#O Físico Prodigioso
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A senhora
"O nosso senhor já morreu. E a senhora do castelo, a quem servimos, não tarda que o acompanhe no túmulo."
Jorge de Sena, "O Físico Prodigioso"; pintura de John William Waterhouse.
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El arco del triunfo (que no fue)
La eterna (in)definición.
Otra vez se llenó la semana de palabras que, con el pitazo final, quedaron vacías. Incluso, las de esta misma bitácora. Tras el apático empate de local ante Central Córdoba, Español pisaba Villegas con la obligación de ganar para no perder del todo la chance de terminar el torneo en el podio. Volvió a regalar el primer tiempo ─aun estando diecisiete minutos en ventaja─, se repuso en gran forma, estuvo a centímetros (literal) de triunfar, pero terminó sumando de a uno. La irregularidad ajena ─ganaron sólo dos de los ocho equipos que están arriba de Español en la tabla─ hizo que el equipo de Moramarco, de nuevo, se negara a tirar la toalla.
Experimentos, no más.
¿Qué habrá pensado Moramarco cuando decidió sacar a Bolig de la formación inicial y reemplazarlo por Vocos de volante central? A los diez minutos del primer tiempo Español ya había sufrido dos jugadas de gol claras y tenía a un zaguero amonestado: el mediocampo era una autovía y Bolig empezó a hacer la entrada en calor. Se imponía una modificación: sacar a Caride, amonestado; bajar a Vocos al lateral derecho, correr a Nieto al lugar de Caride y que Bolig juegue de cinco, su puesto natural. Pero el cambió se demoró por una incidencia que trastocó de nuevo los papeles. Un rechazo de sesenta metros de Hernández para adelante le cayó a Anríquez en la puerta del área rival: los defensores de Liniers miraron, el arquero De Feliche no salió y Anríquez la punteó al gol. Español se ponía un gol arriba cuando merecía ir perdiendo por dos. Moramarco (ay) frenó el cambio. La visita, aún en ventaja, nunca hizo pie durante el primer tiempo. Una falta de Vázquez en área propia y un error de Hernández en un despeje hicieron que Español se fuera derrotado al descanso. El experimento había fracasado desde el principio.
Cambio dolor.
Cada hincha de Español debe haber puteado cuando notó que la formación para el complemento era la misma. El equipo de Moramarco se plantó diez metros más adelante para disputarle a Liniers el partido cerca de De Feliche. La generación de cristal de la que tanto se habla tal vez tenga su máximo exponente en Agustín Ríos. El defensor de Español salió lesionado por enésima ocasión. En su lugar entró, por fin, Bolig. Moramarco hizo lo que debió hacer desde el inicio o, al menos, desde los cinco minutos del primer tiempo: Vocos al lateral, Nieto a la zaga, Bolig al medio. Emparejó las acciones el Gallego y tuvo una jugada de gol clarísima en la contra de un córner a favor de Liniers, pero Bella se atolondró y definió mal frente al arco cuando Gallelli llegaba mejor perfilado. Los dos salieron juntos e ingresaron Lazaneo (convirtió) y Conceicao (la rompió). Español quemaba las naves: cuatro delanteros, además de Vázquez. Liniers retrocedía: estaba perdiendo el partido físico y el mental. Por eso no extrañó que Español llegara al empate: prodigioso centro de Gómez (un crack, aunque haya llegado al Bajo Flores en el ocaso de su carrera) y definición al gol de Lazaneo. Sí, después de 190 días y treinta fechas, Lazaneo volvía a meter un gol de jugada. La visita dominaba y se exponía de contra. Caride, sostenido por Moramarco cuando era candidatazo a salir en el primer cuarto de hora del partido, mantuvo a Español en pie, ayudado por Nieto en la zaga. Vocos fue más útil en la banda derecha que en cualquier otro lugar. De Bórtoli estuvo a la altura tapando un par de pelotas que, de haber atajado Díaz, probablemente hubieran terminado en gol. No conforme con el empate, el equipo de Moramarco fue a buscar los tres puntos. Si no lo consiguió fue porque algún espíritu maligno ─no se encuentra una explicación mejor─ no quiso que David empujara la pelota abajo del arco después de siete toques a pleno fútbol total del equipo en ataque y cuando el reloj marcaba 48 minutos del segundo tiempo. De no creer: habría sido el premio mayor para un equipo que en el último tiempo viene demostrando que quiere dar pelea hasta el final, con la suerte esquiva o de su lado.
Sprint final.
Las primarias de las elecciones presidenciales suspenderán el fútbol local por una semana. Español tendrá quince días para recuperar caídos (Cattáneo, Ríos, Santagati, Quinteros, Álbarez, siguen las firmas) y aceitar una idea de juego que, por ahora, logra plasmar más en los complementos que en las primeras mitades. Es una verdad indiscutible que el equipo tiene otra cara en relación a un mes y medio atrás: quien no quiera verlo, allá con su quejido. Esto no quiere decir que sea infalible (una obviedad), ni que haya llegado a su techo. Moramarco comete errores: están señalados en esta misma entrada. La diferencia es que toma nota, corrige, el equipo mejora, le llegan menos, pierde poco. ¿O alguien se olvida que Liniers, en la primera ronda, vapuleó a Español 4 a 1 y le hizo precio? La última tira de visitante quiso que el Gallego jugara contra San Martín, Jota Jota y Liniers, tres animadores: el equipo ganó, empató y perdió. En la primera mitad cuando enfrentó a esos tres equipos en el estadio España se comió 8 goles y sumó cero puntos. No es sólo una cuestión de números, también es de nombres y, por extensión, de funcionamiento. Hay apellidos que ya forman parte del acervo del entrenador, una formación “suya”, incluyendo al piberío que puebla el banco de suplentes. Eso es oro en polvo de cara a lo que viene. Si la brújula de Español es la del segundo tiempo de hoy en Villegas, tiene con qué darle pelea a todos hasta el final, incluso si ese epílogo llega torneo reducido mediante.
Primera C 2023 ─ Fecha #30 ─ Estadio Juan Arias ─ Domingo 06/08/2023
Liniers 2 ─ 2 Deportivo Español
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ÉXODO 15:22-26
Jehová Rafa, el Dios que sana
Todos los días nos encontramos con noticias de familiares, vecinos o amigos que se enfrentan a algún tipo de enfermedad, desde la más grave hasta la más simple. Las enfermedades son una realidad innegable y representan la principal causa de muerte en todo el mundo. Aunque la Organización Mundial de la Salud es incapaz de determinar el número exacto de enfermedades que existen, es indiscutible que son miles, y según afirman, siguen creciendo cada día.
Además de escuchar acerca de las enfermedades de otras personas, todos en algún momento hemos atravesado por una de ellas. Hemos pasado tiempo en hospitales, sometiéndonos a pruebas, consultas o buscando asistencia médica. Como creyentes, contamos con el privilegio no solo de recurrir a profesionales de la salud, sino también de clamar por la intervención divina ante la enfermedad.
El pasaje de hoy nos transporta a la travesía del pueblo de Israel por el desierto. Después de tres días de caminata, se enfrentaron a la escasez de agua. Al llegar a una zona conocida como Mara, hallaron agua, aunque era amarga e inapropiada para el consumo humano. No obstante, Dios obró un asombroso milagro purificando el agua y satisfaciendo así la sed del pueblo.
Mientras el pueblo se maravillaba del prodigioso suceso, el Señor establecía un pacto con ellos. Si permanecían fieles, obedeciendo sus mandamientos y actuando según su aprobación, él prometía mantenerlos libres de enfermedades, ya que él es "Jehová Rafa, el Señor que sana".
La noción de Dios como el sanador de su pueblo resuena a lo largo de toda la Biblia. A través de Moisés, el Señor comunicó que si el pueblo lo adoraba exclusivamente, serían bendecidos con alimentos, agua y la ausencia de enfermedades en medio de ellos. El libro de Deuteronomio, cuenta también que, el Señor prometió preservarlos de toda enfermedad. De esta manera, Dios se revela como el remedio para su pueblo.
El Dios que hizo estas promesas a Israel es a quien servimos. Siempre vamos a estar expuestos a diversas enfermedades, pero tenemos la certeza de que contamos con un Dios compasivo que obra de manera sobrenatural para llevar la sanidad y restauración a sus hijos.
El significado de Jehová Rafa, el Dios que sana abarca mucho más que el ámbito físico, Dios nos ve de forma integral, es decir cuerpo, alma y espíritu. Como bien señaló Lucas, para Dios no hay nada imposible. Esta verdad nos anima a buscar a Dios con fe y confianza, conscientes de que su capacidad sanadora actúa en todas las dimensiones de nuestra vida.
No importa la gravedad de las enfermedades o las situaciones que estemos enfrentando, Cristo Jesús tiene la capacidad de sanarnos, restaurarnos y de renovar nuestras fuerzas para su gloria y honra.
Jehová Rafa es el médico de médicos, él quiere darte sanidad hoy. Él quiere restaurar tu cuerpo y tu alma de forma integral, renovando el corazón, que antes estaba muerto a causa del pecado, para darle vida abundante y plenitud de gozo en su presencia.
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El Poder de la Mente y el Cuerpo: Una Danza de Transformación
En el vasto mundo del desarrollo personal y la psicología, existen frases que resplandecen como destellos de sabiduría atemporal. John Grinder, uno de los creadores de la Programación Neurolingüística (PNL), nos dejó una gema brillante que resuena profundamente en el corazón y la mente: "La forma como pensamos afecta a nuestro cuerpo, y cómo usamos nuestros cuerpos afecta a la forma como pensamos". En estas pocas palabras, se encuentra una verdad poderosa que revela la interconexión inquebrantable entre nuestras mentes y nuestros cuerpos, una relación que da forma a nuestras vidas de maneras sorprendentes.
Nuestra mente es un instrumento prodigioso, capaz de crear pensamientos, emociones y creencias que pueden influir en la forma en que percibimos y experimentamos el mundo. Pero, lo que solemos pasar por alto es la profunda influencia que nuestra mente ejerce sobre nuestro cuerpo. Cada pensamiento, cada emoción, cada creencia, tiene un eco en nuestro ser físico. Cuando estamos llenos de alegría, nuestro cuerpo se aligera, nuestros músculos se relajan y nuestro rostro se ilumina con sonrisas. En contraste, la tristeza o el miedo pueden hacer que nuestros hombros se encorven, nuestros músculos se tensen y nuestra respiración se vuelva superficial y agitada.
Este vínculo entre la mente y el cuerpo se manifiesta en una amplia gama de situaciones. Cuando estamos nerviosos, podemos sentir un nudo en el estómago. Cuando estamos enojados, nuestros músculos pueden tensarse y la tensión arterial puede aumentar. Nuestra mente no solo influye en nuestras reacciones físicas, sino que también puede impactar nuestra salud a largo plazo. El estrés crónico, por ejemplo, puede desencadenar una serie de problemas de salud física, desde enfermedades cardíacas hasta trastornos digestivos.
Sin embargo, la afirmación de Grinder va más allá de esta unidireccionalidad. También nos recuerda que la relación entre la mente y el cuerpo es bidireccional. Así como nuestros pensamientos y emociones afectan nuestro estado físico, la forma en que usamos nuestros cuerpos puede moldear nuestra percepción y pensamiento. Esta idea se ilustra claramente en la PNL, que se centra en cómo los patrones de movimiento y postura pueden influir en la experiencia subjetiva de una persona. Cambiar la forma en que te mueves y te posicionas puede alterar radicalmente tu estado emocional y mental.
Imagina el poder de esta conexión. Si reconocemos que nuestros pensamientos negativos pueden influir en nuestra postura y vitalidad, podemos trabajar activamente para cambiar esos patrones de pensamiento y liberar nuestro cuerpo de la tensión que los acompaña. Del mismo modo, si nos damos cuenta de que ciertas posturas o gestos corporales refuerzan pensamientos limitantes, podemos usar este conocimiento para liberar nuestra mente de esas ataduras y abrirnos a nuevas perspectivas y posibilidades.
Esta verdad fundamental de la interacción mente-cuerpo no solo tiene aplicaciones en el ámbito del desarrollo personal, sino que también es relevante en la medicina, la terapia y la atención plena. En la atención médica, por ejemplo, se reconoce cada vez más el papel de la mente en la recuperación y el bienestar. La terapia de la mente y el cuerpo se utiliza para ayudar a las personas a superar el dolor crónico y a manejar enfermedades graves. La meditación y la atención plena son técnicas que aprovechan esta conexión para promover la salud y el bienestar.
En última instancia, lo que John Grinder nos enseña con su afirmación es que somos seres holísticos, cuyas mentes y cuerpos están entrelazados en una danza continua de transformación. Al tomar conciencia de esta relación, tenemos el poder de mejorar nuestra calidad de vida, liberarnos de patrones dañinos y descubrir nuestro potencial más pleno. En cada pensamiento positivo que cultivamos, en cada movimiento consciente que realizamos, encontramos la oportunidad de forjar un camino hacia una existencia más rica y plena.
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Nicole Oresme, o fundador da ciência moderna em plena Peste Negra
Tanto Copérnico como Galileu não fizeram mais do que retomar as ideias que tiveram seu ponto alto em plena Idade Média com Nicole Oresme (1320-1382), o pensador mais original do século XIV e um dos maiores e mais completos gênios de todos os tempos, só comparado a Leonardo da Vinci.
A lembrança e invocação do nome e do legado de Oresme agora são mais do que oportunas e apropriadas, já que ele viveu, tal como nós hoje, em tempos de pandemia, ele da Peste Negra, a mais devastadora da história, que ceifou cerca de um terço da população europeia da época, o que causou muitos atrasos e perdas, quer sejam humanas, científicas, culturais, religiosas e artísticas.
Portanto, o fato de Oresme ter realizado seus feitos intelectuais prodigiosos em tal época, de impactos econômicos e sociais negativos e baixa produção científica, por si só já chega a ser extraordinário, ainda mais por ter se notabilizado não só na matemática como em vários campos do conhecimento, como a filosofia, a psicologia, a economia, as ciências físicas e naturais, a astronomia, a teologia e as artes musicais.
Como matemático, Oresme introduziu métodos de cálculo que prenunciaram o cálculo integral e elaborou conceitos fundamentais de Geometria Analítica, antecipando-se a Descartes.
Como economista, retraçou a história do dinheiro, explicou sua função econômica e condenou severamente a prática de alterar seu valor. Embora assumisse a esse respeito o papel de um teórico político, e não propriamente o de um economista, descreveu os efeitos econômicos das flutuações monetárias.
Como físico, Oresme foi o descobridor da curvatura da luz através da refração atmosférica, embora até hoje o crédito por esse feito seja atribuído a Robert Hooke.
Mas sua maior proeza nesse campo foi o de ter estudado os movimentos uniforme e uniformemente variado e deduzido o teorema da velocidade média e a lei da queda dos corpos, que é mais frequentemente atribuída a Galileu.
Antes de Copérnico, Oresme demonstrou em seu tratado teológico De communicatione idiomatum in Christo, que as razões propostas pela física Aristotélica acerca do movimento da Terra não eram válidas, para o que invocou o argumento da simplicidade a favor da teoria de que é a Terra que se move, e não os corpos celestiais.
No geral, Oresme baseava sua teoria da rotação da Terra sobre razões físico-matemáticas bem melhores e mais explícitas do que aquelas que foram dadas mais de um século depois por Copérnico.
Jamais a Igreja contestou as ideias de Oresme, que era professor de teologia no Colégio de Navarra, em Paris, bispo de Lisieux e desfrutava de grande prestígio – como conselheiro – na corte de Carlos V. Como dizia o o historiador medievalista francês Gustave Cohen (1879-1958), “As trevas da Idade Média não são senão aquelas de nossa ignorância.”
Por Cláudio Tsuyoshi Suenaga
Portrait of Nicole Oresme: Miniature from Oresme’s Traité de l’espère, Bibliothèque Nationale, Paris, France, fonds français 565, fol. 1r.
Há 702 anos nascia (em dia e mês desconhecidos, de família desconhecida, na aldeia de Allemagne, atual Fleury-sur-Orne, perto de Caen, diocese de Bayeux, na Normandia) Nicole Oresme (falecido em 11 de julho de 1382 em Lisieux), o verdadeiro e legítimo fundador da ciência moderna.
A lembrança e invocação do seu nome e de seu legado agora são mais do que oportunas e apropriadas, já que ele viveu, tal como nós hoje, em tempos de pandemia, ele da Peste Negra, a mais devastadora da história, que ceifou de 75 a 200 milhões de vidas na Eurásia (o pico ocorreu entre 1347 e 1351), ou cerca de um terço da população europeia da época, o que causou muitos atrasos e perdas, quer sejam humanas, científicas, culturais, religiosas e artísticas.
Portanto, o fato de Oresme ter realizado seus feitos intelectuais prodigiosos em tal época, de impactos econômicos e sociais negativos e baixa produção científica, por si só já chega a ser extraordinário, ainda mais por ter se notabilizado não só na matemática como em vários campos do conhecimento, como a filosofia, a psicologia, a economia, as ciências físicas e naturais, a astronomia, a astrologia, a teologia e as artes musicais.
Um dos filósofos escolásticos mais eminentes do século XIV, Oresme estudou Arte em Paris por volta de 1340 com o filósofo e religioso francês Jean Buridan (1300-1358), o chamado fundador da escola francesa de filosofia natural, e com Alberto da Saxônia (1320-1390), e lá recebeu o Magister Artium. Ele já era um mestre regente em artes em 1342 durante a crise da filosofia natural do frade franciscano, filósofo, lógico e teólogo escolástico inglês Guilherme de Ockham (1285-1347).
Em 1348, Oresme era um estudante de teologia no Colégio de Navarra da Universidade de Paris (uma instituição para estudantes pobres, patrocinado e subsidiado pela realeza, o que torna provável que ele veio de uma família de camponeses).
Em 1356 doutorou-se, e no mesmo ano tornou-se grão-mestre (grand-maître) do Colégio de Navarra.
Em 2 de novembro de 1359, tornou-se “secretaire du roi”, e no ano seguinte se tornou capelão e conselheiro de Carlos V (1338-1380, rei a partir de 1364).
Em 23 de novembro de 1362, ano em que se tornou mestre em teologia, Oresme foi nomeado cônego da Catedral de Rouen. Na época desta nomeação, ele ainda lecionava regularmente na Universidade de Paris.
Por volta de 1369, iniciou uma série de traduções de obras aristotélicas a pedido de Carlos V, que lhe concedeu uma pensão em 1371. Como a maioria de seus contemporâneos eruditos, Oresme escreveu principalmente em latim, mas a pedido do rei Carlos V, também escreveu em francês, fornecendo versões francesas de suas próprias obras e de obras selecionadas de Aristóteles.
Durante seu mandato nesses sucessivos cargos na Catedral de Rouen (1362-1377), Oresme passou muito tempo em Paris, especialmente no contexto de cuidar dos assuntos da Universidade. Embora muitos documentos comprovem a permanência de Oresme em Paris, não podemos inferir que ele também lecionava lá naquela época.
Por causa do trabalho incansável de Oresme para Carlos V e a família real, com o apoio do rei, em 3 de agosto de 1377, Oresme alcançou o posto de Bispo de Lisieux (pequena cidade do departamento de Calvados, na região da Baixa-Normandia).
