#a grande conquista audiencia
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lcentretenimento · 4 months ago
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A Grande Conquista 2 termina com menor audiência que a temporada anterior
“A Grande Conquista 2” se consagrou pior que temporada anterior e termina atrás do SBT. Continue reading A Grande Conquista 2 termina com menor audiência que a temporada anterior
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cristinabcn · 11 months ago
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NUESTRA AMERICA ONLINE RADIO CONQUISTA AUDIENCIAS en el MUNDO HISPANO con "RADIOTEATRO" Y SE ALZA CON GALARDON DEL AÑO de LOS GRAND AWARDS y ANUNCIA GRAN ESTRENO: "MARIANA PINEDA de Lorca".
NUESTRA AMERICA ONLINE RADIO CONQUERS AUDIENCES in the HISPANIC WORLD with “RADIOTEATRO” AND WINS THE GRAND AWARDS AWARD OF THE YEAR and ANNOUNCES GREAT PREMIERE: “MARIANA PINEDA de Lorca”. Nuestra América Online Radio ganador de la presea GRAND AWARDS categoría Mejor Producto Filantrópico Cultural, Educativo y de Empoderamiento Humano del año: RADIOTEATRO, nos invitan a: “Sumergirnos en un…
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armatofu · 2 months ago
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Guanarteme
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Dos lugares de Gran Canaria conservan el nombre del que fue el último rey de los aborígenes de la isla, de nombre Tenesor Semidán y bautizado cristiano con el de Fernando Guanarteme, pues fue su padrino el rey Fernando el Católico, y que jugó un papel decisivo en el desenlace final de la conquista castellana, y tanto en lo tocante a la de Gran Canaria como a la de Tenerife, en la que también participó como aliado de Fernández de Lugo. Por ello el conquistador le otorga en 1488 una data de propiedad de tierras de sembradura "en las lomadas de Acentejo" (Datas: doc. 17). Así, guanarteme,de ser primero un apelativo guanche se convirtió en un apellido que ha sobrevivido en Canarias hasta hoy, a la vez que convirtió a Artemi Semidán en el "guanarteme" prototípico que tuvo la isla de Gran Canaria, casi en el único, según es creencia popular.
Dos son los lugares de Gran Canaria pero tres los topónimos que llevan el nombre de Guanarteme: la punta de mar más sobresaliente de la costa norte de la isla, en el territorio de Gáldar, que a su vez da nombre a la playa que existe en sus inmediaciones (La toponimia de Gran Canaria 1997: II, 168, y GAC 151 E1), y el barrio más occidental de la capital de la isla (ibíd., y GAC 157 E3). Respecto a los dos primeros, a la punta y playa del territorio de Gáldar, dice Quesada Chaves que se llama así "por haberle tocado en data o vecindad el paraxe y cavo grande que confina con el mar" (2007: 131); es el único autor en quien leemos este dato, cuando es tradición que el legado que se le concedió al Guanarteme una vez terminada la conquista de Gran Canaria fueron las tierras del valle de Guayedra, desde la cumbre al mar. Y respecto al tercero, el nombre del barrio de Las Palmas, es también creencia general que se le puso en la primera mitad del siglo XX cuando la ciudad creció por ese lado de manera paralela al mar, y que por lo tanto se trataría de un neotopónimo. El nombre del barrio es posible que sea moderno, pero el topónimo Guanarteme es mucho más antiguo. Aparece con el nombre de Guadarteme en el mapa de Briçuela y Casola, de la primera mitad del siglo XVII, en el relieve que hace de la costa de la capital de la isla y justamente en el mismo lugar que hoy ocupa el barrio, aunque en el mapa está cartografiado en la parte del mar, a la altura del desagüe del Barranco de la Ballena. Y también lo cita Viera y Clavijo en la entrada asperón de su Diccionario de historia natural,dando además la interesante noticia de que la piedra que se sacaba de lo que hoy es "La Barra" de la playa de las Canteras, además de haber servido para las piedras de destilar agua, sirvió también como "cantera" (y de ahí el actual nombre de la playa) para la construcción de la catedral de Las Palmas y de otros importantes edificios de la ciudad. Vale la pena transcribir íntegro el texto del gran Viera:
La piedra de destilar o filtrar el agua, compuesta de una masa de fragmentos de conchas, es áspera, porosa, de color amarillento o parduzco. Sácase de una cantera bañada del agua del mar en el paraje de Guanarteme en Canaria, y aunque blanda se endurece bastante al aire. De esta piedra es la fachada antigua y las torres del mencionado templo [la catedral]; como también el pórtico de las casas de la Real Audiencia y las Consistoriales (2014: I, 264).
El guanarteme era, en palabras de Abreu Galindo, el "rey" entre los aborígenes de Gran Canaria, "el cual determinaba sus diferencias y debates y administraba las ceremonias y ritos tocantes a su religión" (1977: 149), equivalente al mencey en Tenerife.
Como ha sido esta una palabra escrita por todos los autores que se han dedicado a las antigüedades de Canarias, asombra la cierta uniformidad con que se ha escrito, como si de una única y simple unidad léxica se tratara, salvo las excepciones de ganet arthemy o guat arthemy de algunas crónicas de la conquista, todo ello reunido por Wölfel (1996: 535-537). Y sin embargo, en el largo artículo que este autor dedica a esta voz (uno de los más largos de sus Monumenta), advierte que las anotaciones tan dispares con que se ha transmitido hacen pensar en la imposibilidad de conciliarlas fonéticamente. Nosotros creemos que las diferencias son mucho menos y de menor entidad que las que manifiestan otras voces no tan usadas. Finalmente, Wölfel reduce las distintas anotaciones a dos únicos hipotéticos modelos originarios y ambos con el mismo peso documental: guanarteme y guadarteme, y cuya diferencia n/d no admite otra explicación que la de una confusión en la audición y escritura de la palabra por parte de los españoles. Confirmada, pues, la secuencia sonora como [gwanarté:me], no tiene Wölfel, empero, una interpretación que darle porque -dice- las lenguas comparadas del bereber no ofrecen ningún paralelo.
Y sin embargo la palabra guanarteme ha recibido una interpretación que básicamente se ha aceptado sin crítica alguna por los historiadores de Canarias desde Viera y Clavijo, aunque el creador de la hipótesis fuera Marín y Cubas, según dice Wölfel (1996: 537). Y la explicación es la siguiente: Como la palabra Artemi aparece también de manera aislada y como nombre propio de un aborigen grancanario, y se dice de él que era "el hijo del rey de Gran Canaria" (en Le Canarien: "el hijo del rey que se llama Artamy"), se ha deducido que el guan de guanarteme significaba 'hijo' y toda la palabra: 'el hijo de Artemi'. Opina Wölfel que esta explicación debe descartarse, pues siendo guanarteme el nombre de una dignidad no es lógico que "el título se hubiera derivado no conforme al primer rey, sino conforme a un hijo del rey". Pero no ha servido para nada esta advertencia de Wölfel, pues los historiadores actuales siguen repitiendo sin crítica alguna la hipótesis etimologista de Viera; así Jiménez González, autor que se ha especializado en la prehistoria de Gran Canaria, sigue diciendo ewâd-n-artémin 'rey' sin más explicación (1992: 73). No se detiene Onrubia Pintado en la etimología de esta voz, a pesar de titular su libro como La isla de los Guanartemes, pero sí se para a cuestionar la etimología de faicán, la otra dignidad "real" de los aborígenes grancanarios (2003: 398-406).
V. Masellis (del Instituto Italiano de Historia del Risorgimento), que ha escrito un artículo creyendo haber podido interpretar las inscripciones rupestres del Bentaiga, dice también que guanarteme está compuesta de guan 'rey' y la palabra micénica artemis 'príncipe' y que todo junto significa "el rey de la estirpe o de la familia real" (1991: I, 27). Y últimamente, Reyes García propone la hipótesis etimológica de 'este es hijo de Artemi' y artemi como 'él hunde o vence', con el comentario siguiente: "Evidente fórmula dinástica, donde el sujeto se vincula con el primer jefe de la familia, clan o grupo que gobierna, sin que la relación de parentesco consanguíneo entre ambos pueda tenerse por segura" (2004b: 296). Otra explicación más acorde con la composición de las palabras bereberes da Rodríguez-Dincourt (2014) para la voz guanarteme diciendo que resulta de la conjunción de las voces del tuareg oua-amrar-temar, literalmente ´este es la gran autoridad'.
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flaviatomaello · 6 months ago
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Hubo un tiempo, cuando Shonda Rhimes, la creadora de ficciones como Grace Anathomy (Anatomía de Grace), se puso al hombro una ficción totalmente diferente: decorados alucinantes, espacios reales trasladados en el tiempo, la riqueza del vestuario y una composición de época que traslada a otra era, la audiencia cayó rendida. La recreación empalagosa desde la imagen congeniaba perfecto con la saga de libros se Julia Quinn, quien publicó ocho novelas que relatan las peripecias amorosas de los ocho hermanos Bridgerton a partir del año 2000.
Del mismo modo que sucedió con las dos primeras temporadas, la tercera de la serie tomó como escenario principal Londres, pero también exploró diversos destinos del Reino Unido que empezó a convocar con su esplendor a una gama de nuevos viajeros que ya contratan el “tour Bridgeton”. Según explicó en un comunicado oficial el director de locaciones Tony Hood, han estado tratando de ampliar las ubicaciones “para no ir a los mismos lugares todas las temporadas. Así que estábamos buscando sitios más grandes, en lugar de intentar hacer que los mismos espacios de siempre parecieran un poco diferentes”.
Te llevo a los mismos escenarios en los que se pasean los herederos #Bridgeton a la conquista de sus posibles parejas en mi última #crónica de #viajes de @lanacionline #lifestyle
#FlaviaTomaello #serie #realeza #GranBretaña #turismo #palacio
@netflix
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copadelreycuandosejuega · 8 months ago
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¿Cuál fue el resultado del enfrentamiento entre Carlos Alcaraz y Alexander Zverev en el último torneo de tenis?
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¿Cuál fue el resultado del enfrentamiento entre Carlos Alcaraz y Alexander Zverev en el último torneo de tenis?
Resultado del partido
¡El resultado del partido ha dejado a todos los aficionados con la boca abierta! En un encuentro lleno de emoción y jugadas impresionantes, los equipos se enfrentaron en un juego para recordar. Desde el pitido inicial, ambos equipos demostraron su determinación por llevarse la victoria.
Con una actuación impecable en el campo, los jugadores mostraron su habilidad y destreza en cada jugada. Los goles llegaron en momentos clave del partido, manteniendo a la audiencia en vilo hasta el último minuto. La intensidad se sintió a lo largo de todo el encuentro, con momentos de tensión y emoción que mantenían a los espectadores al borde de sus asientos.
Finalmente, el silbato final marcó el fin del juego, dejando un resultado que quedará grabado en la memoria de todos los presentes. Los aficionados celebraron la victoria de su equipo mientras los jugadores se fundían en abrazos de alegría y satisfacción por el trabajo en equipo demostrado en el campo.
En resumen, el resultado del partido fue más que un simple marcador, fue el reflejo del esfuerzo, la dedicación y el talento de cada uno de los jugadores. ¡No hay duda de que este partido será recordado como uno de los más emocionantes de la temporada!
Desempeño de Carlos Alcaraz
Carlos Alcaraz, el joven tenista español de tan solo 18 años, ha estado sorprendiendo a todos con su increíble desempeño en el circuito profesional. Nacido en Murcia en 2003, Alcaraz ha demostrado un talento excepcional y un potencial prometedor que lo han llevado a alcanzar grandes logros en un corto periodo de tiempo.
El rendimiento de Carlos Alcaraz en las canchas de tenis ha sido realmente impresionante. Su estilo de juego agresivo, su potente saque y su habilidad para moverse con rapidez en la pista lo han convertido en un rival temible para jugadores más experimentados. A pesar de su juventud, Alcaraz ha demostrado una madurez y una determinación propias de un jugador veterano.
Durante la temporada pasada, Carlos Alcaraz logró su primer título ATP en el torneo de Umag, Croacia, convirtiéndose en el campeón más joven en la historia de este torneo. Además, ha sido comparado con leyendas del tenis español como Rafael Nadal y Juan Carlos Ferrero debido a su talento y a su dedicación al deporte.
Con cada partido que juega, Carlos Alcaraz demuestra que es un jugador con un futuro brillante por delante. Su habilidad para competir en igualdad de condiciones con tenistas de élite y su ambición por alcanzar la cima del tenis mundial hacen de él una de las jóvenes promesas más emocionantes del deporte.
En resumen, el desempeño de Carlos Alcaraz en las pistas de tenis ha dejado a todos boquiabiertos y emocionados por lo que el futuro le depara a este talentoso jugador español.
Actuación de Alexander Zverev
Alexander Zverev, nacido el 20 de abril de 1997 en Hamburgo, es un destacado tenista profesional alemán que ha logrado consolidarse como una de las principales figuras en el mundo del tenis actual. Su actuación en las canchas ha sido impresionante, demostrando un talento excepcional y un gran potencial que lo han posicionado entre los mejores del ranking ATP.
Zverev ha destacado por su increíble destreza técnica y su potente saque, convirtiéndose en un rival temido por muchos de sus oponentes. Su estilo de juego versátil le ha permitido adaptarse a diferentes superficies, logrando importantes triunfos tanto en tierra batida como en canchas duras.
Entre sus logros más significativos se encuentran la conquista de varios títulos de Masters 1000 y su victoria en las Finales ATP de 2018, donde derrotó a grandes figuras del tenis mundial. Además, ha representado a Alemania en la Copa Davis y en los Juegos Olímpicos, demostrando su compromiso y pasión por el deporte.
A pesar de su juventud, Alexander Zverev ha demostrado una madurez y una determinación propias de un verdadero campeón. Su futuro en el tenis se vislumbra brillante y prometedor, y seguramente seguirá sorprendiendo a todos con su talento y dedicación en cada torneo en el que participe. Sin duda, es un jugador que continuará dejando huella en la historia del tenis mundial.
Torneo de tenis
¡Bienvenidos al emocionante mundo del tenis! Los torneos de tenis son eventos apasionantes que reúnen a los mejores jugadores del mundo para competir en intensos partidos llenos de emoción y habilidad.
El tenis es un deporte que combina fuerza, velocidad y precisión, lo que lo convierte en un espectáculo impresionante tanto para los jugadores como para los espectadores. Los torneos de tenis se celebran en diferentes lugares de todo el mundo, desde las canchas de arcilla de Roland Garros en París, hasta las canchas de césped de Wimbledon en Londres.
Uno de los torneos de tenis más famosos es el Abierto de Australia, que se celebra en enero en Melbourne. Otro torneo destacado es el US Open, que tiene lugar en Nueva York en agosto. Sin olvidar, por supuesto, el prestigioso Torneo de Wimbledon, conocido por sus tradiciones y su elegancia.
El ambiente en un torneo de tenis es único, con los fanáticos animando a sus jugadores favoritos y disfrutando de cada punto disputado en la cancha. Los jugadores despliegan todo su talento y destreza en cada golpe, en un esfuerzo por alcanzar la victoria y levantar el trofeo de campeón al final del torneo.
Si eres un amante del tenis, no te pierdas la oportunidad de vivir la emoción de un torneo en vivo. Ya sea en las gradas o siguiendo la acción por televisión, los torneos de tenis siempre ofrecen momentos inolvidables y emocionantes para todos los aficionados a este apasionante deporte. ¡Que empiece el juego!
Resumen del enfrentamiento
En cualquier competencia, ya sea deportiva, militar o verbal, el enfrentamiento es un momento crucial que define el resultado final. En el ámbito deportivo, dos equipos o atletas se preparan mental y físicamente para enfrentarse en una batalla por la victoria. Los enfrentamientos suelen generar emoción y tensión, ya que cada parte busca imponerse sobre la otra.
En un enfrentamiento militar, dos fuerzas rivales se encuentran en el campo de batalla con estrategias y objetivos opuestos. Aquí, el enfrentamiento no solo implica fuerza física, sino también inteligencia y planificación estratégica para asegurar el triunfo.
En un enfrentamiento verbal, dos personas o grupos expresan opiniones contrarias de manera enérgica y argumentada. Este tipo de enfrentamiento suele darse en debates, discusiones o intercambios de ideas, donde cada parte busca convencer a la otra de su postura.
En resumen, el enfrentamiento es un momento crucial en el que se ponen a prueba habilidades, estrategias y resistencia. Sea en el deporte, la guerra o la conversación, la capacidad de enfrentarse a un desafío con determinación y astucia puede marcar la diferencia entre la victoria y la derrota.
