#escribí esto entre las dos - tres de la mañana
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No sabía qué día era, mes o año, el tiempo para él se detuvo esa noche que lo perdió todo en medio del caos y olor a muerte por el reino. Esa una macabra escena que sigue persiguiéndolo no solo durante las noches, sino que también de día, llorando de un momento a otro y siendo incapaz de alimentarse por su cuenta. Su cuerpo no reaccionaba, su voz tampoco, parecía un muñeco como los que tenía de pequeño y el brillo en sus orbes rosados se desvaneció por completo.
Si bien su nueva vida en el castillo no comenzó de la mejor forma, poco a poco logró acostumbrarse a ser el "favorito" del emperador, compartiendo cama todas las noches, volviéndose uno entre gemidos y las esencias de ambos. Pero Hanbin sentía más que solo atracción sexual, comenzaba a suavizar su mirada cada vez que lo ve por el lugar, sonriéndole con sus mejillas levemente coloradas tras ser descubierto y una tímida risita escapando de sus labios. Su corazón daba brincos cuando Junseong lo tocaba y apreciaba como si fuese la obra de arte más bella del mundo, su estómago sentía mariposas cada vez que los labios se juntaban y su cuerpo pedía más, que lo tomase, que lo hiciera suyo. El día que el dragón le ofreció brindarle un cachorro fue cuando el príncipe del Cuarzo Rosado en cuenta que, efectivamente, comenzaba a sentir algo más. Y cuando confirma que en su vientre alberga una nueva vida es que se siente feliz otra vez, por fin su vida se pintó de colores y no podía evitar querer más y más al alfa, quien incluso se volvió más gentil con su persona y quien sería su futuro hijo.
Cuando recibió una carta de encontrarse a las afueras del castillo y que estaba firmada por su anterior prometido es que el mundo le da vueltas, sin dudarlo se presenta en el lugar y es bienvenido por unos cálidos abrazos y par de lágrimas. El príncipe del Ópalo, su primer amor, había vuelto por él y junto a sus seguidores planeaban el escape de Hanbin de ese tenebroso lugar, aún necesitaban tiempo, así que le prometió mantenerse a salvo no sin antes besarlo, tiempo atrás ese gesto podía alborotar cada centímetro del omega pero ahora su corazón se queda tieso, no reacciona, a lo que se disculpa de inmediato con miedo a causar un mal entendido. Por suerte, su prometido es un ángel e interpreta las acciones del más bajo como una reacción esperada de alguien que ha sido privado de su libertad.
El tiempo pasa y las dudas en su cabeza aumentan, una parte de él quería contarle a Junseong lo que sucedió no obstante la otra temía por la posible ira que podía presenciar. Las veces que se armaba de valor para llamar su atención eran interrumpidas por Youngdae o algún otro soldado buscándolo para su siguiente movimiento, dejando al príncipe con las palabras en su garganta y al borde del llanto, tocando su vientre y prometiéndole al bebé que pase lo que pase él lo protegería con su vida, su pequeño y más amado milagro, la luz que le brindaba energías para vivir.
Cuando llega la noche del escape del mientras Hanbin mantiene su mano entrelazada con la de su prometido, mira una última vez al castillo, sus ojos se tornan vidriosos de inmediato y quiere volver, quiere regresar con la persona a quien estaba amando, pero es detenido por una mano en el hombro y unas palabras que se clavan en su corazón. "Él solo te ha usado" escucha de alguien más, un general del Ópalo y quien había visto un par de veces. No se atreve a responder porque su voz no fluye y no quiere asumir que eso podía ser cierto. ¿Acaso Junseong cedió para manipularlo? ¿Sus ojos rojos le mentían cada vez que lo tomaba y los colmillos del alfa se muestran y rozan su piel? Antes que pueda cuestionar algo más es que escucha ruidos a su alrededor y se pone en alerta, cubriéndose con la capa que le habían brindado y al voltearse siente que todo se detiene, que nadie más está a su lado, son solo él y el dragon del Cinabrio, quien mantiene la vista fija en su persona y Hanbin siente cómo si fuese atravesado con lanzas, solo que en este caso, eran los fríos y crueles orbes que tanto amaba que le lastimaban. La voz que conocía dice que se acabó, que su tonto juego ha llegado a su fin, que se sentía ofendido por creer que podrían salirse con la suya y arrebatarle lo que le pertenece.
Ahí supo que Junseong sabía del plan desde antes, que esas reuniones eran para evitar su escape, pero lo que no sabía es que el destino que le esperaba era aún más horrible.
Su prometido intenta protegerle, ocultándolo en su espalda, no recuerda bien qué es lo que dijo pero sí tiene presente el grito de dolor que suelta cuando es golpeado por alguien más en la cabeza. El omega no se mueve a pesar de que las piernas le tiemblan de miedo, intenta llamar al emperador pero es apresado por los soldados y llevado a otro sitio. Las lágrimas no le brotan, aún no procesa la situación y es el "Todo estará bien" de su prometido que le pone aún más la piel de gallina mientras se dirigen a los calabozos del Cinabrio, un lugar frío y con fuerte olor a sangre y putrefacción, podía ver incluso partes de cuerpos en el suelo que sirven de comida para las ratas. Siente náuseas y tambalea pero rápidamente es sujetado por uno de sus captores hasta ser guiado a una enorme mazmorra, sabiendo que son seguidos por Junseong y Youngdae.
Sus memorias tras llevar y ser atado de las muñecas contra el suelo son, por desgracias, tan claras como el agua. Recuerda a su prometido ser golpeado reiteradas veces no solo por Youngdae, sino que también por más soldados, seguramente suyos, pues son tan sadicos como el futuro monarca. Recuerda los gritos de quienes estaban ayudando en el escape y la sangre ajena salpicarle en la ropa y rostro. Recuerda las súplicas de piedad o de una muerte rápida y las crueles risas de los perpetradores. Recuerda sentir su rostro humedecerse por las lágrimas que no paraban y sus cuerdas vocales desgarrarse mientras pedía que por favor se detengan. Pero de todo eso el recuerdo más doloroso es de Junseong quien no se inmuta por su sufrimiento, al contrario, parece disfrutar de todo el macabro escenario que ha presenciado tantas veces desde que inició la guerra. Hanbin alza sus manos en vano buscando tocarlo sin embargo es detenido cuando ve la cabeza del príncipe del Ópalo rodar hacia él y un comentario burlón haciendo alusión que se estaba moviendo tanto que fue imposible cortarlo limpiamente. Los orbes multicolores de su prometido se encontraban abiertos, mirándolo fijamente, casi juzgándolo por no apresarse con el plan.
Un fuerte dolor en su vientre hace que se incline hacia adelante, comienza a jadear y a sentir como su cuerpo pierde fuerzas. Su cachorro, su dulce y amado cachorro ha muerto, lo sabe. No podrá ver sus ojos, no podrá rodearlo de flores rosadas, no podrá escucharlo reír, no podrá cargarlo en sus brazos y lo peor, no podrá brindarle la vida que merecía.
Con su último esfuerzo, mira otra vez al alfa que estaba ganándose su corazón y en lugar de preguntarle si era feliz con lo que ha causado, murmura un leve "El pequeño dragón ya no está." antes de perder el conocimiento y caer sobre el sucio y frío suelo.
༺ ✤ ༻⠀
No sabía qué día era, mes o año, el tiempo para él se detuvo esa noche que lo perdió todo en medio del caos y olor a muerte por el reino. Espera, ¿No había pensado eso antes? Bueno, no importa, un día más de vida significa un arrepiento más de seguir respirando, había intentado acabar con su dolor tantas veces pero era siempre frustraban sus planes. Lo vigilaban cual halcón por órdenes del emperador, el mismo que no había vuelto a dirigirle la palabra ni llevado a su cama desde esa noche. Y era mejor así, piensa, porque no puede controlar el llanto cada vez que lo ve o escucha cerca.
"Ah— lo he vuelto hacer." Le habla a la tierra, la misma que albergaba cientos de flores en el jardín del Edén, de todos los colores posible, pero en específico a la rosa blanca que acaba de marchitar por sus tristes memorias. Hanbin podía hacer crecer con facilidad plantas de todo tipo y en cualquier lugar siempre y cuando la tierra sea fértil. Él por su parte ya no lo era, la quemadura en su vientre tras el incidente es un recordatorio que no volverá a tener hijos, le fue arrebato su anhelo de tener una familia por la misma persona que le iba a brindar una y si bien ya no le duele físicamente, sabe lo fragmentados que están corazón, cuerpo y alma.
No le quedaba mucho tiempo antes de la hora de cenar y debía asistir para no causar tantos problemas. Se apresura en hacer brotar una nueva rosa, esta vez de color carmesí y hace que una última lágrima escape de sus ojos. Si tan solo hubiese confiado más. Si tan solo no fuese un príncipe débil. Si tan solo no hubiese aceptado el plan de su prometido. Pero sobretodo, si tan pudiese enterrar el amor por Junseong de seguro no se sentiría tan culpable por tantas muertes que causó.
"Espero que mi dulce e inocente dragón esté rodeado de flores en el cielo." Dice, poniéndose de pie y digiriéndole a la salida sin notar cómo la rosa brillaba con intensidad.
#bueno no tengo mucho que decir#escribí esto entre las dos - tres de la mañana#porque no podía dormir y porque estaba estresada por la uni#y dije nah. haré el drabble ahora que tengo inspiración#se me salió el diablo perdón(????)#NO SÉ SI ES COHERENTE PERO NO QUIERO RE LEERLO#YA ME HICE MUCHO DAÑO. DISCÚLPENME(?)#( dialogue: lee hanbin )#( one more light: drabble )
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-Contrastes y conexiones de 3.
Terminé otra vez con la misma botella de cerveza, la misma marca, en la misma plaza, igual de solo.
Miraba al cielo como buscando una respuesta divina (que nunca llegó). Me quedaba la última clona para dormir, aunque no me garantizaba no tener pesadillas.
Tenía las zapatillas rotas, por lo que mis pies se helaban por la noche. Caminaba sin rumbo, hablando conmigo mismo, en la calle como un loquito.
Me paré en una esquina, pedí un cigarro a una pareja de viajeros y terminaron "aguachandome" gran parte de la noche.
"Me llamo Josué", me presenté con la sonrisa a medio desdibujarse y los ojos brillosos, sonrientes de ebrio.
Venían viajando desde México. Era su luna de miel y terminaron comiendo conmigo un salmón con vino en una plaza repleta de borrachos. Me reí bastante; sentí que me adoptaron por un momento.
Abram y Leslie, dos jóvenes enamorados lejos de su hogar, buscando experiencias que quizás contarían a sus hijos, con este solitario y ebrio ambulante de la jornada nocturna.
Entre la alegría que brotaba de ellos y que me compartían a mí, Leslie soltó una mirada seria y, mientras me miraba fijamente, me dijo: "En tus ojos veo tristeza".
Quedé frío, en silencio, durante unos segundos. Me limpié el vino de la boca y volví a retomar la conversación.
—Supongo que algunos beben de felicidad, para celebrar, y otros nada más para que suceda algo, para tener un motivo de reír. Hoy salí temprano, casi no he comido, casi no he dormido... me he hecho pedazos trabajando en una construcción, no sé dónde ir. Hoy escribí una carta de despedida a mi familia. Creo que me estoy perdiendo mentalmente, ¿me explico?
Siento patadas en la boca y puñaladas en el pecho. Mis manos me queman.
He perdido durante toda la semana, durante todo el mes, estos últimos meses. Aquello que quiero se aleja, lo que más necesito no me necesita. Es como si esta mala racha estuviera durando mil días. Es la misma noche hace muchas noches para mí. No tengo amor, no tengo amigos, he desaparecido para todo el mundo... estoy desapareciendo de mi propia consciencia...
Todo esto lo pensaba en mi mente mientras...
—Amigo, te quedaste en silencio, ¡te quedaste pegado! —se rieron.
—¡Ay! Disculpen, estoy cansadísimo. Creo que debo irme a casa.
—Si quieres, puedes quedarte con nosotros. Estamos arrendando una cabaña aquí cerca y, si te parece, seguimos allá.
En fin, leímos poemas y escuchamos música. Bebimos más vino y un par de cervezas. Nos empezamos a besar y dormimos los tres juntos. A la mañana siguiente, desperté de los primeros. Me vestí, escribí una nota y salí.
Decía:
"Les deseo un buen viaje y una dulce luna de miel, para aquellas nuevas y bellas experiencias que están cultivándose el uno al otro. Su amigo extraño de la noche anterior :)"
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[Nota random]
Tengo tanto qué contarte, amor, y tanto sueño que quiere impedirlo jajaa. Ok, intentaré resumir esto:
1.- Ya subí y escribí las notas y la historia de los dos OS que prometí publicar ayer, pero no los haré públicos (valga la redundancia), sino hasta mañana, solo porque sí jajaa... y porque espero que aumente la tensión o algo como eso XD
2.-¡Soy demasiado torpe para la vida! Según yo, debo (de regalo) solo dos historias más, no diré nombres pero si las ships. Es una historia Rickory y otra sobre una bomnita amistad entre Watson y Lestrade (de la que solo tengo media página ¬¬U), ¡pero algo me dice que debo más historias!
Estaré publicando este anuncio tanto en Tumblr, como Facebook y Wattpad, para buscar a las personitas que correspondan y lo sepan (si acaso siguen por aquí luego de todo este tiempo sin que haya publicado ninguna historia TwT). POR FAVOR, PERDÓNAME LA VIDA SI OLVIDÉ QUE TE PROMETÍ UNA HISTORIA, TODAVÍA LA VOY A ESCRIBIR. Solo tienes que recordarmelo TwT.
Te lo suplico, que no te dé pena, soy yo quién esta haciendo el ridículo, no tú, que eres solo víctima de mi estupidez. Tenía los correos aguardados pero hice una purga y creo que pudieron haberse ido algunos mensajes importantes, entre ellos los que guardaban los detalles de las historias que debo escribir :(. Entonces, por favor, si no mencioné antes la historia que te prometí, solo dímelo y te regresaré a la lista <3.
3.-¡Voy a hacer todo lo posible para terminar con todas las historias que he regalado!, el Reto Omegacember y las 20 canciones, antes de que termine la primera mitad del año :D. Estoy, francamente, muy cansada de seguir un guión, TENGO que escribir alguna de las historias en mis notas o prometo que explotaré :). No digo, mi amor, que me harte escribir para ti o que no me divierta con el reto Omegacember, ni que no tenga planes para las 20 canciones, es solo que necesito seguir mis propias tramas para poder exponer realmente todo lo que quiera.
También sé que fácilmente puedo poner eso en pausa y hacer algo más mío, pero creo que sería lo más irresponsable, además de que me resultará (lo presiento) muy difícil volver ¬¬Uu. Entonces, como no puedo estar tan activa por aquí o por Wattpad como me gustaría, intentaré comunicarme más contigo a través de la "Bitácora de la capitana" en Facebook para contarte sobre cómo va mi vida, las historias y más o menos cada cuanto podré publicar aquí en Tumblr. (Si no somos amigos, sígueme o envíame solicitud, aquí te dejo el link, publico y comparto muchas tonterías uwu).
