#Tauro Aldebarán
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bueno ahora para descansar un ratito del mundial, un dato astronómico
Si salen afuera y viven en una zona con poca contaminación lúminica, van a notar, más o menos hacia el este, y entre Aldebarán de Tauro y Sirio de Canis Major, (y Marte, que está muy lindo estos días), la famosa constelación de Orión.
Esta constelación se destaca por tener algunas de las estrellas más brillantes del cielo: Rigel y Betelguese. Pero más conocida es por su asterismo de tres estrellas, Alnitak, Alnilam, y Mintaka, también conocidas popularmente como las "Tres Marías" o el "Cinturón de Orión". Es una de las vistas más lindas del cielo de verano en el hemisferio sur, y nos ha acompañado todos estas últimas semanas.
Espero que hayan disfrutado este dato que nada tiene que ver con el mundial :)
#cosas mias#dijo hermes trismegisto que lo que está en los cielos es como en la tierra pero eso nada que ver seguro#soy mejor que un astrólogo porque yo de verdad miro el cielo
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Aldebarán de Tauro es uno de los Santos de Oro más queridos de Saint Seiya (Los Caballeros del Zodiaco) y este cosplay refleja su imagen.
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IMAGENES Y DATOS INTERESANTES DEL DIA 13 DE JUNIO DE 2024
Día Internacional de Sensibilización sobre el Albinismo, Día Mundial del Funcionario Judicial, Día Europeo de la Prevención del Cáncer de Piel, Semana Internacional de la Salud Masculina, Año Internacional de los Camélidos.
Santa Felícula, San Antonio y San Antonio de Padua.
Tal día como hoy en el año 2005
El cantante estadounidense Michael Jackson es declarado inocente de todos los cargos en el caso People V. Jackson por un jurado en Estados Unidos, tras diez días de deliberaciones. El artista era acusado de diez cargos por abuso sexual a menores de edad.
2000
Corea del Norte y Corea del Sur celebran una histórica cumbre en Pyongyang, primer encuentro entre los jefes de los dos países, acordando cuatro puntos: la reconciliación nacional, la disminución de las tensiones militares, la reunión de las familias separadas por la guerra y la cooperación económica y social. El acuerdo exige a las dos Coreas abandonar la posibilidad de una guerra y resolver las cuestiones de la reunificación por la vía del diálogo. El Presidente de Corea del Sur Kim Dae Jung se acercará así más a la consecución del Premio Nobel de la Paz, que ganará este mismo año. (Hace 24 años)
1983
La sonda espacial estadounidense "Pioneer 10" se convierte en el primer objeto de fabricación humana en abandonar el Sistema Solar. En la actualidad la "Pioneer 10" se dirige hacia la estrella Aldebarán en la constelación de Tauro, a donde tiene prevista su llegada dentro de 1.690.000 años. (Hace 41 años)
1913
Los alpinistas Hudson Stuck y Harry Carstens son los primeros en coronar la cumbre más alta de América del Norte, el monte McKinley en Alaska de 6.194 metros. (Hace 111 años)
1859
En México, el presidente Benito Juárez declara propiedad de la nación todos los bienes de la Iglesia Católica. (Hace 165 años)
1813
A su paso por Vitoria, el rey intruso de España José I, José Bonaparte, es alcanzado por las tropas del duque de Wellington que derrotan a su ejército, lo que le obliga a salir definitivamente de España, abandonando por las prisas su valioso "equipaje" consistente en las joyas de la corona española y gran cantidad de obras de arte, para refugiarse en Francia, donde permanecerá hasta la caída de su hermano Napoleón Bonaparte. Desde allí viajará a Estados Unidos donde residirá largo tiempo, beneficiándose del título de conde Surville, y recibirá autorización en 1841 para residir en Florencia, donde fallecerá en 1844. (Hace 211 años)
1721
España, Francia y el Reino Unido constituyen la segunda Triple Alianza, con lo que la paz en Europa parece estar garantizada. España, al no incluir la devolución de Menorca y Gibraltar, que siguen en poder de los ingleses, "sacrifica intereses en beneficio de la Paz". (Hace 303 años)
1611
En Alemania se imprime "De Maculis en Sole Observatis, et Apparente earum cum Sole Conversone Narratio", en el que el astrónomo Johannes Fabricius expone, por primera vez en la historia de la humanidad, la existencia de un movimiento de rotación en el Sol, gracias a sus meticulosas observaciones de las manchas solares en nuestro astro rey a finales del mes de febrero de este mismo año. (Hace 413 años)
313
En Nicomedia (actual Izmit, Anatolia, Turquía), el emperador romano Flavio Galerio Valerio Liciniano Licinio publica el que más tarde será conocido como "Edicto de Milán" admitiendo la libertad de culto de todas las religiones en los territorios del Imperio. De este modo el Cristianismo queda legalizado, aunque este edicto no lo convierte en la religión oficial del Imperio, pero sí que otorga a los cristianos los mismos derechos que a los demás ciudadanos. (Hace 1711 años)
