#así que si la he cagao'
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Siempre lo mismo wn, hoy me siento como la mierda porque gaste plata, me hace feliz gastar plata, y tener una plata q me dan, me gaste 50 likas y me siento patética y más encima se supone q esto es un deja vu de que? Pa q? Ya basta, te juro q toi chata, me da pena lo de mi papa pero no puedo estar llorando todo el rato loco no se puede así y luego esta lo mentirosa ooo ctm soy una mentira de mierda, le miento a mi mamá le mentí a mi papá le miento a mis amigas y a todo el mundo porque me quiero sentir especial, para q me vean y aún así aquí estoy llorando más sola q la mierda porque no puedo hacer amistades en las que me sienta segura segura hablando porque siempre desconfío, siento q no me escuchan y la única persona que me escuchaba se volvió una mierda y ya no lo quiero ver nunca más y no puedo parar de mentir y mentir y le miento a mi psicóloga osea hay q estar muy cagao pa mentirle a tu psicólogo po ctm , ni siquiera me sale decir bn garabatos y no quiero ir a clases mñn oo wn no quiero nada, me siento una desagradecida de mierda, ocupa a mi tía para q me de plata porque la verdad me exaspera hablar con ella, y mi tío me da vergüenza hablarle porque me siento tan tonta, osea al final quede tan tonta igual y las cosas q he logrado nunca han valido nada que lata q rabia q todo y que hago como y como y como y Compro porque esa es la única wea q se hacer con mi vida ooo que pena wnnn soy más pena q la mierda siempre seré una falsa idiota y soñadora q llora por todo porque esa es la única wea q se hacer, nunca rermino nadan llego a nada literal de q sirven todas las cosas q hago si siempre estoy en lo mismo , por la cresta, más encima con que cara, mi mamá la pasa la esta pasando como la misma mierda y yo aquí llorando porque no puedo ahorrar nada de verda q patética q rabia mejor me quedo sola si siempre estado sola
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¡Feliz cumpleaños, Katy! | @dicnysxs
No me pondré ugly sentimental aquí porque soy una persona reservada(?) pero me da mucho gusto poder celebrar un cumpleaños más contigo, saber que la bonita amistad que tenemos ha sobrevivido a tantos años. Te deseo toda la felicidad del mundo (❁´◡`❁), no solo el día de hoy, sino todos los días de tu vida. Que cada uno de ellos esté lleno de luz y de nuevas posibilidades, de nuevos comienzos y que cada paso que des, me permitas estar again ahí para ti.
Te amito mucho, por favor, sigue dándole luz a nuestras vidas 💙💙💙
#ヾ♛*。 𝙼𝚄𝙽𝙳𝙰𝙽𝙴 ╱ GIFTS#dicnysxs#¡Espero que te guste el detallito too!#no es la gran cosa pero lo hice con todo mi amor#igual espero no haberle errado con el año#pero nunca sé si eres de mi año o eres uno mayor#así que si la he cagao'#me dices para cambiarlo y fingir que nada pasó(?)#y seguir pasandola bomba en el Katyday <3#te amito mucho reina <33333333
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No llames o escribas siempre tu
Distancia, lejanía, reciprocidad en las relaciones personales. Bloquear a alguien. Alejarse. Abandono.
¿Has perdido amigos durante la pandemia?
No soy el único al que la epidemia de covid-19 ha hecho constatar algunas verdades, sobre todo en materia de relaciones personales.
Sencillamente hay gente que desaparece de tu vida, suceda lo que suceda (y lo mismo es mejor así, o no... nunca se sabe).
Más allá de los propios miedos, retroalimentados por el propio carácter (hay mucha gente fóbica y miedosa) una pandemia es lo que nos faltaba para acabar de sacar al cagao o la cagona que llevamos dentro, porque te da una excusa para pasear todos tus miedos y rigideces y colocárselos a todo el mundo con la excusa del virus.
Mucha gente aterrorizada en éstos días ha reducido su contacto social (incluso respetando las medidas de seguridad) a casi cero. Han pasado del blanco al negro, amparados por las recomendaciones sanitarias que, no solo han seguido, sino que algunas personas han extremado hasta casi la locura.
Pero más allá de miedos, me comentan varios amigos y amigas que han perdido gente, no por fallecimiento o por miedo al contagio, sino por sencilla distancia, dejadez o indiferencia del otro.
Pues si, efectivamente: hay gente que no está presente en la vida de uno, hay gente que siempre se está yendo, retirando, que nunca estuvo... y ésto hay que aceptarlo.
La máxima en una relación debe ser siempre:
Si tienes que forzarlo, no funciona. Si tienes que insistir, no es para ti, si tienes que perseguir a alguien, no te conviene, y si tienes siempre que ser tu el que ponga toda la energía para quedar, porque el otro nunca puede, nunca está, no aparece o tiene siempre otra cosa más importante que hacer, pues tampoco te recomiendo insistir.
Las relaciones han de ser fluidas, fáciles.
No gastes energía en perseguir a la gente.
El que quiere verte hace por verte y el que no, pues que asuma las consecuencias.
Yo durante años ponía esa energía de más y conservaba amistades, e incluso alguna pareja, de una manera forzada que el tiempo me ha demostrado que no merecían la pena.
Estaba acostumbrado a la presencia de algún familiar cercano que funcionaba conmigo de esa manera... no estando presente en mi vida.
Pero un día decidí cambiar de patrón y cortar el grifo. Se acabó nutrir a los que no nutren, se acabó darlo todo y no recibir nada. Sencillamente me cansé.
Por ejemplo, tengo una excompañera del SAT (el curso de la fundación Claudio Naranjo), que si yo no la llamo para quedar o hablar, ella no me escribe nunca.
Solución, me cansé de insistir, que mueva el culo ella, yo no la escribo más. De hecho, no he vuelto a hacerlo en meses y meses y no hemos vuelto a vernos. Probablemente no merezca la pena su compañía.
Toda la energía en la relación la ponía yo.
Una amistad así no merece la pena.
A fecha de hoy, debo decir, por si os sirve de algo, que los que no están en mi vida es porque no han querido (o porque me hicieron tanto daño en su momento, que el que no quiere verles soy yo).
Todos se han caído de la alineación, se han ido quedando por el camino y en la cuneta de la vida.
No estoy en una época de mi existencia de perseguir a nadie. Ni en relaciones amorosas ni en amistad.
No estamos ya, por ejemplo, en una era victoriana de largos cortejos en los que, para que una chica te hiciera caso, tenías que pasarte meses y años detrás de ella.
Todo es mucho más bonito y sencillo que entonces, mucho más fácil. O sucede, o no sucede y si la otra parte no quiere, o no pone un mínimo de su parte, pues se va a quedar silbando a verlas venir... tal vez no se merece otra cosa.
Esas ideas trasnochadas de que uno (y siempre el mismo) debe desgastarse y perder el alma para alcanzar los altos valladares de esa mujer subida a una torre de altos humos y porque yo lo valgo, están bastante muertos.
El porqueyolovalguismo, también conocido como Lorealismo (de la Marca Loreal y su célebre anuncio publicitario) es un concepto narcisista e idiota.
Básicamente porque todos valemos mucho y las relaciones entre iguales funcionan, en cambio, las de adorado y adorador, no suelen durar mucho.
Reciprocidad
Yo no estoy para adorar a nadie, gente, estoy para querer y que me quieran mucho, a ser posible en similar medida, estoy para compartir con un igual, un aliado, un compañero.
Porque las relaciones personales se basan, básicamente, en la equidad y la reciprocidad entre dos. Ambos deben poner similar y recíproca energía en querer verse, querer conocerse, querer amarse, o tratarse, o estar juntos y compartir lo que toque compartir... si no, el desequilibrio conducirá a una inevitable ruptura.
Y si, a mi también me ha pasado el tener que bloquear a gente que te deja en visto a un mensaje de móvil, o tarda tres días en contestarte, o a la que tienes la sensación de tener que estarla poco menos que rogando o persiguiendo para verla o hablar con ella, sacándola las palabras con sacacorchos, porque sus mensajes se estiran menos en palabras y cantidad de texto, que un tartamudo en unos juegos florales.
Más aún cuando le dices de tomar un café y te contesta un smile, pero ni te dice cuando, ni si, ni no, ni te dice nada y espera que lo hagas tu todo o sencillamente pasa... o cuando le dices me gustas mucho y no te contesta y te deja ahí, a la espera de una respuesta que jamás llegará pasados meses y meses y más meses.
Ella podría decirte que tu a ella también le gustas.
O podría decirte que no le gustas nada (no sería la primera ni se va a hundir el mundo porque te diga que no) o podría decirte pues mira, no se qué contestarte, no se qué decir, dame tiempo, déjame pensar, yo ahora no quiero nada, o estoy confusa, o no se qué decirte.
Porque decir Si, es una respuesta.
Decir No, también es una respuesta.
Y decir No lo se o dame tiempo, o estoy confundida, no es el momento, es una respuesta.
Pero el silencio nunca es una respuesta... porque es interpretable de muchas formas, no significa nada, es dejar al otro en el vacío y conlleva un componente de cobardía para el que lo ejerce, e incluso de agresión o de indiferencia hacia el otro, que no honra precisamente al que realiza esa clase de acciones.
En nuestros días la claridad es muy necesaria y está directamente relacionada con la autenticidad personal y la capacidad para expresarse y ser uno mismo.
Hablar con Verdad es un gran valor en un ser humano.
Las palabras comunican a las personas, los silencios no comunican nada, pueden ser interpretados de múltiples y erróneas maneras.
Cuando eres de los que hablan poco y callas mucho, mal asunto.
Poca interacción social, poca comunicación con el otro y mucho espacio para los malentendidos en toda clase de situaciones.
Los seres humanos somos seres sociales, seres de habla y de palabra, no seres de silencio y ahí te quedas... a esperar una respuesta.
Unos, ésto del silencio lo hacen por quedar bien (son eso que se conoce como ser un quedabién de mierda) Otros usan el silencio para tener a un tercero siempre pendiente de su excelsa persona (naricisistas de libro... y gilipollas, ya de paso, por idéntica razón). Un tercer grupo no dicen lo que sienten por miedo a hacer daño (como si a uno no le hubieran rechazado antes y no se pudiera lamer las heridas solo) o sencillamente por vergüenza... y un cuarto grupo porque están tan confusos que ni saben qué contestar, o porque ocultan algo... en fin.
Las causas del silencio son muchas. La indiferencia, la vaguería, la altivez, la timidez, bloqueos en las emociones o en la comunicación de diverso tipo, traumas no procesados o que se teme compartir...
El miedo a cagarla es una causa también importante. O estar sobrecargado de problemas...
Pero hablar con el otro de todas éstas cosas que nos pasan, resuelve la situación. Si no contestamos porque no podemos, explicar al otro lo que nos pasa, es de mucha ayuda.
En cambio, no decir nada, encona, estropea, es una cagada.
¿Cómo actuar ante los que no están o no contestan?
Lo cierto es que por unas u otras razones, tienes que asumir que hay gente que sencillamente decide poner distancia contigo y punto pelota.
Yo por ejemplo lo he hecho muchas veces, pero he sido claro al hacerlo. No puedo dar más de mi, no puedo seguir cerca de ti en éste momento, etc... han sido mis palabras. De hecho, hay personas a las que no he vuelto a ver (y tengo pocas ganas) de un tiempo para acá. Había razones poderosas para esa brecha, que en algunos casos será eterna. Ellos y ellas ya saben quienes son o lo pueden suponer.
Pero hay cierto tipo de personas que por propia naturaleza se retiran, se esconden, te abandonan... y luego se lamentan de que los abandonaste tu a ellos.
Pues vale.
Vamos al lío. Hablemos de los Abandónicos.
La personalidad abandónica
Son la clase principal de gente que se las pira, desaparece y no está en tu vida, aunque sean o hayan sido amigos o parejas de cierto tiempo. Emocionalmente no están presentes, se alejan, se retiran, se cierran en sí mismos pero no permanecen junto a sus amistades y familiares en los momentos en que son necesarios.
Son pequeños físicamente, como niñas o niños sin desarrollar, cuerpo chico, no muy altos, poco hechos, como proyectos de mujeres y hombres adultos. Se quedan así, bajitos toda la vida, queriendo alcanzar una talla física que nunca tendrán.
Como una planta que no es regada por los padres, el abandónico crece poco y se queda corto de estatura, retaco.
Físicamente son así, pequeñitos.
Teneís una tipología física muy bien descrita de los sujetos abandónicos en el libro Las Cinco heridas que nos impiden ser uno mismo, de la psicóloga Lise Bourbeau, editorial Planeta, un clásico de la psicología.
Según la psicología humanista clásica, los abandónicos tienden a retirarse y a abandonar al otro, con o sin motivo
Se abandonan y abandonan a los otros, siguiendo un patrón aprendido en la niñez.
Ellos fueron abandonados emocionalmente, en consecuencia abandonan.
¿Qué es lo que más le duele en la vida a un abandónico? Que lo abandonen.
Es su herida nuclear, no haber sido visto realmente por casi nadie en su entorno, ni valorado por al menos una de sus figuras de apego, a menudo por las dos. Que abandones a un abandónico lo enloquece, lo cabrea, lo entristece, lo enfada hasta extremos que lo dejan fuera de su centro...
Pero ¿Qué pasa cuando es él/ella quien lo hace? Pues muy a menudo que el sujeto se justifica, que no se da cuenta de lo que hizo, o que le da lo mismo.
El Abandónico es abandonado porque El / Ella abandonó previamente
ésto es una ley casi matemática.
Hacemos a los demás lo que nos hicieron de niños.
Y los abandónicos rara vez entienden qué fué lo que hicieron ellos para ser abandonados.
Pareciera que éstas personas buscan ser abandonados de manera inconsciente, forzando la retirada y la lejanía de los otros, especialmente si los otros les importan.
Pero cuando sufren las consecuencias de sus actos, se enfadan.
Aquello de: yo puedo hacerte lo que quiera, pero cuando me lo haces tu a mi, me jode mucho, es una máxima que les cuadra bien.
Muchas veces los abandónicos provocarán sin saberlo su propio abandono(como si te dijeran, deja de hablarme, échame de tu vida, dame una patada en el culo), otros dejarán que los demás les abandonen por callarse, por no expresar, no preguntar y guardar silencio, pero el resultado será el mismo siempre: Pérdida de relaciones. Distancia. Dolor. Lejanía. Finalmente ruptura.
Un abandónico te terminará abandonando, es algo con lo que debes contar.
Luego, cuando les abandones tu, cuando les bloquees en redes y aplicaciones de mensajería, en justo pago a su actitud de no presencia, pasotismo, lejanía, distancia, silencio, o dejadez..., o cuando sencillamente te alejas (porque ellos se alejaron de ti primero), entonces y solo entonces, se preguntarán porqué lo has hecho, se echarán las manos a la cabeza, dirán que eres malísimo, el demonio mismo... y rara vez harán un examen honesto de conciencia a fin de saber qué hicieron ellos para provocar semejante actitud por tu parte.
Te perdieron y se trabajaron a pulso esa pérdida, así de sencillo.
Atrapados en su ombligo, su vida y sus cosas, se olvidan de tu ombligo de tu vida y de tus cosas (pero no porque seas tu... se suelen olvidar de las de todo el mundo).
Olvidan la reciprocidad, el equilibrio en las relaciones, la fluidez, el amor y el respeto entre las personas.
Olvidan que ambos en un vínculo han de querer, no uno solo (y tampoco siempre el mismo), olvidan que hay que intentarlo y sobre todo hay que abrir el corazón, porque muchos/as de ellos lo tienen muy muy cerrado, muy muerto, debido precisamente a ese abandono sufrido del que puede que ni sean conscientes.
El abandono es una herida que produce un gran dolor.
Hasta el extremo, en algunos casos, de que hay personas que tienen zonas de su cuerpo que ni siquiera sienten.
En fin... todo ésto para deciros que si queréis equilibrio y relaciones sanas, con pandemia o sin pandemia, poned límites y distancia con los que no están, o con aquellos a los que siempre tenéis que buscar vosotros, de los que siempre tenéis que tirar, porque ellos jamás os buscan ni os escriben primero.
Procurad la fluidez, las relaciones que nutren, la charla fácil sin atascos y dejad de perseguir a los que se van y no quieren veros ni quedarse, a los que callan y no hablan, a los que se esconden, se ocultan, o se retiran.
El precio que pagan por ser así es mucho más alto de lo que imaginan.
Os pierden a vosotros en primer lugar, pierden a mucha otra gente valiosa en segundo.
Y se pierden mucha vida interesante... y a si mismos, finalmente, yendo por la existencia como setas evanescentes, que salen corriendo a las primeras de cambio, al primer contratiempo o dificultad.
Es una pena.
Pero también es cierta una cosa... si algo sobran en el mundo son personas estupendas con las que compartir y pasar el tiempo, con las que disfrutar a corazón abierto, no con el racaneo emocional y discursivo típico del que abandona.
Esas personas fáciles, de buena comunicación, están ahí fuera y no te ponen pegas, ni barreras ni distancias para quedar, compartir, amar, divertirse, o caminar a tu lado.
Y sobre todo contestan si las escribes, y no con palabras sueltas o monosílabos, y no te hacen esperar horas o días o se quedan en silencio... Pero sobre todo son claras en sus respuestascuando lo hacen. No esperan que lo adivines todo, que les persigas y que toda la energía de la relación la pongas tu.
Mi experiencia reciente
Hace poco bloqueé a una persona, en todas las redes sociales y mensajería, menos una (quise dejarla una vía de comunicación, por si se decidía a hablar en algún momento o pedir explicaciones).
Pero han pasado meses y todavía ella no ha sido capaz de preguntarme a la cara porqué la bloqueé.
Nos hemos visto dos veces desde aquel bloqueo.
