#Tres Arroyos
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Washington: Exhibición de arte 3.0 en Fraser Mansion
Washington: Art Exhibit 3.0 at Fraser Mansion A principios de noviembre la muestra 3.0 de los maestros Arroyo Ceballos (España), Gotasi (Ecuador) y José Domínguez (España) se exhibe en la Fraser Mansion (Scientology National Affairs Office), lo que supone un encuentro de lo hispanohablante con tres marcados estilos pictóricos como son la Abstracción, el Piramidismo Cromático y el…
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No Bling-Jeans
Well, it’s definitely Zin. An over-simplified statement, perhaps, but with Zin, that’s the first–and most important–qualifier…considering the sins committed against the grape in the past 30 years. Sure, we like pinot to act like pinot and grenache to smell like grenache and chard to taste like chard, but as someone who regularly gets accused of wanting my zins to taste like cab, it’s an important…
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Cazando a alguien (ESP. VER)
prompts por @raven-cincaide-words
Philza, Techno y Tommy habían estado caminando por días, solo descansando un par de horas hasta llegar a la siguiente ciudad, estaban viajando de ciudad en ciudad para encontrar contratos, hasta que llegaron a Karmaland.
Era un pueblo pequeño, cerca de un río y un bosque, con hermosos campos de girasoles y cultivos de maíz. Cocina peculiar y habitantes más peculiares, pero era un buen lugar para pasar el invierno, lejos de las frías murallas de L’Manburg.
“Ah” dijo Tommy corriendo al arroyo, “Agua fresca” grito el adolescente agachándose para beber.
“Si fuera tú no lo haría,” dijo una voz al otro lado del arroyo, “un poco más arriba, las lavanderas lavan la ropa.”
Philza levanto su mirada para ver al hombre más bello que haya visto, su cabello era negro como ébano, su piel era pálida como la nieve, y sus ojos tan morados como las amatistas.
Tommy se detuvo en seco a centímetros del agua, Techno, por costumbre y precaución tomo la empuñadura del mango de su espada.
“Gracias por la advertencia,” dijo Philza tomando a Tommy por el hombro, acercándolo a su lado, protegiéndolo del extraño, “Somos viajeros, desde L’Manburg ¿Sabes dónde puede haber una posada?”
El hombre les sonrió, “Por supuesto, conozco un lugar. Síganme, el puente está unos metros más allá.” Dijo señalando hacia el oeste, “Soy Missa, Missa Sinfonía, por cierto, un placer.”
“Soy Philza Minecraft, ellos son mis hijos, Technoblade y Tommy Innit.” Dijo Philza, tomando a Carl por las riendas y siguiendo al karmalience por la orilla del arroyo.
Missa se rio, “¿No eres un poco joven para ser padre?”, preguntó el chico.
Philza también se rio, “Bueno, yo digo que son mis hijos, pero más bien son unas pequeñas pestes que se me han pegado en el camino.”
Ambos chicos se quejaron, “Ni siquiera es tan joven,” se quejó Tommy.
“Es un viejo decrépito, ya hasta alucina, de hecho cree que tiene una esposa.” Dijo Techno, haciendo la seña de que Phil estaba loco.
Philza rodó sus ojos, “Tengo una esposa, es una diosa, sí, pero es completamente real.”
Missa los observaba con curiosidad y diversión, “Un etarian, un piglin, un cachorro y una diosa,” dijo para nadie en particular, “encajarán perfectamente en Karmaland.”
Cuando cruzaron el puente, Missa los guio rápidamente a una casa, tenía un establo fuera y un cartel que decía, ‘El chiringuito de Juan’, cuando Missa se detuvo, los tres se detuvieron en seco.
“¡Illo!” Gritó Missa con todas sus fuerzas, “¡Te traje huéspedes tú!”
Del interior salió un hombre, con una camisa rosa, un sombrero de paja, shorts blancos, sandalias y un puro entre los labios, “Missa, qué bueno hombre, pásenle, pásenle.”
La noche cayó sobre Karmaland, el aire denso y cargado con el susurro del bosque. Philza, Techno y Tommy se acomodaron en el chiringuito, disfrutando de una comida decente después de días en el camino. Sin embargo, Philza no podía quitarse de la cabeza la conversación que había tenido con Juan, el dueño de la posada, sobre la "bestia" que habitaba los bosques cercanos.
“Dicen que es un demonio, una criatura que nunca ha sido vista, pero todos han sentido su presencia. Los aldeanos ni siquiera se atreven a acercarse a su territorio. Es más, algunos no regresan,” había advertido Juan, sus ojos fijos en Philza.
Philza, siendo cazador de monstruos, sabía que esto significaba un contrato suculento. Si lograba cazar a la bestia, no solo obtendría una buena paga, sino también el respeto del pueblo.
“Ese lobo de las leyendas... ¿Es real?”, preguntó Tommy, excitado por la idea de una nueva aventura.
“Uy claro, niño,” dijo Illo soltando el humo de su cigarro, “¿Ustedes cazan monstruo’ verda’? Deberían hablar con Lolo, es el alcalde, ese bicho no’ ha estado molestando’ por meses.”
Eso era suficiente para que Philza decidiera ir tras la bestia.
(...)
El hombre había traído un cachorro a la entrada del territorio de Missa, ese cachorro ahora era de Missa.
Ingenuamente, el cachorro había decidió salir a por la ‘bestia’ él solo. Y Missa sonrío al ver al rubio caminando hacia la entrada de su territorio. ¿Era el hombre tan descuidado para no cuidar a la parte más preciada de su clan?
La luz de la luna alumbraba el bosque, haciéndolo parecer algo menos tenebroso, mientras Tommy se adentraba más y más dentro del bosque, armado con una espada de hierro y su valentía, avanzaba entre los árboles susurrantes. Missa tenía claro que el cachorro se había adentrado a su bosque solo para probarle al resto de su equipo de que era valiente.
Recordaba vagamente la conversación que el cachorro y su padre había tendió en la posada, como el rubio menor no estaba preparado para casar él solo.
Missa lo miraba curioso, sus ojos brillaban en un curioso color ámbar, sus patas tocaban la tierra de manera cuidadosa, siguiendo el olor del cachorro, un suave olor a manzana dulce, inocencia y menta, el último olor debía pertenecer a Philza, y lo marcaba como miembro de su manada. Los humanos eran sumamente descuidados con sus crías, dejándolos vagar por territorios desconocidos sin protección. Era una pena, pero si Philza no iba a cuidar del cachorro, Missa lo haría.
El sonido de hojas crujiendo y una rama rompiéndose alerto al lobo y al cachorro, quien nervioso levantó su espada aún más alto.
“Hey perra,” dijo el niño, “sal, no te tengo miedo.”
Eso era una mentira, Missa podía oler lo nervioso que estaba el niño. Y bueno si el niño iba a ser tan maleducado, Missa le iba a dar una lección.
Un gruñido bajo y gutural resonó entre los árboles, haciendo que las hojas temblaran. Tommy giró sobre sí mismo, intentando ubicar el origen del sonido, pero el eco del bosque lo hacía imposible. El sudor frío comenzaba a bajar por su espalda, y su mano temblaba ligeramente mientras sostenía la espada.
Missa se movió entre las sombras, sus patas apenas rozando el suelo cubierto de hojas. Era mucho más grande en su forma de lobo, su pelaje negro como la noche se confundía con la oscuridad del bosque, solo sus ojos ámbares brillaban como faros en la penumbra. Decidió jugar un poco con su presa, después de todo, los cachorros necesitaban aprender modales.
Otro gruñido, esta vez más cerca, justo detrás de Tommy. El chico se giró bruscamente, pero solo encontró oscuridad.
“¿H-hola?” La voz de Tommy ya no sonaba tan valiente, “Mira, bestia estúpida, si no sales ahora mismo, yo…”
Un aullido cortó el aire, tan cerca que Tommy pudo sentir el aliento caliente en su nuca. Se congeló en el lugar, su corazón latiendo tan fuerte que podía escucharlo en sus oídos. Lentamente, muy lentamente, se dio la vuelta.
Allí, a menos de un metro de distancia, estaba la bestia. Un lobo gigantesco, más grande que cualquier animal que Tommy hubiera visto jamás, lo miraba fijamente con ojos que brillaban como el oro fundido. Sus colmillos, blancos y afilados como dagas, brillaban bajo la luz de la luna.
La espada resbaló de las manos temblorosas de Tommy, cayendo con un ruido sordo sobre las hojas secas.
“Oh, mierda,” susurró.
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Arroyo Corto
Ubicado en la Cruz Mayor del Cementerio Municipal, este Cristo recuerda un hecho trágico: a fines de 1937, el diputado Fortunato Chiappara (h) tuvo un entredicho en La Plata con el también diputado Mario Bessone. Ambos provenían del partido de Saavedra y ya habían mantenido fuertes enfrentamientos en la localidad de Goyena, que habrían obligado a Bessone a abandonar el pueblo. Según declaraciones de testigos, Chiappara habría simulado extraer un revólver que en realidad no tenía. Bessone creyó que iba a ser atacado, por lo que extrajo su arma y disparó sobre Chiappara quien falleció horas después. Bessone fue condenado a tres años de prisión. El Cristo que había sido encargado a Salamone por Fortunato Chiappara, fue concluido a pedido de sus padres. Al pie de la cruz, conserva la firma original: F. Salamone. Ing. Civil. 1937.
📖 Laje, María del Carmen y Aurand, Martín Alejandro (2024). Francisco Salamone y su vínculo con el patrimonio funerario.
