#adoptaste
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seariii · 11 months ago
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ever since the caininstict post the oke where….. you used a lighteryea thay postnrememberbthat???? ever since then ive been staring atmt ltitle sister intentlynw with the same constant thought you had towards me and theres those rewlly cool bio lab lighters thay my scjool has thise like long clickable lighters youknow… do you think she’llturn into like a burn marshmallow then if i peel off the burnt layer the insides would he very melted since it doeswork that way with an actual marshmallow
Okay that's crazy, I have the thoughts about pushing my brother off the top of the stairs or randomly hitting him so that's funny.
.... Still, I don't think it's a good idea, more than a marshmallow I think what you would find after peeling her burnt skin would be more like.... I guess it would depend on the level of the burn... Maybe it would have blisters that you could pop like balloons... Maybe the skin would be carbonized and fall ok its own... Maybe you wouldn't be able to see the skin and it's just a burnt red of the muscles
Also I don't think she would engulf in fire that easily, you would need a.... Um... Combustion.... Thingy.... Like gasoline, alcohol or oil.
Ah and don't burn her hair, that was really mean of me to do to you (I'd do it again)
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deepinsideyourbeing · 1 month ago
Note
algo con profe kuku y age gap?? 🙏
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Kinktober, Día 15: Teacher/Student
Los secretos son peligrosos. Los inocentes intercambios con tu profesor, también.
Estás más que segura de que tiene que ver con las miradas provocadoras que le dirigís, la manera en que decís su nombre y cómo orbitás cerca suyo, pero también tiene que ver con tu participación en clase y la calidad de tus trabajos. Esteban tiene con vos un trato que podría ser profesional.
Es por esto último que ambos se sorprenden cuando llama tu nombre en clase y no respondés. Tu mirada está perdida en algún punto y tu bolígrafo entre tus labios, una acción que en principio adoptaste para tentar a tu profesor pero que terminó por volverse una costumbre, una especie de consuelo para tus fantasías.
-Perdón- negás luego de escucharlo repetir la pregunta, intentando concentrarte cuando se inclina sobre tu mesa, con sus manos llenas de venas descansando sobre la madera-. Estaba distraída. No sé la respuesta.
Intenta ocultar su expresión desconcertada, pero es en vano y tampoco es de ayuda el murmullo que se extiende por el salón de clases, que hace aún más palpable lo extraño de la situación. Basta una mirada de su parte, mientras se dirige a su escritorio con pasos ensordecedores, para que todos callen de una vez.
El resto de la clase se desarrolla normalmente y tenés múltiples oportunidades para redimirte; sin embargo, eso no es suficiente, vos sabés que en cuanto el reloj marque las seis vas a correr hacia Esteban para intentar explicarle y que no crea que intentabas faltarle el respeto o peor, que estabas aburrida por el tema.
Mientras recogés tus cosas, repasando en tu mente una y otra vez las palabras que vas a usar, es él quien pregunta si podés quedarte unos minutos para conversar. No hay molestia alguna en su voz, sólo una inflexión hacia el final de la frase que intenta servir como indicador de amabilidad y consuelo, pero aún así permanecés en tensión.
El sonido de la puerta cerrándose te hace temblar. Ahora están solos.
-¿Mal día?- pregunta para romper el silencio. Te observa cuando jugás con la tapa de uno de los ejemplares leídos durante la clase-. Todos nos equivocamos.
-Yo no me equivoqué- negás con pesar-, no sabía qué contestar. Eso es mucho peor.
-¿Puedo preguntar o...?
-Sí, obvio.
-Hace varias clases te noto distraída- dice en voz baja, cuidadosamente-. No tenés obligación de contestar, pero me gustaría saber si pasa algo, si puedo ayudar.
No pasa nada, querés decir, está todo perfecto... El único problema es que sí hay algo que te inquieta y el recuerdo martillea los recovecos de tu mente con persistencia, presentándose por las mañanas mientras te preparás para tus clases y todas las noches cuando silenciás tus gemidos en tu brazo o con tus almohadas.
Tragás saliva. Duele.
-Sé sobre los audios.
Tu voz es una sentencia de muerte. El sonido de su bolígrafo golpeando el escritorio podría ser el hacha del verdugo. Nada de esto se refleja en su semblante sereno.
-¿Cómo...? No entiendo.
-Sé sobre los audios- repetís con firmeza-. Tus audios.
-¿Alguien grabó mis clases o...?
Desbloqueás tu teléfono y buscás el último audio que figura en su página bajo el apartado de "Erótico". Tiene una duración de cincuenta minutos y es en colaboración con ese tal Enzo, incluye etiquetas como fingering y double penetration, pero en este momento lo único que te interesa es que la primera voz en escucharse es innegablemente suya.
Arquea una ceja. No parece dispuesto a ceder.
-¿Y cómo sabés vos sobre esto?
La pregunta te toma por sorpresa y él elige sacar provecho de tu estado de shock. Arranca tu teléfono de tus manos y cierra la aplicación, irritado por la manera en que su voz resuena por todo el salón de clases vacío, antes de dejarlo con un golpe en el escritorio. Sus pupilas están dilatadas y su mandíbula tensa.
Tomás aire. Rodea el escritorio para poder verte directamente a los ojos.
-Porque tengo una suscripción en tu página.
-¿Y hace cuánto sabés que soy yo?
Mordés tu labio, nerviosa, pensando qué tan correcto sería confesar que sólo escuchabas los audios porque el autor tenía su voz. Durante meses te ocultaste bajo las sábanas imaginando que él te dirigía esas obscenas palabras, ordenándote cómo y cuánto tocarte, susurrando poesía erótica en tu oído.
Y luego repitió en uno de sus audios las mismas palabras que utilizó durante su conclusión sobre un libro. Esas palabras que sólo compartió con vos, una vez que la clase terminó y estaban solos en el salón de clases, así que era imposible que un personaje anónimo en el Internet se expresara justo como él lo hizo.
-Unas semanas- frunce el ceño-. No te juzgo, yo...
Te interrumpen sus manos en tu cuerpo.
-¿Y qué hacés mientras escuchás mis audios?- pregunta antes de deshacer la distancia entre su cuerpo y el tuyo. Sentís su erección presionando contra tu abdomen y un pequeño gemido tembloroso deja tus labios-. Contestá, dale.
La sensación de sus dedos recorriéndote, posándose con posesividad sobre tu cadera y más allá, te roba la capacidad del hablar. Una de sus manos termina en tu cabello, la otra bajo tu falda pero sin tocarte justo donde lo necesitás, mientras él te sostiene la mirada. Quiere una respuesta.
-Me...- humedecés tus labios con tu lengua. Él sigue el gesto con un hambre voraz en sus ojos-. Me toco.
-¿Dónde te tocás?
Cerrás los ojos. Tus mejillas queman.
-Ahí.
-¿Ahí dónde, princesa?
El apodo te hace temblar y tomás la mano que mantiene entre tus muslos desnudos para guiarla hacia tu centro. Tu ropa interior ya estaba húmeda durante la clase, que es lo que sucede desde que inició el semestre, pero ahora está por completo empapada. Cuando ejerce presión gemís.
-¿Acá?- pregunta mientras mueve la prenda. Desliza sus largos dedos por tus pliegues y cuando separa sus labios estás tentada a besarlo, pero en su lugar te recostás sobre su hombro, superada por el repentino placer que te embarga cuando comienza a jugar con tu clítoris-. Estás muy mojada.
