Tumgik
#bienes muebles
bookstorecl · 10 months
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gauchopower · 1 year
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cada dia mas firme en mi teoría d q el metatron fue el q expulsó a crowley del cielo
#lo decía como si fuese q descubrí lo mas complicado#pero SI. encima aaaaaaa COSAS MUY PUNTUALES FUERON BORRADAS DE LA MEMORIA DE CROWLEY DE SU TIEMPO COMO ÁNGEL#Y ESTOY SEGURO DE QUE EN ESTA TEMPORADA ESTO FUE DEMOSTRADO APROPOSITO#como la principal trama es la perdida de memoria (que esta trama se sienta al lado de la del amor) no fue casualidad esto por dios#nos mostraron que crowley recuerda haber ido a una batalla#recuerda haber creado la nebulosa desde siempre como nos mostraron desde un principio#nos mostraron que aún sabe perfectamente bien cómo funciona el cielo#pudo deducir el cargo de muriel en el en un instante#PERO NO RECUERDA con quienes fue a la batalla#tampoco recordaba a saraqael QUE FUE UNO D LOS ANGELES QUE LO AYUDÓ A CONSTRUIR LA NEBULOSA#a lo que voy es que recuerda hechos pero no angeles. no personas#a aziraphale tampoco lo recordaba en el eden#estoy seguro de que el metatron esta involucrado en eso. estoy seguro de que él y tal vez michael eligieron qué borrar y que no.#tipo no tan específico sino que eligieron que crowley no recuerde rostros#y nos mostraron que crowley en algun momento quiso recordar pero le dolía por eso comprendió a gabriel por eso entiende tan bien el concept#de la casa vacía de la que le habló#“estas tratando de ver dónde solían estar los muebles”#y obviamente debido a que no recuerda rostros no puede recordar que el metatron fue el que lo expulsó del cielo#chau#me cansaron#me quiero tirar de un puente#p#talking to myself#gos2#gos3 speculations#gos3#encima FURFUR lo reconocía a crowley también chau es cosa segura que al único que hicieron que olvidara todos los rostros fue a crowley
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possession-swapbody · 7 months
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Ser de la familia de un amigo
Estaba caminando en compañía de mi amigo Axel, cuando vimos un caja tirada en medio de la calle, nos acercamos para ver y no tenía direcciones, ni tampoco nombres que indicaran algún dueño o destinatario por lo que decidimos quedárnoslo, al llegar a casa de Alex lo abrimos y solo venía un extraño tipo de control, con una roca blanca dentro de el pero que se dejaba ver, venía con un manual y una carta que decía:
Bienvenido al mundo de las vidas de otros, si quizás se pregunte a que se refiere, bueno antes de eso déjeme explicarle algo aun más importante, lo que usted tiene en este momento es algo que debe guardar en secreto, ya que cualquier dato público ocasionaría un caos, ahora bien, usted a sido bendecido con una de las únicas 5 rocas de almas del mundo, para poder usarla con mayor comodidad se hizo el control remoto que canaliza la energía para más precisión, con este control puede escoger entre cambiar de cuerpo con alguien, poseerlo o controlarlo, solo presione el botón y agarre el mando con su mano de manera que apunte al cuerpo objetivo, recuerde que cualquier daño que ocasione estará comprometiendo a alguien más, si usted no quiere arriesgarse a ocupar la vida de alguien o no le interesa favor de meter el control con esta nota e instrucciones en la caja en que encontró, sellar lo mejor que pueda y dejar en un punto poco frecuentado.
Alex se río, dijo que que esa era una de las bromas anónimas más patéticas del mundo, yo pensaba lo mismo pero en un momento el tomo el control y presiono controlar mientras se apuntaba a sí mismo, una especie de estela de luz salio del mando y lo dejo paralizado, el estaba quieto como un robot, entonces creyendo que seguía bromeando le dije que se desnudarte pata mi, sorprendentemente lo hizo, eso me hizo creer que quizá el mando decía la verdad, lo tome y vi un botón que decía revertir debajo de cada función, entonces pensé en presionarlo pero la curiosidad me ganó, le dije que fuera al baño de la habitación y se masturbara pero que antes de que terminará abriera la puerta, y hasta lo hizo en el momento que la puerta se habría presione poseer y mi visión se volvió oscura por un segundo solo para ser recibido por mi cuerpo viéndome de frente congelado y una gran presión que pronto termino en mi en el cuerpo de Alex corriendo me por todo su baño, no lo podía creer, el control si funcionaba y ahora estaba en el cuerpo de Alex sintiendo la paja más sensible de mi vida, tras terminar me hacer que al control y presione revertir posesión, regrese a mi cuerpo y vi a Alex volver al estado en el que sigue las órdenes de todo lo que le diga, así que le dije que se vistiera y limpiara el desastre.
Ya había terminado de limpiar cuándo la puerta de la casa se habría era Jhon el padre de Alex quien llego y aun tenia a Alex bajo control, pero justo antes de que el papa de Alex abriera la puerta le ordene actuar como si nada pasará.
Jhon: hey chicos como están?
Alex: bien papá
Jhon: oye Sam crees que puedas ayudarme a mi y a Alex a mover un mueble del garaje, normalmente se lo pediría a Leo pero de mis 2 hijos pareciera que solo Alex vive aquí.
Samuel: claro, no hay problema.
Cuando salí del cuarto junto con Alex ayudamos a su padre pero en eso el vio el control y preguntó sobre qué era, le dije que era un juguete mio de pequeño que me encontré y que lo traje nada más para enseñárselo a Alex. Cuando se dio la vuelta presione en controlar y el se quedó quieto, le ordene no moverse y que olvidara el control, luego presione revertir control y aparentemente funcionó ya que no me pregunto nada más.
Tras mover el mueble le dije a Alex que supiéramos a su cuarto, al llegar le ordene olvidar todo lo relacionado a el desanudándose y a mi usando el control, entonces presione revertir control, el despertó y solo recordó como luego de quedar bajo control su padre llegó y nos pidió mover un mueble, así que mi secreto quedó a salvo.
Alex quería ver si el control funcionaba con las otras funciones así que le propuse que cambiáramos, el se emociono, así que tomó el control y presiono cambiar, duramos toda la tarde en el cuerpo del otro, se hacia tarde así que le dije que volviéramos a la normalidad pero el quería estar en mi cuerpo un poco más, le dije que estaba bien y acordamos cambiar por la mañana, ya sabía para que quería mi cuerpo, lo vi mirando mi entrepierna varias veces así que asumí que quería masturbarse en mi, al inicio la idea me había enojar pero pensaba en que yo hice algo similar así que pensé que sería saldar cuentas.
Luego de que Alex se fuera a mi casa yo me quedé en su cuarto pensé en que podría hacer cuando me llego un mensaje del hermano de Alex, decía que no llegaría a casa porque lo invitaron a una fiesta, que le avisara a "papá".
Cuando baje para decirle que Leo no llegaría pareció molestarle un poco pero no dijo nada, el estaba preparándose para ducharse lo que me llamó un poco la atención, una idea cruzo mi mente pero me cuestionaba si estaría bien, así que al llegar al cuarto de Alex tome valor nuevamente y tome el controlador, y presione poseer mientras apuntaba al cuerpo del papá de Alex, el todavía no se metía a bañar, así que primero estuve un rato observando y explorando su cuerpo.
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Era extrañamente fascinante, nunca pensé que ser un señor divorciado de 42 años fuera tan exigente, no pude resistirme y jugué con su polla que era más grande que la mía y la de Alex, no era de extrañar que se sintiera tan bien, no había terminado cuando entré a la ducha y prendí el agua mientras seguía mi acto, el agua caliente tocando mi piel hizo que se sintiera mejor aun y termine por correrme, aproveche el lugar para que la misma agua limpiara las evidencias de lo que acababa de hacer, al salir me vestí, y tome el control presione la opción de controlar apuntando al cuerpo vacío de Alex y le ordene actuar como si fuera Alex y fuera a dormir, yo por otro lado fui a comer algo y después vi una película, aparentemente el cuerpo del padre de Alex cedió al cansancio ya que me despertó el sonido de la puerta principal abriéndose, era Leo, quien entró me saludo, aparentemente no había dormido ya que se veía muy cansado, al darme cuenta que Alex regresaría a cambiar a la normalidad me di prisa y revertir todo, dejé al papá de Alex acostado en su cama, y presionando controlar le ordene que olvidara lo que se que vio anoche y cambiará esos recuerdos por el bañándose, cenando y quedándose dormido viendo una película, si es lo que pasó pero sin que recuerde la parte de cuando se masturbo o todo lo que hice en el y no puedo contar.
Cuando Alex llegó, le dije que si estaba listo para regresar a su cuerpo, el dijo que no, aparentemente le gustó mi cuerpo y quería estar en el un poco más, me propuso quedarnos así un día más, sabiendo que insistiría hasta que aceptara no me negué, pero le dije que quería probar otro cuerpo, así que cuando su padre se fue a trabajar me asome al cuarto de Leo quien estaba profundamente dormido, me acerque y presione poseer, perdí la conciencia y tuve lo que pareció ser un sueño, al despertar eran las 2 de la tarde, me levante y me miré en el espejo, no estaba el control ni mi cuerpo por ninguna parte de la casa, vi a Alex quien estaba viendo una película, lo salude y no parecía consiente del cambio, entonces regrese al cuarto de Leo y vi una nota
Hey Sam, mira cuando poseíste a Leo te quedaste dormido, creo que fue porque su cuerpo estaba muy cansado, trate de despertarte pero estabas muy cansado, puse mi cuerpo en piloto automático con el control, pero tu puedes darle ordenes le deje la indicación que te haga caso a todo y que no mencione nada a papá, perdón por lo que te voy a decir, pero, pensé que lo mejor sería quedarnos así una semana, y se que quizá te enojes conmigo, ayer tu primo invito a tu familia a su cumpleaños y como son vacaciones acordaron que sería un viaje a la playa para festejar, regresamos en una semana, por cierto el control lo escondí, esta ni en tu casa no me podía arriesgar a que papá lo encontrara en la mía, en fin disfruta tu semana como Leo y por favor perdóname, te prometo que regresaremos a la normalidad cuando regrese.
Cuando termine de leer la nota, al inicio me enoje pero después comencé a ver el lado positivo, el padre de Alex trabaja de lunes a sábado y ya que el no está solo tengo que ordenarle a su cuerpo que se "quedé inactivo" y técnicamente tendría la casa para mi solo, ese pensamiento estaba haciendo que me pusiera duro así que me quite los pantalones y me vi en el espejo para después pensar en lo divertida y placentera que será esta semana.
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deepinsideyourbeing · 3 months
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qué respondería Enzo cuando la novia le pregunta "¿me seguirías amando si fuera un insecto?", en volá siento que podría darte una respuesta bien argumentada like the smart boy he is mientras la novia trata de discutir
Fluff ♡
-Enzo...
La única respuesta que obtenés es un sonido grave por parte de tu novio, que intenta prestarte atención aunque está profundamente sumergido en el libro que sostiene entre ambas manos. Frunce el ceño cuando algo entre las páginas lo confunde o sorprende y de tanto en tanto cierra el libro para permitirse asimilar lo que leyó.
-Enzo- insistís-. Enzo.
-¿Qué?
-¿Vos me seguirías amando si fuera un insecto?
