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Utpannā Ekādaśī Vrataṁ Sarvesam
Del libro Ekādaśī, el día del Señor Hari, por Su Divina Gracia Mahāmaṇḍaleshwar Mahant Kṛṣṇa Balarām Swami Prabhupād, Fundador-Āchārya de Bhāgavat Dharma Samāj
Sūta Gosvami dijo: ‘‘¡Oh, brāhmaṇas eruditos!, hace mucho tiempo, el Señor Śrī Kṛṣṇa, la Suprema Personalidad de Dios, explicó las auspiciosas glorias de Śrī Ekādaśī y las normas y regulaciones que rigen cada observancia del ayuno en este día sagrado. ¡Oh, el mejor de los brāhmaṇas!, quienquiera que escuche acerca de los orígenes y las glorias de estos ayunos sagrados en los días de Ekādaśī, va directamente a la morada del Señor Viṣṇu después de disfrutar de muchas formas diferentes de felicidad en este mundo material’’.
“Arjuna, el hijo de Pṛthā, le preguntó al Señor: ‘¡Oh, Janārdana!, ¿cuáles son los piadosos beneficios del ayuno completo, comer sólo la cena o comer una sola vez al mediodía en Ekādaśī, y cuáles son las normas para observar los diversos días de Ekādaśī? Por favor cuéntame todo esto.’
‘‘El Señor Supremo Kṛṣṇa respondió: 'Oh Arjuna, al comienzo del invierno, en el Ekādaśī que ocurre durante la quincena oscura del mes de Mārgaśirṣa [noviembre-diciembre], un novicio debe comenzar su práctica de observar un ayuno en Ekādaśī. En Daśamī, el día antes de Ekādaśī, debe limpiar bien sus dientes. Luego, durante la octava porción de Daśamī, justo cuando el sol está a punto de ponerse, debe cenar.
‘A la mañana siguiente, el devoto debe hacer un voto, de acuerdo con las reglas y regulaciones, para observar el ayuno. Al mediodía debe bañarse adecuadamente en un río, lago o estanque pequeño. Un baño en un río es más purificador, el que se toma en un lago lo es menos, y un baño en un pequeño estanque es el menos purificante. Si ni un río, lago o estanque están disponibles, puede bañarse con agua de pozo.
‘El devoto debe cantar esta oración que contiene los nombres de la Madre Tierra: “¡Oh Aśvakrānte! ¡Oh Rathakrānte! ¡Oh Viṣṇukrānte! ¡Oh Vasundhara! Oh Mrttike! ¡Oh, Madre Tierra! Quita amablemente todos los pecados que he acumulado a lo largo de mis muchas vidas pasadas para que pueda entrar en la sagrada morada del Señor Supremo”. Mientras el devoto canta, debe untar barro sobre su cuerpo.
“ ‘Durante el día de ayuno, el devoto no debe hablar con los que están caídos de sus deberes religiosos, con los comedores de perros, con los ladrones o con los hipócritas. También debe evitar hablar con calumniadores; con aquellos que abusan de los semidioses, de las Escrituras védicas o de los brāhmaṇas; o con cualquier otra personalidad malvada, como aquellos que tienen sexo con mujeres prohibidas, aquellos que son saqueadores conocidos, o aquellos que roban templos. Si se habla o incluso se ve a tal persona durante Ekādaśī, uno debe purificarse mirando directamente al sol.
‘‘ ‘Entonces el devoto debe adorar respetuosamente al Señor Govinda con comida de primera clase, flores, etc. En su hogar debe ofrecer al Señor una lámpara con conciencia devocional pura. También debe evitar dormir durante el día y debe abstenerse por completo de tener relaciones sexuales. Ayunando de toda comida y agua, debe cantar gozosamente las glorias del Señor y tocar instrumentos musicales para Su placer durante toda la noche. Después de permanecer despierto toda la noche en conciencia pura, el adorador debe dar caridad a los brāhmaṇas cualificados y ofrecerles sus humildes reverencias, rogándoles perdón por sus ofensas.
‘‘ ‘Aquellos que adoptan seriamente el servicio devocional deben considerar que los Ekādaśīs que ocurren durante las quincenas oscuras son tan buenos como los que ocurren durante las quincenas brillantes. Oh rey, uno nunca debe discriminar entre estos dos tipos de Ekādaśī.
‘‘ ‘Por favor escucha mientras describo ahora los resultados obtenidos por alguien que observa Ekādaśī de esta manera. Ni el mérito que uno recibe tomando un baño en el lugar sagrado de peregrinaje conocido como Śaṅkhoddhāra, donde el Señor mató al demonio Śaṅkhāsura, ni el mérito que uno recibe al ver al Señor Gadādhara directamente, es igual a un dieciseisavo del mérito que uno obtiene ayunando en Ekādaśī. Se dice que dando caridad un lunes de luna llena se obtienen cien mil veces los resultados de la caridad ordinaria. ¡Oh, ganador de riquezas!, quien da caridad en el día del saṇkrāntī (equinoccio) obtiene cuatrocientas mil veces el resultado ordinario. Sin embargo, simplemente por ayunar en Ekādaśī uno obtiene todos estos resultados piadosos, así como cualquier resultado piadoso que uno obtenga en Kurukṣetra durante un eclipse de sol o luna. Además, el alma fiel que observa el ayuno completo en Ekādaśī logra cien veces más mérito que el que realiza un Aśvamedha-yajna [sacrificio de caballo]. Aquel que observa solo un ayuno de Ekādaśī gana perfectamente el mismo mérito que alguien que alimenta a cien mil mendicantes cada día durante sesenta mil años. Y una persona que observa correctamente Ekādaśī solo una vez gana diez veces más mérito que una persona que da mil vacas en caridad a un brāhmaṇa versado en los Vedas.
