#Proyecto de grado
Explore tagged Tumblr posts
Text
EMPECEMOS
11 de septiembre de 2023
Hace unos meses terminé mi carrera, junio para ser exactos, ya no tengo más clases pero debo terminar mi proyecto de grado y mi examen de certificación en inglés. Lo cual es lo más difícil es aquí donde se prueba lo que hemos aprendido y si tenemos lo que se necesita para graduarnos ufff, siendo honesta estoy aterrada, a veces siento que si puedo, que i have my shit together pero hay otras que no. Siento que mi proyecto va a la nada, queria hacer esto con mi profesor de literatura favorito pero mi universidad es el peor lugar del mundo y nada funciona, lo cual es parte del problema porque me siento sin piso, a veces la considero como un monstruo que me atrapó y no me dejará salir nunca y eso me aterra mucho ¿y si no tengo lo que se necesita para graduarme del lugar más horrible del mundo? Yo solo quiero paz, eso es todo lo que anhelo. No quiero tener el mejor proyecto de grado, ni el mejor promedio, eso no es tan importante solo quiero tener la posibilidad de mirar hacia atrás y ver lo mucho que he avanzado y lo buena que soy en mi propio criterio, THAT'S ALL.
Me tomé el mes de julio para "descansar", pero es difícil hacerlo cuando se tienen dos proyectos sin terminar, en ese mes conseguí trabajo, Edier me ayudó, muchisimoooo y ha sido una bendición. Es en un callcenter y me da la posibilidad de trabajar y preparame para lo que falta en la universidad, asi que esta bien me gusta la campaña, es fácil y eso me encanta porque no buscaba algo que me estresara o preocupara más, yo nací para los lazy girl jobs :), el pago es muy bueno he podido ayudar en casa y eso me tiene contentisima.
Hasta ahora en septiembre es que siento que poco a poco las cosas se empiezan a normalizar o por lo menos siento estabilidad, hoy adelante lo de mi proyecto con horario y mis horas muy estructuradas, asi que veo un futuro. Ayer eliminé instagram y twitter creo que me gastan mucho tiempo creo que las volveré a abrir en diciembre, tal vez. Creo que ayudan con el ruido que hay en mi cabeza, pero dejé tiktok porque me inspira de cierta manera.
MANIFESTANDO CON ESTA CANCIÓN
youtube
5 notes
·
View notes
Photo
Remodelación Repensando Torres Blancas
Realizar un proyecto de reforma de una vivienda en el edificio Torres Blancas implica dialogar con las ideas originales de su arquitecto Francisco Javier Sainz de Oiza, el estado de sus elementos construidos y el valor de la preservación en su narrativa más contemporánea
By Studio.NOJU
Photos via Archdaily
#architecture#torres blancar#refurbished#Studio.NOJU#Francisco Javier Sainz de Oiza#edificio patrimonial#proyectos de restauración#reforma en arquitecturas con grados de protección#evolucionar y adaptarse a los nuevos tiempos#sinuosas curvas#Chalés en el cielo#casa-patio a la vivienda#colores
176 notes
·
View notes
Text
Capáz simplemente el arte no es lo mio
#no doy más#estoy intentando pensar a futuro y concentrarme en proyectos para intentar mantener cierti grado de responsabilidad#para seguir el dia a dia#pero la verdad lo unico q quiero es recostarme y no levantarme más#todos los dias es la misma decepción. la misma espera de que el día termine y pueda volverme a dormir y no tener q lidiar con nada#la soledad el aburrimiento el no disfrutar nada#desearía tener aunque sea algo que me anime o guie un poco#pero lo unico q recibo ultimamente son cosas malas. todo sale mal. todo cae mal#me estoy quedando sin ideas de que hacer para seguir#haunted.txt
8 notes
·
View notes
Text
Assesorías y consulturías académicas
View On WordPress
#asesorias pedagógicas#corrección de estilo#diseño y ejecución de proyectos#trabajos de grado#traducciones
0 notes
Note
Hey, you wanna talk and i want to be unstressed, so here I go. What love trope do you think RIIZE will fall?
It would be a spanglish combination cuz I didn't sleep well and yeah, my thoughts are kinda combine, sorry to all the non spanish speakers out there.
Me thoughts are:
Shotaro
Childhood friends to lovers. Creo que se enamoraría de alguien a quién dejo de ver un buen tiempo y cuando vuelven a encontrarse ven qué tanto a crecido el otro y pum, enamoraditos.
Eunseok
Second chance romance. I saw @nori-the-cat talked about this, i definitely see him falling in love with someone, a good relationship, but he's communication style is kinda different, you expect to hug you after receiving a gift from you, but he will pat your head and give you a smile with a 'thank you'. So he can make you feel kinda unloved when he loves you very bad (and hard)
Sungchan
Friends to lovers, soulmates. Anteriormente dijo que el preferiría un amor que crece con el tiempo a un amor a primera vista, entonces friends to lovers me parece una idea muy viable, sin embargo, no puedes ser solo un amigx, él NECESITA sentir una conexión contigo, y pensar que eres su alma gemela lo tendrá LOCO. También, me da una vibra de love at first sight, but it's kinda weird, the vibe is like "He would love at first sight but he wouldn't believe it, that makes him want to be your friend, and if he finds that soulmate conexion with you, there it is".
Wonbin
Secret Royal/Billionare. Why? Because, I think Wonbin would fall for someone who match his personality, match his vibe and also doesn't love him just for his appearance (oh maybe a soulmates too?), so I think he would like to be unkwon to his s/o.
Seunghan
Enemies to lovers. No comment I just think Seunghan would enjoy it hahahaha. Definitely falling for the person he teased a lot.
Sohee
Omaigad, aquí no se me ocurrió ningunaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa. Gritote.
Anton
Con Sohee no se me ocurrió y acá se me ocurrieron varios: Bestfriends to lovers, Childhood friends and love triangle.
Bestfriends to lovers porque sin importar si eres menor o mayor a él le gustaría tener esa relación de mejores amigos con su s/o.
Childhood friend because i really saw him being with someone who knows him amazingly well, so está de la mano con el anterior, no importa si te conoce de la infancia o no, sino que sienta que se conocen desde hace tiempo.
Último, love triangle, okay este está un poco triste, pero se me vino una escena en dónde eres amiga de los miembros, y te enamoras de uno de ellos, pero Anton se enamora de ti. Anton es un buen amigo así que te ayudará a que estés con el miembro que te gusta, si funciona o no, aún así él estará ahí para ti, con la esperanza de que algún día lo veas de la misma manera en la que Anton te mira.
joder sí que soy lenta te responderé en español también jsjs espero que puedas relajarte y descansar tesoro <3
so... riize as love tropes... me encanta, tengo unas cuantas ideas ajbjsak
shotaro me da vibes de un strangers to friend to lovers
visualizo a taro como un senior de tu carrera al cual conoces porque es un estudiante modelo al cual los profesores siempre toman como ejemplo. además de ser popular en el campus por su característica amabilidad, el tipo de chico que conoce a todos y todos lo conocen. imagino que un día necesitas ayuda para un proyecto de clase para el cual requieres consejos de un alumno de grados avanzados, así que tu profesor te asigna un asesor. la sopresa que te llevaste cuando notaste que dicho asesor era shotaro. obviamente estarías nerviosa porque ajá, como la gran mayoría, tienes un crush en el chico de adorable sonrisa. pero shotaro encuentra tu nerviosismo tierno, además puede notar lo lista que eres y como anotas diligentemente cada consejo que te da al respecto de tu trabajo, lo cual lo hace sonreir satisfecho cuando formulas preguntas basadas en sus correciones previas. es cuestion de tiempo para que comiencen a conversar y reir como dos amigos cercanos. y un poco menos de tiempo para que él comience a rozar tu mano sobre la mesa y pinchar tus mejillas. un día lo viste desde el otro lado del campus dejando a sus amigos con la palabra en la boca solo para correr en tu dirección a saludarte; y al otro estaría con su mano entrelazada a la tuya frente a la puerta de tu casa, preguntando nerviosamente si sería muy atrevido de su parte si te robara un beso.
eunseok queda muy bien con un second chance romance honestamente. ¿que tal mezclarlo con un amnesia/mistaken identidy?
imagina que estás en casa, con la cena caliente y lista para comer, esperando a tu novio como cada día, cuando recibes una llamada que derriba todo tu mundo. un accidente de auto, una semana inconsciente y cuando despierta, se ha olvidado de ti. todos los recuerdos, los momentos juntos, las promesas, se han ido. estás vuelta un mar de llanto suplicando que por favor te recuerde, que te acaricie el rostro y limpie tus lagrimas prometiendo que todo estará bien; pero él está simplemente sentado en esa camilla de hospital con una expresión en blanco sin tener idea de quién es la chica frente suyo. volverías los días siguientes, intentando recuperar los fragmentos de su vida que le ayuden a recordar quién es, y quién eres tú. no te voy a mentir, eunseok sabe que el proceso te está dañando más de lo que lo ayuda a él. puede notar tus ojos brillantes en lágrimas retenidas cuando le muestras las fotos de sus vacaciones el verano pasado, la vez que fueron a esquiar sobre nieve dos años antes, la primera navidad que pasaron juntos en casa de sus padres. sabe que cuando le platicas de las cosas que disfrutaban hacer juntos como cocinar o leer, la voz se te quiebra e intentas ocultarlo fingiendo un estornudo. así que quiere pararlo todo. por eso un día cuando llegas del trabajo para verlo y estás apunto de volverte loca porque descubriste que le habían dado el alta sin avisarte, el aparece totalmente vestido con una suave sonrisa en el rostro. te limpia las lagrimas con delicadeza y por un segundo sientes la esperanza creciendo en tu pecho "no puedo decirte que te amo porque recuerdo quién eres o lo que teníamos, pero quiero hacerlo por lo que conozco y tenemos ahora".
sungchan para mí es el biggest brother's best friend y me justifico precisamente con esa declaración de sentir una conexion creada por el tiempo y la convivencia
creciste en una familia pequeña, solo tus padres, tu hermano mayor y tú. ah, y el molesto mejor amigo de tu hermano. como comunmente sucede, al principio ustedes dos no se llevaban muy bien y esto se debe a que ese ruidoso niño te robaba la atención de tu amado hermano. like, how does he even dare? fue tu hermano mucho antes de ser siquiera su amigo, no podía llevarselo así porque sí. además, sungchan vivía para molestarte. escondía tus juguetes, robaba tus dulces, tiraba de tu cabello y pellizcaba tus brrazos. pero conforme ambos crecían y dejaban atrás juegos y burlas infantiles, comenzaron a verse de forma distinta. tú no habías notado lo bonitos que eran los ojos de sungchan cuando te miraba, y sungchan no había captado lo adictiva que era tu risa cuando te reías de algo que había dicho o hecho. su comportamiento cambió mucho, incluso se habían vuelto amigos y pasabas el rato con él y tu hermano cuando ambos estaban en casa. aunque las cosas se pusieron dificiles cuando en su pijamada semanal tu hermano le contó que un chico te había invitado a salir. no entendía porqué le dolía el estomago o por qué de repente estaba de mal humor, pero prefirió encerrarse en la habitación de tu hermano hasta la mañana siguiente, no queriendo ver como le sonreías a alguien más. esa misma noche de madrugada, había ido a la cocina por un vaso de agua que aliviara su malestar cuando te vio sentada recargada sobre el marco de la puerta. estaba por alejarse silenciosamente cuando te escuchó sollozar y sus cejas se fruncieron automanticamente. su corazón cayó a sus pies cuando lo volteaste a vez con los ojos rojos y el maquillaje corrido. te habías arreglado tan bonito para un estúpido adolescente que te había dejado plantada, y sungchan quería romperle la cara al pobre diablo. se sentó a tu lado y te rodeó con sus brazos, susurrando palabras dulces y diciéndote que mereces a alguien que te trate como una reina y no un imbécil que no supo valorar la increible mujer que eres. en el momento que te apretaste contra su pecho pidiendole que no te dejara, supo que él quería ser ese alguien que te pusiera el mundo a los pies.
wonbin es difícil para mí siempre ngl, pero se me ocurre una fake relationship porque siento que sería el tipo de chico con el cual quieres darle celos al perro de tu ex
estás tranquilamente en tu cafetería preferida leyendo un buen libro, cuando la campanilla de la entrada suena y vez a tu miserable exnovio de la mano de una chica nueva. ustedes no tenían ni una semana de haber roto ¿y él ya tenia una nueva novia? vaya hijo de puta. por suerte estaban muy ocupados ordenando en la caja y aún no te habían visto, así que volteas para todos lados nerviosa buscando dónde esconderte cuando un chico captó tu atención. estaba solo, una mesa atrás de la tuya, escribiendo algo en una libretita. tu cuerpo se movió antes de que incluso procesaras lo que hacías, y en un parpadeo estabas sentada frente a él con el cuerpo inclinado sobre la mesa. te miró extrañado, ¿quién eres y por qué estás aquí? dibujados en su rostro serio. "por favor, mi ex está por allá". wonbin levantó una ceja en tu dirección dejando de escribir, y luego observó hacia donde señalaste, viendo a la pareja que caminaba ahora hacia ustedes. soltó un suspiro y con su mano libre tomó la tuya con delicadeza, su dedo pulgar dibujando trazos sobre el dorso de tu mano que sostenía una malteada, llevandola hasta su boca. soltando un sonoro "ah~" satisfacción justo cuando tu ex pasaba a su lado, viendo al apuesto chico que mirabas embelezada. como núnca lo habías mirado a él. cuando wonbin se aseguró que tu ex y la chica se habían sentado a una distancia donde podían verlos a ustedes pero no escucharlos, volteó a verte, riendo un poco al ver tu rostro sonrojado y tu boca entre abierta. wonbin juntó tus quijadas juguetonamente con su dedo índice, encontrándote graciosamente cautivadora.
seunghan solía molestarte todos los días en el colegio. durante las clases que compartían se la pasaba lanzandote bolitas de papel, pinchando tus brazos cada vez que pasabas junto a él o sacando un pie para hacerte tropezar cuando era tú quien pasaba a su lado. le encantaba jalar tu cabello cuando pasaba corriendo a por tu costado y tomar lo que sea que tuvieras en la mano para hacerte ir detras de él para recuperarlo. seunghan disfruta cada vez que los profesores te pedían ser su tutora porque sabía que no rechazarías los creditos extras, amaba la idea de poder molestarte durante las sesiones. hablando de otras cosas en vez de poner atención, interrumpiendote, robando tus lentes para jugar con ellos, pichando tu estómago e incluso acercando su rostro al suyo para ponerte nerviosa. otra cosa que seunghan amaba, eran tus insultos, y lo creativa que solías ser con ellos. cada día encontraba su motivación en hacerte enojar solo para descubrir que clase de insulto poético saldría de tu bonita y vulgar boca. cada vez que te das la vuelta refunfuñando luego de practicamente insultar hasta a su bisabuela, un seunghan sonriente te observa, se relame los labios y sacude la cabeza pensando en que la proxima vez, quiere escucharte insultarlo entre besos.