-Depende...- contesta sin dudarlo, todavía concentrado en las palabras frente a sus ojos y ajeno a tu indignación. Cuando no contestás inmediatamente su curioso cerebro lo obliga a preguntar:- ¿Qué clase de insecto serías?
-Dejá.
-¿Eh?- cierra el libro para mirarte-. ¿Qué? ¿Qué dije?
Abandonás la cama sin contestar y te encaminás hacia la cocina todavía sin mediar palabra, tus pasos molestos resonando por todo el corredor y pronto acompañados por el sonido de sus pisadas apresuradas persiguiéndote.
Ignorás su presencia hasta que intentás tomar una taza que no lográs alcanzar y él intercede, tomándola y forzándote a mirarlo a los ojos cuando te la entrega. En su rostro hay una sonrisa que él pretende contagiarte pero no lo logra, porque es obvio cuánto lo divierten la situación y la expresión molesta en tu rostro.
-¿Te enojaste por eso?- asentís-. ¿Por qué?
-¿Cómo que por qué?- repetís-. Dijiste que depende.
-Y sí... ¿Vos me querrías si fuera una cucaracha?
Hacés una mueca de desagrado.
-¿Ves? No sé si podría quererte si sos una cucaracha, pero si sos una mariposa o...
-Sos re superficial, ¿sabés?- lo empujás para poner distancia entre ambos-. Solamente me querrías por mi apariencia, tarado.
-No.
-Sí, seguro que si fuera una lombriz tampoco me cuidarías.
-¿Cómo que no?- te abraza por la espalda, acorralándote contra el mueble e ignorando la furia con que preparás el té para ambos-. Hasta te pondría un moñito para distinguirte de otras lombrices.
-Sos un boludo.
Besa tu mejilla y deshace el abrazo.
-Vos lo que me estás preguntando es si yo seguiría estando a tu lado con vos en un estado tan vulnerable, ¿no? Querés saber si estando así toda chiquitita e indefensa te protegería de otros.
-Ponele.
-¿Y qué creés?
-Que no.
Suelta una carcajada de incredulidad.
-Yo siempre te cuido, no seas así- se inclina para encontrar tus ojos y suspira cuando volteás para no verlo-. ¿Me perdonás, mi amor?
-No sabés ni por qué me pedís perdón.
-Por ser mal novio- su voz es seria aunque es más que consciente de que pensás lo opuesto a sus palabras-. ¿Cómo te puedo compensar?
-No sé si podés.
-¿Con un beso?- negás-. ¿Un abrazo...? ¿Los dos?
No espera por tu respuesta y otra vez te rodea con sus brazos, aprisionando tu espalda contra su pecho. Ignorás sus besos en tu cabello, en tu cuello y en tu mejilla, pero la sonrisa que tira de tus labios te delata y cuando ríe el sonido endulza tus oídos.
El silencio es interrumpido por el silbido de la tetera, que te saca del trance producido por los labios de Enzo sobre tu piel. Antes de oírte, él ya sabe lo que ocurre en tu mente.
-¿Qué clase de mariposa creés que sería?
-La más linda- contesta rápidamente-. Y la más insoportable.
-¡Enzo!
taglist: @madame-fear @creative-heart @chiquititamia @delusionalgirlplace @llorented @lastflowrr @recaltiente ♡
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angel-amable · 1 year
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Como no es muy hábil montando cosas, mi gayvecino Ismidón me ha pedido un poco de ayuda para montar el mueble Ikea™ que le acababan de entregar.
[Ismidón] - Cuando acabemos, te invito a ir a tu sauna de referencia. He leído por ahí que se celebra el evento de "Los 5 minutos Oscuros" en el que apagan la luz de una quinta parte del espacio del recinto, para felicidad de los gay. ¿Has ido alguna vez? ¿Qué tal?
[Àngel] - Estuve ayer. De hecho, se alargó un minuto, el evento podría haberse llamado perfectamente 'Los 6 minutos Oscuros'. Muy bien. Imagina la cantidad de cosas que podemos hacer los gay en seis minutos de reloj. Una catarata de diversión que parece que no se vaya a acabar nunca.
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nebulamorada · 6 months
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modern! aemond targaryen x autistic! reader
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• Al comienzo de la relación, solía tomar de mala manera muchas de tus preguntas o comentarios, sin agradarle la forma o el "tono" en que las hacías, ahora conociéndote un poco mejor, cada que lo siente indaga un poco más antes de responder.
• En el caso de que necesites ser contenida, estará más que feliz de abrazarte en la forma en la que prefieras, apretandote con fuerza contra él mientras te calmas.
• Siempre tiene consigo un pequeño kit de costura que guarda en su auto, su bolso o algún bolsillo por si acaso se te olvida quitarle la etiqueta a alguna prenda o tienes alguna costura o etiqueta que no notaste que era molesta hasta que te la pusiste.
• Tiene para ti cualquier bebida, golosina o comida que te agrade. Incluso si tienes momentos en los que solo quieres comer una sola cosa, él la conseguirá para ti.
• En el caso de que pases tiempo en su casa, siempre tendrá para ti platos, vasos y cubiertos que puedas usar sin molestia (grandes, pequeños, pesados o ligeros) así como luces que no lastimen tus ojos o telas en los muebles que no te hagan querer arrancarte la piel con un pelador de papas. (ese capaz fue muy específico)
• Por desgracia, comparte cierta parte del grupo de amigos que tiene con Aegon, por lo que en las reuniones que tienen, si asistes tu, él tendrá pequeños juguetes que puedas tener en la mano, tapones para oídos si no quieres llevar tus auriculares o arreglará la juntada en un lugar donde puedas recurrir a un espacio alejado más calmado y sin tanta gente.
• Con él no hay ningún: "es que me da vergüenza..." ES UNA HERRAMIENTA QUE TE AYUDA A DESENVOLVERTE MEJOR EN EL DÍA A DÍA, MANDARÁ AL CARAJO A QUIÉN TE DIGA ALGO.
• Nunca fue mucho de las mascotas más allá de una vieja gata llamada Vhagar que tuvo de niño, pero si tienes algún animal de apoyo estará bien con recibirlo.
• No te lleva a muchas de sus reuniones familiares; Aegon no es muy comprensivo sobre tu sensibilidad auditiva y su madre, al igual que hace con Helaena, tiende a infantilizarte o hablarte lento como si tuvieras algún retraso. Aemond siempre trata de corregir ciertas cosas, brindando la información a la que pudo acceder, pero hasta que eso cambie no te expondrá a eso si no lo deseas.
• "Perdón, sé que vimos está película muchas veces, pero es que..." está bien, él está entretenido viéndote a ti repetir los diálogos y escuchar esa risa bonita en respuesta al mismo chiste que escuchó docenas de veces.
• "Sabías que..." no, él no sabía, dile más. Ama sobre todo cuando le das datos que aprendiste de un tema que a él le gusta para contárselo después.
• Explica lo que necesitas saber sobre ciertas normas sociales no escritas que no puedes entender, aunque siempre termina siendo él quien se replantea esas cosas porque la forma en la que tu explicas tu razonamiento es más lógico que lo suyo.
• Tiene mucho dinero propio y aún más si suma lo que sus padres depositan en una cuenta de banco separada para él, por lo que cualquier cosa del tema que te interese él la comprara para ti; ya sean peluches, ropa, maquillaje, pósters, figuras de acción, stickers, lo que sea.
• En el caso de que hayas tenido alguna mala relación antes, está decidido a expresar abiertamente cuánto ama la forma en la que eres, ya sea guardando en una cajita de madera bien decorada cualquier piedrita, hojita, hilito o botón que le hayas dado o agradeciendo tus actos de servicio.
• Si pasas por momentos de mutismo selectivo, él se ofrecería a hacerte tarjetas.
• Siempre va a intentar que seas más abierta sobre la forma en la que disfrutas que te quieran, ¿qué tipo de toques te agradan más? ¿suaves, bruscos? ¿hay alguna zona que no pueda acariciar? ¿cabello, manos, mejillas? dile, él quiere aprender.
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analisword · 7 months
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high infidelity (Enzo Vogrincic x Fem! Reader)
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Capítulo 1: https://www.tumblr.com/analisword/742694471701037056/high-infidelity-enzo-vogrinc-x-fem-reader?source=share
Capítulo 2: https://www.tumblr.com/analisword/742809931904925697/high-infidelity-enzo-vogrincic-x-fem-reader?source=share
Capítulo 3: https://www.tumblr.com/analisword/742966287515402240/high-infidelity-enzo-vogrincic-x-fem-reader?source=share
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Capítulo 4:
Alana no sabía qué esperar del departamento de Enzo, cuando ingresó se encontró con un pequeño lugar completamente limpio, con cuadros de pintura al óleo, muebles bastante originales, una estantería repleta de libros, lámparas que emitían luz cálida y un delicioso olor a lavanda. 
—Wow—exclamó Alana entrando al lugar—. Para llevar un par de meses viviendo acá, definitivamente luce como un hogar—exclamó inspeccionando el departamento mientras se quitaba la chaqueta de Enzo de los hombros y se la entregaba. 
—Sí—tomó la chaqueta—. Cuando pasas tanto tiempo fuera de casa, querés que cualquier parte del mundo se convierta en tu hogar—dijo, Alana sonrió al escucharlo y no pudo evitar pensar que su departamento con Sebastián no se sentía como un hogar en lo absoluto. 
Su hogar estaba a miles de kilómetros de ahí, en su habitación con su viejo escritorio y notas olvidadas,  no el estudio de Sebastián con olor a cigarro y repleto de manuscritos. 
¿Era por la pelea, o hace mucho Sebastián había dejado de sentirse como su hogar?
—Ehh, ¿te gusta el té?—preguntó Enzo al notar que ella había bajado la mirada con tono pensativo. 
—Sí, té suena bien—respondió ella, Enzo dobló la chaqueta y la dejó en el sillón. 
—Sentite en casa en lo que lo preparo—dijo, Alana asintió y caminó tímidamente hacia el mismo sillón en el que él había dejado la chaqueta, visualizó un poco más el lugar, se preguntaba si Enzo guardaba su Oscar ahí o lo tenía en Uruguay, algo le dijo que la segunda opción era la correcta. 
Alana sacó su celular, ya eran pasadas las 11 de la noche y tenía un montón de llamadas perdidas de Sebastián, ella había dejado su celular en silencio una vez que Enzo la encontró en el parque, pero durante todo el camino al edificio lo sintió vibrando en su bolsillo.
‘’Estoy bien’’ tecleó rápidamente en un mensaje y se lo envió, no tenía intención de conversar con él, tampoco quería regresar al departamento pronto, pero tampoco quería que Sebastián fuera a la estación de policías a buscarla, Alana nunca salía sola, mucho menos en Sevilla. 
Inmediatamente Sebastián recibió el mensaje volvió a llamarla, ella apagó el celular y miró a Enzo salir de la cocina con una bandeja con al menos 5 tazas. 
—¿Esperamos a alguien más?—preguntó ella riendo girando su cabeza a los lados, como buscando gente. 
—No sabía cuál té es tu favorito—respondió él con obviedad dejando la bandeja de plata delicadamente sobre la mesa. 
—Pudiste preguntar.
—Bueno, demasiado tarde, ya preparé unos 2 litros de té aquí. 