Parece que Oresme não fixou residência em Lisieux até setembro de 1380, e pouco se sabe dos últimos cinco anos de sua vida. Oresme morreu em Lisieux em 11 de julho de 1382, dois anos após a morte do rei Carlos, e foi sepultado na Catedral.
Oresme demonstrou em seu tratado teológico De communicatione idiomatum in Christo, que as razões propostas pela física aristotélica que negavam o movimento da Terra não eram válidas, e quase dois séculos antes de Copérnico (1473-1543), invocou o argumento da simplicidade de Ockham a favor da teoria de que é a Terra que se move, e não os corpos celestiais.
Em seu Livre du ciel et du monde (1377), Oresme discutiu uma série de evidências a favor e contra a rotação da Terra em seu eixo. A partir de considerações astronômicas, sustentou que se a Terra é que estivesse se movendo e não as esferas celestiais, todos os movimentos que vemos nos céus seriam exatamente iguais às das esferas. Ele rejeitou o argumento físico de que se a Terra estivesse se movendo, o ar seria deixado para trás, causando um grande vento de leste a oeste. Em sua concepção, a terra, a água e o ar compartilhariam o mesmo movimento. Quanto à passagem bíblica que fala do movimento do Sol, ele conclui que “esta passagem está de acordo com o uso habitual da linguagem popular” e não deve ser tomada literalmente. Ele também observou que seria mais econômico para a Terra girar em seu eixo do que a toda a imensa esfera das estrelas. No entanto, ele reconheceu que nenhum desses argumentos era conclusivo e que muitos continuariam sustentando que “os céus se movem e não a Terra”.
Desenhos e diagramas de Oresme em seu Livre du ciel et du monde.
No campo da matemática, Oresme desenvolveu a primeira prova da divergência da série harmônica, algo que só foi replicado mais de três séculos depois pelos irmãos suíços Jakob (1654-1705) e Johann (1667-1748) Bernoulli.
Ele também trabalhou a noção de probabilidade sobre sequências infinitas, algo que só seria desenvolvido cinco séculos depois. Desenvolveu a noção de frações incomensuráveis, frações que não podiam ser expressas como potências umas das outras, e elaborou argumentos estatísticos probabilísticos quanto à sua frequência relativa.
A partir disso, ele argumentou que era muito provável que a duração do dia e do ano fossem incomensuráveis (irracionais), como de fato eram os períodos dos movimentos da Lua e dos planetas, e observou que as conjunções e oposições planetárias nunca ocorreriam exatamente da mesma maneira. Oresme sustentou que isso refutaria as afirmações dos astrólogos que pensavam que sabiam “precipitadamente e com exatidão pontual, os movimentos, aspectos, conjunções e oposições”.
Em sua crítica à astrologia em seu Livre de divinacions, Oresme não nega as influências dos corpos celestes nos eventos terrestres em todas as escalas, mas afirma, de acordo com uma opinião comumente aceita, que os arranjos dos corpos celestes poderiam ser eventos puramente simbólicos.
Quanto à previsibilidade de grandes eventos como pragas, fomes, inundações e guerras, clima, ventos e tempestades, bem como medicina, com influências nos humores, os quatro fluidos aristotélicos do corpo, Oresme critica tudo como sendo mal direcionado, embora aceite que a previsão é uma área legítima de estudo e argumenta que o efeito sobre o tempo é menos conhecido do que o efeito sobre grandes eventos. Ele observa que os marinheiros e fazendeiros são melhores em prever o tempo do que os astrólogos, e ataca especificamente a base astrológica da previsão, observando corretamente que o zodíaco se moveu em relação às estrelas fixas (por causa da precessão dos equinócios) desde que o zodíaco foi descrito pela primeira vez em tempos antigos.
Em suma, Oresme manifesta dúvidas, mas aceita a existência das influências físicas das estrelas e planetas (incluindo o Sol e a Lua) na Terra. Ele aceita coisas que um cético moderno rejeitaria, e rejeita outras – como a capacidade de conhecimento dos movimentos planetários e os efeitos no clima – que são aceitas pela ciência moderna. Quanto ao que constitui grande parte da prática astrológica moderna, isto é, consultar as estrelas para saber qual o melhor momento para fazer coisas relacionadas ao amor, negócios, política, jogos, etc., Oresme as classifica como artes “totalmente falsas”.
Alguns historiadores defendem que Oresme é o criador da Geometria Analítica antes de René Descartes (1596-1650), por ter representado graficamente em Tractatus de configurationibus qualitatum et motuum (1370), sua mais importante contribuição para a matemática, leis que confrontavam a variável dependente (latitudo) com a independente (longitudo), à medida que se permitia que esta última fosse objeto de pequenos acréscimos.
Tractatus de configurationibus qualitatum et motuum
Por uma questão de clareza, Oresme concebeu a ideia de visualizar esses conceitos como figuras planas, aproximando-se do que hoje chamaríamos de coordenadas retangulares. A intensidade da qualidade foi representada por um comprimento ou latitudo proporcional à intensidade erigida perpendicular à base em um determinado ponto da linha de base, que representa o longitudo.
Oresme propôs que a forma geométrica de tal figura pudesse ser considerada como correspondendo a uma característica da própria qualidade. Oresme definiu uma qualidade uniforme como aquela que é representada por uma linha paralela à longitude, e qualquer outra qualidade como diferente. Qualidades uniformemente variadas são representadas por uma linha reta inclinada ao eixo da longitude, enquanto ele descreveu muitos casos de qualidades não uniformemente variáveis. Oresme estendeu essa doutrina a figuras de três dimensões. Ele considerou essa análise aplicável a muitas qualidades diferentes, como gostosura, brancura e doçura. Significativamente para desenvolvimentos posteriores, Oresme aplicou este conceito à análise do movimento local onde o latitudo ou intensidade representava a velocidade, o longitudo representava o tempo, e a área da figura representava a distância percorrida.
Ele mostra que seu método de calcular a latitude das formas é aplicável ao movimento de um ponto, desde que o tempo seja tomado como longitude e a velocidade como latitude; quantidade é, então, o espaço percorrido em um determinado tempo. Em virtude dessa transposição, o teorema do latitudo uniformiter difformis tornou-se a lei do espaço percorrido em caso de movimento uniformemente variado. Assim, Oresme se antecipou em dois séculos às deduções de Galileu Galilei (1564-1642) sobre os movimentos uniforme e uniformemente variados e o teorema da velocidade média e a lei da queda dos corpos.
Com seu Tratado sobre a origem, natureza, lei e alterações do dinheiro (De origine, natura, jure et mutationibus monetarum), um dos primeiros manuscritos dedicados exclusivamente à questão econômica (redescoberta somente em 1862 e traduzida em 1864), Oresme trouxe uma visão interessante sobre a concepção medieval de dinheiro, afirmando ser ele um produto originário do mercado e não do Estado, que ele era uma mercadoria a mais e não apenas um meio de troca, e por isso, originalmente, certificadores privados informavam seus clientes sobre a pureza do metal usado nas moedas.
Ele asseverou que a inflação nada mais é do que o resultado da falsificação da pureza dos metais mediante um decreto do Estado, uma vez que este nacionalizou o dinheiro. Esta teoria econômica tem pontos em comum com a contemporânea Teoria Austríaca do Ciclo Econômico, que só surgiu quase sete séculos mais tarde. Precursor da ciência da economia política, Oresme já admoestava que a inflação é predominantemente uma criação do governo e que prejudicava o comércio e a economia e implicava o declínio da civilização, abrindo o caminho para a tirania. E ainda recomendava que para evitar isso, deveria-se impedir que o governo se intrometesse com o dinheiro…
Oresme foi também um psicólogo notável. Usando um método empírico, descobriu o “inconsciente” psicológico e sua grande importância para a percepção e o comportamento, e investigou todo o complexo de fenômenos da psique humana. Estava certo da atividade dos “sentidos internos” (sensus interior) e da construtividade, complexidade e subjetividade da percepção do mundo. A mente inovadora e ousada de Oresme antecipou conceitos essenciais da psicologia dos séculos XIX e XX, especialmente nos campos da psicologia cognitiva, psicologia da percepção, psicologia da consciência e psicofísica.
Oresme compôs um tratado especial sobre a percepção e sua desordem e delusão (De causis mirabilium), onde examinou todos os sentidos (visão, audição, tato, olfato, paladar) e funções cognitivas. Com o mesmo método utilizado pelos psicólogos do século XX, nomeadamente através da análise de delírios e desordens, Oresme já reconhecia muitas leis essenciais da percepção, por exemplo a “Gestaltgesetze” (lei da forma) 500 anos antes do filósofo austríaco Christian von Ehrenfels (1859-1932), limites de percepção (maxima et minima), etc.
Amigo mais jovem do compositor, matemático, diplomata, militar, musicólogo, filósofo e poeta francês Philippe de Vitry (1291-1361), o famoso teórico musical, compositor e bispo de Meaux, Oresme pode ser considerado o fundador da musicologia moderna. Oresme lidou com quase todas as áreas da musicologia no sentido moderno, como a acústica, a estética musical, a fisiologia da voz e da audição, a psicologia da audição, a teoria musical da medição, a teoria musical, a performance musical e a filosofia musical.
Em sua obra musicológica Configuratio qualitatum and the functional pluridimensionality, Oresme antecipa os diagramas musicológicos contemporâneos e, o mais importante, a notação musical que igualmente quantifica e representa visualmente as variações de um sonus de acordo com determinadas medidas de extensio (intervalos de tempo). A esfera da música não apenas forneceu à teoria de Oresme uma legitimação empírica, mas também ajudou a exemplificar os vários tipos de configurações uniformes e diferentes que Oresme havia desenvolvido, notadamente a ideia de que as configurações dotavam qualidades de efeitos específicos, estéticos ou não, que poderiam ser capturados analiticamente por sua representação geométrica.
Este último ponto ajuda a explicar a abordagem estética abrangente de Oresme aos fenômenos naturais, que se baseava na convicção de que a avaliação estética da experiência sensorial (graficamente representável) fornecia um princípio de análise adequado. Neste contexto, a música voltou a desempenhar um papel importante como modelo da “estética da complexidade e do infinito” favorecida pela mentalité do século XIV.
Oresme buscou os parâmetros do sonus experimentalmente tanto no nível microestrutural e acústico do tom único quanto no nível macroestrutural da música uníssono ou polifônica. Na tentativa de capturar analiticamente os vários parâmetros físicos, psicológicos e estéticos do sonus deacordo com a extensio, Oresme desejava representá-los como as condições para os graus infinitamente variáveis de pulchritudo (beleza) e turpitudo (obscenidade), ou da “beleza da nudez”. O grau em que ele desenvolveu este método é único para a Idade Média, representando a descrição matemática mais completa dos fenômenos musicais antes de Discorsi e dimostrazioni matematiche intorno a due nuove scienze (1638) de Galileu.
Digno de nota neste empreendimento é não apenas a descoberta de “tons parciais” ou sobretons três séculos antes do padre, teólogo, matemático, teórico musical e filósofo francês Marin Mersenne (1588-1648), mas também o reconhecimento da relação entre sobretons e tonalidade de cor, que Oresme explicou em uma detalhada teoria físico-matemática, cujo nível de complexidade só foi alcançado novamente no século XIX pelo matemático, médico e físico alemão Hermann von Helmholtz (1821-1894).
Finalmente, devemos também mencionar a compreensão mecanicista de Oresme do sonus em seu Tractatus de configuratione et qualitatum motuum como um tipo específico de movimento descontínuo (vibração), da ressonância como um fenômeno harmônico, e da relação de consonância e dissonância, que foi mesmo além da teoria da consonância da coincidência bem-sucedida, mas errada, formulada no século XVII.
A demonstração de Oresme de uma correspondência entre um método matemático e um fenômeno físico (som) representa um caso excepcionalmente raro, tanto para o século XIV, em geral, quanto para a obra de Oresme em particular, marco no desenvolvimento do espírito quantificador que caracteriza a época moderna.
Com sua “teoria das espécies” muito especial (multiplicatio specierum), Oresme formulou a primeira e correta teoria da “mecânica ondulatória do som e da luz”, 300 anos antes do físico, matemático, astrônomo e horologista neerlandês Christian Huygens (1629-1695), ao descrever um puro transporte de energia sem propagação de material. O termo “espécie” no sentido de Oresme significa o mesmo que nosso termo moderno “forma de onda”. Sua outra proeza foi descobrir a curvatura da luz através da refração atmosférica, crédito que só foi dado três séculos depois ao cientista inglês Robert Hooke (1635-1703).
Em sua estética musical, Oresme formulou uma moderna “teoria da percepção” subjetiva, que não era a percepção da beleza objetiva da criação de Deus, mas o processo construtivo da percepção, que causa a percepção da beleza ou da feiúra nos sentidos. Portanto, pode-se ver que cada indivíduo percebe um outro “mundo”.
Muitos dos insights de Oresme em outras disciplinas como matemática, física, filosofia, psicologia estão intimamente ligados à “Música Modelo” (incomum para o pensamento atual). O Musica funcionou como uma espécie de “Computador da Idade Média” e, neste sentido, representou o hino abrangente da nova consciência quantitativo-analítica do século XIV.
Enfim, muitas visões essenciais da autoimagem dos tempos modernos, tais como sua compreensão da incomensurabilidade das proporções naturais, da complexidade, da indeterminação, da infinita mutabilidade do mundo, etc., foram antecipadas por Oresme. E embora isso não seja confirmado, Oresme teria ainda especulado sobre a possibilidade de haver outros mundos habitados no universo.
Por todos os seus feitos e para todos os efeitos, somos tentados a desconfiar se Oresme, tal como outros gênios como Leonardo da Vinci (1452-1519), não seria uma espécie de viajante do tempo que foi parar naquela época por acidente ou para lá enviado para alterar de alguma forma a história usando o conhecimento e/ou a tecnologia de seu próprio tempo, seja para o bem ou para o mal, criando uma história alternativa como resultado.
Bibliografia recomendada
Duhem, Pierre. “Nicole Oresme”, in The Catholic Encyclopedia, vol.11, New York: Robert Appleton Company, 1911.
Taschow, Ulrich. Nicole Oresme und der Frühling der Moderne, Halle, Avox Medien-Verlag, 2003.
Nicole Oresme’s De visione stellarum (On seeing the stars): a critical edition of Oresme’s treatise on optics and atmospheric refraction, translated by Dan Burton (Leiden; Boston: Brill, 2007).
Nicole Oresme and The marvels of nature: a study of his De causis mirabilium, translated by Bert Hansen (Toronto: Pontifical Institute of Mediaeval Studies, 1985).
Questiones super quatuor libros meteororum, in SC McCluskey, ed, Nicole Oresme on Light, Color and the Rainbow: An Edition and Translation, with introduction and critical notes, of Part of Book Three of his Questiones super quatuor libros meteororum (PhD dissertation, University of Wisconsin, 1974).
Nicole Oresme and the kinematics of circular motion: Tractatus de commensurabilitate vel incommensurabilitate motuum celi, translated by Edward Grant (Madison: University of Wisconsin Press, 1971).
Nicole Oresme and the medieval geometry of qualities and motions: a treatise on the uniformity and difformity of intensities known as Tractatus de configurationibus qualitatum et motuum, translated by Marshall Clagett (Madison: University of Wisconsin Press, 1968).
Le Livre du ciel et du monde. A. D. Menut and A. J. Denomy, ed. and trans. Madison: University of Wisconsin Press, 1968.
De proportionibus proportionum and Ad pauca respicientes. Edward Grant, ed. and trans. Madison: University of Wisconsin Press, 1966.
The De moneta of N. Oresme, and English Mint documents, translated by C. Johnson (London, 1956).
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Quiero escribir tantas cosas, quiero desahogarme de tantas maneras...
Cuando estoy consciente intento eliminar mi "Yo verdadero": soy tranquila, no hablo mucho, no tengo deseos, no tengo quejas, no opino, no llevo la contraría, entre otras cosas. Pero cuando soy mi "Yo colocado", soy básicamente yo misma. Soy esa persona que te dice sin tapujos que quiere suicidarse, soy esa Yo que quiere acostarse con cualquiera, soy esa persona que manda al carajos todo lo que la "Yo sobria" esconde... Y es que necesito drogarme para sentirme vivo, necesito una sobredosis para pensar en no morir del todo, necesito desahogarme para hacerme el daño que escondo, necesito la droga para calmar mis demonios. Soy un alma rota, lo se, pero nadie quiere admitirlo. Quiero suicidarme, pero ni yo lo voy a admitir, solo quiero morir, no por el paso del tiempo, no por traumas, no por pérdidas, sino por no aprender a sentir de la mejor manera, nadie me enseño que la tristeza es buena, nadie me enseño a controlar mi ira, nadie me explico que dañarse a uno mismo no es la solución, nadie me hablaba como yo quería. Era solo yo, creciendo en la osadía pantanosa nublando los dichos y argumentos de otros, distorsionandolos para que se amoldaran a mi encanto, para que al recordar yo solo fuera el oído prodigioso que albergaba en aquel insidioso pantano.
Me engaño a mi mismo pensando en que estos ojos no muestran tanta tristeza, esbozo un pequeño gesto parecido a una sonrisa, el tono de mi voz carraspeando e intentando disimular el enorme nudo de abatimiento que tengo dentro de mi, intento muchas cosas para evitar enseñar tanto destrozo físico y mental que tengo.
Pronto tal vez muera, pronto tal vez esté en paz, pronto tal vez haya podido, al menos, besar los labios de mi amada Muerte o acariciar tan hermosos rasgos que me cegaron la primera vez que soñé con ella, es como si estuviera destinado a yacer con ella.
Por favor amada Muerte, acoge me en tus brazos, yo serviré a tu lado.
