y menos con lo nuestro.
Lo nuestro… siempre será y fue tan complicado, pero es algo que de cierta manera siempre me hará tenerte presente, y que me quedo con la amenaza de que no encontraré en nadie más, y que vea en ti lo que yo encuentro en estos momentos a tu lado.
Y me toca decirte que tampoco encontraras a alguien como yo por más que quieras; ya que nadie te escribirá tantas palabras con tanto sentimiento, nadie pensará en ti por días completos, jamás nadie te hará los dramas que yo te he hecho, ni llorará incluso de la manera que yo lo hago y que mis ojos se hagan rápidamente rojos, y tú sin pensarlo dos veces limpias mis lagrimas sintiéndote la total culpable de todas mis lagrimas.
Jamas nadie te llenará de besos pequeños por toda tu cara, te observará con tanto amor, y te acariciará tu cabello con tanta dulzura. Pero tú haces también posible tantas cosas de mi, como el crear las mejores conversaciones sin sentido, donde nadie al escucharnos entendería, todas esas miradas donde los dos nos perdemos mutuamente. Y aun no hablo de todas esa locuras, que ni siquiera hay palabras para expresar todo lo que en 5 min me puedes hacer sentir, con tan solo sentir tu calor sobre mi piel, tus abrazos mientras tu aroma (de mis favoritas) se queda impregnado en mi ropa, y si hablamos de las mejores cosas que disfruto a tu lado son las “despedidas” (ya que por mi parte no habrá un punto final en nuestra historia) que se convierten en interminables, tantos besos que son los que más disfruto, miles de abrazos con un mensaje de “quédate más tiempo” y las mejores dos palabras al terminar toda esas escenas de besos y abrazos, TE AMO.
Eres una persona sumamente especial, no hace falta recordártelo, eres ese tipo de personas inolvidable en la vida, que pueden y te joden tu vida de una manera bonita, que llegan y te dejan con los mejores recuerdos.
Tardaría años en agradecer todos los detalles que has tenido hacía mi, por haber cumplido mis caprichos, y respetar mis decisiones, por tus bromas estúpidas, tus acciones de mujer, y de ves en cuando por tus estúpidas acciones que haces sin pensar.
Pero ya han pasado más de dos años, y aun sigo sin poder creer todo esto que hemos creado, un amor tan “mágico” tan raro, TAN A NUESTRA MANERA.
Palabras me faltan para de decirte todo el amor que me has hecho sentir hacía ti, que pienso más de mil cursilerías por decirte, pero quiero que todo vaya a su paso, y no quiero adelantar tanto, ya que aún nos falta muchísimos días más estando juntos, y siendo el mejor equipo.
De ahora en adelante seré la persona más sincera, cuidaré de ti, como yo quiero que lo hagas conmigo, te dejaré sin palabras cada vez que describa todo mi amor hacia ti, te dejaré con los mayores suspiros después de una gran cita, te atormentaré en todos tus sueños porque incluso hasta en ellos me extrañarás, hablarás con la gente de nosotros, porque se que siempre me tendrás o tienes presente de cualquier manera.
No te prometo cosas que no cumpliré, pero si te demostraré mi amor cada que pueda y los detalles de mi parte serán totalmente sinceros, no te haré una promesa de un “SIEMPRE JUNTOS” porque sonaría como detenerte a la fuerza conmigo, y es algo que en absoluto busco, quiero que te sientas libre aun sabiendo que nos pertenecemos a través de las coincidencias o del destino, y que al final del camino siempre me encontrarás con la mejor de las sonrisas.
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La mujer más hermosa de la ciudad
Cass era la más joven y hermosa de cinco hermanas. Cass era la mujer más hermosa de la ciudad. Medio india, con un cuerpo flexible y extraño, un cuerpo fiero y serpentino y ojos a juego. Cass era fuego móvil y fluido. Era como un espíritu embutido en una forma incapaz de contenerlo. Su pelo era negro y largo y sedoso y se movía y se retorcía igual que su cuerpo. Cass estaba siempre muy alegre o muy deprimida. Para ella no había término medio. Algunos decían que estaba loca. Lo decían los tontos. Los tontos no podían entender a Cass. A los hombres les parecía simplemente una máquina sexual y no se preocupaban de si estaba loca o no. Y Cass bailaba y coqueteaba y besaba a los hombres pero, salvo un caso o dos, cuando llegaba la hora de hacerlo, Cass se evadía de algún modo, los eludía.
Sus hermanas la acusaban de desperdiciar su belleza, de no utilizar lo bastante su inteligencia, pero Cass poseía inteligencia y espíritu; pintaba, bailaba, cantaba, hacía objetos de arcilla, y cuando la gente estaba herida, en el espíritu o en la carne, a Cass le daba una pena tremenda. Su mente era distinta y nada más; sencillamente, no era práctica. Sus hermanas la envidiaban porque atraía a sus hombres, y andaban rabiosísimas porque creían que no les sacaba todo el partido posible. Tenía la costumbre de ser buena y amable con los feos; los hombres considerados guapos le repugnaban: “No tienen agallas -decía ella-. No tienen nervio. Confían siempre en sus orejitas perfectas y en sus narices torneadas… todo fachada y nada dentro…” Tenía un carácter rayando la locura; un carácter que algunos calificaban de locura.
