#caramelos para la garganta para todas
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Y, punto por punto, cenamos llorando sentadas en el suelo de un parking frente a nuestra montaña querida. Y nos despedimos muy de cerca sin doler. Y nos pusimos brillos en los ojicos las unas a las otras. Y sudamos y fuimos de colores.
Esta mañana al separarnos ha salido un arcoiris y no estaba lloviendo.
Ya se acaba junio y cada noche elijo la playlist que, si me recuerda a alguien, es a vosotres (a nosotres). Aún quiero ollas de horas juntes de tantas formas como la vida nos permita, y los vespres de birres en la jú.
Hoy daba una vuelta por el bosque y pensaba en lo que hemos vivido este año, en los cientos de horas que hemos dedicado a construir rincones desde los que la vida parece un poco más amena porque somos casa; que esto va de amor y de dotarnos de herramientas para propagarlo.
Deseo, así lo expreso, que estos meses que vienen duren y nos acerquen de nuevo, y sudar un montón pegadas y tocarnos las cabecillas y ser de mil colores. Quiero decirte que en septiembre necesito despedirme de ti de cerca, solamente hasta donde no duela. Y cenar todas juntas en el suelo del párking delante de nuestra montaña preciosa; volver a ponernos las unas a las otras a ambos lados de los ojillos los brillitos que siempre trae Meri, con el cariño con el siempre que nos miramos al hacerlo; cuidar los rituales que hemos construido como propios.
Este verano no nos veremos tantísimo como el pasado, pero aún somos y nos elegimos como yo elijo la playlist. Soy un poco más feliz porque estáis ahí, es tanta la suerte.
#las infusiones#estar la mitad enfermas y acabar todas deshinchadísimas agotadas y riéndonos#los regalos#dir-nos que ens estimem i les abraçades#plantar cara a los machis juntas y defender los espacios#afirmarnos dejarnos expresar la rabia y la pena#preguntarnos a cada rato cómo estamos qué tal fue cómo te encuentras si necesitas relevo un cambio cualquier cosa puedes contar conmigo#reirnos de nosotras mismas poder ser críticas entre nosotras ser flexibles y cuidarnos#un beso#un “ibas a decir algo. verdad?”#caramelos para la garganta para todas#darnos las manos#en resumen la amistad#en resumen el amor#qué sino#personal
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Regalos? Bakugō x Oc fem
Meko (Oc) recibe unos regalos inesperados de una persona con la que no tiene relación en absoluto.
Me acababa de despertar después de pasar todo el día con Recovery Girl, así que me dirigí hacia los dormitorios de la U.A. para seguir durmiendo.
Después de unos cinco minutos, llegué al salón, donde estaban Mina y Ochaco viendo la tele.
—¡Oh, Mako-chan! ¿Ya te sientes mejor? —Ochaco se giró sobre el sofá para mirarme.
—Hola, chicas. Sí, ya me encuentro mejor —me acerqué al sofá para poder hablar mejor con ellas.
—Mako-chan, yo que tú me iría ya al cuarto —Mina miró cómplice a Ochaco y se sonrieron mutuamente.
—¿Por qué? ¿Tengo mala cara? —Inmediatamente me miré en la pantalla del móvil para ver si tenía cara de muerta.
—No, no, es solo que hay algo que te está esperando y, si tardas mucho, a lo mejor explota.
Miré a Mina con una ceja levantada.
—¿Es un juego de palabras...?
Las dos se quedaron calladas mientras soltaban una ligera risa, así que decidí hacerles caso y me fui hacia la habitación, que estaba en el segundo piso.
Cuando las puertas del ascensor se abrieron, pude ver de lejos una caja delante de mi puerta.
—¿Qué es eso...? —me pregunté a mí misma, ya que que yo recordara, no había comprado nada por internet.
A medida que me acercaba, pude ver que era una caja muy bonita de color rosa y tenía una pequeña nota encima. La cogí y entré a la habitación.
—Recupérate, tonta. Espero que esto te haga feliz —leí en la nota. Ni siquiera estaba firmada, aunque la letra me sonaba algo familiar y olía ligeramente a caramelo de café.
Dejé la nota en mi mesita y abrí la caja. Dentro de ella había un pequeño cesto con ciclámenes, unas flores que resisten muy bien el frío. Me quedé mirando las flores con atención.
¿Quién me podría haber dejado este regalo en la puerta? Era lo único que estaba en mi cabeza. La nota no tenía ninguna firma, y solo tenía como pistas su letra y el perfume que había en ella.
——
Después de haberlas acomodado en mi mesa de noche, decidí salir de la habitación para investigar. Lo primero que hice fue buscar a las chicas para pedirles ayuda.
—Hola, chicas —saludé a todas las que ahora estaban en el salón.
—Mako-chan, ¿vienes a preguntar cuándo haremos la cena, no? —Jirou rió por lo bajo mientras me miraba.
Mis mejillas se pusieron de un leve tono rojo. Siempre bajaba todas las noches a preguntar cuándo haríamos la cena.
—Esta vez no —contesté sonriente.
—Me han dejado unas flores delante de la puerta y no sé quién ha sido, así que vengo a pediros ayuda.
Las chicas me miraban atentas; parecía como si ellas ya supieran quién había sido.
—¿Y bien?
—Lo siento, Mako-chan, pero esto lo tienes que descubrir tú sola, kero —Tsu fue la que respondió mientras las demás chicas asentían.
Solo suspiré con cansancio y me fui a la cocina, donde estaban Deku y Denki.
Me acerqué a ellos para poder oler sus perfumes y ver si alguno tenía un parecido, pero no parecía coincidir en absolutamente nada, hasta que se me ocurrió algo.
—Oye, Deku, ¿de casualidad no sabrás de quién es este perfume? —Le acerqué la nota a la nariz. Esto se me había ocurrido porque Deku apunta TODO en su libreta, y no me extrañaría si también apuntara nuestros perfumes. Sonreí inconsciente ante mi gran idea.
—¿Este no es el perfume de Kacchan?
Mi sonrisa se desvaneció al instante.
—¿Eh? —Eso fue lo único que salió de mi boca durante dos minutos.
—¿No hay alguien más que use ese perfume?
Deku negó y se preparó para hablar, aclarando su garganta y levantando un dedo, como en el meme.
—Kacchan es el único que huele así debido a su quirk. Aunque él huele más dulce, estoy seguro de que la nota huele así porque le habrá puesto perfume, y esto habrá intensificado el olor dulce.
Cuando terminó de hablar, me quedé tiesa mirando hacia la encimera.
¿Por qué Bakugō me regalaría unas flores? Apenas hablo con él, y cuando lo hago parece que me ignora; ni siquiera me grita como al resto.
—Ah —Denki soltó una carcajada mientras me hacía una foto.
—¡JAJAJA, vaya cara se te ha quedado, Mako!
Mi cara en ese momento era un cuadro, y no entendía el porqué.
Después de unos días, nada más volvió a aparecer en mi puerta, y por algún motivo me sentía un poco triste al no ver ninguna otra señal.
Hoy iba a ser un día cansado, ya que íbamos a entrenar aún más nuestros quirks, y yo estaba un poco preocupada, ya que la última vez acabé con Recovery Girl por esforzarme demasiado.
—¿Qué te pasa, Mako? ¿Estás nerviosa? —Ochaco se acercó a mí mientras me sobaba un poco el hombro.
—Tengo miedo de volver a sobrepasar mis límites —contesté, mientras inconscientemente miraba la espalda de Bakugō. Pareció darse cuenta, ya que al instante se giró con la intención de gritar algún insulto, pero al verme, se quedó callado y se volvió a girar.
Fruncí el ceño al instante. ¿Acaso le caigo tan mal que ni me habla?
—Oye, Ochaco, ¿le caigo mal a Bakugō?
Ochaco palideció al instante.
—Eh, bueno, "caer mal" no es algo que yo diría, jeje...
La miré, luego volví a mirar la espalda de Bakugō. Entonces, ¿qué es? me pregunté a mí misma.
——
—Mako-chan, deberías tener más cuidado la próxima vez.
Iida, nuestro perfecto delegado, me estaba echando la "bronca" porque había terminado otra vez con Recovery Girl.
Yo le sonreí con pena y asentí.
—Lo sé, lo siento. Es que estaba un poco distraída.
—Mako-chan, ya te puedes ir a la habitación —Recovery Girl dejó un beso en mi frente para ayudarme a ponerme de pie—. Y tú, te quedas aquí para redactar la asistencia —le señaló a Iida mientras me abría la puerta para dejarme ir.
Mientras me dirigía al edificio de las habitaciones, empecé a sentirme aún más cansada a causa del quirk de Recovery Girl.
—Mierda —solté, mientras me agachaba en el suelo para intentar recuperar un poco de energía. Estuve así unos minutos hasta que sentí una mano en mi hombro.
—Iida-kun, ahora voy a la habitación, no me metas prisa —dije, imaginándome que Iida ya había salido de la enfermería.
—Tsk, yo no soy ese motor con cabeza.
En ese momento, al escuchar su voz, mi cuerpo se congeló. Bakugō estaba detrás de mí, y podía sentir el calor de su mano apoyada en mi hombro.
—Ah —fue lo único que pude decir.
—¿Cómo que "ah"? ¿Acaso querías que fuera él? —en su voz podía escuchar la irritación, aunque parecía estar conteniendo su enfado.
Me puse de pie lentamente para intentar no caer y miré de reojo a Bakugō. Él tenía su típico ceño fruncido, pero parecía estar calmado.
—Te has vuelto a sobrepasar, tonta —dijo mientras quitaba su mano de mi hombro y la pasaba a mi muñeca para empezar a andar en dirección a las habitaciones.
—Bakugō, no hace falta que me ayudes.
—Si no te ayudo, acabarás con la señora besos otra vez, estúpida —se me escapó una carcajada al oír el mote que le había puesto a Recovery Girl. Una vez llegamos al edificio, me acompañó hasta la puerta de mi habitación.
—Gracias, Bakugō. Si no me hubieras acompañado, seguramente me hubiera caído en medio del salón —dije, soltando una risa para acompañar la verdad.
—Tsk.
Fue lo único que dijo, dándose la vuelta con intención de irse mientras yo me quedaba en mi puerta. De repente, se detuvo en seco y se giró hacia una de las máquinas expendedoras que había al lado del ascensor.
—Toma —dijo, mientras volvía y me entregaba un cartón de leche de chocolate. Miré curiosa su regalo y luego lo miré a él. Tenía la cara ligeramente roja y notablemente relajada. Me quedé admirándolo unos segundos sin decir nada; nunca había visto a Bakugō de esa manera.
—Oye, Bakugō, te ves muy bien cuando no tienes cara de irritado —confesé sin darme cuenta, lo que hizo que su cara se enrojeciera aún más.
—¡YO SIEMPRE ME VEO BIEN! —gritó, mientras abría la puerta de mi habitación y me metía dentro de un empujón. Después de eso, me tiró una pequeña caja y se fue irritado, cerrando la puerta de un portazo.
En el suelo de mi habitación, miré la pequeña caja que Bakugō me había lanzado. Parecía una caja de joyería, y olía exactamente igual que la nota de las flores. Después de quedarme absorta mirando la caja, decidí abrirla. Me encontré con un brazalete fino decorado con un lazo y pequeñas piedras. "De piedra me quedé yo", más bien dicho.
Al instante me levanté con energía, sosteniendo la caja en la mano. Parecía que toda la fuerza que me faltaba había regresado de golpe. Corrí por el pasillo hasta el ascensor, consciente de que si no me apresuraba, Aizawa-sensei podría regañarme por andar tan tarde por los pasillos.
Salí del ascensor y me dirigí a la habitación de Bakugō. Di unos golpes suaves en la puerta, y al cabo de un minuto, él la abrió, ya vestido con su pijama.
—¿Qué haces aquí? —preguntó con molestia.
Sin decir nada, entré en su cuarto y dejé la cajita en la mesa de noche junto a su cama.
—¿Me estás regalando estas cosas porque piensas que soy débil? —dije, con el ceño fruncido.
—¿Eres tonta o te haces? —Bakugō no parecía afectado por mi comentario y me miraba con una ceja alzada.
—¿Me estás llamando débil? —seguía sin entender nada, mirándolo en busca de una respuesta.
Para mi sorpresa, Bakugō bajó un poco la mirada, algo muy inusual en él. Nunca se muestra vulnerable ante nadie, lo que me preocupó.
—¿Bakugō? —lo llamé con inquietud, acercándome mientras olvidaba la cajita en la mesa.
—¿No te gusta? —parecía algo decepcionado, y sus palabras se atropellaban un poco—. Tus amigas me dijeron que te encantan las flores y ese tipo de brazaletes...
Me quedé congelada. ¿Bakugō había preguntado a las chicas qué cosas me gustaban para regalarme?
—¿Bakugō, qué te pasa?
—Tks, realmente eres inútil —Bakugō me dio un manotazo en el brazo y fue hacia su cama para sentarse en ella—. Ven —ordenó. Yo obedecí y me acerqué, quedando de pie frente a él.
—Escúchame, estúpida. Me interesas, y no de la manera de ser amigos. No te lo repetiré, así que espero que lo entiendas —dijo mientras sacaba el brazalete de la cajita y lo ponía bruscamente en mi muñeca—. No lo pierdas, o te haré comprar otro.
Con eso, me tomó del brazo y me arrastró hacia la puerta, expulsándome de su habitación y cerrando la puerta en mi cara.
Todo el tiempo que estuve en su habitación no entendí nada, pero mientras me quedaba frente a su puerta, sus palabras resonaron en mi cabeza. ¿Le gusto a Bakugō? Mis ojos se abrieron de par en par, y mis mejillas se pusieron rojas de manera inconsciente.
—Mako, si sigues ahí parada, te pondré una sanción —logré escuchar, reconociendo la voz de Aizawa-sensei.
—¡NO, POR FAVOR! —grité sin pensar y corrí hacia el ascensor, dirigiéndome a mi habitación, mientras miraba mi nuevo brazalete.
#one shot#one shot bakugou#bnha bakugou#bakugou katsuki#mha bakugou#bakugou x reader#katsuki bakugo x reader#bakugo katuski#katsuki bakugo#katsuki bakugo mha#mha bakugo#bnha x reader#my hero academia#bhna#mha#boku no hero academia
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Starbula Week 2023
Day 1: Space Mission / First Date
I'm a bit late to this and I'm a bit lazy to translate. But since I don't see enough Starbula content in Spanish, I'm adding this one to our small Fandom.
Maybe later I'll consider translate the story. And also excuse if it feels hectic. I tried my best in less than three hrs.
First date
“Sigo sin encontrarle el sentido a esto” Refunfuño Nebula mientras caminaban por la transitada acera repleta de niños y sus papás, la gran mayoría disfrazados. Estos últimos les tiraban miradas extrañas y desconfiadas al ver dos adultos disfrazados pidiendo dulces. No los culpaba, pero haberse perdido 41 noches de brujas le hacía olvidar a Peter por completo qué era un hombre de 41 años disfrazado de Skeletor. Si, no le importaba un carajo.
Pero lo que hacía esta noche más especial es el hecho de que convenciera a Nebula de visitarlo justo en halloween y convencerla de disfrazarse junto con el. Su idea era que se disfrazara de Terminator pero hasta ahí llego su poder de convencimiento. De todos modos su aspecto cyborg era suficiente para causar sensación sin esfuerzo alguno.
“Ya te dije. El único propósito es divertirse, pasar un buen rato y comer nuestro peso en dulces.” Le explico por quinceava vez a la lupfomoide mientras sacaba de su bolsa una paleta de caramelo suave sabor sandia. Su bolsa apenas y estaba un cuarto de llena, pero era de esperarse. La gente normalmente espera ver niños llamar a la puerta.
“Eso no suena saludable.” Declaró Nebula, sintiéndose muy confundía al porque alguien dañaría su salud de tal forma o disfrazar e par conseguir dulces cuando simplemente podías comprarlos y listo. Por más que lo analizará, no podía encontrarle lógica o razón alguna de esta tonta tradición terrena, pero al rubio parecía encontrarla atractiva y divertida. Además de que los dulces eran exquisitos, mejor que los caramelos qué encontrabas en Knowhere o Contraxia.
“No tiene por que ser saludable—“ Dijo Peter mientras abría la envoltura con los dientes, la cual le estaba dando una dura batalla. “Además es solo por… hoy! —Estúpida envoltura.”
“Necesitas ayuda? “ Pregunto con una ceja levantada sin pasar por alto que ver al hombre pelearse con una envoltura de caramelo como si se tratara de su última comida era adorable.
Peter Quill era adorable. Y eso… le molestaba? ¿Le agrada? ¿O le molestaba que encontrar a un tonto como Peter Quill adorable significaba qué se había vuelto débil como su hermana? Todo era confuso porque pensar en ello le revolvía el estómago, pero se sentía bien, y extraño a la vez
“No, yo puedo con esto.” Tan obstinado como siempre.
Giro el rostro para mirar la decoración de una casa a su izquierda en el momento en que sintió que sus labios formaban una sonrisa y sus mejillas se sonrojaban acompañadas de una sensación cálida invadir su cuerpo.
“Oye…” La voz de Peter la trajo de vuelta de ese pequeño trance en donde trataba de averiguar por qué su cabeza hacia corto circuito con todas estas nuevas sensaciones. ¿Acaso algo en su sistema está fallando? Rocket había dicho que todo parecía estar en orden la última vez que le hizo un chequeo.
El rubio se limpió la garganta, su paleta de caramelo ahora en su boca. Su tono de voz había cambiado, ahora sonaba más serio en comparación con la jovial entonación de hace unos momentos y la mirada la tenía fija al frente como si estuviera evitando en su dirección.
¿Estaba molesto porque no le encontraba lógica a este día? ¿O por regañarlo por querer comer su peso en dulces? Sus ojos escaneaban cada gesto suyo, pero no encontraba molestia. Había un rubor en sus mejillas, y mordía su lengua. Estaba dudando ¿Pero de qué?
