#agua segura
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La Marina dice que el informe de la EPA que encontró contaminación de bajo nivel demuestra que el agua es "segura"
La Marina publicó el miércoles un informe de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos que fue resultado de una inspección de su sistema de agua que abastece a más de 93.000 personas en Oahu. La inspección encontró trazas pequeñas pero detectables de petróleo y de sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas, denominadas PFAS. El informe, que tuvo varias ediciones, también…
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¡Qué escándalo, aquí se roba agua!
Respingos de la calor (9 de 10) Por Pedro Costa Morata Resulta que en la Región de Murcia se roba agua, es decir, que hay quien extrae agua -de pozos, en primer lugar- sin la debida concesión administrativa y durante años. Esto se sabe de siempre, con escasa repercusión pública, ya que si el ladrón es un personaje o una empresa grande difícilmente trasciende; y si llega a tener eco, rápidamente…
#Agroindustria#Agua#Archivel#Caravaca#CHS#Macrogranjas#Municipal#Pedanías#Pedro Costa Morata#Río Argos#Río Quípar#Región de Murcia#Robo#Segura#Singla
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Carlos Mazón y la ministra Teresa Ribera acuerdan “reuniones periódicas” para hablar de soluciones a la falta de agua en la Comunitat
El presidente de la Generalitat Valenciana Carlos Mazón ha pedido este lunes a la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, que se trate la falta de agua de los agricultores alicantinos como “un asunto de estado” Mazón ha acordado reuniones periódicas con Teresa Ribera para hacer un seguimiento exhaustivo a las necesidades de agua de la…
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Unidos contra el Dengue: Protejamos Nuestra Comunidad
Amigos y amigas de Baitoa,
En esta temporada de lluvias, el Dengue se convierte en una amenaza real para nuestra comunidad. Quiero recordarles a todos la importancia de estar alerta y tomar medidas preventivas para protegernos a nosotros mismos y a nuestras familias.
Eliminemos Criaderos: Revisemos nuestros hogares y patios para eliminar cualquier lugar donde el mosquito Aedes aegypti, transmisor del Dengue, pueda criar. Aguas estancadas en recipientes, neumáticos viejos y otros objetos pueden convertirse en criaderos.
Usar Repelente: Utilicemos repelentes de mosquitos para protegernos cuando estemos al aire libre, especialmente durante las horas del amanecer y el atardecer, cuando los mosquitos son más activos.
Ropa Protectora: Si es posible, usemos ropa de manga larga y pantalones largos para reducir la exposición de nuestra piel a las picaduras de mosquitos.
Mantengamos Nuestras Casas Limpias: Mantengamos nuestras casas limpias y ordenadas. Un ambiente limpio es menos atractivo para los mosquitos.
Educación y Concientización: Compartamos esta información con nuestros vecinos y amigos. La educación es nuestra mejor herramienta contra el Dengue.
Juntos, podemos detener la propagación del Dengue en Baitoa. Hagamos nuestra parte para mantener nuestra comunidad segura y saludable. Contamos con su apoyo y colaboración en esta lucha.
#Dengue #Prevención #ComunidadUnida #BaitoaSaludable #LeonardoTavarezComprometido
#Unidos contra el Dengue: Protejamos Nuestra Comunidad#Amigos y amigas de Baitoa#En esta temporada de lluvias#el Dengue se convierte en una amenaza real para nuestra comunidad. Quiero recordarles a todos la importancia de estar alerta y tomar medida#Eliminemos Criaderos: Revisemos nuestros hogares y patios para eliminar cualquier lugar donde el mosquito Aedes aegypti#transmisor del Dengue#pueda criar. Aguas estancadas en recipientes#neumáticos viejos y otros objetos pueden convertirse en criaderos.#Usar Repelente: Utilicemos repelentes de mosquitos para protegernos cuando estemos al aire libre#especialmente durante las horas del amanecer y el atardecer#cuando los mosquitos son más activos.#Ropa Protectora: Si es posible#usemos ropa de manga larga y pantalones largos para reducir la exposición de nuestra piel a las picaduras de mosquitos.#Mantengamos Nuestras Casas Limpias: Mantengamos nuestras casas limpias y ordenadas. Un ambiente limpio es menos atractivo para los mosquito#Educación y Concientización: Compartamos esta información con nuestros vecinos y amigos. La educación es nuestra mejor herramienta contra e#Juntos#podemos detener la propagación del Dengue en Baitoa. Hagamos nuestra parte para mantener nuestra comunidad segura y saludable. Contamos con#Dengue#Prevención#ComunidadUnida#BaitoaSaludable#LeonardoTavarezComprometido
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Tengo la regla y me duelen un montón los cólicos 😖 necesito a un Enzo cuidándome xfis🥹
Fluff ♡
Enzo fue el primero en despertar con ese incesante e irritante sonido que resonaba por toda la habitación. Luego de unos segundos se estiró y, procurando no descansar su peso sobre tu cuerpo, tocó la pantalla de tu teléfono para apagar la alarma. Te observó brevemente antes de -con pesar- tocar tu brazo para despertarte.
-Son las nueve- susurró después de besar tu mejilla. Cuando te escuchó quejarte evitó reír-. Yo hago el desayuno.
Te quejaste nuevamente cuando te sentaste y él tomó tu cintura, preguntando en silencio, pero sólo negaste para luego de abandonar la cama y dirigirte hacia el baño lentamente. No pudo evitar mirarte caminar y fue así como notó la mancha en tu ropa, comprendiendo a la vez el por qué de tus quejidos.
Decidió cambiar las sábanas una vez que escuchó el correr del agua y luego se encargó del desayuno. Cuando regresó a la habitación, con una bandeja entre las manos y cargando una almohadilla térmica en su hombro, te encontró bajo las mantas con una expresión de tormento.
-Después lavo las sábanas- dijiste en voz baja, aceptando el ibuprofeno y el vaso de agua que te ofrecía.
-Dejate de joder, nena- contestó con desaprobación, deseando como tantas otras veces que fueras un poco más indulgente con vos misma. Acomodó las almohadas detrás de tu espalda y con cuidado depositó la bandeja sobre tu regazo antes de entregarte la almohadilla-. Está caliente, cuidado.
-Imagino que estas flores no las cortaste de mi...
Obvio que las robó de tus macetas en el balcón pero, en su defensa, quería tener un pequeño detalle sin tener que abandonar el edificio. Hizo una nota mental para no dejar que la semana finalizara sin sumar otra planta a tu pequeña colección.
-No, por supuesto- mintió, escapando de tu mirada acusadora pero divertida-. ¿Querés ver una película? ¿Una serie?
Escogieron juntos un documental, interesante pero lento en extremo, con una duración de hora y media. Llevan recién unos cuarenta minutos y cuando una pelea entre dos leones y un cocodrilo tiene lugar, Enzo llega a la conclusión de que no fue la mejor opción.
Retira múltiples veces la mano con la que masajea tu abdomen (en un intento de mantener el calor y la presión luego de que las semillas de la almohadilla térmica se enfriaran) para limpiar sus lágrimas y se muerde los labios para no emitir sonido alguno.
-¿Estás llorando?- preguntás. Tu intento de ocultar la risa fracasa-. No les pasa nada, ¿no ves? Se escaparon...
-Sí, pero ahora están... Dejá de reírte.
-Perdón, es que...
-Si fuera un documental sobre leones vos también estarías llorando- reclama, pellizcando sin fuerza tu mejilla-. Me voy a preparar otro café, ¿vos querés algo más?
-No, gracias.
-¿Segura?
-Segura.
Antes de cruzar el umbral voltea, con una expresión de diversión, para encontrarte mirándolo de manera suplicante. Regresa con una sonrisa, inclinándose para besar tu frente y luego tus labios, sus manos cubriendo tus mejillas por completo. Su pulgar roza tu piel con delicadeza.
-Elegí una película antes de que vuelva- dice contra tus labios-. Y te voy a preparar otro té, ¿de qué lo querés?
Su cabello cayendo sobre tu rostro te hace cosquillas, pero cuando intentás huir de la sensación Enzo toma tu mentón para besarte otra vez.
PERDÓN por publicar esto siglos después de que lo mandaras, espero que lo disfrutes 🫶🏻
taglist: @madame-fear @creative-heart @recaltiente @llorented @delusionalgirlplace @chiquititamia ♡
#letters to enzo#deep in thought#deep answers#enzo vogrincic#enzo vogrincic fluff#enzo vogrincic x reader#lsdln cast#lsdln x reader
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❃ 𝙱𝙰𝙸𝙻𝙰𝙽𝙳𝙾 𝙴𝙽𝚃𝚁𝙴 𝙻𝙾𝙱𝙾𝚂 - 𝙲𝙰𝙿Í𝚃𝚄𝙻𝙾 3 ❃
» Temática: SKZ híbridos x Oc (Lis) » Género: Poly, fantasía, OMEGAVERSE » Warnings: Fluff, smut con historia, angst, tensión sexual, sexo, degradación, dinámica A/B/O explícita, dom/sub, sado, amor, entre otros. » Warning de CAPÍTULO: Menciones a comida, menciones a inseguridad física. Si me dejo algo me lo decis. » Tipo: Serie. » Palabras: 3.630.
» Masterlist « | Anterior | Capítulo 4
Al despertar al día siguiente, no encontró a Seungmin en la cama con ella.
Intentó sofocar el absurdo sentimiento de abandono que empezaba a acuciar su mente estirándose y bostezando. Había dormido raro. Aunque al principio de la noche lo había pasado genial en brazos del vocalista, ahora notaba el cuello tenso y contracturado, y el cuerpo entumecido. No se había cambiado las ropas de calle y para su horror estas estaban arrugadas de mala manera.
Emitió un gruñido exasperado y buscó una muda limpia y, con ellas en la mano, cruzó el pasillo hacia el baño. El agua le relajó los músculos y le calmó la mente. El vapor le destapó las fosas nasales y le aplacó la creciente ansiedad de un trabajo para el que no estaba mentalmente preparada. Al salir, planteó mirarse al espejo, pero se contuvo. No quería verse, no quería ver su reflejo en él.
No sabía realmente si tenía algo como una dismorfia corporal. Era un tema serio desde el maltrato sufrido en casa que no había hablado ni con Seungmin. Cada vez que se miraba en un espejo, solo veía defectos. Odiaba su cara, odiaba su pelo. Odiaba su pecho, odiaba cada parte de su ser incluso solo pensando en ello. Y el único que la había aceptado por quien era, con sus —escasas— virtudes y —crecientes— defectos desapareció de su vida al acabar el instituto.
Ahora que lo había reencontrado y parecía que todo seguía igual entre ellos, ¿podría cambiar también la percepción que tenía de sí misma?
La suerte no estaba de su lado hoy tampoco. Al intentar llegar a por la toalla se dio cuenta de que no había traído ninguna. Se acercó a la puerta, escrutando el exterior con ojos atemorizados. Una opción era correr a por ella a la habitación y volver a recoger sus cosas una vez seca. ¿Qué podría salir mal?
Sin embargo, un movimiento al pie de las escaleras la clavó en el sitio y cuando vio a uno de los chicos subir, tuvo que contenerse para no soltar un improperio. En fin, tenía otra opción un poco más... violenta.
— ¿Hola? —dijo con un hilo de voz.
La figura se detuvo y se dio la vuelta. Minho. De TODAS las personas en la casa tenía que ser él. El chico alzó las cejas y se acercó a la rejilla de la puerta, curioso.
— ¿Sí?
— Eh... Verás... —bajó la cabeza, ruborizada—. Me he dejado la toalla. Podrías... Si no es molestia... Por favor... ¿Traerme una?
Hubo un silencio prolongado. Un silencio en el que Lis empezó a tiritar bajo la penetrante mirada del beta. Vio cómo tragaba saliva lentamente y ladeaba la cabeza con una expresión nueva. Casi como si se estuviera... divirtiendo, y algo más...
— ¿Dónde? —preguntó de improviso.
Lis casi se olvidó de lo que le había pedido.
— ¿Qué?
— Que dónde están tus toallas.
— Ah, eh... —se rascó la nuca, nerviosa—. En el armario. Segundo cajón.
Minho no dijo nada y Lis cerró los ojos. La cosa no podía ir a peor.
O sí.
— ¡Los supresores! —exclamó, dándose cuenta de que estaban en ese mismo cajón, justo al lado de las toallas.
Por favor, que no los viera. No estaba segura de poder soportar las preguntas que recibiría al respecto y no estaba preparada para ello. Al cabo de un rato que le pareció eterno, Minho asomó una mano por la rejilla de la puerta y le tendió una de las toallas color caoba que había encontrado. La chica le buscó los ojos, alterada.
— Gracias...
— No hay de qué.
— Y... —se mordió el labio—. No has visto nada más de allí, ¿no?
Una sombra le cruzó el rostro al híbrido, tan breve y tan rápida que Lis creyó que se lo había imaginado. Lo vio dudar, hasta que por fin se puso las manos en los bolsillos y sonrió con sorna.
— Demasiadas toallas. —fue lo único que dijo antes de marcharse.
La joven se arropó en la toalla (aunque ahora le era bastante inútil, puesto que casi estaba seca), y suspiró aliviada. No se había fijado, menos mal. Había estado a punto de poner en el ojo de la tormenta su tapadera.
Minho los había visto, por supuesto. No era tan tonto como para no reparar en las cajitas blancas con prospecto de farmacia. Al principio frunció el ceño, confuso. ¿Por qué tendría una humana esas pastillas? Creyó que sería como con los preservativos: Siempre había que tener uno en la billetera por si el otro se los olvidaba, pero descartó esa opción. Solo llevaba un día en aquella casa y no podía hacer asunciones de una persona que no conocía.
Le echó un vistazo a la habitación de Jisung, donde, por el momento, dormía entre los brazos de Hyunjin. Este levantó la cabeza un segundo y asintió, viendo en él una maraña de cabello húmedo y labios al rojo vivo.
— ¿Cuándo paró? —susurró, no queriendo despertarlo.
— Hace unos cinco minutos. —le contestó el chico con voz ronca. Estaba empezando a cansarse, su pecho subía y bajaba rápidamente. Hasta el más insaciable tiene que descansar de un poco—. En última instancia quería verte.
Minho asintió.
— Después de desayunar le traeré algo y me quedaré con él. Así podrás parar unas horas.
— Gracias.
Cerró la puerta y siguió su camino. El tema de las pastillas seguía manteniendo su mente ocupada. Iba a descubrir el por qué. No solía ser un cotilla, pero últimamente estaba muy aburrido. Y eso era peligroso para todos. Cuando estaba así necesitaba estímulos externos, ya fuera encontrándolos en el cuerpo de los demás miembros, o resolviendo enigmas.
