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05/01/2023 | Wallpaper ★ Yoongi
Espero que les agrade, son muy sencillos pero hechos con mucho amor.
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★彡 ᴄ ᵒ ᶠ ᶠ ᵉ ᵉ 彡★
Eran pasadas las diez de la noche, Taehyung se encontraba preparando todo para por fin cerrar su cafetería.
Estaba tan agotado que lo único que quería era llegar a su casa, tomar una ducha caliente e irse directo a su cama. El día había sido un tanto pesado, la cafetería tuvo más clientes de lo normal y para dos personas eso era demasiado trabajo. Jungkook trabajaba medio tiempo en la cafetería, pero digamos que no era de mucha ayuda. El joven Jeon Jungkook tenía la mala costumbre de pasar su tiempo de trabajo coqueteando con distintos clientes y realmente no ayudar a su jefe.
Taehyung termino de hacer el cierre de caja, ya había limpiado todo el lugar así que podía ir a casa.
Fue a recoger sus cosas a la parte trasera del local. Cuando regresó, un chico con un suéter negro y una gorra del mismo color que cubría prácticamente todo su rostro lo esperaba en la entrada de la cafetería.
Al ver al chico esperando a que le abriera lo puerta, Taehyung detuvo su caminata abruptamente, su rostro era de total sorpresa. Ya era tarde y la cafetería claramente estaba cerrada, ¿Que hacía un chico totalmente vestido de negro afuera de su negocio?
El chico misterioso elevó un poco su cabeza dejando ver parcialmente su rostro. Los ojos de Taehyung se hicieron un poco más grandes al ver cómo la tenue luz del lugar acariciaba la parte inferior del rostro de aquel chico, unos finos y rosados labios hicieron estremecer al dueño del local.
—La cafetería ya cerró, si gusta puede regresar mañana —dijo con un tono amable sin abrir la puerta.
Por alguna razón sentía que sino no lo dejaba pasar estaría cometiendo un grave error, pero por otro lado, su lógica le decía que no abriera sin saber quién era esa persona.
—Solo quiero una taza de café —levanto por completo su cabeza provocando que la luz iluminara su pálido rostro, unos brillantes y cristalinos ojos gatunos hicieron contacto con Taehyung.
Los ojos del chico parecían algo rojos y con rastros de lágrimas, al parecer le había pasado algo y Taehyung no lo iba a dejar en ese estado. Con algo de duda todavía en su mente, se dirigió lentamente a la puerta: Quito el seguro abriéndola casi en seguida.
El chico de piel pálida le dedicó una inperseptible sonrisa antes de entrar, Taehyung solo pudo dar unos cuantos pasos hacia atrás para así dejar pasar al otro. Al estar los dos dentro, Taehyung cerró la puerta de nuevo.
—¿Cómo le gustaría el café, joven? —pregunto dirigiéndose a la barra para tomar la orden.
—... —no respondía
Taehyung lo observó detenidamente. No parecía alguien sin hogar o de bajos recursos, más bien todo lo contrario: Se veía limpio, su ropa parecía ser costosa, su aroma era delicioso, la poca piel que estaba a la vista se veía increíblemente cuidada. Taehyung inclino un poco su cabeza mientras que con una de sus manos rascaba su cabello, estaba intentando entender por que un chico como el que tenía en frente andaba solo a altas horas de la noche en un lugar que era bastante peligroso.
—¿Te gustaría un simple café con leche? —sugirió Taehyung al no recibir respuesta.
El chico solo asintió sin decir ni media palabra. Taehyung sonrió un poco ante la evidente timidez del otro: Comenzó a caminar a la cocina para buscar el café y la leche .
—Tome asiento donde guste, ahora vuelvo con su café — decía mientras se perdía en el lugar.
Al llegar a la cocina se detuvo girando en su propio eje, desde su posición podía observar al otro con más detalle sin que esté se diera cuenta. El chico no se movía de su lugar, parecía como si estuviera en algún tipo de transe... O más bien, parecía como si en su mente estuvieran pasando un sin fin de cosas las cuales aún no lograba entender o procesar.
Al observarlo por más tiempo, Taehyung se percató de que unas lágrimas comenzaron a caer sin detenerse. “Definitivamente a ti te destruyeron el alma, chico lindo”.
El chico transmitía tanto dolor, se veía tan solo y vulnerable. Su cuerpo comenzó a sufrir pequeños espasmos a causa del llanto, una de sus manos cubría su boca evitando ser escuchado por el otro. No quería ser cuestionado del porque de su estado, no quería responder a nada solo quería olvidar... Olvidar a esa persona que lo acababa de destrozar junto con su mejor amigo, esos dos no merecían sus lágrimas pero era inevitable. Las imágenes de Hoseok y Jimin juntos en aquel parque, tomados de las manos mientras se besaban tan apasionadamente no paraban de repetirse cruelmente en la cabeza del chico. Hoseok había tirado nueve años de relación y Jimin traicionó su amistad de toda una vida, ¿Acaso no pensaron en el chico que ahora no podía parar de llorar? Todo era un desastre, ellos ni siquiera se dieron cuenta de la presencia del otro, estaban tan ocupados comiéndose la maldita boca que no les importó quien los viera.
El corazón de Taehyung dió un vuelco cuando el chico calló al suelo sin previo aviso, fue como si perdiera por completo la fuerza de sus piernas. Sus lágrimas caían con más y más intensidad. No tenía ni idea de que hacer, no conocía al chico como para ir a abrazarlo, ni siquiera sabía el motivo de se llanto, ¿Que le podía decir?
Taehyung sentía una gran opresión en su pecho, era doloroso ver como ese lindo chico se estaba desmoronando frente a sus ojos y no poder hacer nada. La opresión se volvió más intensa cuando los ojos de Taehyung chocaron con los ojos llenos de desesperación y agonía del otro. Ninguno de los dos desvío la mirada, Taehyung ni siquiera podía parpadear. Sin darse cuenta su cuerpo comenzó a moverse por si solo caminando lentamente hacia el chico, quien aún con lágrimas en sus ojos seguía los movimientos del otro.
