#Partidos de extrema derecha
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adribosch-fan · 2 years ago
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Por qué los israelíes votan a la derecha
La principal razón del ascenso al poder de los partidos de extrema derecha en las recientes elecciones generales en Israel es que muchos israelíes creen que su país no tiene ningún socio para la paz en el lado palestino. A ello se suma el creciente por Bassam Tawil Traducción del texto original: Why Israelis Voted for Right-Wing Parties Traducido por El Medio Los israelíes ven que el presidente…
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yume-fanfare · 2 years ago
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carabanchelnet · 2 months ago
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ANTIPOLITICA ¿El triunfo de la antipolítica? La tragedia en Valencia ha dejado al descubierto no solo la incompetencia del Partido Popular, sino también su táctica de manipulación constante. Mazón, en lugar de proteger a los valencianos, los ha dejado a la deriva, siguiendo el manual del PP de evadir responsabilidades. Igual que con el Prestige, donde minimizaron su desastre, o el 11M, cuando señalaron a ETA para ocultar sus fallos, hoy culpan a la AEMET y a la Confederación Hidrográfica. Y el PSOE tampoco es ajeno: mientras Mazón fallaba en su deber, el Gobierno central se limitaba a esperar, sin actuar con decisión ante la ineptitud evidente del líder autonómico. Mientras tanto, la extrema derecha hace lo que mejor sabe hacer: propagar odio y desinformación, instrumentalizando la tragedia para inflamar su agenda retrógrada. Abascal y los suyos no tardaron en lanzar bulos sobre migrantes y revivir fantasmas franquistas, desviando la atención de las verdaderas causas. En Paiporta, la trampa a Sánchez se convirtió en un escenario perfecto para los ultras convocados por Vox y otros propagandistas del odio. En este río revuelto, el fascismo y la antipolítica avanzan, transformando el dolor en una herramienta electoral. No podemos permitir que el sufrimiento se use para abrir la puerta al autoritarismo. Video publicado por Spanish Revolution @Spanish_Revo
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jartita-me-teneis · 4 months ago
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@Spanish_Revo
Alberto San Juan y la cruda verdad: cómo el capitalismo impulsa la extrema derecha
Alberto San Juan ofrece una reflexión crítica sobre el ascenso de la extrema derecha, vinculándolo directamente con las fallas estructurales del capitalismo y la incapacidad de los partidos de
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elbiotipo · 1 year ago
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Probablemente peco de izquierdista demasiado idealista, pero, no te parece que el peronismo tiene una parte significativa de culpa en que nunca haya habido una fuerza de izquierda ideológicamente sólida y con perspectivas a triunfo (o al menos relevancia) electoral en nuestro país? Quiero decir, nuestras izquierdas siempre han sido, tarde o temprano y con pocas excepciones, "peronistas", y en sus servidumbre al peronismo han terminado por servir, por falta de cuestionamientos y acción, al status quo político y social argentino del que el peronismo es parte, en mi opinión.
Re rompe pelotas salirte con esto, I know, pero desde toda la buena onda me da curiosidad tu perspectiva
Esto es una pregunta complicada e interesante, así que voy a tratar de dar mi perspectiva, desde un peronista que se considera de izquierda y marxista. Post largo, te aviso.
Como dije en otro post, pese a que el peronismo es único en muchas maneras, funcionalmente, no es demasiado diferente de las socialdemocracias europeas como el Labour Party en el Reino Unido, o los New Deal Democrats en EEUU. El peronismo apareció en la Argentina de la Década Infame, devastada por la Gran Depresión y por sucesivas dictaduras incapaces, con la intención de construir un estado que medie a favor de los trabajadores, construya la industria nacional y la justicia social y mantenga el capital a raya. Además, muy al contrario de movimientos reaccionarios como el fascismo, adoptó una postura de inclusión para los que históricamente fueron discriminados, y también prestó resistencia abierta -en una postura innegablemente nacionalista entonces- al imperialismo que dominaba Argentina y América en ese momento por lo cual fue odiado por EEUU, Inglaterra, y los poderes imperiales. En este sentido, el peronismo tampoco es muy diferente de los "movimientos de liberación nacional" que aparecieron en el Tercer Mundo durante la Guerra Fría.
Yo creo que es un poco... "injusto" es la palabra que tengo, pero no es la correcta... decir que el peronismo tiene "la culpa" de que la izquierda no prendió en Argentina. El peronismo no fue fundado por Perón y Evita caídos de los cielos; fueron los trabajadores argentinos quienes los eligieron y apoyaron una y otra vez. Y los trabajadores no son boludos; ellos apoyaron al movimiento que los representó, defendió y benefició; y debido a que el peronismo, pese al odio que tienen con esta palabra, es fundamentalmente populista, o sea, del pueblo, también fueron ellos los que guiaron el rumbo que tomó luego (te imaginás lo que habrá sido escuchar "combatiendo al capital" en la marcha peronista en aquella época?). Capaz nos cabría preguntar también que sucedió con la izquierda argentina durante la Década Infame, y por qué no supo tener el mismo éxito.
Pero eso ya es historia. Para recapitular: sabemos que el peronismo acaparó la lealtad de los trabajadores incluso con múltiples coaliciones contra él, que hubo dictaduras de derecha apoyadas por EEUU que lo quisieron apagar violentamente (siempre hago la equivalencia: imaginen si los militares hubiesen tomado el poder, el Partido Demócrata hubiese sido prohibido y FDR hubiese sido llamado "El Dictador" en EEUU), y eventualmente, por las mismas e inevitables contradicciones de Perón (un militar que se encontró como líder del movimiento de los trabajadores argentinos; contradicción si las hay) y del movimiento, estalló en una multitud de bandos desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha, y posteriormente la represión de la peor dictadura que conoció este país. Su etapa neoliberal durante el regreso a la democracia (otro paralelo con las socialdemocracias europeas) finalmente concluyó en su giro a la izquierda actual con el kirchnerismo.
Porque, nos guste o no, y volviendo a la actualidad, el peronismo, y en particular el kirchnerismo, representa a la izquierda en la Argentina. Sus votantes son, en general, los sindicatos y los trabajadores de la economía popular, estudiantes, intelectuales, y todos los grupos usualmente considerados la base de los movimientos de izquierda en otros países, a tal punto que son denominados zurdos por acá. Sus políticas, aunque moderadas (mucho más progresistas y desarrollistas que socialistas), también apoyan dicho carácter; internacionalmente, se ha alineando con la izquierda latinoamericana, incluso con gobiernos abiertamente comunistas (Néstor quiso afiliar el PJ a la Internacional Socialista, for what it's worth). Y su oposición, pese a que algunos incluso se consideran de centro-izquierda (sabías que esa es la ideología oficial de la UCR, hasta ahora?) ha adoptado las posturas contrarias, de la derecha: liberalización del mercado y hasta el conservadurismo social y político.
Ahí tenemos una parte de la respuesta de por qué, en la actualidad, no hay una fuerza de izquierda sólida; en efecto, la fuerza de izquierda sólida que existe y representa dichos intereses (mal o bien) en la Argentina ES el peronismo kirchnerista. Muchos partidos y movimientos -incluidos partidos abiertamente marxistas, como el literal Partido Comunista de la Argentina- han reconocido esto, y es por eso que la coalición kirchnerista va más allá del PJ mismo y a veces excluye gente dentro de él.
Podemos decir entonces, "sí, pero son mal representados. El kirchnerismo no tiene una plataforma ni un pensamiento explícitamente marxista, y sus políticas son moderadas y/o inefectivas." Estoy totalmente de acuerdo. Por eso, ante la mayor embestida de la derecha en tiempos democráticos, es tiempo de continuar el trabajo que se empezó en el caos de 2001, y formar una fuerza de izquierda propiamente dicha, en las bases existentes del peronismo.
Pero por que no un movimiento de izquierda como por ejemplo, el FIT? No me voy a rebajar a decir que la izquierda actual (el FIT y partidos similares) no hace militancia ni tiene ideas buenas. De todas formas, no han supido, quizás si por la dominancia del peronismo, quizás por sus propias falencias, capturar la representación y la militancia de los trabajadores. Esto puede llegar a cambiar, pero en este momento, es dificíl ver cómo. Es mucho más fácil ver la construcción de movimientos populares y de izquierda dentro del peronismo que fuera de él, porque es sin duda, lo que está ocurriendo en estos momentos.
Y por qué no una revolución propiamente dicha? Por que insistir en la democracia?
"Las revoluciones se hacen con tiempo o con sangre; si se hacen con sangre se ahorra tiempo, si se hacen con tiempo se ahorra sangre". Una revolución, en Argentina, como en cualquier lugar del mundo, sería sangrienta, dolorosa, y con un final incierto. Los países marxistas-leninistas que tuvieron éxito en lograr estados socialistas por la fuerza lo lograron tras revoluciones que tomaron décadas de esfuerzo, con -sin exagerar- millones de vidas perdidas. Y aún así, siempre han sido vulnerables de alguna manera u otra, como lo demuestra la caída de la USSR, posiblemente el ejemplo más exitoso con todas sus falencias. En la Argentina actual, y posiblemente la histórica, no existe ni el apetito ni el deseo y mucho menos las condiciones para una revolución; no existe ni un movimiento de vanguardia, ni apoyo para iniciar uno y mucho menos la guerra inevitable que constituiría una revolución armada.
Las cosas pueden, desafortunadamente, cambiar en las crisis crónicas que estamos sufriendo. Sería de mi preferencia que en vez de las cosas lleguen a una revolución violenta, se construya un plan de izquierda socialista para Argentina y el resto de Latinoamérica dentro de la democracia, que eventualmente, aliado al resto de la izquierda del mundo, desmantele el capitalismo. Pero el futuro nos va a decir que sucede. Debemos cuestionarnos cual es el camino entre la reforma y la revolución, el tiempo y la sangre.
Todo esto es simple opinión mía. Te recomiendo que construyas la tuya por su cuenta.
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corrupcionenpr · 4 months ago
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El PNP están tan desesperados que volvieron a la táctica del miedo
El puertorriqueños ha ido despertando y el partido PNP se cree que estamos en los década de los ochenta cuando la extrema derecha metían miedo con el comunismo.
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sefaradweb · 4 months ago
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¿Antisemitismo de izquierda?
🇪🇸 El 29 de junio de 2024, el periodista e historiador Dominique Vidal escribió sobre el aumento del antisemitismo en Francia, especialmente durante las elecciones legislativas de 2024. Vidal señala la paradoja de la extrema derecha, que históricamente ha promovido el antisemitismo, acusando a la izquierda de ser antisemita. Destaca cómo el apoyo de figuras judías al Rassemblement National (RN) refleja esta confusión, a pesar del pasado del partido. Además, resalta que el antisemitismo ha aumentado significativamente tras los ataques de Hamás en octubre de 2023, con un incremento notable de incidentes antisemitas en Francia.
🇺🇸: On June 29, 2024, journalist and historian Dominique Vidal wrote about the rise of antisemitism in France, particularly during the 2024 legislative elections. Vidal points out the paradox of the far-right, historically antisemitic, accusing the left of antisemitism. He highlights how the support of Jewish figures for the Rassemblement National (RN) reflects this confusion, despite the party's past. Additionally, he notes that antisemitism has significantly increased after Hamas's attacks in October 2023, with a marked rise in antisemitic incidents in France.
