#doble trabajo
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peaceeandcoolestvibes · 8 months ago
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Estoy reescribiendo nuestro artículo porque salvo mi parte y la de una compi (que siempre me pregunta cómo transformar su idea en un enunciado o párrafo que se entienda y que transmita todo lo que quier decir), el resto está escrito como si lo hubiera escrito un niño de 5 años (no hay ningún tecnicismo, se utilizan palabras como ‘personas’ todo el rato y expresiones que son confusas y poco concretas: artículo científico. Artículo científico. No ejercicio libre de escritura :))))
💀
#FiltroCientífico #HastaLaPolla
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reiners-bratwurst · 3 months ago
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Ah, ya van dos veces que mi ex marido me repite que soy sexy y que le pongo cachondo.
Que alguien le mande una carta por mi diciendole que no le toco ni con un palo, plis. Que ni estado mas salido que el pico de una mesa le toco.
Dios, es que me da un asco que me muero. Y en el pasado no era asi, ya sè. Pero ahora mismo la idea de que se me acerque me da nauseas.
¿Por què seré asi? No se, pero de veritat, que asco.
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cubbihue · 4 months ago
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Me da ganas de escribir un fanfic sobre tu AU de Fairy Timmy ¿crees que me podrías esplicar más sobre el proceso de adopción de hará y ahijado y la creación de los dobles que remplazan a esos ahijados? ¿quien fue el ultimó ahijado antes de Timmy en ser adoptado por sus padrinos mágicos?
Ask Translation: It makes me want to write a fanfic about your AU of Fairy Timmy. Do you think you could explain to me more about the process of adopting fairies and godson and the creation of the doubles that replace those godchildren? Who was the last godson before Timmy to be adopted by her magical godparents?
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Of course! On top of the DMV and Fair Foods, the Godchild has to go through special training with Jorgen before adoption. Jorgen has the final say on adopted Godchildren.
Changelings are made through the hard work of the Godchild. It can't be outsourced to someone else. The Godchild compacts their Unwishes, cooks it, then carves out their own replica. The more wishes, the better the mold.
It's been so long since the last godchild, that the records are lost.
Bitties Series: [Start] > [Previous] > [Next]
Translation below ! Traducción a continuación
Lo siento, mi español es como mas o menos. me puedo leer pero mi traduccion y mi forma de escribir es muy malo :(
Con el DMV y comida de hadas*, el ahijado debe pasar por un entrenamiento especial con Jorgen antes de la adopción. jorgen tiene la ultima palabra sobre los ahijados adoptados.
Los dobles se crean con al trabajo duro del ahijado.No se puede delegar en otra persona. El Ahijado compacta sus Deseos, cocina y luego crea un propia réplica. Más deseos, mejor es el molde.
Ha pasado tanto tiempo desde el último ahijado, que los registros se han perdido.
*no sabo la palabra correcta para "Fairy", pero mi padres se dicen que es "hadas"
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soft-pxachy · 1 year ago
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⤷ ❝hands on❞ — jjk (s.m)
➤ Pareja: jungkook!tatuado x lectora!fem
➤ Recuento de palabras: 7.2k palabras
➤ Género: compañeros de clase, smut y obscenidad.
➤Resumen: Cuando conociste a tu compañero de proyecto nunca te imaginaste terminar babeando y obsesionada por sus manos y por un bocado de él, en un esfuerzo por aliviar algo del estrés decides alimentar tus sucias fantasías con algunos textos y mensajes inocentes sobre Jungkook con tu mejor amiga, detallando, explícitamente, lo que quieres que esas grandes y jodidas manos te hagan, hasta que un día le envías por error unos de esos mensajes a Jungkook, y es ahí cuando él decide cumplir todos tus deseos al pie de la letra.
➤ Advertencias: 18+ | lenguaje maduro y explícito | lenguaje vulgar y obsceno | sobreestimulación | las manos de Jungkook (sí, es una advertencia) | sexting | masturbación | charla sucia | tensión sexual | halagos durante el sexo | sexo oral (r. mujer) | juego y estimulación del clítoris | un poco de insultos | bofetadas en los pechos | chupar pezones | la lectora está atada de manos a una silla | follar con los dedos | jalar el cabello | nalgadas | bromas juguetonas durante el sexo | sexo duro | sexo con protección | JK ama tus tetas y juega con ellas (mucho) es dulce pero también engreído | Jungkook tiene un gran pene! 
➤Si no eres mayor de 18 años, POR FAVOR, no leas. Si lo haces es bajo tu propia responsabilidad, ten en cuenta las advertencias. 
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♥︎ softpxachy's
⤷ masterlist ♡ taglist ♡ instagram
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Esto es malo.
—¿Crees que realmente revisará y contará todas nuestras fuentes? —Jungkook preguntó pero yo no podía escuchar nada de lo que decía.
Esto es realmente malo.    
—Solo tengo diez, pero miré documentos de la época medieval y aún así no encuentro más…
Sus dedos se abrieron paso a través de esos largos mechones negros de su cabello con frustración y sus ojos se cruzaron con los míos por unos segundos.
Esto es jodidamente malo.
—No mucha gente ha escrito sobre este tema en específico y nos estamos quedando sin información…
Jungkook tomó distraídamente su lápiz mientras seguía hablando y mi pulso se aceleró por el pánico creciente en mi cuerpo.
No, por favor no, el lápiz no…
Lo hizo girar hábilmente sobre sus nudillos, moviendo su muñeca casualmente para que crujiera con un pequeño estallido agudo.
Y luego; apretó los puños. Duro. Si, este es el final para mí.
—¡Agua! — casi grité mientras saltaba bruscamente de mi asiento, los papeles de nuestra investigación se deslizaron en todas direcciones y la mirada sorprendida de Jungkook se lanzó hacia mí.
—¿Estás bien? —Jungkook me preguntó sin dejar de mirarme y yo traté de relajar mis nervios.
—Sí. Oh, sí. Solo tengo... sed. —respondí formando una sonrisa forzada, y esas fueron las palabras más verdaderas que jamás había dicho.
Mi dulce, amable y jodidamente sexy compañero de proyecto sonrió; felizmente inconsciente de todas las formas en que lo profanaba mentalmente.
—La cocina está a la vuelta de la esquina, si no tienes problemas en ir sola en lo que investigo más sobre nuestro tema. —Jungkook habló con calma sin borrar su bonita sonrisa y yo solo pude asentir rígidamente antes de desaparecer por el pasillo.
Y unos momentos después, en la relativa privacidad de la cocina de Jungkook, apoyé ambas palmas de mis manos sobre la mesa y traté de respirar correctamente antes de gruñir por lo bajo.
Dios, soy una desgracia.
No siempre había sido así. Todavía podía recordar una época (hace 3 semanas exactamente) en la que era una persona normal, lejos de ser una completa exhibicionista.
Mi carrera era mi prioridad justo ahora, estaba a punto de titularme y debía esforzarme el doble si quería terminar mi último año sin problemas y poder obtener un trabajo decente, tenía todo planeado, nada se me salía de control, sabía lo que quería y lo que tenía que hacer para conseguirlo, tenía toda mi vida organizada y estable.
Hasta que Jeon Jungkook envolvió sus gloriosas manos alrededor de mi piso de cotidianidad y aburrimiento y me sacó de ahí.
A primera vista, Jungkook no representaba una verdadera amenaza. Sí, era hermoso, no estaba ciega, estaba bien formado y era abrumadoramente educado, pero no era una novata inexperta en eso, el salir un par de veces con Park Jimin me habían dejado en claro que había llegado a un nivel superior de belleza con él.
O eso pensaba.
Tal vez era su costumbre de usar mangas holgadas que colgaban sueltas sobre sus brazos hasta que solo se veía el más mínimo indicio de las yemas de sus dedos, pero mi impresión inicial de Jungkook no fue cuando ingresó de último a clase de arte, eso habría sido inolvidable. Más bien fue hasta que el Dr. Kim anunció a los compañeros de tesis que había descubierto mi error fatal.
—Trabajarás con Jeon Jungkook. 
Y ahí los dos nos miramos el uno al otro a través de la pequeña sala de conferencias e intercambiamos amistosos asentimientos, y después de finalizar la clase, mi nuevo compañero se dirigió a mi escritorio.
—Hola, déjame darte mi número, envíame un mensaje de texto con tu disponibilidad y puedo reservar tiempo en la biblioteca para nosotros.
Y entonces sucedió.
Jungkook se arremangó las mangas de su camisa y mi cerebro sufrió un cortocircuito.
Santa mierda.
Sus manos eran obscenas. NSFW. Básicamente pornográficas.
Sus dedos eran largos y con un toque suave en cada nudillo, uñas bien redondeadas y palmas anchas con un toque de venas que subían por sus brazos hermosamente.
—¿Está bien? —preguntó pero su voz solo se escuchaba de fondo mientras yo seguía observando sus manos sin descaro alguno.
Los diseños hábilmente tatuados en su piel sobresalían de su mano derecha y se entrelazaban con su muñeca y su antebrazo, no podía ver más allá de lo que me permitía la manga de su camisa pero estaba segura que todo su brazo estaba tatuado, y juré que moría por pasar mi lengua por cada trazo en su piel.
—A menos que no te sientas cómoda…— volvió a hablar y casi estuve a punto de decirle que se callara para seguir observando sus manos como tanto quería.
Esos anillos; uno en el meñique y otros dos más en sus dedos índices y… el pulgar, Dios, tragué saliva al imaginarme de rodillas frente a él mientras Jungkook me obligaba a chupar su pulgar como si fuera su polla, preparándome antes de…
—Quiero decir, así no tienes que darme tu número, como sea, escríbeme y nos ponemos de acuerdo.
¿Esas eran pulseras de cadena? ¿Quién era este hombre? ¿Quién era yo? ¿Cuál era mi nombre? ¿Qué tan profundo podrían esos dedos deslizarse en mi...?
¿Por qué se está alejando?
—¡Oh, joder! ¡Espera, Jungkook..!
Y realmente todo se había ido cuesta abajo desde allí.
Sus manos eran solo una droga de entrada al resto de todo lo que era Jungkook. Cada detalle que había ignorado sin esfuerzo ahora fluía repentinamente a través de mi conciencia en alta definición.
Su olor era algo deliciosamente masculino con un toque de vainilla que me dejaba aturdida cada que estaba cerca de él, los suaves rizos de su cabello colgaban románticamente sobre los perfectos rasgos de su rostro y ojos, y ese pecho tan ancho, firme, lamible.
Jungkook era un plato completo. Y yo me estaba muriendo de hambre.
No era un secreto que mi libido había estado encarcelado durante demasiado tiempo por todas las horas extra de trabajo y clases que me exigía a mí misma, y ahora solo se había vuelto completamente salvaje, rasgando mi cuerpo cada que tenía alguna sesión de estudio con Jungkook.
Había logrado milagrosamente compensar el mal funcionamiento inicial en el que prácticamente había babeado sobre sus manos en lugar de darle mi número y establecimos un horario de trabajo, pero en realidad, las reuniones con mi compañero se convirtieron rápidamente en un ejercicio diario de incontrolable sed de deseo.
Y era necesario tomar medidas.
No iba a dejar que Jeon Jungkook y sus gloriosas y varoniles manos destruyeran años de arduo trabajo casi autoimpuesto.
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—Necesitas una salida.
La voz de mi amiga Jungyeon interrumpió otro de mis sueños de clasificación porno que tenía sobre Jungkook; en el que me daba una palmada en los muslos en el parque público en el que estábamos.
