#es la primera vez que escribo algo que no sea para el colegio o la universidad

[dogbite19]

Huesos

Ese no es mi padre. La Figura que, como una mariposa restringida por alfileres, yace boca arriba e inmóvil, no es mi padre. Sus ojos apenas se distinguen en su cara hinchada, pero sé, yo sé que miran hacia arriba, a las estrellas, y lo odio. Miran a las estrellas (o tal vez tubos fluorescentes), pero no las ven y no hay nada tras ellos, su cerebro está silencioso, mudo, y sé que no se moverá más. Sus huesos están expuestos en muchas partes, me asquea; son blancos-amarillentos, manchados de sangre y tierra. No, eso no es mi padre.

A pesar de su tatuaje, tan similar al que papá se hizo unas vacaciones en Indonesia (mi madre estaba enojada, pues relacionaba los tatuajes con la delincuencia aunque mi hermano decía Ay madre, no seai así. Los tiempos cambian), ese Monstruo no es mi padre. El tatuaje de papá es como una hiedra que abraza gentilmente su espalda, pecho, deltoide izquierdo, es de un negro brillante sobre su piel morena; es lustroso, elegante, complementa su cuerpo, realza su anatomía. El tatuaje de papá no es un amasijo de líneas groseras, tinta derramada sin consideración ni cariño sobre su piel, no, no se deforma alrededor de rasguños, moretones, y cráteres. ¿Cómo podría alguien confundirlos? (Mi hermano tiene ese mismo tatuaje se lo hizo en el muslo derecho a los dieciséis se lo hizo en el muslo para que mamá no lo viera mamá estaba furiosa luego calmada realmente eres su hijo sonrió)

La boca de la Cosa hace una mueca, algo a medio camino entre un grito, una sonrisa y un llanto. A pesar de que la boca esté abierta, no dice nada. Ya nunca dirá nada. Tick tock, pienso, hable ahora o calle para siempre. Todos quedamos mudos al final, pero yo quedo mudo al ver la parodia de su boca frente a mí. Mi padre sonríe cada vez que puede, es un hombre de risa fuerte y humor grosero pero bienintencionado (a pesar de que siempre le decía eso de pequeño mi padre nunca cambió siempre estuvo orgulloso de eso tal vez es eso lo que más admiro de él Dios sabe que pienso demasiado poco de mí mismo tal vez eso admiro o tal vez que se rió esa noche cuando nos enteramos que Sí, sí, lo siento. No pudimos hacer nada. Lamentamos su perdida, señor. Lamentamos su perdida. Sus ojos se llenaron de lágrimas y me miró y sonrió y me abrazó y lloró lloramos todos sí pero primero me miró y sonrió) No, él no quedaría mudo. ¿Cómo podría hacerlo? Toda su vida intentaron amordazarlo, pero el gritaba, gritaba a todo pulmón Aquí estoy, aquí estoy (y retumbaba contra los Andes Aquí estoy eso admiro de él que no dejaría que lo enmudecieran).

Muevo mi pulgar y revelo los jirones de brazos de la Criatura, veo sus huesos y músculos, como un libro de anatomía (si tu vida es normal nadie verá tus huesos de hecho mucha gente tiene huesos de colores extraños: azules, verdes, rosados, teñidos por medicamentos que tomas. Nadie se dará cuenta de eso hasta que mueras y de abran, ziiiiip. Aprendí eso cuando era pequeño y no lo puedo sacar de mi cabeza. Nadie ve tus huesos hasta que te abren). Y pienso, Oh, mi señor, no puedes decirnos tus secretos, pero ya no los puedes ocultar, están todos ahí a simple vista. Mis Ojos pueden ver: sangre, piel, músculo, hueso, tendón, sangre. Pueden ver: mugre, tierra, trozos de pavimento. Pero no te oyen. Eh, amigo, ¿por qué ocultas tu mirada? Tiemblo. Cuando se acaba todo y solo quedas tú en una sala oscura, con manos enguantadas explorando tus rincones, y todo tu Ser llenará quizás unas planas de formas clínicas, tal vez una noticia si tu partida fue divertidamente grotesca, tal vez una primera plana si tu rostro es conocidamente bello; cuando quiten todo lo que queda de ti, ¿quién escuchará lo que tenías que decir, quién te devolverá la mirada? Digo bien, tú, Bestia, decidme lo que ocultáis. Y entonces su alma se me revela (fue un milagro, o tal vez fue una mota de polvo que tapaba el Detalle Más Importante para luego volar y dejarme ver sus Ojos o tal vez me cuesta ver de cerca y debo ir al oftalmólogo o tal vez finalmente lo acepté).

Mi padre tenía unos ojos pardos, cristalinos. Siempre parecía que iba a llorar o justo había terminado de hacerlo (siempre pensé que tantas penas se acumularon en sus ojos a lo largo de la vida), eran bellos. Eran Él. Siempre miraba a los ojos al hablar, y siempre se arrugaban, tan solo un poco, cuando estaba a punto de contar el remate de un chiste, y parpadeaban rápido, como si no quisiera perderse ni un instante del mundo. Recuerdo que una vez me llevó a ver las estrellas, en el Sur cerca de donde nació. Era muy pequeño pero aún lo recuerdo: sus ojos húmedos reflejaban la luz de los astros y pensé que si me concentraba lo suficiente podría ver a Orión o a las Pléyades en ellos.

Aprieto la fotografía en mi mano, y acaricio la imagen de mi padre, desnudo, tendido en una plancha de acero. Sí, es él, le digo a la detective. Lamento su perdida señor, lamento su perdida, dice ella, gracias (o algo a ese efecto) le respondo. Le tiendo la foto, pero me cuesta soltar los dedos; ella tira y el grueso papel se desliza por las yemas de mis dedos. No lo volveré a ver, pienso. ¿Así lo recordaré? Lo dudo. En mi memoria el ríe y canta y habla y su tatuaje brilla con el sudor y el sol en una tarde de verano. Sus ojos están llenos de estrellas y me abraza. Pero está abierto, y aunque nunca me ocultó nada finalmente lo conocí. Vi sus huesos.

[exponiendomissentimientos]

carta por si en algún momento quisiera confesar lo que sentí/siento.

Okey, es 04 de enero del 2023.

Te conocí en 2019 casi a finales de año, para ser más puntuales un 14 de septiembre de 2019 llegaste a mi vida, recuerdo que cuando nos hicimos mejores amigas me dijiste “nunca olvidare esta fecha” y hasta me dictaste la hora exacta, no dije nada pero lo hago igual o mejor que tú.

No hay palabras, NO HAY PALABRAS porque siento que ya lo he dicho “todo” pero sin decir nada. Para las personas que leen lo que escribo sobre ti ya lo he dicho “todo” pero para mi que vivo estas sensaciones desde los 12 años ni siquiera es una cuarta parte de todo el amor que siento por ti y la verdadera palabra es que me vuelves loca, si LOCA, me encantas, estoy enamorada de ti, es lo más real que he sentido en toda mi maldita vida. Y si, tengo 15 años, casi 16 (ojito ahí) no he vivido nada, me falta mucho por descubrir y experimentar por lo que para ti o otros sea cómo: ñe no importa que sea lo que más amas porque eres joven y no sabes lo que dices, pero te puedo decir que nunca había amado en mi vida. No siento este amor por nadie, por nadie, ni por mis padres que se supone que son lo que “mas debería amar” (si no tengo hijos), pero no, nunca había sentido la palabra amar. Siempre creí que yo era el problema, tal vez la forma en la que fui criada me hizo despreciar el amor y el cariño hacia las personas, cuando era niña me preguntaba porque no sentía lo que los otros niños por sus padres, hermanos o amigos? porque me daba igual todo y no podía ser cariñosa o cosas así.

Continuando, te conocí en 2019, sin intención de que fueras lo más importante para mi, pero te volviste lo más importante para mi, amaba tus mensajes y todo lo que tenía que ver contigo, verte era como el aire que necesitaba para respirar (aunq ese momento me chiveará) era una niña de 12 años sintiendo un amor que no le cabía en el pecho por otra niña de 12 años. Recuerdo que me dijiste que tus amigas decían que parecíamos “novias” porque siempre hablabas de mi, aunque me molesto ya que mi pensamiento en 2019 era homofóbico MUY EN EL FONDO me gustó el término. Te extraño demasiado acp que conocí en 2019, daría todo por volver a ese año solo para conocerte de nuevo y experimentar todo de nuevo.

Y yo nunca he hablado de ti con mis amigas pero me gusta que seas un secreto bien guardado.

En 2020 cuando recién decidí cuestionarme acerca de mi sexualidad fue algo así, porque cada vez que veo un video de amor pienso en ella, si solo es mi amiga?, porque me imagino cosas con ella?, porque me emociono tanto con cosas de ella, porque no sentía por mis demás amigas lo que sentía por ti si eras una más (amiga, sonó feo jj) y fue cuando me di cuenta que esto iba más allá. Al principio lloré y no me acepté, pensaba mucho en mis padres, en Dios , en que nunca la gente me aceptaría así, pero luego dio igual todo.

En 2021 perdimos comunicación porque me robaron el celular y pasaron muchas cosas, te cuento que probablemente me gustaron muchas personas, pero fueron cosas muy ñe, y te voy a ser honesta la primera persona que me llegó a gustar después de haber perdido comunicación contigo fue para tratar de “olvidarte”, aunque la segunda persona si me pego fuerte y puedo decir qué tal vez me gusto más de lo normal y un pequeño índice de mi estuvo enamorada, no sentí que fue tan importante a comparación de ti. Me puse de novia con esa persona y aunque mi mente no lo quiera admitir en el fondo muy en el fondo tmbn fue “tratando de olvidarte”. Espere tu Feliz navidad 2021, y Feliz Año Nuevo 2022, también el de cumpleaños… pero nunca llegó y me dolio, mucho, porque para ser honesta me gustan esas fechas desde que te conozco porque siempre he esperado tú mensaje, pero ese año no tuvieron sentido.

2022: vuelta a clases presenciales , sabía que te vería y aunque no quería hacerlo iba a pasar, me obsesioné conmigo misma porque sabía que nos encontraríamos de una u otra forma en el colegio y tú como siempre ibas a estar tan hermosa. Y bueee te vi, traté de no encontrarte en el recreo pero lamentablemente nuestras miradas chocaron y estabas ahí, más hermosa de lo habitual, aggg carajo eres la mujer más bella que he visto en la puta vida, que hermosos ojos tienes, son bellísimos la verdad…

para ser lo más sincera, amaba que me mirarás, y aunque yo no te pudiera mantener la mirada (por obvias razones) me alegrabas todo el día, el mes, el año, era lo único que pensaba en el salón y al llegar a casa. Y aunque le decía a mis amigas “no hay que ir por este lado, o por el otro” porque sabía que te encontraría, cuando lo hacía no dejaba de repetir ese momento en todo el día. En mis días reflexivos estaba en el salón y por un segundo pensé que pasaría si te dejare de querer? Y literalmente me sentí vacía porque me pregunté y si no te quiero a ti entonces a quien quiero? Porque eres la única que vez en mi vida que no he dudado de lo que siento, mis sentimientos hacia ti han sido los más reales. Vivo con este sentimiento que se llamaba amarte hace 4 años ya, es mi lugar seguro, es mi sensación favorita, que si en algún momento lo dejará de hacer siento que mi vida ya no tendría sentido, tipo para que voy y a donde voy si mi mundo gira entorno a ti? Y te lo confesé, tenía/tengo dependencia emocional hacia tu persona y se que está mal pero me gusta el sentimiento, eres mi vida, en serio te lo digo.

Habrán miles, millones de personas que me gustaron y gustaran durante los años, pero siempre has sido y serás tú la única y verdadera dueña de mi corazón, la única en la que pienso antes de dormir y al levantarme, cada que veo algo lindo y etc etc.

Eres la mujer más guapa del maldito universo te amo con todo todo mi ser, con todo lo que soy, te amo más que a mi acp…

[hiperfluo-r]

Hoy. Esta Noche, como muchas otras escuchando música alcancé un numero, que más que una cifra, ha sido una larga lista de canciones que he escuchado, cifra que significarían bastante poco la verdad, si no considerara que esas canciones han sido escuchadas de alguna u otra forma por mí, por amigxs, por mi amá, por mi apá, por mis helmanos, por vecinxs y quien sea que la haya percibido. Todo esto inevitablemente me sitúa en lugares, fases, sensaciones, sentimientos, perspectivas y muchas otras formas de situarse en una historia, lo que me ha hecho traer al corazón, recordando en perspectiva, todas esas instancias en las que me he encontrado escuchando música.