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"Quien siembra vientos recoge..." - Aldebarán de Tauro (Saint Seiya)
http://freakuot.es/Fec
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Maravillosa oportunidad para cerrar el día. Ni las estrellas volverán a estar en la misma posición ni nosotros seremos los mismos. Anicca, anicca, anicca 💫🌌🌱 Tomé la foto mirando hacia el suroeste. En el centro, apenas alzándose al medio cielo está Orión el Cazador. Tras él corren abajo a la izquierda el Can Menor (con Sirio cómo su estrella más brillante) y arriba a la izquierda el Can Mayor (con Proción cómo su estrella más brillante). Frente a Orión se encuentra Marte pasando por la constelación de Tauro (con Aldebarán cómo su estrella más brillante). (en Huixquilucan) https://www.instagram.com/p/CooSvgBucjZ/?igshid=NGJjMDIxMWI=
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𝐅𝐚𝐫𝐨 𝐝𝐞 𝐎𝐫𝐜𝐡𝐢𝐥𝐥𝐚. El Hierro🇮🇨 ❃❃❃❃❃❃❃❃❃❃❃❃❃❃❃❃❃❃❃❃❃❃❃❃❃ Situado en el oeste de la isla de El Hierro y con fácil acceso en coche, el faro de Orchilla ofrece un emplazamiento natural para contemplar el cielo frente a la tranquilidad del océano Atlántico en un lugar con escasa contaminación lumínica. Además de su importante valor astronómico, el recorrido también merece la pena en términos históricos: en el siglo XVII se escogió este punto como referencia para establecer el Meridiano Cero, hasta que se reubicó en el pueblo inglés de Greenwich en 1885. En Orchilla, a primera hora de las noches de noviembre, mirando hacia el este, con el mar a las espaldas y el faro a la izquierda, se puede ver una constelación que anuncia el final del otoño. Se trata de Tauro, con su característica forma de cabeza con largos cuernos paralelos. En esta cabeza, formada por una letra uve de estrellas, una brilla por encima de las demás. Es Aldebarán, nombre árabe que significa ‘la que sigue’, en referencia a que parece seguir al cúmulo de estrellas de las Pléyades en su recorrido por el cielo. Y este cúmulo a simple vista parece una diminuta cometa, pero se muestra esplendoroso con prismáticos o telescopio de gran campo. ❃❃❃❃❃❃❃❃❃❃❃❃❃❃❃❃❃❃❃❃❃❃❃❃❃ #farodeorchilla #elhierro #elhierroisland #elhierrocanarias #canarias #islascanarias #canaryislands #lighthouse #faro #volcan #tierradefuego #total_canarias #loves_canarias #canariashoy #canaryislands #canariasviva #chusayinka #elparaisocanario #espacio_canarias #ok_canarias #recomiendocanarias #sunset #addicted_canarias #lovecanaryisland #espacio_canario #asi_es_canarias #turismoelhierro #sunsetphotography #farosdelmundo #sunsetlovers #elhierroturismo (en Faro de Punta Orchilla) https://www.instagram.com/p/Cn2nV0JM9hZ/?igshid=NGJjMDIxMWI=
#farodeorchilla#elhierro#elhierroisland#elhierrocanarias#canarias#islascanarias#canaryislands#lighthouse#faro#volcan#tierradefuego#total_canarias#loves_canarias#canariashoy#canariasviva#chusayinka#elparaisocanario#espacio_canarias#ok_canarias#recomiendocanarias#sunset#addicted_canarias#lovecanaryisland#espacio_canario#asi_es_canarias#turismoelhierro#sunsetphotography#farosdelmundo#sunsetlovers#elhierroturismo
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Brisa Ártica
08: Respuesta
[ Index | AO3 ]
x+x+x+x+x+x
Bud se separó de ella unos segundos después, mirándola con atención. Había esperado una reacción clara, ya fuera de sorpresa, emoción o enojo. Sin embargo, Ártica parecía estar totalmente en blanco. –Bud…-
-Siempre creí que todo se revelaría en una situación más romántica… pero supongo que a veces las cosas simplemente se dan- dijo Alcor Zeta con una leve sonrisa, tomando sus manos entre las suyas. –Era hora de que compartiera esta sensación-
La joven se recuperó un poco. –Yo… en este preciso momento no sé qué responder-
Alcor Zeta estrujó su mano. –Está bien, Ártica. Debe ser un poco abrumador-
-¿Podrías darme un tiempo para considerarlo? Con la boda, los deberes de Sombra y esto, creo que mi cabeza va a estallar-
Bud se rió. –Claro. Aquí estaré para cuando tengas tu respuesta-
+x+x+x+x+x+x+x+
Después del desayuno, las princesas y su invitada especial salieron a cabalgar por los terrenos del Palacio, acompañados por Siegfried, Hagen y Alberich. Fenrir desapareció a los jardines y se recostó contra el tronco de un árbol, sobre una gruesa rama. El follaje le permitía ver sin ser visto.
Los Santos de Oro estaban afuera con las tres Sombras femeninas, conversando. Bueno, Reydar y Bjarna conversaban y reían, Ártica sólo sonreía a medias. Alioth Epsilon se rascó la barbilla, ligeramente intrigado. Desde la noche anterior, su Sombra parecía estar presente sólo en cuerpo, mientras su mente divaga quién sabe dónde.
