#Un Viaje al Corazón
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cinemedios · 4 months ago
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“Un Viaje al Corazón”, otra nota altísima del cine nacional.
Memorable, conmovedora y realista, el cine mexicano nos trae una propuesta llena de enseñanzas como la lealtad, la resistencia y el amor. Una de las mejores películas nacionales del año.
Reseña | “Un Viaje al Corazón” Julián Álvarez es un honrado trabajador del aeropuerto de Los Ángeles que tras quedar viudo queda a cargo de su hija Sofía, a la cual, cuida con todo su ser junto a su cuñado Nick, pues necesita de un trasplante de corazón lo antes posible. La vida les sonreirá a Julián, Nick y Sofía, al recibir la noticia que el 18 de agosto le realizarán la cirugía a Sofía, pero…
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ittom2m · 8 months ago
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EL VIAJE ASTRAL
Los viajes atrales son un fenómeno muy fascinante pero poco estudiado, por eso el profesor Evan se ha dedicado la mayor parte de su vida a estudiarlos.
Pero por más que el profesor le apasione el tema, él ya esta viejo por eso mismo contrato a Mike su nuevo asistente un joven estudiante con mucho potencial en el campo de la investigación científica y que desde muy pequeño ha tenido la habilidad de hacer viajes astrales así que sabe muy bien del tema casi tanto como el profesor Evan por eso es muy común que realicen sesiones juntos para tener viajes astrales.
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En su última sesion estaban estudiando las interacciones entre sus cuerpos astrales y como es que se podían comunicar e interactuar en el plano astral, todo iba bien hasta que al terminar el viaje, el primero en despertar fue el profesor pero esta vez se sentía con más energía como si hubiera rejuvenecido, hasta que vio sus manos, se dio cuenta de que este no era su cuerpo Si no que era el cuerpo de Mike al verse en un espejo se emocióno aún más asi que se quito la playera y empezó a tocar su nuevo cuerpo en específico los músculos bien trabajandos de su asistente mientras hacía eso, comenzó a sentir como su corazón empezaba a bombear sangre a su entrepierna, asi que se bajo los pantalones solo para ver un bulto considerablemente grande debajo de su ropainterior, lo único que pensó Evan fue en desnudarse por completo y dejar salir ese pedazo de carne pero antes queria tomarse una foto y recordar ese momento.
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justo después de tomar la foto, Mike lo interrupio al parecer habia despertado muy desorientado, casi le daba un infarto al ver como se estaba comportando su cuerpo.
El profesor lo tranquilizo y le explico la situación mientras se volvía a vestir, aún así Mike quería regresar a su cuerpo y el profesor se sentía mal por haber actuado de esa forma en el cuerpo de su asistente, así que tuvieron una sesión rápida para volver a sus cuerpos.
Mike ahora se sentia aliviado mientras veía la foto que el profesor tomo cuando cambiaron de cuerpos, solto una sonrisa y le hizo saber que le gustaria seguir investigando más sobre el intercambio de cuerpos y que podrían intentar volver a intercambiar para la siguiente sesión.
El unico problema era que la siguiente sesión seria hasta el otro sabado ya que Mike estaba ocupado con la escuela, para Evan esto fue un gran inconveniente ya que necesitaba volverse a sentir así de fuerte y viril, y solo lo podía lograr teniendo el cuerpo de su asistente.
Así que el Profesor Evan ideó un plan. Espero a la noche del domingo aproximadamente a las 11:00 pm ya que Mike se iba a la cama temprano para ir al escuela, Evan se tomó las suficientes pastillas para dormir esto con el fin de relajarse y poder tener un viaje astral lo antes posible. En un instante el profesor se encontraba en el plano astral, se dirijo a la casa de Mike en específico a su cuarto donde se quedó esperando en una esquina hasta que vio como el cuerpo astral de Mike apareció, esa era la señal. Su asistente estaba teniendo uno de esos viajes astrales involuntarios, sabía que los tenía a menudo, ahora era el momento de poseerlo así que el espiritu de Evan se abalanzó sobre el cuerpo inerte de Mike.
Profesor Evan: Mi plan ha funcionado *dice con la voz profunda de mike* no lo puedo creer me siento genial en este cuerpo, ahora que tengo el control total podré disfrutarlo empezando por donde me quede.
Al levantarse de la cama el profesor se da cuenta de que su asistente duerme solo en ropa interior y con calcetines.
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El profesor no pudo evitar oler los diferentes aromas que emitía su nuevo cuerpo como el de sus axilas, parecía que Mike estaba tan cansado que se durmió sin bañarse, eso no le digusto a Evan al contrario empezó a exitarse mientras veía esos calcetines blancos. Derrepente tuvo unas ganas de quitárselos y olerlos, y así fue mientras los olia comenzó a tener una ereccion, sabía lo que tenía que hacer así que se bajo su bóxer dejando salir el pene de Mike, aproximadamente unos 17 cm sin circuncisión y con un buen grosor, en ese momento el profesor supo que fue una muy buena decisión haberlo poseído mientras se masturbaba con un calcetín comenzó a gemir, al oír los gemidos de su asistente lo éxito aún más e hizo que se viniera de una vez.
El cuerpo de Mike estaba todo sudado en medio de su cuarto con la verga metida en un calcetín lleno de su leche mientras el profesor lo poseía, solo de pensar en está escena sacada de sus fantasías más perversas aún mantenía duro su pene.
El profesor Evan se sentó en una silla mientras jugaba con sus bolas supo que este cuerpo ahora sería suyo, no pensaba dejarlo.
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Al día siguiente el profesor despierta y lo primero que ve es la ereccion mañanera de su nuevo cuerpo
Evan: Aun no puedo creerlo, sigo en el cuerpo de Mike, anoche fue como un sueño, parece que este cuerpo estaba esperando a ser usado por alguien con más experiencia.
*suena el despertador*
Evan: Vaya ya es tarde, tengo que bañarme después de haberme divertido anoche me quede dormido por eso este cuerpo ya apesta *se huele la axila* aunque me gustaria seguir oliendo así, tengo que ir al escuela y fingir ser Mike o bueno tratar de ser él.
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Evan: Este cuerpo es muy sensible, solo comenze a tallarme y ya tengo otra ereccion, quisiera volverme a masturbar pero ya se me hizo tarde, creo que me quede mucho tiempo mirándome al espejo, este cuerpo merece ser visto por todos, comenzare a tomarme más fotos para subirlas a las redes sociales de Mike así puede que llame la atención de un chico lindo con el que pueda sacar todo el potencial de mi nuevo cuerpo.
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Evan: ahora tengo que vestirme aunque Mike tiene coche, así que podría manejar en boxer solo para ver sus piernas peludas, pies y paquete en cada oportunidad que tenga.
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Evan: dedique toda mi vida al estudio de los viajes astrales y ahora que soy Mike puedo decir que vale la pena dar todo de ti a lo que te apasiona, talvez algún día puedas usar tus conocimientos para poseer un cuerpo como este.
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heros-paradox · 1 month ago
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¡Hola!
Este post será una especie de guía de los 12 Links que conforman la historia. No especificaré sus edades exactas, sino un aproximado.
Puedes leer la trama aquí
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Aventuras: Skyward Sword
Edad: 20-21 [Joven adulto]
Ahora vive tranquilamente con Zelda en la superficie, donde ha encontrado la felicidad en una vida pacífica.
Pasa sus días ayudando a Zelda, tocando música o tallando madera.
Aunque ya no tiene en su poder la Espada Maestra, suele visitar el lugar de descanso de Fi, aunque nunca reciba una respuesta.
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Aventuras: The Minish Cap
Edad: 11-12 [Niño]
Después de sellar a Vaati, ya no empuña la Four Sword.
No dejes que su juventud o pequeña estatura te engañen; subestimarlo sería un error.
De corazón bondadoso, honesto y dulce, nunca duda en ayudar a quien lo necesite.
Es el más joven (y el más bajo) del grupo.
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Aventuras: Ocarina of Time & Majora's Mask
Edad: 20-21 [Joven adulto]
Tras salvar Hyrule y Termina, ahora vive como un viajero y ayuda en el Rancho Lon Lon.
A pesar de todo lo que ha enfrentado, nunca ha dejado de buscar a Navi.
Está considerando unirse a la Guardia Real.
Aún no lo entiende del todo, pero tiene un pequeño enamoramiento por Malon, su amiga de la infancia.
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Aventuras: Wind Waker & Phantom Hourglass
Edad: 13-14 [Adolescente]
Pasa gran parte de su tiempo explorando nuevos lugares con Tetra y siempre regresa con regalos para su hermanita.
Es el más expresivo y hablador de todos.
Le gusta unirse a los demás cuando tocan música.
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Aventuras: Spirit Tracks
Edad: 13-14 [Adolescente]
Es físicamente muy parecido al Héroe de los Vientos.
Tan pronto como New Hyrule estuvo a salvo, finalmente pudo dedicarse a su pasión: los trenes.
Suele ser muy olvidadizo y algo distraído. Su constante cansancio por el trabajo no ayuda, pero a pesar de eso, realmente lo disfruta.
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Aventuras: Twilight Princess
Alias: Bestia de Ojos Azules, Héroe del Crepúsculo Edad: 19-21 [Joven adulto]
Extraña profundamente a Midna, más que a nada ni nadie.
Tras sus aventuras, regresó a Ordon, donde se dedica a cuidar animales y velar por sus amigos.
Lleva consigo una espada todo el tiempo, por si acaso.
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Aventuras: Four Swords/Adventures (Combinados)
Edad: 13-15 [Adolescente]
Es quien más recientemente terminó su aventura; estaba en camino de devolver la Four Sword a su pedestal, pero terminó junto a los demás antes de poder hacerlo.
Hijo de un caballero, era un soldado en entrenamiento antes de embarcarse en su misión para derrotar a Vaati.
La Four Sword ha tenido algunos efectos secundarios misteriosos en él...
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Aventuras: A Link to the Past, Oracle of Seasons & Ages, Link’s Awakening
Edad: 17-19 [Adolescente]
Suele llevar una flor, no porque le gusten particularmente, sino porque le recuerdan a Marin.
Tras su viaje a la isla Koholint, finalmente tomó un descanso de buscar aventuras; necesitaba tiempo para procesar todo lo que había vivido.
Pasa sus días cuidando su colección de artefactos.
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Aventuras: A Link Between Worlds & Tri Force Heroes
Edad: [Adolescente]
Comparte con Wild el gusto por la ropa y tiene una docena de atuendos ridículos para cada ocasión.
Conserva con cariño el brazalete que le regaló Ravio; al final, aprendió a apreciar al avaro conejo cobarde.
Es animado y tiene un sentido del humor peculiar. De todos, es quien mejor se ha adaptado al trabajo en equipo.
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Aventuras: Zelda I & Zelda II
Edad: 16-18 [Adolescente]
Tiene dificultades para bajar la guardia y relajarse, producto de vivir en un Hyrule hostil y enfrentar amenazas constantes.
Prefiere usar magia y hechizos, pero no duda en demostrar que es un espadachín formidable.
Aunque no lo diga en voz alta, para él convertirse en un hada es probablemente lo más divertido que hay.
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Aventuras: Hyrule Warriors
Edad: 20-21 [Joven adulto]
De todo el grupo, probablemente sea quien mejor comprende la situación que están enfrentando; para él, es extrañamente familiar.