Si quiero contármelo a través de esto que escribo, prefiero partir por lo que guardo desde mi infancia. Mis hermanos siendo hermanos mayores, hacían sus cosas de pipul joven y ahí yo los miraba atento a las cosas que llamasen mi atención. Recuerdo con cualquier cariño el computador con el winamp, escuchando The Offspring, Green day, viendo dos videos que teníamos de Fonky Family y los Wu-Tang. Al Tate escuchar techno, armando sus mezclas pa’ ponerlas en fiestas y lalalala, el amigo del que un día vi bailar techo en mi casa. En ese computador veíamos las películas de skate que llegaban prestadas y ucha que traían los meos temas, Interpol (de los que después de buscarles como por 5 años, les vine a escuchar en un canal de música en argentina), Gipsy Kings, Black Sabbath, temas de Ji’Jop que más tarde comencé a apreciar tanto como lo demás. También recuerdo al Dani sentau escuchando en un disckman unos discos de System of a down, Offspring, NOFX, y punk rock que después tocaría en una banda con el Tate y el Lulo en donde de nuevo me entusiasmaba ver y escuchar.Un día mi apá me regalo una radio portátil que recuerdo haber usado su rato, y ya entrando a una época muy loca así como que muy loca, el Dani llegó con un mp3 que le prestaron en el liceo recuerdo traía Tubular Bells de Mike Oldfield, Jason Backer y Explosions in the Sky. Por alguna razón que agradezco, tengo la imagen de haber llevado ese mp3 rojito al colegio y haber escuchado música en el allí, tal vez en 4to básico. Escuchando eso me fui dando cuenta de a poco que podía casi bucear en esos temas. Tiempo después mi apá me regalo un mp3 que resultó ser una radio en forma de mp3 maidinchina jejjej.

Los primeros celulares del Dani me encantaban por que se le podían pasar como una o dos canciones. El Motorola donde el Dani tenía Burn o Highway star de Deep Purple. Al Sony que me regalo luego de un tiempo, le cambiaba la canción que cabía a diario.

Un cumpleaños mi amá me regaló mi primer mp3 un Master G que por usarlo tanto la palanquita para controlarlo se murió. Un día encontré en el compu una carpeta de Strokes, escuché y se jué al mp3. Por ahí el amigo Sergio fue escuchando música junto con migo en básica y compartimos mucho, cantábamos a Teleradio Donoso y a Odisea (Agradezco mucho a Alex Anwandter, por permitirme evolucionar junto a el con su música, recuerdo una conversa que tuve con el Sergio escuchando a Odisea, la recuerdo y fue linda) cuando nos juntábamos a hacer los trabajos (Carlos Tiers jjj esa la cacha el puro Sergio), Franz Ferdinand de hecho recuerdo cuando el Sergio llegó con Franz Ferdinand en su i-pod (préstamelo :c). Pa’ los paseos de curso escuchábamos música juntos y también escuchábamos el portal del web jjashjdash.Con ese mp3 vinieron vacaciones cargadas de escuchar música (bendita pila recargable ♡♡), viajar escuchando música, estar en uno que otro lugar que no conocía escuchando música, ir al campo, estar allí mirando y escuchando música.El primer concierto al que fui lo recuerdo con harta emoción por que fui con el Tate, el Dani y el Lulo. Ver en vivo a Green Day, los mismos que veía en videos de Woodstock 94.

Tiempo después estando unos meses en Argentina, ya junto a mi hermanito Benja ♡ las emociones diarias eran encontrar cosas nuevas y descargar discos hasta la madrugada. Encontrar a interpol, pa’ que luego por casualidades maravillosas haya podido escucharles en boby junto al Dani aquí en Shile.

En el liceo amigxs con lxs que se compartieron guenisimos momentos (Mi primer concierto solo (uyuy que maduro jajasjsa) viendo a The Drums donde no me dejaban entrar por ser chico para luego junto a una chiquilla de Valpo que le pasaba lo mismo, hacernos sobrinxs de una señora que no conocíamos y que entro con nosotrxs al concierto. Las tocatas a las que el Dani me llevó siendo fans de Intimate Stranger. El primer concierto de Mac Demarco donde conocí gente linda), lindas primeras veces, entrañables relaciones que me ayudaron a aprender del amor, de la amistad y de mí mismo, aprendizajes que me hicieron mirar en profundidad muchas cosas. Lo lindo de todo es que muchos de esos aprendizajes y momentos, se consolidaron de la mano de canciones. El Turn on the bright lights que a más de uno le pegó, la música en la plaza, en los trayectos en micro donde me a veces me reía solo por sensaciones que con música afloraban o bien me quedaba raja escuchando música de vuelta a casa. Aprender a sentarse por horas a mirar, a mirarse o a no mirar nada, aprender a mirar desde dentro o desde fuera, aprender a escuchar más no a hablar con la boca, aprender a ser humilde frente a la mirada ajena de la otredad o del mundo en general, y con mundo me refiero a todo y a lo tanto que desconozco. Muchos de esos aprendizajes tutelados por mi relación con la música.

Un año entero donde mi principal contacto fue la música, año en donde fui a encontrar amor y compañía en sitios antes ocultos frente a mi vista. Ese año vi a Natalia Lafourcade persona que amo ella con una sensibilidad honesta y transparente. Fueron surgiendo pequeñas grandes certezas amorosas en amplios espectros, sobre el mundo o sobre mí mismo, quien sabe jjasjas.

Desde allí hasta hoy he vivido muchas nuevas experiencias y conocido gente, que han acarreado música nueva, o lindos momentos con música. Por nombrar así una que otra, esa vez que caminando de noche mientras escuchaba el Vol 4. de Black Sabbath me intentaron cogotiar y salí corriendo para que luego me persiguieran en auto, justo ese día andaba con mi disco duro en la mochila, donde tenía guardada toda mi música. Ahora que lo pienso me da mucha risa comparar esa sensación de libertad que sentía patinando mientras escuchaba solos de Tommy Iommi, con la sensación que quede al librar luego de saltar la reja de una casa, mientras escuchaba ese mi disco favorito del Tommy jjj. La música Hindú y la de corte Bollywoodense. Las tocatas con el Javián.  Ver a Los Jaivas por primera vez en La Estrella (ya más “”viejo””). El apreciar y tomar cada instante donde me nace bailar, apreciar el movimiento que la música genera en el cuerpo. Guardar y atesorar memorias añejadas en canciones. Volar con música, ver de colores con música. Y seguir compartiendo con pipul linda.Este añio el 2020 que casi justo se acaba con ese numero que comenté al principio, me pone a pensar en cuanto eh cambiado, que cosas me han cambiado, que hay para bien y que hay para mal, en lo nuevo que he escuchado y lo lindo que me ha entregado, la música que eh bailado solo en mi pieza durante cuarentena, la música que en ocasiones me sigue haciendo llorar, en la gran cantidad de gente que recuerdo con música casi todos los días, en los versos de canciones que me han acompañado en tantas cosas, en los lugares que hoy ya no existen, ya no son lo que eran o no los miro como antes (recuerdo con tanto amor La Uno, plaza que en paz y cemento descanse) y tantas otras cosas que seguirán aflorando cuando siga escuchando cuanto pueda. Encontrar nuevos ritmos, nuevos caminos, intentar tomarlos y ver que hay por ahí.

Dejaré esto por aquí, por que esto ha salido con hartas personas en la mente y de alguna manera la distancia virtual es algo a lo que no estoy acostumbrado a acotar. Pero suelo traer a mucha gente con migo en el kokoro y la distancia física (algo que he aprendido a sopesar con los años) ya ha sido tónica por mucho tiempo y fome po’ jjj. No les diré sean humildes por qué, que paja jejjej y no corresponde  puesto que en ocasiones hay que anteponerse ante todo, pero si les diré que encuentren sus propias formas de humildad y que cultiven esos caminos con puro amor. La música como ciertos ojos con los que me he encontrado a través de los años me han encaminado en propias formas de humildad que por fortuna he podido cultivar, y que me  ha acercado a la tierra, a las plantas, a los animales, a la humanidad  y a esas formas propias, más elementales que creo vale la pena buscar día a día. Siento al igual que en todos estos años, gratitud. Gratitud por la música, por los lugares y las personas que en el fondo amo, he sido muy afortunado (incluso una persona que no alcancé a conocer, pero que con lo que se, me ha dicho bastante, R.L.C que sus cenizas vuelen en el desierto y sean partes de sus mañanas, días, tardes y noches, me llena de verdad).

[cuandounlocosepusoaescribir]

Amistad

Usualmente escribo de amores, de bonitos, complejos, densos, intensos, incluso los tóxicos, de hecho hay una fuente mágica de inspiración en cada uno de ellos, pero hay uno en especial del que no hablé aún, hablo del amor de amigos y hoy en honor a cada uno de ellos y ellas va esta pequeña historia o reflexión.

Yo entiendo la amistad como un regalo, un tesoro y una oportunidad para sonreír y hacer sonreír. Hay un grandioso mérito en la amistad cuando es sincera, porque es una versión del amor bonito que no exige y que siempre da, da por convicción, o por el gusto de hacerlo.

Hoy en día le doy mucho valor a este tipo de amor, porque es uno que llega en abundancia y que por mi parte apunto a que sea totalmente recíproco.

En tantos años he descubierto grandes amigos en el colegio, hombres algo locos como yo con los que me toco crecer, pelear, discutir, aprender, jugar al fútbol, tomar una cerveza, las primeras borracheras, los primeros conciertos, los primeros amores y ver como la vida nos llevó por distintos caminos al iniciar la aventura universitaria, pero que siempre llegado el fin de semana nuestros caminos volverían a coincidir, con una pelota de por medio o un bar escuchando buena música disfrutando una cerveza o un trago de ron. Hermanos, compadres, los tipos más pacientes y a la vez tóxicos que conozco, con los que se puede hacer la peor broma, pero que jamás será tomada a mal.

También descubrí la amistad en mujeres maravillosas, si, la vida me regaló la oportunidad de compartir con muchas mujeres, con ellas me enseñó la capacidad tan grande que tengo de proteger a las personas, de escuchar activamente, de tratar de entender, aunque muchas veces sin éxito, pero ahí estamos, ellas excelentes profesionales, excelentes seres humanos, excelentes hijas, con ellas también descubrí que tenía mucha, pero mucha paciencia y un talento único para surfear en esos mares de emociones que pueden ser muy cambiantes a veces. Cada una de ellas son un tesoro para mi, las piedras mas preciosas, siempre procuro estar ahí cerca, para cuando me puedan necesitar de cualquier forma. Con ellas me pasa algo paradójico, no soporto estar peleado o distante, si por ahí se genera algún conflicto, procuro resolverlo pronto, creo que soy alérgico a su enojo o molestia, simplemente las quiero mucho. 

También debo mencionar a los amigos que me dió la vida en mis distintas aventuras de trabajo en las múltiples empresas en las que laboré o me desempeñe como voluntario, tanto aquí en mi país como en el extranjero, todos ellos y ellas acostumbrados a la fuerza a mis bromas pesadas o a mis chistes tontos que siempre procuran una sonrisa, personas admirables, que se ganaron mi respeto a punta de trabajo y esfuerzo, soy un agradecido con la vida por que los puso en mi camino, con algunos de ellos comparto negocios, historias, charlas entre cervezas, un café o una pichanga. Con ellos aprendí que la vida profesional es una excelente oportunidad para encontrar excelentes seres humanos.

Finalmente hay un selecto grupo de amigos que la vida me regaló y que dejé al último porque seguramente son los más importantes sin quitarle una pizca de valor a los antes mencionados, me refiero a mi madre, a mi padre, a mis hermanos y a mis familiares más cercanos (no a todos, solo los más cercanos, valga la aclaración). Seguramente suena extraño, como que muy obvio, pero no es así, la relación con mis mejores amigos en casa quizá fue la más difícil de forjar, fue hasta los 15 años que me hice amigo de mi padre, hasta los 25 que realmente me hice amigo de mis hermanos y con mi madre es un trabajo constante por ser el regalo más grande que me dio la vida, con todos ellos propone un descubrimiento constante, pero lo que los hace únicos es que al inicio y al final del día ellos estarán ahí conmigo, en los buenos y malos momentos y que saben que siempre estaré ahí con y para ellos.

Vamos terminando, vamos sacando algunas conclusiones, amigos, para mi son seres maravillosos, ángeles, regalos que Dios tiene para mi para demostrarme que el existe, que constantemente me están enseñando cosas y que sobre todo ven luz en mi aún en los momentos en los que yo pienso que soy pura oscuridad. Amigos, no son muchos, son pocos y que genial que así sea. Amigos son esos seres humanos tan geniales por los que yo puedo dar la vida (tiempo, esfuerzo, cariño, amor y todo lo que el término “vida” conlleve) y pues cierro con algo que siempre les digo... ustedes siempre, siempre, pueden contar conmigo, no importa el día, no importa la hora, no importa lo que necesiten, siempre pueden contar conmigo para absolutamente todo y MUCHAS GRACIAS por estar ahí a pesar de todo,  MUCHAS GRACIAS por todo.

[un-invierno-eterno]

Querida yo:

Hace 3 días acabábamos de cumplir 22 años, ese día te comportaste como la mierda con tu mamá y tu hermano. Tu cumple tocó día viernes, cosa que no pasaba en años, muchos años. No recuerdo desde cuando, pero no estabas en casa.

