#cera vieja
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Ilustración de Tom Bombadil y Sauron jugando una partida de dominó & Ilustración a partir de un fragmento del libro Mascarada, de Terry Pratchett
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Anoche cuando dormía soñé ¡bendita ilusión! que una fontana fluía dentro de mi corazón. Dí: ¿por qué acequia escondida, agua, vienes hasta mí, manantial de nueva vida en donde nunca bebí? Anoche cuando dormía soñé ¡bendita ilusión! que una colmena tenía dentro de mi corazón; y las doradas abejas iban fabricando en él, con las amarguras viejas, blanca cera y dulce miel. Anoche cuando dormía soñé ¡bendita ilusión! que un ardiente sol lucía dentro de mi corazón. Era ardiente porque daba calores de rojo hogar, y era sol porque alumbraba y porque hacía llorar. Anoche cuando dormía soñé ¡bendita ilusión! que era Dios lo que tenía dentro de mi corazón.
-Antonio Machado / Anoche cuando dormía
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𝗔 𝗞𝗜𝗡𝗚 𝗪𝗜𝗧𝗛𝗢𝗨𝗧 𝗢𝗣𝗧𝗜𝗢𝗡𝗦.
A veces me pregunto si todo esto tiene sentido. No hablo del mundo en general, aunque eso también me agota. Hablo de lo que se espera de mí, de la manera en que cada decisión parece estar predeterminada antes de que siquiera pueda pensar en ella. Es como si el aire a mi alrededor estuviera controlado, como si cada respiro estuviera cronometrado para encajar en el esquema de algo más grande, algo que no elegí.
La gente suele decir que nací con suerte, pero no estoy tan seguro de que entiendan lo que eso significa. Sí, tengo un techo sobre mi cabeza, más que eso, un maldito palacio, con paredes tan altas que a veces parece que están diseñadas para que nunca pueda ver el mundo real desde dentro. Pero también hay cadenas. Invisibles, claro. El tipo de cadenas que no puedes cortar con una espada ni romper con fuerza. Son las cadenas de lo que los demás esperan de ti.
Mi dilema, si es que se puede llamar así, es que todos parecen pensar que es normal. Que para mí, esto debería ser lo único que conozco, lo que quiero. Como si no pudiera sentir otra cosa. "Serás rey", dicen, como si eso lo cubriera todo. Como si esas dos palabras fueran la solución a cualquier duda, a cualquier pequeño anhelo. Pero ser rey significa renunciar. No te lo dicen así de frente, pero lo intuyes, lo sientes. Renunciar a todo lo que haces con el corazón, a todo lo que podrías haber sido.
El amor, por ejemplo. Todos hablan del amor como si fuera algo que les pertenece, algo que puedes alcanzar como si solo tuvieras que estirar la mano y tomarlo. Pero no para mí. No para alguien que nació para algo más "grande", o al menos eso dicen. Para mí, el amor no es una opción, es una negociación. Un trato sellado con sellos de cera y viejas palabras escritas en papel amarillento. Cualquier sentimiento real tiene que ser filtrado, tamizado a través de lo que conviene, de lo que es adecuado. ¿Cómo puedo amar cuando amar de verdad sería rebelarme? Y ya sabemos que los rebeldes no duran mucho en las monarquías.
Por eso, he renunciado a pensar por mí mismo en algunas cosas. Es más fácil así, ¿sabes? Fingir que no tienes elección. Que todo está decidido y que lo mejor que puedes hacer es sentarte, sonreír y seguir el guion. A veces me pregunto si es algo cobarde, pero luego me detengo. Tal vez lo sea. Tal vez aceptar lo que otros esperan de ti es lo más cobarde que puedes hacer, pero hay días en los que simplemente no tengo la energía para luchar. Porque, ¿qué cambias realmente? El trono no desaparece si te resistes. Solo te arrastra con más fuerza.
Hasta ahora, las pequeñas decisiones que aún puedo tomar son las que me mantienen... cuerdo, supongo. Elegir qué música escuchar cuando estoy solo, los libros que leo en las noches que no puedo dormir, o las conversaciones que tengo con extraños que no saben quién soy. Eso me da algo de paz. Poca, pero es algo. Siento que esas decisiones son lo último que me queda antes de que tenga que renunciar por completo. Y quiero disfrutarlo, aunque sea por un tiempo limitado.
Sé que cuando me nombren rey, será el punto de no retorno. Mi vida, mi verdadero yo, quedará enterrado bajo capas de deber, protocolo y sonrisas falsas. Ya no tendré el lujo de elegir nada por mí mismo. Ni siquiera podré pensar en lo que podría haber sido. Simplemente, seré lo que los demás necesitan que sea, lo que esperan que sea.
Así que, mientras tanto, mientras este momento final no llega, vivo por esos pequeños momentos de libertad. Porque cuando todo eso desaparezca, ¿qué quedará de mí? ¿Quién será Carter, realmente? Un nombre en la historia, tal vez. Una figura más en un largo linaje de reyes. Pero, ¿seré algo más? Quizá. Pero lo que está claro es que no seré yo. Y eso, en el fondo, es lo que más me aterra.
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Otra vida se va, y tengo que comenzar de nuevo, se que no cera de cero, pero es un comienzo austero, aunque cuesta dejar las cosas que tengo encadenadas al pecho, quisiera poder arrancarme los recuerdos que tengo pegados al cuerpo, que los tatuajes de tus manos se deshagan entre mi ropa vieja, mientras espero sentado a que el latido de mi corazón se devanezca, y este aroma que tengo impregnado desaparezca, ojalá la vida me de la fuerza, para vivir otro día con la cruda realidad de que te tengo que sacar de mi cabeza, ojalá mi espíritu no perezca, en el intento de despegarme de todo aquello que se esconde en la malesa, este campo lleno emociones y recuerdos que amplifican mi tristeza, del que espero que el tiempo me aleje, para cerrar los ojos y que el mundo desaparezca.
@escritoconplasma
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Anoche cuando dormía
soñé ¡bendita ilusión!
que una fontana fluía
dentro de mi corazón.
Dí: ¿por qué acequia escondida,
agua, vienes hasta mí,
manantial de nueva vida
en donde nunca bebí?
Anoche cuando dormía
soñé ¡bendita ilusión!
que una colmena tenía
dentro de mi corazón;
y las doradas abejas
iban fabricando en él,
con las amarguras viejas,
blanca cera y dulce miel.
Anoche cuando dormía
soñé ¡bendita ilusión!
que un ardiente sol lucía
dentro de mi corazón.
Era ardiente porque daba
calores de rojo hogar,
y era sol porque alumbraba
y porque hacía llorar.
Anoche cuando dormía
soñé ¡bendita ilusión!
que era Dios lo que tenía
dentro de mi corazón.
"Anoche cuando dormía", Antonio Machado.
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A NIGHT IN THE SILVER FACTORY
Escasos días transcurren desde la llegada de la súbita invitación a THE FACTORY, y el nombre del firmante continúa resonando en tu mente. Tratas de recordar dónde lo escuchaste antes, pero nada concreto aparece. Por un momento, piensas que se equivocaron de destinatario, o que, lisa y llanamente, se trata de una jugarreta. Poco a poco, la curiosidad aimana hasta desaparecer y da igual, porque no era una cuestión que carcomiera tu cabeza. Ni siquiera ocupas una fracción de tiempo para investigar al supuesto anfitrión. Recibes incontables invitaciones a reuniones, clubes y sociedades a diario. La exclusividad es moneda corriente en tu vida.