seunghan es demasiado enemies to lovers, pero me atrevo a decir que más enfocado en un school bully!seunghan
sohee grita bestfriends to lover y no pienso discutirlo con nadie
ustedes dos habían sido amigos desde practicamente toda la vida. sabían todo el uno del otro, iban a todas partes juntos, tenian los mismos amigos, y practicamente no había momento del día que estuvieran separados, sin mencionar el baño claro. así que para sohee no fue extraño terminar enamorándose de tí. la chica que conocía cada faceta suya, que había estado con él en las buenas, las malas y las peores y que había sido amiga, hermana y consejera. pero sohee sabía que para tí solo era tu mejor amigo, habiendo vivido practicamente cada historia de amor y desamor a tu lado. escuchó de cada uno de tus novios y los conoció, y cuando alguno de ellos rompió tu corazón, fue él quien secó tus lagrimas y te dejó llorar en su hombro, haciendo cuanto estuviera a su alcance para hacerte sentir mejor. hasta que un día, estabas hablandole sobre este chico nuevo que estaba en tu clase y él simplemente explotó. no soportando más que hablaras maravillas sin parar de un extraño solo porque te obsequió un chocolate. él te había obsequiado chocolate, no uno, cientos de barras. te compraba tu helado favorito cada sabado por la tarde, te llevaba a todas partes, venía a tu casa a prepararte ramen a las 3 de la mañana solo porque tenías hambre. deberías amarlo como él a tí y dejar de perder el tiempo con otros chicos que no valen la pena. "pensé que jamás me sacarías de la friendzone" y el hamster en su cerebro se demayó cuando entre risas lo besaste.
ok con anton tengo de por sí una idea en borrador para un childhood friends to lovers
conoces a anton porque es el hermano menor de tu mejor amigo, así que naturalmente se hicieron amigos también. para anton no fue dificil caer enamorado de ti, eras hermosa y siempre lo tratabas con mucho cariño, lo cuidabas e incluso lo mimabas. claro, eras hija única y querías un hermano, así que proyectaste ese amor fraternal en el pequeño niño. por supuesto, anton no comprendió la profundidad de su afecto hasta unos cuantos años despúes, siendo adolescente. no quiero irme de largo con este porque no quiero hacer spoilers pero aja, en esencia eso
⋅•⋅⊰∙∘☽༓☾∘∙⊱⋅•⋅
espero que te gusten mis ideas anon gracias por conversar conmigo 💕
#ᥫ᭡ sof speaking#ᥫ᭡ anon#ᥫ᭡ q&a's#jung sungchan#riize#riize sungchan#riize eunseok#riize x reader#song eunseok#riize sohee#riize shotaro#riize anton#hong seunghan#riize seunghan#osaki shotaro#lee sohee#anton lee#riize wonbin#park wonbin
23 notes
·
View notes
Text
Bonten´s influence
-Sanzu Haruchiyo x fem!reader
/ If you want to read it, you can translate it into English or another language /
Words: 11.565
Synopsis: She is Mikey's girlfriend. It's not the best situation, but it's still better than being alone, right? In the end, the best option is to stay with the strongest and the one who loves you... Is that true?
First chapter, second chapter, three chapter, four chapter
Mikey prometió protegerla.
Habían pasado unas semanas desde el día que le dio a Kakucho el papel con lo que iba a hacerle frente a Mikey. Y habían pasado unas semanas sin tener más noticias de nadie. Por eso, y cansada de esperar y convertir todo en una situación peor, decidió llamar aun amiga para que la acompañase a la cita que tenía programada.
La búsqueda de un nuevo apartamento estaba solucionada, en parte. Solo necesitaba hacer una criba de lo que realmente se iba a llevar consigo a su nueva vida sin Mikey y estaría listo. Su amiga, Victoria, una chica de intercambio de la que se había conseguido hacer amiga en el instituto la acompañaría en todo ese proyecto. No tenía fuerzas para hacerlo todo sola. Literalmente.
-Voy a empezar a pensar que me estás acosando -dijo, después de despedirse de Victoria con la promesa de que volverían a verse pronto, y se acercaba al coche aparcado en la calle.
Ese día llevaba un traje de dos piezas únicamente. La camiseta blanca del interior sobresalía ligeramente, como si lo hubieran pillado desprevenido, y el traje rosa de siempre. Ya empezaba a ser costumbre encontrárselo en plena calle, ya fuera por casualidad o porque era el fiel perro loco de Bonten. Había un dicho entre los ejecutivos que pronto llegó a oídos de Mikey, y que Mikey le había contado riéndose de lo tontos que podían llegar a ser esas personas.
«-Le llaman perro loco porque parece un perro -le dijo, mientras hacían una ensalada en la comida de ese apartamento de lujo en el que él vivía y que pocos pisaban-. Pero hasta un perro necesita atención de más gente, ¿no?».
Dudaba que fuera su caso, dada la tensión que siempre hubo entre ellos hasta en los mejores momentos. Si es que ella podía considerarlos buenos momentos a cómo una empresa criminal crecía hasta llegar a controlar al propio gobierno.
-Mikey me manda -respondió, sin más, y sin mirarla. Volvía a estar fumando. Por el olor, era tabaco, y no hierba-. Le ha llegado la notificación del seguro del médico. Quiere hablar contigo.
Por un momento, se maldijo a sí misma por ser tan estúpida de pensar que iba a quedar entre ella y una amiga alejada de ese mundo. Claro que iba a tener todavía formas de controlarla, aún sin saber a qué grado de cercanía podían continuar.
-¿Qué quiere ahora?
-Y yo qué coño voy a saber -escupió de mala gana, tirando el cigarrillo al suelo y pisándolo con la punta del zapato. Mocasines, cómo no-. Hablar, supongo. Estaba calmado cuando me llamó. Sino ya estarías en el coche amordazada.
Se permitió el lujo de mirarle como si la estuviera vacilando. Aunque bien sabía que era cierto. Un jefe criminal no se andaba con tonterías. Y ella al parecer tenía las de perder en muchas ocasiones. Ella respiró, asintiendo.
-Puede llamarme. No es como si tuviera un imperio a mis hombros que no tuviera tiempo para preocuparme por los demás.
-¿Puedes dejar de ser tan perra por un momento y pensar? Quiere hablar contigo, ya es algo. Suficiente tiene con haberme mandado a buscarte.
Lo que sí que quiso decirle era llamarlo estúpido. O imbécil. O el primer insulto que se le viniera a la cabeza por la forma en la que la hubo llamado. Acabó suspirando, y evitando la profundidad de su mirada y clavándola en el suelo. Las ganas de llorar eran fuertes por la medicación que le habían mandado tomar los días previos.
-Dile la verdad y quítatelo de encima. Así nos ahorras tu presencia y saber qué haces.
-Tampoco os lo he pedido.
-Él sí, porque al parecer su pequeña esposa no es suficiente que necesita a la mocosa con la que lleva años saliendo -soltó una risotada seca, guardándose las manos en los bolsillos del pantalón-. Lo mínimo que tienes que hacer es acudir a su llamada para que te arregle
Por alguna razón, el que le dijeran la verdad a la cara dolía más que pensarlo ella misma. Y como siempre, era esa persona la que llevaba el clavo ardiendo a clavárselo en la piel desnuda. Se mordió el labio, y luego el interior de la mejilla hasta que los nervios le dijeron que se detuviera si quería no destrozarse el interior de la boca. Apretó el asa del bolso, pasándose la otra mano por la cara para apartar el desanimo que empezaba a aparecer en los rincones de sus ojos.
-Dile que se meta eso por el culo -le respondió, con el mismo tono despectivo que tenía reservado para reírse de ella. Ahora, era su turno de abrir el cajón de mierda-. Y tu, lo mismo. Seguro que os gusta.
Iba a irse cuando sintió una punzada en el estómago. Dolor. Desesperación. Porque estaba dejando todo atrás de aquella forma. Incluso cuando Mikey podía haberla convencido de dejar todo en tablas y ser simplemente amigos.
Los dedos de Sanzu se clavaron en su piel de un solo movimiento y rápido. A ella hasta le sorprendió que pudiera haberlo hecho a ojos de toda la gente en plena calle y en pleno día. Tenía los ojos bien abiertos y los dientes le chirriaban por apretar la mandíbula.
-A Mikey no le gustará, mocosa -advirtió, tal vez con un cierto toque suave para no espantarla a la primera. Pero eso no le quitaba el grado de amenaza-. Estás jugando a un juego que no te conviene.
-¿Y a mí qué? -le encaró-. Llevo semanas volviéndome loca en ese apartamento, sabiendo que puede entrar en cualquier momento, y sorpresa, no ha aparecido. El otro día se coló para dejarme su llave y para decirme que prácticamente era una estúpida si pensaba que podría seguir habiendo un nosotros. Todo lo que vivimos es pasado. Dile de mi parte que se concentre en su esposa y en su futuro hijo, si es que alguna vez puede ser feliz con todo lo que tiene en esa cabeza -la amargura en su voz salió incontrolable, alimentada por la forma en la que la vena del cuello de Sanzu se hinchaba e hinchaba presa de la furia que ella le generaba-. Y que deje de mandarme a sus perros cuando quiera un momento de paz en lo que él ha montado.
Se lo quitó de encima de un movimiento, si bien se tambaleó y tardó unos instantes en recuperar el equilibrio en esos tacones. La gente a su paso no les prestaba mucha atención. Debían de pensarse que estaban en una discusión de pareja y que no eran los protagonistas de una historia mientras ellos se rompían el lomo a trabajar. A pesar de ya no estar en sus brazos, aún sentía la sombra de sus dedos clavados en su piel como las garras de una máquina.
En el forcejeo, se le cayó el bolso y todo lo que llevaba dentro. Incluyendo la receta de sus pastillas y el parte médico que le permitía ir a recogerlas a la farmacia; antes y después. Antes de que pudiera recogerlas, él se había doblado por la mitad y recogido los papeles. Ella se lanzó a intentar arrebatárselo, sacándole una risa burlona mientras lo leía desde lo más alto para que ella no lo alcanzara. La sonrisa desapareció tan pronto como el contenido de los papeles entraron en su cabeza.
-¿Qué cojones es esto?
De un salto, ella le quitó los papeles, ahora arrugados, y con las mejillas rojas de vergüenza y rabia a la vez clavándole una de sus peores miradas.
-Estoy embarazada, ¿y qué?
-¿Mikey lo sabe? -fue lo único que preguntó, apoyándose en el coche. La miraba como si fuera una cosa nueva y extraña.
-Eso no es asunto tuyo ni de nadie -se guardó las últimas cosas en el bolso, entre los papeles y el maquillaje-. Solo mío.
Sanzu se apartó del coche y la volvió a agarrar del brazo cuando la vio intentar marcharse. Ella apretó los dientes reuniendo todas sus fuerzas para no darle una bofetada que lo mandara lejos de ella.
-¿Vas a tenerlo? -miró a un lado y luego a ella, y por primera vez le pareció ver algo más en su mirada aparte de maldad natural-.
Se le escapó una risa amarga y cortante.
-¿Ahora es asunto suyo? -quiso saber, ya por desesperación.
-¿No es su hijo?
-Eso tampoco es asunto tuyo.
Sacudió la cabeza. Tal vez eso pudo haber sido su primer error. Sin saber que Sanzu no entendía el idioma de las mujeres cuando se sentían sofocadas por tantas preguntas sin sentido.
-¡Te has tirado a alguien más estando con él, zorra! -los dedos de Sanzu le envolvieron el antebrazo para detenerla, aunque ella no se había movido de donde estaba. Ella frunció el ceño, mirándole con la boca abierta.
-¿Qué coño haces? Claro que es de él
Sin poder resistirlo, ella abrió la boca y le clavó los dientes en la mano que la agarraba. Sanzu le gruñó y la sujetó por la cabeza, tirándole del pelo y la cabeza hacia atrás. Gritó de dolor, y más cuando sintió su cuerpo impactar contra el coche. La cara de Sanzu estaba cerca de la suya cuando abrió los ojos empañados en lágrimas y le vio con los ojos envueltos en pestañas rubias mirándola de cerca.
-No vuelvas a pensar en hacer eso, mocosa.
-Que te den.
-Le diré a Mikey que te has tirado a otro mientras estabais juntos. ¿Te crees que no lo haré? Y él te matará. O mejor: me mandará a matarte. Y puede que disfrute cada minuto por lo que has hecho. Tal vez te arranque a ese bastardo él mismo.
Una de las manos la soltó y la agarró por el cuello, sujetándola con una fuerza brutal que sin dudas le dejaría marcas cuando la soltara... Si la soltaba. La furia en sus ojos, el fuego que esta vez ya no escondía detrás de una fachada, ardía en llamaradas dispuesto a llevársela con él sin pestañear. La amenaza quedó en el aire envenenado por ellos. Sanzu, entonces, bajó la cabeza, acercando los labios a la concha de su oreja para que solo ella pudiera escuchar lo que decía.
-Te dije que no jugaras con fuego. Solo eres una zorra más de ese tipo. Un juguete para usar y tirar, ¿entiendes? Ahora mismo, podía aplastarte con una mano y...
Su agarre sigue siendo doloroso, haciéndola revolverse y apretarle las muñecas para que la soltara. Pero no lo hacía. No retrocedía pese a sus advertencias. Por un momento, pensó en que él le estaba haciendo un favor en llevarla por ese camino. Quitándole el sufrimiento, el dolor, todo lo de ese tiempo de encima. Casi podía olvidar quién era, y por qué estaba ahí y en esa situación. ¿Y si ese siempre había sido su destino? Morir a manos del perro que seguía a Mikey como un ídolo a respetar.
Pero entonces, desde las sombras que no había percibido que existían en ese día soleado, una voz cortó el silencio.
-Sanzu.
El agarre de él se aflojó ligeramente, pero no acabó de soltarla. La voz calmada de Mikey siempre conseguía sus objetivos, en vez de usar la fuerza directamente. Sanzu fue el primero en volver la cabeza, con cierta sorpresa si pudiera decirse, seguido del turno de ella. Entre sus lágrimas vislumbró una pizca de él.
Mikey. Él estaba ahí. Esperando a unos pocos pasos de ellos, con las manos en los bolsillos de sus pantalones piratas. Al menos eso no había cambiado. Ese estilo simplista suyo... Solo verlo y pensar en los momentos juntos hizo que le empañasen los ojos nuevamente, y el dolor le presionara el pecho ante la vista. ¿Cuánto tiempo hacía que no se veía? ¿Cuánto tiempo hacía que se había estado mintiendo a sí misma y sí quería verlo? ¿Kakucho le habría dato la nota, o la habría tirado a la basura cuando ella le dijo que le daba igual el destino del contenido dentro.
-Es una zorra, Mikey. Te ha engañado todo este tiempo -le explicó, moviéndola como un muñeco de trapo-. Y ahora lleva tu bastardo.
Mikey no pestañeó, como si no escuchase nada. A la gente siempre le había aterrado la oscuridad de sus ojos, porque no podían saber en qué estaba pensando o qué se le pasaba por la cabeza... En ese momento, ella tampoco pudo adivinarlo.
-Déjala. Es suficiente por tu parte.
Aunque al principio no se movió primero, los dedos que envolvían su cuello y la presión que aún ejercía se disolvió como si nada. Los pulmones de ella ardían con las primeras bocanadas, pero tuvo la osadía suficiente como para apartar los restos que quedaban de Sanzu sobre ella. Se sentía sucia, manchada, mancillada. Como si fuera la puta que él anunciaba que era ella.
