#en una humilde morada
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FUE una serie magnífica.FUE novedosa y valiente. FUE....Ahora hay más sentimiento fuera del programa, más actuación auténtica que en estos capítulos finales. Qué pasó en estos 11 años? Llegué tarde a casi todo. Gracias por tus posts, puedo intuir pero no puedo entender. Feliz Año Nuevo.
Dear Newbie Anon,
¡Bienvenido a mi humilde morada, Anónimo! Espero que no te importe si escribo mi respuesta directamente en inglés, por cortesía hacia mis otros lectores. Pero como siempre, permíteme traducir tu mensaje de antemano:
'It WAS a magnificent series. It WAS new and brave. It WAS....Now, there are more feelings and more genuine behavior outside of the program. What happened, during those last eleven years? I came here too late for almost everything. Thank you for your posts, I can guess, but I cannot understand [what happened]. Happy New Year!'
Let me guess. You are just like Claire Fraser, standing in front of that shop window and pondering whether she should buy that vase, after all. Right?
Oh, sweet, sweet summer child, so many things happened in here, I don't even know where to begin! Come to think of it, it's been just one year and a half I landed in here and about two years I started to watch in earnest. You seem to have asked yourself the same questions thousands of people asked themselves upon watching Season 1. Some are here since the beginning, some left, others left and came back, others (like me, like yourself...) keep on coming.
Trying to roughly sketch this dysfunctional fandom's history in a few broad brushstrokes would take me the entire rest of the night - not something I feel ready to do, sorry for this. But you are welcome to come in DMs and ask whatever questions cross your mind. I always try to answer in earnest.
This entire circus could be best summed up, perhaps, with this iconic line:
'Nothing is lost, Sassenach - only changed'.
If you think you found your clan with us, we are more than happy to help you firmly set your course and further navigate those strange seas. Sometimes the water is rough, but sometimes things are even quiet. Most of the time, however, it's a hell of a rollercoaster. I can promise you anything but boredom, in here. And you will always be surrounded by friends.
For every fencer who finally musters the inglorious courage to turn coat and bugger off, there is another shipper landing in here. Welcome, Anon, with open arms. May you thrive and have fun!
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MI REDENTOR:
Vino a nacer en un humilde pesebre
Rodeado de pajas mi Redentor
Vino a nacer como nacen los pobres
Por no haber un lugar en el mesón
Allí nació, pero en su nacimiento
Un gran coro cantaba
Con unánime voz
Sea la paz entre todos los hombres
porque ha venido al mundo Cristo, el hijo de Dios...
Rico el fué y su trono tenía
A la diestra del Padre en el cielo
Todo dejó al ver que me perdía
Y que en el mundo vivía
Sin rumbo cual un ciego.
Vino a mi buscando una morada
Y no hayó mas nada
Que un pobre corazón
Se lo entregué, y desde ese momento
Siento en mí muy adentro
Una nueva canción...
Vino a morir en la cruz del calvario
Como mueren en ella los malhechores
Vino a morir, para llevar en Él
Del mundo sus pecados y sus dolores
Allí murió, rodeado de gente
Que de Él se burlaban sin tener compasión...
Pobre nació, y murió como pobre
Pero en su pobreza al mundo enriqueció
Pobre nació y murió como pobre
Pero en su pobreza al mundo enriqueció...
Amén...Santooo...Gloria a Dios...Aleluyaaa... Alaba...Gracias Señor... DTBM.!! 🙌🕊️🎄🧑🎄☃️❄️🎇🧨
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This story is inspired by this image from Twitter or X, you can find the second part on my Wattpad profile, I will leave it here.
En la tranquilidad de su modesta morada en Tatooine, Obi-Wan Kenobi se encontraba compartiendo un momento de paz con el pequeño Luke Skywalker. La luz del sol de los dos soles gemelos se filtraba por las pequeñas ventanas, iluminando el hogar con un cálido resplandor.
Luke, de apenas cinco años, reía alegremente mientras jugaba con burbujas de jabón que Obi-Wan había conjurado para él. Obi-Wan, vestido con su túnica beige, sonreía paternalmente, disfrutando de la inocencia y alegría del niño. El simple acto de crear burbujas se había convertido en un ritual diario que ambos esperaban con ansias. Obi-Wan sentía un profundo cariño por Luke, recordándole tanto a su padre, Anakin Skywalker.
La risa de Luke se detuvo abruptamente cuando un presentimiento oscuro cruzó el rostro de Obi-Wan. Se levantó, dejando la jarra de cerámica en la mesa, y recogió a Luke en sus brazos. El rostro de Obi-Wan estaba tenso, sus sentidos Jedi alertados por una presencia que no había sentido en años. Luke, notando la tensión de su cuidador, se abrazó a su cuello con fuerza.
—Obi-Wan, ¿qué sucede? —preguntó Luke con un tono de inocente preocupación.
Obi-Wan no respondió de inmediato, pero su mirada se dirigió hacia la entrada de la vivienda.
—No te preocupes, pequeño Luke. Todo estará bien —dijo Obi-Wan, intentando calmar al niño, aunque su propia inquietud era palpable.
Justo en ese momento, la puerta se abrió lentamente. La figura oscura y amenazante de Darth Vader llenó el umbral, su respiración mecánica resonando en el silencio. Obi-Wan retrocedió un paso, sosteniendo a Luke con fuerza.
—Kenobi —la voz profunda y distorsionada de Vader rompió el silencio—. Sabía que te encontraría aquí.
Obi-Wan sintió una punzada de tristeza y culpa al ver lo que su antiguo aprendiz, Anakin, se había convertido. Sin embargo, no permitió que esos sentimientos lo distrajeran.
—Anakin —dijo Obi-Wan, utilizando deliberadamente su nombre original—, no permitiré que te lleves a este niño.
Vader dio un paso adelante, sus ojos detrás del casco fijos en Luke.
—El niño es mío por derecho. Es el hijo de Skywalker.
Luke, asustado, se aferró aún más a Obi-Wan.
—No dejaré que lo corrompas como te corrompieron a ti —respondió Obi-Wan, su voz firme.
Obi-Wan sabía que no podía enfrentarse a Vader con Luke en sus brazos. Necesitaba proteger al niño a toda costa. Con una mezcla de determinación y dolor, buscó una salida para Luke mientras se preparaba para enfrentar a su antiguo aprendiz una vez más.
Obi-Wan sabía que no podía enfrentarse a Vader con Luke en sus brazos. Necesitaba proteger al niño a toda costa. Con una mezcla de determinación y dolor, buscó una salida para Luke mientras se preparaba para enfrentar a su antiguo aprendiz una vez más.
—Luke —dijo en un susurro urgente, manteniendo sus ojos en Vader—. Corre a la parte de atrás y escóndete. No salgas hasta que yo te llame, ¿entendido?
Luke, con los ojos llenos de miedo pero confiando en su protector, asintió y corrió hacia la parte trasera de la casa, desapareciendo de la vista.
—Anakin, no hay necesidad de esto —dijo Obi-Wan, enderezándose y encarando a Vader—. Todavía hay esperanza para ti.
—Ese nombre ya no significa nada para mí —replicó Vader con frialdad—. Entrega al niño, Kenobi, y tu sufrimiento terminará.
—Nunca —respondió Obi-Wan, encendiendo su sable de luz con un característico zumbido azul.
Vader, sin perder tiempo, activó su sable rojo, iluminando la habitación con un brillo siniestro. Con un rugido de ira, avanzó hacia Obi-Wan, quien bloqueó el primer ataque con una fuerza que solo años de entrenamiento y experiencia podían proporcionar.
El choque de los sables resonaba por la humilde morada mientras Obi-Wan y Vader se enfrascaban en un feroz duelo. Obi-Wan, aunque mayor y más cansado que en sus días de juventud, todavía era un formidable oponente, utilizando la agilidad y precisión que lo habían caracterizado siempre. Vader, por otro lado, era una fuerza imparable de odio y poder, su estilo agresivo reflejando su rabia interna.
Cada golpe, cada bloqueo, era una danza de recuerdos y arrepentimientos. Obi-Wan intentaba razonar con Vader entre ataques.
—Anakin, puedes volver. Puedes ser redimido.
—¡No soy Anakin! —gritó Vader, arremetiendo con un golpe brutal que casi derriba a Obi-Wan.
La batalla se intensificó, y Obi-Wan sintió la creciente dificultad de mantener a raya a su poderoso adversario. Sabía que tenía que ganar tiempo para que Luke estuviera seguro, pero también era consciente de que la situación se volvía cada vez más desesperada.
En medio del combate, un sonido metálico llamó la atención de ambos. De la penumbra surgió una pequeña figura: Luke, con una expresión decidida, sostenía un viejo blaster que había encontrado en la casa. Apuntó hacia Vader con manos temblorosas pero firmes.
—Déjalo en paz —dijo Luke con valentía, aunque su voz temblaba.
Vader se volvió hacia el niño, y en ese momento de distracción, Obi-Wan aprovechó la oportunidad para desviar el sable de luz de su enemigo, apartándolo de Luke.
—¡Corre, Luke! ¡Corre ahora! —gritó Obi-Wan.
Luke, comprendiendo la gravedad de la situación, salió corriendo hacia el desierto, perdiéndose en la luz del atardecer de Tatooine.
Obi-Wan, exhausto pero determinado, miró a Vader con una mezcla de tristeza y resolución.
—Esta batalla no terminará hoy, Anakin.
Vader, enfurecido por la pérdida de su presa, lanzó un último ataque. Obi-Wan, utilizando la Fuerza, logró escapar en el último momento, dejando a un Vader furioso y derrotado en la entrada de la casa.
Obi-Wan sabía que tenía que encontrar a Luke y asegurarse de que estuviera a salvo. Con una última mirada hacia su antiguo aprendiz, desapareció en la vasta extensión del desierto, dispuesto a proteger a Luke cueste lo que cueste.
