#decorar sala
Explore tagged Tumblr posts
papeldeparedeonline · 2 years ago
Photo
Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media
Papel de parede de renomados fabricantes internacionais em belas coleções disponíveis em nossa loja online, confira:
https://www.papelpintadoonline.com/pt/7-loja-papel-parede-decoracao
3 notes · View notes
vickymiles · 2 years ago
Text
Cuáles son los mejores muebles para organizar el hogar
Un hogar es un espacio destinado a habitarlo de manera segura, tranquila, relajada y en armonía. Ya sea que lo ocupe una familia o una persona sola, los ambientes del hogar necesitan una gran dedicación, cuidado, limpieza y orden. Por eso, en este sentido, disponer de muebles elementales y funcionales es uno de los primeros pasos para que habitar el hogar sea positivo. En ese sentido puedes…
Tumblr media
View On WordPress
0 notes
deepinsideyourbeing · 9 months ago
Text
Tiempo - Enzo Vogrincic
Tumblr media Tumblr media
+18! SoftDom!Enzo. Age gap, creampie, (posible) dacrifilia, dirty talk, fingering, (breves descripciones de) girly!reader, innocence kink (implícito), sexo oral, sexo sin protección. Uso de español rioplatense (y mucho texto, sorry).
Enzo recuerda la primera vez que te vio.
Llevaba ya un tiempo preguntándose quién había ocupado el departamento que dejó cuando terminó su última relación e intentando a su vez sepultar el pensamiento para no recordar nada que tuviera que ver con aquellos momentos, pero luego comprendió que su curiosidad poco tenía que ver con los fantasmas que creía ver en el edificio al que regresó.
Era la tarde de un aburrido sábado y él deambulaba por el corredor con su cámara en las manos, intentando encontrar el ángulo perfecto para capturar la luz del sol iluminando su puerta. Entre tantos viajes decidió recostarse sobre las cerámicas de su hogar, perdiéndose en la oscuridad y conteniendo la respiración hasta que la imagen que vio a través del lente logró convencerlo.
Tus zapatos arruinaron la fotografía.
Se apartó de la cámara con una expresión de disgusto dibujándose en su rostro y un sonido mitad frustración-mitad enojo dejando sus labios, aunque dichas emociones se esfumaron cuando alzó la vista y encontró tus ojos observándolo desde la puerta. Se reincorporó y permaneció sobre sus rodillas, con una extraña sensación recorriéndolo al mirarte.
-Hola.
-Hola- le sonreíste-. Enzo, ¿no?
-Sí. ¿Vos sos…?
Te presentaste con cierta timidez, confesando que sólo te detuviste porque te asustó ver la puerta abierta y aclarando también que en el tiempo que llevabas allí jamás habías tenido oportunidad de presenciar tal fenómeno. Se declaró culpable con una sonrisa y abandonó su posición.
-Vos vivías ahí, ¿no?- señalaste tu puerta y él asintió-. ¿Y por qué volviste?
Cruzó sus brazos sobre su pecho e hizo un gesto de indiferencia.
-Me gusta este lugar. Y tengo muchos recuerdos con mis gatos.
-Menos la lámpara- arqueó una ceja-. Una lámpara con rasguños, ¿la querés…?
-Era mía- apretó los labios-. Pero no, no la quiero, gracias.
-Bueno…- dijiste, alejándote lentamente de su puerta-. Fue un gusto.
Pero él no podía permitir que te fueras.
-¿Te molesta si subo la foto…? Te puedo etiquetar.
Y de pronto no había lugar en el que no se encontraran… Ya fuera en el parque a medio kilómetro de distancia o la vieja tienda de libros en el centro de la ciudad, sus caminos se entrelazaban y siempre emprendían juntos el regreso a casa. En alguna que otra ocasión se detenían a comprar alguna bebida –un simple espresso para Enzo y para vos una bebida con nombre e ingredientes que él no podría pronunciar-, flores o sólo para acariciar gatos del barrio.
Los no-tan-breves intercambios durante las caminatas se convirtieron en charlas interminables que tenían lugar en su cocina o en tu sala de estar. Allí Enzo descubrió por fin el misterio de la playlist que reproducías todos los sábados por las noches, el nombre de las canciones que no lograba encontrar y por qué decidiste no colocar tu apellido en el timbre de la entrada, entre otros detalles con los que completó el puzzle que era para él tu persona.
Recuerda también el día en que pediste su ayuda para decidir cómo decorar la sala para tu cumpleaños, comentándole que organizarías una pequeña reunión con tus amigas e invitándolo a acompañarte luego de preguntar por su agenda. Observó por un largo rato los productos que le señalabas en la pantalla de tu laptop y luego recordó preguntar:
-¿Y cuántos años cumplís?
-Veintidós… ¿De qué te reís?
-Dale- insistió entre risas-. Decime.
-Veintidós, Enzo.             
Su sonrisa se esfumó y se desplomó contra los cojines del sofá, notando en ese entonces que sus jeans rozaban tus muslos. No pareciste notar su reacción o decidiste ignorarla, pero poco podía importarle aquello cuando la voz en su cabeza gritaba que había cometido un error. Cuando se despidió besó tu mejilla con cierta reticencia e hizo un esfuerzo para no voltear antes de cerrar su puerta.
Aquella noche lo encontró en vela. Contó ovejas hasta aburrirse, el té caliente que debía ayudar quemó su lengua y ningún programa en la televisión llamaba su atención el tiempo suficiente; releyó conversaciones, fingió tener la intención de borrar todas tus fotos y tu contacto, juró romper las notitas que dejaste cuando regaste sus plantas durante su último viaje. Gritó y maldijo contra la almohada a sabiendas de que no sería capaz de hacer esas cosas.
Pensó en todas las señales que pasó por alto: algunas de tus prendas y los moños en el cabello, los cuales creyó parte de la reciente y creciente aceptación de la feminidad, las bromas y referencias que no comprendiste, parte del contenido que consumías en redes y que habías compartido con él. Sin ir más lejos, había visto la forma en que interactuabas con otros habitantes del edificio o cómo huías descaradamente (cosa que él envidiaba) para evitarlos.
Todas las mañanas al despertar juraba frente al espejo que era el último día, que pondría fin a lo-que-fuera que estaban haciendo con vos y que era la decisión más sensata para protegerte… Pero entonces recibía un mensaje tuyo deseándole un buen día o te veía regando tus plantas, todavía en pijama y un tanto despeinada, y decidía que podía permitirse unas últimas veinticuatro horas disfrutando de tu compañía.
Fue en una de esas tardes que acabaste sobre su regazo mientras él guiaba tus movimientos. Sólo unas capas de tela separaban tu piel de la suya y eso fue probablemente lo único que pudo lograr que se detuviera a tiempo… Bueno, eso y el hecho de que horas atrás le habías enseñado una página donde se apreciaban fotografías tomadas de tu cuenta de Instagram y el artículo que regalaba detalles sobre tu vida.
Con sus manos aún sobre tu cadera, tal vez un poco más por debajo de lo aceptable, Enzo te obligó a detenerte y fingió no notar el hilo de saliva que conectaba sus labios con los tuyos. Tu respiración era agitada, tus párpados parecían pesar con los vestigios del placer que te arrebató y podía ver tus pezones erectos a través del adorable top floreado que llevabas puesto, pero por muy tentadora que fuera la imagen no podía permitir que cometieran una equivocación.
Acomodaste tu cabello, nerviosa.
-¿Hice algo…?
-No- se apresuró a contestar y besó tu mejilla-. Pero no podemos.
Un sonido dejó tu garganta y tus labios fueron incapaces de contenerlo. Cuando te arrojaste sobre el sofá abrazaste tus piernas, ignorando que la posición había desacomodado tu ropa y dejaba al descubierto tu lencería humedecida. Enzo apartó la mirada y tomó un par de respiraciones profundas, su mano acariciando tu tobillo para ofrecerte consuelo.
-¿Por qué?
-Porque sos muy chica para mí.
-¿De verdad importa?- asintió-. Es que pensé… No pensé que podía gustarte.
-Y yo no pensé que eras diez años menor.
-Nueve- corregiste-. ¿Y entonces...? ¿Por qué estábamos…?
-Porque soy un imbécil.
-Y… sí.
-Creo que tendríamos que… no sé, evitar vernos por un tiempo- lo miraste confundida y él señaló tu celular-. Si te ven conmigo van a hacer y decir esas cosas, es así. Perdón.
-Pero acá no nos ven- intentaste razonar con él.
-Los vecinos sí.
Ambos comprendieron en ese momento lo que significaba evitar verse por un tiempo. Tu labio inferior temblaba mientras hacías un esfuerzo para contener el llanto y cuando Enzo se estiró para acariciar tu mejilla apartaste su mano, te pusiste de pie y te dirigiste hacia la entrada.
-Andate- te aclaraste la garganta-. Andate, Enzo.
Abandonó tu hogar sin atreverse a mirarte a los ojos y la mañana siguiente no se acercó para dejarte la copia de sus llaves ni para reclamar la manta que había caído en tu sofá durante su visita el día anterior. Dejó el edificio con prisas, temiendo que ante el mínimo retraso ambos pudieran encontrarse y él se viera obligado a pensar todavía más en todo lo que hizo mal.
Jamás se había sentido tan ansioso en un avión… Por lo menos no en uno real.
Se arrepintió en ese momento y durante una semana sus conocidos parecieron tratarlo como si fuera un frágil adorno de cristal, aunque no lograba comprender si se debía al evidente estado anímico que arrastraba junto con su maleta o al mal genio que dejaba entrever cuando todas las entrevistas y eventos diarios comenzaban a abrumarlo.
En algún momento comenzó a sentir que había cometido un crimen.
Empeoró cuando lo bloqueaste en todas tus redes. Y cuando los periodistas no dejaban de preguntar si estaba soltero, si tenía novia, si podían saber tu nombre; cuando alguien difundió fotografías que habías subido a tus historias luego de que configuraras tu cuenta como privada, cuando notaron que la lámpara en tu sala era la misma que se apreciaba en viejas publicaciones en su feed, cuando señalaron que tu sala era también la misma sala que él posteó en ocasiones.
Se arrepintió entonces, por supuesto que se arrepintió. Y también se arrepiente ahora, aunque no puede precisar si su arrepentimiento es producto de haberte arrastrado al circo mediático que lo rodea o si se debe a la distancia que los separa. Tampoco sabe qué duele más.
El taxi se detiene en la puerta del edificio y al bajarse lo sorprende el característico sonido del cristal haciéndose pedazos bajo sus pies. Se aparta rápidamente y observa la lámpara destrozada en la acera durante unos segundos, sus ojos ardiendo cuando finge que chequea las suelas de sus zapatillas en caso de que el dolor que siente provenga de una herida.
Arrastra su cuerpo hasta entrar en el elevador y presiona el botón. Odiaría quedarse atrapado o sentirse encerrado como sucedió en el avión, pero está demasiado cansado y prefiere evitar el tramo de escaleras. Toma una respiración profunda antes de abandonar las paredes metálicas y se apresura hacia su puerta, sus manos temblando mientras introduce la llave en la cerradura.
Suelta su maleta de inmediato cuando nota las hojas marchitas de las plantas en su sala, el único sobreviviente de su ausencia siendo el cactus que dejaste allí la última vez que lo visitaste. Pasa una mano por su rostro antes de abrir las puertas del balcón, las ventanas de su habitación y por último las de la cocina, las cuales permiten que a sus oídos llegue la música que suena en tu departamento.
Revisa el calendario. Recuerda la foto de tus zapatos. Respira.
El reloj da las nueve cuando alguien toca tu puerta. Estás sola con tus pensamientos hace horas y te parece un tanto extraño ya que tus amigas te habrían enviado un mensaje en caso de haberse olvidado alguna de sus pertenencias, pero de todas formas echás un rápido vistazo a la cocina y la sala en busca de cualquier objeto que reconozcas como ajeno.
Cuando abrís la puerta te encontrás con Enzo esperando del otro lado, un ramo de flores en una mano y un regalo mal envuelto bajo el brazo: permanecés inmóvil a la espera de una explicación lógica a su presencia y él, que no deja de mirarte a los ojos, contiene la respiración preparado para que lo eches. Te hacés a un lado para dejarlo pasar.
-Esos son regalos para mí, ¿no? Porque si no me trajiste un regalo te tenés que ir.
El tono pasivo-agresivo de tu broma lo obliga a tragarse su risa y se planta en medio de tu sala.
-Te tengo que pedir perdón.
-En eso estamos de acuerdo- cruzás tus brazos sobre tu pecho-. ¿Y por qué, exactamente?
-Por todo.
Tomás asiento en el sofá y Enzo ocupa el otro extremo, manteniendo cierta distancia que para ambos resulta abismal. Coloca el ramo de flores sobre la mesita de café y también la caja, luego pasa sus manos por su pantalón una y otra vez, nervioso e inquieto como jamás lo habías visto. Te gustaría poder consolarlo pero aún te sentís herida y tu corazón latiendo en tus oídos no te permite pensar con claridad.
-Sé más específico.
 -Primero me gustaría pedirte perdón por lo de tus fotos.
-No es tu culpa- negás-. De verdad, no sos responsable.
-Entonces te quiero pedir perdón por haber sido un pelotudo…- acorta la distancia entre ambos-. Sé que lo que hice estuvo muy mal, tendría que haberme quedado para que pudiéramos hablar bien y no tendría que haberme ido sin despedirme o prometer que íbamos a aclararlo cuando volviera. Seguro estás enojada y tenés todo el derecho del mundo, pero te pido que me dejes explicarte.
