Tumgik
#acostumbrada a lastimarme
nubeblack · 1 year
Text
Soy tan tonta, que pese a que me sigues lastimando aún sigo aquí esperando a terminar de marchitar🍁
1 note · View note
ireneland · 9 months
Text
Es absurdo imaginar tanto estar con él, adorarlo de un modo enfermizo que incluso nos peleamos en mi cabeza.
Lo deseo tanto que me enfado cuando me castiga con su ausencia.
Me castiga tanto que me hace enfadar.
Nos condujo en su auto a una linda cafetería, cuando se bajó para abrirme la puerta hacía un poco de frío al que no estaba acostumbrada.
Decidí usar un vestido corto de color negro y aunque usaba medias mis piernas sentían el aire helado de afuera. Usé botas negras para estar más alta y el cabello suelto ya que mi cuello y mis hombros estaban descubiertos. Quería verme linda para él.
Se comportó como un caballero, pidió mi postre favorito, lo colocó frente a él y me dio de comer pequeños pedacitos con el tenedor de postres, con mucha delicadeza para no lastimarme (la tortura vendría después)
Me sonreía cada vez que me detenía a tomar de mi capuchino y luego me limpiaba los labios con la servilleta, él mientras tanto me observaba con ternura.
También tomó un sorbo de su capuchino, sin embargo no pidió postre y estaba curiosa por saber el motivo, pensé que tenía hambre, así que rompí el silencio al preguntarle del modo más dulce que pude
-¿Cariño, tú no tenías hambre?-
Aún con la taza a la altura de sus labios, sus dedos largos sosteniendo su café de este modo inusual (al estilo capitán Levi) y un mechón de cabello negro rozándole un poco la frente, me observó, más bien me fulminó con la mirada, esos ojos oscuros vieron a través de mí por encima de la taza la cual bajó lentamente para decirme con su sonrisa torcida y su voz suave
-Mmm sí- hizo una pausa. Había algo en sus pausas que lograban volverme loca, era como si tuviese el super poder de controlar el tiempo, ralentizó el momento, todo a nuestro alreddor se paralizó y yo sentí como se aceleraban los latidos de mi corazón.
-Claro que tengo mucha hambre- añadió. Había algo en el tono suave de su voz que me hizo ruborizarme, sentí como si me desnudara con la mirada.
Y tal como si nada me preguntó si quería más cheesecake ya con el trocito cerca de mis labios, a lo que asentí y abrí la boca. Él volvió a sonreír y con su mano libre volvió a tomar su taza mientras me observaba con detenimiento.
Realmente lograba hacerme sentir muy nerviosa en los escenarios más comunes y serenos. Me hacía sentir como si yo fuese su presa a la cual merodea hasta encontrar el momento justo para cazarla ¡Y SÓLO ESTÁBAMOS EN UNA CAFETERÍA, POR DIOS!
Él llevaba un abrigo largo de color negro, una camisa de botones manga larga color blanco, como si no fuese lo suficientemente apuesto decidió robarse las miradas al usar una corbata (a la cual sabe darle distintos usos) unos pantalones negros de mezclilla, botas a juego, un par de anillos plateados en dos de sus largos dedos (el índice y el anular de la mano izquierda) un reloj en su mano derecha y su cabello perfectamente peinado al lado pero como muestra de su espíritu rebelde, sin importar cuantas veces pasara su mano por su cabello para dejarlo detrás de su oreja, este mechón siempre lograba acomodarse en su frente, lo hacía ver guapísimo, me volvía loca verlo darse por vencido y ceder a su cabello desobediente ya que era lo único que no estaba bajo su control, su fuerza magnética colocaba todo en su lugar (hablo de mí, por supuesto, siempre haciendo lo que me decía, complaciéndolo hasta el cansancio)
Nunca he sido una chica a la que le guste seguir órdenes, sin embargo cuando ese flaco mandaba yo sólo obedecía, era como si yo no tuviese control sobre mi, era absurdo.
Veía hacia la ventana, absorto en sus pensamientos. Moví mis pies hacia sus pies por debajo de la mesa para colocarlos justo entre sus piernas, fue un movimiento torpe que me hizo golpearme un poco los codos al deslizarme de la silla todo por llamar su atención.
Volteó a verme, parecía divertirse, sonrió nuevamente y sin decir una palabra cerró sus piernas largas y capturó las mías apretando sus rodillas. Contuve el aire por unos segundos porque su reacción me tomó por sorpresa. Cuando estuve a punto de quejarme dejó de tensar las piernas y me soltó, para continuar viendo por la ventana.
A veces no lograba leerlo, necesitaba saber qué pensaba, no sabía si estaba aburrido o preocupado o incluso triste, era difícil saberlo, no demostraba mucho (al menos no en cafeterías ni en sitios concurridos. Él demostraba mucho cuando me tenía sometida. Aunque no hacía falta estar encerrada en la habitación para someterme a él. Él siempre tenía el control. En todos los escenarios)
Me puse seria copiando su expresión, o más bien la falta de ella pero luego volví a ser yo misma, la chica que se muere por recibir su atención a como de lugar, así que volví a intentarlo, quería que me viera y me tocara así que deslicé mi mano sobre la mesa y tomé uno de sus dedos jalándolo hacia mí, volteó a verme (¡funcionó!) y volvió a darme postre, intuyendo que quería más y no estaba equivocado porque cuando se trataba de él yo siempre quería más.
Casi en un susurro abrió sus labios para decirme -sólo te faltan tres bocados- y mi mundo volvió a detenerse. Sólo había espacio para él en mi mente, hacía que me perdiera en esos ojos. No me di cuenta cuando el fuego empezó a recorrer mi cuerpo, sentí mariposas en mi estómago.
Podré sonar loca pero sus palabras por muy ciertas e inocentes que fuesen no tenían esa intención, se que estoy loca pero esas palabras se escucharon peligrosas.
Él parecía disfrutarlo.
Él sabía lo que causaba en mí y definitivamente, sin ninguna duda,
Él siempre se aprovechaba de ello.
Cuando me faltaba un solo bocado acercó no sólo el pequeño tenedor hacia mí sino también su cuerpo, su rostro frente al mío, el postre en mi boca y sus ojos viendo de mis labios a mis ojos y luego a mis labios otra vez, sonrió levemente, humedeció sus labios, tomó la servilleta y limpió la comisura de los míos y como si nada volvió a tomar de su café sin dejar de verme.
