#ignoró
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eurekadiario · 1 year ago
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Inteligencia egipcia afirmó que Israel ignoró repetidas advertencias sobre el ataque de Hamas
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noellecui · 2 months ago
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es un bálsamo a sus heridas psicológicas, descartando diálogos desanimados como también la serpiente de tensión que se enroscó en el órgano vital. no sabía que conocer destino de carismática chiquilla lavará las manchas de incertidumbre por sus orbes, comprobado en laxar de hombros cuánto necesitó respuestas. para padre soltero seguro es una especie de tortura distancia con hija, rezando al cielo para que pronto se reúnan. su familia vuelva a completarse. ‘ shh, me importa el medio ambiente, pero nos enfrentamos a lo desconocido. ’  se lavó las manos de declaraciones anteriores, esbozando audible carcajada. lamenta en automático dejarse guiar por sus instintos. le prohibieron reír tan fuerte, posando diestra sobre pecho. ‘  es tu culpa. tienes alma de mil años, ¿seguro que no eres una especie de vampiro o duende? ’  resta elogio de su parte, manteniendo mediana curvatura de simpatía.
‘ olvídalo, no eres inmortal. te duele todo. ’  al igual que ella, cuidadosa de no emitir gruñidos o silbidos. crecer con zhendi la obligó a camuflar su dolor, al extremo que sale naturalmente, mirándolo con serenidad.  ‘  es un dolor menor, no tienes que preocuparte. ’  miente en vano. puede decir que no es convincente para yonggun, encontrando en athena el pase perfecto; ahorrarse promesas que no cumplirá, además de sentir que garganta está repleta con piedras, cargando bonita felina.  ‘  te agradé, ¿cierto? ’  bobalicón visaje ilumina rasgos, acariciando zona debajo de su boca, ganándose en cambio unos cuantos ronroneos.  ‘  gracias al universo que no te bautizaron como schonp— schonpauh, schonpake… ’  
sus rectos dientes parecen peligrosos con la mueca que se abre paso por rosáceos, sumando contundente ceño a la ecuación.  ‘ ¿cómo decías que fue tu opción? ¿de dónde lo sacaste? ¿qué significa? ’  curiosa al fin, no puede quedarse con la duda, bufando medio divertida.  ‘ querías darle un nombre impronunciable, tu nerd interior seguro se marchitó como florecilla cuando no ganó. ’  gesticula con gracia, lo más suave posible para no arruinar la paz de minina. se ve tan a gusto en su regazo, disfrutando de caricias.  ‘  ¿tienes medicina? salí de mi cueva temporal por si acaso te veía. traje panecillos de vainilla y té chai, la idea es que lo compartiera con ella… de algún modo me alivia que esté a salvo. ’  lejos del caos, lejos de la violencia y derramamientos de sangre. ‘ jangmin te espera, yonggun. debes cuidarte más que nunca y recuperarte, a menos que busques sus regaños.  ‘ qué problemón encariñarse tan rápido con las personas. es un arma de doble filo y siempre, recibe la puñalada. curioso que a pesar de los años no aprende la lección. ‘ por cierto, descubrí que soy excelente saltando. trepé un árbol en tiempo récord, felicítame. ’
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‘  no te escuché. ’ ¿cómo es que continúa con eso? sus encuentros ( ayudas ) han sido solamente una acumulación de eventos afortunados y desafortunados, apartando orbes de minina por cambio del semblante foráneo. es evidente que salió lastimado, sin embargo sus declaraciones despiertan calofrío por dermis. estamos ella y yo, ¿qué pasó con la adolescente? ¿partió a un lugar seguro o—? no alimentará escenarios negativos, cabecea medio tardío, caminando hasta varón. ‘ me gusta athena, es un nombre cool. ’ tartamudea, su honestidad abre nuevas puertas de corazón, empezando por gratitud. ‘ veremos la luz al final del túnel y en caso de no hacerlo, pues una fogata, si es necesario un incendio forestal. ’ de acuerdo, palabras de aliento no son las mejores, pero le dan valentía para agacharse a altura contraria, abrazándolo momentáneo. un contacto a la mitad, no puede usar surda sin que duela.
‘ eres mi anciano guapetón y simpático favorito, sé que estoy siendo confianzuda. te eché de menos. ’ sinhueso no midió la profundidad de sus vocablos ni acciones, ocupando asiento libre con varias interrogantes paseándose por facciones. paradero de jangmin quizás la más importante, aún así mantiene la boca cerrada. temerosa de tocar heridas frescas. ‘ tsk, suenas como un abuelo. ’ esboza entre dientes para animarlo, supervisando su cuerpo. ‘ ¿qué pasó? te ves adolorido, ¿lograron lastimarte? ’ tono sube unos volúmenes, reajustando postura antes de separar carnosidades, silbando de molestia en espalda. ‘ no salimos ilesos del enfrentamiento, ¿cierto? ’ comparte más o menos riendo, posando derecha contra cadera. ‘ lo siento, quise buscarte cuando sucedió todo el caos. no lo hice porque tampoco planeaba volverme una carga. ’
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pondysselth · 11 months ago
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Así de caluroso || Enzo Vogrincic
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El sol del mediodía caía a plomo sobre las calles de Montevideo, convirtiendo el asfalto en un espejismo humeante. El miércoles transcurría como cualquier otro día de verano, sofocante e implacable. A pesar del calor agobiante, una chica caminaba con paso ligero por 18 de Julio, alejándose de la facultad. El pelo se le pegaba a la frente, sudaba a chorros y el agua de su botella se había convertido en un caldo tibio. La libertad después de un largo examen era la recompensa que la impulsaba.
Cada paso era una lucha contra el calor. La chica apresuraba el ritmo buscando la sombra esquiva, deseando escapar de las fauces de la ciudad que tanto amaba.
De pronto, un leve malestar se apoderó de ella. El sudor se intensificó, la respiración se volvió dificultosa y un mareo familiar la amenazó. Se detuvo, tambaleándose, con la vista nublada y puntos negros danzando en su campo visual. Ignorando las señales de alarma, bebió un trago de la repugnante agua tibia y reanudó la marcha. Su única meta: salir de 18 de Julio. A duras penas, avanzó unas cuadras más, luchando contra un nuevo malestar que se instalaba en su cuerpo.
Allí mostrándose casi burlona detrás de esa inmensa puerta de concreto que se alzaba sobre la calle Juncal se encontraba uno de sus deleites visuales favoritos, Sarandí. Ella no sabía por qué, pero esa calle siempre la llamaba a explorarla. Aunque ya la había recorrido tantas veces, siempre encontraba algún tesoro nuevo. Se debatió si debía pasar por lo que ya era el desolado calderón a fuego ardiente de la Plaza Independencia para llegar a ese oasis visual que le abría paso a Ciudad Vieja o simplemente ignorarlo e irse a casa.
La exuberante calidez de la tarde le gritaba a la chica que debía ignorar el llamado a la exploración. Sin embargo, una fuerza interior, una mezcla de aventura y algo más que no podía nombrar, la incitaba a seguir adelante. Como diablillos en el infernal ambiente, sus deseos la empujaban por ese camino que solo le estaba trayendo malestares. Ignorando las señales de su cuerpo, que no estaba preparado para resistir más tiempo en esas condiciones, se decantó por seguir la incitación diabólica y entrar en el paraíso que era la calle Sarandí.
Arrastrando los pies como si una cadena de acero los uniera al suelo, se adentró en ese rincón de alegría que tanto la llamaba. Caminó unas pocas cuadras, disfrutando del pequeño oasis que se abría paso en el desierto de calor que se había apoderado de Montevideo. De repente, un golpe seco: su corazón aceleró a un ritmo desbocado, su respiración se volvió jadeante, su visión se nubló y su cabeza comenzó a dar vueltas. La conciencia se le escapaba de entre los dedos. Así se sentía: una bajada de presión producto de su insensato deseo de continuar un camino que no debería haber tomado, en un día en el que el mismísimo señor de los infiernos parecía haberse apoderado de las calles de la ciudad. Su destino: caer desmayada por su imprudencia.
—Tranquila, que te tengo.
Esa voz no era producto de su imaginación. Los brazos que la rodeaban eran demasiado cálidos y sudorosos, evidenciando que el desconocido también sufría las consecuencias del avasallante calor que emitía el asfalto. A pesar de que la conciencia se le escapaba, de que sus ojos se cerraban y dejaban de transmitir luz, la sensación de estar en los brazos de un extraño la obligaba a volver a la realidad, alerta ante un posible infortunio. Cuando el instinto de supervivencia se apoderó de su cuerpo y abrió los ojos con miedo, se topó con un ángel. El calor se disipó de su cuerpo al contemplar sus ojos color avellana, la sensación de sudor se olvidó con solo una mirada a sus labios, el mareo se ignoró por completo al observar su rostro como un todo. Enzo Vogrincic, en todo su angelical ser, la sostenía para evitar que cayera en la fogosa calle Sarandí.