Y si no pregunta, si no tiene el valor de hacerlo, yo no pienso dar explicaciones. Ya bastante energía he consumido siendo siempre yo el primero que la escribía y mandaba mensajes a lo largo de los meses, el que la preguntaba cómo estás, el que se interesaba por ella.
¿Ha demostrado ella algún interés por mi? Ninguno.
Jamás me ha preguntado nada.
La sensación era la de hablar con una pared o con alguien ausente.
¿No era más sencillo decirme, no me escribas más?
Pues al final es justo lo que ha conseguido, tanto si lo quería, como si no lo quería.
Quise que reaccionara al bloquearla, a ver si se daba cuenta de algo... pero naranjas de la China. Ni preguntar.
En fin, por su aspecto físico y comportamiento parece abandónica y habrá que aceptarlo.
Quizá incluso un día lea ésto y se decida a hablar claro de una vez... y entonces la cosa podrá resolverse.
Pero sinceramente no confío demasiado en ninguna de las dos posibilidades. Me llevaría una grata sorpresa si algo así sucediera.
Y espero que ésta reflexión mía os haya servido para algo.
En una relación no pongáis toda la energía vosotros. Nunca tiréis de manera unilateral para conservar un vínculo.
El que quiera estar, estará y el que no, pues que se quede pastando en sus praderas.Hay mucho campo que recorrer y mucha gente maravillosa con la que compartir y estar, como para perder el tiempo con quien no quiere.
#Eugenio Sart#Eugenio Sánchez Arrate#Guasinton Post#Lise Bourbeau#personalidad abandónica#abandono#herida#Herida nuclear#Las Cinco heridas que impiden ser uno mismo#reciprocidad#Verdad#Autenticidad#silencio#el silencio no es una respuesta#abandónica
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cuarentena
día 1: nada
día 2: nada
día 3: nada. en la tele no hablan de otra cosa.
día 4: nada
día 5: nada. he llorao un poquito viendo las fotos del verano pasao. echo de menos a mi abuelo.
día 6: nada
día 7: nada. he dejao de ver la tele. ya me iré enterando de las cosas por otro lao.
día 8: nada
día 9: nada
día 10: nada. he sacao la ouija. pa entretenerme na más.
día 11: nada
día 12: nada
día 13: nada. he discutío por teléfono con mi madre. otra ve.
día 14: nada
día 15: nada
día 16: nada
día 17: nada
día 18: nada. una de mis vecinas toca el ukelele. la escucho por las tardes si me asomo al patio.
día 19: nada. se me ha muerto la hierbabuena.
día 20: nada. he hecho pan.
día 21: nada. el pan se ha puesto malo de un día pa otro.
día 22: nada
día 23: nada
día 24: nada
día 25: nada
día 26: nada. han ingresao a mi tía maría.
día 27: nada. mi padre me ha intentao llamar otra vez. no se lo he cogío. me ha puesto un parrafazo en whatsapp. no lo he leío.
día 28: nada. he leío el mensaje. he comprao vino. no me ha durao mucho.
día 29: nada
día 30: nada
día 31: nada
día 32: nada. las putas pesadillas no me dejan descansar.
día 33: nada
día 34: nada. le he preguntao a alberto que si ha visto la ouija. me ha dicho que no. miguel tampoco la ha visto.
día 35: nada. estoy pensando en reorganizar el armario.
día 36: nada
día 37: nada
día 38: nada
día 39: nada
día 40: nada. esto va pa largo.
día 41: nada
día 42: nada. miguel me ha dicho que me escucha llorar de noche. le he dicho que no soy yo.
día 43: nada
día 44: nada
día 45: nada
día 46: nada. no para de llover.
día 47: nada. una señora se ha santiguao y se ha cambiao de calle cuando iba pal supermercao. tengo una cara de mierda pero creo que no es pa tanto.
día 48: nada
día 49: nada. me he cortao el pelo yo sola. no ha salío bien. mis amigas dicen que no estoy fea pero sé que es mentira.
día 50: nada
día 51: nada
día 52: nada
día 53: nada
día 54: nada. ya no me acuerdo de la última ve que dormí to la noche del tirón
día 55: nada. a mi tía maría le han dao el alta.
día 56: nada
día 57: nada
día 58: nada. he tenío bronca con alberto porque no saca la basura.
día 59: nada. alberto ha pegao un portazo cuando ha salío a sacar la basura. no lo aguanto.
día 60: nada
día 61: nada
día 62: nada
día 63: nada
día 64: nada
día 65: nada. me he pasao la noche en vela.
día 66: nada
día 67: nada
día 68: nada
día 69: nada. jeje.
día 70: nada
día 71: nada. la chica del ukelele se llama carmen.
día 72: nada. la vecina de abajo estaba rajando de que hacemos mucho ruido por las noches. está majara.
día 73: nada
día 74: nada
día 75: nada
día 76: nada. ¿cuándo me vino la regla por última vez? ¿me compro una prueba? no tiene sentío porque llevo un montón sin follar pero me ralla.
día 77: nada. ya me ha bajao la regla. me quiero morir.
día 78: nada
día 79: nada. se me ha muerto el romero.
día 80: nada
día 81: nada
día 82: nada. he tenío bronca con miguel. dice que no paro de armar jaleo de noche. yo le dicho que qué jaleo si lo único que hago es dar vueltas en la cama sin poder dormir. es un cabrón.
día 83: nada. valientes compañeros de piso tengo.
día 84: nada. miguel no se disculpa y no baja la basura. no sé qué coño les pasa a estos dos que no les importa ahogarse en mierda. me tienen hasta el coño.
día 85: nada
día 86: nada
día 87: nada
día 88: nada
día 89: nada. ya no duermo ni de día ni de noche. no sé cuanto más voy a aguantar así. no puedo más.
día 90: nada
día 91: nada. es la segunda vez que subo a tender a la azotea y me da como alergia. tengo la piel en carne viva.
día 92: nada. estoy experimentando con la comida pa no aburrirme. le voy a gastar el tabasco a alberto pero que se joda.
día 93: nada
día 94: nada
día 95: nada. carmen ha vuelto ha tocar el ukelele. es guapísima.
día 96: nada
día 97: nada
día 98: nada
día 99: nada
día 100: nada. me he tirao to la noche llorando. que se quejen con fundamento.
día 101: nada. carmen me ha dicho que me ha compuesto una canción. la he grabao con el móvil y ahora la tengo tol día puesta.
día 102: nada
día 103: nada
día 104: nada
día 105: nada
día 106: nada. nadie limpia esta puta pocilga si no soy yo. estoy hasta el coño.
día 107: nada
día 108: nada. no se a que juega esta gente. es la tercera vez que me toca sacar la basura y cuando subo hay dos bolsas más en la puerta. en cuanto me venza el contrato me piro de este piso.
día 109: nada. me he echao una siesta de siete horas.
día 110: nada
día 111: nada
día 112: nada
día 113: nada. la vecina de abajo me pegao un chillío por el patio pa que deje de hacer ruido de noche. pero no soy yo.
día 114: nada. bueno a lo mejor sí que soy yo. esta noche me conseguí dormir y me he despertao en el salón. no sé lo que hago cuando duermo.
día 115: nada. echar el pestillo de noche no sirve.
día 116: nada
día 117: nada
día 118: nada
día 119: nada
día 120: nada. creo que se me ha roto la cámara del móvil. mis amigas dicen que no se me ve la cara cuando hacemos skype. mejor, porque tengo unas ojeras que llegan a cuenca.
día 121: nada
día 122: nada. alberto me ha pillao comiendo guindillas a palo seco y me ha llamao puta loca. ya me da igual. no pienso volver a verle la cara cuando salga de aquí.
día 123: nada
día 124: nada
día 125: nada. las vecinas se han vuelto a ensañar conmigo. carmen no me ha defendío.
día 126: nada
día 127: nada. miguel me ha echao la bronca por no limpiar. casi le parto la cara.
día 128: nada. he escuchao a alberto hablar por teléfono con la casera. quieren ver si me pueden echar antes. en plena pandemia. que hijo de puta.
día 129: nada. me he pasao la noche dando saltos en el salón. que se joda la vecina y que se jodan estos dos. al carajo.
día 130: nada
día 131: nada
día 132: nada. alguien ha dejao una estampita de una santa bajo el felpudo.
día 133: nada
día 134: nada. mi madre ha vuelto a llamarme. paso de cogérselo.
día 135: nada
día 136: nada. el espejo de la entrada y el del baño están rotos. la casera dice que no lo cubre.
día 137: nada. hoy había oferta en la carnicería del barrio. las vecinas me miran mal.
día 138: nada.
día 139: nada
día 140: nada. miguel se ha ido del piso. la casera dice que no le coge el teléfono. justo cuando le tocaba sacar la basura.
día 141: nada
día 142: nada. la policía ha venido preguntando por miguel. sus padres dicenq ue no ha vuelto a casa.
día 143: nada. la policía está vigilando el edificio.
día 144: nada
día 145: nada
día 146: nada. carmen ha tocao mi canción esta tarde. no me atrevo a asomarme al patio.
día 147: nada
día 148: nada
día 149: nada
día 150: nada. carmen ha dejao una bolsa de pimientos en la puerta pa mi. dice que son de su pueblo. me pregunto de dónde los habrá sacao si no dejan salir de la ciudad todavía.
día 151: nada.
día 152: nada.la vecina de abajo se ha ido a casa de su hija. por fin algo de tranquilidad.
día 153: nada. alberto está haciendo las maletas.
día 154: nada. alberto me ha dicho que se vuelve para su pueblo. le he dicho que no se puede salir todavía. no me ha querío escuchar. hemos tenío bronca. al final se ha quedao. no podía dejarle salir.
día 155: nada
día 156: nada
día 157: nada
día 158: nada
día 159: nada
día 160: nada
día 161: nada
día 162: nada. he hecho croquetas pa tol edificio, a ver si así me dejan de tener tanta tirria. carmen me ha dao las gracias pero me las ha rechazao porque es vegetariana.
día 163: nada. se han llevao a unas pocas vecinas pa urgencias.
día 164: nada.
día 165: nada. la policía ha venío con una orden de registro. están buscando a alberto. les he dicho que la última vez que lo vi era cuando bajó a sacar la basura.
día 166: nada.carmen no me ha abierto cuando he llamao a su casa.
día 167: nada. no puedo dormir.
día 168: nada. no recuerdo la última vez que dormí.
día 169: nada. no me funciona la tila, ni la valeriana, ni la maría de alberto. creo que voy a seguir despierta pa siempre.
día 170: nada
día 171: nada
día 172: nada
día 173: nada
día 174: nada
día 175: nada
día 176: nada
día 177: nada. carmen me ha preguntao que si tengo algo que contarle.
día 178: nada. han intentao echar la puerta abajo. no podía no defenderme.
día 179: nada. han entrao en casa.
día 180: nada. estoy escondía en el garaje.
día 181: nada. hay más gente de la que pensaba entrando y saliendo del edificio. es una irresponsabilidad.
día 182: nada. casi me cojen.
día 183: nada. carmen vive con otras dos chicas.
día 184: nada. no sé si saben que sigo en el edificio.
día 185: nada. he intentao volver a entrar en el piso, pero hay gente montando guardia en la puerta.
día 186: nada. una de las compañeras de carmen se llamaba andrea.
día 187: nada. fue en defensa propia. me estaba muriendo de hambre.
día 188: nada. sigo teniendo hambre.
día 189: nada. he destrozao la caja de fusibles. que se jodan. estaba hasta el coño de tanta luz a todas horas.
día 190: nada. se creían que podían acorralarme. no me dejaban tranquila. es su culpa por meterse con quien no deben.
día 191: nada.
día 192: nada. carmen me ha encontrao. dice que puede ayudarme. dice que su abuela entiende de esto.
día 193: nada. odio a la abuela de carmen.
día 194: nada. carmen me odia. la he cagao.
día 195: nada. no se cómo parar.
día 196: nada. no se si quiero parar.
día 197: nada. me voy a quedar sin vecinas.
día 198: nada. alguien me ha disparao. se ha quedao sin brazo. y sin to lo demás.
día 199: me he visto en el reflejo de la ventana de carmen. esta no soy yo.
día 200: esta no soy yo.
día 201: esta no soy yo. esta no soy yo. esta no soy yo. esta no soy yo. esta no soy yo. esta no soy yo. esta no soy yo. esta no soy yo. esta no soy yo. esta no soy yo. esta no soy yo. esta no soy yo. esta no soy yo.
día 202: esta soy yo ahora
día 203: llevaba días sin comer
día 204: ya no hay quien me pare
día 205: carmen me quiere muerta
día 206: nada
día 207: nada
día 208: nada
día 209: nada
día 210: nada
día 211: nada
día 212: nada
día 213: nada
día 214: nada
día 215: nada
día 216: nada
día 217: nada
día 218: nada
día 219: nada
día 220: nada
día 221: nada
día 222: nada
día 223: nada
día 224: nada
día 225: nada
día 226: nada
día 227: carmen me ha encontrao
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sigo a un loko en ig k vende bananos y bolsitos lindo en ig, la wea es que a ese loko lo conocí hace unos años atrás y x lo k cacho es cuico y terrible abajista sksks la wea aaa es que he cachao k hace concursos en su pagina y el wn cagao regala weas que hace el pero que están usadas skskssksk, la otra vez dijo voy a sortear unos bananos k ya no uso así que pa ganar denle laik a la pagina y siganla sksnsskssks y yo dije SHAAAAA LA MEDIA CHALAILA.
La wea es que no sé si soy yo que le pongo color o de verdad el wn es penca skssksm. Opiniones x favor?!?? :(
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White Dolphin/ Delfín Blanco
Esto nunca fue lo mío. Solía creer que hacerlo era para gente débil y derrotada, desempleados de esos que se quedan todo el día en un sillón viendo TVN, colgados del cable de algún edificio que se cae a pedazos, aunque tal vez es solo lo que aprendí de mi vieja.
La dejaba burbujear, porque no sabía calcular el tiempo para cocinarla. Me pegó a puño cerrado la segunda vez que pasó y su falsa argolla de matrimonio me hizo daño, la quemaste aweonao, me dijo o algo parecido. Yo pensé que era porque estaba nervioso, era la primera vez que lo hacía con ella y que se lo tomara tan bien cuando supo me tomó por sorpresa, hasta me hizo cuestionarme porqué lo hacía, aunque ya entendí que lo que me gusta del Horse es ese segundo en que la luz te encandila, el conejo frente faroles de camión y de pronto te atropella, mueres y todo es el paraíso. Flotando… profundo descanso, todo es bello, ojos cansados, cuerpo muerto, energía que se evapora, luego el hormigueo, la risa. Igual no es que le pase a todos, es como con el trago, algunos se ponen conversadores, otros violentos, otros solo se sientan en silencio, yo siempre fui de esos.
Otra vez soplé en la pipa en vez de aspirar, esa vez no estaba con mi vieja, estaba con el Cuervo, el weon que me dejó llevar el encargo al sur, estaban él y dos locos más y uno era un cliente, aunque no mío, yo solo trabajaba con chiva. Estábamos probando el producto, uno se rió, los otros dos me miraron chatos. Después de hacer el negocio el Cuervo casi me mata, me dijo que no podía cagarla frente a los clientes así. Me tuvo repartiendo marimba dos meses hasta que me gané su confianza de nuevo para jugar con lo más pesado. Fueron malos esos meses, eché de menos la heroína, sobre todo porque lo que más me gustaba de venderla era sacar sus mg gratis.
Igual nunca fue lo mío. La falopa me daba asco, esa wea te vuelve anoréxico y de eso ya tengo suficiente, me pasa por fumar de pendejo, culpables bajones, igual nadie me molestaba porque tenía mano siempre. Entre heroína y pega con mi vieja baje esos kilos. Siempre me sentí mina por pensar en esas weas y puta es que si en la escuela te dicen que sin papá los niños se vuelven maricones y en la telenovela de las cuatro son las mujeres las que limpian la casa y cocinan. Yo las tenía todas para serlo.
Nunca me contó mucho, pero cuando era pendejo antes de dormirme siempre le pedía que me contara cómo conoció al viejo, al que nunca conocí, al que se la metió y le cagó la vida. Mi vieja decía que cuando estaba por salir del liceo se mandó a cambiar y se fue con unos amigos y su pololo de entonces a mochilear al sur. Se quedaron como dos semanas en Viña, “hacer dedo no es tan fácil como te lo pintan en la tele mono chico” (me decía mono porque le causaba jaqueca como la abstinencia). Cuando iban por Valdivia dijo que pilló a su pololo con una de sus amigas comiéndose, de ahí ella se fue con la plata de emergencia al terminal y compró el primer bus que encontró.
Llegó a Osorno, un pueblo casi rural, me dijo que parecía los comerciales de Colun de tanta vaca y todavía. Un hombre daba pensión cerca de ahí a ocho el día, pero se hicieron ojitos y se acostaron, no le cobró la noche, obvio. Cuando mi vieja se volvió a Santiago llegó rogando a su casa que la dejaran volver, se había quedado sin ni uno. La aceptaron felices hasta que dos meses después crecí yo y mi abuelo la echó apenas supo. Igual ella tenía dieciséis y llevaba demasiadas cagadas como para que le aguantaran otra más. Se fue donde una tía que era nana y le ayudaba a trabajar. Me enseñó que las empleadas domésticas nacen de la mala suerte, “si hay una nana contenta es porque le roba o se tira al casero” ella no era ninguna. De ahí sacó el magister de nana y se quedó como tal y yo desde que aprendí a usar tenedor tuve que ser sub-nano ayudante.
El cuervo era algo así como el amigo de la amiga del cabro que vivía en la casa en que trabajábamos, el chiquillo una vez me regaló yerba, me tenía pena, todo porque él hablaba y vestía bonito. Teníamos la misma edad, un día me dijo que lo acompañara a Maipú a buscar un encargo, fumamos ese día con su proveedor y el loco me agarró buena porque éramos los dos apellido Rival.