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PERÚ PARA EL MUNDO 21 HECHOS QUE NO SABIAS SOBRE EL BELLO PAÍS DE PERÚ
1. Machu Picchu fue construido sin el uso de mortero, una técnica conocida como ashlar. Las piedras están cortadas con tanta precisión que ni siquiera una hoja puede ser insertada entre ellas, mostrando las avanzadas habilidades de ingeniería de los Incas.
2. El río Amazonas, el mayor volumen del mundo, tiene algunas de sus fuentes en los Andes peruanos.
3. Las Líneas de Nazca, una serie de grandes geoglifos antiguos en el desierto de Nazca, siguen siendo un misterio para los investigadores. Fueron designados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1994.
4. Perú es el lugar de nacimiento de la patata, con más de 3.000 variedades diferentes. Las patatas fueron domesticadas por primera vez en Perú alrededor del 8.000 a 5.000 A.C.
5. El Cusco, que alguna vez era la capital del Imperio Inca, es conocido por sus restos arqueológicos y su arquitectura colonial española.
6. El lago Titicaca, el lago más grande de América del Sur y el cuerpo de agua navegable más alto del mundo, se encuentra en la frontera entre Perú y Bolivia.
7. La Amazonia peruana cubre el 60% del país, convirtiéndola en una de las zonas con mayor biodiversidad del mundo.
8. Pisco, un tipo de brandy, es la bebida nacional de Perú y el ingrediente clave del famoso cóctel Pisco Sour.
9. Perú tiene tres idiomas oficiales: español, quechua y aymara. El quechua era la lengua del Imperio Inca.
10. El cóndor andino, una de las aves más grandes del mundo capaz de volar, es un símbolo nacional del Perú.
11. La ciudad de Caral, al norte de Lima, es considerada la civilización más antigua de América, con estructuras que datan del 2600 A.C.
12. El Imperio Inca fue el imperio más grande de la América precolombina, y su centro administrativo, político y militar estaba ubicado en el Cusco.
13. La escena culinaria del Perú es reconocida a nivel mundial, con platos tradicionales como el ceviche (pescado crudo curado en jugos de cítricos) y el lomo saltado (carne salteada).
14. El Inti Raymi, o Festival del Sol, es una antigua ceremonia inca en honor al dios Inti (Sol), celebrada en Cusco el 24 de junio de cada año.
15. Las salinas de Maras, usadas desde tiempos incas, son piscinas terrazadas donde la sal se cosecha evaporando agua salada de un arroyo subterráneo.
16. La biodiversidad de la selva amazónica es inmensa, siendo Perú el hogar de una de las mayores especies de aves en el mundo y cientos de mamíferos, reptiles y peces de agua dulce.
17. El Parque Nacional Huascarán de Perú es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y sede de Huascarán, la montaña más alta del Perú a 6.768 metros (22 205 pies) sobre el nivel del mar.
18. El yacimiento arqueológico de Chan Chan en el norte de Perú es la mayor ciudad precolombina de América y fue la capital del reino Chimu.
19. Túcume, en el norte de Perú, cuenta con un extenso complejo de pirámides de adobe, reflejando la cultura Lambayeque (o Sicán).
20. La literatura peruana tiene una larga y rica historia, siendo el premio Nobel Mario Vargas Llosa uno de los autores más famosos del país.
21. Los Uros viven en islas flotantes que han hecho de cañas en el lago Titicaca. Las islas y los hogares están construidos a partir de la caña totora que crece en el lago.
• Dato extra:
- La Cordillera de los Andes,la cordillera montañosa mas larga del mundo es una cadena montañosa de 8,500 kilómetros de largo que atraviesa el Perú de norte a sur, dividiéndolo en diferentes regiones naturales. La cordillera entra al Perú por el sur en dos cadenas separadas, una que viene de Chile y otra de Bolivia, que se unen en el Cuzco, formando el macizo o nudo de Vilcanota.
- La cordillera de los Andes se compone de tres cordilleras: La Cordillera Occidental al oeste, La Cordillera Central en el centro, La Cordillera Oriental en el este.
La Cordillera Occidental, de dirección andina (SE‐NW), constituye el límite entre las altiplanicies del Perú central y la región del piedemonte del Pacífico.
- En el Perú se encuentran 3 de los cañones más profundos del planeta. Después del cañón más profundo de la tierra, que es el Cañón de Yarlung Tsangpo con 5,590 m ubicado en China, en seguida casi en orden seguido vienen los 3 cañones del Perú. Estos son por orden de profundidad: El segundo cañón más profundo del mundo: El Cañón del Apurímac con 4,691 m, ubicado en el límite departamental entre Apurímac y Cuzco. En tercer lugar se ubica el Cañón de Kali Gandaki con 4,375 m de profundidad ubicado en Nepal. El cuarto lugar lo tiene el Cañón del Colca, con una profundidad de 4,160 m, ubicado en la provincia de Caylloma, en el departamento de Arequipa, Perú. En quinto lugar se ubica el Cañón de Cotahuasi, con una profundidad de 3,535 m, localizado en la provincia de La Unión, también en Arequipa.
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🩸 Dio Brando 🩸 [01] Noche de luna llena
Sinopsis:
Ship: Dio Brando, Marko Dmtriyev
Fandom: Jojo's Bizarre Adventure
Recuento de palabras: 4198
*Un castillo lúgubre y oscuro descansaba sobre la pacífica noche en algún lado de América, había montañas y campos muy amplios con un césped precioso, sedoso y un aroma a petricor que daba satisfacción. Las luciérnagas solían salir a danzar entre los árboles y zonas más bajas, los sapos cantaban en arroyos y había otros sonidos de la naturaleza que asomaban. La noche perfecta. Sin embargo, un intruso estaba por irrumpir aquella pacífica velada, un ruso que cubría su cuerpo y rostro con túnicas negras, estaba corriendo y escapando de su pasado y seguidores de la secta satánica, lo habían encontrado en una ciudad cercana y ahora querían eliminarlo por ser un testigo visual y presencial muy fresco. A pesar de que su cara no era visible, a través de la tela que lo tapaba sí podía ver perfectamente. Estuvo mucho tiempo para subir una de las montañas, bajar y atravesar por campos gigantescos. Al divisar la estructura que parecía desierta y abandonada, tomó la decisión de descansar ahí, pero no esperaba para nada que estuviese habitada*.
Marko: *Una vez se infiltró por una ventana de la planta baja y sin siquiera tener la necesidad de romperla, se dio cuenta que el suelo tenía alfombras elegantes, bonitas y estampadas, se veían antiguas. Alrededor había cuadros, muchas telas de arañas, polvillo, velas apagadas, y lo más curioso eran el resto de las ventanas cubiertas con mucho papel y sus cortinas. A estas alturas sospechaba, pero su nariz entrenada no detectaba absolutamente nada, ni tampoco escuchaba algo llamativo. Luego de confirmar casi al cien por ciento que el lugar estaba desolado, camina con sigilo, estuvo descalzo todo su viaje y tenía algunas heridas en las plantas de sus pies. Camina y revisa cada habitación, había libros por todos lados, tirados o apilados. En la cocina pudo encontrar un poco de comida, eran frutas frescas sobre una mesada isla, le llamaba la atención el hecho de que fuese lo más bonito entre toda la suciedad, pero no aguantó el hambre y comió con desesperación esas tres manzanas y dos duraznos. Luego revisó las alacenas y encontró algunas barras de chocolate que también consumió. Vio vino en botellas dentro de un mueble específicamente para ellos, abrió uno y lo olió, se veía muy bien, luego leyó la etiqueta y se dio cuenta que abrió una reliquia de hace muchos años. Lo tapó y puso en su lugar solo por las dudas. Suponía que este lugar era de un coleccionista, escritor borracho y millonario, o un jubilado con una buena herencia. Siguió recorriendo el lugar hasta ver las escaleras de lo que parecía una habitación subterránea, así que con valor bajó. No sin antes mirar por varios segundos un cuadro gigante y viejo, la pintura se había salido un poco y desgarrado. Se trataban de tres personas en la pintura, un adulto sentado y dos jóvenes atrás, parecían posar únicamente para ese retrato. El chico de la izquierda se veía con una leve sonrisa pacífica y el otro también, pero tenía el presentimiento que hubo roces y diferencias, que una historia profunda ocultaba la pintura. Continuó con su camino recorriendo una biblioteca gigante que estaba junto a una chimenea apagada, los sofás eran variados y una mesa baja de té que los acompañaban, parecía todo abandonado pero se lo imaginaba acogedor. Para ser un castillo que se encontraba en medio de la nada y ahora era su refugio, no estaba nada mal. Luego de recorrer cada rincón, decide salir de la biblioteca y tomar las escaleras hacia las demás plantas. En la subida, le toma varios minutos darse cuenta que las escaleras no tenían fin, intentaba llegar a la cima pero al verse, se encontraba en los primeros escalones. Eso lo aterró y dio dos pasos hacia atrás, pensando en lo sucedido. Intentó una vez más, subía y subía, pero cuando miraba a su alrededor, otra vez estaba donde comenzó. Frunce el ceño y se aleja de las escaleras, tomando distancia. De repente, se escucha una voz masculina viniendo de la penumbra* ¡Mh!
¿Quién te crees para entrar a mi casa y revisar mis pertenencias?
Marko: *La voz venía de un costado suyo, pero cuando lo escuchó por segunda vez, ahora provenía de las escaleras justo en el principio*.
Dio: *Así es, estaba parado en las escaleras mirando a Marko con gran seriedad. Y con ambas manos en las caderas, dejando ver su gran musculatura detrás de aquella musculosa apretada y pantalones amarillos algo holgueados. Levanta su mano y lo señala con su dedo índice, dejando ver su uña puntiaguda y larga*.
