#azorados
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itazzard · 1 year ago
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My emotional stability depends on an angel and a demon getting back together
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caostalgia · 2 years ago
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“... Los seres que albergan una idea tan elevada de sí mismos nunca imaginan que pueden llegar a caer algún día. Cuando se produce la caída estos seres se vacían, azorados, desprevenidos; su sustancia se evapora en el estupor del fracaso. Sin medias tintas, sin matices y sin previo aviso. Así son.”
Vargas, F. (2018). Cuando sale la reclusa.
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waltfrasescazadordepalabras · 6 months ago
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Actualmente el pueblo argentino va saliendo de ese marasmo satisfecho en que se lo había hundido… Está analizando, azorado, su realidad y verifica que sus dirigentes han colocado, poco a poco, a la república en condición de una factoría. Pero ante este nuevo estado de espíritu popular, el capital extranjero no permanece inerme… Se ordena y cohesiona para seguir asegurando sus privilegios. Para ello es indispensable coartar la voluntad del pueblo, ahogar la opinión y establecer un gobierno de fuerza y selección… La selección se efectuará naturalmente entre los allegados al capital extranjero que son los poseedores del prestigio social que da el dinero…lo económico tiene hoy primacía sobre todos los órdenes. Lo extranjero en esta tierra no es el hombre. El extranjero que aquí vive y se multiplica es hermano e igual al argentino. Lo extranjero aquí es el capital esclavizador y lo que no vaya contra él, está a su favor”.
(Raúl Scalabrini Ortiz)
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ancruzans-blog · 1 year ago
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La rebelión de las masas, de José Ortega y Gasset: ¿una visión de la situación actual?
“El hombre-masa es el hombre previamente vaciado de su propia historia, al cual hay que rellenar desde fuera con una vida fabricada al uso.” Ortega y Gasset. Que la historia se repite es algo que podemos comprobar con un simple vistazo a la línea temporal de nuestro azorado paso por este planeta, y en ello tiene que ver la falta de sincronía entre los avances tecnológicos y los morales de la…
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amiguiz · 2 years ago
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Pasamos la mañana hablando sobre Desarticulaciones, de Sylvia Molloy, un texto que se quiere frágil (esas no fueron mis palabras, pero me gustaron). Mañana escribo más, tengo sueño, pero hubo una sincronía y voy a contarla.
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Actualización.
Pasamos la mañana hablando sobre Desarticulaciones, ese texto bello y estremecedor en el que Sylvia Molloy registra el deterioro cognitivo de una persona amada. (Me resultó muy revelador analizar mi propia lectura, puesto que entré al texto asumiendo que se trataba de la madre de la autora, dado que eso es lo que estoy acostumbrada a leer y a vivir: Chantal Akerman, Annie Ernaux, yo mera petatera; y, tómala, era sobre una pareja).
En el texto, lo que se desarticula es la memoria y, como consecuencia, el yo. O quizá lo que se desarticula sea la certeza ontológica, y en cambio surja la pregunta de: ¿puede existir un yo donde no hay memoria?
También el lenguaje se desarticula conforme va dejando de significar. Y se desarticula la forma, dado que el texto aparece desfragmentado, como entradas de un catálogo, como un proceso asociativo, como polaroids desparramadas, etcétera.
Terminó la discusión y al mediodía caminamos rumbo al Den, donde tomamos cerveza y comimos sándwiches. En este plural me estoy refiriendo a mi clase; no creí necesario aclararlo antes, pero ahora sí lo haré puesto que el relato está a punto de cambiar de escenario.
Cuando se me bajó la cerveza, nos despedimos. Yo me dirigí al Discovery Green y al cabo de un rato me alcanzó allí el Codelo. Compramos tés azucarados y nos sentamos frente a la explanada. Los niños aprovechaban los últimos rayos para patear balón. Hay un tipo de niño que se queda paradito, y cuando el balón llega a sus pies, lo devuelve nomás, a veces con tino, a veces con tal torpeza que es una desgracia y da risa. Hay otro tipo de niño que nunca se queda quieto. Si no tiene el balón, no deja de dar brinquitos, intercala su peso en ambos pies, ensaya patadas imaginarias. Ese tipo de niño era yo, pero con el tiempo cambié de bando. Ahora recuerdo que cuando jugaba frontenis con Darío, me desesperaba que no dejarara de moverse un segundo. ¡Si no es box!, pensaba. Y es que él estaba acostumbrado a correr veinte kilómetros diarios, su sangre venía cargada de químicos. Solo de verlo, yo pensaba: me va a ganar. Y tal cual, me ganaba.
Cuando anocheció, volvimos a la casa y Codelo calentó la cena que había comprado. Me tocaba elegir película y me decidí por Alcarràs, que nos conmovió muchísimo (ahora el plural incluye al Codelo), sobre todo por los riesgos al contar la historia: dos escenas cursis al hilo, la de la alberca y la del canto, yo no me habría atrevido. Lo que sí, spoiler, es que habríamos preferido que la película terminara con el sonido de las máquinas, y los rostros azorados de los niños y los viejos. Habríamos querido no ver la grúa. Sobraba.
Acabaron los créditos y Codelo me dijo que le había parecido muy buena película. Luego dijo algo como: Y eso que a mí a veces me cuesta trabajo entender estas disjointed stories. Eso dijo, disjointed stories. Pensé en un cuerpo al que le arrancaron brazos y piernas. ¿No es eso joint = articulación (del cuerpo)? Joint también significa negocito, changarro, como el Den, precisamente. Disjointed indica que algo estuvo armado y se desgarró. Lo cual no me había parecido Desarticulaciones en primera instancia, pero ahora sí. Primero existió. No nació desarticulado. ¿Cómo afectará esto mi escritura (desarticulada)?
En el Den, platicando sobre expresiones hermosas del inglés, Alejandro dijo que a él le gustaba "get yourself together", la idea de tener todas tus partes regadas en la mesa, desparramadas, y la petición: recógelas, gobiérnate. Yo dije que a mí me gustaba la expresión street pizza, con la que Codelo se refiere a los animales atropellados (a los que yo llamaría planchados).