Ahí empezó el negocio, me compraba cosas caras así que mi vieja no tardó mucho en preguntarme qué onda y yo, cabeza corta, no la supe ocultar.
La vieja se inyectaba la mitad de su sueldo y vivía medio dormida, yo vendía, ella era nana, todo bien hasta que los caseros la cacharon y chao casa-chao pega. No pasaron muchos días para que consumiendo se quedara dormida, era un buen viaje, de repente se echó y no respiró, terca como siempre, no volvió a hacerlo.
Bus. Todos me tiran la mirada, quizás porque ando perseguido y se nota. Nunca he hecho una entrega tan grande ni tan lejos, pero es el viejo, el único que me queda y es la pega, la única que he tenido. ¿Y si hubiese estudiado y sido un buen cabro?
¿Y si me interceptan?
Me pasaron 10g de falopa por si me faltaba plata en el viaje. Le llaman mano espontánea, como cuando estás en una plaza y alguien te vende porro, más caro sí. Si nos para un paco estoy cagao-No- si pasa una patrulla estoy cagao. Llevan uno de esos pastores alemanes sacando la lengua por la ventana, probablemente más kiltro que ocho, hasta chiguagua tiene esa wea, si todos saben que los pastores alemanes puros ya no existen, igual que la droga, ahora todo tiene alguna mierda.
El perro salta por la ventana ladrando al bus y lo corretea porque el bus debe tener un aura odorífica de metros por todo lo que traigo. Gota en el ojo de sudor frío, asqueroso, exagerado, al final era solo condensación de las ventanas del bus que me calló en la frente, aún más asqueroso, vapor de humano encerrado. Ando psicoseado-Temuco a 50 km- No puedo más.
Escala en Temuco, por fin. El cartel rasca de “Baño $200”. No aguanto y aunque no le hago necesito un jalón, algo que me entretenga, que me distraiga, los ojos de todos sobre mí como diciendo “ya weon, anda si estay angustiado” tengo adicto tatuado en la cara y por si no es suficiente un cartel (¡y luminosa la wea!) para que todos sepan. ¿Y si mi viejo se da cuenta cuando me conozca?
“No hermano, si ya me cacharon estoy seguro, me deben estar esperando con esposas y todo allá”, le digo al Cuervo por celular. Él me consuela, me dice que es susto de primerizo. Corto y dentro de la cabina del baño siento que hablé demasiado fuerte, que necesito esperar un poco antes de salir.
Cuaderno chico, Candy Cane lloviendo como nieve blanca sobre la tapa ¿y si me persigo en mala con esto? Pausa. Silencio de meditar. Igual alcanzaría a comprarme un café, sí, mejor. Estoy puro weiando. Iba a guardar el cuaderno pero en vez de eso me quedé mirándolo, hipnotizado, como si la raya me conversara y yo la escuchara atentamente. Filo.
El aire subiendo por mis fosas como una maravillosa catarata invertida, suave, pero todo de una vez. La raya que se fue más rápido de lo que me tomó armarla. Sería una pena que mi viejo fuera drogo también. La pasaríamos bien, pero puta que sería una lástima, no quiero seguir pensando en eso (y cae otra línea). Sería un viaje hecho en vano o aún más (y sube la línea del tubo a mi nariz) una vida en vano. Me apuro a guardar las cosas porque me asusta que el bus se vaya con los kilos del jefe. El último pique y llegamos, sus cinco horas y ya. Después descanso, entregar el paquete y a buscar al viejo.
Llegué, compré un diario y un café en el terminal. Todo muy normal. Hice un par de llamadas, busqué una buena pieza de hotel. Llegamos temprano en la mañana, había neblina y un pucho en mis labios, también vapor por el frío de mi aliento y humo del tabaco en mis pulmones. Hubo silencio inquietante hasta que llegó.
Era estándar. Ni muy bonita ni muy desagradable a la vista, mirada cansada. Chica, más chica de lo que yo esperaba tanto de porte como de edad. Me da lo mismo.
Euforia en mi cuerpo, vigor blanco corriendo en todas mis terminales nerviosas, latiendo y explotando en ondas de colores alucinantes y los latidos, uno tras otro. Me manosea el asco de saber que no hay vuelta atrás para nada, no hay hogar al que llegar, cariño que exigir, cuidado de nadie, solo y a la mierda del mundo. Una mano traviesa me acaricia, imita el gentil calor de una madre tan solo que un poco más sucio. Pausa para recargar y de pasada recargarla a ella. Me dijo que le daba miedo meterse weas por la nariz, cocinamos, agujas penetrando nuestra piel, use una diferente a la de ella, de seguro tiene sida o alguna wea cuatica.
La mina prácticamente sedada, le cuesta abrir los ojos, está pasta, yo apenas tomé la mitad de mi dosis, estoy justo en mi punto. La tomo por las muñecas, me da miedo tocarla mucho, la visualizo toda embarrada de otros hombres, prefiero que ella haga el trabajo.
Le doy órdenes, obedece sumisa, fuerte. Abraza mi cintura con sus piernas desnudas, me agarra firme y se mueve, se queja, gime, grita, ni cagando le gusta esta wea pero a mí sí, se siente bien porque ni nos gustamos, casi como si me violara, aunque las prefiero más apretadas y que se hagan las difíciles, pero qué importa, ya estamos aquí.
Ella sigue, yo la empujo por los hombros y de las caderas la doy vuelta, no quiero ver su cara de niñita martirizada. Choco con sus gelatinosas nalgas violentamente, al rato se detiene, me sienta al borde de la cama y se sienta sobre mí dándome la espalda, comienza a saltar weonamente. De pronto me recuerda a los papás haciendo caballito a sus hijas o cuando las mamás sientan a sus hijos en su regazo para explicarles algo. Más rápido, más dentro, siento que choco con su vientre interno, ella grita como la puta que es, me vengo. La corrida más cara de mi corta vida.
Me deja respirar dos segundos, se levanta y huye al baño con su ropa, veo una imperceptible mancha brillante y traslúcida en su entrepierna, apuesto que ni la va a notar. Envuelvo el condón en papel higiénico-Debe ser saliva- pienso. La plata en un sobre como habíamos acordado, una inyección más para mí y me echo a dormir justo cuando ella se marcha del cuarto. Igual estaba un poco gorda la puta.
Agarro el diario e intento leerlo en ese estado que es como el limbo del sueño, ni me acuerdo de las noticias de ese día, solo de una foto de un biólogo marino, algo de un delfín albino, me pongo a pensar que sería gracioso que le dijeran Dolphin en vez de Horse, pero claro, no comienza con H. Supongo que no funciona. Luego duermo un largo rato, sueño con mi viejo, no se ve nítido y su cara como que se desenfoca, el viejo parece de esos papás que te llevarían a comer helado de pendejo y a tomar tu primera cerveza cuando cumples 18, se ve piola, igual un poco nerd pero por un momento pienso que no estaría mal. Veo una mano que es mía aproximándose a tomar la suya, él se desvanece, se vuelve polvo y cae de sopetón a un suelo negro de vinilo. Yo me ahogo en el polvo café, se vuelve líquido, burbujea, mi vieja chillando de joven mientras hace el amor con el tipo como en un eco. Una nueva visión, él se transforma en uno de esos tipos que tienen un carrito en el que venden sopaipillas con salsas raras, pero no kétchup. Me da un vacío congelado en el pecho, me da rabia, tanta que me dan ganas de matarlo. El Cuervo aparece y me lleva de la mano, todo es muy extraño.
Para cuando me despierto no importa qué imagen sea, si el viejo nerd, el del carrito o el Cuervo, solo siento que extraño tener un papá. ¿Y si hubiese sido cabro bueno seguiría extrañando algo que nunca tuve?
Nos juntamos a las cinco en la pieza que arrendaba ya que los tipos no eran de allá. Uno era de Concepción y otro argentino de Bariloche, aparentemente la aduana de acá es menos cuatica que la de Mendoza. Osorno era algo así como una guarida, un pueblito tan piola que no reunía público suficiente para vender ahí mismo, solo servía de punto medio para repartir a todas las zonas del sur. La gente era demasiado campesina, me explicaban. “Acá toman hasta que aguante el hígado pero las drogas de verdad no, dicen que son del diablo y les hacen el quite, a lo más están los viejos que tienen alguna plantita en su parcela, pero nada más”. Alivio. Las probabilidades de que mi viejo fuera drogo se redujeron casi a cero. Que tome todo lo que quiera, a mí eso me da lo mismo, los viejos alcohólicos son penca para cuando uno es chico o para las hijas ¿A mí qué me va a hacer? ¿Pegarme? ¿Agarrarme a chuchadas? Media wea, si me pega le pego, total no le debo respeto ni cariño.
Le pregunté al penquista si cachaba a alguien de la ciudad, me miró fijo como buscando señales de sarcasmo en mi rostro. Cuando cachó que era en serio se sentó en la cama haciendo saltar los paquetes sobre ella.
“Uno no viene a sociabilizar, cada persona a la que le diriges la palabra es un futuro testigo en tu contra.”
Me quedé helado, me imaginé que el Cuervo me hubiese dado otra de sus charlas, tanto por inocente como por dejarlo entrever a sus distribuidores. Asentí captando la indirecta de su silencio. Luego continuamos abriendo y re-empaquetando ese polvo café.
El argentino dejaba un rastrillo imperceptible de polvo sobre la mesa por cada ladrillo abierto y cada diez o quince minutos se jalaba el montoncito acumulado. El otro trabajaba en el baño sobre la cerámica y yo sobre un espejo. Fue la primera vez que sentí presión o más bien la carga moral de lo que hacía. Igual no era tan complicada la escuela, incluso los algoritmos y teoremas parecen sencillos al lado del riesgo que decidí correr metiéndome en esto ¿cuál será la probabilidad de que encuentre al viejo? ¿Y si me delata él mismo? El argentino se ha tirado como dos veces su raya de horse así que acelero el proceso, parto el montón de polvo en dos, luego en cuatro y así.
La mitad de los ladrillos que traje eran ahora un montón de bolsitas pequeñas. Ahora solo quedaba escondérselos al argentino porque como él pasaba por aduana tenía que llevarlos en el cuerpo en cambio el otro tenía más suerte, no te van a registrar las cosas en un terminal de buses. Con cinta metálica, la más resistente, decía y un traje de lycra de los tobillos al cuello se las fue pegando por tiras, como esas pulseras de pesas para los tobillos y muñecas, harto más rascas sí. Al principio el traje de lycra me perturbó porque era muy ceñido y le daba al argentino de bigote gracioso un aire fetichista bizarro, después no dejó de perturbarme aunque ahora era porque las tiras de paquetitos parecían músculos superficiales de heroína café. Se puso otro traje de lycra encima, para emparejar los desniveles y apretar los paquetes a su cuerpo, evita que se caigan, supongo, después su ropa de civil encima, se veía harto más ancho y cómo no si llevaba la mitad de mi carga encima.
“Está re pesado” y se rió “Acá ya terminamos” dijo el penquista sacudiéndose las manos, se quitó los guantes quirúrgicos y tomó su parte del encargo para guardarlo en su maleta. Me pasó un rollo de billetes cada uno, del encargo anterior me había explicado Cuervo y el penquista se fue con su maleta rodando, yo la veía avanzar y en mi mente me despedía de toda esa azúcar morena.
El argentino se demoró un poco más en salir, le pasé sus cosas pues no se podía agachar a tomarla, a diferencia del otro tipo me dio la mano y cuando se la estreché me agarró del brazo y me atrajo para darme un gran abrazo, me daba palmadas en la espalda “Si buscas a alguien pregúntale a las artesanas de la feria, ojalá las más grandes, ellas conocen a casi todos en este pueblo chico”. Se fue sin decir nada más.
Le hice caso al weon. Aunque no fuera de acá me dio confianza, o sea, no realmente pero al menos me había dado una idea de por dónde empezar a buscar. Primero que nada la feria, dónde cresta queda la feria ¿habrá más de una feria? ¿Cuál era, me dijo el nombre? Y de qué era en todo caso. Me di rabia por no haber pensado en eso antes de que se fuera el argentino de mierda. Agarré mis cosas, la pieza había quedado tal cual luego de que volviera a colgar el espejo. Ni un indicio, ni un grano de horse sobre la mesa ni el baño, todo perfecto para no ser recordado en la memoria de las mucamas, no sucio como para que dijeran “sí, hubo un tipo que dejó un espejo en el piso manchado con una especie de polvo” ni tan limpio como para que dijeran “bueno hace un tiempo un cabro arrendó una pieza por un solo día y la dejo impecable, como si ocultara algo” Solo la medida exacta de orden.
Bajé a la recepción pensando que quizás allí tendrían algún mapa de Osorno que dijera “feria” con una estrella encima y en efecto había folletos turísticos, todos una mierda publicitando lugares que quedaban a más de una hora de la ciudad pero al menos había un mapa del centro. Me paseé por la catedral, había un viejo entre un montón de frazadas y cajas de cartón aplastadas, sentado contra una pared, fuera ese mi viejo… Me acerqué a preguntarle, a un vagabundo nunca lo van a interrogar, menos si está pasado a copete.
Le pregunté primero por el hostal de don Leonardo Silva y después por la feria, me dijo que sin una ayudita no había respuesta, le pasé cien pesos y me empezó a putear. Que si tenía plata para andar mochileando no me costaba nada pasar luca, culiao barsa. Decidí buscar la feria yo solo porque pensé que sería muy arriesgado preguntarle a alguien más de por ahí, al menos caminar unas cuadras antes de volver a hacerlo.
Osorno era abochornado por la tarde y seco igual que Santiago, las calles angostas y con poca gente y de esa gente toda era fea y amargada. Me miraban como bicho raro por ir con la mochila de viaje y la maleta. Me gustaba pensar que cuando encontrara a mi viejo le contaría todas las vueltas que me di buscándolo hasta que di con él, me lo imaginaba riéndose orgulloso de tener un hijo con tantas ganas de verlo. Igual sigue siendo difusa su cara pero es canoso, eso sí, canoso de pelo blanco aunque jovial. Miro para atrás y ya no se ve la catedral pero sé que tampoco he caminado tanto. Quizás unas tres cuadras más y le pregunto a alguien.
Paso, paso, no pises la línea de la vereda, perro callejero con la cola lanuda y un chaleco entero sucio, me sigue media cuadra hasta el carrito de maní confitado de la esquina “Chao amigo” me despido, total un perro no sirve de testigo. Ya. Esta esquina se ve buena- me detengo- Le voy a preguntar al próximo que pase. No, a ese weon no, el próximo sí. (No pasó nadie más en al menos un minuto) Filo. Y me devolví hasta el puesto de maní, el perro lanudo acostado a un lado feliz masticando las sobras que se caían al piso. Pregunté por la feria que resultó estar casi al lado de la catedral, le eché la culpa al vagabundo, aunque realmente fue mi intuición poco acertada. Me acuerdo que mi viejita nunca se perdía, ni siquiera cuando fuimos por primera vez a la casa pituca de su último patrón. Quedaba en la calle Robles, por La dehesa y nosotros vivíamos por Pajaritos, en otras palabras ni nos podíamos imaginar cómo eran los barrios allá arriba o que la casa tendría esa entrada con muros bañados en enredaderas, la piscina, los parlantes en el living que salían de las paredes, la escalera en caracol, la cocina con los azulejos raros y aun así ella ni siquiera miró los nombres de las calles para llegar a su primera entrevista. Supongo que la desorientación vino de mi viejo, me lo imaginé perdido por estas mismas calles camino a comprar la misma marca de cerveza que tomé en mi primer carrete, sonrío como si ya lo conociera “Viejo loco” murmullé para mí mismo.
Pensar en él me hace querer ser alguien del que él pueda contarle a sus amigos sureños. “Mi cabro estudia ingeniería en Santiago” o alguna carrera de esas que hacen que tus viejos te mencionen hasta hablando con la cajera del supermercado. Lo imagino sonriendo y pensando que pasó tantos años sin ese orgullo de padre en su vida y yo bien pintoso, becado (no sé cómo chucha pero becado) haciendo una maqueta, leyendo un libro, haciendo cálculos en una pizarra. No sé si habrá una carrera que te haga hacer todas esas cosas al mismo tiempo pero puta, esa carrera quiero, la que te hace parecer un chico UDI y aunque regularmente me carga esa gente se siente correcto, porque mientras hago todo eso pienso en mi viejo canoso, tomando una cerveza con los sureños y haciendo un salud por mí.
Si me pregunta por mi vieja le voy a decir que murió, pero que murió sana. Aún si no le importa porque fue una cosa de una noche, pero no quiero nada que le haga ruido. Cuando lo encuentre tanto el Cuervo como mi vieja serán una mala pesadilla y me voy a ganar al viejo aún si al principio no me quiere reconocer como suyo. Espérate no más viejo.
Había guantes de lana sin dedos, mitones decía el cartelito de cartón, como veinte pares por cada puesto, todos iguales pero en distintos colores. Una de esas pedrerías que venden lápiz lazuli y cuarzo, de las que te ilusionan por estar entre puras chucherías baratas pero terminan costando como mínimo cuarenta lucas el collar. Me acuerdo que cuando pendejo pregunté una vez en la feria de Santa Lucía en un puesto así, quería una cagada de piedra amarrada con alambre a una collar de cuero, era el día de la mamá, 52 lucas me dijo la mina mirándome a huevo, yo me lo eché al bolsillo de la parca cuando atendía a unos gringos. Igual mi vieja lo vendió unos años después.
Había un puesto que vendía flores y chocolates artesanales. Atendía un cabro de mi edad con la que parecía era su abuela. “¿Leandro Silva?” Le dijo a su abuela y ella dejó de cortar tallos de rosas para preguntarme el segundo apellido. Le expliqué que al menos hace unos 25 años tenía un hostal, pero que no sabía si seguía y que no sabía otro nombre ni nada más.