Por supuesto, la edición de todo esto se suspenderá hasta que termine todo el paquete, lo que significará una pausa de las publicaciones en Wattpad. La única excepción a esto serían las historias de celebración, de las que ya escribí la de los 500 subs y en los siguientes puntos hablaré de los 550 y 600 subs, que yo espero editar la próxima semana y publicar dentro de dos :)
4.-Oficialmente, solo me faltan tres cosas más por comprar para que por fin pueda comenzar a ahorrar para mi computadora *inserte fuegos artificiales* :D, ahorrar para dos cosas a la vez no estaba funcionando así que decidí hacerlo por el otro camino largo y, al parecer, me gusta más este método. ¡Así que esta maldita computadora lenta tiene sus días contados! Sin embargo:
5.-¡Las comisiones siguen abiertas! Sé que me estoy quejando mucho de que mi trabajo (de doce horas/cinco días) es cansadísimo y me deja con apenas tiempo o fuerza para llegar a casa, SIN EMBARGO, espero haber dejado en claro antes que yo sigo escribiendo uwu, que es lo que me da una excusa para permanecer en esta vida (a la que todavía no le encuentro sentido jajaa) y llegar al día siguiente. Así que no lo dudes ni un segundo, amor mío, yo sigo escribiendo y sigo aceptando comisiones, ¡que siguen siendo terriblemente baratas! :D
6.-Descubrí que ahora puedo hacer encuestas aquí en Tumblr *fuegos artificiales x2*, por lo que no dudé ni un segundo en que voy a usarlo, entre otras encuestas, para hacer más fácil la decisión sobre las historias para celebrar los subs en Wattpad (aquí en Tumblr todavía está disponible la historia gratis para celebrar los 100 subs que nadie ha querido tomar desde hace años TwT, y que creo que seguirá ahí por los siglos de los siglos...).
Espero que esto haga más fácil la comunicación entre tu y yo <3. Lamentablemente las encuestas duran máximo una semana y solo puedo hacer una por post, pero aún así, creo y tengo la esperanza de que sea mucho más cómodo para ti hacerme llegar tu opinión, por ahora, esta será la primera prueba :D
7.-La próxima semana, en cuanto la encuesta de arribita caduque, o tan pronto como sea posible, voy a publicar otra para que entre tu y mis demás subs decidan de a poquito (una pregunta por post) las ships y las etiquetas para celebrar los 550, los 600 subs (y quizá los 650, porque son 642 al momento en que escribo esto) y ponerlo en mi lista de "historias por hacer" <3, que marcaré de inmediato como prioridad, porque son las historias con las que me he atrasado por más tiempo >///<, seguido de las historias que he regalado ¬///¬...
Ok, se supone que eso solo tendría dos puntos, pero parece que se extendió más de lo planeado, y todavía creo que me faltaron cosas jajaja. Oh, amor, si pudiera, me la pasaría hablándote con la esperanza de volver a leerte uwu. Por ahora, me despido, espero no te haya dormido toda esta información solo un poco necesaria :p, aunque bastante útil en lo que nos concierne :)
¡Muchas gracias por leer!
¡Te adoro, te amo y te extraño siempre! <3 <3 <3
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La intuición del tiempo de una ciudad invisible
Muy probablemente el pedir que te escriban unas palabras de despedida cuando ya vas de salida es demasiado egocentrismo. Quien escribe es aventado a la nada de manera precipitada culpa de un acto premeditado, solamente para encontrarse con una hoja en blanco que buscará llenar con algunas palabras que parezcan sinceras pero que estrictamente serán las primeras que otorgue la conciencia de una memoria presente.
Este soy yo tratando de realizarlo de la manera más sensata, esto es lo que yo escribí cuando simplemente dejé que el mundo que una vez entró por mis ojos saliera por mis manos sin que pareciera que las ganas de llenar una página completa para ti delataran el tiempo que había estado planeando hacerlo.
Siempre que hablamos de una ausencia nos enfocamos en el espacio. El lugar que ha dejado vacío la persona que se ha ido, los lugares a los que ya no nos acompañarán más, los no lugares que ansiaban un gran acontecimiento entre ambas partes, el no lugar que en contra de mi voluntad me he convertido de nuevo. El espacio es lo primero que se nota vacío tras una ausencia, es lo más ruidoso de ella y lo que comúnmente se lleva a la mesa cuando se habla de quien ha partido. Habrá quien quiera modificar el habitáculo delimitado por tu breve existencia en este espacio, quien quiera demoler todo para renovar en un lugar olvidado por el tiempo y habrá quien sólo se dedique a hablar del espacio infinito en mi pecho que te pertenecía dentro de esta ciudad invisible con un mundo de cabeza, las nubes contenidas en muros, el cielo compartiendo espacio con mi almohada.
Nadie habla de la sutil, ruidosa y aturdida segunda parte de la ecuación cuando lidias con el repentino adiós de alguien, cuando te permites ser vulnerable ante el vacío inminente de un abismo que te provocará redirigir la conciencia de ese espacio y buscar la conciencia plena para tener la posibilidad de hacerse infinito en un momento de claridad.
Tiempo.
Y cómo hablar de él si nunca está de nuestro lado, si acompaña a la menor provocación las malas noticias, si pasa de largo cuando en un abrazo queremos que se detenga, si parece tomarse eones innecesarios para traer consigo las buenas noticias, las visitas, las compañías. Se nos ha enseñado lo relativo que es para cada uno, que las percepciones y rutinas se ven totalmente afectadas por él. Puede haber tantas personas en un mismo espacio cuyas experiencias sean completamente distintas debido a su conocimiento del tiempo, ya que nuestra percepción de las mismas se ve modificada cuando nuestra velocidad es mayor o menor y la forma en la que van alterado la manera en la que se ve el mundo a través de él. Por él. Ante él y su infinita inmensidad.
Tiempo.
Todo a su paso y la extraña complacencia de hacerlo coincidir en momentos específicos. Para un árbol tres meses de crecimiento se ve reflejado apenas en milímetros, los tres meses que acompañaron tu presencia podrían ser tan extensos como el Parque de las Sequoias si de árboles siguiéramos hablando.
Tiempo.
Ya no estarás y lo que menos importa es la silla vacía que pronto será llenada de nuevo, lo de menos es el tercer espacio en la mesa del comedor, lo nada importante es la dimensión a mi lado que un par de veces llenabas mientras compartíamos el regreso a casa. Nada de eso importa.
Tiempo.
Qué importarán ahora el minuto y medio que por la mañana me tomaban para llegar desde la oxidada reja amarilla hasta ti para decirte “buenos días”, los cinco segundos de tu lugar al mío para hablar de todo y de nada, los dos milisegundos en los que llegábamos a cruzar miradas cómplices mientras iba por agua o te despedías después de comer. Los dos segundos que tomaste para anunciar tu partida. Los trece minutos que nos tomó para que, una vez terminado el café, nos dijéramos que queríamos intentarlo. Los efímeros minutos que se nos permitió realmente intentarlo porque, de nuevo, el tiempo no estuvo de nuestro lado. Los días que perdimos al no haber hablado de esto antes y que se han ido desperdiciado si no hubiéramos tardado semanas en definir lo que sentíamos. Los meses que nos faltaron para que sanaras lo suficiente mientras mi cabeza lograba encontrar la forma de decirte lo que comenzaba a sentir. Los años de diferencia que significaban una brecha de duda al estar en distintas etapas de la vida. Y las etapas que no logramos fusionar para encontrar una etapa sólo nuestra. Una etapa. Una historia. Un solo tiempo.
Tiempo.
Todo lo efímero que pasamos y los años luz que tardaré en olvidarlo. Así de relativo y maldito es el tiempo. Y tan bendito que nos permitió converger, aunque sea un ratito entre todo este engranaje de existencia, que permitió que mis átomos y tus átomos hayan coincidido después de haberse mezclado varias veces en los últimos trece mil millones de años. ¿Qué unidad de medición habré de utilizar para esperar que el futuro nos otorgue un segundo tiempo? Uno en el que logremos coincidir completamente sin pasado, sin fantasmas ni miedo, sin pausas; sólo las ganas de estar juntos y nos permita sentirlas. Sólo queda la espera de un tiempo que sea más amable y nos autorice encontrarnos de nuevo. Ni antes ni después sino en el momento justo sin intentar apresurar nada.
Tiempo.
Qué infinito se volverá el vacío y lo que costará saberse presente en el tiempo que ya no estás. ¿Qué hago con todo este tiempo que queda flotante?
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No sé si ya había subido esto por aquí, lo escribí hace unas semanas. Por si acaso.
Hola otra vez, por tanto tiempo he tenido miedo de escribir este mensaje, talves porque ya sabía a que me llevaría. Es una conclusión que me cuesta mucho aceptar pero que tengo que ver, que a raíz de tantas cosas tengo que ver aunque sea doloroso. Nunca estuve lista para despedirme de ti, de todo lo que vivimos, porque para mí eso era lo que significaba que tú salieras de mi vida o que yo saliera de la tuya en cualquier momento, eso significaba que ya no estuviéramos presentes. Tampoco me siento lista en este momento, a esta hora precisa para decir adiós. Pero me he dado cuenta de algunas verdades, la primera es que desde hace mucho tiempo sentía tranquilidad cuando no estábamos en contacto aunque te añorara, tomarme tus despedidas como finales al final, se sentía como catarsis y cuando volvías me entregaba a la nostalgia, me descomponía y trataba de ajustar todo para que lo que ya se había terminado volviera a parecer ser el presente. Como duele escribir y pensar de esta manera, aceptar estas cosas que tenía bloqueadas porque eran y son muy fuertes para expresar. Luego me dí cuenta de que, el miedo de no querer aceptar que ya nunca iba a ser igual, que no podía retroceder el tiempo y tomar decisiones diferentes para que ciertas partes de la historia hubiesen coincidido, ese tremendo miedo me hizo vivir en mi propia imaginación, leer entre líneas... y me apena tanto. Cuando me dí cuenta habían pasado, dos años... o son tres? dos años sosteniendo tan fuerte este lazo, que nos lastimaba tanto. No supe, no pude después de todo dejar, a pesar de nuestros intentos de que las cosas prosiguieran su curso natural, me consumían muchos sentimientos confusos, arrepentimientos, sensaciones claras pero estruendosas también, en fin. Quería con todas mis fuerzas avanzar y no pude, estaba corriendo en una dirección que no existía. Tengo tantas cosas que seguir descubriendo, cosas que me duelen porque son reales. Por el momento, creo que voy aceptando la idea de dejar morir esto con la dignidad que merece, quiero que siga su curso natural y que ese curso sean algún día tener una relación sana, tranquila para los corazones del otro, almenos el mío se mantiene en constante angustia. Y te entiendo tanto, en este preciso momento, entiendo esas despedidas. Sé que ya no es como antes, que ya encontraste cierta paz en todo esto, yo quizás voy tarde pero siento que ahora te entiendo. Retomando el, que espero pueda seguir su curso, por ahora este siento que es el camino, el de verdad y el más nublado pero también el más honesto, me da paz estar lejos porque puedo pensar con claridad, siento tanto que ahora no sea el momento, que hoy no ni mañana y haberlo hecho tan complicado, casi siempre avance o retrocedí con una venda en los ojos y entre peligros imaginarios o no, no lo entiendo todo aún. Sabes que te quiero, tanto que inventar y encontrar nuevas formas de conjugarlo y renovarlo bueno, aún sin eso siempre va a ser sincero, te quiero demasiado. Pero no tengo las herramientas emocionales estoy tan desgastada, no puedo seguir pretendiendo que me hace bien. Siento que, dada la historia no habrías vuelto a enviar un mensaje como este, por todas las veces en las que te has despedido. Y que bueno, no quise ser yo pero siento que, sea o no lo más maduro, el momento no es ahora. Espero se entienda.
Ahora lo leo y pienso en todo el dolor que estoy tratando de sostener dentro de mí, que no fuí la única que no se supo comunicar, que la culpa no es entera mía y si una culpa asumo es de no haber sido honesta con lo que me dolía e incomodaba, lo dije en algún momento pero no supe decirle, que me hacía sentir en la mierda su comunicación intermitente y aggvvhb
Ya no sé que hacer quiero vomitar de tanto que me duele esto por dentro...
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Estoy publicando un libro de cuentos titulado “La orilla de los mares” como una forma de saldar una cuenta conmigo mismo, además de compartir estos relatos. Si bien la mayoría los escribí hace más o menos una década, su difusión quedó pendiente, y los considero el germen de “Niebla” y “Amor imposible”, los largometrajes de cine que escribí posteriormente, de dos o tres relatos que sí escribí más recientemente y se incorporan en esta colección, y de lo que pueda escribir en el futuro. He cambiado de ideas, temas y formas de narrar, como es natural con el paso del tiempo (y mi transición del formato literario al cinematográfico), pero algo de mí quedó en esos cuentos. Lo que está ahí y prevalece hasta hoy es el oficio de narrar historias y la postura invariable de crear y expresarme ante cualquier situación favorable o adversa, a veces con más conciencia y a veces de una manera mucho más intuitiva pero siempre con la necesidad del relato (relato en que otros puedan, con suerte, reflejar sus propias experiencias o inquietudes).
Hay quienes tenemos que inventar historias para decir lo que por una razón u otra no pudimos o no supimos decir de otro modo. Sin ese auxilio del arte, nunca sabríamos desahogarnos. No se trata sólo de codificar en personajes, símbolos y bocetos pasajes de una vida, la de mis personajes en este caso; se trata de intentar expresar todo lo que uno es, porque para el arte, así lo entiendo yo, todo tiene el derecho de ser examinado y expuesto y comprendido, desde la pasión más legítima.
En la primera imagen, la portada del libro, ilustrada con el grabado de la artista Geraldine Guillén. En el interior, catorce cuentos, precedidos por el sentido prólogo del escritor y director escénico Diego Álvarez, cuya calidad artística sólo compite con su enorme generosidad. Agradezco mucho a Geraldine, Diego, a la editorial Juan Pablo Editor y especialmente a Julio por acompañar y hacer posible este libro.
En la segunda imagen, una “selfie” que me tomé a las 6 de la mañana de un día de 2010 (y luego edité) en la Central Tapo de Ciudad de México, a mitad de camino entre Guadalajara y Xalapa, donde la Universidad Veracruzana me invitó y concedió un reconocimiento por mi cuento “Los vagabundos” en el marco de la Feria Internacional del Libro de ese año. En mi estancia en Xalapa escribí el primer borrador de “No es lo único”, que con “Los vagabundos” forma parte de esta compilación. A ese yo que escribía, corregía e imaginaba posibilidades desde la creación le debo mucho de lo que soy ahora y espero con la publicación de este libro dejar saldada una parte de esa deuda.
El libro estará en librerías en México. También puede ser adquirido poniéndose en contacto con María Zumaya al whatsapp 4434039131 (envíos a todo México y extranjero).
Feliz navidad.
ETM
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Hermosa mañana clara entre flor y mar ❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️
HERMOSA MAÑANA CLARA ENTRE FLOR Y MAR
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«La vida no tiene sentido a menos que estés sirviendo a un fin más allá de ti mismo; a menos que sea de valor para otra persona» (Joshua Heschel)
En esta mañana clara de amor y rosas, rosas en la que el Dios de mi vida viene hacia mí mientras yo le busco; quiero borrar la tristeza y todo el cilicio, y convertirlo en gozo, un gozo que no me deja a pesar de todo, y que se torna en sonrisa, dulzuras de algodón blanco que tocan mi alma y le busco en su Palabra, en la fuerza del viento suave, y la quiero hacer canción. Y quiero recordar la Palabra hermosa que hoy me penetra el alma y el corazón, y la comparto contigo, seas quien seas; porque por ello vivo, para llevar a otros… cansados, tristes, enfermos o ignorados que existe alquien que siempre tiene salida; aún cuando las circunstancias digan que no:
“Tú has dado tal alegría a mi corazón que sobrepasa a la alegría que ellos tienen con motivo de su siega y de su vendimia”. (Sal 4:7). “Se alegrarán todos los que confían en ti; para siempre gritarán de júbilo, pues tú los proteges. Los que aman tu nombre se regocijarán en ti”. (Sal 5:11). “Me mostrarás la senda de la vida. En tu presencia hay plenitud de gozo, delicias en tu diestra para siempre “.(Sal 16:11). “Has convertido mi lamento en una danza; quitaste mi vestido de luto y me ceñiste de alegría”. (Sal 30:11).
