#Un genio del humor se nos ha ido
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#....y tanto que si.....💓....en mi casa de niños siempre entraba el ultimo tebeo......#.....“abuela”....:“agentes belicos ultramarinos especialistas lios aberrantes”......😎💓👌💖#Un genio del humor se nos ha ido#mi pésame a sus familiares#que la tierra te sea leve .
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Andrés Casciani “Náufrago” Entrevista realizada por Darío Manfredi - publicada en Revista Zero (Mendoza, octubre de 2019) Desde el 11 de octubre y hasta el 10 de noviembre puede visitarse “La Orquesta del Titanic”, una muestra de dibujos y pinturas en donde Casciani ilustra con destreza las peripecias sociales y políticas de los últimos años. "Chocar contra el iceberg soberbiamente, creyendo que el que se romperá será él", reza el texto introductorio de la muestra, y sirve como postal de un mundo en donde Andrés cuenta con trazos y colores un presente agobiante en donde el país y sus habitantes intentamos todos los días sobrevivir al accidente del neoliberalismo. 1- ¿Por qué “La orquesta del Titanic”? El título lo planteé cuando propuse la exposición por concurso en el año 2018. No había que ser Nostradamus para preveer la situación social en el país durante el 2019, incluso se me generó un morbo extraño en “apostar” cómo llegaríamos a la fecha de la inauguración un año después. La imagen arquetípica del Titanic con su carencia de botes para las clases bajas me parece casi una predicción bíblica de nuestra situación actual: una ciudadanía mezquina e ignorante que por “pertenencia imaginaria de clase”, analfabetismo político, resentimiento clasista hacia los más débiles y desclasamiento patológico se estrella una vez más contra el mismo “iceberg”: la clase oligárquica entreguista argentina que cíclicamente saquea al país arrogándose valores ético-republicanos anti populistas. La imagen de la Orquesta que sigue tocando durante el hundimiento aúna dos aspectos esenciales de lo que entiendo como “arte”: su capacidad para “decorar” patéticamente los caprichos del poder (estética “funcional”) y su contracara como acto heroico de trascendencia expresiva (“crear” aunque no haya esperanzas). 2- ¿Qué tan difícil ha sido mantenerse a flote durante cuatro años en donde prácticamente la batalla cultural se ha perdido?, ¿cuál es tu apreciación sobre lo que se ha hecho en cultura en el país y particularmente en la provincia? Al margen del terrible genocidio “concreto” que ha impulsado la necropolítica macrista (pérdida de derechos para los más vulnerables, destrucción educativa, sanitaria, concentración de recursos en los sectores más privilegiados, aumento de la desnutrición poblacional y todos los “etcétera” de esta pesadilla hecha realidad), ha sido devastador a un nivel ético personal tomar conciencia de la inevitable alienación que vive cualquier miembro “sensible” de la sociedad. Se nos ha demostrado en las urnas (y en los nauseabundos comentarios y actitudes violentas con los que hemos convivido durante estos años) el altísimo porcentaje de mezquindad, egoísmo, racismo y vocación de humillación al más débil por parte de una sociedad que se solaza en sus más bajas cualidades de lamebotas del poder y aspirante a tirano de maceta (en todo el país, pero especialmente en Mendoza a la vista de las reciente elecciones). En este contexto la gestión cultural se transforma en un desgarrador retrato de la pérdida de sentido y el vaciamiento de contenido que siempre realiza el capitalismo al “engullir” expresiones artísticas que han nacido con ideología y compromiso, para regurgitarlas luego como “producto cultural” consumible por un público narcotizado de ignorancia, cinismo y falta de empatía. De esta manera se termina logrando que personas que se conmueven con Galeano o escuchan a Spinetta terminen votando a Macri o Cornejo, (espantándose de que el Indio Solari se haya “politizado”). Da vértigo realmente tomar conciencia de los miles de recursos que tiene el capitalismo para vaciar de contenido y dejar sólo un cadáver estético como resultado de la violación de las más comprometidas expresiones artísticas de tantos genios que SI han tenido conciencia social y sensibilidad por los demás. Como artista es un verdadero desafío no dejar que quiebren tu “alma” e ideales con la demostración cotidiana del sinsentido de la sensibilidad y la aplastante confirmación constante de que TODO puede ser tergiversado, prostituído y corrompido: Debés mantener a diario encendida la “llamita” de la humanidad y la sensibilidad que te distingue de los depredadores materialistas ideológicos que sólo pueden entender la cultura como un mercado de fragancias vacuas y goces estéticos onanístico-descartables. 3- ¿Considerás que es necesario ocupar espacios oficiales? Considero que no los “ocupamos” sino que son NUESTROS. De la misma manera en que no vamos a “volver” sino que no nos hemos ido a ningún lado. Cualquier hacedor cultural tiene la responsabilidad cívica mínima de ser sincero ideológicamente, retratar el genocidio y ser la “voz” de la denuncia de tantos que no tienen voz ni micrófono . 4- ¿Creés en el arte (o al cultura) como herramientas de lucha real?, ¿o pensás que la música, las artes visuales, el cine, etc. solamente son una simbología? Creo que el Poder Real se ríe de la cultura, y con razón: no puede ni rozar la consecución de sus fines. De hecho termina transformando las obras que expresan gritos desesperados en “lujos estéticos”, disfruta del “perfume” de la esencias desgarradas que quedan plasmadas como pataleos impotentes expresados en obras de arte. SIN EMBARGO considero que hay dignidad en el acto de “escupir en la cara del verdugo”, el Arte sería así como un mensaje testimonial que dejás escrito en la pared de la celda, bien abajo, esperando que algún otro “humano” pueda leerlo, sentirse menos sólo y menos fútil en su desgarradora certeza del fracaso ante el DEMONIO-CAPITAL materialista que siempre dominará. El arte se compone de la sangre, el sudor y las lágrimas de los oprimidos, es su fruto sensible y la demostración de que nadie puede ponerle cadenas al alma ni aplastar con su bota el rostro de la dignidad cuyos ojos SIEMPRE observan con sabiduría al opresor. 5- ¿Qué música escuchás generalmente a la hora de ponerte a dibujar y pintar? Spinetta es el “Borges” cuya obra (de abismal profundidad y complejidad) compone el soundtrack constante en mi vida. Los Beatles cambiaron (y lo siguen haciendo) mi manera de percibir la vida. Tom Waits me hace sentir en mi hogar en cualquier lugar donde ruja su ronca voz de freak sensible. Billy Corgan realiza todo el tiempo el acto alquímico de transformar la oscura tristeza en sensible luz desgarrada. Pj Harvey me hace creer en el sentido de la creación artística sincera. Y cada vez que siento que no tiene sentido levantarse o realizar el esfuerzo de crear en un mundo tan vacío e inhumano suena Morphine para demostrarme que la oscuridad se transforma en tu amiga cuando tenés humor. Y Atahualpa Yupanqui se mezcla con Saluzzi para permitrme volver a creer en el sentido de retratar la efímera belleza del humano desgarrado ante la injusticia. ETC ETC ETC 6- Generalmente te involucrás en proyectos colectivos, ¿por qué ahora la decisión de una muestra individual y qué significa esto para vos? Los proyectos colectivos han tenido más que ver en estos últimos años con la comprensión de la “batalla cultural” y “el héroe colectivo”. La certeza de la derrota en dicha batalla y las decepciones propias de las imperfectas realizaciones y concreciones del trabajo grupal han sinceramente minado mi creencia en varios de estos proyectos, demostrándome que el “camino al infierno está pedrado de buenas intenciones”. Exposiciones individuales ya he realizado 29 en realidad, y siempre son un espacio muy efectivo a la hora de expresar un concepto o sumergir al espectador en la atmósfera creada: ver una cantidad de obras grandes de un mismo autor siempre permite profundizar mejor en la propuesta: es como la diferencia entre un “corto” dentro de un festival de muchos autores o ver una “serie”, en la cual se desarrolla la psicología de los personajes y la atmósfera del mundo creado. 7- Contanos que vamos a ver en la Mansión Stoppel hasta el 11 de noviembre. Una serie de pinturas y dibujos que muestran en un lenguaje metafórico el arte de sobrevivir ante la pulsión de muerte de una sociedad que decidió autodestruirse. Un intento de generar poesía a partir del dolor luego de vivir algunos de los años más dolorosos de mi vida y la de mi país. Una serie de torpes e imperfectos intentos de plasmar con oficio pictórico mi esencia y dejarla disponible a quien pueda servirle como parte de su “salvavidas”: tal vez si nos damos la mano o nos mandamos mensajes en botellas, el oscuro abismo nos escupa luego con alguna “insignia de valor”, devolviéndonos a la vida menos ingenuos y con mayor comprensión de la naturaleza que nos hace humanos.
#art#drawing#painting#painter#artist#artshow#interview#arte#dibujo#pintura#pintor#Entrevistas#andrés casciani#revista zero#la orquesta del titanic#neoliberalism#neoliberalismo#mmlpqtp#argentina#arte argentino
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TOP 2017
10.- Malibu - Anderson .paak / “Your heart don’t stand a chance”
Arrancamos este conteo de los álbumes que más me he estado vacilando este año con un disco que vio luz en el 2016 y que, a según, fue grabado en una Mac.
Disco para seguir siendo un soñador, en el que Anderson .Paak, sensei del groove, demuestra que nunca es tarde para partirla worldwide cuando se tienen talento y un sueño. Los diversos ritmos que componen esta obra, están conectados divinamente con samples de entrevistas variopintas y skits que le dan un feeling surreal, insisto: de ensueño.
Te recomiendo disfrutes de lo maravillosamente ejecutado que está aquí en el Tiny Desk de NPR.
9.- Arca - Arca / “Cuando el amor llega así, de esta manera…”
DJ Nuuro ensambla el que es, en mi opinión, su disco más chévere hasta la fecha que consiste en el soundtrack para una pesadilla ajena. Mientras, va recitando prosa del Tío Simón. Una combinación que nunca me hubiera imaginado yo que funcionaría, ¡pero vaya mejunje que nos unta Arca con este álbum!
Y es que -conceptualmente- es un disco muy redondo; durante todo su desarrollo suena tan claro como si estuviéramos dentro de la perturbada cabeza del chamo que le dirige videos a Björk.
8.- Crack-Up - Fleet Foxes / “Are you at home? I’ll come right now, I need to see you”
Siempre puntualizo que para figurar en esta lista no basta con haber lanzado un conglomerado de hits, sino que dicho conglomerado ha de tener un hilo conductor que yo pueda percibir y saborear.
Crack-Up te lo tiene y es quizás el álbum menos homogéneo de esta lista porque las canciones son unas pocas, pero duran lo que les da la gana. Mejor dicho, las canciones que componen este álbum duran lo que duran los humores de esta cambiante obra, cuya dinámica consiste en potencia instrumental y susurros sigilosos.
7.- Indigo - River Tiber / “One day we’ll all be in the same dream knowing what the words mean, we’ll all be in the same dream endlessly beginning”
Uno de esos discos con los que se confirma que estamos viviendo en una simulación inteligente porque es la conjunción idónea -y a la vez novedosa- de géneros y estéticas que percibí en épocas recientes. Conjunción que satisface una necesidad que se me había venido creando. Es como si un James Blake produjera un disco de un Sfera Ebbasta; pero de una nueva manera.
6.- Ape In Pink Marble - Devendra Banhart / “Love’s the only lesson everyone knows how to teach”
Con canciones simples y sinceras Devendra te pone al alcance su música con la experticia de quien lleva una vida confeccionando discos y descubriéndose a través del arte.
Destacaría las letras y el hecho de que haya sido grabado con sintetizadores que estaban muy cerca de finalizar su vida útil. Esta obra suena a la desilusión de la tecnología muriendo pero con la ternura artesanal de toda la humanidad.
5.- Caiga La Noche - Los Mesoneros / “Si das amor, se te devuelve”
Discazo con el que estando en el exilio es facilito identificarse. Con una producción impecable Los Mesoneros renuevan su paleta de sonidos encadenando hook con hook con hook para que te quedes el resto de la mañana disfrutando en la cabeza de un rock diseñado para hipnotizar a las masas.
4.- Flying Microtonal Banana - King Gizzard and the Lizard Wizard / “Outlaws on the run faster than a stolen gun”
El primero de los 5 álbumes que sacarían este año los genios hiperactivos de King Gizzard and the Lizard Wizard. Esto no significa que haya ido decayendo la calidad de los lanzamientos. Lo que pasa es que este disco llegó a mis oídos en una época particularmente trascendental y vino a indicarme que este 2k17 sería un año legendario.
