#actuando con sus manos
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seoul-bros · 10 months ago
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Un actor hasta la punta de los dedos
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Fecha: 24/01/2024
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soft-pxachy · 1 month ago
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⤷  ❝voyeur❞ — jjk (s.m)
➤ Pareja: jungkook!voyeur x lectora!fem
➤ Recuento de palabras: 9.2k
➤ Género: voyerismo! smut y obscenidad!
➤ Resumen: La culpa de ser un mirón pervertido consumía a Jungkook cada día, no sabía admitir si eran sus propias tendencias voyeristas las que lo empujaban a mirar a escondidas a su vecina por su ventana, o si realmente ella estaba bromeando con él, de todas formas, todo era parte de tu elaborado plan para hacerlo enloquecer y jugar un poco con tu adorable vecino.
➤ Advertencias: 20+| lenguaje maduro y explícito | Jungkook es un mirón | masturbación | charla sucia | sexting | exhibicionismo | halagosy bromas durante el sexo | sexo oral (r. Jungkook) | juego y estimulación del clítoris | juguetes sexuales | mucha sobreestimulación | lágrimas | nalgadas | jalar del cabello | sexo duro | sexo sin protección | Jungkook tiene un gran pene!
➤ Si no eres mayor de 18 años, POR FAVOR, no leas. Si lo haces es bajo tu propia responsabilidad, ten en cuenta las advertencias.
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♥︎ softpxachy's
⤷ masterlist ♡ taglist ♡ instagram
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Jungkook sabía que estaba mal, Dios, él sabía que estaba mal, pero aquí estaba una vez más.
Actuando como si no tuviera la intención de dejar las persianas entreabiertas; inclinadas en el ángulo correcto que le permitía seguir viendo la vista que le otorgaba su propia ventana a solo unos cuantos metros de distancia.
Era divertido ahora, cuando compró la casa en la ciudad por primera vez, Jungkook odió lo cerca que estaban sus vecinos de él, y ahora aquí estaba, siendo un pervertido absoluto que estaba agradecido por la estrecha distancia entre sus edificios.
El autoproclamado pervertido con tendencias voyeristas, como se hacía llamar, simplemente se sentaba en su escritorio, revisando sin pensar demasiado en los correos electrónicos de su trabajo mientras sus ojos continúan mirando hacia arriba una y otra vez; observando a través de las ventanas de su habitación en busca de cualquier señal de movimiento al otro lado.
Podía sentir su pecho agitarse mientras esperaba, mirando el reloj en la esquina de su pantalla y viendo que a cada minuto la hora se acercaba más a las nueve de la noche y T/n, su vecina, aún no llegaba a casa.
Tal vez ella tenía planes para esta noche, salir con sus amigos, tal vez tenía una cita con algún chico, o simplemente salió a caminar, pero la mente demasiado preocupada para poder complacer un poco las sucias fantasías en la mente Jungkook lo tenían dándole vueltas a su cabeza. Le costaba admitirlo, pero se había convertido en su actividad diaria favorita echarle un vistazo a escondidas a su vecina, a veces viéndola hacer cosas simples como relajarse con una máscara facial o tener una fiesta de baile.
Por supuesto, todos esos momentos eran adorables, pero sus momentos favoritos eran aquellos en los que la miraba caminar por toda su casa en topless o cuando se cubría el cuerpo en loción después de una ducha, apenas logrando ver el destello de su piel brillando hermosamente y solo tentándolo a querer tocarla.
Incluso Jungkook podía asegurar que su vecina estaba llevando las burlas más allá de lo que él podía manejar; viéndola abrir las persianas de su habitación casi por completo y solo dejando que la cortina transparente se interpusiera entre él y su silueta sombreada, atrapándola en el acto de lo que solo su mente estimulada podía suponer que era ella mastubandose, y casi podía jurar que la vez que dejó una ventana abierta; pudo escucharla gimiendo tan hermosamente a sus oídos.
Y como era de esperarse, aquella vez tuvo una noche bastante acalorada con su mano, sus dominantes fantasías y la soledad de su habitación, dando fugaces vistazos hacia la ventana frente a él mientras frotaba su miembro duro a lo alto una y otra vez; alimentando su propia excitación y deseando que fuera T/n la que estuviera frente a él ayudándolo a calmar un poco el calor en su cuerpo que ella misma había instigado, y a decir verdad, ni él mismo entendía la fijación tan intensa que tenía por su vecina, solo sabía que la deseaba, demasiado, y sabía que se volvería loco en cualquier momento si no podía tenerla.
De cierta forma, Jungkook solía pensar que todo lo que pasaba era puramente accidental, solo una vecina descuidada que no tenía idea de que su habitación tenía la vista perfecta a la suya, pero Jungkook podía jurar que T/n había hecho contacto visual con él demasiadas veces como para que esto no fuera intencional.
Y antes de que su mente pudiera girar más en espiral, el repentino parpadeo de luz alumbrando el departamento frente a él lo hizo fijar sus ojos como un imán en su objetivo; viendo a T/n entrar a su habitación con una toalla pequeña sobre el hombro, un sostén deportivo y unos diminutos pantalones cortos para hacer ejercicio, mostrándole en primera fila como su piel y cuerpo brillaban en sudor.
Empujándose lejos de su escritorio, la silla rodó rápidamente a lo largo del piso para poder tener una mejor vista, completamente interesado en ver la forma en que su vecina intentaba relajarse y sentirse cómoda después de su viaje al gimnasio.
Llámenlo espeluznante o atento, pero Jungkook había aprendido horario de cada día de T/n;y de alguna forma sabía que ella disfrutaba dándole espectáculos, por lo que no fue difícil darse cuenta de la rutina habitual que tenía. Sin embargo, ésta era la primera vez que la veía regresar del gimnasio tan tarde.
Jungkook gimió de frustración al darse cuenta de eso, la palma de su mano frotó su rostro mientras podía escuchar sus propios pensamientos, casi comportándose como un hombre que tiene un cuaderno donde anota cada uno de sus horarios.
No lo tenía, pero aun así, se sentía como un pervertido. Un jodido pervertido.
Con los ojos bien cerrados, movió la silla de regreso al lugar que le correspondía como un niño avergonzado por sus pensamientos, inclinando su cuerpo hacia su computadora para evitar que sus ojos errantes miraran a través de la ventana una vez más, sintiendo como la vergüenza lo carcomía una vez más como lo hacía cada vez que caía en cuenta de su estado.
¿Realmente su vecina hacía esto a propósito?
Por supuesto que sí, T/n no era tonta.
Desde el momento en que Jungkook se mudó a su vecindario rápidamente se convirtió en la comidilla de la cuadra; las amas de casa suburbanas, las jóvenes adolescentes, incluso su vecino, el anciano del #13 comenzaron a preguntarse quién era el chico lindo que salía a correr por las mañanas.
Él gritaba atractivo sexual por todos lados, sin siquiera darse cuenta de lo desmayados que tenía a todos con su entrenamiento matutino, y no fue extraño que Jungkook pensara que todos lo saludaban y le sonreían por pura amabilidad, y aunque no tuviera idea de lo sexy que se veía, T/n había sido bendecida con el don de la buena vista y el sentido común. Sólo le tomó una mirada de él saliendo de su casa, con el cabello largo parcialmente atado hacia atrás y pantalones cortos para correr abrazando sus gruesos muslos que fácilmente T/n quedó encantada con él.
Y cuando se dió cuenta de que era su vecino de al lado, fue como si una bombilla se encendiera sobre su cabeza, ese simple hecho era una bendición disfrazada y T/n no iba a dejar pasar la oportunidad de que esto fuera a su favor. Darle un asiento de primera fila para ella y todo lo que tenía que ofrecer eran las cartas que escogió para jugar, y hasta ahora todo había ido de maravilla.
Eso fue hasta que salió de la ducha, podía sentir la emoción recorrer todo su cuerpo mientras se preguntaba cómo iba a burlarse de él esta noche. Con la toalla colgando holgadamente alrededor de su pecho T/n estaba lista para el pequeño espectáculo, pero cuando se colocó en su posición habitual, rápidamente notó que las persianas del departamento de Jungkook estaban bien cerradas, sin espacio entre ellas para permitirle verlo ni que pudiera verla.
Esta era una cadena de eventos repentina e inesperada, con un pequeño resoplido de decepción se sentó en el borde de su cama, directamente frente a la ventana mientras pensaba que sus planes descarados para esta noche se habían arruinado por completo.
Y prácticamente se pasó toda la noche preguntándose qué podría haber hecho que Jungkook no quisiera ver un poco de acción de su parte, así que cuando lo vió llegar a su casa de su rutina matutina justo cuando estaba punto de irse a su trabajo por la mañana, no lo pensó ni siquiera dos veces antes de hablarle.
Tuvo que reprimir soltar una risita al verlo estremecerse cuando lo saludó de buenos días, y no pudo encantarse más con la forma en que se puso nervioso al estar tan cerca de él.
— Ah, buenos días…— Jungkook respondió sonriendo cortésmente, al mismo tiempo que sacaba su AirPod para detener la música por completo y brindarle toda su atención sintiendo las palmas de sus manos sudar de repente, solo había hablado con ella una sola vez y no sabía a dónde iría esta conversación, ¿Acaso estaba a punto de llamarlo un pervertido repugnante?
— ¿Tuviste una noche tranquila? — T/n preguntó al instante formando una suave e inocente sonrisa que no revelaba sus verdaderas intenciones, pero Jungkook lo supo de inmediato, y la forma en que sus ojos se abrieron ligeramente ante sus palabras lo hicieron todo mucho más obvio.
— Sí…— Balbuceó a medias limpiándose las manos sudorosas en sus pantalones cortos negros, odiando la forma en que su corazón se aceleró al escucharla, ella lo sabía, y su culpable consciencia le hizo creer que lo que su vecina había hecho fue intencional para que él no se sintiera como el mirón que claramente era, pero escucharla admitir que sabía que no la había observado anoche lo hizo sentir como si le hubieran echado un balde de agua fría encima.— No he estado durmiendo muy bien últimamente, así que...
Y T/n simplemente asintió con la cabeza mientras él se desvanecía en una mentira, sus labios se abrieron en una sonrisita mientras lo miraba detenidamente, enfocándose en la apretada camisa que estaba usando y en la forma en que exponía por completo su brazo musculoso y cubierto de arte en forma de tatuajes, y cuando su vista bajó un poco más no pudo evitar imaginarse a ella misma brincando sobre su polla y sobre esos gruesos muslos una y otra vez, gimiendo de pura felicidad, tuvo que suspirar levemente ante esa fantasía dándose cuenta de que su vecino realmente estaba ciego a su buena apariencia.
— Lamento no haberte dado una buena bienvenida cuando te mudaste, ¿puedes darme tu número? — T/n habló al mismo tiempo que sacaba su teléfono de su bolso sabiendo muy bien que Jungkook no diría que no, pero aún así agregó una mentirita inocente para que su coqueteo fuera un poco más sutil.— Los vecinos tienen un chat grupal, te agregaré para que puedas obtener todos los chismes del vecindario.
Si Jungkook sabía que estaba mintiendo, no lo demostró, en cambio su semblante cayó a uno decepcionado de que T/n quisiera su número para agregarlo a un chat grupal del vecindario. Pero independientemente de eso se apresuró a recitar su número con una sonrisa y al momento su teléfono vibró en su palma con un mensaje de texto de ella; un amistoso "hola vecino" con un emoji saludando al final.
— Te enviaré un mensaje de texto si alguna vez necesito azúcar… u otras cosas de vecinos.— T/n agregó por lo bajo llamando su atención una vez más.
La provocación sugerente en su tono no se le escapó a Jungkook, sintiendo sus mejillas sonrojarse ante las implicaciones detrás de sus palabras, así que asintió con su cabeza mientras mordisqueaba levemente el piercing en su labio inferior antes de responder.
— Sí, lo que necesites.
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Era cierto que Jungkook estaba aún más que decepcionado cuando el hilo de su mensaje se agotó por completo, y T/n ni siquiera lo había agregado al chat del grupo de chismes por el que tenía curiosidad. Ni siquiera le había dado un espectáculo desde la noche en que cerró las persianas, pero todo era parte del plan de T/n diseñado por expertos para ir a su favor.
Porque mientras estaba en su trabajo, recibió el correo electrónico que pondría todo en marcha, una notificación de que su paquete estaba listo para ser entregado. Un juguetito color rosa bebé muy lindo se colocaría en el escalón de su puerta en un paquete discreto y, si las cosas salían como T/n esperaba, haría su debut esta noche, con suerte con una audiencia de uno.
Jungkook se alejó de la pantalla de su computadora cuando su teléfono vibró sobre su escritorio, el nombre se iluminó en la pantalla de inicio e hizo una pausa por un momento, preguntándose si esto era simplemente un mensaje de texto de que había sido agregado a ese maldito chat grupal que no tenía idea de que en realidad no existía, pero cuando lo desbloqueó y abrió el chat, vio que solo era su vecina.
T/n: Hola Jungkook, lamento hacer esto, pero hoy me entregarán un paquete súper importante, ¿podrías mantenerlo seguro hasta que llegue a casa más tarde esta noche? 🥺🖤
Quería que cuidara un paquete, solo cosas de vecinos, exactamente por lo que le había dicho por la mañana.
Jungkook: Claro, ¿Qué es?
Y de inmediato se sintió estúpido después de presionar enviar, sus manos se cerraron en puños mientras miraba la pantalla, ¿Por qué demonios iba a preguntar qué era el paquete? Ser un mirón claramente no era suficiente, no, él tenía que saber acerca de sus compras en línea.
T/n: Solo algo para los músculos adoloridos 😅
Al igual que lo haría un típico adolescente cachondo, su mente vagó por lo que podría haber exactamente en la caja, y rápidamente le envió un mensaje de texto con un "¡bien! 👍🏻" antes de bloquear su teléfono por completo. Estaba seguro de que iba a perder la cabeza.
Todo según el plan.
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Jungkook guardó ese paquete con su vida, colocándolo delicadamente en el mostrador de su cocina desde el momento en que vió que el cartero lo dejaba en la puerta de su vecina, y había estado pegado a su sofá desde entonces, mirando regularmente por encima de su hombro para asegurarse de que la caja marrón no fuera a desaparecer espontáneamente.
Y justo cuando estaba punto de mandar todo al carajo e intentar abrir la caja, unos suaves golpes en la puerta principal lo hicieron saltar de su sofá, deteniéndose a unos metros de la puerta mientras miraba la perilla antes de volver a mirar el paquete. ¿Debería saludar a su vecina con él en sus manos, o parecería que estaba tratando de alejarla rápidamente?
Cuando T/n tocó por segunda vez, Jungkook optó por abrir la puerta de una vez, viéndola allí de pie con esa sonrisa amistosa, vestida con una pequeña falda y top a juego, mostrándole que acababa de salir del trabajo, sus ojos rápidamente se posaron en sus piernas expuestas por un momento demasiado largo hasta que su voz lo sacó de eso.
— Hola, Jungkook…— T/n lo saludó con esa dulce voz de miel, y el pequeño brillo en sus ojos casi la traicionó pero él no lo notó.— ¿Recibiste mi paquete?
— Hola, sí lo hice.— Jungkook respondió encontrando su voz y dejando la puerta entreabierta, adentrándose más en su casa, recuperando rápidamente la caja y regresando con ella hacia su vecina que todavía lo esperaba pacientemente con esa sonrisa, como si no supiera lo que estaba empaquetado dentro de esa caja.
— ¡Eres un ángel! — T/n habló sosteniendo el paquete cerca de su pecho con un pequeño suspiro.— No sé qué habría hecho si me lo robaban…
Jungkook pudo sentir que su rostro se calentó de inmediato ante eso, incapaz de evitar que su boca funcionara en piloto automático, y sin querer mostrarse como un vecino extremadamente observador.
— Debes estar muy adolorida por ir al gimnasio todo el tiempo, ¿eh? — Preguntó y el silencio que vino después de su pregunta casi lo hizo querer golpearse la cara, casi pudo jurar que la mirada de T/n parpadeando con la misma picardía de antes se posó sobre él, haciéndolo tragar en seco.
— Definitivamente…— T/n respondió con una risa antes de regresar a su postura y despedirse de él.— Gracias de nuevo, ¡Que tengas una buena noche!
Y así como así, su vecina ya se había ido de su departamento, dejando a Jungkook con la frente presionada contra la puerta de la entrada mientras se sentía como todo un idiota. "¿De verdad, debes estar adolorida?" Se burló de su propia voz poniendo los ojos en blanco antes de enderezarse y retirarse a su habitación para terminar el trabajo que había descuidado por proteger el dichoso paquete.
El mismo paquete al que T/n se estaba aferrando mientras subía las escaleras de su casa con un par de tijeras en la mano opuesta, y no pudo evitar no sentirse como una mujer loca cuando las clavó en la cinta transparente para romper el sello, quitando las solapas antes de soltar una risita maliciosa cuando vio la elegante caja blanca con una foto del dispositivo impresa en el frente.
Se apresuró a sacar el preciado juguete, tirando descuidadamente las cajas vacías a un lado y escuchándolas aterrizar con un ligero ruido sordo al piso. La sensación de la silicona suave contra sus dedos la llenó de anticipación duplicada, y el clic silencioso contra el primer botón apagó la emoción en su cuerpo cuando se negó a encenderse.
— Malditos estúpidos cargadores.— T/n gruñó dejando el dispositivo de lado e inclinándose para buscar entre todas las cajas descartadas en el piso hasta dar con el diminuto cable blanco para enchufarlo.
El folleto que venía junto al juguete indicaba que la carga estaría completa en una hora, eso era mucho tiempo para que pudiera controlarse un poco, todo lo que necesitaba era abrir las persianas y encontrarse cara a cara con su vecino caliente y comenzar con la acción, pero ya se había divertido demasiado viéndolo todo nervioso, realmente no necesitaba asustarlo antes del evento principal.
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Y claramente Jungkook no la estaba pasando nada bien mientras se deslizaba sin pensar a través de los datos interminables de su computadora frente a él, sus ojos flotaban a través de los números de una manera aturdida y su mente estaba demasiado ocupada pensando en ese estúpido paquete. Sabía exactamente lo que era, orgullosamente descifró el código de algo que era supuestamente algo para los músculos adoloridos para terminar deletreando vibrador en letras gigantes de color neón.
¿Lo estabas usando ahora, en tu dormitorio a un metro de distancia del suyo, sobre tu cama directamente en su línea de visión? Su mente continuaba representando todos esos escenarios lascivos uno tras otro y solo lo hacían desear estar contigo para comprobar si sus sospechas eran ciertas. Pero sabía que era algo imposible, algo que nunca pasaría, y eso era lo peor de todo para él.
Para cuando T/n terminó de darse una ducha y mientras aplicaba su loción corporal favorita notó como los botones del juguete rosa sobre su cama parpadeaban indicando la carga completa y sonrió sabiendo que su plan estaba de nuevo en marcha. Abrió lentamente las persianas de la ventana, formando un puchero al darse cuenta de que las de Jungkook estaban cerradas, miró hacia el cielo viendo cómo se oscurecía lentamente; formando nubes sobre su cabeza y una sonrisita se dibujó en sus labios mientras pensaba la forma perfecta para hacer que su vecino abriera las persianas para el espectáculo.
El teléfono de Jungkook vibró con un mensaje de texto unos segundos después, y sus ojos se abrieron un poco cuando se dió cuenta de que era de T/n.
T/n: Jaja, ¿Te parece que va a llover?
Su cabeza se inclinó hacia un lado con confusión ante su pregunta, sin embargo, se levantó de su escritorio, subiendo completamente las persianas para mirar al cielo y dándose cuenta de las nubes grises, miró su teléfono de nuevo para comenzar a escribir cuando el pequeño destello de movimiento desde el otro lado lo hizo congelarse en su lugar; viendo directamente a través de la ventana de T/n una vez más, ahí estaba; sentada en su cama y mirándolo con una sonrisa felina en todo su rostro.
Jungkook casi juro que se quedó sin aire cuando observó con atención su posición, con una pierna cruzada sobre la otra y descansando sobre sus palmas, con la cabeza inclinada hacia un lado mientras T/n lo saludaba con la mano, teniéndolo justo donde ella quería.
Su mano se elevó para devolverle el saludo, pero la voz en su cabeza estaba gritando todas las obscenidades que se le ocurrían y que quería hacerle a su vecina en ese preciso momento mientras intentaba sonreír a medias, y la mueca en su rostro casi le hizo difícil a T/n no reírse al verlo.
Empezó despacio, queriendo darle el tiempo suficiente para cerrar las persianas si realmente no quería participar en esto, su mano se levantó para comenzar a quitarse la bata de su hombro solo un poco más, apenas dejando expuesta una pequeña porción de su piel a los ojos de Jungkook, quien quería gritar al verla mientras su cabeza caía hacia adelante golpeando contra el vidrio de su ventana levemente viendo la forma en que su piel brillaba, sabiendo muy bien que se había aplicado aquella loción que siempre le encantaba ver.
Y cuando Jungkook no se movió de su posición, T/n dejó caer la otra manga de su bata, la hinchazón de sus senos sostuvo el suave material contra su piel, protegiéndolos de su vista por otro momento más, sus ojos no dejaban de ver el rostro de Jungkook, sabiendo que necesitaba ver la reacción de su vecino cuando se sentó derecha sobre la cama; haciendo que los extremos de su bata se deslizaran por su pecho y se acumularan en sus caderas, dejando sus senos completamente expuestos para que él los pudiera ver.
Y por supuesto la reacción de Jungkook valió la pena, abriendo sus labios levemente al ver la forma en que sus rosados pezones se endurecieron en el aire expuesto, su frente casi chocó contra la ventana una vez más cuando vió a T/n elevar una de sus manos para delinear el contorno de uno de sus pezones suavemente; acariciando su piel con calma y haciendo rodar su pezón entre sus dedos antes de darle un pequeño y juguetón pellizco, y Jungkook pudo sentir como su pene se agitó dentro de sus pantalones viendo a T/n dejar caer su cabeza hacia atrás y abrir sus labios para dejar escapar lo que él sabía era el gemido más bonito antes de volver a mirarlo fijamente y morderse el labio inferior.
Jungkook no sabía que hacer mientras seguía observándola, viendo hipnotizado la forma en que las curvas de su cuerpo resaltaban gracias a la bata color negro que todavía enganchada alrededor de sus codos, y fue ahi cuando la vio inclinarse hacia un lado de la cama para tomar el juguete color rosa que había comprado hoy, la tapa metálica brilló con la poca luz de su habitación y lo hizo tragar duro mientras la veía exhibirlo a él.
Por un momento, su atención se movió de la figura casi perfecta y mirada maliciosa de su vecina para aterrizar en su teléfono, viéndola escribir rápidamente un mensaje antes de dejarlo a un lado una vez más. Y al instante su teléfono cobró vida en su mano, casi asustándolo con las vibraciones.
T/n: Tócate, por favor.
Y Jungkook pudo jurar que soltó un gemido ahogado ante eso, sintiendo como todo el calor de su cuerpo se acumulaba en su creciente erección, apenas pudiendo escribir un rápido “bien” y enviarlo, un mensaje que T/n obviamente ignoró por completo mientras encendía el juguete. Un destello de emoción brilló en sus ojos sintiendo como el dispositivo vibraba en su mano, y sonrió divertida viendo a Jungkook mover sus dedos ansiosos hacia la hebilla de su pantalón, desabrochando el botón casi con torpeza justo cuando la vió comenzar a arrastrar la cabeza vibrante del juguete por su pecho, pasándolo sobre sus pezones levemente y haciéndola jadear por la sensación de cosquillas contra su piel.
La vista de T/n regresó a la ventana, notando la mirada de Jungkook clavada en ella, la silueta de su cuerpo estaba iluminada por la luz de su habitación, lo que le permitió ver sus manos bajar apresuradamente su pantalón llevándose su bóxer al mismo tiempo, viendo su como su erección salía disparada a lo alto, y le fue imposible no morder su labio inferior al verlo elevar su palma para escupir desordenadamente sobre sus dedos antes de volver a bajar y apretar la base de su pene para empezar a masajearlo lentamente de arriba a abajo notando como el pecho de Jungkook se agitaba con un resoplido cuando trasladó los movimientos de su mano hacia arriba y hacia la punta rosada e hinchada de su pene, cubriendo su palma con las gotas sueltas de líquido preseminal que goteaban por todo lo largo de su pene.
Eso solidificó aún más que Jungkook era un pervertido, al menos en su propia mente, quién más estaría tan ansioso por masturbarse a la vista de su vecina tan fácilmente. Pero sin embargo, T/n no lo veía así, más aún sabiendo que cada una de sus acciones tenían un propósito, Jungkook no era un pervertido por ser un chico predecible, solo estaba haciendo exactamente lo que ella quería que hiciera.
A medida que la punta del juguete bajaba por su pecho, T/n se tomó su tiempo sólo para verlo perder la cabeza un poco más; moviendo el juguete sobre su vientre hasta llegar a sus caderas, deslizándose hacia abajo al mismo tiempo que comenzaba a separar sus piernas tan lentamente que Jungkook no pudo apartar la mirada de ella, y cuando finalmente se reveló ante él, los pliegues húmedos de su entrada brillaron con su excitación ante sus ojos, cubriendo la parte interna de sus muslos y permitiendo que el juguete se deslizara con facilidad.
Jungkook gimió en voz alta viéndola pasar el juguete zumbante sobre su clítoris de a poco, casi en un toque similar a una pluma que fácilmente la hicieron temblar y gemir sobre la cama, su mano se apretó firmemente alrededor de su pene mientras su pelvis se movía hacia adelante a la par de sus movimientos, bombeandose a sí mismo y buscando desesperadamente un poco más de fricción, y ahí se dió cuenta de que T/n era el pecado personificado frente a él; dándole un espectáculo mientras jugaba con ella misma, separando sus labios en un gemido cuando finalmente presionó el juguete contra su clítoris firmemente; haciéndola jadear y retorcerse sobre la cama antes de que soltar una risita entrecortada por la sensación mientras volvía a mirarlo los ojos con timidez.
Joder, Jungkook sólo quería poder escucharla gimiendo de puro placer, solo podía pensar en lo que haría para poder tocar su piel, ser él quien sostuviera ese juguete contra su coño hasta que se retorciera de puro placer.
Y T/n podía verlo en sus ojos, ese deseo carnal nublando su visión mientras la miraba, con su mano aún bombeando su dura longitud cada vez más fuerte y su rostro arrugándose en muecas de placer, y cuando alejó el juguete de su entrada las cejas de Jungkook se fruncieron en desconcierto, liberando su pene de su agarre para colocar su palma pegajosa contra la ventana, preguntándose qué estaba planeando ahora mientras la veía alcanzar su teléfono una vez más.
A T/n sólo le tomó unos segundos escribir el mensaje y presionar enviar, volviendo a mirarlo con la misma mirada depredadora que había estado usando toda la noche, y cuando lo vió desbloquear su teléfono, se puso de pie, dejando que la bata se deslizara por completo de su cuerpo, cayendo alrededor de sus pies mientras se acercaba a la ventana, con los brazos cruzados debajo de su pecho para empujar sus senos hacia afuera mientras lo miraba.
T/n: Ven.
Jungkook leyó ese mensaje tres veces, todavía con su pene de fuera para que su vecina lo viera mientras contemplaba todas sus opciones, y finalmente, cuando elevó su vista de nuevo hacia arriba casi se ahogó al ver la forma en que T/n estaba parada frente a la ventana, completamente desnuda y con esa dulce y maliciosa sonrisa en sus labios, y eso fue suficiente para tomar su decisión; bloqueando su teléfono y gimiendo mientras deslizaba su polla dentro de su bóxer y volvía a ponerse los pantalones.
Los ojos de T/n brillaron cuando lo vió darse la vuelta y salir de su habitación, la luz se apagó cuando Jungkook bajó las escaleras hacia la puerta principal y cuando salió al porche vió que el suelo estaba húmedo, las pequeñas gotas de agua comenzaron a caer con más fuerza y el frío se deslizó a través de su ropa mientras caminaba a través de las entradas conectadas de los apartamentos, haciendo todo lo posible de cubrir con sus manos el bulto extremadamente prominente en sus pantalones.
— Gracias, dios…— Susurró por lo bajo con alivio cuando giró la perilla de la puerta y cuando esta se abrió, ni siquiera le importaron los modales cuando entró cerrando la puerta detrás de él, subiendo instantáneamente las escaleras de dos en dos, sabiendo ya dónde estaba su habitación ya que la casa era una copia exacta de la suya.