“Hace tiempo que quería preguntarte algo…” Su voz volvía a cambiar, esta vez sonaba suave, cariñosa y cálida. Ya lo había escuchado hablar de esa forma con Gamora.
Su corazón se aceleró.
¿Qué era exactamente esto?
“Y bueno, estando aquí en la tierra he tenido tiempo para pensar sobre muchas cosas. Sobre todo, una qué espero—y esto ha sido una gran revelación para mí y no quiero… bueno… oh, Hala, ¡ya lo tenía ensayado!” Grito en frustración el ex líder de los guardianes. El corazón de Nébula parecía que iba a explotar en cualquier momento.
“Iré mejor al grano, porque si le busco más palabras bonitas a esto voy a confundirte.” Sus ojos esmeraldas miraron sus oscuros ojos. Se veían mucho más brillantes qué hace unos momentos, el verde esmeralda era ya profundo e intenso. “Pero lo que dijo Gamora sobre, ya sabes cuando estábamos—“
Todo tuvo sentido en menos de un segundo. Estaba confundía y asustada y por eso estaba sobre pensando sobre estas nuevas sensaciones. Estaba enamorada, de eso no había duda y escuchar a Quill, Peter confesar sus sentimientos destruía ese temor.
“Quill… Peter.” El rubio detuvo su habla, sus ojos esmeraldas mirándola fijamente. Pero antes de que pudiera continuar, Peter volvió a tomar la palabra.
“¿Sabes qué? Mejor olvídalo. Hagámoslo oficial de una vez por todas y que esta sea la primera cita” Ofreciendo una sonrisa, Peter tomo la mano tensa de la lufomoide. “Mira, no nos hagamos idiotas. Ambos nos hemos dado cuenta de esta extraña e inesperada atracción entre los dos muy, pero muy tarde. Incluso mi abuelo fue el que me dijo que no fuera cobarde y confesara de una buena vez porque estaba perdiendo la paciencia.”
“Entonces…” Nebula se detuvo y miro las manos de ambos entrelazadas. Era todo un mar de sensaciones poder estrecharle, sentir su callosa palma con su única mano aun intacta. Era demasiado… ¿qué tal si esto era un sueño inducido por las torturas de su padre?
Apartó su mano y mirada, comenzando a alejarse del hombre que tenía en sobrecarga todos sus circuitos.
“Nebs, espera… mierda.” Murmuró para sí mismo la última parte y le siguió el paso apresurado. “Lo siento, no quize—creo que asumí que tú, pero es que—“
Se detuvo y se volvió de unevo hacia él. “Pero asumiste bien Peter, pero…”
“Pero~?”
“¿Cómo estás seguro que…?”
Peter resoplo divertido ante su pregunta, su tonta sonrisa cariñosa nuevamente haciendo que su mente hiciera corto circuito. “Simplemente lo sabes. No se la ciencia detrás de todo esto, pero es algo que… simplemente sientes y pasa.”
Nébula asintió. Tal vez este un poco asustada ante todas estas nuevas emociones, pero estaba segura que le gustaban, y más aún, todo lo que Peter le estaba intentando decir era lo que ella misma también estaba intentando decir desde hace un largo tiempo, pero ahora ya no existía la duda si ese amor era correspondido.
“Tengo sentimientos por ti.” Declaró finalmente y el rostro del rubio le decía que esperaba esa confesión directa y sin tanto rodeo. Agitó una mano, señalando le hasta sonreír.
“Entonces… ¿Podemos considerar esto como una primera cita?” Esta vez no hizo nada para ocultar la sonrisa que se formó en su rostro.
“Si, con la condición de que dejes de verme con esa mirada de cachorro.”
#peter quill#guardians of the galaxy#starbula#gotg#nebula#chris pratt#star lord#peter x nebula#mcu#guardians of the galaxy vol 3#Starbula week 2023 day 1
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El fin de semana vije a otro país, en la noche fui a un bar cruising, nunca había ido a uno, estaba muy nervioso, llegué y me quite toda la ropa menos el boxer, fui a la barra y me tomé varios tragos xq estaba nervioso, luego de un rato ya estaba más como y dispuesto, ingresé a un cuarto oscuro, había poca luz pero se podía ver qué habían muchos hombres, camine por el lugar, en un momento llegué a una especie de laberinto, era un poco estrecho, habían hombres a sobre las paredes por lo que debía pasar entre ellos ingresé al pasillo y empecé a sentir que tocaban mi cuerpo, metían sus manos dentro de mi boxer, por delante y por detrás, se hacía difícil caminar entre ellos, cada vez caminaba más lento, llegué a un punto dónde era totalmente oscuro se veía que ese espacio era como de dos o tres metros, se veían más hombres del otro lado tocándose, penetrando y chupando.
Cruce de lo visible a la oscuridad, di un par de pasos y sentí que alguien se paraba frente a mi sujetándome del cuello con las dos manos, por la altura de su boca era un poco más alto que yo, comenzó a besarme y le correspondí, metió su lengua en mi boca , tenía gusto a caramelo, sus besos eran deliciosos, comencé a tocar su cuerpo, metí una de mis manos en su ropa interior y note que tenía una erección enorme.
Comencé a masturbarlo, su lengua seguía en mi boca, su miembro humedecía mis dedos, en ese momento sentí un calor muy excitante en mis pezones, eran dos lenguas posándose sobre ellos, en ese momento me entregué, lamian, besaban y mordían mis pezones, estaba al borde del éxtasis abrí mi boca y el sujeto que me besaba metió a fondo su lengua, escupía y volvía a besarme, mis gemidos no se escuchaban porque había música muy alta, comencé a gemir y gritar de placer; mientras me tenían casi en estado de trance, sentí que bajaban mi boxer, me lo quitaron, no lo volví a encontrar en toda la noche, alguien introdujo mi miembro en su boca, lo enterró tan a fondo que tuve que aguantar mis ganas de acabar, mientras mi verga estaba dentro de una garganta, un par de dedos se metían en mi culo.
Después de un rato tuve que sacar mi pene de la boca que lo chupaba porque llevaba un par de veces en las que tuve el impulso de acabar y solté pequeñas cantidades de semen.
En ese momento me llevaron a otro lugar, una especie de cuarto con un sillón en el medio, me acosté allí boca abajo, no sabía si eran las mismas personas pero no me importó, alguien se paró frente a mi e introdujo su verga en mi boca, estaba bañada en semen al igual que su pelvis, saque el miembro de mi boca y limpie su cuerpo con mi lengua para después volver a meter su verga en mi boca, mientras chupaba, sentí que alguien metía su boca en mi culito, abrí mis piernas para que pudiera meter su lengua entre mis nalgas, chupo todo mi culo tan bien que estaba muy dilatado, dos dedos se metían en mi sin dificultad, en un momento sentí que mojaban mis nalgas, las gotas se escurría hasta mi culo, podía ver qué alguien se paraba frente a mi, con su verga erecta, solté la que tenía para ponerla en mi boca, en cuanto la puse en mi boca pude sentir el gusto a semen, me di cuenta de que abia acabado en mis nalgas y acudía a mi boca para que terminara de limpiar la leche que quedaba.
Limpie su miembro con mi boca, cuando entro en mi boca expulsó un poco más de semen, lo trague inmediatamente, no paso mucho tiempo para sentir que volvían a usar mi culo, sentí que me penetraban, se metió casi de una, mis gritos no se escuchaban, levanté mi pelvis, para que mi culito se abriera, deje que se metiera, no sabía quién estaba a acostado sobre mi con su miembro clavado en mi culo, se movía penetrandome con delicadeza; yo aproveché para seguir chupando.
Muchos hombres con sus miembros erectos se acercaron a ver, el macho que estaba partiendo me el culo se enderezó y empezó a meterse más fuerte en mi culo, sentí que algunos acababan sobre mi, en mi espalda y en mi cara, sentí que me sujetaron la cabeza y la verga que estaba en mi boca se metía a fondo, me lleno la boca, trague todo lo que salió, en cuanto terminó, otra verga se metía en mi boca.
El macho que estaba en mi culo acabo y salió de mi, sentí que me había llenado, mi culito había quedado chorreando, pocos minutos después sentí que la verga que estaba chupando empezaba a hincharse y a soltar semen en mi lengua, también lo trague, estuve en el sillón completamente desnudo, recibiendo miembros gruesos, largos y de todo tipo de tamaños, algunos acaban dentro y otros no, gran parte del semen que dejaban estaba dentro de mi y otro poco chorreaba entre mis nalgas, tres horas después tenía semen en todas partes de mi cuerpo, en un momento, me puse de rodillas con la boca abierta, unos cuantos se pusieron a mi alrededor a masturbarse, unos minutos después empezó a llover semen en mi cara, tomé todo lo que pude, lo que no caía en mi boca lo juntaba con los dedos, chupaba las vergas que habían acabado, escuchar a esa multitud viniéndose en mi cara me tenía en éxtasis.
Cuando todos terminaron, me duche me vestí, me puse el pantalón sin ropa interior porque la había perdido.
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Estuve como media hora intentando poner música en el blog y nada, el tema que estoy usando no me convence, a ver cuantas veces mas lo cambio.
No tengo claro como funciona el ayuno pero desde ayer he hecho 17 horas y espero que eso compense que no he hecho nada en lo que llevo de vacaciones, quiero ser mas delgada pero veo a personas con peso normal o al menos más que yo y quiero tener sus piernas y brazos, los míos son unos palos y no siempre me gusta como se ve, realmente no me preocupa mucho esto pero si tengo la oportunidad de no comer la tomaré, mi estómago arde pero no le di importancia, se siento un poco bien, i <3 dolor y autodestrucción.
Hoy quería organizarme y hacer un "plan de acción" para hacer algo con mi vida pero desperté estando harta de todo y cuando llegué a mi casa jugue Fortnite y terminé harta también, en la comida ví con mi hermana la serie de MH g3 y no me decepciono, probé la magnum de chile y estaba rica pero solo pica, no sabe a chile y me ardió la garganta pero el chocolate está bastante rico, la volvería a comprar si tuviera mucho antojo de la magnum de almendras normal pero no hubiera, luego quiero probar la de palomitas y caramelo.
Quiero trabajar en mi y debo trabajar en mi, no quiero volver a dudar de lo que soy, debo tener seguridad y recuperar mi autoestima que solía ser decente, a pesar de que a veces siento demasiada necesidad de sentirme mal no quiero seguir viviendo así, ni puedo, he estado formando muchas expectativas por las nuevas cosas que vienen pero este año salió mucho mejor que los anteriores dos años y no tuve fé para nada y estaba toda amargada, la primera amiga que hice en el primer día me cayó bien porque ella hablaba y yo no tenía que hacer mucho, me esperaba lo peor y estaba en un momento muy bajo fui feliz la mayoría del tiempo, no esperar nada hace que las cosas salgan bien.
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bajó su mirada hacia su mano extendida y elevó una de sus cejas, hasta que entendió y la empujó suavemente de vuelta. ‘ no necesito tu dinero, priscila ’ le sonrió y subió su palma hasta su mejilla, donde depositó una suave caricia con su pulgar. le molestaba un poco cuando se encontraba con gente de dinero que le agradaba, le hacía sentir cierto grado de traición a sus ideales, pero ¿qué más podía hacer? nada. ya estaba allí.
su pregunta lo dejó helado internamente, pero por fuera siguió con esa amplia curvatura cincelada en su rostro como una piedra. y se dio cuenta que seguía mintiendo, aún con sus muñecas y tobillos sin grilletes maternos, tenía miedo que todas sus palabras fueran real: ‘ se los diré la próxima vez que los vea, estarán contentos ’ nunca. nunca más lo haría o, al menos, eso planeaba. pero ella no tenía porqué saberlo. ‘ uh — lo hago cuando estoy aburrido, no es tan profundo, pero me gusta jugar con la paciencia de las personas ’ la propia era infinita, por lo que podía aceptar el juego de vuelta. sin chistar ni quejarse. ‘ no puedo ser perfecto, déjame respirar ’ metió una nueva porción del caramelo en su boca.
una melodía jocosa cayó por su garganta. ‘ vale — será un secreto entre los dos ’ le guiñó un ojo, tomó un nuevo pedazo de nube y lo metió en su boca, estaba comenzando a empalagarse, por lo que, por costumbre, buscó a un tercero en escena que pudiese terminar una de sus tantas malas decisiones. quizás debieron compartirlo desde un inicio. ‘ ¿de todo un poco? ’ la miró con sorpresa. ‘ ¿no sería un desperdicio de comida? digo, no es como que podamos cargarlo y yo no tengo tanto apetito ’ en general, el menor de los lim se moderaba a la hora de decidir qué meter en su boca. aún escuchaba la voz de su mam�� opinando de su rostro, su cuerpo y repitiendo los asquerosos estereotipos coreanos.
‘ ¿tú aún tienes hambre? ’ quiso saber, entonces, por preocupación y, también, para desviar el tema hacia ella. ‘ ¿estás esperando a algún artista? para que vayamos a ver el programa, no quiero distraerte ’ apuntó con su pulgar tras de sí, donde suponía que se encontraba la música que se colaba por sus oídos. pero estaba tan alta, que podría venir del sentido contrario o de uno de sus costados, se sentía por todas partes.
palabras opuestas volvieron a robarle otra sonrisa más, o en realidad a ensanchar la misma que ya tenía hasta que dentadura fue expuesta a la par de una risita que acompañó el movimiento de su diestra al hacerse con un algodón de azúcar de muchos colores, el más llamativo. y, si bien, invitación seguía explicita, con su mano libre extendió su propia billetera (que estaba adornada con aquél perrito blanco que tanto amaba) hacía maven, ofreciendo así que tome la misma, que la use a su antojo.
dinero jamás le hizo falta gracias al trabajo de sus padres, de hecho, no tenía necesidad de obsequios de tal calibre por mucho que le gustará bromear al respecto consigo misma. al final del día, cuando cosas así le caían del cielo, sentía que no era justo.
' ¿sabes? algún día me encantaría conocer a tus papas, solo para decirles que hicieron un buen trabajo... aunque a veces tenga sus momentos ' comentó amena, pero la idea en realidad no le disgustaba. siempre le resultaba interesante los núcleos familiares, sentía que podía aprender muchísimo de una persona con tan solo observar esas dinámicas « ¡ah! mi momento freud ». ' ¿y por qué te gusta molestar, maven? ' indagó consecuente, elevando comisuras. quizá pregunta pretendió ser un chiste, pero si respuesta resultaba reveladora, no dudaría en seguir indagando.
cuando mano opuesta se apoderó su muñeca, prisicla elevó su mirada buscando la impropia, curiosa hasta que oración fue dicha. caprichosa, quizá, le dio ahí mismo un mordisco al dulce aireado que sostenía y luego le dedicó una sonrisa satisfecha. ' ¿y perderme de compartir un secreto entre nosotros? no, ni lo sueñes. esto nos lo llevaremos a la tumba. además, seguro ni les gusta ' entonó bromista. no pensaba comerse toda la copa de azúcar, ella prefería los tentempiés salados. como unas papas fritas.
' pero podemos comprar uno más, ¿no? o otras cosas... — ¿un poco de todo? ' propuso tras una pausa, entonces antojada por algo de sal en su sistema.
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pairing: sum!xiaojun x dom!reader genre: smut warning: overstimulation (sobreestimulación) words: 1.2k
[11:46pm]
Desde una temprana edad comenzaste a experimentar sobre tu sexualidad y ello no necesariamente significaba estar sexualmente con una persona, sino que simplemente decidiste que lo mejor sería comenzar investigando qué era lo que te gustaba. Por ejemplo cómo te gustaba ser tocada, en cuáles lugares sentías mayor placer o hasta con qué objetos. Pero, a pesar de tener toda la información que creías necesitar sentías que tu cuerpo estaba pidiendo por más. Y por aquel entonces no lo entendías, aún con el amplio conocimiento adquirido con los años, de tus parejas (algunas duraderas, otras pasajeras) y de ti misma, siempre existía ese sentimiento que te molestaba en el pecho, de vacío, de insuficiencia.
Hasta que un día, después de una larga noche de trabajo, decidiste bajar a la cafetería más cercana de tu compañía por tu café favorito y fue ahí donde lo conociste, al lindo chico que te sonrío y mantuvo la puerta para que pudieras pasar. Las cosas con Xiaojun se dieron con más facilidad de lo que esperabas y en realidad era dejar que el tiempo hiciera lo suyo para que tomaran la decisión de comenzar a salir. A pesar de que habían mantenido una relación dentro de lo usual pronto un lado un tanto oscuro de él salió a la luz. Y, aunque, en primera instancia no sabías qué responder cuando te había confesado que su preferencia era la sumisión, tampoco obtuvo una reacción negativa o incómoda de tu parte.
''La verdad es que no entiendo completamente a lo que te refieres'' respondes con sinceridad. Notas como su mirada de ilusión decae lentamente y sabes que debes decir algo rápidamente antes de crearle una respuesta equivocada ''. Pero me encantaría que me enseñaras''
Y ahí estabas, sentada sobre sus muslos en la oscuridad de su habitación, el color cálido y suave de las luces detrás de su cama siendo lo único que te permitía ver su hermoso rostro.
Y vaya que lo agradecías.
Tus caderas se mecen suavemente sobre su miembro dentro de ti, tus piernas abrazando los costados de sus caderas y muslos para evitar que sus reflejos lo mantuvieran moviéndose contra ti. Tus manos que antes se aferraban firmemente a sus tensos hombros ahora se deslizan hacia arriba por su garganta y tu mano derecha viaja lentamente a sus mejillas empapadas, limpias algunas lágrimas que caen sin detenerse antes de que tus dedos sostengan su mandíbula con fuerza.