Me pareció especialmente destacable cómo esta banda experimenta con escala microtonal (algo de lo que yo nunca había escuchado) logrando una obra redonda, coherente y unificada que no cae -sin embargo- en la redundancia. Esta obra suena a somos jóvenes, entonces no nos vamos a morir nunca.
3.- Esas Nuevas Modas - Joe La Reina / “Busco amparo en el abrazo hueco y frío del extraño”
Así sonó el 2017 en Mad City.
Esas Nuevas Modas es un disco profundo que explora la soledad dentro del gentío y las dificultades de encontrarse en una gran ciudad tan contaminada en tantos ámbitos. En una era tan revuelta Los Chaveas combinan texturas y ritmos de manera única dentro del panorama musical ibérico.
Disco para caminarlo, para bailarlo y para reflexionarlo.
2.- City Club - The Growlers / “-You better wash your hands and pray… -For what?”
Disco estética y fundamentalmente nocturno que en este año me acompañó a casa durante muchos trayectos solitarios. Me acompañó y me nutrió porque este es un disco producido por Julian Casablancas que no sé cómo hace para fomentar la identidad propia de cada uno de los proyectos en los que se involucra.
Con este primer disco que cato de The Growlers, resulta que estoy escuchando a una banda ya establecida con una personalidad definida y con años de experiencia en el bolsillo. Gran descubrimiento de un disco que, si bien vio la luz en el 2016, llegó este años a mis oídos y a mi corazón.
1.- This Old Dog - Mac Demarco / “Bring back all your dreams from yesterday!”
Obra maestra del gran tocayo Mac que tocó fibra con ciertos temas (de hecho, mucha gente con la que he comentado el disco se refieren a él como un disco en gran medida triste) y siguió confeccionando su marca con canciones simples pero gustosas.
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¿QUÉ BUSCAS?
¿Quieres entrar y no sabes qué personaje hacerte? Pues, por aquí te desmembramos un poco las búsquedas que puedes encontrar en el foro.
Procediendo con los CANON:
— ¿Te gustan los que van de malos y luego tienen problemas con los que lidiar? ¿Elegancia y respeto? ¿Saber estar? Si quieres eso y te apetece llevar un personaje adulto Yve Pendersen está libre.
— ¿Prefieres un femenino alocado y que parezca vea el mundo como Alicia en el Pais de las Maravillas? La locura mezclada con la inteligencia abismal de una mujer feminista y de lo más divertida... ¡Pues Caryn Skoglund!
— ¿Y qué tal una mamá? Una mujer que daría la vida por sus hijos y sus primos, alguien que lo ha pasado mal pero siempre está ahí, sin importar qué y cómo. Entonces: Edit Madsen.
— ¿Masculinos? Estás de suerte, nos quedan el abogado que se lo tiene más creído que el Rey León y el empresario más serpiente que la del libro de la selva. El primero, Erik Skoglund, el segundo, Acke Haugen.
— ¿Y un tio que oculta cosas hasta a su familia? Alguien serio, formal, dedicado a su trabajo y todo un caballero. Listo como el que más y representante de su familia... Hablamos de Stellan Skoglund.
De interesarte algún canon, los links están aquí.
Ahora vamos a hablar de las búsquedas personales de nuestros miembros. Os haremos un resumen de lo que leemos, más el link directo a la búsqueda.
Cada una tiene sus normas, pero eso tendréis que leerlo en la caja de la búsqueda.
FAMILY BUSINESS.
Ryszard ya ha dado con dos de las tres búsquedas de su familia, solo le queda el hermano mayor. Stefan Pawlak es el mayor de los hermanos, el responsable de absolutamente todo y el encargado siempre de lavar la imagen familiar. Es un empresario que se ha hecho respetar en su campo, aunque tiene un lado oscuro que pocos conocen. No tiene un don para la música o la actuación como sus familiares, pero es todo un tiburón en los negocios.
38 AÑOS / FC: CHRIS EVANS / link búsqueda.
PHYSICS & CHEMISTRY.
Nuestra querida Charlotte Madsen busca a quien en su día fue su ex prometido. Este par de cerebritos se conoció en la Universidad, comenzando por esos apuntes que corrieron como un velociraptor por la facultad por parte de nuestra Madsen. Nuestra Madsen estaría dispuesta a tener drama, ya que ambos a día de hoy son... ¿Colegas? Algo me dice que puede dar mucho juego este personaje que busca, así que...
35-40 AÑOS / FC: DANIEL BRÜHL / link búsqueda.
YOU MAKE MY LIFE BETTER
¡Solveigh Pawlak te necesita! Tiene cinco búsquedas que no han sido ocupadas, así que, por aquí te decimos el resumen de cada una y esos datos que se requieren por parte de nuestra querida rubia:
— Stella. Una de las mejores amistades de Sol, que nació de los focos y ahí se mantiene, de lo más consolidada. Han cuidado de la espalda de la otra durante toda su vida, alegrándose siempre por sus logros y llorando también los fracasos. Han ido de la mano en buenas y malas. Su novio es Micah, aunque terminan muy de vez en cuando y vuelven también en ese tiempo. Y bueno, que la chica se lió con Reece, el ex de Sol.
+22 AÑOS / NORUEGA / VALHALLA / ALEXA DEMIE
— Micah. Su vida pública inició más bien en su adolescencia, debutando como actor en una película con mucho éxito. Además, ¿saliendo con Stella? ¡Por las nubes apareció su fama! Pero aquí tenemos un drama curioso... ¿Cómo le sentaría a Stella el que Micah se haya acostado con su querida amiga Sol? Que solo fue cosa de una vez y a causa del alcohol pero... Que se avecina tormenta.
+23 AÑOS / VALHALLA / JACOB ELORDI
— Reece. Otra tormenta por aquí, el ex de Sol que parece se sirvió bastante de ella a la hora de poder conseguir seguidores en las redes sociales. Y por si fuera poco, se lió con Stella. Ahora mismo el chico está pasando por una mala época en cuanto a su fama y demás, por eso está buscando de nuevo a Sol. Veréis que aquí me tengo que sacar los prismáticos para enterarme de todo.
+23 AÑOS / INFLUENCER / VALHALLA
— Vema. Su familia pasó de ser rica a acabar en la bancarrota, por culpa de una mala inversión realizada por su padre o su hermano. Desde entonces han hecho lo imposible para mantener su estatus, incluso involucrarse con quienes en un pasado eran indeseables para ellos. Y mira por dónde, una de esas personas a las que se acerca Vema es Sol, a sabiendas de lo mal que se llevaban las dos.
+21 AÑOS / ALFHEIM O VANAHEIM / MAUDE APATOW O ZANDAYA
— Sylvie. Pobre mánager. Sylvie acabó en Pawlak Production, buscando ser una gran agente y dar con una celebridad con la que estar día sí y día también. Pues le toca aguantar el genio de Sol, lo que puede dar mucho juego a la hora de ver esa organización de una estrella como Sol y una Sylvie... Que necesite algo más que una aspirina para solventar el dolor de cabeza.
+25 AÑOS / VANAHEIM O MIDGARD / ASISTENTE PERSONAL
¿Te gusta alguna? Pues aquí tienes las búsquedas de nuestra Sol.
IS THIS THE REAL LIFE? IS THIS JUST FANTASY?
Eleanor ha encontrado a los hermanos Carusso, trayendo un poco de drama as su vida pero ¡Necesita a más! A ver, ¿Quieres formar parte de la familia? Pues tiene tres búsquedas de gente con la que comparte sangre:
— Dominic Demyanov. Familia directa por parte de su madre, siendo primo de Eleanor y de Bulgaria. Es traficante de armas y alguien que yo si me lo encontrase tendría que salir por patas. Es el único que es consciente del paradero de su prima, ya que la protege con su vida. Camaleón, sarcástico y frío.
35-38 AÑOS / FC: HENRY CAVILL
— Daniella Salazar. Familia directa por parte de su padre, siendo prima de Eleanor y de Italia. Otra mafiosa gitana que nos puede matar a todos, siendo estafadora y una mujer de armas tomar. Lucha por los ideales de los Salazar, aunque a veces ella también rompe con los mismos. Puede ser algo capulla, pero hay que pillarle el gusto.
ESTAFADORA / 34 AÑOS / FC: PHOEBE TONKIN
— Thiago Salazar. Uno de los tantos hermanos de Eleanor. Mafioso y gitano. Él y su hermana se distanciaron por culpa de lo que hizo Eleanor en la familia, pero poco después cambiaría la perspectiva de Thiago, queriendo saber de su paradero. Familiar, tradicional y bastante sobreprotector con su hermana menor. Su padre deposita mucha confianza en él, teniendo una personalidad parecida tanto a la de él como su hermana.
ESTAFADORA / 34 AÑOS / FC: PHOEBE TONKIN
Ahora, ¿no quieres un familiar? ¿Quieres un plot-twist de la vida de Eleanor? Aquí te lo dejamos.
— Vincenzo Russo. Gitano y el heredero de la mafia familiar. Fue durante muchos años novio de Eleanor, convirtiéndose en su prometido antes de que naciesen los dos. Su relación siempre ha sido una montaña rusa, resaltando en tóxica por culpa de las idas y venidas. Eleanor cree que lo mató, pero está más vivo de lo que cree. Eso sí, él vive como ella de incógnito. Familiar, arraigado a la ley gitana y un completo cabrón. Celoso y de humor cambiante.
MAFIOSO / 27 AÑOS / FC: THOMAS DOHERTY
¿Te interesan? Pues aquí tienes el link a sus búsquedas.
LA ‘NDRANGHETA TE BUSCA ¡Y si no nos faltaban mafiosos y criminales! Aquí que nuestro querido Dante busca a los siguientes miembros de su búsqueda. A ver, ¿qué quieres? ¿ser de la familia de Dante? Pues tenemos:
— El heredero. El hijo favorito, nacido de madre italiana y padre Americano, su vida transcurría en EU hasta que su padre falleció, la familia D’Angelo decidió que una mujer viuda no podía tomar las riendas de la mafia en calles americanas; por lo que le tocaría al heredero, con su don para el oficio. A él le gusta su trono, pero ha decidido mantenerse al margen de las industrias que le proveen su movilidad ampliamente. Es un mafioso en toda regla.
— La princesa. La hermana menor de Dante. Mira que aunque tengas tu corona la actividad en esta mafia será depositada para todos los miembros. Dante desde pequeña la ha protegido, pero fue relegada poco a poco por su primo. Y bueno, su padre se mantuvo también distante por culpa de los negocios.
Ojito que habrá que prestar atención a los datos de la caja de sus búsquedas. Ahora, ¿Qué más ofrece Dante? ¡Pertenecer a la mafia! Capo, Antonegra & Soldatos. Así que ya sabéis, todo lo encontraréis aquí.
¡Nosotros nos encargamos de nuestros usuarios y sus búsquedas! Así que, por aquí esperamos os interese alguna.
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"Nuestro Beethoven puede sonar chocante o revolucionario"
[Lina Tur Bonet. La foto es de Michal Novák]
Acompañada al fortepiano por la rumana Aurelia Vişovan, la violinista murciana Lina Tur Bonet ha grabado dos de las Sonatas más relevantes de las diez dejadas por Beethoven para su instrumento
2020 estaba marcado con letras doradas en el universo clásico de la música, pues se conmemoraba el 250 aniversario del nacimiento de Beethoven. Era difícil encontrar en todo el mundo orquestas, teatros y auditorios que no tuvieran sus agendas cargadas de eventos con música del genial músico alemán. La pandemia se lo llevó casi todo por delante. Por suerte, nos quedan los discos. Aunque también afectadas por las extrañas condiciones de vida del último año, las producciones discográficas, bien porque estuvieran ya realizadas o programadas, bien porque los confinamientos abrieran huecos en agendas normalmente sobrecargadas, han salvado para muchos el Año Beethoven.
Terminando ya la efeméride llegaba el tributo al compositor de la inquieta y proteica Lina Tur Bonet, una de las pocas violinistas del mundo que alterna continuamente y con absoluta normalidad instrumentos antiguos y modernos y que pasa de Bartók a Biber, de Bach a Messiaen de un día de concierto para otro. En este álbum del sello belga Passacaille recurrió a su Tononi de 1724 para, en compañía de la rumana Aurelia Vişovan, que toca un fortepiano réplica de un Jakob Bertsche de hacia 1815, registrar las dos últimas sonatas del músico de Bonn, la 9ª, la Kreutzer, sin duda la más popular del ciclo, y la 10ª, la sonata de absoluta madurez del músico.
–¿Es su primera grabación de música de Beethoven?