Me preguntó si era uno que quedaba cerca del terminal, una casucha de madera verde con un cartel que decía algo sobre pieza para universitarios. Me emocioné, mi vieja me había hablado de eso, cuando ella fue le dijo que estudiaba periodismo siendo que no había salido de media todavía. No me acordaba hasta que la abuela lo mencionó.
La artesana y el chico compartieron una mirada de medio segundo y me vieron ahí parado con mi equipaje ahora casi vacío, en esa ciudad sin nada llamativo salvo por el dueño de un hostal que fue demolido para poner un edificio de oficinas y un local de computación en el primer piso, cuyo dueño (mi viejo) ya no tiene trabajo, ni recibió una paga por la compra del terreno ya que él es ahora imposible de hallar, dejando así la propiedad a nombre de nadie.
” ¿Por qué?” Leandro Silva de 56 años. Caballero amable dicen que era hasta que su hostal dejó de recibir visitas. Nunca completó el octavo básico y salvo por la casa que heredó de sus padres que usaba de arriendo y sus ahorros insuficientes para generar cualquier otra clase de ingreso, no tenía nada. Le gustaba salir con sus amigos taxistas a tomarse unos tragos los fines de semana y de ahí la idea de abandonar la casucha y cambiarse a vivir a la escalera de un local vecino a su antro favorito.
“Lo encontraron ahogado en su propio vomito hace unos meses en la calle. No le quedaba familia así que ni siquiera lo enterraron en el cementerio católico o alemán, ¿por qué dijo que lo buscaba?”
Me quiebro por dentro. Su tono fúnebre me da a notar que todos oyeron si quiera una vez de ese caballero que se murió intoxicado con alcohol en esta ciudad enana, sofocada, desconocida, sin nada de interés ya en ella. “No, por nada” Huir.
Meses pasaban, dentro crecía una vida destinada a morir. El vientre antes ya desbordante estaba ahora hinchado, un ser que subsistía a pesar de su alimentación a base de pocas calorías diarias de la mal llamada comida de una bomba de bencina.
Siempre monitoreada, siempre interrumpida por el cuerpo de un hombre nuevo que invadía el pequeño y frágil nido que se armaba él mismo allí dentro-Ya te dijimos que te fuerai de acá- Su pequeño corazón latía fuerte dentro del cuerpo sufriente de aquella chiquilla con cuerpo de mujer, los ecos de esas voces externas se camuflaban en una viscosa pared de órganos dejando oír apenas las vibraciones más graves. El aún incompleto ser de cuatro meses se estremecía con los latidos de su joven transporte viviente-¡Es que no tengo de donde má’ sacar plata, porfa solo dame unas lucas y me voy, Rodri porfa!- Chillaba llorando una quinceañera llamando la atención del resto de las mujeres en ese albergue.
“No me digai Rodri. Ya no volvai más Dafne, entiende que no y pobre de ti que soplí alguna wea, no seai mal agradecida. Te dimos techo, comida, plata. Lo único que teníai que hacer era ir donde te mandábamos, hacer tu trabajo, traernos los sobres y NO embarazarte. Aparentemente te costó mucho, vo’ la cagaste solita y sabiai que eso significaba perderlo todo, así que sale y si volví una vez más pidiendo plata vamo’ a tener que hacer lo mismo que con la Dani ¿Te acordai de la Dani, Dafne?”
Era la tercera vez que volvía a ese lugar. Desde que la habían echado de vuelta a la calle había tenido que pedir dinero y dejarse insultar por las señoras que notaban su creciente vientre. Ese trabajo le daba una mejor vida incluso que la que tenía antes de irse de su casa y por un descuido, cómo decían ellos, o mala suerte, cómo decía ella, o por un traficante santiaguino, como de hecho era, la había perdido. Siempre creyó que guardar los dos mil pesos que le pasaban por cliente era estúpido, solo había conocido a una chica que lo hacía, pero como ninguna de ellas tenía suficientes años de vida no conocían a personas que pudieran ayudarles a salir del mal rato de manera tan cómoda como Rodrigo se los ofrecía, por lo que ahorrar para escapar era simplemente un sueño sin fundamentos, por eso ella siempre las gastaba de inmediato en chocolates o completos de alguna bencinera.
Recordaba a ese hombre que la miraba ahora con disgusto en el tiempo que la buscó para ser reclutada. Siempre era lo mismo. Las encontraba pidiendo plata y les dejaba mil pesos. Hacía un seguimiento. Pasaba todos los días a chequear si seguían allí. En el caso de Dafne fueron tres semanas, ella ya reconocía su rostro y lo saludaba cuando pasaba a dejarle su generosa limosna. Luego usaba su encanto y las metía al negocio.
Un fuerte latido resonó en su acuática cuna de desperdicios. El sobresalto de su madre al volver oír el nombre de esa chica Dani que una noche se fue de paseo con Rodrigo y sus amigos para no regresar más.
No volver y olvidar era lo mejor que podía hacer por ahora. La mala suerte le había traído un parásito que hacía de su buena presencia una no tan placentera. Quizás después del parto su cuerpo volvería a su tamaño original y entonces la aceptarían de vuelta, el único problema era sobrevivir hasta entonces, no estaba segura si las pocas monedas que hacía al día podrían mantenerla en pie por tanto tiempo, esperaba que sí, y más que por el pequeño ser rezaba por su propia vida y el retorno a su vieja rutina. Ni siquiera sospechaba las malas condiciones en que lograría mantenerse, ni que ese niño dentro de ella apresurado por el persistente frío de invierno que enfermaba el cuerpo de su madre escaparía de entre sus piernas, desnutrido y ensangrentado apenas a los siete meses y medio de gestación.
Un doloroso golpe en su interior, la fuente rota que mojó los únicos pantalones secos que le quedaban, pero daba igual, buscaría otros en la basura. Corrió como pudo hasta la siguiente esquina donde un montón de contenedores de basura la refugiaron de la vista de cualquiera que pasase por la calle. Sangre escurriendo de su interior, el niño intentando aferrarse de sus entrañas como sabiendo que allí afuera solo le esperaba la lluvia, la muerte. La joven se desmayó por el agudo dolor luego de que su cuerpo acabase de luchar por liberarse del diminuto invasor. No fue sino hasta el alumbramiento que la muchacha recobró la conciencia para presenciar el grotesco espectáculo, su cuerpo sudaba haciendo de la brisa helada aún más terrible y aquel ser aún demasiado diminuto tanto en tamaño como probablemente en peso había caído al asfalto sobre el charco que era hasta entonces parte esencial de su acogedor nido, apenas un pequeño sonido, casi como el de un animal pequeño que aún no puede articular con su propia boca, un sonido gutural desde su incompleta garganta asimilando un llanto. La chica reaccionando ante aquel ruido en seguida acomodó sus prendas y anestesiada por la adrenalina echó a correr del lugar del parto de inmediato esperando que aquel quejido no llamase la atención de algún transeúnte. Huyó cuadras y cuadras manchada de sangre hasta un lugar lo suficientemente lejano como para desvincularse del hijo de su propio vientre.
El prematuro bebé permaneció allí acurrucado atado aún por su cordón a la placenta que lo ayudó a mantenerse vivo por un par de horas dejándolo conocer la esencia misma de la existencia, sufrimiento y soledad hasta su rápida despedida que no dejaría más rastro que la triste y traumática imagen en el encargado municipal que lo encontraría al final de esa semana, azul de frío y muerto.
Semanas después no podía superar la muerte de mi viejo. Lo veía bajando esas botellas una por una, acostado en cada esquina que pasaba y luego a mi vieja cocinando una dosis tras otra. Luego pensé en mí. Me pregunté qué sería lo mío, ¿el trago? ¿el horse? Me pregunto si el viejo habrá tocado guitarra alguna vez, o zampoña, alguna wea. Podría ahorrar y empezar a hacer música, o grafitear, eso podría ser lo mío.
Luego del viaje a Osorno no regresé a Santiago. Me quedaba heroína de lo que me robé del encargo, tenía la falopa y la plata que era del Cuervo, pero ningún lugar al que regresar, entonces, por qué no, me quedé con todo eso. Nací sin derecho a nada, crecí sirviendo a una familia que lo tenía todo, cuando murió mi vieja pensé que yo era el que espantaba todo cuanto podía llamar mío y creía que era así porque quería que así fuera, vine a buscar al viejo con la tonta idea en la mente de que él si se quedaría conmigo, que él no se alejaría porque yo no quería que lo hiciese pero no tenía idea de que ya se había apartado hace tiempo, estaba ahora en un plano en el que yo ya no lo podía alcanzar. Pensaba que quizás era lo correcto que nunca lo conociese, quizás me hubiera perdido más conociéndolo, pero al menos me hubiese perdido acompañado. Me quedé enclaustrado en una pieza barata, tirado en el piso entre agujas y pensamientos.
Hubo un día en que llamaron a la puerta y cuando abrí eran los pacos, no sabía qué había hecho mal para que me cacharan, si habría cámaras o quizás sospecharon los del hotel. Me encerraron en una celda personal esposado no sé cuánto tiempo.
Les preguntaba gritando qué pasaba, por qué me habían metido, que violaba mis derechos estar ahí sin saber por qué. Los pacos no me pescaban, ni siquiera me miraban, hablaban entre ellos y decían códigos que no conocía. Pensé que quizás el Cuervo estaba coludido con ellos y por no pasarle la plata me había mandado a buscar.
Un rato después de pensarlo ya estaba convencido de que esa era la razón, hasta que me sacaron para ir a un juzgado, pasaron muchas cosas entremedio que me dieron leves pistas, cargos por tráfico de drogas, eso estaba claro pero ver al penquista al momento de entrar, sentado junto quien era probablemente su abogado me lo dijo todo, al weon lo agarraron y había dado mi nombre, maricón.
El golpe del martillo es de lo último que recuerdo como hombre libre. La mirada del penquista que me miraba con lastima como diciendo “Sorry weon, era tu cuello o el mío” Entonces me di cuenta que desde que te metes en estas cosas nadie es tu amigo y no vuelves a tenerlos nunca, no tienes contactos ni proveedores, solo adictos que pueden apuñalarte en cualquier momento. Fue solo cuando llegamos a prisión luego de que cerraran la reja tras de mí que me di cuenta, esto iba a ser lo mío.
Los días no pasan acá adentro y muchas noches recuerdo la azúcar rubia que no alcancé a consumir, me persigue. Siempre me pregunto qué habrán hecho con ella. Si se la habrá pinchado algún paco o quizás solo la tiraron. Me los imagino tirándola en un inodoro como si nada, percibo cada grano cayendo en cámara lenta, como si fuesen lágrimas. Mis venas tiemblan extrañando el delicioso hormigueo. Recuerdo cuando me esposaron en el departamento y me hicieron caminar hacia la puerta, me voltee a verla, estaba sobre la cama en una bolsa abierta, perfecta como siempre, inmutable, caminé volteado hasta que salió de mi campo de visión y no la vi más; Igual como me imagino ese biólogo no volvió ni volverá a ver ese delfín albino, me torturo pensando que no volveré a caer en su dulce vicio, todavía la extraño. Mi padre murió como alcohólico, mi madre se fue en el sueño de drogadicta, yo me muero cada día aquí encerrado privado de lo único que nunca me abandonó en la vida y no puedo dejar de pensar que tal vez si hubiese sido buen cabro seguiría vivo.
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49 Continuación del 48 (mi creatividad no está muy bien hoy para el título...)
Yo, en ese momento empecé a urgirme… después de eso llegaron 2 tipos, Oscar y Byron. Byron era un tipo con Barba bien lampiño y Oscar un pelado con barba, los dientes separados (aaaawww se veía tan tierno, las paletas separadas son mi debilidad…), algo de pelo en pecho, piola… bueno, como sea. Los dos se sentaron en el jacuzzi y altiro nos miramos, y nos pusimos en onda. Fuimos a agarrar a la cabina que yo había arrendado. El lampiño Byron era seco pal copi, me hizo unas mamadas bacanes tipo menatwork.com Xd. Él quería llegar a algo más, pero yo no quería, porque aún estaba asustado con lo que había pasado con Cristóbal (aunque al parecer no lo suficientemente asustado como para cortar el webeo… ¿qué clase de weón soy?). Oscar también me lo mamó. Al final Byron se aburrió y optó por dejarnos a solas en la cabina con Oscar. Ahí con este pelao, nos empezamos a besar… Te definiré como era este Oscar: Era pelado, tenía una frondosa barba negra, paletas separadas (Me encantan los dientes así :D), pecho peludo, no muy buen físico (tirado pa’ gordito), pero rico, atrayente… no sé algo tenía que me gustaba mucho, y me hacía olvidar lo que había pasado hace un rato con el cagón… Estábamos cagaos de frío… hablamos caleta, nos quedamos dormidos un rato y se nos pasó el frío. Me acuerdo que una vez leí o escuché por ahí, que cuando a la gente la rescatan del mar, para que no les de hipotermia, deben ponerlas a dormir juntas en un saco de dormir, desnudas, y así ganan calor. Supongo que habremos producido un efecto parecido… o tal vez no… quien sabe (¿y a quién le importa a la verdad…?).
A ratos a él se le quitaba el sueño y me lo mamaba, luego me besaba y abrazaba de nuevo, a veces venía su amigo lampiño, me daba unas mamadas bien profundas y después se iba. En fin, Oscar se calentó tanto que empezó a mamármela varias veces y con harta determinación, que al final me corrí en su boca. Luego, ya más calmados, me empezó a decir que él era prácticamente médium y una sartalada de webadas. Me dio su Facebook, ya que había sentido una gran conexión conmigo. Yo le di mi Facebook también. O sea, el facebook falso que se me ocurrió pensar en el momento. Después él se fue y quedé completamente solo. Recuerdo que eran las 5:00 a.m. Empecé a sentir mucho frío así que me tapé con la toalla media húmeda que te dan el en sauna. Ahí vino el maldito de Morfeo y me dio un charchazo de sueño del que no me despertó hasta las 8:00 a.m . Cómo se imaginarán, dormir completamente en bolas no es la mejor idea del mundo, especialmente si te duermes con una toalla húmeda como cobija. Desperté tiritando y con la nariz más helada que pasillo de yogurt (como era de esperarse). Miré la hora y calculé que debía 5 lucas por el tiempo de uso del mini-motel, así que fui a devolver la llave de mi cubículo. Al devolverla, me fui un rato a las habitaciones con vapor para entrar un poco en calor. Una vez ya estaba con la temperatura normal, me fui un rato a reflexionar sobre todo lo pasado. Me fui al cuarto piso, entre la sala de los masajes, hay unas banquitas dentro de una habitación algo oscura (O sea, puedes ver, pero no tanto). No había ni siquiera empezado a pensar sobre la vida y la cagá que me había mandado y llegó a mosquear un weón… Era un boliviano (harto porfiao de cara, sin mentir) con un cuerpo espectacular. Que weón más bien hecho. Pero yo no quería nada más. Ahí yo pensé… bueno a lo mejor ya tengo el wiri, así que filo… ¿Cuándo me voy a poder comer un pescado de este tipo? ¿Qué más daba? El weón me empezó a contar que trabajaba en un gimnasio (en el cuál nunca entrenaba cara, obviamente) y que también hacía masajes… “Mira…” me dijo y me empezó a masajear… en ese momento yo tenía tantas ganas de que alguien me abrazara y me dijera “Hey, todo está bien…” que supongo que confundí las cosas… Yo estaba sentado y se puso delante de mí, dándome la espalda y me dijo: “Toca mi piel… ves cómo es de suave? ¿Has tocado una piel más suave en tu vida…?” Si, el weón no era muy modesto, pero tenía razón… el boliviano estaba depilado entero, su piel era muy suave y su musculatura se sentía tan definida y dura, su culo tan gordo y duro al mismo tiempo, los músculos de su pecho, piernas y espalda tan marcados… Si hubiera tenido un cucurucho en la cara hubiera sido perfecto, pero ya que la habitación era media oscura no se le veía tan mal la carita. Me terminó besando y mamando… como de costumbre en la mayoría de mis historias…
Ahí me fui del sauna y hasta el día de hoy que traspaso esta historia (13 de Junio del 2019) no he vuelto a entrar. En fin, vamos a analizar las situaciones y su riesgo…
1) Masajista: Lo más risgoso es que me lo chupó un poco… yo diría que el riesgo es prácticamente nulo.
2) Cristóbal: Posibilidad más alta, considerando las manchas de sangre del colchón, pues tal vez el condón tenía algún orificio o que sé yo… Fui weón y confiado, pero ¿Qué puedo hacer ahora?
3) Amigo de Cristóbal: Sólo me lo mamó… posibilidad baja
4) Byron: Me lo mamó con harta fuerza. Un tipo muy “Golozo” Se notaba con harta experiencia… Probabilidad baja-media
5) Oscar: Me la mamó varias veces, pero no creo que haya una posibilidad alta, yo diría más bien baja…
6) Boliviano: Me lo chupó, aunque no taaaaanto, yo diría probabilidad baja...
Bien, #Gaybienpiola, que bonito lo que hiciste… 6 weones al hilo. ¿Qué chucha te pasa weón? ¿Tanta es la desesperación?
En fin, querido diario… eres libre de juzgarme… Tal vez digas: “Estás exagerando… tú no tienes síntomas… Pero ahí te equivocas. Desde ese entonces nunca me había sentido tan enfermo como ahora. Nunca jamás en la vida. Después de 2 días de estas situaciones comencé con síntomas muy terribles que nunca había experienciado. Tengo la impresión que ya estoy más qué pedido. Ojalá que Diosito no lo permita...
Mañana te cuento que pasa conmigo y porqué mis sospechas.
Nos vemos
-FIN DE LAS TRANSMISIONES-
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El Pascuense
Llevo varios años soltero. En este tiempo me he dedicado a disfrutar. No voy a negar que no me gustaría estar en pareja. Lo he intentado varias veces con algunos chicos pero nunca resulta nada. Ya creo que me quedare solo por siempre.