Los ojos de Mikey se posaron sobre ella por un momento, no muy largo, y luego volvieron a Sanzu.
-Vete.
-Como quieras. Lo que te de puta la gana con esta -respondió él, en voz baja, a pesar de que por él corría una rabia que solo ella había visto en esos minutos. Con una mueca burlona, él se giró y caminó hacia las sombras que envolvían a Mikey, dejándolos a solas.
El silencio que les siguió fue pesado.
Sanzu Haruchiyo siempre había sido un desastre, pero realmente no lo conoció.
Tenía recuerdos vagos de una persona que estaba en la Toman de Mikey, pero incluso con eso... Suponer que por ese entonces eran cercanos era un error. En ese tiempo, solo los más cercanos a Mikey eran sus amigos de la infancia, las personas a la que más quería, y todavía en un momento los había apartado de su vida para que no fueran un obstáculo a sus objetivos.
Llevar la Toman a lo más grande. Ser la mejor banda de motoristas... ¿Dónde quedaba todo eso ahora? ¿En los recuerdos en unas fotos que todavía acompañaban a su líder en su vida, pero que por seguridad rechazaba antes de volver a ser una buena persona? Con ella también había sido egoísta. Nunca le dio la oportunidad de quedarse o marcharse. Siempre era él. Y cuando Bonten nació, Sanzu se volvió cada vez más cercano hasta el punto de pasar horas y días en el apartamento de ellos. Una persona normal hubiera dicho basta ante eso, pero ella.... Ella le necesitaba. Necesitaba las palabras reconfortantes de Mikey por las noches, sus brazos que la envolvían cuando se acostaban y que sus ojos brillaran, aunque fuera por unos instantes. Ella se quedó por Mikey.
Y lo que quedaba de ella ahora que él no estaba, la arrastraba a lo profundo de esa oscuridad que una vez inundó y plagó los pensamientos de Mikey. Ahora, en ese coche, el silencio era asfixiante. Como una cadena que le envolviera el cuello, apretando y apretando hasta que solo quedase ella inmóvil y azul en el asiento. Mikey no la miraba, no directamente. Sus ojos negros miraban más a la nada que a las personas, pero eso siempre había sido así. En momento como ese, le hacían darse cuenta de que ella estaba realmente indefensa si de repente sus impulsos oscuros surgían de nuevo; aunque él siempre lo había evitado.
-¿Es cierto? -fue lo primero que preguntó. Continuaba mirando al suelo, con los codos apoyados en las rodillas y el cuerpo relajado.
-¿El qué?
Mikey la miró unos segundos en silencio, antes de sacar de los bolsillos de sus pantalones un papel doblado en trozos y que quedó entre ellos. Los ojos de ella miraron al contenido, aunque sabía de primera mano el contenido. Y lo que significaba.
-¿Es mío?
-Tú qué crees.
-Tendrías que habérmelo dicho en persona, y no dejar que otro me diera la noticia -le dijo. Una parte de ella se levantó en armas por la parsimonia estúpida que le estaba enseñando. Él no era así. Su Mikey no era así con nadie-. Kakucho me dio la nota.
-Estabas ocupado -murmuró, entre dientes. El espacio en el coche era asfixiante. Se sentía encerrada, como un perro en una jaula. ¿Sanzu se sentiría alguna vez así? No pudo evitar preguntarse cómo esa persona podía vivir en ese estado, siempre al servicio de su fiel ídolo... Casi se sorprendió estar pensando en él cuando había estado cerca de matarla en plena calle por un malentendido-. Siempre puedes colarte en mi casa. Ah, no, que me diste las llaves.
Sus ojos oscuros la taladraron por un momento. No pudo evitar ver de reojo, con el cuerpo tenso, la forma en la que él apretaba los puños. Estaba jugando con fuego; Sanzu la había advertido de eso. ¿Qué más quería que hiciera? No iba a callarse. No ahora.
No después de todo lo que tenía que decirle.
-¿De cuánto estás? -preguntó, con cuidado. Ella le miró arrastrando los ojos.
-Unas semanas. Probablemente nuestra última noche.
Una persona atenta y malvada hubiese dicho que era muy conveniente haberse quedado embarazada de él la última semana que estuvieron juntos. Pero en vez de echárselo en cara, Mikey la miró con sus ojos oscuros y rasgos delicados y pálidos. Tenía las mejillas más hundidas, como si no hubiera comido en días, pero de alguna forma se le veía con un mejor aspecto que antes. Probablemente por las comidas que su esposa le estaría haciendo. Algo que ella tampoco había podido darle.
-Estás pálida -señaló, prestando atención en ella-. ¿Estás comiendo bien?
La verdad escondía dolor. Por supuesto que no estaba bien. ¿No la veía? ¿No sabía la razón por la que se había ido de ese lugar? ¿De verdad estaba tan ciego? Su preocupación, sin embargo, se sentía como una herida a la que se le echaba sal. Es como si él estuviera interpretando el papel del salvador cuando era él quien había jodido todo.
-Si hay algo que pueda hacer...
-¿El qué? -cortó-. ¿Te crees que no puedo sobrevivir sola?
Al principio, él no le respondió, y el silencio que les siguió fue peor que la picadura de una avispa. Su vacilación la estaba volviendo loca, pero era peor que verlo suave y sintiendo pena. Solo le haría hervir la sangre. También sabía que de alguna manera estaba clavando su propia tumba, al levantarle la voz y vacilarle. Era obvio que ella sobreviviría más que él si seguía con esa vida, en teoría. Pero desafiarle... Ya casi moría a manos de Sanzu.
-Sé lo fuerte que eres. Lo respeto. Pero te dije que podíamos ser amigos, a pesar de no estar juntos.
Sus palabras eran dulces al oído y fáciles de masticar. Una parte de ella quería pensar así. Pensar que en el fondo, ellos podían ser algo más que antiguos amantes y poder llevarse bien, por el cariño que todavía se guardaban... Pero la otra... La otra era la más lógica, y a la vez la más rencorosa, quería echarle en cara lo destrozada que estaba. Lo que había pensado en la boda, el lugar en el que había acabado el pastel, lo que opinaba de la mujer que ahora era su esposa, su hijo... Todo. Quería decirle todo. Quería que la viera llorar a moco tendido y enseñarle la persona que había pasado de esa confianza habitual a llorar todas las noches antes de dormirse.
Y que ahora, estaba embarazada de él. Un niño nacido del amor, de las noches de conversaciones y abrazos, y que sin embargo, no era más que un extraño para ella. Y un problema para él por lo que significaba.
-No necesito tu ayuda. No necesito nada de ti -continuó ella, su voz alzándose a medida que avanzaba-. Y antes de que tu perro se volviera loco, iba a mandarle que te dijera que te preocupases más en tu nueva familia ahora. Porque no te necesito más. No te necesito.
Mentiras y mentiras. Todo mentiras.
Lo necesitaba como al agua. No estaba bien decirle eso cuando le necesitaba, le amaba hasta lo más profundo de su ser... Y sin embargo, lo odiaba por haber elegido a otra persona. Por haber decidido continuar con esa boda a pesar de todas las indirectas que ella le había dado mientras la planeaban. ¿Tenía que decirle de verdad lo destrozada que estaba porque él no lo había entendido? ¿O es que acaso a él no le interesa nada de eso, lo había entendido, y hubo continuado con la boda a pesar de todo? Ya daba igual, estaba hecho. Estaba casado con una mujer buena, una mujer que le podría hacer feliz, y darle hijos.
-Lo que me pase ya no es asunto tuyo -dijo, apretando los puños en sus muslos-. Vuelve a jugar a las casitas con tu esposa perfecta y tu vida perfecta, Mikey.
Las noches en vela mirando al techo antes de la vela, esperando que él la llamase o le diera un golpe en el brazo y le dijera que se fueran juntos. Que dejasen todo atrás, los preparativos y todo, y él tomase la decisión para ella. Por ella. Pero en vez de eso, ahí estaban. En esa situación insostenible para ambos. Tendría que recoger las piezas de su fragmentado corazón y unirlas para convertirlo en un caparazón.
-Y no te preocupes por este niño. No va a ser una molestia para ti.
Salió del coche, con una última esperanza de que él la detuviera y le dijera que aún así lucharía con ella. Un craso error. Porque a medida que sacaba el cuerpo, él no hizo ni el más mínimo esfuerzo por detenerla. Ni por agarrarla un último momento para hacerla reflexionar. Simplemente salió del coche como una mujer despechada por el amor y traicionada. Ni cuando cerró la puerta, Mikey hizo nada.
Pero de alguna forma, se sintió liberada.
Manjiro Sano era un mentiroso compulsivo. Primero, diciendo que Toman y sus amigos dominarían Japón como la mejor banda de motoristas, y en qué se había convertido aquello. Segundo, diciendo que la amaba y la protegería y algún día, cuando llegase, se casarían y tendrían una familia. Mira en qué situación estaba ella.
Con las cosas que le había obligado a hacer... Bueno, ella tampoco era un ángel después de lo que había hecho en el pasado. Por la forma en la que había tratado a sus padres cuando le dijeron que tenía prohibido salir con chicos malos y motoristas, y ella había acabado fugándose de casa siguiendo la idea de un amor falso que ahora mostraba sus consecuencias. Durante semanas, había intento adivinar dónde sus padres vivían ahora, o si continuaban en su vieja casa. Pero sin los recursos tan amplios de Bonten... Tendría que ir por su cuenta, aunque tardase meses o años en conseguirlo. No se imaginaba acercándose a ellos una tarde cuando descubriera dónde estaban y diciéndoles algo; probablemente la tacharían de mala hija, de desconocida para ellos... Y cuando supieran que estaba embarazada de un hombre que la había abandonado y soltera...
-Dicen que las niñas le roban la belleza a la madre -dijo Victoria desde su sofá. Tenía una copa de vino en la mano y en la otra el teléfono, al que atendía mientras hablaban.
-Eso son leyendas de ancianas.
-Pero son verdad, ¿no? -por un momento, levantó la vista del teléfono-. Mi abuela me lo contaba cuando era niña.
Rodó los ojos sin poder evitarlo. Estaban hablando de bebés. Y la conversación había empezado hablando de casas y muebles. La vida de una adulta siempre la sorprenderían.
Por la tarde, el corazón de ella martilleaba fuerte contra su pecho a medida que bajaba la calle. Tal vez había tomado decisiones absurdas en lo que llevaba de vida. Cada una peor a la otra. Pero la que estaba tomando ese día... La iba a llevar directa a la tumba. Pero era débil y todo el mundo podía saberlo con mirarla a la cara.
Con la mano temblando y la vacilación corriendo por su sistema, tocó el timbre. El silencio que le siguió fue ensordecedor, interrumpido únicamente por la sangre que su corazón bombeaba a toda prisa. Cada segundo que pasaba parecía una eternidad, y no dudaba de que hubieran pasado horas mientras esperaba bajo el tejado de aquel bloque tan...humilde. Le recordaba a su adolescencia, a la casa que sus padres tenían en un bloque familiar. La única diferencia es que aquel sitio tenía un muy mejor aspecto de lo que sus padres podrían haberse permitido.
Sus padres nunca podrían haberse permitido un lugar como aquel. Con paredes impolutas y un suelo del que dudaba que pudiera mantener cinco segundos sucio, de baldosas oscuras en contraste con las paredes blancas. El minimalismo parecía ser el tema principal de la gente rica; la casa principal de Mikey también era así, se recordó a sí misma, con la diferencia de que un diseñador tuvo que decorarlo porque de haber sido por él no tendría muebles. Aquel pensamiento le generó un dolor temporal y un revoltijo de emociones en el estómago. ¿Lo habría cambiado todo en ese tiempo? ¿Habría hecho alguna modificación por su esposa, o habría sido ella quien metió mano? Muchas preguntas que ya no eran de su incumbencia...
La puerta se abrió con un crujido y se le cortó la respiración. Una sensación de alivió la invadió, pero solo durante unos pocos segundos... Hasta que le vio.
-Tienes la cara horrible -fue lo que se le ocurrió decir. La expresión de Sanzu no cambió. Tal vez porque no pudiera mover muchos músculos de la cara con tanta hinchazón... Aquello solo hizo que su corazón se encogiera y se sintiera una peor persona de lo que ya era.
«Es mi culpa. Él está así por mí».
Por la forma en la que se había despedido de Mikey y cómo le había hablado. Porque Manjiro Sano nunca olvidaba una ofensa, por mucho amor que sintiera por esa persona, seguía siendo un monstruo. Y lo demostraba con cada gesto.
-Ya, no me digas. Por qué será -dijo, sin importancia pero con sarcasmo en su voz grave y la forma en la miró hacia arriba. Aún con ese aspecto, se las arreglaba para mantener se pie-. ¿Qué haces aquí? ¿Quién de esos inútiles te ha dicho donde vivo?
Por el silencio que ella guardó, la verdad salió a la luz por sí misma. Cómo no iba a saber dónde vivía el perro leal de Bonten alguien que había estado con el líder. Cualquier cosa podía pasar a partir de eso, pero Sanzu decidió maldecir entre dientes y apoyar el brazo en el marco de la entrada. Algunos moratones salieron a la vez con ese gesto, cuando la tela de la camisa se levantó ligeramente y dejó algunos de ellos a la vista. Realmente tenía mejor apariencia de muchas cosas que vio en el pasado; al menos, pensó, seguía vivo.
Apartando todos los pensamientos de lo que podría haberle pasado con dolor de su cabeza, levantó el brazo que sujetaba la bolsa de plástico. Una pequeña bolsa con algo en el interior que parecía pesado. Sanzu lo miró con escepticismo.
-¿Qué coño es eso?
-Lo he comprado ahí abajo -comentó, rápida y con el corazón a mil por la confesión-. En mi barrio la tienda estaba cerrada y... Es para ti. Son frutas y algunas cosas... La verdad es que no me he fijado bien.
-Te has gastado el dinero en nada. Ya tengo comida -respondió, apartando la mirada de la bolsa y de ella. Instintivamente ella bajo el brazo. Estaba acostumbrada a su rechazo, pero no de esa manera tan...¿suave?-. Y tengo a gente que puede conseguir mejor cosas que fruta y lo que diablos sea esto.
En Japón, la fruta era casi un bien preciado. Era cara por las exportaciones y algunas costaban muchísimo dinero. Tenía sentido que alguien con un sueldo estelar pudiera permitírsela a la primera, así como conseguir que gente para que la adquiera. Y por lo demás... Lo había metido en el carro de la compra porque el azúcar nunca venía mal. A ella, por lo menos, le alegraba tener un cajón lleno de dulces para emergencia. Pero adivinó en ese mismo instante que, aparte de ser una tontería para un hombre como Sanzu, él preferiría un subidón de otras cosas en vez del azúcar.
Bajó la bolsa y la cabeza, poniéndola detrás de ella como si intentara esconderla. Aunque la verdad estaba ahí. Se había esforzado para nada. Y ahora estaba quedando como una ridícula mostrando sus intenciones. Al menos, le ahorraba verlo drogado para soportar el dolor. Puede que estuviera pasando por los efectos secundarios de alguna de sus dosis "diarias".
-¿Algo más?
-¿Puedo entrar?
-No.