Taehyung llegó agachándose hasta estar a la altura de la persona.
—¿Cómo te llamas? —preguntó con una voz sumamente suave y profunda.
Unas reveldes lágrimas hicieron acto de presencia en el rostro de un Taehyung totalmente perdido en la mirada del chico: Limpio rápidamente su rostro, no quería mostrarse débil ante el chico, él necesitaba a alguien fuerte y tranquilo.
—Yoongi, me llamo Yoongi —respondió con una voz tan quebrada que dolía escuchar.
Taehyung pasó uno de sus brazos por detrás de Yoongi acariciando suavemente su espalda, quería tranquilizar el agitado corazón del otro.
—Yoongi, no se que es lo que te tiene así —con su mano tomó delicadamente la barbilla de Yoongi haciendo que volteara a verlo —... Pero, aquí estarás bien, aquí estarás a salvó.
Los dos chicos se miraron fijamente por un par de segundos. Para Yoongi ver esos ojos tranquilos y serenos era como recibir un fuerte calmante, su llanto disminuyó poco a poco mientras que un hipo involuntario apareció.
—Ven, levántate el piso está frío puedes resfriarte —lo tomó del brazo ayudándolo a levantarse.
Lo llevó a uno de los asientos más cercanos. Yoongi se sentó para luego llevar sus manos a su rostro y limpiar sus lágrimas, al ver esto, Taehyung sin pensarlo se apresuró a limpiar ese rostro él mismo. Taehyung se encontró así mismo sorprendido por el resiente acto, no entendía porque su cuerpo estaba tomando decisiones que definitivamente él no había tomado. Yoongi se veía tan frágil en ese momento, sus ojos no mentian, ese chico lo acababan de matar y lo que Taehyung tenía en frente no era más que un contenedor vacío.
—Esperame aquí, te traeré ese café con leche, te hará sentir mucho mejor —sonrió un poco solo para enseguida ir por lo dicho.
Taehyung calentó la leche, espero un poco y la vertió en una taza; colocó una cucharada de café junto a un poco de azúcar, mezcló perfectamente hasta cerciorarse de no dejar ningún grupo.
—Esta un poco cali... —no terminó de hablar, la imagen ante sus ojos lo dejó en shock.
El rostro de Yoongi estaba completamente cubierto por sus dos manos, todo su cuerpo temblaba violentamente mientras que sus sollozos comenzaban escucharse por todo el lugar. Su llanto era desgarrador, parecía como si lo estuvieran torturando una y otra vez. Le dolía el corazón como nunca lo había hecho, su mente parecía su verdugo al mostrarle aquellas imágenes a cada instante.
“¿Quien te habrá hecho tanto daño lindo desconocido?��� se preguntó Taehyung a sus adentros.
Taehyung continúo caminando hasta llegar a Yoongi, dejó el café en la mesa: acto seguido se sentó a un lado del chico atrayendolo a sus brazos sin preguntar siquiera si podía hacerlo.
—No puedo más... Ya no puedo... —y como si fuera un niño pequeño se aferró al cuerpo de Taehyung escondiendo su rostro en el pecho de este, dejando salir por completo todo ese dolor que lo estaba quemando por dentro.
—Llora todo lo que quieras, lo necesitas... —dijo en un susurro solo para Yoongi — No te dejaré solo.
Los dos se quedaron en la misma posición mientras Taehyung acariciaba gentilmente el cabello azabache del otro.
Una, dos, tres horas pasaron para que Yoongi se calmara. El chico había caído en un profundo sueño siendo sostenido por los fuertes brazos de Taehyung quien no se había movido de su lugar ni un sentimetro, al contrario, su agarre se volvió más firme al rededor de Yoongi provocando que este se sintiera aún más protegido.
Para cuando Taehyung se preguntó la hora ya pasaba de la media noche, tenía que irse a casa por lo menos para tomar una ducha y dormir un poco, después tendría que volver a trabajar. Su mirada fue directo a la persona durmiendo entre sus brazos, la hermosa imagen de Yoongi con sus lindos ojos cerrados y sus rojos labios entreabiertos lo hizo sonreír tan estúpidamente.
“¿Que voy a hacer contigo Yoongi?” Pensó acariciando la suave mejilla del chico. No podía dejarlo así como así en cualquier lugar, tenía que asegurarse de dejarlo en un sitio seguro para estar tranquilo. “¿Te llevo a mi casa?” Esa idea rondaba su mente como la única opción que tenía en ese momento.
Taehyung cargó al azabache como si fuese una princesa sin ningúna dificultad, se veía tan ligero y tan pequeño en los brazos de Taehyung.
Con Yoongi en sus brazos se dirigió a la barra donde se encontraban las llaves de su coche, no iba a poder llevarse sus demás cosas así que las dejaría allí.
Abrió la puerta de la cafetería saliendo de esta, su coche estaba prácticamente en la entrada así que acomodó a Yoongi en el asiento del copiloto y volvió a la cafetería para cerrar la puerta adecuadamente. Ya en el coche listo para arrancar e ir a casa, sintió como su acompañante sin abrir sus ojos se levantó acercándose al hombro del otro, recargando su cabeza en este.
“¿Por qué pareces un gatito buscando cariño? Eres un gatito abandonado, ¿Cierto?” Taehyung parecía totalmente cautivado por aquel chico a su lado. Tenía la necesidad de protegerlo de todo y de todos, no quería verlo de nuevo completamente abatido...
Después de un tiempo llegaron a la casa de Taehyung, este bajó del coche, tomó de nuevo a Yoongi y entró a la casa. Taehyung acomodó con cuidado a Yoongi en la cama, le quito sus zapatos y lo arropó con una manta. Cuando terminó fue directo a tomar una ducha rápida, al salir se puso su pijama, lavó sus dientes y se fue a dormir al sofá. No quería molestar a Yoongi así que decidió dejarle la cama libre.
El cansancio se apoderó de Taehyung con el doble de intensidad, apenas su cabeza tocó la almohada sus ojos se cerraron, sumergiendo al joven en un irremediable sueño.