(Por cierto, horas antes había me había dado cuenta de que con frecuencia cuento chistes bajo la fórmula de "alguien me dijo", como para deslindar responsabilidades o para que nadie piense que estoy, llanamente, queriendo hacer comedia... ¿O para que piensen que me junto con gente muy interesante? Aunque, ¿no sería mejor que creyeran que, de hecho, yo soy esa persona interesante?)
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viernes 22º noviembre 2024, Moscow, 9.51pm.
#86.608 — Aprendieron todos los idiomas del mundo. Para ello les visita en su chalet de la costa y allí vuelve a encontrarse con su hermano pequeño, ya un adolescente, que le comunica muy azorado que cree que es homosexual.
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sociedaddistopica · 1 month ago
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Mi Dama del perrito con dos perritos
Don’t talk to strangers
Rick Springfield
Una tarde que saqué a pasear a Chico, mi perro ovejero, fui afortunado de hallar también a mi Dama del perrito. Afortunado para mí como comprenderán, aunque desafortunada coincidencia la de aquella tarde de de otoño para otro tipo que seguro tendría su alma y corazón hipotecados hasta la médula por Estela. Sí, así se llamaba la protagonista de mi historia: Estela Estrella. Nombre rimbombante y cósmico como ella misma. Un pobre novio o esposo, pensé, que prefirió otras actividades y menesteres y descuidó por unas horas a esa… No quiero escribir “bella” mujer porque suena a cliché literario y a película romántica Hollywoodense. Y, además, porque siempre en la ficción o el cine el (o la) protagonista se enamora de la más “hermosa”, “linda”, etcétera y más sandeces por el estilo. Vaya falsedad y estupidez estereotipada e irreal.
Aquella tarde, mientras apuraba el paso detrás de Chico y eludía a otros paseantes que con sus mascotas se aglomeraban, su presencia llamó mi atención y estuve a punto de tropezar entre los arbustos y flores de uno de los jardincillos. La vi de reojo como si un relámpago hubiera estallado a poca distancia, o como la estrella fugaz que surca el firmamento y nos hace girar la vista. La seguí con la mirada y al instante me hice el desentendido, aunque por dentro una extraña fuerza me impelía a contemplarla. Regresé a mi departamento agitado y un tanto azorado por la visión. Para calmarme en el equipo puse el Smooth operator de Sade, me senté en uno de los sofás de la sala y desde allí observé los árboles del parque que se unían por un sendero serpenteante con los del malecón. Aún emocionado tomé un bolígrafo y anoté en una libretita lo primero que se me vino a la mente: “… ella está en la plenitud física y psíquica que se alcanza solo una vez en la vida ideal para el romance y el disfrute de las pasiones”. Pero luego taché la frase y cerré la libreta.
En los siguientes días su imagen se mantuvo en mi memoria, la recordaba con nitidez, tenía casi una radiografía de ella: era atractiva, enigmática y transmitía ser una apasionada mujer con un aura de pureza a pesar de su edad. Estela atravesaba la treintena y se acercaba a los cuarenta espléndida e intacta, estaba en la etapa de madurez en todo sentido. Tenía buena estatura y, a su manera, era sensual y con cierto garbo que indicaba una alcurnia y estampa perdida entre sus ancestros. Parecía contenerse de exhibir todo su esplendor, como si una vergüenza o sentido de culpa le pesara en el alma y la hacían mostrarse pudorosa. A pesar de llevar el pelo lacio y negro que cubría su pálido rostro y finas facciones, no podía ocultar su mirada taciturna y esquiva que le daban un aire de misterio y hacían pensar que no estaba satisfecha con su vida.
Hacía poco que me había instalado de ese valle de la sierra peruana, luego de haber sido designado por el Ministerio de justicia para desempeñarme como abogado de oficio en la Corte de Justicia. Además de mis bártulos indispensables como trajes, varias decenas de libros de derecho y literatura, había arribado con mi infaltable compañero: el travieso Chico. Chico entraba a la adultez y el incremento de su testosterona lo tenían en una inquietud constante. Debido a mi aversión por la muchedumbre, habíamos establecido la noche para pasear por aquel parquecillo cercano al malecón cuando los bulliciosos niños junto a sus madres y mascotas se retiraban y dejaban libre los jardines y corredores. Así, el alegre Chico podía correr sin ningún tipo de inconvenientes. Las garuas esporádicas y breves daban paso a un firmamento colmado de estrellas y la atmósfera fresca y calma era propicia para las reflexiones que me invadían con regularidad.
Pero esa tarde, extrañamente me sentía entusiasmado con la agradable puesta de sol que me animaba a mezclarme con el gentío que veía desde la ventana de mi departamento. Al verlos solazarse en una convivencia y disfrute colectivo, me sentí atraído repentinamente por ellos. A mi sensación de euforia y entusiasmo se sumaba un sentimiento de fraternidad y condescendencia. Chico al sentir que cogía su correa empezó a ladrar más fuerte que de costumbre y su inquietud y entusiasmo perrunos se incrementaron. Salí luchando por contenerlo y controlar su euforia, pero él me guio con obstinación hacia aquella alameda empedrada que cruzaba en diagonal ese parquecito.
Aquél encuentro con Mi dama del perrito, como el famoso cuento de Chéjov, que paseaba con dos perritos, cambiaría mi vida para siempre y sellaría el fatal destino de ella.