Me gustaría que te pudieras unir a mí en todos estos sentimientos, sentimientos que nacen de conocer a mi Señor, y quiero compartir contigo un poema que escribí hace años, y cuando la leas, podrás notar que sigo siendo la misma, la vida da mis vueltas y el Dios del universo me hace pasar por fuegos calentados siete veces en muchas ocasiones. Cuando es así, suelo reaccionar del mismo modo, sería necio hacerlo de otra forma; pero siempre acabo haciendo lo mismo, ¡agarrándome fuerte a él! y en ese abrazo apretado, de día en día, siempre vuelvo a sonreír y procuro no dejar de alabar, nunca; cuando lo hago, sucede algo muy especial, puedo sentir que su gloria me cubre mientras se derrama sobre mí. En estos momentos quisiera que la pudieras notar, y si no conoces a Dios de cerca, y no le has aceptado en tu corazón, te animo a hacerlo en este mismo instante y podrás experimentar lo mismo que yo.. . . Sonrisas de amor de Dios en rosa y clavel
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Amo esas sonrisas bellas que nacen del corazón, y afloran igual que rosas y miel en labios; nacen de un alma tierna llena de Dios, y llevan a quien las mira, a su creador . . Si contemplo el mar en calma me nace una, si un niño me abraza el rostro me nacen dos, en una noche de estrellas me nacen tres; y si me abraza mi ángel pierdo la cuenta en rosa y clavel.. . Me encanta el agua clara de la mañana, me encanta mirar al viento y correr con él; porque quien hizo vientos y estrellas y carrusel de sonrisas, es el dueño precioso de todo el ser.. . El que me toma la mano si yo me caigo, el que cura mis heridas con tal amor, que aunque mi mundo explotara en cien mil pedazos, esa sonrisa suya recompondría mi corazón.. . Porque me amó, me amará y me ama; porque me busca, me ha buscado y me encontró, perdida en la noche oscura con su bastón y callado; y me estrechó entre su pecho muy cerca del corazón.. . Y me nace una sonrisas de esas hermosas, llena de clavel y rosas, rosa y clavel; porque el Dios de mi vida me enciende en llamas, de su Espíritu, ternura y su querer.. . Un Espíritu que llena toda mi alma, una ternura sin fin a pesar de hiel, un amor que no acaba a pesar de mis errores; y una salvación eterna ganada en la cruz por él. . Beatriz Garrido ❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️
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El Efecto Mandela
Jueves 18 de junio
Siento que estoy perdiendo el juicio. La realidad tiene detalles diferentes, una mezcla entre familiar pero a la vez siento… ah, ya no sé. No es solo la casa o volver al trabajo después de tanto tiempo como me ha dicho mi psicóloga, es otra cosa. Algo a lo que no puedo poner el dedo, nombre o conceptualizar. Ni SÍ, ni NO, ni BLANCO ni NEGRO. Me está desquiciando. Está BIEN, VOY A HACER LOS EJERCICIOS DE RESPIRACIÓN.
Respiro profundo, cuento hasta cuatro y largo. Lo escribí en un post-it y lo tengo pegado en la pantalla de la PC.
Me han recomendado escribir lo que me pasa, journaling le dicen ahora, y bueno… pruebo, total… Respiro profundo.
Uno.
Dos.
Tres.
Cuatro, largo.
Miro por la ventana de mi oficina, ese cielo es muy celeste y esa nube es muy perfecta.
Uno.
Dos.
Tres.
Cuatro, largo.
Quizás debería comenzar con la reconstrucción de los hechos. Después de mi milagrosa recuperación, he comenzado a percibir cosas muy raras. Mis doctores creen que es normal debido a la naturaleza extraordinaria de mi recuperación. Es como si mi cerebro tiene un delay, y le cuesta procesar que ya estoy sano y no me estoy muriendo. Probióticos y dietas basadas en un montón de filosofía del omega 3 de tipos con olor a sapolan que ahora viven en islas privadas comiendo mierda. Pero, funciona.
Cuando mi esposa me trajo a casa fue cuando todo comenzó.
Recuerdo cuando compramos esta casa, 130m2 con todas las cosas que las casas tienen más un estudio para ella. Para que tenga su taller en casa, para que podamos estar junto a nuestros hijos, bueno estábamos buscando el primero. Salir a correr por las mañanas, el rocío mojando mis zapatillas o el olor de mi almohada. Cuando pintamos el cuarto de nuestra hija y cuando Carmen nació. Todo eso es real. Me lo digo a mi mismo una y otra vez. Eso es lo real, esto es real. Somos reales.
Uno…
U… NO,
Dos,
Tres,
Cuatro y largo.
Lunes 22 de junio
Definitivamente no estoy loco, pero si muy alterado en este momento. Mi pulso va a mil y la cabeza me estalla. Siento que esta no es mi casa, y con la que duermo no es mi mujer, ella no es Alejandra. Ella tiene hoyuelos a los costados, pero ¿dónde están los hoyuelos? esta versión de Alejandra no tiene hoyuelos. Bueno, capaz me lo imagine. Yo soy real, yo existo. Somos reales.
Uno-dos-tres-cuatro-Y LARGO.
Uno-dos-tres-cuatro-Y LARGO.
Uno-dos-tres-cuatro-Y LARGO.
Martes 23 de junio
Intento poner mis ideas en orden, pero … es que nada tiene sentido. Curiosamente, estuve leyendo sobre el efecto mandela. Y es como si tu cerebro crea recuerdos de cosas que nunca pasaron. Aunque… que tal vez si…. pasaron.
Le pregunté a Ale, ella me jura que no es verdad. Siento que no puedo confiar en ella, la que no tiene hoyuelos. Hay algo en sus ojos que, hay algo en los detalles. Creo que ella parpadeara fuera de ritmo ¿ Se puede parpadear arítmicamente? Hoy noté algo más, hay algo en sus dientes que no me termina de cerrar. A veces creo que se olvida de respirar. Suena todo muy loco, y muy reptiliano teoría conspirativa de taxi con rosario en espejo retrovisor, pero de nuevo lo raro está en los detalles.
Dice que Carmen, nuestra hija, no existe. Pero yo la recuerdo, tengo recuerdos. Yo sé que existe.
Ayer recibí por correo postal un sobre y dentro, una fotografía. Es una nena de ojos almendrados con un hombre de espaldas. Una foto que parece de portarretrato comprado en un todo por $2. Pero no es, es papel foto, es una foto real. Se que ese hombre soy yo y que esa niña es Carmen.
Un-
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Goretober 14
Notas del cap:
Esto es chistoso. Originalmente lo escribí para el goretober que nunca acabe y que mejor hice un libro para puro gore y terror. Luego, esta idea la decidí para un libro por aparte debido a su temática (si bien, sigue siendo gore, terror, yanderes y demás) la situación de la ship es lo… “interesante” aquí… aun así, no quería hacer un libro solo para lo que, seguro serian solo dos o tres oneshots sin conexión así que decidí volver a traerlos para el goretober XD es gracioso… en fin
Okey, ¿Si ven que en “Hard lemons” hay una serie de oneshots que vienen a ser un fanfic dentro del libro? Me refiero a “Trofeo tras la guerra” en sí, es un fanfic dentro de Hard lemons. Bueno, va a ser lo mismo con esta historia… un fanfic dentro de otro… más que nada porque no quiero poner un libro solo para esta idea, lo dicho, será pequeño, de no más de un par de “capítulos” (y en todo caso, esto será a base de pedidos… más adelante me van a comprender el porqué) 7.7 así que opte por dejarlo aquí y ya XD (así igual, si se me olvida actualizar, ya no tengo el pendiente de que me haga falta específicamente ese fic)
¡A leer!
14 - Country-“Humans” ~México~
Resumen:
No. No son humanos. Son monstruos
Pero ante el mundo, son buenos, hermosos… perfectos
Por desgracia, solo tú tienes la desgracia de conocer la verdad que ocultan esos gestos gentiles y esas sonrisas amables
Nadie es bueno, nadie esta cuerdo
Y tú no estás a salvo
~México~
No hacía mucho que el reloj del buro de noche había marcado para ti las 11 con 5 minutos. Aun te encuentras navegando por internet, mas con el sentimiento de aburrimiento corriendo por tus cansados parpados. Aun así, te niegas a ir a la cama
Miras a los alrededores de tu habitación, no hay nada que haya cambiado desde hacía años con su decoro o incluso con aquella ropa amontonada sobre la silla donde debes estudiar; aun así, mientras vuelves a dar tal vez el quinto repaso desde que entraste esa noche, aun sientes esa cosquilla detrás de tu cabeza diciéndote como a un susurro que “algo no va bien”
Tal vez sea eso lo que te está negando a poder tener una noche de sueño como dios manda, pero, entre tus propias dudas y el sentimiento de aquello que no conoces, cercas tuyo, te mantienes alerta. Con parpados cansados, con la sensación de que pronto la consciencia te abandonara para dejarte ir a un mundo de agradables sueños y un descanso necesitado por tu cuerpo, pero, negando a tu cuerpo el deseo que suplica desde hacía horas, te pones en pie
Estiras tu cuerpo, y luchas contra tu propio cansancio, te enderezas, bostezas y decides encaminarte al baño para lavar un poco tu rostro con agua fría
La noche es fresca por apenas, los ventiladores no hacía mucho habían sido apagados, el sereno comienza a hacerse presente y a refrescar la noche; aun así, mientras observas tu rostro cansado con ojeras bajo los parpados y humedecido, con gotas aun escurriendo por tu piel, te preguntas si es una buena idea el volver a la cama aun cuando tienes ese sentimiento de que algo no va bien aquí
Mandas todo al diablo. Mañana tenías una cita importante, realmente importante. Ya sabes, de esas donde no puedes ni faltar ni mucho menos que menos, llegar tarde, lo tienes incluso anotado en tu teléfono con alarmas por doquier así que, sabiendo que no aguantarías tu cita si no dormías ahora, optas por volver a tu habitación. Solo que esta vez, en uno de los cajones de la cómoda en tu cama, encuentras en lo más profundo unas pastillas para dormir que tienes ocultas
Entre que no quieres que nadie lo sepa y, siendo realistas, no es raro que tengas problemas para dormir, decides tomar solo la mitad de una pastilla y volver a la cama. Te recuestas, te acomodas lo mejor posible y por fin, antes de que termines de preguntarte si la dosis que ingeriste es adecuada, el sueño comienza a ganarte y tus ojos se cierran
Lástima, apenas crees ver una silueta más oscura que la propia oscuridad de tu habitación, moviéndose lenta hacia tu persona. Pero aunque sientes ese miedo diciéndote que no te duermas, ya es demasiado tarde
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La mañana llega con un sol de los mil diablos y un calor sofocante que te obliga a patear las cobijas lejos de tu cuerpo y, aunque en principio eso te ayuda a regular la temperatura de tu cuerpo, no sirve mucho tiempo antes de que vuelvas a sentir un calor pesado que te obliga a abrir los ojos
Es entonces cuando tus instintos reaccionan y pegando un brinco, te sientas en la cama con miedo. Miras a tus alrededores. Estas en una habitación que no te pertenece. Colores claros casi pasteles en un casi durazno o amarillo canario, flores colgadas en maceteros llenos de color incluso algunos lucían ser artesanías de reciclaje bellamente pintados
Un enorme ventanal que más parecía una puerta doble abierta de par en par permitiendo que un aire fresco corra hacia dentro de la habitación. Una gran cama matrimonial donde te encuentras, una cobija pesada con estampado de tigre, mas al fondo un sofá con una mesa de té, una televisión, un montón de ropa encima de otro sofá más lejos y un closet que va de techo a piso mucho más grande que el que posees en tu habitación, un agradable ambiente y un aire a flores que parece provenir desde afuera, combinándose con un muy interesante aroma a comida que no habías percibido antes, esta, venidera del lugar donde pronto descubres, que es la puerta de la habitación
Vuelves a mirar otra vez el lugar, era una habitación agradable y muy cálida, el calor era sofocante pero luego de acostumbrar tu temperatura por lo menos se hace pasable. Te preguntas donde estas y finamente, con cuidado, sales de la cama, notando un curioso sonido de cascabel sonando insistente sobre uno de tus tobillos. Con la duda calando, descubres que traes solo un short, una camisa de algodón vieja y percutida, tus calcetines no están y en cambio, como una correa para perros pequeños, hay un pequeño collar rojo atado a tu tobillo junto a un pequeño cascabel plata que no para de sonar
Inconscientemente buscas como quitártelo de encima pero no encuentras forma de romperlo, tus fuerzas no son suficientes para romper la tela ni mucho menos para arrancar el cascabel y tampoco es como que haya un broche o una cerradura que puedas abrir para quitarte el desagradable artefacto que decora tu tobillo izquierdo
Con una sensación de desagrado que pronto parece querer volverse miedo, decides avanzar cuidando que el cascabel suene lo menos posible. Has conseguido llegar a la puerta de la habitación y, luego de abrirla con cuidado, escuchas a lo lejos una melodía rítmica y alegre sonando a lo lejos, tan fuerte que envuelve toda la casa llena de color y plantas. Deduces que si hay tanto ruido, el sonido de un pequeño cascabel (como esos que suelen traer los collares para gatos) no sería escuchado
Optas por entonces moverte rápido, intentando que tus pasos no sean escuchados entre la música, deteniéndote cada que la música acaba y volviendo a moverte cuando una nueva melodía comienza. Sea quien sea que te tiene en su hogar, tiene una manía horrible por repetir varias veces una misma canción y, por el tono de voz de una melodía cantada con ligero desafino, podrías jurar que es un hombre quien te tiene
Encuentras el baño y una ventana que parece poder abrirse, miras a tus alrededores, tu gesto lleno de pavor se refleja a través del espejo del baño y, por un segundo te preguntas donde es que esta y como es que no pusiste resistencia cuando lo viste. Claro, la pastilla para dormir, pero entonces ¿Cuánto tiempo llevaría la persona que te había vigilado, espiándote? Y además ¿De dónde diablos había salido? No pudiste ver de dónde salía, solo que salía de una sombra de oscuridad, nada más. Eso hace que tengas escalofríos
Consigues abrir la puerta, apartando tu mirada del reflejo en el espejo, un sentimiento de alivio brota en ti cuando descubres que, pese a la altura, abajo hay una espesa arboleda que seguro podría amortiguar tu caída (aunque a cambio saldrías con cientos de rasguños) te paras encima del marco de la ventana con el instinto de saltar para escapar. Tomas aire, miras hacia abajo… de prono sientes vértigo, tragas con el miedo atorado en tu pecho y, mientras tratas de darte el valor que te falta para saltar y poder escapar, sientes unos brazos sujetándote desde atrás, jalando con tu cuerpo hacia el interior del baño
—¿Adonde crees que vas cariño? —escuchas una voz colocándose sobre tu hombro en tus espaldas, un calor envuelve tu espalda y los brazos que han jalado con tu cuerpo, ahora te tienen sin posibilidad a escapar
Con miedo, giras la mirada; ni siquiera tuviste oportunidad de soltar un grito por el susto; y ahora que miras a quién te ha negado la oportunidad de escapar, tus ojos se sorprenden
—Vamos, te hice el desayuno, no querrás que se enfrié —aquellos brazos que te apresaban ahora te liberan con cuidado, la persona que te mira con una sonrisa divertida estira su mano para tomar la tuya y, con amabilidad jalar contigo para salir del baño he ir en dirección a la cocina