▰▰▰▰▰▰▰▰▰▰▰
El sonido molesto de un celular comienza a despertar a Taehyung, quien, aún con sus ojos cerrados se levantó dirigiéndose a donde se encontraba el dichoso celular. Lo tomó presionando el botón de silencio, poco a poco sus ojos se abrieron dándose cuenta de la hora.
—¡Mierda! —salio corriendo hacia su habitación esperando encontrar aún dormido a Yoongi.
A tropezones llegó y abrió la puerta encontrándose con una cama vacía. Por alguna razón Taehyung se sentía algo desepcionado, había creído que vería a Yoongi al despertar, quería saber si ya se encontraba un poco mejor... Pero por lo visto no sería así.
Después de haber tomado una ducha y desayunar se dirigió a trabajar como si nada, aunque no podía negar que estaba preocupado por Yoongi.
El día fue con normal, un día como cualquiera: Atender a sus clientes, ver a Jungkook coquetear con estos descaradamente mientras él le llama la atención sin tener éxito alguno.
Ahí se encontraba otra vez. Solo a altas horas de la noche preparando todo para cerrar el local.
De pronto alguien toca la puerta llamando la atención de Taehyung quien se encontraba de espaldas a la puerta.
—Ya está cerrado, vuelva mañ... —se detuvo al dar la vuelta y darse cuenta de quién se trataba — ¿Tú de nuevo? —preguntó mientras una hermosa sonrisa cuadrada se instalaba en sus labios.
Corrió a abrir la puerta dejando pasar a Yoongi. Taehyung no podía quitarle la mirada de encima, parecía como si lo estuviera analizando para asegurarse que estuviera bien.
—¿Puedo tomar tu café con leche de nuevo? —cuestionó jugando tímidamente con sus manos.
—Por supuesto que sí, toma asiento, ahora lo preparo —dijo comenzando a caminar.
Antes de que pudiera alejarse por completo, una delgada mano lo sujeto del brazo haciendo que volteara a ver a la persona.
—¿Podrías preparar ese café solo para mí apartir de ahora?
Taehyung quedó estático ante aquella petición, era tan extraño que le pidiera eso, sinceramente no lo entendía. Pero, ver el rostro de Yoongi lleno de expectativas e ilusión, ver cómo esos ojos oscuros pedían a gritos un soporte para no derrumbarse de nuevo, Taehyung ya no era capaz de dejarlo solo.
—... Lo haré solo para tí.
Una noche fue suficiente para cambiar la vida de dos personas. Mientras Yoongi necesitaba a alguien para sostenerse, Taehyung estaba dispuesto a ayudar a ese chico que lo había hipnotizado desde el momento en el que lo vió.
Ese café con leche iba a ser ese lazo que los uniera...
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•.¸♡ 𝑻𝒉𝒆 𝒂𝒏𝒔𝒘𝒆𝒓 ♡¸.•
¿Debería responder al mensaje? ¿Que debería escribir? ¿En verdad quiero contestar a su llamado?
—¿Quien eres?
Por supuesto que se quién eres, pero estoy en pánico y no se que responder...
▰▰▰▰▰▰▰▰▰
Desde que lo conocí en ese pequeño grupo de chat fue como haber encontrado a alguien con el que quería compartir mi vida entera. Su manera de expresarse me decía que era alguien tímido y reservado, escribía poco intentando seguir la conversación de los demás. Su selección de palabras era sorprendente, con unas cuantas palabras daba una respuesta precisa y no necesitaba de más para hacerse entender. Eso definitivamente me cautivó en lo mas profundo de mi alma. El tan solo leer sus mensajes ya podía decir con certeza que ese chico tenía mucho para dar, pero no todos serían capaces de entender y valorar eso que no mostraba a simple vista.
Ese mismo día nos hicimos amigos, era tan agradable hablar con él, me sentía en paz, tranquilo, sin ninguna preocupación. Sentía que podía confiar en él, que podía abrirme completamente sin temor a ser considerado extraño. Sentía como si los dos nos entendieramos sin necesidad de muchas palabras. Él simplemente... Era él... Sin máscaras, sin miedo a ser juzgado. Llegué a pensar que yo era el único que conocía está hermosa faceta, que era el único con el cuál se permitía ser él mismo.
El tiempo pasó y poco a poco nuestra amistad se volvió algo más: quizá fuí demasiado apresurado y no le dí el tiempo para averiguar lo que en verdad sentía por mí. Yo solo quería tenerlo, tanto que me olvidé de lo que él quería.
Fui feliz en ese tiempo donde él me escribía todo el tiempo. Sus mensajes eran los más lindos y amorosos del mundo... ¡Dios! Amaba tanto cuando enviaba notas de voz y escucharlo llamarme: “Mi amor”. Sinceramente no sé cómo he podido seguir adelante sin tenerlo cerca. Lo extraño, extraño tanto su voz, extraño sus mensajes por la mañana diciendo: “Buenos días bebé”, extraño esas fotos que me hacia querer comérmelo a besos...
Extraño al amor de mi vida.
El tiempo que pase con él fue un maravilloso sueño del cuál me dolió despertar. Dos veces, dos veces tuve que pasar por una roptura que no quería, pero que sin embargo tuve que aceptar por su felicidad. Lo amo tanto que no sería capaz de ser un obstáculo en su camino, no me perdonaría que por mi culpa no pueda llegar a esa plenitud que se merece.
Si, yo fui egoísta al creer que su mundo y mi mundo eran uno. Pensé que en algún momento nos veríamos en persona, nos daríamos todos esos abrazos que durante casi dos años de relación no pudimos darnos. Soñaba con ese momento todo el tiempo.
Cuando dió por terminada nuestra relación fue como si me golpearan fuertemente en el pecho, era difícil respirar correctamente y, por primera vez en mucho tiempo lloré como un bebé al cual le quitaron lo que más quería.
Jungkook fue y será la persona más importante en mi vida, él siempre será esa persona que sin previo aviso se llevó mi corazón. Estuve y estaré enamorado de él toda mi vida.
