#alguien quiere pensar en mis problemas cardíacos
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charlesss la re mil puta madre
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@malkaviian
Estás ideas me gustaron mucho la verdad así que ahí vengo con mis conceptos:
Midori Saihara
Al final de los FTE y del Love Across the Universe de Rantaro, Shuichi acepta viajar por el mundo con él en busca de su familia... Así que imagino que Midori nació entre medio de sus viajes (no fue planeada pero bueno, cosas que pasan ah (?)).
Siento que con la combinación de tanto recorrer por ahí y la influencia de sus padres, sería una chica de lo más curiosa, obsesionada con aprender tanto como pueda de todos los lugares a los que va. Le encantan los misterios y los lugares desconocidos y todo lo no explorado- imagino que terminaría heredando el talento de Rantaro y se volvería la nueva Aventurera Definitiva. Dónde hay cosas para descubrir, ahí está ella, preparada para lo que sea.
In fact, siento que los padres tendrían problemas para controlarla a veces, pues su sed de conocimiento a veces sobrepasa su instinto de supervivencia lol. Sabe que a veces meter la nariz dónde no debe la puede meter en problemas, pero siempre termina dejándose llevar por la idea de encubrir un misterio antes de ponerse a pensar en el peligro. Shuichi a sufrido más de un ataque cardíaco por culpa de ella, eso seguro (?
Also, no me puse a pensar demasiado en su apariencia- pero me decidí por el nombre Midori porqué es verde en japonés, y creo que sería tierno si tuviera el cabello de Rantaro <3
Ryoko Naegi
Okay, podría hacer esto lindo y en un AU sin desesperación o donde Mukuro se redime, pero idea horrible: Mukuro y Makoto tienen una hija en los dos años que estuvieron en Hope's Peak Academy, y Junko se la devuelve a Makoto antes de matarse a si misma porqué quiere que sufra la desesperación de saber que ahora es un padre soltero en un mundo destruido y su hija no va a tener un futuro. Yay (?
Anyway, me gusta pensar que la pequeña Ryoko termina siendo una chica altamente tímida y desconfiada. El ser hija de una de las Ultimate Despair™ hizo que muchas personas la tratarán con odio y disgusto desde que nació, así que suele mantenerse con gente que ya sabe que es segura en vez de tratar de socializar. Es muy cercana al resto de los sobrevivientes y los considera a todos familia- especialmente a Kyoko, a quien ve como su mamá (siendo que no tiene memorias de Mukuro y tampoco siente mucho afecto por ella considerando su historia).
Siento que algunas capacidades de pelea tiene, más que nada para defensa propia en caso de que alguien tratara de hacerle algo, pero definitivamente no es nada que pueda considerarse un talento. En vez de estar concentrada en eso, prefiere poner su atención en tratar de mejorar al mundo, ayudando tanto como pueda a su padre a arreglar todo lo que su madre destruyó. No creo que en ningún momento consiga un talento y, sinceramente, creo que ella es más feliz así.
En cuanto al nombre... Sentí que Mukuro querría llamar a la bebé con inspiración en su hermana, pero Junko no estaría nada contenta en compartir su nombre, así que prefirió ponerle el nombre de su identidad falsa. Makoto considero cambiar el nombre, but tbh le dolía un poco la idea, así que decidió dejarlo y simplemente nunca le dijo a Ryoko de dónde salió su nombre. Mejor así xd
#myocs#saimami#naekusaba#honestamente fue un buen ejercicio mental#fankid brain go brrrr#spanish#malkaviian
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Desearía que las abejas se extinguieran
Universo 310721
Domingo 16:37
"Kieu My no esta preparada para perderla tan pronto, no puede hacerlo, no en este universo..."
Fatou inicialmente no había estado convencida con la invitación de Mailin a hacer un picnic en una hermosa tarde de verano; no es que no quisiera pasar tiempo con sus chicas, era más bien que todavía tenía problemas con sus tareas para la escuela, pero tan pronto como mencionó que Kieu My también iría, se había rendido. No estaba dispuesta a rechazar una tarde de brunch con sus mejores amigas y su novia. Mailin realmente se esforzaba tratando de organizar este tipo de actividades con las demás incluyendo a Kieu My y a Zoe, ella decía que realmente quería reforzar la amistad con las otras chicas y Fatou no creía la suerte que tuvo al tener a alguien como Mailin en su esquina.
Ella es la última en llegar, y ve a las demás sentadas a la sombra de un árbol, ya riendo mientras se atascan en sus primeros tragos de la tarde. A pesar de sus vacilaciones iniciales, tan pronto como siente el sol en su rostro y ve a sus amigas, inmediatamente se alegra de haber aparecido y se apresura a unirse al resto, con sus propias contribuciones al picnic cargando en su mano.― ¡Hey, Hermosa Mujer! ― Kieu My grita, sonriendo ampliamente mientras salta de su posición perezosa en la manta, envolviendo a Fatou en un beso suave, para después retroceder un poco para mirarla de arriba abajo. Ya puede decir que está un poco borracha, y aunque Fatou no es una gran bebedora, no tiene nada en contra de que los demás se suelten y se diviertan. Dios sabe que se lo merecen.
No cree que la brumosa sensación, que siempre le deja la mirada de Kieu My en ella, la abandone jamás.
― Hola, chicas ― Sus palabras son amortiguadas levemente por el hombro de Kieu My ya que su novia es reacia a dejarla ir, pero tan pronto como la liberan, se vuelve para igualar las amplias sonrisas de todas.
― Llegas tarde ― Ava dice con una mirada falsamente severa que no puede mantener por mucho tiempo, fundiéndose de nuevo en una sonrisa lo suficientemente pronto.― Por supuesto, pero traje papitas ― Se sienta en la manta de picnic solo para ser envuelta inmediatamente en un abrazo lateral por Nora. Ella le devuelve el abrazo antes de comenzar a desempacar su bolso.
― ¿Segura de que no interrumpimos tus estudios? ― pregunta, y su mirada severa no es falsa en absoluto; Fatou sabe lo serio que se ha toma Nora los estudios, desde que se convirtieron en "compañeras de terapia" la niña rubia ha estado constantemente tratando de ayudar lo mas que ha podido, y por segunda vez Fatou piensa en la suerte que tiene de tener amigas así.― ¿Por quién me tomas?, todo está bien, mi terapeuta dice que es bueno relajarse un poco ― se ríe, sacando las papas fritas y unos batidos de su bolso; sumergiendo unas papas fritas en su propio batido de Vainilla.
A veces desearía poder retroceder en el tiempo, cuando sentía que el peso de su estupidez podría alejar a todas las personas que le importaba, y mostrarse en este escenario, junto a las chicas que la cuidan tanto y con quien en ese entonces se sentía tan lejana a ella. No puede evitar pensar que un día, tendrá veintiséis años, trabajará en el trabajo de sus sueños y pasará sus días libres al calor del sol un domingo por la tarde, rodeada de sus mejores amigas, besando a su novia en cada oportunidad que tenga, bromeando y cantando con Ava, sintiendo el apoyo de Nora, gozando de la genuina empatía que siempre envuelve a Mailin, pero sobre todo permaneciendo tan unida con las personas que ama y la aman de vuelta, ella también piensa que Ismael, Finn, Josh e incluso Constantin aparecerían en ese sueño futuro que anhela.
Se sacude de sus fantasías y se recuerda a sí misma que debe estar en el presente. Mailin tiene la cabeza en el regazo de Nora mientras discuten sobre una nueva película que planean ver, mientras que Zoe y Kieu My discuten sobre nuevas coreografías para su grupo de danza y ve a Ava lentamente unirse a la conversación y Fatou no puede evitar sentir como su pecho se calienta al ver que Ava realmente quiere darle una oportunidad a Kieu My, ella sabe que aún después de las disculpas de la más alta, su mejor amiga no puede simplemente desvanecer los malos recuerdos del pasado.
Pronto, sin embargo, se encuentran todas discutiendo vergonzosas historias de todas las presentes, y Fatou se pierde en el calor de la tarde y la calidez de sus amistades. Se ha atiborrado de todas las comidas que pudo soportar, y a medida que la tarde se despide dándole paso a la noche, se acuesta en la manta y descansa la cabeza en el regazo de Kieu My, imitando a las ahora Mailin y Ava. Sus ojos revolotean cerrados mientras su vientre lleno y el fresco viento la vuelven perezosa, los dedos largos con uñas recién puesta de Kieu My se desplazan a través de su cuello, un toque ligero y bienvenido.
La neblina de las conversaciones risueñas de sus amigas, que todavía charlan a su alrededor mientras ella dormita cómodamente se interrumpe, cuando siente un fuerte pellizco en su muñeca y segundos después, está luchando por respirar mientras se lanza en posición vertical, jadeando mientras se agarra el pecho, tratando desesperadamente de llenar sus pulmones con suficiente aire.
― ¿Fatou? Dios mío, Fatou, ¿qué pasa? ― dice Kieu My casi pareciendo que llorara, inmediatamente a su lado mientras la mira frenéticamente, esta Ava sin saber lo que está pasando.
― Nora, llama a una ambulancia ― demanda Zoe haciéndose cargo mientras se apresura al lado de Fatou también ― Está en shock anafiláctico. Fatou, escúchame, ¿tienes tu epi-pen contigo? ―
Las palabras de Zoe palabras logran atravesar la bruma de pánico y el mareo que está experimentando la morena, ya que ella no puede obtener suficiente oxígeno. Puede sentir su cara hinchándose y su corazón acelerado, pero todavía es lo suficientemente coherente como para señalar su bolso.
― No lo entiendo, ya no está siquiera comiendo ―, dice Mailin, presa del pánico y confundida mientras ve a su amiga tener una crisis médica mientras ella no puede ayudar en lo absoluto ― Es alérgica a las abejas ―, dice Zoe, manteniendo la calma mientras prepara el epi-pen y lo administra en el muslo de Fatou ― Uno debe haberla picado ―
― ¡Ahí! ― Ava señala la picadura de abeja en la muñeca de Fatou y Zoe se lanza hacia su propio bolso, hurgando hasta que encuentra su tarjeta de crédito y cuando sus ojos captan la figura estática y temblorosa de Kieu My toma su rostro para que la mire mientras le dice; ― Kieu My, nena necesito que sostengas a Fatou, todo estará bien la ambulancia está en camino, pero necesito que mantengas tus pies en la tierra, no necesitamos que te de un ataque de pánico, tu novia te necesita, sé que puedes, Q...― se dirige hacia la menor y usa la tarjeta para presionar con cuidado en la parte superior del aguijón, empujándolo hacia afuera en un ángulo agudo para quitarlo, evitando que más veneno puede fluir al sistema de Fatou.
Después de unos minutos, queda claro que el epi-pen no ha funcionado: Fatou todavía siente que no puede recuperar el aliento y el mundo se desvanece lentamente mientras su corazón late fuera de control y sus órganos no pueden obtener suficiente oxígeno. Siente que la mueven suavemente por varias manos mientras Zoe dirige a las otras hasta que se inclina lo más cómodamente posible contra el pecho de Kieu My mientras Nora eleva sus piernas para mantener la sangre fluyendo hacia sus órganos vitales.
― Está bien, Fatou ―, dice Zoe en voz alta, justo en frente de su cara. Está borrosa y desenfocada y puede sentir que pierde el conocimiento rápidamente. ― La ambulancia está en camino, quédate con... ―
Es lo último que escucha antes de colapsar por completo al desmayarse.
✮ ✮ ✮ ✮ ✮ ✮ ✮ ✮ ✮ ✮ ✮
Está oscuro afuera cuando Fatou finalmente se despierta. Su cama es cálida y cómoda y se permite escuchar los pitidos constantes, algo cómodos, del monitor cardíaco y el movimiento del personal y los pacientes en la sala antes de finalmente abrir los ojos para escanear su habitación.
Kieu My está sentada en una incómoda silla de hospital junto a su cama, mirando y escribiendo sobre la pantalla de su celular, una taza de gelatina vacía en equilibrio sobre el apoyabrazos de su silla.
― ¿Los sándwiches y las fresas no fueron suficientes? ― pregunta con voz ronca mientras abre un ojo. Ella no puede evitar sonreír también. Tiene a la mejor novia y las mejores amigas que cualquiera pueda desear.
La cabeza de Kieu My se levanta cuando escucha la voz de Fatou, dejando su celular y gelatina a un lado para agarrar la mano de la menor ― Me estas jodiendo, ¿Verdad? ―, se ríe; ― Lo primero en lo que piensas cuando te recuperas de un desastre médico es una observación de mis patrones de alimentación ― Sacude la cabeza con cariño y Fatou ve en sus ojos algo que la está perturbando, pero cuando la menor intenta preguntarle que está mal, Kieu My suelta una broma para aligerar el ambiente ― Sabes que no puedo dejar pasar un bote de gelatina ―
― Es verdad. No estoy segura de haberte visto decir que no cuando te lo ofrecen ―
― No eres alguien para hablar, Axolotlgirl ―
Se quedan en un breve silencio, acompañadas sólo por los silenciosos pitidos de las máquinas, un silencio que es acompañado de las suaves caricias de Kieu My en las manos de Fatou ― Siento haberte asustado ―, susurra Fatou eventualmente, sintiendo la culpa envolver su estómago.