#diario de un borderline#trastorno limite de la personalidad#borderline personality disorder#no puedo con esto#no puedo mas#cosas de tumblr#notas tristes#tumblr diary#drogadicto#droga
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vladimir nabokov, ada o el ardor
“aqua sonreía, deleitándose soñadoramente con el pensamiento (de tono bastante <kareniano>) de que su desaparición afectaría a sus conocidos más o menos como la interrupción súbita, misteriosa, nunca explicada, de una historieta que se viene leyendo durante años en un periódico ilustrado dominical”
“vasos de cristal llenos de rosas de color carmesí y margaritas amarillas estaban dispuestos acá y allá: sobre una consola de madera dorada, sobre un cofre de laca, en el estante de una vitrina, y también en los bordes de una alfombra que tapizaba la escalerita que subía al entresuelo, donde altos armarios y aparadores pretenciosos rodeaban en semicírculo una singular asamblea de arpas”
“se vio transportado entre bosques de pinos y barrancos rocosos, llenos de pájaros y otros animales que cantaban entre la maleza salpicada de flores. rayos de sol y encajes de sombra resbalaban sobre sus piernas y arrancaban destellos verdes del gran botón de cobre (cuyo hermano gemelo se había desprendido) de la cinturilla del sobretodo del cochero”
“por un instante, el minúsculo rectángulo rojo se materializó en su recuerdo, suspendido oblicuamente en el azul de un cielo primaveral”
“en el espejo, una mano de mayordomo hizo salir una garrafa de los márgenes de la no existencia y desapareció de la vista”
“una saeta de luz solar hacía más verde el verde de una caja alargada en la que se guardaba un juego de croquet”
“hamacas y miel. ochenta años más tarde, van recordaba aún, con el frescor punzante de la primera alegría, como se había enamorado de ada. memoria e imaginación confluían en un mismo punto de partida: la hamaca de sus amaneceres de adolescente”
“los machos de la luciérnaga, pequeños escarabajos luminosos, más parecidos a estrellas errantes que a insectos alados, hicieron su aparición en las primeras noches cálidas y negras de ardis, uno a uno, acá y allá, y luego en enjambres fantasmagóricos, para volver a disminuir hasta ser sólo unos cuantos individuos, una vez sus búsquedas habían alcanzado su fin natural. (...) volaban silenciosamente en la noche, cruzándose y recruzándose en las tinieblas que le rodeaban, y, a intervalos de unos cinco segundos, cada uno de ellos emitía un relámpago de color amarillo pálido que permitía que su hembra, moradora de las hierbas, le identificase mediante su ritmo específico (...). la hembra, tras concederse un instante de reflexión para comprobar el tipo de código luminoso empleado por el macho, le respondía con una pulsación fosforescente”
“unas noches que pasó en la hamaca (...) estaban plagadas de fantasmas, que no procedían tanto de los delirios de su deseo de anda cuanto del espacio desprovisto de significado que se extendía sobre él, y por debajo de él, y por todas partes”
“un rayo de luz oblicua pasaba por la rendija de la contraventana y proyectaba su fuego sobre el vaso tallado lleno de agua coloreada y sobre el esmalte de la caja de colores”
“magia táctil, paciencia infinita. las yemas de los dedos al acecho de la gravedad. las uñas terriblemente mordidas. sé indulgente con estas notas. no sé expresar adecuadamente el malestar del pesado deseo, del deseo pegajoso. ¿sabes lo que yo estaba esperando? que en el momento en que se derrumbase tu castillo de naipes harías un gran gesto de abandono, al modo ruso y te sentarías sobre mi mano”
“el pelo del sofá era tan cosquilleante al tacto como lo era a la vista el cielo espolvoreado de estrellas”
“en el comedor inundado e luz, donde las grandes flores amarillas parecían racimos de sol”
“el reflejo del incendio invadió las mejillas de ada. van no había visto nunca a una chica (tan blanca y transparente de piel), ni, a decir verdad, persona o cosa en el mundo, melocotón o porcelana, enrojecer tan frecuente y sustancialmente”
“la biblioteca había proporcionado un teatro a los héroes de la inolvidable escena de la granja incendiada: les había abierto de par en par sus armarios vidrieros, permitiéndoles un largo idilio de bibliolatría. aquello habría podido convertirse el capítulo de una de las viejas novelas que adornaban sus estantes. un asomo de parodia comunicaba a su tema austero el relieve cómico de la vida”
“este bosque, este musgo, tu mano, esta mariquita que se ha posado en mi pierna, todo esto no puede sernos arrebatado. ¿o puede?”
“todos hemos tenido ocasión de contemplar esta pequeña escena: un hombre que acaba de saludar cordialmente a un amigo atraviesa la calle, con el rostro aún iluminado por la sonrisa... hasta que ésta es eclipsada por la mirada fija del extraño que, desconocedor de su causa, cree reconocer en el efecto el rictus radiante de la locura”
“anoche traté de escribir para ti un poema sobre eso, pero los versos no son mi fuerte. <ada, nuestros ardores y nuestros árboles...> pero esto solo es el comienzo, y todo lo demás es bruma”
“esta singular satisfacción era justamente comparable a la que más tarde encontró en ciertos ejercicios en apariencia absurdos y de una extravagante dificultad que v. v. se imponía a sí mismo y cuyo objeto era expresar algo que, antes de ser expresado, sólo poseía una existencia crepuscular (o ninguna clase de existencia, a no ser la ilusión de la sombra retrospectiva de su inminente expresión). así era el castillo de naipes de ada. así era la prieza de una metáfora puesta en equilibrio sobre su cabeza, no por el placer de la dificultad vencida, sino con el fin de percibir la caída ascendente de una cascada o una salida del sol al revés, lo cual, en cierto sentido, es una victoria sobre el ardis del tiempo”
“cuando se acercaba, descubrió, en un césped lateral, una escena extraída de alguna vida nueva y que se ensayase allí para una película desconocida, sin él ni para él”
“sé que amaré siempre, hasta la adoración, a las orquídeas, a las setas, a las violetas, y que todavía me verás salir sola, para vagabundear sola por los bosques y volver a casa sola, con un pequeño lirio solitario”
“formaban entre los tres un bonito cuadro arcádico cuando se dejaron caer sobre la hierba, al pie del gran sauce llorón cuyos aberrantes miembros abrían un baldaquino oriental”
“ada no leía de verdad. hojeaba nerviosamente, con irritación, distraída, un pequeño volumen (el azar había querido que fuese aquella vieja antología); ella que, de ordinario, siempre que abría el primer libro que encontraba, se sumergía en él en cuerpo y alma, con el movimiento instintivo de una criatura acuática que entraba de nuevo en contacto con su elemento natural”
“las sombras de ambos, que les perseguían en enormes ondas negras y geométricas sobre la pared amarilla, durante su subida en espiral”
“ada tenía un modo rápido de acabar una frase antes de que la acometiese la hilaridad; pero a veces, como pasó entonces, un estallido breve e imprevisto cortaba sus palabras”
“leía con tanta voracidad como él, y casi con igual falta de exigencia en la elección de sus lecturas, pero cada uno de ellos tenía, más o menos, su capricho particular”
“la estocada del sol poniente, sobre todo cuando sale de debajo de una nube de tormenta, no es para mis pobres ojos. ni para mis pobres ventrículos. van, ¿eres sensible a ese tipo de belleza?”
“lo mismo que, al enamorarse de un cuadro de una galería o al recordar el estilo de un sueño, se tienen presentes los detalles del sueño, la riqueza de colorido y de dibujo del cuadro en una visión desprovista de todo otro significado”
“la blancura del mantel y el brillo de las velas atraían tímidas o impetuosas mariposas (...). pálidas intrusas que solo pretendían extender sus frágiles alas sobre alguna superficie brillante”
“algún día, se decía marina, hay que poner el pasado en orden. recuperarlo, retocarlo... introducir en la película ciertos<fundidos>, ciertos <raccords>, corregir el desgaste revelador que la emulsión presenta en ciertos lugares, disminuir con un montaje juicioso la supresión de secuencias superfluas o embarazosas, conseguir garantías precisas. algún día, sí, antes de que la muerte venga con su claqueta a cortar la escena”
“a la luz ambarina de una ventana en saledizo, agitaba graciosamente un chal con lentejuelas, aunque no podía ver otra cosa que el reflejo del capó del coche y la oblicua red de la lluvia sobre los rayos gemelos de los faros”
“conducía con una sorprendente temeridad, como les suele suceder, dios sabe por qué, a muchas personas taciturnas y melancólicas. el pequeño torpedo rojo zigzagueó ágilmente entre los pinos y fue a detenerse en seco ante ada, a quien dan ofreció el perfecto regalo de cumpleaños: una gran caja de caramelos de menta, blancos, rosas e incluso, oh, boy!, verdes”
“su jersey blanco se había enriquecido a expensas de unos nuevos adornos: agujas de pino, un poco de musgo, unas migajas de pastel, una oruga recién nacida”
“varios atlas botánicos estaban abiertos ante ellas. las cosas conservaban su acostumbrada apariencia: la rubia luz del día que maduraba, las pequeñas ninfas cabreras pintadas en el techo, la voz soñadora y lejana de blanche que plegaba la ropa blanca canturreando estrofas del mambrú (no sé cuando vendrá, no sé cuando vendrá...) y las dos graciosas cabezas, bronce negro y cobre rojo, inclinadas sobre la pulida mesa”
“la contempló con ese malestar de lo extraño que se experimenta al escuchar las lucubraciones del deliro o de la embriaguez”
“pasaron entre ondeantes espigas de trigo espolvoreados con el confetti de acianos y amapolas”
“montones de carbón, casuchas de madera, casillas para los botes, una larga franja de fango negro y guijarroso, y, en la lejanía, por encima de la larga media luna de agua gris cubierta por la bruma otoñal, las humaredas rojizas de las formidables fábricas”
“los sufrimientos físicos que va usted a padecer, o que ya padece, son ciertamente prodigiosos, pero no son nada comparados con los de un probable más allá. el pensamiento del hombre, monista por naturaleza, no puede aceptar la idea de dos nadas. reconoce una nada, la de su inexistencia biológica en el pasado infinito, patente en el absoluto vacío de su memoria. esa nada, siendo, por decirlo así, pasada, se soporta sin demasiado trabajo. pero la idea de una segunda nada —que quizá podría no ser tampoco tan insoportable—es lógicamente inaceptable. cuando hablamos en términos de espacio podemos imaginar la realidad de un punto viviente perdido en la ilimitada unidad del espacio, pero semejante concepción no ofrece ninguna analogía con nuestra breve existencia en el tiempo, porque, por efímera que sea (¡treinta años son escandalosamente breves!), nuestra conciencia de existir no es un punto en la eternidad, sino una fisura, una falla, una grieta que se extiende a todo lo ancho del tiempo metafísico y lo parte en dos mitades y se dibuja, luminosa (por estrecha que sea), entre los dos tableros del antes y el después. es decir, señor rack, que podemos hablar del tiempo pasado, y, de una manera más vaga, pero que todavía nos es familiar, del futuro, pero nos es simplemente imposible considerar una segunda nada, un segundo vacío. el olvido es como un espectáculo que se representa una sola noche. hemos asistido a su única representación, ya no habrá una segunda vez. debemos, pues, admitir la posibilidad de una forma de conciencia prolongada y desorganizada”
“uno se pregunta, uno se preguntará siempre, qué serie de impresiones, breve y rápida, pudo experimentar la víctima (serie de impresiones que debe estar registrada en algún lugar, en alguna forma desconocida, en una vasta biblioteca de últimas impresiones recogidas en microfilm) entre dos momentos esenciales”
“pero una mariposa en el parque, o una orquídea en el escaparate de unos almacenes, resucitaban todas las cosas en un deslumbramiento interior de violenta desesperación”
“y aún más difícil: porque, al hablar, un balbuceo puede servirnos de velo; podemos invocar un accidental defecto de pronunciación, como la liebre ensangrentada a la que un disparo ha volado media mandíbula, o bien podemos zigzaguear y mejorar la posición, mientras que sobre un fondo de nieve (aunque sea la nieve azul de este papel de cartas) los desatinos quedan grabados en rojo y son definitivos”
“¡es triste para una ventana no poder hacer moverse a su marco paralítico, para asomarse a ver lo que pasa al otro lado de la casa!”
“dos pensamientos contrarios, encadenados, bailaban juntos una danza grave, un minué mecánico con saludos y reverencias. uno de ellos se llamaba <tenemos muchas cosas que decirnos>,; y el otro, <no tenemos absolutamente nada que decirnos>”
“vistos de noche, desde el jardín, por la ventana de la biblioteca, parecían dos pequeños fantasmas blancos en el interior, con las narices pegadas al cristal”
“en el saloncito del diván negro con cojines amarillos y la ventana salediza de cierre hermético cuyos cristales nuevos parecían agrandar los copos de nieve en su caída lenta y vertical”
“a decir verdad, no se imaginaban otra forma de existencia que aquel cuadro viviente que componían en aquel instante bajo el bello cielo azul paloma de manhattan”
“quizás en aquel instante su destino se bifurcó, como lo hace a veces durante la noche, especialmente en un lecho extraño, en las horas de gran felicidad o gran desolación, cuando sucede que nos morimos durmiendo, pero continuamos normalmente nuestra existencia, sin ruptura aparente en la serie trucada, a la mañana siguiente”
“admiró, por consejo del director del establecimiento, la estela anaranjada de un sol poniente que convertía las ondas de un mar color de alhucema en escamas doradas”
“con un frenético deseo de reparación, miró a su alrededor, ansiando que el espíritu de marina le hiciese una señal clara y convincente de que continuaba existiendo más allá del velo del tiempo y de la carne del espacio. pero no obtuvo respuesta: ningún pétalo cayó sobre su banco, ningún mosquito rozó su mano”
“el barman secaban al ralenti el mismo vaso, indefinidamente, mientras escuchaba la requisitoria de lucette con la blanda sonrisa de la perfecta beatitud”
“me gustan muchas cosas —continuó lucette con voz soñadora y melancólica cavando el tenedor en los flancos de una trucha azul que, a juzgar por su forma convulsa y sus ojos desorbitados, debía de haber sufrido viva el atroz suplicio del fuego lento—, me gustan la pintura flamenca y holandesa, las flores, la buena cocina, flaubert, shakespeare, comprar, nadar, esquiar, los besos de las bellas y las bestias... pero, sin embargo, todo eso, todos esos placeres menudos, esta salsa y todos los tesoros de holanda, no forman más que una fina cutícula (tonen’ki-tonen’ki, pequeña y delgada) bajo la cual no hay nada, absolutamente nada, salvo, desde luego, tu imagen....”
“la superficie oblicua del agua se inclinaba en su bañera al mismo ritmo del balanceo del mar, rutilando de azul, aborregándose de plata, en el ojo de buey de su camarote”
“hacía mucho tiempo que estaba persuadida de que si obligaba a acostarse con ella, siquiera una sola vez, al hombre al que amaba, con un amor absurdo pero irrevocable, lograría, ayudada por alguna prodigiosa operación de la naturaleza, transformar un acontecimiento epidérmico y fugaz en un vínculo espiritual eterno”
“el estilo italiano del apartamento de van, sus lámparas murales de complicada ornamentación, en cristal de color caramelo pálido, sus pulsadores de porcelana que producían indiscriminadamente luces o camareros, sus ventanas de celosía y gruesas cortinas que hacían tan difícil que el alba se despojase de sus velos”
“es verdad que ese sentido del movimiento procede de fuentes muy naturales, o, al menos, familiares: el conocimiento innato que tienen el cuerpo de su circulación sanguínea, el vértigo ancestral provocado por la salida y la puesta de los astros, y, por supuesto, nuestros métodos de medida, como la sombra móvil del reloj de sol, la caída de la arena en el de arena, los saltitos del segundero”
“el cuentakilómetros más preciso no puede representar la carretera que yo veo como un sombrío espejo de lluvia bajo las ruedas que giran, y oigo como un susurro, y respiro como una noche húmeda de julio en los alpes, y siento como una base lisa”
“hay personas que saben plegar un mapa de carreteras. el autor de este libro no es una de ellas”
“el <paso del tiempo> es sólo una ficción de la mente, sin contrapartida objetiva, pero que se presta al juego de las analogías espaciales. sólo se ve en el espejo retrovisor, en las formas y las sombras, los alerces y los pinos, que se alejan en montones confusos”
“esa inmediatez es la única realidad que conocemos; sigue a la nada coloreada de lo que ya no es, y precede a la nada absoluta del futuro”
“en su retrovisor, el rojo pálido del alba había dejado paso hacia tiempo al brillo apasionado del día cuando se encaminó hacia el sur”
“la camarera había echado las cortinas. él las abrió con un brusco gesto, decidido, al parecer, a prolongar hasta el límite extremo la tortura de aquel día. el balcón de balaustrada de hierro sobresalía lo bastante para recoger los rayos oblicuos del sol. van recordó su última y fugitiva visión del lago, en aquel sombrío día de octubre de 1905, cuando se separó de ada. entonces, las fúlicas se inclinaban y se enderezaban en la marejada de lluvia helada, disfrutando concienzudamente de las aguas duplicadas; a lo largo de los muelles, espirales de espuma se enredaban en la cresta gris de las olas que avanzaban sobre la orilla, y, de cuando en cuando, una conmoción más intensa levantaba el agua lo suficiente para rociar el paseo por encima del parapeto. pero hoy, en aquel radiante atardecer de verano, no había olas espumosas ni aves nadadoras; sólo se veían algunas gaviotas blancas que volaban por encima de su sombra negra. el bello lago soñador, rizado de olitas verdes, plisado de azul, se extendía, amplio y sereno; sus superficies lisas y brillantes alternaban con otros espacios finamente arrugados. y, en un rincón del cuadro, al fondo, a la derecha, como si el pintor hubiese buscado un efecto de luz muy especial , la estela refulgente de la puesta de sol palpitaba a través del follaje de un álamo lacustre que parecía a la vez incendiado y licuado”
“al resucitar el pasado vinculándolo al presente, a las montañas azul pizarra que iban oscureciéndose al otro lado del lago, a la estela del sol poniente, cuyas lentejuelas danzaban entre las hojas del álamo, la voz del teléfono constituía el centro focal de la percepción más profunda que él había tenido del tiempo tangible, del radiante <ahora>, la única realidad de la textura del tiempo. a la gloria de la cumbre le sucedieron las dificultades del descenso”
“<ser> quiere decir saber que se <ha sido>. <no ser> implica una <nueva> especie de (falso) tiempo: el futuro. lo descarto. la vida, el amor, las bibliotecas, no tienen futuro”
“no hay más que dos paneles. el pasado (existente para siempre en mi espíritu) y el presente (al que mi espíritu confiere duración, y, en consecuencia, realidad)”
“en el mejor caso, el <futuro> es la idea de un hipotético presente basado en nuestra experiencia de la sucesión, en nuestra fe en la lógica y la costumbre. Por supuesto que, en realidad, nuestras esperanzas no consiguen provocar su existencia más de lo que nuestras añoranzas consiguen cambiar el pasado”
“aún quedaban estratos de bancos de niebla escalonados en las montañas azules del otro lado del lago, pero acá o allá sobresalía el ocre de las crestas de un pico, bajo la extensión azul turquesa de un cielo sin nubes”
“el comportamiento obstruccionista de objetos estúpidos y hostiles —el bolsillo que no sirve, el cordón del zapato que se rompe, la percha vacía que se desprende y cae tintineando en la oscuridad de un ropero— le haría pronunciar el juramento edifico de sus antepasados rusos”
“solamente a él le era negada la inconsciencia que despreciaba con tanto orgullo y buscaba con tanta asiduidad”
“uno es, desde luego, libre de imaginar cualquier género de <más allá>, el paraíso generalizado prometido por los profetas y los poetas orientales, o una combinación de paraísos individuales. pero el trabajo de la imaginación es obstaculizado —de manera irremediable— por una barrera lógica: no se puede invitar a la fiesta a los amigos —ni tampoco, por lo demás, a los enemigos—. la transposición de una vida elísea de todas las relaciones humanas que hemos tenido y cuyo recuerdo conservamos, se convierte inevitablemente en una continuación mediocre de nuestra maravillosa mortalidad”
“un importante ornato de la crónica es la delicadeza del detalle pintoresco: una galería enrejada; un techo pintado; un bello juguete perdido entre los nomeolvides de un arroyo; mariposas y orquídeas en los márgenes de la novela; un velo lejano visto desde una escalinata de mármol; una corza heráldica que gira la cabeza hacia nosotros en el parque ancestral; y muchas cosas más”
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Die Rätsel Der Philosophie
Rudolf Steiner
Os enigmas da filosofia
trad. Carlos Loiola parte II
Capítulo II
Darwinismo e Visão de Mundo
Se o pensamento da estrutura teleológica da natureza deveria ser reformado no sentido de uma concepção naturalista do mundo, a formação ajustada ao objetivo do mundo orgânico teve que ser explicada da mesma maneira que o físico ou o químico explica os processos sem vida. Quando um ímã atrai limalhas ferro, nenhum físico assumirá que existe uma força no trabalho no ímã que visa o objetivo da atração. Quando o hidrogênio e o oxigênio formam a água como um composto, o químico não interpreta esse processo como se algo em ambos substâncias se esforçavam ativamente para o propósito de formando água. Uma explicação dos seres vivos que é guiada por um modo de pensamento naturalista semelhante, deve concluir que organismos tornam-se ajustados à finalidade sem nada na natureza ter planejando essa finalidade-conformidade. Essa conformidade acontece sem estar em lugar algum. Tal explicação foi dada por Charles Darwin. Ele levou o ponto de vista que não há nada na natureza que planeje o design. A natureza nunca está em posição de considerar se seus produtos são adequados a um propósito ou não. Produz sem escolher entre o que é adequado a um propósito e o que não é.