Introduce su dedo medio muy lentamente y sin dejar que la excitación nuble -todavía más- su juicio. Su atención está dividida entre tus manos en su pecho y el silencioso corredor del otro lado de la puerta: percibe la contracción de tus dedos, entre los cuales arrugás su camisa, un claro indicio de que lo estás disfrutando.
Introduce un segundo dedo y gemís.
-Calladita- ordena, obligándote a mirarlo-. ¿Querés que nos vean, eso querés? ¿Querés que todos se enteren de que sos una putita que se deja coger por su profesor?
Tus paredes parecen succionar sus dedos y Esteban sonríe. Besa tu cabello y empuja sus dedos todavía más en tu interior, curvándolos en busca de tu punto dulce; parece jugarle en contra, porque cuando lo halla tus piernas pierden toda la fuerza y estás por caer, pero rodea tu cintura con su otro brazo para mantenerte de pie. Repite:
-¿Querés que todos vean?
-No- te llevás una mano a la boca para silenciar tus gemidos-. Es que...
-¿Qué pasa?- tira de tu cabello para ver tu rostro y tus ojos llenos de lágrimas hacen palpitar su miembro. Te regala unos segundos de calma y estudia tus reacciones, preocupado, pero cuando llorás por la falta de estimulación comprende-. Estás necesitando una buena cogida, ¿no?
Te obliga a sentarte en su escritorio y no se molesta en deshacerse de tu falda o tu ropa interior. Descubre tu centro, húmedo y desesperado por más de su atención, antes de ocuparse de su propia ropa para poder liberar su miembro. Él suspira de alivio, vos gemís por la sorpresa.
Encuentra su lugar entre tus piernas y desliza su glande entre tus pliegues.
-Qué linda conchita tenés- dice con voz ronca mientras juega con su erección, provocándote. La punta brilla con líquido preseminal y una vena recorre toda su extensión-. ¿Qué decís? ¿Querés que te llene toda?
-Sí- gemís-. Por favor.
Escupe en su palma y mientras te perdés en tu mente, pensndo cuánto desearías sentir que escupe en tu boca, te sorprende el dolor de la penetración. Es un dolor placentero y ver cómo tu cuerpo no tiene más opción que recibirlo es excitante, aunque más excitante es su expresión de placer y sus uñas marcando tu piel.
-Duele- decís con un hilo de voz cuando lleva poco más de la mitad-. Es muy grande...
Una sonrisa egocéntrica decora su rostro, pero no dura mucho y se inclina para poder besarte. La suavidad de sus labios sobre los tuyos y su pulgar acariciando tu pómulo contrastan con la súbita y profunda estocada de sus caderas cuando termina de enterrarse en vos. Silencia tu grito invadiendo tu boca con su lengua.
-Ya está, mi amor, ya está- besa la comisura de tus labios, tu mejilla, tus ojos y tu frente-. Estás muy apretada. Me encanta.
El ritmo y la profundidad de sus embestidas aumentan con el correr de los minutos. Intentás reprimir tus gemidos y tus gritos, pero es imposible, sobre todo cuando el sonido de obsceno sonido de tu humedad invade tus oídos y termina de nublar tus pensamientos. Esteban no está lejos de seguir el mismo camino.
-Pensabas en esto, ¿no?- comienza a dibujar círculos en tu clítoris y tus piernas se cierran sobre su cadera-. ¿Pensabas en esto mientras te tocabas?
-Sí, sí.
Te obliga a recostarte sobre el escritorio, sin importar que sus pertenencias y los libros puedan terminar en el suelo, logrando con la posición que la penetración sea todavía más profunda. Continúa jugando con tu clítoris mientras presiona sus dedos en tu estómago bajo; puede sentir allí la manera en que tu cuerpo hace lugar para él con cada estocada y disfruta ver cómo se desliza en tu entrada brillante.
Entre gemidos que intentás reprimir, suspiros y tu respiración agitada, sólo comprende su nombre y la palabra profundo. Está seguro de poder ver en tus ojos el momento exacto en que el último pensamiento coherente te abandona, pero de no ser eso suficiente también puede oír en tu voz la desesperación cuando repetís que no podes.
-Sí, podés- acentúa sus palabras con una, dos, tres estocadas que te hacen delirar. Entrelaza sus dedos con los tuyos y resiste el impulso de limpiar tus lágrimas y el hilo de saliva que mancha tu mentón-. Mirá cómo estás...
No deja de tocarte para empujarte cada vez más hacia el borde y continúa abusando de tu interior aunque repetís que es mucho, está muy profundo, no podés. Cuando tus piernas intentan cerrarse suelta tu mano para poder sujetarte por el muslo y empuja tu pierna sobre tu abdomen, ignorando tus sollozos por la sensibilidad ocasionada por el sutil cambio de posición.
Esteban no intenta detenerte cuando ve que te llevás las manos a la boca. Temblás sobre el escritorio, tus párpados cerrados con fuerza y tus pestañas brillando por las lágrimas, mientras tu espalda se arquea y tus paredes se contraen con tu orgasmo hasta casi imposibilitar sus movimientos.
Tu cuerpo todavía está sacudiéndose por los espasmos del clímax cuando pregunta:
-¿Dónde querés...?
-Adentro- suplicás-. Por favor.
Cuando el calor de su liberación te llena volvés a gemir. Sentís cada pulsación de su miembro en tu interior, los hilos de semen salpicándote para marcarte como suya, sus manos recorriendo tu cuerpo con desesperación y sus besos en tu pecho. Esteban jadea sin control sobre vos.
Busca tus labios una vez que logra regular su respiración y correspondés el beso con entusiasmo, suspirando en su boca mientras jugás con su cabello, tus piernas abrazando su cintura para impedir que deje tu interior.
-No sabés hace cuánto tenía ganas de esto- dice contra tus labios-. No te imaginás las ganas que tenía de cogerte.
-Y vos no te imaginás las ganas que tenía yo.
Suelta una risa. En su mirada hay un brillo que no podés descifrar.
-¿Qué te parece si hacemos una colaboración?
-¿Cómo...?
Se estira para tomar tu teléfono y señala el micrófono en la pantalla. Sentís la contracción de tus músculos.
-Estabas grabando.
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chiquititamia · 5 months ago
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Calmar tu sed - parte 4
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Buenaaaas chicas, por fin les puedo traer la cuarta parte de Calmar tu sed, y no hubiera sido posible sin que mi querida @deepinsideyourbeing me hubiera sacado con cariño de mi bloqueo creativo (Gracias preciosa!)
Esta vez vamos a intentar disciplinar un poquito a conejito Blas 🐇
💕Sub!Blas Polidori x f!reader
❤️‍🔥+18 sexo explícito, blas es insaciable y desobediente, masturbación, mommy kink, age gap, soft dom, edging...
En principio habías quedado con dos amigas a la que salieras del trabajo, hac��a ya semanas que no os veíais ya que todas andabais muy ocupadas, así que ese viernes era el día perfecto para poder reuniros de una vez.
No le prestaste mucha atención al móvil esa tarde; querías resolver todos los asuntos con los que tu jefe tan amablemente te había sepultado, por lo que no debías distraerte con nada.
Fue un día muy cansado en la oficina, suspiraste y soltaste tu coleta para volver a hacértela esta vez más floja y fuiste caminando hasta la parada del metro.
