#falta de transparencia
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Corrupción en la UBA: Un círculo vicioso y porque motivo no son auditadas
Por Dario Rosatti La Universidad de Buenos Aires (UBA), una de las instituciones educativas más prestigiosas de Argentina, no ha estado exenta de escándalos de corrupción que han salpicado a varias de sus figuras más prominentes. Entre ellos, el fallecido rector Oscar Shuberoff, quien dirigió la universidad desde 19986 y gran parte de la década de 1990, fue acusado de enriquecimiento ilícito.…
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#auditoria#Autor Dario Rossati#Circulo vicioso#Ex Rector Shuberoff#Falta de transparencia#Giusti#Radicales#Total News Agency#UBA#Yacobitti
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Kicillof anuncia medidas populistas y se queda corto en resultados
#Buenosaires #Política | Kicillof anuncia medidas populistas y se queda corto en resultados El Gobernador de Buenos Aires, #AxelKicillof, prometió en una conferencia de prensa una serie de medidas en transporte, cultura y políticas sociales, que muchos consideran insuficientes y desfasadas de la realidad.
El Gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, prometió en una conferencia de prensa una serie de medidas en transporte, cultura y políticas sociales, que muchos consideran insuficientes y desfasadas de la realidad. Las promesas de Kicillof no alcanzan para resolver los problemas estructurales de Buenos Aires En una conferencia de prensa en el Salón Dorado de la Casa de Gobierno, el gobernador…
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#Axel Kicillof#Bahía Blanca#Buenos Aires#Carlos Bianco#Casa de Gobierno#Consejo Provincial de Hábitat#críticas#cultura#desarrollo sostenible#desconexión gubernamental#Economía#falta de transparencia#Florencia Saintout#Fondo Compensador del Transporte#futuro incierto#Gas Natural Licuado#gestión#inversión#inversiones cuestionables#Jorge D&039;Onofrio#liderazgo deficiente#Más Vida#medidas de transporte#necesidades ciudadanas#pasajeros#Petronas#Plan de Fortalecimiento del Libro y la Lectura#políticas ineficaces#políticas sociales#prestaciones sociales
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BANCARIO. TARJETAS REVOLVING Y FALTA DE TRANSPARENCIA
BANCARIO. TARJETAS REVOLVING Y FALTA DE TRANSPARENCIA: la Audiencia de Madrid falla a favor de un consumidor frente a la banca con una ‘revolving’ por falta de transparencia . La Audiencia Provincial de Madrid ha revocado la sentencia dictada por el Juzgado de Primera Instancia Nº48 de la capital y ha dado la razón a un hombre que suscribió un contrato de crédito revolving en 2010 con el banco…
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La ausencia.
A diferencia de los demás tú no estás solamente ausente, sino eres la ausencia misma. Eres el vacío, eres la falta de algo, eres la ausencia de todo. La carencia ingrata de victorias, la coronación de los fracasos, la erosión de las sonrisas, y también el corazón roto de la prosa.
Te has convertido en el veneno que mata una y otra vez, una agonía colorida que en su mayor parte se disfraza de entusiasmo para volver, sigilosamente, a matar el alma una vez más. Y aunque tu ausencia sea todo eso y un poco más; tu presencia tampoco es la respuesta, la salida o el remedio.
Detesto tu ausencia pero tu presencia es un reloj despiadado que marcha imparablemente a un destino inevitable, siempre el mismo. ¿Y sabes? Detesto aún más no poder detestarte de una buena vez, detesto no poder olvidarme de tu sonrisa dispareja, de la transparencia de tus palabras, el aroma de tus ojos, la música de tus cabellos perfeccionados todos por la idea entusiasta que nace del recuerdo.
Siempre me ha parecido irremediable la capacidad de amar en los seres humanos. Una dualidad entre lo que no puede existir juntamente, un equilibrio delicadamente perfecto entre contradicciones, la coexistencia del amor y el desprecio, de la espera y la decepción, la existencia de una esperanza ilusa y la realidad inmediata.
La esperanza que no termina de morir pero vive en la agonía, una espera que no sabe lo que espera pero que solo sabe esperar por impulso, por naturaleza, o por intuición.
¿Ahora lo entiendes? ¿Acaso te das cuenta? Ahora entiendes que tu ausencia es mejor que la decepción de tu presencia, que aunque no estés aquí existes como un recuerdo perfecto, como una tortuosa agonía de esperar que suceda algo maravilloso aún sabiendo que no será así. Nada puede solucionar tu ausencia, pero no existe dolor semejante a tu presencia equivocada. No resistiría que fueras alguien a quien no puedo reconocer, o pero aún, que fueras ese alguien quien siempre temí que fueses.
Tu ausencia me hace esperar,
Algo malo o algo maravilloso,
Y te espero como se espera el fin,
Como los girasoles esperan al sol,
Y también temo tu regreso,
Temo que ya no eres quien fuiste,
Como la presa espera al cazador,
Temo que vengas y esté amor muera,
Por una última vez más.
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spanishrevolution15m
Juanma, no nos engañas Ay, las derechas... Juanma Moreno nos dice que Andalucía ha llegado al límite de su capacidad financiera en sanidad, educación y servicios sociales. Sin embargo, parece que se le olvida mencionar que su propio gobierno perdonó 98 millones de euros a poco más de 10.000 grandes fortunas andaluzas en el Impuesto de Patrimonio de 2022. Y no es solo eso, su administración ya lleva siete bajadas de impuestos, beneficiando, cómo no, a los más ricos. Entonces, ¿realmente falta financiación o es que el dinero se está gestionando para favorecer a unos pocos en lugar de invertir en el bienestar de la mayoría? Pero no acaba ahí. La Junta de Andalucía ha adjudicado 300 millones de euros a empresas sin justificación alguna, a dedo, sin transparencia. Mientras Moreno habla de "agravios", lo cierto es que el verdadero problema no es la falta de dinero, sino las prioridades de su gobierno. Perdonan millones a los más ricos, bajan impuestos a los de siempre y, mientras tanto, la sanidad y la educación siguen en caída libre.
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🚨Nuevo escándalo en el Madrid de Ayuso👇🏻
⭕️La deuda oculta de la Comunidad de Madrid con el propietario de los cuatro hospitales de Quirón asciende a 918 millones de euros.
➡️Aunque el Gobierno regional no proporciona cifras, argumentando que es un proceso en curso, el informe anual de Fresenius revela que la región fue su principal deudor en 2023.
➖Esta deuda, que representa el 25% del total, se origina desde 2016. Aunque la Administración se niega a especificar la cantidad exacta, Fresenius informa anualmente sobre estas cifras.
➖Los intentos de obtener información sobre la deuda son bloqueados por el Gobierno de Madrid, según el diputado del PSOE Daniel Rubio. Esta falta de transparencia plantea dudas sobre la gestión de fondos públicos y la priorización de la atención sanitaria en la región, socavando la confianza pública y generando preocupaciones sobre la rendición de cuentas y la responsabilidad financiera del gobierno regional.
➖A pesar de los esfuerzos de reducción de deuda en 2022, los pagos continúan aumentando, alcanzando al menos 144 millones en 2023 y al menos 168 millones en 2024. Esta deuda persiste debido a su acumulación a lo largo de los años y la revisión lenta de las liquidaciones correspondientes.
➖Es de perogrullo que urge una investigación exhaustiva para identificar las causas subyacentes de esta deuda masiva y tomar medidas correctivas urgentes para garantizar la estabilidad financiera de los hospitales públicos y la calidad de la atención médica en la Comunidad de Madrid. Por lo que sería bueno que @IdiazAyuso deje de meterse en política nacional y empiece a dar explicaciones sobre estos asuntos que implican los impuestos y la salud de los madrileños.