Aun así, con el descuido que caracteriza a quien siempre cuenta con un lugar en la mesa, la nueva correspondencia abre paso a que la intriga se apodere de ti una vez más. En esta ocasión, no se trata de una centelleante notificación en tu teléfono. No. Lo que recibes es una invitación a la vieja usanza: un sobre negro que reluce por la calidad de su material y cuyo frente se encuentra decorado con tu nombre cincelado en la más pulcra caligrafía. El dorso está sellado con cera nacarada en un enceguecedor dorado que simula oro. Al abrirlo, te sorprende el contraste, pues del interior surge otro metal precioso. Durante unos segundos, aprecias la similitud que el papel tiene con el platino hasta reparar en el mensaje:
Primer encuentro: SILVER FACTORY Viernes, 24 de febrero, 21:00 hs West Chelsea, NYC Contar al menos con una prenda, accesorio o detalle en plata Te esperamos.
Sin entender muy bien la razón, decides abandonar tu lado de la ciudad y hacer acto de presencia. Claro que vas habiendo tomado los recaudos pertinentes, siempre acompañade por quien cuida tus espaldas. Una gran construcción te recibe. Se trata de un antiguo almacén de depósito con ladrillos expuestos, característica clásica de los edificios en Chelsea.
El ingreso es sencillo, mucho más sencillo que en otros eventos a los que has asistido. ¡Ni en la MET Gala hacen las cosas de modo tan eficiente! Un cosquilleo de satisfacción se asienta en tu estómago. Debes admitir que no está nada mal y, siendo sincere, el interior del lugar enciende tu curiosidad. ¿Cuál es el asunto tras las paredes cubiertas de papel aluminio? Algún que otro cuadro famoso resalta entre tanto gris. Sofás rojos decorando las esquinas.
Te das cuenta que no eres le únique ahí dentro. Rostros con una vaga familiaridad se reúnen a tu alrededor. De repente, una figura asomándose por el balcón de un entrepiso, capta tu completa atención.
" ¡Bienvenides a THE FACTORY! "
INFORMACIÓN OOC
Lo hemos hecho saber, pero agradecemos enormemente el recibimiento que le han dado al grupal. Su apoyo y participación nos pone muy contentas.
Este es el primer evento oficial de The Factory como club y está pensado para que tanto los personajes como ustedes empiecen a familiarizarse y sentirse cómodes. Les recordamos que, a excepción de los vínculos familiares, no hay lazos entre los personajes. Quizás los rostros les resultan conocidos, pero nada más.
En este enlace encontrarán un tablero de pinterest con la ambientación e inspiración para esta actividad. Para mayor referencia, el almacén cuenta con dos pisos. El de la recepción es el que está empapelado de color plata, tiene acceso a un pequeño patio interno, y en el primer piso está la decoración de estilo art pop. Este piso cuenta con un balcón/terraza al aire libre. Hay asientos, mesas y barras para quienes gusten de algún cóctel.
Como dice en la invitación, el código de vestimenta es contar con algo en color plata. ¡Lo que sea! Les invitamos a que hagan edits de vestimenta, si gustan, y que los taggen bajo FACTORY: EDITS.
Estaremos roleando con STARTERS ABIERTOS que podrán rebloggear en nuestro blog de starters para mayor difusión y, obvio, quitar cuando lo estimen conveniente para ustedes.
La duración de esta actividad es de UNA SEMANA. El próximo jueves pasaremos a una nueva.
¡Esperemos que se diviertan mucho! Cualquier cosita, estamos a un mensaje de distancia. Un beso ¡y a rolear!
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En un abrir y cerrar de ojos ya no estarás en donde estabas: un triste viejo está mirándote con qué terror desde tu cara.
Mirándote ávido y mirándote mientras la luz te da en su cara: en un abrir y cerrar de ojos, ni tú, ni él, ni nada.
Entre els desastres apilats com sa
Entre els desastres apilats com sacs, la vida m'ha deixat el teu amor. Tant se val el silenci de la nit, el cotxe negre que ha apagat els fars i el saxo que se sent, fluix, en la ràdio. El que ha de ser impecable és el dispar: perillós i certer. Com tu en la meva vida.cs, la vida m'ha deixat el teu amor. Tant se val el silenci de la nit, el cotxe negre que ha apagat els fars i el saxo que se sent, fluix, en la ràdio. El que ha de ser impecable és el dispar: perillós i certer. Com tu en la meva vida.
Qué sabes, cuerpo, tú de mí que así me miras en esta tarde melancólica, me escrutas, piensas, mueves la cabeza donde insólito dura el aire de aquella nuestra juventud. Y ahora que la navegación se anuncia larga y nada parecería haber que no hubiéramos muerto, desnudo cuerpo, dime, qué sabes tú de mí que así me miras en la borrada orilla oscura de este mar
La storia non è magistra di niente che ci riguardi. Eugenio Montale
Domingo. Plus d'espoir. Josip Broz Tito muere, como mueren los grandes dinosaurios, ha muerto o nunca morirá, se sabe con absoluta precisión de fuente yugoslava. Nuevos combates en el Líbano, imprecisos. Húndese un navío de carga a vista de Lisboa. El metro empieza a funcionar en Roma con diecisiete años de retraso. Domingo, diecisiete, febrero. San Silvano. El escritor de turno ruso sancionado. El Cairo, nada. Madrid, cuál es el nombre del país del que yo he sido presidente. Y plus d'espoir. Domingo. Extiendo al aire municipal las sábanas desteñidas de ausencia. El tiempo, viento del noroeste moderado.
La España de charanga y pandereta, cerrado y sacristía, devota de Frascuelo y de María, de espíritu burlón y de alma quieta, ha de tener su mármol y su día, su infalible mañana y su poeta. El vano ayer engendrará un mañana vacío y por ventura pasajero. Será un joven lechuzo y tarambana, un sayón con hechuras de bolero, a la moda de Francia realista, un poco al uso de París pagano, y al estilo de España especialista en el vicio al alcance de la mano. Esa España inferior que ora y bosteza, vieja y tahúr, zaragatera y triste; esa España inferior que ora y embiste, cuando se digna usar de la cabeza, aún tendrá luengo parto de varones amantes de sagradas tradiciones y de sagradas formas y maneras; florecerán las barbas apostólicas, y otras calvas en otras calaveras brillarán, venerables y católicas. El vano ayer engendrará un mañana vacío y ¡por ventura! pasajero, la sombra de un lechuzo tarambana, de un sayón con hechuras de bolero; el vacuo ayer dará un mañana huero. Como la náusea de un borracho ahíto de vino malo, un rojo sol corona de heces turbias las cumbres de granito; hay un mañana estomagante escrito en la tarde pragmática y dulzona. Mas otra España nace, la España del cincel y de la maza, con esa eterna juventud que se hace del pasado macizo de la raza. Una España implacable y redentora, España que alborea con un hacha en la mano vengadora, España de la rabia y de la idea.
correr no sé donde aquí o allá singulares recodos desnudos basta correr! trenzas sujetan mi anochecer de caspa y agua colonia rosa quemada fósforo de cera creación sincera en surco capilar la noche desanuda su bagaje de blancos y negros tirar detener su devenir
La noche se astilló de estrellas mirándome alucinada el aire arroja odio embellecido su rostro con música.