La sorpresa te tiene sin habla, te dejas hacer por la persona que ha negado a tu escape y que ahora te deja en un asiento frente a una comida que huele apetitosa y caliente. Observas a quien se mueve de un lado para el otro de la cocina, sonriendo y cantando melodías sin sentido para ti
—¿Eres real? —mas que tener el valor de hacer la pregunta, simplemente esta ha salido de tus labios— ¿De verdad eres real? —vuelves a preguntar, esta vez, reforzando la duda que surge en ti y deteniendo el movimiento de quien se ha girado a verte y que a continuación, te sonríe divertido
—¿Te parezco una mentira? —se ríe un momento— ya sé que soy un sueño pero te puedo asegurar que soy bastante real cariño —coquetea contigo, lo sabes, siempre ha sido así
Es que, simplemente algo no se siente bien aquí, te dices otra y vez, mientras miras el plato con enchiladas con una porción bastante dadivosa de crema y queso además de un par de huevos estrellados decorando. Se hace agua en tu boca por el aroma y porque crees recordar vagamente que ese platillo en particular te gustaba bastante cuando era preparado por esta persona
Pero volvía ese sentimiento de que esto no estaba bien ¿Por qué? Simple y sencillamente porque la persona que está frente a ti, coqueteando contigo, que te hizo el desayuno, que te dejo dormir en su habitación, en su cama, entre sus cobijas y que te negó a que escapar de su hogar… ni siquiera debería de existir
Vuelves a verlo, guiñándote un ojo y relamiendo sus labios, algo que solía hacer cuando trataba de decirte que luego del desayuno (o la comida) tu serias su postre. Esta persona, que no parece del todo un ser humano, te daba miedo
Para empezar, una cabeza casi circular, si bien, tenia cabello haciéndolo ver más humanizado, es cierto que no era muy humana su piel ni mucho menos que menos, sus habilidades… la cosa era que su piel, no era precisamente de un color normal, no era blanco, no era negro o moreno… literal, este tipo frente a ti que te invita a seguir comiendo y a quien obedeces por miedo, tiene en su piel, el color de una bandera que no reconoces
Verde, blanco, rojo y de centro en el blanco, el escudo de un águila sobre un nopal atacando a una serpiente. No conoces de nada la bandera y aunque ya has escuchado cientos de veces el nombre de este sujeto, no puedes retenerlo en tu mente. Tal vez, porque en principio, jamás fue algo importante te dices. Después de todo, los únicos momentos donde lo viste, donde lo conociste y donde tuviste que tratar con él, fueron en tus sueños
Sueños donde lo conocías luego de que el salvara tu vida, sueños donde te invita a su hogar, donde, en una cena divertida, comienza a acercarse a ti de un modo seductor que comienza a hacer que el sentimiento de incomodidad nazca en ti, de pronto, ya solo te ves a ti en la casa de este tipo, siempre siendo el centro de atención del mismo loco que, con el tiempo, has comprendido que no es precisamente que te deje en libertad. El cascabel a tu tobillo era prueba de ello
Siempre que intentaba hacerte algo, justo cuando sabias que las cosas subirían de tono a uno sexual o a uno sangriento, siempre, despertabas, con un sobresalto, con un grito, escuchando que tu familia corría a verte para saber ahora que te ocurría, pero siempre despertabas y ahora, por algún motivo, esta vez, lo sentías peligrosamente real
Esta vez no era un sueño y era eso lo que te tenía en un terror que no te deja pensar con claridad. Ese sujeto se acerca a ti, tú ya casi terminas de comer. Sabes que haberte negado habría conllevado a que aquel loco que te mira con amor y un deseo enfermo, se volviera loco de verdad y quisiera acabar con tu vida o de mínimo golpearte hasta dejarte inconsciente. Si, varias veces despertaste con moretones por todo tu cuerpo que no pudieron explicar ni tu ni tu familia. Sabias lo peligroso que era
Y también, hubieron ocasiones que despertaste con un dolor de cadera del que por suerte no tenias recuerdos, pero que sabias en tu interior, había sido producto de el mismo sujeto. Tuviste escalofríos, cuando tu mente es traída a la realidad contra tu voluntad al sentir la mano del tricolor acariciando no muy discretamente tu pierna. Pegas un brinco y miras la mano que te toca, subiendo hacia la persona que con una sonrisa coqueta y seductora, busca acercarse más y más a ti
—No… no quiero —susurra con miedo, observando como el tricolor ya esta rosando alientos contigo y sus labios acarician los tuyos por apenas— México —jadeas, cerrando tus ojos, con el miedo negando a tu cuerpo a poder moverte o escapar
—Pero ya eres mío —susurra el— ya no dejare que nadie te aleje de mi otra vez —le escuchas y aunque tus manos se posan sobre los hombros del latino, tu fuerza es inexistente para evitar que venga contra ti y que una sus labios con los tuyos en un beso que aunque comienza amable y suave, pronto sube de intensidad
Puedes sentir como su lengua se hace paso entre tu boca, como su mano baja tu barbilla para que tus dientes se abran y es entonces, que su lengua encuentra la tuya, que la envuelve y parece jalar con ella para que juntas, comiencen una danza pasional que solo el tricolor mueve con placer. Tu cuerpo se estremece. No querías sentirlo. Solo querías despertar de esta pesadilla
Pero, mientras sientes una mano suya, colándose sobre tu ropa para tocar tu piel y tu pecho, te haces la pregunta ¿Desde hacia cuanto llevabas soñando con este tricolor enfermo y obsesionado? Tus ojos se abren apenas cuando los labios ajenos te permiten respirar. Jadeas con necesidad de aire, lo miras, con un suave rosa sobre sus mejillas, pasando una mano debajo de tus rodillas y otra a tu espalda para cargar con tu cuerpo y llevarte de regreso a la habitación donde has despertado. Tienes escalofríos, intentas negar y buscas algún pretexto que pueda ser útil para alejarlo de ti, pero el solo sonríe
—Todo eso puede esperar —ríe por lo bajo— hoy es un día especial —continua, entrando en la habitación y dejándote sobre la cama— hoy, por fin te tengo para mí. Ya no serán solo sueños húmedos el encontrarnos cada noche —continua, mientras sube encima de tu cuerpo, acorralándote contra la cama aun desarreglada— ya no escaparas de mi al despertar de nuestros encuentros de pasión —susurra, robando un pequeño beso de tus labios— por fin me perteneces y solo mío
Es lo último que le escuchas. Tu cuerpo tiembla de miedo ¿Entonces no habían sido solo pesadillas horribles? Sueltas un grito de dolor cuando una poderosa mordida se entierra sobre tu hombro izquierdo perforando tu piel y creando sangre además del crujir de huesos que te hacen removerte en busca desesperada por escapar. Al diablo, hasta ahí llego tu instinto de conservación
Ahora solo pataleas, tratas de golpearlo en busca por escapar de sus garras, pero, literalmente, sus manos se convierten en garras que te aferran contra la cama negándote a moverte. En tu lucha, acabas por hacerlo enfadar. Muerde los músculos de tus brazos y los jala lejos de tu cuerpo consiguiendo dislocar tus hombros, los gritos de pronto son callados cuando vuelve a besarte. Ahora que tus brazos no reaccionan, sientes como esas mismas garras que antes habían lastimado tanto tus brazos, ahora rasguñan tus piernas
El beso que te ha robado te deja sin aliento para seguir gritando, de mientras, con esa misma boca, rasga y arranca las pocas telas que cubren tu cuerpo y te dejan como llegaste al mundo. Mientras las garras de México abren tus piernas, su boca, dientes y lengua se dedican con “pasión” a saborear tu piel cual paleta dulce ante el niño pequeño
Suelta gruñidos de placer, cada tanto, susurra lo bien que sabes y lo mucho que había esperado por este momento. Tú sientes las lagrimas correr, el miedo calando en tu corazón y, por fin, la boca del mexicano llegando a tu sexo para degustarlo en un placer lento y que te causa conflictos… si fuera una situación “normal” seria por demás, placentero. Pero has aprendido pronto a temerle, porque bien podría actuar con todo el cuidado del mundo a tu cuerpo, o, como hace un momento antes, desgarrar tu piel, dislocar tus huesos y arrancarte no solo piel, sino tus propias extremidades. No tienes modo de adivinar como actuara al momento siguiente y eso, es lo que hace que le tengas miedo
Un nuevo grito brota desde tu pecho, México ha besado tu pierna y en la parte interna, ha dado una poderosa mordida que arranca un pedazo de tu carne. Chorros de sangre manchan las cobijas y la cama, tu cuerpo se remueve en dolor, intentas girar y correr pero las garras del latino te aferran, se entierran en los músculos de tus piernas y jalan con tu cuerpo negando a que puedas huir del tricolor
Tu cuerpo es pegado al del latino, tu ser siente algo empujándose contra tu entrada, antes de que puedas suplicar o gritar por ayuda, aquel miembro viril del latino se empuja contra tu entrada, se hace paso, te marca en tu interior y mientras el desgarro en tu interior apenas es notado por el dolor del resto de tu cuerpo, México se inclina, besos, mordidas y desgarros en tu piel provocados por la inquieta boca del mexicano comienza a volver el ambiente en un carmesí totalmente sangriento y dolorosos
En algún punto, el dolor ha ganado a tu mente, tu propia cabeza ha desconectado tu realidad. El dolor se ha apagado, ahora solo puedes sentir a la distancia como tu piel es jalada y arrancada, puedes sentir como las caderas del contrario se empujan contra tu cuerpo y como algo se hace paso en tu interior con la desesperación de quien es hambriento ante el acto pecaminoso. Te preguntas por un momento cuanto tiempo iba a tomar esto antes de que tu vida se acabara pero, mientras el rostro de tu atacante aparece delante de tus ojos desorbitados, sientes un nuevo beso que arranca tu lengua
Las garras que hasta ese momento habían estado tomando tus piernas pasean ahora por tu ensangrentada piel, haciendo rasguños profundos por ella, marcando el nombre del country al que le perteneces y finalmente, tocando suavemente tu pecho, una garra se empuja contra tu piel ocasionando que te cueste trabajo el poder respirar. Te ahogas en un pequeño quejido de dolor mientras la mirada enamorada del latino solo te observa y suspira con pasión
Huesos se escuchan crujir. Apenas puedes sentir el crujir, apenas puedes sentir como esa garra se abre paso en tu pecho enterrándose en tu carne hasta que rasguña tu corazón. Sueltas un quejido, pese a que ya no sentías el dolor, se sintió incomodo. Pudiste sentir como de esa única garra que se abría paso en tu pecho, se sumaban mas y mas dedos, uno por uno, hasta que tu mirada curiosa de lo que te ocurre, baja hasta tu pecho
Mientras las caderas del latino aun continúan empujándose contra tu cuerpo, alcanzas a ver como ambas manos del country ya han enterrado sus dedos en tu pecho, unidos, en busca de abrir tu pecho y, literalmente, es lo que hacen, abren tu piel, tus huesos, tus músculos. Te abren como si fueras una caja cerrada que es desgarrada y abierta
La sangre fluye, el miedo te mantiene en un shock mientras observas las manos del country empaparse en tu sangre, como, mientras tu sangre fluye, un hilo como a un gorgojo escapa desde tus labios, sientes de pronto que todo se vuelve distante mientras ves como ambas manos ajenas a las tuyas sacan con cuidado y amor tu corazón aun palpitante en una arritmia y pavor, como, aun unido por las venas, continua bombeando hasta que, acercado a los labios del latino, un dulce beso es la ultima caricia que recibes antes de observar cómo, la boca hasta ese momento humana del tricolor, se transforma en una aberración
Como si el circulo que representa la cabeza del latino, se abriera por la mitad casi al punto de desprender ambas mitades, sus labios se extienden hasta la nuca del mismo, los dientes manchados en sangre se vuelven colmillos deformes negros y marfil amarillento, la piel aun unida en algunas zonas se desgarra dejando caer hilos de sangre mientras la mirada hasta ese momento bi color del tricolor, se transforma a uno ojos totalmente negros con pupilas sangrientas aterradoras que, observando con gula tu corazón, se acerca a ti
Una lengua larga y asquerosa, manchada en sangre y un liquido negro se acerca a tu corazón, da una lamida antes de que, con el mismo cuidado que había tenido para sacar tu corazón de tu caja torácica, depositarlo dentro de su enorme boca y, al momento de cerrar sus dientes, cortar por fin las arterias arrancando por fin tu corazón
Lo único que te queda es soltar suspiros agitados en busca de no morir… pero lo sabes, no hay escape, estas a su merced y mientras el aumenta el movimiento de sus caderas contra tu piel, tu solo sientes todo distante cada vez perderse junto a los suspiros de tu vida en manos de este monstruo aterrador
—Te amo —escuchas su voz antes de que finalmente, el dolor se acabe y la consciencia te abandone por completo. Has muerto, eres libre…
Temo decirte que no, no eres libre…
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En un brinco y con un jadeo, tus ojos se abren, tu mirada busca por todos lados. La luz de un atardecer carmesí parece agradable, el calor ya no es pesado y, aunque hay ventiladores por todos lados ayudando a aliviar el calor, tu solo caes en cuenta que has vuelto a despertar en esa horrible habitación
¿No había sido una pesadilla? ¿Hasta cuándo iba a acabar esta horrible pesadilla? ¿Cómo podrías escapar?
No importa cuantas preguntas te hagas, cuando la puerta es abierta y de ella ves entrar al tricolor al que ahora recuerdas que su nombre es México, el pavor te corroe, tu cuerpo se hacia atrás y caes en cuenta que tu corazón sigue palpitando en tu pecho, que tus manos ya no están dislocadas desde los hombros y que cada trozo de piel arrancada ahora solo son cicatrices o manchas en la piel que no afectan tu vida (aunque también descubres que tu cuerpo está desnudo)
—¿En serio lo sigues olvidando? —escuchas la voz divertía del latino mientras entra con bandeja de comida en manos— los countrys tenemos la posibilidad de unir nuestras vidas con un humano —susurra, llegando a tu lado para dar un beso dulce en tu frente— no morirás mientras yo esté aquí para evitarlo corazón —fueron sus palabras, calando en tu interior, ahogándote en la desesperación de saber que no podrás escapar de el
Mientras tu consciencia se pierde y sientes como tu cuerpo es tirado de vuelta a la cama para ser besado nuevamente por todo el rostro… una vez más, tu cuerpo ser acariciado, una vez más, tu piel ser rasgada con dientes… una vez más, ser una persona amada por un monstruo llamado México
Notas finales:
Si, ya se que clase rara de ship es esta pero ¿Qué quieren? Se me ocurrió y, ya que lo estaba pensando para día de muertos y halloween, pues aquí está mi obra maestra XD… see, raro a más no poder, pero, igual digo que me termino gustando como lucia ¿Qué piensan ustedes?