Y cuando finalmente empujó la puerta de la habitación para abrirla, fue bienvenido con la vista de T/n sentada en su cama, completamente desnuda y esperándolo con ese mismo juguete arrastrándose hacia arriba y hacia abajo por su abdomen haciéndolo jadear de solo verla así, la necesidad de presentaciones se desvaneció por completo cuando cruzó la habitación a pasos firmes hasta llegar donde ella para sentarse a su lado, fue rápido para ahuecar su rostro y atraerla hacia él para poder besarla con dureza de una buena vez.
T/n ni siquiera pudo reprimir el pequeño gemido ahogado que dejó escapar de pura sorpresa contra sus labios, su vecino normalmente tímido que se ponía nervioso cada vez que lo sorprendía mirándola fijamente no esperaba que fuera del tipo que perseguía lo que quería de esta manera, y la forma en que tomó el control de ese posesivo beso la hicieron apoyarse en su toque.
Sus labios eran suaves pero la forma en la que la estaba besando dejaban de lado toda ternura, y tembló contra él cuando su caliente lengua se unió a la de ella, chocando la una con la otra y llenando el espacio con sonidos húmedos y respiraciones pesadas.
A menudo T/n había fantaseado con besarlo, preguntándose si Jungkook era del tipo que se burlaba, el que retrocedía y te dejaba con ganas de más, pero la desesperación en su cuerpo era la que guiaba sus movimientos justo ahora y la que le impedía no cumplir sus propios deseos. Jungkook la besaba con pura pasión, y el hambre dentro de él lo llevó a empujar su cuerpo hacia atrás y hacerla caer sobre la cama de espaldas, sus manos bajaron para sujetar suavemente su cuello y un nuevo gemido escapó de T/n al sentirlo, haciéndola arrojar el juguete hacia un lado y llevar sus manos hacia su cabello, deslizando sus dedos entre su largo cabello negro cuando lo sintió mordisquear su labio inferior.
— Quítatela…— T/n murmuró contra su boca, arrastrando sus manos por su pecho y tirando con fuerza de la tela de su camisa, decidida a arrancarla de él para finalmente poder ver su glorioso cuerpo y solo ganándose otro rápido y húmedo beso de Jungkook antes de verlo arrodillarse frente a ella para quitarse su camisa por el cuello, dejando cada centímetro de su piel expuesta a sus ojos.
T/n ni siquiera podía apartar la mirada de la forma en que sus músculos se ondearon y se tensaron cuando tiró la tela negra hacia un lado, abultándose cuando finalmente se relajó, ni siquiera pudo evitar no relamerse sus labios cuando pasó sus dedos entre cada surco de su abdomen, y una especie de jadeo pesado salió de sus labios cuando trasladó su atención a las líneas de cada uno de sus tatuajes por todo lo largo de su brazo hasta llegar a su hombro, antes de escucharlo soltar una risita oscura.
— ¿Te gusta lo que ves? — Jungkook preguntó con su voz ronca mirándola con sus ojos entrecerrados y mordisqueando su labio inferior dándole un repaso a todo su cuerpo, sintiendo su boca salivar al notar el rápido ascenso y descenso de sus senos con cada respiración que daba y la forma en que sus caderas se movían hacia arriba; buscando cualquier tipo fricción que pudiera encontrar.
— Eres jodidamente irreal.— T/n admitió en medio de un jadeo dándole un par de caricias más en su abdomen antes de ponerse de rodillas frente a él y comenzar a desabrocharle los pantalones, con toda la prisa por ver su polla sin la distancia que los separaba.
— Esto es lo que querías, ¿no? — Jungkook preguntó con firmeza, dándose cuenta de todo y con su mirada completamente desfasada en su rostro y en el movimiento rápido de sus manos, los textos perfectamente ejecutados y la entrega del paquete, solo sabiendo que había hecho todo lo que querías que hiciera.
— Fue divertido, ¿verdad, Jungkook? — T/n preguntó de la misma forma, bajándole los pantalones de un solo tirón junto a su bóxer para lanzarlos junto a su camisa en el suelo.— ¿Dime, qué te gustó más? ¿Verme hacer cosas cotidianas o mirarme tocándome y jugando conmigo misma?
Jungkook ni siquiera tuvo tiempo de responder cuando un gemido ahogado se le escapó de sus labios al sentirla envolver una de sus manos alrededor del duro eje de su pene, comenzando a bombearlo de arriba abajo una y otra vez mientras lo interrogaba, disfrutando de la forma en que luchaba por responder a sus preguntas.
— Dios, eres tan sucia…— Gruñó apretando su mandíbula al verla inclinar su cuerpo a la altura de su pelvis, quedando frente a frente con su enorme erección antes de clavar su mirada sobre él mientras pasaba la punta de su lengua por sus labios, justo antes de verla sonreírle con total astucia.
Y esa misma sonrisa le hizo saber que ella sabía muy bien que lo era, T/n sabía exactamente lo sucia que era llegando al punto de usar todo a su favor solo para obtener lo que quería, Jungkook contuvo el aliento mientras observaba la forma en que T/n avanzaba poco a poco hacia él, sacando la lengua para lamer suavemente la punta hinchada de su pene; atrapando la gota salada de líquido preseminal que amenazaba con escurrirse por todo lo largo para saborearlo con hambre, escuchándolo gemir sobre ella.
Y eso fue suficiente para envolver sus labios alrededor de su grosor por completo; haciendo rodar su lengua varias veces en la punta rosada antes de darle una ligera succión y comenzar a mover su cabeza de arriba abajo por todo lo largo de su pene, Jungkook soltó un suspiro al sentir el calor envolviendo todo de él, amando la forma en la que la humedad y calidez de su lengua lo cubría por completo haciéndolo tensar su abdomen evitando empujar su pelvis hacia su boca.
El pequeño gemido que T/n dejó escapar contra su longitud al sentir su pene duro y caliente sobre su lengua la hicieron envolver su mano en la base para estabilizarse mientras movía su cabeza una vez más hacia abajo, tratando de tomar todo de él, pero era tan jodidamente grande y estaba cien por ciento segura que esto era mucho más satisfactorio que verlo masturbarse a unos metros de distancia, los suspiros y gruñidos que brotaban de sus bonitos labios la animaban a seguir adelante, deseando verlo desmoronarse solo por ella.
Jungkook ni siquiera supo en qué momento sus manos se enredaron en su cabello; tirando con la suficiente fuerza de sus mechones para guiar sus movimientos de arriba hacia abajo por todo lo largo de su longitud, marcando un ritmo firme y constante; los sonidos húmedos y obscenos inundaron todo su cuerpo y solo lo hicieron obligarla a moverse con más fuerza, empujando su cabeza contra su pene y follando su boca con fuerza una y otra vez, gruñendo guturalmente al sentir como su garganta se cerraba alrededor de su punta en una audible arcada y formó una sonrisa cuando se encontró con su rostro, viendo sus ojos llenos de lágrimas y su nariz presionada contra su ingle mientras gemía alrededor de su polla, y estaba seguro que te veías tan bonita así.
Jungkook la apartó de su pene unos segundos después, el húmedo jadeo que T/n dejó escapar rasgó el aire mientras intentaba recuperar el aliento sin borrar esa sonrisa burlona de su rostro mientras observaba su longitud desordenada y húmeda balanceándose ligeramente de lado a lado con cada movimiento que hacía, sintió a Jungkook inclinarse sobre ella y a su mano tomarla por su mejilla con total ternura.
— Joder, apuesto a que te ves tan bonita cuando lloras…— Murmuró por lo bajo pasando su pulgar por su labio inferior hinchado y resbaladizo, notando las pequeñas lágrimas en sus ojos y en sus pestañas inferiores, casi a punto de deslizarse por sus mejillas.
— Hazlo.— T/n susurró sintiendo como el tono ronco de su voz hizo que su estómago se retorciera y que más humedad cubriera sus muslos, sonriendo cuando vió sus cejas levantarse en forma de pregunta.— Hazme llorar Jungkook.
Y Jungkook juró que sintió su polla palpitar ante sus palabras, queriendo nada más hacer lo que T/n le pedía, convertirla en un desastre de llanto mientras rogaba que la follara con fuerza.— ¿Estás segura?
Con un pequeño asentimiento T/n se arrastró hacia atrás sobre la cama antes de girarse sobre tus manos y rodillas, arqueando su espalda y poniendo su trasero en pompa; exponiendo su entrada húmeda frente a Jungkook justo antes de mover sus caderas levemente de lado a lado.— Estoy segura.
Y Jungkook no necesitó nada más convincente que eso, envolviendo una mano en su pene para bombearse un par de veces mientras se acercaba a ella, colocando sus rodillas entre sus muslos y siseando cuando apoyó su polla contra su húmedo coño comenzando a rodar su pelvis una y otra vez hacia enfrente; haciendo que la punta se deslizara entre sus pliegues con cada movimiento y escuchándola gemir cuando rozó su necesitado clítoris un par de veces antes de alinearse correctamente en su entrada y empujar su pelvis; presionándose dentro de ella poco a poco.
Los ojos de T/n se cerraron con fuerza ante la sensación, sus manos apretaron con fuerza las sabanas mientras sentía a Jungkook deslizar cada centímetro de su longitud dentro de ella, ajustando su interior a su tamaño y llenándola de una forma tan deliciosa, un gemido de placer goteó de sus labios cuando Jungkook le dio un tirón a sus caderas hacia su pelvis, asegurándose de que todo su pene estuviera dentro de ella, apenas deteniéndose para respirar correctamente, viendo hipnotizado la forma en que su coño lo tomaba, amoldándose tan bien a su alrededor como si estuviera destinado a estar allí.
— Esto es…— T/n balbuceó por lo bajo, quejándose cuando sintió a Jungkook deslizarse un poco hacia fuerza antes de recibir una nueva y rotunda embestida.— Así es como me lo imaginé…— Agregó en medio de un jadeo antes de soltar una risita baja que despertó el interés de Jungkook, inclinándose sobre su cuerpo para verla con la cara presionada contra las sábanas y una sonrisa burlona en su rostro.
— ¿Si? — Jungkook preguntó con su voz aireada y apretando el agarre en su trasero; clavando sus dedos en su piel y sin duda marcándolos para que los pudiera ver más tarde.— ¿Te imaginaste siendo follada por detrás por tu vecino?
— Mhm-hu…— T/n musitó sin poder evitar la risa ahogada que salió de sus labios cuando Jungkook comenzó a follarla con fuerza, saliendo casi por completo de su interior solo para volver a introducirse en una dura penetración, haciendo que el sonido de sus pieles chocando se mezclara con su risa y gemidos.
— Lo sabía…— Jungkook gruñó mientras deslizaba una de sus mano por toda su espalda desnuda hasta llegar a su nuca; rodeando su cuello con sus dedos hasta que su palma presionó su cara contra el colchón con fuerza, sosteniendo su cuerpo debajo de él mientras sus penetraciones se volvían más duras y desordenadas.— Sabía que lo estabas haciendo a propósito, joder, ¿sabes lo culpable que me sentí? — Un nuevo gruñido salió de sus labios al sentir su interior apretarse ante sus palabras, deleitándose con los sonidos húmedos y lascivos de su coño cada que volvía a hundirse dentro de ella cada vez más fuerte.
— L-lo siento…— T/n susurró con falsa inocencia en su voz rota por sus bruscos movimientos, pero Jungkook sabía que no lo decía enserio y la sonrisa juguetona que se sintió contra su palma le dió la razón.
— Oh, ¿lo sientes? — Jungkook preguntó tomando un puñado de su cabello y dándole un tirón hacia atrás con fuerza, escuchándola gimotear feliz cuando aceleró aún más el ritmo de sus penetraciones dentro y fuera de ella, sabiendo que había encontrado el ritmo correcto cuando la vió arquear su espalda más para él; rozando ese punto dulce en su interior una y otra vez, T/n podía sentir las primeras chispas de su orgasmo destellando dentro de ella, y el hecho de que obtuviera lo que quería la acercaba al límite más rápido de lo esperado.
— No, no lo siento.— admitió gimiendo descaradamente con cada embestida. De ninguna manera se arrepentía, si este fuera el resultado, haría todo de nuevo y exactamente de la misma manera.
— Sé que no lo haces, te encantó montar un espectáculo para mí, eh, sabiendo que te estaba mirando desde mi ventana mientras jodías conmigo.— Jungkook escupió deshaciéndose de la culpa que alguna vez llegó a sentir, soltando su cabello y viéndola colapsar de nuevo sobre el colchón, su mano volvió a presionar su cabeza contra las sábanas ahora siendo reemplazada por hambre pura que sólo aumentó cuando sus gemidos comenzaron a volverse más entrecortados, calientes y pesados contra su mano.
Sus palabras fácilmente hicieron que la mente de T/n diera vueltas, el balanceo embriagador de sus caderas contra su trasero la estaban arrastrando al mismo estado de desesperación en el que Jungkook estaba, fueron semanas de tortura sin sentido que los alimenta a ambos con más que suficiente frustración sexual para follarse como tantas veces habían deseado e imaginado.
— Me encantó hacerlo…— T/n se quejó en medio de un nuevo gemido roto sintiendo como su cara era empujada con más fuerza contra las sábanas, la aspereza que Jungkook le estaba mostrando hacía que su estómago se retorciera, como pudo se las arregló para abrir sus muslos más para él y dejó escapar un gemido tembloroso cuando lo sintió hundirse más profundamente en ella rozando ese punto dulce en su interior con cada rotunda embestida que daba solo arrastrandola al borde.
T/n iba a correrse, Jungkook lo supo por la forma en que su cuerpo se tensó, por la forma en que sus paredes se cerraron a su alrededor haciéndolo maldecir mientras continuaba embistiéndola, sin poder evitar sonreír al escucharla gemir con fuerza ante otra dura penetración; viéndola tirar de las sabanas con desesperación hasta que de repente, la sintió correrse alrededor de su polla con un grito de su nombre.
— J-joder, Jungkook…— Gimió una vez más sintiendo sus piernas temblar con la fuerza de su orgasmo, escuchando a Jungkook gruñir detras de ella sintiendo como todo su interior aprisionaba su pene dentro de ella, goteando por sus muslos y cubriendo su pene por completo con su orgasmo; dejándolo resbaladizo con su excitación y solo haciéndolo tararear de puro gusto.
Jungkook no perdió ni un segundo saliendo de su interior para girar su cuerpo hacia él, haciéndose espacio en entre sus muslos necesitando ver su rostro mientras se volvía a hundirse de nuevo dentro de ella en una deliciosa penetración, amando el suave gemido que T/n dejó escapar cuando tocó fondo una vez más, sus brazos se envolvieron alrededor de sus fuertes hombros cuando comenzó a moverse dentro de ella antes de sentirlo volver a estampar sus labios juntos.
El gusto salado de su transpiración potenció mil veces más su excitación, todo era tan carnal y tan sucio, el calor de sus cuerpos se fusionaba con cada empujón duro y decidido que Jungkook daba dentro de ella, sus lenguas calientes se juntaron, pero apenas y pudieron mantener la unión a causa de los desesperados jadeos en busca de oxigeno, y fue ahí cuando Jungkook se alejó solo un poco para poder mirarla; formando una sonrisa aturdida al ver su rostro sonrojado y su cabello húmedo cayendo sobre sus ojos, y T/n apenas y pudo sostenerle la mirada; admirando cada una de las expresiones de placer que hacía, creando un espectáculo privado tan erótico y sensual solo para ella.
— Quiero hacerte llorar…— Jungkook confesó inclinándose sobre ella para besar una vez más sus labios al mismo tiempo que su mano derecha golpeaba la cama torpemente hasta que encontró lo que estaba buscando, ese maldito vibrador que había guardado con su vida antes.
En el momento en que las pequeñas vibraciones llegaron a los oídos de T/n sus ojos se abrieron de par en par, apenas captando la sonrisa malvada en los labios de Jungkook mientras sostenía el juguete entre sus cuerpos, jugueteando con los ajustes hasta que las vibraciones fueron lo suficientemente bajas como para comenzar.— Espera Jungkook, soy muy sensible…
— Me dijiste que te hiciera llorar, ¿no es así, bebé? — Jungkook recordó comenzando a arrastrar la cabeza del juguete por su vientre y por su monte de venus lentamente, burlándose de ella mientras llegaba poco a poco al lugar deseado.
La emoción atravesó el cuerpo de T/n una vez más, haciéndola soltar un jadeo tembloroso cuando la cabeza del juguete apenas y rozó su sensible clítoris, todo su cuerpo se sacudió de placer y su interior se apretó con fuerza alrededor de su polla haciendo que Jungkook cerrara los ojos ante la sensación, volviendo a presionar el vibrador contra su pequeño clítoris, los ajustes bajos hicieron un zumbido a través de ella y sus uñas se hundieron en sus hombros.
— ¡Ah, Jungkook! — T/n lloriqueó su nombre una vez más, sintiendo su pecho agitarse con cada desesperada respiración que daba cuando Jungkook comenzó a follarla de nuevo; haciéndola girar sus caderas hacia arriba y contra su pelvis, sin saber exactamente si quería alejarse del juguete o presionarlo con más fuerza, el ligero dolor entre sus cuerpos rápidamente se transformó en placer cuanto más sentía su pene moviéndose dentro de ella.
— ¿Qué pasa, cariño? — Jungkook preguntó con falsa inocencia, elevando los ajustes del juguete hasta que un gemido particularmente fuerte resonó en la habitación, haciéndolo reír al sentir sus muslos apretarse en su cintura por reflejo, pero él sabía que a T/n le estaba encantando esto, con sus dientes mordisqueando su labio inferior mientras lo miraba con sus ojos llenos de lágrimas, instándolo a follarla más fuerte, rogándole silenciosamente por más.
Y por supuesto que Jungkook hizo lo que T/n mudamente le pedía, empujando sus caderas dentro de ella con la fuerza suficiente para empujar su cuerpo contra la cabecera de la cama, creando un audible y repetitivo golpeteo contra la pared que estaba seguro despertaría a más de uno de sus vecinos, pero eso le importaba una mierda, demasiado perdido en las olas de placer que se mezclaban con las vibraciones contra su clítoris. Jungkook podía sentir su propio orgasmo acercándose sigilosamente a él, arrastrándose por su columna vertebral con cada embestida húmeda y con cada gemido de su nombre.
Con unos cuantos clics más el vibrador alcanzó la configuración más alta, zumbando intensamente contra su sensible clítoris y casi haciéndola golpearse ante la sensación repentina, arqueando su espalda hacia el pecho de Jungkook mientras jadeaba una serie de cosas sin sentido que ni ella misma entendía, solo escuchándolo reír sin dejar de verla mientras presionaba el juguete con más fuerza.— ¿Vas a correrte de nuevo en mi polla, bebé?
— Jungkook…— T/n volvió a lloriquear su nombre buscando desesperadamente con sus manos sujetarse de su cuerpo, necesitando algo que la conectara de nuevo a tierra del abrumador placer al que estaba siendo sometida.
— Vamos, quiero verte llorar…— Jungkook la animó una vez más, observando con asombro cómo su cuerpo se tensaba por completo por un momento, sabiendo muy bien que estaba a punto de correrse de nuevo.
— Joder, joder...— T/n gimoteó sintiendo como sus palabras se mezclaban con los espasmos de su orgasmo brotando alrededor de su pene, sintiendo todo su cuerpo temblar cuando la sensación de euforia la inundó por completo, sus cejas se fruncieron mientras maullaba ante la sensación de su orgasmo llegando al punto máximo y fue ahí cuando las lágrimas finalmente se derramaron por sus mejillas, sintiendo todos sus sentidos abrumados por la cantidad de placer que sentía.
— Tan jodidamente perfecta…— Jungkook murmuró ante las altas vibraciones que se sentía contra su pene, el aleteo de sus paredes aterciopeladas evitaban que quisiera apagar el vibrador, deslizándolo un poco más cerca de su entrada hasta que él también jadeo.
— Es demasiado…— T/n suplicó por lo bajo, mirándolo con sus ojos empañados y aún llorosos de placer, los labios de Jungkook se abrieron en un gemido silencioso cuando aumentó sus embestidas buscando su propia liberación y elevó su mano libre para ahuecar su mejilla y poder limpiar las lágrimas perdidas que habían caído sobre su piel, corroborando que realmente te veías bonita cuando llorabas.
— Ya casi llego bebé, ¿estás bien? — Jungkook preguntó en medio de un suspiro, cerrando los ojos al sentir su interior palpitar alrededor de su longitud.
Su preocupación hizo sonreír a T/n, asintiendo levemente mientras colocaba su mano sobre la de él, luchando un poco más con la hipersensibilidad de él para obtener su propia liberación.— Sí, córrete dentro de mí, por favor…
Y Jungkook gimió en respuesta a sus palabras, deslizando el vibrador más abajo hasta que descansó contra la base de su pene, las fuertes vibraciones se arrastraron por todo lo largo de su longitud en cada una de sus desordenadas y torpes embestidas que daba dentro de ella, y cada zumbido solo hizo que su cuerpo se estremeciera.
— Ah, mierda…— Jungkook gruñó empujando su pelvis contra su coño con más urgencia, hundiéndose dentro de ella descuidadamente, sus ojos se abrieron hacia ella mientras llegaba, y la mirada llena de lujuria que T/n le dio fue todo lo que necesitó para dejarse ir por completo.
Un gemido murió en su garganta cuando se hundió dentro de ella lo más profundo que pudo con una descuidada y fuerte embestida, sintiendo como los chorros clientes y espesos de semen brotaban de su punta; llenando su interior y empujándose superficialmente unas cuantas veces más para asegurarse que todo estuviera dentro de ella hasta que finalmente se detuvo de a poco para apagar el juguete con sus manos temblorosas, lanzándolo a un lado de la cama sin cuidado antes de colapsar sobre el cuerpo de T/n en puro dramatismo. Ni siquiera se preocupó por su peso sobre ella y solo se concentró en tratar de recuperar el aliento mientras sentía a T/n pasar sus dedos entre su cabello húmedo.
— Me siento sudoroso y sé que hice un desastre en tus sábanas.— Jungkook murmuró después de unos segundos, con su mejilla presionada contra sus senos y los ojos cerrados mientras intentaba darle sentido a todo lo que acababa de pasar.
— Está bien, me gusta el desorden.— T/n respondió de la misma forma, y aunque parecía ser una broma, la forma en que el pene de Jungkook palpitó aún dentro de ella demostraba que él se tomaba en serio todo lo que decía.— Eres un pervertido.
— ¿Yo soy el pervertido? — Jungkook se burló sintiéndose completamente ofendido mientras salía de su interior, y cuando la vió asentir con su cabeza no pudo evitar soltar una risa y señalarla con su dedo.— ¡Lo dice la que me daba espectáculos gratis todas las noches!
— No es mi culpa que seas fácil de atrapar, te enganchaste en el segundo que me viste tener esa fiesta de baile aquí, ¿eh? — T/n preguntó de forma divertida y Jungkook asintió de inmediato sabiendo exactamente de qué noche estaba hablando.
— Bien, ¿Qué debería hacer ahora? — Jungkook preguntó poniéndose de pie y entrando al baño para tomar una toalla, pensando que lo mínimo que podía hacer era limpiar el desastre que había causado entre tus muslos.— ¿Debería enviarte un mensaje de texto sobre el clima mañana, y llamarte a mi departamento esta vez? Dejaré que me ahorques si te gusta eso.— Agregó de una forma tan casual que hizo que T/n soltara una risa ante sus palabras.
— ¿Te gusta eso? — T/n preguntó sintiéndolo limpiar con calma sus muslos y alrededor de su entrepierna, sintiéndose más que sorprendida cuando lo vió regalarle una mirada traviesa.
— Tal vez...— Jungkook agregó antes de formar un guiño coqueto, regresándole la bata y colocándose su bóxer de nuevo para dejarse caer sobre la cama a su lado.
T/n estaba segura que eso era algo con lo que podía trabajar, pensando en la próxima vez que torturaría a su vecino, preguntándose cómo se verían sus manos envueltas alrededor de su cuello, quién sabe, tal vez podría ver si se veía bonito cuando lloraba.
Y por supuesto que Jungkook notó la travesura en todo su rostro, pero antes de que pudiera sugerir una segunda ronda, había una cosa que lo estaba devorando por completo.— Por cierto, nunca me agregaste a ese grupo de chismes de los vecinos.
Los labios de T/n se fruncieron en una sonrisa tensa mientras sus manos regresaban a su cabello, haciendo girar un dedo alrededor de un mechón suelto y tratando de aguantar la risa, sabiendo muy bien que tal grupo no existía en absoluto, pero no estaba de humor para aplastar su espíritu, sabiendo que él quería desesperadamente conocer los chismes del vecindario, así que simplemente se encogió de hombros en una falsa disculpa, diciendo otra mentirita piadosa.
— Mi error, te agregaré mañana.
Y Jungkook sonrió en respuesta inclinándose para presionar un beso contra su muslo, mientras en su mente también se imaginaba cuán lindas se verían tus manos alrededor de su cuello.
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N/A: He vuelto por aquí titis🥺 yo sé que no me van a perdonar haber desaparecido así como así pero espero poder recompensar mi ausencia con este OneShot que muchas de ustedes me pedían que publicará de Jungkook y su vecina y no podía decirles que no porque estos dos me tienen mal sooo les prometo publicar la segunda parte de este oneshot muy pronto ♡
Una disculpa enormee por la tardanza, la vida de adulto no es muy bonita que digamos 🥺
Prometo estar más seguido por aquí ♡
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deepinsideyourbeing · 6 months ago
Note
Luego de leer "Con toda devoción" me quedé pensando... Habrá algún momento en que la actitud de mean!dom de Mati le hubiera dados ganas a Enzo de dejar de ser un soft!dom por cinco segundos y ponerlo a Mati en su lugar? 👀
+18!
Los dedos de Enzo rozan tu mejilla con delicadas caricias que bordan la devoción y pretenden hacerte olvidar lo que sucede entre tus piernas: allí Matías se encarga de hacerte delirar con una combinación no-tan-perfecta de placer y dolor, tu centro sufriendo una tortura a manos de su lengua y sus dientes.
El mayor busca tus labios y sobre ellos recita palabras de aliento cuando ve en tus ojos el reflejo de la desesperación. No le parece del todo correcta la forma en que Matías te hace llorar y teme que en tu estado -alterada y muy sensible- sean peligrosos todos los apodos despectivos que este te dirige.
No le corresponde interferir, sabe que ambos son completamente diferentes a la hora de dominarte, pero cuando te oye gritar otra vez y decir su nombre en busca de ayuda... Se pone de pie y tira del cabello de Matías para alejarlo de tu cuerpo, encontrándose con una mirada de disgusto y sus labios húmedos.
El reclamo de Matías jamás deja sus labios porque se interrumpe gritando cuando el uruguayo golpea su pecho. Lo mantiene en su lugar, sus dedos aún en su cabello, y se acerca hasta que entre sus rostros sólo hay pocos centímetros de distancia. Cuando habla su voz suena mucho más grave y peligrosa.
-A vos no te va a gustar que te haga lo mismo, ¿o sí?- pregunta. Cuando Matías intenta empujarlo vuelve a tirar de su cabello con la suficiente fuerza para aturdirlo-. Siempre lo mismo con vos pendejo.
La escena te resulta extraña y por un momento sentís angustia ante la expresión de dolor en el rostro de Matías, pero también te recorre la curiosidad cuando notás la facilidad con la que Enzo manipula su cuerpo. Conduce al menor nuevamente hacia tus pliegues, brillantes e irritados por la brutalidad de tu novio, y comienza a guiar sus movimientos.
Matías, para su propia confusión, obedece. Cuando sus labios entran en contacto con tu piel permite que Enzo lleve el ritmo y el ardor en su cuero cabelludo provoca que busque alivio frotando su erección contra el colchón. Sus gemidos y la estimulación constante te hacen temblar rápidamente.
Enzo deshace su agarre y golpea su cabeza casi sin fuerza. Cuando regresa a tu lado besa tu frente y toma tu mano con el mismo cariño de siempre, actuando como si lo ocurrido fuera sólo un producto de tu imaginación delirante.
-Enzo- gemís-. ¿Qué pasó...? No...
-No pasa nada, bebé, ya está- besa tu mejilla-. Vos tranquila.
-Pero...
-Mati se va a portar bien, ¿sabés? Hoy va a hacer todo lo que quieras- promete-. Y lo que yo quiera también.