–Así es. Llevo muchos años tocando su música, sus conciertos y sonatas, su música de cámara y sus sinfonías... e incluso el Fidelio. En los últimos años lo he hecho sobre todo con instrumentos originales, haciéndome muchas preguntas nuevas, así es que estaba preparándome para poder ofrecer una grabación que ahondara en la interpretación de esa época.
–Se ha decidido por la más popular de las sonatas de Beethoven y la más madura, ¿por qué estas dos obras en concreto?
–Había tocado ya con Aurelia la Sonata Kreutzer y había sido tal el placer que sentimos que no queríamos dejar de incluirla. Buscamos entonces otra sonata que contrastara con ella, y la 10ª nos pareció perfecta por mostrar una faceta de Beethoven completamente distinta y en una época ya más tardía del genio. Así que se puede escuchar tanto el fuego de Beethoven como su enorme lirismo y su humor.
–Es de los pocos violinistas del circuito internacional que pasa continuamente del violín barroco al moderno. ¿Le costó mucho trabajo decidirse a escoger instrumento para acercarse a Beethoven?
–En esta grabación he utilizado mi violín moderno, un Tononi de 1724, teniendo la suerte de poder utilizar un arco original de la época prestado generosamente por Rui Canelas de su colección privada en Múnich. Tanto las cuerdas de tripa como el arco original dan muchísima información de aspectos cruciales para esta música como son la articulación, el fraseo, el tipo de sonido y las dinámicas. También la manera en la que se mezcla un violín así montado con un fortepiano es incomparable con lo que nos ofrecen los instrumentos modernos.
–¿Habían podido tocar estas sonatas en concierto antes de grabarlas?
–Conocí a Aurelia hace ya casi dos años, y nos entendimos muy bien, además de que ella aceptó tomarse el tiempo necesario para probar esta música, experimentar e investigar, algo que no todos los intérpretes están dispuestos a hacer tanto por el tiempo que este empeño requiere como por la audacia que algo así supone. Primero, trabajamos las obras, acudimos a expertos que pudieran orientarnos sobre cuestiones vinculadas a la interpretación, y luego tuvimos la suerte de tocarlas en concierto tanto en España como en Austria. Sólo después las grabamos. Todo el proceso estuvo muy vivo, pudimos probar muchas cosas, y las obras fueron cambiando orgánicamente hasta el momento de la grabación. Todo suena muy espontáneo e improvisado, que es lo que queríamos, pero le aseguro que cada decisión fue largamente contrastada y meditada.
–¿Cuál considera que es la principal aportación de sus interpretaciones a la nutrida discografía de estas obras?
–Hay magníficas grabaciones de estas obras que realmente admiro y que llevo escuchando toda la vida. Esta grabación no nace, como quizá pudiese parecer, de un deseo de romper o cambiar algo, pues eso sería absurdo… La música de Beethoven, como la de Bach, está muy por encima de sus intérpretes. Lo que hay es simplemente mucha curiosidad sobre cómo se debía de tocar en esa época, mucho trabajo de investigación y de ensayos. Hemos probado muchas posibilidades, consultado con expertos y aplicado los conocimientos que en ese proceso hemos ido adquiriendo. El resultado final es la consecuencia de un profundo amor y disfrute hacia esta música. Entendemos que para muchas personas puede sonar chocante o incluso revolucionario (¿no lo era Beethoven acaso?), pero la nuestra no es una actitud provocativa. Al contrario, nos ha guiado un profundo respeto a su música, y nos ha inspirado su persona y lo que sabemos del artista Beethoven.
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–¿Cómo afronta 2021 aún en medio de las restricciones que ocasiona la pandemia?
–Afortunadamente, y a pesar de más de medio centenar de cancelaciones, tengo proyectos pendientes en los próximos meses, Noruega, Alemania… y tengo que decir que, también afortunadamente, ahora mismo muchos en España, que a pesar de los pesares está siendo uno de los pocos lugares donde los músicos podemos continuar trabajando, y donde el público está demostrando un apoyo incondicional. Mi gratitud al apoyo del público es inmensa, y me emociono en cada concierto cuando veo que llenan los aforos permitidos. El público y el enorme esfuerzo de los programadores nos están dando muchas razones para seguir con ánimo tocando en estos tiempos; es de una generosidad abrumadora y motiva mucho a seguir trabajando y preparando programas para ofrecerlos de la manera que nos sea posible. Ojalá seamos capaces de devolverlo con creces con nuestro trabajo. Porque, además, creo que todo esto le está dando a la Música una dimensión aún más importante para todos.
[Diario de Sevilla. 15-02-21]
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5: GRUPO SANGUINEO.
Crepúsculo. Adaptación Ziam.
Me dirigí a clase de Lengua aún en las nubes, tal era así que al entrar ni siquiera me di cuenta de que la clase había comenzado.
—Gracias por venir, joven Payne —saludó despectivamente el señor Mason.
Me sonrojé de vergüenza y me dirigí rápidamente a mi asiento.
No me di cuenta de que en el pupitre contiguo de siempre se sentaba Mike hasta el final de la clase. Sentí una punzada de culpabilidad, pero tanto él como Eric se reunieron conmigo en la puerta como de costumbre, por lo que supuse que me habían perdonado del todo. Mike parecía volver a ser el mismo mientras caminábamos, hablaba entusiasmado sobre el informe del tiempo para el fin de semana. La lluvia exigía hacer una acampada más corta, pero aquel viaje a la playa parecía posible. Simulé interés para maquillar el rechazo de ayer.
Resultaría difícil; fuera como fuera, con suerte, sólo se suavizaría a los cuarenta y muchos años. Pasé el resto de la mañana pensando en las musarañas.
Resultaba difícil creer que las palabras de Zayn y la forma en que me miraba no fueran fruto de mi imaginación. Tal vez sólo fuese un sueño muy convincente que confundía con la realidad. Eso parecía más probable que el que yo le atrajera de veras a cualquier nivel.
Por eso estaba tan impaciente y asustado al entrar en la cafetería con Jessica.
Le quería ver el rostro para verificar si volvía a ser la persona indiferente y fría que había conocido durante las últimas semanas o, si por algún milagro, de verdad había oído lo que creía haber oído esa mañana. Jessica cotorreaba sin cesar sobre sus planes para el baile —Lauren y Angela ya se lo habían pedido a los otros chicos e iban a acudir todos juntos—, completamente indiferente a mi desinterés.
Un flujo de desencanto recorrió mi ser cuando de forma infalible miré a la mesa de los Malik. Los otros cuatro hermanos estaban ahí, pero él se hallaba ausente. ¿Se había ido a casa? Abatido, me puse a la cola detrás de la parlanchina Jessica. Había perdido el apetito y sólo compré un botellín de limonada.
Únicamente quería sentarme y enfurruñarme.
—Zayn Malik te vuelve a mirar —dijo Jessica; interrumpió mi distracción al pronunciar su nombre—. Me pregunto por qué se sienta solo hoy.
Volví bruscamente la cabeza y seguí la dirección de su mirada para ver a Zayn, con su sonrisa pícara, que me observaba desde una mesa vacía en el extremo opuesto de la cafetería al que solía sentarse. Una vez atraída mi atención, alzó la mano y movió el dedo índice para indicarme que lo acompañara. Me guiñó el ojo cuando lo miré incrédulo.
—¿Se refiere a ti? —preguntó Jessica con un tono de insultante incredulidad en la voz.
—Puede que necesite ayuda con los deberes de Biología —musité para contentarla—. Eh, será mejor que vaya a ver qué quiere.
Pude sentir cómo me miraba al alejarme.
Inseguro, me quedé de pie detrás de la silla que había enfrente de Zayn al llegar a su mesa.
—¿Por qué no te sientas hoy conmigo? —me preguntó con una sonrisa.
Lo hice de inmediato, contemplándolo con precaución. Seguía sonriendo.
Resultaba difícil concebir que existiera alguien tan guapo. Temía que desapareciera en medio de una repentina nube de humo y que yo me despertara.
Él debía de esperar que yo comentara algo y por fin conseguí decir:
—Esto es diferente.
—Bueno —hizo una pausa y el resto de las palabras salieron de forma precipitada—. Decidí que, ya puesto a ir al infierno, lo podía hacer del todo.
Esperé a que dijera algo coherente. Transcurrieron los segundos y después le indiqué:
—Sabes que no tengo ni idea de a qué te refieres.
—Cierto —volvió a sonreír y cambió de tema—. Creo que tus amigos se han enojado conmigo por haberte raptado.
—Sobrevivirán.
Sentía los ojos de todos ellos clavados en mi espalda.
—Aunque es posible que no quiera liberarte —dijo con un brillo pícaro en sus ojos. Tragué saliva y se rió—. Pareces preocupado.
—No —respondí, pero mi voz se quebró de forma ridícula—. Más bien sorprendido. ¿A qué se debe este cambio?
—Ya te lo dije. Me he hartado de permanecer lejos de ti, por lo que me he rendido. —Seguía sonriendo, pero sus ojos de color ocre estaban serios.
—¿Rendido? —repetí confuso.
—Sí, he dejado de intentar ser bueno. Ahora voy a hacer lo que quiero, y que sea lo que tenga que ser.
Su sonrisa se desvaneció mientras se explicaba y el tono de su voz se endureció.
—Me he vuelto a perder.
La arrebatadora sonrisa reapareció.
—Siempre digo demasiado cuando hablo contigo, ése es uno de los problemas.
—No te preocupes… No me entero de nada —le repliqué secamente.
—Cuento con ello.
—Ya. En cristiano, ¿somos amigos ahora?
—Amigos… —meditó dubitativo.
—O no —musité.
Esbozó una amplia sonrisa.
—Bueno, supongo que podemos intentarlo, pero ahora te prevengo que no voy a ser un buen amigo para ti.
El aviso oculto detrás de su sonrisa era real.
—Lo repites un montón —recalqué al tiempo que intentaba ignorar el repentino temblor de mi vientre y mantenía serena la voz.
—Sí, porque no me escuchas. Sigo a la espera de que me creas. Si eres listo, me evitarás.
—Me parece que tú también te has formado tu propia opinión sobre mi mente preclara.
Entrecerré los ojos y él sonrió disculpándose.
—En ese caso —me esforcé por resumir aquel confuso intercambio de frases—, hasta que yo sea listo… ¿Vamos a intentar ser amigos?
—Eso parece casi exacto.
Busqué con la mirada mis manos, en torno a la botella de limonada, sin saber qué hacer.
—¿Qué piensas? —preguntó con curiosidad.
Alcé la vista hasta esos profundos ojos dorados que me turbaban los sentidos y, como de costumbre, respondí la verdad:
—Intentaba averiguar qué eres.
Su rostro se crispó, pero consiguió mantener la sonrisa, no sin cierto esfuerzo.
—¿Y has tenido fortuna en tus pesquisas? —inquirió con desenvoltura.
—No demasiada —admití.
Se rió entre dientes.
—¿Qué teorías barajas?
Me sonrojé. Durante el último mes había estado vacilando entre Batman y Spiderman. No había forma de admitir aquello.
—¿No me lo quieres decir? —preguntó, ladeando la cabeza con una sonrisa terriblemente tentadora.
Negué con la cabeza.
—Resulta demasiado embarazoso.
—Eso es realmente frustrante, ya lo sabes —se quejó.
—No —disentí rápidamente con una dura mirada—. No concibo por qué ha de resultar frustrante, en absoluto, sólo porque alguien rehúse revelar sus pensamientos, sobre todo después de haber efectuado unos cuantos comentarios crípticos, especialmente ideados para mantenerme en vela toda la noche, pensando en su posible significado… Bueno, ¿por qué iba a resultar frustrante?
Hizo una mueca.
—O mejor —continué, ahora el enfado acumulado fluía libremente—, digamos que una persona realiza un montón de cosas raras, como salvarte la vida bajo circunstancias imposibles un día y al siguiente tratarte como si fueras un paria, y jamás te explica ninguna de las dos, incluso después de haberlo prometido. Eso tampoco debería resultar demasiado frustrante.
—Tienes un poquito de genio, ¿verdad?
—No me gusta aplicar un doble rasero.
Nos contemplamos el uno al otro sin sonreír.
Miró por encima de mi hombro y luego, de forma inesperada, rió por lo bajo.
—¿Qué?
—Tu novio parece creer que estoy siendo desagradable contigo. Se debate entre venir o no a interrumpir nuestra discusión.
Volvió a reírse.
—No sé de quién me hablas —dije con frialdad— pero, de todos modos, estoy seguro de que te equivocas.
—Yo, no. Te lo dije, me resulta fácil saber qué piensan la mayoría de las personas.
