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IDENTIFICATO LABORATORIO DEL TARDO BRONZO SULLA LAVORAZIONE DELLA PORPORA, ISOLA DI EGINA, GRECIA
IDENTIFICATO LABORATORIO DEL TARDO BRONZO SULLA LAVORAZIONE DELLA PORPORA, ISOLA DI EGINA, GRECIA Secondo uno studio pubblicato recentemente sulla rivista PLOS ONE da Lydia Berger dell'Università Paris Lodron di Salisburgo, in Austria, e diversi colleghi, l'isola greca di Egina ospitava un laboratorio di tintura della porpora già dalla Tarda Età del Bronzo. I tessuti tinti nelle...
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La maldición de Enone y el origen de los mirmidones
El dios fluvial Asopo y su esposa Metope sufrían profundamente por el secuestro y violación de varias de sus doce hijas. En todas las ocasiones anteriores, los responsables habían sido Zeus, Poseidón y Apolo, y se preguntaban quién habría sido el responsable de la desaparición de la menor de sus hijas, Egina.
Estando en Corinto, Asopo supo que el culpable había sido de nueva cuenta Zeus. Encolerizado, emprendió la desesperada búsqueda de su hija; finalmente, encontró al Crónida abrazando a Egina en un bosque. Como estaba desarmado y no esperaba ser atrapado en ese momento, Zeus huyó y se metamorfoseó en una roca. Después, volvió furtivamente al Monte Olimpo, en donde pudo tomar sus poderosos rayos y lanzarlos violentamente contra Asopo, en represalia por haber tratado de atacarlo. Dada la gravedad de sus heridas, el dios fluvial se vio obligado a retirarse y no pudo llevar a su hija consigo.
Zeus buscó a Egina en el bosque donde pretendía yacer con ella antes de la llegada del afligido padre. Para evitar que los encontraran de nuevo, se la llevó a la isla de Enone y durmió con ella metamorfoseado en águila, según otros lo hizo como una llamarada. Con el tiempo, Egina supo que estaba embarazada, y al hijo que tendría lo llamaría Éaco.
A pesar de ser el rey de los dioses, Zeus no podía escapar de la acusante vigilancia de su esposa Hera; difícilmente podía ocultar sus fechorías. Pronto, la diosa de níveos brazos se enteró del embarazo de Eginia, así que decidió maldecir la isla de Enone, que ya estaba bajo el reinado de Éaco: introdujo serpientes en todos sus arroyos, ordenó a la oscuridad que cubriera todo el firmamento, extendió un terrible calor, un pestilente viento sopló durante cuatro meses y envenenó el agua.
Al poco tiempo, la población de Enone murió paulatinamente. El ganado también pereció por el calor o envenenado por el agua contaminada. Los últimos animales que quedaron murieron por la mano de Éaco, quien ofreció sacrificio tras sacrificio a Zeus en un roble consagrado para salvar a su reino de la muerte.
Un día, las súplicas de Éaco llegaron a oídos de su padre, quien se lo hizo saber lanzando rayos y relámpagos al cielo de Enone. Animado por la señal, Éaco le pidió que le diera nuevos pobladores a la isla, que fueran tan numerosos y fuertes como las mismas hormigas. Tras haber hecho su petición, la tierra debajo del roble de Zeus se cimbró, y de sus ramas se escuchó un extraño siseo. A sabiendas de que todo era obra de su padre, Éaco abrazó y besó el árbol expectante de lo que estaba por venir.
Esa noche, soñó que de las ramas del roble llovían hormigas que, al tocar la tierra, se convertían en seres humanos. Como gritaba por el temor que le causaba la escena, fue despertado por su hijo Telamón, quien también le avisó que un gran grupo de hombres extraños lo esperaban en la puerta de su casa. Cuando salió, reconoció inmediatamente los rostros de aquellos hombres: se trataba de los hombres - hormiga de sus sueños. Tras abrazarlos agradecido por aquel favor divino, la lluvia comenzó a caer y las serpientes de los ríos desaparecieron. La maldición de Enone había cesado.