Pronto nos iremos
Arcano sueño antepasado de mi sonrisa el mundo está demacrado y hay candado pero no llaves y hay pavor pero no lágrimas.
¿Qué haré conmigo?
Porque a Ti te debo lo que soy
Pero no tengo mañana
Porque a Ti te...
La noche sufre.
Desnudo soñando una noche solar. He yacido días animales. El viento y la lluvia me borraron como a un fuego, como a un poema escrito en un muro.
La calavera, el corazón secreto, los caminos de sangre que no veo, los túneles del sueño, ese Proteo, las vísceras, la nuca, el esqueleto.
Soy esas cosas. Increíblemente soy también la memoria de una espada y la de un solitario poniente que se dispersa en oro, en sombra, en nada.
Soy el que ve las proas desde el puerto; soy los contados libros, los contados grabados por el tiempo fatigados;
soy el que envidia a los que ya se han muerto. Más raro es ser el hombre que entrelaza palabras en un cuarto de una casa.
Al olmo viejo, hendido por el rayo y en su mitad podrido, con las lluvias de abril y el sol de mayo algunas hojas verdes le han salido.
¡El olmo centenario en la colina que lame el Duero! Un musgo amarillento le mancha la corteza blanquecina al tronco carcomido y polvoriento.
No será, cual los álamos cantores que guardan el camino y la ribera, habitado de pardos ruiseñores.
Ejército de hormigas en hilera va trepando por él, y en sus entrañas urden sus telas grises las arañas.
Antes que te derribe, olmo del Duero, con su hacha el leñador, y el carpintero te convierta en melena de campana, lanza de carro o yugo de carreta; antes que rojo en el hogar, mañana, ardas de alguna mísera caseta, al borde de un camino; antes que te descuaje un torbellino y tronche el soplo de las sierras blancas; antes que el río hasta la mar te empuje por valles y barrancas, olmo, quiero anotar en mi cartera la gracia de tu rama verdecida. Mi corazón espera también, hacia la luz y hacia la vida, otro milagro de la primavera.
¡Viejos olivos sedientos bajo el claro sol del día, olivares polvorientos del campo de Andalucía! ¡El campo andaluz, peinado por el sol canicular, de loma en loma rayado de olivar y de olivar! Son las tierras soleadas, anchas lomas, lueñes sierras de olivares recamadas. Mil senderos. Con sus machos, abrumados de capachos, van gañanes y arrieros. ¡De la venta del camino a la puerta, soplan vino trabucaires bandoleros! ¡Olivares y olivares de loma en loma prendidos cual bordados alamares! ¡Olivares coloridos de una tarde anaranjada; olivares rebruñidos bajo la luna argentada! ¡Olivares centellados en las tardes cenicientas, bajo los cielos preñados de tormentas!… Olivares, Dios os dé los eneros de aguaceros, los agostos de agua al pie, los vientos primaverales, vuestras flores racimadas; y las lluvias otoñales vuestras olivas moradas. Olivar, por cien caminos, tus olivitas irán caminando a cien molinos. Ya darán trabajo en las alquerías a gañanes y braceros, ¡oh buenas frentes sombrías bajo los anchos sombreros!… ¡Olivar y olivareros, bosque y raza, campo y plaza de los fieles al terruño y al arado y al molino, de los que muestran el puño al destino, los benditos labradores, los bandidos caballeros, los señores devotos y matuteros!… ¡Ciudades y caseríos en la margen de los ríos, en los pliegues de la sierra!… ¡Venga Dios a los hogares y a las almas de esta tierra de olivares y olivares!
II
A dos leguas de Úbeda, la Torre de Pero Gil, bajo este sol de fuego, triste burgo de España. El coche rueda entre grises olivos polvorientos. Allá, el castillo heroico. En la plaza, mendigos y chicuelos: una orgía de harapos… Pasamos frente al atrio del convento de la Misericordia. ¡Los blancos muros, los cipreses negros! ¡Agria melancolía como asperón de hierro que raspa el corazón! ¡Amurallada piedad, erguida en este basurero!… Esta casa de Dios, decid hermanos, esta casa de Dios, ¿qué guarda dentro? Y ese pálido joven, asombrado y atento, que parece mirarnos con la boca, será el loco del pueblo, de quien se dice: es Lucas, Blas o Ginés, el tonto que tenemos. Seguimos. Olivares. Los olivos están en flor. El carricoche lento, al paso de dos pencos matalones, camina hacia Peal. Campos ubérrimos. La tierra da lo suyo; el sol trabaja; el hombre es para el suelo: genera, siembra y labra y su fatiga unce la tierra al cielo. Nosotros enturbiamos la fuente de la vida, el sol primero, con nuestros ojos tristes, con nuestro amargo rezo, con nuestra mano ociosa, con nuestro pensamiento —se engendra en el pecado, se vive en el dolor. ¡Dios está lejos!—. Esta piedad erguida sobre este burgo sórdido, sobre este basurero, esta casa de Dios, decid, oh santos cañones de von Kluck, ¿qué guarda dentro?
2 de enero AQUELLA mañana tuve miedo. No. No fue aquella mañana. Es esta mañana. Es ahora. Me repito que aquella mañana tuve miedo. No es verdad, no fue en la parte menos visible del verbo, es ahora, me despierto, tengo miedo. Me he mirado las piernas y he subido mis ojos por mi cuerpo, lentamente, como un cuidadoso pensamiento asesino. Éste es mi cuerpo, dije. Me desperté y he visto. Manos en mi garganta. Qué idiota soy.
3 de enero Escríbame, dijo, escríbame de usted. Escríbele hasta que te enredes en los hilos del lenguaje y caigas herida de muerte.
5 de enero El horror de habitarme, de ser —qué extraño— mi huésped, mi pasajera, mi lugar de exilio.
7 de enero Todo lo que le dije lo arrojaba por inservible. Mi amor en harapos volaba como un paquete absurdo y nauseabundo.
8 de enero En la rue Gay-Lussac un automóvil viejo lleno de cajas de cartón. Sentado entre ellas, un anciano de pelo blanco, abrigo y sombrero negros, rostro hermoso y tristísimo. Me dije que nadie sino yo sabe que este hombre está triste dentro de de un auto muy viejo en una calle desierta. Pero de pronto me dije: ¿Y si este hombre no existe, si no existiera? Me acerqué y en efecto, no había nadie.
Estoy muriendo como “El niño que enloqueció de amor”.
¿Y si G. me envidiara mi amor por él?
9 de enero Odio mi cara pues la miro a través de sus ojos. Esta cara no supo fascinarlo. Amo. ¿Qué se hace en este mundo cuando se ama así?
13 de enero Soñé con estos versos: ô saisons, ô chateaux quel âme est sans défaut
14 de enero Soñé con Rimbaud. Par litterature, j’ai perdu ma vie.
15 de enero Como si debiera sufrir por él. En verdad no quiero verlo ni me importa. Pero es como si debiera sufrir por él. Como si lo terrible fuera quedar sin rostros concretos y reales y que mi nostalgia se limite a un sonido, un perfume.