― No seas ridícula. No es tu culpa ― Kieu My parece sincera mientras sostiene la mano de Fatou con más fuerza, con cuidado de la intravenosa en su muñeca. ― Los médicos ... dijeron que era un ataque severo, que probablemente es la razón por la que el primer epi-pen no funcionó, así que te están monitoreando durante la noche para asegurarse de que no haya daños en los riñones, Yo... bebería decirles a tus padres que despertaste y también ir a buscar a un médico para que les diga que estás despierta y decirle a las demás y... ― Kieu My comienza a ponerse nerviosa y se mueve para levantarse de su asiento, pero Fatou la empuja hacia abajo, lo mejor que puede cuando todavía se siente débil.
― No, solo ... no te vayas ― su voz es un poco suplicante para su gusto ― Quédate, puedes mandar un mensaje después ― La idea de estar sola en este momento le revuelve el estómago, la idea de estar sin Kieu My era tan desesperadamente aterradora.
― Está bien, está bien, bebé ― Kieu My cede, sentándose y pasando sus largas uñas tranquilizadoras por su cabello trenzado, los ojos de Fatou revoloteando cerrados por el contacto.
― No iré a ningún lado si no quieres que me vaya, pero aun así llamare a la enfermera ― En cambio, presiona el botón de emergencia.
― ¿Dónde están las otras? ¿y mis padres? ― Fatou se atreve a preguntar después de unos segundos de silencio.
― Las enfermeras no estaban muy contentas con siete personas aquí ―, se ríe Kieu My. ― Tus padres fueron muy amables, me dejaron quedarme contigo mientras toman algo en la cafetería, tu madre dijo que estarías feliz de verme al despertar y a las chicas les he estado actualizando por mensaje de texto; Les diré que estás despierta en un minuto. Zoe te salvó la vida, lo sabes. Ninguna de nosotras tenía idea de lo que estaba sucediendo, pero ella fue la única que mantuvo la calma y la única que nos ayudó a pasar esos horribles minutos esperando que llegara la ambulancia ―
― Lo sé ― susurra. ― Le dije que era alérgica a las picaduras de abejas en una fiesta pasada. Fue solo un comentario casual, nunca se siente tan importante ... esta es solo la tercera vez que esto sucede. Supongo que no siento la necesidad de mencionarlo ―
― Bueno, ese comentario despreocupado te salvó la vida ― Kieu My aprieta los ojos cerrándolos por un segundo, y cuando los abre, la emoción escrita en su rostro es desgarradora. ― Dios, no puedo creer que pude haberte perdido. Hubo unos buenos minutos allí en los que pensé que no ibas a lograrlo y yo solo me congelé... Si no fuera por Zoe... estaba tan asustada ―El estómago de Fatou se aprieta ante eso, imaginar los roles invertidos es aterrador como hipotético. Ni siquiera puede empezar a imaginar cómo se sintió Kieu My. Extiende una mano para tocar la cara de su novia suavemente, apretando su mano con la otra. ― Pero no me perdiste ― murmura con la compresión de lo que estaba perturbando a la mayor golpeando en su pecho con fuerza ― Estoy aquí, estoy bien y no es tu culpa no saber cómo reaccionar ante algo así ―
― Sí ― La voz de la mayor es apenas un susurro mientras sus ojos se cierran de nuevo, Kieu My aún no puede creer como es que Fatou siempre logra ver a través de ella, pero realmente no quiere ponerse emocional cuando es su novia quien está en una cama de hospital; ― ¿Es malo que desee que las abejas se extingan ahora? ― pregunta con una risa húmeda unos momentos después.
― ¡Kieu My! ― Fatou se ríe débilmente, actuando escandalizada. ― Las abejas son fundamentales para el ecosistema global. La civilización colapsaría si las abejas se extinguieran, definitivamente no vale la pena erradicar a las abejas por el simple hecho de tener una maldita alergia, sin embargo, es aterrador lo rápido que se está agotando la población de abejas ... ¿Sabías que solo quedan alrededor de... ¿Cuántas eran?, no recuerdo esos tontos números, pero no importa deberías ver ese documental conmigo y...―
Antes de que Fatou pueda seguir con su discurso sobre la importancia de las abejas una enfermera la interrumpe; ― Lamento interrumpir tan importante información pero, necesito examinarte ― Ella les lanza una sonrisa cálida mientras comprueba sus signos vitales, jugueteando con una de sus vías intravenosas antes de dar un paso atrás. ― ¿Cómo está tu respiración? ¿Está bien la cánula nasal o prefiere una mascarilla completa? ―
― La cánula está bien ― dice, sonriendo cortésmente. La realidad es que Fatou solo quiere volver a tratar de convencer a Kieu My de ver con ella el documental sobre las abejas ― Estoy respirando bien, pero todavía me siento un poco débil ―
― Bien. Todos sus signos vitales se ven estables, por lo que un médico estará presente por la mañana para explicarle a sus padres el tratamiento y medicación. ¿Está bien? ―― Está bien, gracias ―, asiente Fatou, y la enfermera les da una última sonrisa antes de salir de la habitación y cerrar la puerta silenciosamente detrás de ella.
― Debería traerla de vuelta ― Kieu My se ríe mientras la enfermera sale de la habitación ― Se perdió tu conferencia sobre abejas, que es realmente fascinante ―
― Cállate ― Fatou bufa, hundiéndose contra las almohadas. ― Estas siendo mala creo que ya no mereces escuchar mis datos sobre abejas ―
― No ―, protesta Kieu My, sonriendo ampliamente. ― Estoy bromeando, bebé, continúa. Me estabas hablando sobre ese documental que querías ver conmigo ―
Fatou sabe, por supuesto que lo hace, que su novia tiene una memoria excelente, si sus calificaciones en la escuela no son una prueba de eso, pero le hace sonreír que Kieu My realmente le preste atención cuando comienza a divagar sobre cosas como estas. Quizás Zoe tiene razón cuando dice que Kieu My está "azotada" por ella.
― Como sea, aun no puedo creer que Zoe recordara mi dato tonto sobre mi alergia ― suspira Fatou, sintiéndose bastante cansada de repente.
― Creí que habíamos acordado no usar más esa palabra ― Kieu My regaña suavemente mientras vuelve a pasar los dedos por el cabello de Fatou y luego agrega ― Zoe realmente es más madura de lo que aparenta, ella y Kiki tuvieron que crecer más rápido que los demás, ya sabes con todo el asunto de su madre... ―
Fatou tararea, pensando un poco antes de responder ― No me regañes soy un paciente enfermo, beberías ser una mejor enfermera ― ella sabe que el tema afecta más a Kieu My de lo que demostrara, ella también sabe que ha sido un día demasiado largo para ambas por lo que trata de aligerar el ambiente.
― Si fuera tu enfermera, no podría hacer esto ―se ríe Kieu My en voz baja, mientras captura los labios de la menor en un beso suave pero necesitado ― Por favor, no vuelvas a asustarme así ― mira los ojos somnolientos de Fatou cuando agrega: ― debería ir a buscar a tus padres y decirles lo que la enfermera nos dijo y tú puedes volver a dormir, debes estar cansada ― Fatou suspira feliz. ― Te amo ― murmura, cerrando los ojos por el cansancio.
― Yo aún más ―Fatou no está lo suficientemente despierta para discutir la admisión.
#druck s6#kieutou fic#kieu my vu#fatou jallow#Alergias#abejas#Porque lei una vez que fatou era alergica a las abejas#kieu my definitivamente dejaría de respirar si algo le pasara a fatou
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Besos sabor calabaza
Summary: Octubre, y lo que este otoñal mes proporciona, es el mejor mes para enamorarse. y nada como un mágico huerto de calabazas para que el romance surja
Advertencias: Menciones mínimas de elementos de Wayward Son
Palabras: 1618
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Baz
Me había prometido a mi mismo jamás volver a poner siquiera un pie sobre Estados Unidos otra vez.
Después del fiasco que fue nuestra primera vista, no me quedaron ganas de regresar. Demasiados recuerdos amargos se relacionaban con el lugar como para pensarlo. Mi plan era, mientras me quedara vida, mantenerme lo más alejado posible de ese país maldito.
Y, sin embargo, aquí estoy, parado en un huerto de calabazas en algún punto de Omaha. Cómo dicen por allí: uno propone, Dios dispone, llega el diablo y todo lo descompone.
Aunque, esta vez, todo es diferente. Ningún tipo de criatura nos persigue, Agatha no está secuestrada y Watford no es un caos. Sólo somos un grupo de amigos disfrutando de unas vacaciones. Bien merecidas, por cierto.
Algo que mejoró bastante después de nuestra primera vez aquí, fue la relación entre Snow y yo. Una vez que has chocado contra el fondo, lo único que queda es regresar a la cima… lo cual requiere de paciencia, trabajo conjunto y de amor, por supuesto.
Sacudo la cabeza para alejar de mi mente nuestras penas pasadas. De momento quiero ser sólo un veinteañero disfrutando un paseo con el amor de su vida.
Snow habla, sacándome del trance.
—Nunca antes había conocido un huerto así.
Su voz suena alegre, infantil incluso.
—Ni yo— admito —No se parecen nada a los que mi padre tiene. Más bien, es como Disneylandia de calabazas.
Se ríe. Tiene su mirada de "¿Hablas en serio?"
—No puedo imaginarte trabajando en un huerto, Baz.
—Pues deberías, los Grimm son granjeros.
Lo cierto es que a mi pocas veces me dejan trabajar allí, gracias a Fiona. Ella no quiere desgraciar así el apellido Pitch.
Me da un codazo, sabiendo lo anterior tan bien cómo yo, y continúa la conversación.
—Y jamás he visitado Disney. Sólo llegué a verlo en los VHS de vacaciones que regalaban con las películas. En el orfanato, ya sabes.
Lo sé. Duele pensar en su infancia. Rodeo su cintura con mi brazo, reconfortandolo.
—Algún día, iremos juntos.
Él gira la cabeza y me sonríe tímido. Caminamos hacia un puesto de palomitas, no tenemos prisa alguna.
Pen, Shep y Aggie decidieron ir a un concierto. Si no estámos con ellos es porque Snow decidió que quería probar todas las botanas posibles. Especialmente, una Bomba de Calabaza que incluye pay, helado de vainilla y chocolate.
Debería asquearme su apetito por los dulces; lo encuentro adorable.
Tengo mi mano izquierda sobre su espalda baja. La punta de mi meñique se cuela debajo de sus pantalones, sintiendo su piel tibia; sólo lo hago por coquetear con él. Snow no se queda atrás, su cola está envuelta desde mi muñeca hasta mi codo.
Ignoro si él tiene control sobre esa parte de su anatomía o sólo actúa por instinto. No importa, ya que al final siempre termina buscandome. Es un contacto que me ayuda a poner los pies sobre la tierra.
Real. El frío otoñal, los ruidos de gente pasando un momento agradable, el olor dulce a caramelo y la presencia cálida de Simon Snow a mi lado. Todo ello es real.
—¿A dónde quieres ir ahora, amor?—pregunto.
—Al laberinto de Maíz. —dice, buscando con la mirada algún letrero que nos indique el camino.
—Vamos a preguntarle a algún empleado.
Solo damos unos cuantos pasos y nos topamos con dos trabajadores. Un alto chico rubio y una chica morena, también bastante alta. Ambos van vestidos con camisas rojas a cuadros y overoles.
—¿Podría decirme por favor cómo llegar al laberinto de maíz? —pregunta Snow, con una sonrisa amable.
Él chico, cuya etiqueta pone Josiah, resplandece, como si esto fuese el objetivo de su vida.
—Claro. Tienen que ir a…
Nos dice una serie de instrucciones que memorizo de inmediato, le doy las gracias y guio a Snow.
En cuestión de unos pocos minutos ya estamos en la entrada del laberinto. Como empieza a oscurecer, da un poco de miedo, aun si es irracional.
Snow me toma de la mano, entrelazando nuestros dedos, y es el primero en entrar. Siempre es el más valiente de los dos. Caminamos sin fijarnos mucho en el rumbo, solo disfrutando la compañía del otro.
—¿Habías hecho esto antes? —me pregunta cortando el silencio.
—No, es mi primera vez… ¿Por qué la pregunta?
Se encoge de hombros.
—Sólo estaba pensando en que haremos si no podemos encontrar el final.
Lo considero unos segundos.
—Somos magos, solo será cuestión de un movimiento de la muñeca y ya.
El precioso Simon Snow me mira como reproche.
—Eso sería hacer trampa.