Cuando sacaste el celular de tu bolso para ponerte música en el camino, decidiste revisar el grupo de whatsapp que tenían para ver cómo iban las demás y si había algún cambio en los planes. 20 mensajes sin leer, decía la pantalla. Malo.
Los últimos mensajes recibidos que leíste por encima decían:
“La próxima vez será”
“Lo siento chicas”
Muy malo.
Por lo que se ve, una de tus amigas se había quedado sin canguro para su bebé en el último momento y la otra tenía que quedarse en su trabajo hasta tarde por un cambio de turno que no había recordado hasta hoy. Joder. Y para esto te habías organizado la tarde. Bueno, ya qué, te dijiste. Tomaste el camino que llevaba a tu casa en lugar del que llevaba al centro.
Cuando entraste al piso, Blas tenía la música puesta y no te escuchó llegar.
Al caminar por el pasillo, pensaste brevemente en hacer una broma en la que le avisabas de haber llegado para no descubrirle en ninguna situación comprometida. Pero antes de que pudieras hacerlo la situación comprometida saltó a tus ojos.
Blas se encontraba tendido en vuestra cama, vestido únicamente con unos pantalones cortos de deporte. En una mano, su teléfono, delante de su cara, más que probablemente mirando fotos tuyas provocativas que de vez en cuando te divertía enviarle. La otra mano no sólo sostenía y masajeaba su miembro duro, si no que, enredadas entre sus dedos, distinguiste unas braguitas tuyas que llevabas unos días buscando. Blas gemía y cerraba los ojos.
Ya estabas frente a él, pero como con la música aún no se había dado cuenta de tu presencia decidiste aclararte la garganta para llamar su atención. A juzgar por el ritmo de su mano estaba muy cerca del final; notaste como tu propio sexo comenzaba a humedecerse y tu pulso se aceleraba. Te excitaba tanto lo insaciable que era tu novio…
-Amor! – se sobresaltó al verte, sin embargo, su cuerpo ya había entrado en un punto del que no podía retornar, aunque su mente se lo ordenase. El ceño del chico se frunció, sus ojos se entrecerraron. Con un pequeño gemido, Blas miró hacia abajo, como para intentar controlar lo que ahí estaba sucediendo, pero era inútil. Eyaculó sobre su pecho y su abdomen mientras suspiraba e intentaba pararlo, apenas moviendo su mano – Mi amor…yo…lo siento, no pensaba que llegases tan pronto… - intentando recuperar su respiración normal, Blas se disculpaba mirándote con esa carita con la que realmente no te podías enfadar.
-Me cancelaron en el último momento – soltaste tu bolso y adoptaste una posición de femme fatale que sabías que a él le volvía loco – Yo te había dicho que nada de masturbarte, ¿o sólo lo imaginé? – mientras bajabas de tus tacones, Blas hacía lo posible por limpiarse con una de las pequeñas toallas que guardabais en la mesilla de noche.
-Ya sé, amor, pero yo sabía que llegabas tarde y qué se yo…
-Ah, así que querías engañarme porque pensabas que no te iba a pillar…ya veo.
-No, no, ¡no! – exclamó – Es solo que sabía que llegabas de noche y no podía esperar… -dijo formando un puchero que estaba seguro de que le libraría de posibles represalias.
Mientras te desvestías y te ponías la ropa cómoda que llevabas en casa ante su atenta mirada, sopesaste qué castigo sería el adecuado para el comportamiento rebelde de tu joven novio.
-Y con mis bragas, además… - añadiste. Tch, tch, tch…- negaste con la cabeza con la decepción impostada de una profesora que ha pillado a su alumno favorito copiando.
-Y sí… eso no estuvo bien – rio de forma inocente, aunque su sonrisa se desvaneció cuando vio el gesto grave que estabas esforzándote en poner.
-Yo te voy a tener que buscar un castigo, conejito…
Blas caminó hacia ti y rodeó tus hombros con sus largos brazos, apoyando su barbilla en tu hombro, buscando aplacarte con cariños.
-Te preparo hoy tu cena favorita, gatita… no te enojés…
-Eso no es suficiente, pero … puedes empezar por ahí.
Más tarde, después de una ducha reconstituyente, habías decidido encender unas velas con aroma a canela y vainilla y escuchar tu pódcast favorito en el sofá. Fuera llovía, y el olor que comenzaba a salir de la cocina te embriagaba. Blas te estaba preparando lasaña de verduras.
De vez en cuando, le veías a través del marco de la puerta de la cocina, tan guapo con su delantal manchado de tomate. Estaba escuchando Tu geografía del grupo Indios, y le escuchabas cantar si pausabas tu programa.
Blas se esforzó no solo por cocinar a la perfección tu plato predilecto, sino que además decoró la mesa con un bonito mantel con motivos vegetales, un jarrón de flores secas y pequeñas velitas con forma de corazón.
-Sé muy bien lo que estás haciendo, nene.
-¿Mmm? – se hizo el loco mientras cortaba el pan en rodajas encima de una tablita de madera. Ni siquiera quería manchar con migas la mesa. Insólito.
-Dejá de hacerme buena letra– sonreíste satisfecha de haber infundido ese terror en él.
-Nah, amor, ¿es que no puedo ser detallista? – se defiende indignado.
Tú ríes por lo bajo y observas como te sirve una porción de la humeante lasaña en tu plato con todo el cuidado del mundo.
Esta vez Blas se había superado, definitivamente había perfeccionado su receta y había logrado algo excepcional.
Saboreaste un bocado y, después de tragar besaste las yemas de tus dedos para enfatizar tu felicitación.
-Increíble, nene, la rompiste.
-Gracias, nena, esta vez le puse un- ahhh… - su frase se vio interrumpida por un amago de gemido que murió en su garganta. Tu pie descalzo, había empezado a masajear su entrepierna por debajo de la mesa. No mucha tela os separaba, ya que, normalmente, Blas sólo llevaba un pantalón deportivo sin ropa interior cuando estaban en casa.
-Le pusiste qué? -preguntaste con una mezcla de diversión y malicia en tu rostro mientras insistías en acariciar su creciente bulto con los dedos de tu pie.
-Uhh…u-un poco de albahaca fresca… - Blas cerraba los ojos y se aferraba al mantel – nena… qué hacés?
-Yo? Cenar… - alcanzaste su erección con tu otra extremidad, recorriéndola con cuidado y manteniéndote al borde de tu silla.
-Nena, pero me vas …a volver loco – echó la cabeza hacia atrás.
Cuando tu novio se empezó a entregar relajadamente al placer que le estabas proporcionando viste tu oportunidad de parar en seco, apoyando de nuevo los pies en el suelo. Esto solo era el principio del juego. Como era de esperar, él abrió los ojos como platos y su expresión pasó del horror a la realización y después a la súplica.
-Nahhh me estás jodiendo, boluda.
Le miraste como una leona, en tus ojos, advertencia.
-No te escuché bien, ¿qué dijiste?
Él cerró los ojos un momento y tomó aire con el objetivo de volverse más diplomático.
-Mi amor, …- calibró sus palabras - cariño… ¿me vas a dejar así?
Tú te levantaste de la mesa con agilidad, apoyando las puntas de tus dedos en el piso como si fueras una bailarina, recogiste tu plato vacío y te dirigiste a la cocina para llevarlo a la pila.
-Me acordé de que hay helado, ¿querés? -sonreíste sin que te viese.
-La puta madre…-murmuraba él por lo bajo mirando el desastre que le habías provocado y que tanto le costaría bajar sin un alivio real.