Qual é o significado dessa distinção, afinal ? Quando é que uma coisa está em conformidade com um propósito ? Não é quando está disposta que as circunstâncias externas correspondem às suas necessidades, às suas condições de vida ? Uma coisa é inadequada para o propósito quando não é esse o caso. O que acontecerá se, embora uma completa ausência de plano na natureza caracterize a situação, existam formações de todos os graus de conformidade com o propósito, da forma mais adequada à menos adaptada adequadamente ? Todo ser tentará adaptar sua existência às circunstâncias dadas. Um ser bem ajustado à vida o fará sem muita dificuldade; um menos dotado adequadamente terá sucesso apenas em menor grau. É preciso acrescentar que a natureza não é uma governanta parcimoniosa em relação à produção de seres vivos. O número de germes é prodigioso. A produção abundante de germes é apoiada por meios inadequados para sustentar a vida. O efeito disso será que aqueles seres que estão melhor adaptados à aquisição de alimentos terão mais facilmente sucesso em seu desenvolvimento. Um ser orgânico bem adaptado prevalecerá na luta pela existência sobre um ser menos adequadamente ajustado. Este último deve perecer nesta competição. O ajuste, isto é, aquele adaptado ao propósito da vida, sobrevive; o inapto, isto é, aquele não tão adaptado, não. Esta é a "luta pela vida". Assim, as formas adequadas ao objetivo da vida são preservadas, mesmo que a própria natureza produza, sem escolha, o inadequado lado a lado com o adequado. Por meio de uma lei, portanto, que é tão objetiva e desprovida de qualquer propósito sábio quanto qualquer lei matemática ou mecânica da natureza possa ser, o curso da evolução da natureza recebe uma tendência a uma conformidade de propósito que não lhe é originalmente inerente.
Darwin foi levado a esse pensamento através do trabalho do economista social Malthus, intitulado Ensaio sobre o princípio da população (1798). Neste ensaio, é avançada a visão de que existe uma competição perpétua na sociedade humana, porque a população cresce em um ritmo muito mais rápido que o suprimento de alimentos. Essa lei que Malthus havia declarado válida para a história da humanidade foi generalizada por Darwin em uma lei abrangente de todo o mundo da vida.
Darwin agora começou a mostrar como essa luta pela existência se torna a criação das várias formas de seres vivos e que, com isso, o antigo princípio de Linnaeus foi derrubado, que " precisamos contar quantas espécies nos reinos de animais e vegetais foram criadas principalmente ” A dúvida contra esse princípio se formou claramente na mente de Darwin quando, nos anos de 1831 a 36, ele viajou para a América do Sul e Austrália. Ele conta como essa dúvida tomou forma nele.
"... Quando visitei o Arquipélago de Galápagos durante minha jornada no HMS Beagle, a uma distância de cerca de 800 quilômetros das margens da América do Sul, me vi cercado por estranhas espécies de pássaros, répteis e cobras, que não existem em nenhum outro lugar do mundo, quase todos ostentavam o inconfundível selo do continente americano. No canto do pássaro-zombeteiro, no grito agudo dos abutres, nas grandes opuntias semelhantes a castiçais, notei nitidamente a vizinhança da América; essas ilhas foram separadas do continente por muitos quilômetros e eram muito diferentes em sua constituição geológica e em seu clima, e ainda mais surpreendente foi o fato de que a maioria dos habitantes de cada uma das ilhas do pequeno arquipélago era especificamente diferente, embora intimamente relacionada. Eu sempre me perguntava como esses animais e seres estranhos haviam surgido. A maneira mais simples parecia ser que os habitantes das várias ilhas eram descendentes uns dos outros e haviam sofrido modificações no decurso de sua chegada, e que todos os habitantes do arquipélago eram descendentes dos do continente mais próximo, a saber, a América, onde a colonização naturalmente teria sua origem. Mas durante muito tempo foi um problema inexplicável para mim como as modificações necessárias poderiam ter sido obtidas ... ".
A resposta a esta pergunta está contida na concepção naturalista da evolução do organismo vivo. Como o físico submete uma substância a diferentes condições para estudar suas propriedades, Darwin, após seu retorno, observou os fenômenos que resultaram em seres vivos sob diferentes circunstâncias. Ele fez experimentos na criação de pombos, galinhas, cães, coelhos e plantas. Através desses experimentos, foi demonstrado que as formas vivas mudam continuamente no curso de sua propagação. Sob certas circunstâncias, alguns organismos vivos mudam tanto depois de algumas gerações que, ao comparar as formas recém-criadas com seus ancestrais, pode-se falar de duas espécies completamente diferentes, cada uma das quais segue seu próprio design de organização. Essa variabilidade de formas é usada pelo criador para desenvolver organismos através do cultivo que respondem a determinadas demandas. Um criador pode produzir uma espécie de ovelha com uma lã especialmente fina se ele permitir que apenas os espécimes de seu rebanho sejam propagados com a melhor lã. A qualidade da lã é então melhorada ao longo das gerações. Depois de algum tempo, é obtida uma espécie de ovelha que, na formação de sua lã, progrediu muito além de seus ancestrais. O mesmo, se aplica a outras qualidades dos organismos vivos. Duas conclusões podem ser tiradas desse fato. A primeira é que a natureza tem a tendência de mudar os seres vivos; a segunda, que uma qualidade que começou a mudar em uma determinada direção aumenta nessa direção, se no processo de propagação de seres orgânicos aqueles espécimes que não possuem essa qualidade são excluídos. As formas orgânicas assumem outras qualidades ao longo do tempo e continuam na direção de sua mudança, uma vez iniciado esse processo. Eles mudam e transmitem as qualidades alteradas aos seus descendentes.
A conclusão natural dessa observação é que mudança e transmissão hereditária são dois princípios propulsores na evolução dos seres orgânicos. Se é de supor que, no curso natural dos eventos no mundo, formações adaptadas à vida se desenvolvam lado a lado com as que não são adaptadas tão bem quanto com outras, também deve-se supor que a luta pela vida ocorre nas formas mais diversificadas. Essa luta afeta, sem um plano, o que o criador faz com a ajuda de um plano pré-concebido. Como o criador exclui a amostra do processo de propagação que introduziria qualidades indesejadas no desenvolvimento, a luta pela vida elimina os impróprios. Somente o ajuste sobrevive na evolução. A tendência para a perfeição perpétua entra assim no processo evolutivo como uma lei mecânica. Depois que Darwin viu isso e depois de estabelecer um firme fundamento para uma concepção naturalista do mundo, ele pôde escrever as palavras entusiasmadas no final de seu trabalho, A origem das espécies, que introduziu uma nova época de pensamento:
"... Assim, da guerra da natureza, da fome e da morte, o objeto mais exaltado que somos capazes de conceber, a saber, a produção dos animais superiores, segue diretamente. Há grandeza nessa visão da vida, com suas vários poderes, foi originalmente inspirados pelo Criador e em algumas formas ou em uma; e que, embora este planeta tenha andado de bicicleta de acordo com a lei fixa da gravidade, desde um começo tão simples, infinitas formas mais belas e maravilhosas foram e estão sendo evoluídos ... ".
Ao mesmo tempo, pode-se ver a partir dessa frase que Darwin não deriva sua concepção de qualquer sentimento anti-religioso, mas apenas das conclusões que para ele seguem de fatos distintamente significativos. Não foi a hostilidade contra as necessidades da experiência religiosa que o convenceu a uma visão racional da natureza, pois ele nos diz distintamente em seu livro como esse mundo recém-adquirido de idéias atrai seu coração.
"... Os autores da mais alta eminência, parecem estar totalmente satisfeitos com a visão de que cada espécie foi criada de forma independente. A meu ver, isso concorda melhor com o que sabemos das leis impressas pelo Criador na matéria de que a produção e extinção de os habitantes do passado e do presente do mundo deveriam ter sido causados por causas secundárias, como as que determinam o nascimento e a morte do indivíduo. Quando vejo todos os seres não como criações especiais, mas como descendentes lineares de alguns poucos seres que viveram muito antes como no primeiro leito do sistema cambriano foi depositado, eles me parecem enobrecidos ... Por isso, podemos olhar com alguma confiança para um futuro seguro de grande duração. E como a seleção natural funciona exclusivamente para o bem de cada um sendo, todas as dotações corporais e mentais tenderão a progredir em direção à perfeição ... ".
Darwin mostrou detalhadamente como os organismos crescem e se espalham, como, no curso de seu desenvolvimento, transmitem suas propriedades uma vez adquiridas, como novos órgãos são produzidos e mudam com o uso ou com a falta de uso, como, dessa maneira, os seres orgânicos são ajustados às suas condições de existência e como, finalmente, através da luta pela vida, ocorre uma seleção natural por meio da qual uma variedade cada vez maior de formas surge cada vez mais perfeitas.
Desse modo, parece ser encontrada uma explicação dos seres teleologicamente ajustados que não exige outro método para a natureza orgânica além do que é usado na natureza inorgânica. Desde que fosse impossível oferecer uma explicação desse tipo, era necessário admitir, se alguém quisesse ser consistente, que em todos os lugares da natureza onde um ser ajustado à existência surgiu, a intervenção de um poder estranho tinha que ser assumida. Em todos os casos, era preciso admitir um milagre.
Aqueles que durante décadas antes do surgimento da obra de Darwin haviam se esforçado para encontrar um mundo naturalista e uma concepção de vida agora sentiam de maneira mais vívida que uma nova direção do pensamento havia sido dada. Esse sentimento é expresso por David Friedrich Strauss em seu livro Crenças antigas e novas ( Alten und neuen Glauben ) (1872).
"... Vê-se que este é o caminho a seguir; é aqui que a nova bandeira está balançando vigorosamente ao vento. É uma verdadeira alegria no sentido das mais elevadas alegrias do avanço intelectual. Nós filósofos e teólogos críticos conversamos e conversamos para desacreditar a idéia de um milagre. O nosso decreto não teve nenhum efeito, porque não sabíamos como demonstrar essa idéia como supérflua, porque não sabíamos como evitá-la, pois não conhecíamos nenhuma energia da natureza com o qual poderíamos substituí-lo onde parecesse mais necessário assumir: Darwin demonstrou essa energia da natureza, esse procedimento da natureza; ele abriu a porta através da qual uma feliz posteridade lançaria o milagre de uma vez por todas. Todo mundo que sabe o quanto depende de milagres o elogiará por esse feito como um dos maiores benfeitores da raça humana ... ".
Através da idéia de adaptação de Darwin, é possível pensar o conceito de evolução realmente na forma de uma lei natural. A antiga doutrina da involução, que supõe que tudo o que vem à existência já existia em uma forma oculta (compare as páginas da Parte 1, capítulo IX), foi privada de sua última esperança com este passo. No processo de evolução concebido por Darwin, a forma mais perfeita não está de modo algum contida na menos perfeita, pois a perfeição de um ser superior passa a existir através de processos que nada têm a ver com os ancestrais desse ser. Vamos supor que uma certa série evolutiva tenha chegado aos marsupiais. A forma dos marsupiais não contém nada de uma forma superior e mais perfeita. Ele contém apenas a capacidade de mudar aleatoriamente no decorrer de sua propagação. Certas circunstâncias então, acontecem e que são independentes de qualquer tendência latente “interna” de desenvolvimento da forma dos marsupiais, mas são tais que, de todas as variações possíveis (mutações), os pró-marsupiais sobrevivem. As formas dos marsupiais continham que os pró- marsupiais não são mais do que a direção de uma bola de bilhar rolante que contém o caminho a seguir depois de ter sido desviada de seu curso original por uma segunda bola de bilhar.
Aqueles acostumados a um modo de pensar idealista não tiveram tempo fácil para compreender essa concepção reformada de evolução. Friedrich Theodor Vischer, um homem de extraordinária perspicácia e sutileza de espírito que veio da escola de Hegel, escreve ainda em 1874 em um ensaio:
"... A evolução é um desdobramento de um germe que procede da tentativa de tentar até que a imagem que o germe contenha latentemente como uma possibilidade se torne real. Mas, uma vez feito isso, ele para e se mantém na forma encontrada, mantendo como um conceito permanente. Todo conceito, como tal, perderia seu contorno firme se considerássemos os tipos que existem em nosso planeta há tantos milhares de anos como variáveis para sempre e, acima de tudo, se considerássemos nosso próprio tipo humano (...) Deveríamos então deixar de confiar em nossos pensamentos, nas leis concebidas por nossos pensamentos, nossos sentimentos, nas imagens de nossa imaginação, que nada mais são que as imitações esclarecedoras de formas da natureza como são conhecidas por nós, torna-se questionável ... ".
Em outra passagem do mesmo ensaio, ele diz:
"... Ainda acho um pouco difícil, por exemplo, acreditar que devemos prestar atenção no processo de ver, e ouvir com ouvido. O peso extraordinário que é dado ao processo de seleção natural é algo, no qual, não estou muito satisfeito com ... ".
Se perguntassem a Vischer se ele imaginava ou não que o hidrogênio e o oxigênio continham dentro de si uma forma latente de uma imagem da água para possibilitar que o segundo se desenvolvesse a partir do primeiro, ele sem dúvida teria respondido:
“Não, nem no oxigênio nem no hidrogênio há algo que se forma contido na água; as condições para a formação desta substância são dadas apenas quando o hidrogênio e o oxigênio são combinados sob certas circunstâncias. ”
A situação é necessariamente diferente quando, através dos dois fatores dos marsupiais e das condições externas, surgiram os pró-marsupiais ? Por que os pró-marsupiais deveriam ser contidos como uma possibilidade, como um esquema, nos marsupiais, a fim de serem capazes de serem desenvolvidos a partir deles ? O que surge através da evolução é gerado como uma nova formação sem ter existido em nenhuma forma anterior.
Naturalistas pensativos sentiram o peso da nova doutrina teleológica nada menos que Strauss. Hermann Helmholtz pertence, sem dúvida, entre aqueles que, nas décadas de cinquenta e sessenta do séc. XVIII, poderiam ser considerados representantes de tais naturalistas prudentes. Ele enfatiza o fato de que a maravilhosa conformidade-propósito na estrutura dos organismos vivos, que se torna cada vez mais aparente à medida que a ciência progride, desafia a comparação de todos os processos da vida com as ações humanas. Pois as ações humanas são a única série de fenômenos que têm um caráter semelhante aos orgânicos. A adequação dos arranjos no mundo dos organismos, de acordo com nosso julgamento, na maioria dos casos ultrapassa em muito o que a inteligência humana é capaz de criar. Portanto, não podemos nos surpreender que tenha ocorrido às pessoas buscar a origem da estrutura e função do mundo dos seres vivos em uma inteligência muito superior à do homem. Helmholtz diz:
"... Antes de Darwin, podia-se admitir dois tipos de explicações para o fato de um ajuste de propósito orgânico, os quais dependiam de uma interferência de uma inteligência livre no curso dos fenômenos naturais. Um deles considerou, de acordo com a teoria vitalista, o processos vitais perpetuamente guiados por uma alma vital, ou se via em cada espécie um ato de inteligência sobrenatural através do qual deveria ter sido gerado ... A teoria de Darwin contém um pensamento criativo essencialmente novo. O ajuste de propósito da forma nos organismos também pode acontecer sem a interferência de uma inteligência através do efeito aleatório de uma lei natural. Esta é a lei da transmissão de peculiaridades individuais dos pais aos descendentes, lei que foi longa conhecido e reconhecido, mas necessitava apenas de uma demarcação definitiva ... ".
Helmholtz agora considera que essa demarcação é dada pelo princípio da seleção natural na luta pela existência. Um cientista que, como Helmholtz, pertence aos naturalistas mais cautelosos da época, J. Henle, disse em uma palestra: “Se as experiências de criação artificial fossem aplicadas à hipótese de Oken e Lamarck, teria que ser mostrada como a natureza prossegue para fornecer o mecanismo pelo qual o criador experimental obtém seu resultado. Essa é a tarefa que Darwin estabeleceu para si mesmo e que ele perseguiu com admirável indústria e perspicácia. ”
Os materialistas foram os que sentiram o maior entusiasmo de todos pela conquista de Darwin. Eles estavam convencidos de que, mais cedo ou mais tarde, um homem como ele teria que aparecer, lançando uma luz filosófica sobre o vasto campo de fatos acumulados que tanto necessitava de um pensamento de liderança. Na opinião deles, a concepção de mundo pela qual haviam lutado não poderia falhar após a descoberta de Darwin. Darwin abordou sua tarefa como naturalista. A princípio, ele se manteve dentro dos limites reservados ao cientista natural. Que seus pensamentos eram capazes de lançar uma luz sobre os problemas fundamentais da concepção do mundo, sobre a questão da relação do homem com a natureza, foi meramente abordado em seu livro:
"... No futuro, vejo campos abertos para pesquisas muito mais importantes. A psicologia será baseada firmemente nos fundamentos... Da aquisição necessária de cada poder e capacidade mental por gradação. Muita luz será lançada sobre a origem do homem e sua história ... ".
Para os materialistas, essa questão da origem do homem tornou-se, nas palavras de Buechner, um assunto de extrema preocupação. Nas palestras que deu em Offenbach durante o inverno de 1866 a 67, ele diz:
"... A teoria da transformação também deve ser aplicada à nossa própria raça ? Deve ser estendida ao homem, para nós ? Devemos nos submeter a uma aplicação dos mesmos princípios ou regras que causaram a vida de todos os outros organismos para a explicação de nossa própria gênese e origem ? Ou somos - os senhores da criação - uma exceção ? ... "
A ciência natural ensinou claramente que o homem não poderia ser uma exceção. Com base em investigações anatômicas exatas, o fisiologista inglês T. H. Huxley escreveu em seu livro O lugar do homem na natureza ( Man's Place in Nature 1863):
"... A comparação crítica de todos os órgãos e sua modificação na série dos macacos nos leva a um e ao mesmo resultado, que as diferenças anatômicas que separam o homem do gorila e do chimpanzé não são tão grandes quanto as diferenças que separam o antropóide dos macacos das espécies mais baixas de macacos ... ".
Ainda poderia haver uma dúvida diante de tais fatos que a evolução natural também produziu o homem - a mesma evolução que causou a série de seres orgânicos até o macaco através do crescimento, propagação, herança, transmutação de formas e luta por vida ?