Originalmente no tenía intención de hacer de este ask un drabble porque sabía que iba a escribir más sobre la historia y podía jugar con esa dinámica ahí, pero desde que lo recibí pienso siempre en este escenario :) Espero que estén de acuerdo conmigo cuando digo que Enzo puede hacer lo que quiera con Mati y Mati lo aceptaría porque... bueno, es Enzo y él lo adora.
taglist: @madame-fear @creative-heart @recaltiente @llorented @chiquititamia @delusionalgirlplace @lastflowrr ♡
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shintervenciones · 5 days ago
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Fase 1: Incubación Silenciosa (0-24 horas)
Síntomas:
Leve fiebre, fatiga y desorientación.
El huésped parece tener una gripe leve o estrés, pero comienza a experimentar una sed inusual y un ligero temblor en las manos.
Las pupilas se dilatan, y puede haber una ligera sensibilidad a la luz.
Contagio:
A través de contacto con fluidos corporales infectados (mordeduras, saliva, sangre).
Descripción:
El virus/hongo comienza a asentarse en el cuerpo, especialmente en el cerebro y sistema nervioso. No hay señales externas que lo delaten, lo que hace esta fase extremadamente peligrosa, ya que el infectado puede seguir interactuando con personas sin levantar sospechas. Aunque el huésped aún tiene control sobre sí mismo, sus sentidos comienzan a distorsionarse.
Fase 2: Infección Aguda (+48 horas)
Síntomas:
Fiebre severa, dolores corporales extremos y espasmos musculares.
Comportamiento errático: agresividad repentina, paranoia y alucinaciones.
Comienzan a aparecer manchas oscuras en la piel, indicio de que el hongo está afectando el sistema circulatorio.
Contagio:
Mordeduras y arañazos.
Los fluidos corporales se vuelven más virulentos y el contagio es mucho más rápido.
Descripción:
El huésped pierde gradualmente la razón, y la infección comienza a atacar el cerebro, alterando el comportamiento humano. Los infectados muestran una agresividad salvaje, atacando a cualquiera cerca. En esta fase son extremadamente peligrosos debido a su velocidad y energía incontrolable.
Notas:
Audición aguda: Tienen una capacidad de percepción auditiva muy sensible, siendo capaces de detectar sonidos débiles o lejanos. No obstante pueden distraerse fácilmente con ruidos fuertes o repentinos cercanos a su entorno.
Comportamiento grupal: Se observan comportamientos cooperativos, actuando en conjunto y mostrando señales de comunicación entre ellos. Este comportamiento sugiere una organización grupal o coordinación en sus acciones.
Eliminación por desmembramiento: Para neutralizarlos de manera efectiva, es necesario desmembrarlos. El proceso implica desarticular sus extremidades o cortar su conexión entre torso y cabeza. La eliminación de estos puntos de unión parece interrumpir su capacidad para coordinarse y actuar, resultando en su inactividad o destrucción total.
Esta información fue compartida por el grupo de líderes (Aiden, Luisa, Juliet y Zohan) con el resto de los residentes. Fue recopilada después de 2 días observando a los infectados atrapados en la zona residencial.
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rubywolffxxx · 2 months ago
Note
Por favor, podrías hacer un shot de Jacaerys 🫶🏻
Obvis.
Espero que te guste.
Recuerden que pueden hacer pedidos de lo que quieran! (Lo que quieran... Dentro de lo posible, no pidan locuras eh jsjssj)
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Arreglado, no forzado (Jacaerys x lectora)
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Masterlist de mi autoría
Sinopsis: cuando Rhaenyra reunió a sus nuevos jinetes, Jace se sintió vulnerado. No solo porque su situación de bastardo volvía a resonar como rumores entre sus seguidores, sino también porque en su desconfiado corazón, comenzaba a creer que no era digno. Y esa corrosiva desconfianza afectó la relación con su esposa
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Jace estaba raro.
Para la joven Blackwood no fue difícil descifrar que su esposo estaba actuando de forma muy diferente a la usual. La evitaba, era cortante. Y Jace nunca era asi. No con ella.
Lo dejó ser unos pocos días, pensando que tal vez estaba atareado por tanto movimiento en cuanto a la guerra. Pero al verlo salir de los aposentos de su madre con los ojos rojos cierta noche, decidió que no podía seguir mirando a un costado.
—¿Qué sucede, Jace?—____ se paró frente a él de repente, sin darle chance a que secara las lágrimas en sus mejillas de forma disimulada.
—Deberias estar durmiendo, es tarde.—pasó las mangas de su camisa por sus ojos, solo consiguiendo irritarlos más.
—No respondiste mi pregunta.—____ apartó sus manos, evitando que siguiera lastimando su piel. Usó su pañuelo para secar sus húmedas mejillas con cuidado—. ¿Quieres ir a la biblioteca para hablar a solas?—
Jace tardó unos segundos, asintiendo finalmente. Asi que la mujer lo tomó del brazo con seguridad, caminando a paso tranquilo hasta su lugar favorito de toda la fortaleza. La biblioteca era el refugio de ____, donde desconectaba por completo de la agobiante sensación de guerra. Y ahora quería que Jace desconectara de todo también. Que le contara qué lo traía tan mal. Fue por ello que lo sentó en un rincón del salón, junto a las enormes pilas de libros que ella misma había estado leyendo esa última semana.
—Ahora sí, corazón mío. Dime qué te atormenta.—____ se sentó frente a él, sujetando sus manos con cariño.
—... No quiero amargarte.—
—No me amargas, me preocupas. Asi que vamos, dilo.—Jace presionó sus manos un poco.
—... Mamá no debería poner a esos bastardos sobre dragones.—____ frunció el ceño en confusión—. Le dan más peso a nuestras filas, sí. Pero su mera existencia afecta la mía, la de mis hermanos.—
—No estoy entendiendo ¿te han tratado mal? El barbudo es un imbécil, pero Addam no-
—Si un bastardo cualquiera monta un dragón... ¿Qué me hace diferente a ellos?—Jace la miró algo desesperado—. Vermax era lo único que callaba los murmullos de mi bastardia... Ahora todos tienen un dragón. Soy un simple bastardo más.—
—Jace...—____ quiso abrazarlo, pero Jace se alejó. Eso la extrañó.
—Te prometieron de esposo a un príncipe Velaryon... Pero ahora todos me ven como un bastardo más. El hijo de Sir strong...—Jace parpadeó apresurado, intentando no llorar—. Quedándote conmigo solo conseguirás deshonor, ____...—
La mujer no podía creer lo que escuchaba. No podía creer que su adorable y amoroso esposo estaba tan roto. Y solo por unos dragones y bastardos.
—Jace...—____ atrapó sus mejillas, obligándolo a mirarla—. Tú eres mi esposo, y a menos de que tú seas quien quiera dejarme, yo no pienso dejarte nunca. Velaryon, Strong... Me da igual.—
—Pues yo jamás te dejaría a ti.—la chica sonrió apenas, dejando un besito en sus labios.
—Bien, entonces asunto arreglado.—se relajó, separándose un poco—. ¿Quieres un bocadillo de media noche?—
—... Tal vez tú me aceptes por lo que soy.—continuó Jace, negado a terminar el debate—. Pero tu padre romperá el compromiso en cuanto se sepa que soy bastardo.—
—Corazón, todo Westeros sabe que eres bastardo. Que lo escondan es otra cosa.—Jace rodó los ojos, suspirando con pesadez. ____ lo vio tomar una pluma, garabateando tonterías en una hoja—. Y lo que mi padre diga a estas alturas no me importa. Si yo me casé contigo, fue porque yo lo quise. Me enamoré de ti por quién eres, cómo eres... Los beneficios o títulos no me interesan.—
____ le quitó la pluma, escribiendo algo bajo los vagos garabatos. Acercó el papel a Jace, quien sonrió al leerlo.
—Yo también te amo, ____.—tomó el papel, dispuesto a guardar las palabras de su esposa.
—No sé cómo repercutirán las semillas de dragón en la opinión del reino, corazón. No sé nada de nada... Pero si hay algo que puedo asegurarte, es que pase lo que pase, yo estaré a tu lado.—la mujer lo tomó de las mejillas, besando su frente antes de ponerse de pie—. ¿Vamos a la cama?—
—... Un bocadillo antes ¿Pastel de manzana?—____ le sonrió, tomándolo de las manos y ayudándolo a ponerse de pie.
Esa noche, cuando Jace cerró los ojos en su cama, un par de delicados brazos rodeaban su cintura. La calidez que emanaba la mujer no solo lo hacían sentir a salvo, sino también amado. Y le hicieron entender que pase lo que pase, él tenía a su compañera de vida a su lado.
Y no necesitaba nada más.
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flan-tasma · 1 year ago
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Te dedican una canción (Fontaine ver.)
💖~ The brilliant men of Fontaine and the songs I heard and imagined they could dedicate to you because I spent most of my life imagining scenarios that will never happen...
With songs in spanish :D
Warning: Nope now💖, GN!Reader | Google Translate sponsors me (it's a lie) If I made any mistakes in the english translation, I would be happy to read your comments! | Content in spanish and english
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Spanish:
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Lyney te dedicaría "Muerte en Hawaii" y nadie me puede hacer cambiar de opinión. El hombre aprendería cómo tocar la guitarra y se pasaría toda la canción sonriendo y actuando cada cosa de la canción y por eso Lyney es el mejor. Puntos extra porque definitivamente hace aparecer para ti un ramo de flores.
"Soy todo lo que soy porque tú eres todo lo que quiero."
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Freminet te dedicaría "Vuelta al mundo" y puede o no tocar algún instrumento, pero definitivamente la canta en susurros y en la noche cuando ambos están muy cansados y él solo quiere recordarte que te ama mucho. Toma tu mano y sonríe mientras ambos se quedan dormidos.
"Abrazarme con las nubes, sumergirme bajo el agua y ver como las burbujas suben y..."
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Neuvillette puede dedicarte "Quién Será" y definitivamente es la cosa más bella del mundo. Ni siquiera sabes que te la está dedicando, solo la escuchan en su oficina y él inmediatamente te está mirando y sonriendo con amor mientras te das cuenta que te está hablando mediante la canción. Puede que acepte bailar contigo si lo levantas de su silla.
"He querido volver a vivir la pasión y el calor de otro amor, de otro amor que me hiciera sentir, que me hiciera feliz."
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Wriothesley definitivamente te dedica "Virgen" y no es solo porque entrego mi alma solo por bailar con él él definitivamente te invita a bailar mientras la canción suena de fondo, ambos bailan al ritmo de la música y él sonríe mientras se acerca a tu rostro y te besa antes de cantar para ti mientras te da varias vueltas y te balancea contra su cuerpo que te sostiene.
"Soy el hombre que muere contigo, amor, yo sí te amo y vivo por ti, mi linda querida."
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English:
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Lyney would dedicate "Muerte en Hawaii" to you and no one can change my mind. The man would learn how to play the guitar and spend the entire song smiling and acting out every single thing in the song and that's why Lyney is the best. Bonus points because he definitely makes a bouquet of flowers appear for you.
"I am everything I am because you are everything I want."
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Freminet would dedicate "La Vuelta Al Mundo" to you and he may or not play an instrument, but he definitely sings it in whispers at night when you are both very tired and he just wants to remind you that he loves you very much. He takes your hand and smiles as you both fall asleep.
"Embrace the clouds, dive underwater and watch the bubbles rise and..."
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Neuvillette can dedicate "Quién Será" to you and it is definitely the most beautiful thing in the world. You don't even know he's dedicating it to you, you just listen to it in his office and he's immediately looking at you and smiling lovingly as you realize he's speaking to you through the song. He may agree to dance with you if you get him out of his chair.
"I have wanted to relive the passion and warmth of another love, another love that made me feel, that made me happy."
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Wriothesley definitely dedicates "Virgen" to you and it's not just because I give my soul just to dance with him he definitely invites you to dance while the song plays in the background, you both dance to the rhythm of the music and he smiles as he approaches you face and kisses you before singing for you while he spins you around several times and swings you against his body that holds you.
"I am the man who dies with you, love, I do love you and I live for you, my pretty darling."
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vlp-wrtng-prctcs · 2 months ago
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The Boss
ESTO ESTÁ INSPIRADO EN OTRA OBRA.
Es una RE-ESCRITURA de un capítulo de un fanfic recopilatorio de Wattpad, el link podrán visualizarlo al final de este post. Lo hice porque hay muy poco contenido de Eusebio Manguera/Tulio Triviño y me encanta tanto la diversidad de escenarios; así que quise brindar un tributo re-haciendo la trama con mi propio toque.
Maneja los mismos puntos de la trama porque al final del día era una re-invención; agradezco muchísimo al autor original por haberlo escrito y espero de antemano que no le moleste. Ahora, lo otro importante.
ADVERTENCIA:
Tiene contenido inapropiado (nsfw/lemon/smut como quieran llamarle) con algunos toques adicionales que puede encontrar en la etiqueta (daddy kink, age gap, anal/oral, etc). Así que directamente si el contenido NO te gusta, puedes pasarte a ver mis otros trabajos más suaves o de tú preferencia. Hay que subir contenido para tener un portafolio de ejemplos para vender (?).
Gracias por el apoyo.
⸺ 𝒾 ⸺
Reconoce el momento en qué las situaciones escalaron, aun cuando la alevosía se había presentado como un acto sutil, Tulio siempre había notado como los toques escalaron de las puntas de sus dedos hasta rozar sus brazos para llegar a sus hombros; siempre actuando desde el silencio, solo para reafirmar los hechos en palabras que desviaban la atención de ajenos. Juego en el que participó activamente, calmando la curiosidad contraria para avivar la propia.
Lo que Tulio desconocía era cuál de todas las intenciones iniciales fue por las que había aceptado ese suceso a largo plazo; o si fue la admiración lo que le había endulzado la idea de ver hasta dónde podrían ser capaces de llegar. Después de todo, Manguera le había enseñado demasiado de ese mundo para ser enteramente ciego, pero a él le encantaba creer que su ingenuidad es un hecho natural. Y no era quien para quitar la ilusión del hombre que lo controla todo. Porque Tulio asimiló, bajo su tutela, que controla más siendo una pieza del juego que el jugador cegado por la generalidad del tablero.
Sacude sus pensamientos cuando la brisa helada golpea contra su cuerpo, llevándolo a abrazarse; debería llamar a su chófer antes que-.
Su celular vibra, por lo que lo extrae del bolsillo interior para mirar en la pantalla la notificación con un ícono que es solo reconocible para su persona.
Una hora se remarca, la misma con la que se han encontrado en otras ocasiones.
Alza la vista, encontrándose con que hay un coche esperándolo justo a tiempo.
Desliza el dedo sobre la pantalla para desbloquearla, escribiendo un agradecimiento acompañado de un pequeño corazón; cuando el mensaje es leído, vuelve a resguardarlo en la seguridad de su ropaje para ingresar en la parte trasera del vehículo, ignorando la existencia del trabajador que está acostumbrado a su entidad y lo peligroso que sería cuestionarla.
El viaje es silencioso pero familiar, por lo que se deja arrullar momentáneamente por el paisaje que presume la riqueza del sector, sintiéndose parte del ambiente de élite; sabe que se encuentra en la cúspide de su carrera, y de igual modo, sigue aspirando a ser mejor que todos aquellos que se encuentran en la zona. Solo que necesita dar un paso a la vez.
Recupera su postura cuando la mansión que lo ha recibido durante algunas noches se vuelve una imagen fija, siendo guiado por uno de los sirvientes que le abre la puerta para dejar que el conductor siga de largo en su turno; lo guían al interior, ayudándole a deslizar la gabardina fuera de su cuerpo para llevarlo con los otros abrigos. Asiente como un agradecimiento silencioso, sabiendo que es toda la atención que recibirá por esa noche porque ya está apartado.
Mantiene al margen la vibración que hay en su piel, especialmente cuando sube las escaleras que lentamente han perdido su pesadez; deja que su mano se deslice a lo largo del ónix importado que funciona como barandal, misma que siempre lo deja impresionado por su elegancia visual; Manguera, si bien no parecía estar enteramente ligado a la estética como su ser, podía asegurar de que posee buenos gustos.
Por algo lo había adquirido como uno de sus bienes.
La gran puerta blanquecina lo recibe cuando no hay otro camino al cual recurrir, por lo que toca con suavidad para ser recibido con un «adelante».
Abre solo para encontrarse al hombre en traje, mirando por uno de los ventanales enormes de la habitación; cierra la puerta tras suyo, asegurando la misma para que ninguno de los secretos que han enredado entre sí sean descubiertos antes de tiempo.
Lo miran, y en un suave movimiento de mano, entiende que lo quiere a su lado.
Acomoda su propio traje, antes de acercarse para inmediatamente ser recibido con una bebida, la cual apenas huele, su rostro se frunce un poco en rechazo; no lo ha probado, sin embargo, sabe por el aroma que es una bebida más amarga de lo que bebería en compromisos sociales.
Arruga la nariz. —No creo que debería... —habla con suavidad, mirando el vaso de vidrio unos segundos adicionales antes de volver a enfocar al hombre mayor. —No soy un conocedor de bebidas o tragos, pero nunca he sido capaz de beber más de uno entero sin que sienta que la garganta me quema —con la sinceridad saliendo, estaba a punto de bajarlo cuando una mano contraria lo sostiene, ayudándole alzar el cristal para reposarlo en sus labios.
—Solo un pequeño trago.
Sabe que no será un trago, porque ha bebido todo; como lo ha bebido a él cuando lo llegó a besar en la oficina, hace un par de meses cuando su guardia estuvo “abajo”.
Carraspea cuando traga lo último que hay del líquido, acariciando su propia garganta como si con ello pudiera rebajar la intensidad; algo que no sucede porque una mano oscura acaricia la parte frontal de la misma zona, haciéndolo soltar un diminuto grito de sorpresa que pronto lo deja enrojecido.
—Señor Manguera —intenta llamarle, pero por su mirada comprende que lo hará ser más informal, llevándolo a desviar su vista. —Eusebio —menciona más directamente, jugueteando con sus manos ante la poca costumbre de llamarlo por su nombre. —¿Volvió a organizar mi agenda?
—Necesitaba a mi mejor trabajador para un evento importante —sonríe, siempre engrandecido por los halagos; algo que es tan notorio, porque acarician su mejilla intentando reforzar su respuesta automática. —Solo podría encargarte estas cosas a ti.
—Nunca lo defraudaría, sabe que haría cualquier cosa para que el noticiero siga siendo tan exitoso como lo es ahora —continúa con un par de frases, naturalmente ansioso de impresionarle, por lo que cuando vuelven a servirle del coñac, está vez logran que lo beba sin mayores objeciones, llevándolo a otra reacción fugaz que congelan cuando pasan un dedo sobre sus labios, secando el residuo de la bebida.
Traga saliva, dejando el vaso sobre la mesa de noche para sentarse en la cama, bajando la cabeza unos segundos para acariciar su nuca, despeinando el cabello cerca de la zona.
Una mano debajo de su mentón lo lleva alzar el rostro, siendo recibido por una caricia áspera que lo lleva a cerrar los ojos, luego, cuando los abre ante la ausencia del toque, parpadea lentamente, dejando que su rostro naturalmente expresivo presuma su personalidad risueña, especialmente cuando exhala pequeñas risas.
Está dentro del juego, y puede sentir como las manos contrarias creen mover las piezas de adentro.
Entonces sabe que este es su turno para ser quien lleve el verdadero control de la situación.
—Me siento un poco mareado —murmura, aprovechando que el hombre de piel oscura se ha inclinado hacia su persona, llevándolo a ser quien se sostenga de sus hombros, como si verdaderamente requiriera algo de estabilidad. —¿Podría…? —la pregunta no se finaliza cuando los labios secos besan los suyos, arrebatándole un pequeño suspiro que se prolonga entre los besos que remarcan un sentido de que no es más que otra "propiedad".
Permite ser recostado hacia atrás, quedando bajo el control del adulto quien deshace, sin abandonar su boca, el nudo de corbata para retirar la tela; cuando siente que consigue desabrochar los botones, gime cuando la boca de su amante besa y muerde la piel que se enciende en su acto. Con los dedos ahora aferrados a la espalda, lo llama en bajo, pidiendo con una voz ahogada que lo toque; cosa que hacen de forma pronunciada, siendo consciente de que los dedos se quedarán marcados hasta que los días pasen.
Entonces corresponde, tirando del saco para deshacerse del mismo y sus uñas, siempre definidas en un cuadrado delicado, comienzan a desarrugar la tela de la camisa blanca para arañar superficialmente la espalda.
Duran unos minutos de esa forma, fundiéndose entre toques que rompen cualquier aparente perfección.
Besan sus clavículas, lo que lo lleva a recitar el nombre de aquel que llama amo; y tan pronto dejan la marca de su propiedad, siente el frío del abandono temporal.
Respira pesadamente, acariciando donde las marcas de los dientes permanecen frescas.
Esta es una danza de combustión.
Lo observa sentarse, dando unas pequeñas palmadas en su regazo; entiende el mensaje porque ha estado en esa posición más de una ocasión, por lo que se alza entorpecido, recostando su cuerpo en el contario mientras permite que las otras manos sostengan su cintura, encerrándolo en un agarre que hincha su pecho de aire caliente; Manguera, con un control envidiable, lo ayuda sentarse sobre él; y, como lo ha experimentado en otras ocasiones, ni siquiera le da la opción de esparcir su peso cuando ya tiene anclado contra sí, llevándolo a gemir al sentir su erección contra su trasero.
—Mangue- —el apellido se entrecorta porque lo besan, sintiendo los dientes contrarios castigar el desliz sobre su manzana de Adán. —Euse- —el nuevo intento consigue el mismo resultado, provocando que ahora sean sus clavículas las que sean reprimidas por su error. Fingiendo inocencia, procura volver a utilizar su nombre, hasta que el índice del mafioso pasa de forma vertical desde su pecho hasta su abdomen, hundiendo este mismo ante el cosquilleo invasivo que le causa. —A-Amo —dice por fin la palabra que sabe que buscaba, siendo recompensado con un beso en su hombro, para posteriormente, ser encorvado cuando en un camino de gestos aparentemente dulces, lamen y chupan su pezón.
Cierra los ojos y aprieta los labios para contener los sonidos escandalosos que siempre lo acompañan.
Desconoce si solo es su rostro lo que arde o es su cuerpo entero.
Cuando lo obligan a mirar, sostienen su rostro por las mejillas, forzándolo a inclinarse para abrir la boca, recibiendo un beso que succiona su propia lengua.
Los hilos traslucidos los unen y sus ojos brillan en una capa de vergüenza y goce.
—¿Aún te sientes nervioso, pequeño?
Asiente, sabiendo que eso es un juego entre ellos.
Lo llenan de besos y caricias, que poco a poco se convierten en rasguños, apretones y marcas; han quedado mutuamente desnudos de la parte superior, y para cuando Tulio gime en alto, escuchando su voz llenar la habitación, lo ayudan a llegar al suelo, arrodillándolo.
Sabe lo que hay que hacer desde antes de que lo anuncien, pese ello, espera una verbalización del hombre que inhala y exhala con la pesadez de la espera, a quien motiva al acariciar los muslos internos, cerca del miembro masculino que pide ser atendido.
La atención que le brinda provoca que pronto el pulgar de su jefe repose sobre su boca, el cual besa antes de ser invadido por este; lo puede sentir presionando su lengua, incitándolo a chupar tanto como le permita la presión.
Lo hace, tanto que cuando el dedo es extraído, puede ver la lujuría resplandecer en esos ojos fríos.
—¿Ansioso, Triviño?
Inclinan su cabeza, siempre premiándolo con caricias que peinan su cabello alborotado.
—No me defraudes.
La oración eriza su piel violentamente, sintiendo hasta la brisa más ligera hacerle cosquillas; entonces no sabe si quiere temblar entre la imposición y la admiración, o en el gozo de sus bajos deseos.
Desabrocha el cinturón y el pantalón, conteniendo el aire con cada ausencia de tela que queda hasta que puede ver su miembro erecto, palpitante como emocionado por volver a conocer el calor de una boca húmeda que ha profanado; pasa su saliva, acercándose para besar la punta, mirándolo de reojo; lo ve formar una mueca, sabiendo que desea pronunciar una desesperación que no admitirá nunca; así que juega con ese orgullo con el que ha sido educado, hasta que su boca pasa a los costados para lamer el largo, mojando la virilidad hasta que se siente lo suficiente resbaladiza para ingresarlo en su boca.
Permanece en la punta unos segundos antes de mover su cabeza hacia adelante, de forma tan lenta que el agarre de la mano sobre su cabeza es más veloz y fuerte que su movimiento, pese a ello, no lo mueven, porque la lentitud con la que lo envuelve provoca que el azabache esté soltando una especie de gruñido que solo se ha presentado en el placer o en el enojo.
Cuando llega a la base, con la diestra decide masajear los testículos, aumentando y disminuyendo la presión de las yemas conforme su boca decide succionar con distintos tipos de presión.
Tulio reconoce cuando Manguera está al borde, algo que se hace mucho más notorio cuando lo arrebata violentamente lejos de su pene, llevándolo a toser por el inesperado acto y tragando el sabor salado que se ha instalado dentro de la cavidad bucal.
Perfilan nuevamente el lubricado miembro antes de que a Tulio se le dé la orden de volver a lamerlo, lo que hace casi a ojos cerrados, guiándose entre su mano y el espacio que reconoce entre sus piernas; para cuando es consciente, su boca brilla por el líquido pre-seminal que no puede ocultar su fuga.
Estando el límite tan cerca, incluso para su persona que siente la amenaza de ensuciar su pantalón, vuelven a retirarlo para ayudarlo a levantarse, dado que sus piernas son incapaces de mantener su propio peso.
Recostado en la orilla de la cama, puede observar cómo su jefe parece haber perdido los estribos: ojos dilatados, un pecho ascendiendo y descendiendo y una mirada que, lejos de congelarlo, sabe que le han otorgado toda victoria. Porque lo desea tanto ahora; necesita poseerlo y Tulio siempre ha requerido de grandes sacrificios para ser perteneciente a alguien u algo.
Cubre su boca cuando presionan su erección sin mucha delicadeza, soltando pequeñas lágrimas cuando lo masturban sobre la tela, como una especie de recompensa por su gran trabajo.
Pero aún falta el final, lo sabe, porque lo han obligado a gemir tan alto como el aire en sus pulmones lo permiten.
Lo desnudan con nula paciencia, algo que imita en el cuerpo robusto para deshacerse de las prendas que se sienten innecesarias a ese punto. Solo que sus manos apenas pueden hacer parte del trabajo porque ahora debe sostenerse a sí mismo cuando siente la preparación inicial introducirse en su entrada, procurando expandir la misma para que sea lo menos doloroso posible; aunque duda que pase con el cúmulo de ansiedad que se respira por parte de ambos.
Desconoce si al final lo preparan con uno o dos dedos, lo único que traduce es cuando es penetrado en una estocada descuidada, que lo lleva a gritar tan alto que siente que la garganta se le deshace; llora gotas más gordas y amargas, pero que se alejan del dolor cuando el movimiento es constante como caótico; puede sentir las manos de Eusebio Manguera casi perforarle el hueso de la cintura con tal de chocarlo constantemente contra su pelvis.
Aferrado a la cama, va deshaciendo el orden de la misma, hasta que su captor se inclina, dándole la oportunidad de atraparlo entre sus propias garras, con las que daña la piel a la que rara vez se le verá una cicatriz como la suya; suplica por él, pide por más, comienza a decir un montón de tonterías incompletas hasta que por fin ceden a lo que necesita: ser callado con besos que lo lleven a asfixiarse.
Ambos cuerpos chocan, procurando alcanzar el clímax al no soportar más el ardiente deseo.
Manguera se corre dentro suyo después de que se contrae en una embestida que alcanza su punto dulce, y el hombre, en un acto frenético por la sobreestimulación, no le permite gritar con comodidad al callarlo con un beso tosco que hace arder sus labios; cuando su propio clímax lo alcanza, momentos después, es que le dejan soltar todos sonidos que desee mientras acompañan las exhalaciones de cansancio de su amante.
Se alejan, dejándole lidiar con la sensación de comenzar a vaciarse y sentir las piernas calientes y pegajosas.
Lleva un brazo sobre sus ojos, sintiéndose a punto de desmayar cuando lo levantan, llevándolo contra su voluntad a una tina, la cual llenan en la temperatura adecuada para hacerlo casi ronronear.
Y, como si no buscaran arrancarle el alma momentos atrás, Manguera lo ayuda a prepararse para estar listo para dormir; porque sus parpados caen cada que la esponja limpia las partes más largas de su cuerpo.