Y por fin había encontrado uno que valía la pena investigar. Solo esperaba que no le decepcionara el resultado. ¿Sabría Seungmin, su amigo de la infancia, lo que ocurría?
Cuando Lis bajó con el pelo mojado y la camisa blanca de cuello alto, ya había movimiento en el comedor. Minho terminaba de hacer el desayuno de algunos miembros, mientras que Felix y I.N comían cereales charlando animadamente. Changbin tenía un plátano en la mano y el mando a distancia de la televisión en la otra haciendo zapping, distraído.
Seungmin terminaba un bol de arroz que debería haber sido el acompañamiento de lo que fuera que estuviera cocinando el segundo mayor, pero no había tenido la paciencia necesaria para esperar.
El estómago de la muchacha gruñó como el motor de un coche, llamando la atención de los presentes. En cuanto la vio, Seungmin se acercó a ella y Felix lo secundó con una sonrisa plasmada en la cara que le iluminó las cientos de pecas esparcidas por sus mejillas como estrellas.
— ¿Has dormido bien? —quiso saber el primero.
— No había mucho polvo, ¿verdad? —preguntó el segundo—. Lo limpiamos todo el día anterior.
— Qué va, todo es perfecto, muchas gracias. La habitación es genial, el cochón es cómodo y me encanta la vista desde la ventana. —miró a todas partes, no encontrando al que faltaba—. ¿Y Chris?
— Viene ahora. —dijo I.N con la boca llena de cereales—. Está con Jung Han recogiendo los papeles del contrato.
Como si los hubieran invocado, la puerta de la calle se abrió y de él emergió un Chan con gorra negra y el que hasta ahora había sido su mánager, los dos charlando animadamente. Llevaba una camisa blanca que le hacía parecer incluso más ancho de hombros de lo que era. En cuanto los vio reunidos en el comedor, sonrió.
— Genial. Esto facilita las cosas. Lis, ¿puedes venir un segundo con nosotros a mi despacho? Vamos a empezar con el contrato. —dijo, animado.
— Creía que quien se encargaba de estos asuntos era el propio PD-nim. —lo miró, confusa, refiriéndose a Park Jin Young.
— Por lo general, sí. Pero ahora mismo está atendiendo unos premios en Busán, así que me ha delegado el trabajo. Te aseguro de que esto es completamente legal y los papeles irán a su oficina en cuanto vuelva. —levantó el contrato al aire.
Los tres ingresaron en el pequeño despacho, se sentaron en las sillas y Lis tuvo todo el tiempo del mundo para leer con atención cada cláusula. Pasando por alto la suma de dinero que iba a recibir —eran 25.000.000 wons en vez de 20.000.000 y casi le da un infarto—, reparó en una específica.
"...no tendrá la obligación de participar en las actividades de apareamiento, así como la persona contratada no podrá obligar a nadie a aceptarla en dichas actividades."
Lis enrojeció recordando lo que había pasado la noche anterior. No es que nadie la hubiera forzado a besar a Hyunjin, pero... No, no iba a comentarlo. Estaba fuera de lugar. Se mordió el labio y firmó. Al terminar, Jung Han lo metió en una carpeta que tenía bajo el brazo y se pusieron en pie.
— Bien, ya está todo. —una vez de vuelta al salón y encarándose a la puerta, el ex mánager parecía reacio a despedirse de ellos. Chan le dio un apretón de manos al más estilo occidental, que derivó en un abrazo de oso. El aroma de ambos hombres se entremezclaba en una profunda emoción de tristeza, junto a la de los demás. Sin embargo, Lis no dijo nada.
Se sentía una extraña en una manada que no era la suya y que no creía que nunca lo fuera. Tras la marcha del mayor, algunos ojos se volvieron hacia ella. Minho ya no estaba. En su lugar, más apartado del grupo había la última persona que se esperaba encontrar. Hyunjin, tomándose un zumito de naranja con la mirada perdida, el pelo mojado y las mejillas rojas.
En el momento en que sus ojos se encontraron, el chico desvió la vista, incómodo. Oh, sí. Recordaba demasiado bien lo que había hecho.
Y lo peor de es que, ahora que la había visto, sabía que lo volvería a hacer sin dudar.
Horarios, vuelos, contactos, números de teléfono, Excel... Ser mánager era peor que ser secretaria de Samsung.
Los chicos tenían concierto y no regresarían hasta dentro de cuatro días al tratarse de Japón. Jisung y Hyunjin habían detenido las actividades durante un tiempo, uno para recuperarse y el otro para cuidar del celo del primero. Con un poco de suerte, a la vuelta estaría ya recuperado y haciendo vida normal.
Lis se encontraba en su cuarto con la cabeza metida entre varias libretas, el portátil abierto con una tabla de números y letras y el cerebro frito. Vestía una sudadera ancha de color vino, así como un recogido alto y enredado.
— No sé por qué no me muero ya. —gimió, cansada. Eran las doce de la noche.
Hacer que coincidieran los horarios de actividades de ocho personas era un trabajo casi suicida. En varias ocasiones había tenido que llamar al ex mánager, presa del pánico, sin mucha idea de cómo narices reservar cuatro habitaciones en el hotel más lujoso de Seúl, ni de qué manera pedir un coche con las lunas tintadas a fin de entrar en el garaje de la MCountdown en unas semanas.
Por no hablar de que, una vez volvieran tenían que hablar de los planes de comeback, y eso comportaba la realización de un nuevo horario de ensayos, las interminables comidas que debía solicitar horas antes de que los chicos subieran a escenario, organizar el equipo de maquillaje y el de estilismo y, no nos olvidemos de los más importante, pillar los vuelos de los miembros que iban a ir a París en primavera poco después.
Dio un cabezazo contra el teclado. Solo llevaba siete horas frente a la pantalla, aunque siete horas sin hacer otra cosa. Como era novata, Chan había procurado encargarse de las actividades de Japón.
Suspiró, poniéndose en pie. Era hora de al menos, cenar.
La nevera estaba llena a reventar; no le fue complicado encontrar algo que echarse a la boca. Minho no había dicho directamente que le había hecho bibimbap el día anterior y que lo había dejado en la nevera por si tenía hambre, sino que la cosa había ido algo así como: "Nos hemos olvidado una porción de bibimbap en la primera bandeja del frigorífico. Cuando regresemos estará malo. Haz lo que quieras con él, pero limpia la fiambrera después."
Llevaba un par de días allí y ya entendía más o menos cómo eran los chicos bajo su cuidado. Minho pretendía que nada ni nadie le importaba, aunque en realidad siempre tenía un ojo puesto en las necesidades de los demás. Bangchan era algo parecido, pero por activo y por pasivo se preocupaba de todo el mundo más que de sí mismo.
Felix era un sol. Antes de irse le dijo que si necesitaba algo tenía la tarjeta negra de la empresa y le proporcionó todos los teléfonos del grupo. Changbin alegraba la estancia solo con su presencia, y se sentía a salvo con él siempre que aparecía por alguna esquina. I.N fue el primero en despertarse. Pese a que había cierta distancia entre los dos se sentó en el sofá junto a ella e intentó iniciar una conversación que, curiosamente, fue mejor de lo que esperaba.
Y eso que, a los coreanos, charlar sin un motivo no es que les apasionara, pero recibió sus intentos como una manera de acercarse más a su nueva mánager y aprender de su cultura. Lis no tenía ni idea de lo que le estaba por venir con él.
Seungmin... Seungmin despertaba en su pecho todas las emociones contenidas en su interior que con tanto ahínco había querido suprimir. Por una parte fue agradable tenerlo de vuelta, rememorar los días pasados en el balcón y dormir con él... Pero hasta ahí. Varios años después, eran dos extraños con la nostalgia de los recuerdos bailando en sus corazones.
Sin contar que tenía siete maravillosos compañeros, amigos y parejas a la vez. Una manada cerrada en el que no tendría cabida más que para ser una miembro platónica. Lis resopló contra la cucharada de bibimbap caliente que seguía sosteniendo delante de sus narices.
No tenía que afectarle así. Apenas los conocía de dos días.
Antes de lograr meterse la cucharada en la boca, la puerta de la cocina se abrió y Lis dio un respingo. Hyunjin entró a paso lento y se detuvo al verla sentada en la mesa. Como siempre pasa en estas situaciones, el silencio se cernió sobre sus cabezas, y el arroz se resbaló de la cuchara, acabando en la mesa.
Esta vez, Hyunjin iba vestido, más o menos. Tenía el pelo mojado, con una toalla rodeándole el cuello y la camisa blanca tres tallas más grande que él pegada a su abdomen por encima de los pantalones holgados.
De pronto, el chico soltó un sonido parecido a una risa por lo bajo, cortando así el contacto visual. Se giró, abrió la nevera y agarró una botella de agua. Estaba sediento. Lis por su parte no sabía qué decir, era una situación bochornosa. Le sobresaltó el sonido de la silla siendo apartada con un crujido metálico nada agradable. Reparó en cómo Hyunjin se desplomaba en la silla perezosamente, en la parte de la izquierda de la mesa, cerca de ella.
Tiró la cabeza hacia atrás y tragó saliva, exponiendo su cuello. Dios, era condenadamente atractivo, demasiado incluso para ser real. ¿Se trataba de un personaje anime y no se había dado cuenta? Cuando volvió a mirarlo a los ojos, vio que este también la observaba con una sonrisa cansada.
— ¿Qué? ¿Disfrutando de las vistas? —dijo con la voz ronca.
Ah, y al parecer estaba bastante pagado de sí mismo.
— Si hubiera algo que ver te diría que sí. —mintió, roja como un tomate.
En vez de enfadarse Hyunjin soltó una risotada, rompiendo la fachada de tipo duro y sexy. A decir verdad, tenía una sonrisa preciosa. Su aroma le transmitía una sensación de calma absoluta.
— Esa ha sido buena, te lo admito. —puso la barbilla contra la mesa y cerró los ojos—. Estoy cansado, jefa.
— No... No soy tu jefa. —el sonrojo se hizo más profundo, uno del que Hyunjin por supuesto, se había percatado.
— ¿Qué serás entonces? Déjame pensar. —se inclinó, juguetón. El olor a sal marina y chocolate se le metió en el paladar y contuvo un jadeo cuando su loba comenzó a despertarse—. ¿Líder? ¿Luna? ¿Reina? ¿Princesa? —arrastró la última palabra, degustándola en el paladar. Sí, esa era la adecuada. Ya que Seungmin parecía tenerla en tan alta estima, se merecía un buen nominativo.
Lis negó con la cabeza y fue a abrir la nevera.
— ¿Has comido? —preguntó al chico.
Hyunjin negó, aceptando el hecho de que lo había ignorado. Sin embargo, ya no había vuelta atrás: El sobrenombre estaba escogido.
— Solo agua. —añadió.
— ¿Qué te apetece? No soy demasiado habilidosa en la cocina, pero algo puedo hacer. He visto carne en el congelador y conozco un plato de mi tierra que puede que os guste.
— "¿Os?" —puntualizó.
Lis lo miró.
— A ti y a Han. Me imagino que estará hambriento. El sexo llena, pero no de la manera que el cuerpo necesita. —empezó a sacar cosas y a prepararlas.
— Pero, ¿no te caigo mal?
Ahora sí que la había dejado clavada en el sitio.
— ¿Qué? ¿Por qué tendrías que caerme mal?
— Ayer noche. El beso. Lo recuerdo todo, aunque es como ver a través de un televisor. Estaba, pero no estaba consciente. —Se le veía afectado de verdad. Supongo que ni él mismo había querido hacerlo. Dejando el tema del híbrido desencadenado a parte... ¿quién en su sano juicio querría besarla?
— Ah, eso. —siguió con su tarea con la cabeza gacha—. No fue nada, tranquilo. No te lo tengo en cuenta. Fue el momento equivocado y la persona equivocada. Si Seungmin hubiera venido unos segundos antes que yo, seguramente tú...
— Habría escogido besarte antes a ti que a él. —se sinceró, para sorpresa de la muchacha—. ¿Sabes? Desde que te vi, supe que había algo... Algo diferente. No es el simple hecho de que seas humana. No, hay algo más.
Lis se tensó. A pesar de sus esfuerzos por ocultar su naturaleza, ¿seguía siendo sencillo descubrirla? ¿Qué le fallaba?
— No hay nada de genial. Solo soy, MUY humana.
— Puede que sea eso, en realidad. —continuó Hyunjin, moviendo la botella de una mano a otra—. Puede que tu humanidad sea lo que me atraiga. Soy casi como tú.
— ¿Cómo yo?
Hyunjin inclinó la cabeza y se relamió los labios, pensando. ¿Podía dejar de hacer eso, por favor? Lo único en lo que podía pensar era en mordérselos.
— Eres nuestra mánager y creo que mereces saberlo. —inspiró profundamente antes de soltarlo—. Soy un omega sin órganos femeninos.
— ¿Perdón? ¿Te importaría repetir eso? —la cara de Lis era de estupefacción. ¿Un omega sin genitales femeninos ocultos? ¿Eso no lo convertía en beta o en alfa? No obstante, Hyunjin le dio la respuesta que no esperaba.
— Nací omega, sí, pero con un defecto genético. Impide que pueda engendrar... Y, por mi experiencia con los chicos, también de encintar a nadie. Soy estéril, a efectos prácticos. ¿A que es útil para ayudar en el celo de los demás? —sonrió, fingiendo un orgullo que no le llegó a los ojos.
— Y aun así tienes celo, ¿no? Los demás me han hablado de tus... fuertes instintos. —carraspeó, incómoda.
— Sí, pero estoy relegado a segundo plano, por detrás de cualquier otro. —bajó la cabeza y cuando la volvió a subir juraría que tenía los ojos llorosos—. Incluso por detrás de ti. La empresa me tiene en el punto de mira desde que lo saben. Un movimiento en falso, un escándalo de más y estoy fuera de la manada si así lo quiere Park Jin Young.
Tras esas palabras, Lis siguió removiendo la comida con gesto serio. Hyunjin parpadeó un par de veces antes de decir, ansioso:
— ¿En qué piensas?
La chica suspiró, tranquila. Ahora entendía el trabajo de un mánager. No era únicamente concertar citas y comprar vuelos. Se trataba de proteger a esas personitas que, de una forma u otra, se estaban colando por un resquicio de su corazón. Empezando por el chico rubio que con el que compartía la cocina en esos momentos.
— En que no vas irte a ninguna parte. —le contestó, segura—. No mientras yo esté aquí. Abre la boca, a ver qué te parece. —sostuvo la cuchara de madera y sopló un par de veces antes de tendérsela.
Hyunjin, sorprendido más por las palabras de su nueva mánager que de la comida, no dejó de taladrarla con la mirada hasta tragárselo todo. Un sentimiento cálido se le había alojado en el pecho. Se sentía protegido una vez más.