-Blas? – llamaste nuevamente desde la otra habitación
-Sí, dale! – contestó con resignación.
Para cuando os sentasteis en el sofá del salón, el cuerpo del muchacho ya se había tranquilizado un poco, gracias a Dios. Como siempre, tardasteis más en seleccionar lo que ibais a ver que en el propio visionado.
El ya familiar sonido de la intro de Netflix resonaba cuando, muy para su desgracia, Blas dirigió su mirada hacia ti. En concreto hacia tu boca, que lamía el dichoso helado como si de verdad tu principal objetivo en la vida fuese hacer que perdiese la cabeza.
Tu lengua se paseaba desde la base de este hasta la punta a un ritmo demasiado lento y cuidado como para que no lo estuvieses haciendo a propósito. Las gotas de vainilla se deslizaban por tu boca hacia tu garganta tal como él desearía que sucediese con su corrida, lo cuál le hizo tragar saliva. Basta, no tenía sentido torturase imaginando tales cosas. Ya habría oportunidad de ponerte carita de corderito degollado cuando os metieseis en la cama más tarde, seguro que ahí cedías, pensó.
Intentó concentrar su atención en saborear su propio helado – el suyo de chocolate – y prestar atención a la película que estabais viendo.
Ya habiendo terminado vuestros postres, tú te reclinaste en su hombro. El aroma de su perfume emanando de su cuello y su pecho te encendía sin excepción.
Para colmo, una escena de sexo lésbico empezó a desarrollarse en la pantalla, suavemente con unos besos, y luego con las protagonistas deshaciéndose de su ropa. Blas la seguía con atención.
-Sabés? Yo en la uni me lié con mi amiga Camila…
Él dirigió la mirada hacia ti brevemente.
-Sí? – trató de sonar casual.
-Sí, vaya, hace mil años, pero aún me acuerdo.
-Mirá…
-Tenía unas tetas esa piba… -comentaste, tratando de sonar desinteresada también – me encantó comérselas…
Blas ya ni siquiera le estaba prestando atención a la película ni a sus protagonistas. En su cabeza, solo tú en brazos de tu amiga, a la que por cierto conocía en persona. En realidad, todo tipo de pensamientos cruzaban su mente como si se tratase de una carretera muy transitada. Debajo de la suave manta gris que os cubría, tu cuerpo cálido encajaba a la perfección con el suyo. No supo decidir si que tu mano comenzara a acariciar su muslo sutilmente era una nueva condena o un premio.
No tardaste en llegar a su miembro, ya totalmente duro, palpitando sobre su muslo; con tu pulgar, rodeaste su glande y trazaste lentos círculos que provocaron que su líquido preseminal atravesase la tela de sus pantaloncitos de Adidas, humedeciendo tus dedos deliciosamente.
Cuando lo tomaste por completo en tu mano, Blas cerró los ojos y suspiró. Aunque no sabía si debía entregarse esta vez, decidió que el hecho de que ya le estuvieras masturbando, aunque fuera de forma perezosa, era buena señal.
No es que tú fueses una máquina ni una mujer sin corazón. Por supuesto que tú también estabas disfrutando e incluso notabas tu propia humedad al sentir a tu novio de esa manera. Pero ese pibe necesitaba un castigo o no iba a aprender. Te perdiste en tus propios pensamientos mientras masajeabas lentamente la hombría de tu novio; tanto te distrajiste que tus alarmas no sonaron cuando una de las manos de Blas, empezó a acariciar tus senos, sosteniéndolos de forma delicada, mimando tus pezones rosados por encima de la camiseta de pijama que llevabas puesta. Lo cierto es que se sentía maravillosamente. Quizás castigar a tu niño era más duro de lo que parecía.
Pareciera que Blas no quería decir nada, ni tan siquiera gemir por si acaso el sonido de su voz te sacaba de tu estado de generosidad. Como si pudiera distraerte lo suficiente para que por fin le aliviaras.
Casi sin detenerte a pensarlo, te deslizaste por su pecho y bajaste tu cabeza hasta tener la boca a la altura de sus caderas. Besaste su punta, asegurándote de que tu aliento calentase aún más su piel a través de la tela, causándole un escalofrío electrizante que le hizo apretar nuevamente los párpados.
Tu saliva bajaba por tu lengua hasta humedecer aún más la mancha que delataba su excitación. Cerraste tus labios en torno a él y ejerciste un poco de presión con ellos. Él no se atrevía a moverse, así que fuiste tú la que se encargó de bajar la prenda hasta que su pija quedó al descubierto, palpitando dolorosamente.
Dejaste que se posase en el interior de tu boca, y, con cuidado de no arañarle con los dientes comenzaste a chupar como habías hecho hacía un rato con aquel helado de vainilla.
Él acarició tu pelo con cuidado una vez más de no provocar que cambiases de opinión.
Blas no podía estar más duro, la sangre bombeaba a través de sus venas cada vez más fuerte, la piel de sus testículos se tensó sutilmente, y tú sabías lo que eso significaba. Estaba muy cerca.
Por mucho que te molestase detener tu tarea, sabías que era ahora o nunca. Así que sacaste su longitud de tu boca y le diste una lamida de despedida, desde la base hasta la punta, plantando un beso al final. Con el dorso de tu mano limpiaste la saliva de tus labios y volviste a recostar tu cabeza contra su pecho.
No hacía falta ser muy listo para saber que ibas a continuar castigándolo cada vez que tuvieses ocasión. Esta vez no ibas de farol.
Blas soltó un quejido lastimero y se llevó las manos a la cara frustrado.
-Pará, ¿por qué me hacés esto, nenita…? Yo no soy tan malo con vos.
-Nunca hacés caso – le reprendiste mirando a la pantalla para que sus ojitos oscuros no te afectasen cual hechizo.
-Pero cielo… es que a veces no puedo evitar desobedecer – intentó justificarse sin demasiado éxito.
-No es excusa – pretendiste sonar autoritaria – lo de la playa fue imperdonable, señor Polidori.
-Ya te pedí perdón por eso…- se giró hacia ti y te obligó a mirarle invadiendo tu campo de visión; necesitaba que vieras su expresión apenada para infundir un poco de compasión en ti. Tomó tu cara entre sus grandes manos y te besó – es que tenés unas tetitas tan ricas – bajó sus besos por tu mandíbula, trazando un camino por tu cuello y después tu pecho – que yo no me puedo resistir, mami…
El muy cabrón sabía muy bien cuando utilizar ese nombre y cuando no. En el momento justo.
-¿Pero si vos te portás bien mami te da todo lo que necesitás… - suspiraste a causa de sus besos y de sus palabras – es que no tenés suficiente, conejito?
La boca de Blas ya se hallaba totalmente inmersa en tu cuello, lamiéndolo con hambre, e incluso succionando con cuidado de no dejar marcas demasiado grandes. Conocía tus puntos débiles.
-Que hacías con mis bragas, eh? – no tuviste otra que gemir y soltar el aire que estabas conteniendo con tanto esfuerzo – se estaba tocando mi chico?
-Sí, mami, lo siento…-Bien, el primer paso era mostrar verdadero arrepentimiento, razonaste entre la niebla de tus nada cristianos pensamientos en ese momento – te prometo que iba a ser una muy rápida para no molestarte hasta la noche…
-No me molestás, pequeño… pero tenés que hacer caso… ser obediente… ¿es que no te gusta ser mi buen chico?
-Sí… sí! – A Blas le encantaba ser tu chico bueno.