#star wars#anakin skywalker#anakin x obi wan#obi wan and anakin#obi wan kenobi#anakin and luke#leia organa
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LA CASA DEL POBRE - © - Raúl Lelli Tal vez se llamaba Ramón, o Roberto o Juan, poco importaba pues nadie o casi nadie le dirigía la palabra. Vivía entre unas barrancas cerca del río Cosquín a pocos metros del puente ferroviario casi en la desembocadura del lago San Roque. Su morada era más que humilde, precaria diría, hecha con maderas de rezagos de viejos pallets, pero con cierta habilidad le había dado forma de casa, pequeña, minúscula, pero con todo lo necesario para sobrevivir, eso, dentro de una humildad evidente, diría pobreza en grado supino. Vestía ropas desgastadas pero limpias, el calzado era evidentemente más grande que sus pies, sin medias, su contextura era de un hombre fornido, pero de avanzada edad, tal vez setenta y algo, su cabello canoso largo, algo desalineado contrastaban con una imagen dudosa de sus ojos celestes como el cielo, de mirada bondadosa, barba y bigotes teñidos por el humo del tabaco le brindaban un aspecto de espantapájaros con un sombrero de paja ya derruido por los años o tal vez el maltrato. Sus manos eran grandes, callosas con venas sobresalientes en la piel hablaban de por si sobre los trabajos rudos que aún hacía, cortando leña, pasto, yuyos y quehaceres en diferentes chalets de gente adinerada donde lo conchababan pagándole miserias, pero él no se quejaba. Su caña de pescar y habilidad le procuraban dos o tres veces por semana el sustento necesario; en unos cajones de frutas cultivaba algunas verduras y en una maceta hecha con cubiertas viejas un limonero generoso le convidaba sus frutos todo el año. Yo solía decirle Don Carlos, porque nunca me dijo su nombre; a veces pescábamos juntos y yo le obsequiaba anzuelos nuevos y tanzas, él generoso me proveía de lombrices gordas como pequeñas víboras y los camarones más grandes que él mismo criaba en la orilla del río. Los domingos solía llevar sanguches de mortadela y pasábamos horas en silencio, pescando; él con sus cigarrillos dibujaba nubes de algodón en cada pitada que dejaba salir de su boca displicentemente, como queriendo retenerlo, cuando el sol buscaba su cama en el horizonte la pesca estaba hecha y varias veces compartí una carpa o tararía asada en una improvisada parrilla hecha con esqueletos viejos de cajones de vino, exquisitas como ninguna otra comida compartida, yo en silencio escuchando sus maravillas. Cuando hablaba era una enciclopedia, me contaba historias, cuentos o relatos maravillosos, describía el mundo como si hubiera viajado por él describiéndolo con lujo de detalles, sabía de historia, toda diría, era algo así como una biblioteca viviente. Una mañana de junio muy fría, me dirigí a su humilde casa para ir de pesca pues era domingo, había helado y las plantas estaban chuzas llenas de escarcha. La puerta estaba cerrada y llamé con cierto vigor por si aún dormía ya que eran las ocho y algo, pero nadie contestó. Como intuyendo algo abrí la puerta que no tenía cerradura y cedió fácilmente. Don Carlos estaba acostado tapado hasta el cuello y al hablarle sin obtener respuesta lo toqué dándome cuenta que había muerto, tal vez por el anhidrido carbónico de una salamandra que aún estaba encendida o por alguna enfermedad que tenía. Antes de dar aviso a la policía, busqué entre sus ropas algún documento, pero sólo encontré en una viaja mochila del ejército una libreta de estudiante del año 1973 de la Universidad Nacional de Córdoba donde figuraban su paso y egreso de la Facultad de Filosofía y Letras, su foto muy joven y su verdadero nombre Alejandro Ramón Marciani. Debajo, bien al fondo había una especie de álbum de fotos, todas viejas donde había una mujer hermosa, dos niños y sus nombres que me declaraban ser la esposa y sus hijos; pero en la última hoja la foto de una lápida con el nombre de su mujer Rosa María Argañaráz y la fecha de defunción. No necesité más para comprender la soledad de mi maestro Don Carlos, aquel que me enseño sin proponérselo a dibujar estas líneas.
Fomentando la lectura.
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«Imagina que tienes un mal día. Uno realmente malo. Ahora multiplícalo por un año…» Así definía un paciente su depresión, y la verdad es una imagen bastante didáctica, que nos permite a todos imaginar cómo se siente. ¿Triste? Seguro, pero también admirable: ¿Cómo puede alguien soportar un año de malos días? Y es lo que hacen, lo que soportan. Alguien así no puede ser flojo ni cobarde, y por eso en el #DíaMundialDeLaLuchaContraLaDepresión dedico a todos ellos este dibujo y el bello poema de Hafiz (1325-1390): «No te aflijas. La belleza volverá a encantarte con su gracia / tu celda de tristeza se trocará en un jardín de rosas./ No te aflijas: tu mal será trocado en bien / no te detengas en lo que te inquieta / pues tu espíritu conocerá de nuevo la paz./ No te aflijas: una vez más la vida volverá a tu jardín / y pronto verás, ¡oh cantor de la noche! / una corona de rosas en tu frente. / No te aflijas si las esferas del cosmos no giran según tus deseos / pues la rueda del tiempo no gira siempre en el mismo sentido. / No te aflijas si, por amor, / penetras en el desierto y las espinas te hieren./ No te aflijas, alma mía, / si el torrente del tiempo arrastra tu morada mortal,/ pues tienes el amor para salvarte del naufragio. / No te aflijas si el viaje es amargo, / no te aflijas si la meta es invisible./ Todos los caminos conducen a una sola meta./ No te aflijas, Hafiz, / en tu rincón humilde en que te crees pobre, abandonado a la noche oscura,/ y piensa que aún te queda tu canción y tu amor.» #13enero
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Nunca más, ahora sí, LO JURO!
Un Viernes normal, como cualquiera, me puse de acuerdo con un amigo para salir a tomar “Terremotos”, aquel brebaje tan típico de nuestro país que se puede beber en cualquier antro tirao a “picá shúper” o, en reales antros “chichas”. El asunto, es que nos juntamos y fuimos a La Piojera, clásico. En total, éramos 3 pelagatos en ese bar tirao a “shúper-chicha”, repleto de extranjeros y hueones de todo tipo y clase. Tuvimos que quedarnos en un rincón, parados, porque honestamente, el asunto estaba atestado de lagis. Mucho español, harto gringo, y una manga de mexicanos que cantaban “Las Mañanitas”, siendo coreado por la gran cantidad de hueones ebrios que estaban ahí.
No sé qué tienen realmente esos Terremotos, pero la verdad es que me dejan ebrísima. Me tomé uno, y ya andaba puesta. Me tomé otro, y en ese momento, -digámoslo-, estaba derechamente borracha. Lo increíble de esto, es que me puedo tomar una botella de pisco y quedo ahí, bien. Pero es cosa de que me tome más de un Terremoto en La Piojera, para que me embriague como el peor alcohólico del mundo. La cuestión, es que era muy temprano y mi pobre organismo no toleró más el alcohol, así que tuve que partir corriendo al baño para vomitar hasta el alma. En mi carrera desesperada, y la demora lógica, al intentar avanzar entre toda esa manada de borrachos, ya iba con el fluido percolado a medio camino del esófago.
“Por fin!” –Pensé cuando logré llegar al baño.-
Baños reculiaos. Todos llenos de meado, vómito, agua, copete y blá. Obvió, me saqué la conchetumare al ir como desesperá a botar el alma. ARGH!
Mi amigo Rafael, salió a mi ayuda y, a pesar de ser el baño de minas, intentaba –sólo intentaba- tratar de que mi impresentable espectáculo, no fuera tan, tan, patético.
“Oye, sale! Este es el baño de mujeres!” –Le gritaban las histéricas minas con las que compartía el sucucho asqueroso.-
“Es mi ‘mina’, hueón oh!” –Gritaba como enajenado, Rafael.-
Hasta que por obra divina, pude hacer lo que debía hacer y salir más o menos digna de aquel cerderío.
“Es que no he comido ná, ése es el problema” –Explicaba al resto que me miraba con cara de juguete, pero con asco a la vez.-
Como soy una mina con serias complicaciones mentales, entré en desesperación, y empecé a huevear para que nos fuéramos. Yo estaba comprometida para irme a otro lado después de La Piojera, y mis amigos no me dejaron ir, debido al lamentable estado en el que me encontraba, y claro, nos íbamos a ir al departamento de Rafael después de. Yo lo único que quería era morir, y despachar a todos los hueones, porque no me sentía nada de bien, pero bueno, no pude.
El camino al humilde hogar de Rafael, se transformó en un chiste, ya que para empezar, y contraria a cualquier ley de Murphy, se me pasó como por arte de magia, toda la curadera al salir al aire a “ventearme”, y me sentía de lo mejor que podría existir, excepto, que tenía un hambre endemoniado, y ganas de posar mi esqueleto en cualquier hueá que no fuera permitido quedar de forma vertical.
El horroroso espectáculo callejero de fumar marihuana en la calle, escupir autos, gritar, cantar, y no sé cuántas chucha hueás más, idiotas y ridículas, hicimos en el viaje de 10 minutos, que se extendió por casi 1 hora, no se los voy a mencionar, por puro amor al prójimo.
Al llegar a la morada de Rafael, me hicieron un tecito, y devoré como 10 panes con jamón, lechuga, queso, y ACEITE. Yo quería ponerle aceite a mis pancitos, y nuevamente, como por obra divina, me curé, así que peleando por ponerle aceite a mis sandwichs, dejé la pura cagá. Derramé como medio litro del viscoso y hediondo líquido en la hermosa mesa de madera con vidrio. Y a esas alturas, me querían “puro pitearme”.
De lo demás no me acuerdo mucho, pero creo que volví a vomitar, me acosté, hueveé por la tele, y blá. Hasta que a las 4:30 de la madrugada, me dieron unas ganas compulsivas de irme, y cual alimaña desbocada, me fui dejando todo tirado y chao nomás. Salí con todas las ganas de tomar un taxi, sin mp4 –porque me habían cagado el anterior fin de semana con él en el metro culiao-, y me liberé de toda presión por segunda vez, al aire libre.
Como andaba en el sector del metro Bellas Artes, estaba a pasos de mi nuevo palacio, así que en breves minutos, estaría sana y salva en mi casucha. Al salir, le pregunto a un paco-guardia de no sé qué chucha, dónde era más fácil tomar un taxi, y me sentí tranquila. Comencé a caminar por Miraflores, una cuadra más, y me sale al camino un flaite de esos que te hacen cagar de miedo. Se me pasó la ebriedad al instante cuando el feo culiao me para y me habla con su tonito tan especial:
“Sabe señorita cuál es la calle Huérfanos?”
“No, no sé” –Fue mi escueta respuesta y aceleré el tranco.-
“Oiga, pero espere!” –Me agarra el brazo.-
“Qué onda? Qué querís!” –Le digo no de muy buen ánimo, al conchesumare.-
“Oiga, usté tan relinda y anda sola a esta hora? No tiene hombre que la dejan salir sola? Usted va para La Florida, cierto?”
“Báh! Loco, voy a tomar un taxi, y me estoy atrasando. Me están esperando. Ok?”
“Ah, pero no se preocupe, yo la voy a dejar. O me tiene miedo?” –Me dieron ganas de patearlo, porque SÍ, le tenía miedo, pero por la chucha, no tenía a quién mierda acudir en esa calle vacía, así que salvaguardando mi integridad física, me hice la simpática con él y dejé que me fuera a dejar.-
Al llegar a mi edificio, como es una construcción del pleistoceno, olvídense del conserje, la entrada rápida, botón de pánico o hueás del estilo, así que el mono culiao encontró el mejor escenario para darme la lata, me abrazaba, no me dejaba abrir la puerta, me lateaba con su conversación repulsiva, y me pedía que le “diera un beso, porque dioC, en toda su misericordia, me traería sólo beneficios a mi vida.” Já!