—¿Qué tipo de salida? —pregunté en medio de un suspiro de tristeza; mirando mis muslos y viendo la notable falta de la mano de Jungkook antes de arrugar mi nariz al tener una sospecha de cuál era la solución que Jungyeon ofrecería.— Por favor, dime que no vas a sugerir una noche sudorosa con algún tipo sucio del bar al que vas cada viernes.
Jungyeon puso los ojos en blanco y me dio un golpecito en la frente.
—No princesa, estaba pensando en una salida más creativa. Como... escribir.
—¿Quieres que empiece a escribir poemas calientes?
—Se le dice literatura erótica.— Jungyeon me corrigió en tono de burla y ahora fue mi turno de rodar los ojos.— Pero como sea; tu pequeño y sucio secreto podría traer mucha alegría al mundo, específicamente a mi mundo.
—Debes estar bromeando. —respondí casi a punto de echarme a reír ante su sugerencia.
—Por supuesto que no estoy bromeando, en lugar de pasarme horas buscando combustible de fantasía en esos blogs usaré tus fantasías como combustible. —Jungyeon explicó con calma como si fuera la solución a todos sus problemas .—Solo envíame un mensaje de texto cuando tengas otra de tus fantasías y podrás estar más tranquila y yo disfrutar un poco, será como un servicio de suscripción sucio.
—Estás loca.
—Soy una genio.
Pero dejando de lado la falta de límites y tacto de Jungyeon, ella era, de hecho, literalmente una genio, porque todo lo que necesité fue intoxicarme de Jungkook durante nuestra próxima sesión de lluvia de ideas que yo ya me estaba escondiendo en el baño para escribirle mi primera fantasía.
Yo: Quiero que Jeon Jungkook envuelva sus manos alrededor de la parte de atrás de mi cuello y presione mi cara contra la mesa mientras me folla con fuerza hasta que esté gritando.
Jungyeon: Definitivamente soy una genio. ¿Te sientes mejor?
Yo: Sí, un poquito.
Y así comenzaron varias semanas de lo que cariñosamente llamaba "porno kookie".
Algunos eran bastante explícitos:
Yo: “Quiero que Jeon Jungkook arranque mis bragas empapadas y mueva mi clítoris desnudo en sus gruesos muslos hasta que sus jeans estén mojados con mi orgasmo.”
Otros eran de naturaleza más filosófica:
Yo: “Si muero antes de lamer el sudor de los abdominales de Jeon Jungkook, ¿realmente viví?”
Y algunos otros fueron extrañamente específicos:
Yo: “Quiero pasar mi lengua por cada vena de las manos y antebrazos de Jeon Jungkook mientras lame y muerde mis tetas.”
Jungyeon estaba viviendo su mejor vida por supuesto y esperaba con alegría mis reuniones de estudio con Jungkook para poder tener más “kookies".
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Los textos, sin embargo, no eran más que una curita en la herida de bala que tenía. No eran suficientes.
Cada vez que Jungkook me sonreía o me miraba con esa expresión suave y brillante, o decía algo extremadamente inteligente; el latido insistente en mi entrepierna se intensificaba cada vez más hasta que me veía obligada a buscar un alivio inmediato cuando realmente tenía que hacerlo. Frotando mi entrepierna sutilmente contra el respaldo de su sofá cuando Jungkook iba al baño después de que usara la parte inferior de su camisa para limpiar algunas gotas de agua en la mesa; casi asesinándome con un destello de sus abdominales bien marcados por unos segundos.
Pero la peor parte de todo era que sabía muy bien que mi fijación hacia Jungkook no era simplemente sexual. Cuanto más lo disfrutaba genuinamente como persona, menos efectivos se volvían mis espeluznantes textos.
Y ahora aquí estaba: escondida en su cocina con el calor y la humedad pegándose incómodamente entre mis piernas y sin ningún tipo de alivio a la vista. Gruñendo con irritación, saqué mi teléfono y me preparé mentalmente para servirle a Jungyeon un Kookie humeante recién salido del horno de mi imaginación.
Yo: Quiero que Jeon Jungkook me ate a la silla de su comedor. Quiero que rompa mi blusa por la mitad, me golpee las tetas y me chupe los pezones hasta que grite...
La fantasía en mi cabeza se construyó a un ritmo alarmante y mis dedos apenas podían seguir el ritmo de la suciedad que estaba imaginando.
Yo: Quiero que me suba la falda y frote mi clítoris a través de mis bragas empapadas hasta que esté gimiendo su nombre una y otra vez…
Yo: Quiero ver como mete sus dedos en mi coño mojado. Quiero que me incline hacia atrás y juegue con mi clítoris hasta que no pueda recordar quién soy.
Yo: Quiero que me parta por la mitad con su polla y me golpee el culo hasta que no pueda sentarme por días. Quiero ver como sus jodidas y sexys manos recorren todos los lugares de mi cuerpo caliente por él…
Me dolía el cuerpo. Estaba atormentada. Los textos que alguna vez habían sido una válvula de presión ahora estaban aumentando activamente la presión dentro de mi cuerpo. Estaba gimiendo de frustración, presioné el botón de enviar y volví a guardar el teléfono en mi bolsillo, lista para enfrentar una vez más la fuente de mi miseria cuando de repente...
Da-ding
El sonido de un celular a través del pasillo me regresó directamente a la realidad. Y yo conocía ese sonido.
Era el sonido que Jungkook había programado como alerta de mensajes para mi contacto, y ahora… ahora significaba el sonido de mi mundo derrumbándose por completo.
Con las manos temblorosas saque mi teléfono para confirmar la terrible verdad que muy en el fondo de mi ya sabía. No le había enviado un mensaje de texto a Jungyeon.
Le había enviado un mensaje de texto a Jungkook.
Por un momento, un momento increíblemente breve, consideré la idea de que él simplemente ignoraría el mensaje y continuaría con su búsqueda de información para nuestra tesis. Pero no fue así.
El jadeo débil pero insoportablemente claro llegó a la cocina. Fue el grito ahogado de un hombre que acababa de descubrir que su compañera de tesis quería que la "partiera por la mitad con su polla".
Debía correr. Huir a cualquier otro país y cambiar mi nombre. Mis ojos recorrieron frenéticamente el lugar que me rodeaba; buscando desesperadamente un medio de escape.
Había una sola ventana en toda la habitación, justo encima del fregadero, y estaba segura que si debía trepar por el fregadero para poder salir de aquí. Por supuesto que lo haría; saltaría directo a un tiburón si eso significara librarme de la cocina de máxima seguridad de Jungkook.
Tenía un pie sobre el fregadero y el otro colgaba precariamente en el aire a punto de arrastrarme a la salvación y huir de ahí justo antes de que dos manos grandes y fuertes rodearan mi cintura; tirando mi cuerpo hacia atrás de regreso a la cocina con un esfuerzo vergonzosamente pequeño.
El pequeño chillido de sorpresa que solté no fue nada al darme cuenta de que Jungkook me había arrojado cuidadosamente y con suma facilidad  sobre su hombro como un saco de harina mientras se alejaba conmigo en brazos de lo que había considerado como la única forma de salir viva de su casa.
Un quejido de indignación se me escapó cuando sentí mi trasero golpear la silla del comedor y traté de hacer todo lo posible para mantener mis ojos pegados a sus rodillas; estaba segura que sería incapaz de encontrar la mirada del alma inocente que muy probablemente había traumatizado de por vida.
Por un pequeño instante de silencio todo quedó extrañamente suspendido, no podía decir alguna palabra sin que la vergüenza se apoderara de mí después de que Jungkook hubiera descubierto mi sucio secreto acerca de él, y entonces sentí que dos de sus dedos se presionaban firmemente debajo de mi mandíbula; elevando mi rostro hacia él.
—Debo decir...—Jungkook murmuró arrastrando sus palabras pensativamente, dejando que su mirada intensa se posara sobre mi.— Que esto es algo sorprendente dada tu... historia.
Estaba cerca. Demasiado cerca. Lo suficientemente cerca como para que su aroma, esa mezcla familiar de vainilla me hiciera agua la boca.
Y definitivamente no se veía traumatizado. O inocente.
Tragué saliva al darme cuenta del hecho que el hombre frente a mi parecía más una estrella de rock empapada de sexo; con carisma puro envuelto en tatuajes y músculos sólidos.
—¿Oh? —balbuceé por lo bajo sin entender sus palabras y Jungkook solo me sonrió.
—¿Sorprendida? Eso es lindo viniendo de la mujer que quiere que yo…—alardeó con suficiencia en su voz antes de sacar su teléfono para comprobarlo.— La parta por la mitad con mi polla.
Y ahí estaba.
—Obviamente no quise enviarte eso... a ti. —murmuré por lo bajo sintiendo como la vergüenza subía por todo mi rostro.
—Oh, lo sabía incluso antes de que te atrapara queriendo saltar por la ventana. —Jungkook se rio entre dientes sin dejar de mirarme y yo solo me encogí en la silla.— Hablando de eso…
Su cuerpo se inclinó sobre el mío para tomar algo sobre la mesa y cuando regresó a su posición de antes mis ojos se abrieron al ver lo que era; una cuerda para saltar, la misma que había visto colgada en la pared cuando entré a la cocina y que ahora estaba enrollada sin apretar alrededor de su muñeca. Apenas tuve tiempo para procesar eso antes de verlo moverse hacia un lado y tomar mis manos hacia atrás contra el respaldo de la silla.
—¿Me estás… atando? —pregunté aún sin creerlo y jadeando por lo bajo al sentir un tirón fuerte con la cuerda en mis muñecas, fijando mi posición para que no pudiera moverme.
—¿No es lo que querías? —Jungkook susurró suavemente contra mi oído y su voz melosa y profunda me hizo temblar de forma vergonzosa. —Esta fue la solicitud que enviaste, ¿no es así? —agregó inclinándose para inspeccionar su obra y cuando estuvo satisfecho volvió a estar frente a mi. —Además no puedo permitir que intentes saltar por otra ventana, esto es realmente por tu propia seguridad.
Me sonrojé aún más al ver la sonrisita burlona que me regaló y abrí mis labios para decir algo, pero todo lo que salió fue una especie de sibilancia mientras Jungkook seguía mirándome con diversión engreída.
—¿Sabes que eres una especie de leyenda en la universidad? Te llaman la nena pura y casta. —Jungkook comenzó a hablar y no pude evitar rodar mis ojos ante sus palabras.
—Y se preguntan por qué nunca me acostaré con ellos. —farfullé con amargura siendo muy consciente de lo que se decía de mí y eso solo hizo que Jungkook riera por lo bajo mientras le daba un considerable repaso a todo mi cuerpo a su merced. —Sabes que no puedes andar atando mujeres a sillas contra su…
—¿Contra su voluntad? —Jungkook completó con una sonrisa diabólica adornando su perfecto rostro antes de inclinarse y quedar frente a mí, cara a cara. —Supongo que es bueno que tenga tu permiso por escrito aquí mismo.
Sentí mi respiración atascarse en mi garganta al escucharlo hablar, Jungkook me dio un rápido vistazo antes de enterrar su rostro en mi cuello y su aliento cálido aliento me hizo cosquillas en la piel segundos antes de sentir sus bonitos labios besar mi cuello con hambre, ahogué un gemido por la forma en que su lengua se deslizaba por toda mi piel; marcándola con intensas lamidas y pequeñas mordiditas, y cuando se alejó de mí no pude evitar lloriquear en silencio.
—¿Por qué no me lo lees, hmm? —Jungkook pidió elevando su teléfono a la altura de mi rostro.
—Yo no, no puedo…—balbuceé sintiendo como la vergüenza inicial regresaba a mí y respiré entrecortado cuando Jungkook pasó su pulgar por mi labio inferior lentamente; obligándome a mirarlo.
