#cómo estás; belleza?
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diversión es visible en expresión que ofrece e, incluso con palabras que ha pronunciado, entiende perfectamente por qué ha optado por no seguir con planteo. ' no importa realmente, en ningún sitio dice que tenemos que actuar como nuestros disfraces. ' y eso es, al final, un punto a favor de abordar diferentes puntos de vista. ' me han llamado muchas cosas pero lobo... ' deja idea sin concluir, pero risa que acompaña mención, deja en claro que solo bromea. ' será difícil sacar conclusiones si no se hacen las preguntas correctas, pero creo que también es una buena forma de conocernos como comunidad. ' concede. ' ¿cuál es tu nombre? '
“ sí, sí, ya lo sé. digamos que estoy intentando un... enfoque distinto. ” y es que mantenerse en silencio era una tarea que no estaba dispuesta a cumplir. “ además, ¿cómo se supone que voy a cazar lobos sin hablar? ” no tenía ningún tipo de sentido en su opinión. “ hablando de... ¿no serás un lobo, cierto? ” es claro que sólo bromea, la diversión visible en su expresión.
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La Familia De | Enzo Vogrincic
Cuando descubres la infidelidad de tu novio, aceptas la invitación de tu amiga para pasar unas semanas en su país con su familia. Allí conoces al atractivo hermano de tu amiga, desencadenando una serie de emociones inesperadas.
Desde hace un año, la cafetería que posees en Ciudad de México ha sido tu refugio, un santuario de aromas de café y conversaciones animadas. Tu vida ha tomado un giro maravilloso desde que abriste las puertas de este lugar acogedor. No solo tienes un negocio próspero, sino que también tienes a tu lado a un novio increíble, cuyos talentos como tatuador le dan un toque de arte y rebeldía a tu vida cotidiana.
Entre el vapor de los expressos y los murmullos de los clientes habituales, siempre hay un momento especial cuando tu amiga uruguaya aparece por la puerta. Ella, con su encanto sudamericano y su energía contagiosa, es como un rayo de sol que ilumina tu día cada vez que la ves. Aunque vive en CDMX por trabajo, nunca pierde la oportunidad de visitarte en la cafetería, trayendo consigo los últimos chismes y anécdotas que hacen que la vida en la ciudad parezca aún más vibrante.
En medio de este bullicio reconfortante, te das cuenta de que no estás sola. Tu negocio florece, tu relación amorosa está en su mejor momento y tus amistades te brindan compañía y alegría. La paz y la belleza se entrelazan en tu día a día, recordándote que la vida puede ser realmente hermosa cuando tienes a las personas adecuadas a tu lado.
Sin embargo, un día decides cerrar temprano la cafetería porque no te sientes bien y tienes un fuerte dolor de cabeza. De camino a tu departamento, te sientes aún peor, como si algo estuviera terriblemente fuera de lugar. Al llegar a casa y subir las escaleras, el sonido de ruidos extraños te hace detener en seco. Escuchas un respiro profundo, quizás gemidos. Sin entender completamente lo que está sucediendo, decides apresurarte hacia tu habitación.
Al abrir la puerta, te encuentras con algo que nunca podrás borrar de tu mente: tu novio, en medio de un encuentro íntimo con otro hombre. Es una escena que nunca esperaste presenciar, y sin poder soportarlo, das media vuelta y sales corriendo, sintiendo cómo tu mundo se desmorona a tu alrededor.
Con lágrimas nublando tu vista y el corazón hecho pedazos, marcas frenéticamente el número de tu amiga en tu teléfono. "¿Dónde estás? ¡Necesito verte! Me siento horrible, mi novio… mi nov–", apenas logras articular entre sollozos.
La voz tranquila de tu amiga al otro lado de la línea te ofrece un atisbo de consuelo en medio de la devastación que te embarga. "Estoy en casa. Vení y me contás tranquila", te dice, y sus palabras se convierten en un faro de esperanza en medio de la oscuridad que te rodea. Con el corazón roto y el alma hecha trizas, te diriges hacia la casa de tu amiga, en busca de consuelo y apoyo en medio de la tormenta emocional que te consume.
Le cuentas a tu amiga todo lo que había sucedido y no puedes evitar llorar. Estás en el sofá junto a tu amiga, y te dice mientras te peina el cabello: "(Y/N), tenés que ser fuerte, yo sé que no es fácil. ¿Te acordás de Mateo? Que se fue con otra mina, pues te entiendo completamente".
Pero entre sollozos, respondes: "¡Pero en mi caso es distinto!", y lloras más fuerte, como un bebé. "Y... ahora... tú te vas para Montevideo, y... ¡yo voy a estar SOLA!", sigues elevando el tono de tu llanto. "Y no quiero verloooo, nooo, no sé cómo enfrentarloooo".
Tu amiga intenta calmar tus nervios: "Pero yo me voy solamente por tres semanas, si querés, venite conmigo, yo te pago los pasajes".
"No quiero ser un peso más", respondes entre lágrimas.
"¡Boluda! ¡Te vienes conmigo, que se joda!", te dice ella, tratando de sacarte de ese estado emocional.
"Okkkkaaaayyyy", aceptás entre sollozos, llorando como un bebé.
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Llevas ya tres días encerrada en la habitación de tu mejor amiga en Montevideo, con un gatito real al que tratas como un peluche. La familia Vogrincic te han adoptado como una hija más, y su madre se ha convertido en tu proveedora oficial de café y consejos sobre el amor, lo cual agradece tu corazón roto.
En una tarde soleada, tu amiga irrumpe en la habitación como un torbellino, encontrándote en la cama con tu celular, absorta en las fotos de tu ahora ex. "¡Che, bo! Dame ese celular. No quiero verte así", ordena con un tono melodramático. "Tienes que salir de esta cueva. Mami me ha dicho que solo sales para tomar café y luego regresas aquí. ¡Ya basta! Esta noche viene mi hermano desde Nueva York, y vamos a recogerlo al aeropuerto. Tienes que venir conmigo, punto final", declara con autoridad.
Tú respondes: "Ay, déjame aquí con la gatita", y ella te corrige: "¡Esa gatita tiene nombre y es Uma!". Insistes: "Pues déjame con Uma, no quiero ir para allá".
Con un suspiro exasperado, tu amiga agarra tu brazo con determinación. "¡Sos una pelotuda! ¡Vas a venir ahora!", exclama, decidida a sacarte de tu caparazón de autocompasión y llevarte a vivir un poco la vida real, aunque sea a la fuerza.
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En el auto, el padre de tu amiga está al volante, con la madre como copiloto, mientras tú y tu amiga ocupan los asientos traseros. La atmósfera está cargada de emoción, ya que toda la familia está ansiosa por recoger al tal Enzo. Por lo que has escuchado, es un actor sumamente famoso. Aunque no estás muy familiarizada con su trabajo, tu amiga siempre ha hablado con orgullo sobre él, y su entusiasmo es contagioso.
Antes de dirigirse al aeropuerto, hacen una parada en un mercado para comprar globos, flores y un cartel que dice "¡Llegó el actor de la casa!". A ti no te hacen mucha gracia las flores ni los globos, ya que te recuerdan a tu exnovio.
Al llegar al aeropuerto, tu amiga asigna tareas: "Bo, aguanta los globos; yo llevaré el cartel y mami, tú llevas las flores", dice con entusiasmo. La madre asiente y el padre, con su típico sentido del humor, pregunta: "Y yo, ¿qué llevo?". La madre, con una sonrisa, responde: "La presencia". Todos ríen un poco, preparándose para la llegada del famoso Enzo.
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Justo cuando estás a punto de bostezar por el cansancio acumulado, de repente tu amiga y toda su familia irrumpen en gritos de emoción, corriendo hacia un hombre sorprendentemente guapo. Su piel canela y su cabello medio largo y desordenado lo hacen destacar en la multitud. Él también parece adormilado, llevando una maleta, hasta que se percata de su familia y se apresura hacia ellos.
La escena es conmovedora mientras se abraza profundamente con tu amiga, luego se dirige hacia su madre y ambos comienzan a llorar juntos. Por lo que tu amiga te había contado, no se habían visto durante años debido a la ocupada agenda del hermano.
Mientras esta emotiva reunión tiene lugar en el aeropuerto, tú te encuentras parada como un pingüino, sosteniendo los globos en tus manos, sin saber muy bien qué hacer en medio de tanta emoción familiar.
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Ya cuendo van para el auto, tu amiga te introduce al hermano diciendo, “Enzo, esta es (Y/N) mi mejor amiga del alma, y va estar con nosotros por estas semanas” dice mientras ya se van sentando al auto, y Enzo, que al parecer se va a sentar al lado tuyo te dice, “Un placer (Y/N)”
Y así van todos contentos para la casa, para cenar, ya que la madre iba a prepara una pasta.
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Al llegar a la casa, estás a punto de dirigirte directamente a la habitación para descansar un poco del viaje agotador, pero tu amiga te agarra del brazo con determinación y te dice: "¡Uh uh no! Te quedas con nosotros en la sala. Nada de cueva". Tú asientes, aceptando su decisión, y decides seguir su sugerencia.
Cuando te dispones a sentarte en el sofá de la sala, observas con curiosidad cómo las gatitas, Uma y Ada, salen de una habitación cercana. Enzo, al verlas, no puede contener su emoción y se tira al piso, hablándoles con ternura como si fueran bebés. La verdad es que Enzo se veía increíblemente adorable en ese momento, y no puedes evitar sonreír ante la escena.
Tu amiga te hace una mueca cómica, como si estuviera acostumbrada a este comportamiento de su hermano, y te dice en voz baja: "Es amante de los gatos, así que no te asustes si actúa así". Tú te ríes suavemente, encontrando la situación bastante divertida y encantadora.
Observas cómo Enzo interactúa con las gatitas, y te das cuenta de que tiene un lado dulce y tierno que no esperabas.
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Después de un rato, Enzo se levanta del suelo con una sonrisa, dirigiéndose especialmente a su madre: "Ma, me voy a dar una ducha. Avísame cuando esté la cena", dice con tono amable. La madre asiente con un simple "ok", ocupada con los preparativos en la cocina.
Una vez que Enzo se retira para darse una ducha, te inclinas hacia tu amiga y le susurras en voz baja para que no te escuchen: "Oye, no me habías dicho lo guapo que es tu hermano". Ella te responde con una mueca divertida y te dice: "Te lo regalo si quieres". En un gesto juguetón, la empujas suavemente y respondes con un "ajá", aceptando el comentario con humor.
Ambas se miran y se ríen, compartiendo un momento cómplice antes de que Enzo regrese de su ducha y continúe con la cena en familia.
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Después de un rato, mientras estás disfrutando de un vino con tu amiga y ayudando a preparar la mesa, Enzo hace su entrada. Viene con una cámara vintage en la mano, su cabello aún húmedo y desordenado, vistiendo una sudadera cómoda y descalzo. En general, se veía muy relajado y como en su casa; no parecía en absoluto un actor de Hollywood.
Mientras tú te sientas con tu vino en la mesa, Enzo comienza a moverse alrededor de la cocina, capturando momentos con su cámara: la madre preparando la comida, el padre cortando la carne asada, y la hermana charlando contigo. Luego, se dirige hacia las gatitas y llama a tu amiga, "Loca, ven acá, tírame una foto con Uma y Ada". Pero antes de que pueda tomar la foto, la madre interviene: "Enzo, después. Ya vamos a comer". Él asiente en respuesta.
Tú observas todo con asombro, pero al mismo tiempo, te sientes como si estuvieras presenciando algo muy familiar. Enzo se sienta nuevamente junto a ti, y de repente te toma una foto inesperadamente. Tu amiga lo regaña de inmediato, diciendo: "¡Enzo! A (Y/N) no le gusta que le tomen fotos". Con un tono suave, Enzo se disculpa: "Disculpa". Y tú respondes con amabilidad: "No te preocupes".
La atmósfera en la casa es cálida y acogedora, y te sientes cada vez más integrada en esta familia tan especial.
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Después de unos 45 minutos en la mesa, todos parecían estar inmersos en sus propias conversaciones, dejándote a ti en un silencio momentáneo. Mientras tomas sorbos de tu vino, escuchas atentamente pero te sorprendes al darte cuenta de que nadie te ha dirigido la palabra en todo ese tiempo. Una sensación de soledad momentánea te envuelve, hasta que de repente, es Enzo quien rompe el silencio.
"Y tú, ¿qué haces?", pregunta Enzo, volviendo su atención hacia ti. Levantas la mirada, encontrando sus ojos, y respondes con sinceridad: "Soy dueña de una cafetería en Ciudad de México". Su expresión se ilumina con genuina admiración: "¡Guau, eso es impresionante!", responde con entusiasmo.
En ese momento, sientes una conexión especial con Enzo, como si sus palabras hubieran creado un puente entre ustedes. A pesar del bullicio de la mesa, te encuentras atrapada en su mirada, sintiendo una chispa de complicidad entre ustedes.
#enzo vogrincic#enzo vogrincic fic#enzo vogrincic x reader#society of the snow#la sociedad de la nieve#my writing#uruguay#fanfic#latina#spanish#argentina#necesito que enzo actúe en más pelis#me enamoré de un uruguayo#Spotify
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fast sketch of my Imelda oneshot🫶💓
remembering the snow
Word count: 3.300
Rating: G/T I don’t get the difference 🧍♀️
Imelda Reyes has never been one to do things by halves.
Her mother always talked about the circumstances of her birth with pride: Imelda came quickly as if she were eager to get out and see the world already, screaming even before she had fully left her mother's womb, determined to leave an indelible mark on the world.
The women in their village who had assisted the birth crossed themselves, chattering to each other in quick, soft, beautiful Spanish staccato about the baby who was already unlike any they had ever seen before. Strong and healthy and beautiful, her deep brown eyes already taking in her surroundings and watching them solemnly moments after her arrival.
Her father always talked about the circumstances of her childhood: running wild and free, flying before she could walk (a source of great pride), his little shadow who peppered him with endless questions about the world. He always brought her along to his work meetings much to everyone's delight; she was with him when he was offered the enviable position of Spanish Diplomat to the British Ministry of Magic.
At the age of five, they left the beautiful sleepy village where time hadn't seemed to exist. Imelda still dreams of long, hot, dusty days playing under the shade of orange trees, going to the market every two days with her mother draped in their finest silks, sleeping and lying around during the hottest part of the day, only leaving their house once the sun left its highest point and was about to disappear behind the mountains.
The older women in the village doted on her. If she thinks hard, she can recall their beautiful, wavering voices calling out to her as she raced past them: 'ten cuidado, cariño, te vas a mancar', 'ven aquí, cielo, te quiero ver la cara tan bonita', 'mira cómo se está creciendo, se nota que va a ser una belleza de mayor'...voices filled with comfort and love. She never knew anything different then.
She's their only child. Her mother was always brushing her hair and humming, trying to get her to sit still and listen to her endless fairy tales as the sun bore down on them; her father, treating Imelda like the son he had always wished for but accepting and loving her all the same. Sometimes, her mother would let her out of the house before the sun became too strong and they would fly around the mountains and be free free free.
Arriving to Edinburgh at the age of five, Imelda hadn't even realized she didn't speak the same language as the other children around her. As with everything else, she jumped in headfirst. Her mother always jokes that she became fluent in English the second she stepped foot on Scottish soil. To Imelda, it does seem that way. She can't ever remember not speaking in the soft Scottish burr, reminiscent of the soft Spanish she had left behind and still spoke at home.
As a child, she never had problems forging relationships with whoever was around her. She was brash and inquisitive and irresistible, taking charge wherever she went. The other children flocked around her, hanging on to her every word.
It changed, though, when her mother got her cough. It started out harmless enough, a slight cough and headache before bed each night. When her mother woke up every morning, she would be fine. But going to bed early changed to going to bed even earlier and earlier until it was time to accept what the three of them were steadfastly ignoring: she was getting worse.