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lgdeantonio · 5 months ago
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SALVESE QUIEN PUEDA...LAS RATAS PRIMERO....
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jgmail · 5 months ago
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La extrema derecha francesa contemporánea y el mundo: una visión «alternativa» de las relaciones internacionales
Por Stéphane François y Olivier Schmitt
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
Las distintas corrientes de la extrema derecha francesa contemporánea comparten una visión específica de las relaciones internacionales basada en el antiimperialismo (entendido como antiamericanismo) y en un enfoque geopolítico totalizador de la vida internacional, según el cual «todo está conectado». En este artículo hacemos una genealogía de este marco analítico y mostramos algunas de sus manifestaciones en el antimaterialismo de la extrema derecha, su rechazo de los derechos humanos y sus ambigüedades respecto al islam. Este enfoque es útil para comprender las posiciones adoptadas por el Frente Nacional (y otras corrientes de extrema derecha) ante acontecimientos internacionales recientes como las crisis ucraniana y siria.
Introducción
Las actuales crisis internacionales en Siria y Ucrania han permitido al Frente Nacional (FN) presentar una línea de política exterior en oposición sistemática a la adoptada por el gobierno francés. El FN apoya a Bashar el Assad presentando al presidente sirio como un «baluarte contra el islamismo», mientras que el partido de Marine le Pen ha defendido a Moscú en la crisis ucraniana, adoptando los argumentos esgrimidos por el Kremlin (Crimea nunca fue ucraniana, Moscú se limita a defenderse del imperialismo occidental, etc.). Numerosos artículos de prensa se han referido a la estrategia rusa de capitalizar el principal partido de extrema derecha francés para ganar influencia sobre la opinión francesa, estos artículos han enumerado los vínculos personales entre miembros del Frente Nacional y figuras del aparato económico y político ruso (Bolshakov, 2012; Jauvert, 2014). Pero estas afinidades también pueden explicarse por una compatibilidad ideológica entre los actuales círculos dirigentes rusos y la visión del mundo de la extrema derecha francesa, principalmente las tendencias nacionalista-revolucionaria y revolucionaria-conservadora, cuyos principales conceptos analizamos en este artículo. Se trata de un planteamiento coherente, basado en un antiamericanismo disfrazado de antiimperialismo y en una visión geopolítica totalizadora de las relaciones internacionales, que lleva a rechazar el materialismo y los derechos humanos y sostiene una relación ambigua con respecto al Islam. La deconstrucción de este marco de análisis de las relaciones internacionales nos ayuda a comprender mejor las recientes posiciones adoptadas por el Frente Nacional y otros movimientos de extrema derecha sobre las cuestiones internacionales contemporáneas.
Para ello nos planteamos varias preguntas. En primer lugar, ¿existe una visión de extrema derecha de las relaciones internacionales? ¿Cómo se estructura en relación con el antiamericanismo? Estas cuestiones rara vez se han estudiado desde una perspectiva académica. Para alcanzar nuestros objetivos favoreceremos un enfoque histórico (genealógico) del movimiento de extrema derecha. Nuestro método abarca varios aspectos, desde el punto de vista del contenido, las redes y la recepción. Este método genealógico se combina con un análisis filosófico y semiológico de estos discursos (elección del vocabulario, ideas expresadas y formas de expresarlas, etc.). Así pues, se lleva a cabo a varios niveles (análisis externo e interno de los textos y del vocabulario utilizado), centrándose en los textos y autores de referencia de la nebulosa ultraderechista.
 Una lucha supuestamente antiimperialista
La motivación principal de los escritores franceses de extrema derecha sobre relaciones internacionales es la lucha antiimperialista. Dejemos claro desde el principio que el «imperialismo» al que se refiere es el imperialismo de Estados Unidos en la medida en que se presenta como el «país del Bien» y de la «guerra justa». Según estos discursos, Estados Unidos se ha convertido en un grave problema para la seguridad mundial. Nuestros autores también condenan la tendencia de Estados Unidos a presentarse como una nación elegida, a plantear su destino manifiesto, tratando de guiar al mundo por el camino del Bien.
Los puntos de acercamiento ideológico se han visto facilitados por las guerras contra Irak y el hecho de que el petróleo iraquí esta ahora bajo control estadounidense. De hecho, los diversos círculos estudiados en este texto no ven en la guerra de Irak el deseo de liberar al país del dictador Sadam Husein, sino una forma de imperialismo político y económico (Vlajki, 2003). Y de hecho, según William Pfaff (2002: 295), periodista estadounidense que vive en París, Estados Unidos, aprovechando la globalización provocada por el colapso de la URSS: «(...) movilizó su inmenso poder político y económico para desregular la economía internacional, abrir todas las economías extranjeras a las inversiones estadounidenses y dar acceso a sus empresas a todos los mercados, a todas las fuentes de materias primas y a todas las reservas de mano de obra, con el fin de garantizar la expansión del libre comercio generalizado que funciona según normas esencialmente estadounidenses y en beneficio de los intereses estadounidenses».
En este análisis, compartido por las distintas corrientes estudiadas, Estados Unidos se considera cada vez más como un factor de desorden internacional que alimenta la incertidumbre y el conflicto allí donde puede. Una de las formas en que se expresa esta política económica es la voluntad de los estadounidenses de imponer las políticas económicas neoliberales originadas y/o conceptualizadas en ese país, en particular por los economistas de la Escuela de Chicago como Milton Friedman.
En estos círculos el 11 de septiembre del 2001 fue providencial, ya que los atentados proporcionaron un pretexto para la aplicación de esta política exterior. Esta percepción de la política estadounidense se ha visto facilitada por la agresiva política exterior de la administración Bush, de la que se dice que es una brutal ilustración del imperialismo estadounidense. Esta idea se ve reforzada por el hecho de que los neoconservadores estadounidenses (Robert Kaplan, Charles Krauthammer, Max Boot, etc.) han escrito y repetido que Estados Unidos, que goza de un poder sin parangón, debe usar y abusar desvergonzadamente de su fuerza para reorganizar el mundo a su antojo, solo o con una coalición de voluntarios. Para lograrlo, los teóricos neoconservadores de la era Bush postularon que Estados Unidos debía emanciparse de la tutela de las organizaciones multinacionales. En resumen, Estados Unidos trataría de imponer un nuevo unilateralismo, ahora que la URSS había desaparecido. Este análisis va más allá de la extrema derecha. El soberanista Pierre-Marie Gallois (2002: 2) afirma: «Convertida en la capital de la única superpotencia tras el desmantelamiento de la URSS, Washington se ha dado cuenta de que las organizaciones internacionales pueden ser obstáculos para la política estadounidense cuando no le son totalmente serviles». Así pues, hay que salir de la trampa americana. Para ello, nuestros autores buscan nuevas figuras tutelares.
Uno de sus heraldos es el jefe de Estado venezolano Hugo Chávez. La bestia negra de la política exterior estadounidense, que es visto como la vanguardia de la lucha contra el imperialismo estadounidense. Para los antiimperialistas de extrema derecha, Chávez es el representante del renacimiento identitario de los pueblos indígenas, que se rebelan contra la «Macdonaldización» forzosa impuesta por Estados Unidos. Fue elogiado por Alain Soral y su asociación Égalité & Réconciliation (los miembros de esta asociación incluso querían un «Chávez francés» [1]); por el cómico antisionista Dieudonné; por Jean-Claude Martinez, entonces miembro del FN, que buscó un acercamiento con el líder venezolano; por la Nueva Derecha de Alain de Benoist, que le apreciaba por su antiamericanismo y populismo; por el nacionalista-revolucionario Christian Bouchet (próximo a Égalité & Réconciliation y miembro del FN).
Desde la muerte del líder venezolano, Vladimir Putin ha asumido el papel de principal opositor a los Estados Unidos y, por lo tanto, su modelo es envidiado. Alain Soral lo calificó de «salvador del mundo multipolar» en un debate con el nacional-revolucionario italiano Gabriele Adinolfi en Niza [2] y de «futuro del mundo» en una entrevista concedida a la radio francófona iraní (Irib) en diciembre de 2014 [3]. En su elogiosa biografía publicada por la editorial de extrema derecha Perspectives libres, Yannick Jaffré (2014) lo compara con Bonaparte y lo ve como una esperanza para Francia. Por su parte, Marine le Pen se deshace en elogios hacia el líder ruso, describiéndolo como «un patriota comprometido con la soberanía de su pueblo. Él [Putin] es consciente de que defendemos valores comunes. Son los valores de la civilización europea» (Le Scan, 2014).
Por último, hay que tener en cuenta que, en los círculos estudiados, el «rechazo del sistema», es decir, el rechazo del «sionismo-americano», encarnado en el apoyo a Muamar Gadafi, al Irán de Jomeini y, a partir de 1989, a Sadam Husein, enmascara muy a menudo un antisemitismo virulento, del que el antisionismo radical, en apoyo de la causa palestina, no es más que un precursor. La condena de Israel apenas enmascara un antisemitismo agresivo, como en el caso de Soral. Gilbert Dawed sigue siendo una de las principales figuras del movimiento antisionista y nacionalista-revolucionario [4].
Este discurso está estructurado por una serie de amalgamas: judaísmo y sionismo se fusionan y se convierten en sinónimos de racismo y colonialismo. En una imagen especular, el antisemitismo se equiparaba al «contrarracismo» y al anticolonialismo. Este tipo de formulación era habitual, por ejemplo, entre Pierre Gripari, compañero de viaje tanto de la causa árabe como de la extrema nueva derecha y la derecha nacionalista-revolucionaria. Sus ensayos, así como sus artículos en Défense de l'Occident y Rivarol, se caracterizaban por una denuncia obsesiva de la ideología fundadora del «racismo judío» o del «racismo del Estado de Israel»: el sionismo (Gripari, 1981, 1983, 1988). Su mecanismo se basa en el siguiente silogismo: «Los judíos son todos sionistas más o menos encubiertos; el sionismo es colonialismo, imperialismo y racismo; por lo tanto, los judíos son colonialistas, imperialistas y racistas abiertos o encubiertos».
Para apuntalar este tipo de “demostración” estos autores señalan los vínculos que unieron a Israel con la República de Sudáfrica en los años ochenta, cuyo régimen aplicaba el apartheid.
La lógica antiimperialista, tomada en este sentido preciso, es pues la primera referencia intelectual claramente observable en los escritos de la extrema derecha.
 Una visión geopolítica del mundo
Este antiimperialismo se combina con una visión específica de las cuestiones globales y los miembros de la extrema derecha adoptan un enfoque analítico de las relaciones internacionales, a menudo basado en el análisis geopolítico. Por ejemplo, el exasesor de asuntos internacionales y eurodiputado Aymeric Chauprade, que enseñó geopolítica en la École de Guerre, ha publicado una voluminosa obra sobre el tema (Chauprade, 2007) que se ha reeditado tres veces, y dirige un sitio web subtitulado “La géopolitique sur le net”. Cabe señalar que el término geopolítica puede tener diferentes significados en el contexto francés. Dependiendo de la situación y de las personas con las que se utilice, puede referirse al intento de una parte de la geografía universitaria (agrupada en torno a Yves Lacoste y sus sucesores en la Universidad de París VIII) de crear una corriente específica que ha dado lugar a numerosas polémicas entre partidarios de la “geografía política” y partidarios de la “geopolítica” (Rosière, 2003). Con mayor frecuencia, el sustantivo o adjetivo geopolítica hace referencia a todos los conocimientos relacionados con los asuntos internacionales y las cuestiones de poder: los periodistas hablan de la “situación geopolítica” de una región del mundo. Del mismo modo, los libros de cultura general, normalmente destinados a los estudiantes que se presentan a los cursos de IEP o de las escuelas de negocios, sobre la política interior y exterior de un Estado o una región del mundo en particular, se titulan a menudo “geopolítica de ...”. También en este caso, el uso del término no implica ninguna pretensión teórica o epistemológica específica.