‘‘ ‘La persona que alimenta a un solo brahmachārī gana diez veces más mérito que la que alimenta a diez buenos brāhmaṇas en su propia casa. Pero mil veces más mérito que el que se gana alimentando a un brahmachārī se logra donando tierra a un brāhmaṇa necesitado y respetable, y mil veces más que eso se gana dando una muchacha virgen en matrimonio a un joven bien educado y responsable. Diez veces más beneficioso que esto es educar adecuadamente a los niños en el camino espiritual, sin esperar recompensa alguna a cambio. Diez veces mejor que esto, sin embargo, es dar alimentos de granos a los hambrientos. De hecho, dar caridad a los necesitados es lo mejor de todo, y nunca ha habido ni habrá una caridad mejor que esta. ¡Oh, hijo de Kuntī!, todos los antepasados y semidioses del cielo quedan muy satisfechos cuando uno da granos en caridad. Pero el mérito que uno obtiene al observar un ayuno completo en Ekādaśī no se puede medir. Oh, Arjuna, el mejor de todos los Kurus, el poderoso efecto de este mérito es inconcebible incluso para los semidioses, y la mitad de este mérito es obtenido por alguien que sólo cena en Ekādaśī.
‘‘ ‘Por lo tanto, uno debe observar el ayuno en el día del Señor Harī, ya sea comiendo sólo una vez al mediodía, absteniéndose de granos y legumbres; comiendo sólo una vez por la noche, absteniéndose de cereales y legumbres; o ayunando por completo. Los procesos de permanecer en lugares de peregrinaje, dar caridad y realizar sacrificios de fuego pueden jactarse solo mientras Ekādaśī no haya llegado. Por lo tanto, cualquiera que tenga miedo de las miserias de la existencia material debe observar Ekādaśī. En Ekādaśī uno no debe beber agua de una caracola, matar entidades vivientes como peces o cerdos, o comer granos o legumbres. Así te he descrito, oh, Arjuna, el mejor de todos los métodos de ayuno, como Me has preguntado.’
‘‘Arjuna luego preguntó: ‘Oh, Señor, según Tú, mil sacrificios védicos no equivalen ni siquiera a un ayuno de Ekādaśī. ¿Cómo puede ser esto? ¿Cómo se ha convertido Ekādaśī en el más meritorio de todos los días?’. “El Señor Śrī Kṛṣṇa respondió: ‘Te diré por qué Ekādaśī es el día más purificador de todos. En Satya-yuga vivía una vez un demonio asombrosamente temible llamado Mura. Siempre muy enojado, aterrorizó a todos los semidioses, derrotando incluso a Indra, el rey del cielo; Vivasvān, el dios del sol; los ocho Vasus; el Señor Brahmā; Vāyu, el dios del viento; y Agni, el dios del fuego. Con su terrible poder, los puso a todos bajo su control.
“ ‘El Señor Indra luego se acercó al Señor Śiva y dijo: ‘‘Todos hemos caído de nuestros planetas y ahora vagamos indefensos por la Tierra. Oh, señor, ¿cómo podemos encontrar alivio de esta aflicción? ¿Cuál será el destino de nosotros los semidioses?’'
El Señor Siva respondió: ‘‘¡Oh, el mejor de los semidioses! Ve a ese lugar donde reside el Señor Viṣṇu, el que monta a Garuḍa. Él es Jagannātha, el amo de todos los universos y también su refugio. Se dedica a proteger a todas las almas rendidas a Él’’.
‘‘El Señor Kṛṣṇa continuó: '¡Oh, Arjuna, ganador de riquezas! Después de que el Señor Indra escuchara estas palabras del Señor Śiva, se dirigió con todos los semidioses al lugar donde el Señor Jagannātha, el Señor del universo, el protector de todas las almas se encontraba descansando. Al ver al Señor durmiendo sobre el agua, los semidioses unieron sus palmas y, guiados por Indra, recitaron las siguientes oraciones: “Oh, Suprema Personalidad de Dios, todas las reverencias a Tí. Oh, Señor de señores, oh, Tú que eres alabado por los semidioses principales, oh, enemigo de todos los demonios, oh, Señor de ojos de loto, oh, Madhusudana [asesino del demonio Madhu], por favor protégenos. Temerosos del demonio Mura, los semidioses hemos venido a refugiarnos en Tí. Oh, Jagannātha, Tú eres el hacedor de todo y el creador de todo. Eres la madre y el padre de todos los universos. Eres el creador, el mantenedor y el destructor de todo. Eres el ayudante supremo de todos los semidioses, y sólo Tú puedes traerles paz. Sólo Tú eres la tierra, el cielo y el benefactor universal.
“Eres Śiva, Brahmā y también Viṣṇu, el sustentador de los tres mundos. Tú eres los dioses del sol, la luna y el fuego. Eres la mantequilla clarificada, la oblación, el fuego sagrado, los mantras, los rituales, los sacerdotes y el canto silencioso de japa. Eres el sacrificio mismo, su patrocinador y el disfrutador de sus resultados, la Suprema Personalidad de Dios. Nada dentro de estos tres mundos, ya sea móvil o inmóvil, puede existir independiente de Tí. Oh, Supremo Señor, Señor de señores, Tú eres el protector de aquellos que se refugian en Tí. Oh, místico supremo, oh, refugio de los temerosos, por favor rescátanos y protégenos. Nosotros, los semidioses, hemos sido derrotados por los demonios y, por lo tanto, hemos caído del reino celestial. Privados de nuestras posiciones, oh, Señor del universo, ahora vagamos por este planeta terrenal”.
“El Señor Kṛṣṇa continuó: ‘Habiendo escuchado a Indra y a los demás semidioses pronunciar estas palabras, Śrī Viṣṇu, la Suprema Personalidad de Dios, respondió: “¿Qué demonio posee tan grandes poderes de engaño que ha sido capaz de derrotar a todos los semidioses? ¿Cuál es su nombre, y dónde vive? ¿De dónde saca su fuerza y refugio? Cuéntamelo todo, oh, Indra, y no temas”.
“El Señor Indra respondió: “Oh, Dios Supremo, oh, Señor de los señores, oh, Tú que vences el miedo en los corazones de Tus devotos puros, oh, Tú que eres tan bondadoso con Tus fieles sirvientes, había una vez un poderoso demonio de la dinastía Brahman cuyo nombre era Nāḍījaṅgha. Era extraordinariamente temible y totalmente dedicado a destruir a los semidioses, y engendró un hijo infame llamado Mura.
