Tumgik
#empalizada
Sean bienvenidos, japonistasarqueologicos a una nueva entrega de historia nipona en la que os explico la evolución del artefacto Tanegashima, una vez dicho esto pónganse cómodos, que empezamos. - Fue introducido por los portugueses en 1543, en pleno periodo Muromachi desde la isla que lleva su mismo nombre, el polvo negro químico fue inventado por los chinos en el siglo IX, se usaba para los fuegos artificiales, después se trasladó a otros ámbitos. - Se cuenta que cuando llegó a Japón, un herrero vendió a su hija para poder producir dicho artefacto, era un producto raro y poco efectivo, no todos los samuráis la utilizaban, ya que muchos preferían, todavía, las técnicas tradicionales más efectivas, además la consideraban un elemento deshonroso. El hecho más notable fue el 28 de junio de 1575 en Nagashino, en la Provincia de Mikawa. El clan de Oda Nobunaga se enfrentaba contra el clan Takeda conocido por su temible caballería, Oda Nobunaga emplearía unas empalizadas para proteger a sus soldados de las sucesivas cargas, en esta batalla se usaría el artefacto en masa. Esto lo podéis ver en el famoso videojuego de Total War: Shogun 2. - Esperó que os haya gustado y nos vemos en próximas publicaciones que pasen una buena semana. - 日本の考古学者の皆さん、種子島の遺物の変遷を説明する新しい日本史へようこそ。 - 室町時代中期の 1543 年に、同じ名前の島からポルトガル人によって導入されました。化学黒色火薬は 9 世紀に中国人によって発明され、花火に使用されましたが、その後他の用途に移りました。地域。 - 彼が日本に到着したとき、鍛冶屋はその工芸品を製造できるように娘を売ったと言われています。それは希少で非効率な製品でした。多くの武士が依然として最も効果的な伝統的な技術を好んだため、すべての武士がそれを使用したわけではありません。彼らはそれを考慮しました不名誉な要素。 最も注目すべき出来事は、1575 年 6 月 28 日に三河国長篠で起こった。 織田信長の一族は、恐ろしい騎兵で知られる武田家と対峙しました。織田信長は連続突撃から兵士を守るために柵を使用しました。この戦いでは、アーティファクトが一斉に使用されました。 これは、有名なビデオ ゲーム Total War: Shogun 2 で見ることができます。 - 気に入っていただければ幸いです。今後の投稿でお会いしましょう。良い一週間をお過ごしください。 - Welcome, Japanesearchaeologicalists, to a new installment of Japanese history in which I explain the evolution of the Tanegashima artifact. Having said that, make yourself comfortable, let's begin. - It was introduced by the Portuguese in 1543, in the middle of the Muromachi period from the island that bears the same name. The chemical black powder was invented by the Chinese in the 9th century. It was used for fireworks, then it moved to other areas. - It is said that when he arrived in Japan, a blacksmith sold his daughter to be able to produce said artifact. It was a rare and ineffective product. Not all samurai used it, since many still preferred the most effective traditional techniques. They considered it a dishonorable element. The most notable event was on June 28, 1575 in Nagashino, Mikawa Province. Oda Nobunaga's clan faced the Takeda clan, known for its fearsome cavalry. Oda Nobunaga would use palisades to protect his soldiers from successive charges. In this battle, the artifact would be used en masse. You can see this in the famous video game Total War: Shogun 2. - He hoped you liked it and see you in future posts, have a good week.
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diaslentos · 2 years
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"De improviso, en una cima apareció un jinete vestido de blanco y resplandeciente al sol del amanecer. Más abajo, en las colinas, sonaron los cuernos. Tras el jinete un millar de hombres a pie, espada en mano, bajaba de prisa las largas pendientes. Un hombre recio y de elevada estatura marchaba entre ellos. Llevaba un escudo rojo. Cuando llegó a la orilla del valle se llevó a los labios un gran cuerno negro y sopló con todas sus fuerzas.
—¡Erkenbrand! —gritaron los caballeros—. ¡Erkenbrand!
— ¡Contemplad al Caballero Blanco! —gritó Aragorn—. ¡Gandalf ha vuelto!"
-¡Mithrandir, Mithrandir! -dijo Legolas-. ¡Esto es magia pura ¡Venid! Quisiera ver este bosque, antes que cambie el sortilegio.
Las huestes de Isengard aullaron, yendo de un lado a otro, pasando de un miedo a otro. Nuevamente sonó el cuerno de la torre. Y la compañía del rey se lanzó a la carga a través del foso de la empalizada. Y desde las colinas bajaba, saltando, Erkenbrand, señor del Folde Oeste. Y también bajaba Sombragris, brincando como un ciervo que corretea sin miedo por las montarías. Allá estaba el Caballero Blanco y el terror de esta aparición enloqueció al enemigo. Los salvajes montañeses caían de bruces. Los orcos se tambaleaban y gritaban y arrojaban al suelo las espadas y las lanzas"
(Las Dos Torres, El Abismo de Helm)
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juanhuayra · 2 years
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9 visiones en la Memoria de las Aguas “Tierra de axaguas, tierra de Jirajaras, tierra de Agayones: hombres que saben del mensaje secreto de las piedras y el agua, escriben con fuego sus señales telúricas, hombres fundadores de historias míticas en la piel de la tierra, transmigrantes y sedentarios alfareros de la luz… Entonces, vinieron ellos, impusieron empalizadas en la tierra y rasgaron con hierro y humo nuestras palabras hechas de arcilla y brazos solidarios.
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devtasingh · 3 months
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Día 1 tras el apagón.
Día 1 tras el apagón. Lo primero es que sepáis como sucedió. El día había sido un día raro y bonito.El trabajo se aceleró al poder arrancar el desbrozador. Aunque fue media hora o poco más rindió mucho, pude recortar la mayoría de la vegetación, que como una empalizada ocultaba el paso a la casa.Lo primero fue simple, luego seguí despejando y aunque algunas veces se atrancaba la cuchilla…
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77jose-ricardo77 · 3 months
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VIERNES DE LA XII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, feria
Leccionario
Primera lectura
2 Re 25, 1-12
“Fue deportado Judá lejos de su tierra”
Lectura del segundo libro de los Reyes.
El año noveno del reinado de Sedecías, el mes décimo, el diez del mes, vino Nabucodonosor, rey de Babilonia, con todo su ejército contra Jerusalén. Acampó contra ella y la cercaron con una empalizada. Y la ciudad estuvo sitiada hasta el año once de Sedecías. El mes cuarto, el día noveno del mes, cuando arreció el hambre dentro de la ciudad y no había pan para la gente del pueblo, abrieron una brecha en la ciudad; todos los hombres de guerra huyeron durante la noche por el camino de la puerta, entre los dos muros que están sobre el parque del rey, mientras los caldeos estaban apostados alrededor de la ciudad; y se fueron por el camino de la Arabá. Las tropas caldeas persiguieron al rey, dándole alcance en los llanos de Jericó. Entonces todo el ejército se dispersó, abandonándolo. Capturaron al rey Sedecías y lo subieron a Riblá, adonde estaba el rey de Babilonia, que lo sometió a juicio. Sus hijos fueron degollados a su vista, y a Sedecías le sacó los ojos. Luego lo encadenaron con doble cadena de bronce y lo condujeron a Babilonia. En el mes quinto, el día séptimo del mes, el año diecinueve de Nabucodonosor, rey de Babilonia, Nabuzardán, jefe de la guardia, servidor del rey de Babilonia, vino a Jerusalén. E incendió el templo del Señor y el palacio real y la totalidad de las casas de Jerusalén. Todas las tropas caldeas que estaban con el jefe de la guardia demolieron las murallas que rodeaban Jerusalén. En cuanto al resto del pueblo que quedaba en la ciudad, los desertores que se habían pasado al rey de Babilonia y el resto de la gente, los deportó Nabuzardán, jefe de la guardia. El jefe de la guardia dejó algunos de los pobres del país para viñadores y labradores.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 136, 1-2. 3. 4-5. 6 (R.: 6ab)
R. Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti.
V. Junto a los canales de Babilonia nos sentamos a llorar con nostalgia de Sion; en los sauces de sus orillas colgábamos nuestras cítaras.
R. Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti.
V. Allí los que nos deportaron nos invitaban a cantar; nuestros opresores, a divertirlos: «Cantadnos un cantar de Sion».
R. Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti.
V. ¡Cómo cantar un cántico del Señor en tierra extranjera! Si me olvido de ti, Jerusalén, que se me paralice la mano derecha.
R. Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti.
V. Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti, si no pongo a Jerusalén en la cumbre de mis alegrías.
R. Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti.
Aleluya
Mt 8, 17b
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Cristo tomó nuestras dolencias y cargó con nuestras enfermedades.
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
Evangelio
Mt 8, 1-4
“Si quieres, puedes limpiarme”
+Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
Al bajar Jesús del monte, lo siguió mucha gente. En esto, se le acercó un leproso, se arrodilló y le dijo: «Señor, si quieres, puedes limpiarme». Extendió la mano y lo tocó diciendo: «Quiero, queda limpio». Y enseguida quedó limpio de la lepra. Jesús le dijo: «No se lo digas a nadie, pero ve a presentarte al sacerdote y entrega la ofrenda que mandó Moisés, para que les sirva de testimonio».
Palabra del Señor.
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jcplana · 7 months
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Joachim Schwabing - El hechizo.
El hechizo.
Le temieron. 
 En la próspera aldea, cada pastor se obligaba en su rebaño, las campesinas sembraban y recolectaban en secreta deferencia, los herreros vigilaban la exactitud de los filos. 
 El hechicero se afligía en la reserva que le tendían quienes habitaban la aldea, en el andar sigiloso que se detenía en las esquinas de las casas, en cada bella sonrisa espontánea.
 Y partió. Cruzó las empalizadas a pie, en una mano las riendas del caballo que tiraba de la carreta. La cabaña donde había morado fue pronto esqueleto del fuego y el hechicero aún observaría el halo de las primeras altas llamas antes de girar en el sendero.
 Y fue después que los pastores descuidaron sus rebaños, que las mujeres demoraron el agua y la semilla y que los herreros comenzaron a creer en la herrumbre.
 Los habitantes de la aldea enunciaron la maldición del hechicero y el ocaso apretó el paso. Hoy, el lugar es un temblor y su penumbra y un hombre distante viste la dicha que su ausencia haya desatado.
——
© Protegido
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arieeag · 1 year
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Hijo del este
El libro perdido
Capítulo 23
Al levantarse, Izuku sintió que su cuerpo no había logrado superar ninguna de las emociones del día anterior. Siente la piel pesada, como si lo hubieran arrollado o hubiera dormido con el peso del mundo sobre la espalda. Con desgraciada frecuencia un nudo sordo, tira pequeñas agujas de dolor forzándolo a estirarse para calmar un poco el malestar.
Gin se mofa del sonido inquietante de las articulaciones de Izuku cuando vuelve a estirase, más su jefe debió pensar que estaban holgazaneando, porque sólo unos momentos después profirió un grito hastiado y recriminatorio. De pronto está frente a ellos, resoplando con las manos en la cadera.
– Ya que tienen tiempo, lleven a los caballos de Bakugo, Tordo, Crimson y Gichin, al sector que está detrás de la empalizada oeste. Tendrán que esperar a que terminen el ejercicio para traer a los animales de vuelta.
–Sí señor Sato. – responde atropelladamente Izuku, pero Gin se cruza de brazos sin responder, entornando los ojos.
Sato tensa la mandíbula ante la evidente falta de respeto, pero a diferencia de los demás, se niega dejar pasar la actitud irrespetuosa del beta mayor, sosteniéndole la mirada mientras aguarda por una respuesta que evidentemente nunca llegará. Izuku hace una mueca con incomodidad, resintiendo la rivalidad entre ambos y naturalmente su olor acusa su preocupación.