Su padre había muerto del alcohol y su madre se había largado dejando solas a las chicas. Las chicas se fueron con una pariente que las metió en un colegio de monjas. El colegio había sido un lugar triste, más para Cass que para sus hermanas. Las chicas envidaban a Cass y Cass se peleó con casi todas. Tenía señales de cuchilladas por todo el brazo izquierdo, de defenderse en dos peleas. Tenía también una cicatriz imborrable que le cruzaba la mejilla izquierda; pero la cicatriz, en vez de disminuir su belleza parecía, por el contrario, realzarla.
Yo la conocí en el bar West End unas noches después de que la soltaran del convento. Al ser la más joven, fue la última hermana que soltaron. Sencillamente entró y se sentó a mi lado. Yo quizá sea el hombre más feo de la ciudad, y puede que esto tuviera algo que ver con el asunto.
-¿Tomas algo?
-Claro, ¿por qué no?
No creo que hubiese nada especial en nuestra conversación esa noche, era solo el sentimiento que Cass transmitía. Me había elegido y no había más. Ninguna presión. Le gustó la bebida y bebió mucho. No parecía tener edad, pero de todos modos le sirvieron. Quizás hubiese falsificado el carné de identidad, no sé. En fin, lo cierto es que cada vez que volvía del baño y se sentaba a mi lado yo sentía cierto orgullo. No solo era la mujer más bella de la ciudad, sino también una de las más bellas que yo había visto en mi vida. Le eché el brazo a la cintura y la besé una vez.
-¿Crees que soy bonita? -preguntó.
-Sí, desde luego. Pero hay algo más… algo más que tu apariencia…
-La gente anda siempre acusándome de ser bonita. ¿Crees de veras que soy bonita?
-Bonita no es la palabra, no te hace justicia.
Buscó en su bolso. Creí que buscaba el pañuelo. Sacó un alfiler de sombrero muy largo. Antes de que pudiese impedírselo, se había atravesado la nariz con él, de lado a lado, justo sobre las ventanillas. Sentí repugnancia y horror.
Ella me miró y se echó a reír.
-¿Crees ahora que soy bonita? ¿Qué piensas ahora, eh?
Saqué el alfiler y puse mi pañuelo sobre la herida. Algunas personas, incluido el encargado, habían observado la escena. El encargado se acercó.
-Mira -dijo a Cass-, si vuelves a hacer eso te echo. Aquí no necesitamos tus exhibiciones.
-¡Vete a la mierda, amigo! -dijo ella.
-Será mejor que la controles -me dijo el encargado.
-No te preocupes -dije yo.
-Es mi nariz -dijo Cass-, puedo hacer lo que quiera con ella.
-No -dije-, a mí me duele.
-¿Quieres decir que te duele a ti cuando me clavo un alfiler en la nariz?
-Sí, me duele, de veras.
-De acuerdo, no lo volveré a hacer. ¡Ánimo!
Me besó, pero como riéndose un poco en medio del beso y sin soltar el pañuelo de la nariz. Cuando cerraron nos fuimos a donde yo vivía. Tenía un poco de cerveza y nos sentamos a charlar. Fue entonces cuando pude apreciar que era una persona que rebosaba bondad y cariño. Se entregaba sin saberlo. Al mismo tiempo, retrocedía a zonas de descontrol e incoherencia. Esquizoide. Una esquizo hermosa y espiritual. Quizás algún hombre o algo acabase destruyéndola para siempre. Esperaba no ser yo.
Nos fuimos a la cama y cuando apagué las luces me preguntó:
-¿Cuándo quieres hacerlo, ahora o por la mañana?
-Por la mañana -dije, y me di la vuelta.
Por la mañana me levanté, hice un par de cafés y le llevé uno a la cama. Se echó a reír.
-Eres el primer hombre que conozco que no ha querido hacerlo por la noche.
-No hay problema -dije-. En realidad no tenemos que hacerlo.
-No, espera, ahora quiero yo. Déjame que me refresque un poco.
Se fue al baño. Salió enseguida, realmente maravillosa, largo pelo negro resplandeciente, ojos y labios resplandecientes, toda resplandor… Se desperezó sosegadamente, buena cosa. Se metió en la cama.
-Ven, amor.
Fui. Besaba con abandono, pero sin prisa. Dejé que mis manos recorriesen su cuerpo. Acariciasen su pelo. La monté. Su carne era cálida y firme. Empecé a moverme despacio y queriendo que durara. Ella me miraba a los ojos.
-¿Cómo te llamas? -pregunté.
-¿Qué diablos importa? -preguntó ella.
Solté una carcajada y seguí. Después se vistió y la llevé en coche al bar, pero era difícil olvidarla. No tenía que trabajar así que dormí hasta las dos y luego me levanté y leí el periódico. Cuando estaba en la bañera, entró ella con una hoja: una oreja de elefante.
-Sabía que estarías en la bañera -dijo-, así que te traje algo para tapar esa cosa.
Y me echó encima, en la bañera, la hoja de elefante.
-¿Cómo sabías que estaba en la bañera?
-Lo sabía.
Cass llegaba casi todos los días cuando yo estaba en la bañera. No era siempre la misma hora, pero raras veces fallaba, y traía las hojas de elefante. Y luego hacíamos el amor. Telefoneó una o dos noches y tuve que sacarla de la cárcel por borrachera y pelea.
-Esos hijos de puta -decía-, solo porque te pagan unas copas creen que pueden llevarte a la cama.
-La culpa la tienes tú por aceptar la copa.
-Yo creía que se interesaba por mí, no solo por mi cuerpo.
-A mí me interesas tú y tu cuerpo. Pero dudo que la mayoría de los hombres puedan ver más allá de tu cuerpo.