-¿Lista?- preguntó con un tono seco y posteriormente se levantó en un movimiento sacando de su abrigo unos lentes, se los puso y se dirigió a pagar la cuenta lo que me hizo fruncirle el ceño, estaba realmente molesta con él.
Mi actitud lo hizo detenerse apenas un segundo, me miró tan serio y sentí una especie de amenaza en su mirada. Sentí frío otra vez.
No podía entenderlo, pudo haber llamado al mesero y no dejarme sola con un remolino en la cabeza pero así era él, impulsivo e impredecible. En un momento estaba quieto y sereno para después mostrarse entusiasta y eufórico por algo.
Lograba enloquecerme.
Quería golpearlo.
...
Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media
2 notes · View notes
shesmysunshine · 1 year
Text
Estoy tan acostumbrada a ocultar mis sentimientos y callarlos que no sé cómo expresarlos (sin lastimarme físicamente en el proceso).
3 notes · View notes
palabrasdelirantes · 1 year
Text
Miedo
Hay días como hoy que estoy sola y alejada de todos que solo pienso si habré elegido el camino correcto, si hablamos de como me siento, pues me siento en paz, tengo a alguien que me ama, que se preocupa por mi, que no quiere verme llorar, que me defiende si ve que alguien se mete conmigo, que me engrie cada vez que quiero algo, que se porta como un caballero con mi familia, alguien que les da tranquilidad a mis papás, alguien que me da tranquilidad a mi, alguien que ama mi aroma, ama mi cuerpo, ama mi cara, ama mis defectos, ama todo de mi. Tengo todo lo que siempre desee tener y por momentos cuando estoy lejos de él, solo pienso en que quizás no debería casarme con él. No entiendo porque si al fin tengo lo que siempre quise ahora tengo dudas. Será que cuando conseguimos lo que buscábamos es normal tener dudas, será que estoy acostumbrada a sentir la sensación de búsqueda y por eso me asusta, será que no nací para quedarme en un solo lado, será que no soy la persona indicada para él, no sé qué pensar. Solo sé que cuando estoy con él, el tiempo se detiene y mi cuerpo recibe paz y solo quiero dormir y amanecer a su lado, pero cuando está lejos deseo estar soltera. Tendré un problema? Definitivamente debo tener un problema. Desearía saber si alguien puede entenderme, desearía saber si alguien alguna vez sintió lo mismo que yo. Pero de lo único que estoy segura es que no quiero lastimarlo, prefiero lastimarme a mi antes que a él, no se lo merece, él merece tener una real historia de amor y no una decepción amorosa como yo la tuve.
1 note · View note
akuasickworld · 1 year
Text
Acerca de
Voy a escribir como si nadie nunca fuera a leerme.
Anoche intenté lastimarme con casi todo lo que estaba a mi alcance en mi habitación hasta que los brazos empezaron a dolerme y casi sangrar de la irritación. Me queda viejo este tópico, uno a esta edad ya debería dejar de crear mecanismos nuevos todo el tiempo para lastimarse? debería dejar de rascar lástimas y culpas de la gente a mi alrededor? Ni siquiera puedo dañarme tranquila, en la soledad enorme de mi habitación, porque creo que es egoísta e idiota. No puedo compartir mi dolor con nadie, ni tampoco mi amor. Creo que nadie habla mi idioma, y eso se siente terriblemente solitario. Creo que todos son entendidos de él, que pueden procesar mis palabras y llevarlas a su lenguaje, pero nadie habla como yo. No creo que sea así en todo el mundo, no puedo estar yo sola en el mundo, no? Me dijeron que encontraría a alguien algún día que sintiera y hablara como lo hago yo, pero no creo que eso vaya a pasar. Y tampoco sé si quiero que pase. De alguna manera, es único y terrible sentir algo así. No me molesta esa miseria, estoy acostumbrada. Cuando lloré con mis nuevos amigos por primera vez les dije que ojalá nunca volviera a sentir el vacío de una soledad que yo no elegí, pero creo que esta estoy eligiéndola yo. No puedo escribir cosas increíblemente buenas sobre mí porque sé que están ahí y deben valer oro pero yo no puedo verlas. No creo ser linda más que para un concepto de belleza que en mi mente no vale nada: no soy linda cómo la chica que mirarías por horas y horas y horas y horas. Yo soy linda porque la gente cree que soy graciosa y buena persona. Cuando alguien se enamora de mí, tiene que omitir que yo...me veo como me veo. Lo acepto porque quiero que alguien se enamore de mí pero sé que en el fondo hay cosas que no serían igual si fuera igual de linda que las demás chicas. Y ni siquiera puedo compensarlo porque estoy loca y le hablo a las paredes. Tengo que fingir todo el tiempo que yo no soy tan yo para que la gente no se asuste y me deje de amar. Quiero decirle a alguien que lo amo con toda mi convicción, con todas las fuerzas que puedo mover, quiero decirle que lo que yo siento es lo que sienten los poetas cuando escriben y lo que sienten los músicos cuando intentan transformar el aire en una canción de amor y lo que sienten las mariposas cuando van a dejar de ser crisálidas. Y quiero que alguien me diga, también. Quiero que alguien me ame lo suficiente como para tratar de ponerle palabras de alguna manera torpe e ineficaz a lo que siente por mí. La última vez que pedí un regalo de navidad pedí que me escribieran una carta diciendo cosas lindas sobre mí, y me dijeron que era imposible. Me parece triste, mi amor es tan profundo que creo que puede echar a crecer raíces y un bosque completo, pero creo que nadie me va a amar de esta manera, no existe lo que estoy pidiendo. Estoy enfrascada y triste y quiero ver como sangra mi cuerpo para sentir cualquier otra cosa que no sea esto que estoy sintiendo. Si alguien fuera una sala de espera yo nunca más en mi vida vería un doctor, me sentaría años sangrando mis heridas. Pero es un problema y a decir verdad, nadie más que yo es una fría y clara sala de espera, y aunque lo sea mis heridas sangran igual.
1 note · View note
Text
Hyacinth
Desde hace un tiempo prometí guardarme los escritos sobre personas que me hacen sentir bien para quienes realmente lo merecen, y aunque han pasado apenas algunos días, me devolviste las ganas de escribir, lo cual es extraño (pero no tanto, considerando que antes lo hacía como desahogo).