Pero es de otra tradición de la que dicen proceder los autores de extrema derecha, la de la geopolítica como disciplina productora de conocimientos específicos sobre las relaciones internacionales, desacreditada desde hace tiempo por los especialistas académicos que han enumerado ampliamente sus errores y debilidades conceptuales. En efecto, los fundadores de la geopolítica clásica (Haushofer, Spykman, etc.) pretendía estudiar la influencia de la geografía (física y humana) en el comportamiento de los Estados. Pero este enfoque conduce a un doble callejón sin salida. Si su única aportación consiste en afirmar que la geografía es importante para comprender el comportamiento de los actores en la escena internacional, carece de interés, ya que nadie niega este hecho. Pero si quiere erigirse en productora de conocimiento específico, inevitablemente (y a pesar de los desmentidos de sus defensores) acaba por caer en el determinismo geográfico (que es científicamente absurdo porque excluye del análisis cualquier otro factor material o ideal), negando de hecho cualquier contingencia a los acontecimientos y considerando la política mundial como un inmenso tablero de ajedrez donde cualquier acontecimiento sería reducible a un choque de potencias, explicado a su vez por su posición geográfica (Guzzini, 2013). Básicamente, la cosmovisión geopolítica tal y como se entiende aquí es que “todo está conectado” y que la contingencia no existe en las relaciones internacionales: desde este punto de vista, un golpe de Estado en África está necesariamente vinculado a la competencia mundial entre las grandes potencias, que han elegido un nuevo campo de batalla para su enfrentamiento. Es fácil ver que, desde este punto de vista, una revolución como la del Euromaidán se interpreta necesariamente como parte de una competencia más amplia entre Estados Unidos y Rusia, negando así toda autonomía a los manifestantes y negando la dinámica social propia de una crisis política interna en Ucrania.
Además, la geopolítica tiene una desafortunada tendencia a pasar de una posición que pretende ser descriptiva y objetiva a otra de recomendaciones prácticas, es decir, de una teoría sobre el funcionamiento del sistema internacional a consejos sobre política exterior. Esta posición es, además, contradictoria, ya que si el análisis geopolítico explica el comportamiento de los Estados (en función de su geografía), no debería ser necesario aconsejar a los dirigentes sobre la mejor forma de actuar, pues esto es evidente. Sin embargo, la tentación de los autores de dar consejos de política exterior revela no sólo la bancarrota de la pretensión explicativa de la geopolítica, sino también la promoción de un proyecto político (ya que toda política exterior se basa en la representación que una comunidad política se hace de su papel y de sus relaciones con otras comunidades políticas) que avanza bajo el falso manto de una supuesta objetividad analítica. Así, algunos geopolíticos de extrema derecha intentan hacer pasar por necesidades objetivas [5] preferencias de política exterior inspiradas en su ideología, ya que la debilidad epistemológica de la geopolítica permite fácilmente esta transferencia de la dimensión analítica a la prescriptiva, al tiempo que les permite revestirse de la postura aduladora del intelectual rebelde que se niega a aceptar las ucases impuestos por la Universidad a una disciplina que molesta a los conformistas bienintencionados. También hay que señalar que el interés de estos movimientos de extrema derecha por la geopolítica coincide oportunamente con la actual pasión rusa por el tema, ya que la visión geopolítica del mundo está actualmente muy extendida en Moscú (Wilson, 2014; Schmitt, 2015). En términos más generales, esta mentalidad de querer identificar siempre las causas “ocultas” de los acontecimientos internacionales según el esquema analítico de la geopolítica y el supuesto proyecto imperialista estadounidense conduce naturalmente a una visión conspiracionista de las relaciones internacionales que resuena con fuerza en el contexto político actual (Bronner, 2013).
Entre los autores invocados regularmente por la literatura geopolítica de extrema derecha, cuatro figuras siempre aparecen. La primera es Carl Schmitt, a través de su concepto del nomos de la Tierra, es decir, los “dispositivos indisolublemente espaciales y jurídicos que han permitido organizar el mundo” (Motte, 2011: 3), y su oposición entre potencias telúricas y potencias marítimas. La referencia filosófico-política se cruza con el antiamericanismo, ya que se acusa a Estados Unidos (y a sus socios británicos), potencia marítima por excelencia, de estar en conflicto con las potencias terrestres, personificadas por Rusia y, por extensión, Europa central y occidental. Estos autores vinculan naturalmente a Francia al bando de las potencias telúricas, lo que justifica una alianza con Rusia (sea cual sea la naturaleza del régimen político de este país) para hacer frente a Estados Unidos. La referencia a Schmitt es habitual en este entorno e incluso es destacada por el movimiento neofascista La Dissidence Française, que afirma en el punto VI de su programa: “Contra las fuerzas talasocráticas que oscurecen el mundo, contra la Internacional de los Mercaderes que pretende sustituir el Tener por el Ser, fiel a la idea del Imperium, La Dissidence Française promueve la idea de una resistencia continental, a la vez geopolítica y civilizacional, y se asocia al concepto eurasista del mundo” [6].
Esta referencia al enfoque eurasista remite al segundo autor regularmente utilizado por los geopolíticos de extrema derecha, Alexander Dugin, cuyas obras sólo son publicadas por editoriales de extrema derecha, todas de la corriente nacionalista-revolucionaria, y todas próximas a Christian Bouchet: La Quatrième théorie politique: La Russie et les idées politiques au XXIème siècle (2012) y Pour une Théorie du Monde Multipolaire (2013) con Ars Magna; las otras, Le Prophète de l'eurasisme (2006), La Grande guerre des continents (2006), l’Appel de l’Eurasie. Conversation avec Alain de Benoist (2013), todos publicados por Avatar Editions. Dugin es el principal teórico del neo-eurasismo, concepto en boga en Moscú (Chaudet, Parmetier y Pelopidas, 2007). Como han demostrado Marlène Laruelle (2007), por un lado, y Andreas Umland y Anton Shekhovtsov (2012), por otro, Aleksandr Dugin ha sintetizado elementos heterodoxos que van del esoterismo a la filosofía política en un cuerpo de pensamiento complejo y a veces confuso. Principios geopolíticos, referencias a la noción de “Imperio” y conceptos de la metafísica e incluso del esoterismo son visibles en proporciones variables en sus obras, junto con referencias más específicas a Karl Haushofer, Ernst Niekisch, Carl Schmitt, Jean Thiriart, Julius Evola, René Guénon y Jean Parvulesco. Esta síntesis, cuando menos original, ha interesado a diversas tendencias de la derecha radical francesa desde principios de la década de 1990.
La tercera referencia es El choque de civilizaciones de Samuel Huntington, traducido al francés en 1997, que suscitó inmediatamente el interés de los círculos diferencialistas por su esencialización de los factores culturales como causas de los conflictos internacionales. De hecho, Huntington es un descendiente directo de la tradición geopolítica, ya que representa un mapa del mundo dividido visualmente en “áreas civilizacionales” potencialmente conflictivas. Esta concepción de las relaciones internacionales interesa directamente a autores de extrema derecha como Aymeric Chauprade en su Chronique du Choc des Civilisations (2011) y, más recientemente, a los líderes del Bloc Identitaire (Cattin, 2015), que suscriben esta tesis, aunque haya sido descalificada empírica y teóricamente en innumerables ocasiones.
La última referencia clásica para mezclar antiamericanismo y geopolítica es The Grand Chessboard de Zbigniew Brzezinski (1997), antiguo Consejero de Seguridad Nacional del Presidente estadounidense Carter. El autor, que se considera a sí mismo como un geopolítico, describe un programa ideal en el que Estados Unidos conseguiría neutralizar a Rusia fomentando la creación de regímenes prooccidentales en el extranjero próximo. Con los mismos defectos que todos los geopolíticos, el enfoque de Brzeszinski está desconectado de cualquier consideración sobre los deseos de las poblaciones locales y se expresa en términos generalistas sobre una situación estratégica que sería ideal para Estados Unidos. Tomando los escritos de un jubilado de la administración estadounidense como exposición de la gran estrategia de Washington y evacuando de hecho todos los estudios sobre la complejidad del proceso de toma de decisiones de política exterior en Estados Unidos (y su demostración de la ausencia de un plan unificado y coherente) (David, 2015), los autores de extrema derecha creen haber encontrado la prueba de la codicia estadounidense y la única explicación de todos los acontecimientos ocurridos desde la caída del Muro de Berlín en Europa del Este y en la periferia de Rusia, y que están inevitablemente vinculados al plan de Washington para desestabilizar Moscú. El ejemplo más reciente de esta paranoia fue una larga exégesis de la obra de Breszinski realizada por una persona cercana a Aymeric Chauprade en el sitio les crises.fr, un blog extremadamente popular (clasificado como el segundo blog más influyente de la Internet francesa en marzo de 2015 por el sitio especializado teads.tv.labs), que retoma los argumentos rusos sobre la crisis ucraniana (Raggi, 2014).
Estas diferentes referencias son a veces contradictorias y los distintos movimientos de extrema derecha privilegiarán una u otra en función de su propio corpus intelectual. Pero esta visión geopolítica de un mundo cuyos acontecimientos, todos interrelacionados, se explican siempre por enfrentamientos entre grandes potencias estructura la manera en que las distintas corrientes de la extrema derecha abordan, por ejemplo, los vínculos con Rusia y la cuestión ucraniana. Así se entiende mejor que el programa del FN proponga una “alianza estratégica de largo alcance con Moscú basada en una asociación militar y energética en profundidad”, una “unión paneuropea (...) que incluya a Rusia” capaz de “salir de la lógica euroatlántica” [7].
La intersección entre el antiimperialismo y una visión geopolítica del mundo adopta varias formas en el discurso de la extrema derecha. Aquí analizamos el antimaterialismo, el rechazo de los derechos humanos y las ambigüedades en torno al Islam que se derivan de ella.