—No te preocupes que te ayudo a sentarte.
Su voz me sacó de mis pensamientos, esta vez infinitamente menos agónicos. Me tomó con delicadeza y me llevó unos metros hacia atrás, hacia unas sillas de plástico rojas, no muy cómodas, con el logotipo de una conocida marca de bebidas. Estaban fuera de un local llamado Zabala. Solo allí me di cuenta de la distancia que mis pies, que ya se podían haber fundido con el asfalto, me habían llevado. Estábamos cerca del Registro Civil y a unos pocos metros del Implosivo Artes Escénicas, la escuela de actuación. He ahí esclarecida la aparición de mi inesperado ángel salvador. Con mi mente retornando de su estado de inactividad coherente lo primero que atiné a decirle a mi salvador fue.
—Perdón.
Una simple palabra, tan tonta que parecía fuera de lugar. Sin embargo, así me sentía: avergonzada de haberlo desviado de su camino. Posiblemente le molestaba ayudar a una desconocida que caminaba imprudentemente bajo el sol abrasador, con la única compañía de una cartera que contenía sus documentos para el examen, una tarjeta de transporte y su fiel botella de agua, que ahora parecía más una sopa por lo caliente que estaba.
La risa de mi nuevo acompañante me confirmó lo tonta que había sido mi respuesta. Doblemente avergonzada, lo miré a los ojos. Solo vi diversión por mis palabras y preocupación por mi extrema palidez y mi inminente desmayo.
—¿Cómo me vas a pedir perdón? ¿Te sentís mejor ahora sentada? Te voy a comprar un refresco y un agua fría, porque estoy seguro que te bajó la presión.
El hombre se irguió, enderezando su espalda, y se dirigió al restaurante con paso firme. Su objetivo era claro: conseguir las bebidas que me ayudarían a reponerme. Al cabo de unos minutos, regresó con un refresco y un agua fría. Se agachó de nuevo junto a mí, ofreciéndome el elixir que mi cuerpo, agradecido, absorbió con avidez.
—Muchísimas gracias, y te pido perdón por las molestias. Seguro tenías otras cosas que hacer más que asistir a una pelotuda que se desmayó.
Dije con pena, mirándolo a sus ojos marrones. Sentía cómo me ardían las mejillas. Solo entonces, al contemplar mi alrededor, me percaté de la bicicleta olvidada en el piso. Probablemente se había bajado de ella al verme en mi estado.
—No me agradezcas, solo hice algo que cualquiera haría.
Expresó mientras se giraba para buscar la bicicleta. Al levantarla, se regresó hacia mí y me dijo:
—Me llamo Enzo. ¿Y vos?
Le dije mi nombre con más confianza al ver que no parecía molesto ni apurado por irse. Le señalé el refresco, aún sin abrir, ofreciéndoselo.
—Eso es tuyo, no me lo tenés que devolver. Si yo fuera vos, también tomaría de ese. El azúcar te va a ayudar a recuperarte, todavía estás muy pálida. Si me permitís.
Con esa simple petición de consentimiento, acercó su mano a mi rostro apartando algunos cabellos que se me habían pegado por el sudor, aquellos que mi peinado no había podido contener y ahora se posaban rebeldes por donde ellos deseaban. Luego de poner mis cabellos en orden, su mano se quedó allí, posada en mi cuello. La sensación de tener aquel pesado miembro cerca de donde se medía mi pulso me inquietaba. ¿Y si podía sentir el acelerado ritmo al que iba mi corazón? Su rostro tan perfecto no era lo único que me embobaba; su amabilidad y sencillez con la que estaba allí delante de mí me estaba dejando el cerebro aún más atrofiado que cualquier síntoma debido al infernal clima.
Tomando otro largo trago de agua para disipar los efectos que él estaba teniendo en mí, tomé valor, lo miré a los ojos y le dije:
—Muchísimas gracias otra vez. Siento que te lo estoy diciendo ya muchas veces, pero de verdad estoy agradecida con tu gesto. Pudiste haberme ignorado y dejarme tirada en la calle, y no lo hiciste.
—No tenés nada que agradecerme. Decime, ¿vivís por acá? Así te acompaño y me quedo tranquilo de que llegaste bien.
Me respondió aún con su mano posada delicadamente sobre mi cuello, dejándole leves caricias y sus ojos mirándome fijamente, entre preocupados y con algo parecido a ternura.
—No vivo por acá, ni cerca. Solo vine porque acabo de dar un examen y quería recorrer. Iba super bien hasta hace unos momentos.
Ya dejando un poco de lado la vergüenza, le respondí un poco más animada y sin tanta timidez. Tanta, ya que tener a alguien tan bonito enfrente de ella solo hacia que se pusiera nerviosa.
—Ok, sin ser muy invasivo, ¿dónde vivís? Tal vez te puedo llevar o algo. Me preocupa que te vayas sola después de que casi te desmayas. Si querés, llamamos a alguna amiga o alguien que te venga a buscar.
—Vivo en Manga, así que un poco lejos de acá. Y mis amigas en estos momentos...
Dije entre risas, diciendo donde vivía y luego chequeando la hora: 16:04. Para saber dónde podrían estar alguna de mis amigas para contestarle.
—Mis amigas están todas trabajando, así que no queda de otra que irme sola. Quedate tranquilo que no me va a pasar nada.
Le contesté intentando calmarlo y asegurarle de que todo estaría bien y no me volvería a pasar nada.
—Te invitaría a mi casa, pero siento que para un primer encuentro es mucho. Me conformo por ahora acompañándote a tomar el bondi.
Volviendo por la calle Sarandí, por la tan calurosa Ciudad Vieja. Ese tipo de calor que hacía que el asfalto derritiera el calzado y definitivamente el tipo de calor que hace que se te baje la presión y encuentres a Enzo, quien ahora te tiene montada en su bicicleta mientras ambos ríen y disfrutan el pequeño aire que les llega por la velocidad con la que conduce el antes mencionado. Ese era el tipo de día caluroso que hacía aquel día en Montevideo.
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caostalgia · 1 year ago
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Y así de repente
Todo se fue
Todo acabó
No le importó
Mis sentimientos ignoró
El pasado le valió
Solo continuó
Y no me preguntó
Ygthoughts
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diamantar · 7 months ago
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UNIÓN INDIRECTA
→ Lucerys Velaryon x fem!Targaryen!OC | Alicent Hightower x Rhaenyra Targaryen.
✦ Sinopsis: La vida no deseó que estuvieran juntas, pero sus hijos eran capaces de unirlas en formas más allá de la simple compresión.
✦ Advertencias: Incesto / Matrimonio arreglado / Nacimiento / Fluff.
✦ Palabras: 738
✦ Pedido: @dlwlrmas-world
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Alicent jadeó ansiosa y sostuvo con más ímpetu la mano de su hija, quien concentraba toda fuerza existente en pujar. Lanzó la cabeza hacia atrás y gruñó apretando los dientes, la Hightower temiendo que los rompiera mientras las venas del cuello saltaban y sudor caía desde la linea del cabello.
—¡Solo un poco más, Princesa! —exclamó la partera en jefe.
La joven soltó el aire contenido y miró el techo sin un pensamiento coherente, el dolor de una nueva contracción transformándole el rostro y preparándola para repetir el proceso.
—¡Viene, viene, viene! —avisó una ayudante arreglando un gran paño.
—¡Ahí…!
El agudo alarido del bebé penetró profundo en los oídos y sonrisas se formaron, palabras escurridizas rebotando en las paredes mientras las sirvientas se movían de un lado a otro.
—Lo lograste —suspiró Alicent extremadamente aliviada, con la mano libre yendo a quitarle el cabello del rostro.
—Por los Siete —jadeó exhausta, instintivamente acomodando los brazos y recibiendo a la pequeña criatura.
—Es un varón, mi Reina —festejaron las comadronas.
—¿Sano? —preguntaron madre e hija.
—Absolutamente. Respira y no presenta deformidades.
La joven miró al niño y sonrió rozando con cuidado una de las rojizas mejillas, enseguida saltando en el lugar gracias a las desgarradoras puntadas.
—Llamen a mi esposo —ordenó a una de las sirvientas.