—Hazlo. —Me ordenó con su voz más dura de lo que esperaba.
El áspero timbre de su orden disparó una chispa caliente de placer directamente al centro de mis piernas, y juré que nunca había estado tan nerviosa como ahora, había algo en su mirada, algo que me hacía querer obedecerlo en todo lo que me pidiera, y así lo hice.
—Yo... quiero que Jeon Jungkook…. —comencé leyendo el texto y mi respiración se detuvo cuando el calor de su mano libre se deslizó sobre mi torso. —Me ate a su silla del comedor.
—Listo. —Afirmó en un susurro dejando que sus dedos delinearan las correas alrededor de mis muñecas.— Continua.
—Quiero que rompa, oh Dios… —balbuceé con la respiración agitada al sentir sus dedos deslizándose por mi pecho haciendo que cada palabra que decía se escuchara rota. —Quiero que rompa mi blusa por la mitad, golpeé mis tetas y…
No pude seguir leyendo más porque la mano pecadora de Jungkook se enganchó en el cuello de mi blusa; tirando con fuerza hacia los lados y rompiendo la tela, haciendo que los botones volaran en todas direcciones y que mi piel se estremeciera al sentir el aire fresco colándose por todo mi pecho.
—Me vuelves jodidamente loco… —Jungkook murmuró con una voz tan sensual y ronca mientras sentía sus ojos posarse en mis senos que subían y bajaban con cada profunda respiración que daba, lo vi relamerse sus bonitos labios al notar el sujetador de encaje negro que me había puesto hoy solo porque todos los demás estaban sucios.
Sus manos eran dulces cielos ardientes mientras se acercaban para palmear mis pechos levemente uno por uno, y yo simplemente no pude evitar gemir en voz alta; arqueando mi espalda hacia adelante y hacia sus manos sin vergüenza. Mi dignidad ya había desaparecido hace mucho tiempo a este punto y no deseaba recuperarla por ahora.
—Por favor… —rogué por lo bajo antes de soltar un pequeño gemido cuando sus grandes manos amasaron mis senos con una presión perfecta, podía sentir el peso de sus anillos a través de la tela de mi sostén.
—Nunca pensé que podría hacer esto. —Jungkook habló mientras sus pulgares rozaban con brusquedad mis pezones; arrancándome un gemido involuntario y haciendo que tirara con fuerza de la cuerda en mis manos. —Deberías de ver lo bonita que te ves así… —continuó hablando en medio de un denso suspiro, y el calor de su aliento chocó contra mi pecho haciéndome remover en la silla mientras sus manos seguían amasando con fuerza mis senos. —Pero quiero que sepas que yo también tengo muchas ideas de lo que yo te quiero hacer.
Y tan pronto como dijo eso su boca ya se encontraba sobre mi pecho; dejando besos húmedos y calientes por encima de la tela en uno de mis senos, haciendo que arqueara mi espalda más a su boca y que el calor en mi entrepierna aumentara incontrolablemente.
Había pasado tanto tiempo y estaba tan sensible, demasiado sensible.
—¡J-Jungkook! —jadeé entrecortado al sentirlo mover su boca hacia mi otro pecho sin previo aviso, dándole la misma atención con su deliciosa boca hasta que estaba retorciéndome y apretando mis muslos juntos sobre la silla.
—¿Ansiosa, bebé? —Jungkook preguntó formando una sonrisita burlona aún en mi pecho y yo solo pude lanzarle una mirada desesperada; rogándole mudamente que me diera lo que tanto quería.
Jungkook sonrió al ver mi estado de necesidad y volví a gemir cuando tomó un nuevo bocado de mi seno en su boca, sus dientes mordisquearon mi pezón sin mucha fuerza por encima de la tela que solo envió una punzada aguda de dolor teñido de placer directamente a mi clítoris, a este punto mi interior ya estaba apretando alrededor de la nada.
—Suenas tan bonita, bebé… —Jungkook elogió gentilmente, dejando que sus labios calmaran mi pezón. —Déjame darte lo que quieres…
Solté un pequeño suspiro de alivio al escucharlo justo antes de que sus dedos se engancharan al borde de las copas de mi sujetador tirando con fuerza hacia abajo hasta que mis senos desnudos se derramaron por encima y lo escuché gruñir ante la vista.
—Joder… —Jungkook jadeó antes de estirar sus manos ahuecar mis senos; como si estuviera probando su peso en ellas, su mirada me devoraba con hambre y ya podía sentir mis bragas empapadas bajo sus atenciones.
No hubo pensamientos más allá de ese segundo, mi deseo era desesperado en este momento, necesitaba más de su toque, más de él, lo necesitaba, lo anhelaba tanto que sentía que podía quedarme sin aliento, empujándome hacia él como una gatita necesitada, hasta que…
Slap.
Jadeé de placer por lo bajo cuando su palma se conectó contra mi piel, golpeando bruscamente un lado de mis senos.
—¿Es esto lo que querías, bebé? —Jungkook preguntó encontrando mis ojos llorosos antes de sonreír al ver mi estado y dar otro rotundo golpe justo del otro lado.
Mi boca se abrió de golpe al sentir mi piel arder, pero no surgió ningún sonido, salvo mis suaves y ahogados jadeos de placer, podía sentir como mis bragas empapadas se pegaban a mi entrepierna con cada impacto exquisito que recibía en mi piel ardiente.
—¿Quieres que marque estas tetas perfectas? —Jungkook volvió a preguntar solo ganándose un asentimiento desesperado de mi parte acompañado de un nuevo gemido cuando volvió a golpearme, y un gruñido primitivo retumbó en lo profundo de su pecho mientras los veía rebotar, completamente hipnotizado.
Jadeé cuando uno de sus dedos comenzó a acariciar alrededor de mi pezón adolorido, calmando mi piel rojiza con tiernas caricias en todo mi seno y cuando menos me di cuenta sus bonitos labios estaban en la misma zona; plantando pequeños besitos y erizando todo mi cuerpo una vez más.
—Debo haberte imaginado así mil veces… —susurró por lo bajo con su boca aún pegada a mi pecho solo para completar. —Y aún así nada se le acerca a lo jodidamente sexy que eres…
Sus ojos se lanzaron para encontrarse con los míos antes de sacar su lengua para lamer la punta hinchada de mi pezón una y otra vez, mi pecho se agitó ante la deliciosa sensación y gimoteé con fuerza cuando se metió todo mi seno a la boca; la obscena imagen de Jungkook chupando con hambre mi pecho mientras su mano grande y pecaminosa apretaba el otro era sacada directamente de mis fantasías más oscuras, y sabía que podía correrme con la simple vista.
Jungkook era implacable, mi cuerpo se inclinó hacia atrás contra las ataduras en mis muñecas al sentir como sus manos bajaban por mi cuerpo, acariciando cada porción de piel que tenía a su disposición con casi adoración mientras mi coño se apretaba desesperadamente alrededor de la nada.
—Jungkook, por favor yo… —sollocé por lo bajo antes de ser interrumpida cuando me tomó por mi barbilla con firmeza, su rostro de porcelana y sus rosados labios estaban a escasos centímetros de mí y tuve que reprimir la necesidad de lanzarme a besarlo.
—¿Y ahora qué, cariño? ¿Qué más quieres? —preguntó sobre mis labios, su voz era suave e indulgente, parecía dispuesto a querer complacerme en cualquier cosa, y yo jadeé de solo pensarlo. 
—Yo… necesito tus manos… —rogué sintiendo mis mejillas arder al pedirle aquello, pero él solo me sonrió.
—¿Dónde las necesitas, mhm? —Jungkook instigó acariciando burlonamente mis piernas desnudas haciéndome temblar en mi lugar, sus ojos oscuros estaban observando cada expresión que hacía mientras me tocaba suavemente.
—Más arriba… —balbuceé a medias moviendo de a poco mis caderas hacia él, desesperada por sentirlas donde más lo necesitaba, pero él era un burlón y solo las deslizó una o dos pulgadas más.— Jungkook…
—Dime. —Susurró contra mis labios con su voz ronca y grave antes de robarme un pequeño y casi imperceptible beso que me dejó queriendo más. —Dime dónde quieres mis manos, cariño.
—Por favor, por favor, quiero tus manos en mi coño… —rogué en medio de jadeos desesperados inclinándome para poder besarlo de nuevo y solo recibiendo una sonrisa llena de lujuria de su parte.
—Buena niña. —Elogió con un tono meloso justo antes de acortar la distancia que nos separaba y besarme con dureza.
Apenas y podía seguirle el ritmo a su demandante beso, sus labios sabían delicioso y chocaban contra los míos con firmeza y hambre una y otra vez, una especie de ronroneo se derritió a través de su garganta cuando nuestras lenguas se encontraron para jugar entre ellas, haciéndome tirar de la cuerda detrás de mí para poder besarlo con más fuerza, su aroma varonil se me pegaba como perfume en todo mi cuerpo e inundaba todos mis pensamientos, de repente un gemido salió de mi boca rompiendo nuestro húmedo beso ganándome un leve mordisco en mi labio inferior cuando mi cuerpo tembló al sentir sus dedos frotando suavemente sobre mis bragas, forzando mis piernas a abrirse para que pudiera seguir tocándome, y yo, obedientemente lo hice.
—Mmh, estás tan mojada, bebé… —Jungkook se maravilló mirándome a los ojos; sonriendo con lujuria mientras su mano seguía frotando pequeños círculos sobre la mancha de humedad en mis bragas, ganándose un gemido desesperado de mi parte. —¿Es todo para mí?
Asentí con la cabeza frenéticamente sin poder articular alguna palabra justo antes de ver como el rostro de Jungkook se endurecía en desaprobación mientras chasqueaba su lengua, sus dedos presionaron con dureza directamente en mi clítoris, y el impacto del placer hizo que mi cuerpo se tambaleara hacia atrás con tanta fuerza que la silla raspó el suelo.
—No puedo escucharte, cariño. —Jungkook demandó ralentizando sus movimientos en mi entrepierna, claramente dispuesto a que le diera una respuesta.
—S-sí… —sollocé incoherentemente tirando con fuerza de la cuerda y moviendo mis caderas hacia sus dedos; desesperada porque me tocara más. —Es todo para ti, Kook…
Jungkook me recompensó con una sonrisa radiante antes de verlo moverse hacia abajo por mi cuerpo y depositar un húmedo beso en mi abdomen antes de abrir más mis piernas con sus manos, y lo escuché gruñir por lo bajo cuando pudo ver lo mojada que estaba realmente.
—Que linda… —tarareó para sí mismo mientras deslizaba un dedo justo por la mitad de mi coño vestido; hundiendo la tela entre mis pliegues hinchados y arrancándome un jadeo desesperado.
Lo vi lamer ligeramente la piel de mi abdomen como si fuera un gatito al mismo tiempo que apartaba la tela húmeda de mis bragas hacia un lado para que sus dedos se deslizaran por completo entre mis pliegues resbaladizos; haciéndome gemir con fuerza y recogiendo la humedad cremosa de alrededor con sus largos dedos.
—Entonces supongo que no te importará si pruebo un poco… —Jungkook habló haciendo contacto visual conmigo, observándome expandirme en lujuria cuando colocó sus dedos dentro de su boca, chupándolos seductoramente y gruñendo por lo bajo ante mi sabor mientras me veía morderme el labio con total necesidad.
Y sacó sus dedos con un chasquido de saliva, estaba completamente segura que este hombre me iba a volver loca.