Terminé por apestarme, y lo mandé a la chucha, a riesgo de que me tajeara, me violara o qué sé yo. Entré a mi edificio –POR FIN!- y me acosté en breve. Revisando mi pc, empiezan a tocar el timbre de mi departamento a los 20 minutos de haber entrado. Como hueona que soy la gran mayoría de las veces, contesté:
“Soy el Alexis, ábreme!”
“Está equivocado”
Era el flaite.
Me urgí. Me acosté, pasaron 10 minutos y siento el “RINGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGG” directo de mi depto. Casi me cagué. El flaite había entrado al edificio, no sé cómo mierda, y estaba ahí, en mi puerta tocando el timbre. Hueveó como media hora. Golpeaba, tocaba timbre y no decía nada.
Intenté llamar a los pacos. Como siempre, estos rechuchetumares, con las líneas “ocupadas”. Pero, y qué hubiese pasado si el flaite conseguía de alguna manera entrar a mi casa???
VIVO SOLA, POR LA GRAN MEGA CONCHESUMADRE!!!!!!!!!!!!!!
Me cagué de miedo, y prometí nunca más prestarle oreja a un flaite, venirme de cualquier parte sola de madrugada, y aprender a aperrar como corresponde, en cualquier circunstancia donde esté segura.
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Sube tu paraíso a mi infierno particular...
No tengas prisa,
las pausas las pondré yo...
Oigo que te aproximas con la mejor de las actitudes,
el sonido de tus tacones trasmite esas ganas con las que te acercas a mi puerta...
Vestida de intenciones y picardia, desnuda de prejuicios y ataduras morales...
Escalones de antigua madera que crepitan al paso de tus femeninas formas,
caderas rítmicas que hipnotizan al más incrédulo, gasa que envuelve tu carne y tus curvas como si de un preciado regalo se tratara.
Presente que desenvolveré en breves instantes con ciertas dosis parsimonia y pasión a raudales...
Seré tu mejor anfitrión, pendiente de los detalles más nimios para que tú, mi dulce y perversa invitada, te sientas como en el séptimo cielo y disfrutes como si tú y yo moraramos en el segundo anillo de mi infierno particular, donde reino y actúo bajo mis apetitos más lujuriosos...
Oigo que alguien llama a la puerta de mi humilde morada...
Tus nudillos golpean sutilmente, reconozco la armonía que producen solicitando cruzar una línea que en otros tiempos no osabas traspasar...
Adelante, bienvenida...!!
©Navegandoportumente
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Sanity Mask | Joker : 3. Bienvenida a Arkham
-Te juro que una vez que te fuiste me mandó quedarme y me interrogó sobre ti. Te digo que tengas cuidado, ese hombre es un maniaco Natalia.- Susurraba como para que nadie nos oyese, pero el tono de Sharon era exaltado como si estuviese gritando. Se frotaba la cara y las manos nerviosamente, pensé que por el frío del área de patio al aire libre que nos dejaban una vez a la semana, era para congelarse, sin embargo los presos parecían jugar al baloncesto o balancearse de un lado a otro sin inmutarse.
-Sharon dime una cosa, ¿Cuántos años tienes? ¿Por qué actúas como una niña cuando nos referimos al payaso?- Resoplé de una forma molesta ante su cobardía, deslizándome por la pared cruzándo mis brazos intentando parecer intimidante
-Tengo 30, pero vuelvo a ser una niña que huye de un monstruo cuando veo a ese hombre, ¿Sabes por qué pensábamos que no iba a volver? Porque mató a un médico asfixiándole con las esposas, lo iban a trasladar, pero es que ninguna cárcel lo quiere, están todos asustados.- Me parecía igual demasiado típico como para ser cierto.
-Ay por favor, es un solo hombre, no entiendo porqué genera tanto miedo, de todos modos podría ser perfectamente solo un rumor. ¿Dónde oíste eso?- Rodé los ojos cansada de que todo el mundo le siguiese la corriente, solo estaban fomentando el terror que infringía.
-En este sitio los rumores son potentes... y hablando del diablo.- Dijo huyendo al ver a un hombre de pelo blanco y de complexión fuerte venir con su pandilla riendo hacia mí.
-Vaya, vaya, vaya. Pero que es esto. ¿Pero como vamos a dejar a esta dulce chica congelándose?- Dijo el hombre cuando se paró en frente, e indicó a uno de sus matones que me diera la chaqueta de su uniforme, pero me alejé de ellos y azoté su mano cuando intentó ponérmela.
-Metete la chaqueta por el culo.- Le dije al matón afroamericano que me iba a tapar con la prenda.- ¿Qué carajo quieres?- Me volví a dirigir al que parecía el jefe de la banda.
-Ahora entiendo por qué le gustas al jefe. Soy Jonny Frost, y de verdad que no quiero nada de ti, simplemente ser un buen vecino y mostrarte nuestra humilde morada.- Intenté ignorar lo que mencionó acerca de su jefe, aunque ya sabía quien era la persona para la que trabajaba, si lo que decía Sharon era cierto, no me libraría de él en un tiempo.
-No me interesa, adiós.- Dije antes de intentar irme, pero él me agarró de los hombros y me volvió a tirar hacia la pared, susurrando que ya me interesaría.
-No te han dado habitación ni uniforme todavía. ¿Verdad?-Me miró de arriba a abajo y yo asentí con la cabeza, firme y seca.
-Como veo que no estás de humor para presentaciones hoy, haré mi última pregunta y me iré, ¿Cómo es tu apellido linda?- Peinó su pelo blanco hacia atrás y lamió sus labios antes de hablar.
-Williams, ahora vete, Frost.- Hice una cara de asco antes de despedirle con la mirada.
...
-¿Cómo fue tu infancia?- Fue la primera preguntá que me hizo la terapeuta cuando empezó la sesión. Era una mujer rusa de mediana edad, era desagradable y olía mal. Como todo en aquel edificio.
-No sea cliché.- Crucé las piernas en la silla y me incliné un poco para atrás descansando en el cómodo sillón. Más cómodo que las sillas del comedor.
-Quiero saber algo de tu vida para comprender que te pasa y como puedo ayudarte.- Susurró con un hilo de voz en tono comprensivo y dulce. Pero no la tragaba, no me tragaba sus mentiras sabiendo como eran los psiquiatras.
-Mira, lamento mucho que tengas que perder el tiempo así, seguro que preferías estar montando osos o conduciendo tanques de guerra pero no voy a contarte nada de mi vida camarada.- Le expliqué con un tono molesto mientras cerraba los ojos, tenía puesta una camisa de fuerza que me impedía estirarme pero sabía que si lo hacía me crujirían los huesos.
-Dejando de lado tus chistes racistas hacia mí, creo que eres una mujer lo bastante inteligente para dejarte ayudar si no...- Dijo esto en un suspiro e hizo una pausa antes de amenazar con las consecuencias.
-¿Si no qué? Soy como los demás presos, aunque esto parezca un campo de concentración, tengo derechos.- No me dejé asustar por su repetitivo discurso, había escuchado gente como ella durante toda mi vida, y más en el mundo del espectáculo. Todo el mundo quería ayudarte, todo el mundo daba una buena cara de frente. Pero a las espaldas era su propio beneficio el que importaba. Cuando te venden que esas pastillas que te tienes que tomar son para tu bien, se refieren a que esas pastillas que supuestamente te harán feliz son para el bien del bolsillo del fabricante. Al psiquiátrico de Arkham no le interesa ayudar a la gente, le interesa que la gente no cause problemas, que en sus números no salgan fallecidos y que el estado siga pagándoles por su servicio.
-Estás en una institución privada, tus derechos se limitan a lo que nosotros consideremos, tenemos tu custodia total. Y ante tu falta de colaboración, podemos actuar como consideremos.- Se levantó de la silla y alisó su bata antes de ir caminando hacia la puerta.
-Si se refiere a aumentarme la condena, no tienes pruebas de que no colaboro.- Estuve despreocupada hasta que la puerta se abrió y entraron dos guardias aguantando unos cinturones. Ese fue el momento en el que empecé a sudar en frío.
-De hecho, las tenemos. Esta sesión, como todas, ha sido grabada hasta este momento. De todos modos esas no son las medidas que solemos tomar.- Estaba a punto de replicar cuando los hombres me sujetaron por los hombros y desataron las hebillas de la camiseta de fuerza para soltarme los brazos. Después ataron cada brazo a cada lado de la silla con los cinturones, estaba demasiado apretado, me dolía una barbaridad y sentía que me iban a cortar la circulación. No me acuerdo de haber gritado, no me acuerdo de nada más que no fuese el dolor. Mis dientes rechinaban unos contra otros, mis ojos lagrimeaban de lo fuerte que los había cerrado y mis uñas se clavaban en la palma de mi mano al punto de dejar marca. Habían conectado un casco a mi sien y me habían proporcionado descargas cada vez más fuertes. Me recorrían todo el cuerpo. Perdí la noción del tiempo cuando cesaron, no puedo decirte cuanto tiempo había pasado con electricidad atormentándome. Al principio había estado inquieta, pensando en como eso era ilegal y de película, eso no podía estar pasando. Cuando me desataron ya no tenía capacidad para protestar, no tenía ninguna energía para razonar. Después me arrastraron hasta el bloque de celdas. Un hombre se acercó hacia mí, me extendió un uniforme de rayas y una almohada.
-Celda 505. Natalia Williams y Marshall de Angelis.- Empujé contra mi pecho el uniforme con la intención de esconderme de él, estaba asustada, descolocada, le miraba con los ojos en sangre y tan abiertos como era posible. Cuando entré en el cubículo sombrío vi como un preso se incorporaba de una de las dos camas para verme.
-No me jodas... ¿Me habéis encasquetado a la nueva? Sabes perfectamente que no tengo compañeros Dave. ¿Has hablado con J?- Se dirigió gritando al guardia. Este se iba alejando cada vez más, no parecía hacerle caso. Hasta que antes de desaparecer en la esquina del pasillo gritó.
-¡Casualmente es por orden de J!-
El hombre en frente de mí se quedó frío . Yo seguía quieta cerca de la puerta. Sin saber muy bien que hacer. Privada de todo mi ingenio y carisma, me sentía débil e indefensa.
-¿Qué haces ahí parada? ¿Por qué te ha metido aquí J?- Me sobresalté rápidamente y corrí a sentarme en el que debía ser mi catre correspondiente. Le pregunté en un susurró quien era J. A mi cerebro le costaba asimilar sus palabras y me ardía la garganta al respirar.