Imelda was nine. She remembers her mother drying her tears with gentle, soft hands, caressing her cheeks and whispering to her that it would be fine. That she wasn't gone yet: they still had time.
'No pasa nada, mi amor. Siempre estaré contigo.'
At Hogwarts, things changed even more. She was a Slytherin and proud of it, but she never quite fit in with her classmates. She wasn't one of them, hadn't grown up with them, and they made sure she knew it. Gone were the days of running wild: she turned her single-minded determination to her studies and quidditch and found herself excelling at everything she put her mind to. It all came easily to her and she had no time for anyone who could distract her.
She wasn't a complete loner. She had her quidditch teammates, her partners in various classes, but nobody she hung out with outside of classes. She always studied alone, learned alone, trained alone.
(Of course, the picture she paints to her father in owls home is much different. He has enough on his mind - a daughter struggling to make friends is a non-issue as far as Imelda is concerned. And besides: she's fine.)
Imelda was quite content with the way things were working out for her. She would never admit if she was lonely or not, and enjoyed every part of her life. Until her fifth year, when everything began to change. Gone were her rigid schedules and studying alone and discipline. A new girl was sorted into Slytherin and Imelda found she didn't hate the girl's company. The two of them laugh together at night while they braid each others' hair, Imelda teaches her Spanish, and they have started to study together.
The new student drags her around Hogwarts and Imelda finds herself actually enjoying herself and enjoying spending time with the classmates she’s spent so many years ignoring.
This is when she meets Poppy Sweeting.
Well...Poppy swears that they met ages ago, during their first year when they were partnered together in Potions. Imelda has no recollection - that whole year was a blur - it was the year her mother succumbed to her illness - so she has to take Poppy's word for it.
She finds herself with friends for the first time in a long time. But, when the new student is running off with Sebastian doing Merlin-knows-what, things that Imelda definitely does not want to be a part of, she still finds herself seeking Poppy's company.
Poppy is sweet and fun and introverted in a way that Imelda finds familiar and comfortable: whereas Imelda turns to her studies and quidditch, Poppy often opts to spend time more time with beasts than humans. But there's something endearing about her earnestness and Imelda starts to find herself craving Poppy's calm company.
She always knows what to say when Imelda finds herself getting worked up over nothing.
On the train home for the winter holidays, as Imelda is striding down the long corridor in search of an empty cabin where she can read and concoct fail-proof quidditch tactics, Poppy calls her over to her carriage and asks Imelda to keep her company. She only needs to ask once. There's an unfamiliar fluttering in Imelda's stomach as she sits across from Poppy and the other girl beams at her but it's...well. It's not altogether unpleasant. They play exploding snap and exchange book recommendations and laugh together and...well, if Imelda's knee brushes against Poppy's occasionally or their fingers linger as they exchange essays to look over...
She can't be blamed, can she?
A letter from Poppy arrives over the break. At the sight of Poppy's small brown owl tapping the window with the letter in its beak, Imelda's heart starts racing and she runs over to the bird, grinning like a fool, but she pauses before opening it. Her fingers tremble as they hover over the wax seal.
Imelda's father is largely absent these days, a shadow of the man she had grown up with. She's noticed the difference over the summer too, of course, but the winter always feels different. More desolate; more harsh. They're nearing the four-year anniversary of her mother's death. It's impossible to ignore the fact that losing his wife has damaged his soul irreparably, and Imelda's seeing first-hand what being deeply in love can do to a person.
Maybe she'll put the letter aside and read it tomorrow.
Tomorrow bleeds into the next day turns into one week and before she can blink the bleak winter vacation with her father has ended and she's heading back to Hogwarts.
On the train, she walks past Poppy: the two of them make eye contact but Poppy flushes and looks out the window, tucking her honey-colored hair behind her ear and Imelda moves on to the next empty carriage. She pulls out some parchment and works on revising her Charms essay. It's for the best, anyway, she tells herself. For the best that she doesn't have any distractions. Their O.W.L.s are coming up and she's determined to get an O in every subject.
The month of January goes by in a flash. Between the insane quidditch schedule she's concocted for her team and the study sessions in the library, she keeps herself busy. The new fifth-year, her first real friend, starts to show concern for Imelda, gently trying to ask her what's going on as they braid each others' hair before bed.
Imelda doesn't want to bother her, though.
(She doesn't truly know what's the matter, anyways.)
She resolves to do a better job with keeping her emotions in check - her friend has enough on her plate, and Imelda doesn't want her to have to worry over something that's not even a problem in the first place.
She's fine.
Out of the corner of her eye in the classes she shares with Poppy, Imelda notices that she doesn't look as happy as she normally does. Her face is more pale and withdrawn; whenever Imelda's eyes flicker to her, her own gaze darts away.
With the beginning of February come a lot of blizzards, and they make Imelda remember the first time she saw snow.
Her parents always started the story telling her that she cried and cried and cried.
They had both run over to her, covering her with warm hugs and kisses, the tiny family huddled together in this foreign place where the people looked and spoke differently, where nothing was the same and she missed the old women who would give her mazapanes whenever she ran by, missed the tiny clouds of dust that would puff up as she ran and the hazy mountains in the distance and the hot, hot sun beating down while she played in the shade of the orange trees while her mother slept away the heat. Pulling her mittened hands off of her tear-stained face and telling her 'mira cariño, mira qué bonita es la nieve. Tócala, ya verás que no pasa nada...estamos aquí contigo...'
Her tears had soon dried and she was laughing and playing in the snow and she couldn't even remember what had made her so sad in the first place.
Imelda's sad now as she stares out the window.
Her mother isn't there anymore. She has no one to turn to in this self-imposed exile.
Four years ago today.
She's hidden herself away in an alcove, curled up, arms wrapped around her knees watching the snow swirling out the window. She canceled quidditch practice today due to the storm, much to everyone's surprise. Just last week, she had forced them to train in the freezing rain and today's snowfall is mild in comparison. But...today she doesn't have the energy. She's spent so much effort pretending that everything's fine when it's not and now she's sad and alone and confused.
She doesn't hear Poppy when she comes near.
The other girl crowds into Imelda's space, pressing against her in the alcove. The two face each other, and Poppy brings a gentle hand up to Imelda's face to brush away tears she hadn't even realized were falling.
"What -" Imelda starts saying, but a fresh sob chokes her and she can't. Poppy leans forward and wraps her arms around Imelda, pulling her into a close embrace. Imelda feels everything crumbling around her and she sobs into Poppy's shoulder - Poppy whispering reassurances and smoothing her hair, cradling Imelda as she cries and cries and cries.
They don't leave the alcove for another hour, almost staying out after curfew.
Imelda is subdued the next few days. The snow continues to fall until the whole castle looks like it's straight from one of the fairy tales her mother used to tell her as she brushed her hair. Imelda shows up for meals, shows up for classes, shows up in the study group, but she feels like she's just going through the motions.
She can tell her friend is getting worried, but Imelda can't confide in her. Her friend does small gestures anyways because she understands: saving Imelda a seat in class, asking her about quidditch, saving her favorite muffins for her at breakfast.
Maybe she talked to Sebastian about her worry because even he is being nicer than normal to Imelda, asking her if she wants to play wizarding chess with the two of them. Imelda doesn't really understand how or why they like playing the game so much - her friend is awful at it and Sebastian seems to enjoy the destruction and chaos more than actually strategizing. Even though Imelda hates the game - every move is painfully obvious and she can't understand how nobody else sees it like she does - maybe it would be nice to do something different.
Imelda freezes when they enter the Astronomy Tower to play: Poppy is there, waiting. For her. They haven't seen each other since she broke down humiliated and sobbing and she doesn't know what to do.
Sebastian looks between the two of them, brows furrowed, then leans down to their friend and whispers something in her ear. She nods and the two of them disappear, leaving Imelda and Poppy alone.
Poppy stands and Imelda can feel her heart start to hammer against her throat. Poppy walks forward slowly, only stopping when she's right in front of Imelda. When she speaks, her voice is high and sweet and Imelda realizes how much she missed her. "I-I'm sorry, I just didn't know how else I could talk to you. Will you come with me? I have something to show you."
Imelda nods mutely and Poppy takes her hand. They lace their fingers together and it's the first time - apart from a few days ago - that they have voluntarily touched each other. She feels Poppy's fingers tighten around hers and Imelda focuses on the feeling of soft knuckles under her thumb, but now...she's self-conscious for the first time about her quidditch-rough hands and maybe she should have listened to her friend when she tried to encourage Imelda to use some hand lotion.
Maybe Poppy will let go of her hand and leave in disgust.
But...Poppy doesn't do any of that. Every so often, she looks up at Imelda, smiling slightly. When they reach the Entrance Hall, she lets go of Imelda's hand and Imelda feels its loss with a pang.
Poppy opens the bag at her side and pulls out two huge yellow and black Hufflepuff scarves. As she's reaching up to wrap one around Imelda, she whispers: "sorry, I only have these. But yellow looks good on you."
Both of them flush and smile at each other and Imelda doesn't know how long they stand before Poppy grabs her hand again, making sure their fingers are laced, and then they are heading out.
Poppy looks more and more excited the closer they get to the Forbidden Forest, but Imelda's never set foot even remotely close to the forest, and she feels quite apprehensive at first. But, Poppy's excitement is exhilarating - Imelda can feel it rolling off of her in waves and despite herself, she begins to feel excited too. They still haven't spoken since leaving Hogwarts, but it's a comfortable silence. Imelda's glad for the scarf - their breath is puffing out in soft clouds as they breathe and it's quite cold - the freezing temperatures in Scottish winters are still something she's never quite gotten used to.
Their boots crunch through the snow-filled landscape - it's nearing dusk and the sky is turning a brilliant shade of orange and pink, but it gets obscured by the tree branches the further into the Forbidden Forest they venture, the golden light only showing in bursts now.
"Almost there," Poppy says breathlessly. She beams up at Imelda, whose breath catches at the sight, before turning back and pulling her faster and faster until they stop in a clearing. They've stopped in the middle, and Imelda looks around.
Here, they can actually see the sky and it is breathtaking in its beauty - the gnarled, naked trees around them twisting and reaching up as if they could try and grasp some of the beauty for themselves. The snow is perfectly smooth and untouched except for the footprints that the two of them have just left. Apart from that, the clearing is nondescript.
This is what Poppy had been so excited to show her?
Poppy gives no explanation for why she brought Imelda to the Forbidden Forest, but she's almost quivering in excitement - Imelda can feel the tension in the hand that's clutching hers tightly. The sun sets lower and lower, the two of them watching it as the colors around them start to fade and mute and then -
Poppy gasps in delight.
There -
A small, dancing, brilliant white light sparks to their left and disappears just as quickly.
"Look," Poppy whispers. Imelda glances over to her - she can barely make out her face in the dimming light, but Poppy seems to be glowing with happiness.
There - again -
More and more of the brilliant white lights appear, glowing and flickering on and off, and moving in almost a pattern, dancing around their heads. Imelda laughs as she watches the tiny creatures fly around them. It's magical and beautiful and -
"I found the snow sprite nest a few weeks ago, when the blizzards started, and I've been observing them since then. I...I wanted to show you and tell you about them the second I found out because I haven't stopped thinking about you but after...well, you know...I just wanted to cheer you up..."
Poppy trails off, looking uncertain when Imelda doesn't say anything in response.
She can't, even though she desperately wants to. Her mouth goes dry as she looks to the girl at her side, who has done all of this, for her.
Poppy looks impossibly lovely in the glow of the snow sprites, as they dance and spark around their heads in a beautiful waving pattern and Imelda doesn't even think as her hand goes to Poppy's cheek. Poppy stops rambling as she looks up into Imelda's eyes.
Then, before she can lose her nerve, Imelda leans forward and presses her lips to Poppy's. It's only the lightest of touches, but her heart is beating so quickly and Merlin, she can't believe she just did that. She quickly retreats, face flaming, but before she can get away Poppy reaches up to cup Imelda's cheeks with both hands and she pulls her forward, her mouth greedy, desperate, as they finally kiss.
When they finally pull away, breathing heavily as their foreheads rest against each other, Imelda can't help the huge smile that's threatening to split her face open. It mirrors the expression she sees on Poppy, her eyes bright and cheeks flushed and she is just so lovely that Imelda can't help but lean forward and capture her mouth again. Their lips mold to each other and it's the culmination of all of their stolen glances, touches, secret wishes.
Imelda Reyes has never been one to do things by halves, after all.
#this is my love letter to the lovely Imelda🥹😇💓#god I love her so much#idk if my version is canon really but to me it is and that’s what matters💓💓💓#hope you guys like this little peek into how I imagine her🙏#hogwarts legacy#hphl#imelda reyes#poppy sweeting#imelda reyes x poppy sweeting#imelda x poppy#hogwarts legacy fanfic
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silencioso asentir de cabeza pretende dar comprensión, iniciar un problema en base a algo tan superficial, le parece absurdo. ' sé que dan clases de estas cosas, pero siempre me pareció un poco... tonto. ' admite. al menos, ahora que lo ve en primera fila, ya no piensa que sea una pérdida de tiempo. curiosidad pica, llevándole a preguntarse qué clase de misterio escondería realmente globología. exhala, no evitando reír al escuchar resolución masculina. ' solo es falta de práctica, probablemente lo consigas pronto. ' voto de confianza es simple probabilidad, ha explotado los suficientes para ser cuidadoso al manipular los siguientes globos. ' ¿espadas, tal vez? ' no tan atractivo como un animalito, lo sabe. ' enséñales que pueden golpearse con eso y verás que son todo un éxito. '
Shin soltó una pequeña risa, relajándose un poco ante la explicación del masculino. "No te preocupes, lo sé, sólo me estresé de momento," respondió, levantando las manos también en señal de paz. "Tal vez sí estoy exagerando con la fuerza... aunque, viendo cómo estos globos explotan, tal vez se necesita algo más que un toque suave." miró a los niños que seguían esperando, con sus ojos llenos de expectativa. "Es cierto, algunos lo hacen ver como si fuera lo más sencillo del mundo. A mí me hacen falta unas cuantas vidas más para llegar a ese nivel." bromeó mientras trataba de inflar otro globo, esta vez con más cuidado. "Pero bueno, con un poco de práctica, quizás termine haciendo un perro que no parezca un accidente ¿qué forma crees que es la más sencilla?"
#· 𝘸𝘢𝘭𝘬𝘪𝘯𝘨 𝘰𝘯 𝘵𝘩𝘦 𝘸𝘪𝘭𝘥 𝘴𝘪𝘥𝘦 · interacción.#shin.#asfks i mean#song kang ?? a mi me trae enamoradísima#i swear#les agradezco a cada personita que bendice un dash con su carita JAJDJ#cómo estás; belleza?
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TEETH
primera parte.
¿se sellará la indescriptible atracción que sentías hacia Park Sunghoon con el pinchazo de un colmillo?
pair: vampire! park sunghoon x f!reader (no hay descripciones específicas de cómo luce físicamente, así que puedes imaginarla como quieras <3)
summary: sólo te diré que está inspirado en la canción teeth de enhypen, vampire academy y hierarchy ;)
warnings of part 1: menciones de mordiscos, sangre y ataques de pánico (si hay alguno más no dudes en decírmelo¡!). also, la academia se llama bram stoker en referencia al escritor de Drácula
words: 5501
segunda parte tercera parte
¿Qué tenía Park Sunghoon que siempre conseguía dejarte sin respiración? Podía ser su característica belleza principesca, casi digna del llanto de una voz poética romántica inglesa que la llamaba desde la desesperación de sólo ver fealdad. Podía ser su caminar, simple ante los ojos de los principales catadores de modelos que deben crear ellas mismas con cada paso la pasarela, pero demasiado elegante como para ser tan simple. O simplemente era el hecho de que era el ex de tu mejor amiga.