La manera en la que conozco personas siempre culmina en buenas historias, pero esta definitivamente no suena a una historia de Morgana. Por lo menos el principio sí. Analicemos.
Una madrugada en un antro de la Roma, estaba siendo "perseguida" por alguien a quien le pedí un cigarro y me terminó siguiendo por un buen rato. Me acerqué con la primera persona que vi, tratando de zafarme de este wey incómodo, pero luego me di cuenta de que mi subconsciente se acercó al primer wey que le gustó. En fin, después de invitarme un trago, y de platicar un rato, fuimos a bailar y le pedí un beso. Hasta ahí, vamos normal, es algo que me pasaría en cualquier otra noche bailando.
Lo que hace la historia extraña es todo lo que pasó después. Me sorprende el congeniar en varias cosas con alguien, y más cuando se trata de cosas tan "ridículas" (porque para lxs demás puede sonar ridículo lo que estoy a punto de escribir, pero para mí fue incluso tierno) como "quería que me pusieran brackets porque pensaba que se veían como un buen accesorio". Y me sorprende más el hecho de haber terminado en un museo un domingo por la mañana, porque me gusta ir a museos, pero no suelo hacerlo porque no tengo con quién, y la verdad no me gusta ir sola, pero definitivamente nunca me había planteado que un día iba a pasar después de quedarme a dormir con alguien.
Creo que estoy muy acostumbrada al comportamiento evasivo de las personas, principalmente de los hombres. Generalmente estas historias, después de conocer al vato en cuestión, siguen como "fuimos a su casa/un hotel, cogimos, pasamos la noche juntos, y al siguiente día yo regresé a mi casa" y terminan tal vez en que fue cosa de una noche, o que "me volvió a buscar para coger". Pero esta vez es diferente, y por eso me saca de pedo, porque estoy condicionada a que las personas después de convivir conmigo por un día o dos van a sentir un desinterés y van a ignorar mi existencia, tal vez por un día, o dos, o meses, o para siempre.
Hace un momento vi esta foto de un pato con lentes:
Tumblr media
Estuve a nada de enviártela, porque me dijiste que eres como uno de esos patos castrosos, y encima te gusta usar lentes, pero no quiero ser muy encimosa (¿supongo que también es parte de mi condicionamiento al desapego?) y prefiero guardarla para mandarla después.
Lo que intento poner en palabras es que tenía tiempo sin sentirme así de cómoda tan rápido con alguien, y creo que es bonito, se siente bien. Pero no deja de darme miedo porque tiendo a idealizar las cosas muy en chinga, y sé que eso puede llegar a lastimarme, aunque soy plenamente conciente de que es mi culpa porque tal vez solo intentas no ser un ano conmigo como te conté que han sido la mayoría.
Vamos a dejarlo simple y bonito: me gustas, me gustó pasar tiempo contigo, me gustó que me sacaras de mi zona de confort, y me gusta que no seas como los demás weyes que han entrado y salido fugazmente de mi vida.
.-Confundida, Morgana.
1 note · View note
luanadubaa · 1 year
Text
No ha cambiado nada, todo sigue igual.
Aún no comprendo como voy a seguir, de verdad espero algún día poder sentirme bien. Pero nada está saliendo como yo quiero que salga.
Pierdo interés en todo y me estoy agotando cada día más, ya nada me hace sentir bien, nada ni nadie.
Y yo creí que podía estar completa, pero al parecer me equivoqué, otra vez.
Realmente pienso en dejarlo todo y irme lejos, pero cuando intento hacerlo, me da tanto miedo.
No puedo dejar de hacer cosas las cual estoy acostumbrada a hacer, pero debo dejar de hacer muchas cosas para cambiar, pero dejarlas me hará mal, me hará muy mal.
Tengo que dejar de lastimarme yo sola y empezar a crecer.
0 notes
Text
Estoy acostumbrada a actuar como si todo estuviera bien, como si nada pasara, como si no pudieran lastimarme, pero... hoy es un día de esos en los que fingir esta resultando agotador
28 notes · View notes
nolmuqta · 3 years
Text
Nunca tuve amigas, las chicas listas pasaban las horas estudiando en casa de otras chicas listas, las chicas guapas pasaban las horas en el centro comercial mirando aparadores con otras chicas guapas, las chicas con talento estaban en todos lados, con otro montón de chicas que gozaban de otros tantos talentos. Yo nunca he sido lo suficientemente lista para estar con otras chicas listas, nunca he sido lo suficientemente guapa para estar con otras chicas guapas, mucho menos talentosa para pensar siquiera en estar con otras chicas talentosas, yo he sido lo que soy desde siempre, simplemente yo. Me va mejor el lado del metro que tiene ventana pero me sirve más tener aparentar la cara enojada para que nadie se siente junto a mi, supongo que estoy acostumbrada. He padecido de sentirme parte de un grupo de chicas, lo normal, como todo el mundo lo llama, lo normal, que no es normal para mi porque no sé cómo se siente entonces lo que debería de ser normal. Redundante pero coherente. Justifico mi soledad como si fuese un maquillaje a prueba de vulnerabilidad, porque me da mucho miedo sentir que soy un blanco fácil de burlas, de cuestionamientos, de miradas, de dedos apuntando a mi nariz. Me apoyó firme de las barandas que cuelgan del techo en el bus, pero nunca me duermo, me sostengo pero nunca con la confianza de que me estoy sosteniendo y no voy a caer; vuelvo mi vida una metáfora para que no duela tanto leer como suena la realidad. Me da pavor abrirme con las personas, siempre que lo intento es como si sus manos traspasaran mi cuerpo con toda intención y me estrujaran por dentro hasta sacarme el corazón. No de una forma viscosa, es algo más punzante y doloroso, pero seco, duele más, se siente menos. No hace falta hacer mucho para lastimarme, lloro con facilidad, pero nunca lloro en público, si comparto una idea con alguien me lo pienso un montón de veces antes de siquiera mirarle. Tengo siempre miedo, de dejar al descubierto quien soy y que me apunten al corazón solo por ello. Tengo siempre miedo de recargarme en alguien a quien pueda llamar amigo y que me deje caer mientras duermo. Tengo miedo de querer y que no quieran quererme, de engañarme creyendo que están. Tengo miedo de hacerme perder el tiempo con alguien que en cierto momento va a soltarme. Estoy programada con un chip de defectos, estoy programada para ser un cero, sin número a un lado, sin sumas. Estoy programada a no intentar, por miedo a fracasar de nuevo.