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placapetri · 8 months ago
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Para buena parte de la vanguardia arquitectónica de comienzos de los sesenta estaba claro que la propuesta del Movimiento Moderno se iba agotando en sus contradicciones. Las reflexiones del TEAM 10 y la evidencia de que el proceso de una práctica profesional ortodoxa no resolvía los problemas básicos de la población americana se unían a los ensayos que otros arquitectos del continente venían haciendo desde una marginalidad crítica a la hegemónica práctica modernista y que analizaremos en la última parte de este estudio. Mientras tanto, el fracaso de las políticas desarrollistas de la Alianza para el Progreso, las crecientes demandas sociales y las conmociones políticas fueron generando dinámicos procesos de ideologización a nivel universitario. Las problemáticas sociales que el Movimiento Moderno iba a resolver y que, sin embargo, habían quedado pendientes, adquirieron categorías de desafío. Las experiencias de las «invasiones de tierra» en Chile durante el gobierno democristiano de Eduardo Frei, que continuaron en el gobierno socialista de Allende, evidenciaban que los mecanismos tradicionales de solución a los problemas de la vivienda estaban agotados. Un presidente arquitecto, como el peruano Fernando Belaúnde Terry, que había llegado al sitial gracias a su paciente acción en las comunidades peruanas y al prestigio de su revista El arquitecto peruano, se encontraba azorado viendo que todos sus esfuerzos para hacer conjuntos habitacionales eran mucho menores que los que la propia gente realizaba, dentro de su precariedad, por autoconstrucción. La conciencia de las dos ciudades, la formal y la informal, respondía a profundas realidades segregativas en lo social, racial y económico. En las escuelas de arquitectura primaba el desconcierto y la evasión. Unos planteaban la recuperación de un papel elitista diseñando temas abstractos y formando «arquitectos para concursos»; otros requerían cambios radicales y negaban la propia disciplina como alternativa válida para lograrlos.
Ramón Gutiérrez, Arquitectura Latinoamericana 1998
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painterontheshore · 11 months ago
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El hartazgo de Fausto
MEFISTÓFELES.- Soy yo.
FAUSTO.- Entra.
MEFISTÓFELES.- Debes decirlo tres veces.
FAUSTO.- ¡Entra, pues!
MEFISTÓFELES.- Así me gusta; espero que nos entendamos. Sólo por alejar tu mal humor me presento cual joven noble en traje de púrpura bordado de oro, con la esclavina de raso al hombro, la pluma en el sombrero y una larga y afilada espada al lado, y te aconsejo que desde ahora te vistas del mismo modo, para que vengas del todo libre a gustar lo que es la vida.
FAUSTO.- Cualquiera que sea el atuendo que use, no por ello sentiré menos las miserias de la existencia. Soy demasiado viejo para no pensar más que en divertirme y demasiado joven para no tener deseos. Por tanto, ¿qué es lo que puede ofrecerme el mundo? ¡Debes privarte, te es la privación indispensable! He ahí la canción eterna que zumba en todos los oídos y que durante la existencia nos repite cada hora con voz brusca. Cada mañana me despierto azorado y de buena gana derramaría amargas lágrimas al ver que el nuevo día no ha de llenar ni un solo de mis ardientes deseos, sino que por el contrario, ha de desvanecer en su curso los presentimientos de cualquier alegría y hacer abortar las creaciones de mi trastornado espíritu. Y luego, cuando viene la noche me tiendo en el lecho poseído de la mayor inquietud por saber que me esperan en él, no el reposo, sino sueños espantosos. El espíritu que reside en mí puede agitar hondamente mi alma y disponer de toda mi fuerza; pero es al parecer impotente en el exterior; por esto me es la existencia insoportable, por lo que deseo la muerte y detesto la vida.
MEFISTÓFELES.- Y, sin embargo, nunca es la muerte un huésped bien recibido.
FAUSTO.- ¡Dichoso aquel a quien la muerte corona de sangrientos laureles en el calor del combate o aquel a quien, después de la embriaguez del baile, sorprende en los brazos de su amada! ¡Ah! ¡Que no pueda yo contemplar al gran Espíritu y morir en mi éxtasis sublime!
MEFISTÓFELES.- Y no obstante, hay quien no se ha atrevido a tomar esta noche cierto licor oscuro.
FAUSTO.- Parece que gustas del espionaje.
MEFISTÓFELES.- No poseo la ciencia universal, pero sé lo suficiente.
FAUSTO.- Pues bien, ya que un sonido grato y dulce me ha librado de mi terrible angustia y ha despertado en mí los sentimientos de la infancia con el recuerdo de mejores tiempos, maldigo todo lo que con sus ilusiones impulsa al alma hacia tan lamentables abismos. ¡Maldito sea el orgullo del hombre; maldito el falso brillo que deslumbra nuestros sentidos; maldito todo lo que crea sueños de gloria y de grandeza; maldito sea todo cuando nos hace querer la posesión de una mujer, de un niño, de un criado o de un coche; malditos sean Marimón y sus tesoros, que nos hacen emprender empresas temerarias y que nos embriagan más tarde con la copa de ilícitos placeres; malditos sean el amor y sus ardientes transportes; malditas sean, en fin, la esperanza y, sobre todo, la paciencia!
CORO DE ESPÍRITUS, invisible.- Ya has destruido todas las bellezas del mundo con tu poderosa mano; sólo quedan algunas ruinas que rodarán hasta el fondo del caos. A un semidios se debe esta destrucción general. ¡Que por lo menos nos sea licito llorar sobre la vasta tumba que encierra tanta belleza! ¡Oh, tú, el más bello y poderoso de los hijos de la tierra, reconstrúyele, infúndale a tu corazón nueva vida, para que podamos cantar nosotros tu obra inmortal!
MEFISTÓFELES.- Escucha, escucha, son los más pequeños de todos mis espíritus. Mira cómo te muestran la senda razonable que debes seguir. ¡Con cuánta razón y profundo conocimiento te impulsan hacia el mundo, arrancándote de este tenebroso recinto donde se hielan los jugos de los que debe alimentarse el alma! Deja de complacerte en esa melancolía que, cual buitre carnívoro, acaba con tu vida. Por mala que sea la compañía en que estés, podrás al menos sentir que eres hombre entre los hombres; sin embargo, no creas que se piense en hacerte vivir entre la chusma. Aunque no soy de los primeros, si quieres unirte a mí y emprender juntos la ruta de la vida, consiento gustoso en pertenecerte ahora mismo, en ser tu amigo, criado y hasta esclavo.
FAUSTO.- ¿Y cuál será mi obligación a cambio?