Puede que la humana que tenía delante no fuera de su manada, pero sabía con certeza que, si hubiera nacido híbrida, la cortejaría hasta que aceptara ser la novena miembro de Stray Kids.
Sin bailar y esas cosas de famosos, por supuesto.
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© LUNEARTA, 2024. 𝘕𝘰 𝘦𝘴𝘵á 𝘱𝘦𝘳𝘮𝘪𝘵𝘪𝘥𝘢 𝘭𝘢 𝘤𝘰𝘱𝘪𝘢 𝘵𝘰𝘵𝘢𝘭 𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘤𝘪𝘢𝘭 𝘥𝘦 𝘤𝘶𝘢𝘭𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘢 𝘥𝘦 𝘮𝘪𝘴 𝘰𝘣𝘳𝘢𝘴 𝘦𝘯 𝘯𝘪𝘯𝘨𝘶𝘯𝘢 𝘱𝘭𝘢𝘵𝘢𝘧𝘰𝘳𝘮𝘢.
#hyunjin#lee felix#lee yongbok#skz stay#skz x reader#skz x oc#skz#skz fic#skz fanfic#skz fluff#skz felix#stray kids#changbin#lee know#han jisung#seungmin#bangchan smut#bang chan#skz ot8#stray kids omegaverse#omegaverse#omegaverse au#abo
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Soy romántica de naturaleza, más las cosas del corazón no logro comprenderlas , por que si bien es cierto no puedo entender si en verdad me siento segura para volver a enamorarme. Soy un ser al que amar y entregarse le sale de lo más natural , más como no sé lo que es ser correspondida sinceramente, no puedo entender las señales de si puedo confiar o no en lo que siento , por que él sentimiento de rechazo me acompaña. He trabajado en sanar muchas cosas de mi , pero sigo sin poder comprender si me quieren o no , o es simplemente una ilusión , que he creído ver. Por que siendo honesta de alguna manera lo que más he amado termina por herirme , por cambiarme , por rechazarme y de último por irse. Aveces siento que la vida me da pequeñas muestras del amor , para luego dejarme con ganas de más. Es como si yo fuese una sedienta y él amor fuese el agua del que bebo solo un poco para después escaparse entre mis dedos sin poder retenerlo. ¿Como no he de tener miedo?
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PREGUNTA: Anoche tuve un sueño en el que vi a mi padre. El sostenía mis manos y hablaba en voz hueca, pronunciaba algunas palabras. Era tan vívido que estaba segura que era real. ¿Esto significa algo? ¿Debo preocuparme? RESPUESTA: Los sueños son un despliegue de lo que nuestra mente ve cuando no la controlamos. Pueden causarse por muchos factores diferentes. El cómo debemos reaccionar a un sueño se determinará por el tipo de sueño que experimentemos. Algunos son el resultado de estímulos externos (si usted duerme con un ventilador que sopla en su cara, puede soñar que está volando en un helicóptero), o causas biológicas (si usted se acuesta sediento, puede soñar que está haciendo una caminata a través de un terrible desierto buscando agua) Estos no son muy significativos. El mensaje simplemente puede ser tomar una bebida, o mover el ventilador de su cara. Otros sueños son la combinación de los pensamientos del día (un problema que ponderamos durante el día, a veces puede resolverse por la noche en un sueño), o una expresión de pensamientos no deseados - problemas que están molestándonos y en los que estamos intentando no pensar, estallan en nuestros sueños (soñamos a menudo con nuestros secretos más oscuros que se revelan, o nuestras fobias más profundas a enfrentar). Estos sueños son una ventana a nuestro subconsciente, un atisbo a los pensamientos con los que nuestra mente está ocupada cuando se le permite correr libremente. No deben verse como augurios de lo que sucederá en el futuro, sino que exponen lo que se halla escondido en nuestra mente. Pero, hay otro tipo de sueños, aquellos que parecen orillar lo profético. Contrariamente a los sueños desconcertantes y sin sentido que vemos típicamente, estos se caracterizan por la intensidad que usted describe en su sueño con su padre. Mientras que la mayoría de los sueños se ignora, estos no pueden expulsarse como divagaciones de una mente ociosa; son demasiado poderosos, demasiado imponentes como para olvidarse. Los Cabalistas explican que mientras dormimos, nuestras almas dejan nuestros cuerpos y ascienden a su Fuente Celestial para llenarse de energía. Mientras que un residuo del alma permanece en el cuerpo para mantenerlo vivo, la porción principal del alma viaja a los lugares más excelsos. En este estado incorpóreo, el alma es libre de experimentar visiones y encuentros que normalmente están afuera de los límites de los seres de este mundo. Esto incluye la posibilidad de encontrarse con otras almas despojadas de su cuerpo, particularmente, las almas de seres amados que han fallecido. Es su oportunidad de llevar un mensaje a aquellos que dejaron atrás. Es posible que su sueño pertenezca a esta última categoría. El cómo debe responder a él depende del humor del sueño. ¿Su padre parecía perturbado o preocupado? ¿Usted se despertó sintiéndose incómoda o triste? Entonces quizás el necesita algo de usted. ¿Fue recordado apropiadamente? ¿Se asiste a su tumba anualmente para su aniversario de fallecimiento? Si no es así, puede estar viniendo a usted, su hija, para pedirle que rectifiquen estas cosas, para asegurar que su memoria se honra y su alma recibe la ayuda que necesita para encontrar paz. Por otro lado, si su conducta en el sueño ha sido de paz y contento. ¿Usted se despertó sintiendo alivio? En ese caso, él está simplemente efectuando una visita. Vino a decir "hola" expresar su amor y apoyo a su persona, y recordarla que él está allí para usted, orgulloso de usted, y siempre será su padre. No hay ninguna causa para preocuparse. Su padre le ha encomendado una misión, o le ha entregado su regalo.
Texto encontrado en una revista vieja: sobre LOS SUEÑOS
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Hola! Qué tal? Jsjs Con lo del pedido pues si puedes y quieres, me gustaría algo con Hobie
La idea está algo rara(? No sé xd pero pensaba en algo como que rayita y Hobie pueden verse entre sí aunque son de distintas dimensiones. Como si hubiera un fallo en sus respectivas dimensiones que hace que ambos vean al otro como un "fantasma". Y no sé, que interactuen y que se les haga bonito pero frustrante porque nunca pueden "tocarse" xd.
Dejo una fotito que me hizo pensar en eso:
Medio raro pero no sé jsjsjs me gustaría algo así pensado en que ya casi es Halloween
...
Si la idea está muy rancia, estaría divertido un especial de halloween con cortitos de cómo es ver una película de terror con los spideys.
De antemano te agradezco ♡ Amo todo lo que escribes
La idea me hace acordar a un cómic que leía hace mil años en Webtoon. Pero no recuerdo el nombre.
Me gusta, vamos a ver qué sale.
Gracias por el pedido ✨.
(y te quedó hermoso el dibujito 💕)
Interdimensional (Hobie Brown x lectora)
Masterlist de mi autoría
Sinopsis: Miguel llevaba semanas investigando variaciones en las líneas multiversales. A pesar de que no empeoraban, tampoco desaparecían. Se mantenían. Y fue una se de esas variaciones extrañas que formó un vértice, uno en donde colapsaban dos puntos paralelos... Donde colapsaban dos departamentos del centro de la ciudad.
Era viernes por la tarde, una lluvia pesada caía sobre la ciudad y empapaba a los pobres transeúntes que aún vagaban por las calles. ____ era una de ellas.
La joven entró a resbalones al recibidor de su edificio, dejando un rastro de agua hasta el elevador. Sabía que el conserje la odiaría, pero no tanto como ella misma por haber olvidado el paraguas en la mañana.
El frío le calaba los huesos, solo quería ducharse, encender la calefacción, comer algo... Y dormir. Dormir 3 días seguidos de ser posible.
Abrió la puerta de su departamento, lanzando su empapado abrigo a un rincón y la mochila a los pies del sofá. En todo el camino hacia el baño fue desperdigando sus pertenencias por cada rincón, sin tiempo ni ganas de revisar su estado.
Se metió en la ducha, suspirando con pesadez al sentir el agua caliente impactar en su cuerpo.
No supo cuánto estuvo ahí parada, pero si supo que se tomó su tiempo, pues en cierto momento el agua caliente comenzó a agotarse. Fue momento de salir. Rodeó su cuerpo con una toalla, y antes de salir del baño, un extraño escalofrío la recorrió desde los pies a la cabeza. Tal vez fue cosa del cansancio, pero le pareció ver que las paredes parpardeaban. Fallaban, como sus trabajos de la oficina cuando configuraba mal algún código base. No le dio importancia.
Salió hacia la sala, esta vez deteniéndose a mirar el desastre de agua en el suelo. Lo limpiaría en un rato. Tal vez.
Finalmente entró a su cuarto, donde rápidamente buscó algo de ropa. Mientras deslizaba la camiseta por su cabeza, le pareció ver algo. Algo alto cruzar por la sala. Como si una presencia acabara de brotar del baño y cruzó la sala camino a la cocina. Le dio un escalofrío de solo pensar que había alguien en su casa. Ya no era una sensación como las paredes del baño. No. Esta vez estaba segura de haber visto eso.
Se terminó de acomodar la camiseta, y solo con la ropa interior inferior salió a la sala armada con el bendito y para nada empapado paraguas. No había nadie.
Tal vez estoy cansada. Veo cosas que no están ahi...
Intentó calmarse, pero lejos estaba de eso.
Revisó cada bendito lugar, pero no encontró a nadie. Y un resbalón en la sala la hizo recordar que debía secar el suelo. Y que seguía en ropa interior.
Se terminó de vestir, y tras poner la ropa empapada en la lavadora, secó el suelo.
—Creo que ya esta... Ahora, un sándwich.—la mujer acomodó el perchero, colgando el paraguas de una de sus ramas. Estaba por dirigirse a la cocina para preparar algo de comer, cuando le pareció escuchar algo.
~Ahí, debajo de la mesita.~
No pudo evitar dar un gritito antes de brincar y ver hacia atrás, pues podía jurar que escuchó aquella voz sobre su hombro. Pero no había nadie.
____ vivía en un departamento, no en una mansión. Si de verdad había alguien y no estaba en la sala, el baño o su cuarto, la cocina sería la última opción. Y tampoco había nadie ahí.
¿de verdad se estaba volviendo loca?
—... ¿Hola?—soltó algo nerviosa—. ¿Qué... qué mesita?—miró al techo. Una araña tal vez le contestaría, pensó.
~¿Me escuchas? Eso es nuevo.~
A la mujer la ponía de los nervios aquello. No solo el hecho de que no podía adivinar de dónde venía la voz, sino que realmente alguien le había contestado.
~La mesita fea del rincón, abajo quedaron tus gafas.~
Algo insegura, ____ se inclinó frente a la mesita de la entrada, aquella donde acumulaba cosas apenas llegaba a la casa. Debajo estaban sus gafas, aún con gotitas empapando los cristales.
—Se habrán caido del abrigo...—las secó con el borde de su camiseta. Fue entonces que la chica lo vio. Una sombra deslizarse por la pared de la sala, pero no había nada ni nadie que realmente la pudiera proyectar. Solo estaba ella—. ¿Eres... una especie de fantasma? hace años que vivo aquí y nunca vi nada raro.—
~¿qué tan raro te parecería escuchar que existen muchas dimensiones, que casualmente las nuestras se han conectado por un vértice interdimensional y que como vivimos en el mismo departamento de diferentes dimensiones, coexisistimos en el mismo lugar sin poder vernos?~
La chica se colocó las gafas y caminó con algo de cautela al sofá. Por alguna extraña razón la situación ya no le parecía tan aterradora. La voz del chico no le transmitía miedo o duda, era bastante relajante... O al menos lo suficiente para no asustarse por escuchar tremenda locura.
—Si no puedes verme ¿cómo sabías de las gafas?—
~Eso es nuevo. Estaba en el sofá cuando te vi llegar y mojar mi suelo.~
—Yo no mojé tu suelo, es MI suelo.—
~Pues resulta que ahora es NUESTRO suelo.~la sombra volvió a surgir en la pared, y esta vez parecía sentarse en el sofá de enfrente~. Somos roomies interdimensionales.~
—No. No quiero... ¿qué diablos hacemos para que ya no suceda más? No me gusta tener a alguien aquí...—la chica abrió los ojos con sorpresa—. ¿¡me viste en ropa interior!?—
~... Poquito y nada.~el tono divertido de su voz hizo que la chica sintiera sus mejillas arder.
—No me parece justo...—
~¿Ah? ¿también quieres verme en calzones o qué? Me temo que lo míos no son tan coloridos como los tuyos.~
—Cállate y arregla esto.—
~No puedo, corazón. Si podría ya lo habría hecho.~la chica se quejó en voz alta~. Pero no te preocupes, estamos trabajando en eso.~
Fue así que el chico le contó a su peculiar roomie cómo su jefe estaba tratando de solucionar el asunto de los vértices dimensionales.
Al parecer su misterioso compañero era parte de una sociedad secreta que salvaguardaba la seguridad interdimensional. A esas alturas, la chicas ya no sabía qué era descabellado y qué no. Así que solo escuchó atentamente.
—Cuando hablas de dimensiones... ¿es como en End Game?... ¿la línea sagrada de tiempo y esas cosas?—____ lo meditó un segundo—. ¿cuál sería la sagrada? ¿la tuya o la mía?—miró confundida al sofá, pues en su imaginación, el chico estaba ahí sentado.
~No tengo idea de qué es eso.~
—¿No te gustan las películas de superhéroes? ¿Capitán América... iron Man?—la chica enarcó una ceja—. Incluso mi abuela los conoce.—
~Capitán América, Iron Man... ¿Spiderman?~____ sonrió enseguida, sin saber que el chico la estaba mirando. A Hobie le pareció adorable la forma en que su rostro se iluminó al escuchar su nombre clave~. En esta dimensión eso no es cosa de películas, ellos existen... de hecho, yo soy Spiderman.~
La chica reprimió la risa, y un sonido nasal extraño se ahogó en su boca.
—Lo siento.—carraspeó apenada—... Pero no digas tonterías.—
~No lo son.~
—Spiderman es mi héroe favorito... ¿Eres Peter Parker entonces?—sonrió apenas.
~De esos hay miles, yo soy Hobie Brown.~
—... ¿Quién?—
~Que graciosa...~____ le sonrió con burla al aire, levantándose del sofá y yendo a la cocina por algo de comer~. Somos muchas arañas en el multiverso que no somos Parker. Mis amigos Gwen y Pavs también son Spideys...~
—En mi dimensión, tu existencia y la de tus amigos de seguro serían para cameos de cinco minutos en una película.—soltó elevando la voz para que Hobie la escuchara desde la cocina—. ¿Qué dimensión es la tuya? ¿Cuál la mía?—
Hobie se recostó en el sofá, mirando vagamente la mancha de humedad en el techo. Se le hizo curioso que en su dimensión la mancha era incluso más grande.
