Tumgik
#jimin cabello negro
aricastmblr · 2 years
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BIGHIT_MUSIC·20230310
#지민 #Jimin #Jimin_FACE Concept Photo (Software ver.)
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lileuph-milkybanana · 6 months
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Capítulo 3 D
Jimin entró dando zancadas a la habitación con sus brazos llenos de cosas.
—Para ti —dijo Jimin. Sacó un ataúd de madera con una placa de marfil, con tallados alrededor de toda la caja. Jungkook parpadeó y se levantó, despierto pero exhausto. Había dormido mal anoche debido a la ansiedad.
Un manto de lino sobre el chitón, borlas trenzadas en las batas y una diadema dorada con incrustaciones de cuentas de vidrio yacía sobre la pila.
Jimin levantó una ceja cuando Jungkook simplemente miró con confusión la pila de artículos.
—Llevarás esto a la ceremonia. Desnúdate, por favor.
Tomando un respiro tembloroso, Jungkook pasó una mano sobre la diadema, se veía costosa. Ya que no parecía tener otra opción, Jungkook levantó su camisa por sobre su cabeza. Jimin lo ayudó durante todo el proceso, embelleciendo a Jungkook en un pináculo de riqueza y lujo. Un broche de oro soldado con pequeños gránulos de oro aún más pequeños unía la túnica. Pulseras de ámbar tallado y cuentas adornaban sus muñecas y un colgante de bulla estaba colgado en su cintura, quizás como una ofrenda religiosa. Jimin puso una sandalia de suela con bisagras y cordones de oro en sus pues. Y, finalmente, la diadema fue puesta encima de su cabeza.
Se sentía pesado. Disfrazado. Un poco frío, pero más que nada por los nervios.
Jimin le entregó un espejo de bronce y Jungkook se congeló al mirarse.
Se veía elegante. De otro mundo y semejante a una estatua; podrías poner sus pies en sandalia en un zócalo y encajaría con el resto de las estatuas de dioses y diosas. ¿Era eso lo que intentaban emular con esta ceremonia? ¿Un dios?
Y, Jesús, ¿cómo diablos esta gente poseía oro en una cantidad tan grande? La espectacular calidad de todos estos artículos atestiguaba la alta competencia técnica de sus joyeros.
—Asha es honorada enormemente por nuestra gente —intervino Jimin, viendo como Jungkook examinaba los adornos con atención fascinada. Jungkook se sacudió, enderezándose incómodamente. —solo los mejores materiales son usados para aquellos asociados a nuestro Templo.
Pasos resonaron desde fuera de la habitación y, por primera vez, los ojos de Jungkook se posaron en otro individuo de su edad aparte de Jimin.
Era una chica. Su cabello negro estaba fijo en su cabeza en un moño de estilo mediterráneo. También era asiática y espantosamente pequeña. Linda, pero no hermosa.
—Yoojung —se sobresaltó Jimin, mostrando una emoción genuina y sin adulterar, lo que se sentía raro en este templo —¿qué estás haciendo aquí?
Otro nombre coreano. La chica, Yoojung, pasó sus manos por su chitón suave. Cadenas con intricadas flores de lotos y diseños en zig-zag adornaban su largo vesito. Su expresión era oscura y tormentosa.
—Estás atrasado —dijo ella —Seokjin ya sirvió el vino. Tenemos que irnos.
La cara de Jimin se quedó en blanco.
—Oh, aliento de Za.
—Exactamente —respondió Yoojung y le dirigió una mirada a Jungkook, sus ojos examinaron su cuerpo de arriba hacia abajo descaradamente. Su boca se torció. —Es hermoso, como se esperaba.
Jimin los apresuró a salir de la habitación. Jungkook los siguió en silencio, con las manos sudadas. Estaba fuera de lugar de una manera horrible en este templo, vestido en oro pesado y túnicas detalladas.
—No suenas feliz sobre esto —Jimin le comentó a Yoojung. Ambos le daban la espalda, caminando unos cuantos pasos delante de Jungkook.
—¿Cómo podría? No sabemos nada sobre este hombre, sin embargo, será obsequiado al Señor Yoongi. No confío en él.
—No tienes que confiar en él; solo en Asha —entonó Jimin, sonando ligeramente preocupado.
—Sí confío en lo divino, pero...
Claramente, no todo el mundo estaba dispuesto a creer en la lectura de hígado de oveja y el vuelo de los pájaros como Jimin. Jungkook intentó desesperadamente ignorar la forma descarada en la que hablaban de él. Estaba justo detrás de ellos. Finalmente, llegaron a las afueras del templo y Jungkook estaba medio ciego por la luz.
Asentado en la cima de un enorme acantilado, Jungkook jadeó. Debajo del acantilado había un paisaje escénico de llanuras onduladas y bosques. La mayor parte se había transformado en tierras de cultivo, bien regadas y boscosas, adecuadas para la agricultura y el pastoreo. Casitas diminutas salpican la distancia, pero esto ciertamente no era una ciudad. Jimin le hizo un gesto.
— Ven. La ciudad está por aquí.
Al doblar la esquina, Jungkook se impresionó aún más por la escala arquitectónica pura detrás del templo. Un palacio grande y completo se encontraba detrás del templo. Y debajo de eso, la ciudad. Construido con roca de toba y mármol blanco, columnas jónicas curvadas incrustadas profundamente en la masa de edificios. La música sonaba distante en las calles, así como el bullicio de la gente y los comerciantes que se esforzaban por participar en las celebraciones del Priad. El templo se encontraba en el punto más alto de la ciudad, y directamente detrás de él, bloqueándolo del resto de la ciudad, estaba el palacio.
No había forma de que Jungkook pudiera llegar a la cima de este acantilado, a través de esta antigua ciudad, y entrar en un maldito templo al azar por sí mismo.
Su garganta se secó. A Jungkook le llegó de golpe que ya no está con el equipo de excavación. Estaba en otro lugar, en una tierra extraña, lejos de su hogar y con pocas probabilidades de regresar a menos que sea por medio del mismo medio sobrenatural que lo dejó aquí.
Jimin y Yoojung lo llevaron a la entrada trasera del palacio. Una placa dorada se arqueana a través de la entrada, representando una escena de banquete, así como una larga descripción en otro idioma.
— Describe el primer rey de la dinastía de Tyrhennia — Yoojung le ayudó. Lo miraba con respeto, aunque su lenguaje corporal reflejaba desconfianza. No la culpaba. Se preguntó qué posición ocupaba ella... ¿una Sacerdotisa? ¿Una política? ¿Una esposa de este supuesto Magistrado? Jungkook apenas tuvo la oportunidad de reflexionar sobre esto antes de que le empujara la espalda con su mano.
—Continúa —dijo Yoojung —Seokjin está adentro. Es el cónsul bajo el Señor Yoongi.
—Esperen. ¿No vendrán conmigo? —Jungkook se giró frenéticamente hacía Jimin, quien sonrió con cariño.
—Nuestro lugar está en el templo. Es la Príada, así que no podemos irnos.
—No te preocupes —dijo Yoojung, las cadenas en su correa sonaron cuando movió su brazo —Soekjin es agradable. Jaja.
Jungkook echó un vistazo al vestíbulo, grande y de mármol lujoso y con otra estatua al final del vestíbulo. Pero con un empujón repentino en su hombro, se tropezó a través de la puerta y la escuchó cerrarse tras él. Muy, muy alentador. Estaba seguro de que fue Yoojung.
El techo era alto, un diseño cónico con arcos de descarga. Jungkook se mordió el labio y avanzó a pasos agigantados a pesar de las pesadas joyas que colgaban de él. La diadema de su cabeza estaba fría, pero no se molestó en quitársela. Parado frente a la estatua, Jungkook se acercó, pasando una mano sobre su cara. El rostro de la mujer tallada tenía una sonrisa arcaica que residía misteriosamente en él, dando una imagen de ligero escalofrío. Su cabello se retorcía en una serie de trenzas que bajan por su espalda, y su cuerpo se mantenía en pie con gracia - lana pesada y tela a cuadros estampados se agarraban alrededor de su cintura apretada. Todo tallado, por supuesto, pero esculpido con maestría.
—Vulci, la diosa del agua —dijo una voz atrás de él. Jungkook se sobresaltó.
Un hombre alto y de hombros anchos lo miraba, con una expresión amistosa, pero con ropa imperialista. Miró a Jungkook de arriba hacia abajo, al igual que Yoojung, pero con mucha más valoración.
—Ok. Vaya, Jimin tenía razón —declaró el hombre —eres muy encantador. No tanto como yo, por supuesto, pero, aun así. Alabada sea Asha, ¡se superó a sí misma esta vez!
—Uh —dijo Jungkook —¿tú eres Seokjin?
—Oh, sí —Soekjin guiño un ojo —técnicamente el cónsul, pero no tienes que decirme así. Eres un regalo divino, después de todo.
—Oh. Está bien. Gracias.
Seokjin lo miró expectante, como si esperara que Jungkook dijera alguna predicción divina. Desafortunadamente, Jungkook no era divino ni santo como ellos creían. De hecho, era lo contrario, más cerca de socialmente incómodo y forzado.
Dándose cuenta de la expectativa en el aire, Jungkook intentó formar una conversación.
—Así que, ¿quién es Vulci? Pensé que esta ciudad adoraba a Asha.
Seokjin asintió, como si la pregunta fuera razonable y no un intento de desviación.
—Eso tiene sentido. Como una extensión de Asha, debes desear saber la razón por la cual hay otros dioses en nuestro palacio.
—¡Exacto! —Jungkook estaba mintiendo de lo lindo.
—Somos una ciudad con puerto marítimo —explicó Seokjin, encaminando a Jungkook por el vestíbulo —A pesar de que Asha es nuestra deidad principal, le damos un respeto menor a Vulci y Za, quienes tienen participación directa en nuestro comercio de importación. Al único dios que prohibimos en nuestros vestíbulos es Nerein.
—Nerein —repitió Jungkook. Estaba seguro de que Jimin había mencionado a este dios antes —¿cosecha y tranquilidad?
—En efecto —Seokjin abrió una puerta —Nerein y nuestra divina Asha han estados en una pelea desde hace siglos.
Al parecer sus deidades estaban sujetos a la desafortunada atracción y repulsión que los humanos a menudo ejercían. La habitación que Seokjin abrió era amplia y extravagantemente esculpida como una esfinge. Las paredes tenían variadas inscripciones de oro, y un tablero de dardos. Esta cultura parecía tenerles cariño a los juegos. Unas personas amantes del placer, o quizás era solo la aristocracia.
—¿Esta es la habitación del señor Yoongi? —intentó adivinar secamente Jungkook —¿Qué es, un rey?
—Oh, Yoongi es un Magistrado —dijo Seokjin —ciertamente no un dios. ¡Eso es un tanto presuntuoso para incluso sugerirlo!
Todos esos títulos era terminología sin significado para Jungkook. Por ejemplo: no tenía idea de qué era un cónsul, lo que significaba que no tenía idea de qué era Seokjin. Jungkook podía sentir su paciencia alcanzar rápidamente el fin de la cuerda.
—No tengo idea de lo que es un Magistrado. O un cónsul.
Seokjin frunció el ceño. —No eres de este mundo, entonces —no me digas —Tenemos un rey, pero reside en el Santuario de Adit. Aquí, en el Santuario de Asha, tenemos un Magistrado. Son elegidos por las divinidades de su ciudad. Así, en el Santuario de Vulci, la misma Vulci eligió un Magistrado para ver sobre su gente.
—Espera, ¿entonces cuál es la diferencia entre un rey y un magistrado? —preguntó confundido Jungkook.
—Un rey es elegido políticamente por los magistrados —explicó Seokjin —Los magistrados son elegidos por los dioses. Asha eligió a Yoongi para que la representara, así que ha recibido un favor divino.
Eso sonaba absolutamente salvaje. ¿Eran estos dioses reales? ¿De verdad escogían a las personas? Era descabellado y Jungkook no pudo evitar preguntarse si las elecciones políticas se basaban en la lectura de hígado de Jimin, también.
Jungkook añadió: —¿Y eres un cónsul? ¿Qué es lo que haces?
Seokjin sonrió de medio lado —Asisto a Yoongi con gobernar la ciudad. Y también lo cuido, pero eso es porque somos amigos, no porque soy el cónsul. —con eso, Seokjin aplaudió una vez emocionado. —Bueno, Yoongi debería estar aquí pronto. Volveré al banquete, así que una última cosa.
Yendo a la cama, Seokjin tomó un paño. Perecía ser una especia de tela transparente.
Seokjin estiró su mano y puso la cosa sobre la cabeza de Jungkook. Qué.
—Es un velo —lo tranquilizó Soekjin —bien, debo irme. Encantado de conocerte, honorado huésped.
Estaba afuera incluso antes de que Jungkook pudiera responder. Espectacular.
Jungkook se sentó por al menos tres minutos antes de ponerse de pie y explorar la habitación. Pasó una mano por el taburete de la esfinge, examinando la mecánica de la chimenea, e intentando descifrar la escritura extranjera en las placas doradas. Una vez que se agotó, Jungkook fue a la mesa mediana y miró fijamente la jarra de arcilla. Había alguna forma de líquido en su interior, y olía a.... vino. Pero no el vino al que está acostumbrado.
Había una copa en la mesa también, y viertió un poco del vino. Jungkook tomó un sorbo.
Era significativamente más espeso que lo que estaba acostumbrado. De hecho, creía que había como trozos de uva. Girando el brebaje, Jungkook se dio cuenta de que había residuos en el fondo de la copa.
El pánico comenzó a aumentar como un tsunami de ansiedad. Jungkook estaba en un lugar desconocido, extraño y aterrador. Quería salir. Temblando, Jungkook quería que su mente tuviera pensamientos más felices. Podía salir de aquí; tenía que creerlo.
Estaba examinando los restos de vino cuando la puerta crujió. Jungkook casi derramó toda la copa en pánico. Afortunadamente, sólo derramó un poco, y bebió el resto en una hazaña de desesperación. Dios sabía que necesitaría algo de valor líquido.
Arrojando el velo sobre su cabeza (se lo había quitado en su lento paseo por la habitación), Jungkook se instaló en la cama, con el aliento retenido, una falsa imagen de docilidad. No miró la puerta cuando se abrió, en su lugar, estaba mirando fijamente a la chimenea.
Pasos.
Lentos, medidos. Esta persona era tranquila, paciente.
Seokjin dijo que había un banquete, pero el andar de este individuo no gritaba "borracho". Más bien lo contrario, de hecho.
Intimidante.
La figura se instaló frente a Jungkook, y los pasos se detuvieron. Jungkook no miró hacia arriba, pero el velo seguía siendo transparente, por lo que Jungkook podía ver la mitad inferior del cuerpo de un hombre.
— Asha tiene realmente un gusto exquisito — Este tipo, Yoongi, murmuró. Tenía una voz grave y gruesa. Decepcionantemente agradable y relajante, considerando que Jungkook no conocía al hombre.
Jungkook podía ver los bordes de la luz asomándose bajo su velo, los dedos levantando el pedazo de tela, todo estaba sucediendo tan rápido... y finalmente, hicieron contacto visual. 
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aureliahillshqs · 9 months
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todos conocen a AILISEU "ALICE" RYU, pero su reputación está por descubrirse.
effy, ¡bienvenide a @aureliahillshqs! nos encanta tenerte con nosotres. a partir de ahora contás con 24 hs para enviarnos la cuenta, en caso de necesitar más tiempo, ¡no dudes en solicitarlo! pst! también queremos contarte que si todavía no rellenaste este form, nos serviría mucho que lo hicieras. ¡gracias!
OUT OF CHARACTER: 
nombre/alias:  effy
¿tenés más de 21 años? sí / no. 
zona horaria o país: chile
nivel de actividad estimado: 5/10
triggers: ninguno.
¿aceptás que tu personaje se vea involucrado en las intervenciones realizadas por la administración del grupal? sí / no. 
¿algo que agregar?: ♡
IN CHARACTER: 
nombre: Ailiseu (Alice) Ryu
faceclaim: yoo jimin
cupo: 71 familia Ryu.
edad y fecha de nacimiento: 23 años / 23 de marzo 2000
descripción física: ha llevado el cabello rubio por un par de años, y piensa terminar el siclo pintándolo de negro. lleva tatuajes pequeños en sus brazos y pequeños corazones de colores en sus manos. disfruta con la moda, y del maquillaje. sus prendas se caracterizan por los patrones coloridos, accesorios futuristas o lo que le parezca raro pero bonito. prefiere experimentar con la moda.
descripción psicológica:
+ espontanea, atrevida, energética, observadora
- irascible, manipuladora, dramática, impulsiva.
historia o datos curiosos
uno. al vivir rodeada de privilegios, ha tenido la fortuna de hacer lo que le plazca cuando le plazca. su manera de ver la vida le ha llevado a experimentar todo lo que se le presenta en frente, buscando divertirse sin limites mientras sea joven. sin escatimar en lujos, ha viajado a varios países y organizando/asistiendo a fiestas cada vez que estaba aburrida en su adolescencia. haciéndola popular en su escuela, posición que disfrutaba por la atención y porque ponía a los bully en su lugar. siempre dice lo que piensa sin filtro y no le importa lo que la mayoría piense de ella, aunque aquello la metiera en problemas más de una vez, y terminara en peleas físicas y por consecuencia visitando varias veces la dirección con su madre teniendo que hacer donaciones a la escuela.
dos. ailiseu se puede definir como una artista a toda regla, embarcándose en distintas formas de artes desde que era una infante. disfrutaba embarrarse las manos de pintura y lanzarlas a lienzos vacíos o esculturas en blanco. le contrataron una profesora de arte que le ayudó a perfeccionar su técnica, y a encontrar su propio estilo. al salir de la escuela, entró a la universidad nacional de artes de corea, y no conforme con la escuela de artes visuales, optó por tomar la de música, danza y drama. actualmente se encarga de vender sus piezas de manera anónima. sus trabajos se inclinan por el surrealismo abstracto, con una variada gama de colores vividos y una fuerte influencia en la naturaleza, lo inusual y lo grotesco.
tres. un micrófono era su juguetes indispensable cuando era apenas una niña, cantando por toda la casa canciones de britney spears para molestar a su familia. desde que aprendió a tocar los instrumentos, una guitarra usualmente la acompaña, junto a un pequeño diario de letras para posibles canciones. con la ayuda de la compañía de su madre y sus contactos en la industria del entretenimiento surcoreano, logró entrenar por cinco años en una compañía, donde pulieron sus talentos en el canto, rap y la danza. logró sacar su álbum en solitario como solista a los dieciocho, logrando grandes números en ventas, visualizaciones y escuchas durante su año debut. desapareció de la industria tras el accidente de su hermano y está trabajando actualmente en su segundo álbum completo.
cuatro.disfruta de la naturaleza y solía visitar los campos de cultivo de su padre para cabalgar con su caballo, donde solía perderse durante tardes enteras. tiene varias mascotas, incluidas tres gatos, frost, nyx y echo. un viejo camaleón llamado cipher, un perro dálmata llamado venom, dos hurones astra y zero, además de un caballo que apodó havoc.
cinco. tiene un largo historial de relaciones tóxicas, y a sus veintitrés años recién empieza a entender que el problema quizás es ella y su gusto por les idiotas.
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actum7m · 3 years
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XI. EL INCENDIO DE GALLORIS.
— Locación desconocida en algún lugar de los túneles subterráneos.
Aquella sala resulta similar a alguna bodega que en algún momento fue abandonada, y ahora ha sido okupada. El mobiliario no resulta para nada elegante, a diferencia de las salas de juntas en el Concejo, más bien parece que han improvisado con el paso del tiempo para hacer algo similar. En ella, se encuentran cuatro personas y, de vez en cuando, pareciera común que algunas otras personas entren y salgan de ahí.
"Mis adorades, hicieron llegar las cartas, ¿verdad?" Pregunta una mujer de cabellera negra en sus cuarentas, quien les habla con un tono maternal.
"Lo hicimos." Dice Lorena Vega, quien remueve su cubrebocas, dejando ver las terribles cicatrices que hay en su rostro, así como las que pueden verse en sus manos. Quizás, si su cuerpo no estuviese cubierto con ropa, se podría saber si el resto también tiene aquellos indicios de tortura. "Junsoo Moon, Roselyn Moon, Chae Jimin, Moon Hanbin, Beam Leeyao Nuppasit, Ciel Nam, Wesley Miller y Na Seoha. Esos son los nombres que nos otorgaron."
"Les elegides." Repone Magnus Hansen, quien permanece sentado también. "No quiero cuestionar tu palabra, Delilah, pero... ¿estamos segures de que elles son verdaderamente les elegides?"
Esto provoca que Lorena le mire de reojo y, por debajo de la vieja mesa de madera que les divide, le da una pequeña patada. Magnus no se inmuta.
"Mi vida, aquí no hay autoridades." Llama Delilah, la mujer de cabello negro, aún manteniendo ese tono maternal, una sonrisa dibujándose en su rostro. "Esos fueron los deseos de Ivelisse Lucasta. Nuestra salvadora y mensajera. Ella decidió que esas personas serían las indicadas para hacer el trabajo que nos ha dado. Nuestra misión. Por eso somos La Orden de Lucasta."
Raymond Flower carraspea. Lorena, Delilah y Magnus voltean a verle, expectante.
"Lo siento, es que—" Arruga levemente su nariz. "Es que no comprendo. Entiendo que Ivelisse Lucasta era la antigua Supreme, ¿pero qué hay de malo con Pipper? Ella no parece tener la culpa de que el Concejo haga esas atrocidades de las que me hablaron."
Delilah ríe un poco, llevando el dorso de su mano hacia sus labios para esconder su sonrisa.
"Entiendo tu confusión, Raymond. Después de todo, eres nuevo aquí..." Le dice, asintiendo un poco con la cabeza. "La pobre Pipper no es más que una marioneta." Explica, entonces. Su semblante tornándose a uno más solemne. "El Concejo la está usando. No es nada como Ivelisse, ella sí trabajaba en pro del bienestar de la comunidad brujil. ¿Alguna vez viste a Pipper asomarse a decir algo?"
Raymond hace un movimiento negativo con la cabeza, y Delilah sonríe nuevamente, como si quisiera decirle 'exactamente' con su expresión facial.
"Pffft— en fin. Volvamos al plan," interrumpe Magnus, quien no tiene la misma paciencia que quien parece es su líder, Delilah. "¿Freja Larsson te ha dicho algo sobre los pasos del Concejo? Lo último que supe es que estaban buscándonos. Y después del incendio, lo más probable es que sospechen que haya sido obra nuestra."
"En efecto. El incendio lo interpretarán como una advertencia de los cambios que están por venir. Pero no hay manera de que encuentren este lugar, así que no te preocupes. Camil fue fuerte, aunque pudo decirle un par de cosas sobre nuestro paradero, logró resistirse lo más que pudo."
Lorena cierra sus párpados ante la mención del chico, una expresión dolorosa. Magnus la mira brevemente, antes de darle un suave apretón en el brazo.
"Sé también que algunes brujes están utilizando bien la información que les dimos aquellas veces. Pero han de actuar con cautela, Lorena y Magnus. El Concejo sabe de ustedes."
Magnus vira sus ojos. "Me da lo mismo. Cuando me encuentre con Jie, voy a—" La cólera en su tono de voz se vuelve prominente. Delilah lo detiene.
"No harás nada que no sea necesario, Magnus. Los problemas personales que tú y el joven Liu será algo que ustedes tendrán que resolver en otro momento. Ahora tenemos una preocupación mayor."
"El portal." Dice Raymond. "Eso fue lo que me dio las... Maravillas."
"Exactamente, corazón. Llegó a ti antes de que se activara por completo." Celebra Delilah. "Y las cosas están saliendo tal y como hemos deseado que salgan. Pronto... pronto todes tendrán más Maravillas, o poderes aumentados, y el Concejo ya no tendrá suficiente autoridad sobre elles. Sobre nosotres." Alza sus comisuras en una pequeña sonrisa complacida, hasta que termina por levantarse de aquella silla, luego haciendo un movimiento elegante con su mano para acomodar su larga y negra cabellera. “Sigan actuando con cautela. Que no los atrapen, y cuiden que el Concejo no meta su naricita en lo que no le incumbe... de otra forma, ustedes saben qué nos espera.” Advierte.
“¿Qué nos espera?” Inquiere Raymond, claramente confundido con aquella charla tan críptica al menos para alguien que acaba de incorporarse con elles. Magnus vira sus ojos, Lorena no dice nada al respecto, mantiene una expresión seria, casi sombría.
“Reynir nos espera.” Concluye Delilah, desviando la mirada hacia otro punto de aquella sala, como si simplemente hablar de ello le provocase repulsión.