Supuso que decidieron medir fuerzas, porque en cada extremo del jardín estaba una pareja. Tauro y Leo contra las Sombras de Benetnasch Eta y Megrez Delta. La tercera Sombra había desaparecido y el Santo de Escorpión se recostó contra una columna del muro interior a observar. El cabello lavanda de Reydar se erizaba cada vez que evitaba los pequeños toques eléctricos de Aioria, mientras que los grandes ojos turquesa de Bjarna se abrían como platos en el momento en que uno de los choques de Aldebarán le alcanzaba. La diferencia entre ellos era abismal, pero los Santos tenían la cortesía de no luchar con todo su poder.
Ya llevaban rato de estar en eso cuando un sonido hueco llamó la atención de Fenrir. Miró hacia abajo del tronco y notó una flecha clavada muy debajo de donde, él sabía, había un blanco grabado en la corteza. Casi de inmediato, pasó otra flecha, errando horriblemente su objetivo y perdiéndose en la nieve. Después de unos minutos, otra se clavó muy arriba, y otra justo en frente del tronco, en la tierra. Un grito de frustración le hizo mirar en dirección al arquero, que resultó ser su Sombra. Se acercó, fastidiada, a recoger sus flechas.
–Ártica, ¿qué fue eso?- le preguntó con el ceño fruncido.
-Falta de concentración- respondió una voz rasposa y seria. El Santo de Escorpión se acercó unos pasos.
-Estoy totalmente concentrada- replicó Ártica casi de inmediato.
-Tensar el arco y apuntar no es concentración- dijo Milo, parándose justo frente a ella. El hombre levantó su brazo derecho y un destello carmesí salió de su dedo para clavarse justo en el centro del blanco. Todo esto sin voltear hacia el árbol. –La concentración es un estado mental en el que no existe nada más que tu objetivo-
La mirada de Milo sobre Ártica era como un muro de hielo; se puede ver qué hay al otro lado, pero no se puede alcanzar.
–Este es un principio básico para usar el cosmos, entre otras cosas. Tu cosmos está tan inestable que aún a la distancia altera el mío-
Ártica intentó articular una respuesta, pero no lo logró. Milo se fue poco después y en su lugar apareció Aioria después de esquivar un ataque de Bjarna. Se aclaró la garganta, incómodo. –Ehm, ¿está todo bien?-
-¿Por qué lo pregunta?-
-No es nada grave- sonrió el castaño. Su dentadura era perfecta. –Hace poco, hubo un incidente con la aprendiz de Milo y todavía lo está… procesando…-
Ártica notó un tono melancólico en sus palabras. -¿Qué clase de incidente?-
-Murió- respondió Fenrir desde las alturas.
El Santo de Leo se rascó la cabeza. -¿Ya te lo habían comentado?-
-No- dijo, y desapareció.
+x+x+x+x+x+x+x+
En el balcón, Bud se apoyaba pesadamente sobre la baranda. Su suspiro fue apenas perceptible, pero no para Syd. –Relájate-
-No puedo, la punta de esta espada sigue apuntando a mi corazón-
Su hermano todavía no estaba seguro de por qué hablaba metafóricamente de una espada, pero no le dio mucha importancia. –Entiendo que estés ansioso. Esto es importante, pero ya cumpliste con tu parte-
-No sé, algo aquí no está bien. Creí que de una vez me iba a decir que sí-
–Es una cuestión de ordenar sus pensamientos. Ya lo dijo ella, tiene mucho en la cabeza. Y no es la única, esta boda es un evento monumental-
-Sí, pero…-
-Fenrir no tiene nada que ver-
-Tú no sabes eso-
-Claro que lo sé, porque a diferencia tuya, los puedo observar a los tres desde una perspectiva neutral- replicó Syd, algo exasperado. En el fondo, sabía que no era cierto, y quería que todo saliera bien para su hermano, pero no podía decírselo.
Alcor Zeta no dijo nada más, a pesar de no estar convencido por las palabras de su gemelo. Ya habían pasado unos días en los que Ártica le hablaba y reían, pero sin una respuesta. Ya para este momento, Bud estaba comenzando a sentirse irritado. ¡No podía ser que le fuera a tomar más tiempo aceptar sus sentimientos…!
Aún así, no dijo nada, ni a Syd ni a Ártica, y se pasaba el tiempo haciendo sus deberes, con un ciervo siempre en mente.
+x+x+x+x+x+x+x+
Para el inexperto, Asgard era igual en todas partes; nieve por aquí y hielo por allá. No para Ging. Su Asgard estaba lleno de aromas que delataban todo lo que sucedía a su alrededor. Pinos, búhos, liebres, caballos, osos, ciervos, personas y otras cosas siempre deambulaban por ahí. Hasta hacía poco, lobos también, pero ahora la manada se había reducido a dos.