—Sabes tan delicioso… —ronroneó justo antes de hundir su rostro entre mis piernas, jadeé de sorpresa al sentir sus labios envolver mi entrepierna goteante y medio vestida antes de sentirlo cubrir rápidamente la zona con besos profundos con la boca abierta, la sensación era tan extraña y deliciosa que mis caderas empezaron a temblar por la intensidad, pero sus manos me sostenían por mis pantorrillas; obligándome a soportar el placer que me estaba dando hasta que el vacío en mi coño se volvió realmente insoportable.
—¡Ah! Dios, no puedo... yo... —gimoteé negando con mi cabeza sintiendo como Jungkook me daba las últimas lamidas a mis bragas empapadas justo antes de quitármelas por completo. —Mi falda, quítame la falda, quiero...
Jungkook se echó hacia atrás, inclinando la cabeza expectante al no entender lo que quería.— ¿Oh?
Sentí que mis mejillas comenzaban a calentarse una vez más, pero en este punto ya nada se interpondría en la realización de mi fantasía, no cuando ya estaba atada con las piernas abiertas y las tetas afuera.
—Quiero ver tus manos. Cuando tú... quiero verlas en mí…— Pedí en un tono necesitado sin dejar de mirarlo.
Por su semblante pude notar como si algo en su mente hubiera hecho clic y estuviera entendiendo todo; su vista se movió de sus manos a mi rostro sonrojado y de nuevo a sus manos, su sonrisita burlona se ensanchó aún más al darse cuenta de mi pequeño fetiche con sus manos y como si estuviera recordando el mensaje que llegó a su teléfono.
“Quiero ver como sus jodidas y sexys manos recorren todos los lugares de mi cuerpo caliente por él.”
—Ya veo… —resopló suavemente y luego sus palmas golpearon mis muslos haciéndome jadear y a él reír por lo bajo. —Cualquier cosa para ti, cariño.
Ni siquiera pude entender lo rápido que Jungkook me había quitado mi falda, porque de un momento a otro ya se encontraba amontonada alrededor de mis tobillos; dejándome completamente desnuda a él, su mirada oscura rápidamente regresó a mi coño reluciente y lo vi relamerse los labios ante la vista que tenía.
—Mira este hermoso coño, bebé… —Jungkook tarareó, pasando su pulgar sobre mis pliegues hinchados y resbaladizos, evitando cuidadosamente mi clítoris necesitado, juré que podía morir ahí mismo cuando deslizó su dedo índice dentro de mí, hasta el nudillo, el acero frío de su anillo hizo contacto con mi piel sensible y gemí con fuerza apretando su dedo en mi interior.
Había pasado tanto tiempo desde que algo que no eran mis propios dígitos inadecuados habían estado dentro de mí de esta manera. La sensación era tan diferente y tan deliciosa, y si lo combinaba con la vista erótica de su mano venosa y tatuada presionada lascivamente contra mi coño era como una inyección de puro deseo potenciado burbujeando en mi interior.
—Tu coño está tan apretado… —Jungkook siseó, moviendo lentamente su dedo dentro y fuera de mi antes de agregar un segundo dígito; haciéndome gemir ante el estiramiento. —¿Cómo tomarás mi polla si estás tan apretada, cariño? ¿Cómo lo harás si tu pequeño coño apenas puede manejar dos de mis dedos, eh?
Jungkook hablando de esa forma tan sucia me puso aún más caliente de lo que ya estaba y simplemente no podía apartar la mirada de entre mis piernas, la visión de sus dedos desapareciendo una y otra vez dentro de mí sólo para reaparecer cubiertos de mi humedad me hacía jadear, el sonido lascivo y húmedo alrededor de su mano con cada embestida que daba solo hacia que mi cuerpo se retorciera contra la silla, gimiendo erráticamente mientras la sensación de placer continuaba creciendo dentro de mí, me estaba acercando al borde y él lo sabía. Su mano libre me sujetó por el cuello con la cantidad perfecta de presión para mantener mi mirada enfocada en el lugar donde sus dedos me estaban follando.
—¿Quieres correrte en mis dedos, bebé? —Jungkook preguntó y soltó una risita oscura ante un gemido particularmente fuerte que me dejó cuando su pulgar comenzó a frotar mi sensible clítoris, y todo mi cuerpo se sacudió con fuerza.
—Sí, sí, por favor… —jadeé desesperada moviendo mis caderas lo más que podía hacia su mano; haciendo que sus dedos se hundieran más dentro de mí, sus labios se envolvieron una vez más en mi entrepierna comenzando a chupar mi clítoris al mismo tiempo que sus dedos encontraban ese punto dulce en mi interior, rozándolo suavemente.— ¡J-Jungkook!
Estaba llorando su nombre a este punto, siendo incapaz de poder escapar del abrumante placer que me inundaba, sentí a Jungkook succionar mi clítoris y golpear mi coño con sus dedos sin piedad hasta el momento en el que simplemente me rompí. Mi boca se abrió en un grito silencioso mientras ola tras ola de exquisito placer corría por mi cuerpo una y otra vez, Jungkook susurró sucios elogios contra mi coño tembloroso mientras lamía con hambre mi orgasmo como si se tratara de un néctar de la fuente más dulce.
Solté un sollozo de sensibilidad y Jungkook se apartó de mí, poniéndose de pie entre mis piernas temblorosas antes de tomarme por el cuello e inclinarse para besarme con dureza, sus labios se estrellaron con los míos de forma desenfrenada y yo gustosa lo acepté, estaba tan caliente, y sabía que necesitaba más de él, mucho más.
—Lo juro… —murmuró cuando nos separamos y yo no pude evitar hundir mi rostro en su cuello, comenzando a besar su mandíbula afilada. —Hubo días en que pensé que moriría si no podía tenerte.
—Tómame, entonces… —rogué por lo bajo, mordisqueando levemente su cuello y ganándome un suspiro tembloroso de Jungkook, como si quisiera controlarse un poco.
Casi chillé cuando se alejó de mí para mirarme desde arriba, sus ojos quemaban agujeros en mi cuerpo desnudo, caliente, cubierto de sudor y aún atado a la silla, lo vi relamerse sus bonitos labios y formar una sonrisa arrogante mientras tomaba mi cabello desordenado en su mano con dureza para guiarme hacia su pelvis; solté un gemido cuando movió mi cabeza de lado a lado y cuando mis labios chocaron con brusquedad contra la tela áspera de su pantalón, justo sobre su dura erección.
—Mira lo duro que puso verte así… —Jungkook farfulló con diversión cuando mi lengua salió para intentar lamerlo aunque fuera por encima de la tela y él solo soltó una risita oscura al verme así antes de alejarme jalando mi cabello hacia atrás con fuerza.— Otro día podré sentir tu boquita en mi polla, ahora necesito follarte.
Y tan pronto como dijo eso soltó mi cabello para alejarse de mí y caminar hacia un cajón de la cocina; sacando un condón de él y regresar junto a mi mientras se quitaba la camisa por su cabeza, y yo pude haber babeado ahí mismo sin darme cuenta, joder, este hombre lo era todo, tiré con fuerza de la cuerda en mis manos queriendo poder tocar sus marcados abdominales y eso fue suficiente para que Jungkook soltara el nudo rápidamente y me hiciera ponerme de pie antes de girarme y colocar mi cuerpo con brusquedad sobre la mesa, con mis senos presionados contra la fría superficie.
Sentía mis brazos débiles y adoloridos por tenerlos tanto tiempo atados que cuando escuché a Jungkook bajar la cremallera de sus pantalones con urgencia giré mi rostro hacia atrás queriendo poder verlo, pero ni siquiera pude hacerlo cuando con su pie separó mis piernas; abriéndome para él mientras deslizaba el condón por todo lo largo de su pene en un rápido movimiento.
No podía respirar bien, aún sentía irreal que estuviera aquí, lista para ser follada por Jungkook y sin poder verlo por completo, todos mis sentidos estaban a mil, quería verlo, tocarlo, darle una buena mamada, pero todo eso se esfumó cuando lo sentí frotar la punta de su pene contra mi entrada un par de veces, cubriéndola con mi humedad antes de alinearse correctamente y empujar su pelvis hacia adelante; colando varios centímetros de golpe dentro de mí.
—¡Ah! ¡Jungkook! —me quejé al sentir como si una especie de rampa me hubiera partido por la mitad, había subestimado su tamaño, Jungkook era tan jodidamente grande, y tenía cada centímetro de él en mi interior, tratando de ajustarme a su grosor y lo podía sentir a la perfección palpitando dentro de mí.
—¿Te gusta, bebé? —Jungkook preguntó con su voz ronca y profunda, su densa respiración chocó contra mi nuca enviándome escalofríos por todo mi cuerpo mientras me sujetaba por mis caderas para salir y volver a introducirse en una embestida dura y profunda.— ¿Te gusta mi polla?
—Sí… —sollocé cerrando los ojos mientras lo sentía comenzar a marcar un ritmo más fuerte y constante, sentía mi humedad deslizarse por el interior de mis muslos, cubriendo su polla y haciendo que sus penetraciones fueran más deliciosas tocando lo más profundo de mi.— Me encanta, Jungkook…
Y ante eso recibí un audible gruñido de su parte contra mi oído, su pelvis chocaba con fuerza contra mi trasero, hundiendo su gruesa polla una y otra vez en mi coño, su agarre en mis caderas mantenía mi cuerpo firme contra la mesa justo antes de que la palma de su mano se estrellara contra un lado de mi trasero con fuerza; haciéndome gemir su nombre mientras recibía un nuevo golpe en el mismo lugar, y luego otro, y otro, y cuando menos me di cuenta mis ojos se llenaron de lágrimas ante la dureza de sus azotes y penetraciones.
Sentía la piel mi trasero arder con cada choque de su pelvis cada que volvía a hundirse dentro de mí, podía sentir todo mi cuerpo húmedo de sudor y flujo, solté un gemido particularmente fuerte cuando el ritmo de sus penetraciones se volvió brutal, los jadeos goteaban de mis labios sin que siquiera los pudiera controlar y todos mis pensamientos racionales se esfumaron cuando un fuerte y posesivo jalón en mi cabello me hizo levantarme de la mesa; Jungkook tiró de mi cabeza hacia atrás hasta que mi espalda chocó contra su firme pecho.
—Tu coño se siente tan bien, bebé… —Jungkook jadeó en mi cuello, su respiración agitada y caliente me hizo cosquillas en la piel y gemí fuerte cuando su gran mano tatuada se envolvió alrededor de mi cintura, manteniéndome al ras de su pecho mientras que la otra se aferraba a uno de mis senos; apretándolo con fuerza y haciendo rodar sus dedos sobre mi pezón endurecido y sensible.
—Jungkook… —gimoteé, incapaz de procesar nada más allá de las deliciosas sensaciones de su polla enterrándose en mi coño con cada embestida dura y profunda, tanto que ya podía sentir el nudo formándose en mi vientre cuando comenzó a golpear repetidamente en mi zona de placer.
—¿A quién le pertenece este lindo coño? —Jungkook gruñó posesivamente al mismo tiempo que sus embestidas se volvían más desordenadas, follándome con una fuerza sorprendente mientras mi orgasmo me esperaba ansioso en algún rincón.
—A ti… a ti te pertenece… —jadeé con fuerza aferrándome a sus manos, sintiéndome tan colapsada con todas las sensaciones de él, en cómo su polla me llenaba tan bien, en cómo su aliento cálido me hacía sentir increíblemente más húmeda, estaba tan cerca del borde.
—Buena niña, ¿Vas a correrte de nuevo para mí, cariño? —Jungkook me alentó mientras sus labios se unían a mi cuello para chupar mi piel sensible con hambre, dejando varias marcas rojizas por toda la zona y haciéndome asentir débilmente antes de que mi cuerpo temblara cuando sus dedos se hundieron en mis pliegues resbaladizos, encontrando mi clítoris para frotarlo furiosamente mientras sus penetraciones perdían ritmo.— Córrete en mi polla bebé, vamos, quiero sentirlo.