Aquí encontrarán el glosario de personajes.
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iswetties · 3 years
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LOVE IS A BITCH
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🌱author: iswetties {cutielifesis}
🌱pairing: min yoongi [suga] x fm! reader
🌱gender: angst / fluff
🌱 sypnosis: Moly tiene los recuerdos de Yoongi en su mente como si todo hubiera sucedido el día anterior, sigue anhelando esa cita que le prometió antes de irse. El había hecho una nueva vida, y ella sólo se dedicaba a recordarlo tristemente mientras fumaba.
🌱word count: +2k
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El humo que entra a mis pulmones me lleva a cerrar los ojos, el aire de la ciudad mueve mi corto cabello negro con lentitud. Desde esta altura los edificios más bajos se ven pequeños y las personas como hormigas cuando en verdad son parásitos. Mi edificio es uno de los mas grandes de Seúl, en la zona de gangnam la mayoría es así, pero este los supera. El piso más grande con la suite, es solitario, he aprendido a adaptarme a este estilo de vida. Mi yo de hace años estaría en desacuerdo con esto, pero luego amaría el dinero, siempre fui egoísta, supongo.
Casi a mis treinta años los lujos son algo trivial cuando estás tan sola, fumando en el balcón pensando en el pasado que se fue sin avisar, sólo queda expulsar el humo e imaginar que hubiera pasado si las cosas hubieran sido diferentes. Min Yoongi, ese chico unos años mayor que yo, me traía vuelta loca, a mis diecinueve años era el a quien yo más quería, supongo que me converti en el a está edad. Fumando, utilizando una bata, y con una botella vacía de champagne en la mesa del living limpio.
Creo que simplemente tome lo que dejo, asimile tarde que el ya no volvería, Seúl es la ciudad en la que crecí, pero es muy grande y las personas simplemente pueden desaparecer. Luego de la Universidad estudie tanto que ahora busco amigos de la infancia que ya no están, los únicos que siempre han estado a mi lado ahora tienen familias y no tienen tiempo para mujeres solteronas cómo yo.
Tire el cigarrillo acabado y avance hacia el interior del departamento.
Me pregunto si haber creído en sus palabras no me hubiera dejado aquí, ¿dónde estaría?
hace diez años
Hay días especiales, para mi y para mis amigos esos tipo de dias son los fines de semana donde no hay escuela, podemos hacer lo que queremos, o al menos así lo intentamos. Éramos los tipos de adolecentes que sus padres prefieren fingir que mantienen en control pero que en realidad nunca saben donde están sus propios hijos.
Mamá se había ido doble turno en el hospital y no llegaría hasta alrededor de las diez al día siguiente. Yo, como una estúpida adolescente tratando de ser genial, acepte la invitación de Jungkook para ir a algún bar con identificación falsa, en ese entonces para mi era fácil conseguirlas, treinta mil wons y te hacían unos personificadas que serían totalmente convencibles.
Aún la tengo guardada como un buen recuerdo.
Estaba segura de que si mi madre se hubiera enterado de lo que hacia... ella probablemente se desmayaria, pero yo se que ella hacía lo mismo a mi edad, aunque lo niegue.
Itaewon se convirtió en ese entonces en una zona muy amada por lo extranjeros, cada vez que íbamos veíamos a gente de otros países, nos sacabamos fotos con ellos y aprendiamos idiomas que al día siguiente olvidabamos. Era genial. Esa noche Jungkook, Jimin y Nahyun me convencieron de entrar a un bar poco conocido para ser más fácil ingresar, había poca gente, pocas mesas y el lugar no era tan grande, eso sí, el olor de la comida hizo mi estomago gruñir con fuerza.
―Identificación, por favor.―nos pidió el mesero.
Ese fue el momento.
Cabello negro, perforaciones en sus orejas, tatuajes en sus brazos, y un rostro lleno de mala vida, lo deduje al ver sus ligeras ojeras, era el tipo de chicos que chicas como yo amaban. Se veía algo joven, ¿entre los veinte? sólo pude morder mi labio inferior al notar su mirada en mi.
Una adolescente hormonal, el sólo esperaba que le entregue mi identificación. Nahyun me codeo, fue entonces que comprendí avergonzada, le extendi la tarjeta y el la inspeccionó sin borrar su mueca.
―¿Tienes veintisiete?―asenti, el levanto la vista― ¿Tu nombre es Kim Moonhyun?
―¿Feo, no? Puedes llamarme Moly.―sonreí como idiota.
―De acuerdo Moly, y sus amigos ―mis amigos se sintieron algo nerviosos ante sus ojos como "se todo"― Disfruten de la comida, gracias por elegirnos ―da una inclinación y nos deja pasar a una mesa.
Mis cortos recuerdos de esa noche varían, yo había ordenado lo mismo que Jimin, en ningún momento pude concentrarme en la charla de mis compañeros de aventuras por estar viéndolo a el. Atendía las otras meses con simpleza, era algo que me volvía loca, jamás he sido enamoradiza, me cuesta interesarme en alguien, pero el, ni siquiera se su nombre y estoy obsesionada con ver sus ojos negros, como su camisa, como su cabello, como sus tatuajes, y como todo de el.
Me sentí nerviosa cuando lo visualice acercándose con una bandeja, en esta había unas cuatro botellas de soju frío, de seiscientos mililitros.
―En segundos traigo sus órdenes. ―dijo, volviendo a irse.
―Es guapo.―murmuró Nahyun, volteé a verla sorprendida― ¿Qué? ¿No te parece lindo? me gustan sus tatuajes.
Si, pero no. Me asqueaba imaginarla enamorada del mismo chico que yo.
―Parece odiar su vida.
―Debe ser un universitario.―dijeron entre ellos ambos chicos― Mi hermana trabaja en una pastelería, ¡Ella lo odia! tiene su rostro enojado todo el tiempo. Pero le sirve para pagar sus estudios.
―Suena muy...
―Sus órdenes.―el chico de negro volvió, junto a el otra chica, está era pelirroja teñida, tenía una sonrisa que cautivaria a cualquiera con dos neuronas. Dejaron nuestros platos en el centro― Disfruten.
Y volvieron a irse.
¿Está mal pensar en pedirle su número antes de irnos? Bueno, eso fue lo que hice. Habíamos pagado por lo nuestro luego de una corta cena llena de risas y malas anécdotas de años atrás, fuimos a la caja, siendo atendidos por la pelirroja de sonrisa encantadora. Yo, como la maníaca que soy, busque entre el lugar al chico, no logrando nada me sentí desanimada.
Puede que haya ido al baño. Pero era improbable, este estaba en mantenimiento.
Cuando ya estábamos fuera del lugar, pasando por este hasta volver a la calle y caminar hacia alguna heladería, fue que un extraño olor inundó mis fosas nasales.
―Alguien fuma.―Jungkook cubrió su nariz, el es sensible a los olores.
Yo gire a mi derecha, había un pequeño callejón, la parte donde hay un contenedor de basura, supuse que es donde los del bar tiran sus residuos. Afine un poco más la vista hasta notar una figura entre la oscuridad, alguien fumando tranquilamente. Eso es ilegal, no puede hacerlo en un espacio tan concurrido.
Entonces me acerqué, escuchando a mis amigos diciéndome que no a mis espaldas, escendi la luz de mi teléfono y lo apunte.
―¡Mierda, ¿qué te pasa?!―cubrió con una mano su rostro.
―Lo siento.―lo apoye hacia otro lado, aún así nos daba luz como para ver nuestros rostros.
El olor incremento, y auque debería quejarme, no me desagrada, mucho menos el humo que inhala y exhala a un costado.
―¿Qué quieres?―pregunto tajante, expulsando el humo― Las niñas deben estar en la cama a está hora y no bebiendo ilegalmente en un bar de adultos.
¿Cómo...
―¿Qué como lo sé? Es obvio que son menores, además, eres una enana.
Gruñi, parecía un idiota.
―¿Y eso qué? Tu no pareces muy alto que digamos.
El sonrió, tirando el cigarrillo al suelo para pisarlo y así apagarlo. Dio un sólo paso, quedando a centímetros de mi rostro, su perfume, el olor a nicotina, todo eso mezclado, fue algo que podría hacer mojar mis bragas.
―¿Qué quieres, Moly?―preguntó en un susurro.
―Tu número.―fui clara.
―¿Para qué? Eres una niña.
―Cumplire diecinueve en Abril.
―Y yo veintitrés mañana, no hay chance.
―Por favor.―junte mis manos, el volvió a sonreír.
―¿Fumas?
¿Por qué había preguntado eso? Aún no lo entiendo.
―No. ―negué.
―Anota.―señalo mi móvil.
Era encantador a su manera.
❝¿puedes seguir a mi lado?❞
La vida continuaba, y una semana después, yo volví a esa rutina cotidiana que nunca me agradó pero con la cuál aprendi a vivir. Ese número seguía en mis contactos pero algo en mi no se atrevía a marcarle o sólo enviarle un mensaje, un "¡hola!" o un "¿cómo estas? ¿me recuerdas?" amenazaba con ser escrito, pero el orgullo y la timidez se apoderan de mi cuerpo evitando que pueda animarme a lanzarme.
Luego de la escuela, un viernes ya casi en la noche, Jungkook leía sobre mi cama mientras yo dibujaba en mi escritorio, era ya casi oscureciendo, mamá se quedó en casa por más extraño que fuera, y todo parecía estar tranquilo. Hasta que entró, llevan a su ropa de turno y una expresión preocupada en su cansado rostro.
―¿Te irás?―pregunté, no sería raro que no cene conmigo otro día más.
―Lo siento cariño...
―No importa, Jungkook se queda ―señale al chico, este levanto su dedo pulgar en señal de aprobación. Mi madre suspiro― en serio mamá, no importa, ire al mercado por algo de fideos o lo que sea, ve tranquila.
―Gracias cariño, te adoro.―ingreso sólo para besar mi cabeza con algo llamado "amor", si, mamá aveces también podía demostrar algo asi― Y a ti también kookie, gracias por cuidar de Moly.
―No hay problema, haría lo que sea por comida gratis.
La risa de mamá fue lo último que escuche de ella antes de salir de la habitación, e irse de la casa para así arrancar su vehículo y desaparecer. Un suspiro escapó de mis labios, era molesto, me sentía inconforme nuevamente. Algo en mi necesitaba de adrenalina, diversión, poder sentirme completa.
―Vamos a comprar.―le dije a mi amigo.
Tome mi chaqueta, me coloque mis zapatillas adidas y sólo baje las escaleras con el castaño siguiendome de atrás. La calle estaba deshabitada a pesar de que apenas son las siete, caminamos una o dos calles hasta que estuvimos frente a la tienda de conveniencia abierta las veinticuatro horas del día, apenas entramos el rostro de una chica masticando chicle llamó nuestra atención.
―Hola Eun.―Jungkook se acerco a ella, le gustaba, así que no les di atención y pase por un pasillo en busca de ramion.
Tome dos paquetes grandes picantes de un estante, gire en busca de alguno otro con sabor a pollo, entonces me percaté de una no tan esbelta figura tomando el único paquete que quedaba de el estante.
―Hey...―me queje, aunque sabía que por derecho era de el y yo no podría hacer nada más que llorar por el paquete de ramion que perdí.
Vaya, ya tendría que irme acostumbrando a las decepciones.
―¿Otra vez tu?―cuando giró, mi pulso se disparó con nervios.
―¿T-tú?―mi garganta se seco, mis manos sudaban y mis mejillas estaban rojas.
El era increíble, podía causar tantas cosas en mi sin siquiera intentarlo.
―¿Acaso me sigues? ¿Eres una acosadora?
―¡No!―negué rápidamente, el sólo biro sus ojos y siguió su camino hacia la caja, yo como toda niña tonta lo seguía de atrás tratando de hablar con el al menos un poco― ¿Qué haces tu por aquí? ¿Vives por acá?
―No tendría que decirte algo tan personal.
Jungkook me observaba mientras le hablaba al chico, debe considerarme una idiota.
―Yo vivo en la otra calle.
―¿Eres idiota?―giro una vez que pago por su paquete― ¿Y si soy un violador que engaña niñas para ir a buscarlas a sus casas y abusar de ellas? ¡¿Por qué me dices donde vives?!
Porque quiero que me busques.
Claro, no diría eso.
―Si fueras un violador no dirías esto.―dije.
El nuevamente desvió sus ojos de mi y siguió su camino hacia afuera, yo con diversión no pude evitar seguirlo hasta la salida, una moto estaba estancada, el se subió a esta, me acerqué tímidamente. Quería seguir hablando con el.
―Se directa niña, ¿qué quieres?
―No soy una niña.
―Aparentas serlo.―suspiro, colocandose el casco― Mira, ya tienes mi número...
―Una cita.
―¿Una cita?
―Si.―asenti, eso sólo había salido involuntariamente de mi― Sólo una para conocernos mejor.
―Te seré sincero, no tengo tiempo para estas cosas, estoy planeando ir a la Universidad de New York cuando acabe el año... pero―un gruñido escapó de sus labios, arrancó el motor y me sonrió― eres astuta, insistente y hasta algo manipuladora, se nota que te irá bien, así que aceptó. Encontremonos el próximo sábado en itaewon.
En ese momento me sentí muy feliz, incluso cuando el me dio una última mirada y se fue en la moto no pude evitar sonreír. El sábado siguiente fui, nos vimos, pude escuchar su risa por primera vez, todo el mes que le siguió fuimos como dos idiotas creyendo ser una pareja. Era bueno por momentos engañandonos a ambos, creyendo que de esa forma íbamos a seguir bien.
―El viernes pasaré a buscarte luego de la escuela, podemos ir a cenar, tengo una buena noticia.―dijo.
Pero sus noticias no fueron buenas para mi: "Fui admitido". Mierda, mi reacción fue peor, discutimos tanto, que al final no hubo una cita siguiente, ni otra llamada, ni otro mensajes, simplemente... Min Yoongi se había ido.
Supongo que en realidad así debía ser.
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2. Park JiMin
Park JiMin yacía recostado en la enorme cama de su habitación conciliando con un sueño profundo. Solía ser muy soñador, característica con la que su mejor amigo Kim TaeHyung lo solía describir muy a menudo.
Hablando del rey de Roma, actualmente JiMin se encontraba soñando con él. Era gracioso, JiMin todos los días iba donde su amigo y le contaba que tuvo el mejor sueño de su vida. Sin embargo, a la hora de que el rubio le preguntase sobre qué se trataba, Park evitaba a toda costa la conversación.
Taehyungnie, ¿cómo te sentirías al saber que sueño contigo todas las noches sin falta? ¿Me alejarías de ti? Ese es mi peor temor....
En el sueño, JiMin y TaeHyung estaban sentados en las verdes hierbas de un enorme prado de aquella ciudad de Alemania. El mayor por meses le enseñaba a Kim un libro sobre flores que su madre siempre le solía leer desde chico.
--- Tae, mira ésta. "La flor de Nochebuena, que en realidad es una planta, se conoce así por su parecido a una flor, pues sus hojas son de un color rojo carmín. Los antiguos mexicas, por su lado, utilizaban esta planta como símbolo de pureza de los guerreros muertos en combate" ¿No es hermosa? ¡Podría ir perfectamente contigo! Naciste en diciembre y.... --- JiMin sintió su rostro enrojecer, abrió sus ojos en grande por las atrevidas palabras que iba a decir y mantuvo sus ojos pegados al libro.
--- Si, cumplo en diciembre, Jimminie --- TaeHyung rio burlón, se levantó con delicadeza y sacudió su ropa alistándose como todo un caballero --- Debo irme, William me debe estar buscando como loco, nos vemos mañana, señorito Park --- Kim volvió a reír con diversión y sin escuchar palabra del pelinaranja se fue.
JiMin se despertó dando un brinco algo agitado. En un intento fallido quiso recuperar la estabilidad de su respiración, estaba bastante agitado debido al reciente sueño. Se hizo bolita en el lugar, escondió su rostro en sus brazos y lloró. Lloró como lo hace todas las mañanas al recordar que estaba enamorado de TaeHyung, de Kim TaeHyung, de su mejor amigo, de un hombre.
───◌──────────♡*̥
El pelinaranja bajó de su habitación aún con su costosa y caliente pijama mientras miraba al piso. Llevaba los pies descalzos, pues era una costumbre que tenía desde chico. Amaba no sentir sus pies cubiertos por algún calzado, de esa forma podía tocar la superficie a la perfección. Podía afirmar que tenía los pies sobre la tierra. Y tal vez, solo tal vez por eso siempre usa zapatos cuando está con TaeHyung
Caminó sin ninguna motivación al comedor, era muy bueno en transmitir sus sentimientos. Si él se sentía mal, todos alrededor podían notarlo. es por eso que se detuvo frente a la gran puerta, reflexionó en silencio unos segundos, formó una falsa sonrisa y entró con "alegría" al lugar.
--- Buenos días madre, buenos días padre --- Hizo una pequeña reverencia antes de sentarse en su lugar y empezar a comer delicadamente el gran desayuno que tenía frente suyo.
--- Buen día, hijo. ¿Cómo dormiste hoy? --- Se tensó al escuchar las palabras de su madre, carraspeó su garganta, dejó de comer la tostada que estaba a punto de ingresar en su cuerpo y miró con una sonrisa a su progenitora.
--- Muy bien, casi como un bebé --- Los tres rieron. Se podría decir que JiMin tuvo suerte a la hora de sortear familia. Un padre bastante trabajador, amable y generoso. Por otro lado, una madre muy cariñosa y dulce. Se sentía más que satisfecho con la vida que tenía respecto a la familia.
Se removió algo incómodo de la silla, esperaba que su madre no pregunte respecto a sus sueños.
Obtuvo solo una sonrisa encantadora que lo alivió en demasía. Siguió comiendo con paciencia y lentitud.
--- Oh, por cierto hijo, Taehyung te ha mandado una carta recientemente --- JiMin apenas escuchó su nombre sintió algunos bichitos removerse en el. Levantó de golpe su vista y tragó con fuerza.
--- ¿U-Una carta? --- Intentó no tartamudear fallando --- ¿D-Donde está? --- Su madre, quien todo el desayuno mantuvo la famosa carta al lado de su plato, la tomó y se la extendió a su hijo.
JiMin no dijo nada más, simplemente hizo una reverencia y corrió hacia su cuarto sin recibir regaño alguno por parte de sus padres.
Llegó a su habitación, cerró la puerta con seguro demostrando que quería privacidad y se apuró en sentarse en la silla que estaba pegada al escritorio. Se acomodó en la silla y suspiró nervioso.
Tranquilo, JiMin. Todo está bien, tal vez quiere hablar contigo o verte.
Al pensar en lo último, una boba sonrisa no tardó en formarse. Negó rápido intentando quitar esa idea de su mente, pues no quería ilusionarse por una simple carta.
Antes de abrir la famosa carta, la acercó a sus fosas nasales y olió con cuidado. Si....olía a café, TaeHyung tomaba mucho café y siempre olía a este.
Emocionado abrió con cuidado el sobre y pudo ver la carta dentro. La sacó y se decepcionó al ver que estaba escrita con una máquina de escribir y no con la preciosa caligrafía del rubio.
Relájate, tal vez solo estaba cansado como para escribirla a mano. No fue William, fue Tae...
Sacó la carta y sonrió automáticamente al leer la primera palabra.
Hey, Jimminie,
¿Cómo estás? Espero que te encuentres más bien. ¡Tu familia también! Mándales mi grato saludo. Espero poder visitarlos pronto y que tu madre nos hable sobre las flores de tu jardín.
Quería saber si gustas venir a casa a la tarde. Podríamos jugar ajedrez - a menos que tengas miedo de perder contra mi como siempre - o simplemente charlar mientras tomamos un café de esos que me gustan. Si tu respuesta es sí, espero que realmente esa sea tu respuesta, te espero en mi casa a las 12 p.m. No tardes, por favor.
De nuevo, mándale mis saludos a tu familia. Espero verte hoy, saludos.
K.T.H
Patalea el suelo emocionado y abraza la carta. En ningún momento había borrado su sonrisa de típico adolescente enamorado.
Kim TaeHyung le había escrito otra carta deseando verlo. ¿Acaso seguía soñando? Ojala no.
Sin más guardó la reciente carta en el cajón del escritorio donde tenía muchas más, obviamente escritas por su mejor amigo. Había cartas de hace diez años, cuando eran jóvenes de tan solo dieciocho años. Las atesoraba con cariño leyéndolas en su tiempo libre o cuando extrañaba al rubio.
Escribió velozmente una carta en forma de respuesta, corrió hacia la cocina y entró sin tocar la puerta. Allí, algunos sirvientes descansaban, comían u otros cocinaban. Todos dieron un brinco del susto por la repentina aparición del pelinaranja y se aliviaron al instante de ver su enorme sonrisa en el rostro.
--- Pequeño Park, ¿qué ha pasado? --- Mary, la encargada de recibir a invitados, lo miraba con una suave sonrisa y con algo de curiosidad.
--- Mary, ¿dónde está Jeremy? ¡Necesito que me ayude! --- La señora de tan solo cuarenta y cinco años reía bajo por la desesperación del joven -- Es urgente, por favor.
--- Está en el jardín hablando con el jardinero --- Sin decir nada más, hizo una reverencia y corrió hacia el jardín.
No quería demorar, tal vez Tae pensaba que le respondía tarde porque estaba inventando alguna excusa creíble con tal de no ir a visitarlo. Sintió una presión en su pecho al imaginarse al rubio triste y decaído por recibir rechazo de parte del pelinaranja.
Distinguió a lo lejos a Jeremy y a un viejito que cortaba con precaución las rebeldes hojas de una enredadera. JiMin se acercó con timidez y jaló la manga del elegante saco de Jeremy.
-- Jeremy.... --- Llamó la atención del contrario quien se giró inmediatamente al distinguir la voz del menor de los Park. Asintió en señal de que estaba escuchando con atención --- N-Necesito que le envíes esta carta a alguien, por favor.
Jeremy vio la carta en manos del joven y sonrió --- Claro, en seguida la envió --- JiMin se la entregó y luego de agradecerle corrió hacia la mansión.
Debía alistarse más que bien, pues vería al chico que le hacía suspirar cada vez que su rostro venía a su mente. Mordió su labio emocionado y empezó a rebuscar por su enorme armario algún conjunto que le siente bastante bien. Dejaría a Kim TaeHyung con la boca abierta.
¿Y quién sabe? Tal vez puedan pasar una linda tarde finalizando con un tierno y corto beso.
Si, TaeHyung tenía razón. JiMin era una persona muy soñadora.
Encontró la vestimenta ideal y sin más se vistió. Era una camisa con volados tanto en las mangas como en el gran escote en v que tenía dejando a la luz sus marcadas clavículas. En la parte de abajo llevaba un pantalón fino negro combinado con sus zapatos color marrón oscuro.
Peinó su cabello dejando que algunos mechones tengan rebeldes ondas colándose en su frente. Se miró al espejo más que satisfecho. Luego de TaeHyung, se rumoraba que Park JiMin era uno de los jóvenes más bellos de la ciudad y más deseado por todas las muchachas que lo veían andar tranquilamente por los mercados. Sin embargo, todo esfuerzo era en vano. Pues JiMin ya tenía ocupado su corazón.
Tomó un bálsamo que le había tomado prestado, secretamente, a su madre. Se lo aplicó con cuidado y paciencia haciendo que sus labios luzcan un carmesí brilloso. Sus labios eran uno de sus mayores atractivos, es por eso que debía sacarle provecho, pues tal vez con algunos movimientos delicados y sensuales podría seducir a su amor prohibido.
Se echó fragancia en su cuello y muñecas. Su perfume era olor a vainilla, pues TaeHyung le había dicho - un día que salieron al mercado - que aquel olor le atraía demasiado. A escondidas de él, le pidió a su sirviente personal, Mark, que le comprase una docena de esos aromatizantes y comenzó a usarlo solamente cuando se encontraba con su mejor amigo.
Terminó de alistarse y caminó hacia la salida. Se detuvo antes de llegar, pues quería asegurarse de que Jeremy había enviado la carta a TaeHyung.
Caminó con rapidez hacia el jardín sin correr, no quería estropear todo el trabajo de treinta minutos de preparación. Llegó donde antes estaba el jardinero charlando con Jeremy y solo pudo encontrar al primer nombrado.
Carraspeó suavemente su garganta y miró al suelo, era algo tímido para tener veintiocho años.
--- Disculpa, ¿sabes dónde está Jeremy? --- El jardinero detuvo su labor y giró a ver al hijo de los Park.
--- Señorito Park, disculpe pero no lo he visto luego de que se haya marchado cuando le entregó la carta --- Hizo una mueca lamentando no poder ayudarlo a encontrar al cartero.