El gran lobo trotaba silenciosamente sobre la gruesa capa de nieve, dejando un rastro visible de grandes pisadas. El bosque de pinos crecía peligrosamente cerca de una ladera; por lo general evitaba cazar en esa zona por temor a resbalar y caer por el borde. Rodeó un enorme árbol cercano. De él sobresalían dos cornamentas de ciervo, reliquias de lo que de seguro fue un gran animal. Estaban fijadas al árbol por pequeños metales, y justo debajo, alguien había tallado algo en la corteza. Ging notó que las cornamentas estaban impregnadas por el aroma de dos personas y una de ellas estaba ahí.
El lobo marcó el árbol como suyo y se sentó, a cierta distancia, de la persona con la cual su cachorro había empezado a relacionarse. Al principio la veía como una amenaza permanente, pero con el tiempo, tanto él como su cachorro habían aceptado su presencia. Estaba sentada justo al borde de la ladera, con algo brillante en mano. En lugar de enfocar su mirada en la increíble vista de los hielos y el mar, miraba hacia lo profundo del risco.
–Me siento como la nieve, sin color alguno-
Ging la observó durante un largo tiempo, escuchándola murmurar, hasta que finalmente se puso de pie. Guardó el objeto brillante en el bolsillo de su abrigo y se detuvo frente al árbol astado. Pasó los dedos por las ranuras del tallado, moviendo sus labios de acuerdo a lo que fuera que entendía de las marcas en la corteza. Se quedó como perdida en el tiempo, así que el lobo también se puso de pie. Apenas lo vio, ésta dio un respingo y cayó de espaldas.
-G-Ging…- dijo en un hilo de voz. El poderoso cazador clavó su mirada en el ojo que una vez quiso arrancar. Eso pareció ponerla aún más nerviosa. Ging se quedó ahí unos momentos más, luego la marcó como suya, y se fue.
+x+x+x+x+x+x+x+
Hilda de Asgard apenas podía disimular su emoción. Ya varios invitados se habían instalado en el Palacio, pero hoy llegaban dos grupos que le generaban una alegría particular. El primero eran los Santos de Bronce, quienes causaron todo un revuelo al entrar al gran salón. El Fénix y Mime tuvieron un reencuentro curiosamente emotivo, al parecer por alguna promesa dicha durante su dura batalla. El Cisne se dirigió de inmediato hacia Hagen y le ofreció una hermosa capa carmesí con un Sleipnir bordado en hilo de plata como regalo de bodas. Tanto eso como las disculpas fueron aceptadas con un apretón de manos y una sonrisa.
Los jóvenes Santos intercambiaron palabras y saludos con todos los Dioses Guerreros… menos uno. Fenrir no se había presentado a la bienvenida, pero la princesa estaba segura de, a su debido tiempo, haría acto de presencia. Las Sombras, por otra parte, estaban maravilladas (y algunas, indignadas) de conocer a los cinco valerosos jóvenes que vencieron, uno por uno, a sus Dioses Guerreros. La Sombra de Merak Beta todavía no podía creer que Andrómeda hubiera sido capaz de derrotar a Syd en combate. –Las apariencias son muy engañosas-
-No lo dudes, Asgrim. Nunca hubiera imaginado que nuestro señor Odín favorecería a un extranjero y le permitiría blandir la legendaria espada Balmung- intervino Hilda en un tono dulce, al besar la mejilla del Santo de Pegaso.
El muchacho se rascó la nuca con algo de pena. –Los dioses trabajan en formas misteriosas, princesa. Eso nadie lo sabe mejor que yo-
Inmersa como estaba en las cosas, Hilda apenas tuvo tiempo de percatarse de que el segundo grupo al que esperaba finalmente estaba ahí. Le hizo una señal a Bud y éste desapareció de inmediato entre los invitados. A diferencia de los demás, que venían en pares o tríos, este grupo tenía cinco miembros. Dos hombres, uno mayor que otro, una elegante joven unos años mayor que Hilda, una avejentada señora y finalmente un niño de unos cinco o seis años. La princesa sonrió ampliamente cuando Bud reapareció con Ártica para darle la sorpresa.
La Sombra de Alioth Epsilon se quedó sin palabras. El pequeño se abalanzó sobre ella, abrazándola por la cintura. La mujer tenía una expresión cariñosa en sus labios. –Skírnir estaba muy ansioso por conocerte, Ártica-
-Polar- dijo ella, tomando las manos de la mujer y estrujándolas. Su hermana le dio un beso en la frente. Detuvo su mirada momentáneamente en el lado izquierdo del rostro de Ártica.
-Le hemos contado mucho sobre su tía lobo- agregó el más joven de los hombres. La levantó en su abrazo y dio un pequeño giro con ella.
Ártica balbuceó, conmovida. –Boreal-
-Skírnir no era el único ansioso por conocerte- intervino el otro hombre. Rubio y de ojos verdes tras unos lentes, con vello en la babilla, resaltaba casi tanto entre ellos como el niño a su lado. Besó suavemente la mano de la Sombra. –Yo soy Kalervo, el hombre más afortunado del mundo-
Ártica sentía que iba a salir flotando en cualquier instante. Había olvidado lo mucho que le reconfortaba su presencia de su familia. Abrazó a Kalervo casi por reflejo. –Es un placer. Gracias por recibir a mi hermana y familia en tu hogar-
-Precisamente lo que me hace tan afortunado, estimada cuñada- dijo al tomar la mano de Polar.