Sato baja la mirada, incómodo por el picor que provoca el olor del omega, así que, con una última mirada recriminatoria, los deja ir. Izuku se precipita al corral donde deberían estar los tres ejemplares mientras mira de reojo al hombre mayor. “Gin no tiene pelos en la lengua” piensa mientras ensillan a los caballos en silencio.
Si tiene que ser sincero, está preocupado de tener que seguir trabajando con Gin. Desde lo que pasó con Ulgen, nunca más dejó de hablar el idioma común y gracias a eso ahora tiene mucha claridad de la cantidad de las malas palabras que usa y lo mucho que detesta las figuras de autoridad, por ende no puede evitar preguntarse si acaso la actitud de él traerá problemas a futuro o mucho más pronto. Más no está seguro de si pueda pedirle que no lo haga…
En medio de sus dudas, terminan frente a las puertas oeste del fuerte. Del otro lado, un gran número de nómades se congrega practicando ejercicios militares, más en medio de esa multitud, Izuku reconoce a Mashirao en una especie de batalla a mano desnuda contra un beta muy extravagante de cabello rosado, distribuido en mechones gruesos y desiguales, vestido con ropas que mezclan pantalones nómades con la camisa gruesa y cuadrada de los dagobenses.
A unos pocos pasos de distancia, el alfa pelirrojo que conoció en el bosque se balancea con impaciencia, observando cada movimiento como su evaluara cada golpe conectado y movimiento atrevido y ágil. Otros repiten la misma dinámica en grupos apartes e Izuku aprovecha de confirmar la diferencia entre los estilos de pelea de los omegas nómades. Son ágiles, rápidos y agresivos, no hay duda en sus movimientos incluso si su contrincante parece tener más masa muscular. Lo ha tomado un tiempo pero ahora puede reconocer a los omegas con cierta facilidad, al punto que ya está seguro de que el omega de cabello azul que se abre camino para ocupar un lugar para mirar la pelea de Mashiaro con el beta, es un omega dagobense, de los pocos que se mueven con libertad en estos tiempos.
Lo ha visto varias veces cerca del castillo, la mayoría de las veces acompañado por aquel mismo beta peculiar. A veces, se quedan a la sombra del castillo charlando con aires desenfadados, mientras se miran de una forma…más diferente que extraña, íntima y natural, si tiene que ser justo.
La mitad de las veces no puede elegir una sola palabra para describir la emoción que lo embarga  ada vez que ha sido testigo de sus paseos y el roce tímido de sus manos, la risa fácil y despreocupada. Los rodea un aura idealista, generosa y secreta de un tipo amor que no ha podido ver en ninguna de las parejas que ha conocido en el fuerte. Pero últimamente ha pensado que aquel sentir dulce, tierno y lastimero es de hecho melancolía.
La última vez que vio una mirada así fue con su padre, cuando Inko estaba embarazada de Kota. Hisashi se anunció a través de la puerta de la cocina. El alfa de la familia ni siquiera miraba hacia ellos, simplemente se quitó el chaleco de encima, sacudió las botas y luego bastó un instante de realidad, el azar o quizás solo fue el instinto alfa tomando conciencia de su esposa embarazada, pero cuando él alzó la mirada, su rostro se iluminó. De pronto, en sus ojos fue claro como ella era todo, mucho más que un momento, un deseo, un sueño y se pertenecieron el uno al otro en cuanto ella le devolvió la sonrisa con el color dando salud a sus mejillas. Todos esos sentimientos misteriosos se reflejaron de una forma extraordinaria y prometedora…
Esos instantes de felicidad y sosiego nunca pudieron ser olvidados. Sus miedos por el futuro, siempre parecían más prometedores si se permitía imaginar vivir en carne propia aquel momento de perfección natural, y ellos le recuerdan esos momentos de felicidad y sobre todo la esperanza que tenía cuando pensaba en su madre y su historia de amor que no parecía hallar final ni siquiera en su lecho de muerte...
De pronto, Mashirao se rinde al final cuando nota que su velocidad no es suficiente para derrotar a mano desnuda, al beta que es mucho más astuto y diestro de lo que cualquiera hubiera dado crédito. Está a punto de dejarse caer en el piso cuando Eijiro lo atrapa entre sus brazos y se lo hecha al hombro para llevarlo a la carreta con las curanderas.
Izuku disimuló una sonrisa sin dejar de espiarlos. Cuando el pelirrojo bajó al omega este parecía indignado y furioso, hasta que el alfa moduló tres palabras haciéndolo sonrojar hasta el cuello. Sea lo que sea que haya dicho, el propio beta abrió los ojos con sorpresa para luego sonreír mientras se apoyaba al costado de su omega, evidenciando su cansancio.
– No hayo la maldita hora de que nos vean. – refunfuña Gin cruzado de brazos. – Míralos bien Izuku, cuando están separados son más peligrosos que juntos. Te lo digo yo que he limpiado su mierda más de una vez.
Izuku mira de reojo a Gin sin moverse para no delatar demasiado su interés, más no parece que el beta quiera agregar nada más. – ¿La manada de Katsuki?
– Ese idiota, es un zorro igual que Masaru. – berrea demasiado fuerte e Izuku contiene el aire de preocupación, pero nadie parece escuchar su conversación. – No te fíes de él, tiene pájaros por todos lados mirando todo y a todos a su alrededor. No me gusta nada cuando viene, sabe moverse y esconde cosas. Aunque, seguramente no puede evitarlo, después de todo su tribu prepara a los espías…
Una alarma suena dentro de la cabeza de Izuku y con preocupación se da cuenta por primera vez que han cruzado la línea de ser sólo compañeros de trabajo, para tener algún tipo de camaradería. O no entiende porque le estaría hablando con tanta confianza sobre esto. Pero aún si Gin es un hombre de palabras duras, arisco y hasta cierto punto melancólico, nunca lo ha oído decir una sola mentira, si dice que alguien no es de fiar es porque ha dado razones.
–¿Por qué no debería? – más Gin lo observa como si una pregunta estúpida.
–Porque es un alfa, Izuku. – entonces él observa brevemente a su alrededor, con la espalda recta y las manos tras la espalda. – Piensa mal y no demasiado, – murmura e Izuku tiene que forzar el oído para escuchar esta parte. – Es un alfa que ni sus padres estiman demasiado o no habrían dejado que se volara la mano en batalla.
Y como si aquellas palabras fueran alguna clase de detonador, Izuku recuerda las cicatrices en la mano de Katsuki, la masa de arcilla que a veces sostiene con fuerza en la mano izquierda y la batalla con los alfas que querían cortejar a Mashirao. Alguien en esa tribuna improvisada había dicho que estaba tullido y Katsuki se había indignado por eso. Pero él es un guerrero, era obvio que se pondría al frente de batalla donde con toda seguridad saldría herido. Entonces ¿Qué iba evitar Masaru? Para alguien tan orgulloso como Katsuki, seguro que habría sido humillante quedarse atrás.
Gin jadea con cansancio, intuyendo que no le cree. – Todos los Khanes tienen hijos, pero sólo él estaba en la primera línea, se dice que su padre aún con las advertencias de una vidente lo dejó quedarse ahí y lo sacaron casi muerto de los campos de batalla, usaron magia y un sacrificio de sangre para salvarlo. Lo sé porque yo recibí los caballos y estuve en la ceremonia.
El labio de Izuku se tuerce con desagrado. Esa era mucha información para procesar y demasiados detalles sobre la guerra que no está seguro de que deba conocer. Peor, Gin está diciendo que se prepare porque Katsuki lo está vigilando, pero él ya lo atrapó en una red de la que no puede escapar, por el momento. Por otro lado, no puede imaginar a Masaru como alguien desalmado y frío que dejaría la suerte correr en contra de su propio cachorro.
–No me parece que eso lo haga alguien necesariamente malo.
–¿Dije yo que fuera malo? Los malos no son la única clase de personas de las que debes desconfiar. – agrega en tono cansado, pero, aunque ahora no lo entendió del todo, esas palabras perseguirán a Izuku por mucho tiempo.
Los ejercicios terminan y la mayoría se retira de vuelta al castillo o a sus carpas, mientras que los pocos que se quedan recuperan sus caballos y se preparan para la siguiente ronda. Ojiro salta de la carreta, completamente repuesto mirando a los que se han quedado hasta el final hasta que reconoce a Izuku. Inmediatamente corre hacia él con una sonrisa amplia y juguetona. Lo observa con toda la felicidad del mundo mientras Gin pone los ojos en blanco, con la nariz arrugada de disgusto.
–No te envidio para nada que tengas que trabajar con este. – se burla Mashirao.
–Es agradable cuando quiere serlo. – murmura Izuku y Gin hace un ruido indignado.
–Apuesto que nunca quiere. – responde con una sonrisa Ojiro mientras acaricia a Ginshin. Era un caballo cobrizo y crin negra, mediano en comparación a los demás caballos del hijo Bakugo, pero no por eso menos salvaje que los otros.
Crimson, el otro caballo que trajeron consigo, se anima ante la cercanía de Ojiro descubre los dientes para oler mejor cada detalle en la amplia gama de olores que desprende el sudor del otro. Y en medio de eso, un olor de almizcle se impone por encima de todos los demás, el caballo desvía la cabeza y luego galopa raudo directo hacia Kirishima que corre en el mismo sentido.
Izuku jadea preocupado de que vaya a arrollarlo, pero el alfa alza las manos y monta el caballo en pleno movimiento, con una técnica limpia y medida. Continúan directo hacia el norte hasta rodear un barril que está abandonado en medio del campo para finalmente regresar y continuar directo hacia una mesa para recuperar un arco y el carcaj lleno de flechas.
–Presumido. – espeta Gin y luego le da un codazo a Izuku. – Cierra la boca, aquí todos saben hacer eso.
–¡Pero yo no había visto!
–Claro que no, los potreros son muy chicos, una porquería, como todo por aquí.
–¿Y el codazo porque fue?
– Para que cierres la boca. – se burla Gin con crueldad, e Izuku se soba las costillas haciendo un mohín con la boca.
Mashirao entrecierra sus ojos, mirando al par. Es sospechoso que este hombre, entre todos los que trabajan en las caballerizas, este haciendo buenas migas con Izuku. Gin, o más bien Sorahiko es un perro viejo bien conocido en la tribu del este y Oeste, no sólo porque es el guerrero que más regiones ha conocido por el mundo, sino porque él perfectamente podría y debería ser el capataz de las manadas de caballos, pero desde hace más de 20 años rechaza el puesto para quedarse exactamente en este mismo lugar, haciendo el trabajo pesado porque en sus palabras así no envejece. No tiene necesidad de hablar con el omega, menos uno tan joven, pero lo hace…con demasiada confianza.
Así que Izuku debió hacer algo muy bueno para que el hombre se abriera de esa manera o derechamente le han pedido que vigile a Izuku y Ojiro apostaría su propio caballo a que es la segunda.
–No es tan difícil como parece Izuku. –incita Ojiro, recuperando la atención del chico. –Pero hace falta que tengas fuerza en los brazos y que pierdas el miedo al caballo. Si hay duda en tu corazón no funcionará…
–Podría arrollarte si fallas. –murmura el beta, pero desiste de esa lucha al ver la emoción demasiado grande del niño dagobense. Durante el poco tiempo que lleva conociéndolo comprendió varias cosas, la peor de ellas es que Izuku sigue demasiado verde para todo lo que las matriarcas tienen preparado.
–Tienes que saltar en el mismo momento en que agarras la silla. – insiste Mashirao y luego hace una demostración que repite hasta que lo llaman para entrenar el tiro con arco.
Mientras se va, Izuku suspira contrariado. Realmente agradece las enseñanzas de Mashirao pero al mismo tiempo que no se siente capaz… “¿Es lo que Masaru quiere? ¿Otro omega nómade?”. Debería ser así, nada más fácil ni más complicado y sin embargo, siente que se está engañando porque los omegas de aquí son algo único.