Marko: *No pasó ni un segundo que se percató de que la zona de su cuello se entumecía, el frío en su cuerpo se apoderó de él y su nariz estaba siendo invadida por un aroma muy conocido. Acercó su mano a su garganta y lo sintió perfectamente, su propia sangre, manchando las telas de su vestimenta y por supuesto, su mano y brazo, cayendo así por su codo. Salía muy rápido y se coaguló de forma extraña estando en el suelo, como gotas que se formaban y no eran absorbidas por la madera. Miró hacia abajo y vio el charco negro, pero borroso, su vista estaba fallando* ¡G-Gh! *Da pasos hacia atrás tambaleándose*.
Dio: Eso es lo que pasa cuando te entrometes donde no debes, *Dice escupiendo sus palabras con desprecio* intruso *No comenta nada más, simplemente miraba al ruso desvanecerse en el suelo cayendo arrodillado y posteriormente boca abajo sobre una alfombra vieja*.
Marko: *Estaba temblando y sudando mucho, su cuerpo daba pequeños espasmos. Trataba de aferrarse a algo, pero conocía perfectamente su destino. Finalmente, dejó de moverse para cerrar poco a poco sus ojos y descansar sobre esa alfombra tan cómoda*.
Dio: No te preocupes, vendrán a limpiar mañana, van a encargarse bien de ti *Luego de comentar lo último, decidió retirarse a su torre y dormir, no estaba preocupado por ese inquilino. No hasta la siguiente noche*.
*Durante el día, las ventanas se abrían por completo en el castillo, y algunos sirvientes de Dio iban a limpiar el lugar, también se encargaban del mantenimiento, ya que pensaba quedarse ahí una buena temporada para descansar, sus poderes estaban algo limitados luego de usarlos mucho en un entrenamiento no muy pasado, y eso lo agotó. Sin embargo, esa tranquilidad fue sustituída cuando en la noche de aquel día, uno de los seguidores suyos le informó que no encontraron a nadie en la alfombra desangrándose y que tampoco había mancha de nada. Personalmente Dio fue a revisar, y era verdad, no había nadie ni nada sobre la alfombra, aún así, el vino que abrió Marko seguía abierto, los libros que desacomodó tenían sus huellas gracias al polvillo, y las frutas que consumió tenían su mordida. Estaba impresionado, pero más que nada, le causaba curiosidad, así que ordenó que lo buscasen de inmediato. Mandó a todos sus sirvientes en el área para que lo capturen y trajeran al castillo, sea cual sea su poder, era más tentador incluso que detener el tiempo, podría servirle más*.
Dio: *Había pasado más de una hora luego de mandarlos de cacería a sus seguidores, pero le estaba llamando la atención el que no volviesen. Miraba por la ventana de su torre, no se podía ver nada en la oscuridad. Bajó las escaleras y lo vio, a Marko sobre la alfombra mirándolo a los ojos. Hacía mucho tiempo que no se sorprendía y lo expresaba en su rostro*.
Marko: *Se encontraba viéndolo, quieto, muy serio y sus ojos no tenían ningún brillo, pero lo más importante, es que la herida en su cuello ya no estaba, ni siquiera la cicatriz* Tu gente fue entretenida... *Y ahí estaba la respuesta para Dio, él era la razón por la que ellos no volvían al castillo*.
Dio: *Frunce el ceño, al parecer conseguir las respuestas iba a ser un poco más complicado, pero estaba dispuesto a todo ahora* Ruso, ¿no es así? Pero tu acento... provienes de otro lado también *Se cruza de brazos*.
Marko: América latina *Saca de sus vestimentas un arma de fuego y sin dudar un segundo, apunta a la frente de Dio Brando. Dispara*.
Dio: *Al tiempo lo detiene en el momento preciso, fue difícil en su estado no tan potente, y también el hecho de la cercanía de él y el arma de fuego, fue un desafío, la bala quedó a medio metro de su frente e iba a darle justo en el centro. Tomó la bala con su mano con mucha facilidad, se posicionó detrás del no invitado y colocó la bala en su sien. Cuando el tiempo fluyó en su total normalidad, la bala entró perfectamente traspasando carne y hueso, pasando hacia el otro lado. El trozo de metal ahora arrugado y deforme, estaba dentro de un pequeño hueco en una pared. Vio cómo el cuerpo del hombre pálido caía al suelo como un mueble, estático. La sangre negra se expandió por la alfombra una segunda vez, pero la miraba con detenimiento, era verdad, se coagulaba algunas veces y no se expandía por la tela, es decir, no la absorbía como un líquido en sí. La herida en la cabeza permanecía intacta, pero en vez de dejarlo en ese lugar, decide encerrarlo en el sótano de su castillo, dos pisos más abajo de hecho, había catacumbas y celdas con barrotes muy viejos. Encadenó uno de sus pies y lo encerró allí. Miraba la herida en la sien, no había desaparecido ni cerrado, y seguía saliendo sangre negra, el color era muy llamativo. Luego de estar unos minutos viéndolo por si algo cambiaba, decide irse a su habitación y seguir descansando*.
Marko: *Poco a poco su visión se iba recuperando, cuando tuvo conciencia de donde estaba, observó el lugar, su posición. No era el mismo lugar de antes, sus brazos estaban encadenados colgando desde el techo, obligándolo a tenerlos hacia arriba. Sus pies estaban libres, aunque se encontraba descalzo, y su torso también estaba desnudo, dejando ver cada una de sus cicatrices hechas por el culto satánico. La única vestimenta que usaba eran sus pantalones rasgados y holgados. Varias veces sintió un escalofrío recorriendo su columna vertebral, pero su larga cabellera le servía de manta al estar suelto, tres metros de cabello tenían que servir de algo. De repente la oscuridad absoluta se fue disipando tras que una puerta se abriese, era la de aquella habitación. La única iluminación era la luz de la luna que entraba en silencio por la ventana con barrotes*.
Dio: *Entró a la celda con una túnica verde oscuro y una polera ajustada de color negro y mangas largas, haciendo lucir y contornear muy bien cada uno de sus músculos. Cerró la puerta y se cruzó de brazos viendo al ruso con gran seriedad* Recibiste una herida de bala y aún así estás aquí...
Marko: *Mira los ojos brillantes de Dio, marrón almendra pero a veces brillaban de amarillo, obviamente no era un humano cualquiera y de seguro poseía un poder descomunal tras derrotarlo en cuestión de segundos. Decide no responder, solo mirarlo mientras colgaba de las cadenas*.
Dio: *Hace una pausa antes de seguir* ¿Cómo te llamas?
Marko: Marko Dmtriyev *Responde llanamente. Nota cómo los ojos de Dio se agradaba apenas por la voz que tenía, muy grave y gutural, parecía irreal, pues, esa era su voz natural, con la que nació*.
Dio: (Interesante registro de voz) *Pensó, y luego de analizarlo un poco más, decide interrogarlo* Bien, Marko Dmtriyev ¿por qué entraste a mi propiedad?
Marko: Creí que estaría vacía para hospedarme *Debía sincerarse porque presentía que el rubio sabría cuando mentía y cuando no, no quería más consecuencias o dolor innecesario, ya pasó por bastante*.
Dio: ¿De quién escapabas?
Marko: De una secta satánica *Responde sin problemas*.
Dio: No eres muy descriptivo *Da unos pasos hacia adelante. Al ver que Marko no se mueve un centímetro con respecto a su cercanía repentina, estira su mano y toma un poco del cabello azabache del ruso. Lo acariciaba con curiosidad de saber cuál era su textura. Era obvio que se trataba de un pelo muy bien cuidado, excepto por estos días con la falta de higiene personal* ¿Qué eres?
Marko: No puedo responder a eso *Sigue sin cortar el contacto visual, no era ni amenazante ni afilado, solo lo miraba incluso dándole la sensación de tranquilidad*.
Dio: ¿Qué te impide decírmelo? *Aleja su mano y lo toma del mentón ahora, para voltear un poco su cara y revisar la herida de bala que ya no estaba, ni siquiera la marca* Mh...
Marko: El no saber.
Dio: No sabes qué eres *Lo suelta y da unos pasos hacia atrás para verlo mejor. Había aprendido un poco de ruso, entendía la minoría de las palabras grabadas en el cuerpo de Marko, y obviamente sabía cuál era el símbolo en su espalda y pecho* Y supongo que no sabes cómo y porqué tienes esta inmortalidad.
Marko: *Cierra sus ojos dando a entender que así era, no sabía de este poder, ni su origen, nada* Puedo irme de aquí si lo deseas, no volveré a este castillo.
Dio: *Reflexiona por un momento, no quería inquilinos en su propiedad, pero tenía que averiguar más sobre sus habilidades y conocimientos, incluso podría él mismo averiguar sobre su origen y extraña inmortalidad* Trabaja para mí y podrás hospedarte en el castillo. Sé mi seguidor, deberás obedecer cada una de mis órdenes. Serás mi prisionero de ahora en adelante si cedes, y me alimentaré de tu sangre cuanto yo quiera *De su bolsillo saca una insignia que ganó Marko en la milicia hace mucho tiempo* Supongo que no te será difícil seguir indicaciones *Guarda el pin otra vez en su bolsillo*.
Marko: *Piensa al respecto, era una gran oferta, además podría refugiarse de la secta por un buen tiempo*.
Dio: Estarás a prueba, no quiere decir que confíe en ti. Te veré siempre como un pedazo de escombro, una piedra que me defenderá, ¿entiendes eso?
