#continuidad sócrates-platón
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bocadosdefilosofia · 2 years ago
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«Como, por otra parte, Sócrates se había ocupado de temas éticos y no, en absoluto, de la naturaleza en su totalidad, sino que buscaba lo universal en aquellos temas, habiendo sido el primero en fijar la atención en las definiciones, (Platón) lo aceptó, si bien supuso, por tal razón, que aquello no se da en el ámbito de las cosas sensibles, sino en el de otro tipo de realidades: y es que es imposible que la definición común corresponda a alguna de las cosas sensibles, dado que están eternamente cambiando. Así pues, de las cosas que son, les dio a aquéllas el nombre de «Ideas», afirmando que todas las cosas sensibles existen fuera de ellas y que según ellas reciben su nombre: y es que las múltiples cosas que tienen el mismo nombre que las Formas (correspondientes) existen por participación».
Aristóteles: Metafísica. Editorial Gredos, pág. 95. Madrid, 1994.
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edyacast · 2 years ago
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gatoaureliobibliotecario · 3 years ago
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LOS HERALDOS NEGROS, CÉSAR VALLEJO
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Qui potest capere capiat [Quien pueda entender que entienda]. Epígrafe bíblico que preludia a Los Heraldos Negros (LHN); poemario escrito entre 1915 y 1918, publicado en julio de 1919.
«Todos saben... Y no saben / que la Luz es tísica, / y la Sombra gorda... / Y no saben que el Misterio sintetiza... / que él es la joroba / musical y triste que a distancia denuncia / el paso meridiano de las lindes a las Lindes. // Yo nací un día / que Dios estuvo enfermo, / grave». Fragmento de «Espergesia» .
Sobre Cesar Vallejo hay tanto por decir, que puede resultar insulso el intentar hacerlo en una simple reseña, así que, con el fin de no incurrir en estrechez literaria, me limito a dejar un solo dictamen sobre él y su obra: Cesar Vallejo fue un hombre de profundos y dolorosas cavilaciones, de gran esperanza y de penas muy gruesas; su poesía fue y es, y en lo que concierne al mundo, seguirá siendo, una titánica y colosal obra del arte del mundo hispánico-andino, y sobre todo, del mundo entero (universal).
LHN, está compuesto por 69 poemas y dividido en seis secciones: Plafones ágiles, Buzos, De la tierra, Nostalgias imperiales, Truenos, y Canciones de hogar. Los poemas fueron escritos y publicados en fechas muy variadas, y finalmente compendiados en el mencionado poemario.
Sugiero —y es de suma importancia— que se lea la biografía de Vallejo, pues, enriquecerá en demasía la percepción sobre su poética. Cesar Abraham Vallejo Mendoza, nació el 16 de marzo de 1892, en Santiago de Chuco, sierra de La Libertad, departamento peruano. Último de once hijos.
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Ciertamente, sería craso el elegir un poema entre todos los que se nos presentan en éste importante libro; en todo caso, me configuro en señalar los que he considerado de suma importancia:
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LOS HERLADOS NEGROS, poema, es el pórtico a un mundo oscuro, dulce, triste y esperanzador, con Dios y sin Dios, mordaz, ágil, agresivo, calmado, de profundos llantos y de «nostalgias imperiales»; el primer poema del libro, que considero el de mayor trascendencia [sin desmerecer a los otros] de entre todos los incluidos. Poema decisivo en la evolución vallejiana; prueba inequívoca de lo que clamaba Orrego. Escapa del metro y de la rima.
«Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé! / Golpes como del odio de Dios».
LA ARAÑA, poema que marca a la dualidad inarmónica del hombre, metáfora simbólica animal, El hombre, como la araña, lleva la cabeza y el abdomen separados, la cabeza siempre pugna por ir hacia arriba y, en cambio, el vientre siempre hacia abajo.
NOSTALGIAS IMPERIALES I, poema referente a Trujillo y sus alrededores, con las nostalgias del Gran Chimú, cultura conquistada por los Incas; además, añora la unidad sociocultural del antiguo Imperio inca, que fue rota por la conquista.
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ÁGAPE, EL PAN NUESTRO, y LA CENA MISERABLE; tres poemas en los que Vallejo va a confesar la culpa que le trajo su sola existencia, además, el deseo por ayudar al prójimo. Explorará en ellos su profunda sensibilidad frente a la muerte, el hambre de los pobres y los desvalidos, y, la injusticia que hay en la mesa del miserable.
«Todos mis huesos son ajenos; / yo talvez los robé! / Yo vine a darme lo que acaso estuvo / asignado para otro».
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LOS PASOS LEJANOS, A MI HERMANO MIGUEL. La ausencia del hogar, la muerte de sus seres amados [su padre y su hermano], esa profunda angustia en el «nunca más», Además, la maduración artística en el vate.
«Mi padre duerme. Su semblante augusto / figura un apacible corazón; / está ahora tan dulce… / si hay algo en él de amargo, seré yo».
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LOS DADOS ETERNOS y ESPERGESIA, [preferidos de quien reseña, del poemario entero]. Con estos dos poemas mayores, Vallejo pone en crisis las viejas bases religiosas y filosóficas. Ahonda en sus interiores, se desafía a sí propio, desafiando a la vez a su Dios. Y reclama por su «mala estrella», dejando en evidencia sus profundas angustias, frente a un mundo cruel y tormentoso.
«Dios mío, estoy llorando al ser que vivo; / me pesa haber tomádote tu pan». «Yo nací un día / que Dios estuvo enfermo».