MEFISTÓFELES.- Tiempo tiene de pensarlo.
FAUSTO.- No, no; porque el diablo es un egoísta y no suele sernos útil por amor de Dios; así que dime tus condiciones y habla claro, porque no deja de ser peligroso tener en casa semejante servidor.
MEFISTÓFELES.- Quiero desde ahora obligarme a servirte y a acudir sin tregua ni descanso aquí arriba a la menor señal de tu voluntad y deseo, con tal de que al volver a vemos allá abajo hagas tú otro tanto por mí.
FAUSTO.- Poco cuidado, en verdad, me da lo de allá abajo; empiezo por destruir este viejo mundo, ya que proceden de la tierra mis goces y la que es ése el sol que alumbra mis penas; una vez libre de él, que suceda lo que sea. Poco me importa que en la vida futura se ame o se odie, ni que tengan esas esferas encima ni abajo.
MEFISTÓFELES.- Si tal es tu disposición, puedes aceptar muy bien lo que te ofrezco; decídete y conocerás por supuesto las delicias que puede aportar mi arte, y te daré lo que ningún hombre ha llegado a vislumbrar siquiera.
FAUSTO.- Pobre demonio, ¿qué es lo que puedes darme? ¿Ha habido acaso un semejante tuyo que pudiera comprender al hombre en sus aspiraciones sublimes? ¿Qué es lo que puedes ofrecer? Alimentos que no sacian; oro miserable que, como el azogue, se desliza de las manos; un juego en el que nunca se gana; una joven que en medio de sus protestas de amor hará guiñas al que esté a mi lado; o el honor, falsa divinidad que desaparecerá como un relámpago. Muéstrame un fruto que no se pudra antes de madurar y árboles que se cubran a diario con nuevo color.
MEFISTÓFELES.- No me amedrenta semejante petición, porque puedo ofrecerte todos esos bienes. Mi buen amigo, desde este momento podemos sin cuidado lanzarnos al despilfarro y a la orgía.
FAUSTO.- El día que tendido en un lecho de pluma pueda disfrutar de la plenitud del descanso, no responderé de mí. Si puedes seducirme hasta el extremo de que quede contento de mí mismo, si puedes adormecerme en el seno de los placeres, sea aquél para mí el último día y para ti el mayor éxito.
MEFISTÓFELES.- Aceptado.
FAUSTO.- ¡Aceptado! Si una sola vez llego a decirte: ¡qué hermoso eres, no temas, permanece siempre junto a mí! En ese momento podrás maniatarme; entonces consentiré en que se abra la tierra bajo mis pies; entonces podrá repicar la campana de agonías; entonces estarás libre y recogerás el precio de tu servicio porque habrá sonado para mí la última hora.
MEFISTÓFELES.- Piénsalo bien, que no lo olvidaremos.
FAUSTO.- En cuanto a esto, estarás en tu derecho. No creas que al aceptar haya obrado de forma superflua. ¿Qué ahora no soy también esclavo? ¿Qué me importa que tú u otro sea mi amo?
MEFISTÓFELES.- Desde hoy, pues, me constituiré en criado del doctor; sólo me falta advertirte algo, que debes saber: que en nombre de la vida o de la muerte exijo de ti algunas líneas.
FAUSTO.- ¿Cómo? ¡Nunca hubiera creído que llegara tu pedantería al grado de pedirme un escrito! ¿Es posible que conozcas tan poco al hombre y que no sepas lo que vale su palabra? ¿No basta con que yo haya pronunciado aquella que para siempre dispone de mi vida? ¿Crees que en medio de la tempestad que agita y hace retemblar los cimientos del mundo, pueda obligarme una palabra escrita? ¡Qué quimera tan arraigada en nuestros corazones! ¿Quién intentaría siquiera evadir su cumplimiento? Dichoso aquel que conserva pura la fe en su seno por no serle costoso ningún sacrificio. Pero un pergamino escrito y sellado es un fantasma para todos y, no obstante, la palabra expira al transmitirla a la pluma y no queda más autoridad que la del documento. ¿Qué quieres de mí, maligno espíritu?, ¿bronce, mármol, pergamino o papel? También dejo a tu decisión si debo escribirlo en un estilo, con un buril o una pluma.
MEFISTÓFELES.- ¡Cuántas palabras! ¿Por qué te has de exaltar de este modo? Es suficiente cualquier trozo de papel, con tal de que escribas en él con una gota de sangre.
FAUSTO.- No temas que deshonre este pacto; es la colaboración de mi actividad lo que precisamente te ofrezco; me he engreído tanto que sólo puedo pertenecer a tu clase. El espíritu creador me ha desechado: la naturaleza se cierra ante mí, el hilo de mi pensamiento está quebrado y estoy hastiado de toda ciencia. Haz, pues, que queden satisfechas mis ardientes pasiones, que cada día se preparen para mí nuevos encantos bajo el impenetrable velo de la magia; que se me permita sumergirme en el torbellino del tiempo y en los pliegues más secretos del futuro, para que el dolor y el goce, la gloria y la pena se den en mí confundidos. Preciso le es al hombre vivir en una actividad eterna.
MEFISTÓFELES.- No, éste no ha señalado ningún límite ni objetivo; así que si deseas gozar de todo un poco y aprovechar su rápida carrera, podrás tener tantos tesoros como apetezcas, con tal que te unas a mí y no seas indeciso.
FAUSTO.- Bien ves que no se trata aquí de dicha pasajera; al contrario, quiero consagrarme todo entero al vértigo, a los placeres más terribles, al amor que está junto al odio, al desaliento que eleva. Mi corazón, curado de la fiebre del saber, no estará en adelante cerrado a ningún dolor; en cambio, también deseo sentir en lo más profundo de mí todos los goces permitidos a la humanidad, saber lo que hay de más sublime y profundo en ellos, acumular en mi todo el bien y todo el mal, que es su patrimonio exclusivo, hacer extensivo mi propio mal hasta el suyo y acabar por morir como la raza humana.