La Hightower se puso recta y aguardó manteniendo modales, el Velaryon cruzando las puertas en menos de un parpadeo. Admiró la caótica escena y la sangre en las sabanas, pálido y tenso perdiendo el apuro y dando pasos inseguros al interior de la habitación.
—¿Cómo estás? —indagó, nervioso echando vistazos al pequeño bulto mientras se aseguraba de que ella no estuviera en peligro.
—Agotada y adolorida —reconoció relajando el cuello contra las almohadas—. Acercate, saluda a tu primogénito.
Lucerys cumplió y se inclinó a ver al bebé de rubios cabellos, con labios entreabiertos analizando cada detalle como si fuera irreal que aquello también lo creó él.
—Tan pequeño... —murmuró fascinado, la fijación siendo tal que ignoró la presencia de su madre.
Alicent tensó los hombros y conectó miradas con Rhaenyra, la cual asintió en reconocimiento antes de pasar.
—Felicitaciones —habló sincera colocándose al lado del muchacho.
—Gracias —dijo sonriente sintiendo un gran entumecimiento en las caderas—. ¿Quieres ver a tu nieto?
La oferta le recordó que finalmente era abuela y por unos segundos quedó petrificada, al momento mirando al pequeño tan desconcertada como Lucerys. Alicent ocultó la gracia que le provocaba verlos tan asombrados y se sumió en sus pensamientos, años atrás jamás imaginando estar en una situación como aquella.
Cuando el arreglo del matrimonio fue propuesto ciertamente se había manifestado en contra, pero no podía negar que el trato era beneficioso al los Velaryon ser una casa histórica llena de poder y dinero. Además, por más que prefirió hacer ojos ciegos, no podía negar los sentimientos de amor entre su hija y Lucerys. Empezó a temer las consecuencias de interponerse en el romance, por lo que, luego de mucha consideración, aceptó y aseguró la línea Hightower en Marcaderiva.
La noticia contentó a Viserys y rápido preparó la boda, los jóvenes uniéndose en alegría y poniéndose a trabajar en traer descendencia apenas tuvieron oportunidad. Tomó algunos meses, pero el embarazo pasó increíblemente rápido y ahora estaban ante la prueba irrefutable de la unión de las figuras femeninas más importantes del reino. Alicent jamás esperó que su relación con Rhaenyra llegara a nuevo puerto después del gran distanciamiento, pero aquel momento parecía sacado de un sueño.
La reina inspiró profundo y junto las manos al frente, con cariño admirando la escena hasta que sintió los claros ojos Targaryen posados en ella. Levantó la vista y conectó con la princesa, el sentimiento en aquellos irises hablando más de lo que alguna vez podría salir de sus labios. El corazón inmediatamente se aceleró y sintió los pómulos amenazar con tomar color, por un momento perdiendo noción del alrededor y confiando que estaban solas en los aposentos. De pronto el llanto del bebé cortó el aire y Rhaenyra miró al niño, allí golpeándola la concepción de que habían creado vida a través de sus hijos.
La descabellada idea empalideció a Alicent, pero la sonrisa y aura maternal de su antigua compañera solo la llevó a fantasear irracionalmente. Generar existencia entre dos mujeres era imposible, pero, ante los jóvenes nuevos padres, de alguna manera podía confirmar que lo habían logrado.
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deepinsideyourbeing · 8 months ago
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Holis! Todo bien? Quería hacer un request para Enzo si no es mucho problema :)
No soy alguien que le guste el sexo agresivo, me da miedo y no lo disfruto, soy mas del sexo gentil, las caricias, besitos y palabras lindas. Podrias hacer un smut así con Enzo?
+18!
Enzo se siente fatal cuando al ver las lágrimas en tus mejillas su miembro palpita y, en un intento de consolarte, deposita un suave beso sobre tu piel húmeda.
Tus pestañas brillan tanto o más que tus ojos cuando lo mirás y él no puede evitar sentir ternura al pensar que el placer que te brinda te abruma lo suficiente para llorar.
No decide si prefiere la imagen frente a sus ojos o el sonido que sus dedos producen al aventurarse en tu interior húmedo una y otra vez. Suspira y temblás al sentir su respiración cálida golpeando tu piel.
-¿Más?- ofrece con una pequeña sonrisa.
-Por favor...
Su mirada es tan intensa como las devotas palabras que te dirige a continuación, siempre convencido de que debería ser él quien suplique por tu cuerpo.
-Yo tengo que pedirte por favor- otro beso-. ¿Me dejás...?
Asentís, desesperada aún después de los múltiples orgasmos que te sacó con su boca y sus manos sólo a modo de preparación para este preciso momento. Tu esencia mancha tu piel cuando sostiene tu cadera.
El lubricante frío cae sobre tus pliegues haciéndote estremecer, él sólo susurra una disculpa y besa tu rodilla. Lubrica también su miembro goteante, al cual ignoró hasta casi sentir dolor, y te acaricia con su punta antes de dirigirse hacia tu entrada. Respirá, indica en voz baja.
El ardor es inevitable, no importa cuántas veces tengan sexo o cuánto te prepare con sus dedos y juguetes, pero Enzo te distrae acercándose a tu rostro y besando tus labios delicadamente. Roza su nariz con la tuya, acaricia tus mejillas y tus pómulos, y besa tus párpados mientras susurra palabras de aliento.
Luego de unos minutos comienza a mover sus caderas y tus gemidos resuenan en toda la habitación. Sus movimientos son lentos pero profundos y su punta acariciando suavemente tu cérvix te hace arrojar la cabeza hacia atrás.
-¿Sí, ahí?- y cuando repite el movimiento se deleita con tu expresión-. Sos hermosa.
Negás, avergonzada.
-Sí, sos hermosa- dice como si fuera un mantra-. Y mía.
Abrazás su cintura con tus piernas para atraerlo más hacia tu cuerpo y rodeás su cuello con tus brazos. Cuando besa tu cuello tus paredes se contraen y sentís sus gemidos contra tu piel.
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grussellgirl · 1 year ago
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— Choose
farleigh start x f!reader
warnings: smut. handjob. farleigh (he is just so beautiful)
note: maybe I'm gonna translate this to english, but I'm lazy. You can find me also on Wattpad as grussellgirl
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"¿Bromeas?" chillaste con una expresión de incredulidad ante la declaración del chico sentado junto a tí.
Tu amiga Venetia te había invitado a Saltburn para pasar el verano, y en cuanto conociste a su primo Farleigh conectaron de inmediato, llevándose bien y haciendo una buena amistad, una de esas en donde el coqueteo es constante y las respuestas deben ser agudas.
"¿Matarías a Ben Whishaw pero te cogerías a Hugh Jackman?" negaste con la cabeza.
Habían estado jugando a 'coger, casar y matar' desde que el karaoke había sido acaparado por uno de los Henry, y a pesar de que a ustedes les parecía tedioso, al resto parecía encantarle, ya que aplaudían y coreaban las canciones, atentos a la actuación del hombre. Pero tú discusión con Farleigh era mucho más entretenida, y el sillón empotrado en una esquina del salón era mucho más cómodo.
"¿Entonces tú qué harías?" resopló, mirándote a los ojos. "Es difícil decidir con las opciones que me diste".
"No es difícil. Yo me casaría con Halle..." respondiste decidía y él asintió ya que había respondido lo mismo. "...me caso con Ben y mato a Hugh"
"No" negó Farleigh con la cabeza, golpeando tu rodilla con su pierna. Tú lo miraste mal, pero él ignoró tu expresión.
"Ya, tu turno" apuraste, mientras veías a Henry comenzar otra canción con los vitores de todos animándole. Farleigh pensó por un momento, pero su rostro pronto se iluminó con picardía y la sonrisa en su rostro te mantuvo alerta.
"Felix, Venetia y yo" murmuró mirándote a los ojos, tan cerca de tu rostro que sentiste cómo su aliento te hacía cosquillas en tu mejilla.
"Fácil" declaraste y él alzó las cejas en sorpresa. "Follo con Venetia, mato a Felix y me caso contigo".
"No" negó de nuevo con la cabeza, apartando su mirada de la tuya, soltando un suspiro por la decepción.
"¿Qué?" reíste por su reacción. Él se dedicó a ver el concierto de Henry, gritando y aplaudiendo para animarlo. Le habías dado en su ego. Lo llamaste por su nombre, pero él te ignoró, coreando la canción, hasta que se te ocurrió colocar tu mano en su muslo, subiéndola peligrosamente cerca de su entrepierna sólo para bajarla de nuevo, lo cual funcionó, ya que giró su rostro de nuevo para mirarte.
"¿Por qué no coges conmigo?" preguntó en un susurro, mirando tus labios.