-Pues entonces portáte bien y yo te daré premios ¿sí? – con toda la fuerza de voluntad que quedaba en tu ser – que no era mucha – te levantaste suavemente y, de camino a vuestro dormitorio apagaste la televisión, la cual preguntaba desde hacía rato si alguien seguía allí.
Te preparaste para ir a dormir, tratando muy fuerte de ignorar lo absurdamente húmeda que estaba tu ropa interior. Cepillaste tus dientes y te metiste en la cama.
Ya a oscuras, Blas entró en el dormitorio y se tendió junto a ti, de costado, tal y como estabas tú. Apoyó su erección a tus nalgas. Te abrazó por detrás, y, aunque no dijo nada, atrapó el lóbulo de tu oreja entre sus dientes y comenzó a lamer, provocando un incendio en tu interior. Definitivamente conocía todos tus puntos débiles y estaba dispuesto a atacarlos todos.
Al abrigo de la oscuridad dejaste que algunos gemidos cayeran de tu boca. ¿Tan pronto ibas a ceder?
-Mami, levantame el castigo… no lo volveré a hacer…
-No te creo nada…-suspiraste poniendo tu mano en su mejilla.
Encontró consuelo en frotarse contra tus glúteos y agarrar tus tetas; sentías que ni podías ni querías pararle. Su lengua te atacaba por todas partes, incluyendo tu cuello, tu oreja, tu mandíbula, mordía tu hombro y embestía contra ti de forma animal, desesperado por tu roce.
No ibas aguantar mucho más sin bajar tus shorts y dejar que hiciera contigo lo que él quisiera.
-Mami… nena… si no me dejas entrar voy a correrme en los pantalones como un gil, por favor… -suplicó jadeando.
La imagen de Blas viniéndose sin ni siquiera penetrarte provocó que el último hilo de autoridad que quedaba en ti se rompiese.
-Está bien, cogéme - soltaste todo el aire que te quemaba la garganta, toda tú estabas ardiendo.
Blas no necesitó que se lo dijeras dos veces, con las manos temblorosas bajó su pantalón y por poco arranca el tuyo. No pudo esperar a poder bajar tus bragas, simplemente las hizo a un lado y se introdujo en ti de un solo movimiento. Ambos estabais tan húmedos que no hizo falta mucha ayuda, aunque su tamaño te arrancó un grito, no existía más profundidad que la que estaba tocando él. En un par de segundos ya se movía dentro de ti, estirando tus músculos y gimiendo de alivio.
-Gracias, mi flor, te amo…te amo tanto…
-Mi conejito… -al decir esto, Blas empezó a penetrarte de forma más frenética, como si quisiera darte la razón en lo de que era un animalito desesperado.
De repente, muy para tu desgracia, el aguante de tu novio llegó a su fin, lo cual resultaba comprensible, pero deseabas tanto que siguiese dentro de ti…
Clavó sus dedos en tu cadera, y, con la otra mano llevó tu muslo hacia atrás para abrirte aún más y darle mejor acceso.
-Me voy a venir, ¡me voy a venir! – gritó desesperado.
-¡Veníte, amor,…. Dios!!
Blas encajó la punta de su miembro en lo más profundo de ti, y una vez allí, dejó salir toda su excitación, la notabas ardiendo, lamiendo tus paredes.  Las últimas palpitaciones enfatizaron más lo muy a presión que salía, llenándote por completo.
Se derrumbó a tu lado, pero sin salir de ti. Siguió acariciando tus pechos y besando tu cuello, murmurando palabras de amor a tu oído.
-Mi niña… cómo te adoro…
-Soy demasiado buena contigo -dejaste salir una risa.
 - Y sí… no te merezco…-continuó plantando besos adorablemente.
Su mano bajó desde tu torso hasta tu pubis. Uno de sus largos dedos comenzó a trazar círculos de búsqueda hasta encontrar tu clítoris entre tus pliegues. Presionó suavemente e inicio ese patrón de movimientos que sabía que funcionaba tan bien en ti.
Te aferraste a su brazo como si fuera un ancla a tu propia cordura. Su miembro aún duro reaccionaba a cómo tus contracciones le apretaban. Si aún no habías alcanzado el orgasmo es porque tratabas de alargar la sensación, pero pronto no pudiste más y te deshiciste sobre él, manchando aún más su cuerpo y vuestras sábanas.
-Esa es mi buena nena…así mejor ¿verdad?
No conseguías hablar, así que Blas se tomó tu silencio como un ‘sí’ y, cuando recuperaste tu respiración normal, dejó un beso rápido en tu mejilla antes de levantarse a prepararte un baño caliente.
Te sonreía apoyado su espalda en el marco de la puerta, tan alto, tan hermoso, mientras el sonido del agua llenando la bañera ya parecía reconfortarte.
-No tenés remedio vos – dijiste negando con la cabeza.
-¿Yo?
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Parte 3
Parte 2
Parte 1
tags: @madame-fear @deepinsideyourbeing @loveinsprings @lunitt
@lastflowrr @iamjustadoll @moviestarmartini @yanvgc @choccocake @bichotaaseason
(como siempre, díganme si quieren que las incluya en la taglist o las borre <3)
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juego-de-palabras · 1 year ago
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Número desconocido
Escuché que te fuiste de la casa de tus padres, que vivís con tu novio y que adoptaste un perro.
Nuestra amistad solía ser incomparable, y ahora no tengo ni la menor idea de en qué consisten tus sueños.
¿Seguirá siendo el violeta tu color favorito? ¿Continúa el frapuccino como tu bebida top 3?
He pasado tantos altibajos que no estoy segura de si me reconocerías.
¿Pensás en mí como una amistad que simplemente se truncó? ¿Que era cuestión de tiempo para que nuestros caminos empezaran a separase? ¿O acaso te rompí el corazón y nunca te atreviste a mencionarlo, como sí me sucedió?
Perdón por no levantar el teléfono y escribirte.
Es por el miedo, ¿viste?
De llamar y llamar,
y que sólo veas un
"Número Desconocido".
Juego de palabras
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xjulixred45x · 11 months ago
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Yandere Platónico Satoru Gojo x Demaryius! Lector
solicitud de @nunezs-stuff traducida. De su Oc Demaryius.
Género: Headcanons
Lector: hombre
Advertencias: COMPORTAMIENTO DE YANDERE PLATÓNICO, PEGAJOSIDAD, ABUSO DE PODER, MANIPULACIÓN, MENTALIDAD NO SALUDABLE, Satoru es celoso de los hijos del lector, CHANTAJE, Amenaza de violencia, Principalmente ubicado en el Arco de Plasma Estelar. Satoru es un mocoso. Creo que ya está hecho.
vale, algo básico que hay que aprender del platónico Yandere Gojo EN ESTA CIRCUNSTANCIA es que aunque era querido por su familia, no diría que fuera completamente genuino.
Satoru siempre se sintió con derecho a MUCHAS COSAS precisamente porque nació muy fuerte y todos (incluida su familia) seguían ese juego.
Ser amado así se sentía como algo escrito en su vida. por así decirlo.
Aquí es donde entra en juego la pregunta de Geto. ¿Su familia lo habría amado tanto si no hubiera nacido con seis ojos? ¿O dependía de eso para ser tan querido por la gente?
En general, Satoru no conoce muy bien el afecto GENUINO Y PURO.