En el pasado, permitió que el exceso de confianza y ego casi le costaran la vida, y está decidido a que no vuelva a suceder.
Puede parecer arrogante al principio, pero no es más que una broma; en los momentos serios, es sensato y se preocupa profundamente por todos.
Actualmente, dedica su vida a su carrera militar.
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Aventuras: Breath of the Wild & Tears of the Kingdom
Alias: Campeón Hylian, Campeón de Hyrule, Héroe Edad: 20-23 [Joven adulto]
A los cuatro años ya era un espadachín prodigio, capaz de vencer a caballeros entrenados.
Amaba silenciosamente a Mipha, viendo en ella un alma amable que lo amaba por quien era, no por su destino como héroe. Lamentablemente, nunca tuvieron la oportunidad de confesarse sus sentimientos.
Tras despertar, se volvió mucho más hablador y expresivo. Aunque aún carga con la culpa de sus amigos caídos y su reino destruido, ya no siente el aplastante peso de las expectativas del mundo sobre él.
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Alturas
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Gracias por leer
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nebulamorada · 7 months ago
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Cregan Stark x Targaryen!reader
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Querer amar a Aemond era agotador.
Como única hija de Rhaenyra, la noche en la que tu tío Aemond pierde el ojo, recordando los momentos en los que ambos compartían una silenciosa compañía en la biblioteca rodeados de libros sobre cuentos valyrios, le hablaste a tu querido abuelo a espaldas de tu madre sobre un matrimonio como forma de afianzar vínculos; todo porque, alguna vez, durante tus días de dulce infancia, creíste que una muestra de amabilidad podría cambiarlo todo, que palabras dulces y buenas intenciones eran suficientes para curar el corazón de las personas y salvarlos de la amargura. Un golpe duro fue para tu alma sensible descubrir que en el proceso, sacrificarse a uno mismo para rescatar a alguien que ni siquiera hace el esfuerzo de aceptarlo es desesperante.
Las promesas a tu madre a la despedida en Driftmark sobre estar bien en tu nueva vida como pupila del rey hasta que tuvieras edad para ser esposa fueron un eco en tu mente durante los días que le siguieron a tu llegada a Kings Landing. La Red Keep jamás se había sentido como un hogar, pero sin la presencia protectora de tu madre se había tornado un completo infierno. Sin importar cuanta amabilidad y predisposición intentaste mostrar, todo lo que obtuviste a cambio fue terrible, sobre todo luego de tu primera sangre.
Los acercamientos promiscuos de Aegon y la forma en la que Alicent gozaba de abusar del poder que la invalidez de su esposo le daba (avergonzandote frente a sus damas o imposibilitando que te comuniques con Dragonstone de alguna forma) incluso las palabras denigrantes de tu esposo a tus oídos, desde acusaciones de ilegitimidad hasta la vez en la que durante la noche, apareció en tus aposentos durante una noche, apretandose con fuerza contra tu cuerpo mientras presionaba la hoja de una daga contra tu ojo, diciéndote cómo podría reclamar la deuda que le deben y nadie podría decirle nada, siendo tu deber como su mujer el complacerlo.
Aquellos años se sintieron tan eternos, que el cosquilleo de esperanza que sentiste cuando tu abuela Rhaenys y uno de los guardias gemelos lograron sacarte de la Red Keep, hacia parecer que todo era irreal. Los brazos de tu madre jamás se habían sentido tan cálidos como cuando te rodearon frente a la mesa de piedra de Dragonstone, incluso con Daemon acariciando tu cabeza en un incómodo intento de expresar su cariño.
Por desgracia, incluso con tu familia allí, tu verdadera familia, Dragonstone tampoco se sentía como un hogar, teniendo un ambiente familiar demasiado íntimo al que no podías acoplarte correctamente después de tantos años, así que cuando llega la hora de pactar las alianzas, mientras Lucerys va a Stromlands y Jacaerys al Valle, te ofreces para tomar el viaje a las tierras norteñas para pactar con los Stark.
Y quizás la Red Keep y Dragonstone no se sintieron como un hogar, pero Cregan Stark lo hizo.
El gran joven lobo que no fue más que amable desde tu llegada, guardando cautela sobre los temas a discutir sin dejar de ser nada más que hospitalario contigo. El norte era frío, pero los corazones de sus habitaciones era cálido, todos compartieron una extraña camaradería a la que no te costó integrarte, disfrutando de las cenas ruidosas e informales en las que abundaron las carcajadas y un tipo de amabilidad y transparencia que jamás se había presentado en el sur.
Contrario a lo que habías conocido, querer amar a Cregan se sentía revitalizante. Sus charlas fluían sin esfuerzo hasta que los anhelos de cualquier simple roce llegaron sin dificultad junto con las miradas de sutil de deseo. Las cacerías a las que te dejó unirte daban paso a los comentarios bromistas sobre como podías montar una enorme bestia en los aires sin ningún problema mientras que necesitabas un banquito y algo de ayuda para subirte a un simple caballo, aferrándote a las riendas con temor. Incluso las tardes donde Rickon pataleaba, en un poco usual berrinche, para que seas tu quien lo lleves a su hora de la siesta, disfrutando de las canciones valyrias que tenías para él. Acciones que no pasaron inadvertidas para Cregan, quien además de ser un hombre con deseos, seguía teniendo las preocupaciones de un padre para su único hijo de apenas dos años.
No habías pasado más de tres lunas en Winterfell cuando Cregan decidió que moriría si no te tenía en su hogar, a su lado como su esposa y la dama de Winterfell, a lo que aceptaste sin prisa, ambos de acuerdo en disfrazar la repentina unión como una especie de acuerdo para dar sus hombres a favor de la reina negra. Ambos bajo el arciano del bosque de dioses, sellando sus votos luego de que el pusiera su capa en tus hombros, pocos días después de que un maestre avalara la anulación de tu matrimonio con Aemond, puesto que había sido en el Sept bajo la luz de los siete y no en una tradicional boda valyria, fue algo simple de hacer.
Tu primera boda había sido un calvario, pero la celebración de la segunda fue la cosa más hermosa que jamás hayas tenido, incluso teniendo a tu pequeño hijastro cantando una, terriblemente tierna y mal pronunciada canción de las que te había escuchado cantarle a la que aplaudiste con todo el cariño del mundo.
Las bromas crueles a costa tuya ahora fueron chistes bien intencionados de los que era fácil reír y que eran cómodos de compartir.
El miedo y el dolor de las noches en las que Aemond te tomaba, cambiaron al ardiente deseo y placer que quema por donde sea que Cregan te acariciara, ambos casi arrancandose las capas de ropa cada vez, compartiendo pequeñas risitas cada que los pesados abrigos y múltiples correas de tu esposo eran más trabajosos de quitar para ti.
Los recuerdos de los empujones duros de tu anterior esposo mientras te tomaba de espaldas fueron borrados por el cuerpo de Cregan alzándose sobre el tuyo mientras te mantenía de frente a él a la hora de hacerte el amor, siempre dejándote tener un cierto grado de control para que te sintieras cómoda. Siempre murmurando frases dulces en medio de los besos que compartían sin importar el ritmo que llevarán.
Y las sabanas de fría seda fueron reemplazadas por pieles calientes en las que ya no estabas sola durante las noches en las que tenías el cuerpo de tu señor marido protegiendo el tuyo entre sus fuertes brazos durante las horas de sueño.
Aún había que notificarle a tu madre sobre todo el asunto del matrimonio y avisar que Cregan había dado un gran número de hombres para sus filas, sabiendo que ahora tienes un deber hacia ella como reina detrás del hecho de ser su hija...pero te preocupara por eso solo un poco más tarde.
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ya sé que esas fotitos que hago me quedan bien cuyeyas, humildemente enfoquense en el o.s nomas 😭
(recuerdo haber reblogueado a la cuenta que creo el separador que estoy usando, pero si se saben el user para que la pueda mencionar se los agradecería)
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jinetacromada43 · 2 months ago
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Te llevo para que me lleves | Franco Colapinto
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summary: Después de ganar su primera carrera en Fórmula 1, Franco le regala a Agus su casco.
pairing: franco colapinto x (fem)! singer agus luciani
wattpad: jinetacromadette
Era una tarde soleada en Monza, y Franco acababa de conseguir su primera victoria en Fórmula 1. Estaba empapado de champaña, con esa sonrisa que parecía iluminar cualquier lugar al que fuera. Cuando salimos del circuito, me llevó a un rincón más tranquilo, lejos de la multitud.
—Tengo algo para vos —me dijo, todavía con el pelo revuelto y los ojos brillando de emoción.
—¿Qué? ¿La botella de champán? Porque ya la vaciaste. —Reí, intentando disimular que su mirada siempre me hacía sentir un poco más torpe de lo normal.
Franco negó con la cabeza y, de repente, apareció con el casco en las manos. Lo miré, confundida.
—¿Te lo sostengo? —le dije, tratando de entender qué estaba haciendo.
Él rió, esa risa suya tan natural.
—No, amor. Te lo estoy dando a vos.
Me quedé muda. Lo giré en mis manos y me di cuenta de los detalles que había puesto en él: una bandera argentina, pequeños símbolos que representaban cosas nuestras —como una estrella fugaz que habíamos visto juntos en uno de esos viajes de madrugada—, y ahí, en un rincón del casco, las iniciales AL.
—¿AL? —le pregunté, aunque el nudo en la garganta ya me daba la respuesta.
—Vos sos Agus Luciani. Y porque este casco no solo me protegió a mí en la pista, sino que tiene todo lo que soy. Y ahora también tiene lo más importante. Tiene amor. Y vos sos mi amor.
Intenté no llorar. Juro que intenté. Pero era Franco, y todo lo que hacía tenía esa mezcla de intensidad y amor que siempre me desarmaba.
—No puedo aceptarlo —le dije, aunque ya lo estaba abrazando como si fuera mi mayor tesoro.
—Sí, podés. Y lo vas a aceptar, porque ya sos dueña de mi corazón. Me parece justo que también seas dueña de mi casco. Ya es tuyo. Como lo soy yo.
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petrcigarroa · 3 months ago
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Nuestro Ultimo Intento
Muchos dicen que las personas pasan por nuestras vidas para enseñarnos algo, y se que tú tuviste un propósito en mi vida y fue enseñarme a amar de verdad, me aferré a la idea de que tú siempre estarías para mí y que nunca te irías de mi lado, no te voy a mentir, veía una vida contigo, talvez me apresure al pensar que asi sería, pero créeme que ese siempre fue mi plan, siempre quise que fueras tú mi último amor, muchas veces ambos nos dijimos cosas o hicimos cosas que nos lastimaron, a veces intencional y otras sin darnos cuenta, fue muy lindo encajar muy bien contigo, desde un principio hubo una buena conexión muy linda que al menos yo no creo encontrar en otra persona. Desde lo más profundo de mi ser, siempre te eh amado, y a pesar de lo sucedido mi amor por ti persistirá eternamente, nunca quise que nuestro vínculo llegara a su fin, mucho menos de esta manera, agradezco que hayas permanecido a mi lado mas de lo necesario, te pido disculpas por los errores que cometí y también te perdono por el daño que me causaste, aunque jamas me lo hayas pedido. La vida nos fue injusta pero las cosas pasan por algo, y fue lo que nos tocó vivir, lo que tuvimos nos llevó muy lejos, pero aún así, el viaje ya terminó, y me duele tanto el corazón, las lágrimas corren de mis ojos porqué no me es facil decirle adiós a la persona que quería en mi vida para el resto de mis días. Me encantaría pedirte de favor que nunca te olvides de mi, porque yo jamás lo haré, ame cada mirada con esos ojos tan hermosos, cada beso, cada risa, cada caricia, cada mensajito, tus celos, tu felicidad, tus locuras, tus aventuras, amaba como me sentía protegido por tí, tus Te Amo, tu cariño, cada parte de ti, nuestros momentos juntos, quisiera regresar al dia donde tuvimos la plática donde me dijistes que jamás te irías de mi vida, de lo mucho que me querías y lo mucho que amabas estar a mi lado, pero esos recuerdos son los que me motivan a escribir esto, no sabes lo difícil que es el proceso de sanar, soltar de dejar atrás a alguien que no quieres que se vaya de tu vida.