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diario-vespertino · 1 year ago
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Democracias, territorios y pueblos indígenas
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En tiempos de elecciones, avances de opciones de derecha y democracias en crisis, los pueblos indígenas plantean otros modelos de vida: sin explotar la naturaleza, proponen solidaridad, complementariedad y reciprocidad. El genocidio negado, el racismo estructural, los gobiernos extractivos y pueblos milenarios que marcan caminos. “Los argentinos llegamos de los barcos”, afirmó Alberto Fernández en junio de 2021. “En Sudamérica todos somos descendientes de europeos", definió Mauricio Macri en enero de 2018. “Somos hijos, nietos y bisnietos de inmigrantes. Esto es la Argentina”, aseguró Cristina Fernández de Kirchner en abril de 2015.  Los últimos tres Presidentes de Argentina insistieron en la zoncera que recorre el imaginario de un sector importante de la sociedad: que el país lo hicieron solo los inmigrantes de Europa. Y niegan que Argentina sentó sus bases en un genocidio que incluyó campos de concentración, robo de bebés, secuestro de persona, desaparecidos, torturas y asesinatos masivos. Con el agravante de que no hubo un “Nunca Más” para esos crímenes. Quizá por eso se explique que aún, 140 años después del inicio de la (mal llamada) Conquista del Desierto, el acontecer de los pueblos indígenas transite entre el racismo estructural que padecen, la represión ejecutada por el aparato estatal y el despojo territorial, elemento central de las políticas económicas y cuasi botín de guerra de todos los gobiernos de turno. No es casual: los sucesivos Presidentes y Presidenta basaron su modelo económico en explotar materias primas, como en tiempo del “granero del mundo”, finales del siglo XIX. Megaminería, agronegocio, petróleo, forestales –entre otras– son las actividades centrales para obtener divisas para las arcas estatales. Todas estas actividades requieren de territorios de sacrificio. Justamente donde viven, desde hace generaciones, los pueblos indígenas. Aunque existe frondosa legislación que debiera frenar el extractivismo (y proteger a las comunidades originarias), el Poder Judicial mira para otro lado. “Para este sistema, ser indígena hoy es ser subversivo”, explicó alguna vez Jeremías Chauque, músico mapuche desde su ruka en Desvío Arijón. ¿Por qué? Porque los pueblos originarios cuestionan el extractivismo no solo discursivamente, sino también con el cuerpo: “Nunca aceptaremos el extractivismo. Y vamos a morir luchando contra las mineras, petroleras, empresas transgénicas. Por eso nos consideran un peligro”. Y, al mismo tiempo, cuestionan al sistema, al capitalismo, donde la explotación de materias primas es un engranaje central. El diaguita Javier Chocobar (Tucumán), el abuelo qom Roberto López (Formosa) y el mapuche Rafael Nahuel (Río Negro) son sólo algunas de las víctimas fatales de los últimos años. También se suman Cristina Lincopan (joven mapuche fallecida en Neuquén por la contaminación petrolera) o Néstor Femenía, niño wichí muerto en Chaco por desnutrición y falta de asistencia médica básica. Imposible resumir las situaciones de gravedad y de lucha de los pueblos indígenas de Argentina. La última sistematización de conflictos territoriales (año 2019) fijaba un piso de 183 casos donde las comunidades indígenas defienden los territorios frente a empresas mineras, agropecuarias, petroleras e inmobiliarias, entre otras. También, claro, frente al Estado (Municipal, Provincial y Nacional). Dos hechos sobresalen en tiempos de un nuevo 12 de octubre y de elecciones presidenciales:  *El juicio por el asesinato de Rafael Nahuel, joven de 22 años que recibió un disparo por la espalda de la Prefectura comandada por Patricia Bullrich. Luego de seis años del hecho, y con los efectivos en libertad, la semana pasada el juez Alejandro Silva (Tribunal Oral Federal de General Roca) escuchó las voces mapuche, integrantes del Lof Lafken Winkul Mapu, familia y amistades de Rafael Nahuel. Un síntoma: las audiencias pasan casi desapercibidas por los grandes medios de comunicación, el Gobierno nacional y, también, por organismos de derechos humanos (salvo excepciones). *El Tercer Malón de la Paz, que partió de Jujuy y llegó a la ciudad de Buenos Aires el 1 de agosto, mantiene su vigilia frente a la Corte Suprema de Justicia. Exigen la derogación de la reforma constitucional de Jujuy (impuesta en tiempo récord, con represión y con trasfondo de mineras de litio). No fueron recibidos por los jueces del máximo tribunal ni por los bloques mayoritarios del Congreso Nacional. 
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Democracias extractivas, derechos humanos selectivos y pueblos indígenas  La situación de Jujuy ameritó denuncias y voces de solidaridad desde el peronismo gobernante. Enfrente estaba Gerardo Morales, radical y precandidato a vicepresidente por la alianza Juntos por el Cambio.  Desde el peronismo y aliados esbozaron una teoría: Jujuy sería el globo de ensayo de un próximo gobierno de Cambiemos. Desde asambleas socioambientales respondieron que el Estado represivo para imponer el extractivismo es un hecho desde hace tiempo. Incluso, en San Juan y Catamarca se denuncia la “dictadura minera”, en total complicidad de los gobiernos y jueces/fiscales con las empresas extractivas. Luego de las PASO, y tras el golpe de la ultra derecha de Javier Milei a Unión por la Patria y Cambiemos, el candidato Sergio Massa llamó (en un acto público en Salta) a “un gobierno de unidad”, donde incluso alabó al gobernador Gerardo Morales. Amnistía Internacional, organización que no puede ser tildada de oficialista, realizó una visita especial a Jujuy, entrevistó a más de cien personas y confirmó la vulneración sistemática de derechos: “La policía de Jujuy respondió con uso de la fuerza indiscriminada en contra de quienes protestaban por sus derechos. Nuestra investigación apunta a cómo las autoridades provinciales han forjado un ambiente hostil para que la población jujeña ejerza su derecho a protestar pacíficamente”. Como en Jujuy, y en un contexto de crisis climática –con temperaturas extremas y olas de calor que sacuden el planeta–, los partidos mayoritarios de Argentina insisten con la misma receta de hace 200 años: exportar materias primas, explotar la naturaleza, incluir territorios a la economía extractiva. Javier Milei directamente niega el cambio climático y hace pocas semanas sentenció que “una empresa puede contaminar un río todo lo que quiera”. Afirmó que el valor del agua es “cero” y propuso la apropiación de ese bien por parte de las empresas. Sergio Massa, en uno de sus últimos spots, propone: “Tenemos litio, gas y petróleo. Tenemos campo”. Y, sobre hechos consumados, su pago chico (Tigre) es el paraíso de las grandes empresas inmobiliarias que destruyen humedales. Por su parte, Patricia Bullrich se mostró en contra de nacionalización del litio pero a favor de explotarlo. Sobre la megaminería dijo en Twitter: “Será una de las palancas del gran impulso productivo que necesitamos para salir del atraso y la pobreza”. Es central recordar su accionar con la desaparición seguida de muerte de Santiago Maldonado y el asesinato de Rafael Nahuel. Myriam Bregman (del FIT-U) es la única que cuestiona claramente el extractivismo.
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Mauro Millán, lonko del Lof Pillan Mahuiza (Corcovado, Chubut), explica que el contexto actual es de “apogeo del capitalismo extractivista”, donde el Pueblo Mapuche rema a contracorriente. “¿Qué pretendemos? El Estado solo piensa en términos de conflictividad. Nosotros aclaramos que tiene que darse un diálogo político, porque no se trata solo de un conflicto perimetral, tienen que entender que es mucho más que eso. Tiene que aceptar algún tipo de espacio para discutir frente a la diferencia, buscar soluciones reales, pero jamás se logrará con represión, persecución, negación, encarcelamiento y muerte, como han actuado los gobiernos hasta este momento”. Recuerda que se trata de un pueblo milenario que muchos creían casi desaparecido, pueblo que sufrió la violencia estatal mucho antes que las dictaduras. “Y, pese a todo, es un pueblo que mantiene su vitalidad, demanda derechos, proyecta su sociedad”, afirma. Marcos Pastrana, abuelo diaguita de Tucumán, realiza la lectura histórica y la une al presente: “Durante la colonia hubo un reparto de regiones y riquezas. El capitalismo actual reconfigura nuevamente el mapa de América, hay un nuevo reparto por intereses económicos, las multinacionales legislan por nuestros legisladores, y éstos sirven a los intereses de esas empresas sin ningún recato”. Con 500 años de violencia y extractivismo, Pastrana afirma que los cambios reales no pasan por las elecciones, sino por “un cambio de la conciencia natural”, un saber de los pueblos originarios que implica un “despertar” basado en tres conceptos: solidaridad, complementariedad y reciprocidad. Y, sobre todo, con un vínculo que desde el poder no se quiere entender: “La tierra es nuestra madre y pertenecemos a ella. Nadie nos puede desarraigar de nuestra Pacha. Nuestra cultura, nuestra cosmovisión, es la única valla de contención que tenemos para resistir”.  :::Darío Aranda para Revista Citrica / Fotos: Denali DeGraf::: Read the full article
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diarioelpepazo · 1 year ago
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Christian Braun, escolta de 22 años de los Nuggets, podría convertirse en el cuarto jugador de la historia que gana la NCAA y la NBA en dos años consecutivos NACHO GARCÍA Denver (Colorado) Christian Braun (Kansas, 2001), es el novato de los Denver Nuggets, pero su cuota de protagonismo en estas Finales de la NBA podría subir como la espuma si su equipo conquista el anillo. La temporada pasada ganó la NCAA con la Universidad de Kansas y en esta podría ser campeón de la NBA. Sólo 33 jugadores en la historia ganaron ambos títulos (Michael Jordan, Kareem Abdul-Jabbar, Isiah Thomas, James Worthy o Anthony Davis entre ellos), Pero sólo tres lo hicieron en años consecutivos: Bill Russell (la NCAA con San Francisco en 1956 y la NBA con los Celtics en 1957), Magic Johnson (NCAA con Michigan Stae en 1979 y NBA con los Lakers en 1980) y Billy Thompson (NCAA con Louisville en 1986 y NBA con Lakers en 1988). Christian Braun podría ser el cuarto en lograrlo. De ese posible hito y del ambiente en los Heat habló el escolta de 1,98 m, en una entrevista exclusiva con MARCA. LAPRESSE Pregunta. Está jugando Las Finales de la NBA en su primer año en la NBA. ¿Ya se lo cree o lo está viviendo como si fuera un sueño? Respuesta. Me lo puedo creer. Yo sabía que este equipo iba a ser muy bueno, que íbamos a estar en una situación de llegar así de lejos. También creí en poder llegar a esta situación por mi mismo cuando me presenté al draft. Así que aquí estamos y quiero aprovechar estas oportunidades. P. La pregunta fácil. ¿Sabe lo que tiene en común con tipos como Michael Jordan, Kareem Abdul-Jabbar o Magic Johnson? R. No P. Ellos ganaron la NCAA y después la NBA... R. Ah sí, sí. Christian Braun manda un saludo a la audiencia de MARCA P. ¿Qué siente cuando ve su nombre al lado de todas esas leyendas? R. Sólo estar en un grupo con esos nombres, obviamente es una maravilla. Pero yo estoy en esta situación gracias a los Nuggets, a Calvin Booth, mis compañeros, así que es una bendición estar en esta situación, pero es por muchas razones , tengo que darle mérito a la gente que me trajo. También otros como mi familia, Coach Bill Self y toda la gente de Kansas, todos los demás. No soy yo, es algo mucho más grande que yo. Llegar hasta aquí significa mucho pero definitivamente no es un logro individual. Sólo estar en un grupo con esos nombres, obviamente es una maravilla. Pero yo estoy en esta situación gracias a los Nuggets... tengo que darle mérito a la gente que me trajo P. No hay muchos que lo lograron en años consecutivos. Si alguien le hubiera dicho hace poco más de un año que iba a ganar el campeonato universitario y un año después quizás la NBA... ¿Qué hubiera pensado? R. Si alguien me lo hubiera dicho le hubiera contestado que es un sueño hecho realidad, es un sitio impresionante para estar, conseguirlo en el primer año en la NBA obviamente es muy grande también. Tenemos compañeros en el equipo que han tardado 16 años en llegar aquí, yo lo conseguí en mi primer año. Quiero tratar de potenciarlo aprendiendo lo máximo posible. Verlo como algo positivo, aprender fijándome en todo el mundo. Estando lo más preparado posible para cuando mi oportunidad llegue, dar lo máximo en mis minutos. Estoy feliz de estar aquí, es el camino que esperaba seguir. Tenemos compañeros en el equipo que han tardado 16 años en llegar aquí, yo lo conseguí en mi primer año. Quiero tratar de potenciarlo aprendiendo lo máximo posible. Verlo como algo positivo, aprender fijándome en todo el mundo P. Probablemente Jokic y Murray serían jugadores que seguiría y admiraría. Después los ha tenido como compañeros. ¿Qué encontró en ellos? R. De ellos dos hay un montón de cosas que he aprendido. Aunque ellos funcionan de manera completamente distinta. Algo que pensé al llegar aquí, ya conocía a los grandes jugadores, conozco sus virtudes, les he visto jugar. Pero verles en sus rutinas y lo que hacen ambos tan bien, trabajan muy duro.
Jamal tuvo la lesión de rodilla, y está jugando al nivel más alto de su carrera justo después. Ver a alguien volviendo así me muestra cómo está trabajando. Lo duro que es trabajar durante esos años. Los dos han trabajado extremadamente duro para estar en una situación como la que están. Este éxito para ellos no es por casualidad, están aquí por una razón, y los dos me han enseñado obviamente un montón, y estoy muy agradecido por ello. LAPRESSE P. Hábleme de Nikola. Es una estrella de la liga, ¿pero es tan normal y sin ego como parece desde fuera? R. Es el mejor jugador de la NBA, esto está muy claro. Jugando al nivel más alto, hace cada jugada para nosotros. Es genial cómo nos encuentra, como nadie más en la liga. Me encanta tener un tipo así, alrededor en la franquicia, y aprendemos de él cada día. Ver lo que hace en su rutina, obviamente es mucho lo que puedes aprender de él. Pero es como dices, él da mucho valor a su familia y a la gente que cercana. Lleva a la gente por el camino correcto. Para mi, tener una estrella de la NBA como esta, especialmente ver al mejor jugador ser tan humilde. Y ver lo que significa su familia. El baloncesto es lo segundo, es impresionante, porque es tan grande en el basket, pero él ama de verdad a su familia. Es un genio como persona, y eso se refleja en otras personas de la franquicia, no sólo él. Hay mucha buena gente en esta institución, estamos todos juntos. Jokic es el mejor jugador de la NBA, esto está muy claro. Jugando al nivel más alto, hace cada jugada para nosotros. Es genial cómo nos encuentra, como nadie más en la liga. Me encanta tener un tipo así P. ¿Cuando usted habla de familia, incluye a los caballos? R. Sí [ríe], me refiero a todo el mundo. No sé nada de caballos. P. ¿Cómo de obsesionado está Jokic con sus caballos? R. Me acuerdo en el 'training camp', fue la primera vez que le vi realmente. Cuando está con su móvil es impresionante lo que está viendo todo el día. Eso es más o menos lo que está viendo cada vez. No sé qué es, supongo que son caballos. Es obvio que se trata de su pasión, ama a su familia, sus caballos, el baloncesto, cosas que le hacen sentir orgulloso, que las disfruta. Como dije en aquella concentración, lo mira mucho más de lo que nunca había visto. P. Le veremos en Serbia algún día con él montando a caballo. R. Yo no voy a montar en caballo. Quiero visitar Serbia pero no para montar a caballo. En mis minutos yo tengo que hacer mejor al equipo, tengo que atacar el aro, jugar en transición... es lo mejor de mi cuando soy agresivo P. Algo que me encanta de su juego es la facilidad que tiene para hacer mates y tengo la sensación de que es la parte que más disfruta en el baloncesto. R. Diría que es una de ellas. Simplemente trato de estar ahí con mi idea de partido. En mis minutos yo tengo que hacer mejor al equipo, tengo que atacar el aro, jugar en transición... es lo mejor de mi cuando soy agresivo.Este equipo me está permitiendo ser yo mismo, ser agresivo, mostrar lo bueno que soy, no me han dejado tirado. Trato de atacar cuando puedo, hacer tiros abiertos cuando puedo... cualquier cosa para hacer mejor al equipo. LAPRESSE P. Habiendo vivido la experiencia de la Final Four y ahora unas Finales. ¿Qué similitudes encuentra entre una competición y la otra en estas rondas finales? R. La presión en esos momentos es obviamente mucha. En la Final Four juegas con más gente en la grada. Pero obviamente este es el escenario. Ambos son momentos grandiosos, los dos mejores que alguien puede tener en el baloncesto yo los he tenido en un año. Es muy positivo, la energía en los dos pabellones. Es divertido y es para lo que jugamos al baloncesto. Son los momentos por los que lo vives en la cancha y te llega toda la energía que el Ball Arena tiene. En el primer partido fue impresionante. Yo quería jugar los mejores momentos que puedes vivir en el baloncesto. Para recibir en tu celular esta y otras informaciones, únete a nuestras redes sociales, síguenos en Instagram, Twitter y Facebook como @DiarioElPepazo
El Pepazo/Marca
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ardeportal · 4 years ago
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Música argentina for export - la conquista del público anglosajón.
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Alejados de los escenarios en medio de una nueva ola de la Pandemia por Coronavirus que aqueja la región, una camada de jóvenes músicos argentinos se negó a quedarse a la espera de la vuelta de los recitales y redobló la apuesta, proyectando su arte al mundo entero. ¿Cómo se gestó la conquista de espacios internacionales por parte de los colegas en la vecina orilla? ¿Dónde queda Uruguay en esta exportación masiva de música hacia el norte del globo?
Por Ginny Lupin
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Hace dos semanas, Nicki Nicole se convirtió en la primera artista argentina en ser invitada a The Tonight Show, uno de los programas más vistos de la televisión estadounidense.  Jimmy Fallon, personalidad del espectáculo y host del programa, la presentó como una superestrella del país vecino; y la cantante - de apenas 20 años - estuvo a la altura del comentario, interpretando Wapo Traketero (su primer gran hit) y No Toque Mi Naik, en colaboración con el puertoriqueño Lunay.  Su set en el célebre show, sumado a la nominación que obtuvo como Mejor Artista Nuevo en la última edición de los premios Grammy Latino, posicionan a la rosarina como referente indiscutida de una nueva oleada de músicos argentinos camino a conquistar las listas de reproducción a nivel global. 