AyusoDimisión #Quiron
➡️Toda la información aquí👇🏻 https://elpais.com/espana/madrid/2024-04-16/la-deuda-oculta-de-madrid-con-el-propietario-de-los-cuatro-hospitales-de-quiron-llega-a-918-millones.html?ssm=TW_CC
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Entre muros y silencios (Parte 3)
by Aris
5.432 palabras
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—Hemos tenido un clima estupendo ¿No te parece? —le comentó Manuel al perro que lo acompañaba caminando distraído por el pasillo, una costumbre que había adquirido hace un tiempo.
Lo decía en serio. Las nubes y la niebla seguían mayormente presentes, claro, pero la prolongada falta de temporales capaces de abrir huecos en los muros era algo que no le pasaba desapercibido. Incluso el diluvio desatado tras la llegada de Francisco había durado apenas unas horas antes de menguar y estabilizarse. Eso tenía a la gente de buen humor, esperanzados en que los frutos alcanzaran a cuajar y los techos a cubrirse antes de que asomara el próximo aguacero.
Él también se encontraba de un humor particularmente bueno. No que acostumbrase a estar molesto, solo pensó que sería diferente con la imprevista adquisición de su nuevo esposo, pero lo cierto era que las cosas con el príncipe iban bien. Inesperadamente bien.
Francisco era fácil de tratar. El miedo que exudaba del joven tras su llegada fue decayendo rápido, o al menos lo suficiente para hacerlo espabilar. Todavía se le veía nervioso y melancólico a ratos, pero se esforzaba por adaptarse a la vida del castillo, mostrar buen humor y ser útil, por lo que Manuel se esforzaba también en hacerle las cosas más llevaderas y atender a sus inquietudes de mejor manera que esa primera mañana en el comedor, cuando estalló en carcajadas como no se había reído en mucho, mucho tiempo. O cuando al día siguiente se despertó con el muchacho instalado en su puerta.
“—¿Ropa nueva? —Repitió Manuel con acidez.”
Reconocía que no había reaccionado de la mejor forma ante la primera solicitud de Francisco. Pero en ese momento le había parecido una petición odiosamente estúpida, como si el otro no fuera capaz de entender que las mantas apolilladas y manchas de humedad no eran simples decoraciones para crear ambiente. O tal vez lo había notado y solo estaba siendo un bastardo malcriado. Como fuera, estaba más que dispuesto a pensar lo peor de él.
“—Sí, es que- bueno, verá… —balbuceaba el chico evitando su mirada y frotando nervioso sus manos. Al menos tenía la sensatez de mostrarse avergonzado—. La que traje no es apropiada para este ambiente.
—¿Demasiado elegante para sus tareas mundanas, alteza? —siseó Manuel, listo para asestarle unas cuantas bofetadas verbales al chiquillo si le daba la oportunidad, pero por suerte Francisco se apresuró en poner paños fríos.
—Le aseguro que no es nada de eso. —dijo con suavidad, alzando las palmas frente a él en son de paz—. Pero la señora Marta me advirtió que podría pensar eso en cuanto se lo mencionara. Me aconsejó que mejor debía enseñarle la magnitud del problema.
Eso apaciguó enseguida a Manuel. Si Marta había considerado el tema digno de su atención, entonces debía de ser así. Ya más calmado, acompañó a Francisco hasta su recámara y comprendió que tenía toda razón.
—¿Se supone que esto es… una camisa? —preguntó Manuel, alzando con la punta de los dedos la supuesta prenda. Era un trozo de tela semitransparente surcada por varios hilos dorados y piedras brillantes. Relucía al contacto de la tenue luz de la mañana como si un firmamento de estrellas estuviera cosido a ella, o como si le hubiesen arrancado las alas a un millar de libélulas para prenderlas a una lujosa red.
Francisco bufó, a la vez avergonzado y divertido por sus reacciones y creciente espanto ante el desventurado guardarropa que abarrotaba sus baúles.”
El muchacho le había explicado que se trataba de la última moda en la corte en cuanto a ajuar de novios: telas finas y delicadas repletas de encajes y suntuosas terminaciones; cortes ceñidos al cuerpo, pero de vaporosas mangas; amplios escotes en pecho, espalda y otro buen tanto de sugerentes transparencias. Se notaba que estaba pensado para un clima mucho más cálido, y para enmarcar bellamente su figura e incitar el deseo de su pareja.
Nada de eso le serviría allí. Así que Manuel enseguida le encargó a Marta hacerse cargo del asunto y asegurarse de que Francisco tuviera ropa adecuada, algo práctico y cómodo para el ambiente y vida en el castillo, no fuera a ser que los demás lo acusaran de traer a su esposo en harapos.
A partir de ese momento, y como consecuencia de esa situación, su predisposición hacia el príncipe cambió y una especie de relación cordial comenzó a florecer naturalmente entre ellos, aunque era Francisco quien buscaba constantemente su compañía, como un patito aferrándose a lo primero que había visto al aterrizar en ese nuevo mundo.
Por lo general Manuel se las arreglaba para despachar pronto a cualquiera que lo importunara por demasiado tiempo, pero resultó que no le molestaba la presencia tranquila de Francisco a su lado.
El príncipe solía instalarse todas las tardes en los futones a la esquina de su taller mientras Manuel trabajaba reparando artefactos dañados o preparando ungüentos en el mesón, y se dedicaba pacientemente a remendar calcetas, pantalones y sábanas, o pulir botas y cacerolas, actividades que jamás hubiera imaginado que realizaría de buena gana. Cuando se aburría de pincharse los dedos con la aguja daba algunas vueltas inspeccionando los estantes. Manuel lo observaba de reojo, notando como los ojos del chico se iluminaban o sus cejas se alzaban al dar con algo interesante. A veces cogía frascos, estatuillas, o uno que otro libro, y pasaba los dedos por las ajadas y amarillentas páginas, hojeándolos hasta que el polvo que se levantaba de ellas lo hacía estornudar.
Era un poco adorable, de una forma sencilla y desarmante, y Manuel no podía evitar sentir cierta ternura creciente hacia él.
Eso lo conflictuaba sobremanera. Hubiese preferido que le diera motivos para rechazarlo, que se comportara con arrogancia y altanería hasta hacerse insufrible, para así poder seguir alimentando el desprecio instintivo que sintió al verse tan inesperadamente enlazado a él. Hubiera querido que le diera la excusa perfecta para poder volcar todo el resentimiento que sentía por esa despreciable familia sin culpas sobre él. En cambio, se veía obligado a lidiar con un frustrante conflicto de emociones, donde una parte de él quería mantenerlo lo más apartado posible, y la otra se hallaba incapaz de negarle el acceso a través de las barreras que inútilmente intentó levantar entre ellos.
También estaba el tema de la magia.
La dinastía de los Burgos había prosperado a costa de su linaje y de su gente, usando artimañas para mantener abierto el flujo de magia que era drenada de sus tierras temporada tras temporada. Sin embargo, hace semanas, desde que trajo al príncipe consigo, Manuel sentía su presencia intensificándose. El cambio era débil todavía, casi imperceptible, pero estaba retornando. Notaba que el aire a su alrededor se volvía un poco más denso cada vez que se concentraba; que la carga en la tierra, en las rocas y en las plantas estaba cambiando; que al despertar tenía un cosquilleo en la punta de los dedos, como si su antiguo poder hubiese vuelto durante sus sueños.
“El trato se ha cerrado y la vida puede seguir su curso…”
No había sopesado realmente las implicaciones cuando pronunció esas palabras, aturdido como estaba por lo reciente de la situación. Pero ya con la mente más clara comenzaba a entenderlo: el flujo se había cortado por fin. Después de siglos, el antiguo equilibrio volvería a sus tierras, y no sabía de qué formas extrañas les afectaría. Cómo le afectaría a él.