Sabe que no permitiría que algo suyo sea imperfecto; hecho del que siempre se aprovecha.
Le da pequeños besos cansados, especialmente cuando lo envuelve en una de las batas con la tela más cara que ha conocido, y para cuando es recostado, puede observarlo estar listo para fumar un gran habano.
Es entonces cuando demuestra cuál es la verdadera posición privilegiada en esa relación.
—¿Quiere que esté mañana temprano en el canal? —la pregunta aparece junto con un beso en sus labios, acariciando su rostro antes de acostarse en su pecho, deslizando sus dedos hasta la mano que sostiene el objeto que repudia por imagen. —Porque si es así, no alcanzaré a ir por mi colonia favorita.
Manguera parece pensar unos momentos, antes de dejar su intención inicial de fumar a un lado para abrazarlo, acariciando su brazo.
—Deberíamos conseguir uno de emergencia.
—¿En verdad? —la emoción, que consigue emular pese al cansancio, lo lleva a besar el pecho en el que se refugia, permitiéndose cerrar los ojos. —Es un hombre maravilloso.
Puede escuchar a Manguera beber ese trago dulce.
Y Tulio sabe que ya lo ha embriagado con su persona.
⸺ 𝒾 ⸺
Capítulo/Fic de referencia:
https://www.wattpad.com/854698144-%F0%9D%9F%BA-%F0%9D%9A%83%F0%9D%9A%91%F0%9D%9A%8E-%F0%9D%99%B1%F0%9D%9A%98%F0%9D%9A%9C%F0%9D%9A%9C
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silvertice · 2 days ago
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Flicker.
Logan (2017) x female reader.
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Summary: Sumido en la monotonía y el enfado, sentía que ya no vivía, solo existía. Pero un día la vió, y por primera vez en mucho tiempo, encontró algo bonito y esperanzador en su vida. A pesar de sentir que no lo merece, no puede dejar de ignorarlo, actuando como un viejo amargado.
Category: Angst, Slow Burn, Forbidden Love, Emotional Struggle, Healing, Self-Discovery {TW}: Age Gap, Internal Struggle, Self-Doubt, Mentions of Violence, Isolation, Toxic Behavior, Unresolved Trauma
El sol apenas se filtraba por las grietas oxidadas de la persiana, bañando la habitación con un resplandor apagado, como si el mundo también estuviera cansado. Logan se levantó del sillón con un gruñido bajo, sintiendo cómo sus huesos protestaban con cada movimiento. No era nada nuevo. El dolor siempre estaba ahí, constante, un recordatorio de que su cuerpo seguía vivo aunque su espíritu no. Ese día no tenía nada planeado, como siempre. La rutina era una niebla pesada que lo envolvía, y Logan se había rendido a ella hacía mucho tiempo.
Había aprendido a no esperar nada de los días. Era más fácil así. Cada jornada se deslizaba como arena entre los dedos, insignificante, olvidable. Pero ese día fue distinto. Logan lo sintió primero en el aire, en cómo el viento se colaba entre las grietas de la vieja puerta del motel, trayendo consigo un aroma que no reconocía. Levantó la cabeza, frunciendo el ceño. Había algo ahí, algo diferente, como un leve cosquilleo en el borde de su conciencia. Era irritante. Molesto. Y, aun así, no pudo ignorarlo.
El motor de la vieja limusina rugió débilmente cuando Logan giró la llave. Era uno de esos días en los que su paciencia ya estaba agotada antes de siquiera empezar. Salió del motel sin mirar atrás, pero al girar hacia el estrecho estacionamiento, algo captó su atención. Ella apareció como un fantasma entre las sombras del edificio, cerrando la puerta de una habitación apenas iluminada. Llevaba un uniforme de mesera, algo arrugado, como si el día hubiese sido tan largo como el suyo. Su cabello desordenado caía sobre su rostro cansado, pero no ocultaba del todo esa belleza que parecía hecha para destacar incluso en un lugar tan miserable como aquel.
Logan se detuvo sin darse cuenta. Ella alzó la vista, y por un instante, sus miradas se encontraron. Había algo en sus ojos, una intensidad que lo atravesó. No supo si era curiosidad, desafío, o simplemente un rayo de humanidad en el lugar más inesperado. Entonces, ella sonrió, apenas un gesto, pero lo suficiente para hacer que él apartara la mirada y apretara el volante con más fuerza de la necesaria.
El plan inicial de Logan era quedarse solo unos días, lo suficiente para cumplir con los encargos de su jefe y seguir adelante. Pero las semanas comenzaron a alargarse, y la limusina se convirtió en su excusa perfecta para no pensar demasiado en el próximo paso. Aquella noche, regresó al motel tarde, cansado y con las manos aún oliendo a cuero y cigarrillos viejos. El estacionamiento estaba casi vacío, y el aire frío lo envolvió mientras se dirigía a su habitación.
Fue entonces cuando la vio de nuevo. Subía las escaleras con una bandeja en las manos, equilibrando cuidadosamente un par de platos cubiertos. Su cabello, ahora recogido, dejaba ver el cansancio en su rostro, pero también ese brillo natural que Logan había notado antes. La observó desaparecer en una de las puertas del pasillo, y algo en su interior, algo que llevaba años apagado, se agitó débilmente.
Se encerró en su habitación y dejó caer el cuerpo sobre la cama. El silencio era pesado, roto solo por el zumbido del ventilador. Sus ojos se clavaron en el teléfono de la mesita. Podría llamar a recepción, pedir algo, lo que fuera. No tenía hambre, pero quería verla otra vez, aunque fuera por unos segundos. Se frotó el rostro con las manos, sintiéndose ridículo. "Eres un viejo imbécil", murmuró para sí mismo, pero sus dedos ya estaban marcando el número.
El teléfono sonó un par de veces antes de que alguien atendiera. Logan pidió algo simple, casi al azar, solo para llenar el silencio. "Un café. Negro." Su voz salió más áspera de lo usual, como si hasta eso lo delatara. Colgó antes de arrepentirse, mirando su reflejo en el espejo del baño. Su cabello estaba enmarañado, las canas en su barba más prominentes que nunca. Soltó un bufido. "Ridículo..."
Abrió el grifo y se echó agua fría en el rostro, dejando que las gotas recorrieran su piel cansada. El frío lo despertó un poco, pero no lo suficiente para sacarlo de ese extraño nerviosismo que se había instalado en su pecho. Tomó la vieja afeitadora de su neceser, pensando que al menos podía intentar domar el caos en su barba.
Estaba terminando de arreglarse cuando un golpe seco en la puerta lo sobresaltó. Su mano tembló apenas un segundo, pero fue suficiente para que la cuchilla rozara su piel. "Mierda", murmuró entre dientes, viendo la fina línea de sangre que empezaba a formarse en su mejilla. Otro golpe, más insistente, lo hizo apresurarse. Se enjuagó rápidamente, ignorando el ardor, y salió del baño con una toalla en la mano, listo para abrir.
Logan abrió la puerta sin mucha ceremonia, todavía secándose la cara con la toalla. Ahí estaba ella, sosteniendo la bandeja con el café que había pedido, su expresión entre neutra y amable, aunque había un leve brillo de curiosidad en sus ojos al verlo. Su mirada bajó un segundo al pequeño corte en su mejilla, y luego volvió a encontrarse con la de él.
—Aquí está su café. —dijo, su voz calmada pero con un toque de cansancio que no lograba opacar lo natural de su tono.
Logan asintió, tomando la bandeja de sus manos con una torpeza que lo irritó consigo mismo. Había pasado mucho tiempo desde que alguien lo había hecho sentir así, tan expuesto.
—Gracias —murmuró, su voz más baja de lo habitual. Se detuvo un momento, buscando algo más que decir, pero las palabras no llegaban. Ella, sin embargo, no parecía apresurada por irse.
—¿Se cortó? —preguntó, señalando con un leve gesto su mejilla.
Logan llevó los dedos al corte, sintiendo el escozor. Bufó, una mezcla de vergüenza y frustración.
—Nada grave —respondió, encogiéndose de hombros.
Ella esbozó una sonrisa, una de esas que parecían a la vez ligeras y sinceras. Había algo en esa expresión que hizo que Logan desviara la mirada, incómodo con la intensidad que crecía entre ambos en ese pequeño espacio de tiempo.
—Bueno, espero que disfrute su café —añadió ella antes de dar un paso atrás, como si esperara su permiso para irse.
Pero Logan, por primera vez en años, sintió que no quería que se marchara tan pronto.
Por un momento, ninguno de los dos dijo nada. Logan seguía sosteniendo la puerta abierta, sus ojos oscuros fijos en ella, intentando descifrar qué era lo que lo tenía tan inquieto. La chica se quedó inmóvil, como si estuviera esperando algo, y luego su mirada se posó nuevamente en su mejilla. La sangre comenzaba a deslizarse lentamente hacia su mandíbula, un contraste llamativo contra su piel curtida.
Sin pensarlo demasiado, ella dio un paso adelante. —Si me deja, puedo curarlo. Podría infectarse. —Su tono era suave, pero había algo decidido en sus palabras.
Logan frunció el ceño. —No es necesario. —Su voz salió más brusca de lo que pretendía, casi un gruñido. Al instante notó cómo ella se tensaba, su incomodidad evidente en el ligero cambio de postura. Logan apretó los dientes, odiándose por su reacción.
—Perdón —murmuró, su tono más relajado ahora—. Si quieres, adelante. Pero no voy a pagarte por eso.
Ella soltó una pequeña risa, que sonó más sincera de lo que él esperaba. —No se preocupe, no voy a cobrarle. Será rápido.
Antes de que pudiera decir algo más, ella dejó la bandeja a un lado y sacó de su bolsillo un pequeño botiquín, una de esas cosas que probablemente llevaba consigo por costumbre. Logan observó cómo lo abría con movimientos precisos, y por un segundo, el silencio que se creó entre ellos no se sintió incómodo, sino extraño... casi íntimo.
Logan se sentó en el borde de la cama, sintiendo el colchón ceder bajo su peso. Ella se colocó frente a él, sacando un pequeño frasco de desinfectante y un algodón. La cercanía le resultaba extraña, incómoda y, al mismo tiempo, imposible de ignorar. Cuando el algodón presionó suavemente sobre el corte, un leve ardor lo hizo fruncir el ceño.
—¿Cómo sabes hacer esto? —preguntó, su voz ronca y algo cortante, aunque más por costumbre que por intención real.
—Estudié enfermería un par de años —respondió ella sin levantar la vista, concentrada en limpiar la herida. Sus movimientos eran meticulosos, casi profesionales, como si el tiempo no hubiera desgastado lo que había aprendido.
Logan soltó un leve bufido, más para sí mismo que para ella. — Es solo un rasguño. Ni siquiera deberías molestarte.
Ella levantó la mirada un momento, con una expresión entre curiosa y divertida. — Bueno si me molestara no te hubiera dicho de hacerlo.
El comentario lo golpeó con una especie de dulzura y ternura, y algo en su interior se revolvió.  Mientras ella volvía a concentrarse en su trabajo, Logan dejó que su mirada vagara por su figura. El uniforme de mesera, a pesar de su simplicidad, se ajustaba perfectamente a su cuerpo, realzando curvas que no había notado antes.
Trató de apartar la vista, de distraerse, pero sus ojos volvían a ella casi por voluntad propia. Se maldijo en silencio por mirarla de esa manera. No era correcto, no debería hacerlo, pero había algo en ella que lo atrapaba. Una belleza natural, casi etérea, que contrastaba con el cansancio reflejado en su rostro.
Logan apretó los dientes, buscando controlar sus pensamientos. Ella no merecía ser objeto de su mirada, mucho menos de los pensamientos que empezaban a rondar en su mente.
Cuando ella terminó de limpiar y desinfectar la herida, guardó el algodón y el desinfectante con calma, sin prisa. Alzó la mirada nuevamente y, por primera vez, se permitió observarlo de cerca. La distancia entre ambos era mínima, apenas unos pasos, y eso le dio la oportunidad de notar cosas que antes no había percibido.
Las facciones de Logan hablaban de su historia. La edad era evidente en las arrugas que surcaban su frente y el contorno de sus ojos, pero había algo en esa imperfección que no resultaba desagradable. Era un rostro descuidado, sí, marcado por el tiempo, pero eso le daba un atractivo particular, casi crudo, como si llevara consigo la esencia de alguien que había vivido más de lo que deseaba.
Y luego estaban sus ojos. De un tono verdoso ya casi cafés, pero profundamente expresivos, como un reflejo de todo aquello que no se atrevía a decir. Era fácil perderse en ellos, y por un instante, ella lo hizo. Se dio cuenta de que estaba mirándolo más de la cuenta y sonrió, un gesto pequeño, casi tímido, como si intentara disimular su distracción.
Logan, que había estado evitando fijar la mirada en ella, notó el cambio. Ese pequeño gesto, esa sonrisa, lo dejó inquieto. No sabía qué significaba, pero podía sentir cómo el ambiente entre ellos se volvía más pesado, más difícil de ignorar.
—Listo —dijo ella, su voz suave, como si no quisiera romper del todo el momento—. Eso debería bastar, pero si siente que molesta más tarde, avíseme.
Sin darse cuenta, su mirada volvió a encontrarse con la de él, y ambos quedaron atrapados en ese intercambio silencioso, donde las palabras no eran necesarias.
Ella se giró hacia el pequeño cesto de basura junto a la cama para tirar los restos del algodón y el envoltorio del desinfectante. Al inclinarse un poco, algo captó su atención: una placa metálica sobresalía entre los desperdicios. Estaba sucia y algo desgastada, pero claramente visible. Al mirarla con más detalle, pudo leer un nombre grabado en ella: Logan.
Se enderezó lentamente, sosteniendo la placa entre sus dedos. Había algo en ese objeto, en su peso y en la frialdad del metal, que parecía contar una historia. Giró hacia él, levantándola apenas para que la viera.
—¿Es suya? —preguntó con curiosidad, sus ojos fijos en los de él.
Logan la miró, y algo en su expresión cambió. No era exactamente enojo, pero había una dureza en su rostro, como si esa pequeña placa desenterrara algo que prefería mantener enterrado. Se puso de pie, acercándose para tomarla de su mano con cuidado, casi con reverencia.
—Sí —respondió después de un momento, su voz baja y áspera. Guardó la placa en el bolsillo de su chaqueta sin añadir nada más, como si eso bastara para cerrar el tema.
Ella lo observó en silencio, notando cómo apretaba los labios, claramente incómodo con la situación. No quería insistir, pero la curiosidad seguía latiendo en su interior. Había algo en él, algo más allá de lo que dejaba ver.
—Es un bonito nombre —dijo finalmente, rompiendo el silencio.
Logan dejó escapar un leve bufido, más una reacción automática que algo genuino. —Bonito, tal vez. Pero eso no significa nada.
El peso de sus palabras cayó entre ellos como una barrera, pero ella no retrocedió. En cambio, volvió a esbozar esa pequeña sonrisa que, por alguna razón, comenzaba a desarmarlo.
Ella observó la taza de café sobre la mesita de noche, ahora casi fría, con una ligera mueca de desaprobación. Se acercó a la mesa y la señaló suavemente.
—Seguro ya se enfrió, pero... cuando quiera, puedo traerle otro. —El tono de su voz, aunque casual, llevaba algo más. Un leve matiz que parecía sugerir que, tal vez, habría un segundo reencuentro, algo más que una simple visita ocasional.
Logan la miró en silencio, sin saber si debía responder o simplemente dejar que esas palabras se quedaran en el aire. Pero antes de que pudiera decidir qué hacer, ella ya estaba de pie, recogiendo sus cosas con movimientos tranquilos.
—Bueno, ya me voy. —Su voz, ahora más suave, apenas un susurro, se despidió con una ligera sonrisa antes de dar un paso atrás, dejando el espacio entre ellos aún más palpable.
Logan la observó irse, el sonido de sus pasos desapareciendo en el pasillo, pero algo en la atmósfera había cambiado. Él se quedó allí, sentado en la cama, con la mente revuelta por esa última frase, por la insinuación que ella había dejado flotando entre ellos.
No estaba seguro de lo que realmente había querido decir, pero algo en su interior le decía que no era algo que pudiera ignorar tan fácilmente.
Con un suspiro, miró la taza de café y luego, sin darse cuenta, pasó su mano por su barba canosa, reflexionando en silencio sobre todo lo que había sucedido.
Los días transcurrieron lentamente para Logan. A veces, mientras caminaba hacia su trabajo o cuando estaba de regreso en el motel, veía a la chica pasar. Él la reconocía al instante, por su paso ligero, por esa sonrisa que le dirigía cada vez que sus miradas se cruzaban, una sonrisa que él no sabía si correspondía a un simple gesto o a algo más. A veces, cuando la veía, se debatía con la idea de llamarla de nuevo, de romper el silencio que se había interpuesto entre ellos después de su última conversación. Pero siempre, al final, se mantenía firme, alejándose del impulso.
Se decía a sí mismo que ya estaba demasiado grande para estos juegos, para las complicaciones emocionales que una chica como ella podría traer. Se sentía como si estuviera demasiado lejos de ese mundo, como si los años que había vivido lo hubieran colocado en un sitio donde las cosas simples, las sonrisas y los reencuentros, ya no tenían cabida. Y, sin embargo, había algo en ella que lo llamaba, algo que le hacía dudar, que lo hacía sentirse vulnerable de una manera que no quería aceptar.
Cada vez que ella le sonreía desde lejos, él desviaba la mirada y apretaba los dientes, como si esa pequeña muestra de amabilidad fuera una tentación demasiado peligrosa. La idea de acercarse a ella lo incomodaba, pero la atracción que sentía hacia ella seguía ahí, oculta bajo capas de indiferencia y autocompasión.
Logan suspiraba, sintiendo el peso de su indecisión. Si bien su mente le decía que lo mejor era seguir ignorándola, algo dentro de él comenzaba a desear lo contrario. Pero esa lucha interna no parecía tener fin.
Una noche, después de un largo día de trabajo al volante, Logan decidió entrar al pequeño restaurante del motel. No era su primera opción para cenar, pero el hambre y el cansancio lo convencieron de que no había tiempo para buscar algo mejor. El lugar era modesto, con mesas de madera gastada y una iluminación cálida, pero tenue. Apenas cruzó la puerta, sus ojos la encontraron.
Allí estaba ella, moviéndose con soltura entre las mesas, una bandeja en equilibrio sobre una mano mientras entregaba pedidos con una sonrisa tan natural como desarmante. Llevaba el mismo uniforme de mesera que había notado días atrás, ceñido a su figura de manera sencilla pero que lograba llamar su atención sin esfuerzo.
Logan pensó en girarse y salir, pero antes de que pudiera reaccionar, ella lo vio. Su mirada se encontró con la de él, y esa sonrisa que tanto intentaba ignorar apareció de nuevo, iluminando su rostro.
—¡Bienvenido, Log! —dijo con una entonación juguetona y carismática, haciendo que su nombre sonara más familiar de lo que a él le gustaría.
Logan arqueó una ceja, cruzando los brazos mientras ella pasaba a su lado con la bandeja en alto. Esa informalidad lo tomó por sorpresa, pero algo en su tono, en la forma despreocupada en que lo dijo, lo desarmó más de lo que quería admitir.
—¿Así me llaman ahora? —respondió, su voz más áspera de lo que pretendía, aunque con un leve atisbo de humor.
Ella se detuvo por un momento, girándose hacia él con una sonrisa aún más amplia. —¿Prefiere que le diga "señor Logan"? —preguntó, inclinando la cabeza con un toque de ironía.
Él negó con la cabeza, soltando un suspiro y acercándose a una mesa vacía. —No me llames nada, solo haz tu trabajo.
—Como diga, señor. —Guiñó un ojo antes de girarse y seguir con su camino, dejando a Logan allí, sintiendo que algo en su interior se revolvía.
Logan comió en silencio, intentando ignorar las miradas furtivas que ella le lanzaba entre mesas mientras seguía atendiendo. El restaurante se fue vaciando poco a poco, y para cuando terminó su plato, el ambiente se había vuelto más tranquilo, casi íntimo. Se levantó de su asiento, llevando consigo el plato vacío hacia el mostrador, donde ella estaba ocupada anotando algo en una libreta.
—¿Todo bien con la comida? —preguntó ella, mirándolo con una sonrisa amable.
—Sí, estuvo bien. —Logan dejó el plato en la barra y sacó la billetera para pagar.
—¿Algo más para esta noche? —su voz tenía ese tono que empezaba a reconocer: ligero, despreocupado, pero con un trasfondo que lo hacía sentir bajo un reflector.
Logan titubeó un momento antes de decir: —Un café.
Ella asintió, girándose para prepararlo. —¿Lo quiere aquí o... prefiero llevárselo a su habitación? —El guiño que acompañó la pregunta era sutil, pero lo suficientemente evidente como para que él lo notara.
Se aclaró la garganta, desviando la mirada mientras sacaba un billete del bolsillo. —A la habitación, por favor.
—Como diga. —Ella tomó el dinero y se lo guardó con rapidez, mientras llenaba una taza humeante con café recién hecho. —Estará allí en un minuto.
Logan asintió y se dirigió hacia la salida del restaurante, sintiendo cómo su presencia lo seguía como una sombra cálida. Cada vez que interactuaban, la barrera que había intentado construir entre ellos parecía desmoronarse un poco más, y no estaba seguro de si debía resistirse o simplemente dejarse llevar.
Unos minutos después, el sonido de un golpe suave en la puerta lo sacó de sus pensamientos. Logan se levantó de la cama, ajustándose la camisa por puro reflejo antes de abrir. Allí estaba ella, con su sonrisa inconfundible y, para su sorpresa, sosteniendo no una, sino dos tazas de café en una pequeña bandeja.
—¿Dos cafés? —preguntó él, arqueando una ceja mientras sus ojos pasaban de las tazas a su rostro.
Ella le devolvió una mirada despreocupada, como si su elección fuera lo más natural del mundo. —Pensé que tal vez le vendría bien algo de compañía. —Levantó un poco la bandeja con una sonrisa ladeada.
Logan suspiró, cruzando los brazos mientras evaluaba la situación. No estaba acostumbrado a que alguien tomara ese tipo de iniciativas con él, y mucho menos de esa manera tan directa.
—¿Así de simple, eh? —murmuró, aunque no pudo evitar que un leve tono de curiosidad se filtrara en su voz.
—Así de simple. —Ella dio un paso al frente, dejando la bandeja sobre la mesita junto a la puerta, y luego se giró hacia él. —Pero si prefiere estar solo, puedo irme.
Logan negó lentamente con la cabeza, cerrando la puerta detrás de ella. —No es eso... Solo no estoy acostumbrado.
—Bueno, entonces será una experiencia nueva. —Le tendió una de las tazas antes de tomar la suya propia y darle un sorbo, manteniendo sus ojos en él con una mezcla de desafío y calidez.
El silencio que siguió no fue incómodo, sino denso, lleno de esa tensión inexplicable que parecía surgir cada vez que estaban cerca. Logan tomó su taza, sin apartar la mirada de ella, sintiendo que algo en su interior cedía poco a poco.
Tomó un sorbo de su café, dejando que el calor recorriera su garganta antes de fijar su mirada en ella. Había algo en su actitud, en su forma de moverse con tanta naturalidad, que lo descolocaba. Y esa sonrisa, siempre ahí, como si supiera algo que él no.
—¿No te molesta? —preguntó de pronto, rompiendo el silencio.
Ella frunció ligeramente el ceño, confundida. —¿Qué cosa?
Logan apoyó la taza en la mesita, cruzando los brazos mientras sus ojos vagaban por el suelo, buscando las palabras. —La diferencia de edad.
Ella lo miró, sus labios curvándose en una sonrisa suave. Se recargó en el marco de la ventana, sosteniendo su taza entre las manos.
—¿Por qué debería molestarme? —respondió con un tono despreocupado.
—No sé… —Logan se encogió de hombros, su voz grave cargada de una mezcla de inseguridad y escepticismo. —Podrías pensar que es raro. Que no tiene sentido.
Ella dejó la taza sobre el alféizar y lo miró directamente, con una intensidad que lo hizo sentir expuesto. —Creo que lo único raro sería que tú te lo creyeras.
Logan se quedó en silencio, sin saber qué responder. Había esperado una respuesta diferente, quizás algo más superficial o distante, pero sus palabras lo golpearon con una fuerza inesperada.
—Además —añadió ella, con un toque de diversión en su voz—, no es como si yo estuviera aquí preocupándome por lo que piensen los demás.
Él soltó una risa baja, seca, mientras sacudía la cabeza. —Tienes una manera de simplificar las cosas.
—A veces la vida es más simple de lo que queremos admitir, Log. —Su voz se suavizó al decir esto, y esa familiaridad al usar su nombre volvió a desarmarlo.
El silencio volvió a llenar la habitación, pero esta vez no era incómodo. Era como si cada palabra dicha antes hubiera dejado una marca en el aire. Ella dio un paso hacia él, su mirada clavada en la de Logan, llena de algo que él no supo interpretar del todo: curiosidad, ternura, quizá incluso desafío.
Sin pensarlo demasiado, ella levantó una mano y la posó suavemente sobre su mejilla. Sus dedos rozaron la barba áspera, canosa, deteniéndose apenas para sentir la textura.
—¿Siempre has sido tan terco? —preguntó, su voz apenas un susurro mientras lo miraba, como si quisiera desentrañar lo que se escondía detrás de esos ojos.
Logan no se movió al principio, su cuerpo rígido como una roca bajo el toque de ella. Su mirada bajó hacia la de ella, capturando cada detalle de su rostro: la curva de sus labios, el brillo en sus ojos, la calidez en su expresión. Algo dentro de él pareció tambalearse.
Pero entonces, con un leve movimiento, Logan se apartó. No fue brusco, pero sí lo suficiente para marcar una distancia.
—No deberías hacer eso. —Su voz sonó más dura de lo que había planeado, aunque el peso de sus propias palabras le cayó encima como una losa.
Ella bajó la mano lentamente, sin dejar de mirarlo. Había algo en su mirada, una mezcla de decepción y comprensión, que lo hizo sentirse peor.
—¿Por qué no? —preguntó, sin reproche, solo curiosidad genuina.
Logan negó con la cabeza, llevándose una mano a la nuca mientras se giraba ligeramente hacia la ventana. —Porque no soy alguien con quien debas involucrarte.
Ella dejó escapar una risa suave, como si esa respuesta no fuera suficiente para disuadirla. —Tal vez no me corresponde a ti decidir eso.
Él no respondió, permaneciendo con la mirada fija en la ventana. Había algo en su postura que parecía cargado de peso, como si llevara años arrastrando una batalla interna que no podía ganar.
—Bueno... —dijo ella después de un momento, retomando su tono ligero. — si necesitas algo más, ya sabes dónde encontrarme.
Cuando ella se giró para dirigirse hacia la puerta, Logan sintió un impulso que no pudo controlar. Dio un paso adelante y, con una mano firme pero cuidadosa, sujetó su brazo, deteniéndola en seco. Ella lo miró sorprendida, con los ojos amplios y curiosos.
—Espera. —Su voz sonó grave, cargada de algo que ni él mismo podía identificar del todo. Se quedó mirándola por un momento, como si buscara algo en su rostro, algo que pudiera explicar lo que estaba ocurriendo. — No lo entiendo, ¿si? ¿Qué ves en un viejo molesto y amargado como yo?
Ella parpadeó, el asombro suavizándose en una expresión de ternura que él no pudo entender. No había burla, ni lástima, ni duda en su mirada, solo una calidez que lo desarmaba por completo.
—Veo mucho más que eso, Logan. —Su voz era baja, sincera, cada palabra parecía elegida con cuidado.
Logan frunció el ceño, sin apartar los ojos de ella. —No entiendo.
Ella sonrió, ladeando la cabeza ligeramente mientras lo estudiaba. —Eso es porque tú mismo te has convencido de que no hay nada más en ti. Pero yo veo a alguien que, a pesar de todo, sigue adelante. Alguien que ha vivido más de lo que probablemente quiera admitir, y que, aunque intente esconderlo, todavía tiene algo bueno ahí dentro.
Logan se quedó callado, sus dedos aún aferrados a su brazo, aunque sin apretar. Sus palabras lo atravesaron como un golpe, porque no estaba acostumbrado a que alguien lo mirara de esa manera. Para él, su reflejo siempre había mostrado a alguien cansado, roto, un cascarón del hombre que alguna vez fue.