Satoru no entiende lo que es el amor NORMAL por lo que lo desea desesperadamente ya que es algo que no puede obtener mediante métodos "convencionales" como dinero o favores, no, es algo DESINTERNO que realmente no distingue.
LO FRUSTRA.
Pero logra llegar a la adolescencia sin ese sentimiento, pasa gran parte de sus mayores pérdidas y TRAUMA solo (Riko, Touji casi lo mata, Geto lo deja) y no tiene lo que otros tendrían en esa situación, no hay ningún consuelo. abrazo o alguien que le diga que todo "va a estar bien".
No, está solo.
Pero ahí es cuando él te conoce.
Eres un hechicero que ha logrado permanecer bastante tiempo (no al nivel Tengen, pero eres bastante bueno en lo que haces).
Has desarrollado muchas habilidades poderosas, pero al mismo tiempo también has podido ver muchas cosas en el mundo que has querido mejorar o cambiar para mejor.
Gracias a esto, a lo largo de los años adoptaste a muchos niños y niñas alrededor del mundo mientras aprendías poderosas técnicas que te hicieron imparable.
Estos niños obtuvieron todo de ti: un techo, comida, capacitación, AMOR. Estaban en deuda contigo y por eso siguieron tus enseñanzas.
Incluso trajeron más niños para que los cuidaras.
Estabas satisfecho con tu vida.
pero los superiores del mundo de Jujustu se sintieron amenazados por ti y tus técnicas.
No ayudó que tus hijos fueran igual de amenazantes y, a diferencia de ti, no tuvieran problemas en usar métodos más violentos para defenderse o defender tu honor.
Por esta razón, Satoru fue el encargado de intentar encontrarte y llevarte a los superiores con el propósito de ejecutarte.
Satoru desde el principio encontró esto muy injusto para ti, porque en realidad no estabas lastimando a nadie, así que solo pensó en darte un sermón para que no usaras estas habilidades de manera tan pública, por tu propio bien.
Puede que incluso te haya encontrado a través de tus hijos al principio.
Y en cierto modo, fue entonces cuando empezó a sentirse... extraño por ti.
porque tus hijos hablaban de ti como una figura cariñosa, amigable pero autoritaria, alguien demasiado bueno para ser verdad para Satoru.
Pero pensó que tus hijos simplemente estaban exagerando lo bueno que eras.
Pero se dio cuenta de que no fue cuando te conoció.
te conoció cuando estabas lejos de tu familia, y aunque sabías lo que venía a hacer, no estabas enojado ni molesto en lo más mínimo.
Lo recibiste donde te alojabas y Satoru se sintió... extraño otra vez.
Lo trataste con demasiada familiaridad. Satoru quería creer que era sólo porque querías chantajearlo, pero no.
Simplemente estabas siendo tú mismo.
Satoru quería saber mejor el contexto de POR QUÉ estabas haciendo lo que hacías (en caso de que fueras realmente peligroso) pero sólo obtuvo una razón más válida para querer protegerte.
Así empezó, se plantó la semilla y creció como un PUTO roble.
Tú y Satoru estaban pasando tiempo juntos cuando supuestamente él estaba "buscándote" y querías conocerlo tú mismo.
Fuiste una de las pocas personas que miró a través de la imagen de Satoru Gojo y vio algo REAL.
un niño herido
Te recordó a muchos de tus hijos.
Pero cuando se refería a sus "viejos amigos" con un tono de tristeza, se podía ver que había perdido a personas que amaba.
Entonces le diste un hombro para llorar. un abrazo.
Era algo tan BÁSICO que el chico NI SIQUIERA había tenido acceso a ello en su peor momento. Te puso triste.
Para ti, fue darle una mano a un niño herido que la NECESITABA. Como las veces que lo haces antes.
pero para Satoru, ERA TODO.
¿ERA ESTO? ¿Era esto lo que se estaban perdiendo? ¿Se sintió TAN BIEN? tener a alguien que se preocupa sinceramente por ti...
Era TODO lo que necesitaba para obsesionarse contigo como figura paterna.
Satoru sintió que FINALMENTE estaba obteniendo lo que se había perdido todo este tiempo.
Por eso se volvió preocupante casi de inmediato. Porque Satoru se volvió como un adolescente pegajoso hacia ti.
Al principio no pensaste que fuera nada preocupante, ya que ustedes dos habían tenido un momento bastante emotivo y los jóvenes tienden a ser más cariñosos después de eso.
Incluso lo viste como algo positivo, que se estaba abriendo a ti.
pero se intensificó bastante rápido.
porque eventualmente tuviste que regresar a tu Clan, a tus hijos.
Satoru insistió en acompañarte, y aunque digas que no, él mismo se invitará e irá a donde vives con tus hijos.
¡Señal de advertencia número uno!
AHORA, incluso con todo el tiempo que pasan juntos, no creo que hayan hablado de sus hijos por una mera cuestión de seguridad.
así que cuando llegues a casa con Satoru, sigue mirando de cerca, y encontrarás a todos estos niños, niños, incluso adultos, llamándote papá, queriendo tu cariño, y viendo cómo los miras con amor...
le da asco.
no por ti... sino porque siente una ardiente oleada de celos.
y cuando sus hijos lo notan, no pierde la oportunidad de enfadarse con ellos.
cuando tus hijos lo atacan creyendo que es un intruso, incluso con lo bien entrenados que están, Satoru logra vencer a CADA UNO de ellos.
Incluso aquellos que no querían pelear...
Incluso cuando le dijiste que parara... que los estaba lastimando...
cuando Satoru terminó con todos ellos. Sólo te dejó una "opción" (porque ahora no tenías voz y voto en la situación): haz lo que él quisiera y nadie saldrá lastimado. No querrás que TU NUEVO HIJO esté ENOJADO contigo, ¿verdad?
Si avanzamos más en el tiempo, Satoru al principio era mucho menos manejable con sus celos por su cariño.
Le gustaría hacer actividades "típicas" entre padres e hijos, como ir a jugar juntos, salir, aprender algo juntos, ayudarlo a elegir algún tipo de ropa, etc.
como si quisiera revivir su infancia y adolescencia.
Te amenazaría con hacerte daño físico, rompiéndote las piernas para poder llevarte en silla de ruedas :) (no lo dice en serio, pero es para que tengas miedo de la idea de rebelarte)
Constantemente hacía berrinches para salirse con la suya, amenazaba con lastimar a sus hijos o, peor aún, amenazaba con entregarlos a los superiores.
Un momento que te dejó huella fue en una ocasión, cuando todavía estabas muy deprimido por todo este ajuste, y tan dentro de tu cabeza que le respondiste mal a Satoru.
Literalmente te agarró del cabello, te jaló hacia atrás para que estuvieras cerca y te dijo:
"Escucha viejo, no tengo ningún problema en enviar a uno de tus hijos a los superiores en tu lugar y verlos ejecutarlos, así que será mejor que empieces a cooperar o tendré que OBLIGARTE"
sólo para luego CAMBIAR COMPLETAMENTE TU ACTITUD y discutir contigo mismo lo que te gustaría comer esa noche.
Intentar escapar es difícil cuando tienen a sus hijos como rehenes. Ya sabes que incluso si no cumples suficientemente bien su fantasía podrían mandarlos ejecutar, por lo que no es buena idea saber qué harían en un escenario de fuga...
Cuando ocurren ciertos eventos en el anime, él es mucho más maduro y gentil contigo Y con tus hijos, incluso puede desarrollar sus propias tendencias yandere hacia ellos (ya sean románticas o también platónicas) lo que honestamente solo te asusta más.