16 de enero Anoche me sentí tan lejos de G., tan consciente de su irrealidad, que decidí escribir un relato de mi amor inexistente. Hoy despierto con la dulzura de su rostro frágil en mi memoria, hoy está tan bello en mi memoria que no acierto a comprender su dureza, su comportamiento sórdido. Hoy lo “veo” tan gravemente atento, tan maravilloso, que la esperanza renace de una manera perfecta. ¿Quién escribirá sobre el amor? No yo. Yo amo.
17 de enero Confabulación de sombras para expulsar de la noche a la pequeña sonámbula.
18 de enero Probarse vidas ajenas como vestidos heredados. Para no ver la propia desnudez.
2 de febrero Nunca pensé en mis circunstancias personales: familia, estudios, relaciones, amigos. Me limité a sufrirlos como a testimonios opuestos al clima de magia y ensueño de mi memoria.
Como si aceptarme con mis circunstancias personales llevara implícito un renunciamiento a algo fabuloso. Es el viejo problema. De todos modos yo no existo.
3 de febrero Sentimiento de lo provisorio. Escribo rápidamente y miro el reloj. Temo no tener tiempo. ¿Cuánto viviré aún? Leo con urgencia, miro y es vertiginoso. Corro. A dónde corro. Hay alguien presto a asesinarme.
27 de febrero Imagino situaciones horribles para obligarme a actuar. Así la visión de los clochards para impulsarme a trabajar frenéticamente en la oficina sin pensar en las pocas probabilidades que tengo para llegar a ese estado pues en cualquier momento puedo volver a Buenos Aires —a mi hogar burgués. Lo mismo el viernes pasado cuando vi la obra de Brecht y me asusté mucho como si mi caída en la miseria fuera inminente.
1 de marzo El ser se aduerme, cae en el deslumbramiento de sí.
Me enfermé del corazón. Es usted cardiaca —dijo. Por fin bautizaron mi vacío, mi silencio, mi ademán de idiota enamorada del aire.
Todo lo que digo y hago es para afirmar una continuidad de mi ser, la existencia de un lenguaje y un pensamiento propios. Pero yo habito el miedo, yo estoy suspendida del silencio. El remordimiento de no haber hecho algo por comprenderlo. Obligación formulada por una voz lejana.
No son más silenciosos los espejos ni más furtiva el alba aventurera; eres, bajo la luna, esa pantera que nos es dado divisar de lejos.
Por obra indescifrable de un decreto divino, te buscamos vanamente; más remoto que el Ganges y el poniente, tuya es la soledad, tuyo el secreto.
Tu lomo condesciende a la morosa caricia de mi mano. Has admitido, desde esa eternidad que ya es olvido,
el amor de la mano recelosa. En otro tiempo estás. Eres el dueño de un ámbito cerrado como un sueño.
La tarde equivocada se vistió de frío.
Detrás de los cristales turbios, todos los niños, ven convertirse en pájaros un árbol amarillo.
La tarde está tendida a lo largo del río. Y un rubor de manzana tiembla en los tejadillos.
Si muero, dejad el balcón abierto.
El niño come naranjas. (Desde mi balcón lo veo).
El segador siega el trigo. (Desde mi balcón lo siento).
¡Si muero, dejad el balcón abierto!
Ven a mis labios, Dales la forma del amor, de bosques, del alto mar, de un grito, que aunque dure un instante sea mío. Dales su plenitud de ave, de llama, de canción, aunque en vaso se animen.
No te pido la eternidad, te pido el tiempo, el brote puro de la luz de un día, para decir que he sido la forma de un amor, para hundirme en tu nada. Imagina que el tiempo sólo es lo que amas: unas pocas palabras, unos seres exactos, unas horas muy lisas, una playa (quizá) donde el daño no acecha. Imagina la vida como no lo es ahora. No quiero decir como algo perfecto, sino un resplandor, cierto abril de muy lejos. Un tributo al azar, sin otro destino que el confín fugitivo de un eco sin rostro. Y después, cualquier cosa. Con qué precisión va la edad hilvanando el espino, y qué extraña urgencia de ir en pie hasta la ola. Celebrar lentamente, que aniquilé mi huella. Mi escritura de hombre. Mi certeza de surco. Ser la alta misión de lo que nunca concluye, como no cierra el mar su recado en la orilla. Pero no es estar quieto, la razón ni la meta. Sino un querer más pequeño, una conquista más clara. Ver la vida llegar de su noche, a tu noche, en un cuerpo ajeno. Pronunciar su silencio, abrazar su alambrada. Desear su vacío. Delirar sin camino, sin mapa, sin fuego hasta el tiempo sin tiempo, del país que no haremos.
Nadie rebaje a lágrima o reproche esta declaración de la maestría de Dios, que con magnífica ironía me dio a la vez los libros y la noche.
De esta ciudad de libros hizo dueños a unos ojos sin luz, que sólo pueden leer en las bibliotecas de los sueños los insensatos párrafos que ceden
las albas a su afán. En vano el día les prodiga sus libros infinitos, arduos como los arduos manuscritos que perecieron en Alejandría.
De hambre y de sed (narra una historia griega) muere un rey entre fuentes y jardines; yo fatigo sin rumbo los confines de esta alta y honda biblioteca ciega.
Enciclopedias, atlas, el Oriente y el Occidente, siglos, dinastías, símbolos, cosmos y cosmogonías brindan los muros, pero inútilmente.
Lento en mi sombra, la penumbra hueca exploro con el báculo indeciso, yo, que me figuraba el Paraíso bajo la especie de una biblioteca.
Algo, que ciertamente no se nombra con la palabra azar, rige estas cosas; otro ya recibió en otras borrosas tardes los muchos libros y la sombra.
Al errar por las lentas galerías suelo sentir con vago horror sagrado que soy el otro, el muerto, que habrá dado los mismos pasos en los mismos días.
¿Cuál de los dos escribe este poema de un yo plural y de una sola sombra? ¿Qué importa la palabra que me nombra si es indiviso y uno el anatema?
Groussac o Borges, miro este querido mundo que se deforma y que se apaga en una pálida ceniza vaga que se parece al sueño y al olvido.
Cerrar podrá mis ojos la postrera Sombra que me llevare el blanco día, Y podrá desatar esta alma mía Hora, a su afán ansioso lisonjera;
Mas no de esotra parte en la ribera Dejará la memoria, en donde ardía: Nadar sabe mi llama el agua fría, Y perder el respeto a ley severa.
Alma, a quien todo un Dios prisión ha sido, Venas, que humor a tanto fuego han dado, Médulas, que han gloriosamente ardido,
Su cuerpo dejará, no su cuidado; Serán ceniza, mas tendrá sentido; Polvo serán, mas polvo enamorado.
Alza, toro de España: levántate, despierta. Despiértate del todo, toro de negra espuma, que respiras la luz y rezumas la sombra, y concentras los mares bajo tu piel cerrada.
Despiértate.
Resopla tu poder, despliega tu esqueleto, enarbola tu frente con las rotundas hachas, con las dos herramientas de asustar a los astros, de amenazar al cielo con astas de tragedia.
Esgrímete.
Toro en la primavera más toro que otras veces, en España más toro, toro, que en otras partes. Más cálido que nunca, más volcánico, toro, que irradias, que iluminas al fuego, yérguete.
Desencadénate.
Desencadena el raudo corazón que te orienta por las plazas de España, sobre su astral arena. A desollarte vivo vienen lobos y águilas que han envidiado siempre tu hermosura de pueblo.