~Aún no estamos seguros de qué dimensión es la tuya, amiga roomie. Pero la mía es la 138.~
—En las pelis, la línea de los Vengadores principales es la 19999. El Peter de ahí va a la uni, pero también conoce a otro Peter que de hecho salió antes y luego al original que...—
Hobie aún mantenía la mirada en el techo, cuando un sonido extraño lo hizo voltear hacia la entrada de la cocina. No veía a la chica.
~¿Chica roomie?~
—... ¿Cómo te entra ese cabello en la máscara?—
Tal vez el chico no la podía ver, pero su sentido arácnido le indicaba que estaba ahí. Y al parecer sí podía verlo.
~Ok... Eso si es nuevo.~
Miguel revisaba unos monitores concentrado, analizando la información que Hobie acababa de traerle.
Podían verse. Hobie a ella, ella a él. Pero no al mismo tiempo.
—Cuando el sol entra por la ventana, yo la veo a ella... Y cuando el último rayo de sol se desvanece, ella me ve a mi.—Hobie le mostró a Miguel unas grabaciones. La figura de la mujer se desvanecía en una cortina de destellos al anochecer. Y la de Hobie surgía como por arte de magia en su lugar.
—Ya veo... Es muy interesante... Pero aún no lo comprendo del todo. Tendré que seguir investigándolo.—Miguel lo miró serio—. Tú no te relaciones tanto con ella. Cuanto menos la involucres en esto, mejor.—
—Claro, jefe...—
—¡Entonces le lancé el café viejo a la camisa!—____ alzó su mano, simulando la situación—. Y cuando digo ciejo, es viejo.—
~¿Cuan viejo?~
—Tenía una capa de hongos por encima. Una semana de vida, calculo.—
~Que asco.~
Hobie miraba divertido como la mujer planchaba y apilaba su ropa en una enorme pila sobre la mesa.
Claro está que se pasó por el trasero el pedido de Miguel, y en su lugar se acercó tanto a ____ que la palabra roomies ya les calzaba a la perfección.
La joven programadora iba a trabajar temprano en la mañana, y volvía a la tarde. Justo una hora antes de hacer el "cambio de vistas". Habían acordado solo interactuar esas dos horas, para no invadir tanto el espacio del otro. De todas formas, Hobie casi nunca estaba en casa. Pero se tomaba el trabajo de siempre acomodar sus asuntos para estar ese par de horas en el salón, para charlar con ella.
—¿Sabes? He estado pensando en algo.—____ dobló aquella camisa, dejándola sobre la pila—. De seguro es algo parejo lo de las dimensiones... Mitad y mitad... Si el día tiene 24 horas, son 12 para cada uno.—
~Guau, es una deducción brillante.—
—Cállate, no terminé... Tal parece que la lluvia no afecta la magia, porque el cielo nublado no me impide verte... Asi que si empieza a las 7 de la tarde, hasta las 7 de la mañana podría seguir viéndote... En teoria.—
~Aja... ¿Y?~
—Y dudo que el pase sea inmediato, yo te veo materializarte en unos segundos... ¿Crees que en esos escasos segundos yo pueda tocarte?—
Ese último comentario hizo que Hobie se sentara derecho. Miró emocionado a la mujer, quien lejos de ver la emoción ajena, seguía planchando su ropa.
~¿Qué hora es?~____ miró el reloj en la pared.
—6:55, Hobbs... ¿Por qué?—
~... Ven, intentemos algo.~Hobie se sentó frente a ella, acercando su mano a la ajena. La atravesaba enseguida~. No es tangible... No aún.~
—Bueno... Pero no la encimes tanto. Mira si tus partículas se materializan sobre las mías y nuestros dedos quedan unidos como esos gemelos parasitos.—Hobie rió bajito.
~No seas rara...~
Cuando el último rayo de sol se desvaneció por la ventana, ____ percibió la bonita cortina de destellos frente a ella. Y mientras la cara sonriente de Hobie se mostraba frente a ella, lo sintió. Los cálidos dedos de Hobie rozaban los suyos, y Hobie no se demoró en entrelazarlos.
Solo fueron unos pocos segundos, pero fueron suficientes para que sus mejillas se encendieran. Hobie llegó a verla antes de perderla de vista. Y lo había adorado.
Desde aquel día, era casi un ritual que el par se sentara en el sofá a charlar y disfrutar de ese mínimo contacto. Estrechar sus manos por esos breves segundos era una sensación reconfortante.
A medida que un fuerte lazo nacía entre ambos, la unión de sus dimensiones se desvanecía. Miguel y Lyla comenzaban a solucionar el asunto de los vórtices. Y a Hobie no le gustaba nada.
—En 24 horas se cerrará por completo.—
—... ¿qué?—Hobie miraba más que decepcionado a la IA frente a él.
—Lo que escuchaste, Hobie. Ya pudimos solucionar esto. Y en hora buena, porque las estructuras dimensionales comenzaban a fallar más y más.—
—¿No volveré a verla?—
—Me temo que no. Su dimensión no tiene spideys. O bueno, no reales. Por lo que el acceso como tal a su dimensión no es posible.—
—Sé lo que piensas. Ni se te ocurra.—Miguel apareció en el laboratorio, mirando de forma severa a Hobie—. Logramos solucionar la brecha, no vuelvas a causarla. Es peligroso para tu mundo y el suyo.—
Hobie se sintió impaciente.
Claro estaba que las órdenes le importaban poco y nada. Pero Miguel tenía razón. No sabían cómo ir a su dimensión, era peligroso.
Y solo le quedaba una noche para poder convivir con ella...
Cuando ____ entró a su sala esa tarde, Hobie ya estaba en el sofá, esperándola. La vio colgar su chaqueta del perchero, y lanzar la mochila sin cuidado como solía hacer cada día.
—¿Roomie?—sonrió apenas al aire.
~Aqui, roomie ¿Qué tal tu día?~
Hobie la escuchó con la atención y cariño de siempre, intentando guardar su voz en su memoria. Pues no estaba seguro de cuando volvería a verla o escucharla.
—¿Sucede algo? Estás muy callado... y tú nunca te callas.—____ comía un poco de yogurt en el sofá.
~Ellos van a cerrarlo. Al vórtice... Y me temo que no sé si volveré a verte.~
La sonrisa de la chica de desvaneció con aquello, y con su nuevo semblante asustado, se sentó mejor en el sofá. Mirando hacia donde Hobie debía estar.
—¿Como que no... No volveré a verte?—se removió nerviosa—. Pero al menos escucharte si me-
~Tampoco. Nada. Se cerrará la brecha por completo.~
—Hobie, yo... No quiero que eso pase.—Se sinceró sin más—. Sé que me vivo quejado de que eres un ocupa pero... Voy a extrañarte.—el chico sonrió con cierto pesar, acercando su rostro al ajeno al percibir que se venía el cambio.
~Podrías buscar al Hobie de tu dimensión. No debe vivir lejos del departamento.~soltó rozando sus labios, ansiando poder sentirla rápido.
—No quiero a otro Hobie.—
~¿Me quieres a mi entonces?~
La figura de la chica comenzó a deslumbrar. Se acercaba el blip. Las manos de Hobie se posaron a ambos lados de la cabeza ajena, y en cuanto sus dedos rozaron las rojizas mejillas de la mujer, sus labios atraparon los ajenos con desesperación. Debía aprovechar cada segundo.
Aunque efímero, ese beso fue determinante para Hobie. Fue el primero, pero no sería el último, para nada.
Haría hasta lo imposible para que se repitiera.
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Vengo re manija porque empecé Dungeon Meshi. Qué bichos comestibles hay en Campoestela?
AGUANTE DUNGEON MESHI
Uff, no tenés idea. En Campoestela, debido a la extensa minería espacial, cosas como los metales preciosos, las gemas, etc. están disponibles por todas partes. Por eso justamente las cosas orgánicas, como la comida, son las más apreciadas. Un tema interesante es que aunque la biología es similar entre diversas especies (para hacerme la vida más fácil a mí), culturalmente, lo que a alguno le parece apetecible a otro no, así que hay mucho para hablar y acordar cuando te encontrás con astronautas del otro lado de la Campoestela y se juntan a comer.
Algunas cosas que me acuerdo:
Una de las delicias más comunes son los cloroplastos (o estructuras equivalentes, mejor dicho) de las amebas espaciales. Es todo un tema controlar su mitosis (sus ciclos de vida son lentísimos) para cosecharlas sin dañar a la población.
Ragua, en su mundo natal hace miles de años, vivía con sus abuelos cosechando "miel", que es en realidad una sustancia creada por equivalentes camarones que tenían colmenas en esponjas marinas gigantes, para alimentar a sus larvas. Ella no está segura si esos bichos están extintos en la actualidad.
Uno de sus bocadillos favoritos, como de muchos seres marinos, son una especie de amonites que ella muerde y come como caramelos. A Beto le da asco pero cada cual con lo suyo.
Otro bocadillo muy popular son de ciertas ostras que crean perlas dulces para atraer a sus presas, que por supuesto han sido domesticadas para hacer caramelos artesanales
Otros bichos comestibles... hay todo tipos de carnes. Pero en general, los animales preferibles son los pequeños, porque se pueden mantener en estaciones y naves espaciales. En el caso de los humanos, estos incluyen gallinas, conejos, cuyos y una variedad de peces, invertebrados y otros.
Por esta razón, por ejemplo, las empanadas más comunes entre los esteloplatenses son de pescado, diversas verduras, y hongos, mientras que las de carne, humita o jamón y queso son consideradas cosas de la Madre Tierra.
En realidad, una gran proporción de los humanos tienen una dieta mayormente vegetariana, no necesariamente por razones morales o culturales (aunque sí hay muchísima influencia del Medio Oriente y de la India en la "civilización humana" actual) sino por el hecho de que las plantas son más fáciles de mantener en el espacio que animales grandes.
Las culturas que comen más carne en esta situación son los esteloplatenses, los tejanos y los australianos, que tienen mundos enteros para dedicarse a arriar vaca pal asadito.
Entre las criaturas no terrestres utilizadas para carne, hay equivalentes de dinosaurios y elefantes criados por varias culturas extraterrestres (de las cuales no tengo mucho creado todavía), pero eso no se encuentra en una carnicería, son sacrificios muy especiales con festividades que duran hasta un mes, banquetes al por mayor. No es algo que se hace a la ligera.
No es carne, pero otra delicia muy particular es el ámbar de ciertas plantas en mundos secos, crujiente y dulce como almíbar!
Ya que estamos, la bebida más popular de Campoestela se llama posca. Es de origen desconocido, pero es básicamente agua carbonatada con ciertos nutrientes, y se vende en distintas concentraciones de CO2. No es ni estimulante ni alcohólica ni alucinógena mucho menos, hidrata bien pero no es la gran cosa (algo así como el gatorade), y tiene un poco gusto a soda con Algo, PERO es algo que todo el mundo puede beber y parece que la mayoría de las especies disfrutan las burbujitas, así que se vende y se toma en todos los espaciopuertos, hasta que puedas acordar en un menú apetecible para todos.
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Han pasado cuatro horas desde que el caos comenzó, y ROSEWOOD está completamente sumida en la desesperación. El sonido de los gritos y los pasos tambaleantes de los infectados resuenan por todas las calles. El aire está pesado, cargado de humo y miedo. A pesar de que la horda ha comenzado a dispersarse por las calles, el peligro sigue siendo inminente. Los sobrevivientes se aferran a lo que pueden: unos buscan refugio, otros sobreviven en la incertidumbre, y algunos han decidido tomar el control de la situación.
—¡A la comisaría! ¡¡A la comisaría!! —la voz de Aiden resuena, desesperada, atravesando el miedo que inunda el vecindario.
Ha corrido de un lado a otro, buscando desesperadamente una salida, y finalmente ha encontrado algo a lo que aferrarse. La comisaría. Un lugar que, aunque vacío y probablemente en ruinas, ofrece algo de seguridad en este desastre. El tono de Aiden está lleno de urgencia y las pocas personas que aún quedan en las calles lo siguen, empujadas por la promesa de refugio. No hay tiempo que perder. La comisaría es el único lugar que parece no estar completamente rodeado por los infectados, y eso es todo lo que necesitan para seguir adelante.
Mientras tanto en MAPLEWOOD Luisa toma la delantera.
—¡Vamos a la alcaldía! ¡Rápido, hay que refugiarnos ahí antes de que sea tarde!
La alcaldía está a unas cuadras, y aunque no es el refugio perfecto, es lo suficientemente cerca y lo suficientemente segura como para brindarles una oportunidad. La multitud la escucha sin dudar. Luisa ha sido siempre una persona práctica, y no hay tiempo para temores innecesarios. El pánico sigue desbordando las calles, pero su liderazgo es lo que los mantiene en movimiento. En este mundo roto, su dirección es un faro en la oscuridad.
En OAKWOOD Juliet no pierde tiempo. Observa a su alrededor con una calma desconcertante. No se deja llevar por el pánico; sabe exactamente lo que deben hacer.
—¡A la farmacia! —ordena, con la misma determinación que siempre la ha caracterizado.—Necesitamos suministros. No podemos quedarnos sin medicinas ahora.
Con la misma firmeza con la que siempre organiza cualquier situación, Juliet avanza sin titubear. La farmacia es un objetivo claro, y aunque hay un riesgo, quedarse sin medicamentos sería mucho peor. El grupo la sigue, con algunos aún dudando, pero la mayoría confiando en su juicio. Juliet ha estado en situaciones peores, y siempre ha sabido cómo hacer lo necesario para sobrevivir.
En BLOOMWOOD Zohan se alza como un líder inesperado.
—¡Escúchenme! —grita, su voz fuerte y autoritaria.— Vamos al supermercado, ahí encontraremos lo que necesitamos, no hay tiempo que perder.
En medio del caos, el supermercado es su objetivo, aunque la entrada a ese lugar está llena de incógnitas. Nadie sabe qué hay dentro, pero lo que sí saben es que no pueden seguir adelante sin recursos. El supermercado ofrece lo que necesitan para seguir adelante: comida, agua, herramientas, y lo más importante en este momento, algo que les permita durar otro día. Zohan sabe que es una jugada arriesgada, pero no tiene otra opción. Su voz es la que empuja a los demás a moverse, a avanzar a pesar de las dudas.