(Escribiré en primera persona) me sentí sola, me sentí estúpidamente triste, estaba enojada con todos, me duele que todo haya sido tan frío, sólo quería llegar a mi casa, llorar en mi cama y mandar a todo el mundo a la mierda. Me dolía tanto el puto corazón. Mi abuela y su frialdad, el que no me saludara a pesar de que mi mamá le dijera. Pero que hizo, lo hizo cuando llegó mi tío para aparentar ser tierna y buena onda. Pero no te sale, yo ya se que no me quieres. Lo e sabido desde que soy muy niña. Porque muchos en la familia odian que sea tan "mamona" les arde el hoyo que sea así. Creen que soy weona por eso, pero no, me encanta entregar cariño y también lo haría contigo abuela, nunca me entendiste. Oh tal vez si, pero sólo fue por un pequeño momento, lo siento por no ser de tu estilo. Porque tú amas tener tus favoritos y los demás que ojalá se vayan al diablo.

Me dolieron muchas cosas ese día, mis amigas no me saludaron, pero lo hicieron después, esperaba que fueran las primeras. Me saludo gente que jamás pensé que lo harían. Y muchas gracias por eso.

No fue el mejor día, lloré tanto y desde ese día o yo creo que de antes mis ánimos han andado pésimos. Sólo quiero dormir, tal vez me río, pero al rato vuelvo a lo mismo. No sé si es depresión, no se si es ansiedad. Pero es difícil ser yo en estos momentos. Me duele el amor, me duele que estemos en esta maldita cuarentena y QUE AÚN ASÍ, A PUNTO DE LA MISMÍSIMA APOCALIPSIS NO HAYA TENIDO UN NOVIO EN NINGUN MALDITO MOMENTO DE MI VIDA.

Esta bien, tengo un síndrome, soy media retrasada, y no siempre estoy bien psicológicamente. Pero que importa. Conocí gente peor que yo y Dios mío han tenido novios por doquier. Sólo e dado un beso, un sólo maldito beso. Lo demás ha sido todo una imaginación mía.

Si me gusta alguien siempre tienen novia o les gusta alguien mucho más Bonita y yo me de caigo. Me duele, me quema, me baja el autoestima y más miedo le tengo al rechazo me florece.

No sé cómo fui en mi otra vida, tampoco me importa mucho porque supongo que fui muy mala o malo. Me porté pésimo, no tengo amor propio, no me nace hablar algo interesante con un chico que me gusta, porque nunca funciona. Siempre la cago, porque siempre son unos imbeciles para pensar, porque son levantados de raja, porque por no ser agraciada no les tinca hablarme.

Yo también lo hago, Y QUÉ? PORQUE YO NO PUEDO, SI NO ME GUSTA PO. QUE QUERI QUE HAGA? SI NO ME NACE. Si les puedo hablar y todo. Pero porque a mi no me pasa, me ilusiono rápido y eso lo detesto.

Me duele tanto el Alma y es por eso que decido ir al psicólogo. Lo vengo pidiendo desde que soy menor de edad. De cuando tenía 16 años y salía a las 12 de la noche a caminar por el pasaje en pleno invierno porque mis papás ya no sabían que hacer conmigo para subirme el ánimo. Donde me sentía tan sola, donde mi corazón de verdad dolía, donde crecer estaba siendo muy difícil porque no sabía cuál era mi identidad y nadie me pescaba ni como amiga, ni como andante, ni menos como una novia.

Soñé con tantas cosas en mi adolescencia, ninguna la cumplí y eso me está haciendo efecto rebote ahora, me están brotando aquellas emociones que no pude llorar en ese momento porque no me florecían. No podía llorar, a veces no podía dormir de noche, sólo dormía lo de mis siestas. Las veces que lloraba, solo eran unas lágrimas secas. Quería matarme y morir, me dolía vivir, me dolía ser yo, no me lastimaba, sólo me rasguñaba las muñecas con mis uñas, pero de una manera enfermarte e incontrolable. Creo que sólo me corté una vez. Pero me dolía y se notaba. No servía, nunca le encontré el sentido.

En mi adolescencia no lloré mucho, pero si sufría Dolores en mi cuerpo, en especial en mi pecho. Era molesto dormir con ese dolor. Me ardía el Alma y no soportaba nada. Todo me afectaba y aún me sigue pasando.

Tengo 22 años y sigo llorando como una bebé, me duele la vida, me esta doliendo la soledad, siento que la vida se me va y no alcanzare a realizar varias cosas. Cosas que quería hacer ahora o más chica Y NO PUDE, NO PUDE PORQUE ERA UNA MALDITA EMO, Y MI TIPO DE PENA NADIE LA QUERIA TRATAR. LAS PERSONAS A LAS QUE LES GUSTÉ ERAN IMBECILES QUE BUSCABAN A CUALQUIERA PARA ENGRUPIR. Lo bueno es que yo lo sabía y eso más me dolía, ¿por qué yo merecía tan poco? ¿Por qué yo no merecía ser feliz?

¿Para qué es todo este sufrimiento? ¿Para qué me sirve llorar cosas de antes si jamás volverán a pasar? ¿Para qué me sirve estar tan arruinada?

Me duele tener 22 y saber que nunca pude pololear en el colegio, nunca pude sentirme linda con falda, nunca me sentí bien con mi físico, nunca me pelé con nadie, no tuve esos amigos que hasta el día de hoy podemos hablar cosas increíbles.

Y dios sabe que necesito sanar ese maldito pasado solitario en donde nadie me entendía, para que por lo menos en mi futuro me entiendan. No sé que escribo, pero no dejo de llorar, tengo que hacer mil trabajos y parar de llorar porque mi mamá no se preocupe.

Adiós Tumblr.

Te quiero.

-Winter❄

[sore3]

Hoy te escribo como si fueras a leer esta carta algún día, aunque lo más probable es que no sea así y que jamás llegues a saber nada de lo que hay dentro de mi para ti ¿qué sentido tiene si no eres capaz de mirarte hacia dentro y ver los errores que cometiste? Te amé desde el día uno, te amé desde que nos sentamos debajo de la mesa y pude por primera vez abrir las heridas de mi corazón y no precisamente para que las sanara alguien, sino para que la sangre fluyera junto a la que emanaba desde tus heridas. Recuerdo que la vida nos dolía tan intensamente, éramos una dupla un poco patética ¿quién de los dos peor? Te amé con mucho ahínco, te amé en silencio, te amé sin presiones porque tú no podías soportar un amor directo, te amé despacito, te amé con espera y tú poco a poco te dejaste amar, yo te sentía dejándome entrar en cada rincón oscuro de tu vida y darle luz era mi felicidad, tú también me dabas luz... Recuerdo cuando me recogías en el colegio, me acuerdo de los campamentos juntos, me acuerdo de tocar inocentemente tu cuerpo con mis manos heladas, me acuerdo de que no querías que me fuera y me acuerdo de no querer irme porque ibas a quedarte solo, pero no quedaste solo y fue la primera vez que se me rompió el corazón a causa tuya, te abriste para otra persona y ya no me necesitaste más.

Pasó el tiempo, mucho tiempo y no recuerdo bien porque volvimos a hablar, habíamos cambiado mucho pero yo te seguía amando aunque ahora de otra forma, amaba el recuerdo de lo que éramos, del pasado y me esmeré por callar el dolor que me causaba tu regreso solo porque una vida sin ti me resultaba mucho más dolorosa . Volviste sin pedir perdón o al menos así lo recuerdo yo y recuerdo también que me dolía que no pudieras ver mi molestia pero tú estabas mal, estabas desecho y yo necesitaba que te recompusieras, que te amaras, que pudieras ver en ti lo que yo veía en ti... Todo iba bien, tú sabías de mi y yo de ti, nunca dejamos de hablar, tú sabías que yo siempre iba a leer tus mensajes derrumbándote en la madrugada y yo sabía que estarías cada vez que necesitara sentirme amada (mal nacida necesidad).

¿Qué nos pasó? porque ahora que pienso en el fin de todo, solo recuerdo dolor, angustia, ansiedad ¿por qué si tanto nos amamos nos hemos hecho tanto daño? no logro comprender.

De un momento a otro me exigías más de lo que podía dar, me sentía menos, me sentía estúpida, sentía que te amaba menos y que te debía algo, sentía que tenía que estar a tu altura, sentía que a veces eras un lugar tan seguro pero también un lugar que me iba matando sin que me diera cuenta, como quien le echa una pizca de arsénico a su bebida y aunque no sienta el sabor, sabe que tarde o temprano va a morir... y no puedo entenderlo, no puedo entender en qué momento empezó todo o si siempre fue así, solo puedo recordar que cada vez que veía tu mensaje tenía que responderlo porque era como si tuviera una soga atada al cuello y alguien fuera a tirar el banquillo si no me apresuraba a dar una contestación. Pero también sentía que ese banquillo eras tú y que eras lo que me sostenía, no te imaginas cuantas veces intenté desanudar la cuerda y tirar el banquillo, muchas veces traté de irme pero la dependencia a ti era mucho mas grande, mucho más profunda, mucho más que soltar un simple nudo, no podía sin ti y siempre me lo recordaste con un "vuelves a mi porque sabes que nadie más te va a recoger en pedacitos y acompañarte hasta que logres pegarlos como lo hago yo", una vez más, amándome más, pero me cansé, me cansé de competir contigo, me cansé de amarte y de que me dañara, me cansé, no tenía nada más para dar.

Me fui una vez más y no lo soportaste, no podías entender nada aunque me eché la culpa, aunque te dije que me iba porque mi amor te hacía daño, aunque asumí que mi amor era egoísta con respecto al tuyo, aunque te dije que no eras tú sino que era yo, y lo hice porque no soportaba que te sintieras mal o que cuestionaras tus maneras de amar, siempre invalidé mis sentimientos cuando de ti se trataba y aunque toda el agua sucia cayó sobre mi, no me quisiste dejar ir y tuve que cerrar las puertas, yo, que siempre las dejo con la llave puesta, tuve incluso que cambiar las cerraduras... Pero tú, tú me dijiste que podía regresar y te extrañé, te necesité, te deseé y no quise hacerlo porque sabía que hacerlo era volver a sentir que te amaba menos y yo me fui porque eso jamás fue cierto, no necesitaba amarte más, necesitaba amarte nada más y cuando lo hice, cuando te volví a buscar, me lo hiciste saber tal como lo esperé, me dijiste cuanto daño te causé, cuanto dolor te produje, cuando quisiste que estuviera ahí y cuanto no estuve y cuanto no quieres que esté aunque no me cierras las puertas de tu vida como YO SÍ LO HICE CONTIGO.

Y miro y miro atrás y veo una historia de dependencia pésima, de un amor muy saturado por la competencia, de un amor egoísta, veo una historia que no es tan bella como yo la quiero recordar y es que son 12 años que pasé contigo, 12 años intensos, 12 año de aprender y de verte y verme crecer, pero NECESITO renunciar a ti, renunciar al amor que te tengo, ya no te quiero amar más, ya no quiero más bonitos recuerdos de ti, porque ellos borran los días que lloraba tendida en el piso porque tú te habías olvidado de mi, ellos borran cada llamada sin contestación, ellos borran el sentirme despreciada y sentir que no era suficiente para llenar tus vacíos ¿y a mi quién me dijo que tenía que hacer eso? porque en resumen es eso, me haces sentir insuficiente tanto porque mi amor no te llena y porque mi amor no alcanza el tuyo.

[dennebola]

hace tiempo no escribo como me gusta

No sé como partir porque de verdad estoy en blanco, solo sé que quiero volver a escribir con mi estilo. Estos días encerrada en casa me acuerdo de cosas, cosas que viví cuando era más joven, sigo siendo joven, pero una cualidad de crecer es que siempre podrás ser más viejo que ayer. Recordar cuando escuchaba música con mis amigos en la biblioteca de mi colegio, dónde supuestamente debería estar trabajando, así es como Cornerstone me remonta a ese momento, que debí haber apreciado bastante, porque a día de hoy sigo recordando con amor. Recordé cuando vimos Gummo, en clases de Cine, la verdad esto lo recordé porque en un video del Cesar. (Paréntesis necesario, porque ahora me están gustando los videos de ese guatón culiao bummer, sí, él no merece ser catalogado como boomer, being the bum that he is.) No recuerdo qué video, pero en la película donde quemaba un perro, horrible, ya recordé, El Efecto Mariposa. Gummo no me marcó por la escena del gato, ni cuando desayuna en una bañera asquerosa, me marcó por la canción de la onomatopeya del gallo y porque tuve que hacer una crítica a la película. 