Él cortaba tu respiración desde la incertidumbre. Una chispa de interés provocaba que tu mirada quedase atrapada en su belleza, en su caminar, en su identidad. O, la identidad que él debe tener sin ningún juicio último que lo destinase así salvo la existencia de tu mejor amiga, la cual lo hacía en un ex y, por tanto, alguien que jamás debe traspasar las líneas de lo desconocido. Pues no debes saber quién es Park Sunghoon verdaderamente, no debes sentir interés ante él ni definirlo de una manera que no se resuma en tres catadoras palabras: frío, egoísta y narcisista.
Así debía ser Park Sunghoon en tu perspectiva, dentro de tu propio juicio crítico. Una sombra de fealdad y no de la belleza que tus ojos tan inocente e involuntariamente percibieron. Una imagen despectiva, para nada atractiva ya que, ¿por qué querrías a alguien frío, egoísta y narcisista en tu vida?
Pero aquella fijación silenciosa e indeterminada que tu persona padecía sufrir ante el imponente Park Sunghoon no coincidía con los asentimientos de cabeza que siempre le regalabas a Aerin, tu mejor amiga, cada vez que mencionaba a este "ser sin corazón", como ella lo definía. ¿Estaba bien juzgar a una persona sin conocerla? ¿Dejarse llevar por rumores emitidos por una clara e indiscutible subjetividad? No, claro que no lo estaba y tus padres, especialmente tu madre, te lo había inculcado, repitiéndote la misma reflexión cargada de tolerancia millones de veces, demasiadas este último verano, antes de ingresar en la prestigiosa academia Bram Stoker. Lugar en el que conociste a tu nueva y aclamada mejor amiga y lugar dónde tu secreta fijación tan vergonzosa ha nacido con el nombre de Park Sunghoon.
Jamás te habías sentido de esta forma hacia alguien en tu corta vida de veinte años. Era una constante consciencia que, si vuestros ojos se encontraban, se volvía similar al encierre que una historia produce sobre ti, llevándote consigo a lo más profundo de sus páginas, una absorción plácida que en ningún momento te hace considerar tu necesidad de libertad individual. Podía sonar demasiado particular e intenso esta comparación, pero de verdad lo sentías de esa forma: tan irreal. Más razones que hacían que tu curiosidad creciera hasta lo superlativo, quemara hasta tu propio sentido común.
Y es que cuando hacías contacto visual con Park Sunghoon, un indescriptible nacía. Una pregunta sin respuesta, una negación sin argumento. Pero, sobre todo, una atracción con, lo que parecía, una imaginaria justificación. Porque, a ver, sí, eras reservada y observadora. Una Luna que debe sentirse atraída a un Sol y no a otra Luna. En cambio, eso no sucedía así contigo. Sunghoon, otra Luna era el centro de tu capacidad de sentir atracción por alguien. Y no eras muy fanática de los romances entre personas similares, más atraída hacia los polos opuestos.
Esta ferviente situación comenzó a principio de curso, la primera vez que su persona, junto con la de su famoso grupo de amigos, entró en tu campo de visión. Con tu uniforme negro con corbata azul, te sentaste en lo que los alumnos denominaban Comedor -cafetería en tu antiguo instituto- y, jugando con la tirita de un corte en tu pulgar que el libro que te encontrabas leyendo la noche anterior causó, Park Sunghoon apareció.
No hubo una primera impresión. No hubo una reacción. No pensaste nada. Las acciones del protagonista de la novela que leías hicieron que, ante hombres reales, no hubiese estándar alcanzable. Sí, la belleza de Sunghoon era arrebatadora, digna de ser observada por más de cinco segundos o un minuto, pero no sentiste esa necesidad. Fue como ver una obra de arte que no resonaba contigo, aunque fuese la obra más destacada y más bella de todo un siglo de artistas galardonados.
No sentiste nada, pero al mirar de nuevo hacia tu mano para seguir observando la tirita, tu piel se encontraba lo más erizada que jamás la habías visto. Una piel de gallina casi enfermiza, con las puntas de las uñas de tus manos temblando. La confusión reinó por completo tu mente, expresándose en un ceño frunciéndose. Te acariciaste la piel cuestionándote su estado, y tus yemas de los dedos casi no la sentían. Te incorporaste un poco en la silla, colocando tus manos en tu regazo, intentando calentarlas un poco, mientras decidías no darle mucha importancia y pensar en otra cosa. Y, a la vez que decidías olvidarte de ello, tus ojos parecieron tener otra opinión distinta a la de tu mente, pues se dirigieron directamente a lo que habían visto antes de centrarse en la tirita. Tus párpados los cubrieron casi buscando detenerlos pero ya era demasiado tarde.
Unos ojos negros, profundos como el carbón, ocultos entre una piel extremadamente pálida, casi sin vida, asomándose entre dos líneas de oscuridad dada por pestañas, unos ojos brillantes ante la luz del comedor pero aun así tremendamente opacos, capturaron todo tu ser, aunque solo deberían haber capturado tu mirada. Ahora sí, la piel de gallina fue sentida. Ahora sí, los rápidos latidos de tu corazón dejaron de ser ignorados por tu cerebro. Ahora sí, tu lengua empezó a quejarse de su sequedad. Ahora sí, habías notado aquel indescriptible.
Desafíamelo con biología o con física, pero sentiste como si Park Sunghoon te hubiera activado, encendido, creado. Por aquella milésima de segundo que aquel contacto visual duró, Park Sunghoon pareció autodenominarse como dueño de tu cuerpo, controlando tus acciones con una simple mirada, manipulándote a su semejanza. Pero esto no era posible y, buscando ignorar la grandiosidad de las nuevas emociones que acababas de descubrir en ti misma, tras ver como él, sin inmutarse, rompía aquella conexión, miraste hacia otro lado.
Lado en el que se encontraba Aerin y el resto es historia.
Ahora que te encontrabas observándola durante largos periodos de tiempo, buscando que no se enterase de las miradas furtivas que le estabas lanzando a Park Sunghoon inconsciente de las mismas y el cual se encontraba bajando las barrocas escaleras de la entrada principal de la Academia, notaste la gran diferencia entre él y Aerin.
—Entiende que, por mucho que ya hayan pasado dos meses desde mi ruptura con el ser desgraciado...— Hizo una mueca con los dientes que los dejó pintados de su llamativo pintalabios rosa. Rápidamente gesticulé el mensaje y, sin vergüenza alguna, pues Sim Aerin nunca sentía vergüenza de ella misma desde el ser desgraciado; y tras una sonrisa que, como siempre, nunca le llegaba realmente a los ojos, continuó. —Lo que equivale a tres meses en el curso y por tanto, el final del semestre, he decidido dar un evento—.
Sonrió triunfalmente. No era la primera vez que Aerin hacía este tipo de "eventos", término con el que realmente definía una fiesta privada dónde lo ilegal se volvía legal por el dinero en la cartera de papá, el director de Bram Stoker, tataranieto del verdadero Bram Stoker. Nunca habías asistido a aquellas fiestas encubiertas porque eran para los alumnos SSR, es decir, los hijos de los principales dirigentes, tanto económica como políticamente, de la alta sociedad del país. Estos alumnos se diferenciaban del resto con una corbata carmesí y, aunque no pareciese real, no había un clasismo encubierto. No existía a diario una gran diferencia entre ellos y el resto de alumnos. De esta forma, que Aerin se hiciese mejor amiga de una de las estudiantes nuevas becadas de tercer año, tú, no le sorprendía a nadie.
Ni siquiera existía un trato especial para con estos alumnos por parte de los profesores. Es como si ellos hubiesen con su personalidad y acciones, hecho olvidar al resto de su verdadera posición social. Gesto que se observa en cómo no existía un grupo de populares diferenciados intocables. Salvo el grupo de Park Sunghoon, alumno obviamente SSR que junto a sus amigos Heeseung, Jay, Jake, Sunoo, Jungwon y Niki; se mantenían como el único grupo en todo Barm Stoker conformado por sólo alumnos SSR de distintos cursos.
Aerin y tú érais del mismo curso que Sunoo y, pese a lo anterior mencionado, Sunoo había mantenido plenas conversaciones amigables contigo e incluso él te consideraba una amiga. Pero no del grupo que, desde tu punto de vista, parecía una fraternidad llena de secretos.
Podía ser que era por malas experiencias del pasado, pero una parte de ti siempre esperaba lo peor de Aerin, o lo peor de Sunoo. Todos ellos compartían esa sonrisa que jamás llegaba a sus ojos, un gesto que, bajo tu juicio, resonaba a una amistad llena de un vacío que jamás se podría cubrir. Aunque también podía ser simples suposiciones, pues Aerin no había sido mas que amable y Sunoo, más de lo mismo.
Cierto era que habías notado una ausencia de envidia o celos de los alumnos de tu rango hacia ellos. Ni una queja, ni ningún mal deseo. Ni una revolución. Es más, parecía que estaban deseosos de tener la atención de los SSR, especialmente de Sunghoon, la cara de la Academia. Un deseo que no compartías y que, siempre que escuchabas conversaciones en el baño de las chicas o tus compañeros de clase te comentaban algo entre as líneas de "ojalá poder estar con ellos", la extrañez era sembrada en tu interior. No te habías acercado primero ni a Aerin ni a Sunoo y no creías que hubieras tenido esa necesidad si ellos no lo hubieran hecho. Y, con respecto a Sunghoon, mientras sus ojos no se encontrasen con los tuyos, escapar era todavía posible.
—¡Qué buena idea!— Dijiste sin saber muy bien qué responder ante la noticia de otro evento al que, por normas establecidas desde un criterio un tanto desconocido para ti, alumnos de tu rango no estaban invitados. Aerin frunció el ceño rápidamente y sentiste un miedo irracional a haber dicho algo equivocado o a que hubiese notado tus miradas furtivas hacia Park Sunghoon. —¿Por qué el desinterés?— Su comentario, como tantos otros que desde su ruptura con Sunghoon te había dirigido, volvió a descuadrarte por un instante. Pero, y similar a lo que siempre sucedía, como si se hubiese acordado de algo tremendamente importante, ignoraba su propio comentario, en este caso una pregunta, para continuar con su monólogo, volviendo a sonreír de esa forma tan... SSR.
Aquel cambio en la actitud de Aerin hacia ti en instantes como éste fue paralelo a su desastrosa ruptura con Sunghoon. Dos semanas tardó Aerin en darse cuenta de que verdaderamente Sunghoon iba en serio en aquella conversación que, sin querer, habías escuchado un sábado lluvioso de noche, volviendo de la biblioteca de la Academia, dirigiéndote a los dormitorios que te correspondían, los de los alumnos no SSR, los azules. Además del lujo, la única diferencia con los otros era que se encontraban en un edificio separado de la Academia, al aire libre.
El libro de Literatura Universal era bastante pesado y ocupaba incómodamente gran parte la circunferencia deforme que tus brazos doblados y unidos realizaban para poder agarrarlo. Tus bailarinas negras sin tacón conseguían no hacer ruido al entrar en contacto con el suelo de baldosa a cada paso, siendo sólo posible escuchar el ruido de la lluvia. Hasta que, justo cuando ibas a girar la esquina para seguir con tu recorrido, la voz de Aerin te hizo pararte en seco justo cuando te ibas a adentrar en el pasillo en el que ella estaba.
—¿Cómo que quieres romper conmigo? ¿Tú sabes con quién estás hablando ahora mismo?— Su voz sonaba con un toque de ferocidad que jamás habías escuchado en ella al sólo conocerla desde hace un mes en este momento. El silencio le respondió. —No sólo asientas con la cabeza, Sunghoon. Eso siempre me ha sacado de quicio— Recordaste cada vez que asentiste como respuesta a una pregunta de Aerin y fue ahí donde empezaste a notar esa sonrisa SSR y, así, el modelo de sonrisa SSR.
Escuchar el nombre del mencionado te cortó la respiración del susto. ¿Por qué del susto? ¿Qué es lo que pasaba? Seguías confundida por cómo te estabas sintiendo mientras tratabas de pegarte a la pared, escondiéndote. Apretaste más el libro contra ti.
Entonces escuchaste la voz que llamaba al latido de tu corazón a revolucionarse, como si fuese dueña de ellos, de él. Pero no de manera romántica, sino de una forma primitiva, casi depredadora. Sonaba grave, aterciopelada y un poco nasal. A tus oídos, estúpidamente un Beethoven. ¿Cómo era posible que una voz fuese catalogada de esta manera por cómo tu cuerpo se sentía al escucharla? No sabías.
—Cállate. Me tienes harto, Aerin— Frío.
—Nunca quise esto y sólo acepté por mi padre y lo sabes— Egoísta.
—Ah, espera... No me digas... ¿Te has enamorado de mi?— Narcisista.
Podías hasta casi oír la sonrisa ladina burlesca con la que había pronunciado aquellas palabras.
Fue tal y como Aerin en dos semanas te describiría a Park Sunghoon.
Sus palabras tan duras envueltas en el sonido tentador que su voz era te aterrorizó por completo porque, en vez de cesar todo aquel juego que considerabas individual del observar el efecto que Park Sunghoon tenía sobre ti, no cabía en tu cuerpo la necesidad de volver a jugar. Así, te fuiste de aquel pasillo sin escuchar más.
Dos semanas después te "enteraste" de lo sucedido y, a partir de ese encuentro, notaste el cambio en Aerin y el esquema, además del espejismo, en el que todos los SSR parecían estar dentro.
—Bueno, olvida eso. Lo importante es que, esta vez, estás invitada— Dijo Aerin cambiando de actitud mientras daba saltitos y te abrazaba efímeramente. No te dio tiempo a corresponder el abrazo. —¿Cómo? Pero, ¿eso es posible? ¿No va contra las normas?— Aerin te miró como si tuvieras tres ojos y no dos durante un momento, para después ignorar tu negación. —Todo está permitido y es legal, creo que ya sabes quién soy— Se rio y la mención de su identidad te produjo un escalofrío.
La principal razón por la que existía una aparente igualdad entre los alumnos era porque nadie hablaba de quienes eran en realidad. Todos lo sabían, pero ellos jamás habían forzado ese conocimiento en el resto. ¿La razón? Desconocida. Así, te reíste nerviosamente, haciendo como si no hubieses escuchado sus palabras. Los ojos de Aerin brillaron. Respuesta correcta.
—No acepto un no por respuesta. El impresentable va a estar allí y necesito a mi mejor amiga para que me apoye— Su brazo rodeó tus hombros mientras os girabais para ir a clase, apareciendo Park Sunghoon en tu campo de visión, el cual estaba hablando con Heeseung y Jake cerca de la escalera por la cual le habías visto bajar inicialmente.
Estabas tan centrada en Aerin que pensaste que Park Sunghoon sólo había bajado las escaleras para después desaparecer, pero parece que había estado ahí todo el tiempo tras encontrarse con sus amigos. Fue inevitable no mirarlo mientras se te secaba la garganta y decías un "Claro Aerin" al no poder dejar jamás que ella te pirase mirándole. Aerin casi paró en seco tras darse cuenta de la presencia de Park Sunghoon. Tras titubear un momento, retomó el paso a una gran velocidad que te sorprendió. Así, con tu mente sumergida en la sorpresa, tus ojos aprovecharon para dirigirse hacia él y tu corazón latió con fuerza. Como siempre, Park Sunghoon parecía inmune a hacer contacto visual contigo. Te miraba como si estuviera mirando al vacío, haciendo un contacto similar al que haces al confundirte y sonreírle a una persona que en verdad, estaba mirando a otra parte.
Así habías llegado a la conclusión de que, en verdad, debía de estar siempre mirando en otra dirección. No provocabas en él lo que el provocaba en ti. Además, no sentías que el mismísimo Park Sunghoon mirase en tu dirección las mismas veces que tú le mirabas.