Se detuvo a medio pasillo al notar una silueta difusa caminando en el jardín trasero.
—¿Cómo fue que llegó allí? —No tuvo que pensar mucho para darse cuenta que se trataba justamente del joven que últimamente poblaba todos sus pensamientos y reflexiones. Nadie iba por ese sector ya que no había huertos ni nada útil que hacer, era simplemente un antiguo paseo abandonado y olvidado en el tiempo.
Lo observó por un rato en silencio a través de la ventana. Estaba a una distancia considerable, pero incluso desde allí podía notar el semblante triste y melancólico del chico mientras se envolvía a sí mismo con los brazos.
Eso bastó para ponerlo en marcha nuevamente.
-o-
—¡Pero por la miéchica! ¡Córrete bestia! —rezongó Muriel al tropezarse otra vez con uno de los perros que rondaban en la cocina, esperando por caricias o cualquier pedazo de comida que cayera de los mesones al suelo.
Francisco escondió una sonrisa escuchando a la anciana despotricando mientras el enorme perro negro y lanudo solo se estiraba perezosamente en el mismo lugar, haciéndole más difícil avanzar. Ya estaba acostumbrado a los reclamos de la irritable pero inofensiva anciana, así como a las risotadas burlonas y comentarios irónicos del resto. Aunque los había sufrido enormemente los primeros días, temiendo que sus amenazas de convertirlo en un sapo verrugoso o un insignificante ratón de campo cada vez que olvidaba tapar la cacerola del arroz o salar las papas se volvieran realidad, incluso luego de que Manuel le asegurara que ninguna de ellas tenía en realidad la capacidad de usar esa clase de magia.
Hasta los gigantescos perros que se acurrucaban frente a la chimenea en el comedor o allí junto a los fogones le habían parecido unas bestias imponentes y tenebrosas; pero con el tiempo entendió que solo eran cachorros como cualquier otro, ansiosos de que les rascaran la pancita, y que las palabras duras de esas personas casi nunca iban en serio. Solo era su forma habitual de relacionarse y mantenerlo en línea mientras se ganaba su lugar entre ellos.
—Están muy malcriados ustedes —continuaba Muriel, esta vez regañando a toda la camada amontonada frente al puchero hirviente de sopa. La miraban atentamente, sin inmutarse ni un poco por su tono severo—. En mis tiempos se las habrían visto feas, manada de haraganes. Entonces sí que había perros de verdad, cazadores astutos y bravos dignos de respeto. Si no hubiese sido por ellos todos nos habríamos muerto de hambre…
—Ay, no empiece… —protestó por lo bajo uno de los chiquitos sentados al lado de Francisco. El trío de niños había tenido la mala suerte de asomarse a la cocina en busca de golosinas justo durante la guardia de Muriel, quien los obligó a quedarse ayudando a Su Real Caracol -como le había apodado ese día- a limpiar lentejas para ganarse el derecho a un postre.
—¿Cómo así? —preguntó Francisco, genuinamente intrigado, al mismo tiempo que el chico. Los dos niños se llevaron las manos a la cabeza instantáneamente, y la pequeña que se había instalado sobre su regazo desde el momento en que entraron en la habitación se bajó de un salto en cuanto vio aproximarse a la enorme mujer.
Francisco se reprendió a sí mismo que ese breve momento de curiosidad le fuera a costar varios puntos de simpatía con los pequeños. Pero tal vez el brillo en los ojos de Muriel lo valiera. La anciana parecía entusiasmada ante la oportunidad de relatar, una vez más, la misma historia que había contado innumerables veces a lo largo de su vida, pero en esta ocasión a alguien que jamás había escuchado nada al respecto.
—Ah, esos sí que fueron tiempos difíciles, los de mi infancia. —comenzó Muriel, deteniéndose un momento para recordarlo bien—. Pasamos varios años con inundaciones y deslizamientos que sepultaban barrios enteros. Fue entonces que el señor decidió abandonar finalmente toda la zona Este y trasladarnos a los pocos que quedábamos dentro del castillo. Se imaginará que tanta lluvia también arrasó con los campos, ni el arroz aguantó mucho sin pudrirse, así que sobrevivíamos a puro grano y papas del silo, carne seca y las tórtolas que caían congeladas en los tejados. Y de la caza, claro. En ese tiempo había cuadrillas de batidores. Eran más grandes aún que estos, con unos ojos que brillaban como antorchas en la oscuridad y un olfato tan fino que podían encontrar un rastro de presas a kilómetros de distancia.
«Recuerdo una tormenta en particular. Yo era muy niña todavía, pero recuerdo que estuvimos casi un mes completo refugiados aquí dentro y las provisiones se acababan. El viento soplaba tan fuerte que parecía que las murallas se iban a derrumbar, y la nieve lo cubría todo, impidiendo salir a buscar alimento. Pero entonces el señor, terco como una mula, se montó el abrigo y con siete de sus mejores perros se aventuró en la tormenta, desafiando al frío y la oscuridad.
Estuvimos dos días esperando, temiendo lo peor. Al tercer día fue que escuchamos los ladridos a la distancia. Corrimos a las puertas y ahí estaba, con sus perros agotados pero triunfantes, arrastrando tras ellos un gran león de montaña y un buen atado de conejos. Aquella carne nos salvó, y a esos perros los teníamos por héroes. A los siete los enterramos en el Patio del Homenaje, junto a los antiguos nobles y señores, y otros grandes sabuesos y corceles. Algún día le mostraré las placas. —Entonces lanzó una mirada severa al grupo que seguía tumbado perezosamente—. Pero ahora, mírelos, con el clima tan bueno y ahí se los ve holgazaneando junto al fuego esperando sobras.
—Tranquila, Muriel, que todavía son cachorros. Ya espabilarán. —suspiró Carmen, que a medio relato había entrado a la cocina para relevarla de su guardia.
—No si dejan que los niños los sigan tratando como mascotitas… —protestó Muriel, viendo molesta como los chiquillos sacaban dos pancitos cada uno de la bandeja que la recién llegada les alcanzó, y huían raudos por el pasillo.
Francisco vio en ambas esa expresión poco frecuente de que estaban a punto de comenzar una discusión en serio, y se adelantó a Marta en su intento por distraer su atención.
—Manuel debió aprender de sus antecesores esa dedicación por su gente. Dígame ¿Se parece mucho a su abuelo? —comentó, buscando desviar la conversación de regreso al relato de Muriel. Intentó pensar en algo más cuando las mujeres solo se lo quedaron mirando—. ¿O a sus padres? Últimamente me he estado preguntado por su familia.
Todos en la cocina se quedaron en silencio por un largo instante. Las tres mujeres intercambiaron miradas significativas entre ellas, como si estuvieran deliberando sobre lo que debían decir y cuál de ellas debía hablar. Finalmente, fue Marta quien rompió el silencio.
—Se parece mucho a sus padres... —comenzó—. Y a su abuelo. Los señores han hecho siempre lo mejor que han podido. El amo Manuel, sobre todo, ha sacrificado mucho por la dedicación hacia su gente, y por eso todos le guardamos gran respeto y aprecio.
—Puede que a veces no lo muestre abiertamente, pero es un hombre muy atento y afectuoso. —complementó Muriel.
Francisco sintió una sensación reconfortante escuchando esas palabras sobre el que era su marido. Quería seguir preguntando, aprender más sobre la familia de Manuel, el pasado del lugar y sus historias. Pero antes de que pudiera formular otra pregunta, Carmen intervino con brusquedad.
—Tal parece que nos hemos quedado sin papas. —declaró, su tono firme retomando el control de las labores—. Altecita, sea bueno y vaya a buscar más al almacén, que todavía queda mucho por hacer antes de la cena.