Un placer abrasador me atravesó en respuesta a su orden, mis piernas temblaron cuando mi orgasmo golpeó mi cuerpo borrando mis pensamientos y haciéndome gemir su nombre una y otra vez mientras mi interior se apretaba alrededor de su dura longitud, Jungkook gruñó y me sujetó con fuerza mientras seguía empujándose dentro de mí antes de dejarse ir con dos estocadas más, la última hasta me dolió, pero era esa clase de dolor placentero por el que pasarías mil veces en la vida.
Estuvimos así por varios segundos o minutos apretados el uno con el otro, tratando de regular nuestras agitadas respiraciones, hasta que la voz de Jungkook rompió el denso silencio.
—Sabes lo que esto significa, ¿verdad, bebé? —musitó con calma pasando sus manos por mis caderas y cintura con calma.
—¿Qué significa? —pregunté girando levemente mi rostro hacia él y casi volví a gemir ante la erótica imagen de su frente cubierta de sudor y su cabello húmedo pegándose a los lados de su rostro mientras mordía su labio inferior con fuerza sin dejar de mirarme.
—Significa que es mejor que a partir de hoy todos esos mensajes sucios me lleguen directamente a mí. —aclaró formando una sensual sonrisa y yo no pude evitar sonreír también al escucharlo antes de volver a besarlo con pura necesidad.
Bueno, algunas cosas eran más importantes que nuestra dichosa investigación. 
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n/a: omg pupiss por fin estoy de regreso a mis andadas de escribir nsfw y eso me hace feli, gracias a todxs lxs que esperaron pacientemente mi regreso y que me siguieron hasta aquí, las amo demasiado ♡ para las personitas nuevas espero que les haya gustado esta historia, pronto seguiré publicando mas os que tengo por ahí guardados y que algunos de ellos ya conocen, gracias por todo y no duden en comentar lo que piensan ♡
taglist: @guvgguk @lessuwu @cometaart @AnnieKCV @darysnowflwr @nunubly @choco-linny
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nayerimz · 1 year ago
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va bastante distraída, lo tiene que aceptar, buscando refugio en la sala que sabe que está dedicada a obras de artes que no están ahí para que los ojos de ella pueda apreciarlas. tiene a alguien que encontrar y no puede perder tiempo pero muro de sombras la detiene de manera efectiva, ojos bien abiertos y moviéndose entre él y muro ' gracias ' es lo primero que dice, ante de negar con la cabeza y confirmar que no le han hecho nada ' ¿a ti? ¿estás bien? ' ☆ @ryvnk
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Sabe poco y nada de lo que ocurre, pero ha unido suficientes puntos. Debería irse, y es lo que está a punto de hacer, cuando una persecución parece desarrollarse frente a sí, suerte jugando en contra de uno de aquellos recién convertidos. Un instante le toma elevar muro de sombras entre shovelhead y le otre cainita. "¿Así te trataron a ti cuando te dieron el Abrazo? Lamentable..." comentario escapa de sus labios, carente de emoción en facciones. "¿Te lastimó?"
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chiquititamia · 8 months ago
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Sunkissed
🩷Hola mis amores!! Les traigo un pequeño drabble, me ha venido la inspiración divina y lo he tenido que escribir desde el móvil. Espero que lo disfrutéis aunque sea cortito!🩷
Enzo x f!reader
Warnings: soft smut
Si hay algo que te relajaba era el mar. La arena caliente debajo de tu toalla, una lata de coca cola bien fría semi enterrada para que no se moviese. La sensación de la sal en tu piel bronceada. Era algo que necesitabas de vez en cuando. Habías llegado más o menos temprano a la playa, habías plantado tu sombrilla y habías disfrutado de un primer refrescante baño. Ahora, te habías tumbado a descansar.
Era lunes, así que no había más que un par de transeúntes. Cuando la playa se llenaba de verdad era el fin de semana, después de todo. Aprovechando esto, habías decidido quitarle la parte de arriba de tu bikini.No estaría mal broncear un poco tus pechos, que estaban pálidos por la falta de sol. Llevabas puestos tus anteojos de sol cumpliendo una doble función: protegerte de la luz y del contacto visual con los bañistas y algún que otro vendedor ambulante.
Habías olvidado tu libro en casa, así que decidiste dedicar tu tiempo a escuchar música tranquila. Podrías dormirte tranquila, tan sólo habías traído tu vestido y un monederito con algo de cambio para quizás tomar un helado. Si decidieran robarte mientras duermes no sería la gran cosa. Además esta era una playa tranquila.
Dawn chorus de Thom Yorke sonaba a través de tus auriculares. Los tonos repetitivos y tenues resonaban en tu cabeza invitándole a relajarte. Te encontrabas tumbada boca abajo cuando una sombra cambió en la arena y pudiste ver cómo unos pies masculinos habían aparecido delante de ti. Te quitaste los auriculares por si te estaban diciendo algo, y, sin pensarlo, empujaste tu cuerpo con tus manos para incorporarte y levantarte.
Oh Dios mío. No era posible.
- Hola, disculpá, no tendrás fuego?
Era Enzo Vogrincic sosteniendo un cigarro entre sus dedos. Entrecerraba un poco los ojos para no verse cegado por el sol.
Calma. CALMA -pensaste- Encuentra el encendedor y dáselo. Mantén la calma.
-Sí, esperame. -murmuraste
Revolviste en tu tote bag hasta que encontraste el pequeño encendedor morado.
Encendiste el mechero tapando con la otra mano el cigarro para que el viento no apagara la llama. Él había acercado su boca a tus manos para que se lo pudieras encender.
-V-vos sos... Sos vos, verdad? -Bravo por tu elocuencia, pensaste.
-Sí, creo que sí - dijo Enzo riéndose.
-Sí, claro, qué pelotuda. Yo soy muy fan de tu trabajo sabés?
- Ah, mirá, muchas gracias- le dio una amplia calada al cigarro y exhaló el humo hacia arriba. Te miraba con esa sonrisa suya tan seductora, peinando de vez en cuando su cabello con las manos.
No se te ocurría que decir. Estabas en blanco y temías que, ahora que ya había encontrado lo que venía a buscar, se marchase por donde había venido.
-Sé que te tiene que molestar, pero... ¿Te tomás una foto conmigo? Mis amigas me asesinaran si les cuento que te he conocido y no te lo he pedido.
-Sí, claro, pero....
-No hace falta si no, ¿eh? - te arrepentiste de haberlo pedido. Claro que no le apetecía tomarse una foto en la playa donde seguramente solo había ido a relajarse- No te preocupes...
-No, pero... No querés taparte para la foto? -dijo riendo suavemente.
Oh, no. Toda la emoción y tu pendejismo crónico habían nublado un importante asunto: seguías estando en topless.
-Ay! -chillaste, ya roja como un tomate- disculpáme por favor, no me di cuenta- te intentaste cubrir con las manos- qué boluda....
Si no hubiera sido porque eso hubiera supuesto despegar las manos de tu pecho, te hubiera gustado cavar un hoyo con las manos y enterrarte ahí para huir de la vergüenza. Tierra, trágame.
-No, pará, ¿pero porqué te tapás ahora? No pasa absolutamente nada... -seguía sonriendo de una manera condenadamente encantadora.
-Yo no me había dado cuenta de que estaba así, yo...
-Hey, hey -trató de tranquilizarte- te ví los pechos, ¿y qué? Es natural, no tiene nada de malo... Además... - pareció Interrumpirse a si mismo.
Lo miraste interrogante. El rubor aún quemando tus mejillas.
Se sentó en tu toalla como si nada, debajo de tu sombrilla. El gesto te invitó a hacer lo mismo.
-Además son preciosos, bo- dijo mirando al mar con el cigarro entre los labios para volver a dar una calada.
No pudiste evitar reirte y él te miró sonriendo.
-Qué vergüenza, no puedo parar de hacer el ridículo- pensaste en alto
-¿Pero porqué 'el ridículo'? -pareció regañarte con su tono.
-Y, ¿porque me encuentro al mismísimo Enzo Vogrincic y le enseño las peras? -dijiste enfurruñada contigo misma
Ahora fue su turno de reírse.
-Che, no es tan grave el asunto...- apagó el cigarro en tu lata vacía- ¿te estabas bronceando ,no?
-Sí...
- ¿Y cómo va quedando?
Estallaste en risa apretando tus manos contra tu pecho y le miraste
-¿Vos me estás jodiendo?
-No te estoy jodiendo, tengo.. Curiosidad- pareció saborear esa última palabra.
-¿Querés ver? -una voz en tu cabeza te gritaba "Se puede saber que hacés, loca?", pero decidiste ignorarla como si fuera una amiga molesta y responsable y tú estuvieras borracha.
-Obvio - se giró hacia ti.
Here goes nothing, pensaste y descubriste tus pechos ante él.
Enzo resopló por lo bajo y te observó por un par de segundos, para después dirigir su mirada a tus ojos de nuevo.
-Y, les falta un poco, están paliditos -comentó.
-Sí, deberían seguir tomando el sol- concediste con un tono seguro que ni tú sabías de donde venía.
Está claro que esta coqueteando contigo, ¿no? Tu mente iba a mil por hora.
-Tumbáte chiquita- dijo relajadamente, dando un par de toques a su regazo.
Obedeciste, ¿cómo no hacerlo? Te reclinaste sobre tu regazo, él seguía sentado. Su bañador mojado entró en contacto con tu nunca. Luchaste por no volver a cubrirte.
-Deberías echarte loción solar, nena. ¿Puedo?
Cerraste los ojos bajo tus lentes oscuros. Los nervios iban a acabar contigo. Tan sólo asentiste.
Él alargó su brazo para alcanzar la crema. Pudiste escuchar cómo la destapaba y se echaba un poco en las manos, posiblemente templándola un poco.
Y entonces sucedió: sus dedos se posaron en tus senos, manchados de la loción que olía a coco y a verano. Masajeó suavemente durante un rato. Rozaba tu piel suave con delicadeza y experiencia. No pudiste evitar que un gemido escapase de tu boca.
-Shh.... Chiquita, no seas mala...
Una de tus manos subió hasta tu boca para taparla.
Él se inclinó un poco sobre ti, acercando su rostro al tuyo. Su pelo negro caía enmarcando su cara.
-Qué lindas tetitas tenés...
Otro gemido ahogado.
Te incorporate un poco para apoyar tu espalda en su torso y así estar protegida por su cuerpo.
-Me estás poniendo malo, preciosa -susurró- tengo la pija durísima y ahora no me voy a poder levantar- pudiste comprobar que no mentía, notabas su erección contra tu culo.
-Enzo... -gemiste, como todas las veces que lo habías hecho en tu cama, a solas, solo que esta vez él estaba ahí para escucharte.
-Qué ganas de cogerte...- Gimió aún masajeando tus pechos y apretando su bulto contra ti, jurabas que lo sentías palpitar.
Tú no podías parar de gimotear en tu mano.
La humedad que sentías en tu parte de abajo del bañador ya no tenía nada que ver con el mar.
De repente, un grito a lo lejos os sacó de vuestro universo.
-"¡Enzo! ¡Vamos, boludo, te estamos esperando!"
-Mierda- maldijo él- son mis amigos, me tengo que ir, chiquita.
Antes de que pudieras protestar y mirarle te dio un beso en la cabeza y te prometió:
-Hoy a medianoche aquí, ¿sí?
Qué acababa de pasar?