Antimaterialismo
Los medios analizados son hostiles al materialismo (en el sentido de acumulación de bienes de consumo), al capitalismo, a la uniformización del mundo y a la globalización. En su opinión, el modelo estadounidense pretende universalizar la primacía absoluta de la sociedad de mercado y el igualitarismo individualista. Algunos en la derecha radical argumentarán que esta política es una forma de conquista cultural deliberada: al imponer su cultura, Estados Unidos está imponiendo implícitamente su visión del mundo. Además, el capitalismo globalizado pondría en peligro los cimientos culturales sobre el que han florecido las civilizaciones y las democracias: los valores de la transmisión, la solidaridad, el vínculo social, etc., un discurso ampliamente difundido en los círculos estudiados. El discurso americanófobo que se opone a la hegemonía estadounidense alaba cierto conservadurismo e incluso arraigo. Cuestiona a los Estados Unidos, sus valores, su modo de vida y su política exterior, heredados de la mentalidad puritana y de la filosofía de la Ilustración, que consideran fundamentalmente hostiles a Europa. Por ejemplo, Alain de Benoist escribió en 1992, en un texto reeditado en 2002 – mostrando una fina coherencia ideológica – que “Europa nunca ha declarado la guerra a Estados Unidos. En cambio, está claro que desde el principio Estados Unidos ha tenido cuentas pendientes con Europa” (de Benoist, 2002: 140). Esta idea constituye la espina dorsal del libro de Romolo Gobbi de 2005 Un grand peuple élu (Un gran pueblo elegido), publicado por Parangon. En estos discursos, Estados Unidos es a la vez una potencia imperialista y un vector de desculturización de las poblaciones. Se presenta a fortiori como un antimodelo de sociedad, como una especie de “anticivilización” que impone su cultura o, más bien, su no-cultura: el american way of life. También presentan el liberalismo como una ideología basada exclusivamente en la libertad individual, ya sea económica o política (Power, 1996), una libertad que amenaza los modelos holísticos de las sociedades tradicionales. Esta modernidad se sitúa bajo el signo de la alimentación y la digestión, citando a Nietzsche (Blondel, 2006: 244). Es un mundo materialista y sin sentido, simbolizado por Estados Unidos y expresado en la ideología del neoliberalismo.
Por el contrario, las comunidades neoderechistas proponen una defensa de lo local y de las diferencias frente a la “Macdonaldización” (o “coca-colanización”) del mundo. Esta visión del mundo puede verse en los localistas de extrema derecha (Nueva Derecha e Identitarios), cuya doctrina es un conjunto de ideas apoyadas por ciertos movimientos antiproductivistas, anticonsumistas y ecologistas radicales. Para ellos, el siglo XX, marcado por el modelo estadounidense de desarrollo económico, se está convirtiendo en el siglo del despilfarro.
El rechazo de los derechos humanos
Este rechazo de la hegemonía estadounidense se manifiesta también en un rechazo de los derechos humanos (el tan odiado “derecho humanismo”). En efecto, estos círculos han desarrollado una crítica original contra los derechos humanos, vinculada a su rechazo de Estados Unidos. Esta impugnación del valor de los derechos humanos está vinculada a un rechazo del individualismo de las sociedades liberales, en particular del american way of life. Por último, se perciben como un instrumento de dominación del Occidente blanco, pero sobre todo de Estados Unidos, sobre otros pueblos... Esta crítica tiene una larga historia: Carl Schmitt (1993: 302) escribió ya en 1928 que “los derechos fundamentales en sentido propio no son más que los derechos liberales del hombre como persona individual” y, antes que él, estaban las críticas realizadas por Herder y Burke, por no hablar de las de los contrarrevolucionarios franceses (Berlin, 1988, 1992). De hecho, los derechos humanos son tanto un reconocimiento del individuo como entidad independiente como una aceptación de una forma de universalismo uniforme que se impondría hegemónicamente con independencia de la cultura, la historia y los contextos sociales particulares. Es este lado abstracto del universalismo el que se critica ferozmente. Por último, los derechos humanos también irían en contra de un mundo multipolar, un mundo que defiende el relativismo cultural apreciado por Lévi-Strauss y Jaulin (François, 2013a, 2014). Estos círculos también postulan la idea de que los derechos humanos se han convertido en una ideología, “el derecho humanismo”, habiendo adquirido el estatus de una religión moderna (de Herte, 2002: 3). Así pues, estos autores analizan los derechos humanos como la última religión laica.
Por último, los círculos estudiados constatan la extrema fragilidad de los fundamentos de estos derechos. El centenar de intelectuales consultados antes de redactar la Declaración Universal de los Derechos Humanos, proclamada por la ONU en 1948, fueron incapaces de ponerse de acuerdo sobre la definición y el contenido de la Declaración. Por último, siguiendo a Claude Lévi-Strauss (1983) y Robert Jaulin (1970, 1995), destacan la contradicción/oposición entre los derechos humanos (unidad del género humano) y los derechos de los pueblos (reconocimiento de la diversidad de las culturas).
Al defender la diversidad cultural y la diferencia frente a la uniformidad occidental, es decir, frente al modelo estadounidense de desarrollo, y el universalismo, los círculos de extrema derecha se ven influidos por el discurso de estos dos antropólogos, a los que citan regularmente. Según estos antropólogos la ideología universalista de los derechos humanos no es más que un factor de deculturación y dominación en el que Occidente se erige en juez moral de la humanidad (Stoczkowski, 2008). En la década de 1970 los derechos humanos se utilizaron como arma contra el bloque soviético. Tras la caída del Muro de Berlín en 1989, escriben, los derechos humanos se utilizaron contra los Estados que se oponían a la voluntad mesiánica y hegemónica de Estados Unidos. Llevando este análisis un paso más allá, estos círculos concluyen que el uso de los derechos humanos por parte de Occidente no es más que un medio de afirmar su superioridad sobre el resto del mundo y, por lo tanto, sobre las sociedades no occidentales. Además, no hay que olvidar que Estados Unidos es movido por una ilusión nacida de la Ilustración, según Pierres-Yves Pétillon (1986: 99): “que todo hombre ‘en el fondo de su corazón’ quiere el bien, que el crimen y la violencia no son más que aberraciones temporales, pasos en falso en el camino que conduce a la felicidad de la humanidad”. La mentalidad estadounidense cree, por lo tanto, que la felicidad humana sólo puede provenir del liberalismo de la Ilustración y de la defensa e incluso imposición de los derechos humanos mediante “guerras justas”.
 Ambigüedades frente al Islam
Para una franja de la extrema derecha el islam es una religión viril que lucha contra la feminización creciente de nuestras sociedades, es antioccidental, antimaterialista, antimoderna y cercana a la Tradición (algunos de ellos describen esta religión como un «monoteísmo casi perfecto» [8]), un análisis que es similar al de una franja radical de los católicos franceses (Besançon, 2002).
Desde finales del siglo XIX la extrema derecha francesa siempre ha mantenido una relación ambigua y fascinante con el mundo árabe-musulmán, el cual era visto como una entidad etnorreligiosa homogénea en el contexto de la ola de orientalismo imperante en la época. El escritor antisemita Edouard Drumont, fascinado por esta civilización, soñaba con una alianza entre cristianos y árabes para combatir el judaísmo (Birnbaum, 1993: 96). Algunos antisemitas siguieron sus pasos, entre ellos Henri Rochefort y Abel Clarin de la Rive, director de la revista La France antimaçonnique. El propio Charles Maurras (1940) sucumbió a la arabofilia, como demuestra su Pages africaines, relato de una visita a Argelia en 1935.
Más cerca de nosotros encontramos, por ejemplo, al teórico Claudio Mutti, un italiano que representa el polo tradicionalista-revolucionario, «nazi-maoísta» de la Nueva Derecha italiana (es traductor y editor de textos dedicados a la Guardia de Hierro rumana) y un importante referente de la extrema derecha nacionalista-revolucionaria francesa, escribió en 1985 un artículo sobre su evolución espiritual titulado «Por qué elegí el Islam» (Mutti, 1985 : 37-39) en el que explica las razones de su conversión [9]. Alimentado su tradicionalismo con las teorías guénonianas, consideró lógicamente que «el Islam se me reveló, no como una nueva religión vinculada al medio humano árabe, sino como la forma más reciente (adaptada a las condiciones de la fase actual del ciclo en que vive la humanidad) de la Tradición Primordial de la cual derivan todas las tradiciones indoeuropeas» (Mutti, 1985: 37-39). En otros textos Mutti también hace referencia a la islamofilia de Julius Evola, quien, al igual que Guénon, veía el islam como una forma tradicional completa, es decir, tanto exotérica como esotérica. Además, Evola estaba fascinado por la Yihad y su doble interpretación: la pequeña guerra santa (la guerra material) y la gran guerra santa (la guerra espiritual interior), siendo la Yihad, en su opinión, un «renacimiento tardío de una herencia aria primordial» (Evola, 1987: 19). Este tradicionalismo esotérico es un poderoso estímulo para la fascinación que sienten algunos neoderechistas por esta religión.
Claudio Mutti tiene otro interés en los países árabes: ha apoyado el terrorismo de Estado en algunos países árabes, en particular Libia. En efecto, al igual que otros negacionistas del Holocausto – además de una versión italiana de Los protocolos de los sabios de Sion, Mutti publicó traducciones de Rassinier, Faurisson y Christophersen –, en la década de 1980 mantuvo vínculos con países árabes como Libia. Dirigió la Asociación Italia-Libia, que más tarde se convirtió en la Asociación Europa-Islam (Boutin, 1992: 424). Esta corriente filoárabe incitaba a la yihad en nombre de la lucha contra el «plutojudaísmo» (Duranton-Crabol, 1991: 67). Continuando con el espíritu de esta lucha Claudio Mutti fundó en 1984  la revista neofascista Orion, que más tarde se convirtió en un punto de encuentro para los negacionistas del Holocausto de derechas, pero que también abrió sus páginas a los negacionistas del Holocausto de la ultraizquierda (Milza, 2002: 188). De hecho, Claudio Mutti es un antiguo militante de extrema derecha. También es uno de los mejores expertos en la recepción de la obra de René Guénon en Rumanía y un especialista en Hungría. También es conocido por sus estudios sobre Corneliu Codreanu y la Guardia de Hierro, y sobre el fundador de las Cruces Flechadas, Ferenc Szálasi. Fue cercano al «nazi-maoísta» Giorgio Franco Freda, editor de extrema derecha. Al igual que Mutti, Freda era seguidor de la estrategia de la tensión: estuvo vinculado al grupo terrorista que perpetró el atentado contra la Banca Nazionale dell'Agricultura de Milán en diciembre de 1969. Por lo tanto, la islamofilia de Mutti debe considerarse en el contexto del antisemitismo persistente en los círculos de extrema derecha. En la década de 1980 Mutti desempeñó un importante papel como referente intelectual en las franjas radicales de la extrema derecha francesa, en particular entre los nacionalistas-revolucionarios, los «tradicionalistas-revolucionarios» de la revista Totalité (que se convirtió en una editorial con el nombre de Pardès a principios de la década de 1980) y la tendencia esoterista de la Nueva Derecha. Esta importancia aún puede observarse entre los nacionalistas-revolucionarios franceses de Avatar, que editaron la versión francesa de la revista geopolítica Eurasia de Mutti (tres números publicados entre 2006 y 2009) [10] (François, 2011).
En la extrema derecha también encontramos una arabofilia vinculada a una forma de tercermundismo bajo la influencia de las teorías del teórico belga Jean Thiriart. Thiriart nunca se interesó por el Islam porque apoyó a los regímenes nasserianos y baasistas: toda su vida abogó por una alianza con los nacionalistas árabes, en particular sirios y palestinos, en un intento de «liberar» Palestina y Europa de una supuesta ocupación sionista-estadounidense. Sus simpatías por los regímenes laicos árabe y turco se explican, entre otras cosas, por su inquebrantable odio al Islam. A pesar de ello, tuvo discípulos fascinados por esta religión. Uno de ellos fue el francés Christian Bouchet, que es pro-iraquí y pro-libio. En 2002 publicó un estudio sobre el islamismo en el que minimizaba su peligrosidad: «Hoy, Occidente tiembla ante el islamismo, que se ha convertido en una mera sombra de su antigua grandeza. [...] Seamos claros. El islamismo, tal como lo hemos definido, sigue existiendo y sigue siendo capaz de movilizar multitudes. Sus elementos más extremistas son capaces de organizar operaciones mediáticas impresionantes. Eso es cierto. Pero los jóvenes iraníes o los jóvenes pakistaníes (o incluso, en menor medida, los jóvenes afganos) tienen todos un pariente cercano o lejano en el extranjero y todos, o casi todos, ven canales por satélite. El mundo moderno y sus valores no les son extraños. [...] En los países donde ha llegado al poder, el islamismo no ha “cambiado la vida”, no ha creado una alternativa al mundo moderno, sino que se ha limitado a revestir la modernización de la sociedad con un manto de moralidad. En este sentido, ha sido un fracaso total, razón por la cual acabará desapareciendo» (Bouchet, 2002: 109-110).