Yérguete.
No te van a castrar: no dejarás que llegue hasta tus atributos de varón abundante esa mano felina que pretende arrancártelos de cuajo, impunemente: pataléalos, toro.
Víbrate.
Es como si quisieran arrancar la piel al sol, al torrente la espuma con uña y picotazo. No te van a castrar, poder tan masculino que fecundas la piedra; no te van a castrar.
Truénate.
No retrocede el toro: no da un paso hacia atrás si no es para escarbar sangre y furia en la arena, unir todas sus fuerzas, y desde las pezuñas abalanzarse luego con decisión de rayo.
Abalánzate.
Partido en dos pedazos, este toro de siglos, este toro que dentro de nosotros habita: partido en dos mitades, con una mataría y con la otra mitad moriría luchando.
Atorbellínate.
Despierta, toro: esgrime, desencadena, víbrate. Levanta, toro: truena, toro, abalánzate. Atorbellínate, toro: revuélvete. Sálvate, denso toro de emoción y de España.
Sálvate.
Confianza en el anteojo, no en el ojo; en la escalera, nunca en el peldaño; en el ala, no en el ave y en ti sólo, en ti sólo, en ti sólo.
Confianza en la maldad, no en el malvado; en el vaso, mas nunca en el licor; en el cadáver, no en el hombre y en ti sólo, en ti sólo, en ti sólo.
Confianza en muchos, pero ya no en uno; en el cauce, jamás en la corriente; en los calzones, no en las piernas y en ti sólo, en ti sólo, en ti sólo.
Confianza en la ventana, no en la puerta; en la madre, mas no en los nueve meses; en el destino, no en el dado de oro, y en ti sólo, en ti sólo, en ti sólo. Más allá de los símbolos, más allá de la pompa y la ceniza de los aniversarios, más allá de la aberración del gramático que ve en la historia del hidalgo que soñaba ser don Quijote y al fin lo fue, no una amistad y una alegría sino un herbario de arcaísmos y un refranero, estás, España silenciosa, en nosotros. España del bisonte, que moriría por el hierro o el rifle, en las praderas del ocaso, en Montana, España donde Ulises descendió a la Casa de Hades, España del íbero, del celta, del cartaginés, y de Roma, España de los duros visigodos, de estirpe escandinava, que deletrearon y olvidaron la escritura de Ulfilas, pastor de pueblos, España del Islam, de la cábala y de la Noche Oscura del Alma, España de los inquisidores, que padecieron el destino de ser verdugos y hubieran podido ser mártires, España de la larga aventura que descifró los mares y redujo crueles imperios y que prosigue aquí, en Buenos Aires, en este atardecer del mes de julio de 1964, España de la otra guitarra, la desgarrada, no la humilde, la nuestra, España de los patios, España de la piedra piadosa de catedrales y santuarios, España de la hombría de bien y de la caudalosa amistad, España del inútil coraje, podemos profesar otros amores, podemos olvidarte como olvidamos nuestro propio pasado, porque inseparablemente estás en nosotros, en los íntimos hábitos de la sangre, en los Acevedo y los Suárez de mi linaje, España, madre de ríos y de espadas y de multiplicadas generaciones, incesante y fatal.
Transido, salomónico, decente, ululaba; compuesto, caviloso, cadavérico, perjuro, iba, tornaba, respondía; osaba, fatídico, escarlata, irresistible.
En sociedad, en vidrio, en polvo, en hulla, marchóse; vaciló, en hablando en oro; fulguró, volteó, en acatamiento; en terciopelo, en llanto, replegóse.
¿Recordar? ¿Insistir? ¿Ir? ¿Perdonar? Ceñudo, acabaría recostado, áspero, atónito, mural; meditaba estamparse, confundirse, fenecer.
Inatacablemente, impunemente, Negramente, husmeará, comprenderá; vestiráse oralmente; inciertamente irá, acobardaráse, olvidará. En mi cincuenta aniversario, solo o mientras se oía el piano de Thelonius Monk mojado por la lluvia, tuve dolor costal y fuertes calenturas, coloqué como pude un pétalo en el ojo izquierdo, saqué brillo al derecho y fuerzas de miseria y en posición marcial saludé a las modestas señales del futuro.
Vestido de blanco. Vestido de blanco estoy ante los ojos de quien me ama y de quien no me ama, poso en fin ante nadie o ante la nada o ante la pupila transparente que nunca veo y que me ve.
¿Posaré así sin fin ante la muerte?
Las flores de la acacia amarillean pronto en los montes lejanos de la niñez. ¿Estoy vestido así para morir?
Una gran onda larga en la fotografía que el tiempo ha demudado cae sobre mi frente, pálida la frente, artificial la onda, digo, si artificial pudiera ser lo hecho con amor.
Y te oigo, madre, raíz de tanto, llegar del otro lado de la noche.
Tú me tiendes la rama dorada.
Pongo mi pie desnudo en el umbral.
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¿Cómo elegir tu skincare?
EL primer paso para elegir correctamente tus productos de skincare NO es saber de activos o leer una etiqueta: ES SABER CÓMO SE FORMA TU PIEL! 🤓
Entender la biología y la química de tu piel es el primer paso para comprender:
cómo va a funcionar un cosmético
para dónde está diseñado
en qué tiempo puedo esperar ver resultados.
Y si bien la estructura y funcionamiento de la piel, el órgano más grande de nuestro cuerpo, es complejo 🫠, vamos a darte una especia de guía simplificada para entender rápidamente, y de manera práctica, estos 3 puntos que mencionamos. 💪 ��️
Empecemos por aclarar que la piel está hecha para PROTEGERNOS, a través de distintos mecanismos. Uno de ellos es evitar que agentes externos ingresen al organismo...y esto incluye los cosméticos 🫣. Entonces partamos de la base que la piel va a resistir el ingreso de sustancias porque es parte de su función.
ENTONCES DE QUÉ DEPENDE el grado de acción y penetración de un cosmético:
De la naturaleza del principio activo: su afinidad química, el tamaño de la molécula, y su área objetivo.
De la naturaleza del excipiente o vehículo: igual de importante que el activo, porque es quien lo lleva. Un excelente activo, con un mail vehículo, no sirve de nada!
Del estado de la piel: como les dije, la piel no está hecha para que ingresen sustancias, y menos si no está cuidada. Siempre pongo el mismo ejemplo, imaginen que hablamos de un piso de madera, que tiene capas y capas de cera vieja encima. Lo primero que tengo que hacer para poder "nutrir la madera", es eliminar las capas de cera...sino nunca voy a llegar! Mantener una piel exfoliada y equilibrada es fundamental para que funcionen otros productos de skincare.