14 notes · View notes
brunetterumours · 4 years
Text
¿Cómo ajustar la balanza?
Tumblr media
Estaba acostumbrada a ser la víctima. Muchas cosas pasaron y durante los últimos meses de nuestra relación yo fui la mujer abusada y él, el hombre culero. Me hizo mil mamadas. Groserías. Me hizo pensar que no me respetaba, que yo era una carga, que no le gustaba más, que era un cero a la izquiera. Y yo, no pasaban ni dos días sin que tuviera una crisis de llanto y me sintiera una migajita estúpida.
Luego cortamos, porque el quería. Nos seguimos viendo a veces, pero él también veía a otras mujeres. Mamadas y mamadas. Luego nos dejamos de ver porque él lo decidió también. Puras culeradas.
Cada vez que me lo topaba me veía con cara de culpa, y yo con cara de triste, y me tenía una paciencia como si yo fuera una estúpida. No puedo pensar en cuántas veces me pidió perdón, cuántas veces me dijo que no me quería lastimar más, que no quería que nuestra relación fuera así.
No es que el sea la peor persona del universo, y yo la mejor. Simplemente tantas cosas no habladas y descuidos, dejamos que la dinámica de la relación se convirtiera en esa monstruosidad. Ninguno y los dos tenemos la culpa.
Siempre, el todo poderoso, con esa capacidad de lastimarme a su antojo. Yo siempre la sensible y con el corazón destruido. Es la dinámica más vomitiva en la que he estado. Estuve muy harta, y por mucho tiempo la traté de romper, actuando fuerte y como si nada pasara, diciéndole que nada me importaba. Armándola menos de pedo. Encerrándome en el baño para que nunca me viera llorar. Pero nunca funcionó, el continuó estando arriba, y yo, abajo.
Hasta que un día salimos con varios amigos en común. Tomé un poco de más, y vi a un wey que llevaba un tiempo gustándome. Me le acerqué, platicamos unos 3 minutos, y empezamos a agarrarnos como pubertos, horas y horas de besos felices y borrachos. Se hizo tarde y me fui, y en el carro camino a mi casa recordé que mi ex wey estuvo a unos metros de mi todo el tiempo, y que seguramente se sintió mierda de verme agarrando a alguien más.
Me sentí culpable, y por primera vez en tanto tanto tiempo, estoy en igualdad de circunstancias que él. Por fin somos iguales. Por fin ya no soy la víctima y él, el culpable. Por fin estamos en el mismo plano. Por fin puedo empezar de nuevo. Nunca me había sentido tan bien como me siento ahora.
6 notes · View notes
prussianbitch · 3 years
Text
"Remedio para el corazón" (Hetalia:PruCan)
English version of this shit? maybe I'll do it. Just spanish for now.
(Parte 1)
Mi piel está acostumbrada a ser manchada de morado gracias a los montones de porrazos que le son propinados frecuentemente, no es nada del otro mundo, ya es normal para mí recibirlos casi a diario, con el tiempo va doliendo cada vez menos, supongo, dicen que lo que no te mata te hace más fuerte. Sé que soy de apariencia frágil e insignificante, creo que eso me hizo el blanco perfecto para que algunos de mis compañeros descargaran su rabia contra mí. Prefería ser ignorado, era mucho mejor cuando era invisible y nadie me notaba en absoluto, durante tanto tiempo deseé que alguien se diera cuenta de mi existencia, que tan siquiera me voltearan a mirar... ahora sólo desearía volver a pasar desapercibido como antes. No importaba qué hiciera o no hiciera, a veces simplemente me agarraban y comenzaban a golpearme o a gritarme cosas sin razón alguna, evitaba cualquier contacto con ellos para poder tener algo de paz, pero era imposible; solía terminar pasándome las clases enteras en enfermería luego de los recesos en que recibía algunos puñetazos que casi siempre terminaban en magulladuras u otro par de lentes rotos, Con todo esto es fácil preguntarse: ¿Acaso nadie sabía lo que me estaba pasando? Bueno, sí, pero simplemente lo negaba cuando me interrogaban, pensé que sería mejor simplemente aguantarlo todo, tal vez así terminaría algún día, tarde o temprano, quizá así se aburrirían y me dejarían tranquilo de una vez. Me gustaría entender de verdad el cómo y por qué me volví víctima de algo así a mis 18 años, creo que aún con esa edad, no tenía ni la fuerza ni el valor para siquiera intentar defenderme, tampoco es como si pudiera hacer mucho yo solo contra 3 o más personas, jamás tuve a nadie que me defendiera ni mucho menos que me enseñara como debía defenderme o lidiar con este tipo de situaciones… en fin. A veces, sólo fingía estar enfermo para poder irme a casa o quedarme ayudando en enfermería, como la enfermera entendía mi situación solía dejarme acompañarla durante algunas horas del día y me permitía ayudarla con un par de cosas. No siempre era posible, pero las veces en que me quedaba con ella evitando el salón de clases, eran de los pocos momentos en los que podía permanecer imperturbable estando dentro de esa preparatoria.
Ese viernes me quedé ayudando a atender a algunos alumnos que iban llegando, eran cosas simples, como poner parches curitas y apósitos, además de eso, todo parecía estar muy calmado ese día. Hasta que escuché una discusión fuera de la habitación con quien parecía ser el director y un estudiante, estaba concentrado ordenando algunas cosas que había dentro de unos cajones así que no presté mucha atención, tampoco era de mi incumbencia, me convenía no inmiscuirme en los asuntos de nadie dentro de este establecimiento si no quería meterme en problemas, sólo seguí con lo que estaba haciendo esperando a que se fueran. De pronto un portazo me hizo dar un brinco por el susto, me volteé alterándome levemente al principio, pensando que eran mis compañeros que habían ido a buscarme hasta allá mientras no había nadie más cerca para pillarme solo y poder darme una paliza, pero suspiré de alivio al ver que sólo era un chico de otro curso.
-Qué tontería, ellos se lo buscaron. -Se quejaba mientras entraba con el director siguiéndole detrás-.
-Usted tiene edad suficiente para darse cuenta de que las cosas no se solucionan con violencia. -Le regañaban-.