Datos extras:
**Los countryhumans en este universo no son lindos ni… no son precisamente buenos. Me explico. Aquí son mas una demostración de que tan retorcidos están los humanos, además de que tienen instintos más “monstruosos” que en este caso, es alimentarse del ser amado. Pero, así mismo, tiene la habilidad de revivir a la persona tantas veces quiera. En este caso, si la persona muere por heridas graves o porque muere desangrada, las heridas quedan como manchas en la piel o cicatrices que no ponen en peligro la vida del humano… o sea que te chingaste porque ni la muerte te va a salvar de estos cabrones
*Con respecto a las ships… no me pregunten porque, solo sé que esta idea me surgió tipo countryhumans x y/n
**Antes de que se me olvide, para reconocer este “fanfic” dentro de estos oneshots gore, será por el mismo tipo de titulo = Country-“Humans” = y lo único que cambiará será el nombre del country protagonista
*No esperen romance sano y bonito
*Con respecto a este capítulo en particular… ¿Qué se yo? En principio este solo iba a ser un único oneshot para el libro Goretober, se suponía que lo poco que debía de explicar es que el personaje principal (tu) has soñado con México, al principio salvando tu vida, luego invitándote a casa, luego queriendo ser romántico, tu lo rechazas, el wey se vuelve loco, te secuestra, te ukea y te devora de un modo caníbal. Pero todo esto solo es en tus sueños, jamás fue real, porque en tu realidad no existen los countryhumans. Por algún motivo, cuando despiertas estas en el mismo mundo y resulta que tus pesadillas son realidad y ahora sí, estas atrapado/a por México, así que valiste madres… en sí, esa era toda la idea… pero ¿Por qué solo hacerlo con México? Si podemos tener a locos como
Urss, Nazi, Rusia, USA, incluso meter a los “tranquilitos” ustedes me entienden 7w7
**Mas por duda que como tal, un concepto ¿Les gusto esta idea? De countryhumans x y/n? ¿Quieren que los siguientes sean con un y/n neutro o específicamente que tenga sexo definido???
¿Les ha gustado?
Que tengan lindo día
¡Comenten!
¡Felices fiestas del terror!
#Goretober#countryhumans#Mis Fanfics Yaoi#Gore#Terror#Misterio#Tortura#Muerte de personajes#Yaoi#Lemon#Romance#Yanderes#Un Chingo de countrys diferentes
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Contribución a la Corazón Week 2021
Es un fanfic que escribí hace varios años con todo mi amor, espero les guste n.n
OJOS QUE HAN VISTO EL INFIERNO
By Orochi
Nadie entra a la habitación del capitán Donquixote. Nadie. Al menos no cuando se encuentre presente.
Él nunca lo prohibió directamente, pero fue un acuerdo tácito entre todos. Si debían hablarle mientras estaba en su cuarto permanecerían de pie fuera de este. Nunca les invitó a pasar. Así eran
las cosas.
Obvio los principales de la tripulación lo sabían, solo en una ocasión hubo un pequeño malentendido cuando Baby 5 pensó que podría aprovechar que el joven amo tomaba una siesta para limpiar un poco.
Un apretón a la cabeza de la chica, lo bastante suave para no romperle el cráneo pero con suficiente fuerza para que entendiera que no debía volver a hacerlo y asunto arreglado.
Le quedó tan perfectamente claro que nunca mencionó (ni siquiera a Buffalo) que había visto como el amo se retorcía mientras dormía como si algo le doliera.
Es que ella no sabía que los demonios también sueñan, e incluso que pueden tener pesadillas.
._.
.-.
Nadie entra a la habitación del ejecutivo Corazón. Para empezar Vergo nunca fue del agrado de nadie, fin del asunto. Se metía tan bien en su papel de chico bueno que los que conocían su verdadera naturaleza encontraban incomodo hablar con él de algo que no fuera trabajo. Comer en su compañía también era desagradable por obvias razones. Así que cuando Baby 5 y Buffalo supieron que el primer Corazón estaría fuera indefinidamente llevaron a Dellinger y convirtieron la habitación en su sala de juegos, a nadie le importó. Al menos hasta que el hermano menor del capitán los echara literalmente de una patada para ocuparla el mismo.
Fue una sorpresa que a pesar de lo torpe que es mantuviera la habitación limpia y en perfecto orden por sí mismo. Odiaba que tocaran sus pertenencias. Odiaba que tocaran la cama donde dormía. Se daba cuenta cuándo lo hacían y quienes lo hacían –los mocosos se llevaban al menos tres golpes por semana- Odiaba incluso que los miembros de la familia le tocaran a él. Y el joven amo siempre lo defendía (Pica nunca supo que Corazón pasó una hora entera carcajeándose silenciosamente de su voz, lo que fue un chiste por si solo).
Ahora con mucha más razón nadie entra a la habitación del ejecutivo Corazón. Curiosamente ni el mismo Doflamingo. ¿Qué tiene de interesante estar con un tipo torpe que ni siquiera puede hablar?
Decían todos.
Para bien o para mal, nunca se preocuparon por entender lo que pasaba por la cabeza de ese sujeto.
._.
.-.
Caminaba por los pasillos completamente a obscuras siguiendo a tientas las paredes. Las luces eran apagadas a cierta hora y no debía llamar la atención llevando una antorcha. Afortunadamente contaba con su habilidad, pues en el trayecto tropezó tres veces, su cabeza chocó en cuatro ocasiones con ornamentos colgantes y rodó por las escaleras a causa de un estúpido escalón que juraría no estaba ahí en la mañana.
Cuando llegó a su destino se tomó unos momentos para recobrar el aliento y darse un poco de valor (que había hecho esto varias veces, pero la incomodidad siempre estaba presente)
La puerta como de costumbre no estaba bloqueada pero se aseguró de hacerlo una vez que estuvo dentro. Doflamingo estaba tumbado cuan largo era en el diván junto a la ventana, las manos cruzadas sobre el estómago con un libro abierto cubriéndole el rostro, probablemente dormido.
Soltó un suspiro antes de desactivar su habilidad para acercarse a él y descalzarlo con cuidado de no perturbarle. Le aflojó la corbata, quitó suavemente los guantes de sus manos y desabrochó los dos primeros botones de su camisa. Le cubriría con las mantas de la cama, no iba a intentar cargarlo para llevarlo a ella ya que esa vez que quiso hacerlo resbaló y… bueno, ahora tiene una cicatriz con la forma de los nudillos de su hermano oculta bajo el cabello.
Cuando quitó el libro de su rostro el muy bastardo le estaba sonriendo. Maldito, si estaba despierto bien pudo desvestirse el solo. Le pegó un puñetazo en el hombro, molesto. Doflamingo retuvo su
mano.
-Fufufu, no sé cómo te las arreglas para venir aquí sin que nadie lo note. Si no fueras tú, me preocuparía por mi vida - una risita- Le arrebató su mano de un tirón y quiso dar un paso hacia atrás, con la mala suerte de que sus piernas acabaron enredándose –de nuevo- cayendo sobre su trasero. Doflamingo se incorporó quedando sentado frente a él, mascullando una risa. Avergonzado optó por recargar la frente en las rodillas del hombre, maldiciendo sus estúpidos pies torpes.
Una mano se enredó en su cabello tirando un poco pero sin llegar a ser doloroso. Se acercó más hasta quedar apoyado en su torso.
-Que pasa Roci? Es tarde y ambos deberíamos estar durmiendo. ¿Tuviste un mal sueño?-
Ah sí. Estaban las pesadillas. No era el único. Sabía que su hermano también las tenía de vez en cuando aunque no lo admitiría ni muerto. Tratándose de eso solo Doflamingo podía entenderle, así como él era el único capaz de comprender a Doflamingo. En estos momentos, solo con esta persona era llamado cariñosamente por su nombre. No Corazón (ni mucho menos comandante Donquixote).
Rocinante. Roci. Sin maquillaje, sin abrigo ni máscaras (ni cargos, ni deber) era solo su querido hermano pequeño. Admitía que le gustaba. Él también tenía un lado egoísta después de todo.
A pesar de las cosas horribles y del tiempo transcurrido, la sola presencia de Doflamingo a veces era capaz de llevarle a aquellos tiempos en los que se sentía seguro y feliz. Las manos acariciando suavemente su cabello le hacían pensar en su madre. La barbilla apoyada en su sien le recordaba a su padre (sin que la imagen de su cabeza bañada en sangre lo inundara todo)
Su aroma a mar, a agua salada. A lágrimas no derramadas.
Bajo su palma, el retumbar en el pecho del otro hombre le daba esperanzas de que ahí aún se encontrara un corazón, un corazón humano.
…
"Detener la locura de Doffy" a veces ni el mismo comprendía el significado de esas palabras.
¿Hacerle desistir de sus deseos de destrucción? Inverosímil. ¿Llevarle ante la justicia? ¿Qué es la justicia para empezar? Aun cuando se aferra desesperadamente a la idea, duda que exista en este mundo algo tan grande como para juzgar los pecados de un dios...
¿Matarlo?
Doflamingo manchó sus manos con sangre de su propio linaje para tratar de recuperar lo que le fue arrebatado. ¿El sería capaz de hacer lo mismo? ¿Eso no le convertiría en un monstruo como al que tanto teme?
Solo pensarlo le horrorizaba.
Porque aun cuando la mayoría de los que se encontraban a su alrededor han visto –y hecho- cosas terribles en su vida, hay algo que el actual Corazón conoce y que ellos ignoran.
-Supongo que no te irás. Vamos entonces- le dijo poniéndose de pie para dirigirse a la cama. Lo siguió.
Nadie más que él ha visto directamente a los ojos de Donquixote Doflamingo…
Se recostaron de frente al otro sobre las cobijas. Al cabo de un rato al ver que Doflamingo no hizo nada al respecto, Rocinante mostró un gesto de molestia haciéndole una seña hacia arriba con el índice.
Sonriendo, Doflamingo levantó apenas la cabeza de la almohada, permitiéndole a Rocinante quitarle las gafas.
¿Cielo? No, definitivamente eso no. ¿Zafiro? ¿Cobalto? ¿Tornasol? ¿Aguamarina? No. Ningún color encaja.
Si tuviera que asignar una palabra para describir los ojos de Doflamingo, esta sería fuego.
La base azulada de la flama, el brillo dorado alrededor, acentuando con su resplandor las sombras en torno suyo. El reflejo de las llamas que amenazaron con consumirlos ese día aún sigue presente en los ojos de su hermano. Odio. Muerte. Destrucción.
Odio. Odio. El infierno mismo.
Se vio reflejado en ellos. En la profundidad de esas pupilas estaban ocultos sus más grandes terrores. Vio al niño desamparado de hace catorce años. Porque así es como Doflamingo le veía.
Débil, frágil. Indefenso.
Exactamente igual que hace catorce años.
-Tu cara me dice que hay algo que te mueres por decirme pero no puedes y eso te frustra. Papel y lápiz no te alcanzan, Roci?-
De nuevo idea correcta, interpretación equivocada.
El otro hombre metió las manos bajo su camiseta para abrazarle. Sus manos cálidas. Tan cálidas.
Quemaban al contacto. No es humano, pensó. Era lo único que se le ocurría para justificar el ardor en su piel ante el toque.
-Hermano tonto, eso que buscas ya no está más ahí-
-¿¡!?-
Lentamente las manos bajaron aún más hasta los bolsillos traseros de su pantalón, de donde Doflamingo sacó las armas que se encontraban ahí para ponerlas bajo su propia almohada.
-Has aprendido a hacer frente al mundo por ti mismo Roci, me siento orgulloso de ti. Pero no es necesario que lleves eso encima cuando estés conmigo, fufufu-
Si supiera que solo las carga cuando va a estar junto a él…
Rocinante apretó el rostro contra el cuello del otro, decepcionado. Nada, ni una chispa de humanidad. ¿No había nada ahí que pudiera ser salvado? Se sentía tan triste sin poder evitarlo.
Quizá si hubiese llegado antes. Quizá si se hubiese ido con él aquella vez. Quizá si hubiese sido más fuerte. Quizá si tuviese el valor de…
Luego de un rato de silencio, el cálido aliento de su hermano chocó contra su oreja cuando éste soltó un suspiro entre sueños. Doflamingo se había quedado dormido, tan campante. Maldito.
Se sentía, por decir poco, humillado.
Doflamingo no desconfiaba de él ni un poco solo porque fuese su querido hermano de sangre. Es que ni siquiera le pasaba por la cabeza considerarlo un enemigo.
Su pequeño, torpe y llorón hermano menor no es capaz de traicionarlo.
Pero…
Llevó una mano a la cabeza del otro, deshaciendo su peinado. Con el cabello sobre su frente eran aún más parecidos. Le provocó una sonrisa.
Por su deber como marine.
Cuando terminó pasó suavemente los dedos por su frente, sin el ceño fruncido su rostro reflejaba tranquilidad. Como quien duerme el sueño de los justos.
Por su orgullo como hombre.
Él también debe descansar. Hoy no es solo un día más. Fue otro paso hacia adelante, en el camino que decidió tomar.
Debía ser paciente. Su oportunidad llegaría tarde o temprano.
Por su amor de hermano.
El pirata Donquixote Doflamingo caería, aun cuando tuviese que ser arrastrado con él para lograrlo.
Después de todo, ambos, que habían sido arrojados al abismo más profundo desde el mismísimo cielo que habitaron como dioses, ¿tendrían otro lugar al cual ir?
Por ahora esta noche estarían a salvo de las pesadillas uno en los brazos del otro.
Se abrazó a su pecho como solía hacer cuando niños, besó la comisura de sus labios y movió la boca contra su oreja.
-Te deseo dulces sueños, mi querido hermano mayor-
Pero Doflamingo no le escuchó.
#CorazonWeek#CorazonWeek2021#OnePiece#DonquixoteRosinante#DonquixoteDoflamingo#Corazón#Fanfic#Fanfiction#Ao3
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Carta abierta a mi persona favorita en el mundo (que un día decidió irse con su persona favorita en el mundo).
Muñequita, corazón, farito de mar, ya sé que te fuiste irremediablemente de mi vida y que no quieres saber más de mí. No te preocupes, esto será breve y no buscaré una sola forma de hacerte volver, solo me gustaría contarte por primera y última vez, desde que te fuiste, lo que ha pasado con la vida. Si no quieres hacerlo, este es el punto correcto para dejar de leer.
Vale. Empiezo de esta manera, porque ya has de saber que estoy rota, escribo esto porque tu ausencia no la sostienen los cigarros o las botellas de ron, esta es la única forma que tengo para liberarme de las últimas pertenencias que dejaste en el foyer de mi vida, lo juro. Me pasa que a veces te encuentro por los camiones de las doce, cuando regreso a casa, a veces en los audífonos, otras veces en la forma de tu nombre, cuando lo escribo sobre el cristal empañado por el cristal de algún suspiro que se me sale casi por error; me pasa que no estás y que pienso lo feliz que debes ser con la persona que quieres, la forma en la que le sonríes al mundo tomada de la mano de alguien con quien puedes ser toda tú. Te extraño mucho, no lo voy a negar, pero no puedo adjudicarle toda la responsabilidad a tu partida si es el mundo el que se ha hecho insoportable desde tu adiós, son todos los demás quienes se han vuelto grises, los que tienen la misma conversación, la misma forma de contar un chiste, los que caminan siempre igual, siempre a los mismos sitios. Hoy falleció güero, ya no hay nadie que se alegre por mi regreso a esta habitación en donde todo me recuerda a la mujer que lo podía todo estando junto a ti, falleció pq me lo envenenaron y eso me orilló a escribirte todo esto que lees: Güero sabía que iba a morir y no dejó de estar conmigo todo el día Supongo que todo esto ya lo sabía también pero, no lo vamos a negar a estas alturas de la vida, es tan difícil diferenciar entre la fe y la necedad, de vez en cuando. Vamos, no me gustaría que esto suene a justificación porque no lo es, ya me conoces, es la forma natural con la que, desde la mañana de hoy, voy por los pasillos de cualquier lugar meditabunda por creer que todo duraría mil años, incluso yo, incluso Güero, incluso lo nuestro.