Lo ignoro y sigo caminando.
Llegamos a un callejón sin salida y siento a Snow temblar a mi lado. Sé que no está asustado, su ritmo cardíaco no indica ello. Voy a molestarlo un poco.
Suelto su mano y me paro frente a él, asegurándome de resaltar mi altura superior. Ahora está confundido. Coloco un dedo bajo su mentón para hacerlo mirarme.
—¿Tienes frío, mi niño?
Sus mejillas se llenan de arrebol de forma que me dan ganas de morderlas.
Antes de que pueda contestarme, me quito mi bufanda azul, la bufanda de madre, y la acomodo alrededor de su cuello. No soy un santo y dejo que mis dedos toquen su piel por más tiempo del necesario.
Cuándo la prenda está en su lugar, apoyo mis manos contra su pecho. Pareciera que su corazón quiere salirse y saltar a mi por como lo siento en mi palma.
—Va bien con tus ojos, Simon.
Él sólo baja la mirada, casi tímido.
Simon
Ya he tenido suficiente. Baz ha estado jugando conmigo todo el día. Tocandome, acariciándome, y ahora diciéndome cosas dulces.
Pero no me ha besado ni una sola vez. Y me empiezo a sentir desesperado.
No voy a aceptar que me traten así.
Baz
Estamos parados en un rincón a media luz dentro de un laberinto de maíz. A solas. Snow está usando mi bufanda, temblando entre mis brazos y es mío.
Quiero besarlo. Voy a besarlo ahora…
Y, entonces, él me besa a mí.
En un principio sólo pega sus labios a los míos y los mueve con cuidado. Es tierno y pareciera que no tiene prisa alguna. Sus manos están jalando mi cabello, y eso se siente fantástico.
Bajo, lento y suave, mis manos por su pecho hasta dejarlas sobre su cintura. Aprieto y lo escucho soltar un jadeo. Es imposible tenerlo más cerca, pero de todos modos lo intento.
Siento la tibia lengua de Snow rozando mis labios. Abro la boca y él aprovecha para profundizar nuestro beso. Mueve su mandíbula de la forma en que me enloquece, sus manos acarician mi cara. Para poder alcanzame bien, esta parado de puntas.
Toca mi paladar y se me sale un gemido. Siento cómo sonríe sobre mis labios. Cuelo mis manos debajo de su camisa, él tiembla y jadea.
Estoy tentado a cargarlo y salir de aquí para buscar un lugar más privado cuando escucho pasos seguidos de alguien diciendo:
—Todos los años es lo mismo.
Entre abro los ojos. Veo pasar corriendo a dos figuras uniformadas. Los empleados de antes. Quisiera sentir más vergüenza y pena por ellos; la boca de Simon está matando todo lo que intento pensar.
Succiono su labio inferior una última vez antes de separarme. Ambos tenemos la respiración bastante agitada. Ni aún ahora me siento avergonzado. Sus manos me acarician la nuca.
—Llevaba todo el día deseando esto. —dice suspirando.
Su aliento me roza la cara. Pellizco una de sus mejillas, le doy un beso en el nacimiento del cabello. Sólo entonces me alejo con un paso.
—Vamos, Simon… aún debemos ir a buscar tu bomba de calabaza.
Ante mis palabras sus ojos resplandecen. Siento una ola de cariño nacer en mi. Toma mi mano y me hace salir del callejón.
—Salgamos de aquí. —Dice para luego concentrarse en buscar la salida.
Nos toma poco más de media hora llegar al final del laberinto, pues de vez en cuando nos detenemos para compartir algunos besos. Mis labios se sienten un poco entumecidos. Y no sólo por el frío.
El área de conciertos y el local donde venden las Bombas están a muy poca distancia de la salida. Pago por sus golosinas, me he propuesto cumplir cada uno de sus caprichos, por más pequeños que sean. Me recargo en una barda, él se sienta sobre ella. Estamos esperando a que nuestros amigos salgan de su concierto. Snow está tan contento comiendo que me da curiosidad.
—¿De verdad saben tan bien? —presunto.
—Mucho más que bien… ¿Te gustaría probarla, Baz?
Hay algo un poco coqueto en su voz. Interesante.
—Si, quiero.
Sonríe y sé que voy a tener problemas.
—Cierra los ojos y ven.
Asiento y me acerco a él. Efectivamente, soy recibido con el postre más exquisito de todo el mundo: los labios de Simon Snow. Me acomodo bien entre sus piernas. Cuando él abre la boca soy capaz de sentir la mezcla de sabores: realmente es deliciosa.
Su lengua, usualmente cálida, se siente fría contra la mía. Es extraño pero muy placentero. disfruto de sus caricias un poco más antes de separarme de él. Snow me sigue, buscando continuar con el beso. Tomo su mentón en mi mano derecha.
—Sabes a calabazas, Simon.
Él sólo se rie. Soy muy afortunado de estar vivo, ambos lo somos.
Me abraza, escondiendo el rostro en mi cuello, me hace cosquillas. Correspondo rodeándolo con fuerza. Levantó la mirada y a lo lejos, alcanzo a notar a los empleados que nos ayudaron hace un rato. Ellos también están compartiendo un abrazo. Se ven lindos juntos.
Con el amor de mi vida entre los brazos, sonrío sinceramente por ellos.
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¡Hola!
Hace poco leí la novela gráfica de Rainbow y me encantó la idea de ver a Simon y Baz en ese universo. Me parece adorable y aquí está este pequeño fic. Iba a publicarlo el 31 pero un Desmuerto y otras cosas se me cruzaron.
¿Qué tal su vida últimamente? ¿Cómo los trata la pandemia?Cuídense por favor
Gracias por leer~
Ciao!
#simon snow#baz pitch#snowbaz#carry on rainbow rowell#rainbow rowell#carry on fanfiction#snowbaz fanfiction#my fanfiction#pumkinheads rainbow rowell#spanish#fanfic
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FUERA DEL RING (FRATT - CHERIK) - PARTE 1/3
LA PROPUESTA
Charles sonríe de la manera en que sonríe un niño antes de recibir un helado. Es dulce y amistoso, en otra circunstancia, su sonrisa sería una luz luminosa que otorga confianza, pero para Frank, Charles luce como alguien escalofriante. Si los dos no se hubieran encontrado antes, Frank ya habría puesto una bala en el medio de ese rostro juvenil. Sin embargo, ellos se conocen, son socios y hoy tienen negocios que resolver.
—Ha sido un tiempo, amigo mío –saluda el pequeño hombre con su acento distinguido y cuidado. Ingleses, por supuesto, Frank no se acostumbra a ellos.
—¿Qué es, Charles? –Frank cuestiona, su tono irritado e impaciente.
—La farmacéutica ha estado teniendo algunos problemas, necesitamos abrirnos mercado en Nueva York y pensé, que mejor que en Hell’s Kitchen.
—No cubriré tu mierda.
—Oh, amigo, ¿por qué no? Estoy haciendo todo muy legal –Charles enfatiza la última palabra con una sonrisa aún más aterradora.
Ingleses, piensa de nuevo, siempre con un as bajo la manga.
—Fuiste con Matt primero –afirma Frank sin esperar respuesta. –Debí suponerlo. No vendrías a mí sin tu perro guardián.
El inglés ríe, sus hombros se encogen simulando inocencia pero sus ojos, tan azules y brillantes, lo observan con una tenacidad filosa. No podía esperar otro tipo de expresión de un hombre inteligente que sabe mover hilos para su conveniencia.
—Debo admitir que Matt no es un hombre fácil de convencer. Me puso una condición bastante interesante, de hecho.
Frank no se abstiene de ocultar su sonrisa orgullosa. Sabía que su chico tenía sus propios trucos ingeniosos, dignos de ingleses educados.
—¿Qué te pidió?
—Una pelea –responde simplemente. –Si es capaz de ganar a mi perro guardián, el hospital de Hell’s Kitchen deberá recibir medicinas gratuitas durante cinco años. Si pierde, asesorará la farmacéutica y eso incluiría la aseguradora.
Pausa. Frank arruga las cejas. La propuesta es interesante, él confía en Matt pero no en Charles, y hay desequilibrio entre las peticiones. Es raro, así que no puede deshacerse de ese pensamiento.
—¿Seguro que es legal?
Charles suspira, parece estar herido.
—Soy un hombre de negociosos, Frank. No un mafioso. –Ante la continua expresión sospechosa del americano, Charles continúa, exasperado. –Y si, es legal.
—Bien. Establece la fecha.
—Te enviaré un mensaje cuando el consejo apruebe la negociación.
Eso es todo, Charles se va de su pequeña oficina y la brisa cierra la puerta con gran estruendo. La inquietud sigue persiguiéndolo y sólo espera que Matt haya leído cada maldito pulso cardiaco de ese inglés antes de hacer semejante propuesta.
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Los dedos largos de Erik repasan por segunda vez su cabello oscuro. Está molesto, no puede evitarlo, de alguna manera la noticia que le da Charles hace que se sienta insultado. Él desearía tener la suficiente fuerza emocional como para apretar el delgado cuello de Charles, pero no puede, nunca podrá y eso lo sulfura hasta el punto de convertir su rostro en una expresión colérica y roja.
—¿Qué demonios estás pensando? ¡No soy tu perro, Charles!
—Frank cree que si –el hombre se encoge. Se ríe, por supuesto. Ni siquiera parece alterado o asustado después de ser testigo de los berrinches que le hace Erik al golpear objetos contra la mesa. –Pero es una propuesta, si no quieres, puedo pedírselo a Logan. Ya sabes, tiene este amor extraño por querer golpear la cara de otros tipos.
Ah, eso es un chantaje, Erik lo reconoce. Charles sabe cómo manejar la rivalidad que Erik tiene contra Logan, así que, obviamente está funcionando. No quiere a ese hombre peludo combatiendo en su lugar, él puede hacerlo y obtener la victoria. Sólo desearía que Charles le consultara antes de arrojarlo como si fuera una especie de esclavo.
—No te entiendo, Charles. ¿Por qué necesitarías la ayuda de un bufete y una aseguradora pequeña? –Erik cambia de tema. No está dispuesto a decir que acaba de aceptar el combate contra Murdock, por lo que trata de hacerlo obvio con esa pregunta que acaba de merodear su cabeza.
—Quizá puede que esté jugando un poco sucio –acepta. –Pero no es nada maquiavélico, así que evita mostrar tu horrible sonrisa de tiburón.
—Creí que era un perro. –Su molestia previa se disipa tan pronto como su sonrisa hace que Charles se sonroje. –Además, ambos sabemos que te gusta. –Charles suspira, volviendo sus ojos para atrás con exceso de dramatismo. —Entonces, ¿me dirás que estás planeando, Xavier?
—¿No confías en mí, eh?
—Quizá.
Erik no pierde la expresión divertida.
—Eres un bastardo.
—No lo dudo.
Charles bufa con cansancio.
—Puede que el combate tenga un segundo propósito –explica. Su rostro de repente se pone serio y Erik sabe que hay algo importante viniendo. –Y puede que tenga que ver con Sebastian Shaw.
El inglés se queda quieto en su sitio, totalmente en silencio. Por su parte, Erik retrocede cuando escucha el nombre de su enemigo. Había esperado tanto saber de él hace años, desde que asesinó a sus padres y se dio el placer de dejarlo vivo. Sus manos se apretaron con fuerza, podía sentir renacer todo el odio acumulado.
—Quiero un combate con Shaw –exige Erik sin meditar en su petición. Él necesita enfrentar a ese hombre, hacerle sentir la humillación y luego asesinarlo.
—Me temo que eso no será posible –Charles suspira. Se está levantando de su cómodo sillón y observando con cuidado las reacciones de Erik y antes de que este pueda reaccionar, se apresura a dar su explicación. –Sebastian no es un luchador. Él está manejando un laboratorio que tiene que ver con armas. Me enteré de él cuando me reuní con Tony.
Erik vuelve a golpear la mesa, algunos documentos finalmente caen sobre el piso alfombrado. Su cerebro, rápidamente, busca otras opciones que conviertan a Shaw en un cadáver. Sin embargo, su rostro se contrae en confusión cuando vuelve a pensar en la propuesta de Charles.
—¿Qué tiene que ver la farmacéutica con Shaw?
Ahora Charles sonríe con la misma confianza descarada de hombre inteligente.
—Digamos que los hermanos rusos están implicados con Shaw –Charles se acerca a Erik, lento y coqueto. Sus brazos se envuelven alrededor del cuello del alto hombre. –Así que puede que haya un demonio implicado en todo esto.
Erik no lo entiende, pero deja de exigir respuestas cuando los labios de Charles se aplastan contra los suyos, exigentes y sensuales. Shaw puede esperar ahora que está dentro del radar de Erik, por ahora, sólo necesita recostar a este inglés sobre la mesa.
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—Así que la mafia rusa está detrás –Frank se queda quieto, observando la calle deplorable que está frente al departamento de Matt. –Sabía que ese educado inglés ocultaba algo.