“La gran ciudad capital de Mura es Candrāvati. Desde esa base, el terriblemente malvado y poderoso demonio Mura ha conquistado el mundo entero y ha puesto a todos los semidioses bajo su control, expulsándolos de su reino celestial. Ha asumido los papeles de Indra, el rey del cielo; Agni, el dios del fuego; Yama, el señor de la muerte; Vāyu, el dios del viento; Isa, o el Señor Śiva; Soma, el dios de la luna; Nairti, el señor de las direcciones; y Pāśī, o Varuṇa, el dios del agua. También ha comenzado a emanar luz en el papel del dios del sol y también se ha convertido en las nubes. Es imposible que los semidioses lo derroten. Oh, Señor Viṣṇu, por favor mata a este demonio y haz que los semidioses salgan victoriosos”.
“Al escuchar estas palabras de Indra, el Señor Janārdana se enojó mucho y dijo: «Oh poderosos semidioses, todos juntos ahora pueden avanzar hacia la ciudad capital de Mura, Candrāvati”. Animados así, los semidioses reunidos procedieron a Candravati con el Señor Hari a la cabeza.
“Cuando Mura vio a los semidioses, el principal de los demonios comenzó a rugir muy fuerte en compañía de incontables miles de otros demonios, que sostenían armas brillantes. Los demonios de poderosos brazos golpearon a los semidioses, quienes comenzaron a abandonar el campo de batalla y huyeron en las diez direcciones. Al ver al Señor Supremo Hṛṣīkeśa, el amo de los sentidos, presente en el campo de batalla, los furiosos demonios se precipitaron hacia Él con varias armas en sus manos. Mientras cargaban contra el Señor, que sostiene una espada, un disco y un garrote, Él inmediatamente atravesó todas sus extremidades con Sus afiladas y venenosas flechas. Así muchos cientos de demonios murieron por la mano del Señor.
“Por fin, el demonio principal, Mura, comenzó a pelear con el Señor. Mura usó su poder místico para inutilizar cualquier arma que el Señor Supremo Hṛṣīkeśa desatara. De hecho, para el demonio las armas se sintieron como flores que lo golpeaban. Cuando el Señor no pudo derrotar al demonio ni siquiera con varios tipos de armas, ya fueran arrojadizas o empuñadas, comenzó a pelear con Sus manos desnudas, que eran tan fuertes como garrotes tachonados de hierro. El Señor luchó con Mura durante mil años celestiales y luego, aparentemente fatigado, partió hacia Badarikāśrama. Allí, el Señor Yogeśvara, el más grande de todos los yoguis, el Señor del universo, entró en una cueva muy hermosa llamada Himavati para descansar. Oh, Dhananjaya, ganador de la riqueza, esa cueva tenía noventa y seis millas de diámetro y sólo tenía una entrada. Fui allí por miedo, y también para dormir. No hay duda acerca de esto, ¡oh, hijo de Pāṇḍu!, pues la gran pelea Me dejó muy cansado. El demonio Me siguió a esa cueva y, al verme dormido, comenzó a pensar dentro su corazón: “Hoy mataré a este asesino de todos los demonios, Harī”.
“Mientras el perverso Mura estaba haciendo planes de esta manera, de Mi cuerpo se manifestó una joven que tenía una tez muy brillante. ¡Oh, hijo de Pāṇḍu! Mura vio que estaba equipada con varias armas brillantes y estaba lista para pelear. Retado por esa damisela a dar batalla, Mura se preparó y luego peleó con ella, pero se asombró mucho al ver que ella luchaba contra él sin cesar. Entonces el rey de los demonios dijo: "¿Quién ha creado a esta chica, enojada y temible, que está luchando contra mí tan poderosamente, como un rayo cayendo sobre mí?” Después de decir esto, el demonio continuó peleando con la damisela.
'De repente, esa diosa refulgente destrozó todas las armas de Mura y en un momento lo privó de su carroza. Corrió hacia ella para atacarla con sus propias manos, pero cuando ella lo vio venir, le cortó la cabeza con enojo. Así, el demonio inmediatamente cayó al suelo y fue a la morada de Yamarāja. El resto de los enemigos del Señor, por temor e impotencia, entraron en la región subterránea de Pātāla.
Entonces el Señor Supremo se despertó y vio al demonio muerto ante Él, así como a la doncella inclinándose ante Él con las palmas juntas. Con el rostro expresando Su asombro, el Señor del universo dijo: “¿Quién ha matado a este demonio vicioso? Derrotó fácilmente a todos los semidioses, Gandharvas e incluso al propio Indra, junto con los compañeros de Indra, los Maruts, y también derrotó a las Nagas [serpientes], los gobernantes de los planetas inferiores. Incluso Me derrotó, haciéndome esconder en esta cueva por miedo. ¿Quién es quien Me ha protegido tan misericordiosamente después de que Yo huí del campo de batalla y me fui a dormir a esta cueva?”
La doncella dijo: “Soy yo quien ha matado a este demonio después de aparecer de Tu cuerpo trascendental. De hecho, oh, Señor Harī, cuando te vio durmiendo, quiso matarte. Comprendiendo la intención de esta espina clavada en el costado de los tres mundos, maté al malvado sinvergüenza y así liberé del miedo a todos los semidioses. Soy Tu gran maha-sakti, Tu potencia interna, que infunde miedo en los corazones de todos Tus enemigos. He matado a este demonio universalmente aterrador para proteger los tres mundos. Por favor, dime, por qué te sorprendes al ver que este demonio ha sido asesinado, oh, Señor”.
‘La Suprema Personalidad de Dios dijo: “¡Oh, joven libre de pecado! Estoy muy satisfecho al ver que tú eres quién ha matado a este rey de los demonios. De esta manera has hecho a los semidioses felices, prósperos, y llenos de bienaventuranza. Debido a que has dado placer a todos los semidioses en los tres mundos, estoy muy complacido contigo. Pide cualquier bendición que desees, oh, joven auspiciosa. Te lo daré sin duda, aunque sea muy raro entre los semidioses”.