Ya no escribo como lo hacía antes, he bajado de peso, poco a poco me estoy convirtiendo en un caso de supervivencia ante la idea de haberlo tenido todo y después ya nada. Es que eras tú, neta, eras tú, con quien fui feliz, pero la felicidad y el amor son monedas abaratadas por situaciones como esta. Incluso hoy, que no tengo más que un cigarro a la mano, me doy cuenta que a veces te escribo recaditos y los dejo pegados al refrigerador, por si un día vienes a casa y se te ocurre voltear a ver qué hay en la nevera, cuando yo no esté, y te lleves las blusas de resaque que dejaste en mi cajón o pretendieses venir a ver a Güero y no encontrar más que un espacio vacío en donde debería haber un gato o alguien que te espera. A veces tomo la libreta y escribo tonterías a modo de poemas. A veces sólo me siento ahí, debajo de la tinta. A veces me cuesta trabajo levantarme y pienso que no hay mejor esfuerzo que sonreír y cantar. Quizá porque estoy cansada y no encuentro otra manera de cerrar los ojos, que reposando mi cabeza en las piernas de alguien con quien pude ser débil y aceptar que me canso de poder, aunque no pueda más. Pero no, ya no, y ni modo.
Festejo tu vida, la festejo como la más grande de todas las fiestas, festejo tu espíritu y festejo la forma que tienes para pelear por lo que consideras correcto. Si te fuiste es porque quisiste y ahí radica otra de las virtudes que tanto amo de ti: la búsqueda de tu paz. Sé que eres feliz. Sé que te sientes plena. Sé que no quieres verme, y no sé ni porqué. Puede que sean dos o tres preguntas las que me tienen al borde de las lágrimas desde este lugar desierto y que tienen que ver con la forma en la que me decías que me amabas, con la manera en la que te fuiste sin decir nada, con la duda de cómo sortear las preguntas de quienes te conocen y preguntan por ti. Me sigues gustando mucho, me sigo poniendo nerviosa cuando recuerdo nuestra primer cita, nuestro primer beso, nuestro primer orgasmo. Me sigo peinando el fleco y me lo hago esponjoso no se me quita la pinche maña desde que me hiciste el primer cumplido. Chingada madre: qué difícil es todo esto.
Hace unos días escribí tu nombre en el muro de un edificio abandonado con el carboncillo de un compás. Escribí sobre tu sonrisa, tus ojos de muñequita , tus pechos de niña, y tus caderas marca candela. Escribí no sé con qué afán. Hice un poema que habla sobre una visita tuya a media madrugada, viniendo borracha solo para besarme y dejarme la boca en la verticalidad de quien busca un beso, acostada de lado en cualquier cama de hotel. Muñequita, después del punto final encontré una tristeza tibia que hizo contraste con la cerveza que traía en la mano. ¿Cómo chingados te explico que el mundo no cambió, ni se volvió rosa, ni hermoso, después de depositar por última vez tu nombre y el mío sobre una pared destruida?. Ahora entiendo que el amor es la forma pura y correcta de la violencia.
Anda, ve con el mundo y sé feliz. Haz todo lo que esté en tus manos para no dejar de sonreírle a quien amas, corazón, y no dejes que nadie te deje de sonreír tampoco. Mereces toda la felicidad del mundo. Que encuentres la paz que necesitas donde gustes buscar. Que todo te salga bien, mi amor. Que cada tatuaje que te hagas te quede perfecto. Que la boca que ahora besas te embone. Que la mano de quien te toma la mano luzca perfecta con tu outfit. Que todo eso que eres, farito de mar, mi farito de mar, se vuelva aún más grande. Gracias por todo lo que fuiste, por lo que eres y serás. Tengo tanto qué agradecer, tengo tanto amor endosado en tu nombre. Me propuse a finalizar esta carta una vez que las lágrimas me alcanzaran y este es el momento. Debo dormir un rato, ya no quiero estar despierto.
Eso sí, amor, una última cosa. Si un día nos encontramos por la calle y algo se remueve en ti, si un día te acuerdas de todo lo que fuimos, si un día decides pegar marcha atrás y volteas a verme, por favor, por favor, muñequita, corazón, farito de mar : hazme el favor de no volver.
Escrito un día del 8 de enero del 2020.
Dirigida a mi ex novia Zulema.
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Está un poquito largo, fui escribiendo cada ciertos días algo para ti en mis notas. Salió la idea de.. ¿no lo sé? Solo lo hice y no paré hasta el día de ayer. Siempre te digo que te encuentro en todos lados y creo que, en ciertos días, se puede dar fé de ello. En fin, te amo. Son dos meses, mi Jabba apestoso. Te amo, te amo, te amo.
Es 23 de Julio por la noche, bueno, 24 de julio pero.. no es lo importante.
Vimos dos películas, La calle del terror. Una de las cosas que amo de esto, de ti, de nosotros, es que las cosas tan pequeñas como disfrutar y compartir una película cualquiera que pudimos ver en algún momento en anuncios, las tengo como favorita ahora. Es extraño recolectar memorias juntos ahora, digo, no es extraño pero amo la forma en la que todo se siente tan bien y yo le tenía miedo a esto, a abrir mi corazón para decirte lo que tenía ahí atrapado. Nunca más se volverá a cerrar por ti, ahí vives tú y jamás nadie podrá sacarte de ahí.
26 de julio.
• Bluebird, Luca Fogale.
Aquí te encontré en la letra, e la forma que llegó a mi y, aunque quise pensar en algo más, en tranquilidad o calma este día lluvioso, lo único que se vino a mi mento pero.. ¿no es lo mismo? Tú eres calma en mi vida, eres control y tranquilidad, eres a lo que llamo hogar y donde deseo vivir. Mi amor, en esta canción te encontré y me puedo acunar en tus brazos oyéndola, quisiera vivir por siempre allí.
• Where's my love, SYML.
• Turning page, Sydney Rose.
Estas dos canciones me transmiten tranquilidad, unas cuantas que quiero escuchar y dormir en tus brazos, una melodía preciosa donde solo pienso en tus besos y esas caricias suaves por mi cuerpo. Cuando viajas por mis curvas, por mis brazos, pecho y piernas, allí donde te pierdes haciéndome el amor. Te recuerdo con tranquilidad.
;
(Hola, soy un Kai del 17 de agosto porque recordé que ahora quiero poner una canción que escuchamos ayer y quería ponerla acá entre estas. ¿Sí? Sí, eso es un sí para mí. Mi abuela decía que el silencio otorga y estás bien calladito. )
• Anchor, Novo amor.
Esta canción la saqué de un día cualquiera, de no poder dormir, de sentirme algo bajoneado pero encontrando paz en la música. Y es extraño, aún luego de todo este tiempo me sigue resultando extraño pero muy hermoso de que seas tú el que encuentre en cada canción que me haga sentir bien, que me haga sentir tranquilo y pacífico. En esa canción te vuelvo a encontrar amor, tú estas en todos lados, esos ojos, esos labios, esas manos y brazos que me reconfortan luego de un mal día, eres tú.
No creía tanto en el destino porque sentía que me desafiaba, que ponía cosas que me terminaban hiriendo pero luego estás tú, tú eres todo lo que jamás había llegado, todo lo que a ojos cerrados pedía y me angustiaba pensar que siempre estaría ese vacío pero.. llegaste tú. Tú y tú. Sacando mi lado intenso, mi lado más impredecible, mi lado más caótico, mi lado más romántico y necesitado, y es que me es imposible vivir sin ti ahora. *sigh* estoy enamorado, enamorado hasta realmente perder el control de mi mismo y la noción de absolutamente todo.
Te amo, Gideón.
Julio 29.
Estoy mirando una película y me recordé de ti. Siempre llegas a mi en distintas formas, en distintos colores y cielos. Como te amo.
Creo que volvería a repetir todos estos sentimientos por ti una y otra vez. Y daría todo por ti.
Agosto 1.
Recordé el verano de repente y con él, estás tú.
Me enamoré de ti en un verano caluroso, en un verano donde todas mis angustias estaban ahí como montañas gigante que me hacían sentir diminuto, donde no podía dormir bien y podía perfectamente pasarme 4 horas de sueño porque mi cabeza estaba en una guerra interna, donde me la pasaba enfermo por el estrés que esos meses me causaron. Estaba nervioso, triste, habían muchas emociones en mí que no me soltaba y me tiraban hasta perderme. Es curioso como en uno de los peores momentos donde solo no podía más, llegaste tú, un regalo personificado en persona. En ti. Olvidé todo, olvidé mis males, olvidé las noche oscuras y colores en paletas negras, sombras. Lo olvidé todo y apareciste tú. Las cosas comenzaron a salir bien, yo estaba bien, no te tenía a ti en esas alturas como ahora te tengo, éramos amigos pero siempre significaste algo tan importante, un gran apoyo y felicidad, estaba tan pendiente de ti que olvidaba todo y todos esos malos ratos. Contigo comenzaron los colores.
Luego me di cuenta que estaba enamorado de ti en un invierno, cuando ya me había lanzado a tus brazos con la leve esperanza de que sintieras lo mismo que yo y que, entre los dos, creciera algo tan sano y precioso como lo que llevamos ahora. Estaba asustado, sentía mucho miedo por perderte y es algo que no podía olvidar. No creo estar muy seguro de habértelo comentado, quizás ni siquiera lo mencioné pero traté muchas veces de hacerlo y no solo en tu cumpleaños, hubieron muchas ocasiones cuando te lo quise decir, cuando quise ya callar ese miedo y abrirme a ti, quería que supieras todo lo que contenía mi pecho y lo mucho que te pensaba, perdía el sueño por ti, perdía todo para tenerte a ti y eso me consumía sabiendo que jamás ibas a ser mío. Mi deseo por tenerte era gigante, comía mi cabeza y la unía en pedazos otra vez para volver a pensarte. Era intenso el sentimiento encontrado por ti. Aún lo es. ¿Perdí la cabeza por ti? Estoy seguro que sí, me tienes soñando despierto e imaginándome todo el mundo a nuestros pies. Haciéndolo mío y tuyo.
Es increíble.
Te amo, Gideón. Te amo mil veces más, y lo haré hasta que arda el sentimiento. Te voy a amar nuevamente en verano, me voy a enamorar una vez más en invierno. Y luego de cada estación volveré a empezar, para jamás acabar.
Agosto 4.
Son las 5:30.
Gideón. ¿¡GIDEÓN!? No puedo creer lo enamorado que estoy de ti. No tengo algo que pensar más allá de eso, pasamos toda la noche juntos, escuchando música y jugando, no podría pedir algo mejor porque no hay nada mejor que tú. No quiero irme nunca de acá, te amo a montones, hasta que parezca tonto, hasta que parezca mentira y algo fantástico. Estoy enamorado de ti, hasta arder.
TE AMO, BLACK GIDEÓN.
Agosto 10.
Me sentí culpable porque llevo días sin escribir acá, no me olvidé. Bueno, ¿Cómo sabrías tú de esto? Soy un tonto, pero siempre siento que lees mis pensamientos y sabes lo que pasa en mi cabeza, así que, te mando mis disculpas por no escribirte acá en las notas de mi celular. Me iré, porque te ando peleando con la comida y tengo que ganarte y luego comerte a besos porque eres precioso y me encantas, y quiero comerte la boca ahora. Nos vemos. Te amo.
Agosto 12.
Son las tres de la mañana, no estoy seguro si ya te fuiste a dormir o no, estaba en eso y me imagino que en unos minutos puede que llegue una notificación tuya.
Estaba pensando, entre que esta noche fue de fastidio (conmigo mismo, y te lo aclaro porque para entonces, el 21, puede que no recuerdes. Ando enojado por mi carácter idiota que se enfada con todo.) Pasé directo a sentirme bien contigo. Al principio sabía que tú eras mi hogar, que era el lugar donde llegar y sentirse bien, donde podía confiar todo en ti y sentir un alivio porque todo problema y duda lo resuelves, me haces la vida más fácil y tranquila, me haces sentir seguro. A veces hablas y yo quedo en blanco pensando como puedo estar contigo y como puede alguien como tú estar enamorado de alguien como yo; ¿alguien tendrá esa respuesta? La necesito.
A veces no sé como tomar todo, como procesar todo esto y es que apenas van 4 meses (PARA MÍ ES MUCHO IGUAL) y yo te considero ahora la persona más importante de mi vida. Estoy enamorado, ciego por ti, haría todo por ti y para ti. Te amo y es lo más sincero que se encuentra aquí en mi corazón, y tú estás aquí escondido.
(Ya me respondiste el mensaje y me dijiste 'mi Kai'. Amo eso. )
Agosto 16.
Pequeña actualización a las 05:10. (Y me dormí a las seis de la mañana.)
Hoy vimos un concierto de Coldplay, vimos una película, escuchamos música e hicimos el amor dos veces.
Yo te seguiría hasta el fin del mundo, mi amor, y no me importaría absolutamente nada si es contigo y si significa madrugar y pasar horas y horas a tu lado entonces yo lo haré. Te amo, te amo tanto Gideón. Mi Gideón. No puedo ni siquiera expresarlo bien o como yo quiero. Eres el amor de todos mis días. El amor más intenso, el amor que jamás quiero perder, el amor que me hace perder el sueño, el hambre, todo. Por ti, amor, es que dejo todo por mirarte a ti.
¿Estoy siendo muy intenso, tal vez? No lo sé, solo sé que tú lo eres todo. Quiero agotar todo lo que exista en este simple universo para poder decírtelo y dártelo, realmente te mereces todo lo que yo pueda ofrecer, mi amor. Me da igual todo lo demás amor, estoy ciego por ti y no lo pensaría más de dos veces para saltar de algún lado solo para verte esos ojos.
Estoy enamorado.
Loco de amor por ti.
Por ti y para ti, siempre para ti, mi amor.
Te amo hasta perder el aliento, hasta perder la razón.
Agosto 17.
Son las 02:41 y tengo hambre, no puedo dormir y te extraño porque te quedaste dormido, pero pronto me iré contigo a dormir. Es gracioso a veces escribir esto porque siento que le tengo que hablar a un tú del futuro, a un Gideón de unos 4 días más para que lea todo esto y todo lo que hemos estado viviendo este mes y lo que pienso de ello, a veces en palabras de momento no pueden salir pero ahora sí y... ESTABA PENSANDO, mientras escribía, ¿y si te lo paso para cuando cumplamos tres meses? ESO ESTARÍA FABULOSO. Se lo dejaré al Kai del futuro y que lo solucione él. ¿Lo hice? Me dices luego.
Y eso, te amo mucho. Ahora iré a jalarte las patas para que despiertes y luego me duermo yo. Es una pataleta por no darme los besos de buenas noches, te vas sentenciado a muerte.
Ahora sí me voy ya que son las 03:09 y me quedé leyendo lo que tengo escrito, hmm. Esto es un Kai demasiado enamorado.
Agosto 20.
Amor, amor, amor. ¿Pasó casi un mes ya desde que comencé? Si te soy sincero no sé como comencé todo esto, un día escribí sobre estas tres películas que vimos y no pude parar de escribir todo lo que hacíamos, ¿está eso bien? Solo quería dejar inmortalizado mis sentimientos cuando algo pasaba, cuando quizás solo me sentía explotar de amor y quería escribirte. Dios, me hiciste un cursi y que no puede parar de hablar de ti, no puedo y no quiero, me es imposible. Algo hiciste conmigo, yo estoy aquí mirándote como lo más preciado y hermoso que tengo.