Éaco llamó a los nuevos habitantes de su reino “mirmidones”, es decir, “hormigas”, quienes serían destacados soldados que acompañarían a los héroes griegos en míticas batallas.
www.mitosenespanol.tumblr.com
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Aegina town lovely shop, Greece
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«Era admirable su fuerza de persuasión, de modo que fácilmente se atraía a cualquiera con sus palabras. Se cuenta, en efecto, que un cierto Onesícrito de Egina envió a Atenas a uno de sus dos hijos, Andróstenes, que al escuchar a Diógenes se quedó en la ciudad. Tras éste mandó a su otro hijo, el mayor, Filisco, ya mencionado antes, e igualmente Filisco se quedó allí. Cuando en un tercer viaje llegó él mismo, de igual modo se unió a sus hijos para filosofar en su compañía. Tan mágica era la atracción de las palabras de Diógenes».
Diógenes Laercio: Vidas de los filósofos ilustres. Alianza Editorial, págs. 313-314. Madrid, 2007
TGO
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El deporte contado por escritores
Por François Bousquet
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
El deporte está tan asociado a las imágenes que olvidamos que originalmente fue celebrado por los escritores, “desde Homero hasta Blondin”, como reza el subtítulo de la antología literaria del deporte publicada en la colección Bouquins por Denis Gombert, el cual nos deleita con su erudición, su curiosidad y sus descubrimientos. Este es el libro del verano o, más bien, uno de los libros del verano, ya que reúne unos ciento sesenta textos que van desde los clásicos del deporte hasta un sinfín de nuevos descubrimientos y pequeñas joyas. Es recomendable leer esta antología entre cada una de las pruebas olímpicas. El libro ha salido justo a tiempo para hacernos olvidar los comentarios de Léa Salamé sobre el pavo y los chistes de Paul de Saint Sernin sobre golpearse la cabeza contra una mesa de ping-pong. Desde hace 3.000 años los escritores, y no los payasos, son quienes mantienen vivos a los dioses del Olimpo y el oro de las Olimpiadas. Denis Gombert ha recogido su néctar.
Denis Gombert escribe: “No hay actos de valentía sin un cantor que los celebre, ni héroes sin una narración, ni hazañas sin un drama recitado, ni récords sin un testigo. ¿Qué habría sido de maratón sin la leyenda del mensajero griego, Filípides, relatada por Heródoto y recogida por Plutarco? ¿Qué sería del Tour de Francia sin Blondin? Sí, ¿qué sería del deporte sin sus edificadores y poetas, sus héroes sin sus heraldos y sus deportistas, sin su Patrick Montel?”
Sport se pronuncia “sporteuh”, según el acento de Cambridge. La palabra se empezó a utilizar en el siglo XIX y proviene del inglés sportman: alguien que se dedica a actividades físicas al aire libre. Pero, como muchas palabras inglesas, tiene un origen francés que se remonta a la Edad Media y fue utilizada de forma significativa por Rabelais. “Desport” significa entretenimiento, placer físico, “ejercicio corporal”, dice el autor de Gargantúa, el personaje XXXL de la literatura universal que practicaba doscientos dieciocho tipos y variedades de deporte.
El Olimpo del deporte
El deporte es una actividad tan antigua como las colinas, aunque no fue hasta el siglo XVIII a.C., en Mesopotamia, cuando los escritores de la Epopeya de Gilgamesh grabaron los primeros gestos deportivos en tablillas de arcilla. En Egipto, fueron escribas y grabadores quienes, en forma de estela mortuoria cubierta de jeroglíficos, nos legaron la crónica y las hazañas de deportes como el remo, la equitación y el tiro con arco de Amenofis II (fallecido hacia el año 1400 a.C.).
Pero fue en Grecia donde empezó todo y fue el viejo pirata Homero quien recogió por primera vez la crónica del deporte en su Ilíada, el Canto XXIII, al hablar de los Juegos organizados por Aquiles en honor de Patroclo. En el año 776 a.C. comenzó la celebración deportiva más largo de todos los tiempos, los Juegos Olímpicos, que se prolongaron hasta finales del siglo IV d.C., en el 394. Entonces, ¿es Grecia la madre de todas las cosas? Como mínimo, fue Grecia la que dio al “deporte” sus primeras estructuras e instituciones, y la que proporcionó sus primeros campeones: Hipócrates de Tesalia (atletismo) y Alcimedes de Egina (lucha) cantadas por Píndaro, que les escribió a ambos triunfales odas. En aquella época no existía el COI, pero ya había boicots y tráfico de influencias. Los lacedemonios fueron expulsados de los Juegos durante la Guerra del Peloponeso (fuente: el historiador Tucídides, también un gran escritor), mientras que Esparta monopolizaba regularmente los primeros puestos.