Ella, en cambio, lo miraba como si hubiera algo más, algo que él mismo había olvidado hacía tiempo.
—No soy ese tipo de hombre. —Su voz salió más suave, casi un susurro, como si estuviera admitiendo una derrota que llevaba tiempo evitando.
—Tal vez no lo eres para ti, pero eso no significa que no puedas serlo para alguien más. —Ella se inclinó un poco hacia él, sus ojos buscando los suyos con una determinación dulce y firme.
Por un segundo eterno, Logan no supo qué decir ni cómo moverse. Entonces, soltó su brazo lentamente, sus dedos dejando su piel con un cuidado que no se correspondía con la fuerza que él creía tener.
—Debería irme. —Ella rompió el momento con una sonrisa ligera, y aunque parecía que quería quedarse, dio un paso atrás hacia la puerta. Logan sintió una urgencia desconocida que lo hizo actuar antes de pensarlo.
—No. —La palabra salió de sus labios en un susurro áspero, como si cargara más peso del que él mismo entendía.
Ella se giró a mirarlo, sus ojos reflejando sorpresa y curiosidad, pero no tuvo tiempo de responder. Logan dejó que su mano se deslizara de su brazo hacia su cintura, con una firmeza que no era brusca, pero sí lo suficientemente decidida como para dejar claro que no quería que se fuera.
El contacto hizo que ella contuviera el aliento, no porque fuera incómodo, sino porque la diferencia en sus cuerpos era innegable. Su mano era grande y áspera, contrastando con su figura más delicada, y la manera en que la acercó hacia él la dejó momentáneamente sin palabras.
—¿Qué haces? —preguntó ella en un susurro, su voz quebrándose apenas al sentir la proximidad.
—No lo sé. —La sinceridad en su respuesta la desarmó, y durante un segundo largo se quedaron así, mirándose tan cerca que cada respiración parecía compartida.
Ella no intentó alejarse, aunque su mente le decía que tal vez debería. Algo en la intensidad de sus ojos, en la vulnerabilidad que escondían, la mantuvo allí, atrapada en ese instante que parecía detener el tiempo.
Logan se inclinó un poco más, su mirada vagando entre sus ojos y sus labios, pero antes de que pudiera hacer algo más, una chispa de razón lo golpeó. Se apartó con un movimiento torpe, liberándola de su agarre y girándose hacia el costado, frotándose la nuca con una mezcla de frustración y autodesprecio.
—Lo siento. No debí... —murmuró, su voz más baja, como si hablara consigo mismo.
Ella se quedó quieta, su corazón latiendo con fuerza mientras lo miraba. Logan levantó la vista hacia ella, confundido por su dulzura, pero no dijo nada. Ella esbozó una pequeña sonrisa, inclinándose hacia la puerta para abrirla, aunque esta vez lo hizo con lentitud, como si le diera una última oportunidad de decir algo más.
Ella ya había dado un paso hacia la puerta, pero algo en su interior la hizo detenerse. Giró lentamente, y esta vez fue ella quien tomó la iniciativa. Con una suavidad inesperada, deslizó su mano sobre la de Logan, que aún estaba cerca, y la guió de nuevo hacia su cintura.
Él no se resistió, sorprendido por su gesto, y dejó que su mano descansara allí, sintiendo el calor de su cuerpo a través de la tela del uniforme. Ella se acercó un poco más, sus ojos clavados en los suyos con una intensidad que desarmaba cualquier argumento que Logan pudiera haber tenido para detener aquello.
—No pienses tanto. —Su voz fue apenas un susurro, casi una súplica, mientras mantenía su mirada fija en él.
Logan respiró hondo, luchando contra todas las barreras que había construido durante años, pero cuando ella se inclinó levemente hacia él, algo en su interior se rompió. No había nada más que aquel momento, y por primera vez en mucho tiempo, decidió ceder.
Se inclinó hacia ella, su rostro acercándose lentamente mientras su mano en su cintura la acercaba aún más. Cuando sus labios finalmente se encontraron, fue un roce suave al principio, una prueba tímida, como si ambos estuvieran descubriendo algo que no sabían que necesitaban.
Pero la presión aumentó, y el beso se volvió más decidido, más cargado de emociones que ninguno de los dos podía verbalizar. Las manos de ella subieron instintivamente hacia su rostro, acariciando su barba con ternura, mientras él la sostenía con firmeza, como si temiera que ella pudiera desvanecerse si la soltaba.
Cuando finalmente se separaron, sus respiraciones estaban entrecortadas, pero ninguno se apartó del todo. Sus frentes se apoyaron, sus miradas entrelazadas en el silencio que seguía cargado de significado.
Logan la observó en silencio durante un segundo eterno, como si estuviera buscando algo en sus ojos que le diera el permiso que, en realidad, ya le había dado. Finalmente, sin decir nada más, se inclinó de nuevo hacia ella, esta vez con más firmeza, dejando que sus manos descansaran completamente en su cintura, afianzando el contacto.
El beso llegó con una intensidad distinta, más segura pero aún contenida, como si estuviera tratando de equilibrar lo que sentía con lo que creía que debía hacer. Sus labios encontraron los de ella en un choque suave pero decidido, explorando con más tiempo, con más necesidad.
Ella correspondió al instante, sus manos subiendo otra vez hacia su rostro, acariciándolo mientras se entregaba al momento. Logan la sostuvo más cerca, sus dedos presionando ligeramente en su cintura, como si quisiera memorizar el tacto de su piel bajo sus manos.
Fue entonces cuando dejó que su lengua se deslizara, probando con cuidado, esperando alguna señal. Ella la dio al instante, abriéndose a él con la misma disposición, y el beso se volvió más profundo, más cargado de emociones que ambos habían intentado ignorar hasta ahora.
Su sabor era un contraste perfecto con la aspereza de la barba que rozaba sus labios, una mezcla que la hizo suspirar contra su boca, enviando una corriente por el cuerpo de Logan que lo llevó a intensificar el beso, pero sin dejar que se volviera apresurado o desesperado.
Sus manos en su cintura parecían anclarla, y cada movimiento de sus labios y su lengua era una mezcla perfecta de control y pasión. Cuando se separaron, fue apenas por segundos, solo para tomar aire antes de que sus frentes volvieran a juntarse.
Logan cerró los ojos, todavía sosteniéndola cerca, mientras su respiración entrecortada hablaba de todo lo que no se atrevía a decir en palabras. Ella sonrió suavemente, acariciando su mejilla con el pulgar, permitiéndose disfrutar de aquel momento que parecía suspendido fuera del tiempo.
—Esto no estaba en mis planes. —Su voz ronca rompió el silencio, pero no se alejó ni un centímetro de ella.
—A veces, lo mejor no necesita estarlo. —Ella respondió con una dulzura que él apenas podía comprender, dejando que sus palabras calaran profundo.
Ella lo miró con una mezcla de decisión y ternura, dejando que sus manos se apoyaran suavemente en su pecho. Luego, sin romper el contacto visual, lo empujó con suavidad hacia el borde de la cama. Logan, sorprendido, dejó que lo guiara hasta sentarse, el colchón cediendo bajo su peso mientras su mirada permanecía fija en ella, tratando de descifrar sus intenciones.
Antes de que pudiera procesarlo del todo, ella se colocó en su regazo con una confianza que lo desarmó, sus piernas descansando a ambos lados de las suyas. La cercanía lo envolvió por completo, y el calor de su cuerpo hizo que olvidara cualquier excusa que podría haber intentado plantear.
Logan tragó con dificultad, sus manos temblando por un momento antes de apoyarse en sus caderas, como si necesitara asegurarse de que aquello era real. Ella sonrió, una expresión suave que contrastaba con la intensidad del momento, y sus dedos encontraron su lugar nuevamente en su rostro, acariciando su barba con una dulzura que él no estaba acostumbrado a recibir.
—No pensé que te dejarías llevar tan fácil, viejo gruñón. —Su voz tenía un deje juguetón, pero también una calidez que lo hizo sentir algo más que vulnerable.
Logan soltó un resoplido, medio riéndose, medio intentando mantener su fachada de dureza, pero sus ojos delataban la tormenta de emociones que ella había desatado en él.
—Y yo no pensé que fueras tan atrevida. —Su voz era grave, más baja de lo habitual, mientras sus manos apretaban ligeramente sus caderas, explorando el peso de ella sobre él con una mezcla de necesidad y autocontrol.
Ella inclinó la cabeza, sus labios a apenas centímetros de los suyos, y el silencio que los envolvía era denso, cargado de una tensión que ninguno parecía dispuesto a romper.
—Tal vez solo necesitabas a alguien que te recordara cómo es vivir un poco. —La respuesta salió de sus labios con una suavidad que lo desarmó por completo, y antes de que pudiera responder, ella se inclinó para reclamar sus labios en un beso que esta vez fue lento pero profundamente apasionado.
Logan correspondió sin dudar, sus manos afianzándose en su cintura mientras la sostenía más cerca, como si temiera que pudiera desaparecer en cualquier momento. La intensidad del beso creció, sus movimientos coordinados en un vaivén que parecía borrar cualquier barrera entre ellos.
El aire se volvió pesado, cargado de emociones y deseos reprimidos durante demasiado tiempo. Y mientras sus bocas exploraban, Logan se dio cuenta de algo que lo asustó y lo reconfortó al mismo tiempo: hacía años que no sentía algo así.
Mientras sus cuerpos se movían al unísono, ella no pudo evitar moverse con un leve vaivén, un movimiento que se hizo más pronunciado sin que siquiera lo notara. Logan, al sentirlo, no pudo evitar dejarse llevar, sus manos deslizándose suavemente por su espalda, explorando la figura de ella con una delicadeza inesperada. El roce de sus dedos sobre su ropa era casi como una caricia, como si estuviera temeroso de hacer cualquier cosa que pudiera romper la atmósfera que se había creado entre ellos.
Logan comenzó a recorrer la línea de su cintura, siguiendo el contorno de su figura con cuidado, sintiendo la suavidad de su piel debajo de las telas. Cada movimiento de ella hacía que el deseo creciera, pero también que se diera cuenta de la vulnerabilidad en él, una que no quería reconocer, pero que estaba allí, palpable en el aire.
El contacto de sus manos era firme pero no posesivo, como si quisiera que ella entendiera que, aunque la atracción entre ellos fuera innegable, aún había algo más: respeto, paciencia. Cada vez que sus dedos pasaban cerca de su piel, él casi podía escuchar su respiración entrecortada, y eso solo lo impulsaba a ser más suave, más consciente de su cuerpo sobre el suyo.
Ella cerró los ojos por un momento, disfrutando de la suavidad con que él la tocaba, pero también de la extraña mezcla de sensaciones que provocaba en ella. No podía dejar de pensar que aquello era tan real, tan auténtico, y no importaba cuánto tratara de resistirse, se sentía completamente conectada a él.
Logan se detuvo por un segundo, sus dedos rozando el costado de ella, casi como si estuviera preguntando si podía continuar, pero en lugar de palabras, fue el gesto de ella, una pequeña inclinación hacia él, lo que lo hizo seguir.
El roce de su mano subió por su espalda, a la base de su cuello, donde sus dedos se enredaron suavemente en algunos cabellos sueltos. Los ojos de Logan se encontraron con los de ella, y por un instante, todo lo que podían sentir era la conexión pura entre ambos. Sin decir una palabra, él la sostuvo un poco más fuerte, mientras sus labios se acercaban nuevamente, buscando el contacto que ambos sabían que no podían evitar más.
La sensación de sus cuerpos tan cerca, el calor de sus pieles y la suavidad de sus movimientos era todo lo que existía, todo lo que necesitaban. Y por fin, cuando sus labios se encontraron de nuevo, fue un beso que selló algo mucho más profundo que solo deseo: una conexión que, de alguna manera, ambos sabían que podría cambiar todo lo que habían conocido hasta ese momento.
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mechaness · 15 days ago
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Promesa de amor
Después de su última misión quedaron muy cansados, física y emocionalmente, así que se despertaron muy tarde. Nasiens y Donny fueron los primeros en bajar a comer, una mezcla de ‘almuerzo-merienda’. No podían creer lo tarde que era. Realmente estaban agotados. 
Nasiens se veía decaída, perdida en sus pensamientos. Hoy extrañaba a su familia más de lo usual y no podía dejar de pensar en ellos.
Donny, que estaba merendando enfrente a ella, no se atrevía a preguntar. Pero al momento que Anne bajó a la cocina del castillo, la miró extrañada y se sentó al lado de ella a preguntarle qué le pasaba. Nasiens confesó.
“Te entiendo, algunos días son más difíciles que otros…” dijo Anne, mordiendo un bizcocho, pensativa. Extrañaba mucho a su padre también. Se preguntaba si estaba bien, si tenía problemas para dirigir el pueblo, si se sentía solo...
“Si,” la suave voz de Nasiens la volvió hacia la realidad de nuevo, “es que hoy es mi cumpleaños y los extraño mucho…” terminó, sin darse cuenta de lo que había dicho.
Tanto Anne como Donny quedaron boquiabiertos. A Nasiens se le abrieron los ojos. No quería hacerlos sentir mal, fue ella la que jamás les había dicho.
“Ehm, q-quiero decir…” intentó calmar la situación sin mucho éxito.
“¡¿Cómo no vas a decirnos?! ¡Boba!” le gritó Donny, pegándole despacito en el hombro. A Nasiens no le dolió el ‘golpe’, pero sí lo miró apenada. Su idea era decirles antes pero honestamente no encontró el momento. Iba a contestar cuando Anne la interrumpió. 
“¡Exacto; te hubiéramos hecho una fiesta, o…! O no sé… ¡una torta, al menos!” rezongó Anne, abrazándola del brazo. Parecía un poco angustiada. Desde que Nasiens había compartido con ellos que era mujer, Anne se sentía sobreprotectora con ella. 
Nasiens miró para abajo. Por una parte se sentía muy feliz de tener amigos tan buenos como ellos. Recordó nuevamente sus cumpleaños anteriores, dónde compartía el día con su abuelo y su hermana. Eran simples y llenos de amor. Pero nunca había tenido amigos fuera de su familia y la idea de una fiesta con sus amigos le parecía divertida. 
“Perdón, realmente se me pasó decirles” dijo Nasiens, “capaz para el próximo año.” Ni Donny ni Anne podían mantenerse enojados con Nasiens cuando sonreía. Cada día entendían más y más a Percival.
Anne suspiró. Incluso sentada puso ambas manos en la cadera, mirándola severamente.
“¡Qué próximo ni que próximo! El día recién comienza y ésta noche, ¡vamos a un bar a celebrar!” exclamó Anne decidida, abrazándola con un brazo y levantando el otro en victoria.
“¡Si, Nasiens es la última en cumplir 18, hay que celebrar bien!” dijo Donny haciendo porras, feliz por la excusa de ir a beber. 
Nasiens los miró resignada pero no podía evitar sonreír. 
“Saben que no me afecta el alcohol…” empezó diciendo, pero Donny no la dejó seguir.
“Nah, nada de trampas hoy, ¡es tu cumple! ¡Viví un poco!” Nasiens lo fulminó con la mirada pero este ni cuenta se dió, estaba riéndose de su comentario un poco más fuerte de lo que debería.  
“Es un loco,” dijo Anne, acercándose más a Nasiens y mirando a Donny de reojo, “pero tiene razón, ¡hoy vamos a divertirnos un poco!” Anne le mostró su mejor sonrisa a Nasiens, ‘golpeándola’ con el codo. 
La verdad es que quería ver a Nasiens borracha. Nasiens siempre había tenido un cierto aire de elegancia y ahora que era una chica, lo tenía aún más. Una chica tan delicada y cautelosa como ella, a Anne le daba mucha curiosidad de ver cómo iba a actuar intoxicada. 
Nasiens suspiró. Dudaba que esa noche era la adecuada para irse de parranda, pero no tenía el corazón para decirles. En el fondo suponía que ellos ya lo sabían.
Percival bajó unos minutos después, todavía dormido.
O haciéndose el dormido, por cómo estaba actuando. Al ver a Anne pegada a Nasiens le entraron celos y se puso del otro lado, sentándose en perpendicular de la banca para poder abrazar a Nasiens mejor.
Ambos se sacaron la lengua pero Anne sabía que no había caso. Perci no compartía así que fue a sentarse al lado de Donny, robándole un bizcocho y ganándose una queja del grandote. 
Había aceptado su ‘derrota’, con mucha dignidad para ser sinceros, ¡pero caramba, solo había pasado una semana! No era de piedra y un poco le dolía verlos juntos así, aunque mucho menos de lo que esperaba. Honestamente, estaba muy feliz por sus amigos y no pudo evitar sonreír al verlos. 
“¡Tengo sueño…!” gimoteó Perci, frotando su cara contra Nasiens, haciendo que ésta se sonrojara a más no poder y sonriera como una tonta. Todavía no se acostumbraba a esta felicidad. 
Nasiens había decidió confesarse después de ese horrible festival hace una semana. El recuerdo de Jade la afectó mucho, sin mencionar su cambio físico y el regreso de Percival. La combinación de todo eso la hizo entender que no quería llevarse esos sentimientos a la tumba. 
Pero Percival le ganó de antemano y se le confesó antes. ‘Un regalo de cumpleaños adelantado’, pensó Nasiens, riéndose. 
De a poco Perci la estaba dando vuelta y atrayéndola hacia él para poder recostarse contra ella. Sin saber cómo, Nasiens terminó sentada arriba de Percival con éste enterrado en sus pechos y ella acariciándole la cabeza para consolarlo. Nasiens no pudo evitar compararlo con un perrito. 
“Ya, ya…” susurró, cerrando fuerte los ojos y sintiendo una vergüenza a más no poder. Si no los veía, podía pretender que Donny y Anne no estaban mirándolos, burlándose de ella. Podía tolerar ser comparada con un tomate o en ser llamada ‘la almohada favorita de Perci’, pero el comentario de Donny casi la mata.
“Che Perci, ¿qué le vas a regalar a tu novia en este día tan especial?” dijo Donny, con tono burlón. “¿Un besito? ¡Muac, muac!” 
Menos mal Anne tenía algo de compasión por Nasiens, que en ese momento juraba que estaba largando humo de las orejas, y le dió un buen golpe a Dony atrás de la cabeza.
“¡Callate, tarado! ¡¿No ves que la pones peor?!” gritó Anne, y efectivamente, Nasiens estaba cada vez peor, ocultando su cara en ambas manos.
Por primera vez en minutos Perci levantó la mirada de esa suavidad que tanto le gustaba. Nasiens lo miró sorprendida por el movimiento repentino. 
“¿Regalo?” preguntó Perci, extrañado. Últimamente le encantaba traerle cositas a Nasiens, en especial comida o alguna planta extraña que veía. Pero por la manera que Donny había hablado parecía algo serio. 
“Es el cumple de Nasiens hoy,” dijo Anne lentamente, tomando un sorbo de su café con leche, “¿no sabías?” preguntó, alzando una ceja para torturarlo un poco. No tenía que saber que ella también recién se había enterado.
“No, el cumple de Nasiens es el 11,” respondió con totalidad, casi ofendido. ¿Cómo no iba a saber el cumple de su novia? No podía ser tan bestia.
“¡¿Y hoy qué día es, nabo?!” le gritó Anne. 
Y él pensó.
Y pensó.
Y siguió pensando hasta que…
¡Si era tan bestia!
“¡NOOO! ¡¡NASIENS!!” la estrujó contra él por un momento y la miró con lágrimas en sus ojos, “¡¡PERDÓN!! No me di cuenta, pensé que el 11 era mañana…” claramente estaba arrepentido.
Nasiens, recién volviendo a la realidad y un poco mareada por la anterior situación, solo tomó su rostro entre sus manos y sonrió, comprensiva. 
“No te preocupes, no fue a propósito. Estamos todos muy cansados de la misión de la otra vez.” Perci casi llora de felicidad, Nasiens siempre le tenía mucha paciencia. 
‘Una santa,’ pensó Anne, ‘eso es Nasiens, una santa.’ Hasta ella se molestó con Perci, y mientras más lo pensaba, más se molestaba. ¡Él sabía cuándo cumplía Nasiens y no había dicho nada, el muy egoísta!
“Nasiens…” susurró Perci, todavía apenado. ¿Cómo no se había dado cuenta del día? Tendría que haber sido él él primero en desearle un feliz cumpleaños cuando se habían despertado, como lo tenía planeado. 
Desde su confesión Perci no la dejaba dormir sola. Amaba dormir al lado de ella, tanto como Nasiens amaba dormir al lado de él. Y hubiese sido el momento perfecto para decirle eso y también para��� se sonrojó.
Bueno, ese plan se había ido por la borda.
Pero no se iba a quedar de brazos cruzados.
“Y hoy vamos a ir a un bar, Nasiens prometió no usar su magia para beber,” Donny dijo, volviéndolos a tierra.
“Yo nunca prometí eso,” aclaró Nasiens, molesta. La risa de Percival la interrumpió.
“¡Si, quiero ver a Nasiens borracha!” dijo, tirándose para atrás, Nasiens todavía en sus brazos.
“¿Eh?”
“Va a ser muy divertido, ¿me pregunto si se agarra a piñas con alguien si se emborracha?” preguntó divertida Anne, viendo cómo ésta se ponía roja de nuevo.
“¡¿Qué?!”
“Vos la ves muy tierna y eso, pero a mi casi me corta una vez” siguió Donny, ignorando sus protestas. 
“¡Te lo merecías!” gritó Nasiens y Perci la tuvo que sujetar de la cintura para que no se tirara contra Donny. Anne soltó una carcajada, seguida de sus amigos. 
Pasaron una merienda agradable, riendo y charlando. La realidad es que a pesar de ser el cumple de Nasiens, la idea del bar no iba a poder ser. Todo el reino estaba estremecido por las consecuencias del festival y el Príncipe Tristán estaba en una situación delicada.
Pero eso no significaba que no podían celebrar ahora, entre ellos. Donny agarró un muffin y le puso una velita para Nasiens. Le cantaron feliz cumpleaños y celebraron con ella. Donny y Anne le dieron un fuerte abrazo y Perci le dió un beso en la mejilla. Nasiens se sentía muy feliz.
Y Perci no dejaba de pensar en su plan.
Ya caída la noche, cuando volvió de ayudar al señor Hendrickson, encontró una carta con un perfume a flores arriba de su cama.
No le sorprendió que sus padres, King y Diane, se acordarán de su cumpleaños. 
Le mandaron una carta de 20 páginas, escrita por ellos y por sus hermanos, deseándole lo mejor y que ya se iban a ver. Lamentaban no poder ir, pero la ira de Beltriepe después del festival había llegado hasta Britannia y tenían que controlar las fronteras. Le sorprendió mucho ver una de las hojas escrita por Ordo. Al parecer sus padres lo habían buscado para agradecerle todo lo que había hecho por su hija y Diane se había reencontrado con su gran amiga, su hermana Dolores. 
Nasiens sonrió, colocando la carta contra su corazón después de leerla. Podía sentir el amor de su familia en ella y sus ojos se llenaron de lágrimas. Guardó la carta en su cartera para no perderla y se miró al espejo. 
La carta no había sido lo único que le había llegado. Una cajita muy linda venía con la carta y en ella se encontraba un broche de pelo muy hermoso y delicado. Eran unas pequeñas flores blancas. Su pelo había crecido un poco más este último tiempo, así que podía usarlo sin problema. Era tan lindo el broche que decidió probarlo en ese momento. Era perfecto.
Perci entró a la habitación que compartían sin hacer mucho ruido y se alegró de verla despierta. Se veía muy bonita y ese broche le quedaba precioso. Él seguía con la ropa que su sueg- el Rey Hada, le había hecho, y por suerte Nasiens seguía con su ropa.
Sin pensarlo la abrazo por detrás, ocultando su mirada en su cuello. Nasiens sentía que ya debía de haberse acostumbrado a las acciones de Perci, pero estaba segura que jamás se iba a acostumbrar. Podía sentir cómo Perci se apoyaba contra su espalda, un poco encorvado para abrazarla mejor. Había quedado chiquita Nasiens, hasta Anne era más alta que ella.
“¿Percival…?” preguntó preocupada. 
“Sos hermosa, ¿sabías?,” dijo seriamente, abrazándola con más fuerza, “feliz cumpleaños, Nasiens.”
Nasiens sintió sus mejillas arder. Nunca se iba a acostumbrar a tanta felicidad.
“Y-ya me lo habías dicho, pero… m-muchas gracias, Percival,” contestó Nasiens, nerviosa. Apoyó sus manos en los brazos de Percival que la envolvía, disfrutando su calor. Se quedaron así unos momentos y de repente, Percival estaba enfrente a ella.
“Entonces, ¿estás pronta? ¡Vamos a salir!”
“Acordamos que hoy no era pertinente salir…” dijo Nasiens, más triste de lo que querría admitir por no ir a beber. Su amistad con Donny le estaba haciendo mal, “además, ya es tarde.” 
“No, no vamos a salir con los chicos. ¡Me refiero a nosotros!” la tomó de las manos con mucha delicadeza, “...sólo nosotros. ¿Qué te parece?” Nasiens estaba segura que iba a pasar todo el resto de la noche sonrojada. 
“...me encantaría.” contestó, acercándose a Percival y poniéndose de puntitas para darle un beso en la mejilla. 
Salieron del castillo tomados de la mano. Percival le pidió que cerrara los ojos. Nasiens se rió, pensando en qué sorpresa le tenía planeada, y desde el vamos la sorprendió. De un momento a otro sus pies ya no estaban en el suelo.
Percival tomó vuelo con ella en sus brazos y Nasiens lo abrazó, recostándose contra él. Volaron por unos minutos hasta llegar al lugar dónde Percival había pasado la tarde arreglando. 
Con mucho cuidado Percival la bajo y la guío de la mano unos pasos más. En un momento se dio vuelta a ver s Nasiens seguía con los ojos cerrados y así era. La chica confiaba plenamente en él y ese pequeño acto lo llenó de un sentimiento indescriptible. 
Nasiens no dejaba de abrumarlo con su paciencia, lealtad y más que nada, amor.
“Ahora si, Nasiens.” susurró Percival, haciendo que abriera lentamente los ojos.
Era un sueño. 
Se encontraban en un lago alejado de la ciudad, bajo la luz de la luna. Había una pequeña mesa y un par de sillas esperándolos, el olor de una rica comida caliente llamándole la atención. Miles de luciérnagas bailaban cerca del agua y las flores se movían plácidamente por la brisa fresca de la noche.
“Percival…” Nasiens se sentía tan, tan feliz. 
Y viejos hábitos son difíciles de romper.
“¡AH! ¡Nasiens!” Percival corrió hacia ella, sus cejas en modo rezongón. Algún día iba a tener que dejar de lastimarse así, ¿no? Pensó Percival, limpiando cuidadosamente la sangre de los  labios de la chica.
“P-perdón…” dijo, avergonzada, “es que esto es…” no encontraba las palabras para describir lo que sentía. Tanto cariño y atención, era mucho para ella. “Es hermoso, Percival. Muchas gracias.” Percival le devolvió la sonrisa. 
Ella se merecía esto y mucho más.
“¡Prepare tu comida favorita! ¡Vení, vamos!”
Se sentaron a comer y así pasaron las horas, charlando de todo un poco. Refrescó de repente y Nasiens, friolenta como era, tembló sin querer. En seguida sintió calor de nuevo, una capa pesada sobre sus hombros. No pudo evitar acurrucarse en ella. Olía a él y estaba calentita, ¿qué más quería?
Percival no dejaba de mirarla. Aún recordaba la primera vez que Nasiens había usado su capa, durante su pelea en ese horrible festival. Ese maldito de Rothes rompió su ropa y a pesar de las quejas del público, él se la colocó para taparla. No quería que ella estuviera incómoda, pero más que nada, no podía permitir que nadie la viera expuesta así.
Nasiens era sólo para él. 
Cuando terminaron de comer Nasiens le agradeció de nuevo. Había sido un lindo regalo. 
“Ah, pero esto no es tu regalo. Y ahora que lo pienso, tu regalo en realidad también es para mí…” dijo Perci, rascándose la cabeza, como si recién ahora se diera cuenta. Se sonrojó y desvió la mirada. Nasiens lo miró extrañada. 
“¿Percival? ¿Sucede algo?”
El chico tomó su mano derecha antes de arrodillarse en una pierna. 
A Nasiens se le frenó el corazón y sus ojos se le abrieron como platos.