Los 21 me traen recuerdo muy bonitos. Me recuerdan a esa desvelada el primer día junto a ti, los veintiuno se convirtieron en mis días favoritos y hasta salto en un pie porque comienza el día. No sé cuanto aguante despierto para estar contigo en la noche porque mañana (bueno hoy, son las doce y media) despierto a las 8 de la mañana, bueno ocho y media pero pongámosle las ocho para verme menos flojo.
En fin, solo quería decir que te amo. No sé de qué salió esta idea o qué fue lo qué quise hacer en su momento, sin embargo, fue una excelente idea. Y eso, cuando lo leas me reclamas por los besos que te debo, quizás vendrán medios dormidos y flojos los besos pero ya estás acostumbrado ¿no, amor? JAJAJAJ te amo.
Mi para siempre.
Jamás olvides que te amo, hasta que todo arda. Te amo hasta que se agoten las estaciones del año y comiencen una vez más. Muero por volver a enamorarme de ti un verano.
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Plaza Mitre
La luz de media mañana cortaba el cuadrado verde por la mitad. El sol pegaba con timidez y se arrastraba lentamente sobre los objetos de piedra, los bancos helados de rocío, los antiguos faroles, las ropas fluorescentes de las señoras que hacían gimnasia, los perros llenos de energía que paseaban a sus dueños mal descansados, los puestos de garrapiñadas y dulces que abrían perezosamente sus puertas al público, los ancianos cuyo día había empezado hacía horas, ávidos de luz y vida.
Sin parar de frotarme las manos miré hacia arriba, rogándole al Dios de las heladas y de los calores un poco más de los segundos. El denso manto de nubes apenas dejaba entrever unos manchones del azul celeste, y agradecí porque al menos no llegaran a cubrir el astro mayor.
Era más difícil describir el sector del espacio verde donde aún reinaba la sombra. Nadie iba voluntariamente ahí, más que algún serio deportista, una pareja de amantes distraídos y los amos de mascotas caprichosas. Era para mí un sector del todo desconocido a esta hora del día.
Era feriado y se hacía notar la ausencia de los transeúntes de la plaza, esos que la transitaban porque quedaba en su paso o la atravesaban para cortar camino. Los conocía muy bien (al comienzo, yo había sido uno de ellos). Mujeres de tacos ruidosos y cuellos blanquísimos, señores apurados con demasiado gel en el pelo, niños uniformados cantando de la mano de sus padres, linyeras despeinados yendo a buscar el pan del día. Toda esa muchedumbre, desaparecida. Estaba claro que la jornada no laborable poco conocía de visitas de paso. Este lunes feriado dejaba lugar solo a los dueños de la plaza, sus verdaderos habitantes, que la caminaban orgullosos y dejaban a sus peludos animales orinar sus límites en justo reclamo de lo propio.
Reconocí a dos treintañeras que conversaban en voz altísima o más bien gritaban, aunque no tanto como los dos caniches gemelos o por lo menos parientes que llevaban en sendas correas. Les contestaba desde lejos un llamativo comitente conformado por tres salchichas marrones y cuatro personas. Una mujer de pelo tirante y piel impecable que yo ya había visto alguna vez iba de nuevo demasiado vestida para la ocasión. Avanzaba por donde no había pasto con su gato asomado de la "dolche an gabana". Era evidente que querían sentarse cuando disimuladamente inspeccionaban desconfiados cada superficie horizontal. Quise avisarles que no iban a encontrar ninguna adecuada para ese pantalón de mil hilos, pero no era un comportamiento muy adecuado a las normas sociales. Dejemos que se den cuenta solos otra vez.
Me di cuenta por primera vez de que yo misma, la observadora, la narradora, era también dueña de la plaza. Conocía sus movimientos y podía relatarlos con tal detalle que cualquiera de estos vecinos hubiera sentido temor de solo leer mis pensamientos.
Y, también por primera vez, quizás inspirada por el ceño fruncido de la mujer del gato, noté la fealdad de esta plaza que ahora sabía mía. Me di cuenta de cosas que siempre habían estado ahí. Porque había que reconocerlo: eran cuatro manzanas de mayoría pasto devenidas en plaza, separadas por amplios ríos de cemento en forma de cruz. Eran feas las esculturas, feos y extraños los monumentos, intentos noventosos de modernidad que nunca consiguieron su cometido. Estaba frío para traer niños a jugar; los columpios, calesitas y toboganes solos y congelados daban un espectáculo lúgubre. Reinaba en la convergencia del cuarteto de grises rutas una rotonda mal cuidada (podría tener flores, ¿o se las comerían los perros?, ¿estoy hablando demasiado de esos animales hoy?). En su cima miraba al frente una estatua peltre del personaje histórico cuya historia no recordaba. Los faroles enanos con enormes bolas blancas que querían adornar las veredas parecían adolescentes de cuerpos desproporcionados en eterna pubertad. Solo cuatro fríos bancos en los doscientos metros cuadrados invitaban a descansar, pero los seres humanos nos las habíamos ingeniado para encontrar asientos parecidos a ellos: bases de faroles (yo estaba en una de ellas), inentendibles bloques de cemento de utilidad desconocida, cordones de acera aún húmedos de la tormenta de anoche, solitarias piedras y un largo etcétera. Y es que esto es un montón de materia inanimada, mal diagramada, improvisada, ¿para qué engañarnos? Y somos los seres vivos los que hacemos cobrar vida a esa estatua, ese banco, ese pedazo gris.
Pienso que al final a nadie le importa la belleza de lo propio. Que la plaza debe ser como un hijo, que no se deja de amar nunca porque llore, grite, odie, conteste. Debe ser como el amor de tu vida, ese al que le amás hasta los defectos. Debe ser como esas personas que no podés dejar de admirar. Esas cuya conversación se siente como el crepitar de un fuego en una casa de montaña, o una brisa tibia del mar Caribe con la temperatura exacta, y nadie se pregunta si son agraciados o no.
Me pregunto por qué la pobre estética de este cuadrado de suelo me hace quererlo aún más. Puedo sentir que aumenta mi ternura mientras más defectos le busco, mientras más me digo que no lo voy a extrañar, que solo estaré un poco más lejos de este barrio, de estas cuadras, de esta vida. Y es que aquí escribí, ahí lloré sin importar la lluvia, ese árbol fue refugio cuando el aguacero se volvía intenso, por ahí caminé tranquila los domingos de sol, por allá corrí desbocada una tarde de angustia, más acá tomaba mate sola o no, en ese pedazo de pasto leía hasta que se apagaba el farol del cielo.
Puede ser que entre tanto concreto, tanto calle dura, tanto trabajo, tanto ruido de tacos y tanto ser transeúnte, los humanos estemos eternamente en busca de un pedazo de suelo blando; nuestros pies raíces que esquivan el cemento y se extienden hacia la blandura negra de la infinita profundidad con la necesidad insaciable de hacerla nuestra. Creo que cada persona debe tener su lugar, su porción de tierra blanda, su conector con el planeta, su punto de pensar, escribir, soñar bebiéndose con todo el cuerpo el fruto de ese pedacito de suelo. Y que cuando se muda a otro lugar, debe arrancar de un tirón su raíz, esperando que su organismo siga vivo, que no quede inerte ni se seque en el intento de arraigar en un lugar nuevo, de clima distinto, de aire diferente, de transeúntes con otros rostros.
Amo esta fea plaza y soy su dueña. Solo temo irme lejos y no serlo ya. Temo un día ser transeúnte, temo olvidar el regalo del suelo que tiene miles de mis huellas. Pienso que este es otro pasto que me pertenece, aunque nada esté a mi nombre, aunque no lo diga ningún grueso papel de escribanía, aunque nadie más se dé cuenta.
Otros barrios voy a encontrar. No importa cuántas veces mueva el hogar o la distancia que haya de mis viejos lugares; van a ser mías cada vez más plazas, más parques, más montañas, más mares.
Y en un tiempo habrá o no un retorno —de intención nostálgica o circunstancial— a los viejos aires que van a calentarme igual que hoy el alma, algún día, sentada en este mismo farol, en esta misma plaza, a la hora de la luz, del lado del sol, otro día frío. Muchos de sus dueños seguirán ahí, y quizás nos reconozcamos e inclinemos mutuamente las cabezas con una sonrisa vacilante, diciendo con los ojos que la plaza es nuestra, aunque nadie más lo sepa.
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Historia que no parece de amor
En este escrito narro a mi niño tormenta.
Abiertamente, sin miedo a que alguien me juzgue los versos
En este escrito mi niño tormenta toma forma como la suma de todas las imperfecciones
Imperfecciones que me encantan sin más.
Mi niño tormenta, así lo denominé la primera vez que lo escribí, porque no lo conocía.
Lo miraba y me encantaban sus ojos que son cafés cuando les da el sol
Sonreía y me dejaba en paz ser la causante de ello, se reía y notaba que era tan fuerte como un trueno.
Me gusta jugar con su cabello y besarlo en las mañanas, me gusta verlo peinado y despeinado en la salida del instituto.
Me gustan sus sudaderas y todo lo que lo hace especial.
Lo que me hace especial cuando estoy con él.
Recuerdo sentarme fuera de clases con mayor libertad para observarlo, para sorprenderme a mí misma perdida entre sus ojos.
El niño tormenta no era muy dulce, ni muy cercano, tampoco piadoso ni centrado.
Como fueron avanzando los días me di cuenta que el niño tormenta era más que sólo una tormenta. Que tenía cierta fama de ser revoltoso y tenía un pasado amoroso que yo desconocía, y cuando por fin me enteré de su historia de mata amores con aquella chica cerillera, ni todas las advertencias del mundo le quitaron mis ojos de encima.
Que me había gustado!
Y yo consciente de mis propias cualidades, me daba el lujo de cuestionarme si podría encantar al niño tormenta...
Mi amiga (y un buen tanto de personas más) me contaron que este niño tormenta se encontraba profundamente enamorado de aquella cerillera, la misma que por azares del destino no se encontraba en el colegio. Tan encantado con ella lo retrataban, que me preguntaba para mis adentros que tenía esta cerillera que no pudiera igualar yo.
Un día mientras compartía el desayuno con mi amiga, me debatía en voz alta a mi misma para saber si dejar a este tormento a su suerte, o lanzarme para poder atraparlo... mi amiga sólo veía como salían mis opiniones cambiantes; y muy para mi suerte pasó frente a nosotras el tormento este, haciendo algarabía con sus amigos, y dejándome segura de que, por más que me complicara el asunto, no iba a dejar que se me fuera tan fácil. Por lo mismo, ya decidida, le dije a mi amiga unas palabras más seguras de lo que esperaba.
“Me aviento por él”
Y dicho y echo, porque cuando yo decido algo y lo quiero, los planetas suelen echarme una manita para que me salga bien.
Empezamos a tener clases juntos el tormento y yo, algunas actividades y juegos en los recesos nos acercaron más, y lograron que al menos, me viera como una amiga.
Entre risas nos dimos cuenta que nos gustaba la música, de géneros parecidos, y su cercanía logró que yo me motivara un poco más a acercarme.
En uno de esos ratos, con mi amiga decidimos ir a cine, y llevar a casi todo el grupo de mi grado. Se nos complicó la salida y terminamos yendo el niño tormenta, mi amiga, y yo.
Llegamos al cine, todo salió extrañamente bien... A mitad más o menos de la función el niño tormenta se me acercó de manera cariñosa, dándome la mano o recargándose en mi hombro, adoptando una postura extraña para poder recargarse cómodamente, puesto que era mucho más alto que yo.
Entre darnos la mano y uno que otro tirón de cabello, de una manera u otra terminamos frente a frente, rozando nuestras narices con una sonrisa nerviosa y expectante, y yo, temerosa a que todo esto se me saliera de las manos, me alejé un poco y me acerqué más a Sara, mi amiga que me ha venido cubriendo desde entonces, y en ese espacio en el que me alejé levemente del niño tormenta, ella me cuestionó aún mirando a la pantalla, con una sonrisa pícara
“Eso fue un beso?”
Menee la cabeza algo nerviosa, y le respondí que no, pero que no sabía que pasaría en los siguientes minutos; para este momento el tormento ya me jalaba de la manga para que volteara a verle, así que eso hice. Me volteé y volvimos al juego de sentir nuestras narices juntas, la mía fría y la suya con un estornudo a medias: no se me había venido a la mente qué tal vez fuera alérgico a mí...
Por más que intenté torearle el niño tormenta resultó más astuto, y esperando a que yo me descuidara por un segundo, se acercó milímetros de más y me dió lo que sería nuestro primer beso.
A partir de ese día nuestra historia se revuelve con detalles que mi mente consideró irrelevantes a su criterio, entre ellos se encuentran el término de historia de mata amores que tenia con la cerillera, pequeños descontentos y alguno que otro rumor sobre nosotros. Datos que me complican la historia y un poco la existencia, por lo tanto me saltaré a una semana de Noviembre, unos... dos o tres meses después de nuestro primer beso.
El niño tormenta y yo veníamos queriéndonos de manera diferente, puesto que la presencia de antiguos amores de ambos lados nos complicaba mucho decirnos “te quiero” sin algo de culpa o melancolía. Era peor para mí porque yo trataba desesperadamente de que no caer en los pocos encantos del niño tormenta, que al final de cuentas estaba bastante dispuesto a empezar una historia más rosa de la que ya teníamos. Puedo afirmar, que en esos momentos yo quería al niño tormenta sin miedos, que mi manera de quererlo era mas tranquila por dentro, y que realmente le quería de una manera más pura y menos dañada, sin secuelas de lastimaduras que me provocó unos días después... Lo “nuestro” era bastante difícil, puesto que yo, escudándome de sus cariños, era fría, distante, y a veces lo lastimaba, sin querer por obvias razones; así que aquí empiezan las heridas del niño tormenta, que por mis malos tratos terminó muy lastimado y prefirió, un doce de noviembre, buscar amor en otra parte.
No le doy la razón, pues fue de una manera muy dañina todo esto de la partida del niño tormenta, pero sí admito que tengo algo de culpa en su marcha.
Pasaron unos... 14 días, dos semanas más o menos, entre las que un viernes me esperanzó de la manera más cruel que pudo haber hecho, diciéndome, prometiéndome que lo que sentía por mí aún seguía dentro suyo, y que si yo quería, regresaría conmigo, para después terminar quebrando esperanzas y obligándome a resignarme, fueron días donde yo tuve que parcharme las heridas y apresurar carcajadas para que nadie se diera mucha cuenta de que su partida me había afectado bastante.
Fue un desencanto completo cuando peleamos por primera vez, porque yo estaba medió dolida y algo desesperada por la falta de cariños, y el tormento por otro lado, se sentía bien demostrándome que podía estar sin mí. Al final terminó siendo una pelea de egos, donde yo terminé molesta y queriendo pegarle una cachetada al patojo este. Fueron tiempos que no me esfuerzo por recordar, ya que las heridas y el remordimiento siguen latentes, tiempos oscuros donde -analizo ahora- lo que llegamos a tener estaba muy dañado, y yo, sin querer, empecé a superar el amor del niño tormenta, por más que me lo quitaba de la cabeza, el volvía, con sus lluvias y torrentes, a mezclarme los sentimientos; fueron tiempos donde empecé a dudar mucho del supuesto amor que él sentía. Fue entre risas falsas y besos nunca dados, donde me di cuenta que este niño se escapaba y era muy escurridizo, matando mis esperanzas, el niño tormenta un 26 de Noviembre me desilusionó dándome a conocer que quería empezar un cuento con alguien más, que no era yo. Después de tanto buscar amor en otra fuente, en otra niña fogata que yo no quería asimilar,se dió cuenta que yo estaba casi superada, por fin, después de tanto; y decidió enamorarse de alguien más, otra niña que no era yo, que probablemente era todo lo opuesto a mi y las coincidencias, o la falta de ellas, hicieron que me partiera de risa al enterarme de sus planes con aquella niña, dejándome mas que en claro por otro lado, que tenía que “recuperarlo” si es que podía hacerlo, porque si no me quedaría con la duda de lo que podríamos haber pasado.