Algo desorientado por el intempestivo corte de la conversación, Francisco se levantó dispuesto a cumplir lo que le había encomendado, pero en cuanto lo hizo notó los cuatro sacos de papas descansando junto a las alacenas, y entendió que solo quería sacarlo de la habitación y que dejara de interrogarlas.
-o-
Francisco dejó escapar un largo suspiro mientras se alejaba de la cocina, sus pasos resonando suavemente en los pasillos.
No era la primera vez que pasaba, de hecho, se volvía algo habitual que lo apartaran y le escondieran cosas. Era una sensación de desarraigo, como si siempre estuviera en los márgenes, sin pertenecer del todo a este nuevo mundo. Aunque se esforzaba por aprender y adaptarse, se daba cuenta de que aún lo trataban como a un forastero que no debía estar allí y, si bien sabía que era un proceso que le tomaría bastante tiempo, más que las pocas semanas que llevaba conviviendo con ellos, el recordatorio permanente de ser un intruso lo envolvía como la bruma fría que rodeaba permanentemente el castillo.
Con cada paso que daba, se sentía más pequeño, más aislado, más solo. Perdido en sus pensamientos, apenas notó cómo se desviaba de su camino hacia el almacén. Los pasillos parecían alargarse, las galerías se sucedían una tras otra, hasta que finalmente se detuvo, sin saber exactamente dónde estaba. Al levantar la vista, se encontró en un lugar diferente a todos los que había visto antes.
No era como los huertos, ordenados y bien protegidos de las inclemencias del tiempo. El lugar que se abría ante él se había dejado libre de resguardo para que la naturaleza reclamara lo suyo, así como el sendero por el que Manuel lo había traído al castillo. Los caminos de gravilla y piedras estaban desdibujados, apenas visibles entre las altas malezas y los arbustos que crecían sin contención alguna. Flores silvestres de colores apagados se asomaban tímidamente entre el follaje, mientras una fila de delgados árboles, antinaturalmente alineados, flanqueaban el espacio alzándose como colosos marchitos. Al seguir avanzando, sus ojos se posaron con los restos de una fila de asientos ocultos entre las enredaderas, junto a pilares y estatuas rotas cubiertas por gruesos mantos de tierra, musgo y líquenes. En el centro de todo se hallaba una enorme fuente, sus distintos niveles rellenos por múltiples capas de tierra acumulada, hojas secas y ramas caídas sobre las que generaciones de aves y otros animales habían construido nidos y madrigueras.
Francisco se detuvo frente a la fuente, sintiendo cómo el peso del lugar se apoderaba de su ánimo. Al parecer se había topado accidentalmente con los antiguos jardines de recreo, aunque en su estado actual más parecían un cementerio de lo que una vez fue un pasado brillante y glorioso. Otra vista trágica que hacía más evidente su decadencia actual y se transformaba en un reflejo de su propia melancolía. Era un asunto inquietante, y no podía negar que tenía gran atractivo para él y su curiosidad, pero aún no se sentía con la confianza necesaria para intentar abordarlo con sus nuevos vecinos o Manuel, por temor a ofenderlos y que se cerraran aún más con él.
Una ráfaga de viento frío le hizo estremecer y se envolvió instintivamente con sus brazos, deseando haber traído uno de sus nuevos abrigos. La superficie de su ropa ya estaba cubierta con una fina capa de rocío dejado por la niebla a su alrededor. No era tan espesa como el día en que llegó, desde el centro del patio podía ver la parte de los detalles en la fachada del castillo: los altos techos, las grandes ventanas y finas terminaciones bajo una cubierta de enredaderas que amenazaba con tragarlo y hacerlo parte del bosque circundante.
—No ha sido tan malo. —Se dijo, buscando salir del pozo emocional al que se estaba dejando arrastrar.
No había sido tan malo como se estuvo temiendo en un inicio. La vida que llevaba allí no le resultaba del todo desagradable tampoco. Aunque fuesen labores pequeñas, le gustaba ocupar sus días sintiéndose de utilidad, para variar. Dentro de todo, se sentía a gusto trabajando en la cocina y ayudando a servir la comida; estar con los animales en los corrales y en los huertos sin preocuparse por arruinar su ropa; interactuar con la gente sin tanto protocolo y jerarquías marcadas.
Tampoco le disgustaba el entorno, rodeado de bosques y verdor, respirar el aire fresco que se colaba por las mañanas. Pero seguía extrañando el sol, ese sol dorado de las tardes calentando con dulzura su piel, reconfortándolo. Todavía no se acostumbraba al frío permanente y a las múltiples capas de ropa en las que debía envolverse para soportarlo, aunque en algo se compensaba con la calidez de reunirse todos alrededor de la chimenea en el comedor, compartir con los demás, con los niños, los perros… Y Manuel.
Le agradaba Manuel. Era un hombre serio y terriblemente callado, pero era bueno con él y lo trataba con respeto y consideración. Francisco había empezado a notar los pequeños gestos que tenía con él, como el juego de dedales que apareció en su canasto de costura; las velas o la leña extra dejada para el bracero en su habitación los días que sacaba un libro del estante en el taller para leer de noche; o cómo siempre tenía a mano una manta para deslizar sobre sus hombros cada vez que lo veía temblar ligeramente. Eran detalles discretos, pero que apreciaba enormemente pues daban cuenta de su preocupación y atención.
Solo quisiera que le hablara más. No le molestaban las largas pausas en silencio, pero sí le gustaría poder conversar más seguido y libremente con él. Tenían temperamentos similares y estaba seguro de que se llevarían bien, tal vez incluso llegaran a volverse amigos, si tan solo pudieran conocerse mejor. Se le hacía evidente que a Manuel no le gustaba hablar mucho sobre sí mismo. Sus conversaciones, aunque cordiales, rara vez se desviaban de lo necesario y cuando lo hacían, Francisco notaba cómo el hombre rápidamente cambiaba de tema o encontraba alguna razón para excusarse.
Entendía que debía darle su espacio y acabaría soltándose con el tiempo, pero le estaba resultando demasiado difícil respetar sus ritmos cuando se sentía tan solo y desesperado por un contacto más íntimo. Anhelaba tener otra vez, aunque fuera una sola conexión autentica y profunda. Necesitaba con urgencia volver a sentir esa sensación familiar y de pertenencia que había perdido de golpe. Se sentía tan solo y perdido entre esa gente.
Francisco sintió el peso del grueso manto de piel extendiéndose sobre sus hombros, su tibieza abrasándolo de forma reconfortante, disipando parte de sus lamentaciones. Alzó la vista para encontrar a Manuel acuclillado frente a él, prendiéndole con cuidado el broche de madera para afirmar la capa en su lugar.
—Gracias. —murmuró Francisco, dedicándole una suave sonrisa—. Todavía no me acostumbro al clima de aquí. Pero hasta ahora no ha sido tan malo como me estuvieron advirtiendo.
Manuel soltó un leve suspiro.
—Eso es porque hemos tenido un clima particularmente bueno estas semanas. —comentó, sentándose a su lado. Francisco no se percató que estaba sentado al borde de la pileta destruida sino hasta que vio al otro haciéndose un espacio—. Aunque puede que a usted no le parezca, alteza. —dijo con cierto aire socarrón, sacudiéndose las gotas que se acumulaban en las puntas de su cabello.
Francisco volvió a sonreír. Eso era lo que llamarían mal clima en su casa, pero entendía que las cosas eran muy diferentes allí. Todo era mucho más duro: el clima impredecible; el frío que se colaba en los huesos; la comida, las personas, hasta las carcomidas paredes de ladrillo, que se sostenían en pie a pura determinación y puntales de madera. No había casi lujos, ni siquiera para ellos siendo los señores, cosa que se evidenciaba en los parchados bordes de la capa sobre sus hombros. Cada cosa tenía un fin práctico y no se desperdiciaba nada, hasta las cosas más extrañas tenían alguna utilidad.