—Excepto yo, por supuesto.
—Sí, excepto tú —su humor cambió de repente. Sus ojos se hicieron más inquietantes—. Me pregunto por qué será.
La intensidad de su mirada era tal que tuve que apartar la vista. Me concentré en abrir el tapón de mi botellín de limonada. Lo desenrosqué sin mirar, con los ojos fijos en la mesa.
—¿No tienes hambre? —preguntó distraído.
—No —no me apetecía mencionar que mi estómago ya estaba lleno de… mariposas. Miré el espacio vacío de la mesa delante de él—. ¿Y tú?
—No. No estoy hambriento.
No comprendí su expresión, parecía disfrutar de algún chiste privado.
—¿Me puedes hacer un favor? —le pedí después de un segundo de vacilación.
De repente, se puso en guardia.
—Eso depende de lo que quieras.
—No es mucho —le aseguré. Él esperó con cautela y curiosidad.
—Sólo me preguntaba si podrías ponerme sobre aviso la próxima vez que decidas ignorarme por mi propio bien. Únicamente para estar preparado.
Mantuve la vista fija en el botellín de limonada mientras hablaba, recorriendo el círculo de la boca con mi sonrosado dedo.
—Me parece justo.
Apretaba los labios para no reírse cuando alcé los ojos.
—Gracias.
—En ese caso, ¿puedo pedir una respuesta a cambio? —pidió.
—Una.
—Cuéntame una teoría.
¡Ahí va!
—Ésa, no.
—No hiciste distinción alguna, sólo prometiste una respuesta —me recordó.
—Claro, y tú no has roto ninguna promesa —le recordé a mi vez.
—Sólo una teoría… No me reiré.
—Sí lo harás.
Estaba seguro de ello. Bajó la vista y luego me miró con aquellos ardientes ojos ocres a través de sus largas pestañas negras.
—Por favor —respiró al tiempo que se inclinaba hacia mí.
Parpadeé con la mente en blanco. ¡Cielo santo! ¿Cómo lo conseguía?
—Eh… ¿Qué? —pregunté, deslumbrado.
—Cuéntame sólo una de tus pequeñas teorías, por favor.
Su mirada aún me abrasaba. ¿También era un hipnotizador? ¿O era yo un incauto irremediable?
—Pues… Eh… ¿Te mordió una araña radiactiva?
—Eso no es muy imaginativo.
—Lo siento, es todo lo que tengo —contesté, ofendido.
—Ni siquiera te has acercado —dijo con fastidio.
—¿Nada de arañas?
—No.
—¿Ni un poquito de radiactividad?
—Nada.
—Maldición —suspiré.
—Tampoco me afecta la kriptonita —se rió entre dientes.
—Se suponía que no te ibas a reír, ¿te acuerdas?
Hizo un esfuerzo por recobrar la compostura.
—Con el tiempo, lo voy a averiguar —le advertí.
—Desearía que no lo intentaras —dijo, de nuevo con gesto serio.
—¿Por…?
—¿Qué pasaría si no fuera un superhéroe? ¿Y si fuera el chico malo? —sonrió jovialmente, pero sus ojos eran impenetrables.
—Oh, ya veo —dije. Algunas de las cosas que había dicho encajaron de repente.
—¿Sí?
De pronto, su rostro se había vuelto adusto, como si temiera haber revelado demasiado sin querer.
—¿Eres peligroso?
Era una suposición, pero el pulso se me aceleró cuando, de forma instintiva, comprendí la verdad de mis propias palabras. Lo era. Me lo había intentado decir todo el tiempo. Se limitó a mirarme, con los ojos rebosantes de alguna emoción que no lograba comprender.
—Pero no malo —susurré al tiempo que movía la cabeza—. No, no creo que seas malo.
—Te equivocas.
Su voz apenas era audible. Bajó la vista al tiempo que me arrebataba el tapón de la botella y lo hacía girar entre los dedos. Lo contemplé fijamente mientras me preguntaba por qué no me asustaba. Hablaba en serio, eso era evidente, pero sólo me sentía ansioso, con los nervios a flor de piel… y, por encima de todo lo demás, fascinado, como de costumbre siempre que me encontraba cerca de él.
El silencio se prolongó hasta que me percaté de que la cafetería estaba casi vacía. Me puse en pie de un salto.
—Vamos a llegar tarde.
—Hoy no voy a ir a clase —dijo mientras daba vueltas al tapón tan deprisa que apenas podía verse.
—¿Por qué no?
—Es saludable hacer novillos de vez en cuando —dijo mientras me sonreía, pero en sus ojos relucía la preocupación.
—Bueno, yo sí voy.
Era demasiado cobarde para arriesgarme a que me pillaran. Concentró su atención en el tapón.
—En ese caso, te veré luego.
Indeciso, vacilé, pero me apresuré a salir en cuanto sonó el primer toque del timbre después de confirmar con una última mirada que él no se había movido ni un centímetro.
Mientras me dirigía a clase, casi a la carrera, la cabeza me daba vueltas a mayor velocidad que el tapón del botellín. Me había respondido a pocas preguntas en comparación con las muchas que había suscitado. Al menos, había dejado de llover.
Tuve suerte. El señor Banner no había entrado aún en clase cuando llegué.
Me instalé rápidamente en mi asiento, consciente de que tanto Mike como Angela no dejaban de mirarme. Mike parecía resentido y Angela sorprendida, y un poco intimidada.
Entonces entró en clase el señor Banner y llamó al orden a los alumnos.
Hacía equilibrios para sostener en brazos unas cajitas de cartón. Las soltó encima de la mesa de Mike y le dijo que comenzara a distribuirlas por la clase.
—De acuerdo, chicos, quiero que todos toméis un objeto de las cajas.
El sonido estridente de los guantes de goma contra sus muñecas se me antojó de mal augurio.
—El primero contiene una tarjeta de identificación del grupo sanguíneo —continuó mientras tomaba una tarjeta blanca con las cuatro esquinas marcadas y la exhibía—. En segundo lugar, tenemos un aplacador de cuatro puntas —sostuvo en alto algo similar a un peine sin dientes—. El tercer objeto es una microlanceta esterilizada —alzó una minúscula pieza de plástico azul y la abrió. La aguja de la lanceta era invisible a esa distancia, pero se me revolvió estómago.
—Voy a pasar con un cuentagotas con suero para preparar vuestras tarjetas, de modo que, por favor, no empecéis hasta que pase yo… —comenzó de nuevo por la mesa de Mike, depositando con esmero una gota de agua en cada una de las cuatro esquinas—. Luego, con cuidado, quiero que os pinchéis un dedo con la lanceta.
Tomó la mano de Mike y le punzó la yema del dedo corazón con la punta de la lanceta. Oh, no. Un sudor viscoso me cubrió la frente.
—Depositad una gotita de sangre en cada una de las puntas —hizo una demostración. Apretó el dedo de Mike hasta que fluyó la sangre. Tragué de forma convulsiva, el estómago se revolvió aún más—. Entonces las aplicáis a la tarjeta del test —concluyó.
Sostuvo en alto la goteante tarjeta roja delante de nosotros para que la viéramos. Cerré los ojos, intenté oír por encima del pitido de mis oídos.
—El próximo fin de semana, la Cruz Roja se detiene en Port Angeles para recoger donaciones de sangre, por lo que he pensado que todos vosotros deberíais conocer vuestro grupo sanguíneo —parecía orgulloso de sí mismo—. Los menores de dieciocho años vais a necesitar un permiso de vuestros padres… Hay hojas de autorización encima de mi mesa.
Siguió cruzando la clase con el cuentagotas. Descansé la mejilla contra la fría y oscura superficie de la mesa, intentando mantenerme consciente. Todo lo que oía a mi alrededor eran chillidos, quejas y risitas cuando se ensartaban los dedos con la lanceta. Inspiré y expiré de forma acompasada por la boca.
—Liam, ¿te encuentras bien? —preguntó el señor Banner. Su voz sonaba muy cerca de mi cabeza. Parecía alarmado.
—Ya sé cuál es mi grupo sanguíneo, señor Banner —dije con voz débil. No me atrevía a levantar la cabeza.
—¿Te sientes débil?
—Sí, señor —murmuré mientras en mi fuero interno me daba de bofetadas por no haber hecho novillos cuando tuve la ocasión.
—Por favor, ¿alguien puede llevar a Liam a la enfermería? —pidió en voz alta.
No tuve que alzar la vista para saber que Mike se ofrecería voluntario.
—¿Puedes caminar? —preguntó el señor Banner.
—Sí —susurré. Limítate a dejarme salir de aquí, pensé. Me arrastraré.
Mike parecía ansioso cuando me rodeó la cintura con el brazo y puso mi brazo sobre su hombro. Me apoyé pesadamente sobre él mientras salía de clase.
Muy despacio, crucé el campus a remolque de Mike. Cuando doblamos la esquina de la cafetería y estuvimos fuera del campo de visión del edificio cuatro —en el caso de que el profesor Banner estuviera mirando—, me detuve.
—¿Me dejas sentarme un minuto, por favor? —supliqué.
Me ayudó a sentarme al borde del paseo.
—Y, hagas lo que hagas, ocúpate de tus asuntos —le avisé.
Aún seguía muy confuso. Me tumbé sobre un costado, puse la mejilla sobre el cemento húmedo y gélido de la acera y cerré los ojos. Eso pareció ayudar un poco.
—Vaya, te has puesto verde —comentó Mike, bastante nervioso.
—¿Lee? —me llamó otra voz a lo lejos.
¡No! Por favor, que esa voz tan terriblemente familiar sea sólo una imaginación.
—¿Qué le sucede? ¿Está herido?
Ahora la voz sonó más cerca, y parecía preocupada. No me lo estaba imaginando. Apreté los párpados con fuerza, me quería morir o, como mínimo, no vomitar.
Mike parecía tenso.
—Creo que se ha desmayado. No sé qué ha pasado, no ha movido ni un dedo.
—Lee —la voz de Zayn sonó a mi lado. Ahora parecía aliviado—. ¿Me oyes?
—No —gemí—. Vete.
Se rió por lo bajo.
—Lo llevaba a la enfermería —explicó Mike a la defensiva—, pero no quiso avanzar más.
—Yo me encargo de él —dijo Zayn. Intuí su sonrisa en el tono de su voz—. Puedes volver a clase.
—No —protestó Mike—. Se supone que he de hacerlo yo.
De repente, la acera se desvaneció debajo de mi cuerpo. Abrí los ojos, sorprendido. Estaba en brazos de Zayn, que me había levantado en vilo, y me llevaba con la misma facilidad que si pesara cinco kilos en lugar de sesenta.
—¡Bájame!
Por favor, por favor, que no le vomite encima. Empezó a caminar antes de que terminara de hablar.
—¡Eh! —gritó Mike, que ya se hallaba a diez pasos detrás de nosotros.
Zayn lo ignoró.
—Tienes un aspecto espantoso —me dijo al tiempo que esbozaba una amplia sonrisa.
—¡Déjame otra vez en la acera! —protesté.
El bamboleo de su caminar no ayudaba. Me sostenía con cuidado lejos de su cuerpo, soportando todo mi peso sólo con los brazos, sin que eso pareciera afectarle.
—¿De modo que te desmayas al ver sangre? —preguntó. Aquello parecía divertirle.
No le contesté. Cerré los ojos, apreté los labios y luché contra las náuseas co todas mis fuerzas.
—Y ni siquiera era la visión de tu propia sangre —continuó regodeándose.
No sé cómo abrió la puerta mientras me llevaba en brazos, pero de repente hacía calor, por lo que supe que habíamos entrado.
—Oh, Dios mío —dijo de forma entrecortada una voz de mujer.
—Se desmayó en Biología —le explicó Zayn.
Abrí los ojos. Estaba en la oficina. Zayn me llevaba dando zancadas delante del mostrador frontal en dirección a la puerta de la enfermería. La señora Cope, la recepcionista de rostro rubicundo, corrió delante de él para mantener la puerta abierta. La atónita enfermera, una dulce abuelita, levantó los ojos de la novela que leía mientras Zayn me llevaba en volandas dentro de la habitación y me depositaba con suavidad encima del crujiente papel que cubría el colchón de vinilo marrón del único catre. Luego se colocó contra la pared, tan lejos como lo permitía la angosta habitación, con los ojos brillantes, excitados.
—Ha sufrido un leve desmayo —tranquilizó a la sobresaltada enfermera—. En Biología están haciendo la prueba del Rh.
La enfermera asintió sabiamente.
—Siempre le ocurre a alguien.
Zayn se rió con disimulo.