Anoche, después de casi un año, volví a la casa de mi mamá. Por pega me fui a vivirá otra ciudad. Estaba chato, necesitaba un respiro del trabajo así que me fui unos días a ver a mis amistades.
Salgo a la disco gay en la noche con un amigo. Mi amigo no es muy agraciado la verdad. Yo no estoy para nada en mi mejor momento pero sabía que me iría mejor que a él. Estuve a punto de concretar con un tipo pero había tomado tanta piscola que preferi irme a la casa.
Hoy me levanto con la mega caña. Abro grindr. Mientras me quejaba del dolor de estómago producto del pisco veo un perfil de un pascuense, tipo Uri Uri. Le hablo de inmediato, no podía perder una oportunidad como esa.
Yo: Hola bro como estai, andai de paso?
Pascuense: Si, vine por unos días a trabajar
Yo: Turismo o algo así?
Pascuense: Soy masajista
Ser masajista en grindr es el eufemismo más grande pa cubrir el puterio. Le pedí fotos. Me manda las típicas fotos de un pascuense rico pintado en taparrabos. Le dije que quería una de su maso a lo que me dice que no confunda las cosas, que es masajista, no scort. Deje de hablarle, que sacaba, nique estuviese tan necesitado como para pagarle a alguien.
Pasaron las horas y no pude parar de pensar en ese pascuense. No sabía que me pasaba pero estaba ardiendo por dentro, me tocaba el ano, me olía los dedos y sentía ese placer. Lo han hecho? Obviamente limpio y todo pero era ese placer a una buena masturbación. Se me pasaron por la mente las ideas más locas. Me dio mucho morbo ese perfil que podía ser hasta falso.
Yo: Cuanto sale el masaje?
Pascuense: 20 mil solo espalda
Yo: Y cuerpo completo?
Pascuense: 30. Se masajea alrededor del pene igual
No no dude más. No podía más con el morbo. 30 lucas, si bien es plata, no es una millonada. Quizás nunca iba a poder ver a un pascuense así, en ese contexto ,tenía que aprovechar. Le digo que me pase su número, concretamos y en 20minutos estaba afuera de su lugar.
Llego a la calle. En la esquina estaba la primera pensión universitaria donde conocí a mi ex. Me trajo tantos recuerdos, sonreí y seguí con mi vida.
Abre un tipo de pelo largo, moreno con la típica cara de pascuense. Andaba con una camisa floreada roja, un collar tribal y unos shorts. A pata pela me recibió. Amo las patas grandes y morenas, este weon las tenía gigantes. Había una cama muy vieja, una cocinilla y unas paredes gastadas. Encima del velador tenía unos aceites, plata, un cenicero y una gatorade azul a medio tomar.
Yo: Estai con caña?
Pascuense: No, solo tengo sed. Salí a caminar harto en la mañana. Tienes la plata?
Le paso la plata un poco desconfiado. Al verlo, claramente no era Hotuiti. Su voz tampoco era muy varonil. Su acento y su cara me decían que era pascuense pero no sé si era lo que me había imaginado. En fin, ya estaba ahí.
De a poco me desnudó, me dijo que me quede solo en boxer y que me ponga de boca en la cama. Puso música relajante.
Estaba cagao de frio. Claramente era una hostal de mierda, no había calefacción. Era solo una pieza antigua.
Cuando lo veo, estaba completamente desnudo solo con un taparrabo. Ahí me prendió. Se mojó las manos con el aceite y de a poco aplaudía para que me caigan gotitas en el cuerpo. Empezó delicadamente por mis hombros. El aceite y el frote de sus manos ásperas y grandes como sus patas hacían que poco a poco se me quite el frio y me relaje. Sabía lo que estaba haciendo y no era malo.
De a poco bajaba. Mientras bajaba se apegaba más a mi cuerpo. Se subio encima mío. Ahí sentí su taparraabo por primera vez, estaba flácido.
A medida que me frotaba me relajaba más y más. De pronto me relaje tanto que solté un pequeño gemido. Un mini orgasmo que prendió todo. De a poco y muy suavemente me bajo mi boxer y empezó a masajeaar por ahí. Mis glúteos se movían demasiado. Me tomaba de la cintura y paraba mi poto haciendo que mi hoyito quede mirándolo a él. Lo tenía afiebrado, necesitaba que se lance a él y me lo coma para poder tranquilizarme. De pronto por la sombra de la luz tenue veo como agarra una botella y bebe algo. Siento un chorro helado en mi hoyito y su pene duro rozándomelo.
Pascuense: Voy a cuidar de este pedacito.
Le da un beso y una lamida. Ahí me doy vuelta y lo veo en todo su esplendor. Masajeándome y preguntándome si estaba bien. No me aguante y me fui directo a su pene. Espera, esto se hace así. Agarra su pene, un moai negro, grande y duro. Lo pone en frente mío, toma aceite, se lo chorrea y hace olerlo. Ese olor a macho con esa viscosidad del aceite me tenían a mil. Me recuesta en la cama de nuevo, gira mi cabeza y con sus dedos abre mi boca
Pascuense: Quédate así, este es un premio por ser buen cliente.
Mete lentamente su pene salado en mi boca. Tenía tanta hambre!! Me lo devoré en un rato hasta que acabé. Acabé en mi pecho. Me esparció todo el semen en el cuerpo para terminar mi primera experiencia de la vida.
Quiero más, necesito más.
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29/09/22 2:06 am
ME ODIO JAJAJAJ o sea.
llevaba una relación tan BONITA WE en todos los sentidos, pero la he cagao.
Alch si me lo merezco, pq ¿quién me manda a crearme inseguridades donde no deberían de haber? Literal, no había nada malo WATAFOK.
En fin, hemos terminao, y alch si kiero llorar pero LAS PINCHES PASTILLAS NO ME DEJAN LLORAR LA reputamadreeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee.
Weno, no tengo con kien hablar de mis sentimientos o del cómo me siento, así que toca esperar hasta mi cita psicológica Dx
Me siento muy mal, siento q wa morir de desesperación o algo pq AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA tngo unas perras ganas de darme unos toques, pero no tengo cómo unu en fin es todo bai
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BREAKDOWN MENTAL/EMOCIONAL...
Estoy como en un vacío mental? la verdad no se como sentirme, pero como que tengo la capacidad de darme cuenta de todo lo que esta pasando a mi alrededor, la verdad no se como explicarlo, filo, lo voy a intentar.
Antes que nada los voy a contextualizar un poco, así como para que entiendan mas o menos la historia.
Voy en tercero medio, soy un tipo... normal? pero definitivamente estoy cagao' tengo una depresión de mierda, diagnosticada y toda la huea, el punto es que me salí del colegio y me voy a poner a trabajar en la empresa de mi vieja, una verdadera paja, pero prefiero eso a ir a perder el tiempo al colegio, o algo así. Les voy a contar lo que realmente pasa, y la verdad no me había atrevido a decirlo en voz alta hasta hace como 20 minutos que llore como imbécil escuchando Thunderclouds de Sia jaja, filo, El punto es que la verdadera razón de porque me voy del colegio, es porque ¡¡NO ME LA PUEDO!! (momento en que todo se empieza a tornar triste xd).
Hace años ya, que ir al colegio se transformo en una clase de ¿tortura para mi?, onda me costaba una vida llevarme bien con mis profes, siempre encontré que mis compañeros eran unos imbéciles, el ambiente en general era una mierda y mas en cima para peor yo no estaba dispuesto a seguir las reglas como el hoyo que tienen los colegios, lo conversé una vez con unos amigos que tengo, son mayores que yo y son un matrimonio, el Jose y la Pauli <3 Ellos me hicieron entender que el sistema escolar que existe no esta hecho para todos, así de simple y que si yo no me adaptaba estaba bien, no era algo anormal en el fondo, filo, el punto es que desde ese momento como que ¿me rendí? o algo así, en el fondo me transforme como en el alumno mierda del colegio, (vamos a nombrar este colegio como “CÁRCEL INFERNAL = “C.I” que era el colegio al que iba en ese entonces) ya no me importaba lo que me dijeran, actuaba dependiendo de como me sintiera, etc. Por ejemplo muchas veces me dieron crisis de pánico estando dentro del colegio, lloraba, me ahogaba y pucha quedaba pa' la caga' básicamente, (aclaro que jamas en mi vida hice el show de llorar al frente de gente y hueas así que en vdd encuentro demasiado patéticas #sorryNOTsorry) ya po' la cuestión es que antes de tener la conversación con mis amigos que les nombre anteriormente, me hacia el duro no mas y entraba a las clases y me quedaba piola y fin del cuento. La cosa es que después del cambio de mentalidad que tuve, como que me empece a preocupar mas de mi, de reponerme bien después de las crisis, calmarme y en el fondo hacer lo necesario para volver a estar bien compuesto, si era necesario no entraba a las clases no mas, la huea es que anda a hacer entender a una inspectora que es como las hueas y no esta NI AHÍ con lo que te pueda estar pasando y lo único que quiere es que entres a la puta clase y OBVIO que la muy hueona no escuchaba razones tampoco, filo, me salia con la mía igual, obvio que me tenia que comer una anotación que parecía Biblia la huea, pero me daba lo mismo.
Quiero agregar a esta historia a una persona que estuvo conmigo en todo ese proceso escolar como las hueas que pase en la “C.I” que es mi mejor amiga, se llama Meli, también hacer mención a la Cami Lesbi y la Anto que también eran muy cercanas a mi y siempre full apañe.
Con la Meli pasamos como ¿lo mismo al mismo tiempo?, siempre me apoyó en todo y obvio que yo a ella también, no se, es raro de explicar y de entender, filo, el punto es que todas estas hueas mierda como que me unieron demasiado a ella en vdd... El punto de esto y a lo que quiero llegar es que con ella y las chiquillas hice 1° y 2° medio en la “C.I”, estábamos todos chatisimos del colegio en vdd, así que cuando pasamos a 3°medio (Todos pasamos literalmente haciendo exámenes especiales xd) nos cambiamos todos juntos al mismo colegio en el que iba otra amiga de nosotros, la “Cami RZ”, que fue la que nos incentivó a hacer este cambio.
Ya... imagínate que salimos de vacaciones, pasamos todos milagrosamente de curso, nos habíamos ido del infierno de colegio en el que estábamos y solo para aclarar, las peores cosas que pasé y pasamos ahí, nos se las conté, ¿quizás lo haga algún día?, no se, filo, el punto es que todo estaba como bacán, ¿cachai?, el panorama se veía bonito básicamente.
Ya po' el tema es que entré al nuevo colegio, estaba con mis amigas, el ambiente del colegio era bacán!!, había mucha libertad, empece a conocer gente la raja con la que tenia ene cosas en común, etc. Como que en general el colegio era claramente mucho mejor que el que les nombre anteriormente, vamos a nombrar a este, “COLEGIO POLÉMICA” = “C.L”. Todo partió super bien, las cosas estaban fluyendo de forma bacán y en general estaba todo bien, pero OBVIAMENTE tenia que volver la perra latera de mi depresión a cagarme todo xd, hueón básicamente mis emociones se fueron a la chucha, mi motivación por estudiar se fue a la cresta (que incluso estando bien ya es bastante baja), traté de aguantarme nomas y seguir en el colegio porque de verdad me gustaba, pero no pude jaja, onda tengo promedio 4,4 y tengo 4 promedios rojos y CERO motivación de subir mis notas y ponerme a estudiar y todas esas mierdas que tenemos que hacer las personas normales. La huea es que siempre me mostré como desinteresado?) con todo este tema, actuaba como si no me importara nada y vivía mi vida básicamente carreteando todos los fines de semana y fumando marihuana todos los días, pero la razón por la cual tome ese camino fue porque sentía verguenza?), o frustración?), y como que igual era mi vía de escape para no pensar tanto, porque siempre que estaba lucido me daban crisis de pánico, ansiedad y pucha básicamente casi todo lo que abarca una depresión.
La verdad es que me voy a poner a trabajar con mi vieja porque es la única opción que tengo y soy un fracasado de mierda, obvio todas estas hueas tienen consecuencias, pero yo hablo mas allá de las cosas académicas, onda estoy SEGURO que con mi mejor amiga nos vamos a alejar mas que la chucha, con suerte vamos a hablar, porque es básicamente lo que a ido pasando este ultimo tiempo, ella se a unido mucho a la Cami Lesbi y la Anto (cosa por la cual estoy dms feliz, obvio) y como que nosotros hemos perdido mucho nuestra cercanía, sera culpa mía?, sera culpa de ella? NO SE! y la verdad a estas alturas me da paja pensar en eso, presiento que voy a quedarme solo, pero en cierta forma yo me lo he buscado, filo, tampoco me voy a lamentar, es solo que tengo el presentimiento de que se vienen momentos de mucha soledad en mi vida, siento que voy a perder a mucha gente y con mis viejos no puedo contar para nada porque son muy ¿cerrados de mente? o quizás ese no es el concepto correcto para definirlos, osea tengo confianza para contarles algunas cosas pero la mayoría de las cosas que me pasan no... y nuestra relación “padres e hijo” literalmente se basa en casi puras mentiras o mas que mentiras ¿omisiones de información?...
Tengo un mejor amigo que se llama Víctor, el también es muy importante para mi y estará de cumpleaños en un par de días, el único problema es que vive en otra ciudad y no nos vemos mucho, el punto de nombrarlo acá y es la razón por la cual estaba llorando mientras escuchaba a Sia xd, es que mis viejos no me dejaron ir a verlo para su cumpleaños, en conclusión pasare toda una semana de lo que se supone es “celebración”, acostado en mi pieza con ganas de nada, sin abrir las cortinas y llorando solo...
Nada mas que decir.
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01. Wilhelmsruher Damm 213, PLZ 13435, Berlín
Septiembre 2017, Berlín.
Estoy viviendo en Wittenau, barrio perteneciente a la comuna de Reinickendorf, al norte de Berlín. Comparado con Santiago sería como estar viviendo en Conchalí, aunque me gusta decir que vivo en Maipú, porque me gusta Maipú, y porque Reinickendorf es la comuna más grande de Berlín y la que más tiene gente, igual que Maipú.
Tengo una estación de metro a 3 cuadras de la casa, que es la última de la línea u8 (algo así como la estación “plaza de Maipú” de la línea 5 en Santiago). Hay metros que llegan hasta acá y otros que terminan el recorrido 5 o 6 estaciones antes (recorrido corto), por lo que la frecuencia del metro es de cada 10 minutos. Saliendo del metro hay dos supermercados, uno a cada lado de la calle. Uno es como el Ekono, osea, barato, pero nunca hay nada y el otro es yo diría como el Líder o el Tottus, porque es más grande y puede que un poco más caro en algunas cosas, pero con mayor variedad en marcas y precios de productos (además de una amplia gama de cervezas <3). En el Ekono hay una cajera muy bonita que a veces me saluda muy amable y otras veces ni me mira. El líder atiende las 24 horas, excepto el domingo, que está cerrado todo el día.
Una vez saliendo del Ekono, unas señoras evangélicas me preguntaron (en alemán) si quería escuchar la palabra de Dios. Yo, con una cerveza en la mano, les dije que no podía, que iba camino al trabajo. Otras veces me he topado con vagabundos que me piden plata, entonces pienso “¿estos hueones que reciben ayuda del estado por no trabajar me piden plata a mi? ¿no debería yo pedirles plata a ellos?”. “Sí, pero es que ellos te piden plata para drogas, porque el estado no les garantiza las drogas” me dijo la Fran Robles el otro día. Lo curioso es que los vagabundos en Alemania son hermosos y tienen una voz profunda, entonces a veces me dan ganas de decirles que se vayan a Chile, que allá podrían ser gerentes si quisieran, y que eso no significaría tener que trabajar.
En el barrio también hay dos puestos de dönners (o kebap, para el resto de Europa), que es un sandwich hermoso y típico de Berlín, pero que no es alemán, sino que turco. Berlín está lleno de turcos (googlee inmigración turca en Alemania para entender), y por lo mismo, está lleno de locales donde venden dönners (o telas turcas, o peluquerías turcas, o locales donde se fuma shisha). Cerca de mi casa hay 2: Uno muy muy barato donde los dönners cuestan 2 euritos (1.500 pesos), pero no me gusta ir ahí, porque los que atienden no son muy simpáticos, se depilan las cejas, se demoran en atender y atienden mal. Siempre prefiero ir al otro local, que queda casi al lado y que es mucho más piola, casi como una picada de completos, un poquito más caro eso sí, pero con unas mesitas afuera, y con turcos muy simpáticos atendiendo. A veces voy pasando ni siquiera con la intención de comprar y los chiquillos me gritan desde adentro “jelou mai fren”, casi como un “wena vecino!” y yo con eso me voy con el corazón hinchado. Otras veces estoy en el local comprándome un dönner y me preguntan si le quiero echar todas las salsas. Me dicen “epribare sauces?, epribare mai fren?” y nos cagamos de la risa de nuestros ingleses.
Más allá, como a 5 cuadras de mi casa hay un ciber donde compro tabaco y papelillos y donde venden cervezas frías, que son más caras que las del súper, pero te ahorras la espera en el refri. Atienden unos hermanos muy poco amables, medios racistas diría yo, hijos de un caballero que ni siquiera me atiende porque no le hablo en alemán. Está también el tío del otro almacén, que me habla en italiano, porque cree que le voy a entender mejor.