''Así es como te gusta ¿no, Xiaojun?'' hablas en un tono pausado y dominante cerca de sus labios, sus párpados se abren con lentitud a tu toque, el placer de un próximo tercer orgasmo reflejándose en sus ojos llorosos. Sonríes con burla en su dirección, tu dedo pulgar jugando con la suavidad de su boca antes de introducirlo por completo, lo observas gimotear en silencio contra tu toque, sus labios succionando la base como si fuera un exquisito caramelo ''Lloras y te quejas para que me detenga pero sabes que adoras que te monte'' esta vez te mueves en círculos sobre él, conociendo perfectamente que ese movimiento lo dirige rápidamente a la cima.
Su cabeza intenta alejarse de tu dedo con al intención de hablarte, la pared detrás de él deteniéndolo. Te encantaría continuar burlándote de su boca pero lo ves removerse debajo de ti y decides dejarlo finalmente libre.
''Por favor...'' pide entre gemidos entrecortados. Su cuerpo débil cayendo sin fuerzas por la pared de su cuarto ''quiero correrme, por favor''
Xiaojun siempre fue muy ruidoso en la cama y por ello solo solían hacerlo cuando sus compañeros de piso se encontraban fuera del departamento. Así que, cuando Kun se despidió de ustedes esa misma tarde para ir al estudio de grabación ustedes se trasladaron velozmente a su habitación y le permitiste gritar y gemir todo lo que quisiese.
''Has sido un chico tan bueno para mi'' tus dedos juguetones hacen su camino por debajo de su camiseta hasta encontrar sus pezones los que retuerces y acaricias con el cuidado necesario para hacerlo delirar. A Xiaojun le encantaba ser sumiso, pero no que fueras del todo ruda con él y te lo había dejado en claro antes de que comenzaras a tocarlo, por eso habías escogido la sobreestimulación como su primer juego en este nuevo mundo. Aunque no pudo quejarse en cuanto comenzaste a moverte con rudeza sobre su miembro palpitante en busca de su liberación ''. Puedes correrte, bebé''
Sus manos con las que antes se había mantenido aferrado al edredón debajo de su cuerpo (una orden por tu parte) viajan rápidamente a los costados de tu cuerpo, sosteniendo con fuerza tu cintura mientras los espasmos recorren su cuerpo de pies a cabeza. Te encantaría sentir su dulce esencia dentro de ti y susurrarle lo bien que te sientes con su semen expandiéndose en tu cavidad, pero guardas silencio porque un condón es el que se entromete entre tus sucios pensamientos.
Esta vez no logras obtener un grito a cambio, pero sí la sensación de su pecho arqueándose y presionando suavemente contra el tuyo.
''Mierda, mierda, mier-'' Escuchas como se queja repetidamente antes de tomar su rostro entre tus manos y acercar tus labios a los suyos. Es un beso lento, apasionado, uno que te hace gemir en satisfacción, sus lenguas jugando con la del otro.
Sabías que un cuarto orgasmo sería demasiado para Xiaojun pero esta nueva experiencia se vuelve tu favorita con facilidad y solo quieres seguir viéndolo rogar por mucho más y más.
''Hey Xiaojun, necesito el cargador que te presté ayer''
Ni tiempo tienes de salirte encima de tu novio antes de que Yangyang interrumpiera en la oscuridad de la habitación y tienes suerte de que la falda que decidiste vestir ese día cubría todo lo que no querías que se viera. Aquella persona que los descubriera tendría que ser muy torpe o despreocupada como para no darse cuenta de lo que estaba sucediendo ahí.
Limpias con tus pulgares rápidamente las lágrimas que siguen emergiendo de sus ojos y ambos vuelven a mirar a Yangyang, por tu parte le sonríes con dulzura y Xiaojun no puede evitar dedicarle una mirada molesta.
''Yo- dios mío, perdón'' se disculpa con una reverencia completa. Lo ves moverse nerviosamente sobre sus pies antes de localizar su pertenencia perdida sobre el escritorio a su lado ''. No sabía que estaban... ya saben, tenía los auriculares puestos''
Antes de que tu novio lo regañara presionas tus palmas sobre su pecho, dejándolo con sus palabras en la boca antes de responder.
''Está bien Yangyang, toca la puerta la próxima vez, por favor'' por tu tono de voz entendía que lo estabas regañando, tus palabras fueron mucho más dulces de lo que la persona debajo de ti podría decirle, por eso asiente repetidamente en tu dirección.
''Claro'' sonríe, de forma más incómoda que cordial. De todas formas lo entendías, no era una de las mejores vistas entrar a la habitación de tu compañero de piso con su novia sobre su regazo, la cual no había parado de complacerlo hasta que lo vio entrar ''. Otra vez, lo siento mucho''
La puerta detrás de ti es cerrada con cierta precaución y regresas tu vista hacia Xiaojun, quien ya tenía sus ojos puestos sobre ti.
''Debiste dejarme regañarle''
Te ríes y niegas suavemente, volviendo a conectar sus labios en ese beso que había sido interrumpido. Succionas con cuidado su labio inferior antes de separarte, solo tu conocías a la perfección como provocarlo nuevamente.
''Estoy segura de que lo que vio es suficiente castigo para él''
Y retomas un suave ritmo que lo mantiene gimiendo silenciosamente sobre la palma de tu mano.
#xiaojun#xiaojun smut#wayv smut#nct smut#kpop#xiao dejun#primera vez que publico smut#diosito santo espero entrar al cielo después de esto#nct x reader
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…..¿Cómo...pude ser tan imbécil? 💔
Los héroes de San Fransokyo disfrutan de un merecido café, y qué mejor café que el de la cafetería de Tía Cass. Todos intercambian miradas preocupadas y nadie se atreve a decir nada, están de acuerdo que alguien debe de hablar con él, pero maldita sea. Era mucho más fácil enfrentar a uno de esos locos maniáticos que quieren destruir la Ciudad que enfrentar la cabellera descuidada de Hiro y su carácter, hay que decir, de mierda.
Ni su propio hermano y tía se atreven a decir algo. Cuando se trata de un pleito entre la pareja, si de por sí Hiro es un dragón haciendo cenizas a cualquiera que quiera animarlo y quitar esa amargura que ahora arruga su nariz, se vuelve en un robot destructor, como cariñosamente le dice Fred, que evapora todo y a todos. Es parejo.
Todos se vuelven a mirar, nadie quiere decir nada. Su tía Cass es la primera en animarse cuando le invita las galletas de su bandeja, el calmado, muy tranquilo, acepta. Tanteado un poco el terreno, y al ver que nadie se anima, Tadashi tragó saliva, se aclaró la garganta y cuestionó la pregunta que todos tenían desde que los gritos sobrepasaron las paredes del laboratorio privado de Hiro y cuando un Miguel muy emputado se iba con paso marcado y Hiro maldiciendo le una última vez antes de dar un portazo que hizo cerrar los ojos a todos.
– ¿Todo bien, Hiro? – ya era muy tarde para arrepentirse, no estaba dispuesto a dar tregua – ¿Por qué…?
Azotó la taza a la barra, estuvo a nada de romperla, y con esa llamada de atención todos los ojos estaban en el mitad asiático que ahora era una fiera incontrolable. Y listo para sacar toda esa frustración en rugidos.
– ES UN IMBÉCIL TESTARUDO – escupió hacia todos – TODOS LO SABEN, KYLE ES OTRO IMBÉCIL QUE NI LE SIGO EL HILO DE LA CONVERSACIÓN UNA VEZ QUE EMPIEZA A SUBIRSE DE TONO. PREFIERO CALLARME.
Fue más inercia que nada, pero todos asintieron y Hiro continúo con su desahogó.
– ¡Sabiendo eso, algo que todos saben!, ¡¿Por qué carajos se enoja?! – el arrebato fue hacia su cabello, que alborotó aún más y el rojo en su sangre ya lo volvió en una llama ardiente que va a quemar el café al menos que se extinga su ira
Todos al unísono soltaron un aclarador y tranquilo suspiro, algunos otros soltaron un "ah" extendido y tranquilo. Ahora todo tenía sentido, y por supuesto que iban a golpear a Kyle cuando lo vieran.
– Hiro – en sus alegres tacones marcados la chica de extensa melena castaña fue hacia su mejor amigo y le regaló la más dulce de sus sonrisas – Kyle es un idiota, y en cierto punto sabíamos que esto iba a pasar, pero podemos ayudarte a aclarar esto con Miguel…
Hiro no puso mucha atención al principio, pero analizó las palabras y entonces interrumpió a Honey Lemon.
– espera, ¿Cómo que esto se lo esperaban?
Nadie, en serio, Absolutamente nadie se sorprendió. Era obvio en cierto punto, Hiro se concentra tanto en un nuevo proyecto que el mundo desaparece, al menos que una notificación de una dulce melodía de guitarra, aún significando que va a dejar todo a un lado y va pasar media hora o una hora hablando con su novio y mucho más si no pudieron verse ese día, maullidos de gatos que es para tía Cass y su canción favorita para su grupo de mejores amigos y para el contacto de su hermano. Solo para eso Hiro revisa su celular, no va hacerlo para una simple notificación normal de mensajes, redes sociales o cualquier otra insignificancia dónde le gusta relajarse cuando no quiere concentrarse en la robótica y quiere apagar su cerebro por unos minutos.
Gogo sacó su celular y se metió a Kafebook, directamente al muro de Kyle. Cuando el celular se le fue pasado a Hiro, con solo ver la publicación toda su ira se extinguió, bueno al menos hacia su novio, ahora tenía instintos homicidas hacia Kyle.
Después de rogarle por 15 minutos, los contó, se dejó tomar una selfie con Kyle. Ambos tomando un licuado de caramelo, hasta ahí todo parece bien, hasta que lees la descripción.
"Aquí con mi futuro esposo, pero 😶, él no lo sabe 😏❤️"
– este bastardo – susurró Hiro apretando un poco la mandíbula.
Ahora todas las palabras de Miguel tenían sentido, pues claro, como no iba ir su impulsivo y estúpido novio a reclamarle cuando ve semejante publicación en Kafebook. Aún con el remordimiento por haberle gritado de esa manera, tratarlo como un loco y no tomar importancia de sus palabras.
– aún así – el orgullo ante todo – no debió gritarme así.
Todos ahora tienen una sonrisa cansada y Gogo y Wasabi voltearon los ojos, en el caso del chico moreno puso su mano extendida en su cara. La soberbia de Hiro saca canas verdes a todos, principalmente a Miguel, pero aún así ese menso anda ahí bien embobado y enamorado de su chino. El resultado es siempre el mismo, hacen las paces y amenazan de muerte a Kyle para que jamás hacer una estupidez como esa y la pareja puede volver a su normalidad: hacerse de bromas pesadas, ser una pareja tierna y afectiva de vez en cuando, burlas, molestar al mexicano con términos científicos y molestar a asiático con modismos mexicanos. Y la lista puede seguir.
…..Pero esta no será como la de costumbre.
– ya todo más tranquilo, ¿Que me dicen si ponemos una película?
Primero es prender el aparato e ir a las opciones de DVD para poner la película que ahora está dentro de la máquina. Pero todos detuvieron a tía Cass cuando escucharon al reportero decir: "En las últimas noticias de la tarde"
Los héroes querían escuchar que era de nuevo en San Fransokyo. Pero a Hiro no le pareció la idea.
– chicos, no necesitamos escuchar las noticias. Mis vigías avisaran si tenemos trabajo.
– si, pero no está de más Hiro – dijo Tadashi, quien subió un poco más a la televisión.
Hiro resoplo y regresó a su interrumpido café, además de dedicar tiempo a su teléfono.
El reportero se presenta con clara tristeza en su ser.
– la noticia que ahora tiene devastado a todo San Fransokyo. Un terrible accidente atestiguado por una de nuestras reporteras ha dejado a todo el país en shock cuando la identidad de la víctima fue confirmada finalmente.
Cedió la palabra a su compañera.
– ya había muchas especulaciones de quién era en redes sociales, pero fue devastador saber que de verdad se trataba del cantante de 22 años, Miguel Rivera.
De la nada, ahora la temperatura de todos era menos cero, lágrimas salían involuntariamente y los ojos abiertos en par estaban por completo clavados ahora en el aparato. Y cada palabra destruyó a Hiro hasta casi la muerte.
– quien se encuentra estudiando la universidad, aquí en San Fransokyo.
El reportero retomo la palabra.
– todo aconteció a las 2:35 de esta tarde cuando una de nuestras reporteras de campo estaba trabajando en la recopilación de los testimonios de las hazañas Big6 de esta semana. De repente en el fondo se empezaron a escuchar varios gritos y una colisión entre un tranvía y una camioneta ocurrió. Aquí las imágenes.
Los reporteros desaparecieron para dar paso al susodicho vídeo. En él se mostraba a la reportera a la mitad de la calle, a su costado izquierdo estaba una tienda de zapatos y del otro lado los departamentos de la zona, enfrente está la ruta del tranvía; al prender la cámara justo uno estaba pasando. Después del conteo, la chica se presenta.
– hola San Fransokyo, soy Bailey Connor en su sección favorita "Preguntando a los fans". Y como el tema favorito de todos, estamos con dos hermanos que fueron de las personas que estos valientes héroes salvaron del tren que casi descarrila apenas hace tres días
La cámara ahora enfoca a una pareja de hermano y hermana, ambos saludan animosamente hacia ella y se presentan.
– Cameron y Frankie, muchos gusto tenerlos aquí
– el gusto es nuestro – responden ambos hermanos casi al mismo tiempo.
Entonces se adentro a lo que los tenían ahí, con gran emoción describen como primero aparece el enorme robot rojo que se coloca en la cabeza del tren y trata de regresarlo a su posición, entonces aparece la chica de enorme cabellera que explota una de sus burbujas y aparece un enorme masa de colores que detiene el tren. Más detalles asombrosos y grandes elogios hacia los héroes terminan abruptamente.
Primero fueron gritos alarmados, advertencias de transeúntes que los hicieron voltear y entonces la gran colisión. Un golpe que hizo a todos agacharse y a muchos correr en cuanto las llamas empezaron a ganar territorio. Era un instinto de reporteros, por eso sin dudarlo fueron a ver el choque.
En una combinación de asombro y terror, ven el carro boca abajo y el tranvía encima de una parte del vehículo.
– ¡¡AYUDEN, POR FAVOR!! – el grito de un hombre alarmado y con las palabras cortadas por las lágrimas se presentó en escena.
En cuanto vieron que iba corriendo hacia la camioneta que estaba a solo minutos de explotar junto con el tranvía, los que antes solo observaban lo detuvieron. La reportera fue una de las personas que sujetaron al hombre.
– señor aléjese es muy peligroso.
Muchos pensaron que volvía por la mercancía, pero uno no se acerca a un carro en llamas solo por unas simples tiras de cuero.
– ¡¡USTEDES NO ENTIENDEN, MI SOBRINO ESTÁ EN ESA CAMIONETA!! – grito con dolor en todo su ser y lágrimas que ahogan sus palabras.
Todos empalidecieron, y aún con el shock todos fueron a ayudar.
– Jerry deja la cámara, ¡Vamos! – lo llamó su compañera.
El camarógrafo ni corto ni perezoso aventó la cámara al piso y fue con grandes pasos a ayudar. La cámara terminó enfocando el tranvía y una parte del carro, en el ángulo solo puede verse unas pocas personas del grupo grande que fue a romper la puerta y así liberar al desafortunado chico. Varias patadas, agregando los nervios de las llamas que no hacen más que extenderse, la puerta terminó cediendo y entre varios sacaban al chico moribundo.
Muchos gritos alarmados pedían una ambulancia desde hace rato, mientras el grupo trata de hacer reaccionar al muchacho; mientras el hombre desesperado no para de llamar lo.
– ¡Vamos chamaco, Miguel!, ¡Despierta! – suplicaba a su sobrino.
Muchas sombras moviéndose, las llamas consumiendo ahora ambas máquinas de transporte, muchos murmullos; y un corazón roto de un mitad asiático cuyas lágrimas ya empaparon su rostro y su alma. En este punto la reportera y el camarógrafo habían olvidado la cámara, además de olvidar a poner lo a cargar previamente, el aparato se apagó en cuanto las sirenas de la ambulancia se escuchaba a escasos metros.
Y los reporteros en el estudio volvieron a tener protagonismo en la televisora.
– la verdad son imágenes muy fuertes – dijo él. Mientras su compañera correspondía a sus palabras
– Bailey contó que la atención fue inmediata con el cantante – agrega la reportera – pero ella mismo agregó que las heridas eran demasiado severas. Además que en todo ese rato no pudieron hacer reaccionar al mexicano.
– lo único que ahora que espero, Aiko, es que el joven Miguel se salve de esta. Porque un accidente así – el reportero duda, pero aún así dice sin rodeos – y también por lo que contó nuestra reportera de campo. Es un milagro que Miguel Rivera saliera de ahí con vida.
– definitivamente tiene un ángel guardián que lo cuida – dijo él, y su compañera asintió a sus palabras.
– lo único que queda es dejar esto en las manos del dios piadoso. Y nuestros mejores deseos van para la familia Rivera, y esta reportera no puede ni imaginar lo devastados que están por esta noticia.
Esto hubiera durado para más, pero el tiempo de la televisora ha acabado.
– hasta aquí lo último que acontece en San Fransokyo. No olviden prender su televisión para enterarse de lo último que pasa en nuestro país y en el mundo entero. Soy Taiki Susuki
– y yo Aiko Sayuri
– Nos vemos mañana, a la misma hora – se despiden ambos presentadores en perfecta coordinación. Y entonces el programa llega a su fin.
Tía Cass con una mano en su boca abierta y los rastros de lágrimas que no se limpiaron con el papel aún en sus mejillas, ella agarra el control y apaga la televisión. Silencio es lo único que hay en el café, hasta que las manos de Hiro no aguantaron más y dejaron caer su taza favorita en el duro piso; su destrucción hizo a todos pegar un brinco y voltear hacia el chico de dos nacionalidades..