-No te hagas la tonta es imposible que no conozcas al jefe, literalmente maneja todo lo que hay aquí. Si el Joker ha hecho que te asignen esta celda es por algo...- Parecía preocupado, pero no le miré fijamente, no podía. En mis ojos se seguían viendo lucecitas e imágenes. En mis oídos, se seguían escuchando gritos y el sonido de la electricidad como un latigazo.
-Mierda te han jodido bien ¿no? -Marshall se percató de esto. Yo simplemente me recosté contra el incómodo metal de la cama, enterré mi cara en la almohada y del cansancio mental y físico caí dormida en posición fetal.- Bienvenida a Arkham.-
...
Desperté con la cara llena de saliva. Me sentía asquerosa, me sentía aún más drogada que cuando me dormí. Mi cerebro estaba frito, me costaba moverme, me costaba pestañear. Lo único que hice fue mantener la vista en un punto fijo por horas hasta que mi nuevo compañero de celda me habló.
-¡Hora de despertar bella durmiente!- Gritó mientras daba golpes en los barrotes. Se generó un ruido que casi hace mi cabeza explotar. Me tapé los oídos rápidamente y empecé a gritar de dolor. Marshall se encogió de hombros y simplemente se fue. Pude ver como otros presos salían de sus celdas y caminaban todos hacia el mismo lado. Cuando calmé un poco mis tímpanos me dispuse a hacer lo mismo. Me dolió moverme para vestirme, me dolió caminar hasta allí y me dolió ver a toda la gente alrededor de mí. Sentí algo que no había sentido jamás en mi vida, miedo de los demás. Nunca había retrocedido ante nadie, si había llegado lejos en la vida era por ser valiente. Por eso parte de mí se sentía fuera de mi cuerpo cuando casi rompo a llorar al sentir que todos me miraban. Sus ojos se clavaban en mi piel y mis orejas ardían de la ansiedad que me daba estar esperando por mi comida en la cola. Después de que la cocinera volcara la bazofia en la bandeja fui en una mesa cualquiera. No me fijé en quien estaba sentado allí, ya que mi cerebro no podía concentrarse en ello. Solo me di cuenta de que había más gente cuando una de las dos mujeres en frente de mí habló.
-¿Puedes pestañear cariño? Me estás dando miedo.- Levanté la vista para perseguir la dulce voz. Provenía de una mujer pelirroja de piel verde. En ese momento pensé "definitivamente me han jodido la cabeza". La otra chica a su lado era normal, pelo rizado castaño, rasgos finos, piel pálida... Ella fue la primera en interpretar mi expresión de sorpresa hacia la pelirroja.
-No te preocupes no estás alucinando. Ivy es verde, y si la miras fijamente con esos ojos saltones tuyos hará que te conviertas en una estatua de piedra.- Habló intentando sacarme de mi ensoñación con su compañera.
-No te burles Mery, se nota que ya le han dado el latigazo, pobre chica.- La mujer con ese aura verde parecía apenada por mi situación, sus ojos me inspeccionaban de tal forma que creía que iban a penetrar en mi alma.
-¿Latigazo?- Pronuncié a duras penas intentando no tartamudear.
-Así es como llamamos a la primera sesión de terapia electroconvulsiva, es la que más duele. A muchos les ha dejado días atontados.- Explicó Ivy mientras miraba a su alrededor. Mi vista siguió la suya y pude ver como algunos presos se encontraban en mi misma situación.
-Lo utilizan en presos conflictivos.- Completó su frase Mery, era aterrador la forma en la que se compenetraban para hablar. Hice una mueca ante su declaración. No consideraba que mi comportamiento hubiese sido conflictivo. Revolví la comida con frustración, lo que generó más interés en las dos chicas.
-Cambiando de tema... ¿Por qué estás aquí? ¿Cuánto te ha caído?- No obstante antes de que pudiese responder sentí una presencia desagradable detrás de mí.
-Joker...- Resopló Ivy cuando este se sentó a mi lado en el banco. No había mucho sitio, estaba demasiado cerca de mí. Lo más cerca que había estado nadie de mí desde que me encerraron.
-Disculpen mis modales señoritas. No he podido evitar escuchar su interesante tertulia.- Se inclinó sobre la mesa descansando su barbilla en las palmas de sus manos. Enunciaba las frases con un tono de formalidad que se notaba que era fingido. Igual en su cabeza hacía gracia. Me quedé mirándole fijamente como lo había hecho mientras hablaba.- ¿Os molestaría si me uno chicas?- Dijo en un tono molestamente afeminado intentando imitar nuestro timbre de voz.
-No quiero hablar de eso...- Murmuré mientras mi mirada seguía clavada en su rostro, en como se expresaba, en como sus ojos me miraban al hablar... Me generaba incomodidad, era un hombre con un aura asfixiante.
-¡¿Por qué no, cariño?! Todos estamos ansiosos por saber porqué está la nueva chica en el manicomio.- Dijo él ganándose una mirada de asco por parte de la pelirroja.
-Que no te mienta...-Se paró un rato intentando recordar como me llamaba. Pero no fui tan rápida para responderle como el payaso a mi lado.
-Se llama Natalia Williams.- Me asusté por la forma en la que pronunció estas palabras. Tenía que haber hecho caso a Sharon. Este tio era un rarito. Era alguien con quien no convenía tener problemas. Desde que le lleve la contraria había investigado sobre mí, había mandado al hombre de pelo blanco a por mí e incluso había hecho que me pusieran con un socio suyo en la celda. Cuando mi cerebro estaba en condiciones me sentía muy valiente para afrontar eso, incluso me hacía gracia. En ese momento me daba miedo.
-Natalia, no te dejes engañar por este imbécil, solo quiere saberlo porque han hecho una apuesta con los demás presos.- Dijo Ivy antes de levantarse con un aire cansado y retirarse murmurando insultos. Mi mente, aún cansada, anotó el detalle de que no había un buen vínculo entre la mujer de piel verde y el hombre de tez pálida. Pensé que parecía el título de una canción de una banda de música emo.
-Estoy... Estoy aquí por doble homicidio o algo así. Con agravantes, 46 años...- Mi tono de voz era más lucido que cuando me desperté, pero seguía siendo más tranquilo que el que era mi timbre usual. Aún así mis palabras causaron sorpresa en la mesa cuando la mujer en frente de mí saltó. Joker se limitó a reír a mi lado, y a hacer una aportación incómoda sobre como había ganado la apuesta.
-No tenías cara de estar tan desquiciada.- Mery hablaba con un acento español que reconocería a leguas. En parte por eso sabía que su comentario no era con ánimo de ofender.
-Fue un cúmulo de circunstancias, de todos modos no me arrepiento. Y pueden intentar que lo haga, pero van a perder su tiempo.- Me quejé refiriéndome a los jueces y a los médicos. Ellos asintieron en compresión. El poco tiempo que había estado allí me había hecho reflexionar. Estaba rodeada de locos, de criminales, ya fuesen notorios o de poca monta. Sin ir más lejos tenía al mismísimo príncipe payaso del crimen sentado a mi lado interesado en mi sentencia. Sabía que algo iba mal conmigo desde hace un tiempo. Pero yo no era tan grave como ellos. Yo no estaba tan loca como el Joker ¿NO? En mi cabeza tenía el control total de la situación. Solo estaba cumpliendo condena por asesinato, realmente no estaba mal de la cabeza. No había torturado a nadie... Ni secuestrado... Ni violado...
-Interesante...- Asintió con la cabeza Mery dándome paso a seguir explicando mi caso.
-No hay mucho más que te pueda decir...- Dije con los ojos fijos en otro lado, mi mente corriendo a 1000km por hora mientras que mi mirada se plantaba fija en la mesa del comedor. Mery asintió con comprensión. Supongo que habría captado la indirecta de que no quería hablar de ello. Esta chica parecía una persona comprensiva, me agradaba su presencia más de lo que lo había hecho la presencia de muchas de mis amigas durante estos meses.
-Para que te hayan caído tantos años...- El Joker se acarició la barbilla en un gesto pensador. - Tiene que haber sido algo grave... ¿Fueron niños? - Me estremecí al pensar que era lo primero que se le pasó por la cabeza. Lo dijo con un tono tan divertido y normal que me dio asco. Realmente le divertía pensar en niños muertos, la cosa era peor de lo que me imaginé cuando me metí en ese hoyo.
-Cree el ladrón que todos son de su condición.- Fue algo aburrido por mi parte contestarle con un refrán. Pero reflejaba todo lo que quería decir en ese momento. No había tenido reparo en asesinar a dos personas. Hombre y Mujer. ¿Pero niños? NO.
-Oh no, niñita no intentes hacerte la santa, si en la primera semana ya te han dado el latigazo significa que eres igual o peor que nosotros.- Su risa era repetitiva y molesta en mis oídos. Este hombre me intrigaba de sobremanera. Mi mala tendencia a sobre analizar todo causó que empezase a profundizar en su comportamiento. ¿Era pintura el tono de su piel o realmente tendría un desorden en su melanina? ¿Por qué apodarte "Joker"? ¿Cómo se llamaba antes de ser el criminal más destacado de Gotham? Todas las cuestiones que generó mi cerebro se disiparon al analizar más sus recientes palabras que su historia.
-¿Me acabas de llamar niñita?- Mi voz parecía un poco más despierta, los efectos de la terapia de electroshock estaban desapareciendo poco a poco.
-Sí, eres una niñita. Una de las listas, de las astutas que se convierten ridiculamente en imprudentes. Aunque es normal, probablemente seas la persona más joven de esta prisión.- Ignoré sus ofensas para centrarme en su punto. Miré a la gente a mi alrededor. Le miré a él. Tenía razón. No lo era para mí, pero parecía intimidante que la persona más cercana a mi edad me sacase aproximadamente un par de años. Tenía 23 y saldría de ese infierno con 69 años. Un número gracioso y triste a la vez. Mi vida estaría condenada dentro de esas paredes frías y sucias. Rodeada de asesinos y psicópatas
-Lo único imprudente que ha hecho desde que ha llegado es hablar contigo.- Mery se reía mientras se levantaba del banco para dirigirse a la salida del comedor. El Joker también la siguió así que fui detrás de ellos. Mery desapareció en el pasillo que llevaba a sus celdas, yo no estaba autorizada para entrar ahí. Así que giré en dirección a mi celda, con mis pensamientos martilleando contra mi cerebro y peleándose entre ellos. Estaba tan sobre estimulada que casi grité cuando sentí dos manos en mis hombros frenándome. Después el culpable me susurró al oído algo de lo que no me olvidaría en los próximos días.