Él me hizo conocer mucho de mi mismo, tanto en la oscuridad como en la hermosa luz del sol.
—Te amo, no lo olvides...
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.•♫•♬• ᎷᎬᏞϴᎠᎽ •♫•♬•
El piano era su gran amor, su vida entera. Desde siempre fueron él y su amado piano, no había nadie más... Y así estaba bien.
Era un día más de escuela. Yoongi se preparaba para sus clases, ya iba tarde así que no tendría tiempo para desayunar. Metió sus libros a su mochila, tomó su abrigo y salió de su dormitorio.
Su escuela no quedaba muy lejos, solo lo suficiente como para hacerlo correr un par de kilómetros. Yoongi nunca fue de hacer deporte, al llegar estaba tan agotado que creía que se desmayaría. Se sentó en la banqueta antes de entrar a la escuela, necesitaba tomar un respiro. Debía recordar no desvelarse componiendo canciones hasta altas horas de la noche.
Su respiración por fin se había calmado y su corazón ya no parecía querer salirse de su pecho. Se puso de pie dirigiéndose a la entrada de la escuela, su primera clase duraría tres horas y era una de las más aburridas, seguramente se dormiría apenas y empezara la clase.
Las horas pasaron. Un sonido fuerte y agudo trajo a Yoongi devuelta a la realidad, había dormido esas tres horas de clase. A veces pensaba que todas esas materias no le servirían para nada; todo lo que quería era estar con su piano.
La clase terminó y Yoongi era libre para hacer lo que quisiera durante una o dos horas.
Recogió sus cosas y sin más se dirigió a su salón favorito.
El salón de música.
Apenas entró su rostro se iluminó con una hermosa sonrisa que dejaba ver sus rosadas encías. Cerro la puerta y dejo su mochila en algún lugar: se dirigió rápidamente a donde se encontraba su amado piano.
Tomó asiento y como si fuera la cosa más frágil del mundo acarició suavemente el borde de aquel bello instrumento. El amor que Yoongi sentía por ese piano era inexplicable, pero tan puro que quisa podría lastimarlo.
Los ojos de Yoongi poco a poco se cerraron ignorando por completo su alrededor, sus largos y delgados dedos daban delicados toques a las diferentes teclas del piano. Una hermosa melodía comenzó a escucharse por todo el gran salón provocando que la conciencia de Yoongi dejara el mundo real.
Todos en la escuela adoraban al chico pianista, nadie conocía realmente la identidad del chico. Y sinceramente nadie tenía el interés de conocerlo, simplemente gustaban de su música.
Yoongi seguía sumergido en aquellas hermosas notas. Los ojos cerrados y ese suave balanceo de su cuerpo al ritmo de la música lo hacía ver cómo un ángel caído del cielo.
Hoseok caminaba por el lugar esperando a sus amigos, mientras escuchaba algo de música para no aburrirse; se había cansado de caminar, así que tomó asiento en una de las bancas que se encontraban en el pasillo. Después de un tiempo la canción que había estado escuchando se terminó, fue en esa transición de una canción a otra que pudo percibir el hermoso sonido de un piano. Intrigado por la triste melodía retiró sus audífonos comenzando a buscar el origen del sonido. No tardó ni un segundo en darse cuenta que la melodía provenía del salón de música, el cuál se encontraba a unos escasos metros de dónde él estaba sentado anteriormente.
Hoseok se dirigió hasta la gran ventana de aquel bello lugar. Al asomarse, la imagen que le dió la bienvenida era tan etérea, parecía una imagen sacada de una película de fantasía. La expresión en el rostro de Hoseok era indescriptible, había quedado tan anonadado que no podía creer que fuera real.
El pianista estaba tan concentrado en su mundo que no se dió cuenta que unos brillantes ojos color café lo observaban desde la ventana.
—¿Donde has estado toda mi vida? —susurro Hoseok emocionado, como si por fin hubiera encontrado el sentido de su vida.
La melodía seguía en curso, Hoseok parecia estar hipnotizado por el sentimiento de tristeza que transmitía la música. Al parecer era una composición cargada de emociones, era como si el pianista estuviera reclamándole algo a alguien, como si en ese momento estuviera tan cansado de ser lastimado, tan cansado de sentir.
Los ojos de Hoseok de un segundo a otro estaban tan húmedos, por alguna razón la necesidad de abrazar a ese chico se apoderó de su ser. Quería abrir esa puerta que lo separaba del pianista, pero por algún motivo su cuerpo no respondía, en cambio sus lágrimas comenzaron a caer.
—Que te habrá pasado para que estés tocando de esta forma, mi pobre ángel? —dijo Hoseok en un hilo de voz.
La música se detuvo.
Yoongi giró hacia la ventana encontrándose con la mirada llena de anhelo de Hoseok, este se quedó estático por un momento.
—Quieres acompañarme? —preguntó Yoongi con una leve sonrisa en su rostro.
Hoseok sonrió ante la propuesta del pianista.
Yoongi era un enigma, nadie sabía nada de él, lo único que sabían era que Yoongi no iba bien en sus estudios. No era alguien que tuviera amigos siempre se mantuvo solo, quizá porque no había encontrado a alguien que en realidad llamará su atención.
El chico que estaba frente a sus ojos parecía alguien que podía iluminar hasta la noche más oscura, parecía alguien tan tranquilo, tan hermoso.
Definitivamente Yoongi tenía que conocerlo, tenía que darse esa oportunidad.
Hoseok se adentro en aquel salón dirigiéndose al pequeño asiento dónde se encontraba Yoongi. Estando los dos frente al piano, Yoongi tomo una de las manos del otro colocándola en las teclas del instrumento.
Una dulce melodía invadió el lugar creando una atmósfera tan tranquilizante y natural, provocando que los dos se olvidarán de todo y todos.
༺𝓥𝓲𝓭𝓮𝓸 𝓬𝓸𝓶𝓹𝓵𝓮𝓶𝓮𝓷𝓽𝓪𝓻𝓲༻
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✤Twins✤
Muchos dicen que los gemelos tienen una conexión que otros hermanos no tienen. Una conexión que les permite sentir al otro como si se tratara de un solo individuo, si uno de los gemelos tiene algún cambio, tanto física como emocionalmente, el otro definitivamente lo sabrá.