Durante o curso do século, essa visão fundamental penetrou cada vez mais na corrente principal das ciências naturais. Goethe, com certeza, havia se convencido disso e, por causa dessa convicção, tinha decidido energicamente corrigir a opinião de seus contemporâneos, que sustentavam que o homem não possuía osso intermaxilar na mandíbula superior. Todos os animais deveriam ter esse osso; só o homem, assim pensava, não o possuía. Na sua ausência, viu-se a prova de que o homem era anatomicamente diferente dos animais, de que o plano de sua estrutura deveria ser pensado em linhas diferentes. O modo naturalista do pensamento de Goethe o inspirou a empreender elaborados estudos anatômicos para abolir esse erro. Quando alcançou esse objetivo, ele escreveu em uma carta a Herder, convencido de que havia feito uma contribuição muito importante ao conhecimento da natureza; “Comparei os crânios de homens e animais e encontrei a trilha, e eis que ali está. Agora peço que não conte, pois deve ser tratado como um segredo. Mas quero que você aprecie isso comigo, pois é como a pedra angular na estrutura do homem; agora está completo e não falta nada. Apenas veja como é ! ”
Sob a influência de tais concepções, a grande questão da filosofia da relação do homem consigo mesmo e com o mundo externo levou à tarefa de mostrar pelo método da ciência natural, que processo real havia levado à formação do homem no curso da evolução. Desse modo, mudou o ponto de vista a partir do qual se tentou explicar os fenômenos da natureza. Enquanto se via em todos os organismos, incluindo o homem, a realização de um projeto proposital de estrutura, era preciso considerar esse propósito também na explicação dos seres orgânicos. Era preciso considerar que no embrião o organismo posterior é potencialmente indicado. Quando essa visão foi estendida a todo o universo, significava que uma explicação da natureza cumpria melhor sua tarefa se mostrasse como os estágios posteriores da evolução com o homem como o clímax são preparados nos estágios anteriores.
A idéia moderna de evolução rejeitou todas as tentativas da ciência de reconhecer as possíveis fases posteriores nos estágios anteriores. Consequentemente, a fase posterior não estava de forma alguma contida na fase anterior. Em vez disso, o que foi gradualmente desenvolvido foi a tendência de procurar, nas fases posteriores, traços das anteriores. Este princípio representava uma das leis da herança. Pode-se realmente falar de uma inversão da tendência da explicação. Essa reversão tornou-se importante para a ontogênese, ou seja, para a formação das idéias relativas à evolução do ser individual, do ovo à maturidade. Em vez de mostrar a predisposição dos órgãos posteriores no embrião, procurou-se comparar os vários estágios pelos quais um organismo passa no curso de sua evolução individual, desde o óvulo até a maturidade, com os de outras formas de organismos. Lorenz Oken já estava se movendo nessa direção. No quarto volume de sua História geral da natureza para todas as classes de leitores, ele escreveu:
"... Anos atrás, através de minhas investigações fisiológicas, cheguei à conclusão de que os estágios de desenvolvimento da galinha no ovo têm muita semelhança com diferentes classes de animais. No começo, ele mostra apenas os órgãos da infusória, assumindo gradualmente aqueles pólipos, águas-vivas, mariscos, caracóis, etc. Por outro lado, eu também tive que considerar as classes de animais como estágios evolutivos que prosseguiam paralelamente aos estágios de desenvolvimento da galinha. Esta visão da natureza me desafiou ao máximo observação dos órgãos que são adicionados como novas formas a todas as classes superiores de animais, bem como daqueles que são desenvolvidos um após o outro durante o processo de desenvolvimento. É claro que não é fácil estabelecer um paralelismo completo como tais, em um objeto difícil como ovo de galinha, porque seu desenvolvimento é tão incompleto, mas provar que o paralelismo realmente existe não é realmente difícil. Uma formação dos insetos, que nada mais é do que o desenvolvimento dos jovens diante de nossos olhos fora do ovo, e na verdade em um ritmo tão lento que podemos observar e investigar todos os estágios embrionários à nossa vontade ... ".
Oken compara os estágios de transformação dos insetos com os outros animais e descobre que as lagartas têm uma grande semelhança com os vermes e os casulos com os animais crustáceos. De tais semelhanças, esse pensador engenhoso tira a conclusão de que “não há, portanto, dúvida de que estamos aqui confrontados com uma semelhança conspícua que justifica a idéia de que a história evolutiva no ovo não passa de uma repetição da história da criação de as classes de animais. " Foi um presente natural para esse homem brilhante apreender uma ótima idéia para a qual ele nem precisava da evidência de fatos comprovativos. Mas também reside na natureza de idéias tão sutis que elas não têm grande efeito sobre aqueles que trabalham no campo da ciência. Oken aparece como um cometa no firmamento da filosofia alemã. Seu pensamento fornece uma enxurrada de luz. A partir de um rico tesouro de idéias, ele sugere conceitos principais para os fatos mais divergentes. Seu método de formular conexões factuais, no entanto, foi um pouco forçado. Ele estava preocupado demais com o argumento que queria fazer. Essa atitude também prevaleceu em seu tratamento da lei da repetição de certas formas de animais na ontogênese de outras mencionadas acima.
Em contraste com Oken, Karl Ernst von Baer manteve os fatos o mais firmemente possível quando falou, em sua História da evolução dos animais (Entwicklungsgeschichte der Tiere 1828), das observações que levaram Oken à sua idéia:
"... Os embriões dos mamíferos, pássaros, lagartos e cobras, e provavelmente também os das tartarugas, em seus estágios iniciais, são extraordinariamente semelhantes entre si em toda a sua formação e em suas partes individuais. Esses embriões, de fato, podem ser distinguidos pelo tamanho. Tenho em minha posse dois pequenos embriões em álcool que esqueci de rotular e agora não consigo determinar a que classe eles pertencem. Podem ser lagartos, passarinhos ou mamíferos jovens, a formação de cabeça e tronco desses animais é semelhante, pois as extremidades ainda estão completamente ausentes nesses embriões e, mesmo que estivessem presentes, nos primeiros estágios de seu desenvolvimento, não nos diziam nada porque os pés dos lagartos e os mamíferos, as asas e os pés dos pássaros, assim como as mãos e os pés dos homens, desenvolvem-se da mesma forma original ... ".
Tais fatos do desenvolvimento embriológico despertaram o maior interesse daqueles pensadores que tendiam ao darwinismo. Darwin havia provado a possibilidade de mudança nas formas orgânicas e, através da transformação, as espécies atualmente existentes poderiam possivelmente descender de algumas formas originais, ou talvez apenas uma. Agora, foi demonstrado que, em suas primeiras fases de desenvolvimento, os vários organismos vivos são tão semelhantes entre si que dificilmente podem ser distinguidos um do outro, se é que existem. Essas duas idéias, os fatos da embriologia comparada e a idéia de descendência, foram combinados organicamente em 1864 por Fritz Müller (1821 - 97) em seu pensativo ensaio, Fatos and Argumentos (Für Darwin). Müller é uma daquelas personalidades de espírito elevado que precisa de uma concepção naturalista do mundo porque não pode respirar espiritualmente sem ela. Além disso, em relação à sua própria ação, ele sentiria satisfação apenas quando pudesse sentir que sua motivação era tão necessária quanto uma força da natureza. Em 1852, Müller se estabeleceu no Brasil. Por doze anos, ele foi professor no ginásio de Desterro, na ilha de Santa Catharina, não muito longe da costa do Brasil. Em 1867, ele teve que desistir dessa posição. O homem da concepção do novo mundo teve que dar lugar à reação que, sob a influência dos jesuítas, que tomaram posse sua escola. Ernst Haeckel descreveu a vida e a atividade de Fritz Müller no Jenaische Zeitschrift fur Naturwissenschaft (Vol. XXXI N.F. XXIV 1897).
Darwin chamou Müller de "príncipe dos observadores", e o livreto pequeno, mas significativo, Fatos e argumentos para Darwin, é o resultado de muitas observações. Ele lida com um grupo específico de formas orgânicas, os crustáceos, que são radicalmente diferentes um do outro em sua maturidade, mas são perfeitamente semelhantes no momento em que deixam o ovo. Se alguém pressupõe, no sentido da teoria da descendência de Darwin, que todas as formas de crustáceos tenham se desenvolvido a partir de um tipo original, e se alguém aceita a semelhança nos estágios iniciais como um elemento herdado da forma de seu ancestral comum, então combinou as idéias de Darwin com as de Oken relativas à repetição da história da criação das espécies animais na evolução da forma animal individual. Essa combinação foi realizada por Fritz Müller. Assim, ele trouxe as formas anteriores de uma classe animal para uma certa conexão determinada pela lei com as posteriores, que, através da transformação, se formaram a partir delas. O fato de que, em um estágio anterior, a forma ancestral de um ser vivo agora tenha uma forma específica, fez com que seus descendentes, posteriormente, tivessem outra forma específica. Ao estudar os estágios do desenvolvimento de um organismo, a pessoa se familiariza com seus ancestrais cuja natureza causou as características das formas embrionárias. A filogênese e a ontogênese estão, no livro de Fritz Müller, conectadas como causa e efeito. Com esta etapa, um novo elemento entrou na tendência darwiniana de idéias. Esse fato mantém seu significado, embora as investigações de Müller sobre os crustáceos tenham sido modificadas pelas pesquisas posteriores de Arnold Lang.
Apenas quatro anos se passaram desde o surgimento da origem das espécies de Darwin, quando o livro de Müller foi publicado como defesa de tese. Müller mostrou como, com uma classe especial de animais, devemos trabalhar no espírito das novas idéias. Então, em 1866, sete anos após a Origem das Espécies, apareceu um livro que absorveu completamente esse novo espírito. Usando as idéias do darwinismo em um alto nível de discussão científica, lançou muita luz sobre os problemas da interconexão de todos os fenômenos da vida. Este livro; A Morfologia Geral de Organismos de Ernst Haeckel ( Generelle Morphologie der Organismen ) cada página, refletia sua tentativa de chegar a uma sinopse abrangente da totalidade dos fenômenos da natureza com a ajuda de novos pensamentos. Inspirado pelo darwinismo, Haeckel estava em busca de uma concepção de mundo.
Haeckel fez o seu melhor de duas maneiras para tentar uma nova concepção de mundo. Primeiro, ele contribuiu continuamente para o acúmulo de fatos que lançam luz sobre a conexão das entidades e energias da natureza. Segundo, com consistência inflexível, ele derivou desses fatos as idéias que deviam satisfazer a necessidade humana de explicação. Ele mantinha a convicção inabalável de que, a partir desses fatos e idéias, o homem pode chegar a uma explicação mundial totalmente satisfatória. Como Goethe, Haeckel estava convencido, a seu modo, de que a natureza prossegue em seu trabalho "de acordo com as leis eternas, necessárias e, portanto, divinas, para que nem mesmo a divindade pudesse mudá-la". Porque isso estava claro para ele, ele adorava sua divindade nessas eternas e necessárias leis da natureza e nas substâncias em que trabalhavam. Como a harmonia das leis naturais, que estão interconectadas com a necessidade, satisfaz a razão, de acordo com sua visão, também oferece ao coração do sentimento, ou à alma que é sintonizada ética ou religiosamente, seja lá o que for que esteja sedento. Na pedra que cai no chão atraída pela gravidade, há uma manifestação da mesma ordem divina que é expressa na flor de uma planta e no espírito humano que criou o drama de Wilhelm Tell.
Quão errônea é a crença de que o sentimento pela maravilhosa beleza da natureza é destruído pela penetração da razão nas leis da natureza é vividamente demonstrado na obra de Ernst Haeckel. Uma explicação racional da natureza fora declarada incapaz de satisfazer as necessidades da alma. Onde quer que o homem seja perturbado em sua vida interior através do conhecimento da natureza, não é culpa do conhecimento, mas do próprio homem. Seus sentimentos são desenvolvidos em uma direção errada. Ao seguirmos um naturalista como Haeckel sem preconceitos em seu caminho como observador da natureza, sentimos que nossos corações batem mais rápido. A análise anatômica, a investigação microscópica não diminui a beleza natural, mas revela muito mais. Não há dúvida de que existe um antagonismo entre razão e imaginação, entre reflexão e intuição, em nosso tempo. A brilhante ensaísta Ellen Key está, sem dúvida, certa ao considerar esse antagonismo como um dos fenômenos mais importantes do nosso tempo (compare Ellen Key, Essays, S. Fischer Verlag, Berlim, 1899). Quem, como Ernst Haeckel, mergulha fundo na mina do tesouro dos fatos, surge ousadamente com os pensamentos resultantes desses fatos e sobe às alturas do conhecimento humano, pode ver na explicação da natureza apenas um ato de reconciliação entre as duas forças em disputa de reflexão e intuição que “alternam em se forçar a se submeter” (Ellen Key). Quase simultaneamente à publicação do livro em que Haeckel apresentou com honestidade intelectual inabalável sua concepção de mundo derivada da ciência natural, isto é, com o aparecimento de seus Enigmas do Mundo ( Welträtsel 1899 ), ele iniciou uma publicação em série chamada , Formas de Arte da Natureza, ( Kunstformen der Natur ). Nele, ele retrata a inesgotável riqueza de formações maravilhosas que a natureza produz e superam "de longe todas as formas artísticas criadas pelo homem" em beleza e variedade. O mesmo homem que introduz nossa mente na ordem da natureza determinada pela lei leva nossa imaginação à beleza da natureza.
A necessidade de colocar os grandes problemas da concepção de mundo em contato direto com pesquisas científicas especializadas levou Haeckel a um dos fatos sobre os quais Goethe disse que eles representam os pontos significativos nos quais a natureza produz as idéias fundamentais para sua explicação por sua própria vontade, nos encontrando no meio do caminho em nossa pesquisa. Isso foi percebido por Haeckel quando ele investigou como a tese de Oken, que Fritz Müller havia aplicado aos crustáceos, poderia ser frutuosa em todo o reino animal. Em todos os animais, exceto o Protista, que é um organismo unicelular, um corpo em forma de copo ou jarro, a gástrula se desenvolve a partir do zigoto com o qual o organismo inicia sua ontogênese. Essa gástrula é uma forma animal que pode ser encontrada nos primeiros estágios de desenvolvimento de todos os animais, desde as esponjas ao homem. Consiste apenas em pele, boca e estômago. Há uma classe baixa de zoófitos que possuem apenas esses órgãos durante a vida e, portanto, se assemelham a gástrulas. Esse fato é interpretado por Haeckel do ponto de vista da teoria da descendência. A forma gástrula é uma forma herdada que o animal deve à forma de seu ancestral comum. Houve, provavelmente milhões de anos antes, uma espécie de animais, os gastros, que foram construídos de maneira semelhante à dos zoófitos mais baixos que ainda hoje vivem - as esponjas, pólipos, etc. A partir dessa espécie animal, todas as várias formas vivas hoje, dos pólipos, esponjas etc. ao homem, repete essa forma original no curso de suas ontogenias.
Dessa maneira, uma idéia de escopo gigantesco foi obtida. O caminho que conduzia da forma simples à complicada, à forma perfeita no mundo dos organismos, foi assim indicado em seu esboço provisório. Uma forma animal simples se desenvolve sob certas circunstâncias. Um ou vários indivíduos desta forma mudam para outra forma, de acordo com as condições de vida às quais estão expostos. O que surgiu através dessa transmutação é novamente transmitido aos descendentes. Existem então duas formas diferentes, a antiga, que manteve a forma do primeiro estágio, e uma nova. Ambas as formas podem se desenvolver em diferentes direções e em diferentes graus de perfeição. Após longos períodos de tempo, uma riqueza abundante de espécies surge através da transmissão da forma anterior e de novas formações, por meio do processo de adaptação às condições da vida.
Dessa maneira, Haeckel conecta os processos atuais no mundo dos organismos com os eventos dos tempos primitivos. Se queremos explicar algum órgão de um animal da era atual, olhamos para os ancestrais que desenvolveram esse órgão nas circunstâncias em que viviam. O que veio a existir através de causas naturais em épocas anteriores foi transmitido ao nosso tempo através do processo de hereditariedade. Através da história das espécies, a evolução do indivíduo recebe sua explicação. A filogênese, portanto, contém as causas da ontogênese. Haeckel expressa esse fato em sua lei fundamental da biogenética: "A curta ontogênese ou desenvolvimento do indivíduo é uma repetição rápida e breve, uma recapitulação abreviada do longo processo de filogênese, o desenvolvimento das espécies".
Através desta lei, toda tentativa de explicação por propósitos especiais, toda teleologia no sentido antigo, foi eliminada. Já não se procura a finalidade de um órgão; procura-se as causas pelas quais se desenvolveu. Uma determinada forma não aponta para um objetivo em que se esforça, mas para a origem da qual surgiu. O método de explicação para os fenômenos orgânicos tornou-se o mesmo para os inorgânicos. A água não é considerada o objetivo do oxigênio, nem o homem é considerado o propósito da criação. A pesquisa científica é direcionada à origem e à causa real dos seres vivos. O modo dualista de concepção, que declara que o orgânico e o inorgânico devem ser explicados de acordo com dois princípios diferentes, dá lugar a um modo monístico de concepção, a um monismo que tem apenas um modo uniforme de explicação para toda a natureza.
Haeckel destaca, caracteristicamente, que através de sua descoberta foi encontrado o método pelo qual todo dualismo no sentido acima mencionado deve ser superado.
"... A filogênese é a causa mecânica da ontogênese. Com essa afirmação, nossa concepção basicamente monística da evolução orgânica é claramente caracterizada, e a verdade desse princípio depende primariamente da verdade da teoria da gastraea ... Todo naturalista, que em o campo da biogênese não se satisfaz com uma mera admiração de fenômenos estranhos, mas busca entender seu significado, terá, no futuro, de lado ou contra esse princípio, marcando ao mesmo tempo a ruptura completa que separa a morfologia teleológica e dualística mais antiga, da nova mecânica e monística: se as funções fisiológicas de herança e adaptação foram as únicas causas do processo de formação orgânica, todo tipo de teleologia, de modo dualista e metafísico de concepção eliminando do campo da biogênese, o nítido contraste entre os princípios principais é claramente marcado. e a conexão causal entre ontogenia e filogenia existe ou não. Não há terceira possibilidade ! Epigenese e descendência, ou pré-formação e criação! (Compare também no capítulo IX da parte 1 deste livro.) ... ".
Depois que Haeckel absorveu a visão de Darwin sobre a origem do homem, ele defendeu vigorosamente a conclusão que deve ser tirada dela. Era impossível para ele sugerir, hesitante, como Darwin, esse "problema de todos os problemas". Anatomicamente e fisiologicamente, o homem não se distingue dos animais superiores. Portanto, a mesma origem deve ser atribuída a ele como a eles. Haeckel defendeu com ousadia essa opinião e as conseqüências que a seguiram para a concepção do mundo. Não havia dúvida de que, no futuro, as mais altas manifestações da vida do homem, as atividades de seu espírito, deviam ser consideradas sob o mesmo ponto de vista da função do organismo vivo mais simples. A observação dos animais mais baixos, os protozoários, infusórios, rizópodes, ensinou-lhe que esses organismos tinham uma alma. Em seus movimentos, nas indicações das sensações que mostram, ele reconheceu manifestações da vida que só precisavam ser aumentadas e aperfeiçoadas para se transformar em ações complicadas de razão e vontade do homem.