-La chica tiene razón, pero no dejarás que eso te acobarde. ¿Verdad niñita?-
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"Bienvenido a mi humilde morada" que de humilde no tenía tanto, puesto que estaba en una de las zonas más adineradas de Los Ángeles. Pero sí tenía corazón, y eso era porque Ellie ponía todo de sí para hacer de su casa un hogar; aquel que de chica no pudo poseer del todo por estar trabajando desde temprana edad. "Puedes sentarte donde quieras" le señaló los sofás de la sala que los había recibido. Un gran piano se podía apreciar en el centro. Sonrió. "¿Quieres algo para beber? ¿Coca-cola, Dr. Pepper, Mountain Dew, Kool Aid?" ofreció mientras se quitaba los altos tacones que ya estaban castigando sus pies, terminando por perder la altura ganada. "No sé si tengo algo más. Bueno, agua envasada también. Con y sin gas" rio con cierta timidez. El impulso de invitarlo a su casa todavía sintiéndose como un error, porque había algo en el músico que hacía cosquillear su estómago y eso, para Elena, significaba peligro.
˛ ⠀ ⠀⋆ ⠀ ⠀para @etoileszv
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⤷ ¡Primer día! ꒷ 🪼 . 𖦹˙—
Era la mañana del veintidósidos de enero del dos mil veinticinco, era una mañana fría como cualquier otra, pero con la diferencia de que esta vez, me tocaría ir a clase, la clase de Teorías de la comunicación III, la clase con la que abriría tanto el primer miércoles de clase, como todos los que venían por delante.
Mi alarma estaba programada para las 5am y así levantarme con toda la disposición, pero ocurrió un problema: no sonó… Mi cuerpo despertó por sí mismo a las 6am, asustada, pensando que no tendría tiempo y llegaría tarde, me apuré y contra todo pronóstico salí a tiempo.
Apenas puse un pie fuera de mi humilde morada sentí la brisa acariciando mis cachetes mientras que, al mismo tiempo, los congelaba. Típica brisa de mañana, tan helada y desvergonzada como siempre.
Después de unos 20 minutos dirigiéndome hacia la universidad, entré y llegué al edificio E, donde buscaba desesperadamente mi salón para, así, descansar del frío del me acechaba.
Estaba un poco perdida, he de admitir, pero, afortunadamente, logré encontrarlo no mucho tiempo después. Con un poco de nervios, entré al salón y, al instante, vi a mis amigas, lo que me hizo tranquilizarme un poco.
Me senté en la mesa junto a ellas y al poco llegó el profesor iniciando su clase con toda la actitud.
El ambiente era pesado, pero era obvio: eran las siete de la mañana, cargábamos con el sueño más grande que podíamos cargar. Animarnos entre nosotros no era suficiente; necesitábamos que algo nos impulsara a hacerlo.
Unos minutos después, no muchos, nuestro profesor, cuyo nombre no recuerdo muy bien, nos introdujo a la clase iniciando con una actividad de socialización, en la que debíamos conocernos entre nosotros utilizando un reloj falso para programar una cita con nuestros compañeros de salón.
En aquella cita, debíamos hablar sobre nosotros siguiendo una serie de preguntas que el profesor nos había asignado. Aunque, si soy completamente sincera, no la usamos mucho; construimos nuestras propias conversaciones y hablamos de lo que más nos gustaba.
No voy a mentir, me estaba muriendo de nervios al saber que tenía que socializar con personas que no estaban en mi círculo social. Pero al final, no fue tan malo; terminé conociendo a personas muy amables y mi percepción sobre algunas que ya conocía anteriormente cambió por completo.
Esa actividad hizo que nos motiváramos. Después de eso, la mayoría estaba más despierta, interesada en la clase, ya que se había tornado divertida, y algunos hasta se llegaron a interesar un poco más de lo planeado.
Yo pensaba que ya había pasado lo peor, que ya no debía interactuar con más nadie que fuera una persona ajena a mis cercanos, pero evidentemente estaba muy, pero muy equivocada. Las cosas no salieron como lo tenía planeado y me encontré con que nuevamente tenía que salir de mi zona de confort. ¡No podía creer que tenía que hablar de mí frente a todos!
Estaba muy asustada, nerviosa y hasta ansiosa. No podía creer que esto estuviera pasando nuevamente. Pensé que no había necesidad de presentarnos; al fin y al cabo, ¿realmente nos importaba conocernos? Esa pregunta rondó por mi mente sin descanso alguno. Yo no quería pasar, estaba completamente negada a la idea de exponerme frente a personas a las cuales no les tenía ni un poco de confianza. Mi amiga, la que estaba sentada al lado mío, me estaba impulsando a pasar, con el argumento de que todos lo estaban haciendo y que solo sería un pequeño momento, que nadie me juzgaría ni se burlaría. Así que, luego de mucho insistir, después de mucho pensarlo y dudar sobre si realmente era una buena idea pasar al frente, lo hice. Hablé con un tono nervioso, y mientras todas las miradas estaban sobre mí, solo podía pensar en que quería que ese momento terminara.
El momento de incomodidad pasó, como era de esperarse, como todo en la vida pasa y el tiempo transcurre.
La clase fue fructífera. A pesar de todo, conocí más a mis compañeros y nos reímos de aquellas personas que tienen una ortografía que deja mucho que desear. Comprendí que esta clase sería de esas que me van a consumir bastante tiempo, de esas que requieren completamente mi dedicación.
Además, comprendí que hay veces en las que debemos salirnos de nuestra comodidad, ya que la ansiedad o el miedo pueden bloquearnos de conocer a gente maravillosa, hacernos ver mal o, incluso, podemos llegar a perder oportunidades increíbles.
Después de unas dos horas que casi no se sintieron, la clase terminó. Junto a mis amigas, salí del aula, dirigiéndome directamente a comer algo, porque, a propósito, tenía el estómago completamente vacío.
El clima había cambiado por completo; pasó de ser un horrible frío y denso a ser un día soleado en el que el sol besaba, como una fiera, mi piel, quemando descaradamente cada parte de mi cuerpo. Por su parte, la universidad estaba más activa; evidentemente, había muchos más estudiantes llegando y saliendo de clase.
Estuve una gran parte del día pensando en cómo podría hacer este texto. No sabía cómo se suponía que debía llegar a esa cifra y me asusté, igual que siempre.
Me puse muy ansiosa, como es lo habitual, pero debía mantener la calma y buscar alguna solución al inminente problema que estaba por aparecer frente a mí. ¿Qué debía hacer?
Al final, opté por dejar fluir mi imaginación. Si lo hacía, lo más probable era que concluyera las mil palabras con total naturalidad.
Fue un día largo, no tenía clase hasta las cinco de la tarde y, aunque mi vivienda estuviera cerca, no quería regresar porque sabía que luego no iba a querer volver.
Finalmente, pasé mi día haciendo cosas productivas dentro de la universidad, la exploré y la conocí más de lo que ya lo hacía. Lamentablemente, no tuve la misma gratificante experiencia de mi primera clase que en la última; fue una clase pesada, mi cabeza palpitaba y yo solo quería dormir.
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Lecturas del Lunes de la 3ª semana de Adviento
Lecturas del día 16 de Diciembre de 2024
Primera lectura
Lectura del libro de los Números 24,2-7.15-17a
En aquellos días, Balaam levantó los ojos y divisó a Israel acampado por tribus. Entonces el espíritu del Señor vino sobre él y pronunció este oráculo:
“Oráculo de Balaam, hijo de Beor, palabra del varón de ojos penetrantes; oráculo del que escucha la palabra de Dios y contempla en éxtasis, con los ojos abiertos, la visión del todopoderoso.
Qué bellas son tus tiendas, Jacob, y tus moradas, Israel. Son como extensos valles, como jardines junto al río, como áloes que plantó el Señor, como cedros junto a la corriente. De su descendencia nace un héroe que domina sobre pueblos numerosos”.
Y de nuevo dijo: “Oráculo de Balaam, hijo de Beor, palabra del varón de ojos penetrantes, oráculo del que escucha la palabra de Dios y conoce la ciencia del Altísimo y contempla en éxtasis, con los ojos abiertos la visión del todopoderoso. Yo lo veo, pero no en el presente; yo lo contemplo, pero no cercano: de Jacob se levanta una estrella y un cetro surge de Israel”.
Palabra de Dios
Salmo Responsorial
Sal 25 (24), 4-5ab.6-7bc.8-9
R./ Descúbrenos, Señor, tus caminos.
Descúbrenos, Señor, tus caminos, guíanos con la verdad de tu doctrina. Tú eres nuestro Dios y salvado y tenemos en ti nuestra esperanza. R./ Descúbrenos, Señor, tus caminos.
Acuérdate, Señor, que son eternos tu amor y tu ternura. Según ese amor y esa ternura, acuérdate de nosotros. R./ Descúbrenos, Señor, tus caminos.
Porque el Señor es recto y bondadoso, indica a los pecadores el sendero, guía por la senda recta a los humildes y descubre a los pobres sus caminos. R./ Descúbrenos, Señor, tus caminos.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según San Mateo 21,23-27
En aquellos días, mientras Jesús enseñaba en el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo y le preguntaron: “¿Con qué derecho haces todas estas cosas? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?” Jesús les respondió: “Yo también les voy a hacer una pregunta, y si me la responden, les diré con qué autoridad hago lo que hago: ¿De dónde venía el bautismo de Juan, del cielo o de la tierra?” Ellos pensaron para sus adentros: “Si decimos que del cielo, él nos va a decir: ‘Entonces, ¿por qué no le creyeron?’ Si decimos que de los hombres, se nos va a echar encima el pueblo, porque todos tienen a Juan por un profeta”. Entonces respondieron: “No lo sabemos”. Jesús les replicó: “Pues tampoco yo les digo con qué autoridad hago lo que hago”.
Palabra del Señor
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Utpannā Ekādaśī Vrataṁ Sarvesam
Del libro Ekādaśī, el día del Señor Hari, por Su Divina Gracia Mahāmaṇḍaleshwar Mahant Kṛṣṇa Balarām Swami Prabhupād, Fundador-Āchārya de Bhāgavat Dharma Samāj
Sūta Gosvami dijo: ‘‘¡Oh, brāhmaṇas eruditos!, hace mucho tiempo, el Señor Śrī Kṛṣṇa, la Suprema Personalidad de Dios, explicó las auspiciosas glorias de Śrī Ekādaśī y las normas y regulaciones que rigen cada observancia del ayuno en este día sagrado. ¡Oh, el mejor de los brāhmaṇas!, quienquiera que escuche acerca de los orígenes y las glorias de estos ayunos sagrados en los días de Ekādaśī, va directamente a la morada del Señor Viṣṇu después de disfrutar de muchas formas diferentes de felicidad en este mundo material’’.
“Arjuna, el hijo de Pṛthā, le preguntó al Señor: ‘¡Oh, Janārdana!, ¿cuáles son los piadosos beneficios del ayuno completo, comer sólo la cena o comer una sola vez al mediodía en Ekādaśī, y cuáles son las normas para observar los diversos días de Ekādaśī? Por favor cuéntame todo esto.’