Matt se ríe, su nariz está sobre los bordes de una taza enorme con café.
—Qué eres ¿un perro?
Frank gruñe volviendo su rostro con molestia.
—No empieces, rojo.
—Acabas de gruñir, Frank.
El ex marine suspira, su rostro duro cae un poco en una expresión preocupada.
—Sólo…ten cuidado.
Matt no puede verlo pero oye el ritmo cardíaco de Frank, un poco acelerado e inestable. Así que deja la taza con cuidado y se acerca hasta que puede sentir el calor del contrario a unos pocos centímetros.
—Trataré.
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Breve reflexión sobre la libertad en la posmodernidad
Por los últimos 4 años, una de mis actividades fue enseñar en lo que fue llamado “Instituto Especialidades Juveniles”, hoy llamada “Escuela de Coaching y Liderazgo Generacional E625”. Me di el lujo de convocar a líderes y voluntarios de muchos países de América Latina a una reflexión en lo que es uno de mis campos, la misionología o la relación entre la iglesia y la cultura. Tuve el privilegio de desplegar todos mis interrogantes, los resultados de mis investigaciones, y las variables de conflicto que todos los asistentes podían identificar fácilmente en sus realidades eclesiásticas. Para mí, significó una enorme posibilidad de crecer e influenciar en un área que la enorme mayoría de las ofertas académicas y de capacitación del tipo que sea no abarcan, enfocadas en lo urgente, en lo técnico, y en lo programático (todas cosas importantísimas, por supuesto, pero a mi ver no todas las necesarias para pensar la tarea). Fue un placer, y lo digo así, porque ya se saborea el final. Y eso hace que cada vez que entre a clases, tenga una redoblada convicción de que esa clase será la última que daré. Y digo “redoblada” porque mi experiencia me hace tener muy claro que todo lo que hago puede ser lo último que haga, pero en este caso, el fin tiene para mí una fecha, un día, y un temario definido. Aprovecho para agradecer, aunque éste no será el único medio, a cada estudiante que se sentó en círculo, para ver la cara de todos además de la mía, compartir sus opiniones y abrir su corazón. Los quiero y gracias. Es en este marco festivo, de agradecimiento, de satisfacción, que me surgió compartir algunas breves reflexiones de las decenas que surgen en esos espacios. Ahí va alguna de ellas.
El tiempo que vivimos, simplificadísimamente y mal-debatidamente llamado posmodernidad, nos regala algunas ideas que no siempre estuvieron ahí, que aunque “no hay nada nuevo bajo el sol”, han tenido sus destellos en el pasado. Una de ellas es que no necesitamos a Dios ni a la religión para ser morales, para amar y trabajar por un mundo mejor, o para tener significado y lograr nuestro cometido. Lo que necesitamos es ser libres para vivir la vida como mejor nos parezca. En esta mirada la fe, las creencias y los juicios de valor llevan a la intolerancia y a los prejuicios. Se predica que ésta es la objetividad, cuando no es más que una nueva red de creencias alternativas sobre la naturaleza de las cosas que no son evidentes a todos, que no son más empíricamente comprobables, y que requieren enormes saltos de fe y están sujetas a su propia variedad de problemas y objeciones. Quiero pensar un ratito en una de ellas: “Yo hago lo que quiero”.
En la antigüedad, antes de que surgiera el cristianismo, existía muy difundida la idea de que las elecciones humanas no importan, que estamos predestinados, que tenemos un destino inevitable, que no podemos cambiar nada. Es una herencia de la fe cristiana la idea, hoy difundida, de que nuestras decisiones son importantes. Pero hoy se dice que el “yo hago lo que quiero” (“lo que me dicta mi corazón”, “lo que realice mi ser”, etc, según la novela que mires, también llamada “la libre elección”) es sagrado, lo único que importa para muchos. Un día leí de un tipo que se llama Isaíah Berlin que hay dos clases de libertad, la libertad negativa (libertad de restricciones), que contrasta con la “libertad positiva” (libertad para emprender un buen objetivo). La libertad negativa es “nadie me dice lo que tengo que hacer, yo hago lo que quiero”, y en este mundo se convierte en el principal bien moral. Esta idea tiene un par de contras:
1.Sacralizar la libertad negativa arruina la idea de comunidad. Ser parte de una sociedad implica que nadie puede hacer lo que quiere, que se restringen algunas elecciones, se respetan algunas autoridades, y se asume alguna responsabilidad individual.
2.La alta valoración de la libertad negativa es una ilusión. Pensemos: si tengo problemas cardíacos y un médico me dice que no tengo que comer con sal, la libertad negativa me dice que puedo comer lo que yo quiera, y el uso de esta libertad negativa me quitará mucha de la otra (viviré menos, o peor). El que quiere la libertad de dedicarse a la música tiene que renunciar a su libertad de jugar a la playstation todo el día para ensayar 8 horas diarias. Por eso, la libertad no es sólo ausencia de restricciones, sino también encontrar las restricciones correctas que posibilitan mejores libertades. El que es libre de no-estudiar, después no es libre de elegir dónde trabajar, para quién, y cuánto ganar (simplifico, pero está claro a lo que voy).
Decir “Yo hago lo que quiero” es en principio, una burrada, en segundo lugar, un enorme acto de egoísmo. Y tercero, recordando el famoso imperativo categórico kantiano: “¿Cómo funciona esa idea si todos la practicáramos?”. No necesito explicar el desastre. Ninguna relación de amor, ni sociedad, puede existir si las personas que la integran no sacrifican alguna libertad con el fin de servir al otro. A todos nos encanta recibir amor, y tener a quien darlo, pero eso no puede perdurar en forma de ninguna relación sin una renuncia a algunas libertades individuales. En este mundo posmo, alguien puede decir que quiere compartir la vida con “alguien que me acepte como soy, y no exija ningún cambio, ni que sacrifique ningún deseo, interés y/o sueño”. Papá Noel no existe, te aviso. El verdadero amor, como dice quien lo creó, y quien en sus términos lo hace funcionar, es así:
El amor nunca se da por vencido. El amor se preocupa más por los demás que por uno mismo. El amor no quiere lo que no tiene. El amor no fanfarronea, No fuerza a otros, No siempre es "yo primero" No lleva un puntaje de los errores de los demás, No se deleita cuando el otro se arrastra, Se alegra con la verdad, Siempre busca lo mejor, Nunca mira hacia atrás, Sigue hasta el final.
[1 Corintios 13.4-6]
Somos hijos de nuestra época, pero eso no significa que tenemos que adaptarnos a todo lo que nos propone. Muchos quieren hacer lo que quieren, nadie quiere la esclavitud a nada, pero en la práctica descubrimos que la máxima esclavitud es rebelarse contra el Dios que nos hizo, nos conoce, y nos ama. Una devoción a las cosas creadas, incluso las filosofías humanas, a expensas del creador, es esclavizante, no produce beneficios. Suena lindo lo de “hago lo que quiero”, pero al final del día, no te dará ninguna felicidad, te dará remordimiento y fracaso. Por eso, también, conocer a Jesús nos hace libres (Juan 8.31-36). Quizás puedas ser un poco revolucionario/a y no hacer o pensar lo que hace la mayoría. Quizás puedas buscar una versión de las cosas, más allá de las modas, más allá de cómo suene, que no importa cuándo ni dónde, realmente funcione. Porque de eso se trata, ¿no?
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— Heavy words I.
No olía igual, el aire pesaba más. Sólo necesitó cruzar la puerta para darse cuenta de que algo no iba bien. Esa era la sensación que dejaba siempre al pasar, la misma que presionaba su garganta, le asfixiaba y le quitaba todo el aire. Su vista aún no la había alcanzado y la artista ya sabía que estaba ahí. Tragó saliva, porque con el paso de los años su progenitora había conseguido que cada visita fuese una auténtica tortura; nunca traía nada bueno. Las flores habían desaparecido. Todas esas que había recibido durante su estancia en el hospital, y las cuales había pedido que llevasen a aquella galería, se habían esfumado. Su piano ya no decoraba el vestíbulo, la alfombra era de otro color y había gente moviéndose de un lado a otro, cambiando muebles y dándole color a las paredes que Samantha siempre había preferido blancas. Su mirada osciló de un sitio a otro, buscando respuestas o una explicación que le permitiese volver a respirar con normalidad. Erika, tras el mostrador, ya parecía disculparse con la mirada y declararse inocente de algo que no había podido controlar. Sus manos empezaron a temblar, y ese ápice de rabia que sólo aparecía en presencia de aquella mujer rebotó en alguna pared de un lugar que ya le resultaba irreconocible. El sonido de los tacones de Jules terminó por desquiciarla. Reconocía hasta su manera de andar, sabía que estaba cerca. Poco tardó en aparecer en escena. El estómago se le revolvió porque la rubia ya tenía esa expresión...La misma que tenía siempre cuando pretendía arrasar con todo lo que era suyo.
— Cariño, pensé que tardarías más en volver de...Tu viaje. — pronunció con cierta ironía, aunque Samantha fue la única en darse cuenta, al parecer.
— ¿Qué demonios haces aquí? ¿Y mis flores? ¿Y mi piano? — pocas veces se había atrevido a hablarle con un tono serio y más alto de lo habitual.
— Samantha Lancey. — dijo a modo de reprimenda.
La americana se sobresaltó. Porque lo normal era que tras usar su nombre de aquella manera una bofetada cruzase su cara. Pero estaban en público y Jules sabía guardar muy bien la compostura. Dio un par de pasos y agarró el brazo de la americana, dejó un apretón para indicarle que guardase silencio y literalmente la arrastró por aquellos pasillos. Caminaron juntas en dirección a la oficina, esa que también había invadido. Fue firme, como siempre, así que soltó el brazo de la chica de manera brusca, empujándola hacia el interior para cerrar la puerta.
— Perdona mamá...Es que...Todo ésto es muy confuso. Yo...¿Por qué no viniste a visitarme al hospital? John estuvo todos los días conmigo. Ni siquiera llamaste para ver si estaba bien...
Que desviase la conversación en otra dirección pareció darle algo de tregua. Su progenitora se relajó, y hasta pasó a tomar asiento justo en la silla que su hija ocupaba día tras día. Lo que le obligó a apretar la mandíbula. Siempre invadía, pisoteaba y escupía en su espacio.
— Porque no tengo tanto tiempo como él. Tengo cosas que hacer, además, tengo entendido que no fue nada. Estás de una pieza, ¿no?
— S-sí...
— ¿Entonces qué problema hay? ¡Estoy aquí! He venido a poner cada cosa en su lugar.
— Pero, pero...
— Nada de peros, Samantha. Levanta la cabeza.
Y fue inmediato, la artista levantó la cabeza, porque no se había dado cuenta de que hasta había bajado la mirada.
— Es mi galería... Y va bien. Puedo enseñarte las cuentas del último trimestre. La lista de clientes y..Todo lo que quieras.
— Ya lo he hecho. Pero como siempre has vuelto a dejarlo todo tirado. Te lo puse en bandeja. Lo único que tenías que hacer era mantenerlo a flote. ¿Querías una galería? Me encargué de montarte una galería. Y a la primera de cambio llamas a Jhon y le dices que se quede a cargo de todo porque...¿Tú te vas de viaje? ¡Samantha, por dios!
— ¡Acababan de apuñalarme!
El grito de la joven pareció cortar el aire. Su respiración se aceleró y su ritmo cardíaco también. Pero Jules no le dio importancia, aunque su hija le hubiese levantado la voz por segunda vez en un mismo día. La canadiense respiró hondo y apoyó ambas manos sobre la mesa, se incorporó y caminó en dirección a la artista. Samantha sintió que las piernas le flaqueaban hasta para salir corriendo. Así que buscó con la mirada un sitio al que poder agarrarse para mantenerse de pie.
— Tranquila cariño, todo está bien. No estás pasando una buena época...Lo entiendo, ¿has vuelto a tener pesadillas? ¿Quieres que hable con tu psiquiatra? Puedo buscar a Helena. Helena sabrá como ayudarte y arreglar todo ésto. ¿Sigues tomando la medicación, verdad?
— No, no...Helena no. Ya tengo otro psiquiatra, déjalo.
— Samantha, ¿sigues tomando la medicación?
— Sí, mamá. Todos los días.
Jules pareció respirar aliviada, y lo mejor, pareció haber creído aquella mentira. Hacía meses que había dejado la medicación. De hecho, hacía meses que se sentía mil veces mejor, menos saturada y abrumada. Con más capacidad de decisión que nunca. No era tonta, con el tiempo se había dado cuenta de que la medicación solo hacía que estuviese tonta y sumisa la mayor parte del día.
Jules presionó sus hombros, esa era su manera de abrazarla o de entregarle algún gesto de cariño para fingir que de verdad le tenía algo de aprecio.