—Quédate tendido un minutito, cielo. Se pasará.
—Lo sé —dije con un suspiro. Las náuseas ya empezaban a remitir.
—¿Te sucede muy a menudo? —preguntó ella.
—A veces —admití. Zayn tosió para ocultar otra carcajada.
—Puedes regresar a clase —le dijo la enfermera.
—Se supone que me tengo que quedar con él —le contestó con aquel tono suyo tan autoritario que la enfermera, aunque frunció los labios, no discutió más.
—Voy a traerte un poco de hielo para la frente, cariño —me dijo, y luego salió bulliciosamente de la habitación.
—Tenías razón —me quejé, dejando que mis ojos se cerraran.
—Suelo tenerla, ¿sobre qué tema en particular en esta ocasión?
—Hacer novillos es saludable.
Respiré de forma acompasada.
—Ahí fuera hubo un momento en que me asustaste —admitió después de hacer una pausa. La voz sonaba como si confesara una humillante debilidad—. Creí que Newton arrastraba tu cadáver para enterrarlo en los bosques.
—Ja, ja.
Continué con los ojos cerrados, pero cada vez me encontraba más entonado.
—Lo cierto es que he visto cadáveres con mejor aspecto. Me preocupaba que tuviera que vengar tu asesinato.
—Pobre Mike. Apuesto a que se ha enfadado.
—Me aborrece por completo —dijo Zayn jovialmente.
—No lo puedes saber —disentí, pero de repente me pregunté si a lo mejor sí que podía.
—Vi su rostro… Te lo aseguro.
—¿Cómo es que me viste? Creí que te habías ido.
Ya me encontraba prácticamente recuperado. Las náuseas se hubieran pasado con mayor rapidez de haber comido algo durante el almuerzo, aunque, por otra parte, tal vez era afortunado por haber tenido el estómago vacío.
—Estaba en mi coche escuchando un CD.
Aquella respuesta tan sencilla me sorprendió. Oí la puerta y abrí los ojos para ver a la enfermera con una compresa fría en la mano.
—Aquí tienes, cariño —la colocó sobre mi frente y añadió—: Tienes mejor aspecto.
—Creo que ya estoy bien —dije mientras me incorporaba lentamente.
Me pitaban un poco los oídos, pero no tenía mareos. Las paredes de color menta no daban vueltas.
Pude ver que me iba a obligar a acostarme de nuevo, pero en ese preciso momento la puerta se abrió y la señora Cope se golpeó la cabeza contra la misma.
—Ahí viene otro —avisó.
Me bajé de un salto para dejar libre el camastro para el siguiente inválido.
Devolví la compresa a la enfermera.
—Tome, ya no la necesito.
Entonces, Mike cruzó la puerta tambaleándose. Ahora sostenía a Evans Stephens, otro chico de nuestra clase de Biología, que tenía el rostro amarillento.
Zayn y yo retrocedimos hacia la pared para hacerles sitio.
—Oh, no —murmuró Zayn—. Vámonos fuera de aquí, Lee.
Aturdido, le busqué con la mirada.
—Confía en mí… Vamos.
Di media vuelta y me aferré a la puerta antes de que se cerrara para salir disparado de la enfermería. Sentí que Zayn me seguía.
—Por una vez me has hecho caso.
Estaba sorprendido.
—Olí la sangre —le dije, arrugando la nariz. Evans no se ha puesto malo por ver la sangre de otros, como yo.
—La gente no puede oler la sangre —me contradijo.
—Bueno, yo sí. Eso es lo que me pone malo. Huele a óxido… y a sal.
Se me quedó mirando con una expresión insondable.
—¿Qué? —le pregunté.
—No es nada.
Entonces, Mike cruzó la puerta, sus ojos iban de Zayn a mí. La mirada que le dedicó a Zayn me confirmó lo que éste me había dicho, que Mike lo aborrecía. Volvió a mirarme con gesto malhumorado.
—Tienes mejor aspecto —me acusó.
—Ocúpate de tus asuntos —volví a avisarle.
—Ya no sangra nadie más —murmuró—. ¿Vas a volver a clase?
—¿Bromeas? Tendría que dar media vuelta y volver aquí.
—Sí, supongo que sí. ¿Vas a venir este fin de semana a la playa?
Mientras hablaba, lanzó otra mirada fugaz hacia Zayn, que se apoyaba con gesto ausente contra el desordenado mostrador, inmóvil como una estatua.
Intenté que pareciera lo más amigable posible:
—Claro. Te dije que iría.
—Nos reuniremos en la tienda de mi padre a las diez.
Su mirada se posó en Zayn otra vez, preguntándose si no estaría dando demasiada información. Su lenguaje corporal evidenciaba que no era una invitación abierta.
—Allí estaré —prometí.
—Entonces, te veré en clase de gimnasia —dijo, dirigiéndose con inseguridad hacia la puerta.
—Hasta la vista —repliqué.
Me miró una vez más con la contrariedad escrita en su rostro redondeado y se encorvó mientras cruzaba lentamente la puerta. Me invadió una oleada de compasión. Sopesé el hecho de ver su rostro desencantado otra vez en clase de Educación física.
—Gimnasia —gemí.
—Puedo hacerme cargo de eso —no me había percatado de que Zayn se había acercado, pero me habló al oído—. Ve a sentarte e intenta parecer paliducho —murmuró.
Esto no suponía un gran cambio. Siempre estaba pálido, y mi reciente desmayo había dejado una ligera capa de sudor sobre mi rostro. Me senté en una de las crujientes sillas plegables acolchadas y descansé la cabeza contra la pared con los ojos cerrados. Los desmayos siempre me dejaban agotado.
Oí a Zayn hablar con voz suave en el mostrador.
—¿Señora Cope?
—¿Sí?
No la había oído regresar a su mesa.
—Lee tiene gimnasia la próxima hora y creo que no se encuentra del todo bien. ¿Cree que podría dispensarlo de asistir a esa clase? —su voz era aterciopelada. Pude imaginar lo convincentes que estaban resultando sus ojos.
—Zayn —dijo la señora Cope sin dejar de ir y venir. ¿Por qué no era yo capaz de hacer lo mismo? —, ¿necesitas también que te dispense a ti?
—No. Tengo clase con la señora Goff. A ella no le importará.
—De acuerdo, no te preocupes de nada. Que te mejores, Lee —me deseó en voz alta. Asentí débilmente con la cabeza, sobreactuando un poquito.
—¿Puedes caminar o quieres que te lleve en brazos otra vez?
De espaldas a la recepcionista, su expresión se tornó sarcástica.
—Caminaré.
Me levanté con cuidado, seguía sintiéndome bien. Mantuvo la puerta abierta para mí, con la amabilidad en los labios y la burla en los ojos. Salí hacia la fría llovizna que empezaba a caer. Agradecí que se llevara el sudor pegajoso de mi rostro. Era la primera vez que disfrutaba de la perenne humedad que emanaba del cielo.
—Gracias —le dije cuando me siguió—. Merecía la pena seguir enfermo para perderse la clase de gimnasia.
—Sin duda.
Me miró directamente, con los ojos entornados bajo la lluvia.
—De modo que vas a ir… Este sábado, quiero decir.
Esperaba que él viniera, aunque parecía improbable. No me lo imaginaba poniéndose de acuerdo con el resto de los chicos del instituto para ir en coche a algún sitio. No pertenecía al mismo mundo, pero la sola esperanza de que pudiera suceder me dio la primera punzada de entusiasmo que había sentido por ir a la excursión.
—¿Adónde vais a ir exactamente? —seguía mirando al frente, inexpresivo.
—A La Push, al puerto.
Estudié su rostro, intentando leer en el mismo. Sus ojos parecieron entrecerrarse un poco más. Me lanzó una mirada con el rabillo del ojo y sonrió secamente.
—En verdad, no creo que me hayan invitado.
Suspiré.
—Acabo de invitarte.
—No avasallemos más entre los dos al pobre Mike esta semana, no sea que se vaya a romper.
Sus ojos centellearon. Disfrutaba de la idea más de lo normal.
—El blandengue de Mike… —murmuré, preocupado por la forma en que había dicho «entre los dos». Me gustaba más de lo conveniente.
Ahora estábamos cerca del aparcamiento. Me desvié a la izquierda, hacia el monovolumen. Algo me agarró de la cazadora y me hizo retroceder.
—¿Adónde te crees que vas? —preguntó ofendido.
Zayn me aferraba de la misma con una sola mano. Estaba perplejo.
—Me voy a casa.
—¿Acaso no me has oído decir que te iba a dejar a salvo en casa? ¿Crees que te voy a permitir que conduzcas en tu estado?
—¿En qué estado? ¿Y qué va a pasar con mi coche? —me quejé.
—Se lo tendré que dejar a Louis después de la escuela.
Me arrastró de la ropa hacia su coche. Todo lo que podía hacer era intentar no caerme, aunque, de todos modos, lo más probable es que me sujetara si perdía el equilibrio.
—¡Déjame! —insistí.
Me ignoró. Anduve haciendo eses sobre las aceras empapadas hasta llegar a su Volvo. Entonces, me soltó al fin. Me tropecé contra la puerta del copiloto.
—¡Eres tan insistente! —refunfuñé.
—Está abierto —se limitó a responder. Entró en el coche por el lado del conductor.
—Soy perfectamente capaz de conducir hasta casa.
Permanecí junto al Volvo echando chispas. Ahora llovía con más fuerza y el pelo goteaba sobre mi cuello al no haberme puesto la capucha. Bajó el cristal de la ventanilla automática y se inclinó sobre el asiento del copiloto:
—Entra, Lee.
No le respondí. Estaba calculando las oportunidades que tenía de alcanzar el monovolumen antes de que él me atrapara, y tenía que admitir que no eran demasiadas.
—Te arrastraría de vuelta aquí —me amenazó, adivinando mi plan.
Intenté mantener toda la dignidad que me fue posible al entrar en el Volvo.
No tuve mucho éxito. Parecía un gato empapado y las botas crujían continuamente.
—Esto es totalmente innecesario —dije secamente.
No me respondió. Manipuló los mandos, subió la calefacción y bajó la música. Cuando salió del aparcamiento, me preparaba para castigarle con mi silencio —poniendo un mohín de total enfado—, pero entonces reconocí la música que sonaba y la curiosidad prevaleció sobre la intención.
—¿Claro de luna? —pregunté sorprendido.
—¿Conoces a Debussy? —él también parecía estar sorprendido.
—No mucho —admití—. Mi madre pone mucha música clásica en casa, pero sólo conozco a mis favoritos.
—También es uno de mis favoritos.
Siguió mirando al frente, a través de la lluvia, sumido en sus pensamientos.
Escuché la música mientras me relajaba contra la suave tapicería de cuero gris. Era imposible no reaccionar ante la conocida y relajante melodía. La lluvia emborronaba todo el paisaje más allá de la ventanilla hasta convertirlo en una mancha de tonalidades grises y verdes. Comencé a darme cuenta de lo rápido que íbamos, pero, no obstante, el coche se movía con tal firmeza y estabilidad que no notaba la velocidad, salvo por lo deprisa que dejábamos atrás el pueblo.
—¿Cómo es tu madre? —me preguntó de repente.
Lo miré de refilón, con curiosidad.
—Se parece mucho a mí, pero es más guapa —respondí. Alzó las cejas—; he heredado muchos rasgos de Geoff. Es más sociable y atrevida que yo. También es irresponsable y un poco excéntrica, y una cocinera impredecible. Es mi mejor amiga —me callé. Hablar de ella me había deprimido.
—Lee, ¿cuántos años tienes?
Por alguna razón que no conseguía comprender, la voz de Zayn contenía un tono de frustración. Detuvo el coche y entonces comprendí que habíamos llegado ya a la casa de Geoff. Llovía con tanta fuerza que apenas conseguía ver la vivienda. Parecía que el coche estuviera en el lecho de un río.
—Diecisiete —respondí un poco confuso.
—No los aparentas —dijo con un tono de reproche que me hizo reír.
—¿Qué pasa? —inquirió, curioso de nuevo.
—Mi madre siempre dice que nací con treinta y cinco años y que cada año me vuelvo más maduro —me reí y luego suspiré—. En fin, una de los dos debía ser adulto —me callé durante un segundo—. Tampoco tú te pareces mucho a un adolescente de instituto.
Torció el gesto y cambió de tema.
—En ese caso, ¿por qué se casó tu madre con Phil?
Me sorprendió que recordara el nombre. Sólo lo había mencionado una vez hacía dos meses. Necesité unos momentos para responder.