Recordaba la primera vez que se había cortado picando pimientos. Manuel estaba con ellos en la cocina en ese momento, moliendo hierbas en una esquina. Luego de tranquilizarlo en su pánico inicial por la cantidad de sangre brotando de su dedo, el hombre detuvo momentáneamente a las mujeres en su intento por enrollarle la mano con un trapo y, en cambio, apretó la herida de tal forma que varias gotas del viscoso azul cayeron sobre el mejunje que había estado preparando. Rato después le explicó la razón de su perturbador comportamiento.
“—Siendo un príncipe, su cabello, u��as, lágrimas, o cualquier otro ingrediente que pueda obtener de usted tienen al menos diez veces más propiedades mágicas que la de cualquier otra persona de aquí. Más aún su sangre. —dijo Manuel, revolviendo el cuenco donde la preparación marrón comenzaba a volverse de un intenso violeta—. Lo había estado pasando por alto, pero a partir de ahora solicitaré más seguido de su cooperación, alteza.”
Entonces se había estremecido, pensando que lo haría sangrar y llorar sobre el caldero a diario, pero únicamente le había entregado varios frascos en donde debía meter cada pestaña perdida o hebra de cabello que quedara en su cepillo, cada lagaña, cada cerumen, y otras asquerosas menudencias de su aseo matutino; así como un pequeño tubito que transportaba a todas partes para cuando volviera a cortarse o se pinchara el dedo. Era algo vergonzoso y repugnante, pero inofensivo, así que no tuvo una verdadera excusa para negarse a hacerlo, y al cabo de un tiempo se volvió un asunto rutinario.
Había aprendido a apreciar esa mentalidad diligente y precavida con la que se manejaban, aunque le resultaba demasiado demandante en comparación con su hogar, donde no existía esa preocupación constante por el futuro y los tiempos de escasez, tan ajenas a la vida cotidiana de su gente.
Fue entonces cuando su mirada volvió a vagar por el lugar en el que se encontraban. Había algo desconcertante en ese rincón del castillo. Presentaba un marcado contraste con el resto de los espacios exteriores, donde cada centímetro de tierra estaba cuidadosamente cultivado o siendo preparado para ello.
—Es curioso. —dijo Francisco, rompiendo el silencio mientras sus ojos recorrían los viejos jardines—. Todo aquí es tan... utilitario, tan enfocado a lo esencial. Y sin embargo, este lugar... —hizo un gesto con la mano, abarcando la extensión de pilas de escombros y estatuas casi tragadas por la tierra y las enredaderas—. Este es uno de los antiguos patios de recreo ¿Verdad? De cuando las cosas iban mejor. —No pudo evitar deslizar una de las tantas preguntas que se agolpaban en su cabeza y en su lengua.
Manuel se puso tenso por un instante, observando el mismo paisaje con una expresión pensativa.
—Disculpe, no era mi intención incomodarlo… —comenzaba a disculparse Francisco.
—Sí. —Fue lo único que dijo Manuel al principio, haciéndole creer que de hecho estaba molesto—. Es otro vestigio de esos tiempos…
Había algo en su semblante que Francisco no logró descifrar, una mezcla de nostalgia y tristeza. A ese primer comentario le siguió una larga pausa, como si estuviera decidiendo qué y cuánto decirle, si es que debía decir algo más.
—Aunque más bien era un jardín privado, destinado para el uso de unos recién casados. —elaboró a continuación.
Francisco se giró enseguida en su dirección, intrigado por la pequeña pieza de información que acabara de soltarle voluntariamente. Ansiaba que no acabara allí, con esas dos escuetas frases. Quería saber más, que le contara más. Así que hizo lo mejor que pudo por inspirarle lástima y hacerlo sentir comprometido, mirándolo directamente con la súplica evidente en los ojos.
Manuel resopló al notarlo, arrepentido de haber abierto la boca, pero tuvo la gentileza de proseguir con el relato que hubiese preferido ahorrarse.
—Era un regalo de bodas, junto con todo este pabellón. —prosiguió, señalando el ala que tenía la fachada más finamente ornamentada de todo el edificio—. La construcción tardó varios años porque cada uno de los árboles, mármoles, flores y piedras que se usarían, así como las sedas, algodón y lana para vestirlo fueron seleccionados personalmente por el novio, que quería traer lo mejor de todos los reinos conocidos hasta entonces para deleitar a su futura pareja y no echara tanto en falta las bondades del mundo exterior luego de trasladarse a este pequeño y aislado confín. Decían que durante ese tiempo se podían ver grandes barcos que cubrían todo el horizonte hasta donde alcanzaba la vista, y la gente se amontonaba en las calles para admirarlos a su paso y las mercancías que traían. Fue el tiempo en que mayor prosperidad se vio en el señorío. La gente estaba contenta y expectante del gran acontecimiento… —Entonces se detuvo un momento, remeciéndose incómodo en su lugar—. Pero la boda no ocurrió, y el jardín nunca llegó a usarse para lo que fue creado. Con el tiempo y las desgracias que siguieron cayó en el olvido y los siglos de constante abandono lo transformaron en estas ruinas.
—Eso es… es bastante deprimente. —Francisco se sintió particularmente conmovido al escuchar ese pequeño trozo del pasado y el destino truncado que cubría con un nuevo halo de melancolía el lugar. Ahora los pilares caídos, troncos secos y curvados y las baldosas tragadas por la maleza y el tiempo le inspiraban más lástima que antes—. Como una flor marchita. El eterno fantasma de un corazón roto.
—No tanto así. No se puede decir que fuera un matrimonio motivado por amor, más que nada un intercambio conveniente. —quiso aclararle Manuel, todavía mirando el exterior del edificio, una nota de abatimiento colándose en su voz.
Francisco lo imitó, observando con nuevos ojos la gris y triste construcción. Intentó imaginar cómo habría sido durante sus días de gloría, con las molduras intactas y coloridos estandartes colgando de los balcones; las vidrieras completas y mármoles lustrosos reflejando la luz del sol y el oro y plata de las finas mercancías traídas para la boda; los caminos y senderos enmarcados por hileras de altos árboles y fragantes flores interrumpidas por hermosas esculturas.
—Tal vez se planteara así —dijo, apenas un murmullo—. Pero si el hombre se tomó tantas molestias para asegurar la comodidad de su pareja, es imposible pensar que no tenía esperanzas puestas en su unión. Grandes ilusiones de una vida que se vieron truncadas de un momento a otro.
Sintió los intensos ojos del otro hombre sobre él y al girarse para comprobarlo lo descubrió mirando en su dirección, pero no parecía mirarlo a él, sino más bien a través de él, a algo mucho más allá.
Manuel guardó silencio por varios instantes, perdido en sus pensamientos y Francisco se mantuvo muy quieto y callado para no importunarlo.
—Sí, ciertamente fue así. —admitió finalmente, volviendo al presente.
—¿Qué fue lo que pasó? ¿Por qué no ocurrió la boda? —se atrevió a preguntar Francisco.
—Solo él estaba dispuesto a cumplir con su parte del trato. Los reyes en realidad nunca tuvieron la intención de entregar al príncipe que habían prometido en matrimonio.
«Que esta unión de por concluida la deuda del reino.»
«Finalmente, los reyes han cumplido su palabra y la mano de un príncipe fue entregada en matrimonio.»
Francisco recordó las palabras del erudito, y las de Manuel en el comedor durante su primera mañana, y entonces tuvieron un poco más de sentido. Su esposo pareció notar la realización en sus ojos y asintió ligeramente antes de apartar otra vez la mirada.