Mashirao dirige al caballo con los estribos y según sospecha con sus feromonas, para asestar a varios blancos pequeños situados a lo largo de la empalizada mientras otros omegas vitorean cada acierto. Alguien suspende su entrenamiento para increpar a un alfa que estaba demasiado cerca y se le unen otros para amedrentar al alfa. Otro grupo omega forma un círculo cerrado donde parecen charlar aireadamente sobre algo…
 “¿Qué está pasando?” se pregunta mientras ve como forman pequeñas comunidades, comunicándose con gestos, en un lenguaje místico y fraterno. Están entrenando, pero no puede ver que los omegas que sientan incómodos con otros omegas “Forman alianzas” comprende.
Lentamente, los murmullos espantan a Gin, quien se repliega tan lejos como le es posible, sin que parezca que está abandonando a los estúpidos caballos.
Izuku termina prácticamente solo, y tras un rato demasiado largo se muerde los labios al darse cuenta de que se ha metido demasiado en su mente llamando la atención de un par Alfas nómadas. Uno de ellos murmura algo por lo bajo, el otro recorre con la mirada todo el cuerpo de Izuku. 
Preocupado Izuku toma la rienda de Tordo y lo usa como escudo, luego busca con la mirada a Gin, pero no puede encontrarlo desde esa posición y en su lugar un par de ojos rojos invaden toda su atención.
Katsuki Bakugo está parado de brazos, unos metros más atrás, vigilando los ejercicios de su manada, pero aún si no mira en su dirección, su Omega le advierte que este alfa en realidad está muy consciente de él. Más no es el único. Cuando le da espalda, el par de antes está de vuelta, demasiado cerca, más invasivos y sólo basta una pequeña respiración para que las feromonas para que su estómago se revuelva. La piel en sus piernas pica con impaciencia al tiempo que el calor sube por sus mejillas y su omega se eriza agraviado.
Entonces, retrocede o más bien lo intenta porque el caballo golpea con un casco el piso cruzándose entre esos Alfas e Izuku, siguiendo una orden mucho más poderosa como escolofriante.
El olor de Katsuki los envuelve tan rápido que ni siquiera tiene tiempo de pensar en que está pasando cuando media cuadrilla se inclina en sumisión, excepto por varios omegas que retroceden preocupados y un par de alfas que avanza de grandes zancadas hacia ellos con sus armas en mano. Sin embargo, lejos de amedrentarse por la presencia brillante de Mirio Togata, Katsuki sonríe de esa forma belicosa.
–¡Nos vamos! – espeta una voz grave tras la espalda de Izuku y de pronto su brazo es jalado hacia un lado.
– ¿Gin?... ¿Que acaba de pasar?
El hombre mayor hace una mueca y en lugar de responder hace que Izuku monte al caballo. – ¿Los oliste no? Te marcaron...
Izuku entonces toma las riendas, frena a Tordo para observar hacia atrás.
– Te lo dije, los Alfas son problemáticos, e idiotas.
– ¿Fue un insulto? ¿Me insultaron?
El hombre entonces mira a Izuku con pesar. Lo que intentaron hacer fue mucho más que un insulto, no por las palabras que usaron sino por lo que esperaban conseguir.
–Fue una amenaza…Querían probar un punto, pero no funcionó- responde mientras tira de la rienda del caballo vigilando la espalda de ambos. Izuku es muy joven, tan joven como los demás niños dagobenses que obligaron a aparearse, pero también es más listo, más temerario y tiene mucho más que perder que los otros. “Esta verde, pero hay que hacerlo madurar” piensa Sorahiko. –Ellos, querían ponerte de rodillas.
El calor regresa al rostro del omega, boquea de asombro al tiempo que su mirada se torna vidriosa. -¿Por qué? Huelo a caballos- susurra.
-Niño, no necesitan una razón. Pero será peor para ellos, porque resististe su porquería, mostrando lo patético que es su instinto alfa, sino que te insultaron en público, frente a un Khan y el hijo Bakugo. Tú estás prohibido de muchas formas Izuku, más allá de si nos gusta o no, tienes un lugar, ¿Temporal? Nadie lo sabe, pero tampoco ellos pueden pasar por encima de eso…
-¿Lugar?
- Izuku, eres inteligente sé que lo sabes…No eres sólo un eslabón entre la cadena de omegas tomados en la guerra. Tu sangre es fuerte y mientras más obvio sea, y más espacios ocupes, pones en duda todo lo que sabíamos de ustedes. Los vientos están cambiando. Nadie sabe qué pasará ni a donde nos llevará la próxima primavera, pero sí estamos seguros de una cosa. Katsuki Bakugo se impondrá como el nuevo Khan del este y para ese momento será mejor que tengas donde afirmarte porque ese hombre impulsará a su gente a donde sea necesario con tal de restaurar la tercera capital…
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Desesperado Izuku corre a las caballerizas sin detenerse. Sato lo detiene mientras lo interroga sobre lo que pasó, pero Izuku niega con la cabeza intentando contener las lágrimas que amenazan con salir. Tras él, Gin suspira con cansancio y responde por él, con lo que ambos son despedidos por el resto de la tarde.
Izuku se inclina en agradecimiento y antes de que puedan agregar algo más, corre de vuelta a su refugio sin atreverse a entrar. Kota debería estar adentro, esperándolo, lo verá llorar y se preocupará de nuevo. No puede hacer eso, pero las lágrimas se rebalsan por sus mejillas, solloza y finalmente se desvía hacia el pozo.
Con sus manos, recupera un balde. “No puedo verme” piensa mientras observa la superficie del agua turbia, se ve mayor que principios de año, con los ángulos de su rostro más definidos, los ojos brillantes, las mejillas saludables enmarcadas por los rizos desordenados. Mientras hunde las manos en el agua y se limpia la vergüenza, se empapa de la sensación fría con la esperanza de dejar atrás sus miedos, pero la siguiente vez que mira su reflejo un sollozo fuerte se escapa de sus labios. Su cabello se alisa con el peso del agua y entonces no es sólo un omega maduro lo que se refleja en el agua sino su mamá. Inko aparece como un fantasma, vive en sus ojos y en su sangre, cada vez más fuerte y presente en su vida. “Tú me hiciste de esta manera, es tu culpa” murmura, tirando el balde vuelta al fondo del pozo.
Cuando regresa por sus propios pasos, Inasa está vigilando la puerta junto con Kota. El niño salta cuando lo ve llegar e Izuku se apresura a saludarlos. Toma en brazos a Kota mientras aspira su olor natural. Su voz recita todo lo que puede cocinar con los huevos y el queso.
-Me gustan los huevos cocidos…-responde Kota pero su rostro se tensa mirando algo tras la espalda de Izuku.
Alertado, se da vuelta y ni una sola palabra sale de su boca. Hisashi Midoriya lo observa fijamente como un halcón mientras las sombras acentúan sus rasgos. “Es Inasa”, advierte una voz tras su cabeza, la presencia del otro es tan inquietante que un escalofrió sacude su cuerpo al tiempo que su corazón galopa dentro de su pecho.
El alfa retrocede, sus ojos rasgados se llenan de culpa y preocupación, pasando su vista entre ambos hermanos. - ¡Lo siento!¿Los asusté?
Izuku se muerde los labios, negando con la cabeza. Sus ojos se cierran para eliminar todo rastro de esa visión. Nemuri le dijo eso podría pasar, que lo verían en todos lados que trajeran recuerdos de Hisashi. Sólo que nunca imaginó que podría pasarle a los dos al mismo tiempo.
– Es que siempre entro aquí y no parecía que molestara yo…
-No te preocupes Inasa, creo que me asusté porque asústaste a Kota
- Seré cuidadoso, sigue siendo un nido – agrega con la espalda recta, hasta que recuerda porque los siguió en primer lugar- Izuku, yo vine aquí por algo – confiesa mientras rebusca en sus bolsillos, sacando una daga fina con su funda. – ¿Irás a los túmulos? Sé que no debo inmiscuirme, pero definitivamente no te dejaré salir sin esto. – insiste sacando una voz grabe y firme.
Izuku intenta negar el ofrecimiento, pero una sonrisa acuosa, llena de emociones tiernas y tristes se escapa en cuanto el alfa tomar sus manos y lo obliga a recibir el arma. No tienen que explicarle porque se la dan, y a juzgar por lo que pasó hoy, no está demás que la conserve.
Kota alza su rostro mirando la funda de madera roja y hace un puchero, porque recién hasta este momento comprende que se quedará solo otra vez.
– Kota…Lo hiciste muy bien la última vez. – murmura.
– Porque estaba Kora aquí. – gime el niño.
– Y ahora también va a estar…No tengas miedo, eres un niño grande – intenta convencerlo, pero Kota arruga sus labios, se cruza de brazos y se sienta sobre las mantas del nido que armó para ambos.
– Hice arreglos para que haya un vigilante fijo. – informa Inasa de pronto- Masaru también lo pidió. Todos dormiremos mejor si alguien más vigila tu nido Izuku.
Y no puede negarlo. Toma el regalo de Inasa y promete usarlo para protegerse si un día alguien lleva a los túmulos para hacer mucho más que un robo. El hombre suspira aliviado, pero se despide. La puerta rechina, luego escuchan el repicar familiar de las cadenas junto con el sonido que hace el candado al cerrarse. Están encerrados, pero Izuku siente que puede respirar, quitarse la máscara del rostro, limpiarse los olores del trabajo y aprovechar el tiempo para abrazar a su hermano enojado.
Con toda la paciencia del mundo arrulla a Kota con su olor, despeja su frente húmeda por el sudor del esfuerzo que hace para no llorar o sucumbir a la frustración e ira. Kota lo mira con sus ojos negros de aceituna, aspirando su olor y tras un breve momento de mimos y pequeñas cosquillas, se levantan para preparar juntos la cena.
El estomago lleno siempre hace que Kota duerma mucho más fácil, y mientras lo observa su sueño, prepara un bolso hecho de retazos, llenándolo hasta casi reventar. Es por él que hace todo esto.
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En los túmulos, Izuku busca un escondite adecuado que le permita ver lo que pasa en el claro grande donde está el túmulo de carbón. Su omega se agazapa junto con él y ambos aguardan por la llegada del alfa. La capa cubre por completo su rostro, el hilo verde oscuro no se distingue en la noche y ahora desprende un ligero aroma a su esencia natural, un páramo vigoroso de mentas y hierba buena, enmarcada en una experiencia que él mismo está aprendiendo a aceptar. Aunque, no puede liberarla esta noche ni nunca. Izuku no es estúpido y sabe bien que el alfa está interesado en él, así que debe evitar a toda cosa cualquier cosa que Katsuki tome como una insinuación.
La noche se traga todo a su alrededor, pero incluso si no puede escuchar otra cosa que los grillos o el sonido de su corazón galopante, la vibración premonitoria que sacude la piel de su vientre y el segundo de agitación de su omega advierte que Katsuki está aquí, en algún lugar de este bosque.
El silencio se apropia de la noche con tortuosa lentitud. Esta cerca y él lo sabe, pero ni una sola palabra de aliento o previsión lo prepara cuando la figura de Katsuki se asoma entre las sombras. Se quita la capucha y lentamente deja caer la mochila de cuero al tanto que inspecciona todo el alrededor. Por un momento demasiado largo, el alfa simplemente que queda ahí, comprando tiempo para decidir que hacer o quizás sólo quiere ver cuanto más lo hará esperar Izuku, pero el dagobense no se muestra y Katsuki sonríe de medio lado con cierta emoción.