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Desde el fin del mundo
“Para mí representa el lugar de donde vengo, mi forma de sonar, las cosas que aprendí, la música que me instruyó, justamente hace alusión a Sudamérica, que si lo vemos en un mapa, sería el fin del mundo, acá en el Sur”
Estas fueron las palabras de Duki, pionero y de alguna forma líder del movimiento de Trap y música urbana en la región; al editar el pasado mes su nuevo álbum: Desde El Fin Del Mundo. El lanzamiento, que era esperado con ansias por sus seguidores y ya figura entre lo más escuchado de Spotify, vino acompañado de marquesinas publicitarias en Times Square; imagen que el cantante compartió en sus redes.  El trapero de 24 años saltó a la fama en 2017, luego de ir cobrando notoriedad a través de batallas de freestyle en el vecino país, y fueron temas suyos como She Don’t Give a FO y Hello Cotto que terminaron por imponer el género entre los escuchas de la región. Ahora, con su segundo material de larga duración, Duki continúa marcando impronta y proyectándose a nuevos y más grandes mercados.  Desde El Fin Del Mundo presenta a un Duki más curioso y experimental, jugando con nuevas colaboraciones y fusiones que lo llevan a dejar sus rimas sobre matices medievales, rockeros y de clara influencia Pop Punk (Muriéndome, en dupla con Khea, es un claro ejemplo de la marca que esta veta de rock californiano dejó en toda una generación).  Con el nuevo material, Duki apunta a conquistar una audiencia mundial cada vez más dispuesta a prestar oreja a la música urbana en español; el primer paso de la nueva era del músico a concretarse con su regreso a Europa en una gira por España anunciada para este año, luego de haber agotado 7 shows en dicho país en 2019. 
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Con escala en Madrid
Natalia Peluso nació en Luján en el verano de 1995; pero tuvo que esperar más de 20 años, numerosas mudanzas hacia y dentro de España y un proceso de autoconocimiento artístico gestado en Madrid para que la artista regresara a Buenos Aires como profeta en su propia tierra.  Para Nathy, el 2020 fue la consagración explosiva de un fenómeno que venía incubándose hacía rato. Reina de la experimentación y fusión entre estilos musicales, la cantante y compositora lanzó el pasado año su álbum debut: Calambre; que fue recibido con grandes comentarios de la crítica, en medio de viralizaciones en redes sociales por su colaboración con el beat-maker Bizarrap y el furor del single Sana Sana.  La cantante de los mil acentos y los ojos de diferente color (¿guiño a David Bowie?) es un caso extraño en este análisis. Es argentina, pero se entiende latinoamericana por la influencia de artistas admirados y compañeros de estudio en España quienes, provenientes de diversas partes del cono sur, fueron forjando su impronta musical única. De esa formativa cosmopolita y un talento innegable para la interpretación, surge que Nathy logre combinar en su disco rendiciones a la salsa, el hip-hop, el jazz e incluso un homenaje a su Buenos Aires natal.  Desde España, y a partir del suceso de sus primeros hits: Corashe y La Sandunguera; Nathy fue conquistando al público sudamericano en un proceso bastante inverso al de sus colegas y compatriotas. Sin embargo, no fue hasta copar las playlists argentinas y latinoamericanas que Nathy logró desembarcar en el mercado más codiciado: Estados Unidos. Pero si el 2020 había sido un gran año, a pesar de las circunstancias; el 2021 comenzó cargado de nuevos éxitos. En Abril se presentó en la edición virtual de South By West (SXSW), festival con base en Texas que combina conferencias de diversos contenidos audiovisuales con espectáculos musicales; y además, interpretó su tema Delito en The Late Show with Stephen Colbert.  Así, la artista más nominada a los Premios Gardel de este año, llegó a Estados Unidos en lo que apenas constituye una parada más en su cruzada por la conquista de los parlantes del mundo. 
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¿Qué pasa con los premios?
Que la música en español ha cobrado un protagonismo inusitado en las listas musicales a nivel mundial no es un dato nuevo. Hace ya unos años que los hits internacionales suenan con ritmo de reggaetón y bachata y los encargados de premiar lo mejor de la industria musical han tenido que ponerse a punto con el fenómeno de los géneros urbanos latinos. Sin embargo, los líderes de los principales rankings musicales suelen ser originarios de Centroamérica y, por más difusión que los artistas del país vecino estén teniendo (sobre todo a nivel de redes sociales), el reconocimiento en forma de nominaciones llega con meses - sino años - de atraso a las vanguardias. Es por eso que no son muchas las caras rioplatenses que encontramos con la conocida estatuilla de gramófono correspondiente a los premios Grammy en la mano. 
Si hacemos foco únicamente en las principales categorías, en la última edición de los Grammy Latinos sólo Fito Páez logró consagrarse ganador (se llevó el premio a Mejor Álbum Pop/Rock y Mejor Canción Pop/Rock); destacando entre un pool de nominados rioplatenses que incluían a los tres artistas previamente mencionados en la nota, además de las bandas Conociendo Rusia y Eruca Sativa, los raperos Wos y Cazzu y los compatriotas El Cuarteto De Nos y Jorge Drexler, entre otros.  Más triste aún es el panorama en los Premios Grammy propiamente dichos, en cuya última edición Páez se llevara la estatuilla a Mejor Álbum de Rock/Alternativo Latino; siendo el único nominado del Río de la Plata junto a el álbum Aura de Bajofondo, con quienes compartía terna. Sorprende, sin embargo, que la misma Argentina que viera nacer a grandes íconos de la música como Soda Stereo, Spinetta o Charly (seguidos de un eterno etcétera de talentos), sólo haya visto reconocidos con el principal premio de la industria musical a tres de sus artistas, con los Fabulosos Cadillacs y Santaolalla compartiendo podio junto a Fito. Esto es, vale la pena aclarar una vez más, considerando únicamente las principales categorías; ya que han sido numerosos los premios otorgados a artistas argentinos en ternas secundarias. 
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¿Y el paisito? 
Lejos estamos de los tiempos en que nuestros Shakers eran destacados en medios internacionales a la par de los Rolling Stones; y en la actualidad son pocos los artistas orientales que llegan a nominaciones en los Grammy Latinos, ni hablar hacerse con el premio. Si elegimos mirar a la ceremonia internacional de los Grammy, Jorge Drexler ha sido nominado en 5 oportunidades, pero nunca ganó.  Aún así es Drexler quien, además de contar con múltiples Grammy Latinos y - como olvidarlo - un Oscar, continúa representándonos en los principales medios internacionales. De esta manera lo hizo, por ejemplo, en 2018 al ser el primer (y único al momento) uruguayo en realizar un Tiny Desk Concert - ciclo de conciertos ideados por la NPR (Red de Radios Públicas de Estados Unidos). 
Sin embargo falta sangre joven uruguaya copando los oídos de la audiencia internacional y, aunque pequemos de pesimistas, se siente que falta mucho para que nuestra música consiga la proyección necesaria para lanzarse a conquistar espacios. Mientras nuestros vecinos argentinos abren puertas, deberíamos replantearnos como medio dónde pretendemos que resuenen nuestros ritmos, no vaya a ser que estemos perdiendo una potencial oportunidad de mostrar de lo que somos capaces acá, en el fin del mundo. 
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tlahtocanecentlaliliztli · 5 years ago
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¿QUIÉN ESCRIBE LA HISTORIA? VERSIONES OPUESTAS SOBRE LA CONQUISTA DE MÉXICO Y LA CAÍDA DEL IMPERIO MEXICA
UNA INICIATIVA GETTY PARA PROPORCIONAR UN MAYOR ACCESO AL CÓDICE FLORENTINO, LA PRIMERA ENCICLOPEDIA INDÍGENA DEL NUEVO MUNDO 
KIM N. RICHTER , ALICIA MARIA HOUTROUW Y JOSHUA FITZGERALD | 26 DE MARZO DE 2020 ¿QUÉ ES EL CÓDICE FLORENTINO?
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Butterfly-and Jaguar-Fish in Book 11 of the Florentine Codex (“On Earthly Things”). Ms. Mediceo Palatino 220, 1577, fols. 62v and 63. Courtesy of the Biblioteca Medicea Laurenziana, Florence, and by permission of MiBACT
En 1577, una generación después de la conquista de México, se completó un libro ilustrado único. Llamado el Códice Florentino, porque se encuentra en Florencia, el manuscrito documenta la cultura, la política, las ciencias naturales y la historia de los mexicas (un grupo de personas de habla náhuatl que dominaron grandes partes del centro de México entre 1428 y 1521). Lo hace en un período de la historia mexicana que estuvo marcado por una gran transformación cultural, agitación social y epidemias recurrentes.
El códice puede considerarse como una Enciclopedia Británica del México moderno temprano y del conocimiento nahua. Está escrito en dos idiomas, náhuatl y español nativos. El náhuatl, una vez la lingua franca de Mesoamérica, es una de las 68 lenguas indígenas que aún se hablan en México. Hoy se considera un idioma en peligro de extinción con un estimado de 1.5 millones de hablantes. Por lo tanto, el códice no solo es invaluable por su contenido, sino que también es un registro histórico importante de este lenguaje.
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Mapa del lago Texcoco que muestra Tenochtitlán, la capital de México, y Tlatelolco, su ciudad vecina. Cortesía de Tomás Filsinger.
UN MANUSCRITO BILINGÜE Y BICULTURAL Compuesto por doce libros, el códice fue creado en la Ciudad de México del siglo XVI en el Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco, la primera universidad de México. Allí, el fraile franciscano español, Bernardino de Sahagún, y un gran equipo de autores y artistas indígenas trabajaron en la recopilación de información durante treinta años.
Conocemos los nombres e identidades de un puñado de autores y artistas nahuas que crearon el códice: Antonio Valeriano, Alonso Vegerano, Martín Jacobita, Pedro de San Buenaventura, Diego de Grado, Bonifacio Maximiliano y Mateo Severino. Documentaron información invaluable sobre la vida mexica y, en el caso del Libro 12, registraron relatos de testigos oculares de la conquista de México.
Cada página del manuscrito presenta dos columnas de escritura una al lado de la otra: el texto principal en náhuatl y una interpretación en español del texto en náhuatl de Sahagún. Estas columnas se entremezclan con exquisitas ilustraciones pintadas por artistas nahuas o tlacuilo (náhuatl para "alguien que pinta o escribe").
El códice, inspirado en las antiguas enciclopedias romanas y medievales que estaban disponibles para los creadores del códice en la biblioteca de Tlatelolco, es considerado como la fuente de información más confiable sobre la cultura nahua del centro de México. Después de su finalización, el manuscrito fue enviado a Europa, donde los Medici finalmente lo adquirieron. Hoy, todavía se encuentra en Italia en la Biblioteca Medicea Laurenziana en Florencia. En 2015, el códice se incorporó, junto con otras obras de Sahagún, al Registro de la Memoria del Mundo de la UNESCO .
Desde 2016, el códice ha sido el foco de una iniciativa de investigación y publicación colaborativa del Instituto de Investigación Getty en asociación con el Instituto Seaver y la Biblioteca Medicea Laurenziana, y es parte de la iniciativa Getty's Ancient Worlds Now .
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Amantecatl o trabajador de plumas que prepara plumas de aves tropicales para un mosaico de plumas en el Libro 9 del Códice Florentino ("Los comerciantes"). Sra. Mediceo Palatino 219, 1577, fol. 64v. Cortesía de la Biblioteca Medicea Laurenziana, Florencia, y con permiso de MiBACT.
DIGITALIZACIÓN Y COMPRENSIÓN DEL CÓDICE
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Encontrar la concordancia entre un facsímil del Códice florentino y varias traducciones y transcripciones publicadas de los textos.
La iniciativa del Códice Florentino del Getty Research Institute tiene como objetivo hacer que el códice y su contenido sean más accesibles a través de publicaciones en línea, becas y la contribución de 4.000 entradas multilingües a los vocabularios Getty en inglés, náhuatl clásico, náhuatl oriental de huasteca y español.
En 2022, el Instituto de Investigación publicará el Códice digital florentino, una edición digital mejorada y crítica del Códice florentino que hará que el manuscrito esté libremente disponible y se pueda buscar.
El códice digitalizado se presentará junto con sus transcripciones en náhuatl y español, y con traducciones al inglés de ambos textos, proporcionando al público un acceso más directo al contenido del manuscrito.
Todos los textos serán buscables. Del mismo modo, las aproximadamente 2.500 imágenes se etiquetarán con palabras clave para que puedan buscarse. Entonces, si un investigador quisiera encontrar todas las imágenes y referencias textuales de "Moteuczoma" o "flor", por ejemplo, podría hacerlo.
Para el Libro 12 sobre la historia de la conquista de México, los usuarios también podrán escuchar grabaciones de audio del texto náhuatl y acceder a resúmenes en el náhuatl de la huasteca oriental contemporánea.
La edición digital se está construyendo utilizando estándares internacionales (incluido IIIF ) y está avanzando en el desarrollo de un visor que respalde la presentación conjunta de múltiples textos e imágenes asociadas.
ESTUDIAR EL LIBRO 12 Y LAS PERSPECTIVAS ALTERNATIVAS SOBRE LA CONQUISTA DE MÉXICO
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Guerrero mexica contra los conquistadores españoles en el Libro 12 del Códice florentino ("De la conquista de la Nueva España"). Sra. Mediceo Palatino 220, 1577, fol. 34. Cortesía de la Biblioteca Medicea Laurenziana, Florencia, y con permiso de MiBACT.
El Instituto de Investigación también producirá un estudio independiente del Libro 12 del Códice Florentino como una antología digital de una nueva investigación académica que pone en primer plano las perspectivas indígenas sobre la conquista. El libro 12 describe la llegada de los españoles en 1519 a lo que hoy es México, y la guerra en Tenochtitlán, la capital mexicana del imperio mexica, y Tlatelolco, la ciudad hermana vecina, entre 1520 y 1521.
En las décadas posteriores al colapso del Imperio mexica, los historiadores españoles escribieron la historia de estos eventos basándose en gran medida en los relatos del conquistador español Hernán Cortés. Las voces indígenas quedaron fuera de estas historias oficiales españolas.
El Libro 12 es el registro sobreviviente más largo e importante de la conquista desde el punto de vista mexicano-nahua, y representa una de varias perspectivas indígenas divergentes. Documenta la conquista de México desde la perspectiva mexicana. Los mexicas eran una de las tres facciones de los pueblos nahuas que controlaban el imperio mexica.
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Batallas entre guerreros mexicas y conquistadores españoles y sus aliados indígenas en el Libro 12 del Códice florentino ("De la conquista de la Nueva España"); en este folio y en otros, las imágenes sustituyen completamente el texto en la columna en español. Sra. Mediceo Palatino 220, 1577, fol. 60. Cortesía de la Biblioteca Medicea Laurenziana, Florencia, y con permiso de MiBACT.
El libro 12 también revela importantes discrepancias entre sus textos en español y náhuatl. La columna de texto en español es mucho más corta y ofrece descripciones abreviadas de los eventos. Imágenes de vívidas escenas de batalla, actos heroicos de guerreros mexicanos y atrocidades cometidas por conquistadores españoles y sus aliados indígenas llenan los vacíos resultantes en la columna española.
La publicación digital en el Libro 12 revelará el grado en que los dos textos e imágenes presentan información divergente y estaban dirigidos a diferentes audiencias. Los ensayos exploran la evidencia de la agencia nahua y el patriotismo local, así como los aparentes grados de precaución cuando se trata de temas controvertidos, como el asesinato del gobernante mexica, Moteuczoma Xocoyotzin.
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Españoles que arrojan al agua los cadáveres de Moteuczoma Xocoyotzin e Itzquauhtzin, últimos gobernantes independientes de Tenochtitlan y Tlatelolco, respectivamente; Libro 12 del Códice florentino ("De la conquista de la Nueva España"). Sra. Mediceo Palatino 220, 1577, fol. 40v. Cortesía de la Biblioteca Medicea Laurenziana, Florencia, y con permiso de MiBACT.
Esta investigación ayudará a ilustrar cómo los autores y artistas indígenas del Libro 12 interpretaron y juzgaron la guerra, celebraron la resistencia de sus antepasados ​​y reflexionaron sobre su papel en la nueva era colonial. También traerá la narrativa particular capturada en el Códice florentino a la conversación con las últimas investigaciones sobre otras fuentes españolas y nahuas modernas para dilucidar la multiplicidad de relatos sobre este período definitorio en la historia mundial.
artículo original en inglés http://blogs.getty.edu/iris/who-writes-history-competing-narratives-about-the-conquest-of-mexico-and-the-fall-of-the-aztec-empire/
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atheneush · 6 years ago
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Es increíble como te amo más cada día, tu blog es maravilloso. Yo estoy pasando mal de tanto que me ríe con su respuesta sobre cómo usted piensa que será el final de mcl uni. XD Si a beemov usar su tan querido "realismo" no dudo que sea más o menos eso. Yo quería aprovechar y hacer una pregunta: ¿crees que mcl uni va a ser tan largo como el mcl? (Lo siento si tiene algún error, no hablo español muy bien y estoy usando el traductor. Espero que pueda entender.)
Hola, anon, no te preocupes por tu epañol, realmente se ha entendido todo perfectamente. Sé que sois unos cuantos los que hacéis el esfuerzo, incluso, de expresaros en este idioma solo para mi ask y lo valoro mucho, así que no hay nada de qué disculparse. Por otro lado, a mi esa entrada me hace gracia a medias, porque hasta cierto punto creo que hasta me la creo. No porque vayan a hacer eso, ni a ese nivel, pero están tan subidos al carro del ‘realismo’ y han hecho estas rutas tan en el límite que, por ejemplo, a Nath (y siendo consecuentes) le veo que solo va encaminado a despeñarse en la vida. Creo que su parte es la que menos gracia me hace de todas. Para ser sinceros, episodio a episodio le veo más cubierto de mierda. En el capítulo uno, solo  creía que estaba enfadado con el mundo, en el dos ya empecé a pensar que realmente él había buscado todo esto, en el tres simplemente era el fuckboy más básico de la historia y en el cuatro reconfirmé esto y encima sentí que Sucrette (por lo menos de momento) es para él una conquista más. Su ‘bola’ de mierda se está haciendo más gorda, más grande, menos justificable, para que luego se saquen  “el poder del amor” como carta mágica. Realmente, no me siento cómoda con lo que han hecho con él. Nunca me agradó demasiado Nath, pero ahora me pesa el corazón cada vez que le veo interactuar en el nuevo juego. No sé cómo ha sucedido esto, pero así estamos. Creo que, encima, cada vez me genera menos expectación ‘sexual’ su ruta, me pesa más el destrozo, que la tensión sexual con la prota.