—Mi madre tiene… un espíritu muy joven para su edad. Creo que Phil hace que se sienta aún más joven. En cualquier caso, ella está loca por él —sacudí la cabeza. Aquella atracción suponía un misterio para mí.
—¿Lo apruebas?
—¿Importa? —le repliqué—. Quiero que sea feliz, y Phil es lo que ella quiere.
—Eso es muy generoso por tu parte… Me pregunto… —murmuró, reflexivo.
—¿El qué?
—¿Tendría ella esa misma cortesía contigo, sin importarle tu elección?
De repente, prestaba una gran atención. Nuestras miradas se encontraron.
—E-eso c-creo —tartamudeé—, pero, después de todo, ella es la madre. Es un poquito diferente.
—Entonces, nadie que asuste demasiado —se burló.
Le respondí con una gran sonrisa.
—¿A qué te refieres con que asuste demasiado? ¿Múltiples piercings en el rostro y grandes tatuajes?
—Supongo que ésa es una posible definición.
—¿Cuál es la tuya?
Pero ignoró mi pregunta y respondió con otra.
—¿Crees que puedo asustar?
Enarcó una ceja. El tenue rastro de una sonrisa iluminó su rostro.
—Eh… Creo que puedes hacerlo si te lo propones.
—¿Te doy miedo ahora?
La sonrisa desapareció del rostro de Zayn y su rostro divino se puso repentinamente serio, pero yo respondí rápidamente.
—No.
La sonrisa reapareció.
—Bueno, ¿vas a contarme algo de tu familia? —pregunté para distraerle—. Debe de ser una historia mucho más interesante que la mía.
Se puso en guardia de inmediato.
—¿Qué es lo que quieres saber?
—¿Te adoptaron los Malik? —pregunté para comprobar el hecho.
—Sí.
Vacilé unos momentos.
—¿Qué les ocurrió a tus padres?
—Murieron hace muchos años —contestó con toda naturalidad.
—Lo siento —murmuré.
—En realidad, les recuerdo de forma confusa. Carlisle y Esme llevan siendo mis padres desde hace mucho tiempo.
—Y tú los quieres —no era una pregunta. Resultaba obvio por el modo en que hablaba de ellos.
—Sí —sonrió—. No puedo concebir a dos personas mejores que ellos.
—Eres muy afortunado.
—Sé que lo soy.
—¿Y tu hermano y tu hermana? Lanzó una mirada al reloj del salpicadero.
—A propósito, mi hermano, mi hermana, así como Harry y Rosalie se van a disgustar bastante si tienen que esperarme bajo la lluvia.
—Oh, lo siento. Supongo que debes irte.
Yo no quería salir del coche.
—Y tú probablemente quieres recuperar el coche antes de que el jefe de policía Payne vuelva a casa para no tener que contarle el incidente de Biología.
Me sonrió.
—Estoy seguro de que ya se ha enterado. En Forks no existen los secretos —suspiré.
Rompió a reír.
—Diviértete en la playa… Que tengáis buen tiempo para tomar el sol —me deseó mientras miraba las cortinas de lluvia.
—¿No te voy a ver mañana?
—No. Emmett y yo vamos a adelantar el fin de semana.
—¿Qué es lo que vais a hacer?
Un amigo puede preguntar ese tipo de cosas, ¿no? Esperaba que mi voz no dejara traslucir el desencanto.
—Nos vamos de excursión al bosque de Goat Rocks, al sur del monte Rainier.
—Ah, vaya, diviértete —intenté simular entusiasmo, aunque dudo que lo lograse. Una sonrisa curvó las comisuras de sus labios. Se giró para mirarme de frente, empleando todo el poder de sus ardientes ojos dorados.
—¿Querrías hacer algo por mí este fin de semana?
Asentí desvalido.
—No te ofendas, pero pareces ser una de esas personas que atraen los accidentes como un imán. Así que…, intenta no caerte al océano, dejar que te atropellen, ni nada por el estilo… ¿De acuerdo?
Esbozó una sonrisa malévola. Mi desvalimiento desapareció mientras hablaba. Le miré fijamente.
—Veré qué puedo hacer —contesté bruscamente, mientras salía del volvo bajo la lluvia de un salto. Cerré la puerta de un portazo. Zayn aún seguía sonriendo cuando se alejó al volante de su coche.
En mi Wattpad podrán encontrar más historias Ziam, pero creadas por mí. <3
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Néstor ‘Che’ García: “Lo que estoy viviendo es un sueño”
Fuente original: Néstor ‘Che’ García: “Lo que estoy viviendo es un sueño” Puedes ver más visitando Teleindiscreta - Las mejores noticias de actualidad, famosos, salud, belleza, cocina, motor, música y mucho más.
Néstor García, apodado ‘El Che’, está viviendo una temporada de ensueño en Montakit Fuenlabrada. Es su primera experiencia en Europa como entrenador y está llevando a los madrileños a un nuevo nivel. De primeras, a clasificarse de nuevo para la Copa del Rey. El técnico argentino desgrana cuáles están siendo las claves del mejor inicio de la historia del club y cómo lo está viviendo él desde el banquillo.
-¡Felicidades por el rumbo de este Fuenlabrada! ¿Cómo ha visto este gran inicio de temporada?
Bien. Estoy muy feliz, muy contento con todo lo que han hecho los jugadores. Se lo merecen porque han hecho un gran esfuerzo. Lo hemos hecho todos, pero ellos son los que juegan. Estoy contentísimo por esta llegada a Europa, a una de las mejores ligas del mundo como es la ACB.
-No era lo esperado, ¿no?
No. Le hemos jugado de igual a igual a cualquiera y hemos hecho un arranque espectacular. El equipo pierde dos partidos y después remonta y se levanta, eso habla del compromiso de los jugadores. Pero no, no era esperado: el compromiso con el club era salvar la categoría. Eso ya marca lo difícil que es esta liga. Nosotros ya redireccionamos el objetivo tras ganar los cinco primeros partidos de forma consecutiva, ahí vimos que podíamos llegar hasta aquí. Pero yo ya tenía claro que esto era muy difícil de lograr, muy difícil. Ahora ves la tabla de clasificación y ves que estamos al lado de un equipazo como el Barcelona (11-4) y detrás del Real Madrid (14-1), está claro que tanto no pensábamos que podríamos hacer.
-¿Y qué es lo siguiente? La permanencia está ya casi asegurada. Independientemente de la Copa, que es una competición aparte, ¿en qué objetivo piensa ahora el Fuenlabrada?
Nosotros teníamos un objetivo, que era el 7 de enero. El partido ante el Murcia, para saber si entrábamos o no en la Copa, nos iba a marcar bastante. Entonces ahora lo que hemos propuesto es levantar nuestro nivel de juego, sabemos que nosotros podemos hacerlo, porque queremos jugar bien contra los equipos de Euroliga. Eso nos ayudará a jugar mejor en esta parte de la temporada, donde todos mejoran: los de Euroliga cogen ritmo, los de Eurocup se enfocan sólo aquí si quedan fuera, los que no han empezado bien contratan jugadores, etc. Se pone mucho más difícil de lo que la gente cree. Pero jugando mejor al básquet nosotros vamos a estar pronto en el objetivo primario, que era salvar la categoría, y ya empezar a sacar cuentas para ver en qué lugar de la tabla quedamos, si nos metemos entre los ocho primeros o no. Para meternos en la Copa del Rey pensábamos que teníamos que defender y ganar como pudiéramos, pero ahora tenemos que levantar nuestro nivel de juego.
-Su juego es eminentemente defensivo. Hay quien critica ese estilo, tanto en el baloncesto como en otros deportes. Por ejemplo, a los Grizzlies de los últimos años en la NBA. ¿Qué cree que habría que decirle a esos críticos?
Nada. Uno explota el talento que tiene. A cualquiera le gustaría tener un equipo que corre, que anota, que hace mates… No es fácil. Yo creo que esas críticas no tiene contenido en el sentido de que, si un equipo es defensivo y gana, nunca gana alguien no haciendo un punto más que el otro. Muchas veces ser un buen atacante es defender bien. Son estilos y nosotros tenemos que defender. El compromiso defensivo da muchas cosas a un equipo y es el reconocimiento a varios roles. Yo no puedo tener a doce jugadores que hagan veinte puntos, ni a cinco, porque luego vienen al equipo y no hacen cien entre todos. A esa gente que critica a un equipo de fútbol que es defensivo, le diría: “¿Y el portero qué hace? ¿Hace goles o los ataja?”. Son cosas de gente que se identifica con algún estilo, pero el baloncesto es un juego que se juega de miles de maneras.
-Lo más inmediato es visitar al Real Madrid, el líder de la Liga Endesa. ¿Cómo cree que les podrán frenar?
Se tienen que dar un montón de cosas con un equipo como el Madrid. El Madrid lo que mejor hace, más allá de las individualidades y el juego de equipo, es que defiende. Yo veo bastante al Madrid, me gusta verles cuando juegan en la Euroliga, y me parece que todo es lo que están logrando es porque defienden bien. Luego tiene mucho talento adelante, reparte su juego para quien esté bien. Lo que hay que hacer contra ellos es estar muy concentrados y no perder balones, porque son buenos robando pelotas. Y defender a un nivel superintenso, porque la calidad que tienen es elevadísima. Nosotros sabemos quién es el Real Madrid, pero desde que empezó la temporada van primeros de manera cómoda e indiscutible y nosotros hemos ido segundos. Conociendo nuestras limitaciones, tenemos que ir a jugarles de igual a igual. La mejor característica que tiene nuestro equipos es que conocemos nuestros límites y construimos en positivo a partir de ahí. Ellos son un equipazo.
-De su equipo destaca sobre otros el fenómeno que supone Luka Doncic. ¿Cómo le ve como jugador y como rival?
En el mundo FIBA, genios de esa edad… (piensa) sólo Petrovic, como dice todo el mundo, no he visto otro. Es un chico de 18 años que tiene la cabeza de un tío de 35 años que ya ha ganado campeonatos. Juega en cualquier posición, le veo rehumilde, es muy serio jugando en la cancha. Recuerdo, viendo un partido de Euroliga en su campo como cualquier aficionado, haberme levantado dos veces a aplaudirle. Cuando ves maravillas, te levantas y aplaudes. Este chico es un regalo de la naturaleza baloncestística.
-Y otros de los que destaca, aunque quizá no tanto para lo bien que está haciéndolo, es su compatriota Facundo Campazzo.
Facundo juega minutos importantes, se nota que el entrenador confía en él. Es el que más balones roba, es peligrosísimo en el pick&roll, hace jugar a todo el mundo, tiene carácter… Yo le conozco, hemos sido compañeros en la Selección Argentina. Sé qué corazón tiene y cuál es su sueño, y quizás muchos pensaban que no podía ser base en el Real Madrid y lo es.
-Están luchando con los denominados grandes, Madrid y Barça, en la clasificación. ¿Qué gen o elemento cree que hace falta para poder luchar de tú a tú contra equipos de este calibre?
Primero, que Dios no nos abandone. Soy muy creyente y creo en eso. Y segundo, que nosotros nos enfoquemos más. Ahora viene un gran reto: puedes llegar alto, pero luego hay que mantenerlo. Debemos mejorar nuestro grado de concentración, seguir con la intensidad que están mostrando los jugadores, mejorar nuestra lectura de juego, minimizar las pérdidas para poder ser un poco más ofensivos porque a veces nos cuesta anotar, pero sobre todo disfrutar este momento para extenderlo. Cuando alguien tiene algo bueno, lo tiene que defender hasta morir. Nosotros sabemos que esto es como un sueño, pero hay que tratar de seguir. Todavía no hemos encontrado nuestro techo a nivel de juego y eso es lo que tenemos que buscar.
-Hábleme del vestuario. Parecen una piña. ¿Qué aporta Néstor, la persona, a esa unión?
Ellos tiene algo en común, todos, y es que son muy buenas personas. Así todo es mucho más fácil, cuando topas con gente con buenas intenciones. Nosotros tenemos un trato igualitario, en el trato humano, con todos. Es una de las cosas que he pregonado siempre durante mi carrera. Los seres humanos somos todos iguales, las personas son únicas. Ya cuando hablamos de baloncesto, a uno le tendrás que hablar de una manera y a otro, de otra, o en un momento u otro, pero siempre tenemos un chiste para hacerle a alguien. Aquí nadie se salva de una broma: novato, veterano o cuerpo técnico. Y luego, trabajamos. Todos se llevan muy bien entre ellos. Hay chicos excepcionales que por ahí no han jugado minutos y siempre tienen una sonrisa, humor y apoyan, y eso no se ve dentro de la cancha pero es lo que te lleva muy lejos. Los doce jugadores que están aquí, como personas, son impresionantes.