—Supongo que finalmente cumplirá su propósito luego de tanto tiempo. No puedo hacer lo mismo con el pabellón porque lo necesito para las funciones del castillo, pero considere el jardín como suyo. Puede hacer cuánto le plazca aquí. Siento que se encuentre en tan pobre estado.
—Me gustaría restaurarlo. —dijo en un impulso. Pensó en arrepentirse de lo que acababa de decir, pero ciertamente no quería hacerlo—. Sé que es un capricho tonto, pero me gustaría intentarlo, saber cómo se veía y recuperar cuanto se pueda se esa antigua belleza. Si me lo permite y no es demasiado inconveniente, claro. Le prometo que no descuidaré mis deberes, ni tampoco le pediré que destine recursos a la empresa. Seguro se le puede dar uso a algunos de los materiales más duros, vaciar la fuente, quitar las malezas, podar los arbustos y volver a delimitar los caminos. Podría ser una buena zona de descanso, y de recreo para los niños cuando el clima sea más favorable…
—De acuerdo. —aceptó Manuel, más fácilmente de lo que habría pensado—. Puedo facilitarle un par de manos para que lo asistan con las tareas pesadas. Y buscaré entre los archivos los planos del diseño original si de algo le sirven.
—Gracias. —Una sonrisa tiró de los labios de Francisco, una verdadera y amplia sonrisa que le llegaba hasta los ojos y enviaba un cálido alivio por todo su cuerpo—. Y gracias por su regalo, en verdad lo aprecio.
—A usted. —Manuel le sonrió tímidamente de vuelta.
Se quedaron un buen rato más allí, lado a lado contemplando el patio en un cómodo silencio. Francisco realmente sentía que podría llevarse bien con ese hombre, desarrollar un mutuo afecto y confianza, y llegar a ser buenos amigos a pesar de todo.
A lo lejos, y varios metros por sobre sus cabezas, un amplio hueco se abrió entre el tupido cúmulo de nubes, dejando pasar un cálido rayo de sol.
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Exigen acciones inmediatas al CNE y al Ejecutivo Nacional
Frente Democrático Popular denunció represión y violación de derechos humanos tras elecciones presidenciales en Venezuela
Caracas 20/08/24. (PS).- Manuel Isidro Molina, presidente del Movimiento Popular Alternativo (MPA), en representación del Frente Democrático Popular (FDP), denunció este martes una política sistemática de represión y violación de derechos humanos desencadenada tras las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio.
Mediante la lectura de un documento, Molina subrayó que el Consejo Nacional Electoral (CNE) aún no ha cumplido con su obligación constitucional de realizar las auditorías necesarias y publicar los resultados desagregados del proceso electoral. Esta falta de transparencia, sumada a la omisión de su deber de informar a los venezolanos, ha mantenido en incertidumbre a los 12,5 millones de electores que participaron en los comicios.
El FDP alertó que la represión se ha manifestado a través de detenciones arbitrarias, especialmente de líderes opositores, periodistas, y miembros de organizaciones sociales. Según el FDP, 2.229 manifestantes, entre ellos adolescentes, mujeres, indígenas y personas con distintas discapacidades, han sido privados de libertad y enfrentan acusaciones sin fundamento bajo la presunta influencia de la droga "captagon".
La organización también expresó su preocupación por la persecución de trabajadores del sector público, quienes han sido despedidos de sus cargos por su presunta participación en las protestas o por expresar sus opiniones en redes sociales. En particular, se han reportado despidos masivos en instituciones como VTV, SENIAT, PDVSA y Conviasa.
Finalmente, el FDP exigió al CNE que publique de inmediato los resultados mesa por mesa y permita un proceso de auditoría transparente. También instaron al Ejecutivo Nacional y sus cuerpos de seguridad a cesar las detenciones arbitrarias y la represión contra la disidencia. El FDP hizo un llamado a la movilización popular para defender los derechos políticos y humanos en Venezuela.
El Frente Democrático Popular está conformado por las siguientes organizaciones: Frente Nacional de Lucha Trabajadora, Partido Comunista de Venezuela (PCV), La Otra Campaña, Centrados en la Gente, Voces Antiimperialistas, Movimiento Popular Alternativo (MPA) y el Bloque Histórico Popular.
Juan José Ojeda Díaz / Prensa de Solidaridad
X (antes Twitter): @juanjoseojeda
Instagram: @juanjoseojedadiaz
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La invisibilidad de lo básico
Las sensaciones de desplazo causadas por tu hirviente arrogancia,
tu aplicación nada piadosa de la ley de la indiferencia;
tu carencia de responsabilidad afectiva que puso a prueba mi valía,
la sola suficiencia de las faltas de respeto y empatía,
la Humillación de sentirme vacía (o, peor aún, nula),
reunieron las evidencias necesarias de que ya no me querías.
Lo equidistante de nuestras solemnenes posturas,
resultado de las afiladas costuras de nuestras propias heridas,
evidencian un problema de filosofía personal respecto a idealismos divergentes,
dejando entrever el orgullo inquebrantable de nuestras sin razones.
La explosión al juntarse nuestras personalidades contrapuestas,
la deshonestidad de tus intenciones y prematuras sentencias,
prefirieron racionalidad en lo netamente subjetivo,
perdiendo los detalles en reemplazo de tu mutismo selectivo.
También los tratos descorteses, según tú, bien merecidos,
optaron la ambivalencia evidenciando procederes inmaduros.
El descarte de las transparencias que dieron lugar a las equivocadas interpretaciones,
la mayor cabida que dimos a opiniones exteriores,
y con ello, la orden silenciadora hacia lo anhelado,
que conllevaba una ausencia de tus afectos bien sabidos,
dejaron una cuenta interminable de los días y noches de angustia,
resultando que soltara la esperanza.
Las omisiones bien sabidas de mostrarte presente,
y la criminalidad de tu marcada falta de interés;
me descategorizaron en la lista de tus prioridades.
La prolongación de nuestros miedos y sus efectos,
la oposición de nuestras resistencias,
tu determinación de acero totalmente carente de piedad,
la incomunicación que no te molestaste en aclarar,
mis huellas de abandono que no te importó activar;
bastaron para demostrar,
la invisibilidad de lo básico que era amar.
Tu rechazo a luchar que significó un rechazo a mí,
el despojo de mis ganas para vivir causados por ti,
disculpa por la claridad, pero no haré uso de la hipocresía,
así que piérdete, no quiero saber más de ti.
- Melady Guizado, La invisibilidad de lo básico (Julio, 2023).
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¿Por qué hay usuarios que se ven en la necesidad de mentir cuando se van de un foro? Y lo digo porque me han escrito diciendo que ya no tienen tiempo, pero luego los ves a la semana siguiente en el otro foro donde estás, con el mismo personaje. || Mi excusa casi siempre es el tiempo y si me lo puedo permitir, me quedo con algún personaje. Sin embargo, trato de balancearme con lo que necesito en ese momento. Ej. Si requiero un pj donde me contestan una vez a la semana y me deja más tiempo libre por la paciencia. O, el pj al que le he invertido más tiempo. O, el pj que tiene mejor aceptación.
Es una situación compleja y desafortunadamente común en la comunidad. La falta de honestidad entre usuarios puede surgir por varios motivos, y uno de los más recurrentes es el temor a generar malentendidos o herir sentimientos. Muchas veces, cuando alguien decide dejar una trama o un foro por falta de tiempo o interés, su explicación puede ser malinterpretada. Esto genera una especie de paranoia o defensividad, donde cualquier motivo es visto como un ataque personal en lugar de una simple circunstancia de la vida.