Los hermanos Kim no eran la excepción. Aunque quizá ellos sobrepasaban esos límites de hermanos.
—Taehyung, ven acá! —gritó la Sra. Kim llamando a su hijo.
—Ya voy mamá! —se levantó de la cama casi en un salto, recogió toda la ropa que estaba tirada por todo su cuarto, tomó ropa limpia y se vistió tan rápido como pudo.
A lo lejos se podían escuchar unos ruidosos pasos subiendo las escaleras. El corazón de Taehyung estaba a nada de estallar, los pasos se acercaban más y más, Taehyung tenía que hacer algo antes de que la puerta de su habitación fuera abierta.
Taehyung corrió a la puerta asegurándola con pasador.
—Taehyun, vamos despierta —dijo mientras caminaba nuevamente hacia la cama.
Los pasos ya no eran tan lejanos, Taehyung juraba que su madre tocaría su puerta en cualquier momento.
—Taehyun, despierta —la desesperación se apoderó de Taehyung, necesitaba que su hermano despertara o tendrían muchos problemas —. Despierta ya idiota, mamá no puede vernos así!
Lo movió tan fuerte como pudo hasta que por fin su hermano abrió los ojos.
—Que pasa Tete? No es como si fuera la primera vez que nos ve durmiendo juntos. —habló mientras estiraba la manta para cubrir su rostro y así poder volver a dormir.
Taehyung no podía creer que su hermano fuera tan despreocupado.
Pasó sus manos por su rostro para tranquilizarse un poco, dió un largo y profundo suspiro; acto seguido tiró de la manta descubriendo a su hermano.
—¿Dime algo? Acaso crees que mamá no preguntará, ¡¿Por qué carajos sus dos hijos duermen juntos y desnudos?! —caminó hasta el montón de ropa que se encontraba en una esquina, tomó cualquier cosa y se la arrojó a su adormilado hermano —. Vístete y vete a tu habitación.
Taehyun sonrió al ver a su querido hermano tan enojado, realmente le encantaba verlo así: le parecía tan sexy...
—Muy bien Tete. Según tú, ¿Cómo voy a salir de tu habitación sin que mamá me vea? —se puso de pie aún desnudo acercándose al otro — ¿Que te parece si volvemos a la cama y dejamos que mamá crea que seguimos durmiendo?
Taehyun rodeo la cintura de su hermano acercándolo por completo a él. Taehyung cerró sus ojos al sentir el cálido aliento de Taehyun sobre su cuello, era demasiado tentador acceder a la propuesta. El calor de sus cuerpos parecía una invitación para quedarse en esa cama que tantas veces a sido testigo de ese pecaminoso amor.
—Sabes bien que no podemos hacer eso. Mamá ya sabe que estoy despierto, sino salgo ahora...
La puerta junto a la habitación de Taehyung había sido abierta, los hermanos se quedaron inmóviles mientras escuchaban a su madre llamarlos con un tono un tanto molesto.
—Taehyung ven acá, ¿Y dónde está tu hermano?
—Si mamá, ahora voy! —respondió Taehyung haciendo a un lado a su hermano.
Taehyung se dirigió al espejo que estaba a un lado de su cama, arreglo un poco su cabello largo, acomodó su ropa y caminó a la puerta. Tomó el pomo de esta: antes de abrir volteo hacia su hermano dedicándole una sonrisa poco inocente.
—Sino te vistes ahora mismo, tendré que castigarte por la noche, ¿Entiendes?
—Ay Tete, recuerda que soy mayor que tú por un minuto. El que debería castigarte soy yo.
—Aja, no pareces ser mayor cuando te pones a llorar pidiendo que te haga mío hermanito...
—No puedes negar que eso te excita, te fascina que me comporte como un niño, ¿Me equivoco? —Taehyun camino lentamente en dirección a su hermano.
Taehyun se acercó bruscamente a Taehyung haciéndolo chocar contra la puerta, provocando que esta sonara fuertemente.
—O tal vez prefieres que me comporte como tú hermano mayor y haga lo que quiera contigo —una mano se dirigió a la entrepierna de Taehyung haciendo que dejara de respirar por unos cuantos segundos.
Taehyun comenzó a mover un poco su mano en círculos, acercó su rostro al cuello de Taehyung dejando un rastro de saliva en este. Taehyung tapó su boca con una de sus manos ahogando un dulce gemido.
—Taehyung, ¿Que estás haciendo? No encuentro a tu hermano y necesito hablar con los dos —dijo la Sra. Kim intentando abrir la puerta de su hijo menor.
—S-si mamá... Dame un minuto.
Taehyun no se detenía, seguía acariciando suavemente la entrepierna de Taehyung mientras besaba y mordía su cuello. Taehyung apenas y podía formular algunas palabras, su mente ya no estaba funcionando adecuadamente.
—Vamos a la cama, mamá puede esperar. —dijo Taehyung tomando de la mano a su hermano.
Lo dejo caer en dicha cama, se quitó la ropa que antes se había puesto y se inclino hacia su hermano. Con algo de fuerza separó las piernas de Taehyun quedando entre ellas. Taehyun al sentir el miembro duro en su trasero comenzó a mover lentamente su cadera.
—Pideme que te haga mío hermanito —demando Taehyung con voz ronca.
Taehyun sonrió jalando del cuello a Taehyung.
—¿En verdad tengo que pedirlo mi amor?
Taehyung termino por acercarse devorando así esos rosados labios que para él eran deliciosos. Con una mano Taehyung alineó su miembro con la pequeña entrada de su hermano. Estaban tan necesitados que olvidaron por completo el lubricante, al fin de cuentas Taehyun ya estaba bastante acostumbrado; lo hacían prácticamente todos los días.
Taehyung tapó la boca de su hermano para evitar que hiciera ruido, con su otra mano tomó la cintura de este y comenzó a frotar su miembro en el trasero de Taehyun.
—N-no seas cruel con tu hermano y follame de una vez!