--- Oh, no se preocupe. Todo está bien --- Echó un vistazo al costado y vio como una hermosa gardenia* florecía. Dudó unos segundos y se decidió por acercarse a ella. --- ¿Puedo tomarla?
El jardinero miró a donde el joven miraba y sonrió. Asintió repetidas veces y volvió a su labor.
--- Claro, es una hermosa flor --- JiMin no esperó más y la arrancó con cuidado.
Agradeció al viejito y caminó apurado a la salida. Allí vio a Mary quien parecía esperarlo.
JiMin se acercó tímido y escondió la flor. Quería evitar que cualquier persona le hiciera preguntas sobre la bella planta. ¿Qué diría? "Es para TaeHyung, es mi forma de demostrarle mi amor hacia su persona" Claro que no.
--- ¿Ya te vas, JiMin? Abrígate que hace un frío invernal, no queremos que te enfermes --- El pelinaranja negó, se despidió de Mary y salió de la mansión.
───◌──────────♡*̥
Observó la mansión desde la cuadra de enfrente. Lamió sus labios en señal de nerviosismo, acarició la flor más que tímido y cruzó la calle con cuidado.
¡Ánimo! Eres Park JiMin, lo puedes todo y eres muy fuerte.
Se repetía hasta llegar a la puerta de la mansión y cuando estuvo a punto de golpear la puerta, un auto estacionó detrás de él. Ladeó la cabeza confundido al ver que era un auto demasiado caro, frunció el ceño intentando distinguir quién podría ser.
Su emoción y esperanzas de que sea la mejor tarde de su vida decayó en el momento en que vió a Jennie salir del vehículo. Kim sacó sus lentes de sol cuando estuvo frente a JiMin para analizarlo de arriba a abajo.
--- ¿Y tú qué haces aquí? --- Volvió a poner sus lentes y soltó esas palabras en un tono arrogante y venenoso.
Además de sus celos, JiMin deseaba todos los días antes de ir a dormir que TaeHyung nunca le encuentre algún atractivo a esa mujer. Era la peor persona que conocía y eso que él perdonaba demasiado y comprendía a los demás.
Él era una persona pacífica con todos, excepto Kim Jennie. Siempre fue una molestia para él, siempre en el medio interrumpiéndolo a él y a TaeHyung.
Suspiró intentando calmarse y cuando estuvo a punto de responder, William abrió la puerta.
--- Señorita Kim y señorito Park, adelante por favor --- El sirviente se hizo a un lugar para que pasen. Jennie, obviamente, ingresó primera siendo seguida por JiMin.
El enojo y furia reciente debido a la castaña, se esfumaron en el momento en el que vio a Kim TaeHyung tan elegante y hermoso parado en medio del lobby esperando a por ellos. Escondió la flor detrás de su espalda tímido y miró al suelo encontrando más entretenido sus zapatos.
Pudo escuchar el chillido de Jennie, de seguro estaba abrazando a su amado como lo hace siempre. Cruzó sus brazos, bufó triste y enojado, TaeHyung no lo había invitado a él para hablar solos, ¿verdad? Había invitado también a Jennie.
--- ¡Mi amado! --- ¿Vas a corresponder a su abrazo, TaeHyungnie? Por favor, dime que no. Cuando alzó su vista aún cruzado de brazos, vio como su mejor amigo revoleaba sus ojos y la abrazaba con cierta distancia.
Kim Jennie era bonita, tenía dinero, un buen cuerpo y sobre todo, era mujer.
📷
🏴‍☠️💰
15/05/2021
* Gardenia: Se les considera símbolo de pureza, sinceridad y admiración, pero también pueden ser usadas para expresar un amor secreto.
Espero que te encuentres bien, recuerda cuidarte <3
Gracias por leer mi libro.
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soramkt · 3 years
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FICHA
Nombre de OC:
Sora O’Connor.
Nombre de FC:
Park Jimin.
Fecha de nacimiento/Edad:
10/13/1995
Bando:
Mashka.
Tiempo en el bando:
Un mes.
Sexualidad:
Heterosexual.
Modificaciones:
Piernas.
Descripción física:
174 cm, 59kg.
Cabello negro, más de una vez rubio u otro color y con complexión delgada, ojos azules.
Perfil psicológico:
Es un chico amable y amistoso, no ha tenido ningún tipo de trastorno en sí, salvo a un trauma por su pasado.
Curiosidades:
—      La palabra “Familia”, es tabú para él, le da ansiedad.
—      Antes de lo sucedido en su pasado, le gustaba mucho bailar frente a la gente, pero ni borracho lo hace ya, es difícil que le muestre a alguien.
—      Odia lo amargo.
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aricastmblr · 2 years
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BTS weverse
Jimin 'FACE' Concept Photo (Software ver.)
BTS 
03.10. 09:00
Jimin 'FACE' Concept Photo (Software ver.) HQ:
https://bit.ly/SoftwareVer
hobi comento a bts weverse fotos de Jimin 'FACE' Concept Photo (Software ver.)
hobi
03. 10. 09:00
wow..
https://weverse.io/bts/media/4-114818234
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lileuph-milkybanana · 6 months
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Capítulo final
Se fueron a casa.
Hoseok se lamentó por el estado de sus plantas después de que fueron dejadas solas por casi una semana y revoloteó por la casa para revivirlas con unos cuantos toques. Yoongi hizo que lloviera en el invernadero, grandes gotas caían desde el techo, donde Yoongi había esparcido una manta grande de agua desde la manguera del invernadero.
-Puedo sentir eso, hyung -susurró Jimin con una mano en su pecho -tú magia.
Taehyung atrapó agua en sus manos, una piscina reluciente en sus palmas. -Yo también.
Era como un segundo latido, pensó Jungkook. Vida extra.
--
Se fueron a casa y Jungkook se acurrucó en la cama de Yoongi para besarlo. Para besarlo y besarlo y besarlo con sus dedos hundidos profundamente en su cabello negro y Yoongi respondió con sus propios dedos en la cintura de Jungkook, presionando lo suficientemente fuerte para dejar un moretón.
No habían hablado todavía sobre lo cerca que estuvieron del fin. Sobre el agarre frío de la muerte que Jungkook todavía podía sentir revoloteando por su espalda en medio de la noche, haciendo que la oscuridad se volviera pesada y sofocante.
Por ahora, tenía la voz gentil de Yoongi en su cabeza, susurrando te amo, y eso era suficiente.
--
Volvió a la universidad con una nota del hospital para excusar su inasistencia. Ninguno de sus profesores parecía impresionado y tuvo que realizar dos exámenes y terminar un ensayo que debía entregar en dos semanas.
Hizo que quisiera llorar un poco, al igual que el vacío de su departamento cuando por fin volvió para recoger más de su ropa. Su cabeza dolía sin la ruidosa presencia de los demás, y aunque sabía que era por el lazo (inestable e inseguro todavía, intentando recuperarlo), este lugar que sus padres rentaron para él se seguía sintiendo como un recordatorio. De todas las cosas que necesitaba decir, de las ataduras que todavía tenía, la cadena que iba desde aquí hasta Busan.
Todavía no, susurró su cobarde corazón. Les diría pronto, pero todavía no.
Empacó una maleta con casi toda la ropa de su armario, tiró a la basura toda la comida perecible que se pudrió en su refrigerador y dejó el resto en un bolso para dárselo a Seokjin. Luego, cerró la antigua y ruidosa puerta y se dirigió a la estación de metro sin mirar atrás.
--
-Bien -anunció Taehyung donde estaban todos amontonados. Eras las siete a.m de un martes en la mañana y estaban de pie frente a la Tienda Mágica, abrigados para combatir el repentino frío tardío de la primavera que descendió a la ciudad, como si el invierno quisiera enterrar sus garras una última vez antes de ceder ante el verano abrasador.
Taehyung tenía puestas las gafas de lectura de Yoongi en el puente de su nariz porque lo "hacían verse más inteligente" y un maldito portapapeles en sus manos que desenterró de algún lugar profundo de la tienda. -Gracias a todos por venir.
Nos arrastraste aquí, gruñó Yoongi en sus cabezas mientras se tomaba la segunda taza de café. Nos despertaste.
Cantando sonoramente Frere Jacque en toda la casa, canción que Jungkook todavía tenía en su cabeza, aunque no sabía si era su propia mente o si era de los demás. Todos estaban cansados, a excepción de Jimin, quien tenía que estar despierto por sus clases y era una de las razones por la cual se juntaron tan temprano, y un poco malhumorados, aunque había emoción en el fondo, también.
Usualmente la había, cuando se trataba de este extraño lazo que tenían.
-Por ciencia muy importante -dijo en voz alta Taehyung. Golpeó el portapapeles con un lápiz. -¿Estás listo, Kook?
-¿Por qué tengo que ser yo quien se mueva? -se quejó Jungkook. Solo había tomado una taza de café y sueños extraños lo mantuvieron despierto en la noche. Su cabeza se sentía estridente y sensible esta mañana y prefería volver a la cama y acurrucarse en Yoongi en vez de caminar por la ciudad para poder saber la extensión de su radio.
-Porque eres el factor común aquí -explicó pacientemente Taehyung -y es más fácil. Tenía mucho miedo como para pedirle a Yoongi-hyung que se moviera.
Yoongi bufó en su taza, pero Jungkook no podía decir si era en negación o afirmación. Probablemente afirmación, juzgando por la diversión que irradiaba de él en una ola calmada.
-Bien -dijo -¿en qué dirección primero?
-En esa -decidió Taehyung, señalando el Washington Square Park -buena suerte.
Jungkook suspiró y comenzó a caminar. Sintió como si estuviera en esos molestos comerciales que Seokjin le mostró una vez: camina unas cuadras, detente, ¿pueden escucharme ahora?
Recibió un sí mientras caminaba por fuera de su universidad y cuando llegó al parque. Esquivó la banca en donde Yoongi lo besó como si fuera un adiós y siguió caminando, ignorando el repentino sabor a ceniza en su boca.
Recibió un sí cuando llegó a Greenwich Village y a la estación Christopher Street. Su celular decía que había caminado cerca de dos kilómetros.
¿Ahora qué? Preguntó, debatiéndose si ir por una segunda taza de café. Pasó por un Starbucks hace unos minutos...
Entra al metro, Taehyung respondió de vuelta y suspiró, buscando la tarjeta del metro mientras bajaba las escaleras.
¿Hacia dónde voy?
Hacia el norte. Toma el tren 1 hasta la estación Penn.
Está bien.
Se subió en el maldito tren, aplastado contra la puerta por hombres y mujeres en trajes de negocio, estudiantes adormilados con su mochila en sus regazos, una mujer con un abrigo que parecía no saber mucho de moda, muchos hombres vestidos como si hubieran salido de la portada de un álbum de punk-rock y dos presumibles artistas que dibujaban furiosamente en sus cuadernos.
La estación Penn era un lugar caótico de ruido y cuerpos. Entró en Shake Shack, solo para liberarse de la corriente humana.
¿Pueden escucharme ahora?
(Tres kilómetros, decía su celular)
Sí, respondió Namjoon. Pero te estás desvaneciendo.
Suprimió otro suspiro y se preguntó si las 8 a.m. era demasiado temprano para un milkshake. Probablemente. Pero a la mierda. Se compró uno de frutilla con un monto excesivo de crema porque era un adulto, muchas gracias.
¿Por qué estás contando dinero? Preguntó Taehyung mientras buscaba en su billetera el monto exacto de dinero. ¿Estás comprando algo? Esto es ciencia muy seria, Jeon Jungkook, tienes que concentrarte.
Estoy concentrado, respondió de vuelta, aceptando el milkshake de la trabajadora. Estoy completamente concentrado.
Una pausa sospechosa. Bien.
Jungkook inclinó su cabeza para esconder una sonrisa divertida. Tenerlos en su cabeza podía ser molesto, pero la mayor parte del tiempo se sentía como si no estuviera solo, incluso en el caos de la ciudad de Nueva York en la hora punta.
¿A dónde iré ahora?
Un momento, por favor.
Estaban viendo un mapa, pensó. Probablemente en la pantalla quebrada del celular de Namjoon. Peleando sobre dónde enviarlo ahora. Encontró una banca y bebió de su milkshake en silencio para que pudieran decidir.
Bien, dijo finalmente Taehyung, sigue hacia el norte. Hasta la Calle 59.
El límite inferior de Central Park. Bien.
¿Metro?
Camina. Es un día bonito.
Lo era, soleado y brillante a pesar del frío que permanecía. No le importaba mucho y finalmente salió de la estación Penn y siguió su camino, con música en sus orejas y su sudadera.
¿Pueden escucharme ahora? Preguntó cuando pasó el Times Square.
Sí.
Y fue un sí todo el camino hasta la calle 58, justo en el Museo de Arte y Diseño hasta que su celular vibró en su bolsillo.
Taehyung [8:30 a.m]
Te perdimos
Revisó su celular. 6 km. Diablos.
Yoongi [8:31 am]
No lo he perdido?
Espera.
¿Puedes escucharme?
Sí.
¿Claramente?
Sí.
Taehyung [8:30 am]
Entonces sigue caminando kookie
Tragó una extraña ráfaga de vértigo ante el hecho de que Yoongi todavía podía escucharlo, aparentemente su lazo con Yoongi era un poco más fuerte que con los demás. Tenía sentido, considerando que fue forjado por fuego y a punto de morir, pero, aun así. Era agradable saber que aún tenían algo que era solo para ellos, por más que amara al resto de su extraño grupo.
Giró a la derecha y pasó por las puertas de Central Park. Yoongi se quedó con él por todo el camino del Museo de Historia Natural, el Great Lawn y el castillo Belvedere. Por la orilla de un lugar que nunca recordaba el nombre y la calle 97.
Entonces, su celular vibró.
Yoongi [9:16 am]
Ok ahora te perdí
10 Km. Casi el doble que los demás. Diablos.
Jungkook [9:17 am]
Wow
Namjoon [9:18 am]
Están literalmente a diez kilómetros de distancia y solo puedo ver a uno de ustedes pero SÉ que ambos están mirando su celular de manera cursi. Deténganse.
Taehyung [9:18 am]
Son amantes jóvenes namjoon-hyung déjalos vivir
Seokjin [9:19 am]
Por favor no les digas amantes jóvenes
Hoseok [9:20 am]
Ya que no pueden ver, les digo que Jin-hyung está haciendo muecas al celular
Taehyung [9:21 am]
Pero lo son! A pesar de que estoy bastante seguro de que no han tenido sexo todavía, o al menos no desde que volvimos del hospital porque DEFINITIVAMENTE lo habríamos sabido
Oh dios cómo va a funcionar ESO?
Vamos a tener que escuchar a Jungkook y Yoongi-hyung teniendo sexo en nuestras cabezas?
Soy un alma inocente, no firmé para este tipo de cicatriz mental
Yoongi [9:22 am]
Cállate
Por favor
Jimin [9:23 am]
Al menos yo y Tae no estamos teniendo sexo o tendríamos un problema real en nuestras manos
Taehyung [9:24 am]
Sí, todos deberían agradecerle a Jimin por ser tan genialmente asexual
Jimin [9:24 am]
Toda la maldita razón
Hoseok [9:24 am]
Ahora jin-hyung y joonie corrieron a buscar café
Jungkook [9:25 am]
Voya tirar mi celular a este lago
Taehyung [9:26 am]
Creo que técnicamente es un embalse
Y no te preocupes kookie, si tú y yoongi-hyung quieren tener sexo todo lo que tendremos que hacer es asegurar que estaremos a seis kilómetros de ustedes mientras lo hagan
Pueden mandarnos un mensaje cuando terminen
Jungkook [9:27 am]
Oh por dios
Yoongi [9:27 am]
DETÉNGANSE
Sigo de pie a su lado
También deja de sonreírme así
Y deja de hacer eso con tus cejas
Anda a clase, mocoso
Tú también Jimin, no veo qué es tan gracioso
Hoseok deja de alentar este comportamiento
Taehyung [9:28]
Claro hyung
Aunque, crees que el sexo sea diferente a un lazo mágico?
Deberían experimentar y hacernos saber qué encuentran
Por la ciencia
Esto es algo revolucionario
Esto es
Hoseok [9:28 am]
Y Yoongi explotó
Puedes volver ahora Jungkook-ah
Taehyung corrió hasta el metro
Después de que Yoongi le lanzara café frío
Voy a volver a la cama
Jungkook enterró su cara ardiente en sus manos y se rió, sin poder evitarlo. Dios, todos eran unos ridículos.
Y no ayudaba el hecho de que había pensado sobre tener sexo con Yoongi por mucho tiempo. Sobre tener más. Sobre la piel en los muslos de Yoongi y sus caderas y en su espalda. En sobre cómo se sentiría, cuál sería su sabor, sobre lo bueno y aterrador y bueno podría ser.
Pero ahora no era el tiempo correcto. Estaba en medio de Central Park y tenía un largo camino hasta la casa. Y una clase a las once a la cual no podía llegar tarde.
Abrió su mapa para ver cuál era la mejor forma de devolverse.
El tren todavía estaba lleno, pero logró arreglárselas para encontrar un asiento en el rincón, rodeado por todos lados por un grupo de turistas japoneses y se puso sus auriculares para ahogar su conversación y el movimiento del tren a su alrededor, la presión de tantas emociones juntas.
No tomó mucho hasta que una voz familiar entró en su cabeza.
Bienvenido de vuelta.
Cerró sus ojos y sonrió.
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La primavera continuó su marcha hacia el verano mientras los días pasaban, Jimin y Taehyung gradualmente se pusieron más frenéticos y privados del sueño y generalmente desesperados.
-Nunca vayas a la universidad -le dijo Taehyung, rodeado de docenas de diseños rechazados. Parecía que su cuaderno había vomitado en la mesa de la cocina. Incluso había uno atrapado en la lámpara arriba de su cabeza.
-Estoy en la universidad -le recordó Jungkook, sacando cuidadosamente el jarrón con café donde descansaba cerca del codo de Taehyuung. Estaba en la cuarta y ya comenzaba a vibrar un poco. Además de que su mente estaba frenética y resonaba contra la de Jungkook y sabía que estaba tensando al resto.
Sin saber qué más hacer, envolvió sus brazos alrededor de los hombros de Taehyung y descansó su barbilla arriba de la cabeza de Taehyung. Todos lo habían consolado tanto estos últimos siete meses, supuso que ahora era su turno. -Estará bien, Tae. Eres increíble en esto. Y modelaré para ti, ¿recuerdas? A pesar de lo mucho que me aterra.
-Voy a asegurarme de que tengas todos los malditos ojos de la habitación en ti -murmuró Taehyung, tomando su quinto lápiz y su tercer cuaderno. -Solo espera, Kook -sonaba vagamente como una amenaza.
-Creo en ti -le aseguró Jungkook.
-Quiero que Yoongi camine por la pasarela también -continuó Taehyung, lo que no era...una sorpresa, de hecho, considerando lo seguido que Yoongi modelaba la ropa de Taehyung durante el proceso del diseño. Siempre con una mirada exasperada en su cara, pero una paciencia infinita. Incluso cuando Taehyung rompió las faldas e hizo que Yoongi se pusiera almohadillas en sus caderas para poder tener el ajuste correcto. -Pero no estoy seguro de cómo preguntarle.
-Solo hazlo -dijo Jungkook -te ama.
Yoongi los amaba a todos ellos, Jungkook siempre podía sentirlo, una capa bajo todo lo demás, una parte silenciosa de lo que Yoongi era. Estaba ahí incluso cuando les rodaba los ojos o se quejaba sobre que tenían mucha energía o cuando estaban siendo demasiado ruidosos o cuando se comían todo su cereal.
Taehyung hizo un sonido extraño. -Sigue siendo intimidante.
-No deberías estar tan preocupado -dijo Jungkook, tirándole de vuelta algunas de las palabras de Taehyung de hace unos meses -Es solo Yoongi.
Taehyung se rió, entendiendo la referencia -Sí -dijo, sacudiendo su cabeza -es solo Yoongi.
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Al final, Taehyung le preguntó a Yoongi durante el desayuno una mañana, justo cuando acababa de morder su tostada. Simplemente lo soltó para que Jimin, Yoongi y Jungkook escucharan. -¿Modela para mí en mi presentación de último año, hyung?
Yoongi se atragantó, brevemente y migajas de tostada cayeron en el plato. Sus ojos estaban muy abiertos, un poco aturdido, pero Jungkook sabía por la sorpresa en el pecho de Yoongi, por la oleada de felicidad que le siguió, que no era una mala expresión.
¿De verdad quieres que lo haga?
-Sí, hyung -respondió Taehyung, serio.
Yoongi mordió su labio. Miró hacia abajo, donde la manga de su sudadera cubría hasta la mitad de su mano. Pero...las cicatrices...
-Nadie los verá -insistió Taehyung, viéndose como si quisiera estirar su mano y posarla en el hombro de Yoongi, pero se estaba conteniendo -Lo prometo, hyung. Me aseguraré de que se mantengan cubiertas.
¿A pesar de que es una colección de verano?
-Los abrigos están a la moda todo el año -dijo Taehyung y Yoongi por fin sonrió.
Bien, entonces.
Taehyung dejó salir un grito y se abalanzó hasta Yoongi para abrazarlo, quien alejó su tostada para protegerla del impacto del cuerpo de Taehyung.
-Hyung -dijo Jimin desde donde veía con una expresión divertida lo que ocurría -Taehyungie se me adelantó, pero ¿podrías tocar el piano para mi presentación, también? Pensé que sería más genial si bailaba con música en vivo.
La boca de Yoongi se abrió y el pecho de Jungkook se apretó con del eco de todo lo que Yoongi estaba sintiendo: asombro, alegría, amor, incertidumbre.
¿En serio?
-Sí -le aseguró Jimin.
-Deberías decir que sí -dijo Taehyung, amortiguado porque su cara todavía estaba en el cabello de Yoongi.
Sí, articuló Yoongi mientras asentía.
Jimin sonrió, Taehyung gritó de nuevo y fue una buena mañana.
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Sentía que se estaba quedando sin buenas mañanas, sin embargo, porque ya casi era final de semestre y sus padres lo estaban persiguiendo para conversar, queriendo sentarse y planear su regreso a Busan por el verano.
Se estaba quedando sin tiempo y los iba a perder, sabía eso. Se preparó a sí mismo cuando volvió a su departamento una tarde, cuando se puso sus guantes y dejó su computadora en su escritorio, abriendo skype. Por lo menos estaba el consuelo de Yoongi, quien estaba buscando café en la tienda de al frente.
Jungkook-ah, una chica acaba de escribir su número en mi café.
Sonaba tan desconcertado que logró esbozar una sonrisa débil y temblorosa en la boca de Jungkook.
Eres atractivo, hyung, ¿cuántas veces tengo que decírtelo?
(Probablemente muchas más, lo sabía, porque había inseguridades enterradas en lo profundo de Yoongi como raíces espinosas, plantadas por gente que se suponía debían amarlo. Quizás Jungkook podía entenderlo.)
Seguro, pero no el atractivo para recibir interés de extraños. Ese eres tú. O Jin-hyung.
Jungkook no pudo contestar porque el sonido distintivo de Skype llenó su departamento. Tomó un suspiro tembloroso y aceptó la llamada.
Estoy aquí, le dijo Yoongi. Estoy justo aquÍ, Kook.
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Le contó todo a sus padres. Lo sacó todo de su pecho en un largo torrente: su magia, la tienda, la casa, el lazo, Yoongi.
Lo amo, dijo a través de sus lágrimas a las caras endurecidas de sus padres, y él me ama. Somos felices.
Pero no era suficiente. Sabía que ellos siempre quisieron que fuera perfecto, no feliz. No él mismo. Aplastó todos sus sueños, todo lo que esperaban que fuera y podía ver esa devastación, la pena incluso sin su habilidad.
Pensó que no era nada comparado con el desierto en su propio pecho cuando anunciaron que ya no podían apoyar esas "opciones de vida". Cuando dijeron, con firmeza aterradora, que lo iban a cortar. Que hasta que no se recompusiera, ya no era bienvenido en su hogar, ya no recibiría su apoyo financiero, que ya no era su hijo.
Y lo esperaba, lo hacía, pero aun así dolió como una herida de bala. Como el corte de un cuchillo en sus costillas, cortando hasta sus pulmones.
-Está bien -dijo, y su voz sonó estable y sus lágrimas no cayeron porque Yoongi todavía murmuraba estoy aquí aquí aquí te amo estoy aquí y era más fuerte ahora, más fuerte de lo que jamás pensó. Lo suficientemente fuerte para sentarse derecho. Para erguir sus hombros. Para mirarlos a ambos a los ojos y mostrarles que, por primera vez en su vida, ya no les tenía miedo. -Lo entiendo. Adiós.