Marko: Bien. Acepto *Dice sin muchos rodeos, tenía sus dudas pero era mejor que estar en un sótano por segunda vez, quien sabe por cuánto tiempo y qué cosas podrían hacerle. La piel de sus brazos y piernas se ponen de punta, de gallina, tenía mucho frío*.
Dio: Sal de tu situación y ve al comedor, te daré las primeras misiones *Sin más para agregar, se fue cerrando la puerta de la celda. Fue al comedor a sentarse en una de las sillas en la cabecera de la mesa y tomó el vino que Marko se atrevió a abrir. No pasaron ni quince minutos que el ruso subió las escaleras de aquel sótano y entró al comedor, su dedo pulgar de la mano derecha estaba dislocado* Mh *Solo hace ese sonido dejando la copa sobre el mantel bordó*.
Marko: *Mira la mesa larga con solo el mantel color bordó y bordado. Decide sentarse en la otra cabecera y ver a Dio a los ojos. Finalmente el pacto se cerró, ahora iba a trabajar para él a cambio de un techo y comida*.
*Durante las semanas siguientes, Marko tuvo que luchar contra los discípulos de Dio mostrándole sus habilidades, manejo de armas, conocimientos en combate cuerpo a cuerpo, velocidad, agilidad, entre otros. Se mantuvo al margen y pudo dar el ancho para lo que Dio estaba buscando, alguien que siga cada una de las órdenes sin titubear, sin dudar de absolutamente nada. Todo iba bien, a cambio Marko recibía mejor alimentación, ropas nuevas, una habitación con cama, todo se lo iba ganando, hasta que hubo un pequeño inconveniente que lo puso en aprietos*.
Marko: *Una noche, tuvo que hacer guardia como regularmente hacía, vigilar los terrenos del castillo y alrededores. Usaba una polera ajustada y algo abrigada, ya que las noches eran frías allí, y debajo unos pantalones buzo común y corrientes, por supuesto, botas de cuero para finalizar. Su cabello estaba recogido en dos increíbles trenzas muy largas, así no le molestaba al pelear. Caminaba por el campo verde, era una sensación extraña el estar ahí tan silencioso y con la luz de la luna como única farola, el viento frío, el sonido de los árboles y algunos insectos nocturnos. Si se agudizaba el oído se podía escuchar muy a lo lejos un arroyo correr, se preguntaba si el agua era tan pura y cristalina como decían. Decidió arrodillarse en el césped, juntar sus manos y rezar en voz baja en su idioma natal, ruso. Pedía por sus hermanos de sangre donde quiera que estén, pedía que Dios los cuide y proteja, también pedía por su madre que estaba en coma en el hospital que despertarse, que su hijo había vuelto después de tantos años, aún tenía fe de ello. Su concentración pasó de rezar a identificar el nuevo aroma que había aparecido tan de repente detrás suyo, ya sabía quien estaba*.
Dio: Sea al Dios que le reces, no existe *Comenta de forma brusca mientras acomodaba su capa de invierno sobre su espalda* El único dios que debes rezar y alabar, es a mí.
Marko: *Baja sus manos y se pone de pie para verlo a los ojos* Sí, Dio *Hace una pausa observando las facciones de su rostro, tan estéticamente bonitas, puntiagudas y mirada afilada, esta noche no, era un poco más suave que las otras veces*.
Dio: No es la primera vez que sabes que estoy detrás de ti. En muchos de mis ataques los repele con facilidad.
Marko: Supongo que no puedo esconderlo por más tiempo *Se le asoma una leve sonrisa y acomoda un mechón fino de su cabello que se soltó de su peinado*.
Dio: ¿No me has comentado todo de tus habilidades? ¿Cómo podría confiar en ti entonces?
Marko: *Levanta una mano y apoya su dedo índice sobre la punta de su nariz* Confía en mi nariz, nunca miente. Mi sentido del olfato es muy agudo y desarrollado, lo entrené por mucho tiempo. Memorizar y recordar los aromas, identificarlos, reconocerlos. Puedo oler muchas cosas a la vez y separarlas entre sí, como... *Piensa en algún ejemplo, así que saca de su bolsillo dos manzanas que robó de la cocina, las llevaba consigo por si le agarraba hambre de repente, además, eran sus favoritas* las frutas. Puedo oler la manzana pero también sus partes *Con su uña puntiaguda retira suavemente la cáscara* La piel de la manzana tiene un aroma muy particular, el vástago también. Toda la carne es aromática, *Refiriéndose al relleno de la manzana* pero el centro es otra historia *Con sus dedos dentro de la manzana habiéndola atravesado, saca dos semillas* Y aunque intente ocultar su presencia, podré oler el interior sin que los demás perfumen me invadan *Abre la boca con la intención de darle una buena mordida a la manzana, pero de un segundo a otro, ya no estaba, no había comido nada* ¿Mh? (Ha vuelto a pasar, este salto tan extraño cuando Dio está presente, ¿él lo provoca?)
Dio: *Tenía en la mano la manzana que Marko perforó* Ya veo, era tu nariz todo el tiempo *Abre su boca dejando relucir sus colmillos, pero antes que pudiese tocar a la pobre fruta maltratada, la pregunta de Marko lo tomó de sorpresa*.
Marko: Si en un combate no puede usar sus poderes por alguna razón, ¿sabe cómo defenderse cuerpo a cuerpo?
Dio: *Baja la manzana para verlo a los ojos, esta vez frunciendo un poco el ceño* ¿Dudas de mí?
Marko: No *Responde sin miedo* Me pregunto cómo pelea usted sin sus poderes.
Dio: Mh *Lo mira de arriba a abajo, analizando su comportamiento, pero no detecta signos de estar burlándose de él* Te permito que me ataques entonces, no subestimes a tu enemigo de ninguna manera.
Marko: *Sin dudarlo, da un salto hacia arriba pero un poco inclinado hacia adelante, estira su pierna derecha y cae justo sobre el rubio*.
Dio: *Toma la pierna de Marko sin mucha dificultad, no iba a usar sus poderes, era obvio, quería demostrarle e incluso presumir sus conocimientos de combate. Una vez lo sujeta muy bien, lo lanza al suelo con una fuerza sobrehumana, dejando que caiga de rodillas*.
Marko: ¡Tch! *Lanza golpes veloces y precisos, notaba cómo Dio se defendía, los bloqueaba rápidamente y seguía atacando, incluso con arañazos mortales. Sus uñas eran un punto de interés, le parecían atractivas, aún así, debía tener mucho cuidado. La velocidad de los movimientos de Dio aceleran considerablemente, incluso recibe una patada en su vientre que lo obliga a retroceder* Uff... uff...
Dio: Eres más pequeño que yo, eso me da una ventaja *Se acerca caminando tranquilamente pero decidido, iba a realizar más movimientos rápidos*.
Marko: *Frunce el ceño y comienza a esquivar cada uno de ellos, pero con más dificultad que antes. Bloquea con ambos brazos, no podía verlos venir* ¡G-gh! *De un buen puñetazo en la cara cae al suelo boca arriba sobre el césped, y siente una presión en sus muñecas* Uff... Uff... Uff...
Dio: *Sujetaba fuerte sus muñecas con una sonrisa ahora mismo, era una malévola. Sin pedirle permiso, se sienta sobre sus caderas* Nada mal, extranjero. Pero no me vuelvas a subestimar.
Marko: Jamás lo hice, Dio *Sentía los ojos del vampiro sobre él, tan penetrantes y sensuales, en la noche era un búho espía*.
Dio: *Decide no responder al respecto, simplemente se inclina hacia adelante y apoya sus labios sobre la piel del cuello, abre su boca y da una mordida para nada gentil*.
Dio: *Succionaba cada gota de la sangre negra que expulsaba, se coagulaba en su boca como pelotitas y las reventaba fácilmente. Fresca y especial, así era la sangre de Marko, no se cansaba de su fuente de alimento, teniéndolo a él bajo su mandato iba a poder recuperarse rápidamente. Aunque, siempre que lo mordía se le escuchaba una risita salir de la boca del albino, era extraño, pero siempre sucedía. Una vez se sacia un poco, toma distancia para susurrarle al oído* Eres mi prisionero, un esclavo en mi casa y vas a alimentarme, te guste o no...
Marko: *No se muta por su comentario, simplemente su cuerpo estaba relajado, en paz, el dolor de la mordida tampoco lo hacía retroceder o arrugar su rostro, solo soltaba esa risita cuando lo mordía* Lo haré, Dio. Puedes morder y alimentarte de mí cuanto quieras.
Dio: *Estaba un poco sorprendido por sus palabras, nunca había escuchado a alguien decir algo similar en ese estado, tan tranquilo y pacífico. Dió un retroceso para ver a Marko a los ojos, ese brillo celeste desaturado que lo hacía reflexionar, algo dentro de él movía y no sabía qué era. Tampoco entendía si eran sus palabras, la actitud de su prisionero o el momento, el lugar, el ambiente y el aroma a petricor que invadía sus sentidos* (Marko Dmtriyev, ¿quién eres?) *No comenta nada más y vuelve a morder unos centímetros más abajo de la mordida anterior, para seguir succionando y alimentándose de más*.
Marko: *El petricor, el sonido del arroyo a lo lejos, el césped haciéndole suaves cosquillas en la piel y el perfume natural de Dio, por alguna extraña razón era una combinación que quería volver a probar si se daba la oportunidad*.