La doncella dijo: “Oh, Señor, si estás complacido conmigo y deseas darme una bendición, entonces dame el poder de librar de los pecados más grandes a la persona que ayuna en este día. Deseo que la mitad del mérito piadoso obtenido por quién ayune se acumule en quién come sólo por la noche [absteniéndose de granos y legumbres], y que la mitad de este crédito piadoso lo gane quien come sólo al mediodía. Además, que aquel que observa estrictamente un ayuno completo el día de mi aparición, con los sentidos controlados, vaya a la morada del Señor Viṣṇu durante mil millones de kalpas después de haber disfrutado de toda clase de placeres en este mundo. Esta es la bendición que deseo obtener por Tu misericordia, mi Señor. Oh, Señor Janārdana, ya sea que una persona observe un ayuno completo, coma sólo por la noche o coma sólo al mediodía, por favor concédele una actitud religiosa, riqueza y, por último, la liberación”.
La Suprema Personalidad de Dios dijo: “¡Oh, dama totalmente auspiciosa! Lo que has pedido se te es concedido. Todos Mis devotos en este mundo seguramente ayunarán en tu día, y así se harán famosos en los tres mundos y finalmente vendrán y se quedarán Conmigo en Mi morada. Debido a que tú, Mi potencia trascendental, has aparecido en el undécimo día de la luna menguante, tu nombre sea Ekādaśī. Si una persona ayuna en Ekādaśī, Yo quemaré todos sus pecados y le otorgaré Mi morada trascendental”.
“Estos son los días de la luna creciente y menguante que Me son más queridos: Tṛtiyā [el tercer día], Aṣṭami [el octavo día], Navamī [el noveno día], Caturdaśī [el decimocuarto día], y especialmente Ekādaśī [ el undécimo día]”.
«El mérito que se obtiene ayunando en Ekadasi es mayor que el que se logra observando cualquier otro tipo de ayuno o yendo a un lugar de peregrinaje, e incluso mayor que el que se logra dando caridad a los brāhmaṇas. Te digo muy enfáticamente que esto es verdad”.
“Habiendo dado así a la doncella Su bendición, el Señor Supremo desapareció repentinamente. A partir de ese momento, el día de Ekādaśī se volvió más meritorio y famoso en todo el universo. Oh, Arjuna, si una persona observa estrictamente Ekādaśī, Yo mato a todos sus enemigos y le concedo el destino más alto. En efecto, si una persona observa este gran ayuno de Ekādaśī en cualquiera de las formas prescritas, Yo elimino todos los obstáculos para su progreso espiritual y le concedo la perfección de la vida.
“Así, Oh hijo de Pṛthā, te he descrito el origen de Ekādaśī. Este día quita todos los pecados eternamente. En efecto, es el día más meritorio para destruir toda clase de pecados, y ha aparecido para beneficiar a todos en el universo otorgando todas las variedades de perfección.
“Uno no debe discriminar entre el Ekādaśī de las lunas crecientes y menguantes; ambas deben observarse, oh, Pārtha, y no deben diferenciarse de Maha-dvadasi. Todos los que ayunan en Ekādaśī deben reconocer que no hay diferencia entre estos dos Ekādaśīs, porque comprenden el mismo tithī.
“Quien ayune completamente en Ekādaśī, siguiendo las reglas y regulaciones, alcanzará la morada suprema del Señor Viṣṇu, quien monta sobre Garuḍa. Son gloriosos los que se dedican al Señor Viṣṇu y dedican todo su tiempo a estudiar las glorias de Ekādaśī. Aquel que hace el voto de no comer nada en Ekādaśī pero comer sólo al día siguiente, logra el mismo mérito que quien ejecuta un sacrificio de caballo. De esto no hay duda.
“En Dvādasi, el día después de Ekādaśī, uno debe orar: “Oh, Puṇḍarīkākṣa, oh, Señor de ojos de loto, ahora comeré. Por favor, protégeme”. Después de decir esto, el devoto sabio debe ofrecer algunas flores y agua a los pies de loto del Señor e invitar al Señor a comer cantando el mantra de ocho sílabas tres veces. Si el devoto quiere obtener el fruto de su ayuno, entonces debe beber agua tomada de la vasija santificada en la que ofreció agua a los pies de loto del Señor.
“En Dvādasi uno debe evitar dormir durante el día, comer en la casa de otro, comer más de una vez, tener relaciones sexuales, comer miel, comer de un plato de campana de metal, comer urad dal y frotarse el cuerpo con aceite. El devoto debe abandonar estas ocho cosas en Dvādaśi. Si quiere hablar con un paria ese día, debe purificarse comiendo una hoja de tulasī o una fruta āmalakī. ¡Oh, mejor de los reyes!, desde el mediodía de Ekādaśī hasta el amanecer de Dvādaśi, uno debe dedicarse a bañarse, adorar al Señor y ejecutar actividades devocionales, incluidas las ofrendas de caridad y la ejecución de sacrificios de fuego. Si uno se encuentra en circunstancias difíciles y no puede romper el ayuno de Ekādaśī correctamente en Dvādaśi, puede romperlo bebiendo agua, y entonces no tiene la culpa si vuelve a comer después de eso.
“Un devoto del Señor Viṣṇu que día y noche escucha estos temas tan auspiciosos acerca del Señor de los labios de otro devoto, será elevado al planeta del Señor y residirá allí durante diez millones de kalpas. Y aquel que escucha incluso una frase sobre las glorias de Ekādaśī se libera de las reacciones de pecados tales como matar a un brāhmaṇa. De esto no hay duda. Por toda la eternidad no habrá mejor manera de adorar al Señor Viṣṇu que observar un ayuno en Ekādaśī”.