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rubywolffxxx · 11 days ago
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Pole Position (Formula 1 x lectora)
Resumen: el par de Ferrari solo estuvo en Argentina una semana, pero fue suficiente para que ambos quedaran enamorados del lugar. Y uno en específico, enamorado de algo más.
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Nota: +16
~ Capitulo anterior Capítulo siguiente ~
Masterlist de capítulos
Masterlist de mi autoría
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~ XXV ~
—¿Es necesario?—
—La seguridad primero.—Tania le extendió el casco—. Tomamos algo de alcohol, no quiero ser la causante de que Charles Leclerc se strolle en la acera.—
—¿"strolle"?—
—Choque, accidente, caída, obligaciones parentales...—el hombre sonrió.
—Que mala...—
Con cascos puestos y ya con la motocicleta en la acera, Charles subió. Tania subió detrás.
—Agárrate bien.—
—Ya lo estoy.—la chica se aferró a los soportes a ambos lados del asiento.
—De mi cintura, por si acaso.—
—¿Es necesario?—
—Mira si sales volando...—Tania rió bajito antes de pasar los brazos alrededor de su cintura, pegándose lo más posible.
—¿Feliz?—
—Bastante, sí...—
—Pues arranca. Todo derecho. Te aviso cuando dobles.—
—¿Es aquí?—
Charles se sacó el casco, notando como la mujer bajaba apurada de la moto y se paraba frente a la cortina metálica.
—Hace mucho no venía...—Tania dejó el casco sobre el asiento de la moto, y su rostro demostraba lo conmovida que estaba—. Vamos, entremos.—
La chica sacó un manojo de llaves de su bolsillo y en un segundo la cortina subió.
—Imagina ser Mary, llegar con tu súper auto tecnológico y que una niña llena de grasa te reciba...—resopló con gracia—. Ella ni siquiera creía que yo pudiera entender su auto... Y lo dejé impecable.—
Charles la miró caminar con cierta nostalgia por el lugar, revisando algunas cosas de la mesa de trabajo.
—¿Ayudabas a tu papá aqui?—
—Trabajaba aquí, en realidad. Parte de las ganancias eran mías... Luego fui mecánica en el TC, luego piloto, Formula 2... El resto lo sabes bien.—
Caminó a la puerta al final del lugar, abriéndola y dejando ver una pequeña sala. Tenía una cocina, una mesita, un sofá y un televisor. Al final una puerta que Charles dedujo era el baño.
—A veces extraño este cuartito pequeño... Lo siento más acogedor que los grandes hoteles elegantes.—se sentó en el sofá, revisando vagamente las cuentas y boletas sobre la mesa—. Terco... Papá nunca me dice de las deudas.—Charles se sentó a su lado, notando como la chica comenzaba a realizar transferencias—. Este será nuestro secreto, Charles. Hasta que papá se dé cuenta de que le pagué todo y se enoje conmigo, yo ya voy a estar lejos.—la vio sonreir—. ¡Oh! Casi lo olvido. Atrás están los kartings que construimos cuando era pequeña ¿Quieres verlos?—
—... Cambiaste de tema tres veces en 2 minutos.—
—Cierto... ¿Lo cambio una cuarta vez y te ofrezco una Coca-Cola fría?—le sonrió divertida, y Charles terminó de caer.
La chica quiso levantarse para buscar las bebidas, pero entonces las manos de Charles atraparon su rostro. Y sus labios no tardaron en encontrarse.
Charles no estaba muy seguro de si la chica accedería a aquello, y no lo hubiese intentado de saber el fiasco que había sido el primer intento de Lando por hacer exactamente lo mismo.
Pero para suerte de Charles, Tania a esas alturas ya tenía una mentalidad más descontracturada. Le importaba un diablo.
Sintió su cuerpo tensarse en cuanto Tania se subió a su falda.
—Es el sofá de mi papá, no sé qué tan correcto sea esto... La última vez aquí vimos Cars.—Charles sonrió apenas, deslizando sus manos bajo la camiseta de la mujer.
—¿Quieres volver a tu casa, con un Carlos ebrio durmiendo también en tu sofá?—Tania levantó los brazos, sintiendo una brisa fría recorrerle el torso en cuanto Charles le arrebató la camiseta. Volvió a besarlo con ganas, suspirando contra sus labios al sentir como el hombre se aferraba a sus muslos y la acercaba aún más.
Charles había fantaseado muchas veces con aquel momento. Pero no pudo imaginar lo bien que se sentía.
Las manos de la mujer buscaron con cierta ansiedad la camiseta de Charles, lanzándola a un lado del sofá. Ninguno de los dos quería desperdiciar ni un solo minuto, por lo que las pausas para quitar el resto de la ropa eran fugaces.
—¿Segura de que quieres hacer esto?—
—¿Y lo preguntas mientras lo siento presionar en mi muslo?—la sonrisa de Charles se convirtió en una mueca de placer en cuanto Tania generó fricción contra su entrepierna—. ¿Cambiamos de lugar o me quieres arriba?—
—Diablos... Nunca imaginé escucharte preguntar eso.—
—¿Imaginabas otras cosas?—Tania bajó la mano hasta la ropa interior de Charles, tomando su ya más que duro miembro y liberándolo de aquella tela. El hombre gimió por el tacto, Tania sonrió por eso—. Que lindo... No te vengas todavía.—
Carlos despertó con una horrenda jaqueca, tardando unos minutos en ubicarse en tiempo y espacio. Estaba en un sofá, tapado con una manta de Monster High.
—Buenos dias, querido.—Tania dejó un vaso de jugo de naranja en la mesita ratona frente al sofá, también un pequeño sobrecito—. Tira eso en el vaso y tómalo de un tirón. Ayudará con la jaqueca.—
—Gracias...—
El hombre se sentó con toda la pereza del mundo, sintiendo que la cabeza le explotaba.
—En 40 minutos iremos al autódromo. Hoy corren niños en kartings asi que debes estar fresco, Sainz.—el piloto volteó hacia la barra de la cocina, notando que Charles desayunaba en silencio. Sonrió al verlo.
—Bonne journ��e, Carlos.—
—¿A qué hora volvieron anoche?—el español se levantó con toda la pereza posible, bebiendo el jugo burbujeante de un sorbo—. No los escuché llegar.—
Tania miró de reojo a Charles, quien sonrió con disimulo.
—No muy tarde, pero ya estabas desmayado. No quise despertarte.—
Carlos no era tonto. Pero estaba muy desorientado como para notar la pequeña tensión entre el par.
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El resto de la semana, Tania no se despegó del par.
Pasearon por la capital, sin mucha oportunidad de ir muy lejos por la falta de tiempo. Faltaron muchos lugares por visitar, pero lo que no faltó fueron oportunidades de que Charles y Tania compartieran un espacio íntimo cada tanto. Y en esta oportunidad, ya sin resaca ni sueño, Carlos lo notó. Pero no dijo nada.
No me incumbe, no me interesa...
Pero Lando moriría si se enterara.
—Bueno, señores. Fue un placer y gusto tenerlos en casa estos dias.—Tania bajó del auto el bolso de Carlos, quien no tardó en tomarlo—. Ojalá vuelvan en algún momento, tenemos que ver la nieve, las cataratas...—
—Las ballenas y la cordillera, si.—Charles la miró, sonriendo apenas—. Tuvimos una buena guía turística, asi que sin dudas volveré.—
—Lo veo difícil, hablo de coincidir. Ya nos divorciamos.—Carlos intervino—. Tal vez venga con Alex. O Charles venga con Lewis.—
—Dudo que Lewis quiera preparar capelletini y hacer pijamadas en la sala.—Tania río bajito—. Pero iremos viendo, ustedes son bienvenidos siempre que quieran venir... En esta casa o en cualquiera que yo esté quedándome.—
—Recordaré eso.—Charles se acercó a ella—. Gracias por todo, Tania.—la chica le dio un abrazo fugaz, dejando un beso fugaz y disimulado en la comisura de sus labios.
—Gracias a ustedes por visitarme.—Carlos recibió un abrazo mucho mas eufórico. Un buen abrazo de oso—. Nos vemos en unas semanas para las próximas prácticas.—
—je compterai chaque minute *contaré cada minuto*...—
—¿Quieres hablar de eso?—
—¿De qué cosa?—
—De esos momentos de tensión sexual entre ustedes y por consecuencia incómodos para mi.—Carlos se sentó en su asiento del avión, notando que Charles revisaba las fotos y videos de esa última semana. Preparaba algunas para subirlas a Instagram.
—No es nada importante, no te preocupes. Digamos que... un amor de verano.—
—Amor de verano, claro. Si tú lo dices...—
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—Ah, si. Definitivamente pasó algo ahi.—
—No eres de mucha ayuda.—
—No busco serlo.—
Lando miraba la más reciente publicación de Charles, y una desagradable sensación se instaló en su pecho. Tal vez Oscar creía que no era nada tan importante, y solía bromear con ello. Pero lo que él no entendía, era que su amigo había estado cayendo cada vez más por la mujer. Y todo ese asunto con Charles y Tania lo mantuvo estresado toda la semana
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tomhardymyking · 2 months ago
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We have a behind-the-scenes look at 𝑽𝒆𝒏𝒐𝒎: 𝑻𝒉𝒆 𝑳𝒂𝒔𝒕 𝑫𝒂𝒏𝒄𝒆 💓!
𝗧𝗼𝗺's smile 🥰 You can tell he had a good time making it 💖
How wonderful the work of the stunt doubles, it should be more recognised 👏���� Bravo, 𝗝𝗮𝗸𝗲 💯
(Turn on automatic subtitles)
⠀⠀⠀⠀
¡Tenemos un vistazo a detrás de escenas de 𝑽𝒆𝒏𝒐𝒎: 𝑬𝒍 Ú𝒍𝒕𝒊𝒎𝒐 𝑩𝒂𝒊𝒍𝒆 💓!
La sonrisa de 𝗧𝗼𝗺 🥰 Se nota que se lo ha pasado bien haciéndola 💖
Qué maravilloso el trabajo de los dobles de acción, tendría que ser más reconocido 👏🏻 Bravo, 𝗝𝗮𝗸𝗲 💯
(Activad los subtítulos automáticos)
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multiverse--wanderer · 1 month ago
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The Hatred Of Love | Ghost x König (Call of Duty) [ESP]
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[One Shot basado en la OTP entre Ghost y König (Call Of Duty) AVISO: Este One Shot contiene narraciones explícitas de relaciones íntimas. ¿Te ha gustado este One Shot? Recuerda que puedes leer más como este en mi Patreon: https://www.patreon.com/MultiverseWanderer <3 En un apartamento solitario, dos almas se encuentran de nuevo bajo la promesa de nunca volver a hacerlo. ¿Redención en los brazos del otro o sucumbirán al poder destructivo de su propio deseo? Descubrirán que algunas tentaciones son demasiado fuertes para resistir y que el camino hacia el placer más profundo puede ser también el más peligroso. Créditos de la imagen de la portada a su autor.*
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No hay forma de sacarle de mi mente.
No hay forma en la que pueda encontrarle en otra boca, en otras caderas.
La situación comienza a ser de lo más frustrante, de lo más irrisorio que me ha pasado en mi jodida vida. Bajo la necesidad de apagar mi mente un rato y perderme en un encuentro tórrido, he caído tan bajo que ya no encuentro el placer en un cuerpo que no sea el de él.
Con el pantalón ajustado y apretado de más, he salido a la calle de vuelta hacia mi apartamento alquilado en el centro. Cada paso es una lucha contra el tejido ceñido que parece querer mantenerme anclado en el recuerdo de lo que acaba de ocurrir, aún palpitante. La noche está oscura y pesada, y la lluvia comienza a caer, sus gotas frías y persistentes son lo único que consigue hacerme entrar en razón por unos segundos, permitiéndome pensar con claridad sobre toda esta situación.