Dio: *Más que satisfecho, se pone de pie y relame sus labios para retirar y consumir lo poco que quedaba* Nada mal *Y sin más para agregar, se retira al castillo dejando que su perfume se lo llevase el viento*.
Las ilustraciones que aparezcan son hechas por mí, son de mi propiedad. Instagram Agash_Rotddom Las ilustraciones de fondos o paisajes son propiedad de sus propios autores, los links de sus trabajos están enlazados.
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EL CUENTO DEL AMOR Y LA LOCURA
Cuentan que una vez se reunieron en algún lugar de la Tierra todos los sentimientos y cualidades de los seres humanos.
Cuando el Aburrimiento había bostezado por tercera vez, la Locura, como siempre tan loca, les propuso: “¡Vamos a jugar al escondite!”.
La Intriga levantó la ceja intrigada y la Curiosidad, sin poder contenerse, le preguntó: “¿Al escondite?
Y, ¿cómo es eso?”.
“Es un juego —explicó la Locura— en el que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón.
Y cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes al que yo encuentre ocupará mi lugar para continuar el juego”.
El Entusiasmo bailó entusiasmado secundado por la Euforia.
La Alegría dio tantos saltos que terminó convenciendo a la Duda.
E incluso a la Apatía, a la que nunca le interesaba hacer nada.
Pero no todos querían participar.
La Verdad prefirió no esconderse… ¿para qué?
Si al final siempre la hallaban.
Y la Soberbia opinó que era un juego muy tonto (en realidad lo que le molestaba era que la idea no hubiese sido suya).
Y la Cobardía prefirió no arriesgarse.
“Uno, dos tres…”, comenzó a contar la Locura.
La primera en esconderse fue la Pereza.
Como siempre tan perezosa se dejó caer tras la primera piedra del camino.
La Fe subió al cielo, y la Envidia se escondió tras la sombra del Triunfo que, con su propio esfuerzo, había logrado subir a la copa del árbol más alto.
La Generosidad casi no alcanzó a esconderse, cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos.
Que si un lago cristalino para la Belleza; que si una hendida en un árbol, perfecto para la Timidez; que si el vuelo de una mariposa, lo mejor para la Voluptuosidad; que si una ráfaga de viento, magnífico para la Libertad;…
Y así terminó por acurrucarse en un rayito de sol.
El Egoísmo, en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio: aireado, cómodo,… pero sólo para él.
La Mentira se escondió en el fondo de los océanos (mentira, se escondió detrás del arco iris).
La Pasión y el Deseo, en el centro de los volcanes.
El Olvido,… se me olvidó dónde se escondió el Olvido, pero eso no es lo más importante.
La Locura contaba ya novecientos noventa y nueve mil novecientos noventa y nueve…
Y el Amor no había aún encontrado sitio para esconderse entre sus flores.
Un millón contó la Locura y comenzó a buscar.!!!
La primera a la que encontró fue la Pereza,… a sólo tres pasos detrás de unas piedras.
Después se escuchó la Fe discutiendo con Dios sobre Teología, y a la Pasión y el Deseo los sintió vibrar en los volcanes.
En un descuido encontró a la Envidia y, claro, pudo deducir dónde estaba el Triunfo.
Al Egoísmo no tuvo ni que buscarlo, él solo salió disparado de su escondite, que había resultado ser un nido de avispas.
De tanto caminar sintió sed, y al acercarse al lago descubrió a la Belleza.
Y con la Duda resultó más fácil todavía, pues la encontró sentada en una cerca sin decidir aún dónde esconderse.
Así fue encontrando a todos.
Al Talento entre la hierba fresca, a la Angustia en una oscura cueva, a la Mentira detrás del arco iris (mentira,… en el fondo del mar).
Hasta el Olvido,… que ya se había olvidado que estaba jugando a las escondidas.
Pero, sólo el Amor no aparecía por ningún sitio.
La Locura buscó detrás de cada árbol, bajo cada arroyo del planeta, y en la cima de las montañas, y cuando estaba por darse por vencida divisó un rosal y pensó: “El Amor, siempre tan cursi, seguro se escondió entre las rosas”.
Y tomando una horquilla comenzó a mover las ramas,… cuando de pronto se escuchó un doloroso grito…
Las espinas habían herido los ojos del Amor, y la Locura no sabía qué hacer para disculparse.
Lloró, rogó, pidió perdón y hasta prometió ser su lazarillo.
Desde entonces, desde que por primera vez se jugó en la Tierra al escondite...
El Amor es ciego,… y la Locura siempre lo acompaña.
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De la web.
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Ig @sergionovaocio
🎬🎞 El rodaje de #Venom, una superproducción americana de Marvel, ha dejado en #Cartagena medio millón de euros, de los que la mitad ha ido a parar al barrio de Los Mateos, según las estimaciones de la productora.
✍️,📋 En concreto la productora contrató a un centenar de vecinos de Los Mateos como auxiliares de seguridad y compensó a los residentes por las molestias para el acondicionamiento de los escenarios y durante los tres días que duró el rodaje, en el que participó el actor protagonista #TomHardy, que se mostró muy accesible con los vecinos y llegó a firmar autógrafos a los niños que se lo pidieron.
🇲🇽🏖️ El rodaje de las escenas que convirtió al barrio de #LosMateos en un poblado mejicano tuvo lugar entre el 26 y el 28 de junio. También se incluyeron varias tomas de las playas de #Calblanque.
📽️🤝 La alcaldesa de Cartagena, Noelia Arroyo, se reunió con miembros de la producción internacional, capitaneados por #TateAráez, reconocido por su trabajo como localizador de cine o series como Juego de Tronos, para ofrecer la colaboración del Ayuntamiento, ya que se pretende convertir al municipio en un gran plató de rodaje.
📺📱 Recordamos que Cartagena ha sido el primer y único municipio de España que ha firmado un convenio con Netflix y que directivos de Movistar España vinieron a conocer también la ciudad.
🏫👨💼 El equipo de preproducción se estableció en Cartagena el pasado 15 de mayo, para gestionar con el Ayuntamiento de Cartagena todos los permisos y la colaboración de diferentes departamentos municipales, y se ha mantenido en la ciudad hasta el 7 de julio.
🏨🛌 Durante ese tiempo también se encargó de gestionar la colaboración de la Autoridad Portuaria y de la Dirección General de Medio Ambiente de la Comunidad Autónoma, y la contratación de los diferentes servicios profesionales y de apoyo a empresas de la ciudad. Así como los alojamientos necesarios de los integrantes del equipo, que en los momentos álgidos llegaron a ocupar gran parte los hoteles de la ciudad.
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El joven Yosoji y la dama del Monte Fuji
El joven Yosoji vivía con su madre en una aldea que desde hace algunos años era azotada por una epidemia de viruela. Gracias a su buena salud y resistencia física, Yosoji se había librado de la enfermedad, pero no así su madre. Al igual que muchas personas mayores, la mujer había caído enferma y cada día su estado de salud se agravaba más.
Desesperado por el lamentable estado de su madre, Yosoji consultó al curandero Yamakiko, quien le aconsejó ir al monte Fuji y ubicar el arroyo que corría por la ladera sudeste. Allí, encontraría un templo en el que debía orar. Además, debía recoger un poco del agua milagrosa de aquel arroyo.
A la mañana siguiente, Yosoji se apresuró a llegar al monte Fuji. Mientras se disponía a cumplir con las indicaciones de Yamakiko, una joven mujer de inmaculado kimono se le apareció y con una seña, le pidió que la acompañara. Yosoji la siguió preguntándose si podría cumplir con el mandado del curandero. Para su sorpresa, la muchacha sabía lo que el chico buscaba; lo dirigió al nacimiento del arroyo, le indicó que bebiera él mismo el agua antes de llenar la cantimplora de su madre; además, lo llevó hasta el magnífico santuario donde debía orar por la salud de su madre y todos los aldeanos. Tras acompañar al muchacho en todo ello, la muchacha habló: "Yosoji san, vuelve en tres días a este mismo lugar. Bebe el agua y luego llena la cantimplora. Cuando hayan pasado tres días, regresa. Y así lo harás hasta que tu madre y todos los habitantes de la aldea recuperen su salud".
A esa primera visita le siguieron cinco más. De manera milagrosa, tanto su madre como los demás enfermos mejoraron visiblemente, y para Yosoji no era un problema subir hasta el santuario de la montaña; por el contrario, estaba muy agradecido por la mejoría de los enfermos y disfrutaba conversar con la hermosa dama del arroyo, quien le aconsejaba y lo consolaba cuando más desesperanzado se sentía.
Al cabo de un mes, todos los aldeanos estaban curados. Agradecidos con Yosoji, le atribuyeron a él el milagro de su curación. Pero el muchacho, siempre modesto y diligente, les contó que había sido acción del curandero Yamakiko y una bella mujer que vivía en el sudeste del monte Fuji. Yosoji cargó en su espalda varios regalos que los aldeanos reunieron para entregarlos a la dama y ofrendarlos al santuario.
Lleno de entusiasmo y deseoso de verla una vez más, se dirigió a toda velocidad a la montaña. Para su sorpresa y decepción, el santuario estaba en ruinas, el arroyo se había secado y la mujer no aparecía por ningún lado. Se arrodilló y oró a los dioses porque ella volviera y entregarle los presentes de los aldeanos. Los dioses escucharon su plegaria y la joven salió de entre los arbustos con una camelia en la mano.