La complejidad de la poesía de Vallejo, no es reducible a una clave que iluminará toda su obra. Toda obra literaria se puede interpretar bajo diversas perspectivas, la poética de Vallejo, con mayor razón debe estudiarse como una «polisemia expresiva». Umberto eco la denomina «obra abierta». Se deben observar todos los factores del texto poético: factor intra-textual, (fonología, métrica, visuales en cuanto a la exploración gráfica, morfológica, sintáctica, semántica, retórica); inter-textual (relación entre textos del autor, relación entre textos del autor y otros textos de la tradición cultural); y extra-textuales (biografía, medio ambiente, marco histórico, etc.).
La complejidad de la obra de Vallejo supone la continuidad de ciertas intuiciones fundamentales y temas obsesivos, mismos que fueron latentes en toda su obra. Pero también hubo una evolución, tanto ideológica, como en recursos expresivos. Podríamos decir que en Vallejo, la sensibilidad fue siempre la misma, pero su técnica estuvo en constante evolución, al igual que su sentido ideológico.
La poesía vallejiana tiene importantes niveles, tanto emotivo como intelectual. Autor de raíces andinas y americanas; además de un innegable aliento universal. No debemos encasillar a Vallejo en valores simples como los «regionalistas», ni tampoco quitarlo de ello solo por su poderosa universalidad. Vallejo se sumergía en lo cotidiano y concreto de su existencia, es por eso que es necesario conocer sus peripecias biográficas y el fondo anecdótico de sus poemas, el marco histórico-social en el que vivía y sus contradicciones metafísicas. Autor de tono maldito y satánico (blasfemo, agnóstico, irónico, pesimista, etc.), y utópico o apocalíptico (identificar lo eterno y lo divino con la realización del hombre en este mundo; casi «desdivinizando» a Dios, y «divinizando» al hombre.
Vallejo fue un autor original en dos sentidos: Primero, en tanto fue distinto, desacostumbrado, singular; segundo, en cuanto a que retrae la esencia del ser a su origen. Hubo quien dijo que Vallejo copiaba; ello sería un error en la medida de que, según Gonzáles Vigil, «[…] Vallejo nunca imita, sino asimila creadoramente» ¹.
El «vate», gran admirador de Dante, Quevedo, Whitman, Rubén Darío (poeta de la lengua española al que más admiró) Picasso, Chaplin, Einsten, y entre otros. Además, asimiló de manera extraordinaria las cuestiones filosóficas, religiosas e ideológicas provenientes del cristianismo, la filosofía griega, el evolucionismo, el positivismo, el marxismo, etc. También veneraba a figuras como Cristo, Buda, Sócrates, Platón, Nietzsche, Marx, Engels, Lenin.
No debemos encasillar a Vallejo en algún ismo, sino aproximarlo, y cuidadosamente: al romanticismo, al postmodernismo, al vanguardismo, etc.; y solamente si somos conscientes de su anti-dogmatismo, podemos vincular sus poemas con el cristianismo, el platonismo, el evolucionismo, el positivismo y el marxismo.
No debemos ver a Vallejo, solamente como el poeta del dolor y de la muerte (que sí es), sino también como el poeta de la vida y la esperanza, de acento profético, evangélico y apocalíptico que anuncia la liberación de la «voz del hombre».
Nuevamente, resulta substancial para comprender la obra del poeta, el conocer su vida, el saber que tuvo una infancia muy feliz en sus terruños santiaguinos, amando su paz bucólica, sus costumbres y sus fiestas andinas; teniendo de núcleo el hogar y el apego a sus hermanos, especialmente a María Agueda, Victoria Natividad y Miguel Ambrosio (más próximo en edad).
Roberto Paoli nos dice que, el mensaje humano de Vallejo tiene una profunda raíz en el alma india, mestiza y serrana, y que el indio se yergue como su modelo de hombre nuevo, en consonancia con el socialismo indigenista; pues, se percibe en su obra la dolorosa inserción a la cultura occidental que éste sufrió cuando se alejó del hogar provinciano. Se muestra nostálgico trabajando en una cultura ajena a él.
El vate universal tenía un fundamental componente de la cultura occidental: La religión cristiana (recordemos que sus dos abuelos varones eran sacerdotes españoles). Y, cuando Cesar se inserta en la vida urbícola, trata con hombres para nada cristianos de temas ateos y agnósticos (la Ilustración, Comte, Gonzales Prada, Nietzsche, Darwin). Su corazón añoraba a Dios, pero su cabeza concurría contra el mismo. Y he allí uno de sus grandes logros poéticos, la alianza entre su corazón andino-cristiano, y, su cerebro marxista: Los heraldos negros (LHN).
Temas importantes para su composición poética en LHN fueron: el descubrimiento de la injusticia social, la explotación de los trabajadores y la marginación cultural de los indígenas. Por ello, es de importante mención algunos hechos en la vida del autor: En 1910 pasó una temporada en el asiento minero de Quiruvilca, San Francisco, provincia de Pasco. En 1911 se desempeñó como preceptor de los hijos de un minero hacendado político, Domingo Sotil, en la hacienda «Acobamba» (valle costeño de Chicama, cerca de Trujillo). En 1912 trabajó como cajero en la hacienda azucarera «Roma», que contaba con más de cuatro mil peones (valle costeño de Chicama, cerca de Trujillo). Pasó una época de gran precariedad económica (fue alumno libre en secundaria y tuvo que interrumpir sus estudios universitarios en San Marcos, Lima; y en Trujillo, en la Universidad de La Libertad, costear sus estudios trabajando como profesor primario. No olvidemos que su piel era de tono cobrizo y tenía facciones marcadamente indígenas, suscitando con ello cierto desdén en la ciudad de Trujillo, hispánica y señorial.