Fue directo. Y casi que le alegró... En parte. Porque no se imaginaba entrando en la casa de una persona que podría haberla matado a plena luz del día y en medio de la calle y que todavía estaba pasando por los efectos de la paliza de su jefe. El ex de ella. Desde ese punto de vista, tenía razones de más para sacar su katana y cortarla en pedacitos. ¿Dónde la guardaría? Era una pregunta estúpida, pero se moría de curiosidad en esa posición. ¿En un armario? ¿En un expositor? Probablemente dormiría con ella al lado de la cama sin importarle que pudiera cortarse en un tropiezo.
La dulzura de Manjiro contrastaba con la amargura de Sanzu. Lo cual, era extrañamente placentero porque le demostraba que no todos eran amables con ella en ese mundo. Se dio cuenta de ello mientras guardaba las medicinas que necesitaría después de la intervención. No todos fueron amables con ella, pero para fingir sonreían con esa falsedad que caracterizaba a ese mundo de engaños y traiciones por la espalda. Un enemigo de Bonten pagaba el precio con su vida. Ella, lo estaba pagando con la sinceridad que había necesitado en el pasado.
Una bola de emociones se arremolinó en su pecho y mente. Los ojos pronto se le empaparon al darse cuenta de ello. La nariz le picó, y tuvo que pasarse la manga de la chaqueta fingiendo que se la limpiaba o algo le molestaba.
-Lo siento.
-Ya -respondió él.
No se percató de nada de lo que ella sentía. Se agradeció. Porque lo último que necesitaba era una burla en su cara de lo imbécil que era por ir allí pensando que unas frutas le ayudarían. Las lágrimas de principiante cayeron principio.
-¡Dios, vete ya! ¡Eres insufrible!
Y ella lo hizo, tambaleándose. Le obedeció. Se marchó limpiándose las lágrimas que le resbalaban por las mejillas sin control y la cara roja.
Manjiro Sano siempre la avisaba: nunca debía de acercarse a Sanzu estando drogado. Por su seguridad, o para no alterar el orden interno de Bonten. Cuanto más drogado estuviera, al parecer hacía las cosas de su trabajo más motivo y enserio. Tenerlo con el mono solo empeoraba las cosas. Se volvía irascible y quería matar a cualquiera que estuviera en su camino.
Hacía un par de días que no le veía. Lo cual, en parte, era sorprendente dado el afán que tenía su ex a enviarle a su perro. Lo último que supo de Sanzu fue cuando se marchó de su casa llorando y con lo puesto encima. Al llegar al apartamento había tirado la bolsa en una esquina y llorado tan fuerte que se durmió con la cara pegada al sofá. Verlo ahora, con los moratones y los cortes aún en la cara, le hacían pensar en los motivos que lo llevaban a buscarla en su gimnasio. ¿Burlarse de ella? No. No era tan estúpido de coger su coche solo para aquello. ¿Pena? Alguien como él no podía sentir pena por nadie. Debían de ser cosas de su trabajo; por ende, órdenes de Manjiro.
-Sube al coche.
Eran tres palabras que se habían repetido dos veces. Y esa era la tercera. Probablemente la última antes de que él se lanzara de nuevo a por ella y la arrastrara dentro.
-No voy a subir a ese coche -era su respuesta.
Al final había acabado dentro de ese coche, en los asiento de detrás sentada como una niña, sin saber muy bien cómo. Solo recordaba haber suspiro y arrastrado los pies lentamente hasta el interior. Tal vez porque una parte de ella ya no podía luchar.
El coche se movía en silencio por las calles. Desde dentro, el silencio era tenso y capaz de ser cortado con un cuchillo. O katana, ya dependiendo de los favoritismos que tuviera Sanzu en ese momento. No recordaba haber compartido ningún momento bonito o para almacenar en sus recuerdos con un hombre con él. Solo miradas largas en el apartamento de Mikey mientras preparaba café, maldiciones dirigidas a ella directamente sin ocultar su desprecio a la acompañante de su jefe y momentos como el ocurrido hacía unos días. En otro momento, jamás le habría hecho eso. De haber seguido con Mikey, la idea de haberle puesto una mano a su pareja jamás se le habría pasado por la cabeza. A menos que fuera un suicida. Y menos, de una mujer embarazada.
Ese pensamiento amargo le recordó su práctica despedida con Mikey. La forma en la que le había dicho que no quería volver a verle ni formar parte de su vida de nuevo. Y él no se había arrepentido.
-¿De verdad está embarazada?
Hubo un silencio extraño entre ellos. Sin decir nada más podía adivinar que supo a quién se refería; como para no hacerlo. Normalmente, Sanzu le respondía al instante con una broma cruel o con un insulto que ella o ignoraba o respondía de vuelta.
-Y yo qué diablos voy a saber -escupió con desagrado evidente-. No me pagan por saber cuándo le viene la regla a la novia de mi jefe. Ni cuántas veces follan.
Pensar en eso era realmente espeluznante; el que él pudiera haber sabido cuándo ella tenía la regla, cuántas veces lo hacía con su ex, cuánto tiempo podían haber llevado buscando un bebé... Le ponía los pelos de punta.
-Ahora es su esposa -se sorprendió defendiéndola de voz alta.
-¿No es lo mismo? Los dos términos llevan a lo mismo: os lo folláis. Y yo cobro por arreglar lo que destrozáis.
Por un momento, ella se lo pensó. Ciertamente en eso tenía sentido. Las dos estaban vinculadas con Mikey por tener relaciones sexuales con él, dejando de lado el tema afectivo y sentimental que tantos dolores de cabeza le habían dado. Se miró las manos en el regazo, con la mirada perdida en cada uno de los detalles que la conformaban. Manos pequeñas, pero de dedos largos y finos, con uñas largas y cuidadas que siempre había mantenido decoradas con pintauñas de colores llamativos. Y que ahora se sentían como vómito de unicornio. Y un puñetazo en la boda del estómago por todo el tiempo y cuidado de sí misma que le había entregado sin darse cuenta.
«El futuro es nuestro. Siempre», le prometió una vez, bajo la luz de la luna y en una mesa del restaurante más caro de la ciudad. Y una mierda. La iba a tirar a la basura en dos años.
-La única diferencia es que una tiene el título de esposa legítima y la otra de amante.
-Lo hemos dejado -confesó-. Le dejé antes de la boda.
Otro silencio. Casi podía notar sus ojos a través del retrovisor puestos sobre ella. Antes de apartarlos y volver a ponerlos en la carretera por la que iban. Ella seguía con la cabeza apoyada en la ventanilla.
-Eres idiota hasta para eso -le respondió sin cortarse la lengua-. Arrastrándote aún con esas. Tu bastardo será un bastardo sin reconocer entonces.
Para su sorpresa, se vio no respondiendo a su juego. Pudiendo haberle dicho tantas cosas, ella prefirió bajar la cabeza y guardar silencio. Sus ojos perdidos en la nada se la llevaron consigo a lo más profundo de su mente. El resto del camino fue en silencio y bajo la amenaza invisible de otro insulto. Pese a eso, podía sentir que de vez en cuando él le echaba miradas cortas por el retrovisor. Como si pensara que se había desvanecido en el aire.
-¿Te ha enviado Mikey?
No hubo respuesta. Lo cual, significaba queo ya estaba cansado de ella o prefería no hablar de las motivaciones que lo habían llevado a presentarse en la puerta de su gimnasio y arrastrado con él.
-¿Vais a matarme?
Silencio. Por cada pregunta que hacía, el silencio se volvía cada vez más pesado. Miró fuera del vehículo. Aún estaban en la ciudad, en calles conocidas del centro que reconocía de haber pasado tantas veces. Reconocería esa calle como en cualquier lado. Tiendas de lujos, restaurantes de ensueño... Lugares a los que había ido y que evocaban recuerdos de una manera dolorosa. Algunas prendas de su armario eran de esas tiendas, desde zapatos y vestidos hasta pendientes y guantes de invierno.
El coche se detuvo suavemente en la acera delante de una. La calle no estaba tan llena como para decir que toda esa gente iba a entrar en la tienda en concreto. Probablemente gente como ella pasaría por ahí y ni entraría. Otras, con bastante dinero para derrochar, comprarían un solo bolso
La puerta de la tienda se abrió. Vio como Sanzu de reojo atendía a la escena. Reconoció a las personas de inmediato como Ran, el hermano mayor de los Haitani, y una mujer pelirroja... Su mente divagó brevemente por la imagen que le estuvo enseñando a su hermano el día que fue a la oficina de Bonten a ver a Mikey. Debía de ser ella. Por la forma en la que iban vestidos, los dos debían de ganar suficiente dinero como para ducharse en él y que todavía sobrara. El brazo de él le envolvía la cintura, y la sonrisa de ella... Nunca había visto una sonrisa tan transparente en una persona como la de esa mujer. Era bonita, de esa clase de belleza común pero que por alguna razón destacaba en la sociedad por su forma de comportarse.
-Ese idiota -se burló, sin sonreír o apartar la mirada de la escena que se desarrollaba-. Al menos es bueno eligiendo mujeres. ¿Pelirroja? Lo veía más por rubias.
Ella no dijo nada. Se limitó a observarlos marcharse en silencio. En un momento, él le abrió la puerta del asiento del acompañante en la parte de atrás, y vio cómo ella desaparecía con sus bolsas dentro del vehículo. El conductor, un hombre vestido de negro y gafas, salió del coche para reunirse con él. La puerta se cerró. Los dos tuvieron una conversación lenta pero seria. No pudo lo que estaban hablando, pero se intuía la situación. Ella. Mikey se había comportado tantas veces así que era igual de fácil de leer en las personas ajenas a su vida pero que compartían la capacidad de sentir.
Los ojos le escocieron por alguna razón. El recuerdo, seguro, de haber vivido esa escena un millar de veces y haberse sonreído de la misma manera que esa mujer le regalaba sus sonrisas a Ran. Hubo un tiempo en el que pensaba que sus mejores sonrisas tenían que pertenecer a su pareja. ¿Ahora quién se las quedaba? ¿Iba a volver a sonreír alguna vez tras todo aquello? Con Bonten detrás de ella acechando como lobos y la presencia de Mikey sobre ella a esas alturas...
Otra persona salió de la tienda. Esta vez, un hombre vestido de negro con una sonrisa en unos rasgos juveniles. Uno de los dependientes, pensó ella. La puerta de su lado se abrió para su sorpresa. En algún momento de sus divagaciones Sanzu había salido y ahora le sujetaba la puerta. Vacilante, salió con una expresión confundida sin aparta los ojos de ambos. Ahora sujetaba la bolsa del que, que se daba la vuelta y se retiraba de nuevo a la tienda.
Estiró el brazo, y agarró la cuerda de la bolsa que se le tendía. Por un instante, sus manos se rozaron, pero solo unos instantes que no llegaban ni a segundos ni significaban nada. Aún así, sabía que sus manos eran ásperas con conocerle, para su sorpresa. Unas manos grandes y bonitas, marcadas por la pólvora y la práctica con la katana. Seguramente tendría callos en las palmas, y algún dedo roto arreglado con torpeza durante una misión. Apartó esos pensamientos de ella sacudiendo la cabeza.
-Paso de soltarte el discurso. Ya se entiende por sí solo.
Sus ojos se posaron en la bolsa, ya con ella, y en el interior de esta. La curiosidad podía con ella. De un borde colgaba una nota. Esta vez, escrita en digital; perdía todo el sentimentalismo, al no poder descifrar cómo se encontraba mientras la escribía. ¿Nervioso? ¿Calmado? ¿Enfadado? La tecnología había destrozado el sentimentalismo. La leyó. Y se rio. Por primera vez, se rio. Una risa amarga pero sincera que salió de ella sin pensarlo.
-¿Cree que esto se va a arreglar con un bolso? -repitió las palabras de la carta en voz alta, con la voz temblorosa-. «No quiero molestarte más. Acepta esto. Te lo mereces». ¿Me veis de verdad tan estúpida?
Miró brevemente a Sanzu, que había apartado la mirada y se cruzaba de brazos. La flexión de sus músculos, si bien no muy marcados, era evidente a través de la camisa ajustada y la chaqueta. No necesitó una respuesta directa, porque ella ya la sabía.
-¡Estoy embarazada! -exclamó, tirando la bolsa a un lado del coche. Le daba igual el contenido, la bolsa, el producto, lo que diablos fuera que hubiese ahí dentro. La cólera solamente la inundaba y no le hacía razonar-. Estoy embarazada de un niño que no se merece nada de esto. ¿Y el muy imbécil se piensa que puede venir y regalarme un bolso para compensarlo...? ¡Que os den! ¡A todos vosotros!
Le dio una patada. Y lo pisó. Varias veces. Cegada por rabia, no se daba cuenta del escenario que estaba haciendo en medio de la calle- De la imagen que se estaba generando de ella públicamente. Debían de pensar que era una loca más, enfurecida porque su pareja no le había comprado lo que quería o porque ese precio era escandalosamente barato a lo que ella estaba acostumbrada. ¡Pero le daba igual! En ese momento, se sentía como si pudiera arrasar con todo. Con Mikey, con Bonten, con toda la perfecta vida que esa mujer tendría y que egoístamente no se merecía. ¡Se lo merecía ella! ¡Había sido ella quien había pasado noches en vela haciendo la boda, no esa mujer que ahora llevaba un anillo de oro puro con un lema escrito por ella!
Con los Haitani, con la vida de lujo que tenían y el misterio que arrastraban con ellos. Con Kakucho, que había decidido darle la nota en vez de lanzarla a la basura junto con sus tacones. De Mochi y Koko... Aunque a ellos no les conocía, seguro que tenían algo que opinar. Pero sobre todo, quería acabar con ese hombre que la miraba como si no fuera más que una pieza de decoración en la estantería de trofeos de Mikey. Arrancarle esos precios ojos azules verdoso que siempre que la miraban parecía insultarla en silencio, su boca y sus cicatrices, escupirle... Pero a la vez, era el único que conocía aquello. Cómo realmente se sentía sin necesidad de hablarlo. Porque estúpidamente era tan transparente que él había sabido leerle desde el principio.
La mujer que se había abierto de piernas para el jefe. La zorra que se esconde en su cueva cuando algo sale mal. La mocosa que conoce información clasificada y que podría ser la ruina de toda la organización... Y la mujer que todavía seguía viva por órdenes de un jefe al que necesitaban concentrado. La única debilidad que no podían quitarle a Mikey.
Eso era ella.
Y ni siquiera alguien como Sanzu podría quitársela.
-Mikey dice que haces tus propias pastillas -murmuró, dando un paso hacia delante
-Estás embarazada del jefe. No es una buena idea.
-¿Ahora estoy embarazada de él? Hace poco dijiste que era una zorra que se abría de piernas a todo el mundo cuando no me prestaban atención -le dijo, acercándose tanto como pudo a él, con el rostro contorsionado y rojo-. ¿Y ahora quieres proteger a un niño que ni siquiera es nada? No me lo creo.
Por primera vez, vio como la sonrisa burlona de Sanzu no aparecía en lo que respetaba a su seguridad. Solamente una larga mirada puesta sobre ella, como la de un padre advirtiendo a su hijo de no poner las manos en el fuego. ¿Qué más daba ya? ¿Qué iba a perder ahora?
-Te pagaré. ¿Cuánto por unas?