Por lo general, en esta etapa de su vida, su obsesión por ti se basa más en su deseo de tener aunque sea algo de normalidad.
pero él ignora deliberadamente que NO ERES NORMAL y nunca planeas serlo.
entonces es un bucle infinito donde Satoru intenta ganarse tu afecto.
sé fuerte.
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cutiepansstuff · 7 months ago
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¿Dónde está mi bebé?
Un momento paternal entre Missa y Tallulah.
Wilbur solo ha sido mencionado por fines de la trama, no estoy a favor de sus acciones.
Missa se encontraba junto con Tallulah y Chayanne en un campo de flores, de lejos podía verse al híbrido cuervo viéndolos con una sonrisa, hace tiempo no tenían un día como ese, apacible, en familia, desde la adopción legal de la niña con cabellos oscuros y los sucesos con cierto demonio. Ahora están bien, son una familia, completa y feliz, nada puede cambiar eso, ninguno de los dos adultos dejará que alguien arruine su rincón de felicidad.
– Papá Missa, te tengo un regalo.- llega emocionada la niña con sus manitas detrás de la espalda, llamando la atención del híbrido esqueleto.
– ¿En serio? ¿Y qué es?- pregunta volteando a ver a la niña con una sonrisa.
– Tienes que cerrar los ojos.- indica moviendo su pequeño cuerpo sobre sus talones emocionada.
– Está bien, cierro los ojos, y no haré trampa.- acepta con una pequeña sonrisa cerrando sus ojos al mismo tiempo que los cubre con sus manos.
La híbrida se acerca a su padre asegurándose que el mexicano no se encuentre viendo, para poder levantar sus manos y colocarle una corona de flores amarillas y moradas encima de su cabeza, la acción provocó que el mayor abriera sus ojos viéndose en el espejo que Sunny le regaló a Tallulah por su cumpleaños.
– Oh por dios Llulah, es hermoso.- halaga el trabajo de la dragón viendo la hermosa corona en su cabeza.
– ¿Te gustó papá?- pregunta moviendo su cosa emocionada.
– Me encanta, mi linda princesa guerrera.- sostiene el pequeño cuerpo de la niña abrazándolo con fuerza, llenando sus mejillas de cortos besos, ocasionando risas divertidas de su hija.
– Papá basta, me haces cosquillas.- la niña intenta alejarse de los cariños de su padre entre risas.
– Mi linda Tallulah, no sabes lo feliz que tú y tu hermano me han hecho.- confiesa sentando a la niña en si regazo, acariciando sus rizados cabellos oscuros.
– Te amo mucho papá.- dice la menor acomodándose en el pecho del adulto, ambos cierran sus ojos escuchando los pasos de los rubios acercándose hacia ellos.
– Missa, wake up Missa.- la voz del rubio se hace escuchar en su mente, cuando el pelinegro abre sus ojos se encuentra en su casa, acostado en su cama.
– ¿Philza? ¿Cuándo regresamos a casa?- pregunta mientras se sienta en la cama, desorientado al estar en el campo de flores hace pocos segundos atrás.
– What do you mean? We always be in home.- contesta confundido el cuervo sentándose frente suyo en la cama, junto con Chayanne
– Pero estábamos en el campo de flores, con Tallulah, ¿Dónde está Tallulah?- pregunta volteando a los lados notando la ausencia de la niña dragón.
– Tallulah?
– Papá, ¿Quién es Tallulah?- las palabras del niño confundieron aún más al esqueleto.
– ¿De qué hablas Chayanne? ¿Acaso te peleaste con ella de nuevo?- intenta comprender la situación y las miradas preocupadas y confundidas de su familia.
– Papá, no conozco a ninguna niña llamada Tallulah.- explica el niño ladeando su cabeza confundido hacia su otro padre, quien le acaricia el cabello tratando de tranquilizarlo.
– Chay esto no es divertido, estoy hablando de tu hermana, Tallulah.- Missa comienza a alterarse ante la situación, no entiende que está pasando, no entiende por qué pareciera que no conocen a la niña que adoptaron.
– Missa, Chayanne doesn't have a sister named Tallulah.- toma la mano de su esposo tratando de tranquilizarlo al notar como comienza a hiperventilar.
– ¡Si la tiene! Phil tu adoptaste a Tallulah, ella era hija de Wilbur y decidimos adoptarla después que la abandonará, hemos sido sus padres casi un año, ¡¿Dónde está mi hija Philza?!- el mexicano toma desesperado los hombros del rubio comenzando a soltar lágrimas.
– Missa, Wilbur had a child with Quackity named Tilín, not Tallulah, and she died early, maybe you dream with her.- toma las manos del menor con una sonrisa comprensiva mientras limpia las cálidas lágrimas de sus mejillas.
– ¿La soñé? Pero, fue casi un año, yo, yo en serio siento que ella existió... Mi linda princesa guerrera.- no puede evitar saltar a los brazos de Philza en busca de consuelo, mientras Chayanne se acerca a su lado, podían sentir la tristeza y desesperación del mexicano, ahora lo único que deben hacer es apoyarlo y darle el amor que merece.
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blackleger · 8 months ago
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Edd: No podemos hacer esto delante de nuestros amigos.
Tom: ¿Amigos? Apenas tolero a Matt y Tord es la mascota callejera que adoptaste por lástima y trajiste a casa sin preguntar.
Tord: Y que ahora es más importante que tú, ¿envidia?
Tom: ¡Cállate si no quieres que llame a la perrera!
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dariann-garcia · 11 days ago
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cómo salvas a tu corazón de una decisión que te dolerá pero igual la escogiste, cómo lo regresas de vuelta? cuando siendo tuyo lo lastimas
Debemos comprender que conforme crecemos, nuestras elecciones nos llevarán por distintos caminos. Esto significa que a medida que la vida nos brinda alternativas, no existe una manera de regresar al punto inicial; puedes pretender regresar, pero tu punto de vista a raíz de la decisión que adoptaste ya ha experimentado una transformación.
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poetailurofilica · 2 months ago
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FISURA
un amor a tu locura a tu tímpano rimbombante
desafiaste mis cadenas y te enredaste en mis caderas arribaste a la ribera que se libera de miRarte
de aplaudirte a tocarte de arruinarnos a arrimarte
una parte de mi augurio un sentido a lo profundo
para alivianarte por eso me sincronicé a tu viaje llegué a tiempo, y me voy sin él
gracias por animarnos a estorbarnos a desenfrenar la rima y darle rienda al verso siempre caí sobre tus besos
pasamos de un 3 de copas a rodearnos de deseos todos se cumplen a su debido momento
todos estaban mirando tú sólo fantaseando tu fingiendo que me ignoras y es verdad que el sabio también se equivoca
si abrí de más la boca no lamentes lo que no te provoca me confundo con gusto porque así es la rosa lo mismo las cortan aun si nadie las compra
te vendí mi humo me fumé el desprecio me atragantó la gracia y con ella los anhelos
las mil ilusiones, compartir los anhelos la fiebre me abrazó como niño huérfano me adoptaste por un tiempo, y ahora? me liberas como si nada, o huyes de mis sombras
encuentro la asamblea precisa y concisa abandono tu avaricia, bendigo tu invierno
te recito un final que te sea más ameno que si dudas esta vez sea contigo mismo tu dichoso encuentro
@poetailurofilica
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larn-solo · 2 years ago
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Tumblr media
[ Tres veces coronada, con espinas ]
(para ti, que no me pariste, pero me adoptaste)
A veces,                  No. Muchas veces, te odio. Te odio por la hiel que siembras en mi boca                  por tu actuar hipócrita,                  por tu prejuicio congénito. A veces,                 Sí. Algunas veces, te admiro. Te admiro, como si fueras terrenal paraíso,                 mientras recorro tus esquinas                 ebrio de sueños, vomitando desvaríos, Pero siempre,                                              (o casi siempre), te esmeras en restregarme tu corazón desértico,                  tu frialdad que rasga costillas,                  tu grisáceo vestir que anula luceros. Y cuando veo estornudar a un gato, o tu cielo se desnuda —que prácticamente es lo mismo—, vuelvo al solaz que me da tu camposanto en mi uniforme de gallinazo desplumado, y con agridulce sonrisa admito que a veces, muy pocas veces, te quiero.