Tu interior quería su atención, la necesitaba de una forma que nunca conseguía dejar de sorprenderte. Pero él seguramente miraba a Aerin, arrepintiéndose estos dos últimos meses de su decisión de abandonarla, de ser ese Park Sunghoon frío, egoísta y narcisista, de no ser él. La conexión tan individual que sentías hacia él te hacía pensar de esta manera, apenas sin conocerlo. Unos dirán idealización, otros dirán una búsqueda de entendimiento de tus propios gustos. Yo digo una satisfacción de los deseos de tu yo más profundo que parecía que sólo él podía brindarte...
Pero él estaba por Aerin. Estabas convencida.
Pero oh, cómo te equivocabas.
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Tras llegar al comedor casi escapando de su ex, Aerin te sentó en uno de los bancos, justo al lado de Sunoo. La miraste con duda, temiendo su reacción ante el encuentro con Park Sunghoon. Pero, para tu sorpresa, y en contradicción con sus apretados puños casi blancos por sus puntiagudas uñas, estableció. —El evento es este sábado, siento que te avisara tan tarde pero me estaba asegurando de que pudieras venir con seguridad y déjame decirte que... qué segura estoy— Pronunció esto último mirando hacia el horizonte, gesto que te descuadró un poco. Miraste a Sunoo, el cual te la devolvió con una sonrisa ladina. —¡Hay que prepararse!— Le sonreíste de vuelta mientras un sentimiento asfixiante se asentaba en tu pecho. Lo llamaste hambre pero y tras comer, el hambre no puede durar... ¿verdad?
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Park Sunghoon no estaba mirando a Aerin precisamente. Desde que te vio por primera vez, todas sus convicciones de haber estado vivo temblaron -y mira que ha estado vivo por mucho tiempo-, ya que fue observándote (y después de hacerlo) cuando fue totalmente consciente de que no estaba ciego, de que sus ojos observaban una realidad cuyos colores sólo podía conocer a través de ellos, que realmente observar es una acción impersonal en la que el objeto que ha conseguido toda su atención, se vuelve lo más importante para él, aunque sólo sea por un segundo, una milésima, un simple pestañeo.
Cuando Park Sunghoon te observaba, no podía centrarse en nada más. Pero esta esclavitud de su concentración no estaba producida por resultar cautivado ante tu presencia, no. Era porque, por muy irracional que sonase, Park Sunghoon se sentía responsable de cada movimiento que hacías, cada respiración, cada paso. Era totalmente exasperante. Poco a poco, su sanidad se veía intoxicada por ti y, cuando eran tus ojos los responsables de su gran carga, Park Sunghoon quería más de ti. ¿El qué exactamente? No tenía ni la remota idea. O de eso se intentaba convencer.
Tampoco, según él, tuviste ninguna influencia en su decisión de terminar su trato, su engaño con Aerin. Y, tras ahora abandonar el hall con su ex, tampoco sintió las inmensas ganas de que te dieras la vuelta, volviéndole a brindar toda tu atención.
—Parece que Aerin te sigue odiando, Sunghoon— Sim Jake mencionó mientras que, con los brazos cruzados en el pecho, hacía una mueca de cansancio hacia donde Aerin antes se encontraba contigo. Eran primos lejanos y, tantos años juntos (demasiados), habían creado una atmósfera un tanto extraña. Su pelo rubio se movió también, al nunca estar tan controlado por Jake como le gustaría. Esto lo distrajo por un momento y no se fijó en como Sunghoon siguió mirando hacia aquella salida, contemplativo. Gesto que no paso de largo por Lee Heeseung.
—Ah, ya.— Fue simplemente lo que Sunghoon le respondió. A esto, Jake gesticuló con cierta energía.
—¿Esa es tu reacción? ¿No estuvisteis saliendo juntos durante todo el verano?—Sunghoon miró a Jake con cierto aburrimiento.
—Nunca fue seriamente— Jake miró con shock a Heeseung mientras cerraba la boca.
Heeseung, tras mirar un segundo a Sunghoon, hizo contacto con Jake y tras ver su sorpresa, rompió su silencio. —¿Qué? ¿No lo sabías?— Jake negó con la cabeza un poco, todavía sorprendido. Heeseung rio mientras le daba un suave golpe en el brazo. —Eso te pasa por siempre irte a Australia en verano— Jake lo empujó y comenzó a caminar hacia el comedor, negando con la cabeza.
—No es mi culpa que mi familia sea de allí— Refunfuñando, fue seguido por Heeseung. Sunghoon, un tanto sonriente ante las reacciones de su amigo, les siguió también, unos pasos por detrás.
Jake, que iba unos pasos más por delante, se giró y, tras dirigirle una mirada de disculpa, se colocó junto a Sunghoon. —No pasa nada, Jake— Rio este último mientras Heeseung esperaba a que llegasen a su altura, aprovechando para seguir observando la actitud de Sunghoon. —¡Perfecto entonces! Porque me acabo de acordar de la gran noticia. Aerin hará otro de sus eventos este fin de semana—.
Llegaron a la altura de Heeseung y Sunghoon simplemente resopló. —Vamos Sunghoon, el rol de vegetariano no te va muy bien—
Heeseung miró a Jake de soslayo, esperando que no siguese por ese camino. Sunghoon se tensó al momento. —No soy un asesino—.
Su tono frío le recordó a Jake por qué era un tema sensible pero, buscando reconfortar a su amigo, continuó.
—Tranquilo Sunghoon, es sólo pasarlo bien. Nunca ha muerto nadie así que no deberías— Heeseung interrumpió. —Mejor cambiamos de tema, ¿vale?—
Siendo el mayor de los tres, tanto Jake como Sunghoon dejaron de mirarse para asentir y continuar caminando. —Ahora que lo pienso no se si suena tan bien... Aerin va a llevar a su amiga, así que será su protegida— Jake lo mencionó con toda la buena intención del mundo, pero a Sunghoon no le gustó ni un pelo el tono decepcionante que usó Jake ni la mirada compasiva que Heeseung le dirigió.
Una necesidad casi primaria de prohibir a todo aquel que no sea él de mencionarte en los términos a los que Jake se refería perforó sus instintos y casi llegó a hablar para expresar tu súbito estatus como suya. Claro que Sunghoon fue el primero que se paró a sí mismo, extrañado ante sus sentimientos y negando absolutamente una posibilidad de necesitar protegerte o, peor aún, de morderte.
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Llegó el sábado sin anormalidad ninguna. Tampoco era como si estuvieses esperando algún cambio en la monótona vida académica que llevabas, o eso te repetías continuamente. El final del semestre se había dado el día después de que Aerin te invitara a aquel evento y de que te lo anunciara. Así pasaste el miércoles, jueves y viernes sin clases en tu dormitorio sólo compartido por ti y tu soledad. Aunque no sólo estuviste pudriéndote en tu cama con un buen libro, sino que también quedaste con Aerin y Sunoo en una especie de bosques interiores que existían en la Academia.
Un diseño arquitectónico que jamás habías visto, pues toda la academia se encontraba cubierta de patios interiores con la única excepción de la salida a los dormitorios de los alumnos azules.
Acostumbrada a las ventanas y, especialmente, a estar en contacto con el Sol, la estructura de las aulas y de la academia entera en general te resultó al principio un tanto agobiante. Techos infinitos que formaban triángulos afilados apoyados en altas paredes que sólo se encontraban agujereadas por ventanas en lo más alto. Escuchar por primera vez las campanadas de lo que parecía Notre Dame te había sorprendido. Antes de trasladarte, sabías de la apariencia tétrica de la academia, pero cada techo formaba un escondijo perfecto para el mismísimo Fantasma de la Ópera.
Pero nadie más que tú parecía extrañada, así que la normalidad fue sencillamente fácil de alcanzar.
La tela roja que conformaba tu vestido imitaba a tu propia piel al abrazarse con gracia y elegancia a la silueta de tu cuerpo. Sunoo te había convencido para elegir aquel vestido, haciendo hincapié en su gusto exquisito, cualidad que la misma Aerin no compartía pese a ser también una alumna SSR. Ella vestía bien, pero Sunoo más. La mirada indescifrable que Aerin te había regalado tras verte con aquel vestido a la salida de la academia (el evento se celebraba en una de las tantas casas sofisticadas de propiedad del director de la academia, es decir, del padre de Aerin), provocó una cierta inseguridad en tu apariencia. Fue Sunoo que, tras encargarse de tu pelo, asesinó cualquier sentimiento de duda.
—Estás exquisita—Estableció tras hacer contacto visual a través del espejo que el chófer de Aerin siempre traía consigo. Tu ceño se frunció ligeramente ante el uso de aquel adjetivo entre los tantos similares que podría haber usado pero, centrándote en la Luna que se dejaba ver a través del cristal, sonreíste con gratitud.
Aerin con su vestido verde oliva también lucía absolutamente preciosa y, la forma en la que había mencionado a Sunghoon con tono de venganza, entre las líneas de "se arrepentirá de haberme dejado" tras Sunoo alabarla, sonaba más a una auto convicción que una promesa.
No decidiste prestar atención a cómo siguió la conversación porque... Sunghoon. Una adrenalina provocada por un estímulo que no sabías muy bien identificar se había asentado en tu vientre, haciendo casi temblar tus manos. Ahora el hambre era adrenalina.
Tu intuición te avisaba de que hoy no iba a ser como las otras veces, una presa que consigue escapar por la indiferencia de su depredador. Hoy, tu intuición te hacía asesina de tu propio juicio, o eso es el destino que ésta selló. ¿Iba a ser así? No tenias la prueba científica... ni siquiera sabías exactamente por qué te sentías así. Pero, cada vez que Park Sunghoon se hacía camino entre tus otros pensamientos hasta llegar al centro de tu mente consciente, la adrenalina se descontrolaba. Morirías de hambre a este paso.
Aunque tu juicio, todavía vivo, no quiso atender, ya que ¿por qué pasaría algo con Park Sunghoon justo hoy tras tres meses de simple atracción no correspondida?
De nuevo, erraste en el primer momento en el que estableciste que a Park Sunghoon le eras indiferente.
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El trayecto fue corto y simple, lleno de ilusión. No sabías que te esperaba y la cantidad de anécdotas que Aerin y Sunoo te contaban hicieron que tuvieses grandes expectativas. Tenías pensado pasarlo bien, intentando ignorar tus presentimientos, ya sean malos o buenos. Además de que todo iría bien, como muchas veces Aerin y Sunoo habían repetido porque ibas en calidad de su "protegida". Todavía no habías entendido muy bien qué significaba aquel término y las respuestas evasivas de Aerin no te aclaraban nada. Pero como estabas centrada en disfrutar del momento buscando cesar tu personalidad de naturaleza tan responsable que te ahogaba con el constante recordatorio de la existencia de consecuencias que tus actos podían llegar a producir, no insististe más.
Hasta que los viste. Varios pares, casi centenares, brillantes y puntiagudos, escondidos, casi tímidos en las distintas bocas por las que se asomaban. Colmillos.
Entrar en la fiesta que se estaba dando en la piscina no supuso ningún alteridad de tu intención inicial: pasarlo bien porque todo iría bien. Ni rastro de colmillos, nada. Simplemente te extrañaron dos cosas. La primera: ¿cómo una fiesta con tanta gente tenía tan poca iluminación, dependiendo solamente de la luz de la luna para ver? Aerin te habló de un apagón temporal. La segunda: ver la cantidad de parejas que se encontraban besándose en el cuello. Sunoo te dijo que eras demasiado inocente, hecho probablemente cierto.
Nada alarmante, nada alterante. Hasta que, tras estar bailando cinco canciones seguidas con Aerin y Sunoo (realmente te lo estabas pasando en grande), un pin pon con un borracho Jungwon y un descanso en la cocina con Jake y más conocidos; te excusaste para ir al baño.
Llevabas cerca de dos horas en aquella fiesta y sin una gota de alcohol en el estómago (sorprendentemente sólo había vino y Aerin no te lo recomendó al ser de mala calidad, pese a, después y desde la cocina, verla bebiéndolo), pensaste que buscar el baño no iba a suponer un gran reto. Pero te perdiste y caminando por el segundo piso sin rumbo alguno, la suerte preció estar de tu lado cuando lo encontraste.
Todo iba tan bien, tan perfectamente bien que mientras acercabas tu mano al pomo de la puerta entreabierta sonreíste para ti misma, sintiendo que habías juzgado todo demasiado meticulosamente, dándole la razón a tu madre. Hasta que lo escuchaste.
—Muérdeme, por favor— Una voz femenina y un sonido de piel desgarrándose rompieron el silencio de aquel blanco pasillo del segundo piso y, levantando la cabeza, viste a un Heeseung mordiéndole el cuello a una chica que no conocías haciéndolo sangrar.
Tus mofletes se calentaron y te apartaste rápidamente. Los gemidos de ella y los gruñidos de él anularon cualquier sonido que pudiste llegar a hacer mientras te alejabas, buscando volver a la piscina. Buscabas quitarte aquella imagen de la cabeza, aunque la sorpresa era indudable. Sabías que había gente a la que el dolor le producía placer y nunca te habías considerado una de esas hasta que viste aquella sangre corriéndole por su cuello. ¿Por qué tu cuello no paraba de palpitar?
Bajaste la escalera y echando una ojeada al primer piso para distraerte, volviste a encontrarte con la misma posición. En este caso, era Jake con una chica que tampoco conocías. Rápidamente seguiste bajando las escaleras, llegando al porche. Tu corazón latía demasiado fuerte y decidiste pese a lo que Aerin te había dicho, beber el vino servido. Necesitabas alcohol para quitarte aquella sensación.
Así te llevaste el vaso a la boca en la soledad de una desierta cocina. Todos estaban en la piscina bailando o besándose el cuello, pues la cantidad de parejas parecía haberse multiplicado desde el inicio de la fiesta. Verlas así te devolvió el recuerdo de lo que minutos antes habías visto y, ya sin dudas, te llevaste el vaso a la boca.
Un sabor metálico y un tanto caliente hizo contacto con tu lengua. Escupiste al momento. ¿Por qué aquel vino sabía a sangre? Abriste la nevera con la necesidad de quitarte aquel horrible sabor de la boca y las viste.
Más de veinte envases de plástico con etiquetas que ponían nombres de distintos animales en rojo te recibieron tras abrir la nevera. Era sangre de animal. El estómago te dio un vuelco y sentiste arcadas. Rápidamente fuiste al grifo y bebiste agua pese a nunca gustarte beber de él.
Mientras te limpiabas la boca notando que el gloss todavía resistía en tus labios, lo que habías visto anteriormente ya no te pareció una simple coincidencia. Así, con el ceño fruncido y una valentía calculadora, te acercaste a la piscina y observaste tus alrededores,¡. Destellos blancos similares a perlas parecían reflejar la luz de la Luna en aquellas parejas que ya no estaban unidas por un beso. Mirándolo mejor, era un mordisco.
Tu respiración se aceleró casi entrando en un ataque de pánico hasta que viste la figura de Aerin y Sunoo. Sintiéndote infinitamente aliviada, ibas a empezar a caminar para ir hacia ellos hasta que Sunoo abrió la boca tras acercarse al cuello de Aerin y viste con tus propios ojos como los dientes de Sunoo se transformaban en afilados colmillos que perforaron la piel de Aerin, haciéndola sangrar.
Las caricias de Aerin y sus ojos cerrados por placer fue la señal que necesitaste para darte cuenta de que había un consenso, de que esto era normal, de que esto era lo que pasaba en estos eventos.