-Eres una niñata jugando con algo que no es tuyo. Este no es tu mundo.
Sus dedos se apretaron en puños con esa respuesta vaga. Ni él debía de creérsela por cómo lo decía. Debía de seguir pensando en ella como la chica inútil que se había juntado con Mikey de adolescentes y que necesitaba de su atención. Tal vez lo fuera. Tal fuese esa chica desesperada. Pero ahora... En ese momento no quería ser nadie.
-¡Este es mi mundo desde que estoy con él! -exclamó, con las manos en la cabeza y golpeando en el suelo con el pie, como los niños pequeños. La sangre le quemaba las venas, la respiración se le cortaba y sentía que su mente iba a estallar en cualquier momento con cosas que nadie necesitaba saber-. ¡Era yo quien se sentaba con él en la cama mientras lo veía volverse loco por las cosas que hacía, cuando despertaba del sueño en el que estaba por vuestras mierdas! ¡Era yo la que se despertaba corriendo porque escuchaba la puerta de casa abrirse y no sabía si era él o alguno de sus enemigos! ¡Y todavía sigue siéndolo si no puede entender que ha sido su decisión el final de lo nuestro! Todo este tiempo hemos sido él y yo.
-¿Y él te conoce? Deja de ser estúpida y piensa por una vez. Lo único que estás haciendo es comportandote como una niña por atención. Asumelo ya. No te queda otra.
Una niña. La palabra se repitió en su cabeza mientras intenta asimilar todo lo que estaba pasando. Primero, en el bolso destrozado en el suelo. Luego, en el lugar en el que estaba y cómo actuaba. ¿Pero ella era la niña? ¿Ella era la que tenía que comportarse cuando era la que su corazón había quedado roto y habian hecho con los restos lo que les dio la gana...?
Sanzu suspiró, pero no dijo nada. Abrió el chaleco de su chaqueta y de él sacó una pequeña bolsita, no más sangre de la mitad de la palma de su mano, y se la dio. Dentro, habían pastillas de colores y con marcas que no reconocía.
-Esto no va a solucionar tus problemas. ¿Quieres unas? Adelante. Hazlo. Jodete la vida que los demás ya la limpiaremos. ¿No sois Mikey y tu siempre? Ya nos encargaremos de recoger lo que quede de nuestro jefe por tu comportamiento suicida.
Lo vio inclinarse hacia ella con cierta ligereza, como si nada de lo ocurrido hubiera pasado. Para él, solo era dinero perdido en un bolso de lujo. Para ella, el recordatorio de una humillación pública. Y la obsesión de una persona a no dejarla marcharse ni por las buenas.
-Tal vez nos hagas un favor y te tomes la bolsa entera.
Se quedó un rato ahí, con la bolsa colgando de sus dedos tan despreocupadamente que le hacia pensar en que la policía de la zona estaba comprada o acostumbrada a verle por ahí tan amenudo. Ella no recogió las pastillas aunque su cuerpo se hubiese lanzado a por ellas a la desesperada... La conocía mejor de lo que pensaba. Sabía que ella era debil, pero una clase de debilidad diferente a la del resto porque se basaba en su fuerza mental. También sabía que en eso ella más fuerte que Mikey, y que por eso era fácil engañarla de esa manera.
Pero era débil en cuanto a los demás.
No iba a mancharse las manos de sangre y quedarse quieta. Ni con la sangre de un latido que todavía no era nada.
Simplemente las miró en esa bolsa que colgaba delante de su cara como si así todos sus problemas fueran a solucionarse. Por última vez miró a su alrededor, asintiendo para sí misma, comprendiendo por primera vez la posición en la que estaba. No iba a ser fácil deshacerse de ellos, pero no imposible. Y sabía por dónde empezar. Después de un rato que se hizo largo para ambos, la mirada de ella se clavó con fuerza en él.
-Dile a tu dueño que si quiere que le perdone, que me deje en paz -le dijo, agachándose por la mitad y recogiendo la bolsa aplastada con el bolso-. ¿Quieres serle útil? Llévame a casa.
Por primera vez, vio los ojos de Sanzu iluminarse con algo que no fuera la droga que tomaba siempre entrar en su cuerpo. Guardó la bolsa de nuevo en su lugar, y sin decir nada, entró en el coche cerrando la puerta de un portazo a su paso. Ella le siguió al poco tiempo. Nadie dijo ni intentó nada en todo el camino hacia el apartamento que todos conocían. El lugar donde Mikey iba para pasar el rato con su antigua amante. Recordaba las bromas, y las ignoraba cuando podía y se sentía con fuerzas. Otras, simplemente se echaba a llorar. Ese día, iba con la cabeza bien alta a ese lugar que ahora era un agujero vacío en la memoria de ella.
Su mente ya no sentía pena por la paliza que Manjiro le había dado, aunque siguiera pesando en su corazón como un recordatorio al mundo que todavía los unía. Su mente ya no sentía lástima por el futuro que le esperase. Porque él nunca la había sentido por ella. Él solo la quería fuera de en medio desde el principio. Siempre se lo había dejado claro.
Lo haría.
Cuando llegaron, se bajó del coche. Pero antes de irse, le dejó unos billetes en el asiento que sabía que al volver a su casa comprobaría que estuvieran limpios y vería. Sin duda, eso lo enfadaría; el ser considerado un chófer por la puta de su jefe era peor que ser el perro de su ídolo. Cerró la puerta de un portazo, como él había hecho, y se alejó sin siquiera despedirse. Escuchó a sus espaldas las llantas pulir el suelo mientras se marchaba.
Ya finalmente en la segufidad de su casa, comió sola, se duchó sola y vio la televisión sola. En ese espresso orden.
Después de eso, durmió sola.
Y por primera vez en semanas, las pesadillas no vinieron a ella. Solo una cama amplia que era para compartir pero que ahora era para ella. Y lo disfrutó.
Mikey la amaba, pero eso era mentira. Solo había una persona que amaba por encima de ella. A él mismo. Lo demostró cuando al convertirse en jefe de Bonten no dejó que nadie le tocase. Ni la mirara a ella por encima del hombro. Para proteger su honor. Semanas de silencio absoluto.
Su nuevo apartamento era pequeño pero sencillo. Justamente lo que necesitaba para una vida tranquila. Los muebles eran lo último en lo que había pensado, pero su hogar poco a poco estaba cogiendo forma. Nadie sabía dónde vivía, tal vez Victoria y alguna amiga que no estaba relacionada con Bonten ni conocía nadie. Ni siquiera su antiguo amante.
Con el dinero que había conseguido devolviendo el bolso de su ex a la tienda original pudo comprarse ropa nueva en una tienda normal. Lo cual, en parte, la hizo sentirse cómoda consigo misma. Una de las promesas que le habían hecho era no preocupare por el dinero, que pensase en el futuro. Ahora, con su vida normal, con su trabajo golpeando fuerte como un recordatorio a sus deberes mundanos y una casa con deudas... Se sentía extraña regresando a la vida que sus padres y familiares tuvieron alguna vez. Con el dinero de la casa pudo comprarse aquella, y tener una fuente de emergencia en el banco para protegerse de amenazas que vinieran; un despido, la crisis... Cualquier cosa.
El seguro médico, por ejemplo. Quitó a Mikey de su servicio y se puso al servicio público. No sin antes aprovechar la operación que llevaba días esperando y que el médico le había recomendado por su bien corporal. Aunque eso le sonaba más a una escusa de intentar ganar tiempo para evitarlo. Victoria estaba con ella, tomándola de la mano, en el pasillo mientras esperaban al medico. Sin saberlo se había convertido en su confidente, lo cual era...una sorpresa y un soplo de aire fresco. Conocía su historia, no toda, pero de alguna manera parecía intuir que detrás de sus palabras había algo más. Incluso sin ella decirlo.
-Cuando acabes, estaré aquí esperándote, ¿vale? Y comeremos en tu casa lo que quieras. Pero prometeme que te tomaras la medicación aunque sepa a hospital.
Ella la pudo evitar reír. Victoria le sonrió por última vez, dándole un apretón en la mano antes de quedar al otro lado de las puertas. Lo que las separaba del mundo normal y del quirófano.
Una vez había escuchado a su madre decir que las mujeres sabían cuándo debían tener hijos y cuándo no. Y le había contado la historia de su abuela después de casarse con su abuelo. Su historia y, en algunos matices, la historia de ellas dos. Si ese era su destino, vivir a la sombra y no poder tener hijos porque su cuerpo ya estaba agotado, entonces lo abrazaría con gusto. Ella sabía que nunca podría ser una buena madre; no podía serlo consigo misma, ese bebé sufriría estando con ella y sola. Y cederlo al Estado... No. Tampoco le haría eso a un niño que no tenía la culpa. No. A veces una madre tenia que optar por el camino rápido; incluso si ella dejaba de ser considerada madre.
Victoria se quedó con ella una hora más en la camilla después de la intervención. Lloró con ella, acariciandole la espalda como hubiese deseado que el padre de ese niño hubiera estado. Pero la fuerza de Victoria y la forma en la que le hizo reír fue un apoyo que en ese momento necesitaba con ella. Y no llantos, palabras bonitas y... Lo que fuera que Manjiro Sajo pudiera haberle proporcionado. Ya no le quedaba nada de él, nada que los atase... Y eso era lo que más le dolió. Porque entonces significaba que había salido de su vida completamente y abría camino a esa vida que ella necesitaba de paz y esperanza.
Fuera de la clínica hacia el mismo tiempo que con el, que hubieron entrado. Despejado, decente para pasear durante horas bajo la luz suave del sol con una sudadera por si refrescado más tarde. No pudo evitar pensar en que se acercaba el mal tiempo de finales de año y aquello se convertiría en un lugar concurrido por turistas y nativos enfermos que pasaban más tiempo en el hospital resfriados que en sus casas. Victoria le estaba hablando de un nuevo juego para la Nintendo que podrían jugar esos días mientras ella se recuperaba, aprovechando que tenía la consola para ella sola. Un regalo. Solo Victoria podía quitarle pelos a un asunto como ese... Pero lo agradecía.
Las dos se detuvieron a la salida poco abarrotada del hospital. Una ambulancia no muy lejos de ellas sonaba. Fue como si la actitud de Victoria hacia los demás cambiase drásticamente solo con ver a esa persona.
-Está bien -le dijo a Victoria, que miraba a Sanzu con tan mala cara que podría haberse lanzado a por él directamente.
-¿Seguro? Tiene muy mala pinta.
La tenía. El pelo ligeramente revuelto y el traje descolocado. Ya era costumbre verlo tan de seguido, a pesar de haber notado su falta aquellas semanas. No podía dejar de mirarle, como si ella fuera un imán y él el metal. Se veía tan extraño que estuviera ahí a pesar de su último intercambio de palabras. También respecto a Mikey. Se había acostumbrado a su insistencia más que a su falta. Y ahora enviaba a Sanzu como si nada. Debía de estar muy desesperado.
Victoria se marchó, no sin antes darle una mirada altiva a Sanzu, que prácticamente la ignoró y siguió mirándola como si nada. Se quedaron solos. Una parte de ella le decía que huyera, que saliera corriendo aunque lo que quedase de ella fueran restos para lanzar a los cerdos y que se lo comieran. Y la otra, le recordaba encarecidamente lo que todos ya sabían: nadie huía de Bonten.
Nadie huía y vivía para contarlo del perro loco de Bonten.
Las manos le temblaron cuando dio los primeros pasos, con el bolso apretado a ella como si lo peor que fuera a pasarle pudiera estar ahí dentro con los yenes que le quedaban. No. La realidad era otra. Con Bonten te aliabas o te enemistabas; en ese momento, ella no sabía a quien temer más. A su ex, incapaz de olvidar una ofensa y al cargo de la organización más poderosa. O del perro fiel que le acompañaba en sus negocios y que no dudaría en meterle una bala en la cabeza.
-¿Te envía Mikey?
-No.
Ella asintió, sin mucho más que decir.
Y así, se fue con Sanzu Haruchiyo.
Sanzu Haruchiyo la confundía. De una manera que nunca entendería.
El coche estaba en silencio. Era mutuo.
La radio sonaba encendida, pero sólo voces en murmullos que apenas le entraban en los oídos con el motor del coche ronroneando. Los dedos de ella se curvaban en su regazo sin apartar la mirada de enfrente, a la carretera que avanzaba con ellos en sentido contrario. La tensión que arrastraban entre ambos venía de largo, pero la discusión del otro día la acentuaba.
No podía evitar mirarle de reojo, sin embargo. O pensar en los motivos que lo arrastraron a ir y recogerla en el hospital. Dudaba que alguno supiera la razón con seguridad de por qué estaba en el hospital, más allá de un chequeo rápido por el embarazado o algo. ¿Mikey sabía algo? Eso la aterrorizada de verdad. Porque significaba que entonces la tenía más controlada de lo que pensaba. ¿Significaba eso que entonces sabía dónde vivía ahora? No. Imposible. Era imposible que algunos de ellos supieran dónde estaba ahora con todo el revuelo que había generado. Le lanzaba miradas rápidas a Sanzu de vez en cuando, sin saber bien qué hacer o decir. O si debía decir algo en un momento así. Ninguno se soportaba. Él la habría matado a la primera oportunidad que tuviera, pero era por Mikey que continuaba sin poder hacerlo.
Había entrado en ese coche por no hacer una escena, por no meter a Victoria en sus problemas ni para llamar la atención de personas que pudieran estar mirando aquello con curiosidad externa. Si metía a Victoria en aquello nunca se lo perdonaría. Ni a Victoria ni a nadie cercano fuera de ese mundo de oscuridad y sangre.
-¿Vas a matarme? -preguntó, lanzandole una larga mirada. Sonaban estúpida volviendo a repetir la pregunta que la había llevado a una tienda de lujo hace unas semanas.
Las manos le temblaron durante un instante, cuando la de él se apartó del volante y se movió...hacia la palanca de cambios. El motor ronroneó en una suave sacudida cuando tomaron una carretera que giraba a la izquierda, abandonando la serie de coches que continuaron de frente y otros pocos que les siguieron de cerca. La expresión de él tampoco cambió, como si lo tuviera todo mecanizado. Los músculos se movieron al tensar el brazo en el proceso, con las mangas de la camisa remangadas. Por su rostro ya no había rastro de la paliza que su jefe le había dado semanas atrás, más allá de las cicatrices que lo acompañarían el resto de su vida. Una pequeña parte de ella quería saber si tenía más cicatrices, no de ese estilo tan...brutal. Pero era difícil pensar que alguien como él que siempre estaba al frente de las misiones no tuviera heridas.
-Sí que era de Mikey -dijo, rompiendo el tenso silencio. Ni la calefacción encendida consiguió calentarle el cuerpo-. Nunca le he sido infiel. Lo tengo claro.
-A mi me da igual.
Casi le dieron ganas de reír. Lo decía la persona que de haber podido la habría ahogado.
-Claro que sí.
Se notaba que la conversación no era lo suyo. La única tarea que él hacía era obedecer, como un perro, y no se quejaba. No podía creerse que esa persona hubiera llegado a mano derecha de la banda más peligrosa del país. Apartó la vista y la volvió a posar en el exterior del vehículo. Habían salido a las afueras de la capital, pero no del todo. A saber qué es lo que se le pasaba por la cabeza en ese momento...