‘‘El Señor Supremo Kṛṣṇa respondió: 'Oh Arjuna, al comienzo del invierno, en el Ekādaśī que ocurre durante la quincena oscura del mes de Mārgaśirṣa [noviembre-diciembre], un novicio debe comenzar su práctica de observar un ayuno en Ekādaśī. En Daśamī, el día antes de Ekādaśī, debe limpiar bien sus dientes. Luego, durante la octava porción de Daśamī, justo cuando el sol está a punto de ponerse, debe cenar.
‘A la mañana siguiente, el devoto debe hacer un voto, de acuerdo con las reglas y regulaciones, para observar el ayuno. Al mediodía debe bañarse adecuadamente en un río, lago o estanque pequeño. Un baño en un río es más purificador, el que se toma en un lago lo es menos, y un baño en un pequeño estanque es el menos purificante. Si ni un río, lago o estanque están disponibles, puede bañarse con agua de pozo.
‘El devoto debe cantar esta oración que contiene los nombres de la Madre Tierra: “¡Oh Aśvakrānte! ¡Oh Rathakrānte! ¡Oh Viṣṇukrānte! ¡Oh Vasundhara! Oh Mrttike! ¡Oh, Madre Tierra! Quita amablemente todos los pecados que he acumulado a lo largo de mis muchas vidas pasadas para que pueda entrar en la sagrada morada del Señor Supremo”. Mientras el devoto canta, debe untar barro sobre su cuerpo.
“ ‘Durante el día de ayuno, el devoto no debe hablar con los que están caídos de sus deberes religiosos, con los comedores de perros, con los ladrones o con los hipócritas. También debe evitar hablar con calumniadores; con aquellos que abusan de los semidioses, de las Escrituras védicas o de los brāhmaṇas; o con cualquier otra personalidad malvada, como aquellos que tienen sexo con mujeres prohibidas, aquellos que son saqueadores conocidos, o aquellos que roban templos. Si se habla o incluso se ve a tal persona durante Ekādaśī, uno debe purificarse mirando directamente al sol.
‘‘ ‘Entonces el devoto debe adorar respetuosamente al Señor Govinda con comida de primera clase, flores, etc. En su hogar debe ofrecer al Señor una lámpara con conciencia devocional pura. También debe evitar dormir durante el día y debe abstenerse por completo de tener relaciones sexuales. Ayunando de toda comida y agua, debe cantar gozosamente las glorias del Señor y tocar instrumentos musicales para Su placer durante toda la noche. Después de permanecer despierto toda la noche en conciencia pura, el adorador debe dar caridad a los brāhmaṇas cualificados y ofrecerles sus humildes reverencias, rogándoles perdón por sus ofensas.
‘‘ ‘Aquellos que adoptan seriamente el servicio devocional deben considerar que los Ekādaśīs que ocurren durante las quincenas oscuras son tan buenos como los que ocurren durante las quincenas brillantes. Oh rey, uno nunca debe discriminar entre estos dos tipos de Ekādaśī.
‘‘ ‘Por favor escucha mientras describo ahora los resultados obtenidos por alguien que observa Ekādaśī de esta manera. Ni el mérito que uno recibe tomando un baño en el lugar sagrado de peregrinaje conocido como Śaṅkhoddhāra, donde el Señor mató al demonio Śaṅkhāsura, ni el mérito que uno recibe al ver al Señor Gadādhara directamente, es igual a un dieciseisavo del mérito que uno obtiene ayunando en Ekādaśī. Se dice que dando caridad un lunes de luna llena se obtienen cien mil veces los resultados de la caridad ordinaria. ¡Oh, ganador de riquezas!, quien da caridad en el día del saṇkrāntī (equinoccio) obtiene cuatrocientas mil veces el resultado ordinario. Sin embargo, simplemente por ayunar en Ekādaśī uno obtiene todos estos resultados piadosos, así como cualquier resultado piadoso que uno obtenga en Kurukṣetra durante un eclipse de sol o luna. Además, el alma fiel que observa el ayuno completo en Ekādaśī logra cien veces más mérito que el que realiza un Aśvamedha-yajna [sacrificio de caballo]. Aquel que observa solo un ayuno de Ekādaśī gana perfectamente el mismo mérito que alguien que alimenta a cien mil mendicantes cada día durante sesenta mil años. Y una persona que observa correctamente Ekādaśī solo una vez gana diez veces más mérito que una persona que da mil vacas en caridad a un brāhmaṇa versado en los Vedas.
‘‘ ‘La persona que alimenta a un solo brahmachārī gana diez veces más mérito que la que alimenta a diez buenos brāhmaṇas en su propia casa. Pero mil veces más mérito que el que se gana alimentando a un brahmachārī se logra donando tierra a un brāhmaṇa necesitado y respetable, y mil veces más que eso se gana dando una muchacha virgen en matrimonio a un joven bien educado y responsable. Diez veces más beneficioso que esto es educar adecuadamente a los niños en el camino espiritual, sin esperar recompensa alguna a cambio. Diez veces mejor que esto, sin embargo, es dar alimentos de granos a los hambrientos. De hecho, dar caridad a los necesitados es lo mejor de todo, y nunca ha habido ni habrá una caridad mejor que esta. ¡Oh, hijo de Kuntī!, todos los antepasados y semidioses del cielo quedan muy satisfechos cuando uno da granos en caridad. Pero el mérito que uno obtiene al observar un ayuno completo en Ekādaśī no se puede medir. Oh, Arjuna, el mejor de todos los Kurus, el poderoso efecto de este mérito es inconcebible incluso para los semidioses, y la mitad de este mérito es obtenido por alguien que sólo cena en Ekādaśī.
‘‘ ‘Por lo tanto, uno debe observar el ayuno en el día del Señor Harī, ya sea comiendo sólo una vez al mediodía, absteniéndose de granos y legumbres; comiendo sólo una vez por la noche, absteniéndose de cereales y legumbres; o ayunando por completo. Los procesos de permanecer en lugares de peregrinaje, dar caridad y realizar sacrificios de fuego pueden jactarse solo mientras Ekādaśī no haya llegado. Por lo tanto, cualquiera que tenga miedo de las miserias de la existencia material debe observar Ekādaśī. En Ekādaśī uno no debe beber agua de una caracola, matar entidades vivientes como peces o cerdos, o comer granos o legumbres. Así te he descrito, oh, Arjuna, el mejor de todos los métodos de ayuno, como Me has preguntado.’
‘‘Arjuna luego preguntó: ‘Oh, Señor, según Tú, mil sacrificios védicos no equivalen ni siquiera a un ayuno de Ekādaśī. ¿Cómo puede ser esto? ¿Cómo se ha convertido Ekādaśī en el más meritorio de todos los días?’. “El Señor Śrī Kṛṣṇa respondió: ‘Te diré por qué Ekādaśī es el día más purificador de todos. En Satya-yuga vivía una vez un demonio asombrosamente temible llamado Mura. Siempre muy enojado, aterrorizó a todos los semidioses, derrotando incluso a Indra, el rey del cielo; Vivasvān, el dios del sol; los ocho Vasus; el Señor Brahmā; Vāyu, el dios del viento; y Agni, el dios del fuego. Con su terrible poder, los puso a todos bajo su control.
“ ‘El Señor Indra luego se acercó al Señor Śiva y dijo: ‘‘Todos hemos caído de nuestros planetas y ahora vagamos indefensos por la Tierra. Oh, señor, ¿cómo podemos encontrar alivio de esta aflicción? ¿Cuál será el destino de nosotros los semidioses?’'
El Señor Siva respondió: ‘‘¡Oh, el mejor de los semidioses! Ve a ese lugar donde reside el Señor Viṣṇu, el que monta a Garuḍa. Él es Jagannātha, el amo de todos los universos y también su refugio. Se dedica a proteger a todas las almas rendidas a Él’’.
‘‘El Señor Kṛṣṇa continuó: '¡Oh, Arjuna, ganador de riquezas! Después de que el Señor Indra escuchara estas palabras del Señor Śiva, se dirigió con todos los semidioses al lugar donde el Señor Jagannātha, el Señor del universo, el protector de todas las almas se encontraba descansando. Al ver al Señor durmiendo sobre el agua, los semidioses unieron sus palmas y, guiados por Indra, recitaron las siguientes oraciones: “Oh, Suprema Personalidad de Dios, todas las reverencias a Tí. Oh, Señor de señores, oh, Tú que eres alabado por los semidioses principales, oh, enemigo de todos los demonios, oh, Señor de ojos de loto, oh, Madhusudana [asesino del demonio Madhu], por favor protégenos. Temerosos del demonio Mura, los semidioses hemos venido a refugiarnos en Tí. Oh, Jagannātha, Tú eres el hacedor de todo y el creador de todo. Eres la madre y el padre de todos los universos. Eres el creador, el mantenedor y el destructor de todo. Eres el ayudante supremo de todos los semidioses, y sólo Tú puedes traerles paz. Sólo Tú eres la tierra, el cielo y el benefactor universal.
“Eres Śiva, Brahmā y también Viṣṇu, el sustentador de los tres mundos. Tú eres los dioses del sol, la luna y el fuego. Eres la mantequilla clarificada, la oblación, el fuego sagrado, los mantras, los rituales, los sacerdotes y el canto silencioso de japa. Eres el sacrificio mismo, su patrocinador y el disfrutador de sus resultados, la Suprema Personalidad de Dios. Nada dentro de estos tres mundos, ya sea móvil o inmóvil, puede existir independiente de Tí. Oh, Supremo Señor, Señor de señores, Tú eres el protector de aquellos que se refugian en Tí. Oh, místico supremo, oh, refugio de los temerosos, por favor rescátanos y protégenos. Nosotros, los semidioses, hemos sido derrotados por los demonios y, por lo tanto, hemos caído del reino celestial. Privados de nuestras posiciones, oh, Señor del universo, ahora vagamos por este planeta terrenal”.
“El Señor Kṛṣṇa continuó: ‘Habiendo escuchado a Indra y a los demás semidioses pronunciar estas palabras, Śrī Viṣṇu, la Suprema Personalidad de Dios, respondió: “¿Qué demonio posee tan grandes poderes de engaño que ha sido capaz de derrotar a todos los semidioses? ¿Cuál es su nombre, y dónde vive? ¿De dónde saca su fuerza y refugio? Cuéntamelo todo, oh, Indra, y no temas”.
“El Señor Indra respondió: “Oh, Dios Supremo, oh, Señor de los señores, oh, Tú que vences el miedo en los corazones de Tus devotos puros, oh, Tú que eres tan bondadoso con Tus fieles sirvientes, había una vez un poderoso demonio de la dinastía Brahman cuyo nombre era Nāḍījaṅgha. Era extraordinariamente temible y totalmente dedicado a destruir a los semidioses, y engendró un hijo infame llamado Mura.