Su mejillas empapadas por las lágrimas, su cuerpo temblando como si afuera estuviera a menos cero grados, flaquea como no lo había hecho en muchos años, sus ojos están hartos de llorar, su boca de tanto temblar sus labios hormiguean y su corazón está tan destruido y mucho más que la taza que descansa en pedazos ahora en el piso.
HOLA MIS SOMBRERITOS 👒 MooV al habla 📣
UFFFF *panic visible* estuve dudando UN CHINGO como no tienen una idea. Pero gracias a mi amiga @vapsi0w0 me anime y por fin público este FanStory que he estado haciendo en mis ratos libres. Se que no he publicado nada desde enero qwp, perdonen mis sombreritos, pero nuestra sombrerero loca está estudiando y preparando se para un examen muy importante OuO"""
Por eso, aquí estará un poco abandonado. Pero trataré de publicar lo que ya tengo escrito. Osea, publicar todos los capítulos terminados que tengo de esta historia y además otro FanStory que tengo ouo
Estoy hasta el cuello de FanStorys x'D
Al menos no dejaré el blog tan al abandono durante mis semanas de ausencia qwo 💔 lo que más rompería mi corazón es dejar los sin su dosis de mi locura 😌👌💙
Hablando ya de la historia.
Es sobre el ship de Higuel ( Miguel de #Coco y Hiro de #Big6 ) es un ship que me lleva dando vueltas meses y finalmente me animé a escribir sobre mi ship número uno sin dudar 💖💖💖💖💖
No es perfecto, realmente como lo escribí directo así lo publique, no le di ni retoques o tan siquiera puli. Lo único que si hice fue corregir los errores comunes de redacción. Pero fuera de eso, no cambie mucho.
Y bueno, será esto hasta ahora mis sombreritos 👒
Ya no tengo nada más que decir.
MUCHAS GRACIAS POR LEER.
Nos leemos pronto, eso espero qup BYE, BYE 💖
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Primera Conversación - Leiftan
Eldarya New Era
1496 Palabras
Una conversación con mi amado Daemon ahora que tras el despertar todo ha cambiado
#eldarya conversaciones
Risitas y cuchicheos perfumaban el aire del refugio de Eel, sus habitantes habían pasado la tarde observando con curiosidad las idas y vueltas de la última Aengel asistiendo al gigante de la Guardia, Jamón había pasado todo el día con expresión seria, soltando uno que otro gruñido suave cuando alguien se aproximaba con intenciones de interrumpir el trabajo de su ayudante, aunque por dentro estuviera disfrutando mucho de la simple compañía de Erika.
Cuando la armería estuvo impecable y cada arma y herramienta en su lugar, Erika le dedicó al gigante una amplia sonrisa llena de emoción que él le devolvió, ya era hora de recibir su recompensa. Casi daba saltitos alrededor de Jamón, mientras que él cargaba una pesada bañera de madera y la llevaba sobre su hombro en dirección a la habitación de la joven.
Tras pasar más de tres cuartos de hora trasladando baldes de agua caliente y agregar el contenido de unos pequeños frascos que Huang Chu le dio, Erika finalmente se relajó.
Se quitó la ropa en la intimidad de su habitación y se miró al espejo inspeccionando cada rincón de su piel. Desde que salió del Cristal todo había sido viajes y emociones, ni un solo instante de respiro o distracción, ni siquiera para lograr asimilar todo lo que había vivido, simplemente no había tenido tiempo pero ya no podía dejarse estar más, tras su despertar se sentía diferente, sabía que ya no era la misma y aun así no tenía idea del alcance que este cambio tuvo sobre su mente y cuerpo.
Recorriendo su la superficie de su piel con las yemas de los dedos mientras los seguía con sus ojos a través del espejo, notó algo que la perturbó, todas sus cicatrices habían desaparecido. La marca en forma de “L” que tenía en la rodilla, de cuando su padre le enseñó a andar en bicicleta. La quemadura ovalada en su antebrazo, de cuando su madre intentó enseñarle a hacer caramelo. El casi rayo en su muslo, de cuando se escapó del instituto saltando un muro con su mejor amiga… Y otras más que las emociones mezcladas no le permitieron recordar. Incluso las decenas de heridas que se había hecho desde que llegó a Eldarya. Buscó en su espalda, cerca de sus riñones. La puñalada de Naytili también había desaparecido, esa que casi le cuesta la vida. Presionó el lugar donde estuvo la herida con fuerza mientras los flashes de aquella pelea salían a la superficie de su memoria, sintió una punzada de dolor familiar, seguía ahí, solo que ya no estaba escrito en su piel.
Empujó esos pensamientos fuera de su mente, no quería amargar su velada. Suspiró pesadamente y se deslizó en el agua caliente, se recostó lentamente dejando que ésta abrazara su desnudes, dejó caer su cabeza hacia atrás y se esforzó por dejar su mente en blanco. Divagaba entre emociones y sensaciones familiares, sintió que su cuerpo quería hablarle así que cedió cuando surgió en ella la necesidad de sumergirse por completo. En posición fetal, casi flotando en el fondo de la tina, dejó que esa agradable calidez la acunara.
Se sentía feliz, a salvo y protegida, lejos del mundo exterior, como si volviera al vientre de su madre, olvidó todo abandonándose a ese calor familiar. No podía recordar imágenes, pero sin duda se había sentido así antes, solo que no podía recordar cuándo, ni dónde, pero más pronto que tarde llegó a ella, el Cristal, así se sentía mientras estaba dentro del Cristal, al descubrir este pequeño misterio, sonrió y volvió a su agradable trance. De pronto estiró su brazo y su mano buscó algo que ella sentía que debería estar allí pero que no encontró, esa ausencia le provocó un gran vacío y angustia, se sintió desesperada y su alma gritó por él.
Salió del agua, había tenido suficiente, demasiadas sensaciones pasando tan rápidamente por su cabeza que no se dio cuenta de cuánto tiempo había aguantado la respiración, tomó aire hasta estabilizarse y se puso una bata ligera, aun estando completamente empapada se sentó en su cama con la mirada clavada en la nada.
Un hormigueo en su mano la sacó de su estado de coma, observó sus dedos con curiosidad por largos minutos hasta que otro estímulo atrajo su atención, caminó despacio hasta la puerta, sin conciencia y la vez en un extraño conocimiento de la causa. Frente a la puerta dudó un instante antes de estirar su brazo en dirección a la superficie, estiró sus dedos y toda la palma presionando con delicadeza y casi con temor la madera. Estaba fría, dura e inamovible, esperó con impaciencia hasta que sutil ardor acarició su piel provocando en ella un ligero sobresalto. Movió su mano de la superficie hasta el pomo de la puerta y de un movimiento lento la abrió.
Leiftan estaba afuera de su habitación con su mano flotando donde estaba la puerta y con la misma mirada de desconcierto y certeza que Erika. Se miraron con intensidad hasta que ella dio un paso atrás y él entró en la habitación sin decir nada, cerrando la puerta tras de sí. La joven se sentó en su cama, con sus manos sobre sus muslos, vacilante no sabía si mirarlo. Una sensación desagradable comenzó a crecer en su estómago, una incomodidad anómala, extranjera en ella. Apretó sus puños sobre la fina tela de la bata sobre sus piernas.
- ¿Estás bien? -
Su voz rasgando el tenso ambiente solo incrementó su malestar. Giraba la cabeza de un lado al otro, se paró y caminó dubitativa por el cuarto, mirándolo de vez en cuando, desvalida en busca de ayuda.
- Yo… Me di un baño y… -
Frotó sus manos que empezaban a sentirse húmedas y temblorosas, Leiftan cruzó la habitación hasta la ventana, la miró y asintió, dándole ánimos para continuar.
- E-el agua. Se sentía como estar de vuelta en el Cristal, pero n-no… -
No podía seguir hablando, un bloqueo en su garganta le impedía pronunciar palabra alguna, casi le dolía, Leiftan se acercó a ella con prudencia, esperando su aprobación con cada paso que se aproximaba.
- M-me siento extraña… Y a cada segundo más… -
Al oír sus palabras él retrocedió y suspiró, ella no lo sabía pero ambos tenían la misma pesadez en el corazón. Leiftan también tenía problemas con sus manos, enredaba las cuerdas de sus ropas entre sus dedos con desasosiego.
- He estado practicando mi meditación, recuerdo que hace no tanto me pediste que buscara una solución para… nuestra situación. -
Erika intentó procesar la información y sus sentimientos, comprendió entonces que esa incomodidad, esa molestia… esa insoportablemente desagradable sensación no era de ella, era lo que Leiftan estaba sintiendo justo ahora. Ese hecho hizo sonrojar sus mejillas por la vergüenza, se sentía humillada… Ella lo había llamado y él no quería estar ahí.
- Podrías no hacer eso. -
El tono de la joven sonaba aún más agresivo de lo que había planeado, como un gruñido grave y sutil. Él la miró con sorpresa y desconcierto, no esperaba para nada esa reacción.
- Creí que era lo que querías. -
- Quiero deshacerme de ESTO que nos… une, pero tu meditación, definitivamente no sirve. -
- No te entiendo. -
- No pensé que volvería a pasar por esto, que me harías sentir así otra vez. -
- De qué hablas. -
- ¡Deja de mentir Leiftan! -
El hombre quedó en shock, completamente paralizado por la violenta reacción de Erika, dio un paso atrás, estaba en el territorio de ella, acorralado.
- Yo… No te entiendo. -
- Puedo sentir tu malestar Leiftan, lo que estés tratando de esconder… puedo sentirlo. Si no quieres estar aquí entonces vete pero deja de fingir y engañar, es desagradable… -
- Lo… Siento. -
Leiftan no pudo seguir sosteniendo su mirada, necesitaba salir de ahí lo más rápido posible, sentía una puñalada en el pecho. Se estremeció al pasar junto a ella, hiperventilada, temblorosa y con los ojos vidriosos pero Erika no había acabado.
- Y si vuelvo a… llamarte, no quiero que vengas, aprenderé a controlarlo. -
Esas palabras habían sido como un disparo, Erika sentía el corazón tan apretado que no podía respirar. La expresión de Leiftan dejó escapar una mueca de dolor y ella estalló por sus emociones contenidas.
- ¡Así que ya puedes dejar tu cinismo conmigo! ¡No tenemos que vernos ni estar juntos nunca más! ¿¡Eso no era lo que querías!? ¡¿No era enamorarme parte de tu malvado plan?! -
- ¡Erika! Las cosas no son así, siempre te dejé muy claro que tú eres todo lo que me importa. -
- ¡CALLATE! ¡Solo cállate Leiftan! ¿No entiendes que estoy más allá de tus engaños? ¿No me has mentido ya lo suficiente? ¡NO TE CONOZCO Y AUN ASÍ TÚ SABES TODO SOBRE MI! ¡Puedes leerme y sentirme! YO ESTOY DESNUDA FRENTE A TI ¿Y tú? Ni siquiera sé quién eres… -
Erika no se había dado cuenta en qué momento Leiftan le había dado la espalda pero sin volverse hacia ella, llegó en dos zancadas a la puerta y se despidió antes de salir de ahí.
- Buenas noches Erika… -
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Tortita
El ambiente festivo se respiraba en cada rincón de la ciudad de Inazuma. Los cohetes de la familia Naganohara salían disparados hacia las estrellas con un silbido que conseguía hacer contener la respiración a todos los presentes, antes de estallar en una explosión de hermosos colores y formas acompañadas de vítores ensordecedores. Los puestos de comida ambulante estaban a rebosar, los más pequeños corrían de un lado a otro con los rostros cubiertos por máscaras artesanales, mientras los adultos bebían y charlaban sin miedo a que algo les ocurriera a sus hijos.
Aquel año era muy diferente al resto, y Kazuha lo adoraba. Sentado desde un banco de piedra, contemplaba embobado a los mercaderes y viajeros de todo Teyvat que viajaron kilómetros solo para acudir al Festival de Verano, desbordando las calles de acentos, juegos y comidas tan extrañas y diferentes entre sí que el muchacho no podía evitar admirar.
—¡Kazuha! —gritó una voz masculina a su espalda. Kazuha se giró, dejando que su coleta bailara al son de sus movimientos—. ¡Mira lo que he comprado!
Tomo no tardó en aparecer entre la muchedumbre, gotas de sudor le caían a lo largo de la frente, consiguiendo que varios mechones blanquecinos cubrieran sus ojos celestes, incluso las mejillas ardían como el fuego de las antorchas. Kazuha rio en voz baja.
—¡Oye, no te rías de mí! —replicó su amigo dejándose caer sobre el asiento, atrayendo consigo el dulce olor de la comida que cargaba en dos platos—. ¡Hay muchísima gente, jamás había visto algo así, por poco me meto en una pelea con unos borrachos que creían que me estaba colando!
—Vaya, creía que Tomo, un honorable samurái, jamás rechazaba una pelea. Tomo soltó una carcajada irónica.
—No voy a pelear por comida, Kazuha. Menos con borrachos. De hecho, diría que son los ladrones de tesoros que últimamente deambulan por la Llanura Byakko.
—¿Crees que habrán encontrado algo de valor y han venido a celebrarlo?
—Si te digo la verdad, no lo creo —Tomo se encogió de hombros, contemplando a un grupo de residentes que se había congregado no muy lejos de donde ellos descansaban—. No me malinterpretes, son muy buenos tipos, siempre están ahí cuando tienes problemas, algo muy poco común entre los ladrones.
—Sí, lo sé.
—Pero siempre tienen una nube de mala suerte flotando sobre sus cabezas, ¿sabes a qué me refiero?
Kazuha asintió lentamente, dirigiendo la mirada hacia los platos humeantes de Tomo.
—Oye, ¿qué es eso? —preguntó Kazuha—. Me vas a dejar probarlo, ¿verdad?
—¡Ah, es cierto! —exclamó, sus ojos brillaban bajo la luz de la luna llena—. ¡Tortitas!
Parece que es una especialidad de Mondstadt, no sé qué lleva exactamente a parte de harina, nata, fresas… Como sea, he comprado uno para cada uno, rápido, antes de que se enfríe.
—No era necesario, Tomo —en cuanto cogió el plato, sintió cómo la boca se le hacía agua y el estómago rugía ansioso por probar las tortitas, la nata se derretía poco a poco y el fresón que coronaba la montaña de tortitas estaba cubierta de sirope de caramelo—. Aun así, te lo agradezco.
Pero Tomo le hizo caso omiso, sin ningún tipo de delicadeza, arrancó un trozo de panqueque y lo embadurnó en nata y sirope antes de comérselo de un bocado.
—¡Por los Siete, esto es increíble! —gritó con la boca llena—. ¡Tienes que probarlo, Kazuha, si no quieres que me coma tu parte!
—Ni en tus mejores sueños.
Kazuha no perdió ni un segundo más, degustando de la explosión de sabor que inundó le inundó la garganta. Era dulce, muy dulce, pero no empalagoso, incluso descubrió pequeños arándanos ocultos entre las tortitas. Una sonrisa enorme se dibujó en su rostro mientras que Tomo lo observaba complacido.
—¿Qué? ¿Te gusta? —Kazuha se atragantó durante unos segundos.
—No.
—¡Oh, venga ya, he visto como sonreías!
—Si me dejaras terminar —refunfuñó el chico—. Me encanta, estaría comiendo tortitas a todas horas del día, pero como no me… ¿Has escuchado eso?
—¿El qué? —preguntó Tomo devorando otro pedazo de tortita—. ¿El viento te habla de nuevo?
Kazuha separó los labios, dispuesto a contestar, sin embargo, el maullido débil de un gato se le adelantó. Tomo se detuvo rápidamente con los ojos bien abiertos, esos animales nunca se atrevían a salir de sus escondites durante las noches del festival, el ruido de los fuegos artificiales los alteraba demasiado, incluso los perros rehusaban a lanzarse a las calles, daba igual cuánta comida les ofrecieran.
Ambos se giraron lentamente hacia el origen del sonido, Kazuha sintió su corazón partiéndose en dos al ver a la criaturita que permanecía sentada a los pies del banco, lejos del refugio de los matorrales.
En efecto, se trataba de una cría completamente blanca, un saco de huesos con patas desproporcionadas y pelaje enmarañado. Numerosas heridas frescas cubrían su cuerpo y la mitad de una de sus orejas había desparecido, Kazuha supuso que pasto del fuego. Aun así, el gatito ronroneaba sin descanso mientras que una sonrisita inocente y pura le recorría el rostro y sus ojos azules brillaban bajo la luz de los fuegos artificiales, ansioso por unas caricias.
Tomo dejó el plato de comida sobre el banco, deslizándose poco a poco hacia el suelo, donde la hierba húmeda lo saludó mediante un crujido. Durante unos instantes, Kazuha temió que el felino huyera aterrado, pero se mantuvo firme, siguiendo con la mirada hasta el último movimiento de su amigo.
—Hey, gatito, gatito —llamó el chico con una voz agradable, extendiendo el brazo hacia la naricilla rosada—. Ven aquí, no voy a hacerte daño.
—Tomo… —susurró Kazuha dejando caer los hombros.
El cachorro se puso en pie con torpeza, sus patas demasiado descoordinadas. Ambos amigos se tensaron, si huía, no podrían ayudarlo y atrapar a un gato no era una tarea sencilla. Aunque, contra todo pronóstico, el gato se acercó a la mano de Tomo, golpeándola con la cabeza una y otra vez.
—Ay, pero qué buen gato eres —Tomo comenzó a acariciarlo, hipnotizado por unos ronroneos que se volvían cada vez más altos—. Ay, pues claro que sí, el gato más bonito de Inazuma. Como encuentre al bastardo que te ha hecho esto, no habrá piedad, pues claro que no.
Kazuha se cruzó de piernas, enternecido por la escena.
—¿Qué piensas hacer con él?