Yo vivo en un departamento que agarró una corredora y lo arrienda por pieza, todo amoblado, para sacarle más plata, supongo. Es un departamento grande, en un tercer piso, sin ascensor, 6 piezas, 2 baños y la cocina. Todas las piezas con calefacción de cañería, así que calientito todo el día en toda la casa. En la pieza uno está Than. Es vietnamita y está haciendo acá un posgrado en no se que, no le entiendo, habla solo tailandés y alemán, pero es tierno y romántico, le gusta escuchar k-pop-emo en unos audifonos de los grandes y blancos. Un par de veces nos encontramos cocinando y empezamos a chatear por google translate <3. Than es desconfiado, siempre cierra la puerta de entrada con doble llave, en su pieza cambió la chapa para poder dejarla también con llave (el resto no tenemos llave de nuestra cerradura) y hasta pone toallas para cubrir el mínimo espacio que queda por debajo de la puerta. Than cuida mucho su intimidad, pero también su elegancia; alguna vez vi su puerta entreabierta y de copuchento noté un colgador de esos de tienda con rueditas abajo con puras camisas excelentemente planchadas. Than se seca el pelo con secador después de la ducha. Esa onda.
En la pieza 2 estoy yo, el latino, el dj Méndez de la casa. Con tatuajes, barbón, ropa haraposa, dientes chuecos, hablo inglés como el hoyo, no tengo plata ni para la micro, pero nunca me ha de faltar para comprar cervezas. Ando tomando porque sí, ni por celebrar ni por pena, por tomar nomás. Y puta, todos durmiendo y el hueón dele con la guitarrita, siempre intentando sonreír, de latino nomás, para imponer alegría, porque todo aquel que piense que la vida es desigual tiene que saber que no es así.
En la pieza 3 duerme Stev, un alemán de 36 años empalagosamente educado. Cada vez que me ve comiendo me dice “enjoy” o “bon apetit”, aunque esté con una fruta o con un café y siempre me dice que huele rico lo que cocino, aunque esté hirviendo agua. No sé si será gay o separado. Stev tiene un inglés perfecto y elocuencia al hablar. Parece que es profe de educación física. Osea, una vez me dijo en qué trabajaba y no le entendi, pero hizo unos gestos como de hacer ejercicio. Stev se ha hecho muy amigo de Than. A veces estoy en la cocina y los veo compartiendo cervezas, hablando explayadamente en alemán, quizás sobre política o sobre cultura general. Pienso que ni en español podría conversar con ellos.
La pieza 4 es de Sutender, un ingeniero de softwares de la India. Yo siento que tiene pena, no habla con nadie y como que tiene cara de pena, de cansado de la vida; El otro día, como ando pobre, recurrí a hacerme el pan y recordé una receta que me enseñó el José Delpino para hacer chapati que es súper fácil, onda, harina agua y sal todo al ojo, amasar, aplanar y al sartén por ambos lados. Sutender me vio en el sartén y quedó loco, porque el chapati es un pan indio, insisto, muy fácil de hacer. La cosa es que se emocionó tanto que me hizo un té chai para acompañar el chapati, jajajaj, y Sutender es del café y las tostadas nomás po. Bueno la cosa es que ahí conversamos un rato y me dijo que estaba medio solo acá, que era soltero y su familia estaba en la India, entonces no se, yo intuyo que es pena lo que tiene mi amigo. Aunque es de puro tonto, porque Sutender tiene su pinta, es morenazo, es ingeniero de la India, súper buen partido, “tiene que ir a probar suerte a la disco, perro” le diría yo.
En la pieza 5 está Giuliano y ese hueón es bacán. Es suizo, habla como 5 idiomas, me dijo que si algún día quería tomar una cerveza acompañado, le tocara la puerta nomás. Giuliano es grafitero, pero no de hiphop, sino que de animales ashi shuper, yo ya le caché el buqué a mariguana saliendo de su pieza una vez que iba por el pasillo y me hizo sentido, si tenía toda la pinta. Creo que me gusta un poco. Giuliano es atento, demasiado buena onda, habla con todos. Me contó el otro día que está postulando a un trabajo como limpiador de hojas, dice que fantasea con tener esas máquinas y hacer volar hojas, nooo si es bacán el hueón.
Por último, en la pieza 6 está Finn, un cabro chico irlandés medio pesao, 19 años, colorín, flaco, pecoso, con cara de enojado. Yo pensaba que yo estaba cagao, pero Finn está en una situación mucho más crítica que la mía: no tiene pega, no tiene amigos, se la pasa todo el día en la pieza o en la cocina. Maaalo pa lavar la loza, yo pienso que es porque es cabro chico y lo dejo y a veces hasta le lavo algunas cosas. Cuando llegué recién a la casa, onda con las maletas, me lo topé a la salida y me acerqué así como por darle la mano, su estrechón amistoso, pero Finn me dejó con la mano estirada y solo dijo “hola” con una leve y forzada sonrisa. Después yo salí a comprar y Finn venía de vuelta. ¿Me creerán que empezó a revisar el teléfono para no tener que saludarme de nuevo? No, pero igual derrepente es buena onda, es que es cabro chico y está estresado, insisto.
El otro día una señora a la que le hago el aseo me regaló una botella de vodka casi entera. Era viernes y el Rodolfo no podía juntarse no me acuerdo porqué. Hablaba con el Jorge por whatsapp y me dijo que no fuera hueón, que compartiera con los compañeros de departamento. Me fui a la cocina y esperé a que aparecieran uno a uno para invitarlos a compartir un trago de vodka tónica con hielo, un poco de comida chatarra barata que puse en unos platitos y un poco de música desde mi compu, con youtube, ponga lo que quiera. Los 5 me dijeron que no, o que no ahora, o que no vodka. Después del tercer vaso me fui a terminar la botella a la pieza. Puse un concierto de Fito Páez.
A veces me siento en casa. Otras veces me las tengo que ingeniar para que parezca.
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VI
Creo que he visto nuevamente a la mujer que me ha buscado en sueños, saliendo del agua como si brotara, como si hubiera renacido. Me miró a los ojos, fijamente, examinándome, me sonrió... y corrió casi desnuda por la arena, alejándose de mi quizas para siempre. Pero era la misma chica. La misma con la que había visto nacer tantas veces.
Desperté de pronto dentro de lo que parecía la sala de una pequeña casa, sentado frente a frente a ella. Una morena de cabello frondoso, larguísimo, eterno. Sus ojos esmeralda me miraban fijamente, con una sonrisa entre pícara y maliciosa, pero guardaba silencio. Estabamos sentados sobre esas sillas altas de cóctel, ahora altísimas, entre nosotros una pequeña mesa redonda y sobre la mesa un tablero de ajedrez. Pero no tenía piezas. Eran piedras. Ella tenía a su disposición un ejercito de gemas, y yo simples rocas angulosas pequeñas, como si hubieran destrozado una roca mas grande. El ambiente era al mismo tiempo cómodo, pero denso. Era como si estuvieramos bajo el agua, la habitación sumergida, sentía como si líquido rodeara mi cuerpo, pero respiraba con normalidad. Todo se veía en tonos verdosos, lo que realzaba la belleza de sus ojos, intimidantes. No podía moverme, ni hablar, solo podía observar a mi alrededor y mirarla a ella. Cada vez que lograba mirarla a los ojos no podía mantener la mirada y me fijaba en el tablero. Finalmente ella movió una pequeña joya, brillante, hermosa; pero solo era un peón. Al momento de tocarla, la pieza se volvió aún mas deslumbrante, opacando al resto de sus gemas dándole libertad a lo que debía ser un afil. Conocía esa jugada. Sin poder mirarla por mucho rato a los ojos intenté hacer lo que debía, hacer mi jugada. Pero era imposible, no pude moverme. No podía moverme. Lo único que podía mover eran mis ojos. El ambiente verdoso se ponía cada vez mas oscuro, y el "agua" que nos rodeaba comenzaba a agitarse suavemente. No pude hacer nada. De pronto una de mis piedrecillas comienza a tomar vida propia, lentamente... moviéndose efectivamente como dentro de un líquido, balanceándose al saltar los peones. Sin que yo pudiera decidirlo, se posicionaba el caballo derecho. Pero de pronto una corriente de agua barrió violentamente con todas las piezas del tablero, sin que mi pequeña roca alcanzara siquiera a tocarlo. Al fin pude voltear la cabeza en dirección a las piezas que se habían pulverizado... cuando voltean mi cuerpo completo y era la chica frente a mí, con ambas manos sujetando mi rostro, observándome determinada, con una sonrisa preciosa, su cabello finalmente disperso por el líquido y yo aún sin poder hablar cuando de la nada me besa. Sus labios eran indescriptibles... su beso era hermosamente asfixiante, me ahogaba. Era como un recuerdo del pasado; un último beso doloroso de quién amé. Y sin embargo no me importaba, lo disfrutaba. Intento acariciarla y fue mi peor error. En el momento en el que uno de mis dedos hizo contacto con su cabello la chica salió corriendo despavorida. Ya no estábamos en una sala ni rodeados de agua, estabamos en una playa abandonada y la chica corría hacia el mar... y yo sin poder moverme, sentado aún sobre la alta silla y con el tablero abandonado observándo como esa chica se mataba. Obligado a presenciar un hermoso atardecer de muerte y el horizonte repleto de bandadas de patos.
...
Despierto una vez más. 6:30 am. Afortunadamente esta vez no presenciaba una muerte en sueños junto a una parálisis. Esta vez desperté suavemente. Será al estar mi cuerpo en movimiento? Miro por la ventana. A lo lejos se ven las luces de Iquique. Lugar de Sueños. Al fin.
Fabián me estaba esperando. Desde dentro del bus se podía ver su sonrisa.
No te demoraste nada en llegar primo weón- me abraza efusivo, apretándome. Lo abrazo fuerte también. Me afirmo de él. Han sido tan solo unas horas, pero habíamos estado tan, tan juntos estos últimos días, que el pequeño vacío era inmenso. Al menos para mí. Pensé en quedarme al menos un par de días solo, pero no pude. No pareciera, pero tenía una carga weona en la cabeza con la cual no podía lidiar. No soy bueno para esas cosas.
Tanto tiempo ctm- lo webeo. No nos soltamos enseguida. De cierta manera nos sentimos.-
Te extrañé culiao.- dándome unas palmadas en la espalda, que parecen caricias. Finalmente me toma de los hombros y me mira a los ojos, contento. Nose cuanto rato habremos estado así abrazados en el terminal de buses - vámonos para la casa.
Decidimos irnos caminando. No era cerca, pero estaba amaneciendo y la costa iquiqueña es espectacular. Caminamos un par de cuadras hasta el paseo Baquedano, y de ahí Cavancha, el paseo costero. Hablábamos de puras weás, relajados, tranquilos. Ibamos acompañados con los perros que nos seguían. "Te acordai que acá atrapamos un Snorlax en el Pokemon Go? A tí casi se te escapa el guatón qlo" "Te acordai que acá anduvimos webeando con tu amigo skater y me saqué la cresta" Puras risas y anécdotas weonas. Éramos un par de cabros chicos todavía.
En la playa nos subimos a uno de esos miradores para los salvavidas a descanzar un rato.
-no estai cansado primo?- le pregunto. Se había amanecido para ir a esperarme al terminal y me había cagado el bolso (aunque era una cagá chica) todo este rato.
-no "primito". Cuando me dijiste que veníai al toque me puse mas contento que la chucha wn. Me puse ansioso y todavía no se me pasa. - me miraba fijamente con una sonrisa traviesa.
-si no hubiera sido por tí no venía
-y te quedabai pegado allá? Eri tan re weón-ríe
-ese ha sido mi problema toda la vida Fabi
-si sé. Pa eso estoy yo po weón.- me guiña un ojo
-yaa que onda
-no te pasí rollos qlo - se me acerca. Quedamos pegados, hombro a hombro. Evito su mirada y me concentro en el mar. Estoy vestido con un polerón, short corto y zapatillas. El solo con polera sin mangas (luciendo sus brazos), short (luciendo sus piernas y pedazo de poto) y chalitas. Nuestros muslos quedan pegados, rozándose producto de su intranquilidad impaciente y contagiosa.
-que no me pase rollos? - le respondo sin mirarlo, sonriendo.
-la vida no es tan complicada maxi. Vo te vai mucho en la volá. La pensai mucho, a veces...
-tu no?- lo interrumpo
-?
-No la piensas mucho? - doy vuelta la cara para que me responda viéndome a los ojos
-Me refiero a que no le doy tantas vueltas. Si quiero hacer algo, si me nace hacer algo, lo hago. O lo intento. -su mirada ahora fulminante, me hace comprenderlo un poco. Creo que recuerdo sus motivos, pero no quiero tocar ese tema.
-si, tení razón Fabi. Pero puta, no me sale nomas- me desplomo apoyando mi cabeza en su hombro. Sin querer me había acercado a una veta sensible, y quería alejarme de ahí rapidamente. Tampoco era justo.- no entiendo weón como no te da sueño
-ya te dije, te estaba esperando. Quiero dormir pero contigo. - pone su mano sobre mi muslo y se ríe. Precioso.
-aah, así de una
-obvio ;) - me acomoda para recostarme un rato en el. Me concentro observando el mar, sintiendo el viento matutino. Fabián me acaricia la cara suavemente. Que rico. Siento que pestañeo en algun momento, en el cual por mi mente se mete algun momento que he visto entre mis sueños, hasta que el weón me busca para darme un piquito - ya primo vamos pa la casa
Caminamos lo poco que nos quedaba hasta la casa. La casa de nuestros abuelos, de toda la familia, en realidad. Era una casa amplia en donde nos criamos cuando pequeños. Por edad Fabián y yo pasábamos siempre juntos jugando, corriendo por todos lados, él mas que yo, naturalmente. Él no tiene mas hermanos.
-que buena Fabi, no venía de hace rato para acá-en efecto, mas de un año en que no ponía un pie en esta casa, para el cumpleaños en donde se reunía todo el familión. Permanentemente vivía poca gente aquí. Ahora coincidentemente estaba sola.
-te vai a acostumbrar acá wn. Ese paro de mierda se viene para largo.
-te creo. Te encargo el webeo a fin de año
-no lo quiero ni imaginar Maxi. Me voy a echar todo - dice webeando. Se defiende el weón. - tení hambre? Te hago lo que querai - me dice pícaro
-jajajaj aweonao. Quiero mi celular.
-jajajaja ooh ese celular si hablara Maxi weooon...
-lo revisaste entero me imagino
-me guardé todos tus videos primito
- culiao- río
- ya wn está en mi pieza, espérame allá, yo si que estoy cagao de hambre
Despues de pasar por la obligatoria visita al baño me fuí a acomodar a su pieza. Tenía la cama deshecha, de dos plazas también como la mía. Es de familia el gusto por la comodidad. Me saqué el polerón y me metí dentro a descanzar otro rato y esperarlo. La cama estaba impregnada de su olor, exquisito. En su velador estaba mi teléfono, revisé que novedades habían. Mas de una llamadas perdidas. En el whatsapp, casi la única red social que ocupo, tenía mensajes de la Nico y de dos números desconocidos. Uno era, supongo, de aquel hombre en cuya cama desperté el día anterior y corrí despavorido. No quise leerlo y lo marqué como leído. Tampoco me da para borrarlo, quizás lo lea después... el otro era de el Benjita. Justo voy a leerlo cuando llega Fabián.
-weón cacha calenté unas empanás que habían en el refri... ah andai cómodo
-con que cara weón- nos reímos. Se acuesta a mi lado dejando el plato sobre el cubrecama.
- cachaste que te habló el Benja? Lo dejaste loco maestro
-me revisaste los mensajes igual?
-me amaneci revisando todas tus weás
-idiota
-los marqué como no leído pa que les llegara el visto, tampoco te quiero cagar oe
-ah menos mal. -río malicioso. Procedo a leer en voz alta.- "buena Maxi! Tu primo me dió tu numero, cuando querai apaño a su carrete piola :)"
-weoon no me hai contao qe le hiciste al pobre benja que lo dejaste pidiendo agüita!!
-nose muy bien como, pero nos pajeamos y , em... sus orales piolas - le digo mientras le respondo amablemente al nuevo amigo que apenas volvamos al depa sacamos algo entre los 3
-Maeeestro weoon! Ese es mi Maxi!! - me dice en un tono casi burlesco. - una "oral piola" así deci tu? - mete su mano bajo mi short a manosearme el paquete, baja la cabeza rápidamente a simular un mamón y vuelve rápidamente, cagao de la risa
-enfermo qlo- le digo entre chistoso y medio exitado. - vo weón no me dijiste que te pajeabai con el loco
-jajajajaj, no nos pajeamos, vimos porno juntos, que es distinto
-es la misma weá po weón
-no, pajearnos es esto -me pega esa mirada tan suya y se me acerca, me agarra sin preámbulos la tula, para endurecerla completamente, y se manosea la suya sobre su short. Me da un beso en el cuello, me muerde suavemente y de la nada se desprende de mi. Me deja loco- esta weá es pajearnos. Esa weá hiciste con el Benja?
-... no wn
-que hiciste
-no nos besamos
-viste? Solo vimos porno. Supongo que no te lo culiaste
-tai weón...
-jajaja loco yo creo que el benja es al menos bi. Juégatela por el, carne fresquita
-weón como hablai así de tu amigo
-le haría bien a él también estar cerca de alguien como tú.
-?
-a mi me haces muy bien - se me acerca y se apoya sobre mí. No puedo, no podemos, evitar sentir lo duros que estamos. Me abraza. Lo aparto suavemente para terminar de comerme la empanada que tenía en la boca (lol)
-también me hai hecho muy bien fabi. Pero estai loco. Tu mamá? La abue que onda?
-podi creer que se fueron a Tacna a webear? estamos solos acá. Por un par de días al menos.
-weón por que no fuiste! Porque no fuimos - XD
-porque me enteré cuando llegué que se habían ido- ríe como un niño. No deja de reír y sonreír este demonio culiao!- relájate primito. Estamos igual que en el depa, tu y yo nomas.
-solo que ahora en tu cama... me parece mas peligroso
-exacto.
-todavía no tení sueño?
-hermano he estado toda la noche pajeándome pensando en vo y no he eyaculao solo para hacerlo contigo aweonao! Deja de tramitarme conchetumare!