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Cuando tu mente se turbe por la inminencia de la muerte, recordarás todo aquello a lo que tienes apego, y tu espíritu retornará por ello. Si tienes apego por los bienes materiales, por el disfrute, o por la familia, volverás a este mundo, a disfrutar, y a sufrir por esas cosas. Si educas tu mente y tu cuerpo en la dedicación permanente a Kṛṣṇa, tu espíritu, que es tu verdadero ser, irá de vuelta a casa, con la Suprema Personalidad de Dios, y será libre y feliz para siempre.
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Sri Sri Radha Govinda Temple & Ashram (Red Stone Temple)
Vrindaban, India
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Haribodhinī Ekādaśī
Del libro: Ekādaśī, el día del Señor Harī
Por Su Divina Gracia
Mahamandaleshwar Mahant Krsna Balaram Swami Prabhupad
El Señor Brahmā le dijo a Nārada Munī: «Querido hijo, ¡Oh, el mejor de los sabios!, te he de narrar las glorias de Haribodhinī Ekādaśī, el cual erradica todo tipo de pecados y otorga gran mérito, y finalmente la liberación, a las personas sabias que se entregan a el Señor Supremo.
«Oh, el mejor de los brāhmaṇas, los méritos adquiridos al bañarse en el Ganges se mantienen siendo significativos sólo mientras Haribodhinī Ekādaśī no llegue. Este Ekādaśī, que ocurre durante la quincena clara del mes de Kārtika, es mucho más purificador que un baño en el océano, en un lugar de peregrinaje o en un lago. Este sagrado Ekādaśī es más poderoso para anular el pecado que mil sacrificios Aśvamedha y cien sacrificios Rājasūya».
Nārada Munī, el santo entre los semidioses, preguntó: «Oh, padre, por favor describe los méritos obtenidos de ayunar completamente en Ekādaśī, cenar [sin granos ni legumbres], o comer solamente una vez al mediodía [sin granos ni legumbres]».
El Señor Brahmā respondió: «Si una persona come una vez al mediodía en Ekādaśī, los pecados de su nacimiento anterior se eliminan, si nada más come la cena, los pecados adquiridos durante sus dos nacimientos anteriores se eliminan, y si ayuna por completo, los pecados acumulados durante sus siete nacimientos anteriores son erradicados.
«Oh, hijo, todo lo que rara vez se logra dentro de los tres mundos lo obtiene quien observa estrictamente Haribodhinī Ekādaśī. Una persona cuyos pecados son equivalentes al Monte Sumeru en volumen, se ven reducidos a nada si simplemente ayuna en Pāpahāriṇī Ekādaśī [otro nombre para Haribodhinī Ekādaśī]. Los pecados que una persona ha acumulado durante mil nacimientos anteriores se reducen a cenizas si no solamente ayuna sino que también permanece despierto durante toda la noche de Ekādaśī, tal como una montaña de algodón puede reducirse a cenizas si uno enciende un pequeño fuego en ella.
«Oh, el mejor de los sabios, Nāradajī, una persona que observa estrictamente este ayuno logra los resultados que he mencionado. Incluso si uno realiza una pequeña cantidad de actividad piadosa en este día, siguiendo las reglas y regulaciones, obtendrá un mérito equivalente al Monte Sumeru en volumen; sin embargo, una persona que no sigue las reglas y regulaciones dadas en las Escrituras puede realizar una actividad piadosa equivalente al Monte Sumeru en volumen, pero no ganará ni siquiera una pequeña cantidad del mérito. Aquel que no canta el mantra Gāyatrī tres veces al día, que no toma en cuenta los días de ayuno, que no cree en Dios, que critica las Escrituras védicas, que piensa que los Vedas sólo traen la ruina a quien sigue sus mandatos, que disfruta de la esposa de otro, que es totalmente necio y malvado, que no aprecia ningún servicio que se le ha rendido, o que engaña a otros, una persona tan pecadora, oh hijo, nunca puede realizar ninguna actividad religiosa de manera efectiva. Sea un brāhmaṇa o un sudra, se dice que cualquiera que trate de disfrutar de la esposa de otro hombre, particularmente de la esposa de una persona nacida dos veces, no es mejor que un comeperros.
«Oh, el mejor de los sabios, cualquier brāhmaṇa que disfruta del sexo con una viuda o una mujer brāhmaṇa casada con otro hombre se arruina a sí mismo y a su familia. Cualquier brāhmaṇa que disfrute de sexo ilícito no tendrá hijos en su próxima vida, y cualquier mérito pasado que haya obtenido quedará arruinado. De hecho, si tal persona muestra alguna arrogancia hacia un brāhmaṇa nacido dos veces o un Maestro Espiritual, pierde inmediatamente todo su avance espiritual, así como su riqueza e hijos.
«Estas tres clases de hombres echan a perder sus méritos adquiridos: el que tiene un carácter inmoral, el que se acuesta con la mujer de un comeperros y el que aprecia la asociación de los desgraciados. Cualquiera que se asocie con personas pecaminosas y visite sus hogares sin un propósito espiritual, irá directamente a la morada del Señor Yamarāja, el superintendente de la muerte. Y si alguien come en tal casa, se destruyen sus méritos adquiridos, su fama, su duración de vida, sus hijos y su felicidad.
«Cualquier sinvergüenza pecador que insulte a una persona santa, pronto pierde su religiosidad, desarrollo económico y complacencia de los sentidos, y finalmente se quema en el fuego del infierno. Cualquiera a quien le guste ofender a las personas santas, o que no interrumpa a alguien que insulte a las personas santas, no se considera mejor que un asno. Un hombre tan malvado ve su dinastía destruida ante sus propios ojos.
«Una persona de carácter impuro, que es un desgraciado o un estafador, o que siempre critica a los demás, no alcanza un destino superior después de la muerte, incluso si da caridad generosamente o realiza otras obras piadosas. Por lo tanto, uno debe abstenerse de realizar actos desfavorables y realizar solamente actos piadosos, por los cuales adquirirá mérito y evitará el sufrimiento.