Los helicópteros sobrevolando la ciudad comienzan a ser una presencia constante. Sus luces brillan en la oscuridad, cegando a los infectados, desorientándolos momentáneamente. Pero esta distracción solo dura unos segundos. Mientras los helicópteros giran sobre la ciudad, un mensaje grabado comienza a sonar a través de los altavoces:
—Atención a todos los civiles en la zona. Se procederá con el aislamiento del pueblo mientras se controla el brote de infección. Les pedimos que no intenten escapar, el perímetro está sellado. La ayuda está en camino.
El mensaje se corta abruptamente, y por un momento, todo queda en silencio. Nadie sabe qué hacer con esa información. ¿Cuarentena? ¿Una solución drástica para un brote incontrolable? La sensación de desesperanza se extiende por las calles mientras los residentes intentan refugiarse del peligro.
𝗔𝗖𝗟𝗔𝗥𝗔𝗖𝗜𝗢𝗡𝗘𝗦: Todos los personajes escucharon el mensaje del helicóptero. El pueblo se encuentra sellado y en cuarentena mientras el gobierno se encarga de los infectados. No pueden salir del pueblo.
Son libres de continuar con sus convos actuales, dar saltos en el tiempo o abrir starters públicos para avanzar y enfocarse en esta nueva intervención. Sin embargo se debe respetar el solo interactuar con su mismo vecindario.
Les pedimos por favor responder esta encuesta como parte del desenlace de la actividad. Tienen hasta el último día de la misma para responder. Los usuarios en hiatus y semi hiatus también deben responderla.
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CAPITULO 55 - EL PESO DE LAS DESICIONES
Después de un aterrizaje sin problemas y un breve trayecto en auto, llegamos al palacio. Intenté hablar con Drake, pero él me evitó por completo y permaneció en silencio durante el viaje, desde que escuchó la noticia. Al llegar al vestíbulo del palacio, Liam me abrazó antes de dirigirse a todos.
|| Lamentablemente, debo despedirme de ustedes por ahora. Tengo algunas notas que preparar || dijo Liam, mirándome fijamente || Amor, recuerda que tenemos la rueda de prensa hoy al mediodía. ||
|| ¡Qué emocionante! Seguro que toda Cordonia querrá escucharlos, sobre todo a Riley por lo que pasó con Tariq || exclamó Hana || Y, supongo, también anunciarán su compromiso, ¿verdad? ||
Noté que Drake me miró brevemente antes de desviar la mirada.
|| Seguro que sí Hana. No perderé más tiempo en anunciarle al mundo que finalmente me casaré con la mujer que amo || respondió Liam, dándome un suave beso en los labios || Nos vemos después, amor. ||
Liam se fue, y Drake, con un tono seco, dijo:
|| ¡Perfecto! Entonces yo también me voy. Me siento un poco cansado… Nos vemos luego. || Se despidió de manera cortante y se alejó rápidamente.
|| Chicas, voy a recoger unas cosas que dejé aquí en el palacio y luego me iré a Ramsford. Necesito hablar con Bertrand y contarle las buenas noticias… ¿Vienes conmigo, Hana? ||
|| Claro, cariño. Ve a buscar tus cosas, yo te esperaré || respondió Hana, mientras Maxwell se apresuraba a buscar lo que necesitaba. Internamente, me sentía mal por lo ocurrido con Drake. No era mi intención herirlo y no quiero perder su amistad. Mis sentimientos estaban confundidos, y mi corazón no estaba en su lugar. Hana me miró con preocupación || ¿Riley, estás bien? ||
|| No lo sé, Hana. Me siento feliz por estar comprometida con Liam, pero al mismo tiempo estoy triste porque sé que Drake salió lastimado y no le agradó la noticia. No fue mi intención herirlo, pero no puedo evitar sentirme culpable ni dejar de pensar en cómo se sintió. ||
|| Amiga, no sé qué pasó entre ustedes, pero estoy segura de que no fue tu intención hacerlo. Por ahora, debes dejar a Drake solo. Al menos hasta que se dé cuenta de que pueden ser solo amigos || me dijo con seguridad.
|| Sí… No queda más que esperar || le respondí con pesar y tristeza.
|| Así es, por lo tanto, no te desesperes. Lo mejor será que te alistes. Tienes una importante rueda de prensa en unas horas. ||
|| Tienes razón, iré a ver qué ponerme || dije, intentando sonreír, aunque mi corazón pesaba con la culpa.
|| Nos vemos luego, ¿ok? || dijo Hana sonriendo.
|| Gracias por estar siempre a mi lado || le dije, y Hana me abrazó fuerte. Luego, cada una se fue por caminos diferentes, dejándome con mis pensamientos.
**
Me encontraba en mi habitación por fin después de mucho tiempo. No me había dado cuenta de cuánto extrañaba estar aquí hasta que abrí la puerta y sentí el familiar aroma de mi habitación. Me dejé caer sobre la cama, sintiendo una oleada de emociones. La calidez de mi habitación me envolvía, brindándome una sensación de seguridad que había olvidado. Después de unos minutos de reflexión, decidí tomar un largo y relajante baño. Mientras el agua caliente me envolvía, traté de cobrar fuerzas para la rueda de prensa. El anuncio de mi compromiso con Liam era un paso importante, y quería estar en mi mejor estado.
Sin embargo, no podía dejar de pensar en lo mal que me sentía por Drake. La forma en que me evitaba, la tristeza en sus ojos... Todo eso pesaba en mi corazón. Me dolía saber que había herido a alguien a quien apreciaba tanto.
Además, la ausencia de Chance era un dolor constante en mi pecho. No pensé que me haría tanta falta hasta que me di cuenta de que ya no estaba conmigo. La incertidumbre sobre su paradero me llenaba de ansiedad y tristeza. Esperaba con todo mi corazón que lo encontraran y que pronto pudiera tenerlo de vuelta.
Me puse a revisar el contenido de mi clóset, buscando un atuendo que reflejara cómo me sentía. Quería algo que mostrara confianza y alegría, pero también un toque de sobriedad y respeto por todo lo que había pasado. Mientras deslizaba mis dedos por las diferentes telas, intentando decidirme, alguien golpeó la puerta. Me acerqué a abrirla y me encontré con Justin, sonriendo.
|| Riley || exclamó Justin abrazándome con fuerza antes de entrar a mi habitación || Qué bueno verte en una sola pieza. Lamento mucho lo de tu mamá. Sé lo que debes estar sintiendo… ||
|| Gracias, Justin, lo aprecio mucho || le respondí con una sonrisa, sintiendo un nudo en la garganta || Me alegra verte aquí… Y gracias por lo que hiciste con Tariq y la rueda de prensa ||
|| Es un placer servirte, Riley. Y me alegra verte feliz || dijo, mirándome con empatía || Es un gran alivio que esa mentira ya no esté sobre tus hombros ||
|| No te imaginas el gran alivio que siento. No estaba segura de que te quedarías después de la declaración de Tariq ||
|| Bertrand me contrató hasta el evento del cumpleaños del Rey y el baile de bienvenida. Así que, hasta entonces, me tienes a tu lado. Me enteré de que tienes una importante rueda de prensa con Su Majestad el Rey hoy. Supongo que es por la cancelación de su compromiso. Todos los reporteros de Cordonia querrán hablar contigo y van a estar alrededor como tiburones hasta que tengan una historia ||
|| Sí, eso es cierto… ¿Tienes alguna sugerencia para manejar a la prensa? || pregunté, buscando orientación.
|| Depende de dónde se encuentren el rey Liam y tú. No quiero entremeterme, pero es mejor ayudarte a formular respuestas que permitir que la prensa te las arranque || añadió, con un toque de seriedad.Levanté mi mano izquierda para mostrarle mi anillo.
|| Para tu conocimiento… estamos comprometidos || dije, emocionada.
|| ¡WOW! || exclamó, sus ojos se abrieron de par en par al ver el anillo y luego se iluminaron con una sonrisa || Así que por eso has estado flotando en las nubes desde que saliste de Nueva York. Vaya, vaya… tenía esa sensación. Muy bien, ahora que sé dónde están, la prensa querrá saber qué tipo de Reina serás. Sé que estás en las nubes, pero asegúrate de tomar sus preocupaciones en serio ||
|| Ok, “tomar todo en serio” … Ese debería ser el lema de esta corte || respondí, con un toque de ironía. || ¿Qué debería hacer? || pregunté, preocupada.
|| Mantén una imagen pública coherente y profesional. La forma en que te presentas es crucial. Prepárate para las preguntas difíciles y piensa en respuestas claras sobre tu futuro rol y responsabilidades. Familiarízate con el protocolo real y las normas de etiqueta para causar una buena impresión. Además, busca el apoyo y el consejo de expertos en la corte para navegar este nuevo rol con éxito. Recuerda también mantenerte auténtica y fiel a ti misma. Finalmente, prepárate emocionalmente para los cambios y la atención que vendrán. Y ahora, el paso tres: tu look… || Sacó de una bolsa un conjunto cuidadosamente elegido || Toma, tengo un buen presentimiento sobre este conjunto. Lo vi y pensé en ti ||
Justin me entregó un elegante blazer morado, que contrastaba de manera sofisticada con una blusa de rayas en tonos azul marino y blanco. Los jeans ligeramente desgastados, a la moda y ajustados, añadían un toque casual y moderno al conjunto. Al ver el atuendo, entendí que Justin estaba buscando equilibrar la formalidad y la frescura, perfecto para alguien en mi posición.
|| ¡Gracias, Justin, por siempre pensar en todo y en mí! || exclamé, sintiendo una profunda gratitud.
|| Sabes que me encanta ayudar, pero ahora que estás comprometida con el Rey de Cordonia, la presión será aún mayor. Este atuendo no solo es elegante y a la moda, sino que también transmite confianza y accesibilidad. Es importante que combines el glamour con una apariencia accesible, ya que tendrás que manejarte con gran sutileza en tus interacciones públicas. Así que ve a probártelo || explicó Justin con una sonrisa profesional.
|| Está bien, ya regreso || respondí, dirigiéndome al baño para cambiarme rápidamente. Al mirarme en el espejo, admiré cómo el blazer morado aportaba un toque de sofisticación a mi figura, mientras que la blusa y los jeans equilibraban la elegancia con un aire relajado. Me sorprendí al darme cuenta de que estaba a punto de ser oficialmente la prometida del Rey, mi Rey. Cuando salí del baño, encontré a otra persona en la habitación || ¡Hola, Sara! Qué gusto verte de nuevo || le dije con una sonrisa cálida, mientras ella sonreía tímidamente.
|| Riley, qué bueno tenerte aquí otra vez… Quería aprovechar para decirte que lamento mucho tu pérdida || dijo Sara, su voz llena de sinceridad.
|| Gracias, Sara, lo aprecio mucho || respondí, antes de volver a mirar a Justin.
|| Riley déjame decirte que te ves hermosa como siempre. El atuendo estaba hecho para ti … Eso quiere decir que acerté Justo-a-Tiempo… ¿No te parece? || Y ambos nos reímos || Bueno señoritas les dejo, estamos en contacto Riley ||
Justin salió, y Sara comenzó a arreglarme el maquillaje y el cabello. Decidí llevar el cabello completamente suelto y optar por un maquillaje delicado, que consideré ideal para la ocasión. Cuando Sara terminó, me miré en el espejo y, sinceramente, me gustó lo que veía. Sin embargo, sentía un torbellino de nervios por dentro. Ahora era una realidad: la prometida del Rey.
|| Gracias, Sara, es perfecto. Justo lo que necesitaba || le dije con gratitud.
|| De nada, Riley… Siempre es un gusto ayudarte || respondió Sara, pero noté algo diferente en ella. Su habitual sonrisa había desaparecido y se veía apagada.
|| Sara… No quiero entrometerme, pero… ¿Te pasa algo? || pregunté con preocupación. Sara salió de su trance y me miró asombrada por mi inquietud.
|| Riley, disculpa… No quise parecer tan distraída. Lo siento, pero no te preocupes, no es nada importante. En serio || intentó tranquilizarme.
|| ¿Es tu mamá? ¿Anita está bien? || indagué, temiendo lo peor.
|| Mi mamá está bien, gracias… Pero lo que me tiene mal es otra cosa… || dijo dando un gran suspiro mientras una lágrima rodaba por su rostro. Sin pensarlo, me levanté para consolarla, y ella continuó llorando en silencio.
|| Tranquila. Si no deseas hablar, está bien. Disculpa por ser tan entrometida. Solo que me preocupé por ti. Noté que no eres la misma; casi siempre vienes sonriendo y hoy estás un poco apagada. Pero está bien… Todos tenemos días buenos y malos || le dije suavemente, intentando transmitirle tranquilidad.
|| Gracias por preocuparte por mí, Riley. Y no creo que seas entrometida, tú eres muy diferente a las demás… || Suspiró y se sentó en el filo de la cama, mirándome con ojos llenos de preocupación. Rápidamente tomé sus manos y las apreté suavemente. Me miró fijamente y esbozó una pequeña sonrisa. || Lo que pasa es que estoy muy preocupada por Drake. Desde que viajó a Nueva York no he sabido nada de él. Le he llamado y enviado mensajes, pero no me contesta. Sabía que llegaría hoy, pero no he tenido noticias… No sé si hice algo malo o dije algo que lo molestó. Regresó con ustedes hoy, ¿verdad? || preguntó ansiosamente.
|| Sara, no creo que esté molesto contigo… No pienses eso. Y sí, regresó con nosotros, pero ni bien llegamos, desapareció y no sé a dónde fue || respondí con sinceridad, sintiendo un nudo en el estómago. No sabía qué sucedía con Drake. Quizás no le contestó a Sara porque estaba conmigo. Desde que Liam llegó a Nueva York, su comportamiento cambió por completo. Estoy segura de que es mi culpa que Drake esté así. No quise lastimarlo. || Drake a menudo prefiere estar solo cuando enfrenta situaciones que lo molestan. Es una persona un poco cerrada y no es fácil que se abra ||
|| Sí… Lo he notado || dijo Sara, tratando de calmarse mientras otra lágrima caía. || Voy a seguir intentando contactarlo. Al menos necesito saber qué pasó o por qué está así ||.
