Tumgik
#crescida
allysdelta · 17 hours
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Been enjoying the new expansion
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bat-the-misfit · 1 year
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eu chamo isso aqui de ⭐GLOW UP⭐ meus amores
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SOFÍA ESTEVE, ISA LUENGO Y MARINA FREIXA ROCA + TÂNIA DINIS + ZUZA BANASIŃSKA + JESSICA DUNN ROVINELLI
SESIÓN - HACER MEMORIA Cuatro cortometrajes que ponen el foco en testimonios y narrativas marginales e invisibilizadas a lo largo de la historia. La importancia de visibilizar aquello que durante años ha permanecido oculto y marginado. Historias que han sido silenciadas y tergiversadas por la sociedad patriarcal, injusticias cometidas contra quienes se salen de la norma, recogidas en cuatro cortometrajes de España, Portugal, Polonia y Estados Unidos.
OBRAS:
ELS BUITS, de Sofía Esteve, Isa Luengo y Marina Freixa Roca. España. 2024. 19 minutos. VO Sub español. Estreno en Madrid.
¿Puede la transmisión de la palabra restituir una memoria olvidada? ¿Puede romper con el silencio perpetuado entre generaciones? Con 17 años, Mariona fue detenida e internada en un correccional del Patronato de Protección a la Mujer, institución dedicada a “regenerar a mujeres caídas” durante el franquismo y los primeros años de democracia. En el 2023, ella y su hija tratan de recomponer las piezas y vacíos de esta historia.
SOFÍA ESTEVE cineasta alicantina. Graduada en Comunicación Audiovisual por la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona. Entre 2016 y 2018 codirigió el proyecto televisivo Follo Ergo Sum para la betevé. En 2022 codirigió el premiado cortometraje Perpetua felicidad, y en 2024 estrena en el festival de Málaga, Els buits ganando la Biznaga al mejor cortometraje documental, posteriormente recibió el premio del público en el Festival de D’A de Barcelona.
ISA LUENGO Cineasta nacida en Guadalajara. Se graduó en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid y más tarde cursó el Máster en Documental Creativo de la UAB. En 2017 codirigió el cortometraje La ciutat interior, en 2022, junto con Sofía Esteve, realizó el cortometraje, Perpetua felicidad, con quien también desarrolla @la_calumnia proyecto de investigación en torno a las genealogías LGTBIQ+ en el cine. En 2024 estrena Els buits.
MARINA FREIXA ROCA Cineasta de Barcelona, graduada en Comunicación Audiovisual (UPF), especializada en cine documental e incidencia sociopolítica de la obra audiovisual. Desde el 2015 y hasta 2018 es socia de la cooperativa Metromuster, con la que impulsa proyectos documentales como Tarajal: Desmontando la impunidad en la Frontera Sur (2016) o Idrissa: Crónica de una muerte cualquiera (2020). El año 2017 co-dirige junto a Sofia Esteve la serie documental Follo Ergo Sum (Betevé), y posteriormente se especializa en montaje a través del Posgrado de Montaje de la UPF-BSM. En 2024 estrena Els buits.
TÃO PEQUENINAS, TINHAM O AR DE SEREM JÁ CRESCIDAS, de Tânia Dinis. Portugal. 2024. 20 minutos. VO Sub español. Estreno en España.
A través de material de archivo, fotografías, imágenes actuales y testimonios orales, de mujeres de las regiones de Trás-os-Montes, Beira, Alto y Baixo Minho, que entre los años 40 y 80, llegaron a Oporto a trabajar como empleadas domésticas, se rescata de la invisibilidad a estas mujeres que no tuvieron tiempo de ser niñas, enviadas desde muy pequeñas desde las aldeas, para ser sirvientas en casas acomodadas de las grandes ciudades. TÂNIA DINIS Cineasta y artista visual portuguesa. Se formó en el máster en Prácticas Artísticas Contemporáneas por la FBAUP y es licenciada en Estudios Teatrales por la ESMAE. Su trabajo cruza diferentes perspectivas y campos artísticos -fotografía, performance, cine en una estética relacional, basada en imágenes de archivo familiares personales o anónimas, su apropiación, u otros registros de imagen real. En 2024 ha estrenado su cortometraje Tão pequeninas, tinham o ar de serem já crescidas, que tuvo su premiere mundial en el festival IndieLisboa, donde ganó el premio al mejor cortometraje portugués.
GRANDMAMAUNTSISTERCAT, de Zuza Banasińska. Polonia / Países Bajos. 2024. 23 minutos. VO Sub español. Estreno en Madrid.
Utilizando la clásica figura de la bruja eslava, Baba Jaga, este ensayo audiovisual gira en torno a la historia de una familia matriarcal, vista a través de los ojos de una niña que se enfrenta a la reproducción de sistemas ideológicos y de representación.
La obra está realizada íntegramente a partir de materiales de archivo del Educational Film Studio de Łódź, creados originalmente como herramientas didácticas y propagandísticas en la Polonia comunista. Las imágenes, a menudo sexistas y antropocéntricas, se resignifican como recuerdos autoficcionales, desplazando su registro científico, para ser transformadas en herramientas de libertad y resistencia.
ZUZA BANASIŃSKA Artista visual y cineasta de Polonia, actualmente afincada en Ámsterdam. Formada en la Academia de Bellas Artes de Cracovia, en la Universidad de las Artes de Berlín y en el Sandberg Instituut de Ámsterdam. Sus obras se han expuesto en espacios como el U-Jazdowski CCA de Varsovia, Dům Umění Mesta Brna de Brno y Het Nieuwe Instituut de Rotterdam. Su cortometraje Grandmamauntsistercat se estrenó en la edición 2024 del festival de Rotterdam, participando posteriormente en otros prestigiosos festivales internacionales como la Berlinale (Alemania) donde obtuvo el Teddy Award al mejor cortometraje, Visions du Rèel (Suiza) o IndieLisboa (Portugal).
LIFE STORY, de Jessica Dunn Rovinelli. Estados Unidos. 2024. 10 minutos. VO Sub español. Estreno en España.
A la manera de un monólogo se presenta un texto original de la filósofa McKenzie Wark, autora de libros como Raving (2024), Reverse Cowgirl (2020) Hacker Manifesto (2004), combinado con la exploración de su cuerpo desnudo, retratado con la intimidad que da la conexión de amistad entre cineasta y escritora. Durante el metraje, la historia de su vida, de su cuerpo, se entrelaza con la de la izquierda política, se aprecian las marcas de su transición de género mientras habla de amor y futuros perdidos. A ritmo de techno, la reflexión sobre su propia muerte, así como la muerte de la izquierda, sobrevuela fuera de cuadro.
JESSICA DUNN ROVINELLI Directora, actriz, montadora, crítica cinematográfica y activista transgénero estadounidense. En 2016 se dio a conocer como cineasta con el documental Empathy, en el que plasmaba el día a día de una escort, adicta a la heroína y que fue premiado en FIDMarseille (Francia). Su segunda película, So Pretty, se estrenó en 2019 en el Festival de Berlín y fue premiada como mejor película en el Festival de Valdivia. Life Story se ha estrenado mundialmente en FIDMarseille 2024, obteniendo el premio Alice Guy al mejor cortometraje.
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magazineideam · 9 months
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Como descolorir a raíz crescida do cabelo e deixá-lo igual ao loiro claro do comprimento sem erro
Eu tive que fazer esse post após eu passar um perrengue com meu próprio cabelo ao esquecer como eu fazia para descolorir a raíz crescida do meu cabelo para deixá-lo na cor do comprimento loiro claro. Eu sempre descolori meus próprios cabelos e por ficar um tempo sem usar o loiro global, eu acabei esquecendo como fazia para igualar a raíz crescida que é um castanho médio. Fui procurar orientação…
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dollie-i · 3 months
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──説明──✿. ⠀ a ⠀mais ⠀antiga ⠀árvore ⠀crescida ⠀na ⠀ruína ⠀de ⠀um ⠀caos ⠀avassalador, ⠀fincou ⠀suas ⠀raizes ⠀no ⠀que ⠀hoje ⠀chamo ⠀de ⠀meu ⠀casulo.
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b1ravenclaw · 5 months
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IS IT TRUE? - PT 4 (final)
Azriel was growling from where he stood, at the edge of the bed, watching as my fingers sank into my cunt again, again and again. 
“Tell me.”
“I am sorry.” His voice was angry, no doubt from the cold power binding his legs to the floor. 
“I don’t quite believe you, see my side Azriel, it looks like you only came for me after Crescida left.” “I would have come sooner if you weren’t all over Cassian.” 
“Kallias orders, you understand.” 
“I highly doubt Kallias ordered you to seduce Cassian.”
“Hmm, and why is that?” I said, sighing, focusing on slowly but surely tracing my clit. 
“Because you already seduced me.” He said, and then there were shadows holding my hands, and securing my legs open, my own power faltered letting Azriel take a step forward but I was quick to recover, and now he had one knee on the bed. 
“Debatable, I would say you were the one who…”
“And.” He interrupted me, “After today’s dinner I would guess that you and your High Lord are closer than most.” 
“Jealous, Shadowsinger?” I gasped as his shadows put pressure on my clit, and couldn’t hold the moan as they didn’t stop. My power faltered again, and this time I wasn’t quick enough and he was on me. Azriel grabbed my legs hastily and threw them over his shoulder, his breath fanning over my exposed sex. 
“Is it true then?” His eyes searched for mine.
“A lady never tells.” I waited a beat and then… “Were you?” “Jealous? Gods yes. But not of Kallias.” Cassian then. He liked a stripe, then another, his tongue caressing my entrance and gathering the wetness that pooled there.  “Now it’s your turn.” 
“But you are doing such a good job.” I whined, and he laughed. 
“I meant,” He replaced his tongue with his fingers, going slower so I would actually pay attention to him. “Admit that you were jealous too.”
“Oh but Az, why would I be jealous of Cass when I wanted him to join us?” Wrong fucking move. Azriel growled and the room shook, he slapped my cunt and turned me around as my face hit the pillow his hand found my ass. “You dirty fucking girl. Can barely handle me and wants another Illyrian to join us.”  I could only moan as he slapped and groped my ass. 
“You know I would not mind welcoming others in bed with you.”
“Even Crescida?” I stilled, the sound I made barely registered as cold harsh power pinned Azriel to the fucking floor. Ice tendrils snaking up his groin.
“Talk of her while you are touching me and I’ll take your pretty dick as a souvenir.” His breathing was heavy, and he shivered underneath me.
“So you think I’m pretty?” 
“Your dick.” He raised a perfect brow at me “And your tongue, but only when it is being used properly.”
“And how would that be?” He asked, staring directly at my wet cunt. That was my invitation, the sign I needed that he was going to let me have the upper hand this time. Lowering myself onto his face I released the cold power off of him, and moaned as he grabbed my thighs and delved his tongue on me. 