«Sin embargo, los pecados de quien, después de la debida consideración, decide ayunar en Haribodhinī Ekādaśī se borran de cien vidas anteriores, y quien ayuna y permanece despierto durante la noche en este Ekādaśī logra un mérito ilimitado y después de la muerte va a la morada suprema del Señor Viṣṇu y diez mil de sus antepasados, parientes y descendientes también llegarán a esa morada. Incluso si los antepasados de uno estuvieron implicados en muchos pecados y estan sufriendo en el infierno, aún así obtienen cuerpos espirituales bellamente ornamentados y felizmente van a la morada de Viṣṇu.
«Oh, Nārada, incluso aquel que ha cometido el atroz pecado de matar a un brāhmaṇa, se libera de todas las manchas en su carácter ayunando en Haribodhinī Ekādaśī y permaneciendo despierto esa noche. Ese mérito que no se puede ganar bañándose en todos los lugares de peregrinación, haciendo un sacrificio de caballo, o dando vacas, oro o tierra fértil en caridad, se puede conseguir fácilmente ayunando en este día santo y permaneciendo despierto toda la noche.
«Cualquiera que observe Haribodhinī Ekādaśī es celebrado como altamente cualificado y hace famosa a su dinastía. Así como la muerte es segura, también lo es perder la riqueza. Sabiendo esto, Oh el mejor de los sabios, uno debe observar un ayuno en este día tan querido para Harī -Śrī Haribodhinī Ekādaśī.
«Todos los lugares de peregrinaje en los tres mundos vienen a residir al mismo tiempo en la casa de una persona que ayuna en este Ekādaśī. Por lo tanto, para complacer al Señor, quien sostiene un disco en Su mano, uno debe abandonar todos los compromisos, rendirse y observar este ayuno de Ekādaśī.
«Aquel que ayuna en este día de Haribodhinī, es reconocido como un hombre sabio, un verdadero yogī, un asceta, y alguien cuyos sentidos están realmente bajo control. Sólo él disfruta de este mundo adecuadamente, y ciertamente logrará la liberación. Este Ekādaśī es muy querido por el Señor Viṣṇu y, por lo tanto, es la esencia misma de la religiosidad. Incluso una sola observancia otorga la recompensa más alta en los tres mundos.
«Oh, Nāradajī, quienquiera que ayune en este Ekādaśī definitivamente no entra nuevamente a un vientre y, por lo tanto, los devotos fieles de la Divinidad Suprema abandonan todas las variedades de religión y simplemente se entregan al ayuno en este Ekādaśī. Para esa gran alma que honra este Ekādaśī, ayunando y permaneciendo despierto durante toda la noche, el Señor Supremo, Śrī Govinda, termina personalmente las reacciones pecaminosas que el alma ha adquirido por las acciones de su mente, cuerpo y palabras.
«Oh, hijo, para cualquiera que se bañe en un lugar de peregrinaje, dé caridad, cante los santos nombres del Señor Supremo, se someta a austeridades y realice sacrificios para Dios en Haribodhinī Ekādaśī, el mérito así ganado se vuelve imperecedero. Un devoto que adora al Señor Mādhava en este día con una parafernalia de primera clase se libera de los grandes pecados de cien vidas. Una persona que observa este ayuno y adora al Señor Viṣṇu apropiadamente está libre de cualquier gran peligro.
«Este ayuno de Ekādaśī agrada tanto al Señor Janārdana que Él lleva a la persona que lo observa de regreso a Su morada, y mientras va allí, el devoto ilumina las diez direcciones universales. Quien desee belleza y felicidad debe tratar de honrar el Haribodhinī Ekādaśī, especialmente si cae en Dvadasi. Los pecados de los últimos cien nacimientos de uno, los pecados cometidos durante la niñez, la juventud y la vejez en todas esas vidas, ya sean pecados secos o húmedos, son anulados por el Señor Supremo Govinda si uno ayuna con devoción en Haribodhinī Ekādaśī.
«Haribodhini Ekādaśī es el mejor Ekādaśī. Nada es inalcanzable o raro en este mundo para quien ayuna en este día, pues da granos de alimenticios, gran riqueza y alto mérito, así como la erradicación de todo pecado, el terrible obstáculo para la liberación. Ayunar en este Ekādaśī es mil veces mejor que dar caridad en el día de un eclipse solar o lunar. Nuevamente te digo, Nāradajī, cualquier mérito que gane alguien bañándose en un lugar de peregrinaje, da caridad, cantar japa, recitar mantras Védicos, realizar sacrificios y estudiar los Vedas, nada más es una diezmillonésima parte del mérito ganado por la persona que ayuna una sola vez en Haribodhinī Ekādaśī. Cualquier mérito que uno haya adquirido en su vida por algunas actividades piadosas se vuelve completamente inútil si uno no observa el ayuno de Ekādaśī y adora al Señor Viṣṇu en el mes de Kārtika. Por lo tanto, ¡Oh, Nārada!, siempre debes adorar al Señor Supremo, Janārdana, y prestarle servicio. Así alcanzarás la meta deseada, la perfección más alta.»
Nārada Munī le preguntó a su glorioso padre: «Oh, padre universal, oh, el mejor de los semidioses, por favor dime cómo observar este Ekādaśī más sagrado. ¿Qué tipo de méritos le otorga a la persona fiel que lo observa?
El Señor Brahmā respondió: «Oh, hijo, una persona que quiera observar este Ekādaśī debe levantarse temprano en la mañana de Ekādaśī, durante la hora brahma-muhūrta [una hora y media antes del amanecer hasta cincuenta minutos antes del amanecer]. Luego debe lavarse los dientes y bañarse en un lago, río, estanque o pozo, o en su propia casa, según lo amerite la situación. Después de adorar al Señor Śrī Keśava, debe escuchar atentamente las sagradas descripciones del Señor. Debe orar al Señor de esta manera: ‘Oh, Señor Keśava, ayunaré en este día, que es tan querido para Ti, y mañana honraré Tu sagrado prasādam. Oh, Señor de ojos de loto, oh, infalible, Tú eres mi único refugio. Amablemente protégeme.’