Le doy gracias a Dios por permitirme conocerte, pero es momento de darte tu espacio, de dejarte ir, de permitirte que seas feliz, y puedas sanar, quiero verte feliz, quiero verte bien, si estás bien, yo lo estaré el doble, no sabemos que nos tenga preparado el destino, Pero todo lo dejaré en sus manos, si eres para mí, ahí estarás si no, Te Quiero Mucho y Cuídate.
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silvertice · 3 months ago
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Faraway Down.
Drover (Jack Clancy) x female reader.
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Summary: Dos hermanas llegan a un lugar remoto buscando respuestas tras la muerte del esposo de una de ellas, pero se ven envueltas en un desafío inesperado: conducir un enorme ganado a través del desierto australiano. Mientras que la otra se ve envuelta en una conexión inesperada con el jefe del viaje.
Category: Slow Burn Romance, Strangers to Lovers, Period Piece Meets Modern World, Wholesome Romantic Tension, Sweet and Lighthearted Encounters, Playful Banter. {TW}: Mild Social Misunderstandings, Brief Assumptions of Relationship Status, Emotional Tension, Nostalgic Yearning, Period-Modern Clashes, Mild Fluff, Playful Banter.
El viaje no podía ser más extraño, pensé mientras el calor abrasador del sol australiano quemaba mi piel y el polvo se acumulaba en las esquinas de mi vestimenta. Llegar hasta este continente había sido una idea que rozaba la locura, pero a estas alturas ya nada me parecía imposible. La noticia de la muerte del esposo de mi hermana, aunque impactante, no logró provocar en mí un pesar desgarrador. Era un buen hombre, eso nadie lo negaba, pero no habíamos cruzado océanos para quedarnos de brazos cruzados lamentándonos. Ashley tenía su propia forma de lidiar con las cosas; la mía era observar y esperar.
Y en medio de todo este caos, mi atención encontró un punto fijo: él. Aquel hombre que nos había llevado hasta este rincón remoto del mundo, conocido como Faraway Downs. Era tan diferente a cualquiera que hubiera conocido, con su aire rudo, su andar confiado y esa mirada que parecía no tener tiempo para tonterías. Su aspecto desaliñado contrastaba brutalmente con mi mundo ordenado y pulcro. Era incómodo admitirlo, pero algo en esa rudeza, en esa indiferencia tan natural, me intrigaba más de lo que estaba dispuesta a aceptar. 
Después de días de discusiones y la impactante revelación sobre quién era realmente Fletcher, mi hermana, en un arrebato de determinación, decidió emprender un viaje imposible para recuperar la tierra que le correspondia a su amado: dirigir un enorme rebaño de ganado hasta la otra punta del país. Aunque sabía que la idea rozaba la insensatez, no tuve mucho que objetar. Por un lado, la testarudez de  Ashley no tenía rival, y por otro, algo en mí veía el desafío como una forma de escapar del caos que había sido nuestra llegada. Y, por supuesto, estaba él. Drover. Encargado de liderar aquel plan asignado. No podía evitar la electricidad en el aire cada vez que nuestras miradas se cruzaban, y aunque no era una mujer especialmente dada a las coqueterías, un par de comentarios más atrevidos de mi parte parecían arrancarle una sonrisa que hacía que el viaje prometiera ser mucho.
El primer día del viaje fue un caos absoluto. El calor era abrumador, los animales parecían desafiarnos en cada paso, y el polvo se adhería a mi piel como una segunda capa. Intenté mantenerme útil, aunque estaba claro que no era mi terreno. Fue entonces cuando Drover se acercó por primera vez.
—No así ���dijo con su voz grave, su acento cargado de ese tono directo que siempre parecía llevar. Me tomó la mano con firmeza, pero sin brusquedad, y me mostró cómo sujetar las riendas del caballo correctamente. Era un gesto simple, pero el contacto fue suficiente para que mi corazón se acelerara.
Intenté responder con indiferencia, como si el gesto no hubiera tenido ningún efecto en mí.
—¿Así está mejor? —pregunté, alzando la barbilla con algo de orgullo.
Drover asintió, sus labios curvándose apenas en una sonrisa.
—Mejor. Aunque no sé si serás capaz de aguantar todo el trayecto. Esto no es para cualquiera, señorita.
—Me estás retando? —réplica, sin pensarlo.
Sus ojos se encontraron con los míos, una mezcla de diversión y desafío que me dejó sin palabras.
—Talvez. Veremos si llegas al final.
Al caer la noche, después de un día agotador arreando el ganado, finalmente encontramos un lugar para detenernos y descansar. Mientras Drover y los demás hombres acomodaban a los animales, mi hermana insistió en supervisar la instalación de las tiendas. Tan pronto como vio una sola de ellas, puso el grito en el cielo.
—¿Cómo esperan que seis personas duerman aquí? Esto es inaceptable —protestó, cruzando los brazos como si estuviera frente a un mayordomo descuidado en vez de un grupo de hombres acostumbrados a vivir al aire libre.
Drover, que estaba bebiendo agua cerca, soltó una carcajada.
—Así es como se duerme aquí, Lady Ashley. Juntos y apretados. Algunos incluso dirían que es parte del encanto.
Yo no pude evitar reírme ante su tono burlón, pero mi hermana no se lo tomó con el mismo humor.
—Ridículo —bufó, girando sobre sus talones para regresar a la tienda con un aire ofendido.
Cuando nuestras miradas se cruzaron, todavía había una chispa de diversión en los ojos de Drover. Su sonrisa persistía, y la mía también. Sentí un calor extraño subir a mis mejillas, algo que intenté disimular mirando hacia otro lado, pero no antes de notar que él seguía mirándome, como si el momento hubiera sido nuestro pequeño secreto.
Mientras todos se ocupaban de organizar el campamento, mis ojos no podían evitar seguir a Drover. Estaba cerca de la fogata, en un rincón donde la luz del fuego iluminaba su figura de manera casi hipnótica. Vi cómo se quitaba la camiseta sin el menor pudor, con una naturalidad que me dejó sin aliento. Sus músculos, marcados y definidos por años de trabajo bajo el sol y el sudor, parecían cobrar vida bajo el brillo cálido del fuego. Cada movimiento que hacía, desde el simple gesto de dejar caer la tela sobre el suelo hasta la forma en que se pasó una mano por el cabello, hacía que mi pulso se acelerara.
Me obligué a apartar la mirada, pero no pude evitar que mis ojos volvieran a él. Drover estaba completamente ajeno a mi presencia, o al menos eso quería creer. No hacía nada especial, solo se acercó a un balde de agua, lo levantó con un gesto fluido y lo volcó sobre su torso. El agua cayó en cascada, mojando su piel, resaltando aún más sus músculos, y los reflejos danzaban con el brillo del fuego, como si el mismo calor del campamento fuera insuficiente para la intensidad de lo que sentía en ese momento.
Mi mente se descontrolaba, dando vueltas, tratando de racionalizar lo que estaba pasando. No quería mirar. No debía mirar. Pero, simplemente, no podía dejar de hacerlo. Mis ojos se clavaron en él, en la forma en que el agua recorría su torso, trazando un mapa en su piel, cada gota como una caricia que yo no podía tocar. No me sentía culpable, pero sí atrapada en algo que no entendía.
Estaba tan absorbida por la escena que ni siquiera me di cuenta de que mi mirada era demasiado obvia. Fue Magarri quien rompió el hechizo.
—Vaya, señorita, parece que alguien aquí está disfrutando de las vistas —dijo con una risa burlona que hizo que todos los hombres se volvieran hacia mí. Su voz resonó en el campamento, y el silencio que se creó fue suficiente para que mi estómago se apretara. Mi rostro se encendió al instante, y aunque intenté disimular la incomodidad, sabía que no podía esconder lo evidente.
Drover, que seguía con su rutina, no pareció notar el cambio en el ambiente. Sin embargo, la sonrisa en su rostro, esa sonrisa que hasta ahora había sido reservada para momentos en los que me desarmaba con su actitud desenfadada, ahora parecía un poco más cargada de algo más. ¿Era mi imaginación, o estaba disfrutando de la atención que no quería darle?
Rápidamente, me levanté, la incomodidad apoderándose de cada rincón de mi cuerpo.
—Voy a hacer la primera guardia de la noche —dije, forzando una voz que intentaba sonar firme, pero que seguramente traicionaba mis nervios. Sin esperar una respuesta, me di la vuelta, apresurándome a alejarme del campamento.
El sonido de las risas quedó atrás, y al fin pude respirar sin esa constante presión en el pecho. Caminé en la dirección contraria, sin mirar atrás, pero sentí que la mirada de Drover seguía persiguiéndome, como una sombra que se negaba a desaparecer.
Me senté sobre una roca fría, observando el vasto paisaje árido frente a mí, donde el horizonte se perdía en la oscuridad. El aire nocturno era fresco y seco, y el silencio se sentía pesado, roto solo por el crujir lejano de la fogata y algún que otro ruido de los animales en la distancia. Las estrellas, tan brillantes, parecían estar mucho más cerca de lo que yo podía alcanzar, colgando sobre nosotros en un lienzo interminable.
Intentaba calmar mi mente, buscando en las estrellas un poco de paz, cuando de repente sentí el peso de alguien en la roca a mi lado. Al principio pensé que era uno de los hombres, pero al girarme y ver sus ojos, supe inmediatamente que era Drover. Estaba tan cerca que casi pude sentir el calor de su cuerpo. Sin pensarlo, me corrí un poco hacia el costado, dándole más espacio.
Pasaron unos segundos de silencio, y aunque intenté ignorar su presencia, era imposible no sentir su cercanía. Finalmente, él habló, sin la intención de molestar, pero sí con su típica manera directa.
—¿No puedes soportar estar cerca de mí, o es porque te deje sin palabras? —dijo, una sonrisa apenas perceptible en sus labios.
Miré hacia otro lado, incómoda, tratando de mantener la calma.
—No, claro que no —respondí rápidamente, pero mi tono fue algo cortante, como si quisiera evitar más conversación.
Él se acomodó, como si no estuviera perturbado por el silencio —Bueno, no hay mucho que hacer, ¿verdad? —dijo finalmente, mirando también el cielo estrellado. La conversación, aunque breve, era una de esas cosas simples que no necesitaban más explicación.
Nos quedamos en silencio un momento, ambos mirando las estrellas, pero sin la tensión de antes. No era un momento coqueto, solo... tranquilo.
Pasaron unos segundos de silencio, y aunque intenté ignorar su presencia, era imposible no sentir su cercanía. Finalmente, él habló, sin la intención de molestar, pero sí con su típica manera directa.
—¿No tienes sueño? —preguntó, mirando el horizonte con calma.