-Esa es otra tontería, tan sólo estaba defendiendo– -Interrumpieron su conversación al darse cuenta de que estaba tan sólo yo ahí dentro además de ellos dos-.
-¿Qué está haciendo usted aquí otra vez? -Me preguntó ahora a mí-.
-Uh, yo no me sentía bien, así que– -Me interrumpió-.
–Bueno, eso no importa ahora ¿En dónde está la enfermera? -.
–No lo sé, dijo que iría a hacer algo rápido y me dejó aquí por si alguien necesitaba algo... -Respondí un poco intimidado-.
–Bueno, en lo que ella llega ¿Podrías encargarte de... este personaje? -Dijo mirando al chico que lo acompañaba-. Tiene unas cuantas heridas porque se estuvo peleando, ¿Puedes atenderlo? -.
–Sí, claro, no hay problema-.
–Gracias. Y tú -Volvió a dirigirse a él-. Compórtate.
–Sí, sí.
El director se marchó cerrando la puerta tras de él. Me fijé mejor en el muchacho; tenía el cabello muy claro, blanco prácticamente, era albino. Tenía algunos rasguños en sus brazos, pequeños moretones y un ojo morado que eran bastante notorios al tener una piel tan pálida, nada muy grave, pero aun así puede decirse que lucía algo adolorido. Ahora que puedo verlo mejor, creo que es... Gilbert, de último año de la clase B, todo el mundo lo conoce a él y a su hermano, se supone que siempre que hay una pelea alguno de ellos está cerca o involucrado, aunque nadie se atreve realmente a meterse con ellos, porque supuestamente dicen que si llegan a encontrarte afuera del edificio luego de las clases vas a querer cambiarte de escuela para no tener que volver a encontrártelos nunca más, no te conviene hacer enojar a ninguno de los dos si es que valoras tu vida, pero no creo que sean tan terribles como dicen, no tendría ningún sentido que siguieran estudiando en el establecimiento si fuesen tan peligrosos como para provocar esa clase de miedo en los alumnos. Me sostuvo la mirada con un semblante que parecía serio, sentí un escalofrío al instante y agaché la cabeza.
–Lo siento. -Me disculpé automáticamente pensando que lo había molestado al estarle mirando fijamente, me preparé para ser golpeado... pero no pasó nada-.
–¿Por qué te estás disculpando? -Su tono de voz no era el de alguien molesto, más bien, era el de alguien muy confundido con mis disculpas-.
–Porque... yo... -Volví a mirarlo, este se echó a reír-.
–¿Qué estás haciendo tú aquí? No pareces la clase de chico que se mete en problemas. -Me preguntó en un tono amigable, me desconcerté un poco, pero al menos pude relajarme al ver que no iba a lastimarme… de momento-.
–No me sentía bien, es todo-.
–Mientes. -Se sentó en la camilla-. No es por eso que estás aquí.
–¿Tú cómo podrías saber eso? No me conoces-.
–Es una capacidad increíble que tengo, sé cuándo alguien me está mintiendo. Es una de mis muchas cualidades. -Me sonrió ladinamente-.
No dije nada más, sólo busqué un par de cosas entre los cajones que sirvieran para desinfectarle las heridas que tenía. Él sólo volvió a reír sin agregar ni una sola palabra. Me acerqué, sintiendo aún su mirada puesta sobre mí.
–Déjame ver... por favor. -Quería revisarlo mejor-.
–¿Ver qué? -.
–Si tienes más heridas, raspones o lo que sea. -Dejé las cosas a un lado mientras él se desabotonaba la camisa del uniforme-.
–No es nada serio en realidad, fue una pelea bastante aburrida-Comentó como si pelearse fuese un pasatiempo inofensivo-.
No tenía más que algunos morados, casi nada realmente, parecían estar casi sanados por completo, además de un par de rasguños también prácticamente a punto de desaparecer. Al revisar cerca de sus costillas me pude percatar de que tenía una cicatriz que me llamó la atención, aún estaba rosada, por lo que era algo reciente, curioso decidí tocarla con delicadeza.
–Perdón, ¿No te duele? -.
–No, es de hace tiempo, no le prestes atención, no es la gran cosa. -Le restó importancia como si una marca así en esa zona fuese algo muy normal-.
–¿Seguro? Es que... olvídalo. -Dejé el tema hasta ahí, no tendría que involucrarme tanto en cosas como esa, no sé bien qué estaba pensando al intentar mantener una conversación con él-. Voy a buscar algo para tu ojo.
–No, déjalo así, no está tan hinchado, ni siquiera me duele.-.
–Pero...-.
–Tranquilo, créeme, ya estoy acostumbrado. Esto -Se apuntó la zona magullada-. No es nada, en dos días ya ni siquiera se notará.
–Déjame limpiarte un poco al menos. Si no, no tendría sentido que te hubiesen traído.-.
–Prefiero estar un rato aquí contigo a aburrirme allá afuera, además, si salgo probablemente termine causando otra pelea-.
Me tenté a preguntar qué había pasado, el por qué y con quién fue la pelea, pero me abstuve, no era de mi incumbencia. Sólo tomé un trozo de algodón y lo empapé con alcohol, lo acerqué a unos raspones que tenía en la mejilla y di toques suaves, sentí que se estremeció levemente, me contuve una sonrisa ¿Este tipo podía soportar una golpiza, pero no el ardor de un poco de alcohol en una heridita? Si no quería terminar con su puño en mi rostro era mejor no comentar nada al respecto.
–¿Te la pasas por aquí seguido? Creo que ya te había visto antes ahora que me acuerdo. -Me inquirió, de alguna forma, me sentí extraño-.
–Oh, sí, estoy por aquí ayudando a veces... -No quería decir demasiado, no era conveniente hablarle sobre mí-.
–No, estoy seguro de haberte visto afuera, esperando a que te atienda la enfermera. ¿Acaso tú...–?
Antes de que terminara la oración, la enfermera entró al cuarto, al vernos sonrió amablemente y se disculpó.
–Perdón, Matthew, me tardé mucho. -Sus ojos se posaron ahora sobre Gilbert-. ¿Otra vez aquí, jovencito?
–Sí ¿Me extrañó? -bromeó-.
–No te hagas el gracioso. Matthew, yo me encargo desde ahora, puedes volver a tu salón, esta es la última clase del día y luego tienen que irse de vuelta a casa. -Me miró con compasión-. Cuídate.