"Me estoy casando contigo, es obvio que vamos a follar a diario" dijiste obvia muy cerca de sus labios y el chico se movió en su lugar, tratando de acomodar su pantalón, el cual de pronto le resultaba apretado. "¿Feliz?"
"No" sentenció, alternando su mirada de tus ojos a tus labios. Se acercó a tu rostro, dispuesto a besarte, pero justo cuando sus labios se rozaron, te apartaste de él, negando con la cabeza. Él abrió la boca para decir algo, pero lo único que salió de sus labios fue un suspiro pesado al sentir tus dedos acariciar su creciente miembro sobre su ropa. Sus caderas se elevaron contra tu mano en busca de una mayor estimulación, pero tú dejaste de tocarlo. "No me dejes así" pidió, tomando tu mano y guiándola de regreso a su erección.
"¿Tan urgido estás?" reíste bajo mientras movía tu mano contra su dureza. Miraste a tu alrededor, asegurándote de que nadie viera lo que estaba por venir. La esquina en donde estaban estaba poco iluminaba, por lo que quizá no verían mucho, además, Henry había comenzado a cantar SexyBack y todos estaban más atentos a él que cualquier otra cosa.
Te deshiciste del agarre del chico y él te miró suplicante. "Si nos atrapan será tu culpa" le advertiste antes de bajar el cierre de su pantalón, para después escupir en tu mano, haciéndolo jadear ante la imagen. Metiste tu mano en su cremallera y te abriste paso a través de su ropa interior hasta su miembro, tomándolo en tu mano, comenzando a subir y bajar. La respiración de Farleigh se volvió pesada, tratando de mantener sus jadeos por lo bajo.
Su miembro estaba completamente duro, y el líquido preseminal ayudaba a lubricarlo, permitiéndote trabajar. Cuando comenzaste a estimular la punta, Farleigh mordió su labio inferior, cerrando sus ojos y echando su cabeza hacia atrás, dejándola caer en el respaldo del sofá. Sonreiste para tí misma y volviste a tomar su miembro desde la base, subiéndola por su longitud al mismo tiempo que lo apretabas un poco. Aumentaste la velocidad y de pronto le era casi imposible contener los sonidos que amenazaban con salir de su boca. Sentiste cómo su cuerpo se tensó y su mano derecha se aferró al brazo del sofá mientras que la otra se posó en tu pierna.
"Más rápido" murmuró con los ojos aún cerrados y su pelvis se elevó un par de veces contra tu mano por reflejo. Tú hiciste caso, aumentando la velocidad de tu movimiento, acercándolo cada vez más al clímax. Su abdomen se tensó y abrió la boca, con su nariz arrugada y sus ojos cerrados con fuerza, y sin advertencia se corrió en tu mano con un gruñido que se perdió entre los aplausos de todos. Tu mano siguió bombeando su miembro mientras su semen terminaba de salir por completo, prolongando su placer un poco más.
Abrió los ojos y soltó un suspiro, tratando de recuperar la respiración. Tú sacaste tu mano de su ropa, manchada con su semilla y te limpiaste en un abrigo que estaba junto a tí. Farleigh te miró con una sonrisa divertida y subió su cremallera.
"Ahora debo limpiar tu desastre" susurró contra tus labios antes de ponerse de pie y salir de ahí directo al baño.
Miraste alrededor de la sala y notaste a Felix observándote con una copa en su mano. Cuando sus ojos se encontraron te dedicó una sonrisa juguetona, alzó su copa a manera de brindis y bebió el contenido de un sólo trago. Notaste el bulto en su entrepierna y te preguntaste si había visto tu momento con su primo.
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catarsis96 · 1 year ago
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Hice este fanfic drabble para este día 31, nunca había escrito yandere así que no sé si hice un buen trabajo.
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Advertencias: Yandere Alucard Tepes x Reader femenino. No acepto o consiento cualquier comportamiento dañino, obsesivo y/o posesivo cualquier otro. Esto es sólo una ficción.
Sinópsis: Después de acabar con su padre, Alucard se había quedado solo, Trevor y Sypha tomaron sus caminos, quedando él solo en su frío castillo, hasta que decidió salir al pueblo más cercano y te vio.
La mujer que se volvería su más dulce compañía.
.
.
“Por favor, Alucard, déjame ir”
Alucard no había pensado que amar a alguien más podía cambiarlo, era como un poder más fuerte que todo lo que existiera. El sentimiento de amor era más que solo palabras bonitas.
Él esperaba hacer de su castillo su tumba, la vida parecía quitarle todo lo que se le atravesaba, ya no sonreía, no había colores y brillo, no había vida en sus ojos, era solo un cuerpo vacío. Como un fantasma. Se había quedado solo, Trevor y Sypha tomaron sus caminos. Él debía de hacer una nueva vida, pero no se sentía con la energía para hacer algo, no tenía a nada y nadie. No tenía compañía.
Pero fue cuando salió del castillo y decidió ir al pueblo cercano en busca de provisiones y también para alejarse, aunque fuera un rato, de las sombras que lo volvían loco, cuando te conoció por primera vez. 
Tu entusiasmo y forma de ver la vida, a pesar de que había sido amenazada por Drácula, le llamó la atención, le hizo recordar a su madre. Fue extraño para él, pero quería volver a verte, decidió que tomaría como excusa ir al pueblo por comida, a pesar de que su alacena estaba llena, él solo quería verte.
Te habías quedado sorprendida cuando lo conociste, no pensaste que algún día conocerías a un Damphir, al hijo de Drácula. Alucard te atrajo con su belleza, su rubio cabello, esos ojos brillantes y su calidez. Pero nunca pensaste que lograrías enamorarlo, que serías la obsesión de alguien sobrenatural como él.
Quería tenerte para él solo, llevarte a su castillo y mimarte y cuidarte de todo lo que te lastimara, quería tu amor solo para él. Y por las noches, quería tenerte debajo de él.
“Te traje algo delicioso” Ignoró tu súplica anterior, puso la charola de plata sobre la mesa de noche de esa habitación que se volvió tu prisión. 
Miraste la comida que te había preparado, sonreíste sin ánimos, por el olor de la carne y la fruta picada supiste que estaba muy bien cocinada, después de todo, Alucard sabía cocinar.
" Quiero ir a casa, Alucard" 
"Adrian" Te corrigió él, desde que te había llevado a su castillo te había pedido que lo comenzaras a llamar por su nombre real.
"... Adrian, llévame a casa." Volviste a decir, esta vez con su nombre.
"Estás en casa, mi amor." Él sonrió con extremado amor.
Te estremeciste ante su mirada de amor extremo y desmedido. Comprendiste que él había perdido a su madre por la ignorancia de la iglesia, que su papá había perdido la cabeza en cuanto su esposa murió, lo comprendiste al pie de la letra y te compadeciste de él, era un joven que perdió a su familia y que estaba solo, quisiste darle tu amistad, solo eso querías, no que llegara al punto de llevarte a su castillo para nunca dejarte salir y pedirte que le amaras como él lo hacía.
"¡¿Qué haces?!" Exclamaste sorprendida, Alucard te había besado.
"Dejaste de hablar y quería saber si estabas bien." Alucard se rió por tu sobresalto. Se lamió los labios, como si hubiera probado la más dulce miel.
"... Y ahora quiero otro beso más."
Sus ojos brillaron, y fue ahí donde te diste cuenta que nunca te dejaría ir de su lado.
Que te volverías su más dulce compañía. 
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tiempoydestino · 30 days ago
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Trazos tenues y olvidados
El rumor de la ciudad entraba a la alcoba pequeña, blanca y con una sola ventana al mundo, su única inspiración, su portal a otras vidas que visita y quisiera tener.
Todo el día se la pasaba delante del monitor, tecleando lo que pensaría sería el siguiente Best Seller. Todo el día lo tenía en vilo Artemisa, la editora.
—¿No tiene autocorrección tu computadora? «Vez» y «ves»... No es lo mismo. No sé si pueda seguir recibiendo tus manuscritos.
En su mente era lo único que lo llenaba, las quejas y todo el rechazo. El Cringe mortal crepitante. Invasivo. Siempre presente.
—Vente mejor a la finca, para que hagas algo de provecho.
Los reclamos de su madre también zumbaban sus oídos.
Les había dicho que se iría a la gran ciudad de Cumbres. No quería hacerse de un gran nombre, no le importaba el dinero tampoco, solo quería escribir... Y publicarlo.
Dejó su recámara, y sus discos duros que ya había llenado de escritos, y muchas impresiones para llevarlos a leer a la siguiente víctima.