Christian Bouchet, actualmente miembro del FN, representa a la minoría proárabe y promusulmana del partido. En 2007 dio una conferencia sobre «Islam y lucha nacional» dentro de la asociación Égalité et Réconciliation (Bouchet, 2008). También fue durante un tiempo amigo del ensayista Alain Soral y colaboró en la desaparecida revista bimestral Flash.
Un amigo cercano de Bouchet, Arnaud Guyot-Jeannin, discípulo católico de Guénon y Evola y antiguo miembro de la Nueva Derecha, publicó un artículo de opinión en el número 7 de la revista Flash en el que sostenía que la islamofobia tenía que desaparecer (Guyot-Jeannin, 2009: 10). Según Guyot-Jeannin esta actitud está relacionada con el deseo de Estados Unidos de encontrar un nuevo chivo expiatorio tras la desaparición de la URSS. El punto principal que se desprende de este artículo es que Arnaud Guyot-Jeannin condena la «americanización» del mundo, el «globalismo centrado en Estados Unidos», y ve al islam como un aliado en esta lucha. De hecho, numerosos tradicionalistas de extrema derecha se han convertido al Islam, odiando a Occidente, el materialismo y el ateísmo tanto como los islamistas [11].
Otros autores de extrema derecha no comparten necesariamente esta línea, sobre todo en la cuestión del islamismo. El caso de Alexandre del Valle, ensayista que se autodefine como «geopolítico», ofrece un ejemplo interesante. Este autor, cuyo verdadero nombre es Marc D'Anna, empezó publicando sus escritos en la revista pagana de extrema derecha Muninn y en la revista neonazi Réfléchir et Agir, y participó en varios actos militantes organizados por grupos de extrema derecha en la década de 1990, como las universidades de verano de Synergies européennes (movimiento disidente de la Nueva Derecha) ; el Forum de la Nation de Lyon en 1999, coorganizado por l'œuvre Française y en el que participaron Pierre Sidos, el antiguo SS Jean Castrillo y el revisionista Vincent Reynouard; y una reunión del Forum Jeunesse Lepéniste en enero de 2002 (Monzat, 2002). Desde entonces Del Valle se ha pasado a las filas de la UMP, donde ha fundado el movimiento La Droite Libre, que se presenta como un movimiento de «derecha sin complejos». Su primer libro, publicado originalmente en 1997 y titulado Islamisme et États-Unis, une Alliance contre l'Europe (Islamismo y Estados Unidos, una alianza contra Europa), establece el vínculo entre una religión musulmana presentada como fundamentalmente agresiva (en el libro se hace referencia al profeta Mahoma como el «primer islamista») y la instrumentalización política de esta religión por parte de la «democracia totalitaria» de Estados Unidos, que fomenta el islamismo (fundamentalmente compatible con el capitalismo globalizado) para obligar a las naciones europeas a integrarse definitivamente en el orden euroatlántico bajo dominio estadounidense (Del Valle, 1997). Siguiendo la visión totalizadora tradicional de la geopolítica, en la que «todo está conectado», los movimientos sociales de diversa índole (auge del islam político, aparición del fenómeno yihadista internacional) se asocian a la mano invisible pero deliberada de Estados Unidos, que fomenta conscientemente el «fascismo verde».
Aunque Del Valle atenuó su retórica antiamericana tras los atentados del 11 de septiembre (acercándose a la derecha conservadora israelí), su caballo de batalla sigue siendo la lucha contra el islamismo, que utiliza para interpretar los peligros que, en su opinión, supondría la entrada de Turquía en la Unión Europea (Del Valle, 2004). Del Valle ya no proclama, como solía hacerlo, la alianza entre Estados Unidos y el islamismo, pero su interpretación sigue siendo frecuente en los círculos de extrema derecha. Por ejemplo, el sitio web conspirativo Réseau International anunció recientemente que tenía «pruebas» de que Estados Unidos apoyaba de hecho al grupo Daesh en Irak en lugar de combatirlo [12], mientras que Thierry Meyssan afirmaba que la CIA había creado ese grupo [13].
Es en este contexto de ambivalencia hacia el islam donde hay que entender la polémica que agitó a la extrema derecha en 2014 en torno al Manifiesto por una nueva política exterior francesa, que se presentaba como una posible doctrina del FN sobre el tema (Chauprade, 2014). En este texto, Aymeric Chauprade escribía que el 11 de septiembre era la consecuencia de la «probable connivencia entre el Estado profundo estadounidense y el Estado profundo saudí», y la continuación lógica de la «monstruosa alianza nacida en la guerra de Afganistán», una posición en línea con sostenida por Del Valle en 1997. Sin embargo, en el mismo texto, se declaraba partidario de la participación de Francia en los ataques contra el grupo Estado Islámico y de un acercamiento a Israel en nombre de la lucha contra el islamismo (línea Del Valle post 11-S), propuesta por la que fue duramente criticado por quienes consideran que el principal enemigo sigue siendo el imperialismo estadounidense-sionista. Para los partidarios de este planteamiento hay que distinguir entre los «buenos» musulmanes conservadores y patriotas y los «islamo-vagabundos», «esta nueva generación de perdedores [...], portadores de una ideología liberal estadounidense y delincuentes, que extienden ahora su odio revanchista hacia una Francia colonial que nunca lo fue en vida a través de un salafismo adocenado y superficial» (Soral, 2011: 233-234). Esto nos lleva a cerrar el círculo: puesto que el islamismo es en última instancia una invención estadounidense se hace posible oponerse a él sin contravenir una cierta arabofilia de la extrema derecha y reinterpretar los recientes acontecimientos en términos de alianza objetiva entre Estados Unidos y el islamismo. En este contexto, es perfectamente comprensible el apoyo mostrado por un amplio sector de la extrema derecha a Bashar el Assad, que tiene la doble ventaja de resistir al imperialismo estadounidense mientras cuenta con el apoyo de Moscú, y de ser presentado como un baluarte contra el islamismo.
 Conclusión
Como hemos demostrado, existe una verdadera coherencia en el análisis antiimperialista y geopolítico de las relaciones internacionales desarrollado por cierta extrema derecha. Los debates en el seno de esta corriente se centran en la interpretación de ciertos acontecimientos en función de la trama, pero no ponen en tela de juicio las propias categorías de análisis. Por su lógica interna y la reducción de la complejidad internacional a unos pocos criterios explicativos (el papel de Estados Unidos, la importancia del determinismo geográfico), esta lectura puede ser tanto más seductora cuanto que se basa en un antiimperialismo compartido por numerosas culturas políticas francesas (en particular la extrema izquierda y ciertas corrientes neogaullistas) y favorece las interpretaciones conspirativas y deterministas de los acontecimientos internacionales susceptibles de atraer a cierto público ávido de información «alternativa». Comprender la visión del mundo de la extrema derecha es, por lo tanto, una clave para entender el atractivo actual de esta tendencia.
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Notas
[1] Cf. http://www.egaliteetreconciliation….. Consultado el 15 de octubre del 2011. Ver también la campaña de Égalité & Réconciliation «Pour un Chavez français», http://www.egaliteetreconciliation….. Consulté le 22 mai 2012.
[2] Video disponible en http://www.youtube.com/watch?v=R5eXYWRWqFs#t=260. Consulté le 16 mars 2015.
[3] http://www.egaliteetreconciliation.fr/Alain-Soral-sur-le-bras-de-fer-entre-la-Russie-de-Poutine-et-le-camp-occidental-29459.html. Consulté le 16 mars 2015.
[4] Gilbert Dawed es un antiguo militante nacionalista revolucionario y solidarista. Es un palestino cristiano que se describe a sí mismo como un «fascista de izquierdas» (se posicionó contra el «imperialismo yanqui», apoyando a los norvietnamitas y a los palestinos), fue miembro del Front des Étudiants Nationalistes (FEN), del Groupe Action Jeunesse (GAJ) y del Mouvement National-Révolutionnaire (MNR) de Jean-Gilles Malliarakis a mediados de los años setenta. Ha sido cercano a los círculos nacionalistas-revolucionarios italianos desde la década de 1970 y ahora publica la revista Eurasia de Mutti a través de su editorial Avatar. También fue uno de los fundadores de la Red Radical en 2002. Por último, estuvo detrás del uso del keffiyeh en los círculos nacionalistas. (Chatillon, Lagane, Marchal, 1995: 97).
[5] El sitio web de Aymeric Chauprade, por ejemplo, se llama Realpolitik, lo que sugiere un análisis supuestamente desapasionado y objetivo de los intereses «reales» de Francia.
[6] http://www.la-dissidence.org/2014/03/26/la-charte-de-la-dissidence-francaise/. Consultado el 16 marzo del 2015.
[7] http://frontnational.com/le-projet-de-marine-le-pen/politique-etrangere/notre-politique-etrangere/. Consultado el 16 marzo del 2015.
[8] Vel por ejemplo el n°8 de Totalité, 1979. Su sumario es bastante elocuente: Antonio Medrano, «L’Islam et l’Europe. La valeur de la Tradition islamique pour la révolution européenne» ; Claudio Mutti, «Quand l’Europe brûle à Téhéran… La Tradition contre le monde moderne» ; Feirefiz (pseudonyme de Claudio Mutti), «Les communautés musulmanes d’Europe» y «Bibliographie islamique».
[9] Claudio Mutti se convirtió bajo el nombre de Omar Amin.
[10] La versión italiana sigue publicándose. Su número 36 apareció en invierno de 2014. Tiene un sitio web: http://www.eurasia-rivista.org/. Consulté le 17/03/2015.
[11] Cf. nota n°8.
[12] http://reseauinternational.net/laide-americaine-a-daesh-se-confirme-des-marines-et-des-helicopteres-apaches-chez-les-djihadistes/. Consultado el 16 marzo del 2015.
[13] http://voltairenet.org/article186993.html. Consultado el 16 marzo del 2015.
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profesor-javaloyes · 1 year ago
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En mi "molesta" opinión.-
¿Por qué lo llaman periodismo cuando lo que hacen es activismo?
En 1921, el entonces editor del diario británico "The Manchester Guardian" -Charles Prestwich Scott- escribió: “El comentario es libre, pero los hechos son sagrados." En las últimas décadas, sin embargo, algunos factores han contribuido a romper dicho principio; de un lado afloró la necesidad del reportero, camarógrafo o fotógrafo de agregar una interpretación al producto de su trabajo. Esta necesidad de opinar y de tomar partido se ha acentuado porque el propio mercado de la comunicación periodística (no entraré en las redes sociales) generó la audiencia para el híbrido que hoy tenemos frente a nosotros; es decir, un periodismo de causa, que toma partido, de compromiso o incluso de lucha.