Y eso es lo que extraño, ese momento en mi colegio donde se me forzaba a tener un estilo narrativo, uno cual expresase mi identidad. Muchas de mis amigas dicen que les gusta mi escritura, la forma desenfrenada y ligera que tiene, que algo de ello se plasma en mis escrituras sobre coreanos, gringos, chinos, hongkoneses y demás nacionalidades que pueda haber y tener NCT. Solo que yo sé que puedo más, porque me limito, no quiero tocar tópicos que sé, no quiero sacar todo mi potencial, como si saber que escribir de ellos me pusiera un tapón en mis manos. ¿Eso es posible? O sea, obviamente es a mi cerebro, quien piensa cada palabra que pondré y la coreografía que llevará el texto plasmado. Sin embargo, no obstante, pero, a pesar de ello, no nace de mí colocar ciertas cosas, quiero hacerlo, solo que no quiero hacerlo.

Esto me recuerda a que quería hablar sobre unas notas con una profesora, pero me importaba tan poco que no quería. Dichas decisiones me hicieron hablarlo con mi psicóloga, quien ahora seria como mi mejor amiga, la adoro con mi alma porque me ha aguantado año tras año, obviamente mi papá le paga para que me aconseje. Bien, Paula me incentivó a ello, pero cuando le dije que no nacía me dijo que no lo hiciera, eso me hizo pensar que no siempre lo que tu encuentres correcto es lo correcto, una estupidez lo que escribí, mucha gente ha llegado a esas conclusiones, solo que cuando estás tan acostumbrada a hacer lo correcto, porque eres una persona correcta, es raro decir��“Bien, no lo haré, porque no quiero”, ni siquiera estás evitando el tema, solo tomaste la resolución de no hacerlo. Es un sentimiento tan... Hermoso, tan necesario para alguien que está acostumbrada a hacer algo fructífero, que cuando hacía algo similar se veía castigada por su cerebro por no hacer ello ye evitarlo, que por primera vez hacerlo y estar correcto fue... Aliviador. 

Pizza de camarón.

Cambio de tema, vi una historia recién de alguien que comió pizza con camarones y pensé lo delicioso que sabría ello. Mi mamá dice que son deditos de niños, no entiendo el comentario viniendo de alguien que come lengua de vaca, okay... Yo también como lengua de vaca, porque es rica... Maldita bastarda antivegana. 

Shingeki.

Odio ese anime, manga, bueno el manga no, porque hasta yo lo veo y es bastante decente. Capaz ni odie dicha animación, odio a los fans y la necesidad de hacer notar esa historia. Sí, ya entendimos que te gusta, entendimos que estás viéndolo todas las semanas, pero por favor déjame disfrutar de otro contenido, porque te estás ganando unos charchazos, me sé tu RUT te los puedo depositar junto con quinientos pesos para que te compres un pliego de cartulina y un lápiz, con ellos puedes dibujar un bosquecito y piérdete en él, o de mejor manera escribir muchas características tuyas para por fin hacerte una vida, porque ME ESTRESA VER ESA MIERDA. 

Bien, he dado por finalizado esta entrada estúpida, me gustaría hablar de Johnny, pero haré uno solo para él. 

Corté lazos con las personas de la anterior post. 

Saludos. 

[guindarebelde]

Sharon Mor, la emergente sensación del pop chileno

Con tan solo 20 años, la joven ha llenado su vida de experiencias musicales y artísticas, concretando su carrera como cantante este 2021 con el lanzamiento de su primer single “Rompecabezas”.

Entrevista por Francisca Hale Fotos por Keiko Tanida Edición por Sofía Larraguibel 

Nacida en Chile, cantante, compositora y futura productora musical, Sharon Mor ha estado en el mundo del espectáculo desde muy temprana edad. Su madre es la artista brasileña Lua de Morais, quien la llevó al mundo de la música, inspirándola a seguir una carrera por sus propios méritos. Con casi 30 mil reproducciones en su canción debut “Rompecabezas”, la joven se prepara para enfrentar la escena musical en Chile, y proximamente en el mundo.

En Guinda Rebelde, hablamos con ella para conocerla un poco más. ¡Escucha su single “Rompecabezas” en Spotify!

¿Cómo empezó tu pasión por la música?

Mi pasión por la música empezó desde muy chica porque canto desde los dos años y siempre amé la performance. Tengo videos de cuando era un “feto” diciendo “cuando sea grande, quiero ser una artista de Hollywood”. Soy súper ambiciosa, me gusta ponerme desafíos, aprender distintas disciplinas del mundo del espectáculo y eso se volvió algo indispensable para mi. Cuando uno va creciendo, va descubriendo cosas y a la vez, se va redescubriendo. Cuando uno es chico le dicen “has esto” y uno lo hace, pero el escenario realmente siempre lo disfruté, y a pesar de tenerlo como algo tan natural o cercano, nunca fue una obligación. Mi pasión por la música la fui auto-desarrollando para hacerla propia, no fue algo que me hayan dicho que tenía que hacer; fue un proceso, pero siempre estuve muy interesada en todos los aspectos de la música y siempre fue una pasión desde que tengo memoria.

¿Tienes estudios relacionados a la música?

Actualmente estoy estudiando producción musical en la Academia de Música Projazz.  Cuando era chica tomé clases de distintas disciplinas artísticas tanto en academias como particulares; por ejemplo, fui por varios años a la Academia de Maitén Montenegro, ahí tome clases de canto, baile y actuación. Era mas enfocado en el aspecto del espectáculo que en la teoría musical como tal. La teoría musical la estudié de más grande. En 2019 estudié percusión un año en Percusión Chile (http://www.percusionchile.cl) y eso me ayudó mucho al entrar a estudiar producción musical. Es increíble lo importante que es entender la teoría cuando uno quiere dedicarse a la música, se te abre el mundo. 

Cuando era más chica, tomé clases de piano y de batería también. En realidad me gusta mucho la batería y la percusión; tenía muchas ganas de tocar batería, y eso también me ayudó significativamente a ser una mejor artista y sentirme mas segura con mis pares.

¿Qué te inspira al momento de crear canciones y melodías?

Siento que me va mejor cuando escribo o creo canciones desde la improvisación. A veces cuando quiero hacer una canción, no siempre me inspiro, entonces necesito la espontaneidad del momento. También creo que influye mucho el estado de ánimo; cuando estoy triste, me nace escribir…a veces no, pero a veces sí. Cuando tengo un buen día, me dan ganas de escribir; cuando me gusta alguien, también me dan ganas de escribir. Depende mucho de las situaciones cotidianas o las cosas que vaya viviendo. Me inspiro en las cosas que veo, en las cosas que vivo, en las cosas que pruebo, etc., me inspiro en lo que esté pensando en el momento aunque tal vez no esté inspirada. Al momento de improvisar, me inspiro y ya. Eso me gusta de la improvisación, puedes no estar inspirada y de repente lo estás, y es mágico e sucede inesperadamente. 

¿Cómo nació tu primer single, “Rompecabezas”?

Mi primer single nació de la improvisación; de hecho tengo un audio donde la canto por primera vez y toco acordes. Es gracioso porque canto cualquier cosa, aún no tenía letra. Simplemente me dejé llevar con los acordes y era como; “Ya, a ver, inventemos una melodía” y así fue. Tenía primero el “aaah, aaah” muy metido, y luego llegué a mi casa a tocar los acordes. Paso siguiente, fue “encontrar” la estrofa y el coro, pero fue siempre desde la improvisación. Tenía la canción sin terminar, de hecho tenía solamente una estrofa y un coro, y días después escribí la segunda estrofa y la dejé hasta ahí; como que se me olvidó la canción. Aproximadamente un año después, mi productor (Marcelo Aldunate) me pidió que le enviara todos los audios de canciones que tenía para elegir el primer single; fue entonces que escuchó esa melodía y me dijo: “Ésta me gusta”; y yo: “¿En serio?...Mmm, bueno.” Igual fue muy bacán, porque yo no tenía expectativas para la canción ni una idea fija de musicalidad, pero fue muy enriquecedor probar varias coas hasta encontrar la sonoridad y vivir el proceso de darle identidad a mi canción.

¿Hay algún disco en camino?

Me encantaría grabar un disco, pero recién lanzamos la primera canción y pronto se vendrá una segunda…así que estamos enfocándonos más en dar “baby steps”, y no adelantarnos demasiado. Creo que es importante poner la energía en los primeros proyectos y ver qué pasa. Si nos va bien, hay que pensar más grande, al menos yo funciono así. Me gusta enfocarme en las cosas que están pasando, pero sí, me encantaría grabar un disco; es uno de mis objetivos, aunque no esté concentrada en eso aún, es algo que definitivamente está en mis metas.

¿Cuáles son tus inspiraciones en el mundo de la música?

Hay mucha gente que me inspira, depende mucho del tipo de música que esté escuchando en ese momento o si hay alguna canción que tenga un estilo en particular que me llame la atención. Me gusta mucho: Aretha Franklin, Alicia Keys, Amy Winehouse y Michael Jackson. De los más nuevos me encantan: Ariana Grande, Kali Uchis, Nathy Peluso, Jorja Smith, y Rihanna, quien es mi artista favorita. 

¿Te gustaría aventurarte en otra industria que no fuera la musical?

Me encantaría aventurarme en la industria de la moda, del maquillaje y la cosmetología. Es un mundo que me encanta. Si no fuese cantante, estudiaría algo relacionado con la moda o el diseño; me apasiona muchísimo y me encantaría que a través de la música, pudiese darse la instancia donde pueda hacer mi línea de ropa o colaborar con alguna marca y hacer mi propia línea de maquillaje; me fascina la idea, porque además, estudié maquillaje hace mas o menos dos años y he participado en varios proyectos audiovisuales como maquilladora y asesora de imagen.

¿Debutar fuera de Chile está dentro de tus planes?

Sí, pero más adelante, ahora quiero enfocarme en Chile. Creo que esta es una industria que tiene mucho que ofrecerle al mundo y que también necesita abrirse mucho más. Aparte que es mi tierra natal y me gustaría lograr algo importante aquí, aunque sea difícil. Sería muy gratificante empezar desde donde uno nació y creció. Esa es mi meta, pero me encantaría llegar a todas partes del planeta con mi música, se venga lo que se tenga que venir.

¿Cómo te describirías a ti misma?

Es difícil contestar eso, porque muchas veces uno no se ve lo que el resto ve; entonces verlo desde lo interno puede ser complicado, pero creo que soy una persona muy apasionada. Me pasa que soy súper obediente, no sé cómo explicarlo; por ejemplo si tengo una tarea, o algo que tengo que hacer; o me dicen que tengo que hacer algo, como que estoy súper obediente en hacer caso a los consejos o indicaciones que me den y que me puedan aportar en algo. Como que las aplico siempre, quizás sea aplicada la palabra. Creo que soy una persona muy sensible, aunque la sensibilidad muchas veces como que juega contra; pero muchas veces también te juega muy a favor, y es algo que yo veo como positivo en realidad. Soy una persona terca, para no decir solo cosas buenas; muchas veces me cuesta ver la otra cara de la moneda, o cambiar de opinión, y soy quizás muy obediente o fiel lo que creo que puede ser bueno también. También creo y espero ser una persona amable.

¿Qué te gusta hacer?

Me gusta hacer muchas cosas, soy una persona muy versátil. Me gusta mucho cocinar, pintar, escribir, aprender nuevos idiomas, etcétera. Me gusta viajar, me gusta mucho la biología; me acuerdo que en el colegio me gustaba mucho, y la educación física también. Me gustan mucho los deportes; de hecho jugué volleyball, fui cheerleader, e hice otras cosas “random”. Me gusta ir al campo con mi familia, a la playa, las conversaciones nocturnas, los paseos nocturnos etcétera.

Preguntas flash: ¿Cuál es tu animal favorito? ¿Cuál es tu película favorita? ¿Cuál es tu comida favorita? ¿Dulce o salado?

Mi animal favorito creo que es el perro. ¿Mi película favorita? La verdad que no tengo una, pero así una que me encanta y que veo desde chica es: “El castillo ambulante.” Mi comida favorita…la verdad es que toda la comida me encanta; soy ascendente tauro, así que soy como pura pasión por la comida, pero en serio podría ser desde los porotos con mazamorra hasta el sushi. ¿Dulce o  salado? Siempre se me antojan cosas dulces, me encanta el chocolate.

[sooffsepulveda]

Hoy incluso me dormí un tanto temprano...pero a eso de la 1am desperté de golpe, sin sueño y mi cerebro no para, lo que no me permite acurrucarme en los brazos de Morfeo, así que nuevamente me tienen aquí escribiendo, esperando como siempre, realizar una concientización en los demás.

Como algunos sabrán yo vivía ya de manera independiente pero debido a esta situación de salud que estamos atravesando, tomé la decisión de regresar a casa de mis papás (aunque en realidad fue un pretexto para pedirle con mucha pena a mi mamá el privilegio de vivir con ellos nuevamente, los extrañaba mucho) y el hecho de pasar tanto tiempo aquí encerrada (#cuarentena) me ha estado removiendo sentimientos y muchos recuerdos que ni por asomo tenía presente.

Les comparto que uno de los temas con los que he batallado durante TODA MI VIDA es el del aspecto personal y el "peso ideal"...