Tu mente empezó a dar muchas vueltas, especialmente por el hecho de que no sabías muy bien qué tipo de culto de imitación vampírica se estaba llevando a cabo. Tu respiración se aceleró y entraste de nuevo en la casa, buscando escapar. Subiste la escalera hasta el primer piso sin darte cuenta de que Jake podría seguir allí (tampoco pensaste en ello del estado de shock en el que estabas entrando). Esta vez subiste hasta arriba de todo, no parando en el segundo piso. Necesitabas alejarte de fuese lo que fuese que estaba pasando abajo y, por alguna razón, ir arriba del todo. Necesitar ir arriba del todo.
Rápidamente, llegaste a la cima de las escaleras que consistía en una puerta ligeramente normal para el lujo del resto de la casa. Estaba entreabierta y la brisa nocturna salía de aquella. Justo lo que necesitabas en ese momento, lo que más anhelabas en ese momento estaba detrás de esa puerta. Así, cumpliste esa necesidad abriéndola y penetrándola.
Con las manos en los bolsillos y sus dos mechones de flequillo moviéndose en un dócil aleteo que la brisa nocturna provocaba, la figura esbelta e imponente de Park Sunghoon te recibió y sus profundos y mortales ojos se clavaron en tu persona sin titubeo ni expresión, pero con la intensidad de un contacto anhelado en sueños.
"Él es lo que necesito, mi sueño cumplido"
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notes 1: la segunda parte está en camino y esta semana estará terminada... no tengo pensado hacer más así que esto sería un one shot de dos partes (?). aunque si se me ocurre algún drabble pues quién sabe juju. espero verte en la segunda parte ilysm <3
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notes 2: omg!! el primer fic en español que escribo por aquí... veremos. si te ha gustado puedes dar un like y rebloguear y, si te sientes amable, un comentario me haría super happy. no he visto muchos blogs escribir en español de enhypen e intimida un poco 🙂↔️ solo espero que te lo hayas pasado bien leyéndolo como yo escribiéndolo jusjus. i love you <3
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He only dates pretty girls
ー♡̵ pairing. hwang hyunjin x female!reader
ー♡̵ género y warnings. smut - sin muchos detalles, fluff, uni!au
ー♡̵ autora original. @leeknow-thoughts
ー♡̵ wc. 0.7 K
masterlist
Fue una comprensión vergonzosa cuando descubriste que te habías enamorado de él. Estaba fuera de tu alcance y lo sabías. Oh, cómo lo sabías.
"Sólo sale con chicas bonitas", parecían decir todos sus amigos.
Como si ellos mismos te recordaran cuál era tu lugar.
Era inteligente, solo necesitaba clases particulares de matemáticas. Todos los martes y viernes ibas a su casa de fraternidad para ayudarlo con trigonometría. Cada vez que ibas, aprendías algo nuevo sobre él. Cada vez que ibas, él también aprendía algo nuevo sobre ti.
La semana pasada ambos hicieron menos matemáticas y hablaron más. Hablaron de todo, desde música hasta exámenes y zapatos.
Era guapo. Hasta un ciego podía ver su belleza, porque su belleza no se limitaba a su apariencia. Era hermoso en su voz, en su pasión, en su bondad.
Su presencia también era hermosa, aunque fugaz. Cada momento con él parecía fugaz, suave como una pluma, pero tan pesado como un ladrillo.
Te encuentras en una de sus fiestas. Sentada en el sofá de su fraternidad, rodeada de cuerpos sudorosos. "Ahí estás! No puedo creer que hayas venido!", escuchaste su voz frente a ti.
Cuando miraste hacia arriba, lo viste. Estaba hermoso, como siempre, con unos sencillos jeans azules y una camiseta negra sin mangas. Sin embargo, lucía elegante.
"Uhm, por supuesto! Gracias por invitarme!", intentas hablar lo suficientemente alto como para poder escuchar las palabras que salen de tu boca por encima de la música.
"¿Quieres volver a mi habitación? Hay un poco de ruido aquí", pregunta.
Por supuesto que accediste. Te tomó del brazo mientras te guiaba por los pasillos de la casa. Subiste por la escalera y llegaste a la primera puerta a la izquierda. Su habitación era así, él.
Estaba limpio y ordenado. "Apuesto a que tienes muchas chicas aquí", el pensamiento se te escapa de la mente antes de que puedas evitar que salga de tu boca.
Él se burla con fingida ofensa "¿Eso es lo que piensas de mí?"
Te encoges de hombros, él se sienta en la cama y da unas palmaditas en el espacio que hay a su lado. Quiere que te sientes a su lado. "Quiero decir que solo sales con chicas bonitas", te ríes entre dientes.
Su rostro se rompe por la sorpresa, "¿Jisung te dijo eso?"
Asientes, recordando cómo el chico te lo dijo después de que le informaste que Hyunjin fue quien te invitó. "Bueno, ¿es cierto?", le preguntas mientras balanceas ligeramente tus pies de un lado a otro sobre la cama.
"Sólo salgo con chicas que me parecen bonitas", responde con sinceridad, "me gustan las chicas que son inteligentes y divertidas y que no suelen salir de fiesta. Me gustan las chicas que son amables y que son buenas en matemáticas, esas son las que me parecen realmente bonitas", tararea.
"Mhm", haces una pausa, "¿te gusta alguna de las chicas de nuestra clase de matemáticas?"
"Oh", su tono baja, "no, estaba hablando de ti, pero sí, también estás en nuestra clase de matemáticas, así que sí"
Todos los pensamientos abandonan tu cabeza en ese instante "¿Crees que soy bonita?"
"¿Por qué crees que es imposible que piense que eres bonita?", cuestiona.
"Tú eres tú", le señalas, "y yo soy yo", te señalas a ti misma.
"Y eres perfecta!" exclama.
Una ola de silencio invade la habitación, no se oye nada más que el latido de tu corazón. Se siente como si te estuvieras viendo golpearte el dedo del pie, pero esperas unos segundos para que el dolor aparezca. Pero el dolor nunca llegó. Tal vez no tenía por qué doler de la forma en que esperabas que dolería. Tal vez nunca hubiera dolido de la forma en que creías que dolería.
Y antes de que puedas pensar, antes de que puedas hablar, sus labios están sobre los tuyos y sus rostros están a centímetros de distancia y él te está besando. Sabe a cerezas y tequila que debió haber bebido antes. Te está besando. Hyunjin te está besando. Te está besan-
"¿Por qué?" suspiras contra sus labios, sin atreverte a separarte de él por completo.
"Porque te necesito, te deseo, por favor", murmura contra tus labios agrietados.
No puedes evitar sonreír contra sus labios cuando dice eso "¿Me deseas?"
"Joder, sí", murmura contra tus labios antes de atraerte hacia otro beso húmedo, "te necesito, joder. Te he necesitado durante tanto tiempo"
No sabes de dónde sacas la confianza para decir, "Entonces tómame"
Y no duele cuando toca fondo dentro de ti. Sus cuerpos se aferran el uno al otro, temerosos del vacío sin el otro. Tus manos recorren suavemente su estómago. Cada una de sus embestidas te acerca cada vez más al borde, te aferras a él cuando te caes sobre él. Y oh es, tan perfecto.
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Granada, 2022 | Esteban Kukuriczka
Para: el individuo que me recomendó escribir sobre Adolfo Strauch *mañana escribiré del otro Strauch XD
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Estás sentada en la terraza de un café en Madrid, reflexionando sobre la vida con tu taza de café y un cigarrillo. Después de días de indecisión sobre qué hacer con tu vida y recibir recomendaciones que no te convencen, te encuentras en una situación financiera precaria, con casi nada en tus manos.
Sientes el deseo de escapar y explorar una ciudad diferente, con un estilo único, algo que se asemeje a la esencia nazarí. De repente, ves un cartel que destaca la belleza y la arquitectura de Granada. Con el poco dinero que posees, tomas la decisión de comprar un billete y partir hacia Granada al amanecer.
Al día siguiente, te despiertas a las 4 de la mañana, listo para la nueva aventura. Empacas tu cámara Polaroid, metes tus pertenencias en la mochila y esperas mientras un Cabify te recoge para llevarte a la estación de tren.
Una vez en la estación, te percatas de que es muy temprano, así que decides esperar con calma la llegada del tren. Cuando llega la hora de abordar el tren Iryo, te diriges al carril cinco y te sientas. Con tranquilidad, te pones tus audífonos y comienzas a escuchar tu canción favorita. Sorprendentemente, el tren está prácticamente vacío, no tienes a nadie a tu lado ni enfrente de ti.
Mientras miras por la ventanilla del tren, contemplas la belleza del paisaje en el camino hacia Andalucía. La canción que estás escuchando envuelve tu vida con un toque romántico, y de repente, una sonrisa ilumina tu rostro. En ese momento, escuchas una voz masculina que te dice: "Sos prácticamente un protagonista". Tratas de ubicar de dónde proviene la voz, ya que no hay nadie frente ni a un lado de ti, pero percibes un reflejo en la ventanilla de un chico que está detrás de ti.
Tú le preguntas, "¿Disculpa?" En respuesta, el chico se levanta de su asiento y se acerca a donde estás sentada, poniéndose justo enfrente de ti para poder hablar cara a cara.
"Perdona," él te dice, "Me llamo Esteban y vos?" te pregunta. Sin embargo, tú le respondes con tu nombre de manera indecisa.
"¡Qué lindo nombre tenés! Y, ¿vas para Granada o sos de Granada?" Esteban te pregunta. Le respondes que estás escapándote hacia Granada y que eres de tu país. Él comenta, "¿Cómo que de escapada, como de alguien?" y tú te ríes levemente, aclarándole que simplemente estás buscando algo significativo. Él te dice, "¡Qué raro, no?" y tú le preguntas por qué. Esteban responde, "Es que eso es algo que un protagonista haría", dejándote pensativa mientras intentas entender a qué se refiere.
Luego, le comentás a Esteban que pensabas que cada individuo es su propio protagonista. Sin embargo, Esteban te responde, "Vos tenés razón, pero nadie es capaz de dirigir su propia vida. Hay que tener valentía para poder hacerlo". De repente, te reís y le decís, "¿Eres muy filosófico, no?" y Esteban te responde, "Creo que vos me hacés sentir filosófico".
Ambos se ríen y de repente, un miembro del personal pasa por el pasillo ofreciéndoles café. En tono cómico, le comentás a Esteban, "Creo que el café te ayudará a profundizar un poco más", a lo que él responde, "Pues, perfecto".
Ambos disfrutan del café y tú contemplas el paisaje por la ventanilla. Sin embargo, notas una mirada fija hacia ti. Miras a Esteban y le preguntas, "¿Qué?" Él te responde, "Es que, vos sos única, es decir, guapa". Tímida, le agradeces, pero luego, en el silencio, te quedas mirándolo y te das cuenta de lo guapo que es. Su cabello tiene unos reflejos rubios, como rayos del sol, sus ojos son color café, y está lleno de pecas de miel. Luego, tus ojos se desplazan hacia sus brazos, observando las venas que van hacia sus manos rojizas, las cuales se ven cálidas.
Después, Esteban te interrumpe y te pregunta, "¿Qué?" Tímidamente, le respondes, "Nada."
Esteban y tú quedan en pleno silencio, cada uno contemplándose en silencio. De repente, se conectan a través de sus miradas, y él te dice, "Me gustaría salir contigo".
Confundida, le respondes, "¿Aquí en Granada o...?" y él te interrumpe diciendo, "Ambas".
Fin
#society of the snow#la sociedad de la nieve#esteban kukuriczka#fanfic#my writing#uruguay#argentina#reader x Esteban kukuriczka.#enzo vogrincic#spanish
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No, no estás aquí para hablarte de cómo logré superar mis adversidades ni cómo llegué a encontrar el verdadero sentido de la vida. Al cabo de un tiempo, supe que te amaba con todo mi fervor y de que eras el amor de mi vida, el único que podía verme transparente. Sabías cómo llegar a mi corazón... Cómo convertirte en emblema a través de tus ojos, dejándome refugiada en ellos durante muchos años. Hasta ahora no lo entiendo, cómo es que alguien puede llevarte a conocer la belleza de la vida y luego abandonarte como si nada, sin ninguna palabra. No dijiste lo que debías haberme dicho, ni yo tuve el valor de insistir que te quedaras conmigo para siempre. Me juzgué demasiado temprano tratando de evitarte y tú, tú decidiste huir hacia otro lugar donde sabes que no volveré a verte nunca más. Me ha costado aceptar que no hemos sido hechos el uno para el otro, pero nunca nos despedimos para concretar esto que sabemos. Esta es la agonía de mi eterno invierno.
#frases#citas#textos#escritos#ansiedad#notas#reflexión#versos#palabras#quotes#incertidumbre#mi dolor#distancia#recuerdos#amistad#poemas de amor
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' la posibilidad tiene su encanto. ' aura tenebrosa que podría cargar algo similar, resulta demasiado atractiva para dejarla pasar. incluso pueblito que habitan, posee suficientes leyendas para atrapar a público más osado. ' pero no estoy segura si quiero llevarme algo a casa. ¿te imaginas llevar un fantasma a mi hogar? ' indaga, dejando que diversión se abra paso. creencia no es nula, mas idea resulta especialmente absurda. ' no es el compañero de piso que imaginaba. ' concluye al compás de una risa suave, atendiendo cuestión foránea referente a disfraz. ' es una buena idea, no estoy segura de qué sería algo más emblemático para representarlos. ' admite. nunca ha estado frente a uno realmente, así que desconoce si existiría otro accesorio. ' aunque para ser justas, tampoco tengo mucho para disfrazarme de un guardia. '
' entiendo a lo que te refieres, pero, mira alrededor, hay muchas antigüedades, ¿no crees que al menos una podría estar maladita? ' pregunta pensativa, no que tenga motivos personales para quererlo, son conclusiones que saca luego de haber visitado aquel sitio por primera vez. ' me asignaron la identidad de un juez. ' y con mueca que se forma en sus labios deja en claro que no es lo que hubiese preferido. ' no había nada en mis cajas que fuera con ese disfraz y decidí venir aquí, busco una toga o algo parecido. ' cualquier accesorio elegante también podría ir con la temática, nina sabe poco y nada sobre aquellas figuras, cuanto más lejos esté de tener problemas con la ley, mejor.
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high infidelity (Enzo Vogrincic x Fem! Reader)
Capítulo 1: https://www.tumblr.com/analisword/742694471701037056/high-infidelity-enzo-vogrinc-x-fem-reader?source=share
Capítulo 2: https://www.tumblr.com/analisword/742809931904925697/high-infidelity-enzo-vogrincic-x-fem-reader?source=share
Capítulo 3: https://www.tumblr.com/analisword/742966287515402240/high-infidelity-enzo-vogrincic-x-fem-reader?source=share
Capítulo 4: https://www.tumblr.com/analisword/743085967194390530/high-infidelity-enzo-vogrincic-x-fem-reader?source=share
Capítulo 5: https://www.tumblr.com/analisword/743445192395423744/high-infidelity-enzo-vogrincic-x-fem-reader?source=share
—No quiero interrumpirte, pero me pregunto si ya comiste algo—Alana fue sacada de su concentración de golpe, giró la cabeza tan bruscamente hacia la puerta que su cuello dolió, Enzo estaba apoyado sobre el marco de la puerta con las manos dentro de los bolsillos.
Alana tuvo que respirar profundamente al verlo, nunca se acostumbraría a verlo y a su implacable belleza.
Llevaba una simple camisa interior blanca y unos jogging grises, aún así, lucía jodidamente bien.
—Hola—saludó Alana felizmente, miró la hora en su celular y quedó perpleja, eran ya las 9 de la noche y efectivamente, no había ingerido bocado en todo el día—. Mierda, se me fue el día.
—Entonces fue un día bastante productivo, ¿eh?—sonrió Enzo.
—Sí, es mágico este lugar—exclamó Alana cerrando su computadora, ahora que se había dado cuenta que no había comido nada en todo el día, moría de hambre.