«Habiendo dicho esta oración solemne ante el Señor con gran amor y devoción, uno debe ayunar alegremente. Oh, Nārada, quien permanece despierto toda la noche en este Ekādaśī, cantando hermosas canciones que glorifican al Señor, bailando en éxtasis, tocando placentera música instrumental para Su placer trascendental y recitando los pasatiempos del Señor Kṛṣṇa tal como están registrados en las Escrituras védicas fidedignas, esa persona seguramente residirá mucho más allá de los tres mundos, en el reino eterno y espiritual de Dios.
«En Haribodhinī Ekādaśī uno debe adorar a Śrī Krsna con alcanfor, frutas y flores aromáticas, especialmente la flor amarilla de agaru. Uno no debe pensar en hacer dinero en este día tan importante. En otras palabras, la codicia debe cambiarse por caridad. Este es el proceso para convertir la pérdida en un mérito ilimitado. Hay que ofrecer muchas clases de frutos al Señor y bañarlo con agua de una caracola. Cada una de estas prácticas devocionales, cuando se realizan en Haribodhinī Ekādaśī, son diez millones de veces más beneficiosa que bañarse en todos los lugares de peregrinaje y dar todas las formas de caridad.
«Incluso el Señor Indra une sus palmas y ofrece sus reverencias a un devoto que adora al Señor Janārdana con flores de agastya de primera clase en este día. El Señor Supremo Harī está muy complacido cuando está decorado con bonitas flores de agastya. Oh Nārada, Yo doy la liberación a aquel que adora devotamente al Señor Kṛṣṇa en este Ekādaśī en el mes de Kārtika con hojas del árbol bel. Y para aquel que adora al Señor Janārdana con hojas frescas de tulasī y flores fragantes durante este mes, oh hijo, yo personalmente quemo hasta las cenizas todo el
pecados que ha cometido por diez mil nacimientos.
«Aquel que simplemente ve a Tulasī Mahārāṇī, la toca, medita en ella, narra su historia, le ofrece reverencias, le reza por su gracia, la planta, la adora o riega, vive eternamente en la morada del Señor Harī. ¡Oh, Nārada!, aquel que sirve a Tulasīdevī de estas nueve maneras, alcanza la felicidad en el mundo superior durante tantos miles de yugas como raíces y subraíces que crecen de una planta madura de tulasī. Cuando una planta de tulasī, completamente desarrollada, produce semillas de tulasī, muchas plantas crecen a partir de esas semillas y extienden sus ramas, ramitas y flores, y estas flores también producen numerosas semillas. Por tantos miles de kalpas como semillas producidas de esta manera, los antepasados de aquel que sirve a tulasī de estas nueve maneras vivirán en la morada del Señor Harī.
«Aquellos que adoran al Señor Keśava con flores kadamba, las cuales Le agradan mucho, obtienen Su misericordia y no ven la morada de Yamarāja, la personificación de la muerte. ¿De qué sirve adorar a otra persona si todos los deseos se pueden cumplir complaciendo al Señor Harī? Por ejemplo, un devoto que Le ofrece flores de bakūla, aśoka y pāṭalī se libera de la miseria y de la angustia mientras exista el sol y la luna en este universo, y finalmente logra la liberación. ¡Oh, el mejor de los brāhmaṇas! Una ofrenda de flores de kannera al Señor Jagannātha le trae al devoto tanta misericordia como la que se obtiene al adorar al Señor Keśava durante cuatro yugas. Aquel que ofrece flores de tulasī [mañjarīs] a Śrī Kṛṣṇa durante el mes de Kārtika recibe más mérito del que puede obtener donando diez millones de vacas. Incluso una ofrenda devocional de brotes de hierba recién crecidos trae consigo cien veces el beneficio obtenido por la adoración ritualística ordinaria del Señor Supremo.
«Quien adora al Señor Viṣṇu con las hojas del árbol samika se libera de las garras de Yamarāja, el señor de la muerte. Aquel que adora a Viṣṇu durante la temporada de lluvias con champaka o flores de jazmín nunca más regresa al planeta Tierra. Quien adora al Señor con una sola flor kumbhi logra la bendición de donar un lingote de oro [doscientos gramos]. Si un devoto ofrece una sola flor amarilla del árbol ketakī, o manzano de madera, al Señor Viṣṇu, quien monta sobre Garuḍa, se libera de los pecados de diez millones de nacimientos. Además, aquel que le ofrece al Señor Jagannātha flores y también cien hojas untadas con pasta de sándalo roja y amarilla ciertamente llegará a residir en Śvetadvīpa, más allá de las coberturas de esta creación material.
«¡Oh, el más grande de los brāhmaṇas, Śrī Nārada! Después de adorar así al Señor Keśava, quien que otorga toda felicidad material y espiritual, en Haribodhinī Ekādaśī, uno debe levantarse temprano al día siguiente, bañarse en un río, cantar japa de los santos nombres de Kṛṣṇa y rendir amoroso servicio devocional al Señor en el hogar lo mejor que uno pueda. Para romper el ayuno, el devoto primero debe ofrecer un poco de prasādam a los brāhmaṇas y solamente después, con su permiso, comer algunos granos. A partir de entonces, para complacer al Señor Supremo, el devoto debe adorar a su maestro espiritual, el más puro de los devotos del Señor, y ofrecerle comida suntuosa, buena ropa, oro y vacas, según los medios del devoto. Esto ciertamente complacerá al Señor Supremo, el sostenedor del disco.
«Luego, el devoto debe donar una vaca a un brāhmaṇa, y si el devoto ha descuidado algunas reglas y regulaciones de la vida espiritual, debe confesarlas ante los devotos brāhmaṇas del Señor. Entonces el devoto debe ofrecerles algo de dakṣiṇā [dinero]. Oh, rey, aquellos que han tomado una cena en Ekādaśī deben alimentar a un brāhmaṇa al día siguiente. Eso es muy agradable para la Suprema Personalidad de Dios.