Entendemos que a veces es más sencillo decir que no tienes tiempo que enfrentarte a la incomodidad de comunicar un desinterés o un cambio de prioridades. Sin embargo, esa falta de transparencia puede alimentar una dinámica poco saludable dentro de la comunidad. Al final, los malentendidos generan desconfianza, lo que empeora la comunicación y, en algunos casos, puede llevar al acoso o a la sospecha constante entre usuarios.
Uno de nuestros integrantes vivió una situación similar: por cuestiones académicas tuvo que enviar a hiatus a varios personajes, lo que desencadenó una serie de malos entendidos con otros usuarios, quienes asumieron que el problema estaba en ellos o que algo más estaba ocurriendo detrás de la decisión. Esta falta de aceptación del "no tengo tiempo" como una explicación válida es un reflejo de la desconfianza que a veces se vive en la comunidad.
Lo más importante es tratar de ser lo más sinceros posible y, como comunidad, trabajar en generar un ambiente donde las personas puedan expresarse libremente sin miedo a ser juzgadas o malinterpretadas. Lo cual sabemos, requiere muchísimo trabajo .
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Nunca medité con la suficiente hondura sobre ese juego de espejos negros que se activa cuando ayudamos a los demás, esa ceguera interior que nos impide vernos mientras tendemos la mano. Jamás me detuve a preguntarme si lo hacía por mí antes que por el otro, el supuesto ayudado, hasta que, en un parpadeo cruel, vislumbré lo que se movía tras las bambalinas de quien alguna vez me tendió la suya. Es en ese gesto donde olvidamos la fragilidad del otro, y nos disfrazamos de buenos, con la carta escondida que asegura la victoria frente a todo y todos, cristalizando nuestros propios deseos e intereses. Afuera, el ayudado solo sabrá de nuestra bondad impoluta. ¡Perfecto! ¡Qué ironía devastadora la de quien recibe, mientras paga con todos los anhelos no dichos de aquellos que le aman!.
Ahora entiendo el miedo detrás de esas palabras que exigían recuperar el control. No creo que alguien alcance a comprender el dolor profundo de quien, en medio de ese benéfico campo de batalla, se descubre odiando la falta de transparencia de todos los que dicen amarlo, siempre listos para lanzarse a la caza del siguiente anhelo. Ser una pieza antes que carne que alberga el alma amada. Me aman, pero no pueden detener el juego; los amo, pero me duelen hasta en los huesos.
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Transparencia
Divergence propone un espacio para rolear a placer cualquier tipo de temática de rol, o trama, pero antes que ser usuarios somos personas, tenemos vidas fuera del foro. Nunca se les va a exigir a los usuarios algo que yo como webmaster y usuario, no pueda ofrecer primero. Si quiero que seáis activos, daré el ejemplo, y si quiero respeto en mi espacio, primero lo ofrezco implementando medidas que reflejen que también respeto a mis usuarios, siendo ante todo transparente sobre el manejo del foro. Yo como su webmaster he reflejado mi visión al respecto en la normativa, donde incluso los invitados pueden acceder:
Temporadas en las que staff no pueda cumplir con la actividad, y se dé el derecho de conservar personajes, físicos y color, no se evaluará actividad. Si nosotros tenemos el derecho, nuestros usuarios también. Se dará a un periodo de gracia para que todos puedan hacer actividad. Si llega a darse el caso de que uno de nuestros usuarios no se encuentra en capacidad por diferentes motivos, puede comunicarse con staff para hallar una manera de resolverlo.
Esta medida es justa y necesaria. Podemos rolear a tope, pero también hubo, hay, y habrá periodos en los que será difícil escribir, por eso el foro tiene medidas para proteger a su comunidad, todos tenemos los mismos derechos, y las mismas responsabilidades al ser todos usuarios del mismo espacio. Nadie es más que nadie, y las personas que nos han otorgado su confianza al decidir pertenecer a esta comunidad, merecen que se les corresponda.
Si el staff falta a las normas, incluyéndome, estáis en todo el derecho de quejaros conmigo, su webmaster, para que se implementen correcciones en pos de mejorar la gestión del foro.
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Ciberataque Devasta Plataforma Fotográfica Look&Flow: Datos de Usuarios Comprometidos
La plataforma de gestión fotográfica Look&Flow, anteriormente conocida como Uphlow, ha sido víctima de un devastador ciberataque que ha comprometido la seguridad y privacidad de los datos de más de 6,000 fotógrafos y sus clientes. El ataque fue confirmado públicamente el jueves 26 de julio por los fundadores Adri y Maca a través de sus redes sociales y canales de comunicación oficial.
Un Ataque Devastador
Según fuentes cercanas a la empresa, los hackers lograron infiltrarse en la plataforma, robar datos y posteriormente borrar casi la totalidad de la información almacenada. Un íntimo amigo de los fundadores, comentó que los delincuentes cibernéticos exigieron un rescate por los datos antes de eliminarlos.
La gravedad del ataque ha dejado a miles de fotógrafos sin acceso a las fotos, contratos y otros datos sensibles, incluidas imágenes de menores y desnudos. Una usuaria del grupo de WhatsApp "Afectados Look&Flow", que cuenta con más de 500 miembros, expresó su preocupación y enfado, destacando la importancia y sensibilidad de los datos perdidos.
Problemas Recientes y Cambio de Marca
Los problemas para Look&Flow no son nuevos. Desde finales de junio, la plataforma había estado experimentando múltiples fallos técnicos, lo que llevó a sus responsables a cambiar el nombre y dominio de Uphlow a Look&Flow. Este cambio fue anunciado el 27 de junio, y aunque se presentó como una evolución positiva, resultó ser un preludio de problemas mayores.
Los correos enviados por Look&Flow en las últimas semanas detallaban diversos incidentes y mantenimientos urgentes, incluyendo problemas con los nuevos servidores y la migración de la base de datos, lo que incrementó la frustración entre los usuarios. Estos mensajes, aunque intentaban mantener informados a los clientes, solo aumentaron la incertidumbre y desconfianza.
Reacción de la Comunidad y Acciones Legales
La comunidad afectada no ha permanecido pasiva. Los usuarios del grupo de WhatsApp han organizado una denuncia colectiva contra Look&Flow, alegando negligencia y falta de transparencia en el manejo de la situación. Se sienten engañados y desprotegidos, especialmente después de recibir correos vacíos y mensajes poco claros sobre el estado de sus datos y la funcionalidad de la plataforma.
Medidas de Contingencia
En respuesta al ataque, Look&Flow ha tomado varias medidas inmediatas. Han bloqueado todos los accesos a la plataforma para evitar más filtraciones y están colaborando plenamente con las autoridades para identificar a los responsables del ciberataque. Además, están trabajando en una pasarela segura para que los usuarios puedan acceder y recuperar sus datos.
Los fundadores han prometido mantener a los usuarios informados y han establecido un gabinete de comunicación de crisis. A pesar de los esfuerzos, la pérdida de datos es masiva, con más del 99.9% de las imágenes almacenadas en la plataforma eliminadas y consideradas irrecuperables.
Un Futuro Incierto
El impacto de este ciberataque es profundo y las consecuencias para Look&Flow podrían ser devastadoras. La confianza de los usuarios está gravemente dañada, y la viabilidad futura de la empresa pende de un hilo. Adri y Maca, visiblemente afectados, han expresado su desolación y compromiso de seguir trabajando para resolver la crisis y apoyar a los afectados.
Este ciberataque subraya la importancia de la seguridad cibernética y la protección de datos en el mundo digital actual, especialmente para plataformas que manejan información tan sensible como la de Look&Flow. Los próximos días serán cruciales para la plataforma y sus usuarios, quienes esperan respuestas y soluciones a esta situación crítica.