Se mordió el labio. La inseguridad empezaba a inundarle, producto de que los efectos de los sedantes estaban perdiendo efecto. Y no tenía las medicinas a mano, no las había sacado de casa, porque pensaba que después de la intervención volvería a la soledad de su casa cogida de la mano por Victoria.
-No puedo tener hijos -se vio confesando, con la mirada perdida y la respiración atascada.
-¿Necesitas una ecografía?
Sus ojos perdidos se clavaban en el suelo de aquel coche. Como si le diera vergüenza decir algo que no estuvo en sus manos hasta que se dio cuenta de lo que estaba haciendo. Tuvo ganas de abrir la boca y de decirle el procedimiento al que se había sometido hacía poco, pero le fallaron las palabras. También porque la influencia en Sanzu acabaría a oídos de Mikey, y no quería volver a ver a ese hombre en lo que le quedaba de vida.
-Me ligué las trompas hace mucho. Decían que ese 1% era muy poco probable a la hora de tener hijos, que tendría que revertir el proceso. Sonaba bien en ese entonces, y sigue sonando bien. No traer un niño a este mundo que acabe en una cuneta o metiéndose donde no le llamen.
Movida por un deseo de tener un destino juntos, ella había entregado muchas cosas. Desde su virginidad, si bien eso en esta sociedad era un discurso machista, hasta su capacidad de tener hijos. ¿Acaso Mikey podía haberse hecho una idea de lo que significaba ser padre? Ahora lo sabría, pero con otra mujer. Después de años y años negando ese reconocimiento a poder serlo cuando ella se hizo esa intervención para no poner en peligro la vida que habían construido. Una lágrima traicionera acabó deslizándose por su mejilla hasta empapar su ropa. Seguida de otra y otra.
-Sigues estando embarazada de Mikey -le respondió sin apartar la mirada de la carretera-. Y nada va a cambiarlo. Hacerte eso probablemente sea un problema cuando tengas a ese bastardo.
Solo esperaba que el niño que naciera de esos dos tuviera una vida medianamente normal, y feliz. Era incapaz de odiar a un ser que todavía no había nacido... Ni a su madre. No podía. No iba con ella echarles la culpa solo a ellos de una decisión tomada por otros hacía mucho tiempo. Se apartó esa lágrimas traidora de la mejilla, arrastandola lejos.
-Pregúntale a tu jefe eso.
-No voy a preguntarle a Mikey sobre los asuntos que tú amante tenga con él. Ni voy a hablarle de su bastardo.
Su bastardo. Eso era ese pequeño grano en su vientre para él. Un bastardo, una molestia... No era como si eso la sorprendiera. La única persona que podría amar alguien como Sanzu era a Mikey. Mikey, Mikey y únicamente Mikey.
-¿De verdad te sirve de algo? Lamerle el culo a Mikey. Serle tan fiel... ¿Lo necesitas tanto?
Sanzu no pestañeó, pero no de la sorpresa. Un reflejo del cuerpo que le pedía descanso o algo más. «Tiene mono», se dijo. Podía verlo en las gotas que le caían por el cuello y de las que ella no se había percatado. Estaba conduciendo un coche con una pasajera teniendo el mono de meterse algo en el cuerpo que lo sacase de la realidad o lo llevara al otro barrio.
-Eso ya lo sabes tu, ¿no?
-Yo he podido dejarle, y seguir adelante -dijo. Casi podía verle sonreír con esa petulancia suya, recordandole que no era nadie más que una mentirosa si se creía sus propias palabras-. ¿Tienes vida fuera de Bonten? ¿Tienes algo -hizo enfasis- que no sea Bonten?
Vio sus ojos entrecerrarse, y una leve sombra de irritación cruzando sus rasgos, pero no dijo nada en principio contra ella. De hecho, no dijo nada, solo condujo. Los dedos clavados en el volante se apretaba. ¿Se estaría imaginando que era su cuello?
-¿Tienes personalidad? Una que no sea obedecer cada orden o vivir una mentira. ¿Tienes familia, a alguien? ¿O es que no puedes mantener a nadie cerca porque eres demasiado inútil para valerte por ti mismo?
Esa última pregunta le provocó una reacción. Su mandíbula se tensó y la expresión vaciló por fin, perdiendo la compostura de persona ajena a los asuntos hasta que actuaba. Una postura peligrosa, porque ahora sabía de lo que era capaz en sus carnes.
Pero no se detuvo.
-Bonten tiene todo, pero tú no tienes nada. Siempre jugando con fuego, ¿eh? Como si fueras intocable, con tus armas y tus drogas. Pero no eres nadie, ni mucho menos más importante que yo. Lo único que nos diferencia es lo que tú me dijiste una vez: yo me abría de piernas y consolaba a Mikey, sí, pero tú solo eres un chiste. Uno triste y patético que algún día se deseará con toda la mierda que se mete dentro.
Eso dio en el blanco, y ella cerró la boca tan pronto como vio que su mano salía disparada a la máquina de cambios. El impacto la golpeó antes que el sonido el llegó a los oídos, seguido del pitido que inundó su cabeza en un lado de su cabeza. Se llevó la mano a la zona que había golpeado, pero sinceramente no sabía qué le dolía más; que hubiese tenido el valor de hacerlo después de todo ese tiempo o el segundo golpe contra la ventanilla.
-Espero que te de una sobredosis y te mate -le escupió, por primera vez con puro odio. Lo de antes solo había sido un reto movido por la repulsión que le daba estar con él en esa situación. Aquello... Aquello era ella diciéndole la verdad.
Sanzu apretó los dedos en la palanca de cambios.
-Fuera.
Sus ojos se posaron en em exterior. Debía de estar de broma. ¿No? ¿Iba a dejarla ahí fuera poniéndola en peligro ante cualquier cosa? ¿En su estado? No lo sabe. Claro, porque no es cosa suya. Y sin un dueño que tirase de su correa, Sanzu se estaba comprando como el mismo desgraciado de siempre.
-¿Lo dices de verdad o es un farol?
-He dicho que salgas del coche -repitió, poniendo la voz más grave y apretando las manos en el volante hasta dejar los nudillos blancos-. Antes de que te arrastre fuera por el pelo.
No bromeaba. No era un farol. Iba a dejarla a su suerte en una carretera que no conocía y donde podía pasar cualquier cosa. Fue el turno de ella de apretar la mandíbula, acompañado del dolor en el lado de la cara.
-Ya que eres tan generoso, me llevo esto, perro.
No se lo merecía. Realmente no. Pero ella quería castigarlo por cómo se comportaba con ella y cómo la trataba. Y que de alguna manera, si le pasaba algo ahí fuera, cargase con la culpa de haber participado en la muerte de una chica inocente que tenía ADN suyo en las manos. Pero Sanzu era demasiado estúpido estando drogado que no se daría cuenta de eso. No le extrañó verle ignorarla con un gesto despectivo mientras agarraba su chaqueta de diseño y al sacaba con ella del coche. Dio un portazo contra el coche al cerrar la puerta, pero ni eso le hizo reaccionar.
El motor rugió. En cuestión de segundos, el coche se marchaba carretera arriba... Lejos y hasta convertirse en nada más que una pequeña luz más y más diminuta en el espacio. Sus dedos alrededor de la chaqueta se apretaron, y la prenda acabó en el suelo.
La arrugó, la ensució, la rompió por zonas que no sabía ni existían... También le gritó. A la chaqueta, a Mikey, a Sanzu, hasta que su garganta dolió y los ojos se le empaparon de frustración. No importaba lo que hiciera: cada vez era más idiota. Sus dedos urgaron en los bolsilos. Una tarjeta de recomendación con su número y una bolsa de pastillas; la que se había tomado antes de recogerla. Y todavía con esas, ella no se quedó a gusto.
Una punzada de dolor la golpeó en la zona baja. Un recordatorio a su estado. Y a lo idiota que fue en confiar en que esa persona sería medianamente decente y sincera estando drogado. ¿Qué más le quedaba por hacer más que caminar y volver a la ciudad? ¿Iba a encontrar un autobús activo a esas horas...?
Contuvo las lágrimas. Cada paso suponían un esfuerzo corporal y mental que no podía permitirse. Tal vez en otro momento. Pero así...
Tendría que haberse ido a casa con Victoria, y no con ese cabronazo.
#sanzu haruchiyo#tokrev sanzu#sanzu x reader#bonten sanzu#tokyo revengers haruchiyo sanzu#tokyo revengers
7 notes
·
View notes
Text
A principios de la década de los 70 se comenzó en Rusia un proyecto titánico, consistente en realizar un hoyo en la tierra tan profundo que pudiese atravesar la corteza terrestre, situada a unos 30 km de profundidad en esta zona. Bautizado como pozo de Kola, la excavación está situada a aproximadamente 10 km de la ciudad de Zapolyarny, y por desgracia para los científicos y geólogos las elevadas temperaturas dieron al traste con el proyecto.
Las intenciones en un primer momento eran las de alcanzar al menos los 15 km de profundidad, y tras más de diez años de duro trabajo se logra establecer un nuevo récord, batiendo el de 9.582 metros que ostentaba el Pozo Bertha Rogers (Oklahoma). Pero desafortunadamente la suerte no acompañaría durante mucho tiempo a los rusos.
En el año 1983, cuando el pozo de Kola ya alcanza los 12 km de profundidad, se produce un derrumbamiento en el interior y gran parte del trabajo se pierde. Sin rendirse, los rusos comienzan a excavar de nuevo a partir de los 7 km, llegando en 1989 a los 12.262 metros de profundidad. Es en este momento cuando los trabajadores se encuentran con una barrera infranqueable, los 180 grados de temperatura dentro del túnel y la gran cantidad de fango e hidrógeno que rezuman constantemente del fondo.
El pozo de Kola tendría motivos más que sobrados para ser famoso simplemente por la épica del trabajo que se ha desempeñado en él, pero su fama mundial viene de la más insospechada de las maneras. El imaginario popular además de los rumores le han atribuido el ser la mismísima puerta del infierno, en base a un supuesto artículo de periódico finlandés en el que se afirmaba que los geólogos habían grabado gritos de agonía y lamentos en el fondo del pozo.
Es innegable que el pozo de Kola puede ser considerado como la puerta del infierno, pero no hay necesidad de recurrir a las almas torturadas y el fuego eterno: ya es suficientemente infernal sólo con las características de presión y temperatura que le brinda la naturaleza.
Créditos Curiosidades geológicas
16 notes
·
View notes
Note
qué especifidades tenía Nicaragua en los 80 a la hora de llevar a cabo la reforma de la tierra/propiedad? Hubo algún factor no previsto único a Nicaragua?
Yo diría que Nicaragua no tenía problemas únicos al respecto.
En la mayoría de los paises subyugados, la tierra ha sido propiedad de unas cuantas personas y familias adineradas quienes lo han utilizado para explotar al campesino aun mas, y aunque esos terratenientes hayan sido un grupo minimal privilegiada, siempre han tenido un poder desproporcionado.
En el caso de Nicaragua, previo a la revolución, el 20% de las tierras arables pertenecía directamente a la familia Somoza (en práctica, todo le pertenecía al dictador). Y no era solo dueño de tierras arables, también tenía un sinnúmero de propiedades como bancos, hoteles, (Montelimar, el hotel más lujoso de Nicaragua con su propia pista aérea en ese tiempo, fue casa de vacación privada de Anastasio Somoza Debayle) minas y varias empresas privadas. No tengo el conocimiento suficiente como para decir que eso nunca se ha dado en otra parte del mundo, pero el adueñamiento de Somoza fue masiva.
(Muchas veces se repite que hasta el 50% de las tierras del país le pertenencia a Somoza, pero parece ser un dato incorrecto. Cuando he investigado artículos contemporáneos sobre la reforma, varios de ellos mencionan que solo lograron contabilizar 20% . Todavía era demasiado, aunque no al grado que se creía).
Cuando Nicaragua implementó su reforma agraria, todas las propiedades de Somoza fueron expropiadas y convertidas en fincas estatales, cooperativas o entregadas directamente a campesinos pobres. Eso significó que el 20% de las tierras arables de Nicaragua regresaron a la población en un paso de 5 años.
Una cosa bastante única de Nicaragua, es que no todas las tierras de latifundistas fueron confiscadas. Solo los que le pertenecían a Somoza y sus aliados directos.
En ese entonces, el FSLN intentaba mantener una "frente popular" que había surgido durante la lucha y que incluía a todos, sea burgués, sea liberal, con tal que fuera anti-somocista. Si querían una política marxista, pero también tenían que defender a Nicaragua de las sanciones estadounidenses. Eso significó no pelearse con la clase terrateniente, si no darles concesiones con la esperanza de que ellos siguieran aportando a la economía.
Tal vez uno diría hoy que se equivocaron, pero a la misma vez no les quiero juzgar demasiado duro. Cuando Somoza asesino al liberal-burgues Pedro Joaquín chamorro en 1978, eso escandalizó a todo el país lo suficiente para erosionar su apoyo entre la burguesía, causando que ellos empezaran a apoyar a los sandinistas. Esa imagen de "legitimidad" que ahora podian enseñar al mundo, de que ni los mismos burgueses querían al dictador, probablemente jugó un rol en el cese del apoyo estadounidense a finales de la insurrección, y ese apoyo burgués intentaron mantener luego del triunfo.
Por las mismas razones, empresas multinacionales tampoco fueron expropiadas, pero como ya sabemos: no se puede confiar a la clase burguésa. Ellos siguieron atropellando a la revolución en cada paso.
En vez de producir, varios de ellos dejaron las fincas abandonadas para impedir al proyecto revolucionario, otros dejaron las cosechas perderse porque el gobierno no pagaba los precios que ellos demandaban.
En el comienzo, el gobierno interino incluyo a liberales como Violeta Chamorro, pero ella y los demas se salieron en menos de un año, reclamando que "la política era demasiado marxista" (Lol. Lmao)
Eso empeoró las relaciones con la burguesía aun mas. Los finqueros se preocupaban de que les iban a expropiar también, y pidieron mas protecciones, mas concesiones y cuando no se las daban, hablaban mal del gobierno y "el comunismo nefasto".
Cuando los campesinos que habían quedado sin tierras demandaban que se expropiaran mas fincas y se repartieran parcelas para ellos, los sandinistas cedieron unas cuantas tierras estatales, o se las compraban a los terratenientes sobrantes para apaciguarles.
Aun asi, no fue suficiente. Muchos campesinos todavía tenian una idea firme de que un hombre no era libre si no tenía su propio pedazo de tierra. No querían trabajar en cooperativas o fincas comunes, y reclamaban al gobierno, pidiendo que dividan las tierras estatales y se los entreguen a ellos individualmente mejor (aun faltaba conciencia marxista).
Mas encima, estaba la Contra. Atacaban a las cooperativas y mataron a miles de trabajadores sandinistas, sembrando temor en la población rural y causando aun mas grandes pérdidas agrícolas cuando esa población no podía tender a sus tierras por miedo de que les mataran también (mi mamá formó parte de las brigadas voluntarias para levantar a la producción cosechando café, y mi padrastro algodón mientras estaba en el ejército. "No fue hasta que hice ese trabajo que verdaderamente entendí el sufrimiento del trabajador campesino, cortándome en esas capsulas de algodón.")