Después de estas palabras los dos hermanos prácticamente se olvidaron de su madre. Poco les importó el hecho de ser descubiertos en cualquier momento, tal vez era eso lo que lo hacía más interesante.
Taehyung se encontraba arriba de su hermano moviéndose tan rápido como le era posible, mordía su labio inferior tratando de suprimir sus fuertes gruñidos. Las respiraciones de ambos eran un desastre, era demasiado difícil respirar sin hacer ruido.
Taehyung dió la última embestida llegando así al climax. se dejó caer a un lado de su hermano tratando de regular su ritmo cardíaco. Sus cuerpos llenos de sudor temblaban, sus pensamientos no tenían ningún orden o sentido, quedaron absolutamente en blanco.
Taehyun se movió un poco sintiendo como salía líquido pegajoso de su dilatado agujero.
—Por tú culpa tendré que ducharme. Pero estuviste increíble hermanito —se acercó a Taehyung recostandose en su pecho húmedo.
Tal vez su relación no era la más común. De hecho, sabían que lo que estaban haciendo desde hace ocho años era una aberración, pero no importaba.
Se amaban y era lo único que realmente les interesaba.
—Q-que demonios? —la puerta estaba abierta y la imagen de los gemelos desnudos en aquella cama golpeó severamente a su madre.
Al oír esa voz cargada de repulsión, asco y decepción; Taehyun levantó la cabeza girando lentamente hacia su madre.
—¿¡Mamá, q-que haces aquí!? —Nadie podría leer la expresión desencajada que tenía Taehyun en ese momento.
Taehyun se cubrió rápidamente al recordar su desnudes, alcanzó una manta que estaba prácticamente en el suelo y la puso torpemente sobre su cuerpo y el de su hermano.
Taehyung por otra parte, no podía ni moverse. El temor de levantarse y ver el rostro de su madre... Sencillamente no era capaz de enfrentarla.
—Diganme que diablos está pasando, ¿Desde cuándo? ¿Por qué? ¿Que hice mal?
Los ojos de la Sra. Kim decían que no lograba entender lo que estaba viendo, lo que estaba pensando. Por qué sus hijos le hacían esto, ¿Acaso fue una mala madre? Ella dió su vida por ellos, ¿Y así le pagaban?
—M-mamá... Yo... Nosotros... —la voz quebrada de Taehyun resonaba en los oídos de Taehyung, quería ayudar a su hermano pero su cuerpo y mente no respondían.
La Sra. Kim ya no podía más, ya no quería escucharlos.
Pasó sus manos por sus mejillas limpiando sus lágrimas.
Con voz baja y contundente ordenó.
—Largo de mi casa. Ustedes nunca debieron haber nacido.
Sin más salió de la habitación, dejando a los hermanos Kim en shock, sintiendo una terrible opresión en el pecho que no les permitía respirar.
△▽△▽△▽△▽△▽△▽△▽△▽
—Mi amor, me voy. ¿Nos vemos en la cena?
—Por supuesto, haré tu comida favorita —dijo un sonriente Taehyung. Caminó hacia su hermano tomándolo por la cintura, se acercó depositando un dulce beso en sus labios.
—En ese caso, terminaré rápido mi trabajo y volveré a casa —devolvió el beso rápidamente —. Sorprendeme Tete.
Habían pasado dos años desde que salieron de casa. Taehyung trabajaba en un famoso bar los fines de semana, mientras que los demás días se encargaba de la casa, estudiar y de consentir a su hermano.
Taehyun era encargado de una cafetería a tiempo parcial ya que también estudiaba.
Los primeros meses que estuvieron fuera de casa lo habían pasado realmente mal, no tenían nada. El poco dinero con el que contaban apenas y les alcanzaba para comer un par de días.
A pesar de tener todo en su contra, los hermanos Kim decidieron seguir adelante juntos. Sabían que nunca iban a poder salir por la calle como cualquier pareja: tomarse de la mano, abrazarse o besarse en público. Nunca iban a poder gritar su amor como los demás. Lo que ellos tenían sería solo para ellos, y tal vez así era mejor...
—Te amo Taehyung —lo abrazó fuertemente —. Nos vemos en la cena.
Con una dulce sonrisa salió de la casa.
—Tambien te amo Taehyun —dijo más para si mismo que para el otro.
Las horas pasaron y ya eran pasadas las diez de la noche. Taehyung daba vueltas por la casa preguntándose, ¿Por qué su hermano tardaba tanto?
De pronto su celular comienza a sonar. Taehyung respondió sin ver el número en la pantalla creyendo sería su hermano.
—¿Por qué tardas tanto? Ya tengo la cena lista y me estoy muriendo de hambre, ¿Ya vienes? —dijo sin parar.
—¿Es usted el joven Kim Taehyung?
—Sí, ¿Quien habla? —por alguna razón su respiración se volvió errónea, su corazón casi salía de su pecho.
—Hablamos del hospital Asan...
—Mi hermano, ¿Mi hermano está bien? —un dolor insoportable se apoderó de su estómago, su corazón latía con demasiada fuerza.
—Lo sentimos mucho...
Eso fue todo.
Taehyung perdió cualquier tipo de fuerza sobre su cuerpo callendo súbitamente al suelo a la par de su celular. Sus ojos perdieron ese hermoso brillo que poseían, lágrimas no dejaban de salir.
—¿Por qué? ¿Por qué tú?
¿Acaso su amor era tan asqueroso que la misma muerte tuvo que separarlos?
No, su amor no era asqueroso... Simplemente la vida o el destino eran injustos
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•.¸♡ 𝓐𝓷 𝓾𝓷𝓮𝔁𝓹𝓮𝓬𝓽𝓮𝓭 𝓙𝓸𝓾𝓻𝓷𝓮𝔂 ♡¸.•
Nota: Primero debes leer el siguiente Little story, después pueden pasar al vídeo.
—Yoonnie, por favor, no vayas. Puedes enviar a cualquier persona, incluso puedes enviar a uno de los chicos.... —decía un Jungkook desesperado, siguiendo a su hyung con un claro puchero en su rostro.