Se encontró con su amigo Eliab Vázquez en el café de siempre, al lado de la iglesia, abajo del destino sin piedad.
—¿Ya lo leíste?
—Este...
—Necesito que lo leas...
—He estado un poco ocupado.
—¿Puedes ponerte a leerlo ahorita?
Se puso a leerlo, seguía su mirada... Regresaba siempre al mismo párrafo. Le daba vueltas a las páginas. Como un periódico del mes pasado lo acomodaba, lo arrugaba. Buscando tal vez la sección de los cómics porque ya no aguantaba seguir leyendo.
—Está bien difícil de leer... Necesito diccionario. Necesito... no sé, necesito que chat gpt me lo intérprete. Porque...
—Entonces, ¿Te gustó? ¿Que te parece?
—Yo creo que es de lo peor que leído y yo he leído muchas tareas de secundaria peores que esto.
—No sé por qué no he mejorado... Todos los días escribo desde hace años. Hojas y hojas y hojas.
—Tal vez sí deberías de dedicarte a otra cosa. ¿Sabes? Seguir el consejo de la familia, son sabios a veces.
—Pero esto es mi pasión... Me encanta... Lo amo. Tal vez todavía no nacen mis lectores... Tal vez en otro tiempo se van a interesar por esto...
—Pues no va a ser en cien años, ni en doscientos... Tal vez en mil años... Y solo si fuera un arqueólogo descubriendo lo que hacía un nini loco.
Ignoró los consejos de Eliab y de Artemisa, pero a veces sí fue a la finca con su familia, y siguió escribiendo, volúmenes y volúmenes de libros que nunca se publicaron ni interesaron a nadie.
Pero nunca supo que Eliab tenía dotes de profeta, porque en efecto, justamente mil años después, un grupo de arqueólogos y antropólogos encontraron sus escritos y los usaron para resolver problemas científicos que aún no existen. Ellos necesitaron más de estos pésimos escritos para sus investigaciones y tuvieron que revivirlo holográficamente. Y así sucedió, lo revivieron para seguir escribiendo sus bodrios por el resto de la eternidad.
Fin.
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rubywolffxxx · 3 months ago
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Molesto (Tom Taylor)
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Masterlist de mi autoría
Sinopsis: Todo lo contrario a su personaje, Tom era la persona más divertida y molesta que podía existir. Aunque su semblante serio disimulaba sus intenciones burlonas, su boca no tardaba en decir tonterías. Y a pesar de que en un inicio era divertido, Tom encontró en molestarte un gran placer. Y eso solo te sacaba de quicio.
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—... ¿Vieron el jugo que guardaba en la nevera? No lo encuentro.—____ miró la mesa del centro del comedor donde Tom y Harry almorzaban, pero su mirada no tardó en clavarse en Tom—... Te lo tomaste tú, hijo de puta.—
—Ah... Una dama no debería hablar así. Y menos con acusaciones tan descaradas.—
—Era el último juguito de mango y naranja, Taylor... Si tú te lo tomaste...—vio la pequeña sonrisa que comenzaba a nacer en su rostro.
—No tenía tu nombre...—la mujer frunció el ceño.
—Vamos, amigo. Dime que no lo tomaste.—Harry lo miró cansado—. Treinta veces al día nos dice que no tomemos esa cosa. No seas idiota.—
—Bueno, puede que tenga una botella extra de tu jugo en mi remolque... ¿Qué harás para que te lo dé?—
____ no era de las personas que tuviesen mucha paciencia, y su temperamento no era el mejor. Las personas como Tom eran la pesadilla de las personas como ____. El problema no era el jugo, el problema era la necesidad constante de molestarla. Y ella se había cansado.
—... Le pediré a Ewan que me lleve al mercado más cercano.—caminó hacia la entrada del comedor.
—Esta a una hora de aquí, querida.—
—Prefiero eso a rogarte a ti por un maldito jugo, idiota...—
La chica dejó el lugar, y entonces Harry miró a Tom con cierta incredulidad.
—... Si sabes que solo lograste que te odie más ¿No?—Tom sonrió.
—Su cara se pone toda roja ¿Te diste cuenta?—
—Roja se pondrá la tuya cuando te dé un puñetazo por idiota. Si quieres llamar su atención, esta no es la manera.—
—No quiero llamar su atención, me gusta molestarla y ya... Bromeamos con eso.—
—Tú bromeas, ella solo se enoja.—Harry abrió su tuppercito de ensalada—. Pero bueno, es divertido ver cómo tú solo arruinas cada mínima chance que tienes con ella.—
Tom sintió un pinchecito de preocupación.
Era divertido molestarla, sí. Pero también adoraba cada mínimo detallito que iba descubriendo de ella.
Como sus mejillas se enrojecían, y ese rubor iba a sus orejas.
Como esa ternura y amor de personita lo insultaba con tal facilidad era adorable.
Como lo miraba desde abajo por la cabeza que le llevaba de altura, y como no se acomplejaba para nada porr esa diferencia...
Le daban ganas de rodear su cintura y alzarla...
Besarla con necesidad.
—... ¿Ya es muy tarde para darle el jugo?—
—No era necesario tanto, Ewan...—
—Prefiero que tomes eso y dejes de consumir tanta Coca-Cola, cariño.—El chico bajó del maletero de su auto un pack de 10 botellas de jugo, y ____ lo siguió más que feliz por detrás.
Ewan solo le llevaba 4 años a la mujer, pero la había adoptado como a su hermana menor.
No había chance de que otro actor del set manejara tanto por jugos...
—¡____!—Un Tom se acercó emocionado a la chica, trayendo aquella botella que tanto le había mezquinado—. Te traje el jugo, sin nada a cambio. De nada.—se lo alcanzó, pero ella lo miró a ceja alzada.
—Métete tu botella por donde no te llega el sol, querido. Ewan me compró muchos. Vete al diablo.—
Tom miró con cierta decepción como ____ se aferró al brazo del rubio que cargaba aquella caja llena de botellas.
Bueno, tal vez Harry tenía razón...
El resto de la semana de grabaciones, ____ ignoró a Tom. Los papeles se habían invertido, y la chica entendió el gustito de Tom por ser tan molesto.
—¿Vas a seguir con eso?—
—...—
—Vamos, querida. Habla conmigo.—
—...—
—Esto es muy infantil de tu parte.—
—... ¿Qué tal las grabaciones hoy?—
En cuanto ____ levantó la mirada, Tom se ilusionó, pero sintió el golpe directo al ver que le hablaba a Ewan. Acababa de entrar en la sala.
—Muy bien, corazón ¿Ya almorzaste?—
—Te estaba esperando. Yo invito las pizzas.—le sonrió.
Ah... Tom estaba molesto.
—¿Quieres acompañarnos, Tom?—Ewan llamó su atención.
—Te invitaré a ti, no a... Otros.—____ no volteó a mirarlo—. Yo no almuerzo con idiotas.—
Ewan no tardó en notar la rara situación. Tanteó con cuidado las razones.
—¿Pelearon?—los miró a ambos, ninguno dijo nada—. Seré intermediario si quieren, suena divertido.—
—Es un imbécil.—____ lo señaló enseguida—. Un imbécil molesto y... Y no me agrada, me ha cansado.—
—Lo siento ¿Si? Me excedi... Pero solo estaba bromeando, no te aguantas nada.—
—¿Te aguantarás un puñetazo?—
—No seas violenta, corazón.—Ewan le indicó que se calmara—. Se esta disculpando.—
—Si eso es una disculpa, es una mierda. No la quiero.—
Tom la miró, ya algo preocupado por lo lejos que había llegado con sus tonterías.
—... Te invito a comer una pizza en la noche. Empecemos de cero... Será mi disculpa.—
____ sintió, por primera vez desde que lo conocía, que Tom estaba siendo sincero. Bajó la guardia.
—... Ven a almorzar ahora con nosotros, será mi disculpa... Aunque no haya hecho nada malo.—
—Si, bueno... Pero que no esté Ewan. Es nuestra disculpa mutua. Cita de reinicio, él no puede estar.—
—No es una cita.—
—Si, lo es.—
—... Ewan vamos a almorzar.—
—¡Bien bien, voy con ustedes!—
—No, ya no quiero.—
Ewan miró como Tom miraba desde arriba a la mujer que le cortaba el paso, insistiendo en que no iría con ellos. La miraba con tal fascinación que no tardó en comprender el origen de todo aquel asunto.
Tom era molesto.
____ se enojaba fácil.
Y ya se veía venir las mil y un vueltas que tendrían que dar para que finalmente algo serio surja de eso.