Así que, un 27 de Noviembre, entre carcajadas y miraditas ansiosas de mis amigas y yo, por azares del destino (y mi persuasión con la palabra) el tormento se dió cuenta que yo trataba de atraparlo, y se dejó atrapar, me sugirió darle la oportunidad de ser algo más, de tener esa historia rosa, y si yo no quería, de poder esperar, esta vez con los corazones conjurados, a tener la oportunidad de empezar a ser sólo nosotros dos: nada de escapar del lado de otro cuando se estaba harto, y si es que uno de los dos corría, el otro tenía que atraparlo; aún así, ese día, le dije que esperáramos, y prometimos aguardar al momento perfecto, donde todo pudiera salir bien para los dos, y poder ser algo juntos. Me olvidé de desconciertos y huidas, y empezamos a ser un poco más cursis de lo que esperaba.
Pasaron dos meses desde ese 27, y un 12 de Febrero, con todo resuelto y casi listo para ser sólo nosotros, me di cuenta que no había en sí un momento perfecto, la cosas iban y venían, pero esos días habían sido de los buenos, y yo estaba lista para decirle al niño tormenta un “sí”.
Pasaron días, y hubo una de las grandes crisis de esas que yo recuerdo... me abrieron los ojos sus propios demonios, sus inseguridades, para dejarme en claro que esta tormenta no era algo sencillo, nada nuevo, sólo recordarme lo que ya sabía: que el niño tormenta tenía una colcha de cicatrices y malos recuerdos que podría ayudarle a sobrellevar. Me di cuenta que tendría que sacar las garras para que pudiera caer en cuenta de que sus rayos me lastimaban y que habría un día en que yo ya no aguantara.
Quedé (quedamos) lastimados y con ciertas secuelas que ahora expresamos en nuestra manera de querernos, entre los dos ya no podemos ser algo normal y tal vez nunca lo fuimos.
Nuestros malos ratos son cada vez más cortos, y los dos superamos lo que hicimos mal en un pasado.
Me di cuenta que no era el más listo, ni el más guapo, pero era completamente único... con el paso del tiempo me di cuenta que a veces perdía su esencia, por ganas de encajar en una sociedad prometedora
Pero aún con sus sube y bajas de personalidad, me encantaban todas sus facetas.
Lo que es el amor, no? Este niño tormenta me ha traído en altas y bajas, en crisis y en sueños, lo que nadie había hecho, me ha sacado lagrimas y carcajadas, hemos tentado platicas intensas sobre el porqué es difícil amarnos, y pláticas de estupideces sobre el sentido de la vida.
Hay mucho que me falta escribir sobre el niño tormenta, que al fin puedo llamar mío.
Pero si hay un futuro, me aseguraré de narrarlo hasta que no me queden versos.
- RadioActiva
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Mi parapeto se desmorona. Aquí una cascada caótica, fragmentos de todas las edades grabados en mis sentidos y que hoy escribo camino al desapego
Aquí las goteras siempre vuelven; solo has de estar atento en las noches, y escucharás los diminutos piececitos de las vecinas de arriba hurgando entre las tejas, inquietas las murinas.
Aquí las goteras siempre vuelven; alguna primavera despertarás al alba bajo los gorjeos aflautados e irregulares, de un puñado de mirlos saltando por el techumbre.
Y qué decir del viento, que aquí las goteras siempre vuelven, más no vuelven los silbidos de las ventanas de madera, ni los del suelo de la habitación azul. ¿Sabes? Solo aquí se podía ver el piso inferior a través de las viejas vigas del suelo.
Sigamos con los suelos, que tienen tanto que contar. Hace más de diez años aquí había, además del frágil azul, muchos suelos distintos: uno frío pero seguro de hormigón; otro molestamente sonoro de madera; y el que se me asignó al nacer, también de hormigón, que estaba hechizado por el calor de mi mapa (siempre cubierto con alfombras).
Hasta donde has leído, todos estos suelos pasaron a parquet hace ya nueve años, la edad de oro de la cual tuve la suerte de formar parte.
Si aquel año hubiese durado tres o cuatro más, probablemente no estaría yo soltándote toda esta verborrea.
Si bajamos las escaleras -un momento, ¿no era que no se empezaba por el tejado?-
Retomemos, bajando las escaleras alza la vista un segundo. Además de las vigilantes de ocho patas, se mostrará la imagen superpuesta de un puñado de cuadros que mi padre respiró de Bélgica y de Magritte, y aquel de las dos criaturas y sus dos ojos.
Perdona, miremos abajo que aún me queda narrar sus suelos, y aún nos caeremos por las escaleras. En el lado derecho, la barandilla recta de madera da lugar a un mosaico blanco, en él hay incrustadas reliquias de un viejo maestro, viejos hierros oxidados de un joven siglo veinte, el rostro recreado en cemento de mi madre, ah y aquí puedes poner incienso.
En bajar, el salón. Este suelo y el de al lado en la cocina, también han cambiado enormemente en estos veinte años. Cuando yo era pequeña, las recholas -baldosas, racholas, azulejos, losas, baldosines, rasillas, ladrillos, x- estaban totalmente fragmentadas. El suelo era un batiburrillo de teselas semihundidas de color granate, con lo que de seguro puedes imaginar todos los muebles de la planta bien cojeando, o bien sujetados por pequeños tacos de distintos materiales.
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Quisiera seguir mostrándote cada pequeño detalle de este lugar. Lo seguiré haciendo de hecho, pero nos han dado aquí las cinco de la mañana, y aún ni me he lavado los dientes.
En esta casa vivieron familias numerosas de payeses y contrabandistas, se reconstruyó sobre los establos hace ciento trece años, fue un vertedero descontrolado hace un puñado de décadas y hace casi treinta años ya mi padre la reconstruyó de nuevo. Te escribo en un intento de que las memorias permanezcan, aunque sé que esto todavía lo digo desde lo que no busco.
Antes de parecer una guía inmobiliaria realmente escribí un puñado de partículas de mi hogar
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Las insistentes goteras, el olor a hollín y a palo santo. Sin agua sin luz y sin gas, pero con cielo y hormigas y pajarillos moviendo las tejas. De mañanas heladas, de partos en casa, de zarzamoras y nísperos y nopal. De telarañas y polvo y polillas en todas las lámparas. Con paredes en las grietas, profetas del derrumbe. De ceniza y con cinco siglos a su espalda. Y de cenizo y llantén y caléndula. Golindrinas mirlos petirrojos lavanderas oropéndolas gorriones halcones águilas y también gallinas, y de limpiar cada mes el cobertizo. Y el olor a alfalfa, a maíz, a leche en polvo y pienso de perro. A serrín y a tea. El olor a tea. Con naranjos y yukas, y sin lavabo, pero con bidones aquí y allá. Y con la lluvia de tanto en tanto, y que de tanto en tanto inunda la cocina y el salón, y el futuro lavabo (""). Los ratones, el horno viejo. La tierra en los zapatos, el fuego. De salamanquesas y escorpiones, de murciélagos y de gatos, demasiados gatos. De orquídeas y onagras, del silvido del viento entre las maderas y los edredones de plumas. De bosque. De bosque de bosque de bosque. De correr entre jaras, de toparte de cara a un jabalí y colocar piedrecitas en los balcones. Beber sus aguas y comer sus frutos. El otoño y todos los abrazos. De hinojo, de madroños. De retos y de pérdidas, de aprender a coser pantalones y de aprender a coser heridas. De ciencia y de arte, recogiendo tomillo, espino albar y laurel. De madres, de padres, y de niños con sus cabañas. Con cantos y ronquidos, en cada cajón un crujir distinto. Los mecheros gastados, las fotos antiguas, los libros. Aquel abrecartas en forma de gallo, el abridor de gorrión. De brezos en flor, del boj. De vaciar el aljibe a cubos, de mover vigas y cortar leña rehacer muros gallineros limpiar los bidones la chimenea el taller los altillos y esperar. Y de contemplar -con filosofía de mediano-
todas las cosas que crecen.
#personal#si has arribat fins aquí busca't una vida!#no leáis todo esto quereos a vosotrxs mismxs y no lo leáis#ella dramática a ver si me baja la regla ya o qué
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Sin permiso de citas // Barry Allen
Pareja: Barry Allen x lectora Advertencias: Ninguna :) Trama: Oliver es un hermano muy protector que no te permite tener citas, hasta que un corredor te roba el corazón Nota: Escribí esta historia hace ya un tiempo, muchas cosas han cambiado en el universo de DC pero no me quería quedar sin publicarla😅
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Ser la hermana menor de Oliver Queen a veces no es tan favorable.
Si, tienes acceso a fiestas exclusivas y conoces a grandes personas, pero las palabras:
"Ya bebiste suficiente"
"Hora de ir a casa"
"Contrólate"
“Soy tu hermano mayor”
Siempre están presentes, la hermanita pequeña que siempre protege.
Con los chicos es peor, según Oli, nadie es digno de mi. Espero que Barry, Barry Allen, también conocido como Flash sea de su agrado, ya que, por lo visto son aliados.
Todo comenzó con una visita de Barry a Star City. Su preciosa sonrisa, su tierna risita, su personalidad tan nerd pero adorable son parte de las razones por las que desde el momento en que lo vi entrar a nuestra guarida sentí algo fuerte por el, y el sentimiento fue mutuo.
Primero vinieron los mensajes de texto, desde cosas sin sentido como:
"Oh, acabo de ver 3 películas seguidas en netflix"
Hasta grandes párrafos de temores y sueños por parte de los dos.
Las llamadas aparecieron en segundo lugar, cuantas noches no nos desvelamos hablando el uno con el otro hasta quedarnos dormidos.
El tercer paso fue el decisivo. Gracias a la velocidad de Barry en menos de 15 minutos podía contar con el, por lo que verlo varios días a la semana se volvió una rutina y para cuando nos dimos cuenta ambos nos encontrábamos enamorados del otro, solo un problema: no le habíamos dicho a nadie, en mi caso, Oliver no sabía.
A la semana de (oficialmente) estar juntos, Cisco, Caitlin, Iris, Joe y todas las personas importantes en la vida de Barry tenían conocimiento sobre lo nuestro. Por mi parte, Felicity fue la primera en enterarse y a partir de ahí la cadena se soltó.
Esa noche Oliver se encontraba fuera de SC, aprovechamos la situación y Barry llegó a hacerme compañía, nos encontrábamos acurrucados viendo películas y comiendo palomitas
Barry no dejaba de observarme, pero fingía que no me daba cuenta hasta que la risa me gano.
"Ya puedes quitar tus ojos de mi Allen..." tenté, el rió.
"Eres hermosa" mis mejillas se ruborizaron.
"Oh basta" voltee a verlo, estaba tan cerca de mi, lucía como un pequeño ángel, mi ángel "te adoro Barry Allen"
"Te adoro (y/n)" acercó sus labios a los míos y comenzamos a besarnos con mucha dulzura, enrede mis manos en su cuello, acariciándolo, el me rodeo de la cintura y lentamente se fue colocando encima mío, todo era perfecto hasta que...
"¡Dios mío!" Nos atraparon. Barry corrió a esconderse detrás de la barra de la cocina "Te vi Allen, no quieras escapar"
"Felicity, me asustaste" me senté en el sillón colocando una mano en mi pecho.
"Oh, pueden estar seguros, agradezcan que fui yo quien entro por esa puerta" Barry corrió de vuelta al sillón "¿Desde cuando están juntos?" preguntó con intriga acercándose a nosotros. Barry y yo balbuceamos dando respuestas diferentes "¿Allen?" enarcó una ceja hacia el.
"De forma oficial, es reciente, pero..." volteo a verme nervioso "ya tenemos un tiempo viéndonos"
"¡Que lindo!" ambos nos sorprendimos por su reacción "siempre pensé ustedes dos formarían una bella pareja" nos abrazó al mismo tiempo "Pero (y/n)" su sonrisa se esfumo dejando un rostro concertado "Oliver debe saber"
"Lo se" escondí mi rostro "tengo miedo de su reacción"
"Mientras mas tiempo pase, más se puede molestar. Mañana regresa y ambos le dirán " nos ordeno en un tono dulce.
Los tres esperábamos impacientes a Oliver en su guarida. Barry era el más nervioso, por momentos inclusive su mano temblaba iniciando vibraciones debido a lo rápido que la movía. Tuvimos un pequeño brinco de susto cuando la puerta se abrió y la figura alta y rubia de mi hermano entró.
"¡Oli!" corrí a saludarlo, tratando de disimular mis nervios.
"¡Peque!" Oliver me abrazo, pero su cuerpo de repente se contrajo al mirar a mi novio "¿Barry?" dejo de abrazarme y comenzó a caminar hacia el "¿Hay alguna emergencia?"
"Nope" se limito a responder. Mi hermano saludo a Felicity y la observó confundido.
"Hay algo que debemos decirte..." susurré con miedo "Barry y yo estamos juntos" solté sin pensar dos veces. Oliver posicionó su mirada en nosotros.
"¿Disculpa?"
"(y/n) y yo somos una pareja" explico Barry tomando mi mano. Oliver soltó una curiosa carcajada, como si le hubiéramos contado un chiste, pero al ver que los tres nos mantuvimos serios su quijada se tenso y formo puños en ambas manos.
"Me estas diciendo, Bartholomew Allen..." comenzó a acercarse "que de todas las mujeres en mi ciudad y la tuya, ¡Se te ocurrió enamorarte de mi hermana!" grito al final. Barry y yo retrocedimos un poco mientras que Felicity se puso entre nosotros.
"Oliver, relájate" el comenzó a moverse en círculos frustrado "¿Qué piensas hacer? ¿Atravesar su pecho con una flecha?"
"Lo estoy considerando" respondió frío y mirando a Barry directo a los ojos para después salir de la habitación azotando la puerta.
Pasó un rato desde que le comentamos a Oliver la noticia de nosotros. Los tres seguíamos en el mismo lugar esperando de nuevo que mi hermano volviera, y eventualmente lo hizo. Abrió la puerta y caminó hacia Barry con mucha seguridad y seriedad, al estar a pasos de el lo observó, con un rostro completamente plano.
“Oliver mira, ya se que puedes tener miedo de que algo le suceda a (y/n) pero yo la protegeré, no tienes porqu-“ las rápidas palabras de Barry fueron interrumpidas por un abrazo de mi hermano, el nos miró confundido al igual que nosotras a el.
“Allen” Oliver se separo de el “entiendo que estas cosas suceden sin que las controlemos, y si tu quieres a mi hermana y ella a ti no tengo porque interponerme. Un chillido salió de mi boca emocionada y una enorme sonrisa se pintó en el rostro de mi novio “pero nada de llamarme cuñado” ambos soltaron una pequeña risa.
“Esto es tan bello” exclamó Felicity “¡Abrazo los cuatro!”
Todos nos juntamos en un abrazo y se sintió como una chispa de alegría brillaba en todos nosotros.
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