#Música para molestar a tus vecinos
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Es sábado por la noche, estás sentada en tu cama, escuchando el ruido de los autos y la música a todo volumen de tus vecinos, comienza tu mente a divagar y de la nada estás ahí pensando en que carajos estás haciendo con tu vida, el porqué te sientes sola, el porqué a menudo llegas a la misma situación, pero con cada día de la semana diferente, no comprendes el porqué te sientes tan deprimida, no comprendes que pasa con tu vida, tratas de entender buscas formas para distraerte y no pensar en el caos que estás formando tu mente, quieres llorar, pero sabes que eso no solucionará nada, solo hará que los demás vean tus ojos hinchados y comiencen a juzgarte, no logras entender por qué te pasa esto a ti, acoso serás la única persona que está sola mientras los demás están sintiendo sé bien, estás aburrida de sentirte así, sueles hablarle a alguien de lo que sientes aun así sientes como esa persona no comprende ni un instante por lo que estás pasando, pero quien te comprendería si ni siquiera calza tu talla de zapatos, no sabe que es sentir se aislada del mundo, pero tú lo has vivido desde muy joven y aunque sabes que te falta mucho por vivir ya no quieres vivir, es agotador te frustras buscas quien comprenda, pero miras a tu alrededor y no hay nadie, naciste sola, pero es necesario necesitar una breve compañía, eres un ser que no ha disfrutado nada de este mundo loco y deseas hacerlo, pero realmente no sabes como, sueles pensar en años atrás cuando habían personas que pensaban en que debías pensar en ti más que en los demás y ahora que comprendiste que tú también importas no sabes como poder ser feliz o como pedirle a alguien que piense en ti de la misma forma que tú piensas en el/ellos, sabes que no vas a ser correspondida con el mismo puñado de amor y atención que das porque te exiges mucho de ti misma quieres ser el complemento, ser suficiente para las personas, pero aun así nada cambia sigues sintiendo que debes recibir lo que den, que eso es lo que mereces, últimamente sueñas con escapar de nuevo de la realidad en la que vives, nunca nadie te enseñó a quedarte, huyes porque es tu medio de supervivencia cuando sabes que todo está mal, lo has hecho tantas veces que se convirtió en tu caparazón, sabes que nadie será capaz de domarte al punto de que no te vayas, cuando niña tenías tantos problemas a tu alrededor que ahora solo evitas estorbar o molestar al que esté a tu lado, sientes que cada vez que llegas a la vida de alguien es para mal, nadie ha llegado al punto de conocerte y decir ella hace esto por esto o ella es así porque sufrió de tal modo que no le quedó de otra, tienes fe y esperanza, pero cuando vez actuaciones de los demás que no son buenas comienzas a decepcionarte no de la persona si no de ti por qué de nuevo creíste y confiaste en que esta vez si serias diferente, buscas tanto la felicidad junto a alguien que no notas que cada vez se te escapa más de las manos, has llegado a pensar que mereces estar sola, aunque sabes que la soledad no es mala, lo que te afecta es tener a tu alrededor tantas personas y seguir sintiendo esa soledad que te devasta, pides ayuda porque sabes que esta vida no te da muchas razones para quedarte, solo buscas ser amada, buscas que te elijan sobre todo, estás tan acabada en dolor pero mírate aun así sigues amando a todos, sonriendo, deseando les el bien.
Tranquila pequeña niña, yo tu ser si comprendo el malestar que sientes en este momento..
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Música para molestar a tus vecinos: Vol. 1
Música para molestar a tus vecinos: Vol. 1
Mis vecinos tienen la desagradable costumbre de escuchar música como si todos los que vivimos en las casas aledañas los quisiéramos escuchar. No es algo que hagan para ocasiones especiales o festividades, es diario. Hace ya un par de meses por las mañanas escuchan Reik y cualquier artista que esté en las playlist recomendadas de Spotify, y por las noches hacen zumba durante dos horas.
Hubo un…
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#Blood Incantation#Cephalotripsy#Converge#Mastodon#Meshuggah#Música para molestar a tus vecinos#Pantera#Pissgrave#The Dillinger Escape Plan
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The guy upstairs | oneshot
Pareja: NCT 127 || Johnny x OC
Idioma: Español / Spanish
Tipo: One-Shot / Relatos Cortos.
Género: Romance + Sobrenatural + Misterio + Angst || AU! Fantasma.
Palabras: 5,300
Descripción: “La vida de una estudiante universitaria se ve interrumpida por la aparición abrupta de un extraño frente a su ventana un domingo por la tarde. Johnny, el chico que vive en el apartamento de arriba, cae de las escaleras de incendios acabando frente a la habitación de Jane que lucha por escribir el proyecto final de su carrera. Con muchas historias que contar y momentos inesperados, ella se involucra en tardes de charlas y risas mutuas, sin saber a ciencia cierta cómo ayudará a este chico que nunca antes había visto habitando el quinto piso.”
Advertencias: Muerte de un personaje.
[♡] Nota de autora: Este escrito no pretende generar terror o miedo en el lector pero si eres susceptible a estos temas, evita leerlo.
• Crédito de imagen @1294bubbles.
The Guy Upstairs
El sonido de las teclas inundaba toda la pequeña habitación, era domingo por la tarde y la fresca brisa del inicio de la primavera ondeaba las cortinas sobre la ventana, al tiempo que refrescaba cada rincón del lugar.
Jane tecleaba afanadamente, llevaba más de dos semanas redactando su proyecto universitario exigido para poder graduarse de curso. Sus manos estaban enfocadas en desarrollar el contenido del tema, pero su mente divagaba cada cinco minutos buscando distraerse, era aburrido y no veía pronto fin a su enclaustre. Hacía más de tres días que no colocaba música en la computadora, le daba jaqueca y a veces ni recordaba que debía cenar. Debbie, su hermana y compañera de piso había empezado a preocuparse por ella y le exigía que al menos se alimentara a tiempo para no hacerla pasar un sofoco.
-¡Jane! -Dijo Debbie apoyándose en el marco de la puerta y clavándole los ojos a la chica frente al computador- Son las 2:30 de la tarde ¡debes almorzar!
-Deb, déjame en paz… -Respondió ella en un suspiro- No tengo hambre y hoy he perdido demasiado tiempo, no he avanzado nada de este estúpido proyecto.
-No te dejaré en paz hasta que almuerces -replicó la mayor- le prometí a mamá que te cuidaría y no dejaría que te pasara nada, si se entera que te estás saltando comidas el regaño va a ser para mi.
-¿Quieres largarte de mi cuarto para que al menos pueda avanzar otro poco más? -Insistía Jane sin despegar sus ojos de la pantalla, intentando teclear algunas palabras- Más tarde almorzaré, yo veré en qué momento, ¡no tengo hambre ahora!
-Ok, me largo, no voy a pelear contigo, debo ir a mi reunión de trabajo. Espero no regresar tarde y encontrarte inconsciente en el piso.
-¡BIEN! Almorzaré en cinco minutos, solo deja de hablarme para poder concentrarme. -Debie Sonrió, en cierto modo disfrutaba molestar inocentemente a su hermana.
-Te llamaré apenas llegue a la oficina para comprobar que sí almorzaste, envíame foto al chat del plato vacío…
-¡SI MAMÁ!… ¿PUEDES IRTE YA?
Debbie bufó a eso último que su hermana menor dijo sin siquiera mirarla. Sacó las llaves del auto del bolsillo trasero de sus jeans y dio media vuelta retirándose de la habitación.
-¡Ah por cierto! Mamá que la llames, te has olvidado de ella. -Dijo Deb antes de salir del apartamento- ¡Adios!
Al escuchar el sonido de la puerta cerrarse Jane dio un largo suspiro cerrando sus ojos. Una notificación llegó a su teléfono obligándole a reincorporarse. Al desbloquear el aparato un aviso emergente le hizo saber que un nuevo capítulo de su podcast favorito de misterio había sido subido a la plataforma.
-Muy bien, -respiró profundo- Hora de una pausa, puedo escucharlo antes de almorzar.- Enseguida estiró la mano agarrando sus audífonos y conectandolos al equipo para poder darle reproducir al episodio: "Fantasmas en el ático".
Jane a sus escasos 24 años estaba segura de dos cosas, la primera que el chocolate caliente era la mejor bebida del mundo y segunda que los eventos paranormales existían y su fascinación por ellos era muy grande incluso sin haber tenido ningún suceso realmente significativo para contar. Inmersa en el podcast, no se percató como la pantalla de su computadora empezó de repente a fallar, el puntero se volvía loco de un lado al otro y el documento con su archivo de trabajo empezó a minimizarse y ampliarse una y otra vez.
El podcast estaba llegando a su punto clave de emoción y la adrenalina de la chica iba en aumento, el volúmen de sus audífonos estaba por las nubes y su corazón bombeaba a mil por hora mientras escuchaba atentamente cómo el narrador avanzaba en la historia, pero antes de poder concluir el relato, un estruendo proveniente de la escalera incendios ubicada en la parte de afuera de su habitación la hizo soltar el celular de la mano yendo este directamente al piso y acabando con la pantalla destrozada. Jane se reincorporó en la silla como pudo y se levantó para acercarse lentamente a su ventana y ver que había sido tal sonido.
Súbitamente un rostro masculino apareció del otro lado con una expresión de inmenso dolor, ella retrocedió unos pasos inmediatamente agarrando lo primero que tuvo a la mano para regresar a la ventana a golpear al extraño.
-¡Wooo, wooo, WOOO! ¡ESPERA! -Gritó él colocando las manos frente a su cara.
-¿¡Quién diablos eres tú!? ¡¿Qué quieres?! ¡¿Qué haces en mi ventana?! -Inquirió la chica exaltada.
-Tranquila, calma, no voy a hacerte daño, ¡te lo juro!, me caí de la parte de arriba de la escalera, vivo en el quinto piso, ¡soy tu vecino!
-¿Vecino? ¡Arriba de nosotros no vive nadie! -Decía la chica aún empuñando el candelabro que había logrado tomar para defenderse.
-¿Qué? Cómo que no vive nadie, ¡llevo viviendo arriba 5 años con mis padres! -Se quejó el extraño.
-No te creo una palabra de lo que dices...
-¿Quieres asomarte y ver la escalera rota y comprobarlo?… Adelante, no muerdo.
Jane lo miró recelosa y empezó a acercarse lentamente para asomarse por la ventana sosteniendo con ambas manos su arma de defensa. El chico retrocedió unos pasos y ella sacó su cabeza mirando hacia arriba notando como la baranda de la escalera de incendios estaba realmente partida en dos y uno de los escalones era inexistente.
-Oh mierda, de verdad que esto necesita reparación urgente…
Johnny soltó una risita pequeña al comentario de la chica a lo que ella regresaba dentro de la habitación.
-Soy Johnny, por cierto. -Añadió
-Ok Johnny... Si vives arriba hace tanto ¿por qué nunca te había visto antes?
-Bueno… Usualmente llego muy tarde de la universidad todos los días, estoy en varios clubes y apenas puedo respirar… ¡Oh! y los domingos suelo pasarlos con mis padres en casa haciendo cualquier cosa o salimos todo el día e incluso...
-Vaya, eres el señor ocupado entonces… ¿No te cansas de estar en la universidad y hacer cosas todo el día? Yo estoy harta con mi estúpido proyecto de... oh no, no, no, no, no ¡NO!
Jane tiró el candelabro hacia un lado, cayendo este sobre su cama y corrió a su computadora apenas vio como la pantalla estaba enloquecida empezó a mover el mouse descontroladamente pero nada respondía. Tecleó varias veces sin resultado alguno.
-¡Mi proyecto! No había guardado nada hasta antes de escuchar el podcast… el podcast… ¡MI TELÉFONO!
Johnny miraba sin entender nada aún desde fuera de la ventana, la chica corrió hacia la esquina que daba con la puerta y levantó el teléfono para darse cuenta enseguida que toda la pantalla de este estaba astillada y prácticamente inservible.
-¡Genial! Se arruinó mi teléfono ¿algo más que falte?
-Jane calma, puede que solo haya sido la pantalla externa…
-Espera... ¿cómo rayos sabes mi nombre?
-¿Qué? -Johnny sonrió extrañado- Me lo dijiste hace unos instantes tú misma…
-¡Claro que no! -Replicó ella enseguida.
-Ok, entonces yo lo adiviné. -Finalizó el chico volteando los ojos y dejando a Jane con la duda en su cabeza mientras lo observaba.
-Eres demasiado extraño ¿sabes?
-Bueno, not my problem. -Respondió Johnny levantando sus hombros.
-Ahora eres bilingüe... ¿Sabes qué? deberías regresar a tu casa estoy ocupada y necesito encontrar la forma de arreglar este cacharro de computador para continuar con mi proyecto.
-Puedo ayudarte si quieres, sé algo de computadores, mi padre los repara.
-Sabes que no confío en ti ¿Cierto? -Le dijo volviendose a verlo.
-Bien, entonces… -Johnny se dispuso a levantarse para irse- suerte con eso.
-!Espera!...-Jane lo detuvo enseguida. Le tomó solo dos segundo analizar su situación y esta no era la mejor, estaba desesperada, su conocimiento sobre computadores era nulo y Debbie no estaba en casa. -Está bien, entra y ayudame con esta cosa, necesito avanzar.
Johnny atravesó el umbral de la ventana y entró a la habitación de la chica. En ese momento Jane notó lo alto que realmente era su vecino. El muchacho pelinegro se acercó a la máquina, digitó unos cuantos comandos y luego de varios clicks el computador volvió a funcionar normalmente.
-Listo.
-No sé cómo lo hiciste pero -Jane lo miró- Gracias.
-De nada ¿confías en mí ahora?
-No tanto como confiar, pero al menos ya no creo que hayas venido a asesinarme.
-¿A asesinarte? - Rió el pelinegro- ¿Por qué vendría a asesinarte?
-Bueno, al aparecer así de repente en…
El sonido de la puerta del apartamento abriéndose interrumpió a la chica, ella corrió a asomarse fuera de su habitación para revisar quién había llegado, al cerciorarse por la forma tan escandalosa de abrir que era su hermana, se volvió a ver a Johnny quien en ese momento como por arte de magia había desaparecido de la habitación.