—Quedármelo —respondió sin dudarlo—. Primero le daré de comer y luego intentaré curarle las heridas.
—¿Has pensado en un nombre?
—Sí, Tortita.
#genshin impact#Genshin Impact fanfiction#kazuha#genshin impact kazuha#tomo genshin impact#writers on tumblr#writers#un poco ooc pero es que me cuesta escribir a kazuha#anyway tortita en realidad es mi gato#no se llama tortita en realidad pero me lo encontre en la misma situacion#mi gato se llama spes por si alguien tenia curiosidad
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Black Wolves Saga Last Hope Memory 19: Dama de la nobleza [Historia General 1]
El joven se burla de la protagonista que no le teme a los lobos, tratándola de ingenua.
Fiona: ...
???: ...
¿Durante cuánto tiempo hemos estado caminando en el bosque?
Seguimos caminando en medio de este enredado bosque.
Si algo ha cambiado... entonces sería el hecho de que ya no estamos tomados de la mano.
Aún así, si hago algo sospechoso, él inmediatamente reacciona y se acerca a mí.
Fiona: ...
???: ...
Eché un leve vistazo a su perfil mientras caminábamos.
Caminaba en silencio con la boca levemente abierta mientras miraba hacia adelante.
Fiona: (...De algún modo.)
Me dije a mí misma que él era el secuestrador y yo la rehén.
Si lo veo de esa forma, siento que sería razonable el poder establecer una conversación.
Al menos yo me divierto con ver los alrededores, así que no me molesta el silencio.
Fiona: (Es la primera vez que camino por un bosque.)
Me sorprendo bastante cada vez que pienso en que estoy caminando por el bosque que siempre observaba desde lo alto de la torre.
Siempre imaginaba que había un exuberante bosque debajo de ese verde techo.
Y ahora puedo verlo con mis propios ojos.
No puedo decir que no es divertido.
Fiona: (...Sin embargo.)
Como pensé, me da curiosidad.
Fiona: (¿Por qué se habrá infiltrado?)
Fiona: (¿Por qué me secuestró?)
Esas preguntas llenan mi garganta.
Siento que en cualquier momento terminaré preguntándole.
Fiona: (¿...Estará mal si le pregunto?)
Quiero preguntarle.
???: ...
Él, quien camina en silencio, más que estar de mal humor, parece ser indiferente a mi presencia.
No siento que nuestra situación empeore si le hago alguna pregunta.
Fiona: (...Bien, yo le hablaré primero...)
Fiona: Esto,
Y en el momento en que empecé a abrir mi boca.
Fiona: ¡¿Kya...?!
Parece que me distraje demasiado pensando en que iba a hablarle.
Y no me di cuenta de la raíz del árbol que estaba a mis pies, por lo que me tropecé.
Fiona: (¡¡Me voy a caer...!!)
Fiona: ¡¡Uwah!!
Cuando estaba a punto de caer hacia adelante, sentí como unos brazos me agarraban y me atraían con fuerza.
Fiona: ¡...!
Repentinamente alcé la voz al sentir un peso en mi hombro.
???: ¡...!
Y ante la sorpresa, él repentinamente alejó su mano.
Fiona: ¡¿Eh?! ... ... Al final terminé cayendo.
Aunque, la distancia a la que iba a caer se redujo considerablemente, así que más que caerme, sería más acertado decir que levemente mis rodillas se acercaron al suelo.
Fiona: (Es como cuando Pearl y Richie se tropiezan por estar corriendo con demasiada emoción.)
Puede que luzca adorable por parte de unos niños como ellos, pero en una persona de 16 años como yo luce como si fuera una tonta.
Me levanté sosteniendo la parte inferior de mi vestido...
???: ...
Y sin decir palabra alguna crucé miradas con él.
Fiona: ...Uh.
Debido a la incomodidad provocada por haberle mostrado un lado patético de mí decidí apartar la mirada... Pero.
Fiona: (... Ah, no.)
Conteniendo mi vergüenza volví a voltear hacia él.
Aunque no haya salido bien, él intentó ayudarme.
Fiona: Gracias por intentar sostenerme.
Fiona: Y de paso, me haría muy feliz que borraras de tu memoria lo que acabas de ver.
Él no parece ser el tipo de persona que se burla de los fracasos de los demás, pero quise silenciarlo por si acaso.
???: ...
Fiona: ¿?
Luego de agradecerle, él puso una expresión que indicaba que cada vez entendía menos lo que pasaba.
Era como el rostro de alguien que cuando introduce un caramelo dulce en su boca, luego se percata de que este era amargo.
Fiona: Esto...
???: ...Tú, ¿sabes qué soy yo?
Fiona: ¿Qué eres...?
Lo sé, pero cuando me preguntó, no lo supe.
Está lleno de cosas que no sé. ¿Qué pretendías al llevarme contigo? ¿Eres un secuestrador o no?
¿O pretendías hacer algo con Mejojo y Auger?
Fiona: ¿Puedo preguntártelo? La verdad es que me ha llamado bastante la atención desde hace un rato...
???: ...
???: ...No, no me refiero a eso.
Fiona: ¿...?
???: Yo soy... un lobo. Un lobo que maldijo a Weblin, que esparció una enfermedad y que ataca a las personas.
Fiona: (--...Ah.)
Cuando dijo todo eso entendí qué era lo que trataba de decirme.
Él quiere saber porqué no le temo a pesar de que es un lobo
Fiona: ¿Sería mejor que te tuviera miedo?
???: ...
Incluso yo sé que tipo de criaturas son los lobos.
Mi padre, Nesso y Zara me han hablado sobre ellos, también he leído sobre estos en los libros.
Fiona: (Sin embargo... no es solo eso, ¿verdad?)
Yo no creo que él sea una existencia peligrosa.
???: ...
Sus ojos cruzan miradas con los míos. Es como si buscara mi verdadera naturaleza con su mirada.
Fiona: (...Es como un animal que tiene mucha precaución.)
Recuerdo haber visto a Zara cuidar en la torre durante toda una noche a un gato herido.
Dijo que lo había encontrado perdido en el jardín.
Quería cuidarlo, pero entonces... el gato escapó.
Su mirada se le parece mucho. Me observa quietamente como si me estuviera probando.
Fiona: (No puedo apartar la mirada.)
Sentía que si apartara la mirada ahora perdería ante algo, aunque no estoy segura de qué era.
Fiona: (¿...Qué es? Ni yo lo sé.)
???: ...Tsk.
Tras mirarnos fijamente por un rato, finalmente fue él quien apartó la mirada.
???: ...Mujer rara.
Fiona: ¿...Eso crees?
???: Sí, no te asustas de los lobos.
???: ...No, no es eso.
Fiona: ¿Eh?
???: Puede que en cierto modo tengas la razón, como una señorita ignorante de la alta alcurnia.
Fiona: ...
Sus palabras que iban con la intención de burlarse de mí lograron provocar un dolor en mi pecho.
No, no es eso. Más que dolor... fue irritación.
Fiona. (A mí tampoco es que me guste vivir aislada.)
No vivo encerrada en la torre porque quiera. No soy ignorante porque quiera.
Fiona: (...Espera, ¿sus palabras me acaban de hacer enojar?)
Así es. Estaba enojada e iba a intentar responderle.
Fiona: (...Que natural.)
¿Cuánto tiempo ha pasado desde que me enojé con alguien?
La vida en la torre era muy, muy tranquila...
Así que no habían muchas oportunidades para enojarme o discutir con alguien.
Incluso si de vez en cuando me disgustaba la situación en la que me encontraba...
Prefería rendirme.
Fiona: (Así es... todo era muy relajado.)
Era como si el tiempo simplemente fluyera.
Eran tiempos tranquilos y agradables. Incluso si llegaba a ocurrir algún problema,
''Ah, que problema.''
Era algo que solo me hacía pensar eso y tras ello no habían más inconvenientes.
Fiona: (Cuando lo pienso así... Puede que no sea tan malo enojarse por las palabras de alguien.)
Es una historia extraña para nosotros.
???: ¿Por qué sonríes sola?
Fiona: Fufu. Por algo.
???: ...En verdad eres rara.
Fiona: ¿De verdad?
???: ...Sí.
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#black wolves saga last hope#black wolves saga#memory 19#fiona galland#traducción al español#mi traducción
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19. Caramelo, Chai, y Earl grey
Sumario.
Tom saltó a la fama internacional con su personaje de Loki en la película de Marvel, Thor. Ahora, pasada un poco la euforia por la película, es atacado por una enfermedad terrible con la que, en ocasiones, pierde el control sobre sí mismo, nadie sabe qué es, ningún médico puede ayudarlo, y se recluye para no dañar a la gente a su alrededor con esos episodios violentos ocasionados por esta extraña enfermedad. En su desesperación, y después de haber agotado todas las posibilidades médicas, se ve obligado a viajar a otro país, muy diferente al suyo para buscar a la ayuda de una bruja.
Nota de Autor: Los diálogos que están en cursiva, son diálogos en inglés.
El playlist en YouTube con las canciones del Fic es http://www.youtube.com/playlist?list=PLe1RQg1PRt4FaYvpCpq6raUbZwtpyLwbz
Caramelo, Chai, y Earl grey
—Tengo que aceptar Wala que fue una idea brillante, poder usar las viejas reglas, sobre todo tomando en cuenta nuestra situación actual.
— Sí, yo nunca he oído de alguien que conviva con un Dios como nosotros, me alegra que funcionara, aunque fue básicamente tu idea.
—Claro que fue mi idea y fue brillante.— dijo el Dios con algo cercano al entusiasmo, Ofelia se rió, pero luego lo vio más seria.
—Pudiste sacarlo todo.— Dijo ella refiriéndose a su magia.
—Hubieras muerto.
—¿Importa? Pudo ser suficiente para curarte.
Loki la vio un momento – No, no hubiera sido suficiente y no me gusta desperdiciar, Wala.- dijo ya sin ningún asomo de su humor anterior.
—Está bien, tal vez no para curarte, pero si para quitar el dolor y ahora que lo sabes podrías cazar brujas y vivir por medio de su Seiđr.— Loki frunció las cejas y la vio tratando de descifrar a que quería llegar.
—Suena un buen plan, ¿Crees que debería hacerlo?— Dijo muy serio, casi enojado. A Ofelia le dio un escalofrió.
—Solo digo que es una posibilidad.
—Creo que quieres llegar a algo pero no veo a qué.
—Solo contéstame una cosa, ¿Recuerdas la última vez que estuviste aquí? Me dijiste que si estuvieras bien, curarías a Tom.— el Dios asintió con la cabeza pero no dijo nada.— ¿Lo harías?
—Por supuesto que sí ¿Por qué no lo haría?
—¿Lo juras?
—Wala…— dijo Loki en tono de advertencia, estaba perdiendo la paciencia.
Ella suspiró— Creo que tengo un plan— Loki la miró estudiándola, tanto que a Ofelia se le hizo una eternidad. Luego suavizó la expresión y se sentó junto a ella.
—No va a funcionar— dijo él relajado.
—Ni siquiera sabes qué es.
—Pero por supuesto que lo sé ¿Crees que no pensé en eso? he pensado en todo y esa posibilidad fue de las primeras que descarté.
—¿Por qué? Un sacrificio humano es perfecto. Desde que hay religiones, desde que hay relación entre los humanos y los Dioses, el sacrifico humano es la mayor ofrenda, la más poderosa, es la mayor prueba de fe.
—Aunque estuvieras dispuesta a sacrificar a una persona de tu propia especie, dudo que Thomas este de acuerdo en hacer un Blòt.
—Tú y yo sabemos, que el sacrificio no significa literalmente morir, es de hecho, dedicar su vida completamente a algo y que esa persona no tiene que morir.
—Exacto, sería más fácil convencer a alguien que muera por mí, a que viva por mí, ¿Cómo lo pusiste amablemente tú? Ah sí, “Nadie me quiere”.—dijo él sonriendo cínicamente haciendo referencia al día que ella le preguntó a quién salvaría, a Tom o a él mismo.
Ofelia se recargó en su silla, cruzo los brazos, bajo un poco la cabeza sin dejar de verlo a los ojos, respiró profundo, y muy seria, aunque también incomoda, le dijo.
—Yo… te quiero.
Loki la observó un momento y luego comenzó a carcajearse, mientras Ofelia se levantaba a servirse un poco de agua, luego se volvió a sentar y esperó pacientemente a que el Dios se calmara. Lo cual no pasó en un rato. Cuando se iba calmando Ofelia lo tomó de la mano y este se tensó, cualquier rastro de risa desapareció.
—Estuviste dentro de mí cuando tomaste mi magia, dime si miento.— Pero el Dios no dijo nada.— A ver, vamos pensando fríamente.—dijo ella poniendo las puntas de los dedos en sus sienes— Me educaron literalmente para adorar a los Dioses. Y conocerte ha sido una de las experiencias más grandes de toda mi vida profesional. Claro que eres irritante, cretino e increíblemente volátil, pero también eres extraordinario, eres brillante, elegante, casi tan atractivo como Tom, y encantador, cuando quieres serlo, has hecho cosas por mí que nadie nunca ha hecho, me has demostrado tu amistad de las maneras más extrañas. Nos has salvado la vida a Tom y a mí.
Loki tenía la boca ligeramente abierta, el ceño fruncido y se notaba estaba tratando de no mostrar ninguna emoción pero sin éxito. Le quitó el vaso de agua y le dio un gran trago, ella sonrió un poco, pero regresó a la seriedad profesional cuando él bajó el vaso, se aclaró la garganta. Y dijo.
—Te agradezco la alabanza mi señora, pero aunque fuera cierto, no puedes ser Ghöti y sacrificio a la vez.
—Y…— dijo ella como si no hubiera terminado. –…Tom te adora, mucho más que yo, eso puedo asegurártelo.
—¿Por qué harías algo así?
—¿No vas a matarme verdad?— dijo ella en un tono que se oía más nervioso de lo que ella hubiera querido, y él negó con la cabeza.— Loki, no soy tonta, ni creo que tú lo seas, lo que siento por ti es real, aunque en cualquier otra circunstancia, yo nunca admitiría que te quiero, esta es una emergencia, esta situación supera cualquier rastro de vergüenza, orgullo, o vulnerabilidad que yo pudiera sentir al admitirlo tan directamente, nunca me atrevería a proponerlo de no estar completamente segura, pero también soy ambiciosa. Necesito que salves a Tom, lo que fue una sorpresa es mi desesperada necesidad que tu vivas también y… bueno, si no vas a matarme, me encantaría aprender tu magia.
Loki parecía un poco confundido al principio, pero luego sonrió mucho más relajado, le gustaban las negociaciones, eso podía manejarlo.
—Me encantaría ser tu maestro Wala, pero Thomas nunca lo aceptaría.
—¿Por qué no? En teoría le toca la parte más fácil, se convertiría en tu Ghöti, tu sacerdote y créeme, de todos modos, va a pasar mucho tiempo fingiendo ser tú, el suficiente para comenzar una pequeña “religión”, mientras te recuperas y sanas.
—¿Crees que eso cubre todas sus negativas?— Dijo él divertido de que Ofelia no tuviera ni idea de lo que el actor sentía por ella.
—Creo que lo cubre casi todo, digo además de tenerte que soportar toda la vida, solo tiene que casarse conmigo según las tradiciones nórdicas, y luego entregarme a ti en sacrificio. —dijo la bruja tratando de que sonara lo más natural del mundo, claro que no lo era, pero sí era la única oportunidad. Tenía semanas pensándolo, lo que es más, la primera vez que se le ocurrió fue cuando Loki mencionó lo de los sacrificios de vírgenes que se hacían antes. Luego cuando le preguntó porque había regresado y por último con lo del helado, cada una de las veces lo pensó seriamente. Pero necesitaba estar segura si ella podría sacrificarse por ambos, que el Dios salvaría a Tom y necesitaba estar segura que de hecho, ella quería a Loki lo suficiente para entregarse, lo cual pasó el día anterior, cuando el Dios admitió que le importaba la muerte del mortal.
—Te propongo algo, Ofelia, propónselo a Thomas en la mañana, si acepta, estoy estaré encantado de comenzar esta empresa, si no…bueno, iremos a comer carne matutina en la ciudad, tu invitas.
—¡Hecho!— dijo ella entusiasmada, sobre todo, porque era la primera vez que Loki la llamaba por su nombre.
Loki sonrió y comenzó a explicarle qué tendrían que hacer todos para que esto funcionara.
Lo primero era que Tom estuviera completamente convencido de hacer esto, ya que la fuerza del ritual estaba en la fe de los participantes, los tres. Era una situación muy extraña, comenzando porque Tom tendría que reclamar a Ofelia como suya para poder entregársela al Dios en sacrificio, ella tenía que estar convencida de que quería esto y Loki tendría que reclamar como suyos ambos mortales y si funcionaba, salvar a Tom.
Claro, mientras más lo decían en voz alta, todo lo que Ofelia sabía sobre feminismo brincaba en su cabeza, pero también pensó esto mucho y el feminismo no era para obligar a la mujer a tomar una decisión en particular, era sobre dejarla decidir y esta era la decisión de Ofelia, haría esto para salvar a las personas que más le importaban. Además era genial pensar en aprender magia asgardiana.
♦
A la mañana siguiente nadie tocó el tema, pero el ambiente estaba un poco tenso. Tom pensó que era por lo que había pasado la noche que se perdió, creyó que había hecho enojar a sus amigos, así que hizo lo que tenía que hacer, disculparse.
—Ofelia, Loki, quisiera disculparme por lo que pasó la otra noche.
Ofelia tenía la taza en la mano cuando vio a Tom.
— ¿Te estas disculpando por salvar a una mujer? Tom ¿No crees que te disculpas mucho?
—Y honestamente Thomas, te disculpas por las cosas más insignificantes ¿Por qué me iba a molestar una mortal más en este reino, viva o muerta?
