#Nishiwaki Junzaburō
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ochoislas · 3 years ago
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Por el tiempo de ver los cerezos, en las hoces del Ara flotando en bote leo a Maupassant.
En el ocaso entre las cañas flota un zueco solitario.
Nishiwaki Junzaburō
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あの頃桜狩りに 荒川の上流に舟を浮かべ モーパッサンを読む 夕陽に葦の間に浮かぶ 下駄の淋しさ
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xjmlm · 5 years ago
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Some poems by Nishiwaki Junzaburō
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forsoothsayer · 7 years ago
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Sorrow by Junzaburō Nishiwaki
Over the granite spring has come in the mountain depths of Jōshū plum blossoms white about the 20th of March. on my way from funeral rites I hurry toward the capital the dead person’s laughing born of a rose behind trumpet lilies now I can only read Aesop’s Fables except I shouldn’t read those sermons there’s the wonderful pastoral tragedy to the greatness of that nameless illustrator I consecrate carnations mimosa freesia violets here’s a man in a triangular hood, in briefs, wearing a dagger, fishing, the costume of which ethnic group is this neither a Greek nor a Malay that I should have never thought about it before it’s a costume for a children’s book by an English illustrator during the Ansei era harvesting wheat with a sickle like a crescent and surprising skylarks a man and a bass talking a fox and a stork stand talking vagabonds and travelers loitering pricked by a thorn in a hedge bleeding wasp locus ant water jar wind sun grapes adder ancient oak drowning child a tower looking distorted in the distance
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ochoislas · 2 years ago
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Cuando se apilaban las hojas de olmo en la ventana partí de viaje;
cuando florecían junto al camino las ortigas, volví.
Una navaja se había oxidado.
Nishiwaki Junzaburō
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窓に欅の枯葉が溜る頃 旅に出て 路ばたにいらくさの咲く頃 帰つて来た かみそりが錆びてゐた
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ochoislas · 3 years ago
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Antaño cierto bonzo alabó en un libro a un árbol de katsura. Como quería ver uno vagué por el llano de Musashino pero no pude encontrar ninguno. Sin embargo, junto a la letrina de una escuela, allí estaba el pobre árbol, aislado y torcido. Desolación del ridículo...
Nishiwaki Junzaburō
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昔法師の書いた本に 桂の樹をほめてゐた その樹がみたさに むさし野をめぐり歩いたが 一���もなかつた だが学校の便所のわきに その貧しき一本がまがつてゐた そのをかしさの淋しき
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ochoislas · 3 years ago
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Tocando las raíces de la eternidad la coalla del corazón que chilla linde florida de zarzarrosas en tumulto una aldea donde resuena el batán el lugar que cruza el leñador allá los hundidos muros encalados del pueblo parando en un templo junto al camino venerando un tapiz mandala pisando montañas de ramuja que ceden atravesando un vado que copia largos trazos pasando matorral que prende semillas de hierba el hombre fantasmal se va el eterno viajero no vuelve
Nishiwaki Junzaburō
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永劫の根に触れ 心の鶉の鳴く 野ばらの乱れ咲く野末 砧の音する村 樵路の横ぎる里 白壁のくづるる町を過ぎ 路傍の寺に立寄り 曼荼羅の織物を拝み 枯れ枝の山のくづれを越え 水茎の長く映る渡しをわたり 草の実のさがる藪を通り 幻影の人は去る 永劫の旅人は帰らず
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ochoislas · 3 years ago
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LLUVIA
El viento sur trajo una diosa blanda: mojó el bronce, mojó la fuente, mojó las alas de las golondrinas, sus plumas de oro; mojó la marea, mojó la arena, mojó los peces; mojó calladamente templos, baños y teatros… y la callada procesión de diosas mojó blandamente mi lengua.
Nishiwaki Junzaburō
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南風は柔い女神をもたらした。 青銅をぬらした、噴水をぬらした、 ツバメの羽と黄金の毛をぬらした、 潮をぬらし、砂をぬらし、魚をぬらした。 静かに寺院と風呂場と劇場をぬらした、 この静かな柔い女神の行列が 私の舌をぬらした。
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ochoislas · 3 years ago
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Cosas pálidas: las manzanas de Cézanne, el vientre de la serpiente.
Tiempo eterno: un plato desportillado abandonado en un paraíso desierto.
Nishiwaki Junzaburō
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蒼白なるもの セザンの林檎 蛇の腹 永劫の時間 捨てられた楽園に残る かけた皿
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ochoislas · 4 years ago
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ENERO
Es la estación de los bonzos. ¿Cuál de ellos descubrió primero el aroma del narciso? Si se trata de belleza un árbol nudo vence a una diosa. Sazón de cristales y raíces en la tierra negra. Un hombre saca la mano del bambudal cetrino y hurta las gemas de las enredaderas. Un roble como un arpa quebrada desmadeja un único mechón verde. Ni abejas ni hembras que canten coplas de primavera desolada. Aquel hombre sigue entre los espinos, agazapado y cavilando.