La relación de estos dos no era la más común que digamos, la personalidad de cada uno era muy distinta, para otros eran polos completamente opuestos. Mientras que Yoongi era alguien maduro y responsable; Jungkook era bastante despreocupado, caprichoso e impulsivo.
—Kooki —se detuvo haciendo que el otro chocara contra su espalda: volteo lentamente quedando frente al menor —... Volveré cuando menos te lo esperes. No puedo mandar nadie más, si alguno de los chicos se encarga de esto, seguro estaremos arruinados. Por favor entiende.
Los brazos de Yoongi rodearon la pequeña cintura del menor atrayendolo más a su cuerpo. Jungkook solo pudo esconder su rostro en el pecho del mayor evitando así que este viera sus lágrimas.
—Mañana te vas, ¿Verdad? —preguntó Jungkook empezando a jugar en el pecho del otro haciendo pequeños círculos en este con su dedo.
Yoongi bajó un poco la mirada sonriendo de inmediato.
—¿Que está pasando esa pequeña mente tuya? ¿Me harás una despedida?... —volvió su mirada hacia el frente dónde lo esperaba unos ojos oscuros y cristalinos, llenos de anhelo.
Jungkook solo quería sentirse parte de su hyung antes de separarse. Iban a pasar dos meses sin verse, sin besarse, sin tocarse. Yoongi sabía lo que su pequeño quería, por supuesto que se lo daría toda la noche si era necesario.
—Una despedida no Yoonnie, solo me aseguraré de que quieras volver cuanto antes.
Y así los dos enamorados pasaron su noche entre caricias, besos que se podrían considerar como obscenos. ¿Y el silencio? ¿Que era el silencio para ellos? En ese momento no podría importarles menos quien los escuchara, considerando el hecho de que compartían casa con cinco chicos más, la casa no era muy grande así seguramente por la mañana tendrían muchas miradas pícaras sobre ellos.
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A la mañana siguiente un adormilado Jungkook salió de debajo de las sábanas, su cabello echo un desastre le daba ese toque tierno que Yoongi amaba ver todas las mañanas.
—Al fin despiertas bebé... ¿Irás al aeropuerto conmigo?
Yoongi ya estaba listo desde muy temprano, tenía que llegar por lo menos dos horas antes al aeropuerto para no perder su vuelo.
—Todavía puedes cambiar de opinión y quédate con tu bebé —dijo con voz ronca, saliendo completamente de las sábanas.
Yoongi pasó saliva con dificultad al ver el bien formado cuerpo del menor.
—V-vamos Kooki, no me tientes más... —si el menor seguía provocandolo, terminaría quedándose con él en la cama hasta que este suplicara por parar.
Jungkook sonrió con satisfacción.
—Iré a cambiarme, en cinco minutos estoy listo... —se puso de pie dirigiéndose directo al cuarto de baño.
El tiempo pasó rápido, Jungkook ya estaba listo, solo faltaba Seokjin quien también acompañaría a Yoongi al aeropuerto y así no dejar solo al pequeño Jungkook.
—Jin-hyung, rápido o perderé mi vuelo! —grito un estresado Yoongi.
Unos segundos después Seokjin sale corriendo de su habitación, todavía poniéndose un bonito suéter rosa.
—Ya ya, vámonos —dijo sin darle mucha importancia.
En el auto y con Yoongi como conductor, Seokjin se acerca al menor hablando en voz baja.
—Sabes Kooki, no entiendo como es posible que estés caminando como si nada...
Los ojos del menor casi se salen de su órbita a causa del asombro.
—Fue una noche muy intensa, ¿Verdad? —la sonrisa del mayor decía que había escuchado todo la noche anterior. Eso definitivamente no era bueno.
Seokjin comenzó a carcajiarse dandole pequeños golpesitos en el hombro al avergonzado Jungkook.
—No digo que este mal, pero de vez en cuando deberían recordar que no están solos... JAJAJAJA!!! Kooki en verdad te envidio demasiado, se nota Yoongi es...
—¡Cállate hyung! No pienso hablar de mi vida íntima contigo, que vergüenza...
Se tapó su rostro con sus manos.
—Pero... —comenzó a reír aún con el rostro cubierto — haces bien en tenerme envidia hyung.
Y así los dos rieron tan fuerte que provocó que Yoongi se preguntaré el por qué de su risa.
Unos minutos después los tres chicos ya se encontraban en la sala de espera del aeropuerto, cuando de pronto el vuelo de Yoongi es anunciado. Jungkook y Yoongi se pusieron de pie dirigiéndose a la dirección indicada, dejando a Seokjin en su lugar.
—Bueno, creo que ya es hora Kooki —tomó las manos del menor apretandolas en las suyas —. Serás un buen chico, ¿Verdad?
Jungkook no podía verlo a los ojos, seguramente si lo hiciera las lágrimas se apoderarian de él.
—Solo vete ya —contrario a sus palabras, su cuerpo decía otra cosa.
—Te amo Kooki, solo espera, volveré pronto, lo prometo —dijo en un susurro acercándose a su oído.
Yoongi subió sus manos hasta el rostro del menor, lo levantó para poder ver sus ojos los cuales no paraban de lagrimiar. Yoongi limpió esas lágrimas, se acercó aún más alcanzando por fin sus dulces labios. No, no querían separarse, pero no había de otra.
—Te amo Yoonnie —dijo alejándose un poco.
—Te veo dentro de dos meses mi amor.
Y así poco a poco Yoongi desapareció de la visita del menor...
¿Que pasará cuando regrese Yoongi?
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The new boy
—¿Ya te enteraste? —preguntó apenas y estuvo frente a su amigo.
Jimin se encontraba tan concentrado en sus estudios que casi no escuchaba la escandalosa voz de su amigo.
—¿De que? ¿Que reprobaste? —dijo sin despegar su vista del libro —. No es ningún secreto Taehyung, ya toda la escuela lo sabe.
El rostro de Taehyung quedó en shock por un momento.