Suspirás y hacés un gesto para que te dé un momento. Buscás refugio en la cocina para ocultar tus lágrimas y deshacerte de la horrible sensación de opresión en tu pecho, colocando un par de cupcakes en unos pequeños platos de porcelana pintada que recibiste por la tarde. Estás a punto de voltear para regresar a la sala, pero la presencia de Enzo a tus espaldas es evidente.
-Perdón- susurra, tomando ambos platos para dejarlos sobre el mármol y poder sostener tus manos-. Sé que dije que sos muy chica para mí, pero sólo lo dije porque no me gustaría que en algún momento…
-¿Qué?
-No me gustaría que dejes de ser como sos sólo para encajar conmigo, que te pierdas de esas experiencias que yo ya viví, no me gustaría que la gente nos mire y piense “Ah, sí, ahí van Enzo y la nena”, no…
-No sos como DiCaprio, Enzo- te liberás de su agarre-. ¿De verdad te importa tanto lo que piensen los demás? Porque yo juraría que normalmente no sos así.
-¿Vos leíste todo lo que dijeron sobre nosotros? Tenés que entender.
-¿Entender qué…? ¿Por qué creés que hacíamos algo incorrecto?
-Porque yo ya sé muchas cosas que a vos te faltan aprender.
-Podés enseñarme- apoyás las manos en su pecho y sentís que tiembla bajo tus dedos-. Me dijiste todo lo que no te gustaría, ¿por qué ahora no me decís lo que sí te gusta?
Toma tu mano y besa tus nudillos.
-Me gustás vos, pero no sé si te merezco- cubre de besos tu palma antes de llevarla a su mejilla-. Perdón, chiquita, te juro que voy a encontrar la manera de…
-Podemos seguir donde nos quedamos- sugerís. Tus mejillas arden.
Enzo rodea tu cintura con sus manos y sus pulgares trazan figuras sobre tu ropa.
-¿Estás segura?- asentís.
Ataca tus labios con una delicadeza brutal, su desesperación evidente en los gemidos que dejan su garganta y en la urgencia con la que comienza a frotarse contra tu abdomen; entre besos y roces toma tu muñeca y te arrastra en dirección a tu habitación, deteniéndose sólo al ver su manta en tu cama deshecha. Cuando evitás su mirada toma tu mentón entre sus dedos.
-No te voy a dejar sola nunca más- besa tu frente-. Nunca.
Te ayuda a recostarte en la cama y se posiciona sobre tu cuerpo con cuidado. Comienza a besarte, su mano acariciando tu cintura con movimientos suaves que le permiten estudiar tus reacciones y sus labios delineando tu mandíbula, tu cuello y tus clavículas hasta hacerte estremecer.
Se aleja por un segundo para observar tu expresión y se siente casi orgulloso del efecto que tienen en vos sus besos. Vuelve a acercarse a tu boca y tus brazos rodean su cuello para acortar toda distancia entre sus cuerpos, tus piernas abrazando su cintura para poder sentir la evidencia de su excitación contra tu centro. Comienza a rozarte por sobre la ropa y se deleita al oír tus gemidos, tímidos al principio y desesperados con el pasar de los minutos.
-¿Puedo?- pregunta al deslizar sus dedos entre la cintura de tu pantalón y tu piel. Asentís-.  Necesito palabras.
-Sí, sí podés.
-Muy bien- te sonríe y tira de la prenda hasta lograr deshacerse de ella. Observa los tiernos detalles de tu ropa interior pero lo que más llama su atención es la mancha de humedad en el centro. Comienza a deslizar sus dedos sobre la tela y jadeás-. ¿Querés que te toque?
-Sí.
Es adictiva la manera en que reaccionás a sus caricias y se siente casi cruel al preguntar:
-¿Dónde?
Cerrás los ojos, avergonzada, y presiona sobre tu entrada aún cubierta.
-Ahí.
-¿Acá?- repite el movimiento y gemís. Se acerca a tu rostro y besa tus labios-. Perdón, bebé, es que sos muy linda…
El temblor que te recorre hace que se apiade y te despoja de la última prenda que lo separa de tu intimidad. Se arroja sobre el colchón y besa tus muslos con algo similar a la devoción mientras te observa desde su lugar tal como lo hizo la tarde en que se conocieron. Arrastra sus labios sobre tu piel hasta acercarse peligrosamente a tus pliegues y tu entrada brillante.
El primer beso te hace gritar y mientras sus labios te recorren de arriba abajo Enzo aparta la mano que cubre tu boca. Su lengua caliente y experta juega con tu entrada, se introduce en ella y realiza pequeños movimientos hasta sentir que tus dedos se enredan en su cabello para acercarlo aún más, alejarlo y también guiarlo en busca de más placer.
Las yemas de sus dedos recogen tu excitación y frota tus pliegues para lubricarlos. Cuando se detiene brevemente sobre tu clítoris para dibujar círculos estos arrancan un sinfín de sonidos incomprensibles de tus labios y Enzo sonríe complacido contra tu piel ardiente.
Introduce un dedo muy, muy lentamente en tu interior y suspira cuando siente tus paredes contrayéndose hasta prácticamente succionar el dígito en tu interior: gira su muñeca y curva su dedo hasta hallar tu punto dulce, obteniendo un gemido casi pornográfico como recompensa.
Comienza a abusar de tu sensibilidad y no decide si prefiere ver la forma en que te retorcés sobre las sábanas o tus fluidos haciendo brillar tu piel y deslizándose hasta manchar su manta. Intenta obtener algo de fricción, frotándose desesperado contra el colchón y capturando tu clítoris entre sus labios para acallar sus propios gemidos.
Desliza en tu interior otro dedo y te oye quejarte segundo cuando tus paredes oponen resistencia, pero pronto tus gemidos cobran más y más intensidad y movés tu cadera para encontrar sus movimientos. Otro dedo le sigue y cuando sollozás Enzo se pregunta cuántas noches pasaste tocándote en soledad, tus manos incapaces de darte el placer que él logra brindarte en este momento.
Una serie de balbuceos -entre los cuales cree distinguir su nombre- son la única advertencia que ofrecés antes de alcanzar un orgasmo que arquea tu espalda y provoca que arañes las sábanas al intentar aferrarte de algo que te ayude a tolerar el placer. Enzo prolonga tu orgasmo hasta sentir que los espasmos dejan de sacudir tu cuerpo y ver que tu respiración agitada se regula.
Se recuesta a tu lado para poder apreciar tu rostro de cerca y besa tu mejilla.
-Feliz cumpleaños- dice contra tu piel-. ¿Querés más?
 -Todo- asentís-. Quiero…
Se deja caer contra la almohada.
-Si lo hacés no voy a aguantar- lamenta-. Pero…
-Sí- te apresurás a decir-. ¿Y puedo intentar más tarde?
Besa la comisura de tus labios y emite un sonido de afirmación.
Se desnuda bajo tu atenta mirada y regresa a su lugar entre tus piernas. Descansa su peso sobre un brazo y acaricia su miembro, jugando con su punta brillante y suspirando sobre tu cuerpo sólo para tentarte más. Juega con tu clítoris, se desliza entre tus pliegues y te hace delirar posándose sobre tu entrada una y otra vez.
-¿Segura?
-Segura- acariciás su mejilla.
Aunque el ardor de la penetración te resulta placentero esto no evita que un par de lágrimas se deslicen por tus mejillas cuando agachás la mirada para ver la escena entre tus piernas. Enzo es grande y las venas que lo recorren parecen gritar pidiendo que tus dedos las acaricien, pero tus manos acaban sobre su pecho desnudo y tus uñas dejan marcas en su piel al sentir que alcanza los lugares más profundos en tu interior.
-Enzo…- temblás y su pulgar comienza a dibujar círculos en tu clítoris para calmarte.
-Ya sé, bebé, ya sé…
-Más, por favor.
Mueve sus caderas con suavidad para no herirte y arroja la cabeza hacia atrás, incapaz de contenerse ante el placer que siente y esforzándose por no perder el control. Abandona tu interior hasta que sólo la punta permanece dentro de tu cuerpo, que suplica contrayéndose deliciosamente, y cuando vuelve a introducirse lo hace de una sola estocada.
-Más, Enzo, más.
Acelera el ritmo y jura que podría morir en esa posición, con tu calidez abrazándolo y tus gritos opacando cualquier sonido que pudiera llegar a sus oídos. Se deja caer sobre sus codos y busca tus labios, embargado por la necesidad de besarte hasta olvidar cualquier pensamiento que no seas vos.
Su mano se desliza bajo tu camiseta hasta llegar a uno de tus pechos, masajeándolo y girando tu pezón entre sus dedos hasta que tus dientes muerden su labio inferior. Rompe el beso para poder observar las expresiones que transforman tu rostro cuando comienza a profundizar sus movimientos, el vaivén de sus caderas permitiendo que su pelvis estimule también tu clítoris.
-Ahí...
-¿Sí, acá te gusta?- la pregunta es casi retórica. Sin esperar confirmación comienza a atacarte con embestidas que te hacen delirar, su punta golpeando tu cérvix y sus movimientos provocando que tu cuerpo se mueva sobre las sábanas de manera casi violenta.
Tus pestañas brillan con las lágrimas que nublan tu visión y Enzo besa el rastro que estas dejan mientras se pregunta si alguna vez alguien logró hacerte llorar de placer, si te aferraste con tanta fuerza al cuerpo de otra persona para no perder la cabeza por la intensidad de las sensaciones… Sabe que no y los músculos de su abdomen se tensan peligrosamente al pensarlo.
Hace una breve pausa para recuperarse y acaricia tu rostro antes de manipular tu cuerpo con facilidad, recostándose contra las almohadas y posicionándote sobre su cuerpo. Puede apreciar en tu rostro tus dudas, por lo que te toma por el cuello para poder acercarte a él y besar tus labios de manera casi voraz.
Colocás tus manos sobre su pecho y comenzás a rozar tus pliegues sobre su miembro húmedo y brillante por los fluidos de ambos, un hilo de saliva cayendo de tus labios cuando bajás la vista para apreciar la imagen entre tus piernas.
Te cuesta creer que lo que sucede es real y que Enzo está con vos en todos los sentidos, más aún cuando humedece su pulgar -como si hacerlo fuera necesario- con la saliva que moja tus labios y lo lleva hacia tu clítoris.
-Enzo, no, me voy a…- intentás advertirle pero tus palabras sólo parecen motivarlo más. Gritás-. Es mucho…
-Hacelo.
Temblás y Enzo te empuja con su cadera hasta que el ángulo le permite volver a penetrarte. La intensidad de los estímulos sacude tu cuerpo y de tu garganta surge un sonido agudo cuando te golpea otro orgasmo que blanquea tu visión y te obliga a arañar su abdomen.
Tus movimientos se apagan gradualmente y las manos de Enzo acarician tu cintura, tu cadera, tus muslos y cualquier centímetro de piel que sus ojos ven. Su miembro palpita en tu interior mientras te recuperás de tu orgasmo, algún que otro espasmo atravesándote y una capa de tus fluidos haciendo brillar tus pliegues, tus muslos y también su abdomen.
La escena es terriblemente obscena y te sentís avergonzada al ver el desastre, pero Enzo no permite que te disculpes y te rodea con sus brazos para aprisionarte contra su pecho. Besa tu cuello y tus paredes se contraen sobre su miembro, tu cuerpo aún sensible rogando por más.
Llenás su hombro de besos y susurrás contra su piel.
-Adentro.
Un gemido resuena en su garganta al oírte y toma impulso con sus pies para volver a asaltar tu interior. Su miembro parece rozar cada fibra de tu ser y la habitación se llena con los sonidos de su piel colisionando con la tuya y tus sollozos cuando decide lamer y morder tu cuello. Mantiene en tu cadera un agarre lo suficientemente fuerte para dejar huellas.
Dejás caer tu frente sobre su hombro, rendida al sentir el cosquilleo entre tus piernas. Enzo tira de tu cabello para obligarte a mirarlo.
-¿Querés que te llene la conchita…?- asentís-. ¿Sí…?
-Sí, por favor.
Tu expresión es patética, pero Enzo cree que es tierna la forma en que tus cejas se curvan y tu boca entreabierta le permite ver tus dientes y tu lengua. Captura tus labios entre los suyos y jura que puede saborear su orgasmo en la forma en que permitís que invada el interior de tu boca.
Sus estocadas son frenéticas y erráticas y sus uñas marcan tu piel. Ahoga un gemido contra tus labios y en medio de la desesperación rompe el beso, mordiendo tu mejilla cuando su liberación mancha tus paredes hasta hacerte lloriquear.
Te abraza con más fuerza mientras las últimas gotas de su semen llenan tu interior y besa las marcas de sus dientes en tu rostro.
-Ahora sos mía.
Gemís en respuesta.
-Y vos sos mío- decís con voz temblorosa-. Para siempre.
-Para siempre, sí- jura, tomando tu mano para besar tus nudillos, tu palma y tus dedos, deteniéndose sobre estos cuando ve tu expresión de dolor-. ¿Qué te pasó acá?
-Estaba limpiando y se rompió tu lámpara. Perdón.
-No me pidas perdón. Nunca- vuelve a besar tu mejilla y te sonríe-. Creo que te va a gustar tu regalo.
-¿Cuál…?
-El que dejamos en la sala.
-Ah, sí- soltás una risa.
-¿Qué te parece si nos damos una ducha y terminamos de celebrar tu cumpleaños juntos?- propone-. Podemos pedir algo para comer y ver una película.
-Quiero quedarme así un ratito- descansás tu mejilla contra su piel caliente-. ¿Enzo…?
-¿Qué pasa, bebé?
-Te quiero.