La señora le llegaba a Ártica apenas al pecho, encorvada por el tiempo y la vida. La Sombra se arrodilló frente a ella y ésta le besó la frente. –Mi pequeña…-
-Pero es más alta que tú, mormor (1)- intervino Skírnir.
-Una vez fue pequeña… igual que tú, Bud. ¡Mira nada más el hombre en el que te convertiste…!- exclamó la señora, su cabello verde salpicado de blanco. Le hizo señas a Alcor Zeta para que se arrodillara también y una vez que lo tuvo en frente, pellizcó su mejilla. –Recuerdo cuando tenías el cabello largo-
-Señora Embla, ni un solo día ha pasado por usted- le dijo Bud con una cálida sonrisa.
Boreal lo ayudó a ponerse de pie. -Dime Bud, ¿ya puedes apuntar como mi hermana, o necesitas más tiempo?
-No seas descortés frente a la princesa Hilda- le reprendió Polar.
Hilda no había dicho nada hasta el momento, encantada por el cálido reencuentro. Ante las palabras de la mayor de los tres hermanos, sonrió. –Oh, no, por favor. No dejen que yo los distraiga. Ártica, Bud, sean buenos anfitriones y muéstrenles sus habitaciones. Deben estar cansados después de tan largo viaje-
Las Sombras asintieron y de inmediato empezaron a caminar hacia el sector sur del Palacio. Ártica no era la única que sentía que iba a salir flotando. Bud concluyó que los dioses se habían amparado de él, y habían alineado las cosas a su favor. Ahora que veía otra vez rostros tan cercanos, sólo faltaba la respuesta que coronaría ese momento tan especial.
-¿Tú derribaste a ese tipo?- exclamaba Boreal, incrédulo. –No te creo. El hombre de Tauro es como Thor. Sólo un martillazo con el Mjolnir podría hacerlo caer-
Skírnir venía maravillado de escuchar su conversación. El niño era rubio como su padre, pero compartía los ojos de plata de la familia de su madre. Casi parecía un muñeco con tan finas características. -¿Y cómo lo derrotó, señor Bud?-
Alcor Zeta pensó bien sus palabras, porque la respuesta correcta era “como los cobardes, por la espalda”. Ártica intervino. –Como una Sombra, imperceptible hasta que ya es muy tarde-
-¿Me pueden enseñar a ser como una Sombra?- preguntó con un destello inocente en sus ojos.
Bud sonrió. -Tendrías que venir a visitarnos más seguido-
-¿Puedo?-
Polar le acarició la cabeza. -Creo que todavía hay tiempo para pensar en la próxima visita a Asgard-
-Creí que sería el príncipe del país vecino el que vendría- interrumpió Ártica.
Kalervo asintió solemnemente. –Vengo en representación de mi país a este evento tan especial por petición del príncipe Runar. Hemos tenido un clima muy duro, y cayó enfermo. No dudo que se recupere pronto, pero es mejor que descanse-
-Papá no quería pasar tanto tiempo sin nosotros, así que nos trajo a todos- agregó Skírnir al tomar la mano de sus padres y balancearse entre ellos.
-Y así debe ser- dijo Bud. –Nunca se debe estar lejos de quienes se quiere-
Le dio algo de satisfacción notar que Ártica estaba evitando hacer contacto visual con él. Ya en el ala sur, empezó a revisar las llaves para abrir las habitaciones cuando escuchó el golpeteo de unas garras contra el fino piso de mármol. Un escalofrío bajó por su espalda. “No, no, no. Te lo pido, Odín. Por favor, ahora no,” pensaba mientras una voz cortaba el silencio.
-Tal vez si le pregunto directamente, nos deje cazar en… el…- le decía Fenrir a Ging, pero se congeló al instante al ver al grupo, cinco de los cuales le observaban sin parpadear. Bud se llevó la mano a la frente, consciente de que sus planes se caían a pedazos, cuando escuchó a Embla alzar la voz.
-Es… ¡Es ese muchacho…!-
+x+x+x+x+x+x+x+
Fenrir se tensó de arriba abajo, incómodo. A Ártica y Bud los podía tolerar, pero esa bola de extraños le ponían los nervios de punta. Lo peor, tal vez, es que no eran tan extraños, ya que reconocía el aroma de tres de ellos. Ártica le saludó con la mano, emocionada. -¡Fenrir! ¡Ésta es mi familia!-
El aludido asintió levemente, extrañado al percibir que su Sombra olía a algo muy particular. La mujer joven bajo su cabeza en un gesto solemne. –Valeroso Dios Guerrero de Asgard, es un honor estar en su presencia. Estamos eternamente agradecidos de que salvara a mi hermana menor-
Los otros extraños repitieron el gesto. Fenrir volvió a asentir sin decir nada.
Su Sombra se colocó al lado de la mujer mayor. –Ella es mi madre, Embla-
La señora dio pasos cortos e hizo un gesto como queriendo tocarlo. –Realmente… es usted…-
Fenrir esquivó la mano de Embla y se acercó a ella con una ceja elevada. Ging hizo lo mismo, por el otro lado. Hubo una reacción inmediata; la mujer joven alzó al niño en brazos y los dos hombres tuvieron la intención de interponerse entre el lobo y la señora, pero Ártica los detuvo. Embla no se movió en lo absoluto.