-¡Hey Jane! -Saludó Debbie acercándose a donde estaba la menor- imagínate, el jefe se enfermó y corrieron la reunión para mañana en la tarde, gasté gasolina yendo... Bueno, no importa ya pero… -La mayor se detuvo al percatarse el rostro confundido de su hermana- Oye ¿qué tienes?
-N-Nada… -La chica frunció el ceño- Es solo que… ¿Sabías que tenemos un vecino en piso de arriba?
-¿Arriba? ¿Ese apartamento acaso está habitado?
-Al parecer, estaba igual de asombrada que tú cuando el hijo de los vecinos apareció frente a la ventana y me informó.
-Espera ¿qué?
-Larga historia, se cayó de la escalera de incendios y terminó aquí arreglando mi computador.
-¿Pero se hizo daño o algo?
La mirada de Debbie era de preocupación real, Jane le comentó que nada había pasado, que simplemente había sido el susto pero que Johnny parecía ser alguien amable, la mayor dejó de indagar por el chico y continuó con su regaño pertinente al llegar a la cocina y percatarse que el plato de su hermana seguía servido.
Esa noche Jane no pudo continuar más nada. Decidió descansar, pero luego de dar varias vueltas en la cama se dio por vencida, no lograba conciliar el sueño pensando en que de cierto modo y sacando a flote su lado más crítico, la historia de Johnny no le convencía mucho, el chico tenía algo extraño, su instinto se lo decía. Miró al reloj que tenía en el buró constatando que ya pasaba media noche, acto seguido despejó su mente de cualquier pensamiento referente y se acomodó nuevamente entre sus almohadas, necesitaba dormir para poder continuar redactando su proyecto al día siguiente, en algún momento libre subiría a hacerle la visita a su vecino y descubriría la verdad.
A la mañana siguiente luego de bañarse, cambiarse y desayunar Jane regresó a su habitación para continuar con su trabajo, por suerte el archivo tenía activado el autoguardado y su proyecto estaba hasta donde lo había dejado la última vez. Continuó escribiendo hoy más concentrada que el día anterior para suerte suya, a eso de medio día había conseguido redactar más de tres páginas completas y era hora de un descanso. Se levantó de la silla y fue por un bocadillo a la cocina, al regresar a su habitación una sombra grande sentada en su ventana le hizo retroceder unos cuantos pasos de la impresión.
-¡Woow! Has avanzado mucho hoy…-Dijo Johnny desde la ventana.
-Buenos días señor "me voy sin decir nada"
-Tardes… Ya pasaron las 12.
-¿Qué quieres?
-Pues ¿Saber cómo está funcionando el computador?
-Hasta ahora bien por suerte.
-Claro, si lo reparó Johnny.
-¿Por qué hablas de ti mismo en tercera persona?
-¿Por qué no hacerlo?... -Sonrió de lado- ¿Puedo pasar? Tu cama se ve cómoda.
Ambos dirigieron su mirada a la cama dentro de la habitación, él observando la cantidad descomunal de almohadas que había en ella, mientras Jane contaba mentalmente cada una para asegurarse que Johnny no intentaría llevarse alguna.
-Ok podrás entrar pero con una condición…
-Una condición ¿Cuál?
-Que respondas a todas las preguntas que tengo sobre ti, quiero escuchar tu fantástica historia de vida en el piso de arriba de la cual me enteré ayer.
Jane debía aceptar que a pesar de todo lo raro que sonaba lo que había sucedido la tarde anterior, el chico tenía su gracia. Si, era alguien aún extraño y si, la manera de conocerlo había sido algo rara, pero existía la posibilidad que esa situación hubiera sido la causante de tanta inspiración suya esta mañana y pretendía que esa inspiración no la abandonara tan rápido.
Johnny entró a la habitación, se tumbó en la cama y empezó a responder cada pregunta que la chica le hacía referente a su vida. Tenía 23 años, estudiaba comunicación y actualmente sus padres le costeaban los estudios, no tenía mascotas, tampoco hermanos, había crecido en Chicago y amaba con locura el café cargado por la mañana. Ese día Jane conoció más cosas de él que lo que hubiera podido averiguar por su cuenta, de su parte le comentó sobre su proyecto, toda la investigación acerca de fenómenos inexplicables basada en hechos reales recopilados por ella misma, cosa que a Johnny le pareció lo suficientemente interesante para regresar a diario a escuchar cada una de esas historias y fue así como esas constantes visitas se volvieron un hábito con el pasar de las semanas. Una tarde soleada de Mayo, como ya era costumbre Johnny apareció en la ventana del 4to piso con una bolsa grande en sus manos.
-Esta tarde la merienda va por mi cuenta.
-¡Wow! Gracias, que considerado de tu parte señor ocupado.
Johnny entró a la habitación tomando su habitual lugar en la cama de Jane, esa tarde se veía excepcionalmente... ¿Atractivo? El cabello negro le caía partido a la mitad sobre su frente y sus ojos cafés se estaban más "claros" que de costumbre.
-Te traje esta vez la hamburguesa doble.
-Genial, ¡muero de hambre! -Dijo ella abriendo la bolsa y sacando el paquete que contenía la hamburguesa- Oye pero solo hay una…
-Ah si, yo comí la mía en casa…
-¿Por qué no me sorprende? Siempre haces lo mismo desde que te conozco nunca has comido conmigo ¿sigues alguna dieta que no quieres que te vea comer poco y me burle de tí?
-¿Tú, burlándote de mi?
Ambos rieron al unísono y Jane empezó a devorar su hamburguesa, Johnny la observaba atentamente mientras seguía sonriendo ligeramente de forma inconsciente.
-¿Qué? -Preguntó Jane de repente notando que él la observaba- ¿Ya me manché la cara con salsa?
-No, no -Johnny terminó de esbozar su sonrisa- Es que creo que nunca antes había conocido a alguien como tú, de haberlo hecho mi vida habría sido más fácil… -La chica tragó en seco.
-¿Pasaste por algún trauma de la infancia o algo así?
-La verdad… No, -Respondió el pelinegro- solo que durante la escuela no tuve muchos amigos…
-Espera ¿qué? Te he creído todo lo que me has contado hasta ahora pero dudo mucho que el gran Johnny haya pasado por eso, esas cosas le quedan solo a los desadaptados o emocionalmente inestables, no a ti, tu eres una mariposa social, entretienes a quien sea, mueves el ambiente apenas llegas.
-¡Wow! Pues gracias por eso… Pero adivina qué... Ya lo sabía.
-Blah, blah, blah, ahora eres engreído, más bien pásame las papas…
Esa noche luego que Jane adelantara lo suficiente su proyecto, ambos se ubicaban en la ventana observando al cielo particularmente estrellado, con la esperanza de divisar alguna estrella fugaz o si tenían suerte un ovni.
-A veces creo que el humano es demasiado egoísta asegurando que es el único ser vivo que habita el universo. -Dijo Jane de repente.
-Los humanos son estúpidos.
-Hablas como si no fueras uno de ellos.
-¿Por qué de repente debería ofenderme ese comentario? -Se quejó Johnny riendo al instante y contagiando a la chica.
-El universo es demasiado grande para creer eso, aquí existe de todo para mi, incluso otras dimensiones, una para los espíritus, otra para los seres del bajo astral y otra a donde van a terminar los malditos que maltratan animales.
-El infierno. -Añadió el chico.
-Exacto.
Luego de un rato observando el cielo, Johnny volvió suavemente su cabeza hacia la chica, se quedó mirando atentamente como sus facciones eran iluminada por la poca luz de la luna que los abrazaba, ella estaba ensimismada en su búsqueda y no se percató como el muchacho se empezaba a acercar cada vez más a ella, no fue si no hasta cuando sintió la presencia lo suficientemente cerca para voltear encontrándose a escasos centímetros de su rostro observándola, percibió como la mano de él le acarició el rostro suavemente, debía hacer frío en el ambiente ya que su palma estaba helada al tacto. Enseguida sintió como los labios de su acompañante se posaban suavemente sobre los suyos e iban consintiendo cada parte de ellos, el beso era cálido, pero al mismo tiempo ansioso, como si necesitara más de esa sensación que se despertaba dentro de ambos. La otra mano de Johnny encontró la mejilla de Jane, acomodando suavemente sla cara de la chica para continuar el beso, ella lo dejaba ser, no era el momento para entender por qué o para qué Johnny había llegado a su vida tan de repente y ahora mismo fuera alguien tan especial para ella, aún le faltaban cosas por saber de él pero luego de esa noche y de ese momento, estaba segura que oportunidades iba a tener de sobra.
***
Dos semanas después con el ajetreo de la entrega de proyectos y finalización del semestre, hubieron días en que él no se apreció, fue en esos días en los que Jane más sola se sintió estando incluso con personas a su alrededor. Luego de aquella noche para sorpresa suya las cosas con Johnny empezaron a cambiar y no para bien, en lo que iba después de ese suceso si lo había visto en su ventana tres veces en un mes, era ser generosa con su pensamiento, la conversaciones siempre eran cortantes y frías por parte de él y su visita no extendía los diez minutos. Se le hacía extraño no ver su sonrisa cada mañana en la ventana o escuchar a veces el sonido de sus pasos cuando bajaba por la escalera intentando no caerse de nuevo.
Jane extrañaba a Johnny mucho más de lo que realmente debía.
Esa tarde había decidido enfrentarlo, lo llamaría por la ventana para hacerlo bajar y aclarar la situación, si había sido ella causante de algo que lo molestara, quería escucharlo de boca suya antes que continuar con tanta incertidumbre.
Convencida que obtendría respuestas, Jane asomó medio cuerpo fuera de su ventana y gritó el nombre de Johnny lo más fuerte que pudo, a los pocos segundos un rostro conocido se dibujó fuera en el piso de arriba lo suficientemente visible para saber que ese era a quién ella necesitaba en ese momento.
-Baja, quiero hablar contigo.
Johnny asintió y Jane regreso dentro de su habitación, al segundo el pelinegro apareció frente a su ventana con una expresión seria.
-Pasa Johnny, hablemos…
El muchacho entró y se sentó en la cama, Jane no hizo más que mirarlo por unos segundos para luego abalanzarse sobre él y abrazarlo fuertemente, pero la respuesta nula de Johnny la obligó a separarse enseguida.
-¿Qué sucede Johnny? ¿Qué pasa contigo? ¿Te hice algo malo?
Él no respondía y se limitaba solo a mirarla, ella lo detalló, su rostro estaba pálido, sus labios comúnmente rosados casi eran color morado y sus ojos el día de hoy eran de un café oscuro que Jane jamás había visto antes.
-¡Contéstame! Esto es absurdo, me siento tan mal por ti, por todo lo que pasó y no debería porque no es mi culpa, tú fuiste el que comenzaste a actuar extraño de repente.
Los ojos de Johnny se clavaron en ella y su rostro inexpresivo iba volviéndose más ilegible con cada palabra que Jane decía, tanto estrés por la universidad y la situación de no haberlo visto por tanto tiempo sin una explicación válida habían detonado aquel vómito verbal que explotó en un gran grito el cual alertó incluso a su hermana Debbie quien apareció enseguida en el umbral de la habitación.
-Jane, ¿qué sucede? ¿Qué son todos esos gritos de repente?
-¡Todo es culpa de Johnny! -Respondió irritada apuntando a su cama...
Ahora vacía.
-De ¿Q-quién estás hablando?
-De él Debbie, ¡acaso no lo ves con tus propios ojos sentado ahí en mi cama sin decirme nada desde que comencé a hablar hace quince minutos!
-Jane… -Debbie se acercó despacio a ella colocando ambas manos en los hombros de su hermana- Ahí no hay nadie sentado…
-Ah claro ahora no hay nad-
Un escalofrío recorrió todo el cuerpo de Jane de arriba a abajo cuando al voltear vio su cama completamente vacía y la ventana de su cuarto cerrada. Era imposible que Johnny hubiera escapado en esos segundos que su hermana llegó al cuarto y mucho menos con la ventana habiendo sido cerrada por ella misma justamente para evitar que el muchacho escapara.
-Estaba ahí Deb, lo juro… -La menor volvió a ver a su hermana con desesperación en el rostro.
-Jane, todo ese asunto del tal Johnny me tuvo intrigada desde la primera vez que lo mencionaste, no tenemos ningún vecino que se llame así y mucho menos que viva en el piso de arriba… Ese apartamento ha estado desocupado por años.
-Eso… Eso es imposible, entonces ¿a quién he estado viendo bajar a diario estas últimas semanas?
-Jane, te he escuchado reír muy fuerte por las tardes e incluso hablar con alguien en la habitación, pero nunca escuchado o sentido a nadie más y mucho menos he visto a ese muchacho que dices que viene a diario. Evité decirte algo para no asustarte, pero… Hice algunas averiguaciones.
Debbiele indicó a su hermana que se sentara en la silla junto al escritorio, salió a la sala y regresó con un sobre de manila del cual sacó una documentación firmada.
-Este es el registro de inquilinos del edificio, aquí muestra todos los apartamentos habitados en el momento, el documento lo solicité hace unos días y me lo lo entregaron ayer… -Concluyó estirando el papel para que su hermana lo tomara.
En la hoja yacían registrados todos los números de vivienda de la edificación, efectivamente al llegar al que debía corresponder al apartamento de Johnny, ningún nombre había escrito y en el resto del piso tampoco alguna coincidencia con al menos alguien de apellido “Suh”, el que alguna vez le escuchó mencionar al muchacho.
-Esto debe estar mal Debbie, te juro por lo que más quieras que Johnny existe, creeme…
-Cálmate, hay que pensar en posibilidades, quizás sea algún chico del barrio que llegaba a hablar contigo e inventó que vivía arriba para acercarse a ti.
-No, Deb yo lo vi salir varias veces de la ventana de arriba y bajar con cuidado por la escalera de... incendios.