“Sé que no… que todavía hay mucho por hacer,” Percival cerró los ojos, sintiendo una ira muy familiar en él. Hasta que detuvieran al Rey Arturo no iban a poder tener una vida normal. Pero él tenía esperanza de que ese día de paz pronto iba a llegar, en especial con la ayuda de sus amigos y de su ahora amor, Nasiens. Sonrió y siguió, “...pero quiero prometerte esto.”
Nasiens vió como sacó de bolsillo un anillo delicado de oro blanco, con un pequeño diamante incrustado en forma de flor. Todavía no podía hablar.
“...tu papá se enojó cuando le mostré el anillo, pero tu mamá aprovechó para elegir tu broche. Hacen juego, ¿ves?” explicó Percival, emocionado. Nasiens parecía hiperventilar y eso lo trajo de vuelta a la realidad. Apretó su mano para calmarla y continuó, 
“Nasiens. Es difícil de explicar estos últimos dos años… todo lo que viví siendo un espíritu… pero no es mentira que sé todo lo que hiciste por mi. Lo sé, porque nunca pude alejarme de tí,” respiró profundo, “y me di cuenta de muchas cosas. De tus sentimientos por mí, pero también de lo que yo siento por ti. Te amo, Nasiens. Quiero protegerte y quedarme a tu lado, y si me lo permitís, quiero hacerlo por toda mi vida.” 
No supo bien cuando empezaron pero las lágrimas no dejaba de caer por sus mejillas. Percival limpió sus lágrimas con su pulgar, mirándola con tanto amor que Nasiens se sintió morir. Y sólo faltaba una pregunta.
“¿Te casarías conm-?” no pudo terminar. Nasiens no aguantaba más.
“¡Percival!” se abalanzó contra él y terminaron acostados en el pasto, Nasiens arriba de él, sus finos brazos rodeándolo del cuello. Él puso sus manos en su cintura, abrazándola también. La respuesta de Nasiens lo hizo sonreír, “¡Si! ¡Si, si!”
Percival no dejaba de reírse. ¡Era tan linda su Nasiens!
Lentamente se sentó con Nasiens en su regazo. Le dio un beso en la sien y tomó su mano derecha mientras Nasiens se refregaba la cara con la izquierda. Con mucho cuidado, le colocó el anillo en su dedo anular. 
“...porque es una promesa.” dijo Percival, dándole un beso en la mano. Nasiens le volvió a sonreír. Sus mejillas estaban ardiendo, no podía ser más feliz. 
“Te amo, Percival…” Tomó su rostro y se acercó a él, pero él le ganó y la beso primero. Fue un beso profundo, cargado de amor. 
Una promesa de amor.
…y ahora Nakaba nos va a cortar la joda seguro!!! jajajajaja espero que hayan disfrutado! :D estos dos me matan, son tan lindos 
dato extra: perci fue a pedirle la mano de nasiens a king y diane. king, después de casi matarlo por el atrevimiento, casi lo mata de nuevo porque ni anillo tenía el chiquilín, solo descaro (sus palabras). diane lo convenció de ayudarlo y así perci consiguió un anillo hermoso (“porque mi bebé se merece lo mejor!” - king). igual, todos sabemos que nasiens hubiera sido feliz con cualquier cosa, pero nuestra reina se merece cosas hermosas 
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nekoannie-chan · 9 months ago
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Nunca es suficiente
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Pareja: Steve Rogers X Lectora.
Palabras: 196 palabras.
Clasificación: B.
Sinopsis: Un beso nunca es suficiente.
Advertencias: Fluff.
N/A:  Esta es mi regalo para Courtney. ¡FELIZ CUMPLEAÑOS COURTNEY!
También puedes leerlo en Wattpad y Ao3.
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No doy ningún permiso para que mis fics sean publicados en otra plataforma o idioma (yo traduzco mi propio trabajo) o el uso de mis gráficos (mis separadores de texto también están incluidos), los cuales hice exclusivamente para mis fics, por favor respeta mi trabajo y no lo robes. Aquí en la plataforma hay personas que hacen separadores de texto para que cualquiera los pueda usar, los míos no son públicos, por favor busca los de dichas personas. La única excepción serían los regalos que he hecho ya que ahora pertenecen a alguien más. Si encuentras alguno de mis trabajos en una plataforma diferente y no es alguna de mis cuentas, por favor avísame. Los reblogs y comentarios están bien.
DISCLAIMER: Los personajes de Marvel no me pertenecen (desafortunadamente), exceptuando por los personajes originales y la historia.
Anótate en mi taglist aquí.
Otros lugares donde publico: Ao3, Wattpad, ffnet, TikTok, Instagram, Twitter.
Tags: @sinceimetyou @black23 @unnuevosoltransformalarealidad @azulatodoryuga
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Steve necesitaba regresar cuanto antes a casa, tenía un mal presentimiento y necesitaba asegurarse que estuvieras bien, se estaba desesperando porque el resto del equipo no se apuraba para terminar la misión. Le urgía regresar.
Ni siquiera dejó que terminara de aterrizar la nave cuando salió, tampoco le importaba lo que murmuraban a sus espaldas.
En tu día libre podría ocurrirte cualquier cosa y uno de los mayores temores de Steve era perderte, así que no lo iba a permitir.
Como pudo estacionó la motocicleta con rapidez, entró corriendo y te encontró preparando la cena.
—¿Cómo te fue en la misión? —le preguntaste cuando lo viste.
No obtuviste respuesta, en su lugar, Steve te tomó de la cintura y te plantó un beso.
—One kiss is just never enough —Steve susurró.
—¿Estás bien? Estás actuando un poco raro —cuestionaste, separándote un poco de él, pero sin dejar la espátula que tenías en tu mano.
—Te extrañé, es todo —Steve respondió, asentiste aunque no le creíste, él era muy malo para mentir, pero al menos se sentía tranquilo porque estabas bien.
—Estaba cocinando lasaña para la cena, ¿quieres? —ofreciste.
—Claro, después podemos ir a dar una vuelta.
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dudd-ie · 2 years ago
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Idate:"tienes que alimentarte bien si quieres recuperarte~"
Idate:"son órdenes del medico♥︎"
Rocma:("¿por que sigo viva?")
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Un garabato rocmate inspirado en un fanfic que hice(que a su vez se inspira en el au-victoriano)
Titulo:atrapar al cazador (3era parte. Final )
Sinopsis:Au-rocmate siendo un drama de detectives y ambientada en la epoca victoriana (o algo asi)
/au/idate es un médico sospechoso y rocma una detective sombria/au donde hay un asesino en serie misterioso/ rocma no tiene idea de donde se metio/idate siendo un romantico espeluznante(como siempre)/violencia típica del canon/relaciones pocos saludables/ él malo actuando como malo/ningún oso polar fue acosado durante la escritura de este capitulo/secuestro/más cosas cuestionables/
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Idate llego a su residencia,un complejo semi lujoso lejos en una zona rural cerca del mar.
Abrió la puerta principal y cargo a rocma desde el carruaje hasta dentro de su hogar cerrando la puerta de una patada.
Tal acción poco elegante  se le habría recriminado como un comportamiento grosero,pero en la serenidad y soledad que le proveía su hogar no le importaban mucho esas cosas.
Aqui podía despojarse de todas esas reglas éticas y morales de la sociedad.
Era su paraíso personal.
El miró nuevamente la figura pacífica en sus brazos.
y Ahora tendría un angel
Idate miró distraídamente los alrededores,preguntándose mentalmente si era adecuado para mantener cautiva a una mujer.
Y no.
Mejor no malinterpretar.
Él tiene los recursos para mantener a alguien cautivo contra su voluntad.
Su preocupacion nacia mas del hecho de no tener un hogar apropiado para un buen "ambiente doméstico".
Él no tenía sirvientas,prefería no gastar dinero en servicios extras,además de que considerando sus pasatiempos era contraproducente tener a alguien ajeno merodeando su casa.
Si bien era lo suficientemente educado como para gustarle el orden y la limpieza,sus aficiones hicieron que descuidara enormemente la apariencia hogareña que pudiera tener su residencia.
Empezaria a corrigir eso.
"la shirokuma-chan se sentirá disgustada si nuestro hogar parece un sucio burdel..." Pensó idate con ironía mientras reía suavemente,su corazón revoleando mientras manos con rastros de sangre seca curvandose posesivamente sobre la figura delgada de rocma.
A paso ligero y ensoñador llevó a la detective  a su dormitorio,ya tendría tiempo para adornar y preparar las comodidades para la prisión de su dulce oso polar.
Tiempo al tiempo
Idate la recostó suavemente  sobre la cama para luego enfocar su atención en desatar sus zapatos.
El calzado femenino un ruído sordo cuando se dejó caer en el suelo,idate Acarició de forma consoladora su pie izquierdo,deslizando su palma enguantada por su tobillo hasta la pantorrilla que cubría tan generosamente su modesto vestido.
Despues de unos segundo de deliciosa adoración,suspiro con vehemencia.
Idate contrajo su toque intrusivo sobre rocma,sintiendo la frustración crecer lentamente junto con la calidez en la parte baja de su abdomen.
El hombre tararea de buen humor memorizando silenciosamente las medidas de la figura femenina sobre la cama.
Era impróprio de un caballero anhelar a una dama inconsciente y no es que idate se enorgulleciera de ser el hombre mas noble,pero ciertamente sintió que seria un desperdicio tomarla mientras estaba inconciente.
Por ridículo que pareciera,deseaba tener un "primer encuentro" en condiciones.
Una rara y única  consideración que idate tendría para su amante(no es que ella alguna vez pudiese saberlo)
Por que si.
La valiente detective era una mujer virgen.
La orca casi podría decir que lo intuyo por la forma en la cual evadía sus avances durante sus "fortuitos encuentro", demasiado fría hasta un punto donde podía ser llamada "maleducada" por lo firme que era a la hora de rechazar cualquier acercamiento amistoso.
Idate lo supo mejor que nadie.
Pero por si acaso también investigó todo sobre ella;árbol genealógico, pasatiempos,numero de recidencia,lugares que frecuentaba, cual era su tipo de sangre,el color de su ropa interior-
(Y mucho mas)
Para dicha del obsesivo médico no encontró ningún tipo de indicio de pudiese confirmar la existencia de algún cónyuge,amante o interés amoroso.
Por lo que(y para su deleite) había una alta probabilidad de que él fuese su primer hombre.
Y oh.
Como deseaba arruinarla en ese preciso momento.
Idate nego con la cabeza de forma cariñosa,como intentando disipar sus oscuros deseos.
Tenía cosas que hacer antes de llegar a eso.
Los grillete hicieron un energético _click_ cerrándose en sus femeninas muñecas,idate cuido amorosamente de cada extremidad que unía a las cadenas,asegurándose que su agresivo agarre no magullara aquella piel pálida que moría por marcar.
Una vez terminado su trabajo se alejó hasta la parte frontal de la cama,como para admirar su obra.
Como un artista que aprecia su pintura recién terminada
-"Encantador…"- Idate elogió amorosamente su obra,orgulloso de la visión que tenía de la mujer frente a él.
Se sintio borracho de adoración por la detective y la vista que tenía de ella en ese momento.
El depredador se acercó a la mujer por un lateral de la cama,tomó una de sus zarpas ahora atadas fuertemente a unas cadenas y beso el pelaje albino del dorso.
"amor mio" declaró idate fervientemente en sus adentros mientras frotaba su rostro contra el pelaje de sus nudillos,absolutanmente maravillado con su suavidad.
Diferente a las delicadas manos de cualquier otra mujer, las felpudas zarpas rocma podrían considerarse vulgares y toscas para los estándares femeninos de la sociedad.
Él por su parte se había vuelto devoto y un fanático sin darse cuenta.
simplemente le encantaba  todo sobre ella y con regularidad fantaseaba con ser apretado y maltratado debajo de aquel rudo agarre.
Felizmente Idate enterró su nariz en las suaves almohadillas de sus palmas e inhalo profundamente.
Ser un ser acuático sin olfato fue irrelevante para idate durante todo su vida,incluso llegó a ser una característica que podría llegar a apreciar en circunstancias específicas.
Pero luego de conocer a rocma se volvió algo desalentador no entender porque la detective parecía tan disgustada sobre su "olor a nicotina".
Tambien estuvo el hecho de darse cuenta  de que rocma al igual que todas las damas aristócratas de la época debía de usar algún tipo de loción o perfume.
Esta demás decir que sus intentos por capturar su sutil aroma femenino fracasaron en el mejor de los casos.
por suerte una forma humanoide traía algunas ventajas mágicas.
La capacidad de caminar sobre la superficie era de las mejores sin duda, pero se sintió mas dichoso cuando se dio cuenta de que si olfateaba lo suficientemente cerca podria capturar un poco de su fragancia.
"bendito sea el olfato artifcial ortorgado por la magia" agradeció en sus adentros el hombre casi sin aliento.
Su respiración comenzó a agitarse al igual que la calidez en su interior,obsesionado con adorar la mano de su amada.
Incluso sus filosas garras que se desenvainaban en señal de advertencia le parecían terriblemente elegante.
Tal vez incluso había desarrollado un fetiche con esos toscos rasgos de oso polar sin darse cuenta.
Hablando de esas garras...
Él realmente debía plantearse arrancarlas.
Lo supo por la forma en la que se aferraban a su carne mientras la asfixiaba ¡eran malditamente afiladas! Para idate era muy riesgoso permitir una arma tan letal literalmente en las manos de su ahora amante.
Aun así el depredador pareció lamentarse con la idea,si bien las heridas que dejó eran dolorosas y profundas había un parte de él que quería sentir sus garras aferrarse a su carne.
Había algo particularmente erotico en la idea de ser marcado por esta mujer en particular.
El depredador  pasó vagamente sus dedos por el Liso de sus garras,sintiendo la tela de su guante vacilar ante su filo.
Un suspiro salió de sus labios sin poder evitarlo,Idate gimió con frustración en sus adentros tratando de recuperar algo de su cordura.
Él era muchas cosas pero no un masoquista.
(Al menos..no que él supiera.)
Si bien no sentía placer al ser despreciado e insultado por rocma,ciertamente se sentía alentando a insistir con su afecto sin importar que tan rudo fuese su rechazo.
El supuso que era el efecto idiotico del amor ,Sin embargo, esos pensamientos de ser maltratado con su brusco afecto estaban en un límite en el que se desconocía  a sí mismo.
Un límite que era incluso perjudicial para su integridad.
Aun así..
-"Quiero conservarlas...hasta que me abraces apropiadamente"-idate  murmuró contra su palma,pasando su pulgar por sus filosas garras,anhelando el momento en que pudiera dejar algunas profundas cicatrices en él.
Era un pensamiento codicioso que le traería problema en el futuro.
Pero podría lidear con eso mas tarde...
Idate sonrió con humor,un risa suave brotó de lo profundo de su pecho.
Desde que la detective estaba bajo su Merced estaba sorprendente expectante y llenó ambición por el futuro.
El hombre apoyo su cabeza sobre la cama,poniendo su rostro sobre la palma de rocma.
cerró los ojos suspirando satisfecho.
Quería descansar ahí,Sin embargo tenía mucho que hacer.
El era un asesino calculador.
Cada paso siempre fue cuidadosamente planificado con la finalidad de no dejar cabos sueltos o huellas con el cual seguir su rastro.
Aquella encantadora detective solo pudo seguir su rastro porque él lo había permitido.
Aquel juego infantil de cartas de amor y pistas no eran más que un teatro para llamar su atención y atraerla hacia él.
Él quería que esa mujer lo mirara,pero sus bromas llegaron demasiado lejos y él fue atrapado por ella.
Él ebozo una sonrisa astuta contra su mano. "Y Ahora ella está atrapada conmigo"
Idate se levantó perezosamente,bostezando,Miró su reloj de bolsillo.
Aún estaba a tiempo para ir a las tiendas de la ciudad.
Tenía que ir a reponer víveres.
Además tenía que comprar una larga lista de cosas que necesitaría su prisionera-ahora amante( idate corrige mentalmente)durante permanente estancia en su residencia.
Tendría que pasar por unos escaparates de moda femenina para comprar vestidos para rocma,ahora que finalmente había tenido la oportunidad de tomar sus medidas exactas estaba ansioso por vaciar sus bolsillos comprando lencería.
no solo eso,el depredador se sorprendió a sí mismo queriendo mimar y cumplir todos los caprichos del malhumorado oso polar,aun con la infantil esperanza de seducirla con su poder.
El hombre tarareo mientras se preguntaba vagamente si debería pedirle a su sobrina ayudarle con esa tarea en específico.
Desconocía la moda femenina y en particular los gustos de rocma en cuanto vestimenta.
Aun así estuvo convencido de que el oso polar se vería favorecido en cualquier atuendo(o la carencia de uno)
Idate beso amorosamente la mejilla de la detective inconsciente y se despidió murmurando un "nos vemos" en su oreja aun sin la confianza para tomar los labios y tener el suficiente autocontrol como para separarse.
Tomó su sombrero y su abrigo,cerrando con doble seguro la puerta de su habitación y asegurando las cerraduras de las ventanas,ademas de poner fuera del alcance de rocma cualquier elemento que fuese útil para escapar.
Salió por la puerta trasera de la casa,poniendo un candado que rara vez usaba pero que sintió apropiado para la ocasión "más candados y cadenas "
Agregó mentalmente  a la lista de compras  mientras miraba vagamente  al cielo nocturno.
Los únicos testigos de su crimen fueron las estrellas y la luna llena que se alzó durante aquella noche.
Idate se encogió de hombros mientras se ponía su sombrero de copa.decidió tomar un carruaje en la ciudad cercana,si tenía suerte habría alguna tienda abierta en la que comprar alguna baratija que pudiera impresionar a su mujer amada.
¿Era muy pronto para comprar un anillo de compromiso? Él hombre se cuestiono mientras silenciosamente consideraba sus opciones.
Idate trató de contener su entusiasmo ante la perspectiva de su vida al lado de su amante. optando mejor  por dirigir sus pensamientos al desayuno que haría para la detective al día siguiente.
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chubbky · 1 year ago
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“Tus ojos Carmesi”
“Nunca crei que el ser que más ame me pudiera haber traicionado de vil manera”
Ese pensamiento fue el que inundo mi cabeza durante tanto tiempo. Mi nombre es Carry, diría que soy un joven pero en realidad perdí la cuenta de mi edad hace décadas atrás, me siento un estupido al recordar la forma en la que fue asesinado y el como no pude hacer nada para siquiera evitarlo porque aquel ser que acabo con mi vida fue la persona más amada para mi en aquella época.
Merid, 23 años, era una joven la cual conocí gracias a amistades de mi pasado la cual cai profundamente enamorado por su apariencia al primer momento de conocerla. Su cabello rubio rizado, su sonrisa risueña, aquellos ojos carmesí…simplemente quede embobado al conocerla y más con su actitud tan sarcástica la cual me hacia reir con cada palabra que salia de su boca aunque no tuviera el más minimo sentido. Era un joven enamorado, ella se aprovecho de mi y mi ingenuidad, se aprovecho de mi nula experiencia en el amor y se aprovecho de mi alto estatus social en el pueblo en el cual vivíamos. Siempre se rumoreo que Merid solamente tenia relaciones con otros chicos por conveniencia, nunca crei en aquello debido a mi idealización por ella y lo más cruel de todo esto es que ella tenia bastante en claro el como yo la adoraba.
El caso es que pasaron meses y luego de un par de citas junto a regalos mayormente por mi parte empezamos a salir y fue una de las experiencias más lindas que tuve la cual no duró ni siquiera un mes. Merid en realidad empezo a ser caprichosa al punto de dañarme fisicamente cuando ella no conseguía lo que quería de mi, me hacia sentir tan inseguro al no poder cumplir con sus tan altas expectativas hacia mi persona que no podía hacer más que solo hacerle caso. Nunca dialogamos sobre esto, siempre pensé que era culpa mia su actitud tan repulsiva hacia mi y no quería darle más vueltas al asunto… ─¿Para que hacerlo? ¿Para que ella se enoje mas? Creo que debería cambiar, no quiero que ella me abandone por como e estado actuando─ fue lo que le comentaba a las paredes de mi habitación cuando ella se encontraba fuera de casa.
Asi estuvimos un par de meses más, dos para ser exactos. La actitud de Merid hacia mi incremento negativamente, se fue volviendo cada vez más y más agresiva conmigo lo cual me hacia a mi más sumiso ante sus caprichos. Pero…algo no encajaba, la notaba más sonriente que antes y no era cuando estaba teniendo una charla conmigo. Veía como observaba su celular con ojos brillantes y sonrisa picara, no quería cuestionar me esto y quería encerrarme en mi burbuja del amor la cual no pensaba salir por nada del mundo.
Y asi, mi burbuja reventó de un momento a otro.
Creo que fue un sábado o domingo, paseaba por el parque como solia hacerlo en dias lluviosos para asi aclarar mis pensamientos con el sonido de la lluvia. Fue entonces que los vi, con la vista borrosa por la lluvia que caia por mi cara, fue que vi a Merid tomados de la mano y besando a otro chico el cual nunca habria conocido antes. Mi corazon, mi frágil corazon, se rompió en pedazos al ver tal escena pasar a escasos metros de mi y no pude hacer más que quedarme viendo en shock, sin saber que hacer o como reaccionar ante aquella infidelidad sintiendo como mi mundo se desgarraba y me arrebataban algo de mi pecho sin piedad alguna. Corri hacia mi casa y me encerré en está, entre lagrimas y sollozos recordaba el como la chica que tanto ame a pesar de su comportamiento me hacia esto cuando yo le di todo lo que estaba al alcance de mi ser. Sentí tanta culpa que no pude evitar golpear la pared con rabia a mi mismo, el como no fui lo suficiente para aquella chica por quien di todo.
Pase la tarde en mi recamara viendo el techo de está misma, soñaba con la idea de haber imaginado todo lo que vi y que de un momento a otro todo se solucionara por obra de lo divino. Ni siquiera sabria que hacer cuando Merid llegara, ¿Que le diría? aquellos pensamientos nublaron mi mente hasta que escuche la puerta principal abrirse, ella había llegado.
Merid actuaba normal, a normal me refiero a su típica actitud prepotente y ceño fruncido mayor parte de su estancia en mi casa, pensaba en que decirle o si siquiera mencionarle lo que vi en aquel parque hasta que me decidí a confrontarla con la leve esperanza de que ella no fuera la chica que vi. ─Merid, mi estrella, mi luz, porfavor seme sincera con lo que voy a comentarte─ fue lo que le dije con un tono de voz tembloroso a lo que ella respondió con desinterés ─solo ve al punto Carry, ¿que pasa? Estoy cansada─ ─tu…¿estas con otro chico que no sea yo? Hoy sali al parque a dar una caminata, entre la lluvia pude divisar tu figura junto a la de otro joven, vi como ustedes dos…─ vi la mirada de Merid, fulminante y amenazadora lo cual me dejo helado al nunca haberla visto asi. ─Tu me viste, viste como te engañaba frente a tus ojos ¿no es asi?─ se acercaba a paso lento hacia mi persona. Mi respiración se agitaba conforme ella me terminaba casi acorralando en una pared, solo murmuraba sin poder formular una palabra por el pánico e incluso miedo que llegaba a sentir hacia ella. ─Carry…oh Carry, aquel chico lo conozco desde que empezamos a salir y con el fue quien yo sentí el verdadero amor…¡la verdadera pasión! Tu en cambio, eras tan emocional que solo quise estar junto a ti ya que le agradabas a todos aqui. Me descubriste, tal como demas personas lo hicieron y ahora tú tendrás que pagar…entiendeme, ¡tengo una imagen que cuidar! ¿Sabes? Pff…que sabes tu, chico me interesaste desde el primer momento y sabia como cautivarte─ aquellas…aquellas frías palabras.
Merid se abalanzó contra mi, no pude reaccionar hasta que sentí como ella arranco mis ojos con lo que logre divisar una daga, un grito de dolor y desespero salio de mi garganta mientras trataba de luchar por mi vida la cual malgaste por culpa de una chica.
Ire al grano, mori a los minutos desangrándose por mis cuencas lo cual no puedo explicar el como es el mundo luego de morir, fue un abrir y cerrar de ojos cuando yo me encontraba en mi propio closet sintiendo mi cuerpo hormigueando y sin lograr entender que es lo que había pasado. Fue…fue obra de lo divino, ¡había resucitado! mi emocion por volver a la vida se desvaneció al escuchar a Merid junto a un chico, reían y lograba ver como se toquetear unos a los otros como si mi muerte hubiera sido solo una anécdota que contar. La voz de Merid fue lo que me hizo reaccionar, vi como en el suelo estaba la misma daga con la que ella me habria atacado. La agarre, medite unos segundos y simplemente salte del closet tirándome contra ella en un arrebato de rabia. Clave la daga una y otra vez en su pecho, cuello e incluso craneo lo cual la hirio de muerte. No podía detenerme, sabia que el porque de mi resurrección era la venganza por mi y aquellas víctimas de aquella mujer psicópata.
Tome un respiro luego de cometer tal azaña, estaba casi satisfecho con mi trabajo hasta que vi al chico horrorizado por lo que acababa de presenciar. Empezo a preguntarme quien era, que le habia hecho a su amada y fue cuando entendí que el no tenia idea que el era el cuerno en aquella relación. Me acerque a el y le explique lo que acababa de vivir, estaba confundido y aun enojado pero sentía un gran cansancio por lo que luego de hablar con aquel chico me apresure por levantar el cuerpo de la joven infiel la cual me llenaba de satisfacción ver que ya no saldria un respiro más de aquella boca llena de sucias mentiras.
Solo tire el cuerpo a un rio cercano, al hacerlo sentí un gran vacío dentro de mi al igual que el enojo de haber muerto de tan estupida forma. Me encamine a la parada de bus más cercana, era obvio que me iban a buscar en aquel pueblo por lo que regresar y encontrarme a policías no era la mejor opción. Sentía frio, más no sentía hambre o otro sintoma de mal estar, de mis ojos brotaba sangre lo cual me extrañaba ya que no sentía dolor alguno e incluso podía ver a la perfección, espere por varias horas hasta que un chico se me acerco. ─Los buses aqui se suelen tardar, e esperado horas para luego perderlo por distraerme─ el que este chico me hablara me hizo sentir confundido pero de alguna manera acompañado por lo que decidí responderle ─nunca e tomado un bus de aqui, es primera vez que veo está parada de hecho─ era cierto, no solia salir del pueblo por lo que no sabia bien como funcionaban las paradas. ─Bueno, siempre hay una primera vez…me llamo Smily, ¿cual es tu nombre a todo esto?─ me sorprendió que el chico no preguntara por mi apariencia, el igualmente se veia algo fuera de lo comun…─Mi nombre es Carry, ¿a donde lleva este bus?─ ─A la ciudad, debo ir ahí ya que aceptaron mi propuesta de trabajo en una empresa─ nunca antes había ido a la ciudad, pero me servia ya que era bastante lejos de donde yo vivía. ─La ciudad…no tengo donde ir ya, ¿puedo ir contigo?─ ─¡Seguro! Me hara bien compañia, y puedes trabajar conmigo si quieres─ Le sonreí, me sentí vivo de alguna manera.
El bus llego y ambos subimos ya sabiendo el destino de ambos, supongo que asi fue como empezo mi nueva vida.
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deepinsideyourbeing · 6 months ago
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holaaa reina,
estaba pensando... kuku domestico, asi super cariñoso cuando por fin comparten tiempo juntos que el no este filmando o actuando en obras.
y bueno, al ser domestico tambieenn kuku +18 dandote por toda la casa JAJA 🤤
Fluff with Smut and a cherry on top ♡
Esteban regresó durante la madrugada, agotado y temblando por el frío. Luego de un relajante baño caliente buscó refugio bajo las mantas y se abrazó a tu cuerpo, como si en el contacto buscara olvidar cuánto te extrañó mientras estuvo fuera del país. Sus movimientos delicados no evitaron que te despertaras.
-Hola...- bostezaste, volteándote para abrazarlo. Escondiste tu rostro en su cuello-. Te extrañé mucho.
-Yo también te extrañé- besó tu cabello-. No me quiero ir nunca más.
Te dormiste sintiendo sus labios besar tu frente y por la mañana despertaste todavía protegida por su abrazo, tu espalda descansando sobre su pecho y su respiración haciéndote cosquillas. También había algo más y no pudiste evitar rozarte con su cuerpo, desesperándote cada vez más.
-Buenos días- susurra contra tu piel y agrega con tono bromista:- ¿No querés desayunar primero?