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Yo también quiero un pololo que me saque una cabeza de altura y-y me agarre la cara y me dé docenas de besos todos melosos 🥺✨
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xlemonciel · 1 year ago
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❝ Make it bouncy ❞
@lu-does-rp
Aunque deberían de estar agotados tras los largos meses de trabajo hoy la agotadora gira que estaban a punto de terminar esa noche todo eran risas y bromas en aquella habitación de hotel. Penúltima noche de la gira y el cumpleaños de Seonghwa, Wooyoung se sentía feliz, más que eso, se sentía eufórico, había comido hasta reventar, se había reído, había cantado de forma totalmente vergonzosa con Mingi en el karaoke improvisado de Yunho y no sabía cuánto había bebido, había perdido la cuenta a raíz del tercer chupito y las seis cervezas previas, todo era brillante y daba vueltas pero nada de eso importaba tanto como el hecho de que todo era divertido, sobre todo era ver a San con todo su esplendor y enorme cuerpo tropezar al salir de la habitacion y casi comerse la moqueta del pasillo de vuelta a su habitación cuando la fiesta empezó a decaer.
Aquello solo le hizo soltar una carcajada escandalosa que casi provocó que el mismo cayera al suelo, sus piernas fallando le misteriosamente y teniendo que agarrarse a la pared, Hoojoong tras ellos en la entrada de la habitación mandándoles callar aunque estaba con ojos brilla tes también por el alcohol. Wooyoung asintió y se volteó a San llevándose el dedo a los labios y chistando antes de volver a traicionar le su falta de autocontrol y volver a reír. Escuchó a un preocupado Yunho preguntando si serían capaces de llegar a la habitación pero lo ignoró yendo hacia San con paso algo tambaleante y agarrándole con la inocencia de que el podría cargarle si tuviera que hacerlo, algo que obviamente era bastante inviable. — Yo me encargo de ello, no te preocupes. — dijo palmeando a Yunho o más bien intentándolo antes de ignorarle completamente cuando el otro dijo que eso precisamente era lo que le preocupaba.
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ashura-all · 6 months ago
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Me encantan estos dos y son dos fic especialmente que me gustan bastante. Disfruten 💖💖
°×No es mío el fic. Ya no encuentro al autor pero estoy segura estaba en AO3°×
El acicalamiento salió mal
magotres
Resumen:
Lute está acicalando las alas de Adam, pero es plenamente consciente de la forma en que su cuerpo tiembla cuando toca ciertos lugares. Y no se molesta en prestar atención a las advertencias que él le envía antes de ir demasiado lejos.
Notas:
Juro que escribiré algo con estos dos que no se convierta en obscenidad, pero hoy no es ese día. No puedo evitarlo, es muy divertido escribir sobre sexo con ellos. No he escrito tanto en años y no voy a disminuir el ritmo en el corto plazo.
Texto de trabajo:
"¡Lute!" La voz de Adam salió como un gruñido de advertencia, y miró por encima del hombro para mirarla fijamente. Actualmente estaban sentados en su cama en su dormitorio dorado, con Adam sentado frente a las almohadas y Lute detrás de él. Sus alas doradas estaban extendidas detrás de él, y Lute pasaba sus dedos por cada pluma para acicalarlas. Ella acababa de arrancar una pluma rebelde mientras también rozaba la base de una de sus alas, y él se había puesto rígido. Sabía exactamente lo que estaba haciendo, pero cuando él la miró, ella le dirigió una pequeña mirada inocente.
"Sólo estoy haciendo lo que me dijo que hiciera", respondió Lute con bastante facilidad. Era sólo cuando eran ellos dos que ella mostraba una suave sonrisa, algo que no parecía demente como el que llevaba debajo de su máscara o el rostro más neutral que usaba en otros lugares. "No sé qué te tiene tan de mal humor".
"Usted sabe lo que está haciendo, teniente". La mirada de Adam se entrecerró y el uso de su título sólo hizo que su sonrisa creciera. "Vuelve al trabajo, perra".
Lute tarareó mientras continuaba moviendo sus manos a través de sus plumas, trabajando con cuidado en el ala izquierda mientras la derecha colgaba del costado de la cama. Se concentró primero en las plumas primarias, encontró algunas que arrancó con cuidado mientras masajeaba las demás, y su gran cuerpo se movió debajo de ella. Se inclinó hacia adelante y se presionó contra su espalda mientras movía sus manos hacia las plumas secundarias, y sintió un escalofrío recorrer su columna. Hubo otro gruñido de advertencia, pero ella lo ignoró y añadió otra pluma al montón junto a ella. Fue necesario esponjar un poco las plumas secundarias con la frecuencia con la que sostenía sus alas en los ángulos más extraños, por lo que les prestó especial atención.
Él se movió de nuevo y su otra ala se enderezó junto a ella. Podía escuchar su respiración entrecortada cuando sus dedos encontraron el lugar donde su ala conectaba con sus hombros una vez más, y vio debajo de sus brazos que sus manos apretaban las sábanas de su cama. Ella aprovechó eso para inclinarse hacia adelante y darle besos a lo largo de su columna.
"Lute..." La voz de Adam era ronca y se redujo a una pequeña exhalación como si estuviera tratando de resistir la tentación que ella le estaba dando. "Me juro a mí mismo que si no te detienes, mañana serás tú quien tendrá que afrontar las consecuencias".
"Mmm, ¿qué consecuencias tendría eso?" Lute ronroneó, habiéndose inclinado para mordisquearle el lóbulo de la oreja. Ella truncó la frase con sus dedos acariciando el sensible nivel secundario de plumas y masajeando la longitud del radio. Todo el tiempo sus labios dejaban chupetones a lo largo de su cuello y sus pechos desnudos presionaban contra su espalda desaliñada. Su cuerpo se movía con cada toque y su respiración se hacía cada vez más dificultosa.
Y luego pasó sus afiladas uñas por sus plumas, y eso fue todo.
Lute se enorgullecía de sus tiempos de reacción, pero cuando Adam quería moverse, realmente podía moverse. En un momento, ella estaba presionada contra su espalda, y al siguiente, sus posiciones cambiaron. Sujetó a Lute contra la cama, una de sus manos presionando fácilmente contra su pecho y un dedo contra su garganta. Debería haber entrado en pánico, dado lo peligrosa que podría ser esa posición. Y Adam parecía furioso por encima de ella, pero había más: debajo de la ira había un hambre que Lute reconoció fácilmente, y no tuvo problemas para mostrar lo que le interesaba inclinándose para reclamar su boca. Él no le dio la oportunidad de intentar tomar el control del beso, metiendo su propia lengua profundamente en su boca para trazar algo que hacía mucho tiempo que había explorado por completo.
Lute dejó escapar un gemido lascivo en su boca y se estremeció un poco cuando sintió que uno de sus dedos empujaba dentro de ella, estirándola. El tratamiento ya había encendido su núcleo en llamas, y él ronroneó sobre ella cuando sintió lo mojada que estaba. Presionó su dedo un poco más contra su garganta, y eso sólo la hizo gemir más fuerte. Había un poco de dolor allí, y un poco de dolor dentro de su coño, pero el placer lo superaba con creces. Ella quería que él fuera rudo, así que lo instigó aún más mordiéndole el labio, lo que hizo que él clavara su dedo con más fuerza dentro de ella, y pronto se unió un segundo dedo. Ella echó la cabeza hacia atrás y dejó escapar un grito ronco por la presión en su garganta, y apretó sus dedos con entusiasmo. La aspereza en la forma en que la tocó con la combinación de dolor y placer la hizo retorcerse debajo de él.
"S-señor", ella medio se atragantó, y Adam se cernió sobre ella. Ella sintió su polla presionando contra la parte interna de su muslo, y su aliento exhaló sobre ella mientras acercaba su frente a la de ella.
"Sabías el juego que estabas jugando, tetas peligrosas", le dijo Adam con la misma voz amenazadora de antes, y movió la mano de su pecho para acariciarle la mejilla, pasando el pulgar por su carne caliente antes de agarrar su mandíbula con firmeza. No podía mover la cabeza aunque quisiera. "Te lo adverti. Ahora voy a arruinar este cuerpo”.
Él aceleró sus dedos y una vez más la atrajo hacia un beso autoritario donde invadió su boca con su lengua, y todo lo que ella pudo hacer fue extender sus brazos para rodear su cuello, prácticamente exigiendo que mantuviera el beso mientras quisiera. podría. Cuando su pulgar rozó su clítoris, ella arqueó las caderas y dejó escapar un grito que inclinó su cabeza hacia atrás y le dio acceso a la garganta que había estado apretando antes. Ahora, mordió su carne, lo suficientemente fuerte como para dejar marcas y romper la piel, pasando su lengua hasta su pecho. Sus dedos se clavaron en su cabello mientras él mordía su seno derecho, moviendo con mucho cuidado su boca hacia abajo hasta que pudo pasar su lengua por su pezón, y ella le rascó el cuero cabelludo con entusiasmo.