Lo miré de reojo, un poco sorprendida por la pregunta tan directa, pero no podía evitar responder con la misma franqueza.
—No, no suelo tener sueño a esta hora. —Hice una pausa, un poco pensativa, mientras mi mente viajaba a otros tiempos. — De pequeña, mi hermana y yo solíamos quedarnos despiertas hasta tarde, con la excusa de que no queríamos ir a dormir mientras nuestra madre aún estaba ocupada. No sé... supongo que me acostumbré a estar despierta durante las horas en que todo está en silencio.
Mi voz sonó más suave al final, como si esas palabras me hubieran dejado una sensación de nostalgia.
Drover asintió, como si no necesitara más explicación, y se acomodó de nuevo en su sitio, mirando las estrellas sin decir una palabra más. Yo también volví a observar el cielo, pero con la sensación extraña de que había algo más en el aire, algo que no podía identificar, pero que me hacía sentir más viva que nunca.
Nos quedamos un rato en silencio, cada uno perdido en sus pensamientos y mirando las estrellas. Yo, aunque intentaba concentrarme en el cielo, me encontraba robando miradas a Drover, como si su presencia tuviera un magnetismo al que no podía resistirme. No era solo el silencio entre nosotros, sino la tranquilidad que se había instalado, algo que me hacía sentir una extraña calma.
Finalmente, mi mirada comenzó a fijarse en él, más allá de la silueta que se recortaba contra la oscuridad. Observar sus facciones me resultaba casi hipnótico. Sus ojos, que antes me parecían duros y desinteresados, ahora parecían más suaves bajo la luz tenue de las estrellas. Su mandíbula cuadrada y marcada, los rasgos tan definidos que cualquier movimiento sutil de su rostro los destacaba, de alguna manera me mantenía cautiva.
Me sorprendí a mí misma analizando cada detalle: el modo en que su cabello caía ligeramente sobre su frente, la manera en que sus labios estaban partidos de tanta tierra y sol, parecían moldearse a la forma de su rostro como si de alguna forma estuviera en completa armonía con la noche. No era solo su físico, aunque sus músculos marcados y su cabello oscuro también formaban parte del conjunto que me mantenía hipnotizada. Había algo más, algo en su carácter tranquilo pero también desafiante, en esa confianza sutil que desprendía incluso en los momentos más simples. 
Pero justo cuando mi mirada se detuvo un poco más de lo que debía, Drover levantó la vista hacia mí, sus ojos encontrándose con los míos en un parpadeo, como si hubiera notado mi observación. Fue un instante breve, pero suficiente para que un rubor rápido subiera a mis mejillas.
Su expresión fue un tanto desconcertada, como si estuviera a punto de formular una pregunta que no sabía cómo formular.
—¿Qué estás mirando? —preguntó, con una nota de curiosidad que me hizo sentir aún más expuesta.
—Tus facciones —respondí, sin pensar del todo, mi voz saliendo más baja y más sincera de lo que había querido. Volví a mirar hacia otro lado, incómoda con la manera en que esas palabras me habían dejado al descubierto.
Drover se quedó callado un instante, y luego soltó una risa suave, como si no creyera del todo lo que acababa de escuchar.
—¿Facciones? Eso es nuevo —dijo, pero no había burla en su tono, solo una especie de aceptación como si también hubiera sentido la intensidad del momento.
El silencio volvió a caer entre nosotros, pero no sentí la necesidad de llenarlo. Las estrellas seguían brillando, y por un momento, el peso de las miradas y las palabras no dichas me envolvía como una manta invisible, creando un vínculo que me era difícil entender del todo.
Después de unas horas, el silencio de la mañana fue interrumpido por un susurro lejano que me hizo sobresaltarme. Mi hermana, que había estado en la tienda más alejada, apareció de repente, su rostro visiblemente alterado, y se acercó rápidamente hacia nosotros. Cuando vio que estaba acostada en el suelo, junto a Drover, sus ojos se abrieron de par en par, claramente sorprendida y molesta.
—¡¿Qué estás haciendo?! —exclamó susurrando, levantando las manos en señal de desesperación—.
La forma en que me miraba, como si fuera lo peor que pudiera haber hecho, me hizo sentir una mezcla de incomodidad y algo de vergüenza. Ella avanzó hacia mí, claramente molesta por la situación. Drover, por su parte, ni siquiera pareció inmutarse. Estaba acostado con los brazos detrás de su cabeza, y con sus ojos cerrados, como si nada de eso fuera tan importante.
—No es tan grave —dije, levantándome lentamente, mientras trataba de encontrar las palabras para calmarla—. Simplemente estaba descansando un poco. El suelo es cómodo, y la noche estaba fresca... no quería volver a la tienda. Y Drover no me ha hecho nada.
Mi hermana no parecía convencida. Su expresión era de total incredulidad.
—¿Qué?! ¿No te das cuenta de cómo te ves? —su voz, casi histérica, me sorprendió—. ¡Durmiendo aquí, con él, a solas! 
Suspiré, mirando a Drover para ver si él decía algo, pero él no reaccionó.
—No pasa nada —respondí, algo cansada de la reprimenda. Mi hermana parecía no entender que no siempre buscaba seguir reglas o expectativas.
Ella no me dejó terminar.
—Espero que no pienses en hacer nada, ¿si? —y su mirada se clavó en Drover como si él fuera la causa de todo lo que estaba mal en ese momento.
Por un segundo, sentí una leve molestia. Nadie, ni mi hermana, tenía derecho a juzgar algo que no entendían.
Mi hermana me fulminó con la mirada, y aunque intenté calmar la situación, no pude evitar que una parte de mí se sintiera molesta por su actitud. No entendía que necesitaba estar tranquila, que este viaje había sido algo más para mí que solo un simple escape.
Finalmente, mi hermana dio un paso atrás, respirando hondo, y con una mezcla de desaprobación y frustración, se alejó de nosotros, murmurando algo sobre "lo que era correcto" y "mantener la compostura". Yo me quedé allí, mirando cómo se alejaba, con la sensación de que algo había cambiado, que esa tensión en el aire ahora era aún más pesada.
Me quedé mirando a Drover por un momento, mientras mi hermana se alejaba, todavía murmurando palabras de desaprobación entre dientes. No pude evitar sentir una ligera molestia por su reacción, pero también algo de gratitud por la tranquilidad que Drover me había ofrecido en silencio.
Al darme vuelta para mirar a Drover, me sorprendí al encontrarlo observándome con una ligera sonrisa en su rostro. Parecía que no se sorprendía en lo más mínimo por la escena, como si ya estuviera acostumbrado a que mi hermana actuara de esa manera.
—Tu hermana no parece muy contenta con lo que está pasando —comentó Drover, con una mueca divertida, mientras su tono mostraba que no era un comentario ofensivo, sino más bien uno que veía con algo de diversión.
No pude evitar sonreír ante su observación. La situación había sido incómoda, pero su forma de decirlo me hizo sentir un poco más ligera.
—Oh, no, no te preocupes. Ella siempre es así —le respondí con una risa suave, intentando restarle importancia al asunto—. Si no está discutiendo sobre algo, no se siente bien. Pero, ya sabes, está preocupada por mí.
Drover soltó una pequeña risa, y aunque su mirada estaba relajada, había algo en su expresión que me hizo pensar que entendía perfectamente cómo era la dinámica entre mi hermana y yo.
—¿Así que esto es solo otra de sus... preocupaciones? —preguntó, arqueando una ceja, claramente intrigado, pero también con un tono amistoso.
—Exactamente —contesté, relajándome más al saber que Drover no estaba tomando la situación tan en serio. Sonreí, sintiendo cómo mi tensión se desvanecía poco a poco—. Si la tuviera que describir, diría que es como un volcán que no sabe cuándo dejar de erupcionar.
Drover rió, y esa risa me resultó más relajante de lo que pensaba. Había algo en su actitud que me tranquilizaba, algo que me hacía sentir que no importaba lo que sucediera, las cosas seguirían adelante de la manera más sencilla posible.
—Bueno —dijo Drover, mirando hacia la tienda donde mi hermana se había refugiado—, parece que te tiene bien vigilada.
Sonreí una vez más, y aunque todavía había algo en el aire entre nosotros, esta vez no lo sentí tan pesado. Drover y yo compartimos un momento de complicidad en el que las palabras sobraban. En ese instante, la tensión de la noche anterior parecía disolverse, reemplazada por una calma más agradable.
La mañana llegó sin previo aviso, con el sol ya alto en el cielo, marcando el inicio de otro día caluroso en el que el paisaje árido se extendía interminable ante nosotros. Todos ya estábamos a punto de continuar el viaje, el ganado listo para ponerse en marcha, y el ruido de los caballos comenzaba a llenarlo todo.
Estaba montada en mi caballo, cuando, de repente, sentí una presencia cercana. Miré hacia un lado y vi a Drover cabalgando junto a mí. No dijo nada al principio, solo se acercó con esa mirada tranquila que siempre parecía acompañarlo.
Luego, con un gesto tan natural como si fuera lo más común del mundo, extendió su brazo y, sin decir una palabra, colocó su sombrero sobre mi cabeza.
—Hay mucho sol —comentó simplemente, como si eso fuera toda la explicación. Pero yo sabía que había algo más en ese gesto, algo que lo hacía diferente a cualquier otra acción rutinaria.
Sentí una ligera calidez en el rostro, no solo por el sol, sino por la cercanía inesperada. Mi corazón dio un pequeño brinco, pero me esforcé por no mostrar lo que estaba sintiendo. Aunque no era un gesto grandioso, su cercanía, su presencia, me había tomado por sorpresa.
—Gracias —respondí, casi en un susurro, mientras tomaba el sombrero con las manos y lo ajustaba un poco mejor. Sentía cómo las yemas de mis dedos rozaban el borde, sin querer soltarlo de inmediato. Algo tan sencillo, pero me hacía sentir... emocionada.
Drover asintió, su mirada no se apartó de mí, pero no dijo nada más. En su rostro había una mezcla de serenidad y algo más, algo que no podía leer completamente.
—No es nada —dijo finalmente, con una leve sonrisa, mientras se alejaba un poco para seguir el camino. Su voz era baja, pero su tono tenía algo en él que me hizo pensar que sabía perfectamente lo que había hecho.
Yo me quedé allí, mirando su figura alejarse, y por un momento, el mundo a mi alrededor pareció desvanecerse.
Después de días agotadores atravesando el desierto, finalmente llegamos a Darwin. El aire parecía distinto allí, más húmedo y lleno de movimiento. La ciudad estaba en plena actividad, con el bullicio de trabajadores y el sonido constante de barcos en el puerto. Era un cambio abrumador después del silencio casi ensordecedor del desierto.
Las reses, a pesar del arduo trayecto, estaban en buena forma, y fue un alivio ver cómo se dirigían hacia el puerto bajo las indicaciones de Drover y los demás hombres. Todo el trabajo, todo el esfuerzo, había valido la pena.
Entonces apareció Carney, con su porte altivo y una expresión que oscilaba entre la sorpresa y el enfado. No podía creer lo que estaba viendo.
—¿Cómo es posible? —exclamó, mirando a las reses siendo embarcadas una por una. Su voz era una mezcla de incredulidad y frustración—. ¡Nadie atraviesa el desierto con este ganado y lo logra!