Dejé la ciudad y estuve fuera seis meses, anduve vagabundeando; volví. No había olvidado a Cass ni un momento, pero habíamos tenido algún tipo de discusión y además yo tenía ganas de ponerme en marcha, y cuando volví pensé que se habría ido; pero no llevaba sentado treinta minutos en el West End cuando ella llegó y se sentó a mi lado.
-Vaya, cabrón, veo que has vuelto.
Pedí un trago para ella. Luego la miré. Llevaba un vestido de cuello alto. Nunca la había visto así. Y debajo de cada ojo, clavado, llevaba un alfiler de cabeza de cristal. Solo se podían ver las cabezas de los alfileres, pero los alfileres estaban clavados.
-Maldita sea, aún sigues intentando destruir tu belleza….
-No, no seas tonto, es la moda.
-Estás chiflada.
-Te he echado de menos -dijo.
-¿Hay otro?
-No, no hay ninguno. Solo tú. Pero ahora trabajo en la calle. Cobro diez billetes. Pero para ti es gratis.
-Sácate esos alfileres.
-No, es la moda.
-Me hace muy desgraciado.
-¿Estás seguro?
-Sí, mierda, estoy seguro.
Se sacó lentamente los alfileres y los guardo en el bolso.
-Porque la gente cree que es todo lo que tengo. La belleza no es nada. La belleza no permanece. No sabes la suerte que tienes siendo feo, porque si le agradas a alguien sabes que es por otra cosa.
-Vale -dije-, tengo mucha suerte.
-No quiero decir que seas feo. Solo que la gente cree que lo eres. Tienes una cara fascinante.
-Gracias.
Tomamos otra copa.
-¿Qué andas haciendo? -preguntó.
-Nada. No soy capaz de apegarme a nada. Nada me interesa.
-A mí tampoco. Si fueses mujer podrías ser puta.
-No creo que quisiera establecer un contacto tan íntimo con tantos extraños. Debe ser un fastidio.
-Tienes razón, es fastidioso, todo es fastidioso.
Salimos juntos a la calle. La gente aún miraba a Cass. Aún era una mujer hermosa, quizá más que nunca.
Fuimos a casa. Abrí una botella de vino y hablamos. A Cass y a mí siempre nos era fácil hablar. Ella hablaba un rato, yo escuchaba, y luego hablaba yo. Nuestra conversación fluía fácil sin tensión. Era como si descubriésemos secretos juntos. Cuando descubríamos uno bueno, Cass se reía con aquella risa… de aquella manera en que solo ella podía reírse. Y durante la charla nos besábamos y nos arrimábamos. Nos pusimos muy calientes y decidimos irnos a la cama. Fue entonces cuando Cass se quito aquel vestido del cuello alto y lo vi… Vi la mellada y horrible cicatriz que le cruzaba el cuello. Era grande y ancha.
-Maldita sea, condenada, ¿Qué has hecho? -dije desde la cama.
-Lo intenté con una botella rota una noche. ¿Ya no te gusto? ¿Soy bonita aún?
La arrastré a la cama y la besé. Me empujó y se echo a reír:
-Algunos me pagan los diez y luego, cuando me desvisto, no quieren hacerlo. Yo me quedo los diez. Es muy divertido.
-Sí -dije-, no puedo parar de reír… Cass, cabrona, te amo… deja de destruirte; eres la mujer con más vida que conozco.
Volvimos a besarnos. Cass lloraba en silencio. Sentí las lágrimas. Sentí aquel pelo largo y negro tendido bajo mí como una bandera de muerte. Disfrutamos e hicimos un amor lento y sombrío y maravilloso.
Por la mañana, Cass estaba levantada haciendo el desayuno. Parecía muy tranquila y feliz. Cantaba. Yo me quedé en la cama gozando su felicidad. Por fin, vino y me zarandeó.
-¡Arriba, cabrón! ¡Échate agua fría en la cara y la pinga y ven a disfrutar del banquete!
Ese día la llevé en coche a la playa. No era un día de fiesta y aún no era verano, todo estaba espléndidamente desierto. Vagabundos playeros en andrajos dormían en la arena. Había otros sentados en bancos de piedra compartiendo una botella solitaria. Las gaviotas revoloteaban, estúpidas pero distraídas. Ancianas de setenta y ochenta, sentadas en los bancos, discutían las ventas de fincas dejadas por maridos asesinados mucho tiempo atrás por la angustia y la estupidez de la supervivencia. Había paz en el aire y paseamos y estuvimos tumbados por allí y no hablamos mucho. Era agradable simplemente estar juntos. Compré sándwiches, papas fritas y bebidas y nos sentamos a beber en la arena. Luego abracé a Cass y dormimos así abrazados un rato. Era mejor que hacer el amor. Era como fluir juntos sin tensión. Luego volvimos a casa en mi coche y preparé la cena. Después de cenar, le sugerí a Cass que viviésemos juntos. Se quedó mucho rato mirándome y luego dijo lentamente: “no”. La llevé de nuevo al bar, le pagué una copa y me fui.
Al día siguiente, encontré trabajo como empaquetador en una fábrica y trabajé todo lo que quedaba de semana. Estaba demasiado cansado para andar mucho por ahí, pero el viernes por la noche me acerqué al West End. Me senté y esperé a Cass. Pasaron horas. Cuando estaba ya bastante borracho, me dijo el encargado.
-Siento lo de tu amiga.
-¿El qué? -pregunté.
-Lo siento. ¿No lo sabías?
-No
-Suicidio, la enterraron ayer.