"¡Joder, señor!"
"Esa es la idea. Pero esto también es un castigo para ti”. Él volvió a rozar su clítoris con el pulgar y ella se arqueó con fuerza. "Podrías haberme acicalado y podríamos volver a entrenar".
“T-tu culpa por ser sensible”, lo desafió Lute, incluso cuando ya estaba completamente loca por su trato rudo. Sus palabras sólo hicieron que él le mordiera el pezón ligeramente y presionó otra vez contra su clítoris. Sus dedos se clavaron en sus paredes y ella dejó escapar un gemido más fuerte, retorciéndose debajo de él mientras su título salía de ella en gritos desesperados.
La boca de Adam se movió hacia su pezón izquierdo, y él movió su mano de su mandíbula para tomar la otra, con el pulgar rodando sobre el pezón en un patrón similar a cómo su otro pulgar continuaba atacando su clítoris.
“¿A quién perteneces?” gruñó, y Lute se estremeció ante el peligro en su voz.
“¡A-ti…!”
"¿A quien?" Él le pellizcó el pezón y ella dejó escapar un grito.
"¡Adán! ¡Pertenezco a Adán!
"Maldita sea, jodidamente heterosexual". Adam balanceaba un poco sus caderas y su polla se arrastraba por la parte interna de su muslo. Finalmente liberó sus dedos de ella, justo cuando ella estaba en su apogeo, y se movió para colocar su polla entre sus labios exteriores. Era casi una tortura, el calor que irradiaba de él mientras se movía a lo largo de su resbaladiza raja, y la pura masa y peso del mismo mientras la masajeaba la hacía ver estrellas. Ella ya se había acercado, así que tenerlo follando encima de ella, sin entrar del todo pero asegurándose de presionar con suficiente peso y fuerza para que la cabeza de su polla chocara contra su clítoris, estuvo a punto de hacerla sollozar. No era frecuente que pudiera conseguir que ella actuara así, dada su inclinación por ocuparse únicamente de su propio placer. Esta vez realmente debe estar en problemas.
"Joder… joder , ¿puedes follarme ya?" Ella gruñó francamente, y fue recompensada con un movimiento particularmente fuerte que hizo que sus caderas se levantaran. Sus manos se deslizaron por su cuerpo para acariciar su trasero, y ella fue empujada hacia adelante de modo que quedó apoyada sobre sus rodillas, con las piernas flácidas a cada lado de sus caderas. Estaba un poco inclinada con él sobre ella, y tuvo la vista perfecta de su polla continuando acariciándola.
Adam le sonreía mientras la atormentaba por completo, con sus alas desplegándose detrás de él, lo que sería una exhibición intimidante si no la estuviera haciendo retorcerse de placer. Intentó todo lo que pudo para levantar sus caderas, pero el agarre que él tenía en su trasero le impidió moverse. Estaba a su merced y lo amaba y odiaba. Él también lo sabía.
Ella le gruñó, entrecerrando los ojos, y eso pareció motivarlo lo suficiente como para finalmente llegar a la parte buena. Ajustó sus caderas, retrocediendo lo suficiente para que la cabeza de su pene pudiera alojarse entre sus labios. En comparación con sus dedos anteriores, él entró lentamente en ella para mantener parte de ese castigo, centímetro a centímetro, agonizantemente lento, siendo empujado hacia ella. Sus ojos se pusieron en blanco y sus muslos se apretaron alrededor de sus caderas. Sus manos apretaron su trasero en respuesta y se movió para inclinarse más sobre ella, comenzando a impacientarse él mismo.
Una vez que estuvo completamente dentro de ella, dejó de moverse para dejar escapar un suspiro. Lute estaba semi-agradecida por eso mientras su propio aliento salía un poco tembloroso, sus paredes palpitaban alrededor de la gran masa estirándolas. Con cada pulso de sus entrañas, el cuerpo de Adam se estremeció sobre ella, y se acomodó para estar completamente inclinado sobre ella, apoyando su cabeza contra la de ella con la nariz enterrada en su cuello. Una de sus manos se estiró detrás de ella para agarrar el reposacabezas de la cama mientras que la otra agarró su cadera hasta casi causarle un hematoma. Ella lo ayudó envolviendo sus piernas alrededor de su cintura tanto como pudo, aunque dado su tamaño le resultó difícil hacerlo. Cada parte de él era tan jodidamente grande .
La cabeza de Lute se echó hacia atrás cuando Adam comenzó a salir de ella, y un escalofrío recorrió su columna ante el gemido que salió de su boca directamente a su oído. Envió una ola de golpes por su cuello y pecho que la hicieron arquearse tras sus caderas en retirada, y gritó cuando él se estrelló contra ella, la fuerza suficiente para hacer que su visión se aureolara brevemente. Una vez más, sus caderas se retiraron antes de balancearse hacia ella nuevamente, y pronto estableció un ritmo brutal que seguramente dejaría algunos moretones en sus caderas, donde su carne chocaba y donde sus paredes eran golpeadas implacablemente. Ella luchó por agarrarse, una mano agarrando su cabello y la otra hundiéndose en sus hombros, lo suficiente como para hacerle sangrar.
"¡Joder, señor...!"
"Mhm, eso es lo que estoy haciendo", Adam clavó los dientes en el hueco entre su cuello y hombro. Sus alas estaban extendidas detrás de él, todas las plumas esponjadas. Con la suave luz de la habitación, arrojó un brillo sobre ambos que los hizo sentir como si Lute simplemente estuviera abrazada en todas direcciones por él. Le dio a Adam acceso total a su cuello, que felizmente atacó casi tan brutalmente como sus embestidas que hicieron que su voz gritara, cada vez más alta.
Lute ya había sido llevada al límite por su tormento anterior, y ahora, con la forma en que él golpeaba el lugar dentro de ella que sacudía su cuerpo con oleadas de placer, ella se lanzó hacia su clímax. Sus paredes se cerraron alrededor de él, y él le gruñó al oído mientras tenía que frenar sus embestidas para, en cambio, apretar sus caderas, y la folló perezosamente durante su orgasmo. Ella giró la cabeza para presionar los labios contra su sien y él la recompensó con otro mordisco fuerte y una estocada fuerte.
Cuando terminó, ella soltó un grito ahogado cuando él comenzó a empujar sus ahora demasiado sensibles paredes, y ella hizo todo lo posible para aferrarse a él una vez más.
"No he terminado contigo", gruñó Adam, y una parte de él casi sonaba enojado. No tuvo más opción que simplemente seguir su ritmo renovado y castigador mientras él perseguía su propio placer usando su cuerpo.
Lute no estaba segura de cuánto tiempo había pasado, pero había dejado líneas doradas en su espalda con lo mucho que había clavado sus uñas, y Adam había decorado su cuello con más marcas de mordiscos. Su cuerpo era demasiado sensible hasta el punto de estar sobreestimulada, pero nunca habló de ello porque no era su lugar. Ella enfrentó sus embestidas a pesar de lo mucho que le dolía, su título se deslizó de sus labios abiertos con cada exhalación que salía de ella, y arrastró sus uñas hasta donde sus alas se encontraban con su espalda y apretó la carne sensible alrededor de la base. El resultado fue un fuerte golpe contra ella, y Adam gimió largo y fuerte en su oído. Unos cuantos golpes más de sus alas y tocó fondo dentro de ella. El calor floreció cuando sintió que él se corría dentro de ella, moviendo sus caderas unas cuantas veces más con cada pulso de su liberación.
Cuando terminó, las extremidades de Lute finalmente se separaron de él. Se sentía débil, sus extremidades habían perdido toda sensación y lo que parecían todos los músculos, y nadaba entrando y saliendo de la conciencia entre las nubes de placer y dolor que destellaban detrás de sus párpados cerrados. Recuperó la sensación de que Adam salía de ella, y su núcleo vacío latía ahora que él ya no estaba tan profundamente dentro de ella. Ella era sólo parcialmente consciente de que él la estaba maltratando, levantándola fácilmente y acostándose en su lugar, dejándola acomodarse boca abajo encima de él. Hubo un ruido sordo en su pecho debajo de su oreja, y su ya delirante sonrisa creció.
"Estás arrullando".