-vai a tener que cumplir tu palabra entonces
Me tiro sobre él y lo agarro a besos. Besos calientes. Le saboreo toda su cara, todo su cuello. Sus hombros. Lo acomodo para estar entre sus piernas. Él me saca la polera apenas puede. Acaricia mi espalda en una mezcla entre suave y frenética, en estos días ya aprendió como me gusta. Meto mis manos bajo su polera para manosear sus pezones. Para manosear su espalda. Con mi cadera masajeo su poto exquisito. Con mis piernas acaricio las suyas. Pasando mis brazos por su liviana polera sin mangas llego hasta su rostro, para acariciarlo. De esa manera estamos, si se puede decir, amarrados por su prenda. Nos frotamos. Él con sus manos acaricia mis nalgas y baja tanto mi short como mis boxers hasta donde puede, un poco mas arriba de mis rodillas, y hace lo mismo con su ropa. Con el movimiento en conjunto de nuestras caderas frotando nuestros penes durísimos y nuestras piernas entrelazándose, intentamos liberarnos un poco más de nuestra ropa. Libero un poco su boca.
-Maxi weón me encanta como me besai
No le respondo. De hecho lo callo nuevamente con un beso. Estamos atados y agarrados, afirmándonos de nosotros mientras nos besamos y frotamos fuertemente nuestros miembros, ya mojados.
-te lo voy a meter fabián
No lo dejo responder. No quiero que hable, ya ha hablado mucho ya este weón. Quiero sentirlo. Me acomodo para tener mi pene entre sus cachetes. Me muevo. Lo lubrico con presemen. No dejo de besarlo, solo en algunos pequeños momentos, algunos segundos, para recuperar aire. Siento como sus gemidos ahogados llegan a mi boca. Los devoro. Lo devoro a el. Mi pene se haace camino de a poco en la entrada de su ano. Nunca lo había hecho sin condón. Sé que él tampoco. Era el momento y no podía negarse. Me buscó y no lo iba a dejar negarse. Tampoco se me estaba negando el weón. El culiao me deseaba. Mi glande empieza mas violentamente con la entrada de su ano. Fabián me ayuda, pone la menor resistencia posible. Suelto su boca un rato y ataco su cuello, sus mejillas y sus orejas. Oigo sus gemidos y me ponen a mil. Entro con fuerza. No le doy respiro, vuelvo a besarlo. Mis manos se afirman de su cabeza y su pelo, nuestros brazos aún atados, entrelazados. Se logra apartar de mi boca para soltar un leve grito. Un gemido delicioso. Estamos mojadísimos. Siento su presemen en mi abdomen, para nada duro como el suyo. Siento mi presemen invadiendo el comienzo de sus entrañas. Inundando nuestro paraíso. Me permite resbalar. Deslizarme de un estoque dentro de su cuerpo. Un movimiento seco y un gemido húmedo, su carne completa compactándose para luego desvanecerse. Siento como su semen golpea contra mi piel. No lo dejo gemir libremente. Lo ahogo con mis besos. Se agarra fuerte de mi. Yo sigo. Me sumergo por completo dentro de él, violentamente. Remuevo sus aguas por completo. Lo uso. Abro los ojos. También los abre. Tiene los ojos al mismo tiempo llorosos y gozadores. Solo nos separa ese beso eterno. Puta la weá rica por la chucha. Siento la viscosidad entre nosotros. La saliva, el sudor, el semen, todo el líquido que nos rodea. Mi pene se desliza fácilmente dentro de él. Lo dejo por completo dentro y me dedico a golpearlo con mi cadera. Lo saco hasta dejar solo la cabeza dentro y le doy una embestida de golpe, un vaivén frenético. Lo afilo rápidamente. Doy golpes lentos pero rotundos. Sin cambiar de posición, solo varío la forma en que entro y salgo de él. Siento cerca la corriente de agua hirviendo dentro de mi cuerpo, aquella corriente que golpeará y pulverizará todas mis piezas. Me vengo dentro de él. Me derrito por completo dentro de él. Mi semen lo invade por completo. Siento como él eyacula nuevamente, mi abdomen pegajoso siente nuevo semen. Lentamente bajo el ritmo, hasta quedar inmóvil. Apoyo mi rostro en su hombro y lamo su piel. Él con sus labios acaricia mi cabello. No nos decimos nada. Solo nos quedamos abrazados. Inundados de fluidos, nuestros cuerpos aún calientes y vibrantes. Nuestro pecho aún retumba. Nuestra respiración se calma poco a poco. Hasta que perdemos la lucidez. Seguramente nos quedamos dormidos.
Juntos.
____________________________
Feliz Navidad!
A todos aquellos que consultaron por una continuación, agradezco su paciencia. Solo que las diferentes facetas de la vida nos consume ;)
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Clara es la noche
Sonó la última campanada y yo ya lo sabía. Mi vida seguía siendo igual, con la única diferencia de que no me había dado tiempo a tomarme un par de uvas. Se decía que daba mala suerte. Pensé que no era del todo equivocada la superstición. Tenía que vestirme íntegramente de negro para trabajar aquella noche de camarero en la fiesta de fin de año que daban en el lugar donde yo trabajaba. Miré la pareja de uvas que permanecía en el fondo de mi vaso. Esperaba que un viejo Baco entrara por la puerta y las machacara con sus pies para ofrecerme la suerte que no me había tragado, en la forma del vino más dulce y embriagador que jamás se hubiese saboreado. Quizás, así, mandaría a tomar viento la fiesta de fin de año y con ella, aquel trabajo de mierda que roía mi ego como una uña gigante. Salí de la ensoñación cuando alguien puso en mis manos una copa con un licor dorado. Todo el mundo brindaba animadamente. Miré mi copa y ladeé una ligera sonrisa. Una copa de sidra El Gaitero era todo lo que se me ofrecía. Levante la copa y felicité las fiestas a todo el que estaba a mi alrededor. Sin duda, los treinta y ocho grados de fiebre que llevaba todo el día arrastrando me estaban haciendo alucinar.
Fui a mi habitación. Me enfundé una camiseta y unos pantalones negros que me oprimían seriamente los huevos. Seguidamente, amarré mi cinturón de pinchos alrededor de mi cintura para no olvidar mis orígenes rockeros. Con dificultades, andé hasta la puerta de acceso. Me giré y me despedí de la familia: ¡FELIZ AÑO A TODOS! ¡FELIZ AÑO! Escuché mientras cerraba la puerta. Ya en la calle, sentí el frío de la noche del uno de enero, que chocaba frontalmente con la calentura que me atravesaba el cuerpo. Respiré hondo y empecé a andar con prisa hacia el currelo. Si no me aligeraba, llegaría tarde. Tomé la avenida como un meteorito cruzando el círculo polar.
Al llegar me encontré con el vacío. De pronto, detrás de la barra, surgió la cabeza del moro que hacía los pinchitos:
- ¡¡Aaayyy amiiigo!! Fiesta buena. Todo el mundo feliz hoy. La famiiiilia, los amiiigos. Hay que ser feliz, hay que bailar…
- ¿Qué pasa Hansa? ¿Todo bien?
- Todo muuu bien, hermano. Estoy arreglando ventilador. Mucha gente esta noche. Mucho dinero esta noche. ¡Wajaa!
En ese mismo instante hizo acto de presencia el jefe. Pude presentirlo por el efecto que provocó sobre la luna, la cual desapareció del cielo estrellado al ser ocultada por su enorme papada:
- ¿¡Qué haces Hansa!?
- Estoy arreglando ventilador. Mucha gente, mucho calor…
- ¿Qué cojones llevas haciendo toda la tarde? ¿Cómo no lo has arreglado todavía?...¡¡pero si estas borracho!!
- No estoy borracho, yo no estoy borracho…
- ¡¡Estás dando tumbos Hansa!! ¡¡Haz el favor de largarte!!
Subí al piso superior y comencé a llenar la nevera de botellas. Casi sin darme cuenta me lo encontré a mi lado:
- ¿Por qué no están ya esas botellas en la nevera?
- Eso hago.
- Lo tenías que haber hecho esta tarde, esto no puede ser…
- Si lo hubiese hecho esta tarde ahora estarían congeladas.
Creo que dentro de su ser lo supo.
- Está bien. Feliz año nuevo.
- Feliz año.
Marta y yo trabajaríamos en el piso superior. Teníamos allí una pequeña barra improvisada y una repisa repleta de alcohol. Todos en sus puestos, comenzó a llegar gente. Marta agarró la botella de JB y se lanzó a llenar una copa.
- ¿Te pongo una?
- Estoy un poco enfermo. Pero si, échame una. Me sentará bien.
Como si hubiesen llegado del puto desierto, la barra se llenó de gente sedienta. Para Marta era la primera vez que servía copas. Lo supe por su indumentaria. Llevaba un vestido de una pieza, negro, con encajes, que le caía por la mitad del muslo. Todo ello rematado por unos tacones altos. Sin duda no sabía muy bien a lo que venía. Tras las primeras cagadas y los primeros desajustes, empezamos a funcionar perfectamente. Ella preparaba los vasos y les echaba hielo. Mientras yo los llenaba con algún licor, ya venía con el refresco. Todo iba a las mil maravillas. Nos servimos la segunda y brindamos. El calor que hacía en el lugar, debido a la forma de bóveda de la estructura y a la acumulación de dióxido de carbono que los alientos etílicos de los presentes exhalaban, hizo que me olvidase de mi propia calentura y que me amoldara a la temperatura del ambiente. El ritmo empezó a aminorar. La gente charlaba animadamente. Nos dimos un respiro. Saqué un par de cigarrillos y le ofrecí uno a Marta. Aún no había tenido la oportunidad de fijarme en la fauna que me rodeaba. Llevaba una hora con el cuello hincado sobre la barra y en mi cabeza solo flotaban las etiquetas de los quince tipos de bebida que estaba sirviendo. La mayoría eran chicos bien. Algo pijos, pero bastante simpáticos. Pedían educadamente y bromeaban con Marta y conmigo sin ninguna maldad. Empezaron a pulular los primeros moscones de la noche, atraídos por el dulce olor que desprendía el vestidito negro de Marta. Ella sabía llevarlo bastante bien. Además, el cortejo era inofensivo y del mismo modo, sin brusquedad. Comencé a sentir que iba a ser una buena noche. El ambiente era estupendo. Las chicas que por allí danzaban se divertían. Marta y yo atacamos el tercero. Debido a mi estado de salud y a la altura que estaba menguando en la botella de whisky, supuse que sería su cuarto. La toma de copas se hizo más escalonada. Ya sí, pude fijarme mejor en los rostros de las damas. Realmente ninguna me llamaba la atención más de la cuenta. Eran chicas monas, con sus bonitos vestidos de fin de año y con las caras algo desencajadas por el frenesí de la noche. Dos chicas se acercaron:
- ¿Me pones un Habanna 7 cola?
- A mí me pones vodka con limón.
Coloqué un par de vasos y empecé a trabajar. Alcé la mirada y se los ofrecí. Pude ver de refilón como unos dientes que adornaban una bonita sonrisa me daba las gracias. Agarré mi copa y vi como se marchaban con sus amigos. Dos minutos más tarde, la misma chica aparecía de nuevo.
- ¿Tienes fuego?
Saqué el mechero y se lo encendí. De nuevo aquella linda sonrisa me daba las gracias. Pude verla pasar un par de veces más; bajaba y luego subía de nuevo al piso. Para diferenciarla de las demás me fijé en el color de su vestido. Este era marrón con una tela dorada que le cubría el pecho y unas medias del mismo color. Llevaba el pelo recogido en una especie de cola de caballo, y el flequillo le caía a ambos lados. Casi sin darme cuenta había fotografiado con la mente a aquella chica de ojos grandes. Empecé a recordar la cantidad de veces que me había pedido Habanna 7, siempre el mismo sonido de mujer. Hasta entonces no había levantado cabeza. Por aquel detalle, supe que esa chica sabía beber. Diez minutos después volvió a aparecer ante mí. Quería otra. Mientras le servía, note que me miraba con una fijación extraña. No le di mayor importancia. Yo tenía treinta y ocho grados de fiebre y muy pocas ganas de hablar. Minutos después vino ofreciéndome un cigarro. Prendí fuego y le di las gracias. Se quedó esperando unos segundos. Yo, sin saber qué hacer, seguí con mis tareas ficticias. Finalmente se marchó. Tenía que comentarlo con alguien. Me dirigí a Marta:
- ¿Has notado algo en esa chica?
- ¿Quién?
- Esa.
- Si, viene mucho por la barra.
- Eso mismo he pensado yo.
- Dile algo.
- No sé. A lo mejor solo quiere ser simpática.
- Es muy guapa.
- Eso pienso yo.
- Pregúntale como se llama.
- No estoy para hablar mucho. Además, estoy trabajando.
- Tú lo que eres es un cagao.
Eso, realmente, me dolió.
Estaba rellenando la nevera de bolsas de hielo cuando me di la vuelta y allí estaba otra vez. Mi buena amiga Marta había tenido la genial idea de decirle que la quería conocer.
- Esta es Clara.
- Encantado.
- Él es Rubén.
De nuevo su contestación fue una sonrisa. Note que mi cuerpo se elevaba desde la fiebre al ambiente del lugar, y de este, a un nivel de excitación que hizo que me olvidará ya para el resto de la noche de mi deber. Comencé a tomarme el trabajo como algo divertido. Servía con alegría y me sentía parte de la fiesta. Me marqué un par de piezas de baile con Marta, que ya iba por su octava copa. Empecé a recuperar el tiempo perdido y la alcancé. Lo estaba pasando bien y me olvidé del asunto de la chica. Marta me habló:
- Entonces, le pediste el número de teléfono.
- No.
- Pero bueno, a ti que te pasa. Obsérvala. Te está mirando.
- Está bien, cuando vuelva por aquí se lo pido.
- ¿Y si no viene? tienes que ir tú.
- Te aseguro que volverá, aún queda Habanna 7.
La verdad, aquella ja sabía pasárselo bien. Pude verla bailar sobre una de las mesas, con un ridículo collar de cotillón sobre el cuello. Lo que más me sorprendía era su manera de estar después de trece o catorce copas. Parecía como si acabase de entrar en el lugar y una y otra vez fuese el comienzo de la fiesta. Yo esperaba, paciente, a que viniese a por su penúltima copa. Finalmente, la vi enfilar la barra. Tenía la copa a medias, pero se habían derretido los hielos. Mientras iba llenando, me lancé con el típico interrogatorio sobre estudios, aficiones y lugares comunes…conseguí su número con la excusa de quedar otro día. Y ahí vino la decepción:
- Dentro de unos días me marcho.
- ¿A dónde?
- A Florencia, estudio allí.
Era de esperar. Me odié por no haber ingerido las dos miserables e hijas de la gran perra, par de putas uvas. Estaba claro. No había nada que hacer. La noche se estaba consumiendo y aquella cara me estaba diciendo algo que yo no comprendía. ¿Por qué tenía que irse? ¿Y por qué me importaba tanto?
Tenía que hacer algo. Tocaba desmontar el tinglado. Recogimos botellas, basura y pasamos la escoba. Lo hice todo lo rápidamente que pude. Al fin ya estaba libre. Me serví una copa en el piso de abajo y espere. La situación no era fácil. Ella permanecía arriba con su grupo de amigos. De haber subido habría cantado mi hedor a desesperación. Mientras pensaba en lo imposible de la operación la vi surgir a mi lado. Había bajado sola y parecía buscar a alguien. Al fin me encontró.
No había tiempo que perder. Ella se iría a Florencia sin conocerme. Y yo no sabía a qué venía tanto interés por mi parte en que eso no ocurriera. Era una más de tantas, qué más daba. Otro día aparecería otra y nada más. Así iba esto. No era capaz de ser consciente de la situación. Había sido su sonrisa, sus grandes ojos, sus bonitos labios que me moría por besar o que las catorce copas que se había tomado me habían llegado al alma…realmente no lo sabía. Tenía que sacarla de aquel lugar para verla con mis propios ojos.
- ¿Te apetece ir a tomar un café?
- No.
- Está bien, es un poco tarde.
- ¿Por qué no vienes a mi casa? Allí podemos tomarnos algo.
- ¿Estás sola en casa?
- Si, mis padres fueron a pasar el año nuevo fuera.
Ya en la calle pude fijarme mejor en sus movimientos. Tenía todo lo que a mí me faltaba. No paraba de pensar en eso y en que necesitaba verla desnuda para saber más. Llegamos al portal del edificio y entramos. Para no confundir las cosas, le dejé clara mis intenciones. La agarré de la cintura y le di un señor beso. Primero mordí su labio inferior y luego le pasé la lengua por debajo del superior. Me miró y respondió con un mordisco en el cuello mientras metía ambas manos por debajo de mi camiseta. Pude sentir el frio de la mañana posarse sobre mis costados. Rápidamente sus manos tomaron el pulso de mi temperatura. Estábamos en el mismo nivel y los dos sabíamos hasta donde queríamos llegar, por lo que decidimos subir en ascensor.