La fuerza de su abrazo amenaza con dejarte sin respiración.
-Yo también te quiero. Mucho- toma tu mentón entre sus dedos para llamar tu atención-. ¿Puedo ser tu novio…?
Espero hayan disfrutado la lectura ♡
}taglist: @madame-fear @creative-heart @llorented @recaltiente @chiquititamia @delusionalgirlplace ♡
253 notes · View notes
dollechan · 3 months ago
Text
we got married com... lee heeseung! ୭ gênero. fluff w. idol!reader x heeseung, algumas palavras da cultura do kpop an. eu quero ele ♡
Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media
foi pega totalmente desprevenida pela mensagem do seu manager, estava em uma sala de espera de um music show quando ele solta que você teria uma reunião na mbc no dia seguinte.
não dá mais detalhes, te deixa com uma pulga atrás da orelha. estava no meio de promoções de um comeback e você é seu grupo já tinham passado pelo music show da mbc.
quando o seu schedule da manhã finalmente termina, você e o seu manager seguem para a reunião misteriosa e acaba por descobri que ia participar da nova temporada de we got married depois de anos de hiatus do programa. não fica animada, tá mais para apreensiva, já tinha se envolvido em polêmicas de namoro no passado e não queria passar por isso de novo mas seu manager e o diretor do programa te convencem a participar.
a semana seguinte serviu para descobrir quem seria seu pair, foi a primeira coisa que gravaram para o programa. uma pequena "caça ao tesouro" mas ao invés de tesouro vocês descobriram com quem iam passar três meses casados. ficou um pouco chocada quando viu heeseung, tipo, não parecia real. se sentia até um pouco tonta, ele era impressionante. já ele abriu um sorriso enorme, feliz com quem teria que ficar grudado a partir de agora. você era a sunbae dele, e em diversas vezes ele te citou como uma inspiração então ficou muito feliz com isso. se cumprimentam um tanto acanhados, rindo da própria vergonha, é tudo meio estranho.a primeira coisa que fazem agora que estão juntos é uma sessão de q&a para se conhecerem melhor, discutem suas cores favoritas, músicas e até tem um momento mais nerd quando falam de filmes de super-heróis.
a semana seguinte já é o casamento — que é falso, mas ele prefere fingir que é real. quando você aparece pela porta daquele lugar enorme onde estão fazendo a cerimônia ele acha que vai chorar — como se realmente estivesse casando com a mulher da sua vida —, sorri como um bolo e assim que você chega ao lado dele, ele não vai parar de te elogiar. "você tá muito bonita ____." o lee sussurra no seu ouvindo, fazendo você rir.
antes mesmo de se mudarem para o apartamento que teriam que viver pelo próximo trimestre vão para uma pequena viagem pela Itália, visitam pontos turísticos e algumas cidades do interior e como era verão europeu terminaram a viagem em uma cidadezinha praiana. ele te elogia bastante durante a viagem, sempre te deixando envergonhada com ele todo envolvido mesmo nesse lance de "marido e mulher".
quando voltaram para a coreia já estavam um tanto mais próximos, ele ficou mais grudento. com uma cama só no quarto que teria que dividir, se acostumou com ele te abraçando pela madrugada, sussurrando o quanto você cheira bem, também acostumou com os abraços repentinos quando estavam na cozinha — geralmente ele te abraçava por trás, te chamando para ir dormir.
uma das atividades que mais gostaram de fazer como um casal foram os piqueniques, geralmente eram só vocês dois no quintal da casinha que estavam ficando durante os três meses de programa, depois fizeram um com os companheiros de grupo.
sua parte favorita do programa foi a sessão de fotos do pré-wedding, você estava com um vestido esvoaçante e curto, não era branco e sim off-white, ele estava com um terno mais "casual", azul royal. heeseung não conseguiu parar de olhar para você, os fãs fizeram até um compilado de todas as vezes que ele te chamou de "bonita" nesse episódio.
o momento que ele mais gostou no programa não foi um específico, mas a experiência toda, principalmente a parte de morar com você. ele amou decorar a casinha com você, amou poder ter momentos em família — com você, os membros do enhypen e as membros do seu grupo —, os momentos antes dos dois caírem no sono. tudo isso foi muito especial para ele.
desenvolveram sentimentos um pelo outro, além da admiração, julgaram ser amor mas parece ser algo mais além também. definitivamente não queriam se separar, então quando os três meses passaram ficaram um pouco emotivos. organizaram o último piquenique, na verdade tava mais para um churrasco, chamaram todos que eram importantes para cada um e até mesmo o pessoal da produção. comeram, se declararam indiretamente e dançaram bastante ao som de um jazz suave do seu toca discos.
com toda certeza foi uma temporada que o fãs do programa nunca vão esquecer, foi a que julgaram ser a mais romântica. ainda deu para fazer um stage especial no music core.
mesmo depois de um tempo não superaram a "separação", ainda mantém contato, dessa vez começando de baixo: como amigos.
Tumblr media
𖹭 original @/dollechan
45 notes · View notes
afinidade082323 · 6 months ago
Text
Tumblr media
A orquídea amarela é uma flor conhecida por sua beleza e exuberância. Ela emana uma energia vibrante de alegria, felicidade e prosperidade. Ao ter essa flor em seu ambiente, você pode atrair boas energias e elevar o humor de todos ao seu redor. A orquídea amarela é perfeita para decorar espaços de convívio, como salas de estar e escritórios, trazendo uma sensação de otimismo e vitalidade.
43 notes · View notes
belencha77 · 2 months ago
Text
🎄🎅🎄CAPITULO ESPECIAL - NAVIDAD🎄🎅🎄
🔥Ⓜ️
Tumblr media
Durante los días posteriores al atentado, me ocupé de los preparativos navideños en el Palacio. Las luces iluminaban el edificio cada noche, y el árbol de Navidad en la sala principal evocaba cálidos recuerdos de mi infancia, cuando mi abuela y yo adornábamos nuestro hogar. Estos momentos, junto con los Carter, siempre estarán en mi corazón.
En el centro de Cordonia, animamos a la gente a decorar el árbol de la plaza principal. La comunidad recibió la idea con entusiasmo, y me emocionó ver cómo se acercaban al espíritu navideño. Esta celebración, antes reservada para la familia real, ahora une al pueblo con Liam, revelando su lado más humano y cercano.
Liam está demostrando un reinado más humano y accesible. A diferencia de su padre, se acerca al pueblo, comparte alegrías y trabaja para aliviar penas. Aunque su liderazgo está siendo puesto a prueba tras los recientes atentados, Liam continúa esforzándose por ganarse completamente la confianza de su gente.
Juntos, visitamos hospitales y refugios, y organizamos una fiesta en un orfanato donde los niños recibieron regalos. Ver su alegría fue un bálsamo en medio del miedo que aún sentimos. Estas celebraciones ayudan a calmar la ansiedad y a traer una renovada felicidad a Cordonia, aunque la recuperación aún continúa.
24 diciembre, temprano en la mañana.
Hoy es un día especialmente emocionante para mí. Es 24 de diciembre, y estoy esperando ansiosamente la llegada de mi padre y mi hermano para celebrar las festividades juntos. Me levanté temprano, llena de entusiasmo, lista para recibirlos. Sin embargo, al despertar, noté que Liam no estaba en la habitación. Aun así, la emoción no se desvaneció; estoy feliz de ver a mi familia después de tanto tiempo.
Michell y Frank no podrán venir, ya que están reuniendo a sus familias para las fiestas. Su relación se está volviendo seria, y eso me alegra mucho. Michell merece ser feliz, y Frank es el hombre ideal para ella.
Liam, siempre tan considerado, ha ofrecido su jet para traer a papá y a Ethan desde Boston, asegurándose de que lleguen a salvo. Saber que están en camino hace que mi corazón se llene de alegría. Aunque no puedo evitar sentirme un poco nerviosa, la felicidad de tenerlos cerca me inunda.
|| ¿Cómo está mi futura Reina? || exclamó Liam, entrando al vestidor con una sonrisa radiante, interrumpiendo dulcemente mis pensamientos.
|| Hola, guapo. Estoy bien, pero... ¿dónde estabas? Me desperté y no te encontré || le digo mientras me acerco, rodeando su cuello con mis brazos y sellando nuestras bocas en un beso largo y apasionado. || Estás completamente vestido y listo para el día ||
|| Salí a trotar al amanecer, pero cuando volví, te vi tan profundamente dormida, tan tranquila, que no tuve el corazón para despertarte. Quería que descansaras. Después, me puse a trabajar en algunas cosas pendientes, aunque no puedo negar que este recibimiento es lo mejor que me ha pasado hoy || dice con una sonrisa que revela cuánto aprecia este momento. Noto que sostiene algo en sus manos, lo que despierta mi curiosidad.
|| ¿Qué tienes ahí? || pregunto suavemente, con una mezcla de intriga y emoción.
|| Oh, esto… es un pequeño regalo para ti || responde, con una ternura que me derrite.
|| Liam… 'pequeño' y 'regalo' nunca van juntos en tu vocabulario || le digo, mientras él ríe suavemente. || Pero... ¿por qué no esperar hasta la noche? ||
|| Porque no podía esperar para darte mi regalo especial de Navidad. Quería que lo tuvieras ahora, para que supieras cuánto significas para mí. Además, es mi manera de agradecerte por todo lo que has hecho en estos días. || Su voz se suaviza, y en sus ojos veo todo el amor que siente por mí.
|| ¿Agradecerme? ¿Por qué? || susurro, conmovida por sus palabras y por el cariño que emana de él. Liam acaricia mi mejilla con delicadeza, mirándome con una intensidad que me hace sentir como si fuera la única persona en su mundo.
|| Porque en medio de todo lo que hemos pasado, tú has sido mi ancla, mi fuerza. La gente de Cordonia está feliz, a pesar del incidente en el Palacio. Se sienten emocionados por los cambios y están contentos con la manera en que estoy llevando el reino. Y todo esto te lo debo únicamente a ti, Riley. Tú has sido el motor detrás de estos cambios, mi mayor apoyo, mi inspiración. Eres la Reina ideal para mí... Siempre supe que eras la elección correcta, pero cada día que pasa, lo confirmo una vez más. Eres lo mejor que ha llegado a mi vida. Este regalo es solo una pequeña muestra de cuánto te valoro. ||
|| Oh, cariño || respondo suavemente, acariciando su mejilla || La gente finalmente está viendo lo que yo siempre vi en ti: esa esencia que llevas dentro de tu corazón. Eres, y siempre serás, un magnífico Rey || le digo, señalando suavemente el lugar donde late su corazón.
|| Gracias por ser la Reina que necesitaba || susurra antes de acercarse y besarme con ternura. || Y bueno, ¿estás emocionada por ver a tu familia? ||
|| Claro que sí... Estoy muy ansiosa por verlos || respondo, mientras Liam mira su reloj y sonríe.
|| Por cierto, deben estar por llegar al Palacio. El piloto me llamó para avisarme que estaban cerca. ||
|| Perfecto... ¿Sabes algo de Leo y Katie? ||
|| Leo me dijo que Katie está a punto de dar a luz, y no quieren arriesgarse a un viaje tan largo en este momento. Pero pronto los visitaremos o, cuando puedan, ellos vendrán. ||
|| ¡Qué emoción! Finalmente, un bebé en la familia. Estoy deseando conocerlo || exclamo, llena de alegría.
|| Sí, yo también muero por conocerlo || responde Liam. Me pierdo un momento, imaginando lo maravilloso que sería ser madre y tener un pedacito de los dos en una sola persona. Leo y Katie se conocieron en Grecia hace unos tres años. Ella es estadounidense, y su amor fue tan inmediato como el nuestro. Leo abdicó por ella, buscando felicidad en Washington, lejos de Cordonia. || ¿Riley? || Liam me saca de mis pensamientos. || ¿En qué piensas, amor? ||
|| En lo hermoso que sería ser madre y tener un pedacito de los dos en una persona || confieso. Liam me abraza y me besa en la frente.
|| Yo también lo anhelo. Algún día lo haremos realidad. || Con una sonrisa, Liam me entrega una elegante caja azul. || Bueno, ahora quiero que abras esto. || La abro con cuidado y descubro una gargantilla de oro blanco con un zafiro azul en forma de gota. Sorprendida, llevo las manos a mi boca, con lágrimas asomando en mis ojos.
|| Liam… ¡Es absolutamente hermosa! || exclamo, conmovida.
|| No tanto como tú || respondió Liam, su voz cargada de ternura. Con una sonrisa sincera, añadió || Quiero que la uses en la cena. Pruébatela. || Él retiró mi cabello con delicadeza y colocó la gargantilla alrededor de mi cuello. Cuando terminó de ajustarla, Liam me dijo con una mirada llena de amor || Mírate ||
Me acerqué al espejo, y la visión de la joya adornando mi cuello me dejó sin aliento. Era una obra de arte, reluciendo con un brillo que parecía capturar cada chispa de la luz.
|| Es perfecta… Me encanta, Liam. ¡Gracias! || exclamé, con la voz temblando de emoción mientras me giraba para abrazarlo con fuerza.
|| Ver tu felicidad es el mayor regalo para mí, amor || dijo Liam, envolviéndome en sus brazos con una sonrisa que reflejaba su propia alegría.
|| Bueno, ya que estamos en el intercambio de regalos anticipados || le dije con una sonrisa traviesa || Yo también tengo algo para ti. || Tomé su mano con suavidad y lo guie hacia la habitación. Una vez allí, fui a uno de mis cajones y saqué un regalo envuelto con esmero. Lo coloqué cuidadosamente en sus manos y le dije con una sonrisa || Aquí tienes, amor. ||
Liam tomó la caja con curiosidad y comenzó a rasgar el papel lentamente. Sus ojos se iluminaron al descubrir un libro antiguo y majestuoso.