Yo solo asentí con la cabeza. Yo también necesitaba hablar con Drake y explicarle que no fue mi intención lastimarlo. Me había confundido y debía aclarar las cosas con él. No quería perderlo como amigo. De repente, Hana entró en mi habitación, rompiendo mis pensamientos.
|| Riley, ¿estás lista? Liam me dijo que la prensa ya los está espe-- || Se detuvo al ver a Sara llorando. || Oh no, ¿qué pasó, Sara? ¿Estás bien? ||
|| Sí, Hana, estoy bien. No te preocupes || respondió Sara rápidamente, limpiándose las lágrimas y tratando de calmarse. Hana me miró con preocupación.
|| ¡Hombres! || le dije, y Hana automáticamente entendió.
|| Bueno, creo que no es nada complicado entonces. Todo estará bien, Sara, no te preocupes… || dijo Hana, y Sara solo asintió con la cabeza.
|| Hana, pensé que fuiste con Max a Ramsford || le pregunté rápidamente para desviar la atención y evitar que Sara se siguiera sintiendo mal.
|| Iba a irme, pero Liam me pidió ayuda con lo de la rueda de prensa… ¿Vamos? || dijo Hana ansiosa.
|| Sí, vamos… || miré con preocupación a Sara. || ¿Vas a estar bien? ||
|| Sí, estaré bien. Espero que te vaya muy bien || me dijo, esbozando una leve sonrisa. Le apreté suavemente la mano, y junto con Hana salimos en dirección al auditorio donde la prensa nos esperaba. Mientras caminábamos, Hana me miró con preocupación.
|| No quise preguntar dentro, pero… ¿Es por Drake? || preguntó curiosa.
|| Sí, así parece… Desde que fue a Nueva York, se olvidó por completo de ella. Sara no ha sabido nada de él desde entonces. ||
|| Pero son varios días… ¿No le avisó que regresaba? || dijo sorprendida.
|| No, no lo hizo… ¿Y sabes qué creo? Que todo es mi culpa. Yo puse a Drake y a Sara en esta situación. Cuando él fue a Nueva York, estuvo conmigo todo el tiempo. Incluso me propuso que escapáramos y nos fuéramos lejos. Él no quiere a Sara y creo que solo la estaba usando || le dije con preocupación. Hana me miró frunciendo el ceño.
|| ¿Él quería huir contigo? ¿Estamos hablando de Drake? ¿Pero y Liam? Parece que Drake está locamente enamorado de ti, ¿verdad? ||
|| Lamentablemente sí, creo que él me ama. Yo estaba confundida y realmente creí que mis sentimientos por él eran amor. Pero cuando estuve con él, me di cuenta de que lo veo solo como un amigo. No es lo mismo que siento cuando estoy con Liam. Pero ahora Drake está lastimado y Sara también va a terminar lastimada. Necesito hablar con él en cuanto pueda. ||
|| Amiga, no quiero ser entrometida, pero cuando dices que estuviste con Drake, ¿te refieres a…? ||
|| Sí, Hana, me refiero exactamente a eso… || puse mis manos en la cabeza en señal de desesperación y vergüenza. || No te imaginas cuán culpable me siento… Fui una estúpida, Hana… ¿Cómo pude confundirme de esa manera? ||
Hana me tocó el brazo con delicadeza para que pudiera mirarla.
|| Riley, no te castigues tanto. Todos cometemos errores y a veces las emociones nos confunden. ||
|| No, Hana, no entiendes… He arruinado dos vidas importantes en mi vida. Drake está dolido y Sara está devastada. Nunca quise lastimarlos. Pensé que mis sentimientos eran claros, pero estaba tan equivocada... || Sentía la voz quebrarse mientras hablaba, y las lágrimas comenzaban a acumularse en mis ojos. Hana me hizo detenerme y me miró fijamente.
|| Lo que necesitas ahora es hablar con Drake y explicarle lo que realmente sientes. Tal vez él también necesita tiempo para entender y procesar todo esto. ||
|| Lo sé, pero... ¿Y si no me perdona? ¿Y si nunca podemos volver a ser amigos? || La desesperación se apoderaba de mí con cada palabra. || Y Sara... ella es una buena persona, no merece esto. Siento que he destruido algo que nunca podré reparar. ||
Hana me abrazó con fuerza, sus palabras fueron un consuelo momentáneo en medio de mi tormento interno.
|| Riley, si él no entiende y decide perderte como amiga, será su decisión, || me dijo con firmeza. || Sé que no lo hiciste a propósito. Ambos se confundieron, y ten en cuenta que fue Drake quien jugó con Sara, no tú. No sientas que eres una cualquiera por eso. ||
Hana trataba de darme ánimos, pero en el fondo, sé que es mi culpa. Suspiré profundamente, intentando calmar el nudo en mi garganta. Justo en ese momento, Liam salió a la puerta y nos encontró.
|| Hola, señoritas, || dijo con una sonrisa a Hana, pero su expresión cambió al ver mis ojos ligeramente enrojecidos. Se acercó rápidamente y me dio un pequeño beso en la boca. || Te ves hermosa, amor. Pero porque lloras ¿Pasó algo? || preguntó con profunda preocupación, sus ojos reflejaban su inquietud.
|| No, amor, todo está bien, || traté de asegurarle con una sonrisa sincera, aunque la emoción aún resonaba en mi voz. || Estoy más lista que nunca... ||
Pero Liam no parecía convencido.
|| Riley ¿Qué te preocupa? Quiero ayudarte, || dijo, su voz llena de ternura y preocupación. Me tomó suavemente de la mano, buscando en mis ojos alguna señal de lo que me afligía.
|| Es solo que... estoy un poco ansiosa || le respondí, tratando de contener las lágrimas sin revelar la verdadera razón. Jacob y Sebastián salieron del auditorio, dándonos el visto bueno para entrar. Liam me dio un beso en la frente y secó suavemente mis lágrimas. Sonreí y me abanico para controlar mis emociones. Al mirarme en el espejo cercano, noté que mis ojos ya no estaban tan rojos.
Liam me tomó del brazo y juntos caminamos hacia el imponente auditorio. Al entrar, un silencio expectante cayó sobre la multitud. Los reporteros, vestidos formalmente, murmuraban ansiosos, mientras sus cámaras y micrófonos estaban listos para captar cada palabra. El ambiente estaba cargado de tensión y expectación, iluminado por un mar de flashes que parpadeaban constantemente.
Avanzamos con pasos firmes hacia el podio adornado con el escudo real y flanqueado por banderas de Cordonia. La mano cálida de Liam me transmitía calma en ese momento crucial. Los murmullos aumentaron y las miradas curiosas nos siguieron hasta el podio. Los micrófonos estaban alineados, listos para captar cada palabra. Con una sonrisa digna a pesar de los flashes, me preparé para lo que estaba por venir. Liam, con su presencia imponente y mirada segura, se adelantó ligeramente, mientras los reporteros ajustaban sus posiciones, listos para capturar cada detalle.
—Bienvenido de nuevo a Cordonia, Su Majestad. ¿Cómo se siente estar en casa? —preguntó un reportero desde la primera fila. Liam sonrió con calidez y levantó una mano en señal de saludo.
|| Gracias a todos por la calurosa bienvenida. Es maravilloso estar de nuevo en casa junto a la gente de Cordonia || dijo con voz firme y clara, resonando en el auditorio. Los murmullos de aprobación recorrieron la multitud, aliviando la tensión en el ambiente. Otro reportero tomó la palabra rápidamente.
—Lady Riley, sabemos que viajó a América por su mamá. Sinceramente sentimos mucho la pérdida de su madre. — Sentí un nudo en la garganta, pero respondí con la mayor calma posible.
|| Agradezco profundamente sus palabras || La atmósfera cambió por un momento, volviéndose más solemne. Noté cómo los reporteros asentían, mostrando empatía. Sin embargo, la siguiente pregunta no tardó en llegar.
—Su Majestad, hay rumores de que ha roto su compromiso con la condesa Madeleine de Fydelia. ¿Puede comentarnos eso? — Liam se enderezó, su expresión se volvió más seria.
|| Sí, es verdad. La condesa Madeleine y yo ya no estamos comprometidos. Mis razones fueron personales, pero ella se comportó con dignidad y honor durante nuestra gira juntos. Le deseo mucha felicidad para el futuro || Los murmullos se intensificaron y las cámaras capturaron cada reacción. La siguiente pregunta fue directa.
—¿También es verdad que usted viajó a Nueva York para acompañar a Lady Riley en su momento de dolor? — Liam me miró con ternura antes de responder.
|| Es correcto. Cuando me enteré lo de la madre de Lady Riley, supe de inmediato que mi deber era estar a su lado. Ella es un miembro importante de la corte || De repente, sentí cómo las miradas se centraban en mí. Un reportero más audaz levantó la mano y tomó la palabra.
—Lady Riley, es un gusto tenerla de nuevo en nuestro hermoso país. ¿Cómo se siente volver? — Sonreí, tratando de transmitir la calma que no sentía del todo.
|| Muchas gracias por sus palabras. La verdad es que es bueno estar de vuelta aquí ||
Otro reportero intervino, su tono más conciliador.
—En nombre de toda la prensa, deseo pedir públicamente disculpas, Lady Riley, por la manera equivocada y errónea en cómo la tratamos. Espero pueda aceptar nuestras disculpas. — Respiré hondo antes de responder.
|| Aprecio mucho las muestras de cariño que me han demostrado. Gracias por las disculpas, significa mucho para mí el demostrar la verdad || El ambiente se relajó un poco, pero la expectación seguía latente. El siguiente reportero no perdió tiempo en formular su pregunta clave.
—Es siempre un placer. Muy bien, sin alargar más el tiempo, quiero ir directo al grano. Todos hemos visto la declaración de Lord Tariq en las noticias. Ahora que ha salido la verdad y el Rey está soltero... ¿Hay alguna posibilidad de que se convierta en la próxima reina en espera? — Pero antes de que pudiera responder, Liam levantó su mano, interrumpiendo con elegancia.
|| De hecho, la hay || dijo Liam, mirando con una sonrisa. Yo tomé su mano, sintiendo un calor reconfortante. La multitud enmudeció y las cámaras se centraron en nosotros. || Quiero anunciarles que Riley y yo estamos comprometidos || continuó Liam. El auditorio estalló en sorpresa y entusiasmo, y los flashes se intensificaron. Liam levantó su mano para calmar a la multitud, que empezó a guardar silencio. Una vez controlado el murmullo, Liam añadió || Lady Riley ha aceptado mi propuesta || con una sonrisa. || Además, será elevada al rango de duquesa, como dicta la tradición Cordoniana, ya que la futura reina debe poseer sus propias tierras ||
Se escuchaban muchos “Wow” entre los reporteros. Uno de ellos me miró fijo.
—Eso es realmente un gran honor otorgado por Su Majestad. Lady Riley, tengo que preguntarle, como relativamente nueva en la corte, ¿usted cree que está lista para asumir las responsabilidades de una duquesa? —
Respiré hondo y respondí con firmeza.
|| Claro que estoy lista. Estoy completamente preparada para asumir mis nuevas responsabilidades. Puede que sea nueva en Cordonia, pero he pasado y atravesado mucho en mi tiempo aquí. Cualesquiera que sean los obstáculos que me depare ser duquesa o reina, los enfrentaré como lo he hecho con todo lo demás ||
—Esperamos con ansias ver lo que hará en sus nuevas posiciones, Lady Riley —comentó uno de los reporteros.
|| Yo también || respondí con seguridad, sintiendo cómo el peso de las palabras se aligeraba con cada afirmación.
—Gracias a ambos por hablar con nosotros —dijeron los reporteros en un coro de voces.
|| Por supuesto, buen día a todos || respondió Liam con una sonrisa afable.Mientras los reporteros tomaban sus últimas fotografías, Liam y yo saludábamos y posábamos para la prensa con un entusiasmo genuino. Una vez finalizadas las tomas, Liam me condujo hacia el exterior del auditorio || Amor, déjame felicitarte. Te manejaste de maravilla delante de la prensa || dijo, sonriéndome y envolviéndome con un abrazo por el costado.
Le sonreí, sintiendo una mezcla de calma y ansiedad. Mientras estaba de pie ante la multitud, los nervios me consumían, pero pronto me di cuenta de que no había sido tan difícil como temía.
|| Gracias. Aunque, en este punto, creo que podría hacer una conferencia de prensa mientras duermo || dije con una risa ligera. Liam se unió a mi risa, compartiendo el alivio y la satisfacción del momento.
|| Muy bien, honestamente me encantaría ver eso || comentó Liam, mientras notaba una actividad frenética a nuestro alrededor. Los guardias de seguridad se mantenían atentos y organizados, mientras el personal doméstico se movía con eficiencia por el salón principal.
|| Por cierto, ¿qué está pasando? Nunca había visto el palacio tan activo || pregunté.
|| Siempre que la corte regresa de un recorrido prolongado, hay ajustes importantes. Sin importar cuánto aviso le hayamos dado al personal, siempre hay una serie de preparativos que deben hacerse. Además de organizar todo para el baile de bienvenida y mi cumpleaños, estamos preparando el palacio para recibir a todos nuestros invitados y restaurar el orden en las oficinas y áreas de recepción || explicó Liam, haciendo una pausa para elegir sus palabras con cuidado. || Hablando de ajustes, me preguntaba si te animarías a unirte a un almuerzo con mi familia ||
|| ¿Con tus padres? || pregunté, intrigada.
|| Sí. Ya les avisé que estamos comprometidos, y quieren hablar con la futura reina de Cordonia. Las cosas han estado tensas entre nosotros desde que supe lo que hizo mi padre. Quizás sea un buen momento para limar asperezas || respondió Liam.
|| Aunque no puedo negar que no me entusiasma compartir una comida con la persona que intentó arruinar mi futuro en Cordonia, entiendo tu punto || respondí.
|| Lo comprendo, y aprecio tu honestidad. Sin embargo, significaría mucho para mí si aceptaras almorzar con nosotros. A pesar de las fallas de mi padre y de Regina, ambos tienen años de experiencia en el reino que podrían compartir || explicó Liam.
Reflexioné sobre sus palabras. A pesar de las dificultades, entendí que era el momento de sanar viejas heridas. Aprendí en Nueva York que los resentimientos solo nos hacen daño. Aunque enfrentar a Constantino no será fácil, estoy decidida a seguir adelante.
|| Amor, si es tan importante para ti, ¿cómo podría decir que no? Además, es el momento de comenzar a sanar || respondí con calma mientras Liam se acercaba y me tocaba tiernamente la mejilla.
|| Gracias, amor. Siempre admiro tu disposición al perdón. No me sorprende que lo hayas comprendido || dijo.
Liam me guio a través de los numerosos pasillos del palacio hasta detenernos frente a un par de puertas dobles. Un sirviente las abrió, revelando a Constantino y Regina sentados dentro.
|| Liam, Riley, gracias por acompañarnos || dijo Regina, levantándose al vernos. Constantino se ajustó el cuello antes de dirigirme una mirada.
|| Bienvenidos. Creo que tenemos asuntos que discutir, pero antes de eso, deseamos expresar nuestras más sinceras condolencias por la pérdida de tu madre || dijo Constantino.
|| Sus Majestades, agradezco mucho sus palabras y la invitación || dije, respirando profundamente para reunir ánimos. || Creo que, al formar parte de la familia real, es importante que estemos en buenos términos. ||
Hasta este momento, Liam se había mantenido en silencio, mientras Regina aclaraba su garganta.
|| Estoy de acuerdo, Lady Riley. Es lo mejor para todos. Sabemos cuánto significas para Liam y me gustaría que nos lleváramos bien || comentó Regina, mirando a su esposo. Constantino asintió y, con su voz grave, añadió:
|| Aprecio tu pragmatismo, Lady Riley. Sin duda, facilitará esta transición. Por favor, tomen asiento. ||
Liam me sacó una silla al lado de Regina. Mientras me sentaba, un torrente de emociones me invadió. Sentía una mezcla de ansiedad y esperanza; sabía que este era un paso crucial hacia la integración en la familia real. Mi corazón latía con fuerza, pero también estaba decidida a enfrentar cualquier desafío que se presentara.