—No… no me refería a eso, yo solo…— los vio extrañado porque sabía que ellos dos nunca estaban de acuerdo en nada y esta mañana parecían excepcionalmente conformes uno con el otro, pasando el azúcar, Loki preguntando si ella quería más café, Ofelia festejando los pequeños y ligeros comentarios de él, algo estaba mal, pero continuó. —Me estoy disculpando por crearles problemas esa noche, no era mi intención perderme y lamento mucho haberlos preocupado y aunque les agradezco enormemente que me hayan salvado, me molesta mucho pensar que hubiera pasado si a alguno le hubiera pasado algo.— Ofelia vio triunfante a Loki y este levantó las manos en derrota, Tom vio esto todavía más extrañado .—¿Qué está pasando?— Preguntó cruzando los brazos.
Los tres se sentaron en la mesa mientras Ofelia le explicaba el plan a Tom.
—Es tu decisión Thomas— dijo el Dios, dándole una palmada amistosa en la espada.
—Si acepto voy a dedicar toda mi vida a ti ¿Eso te va a curar? Un sacrificio.
— Así es, te convertirás en Göthi ante la ley de Asgard, sumo sacerdote y mi representante en la tierra, y yo en cambio te curaré y te protegeré por siempre, hasta que llegues al Valhala, a ambos— continuó volteando a ver la mortal a un lado y le dedicó una media sonrisa, la cual ella contestó.
Tom volteó a ver a Ofelia —Pero una vez que acabemos el ritual, este… Blòt, ya no nos vamos a ver.
—Pues no, pero está bien porque Loki va a enseñarme magia, estaré bien…
La mirada de Tom se entristeció más de lo que ella había visto, pero solo un momento, luego juntó las cejas en confusión y terminó con una mirada irritada. —¿Está bien? ¡¿Está bien?!
Loki y Ofelia se miraron confundidos — Pues sí…— dijo ella
—¿Te parece que está bien que nunca nos volvamos a ver?— dijo Tom cuando se puso de pie, dando un paso al enfrente, a lo que ella reaccionó levantándose también y dando un paso para atrás.
—¿Hay té en la casa?— dijo el Dios dirigiéndose a la cocina, no queriendo meterse en la discusión de los mortales, ella lo vio irse, ”Cobarde” pensó y luego regresó su atención al Tom, que no había prestado atención al Dios.
—Déjame preguntarte algo— preguntó el actor ya muy enojado. —¿Por qué haces esto?
—Pues… porque… te prometí que los iba a salvar a ambos, esta es la forma, la única forma, Tom, ¿Qué te pasa? ¿Por qué estás enojado? ¿Firmé un contrato no?— dijo ella casi bromeando, pero debió ser algo equivocado de decir porque Tom de irguió con toda su altura y la vio para abajo un momento, muy parecido al Dios que lo veía sorprendido desde la cocina con una tetera en la mano.
—¿Vas a sacrificar tu vida, tu libertad, por un contrato?
—Pues… ¿Sí?
—¿Qué tan idiota crees que soy?
—¿Qué? Tom…yo… ¿Un poco de ayuda aquí?— le pidió a Loki.
—No, no hay té en la casa, voy al establecimiento que distribuye café en la ciudad— dijo el Dios tomando el bolso de ella y sacando cosa por cosa tirándolas en el suelo, hasta que solo quedó la cartera y una caja de chicles, tomó la cartera y la escondió entre los pliegues de sus ropas midgardianas, abrió la caja de chicles, los tiró todos en el piso, los pisó, y salió de la casa. Ella volteó los ojos a lo infantil y el poco control del Dios, volteó a ver a Tom con media sonrisa, pero él seguía viéndola muy enojado.
—¿Y bien? Contesta la pregunta— dijo acercándose más, hasta que ella quedó casi pegada en la pared.
—¿Qué sí creo que eres idiota? ¡Claro que no!
Él la vio intensamente y un poco confundido, que no se comparaba con lo confundida que estaba ella, pero Tom vio algo más, tal vez estaba pasando mucho tiempo con la bruja y con el Dios y ya era capaz de leerlos, porque pudo verlo, la verdad oculta tras el muro y entonces sonrió un poco,— Muy bien, entonces contéstame esto, si te pido que no lo hagas, que te quedes ¿Lo harías?
—Tom, tú y Loki morirían, ¿Por qué habrías de…?
—Contesta…
—¿Por qué? ¿Qué tiene que…?— pero Tom la interrumpió de nuevo gritando.
—Maldita sea Ofelia ¡Contesta!
—¿¡Por qué?!— contestó ella gritando también —¿¡Por qué carajos me pides que elija entre lo que quiero y la vida del hombre que…!?—pero ahora se interrumpió ella misma, no queriendo terminar la frase. Tomó aire y el valor para subir la mirada y él estaba sonriendo, una amplia, dulce y honesta sonrisa.
— ¡No! No te rías, no es gracioso.
— No me estoy riendo— dijo acercándose. Pero ella lo detuvo con una mano en el pecho.
— ¿Por qué?—Dijo ella casi derrotada —Si esto es lo que creo que es ¿Por qué, Tom?
—Porque tengo que saberlo— Dijo cubriendo la mano de ella con la suya pero manteniéndola ahí.
—Estas apunto de tomar la decisión más importante de tu vida, va a cambiar la vida de los tres ¿Por qué ahora? ¿Por qué no antes? ¿Por qué no nunca? No soy una buena persona Tom, tienes razón, no hago esto por generosa, lo hago por motivos totalmente egoístas, porque te quiero bien, te quiero vivo, te quiero feliz, te quiero….— esta vez la tomó de los hombros y la besó, lenta, pero apasionadamente, presionándola contra la pared, ella gimió y él sonrió, mientras ponía una mano en su cintura y la otra mano la puso detrás de su cuello para tener el control, el absoluto control del contacto, ella lo abrazó atrayéndolo más, disfrutando de cada músculo de su espalda y de sus brazos, casi perdida en su aroma, en su energía. Él se agachó un poco y puso una de sus manos detrás de la rodilla de Ofelia y la subió, a lo que ella saltó instintivamente y rodeó la cadera del actor con sus piernas, él uso su lengua para abrir la boca de ella. El cuerpo de la bruja se tensó y jadeó un poco cuando lo sintió presionándose contra ella, él la cargó y la llevó hasta el sofá, donde continúo con sus atenciones, pero ella reaccionó cuando él metió la mano a su pantalón. —Espera… — dijo ella tratando de recuperar el aliento.
—Lo siento— dijo él, se levantó un poco para verla mejor, también estaba haciendo un esfuerzo increíble para calmarse. — No quise…
—No es eso, es que si lo hacemos ahora, vamos a tener que conseguir otra virgen para el ritual.— dijo sonriendo incomoda.
—Claro, el ritual.— Dijo el retirándose y ayudándola a sentarse.
—Supongo que tenemos que hablar.— Dijo ella en un tono muy suave. Casi raro en ella.
— Sí, supongo, — él se enderezo y la tomó de ambas manos viéndola directamente a los ojos —como quiera que sea y cual sea el resultado de esa conversación, quiero que sepas que te amo.
Ella sonrió más pero como siempre, ocultó lo que sentía con humor. —Ok, eso no complica las cosas para nada— él se rió.
Pasaron los últimos cuarenta y cinco minutos discutiendo el asunto, sabiendo que al final la decisión estaba tomada, tenían que completar el ritual y Tom tenía que entregarle a Loki lo que más quería en ese momento, tenía que compartir con el Dios la mujer que tenía enfrente. Terminaron sentados en el piso uno junto al otro, ella haciendo nido en su pecho y él con el brazo sobre ella atrayéndola, de repente ella soltó una risilla.
—¿De qué te ríes?— preguntó él mientras le daba un beso en la crisma.
—Te tengo un chisme.
—Ok ¿Dime?
Ella se separó de él, se sentó sobre sus tobillos, frente a él y puso cara muy emocionada.
—Besé a Tom Hiddleston.— le dijo ella dándole una palmada leve en el hombro.
Él soltó una carcajada y luego contestó impresionado —¿En serio? ¿El famoso actor?
—Ni tan famoso, en donde vivimos ni lo conocen.— dijo ella moviendo la mano como si estuviera quitando importancia, él le gruñó un poco, la haló hasta dejarla sentada sobre él y la besó.
—Sí que se tomaron su tiempo…— dijo la voz del Dios desde la puerta, ella se quitó rápido y se sentó en el sillón y él se quedó sentado viendo a Loki, frustrado, a lo que él contestó con una sonrisa inocente, tenía una charola con vasos de Starbucks. Loki se sentó entre ellos en el sillón y levantó a Tom para que sentara junto a él, como si no pesara nada, luego fue pasando los vasos como si nada hubiera pasado.
—Un te chai frappe con leche media, crema batida y un toque de crema irlandesa.— dijo imitando su acento de México, pasándole el vaso a Ofelia haciéndole caras al olor, ella se rió
—Un té earl grey, con leche y limón, sin azúcar,— dijo imitando el acento británico, dándole el vaso al actor, el cual también se estaba riendo.
—Y un caramel frapuccino con extra caramelo— dijo dejando la charola en la mesa y recargándose.
—De verdad, diabetes.— dijo Tom
—Dios. — dijo levantando la mano, contento con su bomba de azúcar.
—Espera ¿Qué querías decir con “tomarnos nuestro tiempo”? – ante la pregunta del actor, Ofelia puso atención
—¿Sabías que nosotros…?— preguntó ella nerviosa.
—¡Por favor! Me ofenden, de verdad me siento ofendido, ¿Por qué creen que tengo la seguridad de que nuestra empresa va a funcionar? El ritual. Es la única forma, si el destino tuviera la gracia de dejarnos elegir el sacrificio, habría manifestado la sugerencia por mi parte, tal vez ¿Una virgen con menos carácter?—y Ofelia le dio un codazo. Pero Tom, desvió la mirada triste, cuando Loki lo vio dijo.
—Estas a tiempo de decidir, siempre está la otra opción— Y por la mirada que le dio, dedujo que Ofelia no le había dicho nada. Y ambos la miraron.
—No es una opción, es una ilusión...— dijo ella defendiéndose.
—¿De qué hablan?
—Podría llevarte a Asgard, estar ahí te ayudaría con el dolor y pasarías ahí tus últimos días, estarías mucho más cómodo que en Midgard.
—Y tu morirías tambien.— terminó Ofelia— ambos morirían, no resolveríamos nada, por eso no te dije.— Pero Tom veía directamente a Loki. Sonriendo orgulloso y poniendo incomodo al Dios.
—¿Qué?— dijo Loki hostilmente.
—Eso, justo ahí, eso por lo que vale la pena salvarte.— dijo el actor y lo abrazó, esto hizo que el pálido rostro de Loki se pintara un poco de rosa. —vamos a hacer esto, ya lo decidimos,— dijo tomando la mano de Ofelia pasando sobre Loki,— juntos, no por una orden, no por una amenaza, o un contrato.— y ella sonrió.
Loki los vio, primero a uno y luego al otro, junto las cejas y dijo casi con asco —¿Quieres que ahora cantemos alabanzas Thomas?— dijo Loki volteando los ojos después de verlos a los dos.
Más tarde, esa noche.
—Lo único que sí me pesa, es no conocer Asgard, debe de ser impresionante.— dijo Tom desde la cocina dando el visto bueno a la salsa del espagueti. Loki estaba siguiendo a Ofelia quitando los platos que ella ponía en la mesa, pero cuando escuchó al británico los dejó con mucha fuerza y la vio completamente irritado. Ella lo vio sin entender su reacción y de repente dijo.
—¡Carajo, lo olvidé por completo!
—¿Qué pasa?— preguntó Tom desde la cocina viéndolos y un poco nervioso.
—Nada Thomas, solo que no se puede confiar en la memoria de esta mortal.
—¡Perdón pues! Lo que pasa es que para que funcione el ritual, tanto el matrimonio como el Blòt deben de efectuarse por una gran autoridad.
—Ok, ¿Eso donde nos deja?
—Quiere decir, mi querido y confundido amigo que sus nupcias deben de ser bendecidos por la Diosa del Matrimonio…
—¿Frigga? Digo, ¿La reina, tu madre?
—Así es, el plan es que todo el ritual lo hagamos en Asgard— dijo Loki sonriendo al ver la emoción en los enormes ojos azules.
—¿Es en serio? ¿Conoceremos Asgard? No lo puedo creer— corrió a abrazarlo, pero Loki fue más rápido y haló a Ofelia quién recibió el abrazo, sin queja alguna, también estaba emocionada.
—No festejes tanto, no todo mundo allá me quiere,— ambos se quedaron callados y compartieron una mirada discreta que, por supuesto el Dios vio— lo sé, sorprendente ¿no?,— ambos sonrieron— Y tengo unas dos semanas para enseñarles todo el protocolo cortesano y los detalles del ritual.
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TARBES
- Hola ¿Alonso?
- Hola, sí ¿Quién llama?
- Soy Javier.
- Javier...
- Fui ayer a ver el piso.
- Ah sí, Javier sí, el comercial ¿no?
- Sí bueno, venta telefónica, te llamo desde el trabajo de hecho, no tengo mucho rato, te quería confirmar lo del alquiler.
- ¿Te la quedas entonces?
- Sí, pero quería saber si podría entrar ya para el mes que viene, para Junio.
- Vale, a ver, claro, no hay ningún problema, lo único que quedan quince días… Para reservártela tendrías que dejar una señal.
- ¿Una señal?
- O sea, no es que no me fie Javier, es por seguridad, por supuesto se descontaría del primer pago. Es por tener una garantía de que efectivamente entras en junio y tal.
- Ya, vale, claro, comprendo.
- Vale, no sé qué cantidad verás apropiada ¿doscientos? ¿trescientos? como te venga bien eh, tampoco pasa nada, te vienes mañana y firmamos una reserva y te doy copia a ti también, por si pasa lo que sea.
- Vale sí, mañana por la mañana podría ir antes de las doce.
- Claro, Javier, quedamos en el apartamento directamente si quieres.
- Vale, te quería comentar.
- Dime.
- Es que estamos, eso, acabando el mes y yo no cobro hasta el día uno. O sea que el día uno no hay problema te lo pago todo ¿sabes? pero claro hasta entonces pues es que voy un poquito justo de efectivo pero, a ver, mira podemos hacer una cosa ¿te puedo dejar las cenizas de mi padre como fianza? ¿Hola? ¿Alonso?
- Hola, hola Javier. Disculpa eh, es que no te he oído bien ¿qué decías?
- Que si te puedo dejar las cenizas de mi padre como fianza. O sea es un jarroncito negro. Te dejaría el jarroncito.
- A ver Javier, eh, nosotros preferiríamos, bueno, un pago en metálico. Es una señal, una cantidad… simbólica digamos ¿entiendes? Comprendo que ahora tengas más gastos pero ten en cuenta que se te va a descontar del alquiler no es a fondo perdido ni nada.
- Bueno, a ver, no lo entiendo, o sea, queréis una señal de que tengo un compromiso firme y serio con el alquiler de la habitación ¿no?
- Es por seguridad Javier, es una formalidad.
- Bueno, a ver y yo os ofrezco las cenizas de mi padre como prueba, o sea, para mi es muy importante ¿Crees que no voy a querer recuperarlo? ¿Que voy entregando por ahí a mi padre a su suerte? Lo que queda de mi padre metido en un jarroncito. Cof, cof. Es que me parece casi, no sé, espera que me tome un caramelo para la garganta y por favor no me hagas levantar la voz que estoy en el trabajo, es que me ofende un poco Alonso.
- Veamos, Javier. Nadie quiere ofenderle no se altere. No podemos aceptar restos humanos en pago o depósito ¿Lo entiende? Quiero decir, si usted se echara para atrás por lo que fuera qué hacemos nosotros con… bueno con su padre ¿eh? ¿lo entiende?
- Vamos, cof, cof, que no se fían. Que yo me traje las cenizas de mi padre en tren desde Toulouse y usted no se fía. ¿Sabe qué hacía mi padre en Toulouse?
- Javier...
- Pues era un sodomita sí. Un sodomita.
- Javier cálmese.
- Cuando mi madre murió, el tipo cogió y sin mediar palabra se marchó al sur de Francia y se dedicó a encamarse con efebos, con chaperos, asiáticos en su mayoría. Camboyanos y de por ahí. Cof, cof, cof. Y me manda una foto mi hermana de mi padre en Disneyland París con un chaperito Tailandés con una gorra de Goofy puesta. El chaval debía tener como mucho dieciocho recién cumplidos. Me manda la foto y me dice que la ha subido papá a facebook. Y no paró de subir fotos y fotos y videos al facebook, que yo ni tengo facebook y me las pasaba mi hermana y yo le dije Rocío deja de pasarme fotos del papá por favor te lo pido que bastante tiene cada uno con lo que tiene ¿verdad Alonso? Ya bastante tengo yo con lo que tengo y encima mi padre con estas cof, cof con estas marranadas ahí en público. Y me llama Rocío un día, que se va con papá y con Prachaya de viaje. ¿Te lo puedes creer? Prachaya dice como si lo conociera de toda la vida. Que se van a ir a hacer un viajecito por la costa, por Valencia. Y me llama para preguntarme que si quiero ir y que cómo se llamaba el restaurante ese al que fuimos una vez en Peñíscola. Alucino, bueno es que yo alucino. Cof, cof.
- La familia es complicada Javier. ¿Quiere que le llame en otro momento?