Mientras camino, el agua empapa mi ropa, pegándola a mi piel y enfriando el ardor que aún siento en mi cuerpo. La ciudad está casi desierta a estas horas, y el sonido de mis pasos resuena en las calles vacías, mezclándose con el susurro constante de la lluvia. Cada gota que golpea mi rostro es un recordatorio de la realidad, una llamada a la sensatez que parece desvanecerse tan pronto como surge. Entre tanto, avanzo por las calles mojadas y mi mente vuelve una y otra vez a su rostro, a la forma en que sus ojos me miraban con una mezcla de triunfo y deseo, a cómo su boca, esa maldita tentación, se movía sobre mí con una precisión devastadora.
Pero Alexander no era el protagonista aquella noche, lo era Gérard.
Haber decidido irme con aquel bello francés de ojos azules que conocí en el bar fue una decisión pésima. El joven de veintisiete años trabaja como secretario del ministro de defensa y aún así sabe sumar dos más dos. Mi idea había sido tomar unas cuantas copas de alcohol bien cargado en el bar de la base y calmar la necesidad que corría mi alma desde hacía ya varios días. Por unos momentos al inicio, aquello pareció funcionar hasta que el doble filo del alcohol me atacó por la espalda peor de lo que jamás hubiese imaginado.
Gérard había captado mi figura mucho antes de que yo me fijase en la suya. Fue él quien se acercó cuando el bar estaba en proceso de cierre y me invitó a una última copa. Le miré, contemplé su media sonrisa erótica, sus ojos definidos y vi sus intenciones tan claras como el amanecer. Él pareció ver lo mismo en mis ojos, porque decidió quedarse sin saber lo peligroso que era aquel juego erótico conmigo.
Intentó saber de mi persona sin conseguir nada. Mentí en mi nombre, mentí en mi trabajo y mentí en mi situación. Él, sin embargo, me contó todo de su vida en el intento de que yo le desvelase algo más.
De una copa pasamos a dos más. Cuando el rubio rizado estaba cansado de mi espera, pude sentir su mano deslizándose en una carica privada por mi muslo en una clara invitación. Tomé aire por la nariz durante apenas unos segundos para liberarlo despacio por el mismo sitio. Hubiese sido tan fácil apartarle la mano y negarme a sus encantos (los cuales tenía de sobra), pero decidí entrar en el aro. Decidí que era lo mejor para demostrarme a mí mismo que no estaba necesitado de un único hombre con nombre y apellido.
"Vamos a mi habitación de hotel." Me susurraba continuamente en el oído.
Bajo la necesidad que mi cuerpo necesitaba y bajo las provocaciones del puro trabajador francés, decidí aceptar.
Besaba y se movía bien, sabía cómo desplegar su erotismo en cada palabra melosa que pronunciaba. Conseguía hacerme creer, en más de una ocasión, que quizás podría alcanzar ese ansiado orgasmo con él. Le gustaba el sexo duro y solo pedía más ante los agarres que mis firmes manos le sometían. Veía sus ojos, entrecerrados y húmedos por el placer, destellear en un azul brillante que no reconocía. Buscaba en sus orbes los ojos cansados de Alexander sin darme cuenta de ello y, sólo cuando no encontraba sus mares profundos y turbios, me daba cuenta de que no encontraba ningún tipo de excitación en los de Gérard.
Era un intento desesperado por llenar un vacío, un reflejo pálido de lo que realmente deseaba.
Lo giré, lo puse de espaldas y él se aferró a la almohada. Gemía tan fuerte contra la misma que reverberaba en la habitación de hotel. Veía su cuerpo, delgado esculpido en una perfección marmórea que me causaba una extraña sensación de náuseas.
No por él, sino por mí mismo.
Cada movimiento se sentía vacío, cada gemido, una burla a lo que una vez había sido una danza de verdadera pasión. La perfección de Gérard solo resaltaba la imperfección de lo que sentía en ese momento. Me faltaba el calor, la intensidad, la electricidad que me atravesaba cada vez que Alexander me tocaba.
Bajo maquillaje que disimulaba mis propias cicatrices y tatuajes para no ser reconocido por nadie, se escondían guerras que sólo un hombre había lamido con deseo y tintes de amor. Todo mi mundo comenzó a caer y a pesar de la frustración y el impulso por seguir, no pude hacerlo. No estaba llegando a ningún lado, y a la orilla a la que me estaba aproximando, me negaba a arraigar el ancla.
Gérard ya había llegado al orgasmo en varias ocasiones. Cuando llegó a su tercero tan escandaloso como apetecible, salí de su interior y me moví con desagrado en busca de mi ropa. Él se giró para verme y de su voz temblante apenas salió un "¿te vas?" que pedía por más. No contesté, era una pregunta que no necesitaba respuesta.
Y ahora me encuentro deambulando por la acera bajo la lluvia, de camino al apartamento sobrio que tenía alquilado por la empresa mientras durase la misión. Me encontraba maldiciéndome por ser tan imbécil una vez más.
Había tenido demasiadas relaciones esporádicas como para saber cómo funcionaba. La razón por la que lo hacía era encontrar un placer de oasis entre tanto caos y dolor, y últimamente mi único sustento de sentir algo se estaba desvaneciendo como arena bajo el agua salada.
Todo por su culpa.
Al llegar al interior del apartamento, si quiera encendí las luces. Dejé que la penumbra decorada por el ventanal del alto edificio donde estaba instalado el apartamento decorase el interior con tonos oscuros y sutiles. Me moví directo al lujoso baño y sólo encendí una de sus tantas luces.
Sobre el lavabo, me quité la empapada camiseta oscura y procedí a retirarme todo el maquillaje que tenía sobre el torso. Retiré las póstulas delgadas que disimulaban las cicatrices más grandes y removí todo el maquillaje que tapaba las marcas más específicas o reconocibles como lo era mi tatuaje del brazo. Dejé el grifo abierto y permití que el agua tibia hiciese el resto mientras frotaba con mi mano, inconscientemente, intentando quitarme todos los resquicios de aquella noche y de lo que me había convertido.
El tinte marrón que me había colocado en el cabello caía en pequeñas gotas débiles por mi cuello, retirando su falso color para dar paso al rubio que definía mi expresión. Retiré los restos que el agua de lluvia no había logrado arrancar con una toalla y eché todo a lavar al cesto de ropa sucia.
El teléfono que descansaba sobre el mueble al lado del lavabo que ahora limpiaba con las manos vibró y su pantalla se iluminó. Un mensaje entrante se vio reflejado en la pantalla y como si el mal nacido hubiese sabido leerme la mente, él me escribía.
" König: Te echo de menos."
Un mísero mensaje que logró destruirme por completo. Todas las barreras que estaba logrando levantar, todas las distancias... Un mensaje tan cotidiano por su parte y sin embargo el que menos necesitaba en este instante.
Apreté los puños contra el mármol del lavabo y maldije su figura una y otra vez. Lo maldije sabiendo que no era extraño recibir mensajes suyos en ese tinte, que era yo el que siempre le ignoraba los mensajes privados, y, sin embargo, ahora necesitaba cualquier cosa menos eso.
Ya no me escribía un "te necesito" que indicaba sexo sin desenfreno bajo su necesidad explícita. Ahora me escribía un "te echo de menos". ¿Qué coño significaba eso? La respuesta la sabía de primera mano, sólo hacía falta fijarme en mi situación actual, sólo hacia falta mirarme al maldito espejo.
No poder tener una relación casual con nadie porque nadie es capaz de cumplir mis estándares como él. Buscarle en otros labios y no encontrar más que arena bajo la lengua. Todo escalaba mucho más a un simple "te necesito". Todo escalaba a que le echaba en falta, le echaba tanto de menos que cualquier fantasma que fingiese ser él sería sólo una sombra difuminada.
Y lo odiaba. Lo odiaba tanto por ello.
El enfado acumulativo de la noche escalaba con cada pensamiento y el responsable era él y exclusivamente él. Él era el culpable por el que sentía que la sangre me hervía de rabia. No logro comprender por qué con él todo es tan diferente, por qué no puedo conformarme con otras relaciones y por qué ese maldito crío de metro noventa no puede dejar de taladrarme la cabeza ni un mísero segundo.
Con el día de hoy ya hacía más de mes y medio que no nos veíamos fuera del trabajo. Contra más cerca lo tenía, más se hacía cuesta arriba. Buscaba mi mirada como un cachorro busca a su dueño. Buscaba migajas de atención como perro hambriento y sólo recibía indiferencia por mi parte.
¿Por qué sigue aquí?
Tomé el teléfono y abrí su mensaje. Vi todos los mensajes que tenía de él sin respuesta y casi me sentí culpable, después recordé la razón por la que me alejé de él y supe que era para evitarle todo el sufrimiento que le estaba dando.
No podría encontrar la felicidad a mi lado. Porque sólo puedo darle dolor, y eso es lo que menos se merece.
Él, que a pesar de que todo es oscuridad en su mundo, conmigo deja ver toda la luz que sigue brillando dentro de él.
" Ghost: Ven a mi apartamento ahora. "
...
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mikuzsoy · 6 months ago
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GRAN COMEDOR.
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Se encuentra en la entrada del comedor, con su mejor aspecto de seguridad y tomándose el papel un poco en serio, demasiado divertido por todo lo que está pasando a su alrededor. Le recuerda a sus tiempos como doble de alto riesgo. Con su mejor sonrisa y también con aquella aura profesional que despliega en su trabajo, el rubio le dedica una sonrisa a las personas que están pasando, sin antes soltar lo siguiente:—Como siempre, les recordamos que ciertas pinturas no se pueden tocar, al igual que algunos muebles y sillas que usted puede observar. Con eso, pueden disfrutar la velada —dijo, demasiado metido en su papel. Ah, tal vez sí, la sangre de actriz de los Kuznetsov corría por sus venas.
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ciudadanosconvoz-pe · 3 months ago
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Tema: Derechos Humanos en Perú Subtema: Igualdad y No Discriminación en el Ámbito Laboral en Perú
Contextualización
El derecho a la igualdad y la no discriminación en el trabajo es un principio esencial para asegurar la justicia social y la dignidad humana, aunque ha habido avances significativos en la protección de estos derechos, la realidad laboral aún presenta desafíos importantes para diversos grupos de la población.
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¿Qué es el Derecho a la Igualdad y No Discriminación en el Trabajo en Perú?
El derecho a la igualdad y no discriminación garantiza que todos los peruanos, sin distinción alguna, tengan las mismas oportunidades laborales y condiciones equitativas de trabajo. Este principio está consagrado en el Artículo 2 de la Constitución Política del Perú, que establece el derecho a la igualdad ante la ley, prohibiendo cualquier forma de discriminación por motivos de origen, raza, sexo, idioma, religión, opinión, condición económica o de cualquier otra índole.
A nivel laboral, el Artículo 26 de la Constitución complementa esta protección al estipular que en la relación laboral se respetarán la igualdad de oportunidades sin discriminación y el trato justo y equitativo.
El Marco Legal en Perú
El Perú ha suscrito convenios internacionales clave, como el Convenio 111 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que prohíbe la discriminación en el empleo y la ocupación. Además, leyes nacionales, como la Ley N° 27270 (Ley Contra Actos de Discriminación), proporcionan un marco de referencia para prevenir y sancionar la discriminación en el trabajo.
También, la Ley de Igualdad de Oportunidades entre Hombres y Mujeres (Ley N° 28983) promueve la igualdad de condiciones entre géneros en el ámbito laboral. Sin embargo, la implementación efectiva de estas normativas sigue siendo un reto.