Vallejo escribía desde la secundaria, era un autor incipiente y rezagado en lecturas del Siglo de Oro Español, lo cual lo había dejado perenne en los endecasílabos y los heptasílabos del Quijote y la poesía romántica. Fue Antenor Orrego el primero en detectar el genio creador del poeta, empujándolo a expresarse de modo más auténtico, aunque rompa con normas gramaticales y retóricas. Luego asimiló la nueva poesía del simbolismo francés y el modernismo hispanoamericano. Fue perfilando su tono persona ya patente en algunas composiciones. En otro plano, su sensibilidad social e inquietud ideológica fueron impactadas por la prédica americanista y anti-imperialista.
Todo este aprendizaje poético se vio en LHN, poemario de lenguaje propio, con resonancias del romanticismo, el simbolismo francés, el modernismo de Darío y el novomundismo de Chocano; a los que se agrega un tono post-modernista más personal. Así, Vallejo había asimilado mucho del modernismo y, en LHN lo superó, siendo el poemario hispanoamericano más representativo del post-modernismo.
Según Antenor, lo más notable en LHN, procede del propio Vallejo y va más allá de cualquier deuda con alguna corriente; pues, expresa la angustia que genera el modernismo al poner en duda las creencias tradicionales. Además, inicia la conquista de un lenguaje único, abriendo camino a Trilce; usando palabras «antipoéticas»; explorando la muerte, el dolor, el absurdo, el «yo no sé», el compromiso solidario, el hogar y la infancia, la apuesta por la realización del ser humano con un acento personalísimo y una intensidad incomparable en las lenguas castellanas. Asume rasgos de la sensibilidad indígena, que lo hacen una voz peruana del nuevo mundo americano. Añade un simbolismo numérico relacionado a la biblia, a la cábala, a Pitágoras y a Platón, a Dante y a Darío.
Vallejo le había pedido a Abraham Valdelomar el prólogo para su primer libro. Vallejo admiraba profundamente y sin tapujos a Valdelomar. Por su parte, Valdelomar se había percatado del genio creador de Vallejo y había escrito: «La génesis de un gran poeta. Cesar Vallejo, el poeta de la ternura» (Sudamérica, año I, núm 11, Lima, 2 de marzo 1918).
Un dato curioso: Sus amigos de la Bohemia de Trujillo, Antenor Orrego, José Eulogio Garrido, Víctor Raúl Haya de la Torre, Macedonio de la Torre, Alcides Spelucín, Juan Espejo Asturrizaga, y otros, lo apodaban como «Korriscosso», personaje de un cuento de Eça de Queirós​. El personaje es un griego exiliado en Inglaterra, Londres, reducido a mozo, incapaz de hacerse oír por una camarera rubia de quien se enamoró.
Como conclusión a la presente reseña, he de señalar y elogiar el gran trabajo que realizaron el antologador y vallejista, Ricardo Gonzáles Vigíl, y los también vallejistas, Max Silva Tuesta, Georgette Vallejo (esposa de Vallejo), Miguel Pachas Almeyda, Roberto Paoli, Juan Larrea, Xavier Abril, André Coyné, y entre otros. Sobre todo, he de resaltar la importancia y la suma substancial que tienen para mí persona, los escritos de Gonzáles Vigíl y de Pachas Almeyda.
Sobre el libro: He utilizado un recopilatorio general de la obra completa de Vallejo, pero solo he reseñado una parte, la cual abarca, solamente a LHN.
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Título: Cesar Vallejo — Obra Completa
Idioma: Español
N° páginas: Obra completa, 908 – Los heraldos negros, 55-203 (148)
Editorial: DESA
Colección: Biblioteca Clásicos del Perú
Temática: PoesíaAño de edición: 1991
¹ Gonzales Vigil, R. (1991). Cesar Vallejo. Obras completas (pp. XIII). Edición Biblioteca Clásicos del Perú.
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jgmail · 5 years ago
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El Mito del Homosexualismo en la Grecia Antigua
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Desde el sitio eurocanadian.ca hemos traducido el siguiente texto de Abril de 2018 que realiza diversos comentarios, a partir de un libro de 2004 de Adonis Georgiades, con respecto a la consideración que tenía la práctica del homosexualismo en la Grecia antigua, y algunos contrapuntos con la visión de ello que hoy y desde hace un tiempo es difundida por oscuros intereses. La visión propuesta aquí es bastante diferente del enfoque freudiano, y si se lee con atención a Platón y las leyes antiguas involucradas, se verá que el concepto era muy otro.