- Y va el cabrón y encima se muere; a la vuelta, pum, de golpe y porrazo. Yo mira, yo ya no sé qué tuvo que pasar, la policía dijo que fue un accidente que había cámaras en la estación y que mi padre había bebido o había tomado algo, alguna droga sodomita. Yo no las he visto pero al parecer en las cintas se le ve a él y al chapero tailandés dando tumbos y bailando cerca de la vía del tren en Tarbes, que no sé qué hacían en Tarbes ni sé nada ni quiero saber, pero estaban en Tarbes borrachos y bailando y haciendo el degenerado en las vías del tren y mi padre iba en chancletas o algo por el estilo y se resbaló y se partió la cabeza contra las vías del tren, charco de sangre, gritos de la gente, el Prachaya llorando completamente ido, a gritos, llenando toda la estación con su lamento de plañidera. Yo no lo sabía pero cuando gritamos nos pueden escuchar hasta a cinco kilómetros de distancia. Tarbes mide cinco kilómetros de diámetro, poco más parece ser. Se tuvo que escuchar un bramido sodomita por todo el pueblo.
- Le entiendo Javier, le entiendo.
- Tuve que ir solo hasta Toulouse porque mi hermana no podía. Cof, cof, cof. Cogí un autobús y un tren. Yo no sé cuántas horas estuve ahí metido. Y tuve que sobreponerme a un montón de cosas muy rápido. Ya. Y tuvimos que oficiar ahí la ceremonia porque era su última voluntad que también manda cojones. Y vino Prachaya y me dio un rosario de madera y yo no tenía nada que darle y le dí un bonobús y le dije que así ya lo tenía por si venía a España. Y tuve que coger a mi padre contenido ahora en un jarroncito negro y perdonarle todos sus pecados. Porque él era una persona humana y yo otra persona humana y solo Dios podrá juzgarnos y yo solo custodié y perdoné y recé por su alma un poco y me lo traje de vuelta en tren y en autobús. Catorce horas fueron ahora que recuerdo. Cof, cof, cof. A veces me parece que todo aquello fue una alucinación y escúcheme, Alonso. Si yo tuve que aceptar un montón de cosas a un montón de velocidad creo que usted, eh, usted puede aceptar a mi padre como fianza después de todo ¿no? Vamos, no es tanto esfuerzo.
- Yo… Preguntaré a mi supervisora ¿Vale? No se preocupe Javier.
- Es un jarroncito negro. Treinta centímetros de alto.
- De acuerdo Javier.
- No huele ni nada.
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ANAMNESIS
Mi paciente tiene una idiosincrasia extravagante,
un organismo con memoria, una sensibilidad,
una presciencia infatigables.
Preparada desde la más tierna infancia para el contagio
absorbe gérmenes y contaminaciones
a velocidades incontrolables.
Mejor sería no hablarle de incestos.
Un rencor ancestral duerme, más bien, vela, en sus entrañas.
Séquitos de materias inalienables
cuyos orígenes oscuros se desconocen
hacen abortar sus mejores planes.
No puede abrir un cajón
para buscar un lápiz violeta.
¿Por qué violeta?
Dice que las palomas tienen algunas plumas de ese color sobre el pecho.
Si interrogo extrañado: ––¿Violetas? ––protesta.
––No. No son violetas.
Si insisto en preguntarle: ––Entonces ¿por qué dice que son violetas?
Responde: ––Son como si fueran violetas.
No puede tapar el pomo de la pasta de dientes,
ni recordar la fecha del cumpleaños
de una persona que ofende el olvido.
Cualquier pluma la mortifica severamente
salvo las del pavo real que colecciona
y guarda en una enorme caja de bombones.
El incumplimiento variado
de sucesivos suicidios
(saltos en el abismo, venenos, tajos en las venas, tiros en el abdomen)
modifican el esquema
interior de su esqueleto.
Quien no la oyó reír no conoce la emoción
de su fragilidad capilar.
Una aguja viajó por su cuerpo
durante muchas horas.
Antes de llegar al pecho se detuvo:
con un brillo helado
cambió de rumbo
y se clavó sobre la rosa artificial
que sostenía en ese momento
la mano delicada de mi paciente
creyendo que formaba parte de la mano.
Amó hasta el delirio una voz,
una mirada detrás de un vidrio, sin otros aditamentos,
una frase que una persona jamás llegó a decir
pero que tal vez habría pensado sin expresarla
con un leve suspiro pensando en otras cosas.
Teme la giba de la ancianidad,
el insomnio de la hipertensión
en los espejos de tres cuerpos.
Presiente
la incongruencia de los espasmos abdominales
el servilismo del riñón flotante
en la epidermis
de una fotografía de pasaporte,
que no fue aceptada en el Departamento Central de Policía.
El pelo sufre las más extremas transformaciones:
de noche sobre la almohada
suena como la cuerda de un arpa.
Pasa del rosa al verde asomado a la ventana
del día, eléctrico,
estremece a quien lo toca.
He oído decir a mi paciente
que adopta voz de nena y a veces hasta de laucha para narrar su sensibilidad.
––Mi pelo tiene orejitas
tiene también ojos
(como la cola del pavo real).
Teme ver a una persona
que desea ver con ansias
en cambio se apresura a ver
a las que le son desagradables.
Como usted.
Un hombre que la mira mata a mi paciente.
Un perro que la sigue la esclaviza.
Un niño que la busca la obnubila.
Un durazno maduro la hipnotiza.
Una tumbergia en flor la vuelve loca.
Convendría no perturbarla.
Transcribo nuestro diálogo:
––Los médicos me nutren de enfermedades numerosas
para distraerme de las mías.
Los caramelos sirven para esos fines:
me convidan con microbios seleccionados
porque me creen golosa
y no quiero defraudarlos. Yo la interrumpo.
––¿Defraudar a quién?
¿A los caramelos o a los médicos?
A esta pregunta capciosa
invariablemente contesta:
––A los caramelos porque los médicos no existen.
Llego a una triste conclusión:
mi paciente es mentirosa.
Mas ¿cómo desentrañar la verdad de la mentira?
Si existe una verdad.
Mejor sería no ofrecerle caramelos
sino comerlos en su presencia
para despertarle el apetito.
Mi paciente ama con el páncreas
con el plexo solar y con la médula.
Espera con la garganta y con las rodillas.
Teme con las recónditas venas.
Con el sexo promete
¿qué? nada que el sexo pueda dar.
Oye con los pies y las axilas
(aunque mienta diciendo que es con la boca).
Aborrece con las arterias y con el riñón derecho
(el izquierdo lo ha donado).
Arbitraria, muerde con los omóplatos,
operación difícil pero posible.
Ningún cromosoma es tan sutil,
ninguna fístula tan corrosiva,
ningún virus tan arcano
como su corazón,
único órgano perfectible del cuerpo.
Tuvo relaciones íntimas con tres estafilococos dorados
sobre almohadones de damasco amarillo.
De un examen de fondo de ojo
logré extraer sin modificaciones aparentes
el diminuto cairel de una araña
y un dije de plata minúsculo,
con una figura grabada que no descifro
ni pudo descifrar ninguno de mis colegas.
Irritadas amebas,
prestigiosos virus le anularon insustituibles años
que ningún médico por competente que sea le devolvió.
Los movimientos del colon
dibujaron graciosas figuras televisadas
en blanco y negro
parecidas al fondo del mar.
––En cada ser está el universo
––exclamó con indiferencia.
Sus excrementos olieron a jazmín
cosa que no es frecuente, aunque el jazmín
llegue a tener olor a excremento.
Masticó lentamente
en un cerebro ilusorio
los nombres propios que molestan la memoria
de cualquier ser humano
capaz de escribir una palabra
sobre un papel de seda.
Huyó del escorbuto y del carbunclo
con las alas que da el tiempo.
Huyó de la malaria
en sucesivas reencarnaciones
sin contar la viruela
la lepra y la fiebre amarilla
que buscó entre las rosas
de un jardín oriental
en las orillas crecientes
de la putrefacción.
Y todo eso para seguir viviendo,
muriendo, ignorando a veces
que la voluntad del alma es una sola.
Heredó la barriga de una ninfa de bronce
que sostenía una antorcha para iluminar el descanso antiguo de una
escalera
los celos incontenibles de la cocinera
por toda voz telefónica
la aguda vista de la bordadora que hacía las veces de institutriz francesa
el remolino de la ceja derecha en un retrato del tatarabuelo
la afición por los caramelos ácidos del consabido portero
que le enseñó a jugar al truco a los cinco años
con naipes húmedos y bolitas de vidrio
la agilidad de la tía Clorinda que era capaz de treparse a una palmera
para juntar huevos
de urraca o de paloma a la hora de la siesta.
Heredó y esto parece una utopía
el cutis de las magnolias
que en los floreros daban con su perfume
dolor de cabeza para el resto del día.
Heredó con toda reserva
el ímpetu avasallador de algunos
adornos encerrados en la vitrina de una sala:
un tigre de marfil rodeado por una serpiente
con flores perversas.
Heredó la belleza
¡quisiera saber de quién!
ella dice que la heredó de un plato sopero
donde en el fondo de la sopa de tapioca,
brillaba siempre Diana Cazadora.
De las consecutivas mañanas de primavera
la mentira.
De un gato la entrega aparente de sí misma
a cualquiera o a nadie.
De Narciso en un libro de mitología
amarse por sobre todas las cosas.
Heredó del lebrel
la elasticidad y la dulzura
el color de los dientes y de la lengua
y ese apetito incontenible
frente a cualquier plato de carne
condimentada.
Heredó el vaivén de la mecedora
y del columpio de la plaza
donde grabó en la madera del asiento sus iniciales.
De los sapos la voracidad sexual que dura tanto en apagarse
como las noches de Alcmena.
Aunque nunca trabajó en un circo de contorsionista
como era su vocación
sus articulaciones tan flojas
podían desmembrarse, lo he comprobado,
en pocos minutos,
sin instrumentos quirúrgicos
ni la habilidad técnica
que ya he olvidado
pero que inspiraba la admiración
de mis condiscípulos.
SILVINA OCAMPO
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𝕤𝕖𝕝𝕗 𝕡𝕒𝕣𝕒: ’ 𝕚𝕞𝕡𝕠𝕣𝕥𝕖𝕕
hi, my name is, doesn't matter i like making bad decisions let's wake up like nothing happened if we do it, say we didn't
@kiwiaes
Miró una vez, después una segunda. Error. Si pudiera cerrar los ojos como lo hacía cuando era pequeño y quería alejar a los fantasmas que según él lo atormentaban en las noches antes de dormir, lo hubiera hecho. El problema era que Jaehyun ya no era un niño, estaba en medio del estacionamiento de su lugar de trabajo con la garganta reseca, y sus pies se habían vuelto inservibles al haber perdido la capacidad de dar mínimo un paso.
No debía mirar, no era asunto suyo. ¿Qué era con Jaehyun y ser el tercero en discordia últimamente? ¿Se había puesto él solo en esa posición o había ocurrido como una obra perversa del universo? No importaba. La realidad era que había caminado en el momento justo en el que Freddie besaba a Gage contra su auto (o Gage a él, los detalles eran irrelevantes). El rubio notó dos cabezas moviéndose al unísono, después dos cuerpos y un enredo de extremidades. Le tomó tres segundos cronometrados para caer en cuenta de lo que ocurría, se detuvo con el golpe que nadie en particular le había dado en el estómago.
Era estúpido, tragar saliva ácida y sentir su corazón acelerarse, Jaehyun se hizo el comentario a sí mismo mientras intentaba no hacer ruido. Freddie no era suyo, ¿qué le pasaba? Tenía un novio, allí estaba: de carne y hueso, más alto que él, con la lengua metida hasta las amígdalas de Freddie para que nadie dudara de su puesto.
Jaehyun infló los pulmones, dejó ir el aire tibio por su nariz. Si existían los momentos que tenían la habilidad de alargar los segundos hasta que parecieran horas, ese era uno de ellos.
Pero luego, porque nada tardaba para siempre, cuando los besos ruidosos de Gage (¿gustaba de poner un espectáculo así siempre o esa vez había sido la excepción?) descendieron a la línea de la garganta de Freddie, pasó lo inesperado: el maquillista ladeó el rostro de cierta manera y sus ojos hicieron contacto con los de Jaehyun. El rubio se sintió morirse en el sitio.
“Mierda— perdón,” Fue instantáneo, como apartó la mirada y sin despedirse, se echó a andar en la dirección de su auto aparcado a unos cuántos metros de distancia, sacado del trance en el que había estado como si le hubieran echado un balde de agua helada encima.
¿Luchar o huir? Huir, definitivamente huir. El rubio le quitó el seguro a la puerta del conductor con una rapidez en los dedos que no había entrenado jamás, y antes de agacharse para meterse en su auto y brillar por su ausencia, lo último que vio fue a la pareja separarse, la incomodidad de haber tenido a un tipo mirándolos a la distancia como un rarito, seguramente provocando el empujón que Freddie le dio a Gage.
Lo bueno de la piel de Jaehyun era que si se enrojecía por un golpe o arañazo, la coloración no tardaba demasiado en desaparecer. Esa era la suerte del rubio después de plantar la cara repetidas veces contra el volante de su auto, aparcado fuera del apartamento de Baekhyun con todas las intenciones de perder el resto de la dignidad que le quedaba.
“No me mires así,” Le decía a su reflejo en el espejo retrovisor, usando varios mechones de cabello maltratado con decolorante para taparse la frente y verse menos alineado. “Estoy haciendo lo que siempre hago, no hay nada diferente en esta noche.” Se aflojó la corbata porque sabía que a Baekhyun le gustaba cuando hacía eso. “No me importa. ¿A mí? Nah, no me importa. Si hay algo en la vida que me ha importado menos es esto.”
Lo pensó en su camino hasta la puerta de Baekhyun. Lo pensó cuando el pelirrojo lo besó en el recibidor. “Quítate eso.” Lo pensó con su lengua metida hasta las amígdalas de su amigo con derecho, su cogida de vez en cuando. Sabía a menta, no de la clase que viene en una pasta de dientes pero la de un caramelo, dulce casi, algo que el muchacho había tomado en su camino a la puerta antes de ir a recibirlo.
‘¿Cómo sabrá Freddie?’ Jaehyun recorrió el borde del labio inferior de Baekhyun con la lengua, recolectando el sabor de su boca en la punta. ‘¿Dulce como un caramelo?’ Estaban en el sofá incómodo de la sala, el que Jaehyun odiaba porque tenía varios resortes sueltos. Baekhyun estaba abajo, por lo que el detalle no importaba demasiado, el rubio sorbía en su labio inferior como si se tratara de una paleta con sabor a frambuesa, sosteniendo su peso en las palmas de sus manos.
“Jaehyun…” No se detuvo, sus besos descendieron a su cuello como…. no, nada, nadie. “¿Cómo estuvo tu día?” Baekhyun tenía esta cosa de querer hablar de más justo antes del sexo. Le preguntaba sobre su trabajo, o el clima, o sobre esa nueva película de terror que todo el mundo y su mamá quería ir a ver y estaba en estreno. Jaehyun no le compraba el falso interés, algo le decía que lo hacía simplemente para no sentirse tan culpable de coger con él sin sentimientos atados y después pedirle un Uber para que se fuera. Lo que Baekhyun tenía que entender era que el rubio era excelente en desasociar su corazón con su pija, no le hería la sensibilidad no permanecer lo suficiente en la cama del pelirrojo como para calentarle el colchón (cuando cogían en el colchón y no en el sofá, que era casi nunca).
“No hables al menos de que quieras que me detenga.” Le dijo con la nariz en su punto de pulso, quieto por primera vez desde que llegó al apartamento. Eso pareció haberlo hecho, porque el otro muchacho no abrió la boca para refutarle la instrucción, sólo le presionó la cabeza contra su cuello como si no pudiera tener suficiente de su boca, un gesto que implícitamente le demandaba que siguiera.
Jaehyun siguió, pie sobre el pedal para acelerar. Nunca hacía las cosas a medias. Le mordisqueó el cuello hasta dejar los fantasmas de sus labios marcados en su piel, permitió que se rozara contra su entrepierna como si no estuviera apurado para mover las cosas al siguiente nivel. Lo hizo sentir deseado por un tiempo porque Jaehyun sabía que eso era lo que el pelirrojo tanto buscaba en el sexo con personas como él.
“Chúpame, te necesito.” Baekhyun gustaba de eso también, darle mamadas. Jaehyun se aprovechó del dato y le susurró la petición al oído con la voz aireada y profunda. Lo sintió asentir, tragar como en una preparación inconsciente a lo que estaba por venir. El rubio le besó el lóbulo de la oreja y se incorporó, se deshizo el botón de los jeans y se bajó la prenda con todo y ropa interior hasta los tobillos. Pronto estuvo sentado en el borde del sofá con las piernas abiertas, Baekhyun de rodilllas entre ellas, viendo cómo la cabeza de cabellos rojos se movía de arriba a abajo con la boca envuelta alrededor de su erección.
Casi se distrajo con el ruido de gorgoteo de saliva, húmedo al llegar a sus oídos. Se sentía bien, como siempre, Baekhyun era un amante muy generoso. “Así, bebé… así…” Jaehyun cerró los ojos, y ese fue su segundo error garrafal de la noche después de quedarse en el estacionamiento mirando a Freddie y a Gage por tanto tiempo, porque en cuánto lo hizo, cuando la oscuridad detrás de sus párpados lo separó lo suficiente del momento como para empezar a fantasear, lo primero que vio frente a él fue a Freddie. Allí, entre sus piernas, el rostro de Freddie apareció tan real que Jaehyun se sorprendió de la calidad en los detalles de sus facciones. Un gemido brotó desde la profundidad de su pecho, adolorido casi, “Mierda, b-bebé — mhm…”
No era Baekhyun el que lo chupaba de rodillas, era Freddie.
Era su lengua tibia la que jugaba con la sensibilidad de su glande, era su respiración la que le golpeaba la pelvis cuando lo tomaba hasta la parte de atrás de la garganta y exhalaba un suspiro. Era Freddie, no era nadie más. Jaehyun lo jaloneó del cabello y echó su propia cabeza para atrás, sobre el respaldar del asiento. Alzó las caderas para encontrarlo a la mitad del camino.
“Vas a hacer que me v-venga,” El rubio sintió la acumulación del éxtasis en sus bolas, cada lamida del otro lo empujaba cada vez más a la caída.