En ese momento la mente de Jane se iluminó, se levantó rápidamente de la silla, corrió hacia la ventana, abriéndola y saliendo por ella para enseguida mirar hacia arriba, tuvo ganas de gritar el nombre del muchacho pero se contuvo y empezó a subir con cuidado. Debbie se asomó enseguida buscando a su hermana.
-Jane ¿qué haces?, eso ha estado abandonado podrías caer subiendo esa escalera.
-Debbie él bajaba por aquí siempre, debo subir a buscarlo, quizás si se asustó al verte y subió a ocultarse.
Sus palabras resonaron en su cabeza mientras la lógica hacía lo suyo, ¿Ocultarse? Conociendo como conocía a Johnny sabía que no era del tipo que corría asustado, es más se le hacía demasiado extraño ahora que él mismo no se hubiera presentado desde el primer día con Debbie. Ignorando eso, se aferró fuertemente a una de las barandas del lado izquierdo y trepó hasta el quinto piso teniendo cuidado de no pisar algún escalón que pudiera devolverla a la parte externa de su habitación si se rompía. Finalmente logró llegar lo suficientemente alto para comprobar con horror que a través de esa ventana cerrada y sucia de polvo en aquel departamento del quinto piso, se mostraba una habitación vacía, con tan solo una pequeña caja en la esquina final del cuarto, el piso de madera completamente cubierto de polvo y las paredes abarrotadas de telarañas le confirmaban entonces la espeluznante teoría de su hermana mayor. Johnny no existía y al parecer nunca existió.
Fue entonces cuando recuerdos de las tardes con él se dibujaron en su cabeza y enseguida todo encajó, sus manos frías, su rostro a veces pálido o sus ojos que en sus últimos días de verlo eran totalmente oscuros.
Que no lo hubiera visto comer nunca con ella...
**-Genial, ¡muero de hambre! -Dijo la chica abriendo la bolsa y sacando el paquete que contenía la hamburguesa- Oye pero solo hay una…
-Ya comí la mía en casa…
-¿Por qué no me sorprende? Siempre haces lo mismo desde que te conozco nunca has comido conmigo…**
O no escuchar usualmente ningún ruido proveniente del departamento de arriba incluso cuando él regresaba entrando por la ventana, las conversaciones excluyentes consigo mismo o habladas en pasado…
**-A veces creo que el humano es demasiado egoísta asegurando que es el único ser vivo que habita el universo.
-Los humanos son estúpidos.
-Hablas como si no fueras uno de ellos.
-¿Por qué de repente debería ofenderme ese comentario?**
**-¿Qué? ¿Ya me manché la cara con salsa?
-No, no, es que creo que nunca antes había conocido a alguien como tú, de haberlo hecho mi vida habría sido más fácil…**
Pero sobretodo, el hecho que siempre desapareciera de repente cuando Debbie estaba cerca.
Esa noche Jane no pudo conciliar el sueño, miraba todo el tiempo a su ventana esperando volver a ver a Johnny para hacerle la infinidad de preguntas que le daban vueltas en su cabeza, pero eso nunca sucedió, ni esa noche ni ninguna otra. Las tardes empezaron a ser vacías de nuevo para ella y simplemente empezó a dejar a un lado el tema, se concentró en su universidad como era debido, terminó el proyecto que tanto le había costado esos últimos meses y el recuerdo de Johnny junto a la esperanza de volver a verlo, habían pasado entonces a un segundo plano.
***
Meses después la vida de Jane volvió casi por completo normalidad. Logró graduarse de la universidad con honores y había empezado a trabajar con una prestigiosa empresa no hacía más de 2 meses, ella y su hermana decidieron mudarse de aquel edificio pero aún vivía muy dentro de ella la duda sobre la existencia de aquel muchacho de cabello oscuro, a veces en los días solitarios lo recordaba, escuchaba las canciones que él solía disfrutar en esas tardes de charlas amenas y risas sonoras, no le daba miedo alguno pensarlo, simplemente intriga y aunque se escuche extraño incluso para ella, sentía nostalgia, esa misma nostalgia que uno siente extrañando a un ser querido.
Una tarde de Otoño, Jane consiguió salir de su trabajo temprano para ir al antiguo departamento calle abajo a buscar unos papeles de arriendo que su hermana había quedado en recoger pero su ahora roll de nueva esposa le había impedido. Su visita fue rápida, llegó directamente a la oficina de arriendo en el quinto piso a recoger los papeles, luego de una corta charla con el arrendatario y los documentos en mano, de dispuso a irse. Al salir de la oficina se detuvo un momento observando la puerta del departamento ubicado en diagonal, el mismo donde alguna vez creyó que vivía Johnny, cuando de pronto la puerta se abrió y un hombre mayor de rasgos asiáticos salió del interior llamando profundamente su atención, su rostro de algún modo se le hacía familiar, podría tener alrededor de 60 años y llevaba consigo una pequeña caja de cartón algo sucia, Jane se acercó curiosa a él y lo saludó cortésmente.
-Buenos días señor, disculpe ¿usted vive en este departamento?
-Oh no señorita, solía vivir aquí hace unos años con mi esposa y mi hijo, solo vine por esta caja que habíamos dejado olvidada.
-Ya veo… ¿Y no sabe de alguna persona que haya vivido luego de usted o antes aquí?
-Según tengo entendido por el arrendatario, antes de nosotros vivió una mujer mayor y luego de nuestra mudanza nadie ha ocupado el departamento.
-Oh… Bueno, muchas gracias entonces.
-Señorita… ¿Puedo preguntarle por qué le interesa saber eso?
-Ah… Es que estoy buscando a alguien que solía vivir aquí y de un día para otro se desvaneció como si no existiera, -Jane sonrió con ironía- era un muchacho bastante alto, cabello negro, muy bien parecido… Su nombre es Johnny ¿le suena de algún lado?
-Johnny… -El hombre la miró extrañado- ¿Usted conoció a mi hijo Señorita?
-Perdóneme… ¿Su hijo?
-Así es, mi hijo Johnny, él vivió con nosotros en este departamento.
-¿¡De verdad!? No puedo creerlo ¡yo lo sabía! Oh Dios… Disculpe mi emoción señor, ¿podría usted darme su número de celular o algo para comunicarme con su hijo? Quisiera hablarle e incluso verlo de nuevo alguna vez.
El rostro del hombre cambió enseguida a una profunda cara de tristeza, Jane lo notó y le cuestionó con su expresión.
-Creí que todos sus amigos cercanos habían estado aquel día…-Dijo en tono bajo para sí mismo pero la chica logró escucharlo- Señorita, mi hijo falleció hace más de seis años en este lugar…
Jane palideció al instante y el hombre continuó.
-Cayó por la escalera de incendios una tarde intentando escapar de casa al salir por la ventana de su habitación, en ese entonces las cosas no iban bien con mi esposa y al parecer todo eso generó mucha carga en él, pero no creíamos que tanta para que intentara escapar.
La chica no encontraba cómo articular palabra, se llevó una de sus manos a la boca mientras intentaba recobrar el aliento, el hombre enseguida preguntó.
-Señorita, ¿se encuentra bien?
-S-si… Es solo que… Disculpe señor, sé que esto puede ser extraño y a la vez difícil para usted, pero… ¿Por casualidad carga alguna foto de su hijo que pueda mostrarme?
El hombre se quedó pensativo y enseguida sacó de uno de los bolsillos de su pantalón una billetera, la abrió y rebuscando entre los compartimientos encontró un pequeño recuadro tamaño polaroid, lo vio unos segundos y con una sonrisa enternecida le extendió la fotografía a la joven.
-Esta es del día de su graduación de secundaria.
Jane tomó la fotografía y la observó, frente a ella una cara familiar apareció, la chica no podía creer lo que veía, ese par de ojos café claro, su sonrisa a medio lado y los mechones de pelo negro que caían sobre su rostro, no había duda, era Johnny. Ella tenía ahora en su mano la fotografía de alguien que había fallecido mucho antes de conocerlo, con quien sin explicarse cómo, había vivido momentos que en su mente ahora reposaban como bellos recuerdos, un muchacho cara dulce que no había encontrado paz luego de tan fatídico desenlace. En ese momento todas sus teorías conspiranoicas se esfumaron, nada tenía explicación, de lo único que estaba segura es que de algún modo extraño, esa alma se manifestó en busca de consuelo el cual ella esperaba haberle dado en pequeña medida.
La chica devolvió la foto al hombre y se secó enseguida un par de lágrimas que habían rodado por sus mejillas.
-Tuvo usted un hijo maravilloso señor. Espero pueda seguir viviendo una buena vida con su esposa… Por favor no se culpe por lo sucedido, aunque estas palabras vengan de alguien extraño como yo, créame, no es su culpa ni de sus esposa, son situaciones que pasan. -Finalizó Jane sonriendo suavemente.
-El hombre la miró asombrado y le devolvió la sonrisa. -Muchas gracias señorita…
-Que tenga un buen día.
Luego de eso la Jane descendió las escaleras para salir del lugar. Al dar la vuelta por la parte trasera, se detuvo un momento frente a la edificación, algo dentro de sí le decía que volviera a ver al quinto piso, aunque sabía que nada iba a encontrar ahí, pero para su sorpresa no fue así.
De pie frente al barandal de la escalera para incendios del quinto piso, una figura alta se divisaba mirándola fijamente, su expresión era tranquila e incluso podía jurar que estaba sonriendo. Jane enseguida, devolviendole la sonrisa dijo en voz baja para sí misma.
-Descansa Johnny… Ya es tiempo de dejar este lugar.
Seguidamente retomó su caminata dejando atrás la figura que a los pocos segundos y sin ella darse cuenta, desapareció de aquel piso deshabitado.
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No estoy promulgando la impulsividad ciega y totalmente descontrolada de hablar duro, llorar a toda hora y reírse por nada. Lo que no comparto es la absurda idea de que la expresión franca y honesta de los sentimientos es “primitiva”, poco civilizada, impropia e inconveniente. ¿Impropia para quién? ¿Inconveniente para quién? La capacidad de sentir la vida, en el amplio sentido de la palabra, no es una enfermedad frente a la cual haya que desarrollar inmunidad: es salud física y mental. Puedes dejarte llevar sin límites cuando haces el amor (aullar si se te antoja), volar con tú música preferida hasta las cinco de la mañana (sin molestar al vecino), llorar frente a la Piedad de Miguel Ángel, gritar en una película de terror, darle una patada al automóvil porque te dejó varado a mitad de la carretera por quinta vez, abrazar efusivamente a un amigo, decirle setenta veces “Te quiero” a la mujer u hombre que amas, aplaudir a rabiar en el concierto de tu músico preferido o sentir nostalgia frente a la foto de un familiar que se ha ido para siempre. Puedes sentir lo que se te dé la gana, si no violas los derechos de las otras personas, si no te hace daño y si eso te hace feliz, aunque a unos cuantos estreñidos emocionales no les agrade y te censuren por ello.
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Si tan solo.
Si me dejarás podría hablarte de poesía, y acariciar tu cabello, quizás incluso te preste uno que otro de mis vinilos, así puedes apreciar lo bonito que se escucha la música así, beber vino, incluso tal vez tequila, bailar lento y molestar a los vecinos. Haría mas de una instantánea para plasmar momentos y les escribiría rótulos genéricos, tales como fechas, hasta estar ebria y escribir cursilerías.
Si me dejaras.
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Las concesiones
Recién busqué en el diccionario de la RAE (Real Academia Española) la palabra «concesión». Al pie voy a publicar lo que significa; esa palabra me hizo pensar.
Muchas veces me puse a pensar en el matrimonio, desde nuestras miradas, como mujeres. A veces nos casamos y vamos a vivir a otra casa. Tienes que acostumbrarte al gusto de tu esposo y a la manera de vivir la vida que él tiene. Y es tan estresante. Y por eso pensé en esa palabra en plural: «concesiones».
Lo que sucede es que nosotros tenemos un egoísmo natural y nos cuesta compartir con el otro. Sin embargo, ¡vaya ironía!, nosotros necesitamos del otro.
Pero pasa también con los hijos. Cuando compramos los muebles o las cortinas, no les preguntamos a nuestros hijos, ya grandes, qué estilo de mueble les gustaría o qué color de cortina les agradaría. A veces, ni siquiera les preguntamos por el gusto del mobiliario que le vamos a comprar para sus cuartos. Y eso es lo que yo no quería hacer con mi hija. Por ejemplo: ella pegaba un papel de una receta en la heladera y a mí me parecía ridículo. Realmente me molestaba. Pero yo pensé: «vamos, Hala, es tu hija, no tu esclava. Ella también está buscando su identidad, su personalidad, no la anules. No quieras ser tan dominante y que ella tenga que vivir como vos querés». Y cuando falleció arranqué el papel de la heladera. Mientras te lo cuento siento ganas de llorar. ¡Cuánto daría por ver otra vez ese papel pegado en la heladera y tenerla otra vez a ella conmigo!
Cuando yo me casé, mi marido había puesto la casa, que era de él. Y todo le molestaba. Yo, que estaba acostumbrada a pelar las papas con pelapapas, ni siquiera había uno en la casa. Entonces, le dije que quería comprar uno y empezó a protestar y a decirme que podía pelar las papas con cuchillo. Me dijo: «¡qué clase de mujer sos, que no sabés pelar las papas con cuchillo!». Y la verdad que yo no sabía. Me sentía perdida en esa casa, porque todo estaba colocado de la forma que a él le gustaba. Y él no tomaba en cuenta mis gustos ni mis deseos. Yo me sentía como una pensionista y no como su mujer.
Por eso, uno debe hacer concesiones por el otro. Las concesiones es ceder tus gustos por el otro. Por supuesto, es algo compartido: tú cedes en algo y el otro cede en otra cosa. Yo cedía en el papel que mi hija pegaba en la heladera, pero ella tenía que ceder en no poner la música a todo volumen, porque para eso estaban los auriculares. Yo no quería molestar a los vecinos, por eso.
Hacer concesiones por el otro es valorar al otro. Tu marido o tu hijo no son tus esclavos. Así como a vos te gusta comer espaguetis, y al otro le gusta comer milanesas, pues una vez serán los espaguetis y otro día las milanesas. Mi exesposo era tan egoísta que ni siquiera quería que yo comiera los fideos que a mí me gustaban, a pesar de que yo le preparaba los que él quería.