Azriel was a professional  at eating cunt. I discovered this the first time we had sex, and since then wondered if it was an Illyrian thing. All coherent thoughts I ever had left my mind while his tongue explored my lips, my entrance… my clit. I let the moans roll free from my tongue, scream of yes, there, ohs and most of all his name. I wanted to burn cold the name of her off of his tongue. I wanted to drown him on my juices so much that he would not be able to utter another word about her ever again. And as I felt myself getting closer to falling from that amazing cliff I grinded hard onto Azriel’s face, and he fucking moaned at the feeling of me pressed further onto him. 
He grabbed every part of me his hands and shadows could reach and with a loud guttural moan I came undone above his perfect face. 
“Fuck Azriel.”
Amidst my post orgasmic dizziness I could barely register him settling us both back into bed, my ass up. The pain from him hitting it again woke me up again. 
“Is it true? You are so fucking jealous?”
“Shut it.” He slapped me again.
“Uh-uh. What do we say?”
“Fuck me?”  He slapped me again.
“Oh I will.” Again, again, and again until I couldn’t handle the pain anymore. 
“Okay!” I screamed. “Yes, it is true. I was jealous.” 
“Hmm, was it so hard now?” He finally plunged his dick into me, and I moaned deliciously as he did so. His cock filled me up so nicely, stretched me out so good. Sometimes it was all I could think about. 
“Answer.” He grabbed my hair, I should have known the little dominance I had earlier would not go unpunished. 
“No, it wasn’t.” 
“Hmm, now tell me.” He was thrusting tortuously slowly in and out of me. “Kallias?” If he could see my face he would see my cheeks red.
“What?” I mumbled. 
“He could join…” “Kallias doesn’t share.” “But here we are.” “I am free.” And I backed up on him to prove my point. Truth was I did not want to talk about Kallias and I relationship and I think he sensed that because he stopped asking and starded fucking, his finger finding my clit making me clench harder around him. My wings were concealed earlier but as the pleasure he was giving me was building up again I felt the need to show off, to pose and to flutter my beautiful white wings at him. I think that was what sent us over the edge finally, his view of my wings and the freeing feeling of letting them out. Later after we both were cleaned up and breathing evenly, Azriel held me against him and we slept facing each other. The words stay here dying in my tongue as sleep took over me, I could only hope I woke up on time for the inevitable farewell.
author's note: so that was it, my first actual miniseries hope you guys enjoyed it!!!
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idollete · 6 months
Note
juju diva idollete do tumblr tenho aqui um pensamento ☝️💭
como você acha que os meninos iam reagir reencontrando a leitora depois de anos sem se verem? imagino mto isso num cenário onde eles eram literalmente amigos de infância, daquele tipo que viviam grudados e dormiam na casa um do outro, os pais falavam que eles iam acabar namorando (e o nível de amizade é tanto que eles acabam realmente perdendo o bv um com o outro) mas na adolescência eles se afastam e acabam se reencontrando na vida adulta
na minha cabeça os meninos de cara iam demorar pra reconhecer a leitora, porque ela foi de mini lobinha (criança) pra LOBA (adulta), e só percebem que é ela porque ela faz uma coisa muito específica de quando eles eram crianças, e aí eles ficam em choque pane no sistema sem acreditar que a leitora virou aquele mulherão 💭💭
imagino o pipe em um cenário de vizinhos que vivem se bicando. como ele é homem e tem a memória curta, você já tinha sacado quem ele era há anos e ele ainda nada, até porque você realmente havia mudado muito. já não tinha mais aquele jeito de menina boba, o buraquinho nos dentes da frente de quando eles caíram, o cabelo bagunçado de sempre. não, agora você era uma mulher. (corta também para o fato de que você meio que era obcecadinha por ele e o acompanhava pelas redes sociais, eis o reconhecimento). sempre havia uma rusga entre vocês, pelo lixo deixado no corredor – porque é claro que vocês são vizinhos de porta –, pela barulheira dia de sexta e fins de semana, pelo seu cachorro que latia alto demais – aqui era só implicância do pipe mesmo, porque ele vivia fazendo cafuné no bichinho quando ele escapava –, por tudo que pode se brigar em um condomínio. é em uma dessas confusões que você se excede mais que o comum e acaba dizendo algo que o pipe não ouvia faziam muitos e muitos anos, "paquita do capeta dos infernos, eu odeio você, felipe!". não é só a ofensa, é o jeitinho que o felipe saiu, o "e" puxadinho, que só uma pessoa fazia. a ficha dele despenca na hora. vai travar no lugar, "o que você disse?", e quando você repete, mais calma, ele diz "não, como você falou antes, como se estivesse prestes a me dar um puta beliscão doído". e é aqui que você percebe que ele te reconheceu, porque você vivia beliscando o pipe! não tem vergonha na cara de te medir da cabeça aos pés e pontuar que "você mudou...tá crescida...", e não é crescida de idade, você sabe bem. "mas continua a mesma fedelha desbocada de sempre, né..." e ele não te dá a chance de responder, vai te dar as costas, te dar aquela encaradinha por cima do ombro e balançar a cabeça em negação como quem não acredita no que acabou de acontecer.
não imagino um contexto específico com o esteban, porque tenho para mim que a reação dele é a mesma em todas as realidades. o queixo dele vai genuinamente no chão quando te pega fazendo algo muito peculiar e marcante no meio de uma conversa que vocês estavam tendo, pode até ser um comentário também, uma frase, uma palavra típica. porém, ele não acredita no que acabou de ouvir. "o-o que você disse?", parece que o interior dele vai explodir de dentro para fora, se sente até meio bobinho ao pensar que então, isso são borboletas no estômago...? e ainda mais rolo diante da falta de reação. ele não consegue deixar de reparar em cada detalhe teu, quando se recupera ele é amigável, até põe o papo em dia rapidinho. o problema é que ao decorrer do dia ele não consegue tirar os olhos de ti, no rosto, nos quadris, no decote. e sempre que é pego no flagra ele fica vermelho que nem um moranguinho, desvia o olhar rápido e é traído pelo próprio corpo que vai tentar te encarar de rabo de olho de novo. muito provável que ele – muito discretamente – dê aquela stalkeada básica em todos os teus perfis para descobrir se você tem alguém. e quando ele descobre que você está solteira, vai chegar todo mansinho e te convidar para ir num barzinho sexta-feira à noite. "é, oi...então...você tá livre na sexta? porque o bar ali da esquina tem um som legal, a comida é ok, mas a cerveja é dobrada. cê topa?".
o matías é uma peste, disso nós já sabemos, porém você descobre que quando ele perde a marra ele fica perdidinho igual um garoto. consigo vê-lo em um cenário de colegas de faculdade com boas doses de enemies to lovers (pois aqui amamos essa trope com ele rsrsrsrs). vocês dois acabaram sendo uma dupla de iniciação científica e é claro que o matías parecia não estar dando duas fodas para o que vocês faziam, ele só queria a carga horária mesmo, e isso te enlouquecia. sempre que dava um problema tudo que ele fazia era dar de ombros e dizer "deve ser coisa do destino dizendo pra você desencanar, sai dessa nóia, garota". você podia espernear, brigar, bufar, gritar, e ele não moveria uma palha para te ajudar. e isso é tão típico do matías! desde a época da escola ele era um preguiçoso e era você quem acabava fazendo tudo sozinha, super injusto, mas ele sempre te derretia quando aparecia com um saco de pirulitos – que ele roubou do armário de doces da avó – para vocês dividirem. eventualmente, você não vai aguentar mais. tudo tem limite! "matías, se você não vier aqui e me ajudar, eu vou embora e não volto mais". como algo tão ordinário assim fez o matías congelar no lugar nem ele sabe explicar. ele trava porque a ameaça é muito familiar. e ele só consegue te encarar, o olhar amolecendo a cada coisinha que ele reconhece em ti, as pintinhas, os sinais, cicatrizes, ele lembra de tudo. o jeitinho que ele te chama é tão quebradiço que ele te surpreende, diz o teu nome ainda incerto, testando as águas. a expressão só muda quando você cruza os braços sob os seios e acaba fazendo com que eles apareçam um tiquinho mais, é aqui que ele dá aquele sorriso cafajeste e te diz que "a bebita cresceu, hein...".
outro cafajeste nato é o simón, que não te reconhece de cara, mas ficou doidinho no seu rabo de saia. vocês se encontram na cidade natal que nasceram, no parquinho em que trocaram o primeiro beijo da vida de ambos. ele com certeza estava de bobeira e botando o papo em dia com os parceiros, falando as maiores atrocidades do mundo em plena praça pública. ele vai cutucar um amigo e perguntar, "aí, quem é aquela? nunca vi por aqui antes" e tudo que os outros caras fazem é rir, acham que ele tá de sacanagem, porque todos ali sabem quem você é. na cabeça do simón, eles estão gatekeeping só pre chegarem em ti primeiro. porém, contra simón aquariano nato hempe absolutamente ninguém vence. dá um perdido em todo mundo, dizendo que tá esperando a vó sair do mercado pra carregar as sacolas, "sabe como é, né, tenho que ajudar a minha velha", e espera geral vazar pra chegar em ti. chichas, simón hempe é muito reputation precedes me coded, então, é ÓBVIO que você sabia tudo sobre ele, sua família vivia te alimentando com várias fofocas. por isso, quando ele aparece do nada, com a maior cara de bom moço, você sabe que ele não faz ideia da tua identidade. e você deixa esse teatrinho rolar, é claro. quer ver até onde ele vai com isso, o quanto é cara de pau, ele come direitinho na tua mão, jura que você tá na dele. "mas, e aí, e pra gente ficar junto, linda? pô, vou confessar que você mexeu demais comigo", e isso aqui é golpe puro, tá? ele quer é sacanagem. você até se faz de difícil um tiquinho, "ah, simón...mas aqui? tá todo mundo vendo", põe o melhor ato de boa moça também, o simón não faz ideia de como quem ele tá se metendo, "por que a gente não vai lá na rua do falecido chico? eu ouvi dizer que lá é um ótimo lugar pra se esconder e fazer o que der na telha...". aqui é quando você mata o simón, porque esse era o lugarzinho que ELE se escondia quando tava de birra, foi lá também que ele revelou que gostava de ti, cheio de vergonha. o simón perde a postura na hora. não tem marra certa e você adora isso, "você é um cachorro, simón hempe, da próxima vez tenta não olhar muito pros meus peitos, quem sabe assim você me reconhece" e sai andando sem nem olhar pra trás, só pra ele ficar com um gostinho de quero mais.
com o fernando é aquele reencontro digno de novela. também vai rolar quando você retorna para a sua cidade natal em uma época comemorativa e acaba calhando dele ter ido na mesma época. se esbarram em um mercadinho, você conversando fiado com uma senhora que não cansava de fazer comentários e perguntas desnecessárias, cheia de e os namoradinhos e mas assim vai acabar ficando pra titia que nem fulana. você não aguenta mais a encheção de saco, inventa a desculpa de que seu primo tá te chamando e sai toda atrapalhada, trombando de vez no fernando, que é todo cavalheiro ao recolher suas compras do chão, te dá um sorriso simpático quando pergunta se a dona maria te encheu o saco demais. é aqui que você se entrega, "nossa, e como! deve ser alguma punição do universo por todas as vezes que eu roubei as mangas do pé dela". ele fica estático, porque eram vocês dois que viviam roubando as frutas do quintal dela! sempre juntos, parceiros de crime. e ele não acredita que é você ali na frente dele. desce o olhar sem pudor algum pelo teu decote – é meio instintivo também – tentando achar traços familiares, mas você é uma mulher feita agora. e o fernando fica baqueado demais com isso, tenta disfarçar com uma conversa que é claramente nervosa, a cabeça dele ainda não assimilou as informações. e mesmo quando te acompanha até a sua casa, tem dificuldade de juntar o passado ao presente, vai dizer na lata que "você tá mudada, cresceu...ficou linda" e quando sai andando, é todo bobo, olhando para trás o tempo inteiro enquanto repete um "que loucura...é ela mesmo".