MEFISTÓFELES.- Puedes creerme: yo, que desde hace miles de años estoy mordiendo este duro alimento, te aseguro que desde la cuna al sepulcro ningún hombre puede digerir la antigua levadura. Cree a uno de los nuestros que dice: esa gran totalidad está creada por un solo Dios; a él se deben las eternas estrellas; a nosotros nos ha creado para la oscuridad y sólo ustedes tienen el día y la noche.
FAUSTO.- Pero yo deseo ...
MEFISTÓFELES.- Te comprendo, pero sólo una cosa me inquieta: el tiempo es corto y el arte, largo. Creo que deberías instruirte; únete con un poeta; déjale dar rienda suelta a su imaginación y haz que te infunda las más nobles cualidades, esto es: el valor del león, la agilidad del ciervo, el ardor del italiano, la constancia del habitante del norte. Haz que encuentre el medio de unir la magnanimidad a la astucia y que en virtud de cierta combinación te dé las ardientes pasiones de la juventud. De mí puedo decirte que me gustaría mucho ver a un hombre de esta clase, para poder darle el título de maestro del Microcosmos.
FAUSTO.- ¿Quién soy, pues, si no se me permite llegar a esa corona de la humanidad a la que aspiran todos mis sentidos?
MEFISTÓFELES.- Tú eres, en el último resultado, lo que debes ser: coloca sobre tu cabeza una peluca de miles de bucles, calza tus pies con coturnos de una vara de alto, que no por eso dejarás de ser lo que eres.
FAUSTO.- ¡Bien lo veo! Sin resultado he reunido todos los tesoros del espíritu humano, puesto que en el recogimiento no siento brotar en mí ninguna fuerza nueva, ni se ha aumentado mi grandeza el espesor de un cabello, ni en lo más mínimo me ha acercado a lo infinito.
MEFISTÓFELES.- Mi buen señor, eso consiste en que todo lo ves como se ve con vulgaridad; es preciso aprovecharnos antes de que se nos escapen enteramente los placeres de la vida. Veamos: tus manos, tus pies, tu cabeza y tu espalda te pertenecen sin duda alguna, y no porque utilice audazmente una cosa puede decirse que lo posea menos. Si poseo seis caballos, ¿no será su fuerza también mía? Pues he aquí que si los monto, podré contar con sus 24 piernas. Déjate de reflexiones y lánzate al mundo conmigo. Te lo aseguro: el hombre pusilánime es como el animal a quien hace un duende girar en torno a un páramo, mientras que Se extienden a su alrededor pastos verdes y hermosos.
FAUSTO.- ¿Cuándo comenzamos?
MEFISTÓFELES.- Vamos a partir enseguida, ya que no es este gabinete más que un lugar de tortura, ya que no merece el nombre de vida el eterno fastidio que uno siente y causa. Deja ese triste estado para tu vecino el gordo. ¿Para qué atormentarse por más tiempo sin fin alguno? Lo mejor de lo que sabes ni siquiera te atreves a decirlo a tu discípulo. ¡Ah! Oigo pasos en el corredor.
FAUSTO.- Sea quien sea, no me es posible recibirlo.
MEFISTÓFELES.- Después de haber esperado tanto tiempo, no puedes al pobre muchacho desalentar. Vamos, dame tu vestido y tu gorro; mucho me engaño o ha de irme el disfraz a las mil maravillas.
(Se viste)
MEFISTÓFELES.- Ahora, confía en mí; sólo necesito 15 minutos; mientras prepárate para nuestro hermoso viaje.
(Fausto sale. Mefistófeles con el largo atuendo de Fausto)
MEFISTÓFELES.- Sí, sí, desprecia la razón y la ciencia, suprema fuerza del hombre; deja que el espíritu infernal te ciegue con sus ilusiones y sus encantos, y te me entregarás sin mediar condición alguna. El destino le dotó de un espíritu incapaz de contenerse en su desenfrenado camino; en alas de su aspiración ardiente ha pasado ya por todos los placeres de la tierra; permítaseme ahora arrastrarle por los desiertos de la vida a través de una medianía insignificante, donde forcejeará agitado en su lucha infatigable, sin ver nunca satisfecho su deseo insaciable por retroceder siempre la copa ante sus abrasados labios. En vano demandará gracia; aun cuando no se hubiera entregado al diablo, no sería menoS inevitable su pérdida.
(Entra un estudiante)
EL ESTUDIANTE.- Acabo de llegar y me presento para conocer y hablar con un hombre que incita el respeto y la admiración general.
MEFISTÓFELES.- Me complace mucho tu cortesía; sólo veras en mí a un hombre como cualquier otra. ¿Son muchos tus estudios?
EL ESTUDIANTE.- Vengo a pedirte que te encargues de mí; estoy animado con la mejor voluntad y tengo algún dinero y mucha salud, y a duras penas ha consentido mi madre a que me alejara de ella; pero mi deseo de aprender aquí algo útil ha vencido todos los obstáculos.
MEFISTÓFELES.- No podías haber elegido mejor lugar.
EL ESTUDIANTE.- Pues de verdad quisiera ya retirarme, porque no tienen para mí estos muros y salas atractivo alguno; hay, además, un espacio muy reducido y no se descubre desde él ni un solo árbol; puedo afirmar que en esta sala y en estos bancos perdería el oído, la vista y el pensamiento.
MEFISTÓFELES.- Todo depende de la costumbre. Tampoco el niño toma al principio el pecho de la madre de buena gana y luego se le ve beber su alimento de él con placer. Lo mismo te sucederá en el seno de la sabiduría.
EL ESTUDIANTE.- Mucho deseo colgarme de su cuello, pero enséñame la forma de lograrlo.
MEFISTÓFELES.- Explícate antes de seguir: ¿cuál es la facultad que eliges?
EL ESTUDIANTE.- Mi deseo de saber es tal, que quisiera poder abarcar todo cuanto existe en el cielo y en la tierra, en la ciencia y en la naturaleza.
MEFISTÓFELES.- Estás en buen camino, pero necesitas dejar de distraerte.