— Estoy aquí para ayudarte, como siempre... No dejaremos que la galería se venga abajo, ¿de acuerdo? Los cambios son necesarios, Samantha. La decoración era muy simple y aburrida. El mundo tiene que pensar que eres tan magnífica como tus cuadros. Trabajaremos juntas en todo eso, no te preocupes Has abarcado demasiado trabajo mucho tiempo, queriendo llevar tú sola todo ésto...Estarás saturada. Y es normal. Quizás debas centrarte un tiempo en...¡En pintar! A la gente le encantan tus cuadros, ya hemos vendido unos cuantos y hay periódicos que quieren entrevistarte.
— ¿V-vendido? Pero...No están en venta...No... No puedes... — entonces su respiración volvió a acelerarse, sintió como si alguien le estuviese quitando tiras de piel sin ningún tipo de aviso o anestesia.
— Tranquila, tranquila. En menos de una semana he conseguido que la prensa por fin se fije en ti y en tu trabajo. Mantenerte en el anonimato no te servirá de nada cariño, ni ayudará a impulsar tu galería.
— No quiero, no quería...No quiero que... Madre mía, ¿qué has hecho?
— Darle algo de vida a todo ésto. Hazme el favor, no seas tan hipócrita, que la prensa se fije en tu trabajo es lo mejor que te podría haber pasado. Con el tiempo conseguiremos que seas una artista reconocida a nivel mundial. La gente se peleará por tus cuadros. ¿No era eso lo que querías? Vivir del arte.
Una punzada atravesó sus pecho, había usado las mismas palabras que ella en el pasado cuando había rechazado contratos con diferentes marcas en las que no iba a ser más que la imagen y la cara bonita estampada en vallas publicitarias y revistas. Si a Jules le había sentado mal que su hija se negase a trabajar con ella peor le había sentado ver como ésta también había rechazado vivir expuesta al mundo mediático.
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Semitonos
Ya no quiero gastar demasiada tinta y derramar sangre por las paredes de mi habitación.
Recuerdo cuando me solía sentir solo y abandonado.
Cegado por mi depresión que me impedía socializar y ser una persona, aunque sea algo normal.
Cuando mis huesos dolían por descalsificación y mis lágrimas eran momentáneas.
Sentir como fluían mis venas y mi ritmo cardíaco cambiaba constantemente.
Podía fingir que dormía, pero trataba de escapar de mis problemas.
Y el celular era mi único amigo.
Mis padres no se daban cuenta de lo que me estaba pasando.
Para mi suerte solo fue una etapa más como las estaciones del año.
Llego y se fue.
Él diluvio duro más de dos años en mi.
Mientras leía libros de Gabriel Garcia Marquez.
Claro que los relajantes nunca funcionaron.
Solo apagaron mi alma y mi mentalidad.
Sentía como los colores extrañaban regresar y sólo ser primarios.
El verano estaba harto de dar calor, por un momento solo quería enfriar.
Para que vagemos por las calles con las luces de esta ciudad.
Encontrar el fin del mundo y saber porque quiere destruir todo a su paso.
Un apagón para apreciar lo brillante de las estrellas.
Mi fragancia son semitonos de dolor y melancolía que muy pocos logran descifrar.
Tengo miedo de salir de un blackout y no tenga final.
Claro que a los dieciséis todo esto era normal.
Siempre fueron gritos y excusas para todo.
Me sentía estúpido recurrir al alcohol cada que podía.
Pensé que estaría hoy en otro lugar.
Quizás en el cielo o reencarnado en alguien más.
No sabría decirlo con claridad.
Puede que en otra dimensión ni exista.
Estoy aquí por casualidad.
Me toco tener que superar mis miedos de diferente modo.
Dónde una forma de vestir y un corte de cabello no tenga nada que ver con mis argumentos y mi forma de pensar.
Claro que soy lo suficiente estúpido para discutir.
Pero aferrado para decir que no.
El reloj de arena está aburrido de tirar granos sin cesar.
Solo relájate y deja que el delay tome tu esencia por un momento.
Piensa que es más relajante que las pastillas que te metes antes de dormir.
La distorsión solo sirve cuando estés animado y sientas que puedes saltar demasiado alto y desgarrar tu voz con palabras que jamás imaginaste expresar.
Aún conservo mi cara de puberto.
Con algo de acné y deseos pendejos.
Escribiendo a los dieciocho, mientras mis viejos escritos de quince vagan o siguen destruidos.
Sigo teniendo pesadillas.
En donde no logro lo que quiero y todos mueren en varias tragedias.
Quisiera que todos sean eterno en la actualidad.
No quiero volver a llorar por semanas, finjo ser fuerte pero no lo soy del todo.
Me estoy volviendo loco porque quiero que a los veintitrés mis padres se sientan orgullosos y me digan ingeniero.
Tengo una imaginación demasiado ingenua pero no me da miedo soñar.
Inquieta mesa de promesas, donde solíamos charlar y escuchaba nuestros problemas.
Ya va a ser navidad y no puedo creer que el tiempo pasó en un instante.
Siento que solo ayer tenía cruda de la última peda de quinto semestre.
Dónde "Fields & Fences" me hizo recordar ese día y siempre lo hará.
El labial rojo siempre ha sido mi enemigo, oh siempre lo fue hace un año para ser exacto.
Déjame solo para ver el amanecer y saber que se siente morir de frío otra vez.
Las cuerdas siguen borrando día a día mis huellas y me sacan más callos.
Los secretos que le conté al violín esa noche que tenía que terminar de componer, sabe porque tome el camino de la música.
Ahora está es mi forma de desahogar mi vida en unas cuantas notas.
Porque para unos son problemas pero para otros son medios de escape.
Es momento de dormir, mis fantasmas dicen que lo vuelva a intentar.
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Tylenol para el corazón roto. -Por Melissa Hill, 9 de junio de 2016, New York Times.
Me pidió que pasara a verlo después de salir del cine. Nos encontramos en el estacionamiento de su dormitorio y me saludó con un beso rápido, como por hábito. En ese momento no sabía que sería el último. Se notaba tenso; me evitaba con la mirada.
No recuerdo exactamente sus palabras, pero lo último que dijo fue: “Ya no puedo seguir con esto”.
Mi corazón comenzó a latir con fuerza mientras él se justificaba. Escuché, sin entender. Me quedé parada en el frío, balanceando mi peso entre un pie y el otro, con las manos en los bolsillos de mi chamarra. Traté de responder pero no pude decir nada. Por lo general soy extrovertida y platicadora, pero no pude ni formular una frase. Mis mejillas sonrojadas hervían de calor.
Como estudiante de neurociencia he aprendido que nuestra relación más íntima es la que existe entre la cabeza y el corazón. Hablan como mejores amigos a través de la arteria carótida común, que envía sangre del corazón al cerebro a la asombrosa velocidad de 91 cm por segundo.
El cerebro ha desarrollado mecanismos para percibir el peligro y responde de inmediato a la presencia de cualquier amenaza. Cuando identifica una amenaza, hace una llamada de urgencia al hipotálamo, el centro de control de nuestro sistema hormonal.
Acto seguido, el hipotálamo pone en marcha el sistema nervioso simpático y aumenta los niveles de cortisol en nuestras venas. Nuestro sistema se llena de adrenalina. El corazón se acelera, con lo que aumenta el flujo sanguíneo que llega a nuestros órganos vitales. Nuestras vías respiratorias se abren. Con cada respiración, estamos más alerta. Nuestras pupilas se dilatan. En presencia del peligro, estamos preparados para luchar.
Esto no es lo que sucede durante una ruptura.
La respuesta psicológica al rechazo es totalmente distinta de la que mostramos ante la amenaza. Tenemos una necesidad innata de aceptación, al igual que necesitamos agua y alimento para sobrevivir. Al contrario de lo que sucede cuando nos enfrentamos al peligro, el rechazo activa nuestro sistema nervioso parasimpático.
El cerebro envía una señal a través del nervio vago hasta nuestro corazón y estómago. Los músculos de nuestro sistema digestivo se encogen y nos provocan un vacío en el fondo del estómago. Nuestras vías respiratorias se contraen y dificultan la respiración. El ritmo cardíaco se detiene de manera tan evidente, que, literalmente, se siente como si nuestro corazón se estuviera rompiendo.
Después de escuchar aquellas fatídicas palabras de rechazo en el estacionamiento, fui a casa, lloré en el suelo del departamento y me dejé consentir por mi mejor amiga.
“A todos nos rompen el corazón por primera vez”, dijo ella con suavidad. “La primera vez es la que más duele”.
Me sentía como un cliché: lloré hasta que me dolió la cabeza y usé una caja entera de clínex. Estudiar neurociencia me había enseñado tanto… Sabía que mis emociones dependían de los químicos del cerebro. Quería usar la ciencia para razonar conmigo misma, convencerme de que pronto las hormonas se estabilizarían y comenzaría a sentirme mejor.
Por desgracia, no son los años de escuela, sino la experiencia lo que nos enseña a recuperarnos de una ruptura.
Quería regresar al momento en que estábamos en la mitad de nuestra relación. No extrañaba el principio: la inseguridad, las mariposas en el estómago y el periodo de extrañeza cuando uno comienza a conocer a otra persona. Y definitivamente no quería revivir el final. Quería regresar a la mitad, cuando todo estaba en calma, era rutinario e inspiraba confianza. Entonces, todo era fácil y sin dolor.
Ambos teníamos nuestras actividades, estábamos involucrados en nuestras propias esferas de la vida del campus y nuestros caminos nunca se cruzaron hasta que una amistad mutua nos organizó una cita a ciegas.
No era extraño que nunca nos hubiéramos encontrado antes: él es atleta y yo apenas puedo caminar sin tropezarme. Mientras el resolvía problemas en la facultad de ingeniería; yo estaba llevando a cabo experimentos por todo el campus para el laboratorio de ciencias.
Nuestra conexión fue intensa y espontánea. Cuando trabajábamos juntos en su habitación o en la mía, me sentía extraordinariamente segura con el tipo de silencio que por lo general me hace sentir muy vulnerable.
Me encantaba cómo buscaba mi mano para entrelazar nuestros dedos cuando caminábamos a casa y cómo algunas veces apretaba muy fuerte mi dedo índice con su pulgar solo para recordarme que estaba ahí. La electricidad que se producía al tocarme enviaba un torrente de oxitocina desde mi glándula pituitaria posterior y reducía mis niveles de cortisol, envolviéndome en una compasión tácita.
Con la dopamina que emanaba a raudales de mi núcleo accumbens, me dejaba llevar por sentimientos de euforia y dicha. Me quedaba dormida a su lado con la mano sobre su pecho, mientras los latidos de su corazón me arrullaban.
No es casualidad que las emociones positivas sienten tan bien; las hormonas que se liberan cuando estamos felices, enamorados y nos sentimos valorados ayudan a regular nuestro ritmo cardíaco en un patrón “coherente”. Los latidos rítmicos hacen que el cuerpo adquiera la misma cadencia de tal modo que el resto de los mecanismos homeostáticos se realizan de forma sincrónica. Con mi cuerpo en equilibrio, la vida era mucho más fácil.
Desearía poder decir que me recuperé rápido del desamor. Para poder hacer que los demás pensaran que así fue, oculté mi dolor, lloraba en la ducha y por la noche, con la esperanza de que mis compañeras de cuarto no me escucharan.
Me sentía avergonzada mientras recordaba las palabras de mi madre: “Si no te quiere, no lo quieras”. Traté de dedicarme a mis amigos y al trabajo del curso que me prepararía para mis solicitudes a las facultades de medicina unos meses más tarde. Quería ser como Elle Woods en “Legally Blonde”, segura e independiente.
Pero el corazón roto es como cualquier otro dolor y lleva tiempo aliviarlo.
Lo curioso del dolor que produce el desamor es que nuestro cuerpo lo percibe como un dolor físico. El amor activa los mismos centros de recompensa neurológica que la cocaína, y el desamor puede ser parecido al síndrome de abstinencia que se siente cuando se lleva a cabo un tratamiento para dejar una droga o el alcohol.
Sin importar si sentimos dolor por la abstinencia o experimentamos rechazo emocional, las neuronas en nuestra corteza anterior e insular comienzan a activarse. Pensamos que la única forma de sentirnos mejor es volver a sentirnos extasiados y físicamente anhelamos sentirnos así de nuevo.
Al igual que los adictos, no podemos pensar con claridad y tenemos una diatriba interna para tomar cada decisión: “¿Debería llamarle? No, no actúes como desesperada”. A medida que los receptores del dolor se activan, el resultado es que nos sentimos rotos, física y emocionalmente.
No obstante, lo que no sabía en aquel momento es que hay algo que puede ser nuestra salvación. La medicina moderna nos ofrece un remedio que no requiere receta médica y que ha demostrado mejorar los efectos emocionales de una desilusión amorosa.
En una investigación que se publicó en 2010, los científicos descubrieron que el acetaminofén puede reducir la respuesta física y neuronal asociada con el dolor del rechazo social, ya se trate de relaciones románticas, amistades o de cualquier otro tipo.