Yosoji le rogó porque le dijera su nombre; la chica se negó, pero le sonrió y celebró su bondad, paciencia y modestia. Ante los ojos atónitos de Yosoji, los pies de la hermosa joven se cubrieron de nubes y fue elevada a la cima de la montaña, los presentes se desvanecieron en el aire. Yosoji comprendió que se trataba de la diosa del Monte Fuji y que seguramente no volvería a verla; a sabiendas de esto, la mujer arrojó al Yosoji la camelia que llevaba, como recuerdo de aquellos maravillosos encuentros.
Desde aquel día, la fortuna le sonrió al muchacho; sus cosechas eran abundantes, vendía todos sus productos, gozaba de excelente salud, su madre vivió más de cien años y la camelia que recibió de la mujer permanecía fresca y hermosa. Todas estas bendiciones eran producto del amor que la dama del monte Fuji sintió desde aquel primer encuentro.
www.mitosjpenespanol.tumblr.com
Lee mitos coreanos quí.
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Conoce sobre el simbolismo del Tarot aquí.
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From the Danish Prairie to the Danish Pampas
It is funny to walk through the Jens Jensen Prairie Landscape Park these days and feel the cold wind on my face, knowing that my great-grandfather probably had the same feeling roughly 130 years ago. His name was Knud Christian Buus, and he left poverty in Denmark to find better work.
He arrived in Chicago in 1892 and settled in South Dakota where he bought a farm of 160 acres. However, harsh winters and bad harvests made it difficult for farmers, and most of his colleagues abandoned the area. He sold the farm and returned to Chicago in 1899.
Luckily, he got a job at the McCormick Harvesting Machine Company. He learned a lot about how agricultural machinery worked and soon became a popular salesman. In 1902, he was sent to Argentina to promote the machinery and found that the land in the Pampas had good soil — “whatever you throw out will grow."
He went back to Denmark, got married, returned to Argentina, and in 1904, he settled next to a small town called El Perdido in Argentina. Knud worked for others until he was able to rent land and split the profit with the landowner. It was arduous work—he spent many days working in the middle of the Pampas alone while his wife tried to turn their newly built mud house into a home in a treeless, isolated field. Fortunately, the Danes in the Pampas were quite clever and planted trees that formed shady valleys. They also tended to gardens of fruits and berries that covered many of their basic needs.
Upon immigrating, Danes encountered a different culture while establishing a community in the flat land of Buenos Aires. My great-grandfather thoroughly missed Denmark and was ready to move back when World War I broke out. I wonder what would have happened if there had been no war in 1914. Would I have been fully Dane? What if his work in South Dakota went well and he never had to migrate again? Would I have been an American citizen?
Today, the Buus family has lived in Argentina for six generations, mainly settled around the towns of Tres Arroyos and Necochea. Most of them are farmers, working the same land Knud bought. I often think how difficult it was for our ancestors to make the decision to migrate to another country and start all over again—building a house, planting trees, and making a home for their family. Knud Buus did it twice, once in the American prairie and again in the Argentinean pampas. Now, I have returned to the prairie—the beginning of his journey.
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Unas pocas palabras sobre Porfi.
María Porfiria Hernández Nanco, Porfi, ya se había muerto una vez, pero despertó. Aquella vez pidió que la llevaran a su casa, no quería morirse en el hospital ni en cama ajena, quería morirse en su casa. A la mañana siguiente despertó rodeada de toda su parentela, todita, hermanas, sobrinas... hasta su familia de Texcoco había tenido tiempo de llegar.
"¿Y ora por qué tanta gente?"
Creíamos que te ibas a morir.
"Sí, pero, ¿tanta gente? ¿Por qué tanta?"
Pero, bueno, total que aquella vez no se murió.
Pasaron meses. Mi mamá y yo fuimos a verla a casa de su hermana, allá por el arroyo Papas. Estuvimos platicando con ella, que asentía, incómoda, incomodísima de que alguien, su familia, la estuviera cuidando. Traía arrastrando un tanquecito de oxígeno con un cable de diez metros que le permitía moverse pa todos lados. Quería ponerse a hacer quehacer, no la dejaban. Cocinar, no la dejaban. Entonces de repente agarraba su tanquecito y se escapaba y se iba a su casa. De ahí la regresaban a casa de su hermana.
"Anca". Porfi decía "anca" como abreviatura de "en casa de", un xalapeñismo (nahuatlismo, probablemente) ya en desuso. Anca tu abuelita, decía, con la b como g: Anca tu agüelita.
Luego se murió una segunda vez y despertó, ahora en el hospital, rodeada de gente.
"Ora sí los espanté, ¿verdad?", y se soltó a las risas.
La risa de Porfi ahora es un recuerdo que hace eco en la cabeza de unas pocas gentes. No seremos más de diez, más de veinte, y eso es todo. Es un sonido que va a extraviarse.
Y, bueno, la tercera vez se murió definitivamente. Ahí mismo en el hospital, algo que ella no quería, pero qué le vamos a hacer, así sucedieron las cosas, siempre se había salido con la suya pero esta última vez ya no fue así.
Mi mamá me abrazó y lloramos juntas en la cocina. Mi hermano no estaba, si no también lo habríamos abrazado. Abrazo de tres, esa es la historia de nuestra familia.
Llegamos temprano al velorio. Nos fuimos antes de que sirvieran los tamales, pues ya habíamos comido. Mi mamá cree que los tamales de verduras que Porfi le preparaba eran únicos. De Porfi. De ella. De esa relación que dos mujeres construyen a fuerza de verse todos los días. No sabe que son un platillo típico xalapeño, yo los he probado en la casa de Dani y también en una gran cantidad de antojerías a lo largo de mi vida. Pero mi mamá casi no sale a antojerías, cómo va a enterarse.
Mi hermano llegó de noche al velorio, cuando nosotras ya no estábamos. Platicó con uno de los hermanos que cubrían el turno nocturno. Los Hernández Nanco habían sido nueve hijos, Porfi de las menores; el papá murió y la mamá los abandonó chiquitos. Eran de por allá de por el límite con Puebla (¿de Chilchota, tal vez?), y cuando se quedaron solos, los niños fueron migrando a Xalapa. Quién sabe cómo lograron mantenerse unidos, pero así fue. Unidos. Muy unidos. Su hermana mayor, ¿Celedonia?, fue quien nos recibió en su casa y en la funeraria. Su hermano (¿cómo se llamaba?) era quien siempre andaba jalando a Porfi en el taxi; era quien iba a buscarla cuando se escapaba a su casa para ver si ahora sí se moría.
"Era muy llevadera", dijo el hermano de Porfi sobre Porfi.
Y sí era cierto.
No sé si mi hermano habrá llorado aquella noche. Lo que sé es que, a pesar de que estaba a dieta, aprovechó el pretexto de la plática, del velorio, la sociabilidad, el ofrecimiento, el duelo y la ausencia, para comerse varios panes. Él dice que uno; no le creo.
"Es que si alguien en este mundo sabía cuánto me gusta a mí el pan, esa era Porfi", dijo, aguantándose el llanto, provocándonoslo a nosotras.
Y pues eso también era cierto.
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¿Con qué me presentaré ante Jehová, y adoraré al Dios Altísimo? ¿Me presentaré ante él con holocaustos, con becerros de un año? ¿Se agradará Jehová de millares de carneros, o de diez mil arroyos de aceite? ¿Daré mi primogénito por mi rebelión, el fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma? Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.
Miqueas 6:6-8 RVR1960
Simplifica las cosas
Sin quererlo, la vida puede complicarse. Oímos el consejo "menos es más" y "simple no significa simplista"; sin embargo, ya sea en el ámbito de nuestras relaciones, recursos o responsabilidades cotidianas, la vida se vuelve compleja. Nuestros próximos pasos no nos resultan claros. Nuestro sentido de la orientación está nublado y lograr claridad con tantas opciones disponibles significa que la sencillez de la certeza no está a nuestro alcance.
En el pasaje de hoy, vemos que los israelitas tenían el mismo problema. Su corazón se había endurecido y se habían alejado de la presencia de Dios. Ellos estaban obsesionados con las cosas creadas, conservando una religión basada en rituales y sacrificios, y un sistema que no podían mantener. Muchos abandonaron a Dios y se consagraron a los ídolos. Sin embargo, Dios decidió traerlos de vuelta a él.
En medio de tanta complejidad, el profeta Miqueas declaró al pueblo que seguir a Dios era mucho más sencillo que los sistemas y rituales que habían creado y de los que se habían rodeado. Dios les mostró lo que es bueno y lo que el Señor exige: practicar la justicia, amar la misericordia y humillarse ante Dios (versículo 8).
Sin duda, los religiosos no aceptaban esa sencillez. Sin embargo, Miqueas es claro, tres cosas se requieren de nosotros: justicia, misericordia y humildad ante Dios.
Definitivamente hay acciones que se deben emprender de nuestra parte, pero cada uno de estos requisitos comienza con un corazón dócil ante Dios. No podemos actuar con justicia, ni amar la misericordia, ni caminar con humildad, si estamos alejados de Dios. Como dice el viejo refrán: De quién te enamores siempre dictará para qué vives.
Ante los ojos de Dios, nuestras actitudes hacia los demás y el trabajo de nuestras manos no significan nada si antes no hemos abierto verdaderamente nuestro corazón a Dios. Esto lo conseguimos rindiendo nuestra voluntad, sometiéndonos a sus caminos con gozo y llenándonos de la verdad de su palabra. Dios no busca reglas, rituales y rutinas, anhela que tengamos una relación íntima con él.