Fenrir se rascó la barbilla. –Nos volvemos a encontrar-
Ging ya estaba inspeccionando a los demás, resoplando sobre sus ropas. Le dio varias vueltas a Kalervo, quien estaba visiblemente nervioso. Alioth Epsilon volteó hacia el otro hombre. –Tú eres el dueño del bolso de caza-
Éste sonrió un poco, sorprendido por lo específicas que eran sus palabras. -Así es. Mi nombre es Boreal, y se lo regalé antes de irnos al país vecino-
Seguidamente, Fenrir miró a la mujer con el niño en brazos. –Tú eres Polar, la que tejió la bufanda rota-
Ártica frunció el ceño de inmediato. Polar se volvió hacia ella, también con el ceño fruncido. -¿La rompiste?-
-¡Qué! ¡No, no, no…!- A pesar de su negativa, la Sombra no logró pensar en nada. -¡Okay, okay, es cierto! ¡Tiene seis años, ya va siendo hora de que me hagas otra!
Ignorando la discusión, Fenrir se enfocó en el hombre rubio. No lo reconocía del todo, por lo que no le dijo nada. Se quedaron en silencio hasta que finalmente pareció captar la indirecta. –Soy Kalervo, el esposo de Polar-
-¡Yo soy Skírnir!- exclamó el niño antes de que le hablaran. El Dios Guerrero tampoco le dijo nada, pero asintió en su dirección. Sin decir más, se dio media vuelta y se fue con Ging a otra parte del Palacio. Ártica finalmente recordó a qué venían y se volteó para preguntarle algo a Bud. Vio las puertas abiertas y las llaves colgando de uno de los llavines, pero del joven no había rastro alguno.
+x+x+x+x+x+x+x+
La cena fue un esfuerzo colosal para todos los residentes del Palacio Valhalla. Sólo acomodar a todos los invitados, y preparar su comida, dejó al personal exhausto. Para satisfacer la curiosidad y admiración de la mayoría, cada Dios Guerrero con su respectiva Sombra fue asignado a una de las siete grandes mesas en el salón. Hagen y Siegfried estaban en la mesa principal, así que sus Sombras estaban juntas en otra.
Bud estaba en otra mesa, pero era obvio que donde realmente quería estar sentado era en ésta. Cada vez que podía, intercambiaba palabras con Boreal o Embla, hasta con Kalervo, pero tarde o temprano tenía que regresar a atender su propia mesa. Syd hacía un gran esfuerzo por cubrirlo, y cuando regresaba, se aseguraba de guiar la conversación hacia su hermano como venganza.
Aunque Ártica estaba muy consciente de las acciones de su líder, decidió no distraerse con ellas. Ponerse al día con su familia era un regalo divino; no quería desperdiciar ni un solo segundo. Fenrir, por otra parte, estaba tenso y ansioso. No podía decir que se sentía molesto, pero definitivamente no estaba cómodo. Encorvado en la silla entre Boreal y Ártica, comió poco y esquivó todas las oportunidades de conversación que pudo. La Sombra se excusó un momento y regresó con una humeante jarra de chocolate caliente. La puso al frente de Fenrir con una expresión comprensiva.
–Sé que preferirías estar en otra parte, pero espero puedas disfrutar la velada- le murmuró, estrujando levemente su mano. Una misteriosa mirada pasó entre Polar y Boreal al notarlo.
Alioth Epsilon reveló sorpresa en un gesto que duró apenas unos segundos, para luego retomar su compostura y asentir. Como su total opuesto, Boreal era altamente extrovertido y difícil de ignorar. –Dime, Fenrir, ¿has ido de caza con mi hermana?-
-Sí- respondió el otro al beber su chocolate caliente. –Un par de veces-
-¿Y qué te parece?-
-Aburrido-
Boreal se carcajeó. –Nunca había escuchado a alguien decir que ir de caza con Ártica es aburrido-
-¿Por qué?-
-Hace más de seis años, fallaba tres tiros de quince, no puedo imaginar su desempeño hoy en día. ¿Por qué te parece aburrido?-
-Es muy lenta-
Ártica entrecerró sus ojos al escucharlo. –Fenrir no es el compañero de caza más paciente-
-Yo usaba arco y flecha tanto como tú, pero el día que logras derribar a un alce con tus propias manos, lo demás pierde su gracia-
Su Sombra casi escupe su bebida. Skírnir se unió a la conversación. -¿Con las manos?-
Alioth Epsilon no miró al niño. –Tienes que desviar su embestida hacia un lado, para que pierda el equilibrio y así derribarlo-
-Suena como una gran proeza- intervino Kalervo. -¿Y tú solo le dabas muerte?-
El Dios Guerrero bajó la mirada. –No, el resto de la manada lo hacía…-
El silencio se apoderó de la mesa durante unos momentos, hasta que Boreal decidió satisfacer su curiosidad. -¿Qué es lo más grande que has matado, Fenrir?-
La comisura del labio del aludido hizo un ligero movimiento. –Un oso-
Fenrir lamentó, profundo y de inmediato, haber respondido. Ahora iban a preguntarle el por qué, y no tenía la fuerza de espíritu para recordar nada relacionado a ese oso nunca más. Sin embargo, la reacción de Polar lo tomó totalmente desprevenido. De todos los presentes, la consideró la menos interesada en un tema de cacería, pero sus ojos brillaban con admiración.