Nishiwaki Junzaburō
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ochoislas · 4 years ago
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Senda en cuesta. Grito del faisán.
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En un huerto viejo donde florecen lirios atigrados, olvidada, una lata rota de regar tirada...
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Me extravío por una calleja florida de acacias.
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Irrealidad. Una violeta amarilla en el hueco de un viejo árbol. Mañana de primavera.
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Fisgo una maleza llena de telarañas.
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Una vez un viento que vagaba por un jardín meneando peras amarillas, torcidas, entró por una ventanita y apagó una vela.
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Mojada de rocío una piedra negra, fría... alba de verano.
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Semillas de hierba en un charco que refleja la diagonal de un tallo seco... Un solitario se va...
Nishiwaki Junzaburō
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ochoislas · 5 years ago
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CONVERSACIÓN INVERNAL
El sol negro de cobre demudó las mejillas del cazador. El faisán aleteante, los pasos de una mujer desaparecen en las zarzas; Aldabón de un árbol dormido, un picapinos... En la soledad de su vertical sonora la realidad se demuda.
La erranza del corazón que bebe secreta miel del universo ciego es vara torcida de fresno. En esta cuneta desierta de est��o escaramujos mustios decoran el zurrón del pastor. ¿Quién trasiega de esta retorcida garrafa? Las bellotas que arden en los sueños del fuego calientan el chapeo del mendigo. Es el crepúsculo de las alas de un camachuelo... lo que queda en la sombra del ojo; es la hendidura del seto, es el término del infinito.
Nishiwaki Junzaburō
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ochoislas · 5 years ago
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UN JARDÍN ABANDONADO
El otoño a punto de irse. La memoria de la tierra perdida declina entre helechos podridos por la roña sideral del jardín. Pan tañe una nota escueta, flaca, sus labios repulgados vueltos a la existencia del plomo.
La conciencia del agua de cristal muda como el maleficio broncíneo de las nubes del lugar en la sangre encapotada de un hombre oxidado.
El pálido viajero, con la maldición del azogado, entorna un ojo y fisga por un boquete en el seto de acebo raído.
Nishiwaki Junzaburō
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ochoislas · 5 years ago
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HECHIZO EN EL HUERTO
Desde su principio, acaba. Es el alba de una mujer recostada. En la hierba crecen hongos traslúcidos como bolillos de marfil. Mas sólo parecen ojos desencajados. Hasta la historia de esta ave acuática termina en lamiosos fenómenos corrientes. El boje trasplantado de Ōkubo en primavera se ha secado, cayó su colección de diez mil hojas. Ya no podremos hacerle a Du Fu un alfiler para el cabello ralo. En las enjutas ramas del boje, farfullando oráculos, las avispas cuelgan un nido, gris como cascabullo de loto, peligroso como cuesco de lobo Sólo los iniciados pudieron ver tal cosa. El dolor infinito de este espacio emana de las briznas hirsutas. «¿Quedará el sutil aroma del lirio dorado en el portal cuando ingrese en este corazón pidiendo auxilio de Júpiter?» dice ella. Sólo quedan espacio y tiempo. Morimos para vivir. Vivimos para morir. Sólo queda la eternidad. Lo único que existe es la eternidad. Tales nociones también desaparecen poco a poco con los seres humanos. Una vez escuché tal conversación a gente que charlaba en un tren comiendo melocotones. La existencia apenas existe como tal. Ella dice: «No tiene relación con la mente. Ven pronto al río Tama otra vez a coger frutos de estramonio». [...]
Nishiwaki Junzaburō
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ochoislas · 5 years ago
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CEILÁN
Todos estaban en sus casas. Caminé solo bajo el sol abrasador. Un lagarto quieto en el albañal. Relucientes berenjenas. Violetas inflamadas; la arena caliente acumulada en las hojas se derramó en mi mano. Ceilan del tiempo viejo.
Nishiwaki Junzaburō
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ochoislas · 5 years ago
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Cosas pálidas: las manzanas de Cézanne, el vientre de la serpiente.
Tiempo eterno: un plato desportillado abandonado en un paraíso desierto.
Nishiwaki Junzaburō
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ochoislas · 5 years ago
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Cuando se apilaban las hojas de olmo en la ventana partí de viaje;
cuando florecían junto al camino las ortigas, volví.
Una navaja se había oxidado.
Nishiwaki Junzaburō
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