—Más vale que los terminemos entonces—dijo ella agarrando la primera taza que vio, la acercó a su cara en donde el olor a menta invadió sus fosas nasales, lo sopló y le dio un leve trago. 
—¿Rico?—preguntó él tomando otra taza.
—Mucho—respondió Alana, en realidad no tenía nada de espectacular, sabía a cualquier otro té de supermercado, pero absolutamente no se lo diría cuando el chico había sido tan amable de recogerla en medio de la nada y traerla hasta acá—. ¿Cómo estuvo la filmación?—preguntó ella volviendo a dejar la taza sobre la mesa y agarrando otra, Enzo rió al observarla,  pero ella procedió a beber el otro té, el cual ahora tenía sabor a manzanilla. 
—Agotadora—resopló—. No puedo decir mucho al respecto—dijo con tono burlón. 
—Sí—Alana rodó los ojos—. Porque tengo un micrófono metido en el culo y le spoilearé a todo el mundo la película—dijo ella, Enzo comenzó a ahogarse con el té. 
—Sos otro caso—dijo él negando con la cabeza. 
—¿Lo dices por lo del parque o por lo del micro?
—Ambas, duh—dijo. 
Alana sonrió y bajó la mirada a su taza, había olvidado lo agradable que era no estar dentro de sus propias cuatro paredes y poder interactuar con alguien más que no fuera Sebastián o su agente. 
—Para ser honesto, no creí que fueses a mandarme mensaje, cuanto menos llamarme—informó Enzo procediendo a tomar otra taza. 
—Sí, yo tampoco—admitió, Enzo  levantó ambas cejas al escuchar la confesión—. Nunca he sido muy buena conociendo a gente famosa. 
—Vos también sos famosa, ¿sabes?—dijo él riendo. 
—Es diferente—replicó. 
—¿Cómo es diferente?
—Ganaste un Oscar—le recordó, Enzo levantó los hombros y protuyó el labio inferior, como si le hubiera dicho que había ganado un cupón para helados gratis. 
—De seguro también habrás ganado un premio por arco de sangre. 
—De hecho sí—dijo—. El de mi editorial. 
—¿Qué te dije? Sos igual de famosa. 
—Bueno, era la única escritora en la editorial, no había a quién más dárselo—dijo ella con tono de obviedad, Enzo soltó una carcajada. 
—¿Por qué harían una entrega de premios si sólo eras vos?
—No sé, pregúntaselo a mi jefe. 
—¿Sigues siendo la única fichada en la editorial?—preguntó él acercándose más, se encontraba en el sillón de al lado, ni muy lejos ni muy cerca, simplemente en el lugar adecuado y cómodo. 
—No—suspiró—. Mi novio…Sebastián también está fichado como escritor—dijo bajando la voz, Enzo la miró detalladamente, era un chico inteligente y no era ciencia espacial darse cuenta que claramente el cambio de ánimo de Alana era producto de su novio. 
—¿Fue él la razón por la que te dormiste en el parque? Si se puede saber, claro. 
—Sí—admitió y le dio un sorbo al té de manzanilla—. Tuvimos una pelea muy fuerte hoy, nunca habíamos peleado de esa manera y prácticamente huí del lugar, no sabía a dónde ir ni a quién llamar. 
—Gracias por tener la confianza de llamarme a mí—dijo él mirándola fijamente, Alana sonrió, entendiendo rápidamente que había tomado la decisión correcta de hacerlo. 
—Corrí a la primera persona latina que vi—citó ella, Enzo le había dicho algo similar la primera vez que se vieron. 
—Ahora me entendés—dijo él. 
—Yo leí tu reseña—soltó después de varios segundos de silencio—. Conecté mucho con lo que escribiste…de alguna manera me hiciste sentir escuchada, tal vez por eso sentí la confianza de llamarte. 
—Dios, ahora me siento avergonzado de que hayas leído algo así—dijo él llevando la cara a las manos. 
—¡Fuiste tú él que mencionó lo de la reseña!—rió—. Pero en serio, muchas gracias, aprecio muchísimo lo que escribiste. 
—Te admiro mucho—dijo—. Desde el primer libro lo hago, Alana. 
—Yo también te admiro mucho, Enzo—respondió ella. 
—¿Querés hablar de lo que pasó con…?
—Sebastián—terminó la pregunta, Enzo asintió—. Bueno, justamente inició contigo—dijo rascándose el cuero cabelludo. 
—¿Leyó la reseña, no es así? Sabía que escribir lo de que habías besado mi alma había sido demasiado, pero en mi defensa, no tenía idea de cómo lucías cuando leí el segundo libro, miré la contraportada hasta que compré el tercero—dijo rápidamente—. Claro que creo que sos una mujer muy bella, pero lo que pienso de ti como escritora no tiene nada que ver con tu cara. 
—No fue por lo de la reseña—dijo Alana con las mejillas calientes por lo que Enzo acababa de decirle—. De hecho él ni siquiera sabía que habías hecho tal cosa, fue por lo de la entrevista que di. 
—¿La de zoom?—preguntó él, Alana asintió. 
—No le agradó las cosas que dije sobre ti—mencionó, Enzo abrió y cerró la boca bruscamente, claramente sin saber qué decir—. Pero esa no es la raíz del problema, supongo que sólo fue la gota que derramó el vaso. 
—¿Entonces cuál fue la raíz?
—Dice que se siente invisible a mi lado, nos conocimos porque él fue mi editor, creo que esto ya te lo había mencionado. 
—Sí, sólo editó el primer tomo. 
—Sí, bueno de ahí en adelante él dejó de leer la saga y se dedicó a editar para otros escritores, por eso nos mudamos acá.
—Y actualmente está escribiendo su primer libro—continuó él, Alana podría sorprenderse de que el chico recordara los detalles de su primera conversación, pero no lo hizo, Enzo lucía como la clase de persona que aprendía todo sobre ti, sus pupilas registraban cada movimiento como la mejor cámara fotográfica, cuando Enzo ponía atención sobre ti, no había nada que lo sacara del transe. 
Alana asintió. 
—Él dejó de editar para mí precisamente porque iniciamos nuestra relación y no quería mezclar el trabajo con la relación, sin embargo, desde que comenzó su libro lo he estado ayudando constantemente, no tanto como su editora, porque el manuscrito ni siquiera está completo, simplemente porque…
—Porque sos su novia, son la clase de cosas que las parejas hacen, apoyarse el uno al otro, cuanto más cuando es algo de lo que sabes. Sin embargo, él dejó de leer tu saga apenas dejó de ser tu editor—dijo Enzo atando todos los cabos sueltos.
—Y entiendo en parte las cosas que dijo, pero…fue tan cruel, yo no pedí fama, yo sólo quería que alguien me leyera, pero no voy a sentarme a fingir que no estoy agradecida por las cosas que he logrado, me quemé las pestañas para estar acá, yo escribí los otros libros y…
—Alana, escribiste la saga completa—dijo él aumentando un poco más la voz—. No sé muy bien cómo funciona el mundo de la escritura, pero por algo los autores están en la portada de los libros, por algo sos conocida como  Alana Lomelí, no sé qué tanto haya participado, pero vos creaste ese mundo en tu mente, y lamento que pienses que el crédito no es tuyo. 
—Y ahora él piensa que hablé de ti sólo porque quiero más fama justo ahora que él está escribiendo su libro—dijo, incluso en voz alta sonaba más absurdo, Enzo la miró incrédulo. 
—Eh, a ver, yo fui el que se acercó a ti, yo fui el que te pedí tu número, yo te di el mío y más importante, he sido fan tuyo desde hace años, sos mi escritora favorita—dijo él enumerando con sus largos dedos. 
—¡Y tú eres mi actor favorito! ¡Y él lo sabe! Por supuesto que te quisiera a ti en una película de mi libro, pero todo es una estupidez, ni siquiera habrá una película sobre mi libro. 
—Y que sepas que ahora con más razón si alguna vez llega a haberla, haré lo posible por tener ese papel—sonó casi como una amenaza. 
—Enzo, yo jamás quisiera aprovecharme de tu fama, también por eso al final no quise ir al café, no quiero generar más rumores y meterte en problemas. 
—Alana, hace mucho dejó de interesarme lo que la gente dice sobre mí, Dios, no sabés lo que le llovió a mi ex cuando todo este asunto de la fama llegó. 
—Que sepas que la voy a poner a ella como la protagonista si hacen la película—bromeó. 
—Sos despiadada—dijo él—. Pero ella aceptaría, también le gusta mucho lo que escribes, de hecho ella me recomendó el primer libro apenas salió—informó, Alana sintió calidez en su pecho, a veces olvidaba que la gente que la leía eran personas reales, personas que incluso ella ya admiraba. 
—Jamás se me pasó por la mente que alguna vez me leerías—dijo ella negando con la cabeza, Enzo podría repetirlo cientos de veces, podría recitarle  la saga entera de memoria y ella seguiría sin creerlo. 
—Se te ilumina la cara cada que hablas sobre tus libros o escribir—mencionó, Alana apretó los labios—. Extrañas escribir, querés hacerlo—dijo él admitiendo en voz alta lo que Alana no había hecho. 
—Sí, sí lo extraño. 
—¿Por qué no lo haces, entonces? Sé que estás de vacaciones, ¿pero cómo funciona eso cuando sos escritor? ¿Simplemente te prohibes hacer lo que más te gusta? ¿No seguís tus ideas?
—Simplemente no tengo un contrato en este momento que me digan cuándo debo de realizar un nuevo libro, técnicamente podría seguir escribiendo, pero no me veo forzada a terminarlo o publicarlo hasta que yo quiera, cuando firmé contrato con mi editorial durante el primer libro de arco de sangre, básicamente me dieron máximo un año para cada uno de los próximos libros—Enzo resopló sorprendido al escucharla, ni ella sabía cómo había logrado terminar la saga entera en 4 años, menos en realidad, quitando el tiempo de edición—. Pero…leer lo que  hace Sebastián ha sido tan agotador y no lleva ni la mitad del libro, además es un género muy distinto al mío, es simplemente demasiado. 
—¿No podes simplemente decirle que ya no queres hacerlo más? Digo, él te lo dijo en el primer libro, básicamente estás haciendo lo mismo por él pero sin sueldo.
Alana rió tristemente, Enzo tenía razón, aún tenía dinero suficiente porque sus libros se seguían vendiendo, pero ciertamente si fuera una editora oficial o si estuviera escribiendo algo, sus ingresos serían mayores. 
—Es mi novio—fue lo único que se le ocurrió decir, Enzo apretó los labios. 
—¿Vale la pena sacrificar lo que más amas?
—No—dijo seriamente, los ideales de Alana le dictaban que jamás sacrificaría su mayor pasión por un hombre, sin embargo, eso era precisamente lo que estaba haciendo—. ¿Y si estoy estancada? ¿Y si no vuelvo a escribir algo bueno?
—No lo sabrás hasta que no lo intentes—dijo él—. Además, es obvio que será bueno, sos brillante, Alana, la gente no te lee por qué editorial estás o qué editor o por Sebastián o cómo luces, lo hacen porque les gusta lo que haces, casi tanto como a ti o incluso más. 
Alana tuvo que parpadear varias veces para evitar soltar lágrimas, no se atrevería a llorar frente a Enzo, pero era imposible no sentirse tan conmovida por esas palabras de afirmación justo cuando ella estaba en plena crisis existencial. 