Começando com a gástrea, que viveu milhões de anos atrás, que medidas a natureza dá para chegar ao homem ? Esta foi a questão abrangente, como afirma Haeckel. Ele forneceu a resposta em sua Antropogênese, que apareceu em 1874. Na primeira parte, este livro trata da história do indivíduo (ontogenese), na segunda parte, com a das espécies (filogênese). Ele mostrou ponto a ponto como o último contém as causas do primeiro. A posição do homem na natureza foi assim determinada de acordo com os princípios da teoria da descendência. Para trabalhos como Anthropogenesis de Haeckel, a afirmação de que o grande anatomista Karl Gegenbaur, feito em sua Anatomia Comparada (Vergleichenden Anatomie» (2. Aufl.,1870), pode ser aplicada com justiça. Ele escreveu que, em troca do método de investigação, Darwin deu à ciência sua teoria que recebeu em troca de clareza e firmeza de propósito. Na visão de Haeckel, o método do darwinismo também havia fornecido à ciência a teoria da origem do homem.
O que realmente foi realizado por esta etapa pode ser apreciado em sua medida completa apenas se olharmos para a oposição com a qual a aplicação abrangente de Haeckel dos princípios do darwinismo foi recebida pelos seguidores das concepções idealistas do mundo. Nem é necessário citar aqueles que, acreditando cegamente na opinião tradicional, se voltaram contra a "teoria dos macacos", ou aqueles que acreditavam que toda uma moral mais refinada e mais elevada estaria em risco se os homens não estivessem mais convencidos de que tinham uma " , origem superior. " Outros pensadores, embora tenham uma mente bastante aberta em relação a novas verdades, acharam difícil aceitar essa nova verdade. Eles se perguntaram: "Não negamos nosso próprio pensamento racional se não procurarmos mais sua origem em uma razão geral do mundo sobre nós, mas no reino animal abaixo ?" Mentalidades desse tipo atacavam avidamente os pontos em que a visão de Haeckel parecia estar sem apoio dos fatos. Eles tinham aliados poderosos em vários cientistas naturais que, através de um estranho viés, usaram seu conhecimento factual para enfatizar os pontos em que a experiência real ainda era insuficiente para provar as conclusões tiradas por Haeckel. O típico, e ao mesmo tempo o mais impressionante, representante desse ponto de vista dos naturalistas foi Rudolf Virchow (1821 - 1902). A oposição de Virchow e Haeckel pode ser caracterizada como se segue. Haeckel confia na consistência interior da natureza, sobre a qual Goethe é da opinião de que é suficiente para compensar a inconsistência do homem. Haeckel, portanto, argumenta que, se um princípio da natureza foi verificado em certos casos, e se ainda não temos experiência para mostrar sua validade em outros casos, não temos motivos para impedir o progresso de nosso conhecimento. Que experiência nos nega hoje, pode render amanhã. Virchow é da opinião oposta. Ele quer ceder o mínimo de terreno possível a um princípio abrangente. Ele parece acreditar que a vida para esse princípio não pode ser dificultada o suficiente. O antagonismo entre esses dois espíritos foi levado a um ponto agudo no Quinquagésimo Congresso de naturalistas e médicos alemães em 1877. Haeckel leu um artigo sobre o tema A teoria da evolução de hoje em sua relação com a ciência em geral.
Em 1894, Virchow sentiu que tinha de declarar sua opinião da seguinte maneira. “Através da especulação, chegou-se à teoria dos macacos; alguém poderia ter acabado com uma teoria dos elefantes ou uma ovelha. ” O que Virchow exigiu foi uma prova incontestável dessa teoria. Assim que algo apareceu como um elo na cadeia da argumentação, Virchow tentou invalidá-lo com todos os meios à sua disposição.
Esse elo na cadeia da prova foi apresentado aos restos ósseos que Eugen Dubois havia encontrado em Java em 1894. Eles consistiam em um osso do crânio e da coxa e vários dentes. A esse respeito, surgiu uma interessante discussão no Congresso de Zoólogos de Leyden. Dos doze zoólogos, três eram da opinião de que esses ossos vinham de um macaco e três pensavam que eram de um ser humano; seis, no entanto, acreditavam que apresentavam uma forma transitória entre homem e macaco. Dubois mostra de maneira convincente em que relação o ser cujos restos ósseos estavam sendo discutidos ficava com o macaco atual, por um lado, e o homem de hoje, por outro. A teoria da evolução das ciências naturais deve reivindicar essas formas intermediárias. Eles preenchem os buracos que existem entre inúmeras formas de organismos. Toda nova forma intermediária constitui uma nova prova para o parentesco de todos os organismos vivos. Virchow se opôs à opinião de que esses restos ósseos provinham de uma forma intermediária. A princípio, ele declarou que era o crânio de um macaco e o osso da coxa de um homem. Os paleontologistas especialistas, no entanto, declararam firmemente, de acordo com o relatório cuidadoso, sobre a descoberta, que os restos pertenciam juntos. Virchow tentou sustentar sua opinião de que o osso da coxa poderia ser apenas o de um ser humano, com a afirmação de que um certo crescimento no osso provava que ele devia ter uma doença que só poderia ter sido curada através de cuidadosa atenção humana. O paleontólogo Marsch, no entanto, sustentou que paleontologista americano, Othniel Charles Marsh (1831 - 1899)], sustentou que extuberâncias ósseas similares também ocorreram em animais selvagens. Uma declaração adicional de Virchow, de que a incisão profunda entre a borda superior da órbita ocular e a cobertura inferior do crânio da suposta forma intermediária provou ser o crânio de um macaco, que foi então contradito pelo naturalista Nehring, que alegou que o mesmo A formação foi encontrada em um crânio humano de Santos, Brasil. As objeções de Virchow vieram do mesmo pensamento que também o levou a considerar as famosas caveiras de Neanderthal, von Spy etc., como formações patológicas, enquanto os seguidores de Haeckel as consideravam formas intermediárias entre macaco e homem.
Haeckel não permitiu que nenhuma objeção o privasse de sua confiança em seu modo de concepção. Ele continuou seu trabalho científico sem desviar-se dos pontos de vista em que havia chegado e, através de apresentações populares de sua concepção da natureza, influenciou a consciência pública. Em seu livro, Filogenia sistemática, esboço de um sistema natural de organismos com base na história das espécies ( Systematischen Phylogenie, Entwurf eines natürlichen Systems der Organismen auf Grund der Stammesgeschichte 1894 - 96), ele tentou demonstrar o parentesco natural dos organismos em um método estritamente científico. Em sua História Natural da Criação, ( Natürlichen Schöpfungsgeschichte 1868 – 1908 ), apareceu em onze edições, ele deu uma explicação popular de seus pontos de vista. Em 1899, em seus estudos populares sobre filosofia monística, intitulados. Os enigmas do Mundo, ele fez um levantamento de suas idéias em filosofia natural, demonstrando sem reservas as muitas aplicações de seus pensamentos básicos. Entre todos esses trabalhos, publicou estudos sobre as mais diversas pesquisas especializadas, prestando sempre atenção, ao mesmo tempo, aos princípios filosóficos e ao conhecimento científico dos detalhes.
A luz que brilha da concepção monística do mundo é, de acordo com a convicção de Haeckel, “dispersar as pesadas nuvens de ignorância e superstição que até agora espalharam uma escuridão impenetrável sobre o mais importante de todos os problemas do conhecimento humano, isto é, o problema relativo à origem do homem, sua verdadeira natureza e sua posição na natureza. ” Foi o que ele disse em um discurso proferido em 26 de agosto de 1898 no Quarto Congresso Internacional de Zoólogos, em Cambridge, Sobre o nosso conhecimento atual sobre a origem do homem ( Über unsere gegenwärtige Kenntnis vom Ursprung des Menschen ). A respeito de que sua concepção de mundo forma um vínculo entre religião e ciência, Haeckel mostrou de maneira impressionante em seu livro Monismo como um vínculo entre religião e ciência. Credo de um naturalista, ( Der Monismus als Band zwischen Religion und Wissenschaft. Glaubensbekenntnis eines Naturforschers 1892 ).
Se compararmos Haeckel a Hegel, podemos ver claramente a diferença nas tendências da concepção do mundo nas duas metades do século XIX. Hegel vive completamente da idéia e aceita apenas o quanto precisa do mundo dos fatos para ilustrar sua imagem idealista do mundo. Haeckel está enraizado em todas as fibras de seu ser no mundo dos fatos, e ele deriva deste mundo apenas daquelas idéias para as quais esses fatos necessariamente tendem. Hegel sempre tenta mostrar que todos os seres tendem a atingir seu clímax de evolução no espírito humano; Haeckel se esforça continuamente para provar que as atividades humanas mais complicadas apontam para as origens mais simples da existência. Hegel explica a natureza a partir do espírito; Haeckel deriva o espírito da natureza. Podemos, portanto, falar de uma inversão da direção do pensamento ao longo do século. Na vida intelectual alemã, Strauss, Feuerbach e outros iniciaram esse processo de reversão. No materialismo, a nova direção encontrou uma expressão extrema provisória e, no mundo dos pensamentos de Haeckel, encontrou uma expressão estritamente metódica-científica. Pois isso é significativo em Haeckel, que toda a sua atividade como pesquisador é permeada por um espírito filosófico. Ele não trabalha de todo para obter resultados que, para alguma motivação filosófica ou outra, sejam considerados o objetivo de sua concepção de mundo ou de seu pensamento filosófico. O que é filosófico sobre ele é o seu método. Para ele, a própria ciência tem o caráter de uma concepção de mundo. Sua própria maneira de ver as coisas predestina-o a ser monista. Ele olha para o espírito e a natureza com igual amor. Por esse motivo, ele pôde encontrar espírito no organismo mais simples. Ele vai além disso. Ele procura os traços de espírito nas partículas inorgânicas da matéria:
"... Todo átomo possui uma quantidade inerente de energia e, nesse sentido, é animado. Sem assumir uma alma para o átomo, os fenômenos mais simples e gerais da química são inexplicáveis. Prazer e desprazer, desejo e aversão, atração e repulsa devem ser e ser de uma propriedade comum de todos os átomos materiais, pois o movimento dos átomos, que deve ocorrer na formação e dissolução de todo composto químico, só pode ser explicado se assumirmos que eles têm sensação e vontade, é realmente baseada doutrina da afinidade... ".
Ao traçar o espírito até o átomo, ele segue o mecanismo puramente material dos eventos até as mais sublimes realizações do espírito:
"... O espírito e a alma do homem também não são mais do que energias que estão inseparavelmente ligadas ao substrato material de nossos corpos. Como o movimento de nossa carne está ligado aos elementos de forma de nossos músculos, também o poder de pensar de nossa mente está ligado aos elementos da forma de nossos cérebros. Nossas energias espirituais são simplesmente funções desses órgãos físicos, assim como toda energia é função de um corpo material ... ".
Não se deve confundir esse modo de concepção com alguém que sonha almas de uma maneira mística nebulosa nas entidades da natureza e depois assume que elas são mais ou menos semelhantes às do homem. Haeckel é um oponente estrito de uma concepção de mundo que projeta qualidades e atividades do homem no mundo externo. Ele expressou repetidamente sua condenação à humanização da natureza, do antropomorfismo, com uma clareza que não pode ser mal interpretada. Se ele atribui a animação à matéria inorgânica ou aos organismos mais simples, ele quer dizer com isso nada mais que a soma das manifestações de energia que observamos nelas. Ele mantém estritamente os fatos. Sensação e vontade não são para ele energias místicas da alma, mas nada mais são do que aquilo que observamos como atração e repulsa. Ele não quer dizer que atração e repulsa são realmente sensação e vontade. O que ele quer dizer é que atração e repulsão estão no estágio mais baixo, que sensação e vontade estão no estágio mais alto. Pois a evolução é para ele não apenas um desdobramento dos estágios mais elevados do espiritual das formas inferiores em que eles já estão contidos de maneira oculta, mas uma ascensão real a novas formações, uma intensificação da atração e repulsa à sensação e vontade. (compare comentários anteriores neste capítulo).
Essa visão fundamental de Haeckel concorda de certa maneira com a de Goethe. Ele declara, a esse respeito, que havia alcançado o cumprimento de sua visão da natureza com sua compreensão das “duas grandes fontes de toda a natureza”, a saber, polaridade e intensificação (Polarität und Steigerung), polaridade “pertencente à matéria, na medida em que pense nisso materialmente, intensificação na medida em que pensamos espiritualmente. O primeiro está envolvido no processo eterno de atração e repulsa, o segundo em uma intensificação contínua. Porém, como a matéria nunca pode ser e agir sem espírito, nem espírito sem matéria, também a matéria pode ser intensificada e o espírito nunca ficará sem atração e repulsa. ”
Um pensador que acredita nessa concepção de mundo fica satisfeito em explicar por outras coisas e processos, as outras coisas e processos que realmente estão no mundo. As concepções idealistas do mundo precisam, para a derivação de uma coisa ou processo, de entidades que não podem ser encontradas no âmbito do factual. Haeckel deriva da forma da gástrula que ocorre no curso da evolução animal de um organismo que ele supõe realmente existir em algum momento. Um idealista procuraria forças ideais sob a influência da qual o germe em desenvolvimento se torna o gástrula. O monismo de Haeckel extrai tudo o que ele precisa para a explicação do mundo real do mesmo mundo real. Ele olha em volta no mundo real para reconhecer de que maneira as coisas e os processos se explicam. Suas teorias não têm o propósito para ele, assim como as do idealista, de encontrar um elemento superior além dos elementos factuais, mas servem apenas para tornar compreensível a conexão dos fatos. Fichte, o idealista, fez a pergunta sobre o destino do homem. Ele quis dizer com isso algo que não pode ser completamente apresentado na forma do real, do factual; algo que a razão tem que produzir como um complemento à existência dada de fato, um elemento que deve tornar a existência real do homem translúcida, mostrando-a sob uma luz mais elevada. Haeckel, o contemplador monístico do mundo, pede a origem do homem, e ele quer dizer com isso a origem factual, o organismo inferior do qual o homem havia se desenvolvido através de processos reais.
É característico que Haeckel defenda a animação dos organismos inferiores. Um idealista teria recorrido a conclusões racionais. Ele apresentaria necessidades de pensamento. Haeckel se refere ao que ele viu.
"... Todo naturalista, que, como eu, observa há muitos anos as atividades da vida dos protozoários unicelulares, está positivamente convencido de que eles também possuem uma alma. Essa alma celular também consiste em uma soma de sensações, percepções e atividades de vontade; sensação, pensamento e vontade de nossas almas humanas diferem das da alma celular apenas em grau ... ".
O idealista atribui o espírito à matéria porque ele não pode aceitar o pensamento de que o espírito pode se desenvolver a partir da mera matéria. Ele acredita que alguém teria que negar o espírito se não assumir que ele existe antes de aparecer em formas de existência sem órgãos, sem cérebro. Para o monista, tais pensamentos não são possíveis. Ele não fala de uma existência que não se manifesta externamente como tal. Ele não atribui dois tipos de propriedades às coisas: aquelas que são reais e se manifestam nelas e aquelas que de maneira oculta as estão ocultas, apenas para serem reveladas em um estágio mais elevado de desenvolvimento. Para ele, há o que ele observa, nada mais, e se o objeto de observação continua sua evolução e alcança um estágio mais elevado no curso de seu desenvolvimento, essas formas posteriores existem apenas no momento em que se tornam visíveis.
A facilidade com que o monismo de Haeckel pode ser mal interpretado nessa direção é demonstrada pelas objeções feitas pelo brilhante pensador Bartholomaeus von Carneri (1821 - 1909), que fez contribuições duradouras para a construção de uma ética dessa concepção mundial. Em seu livro, Sensações e Consciência, Dúvidas Sobre o Monismo ( Empfindung und Bewusstsein. Monistische Bedenken 1893), ele observa que o princípio, “nenhum espírito sem matéria, mas também não importa sem espírito”, justificaria estender essa questão à planta e até à próxima rocha. Podemos tropeçar e atribuir espírito a eles. Sem dúvida, essa conclusão levaria a uma confusão de distinções. Não se deve esquecer que a consciência surge apenas através da atividade celular no cérebro. “A convicção de que não há espírito sem matéria, ou seja, que toda atividade espiritual está vinculada a uma atividade material, a primeira terminando com a segunda, é baseada na experiência, enquanto não há experiência para a afirmação de que existe, sempre espírito conectado com a matéria. " Alguém que gostaria de atribuir animação à matéria que não mostra nenhum traço de espírito seria como alguém que atribuísse a função para indicar tempo, não ao mecanismo de um relógio, mas ao metal do qual ele é feito.
Entendido corretamente, a visão de Haeckel não é tocada pelas críticas de Carneri. Está a salvo dessa crítica, porque Haeckel se mantém estritamente dentro dos limites da observação. Nos enigmas do mundo, ele diz: “Eu mesmo nunca defendi a teoria da consciência atômica. Pelo contrário, enfatizei expressamente que considero inconscientes as atividades psíquicas elementares de sensação e vontade atribuídas aos átomos. O que Haeckel quer é apenas que não se deva permitir uma quebra na explicação dos fenômenos naturais. Ele insiste em que devemos rastrear o complicado mecanismo pelo qual o espírito aparece no cérebro, até o simples processo de atração e repulsão da matéria.
Haeckel considera a descoberta dos órgãos do pensamento de Paul Flechsig uma das realizações mais importantes dos tempos modernos. Flechsig havia apontado que na substância cinzenta do cérebro podem ser encontradas as quatro bases dos órgãos sensoriais centrais, ou quatro "esferas internas da sensação", as esferas do toque, cheiro, visão e audição. "Entre os centros dos sentidos, estão os centros de pensamento, os 'órgãos reais da vida mental'. Eles são os órgãos mais altos da atividade psíquica que produzem pensamento e consciência. . . . Esses quatro centros de pensamento, distintos dos centros dos sentidos intermediários por uma estrutura nervosa peculiar e altamente elaborada, são os verdadeiros órgãos do pensamento, os únicos órgãos de nossa consciência. Recentemente, Flechsig provou que o homem tem algumas estruturas especialmente complicadas em alguns desses órgãos que não podem ser encontradas em outros mamíferos e que explicam a superioridade da consciência humana. ” (Enigmas do Mundo, capítulo X.)
Passagens como essas mostram com clareza suficiente que Haeckel não pretende assumir, como os filósofos idealistas, o espírito implicitamente contido nos estágios inferiores da existência material, para poder encontrá-lo novamente nos estágios superiores. O que ele queria fazer era seguir os fenômenos mais simples aos mais complicados em sua observação, a fim de mostrar como a atividade da matéria, que na forma mais primitiva se manifesta em atração e repulsão, se intensifica nas operações mentais superiores .
Haeckel não procura um princípio espiritual geral por falta de leis gerais adequadas que expliquem os fenômenos da natureza e da mente. No que diz respeito a sua necessidade, sua lei geral é realmente perfeitamente suficiente. A lei que se manifesta nas atividades mentais parece ser do mesmo tipo que a que é aparente na atração e repulsão de partículas materiais. Se ele chama átomos animados, isso não tem o mesmo significado que teria se um crente em uma concepção idealista do mundo o fizesse. Este último procederia do espírito. Ele levaria as concepções derivadas da contemplação do espírito para as funções mais simples dos átomos quando as considerasse animadas. Ele explicaria assim os fenômenos naturais das entidades que ele havia projetado primeiro neles. Haeckel procede da contemplação dos fenômenos mais simples da natureza e os segue até as atividades espirituais mais elevadas. Isso significa que ele explica os fenômenos espirituais a partir de leis que observou nos fenômenos naturais mais simples.