Colgó antes de que pudieran decir algo. Todo su estómago se sentía golpeado. Su pecho, Su interior.
Se quitó los guantes de sus manos y los lanzó por la habitación. Los vio golpear la pared con un sonido satisfactorio y se recordó a sí mismo respirar. Dejarlo salir despacio. No estaba solo e iba a estar bien. Quizás más que bien, a largo plazo, al final.
(Casi morí, les dijo y todo lo que preguntaron fue sobre su magia.
Lo amo, dijo de Yoongi y todo lo que querían saber era las formas en las que Yoongi lo corrompió.
Soy feliz, insistió y en todo lo que se enfocaron era en el peligro que podía ser para los demás.)
Puso su computadora en su mochila y miró una vez más el departamento vacío. Sus padres compraron todos los muebles y estaba su nombre en el arrendamiento. Los dejaría arreglar todo para que lo sacaran de sus vidas.
Dejó las llaves en el escritorio, se puso la mochila en sus hombros y bajó las escaleras al primer piso. Caminó hasta la calle, cruzó las puertas de un tranquilo café en la esquina y se lanzó a los brazos de Yoongi.
Te tengo. Yoongi depositó un beso cálido en su mejilla, en su mandíbula, se puso de puntillas para rozar sus labios por la cien de Jungkook, también. Te tengo, amor.
Lo sé. Jungkook se hundió en su cuerpo, besó la piel expuesta del cuello de Yoongi que no estaba tapada por su bufanda. Lo sé.
Iban a estar bien. Ahora mismo, estaba sufriendo un poco, pero pensaba que eso era natural. Pensó que los demás lo entenderían y lo apoyarían y, honestamente, valía la pena. Eran sus padres y una parte de él probablemente los amaría por siempre, a pesar de todo lo que hicieron, de todas las formas en las que lo dañaron, pero ya no les debía nada.
La cadena se había ido.
Era libre.
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Se fueron a casa y Jin los recibió en su forma de gato, se acurrucó en el regazo de Jungkook cuando se sentó en el sofá y restregó su cabeza esponjosa en la mandíbula de Jungkook. Abrazó a Jin, tranquilizado por la suavidad de su pelaje.
-No creo que me amaran alguna vez -susurró en el silencio de la habitación, a todos los chicos que se habían juntado, a Yoongi quien estaba a su lado con sus dedos enterrados en el cabello de Jungkook -No de la forma en que yo quería.
-Bueno, nosotros te amamos -dijo Jimin, apretando la parte trasera de su cuello -mucho.
-Y sé que eso no arregla todo... -añadió Namjoon, y había enojo en lo profundo de su corazón, como un dragón enrollado.
-Ayuda -le aseguró Jungkook, desacostumbrado a tener el enojo de alguien más, a alguien que lo amara lo suficiente para que se enojara por las cosas que le hacían daño. -Ayuda mucho.
Se sentía inadecuado el comprender todo lo que significaban para él, todas las formas en la que lo habían salvado y continuaban salvándolo y haciéndolo más fuerte y simplemente...mejor. Mucho mejor. Pero creía que lo entendían, podían sentirlo, a través del lazo o por cualquiera sea la expresión que tenía en su rostro. Las lágrimas que se habían juntado que tenían poco que ver con la tristeza.
Jin ronroneó, lo suficientemente alto para escucharlo y los dedos de Yoongi se hundieron más en su cabello y el enojo de Namjoon se durmió y todo su amor quemaba y estaba...bien.
Más que bien.
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Terminó el semestre porque ya estaba pagado y dudaba que sus padres fueran lo suficientemente mezquinos para decirle a su universidad que ya no iría a clases, ni siquiera estaba seguro de que fuera legal hacer eso cuando ya tenía veinte años.
-¿Cuáles son tus planes para el otoño? -preguntó su consejera académica en su última reunión, después de que todos sus exámenes terminaron y todos sus ensayos fueran entregado, cuando sus notas estaban calculadas e impresas en el papel que se encontraba en sus manos.
Tenía lentes que siempre se encontraban en el borde de su nariz y el pelo más enrulado que Jungkook había visto, era una masa larga de pelo castaño que caía en sus hombros como una cascada. Siempre fue amable con él y eso era todo lo que podía decir. -No lo sé. No puedo seguir aquí. Mis padres...no seguirán pagando.
Ella elevó una ceja tupida pero no lo presionó. -¿Entonces te retirarás?
-Eso creo -susurró y el admitirlo sabía pesado en su lengua, como fracaso. A pesar de que odiaba negocios, seguía queriendo un título. Sabía que estaría arruinado sin uno, probablemente, aquí o en Corea.
-Si no te retirarás, ¿qué quieres hacer?
Había pensado sobre esto, en sus sueños más imposibles, mientras estaba despierto y observando el techo de la habitación de Yoongi, intentando construir un futuro entre grietas que Yoongi insistía que necesitaba enyesar.
-Transferirme -dijo. Intentó no retorcer sus manos en su regazo. -A la Tisch School of the Arts. Su programa de cine. Si es que pudiera entrar. Creo que...quiero hacer documentales.
Había tantas historias que necesitaban ser contadas, tantas personas sin voz. Siempre había querido darles una, darse una a sí mismo, desde que fue silenciado cuando era niño.
La sonrisa de su consejera era simpática, sin desviarse a lamento. -Bueno, tus ojos definitivamente se iluminaron cuando dijiste eso -le pasó el papel con sus calificaciones y comenzó a escribir en su computadora, el sonido de sus dedos delgados era fuerte contra las teclas -Aquí -dijo después de unos momentos -déjame imprimir unas cosas para ti.
Como si fuera una señal, la impresora en la orilla tomó vida con un sonido. Le entregó más papeles. -Estos son los requisitos de ingreso para Tisch. Y sus plazos establecidos. Y esto -escribió un nombre y un número en una hoja naranja brillante y la pegó arriba de la hoja -es el nombre y número de uno de sus profesores de cine. Un chico genial.
-Yo... -no estaba seguro de qué decir. Era un sueño sin sentido, eso lo sabía, pero de todas formas guardó cuidadosamente los papeles en su mochila. -Gracias.
-Tus calificaciones no son las más brillantes -continuó, subiendo sus lentes. Se bajaron enseguida. -Pero deberían cumplir sus requisitos. Te perdiste el plazo para la admisión para transferirte, pero llámalos. A veces aceptan admisiones tardías.
-Gracias -repitió -por todo.
Estiró su mano por arriba de la mesa para estrechar la suya. Su palma estaba seca contra la suya y fue rápido, un movimiento hacia arriba y abajo, pero aun así captó el buen chico ojalá lo logre y sonrió sin poder evitarlo. Le sonrió de vuelta.
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De vuelta en casa, puso los papeles en el cajón del escritorio que era de Yoongi y que se convirtió en el de ambos, los enterró en medio de cables de audio y sintetizadores polvorientos y se dijo a sí mismo que se olvidara de ellos.
Se podían quedar en el cajón, junto a los sueños incumplidos de Yoongi.
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La presentación de Taehyung era un viernes por la noche, junto con los otros estudiantes que se graduaban. Era un tornado atrás del escenario, yendo de modelo a modelo con sus alfileres en su boca y cinta en su espalda y una mirada maniática en sus ojos que Jungkook se había acostumbrado a ver en las últimas semanas. Sus pensamientos estaban salvajes, pero enfocados, como un enjambre de abejas, y no ayudaban con los nervios que comían el estómago de Jungkook.
Pero sonrió por Taehyung, intentado verse confortante mientras dejaba que Taehyung le pusiera el primero de los tres conjuntos que usaría. Había dos modelos más aparte de Yoongi y él, dos mujeres tan altas que Yoongi las miraba con algo cerca a desanimo y Jungkook tuvo que esconder la risa atrás de su manga.
Una de ellas maquilló a Jungkook, delineador, rímel y sombra de ojos dorada que admitía lo hacían ver increíble cuando vio su reflejo en el espejo. La ropa era suelta y fluida y colorida, todo el conjunto gritaba Taehyung, y viendo el resultado final, pensó que podría hacer esto.
-Definitivamente serás capaz de hacer esto -le dijo Taehyung, arreglando su cabello.
-Quédate fuera de mi cabeza -bufó Jungkook.
Taehyung lo pinchó. -No puedo. Tú culpa -le guiñó un ojo, sin embargo, y no había malicia en sus palabras. -¡Oh! Yoongi-hyung -arrastró a Yoongi hacia ellos y el corazón de Jungkook se detuvo porque se veía tan bien, Yoongi se veía etéreo. Alguien enruló su cabello negro y lo maquilló con tonos plateados a diferencia de los dorados de Jungkook, y Taehyung dejó un sombrero de ala ancha blanco es su cabeza con una brillante sonrisa.
-Ambos se ven increíbles, de nada. Ahora salgan y hagan que mis profesores se desmayen, ¿está bien?
Yoongi lo miró, un reflejo de los nervios de Jungkook y Jungkook estiró su mano para sostener la suya fuertemente. Lo quería besar, también, pero no se atrevía a arruinar el maquillaje que fue cuidadosamente aplicado. -Tae nos hizo caminar en modo de práctica como quinientas veces en la última semana. Podemos hacerlo, hyung.
Cierto. Dijo Yoongi y apretó su mano de vuelta. Hagamos esto.
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A pesar de sus nervios abrumadores, lo hicieron genial, según Taehyung. Genial.
-Muchas gracias -dijo después de que terminara la presentación, intentando abrazarlos a ambos al mismo tiempo. Su pelo estaba alborotado, de alguna inexplicable manera tenía lápiz labial en su mejilla y muchos alfileres en su manga y se veía mucho más feliz de lo que Jungkook había visto antes.
Yoongi estiró su brazo y alborotó más su cabello.
Estoy realmente orgulloso de ti, chico.
Taehyung sorbió por la nariz y sonrió de nuevo, más inestable pero no menos sincero y enterró sus dedos en la parta trasera de la sudadera de Yoongi.
Gracias, dijo, a través del lazo esta vez, solo para ellos.
Estoy orgulloso, también, añadió Jungkook porque sentía que su pecho iba a estallar por la fuerza de ellos. Sé que eso no significa tanto como cuando lo dice Yoongi-hyung-
-Significa mucho -lo interrumpió Taehyung, con los ojos sospechosamente brillosos. Depositó un beso en la mejilla de Jungkook. -Definitivamente significa mucho, Kook. Los amo a ambos. Un montón.
Y luego se giró y besó la mejilla de Yoongi, también, ignorando el graznido sorprendido y Jungkook se sentía lo suficientemente ligero para flotar, impulsado por la alegría y el amor que podía sentir irradiando de Taehyung en un ola feroz y brillante.
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La presentación de Jimin fue dos días después y todo lo que Jungkook podía pensar desde la audiencia era que nunca había visto a Jimin bailar así, tan fluido y elegante como el agua. Era solo él y Yoongi en el escenario, lo blanco del piano contrastaba con el conjunto negro de Jimin. Estaba descalzo y su cabello brillaba bajo las luces de escenario. Jungkook estaba fascinado por la forma en que se movía, por la curva de los hombros de Yoongi sobre las teclas del piano, por el arte que creaban juntos.
Cuando la canción terminó, la última nota desapareciendo lentamente, Jimin hizo una reverencia al centro del escenario. Taehyung se puso de pie sobre su silla, moviendo el ramo de flores que compró hasta que Jimin se sonrojó y enterró su cara en sus manos.
Estuviste increíble, le dijo Jungkoook sobre el clamor del público, eres tan increíble.
Gracias, respondió de vuelta Jimin, sus ojos aterrizaron en él y le dio una gran sonrisa. Y a ti también, Yoongi-hyung.
Cuando quieras, Jimin-ah, dijo Yoongi, suave suave suave. Lo sabes.
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Afuera del teatro, Taehyung llenó la cara de Jimin con besos, declaró su amor y admiración lo suficientemente fuerte para que toda la calle lo escuchara sobre la risa de Jimin y Jungkook casi quedó ciego por su esplendor. No necesitaba la habilidad de Taehyung para saber que su futuro estaría junto a las estrellas en alguna parte.
Y no le importaba, sinceramente, tener sus pies en el suelo. Estar atrapada aquí abajo mientras ellos se elevaban.
Pero su pecho dolía, con un qué podría haber sido que permanecía y no se sorprendió cuando los dedos de Yoongi se entrelazaron con los suyos. Yoongi lo atrajo para besarlo y había comprensión en eso que no era exactamente dolor.
Reconocimiento, quizás, de cosas que no habían notado todavía. De sacrificios, tanto voluntarios como forzados.
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-Tengo miedo -le susurró a Yoongi una noche. La ventana estaba abierta y el ventilador del techo giraba lentamente arriba de ellos. Todavía podía sentir las sábanas pegadas a su espalda a través de su camiseta. En una casa así de antigua, el aire acondicionado es tan poco fiable como el calefactor y el verano estaba llegando con venganza, con el aire caliente incluso después de la oscuridad. -No sé lo que voy a hacer. Tengo una visa de estudiante y si no puedo entrar a otro programa, tendré que volver a Corea. Solo que no puedo volver a Corea porque no puedo dejar a ninguno de ustedes y... -frotó una mano es su cara sudorosa.
Se dijo a sí mismo: respira respira respira.
Lo resolveremos, le aseguró Yoongi. Siempre lo resolvemos.
Cierto. Pensó que Yoongi, Namjoon y Hoseok debían ser expertos en nuevos comienzos. En reconstruir algo sobre escombros esparcidos en el suelo.
El miedo no se disipó por completo, sin embargo, y Yoongi debió sentirlo, porque se giró y se acomodó cuidadosamente en el regazo de Jungkook. Jungkook dejó de respirar, podía sentir cada centímetro de los muslos de Yoongi contra su cadera, todos los lugares donde su piel se tocaba.
Todavía había mucho de lo que no habían hablado. Todavía había sal en su boca, a veces, y cenizas. En las noches malas tenía que presionar su palma en el pecho de Yoongi hasta que sintiera su latido. Pero ahora mismo Yoongi se estaba inclinando, besándolo y todos los pensamientos de Jungkook desaparecieron de su cabeza cuando la lengua de Yoongi se deslizó por sus labios abiertos.
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El verano se volvió perezoso, ralentizó todo. Namjoom volvió de la biblioteca pública de Nueva York una tarde calurosa con sus brazos llenos de libros mágicos.
-Voy a ver si puedo averiguar más sobre círculos mágicos -explicó mientras los depositaba en la mesa de la cocina -mantendré a todos actualizados.
Seokjin tomó muchos de ellos para leer, también, y gradualmente una lista con encuentros creció, pegada en el refrigerador con un imán del trasero de un gato que nadie explicó a Jungkook (pero probablemente era un regalo de ellos hacia Jin) escrita con la letra desordenada de Namjoon y la letra ordenada de Jin.
Deberíamos ser capaces de controlar el lazo. Como puertas abriéndose y cerrándose. (¿Qué significa exactamente esto?)
Hay que practicar el control, pero cuidadosamente (definitivamente con cuidado). No queremos romper el lazo, especialmente cuando se está estableciendo.
Debería tomar muchos meses en establecerse. Seis máximos.
En teoría debería hacer nuestra magia más fuerte ¿? No he notado nada. (Probablemente tendremos que esperar a que termine de establecerse. Eso es lo que este estúpido y complicado libro me dice)
SIN SEXO HASTA QUE PODAMOS CERRAR ESTAS PUERTAS METAFORICAS. (Detente, Taehyung-ah, este es un documento de investigación)
LITERALMENTE ESTÁ ESCRITO EN UN PAPEL FLORAL. (SIGUE SIENDO UN DOCUMENTO DE INVESTIGACIÓN)
Jungkook es nuestra ancla, así que siempre estaremos un poco más en sintonía con él que con los demás. Debería ser capaz de ejercer mayor control en el lazo. (Comienza a practicar, Jungkook-ah)
Incluso fuera del radio, deberíamos poder identificar cuando alguno esté en peligro.
De nuevo, romper el lazo = MUERTE. Mucha y mucha muerte. (Creo que entendimos, Joon-ah)
VALE LA PENA REPETIRLO
Estos libros no tienen mucha información. (No jodas)
-Siento que esto es un ciego guiando a otro ciego -murmuró Namjoon después de que todos los libros fueron leídos y todas las notas posibles con información fueran creadas y todos estaban igual de confundidos que antes.
-Te estoy diciendo -dijo Taehyung con la boca llena de cereal -Haz un enayo real. Serán famosos.
-Y luego probablemente querrán convertirnos en sujetos de prueba inmediatamente -señaló Hoseok.
-Mierda -gruñó Taehyung.
Jungkook trazó patrones en la mesa gastada de madera. Había toda una vida en ella: llena de los restos de los lápices de Taehyung y abolladuras de los cuchillos de la cocina y otros utensilios y también con una brillante manche azul cuando Seokjin aparentemente tuvo una extraña faceta de arte. Toda la casa suspiraba historias, memorias y se preguntó ahora qué es lo que sentía Namjoon cuando caminaba por ella, cuando deslizaba sus manos en las viejas paredes. Jungkook solo podía sentir la vida en ella, a los seis de ellos como brillantes puntos en su mente, hilos yendo desde sus pechos a el suyo.
Puertas, seguía diciendo Namjoon-hyung.
-Quizás estamos viendo esto de forma incorrecta -dijo e inmediatamente intentó no sonrojarse cuando los tres chicos se giraron para mirarlo. -Dijiste que la magia era intuición, ¿cierto? ¿Qué tal si esto lo es, también?
Se sentó en su silla y se imaginó la casa en su mente. Cada una de las habitaciones, con sus puertas. La habitación de Yoongi ahora, con sus paredes y su aura tranquilizante y con Yoongi quien estaba actualmente en la cama, escribiendo ideas para venta para el mes que venía. Jungkook se sentó a su lado, apoyó su barbilla en el hombro de Yoongi y cerró la puerta.
En la mesa, Namjoon murmuró un "whoa" y Hoseok dijo -de pronto estás todo amortiguado, ¿qué diablos hiciste?
-Creo que cerró la puerta metafórica -dijo Taehyung mientras masticaba su cereal.
¿Yoongi? ¿Puedes escucharme?
Un segundo y luego el Yoongi imaginario (quizás el Yoongi real, también) miró hacia arriba. ¿Sí? ¿Todo bien?
Sí, simplemente estaba probando algo. ¿Namjoon-hyung, puedes escucharme?
-Sí -respondió Namjoon en voz alta -pero a penas. Es como si estuviera susurrando.
Bien, la puerta tenía algunos agujeros, pero probablemente podrían trabajar en ello.
-¿Qué hiciste? -preguntó nuevamente Hoseok.
Jungkook abrió sus ojos. -Simplemente me imaginé cerrando una puerta. Cerrando todo. Necesita más trabajo, pero creo que es un comienzo, hyung.
Namjoon se rió y frotó sus manos. -La magia es instintiva -murmuró para sí mismo, arrepentido.
-No le digas a Seokjin que se leyó todos esos libros por nada -le advirtió Hoseok.
Namjoon hizo una mueca.
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-Jungkook-ah, ¿puedo hablar contigo? -le preguntó Seokjin en una perfectamente aburrida tarde de un jueves y su corazón cayó en picada hasta su pie.
Sabía, lógicamente, que no lo iba a echar. Que pertenecía aquí y que lo querían aquí (incluso si ahora mismo se sentía más que nada inservible, sin la universidad y casi nada de trabajo, recurriendo a limpiar obsesivamente la casa y regar todas las plantas de Hoseok solo para sentir que contribuía en algo), pero por instinto construido por una década de rechazo era difícil de quitar. La mirada seria en la cara de Seokjin tampoco ayudaba.
-¿Sí?
Seokjin no se sentía enojado o triste, solo... ¿nervioso? Y todos habían estado practicando con las puertas, así que sus pensamientos estaban amortiguados y borrosos. Solo escuchaba el hazlo bien Seokjin recuerda lo que ensayaste-
Con su estómago revolviéndose, Jungkook siguió a Seokjin a la cocina. Eran los únicos en la casa, algo raro, y el comedor se sentía demasiado tranquilo, la cabeza de Jungkook demasiado silenciosa, pero aun así tomó asiento en la mesa, intentando no contener el aliento.
Y luego vio los folletos. Los que metió dentro del cajón de Yoongi hace casi tres semanas y que había intentado olvidar desde entonces. Estaban esparcidos en la mesa ahora, cuidadosamente extendidos, con los pliegues estirados y Seokjin tomó uno: Tisch School of the Arts estaba estampado en la parte de arriba con letras moradas.
-¿Es aquí... donde quieres estudiar, Jungkook-ah?
-¿Dónde encontraste esto? -preguntó Jungkook, intentando no sonar a la defensiva.
Sekjin rascó su mejilla, avergonzado. -Ah, Yoongi-yah me los entregó. Los encontró en su escritorio, ¿te suena de algo?
-¿Por qué te los daría Yoongi-hyung? Eso no tiene sentido.
-Pensó que podría ayudar -dijo Soekjin, poniendo el folleto abajo -pero primero, ¿es aquí donde quieres estudiar?
-Sí -admitió Jungkook y sintió que la palabra fue arrancada de su estómago. Dolía, ver su sueño otra vez cuando había intentado tanto olvidarlo. Debió botar los folletos. Eso habría sido más fácil. -Pero no importa. No puedo costearme la matrícula y no puedo pedir un préstamo o ayuda económica, lo revisé. No califico para ninguna de ellas y es muy tarde para postular a becas-
-Yo lo pagaré -soltó Soekjin. Jungkook contuvo la respiración. -Eso es lo que quería decirte. Lo pagaré. Todo.
Jungkook sacudió su cerebro en busca de una respuesta apropiada, pero ninguna llegaba. Solo había conmoción. -Yo...hyung, no puedo pedirte-
-No me estás pidiendo -insistió Jin, firme -te lo estoy ofreciendo.
-Serían casi doscientos mil dólares -protestó débilmente Jungkook.
Jin se inclinó sobre la mesa y puso su mano cálida sobre la de Jungkook, con una sonrisa irónica en su cara. -Jungkook-ah, no me gusta hablar de cuánto dinero tiene mi familia, pero doscientos mil dólares es cambio de bolsillo. Y no digo eso para hacerte sentir mal. Esto es literalmente lo menos que puedo hacer. Escribir un cheque. Tú serás quien haga todo el trabajo.
Oh Dios. Jungkook iba a llorar. -¿P-por qué?
Un apretón en su mano. La expresión de Jin era gentil, pero sincera. -Porque eres familia, ¿recuerdas? Y quiero hacer algo que valga la pena con todo este dinero. Invertí en la tienda, al principio y ayudé a renovar esta casa y ayudé a Jimin y a Taehyung con la universidad, también. Ahora es tú turno. Entraras, cubriré tus gastos, sin ninguna atadura.
-¿Pero qué ganas con eso? -preguntó Jungkook, quien seguía intentando hacerse la idea de que Jin pagara sus estudios.
-Puedo ver como alguien que amo tiene la oportunidad para perseguir sus sueños -dijo Jin con una sonrisa brillante -Eso es más que suficiente para mí. El dinero es dinero, Jungkook. Sé que eso es fácil para mí de decir porque soy rico, pero enserio. ¿Tú obteniendo la oportunidad que mereces? Eso no tiene precio.
-¿Acabas de citar...un comercial de una tarjeta de crédito?
-¿No? -dijo Jin con inocencia, y Jungkook intentó decidir si quería reirse o llorar o ambas.
-¿Y de verdad estás bien con...cubrir mi matrícula?
-Completamente -le aseguró Jin -pero por favor no hagas chistes sobre Sugar Daddy. Yoongi me matará.
Jungkook finalmente se rió, a pesar de que salió hiposa y húmeda por sus lágrimas y se puso de pie para envolver sus brazos fuertemente alrededor de Jin. Jin le devolvió el abrazo.
-Gracias -susurró Jungkook contra el nudo en su garganta, con las lágrimas cayendo -No sé cómo voy a pagarte.
-No tienes que hacerlo -insistió Jin -solo haz tu mejor esfuerzo, ¿está bien?
-Estás asumiendo que voy a entrar -señaló Jungkook.
Jin lo abrazó más fuerte. -Lo harás. Mejor que comiences a llenar la solicitud.
Cierto. Mierda.
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Las dos semanas siguientes fueron un tornado. Una conversación telefónica con su contacto en Tisch llevé a lo promesa de que, si podía llevar su solicitud a fin de mes, lo considerarían para el semestre de otoño. Llamó a la escuela de negocios de NYU y siguió la cadena de redireccionamiento a través del departamento de admisiones hasta que logró encontrar a alguien dispuesto a enviar sus transcripciones a Tisch. Trabajó en sus muchos ensayos escritos. ("describe una experiencia en la cual exhibiste liderazgo..." y "¿cómo una película, obra, libro, serie televisiva, pintura, música u otra obra de arte significativa ha inspirado o influenciado tu propio trabajo o la forma en que ves el mundo?") y se rompió la cabeza intentando descifrar lo que quería entregar para la parte cinematográfica. Apenas dormía, apenas comía y consumió el café suficiente para ponerlo intranquilo y su corazón latía fuertemente casi constantemente.