Desde pequeña he tenido problemas con mi peso; mientras mis padres y mi hermana gozaban de un físico privilegiado (el cuál en su momento envidiaba) yo era esa..."la gordita".

Y tengo infinidad de recuerdos nada gratos de como, con mucho amor y preocupación, mi mami me apoyo de una manera incondicional:

Comenzó con terribles regaños por el hecho de que me comía TODO, pero luego prosiguió a llevarme con varios especialistas, hasta fuimos a parar con los WW (Weight Watchers) en dónde me sentía ridícula, súper fuera de lugar y muy, muy, muuuuuy avergonzada, porque ahí estaba yo con mi problema de peso a una edad de entre de 8 y 10 años en medio de un grupo de sólo señoras arriba de los 40... sentía muchísima pena.

Tuve dietas espantosas, rutinas de ejercicio que odiaba, "postres" bajos en azúcares y grasas que sabían a cartón y bullying, muuuuuuucho bullying. Bullying al nivel de que entre 3er y 4° grado de primaria no tenía amigos, me decían Godzilla (porque AH CLARO, no solo era gorda si no que también ya medía casi lo que mido ahora y todos seguían siendo unos enanos) y me sentaba sola en los recreos a platicar con la señora que hacía el aseo en los baños del colegio. Chayito era un dulce 💙.

Incluso, una prima que adoraba en ese entonces me decía (y a la fecha) "gordita", pero no se engañen, lo hacía con un cariño excepcional, pero para mí siempre fue una palabra de exclusión. Ahora no me quejo cuando me llama así, pero en ese entonces, aunque fuera de cariño, el hacer esa distinción me dolía.

Y en realidad no "me daba cuenta" del dolor que sentía por dentro, simplemente me comía todos esos sentimientos:

• Esos celos que tenía por el aspecto físico de mi familia cercana, me los comía.

• Ese odio y sufrimiento por el bullying que me realizaban en el colegio, me lo comía.

• Esa vergüenza de ir a grupos con señoras cuarentonas y yo siendo una escuincla, me la comía.

Mi mamá criticó mucho a una nutrióloga con la que fuimos, primero porque qué asco con las recetas que nos mandó y segundo porque fue LA ÚNICA que me preguntó "¿Oye pero...sabes porque comes tanto? ¿Te sientes bien? ¿Eres feliz?". Mi mamá lo tomó a mal porque tal vez no se percató jamás del nivel de tristeza y estrés en el que yo estaba viviendo, creyó (y no la culpo) que la doctora me estaba juzgando y criticando por mi peso.. son especulaciones mías, pero creo que se acercan a la realidad.

Seguramente ella además de nutrióloga también tenía conocimientos en psicología infantil y ahora con 27 años estoy muy segura que ESO era lo que en realidad necesitaba: Terapia.

Soy 100% partidaria de la terapia y de pedir ayuda, y se lo difícil que es eso, el "pedir ayuda":

Yo tarde dos largas décadas en solicitarla, cuando estaba en medio de una gran depresión mis papás no entendían mis arranques de enojo hasta que durante uno de ellos les grité "¿Que no ven que me quiero matar? Por favor mándenme a un psicólogo", sí, fui muy ruda, pero es que no me escuchaban, sólo reaccionaban ante mis terribles arranques de ira.

Porque esa es otra de las cosas que acarreó el bullying y el deseo de verme perfecta: Odio. Enojo. Intolerancia. Arranques agresivos ante cualquier situación que no me pareciera o me contradijera; ese es otro de mis demonios con el que he combatido gran parte de mi existencia, y con el que estoy tratando de entablar amistad.

Fui a terapia y gracias, muchas gracias Dr. Emilio Peñafiel, me salvaste la vida 💜.

Pero entre muchos problemas que tratamos durante la terapia, nunca se manejaron los temas principales, mi enojo y mi alimentación compulsiva (en ese entonces no era precisamente delgada pero estaba bastante bien por lo que no indagó mucho en ese tema) además, uno como paciente es mañoso, sabe perfectamente que es eso que te arde en la llaga más profunda y dolorosa de tu ser, y lo omites.

Por lo que así he estado toda la vida, subiendo, bajando, subiendo, bajando y sieeeempre buscando la aprobación externa, porque aunque estuviera delgada y en mi peso ideal, en mi mente seguía siendo "la gordita" y eso me hacía sentir triste, y ¿que creen? esa tristeza también me la comía.

A la fecha aún me descubro buscado nuevamente dicha aprobación, ya menos que antes, pero hay ocasiones en las que mi alma anhela y necesita palabras amables: Sentirme reconocida, que se percaten de que soy inteligente, que soy graciosa (aunque mi humor sea sarcástico), que sepan que no es que no quiera hablar contigo, es que me da ansiedad social y me siento estúpida, el que observen que no estoy tan mal, al menos soy un poco bonita... y quiero hacer un paréntesis aquí, el que suba selfies no siempre significa que estoy buscando aprobación, a veces simplemente las comparto porque siento que me veo genial y ustedes mortales necesitan ver mi bello y angelical rostro. ¡Ahveda! (aquí actuó el sarcasmo eh...).

Hace poco, buscando estabilidad y paz mental, comencé nuevamente a llevar terapia sólo que en esta ocasión fue por decisión propia (y no por depresión) lamentablemente no he podido continuarla por, ya saben... "El Gran Confinamiento", pero creo que ahora soy lo suficientemente madura y fuerte como para no ceder a tragarme el refri entero y enojarme injustificadamente con todo y todos.

Me doy cuenta a todos nos persiguen demonios y la gran mayoría tenemos luchas internas, unas son un simple duelo de espadas pero otras son los orcos atacando el Abismo de Helm (referencia a LOTR), y quiero darles algunos consejos que a mi (corta) edad he descubierto:

1.- No juzguen tan duros a sus padres:

Ellos tuvieron acceso a algún tipo de educación por parte de nuestros abuelos, algunos mejores que otros, pero me he percatado que (de manera empírica, platicando con amigos y conociendo a sus padres) a la gran mayoría no les inculcaron de una manera adecuada el manejo de emociones y, corrijanme si no, casi toda la generación de nuestros padres llaman al psicólogo "el loquero".

No hay una escuela para "ser papás" y aún asi (si gozaron la suerte que yo) siempre buscan maneras para apoyarnos para salir adelante.

Yo le agradezco infinitamente a mi mami ❤️ su apoyo y más con mi eterno problemita con la comida, buscando siempre lo que considera lo mejor para mi, y eso es tenerle un chingo de amor a su hija.

2.- Como mencionaba hace unas cientos de palabras: Todos tenemos demonios que nos atacan, todos libramos batallas internas, todos tenemos inseguridades. Considero entonces que es primordial ser más empático.

Intenten no juzgar inmediatamente cuando alguien les responde mal, les trata mal o si se ve enojado o triste, ya que posiblemente se sienta muy mal internamente... y bueno, somos seres egoístas y prestamos más atención a lo que esa persona nos hizo sentir y surgen pensamientos como "es un culero, me respondió horrible", "pinche geniecito que se carga", "siempre se ve triste y ni habla, que flojera", y (la gran mayoría) tenemos esta tendencia de quejarnos con los demás a espaldas de esta persona, en lugar de preguntarnos "¿Porque es así?"...no juzguen, mejor (si les nace) ofrezcan ayudarle. Si después de mucho insistir los ignoran y sigue reaccionando de la misma manera o peor, tal vez nos enfrentamos a un verdadero hdp o es alguien en negación que siente que no necesita ayuda de tu parte. Si resulta lo último, es mejor retirarse y seguir trabajando en nosotros mismos.

Retomando el tema, al reencontrarme con todos estos recuerdos me doy cuenta de algo: Por primera vez en mi vida no me puse a dieta, comencé a tomar terapia y a hacer ejercicio por mandato paternal o por querer verme "esbelta y buena", esta vez lo estoy haciendo por salud física y mental:

No quiero tener diabetes ni hipertensión, no quiero estar esbelta y mentalmente sentirme gorda, no quiero comerme cada sentimiento negativo que aparece, ni quiero romperme nuevamente un pie por un mal paso y exceso de peso...

También por primera vez en mi vida me miro al espejo con gusto, no estoy aún como deseo verme pero me siento muy bien por dentro, mentalmente estoy tranquila y feliz, y creo que más que por la reducción de peso que he tenido estos meses, la buena salud mental es la que está haciendo que al ver mi reflejo ya no vea a "la gordita" si no que me mire tal cuál soy y sepa que me veo bien porque me siento bien 😀.

No les cuento todo esto para que me vean con lástima y piensen "pobrecita por todo lo que sufrió" o "que valiente por compartir algo tan íntimo" o "que chingona por todo lo que ha logrado" o "ahí está esta niña queriendo llamar la atención otra vez..." Nah, escribo esto para que sepan que ESTÁ BIEN SENTIRSE MAL y que está bien necesitar ayuda... y que está cabrón pedirla.

Quiero decirles que no están solos, que no todo está tan mal, y como me escribí hace 5 años "todo con el tiempo se cura".

No les voy a pedir que pongan en los comentarios un "." o un "💛" y luego por inbox les mande una cadena para hacer una red de apoyo (cosa que me parece muy bonita) porque no es el enfoque de esta publicación que parece ya un libro de 3 tomos. Sólo les pediré un par de cosas:

• Sean paciente con ustedes mismos y que busquen por todas las maneras que les sean posibles quererse un chingo, porque esa autovaloración es la que les puede ayudar con sus demonios, sean similares a los míos o no.

• Intenten no ser tan egoístas y (como mencioné hace 84 años) piensen dos segundos en que estará sintiendo esa otra persona que los dañó; tengan más corazón.

Se que escribí muchísimo pero adoro redactar 🤷🏻‍♀️, creo que es algo genético (mis papás escriben genial). Pinto y dibujo horrible, me defiendo cantando pero meh, pero lo mío lo mío es escribir.

Así que si leíste todo esto (como en otras ocasiones en las que he realizado publicaciones eteeeernas de índole personal) ¡Gracias!

Si quieres ayuda y sientes la necesidad de ser escuchado (o leído) aquitoy 🧡.

Por su atención, gracias. Buenos días.

- Sofi Sepúlveda, 17 de Abril del 2020.

[wildbearappears]

Julieta

Una vez me enamore tanto que, desde entonces, le escribo a un publico ocasional, de una persona, que no podría ser mejor. Hay mas palabras en mi, pero le pertenecen a ella.

Nunca había sabido de su existencia hasta que una amiga la nombro. Se quedo ahí, en el famoso "Julieta", una lesbiana del colegio, que para mi no tenia rostro y, personalmente, no tenia ninguna motivación para dárselo. Una vez me la señalo en el recreo y después de ese día, comencé a buscarla cada vez que caminaba por algún pasillo. Era algo de mirarla solamente, yo estaba segura de que no me conocía porque nunca fui de llamar mucho la atención, menos en ese entonces que pasaba por una gran incomodidad existencial que le atribuyo a la adolescencia y la necesidad de querer ubicarme en algún lugar que, por supuesto, no encontraba.

Julieta tenia novia y yo estaba con alguien también, así que le reserve un lugar platónico y secreto.

En su viaje de fin de curso, mi amiga me contó que la había besado. Fue bastante detallista explicándome la forma en que lo hizo y en como era su cuerpo. Miento si digo que mi fantasía no se adueño de sus palabras para darle una imagen mental, llamativa y extraña porque estaba acostumbrada a verla esporadicamente con una seriedad que me resultaba muy curiosa.

Hasta ahora, que la situación con ella es un poco "rara" o "esperadamente inesperada", como mas me gusta decirle, no me había detenido a intentar recordar como fue ese tiempo donde solo la miraba, sin saber mas que su nombre y sobre su relación. Pensé que no me acordaba, pero, las imágenes de ella en mi cabeza ahora se hacen mas presentes que en cualquier otro momento.

El buscarla por el colegio y mirarla, únicamente por la complicidad silenciosa de saber que a ella también le gustaban las chicas, se fue transformando en una necesidad imperiosa por conocerla. No tenia ninguna excusa, era mas grande y ni por casualidad íbamos a compartir algún espacio en común. Era una urgencia que no podía atender, pero que tampoco podía ignorar.

Una mañana en la clase de lengua la profesora nos pidió un libro; "pueden pedirle a las chicas de sexto que se lo vendan", Julieta fue la primera persona en la que pensé. Era la mejor excusa que me había podido llegar. Le pedí su numero a mi amiga y le mande un mensaje pidiéndoselo, me lo respondió y fue un corto intercambio de palabras centradas en eso. Mis ganas de conocerla me ganaron un par de horas después y volví a mandarle un mensaje, pero con intenciones de charla. Me aceptó. No se de que hablamos ese día, no se como me anime a hacerlo, no se como se dio la charla los días que siguieron, pero tengo el recuerdo de haberle sonreído al teléfono esa noche pensando en cuanto me gustaba. No me equivoque.