De los métodos coadyuvantes en la aplicación: esto puede ser cualquier método complementario de aplicación: masajes, calor, oclusión...De ahí el auge de las piedras, o las lámparas UV o las máscaras de papel. 🤓 😉
Aclarado esto...AHORA SI VAMOS A LA GUIA SENCILLA! 💡
SI TU COSMÉTICO DICE: humectar, hidratar, iluminar, proteger o equilibrar...está hablando de acciones que involucran a la EPIDERMIS. Esto quiere decir que va a actuar sobre la superficie o la primer capa de la piel. En reglas generales su acción va a ser inmediata o a corto plazo, porque no necesita ir más profundamente. Este tipo de productos son los que podés cambiar con mayor facilidad o adaptar en tu rutina según tus necesidades periódicas, porque, como dijimos, sus resultados son a corto plazo y fáciles de evaluar. Recomendamos evitar siempre en el skincare (en especial en pieles grasas): ACEITES MINERALES, SILICONAS Y FRAGANCIAS. Pero esto es para otro posteo...😅
SI TU COSMÉTICO HABLA DE: firmeza, relleno, elasticidad, redefinición del óvalo...está hablando de acciones que involucran a la DERMIS. Y para ello necesitará atravesar la EPIDERMIS y esto no es para nada sencillo! Menos si la fórmula no está bien desarrollada y pensada. De tu parte, estas fórmulas van a requerir mucha más PACIENCIA Y CONSTANCIA. Para que llegue el activo es como una gota que intenta atravesar la piedra...lo puede lograr, pero hay que darle tiempo e insistir. Mínimo vas a necesitar 3 a 4 semanas de uso continuo para ver resultados. ⏳
Espero que este punteo te sirva para que puedas seleccionar mejor tu skincare.
Y si estás buscando el combo ideal, a prueba de todo, para una rutina efectiva ENCONTRALO ACÁ 👈
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Cómo lavar y engrasar la bicicleta
A la hora de circular con nuestras bicicletas, e independientemente de que sean MTB o de carretera, el mantenimiento es un elemento clave, pues del mismo dependerá la salud de nuestras máquinas. Y claro, dentro del programa de control que podemos llevar hay determinados componentes que requieren un especial cuidado por su propia naturaleza: las rodanas, el desviador, los dentados de los platos, el piñón, los carretes, etc. Son muchos los elementos que están en contacto directo con los residuos del asfalto o los caminos, y que pueden sufrir atascos o mal funcionamiento a raíz de la existencia de agentes externos o la falta de un engrasado adecuado. De ahí que vayamos a echar un vistazo en este post a cómo engrasar la bicicleta. Herramientas y componentes que vamos a necesitar Primero de todo necesitamos tener un kit básico de herramientas y componentes para poder llevar a cabo el programa para engrasar la bicicleta; vamos a necesitar una brocha de pintor nueva, un recipiente que no vayamos a utilizar más adelante, pues será empleado para guardar el desengrasante, que podrá ser petroleo o desengrasil; un limpiacadenas, que podremos encontrar en cualquier tienda especializada; un cubo con agua, un bote de lavavajillas, aceite de bicicletas y un frasco de grasa sólida, que también podremos encontrar en muchas tiendas del ramo. También serán útiles unos guantes de latex y una bayeta limpia que no deje partículas, sería idónea una de microfibras. Desengrasado del cambio trasero y el desviador delantero Aquí pasa como en los suelos de las viviendas, que antes de echar la cera hay que limpiar; obvio, ¿verdad? Pues a muchos parece que no les queda tan claro, pues aún hay gente que coge los nuevos aceites para engrasar la bicicleta y los echa tan ricamente sobre los viejos, con restos de polvo y arenilla. Menuda la que se puede armar ahí, y como comprenderéis no es nada saludable para las piezas de la bicicleta. Pues bien, para engrasar la bicicleta correctamente primero de todo habrá que eliminar la grasa vieja, y para ello deberemos utilizar la brocha untada con desengrasil o directamente con petroleo; en este punto he llegado a encontrarme con quien utiliza CocaCola, pero qué queréis que os diga, mejor emplear productos específicos, pues son adecuados para ello y dejan menos residuos. Con la brocha hay que poner un especial énfasis en los componentes del cambio trasero, y concretamente en lo que respecta a las rodanas, que suelen acumular mugre en cantidad y además son piezas muy sensibles. Una vez el cambio trasero ha quedado reluciente vamos a echar un vistazo al desviador delantero, que normalmente, al ser objeto de fricción constante, suele acumular restos de lo más diverso. El proceso es el mismo que el anterior, con la brocha untada en desengrasil frotamos con energía, y para que la limpieza pueda ser más profunda, vamos haciendo un cambio de marchas; de esta manera conseguimos que el desengrasante llegue a partes ocultas. Obviamente la bicicleta debería estar colgada para ello con un soporte adecuado. En este punto aprovechamos para dar un repaso con el mismo componente a los platos, teniendo un especial cuidado en que el líquido no penetre en el eje del pedal, pues ésto podría conllevar posteriores oxidaciones y/o problemas de fricción. No es tan complicado engrasar la bicicleta, ¿verdad? Arriba vimos qué necesitábamos para desengrasar y dejar como nuevos los platos, el desviador delantero y las rodanas del cambio trasero. Piezas muy sensible a la acumulación de residuos propios de la carretera o la montaña. Pues bien, hoy vamos a ver cómo seguir con el proceso de desengrasado de la bicicleta. Desengrasando la cadena, el sistema de frenado y el piñón La cadena es el elemento vital de la transmisión, pues si su estado no es adecuado de poco servirá que nos hayamos tomado la molestia de realizar un perfecto desengrasado de la bicicleta. Además de ello tenemos que tener en cuenta que por su propia morfología se trata de un elemento muy complicado de limpiar, pues cuenta con miles de recovecos en los que se acumulan residuos de todo tipo, pudiendo en algunos casos incluso a representar un peligro (por ejemplo si una piedrilla se engancha). De ahí que resulte vital hacer un correcto mantenimiento de esta pieza y comprobar frecuentemente su estado. Junto con el cassette puede ser la pieza que mayor complicación nos suponga a la hora de realizar el desengrasado de la bicicleta, pues además de por su estructura se trata del componente que mayor lubricante necesita; y claro, también a la que más cantidad de residuos hay que quitar a la hora de adecentar. Así pues en este caso no habrá que hacer más que cargarse de paciencia y de una brocha bien mojada en desengrasil o petroleo, y poco a poco ir frotando hasta que quede como los chorros del oro. Necesitaremos de un elemento puntiagudo como un palillo para poder quitar los restos de mejor manera. Ahora bien, también tenéis la opción del limpiacadenas, una pequeña herramienta que hará de esta tarea un juego para niños. Cuando hayamos terminado con la cadena tocará ir donde otra de las piezas de la bicicleta que más sufre: el freno. Este componente, y las zapatas, son también grandes recolectores de mugre, por lo que habrá que andar con ojo de que queden bien limpios. El sistema es el mismo que en el resto del desengrasado de la bicicleta: darle con la brocha y el desengrasante. Ahora bien, en el caso específico de las zapatas convendría dejarlas secas y comprobar también, ya que estamos, su estado. Y finalmente nos centramos en el piñón, otra parte de la bicicleta que por su propia naturaleza y forma tendrá suciedad de todo tipo para eliminar: grasa vieja, arena, polvo, etc. Es decir, que en este elemento nos podremos encontrar de todo. No obstante hay que tener cuidado, pues a la hora de aplicar el desengrasante hay que procurar que no entre éste en el núcleo de la pieza, pues podría causar problemas a posteriori. Por cierto, ya que estamos con el desengrasado de la bicicleta podríamos limpiar las llantas y los carretes, ¿verdad? Pues nada, un brochazo y como nuevos. Eso sí, cuidado con que pueda caer líquido desengrasante en el eje del buje, pues puede provocar oxidaciones; y más tarde puede que os encontréis con la desagradable sorpresa de que el remedio haya sido peor que la enfermedad. https://youtu.be/yiBdvDzYK9g?si=qaSSaLLt3cfUBwm- Fuente vídeo: MariaLeonTri Read the full article
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Scott Pilgrim: el anime, ya está casi listo para dar la nota (Trailer, 2023)
En la vieja versión del blog que por descuidado dejé morir, estaban mis posteos respectivos del cómic de Scott Pilgrim y a la película live action que tuvo. En cuanto al cómic decirles que es una joyita que vale la pena tener en la colección y en cuanto al live action, que estuvo bastante pasable, especialmente por las actuaciones de Michel Cera (Scott) y Mary Elizabeth Winstead (Ramona) para la…
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#Adaptacion#Bryan Lee O&039;Malley#Netflix#Ramona Flowers#Scott Pilgrim vs The Wolrd#Trailer#Youtube
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De motos ,fotos y cámaras fotográficas de museo
Hoy nos vamos a adentrar en el mundo de la fotografía , café mediante . Hace tiempo que me habían recomendado visitar una esquina-bar-museo que por su impronta es única en la ciudad. En la puerta nos recibe un fotógrafo de los años 30 al que hay que mirar dos veces para darse cuenta que se trata de una estatua de cera. Impecable traje negro, sombrero bombé, cámara en mano y un gran flash de la década del 30’. No nos toma una foto de bienvenida, como anticipado souvenir de la visita, pero nos recuerda por qué la fotografía es uno de los mejores inventos de la humanidad: cada momento vivido , el más simple como el más importante, puede ser atesorado ‘click’ mediante. Y además, también nos recuerda cuán importante es atesorar buenos momentos, no sólo en una foto sino también en el corazón.