-¿Enterrada? -pregunté. Parecía como si fuese a aparecer en la puerta de un momento a otro. ¿Cómo podía haber muerto?
-La enterraron las hermanas.
-¿Un suicidio? ¿Cómo fue?
-Se cortó el cuello.
-Ya. Dame otro trago.
Estuve bebiendo allí hasta que cerraron. Cass, la más bella de las cinco hermanas, la mujer más hermosa de la ciudad. Conseguí conducir hasta casa sin poder dejar de pensar que debería haber insistido en que se quedara conmigo en vez de aceptar aquel “no”. Todo en ella había indicado que le pasaba algo. Yo sencillamente había sido demasiado insensible, demasiado despreocupado. Me merecía mi muerte y la de ella. Era un perro. No, ¿por qué acusar a los perros? Me levanté, busqué una botella de vino, bebí lúgubremente. Cass, la chica más guapa de la ciudad, muerta a los veinte años.
Fuera, alguien tocaba la bocina de un coche. Unos bocinazos escandalosos, persistentes. Dejé la botella y aullé:
-¡MALDITO SEAS, CONDENADO HIJO DE PUTA, CÁLLATE YA!
Seguía avanzando la noche y yo no podía hacer nada.
Charles Bukowski
FIN
isola
agosto 2019
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La palabra de Dios me ayuda a resolver mis problemas matrimoniales
Soy una chica normal, y estaré contenta si puedo vivir una vida feliz y romántica después del matrimonio. Sin embargo, mi vida conyugal es bastante diferente de lo que pensaba. Al igual que los demás, tengo que enfrentar los problemas en mi vida. Afortunadamente, la apariencia de Dios me ayudó a resolver los problemas en mi matrimonio…
Mi matrimonio es así: me casé en otro lugar. Sin parientes a mi alrededor, mi esposo es la única persona cercana a mí. En poco tiempo, estaba embarazada. Al principio me cuidó por todos los medios, y todos los días, él regresaba a casa del trabajo a tiempo, cenaba e iba de compras conmigo, y daba un paseo conmigo por la tarde. Sentí que tuve la suerte de casarme con él, realmente esperaba tener años de estabilidad y que seríamos felices toda nuestra vida de esta manera…
Pero los problemas siempre surgen en la vida. Una vez, el amigo de mi esposo lo llamó para invitarlo a cenar. Al ver cómo se lavaba el pelo y se cambiaba de ropa, le dije con gran expectativa: "Quiero ir contigo". Me miró y dijo: "Todos son hombres; ¿qué vas a hacer allí?". Estoy sola en casa todos los días, sin un lugar adonde ir. Estoy aburrido de la vida, murmuré. Dije con impaciencia: "¡Ve si quieres!". Vi que no estaba contento, pero estaba tan aburrido que quería salir a tomar aire. Así que con mucho gusto me vestí y abrí la puerta, diciendo: "¡Vamos!". Sin embargo, dijo enojado: "Ve sólo. No quiero hacerlo". Entendí que simplemente no quería llevarme. Entonces dije en tono lastimado: "Ve sólo. No quiero ir".
Salió, dejándome sola en casa. Sentada en la cama, estaba muy molesta. Me seguí preguntando: ¿por qué no me llevó a cenar? Me miré en el espejo, pensando: ¡No soy hermosa, pero lo suficientemente bonita! ¿Soy demasiado pésima para ser sacada?… En este pensamiento, estaba muy triste, llorando cada vez más fuerte. Si él me ama, ¿por qué no me lleva a conocer a sus amigos, manteniéndome en casa todo el tiempo? ¿Podría ser que él?…
Mirando el reloj en la pared moviéndose una y otra vez, sentí que el tiempo parecía detenerse. Lo quería antes, así que lo llamé: "¿A qué hora volverás a casa?". Dijo: "Regresaré dentro de media hora". Colgué, decepcionada. Media hora más tarde, lo llamé nuevamente, "¿Por qué no has venido a casa todavía?". Él respondió: "Volveré dentro de un rato". Pasó otra hora, y lo llamé una vez más. Me dijo: "Te vas a dormir". Me di vuelta y me volví a la cama, con varias escenas corriendo por mi cabeza, imaginando si alguna otra mujer estaba ahora en sus brazos… Mis lágrimas mojaron la almohada, y pregunté impotente una y otra vez en mi corazón: ¿Qué debería hacer? ¿Qué debería hacer? Hasta las dos de la mañana, finalmente llegó a casa, todavía hablando por teléfono y dijo: "Estoy en casa. Buenas noches!". Mis ojos se cerraron y mi cara hacia la pared, me sentí terrible…
Durante los días siguientes, descubrí que contestaba el teléfono en el pasillo, enviaba mensajes en el baño y, a menudo, volvía a casa después de la medianoche. A veces, cuando me di cuenta de que no había salido del teléfono celular WeChat a tiempo, revisé secretamente su registro de chat en Wechat, los mensajes de QQ y la libreta de direcciones, pero descubrí que ya había borrado los registros.
Por lo tanto, pasé todos los días especulando, dudando y mirando furtivamente, preocupándome por descubrirlo y más acerca de su traición. No sabía por qué la anterior vida pacífica y feliz había desaparecido así. Antes de que nazca el bebé, nos hemos separado. Entonces, ¿cómo debería continuar teniendo mi larga vida matrimonial en el futuro? Incluso quería abortar al bebé y divorciarme de él, pero no tenía coraje. Busqué en Internet las soluciones de otros a tales problemas, pero no pude obtener ninguna respuesta.