Pero, voy a dejar de irme por las ramas, hablemos de tu pregunta. No, no creo que este nuevo juego vaya a ser tan largo como el primero y a decir verdad, me cuesta ver a Eldarya siéndolo también, pese a que todavía tengan mucho que exprimir. Considero que una de las razones por las que se cerró esta parte fue precisamente la longitud del juego. Parecía un otome interminable, por lo que, había nuevos que veían imposible jugarlo y antiguos que simplemente lo abandonaron. Es cuestión de retención de audiencias. Por otro lado, y vista la impresión a lo largo de estos 4 episodios tampoco creo que tengan material lo suficientemente bueno para hacer 40 episodios en los que la gente de palmas por su historia. Y si continuamos con todo lo sucedido, gran parte de jugadoras de su fandom actual ni siquiera van a jugar esta segunda parte, o buscan nuevas jugadoras, o capítulo a capítulo van a  tener menos, porque es lo que sucede con cualquier otome de larga duración. Testarlo durante los primeros episodios es fácil, que la gente se quede, eso ya es otra cosa. Si la impresión sigue por este camino trataran de que la historia termine en la mitad de capítulos y sin pena, ni gloria. Al ritmo de episodio por mes que van ni si quiera durará mucho el juego, pero eso dependerá de su audiencia, claro está. Realmente, no sabremos hasta qué punto CDMU ha sido rentable hasta que no veamos en qué capítulo deciden cortarlo, o por la contra, si deciden reintegrar las rutas como medida desesperada. Otro de los motivos que me hace pensar en esto, es que a diferencia de la primera parte, donde la historia es de ‘cocción lenta’, hasta pasado la mitad del juego no tenemos una relación con nuestra ruta, aquí los momentos ‘románticos’ o directamente subidos de tono, salen desde el primer capítulo, van con el turbo en este tema. Creo que han confundido el hecho de tener más licencia para tratar ciertos temas para adultos, con el quemar una cantidad asombrosa de cartuchos narrativos, solo y exclusivamente, para crear algún highlight de puro fanservice. Por poner un ejemplo, están convirtiendo el ‘sexo’ en un tema que no genera ninguna expectación, porque cada dos por tres hablamos de ello o alguno de ellos hace una mención al respecto. Simplemente, cuando llegue, será ‘un polvo más’.
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lcentretenimento · 7 months ago
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Terceiro episódio de A Grande Conquista 2 volta a perder para o SBT na audiência
O terceiro episódio de “A Grande Conquista” novamente perdeu para o SBT e ficou em terceiro lugar na audiência na noite desta quarta-feira, 24/04. Continue reading Terceiro episódio de A Grande Conquista 2 volta a perder para o SBT na audiência
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cristinabcn · 10 months ago
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NUESTRA AMERICA ONLINE RADIO CONQUISTA AUDIENCIAS en el MUNDO HISPANO con “RADIOTEATRO” Y SE ALZA CON GALARDON DEL AÑO de LOS GRAND AWARDS y ANUNCIA GRAN ESTRENO: “MARIANA PINEDA de Lorca”.
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mauriciomeschoulam · 3 years ago
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Ucrania: los mensajes que Putin quiere comunicar
Artículo publicado originalmente en El Universal: https://www.eluniversal.com.mx/opinion/mauricio-meschoulam/ucrania-los-mensajes-que-putin-quiere-comunicar
Putin no se siente escuchado por Occidente. La crisis que se ha estado construyendo en Ucrania tiene mucho que ver con eso. Hay varios otros factores influyendo, sin duda. Pero en esencia, Putin siente que sus preocupaciones y exigencias no están siendo consideradas con seriedad. Y lo está haciendo saber. De ahí la importancia de la videollamada Biden-Putin del martes, a pesar de las muchas diferencias que persisten.
Permítame recuperar este ejemplo: Durante la crisis de los misiles de 1962, el secretario de defensa estadounidense McNamara quiso establecer un férreo control sobre cada buque, cada submarino y cada aeronave que mantenía el bloqueo sobre Cuba. Temía que los militares malentendieran el objetivo del bloqueo. “Literalmente vivió en el Pentágono del 16 al 27 de octubre”. El Almirante Anderson, jefe de operaciones navales, estaba exasperado por lo que consideraba una intromisión del secretario de defensa en sus funciones. En un momento dado, Anderson, irritado, dijo a McNamara que la marina estadounidense sabía cómo llevar a cabo bloqueos, operaciones que habían efectuado exitosamente desde el siglo XVIII. McNamara respondió que esa operación “no era un bloqueo, sino un medio de comunicación entre Kennedy y Kruschev”. Ese incidente es relatado con detalle por H.R. McMaster, el exconsejero de Seguridad Nacional de EU, en su libro Dereliction of Duty (Incumplimiento del Deber).
La actual acumulación de casi 100 mil tropas rusas en sus fronteras con Ucrania—y el mensaje de que una invasión rusa a ese país pudiera ocurrir dentro de las próximas semanas—podría entenderse también como un “medio de comunicación”. En este caso, una comunicación que procede de un emisor que se siente exasperado porque sus rivales no lo han estado escuchando.
Efectivamente, el conflicto ucraniano permanece irresuelto desde 2014. En un texto, hace dos semanas, sinteticé algunos de sus principales factores (https://bit.ly/3oCneP9). Hay muchos elementos confluyendo a la vez. Además de los propios componentes de un conflicto latente, están ahí los efectos devastadores (humanos, económicos, políticos, sociales y psicológicos entre otros) por la pandemia, las situaciones políticas internas tanto en Ucrania como en Rusia y por ende, la necesidad de dar fuerza al sentimiento nacionalista ante sus propias audiencias; está ahí el tema del gas y la relevancia del territorio ucraniano en el traslado del hidrocarburo desde Rusia hacia Europa, y ahora el posible impacto del gasoducto Nord Stream 2 que llevará el gas ruso hacia Alemania por una ruta distinta. En fin, todos esos y muchos otros factores importan y suman.
Pero en el corazón del conflicto, está el mensaje que Putin viene repitiendo una y otra vez desde 2014 y que, a decir suyo, no ha sido escuchado por sus contrapartes occidentales: Ucrania no es un “espacio de influencia rusa”, sino su zona inmediata de seguridad. Ucrania no es Siria. Ucrania no es, ni siquiera, Afganistán que también tiene frontera con Rusia. Ucrania, histórica, cultural, lingüística, política y geopolíticamente, forma parte del círculo vital de estabilidad para el Kremlin. Ucrania, en la visión de Putin, no debería ser siquiera rozada por Occidente.
Pensemos, por ejemplo, en la península de Crimea, la cual sigue siendo formalmente parte de Ucrania, a pesar de que Rusia la gobierna desde 2014. La península de Crimea domina al Mar Negro. Bien podría ser una isla, salvo por ese pequeño estrecho que le conecta con el continente. Desde ese espacio se puede controlar el comercio, la navegación, el destino y tránsito de una importante cantidad de recursos. Pero no solo eso. La península es una especie de torre de vigilancia que define quién entra y sale de Eurasia. Por eso fue tan peleada durante tantos años. Y por eso fue una de las grandes conquistas de la zarina Catalina la Grande.
Se ha escrito mucho acerca de cómo Crimea fue un territorio perteneciente a Rusia desde 1783 y acerca de cómo Kruschev la cede a Ucrania en 1954. Pero más allá de lo que digan los papeles o los tratados, podríamos decir que quizás desde la percepción rusa, Crimea nunca fue propiamente “perdida”, por así decirlo. En una primera etapa, no se estaba entregando Crimea a otro “país”, pues Ucrania no era un estado independiente. Ucrania era una más de las Repúblicas Soviéticas Socialistas, pieza integral de la URSS y, por lo tanto, en última instancia, un territorio bajo soberanía soviética, protegido y resguardado por el ejército de ese estado.
Una vez que la URSS se desintegra en 1991 y que Ucrania obtiene su independencia en 1994, Rusia no siente en realidad que estuviese “abandonando” Crimea. Primero, porque conserva una importante flota—presente ahí desde el siglo XVIII—que resguarda sus intereses, y segundo, porque percibe a la naciente Ucrania como un estado amortiguador entre Moscú y Europa que depende comercial, económica, energética y militarmente del Kremlin y, por tanto, destinado a permanecer dentro de su zona de control y seguridad.
Lo que sucede con el movimiento Maidán del 2013-14, y más concretamente tras el derrocamiento del presidente ucraniano Yanukovih, es que Ucrania, en la percepción de Putin, estaba rompiendo con una firme línea histórica y se estaba escapando de la esfera de seguridad de Moscú, situación que, desde su perspectiva, estaba siendo motivada por Occidente. Así, la península de Crimea, estimada no solo como estratégica sino muy probablemente como propia, se salía de lo que es valorado desde el Kremlin como su absolutamente legítimo e histórico control.
De ahí su determinación para “reconquistarla” y, tras un referéndum muy cuestionado, anexarla a la Federación Rusa, a pesar de que virtualmente ningún país la reconoce como territorio ruso y a pesar de las múltiples sanciones impuestas por Occidente.
Para Putin, las líneas rojas que sus contrapartes “no han querido escuchar” o entender, tienen que ver con sus sospechas de que la OTAN—la alianza rival—sigue queriendo integrar a Ucrania como ha integrado a otros países que formaban parte de la URSS. Tienen que ver con la presencia de esa alianza atlántica para armar y entrenar a Kiev, y “construir infraestructura” para, desde ahí—en su visión—amenazar la seguridad rusa. Tiene que ver con el uso, por vez primera, de un dron—provisto a Ucrania por Turquía, país miembro de la OTAN—para atacar a los separatistas apoyados por el Kremlin. Tiene que ver con los ejercicios navales conducidos por Washington y sus aliados en el Mar Negro, cerca de Ucrania.
"Ustedes, los estadounidenses, están preocupados por nuestros batallones que se encuentran en territorio ruso, a miles de kilómetros de Estados Unidos", le dijo Putin a Biden, según uno de sus asesores. "Pero nosotros estamos realmente preocupados por nuestra propia seguridad".
Esa es justo la relevancia de una llamada como la ocurrida el martes pasado entre ambos presidentes. En efecto, los temas permanecen sin resolverse. Pero una comunicación más directa, permite a ambas partes señalar de manera clara cuáles son sus demandas, sus intenciones, sus límites, las consecuencias si es que esos límites se rompen, y, sobre todo, ofrecer incentivos o vías de salida para evitar el conflicto, las cuales posteriormente ambas partes deben sopesar.
El problema mayor quizás, consiste en que los análisis que solo consideran los factores geopolíticos, las percepciones de las grandes potencias, y su disposición al empleo de la fuerza, o a negociar, a veces omiten lo que está sucediendo al interior de la sociedad propiamente afectada, la ucraniana. Por ejemplo, los agravios sociales por la corrupción de la clase política y las demandas desde aquel 2014 (y desde mucho antes) para que eso cambie. Más allá de lo que se diga en Washington o en Moscú, la aspiración de una gran mayoría de ucranianos de romper sus cadenas con Rusia, pero también, la aspiración de la minoría étnica y culturalmente ligada a ese país, de permanecer bajo su cobijo. Considere una encuesta de esta semana, la cual señala que 54% de personas en Ucrania piensan que los acuerdos de Minsk—que han garantizado ceses al fuego previos—deben revisarse, el 21% cree que no se debe seguir negociando, y apenas un 12% está convencido de que Ucrania debe cumplir con los acuerdos pactados previamente.
En suma, independientemente de los múltiples factores que se han combinado en la construcción de la crisis actual, Ucrania es para Rusia un tema de seguridad vital. Desde su perspectiva, sus quejas y demandas al respecto de ese espacio percibido como de íntima proximidad, han sido ignoradas por Occidente. Y eso es lo que está queriendo comunicar. La pregunta entones es si es posible primero, distender la grave situación actual, y luego, encontrar puntos medios que permitan considerar tanto lo que sucede al interior de Ucrania, como los objetivos de Putin y de sus contrapartes. De eso va a depender lo que suceda en las siguientes semanas.
Twitter: @maurimm
11 de diciembre, 2021
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patoanacoreta · 3 years ago
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¿POR QUÉ LAS CLASES DOMINANTES TEMEN A LA HISTORIA?
HARVEY J. KAYE
Nota previa a ¿Por qué las clases dominantes temen a la historia? de Harvey J. Kaye
José Gandarilla
Este texto nos fue enviado especialmente por su autor para que figurase en las páginas de Memoria. Revista de crítica militante, gesto que enaltece a nuestro colectivo y al trabajo editorial que emprendemos, sin embargo, no es solo ese hecho lo que justifica su inclusión, sino la innegable actualidad que conservan las proposiciones ahí vertidas.
El escrito de Harvey J. Kaye es el discurso íntegro que ofreció en ocasión de la recepción del Premio Isaac y Tamara Deutscher, y fue leído en la London School of Economics, el 8 de noviembre de 1994. Ahí muestra, con rigor, la pertinencia del enfoque historiográfico al que liga su trabajo, por ello transitan en sus páginas referencias no solo a los historiadores marxistas británicos sino a ciertas figuras de la tradición revolucionaria de las clases desposeídas como es el caso, por supuesto, de Marx, Rosa Luxemburgo, Lenin, Gramsci (y lo hace, recordemos, en un momento en que aparece en toda su vigencia el alegato sobre el “fin de la historia”, y las posturas posmodernistas, a las que sugiere tomar muy en serio, en un contexto en que todavía están frescos los sucesos de la caída del “socialismo real”), pero también está presente su sutil advertencia sobre la posible refuncionalización de una lectura del pasado a los fines de apuntalar la política del poder, cuando, en un procedimiento, propio de los grupos conservadores y las nuevas derechas (punto que hoy se revela hasta más vigente que entonces) se pretende quitar el filo cuestionador de los hechos y memorias de la gesta histórica, y se opta por neutralizar su sentido, para hacer de aquellos acontecimientos (bajo un encubridor revisionismo) un repertorio integrable en la tarea cívica del adoctrinamiento, del olvido; o ejemplo de polarizaciones indebidas que fracturan la sociedad e impiden su “sano” desarrollo. Ante ese potencial uso reaccionario del pasado, nuestro autor esgrime los planteos de la llamada historiografía desde abajo, lugar de enunciación que lo mismo incluye los trabajos de quien reconoce como su mentor, Victor Kiernan, como los del propio homenajeado, Isaac Deutscher.
Kaye no duda en mostrarse, para las cuestiones de los Estados Unidos (potencia en declive, pero con ambiciones recobradas de supremacía global), como un heredero de los movimientos por una democracia profunda, la que abolió la esclavitud, la que pelea por el reconocimiento de los derechos civiles, contra el racismo y el resurgente fascismo; esa historia que quedó plasmada en ciertos pronunciamientos de sus fundadores, en el gesto de Rosa Parks, en la narrativa de Gore Vidal o Toni Morrison; que encuentra su relato crítico en los trabajos de Eugene D. Genovese o Noam Chomsky, y en la de tantos otros pensadores e historiadores radicales (entre los cuales el propio Kaye se cuenta). De ahí que, en su disertación, subraye la condición de peligrosidad que puede asumir el trabajo del historiador ante los intereses y las prácticas de las clases dominantes, cuando éste hace su opción, como lo señalara Howard Zinn, otro de sus autores de preferencia (fallecido hace once años), en un pasaje significativo de su clásico libro:
“en esa inevitable toma de partido que nace de la selección y el subrayado de la historia, prefiero explicar la historia del descubrimiento de América desde el punto de vista de los arahuacos; la de la Constitución, desde la posición de los esclavos; la de Andrew Jackson, tal como la verían los cherokees; la de la Guerra Civil, tal como la vieron los irlandeses de Nueva York, la de la Guerra de México, desde el punto de vista de los desertores del ejército de Scott, la de la eclosión del industrialismo, tal como lo vieron las jóvenes obreras de las fábricas textiles de Lowell; la de la Guerra Hispano-Estadounidense vista por los cubanos; la de la conquista de las Filipinas tal como la vieron los soldados negros de Luzón; la de la Edad de Oro, tal como la vieron los agricultores sureños; la de la I Guerra Mundial, desde el punto de vista de los socialistas; y la de la Segunda vista por los pacifistas; la del New Deal de Roosevelt, tal como la vieron los negros de Harlem; la del Imperio Americano de posguerra, desde el punto de vista de los peones de Latinoamérica”
Otro aspecto que revela actualidad del texto reside no solo en apuntar cómo es vista la historia por los grupos y clases dominantes, sino también cómo en los ojos de los poderosos puede llegar a percibirse esa ansiedad, ese temor a “las clases peligrosas”, a los de abajo, cuando éstos toman en sus manos los rumbos de sus vidas. Por la fecha en que fue escrito, uno no puede sino tener en mente el accidentado proceder de Carlos Salinas de Gortari, brazo ejecutor del quiebre histórico que significó la implementación del consenso de Washington en México, su figura desencajada y una mirada que traslucía entre miedo y odio, luego del alzamiento zapatista, los primeros días de enero de 1994. Por otra parte, en este 2021, que se conmemoran los 500 años de la caída de Tenochtitlan, se esperan hondos debates sobre el tema, que también esperamos atender en estas páginas, ante los retos que se abren en la coyuntura problemática por la que atravesamos, parte de cuyos problemas remiten sus orígenes más remotos a aquellos procesos fundantes (colonialismo, racismo, clasismo, discriminación). Justamente, frente a la persistencia de una idea de nación “solo para unos cuantos”, la que pretendió imponerse en la tentativa oligárquica y elitista del neoliberalismo, como antes lo fue con el porfirismo, es que se alza hoy la propuesta constructiva de una Cuarta Transformación, a la que se oponen, desde los grupos dominantes, todo género de obstáculos; eso, y el hecho de que hoy contemos con un Ejecutivo al que le gusta y practica la historia (y la entiende simbólica y materialmente como un espacio de permanente disputa), son algunos de los motivos por los que juzgamos oportuno publicar esta importante contribución de Harvey J. Kaye.