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@NunezFeijoo ha puesto en evidencia la falta de transparencia y la posible corrupción en el
@obloque y el
@PSOE exigen transparencia y rendición de cuentas, subrayando la urgencia de esclarecer estas turbias informaciones para restaurar la confianza de la ciudadanía en unas instituciones públicas que el PP parece empeñado en ensuciar. ¿Qué es lo que realmente temen que salga a la luz? ¿Qué pasa con la familia de Feijóo? ¿Por qué no son llevados ante los tribunales tanto el cuñado como la hermana del señor Feijóo, como sí se ha hecho con Begoña Gómez, cuando en estos casos hay más pruebas y no solo recortes de prensa? #LaFamigliaFeijóo#IgnacioCardenas#EvaCardenas#PPGaliciahttps://publico.es/politica/pp-niega-investigar-galicia-adjudicaciones-empresa-cunado-feijoo-emergencia-sanitaria.html?utm_source=twitter&utm_medium=social&utm_campaign=web…
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Las nuevas normas de X para permitir contenido pornográfico
🎯La red social X actualizó este lunes sus pautas para permitir a los usuarios publicar “desnudos o comportamiento sexual de adultos producido y distribuido con consentimiento” siempre que esté etiquetado y no en un lugar destacado, como una imagen de perfil, según anunció en un comunicado la compañía de Elon Musk.
🎯“Creemos en la autonomía de los adultos para interactuar y crear contenido que refleje sus propias creencias, deseos y experiencias, incluidos aquellos relacionados con la sexualidad”, señala el comunicado X, plataforma antes conocida como Twitter.
🎯Este tipo de suscripciones podría suponer otra forma de ingresos para X, que ha visto sus ingresos publicitarios caer tras la adquisición de Musk y sus polémicas medidas.
🎯La plataforma requerirá ahora que los usuarios que “publican regularmente” contenido para adultos ajusten su configuración para marcar las imágenes y videos que publican como contenido confidencial.
Dibujos e IA pornográficos
🎯La compañía también indica en su comunicado que este “contenido para adultos” también se aplica al contenido fotográfico o animado generado por IA, como dibujos animados, hentai o anime”.
🎯Los usuarios que tienen menos de 18 años o que no han ingresado su fecha de nacimiento en su perfil no podrán “hacer clic” en el contenido pornográfico.
🎯Las nuevas reglas también prohíben el contenido “que promueva la explotación, la falta de consentimiento, la cosificación, la sexualización o el daño a menores y comportamientos obscenos”.
Contenido violento
🎯Después de la publicación del comunicado, la cuenta de X dedicada a la seguridad publicó: “Hemos lanzado políticas de contenido para adultos y contenido violento para brindar más claridad a nuestras reglas y transparencia en la aplicación de estas áreas. Estas políticas reemplazan nuestras políticas anteriores sobre medios sensibles y discurso violento, pero lo que aplicamos no ha cambiado”.
🎯“El contenido violento cubre discursos violentos y medios violentos para permitir un enfoque más holístico para combatir la violencia en todas sus formas”, detalló el mensaje.
🎯Desde la llegada de Musk, tras comprar la red por 44.000 millones de dólares en 2022, las reglas de X se han suavizado y el magnate ha quitado el veto a varias cuentas, como por ejemplo la del expresidente estadounidense Donald Trump.
🗞️ EFE
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Estas cosas no se cuentan
Es terrible el silencio de las casas vacías.
Dicen que quienes escuchan estos ruidos permanecen ocultos debajo de las conchas hasta que todo empieza a romperse. Pero estas cosas no se cuentan.
Es terrible el silencio de las casas vacías.
Dicen que algunos se pintan el ojo izquierdo solo para que lo vea el ojo derecho, delante del espejo que compraron cuando aún existía la luz y las posibilidades eran una masa blandita de harina y agua dentro de un cuenco blanco.
Con todas las formas posibles.
Muchos gritan que no había que tener miedo.
Lo gritan al hombre que se cuela en el pasillo buscando un lugar donde estar a salvo. Porque eso nos enseñan en la escuela. Que hay que caminar rectos con las heridas en las rodillas y subrayar las faltas de ortografía con bolígrafo rojo. Y que estas cosas no se cuentan.
Es terrible el silencio de las casas vacías.
Y te llega como llega un rayo que parte el mundo. Con las arterias de los árboles dentro de los vientres y con un grito en la boca que no puede caer por la ventana.
Siempre hubo gritos cayendo por la ventana.
Cuando todavía había voces.
En las casas vacías.
La mujer extiende la sal sobre la mesa y suspira. Y por cada suspiro pierde una noche. Y por cada noche, se acerca más a la tierra,
que se presenta como un dios donde descansan los errores.
Dicen que ella se agarra a los objetos como la única esperanza.
El hombre es tranquilo y huele a manzanas. Tiene ojeras negras y nieve en la cabeza que se enreda cada mañana con el peine como buscando el pensamiento que no debería estar ahí.
Los dos fueron a la escuela y caminaron rectos con las heridas en las rodillas. Y los dos marcaban las faltas de ortografía con bolígrafo rojo.
Es terrible el silencio de las casas vacías.
La condena de los que todavía no han muerto.
El hombre vive en el lugar olvidado. Tuvo una vez un perro pequeñito que llevaba sobre el dedo como el que sostiene un cristal. Un perro en el jardín. Y el hombre descansando con ceniza en el pantalón y un barco en la montaña. Los planos de una casa brillante como una perla. Una oficina importante. Un doctorado en cosas complicadas que pendía de un clavo en la pared del pasillo.
La mujer se esconde tras una cortina. Es alta y sueña con caballos en el agua y con un pájaro que cubre el mundo con dos alas extendidas.
Es terrible el silencio de las casas vacías.
Aplasta como el pie que arrasa el reino de los insectos.
Dicen que la mujer nunca salió de la casa.
Dicen que el hombre entró en el jardín.
Y dicen los expertos que hay que evitar los pensamientos que no deben estar ahí. Como el que encuentra una bola de naftalina desintegrada en la caja de la ropa de invierno.
Dicen que la mujer era pequeña como un olivo que no crece.
Dicen que el hombre tenía agua en la boca.
Cada uno en cada punta del mundo. Con el mismo ruido en el estómago.
Con dos casas vacías.
Y todo el tiempo dentro de la noche.
Dicen que pensaban que allí no había nadie. Que el ruido de los pasos era el de un monstruo confinado a cumplir una pena. Que los niños pasaban de puntillas por la puerta de la casa del hombre. Que las madres corrían al cruzar la casa de la mujer.
Y cada uno en cada punta del mundo.
Con dos casas vacías.
La mujer observa la fina transparencia de su mano.
El hombre se pinta el ojo izquierdo.
Cada uno en cada punta del mundo.
Y cada uno en la casa vacía.
Dicen que todo vino como un espanto que es visto en la calle por los que no tienen miedo. Vino como el viento que promete calmar el picor del agua.
El hombre con puños en el vientre.
La mujer sin ojos en la cara.
Cuatro manos que se vuelven transparentes. Rodillas sucias. Heridas en los pies de trazar círculos desde la cocina hasta donde estaban las hojas de almendro que llegaban de fuera. Como el recuerdo de lo que no quiere verse.
Dicen que nunca hubo nadie. Y que esas cosas no se cuentan.
Dos casas vacías.
Ellos debajo de la tierra cuando llegaron los fantasmas pidiendo explicaciones.
Dicen que algunos no soportan el peso del mundo.
Pero esas cosas no se cuentan.
Es terrible el silencio de las casas vacías.
- Alicia Louzao, de Las niñas que no queríamos ir a la escuela. Ediciones Liliputienses
- Agnès Varda, Jeune fille à la tourterelle, 1954
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