En esta esquina del barrio de Chacarita ubicada en Av Federico Lacroze al 3901, funciona desde 2002 el café museo Fotográfico Simik. Que sea un bar es el elemento esencial para demorarse en la visita, degustar un exquisito café con algo dulce y recorrer la enorme colección de cámaras antiguas y fotos que guarda en sus numerosas vitrinas. Acá, además de poderse ver una vastedad de equipos fotográficos de antaño; uno de los principales objetivos como legado y misión que tiene el lugar, es la transmisión pedagógica, sensorial y técnica de la fotografía, además de historiar la evolución de las cámaras fotográficas desde sus comienzos .
El museo es una experiencia única en la ciudad- explica Marcelo Hidalgo Sola. El museo- bar al estar tan vivo, con gente apacible sentada a las mesas y mozos que van y vienen, y que a la vez son los improvisados guías de turismo del lugar ; parece una escenografía salida de un set de cine hollywoodense. El museo fue creado por Alejandro Simik, un fotógrafo publicitario y coleccionista de viejas máquinas. Una colección de reliquias que bien custodiadas se pueden ver en las amplias vitrinas del bar. “A mediados de la década del 90 me regalaron mi primera cámara de fuelle Kodak de los años 30’. Como todo fotógrafo comencé a experimentar con ella y muy pronto surgió la idea de buscar su historia y compartirla con mis alumnos particulares. Además, me entusiasmé tanto con el asunto que fui adquiriendo más modelos viejos. Naturalmente me volví un coleccionista y el siguiente paso fue montar este museo –bar-café para compartir mi modesto acervo con el público general”. Sin saberlo, contó, ese fue el inicio de una carrera por la preservación y la documentación de la historia de la fotografía. En el catálogo figuran cámaras de espionaje, Polaroids vintage y hasta un larga vistas que toma fotografías.
Un despliegue de cámaras, pasión y fotos antiguas
Hay vitrinas en donde además de las antiguas cámaras se expone todo el bagaje de artefactos que eran de uso indispensable en los primeros años de la fotografía para tomar buenas fotos. Las típicas luces incandescentes, los flashes primitivos ,unos cuadrados pequeños, que de noche estallaban como pequeños fuegos artificiales y eran de un solo uso. También se pueden ver excelentes tomas y fotos realizadas por profesionales y aficionados del siglo XIX en adelante y que aún están en perfecto estado de conservación a pesar del paso del tiempo. En total, el museo guarda alrededor de 600 cámaras que son las que se lucen en exposición. Casi sin proponérselo, Simik logró convertir una esquina de Chacharita en patrimonio fotográfico de la ciudad y en usina promotora de todo tipo de actividades artísticas que pueden realizarse usando la cámara. Como dijo Simik “nos sentimos un nexo , un puente , entre el mundo de la fotografía , la ciudad y la gente”
Hay una lista interminable de agradecimientos de gente, fotógrafos casi todos, que han donado sus cámaras y equipos. Pese a tener reconocimiento del Gobierno porteño, cada cámara, cada foto y cada restauración del material se paga con dinero proveniente del museo-bar. Aunque las crisis económicas han dejado más de una vez en jaque al museo, siempre ha podido reflotar y evitar el naufragio gracias a la ayuda y apoyo de los socios y particulares. Además , el lugar es muy requerido en el ámbito del cine -aficionado y underground-como locación de grabación, con lo cual , cada tanto puede contar con este ingreso extra.
Buenos Aires no tiene ningún otro museo de estas características. Para saber sobre la historia del club de fotógrafos con cámaras antiguas o conocer la documentación audiovisual no es necesario pagar una entrada ni tomar un café. “Pero si alguien gusta consumir algo-explican los organizadores-, será bien atendido, abonará precios corrientes y se le agradecerá su colaboración con el proyecto”. Quien quiera pasar un buen rato, pase y en un ‘click’ entenderá la magia del lugar.
Originally published at on https://viajeenmoto.com.ar April 24, 2023.
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🔔 Nueva notificación: ¡LYSISTRATAS ha desbloqueado un recuerdo!
De fauces escapa bostezo cuando se recompone, espera despertar con habitación a media mudanza (desde hacía sus buenos meses) pero, en cambio, termina en una que pensó no volvería a ver. Ropa sucia apilada en una esquina, cantidad de posters, fotografías y cartas cuelgan como péndulos de su pared, viendo hipnotizado como el tiempo se congeló en esa fracción de tierra. Esa que alguna vez fue suya.
Habitación fue compartida, en una familia de ocho tenía que serlo. Casa rodante está ubicada en uno de las decenas de parques de casas rodantes de Gurnee, muy cerca de Chicago. La réplica era muy fidedigna a como la dejó al cumplir dieciséis años, pocos días antes de empacar en vieja mochila pertenencias más preciadas y salir por el umbral. Recuerda repartirse el espacio con uno de sus hermanos, los dos menores ocupaban otra recámara y sus padres la última, con los primeros primogénitos convivió hasta que cumplieron la mayoría de edad entonces le heredaron ropa de invierno y uno que otro poster de su banda favorita que colgó en esas paredes desalineadas.
Alfombra es vieja y se nota que desde inauguración del hogar no fue cambiada, manchas de pintura y algún químico de limpieza rompen con la uniformidad. Ningún mueble tiene concordancia entre sí, piezas tomadas de manera aleatoria en tiendas de segunda mano o de parte de un vecino benevolente que las abandonó en la cera, de alguna forma u otra se logró completar una habitación para dos. Siendo un chico sin mucha disciplina, orden y pulcritud no imperan en área, sumándole que decoración cargada hace que visualmente dormitorio se convierta en un dolor de cabeza.