La profesora italiana Franca D’Agostini deja en claro que aunque la verdad es una, la mentira tiene múltiples expresiones. Me pregunto;
¿Podrán sostener su farsa quienes amparados en el poder que ostentan, ya sea político, económico o religioso, cuentan siempre con mayores y más amplios recursos y modos para mentir?.
Acompaño un ejemplo gráfico para la reflexión si es que existe todavía eso o no es más que otro unicornio azul o de cualquier color. Se trata de una "noticia" publicada por el periódico "El Mundo" en su edición digital. Ojo porque no lo publicó el "Palestina Times", el "Gramma" ni el "Mundo Obrero, sino un diario de centro derecha y liberal que para la izquierda actual y la extrema izquierda (perdón por la redundancia) es igual a fascismo y ultra derecha.
Dice su en titular: "Muere la alemana de 22 años secuestrada por Hamas en el festival de música electrónica celebrado cerca de la frontera con Gaza".
¿Muere?, ahhhhhh un infarto tal vez, igual una sobredosis de drogas o le cayó un rayo. Habrá sido un derrame cerebral o un corte de digestión. ¡Muere dice!. La realidad se sabe desde el mismo día siete de octubre con el ataque de la banda terrorista Hamas en territorio israelí en el que mataron de forma salvaje e indiscriminada a todo tipo de civiles, edades o géneros y algún que otro soldado documentando su "hazaña" grabando las imágenes de asesinatos a quemarropa, decapitaciones y todo tipo de barbaridades.
No, Shani Louk no murió, fue ejecutada fríamente tras ser violada físicamente por esas bestias y también con sus fusiles y pistolas, romperle brazos y piernas para pasear en un jeep su cuerpo destrozado como un guiñapo mientras la multitud se acercaba a darle su último adiós con golpes y escupitajos bajo el noble grito de Allahu Akbar.
No pretendo aparentar ser imparcial porque no lo soy, pero al menos me comprometo a ser sincero.
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aurianneor · 6 months ago
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Tener la mayoría del poder sin la mayoría de los votos
El sistema de votación en Francia, tanto para las elecciones presidenciales como para las legislativas, no es proporcional. Sólo los candidatos más votados pasan a la segunda vuelta. Favorece a los grandes partidos con un líder indiscutible.
La V República se creó para un hombre, Charles de Gaulle, líder indiscutible de un gran partido. Valorar a un líder indiscutible es un valor de derechas. Unirse detrás de un solo hombre no es un valor de izquierdas. La izquierda valora la diversidad de opiniones y el diálogo. La izquierda no puede imponerse con este tipo de elecciones.
En las elecciones presidenciales francesas de 2002 hubo 10 candidatos de izquierdas. Ninguno de ellos llegó a la segunda vuelta, pero juntos sumaron el 64% de los votos. Chirac y Le Pen juntos sólo obtuvieron el 36% de los votos en la primera vuelta. La mayoría de los franceses habían votado a la izquierda y tuvieron una segunda vuelta de derecha contra extrema derecha.
En las elecciones presidenciales de 2017 y 2022, Emmanuel Macron obtuvo el 24% en 2017 y el 27% en 2022 de los votos en la primera vuelta. La gente votó por él en la segunda vuelta para evitar a Marine Le Pen. Los candidatos de izquierda sumados en la primera vuelta obtuvieron el 27% en 2017 y el 31% en 2022. Si solo hubiera habido un candidato de izquierdas, se habría enfrentado a Marine Le Pen en la segunda vuelta.
Para las elecciones legislativas de 2024, E. Macron no ha dejado tiempo suficiente a los partidos para hacer campaña y a la izquierda para organizarse de cara a las elecciones europeas (caída del voto a France Insoumise). Esto es antidemocrático. Los pronósticos dan una amplia victoria a Rassemblement National (extrema derecha). Cuanto más pequeña es la ciudad, mayor es el resultado de Rassemblement National.
W. Bush y D. Trump fueron elegidos en Estados Unidos gracias al sistema electoral, a pesar de que una gran mayoría de la población votó en contra de ellos.
En Estados Unidos (colegio electoral) y en Francia, hay muchas más circunscripciones en el campo que en las ciudades. El voto rural está sobrerrepresentado.
En el Reino Unido, Italia, España, Suiza y Alemania, el voto de los diputados es proporcional.
Elections législatives : comment vote-t-on dans l’Union européenne ? – Toute l’Europe: https://www.touteleurope.eu/vie-politique-des-etats-membres/elections-legislatives-comment-vote-t-on-dans-l-union-europeenne/
Hay que devolver el poder al pueblo pidiendo representantes elegidos proporcionalmente y un referéndum de iniciativa popular para equilibrar su poder. Los parlamentarios eligen luego a un primer ministro. No hay necesidad de un presidente. El pueblo es soberano.
Types de démocraties – Democurieux: https://democurieux.fr/types-de-democraties/
Traducido con DeepL.com
Adam Ruins Everything – Why the Electoral College Ruins Democracy – tru TV: https://youtu.be/90RajY2nrgk?si=fXmlvOy7mkoOXiCz
youtube
Proportional #rankedchoicevoting Explained – fairvote: https://youtu.be/MSl7LYbqjWw?si=WC5w9A8kgnLmE7UY
youtube
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The American people’s choice: https://www.aurianneor.org/the-american-peoples-choice-fahrenheit-119/
Elire, c’est pas voter!: https://www.aurianneor.org/elire-cest-pas-voter-oui-au-referendum/
Les autorités illégitimes: https://www.aurianneor.org/les-autorites-illegitimes/
Oui au Référendum d’initiative populaire: https://www.aurianneor.org/oui-au-referendum-dinitiative-populaire-petition/
Vème République, toujours là…: https://www.aurianneor.org/veme-republique-toujours-la-to-read-this-in/
Législatives 2024: choisir la gauche ou la droite.: https://www.aurianneor.org/legislatives-2024-choisir-la-gauche-ou-la-droite/
2 France: https://www.aurianneor.org/2-france-jusqua-quand-travail-famille/
Avoir la majorité du pouvoir sans la majorité des votes: https://www.aurianneor.org/avoir-la-majorite-du-pouvoir-sans-la-majorite-des-votes/
Having the majority of political power without the majority of votes: https://www.aurianneor.org/having-the-majority-of-political-power-without-the-majority-of-votes/
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ferrolano-blog · 1 year ago
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Mi voto... Votaré Sumar. Sin épica alguna. Votaré consciente de que voto a un bloque. En estas elecciones la épica la ponemos nosotros, no los partidos... y es que están sucediendo cosas extrañas. La extrema derecha recorre Europa. Gracias a que no existe nada que la detenga... Las derechas están ganando elecciones en Europa, simplemente porque las izquierdas no votan. Lo que no es anecdótico y explica lo que ha pasado... Tendrá consecuencias en la idea de democracia, en su funcionamiento. Tendrá consecuencias en la idea del otro, del cuerpo del otro, de la religión del otro... la derrota del PP en España es clave para impedir que ese fantasma recorra, con facilidad al menos, Europa... contra eso, votaré Sumar (Guillem Martínez)
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jartita-me-teneis · 8 months ago
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@nenedenadie 🚨🇪🇺Ayer Feijóo dijo que pactará con Meloni porque:
➖ “No me parece homologable a otros partidos de extrema derecha en Europa”
🇮🇹Os dejo vídeo de quién es Meloni y en qué ha convertido Italia, donde los nazis hoy campan a sus anchas gracias a su moderación, ¿homologable al PP?
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jrlrc · 1 year ago
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Misterios mexicanos
México es, como todos sabemos, un país misterioso. El pésimo “debate público” que alberga, y con el que se condiciona mutuamente, no ha podido resolver dos misterios que creó:
Primer misterio, desde “la izquierda obradorista” (ja), es cómo se puede construir progreso/justicia social de la mano de Carlos Slim. Para el presidente, Slim es un “empresario con dimensión social” que debe estar en todos o casi todos sus “grandes proyectos” de infraestructura, para la realidad es un empresario favorecido por el Estado salinista y un empresario nostálgico del monopolio privado, el hombre más rico de México y uno de los más ricos del mundo que nada tiene que ver con la izquierda y que nunca ha hecho ni una mínima parte de lo que ha hecho socialmente un Soros que jamás ha tenido más dinero que Slim (y lo que ha hecho Soros no justifica la desigualdad y riqueza extremas). Slim es el mismo que era con los presidentes que odia AMLO, cómo puede AMLO tener resultados diferentes trabajando con ese Slim? Y no hay que olvidarlo: es mentira que haya menos pobres gracias al gobierno de López Obrador -la pobreza, en general, como un todo, como un conjunto, como una condición sin adjetivos en el nombre y por tanto con muchas dimensiones/adjetivos en el contenido, está donde estaba: no hay avance, no hay Progreso, no hay Justicia social, no hay logro de izquierda.
Segundo misterio, desde la derecha no obradorista y extremista y tuitera, es cómo AMLO puede construir el comunismo de la mano de Slim. Para esa derecha, el obradorismo es un proyecto comunista (como pasa con toda la izquierda, según esos ignorantes cuya biblioteca promedio es algún libro de Ayn Rand, alguno de Luis Pazos, muchos tuits de “analistas” histéricos y YouTube). Los libros de texto gratuitos hechos por Marx Arriaga, no les dan la razón? No. Como es evidente, López Obrador no ha leído a los autores incluidos por Arriaga y demonizados por esa derecha. No tenía ni tiene la menor idea de lo que dicen esos libros… Lo que dicen no fue orden presidencial. Es imposible que este presidente haya leído a De Sousa o cualquier otro, si ni siquiera hay evidencia de que haya leído a Dussel aunque lo llevó a su partido (para ser irrelevante). Cómo puede ser comunista y hacer comunismo quien elogia a y colabora con Slim?
México, país del surrealismo sureño, de la contradicción “crítica” cotidiana y galopante, de los misterios digitalmente autosustentables, de los misterios sin resolver por sus creadores que tuitean “resolviéndolos”. La matinée presidencial no es el único espectáculo absurdo, irracional y desesperante.
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elpuntodenoretorno · 2 years ago
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¿Quiénes son nuestros gobernantes? Monarcas, primeros ministros, presidentes de república… ¡No, no, no! ¿Quiénes nos gobiernan realmente? En esta toma de consciencia de quién está al mando de este tinglado, el ser humano pasa por varios estadios. Se trata de un periplo de desencanto; un proceso de madurez de virgen doncella a vieja alcahueta; el inverso despertar de una ilusoria vigilia a la peor de las pesadillas: somos esclavos, ganado, animales estabulados; siempre lo fuimos; y no tenemos ni idea de quiénes dirigen nuestra vida y eligen nuestra muerte. Hasta encarar esta cruda realidad, se transita por cinco etapas aquí detalladas:
ESTADIO 1.- CANDIDEZ DEMOCRÁTICA
La pueril ingenuidad de quien se creyó todo lo que le dijeron en el colegio, en misa y en la tele: los poderes públicos están al servicio del ciudadano; el Estado garantiza nuestros derechos y libertades; los jueces imparten justicia y la policía existe para detener a los malos. No es un sistema perfecto, -dicen-, pero es el menos malo de los posibles. Trabaja y te premiarán. Esfuérzate y se te compensará. Obedece y nadie te molestará: tendrás empleo, mujer, hijos, fútbol y un mes de vacaciones. Por supuesto, vivimos en una democracia, y a nuestros gobernantes les elegimos como representantes políticos. Nos identificamos en un espectro entre la izquierda y la derecha, conservador o progresista, socialista o liberal. Votamos. Claro que votamos. Y volvemos a votar. Pagamos impuestos para que haya autopistas, escuelas y hospitales. Las fuerzas armadas nos protegen. El Estado nos defiende.