|| ¡Vaya! Este libro se ve increíblemente antiguo y especial… || comentó, admirando el regalo.
|| Lo es || le respondí con una sonrisa amplia || Es un libro escrito a mano que narra la historia de Cordonia. ||
|| ¡Wow! ¿Escrito a mano? Entonces este libro en sí mismo es una pieza de historia || dijo Liam, asombrado.
|| Así es… Pero lo que realmente quiero que veas es el capítulo final || le sugerí con una mezcla de emoción y nerviosismo mientras él pasaba las páginas hasta llegar al final. Su expresión pasó de asombro a confusión.
|| Pero ¿Por qué en blanco? ||
|| El futuro de Cordonia está en tus manos, y el próximo capítulo será completamente tuyo. Espero que esté lleno de paz, prosperidad y, sobre todo, amor. Preferiría más romance que intriga. || Me reí suavemente, provocando que él sonriera emocionado.
|| Mi amor, la única intriga amorosa que me interesa es la que estoy viviendo contigo, mi hermosa prometida, que pronto será mi esposa y reina. || Liam cerró el libro con cuidado y apoyó una mano en su portada. || Es el regalo más considerado que he recibido. Que lo que me has dado siempre me sirva como un recordatorio potente de lo que realmente significa ser rey. Te agradezco desde el fondo de mi corazón. ||
|| De nada, mi Rey. || Le respondí, mientras Liam me sonreía. Depositó el libro sobre una mesa cercana y cerró la distancia entre nosotros, abrazándome y mirándome a los ojos con amor. Luego se inclinó para un beso apasionado. Lo atraje hacia mí, encontrándome con ese beso impaciente y profundo.
|| ¡Me encantas, Riley! || exclamó Liam, mientras el beso continuaba. Su lengua jugueteaba artísticamente con la mía, y sus manos exploraban mi cuerpo con una pasión ardiente. Él me sonreía mientras me guiaba hacia atrás, llevándome hacia la cama. Me tropecé y mis piernas se enredaron con las suyas, pero me negué a romper el beso. Finalmente, mis piernas golpearon el borde de la cama, haciéndome caer sobre las mantas. Liam se arrastró sobre mí, sus cálidos labios encontrando los míos de nuevo en un instante. Luego, sus labios rozaron mi piel, dejando un rastro de besos por mi pecho y cuello antes de volver a encontrar mis labios. Me besó con avidez y pasión, sus dedos deslizando hábilmente debajo de mi ropa, haciendo que mi piel se erizara completamente. Pasé mis manos por su espalda dura, descendiendo lentamente hasta su trasero perfecto. Sentí su sonrisa debajo del beso. Sus manos se deslizaron más abajo de mí, y de repente me detuve. Él intentó desabrochar mi vestido, pero puse una mano sobre la suya para detenerlo, sonriendo con picardía || Riley, ¿por qué paras? Te necesito. ||
|| Voy a desnudarme para ti. || Respondí, deslizándome rápidamente fuera de la cama.
|| Wow… Eso me encantaría ver. || Se apoyó sobre sus codos en la cama, mientras yo le daba la espalda y tarareaba una melodía baja y entrecortada. Moví mis caderas lentamente al ritmo de la música, buscando la cremallera de mi vestido y arrastrándola lentamente por mi espalda. Me burlé de él, mostrando poco a poco mi piel desnuda mientras él sonreía || Cielos, Riley, eres irresistible y … || Su voz se cortó cuando giré para mirarlo, perdiendo el hilo de sus pensamientos. Lentamente comencé a deslizar mi vestido por mi pecho, luego por mis caderas, hasta que cayó completamente al suelo. Mantuve la mirada fija en Liam y me acerqué lentamente, bailando sensualmente para él.
|| ¿Te gusta lo que ves? || le pregunté, y él extendió sus manos, jalándome hacia él.
|| Ven aquí. || Exclamó, besándome con urgencia, mientras sus manos se movían por toda mi piel desnuda. Yo, a su vez, trabajé rápido con su ropa, lanzándola al suelo para que se uniera a la mía en una pila. Mi corazón latía con fuerza mientras rodábamos juntos por la cama, nuestros cuerpos entrelazados. Enterré mi cabeza en su cuello, trazando la curva de su mandíbula con mis labios. Suspiré al sentir sus manos recorriendo mi piel, sus yemas acariciándola. Mi respiración se detuvo cuando sus dedos se movieron entre mis piernas, urgentes y ardientes || Es imposible pensar con claridad cuando te veo así… Me encanta ver cómo te hago sentir. || Sin decir nada, le pellizqué la oreja, tomando el lóbulo entre mis labios. Su respiración se aceleró, y sus jadeos se volvieron más profundos || Mmmm... Me encanta verte desnuda... perfecta... Y saber que eres mía, solo mía... ||
|| Siempre seré tuya, Liam… || Respondí sin vacilación. Él me besó con más fuerza, sus dedos moviéndose de nuevo en mí, haciendo que la pasión floreciera en mi cuerpo como un fuego salvaje. Mis gritos exclamarían su nombre. Liam no me hizo esperar. Suspiré al unirnos finalmente, nuestros cuerpos complementándose. Sus manos tomaron las mías y las guiaron sobre mi cabeza. Capturó mis labios, besándome mientras sus caderas se movían contra mí. Envolví mis piernas alrededor de su cintura mientras él movía las caderas con un ritmo cada vez más intenso, gimiendo mi nombre en mi oído.
El fuego salvaje en mí se descontroló y onduló deliciosamente a través de todo mi cuerpo, desde la punta de la cabeza hasta la punta de los pies. Clavé mis uñas en su espalda mientras un grito entrecortado se escapaba de mis labios.
♕ ♕ ♕
Un poco más tarde, yacemos en la cama, yo envuelta felizmente en los brazos de Liam. El ritmo suave y relajante de su respiración me arrulla, y siento el cálido subir y bajar de su pecho mientras suspira con satisfacción.
|| ¿Fue ese un suspiro de felicidad o uno más melancólico? || Pregunto con curiosidad, acariciando suavemente su pecho.
|| Creo que un poco de ambos... No puedo creer que esta sea nuestra primera celebración de las festividades juntos. ||
|| Es cierto, es maravilloso. Pero cuéntame, ¿cuál es el suspiro melancólico? ||
|| Supongo que vas a insistir hasta que te lo diga, ¿verdad? || Asiento con una sonrisa traviesa, y él me responde con una sonrisa indulgente || Cuando pienso en dónde estaba yo en esta misma época el año pasado, recuerdo claramente cómo mis padres insistieron en que era el momento de elegir una esposa por razones políticas y tradicionales. Yo, fiel a mi deber, me preparé para una vida de responsabilidades, pero sin amor… Y... ||
Rápidamente interrumpo sus pensamientos presionando suavemente un dedo sobre sus labios.
|| Mi amor, eso ya quedó atrás. No nos enfoquemos en el pasado; celebremos el presente, el futuro, y todo lo hermoso que tenemos y lo que vendrá. || Exclamo, mientras él se ríe, abrazándome con ternura antes de besarme suavemente.
|| Tienes razón. Con corona o sin ella, tener tu amor me convierte en el hombre más afortunado del mundo. ||
|| Liam, te amo con todo mi corazón. ||
|| Y yo te amo a ti, Riley... Más de lo que podrías imaginar. || Me besa de nuevo, con una intensidad que hace que me pierda en el calor de sus abrazos y la dulzura de sus labios.
|| Creo que tenemos que prepararnos para salir. || Digo con una sonrisa juguetona. || Pero por tu culpa, tendré que arreglarme de nuevo ||
Él se ríe y me atrae hacia él en un beso profundo y ardiente.
|| ¿Solo mi culpa? || Me responde, y yo sonrío con picardía.
|| Está bien, de ambos... Pero será mejor que nos vistamos pronto. ||
Mientras me levanto de la cama para recoger nuestra ropa del suelo, siento su mirada fija en mí, llena de admiración. Me visto rápidamente cuando, de repente, alguien toca la puerta de nuestros aposentos.
|| Riley, ¿estás ahí? || La voz de Hana llama desde el otro lado, rompiendo el hechizo del momento. ¡Mierda! Exclamo mentalmente, sintiendo la urgencia de prepararnos.
|| ¡Voy! || Grito mientras me apresuro hacia la puerta. || ¡Dame un segundo! ||
Abro la puerta principal y me encuentro con Hana, que me recibe con una sonrisa animada.
|| Amiga ¡Tu familia ya se encuentra aquí! || Anuncia Hana con entusiasmo. Al ver mi aspecto algo desaliñado, sus ojos se agrandan ligeramente. || Oh, lo siento, no quería interrumpir... ||
Un súbito nerviosismo me invadió, y traté de disimularlo lo mejor posible.
|| No, no es nada || respondí, notando que mis palabras salían un poco atropelladas. || Solo estábamos... Bueno… ¿Y dónde están? || pregunté, desviando rápidamente la conversación. Hana, al darse cuenta de mi ansiedad, sonrió ampliamente.
|| Después de dejar su equipaje en sus suites, se encontraron con Maxwell, quien los llevó a un pequeño tour por la casa. Creo que iban hacia el salón de baile || explicó, mientras yo fruncía el ceño.
|| ¿Al salón de baile? || pregunté con incredulidad || ¡Santo cielo, Hana, será mejor ir antes de que Maxwell haga alguna locura! Solo dame un minuto para arreglarme || dije apresuradamente, corriendo hacia mi habitación. Al entrar, encontré a Liam dándose los últimos retoques frente al espejo. || Mi familia ya está aquí, pero necesito retocarme un poquito antes || dije, mientras me miraba en el espejo y notaba el desorden en mi cabello y maquillaje después de nuestro momento íntimo. Mientras arreglaba mi cabello y retocaba mi maquillaje, observé a Liam en el reflejo, ajustándose la chaqueta y pasando una mano por su cabello para darle un toque final || Espero que Maxwell no intente enseñarles a Ethan o a mi papá el tobogán eléctrico || dije riendo, intentando relajarme mientras él se reía conmigo a través del espejo.
|| Con Maxwell, cualquier cosa es posible || responde Liam, sonriendo. || Pero sé que estarán felices de verte, especialmente después de tanto tiempo. ||
Terminé de arreglarme y me acerqué a él para darle un beso suave en los labios.
|| Tienes razón. No tardes mucho, quiero presentarte oficialmente como mi prometido. ||
|| Claro, mi amor… Ve, yo estaré listo en breve. || Responde Liam, con una sonrisa que ilumina su rostro.
**
Al bajar al salón de baile, me encontré con una escena que me hizo reír. Maxwell estaba en medio de un break dance improvisado, mientras mi papá, Ethan y Susan lo observaban, algunos con asombro y otros con evidente diversión.
|| ¡Por fin están aquí! || Exclamé con emoción, corriendo hacia papá y lanzándome a sus brazos. Lo rodeé con fuerza, sintiendo el calor y la seguridad de su abrazo, mientras él me devolvía el gesto, riendo con esa risa profunda y reconfortante que siempre me hacía sentir en casa.
|| ¡No nos hubiéramos perdido las fiestas en Cordonia por nada del mundo! || Dijo papá, acariciando mi cabello con ternura y mirándome con esos ojos llenos de orgullo y amor. Sentí cómo una ola de calidez me envolvía, y no pude evitar sonreír mientras lo abrazaba aún más fuerte, apreciando cada segundo de ese momento. Maxwell se acercó a mi lado de un salto, siempre lleno de energía.
|| ¡Mi Flor! ¡Estaba mostrándole a tu familia mis mejores movimientos para que los probemos durante la cena! || Exclamó Maxwell con su típica alegría contagiosa, haciendo que soltara una risita. Su entusiasmo siempre lograba hacerme sonreír. Hana también sonrió y no tardó en acercarse para abrazarlo con cariño. Decidí entonces dirigirme a mi hermano, con quien solo había podido hablar un par de veces por teléfono. A diferencia del resto, Ethan se veía serio, observando las payasadas de Maxwell con una mezcla de curiosidad y reserva.
|| Hola, Ethan. Estoy muy contenta de que hayas aceptado venir. || Le dije mientras me acercaba para abrazarlo, poniendo todo mi cariño en ese gesto. Por primera vez, sentí que su respuesta era sincera y cercana.
|| Gracias, Riley, por la invitación. Honestamente, Susan fue quien más insistió en que viniéramos. || Respondió con un tono suave, que me hizo sonreír aún más. Miré a Susan, agradecida, y no pude evitar sentir una conexión especial con ella. Aunque solo la había conocido esa vez en el consultorio, sentí que compartíamos una química natural.
|| ¡Es un gusto verte de nuevo, Susan, y sobre todo, tenerte aquí! || Le dije, abrazándola con genuino afecto. Ella me devolvió el abrazo con una calidez
|| ¡Es un placer para mí, Riley! || Dijo Susan con una sonrisa cálida y sincera || Por cierto, quiero felicitarte de todo corazón por tu compromiso. Estoy segura de que tú y Liam serán muy felices juntos || Susan me dijo con sinceridad, y me sonrió con afecto || Estoy muy emocionada por tu boda ||
|| ¡Gracias, Susan! eso nos convierte en dos || Le respondí, emocionada por sus palabras.
|| Más de dos en realidad || Exclamó Liam, mientras entraba al salón con una cálida sonrisa. Al llegar a mi lado, me rodeó la cintura con su brazo, acercándome a él y depositando un dulce beso en mi mejilla.
|| Cariño, ya conoces a mi papá || Le dije, sonriendo.