-Te pareces a mí y a Tae -observó Jimin una mañana, pasando un dedo por debajo del ojo de Jungkook, donde sin duda había un círculo negro que debía parecer un moretón -Necesitas cuidarte, también.
-Estoy casi listo -insistió Jungkook. Finalmente había elegido el tema para su película. Solo necesitaba que Yoongi y los demás aceptaran sentarse y dejarlo entrevistarlos. -Puedo dormir cuando termine.
Jimin besó su cabeza y lo dejó terminar.
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Hoseok fue el primero, sentado en el invernadero con plantas floreciendo a su alrededor -¿Familia?
-Sí -dijo Jungkook, mientras centraba cuidadosamente la cámara -¿qué significa para ti?
-Crecimiento -dijo Hoseok, rozando su mano por encima de una planta -La familia es familia si están dispuestos ayudarte a ser más fuerte, a ser mejor. Quienes te apoyan cuando estás creando tu propio camino.
-Ruido -dijo Jimin, sentado en el suelo de las escaleras de la sala de ensayo, con una risa arrugando sus ojos -Pero algo que se queda contigo. ¿Conexión, quizás? No importa en qué parte del mundo estés, puedes contactarlos y seguirán ahí.
-Invaluable -dijo Seokjin con un guiño exagerado, inclinándose en el mostrador de la cocina. Estaba usando un delantal floreado que insistió en no quitarse antes de la entrevista. -Son las personas que te hacen feliz, más contento. Puedes comprar amigos, si eres lo suficientemente rico, pero una familia de verdad vale más que eso.
-Legado -dijo Taehyung, recorriendo sus dedos sobre los intrincados diseños del Tarot de su abuelo, esparcido en la mesa de la cocina -Lo llevamos con nosotros, incluso después de que se han ido. Estarán en nuestros corazones por siempre.
-Seguridad -dijo Namjoon, descansando su codo en el mostrador de la tienda, sus lentes reflejaban la luz de la tarde -Son las personas que nos hacen sentir más seguros, donde podemos ser nosotros mismos. La sangre no tiene nada que ver con ello, en realidad.
-Amor -dijo Yoongi con sus manos y la voz de Taehyung -son las personas que nos aman más que a nada. Incondicionalmente. Quienes se quedarían contigo incluso cuando nuestro mundo colapse. Quienes te mirarán y verán las ruinas a tu alrededor y dirán "No te dejaré". Quienes aceptaran tus imperfecciones y tus problemas junto con tus talentos y alegrías. Quienes estarán ahí en las buenas y en las malas. La familia es la gente que eliges y la gente que te elige.
-Hogar -dijo Jungkook, sentado en el escritorio de Yoongi con la cámara arriba de una pila de libros -la familia es donde realmente te sientes en tu hogar. Donde sabes que perteneces -presionó una mano sobre su corazón, donde su pecho estaba apretado y dolía de buena forma -donde realmente y verdaderamente perteneces.
Editó el vídeo en su computadora antigua, probablemente deformándose la espalda en la mesa de la cocina mientras añadía los vídeos de la casa y la ciudad: las plantas de Hoseok y el baile de Jimin y la comida de Seokjin y los libros de Namjoon y los diseños de Taehyung y la música de Yoongi; pedazos de cada uno.
Dejó el ensayo personal para el final y para él escribió sobre la primera vez que atravesó la puerta de La Tienda Mágica y todas las otras veces. Como cada una de esas veces lo cambió de alguna forma hasta que conoció a Yoongi una tarde lluviosa y los cambios se volvieron más grandes hasta que miró hacia atrás y se dio cuenta de que ya no era el mismo para nada.
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Para cuando juntó todo en su portafolio y puso los documentos en el correo, estaba muerto, pero lo terminó con tres días de sobra.
Estoy tan orgulloso de ti, murmuró Yoongi en su mente cuando colapsó en la cama. Tan orgulloso, Jungkook-ah.
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Se resignó a muchas semanas de espera ansiosa, pero tres días después de mandar su solicitud, Yoongi lo despertó temprano una mañana y dijo, haz un bolso.
-¿Iremos a algún lugar? -preguntó Jungkook, quien seguía frotando su cara para quitar el sueño.
Yoongi lo besó, profundamente. Es una sorpresa.
Oh. No había pensado que Yoongi tuviera ese tipo de espontaneidad, pero estaba emocionado.
Ropa casual, le dijo Yoongi. Traje de baño. Quizá un suéter o dos.
Tiró todo en una bolsa de lona, guardó cuidadosamente su cámara, también, y siguió a Yoongi 'por la casa dormida hasta la cochera que por alguna razón nunca había entrado, incluso después de vivir meses aquí. Se sorprendió al ver un antiguo pero impecable Sedan adentro. Era café y aburrido, algo que una madre probablemente tendría, y era raro ver a Yoongi detrás del volante,
-¿Puedes conducir? -preguntó Jungkook mientras dejaba su bolso atrás y se sentaba en el asiento de copiloto. Ya había comida y una maleta en los asientos de atrás. Yoongi debió despertarse mucho antes para preparar todo.
Yoongi asintió. Solo que no lo hago tan seguido.
No necesitaba hacerlo, en realidad, en la ciudad de Nueva York. Los padres de Jungkook insistieron en que tuviera licencia de conducir, pero no la había usado desde que se mudó a Seúl.
Las calles estaban llenas, incluso temprano en la mañana, incluso antes de que el sol saliera y lentamente lograron salir de la ciudad y se dirigieron al norte.
-¿Este auto es tuyo? -preguntó Jungkook, viendo los dedos de Yoongi golpear el volante.
Mío y de Joonie. Lo compramos juntos después de la universidad.
Jungkook se rió. -Dios, parecen un matrimonio.
Esperaba que Yoongi rodara los ojos o sacudiera su cabeza o sonriera, no que hiciera una visible mueca. Su agarre se volvió más fuerte en el volante y su mandíbula se apretó y una voz que no era de Yoongi se escuchó en la cabeza de Jungkook.
Te lo estás cogiendo, ¿no es así? Admítelo. Te lo estás cogiendo a mis espaldas.
... ¿qué?
Jungkook-ah, dijo Yoongi nuevamente, vacilante, casi en pánico, Sabes que no hay nada entre nosotros, ¿cierto? Yo y Namjoon. Nunca ha habido nada-
-Sí -insistió Jungkook, un poco alarmado. Estiró su mano para posarla en la rodilla de Yoongi. Frotó su pulgar sobre su pantalón con la esperanza de aliviar la tensión en la cara de Yoongi. -Era una broma, hyung. Ustedes son...almas gemelas, de alguna forma. Pero nunca me importó. Sé que no es romántico. Lo amas, pero de forma diferente a como me amas a mí, y así es como debe funcionar, ¿no?
Yoongi dejó salir un suspiro lento, relajado. Sí. Perdón, yo...sacudió su cabeza, pero las piezas rápidamente estaban encajando.
-A él no le gustaba. Que amaras a Namjoon-hyung.
No. Yoongi sonaba pequeño, cansado. Jungkook seguía moviendo su pulgar en círculos reconfortantes. Lo odiaba. Quería que dejara de verlo a él y a Hoseok. Y sé que no piensas eso. Solo...me lo recordó.
-Está bien -dijo Jungkook, tragándose el enojo ante el imbécil sin nombre que destrozó tanto a Yoongi -Entiendo. Pero de verdad no me importa. Amo a Namjoon-hyung, también. Y a los demás. Pero no quiero besarlos.
Yoongi finalmente sonrió. El enojo se esfumó. Bien.
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Conducieron. La ciudad dio paso a uun bosque y a montañas y al brillo del océano a su derecha. Jungkook cambió las estaciones de radio hasta que encontró un Top 40 y pasó una hora cantándole canciones de Katy Perry y Justin Bieber y Selana Gomez a Yoongi hasta que sus hombros se estaban sacudiendo por la risa.
Sabes, en realidad eres un buen cantante.
Jungkook se sonrojó y negó. -Moriría de miedo en el escenario, sin embargo. Esto es más divertido.
Y luego sonó Ke$ha y comenzó a cantar de nuevo. -DON'T STOP MAKE IT POP DJ BLOW MY SPEAKERS UP...
Oh por dios, dijo Yoongi y volvió a estallar en risas de nuevo, sus pensamientos eran cálidos y un poco aturdidos, como mierda es tan tierno por qué y Jungkook se sintió más liviano de lo que se había sentido en semanas.
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Se detuvieron para almorzar en algún lugar de Massachusetts y comieron sandwiches sentados en el capó del auto.
No falta mucho, le aseguró Yoongi, luciendo demasiado adorable con sus mejillas llenas de pan. Solo unas dos horas.
¿Hay alguna razón para esto? Preguntó Jungkook, recurriendo al lazo para no tener que hablar con la boca llena. Estaba mucho más rica de lo que pensó que sería.
Yoongi se encogió de hombros. ¿Para celebrar que terminaste tu solicitud? Pero más que nada porque pensé que sería agradable tener tiempo para nosotros.
Sí, coincidió Jungkook. Amaba a los demás, de verdad, pero había extrañado tener tiempo a solas con Yoongi. Tener espacio solo para ellos dos en la cabeza de Jungkook. Lo será.
Yoongi le sonrió brillantemente, y mierda, Jungkook estaba tan enamorado.
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-¿Un transbordador? -preguntó Jungkook viendo como Yoongi pagaba las entradas en Woods Hole -Vamos a ir a Martha's Vineyard, ¿no es así?
Quizás, respondió evasivamente, como si no hubiera comprado dos entradas para Oak Bluffs, lo cual estaba escrito en la pizarra como Oak Bluffs, Martha's Vineyard.
Jungkook se tragó un grito de emoción y sorpresa. Había escuchado hablar a sus compañeros de pasar las vacaciones aquí, siempre pensó que sería divertido, pero demasiado caro.
Tienen que dejar de gastar dinero en mí.
Yoongi golpeó su cuello con su dedo. Silencio, quería hacer esa cosa de novios.
-¿Cosa de novios? -dijo Jungkook en voz alta mientras se ponían en la fila para abordar el transbordador detrás de un auto demasiado lujoso.
Yoongi rodeó sus ojos. Tú sabes. Llevarte a algún lugar, darte algo especial, mierdas tiernas como esas, ¿está bien?
Jungkook sonrió, burlón, a pesar de que estaba conmovido. -Que tierno de tu parte, hyung.
Cállate, mocoso. Pero Yoongi estaba sonriendo, también, y no se alejó cuando Jungkook tomó su mano y la llevó hasta su regazo, jugando con los dedos delgados de Yoongi.
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Yoongi rentó una cabaña de una habitación para ellos, rodeada de bosque y con el mar viéndose como una franja en el horizonte lejano. Estaba cálido y aireado, con las paredes llenas de ventanas y con muebles hechos de colores brillantes y Jungkook besó a Yoongi en medio de la cabaña, tan pronto como la puerta estuvo cerrada atrás de ellos. Lo besó como quería besarlo de hace semanas, con un brazo alrededor de la cintura de Yoongi, con su lengua dentro de la boca de Yoongi, con la cabeza de Yoongi inclinada para recibirlo. La última vez que se dejaron llevar así, Taehyung comenzó a gritar por medio del lazo y Jin dijo "NIÑOS" en escandalizada indignación y Jungkook seguía queriendo morir cuando pensaba en ello, pero ahora eran solo los dos y dios, dios, quería.
Esteremos aquí por cinco días, dijo Yoongi cuando finalmente se separaron, sonrojado. Sus labios rojos. Tengo algunas cosas que sería divertido ver, pero sería bueno solo relajarse, también.
-Sí -coincidió Jungkook, rozando sus dedos en la piel del estómago de Yoongi, bajo su suéter -me gustaría eso.
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Cenaron en el pueblo y caminaron por la playa después de que oscureció, se pararon descalzos en el frío océano.
-Casi morimos -dijo Jungkook, viendo las olas negras romper en la orilla -eso todavía me asusta a veces.
Yoongi entrelazó sus dedos. Seguimos vivos, sin embargo. Enfócate en eso.
-Sí -dijo Jungkook -es difícil, sin embargo.
Lo sé. Yoongi estaba lleno de comprensión triste y dios, por supuesto que sabía. Casi se desangró en el piso de un departamento. Pero desaparece, créeme.
-Lo hago -le aseguró Jungkook -lo hago.
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Fueron a Gay Head Lighthouse, solo por el nombre, y visitaron algunas tiendas en el pueblo. Jungkook le compró un collar a Yoongi hecho de piedras del mar, llenas de magia y Yoongi encontró un nuevo par de aros para él que pretendían ser una broma (caballitos de mar) pero Jungkook los usó por el resto del día porque le gustó como atrapaban la luz.
Caminaron por algunas sendas de la naturaleza y se acostaron en la playa bajo el sol. Jungkook dejó que su miedo por el océano se instalara, tomó fotografías de Yoongi en el agua y no pensó para nada en la muerte. Su cámara se llenó con otras fotografías, también: flores y árboles y cabañas bonitas con exteriores coloridos. Y de Yoongi. La sonrisa de Yoongi y su cabello en el sol y su cara malhumorada antes de beber café, cada una de ellas era una memoria que Jungkook iba a mantener cerca de su pecho.
En su tercera noche allí, cocinaron juntos como una verdadera pareja, cenaron pasta y vino y se rieron ante lo pretensiosos que se sentían. Luego se besaron y se besaron y se besaron, hasta que Yoongi estuvo presionado contra los cojines del sillón y Jungkook se sentó en su regazo e imaginó que podía sentir cada centímetro de él, a pesar de que tenían ropa puesta.
Las manos de Yoongi encontraron sus caderas y había deseo saliendo de él, pero nervios también. ¿Estás seguro?
Jungkook se movió, un pequeño roce que fue solo calor calor calor a pesar de lo avergonzado que se sentía. No sabía cómo mover su cuerpo, pero por la cara sonrojada de Yoongi, por el pequeño jadeo de Yoongi y el apretón de sus dedos contra la piel de Jungkook, creía que no importaba.
-Sí -dijo -sí, te necesito.
Tanto.
Yoongi seguía dudando. A pesar de que nunca has...
-No me importa -insistió Jungkook. Acunó la cara de Yoongi en sus manos, rozó gentilmente sus dedos contra sus mejillas y luego subió a su cabello -sé que me cuidarás.
Yoongi tembló y el deseo creció, tan caliente y maravilloso bajo la piel de Jungkook. Seguía asustado, sin embargo. Había malos recuerdos allí, también, Jungkook lo sabía, porque la última persona a la que Yoongi le dio esto fue quien más daño le hice. Eso lo motivó para inclinarse y descansar su frente contra la de Yoongi.
Y te cuidaré, también. Lo prometo.
Mierda, gruñó Yoongi a través del beso, se movió para besarlo. Está bien, está bien.
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Jungkook sabía que no tenía experiencia, quizás era demasiado ansioso, pero no se molestó en intentar ocultar lo mucho que deseaba a Yoongi. Hizo que Yoongi se sonrojara y se sintiera satisfecho y feliz (y Jungkook sintió un poco de dolor, al darse cuenta de que Yoongi no estaba acostumbrado a que alguien lo deseara así) pero dudó cuando iba a quitarse su suéter.
Puede dejarme esto. Son...no tienes que mirarlas...
-No -insistió Jungkook, llevando sus dedos al dobladillo y ayudando a Yoongi a sacárselo -no, por favor, quiero verte. Quiero verte.
Mierda, hipó Yoongi, sobrecogido y abrumado y nervioso, mierda.
Las cicatrices estaban pálidas en la tenue luz y Jungkook fue gentil cuando las tocó, cuando trazó su mano sobre el estómago de Yoongi y sus hombros y brazos y por sus caderas.
-Eres hermoso -insistió cuando Yoongi mordió su labio y miró al techo, temblando bajo el toque de Jungkook -eres tan hermoso, Yoongi.
Eres ridiculo. Pero las mejillas de Yoongi estaban rojas y había una sonrisa apareciendo en su cara y su felicidad era una bola de luz en el pecho de Jungkook.
Y tengo razón. Respondió de vuelta y atrajo a Yoongi para besarlo otra vez.
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Aprendió muchas cosas esa noche:
Las cicatrices se extendían hasta la parte superior de los muslos de Yoongi y jadeó, fuertemente, cuando Jungkook trazó su lengua por sobre ellas.
A Yoongi no le importaba cuando Jungkook dudaba, cuando su inexperiencia lo ponía nerviosos y le daba problemas. Simplemente tomaba las manos de Jungkook y susurraba así, tócame así así así.
Yoongi era tan gentil con él que dolía, preguntaba siente y constantemente esto está bien se siente bien todavía estás conmigo y Jungkook temblaba bajo sus manos, bajo su boca, bajo su lengua y respondía de vuelta sí sí sí por favor sí bien se siente bien y el placer que Yoongi le daba se quedaba tiernamente en su cabeza.
El arco de la espalda de Yoongi era impresionante y los sonidos que hacía, los jadeos y suspiros e incluso un gemido suave cuando los dedos de Jungkook tocaron algún lugar profundo dentro de él, eran música. Toda una maldita sinfonía.
Yoongi se abrió, se volvió tan vulnerable y Jungkook lo iba a querer por siempre, lo sabía. Lo recordaría a él y este momento: el sonido de la cama, la luz de la luna filtrándose por la ventana, el movimiento de las caderas de Yoongi contra el suyo, la forma en que el cuerpo de Yoongi lo atraía cerca, más cerca.
Podías acercarte tanto a una persona que todo se entrelazaba: sus pensamientos, sus cuerpos, sus emociones. Yoongi estaba en cada parte de él. En cada respiro, en cada célula y esto, esto es amor.
Estaba tan, tan enamorado.
Y Yoongi...Yoongi lo estaba, también.
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Después, Jungkook se acurrucó en la cama y volvió despacio, con el cuerpo temblando. Yoongi trajo una toalla pequeña del baño y los limpió, gentilmente. Compartió un vaso de agua con Jungkook. Su cabello estaba pegado a su frente y en miles de direcciones por las manos de Jungkook y estaba sonrojado y sudoroso por todas partes y seguía siendo lo más hermosa que Jungkook había visto.
Estaba pensando lo mismo sobre ti, lo molestó Yoongi mientras los cubría con una manta.
(No se puso un suéter después que terminaron y Jungkook consideró eso como una victoria)
-Cállate -bufó Jungkook -no tengo las neuronas suficientes para pensar en qué responder.
Estuvo así de bueno, ¿huh? Preguntó Yoongi, con una pizca de nervios nuevamente.
-Increíble -Jungkook se acercó más, besando el hombro de Yoongi -Dios, eso estuvo...joder.
Sí, eso fue lo que hicimos.
-Eres terrible -se rió Jungkook y Yoongi le sonrió de medio lado. Quitó los mechones sudados de su frente. -Te amo.
Te amo, también. Y gracias, por cuidar de mí.
No añadió mucha gente no lo ha hecho, pero Jungkook lo escuchó y lo besó nuevamente, yendo desde su cuello hasta su mejillla hasta la orilla de su boca rojo. -Digo lo mismo. Tú...eso estuvo muy bien.
Hiciste que mi primera vez fuera muy buena.
Me alegro, murmuró Yoongi, besándolo también. Quería darte eso.
El corazón de Jungkook estaba lleno, a punto de reventar y su cuerpo estaba exhausto pero contento. Suspiró, feliz y enredó su brazo por la cintura de Yoongi, girandolo para poder abrazar a Yoongi por detrás, deleitándose al sentir tanta pieñ contra la suya.
Duerme ahora. Yoongi ya sonaba casi dormido, girando su cuello para que Jungkook pudiera besarlo de nuevo y dejó salir un suspiro feliz.
Se durmieron así, enredados en el otro.
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En la mañana, se sentaron en la playa y vieron el sol salir. Yoongi estaba fumando con dedos tímidos y Jungkook se preguntó cómo hablar sobre el hecho de que Yoongi se despertó abruptamente en la noche, sintió su pánico hasta que se desvaneció, escuchó su respiración temblorosa cuando se acostó.
Quizá Yoongi sabía porque presionó su hombro contra el de Jungkook y dijo, fue una pesadilla. La he tenido antes. Está bien.
-¿De qué...de qué se trata?
Yoongi dejó salir una columna de humo. Estoy con...con él . A veces estamos peleando, o estamos en la cama o estoy en el suelo para el ritual. Quiero que se detenga. Intento decirle que se detenga. Está gritandome o tocandome o haciendo otra cosa, siempre quiero que se detenga. Pero no puedo...sostiene mi voz en sus manos. O, a veces, está alrededor de su cuello. Y la puedo ver ahí, pero no la puedo alcanzar y no puedo hablar y nadie puede escucharme y hay un agujero en mi garganta y no para de sangrar...
Pasó una mano por su cabello y sacudió su cabeza. Jungkook envolvió su brazo alrededor de sus hombros, intentando ofrecer el apoyo que podía a través de su estómago apretado.
Pero es solo un sueño, continuó Yoongi. Me deja un poco tembloroso, por eso...sacudió el cigarro. Pero estoy bien. Y no fue nada que tu hiciste, lo prometo. Solo pasa a veces.
Jungkook asintió. Presionó su boca contra la sien de Yoongi. -Te escucho, hyung -susurró.
Lo sé. Yoongi se apoyó sobre él. Siempre lo has hecho.
Lo que quería decir era: incluso antes de esto, incluso cuando estaban limitados a cartas y mensajes escritos en el celular y a la voz de otra persona. Jungkook siempre lo había escuchado, siempre quiso más de sus palabras, pensamientos, opiniones. Solía absorberlas como agua en el desierto, cada pieza de información que podía darle forma a Yoongi para él, darle una imagen más grande y detallada de una persona que ya admiraba tanto.
Yoongi apagó el cigarro. El sol estaba brillante sobre el agua y se acostó en la arena, tirando de Jungkook con él.
Ven. Acuéstate conmigo.
Jungkook sonrió, sin preocuparse por la arena que probablemente estaba entrando en todos lados mientras jugaba con el cabello de Yoongi.
-Así que...tendremos sexo de nuevo, ¿cierto? -dijo después de unos momentos de cómodo silencio. Porque después de lo de anoche...mierda, quería más, todo lo que Yoongi estuviera dispuesto a darle.
Dios, mocoso, déjame beber mi café primero, refunfuñó Yoongi, pero estaba sonriendo.
Jungkook se rió y Yoongi tenía razón.
A pesar de las sombras que permanecían, estaban bien. Estaban bien.
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Dejar el Vineyard fue difícil después de cinco días de relajo y actividades turísticas bobas y buena comida y francamente asombroso (en la humilde opinión de Jungkook) sexo, pero extrañaba a los demás y la familiaridad de la casa y la tienda. El bullicio de Nueva York.
-Nunca te di las gracias -le dijo a Yoongi mientras los edificios saltaban a la vista -por entregarle esos papeles a Jin-hyung.
Quería ayudar, dijo Yoongi mientras alzaba los hombros. Estiró su mano para rozar sus nudillos contra la mejilla de Jungkook. Era lo menos que podía hacer.
-Jin-hyung dijo eso, también.
A veces, en ocasiones raras, Kim Seokjin tiene razón.
-Todavía tengo que entrar, sin embargo -señaló Jungkook, con la ansiedad acercándose en su mente de nuevo.
Lo harás, dijo Yoongi y Jungkook no podía sentir ninguna duda en él. Ni por asomo.
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Hubo muchos abrazos de los demás y una cena cocinada en casa esperándolos cuando volvieron. Chistes sobre su "escapada romántica" y la inundación de ellos llenando el espacio en la cabeza de Jungkook de nuevo.
Julio llegó, el aire caliente y pesado en la lengua de Jungkook y el lazo siguió asentándose. Todos mejoraron en cuanto abrir y cerrar puertas, para tener momentos para sí solos lejos de los demás.
Taehyung recibió una pasantía con una marca muy famosa de moda y lloró en el pastel que Jin le hizo, mientras que Jimin frotaba su espalda y besaba su cabello y no se molestó en esconder su orgullo. Jimin, en cambio, entró a una compañía de danza que se especializaba en incorporar magia en sus rutinas, todos se emborracharon con champaña barata y se tomaron turnos para girar a un sonriente Jimin en el comedor.