Aún a esa distancia, Izuku ve como toma una larga bocanada de aire, al tiempo que sus pies se mueven por el alrededor del claro, buscándolo casi de forma despreocupada o indiferente. Parece que va a sentarse en el suelo, pero es un treta, súbitamente regresa a la oscuridad del bosque y aunque no está ni siquiera cerca de su posición, el silencio de sus pisadas sigilosas pone al instinto omega ansioso e impaciente. Su pecho duele cuando contiene la respiración por demasiado tiempo y sólo basta un paso en falso para delatarse.
Inmediatamente, el alfa se voltea siguiendo el sonido de la rama rota. Los ojos rojos se tornan negros, su olor se arisca y de pronto ambos echan a correr. Izuku jadea con fuerza cuando se detiene abruptamente frente a un árbol, Katsuki no se detiene listo para enseñarle porque es tan estúpido incitar el instinto de caza de un alfa, pero termina de rodillas en el suelo, cuando una cuerda bien escondida lo hace tropezar. Un solo pestañeo y el filo de una daga le acaricia la punta de la nariz, junto con un olor terriblemente penetrante y severo.
– ¡Porque me dejaste creer que venir aquí estaba bien! – espeta, pero lejos de ver un solo gramo de preocupación en Katsuki, sólo encuentra la maldita sonrisa orgullosa de los Bakugo antes de ser desarmado y derribado al suelo.
Con un jadeo, Izuku espera el impacto en su cabeza más nunca llega a tocar la superficie. Katsuki lo sostiene con un brazo y luego lo levanta, pasando el otro por debajo de sus piernas.
– ¡Bájame ahora!
– Bien– acepta Katsuki soltándolo de golpe. Izuku por puro instinto se aferra a su cuello cerrando sus ojos, pero en realidad nunca toca el suelo o al menos no lo hace hasta que están de vuelta en el claro del bosque.
Katsuki se ríe entre dientes cuando el omega lo empuja completamente furioso y avergonzado. Hasta que nota las pequeñas lagrimas en su rostro. Izuku se lleva las manos a sus ojos, con fuerza, sus dedos se aferran a los mechos de cabello, mientras se queja de pura frustración. – Oi. No hagas eso…
-¡No lo entiendes! Ninguno de ustedes – jadea retrocediendo lejos de él. – no tienes idea
El olor ácido que desprende el omega, agita su instinto, pero esta reacción no puede ser sólo por un acoso, tomando en cuenta que en realidad Izuku no debería haber sido capaz de entender sus palabras. Sólo que había alguien más ahí. -¿Te lo dijeron?
-Los olí – murmura abrazándose a si mismo. – no hizo falta…y es por eso que sé que no lo entiendes ni te importa.
-Puse a esos hijos de puta de rodillas – brama acercándose mientras busca su rostro- ¡No sólo te insultaron a ti! Tú estas prohibido para todos y quemaré toda la mierda si hace falta, no es su lugar ponerte a prueba menos, así.
-¿Sí? ¿Es así? ¡Todos están mirando en mi dirección todo el tiempo! Nadie habla conmigo a menos que les haya probado que lo valgo, no pude tener mi nido hasta que demostré que podía…lo que sea, no tengo idea de que estoy probando y no sé que quiere tu padre, pero lo que dijo ese día, no lo es kat ¡Ah!
Izuku se queja y jadea con los ojos cerrados, mientras intenta pronunciar el nombre del alfa. Casi no puede hablar de la ira ni tampoco puede dejar de llorar, y lo peor es que no sabe por qué sigue llorando. El tiempo pasa, pero nadie se mueve en cabio se observan en silencio hasta que el viento mueve mas cerca las feromonas del alfa. La caña de azúcar es una esencia alegre y calmante, tan poco propia de alguien como él, pero de alguna forma Izuku no siente ni puede recordar alguna vez en que su olor lo haya invadido como los otros.
Sus brazos caen y Bakugo se acerca, sondea la profundidad de sus ojos y luego expone las glándulas de olor de sus muñecas, donde el aroma dulce toma formas de brisas veraniegas, suaves y reconfortantes. A la memoria regresa el bosque de los cerros gemelos, el primer encuentro entre sus mundos y se niega a caer en la trampa, pero choca contra el tronco de un árbol y el olor termina por invadir cada espacio de su cabeza, ahuyentado la tormenta hasta cierra sus ojos y la mas absoluta oscuridad lo envuelve.
En un suspiro, desaparece su miedo, la ansiedad el olor a humo de los túmulos, el sonido crepitante del fuego que se consume y la voz de Katsuki se difumina hasta desaparecer. Mas cuando sus ojos verdes se abren, esta cerca del fuego, envuelto por el aroma de Kat-suki, su capa y la de el alfa haciendo ungiendo como mantas mientras el olor a carne impregna el aire. En el fuego, el cuerpo de dos aves pequeñas se asa lentamente liberando gotas de grasa, Katsuki las voltea de ves en cuando mientras les arroja un poco del vino que trae en la cantimplora.
Las prendas se resbalan por su pecho cuando se incorpora, pero el frío es mas fuerte, acusando que de hecho se durmió por mucho mas tiempo del que imaginó. Preocupado se cubre con su capa, toma su bolso abrazándolo contra su pecho una vez que nota que Katsuki tiene puesta su punta.
-Me dio frío-confiesa con cierto deje de culpabilidad, más no le devuelve la prenda, en cambio la acerca a su nariz con una sonrisa tramposa. Izuku mira la capa que cubre ahora sus piernas y se la ofrece de vuelta, pero incluso entonces se queda con la punta.
-No puedes quedártela- murmura Izuku aún después de que el alfa comparte una de las presas con él.
Su cabeza se siente liviana, libre en realidad, pero no es algo que valla a decir, en cambio, se arrebuja en la capa del alfa y deja que el otro lo mire comer. Todavía recuerda todo lo que pasó, pero esas feromonas le han quitado todo el peso excesivo y ahora siente que puede pensar mejor las cosas. Lo primero es que es inquietante que esas feromonas puedan dormir a una persona con tanta facilidad, peor, ahora entiende porque Kota intenta escapar cuando Izuku usa sus feromonas maternales para dormirlo. Todo eso implica demasiado poder sobre una persona y Katsuki no es su amigo, y es un alfa.
-Tienes miedo e ira ¿Verdad? - murmura Katsuki dejando de comer- Yo sé de ira, Deku. Y aunque no lo creas, también se lo que es el miedo.
-¿En serio? ¿Sabes lo que se siente saber que todo a tu alrededor sea mas grande que tú? ¿Sabes lo que es perder todo a tu alrededor?
-No, no como tú, pero sé lo que es vivir bajo grandes expectativas. Sé lo que es que la gente mire en tu dirección y juzgue que maldita cosa. Sé lo que es que todos esperen cosas grandiosas de ti mientras yo no sabía un carajo sobre cual podría ser ese futuro y destino …Y sí sé lo que es perder gente, sabes, pero tienes razón en que no es como tú. Yo suelo perder personas de otra forma. Y cuando se van, nunca regresan.
Izuku vuelve a llorar, pero esta vez no hay desesperación ni deseos por hacerse daño. En cambio su nariz de botón se enciende y se muestra exactamente como el  joven de diecies años indefenso que es.
-Extraño mi casa, mi familia kachan y tengo miedo de perder a Kota. ¡Y no es justo! No pude elegir tenerlo y ahora tampoco puedo elegir quedármelo.
-No, no. Eso no es verdad. Es un viaje diferente. Sólo concéntrate en tu prueba, tu cachorro siempre será tuyo, todos los cachorros siempre regresan a su origen, pero es un viaje que no puedes evitar…
-Es mi hijo
-Es tu hijo, pero no es tu vida Deku. Es así con todos los niños. Cuando crecen, deben tomar la rienda de su vida, hacerse un nombre y su identidad para no ser consumidos por el mundo. ¿Quieres se pierda como tú lo haces?
-No
-Sé que tienes miedo, pero lo diferente sólo es eso…Y puedo mostrarte cómo -le dice devolviéndole la daga. – Si sigues viniendo aquí te diré todo lo que quieras saber, te enseñaré todo lo que quieras a cambio de dos cosas. Que me cuentes todo de ti y tu familia, y que le des una oportunidad a mi gente…No a los pocos idiotas que sin duda están en cualquier lugar del mundo, sino a todos los demás que no ven como amenaza a un omega extranjero que intenta aprender de nuestra cultura…¿Puedes prometerlo?
-Puedo.- murmura limpiándose las mejillas. - ¿Me enseñarás a usarla?- pregunta mientras muestra su Daga y Katsuki se rie empujándolo por el hombro.
-Todo es todo…Pero primero termina comer tonto.
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No tienen idea de como me costó sacar este capítulo. Lo acabo de terminar y lo tiro al tiro por acá, para hacerme presión y publicarlo en Ao3. xD
Estoy en un periodo de capacitación en una clínica de servicios cosméticos profesionales. Ha sido una experiencia un poco intensiva y con algunas sorpresas igual importantes, así que ha sido difícil escribir, mas que nada porque me sentía cansada. Siempre me agota conocer mucha gente nueva.
Nos vemos la próxima semana.
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A LOS CORIANOS......... Por Chente Graterol
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Pueblo de Coro, como ciudadano nacido, formado y Criado en la Ciudad Mariana de Santa Ana de Coro, rechazamos categórica y contundentemente la Designación de Nicolás Maduro Guerra "El Nicolacito" como orador de orden en los 496 aniversario de la Fundación de La Noble Ciudad de Coro.
Esta designación por parte de la Autoridades Municipales es una Bofetada y un Golpe Bajo a la corianidad y a la dignidad del pueblo Coriano. Cuales son las credenciales , los méritos y los aportes que esté representante de la Miseria humana ha hecho al país, a nuestro estado y en particular a nuestra Ilustre Ciudad para ser digno de tan alta distinción.
La ciudad Mariana de Coro, Creación maravillosa de Dios, la Noble Ciudad de Santa Ana de Coro, nuestro Coro gentil, nuestro Coro de leyenda e historia, La Primera Diócesis de Venezuela y América, la Raíz de Venezuela, La Cuna de la Federación y hoy Patrimonio Cultural de la Humanidad no merece tener a este mediocre como orador de orden en esta fecha tan importante para Los Corianos y los venezolanos.
Que liga a este señor a la ciudad de Coro que no sea la suciedad, la dejadez, el abandono , la desidia, la miseria y el desastre que juntos a sus socios políticos han tenido sometido a esta maravillosa Ciudad Patrimonial.
Porque, habiendo Tanta gente ilustre y honorable que viven en Coro y fuera de Coro, gente decente, humildes que conocen y aman a Coro merecedores de tan noble distinción porque tuvieron que ir a las Cloacas de la ignorancia a buscar un desabrido, a un desconocido que no le dice nada a los Corianos , todo con el propósito de cumplir con lo único que hacen bien que es ser simples serviles y arrastrados, sobre todo cuando se trata de congraciarse con sus jefes políticos.
Nicolacito, Víctor Clark y Henry Hernández son caimanes del mismo pozo , ellos son culpables de la grave situación en la que se encuentra la ciudad de Coro, pésimos servicios Públicos, deterioro del sistema de Salud, la educación en el suelo, la calles destartalada , son culpables de que la Arquitectura histórica, la historia física de Coro se este desplomando frente a la mirada indiferente de sus gobernantes.
Pueblo Coriano, como dijo un común amigo, rompamos la empalizada del silencio, Saltemos la talanquera de la indiferencia y tengamos sentido de pertenencia, salgamos a defender lo nuestro, salgamos a luchar por el Coro que queremos, el Coro de Nuestros sueños , el Coro de Nuestros anhelos. Defendamos nuestro legado, nuestra historia, todo lo que construyeron con esfuerzo nuestros antepasados. No permitamos que gente que no quiere a Coro, que gente indigna, que gente que ha llenado de hambre y miseria a Nuestro País vengan a darnos clase de dignidad y decencia. Digamos no a la improvisación, #RescatemosACoro hacia sus #500Años #VivaCoro #JusticiaParaCoro
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chulamar · 1 year
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El fenómeno del mar que está devorando construcciones en Sipacate
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Incremento en el oleaje y reducción de la playa, ha generado temor entre los pobladores de Sipacate, Escuintla que ya sufren destrucción y pérdidas.