El hacer concesiones por el otro te trae molestias, pero a la larga te ocasiona felicidad, porque el amor por el otro es lo que más felicidad te da. Si tú eres demasiado dominante, lo único que ocasionarás es que el otro te obedezca en todo, se apague su brillo y termine con baja autoestima y, posiblemente, llegue al suicidio. Yo soy muy dominante y por eso trataba de hacer concesiones con mi hija.
Bueno. Comienza a hacer algunas concesiones. Lo que puedes hacer, si es que tienes espacio en la casa, es una pequeña habitación para tus cosas, decorada como a ti te gusta. O al menos un mueble solo para ti. Después, la comunicación es esencial para lograr esas concesiones tan difíciles de conseguir.
Te espera un mundo de felicidad, solo debes empezar a comunicarte con tus seres queridos y averiguar qué les gusta. No serán tus gustos, serán los de ellos. Pero todo bien, eso es hacer concesiones: que lo raro, lo ridículo y lo que a ti no te gusta sea ahora parte de tu hogar. Eso es la vida, compartir; y no, dominar.
concesión
Del lat. concessio, -ōnis.
1. f. Acción y efecto de conceder.
2. f. Acción y efecto de ceder en una posición ideológica o en una actitud adoptada.
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Living with you Chapter 6 - Jotakak fanfic
Fanfiction
Los días siguientes a eso, Jotaro y Kakyoin no volvieron a verse, por un motivo bastante simple la verdad.
El trabajo de Jotaro, básicamente a la hora que Jojo volvía su hija y su amigo ya estaban durmiendo, le sabía terriblemente mal pero le quedaban solo 2 días mas así y por fin volvería al ritmo normal, o podría tomarse unas vacaciones si quisiera, al menos así le ofrecieron en recompensa por su arduo trabajo.
El pelirojo se había quedado pensando en el incidente del ramo de flores, las cuales planto con Jolyne en el jardín de la mansión, había notado, dormido y todo como estaba, que Jotaro se lo había tomado terriblemente mal pero no comprendía la razón, el no era un adolescente sufriendo por que lo ignoraba su novio pero sabía que lo de las flores estaba conectado o era la razón de su enojo y eso de que no pudieran hablar de eso desde hace 2 días…lo dejaba en duda y ya, que más necesitaba comerse la cabeza? Luego arreglarían y ya está.
Al pintor lo despertaron los ruidos matutinos del moreno preparándose a trabajar, tenía que hablar con el así que se había prometido levantarse temprano para no molestarlo en el trabajo, salió del futon frotándose la cara y encontró a su amigo camino al baño.
-Ah! Jojo! Espera –Kakyoin se acercó a él y el moreno se detuvo un segundo a su paso, levantando una ceja, aún seguía bastante dormido.
-Buen día, quieres que te prepare un desayuno fuerte o algo mientras te bañas? –el chico le dedico una sonrisa al otro.
-No, no te quiero molestar, si quieres puedes volver a dormir y…
-En realidad tenía que hablarte de algo, Jolyne me pregunto si podía pasar la noche en casa de un compañero de colegio para hacer una pijamada y le dije que te preguntaría por que…lógicamente yo no la puedo autorizar a eso…
-Te dijo de quién?
-El chico de la casa se llamaba Josuke –Jotaro suspiro al oir al distraído Kakyoin intentando recordar los nombres –su madre Tomoko se acerco para platicarme de la idea su hijo y yo le dije que te preguntaría y hoy la llamaría, Jolyne dijo que iban a invitar a otros niños y…
-No importa, ya se quien es –el pelirojo fue interrumpido por la dormida voz del ojiazul –Josuke es el abuelo de Jolyne, nunca te había hablado de eso verdad?
-Ah? Enserio?
-Creo que te lo conté, un hijo ilegitimo del viejo, recuerdas cuando había problemas en casa con la abuela Suzie?
-Oh así que se trataba de el, nunca me habías dicho su nombre, tendre que disculparme con la señora Tomoko y…-Kakyoin se sonrojo avergonzado llevándose una mano detrás de la cabeza.
-Ella y el son básicamente como primos por como se llevan, Tomoko y yo nunca tuvimos problemas con respecto a nuestros hijos…por que ellos no van a pagar los errores del viejo, Jolyne y Josuke se conocieron por casualidad y luego nos conocimos Tomoko y yo y como eran tan buenos amigos…no los íbamos a involucrar y pues desde entonces nos llevamos bien. Josuke es el hermano…tardío…de mi escandalosa madre… -toda esta conversación ya estaba despertando al moreno.
-En todo caso preparare unas cosas para Jolyne en la noche, su madre me dijo que pasara a buscarlos mañana en la mañana si aceptabas.
-Bien, te lo encargo…gracias por ocuparte de Jolyne, Kakyoin –el pelirojo le dedico una sonrisa, y cuando se estaba volteando para ir a bañarse.
-Ah una cosa más –el pintor se cruzo de brazos agarrándose las mangas de su pijama –El señor Joestar, tu abuelo ya sabes, llamo ayer y dijo que estaría en Japón unos días por negocios y dijo que se vendría a quedar aquí, le dije que te llamara para avisarte, no se si lo hizo…
Jotaro tardo unos segundos en responder, se tapo la cara con una mano y de su aura salían unas iracundas ganas de matar y golpear a alguien –Ese viejo…
-Debería decirle que no? Osea me había dicho que no te diga nada por que el te lo iba a decir y…
-El viejo planea venir a quedarse quien sabe cuanto tiempo para venir a molestarme, va a venir le digas lo que le digas, en su pequeño y quemado cerebrito de viejo ya lo hizo, la decisión fue tomada…Yare Yare Daze, te dijo cuando vendría?
-Mañana estaría en el aeropuerto y vendría directo para acá –Kakyoin lo miro preocupado, sabía que Jojo estaba muy estresado estos días por el trabajo e iba a querer descansar cuando terminara.
Jojo empezó a respirar por la nariz, totalmente enfadado –Entiendo… -se dio la vuelta para dirigirse al baño
-Quieres que te prepare algo de desayunar? Enserio no sería molestia
Jojo no respondió por un momento.
-N-n-no…Quieres…?
“Bañarte conmigo?��
…
Nada, un desayuno estaría bien –respondió y se encerró en el baño.
Kujo Jotaro, que te sucede? Se preguntaba así mismo el susodicho abriendo la ducha, dejando el agua correr para crear ruido y que el otro hombre no quisiera entrar.
Kakyoin comenzó confuso su camino a la cocina, preocupado por el estado de su amigo.
Le preparo unos tostados con un café con crema bien cargado, además de eso le preparo unas hamburguesas que parecían americanas por su gran tamaño en un tapper, poniendo una botella de agua al lado. No podía hacer mucho por el tema de su trabajo mas que esperar que Jotaro terminara pronto y pudiera relajarse.
Sin embargo hoy viernes era un día para ponerse a trabajar, ya tenía nuevos encargos e ideas nuevas. A decir verdad no le molestaba cambiar un poco sus horarios por haberse mudado a la casa de los Kujo, ósea además de que lo estaban dejando quedarse, el solía levantarse a cualquier hora a trabajar hasta cualquier hora pero no tenía problemas con levantarse en cualquier momento del día a hacer lo que sea, ya sea preparar un desayuno o llevar a Jolyne al colegio, o mas a su tema, ir a la agencia o a una reunión importante.
Jotaro cruzo la puerta y se acerco a la cocina, agarrando su café y poso su mano en el hombro del pelirojo.
-Gracias… -Kakykoin le sonrío suavemente y se acerco a el para acomodarle la boina. Jojo con la taza en la boca sintió un tremendo calor encima, pero no exactamente del café, si no de sus propias mejillas.
-Quieres que me quede hasta que salgas o puedo volver a la cama? Hace un poco de frío, luego me encargare de lavar los platos
-Ve a dormir, no soy un mocoso no tienes por que cuidarme –Jojo le dijo con un poco de espuma en los labios, Kakyoin le hizo un gesto chistoso con la lengua señalándoselo y Jojo se relamió, provocándole una sonrisa.
-Te hice un almuerzo, disfrutalo~ -el pelirojo le dio un beso en la mejilla y se fue hacía su habitación bostezando, se levantaría dentro de un par de horas.
Jojo miro el tapper por unos instantes…no se podía poner así de bobo por…un par de hamburguesas…preparadas por Kakykoin… metió el tupper y la botella en su maletín hasta que termino su desayuno y salió de la casa.
Al rato se levanto y vistió para despertar a Jolyne para ir al colegio, además de prepararle su desayuno, mientras la niña comía sus masitas Kakyoin la observaba con ternura.
-Tu papa dijo que si cuando le pregunte esta mañana, puedes decirle a Josuke que puedes ir a la pijamada –le comento sonriéndole.
-Iba a ir igualmente -comento molesta- aún si no le decías nada al viejo ni lo hubiera notado si me hubiera ido, con lo poco que esta en casa
El pintor no se quería meter en ese tipo de discusiones, eran como que de un ambiente familiar mas intimo al que el no pertenecía –Ay pero yo no te satisfasgo? Necesitas algo mas que mi presencia? Que cruel eres Jolyne~ yo que adoro tanto jugar contigo –dijo fingiendo falsas lagrimas
-Tio Kakyoin sabes que no es asiiiii~
El chico de ojos violetas llevo a su “sobrina” al colegio, no vio a la madre de Josuke en ese momento así que volvería mas tarde para darle la noticia, Jolyne ya llevaba su pijama y cosas en la mochila así que no habría problema, igualmente debía hablar con la mujer, con todo eso en mente se dirigió hacia su departamento, llevaba una semana en casa de Jojo así que quería ver que tal avanzaba la cosa, se subió a un bus y se puso a escuchar música en el trayecto.
Al llegar noto que, si bien ya habían reparado los hoyos de las paredes, la humedad aún seguía muy presente y sus paredes necesitaban ser pintadas, se llevó la noticia por parte de su vecino de que tendría que esperar un poco mas a que la humedad se fuera, ya que por eso no podían hacer nada, y luego tendrían que pintar, al menos su departamento estaba tal y como lo dejo, con gran pesar el pelirojo tomo unas cosas suyas y se volvió a la mansión Kujo, tenía trabajo que hacer.
Prepararse para pintar para el era todo un ritual, el no ocupaba delantales o cosas para protegerse de la pintura, lo hacía sentir mas en ambiente mancharse, así que solo se ponía una camiseta vieja que podría exhibir como una pintura por el estado en el que estaba, unos pantalones y unas sandalias. Ponía diarios en el piso para que no se mancharan, con mas razón, ósea no era su casa, luego se ocupaba de poner el lienzo en el marco y de ahí acomodarlo en su soporte, mayormente Kakyoin tenía dibujado en una libreta sus bocetos y de ahí con un lápiz, de manera muy suave para que no se notara luego, dibujaba.
Lo más difícil apartir de ahí era pintar, pero eso es un trabajo de horas indescriptible.
Sorprendido de que en un tiempo casi record, termino 3 cuadros, obviamente todos de diferentes tamaños, se vistió para ir a buscar a Jolyne a la salida del colegio, tenía pintura en la cara pero no le molestaba, de cierta manera lo hacía sentirse atractivo y lindo y eso, además le causaba mucha gracia. Al llegar al colegio vio a la mujer esperando a los niños, llevaba un bonito conjunto rosa que le daban un toque de lo mas adorable a su pálida piel.
-Buen día –Kakyoin la saludo con una sonrisa y un beso en la mejilla.
-Oh! Noriaki, y que tal? Que dijo Kujo? –al pelirojo le hacía gracia que a el que tenía menos tacto lo llamaba por su nombre y al otro no
-No hay problema, vine para visarte que Jolyne tiene su pijama en su mochila y su cepillo de dientes y tiene unas papas dentro…si no se las comió ya –Tomoko rio –también quería disculparme, no sabía mucho de la historia de ellos 2 y por eso no te reconocí y no sabía la relación que tenían ellos 2 y…
-No pasa nada, no te mortifiques, de corazón espero que no allá mas de lo que te tengas que informar, por cierto tu eres la pareja de Kujo? –la mujer pregunto en su total ignorancia poniendo sumamente rojo al pintor, quien se tapó la cara.
-Ya es la segunda persona en la semana que me lo dice…n-no…solo somos amigos…estoy quedándome en su casa por que tuve un problema y Jotaro me lo ofreció y…n-no somos nada mas que amigos
-Enserio? De verdad nadie puede acercarse a ese hombre –Tomoko rio con una cara molesta –varias amigas mías lo intentaron, solo ser guapo no funciona eh?
-Pues si, Jotaro esta bien de mirar supongo –Kakyoin empezó a rascarse una de las manchas de pintura de la cara con nerviosismo.
La verdad es que Jotaro no estaba nada mal.
Particularmente le gustaban sus ojos
Y su espalda
En ese momento Jolyne y Josuke junto con una manada de niños aparecieron frente a Tomoko gritando, la mujer los fue llevando hacia su auto saludando al pintor en la distancia, sintió un jalón en su mano y miro abajo donde estaba Jolyne.
-Pasa algo Kakyoin?
-Si –en ese momento se agacho y le dio un beso en la frente –vine a decirte que la pasaras bien, iré a recogerte antes del mediodía si? –La niña le abrazo y se fue corriendo con los demás chicos.
Noriaki había vuelto a la mansión a adelantar un poco mas su trabajo, le había mandado un mensaje a Jojo “Jolyne ya esta con sus amigos, y pude hablar con la mama de Josuke, mañana antes del mediodía hay que retirarlos, no se la dirección así que cualquier cosa si quieres descansar me la dejas y voy yo”, Jotaro había decidido responderle con un simple “ok” así de seco e inexpresivo, el chico pensó en lo raro que estaba su amigo pero no le dio importancia. Hasta que sintió su celular vibrar y atendió el teléfono.
-Hola?