“La gran ciudad capital de Mura es Candrāvati. Desde esa base, el terriblemente malvado y poderoso demonio Mura ha conquistado el mundo entero y ha puesto a todos los semidioses bajo su control, expulsándolos de su reino celestial. Ha asumido los papeles de Indra, el rey del cielo; Agni, el dios del fuego; Yama, el señor de la muerte; Vāyu, el dios del viento; Isa, o el Señor Śiva; Soma, el dios de la luna; Nairti, el señor de las direcciones; y Pāśī, o Varuṇa, el dios del agua. También ha comenzado a emanar luz en el papel del dios del sol y también se ha convertido en las nubes. Es imposible que los semidioses lo derroten. Oh, Señor Viṣṇu, por favor mata a este demonio y haz que los semidioses salgan victoriosos”.
“Al escuchar estas palabras de Indra, el Señor Janārdana se enojó mucho y dijo: «Oh poderosos semidioses, todos juntos ahora pueden avanzar hacia la ciudad capital de Mura, Candrāvati”. Animados así, los semidioses reunidos procedieron a Candravati con el Señor Hari a la cabeza.
“Cuando Mura vio a los semidioses, el principal de los demonios comenzó a rugir muy fuerte en compañía de incontables miles de otros demonios, que sostenían armas brillantes. Los demonios de poderosos brazos golpearon a los semidioses, quienes comenzaron a abandonar el campo de batalla y huyeron en las diez direcciones. Al ver al Señor Supremo Hṛṣīkeśa, el amo de los sentidos, presente en el campo de batalla, los furiosos demonios se precipitaron hacia Él con varias armas en sus manos. Mientras cargaban contra el Señor, que sostiene una espada, un disco y un garrote, Él inmediatamente atravesó todas sus extremidades con Sus afiladas y venenosas flechas. Así muchos cientos de demonios murieron por la mano del Señor.
“Por fin, el demonio principal, Mura, comenzó a pelear con el Señor. Mura usó su poder místico para inutilizar cualquier arma que el Señor Supremo Hṛṣīkeśa desatara. De hecho, para el demonio las armas se sintieron como flores que lo golpeaban. Cuando el Señor no pudo derrotar al demonio ni siquiera con varios tipos de armas, ya fueran arrojadizas o empuñadas, comenzó a pelear con Sus manos desnudas, que eran tan fuertes como garrotes tachonados de hierro. El Señor luchó con Mura durante mil años celestiales y luego, aparentemente fatigado, partió hacia Badarikāśrama. Allí, el Señor Yogeśvara, el más grande de todos los yoguis, el Señor del universo, entró en una cueva muy hermosa llamada Himavati para descansar. Oh, Dhananjaya, ganador de la riqueza, esa cueva tenía noventa y seis millas de diámetro y sólo tenía una entrada. Fui allí por miedo, y también para dormir. No hay duda acerca de esto, ¡oh, hijo de Pāṇḍu!, pues la gran pelea Me dejó muy cansado. El demonio Me siguió a esa cueva y, al verme dormido, comenzó a pensar dentro su corazón: “Hoy mataré a este asesino de todos los demonios, Harī”.
“Mientras el perverso Mura estaba haciendo planes de esta manera, de Mi cuerpo se manifestó una joven que tenía una tez muy brillante. ¡Oh, hijo de Pāṇḍu! Mura vio que estaba equipada con varias armas brillantes y estaba lista para pelear. Retado por esa damisela a dar batalla, Mura se preparó y luego peleó con ella, pero se asombró mucho al ver que ella luchaba contra él sin cesar. Entonces el rey de los demonios dijo: "¿Quién ha creado a esta chica, enojada y temible, que está luchando contra mí tan poderosamente, como un rayo cayendo sobre mí?” Después de decir esto, el demonio continuó peleando con la damisela.
'De repente, esa diosa refulgente destrozó todas las armas de Mura y en un momento lo privó de su carroza. Corrió hacia ella para atacarla con sus propias manos, pero cuando ella lo vio venir, le cortó la cabeza con enojo. Así, el demonio inmediatamente cayó al suelo y fue a la morada de Yamarāja. El resto de los enemigos del Señor, por temor e impotencia, entraron en la región subterránea de Pātāla.
Entonces el Señor Supremo se despertó y vio al demonio muerto ante Él, así como a la doncella inclinándose ante Él con las palmas juntas. Con el rostro expresando Su asombro, el Señor del universo dijo: “¿Quién ha matado a este demonio vicioso? Derrotó fácilmente a todos los semidioses, Gandharvas e incluso al propio Indra, junto con los compañeros de Indra, los Maruts, y también derrotó a las Nagas [serpientes], los gobernantes de los planetas inferiores. Incluso Me derrotó, haciéndome esconder en esta cueva por miedo. ¿Quién es quien Me ha protegido tan misericordiosamente después de que Yo huí del campo de batalla y me fui a dormir a esta cueva?”
La doncella dijo: “Soy yo quien ha matado a este demonio después de aparecer de Tu cuerpo trascendental. De hecho, oh, Señor Harī, cuando te vio durmiendo, quiso matarte. Comprendiendo la intención de esta espina clavada en el costado de los tres mundos, maté al malvado sinvergüenza y así liberé del miedo a todos los semidioses. Soy Tu gran maha-sakti, Tu potencia interna, que infunde miedo en los corazones de todos Tus enemigos. He matado a este demonio universalmente aterrador para proteger los tres mundos. Por favor, dime, por qué te sorprendes al ver que este demonio ha sido asesinado, oh, Señor”.
‘La Suprema Personalidad de Dios dijo: “¡Oh, joven libre de pecado! Estoy muy satisfecho al ver que tú eres quién ha matado a este rey de los demonios. De esta manera has hecho a los semidioses felices, prósperos, y llenos de bienaventuranza. Debido a que has dado placer a todos los semidioses en los tres mundos, estoy muy complacido contigo. Pide cualquier bendición que desees, oh, joven auspiciosa. Te lo daré sin duda, aunque sea muy raro entre los semidioses”.
La doncella dijo: “Oh, Señor, si estás complacido conmigo y deseas darme una bendición, entonces dame el poder de librar de los pecados más grandes a la persona que ayuna en este día. Deseo que la mitad del mérito piadoso obtenido por quién ayune se acumule en quién come sólo por la noche [absteniéndose de granos y legumbres], y que la mitad de este crédito piadoso lo gane quien come sólo al mediodía. Además, que aquel que observa estrictamente un ayuno completo el día de mi aparición, con los sentidos controlados, vaya a la morada del Señor Viṣṇu durante mil millones de kalpas después de haber disfrutado de toda clase de placeres en este mundo. Esta es la bendición que deseo obtener por Tu misericordia, mi Señor. Oh, Señor Janārdana, ya sea que una persona observe un ayuno completo, coma sólo por la noche o coma sólo al mediodía, por favor concédele una actitud religiosa, riqueza y, por último, la liberación”.
La Suprema Personalidad de Dios dijo: “¡Oh, dama totalmente auspiciosa! Lo que has pedido se te es concedido. Todos Mis devotos en este mundo seguramente ayunarán en tu día, y así se harán famosos en los tres mundos y finalmente vendrán y se quedarán Conmigo en Mi morada. Debido a que tú, Mi potencia trascendental, has aparecido en el undécimo día de la luna menguante, tu nombre sea Ekādaśī. Si una persona ayuna en Ekādaśī, Yo quemaré todos sus pecados y le otorgaré Mi morada trascendental”.
“Estos son los días de la luna creciente y menguante que Me son más queridos: Tṛtiyā [el tercer día], Aṣṭami [el octavo día], Navamī [el noveno día], Caturdaśī [el decimocuarto día], y especialmente Ekādaśī [ el undécimo día]”.
«El mérito que se obtiene ayunando en Ekadasi es mayor que el que se logra observando cualquier otro tipo de ayuno o yendo a un lugar de peregrinaje, e incluso mayor que el que se logra dando caridad a los brāhmaṇas. Te digo muy enfáticamente que esto es verdad”.
“Habiendo dado así a la doncella Su bendición, el Señor Supremo desapareció repentinamente. A partir de ese momento, el día de Ekādaśī se volvió más meritorio y famoso en todo el universo. Oh, Arjuna, si una persona observa estrictamente Ekādaśī, Yo mato a todos sus enemigos y le concedo el destino más alto. En efecto, si una persona observa este gran ayuno de Ekādaśī en cualquiera de las formas prescritas, Yo elimino todos los obstáculos para su progreso espiritual y le concedo la perfección de la vida.
“Así, Oh hijo de Pṛthā, te he descrito el origen de Ekādaśī. Este día quita todos los pecados eternamente. En efecto, es el día más meritorio para destruir toda clase de pecados, y ha aparecido para beneficiar a todos en el universo otorgando todas las variedades de perfección.
“Uno no debe discriminar entre el Ekādaśī de las lunas crecientes y menguantes; ambas deben observarse, oh, Pārtha, y no deben diferenciarse de Maha-dvadasi. Todos los que ayunan en Ekādaśī deben reconocer que no hay diferencia entre estos dos Ekādaśīs, porque comprenden el mismo tithī.
“Quien ayune completamente en Ekādaśī, siguiendo las reglas y regulaciones, alcanzará la morada suprema del Señor Viṣṇu, quien monta sobre Garuḍa. Son gloriosos los que se dedican al Señor Viṣṇu y dedican todo su tiempo a estudiar las glorias de Ekādaśī. Aquel que hace el voto de no comer nada en Ekādaśī pero comer sólo al día siguiente, logra el mismo mérito que quien ejecuta un sacrificio de caballo. De esto no hay duda.
“En Dvādasi, el día después de Ekādaśī, uno debe orar: “Oh, Puṇḍarīkākṣa, oh, Señor de ojos de loto, ahora comeré. Por favor, protégeme”. Después de decir esto, el devoto sabio debe ofrecer algunas flores y agua a los pies de loto del Señor e invitar al Señor a comer cantando el mantra de ocho sílabas tres veces. Si el devoto quiere obtener el fruto de su ayuno, entonces debe beber agua tomada de la vasija santificada en la que ofreció agua a los pies de loto del Señor.
“En Dvādasi uno debe evitar dormir durante el día, comer en la casa de otro, comer más de una vez, tener relaciones sexuales, comer miel, comer de un plato de campana de metal, comer urad dal y frotarse el cuerpo con aceite. El devoto debe abandonar estas ocho cosas en Dvādaśi. Si quiere hablar con un paria ese día, debe purificarse comiendo una hoja de tulasī o una fruta āmalakī. ¡Oh, mejor de los reyes!, desde el mediodía de Ekādaśī hasta el amanecer de Dvādaśi, uno debe dedicarse a bañarse, adorar al Señor y ejecutar actividades devocionales, incluidas las ofrendas de caridad y la ejecución de sacrificios de fuego. Si uno se encuentra en circunstancias difíciles y no puede romper el ayuno de Ekādaśī correctamente en Dvādaśi, puede romperlo bebiendo agua, y entonces no tiene la culpa si vuelve a comer después de eso.