EL ESTUDIANTE.- En él estoy en cuerpo y alma; con todo, me procuraré la libertad posible y algunas horas de ocio en esos hermosos días de fiesta del verano.
MEFISTÓFELES.- Aprovecha el tiempo. ¡Pasa tan pronto! Pero el método te mostrará cómo ganarlo. Así que, mi buen amigo, ante todo te aconsejo un curso de lógica, que es la que ha de guiar tu espíritu; la lógica le calzará precisos borceguíes, para que ande derecho y con circunspección por el camino del pensamiento y no se pierda como un fuego fatuo en el espacio. Luego se te enseñará durante muchos días, que aún para las cosas más simples y que harás en un santiamén, cómo beber y comer, es por completo indispensable obrar con método y por tiempos. Y en efecto, sucede con el pensamiento lo que con un telar, en el que basta un solo esfuerzo para poner en juego millares de hilos, donde la lanzadera corre sin parar y al deslizarse se escurren los hijos invisibles y a la vez se hacen mil nudos. Viene también el filósofo y te demuestra que debe ser de ese modo: lo primero es esto y lo segundo es lo otro; luego lo tercero y lo cuarto deben seguir, y sin lo primero y lo segundo, nunca hubiera existido lo tercero y lo cuarto. Los estudiantes de todos los países, a pesar de comprenderlo de esa forma, nunca llegan a tejer. Si se quiere conocer y entender algo importante, se inicia desde luego por hacer abstracción de la inteligencia: se dispone de todos los elementos, ¿pero cómo lograr el anhelado fin si falta el lazo intelectual? La química llama a eso Encheiresin natura, y sin pensarlo se burla de sí misma.
MEFISTÓFELES.- Lo comprenderás mucho mejor cuando hayas aprendido a reducir y clasificar todo como es conveniente.
EL ESTUDIANTE.- De tal modo me aturde todo esto, que creo tener una rueda de molino en la cabeza.
MEFISTÓFELES.- Y luego debes, ante todo, dedicarte a la metafísica; en ella podrás profundizar todo lo que no comprende la inteligencia humana y por todo lo que pertenezca o deje de pertenecer a ella recurrirás siempre a una palabra científica. Para este primer curso dedica tu tiempo con la mayor regularidad que puedas; tendrás cinco clases diarias. Asiste a ellas a la primera campanada, con la debida preparación, sin dejar de saber todos los párrafos de tu lección, para que nada dejes que no se encuentre en el libro; con todo, podrás escribir como si el Espíritu Santo en persona te dictara.
EL ESTUDIANTE.- No tendrás que repetirlo, por estar muy convencido de lo útil que debe serme; además, nada iguala el placer de haber pintado lo blanco de negro.
MEFISTÓFELES.- Entonces elige una carrera.
EL ESTUDIANTE.- No puedo acostumbrarme al estudio del derecho.
MEFISTÓFELES.- Lejos de mí está la idea de reprenderte por ello, pues mucho sé lo que es esa ciencia. Las leyes y los derechos se suceden como una eterna enfermedad y se les ve pasar de generación en generación y arrastrarse sordamente de un punto a otro; la razón se convierte en la locura y el beneficio, en tormento. ¡Desdichado de ti, hijo de tus padres, por no tratarse nunca del derecho que nació con nosotros!
EL ESTUDIANTE.- Aumentas la repugnancia que ya sentía por aquella ciencia. ¡Ah! ¡Dichoso el que reciba de ti la instrucción! Estoy cerca de estudiar teología.
MEFISTÓFELES.- No quisiera que te atrevieras, porque es muy fácil perder la senda que se debe tomar, en cuyo caso no habría para tu mal ningún remedio. Lo mejor que debe hacerse en materia tan delicada es no hacer caso más que a uno mismo y afirmar por la palabra del maestro. En suma … atente a las palabras si deseas llegar con paso firme y seguro al templo de la verdad.
EL ESTUDIANTE.- Sin embargo, toda palabra debe contener una idea.
MEFISTÓFELES.- Según, pero no debe uno inquietarse mucho por esto, porque cuando faltan ideas, hay palabras que pueden sustituirlas; con ellas puede discutirse con energía y hasta con ellas erigir un sistema. Como son las palabras tan fáciles de creer, no se borraría de ellas ni una coma.
EL ESTUDIANTE.- Perdón que te interrumpa con mis preguntas, pues aún tengo que molestarte. ¿No podrías decirme algo acerca de la medicina? ¡Tres años transcurren con rapidez y es, por otra parte, tan vasto el campo que ofrece! Aunque no sea más que un dedo el que nos señala el camino, se anima uno para continuar.
MEFISTÓFELES, aparte.- Este tono magistral ya empieza a fastidiarme: adoptemos de nuevo el papel de diablo.
(En voz alta)
MEFISTÓFELES.- El espíritu de la medicina puede entenderse con simplicidad; estudia bien el grande y el pequeño mundo, para dejarlos ir al fin donde Dios mejor quiera. Sin resultado intentarás profundizar la ciencia, pues sólo aprende cada uno lo que logra aprender; sólo las circunstancias o, mejor dicho, el saber aprovechar la oportunidad, puede hacerte gran hombre. Tienes buena raza y me pareces además aventurero; así que basta que tengas confianza en ti mismo, para que no te falte la de los otros. Sobre todo, dedícate a la curación de mujeres; esos eternos dolores mil veces repetidos se curan por un mismo tratamiento, y con tal de que seas con ellas un poco respetuoso, las dominarás por completo. Basta un título para atraer su confianza y convencerlas de que tu ciencia excede con mucho al resto; podrás entonces permitirte ciertas cosas que apenas lograrán otros tras años enteros de adulación y lisonjas: tómales luego el pulso, dirigiéndoles al mismo tiempo una ardiente mirada, y pasa luego el brazo por su talle, para ver si el corsé les aprieta.
EL ESTUDIANTE.- Eso me parece ya mucho más claro, pues al menos se ve el fin y el medio.
MEFISTÓFELES.- Mi querido amigo, toda teoría es tan seca como verde y lozano es el árbol de la vida.