-Kakyoin! Soy yo! Polnareff! Le pedí a Jotaro tu numero, quise llamarlo pero ahora no contesta.
-Ah, son las 6:30, Jotaro tuvo mucho trabajo esta semana y se ha estado quedando hasta tarde, hasta las 10 no vuelve lamentablemente.
-Ya veo, una lastima, en todo caso me quedas tuuu~
-Que estas planeando? –una sonrisa se formo en la boca de Kakyoin.
-Quería llevarlos a ti Avdul y Jotaro a beber pero están todos ocupados, dime por favor que tu si puedes, encontré un bar genial y me gustaría ir con alguien
-A buscar chicas?
-No hombre, a charlar, cuando se nos acabe la charla ahí si quieres buscamos chicas –la risa del francés se hizo notar.
-Me parece un buen plan, a que hora y donde? Estoy libre ahora mismo
-Ahora te mando un mensaje, veámonos a las 8 si? Llega puntual!
-No eres tu el indicado para decir eso
La llamada termino, Kakyoin agrego el numero de Polnareff y le llego un mensaje de este con la dirección del lugar, el chico busco en Street View y al parecer era un lugar bastante…bastante potorro, así que no había problema, tal vez debería cambiarse y darse un baño. Se dirigío a la cocina a calentar agua para comer unos fideos instantáneos, ahí no iba a comer y de claro que no iba a beber pero estar un poco con el profesor iba a ser divertido, le encantaba verlo siendo rechazado por las chicas mil veces, tal vez ahora aprendió como no pasar vergüenza.
No. Seguramente no.
Polnareff consíguete unas malditas cejas.
Pensó que era buen momento para mandarle un mensaje a Jotaro, debía avisarle que no iba a haber nadie en casa después de todo, también le dejaría una cena hecha, faltaba un rato, y el llegaría 8:30, por que si Jean lo cito a las 8, lo mas seguro es que llegara cerca de las 9 ���Voy a salir con Polnareff, te voy a dejar una cena echa así que no te preocupes si no me encuentras! No hace falta que me esperes”
Tal vez eso había quedado un poco de mas, por que lo esperaría Jotaro?...pero ya había mandado el mensaje así que era muy tarde para preocuparse.
Mientras comía sus fideos y cenaba preparo unas papas con pollo para Jotaro, algo que pudiera recalentar si volvía muy tarde, Kakyoin sabía que no era precisamente bueno cocinando pero le gustaba hacer algo por Jojo, le parecía un gesto lindo, recordaba como de niño le asustaba cocinar por miedo a cortarse un dedo.
Ya terminada la cena el hombre selecciono la ropa que se iba a poner y se dirigió al baño, desnudándose mientras abría la ducha.
De niño no tenía esas cicatrices tan feas tampoco, tal vez conseguirlas lo hizo madurar sobre el tema de las cortaduras.
Su estómago era totalmente marrón clarito producto del accidente que también le dejo aquellas cicatrices en los ojos, no le gustaba mucho pero no podía hacer otra mas que lidiar con su cuerpo. Se metió a la ducha recordando…
Que a la mañana Jotaro también estaba ahí.
Que ridículo era, por supuesto que también estaba ahí, y también cagaba ahí, y se afeitaba ahí, y hacía miles de cosas en ese baño, de seguro también le caerían las gotas de agua en la espalda justo como a el. Dios, Kakyoin estas muy tonto eh? Se reprendió a si mismo y siguió lavándose el pelo. Ya seco y perfumado se vistió, quería llevar una musculosa bordo con unos pantalones verdes, también con algunas pulseras.
Que? En esos lugares realmente hacía calor y se quería ver bien, nada raro, no estaba usando nada exótico, como los broches de corazones de Jojo.
Otra vez Jojo.
Salió del baño y miro su celular, nada nuevo de momento, Jotaro no había respondido su mensaje aún, así que agarro su billetera y salió de la casa, llendo a la parada del bus, si algo hacía bien, era calcular el tiempo. “Ya estoy saliendo”, su amigo ni corto ni perezoso le respondió al instante que también estaba saliendo, aunque sabía que era mentira.
Y Kakyoin no se equivoco, Polnareff termino llegando 8:50, se saludaron con un beso en la mejilla y quisieron ir a bailar, el bar estaba super lleno, ellos tuvieron la rara oportunidad de sentarse en la barra y pedir algo, Kakyoin se pidió algo para comer y una bebida, y el francés una cerveza, grande, muy cargada y espumosa. Eso al menos al principio, por que entre charla y charla Jean convenció al pelirojo de comenzar a pedirse bebidas, al menos unos tragos, algo ligero, el japonés acepto simplemente para seguir con la conversación normal, estaban hablando del trabajo y los ligoteos del rubio y también de sus amigos y como estaban, todo estaba yendo super bien. Llegado un momento, los chicos empezaron a sentir miradas encima suyo, las sintieron a todo rato en realidad pero ahora tenían ganas de dejar de ignorarlas.
-Kaky~no te lo tomes a mal pero cuando una dama me llama no es digno de un caballero dejarlas esperando
El pelirojo ligeramente sonrojado por el alcohol de los tragos rio –todavía no te ha llamado nadie –sorbo- ve, quiero ver cuando te rechazan, eso siempre es la bomba de la fiesta –El francés le dio un golpe en el hombro jugando y se fue con las chicas que desde hace rato no les quitaban la mirada de encima, aunque sabía que si una mujer tenía que elegir a uno de los 2 iba a ser a Polnareff, tenía esa cosa que las super atraía y luego las espantaba, con el celular en la mano esperando el momento listo para filmarlo, el pelirojo pidió un trago mas, con cerezas, para mas placer, y entonces sintió su celular en la mano, Jotaro le había mandado un mensaje, eran las 10:30 ya “que tal la fiesta?” el pintor con una idea en su cabeza mientras se reía tomo su teléfono y le saco una foto a Polnaleff ligando, se veía chistosísimo, los brazos moviéndose, la posición de la cadera y las expresiones de la cara, puede que le estuviera funcionando pero eso no quitaba que era comedia pura y dura.
-Eh! Ya te vi Kakyoin! –rechisto Polnareff desde la mesa donde estaba con el grupo de chicas.
-“ya lo rechazaron?”
-“aun no, parece que mejoro, eso o la falta de cejas se volvió tendencia” –enserio Kakyoin estaba usando su teléfono en un bar para hablarle a su mejor amigo? Pensó que se debería ver patético, tomo un trago para calmar las penas.
-“algún día tengo que salir con ustedes, se ve que la pasan bien”
Ambos hombres siguieron un poco mas así, en parte Kakyoin sabía que el estar así de solo era su culpa por su falta de incentiva, pero no tenía mucho interés, osea si quería se acercaba y ya, pero ahora como que no tenía ganas y ya, al fin y al cabo a el también le habían puesto atención.
Había un problema en esta situación, el pelirojo no solía beber, de hecho solo lo había hecho 2 veces, y la primera resulto vergonzosamente mal, por lo tanto no tenía mucha experiencia con la bebida.
Y no sabía que le caía tan terriblemente MAL.
Así de un momento a otro la cabeza le empezó a doler terriblemente y sentía los hombros cansados, se recostó en la barra comiendo lo poco de picada que quedaba, la música lo estaba torturando por primera vez en toda la noche y no es como si fuera música fuerte o agresiva pero se sentía mal. Ah, y tenía calor, mucho calor
Se nota que el rubio se preocupaba por el, por que cuando sintió un golpe en un hombro y volteo la vista se encontró con su amigo con una de las chicas colgada de su brazo, mirándolo con bastantes ganas, oh my god Pol, lo hiciste, estamos todos orgullosos de ti.
-Kakyoin, la casa de Jotaro queda camino a la mía, compartamos taxi, no te importa verdad linda? –la chica de pelo negro le respondió pasándole una mano por el pecho –te lo juro este tipo no toma nunca y míralo, 4 tragos se tomo, y bebidas, te va a explotar la vejiga –Kakyoin le sonrió como mejor pudo y se levanto para seguirles el paso y buscar un taxi afuera.
La chica era muy linda y muy simpática, nada que obviamente merezca la pena recordar por que no pasaría de nada mas alla de esta noche pero era ciertamente simpática en esos 40 minutos de viaje, la tensión sexual se notaba entre el fraces y la muchacha y a Kakyoin le causaba muchísima gracia. Por otro lado se estaba quedando…no sabía si dormido o mareado pero la cabeza le daba vueltas y ya le estaba dando vergüenza de vocalizar tan mal al responderle a la parejita, no estaba muy en su propio ser ahora mismo, osea veía, la posición de la ventana? Pues eso pero en el techo, eso o el taxista les cobraría caro por tener un coche de lujo? No estaba muy seguro. Quizás se arrepentía de no haberle hablado a ninguna chica ahora mismo, por que tenía ganas de besar a alguien, y aún borracho y todo no le iba a ofrecer un trio a la chica del profesor, el francés era del tipo romántico y pues no le iba a hacer el feo.
El pelirojo volvió a la vida cuando Polnareff lo despertó de una ligera cachetada para decirle que habían llegado, así en modo automático el chico se bajo del coche sin entender exactamente nada, tenía un solo objetivo ahora, la puerta de la mansión Kujo, después se despediría de Jean, y tal vez luego de cruzar esa puerta haría planes de que sería de su vida luego de LA PUERTA, mucha tarea para el Kakyoin del presente que ni se podía tener en pie. Sintio el ruido del auto arranando de nuevo y el saludo de su amigo riéndose de el, seguramente estaba bailando mientras abría la maldita puerta POR QUE NO PODÍA…ah no, ya esta, si pudo.
Entro y cerro la puerta, o quizás portón? De la mansión japonesa y entro encontrándose a Kujo en aquel camino hacía el edificio, no sabía exactamente que hacía ahí, se quedo despierto esperándolo? Eran como las 11 ya, o quizá mas, no estaría cansado? Kakyoin tambaleándose intento saludarle levantando la mano pero entonces se tambaleo, y antes de caer al piso ya tenía los brazos de Jotaro alrededor de su hombro.
-Es curioso por que hace 2 días me dijiste que no bebías –no sabía como notar, por que ahora mismo no sabía ni como vivir, si Jotaro estaba molesto o se estaba partiendo el culo, pero si podía notar que los brazos del moreno lo mantenían abrigado por la musculosa que estaba usando, adentro del bar hacía calor pero ahora de repente tenía frió y los brazos de aquel hombre le habían subido la temperatura mágicamente. Definitivamente se estaba muriendo o algo, por que no podía apoyar bien los pies –Yare Yare Daze…te llevare a tu habitación –sintió al ojiazul levantándolo cual princesa, que tan patético se veía? Bueno, un poquito mas no hacía daño no? El pelirojo poso sus brazos alrededor del cuello del hombre y levanto la pierna cual, princesita fabulosa super fashion o algo, pudo sentir la sonrisa en la comisura de los labios de Jojo ya que sus cabezas estaban cercas.
-Jotaro…-el mayor entro con el hombre aún en brazos a la casa y cerro la puerta corredisa, por que Kakyoin tenía que verse tan ridículamente lindo y fragíl esa noche? Los músculos se le marcaban perfectamente en esa camiseta y si había algo que a Jotaro le venía llamando la atención del pelirojo eran sus hombros y su pequeña cintura. Aparte su calor corporal y su respiración en su pecho no lo dejaban pensar con claridad –Polnareff lo hizo…hay que alegrarnos por el –seguro eran sus delirios de borracho pero se le escapo otra risita.
-Por que bebiste si no se te da bien? –como pudo con su pie Jojo abrió la puerta de la habitación del pintor pero se quedo totalmente paralizado cuando este le dejo un beso húmedo en el cuello, bufándole. Ok eso era raro…no se quejaba por que le gusto pero era raro…
Tener los brazos de Jotaro alrededor suyo hacían subir su temperatura, quería besarlo, quería hacerle de todo, sabía que no estaba pensando bien pero el alcohol estaba en su sangre, nisiquiera podía ver bien por que los ojos se le entrecerraban y todo lo veía difuso, tenía mucho sueño pero quería seguir despierto por Jojo, sus manos se habían dirigido a su cabello cuando el estaba a punto de dejarlo en el futon para dejarle otro beso en el cuello, mas cerca de su mejilla que antes, el moreno estaba agachado en frente suyo y el ya estaba en el suelo, y sin mas dilación le dio un beso suave en los labios, enrredando sus manos en su cabello y su brazo en su cuello.
-Jotaro…
El nombrado tenía la cabeza en otro lado, quizá en alguna de esas series de ponys que veía su hija donde todo es felicidad absoluta por que, ahora mismo se sentía muy emocionado, tal vez esa no era la palabra pero estaba entre que shockeado y complacido, los labios de Kakyoin estaban posados sobre los suyos, tenían un gusto a cerezas muy notorio y eran muy suaves, no importa cuando los presionara no dejaban de ser suaves, Kakyoin tenía unos labos muy carnosos por tener una boca tan grande, ay dios se estaban besando y eso no estaba…bien…o tal vez si, por que Jojo estaba muy confundido pero también se sentía genial. Separo sus labios por un momento al sentir el aliento a alcohol del chico trayéndolo a la realidad, estaba borracho, por esto era que no estaba bien, se iba a aprovechar y…
Pero el pelirojo lo beso de vuelta atrayéndolo mas, moviendo sus labios ligeramente contra los suyos, tal vez un poco no estaba mal, se preocuparía por explicárselo mañana, comenzó a corresponderle el beso, ahora estaba demasiado perdido como para hacer algo. La habitación estaba oscura pero podía ver en medio del beso el rostro de Kakyoin, totalmente sonrojado y con las cejas cruzadas, Jojo le tomo de los hombros y comenzó a darle besos cortos, profundos y húmedos, juntando sus bocas a cada momento, sintiendo cada vez mas y mas calor alrededor suyo, la lengua del pelirojo se metio en su boca y el moreno solto un suspiro, tomando con sus manos su cintura y su espalda para recostarlo sobre el futon.