—No me siento cómoda escribiendo en mi departamento—admitió. 
—No te sentís cómoda porque sabes que eso haría sentir inseguro a Sebastián—recalcó Enzo—. Porque sabes que será mejor. 
Alana se mordió el interior de su mejilla, Enzo decía la verdad que ella no se atrevía a gesticular o incluso pensar. 
—Alana, no podés dejar que te siga robando tu brillo. 
—Él creyó en mí cuando nadie lo hizo. 
—¿Pero lo sigue haciendo ahora?—preguntó, enseguida las imágenes de Sebastián gritándole tantas cosas hirientes regresaron a su mente. 
—Escucha, no me voy a sentar acá a decirte cómo sentirte o que rompas con él, vale, es verdad que te leo desde hace años, pero conociéndote en persona apenas llevo dos semanas,  y sé que él te conoce de mucho. Si algo sé de ti es que sos una mujer inteligente, tenés una mente brillante y estoy seguro que si decidiste seguirlo hasta acá fue por algo, pero no me parece justo que él te quite lo que más adoras por tener miedo de eso, las relaciones no se tratan de eso, al contrario, debería sentirse feliz por ti, uno debe buscar a alguien que lo sobrepase como persona, ¿si no cuál es el punto de estar con una persona que no te hará crecer?
—Quiero escribir—fue lo único que dijo. 
—Pues hacélo—la animó—. Te presto mi depa. 
—¿Qué?
—Apenas y paso tiempo acá, imagino que ocupas un lugar tranquilo y no podés simplemente ir a la cafetería más concurrida de España a escribir el próximo best seller—guiñó el ojo, Alana sorbió por la nariz y su rostro rompió en una sonrisa—. No estoy aquí todo el día porque me la vivo filmando, tengo un escritorio en mi habitación pero puedo moverlo a donde más te plazca. 
—No quiero causarte molestías. 
—¿Vos estás jodiéndome? Sería un privilegio para mí. 
—De acuerdo, lo haré—dijo ella feliz. 
—Con una condición—dijo él levantando un dedo. 
—Sí, claro—accedió rápidamente. 
Enzo desapareció de la sala y segundos más tarde regresó del pasillo que parecía dar a su habitación con los cuatro tomos de arco de sangre en sus manos. 
—Tenés que firmarme esto. Con dedicatoria y toda la cosa. 
Alana tomó el marcador que Enzo le pasó, nunca se había sentido tan entusiasmada por dar un autógrafo. 
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bitacoradeunadialover · 6 months
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The bride who survived || Laito Sakamaki
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Era la primera vez que se sentía cazado. Realmente perseguido. Ahora caminaba apresurado por una calle vacía en medio de la madrugada, paranoico e inquieto. No dejaba de mirar hacia los lados, hacia arriba, entre las copas de los árboles.
Ella debía estar muerta. Y de alguna manera se las había arreglado para regresar a arruinarle la vida.
Todo inicio en el momento en que los familiares de Laito comenzaron a aparecer degollados y con el pecho abierto. Uno por uno, aquellos familiares fueron asesinados por alguien astuto y escurridizo. Pensó en crear más familiares pese a lo complicado que era, pero incluso éstos aparecían muertos pocos días después. Tal fue la magnitud del asunto que el vampiro terminó quedándose sin familiares.
Se quejó con sus hermanos y éstos le dijeron que probablemente había hecho enfadar a alguna mujer del Makai y que ahora ella se estaba desquitando con él. Pero luego comenzó a verla en todas partes… aquella novia que había sido tan insignificante para él, ahora aparecía a donde fuera que estuviera: siempre en el rabillo del ojo, siempre quieta y mirándolo sin vida alguna.
Apenas podía sentir su presencia.
Ella era claramente un vampiro mestizo y débil, pero mierda, era increíblemente astuta. Se escondía entre las sombras, aparecía atrás de él en cada reflejo, en cada esquina o escondida detrás de muebles y árboles.
Fue molesto. El vampiro incluso llegó a intentar atacarla, pero ella parecía tener la habilidad de un jodido fantasma, y desaparecía tan repentinamente como había aparecido.
Y luego, les siguieron las muertes.
Mujer en la que Laito ponía los ojos, mujer que moría. El tipo ni siquiera podía hacer nada, era como si ya no pudiese mirar a nadie porque resultaba de por sí una sentencia de muerte. Las chicas con las que Laito coqueteaba en la academia tenían accidentes misteriosos: caían por las escaleras y se rompían el cuello, aparecían en los baños con heridas en las muñecas como si fuera un suicidio, se caían de la terraza de la escuela…
Y él no podía hacer nada. Porque aquella zorra era una maldita genia. No cometía sus crímenes cuando Laito se los esperaba, los cometía cuando estaba con la guardia baja.
Por eso dejó de coquetear con estudiantes y buscó alivio en mujeres desconocidas de bares y clubes. Y funcionó un tiempo hasta que el patrón volvió a repetirse: sus intereses de una noche aparecían muertas en los baños como si hubieran sido atacadas, o simplemente desaparecían.
Y cuando ella cometía esos crímenes, hacía acto de presencia ente los ojos asustados de Laito, agazapada entre la gente que ni siquiera podía verla… solamente él sabía lo que ella hacía y el por qué lo hacía.
Y supo muy bien que no se detendría hasta hacerlo perder la cabeza, tal como Sakamaki Laito lo había hecho con ella.
Lo haría sentir inquieto. Lo haría sentir asustado. Perseguido y, finalmente, cazado.
No, por supuesto que ella no pararía. Porque había aprendido del mejor cómo torturar a alguien psicológicamente hasta el punto del quiebre. Y él sería su primera y única víctima.
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flan-tasma · 1 year
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HOLA, amo como escribes las escenas nsfw, así que podría pedir un escenario con Wriothesley en donde somos una prosti pero el nos enseña un sexo lleno de amor y cosas fluffly pq se enamoro en vez del sexo sucio y feo¿
JSBDKD NO SE SI SE ENTIENDA, PERO GRACIAS DE ANTEMANO 🫶🫶
💖~ aydios amix, ME ENCANTÓ ESTA IDEA DKGDKHD literal podrían ser el típico "Yo te saco de trabajar, mi reina, ntp" KDHKDH gracias por tus palabras~ me hace feliz que te gusten mis escritos! ✨
Me pasé de verg* y esto terminó siendo muy largo, no sé si le debería hacer parte dos pero realmente quiero hacer algo más bonito con esta idea~ Escuché "All you wanna do" del musical Six mientras escribía esto, me gustó en lo personal
Warning: smut, angst, prostitution, Fem!Reader | Google Translate sponsors me (it's a lie) If I made any mistakes in the english translation, I would be happy to read your comments! | Content in spanish and english
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Spanish:
La vida es difícil, está llena de baches y no fluye como el agua de una fuente. Esas eran las palabras que tus padres te repetían todos los días como si fuera un mantra divino. La vida se trataba de trabajar para no morir, hacer lo que fuera necesario para comer un trozo de pan, para asegurar que la niña que criaban no moriría de hambre ni de frío. Trabajaban día y noche, remendaban la ropa y las mantas, los zapatos y los muebles viejos, todo debía cumplir una labor incluso si ya no servía, el reloj era un muerto viviente que tu padre siempre trataba de reparar con algunas herramientas oxidadas y la luz de una vela que casi no tenía cera, pero siempre sonaba a sus horas.
La vida era difícil, se trataba de trabajar para conseguir gas y poder hervir agua para hacer sopa, se trataba de bañarse en agua helada en la mañana y trabajar todo el día para caer rendido en un triste colchón en el piso. Eso aprendiste de tus padres desde joven y entendiste, aquella noche fría en que un mazo oxidado abrió el cráneo de tu padre por la frustración, que sus palabras eran muy sabias. Entendiste, el día en que tu madre falleció por enfermedad y sin disponibilidad de medicamentos, que la vida era tan fría como el agua con el que te lavaste la cara en la mañana, tan dura como el piso en el que dormiste por varias noches, entendiste que tenías que salir de ahí de alguna manera.
Aprendiste muchas cosas en tu vida, que si lavas tu cara antes de salir a vender periódicos tendrías unas monedas de más, que si preferías usar una blusa sin mangas tendrías más atención y eso te podría ayudar a comer más que una hogaza de pan duro. Entendiste que siendo atractiva te podrías salvar cuando un hombre te llevó para trabajar en algo más "adecuado".
Pura mierda. Un edificio con luces extravagantes y cortinas traslúcidas, una prisión lujosa donde has sido reclusa desde la adolescencia. No podías quejarte, se supone, tenías una cama suave y comida, un techo que no permitiría que la lluvia ni el sol te enferme, tenías una habitación y un baño decente por primera vez en tu vida y la ropa que vestías, si bien era incómoda, entallada y lujosa, era ropa y se agradecía. Para alguien que no tenía nada de eso, era una bendición que pagaste con un trabajo sucio.
Bailaste, cantaste, aprendiste a conversar y a sonreír aún si estabas incómoda, aprendiste a no quitar las manos que te hacían temblar de miedo, aprendiste a no chillar de dolor ni de miedo cuando te usaban como si fueras un vulgar agujero o una muñeca bonita para mancillar.
Lloraste al final de cada encuentro, no disfrutaste ninguno, siendo todo jalones y mordidas de demonios que arrancaban tu piel, los ojos de los monstruos que dormían bajo tu cama queriendo llevarte al infierno te veían como un trozo de carne lujosa, preparados para rostizarte con especias asquerosas y comerte, y tirar tus huesos contra el plato para que alguien más limpiara el comedor donde pecaron.
Un nuevo día, una ducha con agua helada y tu cabello enmarañado en el espejo, tu cuerpo dañado ya no era lo que solía ser cuando te preparabas para vender periódicos en las oscuras calles, sino una figura más madura y cuidada, el ejercicio y la alimentación que regulaban para mantenerte como un sujeto atractivo combinaba con los moretones espantosos en tus piernas y en tu cuello. Los odiabas, y te apresurabas a cubrir tu cuerpo con una toalla para seguir llorando una mañana más.
La vida era triste, fría y solitaria. Te trataría como una pieza en un tablero, sin importancia, destinada a ser abusada y manchada por otros. Hasta que te salvaron.
Wriothesley, que sonríe cada vez que lo llamas. Wriothesley, cuyos ojos se suavizan cuando te ve. Wriothesley, que no temió en usar su fortuna para mantenerte. Wriothesley, que te salvó de esa prisión pintada de lujoso pecado, depresión y miseria.
El hombre que llegó al lugar donde trabajabas y se quedó hechizado con tu figura, que casi detuvo una misión para verte un poco más, sentir tu mirada en él mientras bailabas con un traje tan soez. Viendo a través de tus ojos seductores y tu sonrisa caprichosa lo poco que quedaba de una mujer feliz, que buscaba aferrarse a la sugestión como último aspecto verdadero de una personalidad destrozada por las luces rojas y música persuasiva.
Esa noche lo supo, debía sacarte de ese lugar cuánto antes.
El perfume femenino se sentía como humo en tus pulmones, pero era el adecuado para ti, el labial rojo en tus labios y las sombras cuidadosamente difuminadas en tus párpados para que luzcan más bellos eran como se esperaban de alguien como tu, que vestía con poca ropa y joyas asquerosas contra tu piel. Una mujer, un bello trozo de carne que alguien más engulliría hoy.