El negocio incrementó en la tienda cuando la temporada de turistas llegó al máximo y Jungkook pasó casi todas las tardes llenando los estantes y armando compras y hablando con personas de todo el mundo.
El departamento de admisión de Tisch estaba silencioso y la preocupación se comía el estómago de Jungkook, sin importar qué hiciera para disiparla.
Entraras, le decían todos. Lo harás.
Entonces, en una tarde normal de un día lunes, Jungkook estaba en medio de ordenar los estantes cuando Taehyung habló a través del lazo desde su propio trabajo.
Deberías recoger el correo cuando vayas a casa.
Su estómago de inmediato dio un salto mortal y mariposas explotaron en su pecho. Faltaba una hora para cerrar y el tiempo pasó lentamente en agonía. Quizás no sea, se dijo a sí mismo. Las visiones de Taehyung eran vagas. Quizá es otro tipo de noticia. Quizás es un maldito catálogo de muebles que Namjoon pidió hace semanas y que seguía esperando.
Pero aun así corrió hasta casa y con torpeza abrió el buzón, sacando el montón de letras adentro. Cuentas, cuentas, basura, basura, basura y allí: su nombre con la dirección de Tisch Scool of the Arts.
Mierda.
Un coro de voces le respondieron de inmediato.
¿Llegó?
¿Es la carta?
Ven aquí y ábrela, estamos esperando.
¡Esperen! Sigo en el metro.
Entonces date prisa de una puta vez, Tae.
Sacudiendo su cabeza, se tropezó en la entrada y se quitó sus zapatillas. Un grupo de gente, a excepción de Taehyung, estaba esperándolo en el comedor, viéndose igual de ansiosos.
Estaré ahí en cinco minutos, declaró Taehyung, sonando sin respiración incluso a través del lazo mental. No te atrevas a abrirla antes de que llegue.
Jungkook asintió, a pesar de que Taehyung no podía verlo y Jimin tomó su mano mientras los dedos de Yoongi encontraron la parte trasera de su cuello.
-Sea lo que sea que pase, estaremos contigo -dijo Jimin.
-En todo momento -añadió Namjoon.
Jungkook asintió y se mordió el labio lo suficientemente fuerte para que doliera, no muy seguro cómo explicar lo mucho que eso significaba para él.
Finalmente, finalmente la puerta frontal se abrió y Taehyung se apresuró al comedor, sonrojado y jadeante.
-Bien, estoy aquí, ábrela ábrela ábrela.
Jungkook tomó un suspiro profundo y abrió el envase. Sea lo que sea que pase, se recordó mientras abría la carta. Sea lo que sea que pase, no estaba solo.
-Querido Jungkook -leyó, con la voz temblorosa -En nombre del comité de admisiones, es un honor y un privilegio compartir con usted...que ha sido admitido en la Universidad Tisch School of the Arts en Nueva York.
Taehyung gritó y envolvió sus brazos alrededor de Jungkook, aplastando a Jimin contra el costado de Jungkook en el proceso. Todos los demás estaban celebrando y saltando y causando jaleo en general y la frente de Yoongi estaba presionado contra su sien, con una corriente de te amo te amo te amo sabía que lo lograrías lo harás increíble felicitaciones sonando en su mente.
Jungkook notó escasamente que estaba llorando, incluso cuando los demás se tomaron turnos para abrazarlo y Seokjin tomó la carta de sus dedos para ponerla en el refrigerador, junto a su lista de investigación.
No estaba seguro si alguna vez fue así de feliz. No sabía, incluso hace unos cuantos meses atrás, que este tipo de felicidad existía. Del tipo que hacía que tus huesos dolieran por la forma en que llena cada parte de tu cuerpo, expandiendo tu corazón hasta que estaba presionando sus costillas. Que hacía que tu boca se estirara hasta que dolía y lágrimas caían de tus ojos. El cuerpo completamente feliz. Su alma completamente feliz.
Cruda y alegre y dolorosa, lo suficiente para hacerte sentir tan tan tan vivo.
Serás asombroso, le dijo Yoongi de nuevo cuando Seokjin declaró que necesitaba hacer un pastel de inmediato y que alguien tenía que ir a comprar alcohol de inmediato, iban a tener una fiesta, maldita sea. Serás tan asombroso, Jeon Jungkook.
Jungkook estiró su mano hasta que encontró la de Yoongi y la sostuvo fuertemente. Ambos lo somos. Todos lo somos.
Su círculo. Su familia.
Finalmente, después de tantos años, después de tanto buscar, estaba en casa.
Estaba en casa.
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monlali · 4 years
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02
Los últimos dos meses han pasado demasiado rápido sin importar mucho que deseaba que  el tiempo frene, para darme más tiempo para prepararme. Solo dos días hasta mi fiesta de compromiso. Madre estaba ocupada ordenando a los sirvientes alrededor, asegurándose que la casa estaba impecable y que nada saliera mal. Ni siquiera era una gran celebración. Solo nuestra familia, la familia de Jungkook y las familias de los propietarios jefes de Nueva York y Chicago fueron invitadas. Hodong dijo que era por razones de seguridad. La tregua todavía era demasiado reciente para arriesgarse a una reunión de cientos de invitados.
Me hubiera gustado que la cancelaran por completo. En lo que a mí concernía, no tenía que conocer a Jungkook hasta el día de nuestra boda. Jimin saltaba de arriba abajo en mi cama, con una mueca en su rostro. Tenía solo cinco años y tenía demasiada energía.
—¡Quiero jugar!
—Madre no quiere que corras por la casa. Todo debe estar perfecto para los invitados.
—¡Pero ni siquiera están aquí! —Gracias a Dios. Jungkook y el resto de los invitados de Nueva York llegarían mañana. Solo una noche más hasta que conozca a mi futuro esposo, un hombre que mató con sus propias manos. Cerré los ojos.
—¿Estás llorando otra vez? —Jimin saltó de la cama y se acercó a mí, deslizando su mano en la mía. Su cabello rubio oscuro era un desastre. Traté de aplacarlo pero Jimin apartó la cabeza.
—¿Qué quieres decir? —había intentado ocultar mis lágrimas de él. Sobre todo lloraba de noche cuando estaba protegida por la oscuridad.
—Lia dice que lloras todo el tiempo porque Jungkook te ha comprado.
Me quedé helada. Tendría que decirle a Lia que deje de decir esas cosas. Solo me metería en problemas.
—Él no me compró. —Mentirosa. Mentirosa.
—Da lo mismo —dijo Jennie desde la puerta, sorprendiéndome.
—Shhh. ¿Qué pasa si padre nos escucha?
Jennie se encogió de hombros.
—Sabe que odio que te vendiera como una vaca.
—Jen —advertí, haciendo un gesto hacia Jimin. Él miró hacia mí.
—No quiero que te vayas —susurró.
—No me iré por un largo tiempo, Minmi. —Pareció satisfecho con mi respuesta y la preocupación desapareció de su rostro y fue reemplazada por su expresión de estar tramando algo.
—¡Atrápame! —Gritó y salió corriendo, empujando a un lado a Jennie mientras corría como un rayo junto a ella.
Jennie corrió tras él.
—¡Voy a patear tu trasero, pequeño monstruo!
Me precipité hacia el pasillo. Lia asomó la cabeza fuera de su puerta y ella también corrió tras mi hermano y hermana. Madre me cortaría la cabeza si rompían otra reliquia familiar. Volé escaleras abajo. Jimin todavía se encuentra a la cabeza. Era rápido, pero Lia casi lo había atrapado mientras que Jennie y yo éramos demasiado lentas en los tacones que mi madre nos obligaba a usar para practicar. Jimin corrió hacia el pasillo que conducía al ala oeste de la casa y el resto de nosotras lo siguió. Quise gritarle que se detenga. La oficina de padre estaba en esta parte de la casa. Estaríamos en grandes problemas si nos sorprendía jugando. Se suponía que Jimin debía actuar como un hombre. ¿Qué niño de cinco años actuaba como un hombre?
Pasamos la puerta de padre y el alivio se apoderó de mí, pero luego tres hombres doblaron la esquina al final del pasillo. Separé mis labios para gritar una advertencia, pero ya era demasiado tarde. Jimin se detuvo en seco pero Lia colisionó con el hombre en el centro con toda su fuerza. La mayoría de las personas habrían perdido el equilibrio. La mayoría de las personas no median dos metros y no eran macizas como un toro.
Paré en seco mientras el tiempo parecía detenerse a mi alrededor. Jennie jadeó detrás de mí, pero mi mirada estaba congelada en mi futuro esposo. Miraba hacia la cabeza castaña de mi hermana pequeña, estabilizándola con sus fuertes manos. Manos que había utilizado para aplastar la garganta de un hombre.
—Julia —dije, mi voz aguda por el miedo. Nunca llamaba a mi hermana por su nombre completo a menos que estaba en problemas o que algo anduviera muy mal. Deseé ocultar mejor mi terror. Ahora todo el mundo me estaba mirando, incluido Jungkook. Sus fríos ojos azules me escanearon de pies a cabeza, deteniéndose en mi cabello.
Dios, era alto. Los hombres junto a él median más de un metro ochenta, pero él los eclipsaba. Sus manos todavía estaban sobre los hombros de Lia.
—Julia, ven aquí —dije con firmeza, extendiendo una mano. La quería lejos de Jungkook. Ella retrocedió y luego voló a mis brazos, enterrando su rostro contra mi hombro. Jungkook levantó una ceja negra.
—¡Ese es Jeon Jungkook! —dijo Jennie amablemente, sin molestarse en ocultar su disgusto. Jimin hizo un sonido similar a un gato salvaje enfurecido, arremetió contra Jungkook y comenzó a golpearle las piernas y el estómago con sus pequeños puños.
—¡Deja en paz a Lisa! ¡No la tendrás!
Mi corazón se detuvo en ese momento. El hombre junto a Jungkook dio un paso hacia adelante. El contorno de un arma de fuego era visible debajo de su chaleco. Tenía que ser el guardaespaldas de Jungkook, aunque realmente no entendía por qué necesitaría uno.
—No, Daesung —dijo Jungkook simplemente y el hombre volvió a su puesto. Jungkook capturó las manos de mi hermano en una de las suyas, deteniendo el asalto. Dudé que incluso sintiera los golpes. Empujé a Lia hacia Jennie, quien envolvió un brazo protector alrededor de ella, entonces me acerqué a Jungkook. Estaba completamente asustada, pero necesitaba alejar a Jimin de él. Tal vez Nueva York y Chicago estaban tratando de dejar su enemistad de lado, pero las alianzas se pueden romper en un abrir y cerrar de ojos. No sería la primera vez. Jungkook y sus hombres seguían siendo el enemigo.
—Qué cálida bienvenida recibimos. Esta es la infame hospitalidad de la Organización —dijo el otro hombre con Jungkook; tenía el mismo cabello negro pero sus ojos eran de un castaño claro. Era un par de centímetros más bajo que Jungkook y no tan ancho, pero era inequívoco que eran hermanos.
—Taehyung —dijo Jungkook en una voz baja que me hizo temblar. Jimin todavía estaba gruñendo y luchando como un animal salvaje, pero Jungkook lo sostenía a un brazo de distancia.
—Jimin —dije firmemente, agarrando su antebrazo—. Es suficiente. Esa no es la forma en que tratamos a los invitados.
Jimin se congeló y luego me miró por encima de su hombro.
—Él no es un invitado. Quiere robarte, Lisa.
Taehyung rio entre dientes.
—Esto es demasiado bueno. Me alegro que padre me convenciera de venir.
—Te lo ordenó —corrigió Jungkook, pero sin apartar sus ojos de mí. No pude devolverle la mirada. Mis mejillas ardían con fervor por su escrutinio. Mi padre y sus guardaespaldas se aseguraban que Jennie, Lia y yo no estuviéramos rodeadas de hombres muy a menudo, y aquellos que dejaban estar cerca de nosotras eran familiares o ancianos. Jungkook no era de la familia, ni anciano. Solo tenía cinco años más que yo, pero parecía un hombre y me hacía sentir como una niña pequeña en comparación.
Soltó a Jimin y tiré de él hacia mí, su espalda contra mis piernas. Crucé mis manos sobre su pequeño pecho jadeante. Él no dejó de mirar a Jungkook con ira. Deseé tener su valor, pero él era un niño, un heredero al título de mi padre. No se vería obligado a obedecer a nadie, salvo al Jefe. Podía permitirse la valentía.
—Lo siento —dije, aunque las palabras me supieron agrias—. Mi hermano no tenía la intención de ser irrespetuoso.
—¡Sí la tenía! —Gritó Jimin. Cubrí su boca con mi mano y él se retorció debajo de mi agarre, pero no lo dejé ir.
—No te disculpes —dijo Jenni bruscamente, ignorando la mirada de advertencia que le disparé—. No es culpa nuestra que él y sus escoltas ocupen tanto espacio en el pasillo. Por lo menos, Jimin dice la verdad. Todo el mundo piensa que necesita rebosar de cariño ya que él va a ser el Capo…
—¡Jenni! —Mi voz fue como un látigo. Ella cerró la boca con un chasquido, mirándome con los ojos como platos—. Lleva a Lia y a Jimin a sus habitaciones. Ahora.
—Pero… —Echó un vistazo a mis espaldas. Y me alegré que no pudiera ver la expresión de Jungkook.
—¡Ahora!
Agarró la mano de Jimin y lo arrastró lejos junto con Lia. No creí que el primer encuentro con mi futuro esposo pudiera haber salido peor. Reuniendo coraje, me enfrenté a él ya sus hombres. Esperaba ser recibida con furia, pero en su lugar me encontré con una sonrisa irónica en la cara de Jungkook. Mis mejillas ardían de vergüenza, y ahora que estaba sola con los tres hombres, los nervios retorcieron mi estómago. Madre se pondría furiosa si descubría que no me había vestido adecuadamente para mi primer encuentro con Jungkook. Llevaba puesto uno de mis vestidos hasta el tobillo favoritos con mangas que llegaban a mis codos y estaba silenciosamente feliz por la protección que toda la tela me ofrecía. Crucé los brazos frente a mi cuerpo, insegura de qué hacer.
—Me disculpo por mi hermana y hermano. Son… —Luché por una palabra además de rudos.
—Protectores contigo —dijo Jungkook simplemente. Incluso su voz era profunda, sin emociones—. Este es mi hermano Taehyung.
Los labios de Taehyung estaban extendidos en una gran sonrisa semi cuadrada. Agradecí que no intentara tomar mi mano. No creí que pudiese mantener mi compostura si uno de ellos se habiese movido más cerca.
—Y este es mi mano derecha, Daesung. —Él me dio el más breve asentimiento antes de regresar a su tarea de escanear el corredor. ¿Qué era lo que estaba esperando? No teníamos asesinos escondidos en trampillas secretas.
Puse mi atención en la barbilla de Jungkook y esperé que pareciera como si en realidad estuviese viendo sus ojos. Di un paso atrás.
—Debería ir con mis hermanos.
Jungkook tenía una expresión conocedora en su cara, pero no me importaba que él viera qué tan incómoda, qué tan asustada me había puesto. Sin esperar que me dé permiso, no era mi esposo ni mi prometido aún, me di la vuelta y rápidamente me fui, orgullosa de no haber caído en la urgencia de correr.
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Madre jaló del vestido que padre había elegido para la ocasión. Para el espectáculo de carne, como Jenni lo llamaba. Aunque sin importar lo mucho que madre jale, el vestido no se hacía más largo. Me miré en el espejo con incertidumbre. Nunca había llevado nada tan revelador. El corrugado vestido negro se pegaba a mi trasero y cintura, terminando en lo alto de los muslos; la parte superior consistía en un corpiño semi completo hasta el cuello, con un hombro al desnudo y de adorno tres cinturillas.
—No puedo usar esto, madre.
Madre encontró mi mirada en el espejo. Su cabello estaba peinado hacia arriba esta vez; era unos pocos tonos más oscuro que el mío. Llevaba un elegante vestido largo hasta el piso. Deseé que me hubiesen permitido algo más modesto.
—Te ves como una mujer —susurró.
Gemí.
—Me veo como una puta.
—Las putas no pueden permitirse un vestido como ese.
Las amantes de mi padre tenían ropas que costaban más de lo que algunas personas gastaban en un carro. Madre puso sus manos en mi cintura.
—Tienes una cintura de avispa y el vestido hace que tus piernas se vean más largas. Estoy segura que Jungkook lo apreciará.
Miré el pequeño escote. Tenía pechos pequeños, que incluso el efecto push-up del corpiño no cambiaba. Era una quinceañera vestida para verse como mujer.
-Ten. —Madre me dio unos tacones negros de doce centímetros. Quizá alcanzaría la barbilla de Jungkook usándolos. Me deslicé en ellos. Madre forzó una sonrisa falsa en su cara y acomodó mi largo cabello—. Mantén tu cabeza en alto. Kim Gongyoo te llamó la más hermosa mujer de Chicago. Muéstrale a Jungkook y a su séquito que eres más hermosa que cualquier mujer en Nueva York también. Después de todo, Jungkook las conoce a casi todas. —La manera en que lo dijo me hizo estar segura que también había leído los artículos sobre las conquistas de Jungkook, o quizás padre le había dicho algo.
—Madre —dije vacilante, pero ella dio un paso atrás.
—Ahora ve. Iré después de ti, pero este es tu día. Deberías entrar al salón sola. Los hombres estarán esperando. Tu padre te presentará a Jungkook y luego iremos juntos al comedor para la cena. —Ya me lo había dicho docenas de veces.
Por un momento, quise tomar su mano y rogarle que me acompañe; en su lugar, me di la vuelta y salí de mi habitación. Agradecí que mi madre me hubiera forzado a llevar tacones las últimas semanas. Cuando estuve frente a la puerta del salón con chimenea en el primer piso del ala oeste, mi corazón estaba latiendo en mi garganta. Deseé que Jennie estuviera a mi lado, pero madre probablemente le había advertido que debía comportarse. Tenía que hacer esto sola. Se suponía que nadie robara el espectáculo de la futura esposa.
Miré la madera oscura de la puerta y consideré huir. Risas de hombre se escuchaban detrás de ella, mi padre y el Jefe. Un cuarto repleto de los más poderosos y peligrosos hombres en el país y se suponía que tenía que entrar. Un solitario cordero entre lobos. Sacudí la cabeza. Tenía que dejar de pensar así. Ya los había hecho esperar demasiado tiempo.
Agarré la manija y la bajé. Me deslicé dentro, aún sin mirar a nadie mientras cerraba la puerta. Reuniendo mi coraje, enfrenté la habitación. La conversación murió. ¿Se suponía que diga algo? Me estremecí y esperé que no podría verlo. Mi padre parecía como el gato que consiguió la crema. Mis ojos buscaron a Jungkook y su penetrante mirada me dejó helada. Contuve la respiración. Él dejó su vaso con líquido oscuro con un audible sonido metálico. Si nadie decía algo pronto, huiría de la habitación. Rápidamente escaneé las caras de los hombres allí reunidos. De Nueva York estaban Taehyung, Jungkook y Jeon Goongyoo, y dos guardaespaldas: Daesung y un hombre joven que no conocía. De la Organización de Chicago estaban mi padre, Kim Jungseok y su hijo, el futuro líder Kim Namjoon, así como Hodong y mi primo Seungri a quien odiaba con la fiera pasión de mil soles. Y a un lado estaba el pobre Jimin, quien llevaba un traje negro como todo el mundo allí. Podía ver que él quería correr hacía mí y buscar consuelo, pero sabía lo que padre diría de eso.
Padre finalmente se movió hacia mí, puso su mano en mi espalda y me guio hacia los hombres como un cordero hacia el sacrificio. El único hombre que parecía en verdad aburrido era Kim Namjoon; él solo tenía ojos para su whisky. Nuestra familia había ido al funeral de su esposa dos meses atrás. Un viudo en sus treinta. Podría haber sentido pena si no me asustara tanto, casi tanto como Jungkook me asustaba.
Por supuesto, padre me dirigió directamente hacia mi futuro esposo con una expresión desafiante, como si esperara que Jungkook se arrodillara con devoción. Por su expresión, Jungkook bien podría estar viendo una roca. Sus ojos azules eran duros y fríos cuando enfocaron a mi padre.
—Esta es mi hija, Lalisa.
Aparentemente, Jungkook no le había mencionado nuestro embarazoso encuentro.
Kim Jungseok habló:
—No prometí demasiado, ¿verdad?
Deseé que la tierra se abriera y me trague entera. Nunca había estado sometida a tanta… atención. La manera en que Seungri me miraba puso mi piel de gallina. Él había sido iniciado solo recientemente y había cumplido dieciocho dos semanas atrás.
Desde entonces, había sido incluso más desagradable que antes.
—No lo hiciste- dijo Jungkook simplemente.
Padre parecía obviamente desconcertado. Sin nadie viéndolo, Jimin se había colado detrás de mí y deslizó su mano en la mía. Bueno, Jungkook se había dado cuenta y estaba mirando a mi hermano, lo que provocó que su mirada quedara demasiado cerca de mis muslos desnudos. Me moví nerviosamente y Jungkook alejó la mirada.
—¿Quizá los futuros esposos quieren estar solos por unos pocos minutos? —Sugirió Jeon Goongyoo. Mis ojos se dirigieron bruscamente en su dirección y no logré ocultar mi sorpresa lo suficientemente rápido. Jungkook se dio cuenta pero no pareció que le importara. Mi padre sonrió y se dio la vuelta para irse. No lo podía creer.
—¿Debería quedarme? —Preguntó Hodong. Le di una rápida sonrisa, que desapareció cuando mi padre sacudió la cabeza.
—Dales unos pocos minutos a solas —dijo Jeon Goongyoo en realidad le guiñó a Junkook. Todos se fueron hasta que solo Jimin, Jungkook y yo nos quedamos.
—Jimin —llegó la fuerte voz de padre—. Sal de ahí ahora.
Jimin renuentemente dejó ir mi mano y se fue, pero no antes de enviarle a Jungkook la más mortal mirada que un niño de cinco años podía lograr. Los labios de Jungkook se arquearon. Luego la puerta se cerró y nos quedamos solos. ¿Qué había significado el guiño del padre de Jungkook?
Lancé una rápida mirada a Jungkook. Había estado en lo correcto: con mis tacones, la parte superior de mi cabeza alcanzaba su barbilla. Él miró afuera por la ventana. No me dio ni una sola mirada. Vestirme como una puta no había hecho que Jungkook se interesara más por mí. ¿Por qué lo haría? Había visto las mujeres con las que salía en Nueva York. Ellas habrían llenado el corpiño mucho mejor.
—¿Tú elegiste el vestido?
Salté, sorprendida de que hable. Su voz era profunda y calmada. ¿Alguna vez se emocionaba?
—No —admití—. Mi padre lo hizo.
La mandíbula de Jungkook se tensó. No podía leerlo y me estaba poniendo cada vez más nerviosa. Metió la mano en el interior de su chaqueta y por un ridículo segundo realmente pensé que estaba sacando un arma. En su lugar, sostuvo una caja negra en su mano. Se volvió hacia mí y miré fijamente su camisa negra. Camisa negra, corbata negra, chaqueta negra. Negro como su alma.
Este era un momento que millones de mujeres soñaban, pero me sentí fría cuando Jungkook abrió la caja. En el interior había un anillo de oro blanco con un diamante grande en el centro entre dos diamantes ligeramente más pequeños. No me moví.
Jungkook tendió su mano cuando la incomodidad entre nosotros alcanzó su pico máximo. Me sonrojé y extendí la mano. Me estremecí cuando su piel rozó la mía. Deslizó el anillo de compromiso en mi dedo, y luego me soltó.
—Gracias —me sentí obligada a decir las palabras e incluso mirarlo a la cara, que lucía impasible, aunque lo mismo no podía decirse de sus ojos. Se veían enojados. ¿Había hecho algo mal? Extendió su brazo y enlacé el mío con el suyo, dejando que me lleve fuera del salón, hacia el comedor. No hablamos. ¿Tal vez Jungkook estaba lo suficientemente decepcionado conmigo que cancelaría el compromiso? Pero no habría puesto el anillo en mi dedo si ese fuera el caso.
Cuando entramos al comedor, las mujeres de mi familia se han unido a los hombres. Los Jeon no han traído compañía femenina. Tal vez porque no confiaban en mi padre y los Kim lo suficiente para arriesgarse a traer mujeres a nuestra casa.
No podía culparlos. Tampoco confiaría en mi padre o el Jefe. Jungkook dejó caer su brazo y rápidamente me uní a mi madre y hermanas, que pretendieron admirar mi anillo. Jennie me dio una mirada. No sabía con qué la había amenazado mi madre para mantenerla callada. Podía decir que Jennie tenía un comentario crítico en la punta de la lengua. Sacudí la cabeza y ella puso los ojos en blanco. La cena pasó como un borrón. Los hombres discutieron negocios mientras las mujeres permanecían en silencio. Mis ojos se mantuvieron desviándose hacia el anillo en mi dedo. Se sintió demasiado pesado, demasiado apretado, demasiado todo. Jungkook me había marcado como su posesión.