El MITO del HOMOSEXUALISMO
en la ANTIGUA GRECIA
por Archie Munro25 de Abril de 2018     La creencia de que la sociedad griega antigua mantuvo una actitud indulgente hacia el homosexualismo —particularmente la pederastia— es extensamente sostenida, tanto dentro como fuera de círculos nacionalistas Blancos. Greg Johnson, por ejemplo, dice:    "La pederastia homosexual, que todavía sigue siendo un tabú en nuestra cultura, fue ampliamente practicada por los pueblos arios antiguos del mundo del Mediterráneo. Los persas, los griegos y los romanos todos la practicaron, incluyendo algunos de los hombres más varoniles en la Historia y la leyenda, como Aquiles y Alejandro Magno.    "No hay ninguna duda de que el comportamiento homosexual no fue sólo tolerado por pueblos arios antiguos, sino que era considerado normal, y en algunos casos incluso ideal. Era atribuído a los dioses (Zeus y Ganímides) y alabado por poetas, filósofos e historiadores. Es difícil mantener odiosas actitudes judías hacia el homosexualismo si uno realmente entiende y aprecia la grandeza de la civilización pagana clásica... Los golpeadores de homosexuales están bajo la garra de la Judería sin siquiera saberlo" [1]. [1] https://www.counter-currents.com/2010/10/homosexuality-and-white-nationalism/     Adonis Georgiades discrepa. Él es el actual vicepresidente del partido Nueva Democracia, de Grecia, y un hombre de convicciones socialmente conservadoras pero económicamente liberales. Su libro de 2004 "Homosexuality in Ancient Greece: The Myth is Collapsing" [2] es una polémica revisión de evidencias. Para Georgiades, la evidencia demuestra que el homosexualismo no era considerado aceptable, y mucho menos "ideal", en la antigua Grecia. Las fuentes que él examina incluyen, pero no se limitan a, las siguientes:    • la mitología griega;    • obras de poetas cómicos atenienses, como Aristófanes;    • ilustraciones de vasijas;    • las leyes de Atenas y Esparta, de acuerdo a las descripciones de varios autores de la Antigüedad, incluyendo a Plutarco, de las costumbres sexuales espartanas;    • el fallido pleito legal de Timarco y Demóstenes en Atenas en 346-345 a.C. contra Esquines;    • el contra-caso exitosamente concluído por Esquines contra Timarco. [2] Disponible en PDF en https://archive.org/details/AdonisGeorgiadesHomosexualityInAncientGreeceTheMythIsCollapsing     De forma crucial, Georgiades también considera la traducción de dos pares de palabras griegas antiguas. El primero, examinado principalmente en las obras de Platón y Jenofonte, es erastés-erómenos. Este par es (aceptado) convencionalmente, pero, según Georgiades, muy engañosamente traducido como "amante" y "amado". El segundo es la distinción entre los términos pornos ("prostituto") y hetairos ("acompañante masculino"). Como muestra el libro, esta segunda distinción es particularmente relevante para el pleito entre Esquines y Timarco mencionado anteriormente. El caso exitosamente llevado  a cabo contra Timarco indica que —en Atenas al menos— incluso la conducta homosexual no pagada era suficiente para exponer al practicante al riesgo de perder sus derechos civiles.     Mi impresión general, como un no-especialista, es que las conclusiones de Georgiades son sensatas, originales y dignas de un número de lectores más amplio. Quizás la mayor debilidad del libro es la mala calidad de la traducción y de la corrección de pruebas. El propósito que tengo en mente aquí, sin embargo, no es examinar el libro exhaustivamente, sino que resumiré sus argumentos más importantes y luego trataré de iluminar su tema más interesante, aunque no completamente explícito: Las relaciones "pederásticas" en la antigua Grecia, lejos de estar motivadas por las tendencias sexuales de hombres viejos hacia jóvenes, eran un aspecto de lo que Kevin MacDonald podría llamar la estrategia evolutiva grupal de la polis griega. Los hombres de la Grecia antigua no vivían en una neblina freudiana; ellos estaban preocupados de identificar la realidad trascendente y de suscitarla en su comunidad, por el bien común. Explicaré luego qué quiero decir con esto. Primero, sin embargo, diré algo sobre mis propias motivaciones al escribir este artículo.     La posición convencional sobre el homosexualismo griego tiene dos partes principales, que sostienen que:    1. El comportamiento homosexual era más aceptable y (por lo tanto) más frecuente en la Grecia antigua que en el Occidente cristiano; y    2. la pederastia en particular era comúnmente practicada, al menos por las élites griegas.     No me molestaré en fingir que enfrento esos argumentos con una mente abierta. De hecho, los encuentro a la vez inquietantes y lógicamente inverosímiles. Ellos son inquietantes principalmente porque ellos son implícitamente freudianos. La suposición subyacente parece ser que la sociedad griega no reprimía las tendencias "naturales" a la "perversidad polimorfa" [3]. Esto significa que, por ejemplo, las relaciones sexuales entre hombres viejos y jóvenes eran consideradas normales. Según esta opinión, la relación entre erastés y erómenos era una especie de búsqueda pederástica institucionalizada —en esencia, simplemente una expresión de los bajos impulsos sexuales de hombres individuales. La verdad, sin embargo, es que la antigua polis era una entidad colectivista [4] que produjo, por su tamaño, una mayor parte de hombres completos que cualquier otro tipo de Estado en la Historia. [3] https://es.wikipedia.org/wiki/Disposici%C3%B3n_perversa_polimorfa[4] http://www.theoccidentalobserver.net/2017/02/08/the-wisdom-of-the-ancients-part-1-greek-city-states-as-ethnostates/     Hay otro aspecto inquietante en esa teoría. Es un lugar común sostener que la Grecia antigua fue la "cuna de la civilización occidental". Pero las afirmaciones constantemente repetidas de que las costumbres sexuales de Grecia eran cualitativamente diferentes de las del Occidente tradicional están diseñadas para negar nuestra percepción de la continuidad fundamental con esa herencia. Pienso que hay en ello, también, una insinuación de que la ausencia de restricciones sexuales en la sociedad griega impidió