El mayor desafío al recibir la misericordia de Dios de manera gratuita es el siguiente: “como está garantizada, podemos no tomarla en serio”. Y es ahí donde reside nuestro mayor reto: cultivar la gratitud y renovar nuestro corazón cada día por la misericordia de Dios y adoptar una actitud humilde, para poder actuar con justicia. Aproximadamente hay treinta centímetros de distancia entre tu rodilla y el suelo. Esa es la distancia que debes recorrer para encontrar misericordia y adoptar una postura de humildad.
Para Dios, es así de sencillo: Actúa con justicia. Ama la misericordia. Camina con humildad. Este es el desafío que hoy Dios tiene para ti.
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8 HABITOS QUE AUNQUE NO LO CREAS VIENEN DE TIEMPOS PREHISPANICOS
Bañarse dos veces al día.
Al llegar los españoles a nuestro continente notaron que la población era extremadamente limpia y que, además de bañarse dos veces por día en ríos y arroyos, todas las casas contaban con un temazcalli (una casa donde se suda, en náhuatl). Y que ambas cosas eran parte de la rutina diaria de aseo personal. Cabe destacar el contraste con las costumbres de los españoles, que casi ni se bañaban.
Lavarse los dientes después de cada comida.
Es bien sabido que los nativos del continente americano siempre fueron muy limpios, y el cuidado de los dientes no fue la excepción. Para ello usaban una mezcla de miel y cenizas de tortilla, ya que la miel es antibacteriana y las cenizas funcionan como un pulidor para los dientes. Los españoles se mostraron muy sorprendidos al notar las sonrisas blanquísimas de los indígenas quienes, además, conservaban su dentadura hasta la muerte.
Llama “escuincles” a los niños.
El Xoloitzcuintle es una raza de perro nativa de México. Estos perritos carecen de pelaje y pueden tener tres tamaños distintos. Son perros que de pequeños son muy inquietos, celosos y hasta groseros con los desconocidos, aunque muy cariñosos con su dueño.
Comer raspados.
Se cuenta que el Señor Motecuhzoma II, Señor de Tenochtitlan, ordenaba traer nieve desde el volcán Popocatépetl solo para que le fuera preparado un manjar hecho de nieve, jarabe de frutas, flores, vainilla o miel. Era un postre tan exclusivo que solo la nobleza podía consumirlo. En nuestros días, y aunque siguen siendo un manjar de reyes ¡todos podemos acceder a los deliciosos raspados!.
Hablar en diminutivo.
Los pueblos originarios se expresaban con los niños de una manera más cariñosa que con el resto de la gente, llamándolos con apodos tiernos como cocoton (migajita en náhuatl), o nishi (pequeño en hñahñu). Esta es una costumbre ha sobrevivido hasta nuestros días, no solo en nuestro trato a los más pequeñitos, sino en el uso que hacemos de los diminutivos en nuestro día a día. ¡Ahorita ya sabes de dónde viene esta costumbre!
Beber agua de frutas.
Esta costumbre les resultó muy extraña a los europeos, puesto que allá no se conocía la enorme variedad de frutas que hay en México. Era (¡y es!) tal la abundancia de frutos que, además de comerlas, nos podemos dar el lujo de mezclarlas con agua o con miel para tomarlas.
Comer tortilla y picante.
Los mexicanos no podemos pasar un día sin comer tortilla o picante. Lo hemos heredado de nuestros padres y ellos de sus ancestros. La comida nativa no sufrió grandes transformaciones desde la invasión europea y solo se le agregaron nuevos ingredientes llegados de otros continentes. Estas adiciones mejoraron los sabores y, aunque crearon algunos alimentos nuevos, la esencia es la misma hasta nuestros días. Creéme que la historia de nuestro pueblo se podría contar a través de la tortilla y el picante…
Hacerse tatuajes.
En el mundo prehispánico, los tatuajes eran considerados un símbolo de valentía, pues en aquellos tiempos se hacían con espinas de cactus. Los tatuajes, además, contaban historias, leyendas y hazañas y, cuando se veía a una persona con un tatuaje, de inmediato se sabía que tenía algo que contar. La Iglesia Católica trató de “satanizar” el uso de tatuajes y, si bien aún hay mucha gente que asocia el tatuaje con la delincuencia, los mexicanos no le tememos a llevar historias escritas en nuestro cuerpo.
Autor Xiu
Kualli Yohualli Mexica, Maya Y Purépecha Nation's ✊🏽🇲🇽🤝🏽🇺🇲😎 Buenas Noches 🦉💤 Good Night 😴
Ma Xicochi Nican Titlacatl Brethren Of The Cemanahuac
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✝️En el Partido de Saavedra, a pocos kilómetros de Pigüé, se encuentra la pequeña localidad de Arroyo Corto, la única con obra salamónica en ese distrito. En este caso se trata de un Cristo dentro del cementerio.
Este Cristo recuerda un hecho trágico. A fines de 1937 el diputado Fortunato Chiappara (h) tuvo un entredicho en La Plata con el también Diputado Mario Bessone.
Ambos provenían del Partido de Saavedra y ya habían mantenido fuertes enfrentamientos en la localidad de Goyena que habrían obligado a Bessone a abandonar el pueblo.
Según declaraciones de testigos, Chiappara habría simulado extraer un revólver que en realidad no tenía. Bessone creyó que iba a ser atacado por lo que extrajo su arma y disparó sobre Chiappara quien falleció horas después. Bessone fue condenado a tres años de prisión.
El Cristo que había sido encargado a Salamone por Chiappara fue concluido a pedido de sus padres.
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AMO 1: EL CIEGO
Querido diario, desde hoy escribiré todo lo que me pasé aquí para que quede constancia de lo que hice, por lo tanto, comenzaré con las vivencias que tuve con mi primer amo. El primer amo que me acogió fue un hombre ciego, en un principio nos íbamos a quedar en Salamanca, pero mi amo ganaba cosas mendigando y como ahí no había mucha caridad decidió irse conmigo, y fue nada más salir del puente que cruza el río Tormes (donde nací) donde me dijo que acercará la oreja a una estatua de toro que estaba por la zona, yo le hice caso, acerqué la oreja y me dio tal golpe contra la estatua que me duró tres días el dolor, y me dijo que es pobre pero eso no quiere decir que no me pueda enseñar nada, pero eso no quita que no me matará de hambre, si no fuera porque le robaba muy sutilmente posiblemente habría muerto de desnutrición. Siguiendo el hilo de la historia, de Salamanca nos fuimos a Toledo y ahí me sucedió otra anécdota por así decirlo, compartiríamos un ramo de uvas entre los dos y cada vez, cada uno cogería una, había que ser honestos y decir si alguien robaba, con todo eso dicho comenzamos a comer, al principio todo iba bien pero él comenzó a comer de dos en dos y yo le seguí y luego de tres en tres y también le seguí, pero resulta que se dió cuenta, ya que al no decirle nada intuyó que yo también lo estaba haciendo. Me pasaron otras cosas como que intenté beber una jarra de vino por debajo y me la tiró en la cabeza con fuerza haciéndome mucho daño, o que le robé una longaniza comiéndomela y él la olió y me metió la nariz dentro de la boca y yo la vomité, fue por todo eso por lo que un día mientras estaba lloviendo le dije que teníamos que pasar un arroyo y le mentí diciéndole que saltará por un lado donde había un pilar, él saltó y se pegó tal golpe que a lo mejor murió, pero yo no lo supe ya que salí corriendo de ahí hacia Torrijos.
AMO 2: EL CLÉRIGO
Al día siguiente llegué a Maqueda, donde me acogió un clérigo, el cuál era mucho más tacaño que el ciego, me daba un ajo cada cuatro días y a él no le podía robar, ya que podía ver y siempre tenía controlado lo que le pagaban y lo que comía. El clérigo tenía una arca donde guardaba casi toda la comida, así yo solo podía comer la ración que me constaba cada esos cuatro días, solo comía durante los entierros, ya que ahí no había control, por lo tanto, deseaba que cada día se muriera antes para poder comer. Pero ni con los entierros iba bien, me mataba de hambre literalmente, no tenía fuerzas y estaba demasiado pálido, muchas veces pensé escaparme pero pensaba que si lo hacía me tocaría a alguien aún peor. Al llevar unos meses con él le pedí a un cerrajero que me diera una copia de la llave del arca, me la dio y cuando el clérigo se iba de casa yo abría el arca y cogía un panecillo para comerlo. Solo pude estar tres días así ya que al último mi amo se dio cuenta que faltaban panes y comenzó a contarlos para acordarse de cuantos eran. Unos días después se me ocurrió que podría quitarle unos trozos a los panes y fingir que eran ratones, al hacerlo mi amo tapó los agujeros del arca neutralizando esa excusa. Una noche mientras mi amo dormía, cogí un cuchillo y le hice un agujero al arca para coger pan y por la mañana, cuando el amo lo veía lo reparaba y así estuvimos unos días, incluso compró una trampa para ratones lo que hacía que comiera queso también, unos días después un vecino le dijo que podrían ser serpientes, desde ese momento, al dormir yo me dormía con la llave del arca en la boca para que no la viera si buscaba por serpientes. Pero una noche al dormir la llave se me saió medio fuera haciendo que saliera aire de ella, mi amo lo oyó pensando que era la serpiente y me pegó un golpe con un bastón que estuve los siguientes tres días inconsciente. Pero por ese tiempo intuyó que mi amo se dió cuenta de la llave y al llamar a enfermeros para que me tratarán la herida y al ponerme en pie, el clérigo me echó de casa.