Así que si te duele el corazón, toma un poco de Tylenol.
Con el tiempo, la abstinencia desaparece, así como el dolor del rechazo. Detesto todo lo que lloré y el tiempo que perdí extrañándolo. Detesto lo mucho que dolió, pero a pesar de todo me siento agradecida por la relación que tuvimos porque me enseñó lo que significa amar y ser amado.
Ahora sé lo que quiero: una relación que me llene de dopamina y regule mi ritmo cardiaco cuando él entrelace sus dedos con los míos. Sabré que está bien cuando pueda hablar con toda libertad durante horas y cuando me sienta igual de bien en silencio. Ya no paso mucho tiempo buscando ese sentimiento, preguntándome cómo debería sentirse el amor, porque lo reconoceré cuando llegue y no lo forzaré si no está ahí.
Hace poco, fui yo quien le rompió el corazón a alguien. Primero fuimos amigos, pero él decía que quería ser más. Le di unas semanas, porque se lo merecía. Salimos un día a desayunar, otro día a comer y después a cenar. Me sentía bien por estar con alguien que se interesaba tanto en mí, pero mi núcleo accumbens estaba en calma. La dopamina no se elevaba cuando él me tomaba de la mano y mi corazón no latía al ritmo del suyo.
Traté de dar por terminada la relación con suavidad y respeto, pero sus ojos no ocultaron su tensión ni su confusión mientras su sistema nervioso parasimpático se activaba al darle mis razones para terminar la relación. Podía imaginar cómo se contraían los músculos de su sistema digestivo y su corazón latía más lento.
Sé como es. Sabía que estaría bien, y quería decírselo, pero la experiencia me había enseñado que yo no era la persona correcta para ayudarle.
Este conflicto entre mi cabeza y mi corazón (de mi deseo de ofrecer consuelo, sabiendo que no podía) hacía temblar mi cuerpo y aceleraba mi pulso. Así que todo lo que hice fue darle un abrazo de despedida y alejarme, esperando que alguien más pensara en darle Tylenol.
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➠ POST INICIADO POR LEVI
「❛ ʀᴀɴᴅᴏᴍ ʙᴄs ʏᴇs. ❜」 ┇ ❪ #ʟᴇᴠɪ ; #ᴇʀᴇɴ ❫ ┇ . . . Que no diga ni piense nada. Lo pateará si lo hace. No sabe cuándo ni cómo quedó dormido, sobre todo en esa posición /e incluso expresión/ que hace al dormir. Es un hecho que está empezando a odiarlo sin ser consciente de ello.
➥┋ Eren Debido al largo tiempo que han compartido juntos en la legión, sabe que Levi no es el tipo de persona que duerme mucho, de hecho ni siquiera lo suficiente, es normal que llegue un momento en que el soldado más fuerte de la humanidad sea vencido por el agotamiento. Por todo ello es que verlo dormir tranquilizó al castaño, intentó no moverse demasiado para no interrumpir el sueño del capitán, incluso se atrevió a dejar sutiles caricias entre los oscuros cabellos de este. «Quién diría que puede verse así de lindo» pensó mientras sonreía, desde hace tiempo ha empezado a sentir algo por el mayor, al principio creyó que era admiración pero hay algo más.
❪ ʟᴇᴠɪ ❫ Era de esperar que, con cualquier cosa, se despertara y rompiera tan delicado manto que llamaba descanso momentáneo. Después de todo, tenía sueño ligero, y sin importar lo que hiciera o escuchara, terminaría por despertar con amargura. No obstante, nunca pasó. Se movió ligeramente sobre el lugar, incluso inclinó el rostro; recargando la mejilla contra la pierna opuesta. De alguna manera alcanzaba a sentir esas caricias, no de una manera literal, si no a través de sensaciones agradables que con el tiempo había olvidado. Indudablemente, le agradó; sus acciones inconscientes lo afirmaban por completo.
➥┋ Eren Todo el tiempo que pudo se dedicó a contemplar la apacible expresión de Levi mientras este duerme, viéndolo así lucía realmente frágil, ¿quién diría que en realidad es una de las personas más temibles? Antes de darse cuenta su mano ya se encontraba deslizándose por la mejilla ajena, delineó con el dedo índice esa preciosa mandíbula, joder, como le atraía, y el cuello... tenía que ser una obra de arte. El corazón de Eren estaba latiendo muy rápido, tener al capitán acurrucado en su regazo es algo que no sucede ni en sueños, ¿qué debería hacer?, ¿despertarlo? Entre tanta meditación su dedo pulgar fue a parar en el labio inferior del azabache, presionó con suavidad y acarició. «Qué suave...»
❪ ʟᴇᴠɪ ❫ Se sentía a gusto con la situación que no era capaz de interpretar por completo. Cualquier persona diría que no era él quién estaba a merced de demostraciones delicadas, mucho menos de un soldado al que todos apostaban una relación no muy lejos de lo profesional. Eso, y el hecho de que lo estuvieran tocando. No gustaba del contacto físico. Pero, a pesar de todo, tenía que acabar, ¿no? Descendió las cejas lo suficiente para trazar una línea de expresión en medio de la nariz. Inicialmente apretó los parpados por la luz que lograba atentar contra su confort, posteriormente, los entreabrió; tomaba su tiempo. ( . . . ) Abrió un poco más los labios, no por alcahueta, si no por sorpresa a tan comprometedora situación. Es más, su mirada estaba puesta en la suya. Sí, esperaba una respuesta coherente y argumentada.
➥┋ Eren Notó el cambio de expresión en el rostro del mayor, todo indicaba que despertaría en cualquier momento, el corazón le latió con más prisa, no es que tuviese miedo, o quizá sí lo tenía, vergüenza y temor de que el capitán lo descubriese tocándolo de esa manera, casi al instante apartó el dedo de los labios pero no fue capaz de retirar la mano a tiempo cuando los párpados ajenos dejaron ver esos irises color gris. —Capitán… —sonrió de manera nerviosa y terminó de alejar la extremidad del rostro adverso, obviamente evitaría hablar de la situación en la que fue pillado, sería incomodo para los dos—. ¿Ha descansado un poco? Se quedó dormido de repente… —cierto, fue culpa del azabache por acurrucarse en su regazo en primer lugar.
❪ ʟᴇᴠɪ ❫
Sí, tenía /algo/ de razón. Fueron, tal vez, movimientos involuntarios lo que lo llevó a cada uno a terminar de tan dichosa manera. Levi de alguna manera había llegado a quedar dormido sobre las piernas de su subordinado, y, por otro lado, dar entrada al contacto inesperado sobre sí mismo. Empuñó su chaqueta, descendió las cejas y levantó la otra mano cuyo dedo indice resbaló sobre las comisuras de sus labios para descartar posibles evidencias en su forma tan "desordenada" cuando se dejaba llevar por el cansancio propio de la semana. — Más de lo que acostumbro — respondió al poco tiempo —. ¿Cuánto dormí? — Evidentemente, no se separaría hasta que el capricho suyo dijera lo contrario. A decir verdad, era lo bastante cómodo para querer retirarse de allí.
➥┋ Eren Tragó saliva al ver el dedo del capitán deslizándose por donde anteriormente estuvo el propio, el estómago le hormigueaba por el nerviosismo, incluso en esa situación no podía dejar de pensar en lo atractivo que es el azabache, el deseo de querer probar esos labios no se desvanecía. —No demasiado, quizá unos quince minutos… —quería disimular pero el corazón le estaba latiendo con mucha prisa, Levi seguía allí recostado en sus muslos a pesar de estar despierto, la verdad es que se sentía afortunado por ello, ojalá no se marchara tan pronto, aunque sólo estuviese allí usándolo como almohada, eso bastaba para hacerlo sentir especial. —Es bueno verle descansar, incluso alguien como usted lo necesita —regresó la mano izquierda hacia los cabellos del mayor, le hizo falta mucho valor para tomar entre sus dedos algunos de los mechones adversos.
❪ ʟᴇᴠɪ ❫ Entrecerró los ojos, se mantuvo en silencio; daba entrada a un sinnúmero de posibles pensamientos que se resumían en simples y repetitivos itinerarios. Específicamente, a esa hora de la tarde. . . . No, no había nada que hacer. Recorrió no solo la imagen del soldado, si no la puerta de dicha habitación. Aparentemente estaba cerrada, sin embargo, sin seguro. Un momento. ¿Qué pensaba hacer? No solo se tomaba la confianza de permanecer allí, acostado, si no que revisaba su privacidad por querer mantenerla de ese modo. Arrugó la frente. — ¿Desde cuánto te preocupa tanto alguien como yo? Excluyendo, claro, mi cargo — jugaba, lanzaba preguntas que a cualquiera lo podrían incomodo por los posibles sentidos que abarcaba el contenido. Buscaba entretención, o, tal vez, una buena excusa que lo obligara a desperdiciar minutos que más tarde pasarían a ser muertos, eso, y el gusto que nacía de las caricias que hace poco había empezado a sentir.
➥┋ Eren —Bueno… usted es como un mentor para mí, más que sólo mi capitán —su corazón se tranquilizó al ver que Levi estaba cómodo, incluso había aceptado que le tocase el cabello, el ambiente se percibía un poco extraño pero Eren es bastante torpe como para darse cuenta de las “señales” y tomar ventaja de ellas. —El escuadrón es mi familia, es todo lo que me queda, no puedo permitirme perder a nadie más —sus dedos viajaban despacio por entre los suaves cabellos del mayor, a la vez sus ojos esmeralda estaban clavados en los adversos—. La humanidad le necesita, capitán «yo lo necesito» —pensó lo último sin atreverse a ponerlo en palabras.
❪ ʟᴇᴠɪ ❫ — Mentor, ¿uh? — Desciende las cejas hasta dibujar una sutil marca en medio de la frente. Piensa en el sentido de la palabra; gira alrededor de un sinnúmero de intenciones más allá de una profesional, ¿o es que se siente compromiso de aprender de él? No le sorprendería. En sus años de servicio ha visto más de un niño con aires de ser el mejor. No daría paso a un malentendido de no entenderlo por completo. Exhaló. — Así que, ¿soy parte de tu supuesta familia, Jaeger? — Estrecha la mirada. Para él, es una estupidez relacionar al equipo con algo tan delicado como la familia, no obstante, está dispuesto a ser parte de la fantasía del soldado hasta que las dudas se aclaren por completo. — ¿Qué dices? Hasta un punto — opina con algo de certeza al respecto —. El resto recae en ti; hay tantas respuestas en un maldito suero. Es decir, el mismo que te da la capacidad de ser uno de ellos.
➥┋ Eren Sus mejillas se colorearon ligeramente al darse cuenta de lo cursi que debió sonar al decir que el escuadrón es su familia, qué idiota, si el mayor ya lo veía como a un mocoso ahora le dejaba claro que tal vez no ha madurado nada desde que se conocieron, ¿cómo se desharía ahora de esa posible imagen de niñato? —Bueno… yo… —estaba demasiado nervioso, las ideas no circulaban bien por su cabeza y eso le hacía difícil expresar sus pensamientos, genial, ahora parecía un idiota. —Hm… precisamente la existencia de ese suero no me hace indispensable, todo parece indicar que alguien como yo puede ser reemplazado, Historia pudo haberlo hecho… En cambio, no hay otro como el Capitán Levi —desvió la mirada, no se sentía capaz de mantener los ojos fijos en él por tanto tiempo, hacerlo incrementa su ritmo cardíaco y lo último que necesita es que sus mejillas resplandezcan como un tomate.
❪ ʟᴇᴠɪ ❫ Jugaba con su mente; quizás el capricho nacía desde que nacía un gusto profundo por ver las reacciones de cada escenario. Ser el primero y quizás el último en darle preguntas con sentido sentimental e incluso cruel con tal de ganar su debida parte. — Déjalo así — cortó de repente —. Es normal que soldados, a este nivel, relacione a los demás como su familia. O eso creo — no ha sentido nada semejante desde que perdió a sus compañeros; los primeros que tuvo y cuyas ilusiones murieron con ellos. — Idiota, no te subestimes tanto — estrecha los ojos, frunce el ceño también. Luego, por raro que sea, vuelve a la calma por poca importancia que le da el tema. Sus ojos detallan un color adicional en Eren, tras ello, lanza sus perspectivas al respecto. Cree que es un tema evidente pero fingirá lo contrario porque así lo quiere. — Mh. Si tu punto abarca todas mis supuestas habilidades, te diré que llegará un punto en el que pierda el sentido de todo. La gente se cansa, Jeager. Y sé que, en algún momento, seré el siguiente en hacerlo.