Si Roma tuvo tantos autores propensos a la sátira fue quizá porque se diferenciaba de sus vecinos griegos en un aspecto: prefería los juegos vulgares a los nobles y en particular los juegos circenses, los ludi circenses. Luchas de caballos y combates de gladiadores. Allí fue donde nació la sociedad del espectáculo que el romano Guy Debord vio venir claramente. Nada menos que 250.000 espectadores en el Circo Máximo. Pan y circo decía Juvenal. Mucho antes que Gustave Le Bon, Polibio, otro magnífico historiador, reflexionaba en el siglo II a.C. sobre la forma de manipular a las multitudes.
Los caballeros suceden a los gladiadores
La conversión de Constantino en el siglo IV puso fin a los “libertinajes” que dos siglos antes habían horrorizado a Tertuliano, formidable polemista cristiano poco aficionado al placer. La sociedad medieval buscaba así un nuevo héroe. Lo encontró en la caballería y sus torneos. Guillermo el Mariscal (hacia 1146-1219), maestro de armas anglonormando y temido en los torneos por tener “cuernos tan bien cortados”, fue la figura arquetípica (véase Georges Duby, Guillaume le Maréchal ou le meilleur chevalier du monde, 1984). El soule, por su parte, apareció hacia el siglo XI y era un deporte popular y rural, una mezcla indomable y violenta que anunciaba los terroríficos – y magníficos – Alain Esteve y Gérard Cholley del XV francés.
Durante el Renacimiento tales placeres son renovados y Gargantúa jugaba con “el balón, las palmas y el campo”. El Renacimiento fue también el “Renacimiento del cuerpo”. En la encrucijada de los siglos XV y XVI florecieron los primeros tratados y manuales, entre ellos un Arte de la gimnasia. El juego de palmas, antepasado del tenis y la belote, nació en los claustros del siglo XIII y se convirtió en el rey de los juegos. También tuvo sus campeones (el gran Masson) y sus jugadores.
¿Milon de Crotone o Teddy Riner?
Pero esto aún no era deporte en el sentido en que lo entendemos, eran juegos. El deporte, en el sentido moderno, nacería en la Inglaterra del siglo XIX, aunque la Revolución Francesa experimentó con la “Primera Olimpiada de la República” en 1796, la cual fue demasiado prematura. La primera publicación periódica exclusivamente deportiva, la Sporting Magazine, fue impresa en 1792 y fue en 1846 cuando Thomas Arnold, director del Rugby College, y sus alumnos inventaron las reglas del mejor de los deportes: el rugby.
En aquella época, el deporte estaba reservado a una élite, cuyo santuario era el amateurismo, muy apreciada por el Barón de Coubertin. Esto excluía inmediatamente a la plebe, que no tenía ni el lujo ni los medios para disfrutar de estas actividades de ocio. Por lo que se necesitaba de la profesionalización para que naciera el deporte. A los grandes campeones olímpicos de la antigüedad no sólo se les pagaba con gloria, sino con dinero contante y sonante. Y, piensen lo que piensen los admiradores de Teddy Riner y Léon Marchand, Milon de Crotone tuvo un palmarés inigualable, ganando las competiciones de lucha de 532 a 516. Píndaro, por supuesto, lo inmortalizó.
Antes de ser codificados los gestos deportivos eran rituales. El transporte de la llama olímpica y el encendido del pebetero olímpico nos lo recuerdan. La religión nunca fue ajena. De hecho, el deporte tiene sus orígenes en los Juegos Funerarios griegos. Denis Gombert escibe: “redención por el sufrimiento” y “victoria por el sacrificio”.
Hoy existen casi cuatrocientas disciplinas deportivas. No existirían sin un modelo económico y una necesidad mediática. El periódico L'Auto (hoy L'Équipe) mostró el camino: fue su fundador quien tuvo la idea, en 1903, de lanzar uno de los monumentos del patrimonio deportivo francés: el Tour de Francia, hasta entonces sólo corrido por dos niños en un famoso manual escolar de la Tercera República.