Construcciones destruidas, pescadores sin trabajo y muchas personas preocupadas, es lo que ha provocado el incremento del oleaje en Sipacate, Escuintla.
Residentes del lugar aseguran que el fenómeno inició hace unas tres semanas. Durante ese tiempo, destruyó por completo un chalet, se trajo abajo parte de la estructura de un hotel que estaba por inaugurarse y otra residencia ha sufrido fuertes daños.
Además, los vecinos han captado cómo la marea ha llegado hasta la ruta nacional, la cual conecta entre Sipacate y la aldea Rama Blanca.
La población está preocupada, la mayoría asegura que nunca habían presenciado una situación similar, pese a que han residido en esa área toda su vida.
La mayor afectación se vive entre las playas Los Pinos y la Empalizada.
Adolfo Pacheco Ruiz es el encargado de la primera construcción afectada. Se trata de un hotel que estaba a pocos días de inaugurarse, pero el 27 de mayo, el oleaje destruyó parte de su estructura.
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Ahora, los dueños, quienes son oriundos de Sipacate, pero migraron a Estados Unidos (EE.UU.) en busca de mejores oportunidades, decidieron colocar una especie de barricada con rocas gigantes, con la esperanza de crear un rompeolas que proteja la estructura del edificio.
La inauguración del hotel Las Gaviotas 2 sería en Semana Santa, pero hubo algunos retrasos que lo impidieron. Ahora, la inversión se incrementó, pero los dueños continuaron con la edificación de su sueño.
"Es muy triste. Los dueños están en EE.UU. y decidieron invertir y darle trabajo a las personas del lugar donde nacieron y vivieron toda su vida... Ahora, parte de la estructura del hotel se vio con muchos daños y decidieron colocar rocas. Esperamos que esa medida beneficie las visitas, pues tendrá un atractivo extra", manifestó el alcalde de Sipacate, Walter Nájera.
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El chalet en ruinas
Mientras avanzaron los días, "el mar se calmó" y los residentes del lugar volvieron a la tranquilidad. Sin embargo, el miércoles 7 de junio, ocurrió otro incidente.
No sólo el mar se salió de su cauce, sino que atravesó residencias hasta llegar a la carretera nacional que conecta a Sipacate con la aldea Rama Blanca, regresando el miedo a los pobladores que no se explican qué está ocurriendo.
Además, ese mismo miércoles, el mar ingresó tanto y tan fuerte que socavó los cimientos de un chalet y lo derrumbó parcialmente.
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Un día después (8 de junio) el oleaje volvió a ser intenso, al extremo que terminó por derrumbar la construcción que quedaba.
La población tiene miedo. Ese es el caso de Marleny Furreas, residente de Sipacate, a quien la curiosidad de sus hijos la hizo ir al chalet destruido para ver de primera mano lo que está ocurriendo.
"Estamos viendo que está peligroso. Vivo acá desde hace 13 años y esto nunca había ocurrido. Tenemos miedo y es sólo de pedirle a Dios por nuestros hijos... me pongo a pensar en las personas que están pasando esto, se están quedando si vivienda", lamentó la joven mujer.
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¿Oleaje normal?
La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) realizó una visita de campo donde determinaron que no hay familias en riesgo, ya que en las áreas afectadas sólo hay edificaciones como chalets y hoteles.
"Según los reportes del Insivumeh (Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología) el oleaje está en parámetros normales, pero la baja presión que ha habido, existe la probabilidad que esto haya afectado el nivel del mar y esto generó la afectación", manifestó Dora Sarpec, delegada Departamental de Escuintla de la Secretaría Ejecutiva de Conred.
Walter Nájera, alcalde de Sipacate, confirmó que la zona afectada está lejos de las viviendas de los residentes de Sipacate. No obstante, comentó que activaron las alertas tempranas entre los pobladores para que al momento de detectarse algo anormal que los pueda afectar, las personas puedan ser evacuadas y llevadas a un lugar seguro.
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De acuerdo el jefe edil, de los 43 kilómetros del Litoral del Pacífico que tiene el municipio, unos 20 están siendo afectados y cree que se trata de dos fenómenos, no sólo el llamado "mar de fondo", sino que por los alfaques lo que ha generado olas más fuertes, más altas y más extensas.
"Tenemos alrededor de 22 casas dañadas, entre chalets, hoteles, casas y ranchos de descanso... Lamentamos que este fenómeno natural esté afectando, pero gracias a Dios la población de las áreas urbanas está protegida, pero esperamos que las condiciones climáticas cambien", manifestó.
Al tiempo que comentó que los registros que tienen confirman que un fenómeno similar ocurrió hace 17 años, cuando "el mar de fondo destruyó el 60% del hotel Rancho Carrillo", pero lo que más le preocupa es que esta situación ha afectado fuertemente el turismo y al sector pesquero.
"Los peces se alejan y la marejada impide que los pesqueros puedan salir. Llevan cerca de 22 días sin poder ir a pescar y eso les está generando pérdidas y complicaciones económicas", manifestó.
Los pescadores sin pesca
La destrucción y el miedo no son los únicos problemas que enfrentan los residentes de Sipacate, la situación se ha vuelto complicada para los pescadores del lugar, quienes tienen ya varias semanas sin poder embarcarse, provocándoles grandes pérdidas.
"Por las lluvias no hemos podido entrar, porque ha estado fuerte la corriente y ha habido grandes chubascos allá adentro. Hemos estado varados porque la ola ha estado grande", explicó Luis Morales, pescador artesanal.
Según Morales, es normal que las olas crezcan en tiempo de lluvia, pero no como ha ocurrido en las últimas semanas y recordó que para los huracanes Stan (2005) y el Mitch (1998) vivieron una situación similar. "Antier se hundió una lancha, porque estaba grande la ola y trataron de salir. Los pescadores lograron salir, se corre mucho riesgo", dijo.
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Mientras que Edwin Segovia, encargado de la pesca artesanal que agrupa a unos 260 pescadores, comentó que tienen alrededor de una semana sin salir a pesar, debido al fuerte oleaje y porque el mar está muy crecido. Sin embargo, el trabajo ha sido intermitente, pues en un aproximado un mes el oleaje ha sido irregular.
"Nos ha llevado el diablo... esto no es normal, todos los años ha subido el tumbo, pero esto que está ocurriendo no es normal... tengo 52 años de ser pescador y nunca habíamos visto este tumbo, ya llevamos casi un mes. Baja la marea, después vuelve a subir... se nos ha ido muy profundo la pesca", narró Segovia a Soy502.
Además de pérdidas por no lograr salir a pescar, los costos se han incrementado, ya que al alejarse los peces e incrementarse las olas, ellos han tenido que adentrarse más al mar, lo que significa que gastan más combustible, hielo y tiempo, sin olvidar que arriesgan su vida.
"Una de las embarcaciones se adentró hace unos días y gastó casi Q2,500, cuando lo normal no pasa de unos mil quetzales. Recuperó la inversión porque nadie había salido y vendió todo su producto, pero uno se arriesga mucho más", detalló.
Por ahora, los pescadores han estado sobreviviendo con lo poco que han pescado en el embarcadero, así como con la ayuda que han recibido de la Municipalidad de Sipacate, en donde les han dotado de víveres.
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¿Qué está ocurriendo?
El fuerte oleaje no es exclusivo de Sipacate. En el puerto de Iztapa los vecinos quedaron horrorizados cuando el mar creció tanto que llegó hasta el cementerio y socavó varios nichos y los restos de muchas personas terminaron en el mar.
Además, medios internacionales han reportado oleajes y fuerte intensidad del mar en Perú, donde el 4 de junio declararon alerta en Buenos Aires, Argentina, donde el mar llegó hasta las viviendas. Lo mismo ocurrió en Chile.
Luis Pedro García, de la dirección de Oceneografía del Departamento de Investigación y Servicios Hídricos de Insivumeh, explicó que según el monitoreo diario que realizan, se ha identificado que el oleaje está "un poquito alto, pero no pasa de los niveles normales establecidos".
"Consideramos que el principal factor de lo que está sucediendo es que el nivel del mar está entre 20 y 25 centímetros más alto de lo normal. Entonces, aunque es un oleaje que no pasa de los niveles de referencia, al estar el mar más elevado de lo normal, tiene estos efectos", detalló.
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Además, indicó que "de manera preliminar" asocian el incremento del mar a un "cambio que incide con la fase del Fenómeno del Niño y los cambios de la temperatura superficial del mar", pero se continúa con los análisis para determinar las causas reales del problema.
Sin embargo, Cristofer López, director de la Asociación Guatemalteca de Abogados Ambientalistas (AGUAA), indicó que este fenómeno se repite de manera cíclica y que a lo largo del tiempo se ha documentado el llamado "mar de fondo", el cual consiste en marea alta que se genera en la profundidad del mar ya sea por lluvia extrema, vientos, movimiento de las placas u otros factores, que terminan repercutiendo en lugares muy alejados, como las costas o playas en todo el mundo.
Además, explicó que en todo el mundo nivel del mar se está incrementando como consecuencia del calentamiento climático y el descongelamiento de los polos. "Estamos preocupados porque esta situación va a seguir ocurriendo y creemos que con más frecuencia", manifestó
No obstante, consideró que uno de los grandes problemas radica en la falta de un plan de ordenamiento territorial, pues la Oficina de Control de Áreas de Reserva del Estado (Ocret) "otorga permisos o licencias en lugares donde no debería, entonces vemos catástrofes que pasan a ser un efecto de una actividad mal planificada".
Mientras que Gerardo Paiz, activista de Madre Selva, aseguró que otro factor sería la destrucción de los manglares, lo que ha dejado desprotegidas las costas del país, por lo que recomendó a la población proteger los bosques determinando qué los está dañando para cambiar ese comportamiento y tratando de promover la recuperación natural de los mismos.
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Hijos del este
El libro perdido
Capítulo 7: La toma de los páramos
Desde la torre sur en Yukai, resuenan los cuernos de batalla advirtiendo la llega del enemigo.
Todo el castillo está delimitado por una empalizada que oculta el foso inundado con agua de río. En otros tiempos, el modesto castillo era conocido más allá de las fronteras por las complejidades de su estructura, pero con los años, la paz y la falta de desafíos, incluso la fosa perdió fuerza, caudal y terminó habitada por anfibios, peces y pequeños nidos de aves acuáticas.
En el adarve, los pocos flecheros se preparan para vigilar la muralla de piedra a través de las almenas. La caballeriza, se mantiene firme contra el rastrillo para proteger la única entrada y salida del castillo mientras que en la torre del homenaje y en las mazmorras, mantienen protegidas a las familias que lograron escapar del ataque nómada.
Menos de un día tuvieron antes de que la amenaza llegara desde el sur, sin ningún aviso desde las torres de vigilancia. Tan rápido que nadie tuvo tiempo siquiera de reorganizar las tropas, avisar a la compañía que partió al oeste, ni pensar en atacar directamente la horda de salvajes.
Yo Shindo sólo tiene 27 años, pero es el soldado más experimentado de todo el castillo, aunque no está liderando por derecho propio. Tomó el mando luego de que el maestre intentara cerrar las puertas a las familias que pedían asilo. Shindo estaba fuera del castillo, en el puente levadizo cuando el hombre ordenó cerrar las puertas, pese a que habían casi 300 metros de personas esperando entrar, incluyendo campesinos, mercaderes y las familias de los propios aspirantes que se entrenaban para ingresar a la vanguardia del rey.