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Quando eu era a criança,tinha um menino que parecia meu par de dança,de tanto que ficava grudado em mim,hoje crescida eu é que tenho que ficar correndo atrás.
Jonas r Cezar
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eroscandy · 2 months
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⸤ 🌹 ⸣ ⸻ I'M FINALLY HERE, START THE APPLAUSE. LET'S MAKE IT LOUDER. THIS IS FOR THE WOMAN OF THE HOUR.
TASK 3: defeito fatal + maior medo = vaidade + imodéstia
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disclaimer: nenhum deus foi machucado nessa task. @silencehq
O céu e o ar pararam quando Candace Lovegood torceu o nariz e suspendeu toda a movimentação da perna. As mãos masculinas envolvendo seu joelho tremeram suavemente, temendo o pior que aquele olhar escuro prometia. A loira olhava para baixo, avaliando a ação e se perguntando... Por quê?
Por onde olhasse, as dobras de tecido fino a recebia. Drapeados elegantes envolvendo cinturas finas e grossas, voluptuosas e angulosas. Pele brilhando de óleo almíscar, salpicado com o brilho de estrelas recém-nascidas. E ela subia, acompanhando silhuetas belíssimas e poderosas, caminhando pelo espaço aberto e luxuoso.
Homens. Mulheres. Sátiros. Ninfas. Nunca correndo, nunca se apressando. Deslizando pelo tapete persa como se tivessem todo o tempo do mundo e esbanjando um equilíbrio fora do comum. Bandejas de prata, ouro e diamante. Vinho servido à vontade, uvas enormes e redondas. E Candace suspirava contra o divã no centro de tudo.
Impassível.
Julgando aquele de mãos cheias de calos perfeitos para as massagens de suas pernas. Tinha sido tão perfeito que ela quase tinha atingido o mundo dos sonhos, quase. Porém, o joelho doía e ela enfurecia. Erguia a sobrancelha num arco, moldando um sentimento furioso sobre os olhos repletos de frieza distante. O homem desceu o rosto e pressionou os lábios na manchinha mínima, seus cabelos loiros fazendo cócegas na pele alva.
E ela sorria.
O pátio parecendo soltar a respiração que prendia sem perceber. Atividade voltando ao normal ao mesmo tempo que ela abria os braços e duas mulheres, uma de cada lado, pegavam suas mãos e massageavam seus dedos. Uma belíssima de cabelos e pele escura, a outra tão séria quanto cativante. E mais... Mais cresciam ao redor de si, prontos para servi-la.
Candace reconhecia cada um daqueles rostos, de seus feitos. Dos poemas declamados para um e das promessas em nome do outro. Ganhava um vislumbre daquela lembrança quando contava suas histórias, sempre ao seu pedido. Sempre obedecendo uma ordem dada pela criatura alva de cabelos platinados. Ela trazia e rulhava, feliz com os paparicos, mas sabia...
Simplesmente sabia.
Zeus comandava os céus, mas era ela quem ditava o movimento das nuvens. Transformando algodão fofinho em animais que ela alegremente pedia. Sua expressão brilhando em medo quando os lábios dela torciam em desagrado. Ártemis pintava as unhas da mão direita, sábia na escolha da melhor maneira para não sujar as cutículas. Afrodite, tranças segurando os pesados cabelos, sujava os dedos de esmalte com o excesso na mão esquerda.
Dionísio mantinha os copos cheios, as uvas crescidas; ajudando Deméter no preparo da refeição mais natural e nutritiva. E Ares descia do cavalo com um saco cheio, pegajoso, jogando-o no fogo e caindo de joelhos. Dedicando cada vitória, cada conquista, a criatura mística no divã. Candace sorria e passava a mão no rosto do homem, puxava-o para perto num beijo casto. E Apolo, aos seus pés, intensificava a adoração Às suas pernas. Subindo e descendo a extensão das coxas.
Oh, ela sabia.
Os deuses tão perfeitos e acima de todos tinham sucumbido com mais facilidade que os semideuses. Os encantos de Candace Lovegood ganhando o argumento de Ártemis, a beleza colocando Afrodite no chinelo. Seu senso de direção descartando Selene e Apolo. Por que produzir armas, Hefesto, quando era tão versátil sem elas? E o melhor vinho era daquelas frutas escolhidas por Candace.
Ganhar os deuses no próprio jogo.
E tudo começou com o bobo Poseidon. Empático e destemido ao salvar a semideusa em falso afogamento, levando-a para aos aposentos divinos além das nuvens. Trazendo consigo a fúria de Hades por não sequestrar para o mundo inferior primeiro, frustrando os planos dele e da esposa, Perséfone.
Lânguida, o corpo escorregou pelas almofadas macias e todos os deuses ajustaram suas posições para melhor acomodá-la. Hera tomou a frente para alisar as mechas, Ártemis acrescentando o brilho das estrelas no branco imaculado.
Inteligente. Sagaz. Destemida. Bela. Obstinada. Insubstituível. Misericordiosa.
E ela emanava a aura com cada vez mais força. A submissão dos deuses e criaturas divinas aumentando o próprio status. Mudando a própria genética ao se equiparada, e aceita, por todas as divindades.
Crescia. Florescia.
"Deusa." Murmúrios de admiração aqui e ali. Ares e Apolo disputando sua atenção com Morfeu. Hades chamando Fobos e Deimos para pleitarem a causa, ganhar um espaço na agenda apertadíssima. E os olhos fechavam para a tentativa de suborno de Nêmesis para Tique, o rosto próximo à orelha em confabulação.
Quase Hipnos colocava as garras na oportunidade de enaltecê-la em sonhos, Nyx fechando o cerco em promessa de ter sua própria oportunidade. Quase repousava para aquele dia... Se não fosse.
"Candace." A voz de Hermes quebrou a música suave da orquestra de sátiros e ninfas, afundou o culto rodeado de altas pilastras de branco infinito. "Perdão, minha deusa." Um joelho no chão em penitência, depois o outro. Ele se arrastava na suavidade do tapete e alocava-se perto do divã.
"Nós a achamos."
Foi como abrir o mar. Os deuses abrindo espaço para Discórdia deslizar pelo espaço livre. Em mãos, a bandeja translúcida de cristal deixava passar o resplandecer dourado da icônica maçã. "Para a melhor entre todos. Para a maior entre os deuses. Para a titã entre todas as criaturas." A esguia deusa curvou-se até encostar o nariz no chão, deixando a maçã na altura perfeita para Candace pegar sem esforço.
E ela brilhava como uma deusa. O sorriso de orelha a orelha causando suspiros. Um baque surdo ao fundo com alguém desmaiando. Tecido e atrito de outros dois que se estranhavam. E Hermes sacudia a cabeça para mais um pouco... Circe e Hebe se abraçando para o pior, reconhecendo a expressão do deus dos mensageiros. "Não." Nike colocava o dedo sobre os lábios e Macária acompanhava, segurando a mão de Hécate. A deusa da magia mais preocupada em deixar a maçã digna de Candace.
"O mundo mortal..." Se o olhar de Ares não matasse, o de Éris com certeza faria o serviço. Ela e Asclépio, pronto para quebrar seus votos na medicina. "O mundo mortal sucumbe sem a nossa presença, minha deusa. Eles estão inquietos com a falta de respostas."
Candace esfregou a superfície polida da maçã com o polegar. Lentamente, as asas abrindo e expandindo. Enormes. Maiores que as de Eros, conveniente posicionado contra a pilastra em orgulho.
╰ ♡ ✧ ˖ É hora de fazermos uma limpeza. Os semideuses não conseguem manter a paz entre si e nós somos os culpados? Com tanta instrução e orientação, queimam oferendas por mais ajuda? Falhos, mesquinhos, insuficientes. Quando foi a última vez que apenas agradeceram por estarem vivos? ♡ ˙ ˖ ✧
Ela tinha estado entre eles. Presenciado seus erros, as futilidades das brigas. Pelos deuses que tinham submetido, como tinham sobrevivido antes dela aparecer? Epítome de perfeição. Um exemplo vivo de que a evolução existia. De que o espécime superior prevalecia?
Em sua nova forma de deusa, a fúria esquentava como metal derretido. Quione e Despina promovendo a frieza dos seus poderes, associando a gentil condução de Bóreas e Éolo. Candace levantou a mão e, de entre os dedos, cresceu a mais bela rosa existente. As pétalas abrindo graciosas, o caule sem um espinho sequer.
╰ ♡ ✧ ˖ Coloque-a no punho de Zeus, e Tânatos... ♡ ˙ ˖ ✧
Candace recostava-se no divã novamente, Afrodite e Ártemis afofando os travesseiros mais uma vez. Apolo retornando ao caminho que começava nos pés e subia...
╰ ♡ ✧ ˖ Você tem muito trabalho a fazer. ♡ ˙ ˖ ✧
O joelho doía de novo sob os dedos do deus do sol. A dor explodindo por trás dos olhos e sacudindo seu corpo. Candace protestou, mas as palavras não saíam da sua boca. Caíam num espaço seco e sem vida, pele esticada numa posição desconfortável por tempo demais.
Quando abriu os olhos, deu de cara com a Casa Grande. Com a parte de trás da cabeça de vários semideuses. Os dedos sangrando por segurar a corda do arco por muito tempo, o frio subindo pela coluna com o que tinha acontecido...
E os joelhos doloridos por ter caído com tudo no chão na frente do chalé.
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little-big-fan · 10 months
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Um neném para o Idol (Jungkook - Bts) Parte 1.
n\a: Sim, chegou a primeira parte desse imagine que ocupou a minha mente por diaaaaas! Eu espero MUITO que vocês gostem, de coração! Ao Anon que fez esse pedido, muito obrigado, espero que tenha ficado do jeitinho que você queria!
Nota: Os meninos do BTS têm uma dezena de nomes diferentes kkkkk pra não ficar repetitivo, eu fui alternando. então, caso você não seja uma fã mas queira ler mesmo assim, aqui vai uma ajudinha para identificar:
Jungkook: Jeon, JK J-hope: Hobi, Hoseok Suga: Yoongi Taehyung: V Namjoon: RM (também chamei ele de "líder" em algumas partes) Jin: Seokjin Jimin: Chamei ele só de Jimin mesmo, mas fiquei com pena de deixar de fora da lista KKKKKKK
Tropes: Clichêzinho gostoso / Gravidez inesperada / Bebê rejeitado / Reencontro
Avisos: Esse imagine pode conter assuntos que sirvam de gatilhos para algumas pessoas, como: abandono parental. Se você não se sente á vontade com esse tipo de assunto, por favor, não leia.