La lengua de Kakyoin se propuso a explorar la boca de Jotaro a fondo, sus dientes, sus paredes, sus labios, su lengua, Jotaro soltaba pequeños gemidos con cada acción, se separo un momento para tomar aire y volvió a besarle, pasando sus manos por sus brazos, sus mejillas y cabello hasta que…
Por que Kakyoin no lo estaba besando…
Se separo y confirmo totalmente abrumado que lo peor si podía pasar, se había dormido…
Si…dormido…
-Oye no es tiempo para dormirte –Jojo le dio pequeñas bofetadas y golpecitos en la cara pero era lo mismo que nada, el pelirojo tenía una sonrisa de lo mas boba y NO se iba a despertar, en el silencio y vació mental que su mente había generado para procesar todo lo sucedido, solo pudo decir –Yare yare daze…
Para levantarse e ir a su propia habitación a intentar no pensar en todo lo ocurrido.
Que carajo paso?, recapitulando, Kakyoin volvió borracho, estaba vestido lindo, guapísimo, dijo su subconsiente, lo ayudo a caminar para dejarlo en su habitación como buen amigo y el otro empezó a besarlo nomas…que tenía que hacer? Osea por que?
Desde hace días venía teniendo pensamientos raros y confusos sobre el pelirojo y lo mucho que disfrutaba de su compañía, lo mucho que lo ayudaba, lo lindo que se veía y…solo paso una semana y ya se sentía así? Así de fácil era hacer que Kujo Jotaro gustara de alguien? Enserio? Y encima fue y lo beso el y no se pudo resistir, y pues lo beso y…y…encima se queda dormido y…
POR QUE LO BESO?
O por que los labios del pelirojo eran tan apetecibles? Suaves, dulces, carnosos, incluso con sabor frutal? Kakyoin te pasas. Por que sentía deseos de besar su cuello, de oler su cabello, de dejarle rastros de besos en toda la piel que llevaba descubierta? Ahora mismo quería morderle esos hombros tan perfectos que tenía y tocar sus músculos.
También supuestamente había un detalle, que a Jotaro no le gustaban los hombres, pero al parecer también había otro detalle, que ahora si le gustaban, o le gustaba solo Noriaki?...ahora que lo pensaba nunca tuvo sexo con un hombre o no estaba muy seguro de como tenerlo bien…sabía que era bastante doloroso si no se hacía con muchísimo cuidado….y ahora por que estaba pensando en tener sexo con el? Y encima el borracho de lo mas tranquilo ahí durmiendo como bobo.
No la tenía fácil para irse a dormir y dejar la necesidad de invadir su habitación en cualquier momento, claro que no.
La mañana siguiente fue difícil para Jotaro, debería hablarle? Preguntarle? A el no se le daban bien estas cosas, tal vez Kakyoin era un poco mas perceptivo y empezaba con el tema, por ahora hablaría con el normal, la inteligencia de su amigo salvaría la situación y…de ahí que harían exactamente? Se levantó y fue a preparase un desayuno, le temblaba todo el cuerpo, estaba nervioso, cuando estaba nervioso se bloqueaba, su mirada se oscurecía y todo su cuerpo se quedaba petrificado, con movimientos casi robóticos preparo 2 tazas de café. Para que justo en ese momento por obra del destino apareciera Kakyoin tapándose la cara con las manos, emitiendo quejidos de dolor.
-Me siento mal…no volveré a beber mas…nunca lo hago y cuando lo hago después pasan cosas como estas…mi cabeza… -El corazón de Jotaro rogaba que solo se refiriera a la resaca –nunca mas cedo por Polnareff…jamás… -los quejidos no dejaban de salir de aquella masa uniforme que se había vuelto sus manos tapando su cara, el chico se sentó en los cojines en frente de la mesita japonesa para comer y se tiro completamente sobre la mesa tapando su cara- Te puedo pedir un vaso de leche? –los oídos punzantes del pintor escucharon con atención los ruidos típicos de cocina, una perturbación en la fuerza le anuncio que el vaso ya estaba sobre la mesa y sin levantar la mirada, producto del cansancio busco torpemente con las manos el vaso, sintiendo como Jotaro se lo alcanzaba –Gracias Jotaro…
El corazón de Jotaro dolía, por que no decía nada? No sabía como empezar el tampoco? Quería darle un tiempo a pensar bien las cosas? Tenía que calmarse, Kakyoin sabría que hacer, al fin y al cabo el fue quien lo beso no? Algo pasaría, se lavo la cara con agua y sonrió recordando el primer beso que el pelirojo le dio, no tenía nada de que preocuparse, se sento en los cojines frente a la mesa con el con su taza de café, no tenía que acelerar las cosas…por que era nuevo y no sabía ni que hacer y ni sabía lo que sentía y no le iba a decir “hey quiero besarte, déjame”, solo se limito a acariciarle el cabello mientras tomaba de su vaso de leche.
-Que tal la noche? –pregunto, de manera casual, quería hablar anoche de eso antes de que pasara todo pero…paso lo que paso.
-No lo vas a creer pero Jean maduro con las mujeres, ahora de verdad se las lleva a su casa…recuerdas la vez del hombre desnudo en su piso en la universidad? Dice que le funciona 5 de cada 10 veces –el pelirojo comentaba riéndose mientras se masajeaba la frente –estuvimos hablando mucho en general, y cedí a beber para que dejara de molestar y…ay dios no lo voy a volver a hacer –un dolor repentino volvió a su frente –al principio queríamos bailar un poco pero…
Jotaro solo rio por lo bajo escuchándolo.
Por favor Kakyoin di algo
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Descripción general de Sonos Transfer: ¿el altavoz Bluetooth que hemos estado esperando?
Hay una nueva incorporación a la familia y es un altavoz Bluetooth Sonos con WiFi incorporado.
Se llama Sonos Transfer y se vende a £ 399, que se encuentra entre Sonos One y Play: 5, y es el sustituto correcto de Play: Three, que se suspendió a principios de este año. Hasta ahora, todos los altavoces de Sonos se han basado completamente en una conexión WiFi constante. Disfrutar de la música al aire libre en el jardín, en la playa o posiblemente dentro del parque no puede depender en todo momento de WiFi o de una toma de corriente. Con esto en mente, Sonos ha creado Sonos Transfer y ahora nos ofrece la opción de Bluetooth o WiFi para que podamos disfrutar del sonido de calidad Sonos en cualquier lugar del planeta. Eso significa que este es el primer altavoz que tiene Bluetooth y WiFi integrados sin la necesidad de una conexión de energía de red. Los amantes actuales de Sonos adorarán la posibilidad de combinar esto con otros altavoces de Sonos de su residencia y también llevarlo al exterior de la casa, o para los nuevos usuarios de Sonos en busca de un altavoz portátil versátil con premium- sonido de calidad
Aquí están todas las cosas que es esencial saber sobre Sonos Move en pocas palabras:
Se conecta a su sistema Sonos actual en la residencia, pero se puede usar al aire libre, lejos de casa utilizando Bluetooth. Cambie entre Bluetooth y WiFi rápidamente usando el botón. Viene con una base de carga para cargar la batería en la residencia. O utilice la conexión USB-C cuando esté fuera de casa para evitar tener que llevar la base de carga. 10 horas de duración de la batería al 50% Más grande que el Sonos One, cada uno más ancho y más alto Déjelo en la lluvia, nieve, temperaturas excesivas, rayos UV y más (clasificación IP56) Amazon Alexa y Google Asistente de control de voz incorporado Apple AirPlay 2 incorporado Auto-TruePlay . Optimiza rutinariamente el sonido para el entorno en el que se encuentra
Sonos Move Look & Spec
Las dimensiones del Sonos Move son 240 x 160 x 126 mm y pesa 3 kg, por lo que es apenas más ancho y bastante más alto que el Sonos One y toma el tipo de forma cilíndrica. Curiosamente, solo hay una alternativa de color: negro, sin embargo, es un poco más gris que la versión en negro del Sonos One. Está hecho de materiales a prueba de caídas que también son completamente resistentes a la intemperie con un estándar de IP56, lo que significa que es resistente a la nieve, la lluvia, las temperaturas excesivas, la niebla salina y los rayos UV. Entonces, si el clima se vuelve amargo, ¡al menos has comprado el sonido de buena música! La rejilla recorre prácticamente todo el contorno de la circunferencia del altavoz y cubre el tweeter de disparo descendente con una dispersión extremadamente amplia y un altavoz de graves para manejar los graves y los medios. Como el altavoz está disparando hacia adelante, posiblemente puede colocarlo en el jardín sin preocuparse de molestar a sus vecinos. El Move podría ser extraordinariamente ruidoso y no sentimos la necesidad de poner el volumen antes de la marca del 70% y rellenar un área grande del patio trasero con un audio cristalino. Una nueva característica de Sonos Transfer es Auto-Trueplay y esto implica que optimizará automáticamente el sonido de alta calidad para el entorno en el que se encuentra, similar a lo que vimos dentro del Apple Homepod, excepto que Move también puede optimizar el uso al aire libre .
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Lo hace utilizando sus micrófonos internos para hacer uso de sugerencias de los primeros 15 segundos de audio participando en el nuevo entorno. Los clientes existentes de Sonos sabrán que, en este momento, TruePlay se logra caminando por la habitación, moviendo el brazo hacia arriba y hacia abajo utilizando únicamente micrófonos en dispositivos Apple. Auto-TruePlay significa que todos pueden aprovechar esta función, no solo los propietarios de las unidades Apple. Los controles del panel superior se han reorganizado ligeramente y los controles de reproducción / pausa y cantidad se han movido al borde frontal del altavoz para dejar espacio para la matriz de 6 micrófonos y el botón de silencio del micrófono. En la parte posterior del Move, el panel empotrado actúa como un asa de transporte cuando se desplaza o se mueve de un lugar a otro. No es tan ligero como los diferentes altavoces portátiles dentro de la clase, pero Sonos posee el concepto de un altavoz portátil de alta obligación, bocinas mercadolibre que no compromete el sonido simplemente porque es portátil.
Ver Sonos Move
En el panel, Sonos ha incluido su primer botón de encendido para ahorrar batería cuando no lo usa con la base de carga. Hay un botón de intercambio de Bluetooth / WiFi para cambiar fácilmente entre los dos modos y el estado suave se volverá azul para Bluetooth o blanco sólido para WiFi. Deseará usar WiFi cuando esté en casa y Bluetooth cuando esté fuera de casa. Esto es para evitar que las notificaciones automáticas y los diferentes sonidos de su teléfono celular lleguen a través del altavoz, mientras que usted está escuchando en la vivienda. Su extensor WiFi incorporado también significa que debería poder retener su conexión inalámbrica a su WiFi cuando lo esté sacando al patio trasero. Curiosamente, Sonos decidió oponerse a incluir una conexión ethernet en este altavoz para una conexión cableada a su enrutador. Suponemos que es porque no siempre depende de WiFi como otros altavoces dentro del alcance, por lo que en caso de que su WiFi se caiga, posiblemente pueda volver a caer a Bluetooth. Una opción de conexión USB-C en la parte posterior, que estará disponible en muy útil si desea llevar la Sonos Transfer fuera de casa, sin necesidad de llevar la base de carga también. La base de carga (que no es resistente a la intemperie) se proporciona con cada Sonos Move y también nos encanta su aspecto. Es muy fácil de usar y es extraordinariamente delgado y liviano. La Sonos Transfer comenzará a cargarse tan rápido como entre en contacto con los conectores del soporte. En nuestras pruebas, la batería duró alrededor de 10 horas desde la carga completa al 50%, lo cual es bastante impresionante para un altavoz de este tamaño y potencia. Solo tomó 1 hora cargar del 50% de la batería al 100%, pero esto llevará más tiempo si se carga desde una proporción menor. Sonos también ha confirmado que la batería debería durar 3 años con un uso no excesivo o 900 tarifas, lo que ocurra primero, antes de que la batería probablemente desee reemplazarse. El Move mostrará naranja en el estado suave para indicar que se ha adquirido poca batería o puede comprobar la cantidad de batería que le queda en la aplicación Sonos.
Control de movimiento de Sonos
Controlar Sonos nunca ha sido más simple ni más versátil. Con Sonos Transfer, posiblemente pueda administrar la música utilizando Bluetooth, la aplicación Sonos, Spotify Connect, AirPlay 2 o voz. Aquí hay un breve resumen de cada uno a continuación.
Bluetooth: usar mientras está fuera de casa
Aplicación Sonos: úsela en casa para regular sus compañías de transmisión de música y guardar su material de contenido favorito en 1 lugar central utilizando "My Sonos" Spotify Connect: para suscriptores actuales de Spotify. Sólido para sus Sonos inmediatamente desde la aplicación Spotify AirPlay 2: para los propietarios actuales de un iPhone, iPad o Mac. Forjó cualquier audio directamente desde su Apple a Sonos Control de voz: selección de Amazon Alexa o Google Assistant. Use la voz para iniciar la música de las compañías de transmisión de música seleccionadas o úsela como asistente de vivienda inteligente para completar las tareas o los comandos del día a día. Para que pueda controlar el altavoz usando cualquier cosa que no sea Bluetooth, querrá verificar que pueda tenerlo en modo WiFi. Esto también implicará que desbloqueas la funcionalidad de administración de voz y la flexibilidad para agrupar música con otros altavoces de Sonos en tu hogar, ya que esto no puede funcionar en modo Bluetooth. Si ya es usuario de Sonos, sabrá lo fácil e intuitiva que es utilizar la aplicación Sonos de todos modos, sin embargo, con la incorporación de Bluetooth, proporciona una capa de familiaridad si está utilizando un altavoz Sonos por primera vez. .
¿Puedo emparejar estéreo Sonos Transfer?
Cuando no pueda usar Sonos Move para los bordes traseros de un Beam, Playbar o Playbase, puede emparejarlos en estéreo para obtener un sonido estéreo verdadero. Solo tenga en cuenta que en el modo estéreo, reproducirá el canal izquierdo o el adecuado, por lo que deberá desvincularlos si desea quitar uno de los Sonos Move.
¿Puedo emparejar Sonos Sub con Sonos Move?