EL ESTUDIANTE.- Te juro que todo esto me parece un sueño. ¿Me atreveré a importunarte de nuevo sólo para oírte y aprovecharme de tu ciencia?
MEFISTÓFELES.- Puedes contar siempre con todo lo que dependa de mí.
EL ESTUDIANTE.- No puedo ausentarme sin mostrarte antes mi álbum: concédeme una línea.
MEFISTÓFELES.- Con mucho gusto.
(Escribe y le entrega el álbum)
EL ESTUDIANTE, lee.- Eristis sicut Dells, scientes bonumm et malum.
(Cierra el álbum con respeto, saluda y se retira)
MEFISTÓFELES.- Sólo falta que practiques la vieja sentencia de mi prima la serpiente, para que tu semejanza con Dios te atormente.
FAUSTO.- ¿Adónde debemos encaminarnos?
MEFISTÓFELES.- A donde desees. Podemos ver el grande y el pequeño mundo. ¡Con cuánto gusto y provecho Vas a seguir su animado curso!
FAUSTO.- Sí; pero a pesar de mi larga barba, puedo asegurar que no sé vivir, así es que dudo mucho del éxito de mi empresa; nunca he sabido comportarme en el mundo: me siento tan pequeño en presencia de los demás, que a cada paso luciré turbado.
MEFISTÓFELES.- Mi buen amigo, todo se obtiene con facilidad, sólo te falta confiar en ti para saber vivir.
FAUSTO.- ¿Cómo vamos a salir de aquí? ¿Dónde tienes caballos, criados y coche?
MEFISTÓFELES.- Sólo necesitamos extender esta capa para emprender un viaje aéreo, pero te pido que no lleves grandes líos, porque no deja de ser nuestra ascensión muy atrevida. Vaya preparar un poco de aire inflamable que no tardará en levantarnos y ya verás, si no pesamos mucho, cuán rápido será el camino. Te felicito por tu nueva carrera por la vida.
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sebastianbianchi-blog · 1 year ago
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El verso, sistema musical
Orfeo despedazado, en tanto figura retórica que se mantiene cantando aun después de perder la cabeza, quedó como héroe del arte poética por el encarnizado tesón con que retuvo la lira aferrada a unos brazos arrancados del torso. ¡Qué lejos del Frankenstein que huye en la oscuridad del bosque boreal, llevándose consigo en el escape la triste ingeniería del collage silencioso, misántropo por el azorado desprecio de un público que se espanta de sólo mirarlo! El anacoreta confundido, en la gruta temblequeante se pregunta: ¿cómo, de dónde y con qué instrumentos en las palabras contenido suena el aliento de la invisible música? Quien desee aventurarse en una escritura rítmica y verter las opacas sensaciones en la línea melódica deberá, por tanto, administrar los esquemas métricos y los acentos para, una vez distribuidos, dar la nota justa en el pentagrama verbal.
Artículo completo: https://opcitpoesia.com/el-verso-sistema-musical/
Revista Op. Cit. Junio de 2020.
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lemecdeliott · 11 months ago
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💖🧙‍♀️✨. — Okey, aquí estaré para verlo — exclamó felizmente. Seguramente estaría para Nick, para Daeron y para Tarik. Eso le agradaba, después de todo, era el inicio de todo—. Por hoy, te mereces una recompensa —aceptó aún azorado, mas disfrutó una vez más de poder recompensarlo.
—Bien, ya lo veremos. —No es que Kellan dudase de sí mismo, pero también sabía que las personas tenían aptitudes diferentes. Por el momento, se esforzaría, sobre todo cuando aprender le ofrecía recompensas de esa guapa reliquia egipcia—. Uy, suena a que dedicarán su tiempo en besos —les molestó al escuchar que también tendrían planes la semana siguiente. Si era sincero, le fascinaba y les hacía verse incluso más atractivos. Kellan podía esperar, pero también podía ser ansioso respecto a una promesa. Le hacía pensar en el tiempo, ¿acaso tendría que esperar mucho tiempo? Uff, esperaba que no—. Bien, bien, trataré de tener paciencia —fue lo único que él podía jurar—. Ajá, claro —rió con Daeron, para luego enfocarse en sus alimentos. Kellan engulló lento hasta terminar con su plato, del mismo modo bebía vino y todo le parecía magnífico—. Fue increíble —exclamó con una sonrisa—, pero creo que necesitaremos bailar un rato —apuntó bromista—. Mmm, yo prefiero que sea sorpresa —admitió con una sonrisa soñadora.
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🧑🏼‍🎤💖🎵. —De acuerdo —repuso en un coqueteo hacia el brujo que parecía estar dispuesto. Luego miró a los otros que parecían tener sus propios planes. Le encantaba, pues de ese modo cada uno se conocería mejor—. Diviértanse, los estaremos esperando —les indicó con una sonrisa encantadora. Kellan no parecía ser muy paciente en ese instante, pero eso era una buena señal, indicaba su deseo de concretar el compromiso—. ¿Tú qué opinas? —Cuestionó a Nick respecto a la isla, luego de terminar con su ración—. Tienes razón, Kellan. Estuvo exquisito —concordó—, y con gusto —añadió a la última sugerencia del brujo.
                           🌾 ❛❛🐺💘🌚—Será un placer demostrártelo, querido—Replicó encantado en seguir esos coqueteos. Al parecer eso de ocupar la técnica que Kellan ocupaba para conseguir las cosas servía demasiado, pensó en ocuparla más seguido eso sería interesante. El lobo acarició una de las mejillas contrarias, encantado con la reacción que había provocado. —Lo sé, tengo al mejor maestro—sonrió de lado, encantado con la recompensa que vino con ello.
—Solo son detalles seguro que se te da bien—Animo a Kellan. —Bueno al parecer van a estar ocupados el Lunes, deberíamos hacer planes nosotros ¿no?—Nick miró a Daeron, esperando que el vampiro quisiera pasar tiempo con él. Nick asintió emocionado, ansioso por los planes. —Demasiado—Afirmo a Kellan, se sentía bonito ese vinculo de ambos. Nick miró en complicidad a Tarik como tratando de decirle que eso era algo que él hubiera dicho. Nick se enfoco su en su comida, fue algo lindo pensar que como lo decía Tarik, pronto llegarían a esa etapa de su vida.