Contagem de palavras: 2,544 + fakechats
Respirei fundo, juntando cada partícula de coragem para encarar a varetinha dentro do copinho, há mais de quinze minutos pronto em cima da pia do banheiro. 
Faziam pelo menos duas semanas que eu me sentia estranha. Os seios muito mais sensíveis do que o normal, uma cólica interminável que nunca resultava em uma menstruação e por último os enjoos cada vez mais frequentes. 
— Vamos lá, S/N. Coragem. — Falei para mim mesma. 
Peguei o teste e fechei os olhos com força, enchendo e esvaziando o pulmão de ar antes de encarar o resultado assustador. 
Positivo.
Puta que pariu. 
E agora? 
Deixei o medo ultrapassar as barreiras, jogando o teste longe e segurando meu rosto entre as mãos durante o choro desesperado. 
Eu não posso ser mãe agora, meu deus. 
Como vou fazer isso? 
Eu sequer estou com o pai dessa criança! 
Pai. 
Meu deus, ele vai surtar. 
Esperei mais três dias para finalmente ter coragem de contar para Jeon sobre o resultado das nossas aventuras. Com o resultado do exame de sangue em mãos, mandei uma mensagem, querendo saber quando ele voltaria de mais uma das suas viagens para podermos conversar. Não era o tipo de notícia que gostaria de dar por mensagem. 
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O mundo sob os meus pés pareceu ter sumido. O ar faltou em meus pulmões e por dois dias inteiros tudo que consegui fazer foi chorar. 
Meu deus, o que fiz para merecer isso? 
Coloquei a mão sobre a barriga ainda não crescida, me desculpando um milhão de vezes com aquela vidinha que acabara de se iniciar ali. 
Eu estava acostumada a precisar ser forte. Ser mulher na indústria do entretenimento não era nada fácil. Mas agora, eu tinha um novo motivo para seguir em frente e encarar o mundo. 
Jungkook podia não querer aquele bebê, mas eu definitivamente o queria. 
Estava apavorada e não sabia o que fazer, mas o queria e de alguma forma já o amava profundamente. 
— Chega de chorar, S\N. Você tem um filho agora. — Me ergui da cama.
TRÊS ANOS DEPOIS.
Cumprimentei a equipe assim que entrei no estúdio. Um burburinho estranho se instalava e com certeza não era sobre a minha volta das férias. 
— Chase? — Chamei meu assistente. — Aconteceu alguma coisa? 
— Ah, não. — O garoto recém formado sorriu, me oferecendo um copo de café. — Os convidados de hoje chegaram e estão todos animados. 
— Ah… — Cocei a nuca, envergonhada ao notar que havia simplesmente esquecido de checar o cronograma da semana. — E quem são? — Perguntei baixinho. 
Chase nem precisou me responder, pois novamente o burburinho se instaurou, cada vez mais alto. Entrando pela porta da frente do estúdio, conversando alto como um grupo de crianças em um coreano alto, quase berrado. 
Senti meu corpo congelar, não precisava sequer olhar para seus rostos para reconhecer. As vozes que por quase dois anos me acompanharam todos os dias no emprego anterior. 
Um dos diretores se aproximou da algazarra, acompanhado por James, o apresentador. Fiquei estática no lugar, sem saber o que fazer. Até que um par de olhos castanhos se fixou em mim e um sorriso de orelha á orelha se abriu.
— S\N! — Jin gritou, chamando a atenção dos outros seis amigos. 
Sem se importar com os olhares, o mais velho do grupo correu como uma criança em minha direção, me apertando em um abraço forte. Fiz o meu melhor para retribuir, mesmo sendo tirada do chão. É impossível não sorrir, uma das coisas das quais senti falta era a animação de Jin e o quão amigo ele poderia ser. — Ah, senti tão a sua falta. — Falou me balançando, como uma boneca. 
— Eu não acredito! — Jimin disse com animação, se juntando ao abraço. 
— Meninos, ar, eu preciso de ar! — Falei um pouco mais alto, fazendo-os rir.
— O que está fazendo aqui? — Yoongi perguntou depois de me dar um abraço calmo, típico de si.
— Sou uma das produtoras. 
— Você nos largou para trabalhar com o James? — Jin disse alto, colocando a mão sobre o coração como se estivesse profundamente ofendido.
— Ei! — James reclamou, fazendo-os rir alto mais uma vez. 
 O líder do grupo passou o braço sobre meus ombros, murmurando um “bom ver você”. Todos da equipe observavam com atenção a comoção que havia se formado à minha volta, me deixando ainda mais desconfortável. 
— S/N? — Virei para um dos staffs que vinha em minha direção com o telefone geral do estúdio. — É do berçário. — Agradeci, pegando o aparelho.
— Alô? 
— S/N, Liz comeu amendoim. — A voz feminina do outro lado disse desesperada. 
— O quê? Eu deixei claro que ela não pode! — Quase gritei, sentindo meu coração reverberar por todo o meu corpo, e meu nervosismo fez os sete à minha volta prestarem atenção. 
— As meninas se descuidaram e outra criança ofereceu um doce. — Lamentou.
— Traz ela pra mim. — Desliguei. Engoli com dificuldade, sentindo minhas mãos suarem e tremerem. 
— Aconteceu alguma coisa? — Namjoon perguntou baixo, mas não consegui responder. Entrando pela porta lateral, uma das responsáveis pelo berçário andava rápido em minha direção. Corri até ela, pegando a minha filha pálida nos braços e me desesperando ainda mais quando vi sua dificuldade em respirar. 
— Matt! — Gritei para o paramédico que sempre ficava de plantão no estúdio, correndo em sua direção. — Ela comeu amendoim, é muito muito alérgica. — Ele me ouviu com atenção, pegando-a nos braços e caminhando até a maca já instalada. 
Ele fez um exame rápido, checando sua garganta e respiração, então abriu uma maleta, retirando uma seringa. Liz arregalou os olhinhos que encheram de lágrimas. 
 — Vai ser só uma picadinha, pequena. — Matt prometeu, retirando a proteção da agulha e me olhando, pedindo em silêncio que eu me aproximasse. 
A cena toda já havia chamando a atenção de quase todos os presentes, que se aproximavam, fazendo um tipo de roda à nossa volta. 
Peguei minha garotinha, erguendo com cuidado a saia para que sua coxa ficasse exposta. Liz soltou um gritinho dolorido, seguido de um choro sentido após ser medicada. Balancei minha filha nos meus braços, quase chorando junto com ela. 
— Vai melhorar logo. — Matt prometeu, colocando um curativo sobre a marquinha vermelha. 
Poucos minutos se passaram, mas percebi que a respiração de Liz havia melhorado consideravelmente, o que me deixou imensamente aliviada. Ela ainda chorava com o rostinho apoiado no meu pescoço, magoada demais para olhar para o “titio médico”. 
— Ela não vai me perdoar tão cedo. — Matt brincou quando notou que as coisas já estavam um pouco mais calmas. Sorri pela primeira vez, assentindo com a cabeça. 
A multidão havia dissipado quase totalmente, podia ouvir os comentários aliviados das pessoas. Seis dos sete coreanos me encaravam com surpresa, mas Hobi se aproximou, tendo um sorriso enorme aberto nos lábios. 
— Liz? — Chamou baixinho. A pequena se encolheu no meu colo, virando para olhar que lhe chamava. Seu rosto se iluminou com o reconhecimento. Mesmo com os olhinhos inchados e as bochechas vermelhas, ela sorriu, se jogando para o colo do quase desconhecido. 
— Titio! — Hoseok a segurou rápido, tomando cuidado para não apertar a perninha machucada. Liz espalhou as mãozinhas minúsculas pelas bochechas dele e então deixou um beijinho na ponta do seu nariz, seguido de um abraço apertado e certamente gostoso. 
— Você cresceu muito, hum? — Ele disse afastando o pescoço para olhá-la melhor. 
Fazia pelo menos nove meses desde a última vez em que os dois se viram pessoalmente, e como uma criança, Liz crescia rápido. Seus cabelos escuros e lisos estavam agora chegando aos ombros, e ela havia crescido consideravelmente. 
— Sou mocinha agora. — Fez um biquinho. Não consegui evitar de sorrir, “mocinha” era uma das minhas palavras favoritas do momento, pois soava como “moxinha”. Hobi também pareceu adorar, pois riu alto e balançou a garota. 
— S/A? — James me chamou de lado. — Ela está melhor? 
— Está sim, obrigado pela preocupação. — Sorri. 
— Você quer levá-la para casa? Pode ir se quiser. 
— Tem certeza? 
— Claro que sim. — Disse colocando a mão sobre o meu ombro. — Imagino que ainda esteja um pouco nervosa, eu sei como esses pequenos nos assustam de vez em quando. 
— Um pouco. — Admiti. 
— Então pode ir. — Sorriu. 
— Obrigado, James. — O abracei de lado. 
James murmurou um “de nada” e caminhou até Hobi, deixando um beijinho na bochecha de Liz que reclamou da sua barba, como sempre fazia. Minha breve conversa foi tempo o suficiente para que alguns dos meninos se aproximassem. Jimin e Jin faziam brincadeiras e falavam com a voz afinada, enquanto a garotinha adorava a atenção. 
Meu coração deu mais um salto ao perceber como Jungkook olhava com atenção para o meu bebê. 
— Vamos para casa? — Perguntei para a pequena, ignorando a sensação que estava tendo. 
— Já? — Ela perguntou fazendo um beicinho e deitando a cabeça no ombro de Hoseok.
— Ela quer ficar com o titio Hobi. — Disse orgulhoso.
— Os outros titios também. — Ela disse manhosa, fazendo Jin e Jimin comemorarem e provocarem o amigo. 
— Eu sei, mas você precisa descansar um pouquinho. — Falei para ela. — E os titios precisam gravar. 
— Vai cantar titio? — Ela perguntou e ele assentiu. Jin e Jimin soltaram algo como “tão fofa” em coreano.
— Vou. — Ele disse deixando um beijo na bochecha gordinha. — Posso ir na sua casa mais tarde? — Perguntou me olhando. Eu sabia que ele não iria desacompanhado, mas também sabia que se não dissesse que sim, Liz não aceitaria ir embora. 
— Claro. 
Aceitando a minha resposta, a garota estendeu os braços gordinhos em minha direção. Dei um tchau geral, saindo de lá o mais rápido possível. 
Acomodei Liz em sua cadeirinha no carro e antes mesmo de sairmos do estacionamento ela dormiu. 
Despertei minha garotinha quando chegamos em casa, dei um banho longo e relaxante nela e fiz uma mamadeira gostosa, deixando que ela voltasse a dormir. 
Patrick chegou no horário de sempre, entrando na cozinha enquanto tirava a gravata preta e desabotoava o paletó. 