No, lamentablemente, no puedes emparejar Transferir con Sub. Esto se debe al hecho de que la transferencia a menudo se moverá por la casa, dejando al Sub jugando solo, lo que no es excelente. El Sonos Move es un altavoz extremadamente práctico y el concepto funciona muy bien, sin perder su identidad como un altavoz Sonos. Se posiciona de manera muy inteligente en el rango de Sonos y es más potente que el Sonos One pero no tan costoso porque Sonos Play: 5, y proporciona portabilidad. Sonos desea dejar en claro que la transferencia debe ser vista principalmente como un altavoz para usar en la vivienda con una posibilidad portátil si es necesario. Esto lo hace perfecto para moverse por la casa si le gusta escuchar música en numerosas habitaciones o en su patio trasero, sin embargo, no desea invertir en un altavoz separado para cada habitación. Si transporta largas distancias, no es el más portátil de los altavoces , pero si se toma en serio el sonido cuando está fuera de casa, deseará un altavoz con al menos algunos medida y peso si va a tener una salida respetable. Si Sonos hace una versión más pequeña de Sonos Move está en debate. Sin embargo, por ahora, hemos adquirido el altavoz Bluetooth de Sonos que todos hemos estado esperando pacientemente y estamos seguros de que ganará premios.
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Resplandor entre Tinieblas - Capítulo 80. Últimas lágrimas
Resplandor entre Tinieblas
Por WingzemonX
Capítulo 80. Últimas lágrimas
Cerca de una hora después, los primeros rastros de consciencia de Kate fueron recibidos por el resonar de otra melodía, que entre toda su confusión y dolor le resultaba abominablemente familiar. Pero en esa ocasión no era entonada por un piano, sino por esa vocecilla que tanto le había taladrado sus oídos en sus pesadillas.
—Tienes que dar un poco… tomar un poco… Y deja que tu corazón se rompa un poco. Es la historia de… es la gloria del amor…
Aun cuando todavía no despertaba del todo, Kate supo que era esa maldita canción que Esther insistía en cantar mientras se bañaba, con tal de que la dejara hacerlo con la puerta cerrada. Ahora sabía que era para que nadie vierta sus incriminatorias cicatrices, o que debajo de sus abultados vestidos se escondía un cuerpo con las proporciones de una mujer adulta.
Los ojos de Kate se abrieron pesadamente, captando de manera borrosa el interior de su cocina. Su cabeza le dio vueltas y le colgó de un lado. Sus ojos amenazaron con volverse a cerrar, pero se resistió. Fue consciente entonces de que estaba sentada, posiblemente en una de las sillas de la mesa para desayunar. Un fuerte ardor le recorrió la cara entera de golpe, y ello fue suficiente para poder dar un brinco más significativo fuera de su letargo. Su primer impulso fue alzar su mano hacia el área que le dolía, pero no pudo; algo se lo impedía. Y se dio cuenta entonces de que no podía mover ni sus brazos ni sus piernas, y eso terminó por ayudarla a darle el último brinco para al fin despertarse.
Kate miró aterrada hacia abajo, contemplando de inmediato que sus brazos y piernas estaban atadas fuertemente a la silla con gruesa cinta plateada. Y al intentar gritar, o al menos decir algo, se percató de que también tenía su boca cubierta, posiblemente con el mismo tipo de cinta.
—Tienes que reír un poco… llorar un poco… hasta que las nubes rueden un poco. Es la historia de… es la gloria del amor… Mientras estemos los dos…
La canción se cortó abruptamente, y eso obligó a Kate a alzar su mirada al frente y contemplar con más claridad la situación. Estaba en efecto en su cocina, amarrada a una de sus sillas y colocada delante de la misma mesa donde esa mañana había estado desayunando con sus hijos. En la silla a su mano izquierda, ahí se encontró a Esther, sentada con una tabla de cortar delante de ella, sobre la cual cortaba al parecer rodajas de tomate con un cuchillo. Estaba también a su lado la bolsa de pan abierta, el envoltorio de jamón, así como los frascos de mayonesa y mostaza.
En cuanto la vio, la falsa niña le sonrió con dulzura, similar a como Kate recordaba que la había sonreído cuando se conocieron. Al parecer se había lavado cuidosamente, pues su cara ya no tenía sangre (y de paso en efecto no tenía rastro alguno de los golpes que le había propinado), aunque su vestido azul igualmente seguía manchado.
—Despertaste, menos mal —pronunció Esther con aparente alivio—. Ya me estaba preocupando un poco.
Kate miró con más detenimiento la surreal escena. Notó que a un lado de la tabla Esther tenía un plato con dos rebanadas de pan, una con mayonesa y otra con mostaza, y una tenía demás un pedazo de jamón y una rebanada de queso amarillo. ¿Se estaba acaso preparando un sándwich?, ¿ahí en su propia cocina mientras ella yacía inconsciente y amarrada? Todo eso le pareció tan ridículo, que de nuevo la mente de Kate quiso inclinarse hacia la irrealidad y aceptar aquello como un simple sueño.
—¿Te duele la cabeza? —Le preguntó Esther de pronto con curiosidad, y entonces extendió su mano para tomar una caja roja de paracetamol de la mesa, y enseñársela con peculiar orgullo—. Busqué en tu botiquín, pero sólo encontré esto para el dolor. Supongo que tendrá que bastar. Pero no es bueno que tomes medicamentos con el estómago vacío. Porque no has comido nada, ¿verdad? De tus clases te fuiste a tu sesión, y luego directo para acá.
El hecho de que describiera con esa exactitud su tarde, hizo que una palpable preocupación se hiciera presente en la mirada de Kate. Esther lo notó, y en respuesta rio divertida.
—Tranquila, no te estuve espiando —le aclaró—. Está anotado en el calendario —añadió justo después, señalando con el cuchillo hacia el calendario dibujado sobre la pizarra blanca—. Como sea, no tenía mucho tiempo para cocinarte algo en forma. Espero que este simple emparedado te sea suficiente.
Esther colocó entonces dos rebanadas de tomate sobre el queso amarillo, y le colocó encima el pan con mostaza, sellando de esa forma su improvisado emparedado. Tomó el plato, se puso de pie y se aproximó a Kate con él. La maestra de música reacción asertivamente a su cercanía, comenzando a forcejear y gemir en un intento de librarse de sus ataduras, pero sin obtener ningún resultado.
—Tranquila, no tiene nada raro —rio Esther, casi como burla—. Es sólo un emparedado normal.
Colocó el plato delante de ella, y entonces se paró a su lado. Kate hizo su cuerpo lo más posible en la dirección contraria, intentando mantener la mayor distancia posible entre ambas, pero no era mucho lo que podía hacer, dada su situación.
—Sé que comenzamos esto con el pie izquierdo —señaló Esther con voz tranquila, apoyando sus manos en el descansabrazos de la silla de Kate—, y acepto que en parte podría haber sido un poco mi culpa. Quizás debí haberme presentado de otra manera. Así que, empecemos de nuevo, ¿sí? Ahora te quitaré esto para que puedas comer...
Esther extendió su mano hacia la cinta que le cubría la boca, y la retiró lentamente para no lastimarla. En cuanto tuvo sus labios libres, Kate tomó aire rápidamente y gritó a todo pulmón:
—¡Auxilio! ¡Ayuda...!
Pero sólo pudo pronunciar esas dos palabras, antes de que Esther le colocara de nuevo la cinta en su boca.
—Entiendo, sigues molesta —masculló Esther, irritada—. Pero, ¿no crees que estás siendo un poco malagradecida? Igual no sé por qué te esfuerzas. Ya llevo un rato aquí, y tras esos tres disparos no parece que la policía venga en camino. Pero no te sientas mal. Quizás todos tus vecinos están trabajando, o crean que no es nada de qué preocuparse, o que alguien más se encargará. Suele pasar.
Kate miró a su alrededor, como esperando ver en algún rincón algo que le hiciera pensar que esas palabras eran mentira. ¿Realmente nadie había oído los disparos? O, aún peor, ¿a nadie en realidad le importaba lo que le pudiera estar pasando? Se sentía tan perdida, pero a la vez frustrada. ¿Cómo era posible que todo eso le estuviera pasando justo en ese momento? ¿Por qué…?
Notó entonces como Esther hacía el plato con el emparedado a un lado, y entonces se subía a la mesa de un brinco, sentándose en la orilla delante de ella, y quedando entonces ambas justo frente a frente. Esther incluso apoy�� sus pies sobre los muslos de Kate, para que estos no quedaran colgando.
—Miran, no te culpo por estar molesta, ¿de acuerdo? —comenzó a decirle con seriedad, mirándola fijamente—. Lo entiendo, te enojó lo de John. Pero siendo honestas, estás mejor sin él. Decía que te amaba, pero te recuerdo que te engañó, te lo ocultó, y luego te echó la culpa por lo de Max; y ambas sabemos que también te culpaba por lo de Jessica, aunque fuera un poco. Y luego te dio la espalda cuando más lo necesitabas, creyendo que eras una loca y una alcohólica. Pero todos los hombres son así; yo lo aprendí muy tarde también.
Esther hizo una pausa en su declaración, y extendió su cuerpo hacia atrás para tomar una rebanada de pan de la bolsa. Volvió a su posición original, y comenzó a arrancar pequeños pedazos de la rodaja para metérselos uno a uno en la boca.
—Y claro, lo de Daniel —espetó de pronto, como si el recuerdo le surgiera espontáneamente—. Supongo que eso también te debe de molestar un poco. Me disculpo por eso, ¿sí? Me asusté, y no pensaba las cosas con claridad. Pero tú no sabes cómo él me trataba. No fue Brenda quien me tiró los libros en la escuela, fue él. Se burlaba de mí con sus amigos, me llamaba retrasada y ve tú a saber qué tantas cosas más. Y no era tan buen niño cómo crees. ¿Sabías que escondía una nada desmerecedora colección de pornografía en esa linda casita del árbol? ¿O que le disparó a una paloma con su pistola de paintball y la iba a dejar morirse de hambre sin poder moverse? Deberías compartir eso con su terapeuta; el maltrato a los animales y la adicción a la pornografía son signos preocupantes en un niño, ¿sabes?
Kate la observaba y escuchaba en silencio (aunque realmente no es que tuviera otra opción), en parte incrédula de estarla escuchando decir todas esas cosas. Era casi increíble cómo desvirtuaba todo lo sucedido hace cuatro años a su maldita conveniencia, de una forma que de seguro ni ella misma se lo creía. ¿Y enserio esperaba que ella se tragara todo eso?, ¿o sólo estaba jugando con ella? Kate se inclinaba por esa segunda opción.
Esther siguió comiendo su rebanada por un rato más. Cuando ya iba a la mitad, se viró de nuevo a Kate y prosiguió.
—Pero sé lo que piensas: nada de eso justifica haber querido matarlo... dos veces; ¿no es así?
Guardó silencio unos instantes, en los que sólo se le quedó viendo mientras masticaba el pan en su boca. De pronto, se inclinó abruptamente al frente, acercando su rostro casi amenazante hacia ella. Kate se hizo hacia atrás por mero reflejo. En los ojos de Esther se visualizaba un poco de aquella rabia casi primitiva que había percibido en ella antes de que la dejara inconsciente, aunque se sentía un poco más diluida.
—Pero tú me rompiste el cuello de una patada —masculló Esther con voz grave—, y me abandonaste en ese estanque a congelarme y pudrirme sola hasta la primavera. Y lo que hiciste con el atizador hace un rato, ¿cómo crees que sintió? Y en esta ocasión yo en verdad no deseaba lastimarte; tú provocaste todo esto. Así que para mí son dos horribles y dolorosas muertes, a cambio de… ¿una y media? —Se encogió de hombros de forma casi exagerada—. Como sea, en lo que a mí respecta, estamos a mano, ¿bien? Y como estamos a mano, podemos volver a empezar desde cero.
Tomó en ese momento el plato con el sándwich, y lo colocó sobre sus piernas. Luego estiró su mano de nuevo al rostro de Kate, retirándola la cinta de la boca, aunque ahora haciéndolo con mucho menos cuidado, haciendo que aquel acto le provocara un doloroso ardor a la maestra de música que casi la hizo sollozar.
—Así que —murmuró Esther, y tomó el bocadillo del plato en sus piernas, y se lo acercó al rostro—, abre la boca y come el emparedado, para que así puedas tomar tus analgésicos.
Kate hizo su cara hacia un lado, intentando a toda costa mantener su boca lejos.
—Ahí va el avioncito —murmuró Esther con tono juguetón, insistiendo en su intento de darle de comer, mas Kate no cedió. Poco a poco aquello comenzó a exasperar a Esther— Qué comas, te digo —pronunció con un tono de orden, presionando ahora el pan contra su cara y manchándola de mostaza, mayonesa y rastros de tomate.
En cuanto Kate se vio forzada a abrir un poco su boca para tomar aire, Esther empujó más el emparedado, metiéndole a la fuerza una porción de éste. Kate se vio obligada a morderlo con tal de poder cerrar su boca, y una porción del bocadillo se quedó dentro. Esther sonrió satisfecha al notar esto, y alejó lo que quedaba del emparedado y lo colocó de nuevo en el plato.
—Eso es —susurró particularmente feliz—. Ahora…
A mitad de sus palabras, Kate escupió con bastante ímpetu el pedazo masticado de emparedado al frente, haciendo que éste golpeara a Esther justo entre su ojo izquierdo y su nariz. Al principio esto la tomó por sorpresa, y pareció más perpleja que otra cosa. Pero rápidamente la rabia se volvió a apoderar de ella.
En un segundo, tomó con su mano derecha el cuchillo con el que había estado cortado el tomate, y se lanzó al frente. Kate hizo de nuevo hacia atrás, y tuvo el impulso de alzar sus piernas para patearla lejos, pero la realidad de su inmovilidad se hizo de nuevo presente. Esther se colocó sobre ella, tomándola violentamente de su cabello con su mano libre, y acercó el cuchillo a su cuello, hasta presionar el filo contra su piel. Kate intentó mantenerse serena, sosteniéndole la mirada a su atacante a cada momento.