La puerta se abrió para el caballero de oscuros cabellos, el guardia lo había guiado hacia la recámara de oscuridad tenebrosa. Entró, recibió sus felicitaciones del asqueroso hombre que te miró con una sonrisa repugnante y que después cerró la puerta nuevamente, dejándote indefensa frente a un lobo hambriento. Sonreíste, volviendo a tomar un poco de la seguridad que se supone que tenías como la diva de este maldito lugar.
"Buenas noches, monsieur..." Un tono bajo, como un susurro, bonito y encantador, mezclado con la caricia que diste a tus piernas cruzadas. Sabías quién era el hombre, y precisamente por eso –y porque de lo contrario te castigarían si lo trataban mal– no te permitirse ser nada más que una encantadora bolsa para su semen. Agradecías en silencio que no fuera un viejo otra vez, estabas harta de los vejestorios orgullosos que se hacían llamar hombres entrando por las puertas.
Fue preocupante en un inicio, el caballero no te quitó la mirada de encima pero no se dedicó aa comerte con la mirada, sus ojos no reflejaban sus ganas de arrancarte la lencería de un vibrante color rojo, sino que se mostraba molesto mientras paseaba la vista por el conjunto que tenías puesto. Temblaste, no acostumbrada a cuando te volvió a mirar a los ojos y sonrió compasivo.
"El color no te queda." Habló de lo más calmado, dando algunos pasos hasta atraer la silla que estaba a un lado y dejándote lejos, respetando tu espacio personal cuando se sentó y volvió a mirarte. "Este lugar es muy... pequeño, no parece una buena habitación para ti." Sus ojos analíticos pasearon por toda la habitación, el papel de la pared y la madera del piso, sin cuadros ni carteles de nada, solo una cama, un escritorio y un baño. "¿Vives aquí o me equivoco?"
"Si estamos hoy aquí es porque ha considerado que era el mejor servicio que puede tener, monsieur Wriothesley." Si un hombre deseaba sacar a relucir todos sus fetiches, incluidos los más raros y repugnantes, tendría que usar juguetes especiales que tenían en habitaciones especiales, y claro que un servicio más completo e ilimitado requería una mayor cantidad de mora en los bolsillos del gran señor que te mantenía. Ese no era el plan de Wriothesley, no estaba buscando diversión, no completamente. Wriothesley sonrió y entendió a lo que te referías, suspiró y siguió viendo a todos lados menos a ti en silencio, uno que te estaba atormentando. "¿Se ha estado sintiendo a gusto últimamente, monsieur?"
Preguntaste de manera en la que pretendías estar tranquila, no querías obligarlo a hacer nada y era mejor si era así, pero no entendías la necesidad de pagar por estar una noche con una prostituta y perder tiempo viendo una decoración mundana. Parecía que Wriothesley estaba de acuerdo con tus pensamientos, e incluso parecía que estaba a punto de decir algo pero se quedó aliado mirándote una vez más, otra vez con molestia. "¿Te gusta mucho ese conjunto?"
Es asqueroso, repulsivo, asfixiante y desabrido, querías decirlo pero sabías que no le importaría, reír un poco te ayudaría a sacar el aire que se mantenía incómodo dentro de tus pulmones. "¿No es de su gusto?" Wriothesley sonrió mirándote a los ojos, su mirada iluminada por el sucio rojo de la habitación se notaba cálida a pesar del ardor de todos los colores chillones de la sala.
"Preferiría algo negro en ti, ¿Es de tu gusto?" Wriothesley se levantó por fin de su silla, acercándose a ti con pasos tranquilos y tomando tu mentón para inspeccionar bien tu rostro, soltando ruidos de satisfacción mientras analizaba tus labios y tus mejillas. "Si me lo permitieras podría llenar tu vida de otros colores que no sean este. Violeta, rosa, blanco o negro, si me lo pidieras todo sería tuyo." Su toque era delicado, tanto que te hipnotizó y por un momento olvidaste todo, hechizada por sus palabras. Tal vez eran mentira pero entre cada palabra que caía de su lengua s tus oídos te calentaba el corazón. "No estarías obligada a vestir de esta manera, no te pediría que hagas esto tampoco. Serías una reina a mi lado, mi reina."
"Lo que usted quiere es una esposa trofeo, monsieur." Wriothesley soltó una risa mientras te dejaba caer en la cama, una mano debajo de tu cabeza para que no te lastimarse, otra mano en el colchón para no dejar caer todo su peso sobre ti.
"No, lo que yo quiero eres tú." Te besó, pero a diferencia de besos anteriores que has experimentado no hubo lengua que incomode tu boca, no hubo dientes que choquen con tus labios, solo besos tranquilos y deliciosos, lentos y sensuales que te hacían perseguir sus labios por más. Tus manos lo sostuvieron por sus hombros para que no se aleje, queriendo sentir más del cariñoso acto que te quitaba el aliento con cada caricia en tus labios. "¿Puedo...?"
¿Qué clase de tonterías estaba diciendo este hombre? Que compra a una prostituta y le pide permiso para hacer lo que quería hacer cuando pagó. Aturdida por la frustración, solo asentiste y dejaste que te quitara la ropa, él aún tenía el ceño fruncido y era delicado en sus acciones, quitando tu blusa transparente y revelando tus senos, dándoles una caricia y un beso lento antes de quitar tus medias por el elástico, deslizándolas por tus piernas con cuidado y sosteniendo tus piernas a los lados de su cadera. Cuando quisiste moverte para tomar la botella de lubricante de la mesa al lado de la cama, la mano de Wriothesley te detuvo y besó tu mano.
"Tranquila, yo me encargo de esto." El hombre seguía vestido, lo que te mantenía indefensa ante él, sin contar que sus manos empezaron a delinear tu figura, tus brazos, tu cintura, se estaba esforzando para memorizar tu forma bajo sus manos ásperas y con cicatrices. Sus dedos tomaron tus pezones y jugaron con tus botones con sus pulgares, dando vueltas a sus circunferencias y apretando ligeramente la carne delicada, arrancándote suspiros.
"Si algo no te gusta podemos detenernos." Te miró con cariño, ahora sin molestia en tus ojos, mientras estiraba la tela de tu braga. Asentiste nuevamente, ahora con un murmullo suspirado, y pareció que el ego de Wriothesley creció en ese momento. Te quitó la molesta tela revelando tu intimidad desvergonzada, por extraño que parezca te sentiste demaciado expuesta ante él, pero todo se fue al diablo cuando una de las manos de Wriothesley pasó de tu seno a tus pliegues y pasó delicadamente por tu raja hasta tu clítoris, masajeando los botones de carne con ambas manos en dos zonas distintas que te hicieron soltar un jadeo más alto. Su boca bajó desde tu mejilla hasta tu vientre, dejando tus piernas cómodamente en sus hombros, repartiendo besos como una cascada hasta tu intimidad dónde empezó a lamer y a arremolinar su lengua en ti.
Arañaste la sábana y arrugaste los dedos de los pies, jadeaste por la humedad nueva que estabas descubriendo con su lengua y sus labios besando tu intimidad con hambre, bebiendo todo el líquido que caía por su barbilla y que te enredaba el estómago en una sensación tan exquisita que no pudiste ignorar. Gruñiste el nombre de Wriothesley, lo abrazaste con tus muslos y él fue dichoso de sentir tu miel fluir como un río por su paladar, no se molestó en mojar la sábana de bajo de ti, nada importaba ahora.
"No te puedo pedir que seas mía ahora, pero por favor dame la oportunidad." Amó cada parte de ti, como respirabas con dificultad, tus piernas temblando y deseando más, adoró cuando lo miraste a través de tus pestañas húmedas por tus lágrimas y sonreíste. Ibas a caer, si tenía que ser una ilusión rezabas que fuera eterna, que nunca te rompa el corazón con una verdad amarga si todos los días tendrías algo como esto. Tal vez es amor, pensaste, así se debe sentir estar enamorado, una inmensa felicidad y tranquilidad.
Había pedido permiso y se lo concediste, lo dejaste introducir su polla dura entre tus pliegues, ambos jadearon al sentirse completos, Wriothesley premió tu tranquilidad con más besos dulces y se tomó su tiempo para hacerte el amor entre suspiros y anhelos.
Mientras sus bolas casi entraban profundamente en ti a un ritmo lento pero rudo, los gruñidos del hombre besaban la piel expuesta de tu hombro y mordía delicadamente. Trataba de no hacerte daño mientras te sostenía la cintura con delicadeza, haciendo rodar tu clítoris en sus dedos y meciéndote contra su falo. Wriothesley besó tu clavícula a través de las manchas que dejaban sus labios, chupaba tu piel salada y mojada mientras susurraba frases inentendibles por la dicha de unirse a ti.
La vida no debía ser difícil, no debe estar llena de baches, fluye como el agua de una fuente. Tus noches no deberían pasar entre lágrimas y maldiciones, no deberían tratarte como una pieza en un tablero, sin importancia, destinada a ser abusada y manchada por otros. Estabas destinada a ser amada y mimada, a los ojos de Wriothesley, estabas destinada a vivir una vida honrada y feliz, sonreír todos los días de tu vida y cada noche dejarlo hacerte el amor de manera lenta, empalarte en su polla mientras soltaba más susurros de amor y adoración a ti.
Lo raro no acabó, el cariño no acabó. Cuando ambos estaban saciados por el nuevo tipo de placer que habían encontrado en el otro, no se separaron, él no se vistió y se fue luego de recordarte que fuiste la más hermosa de todas. Wriothesley se preocupó por ti, te ayudó a limpiarte y se quedó a tu lado en la cama, el silencio fue agonizante al inicio pues no sabías qué hacer hasta que empezaste a dormir en su pecho, arrullada por el respirar del hombre y sus brazos que te mantenía caliente. Lloraste una vez más, en silencio, por la felicidad que creías que sería pasajera.
Desde esa noche, todas las mañanas te alegras de despertar perezosamente en los brazos del duque que no te quiere soltar, pasas tus días a su lado vistiendo de los colores del arcoiris pero no el color del infierno, con un anillo con una piedra oscura en tu dedo. Un establecimiento clausurado, una oportunidad junto a Wriothesley y al final tu libertad estaba frente a ti. La libertad que había buscado tu padre, la que había buscado tu madre y la que no pudo encontrar tu yo más joven, ahora resplandecía frente a ti en la figura mortal de un hombre.
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English:
Life is difficult, it is full of potholes and it does not flow like water from a fountain. Those were the words your parents repeated to you every day as if it were a divine mantra. Life was about working to not die, doing whatever it took to eat a piece of bread, to ensure that the girl they were raising would not die of hunger or cold. They worked day and night, mending clothes and blankets, shoes and old furniture, everything had to do its job even if it was no longer useful, the clock was a living dead that your father always tried to repair with some rusty tools and the light of a candle that had almost no wax, but always rang on time.
Life was difficult, it was about working to get gas and be able to boil water to make soup, it was about bathing in ice water in the morning and working all day to fall exhausted on a sad mattress on the floor. You learned that from your parents from a young age and you understood, that cold night when a rusty mallet opened your father's skull out of frustration, that his words were very wise. You understood, the day your mother died due to illness and without the availability of medicine, that life was as cold as the water with which you washed your face in the morning, as hard as the floor on which you slept for several nights, you understood that you had to get out of there somehow.