— Chegou cedo. — Comentou, dando um beijo em minha testa.
— Liz teve uma crise alérgica. 
— Ela está bem? — Disse em tom preocupado.
— Sim, Matt a socorreu. 
— Graças a Deus. — Suspirou. 
— Pac, ele estava lá hoje. — Encarei as frutas que estava lavando. 
— Quem? 
— O pai da Liz. — Meu comentário fez a caneca de café parar no meio do caminho para a boca. 
— Ele a viu?
— Sim. — Suspirei. — E talvez venha aqui mais tarde. 
— Você não está falando sério. — Falou incrédulo. 
— Todos os meninos estavam lá, Liz não quis desgrudar do Hobi. — Cocei a nuca com a mão molhada. — Então tive que prometer que deixaria eles virem. 
— S/N! — Seu provável discurso foi interrompido pela campainha. — Eu abro. 
— Não faça uma cena. 
Acompanhei em passos curtos o caminho até a sala, vendo-o abrir a porta para os sete que entraram. Como sempre, Hobi o cumprimentou com um toque de mãos e um sorriso. Se fazendo de bom anfitrião, Patrick estampou um sorriso falso no rosto e os guiou até a sala. 
Coloquei a tigela de frutas na mesinha de centro, sentindo os seis pares de olhos sobre mim. 
— Papa, você chegou. — Uma Liz sonolenta anunciou sua presença, agarrando na perna do padrinho que a ergueu no colo. 
— Fiquei sabendo que você deu um susto na mamãe hoje. — Ele comentou cheirando seus cabelos bagunçados. Abrindo os olhos e finalmente prestando atenção nas visitas, Liz sorriu. 
— Titio, você veio mesmo. — Estendeu os braços para Hobi, que se levantou para pegá-la. 
— Eu não prometi? — Ele disse com a voz doce e ela assentiu. 
— Você é o titio Jin e você o titio Jimin. — Ela apontou o indicador gordinho para os dois, que sorriam. — E os outros titios? Não querem dizer o nome para a Liz? — Tombou a cabecinha para o lado. 
— Liz ainda fala algumas coisas na terceira pessoa. — Patrick explicou. 
— Eu sou o titio Namjoon. — O líder se pronunciou primeiro. 
— Nam… joooon? — Perguntou fazendo um biquinho fofo, o que fez o coreano sorrir abertamente e assentir. 
— Eu sou o titio V. — Taehyung disse segurando a mão pequenininha entre os dedos. Liz repetiu o nome. 
— Eu sou o titio Suga. — Yoongi declarou, acenando por estar um pouco longe no sofá. 
— Açúcar? — Ela disse surpresa, o que causou gargalhadas nos outros. 
— Você pode chamá-lo de titio docinho. — Hobi sussurrou, causando uma carranca no amigo e uma risada em Liz. 
— E ele? — Apontou o dedinho para o último, que até agora apenas a encarava. 
— Esse é o titio Jungkook. — Patrick falou alto, dando ênfase no honorífico. 
— Não sei falar isso. — Ela lamentou depois de testar o nome e errar algumas vezes. 
— Pode chamá-lo de JK. — Hobi falou, desconfortável com o clima que havia se instalado. Liz tombou a cabeça para o lado, encarando-o com os olhos iguaizinhos aos seus.
— Pode? 
Jeon a encarou por mais alguns segundos, como se gravasse na mente a primeira vez que ela falava com ele diretamente, e então sorriu. 
— Você pode me chamar como quiser, querida. — Liz também sorriu, ficando ainda mais parecida com o pai. Derretendo todos eles com seu jeito encantador. 
Precisei voltar para a cozinha, tentando controlar a vontade de chorar que estava me atingindo. Liz já era um lembrete constante da paixão unilateral e da decepção que Jungkook havia me causado, mas ele estar sentado em meu sofá, rodeado pelos seus amigos e interagindo com a nossa filha era demais para mim. 
— Você está bem? — A voz de Patrick soou atrás de mim.
— Estou. — Funguei. 
— Posso mandá-los embora. Liz vai esquecê-los rápido. — Massageou meus ombros. 
— Você sabe que isso não é verdade. — Lamentei. 
— O que vamos fazer?
— Jantar? — Tentei brincar. 
— Você me entendeu. — Bufou. Me virei, enterrando o rosto em seu peito e sendo abrigada por um abraço.
— Um passo de cada vez. — Pedi. Patrick respirou fundo antes de concordar. 
Eu sabia que ele estava odiando aquela situação. A presença, mesmo que mínima, de Jungkook nas nossas vidas parecia de alguma forma ameaçar sua posição na vida de Liz. Desde seu nascimento, o padrinho foi o único pai que ela conheceu. Patrick se dedicou a nós duas, sacrificou madrugadas para embalá-la, comemorou os primeiros passos, trocou mais fraldas do que se poderia contar.
Mesmo sem nenhuma obrigação. Ele não apenas cumpriu um papel que não era seu, mas o assumiu com amor e orgulho. E eu entendia o medo que estava sentindo agora, porque eu também estava com medo. 
Jungkook tinha dinheiro e recursos o suficiente para conseguir tirar de mim o meu bem maior se assim quisesse. 
— Não vou deixar nada acontecer. — Patrick sussurrou, como se lesse os meus pensamentos. 
Um pigarro chamou a nossa atenção. Na porta da cozinha, Hobi sorriu fraco. 
— O jantar chegou. — Explicou antes de virar de volta.
Sequei as lágrimas e forcei um sorriso. Patrick deu um beijo em minha testa e segurou minha mão, me puxando para a sala. 
Saindo do corredor dos quartos, Liz puxava Jeon e Jin pelas mãos, o mais velho usando uma coroa de princesa. 
— Por isso a Bela é a minha princesa peferida. Ela é inteligente. — Os dois assentiram, curvados para conseguir segurar as mãozinhas. 
— Gostei do seu novo estilo. — Briquei, fazendo Jin sorrir de forma envergonhada. 
— Vou contratar Liz como minha nova figurinista, ela tem futuro. — Brincou de volta. 
— Vamos comer? — Patrick perguntou. Liz soltou a mão dos dois, estendendo os braços para que o padrinho a pegasse. — Se comer tudo, vai poder assistir um pouquinho de desenho hoje. — Ele disse seguindo para a mesa. 
— Só um pouquinho?
— Só um pouquinho, mocinha.
Continua?
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sucosdelimao · 2 months
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Religião
₊‧ʚ୨Avisos୧ɞ‧₊ : Jaemin e Jeno!fem, relacionamento sáfico, a história é contada com cortes de tempo, Jaemin é religiosa (católica) e por isso encara a homossexualidade como pecado, há insinuações de sexo mas ambas são maiores de idade.
˚₊ ✧ Notas de Nunu: eu tô muuito viciada no supernova (deluxe do jão) e acho que essa é minha faixa preferida. Como na minha interpretação ela fala sobre homossexualidade eu optei por fazer a versão fem! dos meninos. Talvez haja algumas outras songfics do mesmo album. ouçam religião antes, durante e depois da leitura porque é boa e tem muita referência na história!!
・PS ෆ: se vocês puderem me dar um feedback em reblogues ou nas asks eu agradeço muuito; perdoem os erros de escrita e boa leitura!!!
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Fazia um cafuné na parte de trás da cabeça de Jeno, que estava deitada em seu peito nu. Eram 01:55 da manhã e Jaemin não conseguia pregar os olhos de jeito nenhum, refletia sobre a situação das duas, ponderava sobre como vieram a acabar ali, naquela posição, naquele nível tão intimo, secreto e profano de relacionamento. 
As duas eram colegas de infância crescidas em cidade pequena com as duas mães sendo amigas próximas, portanto passaram boa parte de sua infância e parte da adolescência juntas. Aos 13, Jeno foi morar com seu pai, na cidade, visitando a progenitora somente nas férias escolares, agora, aos 19, se viu obrigada a voltar para a cidade pequena para cuidar da mãe que estava doente e morava sozinha. A reaproximação entre jeno e jaemin foi inevitável, porém não desconfortável; sempre se encontravam na missa aos sábados á noite e domingos de manhã, conversavam enquanto suas mães faziam tarefas da igreja e logo se viram tão próximas quanto quando eram duas garotinhas. 
Em alguns meses da estadia de Jeno na cidade, sucedia uma aproximação diferente entre as duas. Jaemin começara a notar um sentimento estranho, novo em seu peito; o coração que antes não tinha nenhuma reação diferente agora acelerava ao ter a amiga próxima demais; as bochechas tomavam um tom rosado quando jeno segurava sua mão. E quanto mais tempo as duas passavam longe (que era bem pouco, na verdade), mais jaemin ficava ansiosa e contava os minutos para se encontrar com a mais velha novamente. 
Jaemin não sabia ao exato o que era o amor, nunca tinha o experimentado. Tampouco sabia sobre sua sexualidade. Mas sabia das obrigações que tinha como pessoa religiosa a respeito desse assunto. Ela e sua mãe não comentavam com tanta frequência sobre tal assunto, talvez pela falta de interesse de jaemin, portanto, a garota achava que era apenas a ansiedade e o carinho que tinha pela amiga. 
Já Jeno, por outro lado, era bem entendida sobre sexualidade, sentimentos e relacionamentos; havia vivido de tudo e mais um pouco na cidade grande. Era abertamente bissexual para o pai e o ciclo social, exceto para a genitora, que provavelmente não entenderia bem por conta dos conceitos religiosos. Então optava por deixar em segredo aquele seu lado por enquanto, para sua mãe e o resto da pequena cidade. 
· · ─────── · 。 ˚  ✩ ˚ 。 · ─────── · · 
Algum tempo após perceber como Jaemin se comportava sob a sua presença, Jeno começou também a dar sutis investidas na garota. Beijos, seja na mão, rosto ou corpo começaram a ser frequentes, assim como os encontros na casa da mais velha e noites do pijama vividas na casa da mais nova. Jaemin desenvolveu as famosas “borboletas no estômago” que sempre apareciam na presença ou até mesmo menção de Jeno, borboletas essas que eram frequentemente acompanhadas do velho conhecido rubor nas maçãs do rosto. 
Contudo, a maior sensação para Jaemin em algum tempo foi quando Jeno lhe beijou a boca: um leve selar, seguido de dois ou três molhados que Jaemin dera. A mais nova até os dias de hoje lembra as exatas ações que precediam o beijo.
Estavam na casa de Jeno, em uma das velhas noites de pijama pós uma missa, ouviam um R&B lento porém gostoso no celular da anfitriã, Jaemin terminava de tricotar uma saia e jeno apenas a olhava. Jeno colocou uma mecha de cabelo que insistia em cair por conta da posição atrás da orelha de jaemin, suas mãos seguiram para seu pescoço e logo a nuca, fazendo ali um carinho suave, “Jaeminnie?” jeno chamou, ouvindo um “hm?” concentrado da amiga, que após não receber uma resposta virou-se para o lado e foi surpreendida com o selo. Foi rápido, mas para Jaemin passou-se em camera lenta. Entreolharam-se após se separarem: Jeno esperando alguma resposta e Jaemin em choque. um pouco preocupada com a falta de reação da mais nova, jeno quebrou o breve silêncio “desculpa, eu acabei não pensando, agi por impulso e você não gostou-” 
Jaemin havia gostado. 