Como ya sabemos, la revolución fue interrumpida. Nicaragua y el FSLN no superó los obstaculos impuestos por el mundo, perdiendo las elecciones en 1990.
Antes de leer "Life stories of the nicaraguan revolution", no habia entendido lo similar que eran las situaciones en Cuba y Nicaragua: sanciones que impedian la importacion de piezas necesarias para la industria y la sciencia, falta de comida, ropa y calzado, filas masivas para recibir la racion de arroz, frijoles y azucar distribuidos por el gobierno, inflación inmensa y un hostigamiento eterno por parte de los Estados Unidos.
A veces me pregunto como estaría Nicaragua hoy si eso no hubiera pasado. Aun sufriría el mismo maltrato que hoy golpea a Cuba?
Desgraciadamente, con el regreso del neoliberalismo en 1990, los campesinos fueron despojados de sus tierras una vez mas. La misma Violeta Chamorro clasificó a las expropiaciones como "ilegales" y decidió "devolverlos al libre mercado" (venderlos por 50 centavos). Ella decidió perdonar la deuda masiva que Estados Unidos tenía con Nicaragua después del fallo en la Haya, ella privatizó la salud, privatizó la educación, le quito el vasito de leche que se le daba a todos los niños de los primeros clases, desmanteló al ferrocarril, etc, etc.
Hoy en día no hay mismo plan de cooperativismo o fincas estatales. Lo que si se hace es entregar títulos de propiedad a la gente, para que nadie pueda venir a despojarles como lo han hecho en tiempos pasados (por supuesto, eso es mas que todo un acto simbólico. Si el sandinismo algun dia cae, una futura Violeta Chamorro no se importará de respetar esos papeles).
#Mira vos -aqui me preocupaba de que no tenía mucho que decir al respecto#(no manejo muy bien economías revolucionarias y sus cifras. No manejo bien la economía en general pero Intento)#Muchas gracias por tu pregunta!#My posts#Nicaragua#Asks
9 notes
·
View notes
Note
Una compañera dice que hay cambio de actitud ahora porque Sam no sale con una rubia y porque Cait no sale con su marido diciendo dónde está , debido creo a su hijo ? Mi pregunta es , porque con este niño este cambio ahora ?? Ellos ya tienen hijos ....que crees está pasando diferente ??
"A colleague says that there is a change in attitude now because Sam does not go out with a blonde and because Cait does not go out with her husband saying where he is, because I think of his son? My question is, why with this child this change now?? They already have children….what do you think is happening differently??"
Hi, anon
Regardless of whether you believe there is one child or several, this has not been the cause of the change, but it is still curious how both sides of the fence have realized that the rules of the game have changed. The swan song of the prepared sightings was the paparazzi walk in NY with Monika Clarke that nobody believed, and that happened in 2022, the Balfe baby was born in 2021.
Now there are likes, six degrees of separation in following, a very intrusive fandom (with a very big imagination) and we already have a romantic relationship.
It is the law of minimum effort and it will be others who do the work (see, again, very imaginative bloggers with airs of Sherlock Holmes and wanting to stir and be relevant).
Buuuuut there is another factor that has not been taken into account and that is that there have been negotiations with the new seasons of which, up to now, we know a few things: executive producers, four-day workdays and economic benefits, of course.
Could it have been a new clause that, as of the new contract, will now no longer lend itself to promoting that three-ring circus?
And not just Sam, but also Cait has been in deep hiding since Belfast's wild promotion and she too is not walking or promoting a 'husband' who is currently unemployed again. And before someone nuances this, no, companies created on paper and without any significant movement, do not count as work.
So here we are. What we see is a low-key life, working on his projects and not fostering or hinting at any tinged relationships.
The promotion of the new season and the film is about to start, it will be the litmus test to see if the change is authentic or has only been a mirage.
-------
Hola, Anon
Independientemente de que creas que hay un niño o varios, este no ha sido el causante del cambio, pero no deja de ser curioso cómo ambos lados de la valla se han dado cuenta de que las reglas del juego han cambiado. El canto del cisne de los avistamientos preparados fue el paseo de paparazzi en NY con Monika Clarke que nadie se creyó, y eso sucedió en 2022, el bebé Balfe nació en 2021.
Ahora son likes, seguimientos de seis grados de separación, un fandom muy intrusivo (con una imaginación muy grande) y ya tenemos una relación romántica.
Es la ley del minimo esfuerzo y ya serán otros los que hagan el trabajo (vease, otra vez, blogueros muy imaginativos con ínfulas de Sherlock Holmes y con ganas de remover y ser relevantes).
Peeero hay otro factor que no se ha tenido en cuenta y es que ha habido negociaciones con las nuevas temporadas de las que, hasta el momento, sabemos unas cuantas cosas: productores ejecutivos, jornadas labolares de cuatro días y beneficios económicos, claro.
¿Puede haber sido una nueva clausula que, a partir del nuevo contrato, ahora ya no se prestará a fomentar ese circo de tres pistas?
Y no sólo Sam, también Cait ha estado muy escondida desde la promoción salvaje de Belfast y tampoco está desfilando ni promoviendo a un "marido" que, actualmente, se ha vuelto a quedar en paro. Y antes de que alguien matice esto, no, las empresas creadas en papel y sin ningún movimiento significativo, no cuentan como trabajo.
Entonces, aquí estamos. Lo que vemos es una vida discreta, trabajando en sus proyectos y no fomentando ni insinuando ninguna relación teñida.
La promoción de la nueva temporada y de la película está a punto de empezar, será la prueba de fuego para comprobar si el cambio es auténtico o sólo ha sido un espejismo.
118 notes
·
View notes
Text
Notlügen 2.0
¡Hey! Yo sé que tengo unos +80 proyectos pendientes (no es novedad, mi mente es caótica para ponerse en orden cuando simplemente es compulsivo). Pero he considerado que, para quienes aún tienen esperanzas en esto, vean que sinceramente sí estoy editando la historia, y para sorpresa de nadie, me gusta más esta versión en la que estoy puliendo un poco mejor el concepto inicial que era un desastre sentimental (ya que lo escribía a puro impulso).
Aún tardaré un poco porque soy así, pero me gustaría presentarles la versión (ojalá final) del prólogo.
¡Aún no lo subiré a mis otras redes porque al menos quiero editar los otros capítulos!
Gracias por la enorme paciencia y apoyo, y nuevamente, ¡no he pasado a mejor vida, gracias por preguntar siempre!
Prólogo
El inador no explota, no se incendia, ni siquiera parece hacer lo que normalmente debería: destruirse. En cambio, hace un sonido agudo como si se desinflara, perdiendo gradualmente su energía.
Trató de no llevar el pensamiento más lejos, pero es imposible. Los inventos de Doofenshmirtz pecaban de fallas específicas, pero sus máquinas nunca habían lucido tan…deprimidas; estaba seguro que era la primera vez que reflejaban, de forma física, las heridas emocionales con las que se vio obligado a crecer. Lo que no tenía sentido en ese punto, ya que Heinz había mostrado ser mejor que sus historias de trasfondo, y si creyese lo contrario, el científico se lo confesaría, porque confía en su persona.
O en quien cree que es.
Los diminutos cambios estaban comenzando a perforar cualquier tipo de estabilidad que aún existiera sobre sí.
—¿Perry el ornitorrinco?
La voz casi quebradiza lo extrae del mundo de pensamientos, con tanta fuerza que podría jurar que se escucha el crujido de su cuello al girar toscamente la cabeza; pero no lo hace. Todo está en su cabeza, la cual está presionada por la ingente necesidad que le ha creado saber la razón por la cual su nombre es dicho de esa forma.
Heinz acalla sin dirigirle la mirada, lo que ocasiona que sienta incomodidad en su pecho.
Sus pies saben que debería caminar hacia adelante, posicionarse frente a él, decirle, como lo ha estado haciendo durante ese tiempo, que puede contarle lo que sea, que no se decepcionará sin importar que tan insignificante considere el tema. Ha escuchado cada una de sus historias, los planes que llegan acompañar a estas; sabe que valen la pena incluso si no es en el mismo grado de valor.
Lamentablemente, sigue sin poder moverse.
Así que gruñe, con ese sonido tan peculiar que siempre parece atraer a la vida al científico.
—Yo, quizás no debería- —no lo deja continuar con la frase, soltando otro gruñido. —Bien, bien, es solo que estaba pensando… —Pensar era una virtud como una condena en ese hombre. Podía llevarlo a crear las máquinas más asombrosas o hilarantes que alguna vez pueda enfrentar, y otras, como ya estaba intuyendo, lo llevaban a ese estado mental por las cuales muchas veces tuvo que contar hasta 10 para no maldecir a casi todos sus familiares. —¿Me mentirías?
La pregunta lo hace parpadear casi en cámara lenta, sin comprender a qué viene esa duda.
Teóricamente, su relación de enemigos se debe basar en la mentira: es un agente secreto, los secretos ya es una omisión descarada de la verdad, mentir solo es una herramienta para mantener su vida tal y como es…lo que era otro engaño, dado que le y se mentía todos los días. El agente P lo sabe, su vida había dejado de ser una obra imperturbable en el preciso instante en el que no podía soportar ser acusado de actuar dentro del guion genérico de la agencia, y aunque era su deber tergiversar la realidad por el bien común, al final del día solo deseaba ser lo más genuino con Heinz, o al menos, lo más genuino que se podía permitir ser sin arriesgar las personas que ama.
Incluyéndolo en la lista.
Pero esa parte no la necesitaba saber nadie. Mucho menos el autor de esas dudas.
Y sabe que Doofenshmirtz conoce el reglamento tan bien como su persona, entonces ¿por qué ahora surge una duda con una respuesta tan obvia?
Debe haber pensado demasiado alto, porque el rostro del castaño luce casi constipado.
—Hablo sobre si alguna vez me ocultarías algo —. Como si se tratase de un juego en el que el castaño ha decidido fingir demencia, apunta a su propia fedora, la máxima representación del título “agente secreto” que maneja la agencia. Doof no parece siquiera encontrar la gracia inmediata, por lo que comprende prontamente que se está adelantando a la intención del mensaje. —No me refiero al estúpido reglamento de Francis sobre cómo ser “el mejor agente secreto”, hablo sobre sí ocultarías algo que es importante para mí ―. La puntualización conecta sus miradas unos segundos, y el desamparo que hay en ellos hacen un nudo en su estómago. ―Aún si supieras que es algo de sumo valor para mí, ¿seguirías el protocolo al pie de la letra?
Su primer instinto es negar con la cabeza hasta que el movimiento se oxida repentinamente, reconociendo que es algo que no puede confirmar en totalidad. Sí, es un hombre que irónicamente es sincero a medias con él, demasiado directo en miles de cuestiones hasta que su profesión emergía como una carta de contradicción: sí, le diría si algo es importante, pero si ese importante afectaba directamente a sus propios intereses, como su familia, no podría estar seguro de que podría hacerlo fácil o totalmente; porque el científico no estuvo en los riesgos iniciales, no estuvo en el contrato bajo amenaza en el que un solo descuido y perdería la única conexión que lo hace sentir una persona promedio.
Vino mucho después, cuando el temor ya estaba instalado y su mundo de cimientos rígidos estaba construido.
O lo que creía como tal ya que ahora su mundo se tambalea entre: lo haría y un “tú eres diferente”.
Lo que es cierto. Le está ocultando tantas cosas importantes, pero nunca lo verdaderamente importante.
—Tú… ¿me lastimarías de verdad?
Por fin sus pies reaccionan, acercándose a su némesis quien parece desear retraerse del contacto que desea ofrecerle, lo que le parece lógico, no le ha dejado en claro cuál es su respuesta final.
“No voy a lastimarte” le confirma cuando el cielo deja de ocultarse de la tierra, y sin dejar de mirarlo directamente, extiende su brazo derecho hacia su némesis jurado, ofreciendo cortar la separación entre ellos. “¿Confías en mí?”
La pálida mano pronto descansa en la suya, sin envolverse completamente en el tacto; era como si esperase que lo enganchara para derribarlo.
Lo que no pasa, nunca lo hará de la forma en que lo imagina.
Los segundos pasan, la firmeza de la intención no se desvanece ni se modifica por más dudas que tenga. E incluso cuando son extraordinarios los casos en que ambos pueden mantenerse en un silencio total, decide no jactarse de eso, permitiéndole ir a su ritmo. Este es su baile.
Lo que parecen entender porque repentinamente siente el cuerpo de su némesis buscar la atención que se negó. Primero sus manos se entrelazan, su cuerpo se inclina buscando un refugio. Perry acepta abrazarlo sin ninguna objeción. De todos modos, es algo que ha estado haciendo demasiado en estos últimos tiempos, tanto que puede sentir que el hombre alemán encaja perfectamente con su persona, como nadie, ni su familia, podría hacerlo.
No desea soltarle.
Ni siquiera es una opción aceptable en su cabeza hasta que el reloj de muñeca comienza a parpadear y sonar insistentemente.
Sabe que si no responde dentro del siguiente minuto, Monograma aparecerá lo quiera o no.
—Puedes irte Perry el ornitorrinco, ya has frustrado lo suficiente el día de hoy —las palabras suenan menos desconsoladas, lo que le da el alivio suficiente para despegarse del calor que casi de inmediato extraña. —Te odio.
No puede evitar sonreír con esa declaración, por lo que se desliza lejos, tan lento como puede hasta que su muñeca es sostenida con una petición silenciosa que no logra comprender.
Voltea a ver a Doofenshmirtz, quien parece casi estar en blanco. Ya no lo está sujetando, volviendo a dejar que su vista se pierda en la nada.
A punto de olvidar que su jefe le está llamando, se dispone a preguntar qué es lo que sucede cuando Monograma aparece solicitándolo con un aire de cierta desesperación y molestia, la misma que utiliza cada que hay alguna emergencia “importante” en la agencia; como lo debe ser probablemente la administración quienes necesitarán desesperadamente manos extras para acabar todos los pendientes atrasados.
El villano parece volver en sí con eso.
Vuelven a insistirle que está bien que se marche, ya no hay más planes malvados, sumado a que ve como tiempo perdido pelear con el hombre, a quien llama por un apodo que no pasa desapercibido; El agente P entiende el punto cuando su jefe responde al ataque con una ofensiva que podría durar horas si no lo corta ahí.
Camina hacia la puerta, “escuchando” su nueva misión. Es difícil hacerlo cuando la vista quiere arrastrarse hacia atrás para verlo una última vez en el día.
Pero quizás eso era lo mejor, después de todo, Heinz Doofenshmirtz parecía pronto descubrir que, realmente, le ha estado ocultando algo importante desde hace un tiempo.
#notlügen#fanfic#perryshmirtz#perry the human#heinz doofenshmirtz#new version#pnf#phineas and ferb#estoy vivooooo
14 notes
·
View notes
Text
Un día como hoy, mi ex esposa, decidió abandonar el hogar sin decirle a nadie; se llevó todo el menaje de casa, dejándola vacía; sólo tuvo un pequeño lapsus; se le olvidó sus cuatro hijos (14, 12, 8 y 5 años). Desde ese día, me tocó remar solo, con el barco de mi familia.
Sentí que el mundo se me venía encima, ya que los hombres somos programados desde niños a realizar las labores de padre; como en el sustento o las reparaciones de la casa; (cuando niño mis juguetes eran: pelotas, carritos o herramientas) pero, no, con detalles labores tan específicos como colitas en el pelo a la nena; o las meriendas para la escuela, planchar uniformes y cumplir con el oficio de la casa.