Entramos en su casa. Todo me pareció enorme. Era una chabola con bastante gusto. Un salón enorme con una pantalla de plasma más enorme todavía en una esquina. Este colindaba con el comedor, el cual tenía otra pantalla de plasma algo más pequeña. Podía verse en cada rinconcito objetos de diferentes tamaños comprados en países lejanos. Dos o tres fotos repartidas en algunas repisas y unos sillones amplios y cómodos a ambos lados de una mesa baja. Pero la joya de la corona descansaba en una sencilla carretilla a modo de minibar que tímidamente asomaba sus patitas por uno de los rincones de la habitación. Mientras dejaba sus cosas en su habitación, me dijo que sirviera un par de copas. De entre todas, una botella de Cardhú 12 años fue la que me hizo más gracia. Me tomé las confianzas de ir a por hielo al frigorífico. Todo me gustaba en aquel lugar. La nevera estaba de comida hasta el séptimo piso y todo con muy buena pinta. Me dejé de investigaciones y volví con los hielos al salón. Allí estaba ella ya, sentada de lado, mirándome desde sus enormes ojos con la sonrisa que me había desquiciado toda la noche. Allí, de pie, vi a través de las persianas como clareaba la noche para dar paso a la claridad del día. Había algo en el marrón de su vestido que no me gustaba. Era lo único que me separaba de ella. Sin más remilgos, dejé ambos vasos sobre la mesa y me lancé a besarla. Empecé a bajarle las medias que me descubrieron unas piernas blancas y firmes. Al mismo tiempo ella luchaba por zafarse de mi cinturón. Lo tiró al suelo y siguió bajándome los pantalones. No quería aún dejarla sin vestido. Me escupí en la mano y comencé a hurgar bajo el vuelo de su falda. Al fin encontré su coño, que permanecía acechante entre sus piernas. Al tocarlo, sentí el calor entre mis dedos. Aquello chorreaba como una presa quebrada. En seguida, una gran mancha se formó sobre el sofá. Le introduje dos dedos y gimió suavemente. Empecé a frotarle con delicadeza el clítoris, momento en el que me agarró la mano para que frotara más fuertemente. Al momento, lo supe. No era esta una romántica al uso. Si quería fuerza yo le iba a dar fuerza. Me deshice de los pantalones y le ofrecí mi polla. Empezó a menearla lentamente y decidí devolverle el mensaje. Metí la mano tras su nuca y acerqué bruscamente su cabeza. Empezó a bombear con maestría. Yo, mientras, agarraba su coleta tirándola hacia atrás para ser yo quien le follara la boca. Yo había tenido ya mi parte, estaba viendo de lo que era capaz. Me aparté con brusquedad y la lancé a lo largo del sofá. Fui bajando mordiéndole los costados y viajando por sus caderas hasta que me cruce de lleno con sus muslos. Los mordí un par de veces y me asomé sobre su ombligo. Respiraba jadeante, mirándome con desafío. Desde mi altura le lancé una sonrisa traviesa. Esperé unos segundos por si me interrumpía. Pero solo respiraba y observaba. Parecía que no quería perderse nada de lo que allí ocurría. Hundí mi cara entre sus muslos y aspiré profundamente. Su coño olía a una noche de verano. Hacía calor allí. Hundí mi lengua hasta donde pude para refrescarme de aquel sopor. Empezó a mover las caderas, momento en el que me aferré a su culo y me lancé a trabajar la zona. Movía mi lengua arriba y abajo, mordisqueando algunas veces el borde de los labios. De pronto mi lengua empezó a tomar conciencia. Ella misma, se decidió a follar por si sola, totalmente bañada por el jugo que ya me corría por la barbilla. En ese punto su excitación estaba a flor de piel. Se retorcía como una bruja en llamas. Ahora sí, se dio la vuelta para incorporarse. Me apoye en el respaldo del sofá. Ella, levantando ligeramente su vestidito, puso las rodillas a ambos lados de mi cuerpo y comenzó a bajar lentamente. Noté como poco a poco iba introduciéndose primero la cabeza, para después resbalar bruscamente a lo largo del tronco. Movía su culo con gracia. Jugando con mi resistencia a sabiendas de lo ardiente que estaba la cosa por allí abajo. Me envalentoné y le crucé un sonoro tortazo en uno de sus cachetes. Siguió moviéndose con soltura tras el golpe, por lo que le propiné una ración más de lo mismo hasta que empezó a ponerse amoratado. Sin venir a cuento, me lanzó un par de tortazos a la cara. Nunca me habían pegado, pensé. Curiosamente me gustó. No podía más. Quería verlo todo. La ayudé a levantarse el vestido. Un sujetador negro ocultaba un par de pechos adorables. Ella misma se lo quitó. Y ahí estaban. Había encontrado mi suerte. Un par de pequeñas uvas se me ofrecían como una tentación. Era yo Dionisios y era mi deber extraer su vino. Cogí ambos pechos y los junté. Paseé mi lengua a lo largo de la línea que se había formado. Escupí en sus pezones y los chupé como si fuesen las dos últimas gotas de agua sobre la Tierra. Aquello pareció gustarle. Dejaba la punta de sus pezones entre mis dientes y luego tiraba con fuerza hacía mí. Empecé a pensar si había algo que no me dejaría hacer. Nos dimos la vuelta. Le besé el cuello y le mordí la nuca. Al fin me encontré con sus ojos. Tuve la sensación de que me miraba como si ya me conociera. Y efectivamente me lo confirmó. La estaba besando cuando se apartó y me escupió dentro de la boca. Era una locura. Cada uno con lo suyo, ninguno se negaba a nada, parecía que los límites se encontraban entre las dos pantallas de plasma. Para mi sorpresa se levantó y recogió algo del suelo.
- Quiero que me folles con el cinturón puesto.
- ¿Solo con el cinturón?
- Si.
No había ya nada que fuera extraño. Se colocó el cinturón alrededor de la cintura dibujando perfectamente el final de su espalda. Allí era donde iba a acabar todo. Apoyó sus manos en el respaldo del sofá y me ofreció su apetitoso culo. Me agaché y empecé a chupar de nuevo hasta encontrarme con su ano. Me chupé los dedos y los introduje. Tuve que hacer algo más. Pasé mi lengua y escupí varias veces para lubricar la zona. Me miró por encima de su hombro.
- ¿Por qué no lo haces? ¿No te atreves?
Sin más, introduje lentamente aquello hasta que conseguí alcanzar el fondo. Todo su culo estaba empapado. No me podía creer que todo aquello hubiese llegado desde su palpitante coño, pero así era. Aquello me facilitó el camino. La azote como si no me importara. Yo no la conocía ni ella a mí. Pero había algo familiar en todo esto. Sin saber por qué, ella me había dejado hacer todo aquello. Sin saber por qué, yo me había atrevido a ello. Mientras pensaba aquello oí unas palabras divinas:
- ¡¡Córrete, córrete en mi culo!!
La saqué y allí estaba, roja y profundamente cabreada, deseosa de dejar aquella zona como un lugar catastrófico. Lo sentí venir desde mis huevos. Eyaculé en su culo como si echara fuego. Todo el semen corría temeroso por lo ancho de sus costados. Hasta pude ver que tenía un poco en el pelo. Mi tiré en el sofá agotado. El día había llegado y todo estaba claro.
- ¿Eres tú, verdad? – Le pregunté-
Y sin decir una palabra, me ofreció la copa.
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El deber falso de la navidad.
Desde adolescente he sido "El Grinch". Quizá de un poco antes igual.
Odiaba la navidad porque mi familia se ponía insoportable e irritable por puras weás. Hubo un año en que yo estaba muy mal de animo y salud, no quería nada con nadie. Me sentía pésimo, no quería levantarme ni bañarme, ni comer. A mi familia y cercanos no les importó, yo debía levantarme y fingir la felicidad para la festividad, para el colegio, para la noche buena, para la cena, y dar las gracias por los regalos que jamás pedí y que tantas rabias y esfuerzo pasaron buscándome.
Ellos me odiaron, me odiaron por sentirme mal. Yo les guardé rencor y los odié también.
Desde ahí que odie tanto tanto la fecha que hacía que mi familia me tratara mal a propósito, para sacarles en cara que OYE! ES NAVIDAD, HAY AMOR, RESPETO Y PAZ! No puedes tratarme mal.
Venganza, eso quería.
Después ya grande, me di cuenta que ellos realmente no tenían la culpa de nada, que la navidad es una festividad para que ellos la pasen bien por alguna razón que supongo son los regalos? no cacho mucho. Pero yo les estaba haciendo la vida imposible y no, estaba cayendo en una maldad estúpida así que decidí optar por lo sano, dejé de arruinarles la navidad, dejé de estar. Igual les molestó pero se acostumbraron, yo ya no tenia remedio.
El tiempo siguió pasando y me volví un maldito adulto. La navidad seguía igual que siempre. Hubo un año en que regalé cosas, porque estaba trabajando y quería hacer algo porque yo estaba feliz. Fue bacán igual, aunque no lo conté como regalo de navidad.
Mientras ingresaba más y más a la vida de un adulto, caché que la navidad es cuática. Si eres padre tienes que correr, sufrir y maldecir por regalos, PERO CON AMOR PORQUE ES PA TUS HIJOS. Si tienes padres debes obligadamente regalarles algo bacán porque estas trabajando y DEBES DEMOSTRAR QUE NO ERIS CAGAO.
Básicamente, me di cuenta que la navidad es un cacho. La gente regala cosas PORQUE DEBE, no porque quiere.
Hay que demostrar en la cena familiar que tu también llevaste un regalo, igual que todos, porque IMAGINATE QUE NO LLEVASTE UNO! chucha, culiao, cómo pudiste ser tan como las weas? Noooo, quedaste pésimo en la familia. Eres lo peor.
Por un momento creí que yo había caído en el juego, de querer regalar algo porque DEBO HACERLO. Primer año de pega, tenia plata, todos lo sabían y tenía que quedar bien con todos. Y cómo conchetumadre? ESTO ES! LA CAGUÉ, CAÍ EN EL JUEGO POR LA CHUCHA!
Pero después caché que no, porque no sufrí comprando las cosas, de echo la pasé bien porque sabia qué regalar y de verdad tenia ganas de hacerlo. No como la gente en navidad, que sufre, que corre, que maldice, que dice “PUTA LA WEA NO HE COMPRADO NADA PA LA NAVIDAD”, “LLEVO 6 REGALOS DE 10, PORQUE ME INVITARON A LA CASA DE LA MAGALY Y ESTA SU FAMILIA Y NO PUEDO LLEGAR SIN REGALO”
Qué es eso weones por favor. Me carga esa actitud. Si tu quieres hacer un regalo LO HACES PORQUE QUIERES.
Nadie quiere recibir tu mala onda en un regalo culiao.
Este año, 2019. Chile despertó, dejo de hacerse el weon y QUE PLACER HERMANO! Hoy he vuelto a odiar la navidad. Chile se quema. En Chile se esta violando, torturando, asesinando y yo no he parado de sufrirla toda.
No puedo festejar porque me siento mal igual que cuando era niña.
Todo esto esta pasando. De verdad la navidad este año sigue? Parece que si, por lo tanto, la odio.
Desde la juventud hasta ahora, odio la navidad.
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Libertad condicional (?)
Hace dos días tuve un problema con mi pololo, yo pensé que él me había cagado con otro mino y no me había dicho (yo tengo cero problema que se meta con otro weon, la wea es que ocupe condón y me diga, y obvio no me había contado esta wea po niña). Anduve trastorna todo el día pensando weas, onda preguntas y preguntas que inundaban mi mente. La verdad es que yo soy súper liberal, entonces si yo me meto con otros weones, obvia ley pareja no es dura. Le doy la oportunidad para que haga lo que quiera, con los hombres que quiera, pero el tonto no quiere.
Me acuerdo que cuando nos pusimos a pololear, yo era más cerrado y le decía que no me cagara ni nada po, pero al lindo se le ocurrió cagarme dos veces y lo pille (las dos veces), conversamos las cosas como gente civilizada (mentira la primera vez me dio el odio y dejé la caga en el departamento) y me pidió perdón y todo lo que un cola arrepentido debe hacer cuando caga a su pareja pa’ puro webiar, y sí, es para puro webiar porque jamás te gustó/enamoró el otro cola con el que te metiste, solo lo hiciste de puro caliente. La segunda vez que lo hizo yo decidí que ya no quería nada con él, pero me vinieron los calambres mentales y obviamente lo perdoné de nuevo y todo el show (posiblemente porque no quería estar solo), desde ese momento yo también empecé a hacerlo, no siempre, solo de vez en cuando. (oops)
En la primera columna/relato que escribí, me empecé a preguntar que wea con el pololeo, y ahora en este momento me pregunto lo mismo. ¿Qué wea con el pololeo? Yo personalmente le he ofrecido a mi pololo una relaci��n abierta, para así que cada uno webee y sin culpas, pero es dura y no quiere, es como la gente antigua, se casaban y se cagaban escondidos, que wea más ridícula, si te están ofreciendo la libertad condicional tení que puro aceptarla.
Si usted lector, tiene problemas con su pareja, hable las cosas civilizadamente. Yo apenas me enteré de que supuestamente me había cagado (y no me había dicho, eso es lo que más recalco) pensé que tenía que hablar las cosas con él, como adulto obviamente y apenas llegué a la casa me senté en la cama con él y le empecé a hablar, el me aclaró que no había pasado nada, y me quedé (medio) tranquilo, obvio po si uno es cagao de la cabeza sigue hasta el final. Apenas se quedó dormido hablé con la tercera persona involucrada y con los datos que me fue entregando llegué a la conclusión de que no me había cagado mi pololo (eso creo). La verdad no me molesta si se ha metido con otro hombre o no, lo que me molesta es que no me cuente.
BTW es súper raro como se generó esta situación, ya que, yo empecé a hablar con un hombre y nos empezamos a “pelar” y luego a esa persona (el tercero involucrado) lo “stalkie” (¿está bien escrito?) y leí unos comentarios sobre esta situación y paf, pasó todo lo que les conté arriba, pero ahora todo está bien y hay buena onda.
-GayMaracOSO
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7) TERMINATOR PARTE 3
Viernes 26 de Enero, 2018
¡Hola mi querido diario! Me junté con este weón (Por tercera vez). El “Terminator”. Yo le compré una bebida, y lo estaba esperando en nuestro lugar del mall (la terraza). Llegó puntual, como siempre. Se veía tan varonil, con su polerita de piqué azulmarina, sus short verdes y sus chalitas. Me saludó de la mano y se sentó. Me dijo que tenía hambre y me invitó al desayuno. Le dije que no tenía hambre. Se compró un café con un ave palta. Se lo comió rápido (parece que lo tenían amarrado). Empezamos a hablar de trivialidades. El ambiente se empezó a poner tenso, pues yo no estaba muy comunicativo y antes de terminar la cita, le dije:
“Oye, me he fijado que ya no respondes mis mensajes como antes” Hizo un ademán de interrumpir, pero le hice una seña con mi mano para que me dejara terminar mi idea. Proseguí: “…y me preguntaba si yo te aburría. Sé que puedo ser catete, y puede que tú no quieras responder a todos mis mensajes porque te da paja… O de frentón solo NO quieres responderlos. Tal vez tú quieres simplemente culiar y chao… Y eso está bien, pero si es así dímelo, vamos a un motel y listo. Así evitamos todas estas citas y weás, porque al final me da miedo salir trasquilado…”
Él me queda mirando con sus ojos chiquitos. Pensativo. Luego me responde algo así (no recuerdo las palabras exactas…):
“Primero que todo, siempre te respondo…” (A lo que rebatí, cual novia celosa… si, sé que no puedo caer más bajo) “Si, pero respondes a la hora del pico” (no le dije así… creo que no use garabatos). “Ya…” me responde él. “Pero es que yo tengo que cocinar, lavar, barrer, llego tarde, no puedo responderte altiro…”
Le respondo: “Si, pero tienes tiempo pa’ meterte a Grindr…”
Me responde: “Ya, pero a Grindr me meto muy poco tiempo y solo a sapear…”
Digo: “Pero si te podí meter a Grindr, ¿cómo no vas a poder decirme “Hey, estoy bien!”, “Buenas noches” o responder a mis preguntas?
ENTONCES AHÍ!!!! AHÍ!!!! MI QUERIDO/A LECTOR/A ME DI CUENTA! El “Terminator” no era mi pololo, ni siquiera era mi amigo… ¡Yo lo había estado idealizando todo el tiempo! (a todo esto “Terminator” seguía hablando, pero todo lo que hablaba se escuchaba como un lejano bla bla bla a la distancia, pues yo estaba sumido en mi revelación…)
Pues claro, yo me estoy pasando muchos rollos con él… Jejejeje… ¡Me veo hasta pololeando con él! (Podría ser esto más patético?). Pero él, obviamente, no va a demostrarme esos sentimientos. O sea, ¡él tiene 45! ¡Él no idealiza, es mucho mas aterrizado y racional que yo!
Bueno, la cosa es que él captó mi atención cuando mencionó lo siguiente: “yo no muestro sentimientos, yo no me enamoro. Para eso tienen que pasar años…” (valdrá la pena trabajármelo tanto? Va a terminar enamorándose de mi cuando le tenga que cambiar los pañales cagaos) ¿Realmente quiero eso? Imagínate lector/a que consigo enamorarlo en 2 años. Él tendría 47… Es mucha la diferencia de edad… Tal vez él se dio cuenta de ese detalle…
La cosa es que al final, él me preguntó: “Entiendes mi punto?” Mi respuesta fue un reflexivo (pero ultra falso) “Si…”Entonces me dijo, si yo no quisiera venir no vendría, si no quisiera hablar contigo te diría y si un día me agobian tus mensajes te lo voy a decir también…
¿Sabes, Lector/a? Para ese entonces ya no me importaba lo que decía. Solo quería empezar a reflexionar acerca de mi revelación y de nuestra diferencia de edad…
Me dijo también que iba a tratar de responderme los mensajes siempre (al final ese era un efecto que yo no quería lograr. Que me conteste por lástima, no porque le nazca)
Tiramos la talla el resto de minutos que nos quedaba y luego lo acompañé a los colectivos. En el camino íbamos hablando weás. Él me contó que una vez le había pagado a un brasileño por sexo… o algo así… No me era posible concentrarme. Tenía mucho en que pensar… Nos dimos la mano, él se fue al terminal de colectivos y yo me fui al terminal de micros galgo hediondas a axila. Cuando yo ya me había encaramado en la micro, el weón me llamó (de lástima probablemente) y me contó que había perdido el colectivo. Le iba a preguntar si quería que lo acompañara a esperar el otro, pero naaaaaa! Espera vo solo, conchetumaire.
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