Pero lo cierto es que Esteban está tan desesperado como vos y necesita sentir tu cuerpo, así que no pierde tiempo y tira de tu pantalón para comenzar a acariciarte con sus dedos. Tu humedad es cálida y demasiado considerando que aún no te tocó, pero le encanta y la aprovecha para introducir un largo dígito.
Cuando lo recibís en tu interior se esfuerza para contenerse: tus paredes, calientes y más estrechas de lo que recordaba, parecen succionar su miembro y casi dificultan sus movimientos. Besa tu mejilla y tu mandíbula y mientras sus dientes rozan la piel de tu cuello su mano juega con tus pezones por sobre el algodón de tu camiseta.
Ambos abandonan la cama media hora más tarde y Esteban prepara el desayuno mientras te duchás, un café y tostadas esperándote cuando ocupás tu silla. Le sonreís, entrelazás tu mano con la suya y lo observás cebarse unos mates.
-¿Anduviste paseando el termo por Croacia también?
-No- contesta con tono poco convincente-. No sabés cuánto te extrañé...
-Ahora que estás acá me podés... no sé, recompensar por haberte ido.
-Una recompensa- repite, como si considerara la idea-. ¿Y qué se te ocurre?
No se sorprende cuando le decís de qué forma puede demostrarte cuánto te extrañó y redimirse por la semana de puro sexting durante la cual te prohibió tener un orgasmo. Cuando te encuentra en la cocina horas más tarde, preparando un té para su garganta irritada, te acorrala y te obliga a sentarte sobre el mármol luego de despojarte de tu pantalón.
Hace a un lado tu ropa interior y juega con tu clítoris por un largo rato, besándote para silenciar tus patéticos gemidos desesperados y mordiendo tus labios para también poder oír tus quejidos, que sólo empeoran el estado de su erección.
No te permite recuperarte por completo de tu orgasmo y antes de que lo notes guía su miembro a tu entrada, sensible por las actividades de la mañana pero aún así ansiosa por recibirlo nuevamente. Acaricia tu mejilla para distraerte del ardor.
-Ya está, ya está- susurra, con voz entrecortada.
Cuando comienza a moverse gemís su nombre y tirás de su ropa en busca de más contacto con su cuerpo. Suspira sobre tus labios y silencia tus gemidos con besos hambrientos, su lengua ataca el interior de tu boca hasta dejarte sin respiración y borrar cualquier rastro de coherencia de tu mente.
taglist: @madame-fear @creative-heart @recaltiente @llorented @delusionalgirlplace @chiquititamia @lastflowrr ♡
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belencha77 · 6 months ago
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CAPITULO 27 - PROBLEMAS Y ALGO MAS
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|| ¡Lady Riley, qué sorpresa! || exclama abriendo ampliamente los ojos y evaluándome de arriba abajo.
|| Tariq, mil disculpas. No fue mi intención chocarme contigo ||
|| No te preocupes, Lady Riley. Siempre es un placer verte || responde sonriente, nuevamente con un tono coqueto. Ante sus insinuaciones, transformo automáticamente mi rostro en una expresión completamente seria.
|| ¿Y cómo has estado? || inquiero de forma seria, buscando cortar cualquier tipo de conversación.
|| Bien... Pero no tan bien como tú te ves, mi querida || Sus insinuaciones han llegado a un punto en el que me resultan agotadoras.
|| Tariq, sinceramente creo que tu forma de dirigirte a mí no es apropiada. ¿No te parece impropio coquetear de esa manera con una pretendiente del Príncipe? ||
|| Lady Riley, difícilmente podría considerar inapropiado reconocer la belleza en cualquier forma. Este evento no puede resistir la presencia de una estrella tan brillante como la tuya. || Me dijo mientras intentaba tocar mi mano, la cual aparté rápidamente con un gesto firme. ¿Acaso no estaba claro lo que estaba sucediendo?
|| Tariq, con todo el respeto que te mereces, quiero dejarte algo bien claro, porque parece que no lo estás entendiendo: no estoy interesada en ti, vine solo por Liam || expresé, visiblemente molesta.
|| Sé que no estás interesada, pero eso no disminuye mi mérito al admirar tu belleza. Además, si no resultas elegida por el príncipe, ¿quién sabe? Podríamos iniciar algo. || Exclamó con seguridad, y antes de que pudiera detenerlo, continuó su charla. || Después de conversar con las demás damas, me doy cuenta de que tengo un aprecio especial por ti. Las otras pretendientes pueden tener buena educación, riqueza y modales, pero son absolutamente aburridas. Una de ellas solo habla de sus perros, la otra presume constantemente de su dominio en idiomas... Y no hablemos de Olivia. Por eso, no encuentro ningún encanto en ellas. En cambio, Lady Riley, te vuelves más interesante cuando hablas, cuando te relacionas con los demás nobles... Tienes una gracia especial que no logro entender. || En ese momento, estaba a punto de ponerlo en su lugar, pero antes de hacerlo, la llegada de Maxwell calmó mis impulsos.
|| ¡Ahí estás, mi Flor! ¡Hola, Tariq! || Saludó Maxwell mientras se acercaba a nosotros.
|| ¡Hola, viejo amigo! Bien, los dejo solos; tengo otros asuntos que atender, pero... || Me mira con ojos oscuros. || Lady Riley, si en algún momento deseas conversar, no dudes en buscarme. || Ronronea su voz al pronunciar estas palabras. Yo lo contemplo con desprecio y desazón. Realiza una reverencia con la cabeza y se retira. Detesto la actitud que Tariq ha adoptado últimamente.
|| Llegaste en el momento perfecto, Max || Le comento a Maxwell. || Salvaste a ese cretino de que lo pusiera en su lugar. Aborrezco la forma en que ha estado actuando últimamente conmigo ||
|| Mi Flor, Tariq te desea, eso es innegable... || Rio Maxwell. || Al igual que otros en la corte, solo que él fue el único valiente que se atrevió a confesártelo. ||
|| ¿En serio, Max? Qué desagradable enterarme de eso... ¿Acaso no entiende que estoy aquí por Liam? || Rodé los ojos.
|| No creo que le importe, "viejo amigo" || mencionó Maxwell, guiñándome un ojo mientras imitaba el gesto. Le propiné un golpe en el brazo || ¡Ouch! Está bien, entendí el mensaje. Venía para decirte que Bertrand y yo acabamos de encontrar una mesa. Así que vamos por aquí ||.
**
Una vez que me encontré en la mesa con Maxwell y Bertrand, el tintineo de las copas atrajo mi atención de inmediato. Dirigí la mirada hacia adelante y descubrí a Liam acompañado de sus padres.
|| Si puedo tener la atención de todos, por favor || anunció Liam || Me gustaría expresar algunas palabras antes de que la noche llegue a su fin. En primer lugar, quiero agradecerles a todos por acompañarnos aquí. Ha sido un honor y un privilegio tenerlos en mi corte, y no podría haber pedido una mejor compañía. Asumiré el papel de mi padre en unos días, y solo puedo esperar ser la mitad del hombre que él ha sido para Cordonia ||
"¡Larga vida al príncipe Liam!" resonó en la multitud, seguido de gritos y vítores. Un mar de aplausos retumbó entre los presentes.
|| Gracias a todos por compartir estas semanas en Applewood. La próxima vez que nos reunamos, será el último evento de la temporada social. Según la tradición, este acontecimiento se llevará a cabo en la ilustre casa de la familia Beaumont || exclamó Liam con una sonrisa, dirigiendo su mirada hacia mí.
|| ¡Siiiiiiii! || exclama Maxwell, pero Bertrand le coloca una mano en el hombro, intentando calmarlo.
|| Un honor, sin duda, Su Alteza || expresa Bertrand con orgullo. Mientras el Rey Constantino comparte algunas palabras, me acerco a Maxwell y le susurro:
|| Max, ¿se refiere a nosotros? ||
|| Awwww, dijiste ‘nosotros’... ¿Ya te sientes parte de nuestra casa? || me responde Maxwell, sonriendo con un destello de afecto en sus ojos.
|| Para ser sincera, me siento parte de ustedes || le digo con una sonrisa, pero luego surge una pregunta || Pero dime, no estamos un poco... ¿cómo lo digo... escasos de fondos? ¿Podemos permitirnos organizar una fiesta ahora mismo? || pregunto con curiosidad.
|| No estoy seguro de que tengamos otra opción. Como dijo Liam, es una tradición y no podemos echarnos atrás || responde Maxwell con pesar en su voz.
|| Así es, muchachos || De repente, Bertrand intercede y nos mira con preocupación a ambos || Si nos echamos atrás, estaríamos anunciando en el periódico que estamos oficialmente arruinados ||
El Rey Constantino concluye sus palabras, envuelto en aplausos, y el Príncipe continúa con las últimas.
|| Los Beaumont seguramente nos brindarán otra noche legendaria para recordar. Hasta entonces, les agradezco nuevamente y les deseo una buena noche... Disfrutemos de nuestra cena || Liam alza su copa y muchos en la multitud hacen lo mismo.
"¡Salud!" gritan todos y de repente, la mirada de Liam se posa en la mía, haciendo que mi corazón simplemente sonría por dentro. Espero con ansias volver a estar con él. La celebración continúa con la alegría generalizada de la multitud, pero en ese instante, es su mirada la que destaca entre todas las demás, prometiendo un encuentro que anhelo con impaciencia.
**
Después de una cena maravillosa, nos retiramos a nuestras habitaciones. Estando en la mía, mi celular comenzó a vibrar en la mesita de noche mientras me quitaba la ropa del picnic. Lancé rápidamente mi vestido sobre la cama, quedándome solo en ropa interior. Al acercarme y ver que era Hana quien me escribía para contarme que iba a salir con Max, decidí ponerme mi pijama antes de responderle. Coloqué nuevamente mi celular en la mesa y me dirigí hacia el closet.
Al abrir la puerta para tomar mi ropa, la puerta de mi habitación se abrió de golpe, haciéndome saltar y gritar del susto. Intenté cubrirme con algo, pero no tenía nada. Cerré el cajón rápidamente, quedándome inmóvil y cruzando los brazos sobre mi pecho apenas cubierto. Los ojos de Tariq se abrieron grandemente al ver la escena.
|| ¡¿Tariq?! ¿Qué haces aquí? || Fue lo único que salió de mi boca.
|| ¡Riley! Desvestirte en mi habitación... ¡Pero qué gesto tan inesperado y astuto! || exclamó Tariq, incapaz de evitar que sus ojos divagaran por lugares en donde no deberían. Lo miré conmocionada por la confusión.
|| Tariq, sal... Esta es mi habitación. Estás equivocado, así que... || y sin dejarme terminar, me interrumpió.
|| No, Lady Riley, esta es mi habitación. Me la cambiaron antes debido a un problema de mantenimiento en la actual. No es que me esté quejando de que estés aquí... de ninguna manera, solo que estoy sorprendido. Lo sospechaba, pero nunca pensé que pasaría tan pronto. Escuché que sentías algo, pero no lo creía real || sonrió mientras daba un paso lento hacia adelante. Observé cómo colocaba la mano en la puerta y la cerraba. Internamente, comencé a entrar en pánico, pero traté de disimularlo lo más que pude; no quería mostrarle miedo.
|| ¿Sentir algo? ¿De qué hablas, Tariq? Mira, esta es mi habitación. He estado aquí desde que llegamos. Claramente hay algún tipo de malentendido, así que creo que deberías encargarte de eso y salir de inmediato de aquí || exclamé, pero los ojos de Tariq viajaron por mi cuerpo de nuevo, a pesar de mi mejor intento por cubrirme. Levanté mis manos para tratar de mantener distancia entre nosotros, pero él se acercó mucho más.
|| Bueno... tal vez este malentendido pueda funcionar en nuestro beneficio, Lady Riley || sonrió con ojos oscuros. Dentro de mí, la esperanza de que alguien llamara a mi puerta en cualquier momento creció, porque la mirada en los ojos de Tariq era desconcertante.
|| Tariq, vete de mi habitación antes de que llame a los guardias || le dije retrocediendo hasta tocar la pared.
|| Oh, vamos, Riley, no hay nadie alrededor... || Sonrió como un lobo acechando a su presa, y mientras lo hacía, dio lentamente un par de pasos hacia mí || Además, tus sentimientos son completamente correspondidos. Me has encantado por completo, al igual que has encantado a todos... y ahora sé que sientes lo mismo por mí ||
|| Tariq, yo no siento nada por ti... Entiéndelo... así que nuevamente voy a pedirte que te vayas, ¡vete AHORA! ||
|| Riley, podríamos divertirnos un poco, tú y yo ¿no crees? || Mis palabras no lo detuvieron; ahora estaba cerca de mí, podía oler claramente el licor que emanaba de él. Obviamente, estaba borracho || ¿Qué? ¿Te preocupa lo que la gente pensaría si se enterara? No tienes la presión que los demás tienen sobre ellos. No tienes título, ni apellido, ni reputación que cumplir. Eres solo una plebeya aquí, de vacaciones. Pero si estás preocupada por eso, te prometo que nos divertiremos y no lo diré a nadie || Y de repente, Tariq me tomó entre sus brazos.
|| ¡NO ME TOQUES! || grité e intenté alejarme, pero Tariq me sostuvo con fuerza y se inclinó para besarme a la fuerza. Rápidamente comencé a forcejear con él para alejarlo, pero él era más fuerte que yo. Continuaba besándome el cuello y tocando mi cuerpo. No lograba quitármelo de encima || ¡SUELTAME! || Volví a gritar y en ese momento, la puerta de mi habitación se abrió de par en par y vi a Drake entrar. No puedo negarlo, al ver a Drake, dejé escapar un suspiro de alivio.
|| ¡MALDITO INFELIZ, ALÉJATE DE ELLA! || Drake gritó y agarró a Tariq por el hombro, alejándolo de mí. Los ojos de Tariq se agrandaron al sentir que era jalado hacia atrás por el cuello de su camisa y arrojado al suelo || ¿QUÉ DIABLOS CREES QUE ESTÁS HACIENDO? || Tariq se puso de pie y entrecerró los ojos.
|| ¡Cómo te atreves a ponerme las manos encima, plebeyo asqueroso! || Tariq iba a darle un golpe, pero Drake bloqueó el puñetazo y empezaron a forcejear. Se estrellaron contra el tocador antes de golpear la pared. Podía ver cómo Drake empujaba a Tariq lejos de él, y su puño iba directo hacia su mandíbula, tirándolo al suelo una vez más.
|| ¡Sal de la habitación de Riley! || le espetó Drake a Tariq. Este se puso de pie y le propinó un golpe directo en las costillas. Drake titubeó por un instante, retrocediendo antes de devolverle el golpe en el rostro. Ambos cayeron al suelo, enfrascados en una intensa lucha antes de separarse.
|| ¡Esta es mi habitación! || exclamó Tariq.
|| No es tu habitación, es la habitación de RILEY. Mira || dijo Drake incorporándose mientras lo levantaba y comenzaba a mostrarle la habitación || ¿Ves su ropa? ¿Ves sus cosas? || Tariq observó con ojos grandes y llenos de vergüenza || Además, ella estaba gritando para interrumpir lo que estabas tratando de hacer || Drake lo soltó y se colocó frente a mí, protegiéndome mientras yo me escondía detrás de él.
|| Lárgate, Tariq. Te mereces esos golpes y muchos más || exclamé con la voz entrecortada, tratando de contener mis emociones frente a Tariq.
|| ¿Fue un error, entonces? ¿No marca este momento el comienzo de nuestra historia de amor? || me pregunta con decepción en su voz. Sin embargo, no puedo soportarlo y derramo lágrimas de impotencia.
|| ¿De qué historia de amor estás hablando? || cuestiono.
|| Es que yo escuché... quiero decir, me dijeron que nosotros... || Pero Drake lo interrumpe inmediatamente, sin dejarlo terminar.
|| Parece que escuchaste o entendiste mal, Tariq. Y para que lo tengas claro, antes de desear besar o tocar a alguien, deberías preguntar y obtener su consentimiento || le reprocha mirándolo con enojo. Tariq transforma su expresión en vergüenza.
|| Lo siento. Te pido disculpas, Lady Riley. Actué con descaro y me equivoqué por completo. Pensé que era una invitación abierta, pero fue solo un malentendido || Intenta acercarse a mí, pero Drake se interpone y me muestra un puño amenazador.
|| Ni te atrevas a acercarte || le advierte Drake haciendo que Tariq retroceda de inmediato y baje la mirada.
|| Tienes razón, me iré antes de seguir humillándome más. Buenas noches || Tariq da media vuelta y sale de mi habitación. Drake va tras él, cerrando y tirando la puerta tras su salida. Luego, se vuelve hacia mí con su mirada llena de preocupación.
|| Brown, ¿estás bien? || Me dijo y se acercó lentamente, pero de inmediato lo rodeé con mis brazos y lo abracé, tratando de sentirme segura || ¿Te lastimó? || Me preguntó, pero inmediatamente negué con la cabeza; me encontraba en shock por lo que acababa de pasar.
|| No... no me lastimó || dije titubeando || No lo hizo y gracias a ti estoy bien ||
|| Tranquila, ya todo pasó || me dijo acariciando mi cabello. Luego, me separó lentamente y me miró con atención || No entiendo por qué ningún guardia apareció esta noche || Exclamó y me di cuenta de que tiene razón, ninguno apareció. Después, Drake me miró más fijamente, se separó de mí, tomó una bata que estaba a la vista y me la entregó || Toma, para que estés decente ||
|| ¡Cielos! Lo siento... || exclamé y rápidamente me puse la bata, sintiendo mis mejillas tornarse rosadas. A raíz de todo lo sucedido, no me había percatado de que aún llevaba puesta mi ropa interior. Al estar más decente, decidí cambiar de tema para evitar la vergüenza || ¿Estás bien? ||
|| Yo estoy bien, no te preocupes por mí ||
|| ¿Cómo... cómo lograste llegar a tiempo? || Pregunté curiosa.
|| Vine a buscar a Maxwell, pero no lo encontré. Entonces, al pasar por tu puerta, escuché tus gritos. No lo pensé y entré de inmediato. Al verte medio desnuda con Tariq encima de ti, entonces no dudé en actuar... || me dijo con sinceridad. De repente, las emociones comenzaron a florecer, pero respiré tratando de controlarlas. Drake me miró fijamente || ¿Está todo bien? || Asentí con la cabeza, pero él no me creyó, e inmediatamente sentí cómo mis ojos se llenaban de grandes lágrimas. || ¿Estás segura? || Preguntó con preocupación, pero no pude aguantar más y comencé a llorar, muerta del susto. Drake se acercó y me abrazó. No pude evitar llorar más; me sentía demasiado vulnerable, rota. Lloré fuertemente en su pecho.
|| Drake, gracias || Con voz entrecortada le agradecí, pero en ese instante, me invadió la incertidumbre de qué hubiera ocurrido si no hubieses intervenido. La sensación de seguridad se apoderó de mí cuando él, con ternura, comenzó a acariciar mi cabello y mi espalda. Sin embargo, rompiendo la emotividad, Drake comentó con rudeza:
|| Ashhh mierda, Brown. No te pongas sentimental conmigo || Me dijo, pero persistí con sinceridad.
|| Hablo en serio, Drake. No comprendo cómo lo logras, pero siempre estás ahí cuando te necesito || En ese momento, él se apartó lentamente, sujetó con suavidad mi barbilla y me pidió que lo mirara.
|| Siempre estaré aquí para ti... || Me dijo mirándome con atención luego hizo una pausa y soltó mi barbilla || Osea quiero decir, por el bien de Liam, por supuesto. Liam nunca me perdonaría si algo malo te sucediera ¿Y sabes qué?... Yo tampoco me lo perdonaría. Dime ¿Qué diablos paso? ||
|| Simplemente entró, convencido de que era su habitación a pesar de mi advertencia. Luego adoptó una actitud extraña, hablando de aprovechar este malentendido a nuestro favor. Sin escucharme, cerró la puerta y me miraba como un lobo a su presa. Yo... || Me estremecí al recordar, y de repente pude ver cómo las manos de Drake se cerraban en puños a los costados mientras su mandíbula se tensaba. Tomé su barbilla y le aseguré || Hey, estoy bien. No pasó nada, gracias a ti ||
|| Pero algo podría haber sucedido, Brown. Debemos decírselo a Liam || insistió Drake.
|| No, Drake, por favor... || Su ceño se frunció con preocupación.
|| Brown, Liam necesita saberlo. Tariq se te acercó a pesar de que le dijiste que no. Imagínate si no te hubiera escuchado gritar, él muy bien podría haber... ¡podría haber sucedido algo! ||
|| Pero no sucedió, por eso no necesita saberlo, Drake. Está resuelto... tú lo solucionaste. No quiero molestarlo ni preocuparlo || De repente, recordé lo de su padre || Él tiene tantas cosas encima, tantas preocupaciones por su coronación y todo lo que eso implica. No quiero agregar más cosas a su plato; reaccionaría igual que tú, quizás termina con Tariq y no quiero ningún escándalo ||
|| Pero sería demasiado justo ponerlo en su sitio. Además, ningún guardia apareció ||
|| Por favor, Drake, no quiero convertirlo en un problema mayor, ¿qué pensarían de mí? || Le expresé preocupación || Honestamente, no quiero volver a pensar en esto nunca más. Así que déjalo ir, por favor. No pasó nada. Está hecho y se acabó || Le dije, y Drake solo exhaló un profundo suspiro, pasando sus dedos por su cabello. Sabía que no le gustaba la idea, ni un poco.
|| Está bien, aunque no estoy de acuerdo... Pero creo que debería salir de aquí antes de que realmente provoquemos un escándalo || me dijo Drake. Sin embargo, cuando se dirigió a la puerta, lo vi contraerse de dolor.
|| Espera, ¿estás herido? || pregunté || Déjame echar un vistazo, es lo menos que puedo hacer ||
|| Tranquila, no es nada... Unos buenos tragos de whisky lo solucionarán ||
|| Es que te quiero ayudar ||
|| Estoy bien... Guárdate tu preocupación para alguien más || me dijo mientras avanzaba hacia la puerta. Sin embargo, me desplacé rápidamente delante de ella y expresé enérgicamente:
|| Drake, estás herido, así que no permitiré que salgas de esta habitación sin que me dejes revisar tu herida || Drake me miró con sorpresa, así que suavicé mi tono || Así que, por favor, quítate la camisa. Creo que el golpe en las costillas fue fuerte; podrían estar rotas ||
|| No es necesario que me revises, así que no me la voy a quitar... Has tenido un lado demasiado mandón, ¿sabías eso? ||
|| ¿Tú crees que estoy siendo mandona? || Frunzo el ceño y cambio de nuevo mi tono de voz. || Drake, si no te sacas la camisa en este momento, yo misma te la sacaré a la fuerza ||
|| Está bien, está bien || me dice Drake y comienza a quitarse la camisa. Queda solamente con su pecho completamente descubierto, haciendo resaltar sus fuertes y definidos músculos || Dígame, doctora Brown, ¿ve algo alarmante? ||
Reviso lentamente sus costillas y comienzo a palparlas con mis manos. Luego, toco su espalda y solo encuentro algunos golpes.
|| Bueno, vas a tener algunos espectaculares moretones ||
|| Sí, lo creo... Tariq me pegó más fuerte de lo que imaginé. Me impresionó, para ser sincero || Lo miro por un momento, reflexionando sobre lo que acaba de ocurrir. Él me mira extrañado || ¿Qué? ¿Qué te pasa? ||
|| No puedo creer que te haya golpeado por mi culpa || Las emociones me golpean de nuevo, haciendo que lágrimas caigan nuevamente por mis mejillas. Comienzo a recordar todo otra vez. Inmediatamente aparto mi mirada de Drake, pero siento que él toca mi barbilla con su mano.
|| No vuelvas a decir eso, Riley. Yo me lastimé por culpa de Tariq. Nada de lo que pasó esta noche fue tu culpa. No vuelvas a pensar de esa forma, ¿ok? || Drake exclama molesto y rápidamente suelta mi barbilla para pasar sus dedos entre su cabello. Luego, ya más calmado, me mira fijamente, y su mirada se vuelve mucho más suave. Después de analizar un poco, comienza a hablar de nuevo || Tú eres tan... || Pero guarda silencio.
|| ¿Tan qué, Drake? || le pregunto curiosa, sintiendo que está a punto de confesarme algo. Sin embargo, de repente se queda callado y se sienta en el borde final de la cama.
|| Sabes qué, olvídalo... No se suponía que tenías que atender mis heridas ||
|| Oh, cierto... Mmmm, creo que tengo algunos cubos de hielo en esa mini refrigeradora || Tomo los hielos y los envuelvo en un pañuelo. Además, lleno un vaso con whisky para servirle a Drake y se lo entrego.
|| Wow, gracias, servicio completo || me dice y sonríe. Luego, me coloco tras él y comienzo a presionar el pañuelo contra las heridas en su espalda || ¡Hey! Duele || exclama Drake, así que ajusto la presión de una manera más delicada.
|| ¿Así está mejor? ||
|| Sí, está mejor, gracias…  || Guarda silencio por un momento y luego comenta || No sabía que pudieras ser tan amable, Brown ||
|| No sueles ver ese lado muy a menudo, ya que me provocas constantemente con tu carácter. Pero, aunque no lo creas, también tengo un lado suave ||
|| Me encantaría ver más de ese lado tuyo || Drake se voltea y toma mi mano, nuestros ojos se encuentran. Después de unos segundos, aparta la mirada y suelta mi mano rápidamente || Gracias… || aclara su garganta || Sé que no suelo expresar gratitud con frecuencia, pero en realidad lo hago, me importas de verdad ||
|| A veces dudo de eso, ya que la mayor parte del tiempo actúas como si me odiaras, Drake ||
|| No es algo personal. Es solo que... es más fácil de esa manera ||
|| ¿Más fácil por qué? ¿A qué te refieres? ||
|| Estás aquí por Liam, al igual que todas las pretendientes. Pero no solo ellas; toda la corte gira en torno a él. En este lugar, todo y todos existen para orbitar alrededor de Liam. Podrías casi llegar a odiarlo por esa razón, si no fuera tan malditamente agradable. Y es peligroso para alguien como yo olvidar esa realidad || Exclama levantándose de la cama y pasando sus dedos entre su cabello.
|| ¿A qué quieres llegar, Drake? || le pregunto curiosa y lo sigo.
|| Diablos, Brown. No me hagas decirlo || exclamó mientras lo observaba con curiosidad. De un sorbo, vació su vaso de whiskey, aclaró su garganta, me tomó por los brazos y me miró fijamente || Respóndeme algo || continuó || Si nos hubiéramos encontrado en otro lugar, en algún club de Nueva York, en un aeropuerto o en una fiesta. Si no hubieras sido nuestra camarera esa noche y yo no me hubiera sentado al lado de Liam. ¿Crees que todo esto... crees que podría haber sido diferente entre nosotros? ||
Con esas palabras, mi corazón empezó a latir a mil por hora. Sus palabras resonaron en el aire, generando una pausa llena de tensión. Mi mente reflexionaba sobre la posibilidad de un encuentro en circunstancias distintas, mientras que mis sentimientos se veían envueltos en la incertidumbre. La confesión que Drake estaba haciendo en ese momento era algo que nunca me hubiera imaginado. Su pregunta provocó una confusión en mi mente y corazón.
|| Drake, tal vez hubiera sido diferente || admití || Tal vez tú seguirías siendo brusco y tosco, pero yo no te habría dejado salirte con la tuya. Pero ¿por el resto? Creo que sí, hubiera sido diferente. Creo que todo habría sido diferente || Siento cómo la expresión de sus ojos se torna más suave.
|| Riley... || exclama con dulzura, extendiendo su mano para alcanzar la mía. Una corriente eléctrica recorre mi ser. Contemplo sus ojos y su rostro mientras sus dedos se deslizan delicadamente por los míos. Experimento mariposas revoloteando en mi interior. De repente, Drake me atrae hacia él, envolviéndome entre sus brazos. Sus dedos acarician mi cabello con una suavidad desconocida hasta ahora. Mi corazón se funde ante su contacto. Su rostro está a escasos centímetros del mío; casi puedo percibir su aliento y su respiración agitada. Sus labios están tan próximos que parece que va a besarme. Sin embargo, la realidad de que Liam está por tomar una decisión me golpea, obligándome a apagar cualquier sentimiento. Rápidamente, me aparto, y él me mira con sorpresa || Maldita sea, lo siento... No sé en qué estaba pensando... Debo irme || murmura Drake mientras se aleja de mí, toma su camisa y se encamina hacia la puerta.
|| Drake... || lo llamo. Se da la vuelta y me mira fijamente.
|| Riley, necesito abandonar este lugar ahora mismo, antes de que haga algo de lo que ambos podamos arrepentirnos. Buenas noches || declara Drake de manera urgente.
|| Está bien, Drake. Buenas noches || respondo, aún desconcertada por mis sentimientos. Drake se coloca la camisa y abre la puerta.
|| Por el bien de todos, asegúrate de cerrar la puerta esta vez || Drake observa detenidamente la puerta y exclama || ¿Huh? ||
|| ¿Qué sucede? || pregunto. Drake hace una pausa, observando nuevamente mi puerta con curiosidad y confusión.
|| La puerta de tu habitación no tiene cerradura en la manija ||
|| ¿Y no son todas así? || le pregunto, sorprendida.
|| No, no lo son. Todas las otras habitaciones en este piso están cerradas || guarda silencio por un momento y luego prosigue || Está bien, probablemente no sea nada. Pero... ten cuidado, ¿de acuerdo? ||
Asiento con la cabeza mientras Drake se retira con una última mirada hacia mí. Luego camino lentamente y me siento en el borde de mi cama, reflexionando sobre lo ocurrido hace apenas unos momentos. Agradezco la oportuna intervención de Drake; demostró ser más valiente de lo que Tariq podría ser. Irrumpió en mi habitación, salvándome de algo que ni siquiera quiero imaginar. Ahora, enfrento esta confesión de sus sentimientos, confirmando que siente algo por mí. Aunque inicialmente creía que solo lo veía como un amigo, ¿por qué mi corazón se siente tan confundido? ¿Qué habría pasado si Drake me hubiera besado? ¿Habría respondido de la misma manera?