La violencia bajo control
Adornado con todas las virtudes, el deporte es, en efecto, lo que Norbert Elias y Eric Dunning, pioneros de la sociología del deporte (véase su Sport et civilisation. La violence maîtrisée, 1986), decían de él: una socialización, una codificación, una domesticación de la violencia, cuya obsesión por el rendimiento, no tan contemporánea (ya obsesionaba a Hobbes, socialdarwiniano de ese entonces), que nos recuerda sus orígenes belicos. La vida es, en efecto, un deporte de combate.
Denis Gombert, Le sport. Anthologie littéraire, de Homère à Blondin, Bouquins, 736 p., 30 euros.
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Sometimes you want to be the one pulling hair, you have that necklace and your name starts with an R 🤔 inch tresting
The rest of your name doesn’t happen to be egina George does it?
LMAO!!
Nope! But I am blonde and very gay XD
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Mito de Sísifo
Sísifo, rei da Tessália e de Enarete, era o filho de Éolo. Fundador da cidade de Éfira, que mais tarde veio a chamar-se Corinto, e também dos jogos de Ístmia (ou Ístmicos). Sísifo tinha a reputação de ser o mais habilidoso e esperto dos homens e por esta razão dizia-se que era pai de Ulisses.
Sísifo despertou a ira de Zeus quando contou ao deus dos rios, Asopo, que Zeus tinha sequestrado a sua filha Egina. Zeus mandou o deus da morte, Tanatos, perseguir Sísifo, mas este conseguiu enganá-lo e prender Tanatos. A prisão de Tanatos impedia que os mortos pudessem alcançar o Reino das Trevas, tendo sido necessário que fosse libertado por Ares. Foi então que Sísifo, não podendo escapar ao seu destino de morte, instruiu a sua mulher a não lhe prestar exéquias fúnebres. Quando chegou ao mundo dos mortos, queixou-se a Hades, soberano do reino das sombras, da negligência da sua mulher e pediu-lhe para voltar ao mundo dos vivos apenas por um curto período, para a castigar. Hades deu-lhe permissão para regressar, mas quando Sísifo voltou ao mundo dos vivos, não quis mais voltar ao mundo dos mortos. Hermes, o deus mensageiro e condutor das almas para o Além, decidiu então castigá-lo pessoalmente, infligindo-lhe um duro castigo, pior do que a morte.
Sísifo foi condenado para todo o sempre a empurrar uma pedra até ao cimo de um monte, caindo a pedra invariavelmente da montanha sempre que o topo era atingido. Este processo seria sempre repetido até à eternidade
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ASTELEHEN URDINA omen
NEGUA
Deskribapena: Covid garaiko marrazkia.
Astelehen urdineko astean egina (hau da urtarrileko 3. astelehena)
Konzeptua bera Inglaterrako konpania batek asmatutakoa. Zientzietan ez delarik argiki frogatua...
alaike gu aste horretan giro ta sensasio hortan ginen
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After 11 years, I’m finally ready to speak my truth: I never liked R/egina Mills in OUAT, and I still don’t like her
#; 🌹 eclipse talks#her redemption arc was SO bad too omfg#She did so much bad shit but never truly made up for any of it#Why was the writing SO bad
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Gli ultimi due mi avevano infatti fornito la prova che anche nel tuo mondo, tra coloro che parlavano la tua lingua, eri considerato una creatura incatalogabile e incomprensibile, anzi una pianta bizzarra che è nata per portare scompiglio nel bosco, un bellissimo fungo che nessuno raccoglie per timore d’esserne avvelenato. E questo dava corpo alle mie perplessità, avvalorava i timori che dopo il viaggio ad Egina mi tormentavano: che c’entravi tu con Huyn Thi An, Nguyen Van Sam, Chato, Julio, Marighella, e padre Tito de Alencar Lima? Eri davvero ciò che avevo creduto tu fossi, avevo fatto davvero bene a tornare, accettare d’esser la tua compagna, oppure aveva avuto ragione quella Cassandra di Andrea sicché mi aspettava soltanto sofferenza, tragedia?
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