Isso lhe assustava. 
Mas ao contrario da amiga, jaemin realmente agiu por impulso ao segurar o rosto de jeno e lhe dar mais um beijo, dessa vez um pouco mais profundo, ainda sem língua, mas com muito sentimento, que jaemin podia não saber colocar em palavras no momento mas eram descritos como paixão. As borboletas, o ruborizar do rosto branquinho e o nervosismo que jaemin sentia ao apenas ouvir o nome de jeno eram nada mais nada menos do que isso: paixão.  
Mas isso ela descobriria um pouco mais tarde. 
Jeno fez o beijo encaixar, levou a mão a nuca da mais nova posicionando melhor a sua cabeça, ensinou com calma os movimentos com a boca, até a mais nova quebrar o ósculo, dizendo ofegante que precisavam dormir pois era tarde, não deixando espaços para jeno questionar. Jaemin saiu cedo pela manhã, não deixando mensagens ou se despedindo apropriadamente da mais velha 
· · ─────── · 。 ˚  ✩ ˚ 。 · ─────── · · 
Depois daquele ocorrido seus frequentes encontros continuaram a acontecer, todavia com uma atividade a mais: os beijos e amassos que trocavam. 
Não foi preciso Jeno ou Jaemin se explicarem ou conversarem sobre, assim como não era preciso pedir permissão para que tais carícias ocorressem. Com o tempo as coisas foram evoluindo, Jeno ensinou coisas que sabia á Jaemin, e Jaemin ensinou o que sabia de si mesma para jeno.  
Em algum dia essas coisas se tornaram algo mais e com o que tinha aprendido Jaemin ensinou Jeno a lhe provar. Jeno tomou a mais nova para si como se fosse a única coisa do mundo, fez Jaemin ir ao céu e voltar e sua alma arder só para si. Jaemin também provou da mais velha e depois de tudo viu que estava perdida: após aquela noite Jeno era a única coisa que lhe importava, era sua Deusa, sua verdadeira religião. 
· · ─────── · 。 ˚  ✩ ˚ 。 · ─────── · · 
Jaemin tinha medo, por saber que todos daquela pequena cidade, que desejavam-lhe o bem e rezavam por ela mudariam no instante que a vissem junto de Jeno a sós. Sabia que estava cometendo uma profanidade, um pecado dos grandes, não confessou seus pecados na igreja mas fez uma oração para o seu deus se desculpando, e também questionando o porquê de ser pecado, se era apenas amor o que ela sentia, o que era novamente um erro questionar o deus maior mas nem a morte e o inferno a assustavam mais. 
Agora, com o céu caindo lá fora, fazendo-a lembrar das noites que se amaram, a jaemin pensava nas duas.  
“eu vou queimar pelo preço de te ter. Mas vou ficar aqui"
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nadeatoa3 · 18 days
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Nascida com dores, seu nome é seu dote...
Regada com amores e crescida bem forte!
Sem vaidade era a mais linda,
Vistosa e florida... Suas raízes eram a vida e,
Suas flores a morte.
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1dpreferencesbr · 1 year
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Imagine com Zayn Malik
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A chance to Change.
n/a: Eu amei fazer esse pedido, ele demorou alguns dias para ficar pronto e eu espero de todo coração que vocês gostem!
AVISO: Esse imagine contém menção á uso do drogas ilícitas e pode causar gatilhos em algumas pessoas. Se esse é um assunto sensível para você, por favor, não leia. Tenho certeza de que tem muitos outros imagines por aqui que irão lhe agradar!
Masterlist
Contagem de palavras: 3,096
Fechei os olhos com força, sentindo as lágrimas grossas escorrerem quentes pelas minha bochechas, seguindo o mesmo caminho marcado por aquelas que eu já havia derramado ao longo dos dias. O som ritmado tocava alto, retumbando pelo ambiente, preenchendo toda a sala muito clara do consultório. 
— O bebê está perfeitamente saudável, S/N. — A médica disse me dando um sorriso confortador, enquanto me estendia algumas toalhas de papel para limpar o gel em minha barriga ainda não crescida. — Você está entrando na oitava semana. Vou lhe dar um encaminhamento para um obstetra, ele vai avaliar mais minuciosamente e passar os cuidados necessários nesse início de gestação. 
Apertei a alça da bolsa entre os dedos, tentando ainda digerir a notícia de que seria mãe. Me dirigi para a recepção do hospital com a receita de algumas vitaminas, torcendo para sair daquele lugar o mais rápido possível. A enfermeira que me atendeu avisou que voltaria em um minuto. Peguei meu celular, cogitando ligar para o meu ex. Zayn precisava saber que teria um filho, ele tinha esse direito. 
Mas antes que eu tomasse qualquer decisão, um corpo se chocou de leve contra o meu. A voz feminina com o sotaque carregado falava em desespero com a recepcionista. 
— Trisha. — Chamei baixinho. Minha ex sogra se virou, o rosto coberto por lágrimas, sem me dar chance para dizer qualquer coisa, ela me apertou em seus braços. — Está tudo bem, o que aconteceu? — Falei apertando de volta. 
— S/N/C? — Ainda abraçando a mulher, estendi um braço para pegar o pacote de papel da mão da enfermeira, agradecendo em seguida. 
— Você está doente, querida? — Perguntou observando o pacote.
— Não, são apenas algumas vitaminas. — A tranquilizei. Durante os anos de relacionamento com seu filho, Trisha me tratava da mesma forma que as filhas, sempre disposta a me dar conselhos e carinho quando precisava. — Mas e você, o que está fazendo aqui? 
— Estávamos preocupados, Zayn não entrava em contato fazia alguns dias. Safaa e o marido foram até o apartamento e o encontraram desacordado. — Ela disse em um lamento, fazendo meu coração doer dentro do peito. 
Depois de conseguir a informação de qual o quarto do filho, Trisha me arrastou pela mão até lá. Eu não queria entrar, a lembrança do término recente ainda estava muito nítida, dolorida demais. 
Entrei no apartamento sentindo um cheiro forte de maconha e cigarro. Estava tudo silencioso, e eu imaginei que Zayn havia aproveitado minha viagem de trabalho para fumar até não aguentar mais. Tirei meus tênis e coloquei no pequeno armário no Hall de entrada, e me dirigi para a sala de estar. Zayn estava jogado no sofá, sem camisa e com os olhos fechados, ressoando de leve. O cômodo estava uma zona. Haviam embalagens de comida para todo o canto, bitucas de cigarro, o tapete claro tinha uma mancha amarelada bem no meio. Meu coração vacilou quando vi as diversas carreiras de pó branco na mesinha de centro, formadas ao lado de um cartão de crédito.
— Zayn! — Gritei, fazendo com que ele acordasse em um salto. 
— Não precisa gritar, porra. — Resmungou. 
— Que merda é essa? — O moreno ignorou a minha pergunta, voltando a se recostar no sofá de couro preto. — Eu estou falando com você! 
— Não fode, S/N. — Retrucou sem paciência. Era sempre assim quando ele usava aquilo. Zayn deixava de ser o cara carinhoso por quem eu me apaixonara cinco anos atrás. Se tornava um homem rude, que era cruel com as palavras e as ações. Olhei para os lados, encontrando uma garrafa de vodca pela metade, sem pestanejar, despejei o líquido na mesa, destruindo a droga. — Você tá louca, caralho? — Ele gritou, levantando rápido e segurando o meu braço. 
— Você disse que tinha parado! — Acusei. 
— Eu parei! Foi coisa de festa, S/N. — Bufou, olhando para o lugar onde antes estava aquilo que destruía o homem que eu amava. 
— Mentiroso. — Zayn abriu um sorriso irônico, aquela era a sua arma sempre que estava drogado. — Você é um idiota. 
— Então vai embora, caralho! — Gritou soltando o meu braço. — Pega toda a sua merda e some! — Se jogou no sofá. 
— É o que você quer? Não vai ter volta, Zayn. É a última vez. — Falei tentando manter minha voz firme, mesmo com as lágrimas teimando em se formarem nos meus olhos. 
— O que você está fazendo aqui ainda? Some! — Ele gritou. 
E eu fui. Levando apenas algumas mudas de roupa em uma mochila velha, sentindo o coração despedaçado dentro do peito. Por muitas vezes tentei ajudar Zayn com o vício, nos últimos meses ele parecia progredir e eu fui para a primeira viagem de trabalho sem ele. Um erro. Um erro que Zayn pagaria sozinho, porque eu cansei.
Alguns dias depois Zayn tentou me ligar, eu o ignorei. Ele enviava centenas de mensagens por dia, que me dilaceravam, pedindo desculpas, dizendo que me amava. 
Mas eu precisava seguir em frente, precisava viver também. A vida que Zayn escolheu não afetava apenas a ele. Eu me sentia exausta em precisar cuidá-lo, estava sempre apreensiva quando precisava sair mesmo que por alguns minutos. Isso não é vida. 
— Trisha, acho melhor eu ir embora. — Falei quando chegamos na frente da porta branca.
— Querida, ele vai gostar de vê-la. — Disse dando um sorriso mais calmo. 
Tentei argumentar, mas a porta foi aberta por dentro. O pai e as irmãs de Zayn estavam presentes, e ele estava ao fundo, deitado na cama hospitalar. 
Nas poucas semanas que passaram desde o nosso fim, era possível perceber que Zayn havia perdido uma quantidade considerável de peso. Sua pele estava pálida, as olheiras fundas abaixo dos olhos e haviam alguns ferimentos em seus braços. Senti meu coração apertar com aquela cena, não parecia nem a sombra do homem devastador que conheci anos atrás. Ao ver a movimentação, Zayn ergueu os olhos castanhos, fixando-os em mim. Um sorriso fraco se formou nos lábios ressecados. 
Me aproximei um pouco, parando ao lado da cama, sentindo um nó enorme se formar em minha garganta e uma vontade de chorar incontrolável. 
— Oi. — A voz de geralmente era melodiosa machucou os meus ouvidos e o meu coração. Ele estava rouco, e pela careta que fez imaginei que sua garganta estivesse seca. Peguei a garrafa de água no móvel atrás de mim, enfiei um canudo e estendi em sua direção. Zayn tomou longos goles, fazendo uma cara de satisfação logo em seguida. — Obrigado. — Sua voz soou um pouquinho melhor. 
— O que aconteceu com você? — Perguntei com sincera preocupação. Mesmo muito decepcionada com as escolhas dele, o amor que sentia por aquele homem era forte demais. Zayn deu um longo suspiro. 
— Vocês podem nos deixar a sós? — Perguntou à família. Enquanto eles saíam, puxei uma cadeira para sentar ao lado da cama, ainda sentindo meu coração apertado dentro do peito. — Foi a minha mãe que te chamou? 