-Ya sé que no le gusta personalizar, pero le pongo dos nombres sobre la mesa. Gregory Vargas y Marko Popovic. Vargas, por su adaptación y lo que le puede aportar a alguien que conoce bien. Popovic, por ser el líder.
Gregory es uno de los jugadores más trabajadores que he tenido en mi vida. Es un competidor nato, muy orgulloso. Donde ha llegado, es por sacrificio. Defensivamente es top en cualquier liga, la que quieras: desde un base a un alero, cualquiera; cuando cambia con los grandes, les aguanta bajo el aro; se sacrifica… Es un jugador importantísimo. En esta liga se juega a romper sistemas. Pero, en ataque, él sabe que tiene que anotar más, se lo pedimos y es lo que estamos tratando de hacer. Yo le veo adaptado porque nunca es fácil, estando en el ojo de la tormenta porque te trae el entrenador, pero yo he tenido la suerte de ganar muchas cosas y muy importantes con él. Confío mucho en él. Es de esos jugadores de los que yo digo que te “cuidan la plata”. Es como un hijo para mí, tanto él como su hermano. Sé que ofensivamente nos va a empezar a dar más cosas.
Marko es una persona excelente y muy respetuosa, un ganador nato. Se enoja si no gana hasta en una serie de tiro. Tiene una trayectoria enorme y muy respetable. Está hablando todo el rato con sus compañeros, compartiendo ideas por la experiencia que tiene. Empuja mucho. Y el Marko Popovic que estamos viendo ahora tiene mucho que ver con el del principio, cuando no estaba teniendo buenos porcentajes de tiro. Eso marca lo que es él. No es que ahora sea otra persona. Estoy feliz con él porque te inspira muchas cosas.
-¿Qué es lo que más le ha llamado la atención de la Liga Endesa?
La liga tiene un altísimo nivel, tanto a nivel organizativo como de entrenadores, árbitros, periodismo, aficionados… Veo que hay mucho respeto también con jugadores que no son de aquí, como en nuestro equipos (11 nacionalidades). Por algo está entre las dos mejores ligas del mundo. Yo estoy muy contento por cómo me han tratado. Más allá de que ya conociera al presidente, José Quintana, al que le agradezco que me trajera, he sentido mucho respeto, me han tratado muy bien. Eso ha sido muy bien visto en mi país (Argentina) porque los periodistas de allí lo destacan, ven el buen trato que recibo.
-¿Y usted, a nivel personal, cómo vive esta experiencia en Europa?
Estoy cómodo: yo vivo a dos manzanas de aquí [La entrevista se realiza en el Pabellón Fernando Martín, donde el Fuenlabrada disputa sus partidos como local]. Esto se lo digo a todos ustedes: tienen una manera muy particular de la palabra “crisis”. Yo sé lo que es la crisis. En España hay mucha calidad de vida, es lo que yo veo. Me refiero a que veo a la gente contenta, riendo, con sus teléfonos móviles, con seguridad… Eso vale muchísimo. Estoy muy contento de estar aquí.
-Ha estado entrenando en tres continentes. ¿Cree que esta experiencia, la de la Europa, será prolongada de un tiempo a esta parte o es puntual?
Yo quiero quedarme aquí. Quería venir desde hace un tiempo y quiero permanecer. Mi idea es extender esto y, ojalá, terminar mi carrera aquí.
-Es un entrenador extranjero en la ACB. Sabe lo complicado que es entrar en esta rueda, a veces un poco proteccionista. ¿Cómo lo ve como hito para su carrera y para los que pueden venir después de usted?
Aquí hay un abanico de entrenadores europeos muy bueno y están más cerca. Los entrenadores argentinos somos un estamento que se ha preparado mucho para llegar a buenos lugares. Por una cosa u otra no se pudo antes. Y tampoco sé si esto abre puertas ni si depende del trabajo de uno: si lo hace bien, abre; si no, no abre. Sé que es muy difícil entrar aquí, por eso estoy a full en esto y lo quiero hacer bien. Quiero aprovechar esta oportunidad.
-Para venir tuvo que dejar de ser seleccionador de Venezuela. Esa regla de la ACB que dicta que no se puedan compaginar cargos en club y selección es criticada por algunos, sobre todo viendo ejemplos como los de Collet (Francia), Djordjevic (Serbia) o próximamente Gregg Popovich (Estados Unidos). ¿Le dolió tener que hacerlo?
Dejé atrás muchas cosas. Estaba en un club, el Quimsa, del que me dejaron salir pese a que tenía contrato porque sabían las ganas que tenían de venir. Y tuve que dejar una selección de un país en el que me siento muy cómodo. Todo esto demuestra las ganas que yo tenía de venir aquí. Y las reglas tengo que respetarlas, y en mi caso puede que me ayudara por ser nuevo en la competición, pero sí se pueden compaginar.
-Ha llegado a un equipo con mucho carácter, a una afición de las que aprieta. Y usted también es pasional, canchero. ¿Cree que han acertado con la simbiosis?
Por mi manera de dirigir sabía que me iba a identificar. Vivo cerca, la gente me saluda cuando vengo al pabellón, ellos nos empujan de una manera increíble… Creo que les gusta el equipo y el equipo hace mucho para que les guste. Y repito, no es fácil ser entrenador, extranjero, llegar y que en tres meses te traten así. Eso habla muy bien de la gente de aquí.
-Hablemos de la Copa, que llegará dentro de unas semanas. ¿Qué espera de ella, sobre todo como experiencia vital?
Yo quiero vivirla. Siempre me dijeron que, junto con la Final Four de la Euroliga, es el torneo más lindo de Europa. Los torneos de un día, en que si pierdes te vas a casa, ya sé cómo son por las selecciones. Es un día y puede pasar cualquier cosa. Nosotros la vamos a ir a jugar y estamos muy orgullosos de haber llegado allí, también la jugaremos de igual a igual contra quien nos toque.
-Veo que es una persona de retos. Prometió que dejaría de fumar si se clasificaba para la Copa y así lo ha hecho. ¿Le sacaré otra promesa para lo que queda de temporada?
No, por ahora. Ya estoy loco con lo de fumar, pero porque me lo pidieron los jugadores. Se me tiene que cruzar y que cometa el error de que, desde mi espontaneidad, ocurra y tenga que cumplirla.
Fuente: AS
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El hombre más grande del mundo
Hoy hacen 4 años que no le doy un abrazo de cumpleaños.
El dolor, dirán los artistas, es un gran detonante de la creatividad, de toda clase de obras prodigiosas en el arte, la música o la ciencia.
Tal vez es así para el dolor de un corazón roto por amor. O de la pérdida de la propia identidad, de tu pueblo o algo material que añoras. Pero ¿Puede ser cierto ante el dolor del duelo? ¿Ante la destrucción inherente al concepto de morir? No lo sé… al menos no me pasó a mí, quién hasta ahora puedo escribir sobre ello.
Nació un día como hoy, 3 de octubre de 1951 y por aquel humor sádico de la vida, murió 20 días después de su cumpleaños número 63. Veinte. Día de agosto en que nací yo. Y que además es mi número favorito. O lo era, sería más preciso decir…
Aunque nacido en Caracas, tan precaria era la situación de mi abuela, su madre, que fue enviado de muy pequeño a vivir con su madrina, tierra adentro en Barquisimeto, un estado ganadero, entre otras cosas. De allí son tantas las historias que escuché de él que no podría siquiera listarlas. Entre hilarantes y penosas, narran una vida marcada por el trabajo, el maltrato, la escasez y la pena.
Pero no se dejen abrumar, no es esta la historia de alguien triste o miserable. Carlitos, o Papá, era más bien conocido por hablador, elocuente, de fácil sonrisa y bastante bonachón.
Se dice que hacía las mejores arepas del mundo y que una vez, cargó sobre sus hombros un árbol gigantesco sin la ayuda de nadie, aunque hacían falta varios hombres para cargar un vegetal similar. O así lo recuerdo allá por la época del 98.
Medía un metro y cincuenta y cinco centímetros. Pequeñísimo. Sin embargo es el hombre más grande que jamás conocí. O al menos el más fuerte. Durante su juventud bromeó todo el tiempo, con ese humor ácido de los Weter, con que moriría joven, pues era su destino. Aunque oculto entre bromas e ironía, había un dejo de angustia en sus histriónicas declaraciones fatalistas y es que eran varios sus hermanos los que habían muerto súbita y tempranamente en su historia familiar.
Y tal vez fue por eso que amó todo lo que pudo.
Primero amó el trabajo, pues fue así que salió de la pobreza y dió a sus hijos un futuro que él no pudo siquiera imaginar.
Luego amó a La Negrita, o Mamá, más temprano de lo que suelen admitir.
También amó a su querida Católica, cuando apenas tenía un módulo. Ese lugar encantador donde trabajó toda la vida y soñó con vernos graduar.
Y finalmente nos amó a mí y a Romina. Y a Ricardo, quien apenas pudo disfrutarlo.
¿Era de decirlo? No, y es que algunas expresiones de afecto necesitan aprenderse y las de él eran bastante rudimentarias. Y no digo con eso que no fuera sentimental. Bastaba una graduación o una película triste para verlo “con el guarapo agua’o” como solía decir. Sin embargo, me costó entender que la pregunta “¿tiene hambre hijo?” era una suerte de abrazo, a su modo. Y es que si le caías bien iba a ofrecerte comida cada ocasión que te viera.
¿Hay mejor manera de cuidar a quien se quiere?
Nos amó a todos pese a lo diferentes que fuimos y lo poco que entendía a nuestra generación. Nos apoyó y creyó que podíamos lograr lo que fuera y en parte, creo que nos lo creímos.
Siempre amó. A su manera y como pudo. Puede que durante los encuentros breves con la muerte –como en aquel terrible accidente de auto que sobrevivió- se descubrió más cerca de ese destino horrible que tantas veces había adelantado. Fueron tantos y tan hilarantes que bromeábamos con su suerte, diciendo que justo por predecir constantemente su muerte, ésta nunca llegaría, como castigo de la lengua al cuerpo.
Y en parte fue así. Durante años parecía que no había nada tan duro como él mismo para hacerle daño. Como a una especie de León de Nemea, no podía herírsele desde afuera. Al final fue su corazón, para muchos de piedra pero bastante más frágil, el que le profirió el golpe fatal.
Ah, pero muchos coincidirán en que era un hombre de terrible carácter, sin duda. Cuando veo mi núcleo familiar, no puedo evitar pensar en que Mamá fue bendecida con el don de la paciencia y es que Papá y sus dos hijos tenemos un carácter digno de putear: tozudos, obsesivos, creídos, desdeñosos y fáciles a la ira. Solo puedo pensar que dicha combinación anímica, por cuestiones matemáticas, debía resultar en algo positivo.
Entre anécdotas graciosas, recuerdo aquella vez que llegué a la universidad y como era costumbre, Papá me esperaba con anhelo en la pasarela del Metro para darme los buenos días y el desayuno de esa mañana. Esa vez sin embargo, lo tomé por sorpresa ya que llegué más temprano de lo habitual (nadie se esperaba tal giro de los acontecimientos ¿eh?) y lo hallé comiéndose una empanada frita de queso, junto a un gato negro que parecía muy entretenido comiendo… ¿adivinen qué?
Sí, otra empanada frita de queso.
¡Qué imagen ocurrente!
Papá y un gato comiendo sendas y muy altas en grasas empanadas. Poco conveniente para la dieta de un gato, o la de Papá, dicho sea de paso.
-
El día antes de morir discutimos. Salía con alguien quien no era de su agrado. Preocupaciones de padre que reflejaban su conservadurismo y que yo sentía como un rechazo a mí mismo. Esa noche, después de comentarios dolorosos de mi parte, me hallaba en la laptop cuando se levantó de madrugada, pues siempre fue muy nocturno y como era su costumbre, me echó la bendición:
“Dios me lo bendiga”.
Yo, que tenía puesto auriculares pero no escuchaba música, no le respondí.
No hay nada que responder ante una bendición cuando te la echan, sin embargo, era mi costumbre responder “bendición” para que resultara en una suerte de agradecimiento por el gesto.
Claramente no lo hice pues estaba enojado, me molestaba esa capacidad suya de olvidarse de las discusiones y perdonar sin más. No, debía saber que estaba molesto. Y lo supo.
En los últimos años, varios padecimientos lo habían hecho visitar al médico con frecuencia. El tiempo no pasa en vano y el trabajo del cuerpo se paga caro. Aún así, no perdió su vitalidad y no hubo caída, alergia, hernia o cirugía que lo detuviera.
