#Mujer Lobo

[someday-dreamlands]

[torvocomics]

An old drawing I did many years ago of a therian-style werewolf fighting neoserkers (modern berserkers).

Un viejo dibujo que hice hace muchos años de una mujer lobo estilo therian peleando contra neoserkers (berserkers modernos).

[elnahualerrante]

La fase lunar de Ginger

El Nahual Errante Gabriel Nieto En el 2001 Canadá nos regalaba una película de culto sobre los licántropos. Con un presupuesto limitado y sin estrellas internacionales, Ginger’s Snap, o Feroz en Latinoamérica, es hoy en día la primera de una pequeña trilogía que trata un ángulo peculiar de la transformación lunar. El guion, bastante bien construido por Karen Walton, va de un par de hermanas…

[letras-y-melancolia]

No quiero al príncipe, quiero al lobo, quiero al villano que estaría dispuesto a incendiar el mundo entero por mí...

[lobodelamazonas]

Stocking legs, imaginación, sensación que se siente en la mente perforada, cada vez que lo que piensa ,se fuga después de un beso de esa boca enamorada, que con fuerza delicada acaricia, delicia que disfruta en cada caricia que derrite hielo, que entre gritos de placer, el dolor con sabor a mujer, aparece y muerde, muerde has más no poder

[arcy-lethra]

AU Touken

"¿Qué pasaría si en cada luna llena, en vez de que el hombre se convierta en lobo, el lobo se convierte en hombre?" Kaneki es un lobo (o un hombre maldito que vaga por la vida siendo un lobo) Solo las lunas llenas se convierte en humano. Y en una noche en la que termina dentro de las tierras de un fundo, decide adentrarse en la fiesta que han preparado en la casa. Se adentra como músico dentro de la banda, luego de robar la ropa de alguien. Esa noche se enamora de Touka. La hija mayor de la familia. Y ella es tan amable, pero mordaz a la vez. "Es raro que haya hombres como tú aquí, eres un trovador?" él sabe que no tiene la oportunidad de verla más, cuando finalmente se tiene que ir antes de que su propio cuerpo se desgarre en una maraña de pelo, garras y colmillos. Desde ese momento la adora como lobo y la ve cazar o montar a caballo. Es dolor puro porque NO PUEDE comunicarse con ella hasta la luna llena. Y ella se ríe cada vez que la visita a partir de ese momento, porque parece un hombre bastante osado por visitarla en el claro del bosque a medianoche con ropas bastante escasas. Se termina convirtiendo en costumbre. Hasta ella empieza a esperarlo cada luna llena con prendas más adecuadas. "No podemos vernos mañana?" Kaneki no sabe cómo explicar que no puede, que nunca podrá, que está condenado a verla brillar desde lejos. Es un ciclo de dolor para ambos.

[fetichesonoro]

Girl Ultra, Estevie, Karol G, Jordana B, Angélica García, Reno Rojas, Paula Cendejas, Nathy Peluso and Loyal Lobos.

[linsaad]

“ El alma se puede abollar, doblar. Se le puede herir y dañar. Se le puede dejar en ella señales de enfermedad y de quemaduras por temor. Pero no morirá.”

Clarissa Pinkola

[alasdetigre]

-mujeres que corren con los lobos

[s-everglow05]

“la aceptación de la soledad y otras experiencias de descenso y transformación” 💜

-Mujeres que corren con los lobos

[todotieneunsignificado]

[alcacira]

Gwendolyn & Athos

Escrito por: @alcacira Ilustrado por: LA POLLA XD

En una tierra de elfos, nobles y ciudades encantadas, se hallaba la pequeña Gwendolyn Daphyra, la hija menor de la familia. Ella con un profundo amor a los libros y sus historias, se enfrentaría al desprecio de su propia familia por no ser como su bella y talentosa hermana, Meredith. Para peor de males, de la pequeña elfa que se hallaba pasmada por el dolor, Athos, uno de los lobos mascota de la familia, logra escaparse de la supervisión de Gwendolyn y emprender su propio recorrido por las zonas poco concurridas de Santalié Maar. La niña Daphyra, con tenacidad y bajo la perpetua lluvia, debe recuperar a su lobo y reunirlo con el resto de su familia.

Bajo la sombra del temor y la soledad, la pequeña elfa no renunciará a la posibilidad de encontrar a su amigo. Sin embargo, ¿qué es lo que se halla tras la enigmática mirada de Athos?, ¿dónde llevará la euforia del animal a la pequeña infanta?, acaso, ¿la sabiduría escondida del animal le enseñará a Gwendolyn alguna valiosa lección?