Así como estaba preocupada y temerosa de mi futura vida matrimonial, las palabras de mi suegra se me ocurrieron, "si tienes algo que te molesta, sólo lee estos libros de la verdad. Son las palabras de Dios y te serán de gran ayuda". Abrí el cajón, tomé un libro de las palabras de Dios y leí estos dos pasajes: "…aunque hay millones de matrimonios en el mundo, cada uno de ellos es diferente: cuántos matrimonios son poco satisfactorios, cuántos son felices; cuántos abarcan el Oriente y el Occidente, cuántos el Norte y el Sur; cuántos son uniones perfectas, cuántos son de un mismo rango; cuántos son felices y armoniosos, cuántos son dolorosos y tristes; cuántos son la envidia de los demás, cuántos son incomprendidos y desaprobados; cuántos están llenos de alegría, cuántos están inundados de lágrimas y provocan desesperación. […] En esta miríada de matrimonios, los humanos muestran lealtad y un compromiso vitalicio en el matrimonio, o amor, apego, e inseparabilidad, o resignación e incomprensión, o traición, incluso odio. Tanto si el matrimonio en sí trae felicidad como dolor, la misión de cada uno dentro del mismo está predestinada por el Creador y no cambiará; cada uno debe cumplirla. Y el destino individual que se encuentra detrás de cada matrimonio es inmutable; el Creador lo predestinó con mucha antelación". "Tu temperamento, calibre, aspecto, estatura, la familia en la que naciste, tu trabajo y tu matrimonio, la totalidad de ti, incluso el color de tu pelo y tu piel, y el momento de tu nacimiento fueron todos dispuestos por Mis manos. Incluso las cosas que haces y las personas que conoces todos los días están arregladas por Mis manos, por no mencionar el hecho de que traerte a Mi presencia hoy es en realidad Mi arreglo. No te entregues al desorden; debes proceder con calma".
Después de leer estas palabras de Dios, me di cuenta de que el matrimonio es gobernado y arreglado por Dios. No importa cómo haga un esfuerzo para proteger mi matrimonio, o cómo tenga miedo de perder a mi esposo, no puedo controlarlo sola. Durante este tiempo, como sospeché que mi esposo había hecho algo que no era correcto, me puse una mirada triste todo el día. Cuando él me habló, le di la espalda fría. A menudo me peleaba con él por insignificancias, pero no pude resolver nada después, en cambio nos alejamos cada vez más. Al pensar en esto, comencé a depositar mis esperanzas en Dios y oré a Él en mi corazón: "¡Dios! ¿Qué debería hacer? Sé que todo está gobernado y organizado en Tus manos, y el hombre no puede cambiar nada. Quiero dejar mis sospechas y mejorar mi relación con mi esposo. Me puedes ayudar".
Empecé a buscar respuestas en las palabras de Dios. Un día, leí una frase como esta: "Aprecio mucho a quienes no albergan sospechas respecto a los demás y me gustan mucho los que aceptan de inmediato la verdad; Yo me preocupo mucho por estos dos tipos de personas, porque a Mis ojos ellos son los honestos". Por las palabras de Dios, entendí que a Dios le gusta la gente honesta, que no tiene defensa, sospecha ni malentendido en su conducta y trato con los demás, y que puede aceptar y practicar los requisitos de Dios después de comprenderlo, y que esas personas recibirán Su cuidado y acuerdo. Al comparar las palabras de Dios, me di cuenta de que era una persona astuta a los ojos de Dios y que no le agradaba, porque siempre sospeché de mi esposo. Sin Su cuidado, me hundí en el dolor y mi vida se convirtió en un desastre.
Bajo la guía de las palabras de Dios, comencé a ajustar mi estado de ánimo confiando en Dios. En las comidas, cuando mi esposo iba al corredor a atender el teléfono, comencé a preocuparme si una mujer lo estaba llamando. En este momento, recordé las palabras de Dios y reflexioné: Dios odia a los que siempre sospechan de los demás, porque son personas astutas. Le gustan las personas simples y honestas sin sospechas hacia los demás. No debería sospechar más. ¡Está demasiado cansado para ser tan desconfiado! Y sólo nos hará a ambos infelices. Lo que es más, sólo Dios conoce los hechos, todos están gobernados por Él, y no puedo cambiar nada. Sólo haciendo según las palabras de Dios, puedo obtener Su cuidado. En los días siguientes, traté a mi esposo con esa mentalidad, y me sentí relajado y seguro en mi mente, como si hubiera eliminado una pesada carga. Por primera vez, me di cuenta de que la palabra de Dios parecía fácil, ¡pero en realidad era tan maravillosa! Por lo tanto, tenía más confianza en Dios y cada vez me gustaba leer Sus palabras.
Después, en una reunión con varias hermanas, les conté el dolor de mi corazón. Entonces una hermana encontró un pasaje de las palabras de Dios para mí: "¿Cuál es la causa de este dolor? ¿Es debido a la soberanía de Dios, o porque una persona nació sin suerte? Obviamente ninguna de las dos es cierta. En última instancia, es debido a las sendas que las personas toman, los caminos que eligen para vivir sus vidas. Algunas personas pueden no haberse dado cuenta de estas cosas. Pero cuando conoces realmente, cuando verdaderamente llegas a reconocer que Dios tiene soberanía sobre el destino humano, cuando entiendes realmente que todo lo que Dios ha planeado y decidido para ti es un gran beneficio, y es una gran protección, sientes que tu dolor se reduce gradualmente, y todo tu ser se queda relajado, libre, liberado". La hermana dijo: "Frente a los problemas que surgen en el matrimonio, siempre queremos controlar todo por nosotros mismos, preocupándonos por la traición de nuestro esposo, pero temerosos de ser descubiertos, por lo que siempre sospechamos en nuestras vidas. ¿No son todos estos dolores provocados por las formas en que elegimos vivir nuestras vidas? Dios gobierna todas las cosas, y cada criatura está en Sus manos. Sólo cuando ponemos todo completamente en Sus manos y nos sometemos a Su soberanía y control, seremos libres y liberados, y el dolor en nuestras vidas se aliviará".