You learned many things in your life, that if you washed your face before going out to sell newspapers you would have a few extra coins, that if you preferred to wear a sleeveless blouse you would have more attention and that could help you eat more than a loaf of stale bread. You understood that by being attractive you could save yourself when a man took you to work in something more "suitable."
Pure shit. A building with extravagant lights and translucent curtains, a luxurious prison where you have been an inmate since you were a teenager. You couldn't complain, you were supposed to, you had a soft bed and food, a roof that wouldn't let the rain or sun make you sick, you had a decent room and bathroom for the first time in your life, and the clothes you wore, even though they were uncomfortable, fitted and luxurious, it was clothing and it was appreciated. For someone who didn't have any of that, it was a blessing that you paid for with a dirty job.
You danced, you sang, you learned to talk and smile even if you were uncomfortable, you learned not to remove the hands that made you tremble with fear, you learned not to scream in pain or fear when they used you as if you were a vulgar hole or a pretty doll to taint.
You cried at the end of each encounter, you did not enjoy any of them, it was all pulls and bites of demons that ripped off your skin, the eyes of the monsters that slept under your bed wanting to take you to hell saw you as a piece of luxurious meat, ready to roast you with disgusting spices and eat you, and throw your bones against the plate so that someone else could clean the dining room where they sinned.
A new day, a shower with ice water and your hair tangled in the mirror, your damaged body was no longer what it used to be when you were preparing to sell newspapers on the dark streets, but a more mature and well-kept figure, exercise and the diet they regulated to keep you attractive combined with the hideous bruises on your legs and neck. You hated them, and you rushed to cover your body with a towel to continue crying one more morning.
Life was sad, cold and lonely. Life would treat you like a piece on a board, unimportant, destined to be abused and stained by others. Until he saved you.
Wriothesley, who smiles every time you call him. Wriothesley, whose eyes soften when he sees you. Wriothesley, who was not afraid to use his fortune to support you. Wriothesley, who saved you from that painted prison of luxurious sin, depression and misery.
The man who came to the place where you worked and was enchanted by your figure, who almost stopped a mission to see you a little more, to feel your gaze on him while you danced in such a vulgar outfit. Seeing through your seductive eyes and your capricious smile what little was left of a happy woman, who sought to cling to suggestion as the last true aspect of a personality destroyed by red lights and persuasive music.
That night he knew, he had to get you out of that place as soon as possible.
The feminine perfume felt like smoke in your lungs, but it was the right one for you, the red lipstick on your lips and the shadows carefully blended on your eyelids to make them look more beautiful were as expected from someone like you, who dressed scantily. Disgusting clothes and jewelry against your skin. A woman, a beautiful piece of meat that someone else would gobble up today.
The door opened for the dark-haired gentleman, the guard had guided him into the chamber of gloomy darkness. He walked in, received his congratulations from the disgusting man who looked at you with a disgusting smile and then closed the disgusting door again, leaving you defenseless against a hungry wolf. You smiled, regaining some of the confidence you were supposed to have as the diva of this damn place.
"Good night, monsieur..." A low tone, like a whisper, pretty and charming, mixed with the caress you gave to your crossed legs. You knew who the man is, and precisely for that reason –and because otherwise you would be punished if you treated him badly– you were not allowed to be anything more than a charming bag for his semen. You were silently grateful that he wasn't an old man again, you were sick of proud geezers who called themselves men walking through the doors.
It was worrying at first, the gentleman did not take his eyes off you but he did not dedicate himself to staring at you, his eyes did not reflect his desire to tear off your vibrant red lingerie, but rather he seemed annoyed as he looked around. for the outfit you were wearing. You shivered, not used to when he looked back into your eyes and smiled sympathetically.
"The color doesn't suit you." He spoke as calmly as possible, taking a few steps until he attracted the chair that was on one side and leaving you far away, respecting your personal space when he sat down and looked at you again. "This place is very... small, it doesn't seem like a good room for you." His analytical eyes roamed the entire room, the wallpaper and the wood of the floor, no pictures or posters of anything, just a bed, a desk and a bathroom. "Do you live here or am I wrong?"
"If we are here today it is because you considered it to be the best service you could have, Monsieur Wriothesley." If a man wanted to bring out all his fetishes, including the strangest and most disgusting ones, he would have to use special toys that were kept in special rooms, and of course a more complete and unlimited service required a greater amount of mora in the pockets of the great lord that kept you. That wasn't Wriothesley's plan, he wasn't looking for fun, not entirely. Wriothesley smiled and understood what you meant, he sighed and continued looking everywhere except at you in silence, one that was tormenting you. "Has he been feeling at ease lately, monsieur?"
You asked in a way that meant you were calm, you didn't want to force him to do anything and it was better if that was the case, but you didn't understand the need to pay to spend a night with a prostitute and waste time looking at mundane decorations. It seemed like Wriothesley agreed with your thoughts, and it even seemed like he was about to say something but he just stood there looking at you once again, again with annoyance. "Do you really like that outfit?"
It's disgusting, repulsive, suffocating and tasteless, you wanted to say it but you knew he wouldn't care, laughing a little would help you get out the air that remained uncomfortable inside your lungs. "Isn't that to your taste?" Wriothesley smiled looking into your eyes, his gaze illuminated by the dirty red of the room felt warm despite the heat of all the bright colors in the room.
"I would prefer something black on you, is that to your taste?" Wriothesley finally got up from his chair, approaching you with calm steps and taking your chin to inspect your face well, letting out satisfied noises as he analyzed your lips and cheeks. "If you allowed me, I could fill your life with colors other than this one. Violet, pink, white or black, if you asked me, everything would be yours." His touch was delicate, so much so that he hypnotized you and for a moment you forgot everything, enchanted by his words. Maybe they were a lie but between every word that fell from his tongue your ears warmed your heart. "You wouldn't be forced to dress this way, I wouldn't ask you to do this either. You would be a queen by my side, my queen."
"What you want is a trophy wife, monsieur." Wriothesley let out a laugh as he dropped you onto the bed, one hand under your head so you wouldn't hurt yourself, another hand on the mattress so he wouldn't let his full weight fall on top of you.
"No, what I want is you." He kissed you, but unlike previous kisses you've experienced there was no tongue to bother your mouth, no teeth to collide with your lips, just calm and delicious kisses, slow and sensual that made you chase his lips for more. Your hands held him by his shoulders to keep him from moving away, wanting to feel more of the affectionate act that took your breath away with each caress on your lips. "Can I...?"
What kind of nonsense was this man talking? That he buys a prostitute and asks her permission to do what he wanted to do when he paid. Dazed with frustration, you just nodded and let him remove your clothes, he was still frowning and delicate in his actions, removing your sheer blouse and revealing your breasts, giving them a caress and a slow kiss before removing your stockings by the elastic, sliding them down your legs carefully and holding your legs to the sides of his hips. When you wanted to move to grab the bottle of lube from the table next to the bed, Wriothesley's hand stopped you and kissed your hand.
"Don't worry, I'll take care of this." The man was still dressed, which kept you defenseless before him, not to mention that his hands began to outline your figure, your arms, your waist, he was trying hard to memorize your shape under his rough and scarred hands. His fingers cupped your nipples and played with your buttons with his thumbs, circling their girths and lightly squeezing the delicate flesh, drawing sighs from you.
"If you don't like something we can stop." He looked at you lovingly, now with no discomfort in your eyes, as he stretched the fabric of your panties. You nodded again, now with a sighed murmur, and it seemed like Wriothesley's ego grew in that moment. He removed the annoying fabric revealing your shameless intimacy, strangely enough you felt too exposed to him, but everything went to hell when one of Wriothesley's hands moved from your breast to your folds and delicately passed along your slit to your clit, massaging the flesh buttons with both hands in two different areas that made you gasp louder. His mouth went down from your cheek to your belly, leaving your legs comfortably on his shoulders, spreading kisses like a waterfall to your intimacy where he began to lick and swirl his tongue in you.
You scratched the sheet and wrinkled your toes, you gasped at the new moisture that you were discovering with his tongue and his lips kissing your intimacy hungrily, drinking all the liquid that fell down his chin and that entangled your stomach in a sensation so exquisite that you couldn't ignore. You growled Wriothesley's name, you hugged him with your thighs and he was happy to feel your honey flow like a river through his palate, he didn't bother to wet the sheet under you, nothing mattered now.
"I can't ask you to be mine now, but please give me the chance." He loved every part of you, how you were breathing hard, your legs shaking and wanting more, he loved when you looked at him through your eyelashes wet with your tears and smiled. You were going to fall, if it had to be an illusion you prayed that it would be eternal, that it would never break your heart with a bitter truth if every day you would have something like this. Maybe it's love, you thought, this is what being in love must feel like, immense happiness and tranquility.
He had asked for permission and you granted it, you let him insert his hard cock between your folds, you both gasped as you felt complete, Wriothesley rewarded your tranquility with more sweet kisses and took his time making love to you between sighs and longings.
As his balls nearly entered you deep at a slow but rough pace, the man's grunts kissed the exposed skin of your shoulder and bit gently. He tried not to hurt you as he gently held your waist, rolling your clit on his fingers and rocking you against his phallus. Wriothesley kissed your collarbone through the stains left by his lips, he sucked on your salty and wet skin while he whispered incomprehensible phrases for the joy of joining you.
Life should not be difficult, it should not be full of potholes, it flows like water from a fountain. Your nights should not be spent in tears and curses, you should not be treated like a piece on a board, unimportant, destined to be abused and stained by others. You were destined to be loved and pampered, in Wriothesley's eyes, you were destined to live an honest and happy life, smile every day of your life and every night let him make love to you slowly, impale you on his cock while he let out more whispers of love and adoration of you.
The strangeness didn't end, the affection didn't end. When you were both satiated by the new kind of pleasure you had found in each other, you didn't separate, he didn't get dressed and left after reminding you that you were the most beautiful of all girls in that night. Wriothesley worried about you, he helped you clean yourself and stayed next to you in bed, the silence was agonizing at first because you didn't know what to do until you began to sleep on his chest, lulled by the man's breathing and his arms that held you. kept you warm. You cried once again, silently, for the happiness that you thought would be temporary.
Since that night, every morning you are happy to wake up lazily in the arms of the duke who does not want to let you go, you spend your days at his side wearing the colors of the rainbow but not the color of hell, with a ring with a dark stone in your finger. A closed establishment, an opportunity with Wriothesley and in the end your freedom was in front of you. The freedom that your father had sought, that your mother had sought, and that your younger self could not find, now shone before you in the mortal form of a man.