Nada lo detuvo, hasta que se detuvo.
Recuerdo con claridad el suspiro de preocupación de Mamá cuando salió de la habitación. Ella lo vió venir, podía sentirlo cuando los demás siquiera lo sospechábamos. Es de esas cosas que sabes cuando estás conectado con alguien tan larga y profundamente. Diez minutos luego de que Mamá entró a mi habitación por primera vez ese día, recibió una segunda llamada.
No. Ese día estuvo marcado por esas dos letras. N y O. Negación. Nos arrancamos a llorar en el pasillo de mi edificio con una vecina, quien con solo vernos previó lo peor. Los tres sollozábamos, con un tranquilo Ricardo en mis brazos, que observaba confundido, sabiendo en su narcisismo primario que algo más grande que él mismo estaba sucediendo. El abuelo se había ido.
Cuando lo vi no me resultaba real. No era mi papá. Era su cuerpo, sí, pero no era él. Lo vi tantas veces dormir y no era nada como eso. Era mi papá, sin ser él. Ya no era. Fue allí cuando lloré, lloré como un niño pequeño que se ahoga y trata de respirar en vano. Como alguien que pierde todo, que se pierde. Lloramos y nos abrazamos, sosteniéndonos unos a otros, como si intentáramos mecánicamente retener el dolor. No pude tocarlo, eso lo hubiese hecho real y era algo que aún no podía aceptar. No todavía.
En el entierro me alegré de ver tanta gente querida, estaban ahí por él y por mí. Los abracé a todos, hablé y de cuando en vez olvidé la pena. Era en las noches, en los momentos de soledad, cuando un balde de tristeza me caía encima y me partía en pedazos. Mamá tampoco estaba bien. Durante varios días estuvo descompuesta, pues siempre ha sido mejor poniendo la pena en el cuerpo, que contándola.
Cuatro años han pasado y no hay día en que no lo recuerde. Antes solía soñarlo. Sueños triviales, con él viendo la tele y mi querida Nala, quién nos dejó meses después que él, a su lado, en esa compañía silente que los caracterizaba.
En esos sueños le doy ese abrazo que debió seguir a la bendición no contestada. Y no digo nada, pues siempre fuimos malos con las palabras. Él me sonríe y continúa con lo suyo, y es que yo solo necesito saber que está ahí. Nada más.
Hoy ya no lo sueño tanto como quisiera. Y me descubro a veces, temiendo olvidar su rostro, o su voz… ¿cómo era aquel silbido suyo?
Es entonces cuando me encuentro repitiendo sus ademanes, sus historias y refranes, su genio malhumorado, o ese ego bien plantado que lo caracterizaba. O cuando me invaden esas ganas de cantar más grandes que su voz en sí o esa habilidad olímpica para esquivar las buenas fotos.
Entonces sonrío, tranquilo, porque ¿puede acaso uno recordar quién le enseñó a respirar? ¿O a su corazón latir?
No, eventualmente lo olvidamos. Así como eventualmente olvidaré partes de él, su gusto favorito de gaseosa o esa canción a la que siempre le cambiaba la letra.
Lo cambiaré mil veces en mi cabeza hasta que un día me descubra preguntándome ¿era ese lunar en su pecho realmente azul, o es algo que inventé?
Pero entonces no habrá de importar, pues me reiré ahogadamente, haré comentarios pesados sobre la gente y las arepas más ricas jamás probadas, tal y como hacía él. No me preguntaré de donde lo saqué, aunque mientras escribo esto, sé que es todo lo que tengo de él.
Días después de su partida, soñé con Nala, mi perrita de la infancia. Nunca pude despedirme de ella, así que vino esa noche a acompañarme y mientras la abrazaba, pensé que podía encontrarse a Papá allá a donde fuera y me acerqué a su oído para pedirle una cosa.
“No llegaré a viejo” le gustaba rezongar con frecuencia. En ese momento creíamos que era una especie de místico vaticinio de su parte. No entendíamos que era una declaración, un statement de cómo quería vivir y ser recordado.
Un metro con cincuenta y cinco centímetros, midió. Pero todo aquél que lo conoció, puede decir con fervor que el Sr. Carlitos, como le llamaban, fue el hombre más grande del mundo.
Nala desaparecía de mi sueño lentamente, pero no estaba preocupado, sabía que aunque no pudiera hablar, ni siquiera allá en el cielo de los perros, con solo ver a Papá podría transmitirle lo único que tuve que decir el día antes de que nos dejara:
También te quiero, Papá.
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Las 10 mejores reinas de 'RuPaul's Drag Race'
Estamos tristes. Pero mucho. Así entre nosotros, tenemos drama. Mogollón. Tía, chat ya. Manuela Carmena vuelve a decepcionar al Madrid World Pride Tour Universal Absolut Vodka Parade y ningún icono de los aquí presentes presidirá Chueca este fin de semana. Pero nos sobreponemos a la desgracia y hoy estamos aquí reunidos con todas nuestras uñas y todas nuestras purpurinas para celebrar algo tan grande que excede nuestras limitaciones sobre series. No es culpa nuestra, es de Netflix por tener a cierta longeva reina como estandarte en las paradas del metro y demás marquesinas bendecidas por su presencia. Mother Ru patrocina.
113 hombres disfrazados de mujer, en ocasiones insecto y en otras incluso hombre de nuevo en un agujero de gusano transformista, han corrido en la que sin duda es la mejor competición televisada de la historia. Y ya no sólo por los méritos formales de llevar 9 temporadas en antena, también por ser el programa más gay desde que los armarios se legalizaron en prime time, estamos en la obligación moral de celebrar a sus mayores referentes. Esas caras que copan todos los gifs de Twitter, esos difuntos Vines histriónicos y esas coletillas que, si no has gozado este espectáculo para los sentidos, probablemente no entiendas hables el inglés que hables. Hoy, las 10 mejores majestades mayores del reino de RuPaul.
10. Latrice Royale
Empezamos por la base. Por los cimientos del Drag Race auténtico. Latrice Royale, chunky yet funky, large and in charge, es a quien debemos años y años de gritar a los cuatro vientos: "The shade! The shade of it all!" Latrice representa un contrapunto sorprendentemente positivo a este maravilloso atajo de maricas malas que se dedica a acuchillarse entre sí a la mínima que pueden, excepto cuando cambian de canal sin querer y nos ponen RuPaul’s Best Friend Race. Metro noventa y 160 kilos de varón ex-presidiario para hacerles disfrutar y ver que, si ella puede despatarrarse en el suelo con vestido largo, todo se puede conseguir en esta vida.
9. Trinity Taylor
La cuádruple amenaza que viene a representar la última temporada. Nadie le dirá que es perfecta, es guapísima y que se parece a Linda Evangelista, pero Trinity "The Tuck" Taylor se ha marcado uno de los mejores arcos de transformación de todo el programa. De bicha mala que parecía venir a recrear la rivalidad de los desfiles de Alyssa y Coco, a Maritrini la hemos visto evolucionar hasta la categoría de todoterreno la pongas a hacer lo que la pongas: actriz, humorista, diseñadora, rapera, modelo, animadora, lipsyncer asesina, drag mom… Tú pide, ella lo clava.
8. Trixie Mattel
Brillante e infravalorada como ninguna, la reciente estrella bicéfala del country despuntó en la séptima temporada como la fan favorite que incendió Twitter debido a su temprana eliminación a manos de cierto bello twink de actitud letárgica. Hoy, siendo fiel a su marca por la que Aqua podría cantar eso de "life in plastic, it's fantastic" perfectamente, se ha transformado en una estrella de YouTube y encabeza todas las apuestas para repartir cera en el All Stars 3. Única e inigualable, honey. HO-NEY.
7. Sharon Needles
Envuelta en polémica desde el minuto uno por ciertos rumores de favoritismo feroz que hasta la invitaron a repetir la grabación de su entrada porque se le cayó el sombrero, Shannon Noodles es una revolucionaria del programa. The Walking Drag allanó el camino de incluso la presente reigning queen, abriéndonos las miras a todos de los límites de este arte. Sharon dijo que no había límites, y así sigue siendo. A su legado, además de su estética, se le une su sentido del humor siempre tan a conjunto, el ser protagonista de uno de los feuds más míticos de la historia y una mantra célebre para llevar hasta nuestras vidas amorosas: “when in doubt, freak 'em out.”
6. Detox
Una estrella con la pésima suerte de siempre acabar en ediciones con competiciones feroces, cuando en una 8ª temporada se hubiese llevado dos coronas en los que otras sobrevivían al Snatch Game. Un beso, Derrick Barry. Detox es un talento natural en un cuerpo 95% implantes, aunque se desconoce si su particular dislocación de mandíbula es efecto de la cirugía también. Pese a ser aficionada a ir más allá del atuendo para transformar su drag, sobre Detox pesa siempre la sombra del fatídico Rolaskatox. O, mejor dicho, será siempre recordada también por llevar a rastras a Roxxxy Andrews, su thick, su juicy y su peluca bajo peluca.
5. Alyssa Edwards
Alyssa Edwards tiene un secreto: es pura televisión. Han pasado ya cuatro años desde su temporada y aún nos sorprende que no tenga un reality propio. Matriarca de la Haus of Edwards pendiente de disculparse por dar a luz Laganja Estranja, esta máquina de fabricar one-liners suelta frases célebres como para hacerle cinco colecciones de camisetas:
It’s not personal, it’s drag.
Don’t get bitter, just get better.
Girl, look how orange you fucking look, girl!
I don’t get cute I get drop dead gorgeous.
If I go home, it was rigged. Rigor morris, girl. It was rigor morris. [Who’s Morris?]
*tongue pop* x1000
Legendaria bailarina, Miss Gay America caída en desgracia y, sobre todo, always and forever, Alyssa Edwards. Bueno, y dueña y señora de los backrolls también, no se nos olvide.
4. Katya
Екатерина Петровна Замолодчикова, but your dad just calls her Katya. Tu puta rusa bisexual de cabecera y cada día la de más gente, se llevó el Miss Congeniality y se quedó en un debatible segundo puesto en su All Stars. Katya es probablemente el genio más perturbado de las 9 temporadas. Una cabeza errática y desequilibrada producto de años de ansiedad y adicciones varias que ha ido confesando en lo más parecido al directo que pueda ofrecer este formato. Nuestra gimnasta favorita vive en constante estado de robbed, pero siempre será la primera en al menos la carrera por aplastar sus genitales contra la pasarela y hacer temblar el plató.
3. Alaska
Cinco años de audiciones para que su novio entrase a la primera y se llevase el concurso de calle. Así es como conocimos a Alaska Thunderfuck 5000, eterna secundona para su triunfadora pareja, número 7 de esta lista, pero que tras su doble paso por el concurso ha superado con creces. Ganadora de 4 episodios del All Stars más feroz, Alaska pasó de ir vestida con bolsas de basura al hall de la fama de Casa Ru. Una comedy queen reconstruida en fashionista alien, reina de las serpientes y temible monstruo al que no quieres tener en frente en una competición.
2. Willam
Willam Belli es historia viva de la televisión. Legendaria combinación entre todo lo bueno de una chica guapa que bebía de Carrie Bradshaw, el fino sentido del humor del guionista mejor pagado de HBO y la incorrección general de un episodio censurado de Padre de familia. Esta Chica Murphy —chúpate esa, Sarah Paulson— se lleva el insigne honor de ser la única concursante eliminada por romper las normas. #WhatDidWillamDo sigue envuelto en misterio y controversia: presunto abandono camuflado, visitas conyugales no permitidas, enfrentamientos con la producción… La autora de ese himno titulado Esa marica es pasiva tenía absolutamente todo para ganar su temporada y, si Madre y productora ofrecen clemencia, probablemente el siguiente All Stars.
1. Bianca del Rio
A ella hemos reservado el primer puesto con menos intriga de la trayectoria de las listas del blog. Pero desde la tranquilidad de que es indiscutible. La única reina con un paso perfecto por el concurso, ni un solo lipsync for her life, ni un episodio por debajo de la media. Bianca del Rio es Dios hecho drag. La clown realness pasó a los anales de la cultura pop por ese talento inigualable de escupir cianuro rompiendo la barrera del sonido y, pese a estar hecha de odio y tener literalmente como profesión ser insult comic, ganarse el corazón de todo súbdito al mismo tiempo. El mítico Rolodex of Hate le dio para tener hasta su propia película y, a día de hoy, ser la criatura más inalcanzable del concurso, primera en la línea sucesoria para la pronta jubilación de RuPaul. RuPaul de momento dice que "not today, Satan."
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