No pude evitar sentir una chispa de orgullo ante su reacción. Mi hermana, que había sido la más decidida a emprender este viaje, se mantenía firme a mi lado, con una expresión que mezclaba satisfacción y determinación.
—Bueno, parece que nadie les informó a nuestras reses que era imposible —respondió ella con frialdad, sus palabras como un golpe directo.
Carney se quedó sin palabras, viendo cómo nuestro ganado llenaba el barco que se marcharía pronto. El trato con el ejército ya estaba cerrado, y no había nada que él pudiera hacer para cambiarlo.
Drover pasó junto a mí, su mirada cargada de una mezcla de satisfacción y alivio. Sus labios se curvaron en una pequeña sonrisa al cruzar su mirada con la mía, y en ese instante, sentí el peso de todo lo que habíamos logrado.
No solo habíamos atravesado un terreno implacable y desafiado las expectativas, sino que lo habíamos hecho juntos, enfrentándonos a cada obstáculo y saliendo victoriosos. Era un logro que sabía que recordaría por siempre.
La tarde dio paso a una pequeña celebración organizada por los hombres del equipo. No era nada ostentoso, pero después de tantos días de esfuerzo, el ambiente se sentía ligero, casi alegre. La música improvisada llenaba el aire, acompañada por risas y el chisporroteo de una hoguera en el centro.
Me alejé un poco, disfrutando del calor del fuego y observando a los demás relajarse. Entonces, lo vi.
Drover apareció, pero no con su habitual aspecto desaliñado y lleno de polvo del desierto. Esta vez, llevaba una camisa blanca ligeramente abierta y un pantalón limpio que parecía incluso planchado. Era una imagen completamente diferente a la que estaba acostumbrada. Su cabello, todavía un poco húmedo, caía desordenado, pero de una forma que le quedaba sorprendentemente bien.
Por un momento, me quedé mirándolo más tiempo del que habría querido admitir. Algo en mí se revolvió al verlo así, tan distinto pero tan él.
Él notó mi mirada y, como si fuera un reflejo, sus ojos buscaron los míos. Cuando nuestras miradas se encontraron, el bullicio a nuestro alrededor pareció desvanecerse. Una ligera sonrisa apareció en sus labios mientras caminaba hacia mí.
—¿Y esa mirada? —preguntó con un tono divertido, inclinándose un poco hacia mí cuando llegó a mi lado.
Sonreí, intentando parecer más tranquila de lo que realmente me sentía.
—No sé, solo me sorprende verte tan... limpio. Casi no te reconozco. ¿Es tu intento de parecer civilizado? —dije con un toque de broma, levantando una ceja.
Él soltó una risa baja, esa que siempre parecía hacer que algo en mi interior se agitara.
—No te acostumbres. El polvo me sienta mejor, ¿no crees? —respondió, con esa mezcla de confianza y despreocupación que era tan propia de él.
Negué con la cabeza, reprimiendo una sonrisa mientras me apartaba un mechón de cabello del rostro.
—Tal vez, pero no te queda nada mal este cambio. Aunque no lo admitiré en voz alta de nuevo.
Él me miró fijamente por un momento, y sentí cómo mi pulso se aceleraba ligeramente. Luego, simplemente asintió, su sonrisa nunca desapareciendo del todo. Había algo en él, algo que me atraía cada vez más, incluso cuando intentaba resistirme.
Mientras intentaba retomar el ritmo de mi respiración tras ese intercambio, sentí que Drover no se alejaba del todo. En lugar de regresar por completo al grupo, su mano, algo áspera por el trabajo, rozó la mía de manera sutil. Al principio, pensé que había sido accidental, pero luego la deslizó con más decisión, entrelazando sus dedos con los míos.
Lo miré, confundida y sorprendida al mismo tiempo, pero él ya me estaba observando con esa expresión tranquila, como si todo estuviera perfectamente en su lugar.
—Esto es por la victoria —dijo, su voz grave pero suavizada por una nota de calidez—. Estuviste genial ahí afuera, de verdad. Te lo mereces.
La firmeza y sinceridad en sus palabras me desarmaron. Era extraño recibir reconocimiento, más aún de alguien como él, que solía guardar sus emociones bajo una capa de humor y comentarios sarcásticos.
—¿Celebrar agarrando mi mano? —pregunté en un murmullo, intentando mantener el control, aunque sentía cómo mi corazón comenzaba a latir más rápido, casi como un tambor desbocado.
Drover dejó escapar una pequeña sonrisa y, con ese mismo gesto seguro, dio un paso hacia mí. Ahora estábamos tan cerca que podía percibir el tenue olor a jabón en su piel, mezclado con algo más natural que me resultaba imposible de ignorar.
—Celebro a mi manera —respondió, y su voz sonó tan baja que hizo que todo mi cuerpo reaccionara—. Pero si tienes una mejor idea, podemos intentarla.
Por un momento, nuestras respiraciones se mezclaron, y la cercanía era tan palpable que no sabía si el calor que sentía provenía de la hoguera o de él. Mis ojos se encontraron con los suyos, y sentí que el tiempo se detenía, como si en ese instante solo existiéramos nosotros dos.
No dije nada, incapaz de formular una respuesta coherente, pero mis dedos, aún entrelazados con los suyos, se apretaron ligeramente, como si mi cuerpo hablara por mí.
Drover sostuvo mi mirada por un instante que pareció eterno. El mundo alrededor desapareció; no había música, risas ni conversaciones, solo nosotros dos bajo el manto de estrellas y la tenue luz del fuego.
Sin decir nada más, su mano libre subió lentamente, rozando mi mejilla. El contacto fue tan suave como inesperado, y no pude evitar cerrar los ojos por un segundo, como si mi cuerpo aceptara rendirse a lo inevitable. Cuando volví a abrirlos, él estaba más cerca, lo suficiente como para que su respiración cálida rozara mi piel.
Y entonces sucedió.
Sus labios encontraron los míos en un beso que no tenía dudas ni reservas. Fue un beso lleno de emoción contenida, de algo que había estado creciendo entre nosotros desde aquel primer cruce de miradas en el desierto. Mis manos, casi por instinto, subieron hasta su pecho, sintiendo los latidos firmes de su corazón, mientras los suyos se apoyaban en mi rostro y mi cintura, acercándome aún más a él.
Era como si todo lo que habíamos vivido hasta ahora culminara en ese momento. No era un beso apurado ni torpe, sino uno que hablaba de una conexión profunda, como si ambos supiéramos que este instante cambiaría algo dentro de nosotros.
Cuando finalmente nos separamos, solo lo suficiente para recuperar el aliento, nuestros ojos se encontraron de nuevo. Sus labios todavía rozaban los míos, y en su mirada había una mezcla de emoción y sorpresa, como si tampoco él pudiera creer lo que acababa de pasar.
—Asi que asi querias celebrarlo.—dijo con una media sonrisa, su voz baja y llena de una calidez que hizo que mi pecho se agitara aún más.
Solté una risa suave, incapaz de ocultar mi propia sonrisa.
— No sea una mala idea después de todo, ¿no? —respondí en un murmullo, mis dedos aún aferrados a su camisa.
Por un momento más, ninguno de los dos quiso romper la burbuja que nos envolvía. Solo estábamos él y yo, como si el resto del mundo pudiera esperar un poco más.
Drover se separó apenas un poco, dejando que nuestras respiraciones se mezclaran por última vez. Por un momento, sus dedos aún acariciaron mi mejilla, pero luego dio un paso atrás, rompiendo esa burbuja que habíamos creado.
—Vamos, será mejor que volvamos con los demás antes de que empiecen a buscarnos —dijo, con una sonrisa apenas perceptible, como si quisiera que aquello quedara entre nosotros.
Asentí, aún algo aturdida, mientras comenzaba a girar hacia el campamento. Pero, antes de que pudiera dar otro paso, sentí un impulso. Su mano aún estaba cerca, y no lo pensé dos veces antes de tomarla y tirar suavemente de ella, deteniéndolo.
—Espera —susurré, sin soltar su mano.
Él se volvió hacia mí, con una ligera curiosidad en la mirada.
—¿Qué pasa?
Lo miré, estudiando cada detalle de su rostro bajo la tenue luz. Había tantas cosas que no sabía de él, tantas preguntas que me rondaban desde el momento en que lo conocí, pero solo una salió de mis labios:
—¿Cuál es tu nombre?
La pregunta pareció tomarlo por sorpresa. Durante todo este tiempo, había sido simplemente "Drover" para todos, un título que definía lo que hacía, pero no quién era.
Por un instante, vi algo diferente en sus ojos, algo más personal, más vulnerable.
—Jack... Jack Clancy —respondió finalmente, con un tono tranquilo pero firme, como si esas palabras llevaran un peso especial.
Repetí su nombre en mi mente, como si quisiera grabarlo para siempre y solamente asentí y me deje guiar hacia el.
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arathmm25 · 19 days ago
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"Better Things" - Giselle
???: Creeme, cuando digo que los negros son mejores en todo, no me equivoco
Giselle: Estuviste con uno solo quince minutos porque no duraste más
???: Aeri, querida amiga.. es tiempo suficiente para saber que son superiores a cualquier otro hombre
Giselle: Bueno, aunque me gustaría comprobarlo, dudo encontrar un hombre negro en Japón
???: Tengo una idea.. podría funcionar o no, pero vale la pena intentar
Giselle: ¿Que planeas?
???: Este es el plan...
Una semana más tarde
POV: Giselle
"No puedo creer que me hice caso a esta loca.. ¿¡Voy a alquilar un cuarto a un extraño!?"
"Hoy llegará.. Debo ir por el al aeropuerto.."
Mientras salía de mi casa en un taxi, todo el camino al aeropuerto temblaba de los nervios, no solo por vivir un mes con un extraño.. Si no un hombre negro, que si es igual a las fotos.. Me hace temblar las piernas
"Concéntrate Aeri!! No es momento de pensar en cosas asi.."
El resto del viaje no pude evitar pensar en cosas indebidas, en como el me pondría contra la pared apenas entremos y abusaría de mi sin parar..
En como ese desconocido me obligaria a dejar mi carrera como Idol para dedicarme a satisfacer sus necesidades carnales como su puta japonesa..
No me dí cuenta cuando llegamos, cuando baje y estaba parada frente a el, me había sumergido en mis pensamientos impuros
T/N: Hola.. ¿Tu eres.. Ae.. Ri? - El me sonrió con esa hermosa sonrisa que vi en sus fotos y mi corazón casi estalla
Giselle: S-si.. Pero puedes decirme Giselle si es más fácil para ti..
T/N: Oh, claro! Un placer conocerte Giselle, gracias por acogerme durante este mes, prometo que no seré una molestia para ti
Giselle: Está bien, no te preocupes, no lo serás
Nos subimos los dos al mismo taxi, el hombre fue muy amable al esperar, aunque no recuerdo cuando se lo dije, Pero el resto del trayecto le fui contando cosas de Japón, le expliqué dónde dormiria y algunas reglas básicas de convivencia
T/N: Todo en orden, respetaré tu espacio y tu hogar, solo lo usaré para dormir o comer, el resto del tiempo estaré fuera buscando establecerme aquí, solo espero no sea difícil conseguir trabajo con mi tono de piel..
Giselle: Puede ser difícil, Pero no te rindas, lo lograrás
T/N: Gracias Giselle, me alegra saber que contaré con el apoyo de una desconocida
"Desconocida? El no sabe quién soy..? Con razón actúa con normalidad.."