–Sí, está bien. Muchas gracias, nos vemos mañana. -Me despedí sintiendo un peso encima al tener que irme-.
Una vez llegué al aula intentaba ignorar todo a mí al rededor, realmente quería olvidar que estaba ahí, olvidar que era real, mi cabeza daba vueltas, pero aun así tenía que mantenerme firme. En cuanto el timbre sonó me levanté para irme lo más pronto posible, sólo quería llegar a mi casa y recostarme, dormir hasta el día siguiente, o el mes siguiente, o quizá dormir para siempre, me sentía demasiado angustiado todo el tiempo, lidiar con mi propia existencia a veces se me podía complicar bastante. Con la mente en otro mundo comencé a caminar, por suerte, ese día pareciese ser que habían decidido no molestarme, me alivié, podría tener una caminata tranquila por fin y darme un respiro después de mucho tiempo.
–¡Hey, tú! ¿Matthew? -Escuché que gritaban mi nombre, sentí que se me heló la sangre un instante antes de darme la vuelta para toparme con Gilbert corriendo en dirección hacia mí-.
–¿Qué pasa? -Sin querer comencé a jugar con mis dedos por los nervios, quizá el hecho de que se acordara de mi nombre (Siendo que en general la gente lo pasaba por alto) o que se tomara el tiempo de buscarme al terminar las clases era lo que me provocó nerviosismo de forma tan repentina-.
–No terminamos nuestra conversación. -Se paró frente a mí, era apenas unos centímetros más alto que yo, pero su fuerte presencia hacía sentir como si fuese más grande e imponente de lo que realmente era físicamente-.
–¿Qué conversación? -Me hice el tonto-.
–Oye, estoy preocupado por ti.-.
–¿Por qué lo estarías? No me ha pasado nada-.
–No es normal ver a alguien como tú en la enfermería con tanta frecuencia, no eres la clase de chico que busca peleas ni problemas -Sus ojos me transmitían calma, de alguna forma parecía compadecerse de mí como si entendiera lo que me pasaba sin habérselo dicho nunca-.
–Simplemente soy torpe, me la paso cayéndome o teniendo accidentes, es todo.-.
–Recuerda que tengo el poder de saber cuándo alguien me está mintiendo-. -Su cara expresaba preocupación. Al ver que yo no decía nada prosiguió-. La última vez que te vi, no tenías el mismo par de gafas que tenías ahora... ahora que lo pienso, sueles cambiarlas con frecuencia, no es normal que alguien rompa tantas veces sus gafas, aún si esta persona fuese torpe o lo que sea.
–¿Cómo...? ¿Acaso estás acosándome? -Le levanté la voz, molesto por sus palabras ¿Acaso llevaba tiempo espiándome? ¿Qué clase de persona se fija en detalles como esos en alguien que ni siquiera conoce? -.
–¡No! Simplemente soy atento a detalles, nada más. Ya te lo dije, uno de mis talentos -Me dedicó una sonrisa, como si intentase apaciguarme sabiendo que estaba molesto y dudando de lo que me decía-.
–Ni siquiera me conoces. ¿Por qué te fijarías tanto en un desconocido? -.
–Ya te lo dije, porque no es normal que un chico como tú se la pase yendo y viniendo de la enfermería. Hay dos opciones, o eres problemático, cosa que dudo mucho que lo seas, o.… alguien te está haciendo daño.-.
Contuve mis ganas de gritarle ¿Quién se cree que es? ¿Qué derecho tiene para hacer suposiciones sobre mi o meterse en mi vida? Le di la espalda sin más y retomé mi caminar, pensé que había sido todo, que había entendido la indirecta y se habría marchado. Pero no, me siguió, de hecho, escuché sus pasos apresurarse para alcanzarme y comenzar a andar a mi lado.
–¿Es eso no? -Preguntó con aparente seriedad en su voz-.
–No, no lo es... Y si fuera así ¿Qué te importa a ti? -.
-Pues importa, alguien como tú, no merece que lo maltraten de esa forma.-.
Paré en seco, sentía que en cualquier momento me echaría a llorar por la rabia y frustración acumuladas, estaba este tipo siguiéndome, diciéndome cosas que me inquietaban, cosas raras que me hacían sentir raro. Volví a mirarlo, quería gritarle que se fuera y me dejara tranquilo.
–Tú... -Me salió apenas un hilo de voz-. No me conoces, no sabes nada acerca de mí.
–¿Y si quisiera conocerte? -.
Me desconcerté aún más ante esa interrogante, Nadie había tenido interés en conocerme nunca, ¿Por qué de repente un chico con un comportamiento cuestionable se interesaría en un pobre tonto como yo? Volví a marearme, froté mi cara con mi mano para tratar de aquietarme, era muy extraño, casi sospechoso. Como si alguien quisiese jugarme algún tipo de broma muy pesada o intentara aprovecharse de mí y mi sentimentalidad.
- ¿Por qué querrías conocerme? Mírame. -Le espeté, abriendo los brazos para que pudiera apreciarme mejor y darse cuenta de que mi sola apariencia era aburrida y lo que menos provocaba eran ganas de querer si quiera mirarme-.
- ¿Qué tengo que mirar? -Me observó de pies a cabeza en un instante, sin entender a lo que me refería-. Tu apariencia es adorable.
Mi pecho se sintió extraño al escuchar su comentario, sentía que iba a ponerme a temblar, mis mejillas se acaloraron de un segundo a otro, él sólo soltó una risa burlona al ver mi reacción.
- ¿Lo ves? Das la impresión de ser alguien dulce, y yo creo que las personas que son así valen la pena. -.
Esas palabras, se sintieron tan cálidas que no pude evitar sonreír, se sintió extraño, se sintió… bien. Como si con esa sola frase, volviese a sentirme vivo.
-Gracias. -Dejé escapar por inercia-. Nunca me habían dicho algo así.
-Vaya, parece que en verdad necesitabas escuchar esas palabras... -.
--------------------------------------------------
No sé escribir ;-;
¿Parte 2? quizás...
quizá lo borré porque considero que todo lo que hago es mediocre
3 notes · View notes
Text
Tumblr media
Si yo era la lluvia y tu el huracán, ¿Por qué no fuimos la tormenta perfecta?