— Đᴇsᴠᴀʀɪ́ᴏʂ ᴅᴇ ᴜɴ Ḁɴɢᴇʟ Ͼᴀɪ́ᴅᴏ — © Lᴀʀɴ Sᴏʟᴏ [Ͼʜʀɪʂᴛᴏᴘʜᴇʀ Ɖʀᴀᴋᴇ] ┤Lima/Perú • 18/ene./2023├
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dcminikv · 6 months ago
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QUIMERA V
descripción: es una narración compuesta en varias partes de dominika y su psicóloga antes de ingresar a la academia donde se narran recuerdos, motivaciones, pensamientos y percepciones del personaje.
V. trueno (un momento feliz)
bueno, pero ahora ya no eres ese niño de nueve años. 
por suerte. 
¿crees que has cambiado? 
de ropa, de casa, algunos hábitos
¿nuevas relaciones?
una, te sorprenderá. 
sorpréndeme. 
el cielo ennegrecido y las estrellas ocultas entre nubes grises. la lluvia cada vez apretaba más y a pesar que el paraguas cubrió en un inicio sus vestimentas, ahora de nada le servía. prendas húmedas pegadas a su piel y un cabello que desprendía un sin fin de gotas. el camino era el mismo que siempre hacía, su nuevo apartamento no se encontraba lejos de su antiguo hogar. eso le garantizaba el poder hacer visitas ocasionales a las hermanas cuando le necesitaban o la nostalgia le golpeara la puerta. 
ese día era curioso como la gente se había ocultado, ni un alma recorría las calles y los vehículos se escuchaban distantes, quizá todo estaba predestinado a suceder de esa forma. porque además del sonido de la lluvia y el rugido de los truenos había un sonido más que llamó su atención. 
maullido agudo le descolocó hasta que pudo observar al animal frente a el. un felino completamente negro y de mirada esmeralda, apenas tendría dos meses y se notaba demasiado hambriento como para rugir o tener miedo ante una presencia tan grande. dominika lo observó, rebuscando en los alrededores un posible dueño o una figura materna que le acompañara y aunque nada visualizó en aquel momento, no negó la posibilidad de que allí estuvieran. en la oscuridad, esperándole. 
¿no le adoptaste?
no le iba a apartar de su familia.
caminar continuó, deseoso de llegar finalmente al hogar para poder descansar y tomar una ducha cálida. con suerte no se resfriaría, pero con la suerte que corría y lo pésimas que eran sus defensas sabía que sus posibilidades eran escasas. y fue en aquel entonces cuando la llave abrió la cerradura que lo escuchó una vez más. atrás, impaciente, como si al igual que él estuviese deseoso de acceder a un hogar seco para descansar. le había seguido el par de cuadras en silencio y ahora era demasiado tarde para volver al sitio en donde lo había encontrado una primer vez. en el interior del apartamento y con luces encendidas le puso un poco de comida que tenía en su heladera, algo de agua y partió para el baño. le otorgó libertad y en ningún momento buscó irrumpir su espacio tocándole o cargándolo, era temporal. cuando finalmente su día había terminado y su cuerpo se dejó caer sobre la cama le sintió llegar, travieso, sigiloso, buscando un poco de calor contra su cuerpo y acomodándose en todas las formas posible hasta encontrar la más cómoda y con el llegó aquel sonido, familiar, como si la lluvia siguiese en el interior de su hogar. un ronroneo intenso que acaparaba toda la atención y compró por completo la voluntad de permitir que ambos compartieran hogar desde entonces. trueno fue el nombre que le otorgó.
¿aún no crees en el destino?
no, esta vez fue el quien decidió que quería estar aquí.
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bettertwin1 · 2 years ago
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I want to do it so what if. . . .
Le digo a Hueso que lo adoptaste cómo un tío
If you even find him on here you mean
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neuroconflictos · 2 years ago
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Me costó ser vulnerable para ti
Intenté y no logré amarte
Pensé que no necesitaba la terapia
No sabes que moriría por ti
Me costó dar mi alma a una desconocida
Y cuando estaba listo para entregarme
Tu adoptaste a alguien
No reses por mi
Por qué a mí me cuesta ser vulnerable
Nubes de horchata
#nubesdehorchata
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toournextadventure · 1 year ago
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Oye! Me adoptaste! There is no return fees!!
-🤠
I wouldn't return you, I almost like you 🫶
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anne-angel-face · 14 days ago
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Un mes mas tarde, Ana viajó a Verona a visitar las tumbas de Leonid y Olivia que habían sido puestas juntas en el cementerio.
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Sorpresivamente, apareció Igor.
"Que hacés aquí? me asustas"_ le dijo Ana
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"Yo...te debo una explicación"
"Lo sé todo, Igor, Ferro lo me contó"
"Ese teniente resultó un metiche. Y no me sorprende que quiera algo contigo."
"Ya somos grandes para escenas de celos...quiero saber por qué adoptaste a Olivia."
"Verás, me sentí culpable por la muerte de Johnny. Cuando lo despedí, el cayó en declive, no consiguió más roles en el ballet y eso lo llevó a una mala vida"
"Estaba alcoholizado, verdad?".
Igor asintió.
"La razón por la que discutí con él aquella noche no fue solo por celos. Si es verdad que estaba furioso por la química que tenían en tu y Johnny en el escenario. Pero además porque el jugaba contigo, Ana. Esa velada Cindy le habría confesado que esperaba un hijo"
"Olivia....entonces Olivia nos separó de alguna forma. Y tus celos, claro. Otra historia de amores de escenario que terminó mal" _Concluyó Ana. "Sabía que Olivia era tu hija?"
"La reconocí de inmediato sun cuando tenía 3 años la ultima vez que la vi. Sus ojos son inconfundibles pero no le dije nada"
"Ella también era como una hija par mi"_le confesó Ana con lágrimas en los ojos. "Y el último rastro de Johnny..."
Se hizo una pausa larga.
"Que vas a hacer esta noche?"_le preguntó Igor.
Ana suspiró.
"Tomaré mi vuelo a las 10. Debo volver a Londres. Aquí en Verona, queda mi pasado. Y tu con él, Igor".
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blackleger · 2 months ago
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Edd: No podemos hacer esto delante de nuestros amigos.
Tom: ¿Amigos? Apenas tolero a Matt y Tord es la mascota callejera que adoptaste por lástima y trajiste a casa sin preguntar.
Tord: Y ahora soy más importante que tú. ¿Celoso?
Tom: ¡Cállate si no quieres que llame a la perrera!
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