1989 fue el año del bicentenario de la Revolución Francesa, y -a pesar de las maquinaciones de las clases dirigentes en Occidente y en Oriente- los acontecimientos de ese año parecieron ser una dramática prueba viviente de que los grandes ideales de 1789 no solo eran recordados, sino que aún eran una acción inspiradora y animadora. A través de Eurasia y más allá, hombres y mujeres lucharon nuevamente por la libertad, la igualdad, y la democracia. Las rebeliones reivindicaron el control de los espacios públicos y derribaron a gobernantes y a regímenes. Hubo triunfos, como la caída del Muro de Berlín, y hubo tragedias, como la masacre de la plaza de Tiananmen. Pero de conjunto, estos eventos recordaron al pueblo a nivel mundial sobre el deseo popular de libertad y la demanda del “poder al pueblo”. Había razones para celebrar y para creer que todavía habría más por venir.
Y, sin embargo, en pocos años, la esperanza y la sensación de la posibilidad engendrados por esos eventos y por el final de la Guerra Fría han sido superados por otros acontecimientos, más oscuros, y el orden espiritual del día se ha convertido en un orden de desesperanza y cinismo. Emulando a las tradiciones más brutales de nuestro siglo, la política del nuevo orden mundial ha sido aparentemente dominada por la codicia, el odio, y las masacres; tristemente, solo necesitamos mencionar a Somalia, Bosnia, Ruanda. La propia vida europea está marcada por el resurgimiento de los nacionalismos, los fascismos, la xenofobia, de una forma de lo más extravagante, en vista de los trágicos éxitos de los nazis en sus intentos de librar al continente de judíos, el antisemitismo.
Al mismo tiempo, y seguramente contribuyendo en una proporción masiva al fortalecimiento de estas brutalidades, el mercado ahora gobierna en todo el mundo -al Norte y al Sur, subsumiendo todo y a todos bajo el mando del capital, intensificando las ya groseras desigualdades, mientras los ricos se hacen más ricos y los trabajadores más pobres- y amenaza con destruir al movimiento obrero occidental y a su mayor conquista, los gobiernos socialdemócratas.
Se vuelve cada vez más difícil ganar audiencia para el “bien público” o el “bienestar común”. El discurso público y los pensamientos privados a lo largo del espectro político parecen aceptar -como dijo el neoconservador estadounidense Francis Fukuyama- que estamos ante el “fin de la historia”.[1] Con el triunfo global del capitalismo, se cree que hemos llegado al término del desarrollo histórico mundial, la culminación de la historia universal, que no solo implica el colapso de la Unión Soviética sino enviar a todas las variedades del socialismo al cementerio de la historia. Pueden surgir fundamentalismos y particularismos para desafiar al capitalismo liberal, pero no son una alternativa universal al mismo, ni ahora ni en el futuro. De hecho, el estudio reciente del mundo hecho por Edward Luttwak hace que la misma tesis de Fukuyama parezca totalmente optimista. En lugar del liberalismo, Luttwak ve “el fascismo como la ola del futuro”.[2]
En cualquier caso, las posibilidades de la democracia radical se han agotado; el mayor progreso y desarrollo de la libertad y la igualdad está excluido, para siempre. Se declara, y así se lo percibe, que pensar de otro modo, no solo es utópico, sino peligroso.
No acepto esa presunción, y no cederé ante ella. No estamos satisfechos; y nuestras exigencias y satisfactores no son simplemente materiales. La historia y sus posibilidades políticas progresivas no están resueltas.
Sin embargo, considero a la idea del “fin de la historia” con la mayor seriedad. No lo hago simplemente porque la apariencia de la presuntuosa obra de Fukuyama sea un golpe literario y comercial inteligentemente sincronizado, orquestado con el apoyo financiero patrocinado por una fundación de la Nueva Derecha dotada corporativamente, sino porque -a pesar de lo ilusoria que realmente pueda ser- esta idea ha articulado otra vez a las perennes ambiciones y sueños de las potencias para hacer de sus regímenes y órdenes sociales no solamente omnipotentes y universales sino inmortales. Y, al menos por ahora, ella parece captar en una sola frase la visión histórica dominante.
Para aquellos de nosotros que todavía aspiramos a promover los ideales críticos y democráticos de la Ilustración y de la era de la Revolución, continúa presentándose la vieja cuestión: ¿qué hacer? Y, sin embargo, parecería haber una cuestión previa, e incluso más urgente: ¿de dónde podremos obtener el apoyo, la esperanza, y una sensación de posibilidad, cuando se debe admitir que hay razones sustanciales para ser pesimista?
Más inmediatamente, no puedo hacer nada mejor que citar al mismo Deutscher: “Me parece que la conciencia de la perspectiva histórica”, escribió, “ofrece el mejor antídoto al pesimismo extravagante, así como al optimismo extravagante sobre los grandes problemas de nuestro tiempo”.[3]
Más allá de eso, lo que tengo en mente puede chocarles como algo bastante perverso. Quiero que miremos plenamente y con profundidad en los ojos de las clases dominantes y dirigentes. Percibamos lo que ellos ven. Victor Kiernan, el extraordinario historiador británico de los imperios, del estado-nación, y de tantos otros temas, jamás dejó de recordarme que nuestros dirigentes han podido asegurar su dominio una y otra vez porque ellos están más unidos, son más conscientes de su clase y, políticamente, más inteligentes. Ellos están habitualmente en el puesto de mando; nosotros no; de modo que por más ansiedad de autoengañarse que puedan tener (y es imperioso que traten de hacerlo), están mejor posicionados para espiar el camino que tienen por delante y el que dejan atrás.
Mi opinión es que por más imponente que pueda ser el poder de las clases dominantes, y por más sumiso que pueda parecer el pueblo sobre el que lo ejercitan, los ojos de las clases dominantes no reflejan seguridad y confianza, sino aprensión y ansiedad. ¿Qué es lo que ven? ¿Qué es lo que reconocen? ¿Qué es lo que saben? El historiador radical estadounidense Howard Zinn apunta a una respuesta:
Cuando nos deprimimos al pensar en el enorme poder que los gobiernos, las corporaciones multinacionales, los ejércitos y la policía tienen para controlar las mentes, aplastar a los disidentes, y destruir las rebeliones, deberíamos tener en cuenta un fenómeno que siempre encuentro interesante: Quienes poseen un enorme poder están sorprendentemente nerviosos sobre su capacidad para aferrarse a su poder. Reaccionan casi histéricamente ante los que parecen ser débiles e inofensivos signos de oposición (…) ¿Es posible que la gente con autoridad sepa algo que nosotros no sabemos?[4]
En las miradas y acciones de los poderosos, podemos descubrir qué es lo que les preocupa así y, al mismo tiempo, recordar lo que parece estar casi en el olvido. Al fin y al cabo, tendremos que preguntarnos: ¿Por qué las clases dominantes temen a la historia?
*
Tengo una historia para relatar, que llevo conmigo desde hace varios años. No es larga, ni grandiosa, ni épica en sus dimensiones. Y, seguramente, hay muchas otras, más poderosas. No obstante, pienso que puede servir como un punto de partida.
A comienzos del otoño de 1986, uno de mis colegas, Craig Lockard, dejó sobre mi escritorio un artículo del Far Eastern Economic Review que relataba las dificultades y adversidades de un joven disidente, Yu Si Min, ante el poder y las autoridades de Corea del Sur.[5] Craig pensó razonablemente que mis estudiantes y yo lo hallaríamos como algo intrigante, pues se refería a un texto que habíamos estado leyendo y discutiendo en clase.
La historia comienza en 1978, cuando Yu partió, desde su ciudad provincial sureña, hacia la capital, pues había sido aceptado para estudiar economía en la más prestigiosa institución académica del país, la Universidad Nacional de Seúl.
Ese fue un momento tremendo para él y su familia. Yu era el quinto de seis hermanos; sus padres habían escatimado y ahorrado durante muchos años para lograr que él pudiera continuar sus estudios. Como él mismo dijo, al dejar su hogar familiar, él podía realmente sentir la “mirada orgullosa de su madre sobre sus hombros”; y en el camino, él juró que seguiría una carrera lucrativa para compensar a sus padres por todos los sacrificios que habían hecho.
Sin embargo, la vida en Seúl no era como la que había esperado. Yu se sorprendió por los bajos salarios y las terribles condiciones de trabajo que sufrían los trabajadores, especialmente las mujeres y las adolescentes, y antes de finalizar su primer año en la universidad se había puesto a dar clases nocturnas en un distrito fabril, una actividad que pronto atrajo sobre él la atención de las autoridades.
Finalmente lo detuvo la policía. Lo interrogaron durante tres días, tratando de descubrir si estaba alentando huelgas y organizando sindicatos, que eran actividades prohibidas por el gobierno.
Cuando se declaró la ley marcial en mayo de 1980, Yu fue uno de los miles de manifestantes arrestados por exigir la restauración de los derechos democráticos como la libertad de prensa y de reunión y la legalización de sindicatos obreros independientes. Su primera estadía en la cárcel fue de tres meses. Durante ese tiempo fue golpeado regularmente. Luego, al recuperar la libertad, fue inmediatamente reclutado por el ejército. Siendo un conocido manifestante estudiantil, sufrió un duro tratamiento y, como otros que compartían su misma situación, fue enviado a una unidad que patrullaba la zona desmilitarizada que separa las dos Coreas. Esta práctica supuestamente pretendía elevar la conciencia de la amenaza del Norte a la seguridad del Sur porque, junto a las temperaturas bajo cero y los frecuentes hostigamientos, había un constante “peligro de tiroteos repentinos”.
Relevado del servicio en la primavera de 1983, Yu fue readmitido en la universidad. Sin embargo, unas semanas después de su regreso se sumó a manifestaciones y pronto fue arrestado de nuevo, esta vez acusado de asalto, luego de que él y otros estudiantes detuvieron a varios agentes policiales “descubiertos al espiar en la universidad”.
Sentenciado a un año de cárcel, Yu fue puesto en “confinamiento solitario (…) aislado del resto del mundo”. Su celda tenía
1,8 metros de largo y 1,2 metros de ancho, con nueve agujeros para ventilación del tamaño de una moneda. Las paredes y el piso estaban cubiertos con espuma plástica para evitar cualquier filtrado de ruido y una puerta doble que obstaculizaba cualquier vista del corredor más allá de ella. “Lo primero que se me ocurrió”, dijo, “fue que sería mejor que aprendiera a llevarme bien con el silencio”.
Yu se mantuvo ocupado con labores de punto. Pero (siempre el estudiante) se preparó un plan de estudios riguroso de 150 tomos de la literatura mundial, incluyendo “todo lo de Dostoievski y de Tolstoi”. Sin embargo, hubo dos obras que le fueron prohibidas, por ser consideradas “subversivas”: Glimpses of World History [Vislumbres de la historia mundial] y What is History [¿Qué es la historia?].[6]
Mis alumnos se preguntaban por qué esos dos libros en particular fueron considerados “subversivos” ¿Qué los hacía “especiales”? Casi de inmediato, pensaron que era porque Nehru había sido un rebelde triunfante contra el imperio y un prominente líder del movimiento no alineado, y Carr había sido el autor de una monumental (y simpatizante) Historia de la Unión Soviética. Pero algunos de mis alumnos siguieron examinando sus respectivos capítulos, suponiendo que los censores realmente leyeron las obras que separaron de las otras. Al hacerlo, descubrieron que Vislumbres de la historia mundial se había originado en la década de 1930, a partir de las cartas escritas por Nehru desde las cárceles coloniales británicas a su joven hija, Indira. Basadas en el universalismo, el humanismo y el marxismo, y reconociendo las alzas y bajas de las fuerzas sociales, las cartas narran una historia global del imperio y la independencia, de la reacción y la revolución, y de la destrucción y la innovación creativa.
En el siguiente, en el libro que se suponía que todos ellos estarían leyendo, ¿Qué es la historia?, vieron cómo Carr discutía enérgicamente contra el pesimismo que prevalecía entre sus pares. Él afirmaba que aun con sus desastres, la historia moderna es progresista, porque seguimos viendo la expansión mutua y la profundización de la razón y la libertad. Y en esos términos, Carr convoca a sus colegas historiadores a reconocer sus responsabilidades intelectuales y políticas y “a presentar desafíos fundamentales, en nombre de la razón, a la manera actual de hacer las cosas”.[7]
Al ver estos libros desde el punto de vista de los poderosos, o sea, de la oficina de los censores de la prisión, mis alumnos coincidieron en que los mismos eran incuestionablemente “subversivos”. Pero, preguntaron entonces -y los amé cuando lo hicieron-, ¿no sería eso también verdad, al menos en cierta medida, de la historia crítica en todos los regímenes de poder y riqueza desiguales?
*
He contado la historia de Yu Si Min porque creo que recrea en un microcosmos la compulsión universal de las clases dominantes a controlar no solo la política y la economía, sino también la cultura y el pensamiento; más específicamente, la memoria histórica, la consciencia, y la imaginación. Allí, en su celda carcelaria, en su improvisado gabinete de lectura, físicamente aislado y solitario, Yu estaba totalmente bajo el mando del estado. Aparentemente confiados, sus guardianes le permitieron el acceso a muchas obras literarias; pero en verdad, estaban siempre preocupados y vigilantes, y obligados a impedirle leer dos de los libros solicitados, las obras que abordaban específicamente la historia.[8]
La experiencia de Yu en la cárcel evoca un largo historial de represiones, ocultaciones, mistificaciones, corrupciones y falsificaciones de la historia. Ante nosotros está el archi-antidemócrata Platón, exponiendo dialógicamente en su República un proyecto de una sociedad ordenada en clases -en la que los poetas y los proto-historiadores deben ser cuidadosamente regulados, y el consenso debe basarse en una gran fabricación histórica:
“Ahora,” dije “¿podemos idear una de esas mentiras -del tipo de las que surgen cuando lo exige la ocasión (…) para inventar una noble mentira y convencer con ella ante todo a los dictadores mismos, y si no al menos al resto de la comunidad?”
“¿A qué te refieres?”, preguntó.
“No se trata de nada nuevo”, dije, “sino de un caso ocurrido ya muchas veces en otros tiempos (…) pero que nunca pasó en nuestros días ni pienso que pueda pasar, es algo que requiere grandes dotes de persuasión para hacerlo creíble”.[9]
(Curiosamente, la República de Platón bien podría haber sido una de las “grandes obras” permitida en el plan de estudios en la cárcel de Yu).
Distinguiendo claramente entre “el pasado” como una invención ideológica y “la historia” como un saber crítico, en The Death of the Past [La muerte del pasado], J. H. Plumb resume sucintamente el desfile de las elaboraciones de la clase dominante y los usos de las mismas desde la época antigua hasta la presente: “El pasado estuvo permanentemente involucrado en el presente, y todo lo que consagraba al pasado -los monumentos, las inscripciones, los registros- eran armas esenciales en el gobierno, para asegurar la autoridad, no solo del rey, sino también de quienes a cuyo poder él simbolizaba y santificaba…”.
Hoy, Plumb podría haber subestimado la persistencia del pasado, y los continuos esfuerzos de las élites para componerlo y dirigirlo, pero apreciaba su importancia esencial: “Los mitos y leyendas, las dinastías y las genealogías (…) las interpretaciones liberales y los destinos manifiestos (…)  Todos los soberanos necesitaron una interpretación del pasado para justificar la autoridad de sus gobiernos (…) El pasado siempre ha sido el esclavo de la autoridad”.[10]
Nuestro propio siglo no está libre de esas prácticas. Siguiendo la consigna del Partido en la obra 1984 de Orwell, “quien controla el pasado controla el futuro, quien controla el presente controla el pasado”, los regímenes totalitarios y autoritarios han buscado constantemente dominar y manipular la memoria pública y privada. Fue cierto con el nazismo y el fascismo, ha sido cierto con el comunismo, y ha sido cierto con una gran cantidad de dictaduras más pequeñas, aunque no necesariamente más benignas.
Aunque comparadas con las devastaciones de la blitzkrieg (guerra relámpago) y las conquistas y el asesinato organizado de seis millones de judíos, la quema de libros y las perversiones del pasado parecen crímenes menores, jamás se las debe pasar por alto, porque el tratamiento criminal de la historia por parte de los nazis sirvió para racionalizar y justificar ante el pueblo alemán sus posteriores crímenes contra la humanidad. Quienes niegan que haya ocurrido el holocausto pueden estar ejerciendo su derecho a la libre expresión (y demostrar que las clases dominantes no tienen un monopolio absoluto para tratar de suprimir el pasado), pero también están cometiendo atrocidades contra la memoria y la historia. La presencia de neo-nazis en las calles de Europa, junto al re-ascenso de políticos fascistas, es escalofriante.[11]
La censura en la Unión Soviética comenzó bajo Lenin como una “medida transitoria”. Sin embargo, como David Remnick escribe en Lenin´s Tomb [La tumba de Lenin]: “El Kremlin tomó tan seriamente a la historia que creó una burocracia masiva para controlarla, para inventar lenguaje y contenido, de modo que las purgas asesinas y arbitrarias se convirtieron en un “triunfo sobre los enemigos y espías”, y el tirano reinante, en un “amigo de todos los niños”.[12]
Isaac Deutscher relata cómo, al comienzo de las campañas de Stalin contra sus rivales, “comenzó la prodigiosa falsificación de la historia que iría a descender como una avalancha sobre los horizontes intelectuales de Rusia” y cómo, al comienzo de la década de 1930, iba exigiendo falsedades y encubrimientos cada vez más masivos. Con las farsas judiciales, las purgas, las hambrunas, las deportaciones, los campos de concentración, y los asesinatos por millones, Stalin y el Partido impusieron una gran “conspiración del silencio”.