el desarrollo de neurosis sexuales en individuos talentosos y de ese modo permitió que ellos realizaran su propia grandeza. En el familiar estilo freudiano, la teoría hace patológico al Occidente cristiano tradicional. Incluso a riesgo de ser acusado de cometer la "falacia moralizadora" [5], yo diría que hay muy buenas razones para recelar de las afirmaciones de que la expresión libre del homosexualismo era aprobada en la antigua Grecia. [5] https://en.wikipedia.org/wiki/Moralistic_fallacy     Esto me lleva a la inviabilidad de la teoría a primera vista. Su corolario es que se supone que nosotros hemos de aceptar que todos (o la mayoría de) los hombres de todas las edades se involucrararían en la pederastia si ella no estuviera sujeta a la represión social. Se nos pide creer que muchos de los más grandes hombres de la Grecia antigua —reales o míticos y de todas las áreas— eran pederastas u homosexuales de alguna u otra clase. Entre tales hombres, supuestamente, estarían Solón, Sócrates, Sófocles, Alejandro Magno, Esquilo, Alcibíades, Aquiles, el Batallón Sagrado de Tebas (que puede no haber luchado siquiera en las decisivas batallas de Leuctra y Queronea) y la élite de la caballería (hippeis) espartana. Se dice que muchos de los dioses Olímpicos han sido similarmente caracterizados.     Quizás hay alguna correlación demostrable entre comportamiento homosexual y grandeza; de ser así, no tengo noticia de ello. Pero el hecho es que incluso en el Occidente contemporáneo y post-cristiano, en el cual la moralidad tradicional está en todas partes bajo asalto y la "perversidad polimorfa" al borde de la aprobación institucional al por mayor, el homosexualismo sigue siendo poco común. ¿Es creíble entonces la aseveración del homosexualismo completo en la Grecia antigua, sólo sobre la base de números? Estoy inclinado a pensar que no.     Soy igualmente escéptico de la teoría de que la condena del homosexualismo en Occidente es solamente un artefacto judío que llegó a nosotros con el cristianismo. La explicación más simple, me parece, es que el perro meneó la cola más bien que lo contrario: la aversión cristiana al homosexualismo era fundamentalmente un reflejo del hecho de que la sociedad occidental tradicional lo consideraba como indeseable. En resumen, no puedo ver cómo la verdad del asunto puede ser percibida desde dentro de un marco tácitamente freudiano o anti-cristiano.     Al evaluar la aceptabilidad social, o de otro tipo, del homosexualismo, es por supuesto importante discriminar entre las respectivas actitudes de la ley, las clases inferiores, las clases altas y la intelectualidad. Es concebible, por ejemplo, que la ley pueda haber castigado dicha práctica incluso cuando artistas y filósofos —especialmente aspirantes a constructores de Estado como Platón— la idealizaban. Georgiades, pienso, tiene éxito en demostrar que el homosexualismo era universalmente considerado inaceptable: castigado con la ley y deplorado por todas las clases sociales, incluso por filósofos como Platón. Hay cuatro líneas principales de ataque en su libro.     1) En primer lugar, hay capítulos relativamente breves sobre el homosexualismo en los mitos griegos y en el tratamiento del asunto por parte de los poetas cómicos de Atenas. Ambos capítulos pueden ser tratados muy brevemente.     Homero fue el primero en poner por escrito dos mitos que se han hecho vitales para la narrativa del homosexualismo griego: el de Aquiles y Patroclo, y el de Zeus y Ganímides. El propio Homero nunca caracteriza la relación entre uno u otro par como de algún modo homosexual (y a pesar de eso, Wikipedia nos informa que "el mito era un modelo para la costumbre social griega de la pederastia, la relación romántica socialmente aceptable entre un varón adulto y un varón adolescente").     Jenofonte en su obra Symposium del siglo IV a.C. pone a Sócrates concordando con Homero. Él discute en los siguientes términos acerca de la relación entre Zeus y Ganímides:    «Zeus deja a las mujeres de las que él se enamoró que permanezcan como mortales, si él las amó por su belleza física; pero él hizo inmortal a quienesquiera que hubo amado por la belleza de sus almas. Entre ellos están Heracles, los Dióscuros [Cástor y Pólux], y otros. También afirmo que Ganímides fue llevado por Zeus al Olimpo por la belleza de su alma, no de su cuerpo. Su mismo nombre confirma lo que digo, como es declarado en un pasaje de Homero: "Uno toma placer en escucharlo". Hay también otro pasaje de Homero que dice "uno que tenía sabios pensamientos". De este modo, si Ganímides ha recibido su nombre a partir de esos dos calificativos, él ha sido honrado entre los dioses no por su agradable cuerpo sino por su sabiduría» (Jenofonte, Banquete, VIII, 29-30).    Hablaremos luego de la distinción filosófica entre el amor "celestial" y el amor "vulgar".     Los poetas cómicos atenienses tenían una actitud irreverentemente hostil hacia el homosexualismo. Aristófanes, por ejemplo, usa epítetos tales como katapigon ("dado a la lujuria antinatural") y euriproktos ("de amplio culo"). Más aún, Georgiades dice: «Aristófanes, dispuesto a expresar su aversión hacia ese acto, nunca usa las palabras erastés-erómenos, "amante-amado"». Éste es otro par de palabras, muy significativo, a que luego nos refriremos.     El argumento de la famosa obra Lisístrata (de Aristófanes) es también instructivo. Según Georgiades:    "En esta obra las mujeres atenienses deciden no tener sexo con sus maridos, a fin de obligarlos a detener la guerra con Esparta. Si el homosexualismo era tan extensamente practicado, esa decisión no hubiera significado nada para los hombres, ya que ellos podrían acudir unos a otros para satisfacer sus deseos. Pero eso no es lo que sucede. Al contrario, los hombres ceden bastante rápidamente, porque ellos no pueden soportar esa abstinencia obligatoria".     