En mi cabeza era mucho mas tiempo del que verdaderamente fue. Esa parte de nuestra historia duro poco mas de un mes que para mi siempre fueron unos 6, que cuando me toca hablar de ella y en como la conocí, uso el tiempo que yo sentí. En esos 30 y pico de días me enamore de una chica que permaneció y permanece hace unos cuantos años en mi cabeza. Julieta me mostró una parte de mi que hasta entonces no conocía y que solo con ella sale, una parte de mi que me gusta mucho y extraño cuando ella se va. No descubrí como mantenerla pero le di otra forma que me hace ser como soy hoy. No es lo mismo, pero me siento conforme y se lo debo a ella porque pienso que jamas lo hubiese dejado salir por mi cuenta. Julieta me dejo conocerla y siempre sentí el interés en ella por hacer lo mismo conmigo, nunca me negué. Eso es algo que todavía me sorprende pero entiendo porque ella me genera un tipo de confianza que no puedo medir, y mucho menos entender. En el medio de esto hay un intervalo de 2 años con algunas charlas fugaces y a escondidas, unas cuantas miradas inconclusas también y unos pocos encuentros que quedaron en la nada.

En 2018 tomamos contacto de nuevo en un momento difícil para ella, una ruptura amorosa que sinceramente, a mi parecer, la había dejado devastada. A Julieta siempre la quise, nunca deje de estar enamorada y creo que cada persona que me rodeo a lo largo de esos años lo supo, excepto ella, que por alguna razón tenia otra idea de mi, por mas obvia que haya sido siempre sobre lo que yo sentía. En ese momento ella quería charlar, nunca me negué a escucharla o leerla aunque eso incluya a algún nuevo amor, pensé que cuando eso haya pasado, íbamos a volver a la distancia que nos caracterizaba pero terminamos juntas. Jamas lo imagine, jamas fueron mis intenciones pero así se dio.

Pasé casi dos años conociendo una nueva Julieta, mas grande y distinta pero con la misma esencia que me hizo considerarla tan especial desde que la conocí. Encontré seguridad, comodidad, confianza y mucho amor como tantas veces había fantaseado que se sentía estar a su lado. Descubrí que las cosas tienen un sabor distinto cuando las haces con alguien, siempre me había manejado sola y eso fue sumamente nuevo para mi. La compañía se volvió una de mis cosas mas valoradas, la suya particularmente, hacia que cualquier cosa, cualquier actividad, cualquier lugar sea mas llamativo, intenso y estimulante.

La cantidad de sentimientos que encontré con ella al lado me alcanzan para escribir otro texto así que prefiero saltar a la parte importante. La parte de nuestra historia en el colegio y el reencuentro 2 años después tienen el mismo final.

La llame por palabras escritas, tipeadas, pensadas, habladas y jamas tuve respuesta. Jamas se las mostré tampoco. Pase noches ansiosa entre lagrimas, dando vueltas, repitiendo que la necesitaba para ver si aparecía y me regalaba un poco de la tranquilidad que solía darme, tampoco funcionó. Leí cada papel que me dio mil veces, mire nuestras fotos y la llame gritando con mi cabeza. Tampoco la encontré.

Los días pasaron, la angustia se volvió costumbre, los lugares volvieron a ser lugares y las cosas buenas ya no se sienten igual. El silencio vuelve a estar presente, el orden desordenado y los colores opacos adornan todo lo que veo. Las fotos en el mismo orden, las cartas en el mismo lugar con una capa de polvo que reflejan el tiempo. Los días que parecían semanas, las semanas que parecían meses y los meses que para mi nunca pasaron se van notando de a poco. El sentimiento de abandono, de desconexión y perdida general se hace presente cada tanto con la misma fuerza que ese 2 de marzo a las 3 de la tarde cuando me dejo por mensaje. Sigo buscando encontrarme en algo que no la incluya, en algún lugar que no quiera compartirle, en noticias que no quiera contarle y en palabras que no sean para ella. No me reconozco sin su presencia, tampoco sé si quiero hacerlo.

Me gusta imaginar que cuando nos vemos y sentimos que no nos paso el tiempo, como si nos hubiésemos visto hace una semana, ella también se encuentra, como hago yo, en los besos. Que duerme tranquila sin pensar que lo que hacemos "esta mal", que mi mano la reconoce tanto como la suya lo hace conmigo y que seguimos llamándonos aunque no sea con palabras

[escritosindelebles]

Día del Orgullo

El 2020 ha sido un año lleno de emociones, y lo será aún más: ni siquiera comenzó el mes de julio. Y lo digo desde mi posición minúscula de una persona en siete mil setecientos millones de seres humanos, como también lo digo por mis experiencias a nivel personal en estos últimos meses.

Será por estar encerrados, por querer que toda esta situación mejore, o por cualquier otra razón..., lo cierto es que hace unos días salí del clóset con uno de mis hermanos. Los dos ya teníamos los ojos llenos de lágrimas por estar hablando de heridas sin cerrar y asuntos sin resolver que hay en nuestra familia. En ese momento yo escuchaba todo lo que me decía, pero al mismo tiempo pensaba: “¿Y yo? ¿Acaso yo no estoy ocultando una gran parte de mi identidad? ¿Debería decirle que soy bisexual?”.

Tenía doce años cuando acepté que también me gustaban las chicas. No entendía mucho del tema, así que comencé a buscar información. Realmente no necesitaba una explicación o un consuelo para no sentirme culpable. Crecí escuchando que todo lo que saliera de la norma estaba mal, pero yo no lo creía así. Es por eso que la primera vez que me llamé pansexual (para aquella época así me autodenominaba) más que una carga, fue un alivio.

La información me servía, en tal caso, para defenderme. Para defendernos. Para explicar por qué no estaba mal tener otros gustos, o sentirse diferente, o como carajo uno quiera llamarlo.

Me daba terror enfrentar los comentarios homofóbicos de mis papás. Ojo, no digo que fuese -o sea- imposible hablar con ellos, también es cierto que no tenía muy forjada mi personalidad para aquel entonces… Pero en algún momento -que no recuerdo-, les dije por primera vez que el hecho de que dos personas de un mismo género estén enamoradas, no tiene nada de malo. Y así comencé a hablar más. A discernir. Incluso comencé a pensar en “educar” a mi familia.

Fue en ese momento cuando la vida me dio un golpe que hasta el día de hoy me duele. Le pregunté a mi mamá qué haría si tuviese un hijo gay. ¿Su respuesta?

“Si me llegase a salir un hijo homosexual, yo lo echo de la casa”.

Doce años tenía. Doce cortos años, y ya sabía que un paso en falso significaría perder a mis papás por el resto de mi vida.

Ya cumplidos los trece, comencé una relación a distancia con mi mejor amiga, con el miedo de ser descubierta. Me imaginaba horrorizada a mis papás gritándome, echándome de nuestro hogar y dejándome en la calle. Mientras que escribo esto, como cada vez que armo ese escenario en mi cabeza, lloro. Ya perdí la cuenta de cuántas veces me torturé con lo mismo.

En el colegio no tenía muchos amigos. Fue una época extraña, me sentía muy sola y la única compañía era la de mis amigos que estaban repartidos por distintos lugares en el mundo y con quienes hablaba por las redes sociales. Lógicamente, si no quería que mis papás supieran que no era hetero, tampoco quería que lo hicieran mis compañeros de clase.

Les mentí incontables veces. La vez que me permití abrirme con alguien, esa persona le contó a los demás que tenía novia. “No, no, tengo novio. No novia, novio. Escuchó mal”, les dije. Hasta un papá -el de quien es hoy mi mejor amiga- se enteró de mi relación… ¡El pánico que tuve! No podía dejar de pensar en cómo le iba a contar a mis viejos. Hiperventilaba cuando me daba manija. “Les va a contar, es obvio. Solo es cuestión de tiempo”. Sufrí un montón. Por suerte, no dijo nada.

Más adelante les di una oportunidad a 10 chicos de la escuela, que cambiaron mi vida. Mis dos mejores amigos actuales incluidos. Cada uno de ellos fue, a su tiempo, enterándose de mi -ahora- ex novia, o era testigo de cuando una chica me parecía bellísima y yo me le quedaba viendo embobada. No niego que tuve miedo. Miedo de perderlos, miedo de que me traicionaran y le contaran a mi familia quién era en realidad.

Pero ellos me aceptaron por como era. Es más, ni siquiera les importó demasiado. Fue como si les dijera que no me gustaba el helado sabor menta granizada, o que prefería el pop en inglés en vez del que es en español. Me hicieron preguntas sobre mi relación, me escucharon cuando conocí a otra chica y me sentí emocionada de nuevo. Me trataron igual que a cualquiera, y yo aprendí a confiar en ellos porque sabía que estaba segura a su lado.

 En esa época también empecé a conocer más a un profesor que fue mi primer referente del orgullo. Una vez me mencionó a un hombre con el que salía, y de alguna manera sentí un “clic” dentro de mi cabeza. Claro: no le avergonzaba ser homosexual. Pese a cualquier chiste que pudiesen hacer mis compañeros, él nunca cambió su forma de hablar, nunca dejó de inculcarnos el respeto con las personas de la comunidad, nunca… Bueno, nunca se escondió de sus alumnos. En su lugar, nos educó.

Fueron estos dos factores los que me animaron a mostrar abiertamente mi orientación sexual a los demás. Dejé de tenerle miedo a lo que los extraños pudiesen decirme, porque tenía bien en claro que era mi vida y tenía derecho a vivirla como se me diera la gana -siendo feliz, obviamente-.

Ese cambio no se vio reflejado en mi entorno familiar. Es cierto que ya tenía mucha más confianza que antes y que mostraba una postura firme respecto de temas como la homosexualidad o el feminismo, pero el miedo nunca se fue. Es más: perdí bastante esperanza. Llegué a la conclusión de que mis hermanos me aceptarían, eso era casi seguro. Pero mis papás… Ya eran demasiados años y ninguno parecía cambiar de opinión.

Hace unos meses, de madrugada, tuve una larga charla con mi mamá. Como las que solemos tener, ahora que somos más unidas. Le pregunté si se acordaba de lo que me había dicho antes, y me dijo que no. Se lo repetí: “Me dijiste que tenías un hijo gay, lo echabas”. Me miró sorprendida. Tragó saliva, y fue su turno de hablar:

“Vos me abriste los ojos en un montón de cosas que yo tenía inculcadas desde hace años. Me enseñaste que no por ser mujer tengo que ser esclava de un hombre, y bueno… Sobre este tema, si llegase a tener un hijo homosexual, lo aceptaría. Lo seguiría amando porque no tiene nada de malo, y está en todo su derecho de ser feliz. Y si a tu papá no le gusta, entonces yo me voy con mi hijo”.

No me animé a decirle que soy bisexual, pero me fui a mi pieza y lloré como si ella lo supiera y me hubiese dicho que todo estaba bien. Había soñado con esas palabras durante años, y por fin las escuchaba.

Mi papá nunca cambió de parecer.

Es así como vuelvo al momento en el que estoy hablando con mi hermano, y me pregunto si decirle la verdad o no. En un momento me dice: “Yo sé que conversar de esta manera con papá es difícil porque es muy reservado, pero no tenemos que dejar de intentarlo por eso. Si hay algo que le duele, debería poder hablar con sus hijos y dejarnos ayudarle”. Yo asentí, y casi con pena dije que era muy difícil hablar con él.

Rompí en llanto al instante, porque no me refería a que era difícil hablarle porque no confiaba en mí, sino porque yo no confiaba en él. No podía -y no puedo- decirle “mirá que linda chica”, mucho menos “tengo novia”, si así fuera el caso.

Decidí contarle a mi hermano que soy bisexual.

No me dijo que estaba bien. No me respondió “te acepto”. ¿Qué hizo? Me abrazó, y me escuchó. Una vez terminado, me dijo que yo tenía el derecho de ser feliz. Que no podía esconderme para ahorrarle el dolor a otras personas, porque eso me hacía mal a mí y a mi vida.

Me devolvió, casi sin querer, la esperanza que tenía a los doce años, cuando acepté que no era heterosexual.

Honestamente, no pensaba escribir nada sobre el tema. La razón de este texto fue, en realidad, una casualidad: justo hoy, 28 de junio, me enteré de que una prima mía, de 13 años, es bisexual. Y lo dijo naturalmente por redes sociales, cosa que yo, en la época que tenía su edad, no habría hecho ni soñando.

Los tiempos van cambiando. Agradezco tanto que se vaya creando conciencia de estos temas, porque eso significa que menos personas van a tener que pasar por experiencias horribles y violentas producto de la homofobia y transfobia. Y para quienes sí las viven, hay personas dispuestas a ayudar, y a sanar. Como las que yo tuve la suerte de conocer.

No puedo decir que me muestro orgullosa ante el mundo, porque sigo escondiéndome ante las personas más importantes de mi vida. Hoy. escribo para todos los que se encuentran en una situación parecida a la mía. Para los que nos encontramos entre la opción de sincerarnos y arriesgarnos a perder a nuestros seres amados, y la de callarnos y esperar a que las cosas mejoren.