|| Sam, qué gusto verte de nuevo. Me alegra que hayan llegado sanos y salvos || Dijo Liam, dándole un fuerte abrazo. || ¿Cómo estuvo el vuelo? ||
|| ¡El vuelo estuvo increíble! Qué bueno verte, Liam. Fue muy amable de tu parte enviarnos tu jet. Gracias por la invitación || Respondió papá, claramente satisfecho.
|| No fue nada en absoluto. Después de todo, vamos a ser una familia en pocos meses. Es un placer tenerlos con nosotros || Dijo Liam con calidez.
|| Felicitaciones por el compromiso, mi hija está feliz || Comentó papá.
|| Sam, mi plan en la vida es hacerla feliz || Exclamó Liam, abrazándome y dándome un beso en la frente. Yo sonreí ampliamente.
|| Liam, quiero presentarte a mi hermano, el doctor Ethan Beckett, y a su novia, la doctora Susan Grey || Dije, señalando a Ethan y Susan. Liam les dio una cálida bienvenida y luego puso su brazo sobre mis hombros.
|| Es un gusto conocerlo, Su Majestad || Dijo Ethan, extendiendo su mano con seriedad. Susan, visiblemente nerviosa por conocer a un rey, trataba de ocultar su entusiasmo mientras admiraba a Liam. Sus manos temblaban ligeramente al extenderlas para un apretón de mano y sus ojos no podían apartarse del Liam, claramente impresionada por su presencia y su atractivo.
|| Ethan, por favor, pronto seremos cuñados. Deberías empezar a llamarme Liam || Dijo Liam, luego dirigiéndose a Susan || Y lo mismo va para ti, Susan ||
Susan, intentando calmar su nerviosismo, sonrió y asintió con la cabeza, sin responder de inmediato hasta que Ethan la codeó delicadamente.
|| Eh… este… Claro, Liam. Encantada de conocerte || dijo Susan, su voz temblando ligeramente mientras reía nerviosamente, mostrando su emoción al encontrarse con un rey tan carismático.
|| Es maravilloso tenerlos a todos aquí. Bienvenidos a Cordonia || respondió Liam, ajeno al pequeño percance. Vi la oportunidad de suavizar el ambiente y decidí presentar a los demás. Extendí las manos hacia donde estaban Maxwell y Hana, sin demasiados rodeos.
|| Bueno, ya conocieron a Maxwell y a Hana || dije, señalándolos con una sonrisa. Maxwell, fiel a su estilo, hizo un comentario que provocó algunas risas, pero no quise alargar el momento. Ethan parecía querer decir algo, pero lo interrumpí antes de que pudiera hacerlo. Justo entonces, el sonido de la puerta nos hizo girar. Drake y Sara entraron en la habitación, y su llegada fue el momento perfecto para cambiar de tema || Llegaron en el momento preciso || exclamé, aliviada por la interrupción. || Drake, ya conoces a todos, pero familia, quiero que conozcan a Sara. Sara, estos son mi padre, Sam, mi hermano, Ethan, y su novia, Susan. ||
Sara se acercó, extendiendo su mano con una cálida sonrisa.
|| Un gusto conocerlos || Dijo Sara, mientras se acercaba a saludar a los presentes. Papá, emocionado por la llegada de su familia, respondió con calidez. Sin embargo, noté que las miradas de Drake y Ethan se evaluaban con cautela.
|| ¿Sigues siendo tan grosero y gruñón como la última vez que nos vimos? || Preguntó Drake con el ceño fruncido. Ethan, con una mano en la cadera, respondió.
|| Discúlpame, pero no soy grosero ni gruñón. Soy un profesional, que es muy diferente. Y hasta ahora, no tengo claro quién eres tú ||
|| ¡Ethan! || Susan le dio un codazo en las costillas.
|| ¡Muchachos! || Exclamé, tratando de calmar la situación. Sabía que no se llevaban bien al principio. Liam observaba el intercambio, claramente desconcertado.
|| Bueno, por su reacción… ¿Supongo que ellos dos no se llevan muy bien? || Preguntó Liam, curioso.
|| La verdad es que son muy parecidos, amor. ¡Ambos pueden ser amargos como limones a veces! || Exclamé con una sonrisa.
|| ¡HEY! || Respondieron al unísono ambos hombres. Miré a Drake con severidad, esperando que se comportara. Tras sentir el peso de mi mirada, él se volvió hacia mi familia.
|| Muy bien, lo siento. Empecemos de nuevo || Dijo Drake, extendiendo la mano hacia papá || Sam, es un placer verte de nuevo ||
|| Igualmente, Drake || Contestó papá con una sonrisa || Y, por cierto, quiero agradecerte por salvar a mi hija. Fue un acto muy noble ||
Al escuchar esto, Drake pareció visiblemente nervioso. Su mano tembló ligeramente al estrechar la de papá.
|| No... no tienes que agradecerme, Sam. Lo hice por... || Comenzó Drake, tratando de mantener la compostura. || Lo que haría con cualquier amigo ||
|| Me alegra verte mejor || Dijo papá, con una sonrisa.
|| Sí, mucho mejor... Gracias || Respondió Drake, acercándose a Susan para darle un beso en la mejilla || ¿Susan, verdad? Un placer verte de nuevo ||
Susan asintió y respondió con una sonrisa cálida. Luego, Drake extendió la mano hacia Ethan.
|| ¿Hacemos las paces, doctor? || Preguntó, su tono reflejando una mezcla de nerviosismo y sinceridad. Ethan lo miró con seriedad, pero luego asintió.
|| Está bien, hagamos las paces. Solo por el bien de mi hermana || Dijo Ethan, y luego añadió || Y gracias por todo lo que hiciste ||
|| La paz || Afirmó con una sonrisa que intentaba ser relajada || Como dije, no fue nada ||
De repente, se hizo un silencio incómodo, así que decidí intervenir rápidamente para romper la tensión.
|| Bueno, ¿qué les parece si seguimos al comedor? || Sugerí con una sonrisa, buscando disipar la tensión. || El personal ha preparado algo especial para nosotros. ||
Liam asintió, devolviéndome la sonrisa, y con eso, empecé a guiar al grupo hacia el comedor, dejando atrás cualquier incomodidad y centrando nuestra atención en disfrutar de la velada juntos.
♕ ♕ ♕
Por la noche, disfrutamos de una cena exquisita en compañía de todos, donde intercambiamos regalos y compartimos una conversación amena. La atmósfera estaba llena de alegría, y por un momento nos sentimos como una gran familia unida y feliz. Aunque extrañé a mi mamá, me reconfortó tener a mi papá y a mi hermano aquí conmigo. El miedo causado por el atentado quedó temporalmente atrás, permitiéndonos celebrar estas fechas tan especiales juntos.
Casi a la medianoche, decidimos que era hora de descansar. Mientras Liam y yo caminábamos tomados de la mano por los pasillos, él se detuvo bajo un arco y señaló hacia arriba.
|| Eh, mira eso... || dijo, y allí, en la parte superior, colgaba un muérdago. Bajé la mirada y me encontré con la cálida sonrisa de Liam.
|| Vaya, eso significa que debemos seguir las reglas || respondí con una sonrisa.
|| Por supuesto, no queremos romper ninguna tradición navideña || dijo Liam, acercándose lentamente para besarme. Al separarnos, nos quedamos mirándonos.
|| Te amo, Liam. Feliz Navidad || dije con felicidad.
|| Y yo te amo a ti, Riley... Feliz primera Navidad juntos || respondió él, con una sonrisa que lo decía todo.
Tumblr media
If anyone else wants to be tagged, just let me know. I hope you enjoy this wonderful love adventure.
@tessa-liam, @kingliam2019, @choicesficwriterscreations, @delmissesryanandcassi, @OneNoeOne
@scentedeclipseghosteggs, @s0m3thingkmp, @gabycros, @abc-ds-things, @alexabeta
@busywoman, @phantom-of-thee-library, @itsweigel, @peonierose, @fancy--marshmallow
15 notes · View notes
thelettersgames · 11 months ago
Text
El ladrón de flores.
Hoy quiero contar el caso más extraordinario que me encontré en mi carrera como detective en la comisaría del pueblo. No hacía mucho que me habían trasladado aquí cuando ese caso llegó a mi escritorio. No recuerdo que llevaba puesto aquel día, seguramente un pantalón de vestir y una de mis camisas blancas con bordados en los puños. A mamá le encantaba bordarmelos con distintos estampados. Estábamos a mediados de marzo y el sol comenzaba a calentar y entrar por la ventana cuando dejaron el informe del crimen en mi mesa.
Caso 47104, relataba los sucesos acontecidos en la última semana de febrero y las primeras de marzo. Robaban flores todos los martes y jueves en las floristerías de la calle Esperanza y la calle Sol de Invierno, eran cuatro en total. Según los dependientes de las tiendas todo ocurría de forma extraña, comenzaban a sentirse mareados y somnolientos, cercionaban la hora y cerraban los ojos y, al abrirlos, se encontraban en el suelo habiendo pasado veinte minutos desde cerrarlos. La tienda siempre se quedaba sin flores naturales y solo descansaban en su lugar las artificiales. Así en las cuatro floristerías.
En las cámaras no había nada y las huellas no eran una fuente fiable porque cada día pasaban por allí decenas de personas para comprar sus flores favoritas. Entonces, decidí hacer uso de mi ingenio y busqué la causa de que los trabajadores se durmieran antes de los robos. Mandé revisar todos los establecimientos en busca de algo que los uniera. Solo nos encontramos con que todos bebían café de la calle en medio de ellas, la Avenida Trovador, y que siempre lo pedían para llevar, por las prisas. Pero no encontramos que en los turnos estuviera siempre la misma persona y tuvimos que descartar la teoría.
Fue complicado después de quedarnos sin esa teoría y tuvimos que volver a registrar los locales, esta vez me encargué yo. Recuerdo que aquel día mientras entraba en cada local había un hombre de negocios paseando cerca de ellos, de los cuatro, pero no me pareció importante en su momento. En un local de repente me encontré con que tenían aire acondicionado, que servía para mantener frescas las flores y que no se marchitaran demasiado rápido. Y, en un arranque de lucidez, lo revisé encontrándome con un dispensador de olores. Lo mandé estudiar y allí encontramos el cloroformo que dormía a los dependientes y el ADN de un hombre que no figuraba en el registro. Ya teníamos algo, por fin, pero la muestra no coincidía con nuestras bases. De nuevo estábamos en un callejón sin salida.
Entonces, un día, se me encendió la cabeza con una idea un tanto descabellada. Retiramos la vigilancia en los locales y me dispuse a esperar, un martes 29 de marzo, a que el ladrón de flores apareciera. No apareció ni ese martes ni el jueves siguiente. Tampoco la semana que le siguió, pero yo no desistí y estuve cerca de un mes esperando que volviera. Siempre escondido en las sombras y con una máscara para evitar posibles intentos de cloroformo en el aire. El último jueves de abril, apareció. Era el hombre de negocios, con una gorra negra y ropa más juvenil, pero tenía las mismas facciones que me habían detenido al comenzar la investigación durante unos segundos.
Recuerdo esperar a que terminara de robar las flores para salir tras él y detenerlo. "Alto ahí, ladrón de flores" recuerdo que le dije. Él se detuvo en el acto y me miró sonriendo, no se arrepentía. Me lo llevé a comisaría mientras le leía sus derechos, aunque él repitiera que ya se los sabía, que era abogado. Nunca le creí hasta que en la sala de interrogatorios me dieron su información y confirmamos que decía la verdad. No podía entenderlo, ¿por qué un abogado robaria flores? Recuerdo preguntárselo y su respuesta, que a día de hoy, sigue recitandome en el aniversario de su captura.
"Porque las flores no deberían ser arrancadas de su hogar, la tierra, para decorar casas y morir después de unos días. No deberían sufrir el marchitarse de forma apresurada y después terminar en la basura con los restos de comida y las pelusas del recogedor. No debería ser legal matar a seres vivos por el simple hecho de que son bonitos, ¿no cree detective Nick? Porque yo a usted no lo mato porque me parezca hermoso, al contrario, disfruto de la vista y la vida que desprende. Eso deberíamos hacer también con las flores."
Aquel día me hizo pensar mucho, mientras redactaba el informe que decidiría su destino. Bien es cierto que sus modos no eran los correctos, pero dejaba una suma de dinero en cada floristería. De eso nos enteramos más tarde, aquel día que lo detuve robando. Cosa que los dependientes no nos decían. Él solo trataba de llevárselo todo, porque de otra forma no iban a dejar que lo hiciese y pagaba, siempre pagaba. Al final, en un acto un poco personal, decidí hacer un informe favorable para que no hubiese prisión ni antecedentes para él. Solo una multa un poco alta para pagar el caos que había montado.
Unos meses después, me lo encontré en la Avenida Trovador, con una maceta con un rosal, que salvé por poco de la caída. El me invitó a un café para darme las gracias y me regaló una sonrisa joven que no había apreciado hasta aquel momento. Era atractivo y entonces entendí lo que quiso decirme aquella tarde en comisaría. Yo también empecé a disfrutar la vista y la vida que transmitía y por el camino, nos enamoramos de nosotros y nuestras taras. Por eso es el caso más extraordinario de mi carrera, por lo raro y lo bonito que me regaló después. Y porque a nuestros hijos les encanta oír la historia de como nos conocimos.
Katastrophal
22 notes · View notes
by-speaker · 4 months ago
Text
Decoraciones de Halloween (Español ver.)