Estoy segura de que amo a Liam, ¿o no?
|| ¡Maldición! || Exclamo frustrada, pasando mis dedos por mi cabello y dejándome caer hacia atrás en la cama. ¿Cómo esta "aventura divertida" se volvió tan complicada tan rápido? Siento la urgencia de hablar con Drake tan pronto como sea posible, de aclarar lo que está sucediendo entre nosotros.
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@tessa-liam, @kingliam2019, @dutifullynuttywitch, @choicesficwriterscreations, @garrusknight
If anyone else wants to be tagged, just let me know. I hope you enjoy this wonderful love adventure.
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shinsdc · 22 days ago
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( @brelanjoo ) "¡Todos en este pueblo enloquecieron!"
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Shin asintió, lanzando una mirada rápida a Hyojoo, entendiendo perfectamente su miedo. La tensión y el caos estaban alcanzando niveles que él nunca había imaginado ver en Safe Haven. La mayoría de los vecinos que conocía estaban actuando como completos desconocidos, atacando a otros y no podía negar que una parte de él también estaba asustada.
"Lo sé, Hyojoo." dijo en un tono bajo pero firme, intentando calmarla. "Pero nosotros no vamos a enloquecer. Vamos a mantener la cabeza fría y encontrar un sitio seguro. Tenemos que confiar en los que todavía mantenemos la cordura." le hizo una seña con la mano para que se mantuviera cerca, y empezó a avanzar con cautela, atento a cualquier movimiento en los alrededores.
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loshijosdebal · 1 month ago
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Capítulo XXXI: El Salón de los Vigilantes
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Llegaron por la noche a Morthal y Alicent salió corriendo en dirección a la Cabaña del Taumaturgo. Cuando se encontró con el edificio quemado tuvo un mal presentimiento. Seth me contó que salvó a mamá pero, ¿y si era también mentira? Escuchó pasos viniendo del puente y se giró, esperando encontrar a Joric, pero en su lugar vio entre la bruma, densa como nunca, a una mujer mayor a la que no conocía. La anciana alzó el brazo y señaló en dirección al pueblo. Alicent sintió un escalofrío y se le erizó el vello del cuerpo. Asustada, echó a correr en la dirección señalada. Reconoció el cartel de la Cabaña del Taumaturgo en cuanto llegó a la altura de la que hasta entonces había sido la tienda de Laelette. Aunque Alicent no entendía nada de lo que estaba pasando, llamó a la puerta, ansiosa por reencontrarse con su madre, pero nadie abrió. El edificio tenía dos plantas y hundía sus cimientos en el Hjaal. Alicent bordeó el edificio por la pasarela de madera y subió al segundo piso por la escalera exterior. Cuando estuvo arriba se asomó a la ventana. Vio a su madre tirada en el suelo, dormida junto a la cama. Tenía un frasquito de color lila en la mano y, aunque Alicent no tenía muy claro qué era, sí que sabía que era malo. Ilegal. Intentó golpear el cristal de la ventana para despertarla, pero alguien la agarró del brazo y la giró con fuerza. Seth estaba allí, mirándola con el ceño fruncido, la mandíbula tensa y un puño cerrado.
El pánico irguió su cuerpo y Alicent se sentó en la cama. Despertó sobresaltada, asustada y ansiosa, esperando ver a Seth frente a ella, pero solo vio camas vacías a su alrededor. Estoy en el Salón de los Vigilantes. Se tranquilizó en cuanto reconoció el lugar. Lo hizo rápido, porque llevaba despertando de la misma forma desde que había llegado.
Los Vigilantes de Stendarr eran una orden de monjes guerreros que luchaban contra las fuerzas daédricas por todo Tamriel. Se habían comprometido a ayudarlos tan pronto como Joric les contó la historia de la empuñadura de Mehrunes y del ataque de los nigromantes. Aunque podía entender por qué Joric había dejado a Idgrod al margen, seguía sin comprender por qué no había mencionado a Seth, pero lo cierto es que se alegraba. 
Después de vivir tanto tiempo sola en una torre llena de lujos, resultaba difícil acostumbrarse a convivir con tanta gente en un sitio tan austero. Había más de doce camas apiladas en aquel sótano que hacía las veces de dormitorio y comedor, y casi todas estaban ocupadas. Por suerte, los vigilantes se despertaban antes del alba y a aquellas horas ella era la única que seguía durmiendo, por lo que podía tener un rato de intimidad. Aunque no estaba del todo sola. Ciselle, una chica que debía de tener la misma edad que Idgrod y Seth, estaba sentada en la mesa del comedor, escribiendo una carta. 
Se quedó mirándola un rato, mientras se desperezaba. Lo poco que sabía de ella, además de que era nórdica, es que se había unido a los vigilantes hacía poco. Alicent tenía la sospecha de que la espiaba. Siempre estaba ahí cuando abría los ojos por la mañana, pero podía entender que la quisieran tener bajo control después de lo que había pasado durante sus primeros días allí. 
Sintió vergüenza al recordar las cosas que había hecho por miedo. Estaba aterrada. Lo estuvo desde que despertó y comprendió que Joric la había secuestrado. Aunque ahora no se podía imaginar actuando así, en ese momento solo quería volver a la torre, algo que intentó con desesperación. 
Joric. Pensó en su amigo mientras se empezó a asear. Los primeros días habían sido difíciles para ella, pero también lo debieron ser para él. Alicent se había negado a escuchar nada de lo que tuviera que decir y, para colmo de males, le había dicho algunas cosas realmente crueles. Le tengo que pedir perdón. 
Por si fuera poco, el primer día se las había apañado para escapar. Ese recuerdo la mortificó. Había estado tan asustada por ella y por el bebé que los había puesto a ambos en peligro por miedo, porque escapar de Seth le había parecido imposible en aquel momento. Aterrada, pensó que quizá, si ella lo encontraba antes de que él lo hiciera, podría convencerlo de que nada de aquello había sido su culpa. Los vigilantes la encontraron una hora más tarde perdida en mitad de la nieve, gritando el nombre de Seth. Por suerte él no apareció. Y los días pasaron, y siguió sin haber rastro de él. Y Alicent, poco a poco, empezó a aceptar su libertad. La posibilidad de que, tal vez y solo tal vez, aquello podría salir bien. 
Se terminó de peinar y se puso una de las túnicas que le habían dejado los vigilantes, mucho más simple y cómoda que cualquiera de los vestidos que Seth le había comprado. Estaba terminando de amarrar la túnica cuando escuchó unos pasos bajando las escaleras. Era Joric, que venía a desayunar con ella. Siempre llegaba cuando terminaba de vestirse. Y como cada mañana, Ciselle recogió sus cosas y se fue de allí, dándoles algo de intimidad. 
—Buenos días, Ali —saludó Joric.
Se detuvo a un metro de la mesa que hasta entonces había ocupado la vigilante y posó la bandeja con el desayuno. Alicent se acercó y se sentó junto a él. Cogió su bol de gachas, su jarra de té y bebió la mitad de su vaso de agua. 
Se sentía tan rara. No era capaz de responder a algo tan simple como un buenos días. Volvió a sentirse egoísta por cómo se estaba portando con él. Apenas habían hablado desde que escaparon y, cuando lo hicieron, ella lo había tratado mal. Le dije que era igual que Seth. Que lo criticaba, pero tampoco tenía en cuenta lo que yo quiero. Y aunque en aquel momento era cierto, ahora parecía diferente. Joric no la forzó a hablar. No la forzó a hacer nada, en realidad. Tampoco le pidió explicaciones.
Alicent se metió la cuchara en la boca, dando un bocado a las gachas. Estaba acostumbrada a hablar poco, pero no tanto al silencio. Joric hablaba mucho menos que Seth y parecía tener las mismas ganas que ella de hablar. Pero tenían que hablar. Llevaba un día entero pensando en ello. No podían simplemente no hacerlo si iban a escapar juntos. Y aunque sabía que debía, no sabía ni por dónde empezar. Tampoco sabía si sería capaz de hablar del tema. Los sentimientos pesaban tanto que los podía sentir, tirando de sus párpados hacia abajo y oprimiendo su pecho. Y luego estaba el cansancio que sentía. Era como un conjuro. Como si Seth nos hubiera echado una maldición.
Miró a Joric de reojo. Tenía los ojos anclados a la mesa y una expresión apagada. Alicent suspiró y dejó la cuchara en el cuenco. Tienes que hacerlo. Ahora.  
—Joric —empezó. Joric levantó la mirada, sorprendido. Apreció por primera vez que sus ojos tenían el mismo deje vacío que tantas veces había visto en su propio reflejo. La imagen de su amigo se volvió borrosa, por las lágrimas—. Lo siento. Lo siento muchísimo…
Joric se giró hacia ella y estiró un brazo hacia su hombro, pero se arrepintió al momento. Apretó los labios y lo dejó caer sobre su propia pierna. 
—Todo está bien, Ali —prometió—. Solo… No vuelvas a ponerte en peligro, ¿sí? 
—No lo haré más. Te lo prometo —asintió, limpiándose las lágrimas con el puño de la túnica. 
Joric asintió también y, aunque forzó una sonrisa breve, a Alicent le dio la impresión de que no la creía. Podía entender el porqué. Estaban como estaban por su culpa, porque se había obsesionado con Seth y no había hecho caso a ninguna de sus advertencias, por creer que eran celos. Pero también había pensado que era un niño.  Un crío que jugaba a ser un héroe. Pero ahora nos ha puesto a todos a salvo. Alicent se acarició la tripa y lo miró. 
—Perdón. Pero no era eso lo que quería decir —Joric la miró con curiosidad, sin interrumpirla—. Lo siento por haber escapado. Y también haber sido cruel contigo. No pienso de verdad que seas como Seth. Yo…
—Sé que no lo decías en serio, Ali. Estabas asustada, lo entiendo. 
Alicent buscó en sus ojos algún atisbo de mentira. Sabía que no era buena detectando aquellas cosas, evidentemente. Si lo fuera, Seth no me habría engañado así. Pero Joric tampoco había sido nunca bueno ocultando sus sentimientos, así que cuando vio que era sincero, soltó un pequeño y rápido suspiro de alivio.
—Todavía no me creo que no nos haya encontrado —admitió en voz baja, mirando brevemente hacia la puerta—. Soy incapaz de relajarme. Es como si sintiera que va a aparecer en cualquier momento, para llevarnos de vuelta a la torre y castigarnos por lo que hemos hecho. 
Joric asintió. Era evidente que temía lo mismo. Lejos de aliviarla, aquello la preocupó todavía más. Era imposible que Seth no les estuviera buscando, ¿cuánto tardaría en encontrarlos?
—No lo hará —dijo Joric de pronto, respondiendo tanto a lo que Alicent había dicho en voz alta como a sus propias preocupaciones internas. 
Estuvieron un rato en silencio, durante el que no pudo dejar de pensar en lo que pasaría si él los encontraba. Ella estaba embarazada de él. Aunque quisiera, no podía dañarla sin hacer daño a su propio hijo. Pero, ¿qué iba a ser de Joric? ¿Cómo era en realidad la relación entre ellos?
—¿Qué pasó, Joric? —consiguió preguntar en un susurro cuando encontró su voz. Joric la miró, confundido, y ella sintió su labio inferior temblar—. El día que… Ya sabes. 
Dejó la frase a medias, pero Joric entendió lo que quería decir. Lo notó en sus ojos. 
—Estaba seguro de que ocultaba algo —respondió, también en voz baja—, así que fui al Cerro. Fui un idiota. Cuando le intentaron avisar de que estaba allí, seguí a Jesper y llegué a la Guardia de Myr. Me capturaron. Después apareció Seth y… pensé que iba a matarme, pero al final no lo hizo. Creo que no pudo. En lugar de eso, pues… 
Alicent abrió la boca, dispuesta a interrumpirlo para pedir perdón una vez más, ahora por no haberlo creído. Pero Joric no la dejó hablar.
—Esto no ha sido culpa tuya, Alicent. Ni lo pienses. La culpa es de Seth. No eres responsable de que él sea un monstruo, ya era así antes de ti. 
Alicent se encogió sobre sí misma y asintió con vacilación.
—Entonces… ¿Viviste allí todo el tiempo?
Joric asintió.
—A veces te veía en el balcón, cuando estaba en el jardín. No había día en que no quisiera subir y sacarte de allí, pero no podía. Seth me controlaba. 
Alicent frunció el ceño. Primero, porque solo recordaba haberlo visto en el jardín los días que la visitó. Y segundo, por lo que acababa de decir.
—¿Cómo que te controlaba…? 
—No lo sé. —Joric se levantó de la mesa y empezó a dar vueltas por la habitación, sorteando los catres. Iba mirando al suelo, y su cara evidenciaba que estaba recordando cosas que no le gustaban—. Sé que algunos vampiros tienen el poder de controlar la mente de las personas, su voluntad, pero solo los más fuertes. Seth tiene ese mismo poder, pero no sé cómo ni por qué, porque los dos sabemos que no es ningún vampiro. —Se detuvo de golpe, con una mueca triste aflorando en sus labios—. Supongo que… esto es el tipo de cosas que podría responder Idgrod.  
Escuchar el nombre de Idgrod fue un golpe. Pensar en ella después de tantos meses prohibiéndose hacerlo dolió. 
—¿Sabes si está bien? —se atrevió a preguntar—. La noche que Seth me secuestró… el día antes cayó enferma.
Joric asintió, con la mandíbula apretada. 
—Los escuché hablar de ella varias veces, en la torre. Dicen que perdió la cabeza, que sufrió un ataque bajo la lluvia y quedó loca. 
Alicent empujó hacia el centro de la mesa el cuenco de gachas, casi entero. Se le había cerrado el estómago, probablemente para lo que quedaba de día.
—¿Por qué estás aquí, Joric? —preguntó, tras pensarlo unos momentos—. ¿Por qué no has vuelto a Morthal con ella? Con tu familia. 
—Estamos aquí por Hugo. Seth quiere… —Joric apretó los labios, repentinamente enfadado. Fuera lo que fuera lo que quería decir, estaba claro que estaba haciendo un esfuerzo por contenerse—. Da igual —dijo al cabo de unos segundos. Volvió a la mesa y se sentó a su lado—. Hugo no quiere que su sobrino crezca en una torre llena de vampiros, por eso me liberó. Para llevarte a un sitio en el que pueda tener una vida normal. La única condición que me puso a cambio de esto fue que no volviera a contactar con mi familia. Y puedo ver por qué —añadió, con un suspiro—. Cualquier tipo de acercamiento podría darle una pista a Seth de dónde encontrarnos, Ali. 
Hasta ese momento, Alicent no se dio cuenta de que Joric tenía un plan. Que su futuro no estaba a merced de la generosidad de los vigilantes. Frunció el ceño.
—Entonces… ¿Estamos yendo a algún sitio? —preguntó, ansiosa. 
Joric la miró y forzó una pequeña sonrisa.
—A Cyrodiil. Al parecer, unos amigos de Hugo tienen un viñedo en el Condado de Bruma. Nos quedaremos con ellos. 
Alicent parpadeó, sin saber qué decir. Cyrodiil. Hasta hacía una semana parecía imposible volver a salir de la torre y ahora estaba hablando con Joric sobre ir a Cyrodiil, la capital del Imperio. Sus ojos se opacaron. Era irónico, pero sobre todo cruel, que aquello que siempre había querido, viajar por Tamriel, fuera a pasar de aquella manera. 
Por otra parte, aunque saber que tenían un plan le dio seguridad, todo lo que dejaban atrás, y ahora de manera voluntaria, dolía. Él no volverá a ver a familia. Yo tampoco. El pensamiento le cayó como un jarro de agua fría. Pero antes de ahogarse en él, buscó refugio en la mirada de Joric.
—¿Era verdad lo que dijiste? Antes de… antes de sacarme de la torre. 
Joric se tensó y asintió.
—Seth estaba agobiado porque le tenías miedo, así que me ordenó hacerte creer que estabas sola. Supuso que si te quitaba toda esperanza fuera de él y de la torre las cosas irían mejor. 
Aquello ni siquiera la sorprendió. Ya no podía sentirse más estúpida y engañada, era imposible. Asintió, compungida. 
—Mira, no podrías haberlo sabido —siguió Joric—. Él tenía motivos para mentirte, pero, ¿por qué lo iba a hacer yo? Esa sanguijuela retorcida me obligó a decirte que Lami te odiaba, pero tu carta nunca salió de la torre. Por lo que yo sé, tu madre cree que estás muerta. 
Eso último le volvió a arrancar las lágrimas. Piensa que estoy muerta. Como papá. Se abrazó a sí misma, comenzando a temblar.
—Ali —Joric se atrevió a apoyar una mano en su hombro—, ahora yo estoy aquí. Y voy a cuidar de ti y de ese bebé como si fuera de mi propia familia, ¿vale? No estás sola. Me tienes a mí. Nos tenemos el uno al otro. Y no voy a dejar que te… que os ocurra nada malo, te lo prometo. 
Alicent hipó y se abrazó a sí misma. De repente, la ansiedad se descontroló, desatada por un recuerdo. Ya había escuchado eso antes y no había terminado bien. Ahora tenía a Joric, sí, pero, ¿y si Joric cambiaba de idea? Ella y su bebé estarían completamente solos, sintiendo siempre el miedo acechante de que Seth podría aparecer en cualquier momento. Incluso si no lo hacía, si las cosas habían sido difíciles para su madre en un pueblo pacífico donde la gente la apreciaba, ¿cómo sería para ella la vida en Cyrodiil, donde no conocía a nadie?
Dependemos de Joric. De que él se quede a nuestro lado. Aquello la puso tan nerviosa que le empezó a costar pensar con lógica. La idea de que Joric se marchara le pareció terrorífica. Tenía que hacer algo para que se quisiera quedar con ella, y en la torre Seth solo le había enseñado un modo. Así que giró el cuerpo hacia él sobre el banco y empezó a desanudar la túnica, sin mediar palabra. Joric la miró, pero no con deseo o posesión, como solía hacerlo Seth, sino con un pánico casi infantil. Cuando vio sus pechos se puso rojo hasta las orejas y se apuró en volver a subirle la túnica.
—¿Pero qué haces? Ali, yo no… —No supo cómo seguir. 
—Ah… —dijo ella, desconcertada e incómoda—. ¿Prefieres que me lo meta en la boca…? —No le pareció raro. A veces, sobre todo por las mañanas, Seth estaba tan cansado que simplemente quería que Alicent lo hiciera así. 
Intentó ponerse en pie pero Joric volvió a detenerla. Para esas alturas su piel parecía haber descubierto un nuevo tono de rojo. 
—¡Alicent, para! 
El grito de Joric la paralizó. Lo miró sin saber qué era lo que estaba haciendo mal.
—Pero… —su voz tembló—. Pero quiero que nos cuides, Joric. Que te quedes con nosotros… 
Además de rojo, ahora Joric parecía asqueado. 
—Ali, yo… Prefiero no saber qué te habrá hecho o dicho ese imbécil para que pienses que me debes algo así, pero no lo haces. Os voy a cuidar, pase lo que pase. 
Alicent tardó unos segundos en creerlo, y aun así lo hizo con reticencia. Aquello no tenía ningún sentido.
—Lo… ¿Lo dices de verdad? 
—Te lo prometo. No tendrás que hacer eso nunca más. 
Después de eso se quedó en silencio, avergonzada por lo que había pasado, por lo que había intentado hacer con Joric, pero él no dejó que volviera a encerrarse en sí misma.
—¿Vamos afuera un rato?
Aceptó la propuesta, agradecida porque él no estuviera enfadado. Recogieron la mesa, se pusieron unas capas de piel y salieron al exterior. Allí no había niebla, pero la nieve lo cubría todo, desde la enorme montaña bajo la que se asentaba el Salón de los Vigilantes hasta el bosque de coníferas que bordeaba el camino por el que habían llegado. 
—Me pregunto cómo será Cyrodiil —dijo Alicent tras contemplar el paisaje en silencio durante un rato. 
Joric se sentó junto a ella en uno de los escalones de madera de la cabaña y le contó algunas cosas que recordaba de Cyrodiil, donde había estado cuando era niño. 
Le contó que Bruma no se diferenciaba tanto de aquello. Hacía frontera con el sur de Skyrim y la ciudad se erigía sobre una montaña. También que podrían haber intentado llegar desde Helgen, pero que habían decidido no arriesgarse a cruzar toda Skyrim, donde posiblemente los estuvieran buscando. Aunque Alicent tenía un interés y una curiosidad real por lo que contaba, se acabó perdiendo entre los nombres de tantos lugares que no conocía. Se abstrajo de la conversación y volvió a pensar en Seth, incapaz de quitárselo de la cabeza. Se sentía tan engañada que tuvo la necesidad de hablar del tema con alguien y, en un impulso, lo cortó a media frase.
—No consigo dejar de pensar en lo tonta que fui —confesó. 
Joric la miró, confundido. Luego frunció el ceño. 
—Ali, no…
—No, espera. Necesito decirlo. Me avisaste, pero no te hice ni caso. Si lo hubiera hecho, nada de esto habría pasado. 
—O igual hubiera pasado algo peor. —Ahora fue Alicent quien frunció el ceño. Joric siguió, —Seth es imbécil, pero está metido en asuntos muy oscuros, Alicent. —Joric enmudeció por un instante y apartó la mirada—. No sé cuánto te habrá dejado saber, pero está metido en cosas que dan miedo. Tú tenías la empuñadura, yo soy el hijo de la jarl y Seth quiere tener la daga y el pueblo. ¿Recuerdas el ataque de los nigromantes? Fue él. Y, llámame loco, pero estoy seguro de que hizo algo para apagar la antorcha.
Alicent sintió que el estómago se le revolvía. Seth siempre le había contado que se encargaba de la mina, descubrir que incluso aquello era una mentira le dio vértigo. Se echó ambas manos a la cabeza y se quedó mirando al suelo, en silencio. 
—Tengo miedo —confesó pasado un rato. 
Si antes le daba miedo que Seth pudiera encontrarlos, ahora sentía terror. Joric suspiró y apretó suavemente su hombro.
—Lo sé, pero estamos vivos, Ali. Hemos escapado. Tenemos que confiar. —Alicent asintió y posó la mano sobre la de él, todavía en su hombro. Estuvieron así un rato hasta que Joric rompió el contacto. —Tengo que hablar con Bardur sobre los preparativos del viaje. —Alicent reconoció el nombre del jefe de los vigilantes. —No vuelvas a escapar, ¿vale?
Aunque Joric lo dijo en tono de broma, a Alicent le pareció que una parte de él lo decía en serio. Se obligó a sonreír para que él entendiera que no tenía nada por lo que preocuparse. Tenía miedo, pero confiaba en Joric. Su plan era mucho mejor que volver a la torre.
—Te lo prometo.
Debió parecer convincente, porque Joric asintió y entró a la cabaña. Alicent quedó en las escaleras de madera, sentada y abrazada a su capa, contemplando el paisaje helado. Allí estaban lejos de todo. Era imposible que nadie los encontrara. Para su sorpresa, se le escapó una sonrisa. Tardó unos segundos en reconocer la sensación, porque llevaba mucho tiempo sin hacerlo. Se sentía a salvo. 
Como si de una broma divina se tratase, el chirrido de las ruedas y los cascos de un caballo rompieron el silencio en ese preciso instante. Alicent se tensó al ver que se acercaba un carruaje. Tuvo la tentación de entrar al edificio, pero se repitió a sí misma de que era imposible que Seth los hubiera encontrado. De todas formas se subió la capucha, por precaución. 
Cuando el carruaje se acercó más, reconoció al hombre que lo guiaba. ¿Don Dogma? Alicent se arrebujó en su capa, intentando esconderse. Demasiado tarde, al parecer. El hombre se paró en mitad del camino, se puso en pie sobre el carruaje y empezó a saludar moviendo ambos brazos. Alicent miró a su alrededor, comprobando que no había nadie más a quien se pudiera estar dirigiendo. ¿Cómo me ha reconocido?
Se puso en pie y bajó el camino que separaba la cabaña de la carretera. Cuando estaba llegando a su altura, el hombre saltó desde encima del carruaje y aterrizó en el suelo con gracilidad, sorprendiéndola. Nunca había imaginado que fuera tan ágil. 
—¿Señor Dogma? —saludó, confundida—, ¿Cómo sabía que soy yo?
El peregrino la miró como si fuera la cosa más interesante del mundo. 
—Y dale con quitarme dés —protestó, omitiendo la pregunta. Alicent lo miró, confusa. Seguía diciendo tantos sinsentidos como siempre, lo que consiguió hacer que se sintiera un poco mejor, por nostalgia. Él también era alguien a quien pensó que no volvería a ver nunca—. Qué bien verte tan bien. 
—Yo también me alegro de verte —saludó con timidez bajo la capucha, sin saber qué más decir.
—Y cuánto se alegraría Lami de verte aquí, con tanta vida. Ah, desde que te perdió ha languidecido más que un elfo en una cueva. Es una auténtica pena que no me vaya a creer, ¿no te parece? Ya sabes lo que dicen, solo los locos creen a otros locos. 
Mamá. No entendió del todo lo que el peregrino dijo, pero se pudo hacer una idea. Cuando perdieron a su padre, su madre se puso tan triste que ni siquiera quería jugar con ella. Incluso había días que ni siquiera hacía la comida. Alicent recordaba aquellos días con angustia, la idea de que volviera a estar así la espantó. Necesito decirle que estoy bien. Era peligroso, pero era su madre. Podía confiar en ella. 
—Señor Dogma… —lo llamó con urgencia—. ¿Le entregarías una carta de mi parte? 
—Ah, eso lo haría todo mucho más sencillo —apreció Don Dogma, acariciando su bigote mientras miraba al cielo. Asintió, volviendo a mirarla—. Claro, criatura. Yo haré llegar esa carta a donde debe. 
Alicent sonrió con amplitud, llena de gratitud. Fue una suerte que Don Dogma tuviera papel y tinta a mano. Se apoyó en un tablón del carruaje para escribir una carta a su madre, en la que se disculpó con ella y le contó que no podía volver, aunque la echaba de menos y era lo que más deseaba en el mundo. También le contó que iba a tener un bebé, y que si era chica la llamaría Brienne, como su abuela. 
Le entregó la carta al peregrino. Estaba a punto de despedirse de él cuando escuchó a alguien gritar su nombre. Era Joric, que la llamaba desde las escaleras de la cabaña. Le dijo adiós y desandó el camino hasta el Salón de los Vigilantes. Cuando llegó allí, Joric la miraba con una expresión de sospecha. 
—Alicent, ¿con quién estabas hablando?
Agachó la cabeza, volviéndose consciente de lo peligroso que había sido lo que acababa de hacer. Agradeció tener la capucha puesta, porque sentía el calor en las mejillas que indicaba que debía estar roja como un tomate por la vergüenza. 
—Don Dogma me reconoció. Yo…
—Ali —la interrumpió Joric, mirándola con cautela—, ahí no había nadie.
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