Es difícil poner atención a un solo punto, pero de entre objetos dispersos logra rescatar algunos puntos de interés, como un muñeco de tela que su mamá confeccionó para él, figuras plásticas de dinosaurios, fotografías de amigues y de él mismo, su primer sombrero de vaquero, ese por el cual rogó que su hermano mayor le prestara cuatro dólares y dieciocho centavos. Desde chico mostró aptitudes por el arte que no eran alentadas por nadie más en el hogar y en un cajón, escondido, se delata su crimen; En múltiples ocasiones se robaba el material de arte de su escuela para jugar y experimentar con el.
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😈OBRA DE VENGANZA PARÁ SEMBRAR A TU ENEMIGO POR EL DAÑO QUE TE ISO Y NO PUEDA AVANZAR 😈
🖤Recuerda que los resultados de esta obra dependerán de tu fuerza espiritual para hacerla efectivamente🖤
👹Un muñeco de cera negro
💀Papel con el nombre del enemigo
🖤Sal negra
👹9 espinas de magey o 9clavos de no encontrar magey
💀Chile seco (picoso)
🖤Sinta negra
👹Aceite NEGRO DESTRUCTOR
UN DIA SÁBADO DESPUÉS DE LAS 6 DE LA TARDE LIMPIA EL MUÑECO CON UN ALGODÓN CON ALCOHOL DESPUÉS, ENBADURNALO CON ACEITE DEL NEGRO DESTRUCTOR FROTANDOLO CON TUS MANOS MIENTRAS DISES.... mono tu no eres un mono no eres cera ni eres pavilo eres cuerpo alma espíritu juicio pensamiento voluntad materia viva creada y cerebro de (nombre de la persona) te conjuro por el día en que naciste por el día que as de morir por todas tu venas por toda tu sangre y por tus coyonturas. CON LA SINTA NEGRA ATA EL PAPEL CON EL NOMBRE AL. MONO EN UNA CHAROLITA O PLATO VAS A PONER ENSIMA DEL MONO TODOS LOS INGREDIENTES VELALO CON 3 VELADORAS NEGRAS PUEDEN SER REVERSIBLES AL TERMINAR LAS VELADORAS VAMOS A IR A UN PANTEÓN Y EN LA TUMBA MÁS OLVIVADA Y VIEJA AREMOS UN OLLO EN DIRECCIÓN DE LOS PIES DEL MUERTO ENTERRAMOS EL MONO CON LO ANTES MENSIONADO Y DIREMOS.... yo te simbro aquí alos pies de este muerto para que no puedas caminar ni avanzar para que camines en abrojos y tinieblas por todo el daño y el mal que me as echo que aquí quedes sembrado junto con la maldad que me as lanzado. TAPA EL OLLO CON LA MISMA TIERRA Y OFRENDA UNA VELADORA BLANCA AL DIFUNTO DE ESA TUMBA Y TE VAS SIN MIRAR ATRÁS
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El sol se encorvó, las sombras se alargaron y palidecieron, llegó el invierno. Vestigios de los sueños, almas y anhelos fugitivos de los pobres se congregaron en el cielo en forma de nubes, tapando la luz del sol y tornando acerbamente frío el invierno.
Los árboles tiraron sus hojas, los pájaros mudaron las plumas y el aire se volvió terso y resbaloso como el vidrio. La gente caminaba encogida, con la punta de la nariz roja, y las palabras y las toses se helaban en el aire como el humo de un cigarrillo, provocando que, por excesivo celo, los profesores suspicaces azotaran a los estudiantes y los capataces a sus peones. Los pobres temían la caída de la noche y plañían la llegada del alba. Hombres vestidos con chaquetas extranjeras pasaban todo el tiempo limpiando y lustrando sus escopetas de caza, y mujeres con abrigos extranjeros pirueteaban ante sus espejos treinta veces al día componiéndose los cuellos de costosas pieles. Los esquiadores fundían cera para sus esquíes y los patinadores aceitaban amoladeras para afilar sus patines. La última golondrina se perdió volando y se plantó el primer carbonero en la esquina, frotándose las manos para calentarse.
Todo esto —además de los cambios ordinarios que acompañan la llegada del invierno— heló la nube de sueños, almas y anhelos de un cabo a otro hasta que cada sueño, cada alma, cada anhelo se congeló y cristalizó. Y cierto día comenzaron a caer a la tierra en forma de nieve.
La nieve caía de un modo tan organizado, colmando todas las rendijas, que cuando fijabas la vista un rato parecía más bien que el propio espacio fluía hacia las alturas. La nieve afelpaba todos los sonidos de la vida diaria en la calle. En la extraña calma de la madrugada se podía escuchar el sordo cascabeleo de los copos rozándose entre sí, como titilar de campanillas en un cuarto insonorizado.
Por supuesto que esta nieve de sueños, almas y anhelos cristalizados no era una nieve corriente. Los cristales eran portentosamente grandes, complejos y bellos. Unos tenían la blancura frígida de la porcelana más fina, otros el apagado fulgor cremoso de las virutas de marfil; algunos exhibían el lustre seductor de delgados segmentos de coral blanco. Los había que semejaban una complicada panoplia de treinta estoques, otros eran como siete variedades de plancton sobrepuestas, y otros en fin como los más bellos cristales de la nieve común, pero vistos a través de un caleidoscopio y aumentados ocho veces.
Y esta nieve era más fría que el aire líquido, pues hubo quien presenció cómo un copo caía en él y se evaporaba con una vaharada. Era además desacostumbradamente dura. Estos cristales como dagas podían cortar un pelo de la barba. Cuando los automóviles pasaban por encima, en vez de fundirse conforme al fenómeno de regelación, la nieve repicaba debajo y sus filos cortantes hacían tiras los neumáticos. Prácticamente todas las sustancias conocidas por la ciencia o se trizaban antes de lograr rayar uno de estos copos, o se congelaban sin lograr su fusión.
[...]
La nieve reciente caía sobre la vieja cubriendo y achatando las aristas, tornando la ciudad entera en blandas lomas y suaves ondulaciones, hasta que en cuestión de días, horas quizás, como si el motor de un proyector se hubiera detenido, toda la ciudad se quedó helada e inmóvil. El eje tiempo de la teoría espacio-tiempo de Minkowski desapareció, y sólo quedó el espacio, como un plano único, avanzando contra la nieve que caía.
Un obrero con su fiambrera se asomó a la puerta a mirar el cielo y se quedó congelado en aquella postura. Una pelota lanzada por los niños que jugaban en un solar se heló en el aire, como atrapada por una telaraña invisible. Un transeúnte se congeló encendiendo un cigarro, con la cabeza inclinada a un lado y una cerilla todavía prendida en la mano, con su flámula quieta, como de cristal. Un burujo de humo salió reptando de la chimenea de una gran fábrica como un trasgo maligno, encapuzado de negro, y se quedó yerto como gelatina que cuaja en agua fría. Y —antes que lograra quedarse prendido en el aire como la pelota— un gorrión cayó a tierra y se hizo mil añicos como una bombilla.
La nieve continuó cayendo.
El mercurio se desplomó hasta que no hubo ya más cotas y el propio termómetro comenzó a encogerse. De vez en cuando se abrían fallas en la superficie de la ciudad que levantaban enormes remolinos de nieve. Pero también éstas se veían pronto sumergidas en la nevada incesante.
Abe Kōbō
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