Duele, pero no como si nos lastimáramos con un golpe, sino como si algo nos asfixiara. Porque es un poco de eso, ¿no? De sentir que te falta el aire cada vez que aparece la posibilidad de que te rechacen por algo que no elegís.

Pero no tiene que ser así. Vamos a encontrar el coraje de salir adelante. Lamentablemente quizá perdamos a quienes nos dieron mucha felicidad en el pasado, pero todo tiene un límite. Y ese límite, comienza cuando ponemos primero a nosotros mismos.

Que nadie nos arranque el orgullo, y que pronto nos mostremos con la frente en alto. Por quienes son libres.

Por quienes queremos serlo.

Por quienes no nunca pudieron.

[lohagoxelvicio]

Hola Mabel

Me enfrento una vez más a la “hoja“ en blanco virtual de este blog sin sentido. Me enfrento al insomnio que los fines de semana me da de comer. Quiero escribir, y quiero hablarle a alguna Mabel y decirte, sí  a vos Mabel, que necesito escribirlo todo. El lenguaje se apodera de mí y torpemente debo transcribir y convertir todas mis emociones en algo más que pura mierda y depresión. Hablando de depresión, Mabel, sabés que estoy acá de pie agitando un pastillero que me va a ayudar a estar más equilibrada en este absurdo trampolín llamado vida. Quiero agradecer Mabel, aprendí realmente la importancia de agradecer. Agradezco que seas mi amiga, mi interlocutora. Agradezco por el arbol que esta tarde me dio sombra, a los pajaros y las cigarras que son el canto de la naturaleza que estamos destruyendo, agradezco a mi trabajo precarizado que me obliga a ser una especie humana por fuera de todo: una monotributista. ¿qué qué más agradezco Mabel? casi todo. Pero ojo! no me tomes por una superada que toma psicofarmacos y que tocó fondo para abrir un nuevo horizonte en su vida...no no no. Vos me conocés y a veces odio con gran profundidad algunas cosas, como a los feministos y onvres cis hetero en general...aunque confieso que he merodeado con cierto gusto la idea de parecerles atractiva, sin embargo fue una fantasia que duró poco en mi mente. Porque...odio a veces mi soledad y sabés en quien pienso? en la Alejandra, ella decía que su soledad debería tener alas. Entonces creo que las alas perfectas para esta soledad son las aplicaciones de citas, vengo matcheando a lo loco Mabel, no sabés, soy una champion de los matchs. ¿qué? ¿que si ya salí con alguien? ¿yo dije la palabra salir? No, matcheo y chateo, nada mas que eso. Las conversaciones son muy volátiles. Algunas no pasan de un “holi - como va - bien vos -que haces - nada y vos- nada acá tirada en el sillon - que calor no- soy de bariloche, acá estamos con aire fresco“ o “hola - hola -tengo flores de las ricas -uh que bien a cuánto - 400 el g...“. Hay una pequeña posibilidad de que me encuentre con alguien, sí, pero no quiero ilusionarme, sabés? no estoy para esas cosas. Solo quiero compañia, alguien con quien hablar de cosas nuevas, estar en una plaza, pegar cerveza y pagar a medias...una simple amistad. No quiero forzar nada, aunque estoy forzando mis desesperadas ganas de salir a buscar caras nuevas, voces nuevas, risas y anécdotas nuevas.

Los seres humanos somos raros no Mabel?  Perdoname si no te escribo esto como corresponde, si me como las comas, si no uso los signos de puntuacion adecuados o soy repetitiva... vos sos la que tiene buen manejo del lexico y la gramatica, no yo! yo solo escribo así no más y sueño con estupideces como la de convertirme en la voz de un pequeño grupo en tumblr o de toda una generación... ¡por Dior! ¿Cuánta opulencia necesitamos demostrar? Me encantaría, soñar es gratis todavía.

Entramos rápidamente al mes donde todo vuelve a sacudirse, a empezar, a dejar de estar estancado, vuelven las obligaciones, la vorágine, los nuevos horarios, se estrenan agendas, se ven chicxs empezando el colegio, se colapsa el trafico, todo es un ruido infernal. Es marzo, bitch y tu cerebro lo sabe ¿o no Mabel? Qué vas a hacer vos? Cuantas materias vas a hacer ? ¿vas a cambiarte de departamento? vas a cambiar de laburo? vas a dar ese final?

Yo me voy a mudar, por primera vez en mi vida voy a vivir sola, voy a soñar con que mi monoambiente va a ser mi primera mansión de soltería, plagada de amor gatuno pero sin muebles. Me va a costar, claro, ya me está costando entregar casi todo mi sueldo y ahorrarme pensar qué voy a comer. Estoy viendo el vaso medio lleno igual, sabes? no me importa no tener heladera, ni sofá, ni biblioteca. ¡Me encantaría Mabel que me vengas a visitar, traeme una planta, sí, esa que da buena suerte, vos me conocés bien! Pero como te decía... el vaso medio lleno. Es que quiero abrazar mi libertad, mi independencia, mi nueva Yo y dormir sin pensar en que alguien está pronto a venir o que mi madre me abra la puerta para ver si sigo viva. Quiero tirarme directo de cabeza a la pileta.  Algo que aprendí con vos es esto de la impulsividad.

Ya somos dos señoras.

¿qué será de mí? A veces no quiero pensar en cómo he de sobrevivir. Solo estoy despertando, ocupandome de tomar mis pastillas, salir en bicicleta y esperar a que por fin se termine el día. Fueron unas pseudovacaciones raras. ¿para vos tambien?

El otro día reíamos con mi familia y nos acordabamos de mi episodio suicida. CUATRO pastillas de alplax robadas a una jubilada y quedás como nueva. Fue el pedo de mi vida. Yo era una chica a punto de cumplir 26 con su ropa linda -ropa que por cierto me regalaron para navidad, muy coqueta- y estaba tirada en una camilla de un hospital. (Dame una lista de los hospitales más trash del conurbano y creo que el 21 se lleva todos los premios. ) Estaba “ensuerada”, dopada y emocionalmente colapsada. Mi vida derrumbada por una desición que tomé fuerte y posiblemente estupida -pensaba en ese momento que lo era, pero ahora Mabel, sé que fue necesaria, acá me ves, fuerte y de pie ¿o noo?- 

Dije muchas cosas bajo los efectos de las grandes cantidades de alplazolam. ¿te dije que quise ser mamá? sí mabel, quise ser una torta fuerte y empoderada que es super capaz de criar unx niñx sola, lejos de toda la bola de la heteronorma y este maldito patriarcado. quise unx hijx de algun vago de por ahí, que me tome entre sus brazos una noche y me de una bendicion pero para mi sola. ¡que horror! ¿no?. Ahora que te cuento esto en mi laburo llora un bebé y no puedo con esa idea. No. Nadie se merece que yo sacrifique mi sueño por nada.

Mabel, ese día entendí que yo  soy mi amiga, mi padre, mi madre y mi hija.

Cada vez voy alcanzando mi bienestar y me acompañan mis miedos pero creo que estando sola ya puedo mejor con todos ellos.

[laliteral]

¿Trabajar o maternar?

Por: A.A.

¿Es posible pensar que una madre puede ser profesional, trabajar y rendir adecuadamente en lo que hace? Parece que no. Al menos, no con las condiciones que nos ofrece Colombia. 

Hoy día se habla mucho de las mujeres que deciden no tener hijos por tener ambiciones, bien sean laborales o personales, porque ellas son libres de elegir y decir que no. Y está bien. Pero, hablar de las madres que trabajan y crían y son muchachas de servicio  en sus propias casas es un tabú. Es una situación que se invisibiliza, aún por nosotras mismas. Parece que el mundo nos da escoger, o eres profesional y sin hijos o tienes hijos y no podrás trabajar y criar al mismo tiempo, y-si escogemos la segunda opción-nos callamos, la vida nos ha dado la oportunidad de ser mamá o de trabajar y punto. Deberíamos estar felices y orgullosas porque es lo que hemos decidido. Lo hemos normalizado y aceptado.

 Pero, ¿qué es eso que hemos normalizado y aceptado?. Tristemente es algo que nos cuesta nombrar, nos sentimos identificadas cuando otra lo menciona, pero no tiene nombre y lo que no tiene nombre no existe, es decir, es algo que pasa a una que otra. O eso creemos.

 Antes de ser mamá y siendo hija de una madre soltera cabeza de hogar pensaba que era algo totalmente natural, una mujer puede y debe trabajar y criar (si lo decide, claro), y ambas cosas debe hacerlas bien, debe rendir. Pero la cosa no era así y me costó reconocerlo, nombrarlo. La primera vez que la situación me hizo ruido fue cuando a una excompañera del colegio-que había sido madre recién graduada de la universidad-la contrataron en un lugar donde trabajaba mi mejor amiga; pero, al cabo de un tiempo le cancelaron su contrato. Mi mejor amiga me comentó que es que no rendía, llegaba tarde y se iba temprano, varias veces decía que no podía hacer x o y cosa porque debía ir al colegio del hijo o atender algún asunto del hijo. En definitiva, en ese lugar su condición de mamá trabajadora no compaginaba, pensé (como buena mujer sin hijos y sin esperanzas de tenerlos) que estaba mal lo que hacía, que ser mamá era ser mamá y el trabajo es trabajo, que debía mantener una línea clara entre ambas cosas y no mezclarlas. Aunque me pareció algo mal por mi amiga del colegio, consideré que el lugar tenía razón en despedirla, y no le di más vueltas al asunto. 

 Al cabo de unos años, lo viví en carne propia, y claro, esta vez me generó mucho ruido. Tuve mi primer hijo y quería trabajar, conseguí un trabajo y comencé. Era un trabajo que necesitaba tiempo completo; pero, no de 8 horas, tiempo completo desde que despertaba hasta que me dormía. Quería dar todo de mí en ese trabajo, pero ví que no estaba dando todo de mí a mi hijo. Lo amaba, pero también me gustaba el trabajo y si no rendía, me despedían. Cada jornada la terminaba tan exhausta que ni ganas de jugar tenía. Por fortuna, no tuvo que pasar ni un año para darme cuenta. 

 Ahí inició mi cuestionamiento. En ese trabajo sabían que era madre, y aunque trabajaba en pos de las familias colombianas, mi familia quedaba excluida. No podía dejar a mi hijo en el jardín, ni ir por él a la salida, ni asistir a las reuniones, ni a los eventos en los participaba, en fin, me había convertido en una mamá ausente, que sólo veía en la noche, cuando ambos estábamos cansados. Y es cuando las preguntan llegan como un torrente de agua, ¿vale la pena perder la infancia de mi hijo por trabajar? ¿el sueldo justifica que sea una madre ausente? ¿seré una mala madre si sigo trabajando? ¿seré una pésima profesional si renuncio? ¿para qué estudié si no ejerceré? Miles de preguntas por este estilo. Lo curioso, es que todas las preguntas que surgían me tenían a mí no sólo como la protagonista sino como la antagonista, porque pensaba que la culpa de cualquiera de la decisión que tomara sería exclusivamente mía. Ignoraba que el lugar donde trabaja podía adecuarse a las madres trabajadoras, que hubiese alguna ley que me permitiera ser ambas cosas, sin sentirme culpable. Porque era eso, culpa. Culpa por querer ejercer mi profesión, culpa por querer encargarme de mi hijo, culpa por haber sido mamá, culpa por haber botado la plata en una universidad, culpa por querer ser mamá y por querer trabajar.

Al final renuncié. No concibo cómo un país que alaba tanto la infancia, que da valor a las familias sea tan discriminatorio con las madres en situación parecida a la mía. 

¿Acaso no deberíamos pensar, realmente pensar, en cómo están creciendo nuestros niños y niñas? 

Aún lo sigo pensando, y cada día me aferró más a creer que debe existir un cambio en la forma de trabajar. Ahora, mientras escribo esto y ayudo a mi hijo mayor a bañarse y cuido que el menor no se caiga de la cama, pienso en lo necesario que es para algunas mujeres, criar y trabajar sin considerarlos opuestos y contradictorios.