—¡¿Reprobé?! —sus ojos se abrieron de sobre manera —. Jimin, querido amigo. Si mañana aparezco muerto, por favor haste cargo de mi cuerpo. Y por si acaso, te dejo a ti como único heredero.
Jimin volteo a ver el rostro afligido de Taehyung. A veces se preguntaba, ¿Cómo fue que termine siendo amigo de este chico?
—Bueno, como sea. No es de eso de lo que quería hablarte —hizo a un lado los libros de Jimin y se sentó a su lado.
—Necesito estudiar Tae, no tengo tiempo para chismes.
—No tardaré ni cinco minutos —se acercó al otro comenzando a hablar en voz baja —. Llegó un chico nuevo a nuestro clase.
A este punto Jimin ya estaba bastante fastidiado.
—Aja, ¿Y tú crees que eso me interesa? Tae, en verdad deberías centrarte más en tus estudios. Deja de andar por allí chismorreando.
—Sabes que me gusta el chisme, soy un alma comunicativa —dijo riendo ruidosamente.
—Ay amigo, eres un caso perdido...
—Si si, lo que tú digas. El punto es que este chico podría quitarte tu amado puesto de “mejor estudiante”.
Taehyung sonrió al ver cómo de un momento a otro tenía toda la atención de Jimin.
—¿Que? Eso no es posible, soy el mejor desde primer año! —parecía un poco alterado.
Para Jimin era fundamental ser el mejor en su escuela, era como si su vida dependiera de eso. Saber que alguien más podía quitarle ese lugar definitivamente lo ponía nervioso.
—Bueno, por si te interesa su nombre es Yoongi y viene para acá —miró hacía atrás de Jimin con una amplia sonrisa.
Jimin giro lentamente su cabeza encontrándose con unos lindos y brillantes ojos oscuros acompañados de una dulce sonrisa.
—Así que tú eres el famoso Park Jimin —dijo haciendo una pequeña reverencia.
Este chico nuevo parecía ser alguien amable y encantador, incluso Jimin parecía anonadado ante chico de cabello negro.
—Eres muy lindo, pero lamentablemente eso no basta para conservar tu puesto —dijo el recién llegado aún con esa pequeña y dulce sonrisa en su rostro.
Todo quedó en un silencio incómodo, ni siquiera se podía escuchar el canto de los pájaros.
Tal vez apartir de ahora la vida escolar de Jimin no sería la misma, y solo tal vez, Yoongi cambiará algo más que el título de “mejor estudiante” de Jimin.
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The rain
La lluvia ocultaba sus lágrimas mientras que un gran árbol muerto lo acompañaba.
Su corazón dolía como si hubiese sido apuñalado un sinfín de veces, el llanto lo estaba ahogando.
El joven bajo el árbol se preguntaba:
—¿Por qué a mí, por qué a él?
Sabía que nadie tenía tal respuesta, que nadie lograba entender del todo lo que la vida tenía preparado para cada uno.
Entre sus manos acariciaba un suave oso de felpa, mientras recordaba aquella hermosa sonrisa que amaba ver desde pequeño. Los recuerdos de aquellos días de invierno, dónde los dos pequeños jugaban y reían sin parar, se convirtieron en una cruel avalancha.
—¿Por qué, por qué tuvo que pasar cuando por fin te encontré? Prometiste quedarte, pero mírame ahora... ¡Por dios, ni siquiera te despediste! Te fuiste tan repentinamente...
En ese momento el árbol y la lluvia parecían sus mejores acompañantes. El árbol lo sostenía en su gran tronco, era como si esa persona fuera quien lo sostuviera entre sus brazos. La lluvia, por su parte, ocultaba sus lágrimas dandole permiso para dejar salir todo ese llanto.
En el pasado fueron mejores amigos. Con el tiempo, quizá algo cambio. Sin embargo, ninguno de los dos habló. Ahora uno de ellos no está, y el otro está conociendo el dolor más fuerte de su vida.
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En algún lugar del universo, un alma joven se lamenta por haber tenido que irse de un momento a otro. La joven alma tenía tanto por hacer, por experimentar, por decir... Ahora la vida parecía tan injusta, ¿Por qué no puedo hacer lo que él quería?. A decir verdad, lo que más le dolía era no poder decirle a ese chico que ahora se encontraba llorando por su culpa, que siempre lo amo. Que desde que se conocieron no tuvo ojos para nadie más.
Pueden llamarle destino, coincidencia o como quieran decirle. Pero para Kim, haber conocido a ese chico tan único, fue como si un dios supremo le estuviera dando el regalo de compartir parte de su vida con el amor su vida.
—Se que serás feliz mi pequeño minino. Perdón por irme así, sin despedirme... Nunca quise causarte todo este sufrimiento, ahora estás llorando, y eso está bien. Se que eres fuerte y capaz de seguir adelante.
Kim sabía que el chico bajo el árbol no era capaz de escucharlo, aún así sentía la gran necesidad de darle un poco de consuelo.
—Siempre fuiste y serás tú. Gracias por compartir tu vida conmigo, por haberme buscado tanto tiempo. Y... Perdón por irme por segunda vez.
Tal vez no pudieron estar juntos, pero Kim forma parte de su vida y eso nunca cambiará.
—Tae, ¿Por qué terminó de así?. No pude decirte cuánto te amaba, cuánto te admiraba...
—Pero lo hiciste Yoongi. Con tan solo una mirada me decías, me gritabas cuánto me amabas. Así que, tranquilo, me dijiste todo lo que tenías que decirme.
Dos almas gemelas se estaban comunicando por última vez, se estaban diciendo adiós, tal vez para siempre.
—Siempre estaré a tu lado, aunque no me veas, estaré allí...
Los dos chicos habían perdido el tiempo que tuvieron juntos por culpa de sus propios miedos. Nunca hablaron de sus sentimientos cuando eran aún más jóvenes, ahora, después de algunos años y de haberse encontrado de nuevo. El miedo de perder su amistad siguió siendo más fuerte.
—Te amo Tae...
—... Te amo Yoongi.
Si existe la reencarnación, tal vez, solo tal vez, estas dos almas se volverán a encontrar.
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