Él nunca pensó que sería capaz de algo así: amotinarse contra el maestre, pero la expectativa de morir en ese momento por la espada de los jóvenes que no estaban dispuestos a dejar a sus familias fuera del castillo y la desesperación de esas personas, le hizo pensar que el castigo por desobediencia sería insignificante.
Pero ahora…Ahora que todo paso, está al frente dirigiendo a un montón de niños, porque los soldados más experimentados partieron a la frontera hace días para responder al llamado de refuerzos en la frontera.  
Tampoco tiene miedo a morir por la traición, porque el maestre falleció solo unas pocas horas después de ser encerrado en su despacho. Todo lo que sabe de este incidente es que su cuerpo se precipitó al suelo mientras Shindo, por suerte, estaba abajo en el patio con cientos de testigos para confirmar que no lo había matado él.
Por desgracia, si los campesinos ya estaban asustados por los nómadas que se acercaban desde la frontera oeste, con la muerte del señor feudal, el pánico se propagó como un incendio. La gente gritaba, se empujaban unos a otros mientras algunos respondían a los empujones con violencia, insultando y ofreciendo pelea a quien tuvieran en frente.
El alfa sacó su espada para imponerse antes de que todo se saliera de control y bramó ordenes, insultos, les gruñó en la cara a unos y habló por tanto tiempo que luego no recordaba que dijo ni a quién, pero los mocosos que ahora tenía a su cargo junto a los campesinos, se llevaron al cuerpo y el resto se repartió en piñones de 6 para asumir diversas funciones, mientras los estudiantes más antiguos les enseñaban a tomar la espada a otro grupo.
Campesinos o no, tendrían que defender las murallas si el asedio de los salvajes les permitía llegar hasta ese punto. Además, era imposible que los refuerzos de Muzan, (el siguiente castillo al norte desde su posición hacia el norte), llegue con refuerzos antes de una semana por la distancia y la necesidad de reunir las tropas.
Esta sería, en el mejor de los casos, una guerra de desgaste, pues, sin armas, artillería, ni soldados experimentados que pudieran enfrentar a los bárbaros, no era sensato creer que hubiera una oportunidad de luchar con ellos de frente.
Necesitan que así sea, incluso si saben que los muros no pueden resistir un asedio prolongado debido a que los trabajos de mantenimiento se pospusieron por un tiempo.
Con sólo un día y medio, logró organizar y distribuir los pocos recursos. En los adarves del sur, concentraron las antorchas y muñecos de paja para hacer parecer que había más hombres defendiendo el castillo. En la entrada, prepararon las ollas con aceite hirviendo, sin embargo, la mitad de los calderos los desviaron en las murallas más débiles en caso de que recibieran un ataque en esa zona.
Ahora todo lo que queda es esperar a que los salvajes embistan las murallas a tiro de arco para diezmarlos en lo que Muzan respondía al llamado.
Es media tarde cuando el cielo se iluminó de rojo violáceo, interrumpido por cúmulos de nubes mezquinas mientras que en el horizonte lejano aparecen las primeras sombras de las huestes salvajes.
Shindo Yo, sube a la torre del matacán tan pronto las primeras voces advierten de la amenaza y resuenan firmes los cuernos de guerra. Allí los latidos de su corazón resuenan atronadores en sus oídos por el sobre esfuerzo de cruzar medio patio y subir las escaleras de dos en dos. Cuando se recompone, ni siquiera tiene que forzar la vista para ver la enorme horda de salvajes que avanza sin prisas, organizada en cuadrillas de 500 hombres, moviéndose con disciplina.
- ¿Cuántos van? - pregunta un soldado desde el patio de armas, pero Shindo sabe que no le alcanzan las manos para calcular ese despliegue de fuerza.
- ¡Primera vanguardia! - grita, cuando haya la voz- ¡1500 hombres! ¡Segunda vanguardia, 1000 hombres! ¡Caballería! ¡1500 hombres…!
- ¡Huestes al oeste! -Interrumpió un vigía y Shindo corrió hasta su posición para verificar con sus ojos el descubrimiento. Con horror, fila tras fila de jinetes salvajes salió de los bosques al tanto que los arqueros montados iban cruzando el puente, tomando formación de frente con sus estandartes rojos y las espadas curvas alzadas en lo alto.
Entonces supo que no había sido la imprudencia de la gente lo que les impidió llegar antes a pedir resguardo, sino la guerra que había comenzado bajo sus narices sin tener la menor sospecha.
Con todo lo que daban sus pies, Shindo corrió escaleras abajo, cruzo el patio y empujo a los granjeros que obstruían el paso para llegar a hasta el palomar para advertir a la ciudad de Musutafu y el castillo Muzan, la ciudadela más próxima a ellos.
Tomó del brazo a uno de los aspirantes y lo sentó de un empujón para que escribiera la alerta 10 veces y luego soltara una paloma cada pocas horas. Todo lo que quedaba era rezar porque la fortaleza de Muzan se lograra abastecer mejor que ellos y lograran reunir los hombres que necesitaran.
Las huestes de Mitsuki ni siquiera se acercaron a tiro de arco,} y en su lugar se reorganizaron directo al norte, como si supieran que ellos no eran un problema, como si esperasen a un enemigo desde el norte.
Shindo sudo frío y perdió el hambre esperando un movimiento de los salvajes, pero ellos no estaban interesados en la fortaleza, no todavía. Y solo unas pocas horas más tarde supo porque, la vanguardia de Muzan llego al campo listo para luchar como si hubieran conocido de ante mano la llegada de los salvajes.
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En la llanura, por encima de las lomas Mitsuki se posicionó en medio de su ejército cabalgando una yegua cobriza de crin negra. Junto a ella, su esposo monta un semental Blanco, portando una espada, listo para ordenar el ataque. En su flanco izquierdo la manada de su hijo se organiza para proteger su espalda, excepto por Kirishima, Tokoyami y el propio Katsuki.
El cenizo se negó a estar a cargo de la caballería, porque tendría que dejar atrás su espada y usar el arco o la lanza, en su lugar exigió estar al frente de la batalla junto a la primera vanguardia. Tras él, una formación compuesta por 500 soldados espera la primera orden de su líder, quien se ha equipado casi con la armadura completa.
Katsuki lleva escudo de metal pequeño y su espada ya está desenfundada, con la cinta roja de la empuñadura atada a su muñeca, en caso de que el destino quiera traicionarlo nuevamente. Kirishima se ubica justo a su lado derecho, porta un escudo de acero más grande que el de Katsuki, con el dibujo de un dragón y lleva una espada llena de dientes y a la izquierda de Bakugo las sombras le nublan la vista súbitamente.
-Creía haber dicho que te quería al mando de mis hombres, protegiendo a mi padre. - espeta Katsuki hacia Tokoyami que se abre paso a su lado.
-Me diste la orden, pero antes ya me autorizaste para patearte si te veía haciendo otra estupidez como la que casi te mata con Mirio…Y en tu caso, esto cuenta como una patada en las pelotas
El rostro de Katsuki enrojece de ira, sus dientes rechinan mientras prepara una retahíla de insultos, pero Tokoyami no le da tiempo a responder- Juzgué mal tu madurez si todavía pediste estar al frente de batalla con la herida fresca en tu hombro. – incrédulo Katsuki mira hacia Kirishima. El pelirrojo tiene la boca abierta mientras sacude la cabeza con pasmado, a él no se le había escapado que Katsuki había vuelto a sangrar la noche anterior.
-Maldita sea ¿Cómo demonios te enteraste?
-Eso no importa ahora, pero ni creas que dejaré que te mueras antes de cumplirme.
-No te he fallado nunca, pero sigues desautorizándome... ¡La mierda no esta tan mal! – sisea.
- Tal vez no, pero llevas un escudo, te has amarrado la espada a la muñeca y eso solo me dice que el bastardo de Mirio hizo más daño del que dejaste entrever.
- Se recuperará -agrega el alfa mirándolo a los ojos- pero no puedo usar mi magia hasta que esté bien cerrada la herida del hombro- confiesa.
- Katsuki, no puedes seguir dejando que tu orgullo te ciegue, en este punto, cualquier movimiento en falso te hará lamentarlo el resto de tu vida…- le dice mirándolo con reprensión.
- No fue mi orgullo- le dice y Tokoyami sonríe con incredulidad y cierto deje de amenaza- no solo fue mi orgullo- se corrige entornando los ojos- No soy bueno con el arco, y la lanza habría supuesto demasiada tensión a mi muñeca y hombro
Tokoyami asiente más tranquilo ante la respuesta medianamente sensata. Katsuki como hijo de un Khan debe demostrar el doble de méritos que el resto, por lo que no era una opción quedarse en el campamento a descansar. Sin embargo, también es cierto que Katsuki es una estrella nueva en cielo. Su magia es una cosa nunca vista entre los nómadas, tan poderosa como peligrosa. Le tomó años de practica dominarla, debiendo inventar por sí mismo los principios para controlarla, pero eso supuso mucho esfuerzo y años de estudios, con lo que debió sacrificar otras artes de la guerra que no serían a fines con su peculiaridad, así que puede entender que lo motivo estar en la vanguardia con los demás espadachines, pero de todas las formaciones tomó la primera y más peligrosa.
Quiere decir algo más, pero el ejercito enemigo ya se ve por encima de las colinas. Avanzan en una formación semejante a la de ellos, pero sólo abarcan tres cuartos del ancho de su formación. Se separan en grupos de 200 hombres y van bien equipados, pero son menos de lo que esperaban, incluso para lo que prometió Mei Hatsume la espía que lleva infiltrada casi 10 años en Dagobah.
El cuerno de guerra resuena atronador y entonces la marcha reinicia para que los dos ejércitos se encuentren. Primero avanzan lento, con pasos pesados y rítmicos, luego es una carrera en picada cuando obtienen suficiente distancia de la caballería que está esperando la orden de avanzar. Están a menos de medio camino cuando los arqueros dagobenses lanzan la primera ráfaga de flechas, Katsuki y Kirishima alzan sus escudos mientras flexionan las rodillas ligeramente, esperando el impacto, pero una sombra negra los cubre y se traga cada saeta quebrándolas en pequeñas esquirlas.
A su alrededor, algunos caen muertos, otros resultan heridos, pero la marea se impone hasta alcanzar a la primera línea de los dagobenses con un choque de fuerzas brutal. Hay hombres que no resisten el empuje de la horda de salvajes, caen de espaldas mientras la marea pasa por encima con gritos feroces. Otra lluvia de flechas pasa de largo por encima de sus cabezas, lastimando a los salvajes de más atrás.
El cuerno de guerra resuena otra vez a la lejanía y otro responde más agudo desde las filas enemigas y con eso las caballerías de ambos bandos se preparan para el segundo asalto.
Katsuki raja a dos enemigos de un corte limpio, patea a otro que estaba atrás mientras Kirishima embiste con el escudo a un soldado enorme que porta un martillo de guerra. Tokoyami se queda tras ellos, con las manos extendidas mientras las sombras frenan los pies de los enemigos manteniendo un margen de seguridad para que sus compañeros no se vean acorralados en número y luego las usa como escudo cuando la caballería se abre paso arrollando aliados y enemigos por igual.
Una flecha pasa silbando a un lado de la cabeza de Tokoyami, alguien grita en su dirección y de pronto dos arqueros lo apuntan protegidos por 3 espadachines. Inmediatamente retrae las sombras hacia él, pero ni siquiera alcanza a dar dos pasos cuando una mancha amarilla sale desde la nada para enfrentarlos.
Mirio Togata llega con su sonrisa eterna, haciendo gala de toda su fuerza y su destreza como guerrero, mata a los arqueros mientras Katsuki y Kirishima se encargan de los espadachines. El hombre ríe fuerte y de buena gana mientras los enemigos siguen llegando, hasta saluda a Katsuki cuando tiene la oportunidad, pero el alfa le enseña el dedo medio antes alejarse en dirección contraria.