➥┋ Eren Subestimarse es algo inevitable, más cuando ha generado más problemas que soluciones, cuando Historia estuvo a punto de devorarlo realmente pensó que eso era lo mejor, le hacía un favor a todos dejando su poder titán en manos de alguien más competente. —Oh… bueno, eso es normal… ¿quién desearía dedicarse toda la vida a la milicia? Yo… Lo único que puedo hacer ahora es fortalecerme, lograr la libertad y que podamos apreciar ese mundo juntos, aún si se cansa antes de que ese momento llegue, de igual modo yo se lo mostraré, capitán —sonrió reflejando la esperanza que aún alberga en su corazón, confiando en que encontrarán las respuesta una vez lleguen al sótano de su casa.
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¡BIENVENIDO A SNU, FRANCIS SONG!
Esta noche tenemos una carta muy especial y está dedicada a Francis Song. Tu admirador anónimo ha dicho que te ha visto en el Colegio de Bellas Artes y que desde ese la primera vez que te vio no ha podido dejar de pensar en ti. ¿Puedo saltarme lo cursi? ¿No? De acuerdo, entonces prepara tus oídos, Francis, porque este anónimo se ha inspirado y quiere confesar todo lo que siente por ti. ¿Preparado? Tu admirador sabe que tienes 21 años y que has nacido en New York, y a veces, aunque no lo creas, te confunde con Lee Jooheon. Dice que no le molesta que te comportes como un aventurero, ya que conoce al verdadero tú. Oh, también te dedica una canción, ¿qué tal si la escuchamos? Esta canción va con cariño para Francis, espero que nos estés escuchando esta noche.
¡Bienvenida otra vez a Beforehq, Vic! ¡Tienes 48 hrs. para enviar la cuenta!
INFORMACIÓN OC:
Nombre del personaje: Francis Song.
Edad: 21 años.
Fecha de nacimiento: 7 de enero.
Lugar de origen: Nueva York, Estados Unidos.
Colegio o Escuela: Colegio de Artes.
Carrera: Actuación.
Estudiante de intercambio: Si.
Face Claim: Lee Jooheon.
La siguiente información debe ser rellenada en 3° persona para entender y comprender mejor al personaje.
¿Cuál fue la motivación que tuvo Francis para estudiar su carrera en la SNU?
Siendo un joven bastante tímido, arraigado en sus propias paredes, con miedo siempre del exterior, así fue criado. Nació con problemas cardíacos desde sus primeros días, había sido dado por muerto incluso al nacer por dos minutos completos, los doctores hicieron todo lo posible por reanimarlo logrando al final traerlo de vuelta a la vida, un milagro para todo el lugar y una bendición para sus padres. Sabían que con el cuidado correcto, su hijo podría estar con ellos el tiempo que era debido, pues un padre nunca debía enterrar a su hijo y no se darían por vencidos en Francis tan fácilmente. Esto les llevó a ser unos padres sobreprotectores, que cuidaban a su pequeño con uñas y dientes, ante cualquier señal de resfrío lo llevaban al hospital, si se raspaba la frente o caía de los columpios buscaban por una ambulancia. Fue cuidado de tal manera que aún estando en libertad y en las afueras, nunca pudo respirar correctamente, no como quería.
Vigilado a todas horas vio su oportunidad de por fin conocer los exteriores cuando una beca fue ofrecida al aplicar para diferentes universidades, algunas lejos del país americano, buscando lijar esos grilletes y por fin salir de ahí.
¿Cómo fueron los años escolares de Francis?
Pocos fueron los años que Francis pasó en un aula de clases normal, pues su completa infancia había sido educado en casa, decisión evidente de sus padres, al temer por la seguridad de su hijo, negándome de esa simple experiencia que todo niño debe cursar.
Amigos tenía pocos, contados y todos eran solo los aprobados por los señores Song, hijos de las amistades familiares, otros niños con padres adinerados, aburridos y molestos como solo los chiquillos consentidos podían ser, porque si bien Francis gozaba de todo lo que pudiera pedir, juguetes que inundaban habitaciones, una casa hermosa con jardines amplios que podía recorrer en cierto horario claro, lo que realmente añoraba era salir a las calles por más tiempo, asistir a una escuela común como los demás niños de su edad.
Los reproches al final tuvieron efecto, pues ya entrando en su adolescencia y muy poco convencidos, sus padres le dejaron ingresar a un colegio donde terminaría su educación secundaria y preparatoria.
Sus primeros días asistió con una mezcla de miedo y nervios a la escuela, pues estaba seguro de que todos pensarían que era un bicho raro, como lo son esos niños educados en casa, que habría algo mal con el y sería blanco de burlas, pero no, como era de esperarse, Francis con aquella encantadora sonrisa crearía amistades rápidamente, siendo popular no solo por el dinero del que era poseedor o los autos lujosos en los que le llevaban, pero más que nada por esa amistosa personalidad, mostrando un alma aventurera de la que nunca había podido sacar provecho hasta aquellos años.
Amigo de todos por igual, creando respeto entre los matones, un líder para los poco aptos sociales y el mejor amigo para los demás de la escuela.
¿Cómo describiría la relación familiar de Francis?
Un reto era el encontrar a la familia de acuerdo en algo, todo lo que salía de la boca de Francis era una desobediencia según sus padres, mientras lo que fuera que sus mayores le dijeran, el moreno lo tomaba como un reto, algo que debía desafiar, hasta años antes de sus días de colegio, lo máximo que podía hacer era ponerse el saco de otro color al que le habían pedido sus padres para una cena importante, el raspar sus zapatos en el piso, esos nuevos de diseñador italiano y piel de calidad, el dormirse horas después de la hora acordada o hacer incontables travesuras a las diversas nanas que tenía, todo eso no pasaba de como nombrado, travesuras infantiles, pero el reto de confrontar a sus padres de volvió mayor al entrar a la escuela.
Empezó sencillo, llegando unas horas después de su salida a su casa, ir a unas cuantas fiestas al escapar de su habitación por las noches, o incluso pintar su cabello color cobrizo claro a un profundo negro, no siendo este un cambio radical, igual alteraba a sus padres de una manera divertida para Francis.
La última decisión que el moreno tomaría para llevar la contraria a sus padres, quienes desde su nacimiento discutían lo que querían que su hijo estudiara, sería un exitoso doctor, un abogado hábil y adecuado, jefe de una empresa millonaria… No, Francis jamás se dejaría mangonear o permitiría su destino estuviera aún más controlado y decidido, por lo que actuación fue su primera opción y la única, aún llevando la corriente contraria de sus padres, sin importarle las amenazas o castigos que recibiría.
Disputas ridículas, si, como cualquier familia ellos las tienen, muy a su manera pero las hay. De todas formas, no todo era siempre un campo de batalla entre los Song, pues disfrutaban de escasos pero importantes momentos significativos en ocasiones. Cómo olvidar la cena de acción de gracias cuando Francis tenía cinco años, convirtiendo una pelea en guerra de comida, o aquella vez que enseñaron a nadar a su hijo, donde terminaron la tarde haciendo un picnic bajo techo por la lluvia que les había atrapado, Francis solo puede presumir las rodillas raspadas de cuando su padre le enseño a montar la bicicleta y su madre le llevó sus famosos emparedados al hospital. Si, podrían tener sus problemas pero el vínculo que comparten es fuerte y se aman mutuamente muy a su manera.
¿Francis tiene arrepentimientos o cosas que le gustaría mejorar o superar?
Tener sangre Song significa estar destinado al triunfo, o al menos eso era lo que su padre siempre le decía después de hacerle saber sobre las mil y un clases a las que lo inscribía, entre ellas piano, violín, guitarra, canto, pintura, idiomas como coreano, chino, alemán, matemáticas avanzadas, entre otros cursos que lo prepararían para todo. Francis nunca alegó en nada de aquello, realmente disfrutaba esas clases, pues le daba la razón a su padre en ese aspecto, porque sí, era bueno en lo que ponía su mente o esfuerzo. Destacado en cada una de sus clases, calificaciones perfectas y sobresaliente en sus demás cualidades. No, ningún arrepentimiento en la mente de Francis.
¿Con cuánta frecuencia Francis escucha la radio local de la universidad? ¿Ha enviado una carta a la radio o ha escuchado sobre el programa de medianoche?
Al pensar que aquella radio estudiantil es una maravilla y algo novedoso, el moreno es fiel fan de la estación. Conoce sus programas completos y llama normalmente para pedir canciones como varios de sus compañeros. Hasta el momento presente, no ha sido capaz de mandar alguna carta, pues muy adentro aún tiene un toque de esa personalidad tímida y asustadiza, al menos en lo que respecta a poner sus pensamientos a los oídos de los demás, es algo paranoico gracias a sus padres y piensa que alguien podría descubrirle y burlarse de sus tontas palabras.
@fracisosong: cuando quieras volver a tomar mis frituras sin mi permiso…. [Image] recuerda que tengo más de donde vino esta… @cllliber
@fracisosong: mood [image]
@fracisosong: a man’s duality [image]
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Te conozco,
No tengo una lista de las 10 cosas que más odias o que amas, lo que te enoja o lo que harías antes de morir. No, desearía tener ese orden, muchas veces dijiste que yo era un libro de cristal. Tan transparente y predecible que podrías saber lo que haría, pensaría o quien era por mucho que yo te lo impidiera.
Pero te conozco,
Sé que cuando duermes tienes que poner almohadas debajo de tus pies para que puedas descansar, tienes unas defensas impresionantes, casi no te enfermas, es muy raro, si acaso es por resfriados pero no tomas medicamentos o vas al doctor “tu medicina es el agua con hielos”.
Sé que el sabor del ajo o de la cebolla cruda te provocan ganas de vomitar; que no comes picante pero si un platillo a merita ponerle salsa prefieres que sea roja a verde.
Sé que no sabes andar en bicicleta, pero que intenté y me esforcé en hacerte sentir que no era tan complejo cuando lo intentamos en el parque; que le temes a las alturas y al océano. Que tienes el sueño ligero, tanto, que si entro de puntitas puedes darte cuenta y despertarte al borde de un paro cardíaco.
Sé, sé que prefieres usar tenis a zapatos. Que no te gusta vestir formal, tu color favorito es el negro pero también te gusta el naranja, que el fútbol no te gusta pero le irías al Santos (son malos) pero de alguna forma te agrada, y le serás fiel por siempre a los Broncos. Sé que jugaste americano cuando eras más joven, que tuviste un accidente y que literalmente, aunque parezca broma te fregaste la rodilla.
Sé que adoras las papas gratinadas que hace tu mamá, el queso bien gratinado en las quesadillas; prefieres comer un plato de carne con frijoles a algo condimentado y elaborado.
Te da asco el olor de la guayaba, no te gustan las calabazas.
Te gusta llegar a la panadería que está cerca de la parada del camión para comprar los rollos que tienen queso philadelphia; prefieres Carlos Jr a McDonalds, pero también vas a Burguer King.
Sé que te gusta el rock y aunque es un gusto culposo también las cumbias, prefieres que escuchar la música en inglés que español aunque no tienes problema con eso; es como la música banda, no te gusta pero la toleras. La música norteña te recuerda a tus abuelos.
Te gusta viajar en autobús porque así puedes quedarte dormido, escuchar música con tus audífonos, leer o jugar, cualquier cosa mientras llegas a tu camino sin tener que estresarte por ir conduciendo.
Sé que cada que pasábamos por “Las Torres” dices… ahí es el hospital donde nací. También sé que un pastor alemán te atacó cuando eras un niño; que no eres el chico que lleva a todas sus novias con la familia, si mal no recuerdo, solo a una la llevaste a conocer a tu papá.
Sé que finjes tan bien ser frío y distante, pero en el fondo eres tierno y sabes enamorar a una chica. Eres listo, curioso y muy inteligente. Tienes muchos temas de conversación.
Si tienes un viaje muy largo no sueles o no puedes dormir, te cuesta trabajo porque no descansas.
Te gusta mantener un perfil bajo, prefieres pasar desapercibido pero si me descuidaba podías hacer conversación fácilmente con extraños; por educación o lo que sea pero puedes hacerlo.
Eres paciente, pero una vez que explotas tienes un genio del demonio.
Cuando algo o alguien te hiere te alejas, prefieres aislarte, pensar o meditar; una vez que despejas tu cabeza vuelves y sigues adelante.
No tienes tatuajes pero si lo hicieras te pondrías esa flor de pink floyd, algo referente a zelda o el símbolo de assassins creed.
Sé que cuando duermes sueles hacerlo boca abajo cuando ya estás muy cansado roncas, que hueles bien, tu perfume es agradable pero tu aroma (tu esencia) es como el de una toalla mojada; es loco pero nunca me pareció malo. Que tus ojos son cafés, pero cuando le dan la luz de frente se ven un poco más claros.
Sé que si estás en casa normalmente andas en short y playera, dependiendo el calor. Que aún con frío tú dejas prendido el ventilador, no usas suéter realmente es raro que lleves una chamarra o algo así, tu piel siempre es suave y algo fría en tiempo de frío (recuerdo el mes de febrero).