Después de escuchar el compañerismo de la hermana, de repente me sentí iluminada, como si hubiera salido de la niebla y hubiera visto el sol. Así es. Siempre sospeche que mi esposo dejo de ser fiel a mí, e incluso me duele por esto, me siento ansiosa. ¿No estoy, en el fondo, asustada de que ya no me ama y que lo voy a perder? En realidad, no puedo controlar todo esto. Si hoy no leyera las palabras de Dios y escuchara tal camaradería, aún viviría con dolor y no podría liberarme. ¡Muchas gracias a Dios! Dios es el Creador y gobierna sobre todo, así que debería someterme a Su soberanía, no viviendo en mi propio mundo interior, sino viviendo delante de Dios y prestando atención para acercarme a Él. De esta manera, puedo recibir Sus bendiciones y ayuda.
A partir de ese momento, comencé a participar positivamente en las actividades de la iglesia y me esforcé por cumplir con mi deber. Bajo la guía diaria de las palabras de Dios, ya no quería controlar a mi marido por mis propios medios, sino que obedecí el arreglo de Dios. Una vez, cuando mi esposo fue al baño y dejó su teléfono celular en el sofá, no lo sospeché y no miré el mensaje en su teléfono como antes. Cuando ya era tarde en la noche antes de que él llegara a casa, no lo llamé. Estaba bien que volviera en cualquier momento. Dormí y comí de acuerdo a mi rutina habitual. Cuando mi esposo me habló, respondí honestamente. Mientras me enfocaba en hacer según las palabras de Dios y vivir delante de Él, inesperadamente mi corazón estaba lleno de paz y estabilidad.
Maravillosamente, cuando practiqué según las palabras de Dios, mi vida dio un giro favorable. Mi esposo comenzó a cuidarme y me trató mejor que antes. Una mañana, me dijo con curiosidad: "Me vigilabas de cerca todo el día y me peleabas cuando volvía tarde. Pero ahora no peleas conmigo incluso si llego tarde, y tampoco me controlas. Veo que estás contenta todo el día, sin problemas. Pareces ser una persona diferente de antes. ¿Por qué has cambiado tanto? Dime de qué se trata todo esto…". Al escuchar esto, sólo quería decirle a Dios: "Gracias a Dios. Gracias por su cuidado para mí. Gracias aún más por la ayuda que Tus palabras me han traído…".
Con la ayuda de Dios, mi matrimonio estuvo milagrosamente fuera de peligro. La vida sigue. Aunque tengo dificultades todos los días, todos pueden resolverse fácilmente bajo la guía de las palabras de Dios.
Fuente: Estudiar la Biblia
Recomendación: Reflexiones Cristianas
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Corona Capital Guadalajara 2019
Tiene muchísimo tiempo que no escribo una reseña sobre los conciertos a los que he ido, y no es por falta de conciertos ya que en lo que va de este año he visto a Le Butcherettes (gran banda), Kali Uchis, el Festival Catrina en Puebla y el Festival local La Escena Apesta.
La razón de no reseñar ninguno de estos es simplemente falta de tiempo, no les había contado sobre las vueltas de la vida pero ¿alguien recuerda cómo empezó este blog? Yo estaba indignada por un artículo en Noisey sobre las bandas de Cuernavaca y cómo el autor aseguraba que no había ninguna buena más que Los Blenders. Empecé un blog donde listaba mis bandas favoritas de mi ciudad y la primerita que mencionaba era OLD VVAVE. Resulta que ahora soy su bajista y que sigue siendo una gran banda que ya tuvo la oportunidad de compartir escenario con Los Blenders en Xalapa y todo salió bien, tan bien que el próximo sábado nos toca estar en el Festival Marvin con grandísimas bandas y había que lustrarse los zapatos para estar listos, por eso mi larga ausencia. Punto y aparte.
El Corona Capital de la CDMX ya es un festival con 10 años de experiencia pero en la ciudad de Guadalajara se celebró recientemente la segunda edición con esta chulada de cartel:
El mejor cartel en lo que va del año y para los amantes del Corona; el mejor cartel en mucho tiempo.
El reto: ir a Guadalajara desde Cuernavaca. Compramos nuestros boletos en etapa dos porque de la uno ni me enteré; $1750 pesos ya con servicios, la belleza de los Festivales es que una podría pagar eso por una sola banda en primera fila, pero por ese mismo precio. También pagamos transporte al aeropuerto, $300 cada Pullman, más Ubers, más $1500 por cada vuelo redondo.
Fui con @MardeLio, ilustradora genio, actual novia, futura esposa y nueva fan de los festivales; también iba Paco; roomie flojo, buen amigo y llanero solitario. Nos hospedaron Rick y Andy, esposos, excelentes personas, festivaleros máximos y habitantes de Zapopan que nos recibieron en su bonita casa con los brazos abiertos y un perrito con una lujosa cresta mejor conocido como Pachuco.