Luego de más de un cuarto de siglo, los horrores y las mentiras, y la represión de toda referencia a ellos, fueron tan estrechamente unidos que los sucesores de Stalin no pudieron admitir que se aflojaran demasiado los controles. ¿Cómo podían hacerlo, si todos ellos habían sido sus “cómplices”?[13] El mismo Kruschev apreció plenamente el poder del pasado y paradójicamente, rindió uno de los mejores (aunque no eran universalmente merecidos) homenajes a mi profesión que jamás haya oído: “los historiadores son gente peligrosa, capaces de invertir todo patas para arriba. Hay que vigilarlos”.
Aunque los días más oscuros no regresaron, la historia siguió estando bajo una estrecha supervisión y regulación -con “deshielos” ocasionales, seguidos regularmente por nuevas “purgas”- hasta la glasnost y la perestroika a mediados de los ochenta. Sin embargo, Gorbachov no era un tonto. Incluso él habría preferido, al menos al comienzo, no ampliar la apertura y la reestructuración a las cuestiones del pasado. No fue sino hasta que imaginó que, permitir el reexamen y la revisión pública de los registros históricos, lo ayudaría a socavar a su oposición, que él mismo exigió que se llenaran los demasiado numerosos “espacios en blanco”.[14]
Habiendo sido tan bien supervisados, los mismos académicos profesionales al comienzo dudaban si emprender el entonces permitido reexamen de la experiencia soviética. Pero otros no, y muy pronto el estudio sobre el pasado histórico se fue afirmando en todos lados. Recuerdo claramente el anuncio del gobierno soviético en mayo de 1988 de que, en vista de los grandes cambios en curso, se estaban cancelando los exámenes de historia de la universidad. Con el tiempo, se cancelarían muchas más cosas que eso.
Los errores de cálculo de Gorbachov, si suponemos que nunca pretendió realmente provocar la desintegración de la Unión Soviética, también invitaron a la renovación y el rescate de la política y la historia en Europa Oriental. En 1988, en el vigésimo aniversario de la “Primavera de Praga” y el aplastamiento del experimento checoslovaco sobre la democracia socialista, el grupo disidente “Carta 77” emitió una declaración que concluía con el siguiente párrafo:
Solo pedimos la verdad. La verdad sobre el pasado y la verdad sobre el presente son indivisibles. Sin aceptar la verdad sobre lo que sucedió es imposible abordar correctamente qué está sucediendo ahora; sin la verdad sobre lo que está sucediendo ahora es imposible mejorar sustancialmente el estado de cosas existente.
En las repúblicas bálticas, la insurgencia política fue acompañada por los pedidos de la publicación de los “protocolos secretos” del pacto Hitler-Stalin que habían sellado sus destinos. En forma similar, los cambios en curso en Polonia, por los que durante tanto tiempo lucharon los trabajadores y los intelectuales de “Solidaridad”, generaron una serie de “revelaciones” históricas, referentes a las acciones soviéticas antes, durante y después de la Segunda Guerra Mundial. Y en Hungría, junto con las demandas populares por la reforma política, se organizó un “Comité por la Justicia Histórica” para proseguir la recuperación del pasado enterrado de la Revolución de 1956.[15]
Encubiertas desde 1945, las fuerzas nacionalistas extremistas y reaccionarias asumieron el poder en cada uno de estos casos, amenazando en sus respectivas personificaciones, con reemplazar a la represión comunista de la memoria y de la historia con las represiones nacionalistas. No obstante, la importancia de la historia para los movimientos de liberación de 1989 confirmó las palabras del novelista checo Milan Kundera: “la lucha del hombre contra el poder, es la lucha de la memoria contra el olvido”.[16]
Más hacia el Este, la dirección comunista china, a pesar de todos sus proyectos revolucionarios, en realidad renovaron el manejo del pasado de sus antecesores imperiales y de quienes lo estudiaron. De hecho, Mao y sus cuadros, al decir de Jonathan Unger, estaban aún más decididos a controlar los mensajes impartidos en las obras históricas para inclinar esos mensajes para que favorezcan a las líneas políticas oficiales y extirpen las disidencias u oposiciones que podrían estar ocultas en las alegorías históricas (…) En resumen, los historiadores debían ser los siervos de los propagandistas del Partido.[17]
El grado de control ejercido desde 1949 ha variado, aunque obviamente no tanto como las direcciones historiográficas dictadas por las cambiantes medidas políticas y económicas del gobierno. Por su parte, los mismos historiadores, y otros recreadores del “pasado” chino, en algunas ocasiones, aunque infructuosamente, han alzado su voz para defender el “derecho a recordar”. En 1989, con una petición apoyando a los estudiantes y trabajadores que se movilizaban en la plaza de Tiananmen, un grupo de escritores de Shanghai pidió una “investigación histórica libre”. Sin embargo, luego de la masacre de la noche del 4 de junio, llegó la predecible reacción ideológica, comenzando con la maquinaria de propaganda gubernamental, que describió a la violenta represión al movimiento democrático por parte del ejército como acciones que se tomaban contra los “contrarrevolucionarios”.
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Es difícil tratar a las clases dirigentes de los estados liberales contemporáneos en las mismas páginas como las relacionadas con las experiencias del fascismo y el comunismo. Pero nuestras élites dominantes no son inocentes, y debemos esforzarnos para no olvidar que las instituciones, leyes y costumbres que las limitan son resultado de largas y continuas luchas desde abajo.
En los años que precedieron a la Segunda Guerra Mundial, la educación japonesa era un instrumento ostensible de adoctrinamiento, para cultivar en los niños la creencia de que la expansión de la nación en el exterior era una campaña sagrada para poner “a todo el mundo bajo un mismo techo”, y garantizar que ellos promovieran “la lealtad al emperador y el amor al país”. Todos los libros escolares eran sometidos a revisión y certificación por el Ministerio de Educación. Pero luego de la derrota de Japón y la subsiguiente ocupación estadounidense, se reformaron las prácticas educativas y dentro de ciertos lineamientos, se permitió a los docentes elegir sus textos. Pero esto no duró mucho.
Hacia la década de 1950, triunfó el conservador “Partido Liberal Democrático” y contra la oposición del sindicato de los maestros, reinstituyó el control estatal sobre la educación y la autorización de los libros de texto. Así fue como, a pesar de la creciente historiografía científica, el gobierno pudo prohibir en los libros las referencias específicas a las atrocidades cometidas por el ejército imperial japonés durante la Segunda Guerra Mundial. La más infame de ellas fue la “violación de Nanking” en 1937. Recientemente -debido a las persistentes campañas legales por parte de liberales e izquierdistas y, tal vez, lo que fue incluso más importante, debido a las presiones de los gobiernos de los países que habían sufrido las depredaciones japonesas- las prohibiciones han sido reducidas o retiradas. Sin embargo, el control y la censura estatal de los libros de texto continúan vigentes.[18]
En diversos grados, la distorsión y la obstrucción del pasado histórico por parte de las élites dirigentes han caracterizado a la historia pública y a la educación histórica en todos los antiguos países del Eje, generalmente con la aquiescencia, e incluso la avidez de sus antiguos enemigos, durante la Guerra Fría, y contra la izquierda. Recordemos la política de la amnesia en los austríacos cuando se adherían a la imagen de sí mismos como “las víctimas” del expansionismo alemán; o las iniciativas “históricas” del canciller alemán, Helmuth Kohl, que abarcaban desde la ceremonia del homenaje de Ronald Reagan en el cementerio militar alemán de Bitburg en 1985 hasta sus posteriores planes para conmemorar el quincuagésimo aniversario del complot para asesinar a Hitler, que deliberadamente excluía a los representantes socialistas y comunistas en los movimientos de la resistencia. También podemos registrar aquí a más de medio siglo de prevaricatos y equívocos políticos en Francia, engendrados por el “síndrome de Vichy” de esa nación.[19]
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Desde que se abrieron los archivos en Berlín y en Moscú, los secretos estadounidenses y de otros países occidentales sobre los crímenes estatales y corporativos cometidos bajo la protección de la Guerra Fría, recién están empezando a filtrarse. Acuerdos secretos con nazis y fascistas, espionaje doméstico y persecución a comunistas, pruebas de radiación atómica sobre personal militar y civil, asesinatos y derrocamiento de gobiernos, planes para un ataque nuclear preventivo… empiezo a sonar como Oliver Stone, el productor del filme JFK.
Y aún nos queda el comentario de un ex funcionario de los Estados Unidos, de que “posiblemente, un tercio de la historia estadounidense está clasificada como secreta”. (Ni siquiera comenzaré en absoluto a preguntar sobre todos los “Official Secrets” ocultos en algún lugar de la Gran Bretaña).
Más aún, en los Estados Unidos, y quizás no menos que en Japón, los libros de texto de historia en las décadas de la posguerra han excluido o limitado las referencias a los más oscuros sucesos y a las persistentes luchas sociales que configuraron la historia de la nación y continúan haciéndolo. Partidarios del consenso respecto a la Guerra Fría y de proseguir con el anticomunismo a nivel nacional e internacional, los libros universitarios de historia unánimemente han representado la expansión estadounidense hacia el oeste y las intervenciones en el extranjero, referenciándose con el Destino Manifiesto, la defensa del hemisferio, y/o el apoyo a las luchas anticoloniales.[20] Naturalmente, la democracia fue un tema central en las narrativas de progreso de estos libros; sin embargo, ignorando las persistentes limitaciones, exclusiones y opresiones, estos textos expusieron, mucho antes que Fukuyama tuviera la edad suficiente como para pensar sobre ese tema, una imagen de los Estados Unidos en la posguerra como la culminación de la historia occidental y mundial.
No solo los libros escolares, que son los más oficialistas de las historias públicas, sino también toda la cultura de masas estadounidense, desde Madison Avenue hasta Hollywood, proyectaron esta presunción. Desde la década de los cincuenta hasta la de los sesenta, liberales y conservadores parecieron compartir la creencia histórica de que en los Estados Unidos éramos testigos del “fin de la ideología”.[21] Quienes resistían a esta visión fueron debidamente marginados y carecían de credibilidad. O así pareció durante un tiempo.
Fomentada en parte por la misma contradicción entre la historia relatada y la historia vivida, la izquierda radical estadounidense se había renovado en la década de los sesenta. Y las luchas por los derechos civiles de las minorías raciales y étnicas, por los derechos sociales de los pobres, por la igualdad de derechos de las mujeres, y por el cese de las guerras imperiales, junto a la menos celebrada pero no menos notable insurgencia de la clase obrera por sus derechos y por la democracia en el lugar de trabajo,[22] estos movimientos promovieron serias reformas en la política y la economía estadounidense.
Estas luchas también inspiraron revisiones radicales en el estudio y en el pensamiento históricos, incluyendo la socialización y la democratización del pasado, o sea, la recuperación e incorporación en los registros históricos de las previamente ignoradas experiencias y acciones de clase, raza y género.
Desgraciadamente, aunque esto también era predecible, estas campañas y conquistas democráticas también provocaron profundas reacciones por parte de la élite en el poder, crecientemente preocupada porque las diversas luchas de esa época estaban al borde de unirse en un amplio movimiento radical-democrático y de esta forma promover reformas en una escala aún más grande. En declaraciones públicas y manifiestos, como el informe de la Comisión Trilateral de 1975, La crisis de la democracia, los voceros de la clase empresarial declamaban que los políticos occidentales enfrentaban una “sobrecarga gubernamental”, más específicamente, una “crisis�� en la que los problemas de la “gobernabilidad” surgían de esa “sobrecarga”. Se planteaba claramente que la amenaza provenía desde abajo: de las minorías, las mujeres, los grupos de interés público, y los sindicatos; pero los verdaderos culpables que se eligieron fueron la universidad y otros “intelectuales que buscan adoptar nuevos estilos de vida y nuevos valores sociopolíticos” (léase, historiadores y otros del mismo tipo).[23]
De este modo, durante los últimos 20 años hemos estado sometidos, en los Estados Unidos, y en gran parte por las mismas razones, en Gran Bretaña, a lo que Ralph Miliband identificó como una “guerra clasista desde arriba” contra las conquistas del liberalismo y la socialdemocracia y los cambios progresistas causados por las diversas luchas en los años sesenta. Y un acentuado rasgo de estas “revoluciones desde arriba” ha sido la vigorosa y concertada campaña para reconfigurar la memoria histórica, la conciencia, y la imaginación, cuyo clímax iba a ser la proclamación de que realmente habíamos arribado al “fin de la historia”.[24]
Fuertemente alentados y lucrativamente financiados por las élites empresarias, Ronald Reagan y Margaret Thatcher, junto a sus seguidores y serviles lacayos republicanos y conservadores, expusieron en forma brillante versiones míticas de la historia de sus respectivas naciones. Las distorsiones y obstrucciones vulgares del pasado fueron incesantes, pero en particular, podríamos recordar a Reagan remontándose a unos Estados Unidos supuestamente más felices, más seguros, y económicamente más robustos, que existieron alguna vez, dependiendo de la ocasión, antes de las revueltas y los programas de la “Gran Sociedad” de los años sesenta o, en algunos casos, antes del “New Deal” de los años treinta. Para Thatcher, los buenos días de antaño eran aquellos en los que se suponía que prevalecían los “valores victorianos”, y el pueblo británico había sido más autosuficiente, mejor, y más emprendedor y filantrópico (en una combinación determinada, presuntamente, por las circunstancias de clase de cada uno).
Reagan y Thatcher hablaban del pasado como una época de “valores comunes” e insistían sobre la necesidad de restablecerlos. Estos no eran arranques de nostalgia, sino una artillería dirigida contra los liberales, los sindicalistas, los socialistas, las feministas, los pobres, y las minorías raciales y étnicas. Reagan y Thatcher ofrecían una retórica del consenso cuya verdadera intención era fortalecer una política de división social y una economía política de la acumulación del capital y la desigualdad de clases.
Más aún, las ambiciones de los líderes de la Nueva Derecha de restaurar “el pasado” no eran meramente retóricas. En el lenguaje neo-macartista, declaraban su hostilidad hacia la obra científica y pedagógica de los nuevos historiadores, e iniciaron “batallas culturales”, convirtiendo a la “crisis de la educación histórica”, pregonada y exaltada por los medios, en una muy importante cuestión cívica, si no es que relacionada con asuntos de la defensa [nacional]. Luego, bajo el pretexto de responder a la ignorancia de los estudiantes y la propagación de la amnesia histórica, los ministros republicanos y conservadores de educación introdujeron esquemas sin precedentes para “normas nacionales” y “currículos nacionales”, en los cuales la Historia iba a ser un tema central. E hicieron todo lo posible para que las narrativas dictadas en esos programas de estudio y currículos contribuyeran al perfeccionamiento de los órdenes conservadores deseados.
En esta edad del espectáculo y del entretenimiento, los esfuerzos de la Nueva Derecha para subordinar la educación histórica han sido mejorados, o incluso eclipsados (al menos en los Estados Unidos), por las reconstrucciones empresariales del pasado. Pensando particularmente en las representaciones de la Avenida Madison (como se llama a la industria de la publicidad) de los años sesenta, un colega, algo mayor que yo, me advirtió hace algunos años que “en una protesta, puedes escupir sobre el sistema capitalista. Alguna compañía lo recolectará, lo refinará, y lo envasará. Y tu madre lo comprará para regalártelo en Navidad”. En el cine, la televisión y la publicidad, el pasado y el presente son esterilizados y mercantilizados; y ahora tenemos la propuesta de la Corporación Disney, de crear un nuevo parque temático que se llamará “Los Estados Unidos de Disney”, que promete -y aquí uno se queda pasmado, no sabiendo si reír o llorar- crear “representaciones realistas del pasado de la nación”, incluyendo el esclavismo y la Guerra Civil. En una forma verdaderamente orwelliana, nos servirán la historia para el “Fin de la Historia”.
Consideremos nuevamente la variable motivación, pero universal e incansable, de las clases dominantes y dirigentes para subordinar no solo al presente sino al pasado. Sin duda, no hay que ser un marxista para reconocer las ambiciones hegemónicas implicadas cuando un mercenario de cualquier poder proclama que el actual orden de las cosas es eterno. Comprendidos política e históricamente, los intelectuales generosamente subsidiados de la Nueva Derecha con su proyecto del fin-de-la-historia se encuentran en la misma fila que los intrigantes en la República de Platón con su “noble mentira”; todos ellos están decididos a impedir la democracia, no a mejorarla.
*
¿Qué tiene la historia que tanto aflige a las clases dominantes y gobernantes, que se ven obligados a controlarla y comandarla? Milan Kundera responde, invirtiendo a George Orwell:
El pasado está lleno de vida y su rostro nos excita, nos ofende y por eso queremos destruirlo o retocarlo. Los hombres quieren ser dueños del futuro sólo para poder cambiar el pasado. Luchan por entrar al laboratorio donde se retocan las fotografías y se reescriben las biografías y la historia.[25]
No es la certidumbre la que autoriza esas acciones, sino la inquietud; no es la convicción sobre el curso de la historia lo que lleva a la clase dominante a declararla “finalizada”, sino la angustia inducida por lo que ellos ven en ella.
Comencé proponiendo que miremos directamente a los ojos de los poderosos, para descubrir lo que ellos ven, lo que reconocen, lo que saben. Debí haber preguntado: ¿Qué es lo que ven, pero tratan de ocultar? ¿Qué reconocen, pero intentan negar? ¿Qué saben, pero tratan de esconder? Boris Kagarlitsky nos recuerda una afirmación de Marx sobre la censura: “La ley contra un estado de ánimo no es una ley del estado promulgada para sus ciudadanos, sino la ley de una parte contra otra. (…) Las leyes contra una forma de pensar son el grito involuntario de una mala conciencia”. Sin duda. Pero no es solo esa culpa la que impone las proscripciones. Sabiéndolo, Kagarlitsky agrega lo siguiente, con el efecto, intencional o no, de dirigir nuestro pensamiento más allá de las experiencias del fascismo y el comunismo: “Introducen la censura quienes temen a la opinión pública; la misma existencia de la censura es una señal de que el pensamiento de oposición está vivo y no puede ser erradicado; que junto al ‘partido’ burocrático dominante también hay un partido democrático de facto”.[26]
¿Por qué las clases dirigentes temen a la historia? Porque, más allá de sus crímenes, y más allá de las tragedias e ironías que tanto exigen esperanza y entusiasmo, ellos ven y saben, al igual que sus predecesores, que la historia ha sido, y sigue siendo, un proceso de luchas por la libertad y la justicia. Y cada vez más, al menos desde fines del siglo XVIII, ha sido, como el difunto Raymond Williams dijo una vez, una Larga Revolución,[27] en cuyo corazón político se halla la lucha por la libertad, la igualdad, y la democracia.