[peaceeandcoolestvibes]

JAJAJQ ay

Sacado del canal de lobo, un PERSONAJE irrepetible 🔎 ha reposteado al litos este y la verdad, leed por favor mi opinión en los hashtags:

[letras-y-melancolia]

Bésame la boca, la vida, la piel y todos los miedos mi amor 🖤...

[ardeportal]

Cebras, Lobas y Colets tomaron Live Era

El regreso de Mujer Cebra a Montevideo fue motivo de una verdadera fiesta del under

Por Ginny Lupin Fotos Gino Bomba

Con el antecedente del Festival Nuevo Día en octubre del año pasado y frente al innegable crecimiento (y acercamiento) de la escena musical underground rioplatense; era esperable que el regreso de Mujer Cebra sacudiera la escena local. Sin embargo, la realidad superó las expectativas, marcando la noche del sábado como un hito para el post-pandemia a ambos lados del charco.

¿Por qué? En primer lugar, es practicamente imposible esperar que un espectáculo convocado antes de que baje el sol en Montevideo, tenga una fila de jóvenes dando vuelta a la esquina de Rio Branco em espera de la apertura de puertas de Live Era. Eso acá no pasa, o al menos no pasaba hasta que Samuel Acosta y los Colets anunciaron que tocaban a las 19.30, como encargados de abrir esta gran noche de nuevo rock que reunía también a Niña Lobo y Mujer Cebra. O al menos no hasta que Samuel comenzara a eyectar melodías queribles, desde el interior de su cuarto desordenado o las profundidades de sus raíces venezolanas, guardándose al público local en el bolsillo con su imparable conquista de escenarios en 2023.

Lo cierto es que, cuando sonaron los primeros acordes de la banda sobre las 20 horas, el galpón de la calle Uruguay gozaba de buena convocatoria, mientras las remeras de Cebra se vendían como pan caliente. La hinchada Colet estuvo presente y representó, revoleando el ya clásico muñeco de Shrek por los aires y cantando cada palabra de "No falta mucho para que pase" como la oda a la escena que es. Como bonus, presentó "Un Montón", nuevo single del disco que viene cocinando.

Lo que Samuel anticipó en sus redes sociales durante el último mes se hizo evidente: la banda tenía ensayo, garra y conexión.Los invitados, Fehnicia en la trompeta y Rodrigo Gerner (Le Desgaire/Los Mermeladah) en guitarra, sólo contribuyeron a la energía construída, aportano al combo de ingredientes que resultaron en un set por lo alto, incluso con algo de gusto a poco cuando llegó a su fin.

Niña Lobo

Las Niña Lobo llegaron a Live Era luego de su paso por el festival 300 años de Montevideo, frente a una audiencia totalmente diferente. Para el quinteto, esta fecha fue la oportunidad de conectar con su público nuevamente en un lugar chico, con olor a galpón y sin censura al agite. La chance de tocar temas más "rotos" y dejar que las guitarras suenen más fuerte.

Con una setlist que repasó su disco Lo Que Duró la Vida de Alguien (2021) y los EP Niña Lobo y Migrar, ambos de 2019; la banda movilizó al creciente público, calentando lentamente la pista. "¿Se pueden acercar, porfi?", pidió Camila Bustillo, guitarrista, arengando a la gente a ocupar el reducido espacio despejado frente al escenario.

Con "Jaime R.", "Dentro" y "Balada" como los temas más coreados, las lobas desataron baile y proto-pogo a montones; representando a la camada indie surgida poco antes de la pandemia, que sirvió de puntapié e inspiración para muchas de las bandas convocantes del momento.

De vivir tan bien

Después de escuchar sus dos discos más de lo humanamente posible y tener la oportunidad de verlos en vivo en tres oportunidades (incluyendo el sábado), creo estar un paso más cerca de descrifrar la fórmula que convirtió a Mujer Cebra en la principal banda de la generación post-pandemia argentina.

Con los primeros acordes de "Y no me digan nada", la ronda de pogo descenfrenado hacía un trabajo coordinado para sortear la columna en el medio de Live Era, entre saltos, baile y absoluta euforia. No bastó más que eso, sólo tres acordes para convertir a Live Era en el epicentro de toda una escena. Y es ahí donde reside uno de los principales diferenciales de Cebra, no necesitan hablar para generar una respuesta en el público. Y no es que hablar sea malo, pero cuando la música habla por si sola y su mensaje inspira saltos, sonrisas, cuellos venciendo ritmicamente los limites de la gravedad y hasta alguna lágrima, ese sonido tiene algo especial.