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saboramieel · 4 months
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siempre deseaba que le fuese bien, se notaba que el mal clima le había afectado, el cambiarse de ciudad, en las tardes tomaba mi diario en el balcón, me sentaba en la sillita de mimbre y le abría en las tardes un poco de protagonismo, lo mismo de siempre, preguntas, vagancia, escenarios «que hubiese pasado sí» etcétera, no era un veneno, era un recuerdo viejo del baúl con polvo guardado en el fondo de la casa, no era una herida sangrante ni abierta, era el mueble olvidado en la mudanza, perdido, devuelto a una familia equivocada, no me pertenecía, nunca lo ha hecho pero creo que lo más difícil hasta ahora ha sido que mis manos y mi rostro siempre te agradecerán porque jamás fueron elegidas hasta que apareciste y me viste cómo si fuese el último tesoro más tiempo de lo que creí. volverte a ver fue algo predecible, ya había soñado contigo, entonces deducí que estabas cerca, que volvería a dilucidar tu imagen. es triste cómo el tiempo deteriora el cariño, las marcas se vuelven nada y todo lo que alguna vez fue se queda en la parte del fondo, lejos, porque no importa
es tranquilizante volver a encontrarse con el quiebre, cicatrices de una guerra antigua, agradezco porque sin eso no hubiese tenido la valentía de haber crecido, gracias por haberme vuelto una persona más segura, que sabe lo que merece y antes tenía tanto que decirte, pero todo se esfumó, ahora te vuelves polvo para mí, cenizas y nieve
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rinconliterario · 7 months
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Como Casandra yo escuché tu paso en las baldosas de la galería. Como ella, adivinaba yo en los días y en la voz recurrente del ocaso lo que ocultabas y conozco tanto. Ciega, sola, atenta penetré en tu velado reino y consagré bajo sus plantas, al rencor, mi espanto. Transformabas el mundo en un desierto. Como a Casandra no quisiste oírme. Pensando junto al río sólo en irme, en la noche incesante busqué el puerto. Al ver los astros, con aristas, rojos, sabía que el infierno era mirarte y volver a tu lado y no olvidarte. ¡Ah, por qué no quemé más bien mis ojos! ¡Vanas son las mentiras y las guerras! Nuestros ojos traicionan nuestra cara; la vuelven transparente, fría y clara como el agua en la orilla de las tierras. No me perdonarás de haber llorado: no me lo perdonabas, yo tampoco. Tus noches y tus días los evoco. ¡Por qué con tanto amor me has engañado! Símbolos tiene la desesperanza, propiedades antiguas y suntuosas, A veces tiene cosas muy preciosas. Como la muerte, siempre nos alcanza. Con el rostro de piedra, de la ira, por tu amor me acerqué a sus pabellones. Ah, fue triste en los pérfidos frontones de sus oscuras torres tu mentira. Vi que en su primavera con glicinas, la languidez secreta de las ramas, las canciones del mirlo, las retamas, la vegetal constancia que germina, urden una ávida y común tortura a ejemplo de esos ramos en la muerte que simbolizan con un lujo inerte la soledad, el polvo, la locura. Vi al pie de las columnas los despojos de las fiestas en sueño, de la aurora; te seguí paso a paso, hora por hora, más que tu sombra guiada por tus ojos. Oscuros en tu cuarto me rodeaban los muebles habituales: los abismos labraban en desorden cataclismos mientras las furias su clamor callaban. En los iridiscentes labios rojos de alguna flor resplandecía el alma del céfiro purísimo en su calma: mas yo estaba cegada por tus ojos. La llanura, la nieve o la montaña me recibía reconciliadora: y persistía entre árboles sonora la dicha exigua que la duda empaña. Vi caras, muchas caras previsibles; todos mis diálogos fueron falaces; escuché de las voces los compases sin oír las palabras más sensibles; proyecté formas de mi destrucción. En las ciudades, en la calle sucia, en los sórdidos parques, sin astucia llegué al infierno con obstinación. Como alas nacen del cansancio arrojos busqué por todas partes el horror, el desencanto pacificador como los santos porque vi tus ojos. Y conseguí morir perfectamente sin ningún esplendor como soñaba sola en el iris gris que me aterraba viendo tus ojos incesantemente.
Silvina Ocampo.
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revistapipazo · 2 months
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Historias de Playa
La historia que procederé a relatar a continuación es brutal y horrible. El protagonista sufrió como un porcino siendo faenado y nunca pudo recuperarse psíquica, emocional, física ni socialmente de la desgracia que le ocurrió.
A fines del año pasado este muchacho, que llamaremos Joselito protegiendo así su identidad, se enamoró perdidamente de una minurri llamada Carla, que era una compañera de universidad. Nada nuevo por cierto, siendo ésta una situación que le ocurre a la mayoría de los weones veinteañeros promedio de este país, sin embargo desde un principio este loco amor no se presentó como normal, ya que este weon estaba tan enamorado, que la miraba y se ponía más tieso que weón con fibrosis quística. De hecho pasó de ser un vagoneta de primera a ir a meterse a todas las clases para intentar jotear a la susodicha. Si hasta tuvo que ponerse a estudiar.
No era pa culparlo tanto tampoco, ya que la loca era bastante encachada, hay que decirlo. Para su felicidad, su arduo trabajo rindió frutos y al poco tiempo ya estaban en una relación en la que todo era teleseriesco: felicidad, mariposas en la guata, ositos de peluche y todas esas basuras romanticonas a las que hay que apelar pa que las minas lo terminen prestando. Sin ir más lejos, Joselito frecuentemente nos comentaba acerca de la acabada y extensa técnica de la lolita en las artes amatorias. En resumen, era una delicia, nada más que pudiera pedir.
Llegó el verano correspondiente, y Joselito invitó a su bienamada novia a la playa junto a sus demás amigos, por allá por febrero, cuando la cosa se pone más romanticona. Partieron así a un balneario del litoral central cuyo nombre no viene al caso, más enamorados que osos panda en época de apareamiento. De la mano pa todos lados el par de tortolitos.
Ni bien llegada la primera noche, deciden todos celebrar el inicio de las vacaciones mandándose un carrete de proporciones titánicas, por lo que fueron a adquirir los insumos etílicos necesarios a algún expendio de alcohol playero. Luego de sortear con relativo éxito los terribles palos a los que los querían someter los careros dueños de las botillerías locales.
Luego de hacerse de los mejores licores en relación precio/precio volvieron a su bunker para empezar a ponerle como correspondía. Los brindis y los saluds no se dejaron esperar. Por el verano, por las vacaciones, por la wea, en fin… motivos para celebrar no faltaban ni ánimo tampoco, por lo que al rato ya estaban todos más o menos maquillados, mas la mina del Joselito ya estaba con los ojos bien achinados, con una notoria tendencia a oscilar en torno a su centro de gravedad, y con los labios ya medios expandidos (los de arriba).
Nadie estaba como para andarla juzgando por ello, pero igual no pasó piola que estaba terriblemente de curada cuando empezó a hablar weas en una lengua que parecía sánscrito antiguo lo que nos produjo unas carcajadas incontenibles. Lo que no le dio tanta risa a Joselito fue que la mina en su borrachera, se empezó a mear en la misma silla en la que estaba sentada. Nadie cachó, pero ya cerca del final de la jornada, cuando estaban todos más doblaos que billete de 20 lucas, la loca se sacó la cresta: rompió una silla, se fue de espaldas con sillón y todo y buitreó hasta las cortinas (apenas se salvaron los muebles de cocina).
Al otro día tuvo que ponerse suspensores pa aguantar la cara de vergüenza, sin embargo todos se lo tomaron con humor. Joselito, en su faceta más tierna y amorosa, le dijo que no se preocupara, que esas cosas pasaban y que en realidad habían ido a la playa a wear así que no era tan grave.
Pasaron la caña durante la tarde, y en la noche decidieron ir a la playa a ver se armaba algún vacilón en torno a alguna fotatita. Como andaban medios damnificados sólo se compraron unas Pilsen.
Llegados a las orillas del mar, armaron una fogata y empezaron a compartir. Al rato, Joselito cachó que su pierna ya se había bajado 3 pilsens completitas ya. Sorprendido, se pregunta “¿que weá esta culiá?”. Va donde su chica y le pregunta si está bien o algo, y la mina se emputece y le ladra:
al mismo tiempo que le lanza un denso flato en todo el rostro, y se para y se saca la cresta. Casi se va de hocico a la fogata la peuca jugosa. La ayudaron a ponerse de pie, pero la mina al incorporarse se fue del lugar a dar jugo a otra parte.
No la pescaron, pero al rato decidieron que era mejor irla a buscar, así que recorriendo otros grupitos dentro de la playa, cacharon que se escuchaban risitas por todos lados y dedujeron que la mina al parecer se iba paseando y estaba con la idea de quedarse con el mejor postor, mas Joselito no estaba pa weas de ese tipo.
Al llegar a un grupito, encuentran a la Carlita abrazada de dos weones enteros reggaetoneros, picaos a Wisin y Yandel subalimentados, vestidos con lo más selecto de la alta costura de la ropa americana de Estación Central, con unos bling bling que parecían sacados de la hojalatería y que se cachaba como a 10 km que habían aplicado deserción escolar en prekinder.
Joselito asume su rol de pololo y le dice que se pare y se vaya con él a la casa, ante lo cual se para uno de los roticuacos y le dice,
A Joselito se le envalentonaron todas las hormonas, le hirvió la sangre. No podía ser pisoteado de esa forma así que quiso ser aún mas xorizo que su contendor, a lo que le respondió,
Como buenos caballeros, estos dos muchachos se dieron la mano y la discusión quedó zanjada. No, mentira. En realidad se agarraron a cornetes ipso-facto. Salieron las manoplas y unas cadenas por ahí. Quedó la tole-tole como diría Sapito Livingstone. Patadas, combos, gargajos, y un cuantioso etcétera describe lo que ocurrió en esa reyerta. Uno de los muchachos de Joselito recibió un soplamoco en pleno rostro y resultó con la ceja depilada. Joselito no se quedó atrás y le voló un choclero de un puro ganador en l’ocico a uno de los hampones.
Al final llegaron los verdes y como Joselito y sus amigos tenían menos cara de flaites, solo los redujeron, pero los otros tuzones se botaron a xoros con los pacos así que les pegaron una repasá más o menos. Los giles culiaos golpearon con sus cabezas y estómagos con una tenacidad y una fuerza encomiables las lumas y los bototos de los representantes de la ley. Igual nomas todos se fueron preciosos y pasaron la noche en el calabozo, y Joselito sin noticias de su novia.
Llegado el amanecer, fueron puestos en libertad, quedando exonerados de toda deuda con la sociedad. Joselito se vio sobrepasado por la situación, y con el sol asomándose por la Cordillera de la Costa, se arrodilló en la calle y con una desesperación que podría haber desagarrado hasta el alma del más duro, gritó al cielo,
Fueron a la playa, pero ya no quedaba nadie más que un viejo rancio y negro recogiendo basura, y unos pendejos púberes durmiendo tiraos comiendo arena. Recorrieron un poco más y entremedio de unas dunas, Joselito divisa algo que le parece familiar. Se acerca un poco hasta poder alcanzarlo, lo toma con sus manos, y no lo puede creer. Cayó de rodillas y con lágrimas manando de sus dos ojos reflejó toda la pena y la angustia que apresaban su corazón. Sus emociones se descontrolaron y su dolor estalló en un sobrecogedor clamor hacia el firmamento al observar frente a sí, tirados en la arena, los calzones de su amada.
Volvieron a la casa y Joselito tomó hasta quedar inconsciente y poder así conciliar un poco el sueño.
Al final Carlita se dignó a aparecer en la casa como a las 7 pm, caminando a lo cowboy y con más sed que la chucha y por supuesto más chascona que la mierda. Joselito recobró algo su dignidad tapizándola a chuchadas como ni el más deslenguado hincha de fútbol en el estadio lo había hecho jamás. Le tiró su calzón en la cara y le dijo que se virara para no verla nunca más.