Giselle: Apartir de ahora somos compañeros de hogar, no más desconocidos
POV: Escritor xd
Giselle y T/N llegaron a su hogar, entraron juntos, el se quedó admirando el elegante hogar de la Idol, mientras ella sentía una vez más sus nervios al estar a solas con el en su hogar
Giselle: B-bueno.. Tu cuarto está por aquí.. Sigueme
Giselle lo guío hacia su habitación, el entro, le agradeció y se acomodo mientras ella iba a la cocina para cocinar algo
Y el resto del día transcurrió con normalidad, entre ellos dos intentando conocerse mejor para hacer más cómoda su estadía allí
Una semana después
Giselle conoció un poco más a T/N, descubrio que en su país de origen trabajaba como productor musical a medio tiempo y en una tienda de música a tiempo completo, aún así el no sabía quien era ella..
Durante la primer semana no paso nada, excepto ese día donde Giselle abrió una puerta sin golpear...
FLASHBACK
Giselle llegó del gym, entro en su casa tranquila y sudorosa, de inmediato se dirigio al baño para ducharse, pero al abrir la puerta olvidó que no vivía sola..
Giselle: A-ay! T/N! L-lo.. Siento!!
Cerró la puerta sonrojada, salió corriendo a su cuarto, cerró la puerta y se tapo los ojos, pero al cerrarlos solo podía ver una cosa.. El sexy cuerpo de T/N semi desnudo, ese color chocolate, sus músculos.. Su polla negra casi saliéndose de su boxer..
T/N lo dejo pasar, no pensó en nada más que debería tener cuidado al ducharse, pero Giselle.. No podia pensar en otra cosa que no sea en el
Esa misma noche Giselle estaba en su cama tocando sus pechos, suavemente gimiendo mientras imaginaba el cuerpo desnudo de T/N, lentamente sus manos bajando hasta su entrepierna, haciendo a un lado sus bragas y metiéndose dos dedos, embistiendo su propio coño como si fuera el quien la follara
Al final.. Giselle se quedó dormida luego de tener el mejor orgasmo de su vida, hasta ahora..
FIN DE FLASHBACK
Desde ese día Giselle no puedo verlo a los ojos, se siente tan sucia..
T/N: Estás bien? Perdóname si hice algo mal, no fue mi intención
Giselle: N-no No! Y-yo.. Aún me avergüenza lo que pasó hace unos días.. No era mi intención
T/N: Oh.. Eso, no te preocupes, es culpa mía por no trabar la puerta, lo siento Giselle
La cálida sonrisa de T/N calmo a Giselle y el resto del día paso.. Como otra semana más.
Luego de la segunda semana ya eran más cercanos, habían acomodado sus horarios para cenar juntos y charlar antes de dormir, ella se sentía más cómoda con el y viceversa
Pero un viernes.. Llegó de visitas su amiga Cathy, con mucho alcohol en la mano, ella rápidamente entabló una conexión con T/N y los convenció de tomar, al final terminaron los tres borrachos
Cathy: ¿En serio no haz probado un coño asiático?
T/N: Aun no, estoy ocupado trabajando
Cathy: En serio? Viviendo con Aeri? Amigo! Tienes un cuerpo perfecto viviendo contigo para follar y no la haz tocado!
Giselle miraba atenta, avergonzada pero sin decir nada
T/N: Vamos Cathy.. Respeta a tu amiga.
Cathy: Al diablo con Aeri.. Dejame chuparte la polla, extraño tener un negro para mí
T/N: No puedo, es la casa de tu amiga y no está bi-
Giselle: Hazlo.. Solo.. Háganlo, quiero.. ver.. y aprender.. Para satisfacerte.. *susurro*
Cathy se tiró sobre T/N sin que el pueda responder, empezó a besar el cuello del chico mientras frotaba su coño contra el bulto de el, Giselle se mordía el labio al ver a su amiga sobre el
T/N llevo sus manos al trasero de Cathy, le dió una fuerte nalgada mientras la jalaba del pelo para besar su boca, casi que abusando de su boca con su larga lengua
Cathy gemia entre el beso, su cuerpo ardía de placer al sentir el dominio de T/N en su boca, lo miro a los ojos y..
Cathy: Enséñale a mi cuerpo lo que un negro puede hacer, muéstrale a Giselle lo que se pierde por ser una estúpida sin valor
T/N empujó a Cathy, tirandola de su cabello la arrodilló frente a el, libero su polla y la acercó a su boca
T/N: Te enseñaré a respetar a tu amiga puta barata
Embistió su boca con fuerza, Cathy se ahogo con su verga larga y gruesa, una fuerte bofetada resono en la sala asustando a Giselle que se había parado a detenerlo cuando vio los ojos de su amiga.. La lujuria la invadía, mientras sus ojos lagrimeaban ante la falta de aire, una sonrisa se formaba en su rostro ahogado por su gran polla
La saliva de ella caía por los lados directo a sus muslos, T/N abuso de la boca de Cathy hasta dejarla sin aire, Giselle vio a su amiga al borde de perder la consciencia cuando T/N la solo y descargo su semen en la cara de su amiga..
T/N se acercó a Giselle, le pasó la polla por la cara y limpio su verga con el pelo de la japonesa, luego se vistió y se metió a la ducha..
Allí quedó ella, ayudando a su amiga y luego esa misma noche metiéndose los dedos mientras olía su pelo cubierto de semen, incluso lamiendo o comiéndose su pelo sucio
4 AM
"Más duro T/N ~ Follate a esta perra japonesa.. Hazme tu juguete personal, abusa de mi cuerpo!" Giselle gemia con fuerza en su cuarto, estaba bombeando un cepillo en su coño, no podía dejar de pensar en el.. en como destrozó a su amiga frente a ella
Mientras T/N dormía en su cuarto, pero en un momento de levantó, fue a la cocina a tomar agua y al volver escucho los gemidos de Giselle
El abrió la puerta y encontró a la japonesa con las piernas abiertas, dándose placer mientras gemia su nombre y simulaba que el la follaba, su polla negra ya estaba dura de nuevo.. Sin pensarlo entro despacio, se acercó a la chica que aún no lo había visto y le metió dos dedos en el coño de golpe mientras sujetaba su mano
T/N: Si tanto me querías, podrías haberme lo dicho Giselle ~
Giselle: Y-yo.. T/- P-papi.. Usame, porfavor
Los ojos suplicantes de Giselle estaban fijos en los suyos, la intensa necesidad de una polla la estaba volviendo loca.. T/N penetraba su coño húmedo despacio, mientras acercaba su rostro al clítoris de Giselle, lamiendo y chupando logrando que la chica se corriera rápidamente
Su cuerpo temblaba de placer, sus piernas se cerraron apretando su mano contra su coño, mientras sus ojos miraban el techo de su cuarto
T/N se desnudo rápidamente, mientras Giselle seguía en la cama respirando pesadamente, el se acercó a ella, apoyo su verga encima del estómago de Giselle
Giselle: P-papi.. Esa verga.. Vas a destrozarme hasta el útero..
T/N: Seré cuidadaso.. Al menos lo suficiente para que puedas llevar mis hijos
Ella miraba con asombro su tamaño, su coño cosquilleando ansioso por tener su enorme verga en su interior, lentamente el se acercó a su rostro, la sujeto con una mano y le dio un dulce beso, uno suave que demostraba más amor que pasión
T/N: Esto es por ser tan dulce y amable conmigo y esto..
El se echo hacia atrás, su larga y gruesa verga contra la entrada de su apretado pero mojado agujero.. De un solo golpe el se enterró hasta el fondo en ella, el cuerpo de Giselle intentó alejarse por el repentino dolor, Pero el fuerte agarre de T/N sobre sus caderas no se lo permitio
Un grito desgarrador salió de su boca, sus ojos lo miraban pidiendo piedad mientras una lágrima caí de ellos, T/N poso su mano libre sobre el cuello de la chica y la ahorcó, embistio contra ella con fuerza, el interior de Giselle estaba siendo estirado por la gran verga negra de T/N
Minuto a minuto, embestida tras embestida su cuerpo se acostumbraba al placentero dolor de ser follada por una verga negra, sus saladas lágrimas se mezclaban con sus dulces gemidos, el cuarto de Giselle explotaba con el sonido de sus cuerpos chocando en un frenesí de pasión
Giselle atrapa a T/N con sus piernas, lo atrajo hacia ella con todas sus fuerzas mientras intentaba respirar, cuando sintió su cuerpo débil T/N la solto y de un empujón Giselle tuvo un fuerte orgasmo, mojando la cama debajo de ella con un fuerte grito que dejó medio sordo a T/N
T/N: Casi se me va la mano, mierda..
Giselle: *toz* E-estoy.. bien *toz* M-mas.. porfavor.. ¿Papi?
T/N: Pensaba seguir aunque no quisieras ~
Giselle se dió la vuelta, le ofrecío su cuerpo desnudo mientras miraba por encima de su hombro sonriéndole, T/N le dió una fuerte nalgada dejando su culo blanco medio rojo
La japonesa grito levemente y cerró los ojos mientras sentía la gran verga de el entrando en ella una vez más, está vez se sentía diferente.. El placer era mayor, su verga se sentía más grande en su interior con cada embestida, la habitación llena de sus gemidos
Apretaba sus nalgas con fuerza, cada golpe en lo profundo de su coño le daba un ligero espasmo, la cama rechinaba y golpeaba la pared
La follo así durante varios minutos, Giselle llegó a otro orgasmo y el nunca se detuvo, sujeto su pelo con una mano, tirandolo hacia el, levantado la cabeza de la chica, con cada golpe o tirón de su pelo el sentía como el coño de Aeri apretaba más
T/N no podía ver a Giselle, pero ella tenía los ojos en blanco, la boca abierta con su saliva cayendo, la que alguna vez es una hermosa y sexy Idol estaba siendo convertida en un simple juguete sexual para el negro con el que vive por ahora.. Rendida totalmente el placer de una verga negra
Durante el resto de la noche T/N uso a Giselle como quiso, donde quiso.. La follo en su cama, contra la pared, en el suelo.. En la ducha, la cocina.. En el balcón de su hogar.. E incluso en el pasillo del lugar donde vive
Giselle estaba llena por dentro y por fuera por el dulce aroma del semen de T/N...
Dia final
Giselle: Entonces.. Es todo?
T/N: Bueno, conseguí un lugar donde vivir y un mejor trabajo, todo gracias a ti
Giselle: Y-yo.. desearía que no te fueras T/N
T/N se acercó a ella, la sujeto de la cintura y le susurro "Querés que tu amo de quede y te domine, pequeña zorra?"
Giselle lo miro a los ojos y con un simple "Si, Amo" Fue llevada a la cama y siendo follada una vez más
T/N: Eres mia.. Te voy a destrozar, Aeri ~
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alasdepaloma · 13 days ago
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Carta al amor:
Inquieto llegaste aquella vez, como desesperado porque te recibiera en el latido de mi corazón, en el impulso de mis rimas, en el silencio de mi soledad. Y fue así con ese disturbio, que al verte, amor, me vi… y al ver en mi rostro esa sonrisa desconocida, ese brillo en mis ojos —como el del faro que abre camino al viajero en la tormenta—, ese temblor de emoción en mi piel y esa ilusión de pronto construida, cada neurona de mi cerebro sufrió de enamoramiento por ti.