— Não, a encontrei na recepção. Estava tendo uma consulta. — O olhar cansado passou de receoso para preocupado em uma fração de segundo. Zayn tomou uma das minhas mãos entre as suas, deixando a que estava com o acesso do soro por cima.
— Você está doente? 
—  Não. O que aconteceu, Zayn? 
— Eu fiz merda de novo, foi isso que aconteceu. — Apertou minha mão entre seus dedos, a culpa escancarada nos olhos enormes. — Eu vou sumir por um tempo…
— O quê? E a sua família? — Perguntei desesperada. 
— Eles vão ficar melhor sem mim. — Desviou os olhos dos meus. — Todo mundo vai. Não tem mais sentido ficar aqui, eu só vou machucar aqueles que eu amo.
— Zayn, olha pra mim. — Pedi, mas ele não o fez. Me levantei, sentando ao seu lado na cama, soltei a mão das suas e segurei seu rosto, obrigando-o a me olhar. — Eu preciso de você aqui. Não vou conseguir sem você.
— Você vai ficar melhor sem mim, S/N. 
— Nós precisamos de você, Zayn.
— Nós quem? — Ele estava irredutível. Não era daquele jeito que eu queria contar, em um quarto de hospital com ele naquele estado. Mas se Zayn queria sumir no mundo, deveria fazer isso ciente de que uma semente nossa brotou. Segurei a mão que estava com o acesso, encostando-a em minha barriga. As sobrancelhas desenhadas se ergueram, Zayn abriu a boca sugando o ar com força, e o rosto que já estava pálido ficou ainda mais branco. — Desde quando? 
— Oito semanas. Descobri hoje. Por isso estava no hospital. — Admiti. 
Zayn me encarou por alguns segundos, sem dizer nada. A máquina ligada ao seu corpo apitava alto, demonstrando que sua pulsação estava alta. Tentei me levantar, achando que tinha sido uma péssima ideia contar naquele momento, mas ele me puxou de volta, me abraçando com força. O moreno escondeu o rosto entre meu ombro e o pescoço, soltando alguns soluços em seguida.
— Me desculpa, amor. — Sussurrou. — Eu sou um idiota. 
— Você pode melhorar, Zayn. Você precisa melhorar, se não por você, por esse bebê. — Me afastei um pouquinho, secando seu rosto com os dedos. — Você precisa lutar contra isso, não pode desistir. 
— Eu vou tentar. — Ergueu a mão, tocando minha bochecha tão molhada quanto a dele.
— Você tem que conseguir. Quero que você seja o pai que esse bebê merece, mas você precisa estar saudável, Zayn. Eu sei que você pode fazer isso. 
— Sempre quis ser pai. — Ele confessou, abrindo um sorriso sincero. 
— E vai ser o melhor, tenho certeza. — Ele se aproximou um pouquinho, aproximando o rosto do meu, quando seus lábios estavam a ponto de tocar os meus, com dor desviei, fazendo com que se chocassem com a minha bochecha. — A nossa situação não mudou. Pelo menos não enquanto não houver mudança. — O sorriso se desfez, e a tristeza se fez presente. — Eu te amo, isso não muda tão fácil. Mas não posso pensar só em mim. — Pousei a mão sobre a de Zayn, que ainda estava em minha barriga. — Precisamos de certezas agora, Zayn. Não quero magoar você, mas preciso pensar no bem do nosso filho.
— O que seria melhor pra ele que os pais juntos? 
— Os dois pais saudáveis. — Falei com firmeza. — Tudo que eu quero é criar essa criança com você, mas só quando eu ver que realmente mudou.
— Vai me afastar? 
— Não. Mas por enquanto estamos separados. — Zayn soltou um suspiro sofrido, um soluço. Era uma situação horrível, mas a realidade de não sermos só nós dois mais era avassaladora. Peguei meu celular na bolsa, colocando para tocar o áudio do coraçãozinho que eu havia gravado durante a consulta. — Foque nisso aqui para melhorar, Zayn. É o coração do seu filho batendo. Melhore por ele, lute por ele e seja o pai que ele merece. — Implorei. 
💕
Os meses que corriam pareciam não terminar. No dia da alta do hospital Zayn decidiu se internar em uma clínica de reabilitação, e até então as visitas estavam sendo negadas pelos médicos.
Arrumei o vestido na barriga já crescida, seria o primeiro encontro com Zayn depois de quase quatro meses. Nos falávamos por chamadas telefônicas quando permitido e ele recebia notícias sobre a gestação. 
Estava nervosa, sentia a pulsação muito acelerada e transpirava demais. O jardim da clínica era florido e eu já estava há uns bons minutos esperando por ele. 
Não consegui conter o sorriso quando vi Zayn vindo em minha direção pelo gramado. Ele parecia melhor, o cabelo raspado, vestindo um jeans solto e uma camiseta de banda. Assim que me enxergou, correu em minha direção, me tomando em um abraço.
— Meu deus… — Sussurrou. — Você está… — Me afastou um pouco, ainda em seus braços, olhando para a barriga pontuda.
— Enorme. — Finalizei.
— Eu ia deixar linda. — Revirou os olhos.
Zayn me ajudou a sentar no banco novamente, e por alguns minutos ficamos em silêncio enquanto ele acariciava a minha barriga e nós observamos a paisagem calma da clínica. 
— Eu tenho uma surpresa pra você. — Me lembrei. O moreno me olhava com curiosidade enquanto eu pegava o envelope da bolsa, retirando as pequenas fotos que havia revelado do ultrassom para que ele guardasse. Zayn sorriu para a imagem borrada, como se fosse algo precioso, enchendo meu coração de um calor gostoso.
— E esse aí? — Perguntou apontando para o envelope lacrado em minha mão.
— É o resultado do exame de sexagem fetal. 
— E o que é? 
— Eu não sei. Esperei para abrir com você. — Lágrimas se formaram no canto dos olhos castanhos, molhando os cílios compridos. Estendi o papel para Zayn, que abriu com animação, encarando o resultado por algum tempo. — E então? — Perguntei nervosa, com medo de o exame ter dado errado.
— É um menino. Vamos ter um garotinho. — Zayn sussurrou, me puxando para um abraço apertado. 
Por alguns segundos, ficamos nos braços um do outro, nos olhando com os olhos marejados e uma alegria que não cabia no peito. Senti o par de lábios quentes tocar nos meus, por apenas alguns segundos antes de receber um sorriso deslumbrante. 
— Zayn. — Falei baixo, tentando me afastar, mas ele me prendeu ainda mais, mas sem apertar minha barriga.
— Eu sei, não está na hora. É apenas uma forma de comemorar, é assim que eu quero me lembrar desse momento um dia. Você nos meus braços, nosso garoto chutando forte e um beijo na sua boca como comemoração. Não estou pedindo mais do que isso. — Eu sabia muito bem que Zayn estava sendo sincero, e talvez fossem os hormônios da gravidez, que já estavam me dominando. Mas ergui meu rosto, deixando um beijo casto em sua boca desenhada. Eu também queria que aquela fosse a forma de recordar desse momento. 
Após aquele dia, Zayn passou a ter direito de uma visita a cada quinze dias, que eu ia religiosamente, ansiosa para vê-lo, para abraçá-lo, sentir seu cheiro e ter a certeza de que estava cada vez melhor. 
Era um processo complicado, os médicos informaram que as crises de abstinência diminuíram drasticamente, e que ele sabia se controlar quando aconteciam. Na semana em que entrei oficialmente no terceiro trimestre de gestação, Zayn ganhou alta. 
— Vai voltar para o apartamento? — Perguntei sentada ao seu lado, enquanto o moreno sorria radiante para a festa de boas vindas que os pais faziam para comemorar. 
— Não. Acho que não quero ficar sozinho ainda, talvez fique aqui. Mamãe falou que meu quarto está disponível. — Sorriu. 
— Sabe… Eu estava pensando em pedir para uma das minhas amigas ficar comigo. Está um pouco difícil fazer algumas coisas com essa barriga e… 
— Está me convidando para morar com você? — Perguntou com uma expressão surpresa.
— Só se você quiser. — Sorri sentindo meu rosto aquecer. Zayn abriu um sorriso tão grande que era possível ver cada um dos dentes branquinhos, me puxando para um abraço apertado. 
— É tudo que eu quero, ficar perto até nosso garoto chegar.
🤰
Eu estava prestes a surtar. Zayn não me deixava sequer pegar em um garfo para comer. O bebê chegaria a qualquer momento, o que o fazia ficar cada vez mais nervoso, me deixando apreensiva de como ele lidaria com aquilo. 
Estava deitava quando senti a cama se molhar, joguei a coberta para o lado, observando o líquido que escapava de mim. Gritei o nome de Zayn algumas vezes, entrando em total desespero quando não fui respondida. 
NÃO. NÃO. NÃO. NÃO!
Desci da cama com dificuldade, indo atrás do meu celular na sala. A sensação de alívio me preencheu quando o vi ali, sentado no tapete, com as pernas cruzadas e de fones. Estava meditando. Segurei seu ombro, fazendo que despertasse um susto. Quando viu minha situação, o pavor o dominou. Zayn corria pela casa, dizendo coisas sem nenhum sentido, porém seguindo o plano de parto. Pegou as malas de maternidade, ligou para a família e finalmente as chaves do carro. 
Anthony chegou às duas e meia da manhã, um bebê gordinho e forte. Com uma cabeleira morena e olhos adornados por cílios muito compridos. A cara do pai. Zayn só faltava dançar de felicidade, depois de me agradecer mais vezes do que eu poderia contar. A felicidade me inundava, mas o orgulho que eu sentia do pai do meu filho era latente. Em situações de estresse o antigo Zayn recorria á qualquer coisa que pudesse inalar o fumar, o novo Zayn sentava com seus fones e meditava. 
— Zayn. — Chamei baixinho enquanto ele ninava o bebê enrolado em seu colo. Em passos cautelosos para não acordá-lo, Zayn sentou ao meu lado na cama. 
— Ele é tão lindo. — Disse pela milésima vez. 
— É sim. — Suspirei. — Preciso dizer uma coisa. — Sua atenção se focou em mim. — Eu estou muito orgulhosa. Você lidou com tudo muito bem. — O moreno fechou um pouco o sorriso, um tom de vermelho atingindo suas bochechas. — Então, se você ainda quiser…
— Eu quero! — Me interrompeu, falando um pouquinho mais alto, o que fez Anthony reclamar. — Eu quero. — Repetiu baixinho. — Obrigado por me dar uma chance. 
— Você mereceu. — Me curvei, ainda sentindo um pouquinho de dor, para selar os lábios do meu amor. 
💖
— Anthony S/ Malik! Você vai derrubar a sua irmã! — Gritei para o garoto de quase oito anos que corria no jardim, carregando em seus braços a irmãzinha de dois. Os dois fugiam do Golden que latia feliz e eu os observava pela janela da cozinha. 
— Deixe eles queimarem energia. — Senti um beijinho na parte de trás do meu ombro, antes de um par de braços muito tatuados me apertarem. — Assim a gente faz mais um hoje. 