ESTADIO 2.- INCOMPETENCIA POLÍTICA
Cuando se percibe la primera incongruencia sistémica, el ciudadano tiende a pensar que fue él quien no supo elegir de manera correcta. En este estadio, el mal político nunca lo es en una dimensión moral o espiritual, sino técnica o de competencia: no estaba bien preparado, no tenía formación adecuada, no supo gestionar de manera eficiente… Se sigue creyendo en el dogma de la representación política: si alguien no lo hizo bien, dentro de cuatro años votas a otro, y solucionado. Siempre se puede cambiar de ideología, partido, movimiento revolucionario, o en última instancia radicalizar el discurso hacia una extrema la que sea. Si se vive en la injusticia e iniquidad, la culpa es de la población, que no escoge bien a sus gobernantes, que no se interesa por lo público, que no tiene cultura política, conciencia de clase o carácter emprendedor.
Si en el primer estadio se negaba el mal, en el segundo se le reconoce siempre y cuando se valore como lapsus corregible, error reparable, fallo de excepción. En el más iluso de los casos, se argumenta pretender mejorar el sistema desde dentro del mismo. Antes de entrar en el siguiente estadio, se agota la esperanza de que un nuevo partido, un nuevo movimiento, un nuevo personaje oportunista venga a mejorar las cosas.
ESTADIO 3.- LA EXCUSA DE LA CORRUPCIÓN
Se consuma la calamidad sistémica y se da un diagnóstico: la clase política se ha corrompido. No se contempla la posibilidad de que esa podredumbre moral sea precisamente el requisito de acceso a la casta gobernante. La corrupción resulta ser la causa del desastre general, y no el efecto buscado con alevosía. Se dan las explicaciones pertinentes insertadas con calzador en una ya dudosa versión oficial: las crisis económicas son periódicas e inevitables; la deuda pública es una mal necesario; los bancos han sido gestionados de manera irresponsable. A fin de cuentas, los políticos sólo siguen sus ambiciones personales de poder y dinero. Se instala el falaz axioma de que la élite global impone un orden político injusto a la población, para aumentar su riqueza e influencia política. Los ricos roban para ser más ricos; los poderosos matan para ser más poderosos.
Se simplifica la cuestión con el mantra. Todos los políticos son iguales, como si el origen de todas las atrocidades que sufre el ser humano fuera la naturaleza egoísta de sus gobernantes. Si malversan fondos, es para enriquecerse. Si invaden un país, es para apropiarse de sus recursos. Si envenenan a la población a traición con sus medicinas, es para que el lobby farmacéutico facture millones. Si hacen atentados terroristas de falsa bandera, es para iniciar lucrativas guerras. Si se involucran en escándalos sexuales y pederastia, es por su carácter crápula y pervertido. Aun en el infierno en el que el ser humano vive, entre guerras, enfermedades, genocidios, hambrunas y sequías, este todavía no consigue atisbar la raíz de su desgracia: no es que en el orden político existan males, sino que ese mismo orden político se cimenta en el mal mayúsculo, en lo malévolo en sí, en la maldad pura.
Hasta que un día, abres los ojos: la agenda política que se impone es una sofisticada y eficiente maquinaria de tortura sobre los seres humanos. No era ni tu voto, ni tu dinero, ni tu poder lo que buscaban obtener, robarte, arrebatarte. Buscan tu sufrimiento. Te gobiernan para hacerte sufrir más y más, de forma neta, optimizada, maximizada, despiadada. Ese es el objetivo del Nuevo Orden Mundial: tu dolor, tu miseria, tu sufrimiento, elevado a cotas que ninguno de los nuestros puede concebir.
ESTADIO 4.- LA CAÍDA DE LAS MÁSCARAS
¿Cuándo nos dimos cuenta? Pues varía de sujeto a sujeto: unos nacen ya conscientes, y otros lo hacen solo justo antes de morir. Pero muchos de ellos se percataron de que las cosas no funcionan como deberían en el año 2020. ¿Qué ocurrió aquel año? Pues que a los que en verdad gobiernan se les vio el plumero.
Tuvieron que ejecutar el encierro domiciliario de toda la población, de manera ilegal, y de espalda a las cartas de libertades constitucionales de las naciones. Y no ocurrió nada: ningún juez hizo justicia. Impusieron delirantes e ineficaces medidas sanitarias a millones de seres humanos con devastadoras consecuencias para su salud y economía. Y no ocurrió nada: no hubo responsables. Obligaron a protocolos médicos asesinos con los que murieron miles de personas en hospitales y residencias. Y no ocurrió nada: nadie pagó por ello. Se enloqueció a la población con una propaganda esquizofrénica de nuevos virus y sus variantes, mascarillas y sus obligaciones, expertos y sus malditos estudios científicos contradictorios. Y no ocurrió nada: ningún político rectificó, ningún periodista retiró lo dicho, ningún médico se disculpó por lo hecho.
Finalmente, se dictó una criminal y fraudulenta campaña de vacunación con la que se condenó a las naciones a un continuo exceso de mortalidad, una explosión de enfermedades neuro cardiovasculares, un genocidio por goteo. Y no ocurrió nada: nadie detuvo tal monstruosidad ni aun dejando constatación del envenenamiento masivo de toda la población con derivados de un material tóxico utilizado en nanotecnología. A partir de 2020 todo cambió: la agenda se aceleró; el horror se intensificó; se cayeron las máscaras. ¿Y cómo es el rostro de quienes perpetran todo esto?
Resulta obvio verificar que nuestros reales gobernantes no comparten interés con el ser humano que somos. A nadie que conozcamos les gusta verse envuelto en guerras, bombardeos, tiranías, censuras, represiones, epidemias, persecuciones, masacres… y, sin embargo, a todo eso en exceso nos conducen sus políticas, con regular frecuencia e intensidad in crescendo.
Quienes nos gobiernan tienen otro interés, no sólo diferente sino contrario al nuestro. Nuestro mal les favorece.
Nuestra desgracia les congratula. Nuestro sufrimiento les motiva hasta el punto de parecer alimentarse de él.
Promueven todo aquello que nos hace sentir mal: formas de arte aberrante, culto a lo feo, exaltación del bajo sentimiento, tráfico de drogas adictivas, perversiones sexuales contra niños, odio entre sexos, desunión familiar, conflicto entre naciones, mentiras y engaños periodísticos, enfermedades crónicas, abortos, locura, suicidio, ruido en las ciudades, infertilidad en el campo, terror en las calles, incomunicación en las casas, alimentación asquerosa, aire irrespirable, clima extremo, censura al discrepante, marginación al divergente, exterminio del que piensa diferente.
Todo sin excepción dentro de la política impuesta de manera global desde 2020, conduce a sentirse infeliz y miserable. Respondiendo a este sencillo y espontáneo interrogante se entra al estadio final: ¿Quién es capaz de todo esto?
ESTADIO 5.- NOS GOBIERNAN NUESTROS PEORES ENEMIGOS
¿Quiénes son capaces de todo esto? Quienes necesiten de nuestro mal para su supervivencia. ¿Y quiénes necesitarían tal cosa? Pues seres con una naturaleza diferente a la humana. ¿Y qué naturaleza sería esa? La que dependiera de permanecer ocultos a nuestros ojos, como un depredador que se esconde de la presa, como un parásito que se mimetiza en su huésped, como un zorro que no se deja ver antes de entrar a matar al gallinero.
No podemos entender su extrema crueldad, pero sí podemos evaluar su grado tras observar sus actos. ¿Cómo de sádicos pueden llegar a ser? Matan millones y responsabilizan de las muertes a los propios muertos. Mienten en ráfaga para, acto seguido, llamar mentiroso al que dice la verdad. Difaman, calumnian, aíslan a todo aquel que se les opone. Torturan en masa para después, con desfachatez, alegar hacerlo por el bien del torturado. Intoxican con falsas medicinas en las que reside la causa de la enfermedad que dicen curar. Ejecutan una sofisticada demolición de tres rascacielos matando miles, y culpan de ello a una patética cuadrilla de moros. Vuelan cuatro trenes de manera simultánea segando la vida de inocentes, y condenan a un tendero a miles de años de prisión por ello. Sufragan actos terroristas, atrocidades paramilitares, horrendas revoluciones, y después te denuncian a ti por discurso de odio.
Modifican el clima a su interés, provocando sequías, propagando incendios…para luego prohibirte emitir más gases bajo sanción. Siembran las ciudades de antenas de telecomunicaciones que dañan todos los tejidos de nuestro cuerpo, y después con sorna te aseguran que son inocuas. Te dicen que protegen el medioambiente impidiéndote criar pollos o vacas, y después te hacen comer grillos y escarabajos por el bien del planeta. Hibridan tu biología con tecnología que nadie ha demandado, con vistas al engendro que justifica su agenda transhumanista. Manipulan la historia, la arqueología, la ciencia. Te amenazan constantemente con meteoritos, pandemias, crisis climáticas. Escenifican ridículas carreras espaciales que requieren presupuestos anuales astronómicos, y luego te dicen que en 2023 no se puede regresar a la luna. Montan guerras mundiales, conflictos religiosos, crisis financieras. Te seducen con fantoches de ventrílocuo que te presentan como candidatos políticos. Te enloquecen con una televisión de propaganda, violencia, cotilleos, y reality shows cada vez más deleznables. Te lavan el cerebro con cine, series, deporte, música pop, pornografía. Te sobornan con su estatus social de mierda, su éxito de pacotilla, su dinerucho manchado de sangre, para que desoigas estas palabras, desdeñes la verdad que eres, se pudra tu corazón, y sigas con tu miserable vida, cabizbajo, cínico, cobarde.
¿Acaso puedo ser más claro? Nos gobiernan nuestros peores enemigos. Son implacables, responden solo a sus propios intereses, y no van a mostrar ninguna compasión por nosotros. Al contrario: cuanto más nos hagan sufrir, cuanto más ignorantes permanezcamos, cuanto más inconscientes seamos de su existencia, más se regodearán en nuestra tortura y miseria. Si crees que ahora estás en paz, te engañas: es sólo una falsa tregua para volver a embestir enseguida con más fuerza. Si crees que lo peor ya ha pasado, te equivocas: volverán con otro ataque, más virulento si cabe, cuanto menos te lo esperes. Si crees que esos seres no están aquí entre nosotros, no puedes estar más errado: nunca se fueron, siempre estuvieron aquí, no vinieron de ningún lejano lugar. Y no descansarán hasta doblegarnos en cuerpo y alma. De que seas consciente de ello, depende la única, última y remota oportunidad que tenemos de librarnos de ellos. Si no la aprovechamos, ya estamos condenados.