Esta carta va dirigida al amor, dice ahí en el saludo… pero, más bien su destino va hacia lo amartelado, al preámbulo del amor, a la noche antes de que amanezca… o al revés, al día antes de que lo abrace el ocaso… porque así es este fenómeno, como el viento omnipotente, llega y abre las puertas sin anunciarse, hace sus destrozos en el ser, desordena las emociones y desperdiga la razón… la enmudece, la ciega, la amarra para que no sepa de decisiones correctas… y después… se va, se va por alguna de las ventanas o, por algún pequeño orificio que descuidamos… ahí se fue esa locura… esa pasión… esa necesidad de ser embestido de detalles, de amor, de atención, de ternura, de esa gratificación que inundará todos los vacíos que nos hacen sentir en falta. Y se va… se va… se va muy lejos ese pequeño espíritu juguetón y efímero que se coló hasta en el estómago, que nos hizo cosquillas, que nos hizo sentir invencibles y hasta capaces de volar. Porque volamos, ¿no es así? Yo volé… de verdad volé… ese condenado hombre me hizo volar hasta esa parte del universo que jamás creí conocer… ese condenado hombre que lleva nombre me cegó a tal grado que volví a confiar en la perpetuidad del amor. Amor… nada tiene que ver una cosa con la otra. Amar es de humanos… enamorarse es de poetas. Lo dijo aquel gran filósofo Platón, ‘al toque del amor, todos se convierten en poetas’, pero analizándolo bien, no es el amor el que nos hace ser poetas… es la idealización, es la fantasía, el reflejo de nuestros sueños, anhelos y deseos en el otro. Pero, ¿qué crees? Que nadie tiene la posibilidad de ejecutar nuestros anhelos más que nosotros mismos. Por tanto, el poeta que iba enamorado… siempre termina muriendo. Hay un poeta muerto en cada uno de nosotros, pero también hay un lienzo donde se pintaron los deseos de otro sobre nosotros, y no fuimos capaces de conceder. Somos posibles pero también imposibles. Somos perfectos y en un instante imperfectos. Somos intensos y de pronto, dejamos de serlo. ¿Por qué? ¿Por qué bajo el roce de esa ilusión enamorada bombardeamos al otro de conquistas, de detalles, de momentos, de sonrisas, de placer, de poemas, de prosas, de la pintura de una vida creativa… de una vida que queremos terminar de la mano del otro? Y entonces creemos que siempre será así, y no. ¿Por qué dejamos de conquistar al otro cuando ya lo sentimos seguro? Enamorados que llevan sus primeros meses o incluso su primer año… Sean bienaventurados y disfruten de la dosis de felicidad que su cerebro les va obsequiando ahí, en su centro del placer, porque no será eterno… Mmm, ahora entiendo porque el saludo va dirigido al amor… Porque el amor es crudo, es real, es mortal, sufre, se duele, hiere y puede ser herido, porque el amor es de humanos… y hoy, esta carta la está escribiendo la mujer humana no la poeta… la que ha amado, la que se ha herido, la que ha lastimado, la que ha dejado de amar y a quien han dejado de amar, y ha tenido la posibilidad de volver a amar después de atravesar por el océano del enamoramiento… un viaje que paga todos los gastos, un viaje que te alimenta las carencias y te las deja bien nutridas… hasta que se termina y llega a la orilla de la isla… esa isla en donde yace el amor, y es ahí, donde ya nada está incluido, donde tú mismo debes trabajar para conseguir el amor, donde tienes que sacar tus propios recursos y buscar nuevos, para ahora sí, construir uno verdadero, un amor presente, maduro, un amor que a pesar de conocer tus heridas, te priorice y se atreva a quedarse.
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—Paloma Zerimar🦋
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asfixiarse · 4 months ago
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"Mi abuela me enseñó la importancia de saber volver a los recuerdos. Por supuesto, uno no regresa intacto de ese viaje. Le acompañan la tristeza, el frío, los suspiros. Pero ¿acaso son esas tres cosas más dañinas que el propio olvido de quien uno ha sido? Me debo a todo ello, soy quien soy por lo que he vivido, así que no fuerzo el olvido de quien me ha habitado, de quien fue mi universo y ahora es un hueco vacío. Soy capaz de hacer ese viaje, de abrirle mi alma a la memoria y dejar que se quede en mi cuerpo el tiempo necesario, porque lo cierto es que nunca se queda para siempre. Son solo breves momentos de ausencia, de travesía, de estrella fugaz. Y yo no les cierro la puerta."
Elvira Sastre en Días sin ti.
Un día comencé a quererte. Y no, no te diste cuenta, pero ese día nació un pájaro. Ya no recuerdo cómo es, cómo era, aunque a veces viene de vez en cuando, se para en mi ventana y me enseña su cuerpo pequeño - sabe, por favor, que en realidad no es él-. En algún otro momento, quizá fue la primera vez que te dije que te amaba, ese pájaro comenzó a volar. Era capaz de cruzar países enteros, de sobrevolar aviones, guerras, de llegar hasta mis manos y hasta las tuyas. Ese pájaro era mío. Por pura gracia y por el querer que sentía hacia ti, ese pájaro decidió hacer de tu corazón, sí, del tuyo, su casa. Y ahí habitó. Voló contigo tantas veces como fue posible. Se detuvo en tu pelo, te acarició con su calor, te abrazó con sus plumas. Lo siguió haciendo incluso cuando no querías que lo hiciera. Lo siguió haciendo incluso cuando llegó otro pájaro a tu hombro. Lo hizo lastimado, lo hizo herido Lo hizo con lluvia y también cuando el cielo no se aguantaba en su propio peso y decidía que era tiempo de caerse. Lo hizo cuando querías escucharlo y cuando no querías hacerlo. Cuando eras tú y cuando dejaste de serlo. Ese pájaro era ese querer mío que tenía por ti. Y decidir olvidarte fue el sacrificio de ese pájaro. Fue acabar con su vuelo. Fue acabar con su casa. Fue pedirle que ya no volara. Fue acabar con el único propósito con el que había nacido. ¿Qué me dolió su muerte? Como no tienes idea. ¿Qué me dolió que se alejara de ti? También. Y sí, hoy lo recuerdo, no porque siga vivo, sino porque los recuerdos duelen. Porque a veces se escapan y no tiene sentidos ponerles barreras. Porque, tal como dice Elvira, a los recuerdos los acompaña el frío. Pero sé que son solo breves momentos, que no son para siempre. Que mañana o en un minuto pasará. Ese pájaro ya nunca va a volver, aunque a veces lo recuerde y me duela.
Hoy estoy aquí, frente a la primavera mientras todo el mundo está entrando al otoño. Y no tengo miedo. Y soy feliz. Y creo que tú también deberías serlo. Por ese pájaro, que ya no vive, que ya no existe, pero que tanto tiempo estuvo a nuestro lado. Al final y al cabo, el amor consiste en dejar de pasar frío.
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dna-nitrogenousbase · 6 months ago
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Hay cosas que sin querer, de forma totalmente involuntaria, me recuerdan a vos. Los días lluviosos, la mezcla del aire frío y las palabras, la niebla que descansa sobre la punta de los edificios de mi ciudad cuando el frío se apodera de sus entrañas.
Casi todo lo frío me recuerda a vos, ¿Curioso, no? La antagónica escena de lo anterior es la playa, que tanto te gustaba, en la que fuimos felices por primera vez sin darnos cuenta que nos embarcábamos en un viaje sin retorno, comprando un tiquete férreo con dirección al abismo.
¡Pero éramos felices! Vivimos con la ilusión de prolongar aquella felicidad, algunas veces a costa de enojos, otras a costa de jugar a la indiferencia ante situaciones que nos comían por dentro, tal como las larvas de las frutas, tal como el cáncer en la sangre o como la corrupción irreversible del buen juicio.
Creímos en el poder del amor a falta de interés, jugamos como niños perdidos entre la vasta inmensidad de la ceguera de un corazón, hicimos hasta lo imposible por flotar en un mar carente de sal. Al final, también el esfuerzo terminó por convertirse en rutina.
Fue así como perdimos los dos. Aunque digan lo contrario, siempre a uno de los corazones le duele más que al otro pues las cicatrices del vivir y el amor las abren lentamente las batallas internas, las armas atómicas de la mente, los vidrios rotos en circulación sanguínea y los pétalos de las rosas deshojadas.
Como el néctar recuerda el romance entre la flor y el colibrí, así el frío me recuerda a vos, a tu frío mirar, a tus cálidos labios, que en noches independientes fueron preludios de innumerables taquicardias.
Alejandro M
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jvrpvz · 5 months ago
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Elizabeth Bishop, Sobre estar sola
Tal vez haya fantasmas en la escuela, o malvados lobos escondidos en las cumbreras, o espíritus malignos que moran en las profundidades de la sala de calderas y que a tientas se abren siniestro camino por las tuberías hasta nuestras habitaciones. Tal vez, pero nunca los hemos visto. Intocadas vivimos hace ya dos temporadas por el más mínimo indicio de algo sobrenatural. En el inmediato en derredor, casa alguna encantada ni cementerio abandonado. En este periodo de primavera, hay apenas un árbol marchito, o un yelmo campo para tener ante nosotros un símbolo de terror y muerte. ¿Por qué entonces, cuando no hay nada que temer, y cuando seguramente hemos superado los fantasmas de nuestros días de juventud, tantos y tantas de nosotros parecemos temer estar solos? Nos decimos unas a otras: “Odio los domingos; horas de sosiego en demasía”, o “Debe ser maravilloso tener un compañero/a de cuarto, alguien con quien hablar en las horas de estudio”. Todo esto es bastante extraño. ¿Por qué estar sola, cuando la mayor parte del tiempo tenemos cien compañeros, se presenta como una prueba tan grande, o por qué desearíamos mantener una conversación de un modo interminable? El miedo a una “hora tranquila” a solas, es mayor que el miedo a todas esas innumerables horas de descanso que nos esperan a todos.
Hay una cualidad peculiar en estar a solas, una atmósfera que sonido o persona alguna puede dar. Es como si estar con gente fuese la tierra de la mente, la tierra con sus colinas y sus valles, aromas y música: pero al estar sola, la mente encuentra su Mar, el plano amplio y tranquilo con diferentes luces en el cielo y diferentes y más secretos sonidos. Pareciera, sin embargo, que nos atemoriza el primer rompimiento de sus olas a nuestros pies, y ahora que nunca emprenderemos viajes de descubrimiento, que nunca sentiremos los vientos libres que han soplado sobre el agua, y nunca encontraremos las islas de la Imaginación, ¿dónde viven quién sabe qué bestias curiosas y pueblos extraños?
Estar sola puede ser divertido. Sola, la mente puede hacer lo que desee sin siquiera la aterciopelada traílla del sueño. Ahora bien, nunca se podrá entender esto mientras nos apostemos en la orilla y de espaldas al agua y sollocemos detrás de nuestros compañeros. Nunca, quizás, conozcamos al acompañante que hay en nosotras mismas y está con nosotros toda la vida, la cercanía de nuestra mente en todo momento a la rara persona cuyo corazón se acelera cuando un pájaro sube alto y solo en el aire claro.
1929 [trad. j.p.]
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caostalgia · 2 years ago
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"El amor es un abismo profundo, lleno de misterios y secretos, donde nos aventuramos sin saber lo que encontraremos. Es como un viaje sin mapas, donde el corazón es nuestro único guía. A veces, nos lleva por caminos hermosos y llenos de luz, y otras veces, por senderos oscuros y dolorosos. Pero al final, siempre hay una lección que aprender, una experiencia que nos hace crecer, y un recuerdo que nos acompaña por siempre."