Además, ellos perciben que a pesar de las muchas veces en que la historia ha supuesto la “experiencia de la derrota” para los pueblos y las clases que han tratado de hacer lo contrario, la Larga Revolución también ha ofrecido grandes victorias. Buscando una razón para la esperanza, Ronald Aronson se aventura a decir:
Los verdaderos progresos históricos en la moral social humana han ocurrido mediante esas luchas. Se abolió la esclavitud, se ganaron derechos democráticos, se han prometido y alcanzado ciertos elementos de dignidad e igualdad, se finalizaron guerras, y otras se evitaron, solo porque hemos actuado. Imaginado, a veces desesperadamente, y otras veces con confianza, en las visiones colectivas, movimiento tras movimiento, que se sacrificaron y agitaron; parcialmente logrado y después legitimado por la ley y la costumbre, el progreso social se había hecho realidad en cada paso del camino.[28]
En verdad, ya sea en la resistencia, la rebelión o la revolución, no son solo las victorias las que pesan; también las derrotas han contribuido a la creación de la democracia. Los “Niveladores” y los “Cavadores”: sectas radicales que surgieron durante la guerra civil inglesa del siglo XVII, las posteriores generaciones de los Ludditas Radicales, artesanos ingleses que protestaban contra las nuevas máquinas que destruían el empleo en el siglo XIX, y los artesanos y proletarios Cartistas; los sans-culottes y los comuneros parisinos; los esclavos negros rebeldes en el continente americano; los metalúrgicos radicales, granjeros populistas, obreros socialistas, y los jornaleros “Wobbly”, nativos e inmigrantes en los Estados Unidos; los campesinos, vaqueros y obreros revolucionarios de México; los trabajadores que defendían a la España republicana y sus camaradas en las brigadas internacionales; los partisanos de la Europa ocupada y los luchadores judíos en el gueto de Varsovia; los manifestantes anti-apartheid en Sharpeville en Sudáfrica; y los estudiantes y obreros chinos de 1919 y 1989, todos ellos, en sus respectivas maneras, aportaron a la lucha.
Mi abuelo, ruso judío, que vino a Estados Unidos después de la revolución rusa de 1905 y participó en las campañas como un joven socialista en el Lower East Side de Nueva York, me pasaba, cuando yo era un niño, sus ejemplares de las obras de Tom Paine. Entre ellos, el folleto revolucionario Common Sense, en donde Paine escribió con valentía: “Tenemos en nuestro poder comenzar el mundo otra vez”. En los años 1776, 1789, 1810, 1848, 1871, 1910, 1917, 1945, 1949, 1959, 1968, 1989, 1993, y en tantos otros momentos radicales y democráticos, grandes y pequeños, se renovó esa posibilidad.
Digan lo que digan, los poderosos no lo han olvidado. Ni tampoco han olvidado el desafío que expresó Rosa Luxemburgo mientras escapaba del arresto por parte de los proto-nazis Freikorps que la asesinarían: “«El orden reina en Berlín» ¡Esbirros estúpidos! Vuestro «orden» está edificado sobre la arena. Mañana la revolución ya se elevará de nuevo con estruendo hacia lo alto y proclamará, ante vuestro terror, en medio del bronce de las trompetas: «¡Fui, soy y siempre seré!»”.[29]
Desde hace tiempo, el relato democrático atormenta al imaginario de las clases dominantes. Hoy lo hace aún más, porque es el mismo cimiento sobre el que se apoya la legitimidad política contemporánea. Por muy falsas, hipócritas o blasfemas que sean sus palabras, durante gran parte de este siglo XX, y durante mucho más tiempo en los Estados Unidos, sus dirigentes y gobernantes se han visto obligados a hablar dentro de y para un discurso democrático; y a menudo, un discurso enraizado en un momento revolucionario. Por más limitadas, degradadas o evisceradas que estén las instituciones, la idea del “gobierno por el pueblo” se ha convertido en la piedra angular ideológica del gobierno moderno. Como comenta John Dunn acerca de ese pilar, “en la historia del mundo (…) no hay nada que para los seres humanos goce de esa misma autoridad sin límites; y esto sucede prácticamente en todo el mundo”.[30]
Irónicamente, el mismo contenido de la ideología hegemónica sirve para recordarnos nuestros ideales democráticos y nos ofrece la posibilidad de realizarlos aún más. A veces esto es obvio; pero, de nuevo, a veces -especialmente en nuestras políticas liberales del fin-de-la-historia- hay que escuchar cuidadosamente, muy cuidadosamente, para apreciar la ansiedad de las élites gobernantes.
Veamos cuando en 1992 el demócrata William Jefferson Clinton asumió la presidencia de los Estados Unidos, luego de doce años de gobiernos republicanos conservadores. En su discurso inaugural exhortó a los estadounidenses “a ser audaces, abrazar el cambio y compartir los sacrificios necesarios para que progrese la nación”.
Hay que recordar que Clinton buscaba relacionar su pretendida “visión política” con la del autor revolucionario de la Declaración de la Independencia, Thomas Jefferson. Luego de su peregrinaje a la casa de Jefferson en Monticello y luego de un viaje al distrito de Columbia a lo largo de la ruta recorrida por el tercer presidente en 1801, el discurso inaugural de Clinton estaba cargado de referencias jeffersonianas. Recuerdo en particular un comentario: su afirmación de que “Thomas Jefferson creía que para preservar los mismos fundamentos de nuestra nación necesitaríamos drásticos cambios de vez en cuando”.
Pero, por supuesto, como todos los que fueron niños en los años sesenta (como Clinton) lo sabe, eso no es exactamente lo que dijo el Padre de la Patria. Las palabras que el propio Jefferson profirió fueron: “Sostengo que una pequeña rebelión de vez en cuando es algo bueno, y tan necesaria en el mundo político como las tormentas en el mundo físico”.
¿Cómo deberíamos interpretar la “revisión” del revolucionario Jefferson? ¿Como un acto inocente? ¿Como un acto a favor de la reconciliación política nacional? O, como afirmé (aunque esperando que se demostrara lo contrario): ¿Como un acto a favor del orden existente por parte de otro representante de la clase dirigente, que después de haber hecho su campaña en el nombre del “cambio”, no tenía intención alguna de realmente despertar la memoria y la imaginación histórica estadounidense, por el temor de que el pueblo pudiera realmente intentar hacerlo?
*
Desde la celda en la prisión fascista, que se suponía que lo quebraría y que, físicamente, finalmente lo hizo, Antonio Gramsci escribió estas palabras a su joven hijo, recordándonos, desde la base, de dónde podríamos obtener sostén, esperanza, y optimismo:
Mi querido Delio, me siento un poco cansado y no puedo escribirte mucho. Tú escríbeme siempre y acerca de todo lo que te interese en la escuela. Creo que te debe gustar la historia, como me gustaba a mí cuando tenía tu edad, porque concierne a los hombres vivos, y todo lo que se refiere a los hombres, a cuantos más hombres como sea posible, a todos los hombres del mundo en cuanto se unen entre sí en sociedad y trabajan y luchan y se mejoran a sí mismos, no puede dejar de gustarte por encima de cualquier otra cosa. Pero ¿es así?[31]
Con el mismo espíritu, Howard Zinn explica modestamente su “Failure to Quit” [No renunciar]:
Puedo comprender el pesimismo, pero no creo en él. No es simplemente una cuestión de fe, sino de evidencia histórica. No una evidencia abrumadora, sino solo para dar esperanza, porque para la esperanza no necesitamos la certeza, sino la posibilidad. A pesar de todas esas afirmaciones confiadas de que “la historia muestra…” y “la historia prueba…”, la esperanza es todo lo que nos ofrece el pasado… Cuando oigo tan frecuentemente que hay pocas esperanzas para un cambio en los años noventa, también pienso en el desaliento que acompañaba al inicio de los años sesenta.[32]
Atormentados por lo que ven y saben sobre el pasado y la realización del presente, los poderosos reconocen, como lo hiciera Kruschev, que en la medida en que continúan sus labores científicas y pedagógicas, los historiadores pueden ser “gente peligrosa”. No solo somos capaces de empuñar los poderes del pasado contra los poderosos mismos, sino de -al ofrecer desafíos históricos a la desesperación y el cinismo- hacer aportes radicales a la memoria, la conciencia y la imaginación populares.
¿Qué hacer? El mismo Deutscher escribió una vez que el papel de los intelectuales “es seguir siendo eternos disconformes”. Me gusta eso. Sin embargo, en reconocimiento y apreciación de los temores de los poderes fácticos, llevaría esa idea más allá, de una manera que, estoy seguro, él habría aprobado.
Aprovechando un término de mi mentor, Victor Kiernan, afirmaría que nuestra responsabilidad y tarea es asegurar, testimoniar, y promover críticamente la memoria profética de la lucha por la democracia.[33] De este modo, para los historiadores marxistas y otros radicales, el proyecto fundamental sigue siendo el mismo: la recuperación del pasado, la educación del deseo, y el cultivo, como el propio Gramsci urgió, de:
una concepción histórica, dialéctica del mundo (…) que comprenda al movimiento y al cambio (…), que aprecie la suma del esfuerzo y del sacrificio que el presente ha costado al pasado y que el futuro está costando al presente (…) y que concibe al mundo contemporáneo como una síntesis del pasado, de todas las generaciones pasadas, que se proyecta en el futuro.[34]
¿Por qué las clases dominantes temen a la historia? Porque saben que por más antigua que sea la idea democrática, la narrativa democrática moderna, en realidad solo comenzó recién. Como reflexiona Joel Kovel en su reciente estudio del macartismo: “Sí; la variante socialista que fue un callejón sin salida, bajo el nombre del comunismo soviético, finalmente fracasó estrepitosamente. Pero el orden capitalista, con todos sus brillantes logros, no ha triunfado, solo ha ganado”.[35]
Las cosas se harían más fáciles si pudieran ser de otra manera, pero el futuro crecimiento y desarrollo del capitalismo y de la democracia no pueden ir juntos. El crecimiento del primero exige necesariamente que se restrinja la democracia o incluso se contraiga aún más.
La globalización en curso de las relaciones capitalistas de explotación y opresión significa, como ya lo ha sido antes, que las victorias democráticas conseguidas previamente serán severamente cuestionadas, y las nuevas aspiraciones democráticas continuarán siendo duramente confrontadas. Pero como lo dijo Deutscher en La revolución inconclusa “(salvo por una aniquilación nuclear), la historia no llegará a su término en ninguna parte”.[36]
La cuestión es que la clase trabajadora y otras luchas desde abajo continuarán afirmándose. De hecho, en formas que aún tenemos que descubrir, el capital mundial también posibilita que surja su oposición dialéctica a escala global. Sobre la buena posibilidad de que nuestras propias acciones sí importen, debemos trabajar duro para asegurar, que esas luchas, sean nacionales o internacionales, también se inspiren en la memoria profética de la libertad, la igualdad y la democracia.No podemos saber qué ocurrirá, pero estemos seguros de que nuestros opresores están convencidos de que se renovará la histórica y perenne demanda del poder al pueblo. Y eso se refleja en sus ojos.
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* Presentado originalmente como el discurso del Isaac and Tamara Deutscher Memorial Prize, en la London School of Economics, el 8 de noviembre de 1994. Una versión más resumida fue publicada en la revista internacional de derechos humanos Index on Censorship, vol. 24, Mayo 1995. La versión definitiva, enviada especialmente por su autor para ser publicada en Memoria. Revista de crítica militante, corresponde al capítulo segundo del libro Kaye, Harvey J., Why do ruling classes fear history? and other questions, New York: St. Martin’s Press, págs. 7-28. Agradecemos la traducción del inglés al español que amablemente ha elaborado Francisco T. Sobrino.
** Harvey J. Kaye es Ben & Joyce Rosenberg Professor de Estudios sobre Democracia y Justicia, en la Universidad de Wisconsin-Green Bay. Además de numerosos trabajos sobre historiografía marxista, ha publicado Tom Paine and the Promise of America (2006) y Take Hold of Our History: Make America Radical Again (2019).
[1] Francis Fukuyama, The End of History and the Last Man (Nueva York, 1992). Para una discusión de esas ideas ver Lutz Niethammer, Posthistoire: Has History Come to an End? (Londres, 1992).
[2] Comentarios de Edward Luttwak en “El fascismo como la ola del futuro”, London Review of Books, 7 de abril de 1994.
[3] Isaac Deutscher, Herejes y renegados (Barcelona, Ariel, 1970), pág. 7
[4] Howard Zinn, Declarations of Independence: Cross-Examining American Ideology (Nueva York, 1990), pág. 294.
[5] Shim Jae Hoon, “A Rebel with a Cause Pays the Price for Dissent”, Far Eastern Economic Review, Julio 10, 1986.
[6] Jawaharlal Nehru, Glimpses of World History (Oxford, 1989); y E. H. Carr. What is History? (Nueva York, 1962).
[7] E. H. Carr, What is History?, pág. 207
[8] Debo agregar aquí que los últimos párrafos del artículo de la revista informaban que mientras estaba en la prisión, Yu fue despedido una vez más de la Universidad y cuando fue liberado se dedicó a traducir y corregir pruebas de libros para ganarse la vida. También militó en una organización de ayuda a las familias de los presos políticos. Además debo afirmar claramente que al contar esta particular historia, no quiero faltar el respeto hacia los escritores de obras de ficción. La prohibición de sus obras y los ataques y encarcelamientos sufridos por tantos de ellos ofrecen un testimonio más que amplio de su capacidad de incitar el miedo en el corazón de los poderosos.
[9] Platón, La República, www.um.es/noesis/zunica/textos/platon,republica.
[10] J. H. Plumb, The Death of the Past (Nueva York, 1969), pág. 40 (Hay edición en español, Barcelona: Barral, 1972).
[11] Deborah Lipstadt, Denying the Past (Nueva York, 1993); Paul Hockenos, Free to Hate: The Rise of the Right in Post-Communist Eastern Europe(Nueva York, 1993).
[12] David Remnick, Lenin’s Tomb (Nueva York, 1993), pág. 4.
[13] Isaac Deutscher, El profeta armado, Trotsky: 1921-1929 (Ciudad de México, Era, 1966), y El profeta desarmado, Trotsky: 1929-1940 (Ciudad de México, Era, 1966); La revolución inconclusa. Cincuenta años de historia soviética (Ciudad de México, Era, 1967).
[14] Ver Remnick, Lenin´s Tomb y R. W. Davies, Soviet History in the Gorbachev Revolution (Londres, 1989).
[15] Sobre estos acontecimientos, ver el número doble de Across Frontiers, Nros. 4/5, (invierno-primavera 1989).
[16] Milan Kundera, El libro de la risa y el olvido (Barcelona, 2000), pág. 2.
[17] Jonathan Unger, Introduction a J. Unger, ed., Using the Past to Serve the Present: Historiography and Politics in Contemporary China (Nueva York, 1993), págs. 2-3.
[18] Ver Ian Buruma, The Wages of Guilt: Memories of War in Germany and Japan (Nueva York, 1994).
[19] Ver Henry Rousso, The Vichy Syndrome, traducido al inglés por Arthur Goldhammer (Nueva York, 1991).
[20] Frances Fitzgerald America Revised (Nueva York, 1980).
[21] Ver Godfrey Hodgson, America in Our Time (Nueva York, 1978), especialmente págs. 67-99.
[22] Ver Barbara Ehrenreich, Fear of Falling (Nueva York, 1989), especialmente el capítulo 3, “The Discovery of the Working Class”, págs. 97-143.
[23] Michael Crozier, Samuel P. Huntington, y Joji Watanuki, Crisis of Democracy: Report on the Governability of Democracies to the Trilateral Commission (Nueva York, 1975), págs. 6-7, 9, 113-15). Hay edición en español: “La gobernabilidad de la democracia”, Cuadernos Semestrales. Estados Unidos: perspectiva latinoamericana, Núms. 2-3, mayo de 1978, págs. 377-397 [Nota del editor].
[24] Ver Harvey J. Kaye, The Powers of the Past: Reflections on the Crisis and the Promise of History (Minneapolis, 1991).
[25] Milan Kundera, El libro de la risa y el olvido, pág. 22.
[26] Boris Kagarlitsky, The Thinking Reed (Londres, 1988), pág. 105.
[27] Raymond Williams, La larga revolución (Buenos Aires, 2003).
[28] Ronald Aronson, The Dialectic of Disaster (Londres, 1983), págs. 301-2.
[29] Rosa Luxemburgo, “El orden reina en Berlín” en Luxemburgo, Rosa y Carlos Liebnecht, La comuna de Berlín, Ciudad de México: Grijalbo, 1971, pág. 76. [Nota del editor].
[30] John Dunn, Democracy. The Unfinished Journey (Oxford, 1992), pág. 239.
[31] Antonio Gramsci, Cartas desde la cárcel  (Caracas, 2006), pág. 60.
[32]  Howard Zinn, Failure to Quit: Reflections of an Optimistic Historian (Monroe, Maine, 1993), pág. 157.
[33] V. G. Kiernan, “Socialism, the Prophetic Memory”, en H. J. Kaye, Poets, Politics and the People: Selected Writings of V. G. Kiernan (Londres, 1989), págs. 204-28.
[34] Antonio Gramsci, Selection from the Prison Notebooks (Nueva York, 1971), págs. 34, 35.
[35] Joel Kovel, Red Hunting in the Promised Land (Nueva York, 1993), pág. 243.
[36] Isaac Deutscher, La revolución inconclusa. 50 años de historia soviética (Ciudad de México, Era, 1967), pág. 13.