–¿Un oso? Una criatura tan monumental… no puedo creerlo…-
-Simplemente impresionante- dijo Kalervo. –¡Ustedes los Dioses Guerreros de Asgard son todo lo que las canciones dicen y más…!-
Y a continuación, sin ninguna pregunta más sobre el por qué había matado un oso, sino en qué asombroso era que lo hubiera hecho, la mesa se sumió en una larga y amena conversación en la que Fenrir parecía sentirse cómodo respondiendo. Quién sabe, tal vez hasta la estaba disfrutando.
En algún punto de la velada, Ártica volteó hacia la mesa vecina, buscando a Bud. Éste apoyaba la cabeza en una mano con una clara expresión de fastidio. Sus miradas se encontraron. Ártica sonrió, pero la respuesta del gemelo fue entrecerrar sus ojos y mirar a cualquier otra parte.
+x+x+x+x+x+x+x+
Incontrolable; esa parecía ser la palabra adecuada para describir la ola de sentimientos en el interior de Bud. Se fue a dormir molesto, y no descansó del todo. Tiró su almohada contra una pared, rompió el recipiente del jabón mientras se bañaba y estuvo a punto de partir la puerta en dos, si no fuera porque Syd la abrió primero.
Alcor Zeta anticipó sus palabras. -¿Qué? ¿Me vas a sermonear otra vez?-
-¿No estás grande ya para que te repita las cosas?- le dijo, casi con indiferencia. –Desayuna en la terraza o por ahí, no quiero tus berrinches frente a los invitados de las princesas-
Syd sabía que había mejores maneras de decirlo, pero ya se veía obligado a jalar las riendas de su hermano. Alcor Zeta logró no destruir nada más mientras comía, y apenas terminó, se fue al bosque de los terrenos reales donde nadie lo molestaría.
Ahí, durante gran parte del día, destrozó árboles a punta de patadas y puñetazos. Una gran piedra terminó hecha pedazos por toda el área. Dejó escapar un grito furioso. –TODA LA VIDA, LAS ESTRELLAS ME HAN ILUMINADO AL REVÉS-
Dio un salto y de un golpe derribó a un ave que volaba por ahí. –PRIMERO MIS PADRES- golpeó un tronco caído. –LUEGO LOS MANTOS SAGRADOS- lo partió en dos. –Y AHORA ESTO- pulverizó los restos.
De reojo, notó una sombra azul merodeando por ahí. En un rápido movimiento, atrapó a la criatura por el pescuezo y la prensó contra un árbol que milagrosamente no había derribado todavía. –Claro, tienes que aparecer tú para enfatizar mi humillación-
El lobo forcejeaba frenéticamente, y a pesar de su gran tamaño, le fue imposible soltarse del agarre de Bud. El joven lo lanzó hacia arriba y de una patada lo estrelló contra el suelo. Ging dejó escapar un agudo gemido que de seguro se escuchó hasta en el Jötunheim (2). No fue sorpresa que, a los pocos minutos, una voz respondiera. -¿Ging? ¿Dónde estás?-
Fenrir iba a un paso moderado, observando sus alrededores, pero cuando vio al lobo en un charco de sangre, dio las zancadas más grandes de toda su vida. -¡GING! ¿GING, QUÉ PASÓ?-
En la copa del árbol que no había derribado, Bud le observaba en silencio. Era curioso; Alioth Epsilon era altamente perceptivo, y detectaba su presencia hasta en los más inhóspitos ambientes asgardianos. Sin embargo, parecía que, en ese momento, su mundo se reducía a la bola de pelo ensangrentada sobre la nieve. Sin la protección de su Manto Sagrado, era una presa más. Las uñas de su mano derecha se alargaron como garras y Bud avanzó tan rápido que parecía haber desaparecido. En segundos, sus garras rebanarían el cuello de Fenrir y…
Pero un formidable puñetazo le dio justo en la cara y la sola fuerza del golpe lo mandó a volar varios metros lejos de su objetivo, dejando un profundo surco en la tierra. La cabeza Alcor Zeta daba vueltas como si el martillo Mjolnir lo hubiera encontrado. Se puso de pie como pudo, tambaleando, y escupió algo de sangre, en la que iba colado uno de sus dientes. Trató de enfocar su mirada y entender qué había pasado.
Lo primero que logró descifrar fue a Fenrir, mirando a alguien frente a sí y este alguien congelado en exactamente la misma pose en que lo golpeó. Bud abrió los ojos en desconsuelo y un escalofrío recorrió su cuerpo. No se percató en lo absoluto; había aparecido una Sombra, imperceptible hasta que ya fue muy tarde. –Ár…Ártica…-
Nunca en la vida se le había parecido tanto al Dios Guerrero que protegía. Su mirada, fija y agresiva, penetraba como una daga. Se enderezó sin decir nada, un aura hostil a su alrededor. Bud se acercó, pero cuando estuvo a unos pasos de ambos, Ártica adoptó una postura de combate. Esto le hizo enojar otra vez.