Victor Sol Guevara
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antowilly · 8 months ago
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Queridos amigos, a veces Tumblr produce sinergias inesperadas y felices serendipias. En este caso, @sandavito, adalid de los megahertzios, buque insignia de la flota de ingenieros sonoros e ínclito maestro de decibelios, ha cogido la canción que os ofrecía hace un os días, la ha limpiado, la ha fijado y le ha dado esplendor, y ha aportado, además, valiosas ideas musicales. El sabrá daros más detalles técnicos sobre el trabajo de masterización llevado a cabo. Por mi parte, agradecerle con el corazón en la mano y los riñones al jerez el tiempo y el trabajo dedicados a mi pequeña obra, cuyos viajes entre Madrid y Granada han servido para mejorarla notablemente. Espero que os guste. Un abrazo apretao.
(Tumblr no deja subir formato WAV, he tenido que subirla en MP3)
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Por cierto, a propuesta de Sandavito he participado en este concurso y se agradecen los votos:
PLEASE, VOTE FOR MY SONG!!
Muac
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alquimistaliteraria · 4 months ago
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Borré tu chat, eliminé las fotos
y retiré de mi vida todo recuerdo que me llevara a ti.
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-Carta abierta-
En mi intento de huir de ti, entendí que debía hacer todo lo posible para evitar auto-lesionarme. No quería seguir alimentando una herida que ya era lo suficientemente profunda y dolorosa por sí misma.
Los recuerdos de lo que compartimos son suficientes como para llenar mi mente, y aunque me esforzaba por mantenerme ocupada, la verdad era que había momentos en los que la noche se convertía en mi mayor enemigo. En esas horas oscuras, cuando la ansiedad y la nostalgia se apoderaban de mí, el simple sonido de una canción o el eco de ciertas fechas volvían a conectar mis pensamientos contigo. La vida, a veces, parecía un juego cruel; a donde miraba, había algo que me recordaba a ti.
Al principio, fue atroz y desgarrador. Cada recuerdo me sumía más en la tristeza, y parecía que nunca podría escaparme de ese tormento. Sin embargo, con el tiempo, las cosas comenzaron a cambiar. Cuando menos lo esperaba, el olvido se instaló de forma inesperada. Fue un proceso gradual, pero ese momento liberador llegó; empecé a superar lo que había vivido contigo.
Comencé a recordarte de otra forma, no como una carga, sino como parte de mi historia. Hubo una ocasión en la que sonreí sin quererlo, y en ese instante comprendí que ya había pasado el tormento. Tu recuerdo se había transformado en uno más en mi archivo mental, un destello de lo que una vez fue, pero sin el poder de hacerme conectar con emociones dolorosas. Puede que los ecos aún resuenen de vez en cuando, pero ya no tienen la fuerza de antes.
Me he dado cuenta de que el tiempo tiene esa maravillosa capacidad de transformar el dolor en lecciones. He empezado a valorizarlas, a comprender que cada etapa de nuestra relación me enseñó algo valioso sobre mí misma, sobre la vida y el amor. Tu recuerdo es solo una parte de un capítulo cerrado, y estoy lista para abrir otros libros con nuevas historias por contar.
Hoy celebro mi crecimiento y la capacidad de amarme a mí misma. Reconozco que el proceso de deshacerme de lo que me hacía daño fue valiente, y me siento empoderada al tener el control de mis emociones y mis recuerdos. Estoy dispuesta a avanzar, a redescubrirme sin ti y a ofrecerme la oportunidad de experimentar la vida de nuevo.
Gracias por lo que fui en tu vida y por lo que has significado en mi camino. Cierro este capítulo con gratitud, y espero continuar mi viaje hacia nuevas experiencias, nuevas conexiones y, quizás, un amor renovado.
Con un corazón sano y en paz,
Yls.
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toulouseesblog · 7 months ago
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Carta para mi ex
No se ni por dónde empezar ni por dónde acabar, contigo todo era una explosión de emociones y sentimientos, lo mejor es que todo era positivo y bonito. Tanto tú como yo sabemos que nos amábamos, que nos teníamos el uno al otro y que nos apoyabamos mutuamente. Yo desde que te vi sabía que tenías un toque y no se si era por tu sonrisa perfecta, por tu forma de ser o por lo enamorada que estaba de ti desde un principio.
Se que las épocas esas del 22/23 no las queremos recordar ni tú ni yo ya que lo pasamos mal y son ‘’etapas oscuras’’. Estoy llena de recuerdos, uno de ellos es cuando en los recreos te perseguía para que no te fueras solo porque me sentaba mal, aparte de que quería estar contigo. También recuerdo lo tanto que lloré ese día porque sentía que no te importaba lo que hacía por ti, que no te importaba que diera más por ti que por mi misma y no te dabas cuenta que estabas en mi cabeza las 24 horas del día. 
En diciembre del 2023 empezaste con mi mejor amiga, Sandra, sabía que estabas enamorado de ella desde octubre y si te soy sincera a mi esto no me sentó muy bien, estaba enamorada tuya y ya tenía muchas ilusiones contigo. En mi cabeza sonaba esta frase cada vez que os veía juntos:
–¿Por qué ella y no yo, que me falta para ser lo que él quiere? —
Otro de mis recuerdos un poco más positivos es cuando me decías lo mucho que me querías aunque no fuéramos nada, me decías que yo demostraba más que ninguna otra persona y que sabias que yo era la indicada. Me ilusioné tanto cuando me dijiste eso que ni me lo creía, ¿sabes la típica sonrisa que te sale cuando te mandan un mensaje bonito?, pues esa era mi sonrisa pero multiplicada por 3 millones. 
Llegó el día de mi cumpleaños e invité a Alba, a Sandra y a ti ya que erais lo único que tenía. Me acuerdo justo del momento que te vi bajar del autobús en la parada, tenias el regalo que me ibas a dar en las manos y eso me puso muy feliz. Te abrace cuando bajaste, y cuando vi el regalo algo de mi explotó, creo que fue una parte del corazón de tanto amor que te tenía. Siempre tiene que haber algo negativo en los cumpleaños, y en este fue cuando os vi a Sandra y a ti juntos en una parte del parque en el que estábamos y yo estaba con Alba llorando en otra parte del parque, diciendo lo mismo de siempre:
–¿Por qué ella y no yo, que me falta para ser lo que él quiere? —
Llegué a mi casa fatal, y a los pocos días decidí bloquearte de todos lados. No podía aguantar los cambios, unos días me sentía lo mejor del mundo y sentía que tocaba la luna contigo de la mano y otros días sentía que me estabas pisando la cara. 
Me enteré por Sandra que en Abril terminasteis, y a los pocos días de terminar Sandra me dijo que tú seguías escribiendome. Me contabas cómo te iba en los partidos de baloncesto, también me contabas tus problemas aunque yo no estuviera ahí para contestarte. Lamento no haber estado ahí cuando lo necesitabas. 
A finales de Abril te empecé a escribir de vuelta, con la excusa de que felicites a tu amiga Natalia de mi parte ya que era su cumpleaños. Empezamos a hablar más y más, me contaste lo que hiciste este tiempo y vimos que nuestro brillo no se había apagado del todo, que aún había una llamita encendida que podíamos intentar evitar que se apagara.
Y así fue, el 9 de Mayo del 2023 empezamos a salir, por fin podía decir oficialmente que el chico al que quería locamente era mi novio y te juro que te amaba a más no poder. Te juro que quería verte a todas horas, ojala haberme ido al viaje que hiciste a Londres en Julio del 2023, no soportaba que estuvieras lejos de mi. Amaba verte en el instituto, cuando me esperabas a la entrada para darme un abrazo e ir de la mano hasta clase, cuando mutuamente nos dolía cuando cada uno tenía que ir a su clase… Te admito una cosa, amaba los días de 1ro de la ESO cuando tocaba ingles a primera hora, porque era la hora en la que en el intercambio de clase me tocaba a tu lado. 
Cuando acabó el verano siento que las cosas empeoraron un poco, en septiembre yo me encontraba algo mal conmigo misma y siento que desde ahí puede que lo haya pagado contigo. En noviembre decidí terminar contigo ya que sentía que te hacía cada vez más daño y lo que menos quería era ver al niño que me sacaba una sonrisa todos los días estar triste por mi culpa. Bueno, esto no duró ni un día ya que entre la charla que tuve con mi madre sobre ti, mi hermano escribiendote si tu sabias lo que me pasaba, porque se me escuchaba llorar desde su habitación… Quede contigo el día siguiente de terminar,  nada más te vi me lancé a ti, me puse a llorar y lo primero que dije es:
– Te echaba de menos amor –
Justo en noviembre también fue nuestro primer beso, éramos muy vergonzosos y no sabíamos cuándo dar ese paso pero los dos queríamos hacerlo. Al final lo di yo, y cuando te lo di no entendí nada ya que me salió solo, fue como un impulso y de tener tantas ganas que al final me descontrole. Igualmente fue precioso, recuerdo incluso la hora y el lugar, el atardecer que había, recuerdo lo que sentía y la emoción que tenía. Los días siguientes después de nuestro primer beso te escapaste de casa para verme y me parecía muy tierno el hecho de que alguien quisiera pasar tanto tiempo conmigo y de ser capaz de escaparse de casa únicamente para estar a mi lado aunque sea poco tiempo y con consecuencias. 
En enero me dijiste que tenías dudas sobre lo nuestro, que estás confuso y no sabías lo que querías, no sabías si de verdad querías pareja o si estabas listo para tenerla. Yo estaba asustada, no quería perderte, pero al final siempre quedabamos en un ‘’da igual, ignora todo lo que te acabo de decir, te amo’’. Desde ahí, vivía nerviosa y pensando que me ibas a dejar sola, tuve pesadillas con el hecho de que me dejaras. 
Y llegó marzo, maldito mes de marzo, sobretodo el 14 de marzo a las 00:20 de la noche. Ese día a esa hora me dejaste con el corazón roto en las manos ya que me dejaste con un
–Te quiero pero no quiero nada –
Recuerdo aquella noche como si fuera hace 5 minutos, recuerdo cada lágrima y cada sollozo, recuerdo las veces que re lei nuestro chat, recuerdo cuando mire los mensajes tuyos de WhatsApp del día anterior diciendo:
–Te amo mi princesa –
Al día siguiente me levanté pensando que todo era una pesadilla, pero llegué al instituto y no me estabas esperando en la entrada, y tampoco recibí un mensaje tuyo diciéndome los buenos días y que tenias ganas de verme. En mayo volvimos a hablarnos, y resulta que le convencí para que quedáramos y un rato con la excusa de ‘’quiero verte’’, aunque en realidad quería verle a los ojos y decirle por última vez las siguientes frases:
– Te amo –
– ¿Te digo un secreto?  Me encanta tu sonrisa –
Quería darle de la mano por última vez, acariciarle el pelo donde a él le gusta, mirarle a los ojos, poner mis piernas encima de las suyas, reírme con él y ver por última vez su sonrisa. 
Los mejores momentos de mi vida los pasé con él, y los volvería a repetir un millón de veces más. Con él me sentía especial, sentía que éramos inseparables y con el de verdad veía mi futuro. Me imaginaba a mis hijos llamándole papá, a nosotros en nuestra propia casa, nosotros casandonos o yendo de viaje a donde queramos. 
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