AMO 3: EL ESCUDERO
Con ayuda de gente humilde llegué a la ciudad de Toledo donde me encontré a un escudero que se convirtió en mi amo y me llevó a su casa. Su casa no parecía la de un escudero, no estaba amueblada, la cama dejaba que desear, parecía que se caía... Me dijo que comía de mañana y desde entonces aguantaba hasta la noche, yo saqué un panecillo que me habían dado y cuando el escudero lo vio me pidió uno y se lo di, este escudero era tan miserable como yo, parecía que yo le mantenía a él. Por la mañana mi amo se vestía y salía a pasear, no volvía hasta tarde y a mí me mandaba a hacer tareas de casa, como veía que mi nuevo amo no me podría mantener le pedía a unas vecinas que me dieran algo de comer, que de esa comida, algo siempre iba para mi amo, no era mala persona como los otros dos, el problema es que no me podía mantener y me las tenía que apañar yo. Uno de esos días me contó que la razón por la que vivíamos así era porque la casa estaba embrujada y nos daba mala suerte, también me contó sobre su pasado y que tenía viviendas en castilla la vieja y le echaron de allá y se fue aquí pero no le reconocen. El último día que pasé con él llegaron un señor y una señora pidiendo el alquiler de la casa, mi amo les dijo que se los pagaría por la tarde, entonces se fue y no lo volví a ver más, los viejos me intentaron sacar información pero no pudieron porque no sabía nada.
AMO 4: EL FRAILE
Las mujercuelas que me daban comida con el anterior amo me llevaron al siguiente el cuál era un fraile que tenía trato familiar con estas mujeres. Estuve con él un poco más de una semana y lo máximo que puedo decir es que con él tuve mis primeros zapatos que me duraron hasta que lo dejé pasada una semana.
AMO 5: EL BULDERO
De casualidad me topé con mi quinto amo, un buldero, el mejor vendedor de bulas que me he topado en toda mi vida, hacía muchos trucos para convencer a los clientes que compraran sus bulas, pero el mejor fue en un pueblo de la Sagra de Toledo, todo comenzó cuando estaba cenando con su alguacil y comenzaron a reñir, mi amo diciéndole ladrón y el alguacil diciéndole falsario, después de un forcejeo la gente presente los lograron alejar. Al día siguiente mientras mi amo estaba dando misa, la gente murmuraba que las bulas eran falsas y que el alguacil lo había descubierto, y como quién habla del rey de Roma, el alguacil entró en la iglesia diciendo que las bulas eran falsas, el buldero se negó a que le echarán y comenzó a una oración diciendo que si él mismo tenía razón que castigara al alguacil y si este último tenía razón que lo castigarán a él, entonces el alguacil se cayó al suelo y comenzó a hacer movimientos bruscos sin sentido y sacaba saliva por la boca , la gente logró retenerlo y mi amo hizo otra oración diciendo que Dios le perdone, y así fue, después de hacerla el alguacil volvió en sí y confesó que eso lo había hecho por el demonio, la noticia corrió la voz y las bulas comenzaron a venderse por montones a todos los pueblos que iba. Yo más tarde descubrí que ese numerito estaba armado por ciertas risas que compartían ellos dos, estuve con él 4 meses.
AMO 6: EL PINTOR DE PANDERETAS
Después encontré trabajo con un maestro de pintar panderetas, que con él también sufrí miles de historias
AMO 7: EL CAPELLÁN
Un día entré a servicio de un capellán dentro de una catedral, me dio un asno, cuatro cántaros y un látigo y comencé a pregonar, el trabajo me iba muy bien, a mi amo le daba treinta maravedís diarios y lo demás me lo quedaba. Estuve así cuatro años, sin malgastar dinero pude vestirme con ropa usada y también me compré una espada en Cuellar, en ese momento me despedí de mi amo.
AMO 8: EL ALGUACIL
Al despedirme del capellán, serví a la justicia como ayudante de un alguacil, pero duré poco, el oficio me parecía peligroso y un día yo salí corriendo de unos delincuentes pero mi amo les plantó cara y acabó maltratado.
AMO 9: EL ARCIPRESTE DE SAN SALVADOR
Más tarde encontré un trabajo del cual, hoy en día aún lo sigo ejerciendo, soy pregonero, pero se me da bien el trabajo, todo el mundo dice que si Lázaro de Tormes no es quien lo pregona, entonces no se sacará ningún beneficio. Por ese tiempo el señor arcipreste de San Salvador oyó hablar de mi y me contrató para pregonar sus vinos y también me casé con una criada de él. Las malas lenguas decían que era infiel y a ella no le gustaba que hablarán de eso, por lo tanto, cada vez que me hablan de ella yo le digo que un amigo no haría algo que al otro le causa pesar, y si me dicen otra cosa se tendrán que batir en duelo a muerte conmigo, y así nadie más me dice nada referente al tema.
AMO 10: EL PANADERO
Decidí escapar de mi anterior amo y toda mi vida hasta ahora, ya que el arcipreste murió y mi mujer desapareció, por lo tanto, dejé el trabajo y me fui muy lejos a intentar buscar una nueva vida, hasta que llegué a un pueblecito pequeño cerca de la costa llamado Nules donde, justo antes de irme, vi que ofrecían trabajo, entonces fui a presentarme en la panadería, donde ofrecían el trabajo, y me contrataron, entonces ahora reparto pan por este pueblecito y en ocasiones especiales fuera. Actualmente mientras trabajo estoy buscando a mi antigua mujer y porque me abandonó aunque tengo algunas sospechas, y hasta aquí escribo por hoy, nos vemos en la siguiente entrada.
Blog de clase ¿Quién fue Lazarillo?
En este sitio podéis publicar el diario de Lazarillo que tenemos que realizar para la actividad de la clase.
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EL BESTIARIO DEL GUAICO
La palabra "guaico" es una palabra compleja y fascinante. Se puede definir e interpretar como: grieta, tierra baja, tierra caliente; torrente o arroyo entre cerros.
La región del Guaico, corazón del departamento de Nariño, es el centro de esta iniciativa. Más allá de un simple nombre, "Guaico" en Nariño posee un significado profundo: una configuración territorial que nutre el caudal principal del río Guáitara en su curso inferior. Un microcosmos de la diversidad natural y cultural del departamento, en el que confluyen especiales formas de existir; un entramado de vida de seres humanos y no humanos.
En ese sentido, el río Guáitara, nacido en las faldas del volcán Chiles, se ha constituido como un elemento importante del ordenamiento del territorio del Guaico. Su cuenca hidrográfica abarca 33 municipios y alberga una rica diversidad de poblaciones: campesinas, indígenas, urbanas y rurales. Entre ellas Ancuya, Consacá y Guaitarilla, municipios que acorde a la división política-administrativa del Estado Colombiano corresponden a la sexta categoría y que inspiran la creación artística de este proyecto.
El agua es un elemento esencial para la vida y el ordenamiento de los territorios, sin embargo, hoy en día el río Guaitara ha dejado de considerarse como un ser vivo, convirtiéndose en el lugar donde se depositan toda clase de vertimientos, en especial los de las aguas negras de los diferentes municipios que lo habitan. Las administraciones municipales no se han preocupado por la construcción ni el mantenimiento de plantas de tratamiento de aguas residuales, ni plantas de tratamiento de residuos líquidos industriales; sumado eso, la ausencia de planes de saneamiento y manejo de vertimientos y de políticas de protección al medio ambiente.
En ese sentido, se solicitó al Tribunal Administrativo de Nariño, resuelva una acción popular para que se declare al río Guaitara, su cuenca y afluentes como ser vivo, un bien jurídico con un valor propio, intrínseco. El tribunal declaró al río sujeto de derechos a la protección, conservación, mantenimiento y restauración y obliga al Estado y a las comunidades que se relacionan directa e indirectamente con el río, emprendan acciones inmediatas para su cuidado y protección.
De igual manera, buscando que las comunidades se involucren en el proceso de cuidado, el tribunal resolvió que el día 20 de noviembre se celebre el día del río Guáitara, fecha en la cual las administraciones municipales tienen la obligación de conmemorar que el río es un sujeto de derechos, que debe ser protegido, conservado y restaurado. Este día las treinta y tres entidades municipales vinculadas tienen el compromiso de propiciar escenarios académicos para la socialización de la sentencia y sus efectos con las diferentes comunidades.
Un escenario que requiere reflexiones que vayan más allá del ámbito jurídico. De ahí que surja la necesidad de una propuesta interdisciplinaria que permita la participación de las diversas comunidades del Guaico para que, a través de las artes visuales, la literatura y filosofías de vida, se construyan herramientas esenciales para soportar y recrear este proceso de transformación y cuidado del río.
A lo largo de seis meses, este proyecto busca aportar a la formación comunitaria para la elaboración de herramientas didácticas, lenguajes visuales y literarios para la sensibilización y conmemoración del río Guaitara como un ser vivo. Talleres dirigidos a tres comunidades que habitan la cuenca del río: Ancuya, Consacá y Guaitarilla, para la elaboración de piezas gráficas comunicativas, de creación de microcuentos gráficos y literarios con relación a la protección del agua y los diferentes seres de la naturaleza. Potenciando la articulación conjunta de las diferentes comunidades del Guaico para trabajar por el cuidado y mantenimiento de la naturaleza y sus ecosistemas, de manera especial del agua del río Guaitara.
El resultado de estos talleres será un libro bestiario sobre imaginarios del río Guaitara, una compilación de animales fabulosos con relatos, ilustraciones, descripciones, códigos QR que incluyan sonidos y vídeos de los recorridos por el río en los diferentes espacios que atraviesa, pero, además, de otros seres no humanos que protegen la naturaleza y el agua. Buscando que el día 20 de noviembre se conmemore de una manera sensible y visualmente memorable al río Guaitara como un sujeto vivo.
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