—Sos mágica—la corrigió—. Vení a comer, traje pizza—dijo moviendo la cabeza, su estómago rugió al escucharlo y lo siguió hasta la sala.
—Soy vegano—explicó él mientras abría la pizza—. Pero están deliciosas.
—Tengo tanta hambre que así sea pizza hecha de cartón, la comería—dijo Alana tomando una rebanada.
—Te dije que eras libre de abrir el freezer—dijo Enzo con tono apelativo.
—Honestamente me olvidé de comer algo—respondió ella para después darle una mordida a la pizza, tal como Enzo había dicho, estaba deliciosa.
—Tengo que alimentarte para que ese cerebro tuyo siga funcionando—dijo él.
—¿Cómo te la pasaste tú?
—Ehh, tuvimos que repetir la misma escena unas treinta veces porque al director no le parecía nada, pero al final terminó saliendo.
—Debe ser agotador—exclamó Alana arrugando la nariz.
—Lo es—dijo él riendo—. Aún no me acostumbro, en teatro lo hacés una vez y ya está.
—¿Te gustaría volver a hacer teatro?—preguntó Alana con genuina curiosidad.
—Acá no, en Uruguay sí—dijo—. Es más underground allá, nadie te termina viendo y a veces hasta terminas perdiendo plata, pero es auténtico.
—Eres Enzo, gente irá a verte—dijo Alana rodando los ojos.
—Sí, supongo—dijo él riendo y bajando la mirada, Alana inclinó la cabeza.
—No te gusta mucho la fama, ¿no?
—Es complicado, claro que me gusta que mi trabajo sea reconocido, lo que no me gusta es tener a gente hinchándome las pelotas cada que salgo.
—Auges del oficio—exclamó Alana elevado los hombros.
Al parecer Enzo tampoco había omado bocado en todo el día porque comía con un poco de desesperación, Alana sintió lindo que el chico hubiera esperado hasta tarde para comer con ella, terminaron la pizza en silencio y cuando lo hicieron estaban tan llenos que se tiraron en el suelo con las manos sobre las barrigas.
—¿Cómo se tomó Sebastián cuando le dijiste que estás escribiendo de nuevo? ¿o pensa que vas por ahí vendiendo drogas?—preguntó Enzo después de que estuvieron varios minutos tirados viendo el techo, Alana se giró para observarlo mejor, sus ojos la miraban detalladamente y la luz cálida que emanaban las lámparas de la sala hacían que estos se vieran más claros de lo normal.
—Creo que lo de las drogas le hubiera resultado mejor—dijo ella negando con la cabeza—. Dijo que estaba decepcionado de mí—confesó tímidamente.
Enzo la miró como si le hubieran crecido dos cabezas del cuello y dobló el codo para apoyarse sobre su mano, estaban acostados sobre una alfombra bastante esponjosa, aún así la posición del chico parecía bastante incómoda.
—¿Vos estás jodiéndome?—preguntó él con tono de incredulidad—. ¿Quién en su santo juicio estaría decepcionado con vos por escribir? Es lo que más te gusta.
—Pues él—respondió Alana—. Vaya—dijo ella un poco más tranquila—. No es por el mero hecho que esté escribiendo, es porque lo estoy haciendo al mismo tiempo que él, él quiere que esté completamente entregada a su libro.
Enzo arrugó la nariz al escucharla, ella regresó la mirada al techo, ahora que contaba la situación en voz alta, se daba cuenta de lo patética que era.
—Alana…
—Sé lo que vas a decir—lo interrumpió—. Sé que no está bien y creéme que odio esta situación, detesto que Sebastián sea así de inseguro…
—Pero…—la interrumpió ahora él a ella.
—Pero, supongo que tendremos que solucionarlo eventualmente, no sólo es mi novio, es la única persona que tengo aquí—dijo ella volviendo a mirarlo, Enzo la miraba a ella con una expresión que no pudo descifrar.
—Vos sabés que eso es mentira—respondió Enzo apretando la mandíbula, Alana tragó saliva en seco, definitivamente sabía que podía contar con el actor, podría decir que era su único amigo en la ciudad, pero sabía a ciencia cierta que Enzo no se quedaría para siempre en Sevilla, probablemente volvería a Uruguay apenas terminara de filmar la película, o se mudaría ahora a otro país durante meses, probablemente Estados Unidos o Inglaterra, para después repetir la rutina una y otra vez, Alana apretó los labios ante la idea, ¿seguirían frecuentándose una vez él se fuera?
¿Al menos seguirían conversando ante la distancia?
La idea la puso nostálgica, de pronto todo el desorden que había en su mente después de intentar construir un nuevo mundo para la historia que comenzaba a escribir había desaparecido, así como el pensamiento de tener que volver a casa más tarde donde lo más probable es que Sebastián volvería a estar de insufrible.
—Eh…perdona si dije algo que no debo—carraspeó Enzo al notar que ella no decía nada.
Alana rodeó su cintura con sus brazos y hundió su cara en el hueco de su cuello aspirando su olor, no tenía idea lo mucho que había necesitado abrazarlo hasta que lo hizo, el cuerpo de Enzo se tensó al principio por el acto afectivo tan repentino, pero en seguida suspiró y entrelazó ahora sus brazos contra el cuerpo de Alana.
—Gracias por estar aquí—murmuró ella—. Gracias por alentarme a volver a escribir y por prestarme tu casa—hundió más su cara en el cuello del chico y él apretó más su agarre.
—Hey, no tenés nada que agradecer—dijo él—. Yo sólo quiero que vos seas feliz—acarició su cabello suavemente, Alana cerró los ojos, le apetecía tanto quedarse ahí durante horas, dormir con él, el suelo nunca se había sentido tan cómodo nunca, de pronto los brazos de Enzo eran la cama más cómoda que podía existir.
¿Pero qué mierda estaba pensando?
Alana alejó el rostro lentamente, Enzo lo tomó entre sus manos, ella suspiró y volvió a cerrar los ojos, podía sentir su aliento y el de Enzo mezclándose deliciosamente, no podía abrir los ojos, no podía hacerlo porque sabía que si lo hacía se encontraría con los labios de Enzo tan cerca a los de ella que no podría resistirse, de pronto los dedos de Enzo comenzaron a bajar por su cuello, tan largos y firmes pero suaves al mismo tiempo, no sabía qué se escuchaba más fuerte, si su propia respiración o la de Enzo, no podía salir del trance, sabía que haría una estupidez si se quedaba en esa posición un segundo más, de pronto sintió algo húmedo en su cuello.
Enzo había depositado un beso ahí, y aunque había sido suficiente para que ella mordiera su labio inferior patéticamente, también fue suficiente para que saliera del hechizo que él había aplicado sobre ella, Alana puso ahora sus manos sobre el pecho de Enzo y lo apartó un poco.
—Alana…
—Nuevamente gracias por todo—respondió ella—. Pero tengo que irme—Enzo la miró apenado y asintió levemente, Alana depositó un beso en su mejilla y salió prácticamente corriendo del departamento, Enzo no tuvo la intención de seguirla, Alana sabía perfectamente el por qué.
No tardó mucho en llegar a su departamento, se quitó los zapatos y sus pies tocaron el frío suelo de la sala, a comparación del departamento de Enzo, el que ella compartía con su novio estaba casi siempre frío porque el chico adoraba las temperaturas bajas, no había alfombras en el lugar, no lámparas cálidas, no muebles que impedían que el frío aire que se colaba de las calles por la ventana le rozaran peligrosamente la nuca.
Alana se tocó el cuello, aún podía sentir los labios de Enzo sobre su piel, podía sentir sus manos y si se concentraba mucho, aún podía olerlo.
—Hola—la voz de Sebastián la sacó de sus pensamientos bruscamente, ella apartó la mano de su cuello rápidamente, cruzó los brazos sobre su pecho, como intentando borrar las huellas invisibles de Enzo sobre ella.
—Hola.
—Te preparé algo de cenar—informó—. Tu platillo favorito.
Una ola de culpabilidad la invadió, su platillo favorito no se podía conseguir fácilmente, sabía que para prepararlo Sebastián había tenido que recorrer al menos tres mercados diferentes para conseguir los ingredientes traídos desde México.
—He cenado ya y estoy llenísima—respondió, era verdad, el botón de su pantalón de mezclilla estaba haciendo lo posible para no romperse, su vientre estaba pesado e hinchado por las cuatro rebanadas de pizza vegana que había comido—. Pero gracias, mañana me lo desayuno.
Sebastián asintió y parpadeó varias veces, Alana lo conocía tan bien, lo conocía de tanto que sabía que él hacía eso cuando tenía ganas de llorar.
—Quiero pedirte disculpas por el dolor de cabeza que te he estado dando últimamente—dijo él acercándose a ella—. Soy un idiota, y si estamos aquí es gracias a ti.
Alana sabía que se refería a cuestiones de dinero, pues aunque Sebastián haya sido el que recibió el trabajo, no hubieran podido sustentarse para mudarse a España sin el dinero que Alana ganaba.
—Y lamento que hayas llegado al extremo de tener que alquilar una oficina para sentirte cómoda para escribir.
Las imágenes de ella y Enzo en la supuesta oficina invadieron su mente.
—Le diré a Maricia que consiga a alguien para que revise lo que yo vaya escribiendo—informó.
—No tienes que hacer eso—replicó Alana.
—Los dos sabemos que no quieres seguir leyéndome, Alana—dijo él—. Y eso está bien, sé lo agotador que es, yo mismo no quise volverte a leer después de tu primer libro y nunca me diste un mal rato por ello, incluso cuando sí era mi trabajo hacerlo.
—Lamento que leernos nos incomode tanto—dijo ella, lo decía en serio.
—Esas cosas pasan—dijo.
¿Pero por qué ella sí quería que Enzo la leyera?
¿Por qué se había sentido tan triste cuando Enzo no indagó o pidió leer lo que ella había escrito hoy?
—Sí—mintió—. Esas cosas siempre pasan.
—Quiero que esto siga funcionando—dijo él tomándole las manos.
Alana asintió, no podía echar su relación a la basura.
Sin embargo, cuando Sebastián la besó, Alana no pudo evitar imaginarse que era Enzo el que lo hacía.
Y se odió a sí misma por no sentirse ni un poco culpable al respecto.
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Desde nuestros asientos, y sin todavía arrancar el tren, ella y yo nos cruzamos ya las suficientes miradas como para decirle que se acercara. ‘Ven aquí’. Y con mi voz y mi gesto se levantó ligera y con una sonrisa que me dejaba adivinar que caminaba hacia mi con el coño empezando a mojarse.
Yo estaba sentado del lado del pasillo y la dejé pasar delante mía y ponerse en la ventana. Se notaba que tenía las piernas recién depiladas. Fue lo primero que le dije y al oírme se subió más la falda para que viera también sus muslos. Sonrió otra vez y me contestó ‘lo hice ayer, así que hoy es mi primer día oficial de falda’. La felicité de tan bonita. Le pregunté su nombre y me puse sobre un costado mirando hacia ella. La vi receptiva y acerqué mi mano a su mejilla. Entonces ya había caído en que era deliciosa. La acaricié y mientras nos fundíamos con las miradas pasaron 3, 5, 10 segundos ilimitados. La mano extendida en su cara de piel blanca, la estaba adorando y se dejaba, pero me empezaba a calentar, cambié a mirar su boca, y pensé en cómo seria follarla. Ella lo interpretó bien y la abrió levemente, y entonces solo acerqué el pulgar para rozar sus labios y después su lengua, notarla babear como pidiéndome llevar ahora mis dos dedos grandes adentro suya, y lo hice, sus sonidos me excitaron, me empecé a poner muy cachondo, la incité ‘mojalos bien’ y para su sorpresa los bajé flotando hasta sus piernas, subiendo por su falda, buscando el elástico de sus bragas hasta rebasarlo y meterme por dentro a la vez que contenía la respiración, palpar su coño depilado y sin opción de que lo pidiese, hundir los dedos en su carnosa entrada y penetrarla mientras separaba los muslos y que abrumada sólo pudiese gemir ‘qué cabrón eres’
me encantó ver a esa belleza estremecerse. Yo sólo la veía a ella pero notaba a los pasajeros transitar por el pasillo a mi espalda. Podía ver en su cara cómo luchaba por no ser descubierta. Bajé el ritmo de mi mano y consiguió volver a respirar con normalidad. Saqué la mano de entre sus piernas y nos comimos la boca. Me separé y le dije:
-quiero follarte en el baño. Te voy a agarrar la mano y me sigues. Estás muy rica, y no puedo esperar, quiero metértela y me quiero correr contigo
-eres un puto cerdo. Pero… me gusta
Entonces nuestro cruce de miradas y sonrisas perversas. Justo el tren empezó a moverse. Nos fuimos al baño. Cerramos la puerta y estuvimos frente a frente unos segundos como planeando qué hacer. Nos besamos más, nos tocamos más, y la empujé hasta arrodillarse para tener mi polla frente a su cara, a su alcance. Tras exclamar un sensato ‘joder’ y mostrar su expresión abriendo exageradamente los ojos por sorpresa al ver el tamaño, la puso en su boca con hambre, sin titubear. Le quise provocar y contestó que no, que no le daba ninguna vergüenza estársela comiendo desesperadamente a un desconocido en un tren. Tuve ganas de dejarla disfrutar hasta correrme pero deseaba a fondo sentir como sería follarla. La levanté y puse su ligero cuerpo de espaldas. Tenía el pene durísimo y sin dudar la forcé dentro de ella desde atrás, bajo su falda, deseando hacerla gemir bien alto. La usé y follé con intención de al final correrme en su preciosa boca. Empecé suave, y cuando me puse más animal metiéndosela mas profundo, sintiendo como la llenaba con todo mi grosor, la tuve que reducir sujetándola, y agarrándola por pelo y cuello. Me pegué a su cabeza, y teniéndola inmóvil y sometida así quería que me escuchara
-No grites porque te va a conocer todo el tren y van a querer encerrarse aquí contigo todos… Cállate y tómalo sin lloriqueos, tienes que aguantar todo ésto que te estoy haciendo… y veo que estás tan caliente que no vas a tardar en correrte, verdad? Te gusta que te follen así? Pues éso has de hacer, callar y dejar que te empuje fuerte por dentro, y la notes entera. Te gusta porque eres una pervertida, a que sí? y si quieres que incluso cuando yo termine avise a un hombre, dos o tres más porque lo necesitas, lo hago… ok? Pero yo quiero aun reventarte para que te vacíes sobre mi, te corras sobre mi y quitarte las ganas de ser la más puta del tren… quieres correrte ya? Espero? O es ya? Ya tienes permiso para hacerlo… vamos….
Tuve que abofetearla y ahogarla más para que se excitara lo suficiente, pero su desesperación cristalizada en un orgasmo mereció la pena. No quité la polla de dentro suya hasta que se relajó. Aún con temblores la agarré de la cara y la arrodillé para recibir mi corrida.
-mírame a los ojos una vez más. Y sí, así, saca la lengua… joder....
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No era una pregunta difícil, lo que ofrecía era agradable y en esta situación no tenía nada que perder.