La lista siguió recorriendo éxitos de Clase B, el disco que presentaban: "El Veneno", "Nuevos Miedos", "Fantasma", "Otoño Imperdonable" y "Nadie Va a Decidir por Vos" se cruzaron con los ya clásicos del disco debut, "De Peliculas" y "XXYY"; apenas interrumpidos por algún escueto "gracias" en voz de Santiago Piedra.

En sintonía con la manija colectiva, Gonzalo "Gordo" Muhape no paraba de moverse. Prendido fuego, recorría el escenario, saltando y doblándose sobre si mismo. El público lo seguía extasiado, replicando su entusiasmo con rondas de pogo que marean.

Otro factor clave del éxito Cebra: el Gordo transforma el bajo en lo que la canción necesita. Junto a Pato Garcia en la batería, conforman una base rítmica sólida, tan sólida que te pasa por encima. Un relojito, de bajo grave, gordo (el chiste es inevitable) y arrollador; que también es melodía y juegos imposibles que revelan una formación en la guitarra. El instrumento se hace manteca bajo la púa del Gordo y rellena espacios imperceptibles con pura identidad Mujer Cebra. Es eso que hace vibrar el piso y empuja a los pies a despegarse para saltar.

La voz de un movimiento

En "El Fuego es para Quemar" los pogueros tuvieron un mínimo descanso, para dejar que la voz de Santiago llenara el espacio sin distracciones. El tercer elemento que garantiza una trascendencia de Mujer Cebra en el tiempo y el espacio es justamente la voz, de una identidad tan única que es posible reconocer a la banda con los ojos cerrados; algo que no pasa con las voces del género, no con una banda que tiene seis años, dos discos y algunos kilómetros girados en el Cono Sur. No es pavada lograr un sello tan distintivo, más cuando el post punk, shoegaze y derivados se han popularizado tanto que muchas bandas pecan, en su talento y destaque, en sonar un poquito parecido a otras. Pero Cebra no.

Todos estos factores confluyen en noches como la del sábado, donde una propuesta musical de nivel genera una respuesta particularmente expansiva dentro de un público under. Quizás por eso hay que tener en cuenta, como causa o consecuencia, el elemento emocional. Suena Cebra y los amigos se abrazan, porque es la banda sonora de una adultez en la que cayeron de golpe, despues de años de encierro. Si la salida al mundo después de una pandemia que les robó un pedazo de adolescencia fue al ritmo del disco homónimo, ¿cómo no van a generar un sentido de pertenencia con la banda? Los no-tan-chicos asentimos con cada golpe de bombo, intercamvbiando miradas cómplices. Para nosotros, Cebra es la certeza de que esa sentencia que flota hace décadas sobre nuestras cabezas diciendo "el rock murió", no es más que un titular amarillista. Es la garantía de que el rock vive, se transforma y se potencia cuando lo tocan estos tres.

Esa emotividad es la que hace pasar por alto la rotura de una cuerda y también la que canta "Olé olé olé olé Mujer Cebra" todo pulmón. El público es (fácil) el 40% de un buen espectáculo y el sábado pasaron la prueba con honores, sabiendo aprovechar las variaciones que hacen de cada tema en vivo una experiencia nueva.

El repertorio elegido fue perfecto. Tal y como habían adelantado en Arde Radio, "Desaparecer" llegó a lista después de ser exigido en Córdoba y fue recibido con agite a la altura, en un final que llegó demasiado rápido. "Donde Termina el Silencio" como bis aplacó un poco la ansiedad de estar pidiendo el regreso de Mujer Cebra a Montevideo antes incluso de que bajaran del escenario. "Pronto" fue la mejor respuesta que pudimos obtener.

Párrafo aparte merece "No te Duermas", agregada a la lista con marcador negro a último momento y presentada con dedicatoria. Un largo tiempo de este lado de los recitales me ha enseñado que los buenos gestos en esta profesión hay que agradecerlos y a las buenas bandas hay que aplaudirlas, destacarlas y analizarlas con el respeto y el reconocimiento que merecen. Y no, siendo objetiva en mi subjetividad, no creo que nunca vaya a cansarme de ver a Mujer Cebra. Ojalá se repita mil veces.