@tessa-liam, @kingliam2019, @choicesficwriterscreations, @delmissesryanandcassi, @OneNoeOne, @scentedeclipseghosteggs, @s0m3thingkmp
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Holii! ¿Como te encuentras? He visto que tus pedidos están abiertos y tengo uno que puede llegar a ser algo inusual...
Verás en mi escenario Tokugawa tiene una nieta (en mi mente es un mc femenino pero como siempre, puedes hacerlo gn si prefieres) que está en sus 20 o así y él empieza a preocuparse por encontrarle pareja así que lo habla con los peleadores de su arena.
Me hace gracia imaginarlo teniendo una conversación con Doppo y Natsue en plan "no creo pedir mucho, solo quiero irme al otro lado sabiendo que mi nieta está con un hombre que pueda protegerla".
O incluso algunos peleadores como Hanayama o Kureha intentando cortejar a mc y Tokugawa está observando como: 😃🫶
Puntos extra si la nieta de Tokugawa tiene esa vibra de princesa de cuento de hadas.
Bueno eso sería, por supuesto lo entiendo perfectamente si te incomoda o directamente no te apetece hacer este pedido, por favor recuerda cuidarte, beber agua y alimentarte bien, besos! 🩷
Situación: Tokugawa quiere que su nieta (S/O) tenga pareja.
Mitsunari Tokugawa.
Está terriblemente mortificado. Los años pasan y él simplemente no se hace más joven, dentro de poco deberá pasar su imperio a su sucesor —El padre de S/O—, y no puede evitar pensar en su adorada nieta… Si él no está, ¿Quién la protegerá?
Y es que para Tokugawa, su nieta es un ser divino impoluto, un ángel en toda la regla, una hermosa flor en medio de un campo en donde ninguna otra flor puede compararse, un espíritu amable y suave que tiene la capacidad de encantar hasta al alma más oscura con su sonrisa y— Creo que ya entienden más o menos.
Es su primera nieta, es natural que esté tan encantado con ella, dejen al pobre hombre ser.
Recurre a los Orochi como primera y mejor opción, por supuesto.
"¿Necesita qué?" Doppo fue el primero en hablar, Natsue a su lado todavía estaba procesando toda la situación, ya acostumbrado al pequeño hombre y su tren de pensamiento.
"Un esposo para mi nieta" El líder de la familia Tokugawa se repite a sí mismo, firme en su petición. "Necesito que sea alguien que pueda protegerla, esto último es indispensable"
"¿Quiere un pretendiente para su nieta?" Natsue se acopló al ritmo de la conversación de forma lenta, haciendo una doble toma en la dirección de su esposo para estar segura de que ha escuchado bien.
"No, no" Natsue respira tranquila por unos segundos ante la negativa de Tokugawa, "Necesito un esposo para ella"
Natsue, pobrecita, está haciendo lo posible para explicarle a Tokugawa que no puede simplemente colgar un formulario en la calle para que los interesados envíen su curriculum, como si estuvieran aplicando a un simple trabajo. A Doppo le parece una situación graciosa, así que lanza a Katsumi al fuego cruzado.
"Oh, Katsumi definitivamente es un buen prospecto, ¡Y están en un rango de edad similar! Sabía que podría contar contigo Doppo"
También estaba considerando extendiendo su propuesta a su campeón, Baki, sin embargo, este ya tiene una pareja y es demasiado joven para el matrimonio, definitivamente su nieta no lo aceptaría.
No creo que Tokugawa pueda ser quisquilloso con la ocupación del pretendiente de su nieta, Yakuza o doctor, da igual. Lo importante es la fuerza, LA FUERZA, la fuerza es lo único importante.
La familia Tokugawa es increíblemente rica, no les falta nada; el anciano organizo un torneo de peleas clandestino, creó un clon y descongelo a un ser prehistórico, solo con eso debes estar seguro de que el dinero no va a impresionar a la nieta de este hombre. Probablemente, está algo mimada de todas formas.
Kureha es un hombre con economía estable, no es exorbitante, pero sí lo suficientemente respetable, y es un luchador que se mantiene en forma, tiene los pies en la tierra y es alguien confiable. Hay FUERZA notable, sin embargo, Tokugawa se preocupa por la felicidad de su nieta y la felicidad requiere tiempo, Kureha no parece ser alguien a que pueda contar con mucho tiempo libre.
Hanayama es un hombre con una vida especial, un yakuza es un yakuza; hay dinero, poder e influencia, hay FUERZA y en el caso de Kaoru Hanayama es mucha FUERZA. Tokugawa está más que satisfecho con esto, el problema viene con la otra cara de la moneda, entregar a su hermosa nieta a un yakuza también significa arriesgar su vida y eso resta muchos puntos en la tabla de prospectos de Tokugawa.
Yujiro está fuera de la lista. No hay contexto, simplemente no.
#mitsunari tokugawa#tokugawa mitsunari#baki the grappler#baki son of ogre#baki dou#baki headcanons#doppo orochi#doppo orochi baki#natsue orochi#natsue orochi baki#katsumi orochi baki#katsumi orochi#baki hanma#hanayama kaoru#kureha shinogi#yujiro hanma
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La Comisión Técnica del Agua reclama diálogo previo para abordar las reglas de explotación del trasvase Tajo-Segura
La Comisión Técnica de la Comisión Provincial del Agua se ha reunido este mediodía en la Diputación de Alicante para abordar la propuesta de revisión de las reglas de explotación del trasvase Tajo-Segura y poner sobre la mesa diversos planteamientos para su consideración. El presidente de la Diputación de Alicante, Toni Pérez, acompañado por la vicepresidenta primera y diputada de Ciclo…
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A veces creo que me olvido un poquito de mí.
Y si, a veces creo que me olvido un poquito de mí, no sé si es el tiempo, si es la edad, si es la maldita incoherencia del clima de mi muerte, o las horas contadas desde el reloj que me intimida.
Y es que a veces me olvido un poquito de mí, olvido mirarme al espejo tanto como olvido peinarme, tanto como olvido tomar un vaso de agua antes de salir, o al llegar a casa; tanto como olvido qué espacios seguros son un hogar y cuántos otros un desatino... olvidar qué puertas seguras poder atravesar en momentos de crisis, así como cerrar las ventanas después del incendio.
Y es inevitablemente nostálgico olvidarme un poquito de mí, como en tiempos pasados, tardar horas mirándome al espejo, hurgando alrededor de mis ojos, descubriendo pestañas, colores, matices... resulta ser que en las pupilas no hay manos que te agarren, ¿lo sabes?, o manos que te sacudan, y te permitan ver qué exactamente, es lo que olvidaste de vos.
No sé, yo creo que no me olvidaría, en el simple ejemplo de vivir, del dolor de los nudos en la garganta, de atarme los cordones de los zapatos, de caminar derecho, de mirar a los costados antes de cruzar la calle, el cómo saltar entre los techos para no perder un último atardecer; no me olvidaría de las reglas, porque es la única forma en la que éstas pueden romperse, y no me olvidaría de los mandatos, porque son tan pesados, que si pierdo la memoria algún día, seguro recordaría cómo sentirme ante los ojos ajenos, pero no cómo ser, ante los míos. Y huyendo de esa mirada, mi mirada, (que no es otra que una proyección construida) me olvido un poquito de ti, un poquito de mí, y un poquito de todos.
Porque creo que a veces, esto de estar tan pendiente del mundo es contraproducente, recordar las raíces pero olvidar que mañana, quizás, podría necesitar un abrazo... y es que me olvido hasta de qué brazos son los que aprietan más fuerte, y cuáles sueltan en un segundo para continuar la caída, olvido recordar qué cuerpos prefieren tirarse al piso conmigo, o que hay manos que prefieren amar en silencio con caricias de presencia, con ojos quietos y oídos alerta...a veces olvido que la soledad también se recuerda como un niño encaprichado, que está tan ahí, tan acá, a pesar de que lo hayas olvidado, absolutamente todo.
-danielac1world ~Un poquito de miel~
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Lejos del Sol (Quema de Amor) - Esteban Kukuriczka
+18! Dom!Esteban. Biting, (alusión a) belly bulge, choking, (posible) dacrifilia, (breve) degradation, dirty talk, (mención de) marking, sexo sin protección, somnofilia, spitting, edades no especificadas. Uso de español rioplatense.
Buenos Aires, 17:53
Los últimos rayos de sol iluminando la cocina te permiten ver las infinitas e inevitables partículas de polvo danzando en el aire. El pensamiento te hace arrugar la nariz y, cuando tu expresión llama su atención, tu novio sigue la dirección de tu mirada para encontrar el motivo de tu disgusto.
Él no se fija en el polvo, sólo en la luz, extendiendo su brazo para que lo ilumine como un reflector y moviendo sus dedos.
La acción te saca de tus pensamientos y lo imitás con una pequeña risa que interrumpe el silencio reinante en la cocina. Te sonríe, su mano todavía suspendida en el aire busca la tuya con un gesto que sólo podés catalogar como dramático, y su índice señalándote -probablemente con intenciones de evocar una famosa pintura- te hace reír nuevamente.
-El café- dice antes de que el sonido de la cafetera los sorprenda a ambos-. ¿Servís vos...? Ya vengo.
Es un sábado extremadamente aburrido, tranquilo, pacífico, y la mayor parte del día estuvieron acurrucados entre las sábanas, con tu cabeza descansando sobre su pecho y su respiración acompañándote hasta que el sueño te ganó en más de una ocasión. Cuando por fin abandonaron la cama, cerca de la hora del almuerzo, lo hicieron con movimientos lentos y perezosos.
Moviéndose en silencio, siempre cerca del otro, prepararon el almuerzo y ocuparon sus respectivas sillas en la mesa. El ruido de la televisión en la sala de estar los acompañaba, lejano e incomprensible entre las palabras que intercambiaban, logrando distraerte en algún momento y permitiendo que tu novio arrojara todavía más queso sobre su comida.
Ocultó su sonrisa pícara sin mucho éxito y cuando lo regañaste, argumentando que consumir queso en cantidades industriales no podía ser sano, intentó comprarte con una mueca que debió considerar que sería extremadamente tierna; en realidad -tenías que admitir- lo era, pero su cabello despeinado cayendo en todas direcciones resultaba gracioso y no le fue de ayuda.
-Peinate- suplicaste cuando dijo que tomaría una rápida ducha. Dejó salir un sonido de molestia, una mezcla entre un quejido y un gruñido, pero el esbozo de una sonrisa tiró de sus facciones y antes de marcharse acarició tu brazo por un breve instante.
Cuando abandonó el baño te encontró en la habitación y se arrojó sobre la cama, ataviado únicamente con un bóxer y una camiseta holgada que caía dejando ver uno de sus hombros. Observó en silencio tu indecisión a la hora de escoger ropa, sin comprender por qué dudabas tanto entre dos prendas igual de cómodas.
-Podrías haberme hecho compañía, ¿no?- dijo contra el colchón-. Ahorrábamos agua.
-Sí, seguro- negaste, más que consciente de la manera poco ecológica en que terminaban todas las duchas que tomaron juntos.
Regresaste media hora más tarde y él se encontraba profundamente dormido sobre tu lado de la cama, abrazando tu almohada con fuerza. Su cabello todavía estaba húmedo, algún que otro mechón iluminándose bajo esa franja de luz que atravesaba la habitación desde la ventana. Abrazaste su cintura y descansaste tu mejilla sobre su espalda.
Fue un alivio (y en parte una pena) no caer nuevamente en su trampa, pensás ahora y te ponés de pie lentamente. Todavía pueden compartir despiertos los últimos vestigios de la tarde.
Mientras esperás su retorno te encargás del café y te preguntás que estará haciendo. No recordás en qué dirección se desvaneció una vez que cruzó el umbral y no escuchás ruidos que te permitan saber en qué lugar de la casa se encuentra, pero por la expresión en su rostro estás segura de que recordó algo impostergable.
Esteban es así. Siempre.
Tiene la costumbre de interrumpirse a media oración para explicar algún pequeño detalle, relacionado directa o indirectamente con lo que sea que esté diciendo; si recuerda algo o un pensamiento lo invade tiene que expresarlo en voz alta, esperando el momento oportuno para compartirlo, por no mencionar los momentos en que huyó de una habitación corriendo para buscar algún objeto o pertenencia random.
Cuando estás relatando una anécdota suele perderse en el movimiento de tus labios, sostenerte la mirada como si intentara leer tu mente e invadir tu espacio personal como si tuviera la única intención de fusionar sus átomos con los tuyos. El destello en sus ojos todavía provoca que tropieces con las palabras y él jamás parece saber que es el responsable, pero completa tus frases para ayudarte a retomar el hilo.
Observás en trance las tazas y los hilos de vapor dibujando espirales, esfumándose en el aire, recordando todos esos pequeños detalles mientras la luz del sol continúa derramándose por toda la habitación, iluminando la cerámica blanca y las plantas.. Y entonces llega a tus oídos el sonido de sus pasos acompañados por una melodía que reconocés con facilidad.
Volteás en el momento exacto en que entra en la pequeña cocina y su sonrisa es inmensa, brillante y cautivadora. Comienza a caminar hacia vos con pasos rítmicos y tu expresión de resignación, como si estuviera por torturarte, lo hace soltar una carcajada.
Esteban gira sobre sus talones con una energía impropia del día y de la hora antes de extender una mano en tu dirección. Tu resistencia comienza a desmoronarse y te sentís presa de la fluidez con que su cuerpo en constante movimiento, elegante pero aún así desenfadado y perfectamente sincronizado con la canción, provoca que su ropa se arrugue y su cabello dorado baile.
-Dale- insiste y cruzás tus brazos sobre tu pecho-, no seas mala.
-Estoy cansada- decís para escapar de su invitación-. Y se va a enfriar el café…
Resistirte es cada vez más difícil porque tu cuerpo comienza a seguir la música en contra de tu voluntad y ocultarlo es imposible. Tus manos están ahora entrelazadas, todavía fingiendo estar en una profunda negación, pero el sutil vaivén de tu figura es delator y una sonrisa comienza a crepitar en tus labios.