A imagem do mundo de Haeckel pode tomar forma em uma mente cuja observação se estende exclusivamente aos processos e entidades naturais. Uma mente desse tipo desejará entender a conexão dentro do reino desses eventos e seres. Seu ideal seria ver o que os próprios processos e seres revelam em relação ao seu desenvolvimento e interação, e rejeitar rigorosamente tudo o que poderia ser adicionado para obter uma explicação desses processos e atividades. Para tal ideal, é abordar toda a natureza como se poderia, por exemplo, prosseguir na explicação do mecanismo de um relógio. É absolutamente desnecessário saber alguma coisa sobre o relojoeiro, sobre sua habilidade e seus pensamentos, se alguém obtiver uma visão das ações mecânicas de suas partes. Ao obter esse insight, alguém fez, dentro de certos limites, tudo o que é admissível para a explicação do funcionamento do relógio. Deve-se deixar claro o fato de que o relógio em si não pode ser explicado se outro método de explicação for admitido, como, por exemplo, se alguém pensasse em alguma força espiritual especial que move os ponteiros das horas e minutos de acordo com o curso do sol. Toda sugestão de uma força vital especial, ou de um poder que trabalha em direção a um "propósito" dentro dos organismos, parece a Haeckel como uma força inventada que é adicionada aos processos naturais. Ele não está disposto a pensar nos processos naturais de outra maneira que não seja o que eles mesmos divulgam à observação. Sua estrutura de pensamento deve ser derivada diretamente da natureza.
Ao observar a evolução da concepção do mundo, essa estrutura de pensamento nos parece, por assim dizer, a contrapartida do lado da ciência natural à concepção do mundo hegeliano, que não aceita em sua imagem do pensamento nada da natureza, mas quer que tudo se origine dela, a alma. Se a concepção de mundo de Hegel dissesse que o ego autoconsciente se encontra na experiência do pensamento puro, a visão de Haeckel da natureza poderia responder que a experiência do pensamento é resultado dos processos da natureza, é, de fato, o seu produto mais elevado. Se a concepção hegeliana do mundo não se satisfizer com essa resposta, a visão naturalista de Haeckel poderia exigir que se mostrasse alguma experiência de pensamento interior que não parece ser um reflexo do espelho de eventos fora da vida do pensamento. Em resposta a essa demanda, uma filosofia teria que mostrar como o pensamento pode ganhar vida na alma e realmente produzir um mundo que não é apenas a sombra intelectual do mundo externo. Um pensamento que é meramente pensamento, meramente o produto do pensamento, não pode ser usado como uma objeção eficaz à visão de Haeckel. Na comparação mencionada acima, ele sustentaria que o relógio não contém nada em si que permita uma conclusão quanto à personalidade do relojoeiro etc.. A visão naturalista de Haeckel tende a mostrar que, desde que se confronte apenas com a natureza, não se pode fazer nenhuma afirmação a respeito da natureza, exceto o que ela registra. A esse respeito, essa concepção naturalista é significativa, como aparece no curso do desenvolvimento da concepção de mundo. Isso prova que a filosofia deve criar para si um campo que reside no reino da criatividade espontânea da vida do pensamento, além dos pensamentos que são obtidos da natureza.
A filosofia deve dar um passo além de Hegel, como foi apontado em um capítulo anterior. Não pode consistir em um método que se move no mesmo campo das ciências naturais. O próprio Haeckel provavelmente não sentiu a menor necessidade de prestar atenção a esse passo da filosofia. Sua concepção de mundo traz pensamentos à vida na alma, mas apenas na medida em que sua vida foi estimulada pela observação de processos naturais. A imagem do mundo que o pensamento pode criar quando se trata de vida na alma sem esse estímulo representa o tipo de concepção superior do mundo que complementaria adequadamente a imagem da natureza de Haeckel. É preciso ir além dos fatos que estão diretamente contidos no relógio, se quiser saber, por exemplo, algo sobre a forma do rosto do relojoeiro. Mas, por esse motivo, não se tem o direito de exigir que a própria visão naturalista de Haeckel não fale como Haeckel quando afirma quais fatos positivos observou sobre processos e seres naturais.
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Uma carta de Sophia de Mello Breyner Andresen a Jorge de Sena. Em 2019 passa-se o centenário dos dois escritores portugueses. Sophia nasceu a 6 de novembro de 1919 e Jorge, só quatro dias antes. O autor de O físico prodigioso precisou recorrer ao asilo, quando em Portugal veio a ditadura militar. Um dos países onde viveu foi o Brasil. Por aqui, também os ventos sombrios do totalitarismo estenderam seus braços e Jorge partiu para outro exílio. Nos Estados Unidos viveu e trabalhou o restante de sua vida. A distância de seu país natal não o afastou dos amigos; manteve-se os laços pela constante correspondência. Assim foi com Sophia. Na carta recortada aqui, a poeta estava no México e relata ao amigo um ou outro episódio da estadia com o companheiro [Francisco] no país vizinho, mas se dedica a conversar sobre a leitura da poesia dele, o principal assunto na troca de conversas. * A carta disponibilizada aqui está em Correspondência Sophia de Mello Breyner e Jorge de Sena – 1959-1978 (Guerra e Paz, 2006) e foi apresentada no sítio da Biblioteca Nacional de Portugal dedicado à Sophia.
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Día Nacional del Títere
Mensaje por el Día Nacional del Títere. 12 de enero de 2020.
Los títeres son un maravilloso instrumento que permiten al ser humano desarrollar su creatividad, su imaginación y con ellos transmitir ideas y sentimientos a la gente; a través de la historia, los títeres, creación de mujeres y hombres, nos han ayudado a tener consciencia de muchos aspectos de la vida, en lo social, educativo y espiritual, ya que ellos se convierten en un medio excepcional, como un piano o una guitarra bien afinada, con el cual podemos llegar al espíritu de quienes nos escuchan y observan, así podemos impregnarlos de nuevas ideas que ayuden al espectador a reflexionar en algunos aspectos de la vida.
En la actualidad es de una necesidad imperante el oficio del titiritero, ya que detrás, arriba o debajo del títere y de la historia que nos narra, hay un ser humano con ideas y sentimientos propios que tiene la profunda responsabilidad ante el mundo y la sociedad de orientar al espectador sobre los nuevos retos que como sociedad nos toca enfrentar, en los cambios que se están suscitando vertiginosamente en el mundo.
Esto también es un desafío arduo para nosotros los titiriteros, que tenemos que prepararnos para ayudar con creatividad y con pasión a través de los títeres pues en estos momentos vivimos una nueva composición social, ya se pasó de la era del YO y entramos en la era del NOSOTROS.
Ahora les quiero compartir mi vivencia como titiritera. Tengo 40 años siguiendo esta tradición -que en Venezuela se remonta al año 1771 y más allá-, prodigioso arte al cual le he dedicado mi vida junto con mis tres hijas y mi inseparable compañero; durante este tiempo me he sentido afortunada porque Dios me ha permitido vivir de y con los títeres, ya que mientras trabajo, juego, y lo disfruto tanto que me considero afortunada pues me gano la vida jugando, y contribuyo con ello al disfrute y educación de los niños y adolescentes; en especial cuando estoy detrás del teatrino y salgo ¡es impresionante ver el júbilo y las caras de sorpresa en la gente por la historia que contaron los personajes! Eso llena mi corazón de un sentimiento profundo, como titiritera y como persona que vino a este mundo para brindar momentos de alegría o de tristeza al espectador; lo más importante es dejar en el corazón del público sentimientos positivos, y en su mente elementos de reflexión.
Invito a los titiriteros venezolanos a continuar esta labor antiquísima en pro de nuestros niños y adultos, sobre todo en estos momentos de asedio a nuestro pueblo donde se le quiere propiciar el mayor sufrimiento posible. Nosotros somos una alternativa de alegría, vida, disfrute...
Igualmente invito a todos los niños a jugar con títeres, ya que un títere en la mano de un niño es una arma menos en la calle.
Yraima Vásquez. Lic. en educación y titiritera. Fundadora del grupo "La Lechuza Andariega"; ha representado a Venezuela en varios festivales, dentro y fuera del país. Investiga sobre el títere en la educación y la terapia, difunde leyendas venezolanas con sus obras y organiza el Festival de Títeres de Aragua.
MANUELA JICACUY RIVAS OSORIO. Mensaje por el Día Nacional del Títere. 12 de enero de 2020.
Con una mezcla de sentimiento y emociones comparto estas palabras, por la celebración y el reconocimiento del Día del Títere en Venezuela, y a su vez como un pequeño homenaje a Humberto Rivas.
Lo hago desde la Argentina, patria de maestros titiriteros como Villafañe y Di Mauro, que tanto aportaron al movimiento y a la organización de este arte en nuestro país, y con el corazón pleno, acompañando a mis Colibrís mayores.
Aunque es el títere quien nos habla y define su personalidad, desde que inicia su creación a través de los materiales y los procesos, nunca corta su cordón umbilical con el titiritero, sí, son nuestros hijos… y ellos muestran los secretos, las virtudes y desencuentros del hacedor, de quien los anima y transmite emociones, con historias que pueden navegar en un mar de contenidos, pero que siempre muestran la esencia del titiritero.
Tuve la dicha de nacer en una familia que incursionó desde muy joven en el Teatro de Títeres, ambos, mi madre (Betty Osorio) y mi padre ( Humberto Rivas) desarrollaron su vida y las nuestras en torno a los títeres, las escenografías, ir de función en función, los viajes y las giras, (etapas que compartimos muchos de los hijos de titiriteros; perdí la cuenta los niñeros y tíos titiriteros que tuve, siempre recuerdo a Manuela de TKnela diciendo ¡mamá otra vez vamos a ver titis!…).
Mis padres concretaron un espacio físico para el arte, el Teatro Colibrí en Mérida y en un anexo... su casa. Resaltaron las representaciones culturales de algunas regiones del país, a través del Museo de Parrandas Venezolanas en Marionetas. A ambos siempre les preocupó la generación de relevo, que se avanzara sobre las experiencias previas, en la transformación del oficio, el necesario respeto al público, al niño… y Humberto, desde su taller y su ingenio, siempre investigando.
Hoy agradezco tantas experiencias y aprendizaje que nos permitieron la intuición , la emotividad, lo empírico… y desde otra latitud, seguimos siendo y haciendo el Teatro Colibrí y representando a Venezuela. Él, no sólo fue mi padre y maestro, lo fue para muchos más.
Desde otra perspectiva, también destaco la importancia de la dupla, de las parejas y compañeros de vida, que si nos fijamos, es una constante en el teatro de Títeres en Sur América; esta integración es fundamental así como el reconocimiento a ambos. Terminamos siendo como los engranajes de Humberto, que le dan movimiento a una representación, y en donde si falta uno no pasa nada.
Y en medio de procesos económicos y sociales complejos, en un mundo de consumo y tecnologías, gracias a los Títeres mantenemos la invitación a jugar, desde la esencia y lo sencillo, y sacar la sonrisa de los niños de 1 a 100 años.
Por los Títeres y los titiriteros. Feliz día.
Manuela Jicacuy Rivas Osorio (1982 Mérida - Venezuela) Abogada y Titiritera. Coordinadora de la Asoc. Civil Teatro de Títeres y Marionetas Colibrí, generación de relevo desde los 13 años, fue encargada de su programación hasta 2017. Tiene experiencia en Gestión Cultural y Organización de Festivales. Es fundadora de JugueteArte Colibrí C.A. y ha realizado giras por Centro, Sur América y Francia.
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Ao espelho
"Para os espelhos nunca era invisível e, diante dos espelhos, achava-se belo e triste, solitário e pobre, sem nada nem ninguém, tendo apenas por companhia a sua imagem."
Jorge de Sena, "O Físico Prodigioso"; pintura de Dirck van Baburen.
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AQUELES QUE NOS INSPIRAM
Jorge de Sena
Jorge de Sena nasceu em Lisboa a 2 de novembro de 1919 e morreu em Santa Bárbara, na Califórnia, a 4 de junho de 1978. Licenciado em Engenharia Civil pela Faculdade de Engenharia do Porto, parte para o exílio no Brasil em 1959 e aí doutora-se em Letras e torna-se regente das cadeiras de Teoria da Literatura e de Literatura Portuguesa. Muda-se para os Estados Unidos da América em 1965, lecionando na Universidade de Wisconsin e, anos depois, na Universidade da Califórnia. Poeta, ficcionista, dramaturgo, ensaísta e tradutor, é considerado um dos mais relevantes escritores de língua portuguesa do século XX, autor de títulos como Metamorfoses (1963), Os Grão-Capitães (1976), O Físico Prodigioso (1977) e Sinais de Fogo (1979), este último considerado a sua obra-prima.
���Uma Pequenina Luz”
Uma pequenina luz bruxuleante não na distância brilhando no extremo da estrada aqui no meio de nós e a multidão em volta une toute petite lumière just a little light una picolla… em todas as línguas do mundo uma pequena luz bruxuleante brilhando incerta mas brilhando aqui no meio de nós entre o bafo quente da multidão a ventania dos cerros e a brisa dos mares e o sopro azedo dos que a não vêem só a adivinham e raivosamente assopram. Uma pequena luz que vacila exacta que bruxuleia firme que não ilumina apenas brilha. Chamaram-lhe voz ouviram-na e é muda. Muda como a exactidão como a firmeza como a justiça. Brilhando indeflectível. Silenciosa não crepita não consome não custa dinheiro. Não é ela que custa dinheiro. Não aquece também os que de frio se juntam. Não ilumina também os rostos que se curvam. Apenas brilha bruxuleia ondeia indefectível próxima dourada. Tudo é incerto ou falso ou violento: brilha. Tudo é terror vaidade orgulho teimosia: brilha. Tudo é pensamento realidade sensação saber: brilha. Tudo é treva ou claridade contra a mesma treva: brilha. Desde sempre ou desde nunca para sempre ou não: brilha. Uma pequenina luz bruxuleante e muda como a exactidão como a firmeza como a justiça. Apenas como elas. Mas brilha. Não na distância. Aqui no meio de nós. Brilha
Jorge de Sena
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“No he encontrado a Dios en el universo, pero Einstein sí, en la perfección y la belleza de sus leyes”
El astrofísico Eduardo Battaner analiza en un libro la relación de los físicos con las creencias religiosas a lo largo de la historia
RAÚL LIMÓN (ElPais.es)
Eduardo Battaner López (Burgos, 1945) no ha buscado a dios en la física, pero sí a los físicos que lo han hecho a lo largo de la historia y a aquellos que han negado su existencia, algo que, según decía Paul Dirac, es uno de los problemas fundamentales de esta ciencia. Battaner, astrofísico formado en España y en el prestigioso Instituto Max Planck de Alemania, es profesor emérito de la Universidad de Granada y ha publicado Los físicos y Dios (Editorial Catarata), un repaso a la relación de estos buscadores de respuestas a lo largo de la historia.
Pregunta. ¿Por qué Los físicos y Dios?
Respuesta. Los grandes investigadores han trabajado en ese horizonte que divide lo conocido y lo ignoto. Por tanto, han tenido el privilegio de observar la naturaleza como nunca antes se había visto. Su interpretación de la naturaleza ha tenido implicaciones en la filosofía y en la teología. Por eso, hay mucha gente que quiere saber cuál era el pensamiento religioso de los grandes científicos y, por tanto, de los grandes físicos. Pero hay que advertir que en este libro no hay ninguna intención de apostolado. No se defiende ninguna posición religiosa concreta. Ni se defiende el teísmo ni el ateísmo. Se habla de la actitud de los físicos ante la idea de Dios basada en sus propias palabras. Este libro tiene solo un enfoque histórico.
P. ¿Por qué esa preocupación entre los físicos?
R. Porque esta es una preocupación de todas las personas y lo es de los físicos porque son personas. Pero su punto de vista tiene un interés adicional porque su oficio es conocer el universo. Los físicos hoy trabajan prescindiendo de sus creencias particulares. Incluso los más creyentes no mezclan su ciencia y su religión. No siempre ha sido así. Por ejemplo, [Johannes] Kepler era un místico que, basándose en que estamos hechos a imagen y semejanza, creía que podía comprender el mundo. Es un método científico inaceptable hoy, pero que le llevó a establecer unas leyes de gran precisión. Creía tener la responsabilidad de interpretar la creación.
P. Michel Mayor, descubridor del primer exoplaneta, dice que “no hay sitio para Dios en el universo” En su tarea como astrofísico, ¿lo ha hallado?
R. No he encontrado a Dios en el universo, pero en este libro no pretendo exponer mis propias ideas sino la de los grandes físicos. Entre ellos y, en particular, entre los astrofísicos, hay una gran disparidad de creencias. Los hay creyentes, agnósticos y ateos. No todos piensan como Mayor. Por ejemplo, [Albert] Einstein sí encontró a Dios en el universo, en la perfección y la belleza de sus leyes.
P. Pero usted cuestiona que los físicos de ahora se amparan en la no respuesta como respuesta.
R. Es verdad que hoy los científicos tienen una especie de pudor al confesar sus creencias. No sé por qué. No suelen contestar. Esto contrasta con los físicos de otros tiempos que revelaban sus creencias sin tapujos. ¿Por qué no decirlo? Otra cosa son los agnósticos que no se pronuncian porque no encuentran la respuesta o creen que no la hay.
En la evolución del universo, hay un sentido físico. Lo que no quiere decir que haya un propósito
P. ¿Hay un sentido en la evolución del universo?
R. El universo evoluciona de una forma bastante conocida y previsible matemáticamente (si se exceptúan los primeros instantes) Hay un sentido físico. Lo que no quiere decir que haya un propósito.
P. ¿Por qué cambia la relación de la física con Dios?
R. A lo largo de la historia se observa, en efecto, una evolución. Los científicos islámicos de la edad media daban por supuesta la existencia de Dios. Cuando la ciencia pasó a Europa, todos los científicos eran también creyentes, incluso clérigos y también daban por supuesta la existencia de Dios. O, si alguno no lo creía, se lo calló. A partir del Renacimiento empieza la diversidad de opiniones. Y hoy hay muchas posturas diferentes. ¿Por qué? Seguramente debido al avance prodigioso de la ciencia y la disolución de la censura.
Hay muchos físicos creyentes, aunque no mezclan sus ecuaciones diferenciales con su fe
P. ¿Es compatible la física con Dios?
R. Completamente. Ha habido grandes físicos creyentes, incluso píos o ermitaños. Un buen ejemplo puede ser el de [Georges} Lemaître, el padre de la teoría del Big Bang, era sacerdote jesuita y uno de los mejores físicos de todos los tiempos.
P. ¿La fe limita el método científico?
R. Históricamente, sí. Por ejemplo, algunas órdenes religiosas tuvieron grandes intereses científicos, pero la prohibición del heliocentrismo constreñía su progreso. Pero, en el siglo XVIII, esta limitación se desvaneció. Hoy la respuesta es tajantemente no. Hay muchos físicos creyentes, aunque no mezclan sus ecuaciones diferenciales con su fe.
En nuestro cerebro, y solo tenemos uno, la interrogante de la existencia de Dios merodea por ahí
P. ¿La física, seguirá buscando a Dios?
R. La física no busca a Dios. Los físicos, en cuanto hombres, sí. Pero en nuestro cerebro, y solo tenemos uno, la interrogante de la existencia de Dios merodea por ahí.