Ahora mis gotas son de sangre y no hay viento que pueda traer de vuelta mis pedazos rotos. Hay una silueta esculpida en mi cama y el vacío que tiene es tan grande, que caigo en ella y me quedo inmóvil.
Noto el sabor de la sangre, es un gusto familiar, viene de una herida que nunca cicatriza, de un dolor crónico, de un vacío existencial que rompe en mil trozos cualquier cosa que se ponga por delante.
Me estoy ahogando en silencio, en esta habitación vacía donde sólo habitan recuerdos, pesadillas y miedos. No puedo levantarme, me pesa la idea de empezar de cero, por que es eso, ¿No?, escupir todos los sueños que en su día perseguías y se quedaron en nada, dejar salir esa estúpida idea de que todo es eterno, darse cuenta de que somos momentos, somos situaciones, somos efímeros. Empezar de cero es tener el coraje de levantarse, querer nadar y salir de ese mar de dolor que te ahoga, tan lleno de todo lo que te retiene, te atrapa, te hiere.
Empezar de cero siempre me sonó a derrota, a fracaso, a tiempo perdido, porque siempre me hicieron creer que nunca hay segundas oportunidades y mucho menos cuartas o quintas, pero lo cierto es que, cuando se trata de uno mismo, no hay un cupo de intentos y que las cosas que dejamos para que pasen según quiera “la vida”, son las cosas que nosotros decidimos.
De haber sabido antes que “empezar de cero” era la manera que tenía mi cuerpo de decirme que cambiara aquello que no quería, que empezar de cero era una nueva oportunidad para renovar mis sueños, mi forma de ver el mundo, mi pausa para sanar heridas, no me habría pasado meses buscando un salvavidas, no me habría dejado hundir en ese miedo, ni tampoco me habría puesto ese muro que siempre repele a todo lo que se quiere acercar.
Y si empezar de cero no es tan malo como yo creía, ¿Por qué no me puedo levantar?, ¿Será que estoy demasiado cansada?, ¿O será que estoy tan acostumbrada a este vacío que toda posibilidad de cambio me parece una locura?, ¿Puede una persona demente tenerle miedo a la locura?, supongo que en el fondo, estar en ese vacío es lo único que conozco y por eso siempre vuelvo, porque aquí sí me reconozco, porque aquí la única verdad que siempre me acompaña nunca cambia, aquí no hay sentimientos nuevos que puedan herirme, aquí no importa si el mundo se cae a pedazos, porque todo cuanto tengo y cuanto me rodea está hecho de eso, de trozos de vida que pegué a mi antojo con la sangre que siempre estuvo ahí para recordarme que nunca existirá nada que pueda lastimarme más que yo misma.
Lo que me impide levantarme no es el dolor, no es el vacío que tiene la silueta de mi cama, ni siquiera el estar ahogada en este silencio... Lo que me empuja hacia abajo es mi propia cabeza, no puede dejarme avanzar sin antes asegurarse de que la lección está aprendida, y digo lección porque al final se trata de eso, de aprender y desaprender constantemente todo lo que creías saber sobre la vida. El problema es que esta vez me tocó desaprender algo que yo creía tener muy claro: El amor.
¿Alguna vez escuchaste eso de “si amas a alguien déjalo libre”? Yo sí, infinidad de veces y nunca lo entendí, hasta ahora. ¿Cómo vas a dejar libre al amor?, ¿No se supone que el amor es algo que no se deja ir?, ¿No se supone que el amor es algo único a lo que tienes que aferrarte una vez lo tienes? O al menos, eso era lo que yo tenía aprendido del amor y lo cierto es, que estaba muy equivocada.
El amor va mucho más allá de los códigos y las teorías que me enseñaron, mucho más allá de lo que aprendí con los años, el amor es algo incontrolable, algo que nace solo de la nada, algo que te rompe todos los esquemas, el amor es algo que te transforma, que se transforma y el amor que se comparte con otra persona no es tan distinto al amor que sentimos por nosotros mismos.
Si algo de ti no te hace feliz, buscas la manera de arreglarlo, incluso si eso supone dar un giro en la dirección contraria. ¿Por qué no hacer lo mismo com ese amor que compartimos con alguien más? Sólo cuando el sentimiento es tan sano y tan real, se puede llegar a entender que los caminos se separan, que los momentos que se viven pueden ser distintos, que las necesidades pueden cambiar y eso también está bien, porque en el fondo todos buscamos lo mismo, la tranquilidad de ser quienes somos en todo momento, el seguir lo que nos dice el corazón, el querernos siempre por encima de todo, incluso si eso supone tener que caminar solos.
¿Quién podría culpar por eso?, ¿Quién podría retener por eso? Amar es entender, aceptar y dar la libertad que cada uno necesita, en el momento oportuno, justo antes de empezar a poner jaulas y cadenas.
Amar es acompañar en la partida, sin esperar un regreso, deseando que encuentre el camino que anda buscando. Amar es no guardar rencor, no echar en cara lo vivido, amar es mirarse en el espejo y sentirse orgulloso de haber sido capaz de entender, de soltar, de llorar y seguir vivo, porque dejar ir a tiempo no te mata, te transforma en alguien que sabe valorar los sentimientos, en alguien que respeta y se respeta a si mismo, porque no somos nadie en esta vida para cortar alas, para impedir crecer, para querer cambiar a alguien y forzarle a vivir una vida que no quiere, en la que no encaja.
Hoy llegué a la conclusión de que la libertad de ser, no es algo que se pueda arrebatar y es algo que nos hace únicos, que nos hace los legítimos dueños de nuestra libertad individual y por tanto, responsables de que todas las personas que queremos sepan lo que eso significa.
Supongo que ahora que lo entiendo, es normal que me cueste levantarme, porque eso supone hacerme cargo de poner la fuerza que necesito para salir de aquí, supone respirar hondo y poner tiritas donde dejé sangrar las heridas, supone sacudir las sábanas, desdibujar esa silueta marcada y dejar salir el sol, que de tanta lluvia se me olvida que empezar de cero dejó de ser algo feo y se convirtió en una oportunidad para darme la pausa que necesito en este mundo de caos, una oportunidad de escucharme, de darme mi tiempo, de avanzar.
PD: Vuela libre, amor, donde sea que vayas.
- Aprendiendo a vivir en armonía con mi cabeza y mi corazón.