“Un devoto del Señor Viṣṇu que día y noche escucha estos temas tan auspiciosos acerca del Señor de los labios de otro devoto, será elevado al planeta del Señor y residirá allí durante diez millones de kalpas. Y aquel que escucha incluso una frase sobre las glorias de Ekādaśī se libera de las reacciones de pecados tales como matar a un brāhmaṇa. De esto no hay duda. Por toda la eternidad no habrá mejor manera de adorar al Señor Viṣṇu que observar un ayuno en Ekādaśī”.
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Zen en una taza de té Este cuento sobre el zen en una taza de té nos enseña algo muy interesante sobre nuestra mente. Un importante catedrático universitario se encontraba últimamente en extraños estados de ánimo: se sentía ansioso, infeliz y si bien creía ciegamente en la superioridad que su saber le proporcionaba, no estaba en paz consigo mismo ni con los demás. Su infelicidad era tan profunda cuan su vanidad. En un momento de humildad había sido capaz de escuchar a alguien que le sugería aprender a meditar como remedio a su angustia. Ya había oído decir que el zen era una buena medicina para el espíritu. En su región vivía un excelente maestro y el profesor decidió visitarle para pedirle que le aceptara como estudiante. Una vez llegado a la morada del maestro, el profesor se sentó en la humilde sala de espera y miró alrededor con una clara -aunque para él imperceptible- actitud de superioridad. La habitación estaba casi vacía y los pocos ornamentos sólo enviaban mensajes de armonía y paz. El lujo y cualquier ostentación estaban manifiestamente ausentes. Cuando el maestro pudo recibirle y tras las presentaciones debidas, el primero le dijo: "permítame invitarle a una taza de té antes de empezar a conversar". El catedrático asintió disconforme. En unos minutos el té estaba listo.
Sosegadamente, el maestro sacó las tazas y las colocó en la mesa con movimientos rápidos y ligeros al cabo de los que empezó a verter la bebida en la taza del huésped. La taza se llenó rápidamente, pero el maestro sin perder su amable y cortés actitud, siguió vertiendo el té. El líquido rebosó derramándose por la mesa y el profesor, que por entonces ya había sobrepasado el límite de su paciencia, estalló airadamente tronando así: "¡ Necio ! ¿ Acaso no ves que la taza está llena y que no cabe nada más en ella?".
Sin perder su ademán, el maestro así contestó:
"Por supuesto que lo veo, y de la misma manera veo que no puedo enseñarte el zen. Tu mente ya está también llena".
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LUNES DE LA XXV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, feria
Leccionario
Primera lectura
Prov 3, 27-34
“El Señor detesta al perverso”
Lectura del libro de los Proverbios.
Hijo mío:
No niegues un favor a quien lo necesita,
si está en tu mano concedérselo.
Si tienes, no digas al prójimo:
«Anda, vete; mañana te lo daré».
No trames daños contra tu prójimo,
mientras vive confiado a tu lado;
no pleitees con nadie sin motivo,
si no te ha hecho daño alguno;
no envidies al hombre violento,
ni trates de imitar su conducta,
porque el Señor detesta al perverso
y pone su confianza en los honrados;
el Señor maldice la casa del malvado
y bendice la morada del justo;
el Señor se burla de los burlones
y concede su gracia a los humildes.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 14, 2-3a. 3bc-4ab. 5 (R.: cf. 1c)
R. El justo habite en tu monte santo, Señor.
V. El que procede honradamente
y practica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua.
R. El justo habite en tu monte santo, Señor.
V. El que no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino.
El que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor.
R. El justo habite en tu monte santo, Señor.
V. El que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará.
R. El justo habite en tu monte santo, Señor.
Aleluya
Mt 5, 16
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Brille así vuestra luz ante los hombres,
para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre.
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
Evangelio
Lc 8, 16-18
“La lámpara se pone en el candelero para que los que entren vean la luz”
+Lectura del santo Evangelio según san Lucas.
En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
«Nadie que ha encendido una lámpara, la tapa con una vasija o la mete debajo de la cama, sino que la pone en el candelero para que los que entren vean la luz.
Pues nada hay oculto que no llegue a descubrirse ni nada secreto que no llegue a saberse y hacerse público.
Mirad, pues, cómo oís, pues al que tiene se le dará y al que no tiene se le quitará hasta lo que cree tener».
Palabra del Señor.
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Sofonías 3
1 ¡Ay de la ciudad rebelde y contaminada y opresora!
2 No escuchó la voz, ni recibió la corrección; no confió en Jehová, no se acercó a su Dios.
3 Sus príncipes en medio de ella son leones rugientes; sus jueces, lobos nocturnos que no dejan hueso para la mañana.
4 Sus profetas son livianos, hombres prevaricadores; sus sacerdotes contaminaron el santuario, falsearon la ley.
5 Jehová en medio de ella es justo, no hará iniquidad; de mañana sacará a luz su juicio, nunca faltará; pero el perverso no conoce la vergüenza.
6 Hice destruir naciones; sus habitaciones están asoladas; hice desiertas sus calles, hasta no quedar quien pase; sus ciudades están asoladas hasta no quedar hombre, hasta no quedar habitante.
7 Dije: Ciertamente me temerá; recibirá corrección, y no será destruida su morada según todo aquello por lo cual la castigué. Mas ellos se apresuraron a corromper todos sus hechos.
8 Por tanto, esperadme, dice Jehová, hasta el día que me levante para juzgaros; porque mi determinación es reunir las naciones, juntar los reinos, para derramar sobre ellos mi enojo, todo el ardor de mi ira; por el fuego de mi celo será consumida toda la tierra.
9 En aquel tiempo devolveré yo a los pueblos pureza de labios, para que todos invoquen el nombre de Jehová, para que le sirvan de común consentimiento.
10 De la región más allá de los ríos de Etiopía me suplicarán; la hija de mis esparcidos traerá mi ofrenda.
11 En aquel día no serás avergonzada por ninguna de tus obras con que te rebelaste contra mí; porque entonces quitaré de en medio de ti a los que se alegran en tu soberbia, y nunca más te ensoberbecerás en mi santo monte.
12 Y dejaré en medio de ti un pueblo humilde y pobre, el cual confiará en el nombre de Jehová.
13 El remanente de Israel no hará injusticia ni dirá mentira, ni en boca de ellos se hallará lengua engañosa; porque ellos serán apacentados, y dormirán, y no habrá quien los atemorice.
14 Canta, oh hija de Sion; da voces de júbilo, oh Israel; gózate y regocíjate de todo corazón, hija de Jerusalén.
15 Jehová ha apartado tus juicios, ha echado fuera tus enemigos; Jehová es Rey de Israel en medio de ti; nunca más verás el mal.
16 En aquel tiempo se dirá a Jerusalén: No temas; Sion, no se debiliten tus manos.
17 Jehová está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos.
18 Reuniré a los fastidiados por causa del largo tiempo; tuyos fueron, para quienes el oprobio de ella era una carga.
19 He aquí, en aquel tiempo yo apremiaré a todos tus opresores; y salvaré a la que cojea, y recogeré la descarriada; y os pondré por alabanza y por renombre en toda la tierra.
20 En aquel tiempo yo os traeré, en aquel tiempo os reuniré yo; pues os pondré para renombre y para alabanza entre todos los pueblos de la tierra, cuando levante vuestro cautiverio delante de vuestros ojos, dice Jehová.
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IMSA publica una impresionante lista de inscripción para Sebring de 58 autos. - La semana pasada, IMSA publicó una impresionante lista de entradas para la carrera de Sebring. ¡Hay 58 coches en total! Ahora, eso es realmente algo. Desde mi punto de vista, esto es bastante inquietante, especialmente porque ha habido una tendencia a la baja en las entradas para este tipo de carreras en los últimos años. Todos estamos familiriarizados con la ferocidad del automovilismo, y aunque personalmente las carreras no son necesariamente mi escena, reconozco la intensidad y la emoción que pueden generar. Vamos, eso es más coches que plazas de estacionamiento tengo en mi casa... pero espero, eso no es una burla hacia mi humilde morada. Vamos directamente al grano aquí: la serie GTD Pro cuenta con un total de nueve entradas. No es una mala cifra, ¿pero saben qué? No creo que nueve equipos,puedan generar la mism mathetes competitividad que habíamos visto en esta serie anteriormente. Claro, podemos ver algunas peleas decentes, pero si me preguntas, le quita un poco de la emoción global que solíamos tener. En pocas palabras, es una cantidad decepcionante en comparación con la gloria pasada. Pero déjame aclarar, no estoy restándole valor a los equipos que compiten en GTD Pro. Tienen mis respetos, esto es simplemente una cuestión de números. Y vaya, qué números. Sin embargo, no puedo evitar sentir que esto se siente como una desilusión. ¿Estamos asistiendo al declive de una era dorada en las carreras de resistencia? Con suerte no. En términos de diversidad de autos, lucimos bastante bien este año, con una variedad de modelos y marcas. Pero, #Porsche parece estar dominando la escena, al menos en términos de entradas, y déjame decirte algo, eso no debería de sorprender a nadie. Porsche siempre ha tenido una presencia fuerte en las carreras y este año no parece que será diferente. Ahora, a nadie le gusta escuchar críticas, ya sea que lo diga en inglés o español. Pero siendo totalmente sincero, esperaba ver más diversidad en la serie GTD Pro. Es un poco descorazonador ver a un solo competidor dominar el campo, ¿no creen? ¿Dónde está la igualdad de condiciones, el equilibrio competitivo? Para mí, esto demuestra una falta de adaptabilidad y flexibilidad por parte de IMSA. Por supuesto, estoy ansioso de ver si mis preocupaciones son infundadas una vez que los coches salgan a la pista. Después de todo, en el automovilismo, nunca se sabe. Te puedes sorprender, y eso es lo que hace que las carreras sean tan emocionantes, ¿verdad? A veces, incluso los equipos más pequenos pueden sorprendernos. Entonces, mientras esperamos a que se corran las primeras vueltas en Sebring, aquí permanezco, deseando que mis predicciones sean desmentidas, ya que al final del día, todo lo que queremos es una carrera emocionante. Pero, ¿qué opinan ustedes? ¿Están de acuerdo conmigo o piensan que estoy muy alejado de la realidad? Dejen sus comentarios, me encantaría conocer sus puntos de vista. #IMSA #Sebring
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