[una-escritora-piensaycomenta]

Simplemente cuando me doy cuenta que hago mucho por alguien y empiezo a cambiar a ver si recibo lo mismo o en porciones más pequeñas es cuando el corazón se me encoge más, jamás he recibido un afecto como hace años de una persona que siempre estaba para mí y yo no yo decidí.. escogí vivir así talvez estaría en otra posición y me sentiría más libre más segura de mi de mi entorno que esten seguros a mi lado amigos, compañeros. Pero no he conseguido eso decidí que era mejor atarme a una vida donde siempre das y no recibes que puede pasar tanto tiempo y aún así no me buscaría y luego algo o alguien harían que me buscará , he pensado siempre en que no me va bien en nada... Trato siempre de pensar que el tiempo de Dios será perfecto y me encuentro con que siempre no, que hay cosas buenas para otras personas que no se esfuerzan y yo siempre busco esforzarme tratar de arreglar la vida que tengo, de sentirme un poco más estable de tener amor de mi familia no hablo de mis abues porque son lo mejor hablo de mi familia de 5, es algo que a la larga siempre me marco. Envidio sanamente a quienes tienes a sus pilares principales unidos, a mi en lo personal me tocó vivir muy malos ratos pasar de una familia estable a una muy disfuncional, recibir golpes y hablo los golpes de la vida porque los físicos no me han dejado huella, creo que por eso es que siempre siento que todo está en contra que pase de que se preocupen por mi a desaparecer días y nadie .. absolutamente nadie se diera cuenta, el corazón cada vez se me hace más chiquito, no sé que karma sigo pagando he pasado muy mal solo quisiera volar lejos ayudar a mi familia económicamente luego desaparecer... Me da miedo los cambio me da miedo el futuro me da miedo estar sola, me da miedo sentirme mal que me duela el corazón y sobre todo no lograr nada en esta vida, tengo tantos proyecto que tengo miedo no lograr uno... Ya para estas altura el amor no se me da creo que doy tanto para nada capaz por siempre intentar quedar bien nunca hago que me den un buen lugar primer novio... Me pega, segundo.. nunca me presento a su familia y me engaño, y ahora nunca pudo confiar en mí por mas que le di mi palabra ya dos años que realmente he entregado todo de mi lo que he podido tiempo dinero amor cariño preocupación y que... !! Al final soy nada para el, vuelvo al inicio cuando se reventó la burbuja dónde todo comenzó mis 15 años los recuerdo con cariño y con tristeza fue ahí cuando mi vida se volvió gris.. mi abuelita me pregunta que porque no soy esa niña que hacía chiste que pasaba solo sonriendo y es eso decidí por mi que todo el dolor que sentiría desde aquel día lo recomendaría a diario con mi esfuerzo sin ser problema para nadie creo que por eso ahora yo no importo por qué soy la niña que creció haciéndose cargo de mi misma y algunas veces de mis hermanos, he ido a los colegios de mis hermanos varias veces representandolos y por lo menos estaba para ellos porque se cómo se siente que nadie te felicité ni por una nota o cualquier cosa por más chiquita que sea .. recuerdo tantos partidos de voleybol que fui sola y siempre me destacaba de suplente pase en tan poco tiempo a ser primera fila y nadie vio mi progreso nunca nadie estuvo ahí para darme una botella de agua o felicitarme por qué siempre me sacaba la mierda entrenando y a la vez estaba en el club del colegio llegué a ser capitana tampoco nadie vio eso ..

Cuando escribo aquí se que algún rato lo leeré y me sentiré mucho mejor de lo que me siento ahora que lo escribí..

[poemaenprosa]

Rechazo

Desde muy niña tengo miedo al rechazo, porque me dijeron que mi padre biológico le sugirió un aborto a mi mamá y desde entonces mi cerebro proceso las siguientes preguntas: ¿Si no me quiere mi papá? ¿quién me va a querer? Aunque tengo una excelente figura paterna, ese pensamiento siguió ahí en mi cabeza echando raíces. No sé si me obsesioné con ser la mejor académicamente y recibir aprobación y reconocimiento por mi amor extremo a la educación, sin embargo, me cuesta mucho conocer nuevas personas y entablar nuevas amistades por ese mismo miedo.

Durante mi vida escolar antes de que llegaran The Beatles a salvarme, tuve dos amigas. La primera desde tercer grado hasta décimo está persona fue incondicional conmigo y nos conocíamos desde la infancia. No obstante, en mi adolescencia sentía atracción por las mujeres, ¿o siento? Aún no lo sé. No descarto la posibilidad de llegar a amar a una mujer de manera romántica y erótica. Recuerdo que a esta amiga le contaba todo, y decidí contarle mis sueños eróticos con mujeres o las situaciones románticas que me imaginaba con las mismas y a veces con ella. El caso es que paulatinamente, está persona se alejó de mí, estaba ocupada todo el tiempo, se la pasaba viendo anime, interactuaba más con otras chicas y se volvió aún más creyente que antes.

Finalmente, ella me dejo de hablar y yo conocí a las cuatro mujeres de décimo grado que me cobijaron con su amistad y hoy una década después sigue siendo así. Un día cualquiera durante el descanso, esa primera amiga me dijo que necesitaba a hablar conmigo a solas, le dije que si y me dispuse a escucharla. Me contó que se alejó porque no quería que yo dependiera de ella para poder socializar y que su segundo motivo fue su homofobia, claro que en esos años no sabíamos que era homofobia, pero ella sentía un rechazo latente a relaciones de pareja entre mujeres, y por eso yo la asustaba mucho cuando le contaba mis sueños, pues según ella son cosas del demonio.

La segunda amiga la conocí en octavo grado porque le dio varicela y yo era la única en el salón inmune al virus, ya que me dio teniendo seis años. Por tal motivo, la ubicaron a mi lado y empezamos a hablar muy seguido sobre libros, sobre el sueño de querer ser escritoras y que juntas llegaríamos muy lejos. Al año siguiente ella se fue a otro colegio, uno privado y allí tuvo otras amistades, y cambio mucho. Yo creí que había sido por eso, no éramos vecinas y no había redes sociales o chats para seguir manteniendo el lazo. Hasta que hace días me enteré de que la razón de su alejamiento fue otra.

Resulta que por esos años yo estaba siendo abusada por un miembro de mi familia, situación que vi como mi primera relación, como una especie de noviazgo, pero este ser maldito que llego a mi vida está casado. Le conté a esta segunda amiga y por su puesto por el desconocimiento de la época, por el no ser consiente de nuestro autocuidado y de normalizar estas situaciones de violencia tipo Lolita, no nos dimos cuenta de que realmente era un abuso. Históricamente la culpa siempre ha sido de la mujer, y por ende yo era la culpable por involucrarme con tipo casado y que además me doblaba la edad. Yo era una niña, él es el abusador.

En fin, está segunda amiga tomo distancia por dicha situación porque tal vez le parecí una mala mujer o una zorra, no lo sé y tampoco lo quiero o quería saber. Es cierto que ella ve esto con otros ojos en la actualidad, pero a mí me dolió que lo viera así ¿Cómo iba a juzgarme a los 15 años por una situación que ni yo entendía? Ahora durante el aislamiento he vuelto a tener pesadillas y temores nocturnos. Saber que me rechazaron por considerarme culpable de algo que me violento de todas las maneras me resultó mortificante.

Por fortuna conocí a mis amigas, a mis lugares seguros y como también tenía mucho miedo de acercarme a ellas recuerdo escribir en el periódico escolar sobre su magnifica actuación interpretando The Beatles, así que poco a poco y ante situaciones casuales que se dieron me acerqué a quiénes hoy son las mujeres de mi vida.

Aquí viene la segunda parte de este texto, por su puesto mi historia con los hombres es otro cuento. Yo jamás había convivido con hombres, nadie aparte de mi papá. Estudié en un colegio femenino y los últimos tres años escolares viví con mis tías, por lo tanto, llegar a la universidad fue un choque, para mí los hombres eran especímenes raros.  Tenía miedo de hablar frente a ellos y hasta asquerosos y neandertales me parecían, bueno todavía la mayoría siguen siendo lo segundo.

Tuve muchas decepciones, hombres que se me acercaron con otros intereses y cada una de esas historias alimentaba mis inseguridades. Hasta que llego mi primera relación “seria” pues algo en común que tenía con este personaje, es que en diferentes escenarios de la vida también nos sentíamos como los rechazados y eso me hizo pensar que a todo bicho raro le llega su par, pero como he dicho reiterativamente toda relación del pasado tiene sus tintes machistas.

Sin embargo, me encontré con muchos Adam Drivers, esos tipos guapos, diferentes, intelectuales, artistas que nos llenan de elogios, pero no se toman nada enserio y justifican sus errores con cuanta payasada se les ocurre. Esta subespecie masculina me hace sentir que mi presencia incomoda, que su soledad e independencia es tan sagrada, que mi voz o presencia frecuente estorba, me hacen pensar que hay algo en mi forma de amar que está mal. Me dicen “es que eres una volátil, es que contigo nunca se sabe, si reaccionas así ahora que no somos nada, como será si tuviéramos algo serio”.

Yo soy una persona muy incondicional y sensible, todo me afecta. Soy muy empática con el dolor ajeno y hago lo posible por hacer sentir mejor a los demás o sacarles una sonrisa y aún más cuando se trata de alguien que me importa. Pero estos Adam Drivers me han hecho avergonzar de mi manera de expresar afectos.

A mí me cuesta iniciar una conversación por WhatsApp con alguien del género masculino, porque siento que voy a perturbar su silencio, la sacralidad del momento que está viviendo. Es contradictorio, yo toda feminista y con este miedo de incomodar a los hombres cuando perfectamente esto es lo que busca el movimiento: INCOMODAR.

Cuando un hombre se acerca a mí con el interés de conocerme así sólo sea para una amistad, le hablo con desconfianza, debido a que todos para mí son posibles agresores, lo digo por mi historia y los seres perversos que han violentado a mis amigas. Si él me agrada me autoimpongo reglas como: “no le voy a escribir tan seguido porque seguro pensará que soy una intensa”, “mejor que él me escriba primero para que no crea que lo busco todo el tiempo”, “mejor no le hablo tanto de mí, porque lo voy aburrir”, y demás reglas así de estúpidas porque soy una mujer insegura, porque en mi experiencia si les escribo todos los días o están cansados o tienen sueño, o su egoísmo disfrazado de “una manera libre de amar”, les impide ver que hay otro ser humano sensible que quiere su atención.  

Hace mucho que no sé qué es la reciprocidad en una relación de amistad o romántica con un hombre. Sé que debo trabajar en mi seguridad y en la ansiedad social que me produce relacionarme con otros porque me anticipo a lo que van a pensar de mí, porque todavía me importa mucho la opinión de los demás y tengo miedo a ser juzgada o rechazada.

De ahí que el único lugar que me dé seguridad y fuerza son mis palabras, las que escribo y expreso frente a una página en blanco.

[dangelt]

Daniel es niño

Daniel aquí. Esto es raro para mí, es la primera vez que escribo un blog y mas hablando de mi; cree esto porque quiero desahogarme un poco de lo que soy y del miedo que tengo.

Ni siquiera sé si me considero un chico trans, por alguna razón, no creo encajar en la definición. La manera en la que me siento más cómodo (dentro de lo que puedo) es presentándome como un chico, anunciando mis pronombres, vistiendo y pareciendo un chico; tengo un desapego total de mi pecho (por no decir que deseo con todas mis fuerzas que sea plano), y regularmente me corto el cabello porque suele crecer muy pronto.

No sé cuando fue que comencé a preguntarme qué era realmente, nunca me gusto mucho las cosas que eran socialmente correcto para las niñas; el rosado chillón era el preferido de mi mamá para vestirme, las coletas y trenzas siempre fueron una tortura, mi pecho siempre fue un tema (mi mamá me decía que lo sacara para que se viera más grande, que se notara que era niña aun si mi cabello era corto), Dios que horrible me siento recordando eso :(

Sé que en mi último año de colegio ya no me sentía a gusto con mi nombre legal y menos con mi genero; aun así, aquí es donde el cómo me siento no coincide con las definiciones. Busqué muchas, traté de llenar mi cabeza de información para entender como me veía a mi mismo pero no muchas ayudaban porque aunque yo me identificara de una manera, un chico trans estaría molesto conmigo por pensar que solo estoy jugando al decir que soy trans (de nuevo, no me siento del todo incluido en esa definición). Me agrada y me siento cómodo siendo un chico pero no me veo hormonándome o reconstruyendo un órgano sexual, pero si anhelo la operación de mi pecho, de momento soy feliz con mis pronombres y apariencia, y para mi mamá eso es un problema.

Ella odia que yo me vea “tan niño” a pesar de que le digo que me siento cómodo y bien. Ella aun no sabe lo que soy, nuestro mayor avance es que sabe que tengo depresión pero nada más y aun así no se hace nada para mejorar eso; en fin, anoche soñé algo que me dejó mal en el momento de despertar y con un miedo que no creía posible porque soy bastante valiente para hablar de cómo soy, y es que soñé que mi mamá se enteraba de que yo no era precisamente una niña, pero yo no era la persona que se lo decía sino que era un tercero. Mi miedo no es solo que se entere, sino que me odie por quien soy, por quien estoy luchando y tratando de construir en mi; ella dice que jura no enojarse conmigo pero ella nunca se imaginaria algo así, menos de su primera hija, ella no comprende muchas cosas de la comunidad a la que pertenezco, supongo porque nunca creyó toparse con ello en su vida, y por cosas así a veces he deseado simplemente aceptar con lo que nací, tratar de vivir con esta incomodidad por siempre, rendirme… Muchos dicen que la vida es corta y que hay que vivirla lo más feliz posible pero la comodidad de estar en paz con mi familia también me carcome la conciencia.

¿Que puedo hacer?

x Daniel