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guiaalislam · 3 years ago
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ISLAM 101: El Profeta Muhammad (PB): La Parte 45
Los compañeros vivían en un entorno que nunca perdía su frescura. Cual embrión en crecimiento en un útero, la comunidad musulmana creció y floreció en todos los aspectos de la vida. Constantemente era alimentada por la revelación. Dichos factores, junto a la Sunna y la devoción de los Compañeros por el Profeta, les hizo registrar o memorizar cualquier cosa que el Mensajero dijese o hiciese.Por ejemplo, cuando Osman ibn Madun murió, el Mensajero derramó tantas lágrimas como las que derramó sobre el cadáver de Hamza. Le besó en la frente y asistió a su funeral. Al presenciar eso, una mujer dijo: “Qué feliz eres, Osman. Te has convertido en un pájaro que vuela en el Paraíso”. El Mensajero se volvió hacia ella y le preguntó: “¿Cómo puedes saberlo, si yo, que soy un Profeta, no lo sé? A no ser que Allah informe de ello, nadie puede saber si alguien es suficientemente puro como para merecer el Paraíso o si va a ir al Infierno”. La mujer se avergonzó profundamente y dijo que nunca más haría semejante afirmación otra vez. ¿Es concebible que ella y los Compañeros presentes en el funeral hubiesen olvidado dicho evento y otros más que presenciaron durante la vida del Profeta?
Otro ejemplo: Quzman luchó heroicamente en Uhud donde luego murió. Los Compañeros le consideraban un mártir. Sin embargo, el Profeta les dijo que Quzman había ido al Infierno ya que se había suicidado a causa de sus heridas, además de que había dicho antes de morir: “He luchado por solidaridad tribal, no por el Islam”. El Mensajero finalizó diciendo: “Allah refuerza esta religión incluso a través de pecadores”. Al igual que éstos, este acontecimiento y su comentario final nunca podrían haber sido olvidados por los Compañeros, ni podrían haber omitido su mención siempre que hablasen de Uhud o del martirio.
Un incidente similar tuvo lugar durante la conquista de Jaibar. Omar informó de lo siguiente:
El día en que Jaibar fue conquistado, algunos Compañeros enumeraron a los mártires. Cuando mencionaron a uno de muchos como mártir, el Mensajero dijo: “Le he visto en el Infierno, ya que robó una toga del botín de guerra antes de que éste fuese distribuido”. Entonces me dijo que me pusiese en pie y dijese: “Sólo los creyentes (los que son los verdaderos representantes o la personificación de la fe y la honradez absoluta) podrán entrar al Paraíso”.
Cada palabra y acto del Mensajero refinaba el entendimiento de los Compañeros y su puesta en práctica del Islam. Esto les motivaba a que absorbiesen cada palabra y acto del Mensajero. Cuando se establecieron en las nuevas tierras conquistadas, trasmitieron su conocimiento a los nuevos musulmanes, asegurando así que la Sunna sería transmitida de una generación a la siguiente.
Se comportaban tan bien ante el Mensajero que permanecían en silencio en su presencia y dejaban que los beduinos y los demás fuesen los que le formulasen las preguntas. Un día, un beduino llamado Dimán ibn Zalaba vino y preguntó groseramente: “¿Quién de vosotros es Muhammad?”. Le dijeron que era el hombre de tez blanca sentado de espaldas a la pared.
El beduino se volvió hacia él y le preguntó en voz alta: “¡Hijo de Abd al-Muttalib, Te voy a hacer algunas preguntas! Tal vez te molesten, por lo tanto no te enfades conmigo”. El Profeta le dijo que preguntase lo que quisiera. Dijo: “Dime, por el amor de Allah, tu Señor y el Señor de los que se hallan ante ti, ¿te ha mandado Él a esta gente como Profeta?”. Cuando el Profeta dijo que eso era verdad, Dimán preguntó: “Dime, por el amor de Allah, ¿es Allah el que te ha ordenado que reces cinco veces al día?”. Cuando el Profeta dijo que eso era verdad, Dimán siguió preguntándole del mismo modo sobre el ayuno y la limosna. Al recibir en todo momento la misma respuesta, Dimán anunció lo siguiente: “Soy Dimán ibn Zalaba, de la tribu de los Sad bin Bakr. He sido enviado a ti por ellos. Declaro que creo en el Mensaje que hayas traído de Allah”.
Igual que muchos otros, este acontecimiento no pudo caer en el olvido; sino que fue transmitido a las generaciones sucesivas hasta ser registrado en los libros de tradición.
Ubayy ibn Kab era uno de los más destacados recitadores del Corán. Un día el Mensajero le mandó llamar y le dijo: Allah me ha ordenado que te recite la Sura al-Bayyina”. Ubayy se conmovió tanto que preguntó: “¿Allah ha mencionado mi nombre?”. La respuesta del Mensajero hizo que se le saltasen las lágrimas. Esto fue un honor tan grande para la familia de Ubayy que su nieto se presentaba a sí mismo como “el nieto del hombre al que Allah ordenó a Su Mensajero que le recitase la Sura al-Bayyina”.
Este fue el medio en el que vivían los Compañeros. Cada día se les presentaba uno nuevo “fruto del Paraíso” y un nuevo “regalo” de Allah, y cada día traía nuevas situaciones. Los anteriormente inconscientes de la fe, la Divina Escritura y la Profecía, esos árabes del desierto dotados de gran memoria y talento para la poesía, fueron instruidos por el mensajero para educar a las futuras generaciones de musulmanes. Allah los eligió como Compañeros de Su Mensajero y quiso que transmitiesen Su Mensaje a través del mundo.
Tras la muerte del Profeta, conquistaron en nombre del Islam todas las tierras desde España hasta China, desde el Cáucaso a la India, a una velocidad sin precedentes. Llevando el Corán y la Sunna a todos los lugares a los que iban, muchos de los conquistados entraron en sus hogares y abrazaron el Islam. Los musulmanes instruyeron a estos nuevos musulmanes en el Corán y la Sunna, preparando el terreno para todos los destacados estudiosos y científicos musulmanes que iban a aparecer.
Los Compañeros consideraban la memorización y la transmisión de Corán y la Sunna un acto de adoración, ya que oyeron al Mensajero: “Quien venga a mi mezquita debe de venir a aprender el bien o a enseñarlo. Dicha gente detenta el mismo rango que los que luchan en el camino de Allah”.
Anas informó de que se encontraban frecuentemente para hablar de lo que habían escuchado decir al Mensajero. Las mujeres también fueron instruidas por el Mensajero, el cual estableció un día específico para ellas. Sus esposas transmitieron activamente a otras mujeres lo que habían aprendido del Mensajero. Su influencia era enorme, ya que a través de ellas el Profeta estableció relaciones familiares con la gente de Jaibar (a través de Safiyya), los Banu Amir ibn Sa’sa’a (a través de Maymuna), los Banu Majzum (a través de Umm Salama), los Omeyas (a través de Umm Habiba) y los Banu Mustaliq (a través de Yuwayriya). Las mujeres de dichas tribus acudían a sus representantes entre los miembros de la Casa del Profeta para preguntarles sobre cuestiones religiosas.
En el último año de su Mensaje, el Mensajero fue a La Meca para lo que se acabó conociendo como el Peregrinaje de la Despedida. En su Sermón de Despedida en Arafat ante más de cien mil personas, resumió su misión y dijo a su audiencia: “Los que están aquí deberán transmitir mis palabras a los que no están”. Cierto tiempo después, el último versículo que fue revelado ordenaba a la comunidad musulmana que practicase y apoyase el Islam: Temed el día en que regreséis a Allah. Entonces cada uno recibirá lo que se haya ganado y nadie será objeto de injusticia (2:281).
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danielpico · 6 years ago
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Algunos arqueólogos encuentran similitudes entre la escritura incaica y las letras hebreas. Hace tres mil años, un grupo de marinos del rey Salomón partió hacia Ofir, una tierra que bien podría estar en América. En esta nota, Daniel Perednik expone las similitudes entre ambos pueblos.
El historiador peruano Luis Valcárcel lo denomina "político y artista, la más esclarecida personalidad de la América antigua". Para su colega inglés Sir Clemens Markham, fue "el más grande hombre que ha producido la raza aborigen de América". Se llamaba Pachakutec, "transformador del mundo", y en el siglo XV de la era común crea un imperio. Porque con este noveno Inca se inicia la expansión de su pueblo que, en una campaña comparable a las de Alejandro Magno, en menos de un siglo gobernaría sobre casi dos millones de kilómetros cuadrados, desde el norte del Ecuador hasta Chile central.
Machu Picchu es "viejo pico", la intacta fortaleza que sirvió de refugio para los gobernantes incas cuando su capital, Cuzco, cayó en manos del invasor español. Desde allí se realizó durante varios lustros un desesperado esfuerzo por conservar la cultura incaica. "La ciudad de la última esperanza", la designó Juan Larrea. Una esperanza malograda ante las invencibles armas de fuego de la Corona de Castilla. En el año 1572, a cuatro décadas de iniciada la conquista real, el Virrey Francisco de Toledo envió cinco mil hombres armados para saquear toda la región. Enfrentados con la inminente derrota, los incas decidieron abandonar la urbe precolombina. Machu Picchu queda solitario hasta que el mundo científico pudo descubrirlo en 1911, cuando el arqueólogo hawaiano Hiram Bingham, de la Universidad de Yale, llegó a su cima.
EN ISRAEL
Desde las costas de Etsión Guever, en el Mar Rojo, partía, hace tres mil años, la flota de los marinos del rey Salomón, asociados con los del rey fenicio Jiram. Eso lo refiere la Biblia, y la historia lo complementa: Jiram, hijo de Avival, fue quien logró expandir el reino fenicio por el Mediterráneo. Mantuvo excelentes relaciones políticas con David y con Salomón y, allá por el 950 a.e.c., despidió a sus marinos que zarparon desde Etsión Guever (cerca del actual Eilat) hacia Ofir.
De Ofir, sabemos que era un país famoso por su oro. Desconocemos su situación precisa. Se intentó identificarlo con la India, con alguna isla del Mar Rojo, con la costa oriental africana... ¿Y si fuera América?
Las conclusiones serían sorprendentes: los marinos israelitas habrían arribado al Nuevo Mundo dos mil quinientos años antes que Colón. Hay bibliografía al respecto. En 1618 un soldado portugués, Ambrosio Fernandes Brandao, publica "Diálogos das grandezas do Brasil", en donde sostiene que los indígenas brasileños eran descendientes de los hebreos que habían alcanzado América durante el reinado de Salomón. En 1968, el semitista norteamericano Cyrus Gordon presentó una tableta fenicia encontrada en América en 1872, como posible prueba de que la escuadra del rey Jiram había, efectivamente, viajado al continente.
En su libro sobre civilizaciones americanas, Aldo Ottolenghi sostiene haber "clasificado en América del Sur escrituras sumamente parecidas a las semitas... Dos escrituras similares no pueden surgir porque sí, por arte de magia, en dos pueblos alejados. Tiene que haber existido en época lejana un contacto cultural directo o indirecto... La técnica de construcción del Templo de Salomón es la misma empleada en la construcción del templo de Cuzco. Existe, además, una serie de sorprendentes parecidos; por ejemplo, en la pena para los adúlteros, que eran condenados a muerte mediante lapidación, tanto en las civilizaciones del Cuzco como entre los antiguos judíos".
COINCIDENCIAS HISTORICAS
Al margen de estas especulaciones sobre conexiones entre nuestros remotos antepasados y los aborígenes americanos, existen coincidencias históricas que merecen considerarse. ¿Por qué motivo se derrumbó el memorable imperio inca en tan poco tiempo? ¿Por la acción de un conquistador analfabeto, Francisco Pizarro, comandante de sólo ciento ochenta hombres y algunos caballos?
Ya en 1522, una década antes que Pizarro, Pascual de Andagoya había intentado una expedición al Perú que culminó con el fracaso. Gobernaba entonces el undécimo Inca, Huayna Cápac. Con su muerte, en 1525, estalla una lucha fratricida entre sus dos hijos, Huáscar y Atahualpa, que se disputaban la herencia al trono. Esta guerra civil fue la circunstancia propicia para la invasión de Pizarro. En enero de 1531, el español parte desde Panamá con el propósito de descubrir y conquistar los territorios del sur del Pacífico, que se tenían por inmensamente ricos. Llega el momento oportuno: la guerra civil desgarra al otrora unido Tahuantisuyo, y tanto Huáscar como Atahualpa procuran ganar para sí al irruptor europeo.
Dieciséis siglos antes, Jerusalem había protagonizado una experiencia similar. Fallecida la reina Salomé Alejandra, sus hijos Hircano II y Aristóbulo, la última generación hasmonea, combaten entre sí por el poder. Cuando se acerca el ejército romano de Pompeyo, ambos hermanos enfrentados solicitan la ayuda del invasor. Pompeyo capitaliza para su imperio el conflicto fratricida y conquista Israel para Roma (año 63 a.e.c.). Así se pone fin al siglo de independencia judía en el país, que habían iniciado los macabeos.
Volvamos a América. Atahualpa vence a su hermano mayor Huáscar y lo hace ahogar. En la batalla de Ambato decapita al general inca Atoco y bebe la sangre caliente de su cráneo. Adquiere de ese modo "el ánima de todos los cuzqueños". Una vez triunfante, dispone de treinta mil hombres para enfrentar al puñado de Pizarro. El conquistador español, en astuta treta, logra capturar al nuevo Inca y exige un rescate fabuloso en oro a cambio de su libertad. A pesar de que el precio es pagado, ejecutan a Atahualpa, cabeza de un estado teocrático y de un gobierno absolutamente unipersonal. El imperio inca, anárquico y deshecho por las crueles luchas internas, llegaba a su fin.
Entre 1536 y 1572, los últimos representantes de la reyecía incaica, se mantuvieron a la defensiva en la inexpugnable región de Vilcabamba. Allí, a la margen izquierda del río Urubamba, a 2.380 metros sobre el nivel del mar, se yergue, en importante panorama, Machu Picchu. Según su descubridor Bingham es "la cuna y tumba de la civilización incaica".
Retomemos la cuestión del origen de esta civilización. El cronista Miguel Cabello Valboa explica en su libro "Miscelánea Antártica", de 1586, que una expedición de hebreos había llegado al Perú y regresado a Israel con apreciable cargamento de oro. Se trataba de la tierra de Ofir, de cuyo nombre, según dicho autor, "Perú" no es sino una deformación. Y si creemos poco factibles los vínculos de Salomón con los constructores del Machu Picchu que fundara Pachakutec, veamos otra suposición, algo más difundida.
En 1642, el navegante marrano holandés Arón Levi de Montezinos, descubrió un grupo de indios en estas tierras. Según Montezinos declaró bajo juramento al tribunal rabínico de Amsterdam, los nativos recitaban el "Shemá" y conocían otros rituales judíos. El entonces rabino principal de Holanda, Menashé ben Israel, escribe "La esperanza de Israel", en donde afirma que los aborígenes de América descendían de las Diez Tribus Perdidas de Israel, aquellos treinta mil hebreos transportados por los asirios en el siglo VIII a.e.c. En 1650, Thomas Thorowgood publica en Londres su obra "Judíos en América o probabilidades de que los americanos sean de esa raza".
Si bien es sabido que a las Diez Tribus se les han atribuido las descendencias más variadas (afganos, ingleses, japoneses, etc.), no es menos cierto que las teorías que identifican su posteridad con los nativos de América se reiteran. Viscount Kingsborough sostuvo que los descendientes de las Diez Tribus fueron los mejicanos, y otros definieron que su trayecto fue a través del estrecho de Aninaí (lo que hoy denominamos Behring), que permitió el paso de los exiliados hasta su establecimienten Sudamérica. Las semejanzas halladas incluyen la observancia del levirato y desgarrar la ropa en señal de duelo.
Diego Andrés Rocha, jurisconsulto miembro de la audiencia de Lima, escribió en 1681 su "Tratado único y singular del origen de los indios del Perú, México, Santa Fe y Chile", en el que defiende también la tesis de las Diez Tribus inmigrando a América. El teólogo norteamericano Ezra Stiles (1727-1795), séptimo presidente de Yale, buscó en los indios de su país a los descendientes de las Tribus. Tal vez sólo un zonzo chauvinismo podría alentarnos para querer encontrar el genio judío aun en las maravillas que legaron los incas, pero más allá de esta posibilidad, resulta también destacable que a la caída de aquel imperio, hayamos tenido con los incas perseguidores comunes. La Corona de España concluía su expulsión de hebreos en la península y comenzaba su ataque en las tierras invadidas. Por su parte, la Iglesia llevaba a cabo persecuciones y conversiones forzadas, en Europa con el pueblo judío, en el Perú con los incas.
A un mismo tiempo, a fines de 1532, cuando el conductor pseudo-mesiánico judío Shlomó Moljo era quemado en la hoguera en Mantua por resistirse a la conversión, muy lejos de allí, Atahualpa rechazaba en su tierra la evangelización que le proponía el fraile Vicente Valverde, y también sería ejecutado.
Aquí concluye la coincidencia. Porque Israel ha recobrado definitivamente su tierra, y jamás ha interrumpido la creación de su cultura. La civilización quechua, por el contrario, no tuvo jamás ningún tipo de reparación por la destrucción sufrida. Quizás el futuro cercano nos regale un justo florecimiento de la cultura incaica en su suelo. Quien podría desbaratar nuestras conjeturas sobre la descendencia americana de las Diez Tribus es nada menos que Rabí Akiva (siglo II a.e.c.). Basándose en una metáfora bíblica, el sabio judío dictamina en la Mishná: "Las Diez Tribus jamás retornarán". Cuzco, hoy capital arqueológica del continente, fue la principal ciudad de los incas. En quechua significa "ombligo (del mundo)". Así llama el Talmud a Jerusalem.
Gustavo Daniel Perednik, es un filósofo, educador y escritor judío argentino, actualmente residente en Israel.
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