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Desafíos Actuales en el Perú: Brecha Salarial y Discriminación
Uno de los problemas más persistentes es la brecha salarial de género. Según estudios recientes, las mujeres en Perú ganan, en promedio, un 30% menos que los hombres por trabajos de igual valor. Esta brecha es aún mayor en sectores como la agricultura y la minería, donde las trabajadoras enfrentan doble discriminación por su género y condición social.
Otro desafío importante es la discriminación racial y étnica, particularmente hacia comunidades indígenas y afrodescendientes. Estas poblaciones enfrentan mayores obstáculos para acceder a empleos formales y, cuando lo logran, suelen recibir menores salarios y enfrentar condiciones laborales más precarias.
Aunque la Ley General de la Persona con Discapacidad (Ley N° 29973) establece que al menos el 3% de los puestos en el sector público deben estar ocupados por personas con discapacidad, en la práctica esta cuota no se cumple en muchos casos, y las personas con discapacidad enfrentan discriminación en la contratación y en la permanencia en el trabajo.
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¿Qué Se Está Haciendo para Combatir la Discriminación Laboral?
Diversas organizaciones y entidades del Estado han implementado programas y campañas para combatir la discriminación en el ámbito laboral. Por ejemplo, el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE) cuenta con la plataforma "Ponte en Carrera", que ofrece información sobre oportunidades laborales y fomenta la igualdad de acceso al empleo.
Asimismo, el Programa Nacional para la Promoción de la Igualdad de Oportunidades entre Hombres y Mujeres en el Empleo busca sensibilizar a los empleadores y empleados sobre la importancia de respetar la igualdad de condiciones en el trabajo.
En cuanto a la población LGBTIQ+, algunos avances legislativos y judiciales han comenzado a reconocer sus derechos laborales, aunque persisten actitudes discriminatorias en muchos espacios de trabajo.
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Conclusiones y Recomendaciones
A pesar de los avances legislativos, la discriminación en el trabajo sigue siendo un problema estructural en Perú. Es fundamental que se refuercen las políticas de igualdad de oportunidades y que se realicen esfuerzos más coordinados para fiscalizar su cumplimiento. La educación y la sensibilización son clave para promover un cambio cultural que garantice que todos los trabajadores, sin importar su género, raza, etnia o condición física, sean tratados de manera equitativa.
Recomendamos que el gobierno peruano, en colaboración con organizaciones de la sociedad civil, refuerce las campañas de concienciación sobre los derechos laborales y fortalezca los mecanismos de denuncia para quienes enfrenten discriminación. Además, es crucial garantizar que las normativas sobre igualdad y no discriminación se cumplan de manera efectiva en todo el país.
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GRUPO#04
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ferdinguergworld · 1 year ago
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Este es un universo de digital circus en el que estado trabajando.
Trata de que Pomni es hija del jefe de una mafia y desde que el jefe murió, Caine, amigo de la familia y actual jefe de la mafia, tiene el encargo de su amigo el preparar a Pomni para que asuma el mando. Pero durante su proceso conoce al actual grupo más cercano a la mano de la familia (Zooble, Gangle, Kinger, Ragatha y Jax... y el perro bubble). Durante el transcurso de esta historia se verán en una situación amorosa media extraña entre Ragatha (experta en el manejo de armas blancas y artes marciales) y Jax (Quien maneja casi todo tipo de armas de fuego, pero sus preferidas para más movilidad es la doble pistola). Las bases de control de esta mafia se ubican en un puerto y el manejo de una carnicería, cabe aclarar que solo son lugares para ocultarse y que nadie sospeche de los trabajos que ellos hacen.
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sunandra2 · 3 months ago
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Camille Clovis Trouille fue un pintor francés 1889-1975 Gran fascinación me produjo este artista cuando vi su arte por azar en la web en mis búsquedas de artistas Rara Avis hace unos años. Me impactó y hasta diría que fue una fuente de inspiración de trabajos fotográficos posteriores que hice. Es un pintor autodefinido anarquista, irreverente, satírico, sacrílego y para muchos blasfemo por sus criticas anticlericales, por tal motivo estuvo signado por el anonimato y no se le permitía exponer, hasta pesaban sobre el amenazas sobre su integridad. En los años treinta Andrè Breton lo destaco como surrealista, peroTrouille no sintió pertenecer al movimiento Surrealista dado que se percibía en sus gustos amante del arte renacentista. Estableció una clara mirada de critica social donde ridiculiza a las instituciones y al poder con símbolos, referencias concretas y directas. El erotismo potente,cierto esoterismo místico, el lesbianismo de religiosas irreverentes , muy maquilladas y voluptuosas como así también miembros de la iglesia con doble moral expuesta o militares de dudosa reputaciòn se encuentran en las temàticas abordadas. Hago una analogía referencial de este artista con el fotógrafo actual ucraniano Ruslan Lobanov y su serie de clips sobre los confesionarios, los sacerdotes y bellas damas "pecadoras" Hay un increíble collage de imágenes teatralizadas en contextos simbólicos surreales en las pinturas de Trouille, en la pintura publicada (Le Confessionnal de 1959) observamos un confesionario donde dos mujeres burguesas ataviadas con joyas y ropas ajustadas, se inclinan con sus voluptuosidades intentando comprar el perdón a sus pecados. Se puede observar la mirada y sonrisa maliciosa de la dama de la derecha que escucha las palabras del sacerdote. La particularidad la da la mujer desnuda agachada casi como una publicidad que habla de la intencionalidad de ese ámbito y la vemos como elemento disonante, justamente ubicada en el centro de la estructura y debajo de la inscripción que en Latìn expresa algo asì como: "cuyos pecados perdonarás remitiéndolos". Esto recuerda a los retablos del Gótico tardío pre Renacentista.
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saulcastillo · 1 month ago
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EXTRA! es una sección mensual que recopila los mejores diseños en las páginas de la prensa nacional e internacional, con publicaciones que no han aparecido con anterioridad en el blog.
En la recopilación de octubre destacamos (de arriba a abajo y de izquierda a derecha):
[1] Cómo genera su electricidad cada estado en EE.UU., una gráfica y energética doble página de Nadja Popovich en el The New York Times del 23 de octubre.
[2] Aprendiendo a catar vino en tres pasos como un profesional: alcohólica doble de Izania Ollo en El Diario Vasco del 5 de octubre.
[3] Cómo consiguen las aves diferenciarse con esos vibrantes colores y qué usos les dan: una propuesta de Karina Zaiets, Cecilia Garzella y Veronica Bravo en el USA Today del día 11.
[4] Siguiendo el rastro de destrucción del huracán Helene, un mapa a toda página de Bora Erden, Lalena Fischer, June Kim, Elena Shao y Jeremy White en el New York Times del día 2.
[5] El espectáculo casteller más grande del mundo, una preciosa doble de Raúl Camañas, Alan Jürgens y Clara Penín en La Vanguardia del 5 de octubre.
[6] El South China Morning Post se propone seleccionar a los 200 genios del milenio: una cronología de cerebritos diseñada por Katie Yue y Marcelo Duhalde en el diario del día 11.
[7] El Washington Post nos cuenta con ilustraciones cómo Estados Unidos incautó un megayate ruso de 90 millones de dólares. Es un trabajo de Jeff Stein y Stephanie Hays publicado el 25 de octubre.
[8] Cerramos con el campo de concentración de Miranda de Ebro, el centro de prisioneros más longevo de España activo entre 1937 y 1947. Nos cuenta su historia Josemi Benítez en El Correo del 12 de octubre.
… EXTRA! anteriores: 2024: enero · febrero · marzo · abril · mayo · junio · julio · agosto · septiembre Años anteriores: 2023 · 2022 ·  2021 ·  2020 ·  2019 ·  2018 ·  2017 ·  2016 ·  2015
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metalcultbrigade · 1 month ago
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Pink Floyd - Delicate Sound of Thunder. 22/11/1988
Delicate Sound of Thunder es un álbum doble en directo de la banda británica Pink Floyd, el primero lanzado en la época en la cual el guitarrista David Gilmour lideraba la banda. Este disco es el correspondiente a la gira de A Momentary Lapse of Reason. Fue lanzado en 1988 como doble LP, doble cassette, y doble CD. Existe también una filmación de dicha gira también titulada Delicate Sound of Thunder lanzada en VHS y Laserdisc. Grabado en vivo magistralmente por Buford Jones y no fue retocado en estudio en lo absoluto. Considerado por muchos ingenieros uno de los mejores trabajos grabado en vivo hasta la fecha. Utiliz�� más de 130 canales de mezcla, efectos estéreos y cuadrafónicos en vivo con excepción del concierto de Venecia (enteramente en estéreo).
Nota: En las Versiones del DVD, VHS y Laserdisc fueron agregadas las canciones On the Run y The Great Gig in the Sky del álbum The Dark Side of the Moon y One Slip del álbum A Momentary Lapse of Reason sustituyendo a Another Brick in the Wall del álbum The Wall que fue quitada de los DVD, VHS y Laserdisc.
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catchablemocha2 · 5 months ago
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Cada mañana
Cada mañana me despierto con una sensación de vacío que me envuelve. Es un momento de indecisión, donde la simple acción de levantarme de la cama se convierte en una batalla interna. A mi lado, una taza de café espera; una arma de doble filo. El café es una elección: puede ser el impulso necesario para abrir los ojos completamente o una sustancia que elevará mis niveles de cortisol hasta las nubes. Finalmente, me levanto y me preparo para el día.
Salgo de casa y me subo a mi bicicleta, una máquina destartalada que chirría con cada pedaleada. Es vieja y necesita reparaciones, y aunque tengo la capacidad de arreglarla o incluso comprar piezas nuevas, elijo mantenerla así. La bicicleta es un reflejo de mí mismo, una metáfora de mi cuerpo y alma. Al igual que mi bicicleta, me estoy desgastando lentamente, pero sigo en movimiento. Aunque el mundo me dice que la repare, que la renueve, yo la conservo en su estado deteriorado, porque en ella veo mi propia lucha diaria.
El aire frío de la mañana me acaricia el rostro mientras pedaleo por las calles aún medio desiertas. Cada respiración es una bocanada de vida y una dosis de realidad. Recuerdo los consejos de psicólogos budistas y de cada charlatán que habla de la importancia de la respiración. Respiro profundamente, y con cada inhalación, me vuelvo más consciente del aquí y el ahora. Pero en lugar de paz, lo que siento es el sufrimiento que me causa este presente. No hay futuro, no hay pasado, solo un presente vacío y gigantesco que se extiende ante mí. La magnitud de ese vacío es abrumadora, y a veces parece que podría ahogarme en él.
Llego a la playa y me detengo por un momento, observando el horizonte. El mar se extiende ante mí, vasto y libre, invitándome a dejarlo todo atrás y desaparecer. Hay una paz tentadora en esa idea, una promesa de escape de la soledad que me consume. Sin nadie a mi lado, me siento pequeño ante la inmensidad del océano. No tengo un compañero con quien compartir el peso de las nubes oscuras que se ciernen sobre mí.
Al final de mi trayecto, llego a mi trabajo, un lugar donde solo los fuertes sobreviven. Allí, los gritos y los insultos son parte del paisaje diario. Equivocarme es un pecado imperdonable, una invitación al desprecio y a la crítica. Cada error es una herida abierta, y la presión es constante. Sin embargo, en medio de todo esto, encuentro una especie de propósito, una razón para seguir levantándome cada mañana, aunque el vacío me acompañe y mi bicicleta destartalada sea un recordatorio de mi fragilidad y resistencia. La vida sigue, y yo, como muchos, simplemente elijo continuar.
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