No puedo esconder que se me rodaron las lágrimas; no por eso; sino, el abandono y que no tendrían más a su madre. Desapareció y reapareció tres años después con otro hogar en otro país (al parecer México) como si no pasara nada.
Lamentablemente no ha tenido un espacio de visitarlos; más que, alguna muy pequeña remesa, los días de cumpleaños o navidad (en ciertos y muy pocos años). A pesar de todo, empecé de cero, desde dormir en el piso y, pedir prestada una estufa y la clave del internet al nuevo vecino de la casa rentada que nos mudamos.
Bien, realmente lo que quiero y me interesa contarles, es que mis hijos son mis amigos; me establecí en primer lugar, emocionalmente y he celebrado todo este tiempo los días de la madre como tal; cocinero, doctor, sastre, barbero, comprador de los víveres, el mejor planchador de ropa y lavador de platos del mundo; en fin, lo que sea, lo soluciono. A mis hijos les daba dinero por libro que leyeran en su tiempo libre (a mí nunca me gusto ver Tv, sólo la lectura) y les transmití eso; ahora, todos leen y nadie enciende un televisor, más que para ver una noticia. Mis hijos viajan solos, son muy seguros e independientes; claro millennials (uff) bueno, son mis amigos. Soy un hombre feliz, (qué importa cuantas profesiones yo tenga) Soy papá, soy asesor académico privado en realización de tesis de investigación; que a la fecha he elaborado un poco más de 850, de todas las universidades de Honduras y de otros 12 países de AL y Europa.
Por ello, muchas personas me dicen que me admiran; pero, eso no me engrandece, lo que me llena de orgullo es que si se puede, y seguiré luchando por mi familia.
Dejé de ser hombre común y me convertí en papá responsable; muy precavido en las cosas del amor, (por eso de dar el ejemplo) Dios sabrá cuándo llegará esa persona que me haga compañía. Ese paso no es un juego.
A la madre de mis hijos, le deseo que Dios le cuide y le dé muchos éxitos en todo lo que haga, en donde sea que se encuentre. Hace muchos años atrás le he perdonado y si ella pudiese algún día, con mucho gusto agradecería que, abrazara a sus hijos; en especial, al menor (en pocos días cumple 15) me dice que, "no se acuerda de ella" con autismo en grado 1 (TEA o asperger), lee dos libros al mes y escribe HTML5 y Java. Mis hijos hablan, escriben y leen en inglés. Estoy muy contento, porque no han estado en escuelas bilingües.
Finalmente, quiero compartirles que, tengo cuatro empresas y varios proyectos en marcha (incluyendo una radio por internet, por ahora en prueba de transmisión). No voy a la iglesia, ni quiero ir; pero creo en Dios fielmente, él ha sido mi refugio y sustento. Hago el bien con quien sea y cada vez que se presenta la oportunidad, sin decirle a nadie lo hago.
¿Es malo salir adelante y ser feliz? ¿Puedo decir que uno si se lo propone puede lograr cualquier cosa? ¿Es tan difícil poder contar mi historia, sin detenerme a llorar? Cuento mi historia y lo que he hecho, nada más; sin ofender a nadie, ni compararme con alguien; esto me pasó a mí y es real.
Si a alguien, le sirve mi experiencia de vida hombres o mujeres, me alegraría tome en cuenta esto: "Entre más conocimientos y posibilidades económicas tengamos, nunca perdamos la humildad, porque ésta vida tiene reveses duros; pero, nos sirven para crecer como humanos"
PD. Sólo Dios sabe, cuántas veces he llorado encerrado en el baño; ahora ya no por sufrimiento, es porque por mis hijos soy muy felíz. Para mí, el pantalón no es una prenda
¡Abrazos para todos!
¡Qué bello es ser papá!
Mis totales respetos a todas las madres solteras.
9 notes
·
View notes
Text
26 DE OCTUBRE DE 2024
Tengo asesora nueva!!!!!!!!!
Espero que todo salga muy bien con ella, se llama Diana. Por otro lado, Elena me entregó avances del proyecto debo reunirme con la profe, explicarle todo y que me revise eso y de allí ver pa donde vamos, solo espero que todo salga bien quiero este proceso termine pronto.
También quiero que termine el colegio, quiero otro trabajo ojalá en lo de edier, es intérprete y se va a ganar más se 3 millones, eso me serviría mucho puedo pagar la deuda de jamar y ayudar en la de la casa.
Solo quiero que todo salga bien
🥰🥰🥰🥰🥰🥰🥰🥰🥰😍🥰😍🥰🥰
0 notes
Text
Renacuajos de tres especies del género Hyloscirtus y una especie de B. pugnax
Conservados en la colección del I.C.N en Bogotá, revisados para mi proyecto de grado en Biología.
2024
2 notes
·
View notes
Text
Mi facultada - Facultad de Ciencias Económicas, Administrativas y Contables
Misión
La Facultad de Ciencias Económicas, Administrativas y Contables formas profesionales competentes y éticos, fomentando el aprendizaje continuo. Su misión es capacitar a los estudiantes para enfrentar desafíos y proponer soluciones innovadoras que contribuyan al desarrollo económico y social del país y a una sociedad más justa en el contexto del pos-acuerdo de paz
Visión
Para 2025, la Facultad de Ciencias Económicas, Administrativas y Contables pretende obtener acreditación de alta calidad y ser líder en responsabilidad social, en el contexto del pos-acuerdo de paz. Su enfoque será la formación integral de su capital humano para satisfacer necesidades locales, regionales y nacionales, fundamentándose en criterios éticos y la modernización de sus saberes
Sello distintivo
para encontrar nuestro sello distintivo tómanos como referencia las ocho especies de colibríes de distintos colores que habitan en el jardín de la universidad, los cuales le dieron color a las siete facultades, siendo así el morado el color el de la Facultad de Ciencias Económicas, Administrativas y Contable
Consejo de facultad
Nuestro consejo de facultad es creado por el Estatuto General (Acuerdo del Consejo Superior No. 005 de 2005)
Consejo con capacidad decisoria en asuntos académicos y administrativos y asesor del decano en los demás asuntos, en concordancia con las políticas trazadas por el Rector, el Consejo Superior y Académico, esta conformado por:
El decano lo preside
Dos directores con voz y voto, en representación de los programas; elegidos entre ellos, por votación directa, los demás, serán invitados cuando su asunto asi lo requiera
El asesor de investigación de la Facultad.
Dos representantes de los docentes. 5. Dos representantes de los estudiantes.
Un representante de los egresados
Sus principales funciones son:
Avalar el Proyecto educativo de la Facultad
Evaluar y controlar la ejecución del Proyecto Educativo de la Facultad y su plan de mejoramiento
Aprobar los Proyectos Educativos de los programas adscritos y control la ejecución
Aprobar el plan de acción de los programas (plan de mejoramiento)
Recomendar, ante el Consejo Académico, la creación de unidades académicas y de proyección social
Los programas adscritos - Pregrado y posgrados, modalidades y acreditación que con los que contamos son:
Programas de pregrado:
Administración financiera, metodología a distancia
Administración de negocios, metodología a distocia y presencial
Contaduría publica, metodología presencial
Economía, metodología presencial
Programas de posgrado:
Especialización en gerencia estratégica de la auditoria interna,, modalidad presencial
Especialización en gerencia tributaria internacional, modalidad presencial
Especialización en contabilidad financiera internacional, modalidad presencial
Maestría en administración, modalidad presencial
Maestría en auditoria y control de gestión, modalidad presencial
Contamos con 2 laboratorios:
Un laboratorio Contable, para la práctica contable, con una capacidad de 36 estudiantes y perteneciente al Programa de Contaduría.
Un laboratorio económico, para la práctica económica, con capacidad de 36 estudiantes y perteneciente al Programa de Economía
Las acciones estratégicas como componentes de investigación con las que contamos son:
Fortalecimiento e incentivo de la labor investigativa por parte dl cuerpo docente
Fomento para la creación de semilleros de investigación apoyo a los que ya han sido conformados en cada programa académico por docentes y estudiantes en las líneas de investigación
Publicación divulgación de los resultados de las investigaciones realizadas por docentes y estudiantes de la facultada
Vinculación de empresas regionales para la realización de pasantías y practicas, tanto de docentes, como estudiantes
Estimulo hacia el trabajo de grado con salida nacional e internacional
Motivación y apoyo para intervenciones académicas para estudiantes y docentes.
2 notes
·
View notes
Text
One Direction: La Historia de una Banda que Marcó una Generación
la boy band británica-irlandesa que redefinió el pop juvenil en la década de 2010, sigue siendo un fenómeno musical que dejó una huella imborrable en millones de fans alrededor del mundo. Formada en 2010 en el programa de talentos The X Factor, la banda rápidamente alcanzó el estrellato internacional con una combinación de carisma, talento vocal y una fanbase dedicada que los convirtió en un ícono cultural.
Los inicios
One Direction se formó casi por casualidad cuando Simon Cowell, juez de The X Factor, sugirió que cinco concursantes individuales, Niall Horan, Zayn Malik, Liam Payne, Harry Styles y Louis Tomlinson, formaran una banda. Aunque no ganaron el concurso, terminaron en tercer lugar, lo que fue suficiente para capturar la atención de Cowell, quien les ofreció un contrato discográfico.
El primer sencillo de la banda, "What Makes You Beautiful", lanzado en 2011, fue un éxito. La canción no solo encabezó las listas en UK, sino que también se convirtió en un fenómeno en Estados Unidos y otros mercados internacionales. Con su estilo fresco, la banda atrajo a una audiencia joven que rápidamente se identificó con su imagen y música.
Tras el éxito de "What Makes You Beautiful", One Direction lanzó su álbum debut Up All Night (de mis favoritos)(2011), que debutó en el número uno en varias listas de todo el mundo. En los años siguientes, la banda continuó lanzando álbumes que dominaron las listas, incluyendo Take Me Home (2012), Midnight Memories (2013) y Four (2014). Su estilo influenciado por sonidos ligeros de rock y power-pop, les permitió atraer a una audiencia diversa, desde adolescentes hasta adultos jóvenes.
La popularidad de One Direction se extendió gracias a su presencia en redes sociales, donde interactuaban directamente con sus fans, conocidos como "Directioners". Las giras internacionales también fueron clave en su éxito, ya que llenaron estadios en todo el mundo, desde Europa y América del Norte hasta Asia y América Latina. La One Direction: Where We Are Tour de 2014 se convirtió en una de las giras más taquilleras de la historia.
La salida de Zayn Malik y los cambios en la banda
En marzo de 2015, Zayn Malik anunció su salida de la banda, citando su deseo de vivir una vida más "normal" y menos expuesta a los medios. La noticia fue un shock para los fans (yo) y dejó en duda el futuro de One Direction. Sin embargo, los cuatro miembros restantes continuaron como un cuarteto y lanzaron su quinto álbum, Made in the A.M. (MI FAVORITOOO) (2015), que fue bien recibido tanto por la crítica como por los seguidores.
La salida de Zayn también marcó un cambio en el sonido de la banda, que comenzó a explorar temas más maduros y un estilo más variado en cuanto a géneros, incluyendo influencias de rock y folk.
Descanso indefinido y carreras en solitario
A finales de 2015, después de la promoción de Made in the A.M., One Direction anunció que tomarían un descanso indefinido para que sus miembros pudieran enfocarse en proyectos personales. Desde entonces, cada uno de los integrantes ha lanzado carreras en solitario con distintos grados de éxito.
A pesar de su descanso, el legado de One Direction sigue vivo. La banda no solo fue un éxito comercial, vendiendo más de 70 millones de discos en todo el mundo, sino que también influyó en una generación de jóvenes que crecieron con su música. Los Directioners todavía mantienen viva la pasión por la banda (yo), y la idea de una posible reunión siempre está presente en las conversaciones de la cultura pop.
One Direction demostró que una boy band puede ir más allá del estigma de ser una moda pasajera y, en cambio, convertirse en un fenómeno duradero. Su impacto en la música pop y en la forma en que las bandas se conectan con sus fans a través de las redes sociales sigue siendo una referencia para los artistas que han venido después.
Aunque no hay planes confirmados para una reunión, la historia de One Direction continúa evolucionando a través de sus carreras en solitario, y el amor de los fans asegura que su música nunca quede en el olvido.
La esperanza de que regresen se vio afectada con el reciente fallecimiento del integrante Liam Payne.
One Direction no solo fue una banda que dominó la música pop durante varios años, sino que también fue un fenómeno cultural que dejó una marca indeleble en la vida de millones de personas. Su música, sus personalidades y el vínculo que crearon con sus fans los colocan como una de las boy bands más importantes de la historia reciente. Aunque actualmente están en caminos separados, su legado permanece, y la esperanza de una reunión siempre está latente en los corazones de sus seguidores.
En memoria de liam payne
4 notes
·
View notes
Text
Introducción
La presente propuesta de intervención educativa inclusiva para Valeria, una estudiante con autismo en el aula de cuarto grado, busca abordar las necesidades específicas de esta estudiante y promover su desarrollo integral. La inclusión educativa es un derecho fundamental que garantiza la igualdad de oportunidades para todos los estudiantes, independientemente de sus necesidades o habilidades. Esta propuesta se centra en crear un entorno de aprendizaje que responda a las necesidades de Valeria y fomente su éxito académico y social.
Antecedentes
La educación inclusiva es un enfoque que busca garantizar la igualdad de oportunidades para todos los estudiantes, independientemente de sus necesidades o habilidades. La inclusión educativa es fundamental para promover la diversidad y la equidad en la educación. En el caso de Valeria, su condición de autismo requiere un enfoque específico que tenga en cuenta sus necesidades y habilidades únicas.
Metodología
Esta investigación se basa en el Método de Investigación-Acción Participativa, que busca involucrar a todos los actores relevantes en el proceso de implementación de la propuesta, tal como sugiere Arias Ochoa (1995) en su trabajo sobre el proyecto pedagógico de acción docente. Este método se centra en la colaboración y la participación activa de la familia, docentes y estudiantes para mejorar la práctica educativa.
Justificación
La justificación de esta propuesta se basa en la necesidad de crear un entorno de aprendizaje que responda a las necesidades específicas de Valeria y promueva su desarrollo integral. La exclusión educativa puede tener consecuencias negativas en la autoestima y la motivación de los estudiantes con necesidades especiales. Esta propuesta busca abordar esta problemática y garantizar que Valeria tenga acceso a una educación de calidad que se adapte a sus necesidades.
Objetivo General
Crear un entorno de aprendizaje inclusivo que responda a las necesidades específicas de Valeria y promueva su desarrollo integral.
Objetivos Específicos
Diseñar e implementar estrategias innovadoras para abordar las necesidades específicas de Valeria en el aula de cuarto grado.
Fomentar la inclusión y la participación de Valeria en el proceso educativo.
Mejorar la comunicación y la colaboración entre la familia, la escuela y la comunidad escolar.
Desarrollar habilidades sociales y emocionales en Valeria para promover su éxito académico y social.
Evaluar y ajustar continuamente la efectividad de la intervención educativa para asegurar el éxito de Valeria.
2 notes
·
View notes