— Não vamos fazer mais nenhum! — Decretei, sentindo seu peito tremer contra minhas costas quando ele começou a rir. Me virei, para abraçar meu marido pelo pescoço. — Mas podemos praticar. — Provoquei, recebendo um beijo longo como resposta. Zayn me apertou ainda mais em seus braços. 
— Eu te amo. 
— Também amo você, Z. — Rocei meu nariz no seu, em um carinho. 
— Não vou cansar nunca de agradecer a chance que você me deu. 
— Você não precisa fazer isso, fez por merecer, babe.
— Eu sei. Mas você poderia ter desistido. — Acariciou minhas costas com os polegares.
— Eu nunca desistiria de você, sabe disso. 
Zayn abriu a boca, talvez para dizer mais alguma coisa, porém nosso clima foi quebrado pelos dois pestinhas que nos gritavam, chamando para participar da brincadeira. Com um sorriso sapeca, igual ao que os filhos herdaram, Zayn saiu correndo em direção a eles, causando gritarias e gargalhadas gostosas de ouvir. Era uma família barulhenta, às vezes me davam vontade de ter surtos de gritos, mas eram perfeitos. 
Zayn seguiu os tratamentos pelos anos que se seguiram, sempre meditando e fazendo acompanhamento psicológico com frequência. Não fraquejou uma vez sequer, me dando uma sensação de orgulho impossível de descrever. Era um homem exemplar, o melhor pai que poderia ter escolhido para os meus filhos. O amor da minha vida, e para a minha vida.
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inutilidadeaflorada · 10 months
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Indiscreto/Indescritível
O importante é ressoar A investigação é indiferente A curiosidade é por si só alívio e ópio Que transtorna as simbologias em substâncias
Dançando por traumas e taças Você não pode amar as traças como eu Não com seu corpo deste contexto unanime Toda a morbidez destas cartas sem sujeito explícito
A memória é um espelho traiçoeiro Tais adereços vão se rompendo do corpo Sem levar embora uma perna ou arrastar uma ferida Dias como esse o desencanto se faz mais palpável que o tato
Um segundo perdido, um fragmento bi partido Figura envelhecida. Meu nome não é meu corpo Meu corpo não é teu amparo, qualquer inverdade ingerida Não permite diagnósticos caseiros do mais novo simpósio
Amar com todo o rancor Odiar com raiva qualquer performance Amar covas escavadas de dentro para fora Em meu rosto, a performance estende convites
Ao exagero, seguido a rigor de unhas crescidas Registros que cerram e se espalham religiosamente Antes de absorver, solver véus e vendas Em uma única oportunidade de repetição
O exílio é um fio que se encarrega de Dionísios  Dissuadir a idade, espreitar catástrofes Temer voluntariamente o desaparecimento Mais que uma crença, um ato meticuloso
Estes olhos refúgios e ferramentas do arrebatamento Desperta da nostalgia, atravessando o deslumbre O efeito do mosaico construído a pernas e toques de gala O louvor encarece estupidamente a existência efêmera
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b1ravenclaw · 5 months
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Is it true? - part 2
azriel x reader, cassian x reader
warnings: sugestive
Once back in my chambers I didn't let myself dwell much on choices of clothing, it was only Cassian, so my clothes were only needed to warm me outside of the water. After having picked out my warmest coat I headed to our meeting point, and I tried not to think much of the shadows that seemed to follow me and Cassian as we made our way towards the lake. 
“Soooo…” Cassian started looking at my shivering form, “I thought winter court citizens didn’t feel cold?” 
“We do feel cold,” I say watching as his own wings start to tremble at the accumulated snow on them, “but we do endure it a lot better then others. Don’t you want a scarf to wrap around your wings?”
“I don’t need a scarf.” He said as if offended.
“If you say so,  my wings aren’t the ones shivering.” 
“Hmpf.” We circled around the castle and just as Cassian began making his way towards the nearest lake I stopped him. 
“What? Change of plans?” He asked as he followed me. “Is this a ploy to get me on your bed or get me killed?”
“Please if I wanted you on my bed you would know.” 
“Killing me is it then?” 
“Hmm, not quite. If I did want to kill you I would just turn up in your chambers, no need to lure you out of it.” His tan skin paled, more than it already was given the cold. I laughed loudly. “I”m only joking General, now come on, that wasn’t the proper lake for our late night escapade.” 
“Hmm, and why is that?”
As I looked  around our surroundings, trying to remember the exact same path Kallias showed me when we were younger, I explained to him that it wasn’t just any cold lake you needed to bathe. It was a cold shimmering lake that only glowed on nights of full moon. And lucky for him, it was a beautiful night of full moon. 
“So it is true then?”
“Of course it is, have you ever been met with a legend that turned out to be a complete and utter lie?” Cassian opened his mouth to answer, but it wasn’t his voice that graced my ears, no, the voice that spoke was so nicely fitting to a night in winter court that it may just as well have been the song of the wind. But it wasn’t.
“I have not, yet.” 
“Azriel! By the Cauldron.” 
“And what are  you doing here?” My voice was cold through my gritted teeth. 
“You are luring a vital member of my court out of the castle of your own court, surely you know how that must look?”
“He came to his own accord.” 
“Court, accord, a court… Blah, blah, blah. Come on, she was just getting to the good part.”
“And what “good part” would entail?  The so called lake? Crescida said-”
“Crescida knows not of the Winter Court, she is from Day.” Jealousy seeps through me as easily as snow, and he senses it. The bastard knows it. She really needed to get it together. 
“Jealous much?”
“Wouldn’t you like it?”
“Yes. Yes I would.” I roll my eyes then. 
“Cass,” I say with a softness in my voice that wasn’t there before. “Follow me.” And I don’t need to turn to know the Shadowsinger is right on our tail.
“Wow.”
“Yeah, wow.”
The Shadowsinger is deemed speechless, Cassian on the other hand can not stop talking of how utterly beautiful it all is. And truly it is, there is snow all around the lake, but the water is not frozen, instead it dances with life reflecting the stars and the moon above. 
“It is almost a mirror of the night sky, except…”
“Except more beautiful.” Azriel completes for me, and finally I turn to him. And damn him for his beautiful moonlit face.  I clear my throat, starting to undress and both male’s eyes are trained on me.
“The thing is, you only get more beautiful inside tha lake, once out you look just the same as you came in.” 
“Ah, boohoo.” Both me and Azriel shushed Cassian for his loud voice. 
“Do you want the guards to come down?” I asked in a hushed tone.
“Wait, are we not supposed to be here?” Azriel asks.
“Of course not.” I said, ridding myself of the last item of clothing, laid bare before them. “Are you boys coming or not?” 
I hear both male’s clearing their throats and scrambling with their clothes. 
“You know it would have been a lot easier if you guys had just put on a coat like I did.”
“Well I didn’t want you to think I was trying to seduce you.”
“Seduce me?” I ask a brow raised, “believe me, it would take more than that to get me into your bed.” And with that I dive right into the water, the lake warmer than the air and I revel in the feeling of the water on my skin. When I breach the surface Cassian is tiptoeing to get in the water, and Azriel is already inside. Completely and utterly naked. He is glowing, and I know I am too if the look on his face is any pointer. 
“Cass, just relax.” 
“I can’t, my dick is freezing.” 
“Oh you poor babe.”
“Maybe we should snuggle up to get warmer.” 
“Yeah, Azriel is close to you.”
“Don’t even think about it Cassian.” I hear right before I five into the water again. 
The merpeople blood in my veins singing with every impulse I took underwater. There was a whole other world under there, the deeper I got the more the small fishes felt brave to swim around me. It was quiet here, underwater, no air to fill my lungs, no thoughts to fill my mind. No shadowsinger to bother my heart. But I was no mermaid and my lungs eventually did need air. 
“Oh Mother, she's alive.” Came Cassian’s relieved voice.
“We almost thought you would not come up.” Azriel said quietly. I simply shook my shoulders.
“Nothing that can kill me.” “It could.”
“It can’t.” I said coldly. Suddenly too tired for all of this, for all of him His skin was glowing under the stars, but it was Azriel’s eyes that enchanted me even more that night, they were glowing like never before.
“Y/n…” 
“What Cass.”
“You are marvelous.” 
“You look marvelous too, Cass. But remember it’s only the water.” 
“Yeah I know, it’s just…” He got closer then, his shoulder almost brushing mine. His eyes trailed down my body, my wet hair, my hardened nipples, lower to where the water hid the rest of me. And I stared back, to his muscled arms, muscled chest, his wings behind him, the total opposite of my white feathered ones. “Aren’t you cold?” He asked, eyes trained on my wet wings. 
“I told you, I can endure the cold quite well, General.”  I smirked at him, and a growl sounded from behind me, the water had small waves of movement. I scented Azriel, and as I felt him getting closer I leaned closer to Cassian. “If you would like someone to warm up, maybe give Crescida a visit, Shadowsinger.” 
“She isn’t staying the night.” 
“Of course.” That’s why the bastard was here, fucking prick. “Then I suppose I should leave you two to warm each other up.”
“I don’t want Cassian to warm me up.” He said taking a step toward me, and I started swimming to the edge of the lake. 
“Hey!”
“I’m sure he won’t mind it’s Crescida’s lips you are imagining around your cock instead of his.” I say darkly.
“It is that what you think of me?”
“What? Shadowsinger. That you are impersonal, yes you have made that quite clear.”  I say ready to leave them both behind in the water.
“No.” His voice makes me stop, and I hear Cassian cursing quietly and then his wings flapping. If I looked up I was sure I would see him bare up in the sky. “Do you really think I imagine others when I bedded with you?”
“You mean fucked. Bedded would suggest we were courting.” My tone is meaner than what I intended, but I didn’t care. I was bothered. I was hurt, his lack of decency hurt me. 
“What has gotten into you? I… You seemed quite well with our arrangement.” 
“I was.”
“What changed.”
“Everyone knows!” I lashed out. “Everyone knows Azriel, they’d be stupid not to. And still you indulged her infront of everyone. Of Kallias, of my court. Of Rhys, and your court. How does that make me look, huh?”
“I wasn’t indulging her.” I scoffed then. Leaving the lake behind, and deliciously wet Azriel with it. Using magic to dry myself I was quick to gather my coat, and leave. But he was quick, never leaving things unfinished. 
“Y/n. Rhysand asked me to, I know it is not… ideal. I warned him of it, but still I am loyal to him, my High Lord. I must do as he says, as you do with Kallias.” His voice is honest, and I can’t help but stop my hurried pace.
“I am not asking you to be loyal to me Azriel, you can fuck her if you want. I just would like some respect in front of me. In front of my court. You know I’m not that kind of female, not anymore.” 
“I know, and I apologize.” He takes my hand in his, “If it’s any better I didn’t want to indulge her.” 
“Don’t lie, you know I have eyes. She is pretty.”
“Not prettier than you.” I roll my eyes at him.
“Silver tongued.”
“Oh, but darling you love my silver tongue.”
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author's note: smut coming soooooon
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allysdelta · 8 months
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I do have other fandoms, even if I keep putting off drawing for them. This is Crescida, my main in World of Warcraft.
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