Prompts de @raven-cincaide-words
Missa estaba mirando a Chayanne dormir, no tenía el corazón para despertar a su niño, pero Tallulah sí tenía el corazón para despertar a su hermano, si ella tenía que levantarse temprano, él también tendría que hacerlo.  
Así que ignorando a su papá Missa parado a un lado de la cama, se subió sobre esta para empezar a saltar y despertar a su hermano. 
“Sí, ya, ya voy.” Chilló el mayor al sentir a su hermanita saltando en su cama, “Es muy temprano, ¿para qué me despiertas, tarada?” Le grito agarrándola de la pierna y tirándola a la cama. 
“Halloween” dijo en lenguaje de señas la niña gruñéndole tratando de librarse del agarre de su hermano. 
“Verdad,” dijo el niño levantándose de un golpe de la cama, “rápido apa, tenemos que empezar a decorar.” 
El niño empezó a correr hacia la escotilla para salir de la habitación, pero Missa lo atrapo antes de que el niño pudiera salir. 
“¿A dónde vas aún en pijama, Chay?” Dijo Missa sin poder contener un poco su risa. 
En ese momento Philza entro con una caja de decoraciones y dos tazas de café balanceándose sobre esta. “Creo que podemos decorar en pijamas.” 
Missa sonrió y fue a tomar la caja de las manos de su esposo, “Buenos días, querido.” 
“Buenos días, darling.” Dijo el rubio dándole un casto beso en los labios a Missa y dándole la taza de café, “tiene dos cucharadas de café, una de azúcar y dos de crema.” 
“Gracias, querido.” Dijo el mexicano, bajando la caja de decoraciones para que los niños pudieran ver qué decoraciones tenían para empezar a decorar Casa bonita  
“¡Wow!” Dijo Chayanne, sacando una calabaza de plástico, “Si ponemos un par de velas dentro se vería genial en la entrada.” 
Tallulah había descubierto las telarañas y estaba tratando de desenredarlas, quedando atascada en el proceso. 
Philza se rio “déjame ayudarte, mi niña”  
Philza se arrodilló junto a Tallulah para quitarla de entremedio de todas las decoraciones, de que alguna manera se habían metido en su vestido y cabellos. “Ugh, estas telarañas son peores que las reales, ahora sí, Queen, ve a ayudar a tu hermano.” 
Mientras tanto, Chayanne estaba sacando pequeñas calacas de la caja, “¡Mira Lullah! Podemos ponerlos en la puerta.” Dijo el niño, para luego jadear al encontrar un esqueleto de tamaño real, “¡mira, apá, mira, es una calaca como tú! ¿Podemos ponerle tu sombrero? Por favor, por favor.” 
Missa paro lo que estaba haciendo, dándole besos a las ‘heridas’ de la niña, para pensar un poco, “Sí, podemos, pero tenemos que tener cuidado.” 
Tallulah se alegró inmediatamente, y salió corriendo a buscar el sombrero de mariachi de Missa. 
Philza empezó a sacar unas guirnaldas de cempasúchil, “Podríamos colgar estas en la cocina.” 
“¡Y estas en el patio!”, grito Chayanne sacando guirnaldas de fantasmas y calaveras. 
Tallulah jaló la manga de Missa para llamar su atención, “¿podemos tallar calabazas?” 
Missa miro a Philza, preguntando con la mirada si tenían calabazas. 
“No tenemos calabazas, pero podemos comprar unas y tallarlas mañana.” 
Tallulah bufó, pero asintió y rápidamente se unió a su hermano en el proceso de decorar el resto de la casa, rápidamente llenaron toda la sala de estar con decoraciones espeluznantes. 
“Bueno,” dijo Philza, “la casa parece un cementerio.” 
“Lo sé,” exclamó Missa, “¿no es emocionante?” 
Philza sonrió, amaba a su familia bonita, en su casa bonita, con sus decoraciones no tan bonitas. 
7 notes · View notes
virtuallghosts · 1 year ago
Text
Tumblr media
— Suuuuuurrpresa! — Disse animada quando o Iudex entrou na sala. Chegou umas duas horas mais cedo pra decorar a sala dele com coisa de natal com ajuda das Melusines ?Sim.
@house-of-tales
28 notes · View notes
1dpreferencesbr · 1 year ago
Text
Imagine com Liam Payne
Tumblr media
Lies
diálogos: Por favor, não minta / Eu já sei de tudo / Você estava com ela(e) e depois mentiu sobre isso / Eu não preciso ouvir, é sempre a mesma coisa / Você pode ser honesto comigo pela primeira vez? / Já estou farta das suas promessas vazias / Me deixe te amar como você merece
Meu nariz arde de tanto passar o lenço, meus olhos doem e eu me sinto horrível. Encaro toda a decoração ridícula de comemoração que preparei. As velas já queimaram até o final, o jantar esfriou há muito tempo e a foto de Liam e Cheryl em um restaurante chique ainda estampa a tela do meu telefone. 
Já é quase meia noite quando decido acabar com a humilhação própria e volto para a minha casa. 
Era para ser uma boa noite, uma noite para comemorar o primeiro ano do começo das nossas vidas juntos, mas, pelo visto, meu namorado preferiu passar essa noite com a ex mulher. 
Sentada no tapete no meio da sala, deixo mais uma vez que as lágrimas escorram. 
Meu peito dói. Não tem alívio. 
Batidas fortes na porta me acordam. 
Três da manhã, só pode ser uma pessoa. 
Sem encará-lo, deixo que entre. Liam dá passos nervosos até a sala pequena, encontrando em cima do sofá a caixa do presente que demorei semanas para conseguir escolher. 
— Eu cheguei em casa e você já tinha ido… — Ele fala baixo, ainda de costas. Sua voz me causando ainda mais dor do que posso suportar. 
— Onde você estava? — Pergunto, sem esconder a mágoa em minha voz. 
— Bear teve uma emergência médica e… 
— Por favor, não minta. — Imploro. — Eu já sei de tudo. — Como se estivesse em câmera lenta, Liam virou. Encaro seus tênis brancos, sem coragem nenhuma de olhar em seu rosto, isso apenas me destruiria ainda mais. 
— Amor… — Ele tenta se aproximar, mas eu dou um passo para trás. 
— Você estava com ela e depois mentiu sobre isso. — Sussurro, sentindo meus olhos inundarem mais uma vez. 
— S/N, eu… 
— Você pode ser honesto comigo pela primeira vez? — Grito. — Eu não mereço a verdade pelo menos uma vez? — Pergunto, passando as mãos com força pelas bochechas para afastar as lágrimas. 
— Eu estava com a Cheryl… mas não é o que você está pensando. — Sem apressa em dizer. — Eu juro que…
— Eu não preciso ouvir, é sempre a mesma coisa. — Digo com ironia. — “Não é o que você está pensando, não foi bem assim, não vai mais acontecer” — Enumero as coisas que tantas vezes escutei de sua boca. — Já estou farta das suas promessas vazias. 
— Amor. — Ele tenta se aproximar mais uma vez, mas eu não deixo. 
— A verdade, Liam. É só o que eu quero. 
— Encontrei com Cheryl para falar sobre a escola do Bear, fomos jantar para isso. — Ele suspira.
— No dia do nosso aniversário? — Pergunto, finalmente encarando o rosto que tantas vezes me trouxe alegria. A expressão de Liam se contrai, demonstrando que ele havia esquecido completamente da data. Sem conseguir mais segurar, deixo o soluço dolorido fugir, é preciso segurar na parede para que meu corpo não ceda. 
— S/N… 
— Você imagina como foi humilhante? — Sussurro. — Decorar toda a sua casa, fazer seu jantar favorito e esperar por horas como uma idiota enquanto você estava com outra. 
— Amor, eu… — Ergo a mão para que ele não chegue perto, e para que note que ainda não terminei. 
— Imagina como eu me senti quando vi em todos os sites de fofoca especulações sobre vocês? Eu fiquei horas esperando por você, Liam, horas. Sabendo que você chegaria e mentiria de novo sobre onde estava. — Escorrego pela parede, sentando no chão, sem forças para me manter mais. — Você sabe como eu me sinto, e mesmo assim você mente. Toda vez. — Dói. Tudo dói. O meu corpo e até mesmo os sentimentos que estou colocando para fora. 
— S/A, você sabe que eu não posso simplesmente deixar de conviver com Cheryl, ela é mãe do meu filho e… 
— Você quer que eu aceite seu filho, Liam? — Bato com a mão no piso. — Tudo bem! Quando começamos com isso, eu aceitei o pacote completo! Você e ele. O que eu não aceito é uma mentira nova cada vez que vocês dois se encontram! — Grito, sentindo minha garganta doer. Ele parece atordoado com as palavras, pisca lentamente algumas vezes e puxa o ar com força pela boca. — Eu não aguento mais. Não posso mais fazer isso. — Puxo minhas pernas para perto do peito, escondendo o rosto ali. 
— O que você quer dizer? 
— Não dá mais. — Dou de ombros. — Não posso viver assim. 
— Amor, não faz isso. — A voz embarga, me fazendo soluçar alto. — Eu amo você, por favor… 
— Se você me amasse mesmo, Liam, não mentiria pra mim. 
— Eu não vou mais, eu juro. — Sinto as mãos frias afastarem meus braços para erguer meu rosto. — Por favor, não me deixa. — Ele sussurra, me encarando com os olhos molhados. — Eu te amo. 
— Só amor não é suficiente. — Suspiro. — Não confio em você, Liam. 
— Vamos dar um jeito nisso, amor. Não desista assim. 
— Você acha que é fácil? Eu não aguento mais, Liam. Tenho guardado isso há meses, contando cada uma das suas mentiras, fingindo que eu não sei. 
— Eu não traí você, S/N. 
— Mentira também é traição. — Liam soluça, apoiando a testa em meus joelhos, deixando que suas lágrimas escorram pelas minhas pernas. 
— Me perdoa. Por favor, me perdoa. — Sussurra. — Me d�� a chance de te amar como você merece.
— Liam… 
— Eu não vou mentir nunca mais, eu não vou dar motivos para que você vá. E, se no futuro você quiser ir embora, eu deixo. Mas vamos tentar, amor, por favor…
— Eu não sei se consigo. — Ele ergue o rosto, aproximando o corpo do meu, me tomando em um abraço desajeitado. Choro alto contra seu peito, molhando completamente a camiseta. 
— Vamos conseguir. — Sussurra, deixando beijos pelo meu cabelo. — Uma última chance. — Implora, me fazendo olhá-lo. — Por favor, meu amor. 
É uma decisão difícil de ser tomada assim. A mágoa ainda está muito recente, todos os sentimentos que transbordaram e foram expostos. 
Peço por tempo, e mesmo hesitante, Liam aceita. 
Por três dias inteiros considerei todos os prós e contras de seguir com a nossa história. A confiança abalada era difícil demais de ser reconstruída. Mas, em contrapartida, desistir do nosso amor sem tentar pelo menos mais uma vez também me parecia injusto. 
Digitei a senha na fechadura eletrônica para que a porta se abrisse. 
Ainda havia alguns resquícios da surpresa que havia preparado espalhados pela casa. Caminhei em silêncio, notando o corpo longo de Liam deitado no sofá, de costas para mim. 
— Liam. — Chamei, fazendo-o pular para sentar e me encarar. Seu rosto inteiro se transformou em uma expressão de choro no momento em que ele focou os olhos em mim. Como um furacão, ele se ergueu do sofá, praticamente correndo em minha direção, quase me sufocando em seus braços. — É a última chance. — Sussurro, passando os braços em sua cintura para retribuir o abraço. 
— Obrigado — Ele sussurra muitas vezes, com a voz embargada. — Obrigado, amor. Eu te amo. 
— Eu te amo, Liam.
33 notes · View notes
papeldeparedeonline · 1 year ago
Text
Tumblr media Tumblr media
Papel estilo étinico com opção de imitação madeira para composição de ambientes interiores com decoração exclusivas e encantadoras. Conheça a coleção Cascading Gardens em:
3 notes · View notes
devassossego · 4 days ago
Text
Minha eterna Heloísa,
Hoje, sentei-me na cadeira de balanço da sala de estar com um lápis, um caderno e uma imensa dor no peito. Tentei transformar em arte aquilo que não consigo expressar para ninguém senão você. Esta velha casa tornou-se silêncio e vazio desde a tua partida, e temo não conseguir me acostumar com a falta que faz o teu riso em dias como este. Às vezes, nos domingos, gosto de me sentar na varanda e aguardar tua chegada, como se a qualquer momento você pudesse retornar de um passeio qualquer.
Baltazar vem sentindo a sua falta tanto quanto eu. Com os olhos tristes e cabisbaixos, passa a maior parte do tempo deitado no teu lado da cama e em frente a poltrona que você costumava ler tuas poesias. Para ser sincero, nunca o ouvi miar tanto quanto nesses últimos dias. E ele não é o único a lhe procurar; na verdade, até as plantas no parapeito parecem sentir a tua ausência, ainda que eu as regue com carinho e cuidado, da maneira exata que você me ensinou.
Para passar o tempo e numa tentativa falha de matar a saudade, ando lendo as cartas que trocamos em nossa juventude, quando ainda éramos saudáveis e inconsequentes. Me peguei pensando em como éramos tolos, principalmente eu, uma vez que acreditava fielmente que o amor era fácil — e não é. Hoje, aos meus setenta e oito anos de idade, compreendo que o amor está exatamente nas dificuldades. Ele está em ações mínimas, como o ato de se dividir o último pedaço de pizza, de deixar o seu copo de água no criado ao lado da cama para caso sinta sede, de decorar os horários exatos de cada uma das medicações, de acompanhar um ao outro em todas as consultas médicas, de ir, todos os dias, até o cemitério presenteá-la com as suas flores favoritas. Mas eu não me arrependo de nada.