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Después de cenar, los hombres se trasladaron al salón para beber, fumar y hablar de cualquier otra cosa que necesitera ser discutida. Volví a mi habitación, pero no pude conciliar el sueño. Con el tiempo, me puse una bata encima del pijama, salí de mi habitación y bajé las escaleras. En un arrebato de locura, tomé el pasillo que conducía a la puerta secreta detrás de la pared en el salón. Mi Abuelo pensó que era necesario tener escapes secretos en la oficina y el salón con chimenea porque ahí es donde los hombres de la familia usualmente mantenían sus reuniones. Me pregunté, ¿qué pensó que pasaría con las mujeres después de que todos los hombres hubieran huido a través del pasadizo secreto?
Encontré a Jennie con los ojos presionados contra la mirilla de la puerta disimulada. Por supuesto, ella ya estaba allí. Se dio la vuelta, sus ojos muy abiertos, pero se relajó cuando me vio.
—¿Qué está pasando ahí dentro? —Pregunté en un susurro, preocupada de que los hombres en el salón puedan oírnos.
Jennie se movió a un lado, así que pude ver a través de la segunda mirilla.
—Casi todo el mundo ya se ha ido. Padre y Kim tienen detalles que discutir con Jeon Jungseok. Solo están Jungkook y su séquito ahora.
Bizqueé a través del agujero, lo que me dio una vista perfecta de las sillas llenas de gente alrededor de la chimenea. Jungkook se apoyaba contra la repisa de mármol de la chimenea, con las piernas cruzadas casualmente, un vaso de whisky en la mano. Su hermano Taehyung se recostaba en un sillón junto a él, sus piernas separadas y esa sonrisa lobuna en su rostro. Daesung y el segundo guarda espaldas que llamaron Hyunjin durante la cena se sentaba en el otro sillón. Hyunjin parecía ser de la misma edad de Taehyung, por lo tanto, alrededor de los dieciocho. Apenas hombres para el estándar de la sociedad, pero no en nuestro mundo.
—Podría haber sido peor —mencionó Taehyung, sonriendo. Podría no haber visto tan letal como Jungkook, pero algo en sus ojos me decía que solo era capaz de ocultarlo mejor—. Ella podría haber sido fea. Pero, mierda, tu pequeña prometida es una aparición. Ese vestido. Ese cuerpo. Ese cabello y rostro. —Taehyung silbó. Parecía queestaba provocando a su hermano a propósito.
—Es una niña —dijo Jungkook con desdén. La indignación se levantó en mí, pero sabía que debía estar contenta que no me viera como un hombre veía a una mujer.
—No se veía como una niña para mí oferta Taehyung, luego chasqueó la lengua. Le dio un codazo al hombre mayor, Daesung —. ¿Qué dices? ¿Jungkook está ciego?
Daesung se encogió de hombros con una mirada cautelosa hacia Jungkook.
—No la miré de cerca.
—¿Y tú, Hyunjin? ¿Tienes ojos funcionales en tu cabeza?
Hyunjin alzó la vista, y volvió a mirar abajo a su bebida. Taehyung echó la cabeza hacia atrás y rio.
—Maldición, Jungkook, ¿le dijiste a tus hombres que cortarías sus penes si miraban a esa chica? Ni siquiera estás casado con ella.
—Ella es mía —aclaro Jungkook en voz baja, enviando un escalofrío por mi espalda con su voz, por no hablar de sus ojos. Miró a Taehyung, quien sacudió la cabeza.
—Durante los próximos tres años, estarás en Nueva York y ella estará aquí. No puedes mantener siempre un ojo en ella, o tienes la intención de amenazar a cada hombre en la Organización. No puedes cortarles a todos sus penes. Tal vez Manoban conoce a unos eunucos que pueden mantenerla vigilada.
—Haré lo que tenga que hacer Jungkook, removiendo la bebida en su vaso — Daesung, encuentra a los dos idiotas que se supone deben proteger a Lisa. —La forma en que mi nombre salió de su lengua me hizo temblar. Ni siquiera sabía que tenía dos guardias ahora. Hodong siempre me había protegido a mí y a mis hermanas.
Daesung se alejó inmediatamente y regresó diez minutos después con Hodong y Seungri, ambos ofendidos por haber sido convocados como perros por alguien de Nueva York. Padre estaba un paso por detrás de ellos.
—¿Qué significa esto? —Preguntó padre.
—Quiero tener unas palabras con los hombres que eligió para proteger lo que es mío.
Jennie resopló a mi lado, pero yo la pellizqué. Nadie podía saber que estábamos escuchando esta conversación. A padre le daría un ataque si revelábamos la posición de su puerta secreta.
—Son buenos soldados, ambos. Seungri es el primo de Lisa y Hodong ha trabajado para mí por casi dos décadas.
—Me gustaría decidir por mí mismo si confío en ellos dijo Jungkook.
Contuve la respiración. Eso era lo más cercano a un insulto que podría decir sin llegar a insultar a mi padre abiertamente. Los labios de padre se tensaron, pero dio una breve inclinación de cabeza. Permaneció en la habitación. Jungkook se acercó a Hodong—. Oí que eres bueno con el cuchillo.
—El mejor —intervino padre. Un músculo en la mandíbula de Jungkook tembló.
—No tan bueno como su hermano, según los rumores —dijo Hodong con un gesto hacia Taehyung, quien le dedicó una sonrisa de tiburón—. Pero mejor que cualquier otro hombre en nuestro territorio —admitió Hodong finalmente.
—¿Estás casado?
Hodong asintió.
—Por veintiún años.
—Eso es mucho tiempo —interrumpió Taehyung—. Lisa debe verse muy deliciosa en comparación con tu vieja esposa.
Ahogué un jadeo.
La mano de Hodong se retorció un centímetro hacia la funda alrededor de su cintura. Todo el mundo lo vio. Padre espectáculo como un halcón, pero no interfirió. Hodong se aclaró la garganta.
—Conozco a Lisa desde su nacimiento. Ella es una niña.
—No será una niña durante mucho más tiempo —contestó Jungkook.
—Siempre será una niña ante mis ojos. Y soy fiel a mi esposa. —Hodong miró con furia a Taehyung—. Si insultas a mi mujer de nuevo, le pediré a tu padre permiso para desafiarte en una pelea con cuchillos para defender su honor y te mataré.
Esto terminaría mal.
Taehyung inclinó la cabeza.
—Podrías intentar. —Mostró sus blancos dientes—. Pero no tendrías éxito.
Jungkook cruzó los brazos, luego dio una inclinación de cabeza.
—Creo que eres una buena opción, Hodong.
Hodong dio un paso atrás, pero mantuvo su mirada fija en Taehyung, que no le hizo caso.
Los ojos de Jungkook se enfocaron en Seungri y dejó caer la civilidad que había envuelto al monstruo en su interior hasta ese momento. Se movió tan cerca de Seungri que mi primo tuvo que inclinar la cabeza hacia atrás para devolverle la mirada. Seungri intentó mantener una expresión arrogante y segura de sí mismo, pero se veía como un cachorro Chihuahua tratando de impresionar a un tigre de Bengala. Jungkook y él bien podrían haber sido de dos especies diferentes.
—Él es de la familia. ¿Honestamente vas a acusarlo por tener interés en mi hija?
—Vi cómo veías a Lisa —dijoJungkook, sin apartar los ojos de Seungri ni un momento.
—Como un melocotón jugoso que quieres follarte —agregó Taehyung, disfrutando de esto mucho más de lo necesario.
Los ojos de Seungri se lanzaron hacia mi padre, en busca de ayuda.
—No lo niegues. Conozco el deseo cuando lo veo. Y tú quieres a Lisa —gruñó Jungkook. Seungri no lo negó—. Si descubro que la estás mirando así de nuevo. Si me entero que estás en una habitación a solas con ella. Si averiguo que tocas aunque sea su mano, te mataré.
Seungri se puso rojo.
—Tú no eres miembro de la Organización. Nadie te dirá nada incluso si la violo. Podría iniciarla para ti. —Dios, Seungri, cierra la boca. ¿No podía ver el asesinato en los ojos de Jungkook? —. Tal vez incluso lo filmaré para ti.
Antes de poder siquiera parpadear, Jungkook había tirado al suelo a Seungri y clavaba una rodilla en su columna vertebral, uno de los brazos de mi primo retorcido hacia atrás. Seungri luchó y maldijo, pero Jungkook lo contuvo rápido. Una de sus manos se apoderó de la muñeca de Seungri mientras alcanzaba debajo de su chaleco con la otra, sacando un cuchillo.
Mis piernas se volvieron débiles.
—Vete ahora —le dije a Jennie en un susurro. Ella no escuchó.
Aparta la mirada, Lisa.
Pero no podía. Padre seguramente detendría a Jungkook. Pero la expresión de padre era de disgusto a medida que observaba a Seungri. Los ojos de Jungkook buscaron la mirada de padre; Seungri no era su soldado. Este ni siquiera era su territorio. El honor exigía que obtuviera permiso del Consigliere, y cuando mi padre asintió, él bajó el cuchillo y cortó el meñique de Seungri. Los gritos resonaron en mis oídos a medida que mi visión se volvía negra. Mordí mi puño para sofocar el sonido. Jennie no lo hizo. Ella dejó escapar un chillido que podría haber despertado a los muertos antes de vomitar. Al menos, se había girado y apuntó lejos de mí. Su vómito se derramó por los escalones.
Detrás de las puertas, reinó el silencio. Nos habían escuchado. Agarré la parte superior de los brazos de Jennie cuando la puerta secreta se abrió de golpe, revelando el rostro furioso de padre. Detrás de él estaban de pie Daesung y Hyunjin, ambos con sus armas preparadas. Cuando nos vieron a Jennie ya mí, las devolvieron a sus fundas bajo sus chaquetas. Jennie no lloró. Pocas veces lo hacía, pero su rostro estaba pálido y se apoyaba pesadamente contra mí. Si no la hubiera sostenido, mis propias piernas se habrían desplomado. Pero tenía que ser fuerte por ella.
—Por supuesto—dijo padre entre dientes, frunciéndole el ceño a Jennie—. Debí haber sabido que eras tú causando problemas otra vez. —La apartó violentamente de mí y la lanzó dentro del salón, levantó la mano y la golpeó con fuerza en el rostro.
Di un paso en su dirección para protegerla y padre levantó su brazo de nuevo. Me preparé para el golpe, pero Jungkook atrapó la mano de mi padre con su mano izquierda. Su mano derecha todavía estaba agarrando el cuchillo que había usado para cortar el dedo de Seungri. El cuchillo y la mano de Jungkook estaban cubiertos de sangre. Mis ojos se ampliaron. Padre era el dueño de la casa, el dueño de todos nosotros. La intervención de Jungkook era un insulto contra el honor de mi padre.
Hodong sacó su cuchillo y padre puso la mano en su arma. Taehyung, Daesung y Hyunjin habían sacado sus propias armas. Seungri estaba acurrucado en el suelo, inclinado sobre su mano, sus quejidos siendo el único sonido en la habitación. ¿Había habido alguna vez un compromiso rojo?
—No era mi intención faltarle el respeto —aclaro Jungkook tranquilamente como si la guerra entre Nueva York y Chicago no estuviera en un punto de estallar—. Pero Lisa ya no es su responsabilidad. Perdió su derecho a castigarla cuando la hizo mi prometida. Ella es mía para lidiar ahora.
Padre bajó la mirada al anillo en mi dedo, y luego inclinó la cabeza. Jungkook soltó su muñeca, y los otros hombres en la habitación se relajaron ligeramente, pero no guardaron sus armas.
—Eso es cierto. —Dio un paso atrás e hizo un gesto hacia mí—. Entonces, ¿te gustaría el honor de hacerla entrar en razón?
La dura mirada de Jungkook se fijó en mí y dejé de respirar.
���Ella no me desobedeció.
Los labios de padre se estrecharon.
—Tienes razón. Pero como yo lo veo, Lisa estará viviendo bajo mi techo hasta la boda y ya que el honor me impide levantar la mano contra ella, tendré que encontrar otra manera de hacer que me obedezca. —Fulminó a Jennie con la mirada y la golpeó una segunda vez—. Por cada una de tus malas acciones, Lisa, tu hermana aceptará el castigo en tu lugar. Apreté los labios, con las lágrimas escociendo en mis ojos. No miré a Jungkook o a padre, no hasta que pudiera encontrar una manera de ocultar mi odio de ellos.
—Hodong, lleva a Jennie ya Lisa a sus habitaciones y asegúrate que se queden allí. —Hodong enfundó su cuchillo y nos hizo un gesto para que lo siguiéramos. Pasé junto a mi padre, arrastrando a Jennie conmigo, quien tenía la cabeza gacha. Se puso rígida cuando pasamos por encima de la sangre en el piso de madera y el dedo cortado yaciendo abandonado sobre este. Mis ojos se desviaron hacia Seungri quien estaba aferrándose a su herida para detener el sangrado. Sus manos, su camisa y sus pantalones estaban cubiertos de sangre. Jennie tuvo arcadas como si fuera a vomitar de nuevo.
—No —dije con firmeza—. Mírame.
Ella apartó los ojos de la sangre y se encontró con mi mirada. Había lágrimas en sus ojos y su labio inferior tenía un corte que estaba goteando sangre en su barbilla y camisón. Mi mano sobre la de ella se tensó. Estoy aquí para ti. Nuestras miradas encontradas parecieron ser su única ancla a medida que Hodong nos guiaba fuera de la habitación.
—Mujeres —dijo mi padre en tono de burla—. Ni siquiera pueden soportar ver un poco de sangre. —Prácticamente podía sentir la mirada de Jungkook perforando mi espalda antes de que la puerta se cerrara. Jennie se limpió el labio sangrando mientras nos apresurábamos detrás de Hodong a través del pasillo y por las escaleras.
—Lo odio —murmuró—. Los odio a todos.
—Shh. —No quería que hable así delante de Hodong. Él se preocupaba por nosotras, pero era el soldado de mi padre de los pies a la cabeza. Me detuvo cuando quise seguir a Jennie a su habitación. No quería que estuviera sola esta noche. Y tampoco quería estar sola.
—Escuchaste lo que dijo tu padre.
Miré a Hodong.
—Necesito ayudar a Jennie con su labio.
Hodong sacudió la cabeza.
—No es nada. Ustedes dos juntas en una habitación siempre traen problemas. ¿Crees que es sabio irritar a tu padre más esta noche? —Hodong cerró la puerta de Jennie y suavemente me empujó en dirección a mi habitación contigua a la suya.
Di un paso dentro, luego me giré hacia él.
—Una habitación llena de hombres adultos observando a un hombre golpear a una chica indefensa, ese es el famoso valor de los hombres de la mafia.
—Tu futuro esposo detuvo a tu padre.
—De golpearme a mí, no a Jennie.
Hodong sonrió como si fuera una niña estúpida.
—Jungkook podría gobernar Nueva York, pero esto es Chicago y tu padre es el Consigliere.
—Admiras a Jungkook —dije con incredulidad—. Lo viste cortar el dedo de Seungri y lo admiras.
—Tu primo tiene suerte que El Tenazas no le cortó otra cosa. Jungkook hizo lo que todo hombre habría hecho.
Tal vez todo hombre en nuestro mundo.
Hodong palmeó mi cabeza como si fuera un gatito adorable.
—Ve a dormir.
—¿Vigilarás mi puerta toda la noche para asegurarte que no me escape de nuevo? —Pregunté desafiante.
—Mejor te acostumbras a ello. Ahora que Jungkook ha puesto un anillo en tu dedo, se asegurará que siempre estés vigilada.
Cerré la puerta de golpe. Vigilada. Incluso desde lejos Jungkook estaría controlando mi vida. Había pensado que mi vida seguiría como solía ser hasta la boda, pero, ¿cómo podría serlo cuando todo el mundo sabía lo que el anillo en mi dedo significaba? El meñique de Seungri era una señal, una advertencia. Jungkook había hecho su reclamo sobre mí y lo haría cumplir a sangre fría.
No apagué las luces esa noche, preocupada de que la oscuridad traiga de regreso imágenes de sangre y extremidades cortadas. De todos modos vinieron.
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aileenletters · 3 years
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Lie (Adaptación a Teatro)
Hola!! Por mi Instagram les comenté que estaba trabajando en algo muy cool y por eso no habían actualizaciones, pues aquí está ese algo.
Hace un tiempo escribí un cuento llamado Lie (Si no lo has leído, hazlo, está aquí en mi blog) inspirada en la canción de Jimin de BTS, y esta vez decidí a adaptarlo a un guion de teatro. Espero les guste!!
TW!! En la obra se tratan temas como el asesinato y el suicidio, así que les recomiendo que si son sensibles hacia estos temas consideren mucho el leerla. No se preocupen, no me molesto.
MINJOON:Tiene aproximadamente 18 años de edad. Complexión delgada y tez pálida.
JUNSEO:Amigo al que MinJoon mata. Aproximadamente la misma edad que el primero. Lleva su uniforme escolar que consiste en un pantalón, camisa, chaleco y saco.
HARU:Compañera de clase de MinJoon y JunSeo. Chica de complexión y altura promedio, cabello largo y suelto. Porta uniforme escolar de falda, camisa, chaleco y saco.
SR. CHA:Profesor de la clase, tiene alrededor de los 30- 40 años.
OFICIAL:Hombre o mujer, no importa género, portando uniforme de policía.
Acto I
Cuadro I
Escena I
La escena transcurre con un ciclorama completamente blanco, luz blanca ilumina todo el foro. A centro centro (Cuadro 5 del escenario) se encuentra una camilla con sábanas blancas y dónde MinJoon está recostado, lleva puesto unos pantalones negros, camisa blanca estilo de hospital y zapatos negros estilo Oxford.
MinJoon abre lentamente los ojos cubriendo la luz con la mano derecha cómo si esta le molestara. Se levanta quedando sentado en la camilla y observa desorientado. Estira una mano como si intentara tocar algo en el aire, posteriormente procede a tocar su rostro con ambas manos. Se levanta de la camilla y camina a proscenio; asustado voltea a su al redor tratando de descifrar en dónde se encontraba.
MINJOON: - ¿Qué? ¿Qué estoy haciendo aquí?
La intensidad de la luz se reduce levemente y se escuchan voces en off.
VOZ 1: - No puedo creer que él haya sido capaz de hacer esto…
MINJOON: - (confundido y diciendo para sí) ¿Hacer qué? ¿Quién eres?
VOZ 2: - De verdad tenía problemas
VOZ 3: - Estaba completamente loco
Las voces poco a poco se van incrementando generando un murmullo constante que no para. MinJoon gira a su alrededor tratando de buscar la fuente de éstas cubriendo ambas orejas con las manos, experimentando dolor y desesperación al escucharlas.
MINJOON: - (Desesperado y casi gritando) No… ¡Ya cállense! – (Para sí mismo) Necesito salir de aquí
MinJoon trata de correr para salir del escenario, pero una gran fuerza lo vuelve a arrastrar al centro centro (Cuadro 5 del escenario).
MINJOON: - (con la voz quebrada y empezando a caer en desesperación. Un ataque de ansiedad está comenzando en el personaje) Yo, Yo no estoy loco. (Se coloca ambas manos sobre los oídos nuevamente y lágrimas empiezan a recorrer sus mejillas) – No estoy loco, no estoy loco (lentamente comienza a recostarse en el piso quedando en posición fetal). – Ellos no saben lo que dicen. Nadie sabe lo que está diciendo.
MinJoon comienza a tener escalofríos, mientras sigue llorando y quejidos de dolor se escapan. Los murmullos aumentan su intensidad y volumen.
Después de unos momentos, la luz regresa a su intensidad inicial.
MINJOON: - Eso debe ser… (Para sí mismo mientras comienza a recomponerse y levantarse quedando ahora sobre sus rodillas. Los temblores continúan) – Si yo puedo escucharlos ellos han de oírme…
MINJOON: - (Poniéndose de pie y levantando levemente la voz) – Ayuda… ¿Hay alguien?
Se mantiene el silencio unos instantes.
MINJOON: - ¿Por favor?
La respiración de MinJoon comienza a hacerse más pesada.
MINJOON: - (Desesperado y comenzando a gritar) - ¡Auxilio! ¡Sáquenme de aquí!
Otra vez lo único que hay es silencio. MinJoon comienza a caminar de lado a lado hiperventilando, llevando sus manos a su cabeza y tirando de sus cabellos.
MINJOON: (Nuevamente con pánico y llorando diciéndose a sí mismo) – No, no, no me pueden estar torturando de esta manera.
MINJOON: (Gritando)- ¡Por favor! ¡Qué alguien me saque de aquí! ¡Ayúdenme, solo quiero escapar!
Las luces comienzan a parpadear, mientras MinJoon se lleva ambas manos a la cabeza y gritando de dolor. Cae al piso de rodillas y se inclina hacia al frente sin mover las manos de lugar. Las luces del foro se apagan completamente quedando a oscuras.
Cuadro II
Escena II
MinJoon se encuentra en la misma posición en la que termino la escena anterior. La camilla ya no se encuentra en el foro.
JunSeo entra al foro a paso rápido y con su mochila al hombro para poder encontrarse con MinJoon.
JUNSEO: - (Alegre) ¡Hey Min!
MINJOON: - (Percatándose de la presencia de su amigo y levantándose) ¿JunSeo? (Para sí mismo) ¿Cómo llegué aquí?
JUNSEO: - (Rodeando con un brazo los hombros de MinJoon) Amigo, tengo algo que contarte (Sonriendo y volteándolo a ver). - ¿Recuerdas a Haru?
Ambos chicos comienzan a caminar lentamente por el escenario.
MINJOON: - (Aún consternado) Claro… Va en nuestra clase.
JUNSEO: - Exactamente, últimamente he hablado bastante con ella. Resulta ser una chica bastante linda y agradable.
MINJOON: - (Bajando la vista hacia el suelo y soltando una pequeña sonrisa) Si… Es una chica muy linda.
JUNSEO: (Emocionado)¡Exactamente! Y adivina qué, le he preguntado si le gustaría salir un día de éstos conmigo…
MINJOON: - (Deteniéndose bruscamente e interrumpiendo a su amigo en el cuadro 1 del escenario) ¿Qué? ¿Te gusta Haru?
JUNSEO: - Wow, gustar es una palabra un poco… (Volteando a ver ligeramente hacia arriba pensativo)romántico. Digamos que la quiero conocer un poco más.
MINJOON: - ¿A qué te refieres con “conocer un poco más”?
JUNSEO: - (Pícaro) Pues ya sabes, averiguar de que está hecha la chica.
MINJOON: - Honestamente no creo que sea una buena idea JunSeo.
JUNSEO: - A ver chico (simulando comillas con los dedos) “hago lo correcto”, es algo inofensivo, además, ¿Por qué te preocuparías por ella?
MINJOON: - (Empezando a enojarse) Tal vez porque es una buena chica y no se merece que la utilices como un juguete.
JUNSEO: - (Riéndose y de manera sínica, elevando la voz) Por favor MinJoon, ¿desde cuándo tú te preocupas por lo que yo haga? ¿Acaso no recuerdas lo que tú mismo has hecho?
MINJOON: - ¿Qué dices? (Enojado y también elevando la voz) – En ningún momento he sido tan poco hombre como tú.
MinJoon trata de irse, pero JunSeo lo detiene tomándolo del hombro y volteándolo bruscamente.
JUNSEO: - ¿Acaso necesitas que te lo recuerde?
MINJOON: - Déjame en paz.
JunSeo suelta algunas carcajadas sacando su celular de su bolsillo.
JUNSEO: - (Extendiendo su brazo y colocando la pantalla en frente de MinJoon) Tengo cada una de las fotos y el video que tomaste aquella noche, junto con todos los documentos de tu pequeño negocio. Simplemente apretando un botón y todo el mundo se entera.
MinJoon simplemente lo observa molesto tratando de contenerse.
JUNSEO: - ¿Ahora sí te acuerdas?
MINJOON: - Ese no era yo.
JUNSEO: - ¿Ah no? ¿De quién es ese rostro entonces?
MinJoon suelta un suspiro y se da la vuelta para irse nuevamente, pero JunSeo lo toma del brazo regresándolo una vez más.
MINJOON: - (Gritando enojado y soltándose del agarre) ¡Suéltame idiota!
JUNSEO: - ¿Cómo me llamaste?