El Festival se realizó en la Explanada del estadio Akron (antes Omnilife), un terrenotote llano y polvoso que colinda con una pequeña zona boscosa en el municipio de Zapopan, había estacionamento por $65, una mamada considerando que no te estacionan el auto, no te lo cuidan, no te lo lavan, no hay sombra, no nada.
Nos separamos a la entrada, después de que nos regalaran un paliacate de diferentes colores a cada uno, estos lucieron mucho en los asistentes durante todo el día y noche.
Yo ya tenía mis planeaciones de horarios en mente y me clave en el KIA STAGE.
Llegamos tarde para Of Montreal pero nos acomodamos en la sombra en The Joy Formidable, (cabe destacar que te vendían áreas con sombra en $500, sí, te vendían la sombra en el festival con un área de baños limpios y sillas, cosas que de entrada cualquier festival te tiene que garantizar sin importar el costo de tu boleto)
The Joy Formidable
Nunca los había escuchado pero me gustaron, son de Gales y es un power trío (batería, bajo y guitarra) tocan con un chingo de energía pero tienen muy bien cuidadas las voces, las melodías de estas interactúan suavemente mientras la batería hace fills bien estruendosos y el bajo unos graves de esos que hacen que te tiemblen los pezones. El 15 de Mayo se presentan en el Foro IndieRocks! por si los quieren ver, ésta fue su primera vez en nuestro país.
Kimbra
Habían tantas lesbianas entre el público que esperaba a Kimbra que Mar me preguntó si era banda para lesbianas (lol)
“Es porque es muy guapa” le contesté. Kimbra es de Nueva Zelanda y también era su primera vez en tierras tapatías-mexicanas y a pesar de esto nos saludó en español “Hola Corona Capital Guadalajara, me llamo Kimbra y estoy muy feliz de estar aquí, con mis amigos (señalando a sus dos músicos)”
La conoces, te garantizo que la conoces; hizo ese rolón de Settle Down y la colaboración de “Somebody that I used to know”, sí, ella es la voz femenina de ese hit. Súper guapa, elegante con su vestido negro y acompañada de dos hombres con trajes negros; durante media hora nos presentó canciones viejas y nuevas, desde su primer disco hasta su último sencillo. Puros sintetizadores, su voz impresionante y para mi gusto un buen show pero de pronto las rolas son demasiado rosas y destacan las que son más oscuras y más bailables.
Rhye
Mike Milosh y su maravillosa voz de bebé suave se presentaron en ese mismo escenario Kia: un órgano, un violín, un cello, una guitarra eléctrica, un bajo eléctrico, una batería y un mini set de batería aparte que tocaba el mismo Mike por momentos y que constaba de hi-hats, tarola y tom de piso lo acompañaban. Escuchamos el R&B que tanto esperábamos por parte de los Estadounidenses, Rhye. Algo que me choca últimamente es que corten a la mitad el sencillo que más nos gusta al público... lo hizo Kimbra con Settle Down, lo hizo Rhye con The Fall y lo hizo Phoenix con Too Young... lo empiezan y cuando pasa el primer coro lo mezclan con otra rola o lo cortan de tajo, me molesta de sobremanera.
La violinista nos regaló un solo de violín con efecto de wah que nos voló la cabeza a todos y que considero fue uno de los mejores momentos de la presentación, música suave para bailar y escuchar agarradito de la mano de tu amante.
Aprovechamos el set de Goo Goo Dolls para ir a comer (la neta) y descubrimos que los precios afortunadamente no eran tan exagerados, pudimos llenar nuestras panzas con dumplings y edamames por $150 en Miau Zedong y nos sentamos un momento en la poca sombra que las carpas nos podían proporcionar de forma gratuita. Necesitábamos agua para bajar la comida, así que hicimos una larga, larga y lenta fila en uno de los puntos de agua gratuita. Los filtros eran lentos, sólo eran 3 y para acabarla de amolar, la gente que llegaba a ellos llenaba su vaso, se lo bebía, se lo llenaba otra vez y se lo bebía para llenarlo una última vez y llevarlo con ellos, los gritos de enojo no se hicieron esperar, pues ya a lo lejos sonaba “Iris” de los GGD anunciando el fin de su presentación y el próximo inicio de los YYY “And I don’t want the world to see me, ‘cause I don’t think that they’ll understand (¡APURENSE CULEROS!) where everything’s made to be broken, I just want you to know who I am (MUÉVANSE, NO MAMEN)”
Yeah Yeah Yeahs
Sublime. Karen O es lo máximo y su performance es lo más punk que verás en el festival. Las canciones ya conocidas por todos, son perfectas y el show en su totalidad tuvo un ritmo genial, cerrando con Date With The Night y enloqueciendonos a; Karen metió el micrófono de lleno en su boca para hacer un ruido gutural, para luego meter el mismo por el cierre de su pantalón y finalmente destruirlo tras repetidos golpes contra el suelo, haciendo sonar los golpes mientras el resto de los YYY destrozaban por su parte parches y cuerdas. Ni hablar del momento en que tocaron Maps y los coros, retumbando ecos por parte del público causaron que todo se detuviera un momento para que sonara más fuerte el “wait, they don’t love you like I love you”. Rolota.”It’s Blitz” cumple 10 años de ser uno de los mejores discos que estos oídos hayan escuchado y los YYY una de las bandas que mas les puedo recomendar para ver en vivo porque saben lo que hacen y lo hace mejor que los demás.
Y así llegó el momento mágico de los festivales en el que se empalman las bandas y tienes que correr a través de mares de gente y polvo para llegar a la siguiente banda que ya lleva dos canciones, aguantar las ganas de ir al baño y buscar el mejor spot para ver a Phoenix.