Em meio às cartas, encontrei o bilhete que lhe escrevi dias depois de nos conhecermos. Era uma tarde abafada de verão e eu, com a camisa toda amarrotada, o cabelo bagunçado e o andar desajeitado naquela bicicleta velha, senti-me um completo idiota diante de tua beleza. Você, com aquele vestido azul rodado que retratava toda a imensidão do céu, os cabelos loiros amarrados em um rabo de cavalo e o sorriso mais radiante que meus olhos já viram não precisou se esforçar para me conquistar. Levei uma semana para criar coragem de chamá-la para sair, uma vez que a sua presença me paralisava por completo e da minha boca só se ouvia um "boa tarde" abafado e tímido. Quando finalmente o fiz, a tua resposta foi uma risada alta. Foram alguns dias insistindo até que você finalmente me permitisse acompanhá-la até a padaria.
Faz cerca de 50 anos desde o dia mais feliz da minha vida. Lembro-me como se fosse ontem da satisfação em meu peito enquanto dançávamos Elvis naquele salão, você com o vestido branco dos sonhos, eu com aquele terno preto do The Suit Vault, não me contendo e lhe roubando diversos beijos ao longo da noite.
E como fomos felizes. Mesmo nos dias mais difíceis, ainda que nossa conta bancária se esvaziasse ou que nossas doenças consumissem os nossos corpos pouco a pouco, nós fomos felizes e ricos.
Tenho plena e absoluta consciência de que nem sempre soube ser o homem dos teus sonhos. Sei que, em diversos momentos, o nosso futuro te pareceu incerto, que o trabalho pesava e me preocupava de forma exagerada, no entanto, você sempre foi a mulher dos meus sonhos. Em meio a todo o caos, a tua calma trazia-me lucidez e coragem para enfrentar o mundo. Você foi a maior grandiosidade da minha vida, a tua fé nunca permitiu que a minha teimosia falasse mais alto e que eu ousasse desconfiar de meu futuro. Quando perdemos quase tudo, você me disse "enquanto estivermos juntos, teremos tudo o que precisamos".
Eu já não tenho tudo o que preciso, Heloísa. Despedir-me de ti naquele hospital foi a coisa mais difícil que eu já fiz. Tentei segurá-la por ainda mais tempo e peço perdão. Desejei que permanecesse aqui, me desesperei e você foi antes de mim. A minha única consolação agora tem sido saber que a mulher da minha vida está em paz.
Logo, muito em breve, estarei ao teu lado. Até lá, guardo todas estas cartas e lembranças, bem como cada uma das memórias em meu coração. Peço que guarde-me no lado esquerdo do peito, assim como eu, e que não se esqueça do fato de que o que fomos nunca será apagado.
Eternamente teu,
Eduardo.
— Diego Bittencourt.
2 notes · View notes
magichourwrites · 13 days ago
Text
BTHB - Brought the Heat Back
Tumblr media
"Não é minha culpa, é por sua causa
É estranho, eu não queria
Mas fui tomado pelo ciúmes."
A vida de um idol está longe de ser um conto de fadas. Sob o peso de uma perfeição inalcançável, a pressão sempre estoura para o lado mais fraco da corda.
Jake e Heeseung vivem nesse limite, lutando para entender seus sentimentos enquanto tentam manter o mundo ao redor intacto. Mas será que eles conseguirão distinguir a realidade de seus próprios desejos, ou acabarão presos entre a vida que vivem e a que imaginam?
n/a - História com conteúdo +18, sofrência, ciúmes, heejake só querem se pegar em paz.
Todos os relatos e personalidades descritas são fictícias e não correspondem com a realidade.
Tumblr media
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
O manager havia reunido todos os garotos para passar as informações que havia recebido das constantes reuniões que aconteciam dentro da empresa, nenhuma delas contava com a participação do grupo.
- Então iremos fazer mais uma turnê e emendar com um lançamento de um álbum? 
- Questionou Jungwon que mantinha o tom de voz firme, querendo passar confiança para seus colegas.
- Sim… é o que foi decidido. Sei que esperavam tempo para se dedicarem as músicas, mas juntos vamos tornar isso mais fácil - Manager Yuki sempre tentava ser o porto seguro dos meninos, sabia que desde o reality haviam passado por momentos difíceis e longe dos pais esse peso se intensificava, por isso tentava ser uma figura responsável e ao mesmo tempo um amigo - Vamos, ânimo. O churrasco é por minha conta, o que acham?
- Muito obrigado manager Yuki mas precisamos decorar esses horários novos da nossa rotina, amanhã estaremos ocupados das 8h até as 23h - Jungwon tomou a palavra, se levantando e pegando a papelada - Assim que as coisas estiverem em ordem iremos comemorar, é uma promessa - encerrou com um sorriso no rosto.
Assim que o manager se levantou sendo acompanhado por Jake até a porta, todos continuaram ali reunidos com cara de poucos amigos.
- Sei que estamos cansados e esperávamos descansar pelo menos um pouco, mas não podemos desistir agora, vamos fazer isso pelas Engenes - Jungwon disse como líder para os amigos assim que o Manager saiu da sala.
- Pelo menos com nossos fãs, a gente tem motivo pra seguir firme - Jake disse sorrindo de lado.
- E vamos tentar nesse novo álbum que está por vir colocar algo mais a nossa cara? Seria bom né? - Jay disse olhando pra cada um dos meninos.
- Se depender do Ni-Ki a gente coloca uns óculos espelhados, corte na sobrancelha e todo mundo só de roupa larga - Sunoo falou se sentando na cadeira.
-  E eu aposto que todos os fãs iriam amar ver a gente assim! - Ni-ki disse em protesto.
- Claro Ni-ki, todas vão amar ver um multiverso de Nishimura Riki - Jake passou os braços pelos ombros de Jay que estava ao seu lado rindo já sobre as ideias absurdas do colega.
- Não, é sério, vamos focar em nós também, por mais que tenhamos que trabalhar como cornos, precisamos saber dividir o tempo e descansar quando dá, vamos planejar nossos tempos e nos ajudar mais também.
- E é por isso que eu amo nosso Líder - Sunghoon foi até Jungwon e o abraçou de lado também - Mas eu apoio tentarmos fazer um planejamento entre nós para nos ajudarmos nessa loucura de rotina de tour, gravação, promoções que vamos ter, vamos um apoiando o outro, como sempre.
- Eu tive algumas ideias na noite passada com o Hee sobre melodias e músicas para nossos álbuns futuros - Jay falou virando o rosto pro Jake.
- Cara eu escrevi uma coisa esses dias, queria mostrar pra você depois também. - Jake disse encarando o amigo - Nem vem me zoar, você nem viu.
- Não abri minha boca! - Jay disse rindo.
Heeseung estava mais quieto, havia dormido pouco noite passada e sua cabeça só pensava em como Jay e Jake estavam tendo muitas conversas paralelas e isso estava despertando um sentimento ruim no homem. Sabia que era algo perigoso para o relacionamento de todos ali mas assim que Jake envolveu seu braço ao redor dos ombros de Jay cochichando algo que definitivamente não queria que os outros ali presente soubessem, Heeseung sentiu seu corpo levantar abruptamente quase derrubando a cadeira no qual sentava.
- Tudo bem hyung? Tem algo te chateando? - Sunoo percebeu a estranheza de Heeseung 
- Muitas coisas, Sunoo. Vou dar uma saída o que vocês decidirem de importante me mandem por mensagem.
Todos se entreolharam sem entender a atitude do mais velho, mas não iriam questionar seu comportamento pelo menos não em público.
Jungwon 
➤ E aí meu hyung favorito?
➤ Ops, não foi uma pergunta você é realmente meu hyung favorito 
➤ Queria saber como vc está 
➤ Enfim
➤ Só me dá salve, amanhã vamos ter um dia cheio
Riki
➤ Vou te dar a oportunidade única de guardar um segredo…
➤ Quem quebrou a vasilha favorita do Sunghoon foi eu 
➤ Meu destino está em suas mãos 
➤🤜🤜🤜
Jake
➤ oi
➤ …
(mensagem apagada)
Sunoo
➤ Fica bem qualquer coisa estou aqui 🥰🥰🥰 
Sunghoon
➤ Falamos algo que te incomodou hoje?
➤ Não sei, mas fiquei com essa impressão 
Jay 
➤ Tenho mais ideias de músicas, conversei com o Jake e quero logo trabalhar juntos.
Heeseung estava com dor de cabeça e o barulho das mensagens não estava ajudando, estava cansado e sabia exatamente do que.
➤ Você está bem?
➤  Você não vai me responder?
➤ Ei... Heeseung?
 ➤ Você vai me ignorar? Aconteceu algo? Eu sei que você leu a mensagem.
Jake não parava de mandar mensagens para Heeseung, mesmo o garoto apenas visualizando e sem responder o amigo, ele continuava mandando.
➤ Você está na sala de estúdio? Eu vou até você.
➤ Sério Heeseung!
Heeseung sabia que se falasse com Jake agora iria ser grosso e provavelmente discutiriam e ele não queria isso, o que estava sentindo não era saudável e ele sabia, então não poderia, melhor, ele não queria se abrir para uma conversa agora.
- Hyung, abre aqui, preciso falar com você, é sério. - Jake já estava do outro lado da porta batendo na porta. - Eu não sei o código dessa sala, vou ser obrigado a perguntar pro staff?
- Porque você não pergunta ao Jay, ele sabe também - Heeseung respondeu.
- Sério? Vou perguntar então - Jake tirou o celular do bolso e estava colocando o número do amigo, quando a porta abriu.
- Tá falando sério? - Heesung ficou com a porta meio aberta, não completamente.
- Você que falou que ele sabia a senha, eu ia perguntar, agora me deixa entrar vai - Jake disse colocando uma mão na beirada da porta e empurrando para que pudesse entrar.
- Não, eu estou ocupado, não percebeu? - Heeseung segurou a porta novamente.
- O que aconteceu, Hyung? Porque está assim? - Jake puxou mais um pouco a porta e o encarou.
- Não sei do que está falando e eu já disse que estou ocupado, estou escrevendo. - Heeseung o encarou de volta.
- Sério, não vai me falar? Ta escrevendo o que? Música? 
- O que mais seria né? - Heeseung apenas o respondeu - Sério pode ir, agora quero me concentrar.
- Tá bom, já que vai ser desse jeito. - Jake apenas revirou os olhos e puxou a porta com tudo para bater atrás de si e ir embora. - Idiota, pra que agir assim?
- Saco, eu odeio isso, odeio de verdade esse sentimento, mas ele realmente ia chamar o Jay? Não percebeu nada? Idiota sou eu né por ficar assim. - Heeseung voltou ao seu lugar na cadeira e voltou a sua atenção na escrita que estava fazendo, logo mais teriam um ensaio então precisa apressar as coisas e sua concentração principalmente.
Zero, a cada dia que passa eu sinto que estou a ponto de surtar, eu sinto que estou chegando ao meu limite da exaustão, eu sei que eu escolhi o trabalho que estou fazendo hoje porque eu realmente amo o que eu faço, mas eu também sou humano, preciso descansar sabe e toda a minha equipe, eu tenho certeza que se sentem assim também, tem dias que só conseguimos levantar porque temos o apoio de outras pessoas.
Já vi colegas meus se afundando e desistindo, não só do trabalho sabe…e é muito triste, eu sei que ainda não estou nesse ponto, e eu também não quero chegar nesse ponto, mas precisava desabafar com você, queria poder ter tempo para os meus amigos, eu recebi mensagem esses dias dos meus amigos de infância querendo se encontrar e fazer uma festa, relembrar os bons momentos e eu nem sei se posso ou consigo ir, mas eu queria tanto, queria sair ver eles, queria poder sair sem preocupações ao meu redor, queria sentir as coisas de verdade.
Sabe o que eu também queria? Queria poder desabafar isso tudo com você pessoalmente, chorar, precisava chorar conversando com alguém que eu sei que me escutaria e eu não teria medo de contar nada disso, porque além de pensar nisso penso que posso ser um fardo para os meus colegas, então ter você ao meu lado seria diferente, poder te ver e abraçar…queria viver isso.
Com carinho, J.
Heeseung encarava a carta em sua mão, isso era uma declaração? Ou só um desabafo mesmo? Heeseung só pensava que pela primeira vez sentiu algo lendo uma carta assim, ainda não sabia que sentimento era esse, mas era algo, até porque a carta de J foi bem profunda. 
Antes que Heeseung pudesse começar a escrever a sua em resposta, foi interrompido por uma batida na porta, Heeseung apenas escondeu seu caderno na estante e voltou a tela para o PC em jogo.
- Pode entrar! - Respondeu.
Assim que Heeseung respondeu, Jay entra no quarto com seu violão na mão e o caderno de música junto.
- Cara eu preciso te mostrar essa letra, acho que você vai gostar - Jay disse sentando na cama de Heeseung que apenas virou sua cadeira pra ele.
- Manda bala, mas por favor se for serenata pra mim, só aceito se me fizer chorar.
- Idiota, presta atenção. - Então Jay começou a dedilhar a música em seu violão e a cantar olhando a letra em seu caderno.
“Aumentando a distância de suas explicações
Estamos ficando mais profundos nessa confusão
Tome cuidado com contemplações
Eu preferiria estar cuspindo sangue
Do que ter esse silêncio me fodendo”
“Eu não me importo, eu sei que você está errado
Eu não me importo que você acha que está certo
Tudo que eu quero é uma briga desnecessária
Qualquer coisa que não seja o silêncio” Assim que Jay finalizou a música encarou Heeseung esperando a resposta.