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                            🌾 ❛❛🧛🏻‍♂️👑💘Daeron sonrió encantado con lo de Kellan.—Al parecer sí—Afirmó ahora dirigiendo su atención hacia Nick—Sí, podríamos darles su espacio y nosotros ocuparnos de lo que teníamos pendiente—Estiró su mano y palmeó la contraria de Nick. Debía admitir que no se sorprendió al escuchar aquello de parte de Kellan, agradeció la intervención de Tarik. Quería hablar con su alma antes, quería hacer algo digno de ello. —Tenemos el compromiso, cariño, ya lo dijo Tarik, pronto, ten paciencia—Lanzó un beso con una sonrisa hacia su novio. —Por supuesto que no—Se encogió de hombros mientras seguía comiendo.—¿Por cierto, alguna ubicación especial de la isla? ¿o prefieren que los sorprendamos?—Pregunto de Kellan a Nick
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primordialsoundmeditation · 2 years ago
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“Tenía amigos colombianos y Colombia era para mí un poco lo que México era para ellos, un país propio y extraño a la vez, como lo son todos los países latinoamericanos entre sí. ¿Será cierto que sólo nos parecemos en lo bueno —la cultura, la lengua, la simpatía, el abrazo, la identificación misma— pero no en lo malo: cada país con su propio lote de problemas, Chile azorado de que la democracia más firme pudo caer en la dictadura más salvaje, Argentina azorada de que la sociedad más rica y más educada pudo engendrar los peores monstruos militaristas y el asombro de la miseria de basurero, Uruguay azorado de que en la Suiza de América la tortura haya reinado sentada sobre un potro y dos cátodos eléctricos, Brasil azorado de que el país crezca de noche mientras los brasileños duermen, el Perú nunca azorado porque siempre estuvo jodido, Venezuela azorada de que las rentas se acaben y haya que ponerse a trabajar mientras Bolivia azorada de que tantas desgracias no la hundan jamás, Paraguay azorado de que aún haya hombres vivos en su suelo después de tanta sangría, Ecuador azorado de que en el cielo haya un hoyito para ver Quito, Panamá azorado de que le puedan cortar en dos el corazón y seguir vivo, México azorado de que se acabe la paz social y el progreso de la revolución institucional, Cuba azorada de que el caimán se muerda la cola, Centroamérica nomás azorada de ser, palpándose los ojos, los pechos, los güevos, la delgada cintura del dolor…?
¿O será que sólo nos parecemos en lo malo y nos distinguimos, cada uno, por lo bueno? ¿Salvan García Márquez a Colombia, Cortázar y Borges y Gardel a la Argentina, Jorge Amado y Nélida Piñon a Brasil? ¿Son sus artistas lo mejor de América Latina? ¿O lo son todas las gentes sin nombre, los hombres hechos «de piedra y de atmósfera», «la raza mineral»?
Lo único que se puede uno preguntar es ¿por qué nuestros artistas han sido tan imaginativos y nuestros políticos tan poco imaginativos?”
Carlos Fuentes | Aquiles o El guerrillero y el asesino
Literatura 451
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ancruzans-blog · 3 months ago
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La rebelión de las masas, de José Ortega y Gasset: ¿una visión de la situación actual?
“El hombre-masa es el hombre previamente vaciado de su propia historia, al cual hay que rellenar desde fuera con una vida fabricada al uso.” Ortega y Gasset. Que la historia se repite es algo que podemos comprobar con un simple vistazo a la línea temporal de nuestro azorado paso por este planeta, y en ello tiene que ver la falta de sincronía entre los avances tecnológicos y los morales de la…
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adribosch-fan · 2 years ago
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Carta Abierta a Alberto Fernández por el cultivo de marihuana
Por Claudio Izaguirre  “Usted ya no puede dar marcha atrás” Azorado, me entero que hay doscientas mil personas legalmente autorizadas por usted a través del Ministerio de Salud de Nación a plantar y cultivar marihuana en la Republica Argentina. Son más que los autorizados a plantar y cosechar soja. Recuerdo que cuando Néstor Kirchner contaba con usted como Jefe de Gabinete de Ministros,…
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viernes 22º noviembre 2024, Columbus, 1.33am.
#86.597 — Un pueblo entero sacrifica a sus niños antes que entregarlos al gobierno para su educación, educación que los hubiera alejado de la religión de sus padres, según ellos. Para ello les visita en su chalet de la costa y allí vuelve a encontrarse con su hermano pequeño, ya un adolescente, que le comunica muy azorado que cree que es homosexual.
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unblogparaloschicos · 2 years ago
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Cine online: Matías y Jerónimo (2015)
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Matías (Rodrigo Coutinho Da Silva) y Jerónimo (Gabriel Rost), que están muy atentos su guerra de barro, son llamados para prepararse para asistir a la celebración del carnaval correntino (para los que no sepan: Corrientes es una provincia argentina en la que este evento, muy al estilo de los de Río de Janeiro, suele celebrarse). Todo lo hacen juntos: juegan, se ensucian, se bañan, crean peinados con la espuma en spray de una lata, van al carnaval, presencian la maravilla que atraviesa las calles con su colorida pompa... y asisten azorados a la violencia de un grupo de enajenados que atacan a golpes a un pobre muchacho que había desfilado (José Sandoval), profiriendo epítetos violentos y homófobos.
Papu Curotto expone en este guion de Andi Nachon dos rostros de la Argentina ��ntima, contrastando la inocencia de los pequeños protagonistas con la brutalidad de los abusivos descontrolados. No mucho de esta historia saldrá a relucir en “Esteros” (2016), el largometraje que continúa las aventuras iniciáticas de Matías y Jerónimo y cuya reseña podrás leer en el próximo posteo.
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