"Cállate, coño". La voz de Adam era áspera, cargada por su propio cansancio. "Y aún no has terminado con mis alas, así que será mejor que lo pienses dos veces antes de burlarte de mí de esa manera".
"No lo sé, puede que necesite otro recordatorio de por qué no debería hacerlo". Lute perezosamente acarició con sus dedos el vello de su pecho, dándole su mejor y más tortuosa sonrisa. Él lo recibió con una mirada ceñuda.
"Perra, ¿de verdad quieres que esto se repita?" Él resopló hacia ella, lanzándole una mirada irritada. "Ni siquiera puedes mantener los malditos ojos abiertos". Lute simplemente le sonrió inocentemente, acariciando sus pectorales.
"Mmm, ¿podemos llamarlo entrenamiento de resistencia?"
Adam la miró boquiabierto por un momento antes de simplemente gemir y dejar caer la cabeza hacia atrás, y eso solo provocó que se le escapara una risa mientras acariciaba su pecho.
"Convertirías esto en una sesión de entrenamiento de mierda, ¿no?" acusó, mirándola.
“¿De qué otra manera voy a conseguir que hagas tu entrenamiento?” Lute solo sonrió más y él presionó su dedo contra su frente, empujándolo un poco hacia atrás.
"Tan pronto como esté descansado, te voy a joder más y veremos cómo te sientes con el entrenamiento de resistencia". No fue tan mordaz como sus amenazas anteriores, y Lute simplemente sonrió antes de inclinarse para presionar sus labios, lo que él respondió más que felizmente.
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mrquez · 2 years ago
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'¿es una oferta? creí que ahora te gustaban las que llevan el cabello de dos colores' bueno, puede entenderla, si ella siente debilidad por sus otras dos amigas. podría obviar que ambas son madres si tan solo le dieran una oportunidad. '¿quién dijo que estoy celosa?' se pone a la defensiva esta vez. por supuesto que no está celosa. lo que siente más bien es envidia, porque ella nunca ha tenido lazo semejante — pero esa información se la guardará para ella. agradece trago en silencio y el sorbo que da es bastante largo, buscando acallar cerebro que últimamente la trae bastante loca. no le gusta sentirse así. ¿existirá la resistencia a las drogas? quizás ahora necesite dosis mayores. cuando oye pregunta, eleva ceja y comisuras se alzan. '¿acaso tú estás celosa? no voy a robártela, eh. mi lealtad está con rae, en todo caso' sí es cierto que tiempo que ha compartido con blonda lo encontró bastante agradable, pero su mejor amigo sigue siendo raewon. '¿qué opinas de esta cora, por cierto? algo arrastrada, ¿no?'
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se queda mirándola mientras gala pronuncia palabras que, en el fondo, le hacen daño. no lo dice ni lo demuestra, claro, si hasta parece que hay un vacío detrás de esmeraldas. "¿sabes qué? cuando cogíamos eras más divertida," se cruza de brazos, inclinando cabeza a un costado. "siempre pensé que te parecíamos un trío de estúpidas, ¿quién diría que te pondrías celosa de que tengo otras amigas?" lo hace sobre ella y lo desvía a una broma fastidiosa y nada más. si se pone a pensar en que, de hecho, ni iris ni hazel la tratan como antes y no tiene un buen pronóstico pronto, se arruinará la noche. "ten, a ver si así cierras la boca un rato," le entrega su trago, colocándolo frente a ella sobre la barra de la cocina. se enfoca en darle sorbo a su propio vaso, y frunciendo el ceño, añade lo que le viene a la mente: "además, ¿qué no eres tú la que ahora va y hace yoga con hazel?"
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arrakcha · 2 months ago
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Le escribí y me ignoró 🫡
Oficialmente tengo la cara de payaso 🤡
Alguien máteme
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elbiotipo · 10 months ago
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Hay una gran cantidad de gente que sigue buscando el unicornio del Político Honesto que parece que no entiende que Milei no se guía por esas cosas. Milei es el ideológico más fanático que hemos visto en este país, un hombre total y completamente absorbido por su ideología.
Milei ama a Menem pese a que era corrupto, incapaz y (técnicamente) peronista porque Menem es su cercano ideológico. La diferencia es que Menem era un tipo flexible y chanta que adoptó el neoliberalismo porque vivía en el Final de la Historia donde el capitalismo neoliberal de EEUU parecía haber triunfado absolutamente y pensaba que eso era el futuro. (Y es más,por un tiempito le funcionó y todo). Milei abraza su ideología liberartaria porque es un fanático y no admite nada por fuera.
No entiendo cómo la gente no se dio cuenta o lo dejo pasar o lo ignoró apropósito, pero siempre fue así. Lo que define a Milei es ser un fanático del libre mercado más extremo, el de Rothbard que decía que un padre puede vender a sus hijos y que el racismo es aceptable en relaciones de libre mercado. Siempre fue eso. Nunca nada más ni nada menos.
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sofea-00 · 27 days ago
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—¡Cállate, vieja inútil! —le gritó un hombre a la anciana que, desde el centro de la plaza, buscaba a alguien que la acompañara—. Si quieres subir al acantilado, hazlo tú sola. Y ya que vas, tírate al mar. Así verás antes a aquel que tanto esperas.
La anciana, con las manos apretando su chal raído, ignoró el comentario y continuó hablando:
—El viento ha cambiado. Es distinto esta vez, más fuerte. Si subimos juntos, quizá podamos... —dijo, mirando a las pocas personas que se detenían a escucharla.
—¿Subir juntos? —se burló una mujer que cargaba un canasto lleno de pescado—. ¡Vieja loca! La única vez que estaremos contigo será cuando te metan en tu tumba, y será para asegurarnos de que no salgas.
—Y haznos un favor: cuándo te mueras, llévate contigo a esos dos mocosos. Así el pueblo se libra de tres estómagos inútiles de una vez —añadió otro hombre, provocando carcajadas entre los presentes.
—Por favor, escuchadme. Esta vez es diferente —insistió la anciana, dando un paso hacia ellos y agarrando por la camisa a un niño que andaba por allí.
—¡No toques a mi hijo con tus manos sucias, bruja! —gritó una mujer, colocándose entre la anciana y el joven para abofetearla.
La anciana cayó al suelo. Los dos niños que siempre la seguían corrieron a levantarla, pero ninguno dijo una palabra. Asustados, observaron cómo las risas y los insultos continuaban.
—Ya basta, por favor. Solo quiero que veáis lo que yo veo —dijo la anciana, con la voz quebrada pero decidida.
Un hombre escupió al suelo frente a ella.
—Para ver lo que tú ves, vieja arpía, necesitaríamos bebernos todo el vino del pueblo.
El comentario provocó una nueva ola de risas.
La anciana se levantó con la ayuda de los niños y comenzó a alejarse. Los murmullos y carcajadas la siguieron hasta que salió de la plaza, pero no antes de escuchar a alguien gritarle:
—¡Tírate del acantilado, vieja bruja!
A pesar del dolor físico y las palabras hirientes, ella continuó hacia arriba. Los dos niños la seguían, como siempre, en silencio. Al llegar al camino que llevaba al acantilado, la anciana miró a los pequeños.
—Él vendrá con el viento del norte, como la última vez, cuando yo tenía vuestra edad.
Los niños no respondieron, pero la siguieron hasta la cima. Una vez allí, esperaron junto al acantilado mientras el frío viento soplaba. Desde el pueblo, todavía se escuchaban risas e insultos a lo lejos. La anciana cerró los ojos y respiró hondo.
No había llorado frente a sus vecinos. Solo cuando estuvo sola, con sus dos niños huérfanos, dejó que las lágrimas rodaran por sus mejillas.
El viento del norte sopló con una fuerza aterradora. Se llevó las lágrimas de la anciana y empezó a arremolinar las nubes. Ella supo que esta vez no estaba equivocada.
Entonces lo vio: una pared de agua inmensa avanzaba hacia la costa. Rugía como un dios enfurecido, destruyendo todo a su paso.
—Sabía que vendrías —murmuró con calma. Extendió los brazos hacia la ola mientras el tsunami devoraba el mundo bajo ella.
Desde el pueblo, los aldeanos que se habían reído y burlado de ella gritaron al verla de pie en la loma. Sus burlas se convirtieron en súplicas, sus risas en llantos desesperados. Nadie pudo escapar.
Cuando el mar finalmente se retiró, no quedaba nada del pueblo. Solo una tierra arrasada y, en la cima del acantilado, dos niños y una anciana, con su chal desgastado ondeando al viento del norte.
—FIN—
"Bajo la luz Moribunda".
D. Writers y A. Alonso
- Laberinto de Historias -
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