Esteban extiende su otra mano y, cuando por fin aceptás con una risa, tira hasta que te rendís contra su pecho. Colocás tus manos en sus hombros y toma tu cintura para guiarte, tus torpes movimientos volviéndose más naturales luego de unos segundos y sincronizándose con los suyos, que parecen insistir con guiarte hacia la sala de estar.
Tus movimientos se tornan más seguros y la armonía de sus risas se entremezcla con la canción. Esteban te hace girar, siempre sosteniendo tu mano, y cuando su mirada vuelve a encontrar la tuya estás segura de que no existe en el mundo un mejor lugar que este, repleto de amor y complicidad, intimidad y alegría.
El mundo exterior parece desvanecerse y el tiempo detenerse mientras ambos continúan bailando. Sus sombras se proyectan sobre la alfombra y los muebles, cada vez más largas y también más cercanas la una de la otra por el espacio ahora inexistente entre sus cuerpos.
Sus respiraciones se entrelazan.
-¿Sabías que Bill Withers era tartamudo?- pregunta en un susurro.
Intentás contenerte pero se te escapa una carcajada.
-¿Qué tiene que ver eso?
-Nada- contesta con una risa.
Deshace el abrazo y te deslizás por toda la sala, más segura, más relajada, más perdida en el amor que deja entrever su expresión. Esteban te sigue, prácticamente pisándote los talones, aplaudiendo mientras cuenta tus giros y observa los saltos que te hacen perder el ritmo.
Adaptándose a tus movimientos pero todavía dándote el espacio suficiente vuelve a tomarte de la mano. El impulso de sus pasos te hace girar con él y en más de una ocasión tropiezan, arrastrándose mutuamente pero recuperándose en un parpadeo y retomando el baile.
Cuando te atrapa entre sus brazos sentís su respiración, el subir y bajar de su pecho contra tu espalda, pero te distraen sus labios en tu mejilla y el roce fugaz de estos contra tu oreja. Te dejás llevar por sus pasos lentos, mientras tararea la canción en voz baja, con un susurro que es sólo perceptible para tu oído.
Girás para poder ver su rostro y él descansa su frente sobre la tuya. Repite la letra de la canción sobre tus labios una y otra vez y sin importarle que sus pasos pierdan velocidad, porque sólo puede pensar en los lugares donde su cuerpo hace contacto con el suyo.
-El café- le recordás, lamentando interrumpir el momento-. Ya debe estar frío.
-No creo.
Vos creés en su palabra.
05:47
Lo primero que sentís cuando despertás son los dedos de Esteban deslizándose por tu abdomen y finalmente encontrando hogar en la delicada piel de tu cadera. No importa cuánto tiempo lleven juntos y tampoco cuánto te toque, sus dedos todavía te hacen cosquillas.
Lo segundo que notás son sus labios sobre tu cuello y, por último pero no menos importante, su erección caliente entre tus piernas y acariciando tu centro. Un grito débil deja tus labios cuando sus dientes capturan tu oreja, sincronizados con su punta golpeando tu pequeña entrada.
-Perdón, mi amor, no quería despertarte- se disculpa con voz ronca.
Suspirás y reprimís una sonrisa.
-¿No podías esperar un ratito?
-No- besa tu mejilla-. ¿Querés volver a dormir?
Es una pregunta de doble filo.
-No.
-Ya sabía- ríe contra tu piel y temblás-. Me vas a dejar hacer lo que quiera, ¿no?
Su mano recorre tu costado, su palma dejando un rastro de fuego en cada parte de tu ser que toca, para luego deslizarse sobre tu abdomen hasta detenerse cerca de tu clítoris.
No deja de moverse para utilizar tus pliegues y muslos para satisfacer su necesidad; estás segura de que de bajar la mirada, con ayuda de la escasa luz filtrándose por la ventana, verías su punta –y más, considerando su tamaño- asomándose.
Reprimís un gemido cuando sentís la excitación brotando de tu cuerpo, su miembro ahora brillante esparciéndola por tu piel junto con sus propios fluidos, cada vez más abundantes.
Te dejás caer aún más sobre su pecho, buscando más contacto, y él parece complacido por el gesto porque te recompensa jugando con tu clítoris. Jadeás y empujás tu cadera contra su pelvis.
-Más.
-¿Ya?- pregunta con tono burlón y asentís-. No sé, no contestaste lo que te pregunté.
-¿Qué…?
-¿Me vas a dejar hacer lo que quiera?- repite. Ejerce todavía más presión con sus dedos y dejás salir un sonido similar a un quejido de dolor.
-Sí, sí.
Ignora tus protestas cuando deja de tocarte y acaricia la parte posterior de tu muslo antes de sujetarlo con fuerza, obligándote a levantar la pierna para tener mejor acceso.
Sus largos dedos terminan de empaparse cuando los dirige hacia tu entrada, rodeándola con cuidado, tanteando antes de introducirse con suavidad y delicadeza en tu interior.
Tu cuerpo lo recibe sin más.
-Mirá cómo estás.
No tenés oportunidad de chequear por tu cuenta porque lleva ambos dígitos a tus labios: permitís que los deslice sobre tu lengua y succionás con fuerza para provocarlo, bañándolos con tu saliva ante su silenciosa pero evidente orden.
Luego de unos minutos y un tercer dedo sumándose, estirando tus labios todavía más, los retira y regresan a su habitual lugar.
-Ya está, ya está- intenta calmarte cuando te quejás.
Roza en tu interior los puntos que te hacen estremecerte y pronto tus gemidos son lo único que escucha junto con su respiración cada vez más descontrolada. Arrastra sus dientes entre tu cuello y tu hombro, sobre ese lugar con el que tiene una obvia fijación, mientras continúa tocándote con intención de volverte un desastre.
No estás segura de poder resistir mucho más.
-Dale, amor- suplicás-. Estás…
Estás tardando, querías decir, mucho. Esteban no te permite completar la frase porque comienza a mover sus dedos con, curvándolos hacia arriba y torturándote con la precisión de sus caricias, prácticamente obligándote a olvidar tus pensamientos sobre su tardanza.
En tu desesperación te empujás más contra su cuerpo, caliente y también desesperado por vos, sólo para poder sentir su erección palpitante contra tu piel.
Ataca tu cuello con besos húmedos, suspirando y murmurando palabras que tu cerebro cada vez menos coherente ya no comprende, y cuando buscás su miembro él aparta tu mano para centrarse en tu cuerpo sin distracciones.
Te aferrás a las sábanas, presa de sus dientes marcando tu hombro y de sus dedos abusando de tu interior, hasta que unos minutos más tarde cubre tu boca con su otra mano para silenciarte mientras un violento orgasmo sacude tu cuerpo.
La intensidad de la sensación te hace llorar, cortándote la respiración y deshaciendo los últimos pensamientos que habitaban tu mente.
-Quieta- ordena cuando intentás alejarte.
No tenés la fuerza necesaria para tolerar el placer una vez que se vuelve insoportable, amenazando con regalarte otro orgasmo, y tampoco tenés la fuerza para batallar con él mientras termina de prepararte para recibirlo en tu cuerpo.
Simplemente te dejás hacer y sollozás contra su palma.
En un rápido movimiento reemplaza sus dedos por la punta de su miembro. Tu cuerpo todavía sensible y su tamaño son una combinación que no falla en hacerte delirar, seguro, pero también te hacen morder tu lengua para soportar el ardor de la penetración mientras él intenta consolarte.
Tu mano tira de su cabello en cuanto continúa deslizándose en tu interior, haciéndolo gemir y provocando que sus movimientos hasta ahora delicados pierdan el ritmo. Introduce los últimos centímetros de manera brusca y protestás, tu voz todavía ahogada por su mano, mientras él entierra su nariz en tu cabello para embriagarse con tu perfume.
Estás más que segura de que también intentaba disimular un gemido y, cuando por fin descubre tu boca –arrastrando sus dedos entre tus labios, humedeciéndolos y luego manchando tu mejilla con tu saliva-, intentás burlarte como suele hacer con vos.
-¿Qué pasa?- intentás disimular el temblor de tu voz-. ¿Estás desesperado?
Sus uñas enterrándose en tu cadera son la única advertencia que recibís antes de que te sorprenda con la fuerza de sus embestidas. El impacto entre ambos cuerpos resuena entre las cuatro paredes, opacando el resto de sonidos cotidianos que llegaban a tus oídos.
La mezcla entre tu humedad y su excitación es evidente cada vez que vuelve a enterrarse en vos y tus gemidos descontrolados te resultan en extremo humillantes considerando la pregunta que hiciste. Intentás recobrar la compostura, fingir que sus acciones no te afectan tanto para no darle la satisfacción, pero podés sentir su sonrisa cuando pregunta:
-¿Qué decías?
El tono de su voz te hace temblar e inconscientemente empujás tu cadera contra su pelvis en busca de más.
Su respuesta es rodear tu cuello con su brazo, inmovilizándote y dejándote sentir la tensión en sus músculos, mientras reafirma su agarre en tu cadera para seguir con su brutal ataque. Sabe cuánta fuerza necesita emplear para privarte de oxígeno y lo demuestra presionando de manera experta sobre los lugares justos.
Con cada golpe su punta toca tu cérvix, la sensación en combinación con la presión sobre tu cuello permitiéndote saborear un orgasmo cada vez más cercano, y su respiración bañando tu piel cada vez que jadea sólo empeora la situación.
En caso de mover su mano unos centímetros, Esteban podría sentir en tu abdomen bajo la profundidad de sus embestidas y torturarte utilizando sus largos dedos o su mano.
Eso es justo lo que hace luego de rozar tu piel con sus uñas.
-Mirá- toma tu mano, posicionándola y cubriéndola con la suya-. Acá estoy…
Tus músculos se contraen sobre él y tu visión se nubla. El orgasmo te hace gemir con fuerza, olvidándote por completo de la hora y de los vecinos, los dedos de tus pies se contraen por el placer y el calor que recorre tu cuerpo desde tu centro quema.
Esteban no deja de moverse, prolongando tu clímax sin importarle tu sensibilidad o tus uñas enterrándose en su brazo –todavía sobre tu cuello-, ignorando los espasmos que sacuden tu cuerpo.
Cuando por fin se detiene, unos minutos más tarde y sólo luego de ver que comenzás a desesperarte por la sobre estimulación, te concede unos pocas respiraciones para recuperarte antes de arrojarte sobre tu espalda y terminar de arrancar las prendas de tu cuerpo.
Se posiciona entre tus piernas, separándolas sin importarle tu flexibilidad, y desliza su miembro ardiente entre tus pliegues brillantes.
-¿Querés más?- su expresión es seria y cautivadora. Asentís, todavía sin palabras y perdida en él, en su rostro y en su cuerpo, pero eso no es suficiente-. Decime, ¿querés más?
-Sí, por favor.
-¿Qué querés?- empuja contra tu entrada y cuando no obtiene respuesta golpea con su mano sobre tu clítoris. Entre dientes, repite:- ¿Qué querés? Contestá, dale.
-A vos, Kuku, por favor- otro golpe. El calor de tus mejillas es nulo en comparación con el calor entre tus piernas y, sin importar la vergüenza que sentís, contestás con las palabras que tanto quiere oír:- Quiero tu pija, por favor.
El tormento no cesa allí.
-Sos una putita, ¿no?- jadeás-. Mi putita.
-Sí…
-Decilo- se desliza en tu interior hasta ver desaparecer la punta de su miembro y con su pulgar comienza a dibujar círculos sobre tu clítoris. Tu gemido, más agudo de lo usual y patético, te sorprende. Su miembro palpita-. Decí que sos una putita.
Cerrás los ojos en busca de valor para hablar. Humedecés tus labios.
-Soy una putita.
-¿Y de quién sos?
-Tuya.
Un sonido grave y gutural deja su garganta cuando tus paredes, imposiblemente cálidas y más húmedas que antes, vuelven a cerrarse sobre él. Se arroja sobre tu cuerpo y el nuevo ángulo te hace ver las estrellas, cada centímetro y cada vena que recorre su miembro estimulándote y provocando que las lágrimas caigan en cascada por tus mejillas.
-Mirame.
Tus párpados son pesados y tus pestañas brillan cuando te encontrás con la profundidad de su mirada. Los centímetros que los separan son prácticamente inexistentes y antes de comenzar a contar sus pecas o nombrar los colores que decoran la paleta de sus irises -en un absurdo intento de mantenerte cuerda-, tus dedos rozan su pómulo y su mejilla.
Tu pulgar traza su labio inferior suavemente, como si su miembro no estuviera haciéndote temblar o sacudiendo tu cuerpo sobre el colchón con la fuerza de sus embestidas, pero esta es una acción que dura milisegundos. Mueve su rostro sin precio aviso, obligándote a retirar tu mano, y escupe sobre tus labios entreabiertos antes de besarte.
Mientras te dejás llevar por sus besos hambrientos podés sentir la desesperación emanando de su figura y el constante palpitar de su miembro, siempre tan adictivo y la causa de tu perdición en más de una ocasión.
Tus piernas abrazan su cadera y él suspira contra tus labios para luego recostar su frente sobre la tuya.
-Estás muy apretada- susurra como si fuera una confesión. Tomás su mejilla y se deja caer contra tu mano-. Me encantás.
-Vos también me encantás- contestás entre suspiros.
Un gemido llega a tus oídos en el momento exacto en que su ritmo se vuelve frenético. Deslizás una mano entre su cuerpo y el tuyo, consciente de tus nervios reclamando tu atención, sin reparar en que ese pequeño primer roce es suficiente para tropezarte con un orgasmo desgarrador.
Tus uñas dibujando sobre su hombro lo hacen gruñir, su voz grave y cargada de deseo presa en su garganta, pero es cuando lo tomás por el cuello para obligarlo a besarte que su orgasmo lo golpea y llena tu interior. El calor de su liberación te hace sollozar contra sus labios y él aprovecha el momento para morder tus labios, tu mejilla, tu cuello, sin contenerse.
Besa las marcas que sus dientes dejaron, su huella, fingiendo no notar algún que otro vaso sanguíneo roto decorando tu piel con tonos de rojo y violeta. Recorre la línea de tu mandíbula mientras las últimas gotas de su semen pintan tus paredes, reclamándote como suya una vez más, marcándote permanentemente.
Unos pocos centímetros de distancia le permiten contemplar tu expresión.
-¿Estás bien?- besa tus mejillas juguetonamente.
Respirás profundamente.
-Muy bien. ¿Vos?
-Perfecto- sonríe-. ¿Puedo…?
-No- lo interrumpís-. Quiero estar así un ratito.
Besa tus labios.
-El tiempo que quieras- promete.
Iría a la guerra por este hombre. Moriría por él. Espero que hayan disfrutado la lectura así como yo disfruté escribir (hace muchas lunas) esta historia para ustedes 🤭
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