JunSeo avienta la mochila que llevaba sobre el hombro y suelta un puñetazo a MinJoon, el segundo solo lo observa por un segundo tocando su rostro en donde fue golpeado.
JUNSEO: - (Retando a MinJoon)Regrésame el golpe. ¡Regrésamelo si te crees tan hombre!
MinJoon simplemente se queda parado observando al otro chico mientras suelta un suspiro.
JUNSEO: - (Riendo) Me lo imaginé. No te preocupes MinJoon, que al final del día la verdad siempre sale a la luz, es imposible guardar una mentira por tanto tiempo.
JunSeo se da la vuelta y empieza a irse. En ese momento MinJoon saca unas tijeras de la mochila que JunSeo aventó antes; a paso rápido se aproxima a él y con un grito lo apuñala con ellas.
JunSeo se voltea, observa a MinJoon por unos segundos para después caer lentamente al suelo colocando sus manos sobre la herida.
JUNSEO: - (De manera agonizante) Min…
MINJOON: - (asustado debido a lo que acaba de ver) ¿Jun-JunSeo? – No… No no no. ¿Qué acabo de hacer?
MinJoon deja caer las tijeras al suelo, da unos cuantos pasos hacia atrás alejándose. El dolor de cabeza vuelve a apoderarse de MinJoon, provocando que vuelva a colocar sus manos encima de ella y se queje del dolor. Nuevamente las luces comienzan a parpadear y el chico corre en dirección a la segunda pierna del lado contrario a donde se encuentra el cuerpo. Las luces se apagan y el foro vuelve a quedar a oscuras.
Cuadro III
Escena III
Vuelven a encenderse las luces, esta vez con una tonalidad un poco más cálida, reflejando que es de mañana.
Se mantiene el ciclorama blanco, pero ahora se encuentran bancas de escuela al lado izquierdo del escenario, pero mirando hacia la derecha; frente de estas un pizarrón con algunas cosas escritas, en el cuadro 3 del escenario se encuentra una pequeña mesa con dos sillas encontradas. Hay varios estudiantes haciendo diferentes actividades.
MinJoon se encuentra sentado, portando los mismos pantalones, camisa blanca tipo hospital y zapatos negros, en una de las bancas del fondo, pero quedando en proscenio. Está recostado sobre el pupitre cubriendo su rostro con ambos brazos.
HARU: (Acercándose a MinJoon y sentándose en la banca de enfrente, volteando a ver a éste) – MinJoon… ¿Sabes por qué JunSeo no ha venido a clases?
MINJOON: (Levantando la vista de manera apurada y generando un pequeño sobre salto en su compañera. Rasca su nuca y nervioso contesta a la chica)- No sé Haru… Lo siento.
Suena el timbre indicando el comienzo de clases.
Escena IV
El Sr. Cha entra al escenario acompañado del oficial de policía.
SR. CHA: - Buenos días chicos. Como se habrán dado cuenta su compañero JunSeo lleva días desaparecido, por lo que la policía estará haciendo preguntas a algunos de ustedes.
OFICIAL: - (Dando algunos pasos hacia delante) Buenos días chicos, serán unas preguntas muy sencillas acerca de su amigo. ¿Se encuentra aquí Choi MinJoon?
MinJoon se levanta nervioso de su sitio.
MINJOON: - (Tartamudeando ligeramente) ¿Yo? ¿Para qué me necesitan?
OFICIAL: - Solo serán algunas preguntas, no estés nervioso.
MinJoon suelta una bocanada de aire, asiente y camina en dirección del oficial.
Ambos se dirigen a la mesa en el cuadro 3 del escenario y se sientan. Las luces del foro se apagan y se enciende un único reflector apuntando al espacio donde ambos personajes se encuentran sentados. Los demás personajes y extras que se encuentran en escena se quedan quietos.
MINJOON: - Oficial, ¿qué saben sobre JunSeo?
OFICIAL: - (Mientras revisa unos papeles) Es lo mismo que queremos saber, dime, ¿tú eras muy cercano a Park JunSeo verdad?
MINJOON: - Sí, es mi mejor amigo.
OFICIAL: - Supongo entonces que habrás tenido algún tipo de contacto con él, ¿no?
MINJOON: - Lo siento oficial, pero no lo he visto desde que dejó de venir a la escuela.
OFICIAL: - (asiente con la cabeza) Otro de tus compañeros a quien le preguntamos nos comentó que los vio juntos por la calle después de la escuela el último día en el que se le vio, ¿me podrías confirmar esta información?
MinJoon se detiene por unos segundos observando al oficial, su expresión cambia por una un poco más seria y baja la mirada.
MINJOON: - (Trabándose ligeramente al hablar) JunSeo y yo vamos por el mismo camino al salir de clase, por lo que seguido caminamos juntos.
OFICIAL: - De acuerdo.
El oficial saca de su bolsillo el celular de JunSeo y se lo entrega a MinJoon.
OFICIAL: - (Soltando un suspiro y tomando unos segundos para pensar) – No sé cómo decirte esto, pero encontramos a JunSeo sin vida, lo habían apuñalado.
MinJoon levanta la mirada y observa al oficial.
OFICIAL: - ¿Recuerdas si te mencionó algún conflicto con alguna persona? ¿Alguien que tal vez pudiera tener algún tipo de resentimiento hacia él?
MinJoon solo niega con la cabeza.
OFICIAL: - Respecto al celular, lo hemos revisado en busca de información y hemos visto un video que nos gustaría que revisaras, creemos que puede servirnos para obtener mayor información acerca de lo que sucedió con JunSeo.
Se queda quieto con la mirada perdida, su respiración se vuelve más pesada, suelta el teléfono que se encontraba entre sus manos.
OFICIAL: - (Colocando una mano sobre el hombro de MinJoon) MinJoon, ¿te encuentras bien?
MinJoon se levanta de golpe colocando ambas manos sobre la mesa.
MINJOON: - Yo… No me siento bien, necesito irme, no me siento bien. (Empezando a llorar y desesperado) – No sé nada sobre JunSeo, no tengo ni idea de quien lo haya matado, ni si quiera debieron haberme llamado en primer lugar, no tengo nada que ver.
MinJoon camina hasta llegar al centro del escenario, mientras el reflector lo sigue. Los temblores regresan. Al detenerse se desmorona en el sitio. El reflector se apaga.
Cuadro IV
Escena V
Las luces vuelven a encenderse de manera lenta, aumentando poco a poco su intensidad. El foro se encuentra igual que en el primer cuadro, únicamente con la camilla. Se escuchan nuevamente las voces aumentando su intensidad al mismo tiempo que la iluminación.
MinJoon se levanta lentamente sollozando y quedando sobre sus rodillas. Cubre sus orejas con ambas manos.
MINJOON: - No no no no no… (comenzando a gritar desesperado) ¡¿Porqué MinJoon!? (Gritando hacia las voces) ¡Ya cállense! ¡Yo sé que es mi culpa! ¡Todo esto es mi culpa!
(MinJoon golpea el suelo)
MINJOON: - Todo esto es una mentira. Una maldita mentira de la que no puedo escapar.
MinJoon se levanta y comienza a caminar de lado a lado.
MINJOON: - ¿Por qué hice todo eso? ¿Qué sucede conmigo? Ya no lo soporto… No puede continuar.
MinJoon se dirige a la camilla donde se recuesta, su respiración se hace más lenta y se le nota más relajado.
MINJOON: - Ya no puedo continuar.
Las luces del foro disminuyen su intensidad gradualmente sin apagarse completamente.
Escena VI
El Oficial entra a la escena.
OFICIAL: - (Hablando por teléfono) Lo encontré, él mató al chico.
El oficial observa a MinJoon por unos segundos en la camilla alejando el teléfono de su oreja.
OFICIAL: - (Regresando a la llamada) Está muerto… se suicidó.
Las luces del foro se apagan completamente.
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sakuramikaveranis · 4 years
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Unsere Gefühle ➹YM➷ (en Wattpad) https://www.wattpad.com/story/133352186?utm_source=android&utm_medium=tumblr&utm_content=share_reading&wp_page=reading&wp_uname=veraniahatsune01&wp_originator=BSKeJoM7qEZl3qhoDVGcsb4W3wCu4xrA9iiqxfSoTsYDCYq3%2F%2B4L2jGssE5YTT%2FZi2JlMCGbLfMkgRBzfpsWP9ZZRlh%2B8pQVZ4SJaaE2AeMi8mqSrR9bmev4J26S149d Cabello negro como el carbon, mirada intimidante, labios gruesos y tentadores. Sexy y tierno a la vez, como todo felino. Pero Jimin no era como todos, claro que no. No era como cualquier pantera presumida que pudieras conocer. Y eso lo supo cierto lobo blanco al pedirle un favor. ♦Parejas: YoonMin. ♦Advertencias: AU! Muerte de personajes,…
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sun-moon9395 · 4 years
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The new boy
—¿Ya te enteraste? —preguntó apenas y estuvo frente a su amigo.
Jimin se encontraba tan concentrado en sus estudios que casi no escuchaba la escandalosa voz de su amigo.
—¿De que? ¿Que reprobaste? —dijo sin despegar su vista del libro —. No es ningún secreto Taehyung, ya toda la escuela lo sabe.
El rostro de Taehyung quedó en shock por un momento.
—¡¿Reprobé?! —sus ojos se abrieron de sobre manera —. Jimin, querido amigo. Si mañana aparezco muerto, por favor haste cargo de mi cuerpo. Y por si acaso, te dejo a ti como único heredero.
Jimin volteo a ver el rostro afligido de Taehyung. A veces se preguntaba, ¿Cómo fue que termine siendo amigo de este chico?
—Bueno, como sea.  No es de eso de lo que quería hablarte —hizo a un lado los libros de Jimin y se sentó a su lado.
—Necesito estudiar Tae, no tengo tiempo para chismes.
—No tardaré ni cinco minutos —se acercó al otro comenzando a hablar en voz baja —. Llegó un chico nuevo a nuestro clase.
A este punto Jimin ya estaba bastante fastidiado.
—Aja, ¿Y tú crees que eso me interesa? Tae, en verdad deberías centrarte más en tus estudios. Deja de andar por allí chismorreando.
—Sabes que me gusta el chisme, soy un alma comunicativa —dijo riendo ruidosamente.
—Ay amigo, eres un caso perdido...
—Si si, lo que tú digas. El punto es que este chico podría quitarte tu amado puesto de “mejor estudiante”.
Taehyung sonrió al ver cómo de un momento a otro tenía toda la atención de Jimin.
—¿Que? Eso no es posible, soy el mejor desde primer año! —parecía un poco alterado.
Para Jimin era fundamental ser el mejor en su escuela, era como si su vida dependiera de eso. Saber que alguien más podía quitarle ese lugar definitivamente lo ponía nervioso.
—Bueno, por si te interesa su nombre es Yoongi y viene para acá —miró hacía atrás de Jimin con una amplia sonrisa.
Jimin giro lentamente su cabeza encontrándose con unos lindos y brillantes ojos oscuros acompañados de una dulce sonrisa.
—Así que tú eres el famoso Park Jimin —dijo haciendo una pequeña reverencia.
Este chico nuevo parecía ser alguien amable y encantador, incluso Jimin parecía anonadado ante chico de cabello negro.
—Eres muy lindo, pero lamentablemente eso no basta para conservar tu puesto —dijo el recién llegado aún con esa pequeña y dulce sonrisa en su rostro.
Todo quedó en un silencio incómodo, ni siquiera se podía escuchar el canto de los pájaros.
Tal vez apartir de ahora la vida escolar de Jimin no sería la misma, y solo tal vez, Yoongi cambiará algo más que el título de “mejor estudiante” de Jimin.
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•|Estas fotos demuestran que BTS se ve tan caliente con y sin maquillaje|•
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“Consigue una banda de chicos que pueda hacer las dos cosas”.
Jungkook, J-Hope, Jin, Jimin, RM, V y Suga demuestran que se ven bien con y si maquillaje sin importar qué. Como explicaron los miembros en una entrevista en el 2017 con Allure, la belleza, ya sea su cabello, su maquillaje o su piel, es una parte enorme de su estética, por lo que a los chicos a menudo se les ve con looks dignos de Pinterest, desde ojos ahumados a labios color caramelo.
||“La piel es lo que completa mi apariencia. Valoro mucho mi apariencia, por lo que es igualmente importante cuidar bien de mi piel, es una parte fundamental de mi cara"||, dijo Jin a Allure.
J-Hope compartió un sentimiento similar. ||“Cuidar bien tu piel es la regla número 1 para todas las celebridades. Conozco a muchos fans cara a cara en reuniones de fans y eventos similares, y me gustaría lucir lo mejor posible para ellos”||
La dedicación de BTS a su cuidado de la piel es la respuesta al porqué su piel siempre se ve tan suave en fotos sin maquillaje. Aún así, los chicos aseguran que su piel no es diferente a la de cualquier otra persona con espinillas y demás.
||”Mi piel está seca la mayor parte del tiempo, y mi mayor preocupación es mantenerla hidratada. De vez en cuando me salen granos y eso también me preocupa”||, dijo RM a Allure.
Jungkook agregó: ||"A veces tengo granos, y es muy estresante".||
Ya sea que publiquen selfies sin maquillaje en o que caminen por la alfombra roja usándolo, los miembros de BTS siempre se ven bien.
~•Jungkook•~
Jungkook es uno de los miembros de BTS que más experimenta con el maquillaje, aunque su apariencia es a menudo natural según la estética de la banda. El miembro a menudo lleva un delineado dramático, labios rosa y a veces lentes de contacto de color. En cuanto al cabello, Jungkook no cambia el color con demasiada frecuencia, pero cambia de mechones rectos a rizados para diferentes épocas y actuaciones.
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~•Jin•~
Cuando se trata de maquillaje, Jin a menudo usa delineador en las esquinas exteriores de sus ojos y un producto ligero para sus labios. Aunque se lo ve comúnmente con cabello negro, el miembro también ha experimentado con otros tonos, como marrón y azul. También se toma en serio su cuidado de la piel, especialmente cuando se trata de máscaras faciales coreanas.
||“Me encantan las máscaras faciales. Intento ponérmelas cada vez que siento que mi piel está seca y ha sido expuesta demasiado al sol. Me ayudan a recuperar la humedad perdida y a aclarar mi piel”|| le dijo a Allure en el 2017.
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~•JHope•~
En comparación con los otros miembros de BTS, J-Hope no experimenta tanto con maquillaje que no sea un delineador de ojos y un labial rosado. Sin embargo, todo cambia cuando se trata de su cabello. Se lo ha visto con todo, desde rojo hasta rubio y marrón claro.
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~•V•~
Al igual que Jungkook y otros miembros de BTS, V a menudo experimenta con lentes de contacto de colores para sus presentaciones. También se lo ve a menudo con delineador de ojos y un labial audaz. Pero lo más destacado de los looks de belleza de V es que casi siempre lleva su cabello colorido. Con los años, el cantante ha teñido sus mechones de morado, azul, rojo, rubio y muchos otros tonos divertidos. En cuanto a su rostro, el cantante le dijo a Allure en 2017 que su piel es una mezcla entre seco y graso.
||"He estado buscando mi producto de belleza favorito durante mucho tiempo porque mi piel se vuelve seca y grasosa relativamente rápido. ¡No he encontrado el correcto, pero no me daré por vencido! "||
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~•Jimin•~
Jimin siempre mata cuando se trata de sus atuendos en el escenario, y su belleza no es diferente. Desde sus lentes de contacto de colores hasta sus deliciosos labios, Jimin nunca tiene miedo de experimentar con su maquillaje. El miembro también ha tenido colores de cabello tanto fríos, como rosas y rubios. Jimin le dijo a Allure en 2017 que no tiene una gran rutina de cuidado de la piel. Algunos de nosotros somos bendecidos. ||"Realmente no hago nada extra especial para mi piel, pero trato de beber la mayor cantidad de agua posible"|
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~•Suga•~
Cuando se trata de maquillaje, los fans siempre pueden confiar en Suga. El miembro también ha experimentado mucho con el color de su cabello. No podemos recordar la última vez que tuvo su cabellera negra natural. Desde que BTS debutó, el rapero ha pasado de rubio brillante a azul, hasta gris. Sin embargo, le dijo a Allure en 2017 que su color de cabello favorito es el rubio porque no es un proceso tan largo como los tonos más neón.
||"Solo necesito decolorar y eso es todo"||
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~•RM•~
Aunque todos los looks de belleza de BTS se pueden describir como naturales, los RM son los más discretos, pero eso no significa que sean menos buenos. Además, RM nos ha bendecido con quizás las selfies más libres de maquillaje que cualquier miembro de BTS. Su color de cabello también a variado desde que comenzó en la banda. El miembro, que ha tenido de todo, desde plateado hasta rubio, le dijo a Allure en 2017 que sus favoritos son ||"gris ceniza y azul ceniza porque complementan bien mi tono de piel".||
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•Ema🐰
Cr. StyleCaster
@BangBangtan_Esp
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saranghacs · 4 years
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NOMBRE: Ryong Jaemin. OCUPACIÓN: Estudiante de criminología. EDAD: 19 años. BROTP: @waideweik​. MULTISHIP: sí. FC: Park Seonghwa.
Mellizo mayor por 1.30 segundos de los Ryong, siendo esta una familia reservada y conservadora. El sentimiento de disconformidad e incomodidad lo comparte completamente con Jimin, su hermana menor, y la única persona que realmente quiere en esta familia.
Al ser el mayor y ser hombre, sus padres esperan que sea responsable y formal, verse bien ante la gente que los conoce y ser quien poder presumir a otras personas. 
Sus padres no pueden estar más equivocados con él, si bien los primeros años de su vida, siguió las reglas de su familia, entre quejas suyas por la presión que ponían sobre él y las quejas de su hermana por querer reprimirla, ambos se apoyaron para ser totalmente otra cosa, no lo que sus padres quisieran, si no lo que ellos quisieran.
Jaemin es una persona bromista y un poco ácida, siempre tiene cara de estar molesto, aun si no lo está, por lo que de él desprende un aura que no le va a gustar a cualquiera.
Le gusta vestirse de negro, varía entre un estilo bastante grunge o ropa con mucha clase. Le gusta el maquillaje y pintarse el cabello cada vez que puede.
Jimin es la persona en la que más confía en este mundo, tienen una conexión muy particular, sabe que ninguno de los dos va a juzgar al otro, pueden hablar de lo que sea, siempre han sido así.
Aparenta ser muy libre y rebelde, pero ni él mismo sabe si es así.
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horosebi · 5 years
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✦Un miembro los encuentra teniendo sexo✦
𝙝𝙮𝙪𝙣𝙜 𝙡𝙞𝙣𝙚 ✩ 𝘮𝘢𝘬𝘯𝘢𝘦 𝘭𝘪𝘯𝘦
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➻ He decidido eliminar el libro de reacciones porque soy la persona mas indecisa del mundo, con esto les dejo saber que estoy de vuelta con todo y escenarios.
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⊰ 𝓟𝓪𝓻𝓴 𝓙𝓲𝓶𝓲𝓷 ⊱
Jimin estaba demasiado ocupado en su teléfono como para prestarte atención, estaban juntos en el dormitorio porque te había invitado a pasar el fin de semana. Hoseok se había ido a casa de sus padres por lo que estaba desolado ya que todavía compartía la habitación con tu novio.
Cansada de que te ignorara decidiste sentarte sobre su desnudo torso lanzando su móvil a un lado, se rió embelesado llevando sus manos a su camiseta, la cual portabas, dejando tu trasero descubierto, te acarició con adoración para después besarte con vehemencia.
“¿A caso buscas una segunda ronda?,” te dijo mostrando su sonrisa engreída, dejaste unos cuantos besos en su cuello que fueron suficientes para encenderlo de nuevo. Te tanteó por encima de la ropa interior, dado que estaban los dos cansados, decidió bajar un poco su bóxer dejando libre su erección y hacer de lado tus braguitas introduciéndose lentamente.
Era holgazanería pero tenerte así, meneándote sobre él, le parecía la cosa más sensual en la tierra. Te ayudaba en el vaivén con sus manos en tus caderas, pero toda la pasión quedó de lado cuando Hoseok entró quedándose inmóvil y pálido en la entrada, tu corazón golpeteó tu pecho de la vergüenza y te escondiste en el pecho de tu novio.
“Lo-lo siento,” se disculpó cerrando la puerta a velocidad de la luz pero no sin antes gritar: "¡Ya quiero ser tío, así que no usen protección!"
“Dios, no volveré aquí,” susurraste avergonzada, él río besándote tiernamente volviendo a mover tu cuerpo para recuperar y llegar a donde su cuerpo le imploraba.
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⊰ 𝓚𝓲𝓶 𝓣𝓪𝓮𝓱𝔂𝓾𝓷𝓰 ⊱
Estaban acurrucados en el sofá haciendo un maratón de películas, sentiste como su mano viajaba por debajo de tu falda acariciándote y dejando besos húmedos por tu cuello, y aunque resultara peligroso decidiste seguirle la corriente.
Cuando sus bocas chocaron sus manos se volvieron juguetonas despojándote de tus bragas y subiéndote sobre él, acarició tu clítoris jugando con tus pliegues mientras tu lubricante se lo facilitaba.
Palmeó tus piernas indicándote que te sentaras sobre tu cara, un poco indecisa te acercaste sin llegar a dejar que su boca te tocara.
“Taehyung, no deberíamos estar haciendo esto, cualquiera podría entrar y descubrirnos,” dejó sus manos sobre tu trasero para sostener tu peso y que no cayeras sobre él completamente.
“Dices eso mientras pones tu coño en-,” no pudo terminar cuando dejaste caer tu intimidad en su boca, se rió y las vibraciones de eso te golpearon exquisitamente.
Te sostuviste un poco del sofá y llevaste una mano a su cabello, los espasmos que te daban cada vez que su lengua te rozaba eran irracionales, tratabas de ahogar tus gemidos sabiendo que alguno de los chicos podría estar por ahí y no te equivocaste.
“ ____, ¿te encuentras bien?,” observaste a Jimin con pánico y sentiste que Tae no dejaba de estimularte haciéndote imposible el actuar normal, por lo que simplemente asentiste, “¿sabes dónde está Taehyung?”
Cerraste los ojos cuando introdujo uno de sus dedos largos golpeando tu punto clave, Jimin te observo con rareza para después dirigir la vista a los pies que sobresalían del sofá, Taehyung era lo suficientemente alto como para no caber en el sofá. Al entender la situación, giro sobre sus talones completamente avergonzado y sonrojado y sabías que así sería cada vez que te viera.
“Creo que lo hemos traumado, nena.”
“Cállate y chupa.”
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⊰ 𝓙𝓮𝓸𝓷 𝓙𝓾𝓷𝓰𝓴𝓸𝓸𝓴 ⊱
Lo extrañabas demasiado, por lo que decidiste ducharte y preparar su comida favorita. Cuando todo estuvo empacado saliste a su estudio, donde lo encontraste trabajando en una edición para su próximo GCF.
Besaste sus labios cortamente y sacaste los recipientes lista para servirle, pero enrolló sus fuertes brazos alrededor tuyo caminando hasta el sofá de cuero negro haciéndote descansar sobre su regazo.
“Te he extrañado demasiado,” te dijo entre besos. Para él había sido una tortura estar lejos de ti, su vida sexual era jodidamente activa y casualmente esa mañana había estado divagando por su galería, encontrándose algunas fotos tuyas que no eran precisamente inocentes.
Que te aparecieras con ese lindo vestido solo hizo que la llamita que trataba de apagar lograra quemar todo su ser por tenerte. Por eso mismo, a medida que el tiempo pasaba la temperatura en el lugar te estaba ahogando, y la única manera de calmarte era tener a Jungkook dentro de ti.
Se deshizo de su pantalón, su bóxer y tu ropa interior, solo levantando tú vestido para dejarte expuesta y dispuesta ante él. Se alineó penetrándote con desespero comenzando con embestidas rápidas y seguras, demostrando cuanto te había echado de menos. Ninguno de los dos se dio cuenta cuando alguien ingresó la contraseña y se llevó el susto de su vida, el pobre Jin solo quería avisarle al maknae sobre el adelanto de las prácticas.
”Y-yo solo i-iba a...” se le notaba inquieto y antes de que se escucharan sus pasos alejándose dijo: “solo no llegues tarde a la práctica.”
Jungkook detuvo sus movimientos apoyando su mentón en tu hombro avergonzado, porque sabía que en cuanto llegara a la sala de práctica todos sus hyungs iban a molestarlo a más no poder.
Aun con la vergüenza encima comenzaste a levantarte con la intención de dejar las cosas ahí, pero te retuvo gruñendo ya que por ese movimiento lograste que su amigo volviera a crecer en tu interior.
“Después me encargaré de eso, concéntrate en nosotros.”
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