Cuando te conocí decías que no solías cenar, pero en realidad es algo que haces, algo ligero o tacos pero sí lo haces al igual que tomar refresco. Bebes mucha, mucha agua y prefieres que sea natural; si te dan a elegir entre cerveza y tequila prefieres el tequila.
No te gusta el calor ni el gentío, dejarte crecer el cabello es algo que te desespera porque te da más calor de lo normal; tienes esa cosa de “quitarte el aburrimiento” cuando comienzas a jalar los pellejillos de los pies.
No te gusta que te regalen ropa a menos de que sea algo que tú elijas, tampoco usas cualquier tipo de tenis, siempre llevas vans.
Hablas mucho cuando ves la tv o estás en el cine, aunque te crees muy macho también brincas cuando algo te asusta en una película.
Eructas, te pedorreas y dices bastantes groserías. No cierras las tapas del gel o las cosas que usas; hay que tratar con cuidado tus vasos de colección de la guerra de las galaxias jajaja eso lo noté cuando los lavaba.
Tu forma de mostrarle amor a la chispa es acariciando su pansa con tu pie, le das comida cuando estamos en la mesa; no te gustan las plantas en la casa y te chocan los mosquitos porque siempre te pican.
Creo que el regalo que más significado ha tenido para ti, fue la vez que fuiste con tu mamá a Torreón y te regaló las cartas de yugioh.
Sé que cuando eras más chico hiciste tonterías, en una de ellas te fuiste de este mundo; que no eres católico pero que haber ido a ese retiro si tuvo impacto en tu vida o al menos eso quiero pensar.
Te gustan las películas animadas, acción, terror pero sin problemas puedes ver una cursi; preferirías que fuera subtitulada pero también las ves en español.
Cuando algo te emociona tienes una risa de gooffy, hablas de ello con tantas ganas que haces que se contagie. En la mañana tenía más cosas en la cabeza, pero ahora sólo esas puedo recordar, así que no fui tan egoísta. Quizás hay cosas en las que estoy equivocada pero quise conocerte, saber cómo pensabas, en qué soñabas y qué querías de la vida.
Ahora te conozco o creí conocerte así que no puedo fingir que no estuviste en mi vida, ignorar todo y evitar recordarte cada que escucho sweet child of mine. No puedo, lo intento y me esfuerzo; quizás para ti fue más sencillo. Para empezar no debería ni de escribirte porque odio que me dejes en visto, al final me tocó ser tratada como en su momento yo lo hice contigo. Me esforcé tanto en alejarte para no sentir este vacío cuando no estuvieras que al final salió lo mismo, se siente… ya no estás ni estarás, cada quién sigue su camino y es un asco porque aunque parezco disco rayado yo si extraño a mi mejor amigo. Hay cosas que me pasan que quisiera correr a decirte, contarte como estuvo mi día, o preguntarte por el tuyo; pero no puedo hacer como que no pasó nada, las cosas ya no son igual, y sé que algún momento lo voy a aceptar. Lo entenderé lo juro, llegará un día donde ya no moleste y ni siquiera tendrás que acordarte de mí.
Lo jodido es que extraño a la chispa toda loca, que me apachurrara las costillas cuando estaba arranada en el sillón o los tips de cocina de tu mamá; es una persona de la que te encariñas con facilidad. De verdad le tomé mucho cariño y le agradezco tanto las atenciones que tuvo con mi hermana y conmigo. Me dije a mi misma que había sido honesta, buena y que di lo mejor de mí; pero tienes que saber una cosa que nunca te dije, no quería que sintieras lástima o algo similar, cuando dije que eras ese primer amor era la verdad. Ya me había emocionado, salido con otros chicos, pero nunca me había enamorado no como lo hice de ti; nunca tuve novio…. Sí, dije que si los había tenido, la realidad es que solo eran chicos con los que intentamos tener algo pero jamás fue una relación de verdad, jamás me involucré tanto, jamás conocí si quiera a sus papás o a sus amigos vaya, ni dónde vivían. Era más cómodo tener un punto neutro donde me fuera más fácil huir y así nadie me seguiría, así que perdón si con todo mi drama te hice daño, sabes (como lo he dicho en tantas ocasiones) jamás quise hacerlo.
No soy la clase de chica que no valora lo que tiene hasta que lo pierde, te valoré y mucho, siempre creí que eras demasiado para mí. Me asusté, es solo que creí que sería diferente que estarías ahí. Cometí el error de darte por hecho en lugar de seguir enamorándote.
Sabes, todavía recuerdo esa noche donde te dije que nosotros éramos como el agua y el aceite y no íbamos a funcionar, dijiste que sí alguna vez había visto la especie de arco iris que forma la luz del sol cuando ambos se comienzan a separar. Creo que ahora entiendo ese punto, quizás nuestras diferencias, la distancia y los dramas que metí en la relación agotaron lo bueno que había. Quizás me enfoqué más en “van a separarse” que en ver el arco iris que vivía, fue una relación de verdad bonita. Aunque estoy molesta porque no me dejaste siquiera hacerte una llamada cuando dijiste basta, agradezco todos los momentos que me hiciste feliz.
Me dijiste que ya no me escribirías, lo acepto, es parte de las consecuencias de mis actos. Entiendo que mi presencia en tu vida ya no sea requerida; no voy a obligarte. Sí algún día decides que extrañas a “tu amiga” estaré esperándote pero ya no volveré a escribirte porque cada vez que agarro valor para comenzar con algo tonto, termino con el corazón roto y ya lloré mucho. No soy el tipo de chica que se víctimiza, ruega o suplica por atención para bien o para mal mi orgullo y dignidad me lo impiden.
Te hice la promesa de que sí algún día moría antes que tú te cuidaría y por primera vez en mi vida, contigo, cumplí cada una de mis promesas. Esa es la única que queda pendiente, tendré un cuchitril con un kevin tú podrás quedarte en el nuevo cuarto que iré construyendo para las visitas, si es que así lo quieres.
Fue divertido, emocionante y apasionante este viaje.
Solo quería que lo supieras y espero que no pienses que me volví una demente acosadora o algo parecido, solo necesitaba liberar todo lo que a lo largo de este tiempo he sentido.
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Cómo estar tranquilo bajo presión: 3 secretos de un experto en desactivación de bombas
Cómo estar tranquilo bajo presión: 3 secretos de un experto en desactivación de bombas
Autor: Eric Barker - Traducido y editado por José Luis Yañez, MSc
A todos nos gustaría saber cómo mantener la calma bajo presión. Y sí, yo podría presentar un montón de estudios de investigación y simplemente resumirlos aquí para ti. Pero eso siempre deja una pregunta en el tintero: "¿Pero esto funciona en el mundo real?" Así que ¿quién realmente sabe acerca de mantenerse frío como un pepino bajo la presión más intensa imaginable? Yo había leído que cuando los expertos en desactivación de bombas se acercan a un dispositivo diseñado para matarlos, su ritmo cardíaco en realidad se reduce. Gente, creo que tenemos un ganador ... Así que llamé a un Jefe de Equipo EOD (Explosive Ordnance Disposal - o Eliminación de Artillería Explosiva -) de la Marina. La unidad EOD (Explosive Ordnance Disposal) de la Marina no es como la unidad corriente de desactivación de bombas del departamento típico de policía. Estos tipos desactivan torpedos - mientras están bajo el agua. Desactivan armas biológicas, armas químicas ... incluso armas nucleares. Por razones de seguridad, nuestro amigo solicitó permanecer anónimo. Ha estado destinado en Irak y Afganistán y se enfrentó a algunas cosas que son - literalmente - el material de las pesadillas. Repetidamente. Entonces, ¿qué podemos aprender de él tú y yo? ¿Cómo te mantienes frío, conservas tu atención y tomas decisiones difíciles cuando te enfrentas a la presión más intensa imaginable? Vamos a ello ...
Evitar "La madriguera de conejo" y hacer una evaluación de la amenaza
Algo va mal. Estás preocupado y tu mente empieza a acelerarse. Tu viejo amigo Pánico está acurrucándote y quiere acurrucarse. Tu cerebro comienza a preguntar, "¿Y si ocurre X? ¿Y si ocurre Y? ¿Y si? ¿Y si? ¿Y si? " Los técnicos de la EOD de la Armada se refieren a esto como "la madriguera de conejo". Y si lo haces, las cosas van a ponerse muy mal muy rápido. Aquí está nuestro Jefe de Equipo EOD: Con cualquier dispositivo que es improvisado hablamos de "madrigueras de conejo". Tú puedes ir por la madriguera de conejo cuando empiezas: "¿Qué pasa si pusieron esto? ¿Y si incluyeron este pedacito de circuito o este tipo de interruptor o este nuevo demencial dispositivo o placa de circuito o lo que sea? "Las alternativas de construcción de IEDs (Improvised Explosive Devices - Dispositivos Explosivos Improvisados) nuevos e ingeniosos y totalmente insidiosos son infinitas. Es posible que cuando estés mirando el dispositivo, bajes por la madriguera de conejo al pensar: "Podría ser esto, podría ser esto otro, podrían ser estas 10.000 cosas diferentes ..." Es necesario evitar bajar por la "madriguera de conejo" y hacer lo que los técnicos de la EOD de la Armada llaman una "evaluación de la amenaza". Eso significa mirar objetivamente la situación y preguntar "¿Qué tipo de problema es este?" Piensa en una situación similar en la que has estado antes que se pareciera a ésta. ¿Cómo lo resolviste? ¿Qué funcionó? Tal vez nunca has estado en una situación exactamente como la actual, pero eso está bien. Generalizar. Probablemente has tratado con algo que era similar o has visto a alguien más hacerlo. El aprovechamiento de la experiencia es lo que hace que los principales EODs de la Marina sean capaces de mantenerse calmados y dimensionar una situación aterradora, incluso antes de que se hayan acercado al dispositivo explosivo. Aquí está nuestro Jefe de Equipo EOD: Ellos desarrollan este sexto sentido acerca de lo que está pasando. Algunos de los chicos habían visto y procesado 300 o 400 dispositivos. Era increíble lo que podrían decirte antes incluso de ver el dispositivo. "Este dispositivo es probablemente sólo una placa de presión, tal vez con un interruptor S y A. Hay un posible respaldo secundario que nos espera si vamos a hacerlo desde este ángulo." Serían capaces de decir eso simplemente mirando la situación. Aprovechar tu experiencia anterior (o las experiencias de otros) es lo que te permite mantener lo mejor de tu cerebro en un escenario muy aterrador y verlo como sólo otra versión de un problema que ya has resuelto antes. Y eso te permite seguir avanzando cuando estás asustado. (Para aprender los secretos de un Oficial de la Marina para desarrollar firmeza y resiliencia, haga clic aquí.) Muy bien, esquivaste la madriguera de conejo y has hecho una evaluación de la amenaza. Pero, ¿qué mentalidad necesitas para mantener la calma y centrarte antes de actuar sobre este problema - o antes de cortar ese cable rojo?
Enfatiza lo positivo y céntrate en lo que puedes controlar
El oficial superior de nuestro EOD le contó una vez una historia sobre intentar desactivar una mina mientras estaba bajo el agua - y darse cuenta de que se había quedado atrapado, incapaz de mover las manos o los pies. ¿Cuál fue el siguiente pensamiento que pasó por la cabeza del jefe? Todavía estoy respirando, así que eso es bueno. Ahora, ¿qué más tengo para mí? Eso es lo que llamas "mirar el lado positivo". Steven Southwick y Dennis Charney estudiaron a personas resilientes durante más de 20 años. Entrevistaron a prisioneros de guerra de Vietnam, instructores de las fuerzas especiales y civiles que sufrieron experiencias terribles, como problemas médicos, abuso y trauma. ¿Y cuál era una de las cosas que mantenía a todos estos supervivientes en la lidia? EL Optimismo. Al comenzar con lo bueno, pero manteniéndose realista sobre los hechos de la situación, el superior de nuestro EOD fue capaz de mantener la calma y concentrarse en lo que podía controlar y comenzar a tomar medidas para resolver la situación. Nuestro amigo EOD explica: Él dice: "Si puedes mover los dedos, la línea que te envuelve o cualquier situación en la que te encuentres, si puedes hacer una pequeña cosa para hacerla un poco mejor, haz eso. Si puedes hacer otra cosa y luego otra cosa, y entonces puedes tener positividad en cascada en contraposición a negatividad en espiral. "Tienes que conocer los parámetros técnicos de cualquier trabajo que estás haciendo y luego plantearte: " ¿Es realmente una emergencia? Sí, pero en realidad es sólo una emergencia si no puedo encontrar una solución. ¿Cuál es mi próximo paso para hacer esta situación un poco mejor? " De nuevo: Estaba bajo el agua, incapaz de mover las manos o los pies, y estaba al lado de un artefacto explosivo. Pero no lo veía como una emergencia. Sólo era una emergencia si no podía encontrar una solución. ¿Suena loco?... Click to Post
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