Estaba cerca. Dios, estaba tan cerca que lo podía saborear en el cielo de su boca. Los pájaros volaban sobre el cielo anunciando una tormenta, el cuerpo de Jaehyun se preparaba para lo inevitable.
Y así, finalmente dejándose llevar por sus demonios por cómo le penetró la boca con embestidas para nada profundas pero sí veloces, Jaehyun abrió los ojos en el instante en el que se vino de lleno y jadeó: “¡Oh Dios, Fred!”
“¿Qué mierda acabas de decir?” Baekhyun acababa de tragarse la corrida de Jaehyun como un campeón y ya se estaba levantando del suelo, pasándose el antebrazo por la boca con repudio.
“¿A qué te refieres?” El rubio todavía sentado en el sofá respiraba dificultoso, su pecho subía y bajaba frenético después de tremendo orgasmo.
“¿Estás estúpido? Acabas de decir ‘Fred’ mientras te venías.”
“Uh…. no, no lo hice.”
“Sí, sí lo hiciste.”
“No, no lo hice.” Algo le decía que tenía que meterse la pija de nuevo en los pantalones antes de que ocurriera una desgracia. Se alzó en sus pies y se subió las dos prendas que se suponía debían proteger su virilidad hasta las caderas.
“¡Sí lo hiciste! ¿Estás jodido de la cabeza o piensas que soy sordo? ¡Te escuché!”
Tenía que pensar rápido, era cierto que había dicho el nombre de un hombre mientras se venía en la boca de otro hombre, pero todo el mundo cometía errores. Jaehyun todavía disfrutaba del limbo entre un orgasmo sensacional y la normalidad, ese pequeño descarrille de su parte no le parecía tan terrible.
“Bebé, me equivoqué, ¿okay? Lo acepto. He estado estresado por el proyecto que tenemos para el final del año y por eso mi mente se fue para otro sitio sin querer. Nada tiene que ver contigo, lo siento.” Se acercó, poniendo los ojos más dulces que logró dadas las circunstancias. “¿Me perdonas? Estuve todo el día pensando en ti, en lo mucho que quería que anocheciera para venir a verte.” Baekhyun se paró derecho en medio del espacio entre la sala y su pequeña cocina, se notaba que debatía en si echarlo a la calle o recibirlo nuevamente entre sus brazos. Jaehyun lo atrajo hacia él de las caderas, lo besó en los labios. “Déjame devolverte el favor para que me perdones. Sé que quieres que lo haga.” Lo besó otra vez, movió las manos para apretarle las nalgas con ganas. “Bonito, por favor…”
Baekhyun lo besó de vuelta.
#en otro episodio de 'jaehyun is a horrible person'#( ❝◞ 𝒋𝒂𝒆𝒉𝒚𝒖𝒏 • SELF PARA. )#( ❝◞ 𝒋𝒂𝒆𝒉𝒚𝒖𝒏 • VIEWPOINT. )
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ᴀɴᴅ ʏᴏᴜʀ ʙɪʀᴅ ᴄᴀɴ sɪɴɢ.
⫸ ℙ𝕆𝕍 𝟘𝟘𝟙: ℕ𝕚𝕟𝕒 𝕒𝕟𝕕 ℝ𝕪𝕒𝕟. ((𝔽𝕚𝕣𝕤𝕥 𝕚𝕟𝕥𝕖𝕣𝕒𝕔𝕥𝕚𝕠𝕟.))
Uma lufada de ar atingiu seus cabelos, jogando seus fios em diversas direções ao cobrir sua visão temporariamente quando as portas do prédio de Ailish fecharam as suas costas. Olhou pelo vidro para o lado de fora e viu a bela coruja que o acompanhara pelo trajeto pousar majestosamente em um dos poleiros específicos para isso, suas enormes asas fechando-se ao se acomodar no apoio de madeira, não a tornando menos esplêndida. Sabia que ela estaria lá o esperando quando voltasse. "Pelo menos alguém." pensou amargamente com um suspiro enquanto se dirigia a porta do apartamento do rapaz. Sentiu o peito apertar levemente quando se lembrou que Aillie já não morava mais sozinho, mas sim com sua filha. Sim... filha... Quando soube sobre a volta de Nina, não acreditou. Sabia da história do amigo e algo como aquilo acontecer... Simplesmente parecia irreal, incrivelmente bom, mas irreal. Lembrava-se de ter sorrido e o abraçado com força, sendo impossível conter a alegria com as novas, sentia o homem ainda atordoado com a notícia, mas com os fins das aulas e época de provas tinha sido complicado prestar mais atenção a ele. Entretanto, ali estava, diante de sua entrada, com a respiração presa na garganta e a mão na direção da varinha hesitante. Talvez fosse uma ideia melhor bater, não queria simplesmente assustar a menina tendo um estranho entrando no local e ele já não era o melhor para se lidar com crianças, sobre o assunto era um completo leigo. Os nós dos dedos encostaram na madeira com suavidade, quase que timidamente, por medo de que a pequena estivesse em sua hora da soneca. Crianças de sua idade ainda tinham hora da soneca? Ela dormia em um berço? Não, que bobagem, era óbvio que não, eles geralmente abandonavam os berços com... dois... talvez... três... Quem sabe... Bom, talvez ela dormisse em um berço. Fazia muito tempo desde que tinha cuidado de seu irmão pequeno e para si na época era mais uma brincadeira que uma verdadeira responsabilidade, apesar de ter o ajudado nesse aspecto. Seus pensamentos foram interrompidos pela bela visão de Ailish com um semblante cansado e olhos levemente vermelhos. Ele parecia exausto. -- Caralho, você parece um zumbi, Flint-wood. Se precisar da minha poção revigorante... -- ofereceu, erguendo-lhe o frasco metálico com uma expressão sugestiva enquanto esticava o pescoço para dar-lhe um breve selar nos lábios antes de entrar.
Entretanto, o que encontrou na sala assim que colocou seus pés sobre o piso fino não foi a visão comum de seu aconchegante sofá onde ficariam deitados conversando por horas a fio ou... Não. Pois no sofá havia uma diminuta figura de cabelos dourados e grandes olhos claros. Sim, ela era realmente filha dele e tinha lhe puxado apenas as melhores características. Imaginava o quão bela sua mãe deveria ser. -- Ahn... Olá, Nina. Ryan, é um prazer. -- disse num cumprimento meio sem jeito, curvando as costas levemente com um sorriso nos lábios. Sabia pelo amigo que ela não falava e provavelmente tinha passado por muitos traumas, e que em seu pacote, toques também não estavam inclusos como uma ação muito bem aceita. Sentou-se em uma poltrona ao lado oposto ao qual ela estava e novamente tentou um início de conversa, mesmo que soubesse que ela não iria responder, achava de bom gosto ser simpático apenas para fazê-la se sentir um pouco mais a vontade. -- Que prendedor bonito você tem no cabelo, foi você quem prendeu hoje? -- silêncio como resposta, seu olhar aparentava curiosidade, mas ela fazia questão de pouco demonstrar. -- Ficou muito bonito de qualquer forma. -- concluiu, erguendo-se de onde estava para ir em direção do amigo. -- Vai dormir, mate. Eu fico olhando a Nina, não se preocupa, qualquer coisa eu te chamo. Vou pegar uns papéis para corrigir aqui e ajustar algumas receitas... -- explicou colocando sua bolsa de couro sobre o chão, apertando o ombro dele gentilmente. Ailish hesitou, podia ver em seu semblante que não queria deixá-la sozinha e devia ser muito difícil para ele uma vez que tinham sido separados por tanto tempo. Conhecia poucas histórias tão trágicas quanto a dele. O cansaço por fim ganhou no entanto, e ele concordou com seus olhos iluminados já pequenos de sono. Ele é claro fez questão de voltar até a sala para avisar a garotinha que apenas iria descansar, mas podia confiar em Ryan ou chamá-lo caso precisasse. Imaginava o quão mais difícil era para Ailish se encontrar naquela situação de mudez seletiva da garota, uma vez que não podia nem ao menos ver sua linguagem corporal, como ela estava, como se portava... Algo cruel do destino a se fazer. Já no corredor e longe dos olhos dela, deu um leve tapa na bunda de Ailish junto de uma risada enquanto ele se encaminhava para o quarto. -- Vê se não morre. -- brincou com seu “gentil” jeito de ser e foi na direção de sua bolsa pegar seus papéis, preferindo ignorar o gesto obsceno do amigo para si como resposta de sua provocação.
O apartamento chique e bem decorado do Flint-Wood tinha uma mesa ao lado da sala, onde os jantares mais formais e que exigiam maior espaço aconteciam e foi nesse mesmo local, com um lustroso tampo de madeira no qual se aconchegou, espalhando suas coisas pela superfície. Podia ver pelo canto de seus olhos que a garota o observava, olhos misteriosos e reflexivos grudados em si e em seus movimentos, não sabia se por hesitação ou interesse. Passou a deslizar a pena pela imaculada extensão branca do papel quando viu que sua tinta estava praticamente no fim. Devia ter alguma pequena porção de reserva na maleta que carregava consigo. O barulho do couro sintético era suave diante da quietude inenarrável e os pequenos frascos tilintavam como sinos junto com os outros conteúdos, preenchendo o ambiente com sons rotineiros. Em meio a sua busca encontrou alguns pacotinhos de balas de caramelho e as colocou na mesa, virando seu olhar para a menina que logo o desviou, fingindo estar mais interessada em seu livro de figuras. -- Quer uma bala de caramelo, Nina? Se quiser... Vou deixar aqui. -- disse as empurrando um pouco mais para a ponta. Voltou a buscar seu frasco de tinta e quando finalmente encontrou retornou ao seu trabalho anterior. A aproximação não foi rápida, ao contrário, ela levou um longo tempo entre se sentar em partes mais próximas do sofá, buscar coisas no canto da sala e procurar objetos imaginários pelo chão até finalmente estar ao seu lado, esticando suas mãos delicadas para pegar a bala. Ryan a observava sem erguer a cabeça, apenas focando com suas pupilas escuras em cada pequeno movimento seu, por algum motivo ele sentia que caso respirasse mais alto ela sairia correndo e por isso permaneceu estático. Ela o lembrava de um pequeno animal selvagem, livre em sua existência mas ao mesmo tempo preso em seu próprio mundo, impenetrável, fechado em seu instinto de sobrevivência. Os curiosos tentam se aproximar, fascinados por sua beleza, mas o animalzinho não se deixava vender apenas por sua forma, ele não se deixa ser protegido porque estivera tão acostumado a ser atacado que qualquer outra perspectiva nem mesmo lhe passa pela cabeça, a mente acelerada em sua própria lentidão buscando meios de escapar. O som do plástico da bala se abrindo foi o que o fizera a encarar de forma gentil. Podia não saber sobre crianças, mas sabia sobre pessoas e como devia respeitar seu tempo e espaço.
Os dedos compridos, esbarraram no papel e com um gesto suave o virou na direção dela, revelando um desenho em preto e branco com mais detalhes tirados da memória que gostaria de admitir que sabia. -- É uma Australian Masked-Owl. -- explicou suavemente, a voz praticamente aveludada ao tentar não assusta-la. Com aquilo, a garota se sentou na cadeira ao seu lado, mas continuou em seu aparentemente perpétuo voto de silêncio. -- Ela me lembra você, não acha? -- perguntou pegando o papel novamente e o analisando -- Os olhos... É, ela tem olhões. -- arregalou os olhos rasgados e colocou a língua para fora, em uma expressão engraçada. Foi o primeiro sorriso que viu a garota esboçar e seu próprio se alastrou, feliz com a lenta aproximação. Pegou outro papel e voltou a desenhar. -- Você sabe por que seu pai não enxerga? -- perguntou depois de um tempo, enquanto ela pegava outro doce e concordava com a cabeça em um mínimo movimento. -- É, ele sofreu um acidente bem grave anos atrás e hoje não consegue mais enxergar, mas... Você é uma garota esperta, eu devo estar falando algo óbvio. -- a tinta traçou seu caminho para sujar novamente a brancura. -- Mas... Ele é o melhor pai que você podia sequer ter. -- um belo sorriso iluminou o rosto do mais velho enquanto traçava mais uma linha precisa -- Eu sou amigo dele a muito tempo e posso dizer com toda certeza que é uma das melhores pessoas que eu conheci. -- conversar com ela era quase como falar com Levi em sua forma de gato. Sabia que talvez pudessem não falar, mas havia algo em sua escuta que era muito mais especial que qualquer pessoa que diz “escutar” e que no fim coloca mais de si no assunto que do outro, havia ali um real interesse. -- Ele é gentil e tem o coração... Por Morgana... O coração dele não cabe aqui dentro dessa redoma. E ele sempre faz as pessoas rirem quando estão bravas ou tristes... Parece que sabe exatamente o que falar na hora certa e apesar de que jamais irei admitir... -- sussurrou um pouco mais perto dela, mais ainda mantendo certa distância -- O chá dele é bem melhor que o meu. -- a garota deu uma pequena risada novamente, estcicando os olhos para ver o que ele desenhava -- Ele é espontâneo e verdadeiro, justo como apenas os melhores conseguem ser, então... Não se preocupa, tá bom? Ele vai ficar do seu lado sempre. Você... -- parou por alguns instantes, para pesar o conteúdo de suas palavras, mais significativas para si do que imaginava. -- Não vai mais ficar sozinha. -- suspirou, as linhas no papel se encontrando com fluidez enquanto falava. Ela parecia o ouvir, as íris brilhantes atentas ao seu rosto, mesmo que de vez em quando abaixasse o olhar quando ele a encarava por muito tempo.
O desenho finalmente estava finalizado e ao final da página, assinou seu nome, entregando a ela com as sobrancelhas erguidas, esperando sua reação. Era um pequeno rascunho do rosto da menina, com o semblante compenetrado enquanto encarava uma pilha de balas. Podia não ter feito o melhor desenho do mundo, afinal, estava acostumado a desenhar apenas corujas, mas... Ela parecia se reconhecer e era algo dela agora, algo sobre ela e que a faria se sentir mais em casa, apesar de não conseguir imaginar uma forma melhor de se reconhecer um lar do que pelo caloroso sorriso e fios castanhos do Flint-wood. Casas não se tratavam de lugares, mas de pessoas e sensações. -- As vezes... Eu também não tenho vontade de falar, nenhuma. -- ele era fechado e sabia disso. Abrir-se era uma tarefa difícil, que exigia muita confiança, muita coragem e sabedoria sobre si mesmo. Ryan gostava de pensar que ainda estava apenas no processo.
-- Mas existem formas de falarmos sem ter que usar palavras e pode ser mais fácil, não é? -- afastou os materiais e ergueu ambas as mãos. -- Existem pessoas que não conseguem falar, a vida toda, porque algo aconteceu a sua voz ou aos seus ouvidos e então elas arrumam outras maneiras de falarem entre si. -- com um movimento preciso dos dedos, fez um gesto específico e o repetiu algumas vezes -- Elas apenas mexem as mãos assim, e cada um desses movimentos tem um significado. Eu acabei de dizer “Estou com fome.” Eu. Estou. Com. Fome. -- repetiu, frisando o que cada pequeno movimento significava. Era quase que instintivo, como compartilhava seus conhecimentos específicos e se via em situações onde praticamente criava uma sala de aula espontânea, afinal, que mais gostava de fazer era lecionar, ver as pessoas se desenvolverem e ser capaz de desenvolver junto delas. Existia um sentimento em si que sempre o levava para aquele lado e com poucos gestos talvez a comunicação melhorasse muito no tempo que ela precisava para se sentir segura e aquilo facilitaria para aqueles que conviviam com ela. -- Você... consegue repetir? -- pediu com certa hesitação e depois de alguns minutos, seus braços se ergueram tentando repetir o movimento. -- Não, esse dedo aqui... Gira junto desse. -- disse demonstrando na sua mão esquerda. Talvez com dois dedos faltando Ryan não fosse o mais indicado para ensinar linguagem de sinais para a garota, mas tinha certeza que a mensagem principal seria passada e era muito simples para que Oliver e Marcus compreendem-se os códigos. A necessidade de aprender linguagem de sinais tinha vindo de um primo seu pela parte de Thomas que era surdo por nascença e utilizava aquele meio de se comunicar. Apaixonado pelos livros e a aprendizagem, aquela tinha sido a primeira coisa que fora procurar depois da primeira vez que tinham se visto e desde então aquele conhecimento o acompanhava. E foi assim que os dois passaram longos minutos ali, conversando no silêncio de olhares e gestos, no silêncio que ultrapassa a utilização de qualquer palavra. De certa forma a entendia, e de muitas conseguia se identificar nela, talvez todos tivessem suas dificuldades e apenas precisassem de uma maneira própria de falar dos sentimentos. Ele fazia isso todos os dias, mas talvez passasse despercebido aos olhos de alguns.
Foi no caminho do banheiro que Ryan decidiu passar no quarto de Ailish, adentrando pela porta suavemente a fim de não acordá-lo. Sua expressão serena indicava que ele se encontrava em um profundo sono e que vontade tinha de mergulhar os dígitos em seus fios macios, adoravelmente caídos sobre seu rosto. Algo no entanto o chamou atenção ao descer o olhar para seu corpo. Um pequeno cobertor o cobria, cujo tamanho não era nada adequado a ele, as cores rosa e lilás vibrantes indicavam a verdadeira dona daquele pedaço de tecido e a ideia fez um sorriso surgir em seus lábios. Tinha descoberto o que a menina fora fazer quando saiu sem avisar, voltando instantes depois com a mesma expressão inexorável. Buscou um edredom maior e mais confortável e colocou sobre ele, arrumando-o nas pontas. O mesmo com toda certeza valia a Ailish. Nunca mais estariam sozinhos. Nem ele e nem ela, pois sempre teriam um ao outro.
@flintwaillie
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