Tokoyami entorna los ojos, enojado al ver la breve discusión del par. Mirio es ahora un Khan, uno que es avalado por Yagi el pacificador, un héroe de las guerras esteparias. Es un superior en toda regla y como tal podría mandar a castigarlos tras la batalla y ni siquiera Mitsuki podría interponerse, porque tiene que dar el ejemplo frente a todos los demás.
-  Que inmaduro. – susurra sacando la espada para sumarse junto a Bakugo en su flanco izquierdo. Si no tiene cuidado, se agotará demasiado pronto, sin embargo, la victoria llega rápida y contundente poco tiempo después.
Desde el castillo, Shindo vio morir hasta el último hombre cuando el general inicia la retirada. Los arqueros montados de los salvajes simplemente no les dan la oportunidad, haciendo gala de su puntería casi perfecta.
- ¿Se acabó? - pregunta alguien a su lado, la voz seca y atónita.
- Se acabo. - confirmo Yo, enfundando su espada mientras retornaba a sus aposentos. De pronto había recordado que llevaba más de 15 horas sin descansar o comer.
En la llanura, Mitsuki celebra la primera victoria junto al enardecido grito de júbilo de sus hombres. Junto ella el mismísimo Khan del sur Mirio Togata la reverencia con esa sonrisa brillante que recuerda las de su maestro Yagi, cuando era más joven.
A lo lejos divisa a su hijo, regresa del campo de batalla con el rostro y la ropa salpicada de sangre y barro, Tokoyami va detrás con el casco de cuervo en una mano y la ropa prácticamente limpia y todavía más atrás Kirishima se asoma entre la gente con una sonrisa llena de dientes, trae el escudo abollado, la espada en su funda y arrastra un martillo de guerra con restos de carne atrapados en las púas.
Cuando pasan junto a ella, ninguno media una sola palabra y ella misma guarda distancia para no demostrar favoritismo, ni dar pie a confusiones, sin embargo, todavía se escapa una leve sonrisa orgullosa cuando Katsuki pasa por su lado para hacer un rápido conteo de los sobrevivientes de los hombres que acompañó y lideró en la batalla.
- ¿Dónde está la maldita carreta? ¡Traigan antorchas! Tengo 10 heridos por allá…-grita subiéndose a un caballo. Alguien pasa corriendo, le entrega un palo con un trapo impregnado de aceite, Katsuki enciende la antorcha con un chasquido de dedos y luego parte junto a la carreta para buscar a su gente.
Una voz la distrae de toda la escena, su mirada regresa hacia Mirai. El hombre parece cansado, trae los ojos oscuros por falta de sueño, cansancio por el viaje y el uso de su peculiaridad. Por esta vez se quedó lejos del peligro, acompañando a Masaru en las colinas para vigilar el resultado aplastante de la batalla. La caballería consiguió capturar a uno de los capitanes y antes de matarlo, Mirai gasto casi toda su energía en ver su futuro…
Si tan solo el hijo Bakugo no hubiera aparecido otra vez en esas visiones.
- ¿Qué viste?
- Dos hijos perdidos en el bosque levante, pero tres son caminantes…- dice con los ojos cerrados- no sé quién es el tercero, pero sigue anunciándose sin que mostrar el rostro...
- ¿No dijiste la última vez que eran tres hijos perdidos?
El hombre sonríe gratamente sorprendido. Muchos meses atrás ya había tenido varias visiones cuando tomó la mano de Katsuki, pero ese no era un detalle que le hubiera comunicado a su Gran Khan, sino a Masaru la Gran Matriarca. No era un secreto, pero el hombre le había pedido que no le mencionara el asunto a la mujer, aunque quizás el solo le contó la parte que no menciona a su hijo.
- Parece ser que uno está regresando a casa…- le dice mientras observa su reacción en busca de algún signo de reconocimiento, pero ella es imperturbable- lo siento, necesito volver al campamento con los demás, ya no seré de utilidad aquí…
-Adelante, entonces – se despide la mujer con un gesto.
En ese momento, Mitsuki reúne a los kahnes del sur y el oeste, mientras se encienden fogatas por todo el alrededor del castillo. Ahora solo queda prepararse para el asedio y la toma de Yukai.
En poco más de dos horas, las carretas que se habían adelantado temprano en la mañana, arman dos decenas de yurtas, a unos 300 metros al sur, alzando estandartes y banderas de cada clan convocado y cuando han terminado la tarea se retiran al campamento original de la campaña, llevándose consigo a los heridos.
Por la mañana, las huestes de los nómadas se forman esta vez de frente a la fortaleza y con ello, todo el castillo se prepara para el asedio mientras su general, Shindo Yo, trae en el cuerpo 10 onzas de vino, medio pan y la certeza de que ya perdió la batalla.
Por la noche, ingresó al cuarto del maestre, allí tomó el mapa de la región, la espada de acero del anciano y revisó los documentos que tenía escondidos dentro de un cajón cerrado con llave. En ese momento, ya estaba medio borracho cuando uso el atizador de la chimenea para forzar la cerradura, pero el mareo y la alegría momentánea se le fueron de un plumazo cuando reconoció el sello imperial.
Eran al menos 10 mensajes del norte y su contenido era claro y funesto: el desaparecido Natsuo Todoroki fue declarado muerto tras 3 años de búsqueda infructuosa y el propio rey Enji Todoriki está muriendo de una enfermedad incurable. Shindo ya sabía que todo el linaje imperial había nacido bajo una mala estrella, era el rumor que surgió luego de que el hijo mayor y la esposa murieran en un incendio del palacio, que cobró 300 vidas entre nobles, eunucos y sirvientas. Pero otra cosa era que se confirmara como toda la línea de sangre había sucumbido a la maldición y la desobediencia.
De los 4 hijos nacidos de la semilla de Enji, sólo quedan dos, Fuyumi una mujer beta y Shouto un omega de 11 años.
La beta hace más de 10 años que había renunciado a su título y herencia para investirse con el velo de las sacerdotisas, en consecuencia, perdió todo derecho sobre el trono, y el príncipe Shouto por ley todavía puede ser coronado y puesto al poder, pero no soltero. Sólo tiene que contraer matrimonio con un alfa de la corte. No importa que tenga 11 años, ni que su celo no haya llegado, porque será el primer consejero del rey quien asuma el liderazgo hasta que el niño haya madurado. El problema nace cuando la mitad de los ministros es candidato elegible o tienen herederos habilitados para el matrimonio, con lo cual Enji debe decidir con quien casar a su hijo omega antes de morir.
Las cartas también solicitaron el envío inmediato de soldados a la capital para lo que llamaron “refuerzo del orden público”, entregando una lista larga y detallada de todas las fortalezas que debían sumarse a la solicitud del rey, junto a los generales de las familias más antiguas de cada región. “Valla eufemismo estúpido, pomposo y burdo”, maldijo Shindo Yo entre dientes, porque lo que estaba pasando en la capital no era otra cosa que una guerra civil entre ministros por la mano de Shouto Todoroki.
De acuerdo con esta maldita lista, Muzan literalmente era el último bastión que podía ayudarlos, porque Deika, Musutafu y Quing Quing (las siguientes fortalezas hacia el norte) ya deberían haber respondido a la orden del rey, considerando que las cartas estaban fechadas hace mes y medio. Entonces se quedarán aquí encerrados a morir de hambre en tanto el Rey o Redestro, su primer consejero, logren controlar las presiones de los ministros para casarse con el último heredero al trono de los Todoroki….
Los salvajes ya están ordenados en filas portando estandartes. Todavía se están varios metros más allá, lejos del alcance de sus arcos, pero incluso si está cansado y mareado, nota que estos no son la misma cantidad de enemigos que ayer.
Tras su espalda resuenan golpes contra una puerta, luego gritos ahogados provenientes de la torre el homenaje y los calabozos. Las puertas se abren de par en par liberando masas de campesinos corriendo lejos de un humo blanco, tosiendo, con los pies torpes, sin rumbo, chocando con los pocos soldados que llegan a comprobar el incendio.
Sus ojos apenas siguen el hilo del desastre, cuando a duras penas se mantiene en pie, esquivando a los campesinos y soldados que intentan huir desde una muralla a otra. Algunos arrastran cuerpos, otros salen ensangrentados mientras que el resto se desploma en el suelo.
- ¡Vienen por las mazmorras! – grita alguien en medio del humo, para luego desmayarse en el piso.
De pronto, junto a los que huyen del humo, salen gentes con turbantes cubriendo medio rostro y boca, portando espadas curvas mientras van matando a diestra y siniestra soldados desprevenidos.
Tiene que ser una broma, la peor de las suertes, el infierno mismo cobrándose sus pecados por los bastardos que dejó en la región del norte…Pero el olor a la sangre y muerte es tan real, como el picor familiar en sus manos cuando aprieta el mango de su espada desenvainada.
Los cuerpos van cayendo uno a uno mientras todo el aire se llena de feromonas angustiadas cuando un grupo de mujeres betas y omegas queda acorralado en las caballerizas.
Shindo ordena una formación y un grupo de soldados niños cubre su espalda. Desde las almenas caen flechas ciegas y asesinas hacia las puertas de las mazmorras anegadas de humo, hiriendo aldeanos y enemigos por igual.
El humo se propaga con más fuerza, ayudado por sombras en forma de aves que se arrastran por las grietas de la piedra buscando recovecos, huecos o cualquier entrada por donde penetrar las murallas, con la promesa de aumentar la desesperación.
Shindo, grita y ruge directrices a los cobardes que se quedan parados sin pelear, patea enemigos, empuja los cuerpos que se amontonan en el patio mientras intentan evadir el humo infame, y, sin embargo, no logra acercarse a la torre del homenaje, el edificio central situado encima de las mazmorras.  
Su cuerpo burbujea, pica y bulle febril con el llamado de un poder antiguo y prohibido, los instintos de su cuerpo agitados como un lobo hambriento. Había jurado que nunca nadie sabría de él o de su fuerza y magia, pero a este paso, nadie sobrevivirá al ataque si no se rinden o si no logra derrumbar las mazmorras por donde han conseguido entrar los bárbaros.
De improvisto, recibe una tacleada firme contra su costado, un hombre bajo de ojos avellanas le planta cara usando apenas una cuchilla y la habilidad de sus manos y piernas. Shindo no ha vista nada igual, pero no por la destreza de su defensa sino porque este es un omega. Recibe un corte y luego son dos más en los antebrazos, alguien grita a su lado para intentar ayudarlo, pero otro salvaje se interpone y queda nuevamente expuesto. La omega silva de forma viciosa apenas amortiguado por la tela que cubre su boca, vuelve a arremeter contra él y entonces Shindo se da cuenta del dolor en su costado, la respiración difícil que lo ahoga a ratos mientras intenta recomponerse y devolver los golpes.
Una flecha silva sobre sus cabezas, pero no les da alcance, sus pies tropiezan, pierde la espada, el equilibrio y la conciencia justo cuando su cuerpo colapsa contra una muralla debido al veneno de los humos.
Entonces sucede, la primera toma de los páramos que quedaría en la historia del nuevo orden como el primer asedio victorioso de los pueblos salvajes nómadas.
Mitsuki ruge junto a Mirio la nueva victoria. La hija del este, perdida en las tierras enemigas, no solo había cumplido su misión, les había asegurado un lugar donde asentarse por meses y años, protegidos de cualquier intento del imperio por recuperar su soberanía.
Por años nadie de su gente se ha había atrevido a recobrar las tierras de los páramos verdes, porque, aunque las batallas contra los soldados del imperio solían terminar en victoria para ellos, los pueblos nómadas no lograban asentarse por más tiempo de lo que duraba el verano y otoño debido a los castillos.