«Oh, hijo, si un hombre ha ayunado sin pedir permiso a su sacerdote, o si una mujer ha ayunado sin pedir permiso a su marido, el o ella deben donar un toro a un brāhmaṇa. La miel y el yogur también son regalos apropiados para un brāhmaṇa. Alguien que ha comido solo frutas en Ekādaśī debe donar frutas al día siguiente. El que ha ayunado con aceite debe dar ghee en caridad, el que ha ayunado con ghee debe donar leche, el que ha ayunado de granos debe donar arroz, el que ha dormido en el suelo debe donar una cama con una colcha, el que ha comido en un plato de hojas debe donar una olla de ghee, quien ha permanecido en silencio debe donar una campana, y quien ha ayunado de sésamo debe dar oro en caridad y alimentar a una pareja de brāhmaṇas con comida suntuosa. Un hombre que quiera prevenir la calvicie debe donar un espejo a un brāhmaṇa, uno que tenga zapatos de segunda mano debe donar zapatos y uno que haya ayunado de sal debe donar un poco de azúcar a un brāhmaṇa. Durante este mes todos deberían ofrecer regularmente una lámpara de ghee al Señor Viṣṇu o a Śrīmatī Tulasī-devī en un templo.
«Un ayuno de Ekādaśī está completo cuando uno ofrece a un brāhmaṇa cualificado una vasija de oro o cobre llena de ghee y mechas de ghee, junto con ocho vasijas de agua que contienen algo de oro y están cubiertas con telas. Aquel que no pueda permitirse estos regalos, al menos debe ofrecerle a un brāhmaṇa algunas palabras dulces. Aquel que lo haga seguramente obtendrá el beneficio total del ayuno en Ekādaśī.
«Después de ofrecer sus reverencias y pedir permiso, el devoto debe comer su comida. En este Ekādaśī, Cāturmāsya termina, así que todo lo que uno abandonó durante Cāturmāsya ahora debe ser donado a los brāhmaṇas. Aquel que sigue este proceso de Cāturmāsya recibe mérito ilimitado, ¡Oh, rey de reyes!, y va a la morada del Señor Vāsudeva después de la muerte. Oh, rey, cualquiera que observe Cāturmāsya por completo, sin interrupción, alcanza la felicidad eterna y no recibe otro nacimiento. Pero si alguien rompe el ayuno, o se vuelve ciego o leproso.
«Así les he narrado el proceso completo para observar Haribodhinī Ekādaśī. Alguien que lee o escucha acerca de este Ekādaśī logra el mérito ganado al donar vacas a un brāhmaṇa cualificado».
Así termina la narración de las glorias de Kārtika-śukla Ekādaśī – también conocida como Haribodhinī Ekādaśī o Devotthāni Ekādaśī – del Skanda Purāṇa.
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Hoy, 16 de agosto, es Putradā Ekādaśī Vrataṁ
«En los albores de Dvāpara-yuga vivía un rey llamado Mahijita, que gobernaba el reino de Māhiṣmatī-purī. Como no tenía hijos, todo su reino le parecía completamente triste. Un hombre casado que no tiene hijos no obtiene felicidad en esta vida ni en la próxima. Durante mucho tiempo este rey intentó con todas sus fuerzas conseguir un heredero, pero fue en vano. Al ver que sus años avanzaban cada vez más, el rey Mahijita se puso cada vez más ansioso...»
Lea la historia completa de este Ekādaśī en el siguiente enlace:
https://www-krsna-org.translate.goog/event/putrada-ekadasi-vrata%e1%b9%81-srava%e1%b9%87a-sukla-pak%e1%b9%a3a/?_x_tr_sl=en&_x_tr_tl=es&_x_tr_hl=es&_x_tr_pto=wapp
¡Ekādaśī Maharani ki jai!
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Pāpamocanī Ekādaśī Vrataṁ – Caitra kṛṣṇa pakṣa
Yudhiṣṭhira Mahārāja dijo: “Oh Señor Supremo, he oído de Ti la explicación del Āmalakī Ekādaśī, que ocurre durante la quincena luz del mes de Phālguna [febrero-marzo], y ahora deseo escuchar acerca del Ekādaśī que ocurre durante el mes de Phālguna. quincena oscura del mes de Caitra [marzo-abril]. ¿Cuál es su nombre, oh Señor, y qué resultados se pueden obtener al observarlo?...
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BRAHMOTSAVA FESTIVAL HIGHLIGHTS | MARCH 15 2024
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Mahamandaleshvar Mahant Kṛṣṇa Balarām Swami Prabhupad, Fundador-Āchārya de Bhāgavat Dharma Samāj
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Goura Purnima en Sri Sri Radha Govinda Mandir, 25 de marzo, 2024
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Hace unos quinientos años, Dios apareció con la vestimenta de Su propio devoto llamado Chaitanya Mahāprabhu. Su aparición como devoto de Dios fue predicha en muchas escrituras védicas escritas hace cinco mil años. Las predicciones sobre la aparición del Señor Chaitanya Mahaprabhu se mencionan en el Srimad Bhagavatam, el Mahabharat, el Vayu Purana y en muchas otras escrituras védicas, incluidos varios Upanisads...
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Āmalakī Ekādaśī Vrataṁ – Phālguna-śukla pakṣa
El rey Mandhata le dijo una vez a Vasistha Muni: “Oh, gran sabio, ten la bondad de tener misericordia de mí y hablarme de un ayuno sagrado que me beneficiará eternamente”.
Vasistha Muni respondió: “Oh rey, por favor escucha mientras describo el mejor de todos los días de ayuno, Amalaki Ekadasi. Aquel que fielmente observa un ayuno en este Ekadasi obtiene enormes riquezas, se libera de los efectos de toda clase de pecados y alcanza la liberación...
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Cuando tomas conciencia de que todo es sagrado, porque todo es creado por Kṛṣṇa, en todo está presente Kṛṣṇa, y todo le pertenece a Kṛṣṇa, entiendes no sólo la necesidad, sino la belleza intrínseca de los principios y regulaciones que emanan de las escrituras védicas y de los maestros espirituales fidedignos.
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