Georgiades sostiene que Aristófanes escribía para un auditorio de clase baja, y por lo tanto avivaba los prejuicios de aquélla contra el homosexualismo, mientras que la clase alta no tenía tales prejuicios. Los patrocinadores del teatro Clásico pertenecían, después de todo, a la aristocracia ateniense. Si los jefes de la polis eran realmente idealizadores de la conducta homosexual, ¿por qué habría sido tan insultante Aristófanes hacia ella?     2) Después, el libro reexamina la evidencia de las ilustraciones que se hallan en vasijas o cráteras, la fuente más a menudo citada para apoyar la noción del generalizado homosexualismo socialmente permitido en la Grecia antigua. Georgiades declara que permanecen aproximadamente 80.000 piezas completas de artículos áticos, aproximadamente el 1% del total producido durante las épocas Arcaica y Clásica. En el estudio moderno más influyente sobre el asunto, "Greek Homosexuality", de Kenneth Dover [6], 600 de esas vasijas son citadas como conteniendo temas "homo-eróticos". Pero, dice Georgiades, sólo aproximadamente 30 de las 600 vasijas representan escenas homosexuales; el resto "son totalmente irrelevantes, mostrando héroes, batallas o temas mitológicos, o representan escenas heterosexuales". [6] https://tajakramberger.files.wordpress.com/2013/11/k-_j-_dover_greek_homosexuality_updated_and_witbookfi-org.pdf     Además, la penetración anal implicando a hombres o muchachos nunca es mostrada: "Sólo los sátiros participan en escenas [que involucran penetración anal], y los sátiros eran conocidos por ser pervertidos, y fueron representados como tales".     Georgiades afirma además que el resto de las 30 escenas homosexuales —actos pederásticos, involucrando a un hombre mayor y a un hombre o muchacho más joven— muestran o caricias sexuales o la cópula entre los muslos. Esta última, cree Georgiades, no era practicada en la vida real, sino que, en cambio, era una especie de sustituto artístico para el sexo anal homosexual y tenía que ser usado en una cultura en la cual un pintor de vasijas podía insinuar el acto, pero nunca representarlo abiertamente, probablemente debido a la repulsión del gran público. Si dicha práctica podía ser aceptada sin reservas, esta perspicaz hipótesis debilitaría aún más el caso de la normalidad del homosexualismo en la Grecia antigua. Sin embargo, éste es el único aspecto de la crítica de Georgiades que, a mi parecer, es algo dudosa.     Hay algunos ejemplos de ilustraciones que no son auténticas sino ejecuciones modernas, como las imitaciones producidas masivamente para tiendas para turistas en Grecia, lo que hace que uno se reserve el juicio. Incluso con tales vacilaciones debidamente concedidas, es apenas necesario indicar que las representaciones de prácticas homosexuales humanas en vasijas no necesariamente son pruebas de su aceptabilidad social.     Aunque yo no pueda aceptar inequívocamente su argumento de que sólo los sátiros están implicados en escenas homosexuales, si las afirmaciones de Georgiades en cuanto a las figuras son exactas, Kenneth Dover y otros proveedores de la "teoría de la vasija homosexual" todavía se han involucrado en un juego de manos: 30 de los 600 vasos citados equivalen a un mero 5% del total. Quizás para ajustar el déficit, Dover usa su imaginación. Georgiades cita varios ejemplos. Aparentemente, en una escena que muestra a un guerrero,    "...una lanza, llevada de modo que su punta señala hacia abajo, prolonga la línea del pene de un joven, y su espada y su vaina simbolizan el glande y el prepucio retraído".     Una vez que tales inventivas interpretaciones son descartadas, la muy publicitada "teoría de la vasija homosexual" parece, por decirlo de manera benigna, un poco débil.     3) En tercer lugar, Georgiades cita descripciones de las costumbres sexuales de Esparta y Atenas, como vislumbradas en las referencias de sus leyes. El cuadro es de una Esparta que castigaba fuertemente la pederastia. Según Respublica Lacedaemoniorum de Jenofonte, esto se dice de Licurgo, el (semi-) mítico legislador espartano:     "...hay también quienes prohíben en absoluto a los enamorados hablar con los niños. Mas Licurgo disintió por completo de todos estos pareceres, y si alguno, siendo él mismo como se debe ser, prendado del espíritu de un muchacho, intentaba hacer de él un amigo sin tacha y vivir en su compañía, aprobábalo Licurgo y juzgaba ese modo de educación el más conveniente. Pero, en cambio, tuvo por suma torpeza el denotar apetencia de la belleza de un joven, y así ordenó que en Lacedemonia los enamorados se abstuvieran de tratar con los niños, del mismo modo que se abstienen los padres de los hijos o los hermanos entre sí en los placeres amorosos" (La República de los Lacedemonios, II, 13).     La moralidad de los espartanos (aquí, "lacedemonios"), como está descrita en el Symposium de Jenofonte, también está firmemente contra la pederastia. En este pasaje Sócrates la compara con la anaideia (desvergüenza, impudicia).    «Los hombres lacedemonios, en cambio, que opinan que si alguien sólo pone su mano sobre el cuerpo para un propósito lujurioso perderá por lo tanto derecho a reclamar lo que es hermoso y noble, se las ingenian para moldear y formar, en el espíritu de su credo, a sus "amados" a tal grado de virtud, que... su conciencia hará imposible que deserten de sus amigos presentes. El auto-respeto los obliga: porque la diosa que los hombres de Lacedemonia adoran no es la Desvergüenza sino la Reverencia» (Jenofonte, Banquete, VIII, 35).     Plutarco habla de la severidad de los castigos espartanos por pederastia:    "El objetivo era amar el yo moral e intelectual de muchachos serios y, cuando un hombre era acusado de acercarse a ellos con lujuria, él era privado de sus derechos cívicos de por vida".     Hay que hacer notar que, normalmente, Plutarco es usado muchísimo como fuente (en su tratado Amatorius) por escritores a favor del homosexualismo. Varias otras cosas valen la pena mencionar sobre este pasaje.     Primero, la distinción que se hace entre amor "celestial" y amor "vulgar", o sexual. Tanto Jenofonte como Plutarco atribuyen esa distinción al pensamiento de los incluso relativamente no filosóficos espartanos. Ha sido bien resumido [el amor "celestial"] por la frase "amor platónico", pero, como veremos, tiene un linaje en el pensamiento griego antiguo que precede en mucho tiempo a Platón. Segundo, el uso de la frase "muchachos serios", que implica disposición al estudio, determinación para las tareas y seriedad, todas cualidades indispensables de los participantes principales en la vida política de la polis griega. Tercero, que la pena especificada para la pederastia era la pérdida completa del derecho de un individuo a participar en la política espartana.     