-¿Yo, a quien conoces desde que tienes memoria, soy el enemigo?-
-No te comportas muy diferente-
-¡Cómo puedes decir eso!- replicó en ira. -¡Me tomó mucho tiempo reunir el coraje para decirte lo que sentía y no te dignaste a darle respuesta alguna a mi corazón! ¡Ya has tenido tiempo suficiente! ¡Escoge aquí y escoge ahora! ¿ÉL O YO?-
-Él- contestó Ártica de inmediato, sin dudar.
Los dos jóvenes se quedaron estupefactos. El cosmos de Bud comenzó a elevarse a una velocidad incendiaria. -¿ÉL? A MÍ ME HACES ESPERAR DÍAS, ¿Y A ÉL LO ESCOGES AL INSTANTE?-
-Sí-
-¿POR QUÉ?- Alcor Zeta intentó lanzar un golpe, pero la Sombra de Alioth Epsilon lo neutralizó en el acto.
Ártica torció la boca. –Porque él no me está obligando a elegir-
Una ola de angustia invadió el cuerpo de Bud, provocando un nudo en su garganta. Ártica sonaba cansada.
–Desde esa noche, tu regalo ha ido conmigo a todas partes. Desde que me despertaba hasta que me iba a dormir, era lo único que tenía en la cabeza. Hasta soñé otra vez con el día en que logramos cazar a ese monstruoso ciervo. Has sido una parte constante de mi vida, Bud, y me di cuenta de cuán grande. Hoy te iba a dar tu respuesta… y hasta era la respuesta que querías… pero ahora puedo ver que la persona con la que conquisté ese reto no está aquí-
Alcor Zeta se soltó de su agarre y retrocedió unos pasos. Todo estaba mal; así no era como tenía que suceder. Frunció el entrecejo y adoptó una pose de ataque. –Enfréntame y veremos quién está aquí y quién no-
La joven retomó su pose de batalla. Bud estaba listo para lanzar todo su peso tras su puño, cuando una voz interrumpió el tenso silencio. -¡Ártica!-
Inmediatamente ambas Sombras se voltearon hacia Fenrir, sus ropas embarradas de sangre, quien cargaba al lobo en su espalda. –Deja de perder el tiempo. Ging necesita ayuda. Vámonos-
La joven entrecerró los ojos en dirección a Bud, sin moverse. Fenrir empezó a caminar. –No te atrevas a desobedecerme, yo que soy Dios Guerrero de Alioth Epsilon, uno que está en las canciones épicas de nuestro pueblo-
Unos momentos más de insoportable tensión y la joven abandonó el desafío. Al pasar al lado del Bud, suspiró. –Me alegro que mi familia no haya visto nada de esto. Es suficiente con la decepción que siento yo-
Y ahí se quedó la Sombra de Mizar Zeta, solo, en medio de la devastación que había causado.
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(1) Una manera de decir “abuela” en sueco y noruego.
(2) Reino donde habitaban los gigantes de hielo y roca de la mitología nórdica.
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Trama - Star Hill // Saint Seiya Knight of the Zodiac (2022)
✧ Te lo resumo así nomás, versión Hermes ✧
Parte 1
Parte 2
Parte 3
Parte 4
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Anime: Saint Seiya caballeros del zodiaco.
Trate de ponerlos todos pero no pude :'v
Créditos a: Pixiv en Pinterest
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Hola ¿Puedo proponer a Aldebarán, caballero dorado de Tauro de Caballeros del zodiaco? El es de Brasil
JSJSJSJ justo necesito un reemplazo porque Yaolt de Onyx equinox no puede entrar en la competencia creo, asi que dale
pero te aviso
VA CONTRA GUS
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~ F A N A R T ~ Taurus gold saints
Some of the Golden Saints of Taurus
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Fan art de Aldebarán de Tauro de pequeño, junto a su querida madre (Un OC)
En serio espero que les guste el dibujo. ( ꈍᴗꈍ)
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AUTHOR: Fernandohko
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Alpha Arietis
Visitaste mis sueños anoche, ciertamente no importa cuan oscuro sea la infinidad del universo... Nada le gana a la luz.
De pronto me ví entre un dos constelaciones, el amante perfecto Arietis y el gigante rojo Aldebarán.
Sonaba una sinfonía, como si naciera una nueva vida de la oscuridad y llena de toques místicos.
Ya no me encontraba luchando con la antigravedad, solo gravitando en alfa por encima de la constelación de Tauro.
Cuando los vi rodeados de luces danzantes, los colores hacían el amor con estrellas azules y luminosas.
Mientras que las Hyades tocaban sinfonías celestiales.
Una ventana abierta al amor, la poesía de la vida.
Pero no podía moverme, estaba encadenado en un misterio estelar.
En algún lugar dentro de la noche primordial, me encuentro vagando.
Pero ciertamente... Conozco mi punto central.
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