“Hey, Anteojos.” Grita Ethan mientras entra a la biblioteca. “¿Qué opinas? Tú y yo en una partida de Ajedrez, ¿Aceptas?” Dice mientras se acercaba. Era raro, la última vez que había visto a Ethan estaba molesto conmigo, ahora parecía actuar como si no hubiera pasado algo. Él estaba solo, siempre está acompañado de sus “hermanos”, algo no estaba bien. “Aahmm… ¿Hola?" respondí confundido. “Vamos O'Malley, solo responde.” Dice Ethan mientras se sienta en frente de mí. “Escucha, Ethan, no tengo tiempo para esto, lamento lo de la última vez, no pensé que te afectaría tanto, pero ahora no tengo tiempo para tus juegos tontos, podemos hablar en otro momento y-” “Oh ¿Qué pasa amigo?, vamos, solo un juego.” Dice confiado y optimista. “¿Que ganas haciendo esto? ¿Es algún tipo de venganza o broma?” Pregunté. “Este el trato, nerd” Responde poniéndose serio. “Si yo gano, tendrás que entregarme algo preciado de ti.” “¿Algo preciado de mí?, ¿Y si yo gano?” un breve e incómodo silencio. “¡Lo tengo! Si ganas, seré todo tuyo por el resto del mes O’Malley, estaré a tú merced, sin restricciones o excusas, como te gusta". “En serio Ethan, yo-" respondo sonrojándome. “No lo niegues O'Malley, sé que te mueres por tener estos nenes, sólo para ti”. Dice Ethan mientras Flexiona ambos brazos.
Necesitaba pensar, es difícil confiar en alguien como Ethan, no era el tipo de persona que jugará limpio pero por otro lado, es un juego de ajedrez, dudo que alguien como el haya tocado un tablero en su vida, agregando que la sala estaba completamente vacía, no había nadie que pudiera ayudarlo. “Está bien, acepto tu trató”. respondo sin emoción alguna. “WUU, Genial amigo!” Dice Ethan con entusiasmo.
“Entonces, supongo que sabes las reglas del juego, ¿Cierto?". Pregunto intentando hacer conversación alguna. “Pff, Claro que no, no aprendería esa mierda aunque mi vida dependiera de eso”. Responde con tono bromista. “Como digas grandote, tu partida”.
Comencé a colocar el tablero, el lugar estaba completamente vacío y el inmenso silencio era abrumador. A una pequeña parte de mi le aterraba la sola presencia de Ethan, aunque él era demasiado indefenso, mientras ponía el tablero él estaba eructando y masajeando sus brazos, el mayor esfuerzo que hacía era evitar que su saliva saliera de su boca.
“Bien, todo listo”. “Ah, por fin, ya era hora". Dijo Ethan mientras bostezaba. “Yo tengo las fichas blancas, inicio yo”. Cuando iba a tomar la ficha, Ethan interrumpe. “Bien, solo necesito hacer algo” dice Ethan mientras levanta los brazos. “¿Q-que estás haciendo?” preguntó mientras se quita la camisa. Sabía que el haría algo así, tratando de llamar la atención de la única manera que él conoce. “Ya sabes, hace demasiado calor aquí”. De inmediato mi rostro se sonroja al ver los músculos tonificados de Ethan, esto era ridículo, sabía que algo planeaba. Al intentar apartar mi vista, mis ojos quedan atrapados por el collar que colgaba de su cuello, “Dios, Ethan esto esss-“ intente hablar, pero mi boca se quedó sin palabras. Pronto quede inmóvil, no podía hacer nada.
“Oh, veo que te gusta está joyita, si es lindo, lo sé… Después de que me hayas dejado plantado fui a devolver el regalo a la tienda, pero el señor me ofreció un cambio y me entregó está belleza, dijo que este tendría mejores resultados, interesado lo acepte, y me dio instrucciones de cómo usarlo, y aquí estamos…”. Estaba aterrado, no podía hacer nada, solo estaba gritando internamente. Solía tener esta reacción con Ethan cuándo se acercaba con su olor penetrante hacía que todo mi sistema colapsara, me volvía tonto y pequeño, pero esto, esto era diferente. Mi vista estaba pegada al torso de Ethan, mientras él explicaba, solo podía veía como el collar daba vueltas y como sus perfectos pectorales rebotaban de arriba hacia abajo. “Bien, eso es todo, puedes empezar…” dijo Ethan con una sonrisa de orgullo en su cara. “Vamos amigo, acaso esos enormes brazos tuyos pueden moverse, ¿Cierto?”. Sus palabras rebotaron directo a mi cabeza, pronto sentí espasmos en ellos, sentí como mi camiseta se apretaba alrededor de mis brazos, pude escuchar como rasgaba y crujía, se movían de lugar mientras crecían, no podía verlos, estaba aterrado, el dolor era insoportable. “Oh vamos amigo! Solo mueve una ficha” y sin pensarlo, mi enorme mano tomo una ficha delantera. “Bien, no sé qué te pasa, pensé que eras un experto en este juego” dice Ethan en tono burlesco. “bien, mmm supongo que moveré esta, jaja, esto es divertido, tu turno!” seguía sin ser tener el control de mi cuerpo, seguía sin poder quitar la vista del torso de Ethan y cada vez su almizclé se volvía más abrumador. “Vamos O'Malley solo mueve esa dicha enfrente de la mía, si me dejas comerla, te ayudare entrenar ese perfecto torso tuyo, para que vaya juego con esos grandes brazos” la silla se agitó, la camiseta se volvió aún más incómoda y explotó, mi espalda se expandió, creciendo en músculo, mis pectorales se inflaron, rebotando en el proceso.
Mi abdomen plano explotó, sentía como con cada respiración crecían, tome la ficha y la puse en posición, para que Ethan la tomará. “Genial! Gracias hermano! Es toda mía” dice Ethan mientras mueve su ficha. “Es tu turno” dice Ethan. “Dios hermano, eres demasiado lento, toma una ficha, que sea conveniente para mí”. Era espantoso, intentaba pensar que me estaba pasando conmigo o como podía salir de este trance. “Supongo que es mi turno, pero ahora no sé qué hacer, ayúdame un poco, dime con esa voz de Alpha sexy cuál debería mover…” mi garganta se comienza a cerrar, puedo sentir como me quedo sin aire poco a poco, intento toser pero era inútil, algo se acumulaba en mi boca y… “m-mueve esa, podrás tomar mi ficha” Dije asustado con una voz que no reconocía. “Gracias Hermano, eres demasiado generoso”.
Así fue todo el juego, Ethan solo me ordenaba que hacer, y sin consentimiento alguno, obedecía, era inútil resistirse a sus palabras. “Bien, ahora tengo a tu caballo” dice Ethan. “Gracias por dármelo te recompensaré, te ayudaré a entrenar esas piernas grandes” mi pantalón se volvió incómodo, apretando mi entrepierna, mis piernas comenzaron a expandirse, comenzaron a llenarse de músculos y poder. “vaya aquí hace demasiado calor, como está el clima allá arriba grandote…?” mis huesos comenzaron a crujir y arder, abriéndose paso entre mis nervios y músculo, el dolor era insoportable, quería gritar, mi cabeza se movió hacia arriba, pero mi vista seguía fija, mientras crecían mis pies tocaron la mochila de Ethan. “Hey! cuidado amigo, esos enormes pies pueden ser estorbosos…” mis zapatos explotaron, mis dedos crecieron y mi planta del pie se expandió rompiendo mis calcetines en el proceso. “Y aquí estamos, parece que el juego está por terminar y, creo que ambos sabemos quién es el perdedor. No puedo explicar cómo me siento en este momento, creo que al final tuviste la razón, tú y yo nunca estuvimos al mismo nivel, pero de alguna manera que nunca sabré, hiciste que sintiera cosas por ti, tal vez fue la manera en la que no me temías o no eras sumiso ante mí, aunque como todos, te congelabas frente a mí, aprovechaste todo eso y me tuviste de muñeco sexual por más de un año, mientras tú te divertías, yo estaba cayendo enamorado por ti, pensaba que estábamos en la misma página, pero fui tan iluso que te invite a una cita, luego me dejaste esperando por horas, me rompí, por primera vez en mi vida no obtuve lo que quería, y Dios, no sabes cuando odio perder.” dice Ethan mientras se levanta. “Ahora quiero que sepas que se siente perder algo, algo que pensaste que siempre tendrías…” y con un movimiento de manos, toma a la reina. Mierda, estaba acabado en todos los sentidos, no podía explicarme a mí mismo como alguien tan tonto como Ethan había planeado algo así. Estaba pensando en cómo salir de aquí, antes de que mi propia arrogancia y ego me acabarán. “Ahora debes estar gritando internamente, pidiendo disculpas, pero ¡Ya es demasiado tarde!” Con un simple movimiento de dedos él me había acabado, la personalidad egocéntrica que me había creado para protegerme, me trajo a mi fin. Una lágrima de lamento salió de mí, no estaba seguro de que pasaría ahora, mentalmente estaba acabado pero estaba listo para cualquier cosa.
“/Risas”. Uuh?, no había pasado nada aún. “Wow, ¿Creíste en serio que simplemente acabaría tan rápido contigo y me iría?” Con un movimiento quito el collar de su cuello para colocarlo en la mesa, por un momento tuve la esperanza de liberarme de esto, que Ethan se había apiadado de mi alma me dejaría escapar, pero mi vista siguió fija en el collar. “Tan indefenso O’malley, si tan solo tú… Pero ya es demasiado tarde supongo” dijo mientras caminaba hacia mí, parado al lado mío, levanto los restos de lo que solían ser unos jeans para revelar mi polla , que junto con el crecimiento de mis piernas creció unas pulgadas más, con un simple apretón hizo que gimiera de placer, el primer sonido que hice sin que me pidiera. “Demonios, no recordaba que eras tan sensible” Dice mientras acerca su mirada a mi cara. “ nunca había visto tan cerca tu cara, pero ahora que tengo la oportunidad puedo mencionar como amo tu rostro, esas cejas gruesas, esa mandíbula fuerte junto con esos labios tan jugosos, pero creo que lo que más amo de ti es esa miraba, tus ojos verdes tan profundo que hacen que cualquiera suspire tan solo con verlos, es tan bello Jack, ahora entiendo todo lo que siento por ti.” Mientras Ethan seguía masajeando mi polla, mi realidad había cambiado, el rostro que alguna vez mire en el espejo había cambiado, mi nombre, el que alguna vez Ethan gimió había sido borrado, ahora solo era Jack. El collar había perdido su atracción, lo que hacía que me mantuviera bajo su poder ahora había desaparecido, antes de que pudiera reaccionar o decir algo comencé a gemir desesperadamente, en un momento todo mi cuerpo era solo placer, tan sensible. Mientras Ethan seguía masajeando mi entrepierna, con su otra mano tomo mi cabeza para tenerlo cara a cara. “Escúchame bien, en cuando llegues al orgasmo ya no serás más O’malley, serás solo Jack, cualquier rastro de tu antigua vida se enterrará en tu mente, ya no tendrás el control de tu mente, solo sabrás que tiene un dueño, ahora tu vida estará 100% dedicada a mí, todo lo eras antes se enterrará en tu mente, ahora solo serás el deportista más cachondo y tonto del mundo, pero eso no importará, todo que necesitas saber es como complacerte y adorarme.” Mierda, esto era todo, con mi última fuerza mental estaba evitando correrme, mientras seguía el masturbándome, los cambios se solidificaban en mí, mi cabello se oscureció, mi piel tomo un ligero bronceado, mis músculos tuvieron pequeños espasmos adaptándose a su nuevo cuerpo. “Como última orden hacía O’malley, no desaparecerás, quedará en el fondo de tu mente sin poder retomar el control de tu vida, simplemente verás a Jack manejar lo que alguna vez fue tuyo”. “Maldito hijo de pe- AAAAAAAAAAH~” En ese momento experimente el mejor y ultimo orgasmo de mi vida.
“UUghh… que demonios pasó?”
“Ya sabes, no pudiste resistir y tuvimos que hacerlo en la biblioteca “ “Demonios, ve todo ese semen en tu mano, genial haha” “Hahaha, guarda silencio y límpialo.” sin pensarlo los veces, Jack tomo la mano de Ethan y paso su lengua por encima de ella, limpiando cada rastro de semen. “Demonios, que mierda paso con esta ropa” dijo Jack cuando terminó. “Ugh, demasiadas preguntas, simplemente usa esto, lleva toda la semana en mi mochila pero, no hay problema alguno.” Ethan saco un par de calzoncillos sucios de su mochila, al entregárselos a Jack el no dudo en olfatearlas antes de usarlos. “Mierda, ya amaneció, tenemos que salir de aquí” Dijo Ethan mientras caminaba hacia la salida, se detuvo un momento para mirar hacia atrás y ver su cometido, sonrió y soltó una pequeña sonrisa. Jack se puso de pie dejando caer pedazos de tela de lo que alguna vez fue mi ropa, se vistió con aquella ropa sucia sin cuestionar cuanta orina y semen había en ellos. En ese momento Jack estaba tan sensible que el rose de sus enormes manos con sus pezones lo hacían gemir y ponerse duro de nuevo. Si quería seguir viviendo en el placer tenía que resistir, al final del día solo importa lo que Ethan le hacía sentir.
comeback jaja
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le escucha, mas no se ve capaz de sentirse identificada. única vez que pasó tanto tiempo en un solo sitio, fue en país natal, mientras crecía. pero cuando se fue, no miró atrás y aún ahora, tantos años después, le aterra un poco hacerlo. entonces, tal vez, tendría que admitir que extraña tailandia un poco. ' ¿dónde más has vivido? ' pregunta, pretendiendo dejar cabeza puesta en algo diferente, algo que pudiera extender un hilo de concordancia entre las dos. ' ah, soy kitty. un gusto. ' devuelve cortesía, acostumbrada al trato con personas, extiende una sonrisa natural. iris abandonan rostro femenino para atender señal, encontrando a infante que parece jugar a una distancia prudente. labios se abren, pero no escapa sonido alguno. quizá fuese por ausencia de niños propios, pero en ocasiones olvida que otres los tienen. ' nora y noah, se escuchan agradables juntos. ' no miente, quizá es por eso que ha elegido aquel nombre, por forma en que dulcemente se complementa con el de ella. ' siempre he admirado a las madres, aunque yo no creo estar hecha para serlo. ' admite, quizá con clara intención de dejar en claro, que no es un punto en común. ' ¿lo es? ' interrogante es más bien un reflejo, considerándolo brevemente. ' he pensado en comprar algunas flores para alegrar un poco mi casa. ' admite. ' pero no estoy segura de cuáles serían mejores. '
—Oh, eso ni lo dudes. Viví en Maine durante dieciocho años... luego sólo he venido a vacacionar. —Y ahora, claro, a vivir, pero ese es otro tema y la decisión que tomó fue por desesperación, su marido muerto y su hijo que la detesta por ser lo restante. —Es un gusto, yo soy Nora. —Le sonríe entonces, girando un tanto el cuerpo para poder verla mejor. A lo siguiente, una negativa, señala con la cabeza el espacio que ocupa su hijo un tanto más allá y vuelve a mirarlo. Noah se entretiene solo, o al menos lo prefiere antes que interactuar con su madre. Después de todo, Nora ha distado mucho de ser perfecta. —Lo veo jugar. —Responde, si bien el hijo ya no juega tanto, ahora prefiere escuchar música y desear ser más grande, quizá para irse de una vez. —Se llama Noah, tiene nueve. —Lo presenta, sólo por si acaso, a lo mejor ella también es madre y su hijo tiene una edad parecida y ella puede conseguirle compañía. —Aunque esta floristería es maravillosa, siempre recojo lirios para mi comedor.
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SasuHinaMonth2023 PROMPTS and ARTIST OF THE YEAR!
Well, well, well.
Looks like we're finally here! After weeks of preparation and formatting and planning, we are FINALLY ready to make two announcements today!
Let's start with Artist of the Year, as congratulations are very much due!
Perhaps you recognize this beautiful art style! The MOD team took attentive care to go through the many fabulous artists we have in the SasuHina fandom, and we found one artist in particular whose dreamy style and beautiful color schemes fit our theme perfectly!
We'd like to congratulate @daifukumochiin for being SasuHinaMonth2023's ARTIST OF THE YEAR!