La ley ateniense, por su parte, ordenaba una fuerte multa o la muerte para los pederastas que frecuentaban las escuelas o hacían sugerencias lascivas a muchachos:    «Si alguien insulta [en este caso, dice Georgiades, "insulto" tiene el sentido de "ser lujurioso con alguien"] a un niño, a una mujer o a un hombre, libre o esclavo, debería ser denunciado por cualquier ateniense a los seis arcontes menores y ellos deberían llevar el caso ante el tribunal dentro de treinta días, si no hay otros asuntos públicos urgentes, y si los hay, siempre que sea posible. Y, cuando él es encontrado culpable, debe ser inmediatamente condenado a pagar una multa o ser ejecutado».     Además, el caso de Timarco muestra que los atenienses castigaban las relaciones homosexuales de toda clase, incluso entre varones adultos, con gran severidad.     En 346 a.C., cuando la guerra entre Atenas y Macedonia era inminente, Esquines fue acusado por Demóstenes, por medio de Timarco, de haber aceptado sobornos de Filipo II de Macedonia durante su servicio como el embajador ante el reino griego del Norte. Esquines respondió planteando una contrademanda contra Timarco [7], donde alegaba que éste se había involucrado en conductas homosexuales. La intención de Esquines era demostrar que Timarco, por esa razón, no estaba capacitado para presentar un pleito contra él en un tribunal ateniense. La contrademanda fue exitosa: Timarco fue efectivamente privado del derecho a voto. ¿Pero de qué clase de actos homosexuales fue acusado Timarco? [7] https://sourcebooks.fordham.edu/pwh/aeschines.asp     La explicación habitual [8] es que se dijo que Timarco se había prostituído a sí mismo y que ésa era la razón de que él fuera excluído de la participación en la vida política. La visión de Georgiades es distinta. Él muestra que el discurso de Esquines, que cita extensamente las leyes de Atenas, usa la palabra hetairos ("compañero masculino"), no pornos ("prostituto"), en referencia a Timarco. Uno de los sentidos de hetairos es, por lo visto, un acompañante homosexual no pagado (aunque, en el caso de Timarco, un "mantenido"). [8] https://en.wikipedia.org/wiki/Against_Timarchus     Además, Georgiades sostiene que la exclusión cívica era una de las sentencias posibles —la otra era una fuerte multa— para aquellos acusados de ser un pornos o un hetairos, en el sentido relevante de la palabra. Este argumento es nuevamente apoyado por extractos del discurso de Esquines.     Según Georgiades, el caso contra Timarco demuestra que no sólo los prostitutos sino también tanto el hetairos "pasivo" como el "activo" estaban sujetos a la pena de la exclusión cívica. En este caso el hetairos "activo", Misgolas, quien admitió haber "mantenido" al "pasivo" Timarco, prefirió pagar una multa de 1.000 dracmas antes que enfrentar al tribunal.     El discurso de Esquines fue concebido para apelar a los sentimientos de un jurado ateniense, que estaba formado por miembros sacados de todas las clases sociales. Es más que probable que Esquines esperara que al citar él la legislación anti-homosexual encontraría aprobación entre todos los atenienses, independientemente de su clase social. Eso, junto con las actitudes expresadas en las obras de Aristófanes y la escasez de evidencia en pinturas de vasos, sugiere que no hay buenas razones para creer que el gobierno ateniense o su élite estaban más a favor del homosexualismo que el pueblo común.     Suficiente, entonces, para el status legal del comportamiento homosexual en Esparta y Atenas.     4) Finalmente, hay un capítulo crucial que habla del sentido verdadero de erastés y erómenos, generalmente traducido como "amante" y "amado". Mencioné antes la descripción de Georgiades de los muy duros castigos impartidos tanto en Atenas como en Esparta a hombres que depredaban a muchachos. Ya sólo tales leyes punitivas implican que aquellos atenienses, incluyendo a Platón y a Jenofonte, que usaban los términos erastés-erómenos (ninguna fuente primaria de Esparta ha sobrevivido), es muy poco probable que los hayan usado para denotar la pederastia en el sentido moderno de la palabra.     En esencia, el argumento de Georgiades es que, para los griegos antiguos, el par de palabras erastés-erómenos (así como la palabra paiderastia) no denotaba relaciones homosexuales. En vez de eso, el erastés era el mentor, el erómenos su protegido, y paiderastia la relación no sexual entre ellos.     El apuntalamiento filosófico de las relaciones entre hombres más viejos y más jóvenes estaba en la distinción entre dos impulsos dados a los hombres por Afrodita: el amor "celestial" y el amor "vulgar", que mencioné antes. Los dioses griegos son conocidos por sus múltiples atributos, y se esperaba que el amor de un hombre más viejo por un ciudadano más joven de su ciudad fuera inspirado únicamente por la Afrodita "celestial" [Afrodita Urania], no por la "vulgar" [Afrodita Pandemo].     Aquellos que intentan representar el Symposio [El Banquete] de Platón como la alabanza de la pederastia sexual están por lo tanto, según Georgiades, equivocados. Del amor "vulgar" y el "celestial", Platón de hecho dice:     "...el amor de la Afrodita vulgar es, como su nombre significa, ordinario, y actúa según lo que se le presente. Y aquél es el que toma el control de la gente vulgar. Esa gente... se preocupa sólo por el acto sexual mismo y no se preocupa de si es moral o no. (...) Pero el amor de la Afrodita celestial es aquel donde las mujeres no participan, sino sólo los hombres. Ésta es la pederastia [el amor a los mancebos]. Y es la clase de amor más antigua y más casta. De este modo, aquellos que están animados por esta forma de amor, acuden a los varones, porque ellos aman lo más vigoroso y más inteligente" (El Banquete, 181).     