4 notes · View notes
lagrimas-sin-vida · 4 years
Text
Creo que esta vez si encontré a alguien que me ame como soy.
Cada momento que paso con esa persona es hermoso, me veo ahora cada día y noche pensando en los besos y abrazos que nos damos y en lo feliz que estoy siendo desde que lo conocí.
Me preocupa un poco, él es tan seguro de si, si comparo su autoestima con el mío me veo chiquita, diminuta, somos un poco (por no decir muuuuy) distintos en ese aspecto, pero a la vez me siento bien sabiendo que en el puedo confiar y su forma de ser y de verse a si mismo se me contagia un poco.
Cuando le conté como me sentía respecto a mi persona el no dijo nada, me escucho atentamente, pude ver como se asomaba un brillo en sus ojos, creo que quería llorar pero se mantenía fuerte por mi. Pensé que cambiaría, que me vería distinta a partir de ese momento, estoy acostumbrada a hablar de mis demonios y que se alejen de mi o me miren raro.
El no lo hizo.
Me dijo que estaría para mi, que no entendía mucho sobre el tema y que nunca se vio en una situación así, pero que haría todo lo posible para entenderme y ayudarme a combatir con mi peor enemigo.
Yo.
Es real que no soy como antes, he dejado de lastimarme a mi misma, pero eso no es un indicio de que no lo piense y desee con todas mis fuerzas desquitarme con este cuerpo. Pero lo aguanto, creo que estoy saliendo de esta oscuridad y soy más capaz de amarme a mi misma que antes, puedo verme en el espejo y lucirme, sonreír en las fotos, admitir y gritar que soy una chica linda, que no merezco nada de lo que me ha pasado.
Y el me lo dice.
Se queda mirándome por segundos, minutos, eternos por suerte. Me acaricia y me pregunta "¿Cómo puedes ser tan hermosa?"
Es extraño para mí, nunca sentí tanto amor de una persona sin que yo se lo diga primero. A veces estamos haciendo nada y el me lo recuerda.
Me hace sentir tan bien. Hasta yo misma estoy viéndome de esa forma y debo admitir que tengo miedo, porque mi mente es muy dañina y siento que no merezco nada de él ni nada de las buenas emociones que surgen en mi, veo mis herramientas para lastimarme y siento que me llaman, pero por suerte puedo ignorarlo.
No creo que leas esto porque se que no entiendes Tumblr, se que lo descargaste el día que te dije que lo usaba, se que leíste mucho de lo poco que escribo y comparto pero no te quedaste, esto no es para ti.
Pero si por casualidad es que sigues aquí, quiero que sepas que te amo. Que me amo. Que nos amo y quiero salir de esto y contigo lo estoy logrando, me estas apoyando en este proceso y es lo que nadie pudo hacer.
💕
3 notes · View notes
cherryblo-ss-om · 4 years
Text
Mi mente es peligrosa. De día está todo parece estar bajo control, es de noche cuando se libera de la prisión del juicio y baila dentro de mi cabeza, haciendo ruido, bate las alas y trae recuerdos y pensamientos que creía haber olvidado.
Aunque mis ojos están cerrados, aunque todo es oscuridad densa a mi alrededor, veo, veo figuras desconocidas y colores estridentes que me envuelven en un espiral de desconcierto y de desespero. Y las formas suaves que conozco son deformadas y tienen espinas y dientes afilados, tienen hambre, y yo soy la presa.
Presa de mi propio cuerpo. Prisionera de la noche y de estas ideas ocultas que se esconden al amanecer.
Me miro al espejo, y sólo soy yo. Quisiera poder mirar mi interior. ¿Cómo he podido convertirme en mi propia enemiga? ¿Cómo voy a combatirme sin implicar lastimarme en el intento?
Lastimarme más de lo que estoy acostumbrada todos los días, al menos, en mi forma consciente.
1 note · View note
xescampar · 5 years
Text
Y si te aburris de mi
Tengo miedo que t aburras, de mi caracter, de mis enojos, de como soy, de mi forma de ser, de a veces ser un poco fria por tener miedo a ser intensa, miedo d q t aburras de mi. Cada vez siento que te estoy molestando y esto me esta doliendo muchisimo y mas saber que si te lo pregunto me vas a decir que no es asi, pero a la vez siento que me lo decis para no lastimarme por miedo a dejarme o no se capaz eso es lo que pienso yo, por estar acostumbrada a que todos se alejen; pero por favor si te aburris de mi prefiero que me lo digas y m hagas mierda en mil pedazos, antes de no estar comoda conmigo y estar solo por compromiso.
6 notes · View notes
patoburdel · 5 years
Text
Parece ridículo y poco sincero que te agradezca por lastimarme pero, en serio gracias. Porque esa fue la única forma de llegar aquí. Yo saqué tu mejor versión y vos me convertiste en escritora. Y aunque llegue a querer a alguien tanto como te quise a ti o, incluso, más (no lo creo) esto siempre te pertenecerá, mis palabras. Y lamento si te lastimé, nunca lo quise, nunca quise alejarme pero, a veces, acercarse a una persona implica lastimarla, lastimarse, lastimarnos. Espero equivocarme, que, en realidad, esto no fuera el amor porque me decepcionaría bastante. Espero que lo que tuvimos no fuera en realidad amor, que el amor no implicara lastimarse, espero haberme equivocado contigo, espero habernos equivocado al llamar a esto amor. Digo esto como si todavía existiera, lo siento, es que no te dejo ir.
La realidad es que creo que siempre te voy a querer, ya lo hice durante años y estoy tan acostumbrada a amarte que no puedo visualizarme de otra vida, con alguien más. No quiero que están sean las últimas palabras, que esta sea la despedida porque, yo nunca me voy a despedir. Quiero que sepas que te llevo en mi piel, en mis días, en mí, en mi alma. Este silencio, esta distancia, está precaria actuación de desconocidos es solo una singularidad para decir, para hacer creer a la audiencia que ne quiero más de lo que te quiero a vos, que, a veces, me pongo por encima de las cosas. Que se terminó, que ya no hay un nosotros, un futuro. Esto es un decir "estoy aquí, esperándote. Aquí, donde siempre te dije que te esperaría, donde llevo varios años esperando"
¿Quien pude deliberar que se acabó? Para mi nunca se va a acabar, te amo y estás aquí. Decido amarte.
¿Puedes decir que se acabó?
1 note · View note