Mochi is such an amazing artist that keeps pumping out beautiful pieces, and we were so happy to see the amazing pieces she made for our banner and icon for 2023! Everyone, please send your love and joy to DaifukuMochiin. She deserves it!
Now, we think it's about we get into the meat of this post!
For anyone who needs a reminder, SHMonth2023's Theme is A SIGN OF AFFECTION. The MOD team has been working on the many prompts correlating with this theme, and right now, we're happy to share these prompts with you all! We've also translated the prompts in Spanish for all our hispanohablante friends :)
SHMonth2023 Prompts
Day 1 | Día 1
“Love at first sight” | “Amor a primera vista”
“Waiting for you” | “Esperándote”
Day 2 | Día 2
“Knowing me, knowing you” | “Conociéndome, conociéndote”
“Home is where you are” | “Mi hogar es donde estás tú”
Day 3 | Día 3
“A glance that reveals everything” | “Una mirada que revela todo”
“Doing chores without being asked” | “Hacer los quehaceres sin que lo pidan”
Day 4 | Día 4
“Knowing their favorite drink” | “Conocer su bebida favorita”
“First touch” | “Primer roce”
Day 5 | Día 5
“Forehead touches” | “Frentes unidas”
“Lips against fingertips” | “Labios contra sus dedos”
Day 6 | Día 6
“If you fall, I will catch you” | “Si caes, yo te atraparé”
“A warm embrace” | “Un cálido abrazo”
Day 7 | Día 7
“Noticing subtleties” | “Notando sutilezas”
“Tying ties” | “Uniendo lazos”
Day 8 | Día 8
“Playing with hair” | “Jugando con el cabello”
“Talk to me.” | “Háblame”
Day 9 | Día 9
“You can find something truly important in an ordinary minute.” | “Puedes descubrir algo realmente importante en un minuto”
“Cooking together” | “Cocinando juntos”
Day 10 | Día 10
“Kissing in the rain” | “Beso bajo la lluvia”
“Finding beauty in the ugly and broken” | “Encontrar belleza en lo feo y roto”
Day 11 | Día 11
“I love you” | “Te amo”
“Nicknames” | “Apodos”
Day 12 | Día 12
“Stay a little longer.” | “Quédate un poco más”
"A collection of kisses" | “Una colección de besos”
Day 13 | Día 13
“A love that cannot simply be expressed with words” | “Un amor que simplemente no puede ser expresado en palabras”
"Secret rendezvous" | “Encuentro secreto”
Day 14 | Día 14
“Bouquets” | “Ramo de flores”
“Enjoying a story together” | “Disfrutando de una historia juntos”
Day 15 | Día 15
“Take my hand, take my whole life too.” | “Toma mi mano, también toma toda mi vida”
“Love notes/letters” | “Cartas/Notas de amor”
Day 16 | Día 16
"The name you yell after a nightmare" | “El nombre que gritas después de una pesadilla”
"I missed you." | “Te extrañé.”
Day 17 | Día 17
“Sharing a meal” | “Comer juntos”
"Watching the sunrise together" | “Ver el amanecer juntos”
Day 18 | Día 18
“Unyielding encouragement” | “Apoyo inquebrantable”
“Daily routine” | “Rutina”
Day 19 | Día 19
“To be fond of dancing was a certain step towards falling in love” | “Ser aficionado (a) al baile era un paso seguro para enamorarse”
"Even shame can turn into love" | “Incluso la vergüenza puede convertirse en amor”
Day 20 | Día 20
“A shared bed” | “Una cama compartida”
“Sudden confession” | “Confesión repentina”
Day 21 | Día 21
“A hint of jealousy” | “Un toque de celos”
“You should be kissed, and often, and by someone who knows how.” | “Deberías ser besado (a), constantemente y por alguien que sepa cómo”
Day 22 | Día 22
“Talking through problems” | “Hablando a través de los problemas”
“Vacation time spent together” | “Vacaciones juntos”
Day 23 | Día 23
"Poetry spoken by a simple man" | “Poesía escrita por un simple hombre”
"Courage found in a shy woman" | “Valentía encontrada en una mujer tímida”
Day 24 | Día 24
"Finding the middle ground" | “Encontrar el punto medio”
"If there was a rose every time I thought about you, there would be only one, because you never left my mind." | “Si existiese una rosa cada vez que pienso en ti, solo habría una porque nunca dejaste mi mente”
Day 25 | Día 25
"Shared hobbies" | “Pasatiempos compartidos”
"I trust you" | “Confío en ti”
Day 26 | Día 26
"A quiet relationship" | “Una relación privada”
"Following you" | “Siguiéndote”
Day 27 | Día 27
I’ve loved you for a thousand years, I’ll love you for a thousand more.” | “Te he amado por mil años, te amaré por mil más”
"Tears and touches" | “Lágrimas y roces”
Day 28 | Día 28
"Calling late at night" | “Una llamada tarde en la noche”
"I would do anything to call you mine." | “Haría lo que fuera para llamarte mía (o)”
Day 29 | Día 29
"If God made it a Sin to love you, I would be beyond saving" | “Si Dios hizo que amarte fuera un pecado, entonces no tengo salvación”
"An excuse to pull you closer" | “Una excusa para acercarte a mí”
Day 30 | Día 30
"Sharing a secret." | “Compartiendo un secreto”
"Warmth of a body on a cold night." | “La calidez del cuerpo en una noche fría”
Day 31 | Día 31
“There’s nothing I wouldn't do to make you feel my love.” | “No hay nada que no haría para demostrarte mi amor”
“Will you marry me?” | “¿Te casarías conmigo?”
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We're excited for July to come to see all the creativity bloom from our little fandom! Just a reminder: we WILL be making weekly prompt cards for SHMonth, so keep an eye out for those as July creeps closer.
Thank you all for your patience and enthusiasm!
The MOD Team
#sasuhinamonth#shmonth#sasuhinamonth2023#shmonth2023#prompt list 2023#prompt list#artist of the year 2023
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* MISION #011: Every breath you take, they'll be watching you...
LOCACIÓN: Cayo Castaway. FECHA: 29 de junio al 3 de agosto de 2024. ¿tienes alguna duda? VISITA EL CALENDARIO (ON ROL).
Después de una semana navegando por las aguas cristalinas del Mediterráneo, el crucero de Disney finalmente ancla en un paraíso mediterráneo: Cayo Castaway. El sol brilla intensamente, reflejándose en las aguas turquesas que rodean la isla privada, creando destellos de luz que parecen bailar sobre las olas. A tu alrededor, los demás estudiantes de la academia, vestidos con ropa ligera y cómoda, se preparan para desembarcar, emocionados algunos días donde no haya trabajo y misiones en las cuales pensar.
El aire está impregnado del aroma salado del mar y el sonido de las olas rompiendo suavemente contra la orilla se mezcla con el bullicio de los pájaros exóticos que habitan la isla. Las palmeras se mecen lentamente bajo la suave brisa, ofreciendo una bienvenida cálida. A medida que alcanzas la playa, descubres un grupo de profesores esperándote para darte la bienvenida. Crystal, Seoyeon, Samuel y Piers, están reunidos bajo una pérgola de madera adornada con flores.
—Bienvenidos a Cayo Castaway, aspirantes —exclama Crystal, sin rodeos, con su habitual seriedad y enfoque directo.—. Por los próximos cinco días, esta isla será el escenario de las próximas pruebas de habilidades físicas y mentales.
Seoyeon, siempre meticulosa y cuidadosa al hablar, toma la palabra a continuación. Sus ojos brillan mientras mira a los estudiantes.
—Para esta ocasión, nos dividiremos en dos únicos grupos. Las mujeres, serán coordinadas por la profesora Somsri y yo,—explica con delicadeza—. Mientras que los hombres, se encontrarán en las manos de los profesores Jeong y Campbell. Aunque los detalles se les brindará a lo largo del día, les prometemos que habrán evaluaciones para todes, independientemente de sus fortalezas.
—Es por eso que consideramos que este entrenamiento no sólo es una prueba de sus habilidades, sino también una oportunidad aprender cómo poner en práctica nuestras fortalezas para beneficiar a nuestros grupos,—dice Samuel, con su voz grave y poco seria—. En otras palabras: trabajo en equipo.
Finalmente, Piers, con una sonrisa sarcástica, cierra la bienvenida con su estilo jocoso.
—Disfruten de la belleza de este lugar y de la compañía de sus compañeros —dice con un guiño—. Sabemos que están aquí porque tienen el potencial para ser grandes detectives. Como diría mi estimado Samuel, un buen detective debe estar preparado para todo… menos para el movimiento del barco, claro, —con una carcajada franca se aparta algunos pasos de Samuel, quien muestra una sonrisa tensa y agotada.
No era secreto para nadie que el viaje en crucero le había obligado a ausentarse algunos días, se rumoreaba que a causa de mareos recurrentes.
—Como decíamos, —retoma Crystal, carraspeando con fuerza, mientras Seoyeon niega suavemente con la cabeza a su lado.— Acompáñennos. Todavía es temprano y no podemos desperdiciar tiempo.
Sin más les dio la espalda, esperando ser acompañada por todes, y desplazándose hacia un camino surcado por vegetación y palmeras altas. Desafortunadamente para algunos, todo aparentaba que no podían bajar la guardia todavía... Pero estaban en todo un paraíso en tierra, ¿qué tan fuertes podían ser las evaluaciones en un lugar así?
OOC.
¡Bienvenides sean a Cayo Castaway!
Antes de la última parada del crucero, fueron invitades a subirse a un barco más pequeño, y que también podría aumentar un poco el mareo de les aspirantes y profesores, para comenzar su camino al nuevo punto de la misión.
En la isla, se alojarán en el prestigioso Cayo Castaway Resort, que se divide en dos grandes áreas gemelas: la este y la oeste. Mientras que los chicos se alojarán en el este, las chicas utilizarán el área oeste. ¿Por qué esta separación? Nuevamente nos enfrentaremos a la guerra de géneros.
Los profesores quieren su revancha, están molestos después de los últimos resultados en Finlandia. Por lo tanto, también por fines tácticos, no se pueden sorprender hombres en el área de las mujeres ni viceversa, sólo podrán encontrarse en espacios comunes, que precisaremos en las locaciones para rolear.
Además, no sólo deberán hacerse cargo de armar una estrategia de ataque, también deberán aprender a subsistir, incluso en medio del lujo. ¡Estas no son vacaciones! Actualmente, el resort está completamente vacío, por temporada los trabajadores se encuentran de vacaciones. Así que deberán hacerse cargo de la limpieza y la cocina como equipo, ¡esperamos que sepan repartirse estas tareas! Habilitaremos dos grupos de Discord, uno para chicos y otro para chicas, donde podrán organizarse para enfrentar la dinámica.
La misión esta vez constará de dos partes: una de lógica/estratégica y otra física. Durante los siguientes días, daremos una narración del campo de batalla, 10 personas por equipo deberán responder un formulario referente a la información que les entregaremos. El promedio que obtengan, constará del 50% de la nota final.
Por otra parte, la dinámica física será a través de dados por Discord, donde 10 aspirantes deberán usar sus habilidades motrices para enfrentarse en una guerra de pintura (Paintball). El puntaje que obtengan corresponderá al 50% restante del puntaje total.
Por esta vez, y debido a su desempeño, absolutamente todes tienen las mismas comodidades respecto a sus habitaciones. Una habitación amplia individual con vista a la piscina del Resort.
Podrán ambientar sus interacciones en alguna de las siguientes localidades.
Piscina: Pueden relajarse en una de las reposeras del Resort, también compartir algún trago del bar libre habilitado (¡qué no te descubran los profesores pasade de copas!). Podrán nadar, descansar, compartir alguna comida en una zona común lejos del bullicio que son las habitaciones. Cuidado con el sol, dicen que está pegando más fuerte que nunca últimamente, ¡a echarse protector antes de sumergirse en el hermoso paisaje! Es bueno, en ocasiones, mezclar un poco de trabajo con placer.
Laguna artificial: Durante la mañana, la tarde o la noche, dicen que las caminatas por la laguna artificial son simplemente maravillosas. Se escuchan los pájaros nativos cantar a todo pulmón, el sonido del viento contra las palmeras y el correr del agua entre las rocas y las dos cascadas artificiales que armaron a los costados. La naturaleza también puede ser imitada, esta laguna logró hacerlo a la perfección.
Playa: ¡No hay nada como la arena y las cálidas aguas! ¿No es así? Tendrán a su disposición algunos artículos con los que podrán disfrutar de su estadía, una heladería de la que pueden sacar lo que se les plazca, ¡no olviden dejar nuevamente todo en su lugar! Si prefieren relajarse con una vista maravillosa, hay reposeras repartidas por todos lados, pero no olviden echarse bloqueador.
Multi canchas: Hay cuatro multi canchas habilitadas para su uso, una de baloncesto, una de tenis y dos de fútbol (una abierta y otra cerrada). La cancha de fútbol abierta será utilizada para probar los instrumentos de Paintball, así pueden ir soltando la mano antes del enfrentamiento final. A su disposición tendrán todo lo que necesitan para jugar algún partido amistoso (de fútbol, tenis o baloncesto) o para practicar un poco su puntería. No olviden avisarle a los profesores cuando se acaben las bolas de pintura.
Mirador: Sólo deberán caminar algunos kilómetros para encontrarse con un mirador insertado en medio de la naturaleza. Al otro lado de la isla, donde quizás les toque enfrentarse entre equipos, podrán ver cómo las olas rompen contra algún roquerío o el mar avanza sobre la arena a sus pies. Pueden bajar a tocarla, mirarla desde lo alto o continuar su paseo.
Zona de deportes acuáticos: A un lado del mirador, se encuentra la zona de deportes acuáticos, donde podrán sacar motos acuáticas para disfrutar de un paseo por el mar. Pueden rodear la isla si lo quieren, hasta llegar a la zona de residencia, no olviden regresarla al día siguiente a su lugar. ¿Qué mejor para conocer el campo de batalla que mirándolo con tus propios ojos? Aunque sea desde fuera.
TIPO DE STARTERS: Starters abiertos. CÓDIGO DE VESTIMENTA: Ropa veraniega. DURACIÓN DE LA ACTIVIDAD: 10 días, finalización 5 de agosto.
Durante esta actividad tendrán la posibilidad de abrir dos (2) starters privados, para hacerlo deben tener al menos seis threads activos. Además, podrán rolear dos (2) flashback de quererlo.
¡Les invitamos a compartir Las vestimentas de sus personajes y todas las ediciones que deseen! Además, recuerden mantener sus asks con los anónimos desactivados, para evitar situaciones desagradables.
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HELENA ALMEIDA & REBECCA SOLNIT
Tratamos el deseo como si fuera un problema que hay que resolver; nos centramos en aquello que deseamos y ponemos la atención en lo deseado y en cómo conseguirlo en lugar de en la naturaleza y la sensación del deseo, pero a menudo es la distancia que existe entre nosotros y el objeto de deseo lo que llena el espacio entre ambos con el azul del anhelo. A veces me pregunto si, con un ligero ajuste de la perspectiva, podríamos valorar el deseo como una sensación en sí misma, ya que es tan inherente a la condición humana como lo es el azul a la distancia si podemos contemplar la distancia sin querer recortarla, abrazar el anhelo igual que abrazamos la belleza de ese azul que no se puede poseer. Y es que, como sucede con el azul de la distancia, la consecución y la llegada solo trasladan ese anhelo, no lo satisfacen, igual que cuando llegas a las montañas a las que te dirigías estas han dejado de ser azules y el azul ha pasado a teñir las que se encuentran detrás. Aquí se encuadra el misterio de por qué las tragedias son más hermosas que las comedias y por qué algunas canciones e historias tristes nos provocan un inmenso placer. Siempre hay algo que está lejos.
_ Una guía sobre el arte de perderse, Rebecca Solnit. Capitán Swing. Traducción de Clara Ministral.
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