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mauriciomeschoulam · 2 years ago
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Escalada entre Israel y la Jihad Islámica
Articulo publicado originalmente en El Universal: https://www.eluniversal.com.mx/opinion/mauricio-meschoulam/escalada-entre-israel-y-la-jihad-islamica/
En los últimos días, ha estallado un nuevo enfrentamiento en Palestina e Israel, en este caso, entre la Jihad Islámica Palestina y el ejército israelí. Hasta el momento de este escrito, Hamás no está participando activamente, aunque eso podría cambiar. Al margen de las enormes pasiones que este conflicto enciende dentro y fuera de la región, una vez más, vale la pena hacerse las preguntas que permitan, primero, comprender un poco mejor los elementos más recientes de la situación; segundo, aportar para un desescalamiento de la violencia más inmediata, y tercero, ayudar a destrabar la situación con miras a soluciones más duraderas. Por ejemplo, ¿qué factores son los que desatan esta última espiral y por qué justo ahora y no antes? ¿En qué difiere el momento actual al de otras escaladas importantes? ¿Qué está pasando internamente en Israel y en Palestina? ¿Qué factores, en ambos lados, están incentivando los enfrentamientos y cómo es que el entenderlos permitiría evitar situaciones así en el futuro? Recogiendo algunos elementos que ya hemos compartido por acá y aportando lo más nuevo, coloco unos apuntes al respecto:
(Nota, se trata de eventos en desarrollo; escribimos este texto con la información con la que hasta este punto contamos. Sin embargo, la situación es muy fluida).
1. Probablemente lo más importante es comprender que se trata de un conflicto añejo, irresuelto, que es considerado por muchos como intratable, por lo que a lo más que comúnmente se aspira es a administrarlo. El conflicto contiene infinidad de temas sin solución como la ocupación indefinida de territorios por parte de Israel, la inexistente construcción de condiciones de paz y seguridad para ambos pueblos que permitan la transición de la Autoridad Nacional Palestina hacia un estado que pueda coexistir con Israel en circunstancias de bienestar para los habitantes de la región, y a la vez, la devolución del control de la franja de Gaza a esa Autoridad Nacional Palestina, así como el desarme de organizaciones como Hamás o la Jihad Islámica, entre muchos otros factores. Esta serie de elementos irresueltos ocasionan que continuamente el conflicto exprese su violencia de muy distintas formas. Y sucede que, cada tanto, esa violencia escala a niveles tales, que atrae la atención de medios internacionales, de gobiernos y actores que ahora, después de años de letargo, se muestran interesados por resolver las cosas. La historia del conflicto hasta este punto, sin embargo, ha mostrado que, tras unos cuantos meses de atención, éste es nuevamente abandonado a su suerte y a las voluntades de aquellos quienes piensan que, como dije, puede ser simplemente administrado.
2. La más reciente escalada es el producto de una compleja combinación de factores que no pueden mirarse de forma aislada. Señalo algunos:
a. La extrema derecha en Israel. Desde factores demográficos hasta temas que tienen que ver con la frustración acumulada y resentimientos ocasionados por un conflicto irresuelto e intratable, un cada vez mayor número de israelíes ha estado votando por los partidos religiosos y nacionalistas de extrema derecha. En el caso de las últimas elecciones, el peso de estos partidos fue tal, que Netanyahu tuvo que aliarse con ellos para obtener una mayoría que le permitiera regresar al poder. Esto, para efectos materiales, ha corrido al gobierno
israelí hacia la extrema derecha, frente a las amenazas constantes que hacen esos partidos de renunciar y hacer colapsar la coalición.
b. Netanyahu, quien, entre otras cosas, enfrenta varios procesos por corrupción, optó por formar coalición con esos partidos antes que renunciar a reocupar la primera magistratura que había perdido hace unos años, y también ha optado por seguir cediendo ante las demandas de esos partidos, ante el riesgo de volver a perder el mandato.
c. Entre muchas otras iniciativas y decisiones, la coalición gobernante está impulsando una reforma judicial que ha suscitado un enorme descontento en Israel. Llevamos meses de protestas y manifestaciones, lo que ha incluido denuncias de exfuncionarios, exjueces, exmilitares, además de miembros del propio gabinete, de la comunidad académica, pensadoras y pensadores. Esto también incluye el boicot de reservistas que afirman que este gobierno no les representa. La aprobación del primer ministro ha llegado a caer al 20%, lo que muestra que el descontento no solo se ubica entre sus opositores.
d. Esto se ha trasladado hacia la arena de confrontación entre Israel y Palestina de distintas formas. Hay que considerar que el estatus de irresolución permanente que mantiene el conflicto, también ha producido frustración y radicalización entre sectores de la población palestina, algunos de quienes optan por métodos violentos para, en su visión, acercarse a sus fines. Desde mucho antes de que este gobierno asumiera el poder, se registró un crecimiento de atentados terroristas contra civiles israelíes por parte de individuos y organizaciones palestinas, lo que normalmente termina, a su vez, en redadas por parte de la policía y ejército israelí en busca de militantes. Estas redadas, sin embargo, también han ocasionado muertes de cientos de civiles palestinos y comúnmente incendian nuevamente espirales y círculos de violencia interminables.
e. En la gestión actual del gobierno liderado por Netanyahu, además de esas redadas, hay que añadir el componente de lapresión que están ejerciendo los partidos extremistas para autorizar asentamientos nuevos e incluso anexar territorios dentro de Cisjordania, sin mencionar otros elementos como los propios ataques de colonos israelíes en contra de poblados o individuos palestinos.
f. Añadiendo piezas a esta complejidad, hay que considerar el semi colapso de la Autoridad Nacional Palestina, el cuerpo que formalmente gobierna y representa a Palestina, la mala salud de su presidente Mahmoud Abbas y su baja popularidad, la corrupción que la carcome, y su rivalidad con Hamás, organización que tiene no solo el control de Gaza sino una alta penetración en Cisjordania.
g. La franja de Gaza como dijimos, está controlada de facto por Hamás. Pero en ella opera también la Jihad Islámica, una organización con la que también Hamás mantiene su propia rivalidad y competencia, más allá de que a nivel retórico y en ciertos momentos se muestren efectivamente como organizaciones alineadas.
h. La Jihad Islámica Palestina fue fundada en 1981, con el objetivo declarado y abierto de la destrucción de Israel por la vía armada y el establecimiento de un Estado Islámico en
Palestina. Es una organización mucho más pequeña que Hamás que ha cometido tanto atentados terroristas contra civiles, como ataques de otra naturaleza (como sabotajes, ataques con misiles, o ataques contra militares de distinta índole). Este grupo, además de operar en Gaza, tiene importantes vínculos financieros y políticos con Irán, tiene sus cuarteles centrales en Damasco, Siria, además de oficinas en Beirut, Teherán y centros de mando en Cisjordania.
3. Con ese contexto, revisemos ahora los eventos recientes. El 2 de mayo, murió Khader Adnan, un miembro del alto mando de la Jihad Islámica que había sido arrestado por Israel en febrero por cargos de terrorismo, y quien había iniciado una huelga de hambre en protesta por ese arresto. Esa huelga de hambre (que no fue su primera), terminó con su vida después de 86 días. La Jihad Islámica prometió represalias, lo cual cumplió a inicios de mayo, lanzando varias rondas de misiles en contra de ciudades israelíes, 104 cohetes en total.
4. En este punto, es importante comprender que Netanyahu ya ha vivido muy diversos enfrentamientos con los grupos militantes de Gaza y—contrario a lo que se pudiera pensar—ese primer ministro tiende, al menos de inicio, a evitar el escalamiento de las hostilidades, pues en su estimación, normalmente Israel sale política y diplomáticamente perjudicado, mientras que esos enfrentamientos resultan en el fortalecimiento político de grupos como Hamás. Por ejemplo, en 2018 y en 2019, cuando hubo inicios de enfrentamientos, él hizo todo para desactivarlos lo más rápido que pudo, aunque en 2021 no lo logró. Hace pocas semanas, cuando la combinación de elementos explosivos acá señalados, hizo estallar la violencia, y Hamás envió varios misiles contra Israel desde Gaza y desde el sur de Líbano, la respuesta de Israel en ese momento, también fue limitada. Netanyahu no deseaba escalar la situación considerando que acababa de despedir a su ministro de defensa, y considerando la compleja situación política en Israel. Pero fue fuertemente criticado por ello, en especial al interior de su propio gabinete.
5. En el último choque con la Jihad islámica, apenas el 3 de mayo, Netanyahu de nuevo impulsó rápidamente un cese al fuego, y otra vez fue muy criticado por los sectores más duros en el ejército y en su gobierno. Uno de los ministros de extrema derecha, Ben Gvir, decidió boicotear las reuniones del gabinete, señalando que el primer ministro estaba actuando con debilidad. De manera tal que, de nueva cuenta, la amenaza de perder a su coalición y, por tanto, la posibilidad de seguir gobernando, son factores que también inciden en este panorama.
6. Así, ya sea porque cedió ante esas presiones, o, para restaurar la capacidad disuasiva ante Hamás y la Jihad islámica, o por ambos factores, el 8 de mayo (5 días después de haber pactado el cese al fuego), Netanyahu dio la orden de lanzar un ataque que terminó con la vida de tres importantes miembros de la Jihad Islámica, así como de sus familias y civiles que se encontraban ahí; diez personas en total en ese primer ataque, iniciando lo que se ha llamado Operación Escudo y Flecha.
7. Como era esperado, desde ese punto, la Jihad islámica ha respondido con una gran cantidad de rondas de misiles en contra de ciudades israelíes, causando hasta el momento
varios heridos y una persona muerta. Israel de su lado se ha mantenido bombardeando posiciones de la Jihad islámica, y sigue lanzando ataques directos en contra de miembros de esta organización, ocasionando además varias personas civiles muertas y heridas (hasta este momento son más de 30).
8. Lo particular de estos enfrentamientos consiste en que, hasta el momento de este escrito, Hamás ha decidido no involucrarse en las hostilidades contra Israel. Esto, sin duda, restringe la capacidad de respuesta de la Jihad Islámica, la cual es, como dijimos una organización mucho más pequeña. Esto obedece en parte a que Hamás prefiere por ahora evitar una escalada mayor contra Israel, retornar a la estabilidad en Gaza lo antes posible, sostener el flujo de recursos que llegan desde Qatar, y seguir empujando su lucha a través de su penetración política y militante en Cisjordania. Pero también obedece a que, en la medida en que la Jihad Islámica se desgaste, Hamás gana en la competencia interna. Aún así, todo ello tiene un límite. Si las hostilidades continúan, Hamás se verá obligada a intervenir pues de lo contrario se mostraría como desleal ante la causa palestina y podría mermar su apoyo político. Por tanto, será necesario observar si la situación actual se prolonga o no.
9. Egipto ha estado muy activamente negociando un cese al fuego entre Israel y la Jihad Islámica, pero hasta este momento, no se ha logrado. Hay también otros países intentando mediar. Podríamos esperar que, en el punto en el que ambas partes sientan que han logrado algunos de sus objetivos, aunque sea de manera limitada, la mediación conseguirá más eficacia.
10. Una vez más, las lecciones son muchas. La más importante es que el cansancio y la frustración por la ausencia de posibilidades para construir condiciones de paz y seguridad entre ambos pueblos, solo terminan por arrastrar los factores de fondo, los cuales afloran a la primera oportunidad y estallan de formas cada vez más violentas entre las partes. Hoy estamos viendo a varios actores internacionales haciendo enormes esfuerzos por callar las armas. Ese tipo de esfuerzo es justo el que se requiere, pero de forma más seria e intensa, encaminado a retomar los avances que ya se tenían en negociaciones previas—que los hay—y reanudar el proceso por difícil que éste sea.
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13 de mayo de 2023.
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