Georgiades sostiene que este pasaje puede ser tomado como una clara declaración contra la pederastia sexual. La relación "pederástica" —es decir, entre erastés y erómenos, o amante y amado— debía ser educacional, no sexual. Platón nuevamente:     "...cuando uno de éstos se siente desde joven fecundo en el alma, siendo de naturaleza divina, y, llegada la edad, desea ya procrear y engendrar, entonces busca también él, creo yo, en su entorno la belleza en la que pueda engendrar, pues en lo feo nunca engendrará. Así, pues, en razón de su fecundidad, se apega a los cuerpos bellos más que a los feos, y si se encuentra con un alma bella, noble y bien dotada por naturaleza, entonces muestra un gran interés por el conjunto; ante esa persona habla sin dificultad acerca de la virtud, sobre cómo debe ser el hombre bueno y qué actividades le convienen, e intenta educarlo" (Banquete, 209b).    En suma, cuerpos hermosos, y almas (y mentes) hermosas. Los filósofos de los mayores siglos de la Grecia antigua, como Pitágoras, Parménides, Sócrates y el propio Platón, distinguen entre la perfección de una realidad celestial inmutable, por una parte, y el mundo material transitorio e irreal, por otra. Es de los presocráticos que Platón saca su famosa "Alegoría de la Caverna" [9]. Involucrarse en el amor "celestial" del alma y del intelecto es, en cierto modo, conocer la realidad. Practicar el amor "vulgar" del cuerpo es ser obligado por el mundo bajo e ilusorio de la materia. Georgiades muestra que la actitud de Platón hacia el homosexualismo no era fundamentalmente diferente de la perspectiva compartida por todas las clases sociales y por la ley en la antigua Atenas. Para él, y para ellos, el homosexualismo era vil. [9] https://es.wikipedia.org/wiki/Alegor%C3%ADa_de_la_caverna * * * *     Los griegos en general identificaban la belleza física, la moralidad y la capacidad intelectual muy estrechamente unas con otras. La belleza física llevaba con ella la sugerencia de que su dueño estaba más cercano al cielo —como Ganímides, el mejor material humano de cada modo— que otros menos dotados. Podría argumentarse que es fácil ser engañado por las palabras de Platón de "cuerpos hermosos", y quizás sobre esta base la persona generosa daría a las motivaciones de los eruditos pro-homosexualismo el beneficio de la duda. Pero Georgiades no tiene ninguna duda para concluír que la "pederastia" de la polis griega era bio-política, no sexual. Él no usa esa palabra, pero su resumen equivale casi a lo mismo. La relación "pederástica" era     «...una muy educativa. Su objetivo era iniciar a los adolescentes atenienses no en matemáticas o música sino en los secretos de la vida social, en el modo en que el sistema de gobierno funcionaba, en los buenos modales, los valores morales, la virtud y, también, los peligros de la vida. Un ateniense mayor asumía ese papel con respecto a un adolescente, entre 12 y 18 años de edad, es decir, hasta que el muchacho fuera lo bastante crecido ("hasta que él comience a tener barba", dicen los textos) para no tener ninguna necesidad de tal dirección».     Este pasaje recuerda la representación de Jenofonte y Plutarco del tratamiento correcto de los jóvenes espartanos "serios". En Esparta, como en Atenas, la relación erastés-erómenos estaba aparentemente destinada a preparar a dignos hombres jóvenes para su participación en la vida pública de la polis. Jenofonte, otra vez hablando de Esparta, dice en su Respublica Lacedaemoniorum:    "Paréceme que debo hablar también del trato amoroso con los niños [paidikon eroton], ya que también esto, en cierto modo, concierne a la educación" (La República de los Lacedemonios, II, 12).     Considerando la naturaleza altamente colectivista tanto de Esparta como de Atenas, me gustaría expandirme un poco sobre la teoría biopolítica de Georgiades. La práctica de la "pederastia", como una educación moral y política, estaba destinada a asegurar el futuro de la polis por medio de la tutela de los mejores hombres jóvenes (no de todos) —mejores física, intelectual y moralmente— de la comunidad. Esa selección meritocrática era conducida por ciudadanos de ciudadanos, dentro de su propia ciudad orgánicamente constituída. Los "amados" que eran seleccionados y enseñados por sus "amantes" estaban destinados a actuar, cuando ellos se hubieran hecho ciudadanos maduros de la polis, como ejemplos de la élite y ejecutores de su tradición política y moral.     Central para la ideología de la polis era que ella comprendía a gente libre de una linaje común: una comunidad realmente nacional [10]. Como es bien sabido, las ciudades de Grecia estaban en un estado casi constante de competición, y frecuentemente de guerra absoluta, a lo largo de los períodos Arcaico y Clásico. Desde la ventajosa posición de la larga tradición filosófica representada por Pitágoras, Parménides, Sócrates y Platón, la "pederastia" era nada menos que una tentativa de poner a la polis en línea con el orden divino mediante la preparación para el liderazgo de su mejor material humano disponible.     Desde la perspectiva de una Grecia en la cual la competición y la guerra entre Estados eran prácticamente la norma, la "pederastia" era una especie de estrategia evolutiva grupal para asegurar la comunidad nacional ante numerosos rivales hostiles. Cada visión es completamente compatible con la otra. [10] https://es.wikipedia.org/wiki/Meteco     Visto a través de un lente implícitamente freudiano, la tutela del joven en la Grecia antigua era una mera tapadera para la satisfacción de los impulsos pederásticos endémicos de individuos, más bien que un proyecto colectivista para realizar el ideal de una comunidad nacional sana y supremamente competitiva. Georgiades ha hecho el importante trabajo de discernir un caso convincente de lo contrario.– NOTA: Un estudio más completo y complementario de la misma materia, publicado en 2011 y firmado por Eduardo Velasco, que es importante si al lector le interesa, puede verse en http://europasoberana.blogspot.com/2013/05/homosexualidad-en-la-antigua-grecia-el.html
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