Mas el exilio al desierto y la estepa, trajo consigo un exquisito intercambio entre las culturas sobre los conocimientos transmitidos por los eruditos de las dunas y la fortaleza innata de los nómadas. Ahora tenían el número, las armas y a las hijas e hijos del este: asesinos y espías entrenados para vigilar el imperio por décadas que les ayudaron a no perder la conexión con su tierra sagrada.
Mei Hatsume, era uno de los pocos sobrevivientes que se esconden todavía por la región, ella recobro los planos de la ciudadela y les hizo llegar la información necesaria con las descripciones de los pasadizos secretos de los castillos.
Eran salidas de emergencias creadas por demanda de los grandes señores fundadores. Pero hace más de 100 años, con los cambios en las particiones políticas y económicas de la región, los regentes originales de los castillos cedieron la responsabilidad a jefes militares y se fueron a vivir como ministros en la capital, en consecuencia, solo unos pocos conocen la existencia de los pasajes subterráneos que ofrecen una salida al exterior.
Esta información en principio no fue tomada como una ventaja, era imposible pensar que podrían hacer pasar un ejército por el estrecho pasadizo, hasta que las matriarcas tomaron parte en la mesa de reunión. Masaru pregunto si no era posible usar el pasadizo como un conducto de aire y los tres Khanes supieron inmediatamente a que se refería. Cuando las madrigueras de los nomus en la estepa son inaccesibles, siempre pueden envenenarlos y eso fue todo lo que tuvieron que hacer con el castillo de Yukai, encontrar el pasadizo con ayuda de los exploradores, anegarlo con el humo de hongos prensados y empujar el veneno usando un fuelle.
Por la noche, pusieron vigías por los perímetros para que alerten de cualquier movimiento en el castillo. Reunieron 50 hombres voluntarios para pasar por los pasadizos masticando el antídoto. Allí comprobaron que la gente escondida en el segundo y tercer nivel del subsuelo, habían muerto por el humo, y que este se había propagado por las murallas hacia dos barracas colindantes, matando a los soldados que habían dormido ahí. El resto fue historia contada.
Por los campos de batalla, los nómades todavía celebran la victoria, pero Mitsuki deja a cargo de la limpieza del castillo a Mirio y Tsunagu en favor de acompañar a la caravana que transporta a los heridos y rehenes.
La poca gente que sobrevivió, eran familias campesinas humildes de poca educación y unos pocos soldados jóvenes sin experiencia. No les tomo ningún esfuerzo someterlos, en su mayoría eran betas con crías y algunos omegas que habían escapado hacia a los últimos pisos de la torre del homenaje o a las caballerizas.
También habían recuperado la mitad de las provisiones, sin que se contaminaran por el veneno. Mitsuki ahora tiene más suministros y omegas que repartir entre sus abanderados y mano de obra para expandir las murallas y así proteger los caballos y nacimientos que vendrían.
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puntofinalgt · 1 year
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Autoridades reportan inestabilidad e incremento del oleaje en playas del Pacífico
Pobladores del litoral Pacífico han mostrado su preocupación ante el incremento del oleaje, ya soportan daños en comunidades de Sipacate e Iztapa.
Las autoridades indicaron que este fenómeno se produce por la baja presión atmosférica en las costas del Pacífico y Atlántico. De acuerdo con los expertos, esto puede incrementar en los próximos días.
Pobladores de La Empalizada en Sipacate han hecho virales videos en donde se observa que las olas han alcanzado construcciones a la orilla de la playa.
En redes sociales han surgido una serie de videos que captaron el momento en el que el mar arrastró las lápidas y nichos del cementerio de Iztapa, Escuintla.
El Insivumeh indicó que existen olas con “valores bastante altos y están subiendo y bajando continuamente esto es debido principalmente a los cambios de presión atmosférica”.
Los cambios de presión generan vientos con mayor fuerza y esto hace que crezcan las olas. Asi mismo la cantidad de lluvia en las costas ha generado mayor inestabilidad y alto oleaje.
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Según Conred, estos efectos persisten desde hace una semana y debido a la temporada de lluvias, se espera sistemas de baja presión atmosférica en el océano Pacífico por lo que se la elevación en los niveles del oleaje puede incrementarse hacia el viernes y fin de semana.
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punk-antisystem · 1 year
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MASÁI El pueblo que en las llanuras abiertas del sudeste de Kenia y el nordeste de Tanzania. Se estima en torno a unos 880.000 individuos y suelen ser nómadas o seminómadas, ya que se trasladan a dondequiera que las condiciones sean mejores para sus reses. Su vida y su cultura tradicionales giran en torno a su ganado vacuno, en el cual cifran exclusivamente la riqueza. También cazan ocasionalmente y recolectan algunas especies vegetales autóctonas como el aloe vera, que emplean para las "quemaduras frías" pero por lo general NO se dedican a la agricultura. Los masáis viven en asentamientos llamados manyattas, círculos de chozas hechas de ramitas y rodeadas por empalizadas (bomas) para encerrar el ganado. Las chozas se construyen con unos extraordinarios ladrillos preparados a base de excrementos de animales, paja y barro a fin de impermeabilizarlos y darles resistencia. Las paredes interiores son alisadas y posteriormente ahumadas y suelen contar con diminutos tragaluces pero NO ventanas.
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viajeenmoto · 1 year
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Marcelo Hidalgo Sola estaciona la moto frente a la Casa Rosada
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El solar en el que está emplazada la Casa Rosada fue, durante toda la historia de Buenos Aires, la sede de las distintas y sucesivas autoridades políticas que gobernaron el país. Una Casa cuya belleza arquitectónica y su distintivo color rosado hacen única en su tipo. Su fisonomía actual data del año 1783 y es producto de su unión con el antiguo edificio de Correos.
La Casa Rosada ubicada frente a la Plaza de Mayo, regala su magnífico porte a todo aquel que ubique en el mapa la calle Balcarce 50 y se llegue hasta allí. En las orillas mismas del Río de la Plata la actual edificación , de corte palaciego e inconfundibles balcones con arcadas pronunciadas, se alza el lugar en donde estaba emplazado el primer fuerte que tuvo como defensa la ciudad de Buenos Aires
Cuenta la historia que a poco de blandir la espada en el suelo para fundar por segunda vez la Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto del Buen Ayre en 1580, Don Juan de Garay hizo cavar una zanja y terraplenes formados con las mismas tierras extraídas de ella. Con esta demarcación quedaba constituído un precario fuerte , una empalizada de tierra que se conoció como “Real Fortaleza de San Juan Baltasar de Austria” o “Castillo de San Miguel” que debía funcionar como protección ante los terribles malones indígenas.
Recién en 1595, el gobernador Fernando de Zárate mandó construir un fuerte propiamente dicho. Es decir, mandó a levantar una muralla de 120 metros de lado, con foso y puente levadizo propio. La construcción que se alzó sobre las barrancas que entonces daban al río, no fue una construcción improvisada. Sin embargo,resultó muy poco útil en sentido práctico. Las costas del Río de la Plata -explica Marcelo Hidalgo Sola- son imposibles de navegar para los barcos de gran porte. Los inmensos bancos de arena próximos a la márgen del río hacen que toda embarcación que quiera acercarse a tierra encalle, hoy como antaño, indefectiblemente frente a la costa de Buenos Aires.
De verdadero fuerte a sede de Gobierno
Sin embargo, el fuerte era símbolo de buena defensa e imprescindible para desalentar los ataques enemigos. Por ello, la ciudad se hizo construir a principios del siglo XVIII un sólido fuerte. Levantado íntegramente de ladrillos, sus paredes amuralladas y sus bastiones perduraron hasta su demolición tan solo 150 años más tarde.
Durante el tiempo de la Independencia ,ya inaugurado el siglo XIX, esta Casa que había sido residencia de gobernadores y virreyes españoles, albergó, con muy pocas reformas, a las autoridades de los sucesivos gobiernos patrios: las Juntas, los Triunviratos, los Directores Supremos, los Gobernadores de Buenos Aires y el Primer Presidente de la Argentina, Bernardino Rivadavia.
Fue recién en 1862 cuando recuperó protagonismo al constituirse como sede del gobierno político cuando Mitre se instaló con sus ministros. Más tarde, quien fue su sucesor, Sarmiento, amante del diseño y de la ornamentación arquitectónica, embelleció la morada del Poder Ejecutivo Nacional con un jardín interno y pintó la fachada de color rosado. Un detalle que la haría única y distintiva, pero que tuvo su origen en un motivo más estético y práctico. Este color, que hoy la hace mundialmente conocida, no fue elegido por ser considerado el más bello, sino que se eligió para guardar la estética general y evitar el deterioro causado por la humedad. En esa época el rosado que se utilizaba para pintar las construcciones, era una mezcla hecha de cal y sangre bovina que funcionaba como un excelente impermeabilizador y sellador que combatía de modo excelente la humedad de los cimientos y paredes.
Un verdadero Palacio de Gobierno
La construcción de la actual Casa de Gobierno comenzó en 1873 cuando por decreto se ordenó construir el edificio de Correos y Telégrafos en la esquina de Balcarce e Hipólito Yrigoyen. Tiempo después, el presidente Julio A. Roca decidió la construcción del definitivo Palacio de Gobierno en la esquina de Balcarce y Rivadavia, un edificio de las mismas características arquitectónicas al vecino Palacio de Correos. Ambos edificios fueron unidos en 1886 mediante el diseño de un gran pórtico que hoy constituye la entrada principal de la Casa Rosada y que da hacia Plaza de Mayo.
Entre las curiosidades que más destacan, se encuentra por ejemplo la construcción de El Salón Blanco , lugar en donde se realizan los actos de gobierno de mayor trascendencia . Su diseño tiene un balcón o galería alta que lo circunda y que posee puertas falsas recubiertas con espejos especialmente contemplados en su arquitectura para dar una sensación de amplitud al lugar. Solo una de las puertas, la que está ubicada en el centro del sector derecho ingresando al salón, es la que se abre, el resto son falsas.
La Casa Rosada tiene un Hall de Honor que rinde homenaje a todos los presidentes que tuvo la Argentina. Allí se exhiben los bustos de cada presidente elegido por el pueblo, en un recorrido que va de la mano de la línea cronológica de su mandato . Hasta 1973 se exhibían en el Salón Norte y fueron trasladados por un decreto a donde residen actualmente. Este salón y la Casa Rosada en su conjunto constituyen un lugar imprescindible para conocer y aprender de la historia política de nuestro país de primera mano, tal como si uno estuviera en el mismo centro de donde se teje la historia de la Argentina.
Originally published at on https://viajeenmoto.com.ar March 15, 2023.
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yadi-hope · 2 years
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Un suspiro Empalizada y a mimir
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adribosch-fan · 2 years
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La ausencia de Liderazgo y la Decadencia Argentina.
Por Dr. Jorge Corrado* – No hay cosa que más disfrute el soldado romano que ver a su oficial de mando comer abiertamente el mismo pan que él, o tenderse sobre un sencillo lecho de paja, o erigir una empalizada. Lo que admiran de un jefe es su disposición para compartir el peligro y las dificultades, más que su habilidad para conseguir honor y riqueza, y sienten más aprecio por los oficiales que…
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veredes · 2 years
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Ladrillo textil | Íñigo García Odiaga
En 1860, Gottfried Semper publicó su obra cumbre Der Stil, El Estilo, un texto en el que ligaba el origen primigenio de la arquitectura al origen de las técnicas textiles. Aquel hombre primitivo capaz de entrelazar tallos o fibras naturales, y alternarlos produciendo patrones en función de su textura o color, pasó fácilmente a trenzar ramas o cañas para construir cercados o pequeñas empalizadas. Según la teoría de Semper, bajo una tesis evolutiva similar a la elaborada por Charles Darwin, esos cerramientos textiles irían incorporando materiales más evolucionados como la madera, la piedra o la cerámica, pero manteniendo los patrones decorativos heredados de su origen textil.
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