- Eai, o que achou?
- Cara…Uau…Essa quase me fez me tacar da janela, tá incrível Jay, eu já até imagino a batida dela e como podemos distribuir.
- Sério Hyung!?
- Siim, muito boa Jay.
- Que bom…Jake também ajudou a escrever ela, na verdade ele escreveu bastante partes, por isso está mais da metade em inglês, mas podemos fazer as mudanças necessárias, acho que ficaria muito..
- Jake ajudou?
- Sim, fizemos essa juntos, passamos duas noites juntos escrevendo…
- Ah sim, ótimo! Ficou ótimo! - Heeseung tentava disfarçar sua mudança de humor assim que ouviu o nome Jake. 
Antes que pudesse continuar o assunto, Jay recebeu a ligação de sua mãe e foi correndo atender em seu quarto, Jay nunca perdeu a chance de poder falar com sua mãe e pai quando estava livre.
- Depois eu volto Hyung! - E saiu às pressas.
Quando Heeseung se jogou na cama e olhou para seu celular, Jake tinha acabado de enviar uma mensagem falando que queria conversar com ele, em particular no terraço e que encontraria ele lá. 
- Ah…- Heeseung levantou em um salto, pegou sua blusa e saiu do apartamento indo para o terraço, assim que chegou no topo, Jake já estava abrindo a porta e Heeseung correu até ele e segurou a porta atrás dele.
- Que susto! - Jake disse virando pra ele - Vamos conversar.
Assim que entraram no terraço, Heeseung ouviu vozes e puxou Jake para o outro lado.
- O que foi? Tá doido?
- Sshhh..tem gente aqui - Heeseung prensou Jake na parede do outro lado da casinha que tinha ao meio de depósitos e ficou olhando pro lado pra ver se conseguia ver quem era.
- Aah…- Jake encarou o rosto do garoto e estava louco para agarrar aquele homem ali em sua frente e pronto para beijá-lo mas não podia, precisavam conversar e não poderia se distrair, Jake apenas se soltou de Heeseung e ficou junto espionando quem estava por ali.
- É o Sunoo e o Niki? - Heeseung sussurrou para Jake.
- Sério? O que eles estão falando?
- Não sei mas já estão indo…shhh
“Será que o Niki e Sunoo estão…Nossa eu não ficaria surpreso” Jake pensou para si mesmo “Aqui definitivamente é o lugar onde casais brigam, ficam…”
- Pronto saíram, vamos - Heeseung disse puxando Jake pela mão até a frente do terraço e sentando em uma das cadeiras - Então me fale, o que quer conversar?
- Então..- Jake disse se sentando de frente para ele - Eu queria pedir desculpas por ter sido grosseiro com você e ter invadido sua privacidade de alguma forma, eu deveria respeitar isso, eu só fiquei surpreso com a sua reação e não tinha entendido que estava com ciúmes.
- Tudo bem Jake, às vezes ficamos com os nervos à flor da pele e esses desentendimentos acontecem -  Respondeu com um sorriso fraco.
-  Certo… e você não tem nada a me dizer?
- Tipo o quê, Jake?
- Talvez pedir desculpas também por ter sido grosseiro comigo e me afastar?
- Não estava num bom momento, como você mesmo disse, invadiu minha privacidade - Jake escutou essas palavras pesarem em sua mente, estava cansado dessas discussões sem rumo.
- Tudo bem então hyung, fica bem - Se levantou indo em direção a porta de vidro próxima ao elevador.
- Como assim “fica bem”?
Os dois ficaram com um gosto amargo na boca, saíram da conversa com mais dúvidas e sentimentos não resolvidos.
3 notes · View notes
falangesdovento · 2 months ago
Text
Era uma vez, há muito, muito tempo, um pinheirinho que vivia nas profundezas de uma floresta, cercado de árvores muito maiores. A cada inverno, pais, mães e seus filhos penetravam na floresta em velhos trenós de madeira e com muita felicidade e animação, cortavam algumas das árvores e as levavam embora.
As árvores mais velhas diziam que as árvores cortadas eram levadas para um lugar maravilhoso, chamado casa. Ali, eram tratadas com o máximo respeito, afagadas por muitas mãos e postas numa água que lhes aplacava a dor. Depois, ao que se dizia, uma família inteira de pessoas sorridentes se reunia ao seu redor. Elas enfeitavam a árvore com objetos pequenos e lindos. Finalmente, decorada com balas, guirlandas, a árvore se tornava o convidado mais reverenciado da casa, cercada por crianças e cantorias. Era de fato uma das glórias mais magníficas que se poderia um dia conceder a uma árvore.
Ah, tudo aquilo parecia perfeitamente maravilhoso. E era com isso que o pinheiro sonhava.
Ano após ano, ele esperava que o verão passasse, que o outono chegasse e afinal viesse a beleza do inverno. Ano após ano, porém, ninguém o escolhia.
Certo inverno, voltaram os cavalos puxando um trenó com o pai, a mãe e crianças risonhas. E o pinheirinho começou a tremer de esperança.
E o pai apanhou seu machado no trenó. Com o primeiro golpe, o pinheiro sentiu a maior dor de toda a sua vida e desmaiou. Muito mais tarde, o pinheiro voltou a si no reboque do trenó. A dor mais terrível parecia estar passando agora; além disso, ele tinha uma vaga lembrança de que estavam indo a um lugar que ele havia desejado ver todos os dias da sua vida passada.
Afinal, quando estava escurecendo, o trenó estacionou diante de um chalé coberto de neve. Um velho e uma velha saíram exclamando: - Que árvore linda. Perfeita.
- Ah - pensou o pinheiro - como é bom ser bem-vindo.
Os velhos o tiraram do reboque com mãos cuidadosas, mergulharam o tronco cortado da árvore num balde de água fresca que aliviou grande parte da sua dor.
Bem cedo na manhã seguinte, houve muito barulho e rebuliço. A árvore esperava, literalmente prendendo a respiração de tanta emoção. Em toda a sua volta, a árvore foi adornada e enfeitada.
- Ah, isso é tudo o que os mais velhos lá da floresta descreviam, e muito mais - exclamou o pinheiro.
Pela manhã, a árvore acordou sobressaltada quando as crianças entraram correndo. A árvore farfalhava os galhos, feliz por participar de tudo com que havia sonhado, e muito mais.
No dia seguinte e no outro, a árvore continuou orgulhosa na sala, embora estivesse um pouco desarrumada. Apesar disso, tudo estava uma glória mesmo quando o pinheiro viu que a maioria das crianças e dos adultos subia nos trenós e ia embora.
- Ora, estarão de volta hoje à noite ... Vão me decorar de novo, e a festa vai recomeçar.
O pai entrou então, com passos pesados, e tirou todos os enfeites do pinheiro.
Depois, tirou a árvore da água, a sacudiu com força e a arrastou da sala. O pinheiro, apesar de surpreso com esse tratamento grosseiro, ainda estava esperançoso. O pai, no entanto, arrastou de maneira descuidada o pinheiro, abriu uma pequena porta e, sem-cerimônia, jogou a árvore lá dentro.
- Que tipo de escuridão é esta? Ai, pobre de mim ... O que eu fiz para ser abandonado num lugar tão frio e solitário?
Mas ninguém ouviu. E ali o pinheiro ficou muitos dias e muitas noites. Certa noite, porém, o pinheiro viu os olhos de dois ratinhos.
- Ah, meus senhores, sabem me dizer quando virão me buscar, quando voltarei para a sala especial?
O camundongo de macacão e cachecol começou a rir. Mas o outro camundongo cutucou o companheiro e falou com a árvore com gentileza:
- Querida árvore, ora, você teve uma vida boa, não teve? Ah, sei que você sentia ter nascido para essa vida, tanto que não desejava que ela mudasse. Mas todas as coisas, árvore querida, mesmo as coisas boas, têm seu fim. Essa época já terminou. Mas agora começa um tempo diferente.
E os dois camundongos fizeram companhia à árvore a noite inteira. Pela manhã, foram despertados abruptamente pelo ruído de passos pesados na escada. A porta do sótão foi aberta e o pai agarrou o pinheiro e o arrastou até o quintal. Ali, deitou o pinheiro num toco velho e ergueu muito alto um machado enorme. Com o primeiro golpe, a árvore achou que ia morrer com a dor, e antes do segundo já estava inconsciente.
Muito tempo depois, o pinheiro acordou novamente no canto da sala especial e, embora não se sentisse muito bem, parecia que lhe faltava apenas sua copa verde e que seus braços estavam arrumados de um modo totalmente diferente, em pedaços. No entanto, viu, nas poltronas diante da lareira, o velho casal que conhecera quando chegou a casa. Apesar do seu estado, o pinheiro sorriu com o amor que via entre os dois.
O velho levantou-se e jogou um dos braços do pinheiro no fogo. Embora de início o pinheiro resistisse e protestasse, logo compreendeu, enquanto a chama queimava cada vez mais fundo no seu coração, que aquela era sua alegre missão no mundo - dar calor para pessoas como essas. O pinheiro ardeu então com uma força ainda maior.
- Ah, nunca pensei que pudesse queimar com tanto brilho, que pudesse encher uma sala com tanto calor. Amo esses velhos com todo o meu coração.
Noite após noite, o pinheiro permitia essa entrega. Era tão completa sua alegria por ser útil e ter vida desse modo que ele queimou e queimou até não restar mais nada dele, a não ser as cinzas que jaziam no fundo da lareira. Quando estava sendo varrido da lareira pelos velhos, pensou que sua vida fora gloriosa, mais do que esperara, só que agora a nada poderia aspirar.
O casal de velhos era muito cuidadoso e, com suas mãos velhas e sábias, varreu delicadamente cada fragmento de cinzas da lareira. Puseram as cinzas num saco e o guardaram até a chegada da primavera. Quando a terra começou a se aquecer, o velho e a velha entraram pelos jardins e campos e espalharam cuidadosamente as cinzas do pinheiro. Com o tempo, quando as chuvas e o sol da primavera chegaram para ficar, as cinzas sentiram sinais de vida por baixo delas. O pinheiro deu milhares de sorrisos e milhares de suspiros na sua felicidade por voltar a ser útil.
- Ai, eu não sabia que podia virar um monte de cinzas e ainda assim voltar a produzir tanta vida nova. Que sorte enorme coube à minha vida. Cresci no isolamento da floresta. Mais tarde, que belos dias e noites de luz de velas e cantorias eu vim a conhecer. Na minha época de solidão e carência, tive a amizade de estranhos, como se fôssemos uma só família. Mesmo quando estava sendo dilacerado pelo fogo, descobri que podia emitir imensa luz e calor do meu próprio coração. Que sorte, como fui afortunado. Ah, de tudo que cresce, cai e cresce novamente, é só o amor pela vida nova, e apenas ele, que dura para sempre. Agora estou em toda a parte. Está vendo como vou longe?
Naquela noite, quando a grande estrela cruzava o céu noturno do universo, o pinheiro jazia sobre a terra abençoada, aninhando-se junto às raízes e sementes para aquecê-las com suas próprias cinzas, nutrindo para sempre todas as coisas que crescem; e essas, por sua vez, nutrindo outras, por todas as gerações futuras. Naquela lindíssima terra, da qual ele vinha e para a qual agora voltava, ele dormiu bem e teve sonhos profundos, cercado ali por aquilo que é muito maior, mais majestoso e muito mais antigo do que jamais se conheceu.
E o que é que não pode morrer nunca? É aquela força de fé que já nasce dentro de nós, que é maior do que nós, que chama as novas sementes para os lugares áridos, maltratados, abertos, para que possamos nos ressemear. Renasça no amor, sempre!
Clarissa Pinkola Estés em “O jardineiro que tinha fé”
3 notes · View notes
wolfrcge · 3 months ago
Text
com @offcrrosado
"é aqui mesmo que tão precisando de um ajudante meia-boca pra mudança?" nate sorriu, escorando-se no aro da porta entreaberta do novo apartamento de rosa. ele estava a observando há alguns segundos, decidindo quando seria o melhor momento para interrompê-la, e ao fazê-lo deixou-se entrar a passos animados. "eu trouxe..." tirou de debaixo do braço uma garrafa de vinho branco, estendendo-a para a mulher após puxá-la para um abraço sucinto em cumprimento. "isso. e da próxima vez também vou te trazer um presente, pra você decorar a sua sala." nate girou o corpo para observar o cômodo cheio de caixas, batendo uma mão na outra enquanto suspirava. "e... por onde eu começo? pode ir me dando as direções."
Tumblr media
6 notes · View notes
rainhasnow · 4 months ago
Text
@ocervc disse:
❛ i can stay and help you finish this if you want. ❜
"Isso ia ser muito gentil. Mas espero que não vá te atrasar." Snow falou, voltando-se para o relógio em sua sala para ter certeza de que não estava muito tarde. Nos últimos tempos, o menino cervo havia se tornado um bom amigo, e naquele dia Snow White não tinha certeza que conversa levou até o ponto de Augusto passar a ajudá-la a decorar seu quintal, mas agora ele estava ali e parecia disposto a continuar. Snow pegou mais dois vasos de plantas pequenos que estavam em cima da mesa, pronta para levá-los para o jardim para continuar o trabalho para plantar mais sementes de flores. "Mas se quiser você pode dormir no quarto de hóspedes essa noite. Aí não fica tão tarde pra você voltar para o dormitório." Snow disse ainda com um sorriso amigável no rosto, andando até a porta dos fundos para retornar para o quintal. "Então, que flor você acha que a gente deve plantar nesse?" Perguntou, deixando um dos vasos em cima de uma mureta.
Tumblr media
2 notes · View notes