Phoenix
Los ví hace poco, en el otro Corona y sabía que el show visual era una garantía, por lo tanto agarré la mano de Mar y la llevé al centro del escenario, cerca de la cabina de los ingenieros que es donde mejor se escucha y disfrutamos bailando otro de los mejores shows de rock electro que existen en nuestros tiempos. El francés, Thomas Mars aunque es un gran cantante y un frontman serio pero entregado, nos saludó en inglés y re-bautizó la ciudad “Gracias Guadalajaja, I’m sure I mess that up but at least I don’t sound american”
Luego de una hora de show y de no haber explorado ninguna otra parte del festival hicimos otra pausa para ir a los baños más alejados del público. Ya sonaba a lo lejos Chemical Brothers pero de verdad no habíamos visto nada más que el escenario Kia y la fila del agua. Fuimos al Levi´s Tent a escuchar de lejos a Dillon Francis que empezó bien pero luego parecía la boda de tu tío porque recurrió al reggaeton y a Selena para salvar la fiesta. Comimos palomitas y compramos chelas de a $100. Pedimos la devolución de nuestro efectivo de lo que nos sobró en las pulseras -porque ahora todo es cashless- y regresamos a ver la última parte de Chemical Brothers.
Chemical Brothers
La música electrónica es bien chida para la fiesta pero no hay mucho que ver en el escenario, pues son dos hombres parados frente a sus aparatos, sin moverse de ahí, sin micrófonos para saludarte. Forzosamente necesitan visuales para hacer el show y los CB los tienen. Galvanize, Wide Open, y Block Rockin’ Beats son esas canciones que de pronto te das cuenta que las has escuchado ya 10 años y te hacen inmediatamente feliz, además de venir acompañadas de 3 pantallas con un diseño de visuales de maestros y de no sonar nada parecido a los discos, pues es mezcla en vivo. Los CB reventaron el escenario KIA y dieron cierre al mismo, despidiéndose con toda la gloria que merecía.
Tanto polvo recordaba al festival Sonofilia, ese que sólo tuvo una edición pero a donde vino Björk a México por primera vez y eso fue suficiente para abarrotar la Barranca de Huentitan. El cansancio se hizo presente y junto con esto los borrachos y borrachas mala copas típicos que se compraron 8 cervezas y se caen encima de una, la pisan, la empujan y no pueden ni hablar para disculparse, era la hora justo para ver a Tame Impala.
Tame Impala
Siempre he pensado que es una banda para gente en ácidos o en hongos y sí lo es amigos. Empezaron 40 minutos más tarde de lo planeado, que porque problemas técnicos. Es la banda con integrantes más jóvenes y la más nueva de entre los headliners pues la música, letra y voz de Kevin Parker, vieron la luz en el 2007 pero no han parado desde entonces. Kevin hizo una pausa entre las canciones nos preguntó si habíamos visto a los Chemical y a Phoenix; recalcó que eran dos de sus bandas favoritas y a quienes considera sus influencias, dedicó la canción de Let It Happen a los miembros de Phoenix o ¿The Less I Know The Better? ya no recuerdo bien... Rayos láser, cámaras que grababan en vivo y filtraban en las imágenes los efectos que a cualquier amante de los psicotrópicos le hubieran encantado y un sonido monstruoso, eso fue Tame Impala durante la primera hora y media de su presentación. Muy bueno, la verdad que muy bailable y bien fino pero el cancio pudo más. A regañadientes me llevé a Mar y le dije que podríamos escuchar las últimas canciones de salida. Rick y Andy me habían leído la mente, pues también son expertos en festivales y ya nos esperaban en el auto, para salir antes de que se desatara el infierno de la fila de autos, además que ellos no tuvieron chance de comer y les urgían unos tacos. Yo sólo me quería sentar.
Paco ya estaba ahí, se quemó toda la cara escuchando a White Lies y parece nuevo en esto, pues no se puso nada de bloqueador solar y su nariz estaba tostada.
Los tacos estaban cerrados pero encontramos Hot Dogs, yo comí papas y compartimos nuestras experiencias. Rick y Andy pensaban que hubiera sido mejor cierre poner a los Chemical Brothers, yo estaba de acuerdo porque aunque Tame Impala no me molestó, si me bajoneó al punto de querer irme. Además el transporte público fuera del estadio era inexistente, nosotros de por sí dependíamos del servicio de Uber dentro de la ciudad y los que no tenían la ventaja de un auto debían esperar a que todos los demás también tuvieran su servicio de transporte, esa cuestión hizo extrañar la sede del Autódromo de los Hermanos Rodriguez, pues hay metro y autobuses cerca y baratos.
Nos bañamos para limpiar el polvo y dormimos 3 horas, teníamos que subirnos a un avión temprano y regresar a casa. Llegamos a Cuernavaca y dormimos muchísimo. Valió la pena el cansancio, pues como dije, las bandas de este cartel eran todas increíbles, si van el próximo año les recomiendo ampliamente ir un día antes a visitar el centro de Guadalajara, una de mis ciudades favoritas y no olviden llevar bloqueador solar, sombrero, gorra o sombrilla para el tremendo calor que se vive en el mes de Mayo. También prueben el Tejuino, la pitaya, las tortas ahogadas (yo no pude) y visiten el Hospicio Cabañas y el Panteón de Belén en la noche, sólo no se atasquen de comida como yo porque cual niño en la feria me indigesté y vomité toda la noche como consecuencia de mi atasque.
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