P. ¿Cuál es el fin de la física?
R. Como astrofísico, pienso que es comprender el principio, la evolución y el final del universo. El físico busca la unificación de todas las fuerzas. Es un viejo sueño en el que se embarcaron físicos de la talla de [Michel] Faraday o Einstein. Se busca la teoría del todo. Se busca una ecuación que lo explique todo.
P. ¿Esa ecuación podría ser Dios?
La pregunta de la existencia de Dios no será resuelta por la ciencia
R. Habrá algunos físicos que así lo vean y otros que no. Pero la pregunta de la existencia de Dios no será resuelta por la ciencia. Preguntas como la que se hacía Gottfried Leibniz, “¿Por qué hay algo en lugar de nada”, se quedarán sin respuesta en el marco de la física, pienso.
P. ¿Qué físico ha conjugado mejor la idea de Dios y la ciencia?
R. Albert Einstein tenía una idea de Dios no vinculada a ninguna iglesia o fe establecida. No creía en un Dios que premiara a los buenos y castigara a los malos o que prometiera la inmortalidad. Pero creía que en un Dios que había creado el Universo. Le extrañaba que él pudiera escribir las ecuaciones del universo en media cuartilla. No era ni ateo, ni agnóstico ni panteísta. Él así lo dijo. Con su sentido característico del humor llamaba a Dios “El Viejo”.
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Reseña: El Perfume.
“Das Parfüm, die Geschichte eines Mörders”
Título: El perfume
Autor: Patrick Süskind
Editorial: Seix Barral
Paginas: 255
Calificación: 5 / 5.
Sinopsis del libro:
Jean-Baptiste Grenouille es, gracias a su prodigioso sentido del olfato, el mejor elaborador de perfumes de todos los tiempos. Pero es un ser grotesco, deforme y repulsivo a los ojos de las mujeres. Como venganza a tanta ofensa sufrida a causa de su aspecto físico, elabora un raro perfume que subyuga la voluntad de quien lo huele. Así, Jean-Baptiste consigue el favor de las damas de la alta sociedad y el dominio de los poderosos. Existe un único problema: para obtener la esencia elemental de la mágica fragancia se necesitan los fluidos corporales de jovencitas vírgenes, y para ello el perfumista no duda en convertirse en un obsesivo, cruel y despiadado asesino.
Patrick Süskind
Escritor alemán nacido el 26 de marzo de 1949 en la localidad alemana de Ambasch (Baviera) e hijo del escritor expresionista Wilhelm Emanuel Süskind. Estudió Historia Medieval y Moderna en Múnich y hoy lleva una vida completamente aislada en su localidad natal y en París».
Y nada más. Desde hace más de 20 años son exclusivamente esas líneas repetidas hasta la saciedad lo que se sabe de Patrick Süskind.
Bibliografía:
Süskind, Patrick, “El perfume: Historia de un asesino”, Seix Barral, Barcelona, 1988, p.p. 239
Introducción:
Relata la historia de Jean Baptiste Grenouille, un hombre que nació en Francia, en el siglo XVIII, en medio del hedor de los restos de pescado de un mercado, siendo abandonado en la basura por su propia madre, por ello, las autoridades se hicieron cargo de él y lo mandaron a un orfanatorio. Creció en un ambiente hostil; nadie le quería, porque carecía de olor. Sin embargo, poseía de un extraordinario olfato.
Siendo adulto, consiguió empleo en casa del perfumista Baldini, que le enseñó a destilar esencias. Pero él vivía obsesionado con la idea de atrapar otros olores, de lo que para nosotros no desprende ningún olor, tal como el olor del cristal, del cobre, pero, sobre todo, el olor de algunas mujeres.
Esta obsesión le condujo a cometer los crímenes más atroces, jamás conocidos, con la finalidad de extraer las fragancias de los cuerpos de sus víctimas.
Reseña:
Esta historia comienza el día 17 de Julio de 1783 en una plaza de mercado llamada Rue ax Fers, en medio de pescados y de los olores más putrefactos nació Jean Baptiste Grenouille; no solo nació en el peor lugar, sino de la más infame forma, pues su madre de condición humilde vendía pescado en el mercado y mientras trabajaba, acurrucada parió ahí y cortó el cordón umbilical con el cuchillo que estaba limpiando el pescado, para ella esto era casi una rutina, ya había parido a sus anteriores hijos en las mismas condiciones y estos como era de esperar no sobrevivieron, sin temor a dudas, esta mujer decidió para Grenouille el mismo destino con el que habían corrido sus otros hermanos; sin embargo, este parto fue distinto a los otros, este bebé tenía un objetivo, no moriría tan fácil y con un fuerte llanto alertó a la muchedumbre y la madre fue decapitada por infanticidio múltiple.
El pequeño niño fue asignado a unas nodrizas, pero ninguna lo resistía por mucho tiempo, pues según ellas mamaba más de la cuenta; la última de ellas se dirigió al convento donde le pagaban por amamantarlo y al llegar le abrió el padre Terrier, esta le manifestó su inconformidad sobre la paga por el cuidado del niño, excusándose del hecho de que requería mayor demanda de alimentos que los demás niños, sin embargo, tras entablar conversación con el padre Terrier confesó que esa no era la única razón del no querer sobrellevar los cuidados del bebe, pues aseveraba que el niño es el mismo demonio debido a que no tenía olor alguno, indignado, el padre atestigua que el niño no puede ser el demonio, puesto que ya había sido bautizado; tras múltiples discusiones, la criandera se retiró y el padre Terrier se dispuso a conseguirle un nuevo hogar a Grenouille.
Lo llevo al orfanato de la Madame Gaillard, una mujer desgraciada y muerta por dentro, siendo aún joven tenía la apariencia de una anciana, y por un golpe ocasionado de niña carecía del sentido del olfato, por ello al recibir al pequeño no le despertó repugnancia. Allí Grenouille paso 8 años de su vida donde enfatizó su don, un olfato inimaginable, pues él podía reconocer el olor de las personas a una gran distancia, y distinguirlos aun estando mezclados.
A los trece años le dejaron de pagar la cuota de hospedaje a Grenouille y la Madame Gaillard, lo llevó donde el señor Grimal, pues él necesitaba jornaleros jóvenes y baratos que trabajaran en los oficios de limpiar las pieles putrefactas de los animales, mezclar líquidos venenosos, en fin, trabajos peligrosos para jóvenes que si les llegara a pasar algo nadie reclamaría por ellos.
Jean Baptiste comprendió que no sobreviviría si no cumplía con sus deberes, así que asumió una actitud sumisa y trabajadora, hacia todo lo que se le asignaba por muy difícil que fuera; trabajaba todos los días sin descanso, sobrevivió tal como una garrapata; al cabo de un tiempo, contrajo el ántrax (infección provocada por una bacteria) y para sorpresa de todos, Grenouille superó esta enfermedad y por ello alcanzó privilegios con su amo pues fue calificado como un trabajador que aparte de ser uno de los mejores tenía gran resistencia a las enfermedades, así fue como obtuvo mayor descanso, un mejor lugar para dormir y un plato de comida más que los demás.
En un día de descanso donde se celebraba el aniversario de la ascensión del rey al trono, el cielo se iluminaba con fuegos artificiales; Grenouille asistió al acontecimiento, para conocer nuevas fragancias y así fue, en un momento de gran inhalación percibió una fragancia exquisita y la siguió, estaba al otro lado de la ciudad, al llegar vio a una joven de cabellos rojizos, ojos verdes, de una hermosura esplendida, percatándose que aquella mujer era la que desprendía aquel olor, sin ningún remordimiento, desnucó a la muchacha, luego le desgarró la ropa y la olió hasta que no quedase algún rastro de su fragancia, se retiró del lugar con una felicidad nunca antes sentida.
Ese crimen cambio su vida, porque a partir de ese momento tendría sólo una meta fija: convertirse en el mejor perfumista de todo el mundo. Con su firme propósito, se las arregla para ser contratado por Baldini, un renombrado perfumista un poco viejo (y con uno que otro problema económico), con quien trabaja durante tres años seguidos, tiempo en el cual logra aprender a perfección las técnicas de extracción de los aceites esenciales, sin embargo se sienta frustrado al descubrir que con esta técnica no se pueden destilar todos los aromas. Queriendo seguir con sus investigaciones, logra convencer a Baldini para que lo deje partir, y por fin, recibió lo que por años había anhelado y por lo que había aguantado ahí, su certificado de oficial artesano y con ello emprendió su camino.
Opinión Personal:
Es un libro increíble, en cuanto leí su sinopsis captó mi atención y no dude en leerlo, al principio se me hizo algo difícil de comprender puesto que poseía palabras fuera de mi léxico, y aunque me detenía de vez en cuando a buscar su significado en el diccionario, ampliaron mi vocabulario. Cada vez que tocaba el libro no podía soltarlo, leía lo más rápido que podía; lastimosamente es una novela algo corta, no obstante, disfrute de cada oración, de cada párrafo, de cada página.
Su final dejó a mi mente ocupada durante mucho tiempo, aun se me podía encontrar días después absorta en mis pensamientos, pero por más que intente no pude comprender y/o justificar las acciones del protagonista; no obstante, no creo poder encontrar un mejor final para este libro.
Después de leerlo, y sin poder dejar de pensar en el decidí ver su película y su serie (está la pueden encontrar en Netflix), la verdad ninguna de estas dos obras se compara a la narración del libro. Puedo agregar, que la película la recomiendo ya que de una forma superficial raspa la historia plasmada en el libro por lo que gracias a esta obra, podemos darle cara a los personajes y escenificar los eventos.
FRASES:
· “Un niño de pecho no es un ser humano, sólo un proyecto y aún no tiene el alma formada del todo.”
· “Interiormente, hacía mucho tiempo que estaba muerta.”
· “En todas las artes, como en todas las artesanías, el talento sirve de bien poco si no va acompañado por la experiencia, que se logra a fuerza de modestia y aplicación.”
· “Se había aislado del mundo para su propia y única satisfacción, sólo a fin de estar cerca de sí mismo. Gozaba de su propia existencia, libre de toda influencia ajena, y lo encontraba maravilloso.”
· “Luchaba contra el miedo de no saber, contra el temor de la incertidumbre, y su lucha era efectiva porque sabía que no podía escoger.”
· “Lo que codiciaba era la fragancia de ciertas personas: aquellas, extremadamente raras, que inspiran amor.”
· “Durante toda su vida no había hecho más que renunciar, pero nunca había poseído y perdido.”
· “Daba la impresión de ser un hombre tan cansado de la vida que ni siquiera deseaba vivir despierto las últimas horas de su existencia.”
· Dios nos da buenas y malas épocas, pero no quiere que en estas últimas nos quejemos y lamentemos, sino que reaccionemos virilmente.
· Sacarle de la cómoda carroza para conducirle hasta la cruz si que era un acto de crueldad muy original
· Se encontraba en terreno conocido y se sentía capaz de afrontar cualquier cosa.
· La imagen era tan vieja como el mundo y sería a la vez siempre nueva y hermosa mientras el mundo existiera
· La desgracia del hombre se debe a que no quiere permanecer tranquilo en su habitación, que es su hogar.
· ¡Era muy deprimente ver el arraigo de creencias paganas después de un milenio de firme establecimiento del cristianismo!
· Quien dominaba los olores, dominaba el corazón de los hombres.
· ¡Pero lo hace por su propia voluntad y con la cabeza erguida!
· El talento sirve de bien poco sino va acompañado por la experiencia que se logra a fuerza de modestia y aplicación.
· El perfume parecía exhalar un fuerte y aliado aroma de vida.
Personajes:
Personaje principal:
Jean Baptiste Grenouille, físicamente es un joven escuálido, de baja estatura, jorobado, con un pie deforme, repleto de cicatrices, podría decirse que es feo pero no hasta el extremo de causar espanto. De carácter, carece de total moral, valores y ética, siendo egoísta, astuto, hipócrita, callado, sumiso, obediente en el aspecto del trabajo y obsesivo respecto a encontrar la fragancia perfecta.
Una característica muy peculiar de este personaje era, que no poseía ningún olor, poseía un muy desarrollado sentido del olfato y supera con éxito múltiples enfermedades, incluso mortales. Podía distinguir grandes cantidades de olores, los registraba en su mente y no los podía olvidaba jamás.
A él no le importa asesinar, porque lo veía como algo necesario para llevar a cabo sus objetivos. Finalmente después de las aventuras y desventuras de este personaje, muere trágicamente el 26 de junio de 1767 siendo la cena de unas personas hambrientas.
Personajes secundarios:
Son los personajes que tuvieron cierta cercanía con el personaje principal, sin embargo no eran tan importantes en la historia como para considerarlos personajes primarios.
Giuseppe Baldini, Es un perfumista italiano. Que se dedicaba a imitar los perfumes que ya estaban establecidos en algún negocio y cotizados por la sociedad. Pero este perfumista no llevaba una buena racha por lo que se aprovecha del increíble talento de Grenouille para triunfar de nuevo. Éste le ayuda a imitar e incluso a crear nuevos perfumes, los que le otorgan el respeto del gremio entero.
Madre de Grenouille, madre de Grenouille. Ella da a luz a Grenouille en su puesto de pescados, quiere que el bebé muera, pero el llanto de su hijo la delata, entonces la apresan por intento de asesinato, la condenan y la decapitan.
Madame Gaillard, dueña del internado en donde pasa su infancia Grenouille. Carece de olfato, así como de toda emoción característica de una persona normal. Posee un frío sentido del orden y de la justicia, y trata a todos sus pupilos por igual.
Monsieur Grimal, es el dueño de la curtiduría donde comienza a trabajar Grenouille. Es un hombre a quien no le importa si el joven muchacho muere o no, para él, es sólo un animal más.
Muchacha de la rue des Marais, primera mujer asesinada; es la inspiración de Grenouille para decidir su futuro como el mejor perfumista del mundo.
Marqués Taillade—Espinasse, Científico que sostenía con fervor su teoría del fluido letal.
Madame Arnulfi, es la dueña de un taller de perfumería en el cual Grenouille trabaja al llegar a Grasse. Es una Mujer viuda, hábil para los negocios y precavida con sus pertenencias.
Dominique Druot, esposo de Madame Arnulfi.
Antoine Richis, hombre rico, comerciante burgués y segundo cónsul en Grasse.
Laure, es una joven extremadamente bella y es la mujer que tiene el aroma más apreciado para Grenouille.
Personajes incidentales:
Son irrelevantes, ya que sólo son instrumentos para lograr los fines de los personajes primarios y secundarios.
Mauritius Frangipani, inventor italiano que sacó a la luz cómo se elabora un perfume.
Oficial de Policía La Fosse, es quien encuentra a Grenouille al nacer.
Jeanne Bussier, la primera nodriza de Grenouille, ella dice que el bebé es un demonio, que asusta a los demás niños y que el niño no tiene olor.
Padre Terrier, Hombre educado y caritativo. Rechaza a Grenouille (entregándolo a Madame Gaillard) al presentir algo maligno en el niño, quien lo olfateó a profundidad hasta extraerle el olor de sus entrañas.
Pelissier, perfumista envidiado por Baldini.
Runel, perfumista en Montpellier.
Doncellas, mujeres asesinadas.
Ciudadanos de Montpellier, ante quienes presentan a Grenouille.
Maleantes de París, asesinos de Grenouille.
Chénier: Mayordomo de Baldini.
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El cine, una adicción fatal
Los dos papas
(Esta reseña ha sido publicada en: filmaffinity los dos papas romulo)
"Soy infalible cuando hablo 'ex cathedra', pero nunca lo haré." El Papa Juan XXIII.
Pueden contarse con los dedos de las manos, y aún me sobraría alguno, el número de papas que renunciaron a su cargo en vida en los dos mil años de historia de la Iglesia Católica. El penúltimo de ellos fue Gregorio XII y desde entonces han pasado 600 años. El último se materializó en la figura del alemán Ratzinger que en su coronación tomó el nombre de Benedicto XVI. Ese mismo año, el 2013, ciñó la tiara pontificia su sucesor, el actual papa Francisco, de nacionalidad argentina y de apellido Bergoglio.
Pues bien, en el intervalo de tiempo en el que discurre este relevo papal, el brasileño Fernando Meirelles ha realizado una hermosa y emotiva película basada en hechos reales. A pesar de que Ratzinger desconfía del cardenal Bergoglio por el insalvable antagonismo de sus idearios, lo cita en su residencia de Castel Gandolfo para revelarle un gran secreto que nadie conoce: su decisión irrevocable de abandonar la curia romana.
Como es fácil imaginar, ante un hecho tan trascendente como excepcional, la sorpresa del cardenal argentino es mayúsculo. A partir de ahí tiene lugar una íntima conversación, en ocasiones áspera e incómoda, entre dos personajes cuyas opiniones teológicas, filosóficas y políticas colisionan, en ocasiones, de manera frontal. Sin embargo, Ratzinger está convencido de que el candidato más idóneo para sustituirle al frente de la Santa Sede no es otro que Bergoglio, al que considera capaz de llevar a cabo los profundos cambios que la Iglesia necesita.
Y aunque este cronista no comulga con las tesis doctorales de la jerarquía eclesiástica ni con las de ninguna otra religión, debo de reconocer que es un verdadero placer asistir a un debate civilizado entre dos hombres sumamente inteligentes y de una gran estatura intelectual. Verlos argumentar, contraargumentar, evadir respuestas, tratar grandes temas de Estado, arrodillarse para orar afligidos por las grandes responsabilidades que pesan sobre sus hombros y descender después a los asuntos más mundanos como bailar, comer pizza, ver fútbol, bromear (“¿Como se suicida un argentino?” se pregunta Bergoglio “Lanzándose desde la cima de su ego!”responde él mismo), ironizar, reír o disfrutar de una copa de buen vino, supone una extraordinaria oportunidad de descubrirlos en su versión más entrañable y humana como nunca antes había sucedido.
Compartir con ellos la belleza de los espacios interiores como la Capilla Sixtina -donde desde hace siglos tienen lugar los cónclaves en los que el Colegio Cardenalicio elige al nuevo Jefe de la Iglesia- o las lujosas estancias de Castel Gandolfo con las valiosas maravillas que las decoran, rodeado de idílicos jardines enmarcados en un paisaje de ensueño junto al lago Albano, es un lujo que debemos al mágico poder del cine.
Dos inmensos actores, Anthony Hopkins en el papel de Raztinger y Jonathan Pryce como Bergoglio, logran el milagro -Dios siempre echa una mano para apoyar una noble causa- de la transfiguración. El parecido físico, sobre todo en el caso de Bergoglio, es ciertamente asombroso, haciéndonos olvidar a los intérpretes para ver únicamente la gloriosa potestad de sus eminencias en un prodigioso fenómeno de metamorfosis.
Tomen asiento, relájense y disfruten durante dos horas de la extraordinaria lucidez que ilumina la mente de dos jerarcas de la Iglesia. Porque la inteligencia, despojada de todo espejismo metafísico, es una virtud que conlleva necesariamente valores como la tolerancia, flexibilidad, comprensión y, por qué no, la pragmática posición que requiere la renuncia de tus intereses en aras de un bien mayor. Y de paso, mis improbables lectores, es muy probable, como me pasó a mí, que salgan habiendo aprendido algo.
Emilio Castelló Barreneche (Barcelona, domingo, 29 de diciembre de 2019)
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