Esa misma tarde Carlita se volvió a Santiago con la cola entre las piernas, mientras el bueno de Joselito se quedó solo en la playa, mirando las puestas de sol sin compañía y a merced de quienes seguían carreteando allá, quienes lo sometían a burlas y ofensas acerca de su situación, gritándole weas como “cacha, ahí esta el aweonao que cooperó”. Sus risas eran como puntudos estoques que perforaban su en un ya deplorable estado corazón.
Pero como Joselito es weon, no paraba de repetir que aún la seguía amando, aún cuando se lo cagaron de forma artera, con premeditación, alevosía, en despoblado y la conchetumare… Los cielos se nublarán de vacas voladoras, los ríos podrán invertir el curso de sus aguas, la arena de las playas podrá convertirse en oro… pero los aweonaos no se acabarán jamás…
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delreyshit · 29 days
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¿Quién sufre más?
Nota: No sabía si debía poner advertencias, pero, esto es solo algo tierno(supongo) con una leve mención de agujas, además de que es un extracto corto. ¡Espero que lo disfrutes!
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-Tienes que tratar bien a mi novia, porque si no…- -Creo que ya capto el mensaje, Simon.-lo interrumpí.
El día de hoy había decidido ir a visitar a Gabriel, un viejo amigo que trabaja en una tienda de piercings. Hace bastante tiempo soñaba con hacerme el “Nostril”, así que aproveché que Simon había vuelto de una misión para que me acompañase. Desde que pisamos el local, presentí que Simon desconfió casi de inmediato de Gabriel, tal vez eran sus celos o simplemente su instinto de querer protegerme del “desagradable” lugar. Las paredes pintadas de negro que contrastaban con la fuerte iluminación, los muebles de cuero o metal y los parlantes reproduciendo música rock no eran exactamente un lugar acogedor.
-¿Estas lista?-preguntó Gabriel mientras se ponía unos guantes de látex. -No.-respondió Simon, anticipado a mí. Apreté mis labios, aguantando las risas. Estaba nerviosa pero definitivamente no tanto como él.
-Está bien, vamos a respirar profundo…-empezó a decir Gabriel mientras posiciona la aguja.-Respiramos…- -Respira, respira, respira…-Simón murmuró detrás de mí. Un par de minutos más tarde, por fin sentí que el metal del aro atravesaba mi nariz.
-Listo, eso fue todo.-dijo Gabriel, orgulloso de su trabajo. -Dios mío.- Suspiró Simon mientras me abrazaba por el cuello, plantando besos en mi frente. -¿Dolió mucho?- -No amor.-le respondí entre sollozos y risas. Agarró mi barbilla y juntó nuestros labios en un tierno beso.
-Gracias por acompañarme.-entrelacé nuestros dedos mientras caminábamos fuera del local. -No es nada, cielo. Solo espero que no te vuelvas a hacer nada en el cuerpo, por un buen tiempo.- -No te preocupes, la próxima vez haremos algo los dos, juntitos.-mencioné con una exagerada sonrisa. -Estás loca.-me respondió, incrédulo pero divertido.
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jartita-me-teneis · 2 months
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EL PRINCIPIO DEL VACÍO (Joseph Newton)
Usted tiene el hábito de juntar objetos inútiles en este momento, creyendo que un día (no sabe cuándo) podrá precisar de ellos.
Usted tiene el hábito de juntar dinero sólo para no gastarlo, pues piensa que en el futuro podrá hacer falta.
Usted tiene hábito de guardar ropa, zapatos, muebles, utensilios domésticos y otras cosas del hogar que ya no usa hace bastante tiempo… ¿Y dentro de Ud.?
Usted tiene el hábito de guardar resentimientos, tristezas, miedos, entre otras más. No haga eso. Es anti-prosperidad.
Es preciso crear un espacio, un vacío, para que las cosas nuevas lleguen a su vida.
Es preciso eliminar lo que es inútil en usted y en su vida, para que la prosperidad venga.
Es la fuerza de ese vacío que absorberá y atraerá todo lo que usted desea.
Mientras usted está cargando cosas viejas e inútiles, material o emocionalmente, no habrá espacio abierto para nuevas oportunidades. Los bienes precisan circular.
Limpie los cajones, los armarios, el cuarto del fondo, el garaje. Dé lo que usted ya no usa.
La actitud de guardar un montón de cosas inútiles amarra su vida. No son los objetos guardados que estancan su vida, sino el significado de la actitud de guardar. Cuando se guarda, se considera la posibilidad de falta, de carencia. Es creer que mañana podrá faltar, y usted no tendrá medios de proveer sus necesidades.
Con esa postura, usted está enviando dos mensajes para su cerebro y para su vida:
#1. Usted no confía en el mañana.
#2. Usted cree que lo nuevo y lo mejor NO son para usted, ya que se alegra con guardar cosas viejas e inútiles.
Deshágase de lo que perdió el color y el brillo y deje entrar lo nuevo en su casa... y dentro de sí mismo.
Después de leer esto, ¡TAMPOCO LO GUARDE!, mándenlo a otros y que fluya la energía... Aprendamos de la naturaleza que todo lo circula!
Eso se llama tener mentalidad de abundancia.
¡HOY es un buen día para empezar a limpiar la mente, la casa, el cuerpo, el alma!
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deepinsideyourbeing · 4 months
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Holi! Todo bien?
Tengo un request para enzo si puede ser 😃 porque ya vi que escribís sobre embarazos y necesito un pibe con ese hombre, podrias hacer un drabble o one shot o LO QUE USTED QUIERA sobre enzo y su novia en el cual ella rompe bolsa? (Me imagino que esa es la una situación en toda la relación donde genuinamente lo veas nervioso y sin idea de que hacer yendo para aca y para allá con el bolso del hospital y mirandote con cara de terror cada vez que tengas una contracción)
Cuando sentiste un líquido caliente corriendo entre tus piernas pensaste que eran restos de lo que había sucedido horas atrás, restos del momento compartido con tu esposo luego de bromear sobre las últimas veces teniendo sexo antes de ser padres, pero cuando la sensación no se detuvo comprendiste que se trataba de otra cosa.
Lejos de entrar en pánico e intentando ignorar cuánto te molestaba que se arruinara tu pijama favorito, terminaste tu snack de madrugada y lavaste los utensilios con tranquilidad. Visitaste el baño y estabas batallando con un suéter cuando Enzo despertó, asustándose al encontrarte en medio de la habitación.
-¿Qué pasó? ¿Tenías frío?- preguntó mientras te ayudaba a vestirte, todavía sin comprender por qué estabas en ropa interior cuando abrió los ojos.
-Hay que ir al hospital.
-¿Por qué? ¿Te sentís mal?- y colocó sus dedos en tu muñeca para medir tu pulso.
-Va a nacer.
No recordabas haberlo visto tan pálido en… bueno, nunca, porque en todos los años que llevaban de relación jamás lo habías visto tan nervioso o asustado. Soltó tu muñeca y mientras intentaba recomponerse se llevó una mano al pecho, como si temiera que su corazón fuera a escapar o que sus pulmones colapsaran.
-¿Estás segura?
-Muy segura.
-¿Y cómo estamos? ¿Cómo estás?
Tu sonrisa fue contagiosa pero no lo suficiente para tranquilizarlo y mucho menos para evitar que comenzara a correr por toda la casa luego de ayudarte con tu pantalón y tu abrigo: tomó el bolso que prepararon para el bebé y el bolso con tus pertenencias y los dejó cerca de la entrada mientras buscaba las llaves del auto con desesperación.
-¿Me buscás el termo?- pediste cuando regresó a la habitación, peinándote sin prisas.
-¿El termo…?
No esperó tu confirmación y tampoco preguntó para qué querías un termo, desapareció de tu vista y pocos segundos más tarde un fuerte golpe y un grito te permitieron saber que había llegado a la cocina. Recordaste el pequeño desastre que manchaba las cerámicas y el no advertirle, junto con tu incapacidad de limpiarlo en el momento, te hizo sentir culpa.
Ponerte de pie no fue tan difícil como llegar a la puerta de la habitación, lugar donde una contracción te atacó y provocó que te doblaras presa del dolor. No gritaste pero tu queja fue suficiente para que  Enzo regresara corriendo y fingiendo no masajear su cadera para disipar el dolor de la caída.
-Acomodate acá, vení- te guió hacia el mueble más cercano, tu tocador, y una vez que lograste apoyarte en este comenzó a acariciar con fuerza tus costados. A través del espejo encontraste su rostro nervioso y te sorprendió que la fuerza con la que mordía su labio no lo hiciera sangrar o desmayarse.
-Respirá- le recordaste-. No pasa nada.
-Sí, tenés razón- asintió, aún conteniendo la respiración, y luego soltó una risa temblorosa-. ¿No tendría que estar tranquilizándote yo a vos…?
No fue difícil ver en sus ojos el pánico y la desolación ante un panorama desconocido, pero las palabras de calma durante el corto trayecto hasta el hospital te confirmaron nuevamente que no podías estar en mejores manos. Enzo estaba nervios, sí, pero eso no le impedía recordar que necesitabas su apoyo más que nunca.
Entre contracciones y contracciones tomó tu mano, acarició tu rostro sudoroso y continuó masajeando tu cuerpo en un intento de aliviarte. Ambos habían acordado que no recibirían acompañantes en el hospital (y tampoco los días posteriores al parto), lo cual pareció ser una buena opción una vez que la habitación en la que se encontraban comenzó a asfixiarte y aún más cuando pareció volverse increíblemente pequeña.
Cuando se aproximaban a la sala de partos Enzo encontró la fuerza suficiente para sonreírte, contenido y sereno como siempre, y besó tu frente cuando dijo:
-Vamos a tener un bebé.
La maternidad será con Enzo Vogrincic o no será...
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Sean bienvenidos japonistasarqueologicos, a una nueva entrega de arqueología nipona, en esta ocasión os enseñaré algunos objetos recuperados del yacimiento del toro, entre otros — Los bienes muebles: son todos aquellos materiales que están hechos de madera y hueso que rara vez se conservan, a no ser que se den las condiciones óptimas como es en este caso. Pondré en un orden sucesivo las fotos de los objetos de antes de ser restaurados y una vez ya restaurados, para esta labor se ha tardado 14 años desde 2018-2021.
— Espero que os haya gustado y nos vemos en próximas publicaciones, que pasen una buena semana. - ようこそ、ジャポニスタサルケオロジコスの日本考古学の新しい回へ、この機会に私はあなたに、とりわけ、雄牛のサイトから回���されたいくつかのオブジェクトを表示します。 - 可動遺物:木や骨で作られたもので、今回のように最適な条件でない限り、保存されることはほとんどない。2018年から2021年までの14年間を費やしたこの作業のために、修復される前と、すでに修復されたものの写真を順を追って並べます。
- お気に召していただけたなら幸いである。 - Welcome japonistasarqueologicos, to a new installment of Japanese archaeology, on this occasion I will show you some objects recovered from the site of the bull, among others - Movable goods: these are all those materials made of wood and bone that are rarely preserved, unless the conditions are optimal as in this case. I will put in a successive order the photos of the objects before being restored and once already restored, for this work it has taken 14 years from 2018-2021.
- I hope you liked it and see you in future publications, have a good week.
More information: https://www.shizuoka-toromuseum.jp/zhcn/
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