—¡Y luego vas y le dices a todo mundo que yo soy la culpable de todo lo que te pasa!, ¡¿no?! —Le gritó Esther colérica, con sus rostros separados por apenas unos cuantos centímetros—. Intento tratarte con amabilidad, y lo único que me gustaría es recibir un poco de la misma a cambio. ¿Es eso mucho pedir?
—¡Jódete, hija de perra! —Exclamó Kate con la misma energía que ella, no mostrándose intimidada por el cuchillo en su cuello—. No jugaré este jueguito contigo, ¿oíste? ¡Ya no más!
Ambas se quedaron en silencio unos momentos, mirándose de forma amenazante la una a la otra. Kate sabía muy bien que lo único que ella tenía que hacer es mover ese cuchillo un poco, y entonces le rebanaría el cuello sin el menor problema. Y no había nada que ella pudiera hacer para evitarlo, salvo quizás suplicarle… Pero no le daría ese gusto en lo absoluto. Para su suerte, y sorpresa, Esther no hizo tal cosa. Luego de evidentemente calmarse un poco, retiró el utensilio y le soltó el cabello.
—No estoy jugando ningún jueguito —masculló la asesina, quitándose con una mano cualquier rastro de emparedado que hubiera quedado en su cara—. Esto es enserio; lo más enserio que he hecho en mi vida.
Kate bufó burlona, sin ser consciente si aquello era algún tipo de reacción nerviosa.
—¿Qué demonios quieres de mí? —Soltó directamente, comenzando a forcejear con más fuerza en su intento de librarse de las ataduras—. ¡¿Qué demonios quieres?!, ¡dime!
Esther guardó silencio unos momentos, y entonces se bajó de encima de Kate, sentándose de nuevo en la mesa delante de ella.
—Tú misma viste lo de hace un rato, ¿no? —Cuestionó con severidad, señalando a su propia frente, donde se suponía debería haber una horrible herida abierta, pero en esos momentos no había absolutamente nada más que su piel blanca y lisa—. ¿Viste como esos golpes que me hiciste desaparecieron?
Kate no le respondió nada. Sí, lo había visto, aunque su mente se resistía a aceptar que hubiera sido así.
—No es la primera vez que pasa —continuó Esther—. Me ha estado ocurriendo desde esa noche, y creo que gracias a eso sobreviví. Cuando me estaba hundiendo en el agua, tuve una visión —una singular sonrisa de júbilo se dibujó en los labios de Esther en ese momento, distanciándose de cómo se encontraba hace unos momentos—. Vi a mi madre… a la mujer que me dio a luz, quiero decir. Ella murió cuando yo nací y nunca la conocí, y mi padre nunca me mostró siquiera una foto. Pero aun así la vi y la reconocí de inmediato. Y pude escuchar su voz, y me dijo que yo sería una luz que alumbraría su vida. Y antes de que pudiera entender lo que veía o preguntar algo, desperté. Estaba ya afuera del agua, y mi cuello estaba bien. Estaba viva, Kate; ¿lo entiendes? Yo debí haber muerto en ese estanque, pero no pasó. Salí de ahí completamente sana. Fue un milagro, un verdadero milagro de Dios. Él me dio una segunda oportunidad para enmendar las cosas, para tener una mejor vida. Y con esa visión me mostró a su vez exactamente lo que debía hacer, lo que me hacía falta.
—¿De qué hablas? —Inquirió Kate, totalmente confundida, pues desde su perspectiva parecía que la mujer de Estonia hubiera comenzado a delirar.
—¿No lo entiendes? —Soltó Esther eufórica, aún más sonriente que antes—. Pasé todo este tiempo buscando un padre que me diera todo el amor que el mío nunca me dio. Pero estaba equivocada. —Extendió en ese momento su mano hacia Kate, colocándola dulcemente sobre su mejilla, apenas tocándola pues en ese punto se comenzaba a formar un moretón por uno de los golpes que le había dado—. Lo que siempre necesité no era un padre… sino una madre…
Kate enmudeció, perpleja y confundida, sin poder entender qué significaban todas esas extrañas palabras y cómo se suponía que debía reaccionar a ellas. Ni siquiera pudo reaccionar lo suficiente para apartar su cara de la mano de Esther, dándole sin darse cuenta permiso para que la dejara ahí sin restricción.
Esther le sonrió dulcemente, y en su mirada se reflejó un sentimiento mucho más ajeno para Kate: cariño… cariño sincero hacia ella, o uno muy bien simulado, y que de nuevo causaba un pequeño estrago en su pecho.
—Ahora me doy cuenta —expresó Esther con absoluta seguridad—. Tú y yo estábamos destinadas a conocernos, y a complementarnos la una a la otra. Y no hablo sólo de la música, sino además del hecho de que yo nunca conocí a mi madre, y tú nunca conociste a tu hija… Nunca te sostuve, pero te siento; nunca me hablaste, pero te escucho; nunca te conocí, pero te amo. —El oír esas palabras hizo hervir algo en el interior de Kate, y no era algo agradable, pero Esther pareció no notarlo de momento—. Ahora me doy cuenta de que eso es justo lo que yo sentía por mi madre. Ese día en el invernadero lo sentí, y esa lágrima que derramé fue sincera. Pero en ese momento no lo entendí, o no quería entenderlo. Estaba tan obsesionada con John que no veía nada más. Pero ahora lo sé: tú eres mi segunda oportunidad, mami… mi llave a la vida feliz que siempre deseé.
De la nada se bajó de la mesa y se lanzó hacia ella, pegando su rostro contra su regazo y rodeándola con sus brazos lo mejor que la posición de Kate se lo permitía.
—Te quiero, mami —susurró Esther con entusiasmo—. ¡Te quiero mucho!
Kate, por su parte, se quedó tan estupefacta ante la anormal y extraña escena que se materializa ante ella, que es posible que incluso aunque no hubiera estada atada a la silla, igual le hubiera sido imposible moverse. Sentía el cuerpo de esa… mujer, presionándose contra el suyo, abrazándola con la misma alegría y cariño con el que lo hacía Max, o incluso Daniel. Y aun así no podía convencerse a sí misma de que realmente ella se encontraba ahí; volvió de nuevo a sentirse divagar hacia la inconsciencia de un posible sueño.
La había oído decirle “te quiero”, y aquello no le había causado otra sensación diferente a… un completo asco. Su sola cercanía, el que estuviera pegada a ella respirándole encima, no hacía más que revolverle el estómago. Comenzó a cocinarse poco a poco en su interior una ardiente furia, que burbujeó y la empapó por completo, hasta que en ella no cupo ninguna otra emoción diferente a ella.
—No me toques… —murmuró despacio al inicio, pero su tono subió exponencialmente de un instante a otro—. ¡No me toques!, ¡aléjate de mí!
Kate comenzó a zarandearse con fuerza, hasta casi estar a punto de tumbar la silla, con todo y su ocupante. Esther se sobresaltó, apartándose un poco de ella y mirándola confundida por su extraña reacción.
—¡Deja de burlarte de mí! —le gritó Kate, colérica—. ¡Deja de burlarte de Jessica!
—No estoy burlándome, hablo muy enserio —aclaró Esther, ligeramente irritada—. Quiero que seamos una familia, una de verdad. ¿No recuerdas lo felices que éramos al inicio? ¿La conexión que tuvimos en cuanto nos vimos en el orfanato? ¿Lo contenta que estabas cuando llegué a casa? ¿Lo bien que nos llevábamos cuando teníamos nuestras clases de piano solas tú y yo? ¿Por qué no podemos volver a eso, mami?
—Yo no soy tu puta mami, ¡¿oíste?! —Le respondió Kate con voz ronca y algo cansada, y dicha frase le trajo tan malos recuerdos a Esther que incluso comenzó a sentir un doloroso cosquilleo en su cuello—. Y nunca, nunca fingiré serlo sólo para complacer tu retorcida fantasía, ¡perra loca y enferma!
Esther la observó, azorada. Sus ojos parecían perdidos en la nada, y su boca se torció en varios pequeños espasmos, como si deseara decir algo pero su cerbero no lograra mandar la instrucción clara a sus músculos.
—¿Por qué… no? —murmuró de pronto, notándosele mucho esfuerzo para poder pronunciar aquella pregunta.
—¿Por qué? —Soltó Kate aún presa de la furia—. Lastimaste a mis hijos, mataste al único hombre que he amado en mi vida, y has regado cadáveres a tu paso a dónde quiera vas…
—¡Ya te dije que estamos a mano! —Le respondió Esther con fuerza, sonando precisamente más parecida a la rabieta de un niño—. ¡Lo dije hace un momento!, ¡¿qué no me prestas atención?!
—¡Nunca estaremos a mano!, ¡loca psicópata! Así te mueras enserio de una vez por todas, nunca olvidaré el daño que nos hiciste. ¿Y te atreves a pensar que fue Dios quien te salvó? ¡Él no tendría por qué salvarle la vida a un monstruo como tú!
Esther se exaltó, casi asustada, al oírla decir eso, especialmente como se refería a ella como “monstruo.” Su respiración se agitó aceleradamente, sus ojos se viraron en todas direcciones como si buscara algo a su alrededor, y sus puños se abrían y cerraban repetidamente. Su mirada se fue endureciendo, su quijada se tensó, y su rostro comenzó a ponerse rojo del enojo.
Repentinamente se inclinó hacia el frente y alzó su puño derecho a un lado de su cabeza con la clara intención de golpear a Kate en la cara con él. El reflejo de la maestra de música fue cerrar sus ojos y girar su rostro hacia otro lado, como si aquello pudiera de alguna forma mitigarlo. Pero el golpe no llegó. Esther pareció tener la suficiente claridad mental al último momento para contenerse, así como lo había hecho con el cuchillo. Pero todo eso se iba acumulando poco a poco en su pecho, y ella podía sentirlo claramente.
La mujer de Estonia bajó su puño, y se alejó unos pasos hacia un lado, casi dándole la espalda a la dueña de esa casa. Con una mano se presionaba un poco la sien derecha con algo de fuerza, mientras murmuraba para sí misma:
—Esto no se suponía que pasara así. Mi visión me dijo que todo saldría bien… Esto no tenía que suceder así… ¡¿Por qué siempre tienes que hacer todo tan difícil?! —Gritó con ímpetu, virándose de nuevo hacia Kate.
Siguió respirando agitada, pero poco a poco se fue tranquilizando. El color de su rostro se fue suavizando, así como lo tenso de sus músculos y su postura, aunque sin volver enteramente a la normalidad.
—De acuerdo, no perdamos la calma —sugirió despacio, aunque parecía más un comentario para ella misma—. Esto no es nada que no podamos resolver. En cuanto Daniel y Max lleguen, los cuatro podremos hablar más tranquilamente de todo esto.
El escuchar los nombres de sus hijos siendo pronunciados por esa boca, provocó que todo en Kate diera un giro completo. Hasta ese momento se había mantenido prácticamente sumida en su propia rabia hacia Esther, y todo el odio que la consumía por ella. Incluso llegó a no importarle ni un poco lo que ella quisiera hacerle, hasta darle igual si la mataba en ese momento o no. Pero esa declaración sacó a la superficie un sentimiento mucho más fuerte: su amor por sus hijos, su deseo por protegerlos, que estén bien y, especialmente, lejos de ese… monstruo, como bien la acababa de llamar.
No sabía cuánto tiempo había estado inconsciente, pero si había sido aunque fuera cerca de una hora, significaba que Max y Dani debían de estar ya en camino y llegarían en cualquier momento. Le había pedido tan vehementemente a Daniel que sólo fuera a la pizzería una hora para tenerlo a salvo en casa lo más rápido posible; ahora tenía el inusitado deseo de que la desobedeciera.
—No, no, Esther, espera —pronunció rápidamente, notándosele un cambio bastante significativo en su actitud—. Por favor, a ellos no los metas en esto. Es conmigo con quien estás enojada, ¿recuerdas? Yo fui quien te pateó y te dejó en ese estanque para morir; tú misma lo dijiste. Hazme lo que quieras, pero deja a mis hijos en paz, por favor.
—¿No has escuchado nada de lo que he dicho, mami? —Pronunció Esther irritada, aproximándosele de nuevo, con actitud agresiva—. ¿Por qué querría hacerles daño? Quiero que todos estemos juntos, que los cuatro seamos una familia otra vez. Que nos vayamos a algún lado lejos para empezar una nueva vida, todos unidos; como a California. Incluso podría convertirme en actriz. ¿No sería lindo?
Y esbozó entonces una amplia sonrisa contenta, mostrando su blanca y brillante sonrisa. Y a todo esto, lo único que Kate pudo pensar como respuesta, aunque no la pronunció en voz alta, fue: «Estás totalmente loca…»
Kate debía pensar rápido. Tenía que convencerla de que se fuera antes de que sus hijos llegaran y toda esa situación se saliera aún más de sus manos. Necesitaba de alguna forma darle una vuelta a eso, intentar razonar con ella. Pero, ¿cómo razonar con alguien que estaba delirando, y se encontraba tan desconectada de la realidad? Seguía aferrada a esa idea de ser una niña, hablando incluso de que fueran una familia, y ella su madre; ella que tenía casi su misma edad.
Seguía aferrada a ser Esther…
Te rehúsas a dejar atrás a Esther, porque prácticamente has formado tu vida actual en base a ella. Incluso nunca te he oído referirte a ella como Leena, ¿sabes? Insistes en llamarla Esther, con ese nombre falso con el que la adoptaste, como si quisieras de nuevo mantener con vida la imagen de tu hija perdida.
Era cierto, y ahora lo veía. Desde siempre había querido encarar a su enemigo como Esther, como esa niña que entró a sus vidas, se convirtió en su hija, y la traicionó haciéndoles todo ese daño. Pero Esther no era real… nunca lo fue. Debajo de ese disfraz, había una mujer, una de verdad…
—Leena, escúchame… —pronunció de golpe, intentando sonar lo más calmada y serena posible. Sin embargo, esa sola mención hizo que la mirada de Esther se oscureciera un poco.
—No me llames así —le exigió con frialdad en su voz, pero intentó forzarse a volver a su estado de júbilo anterior—. Mi nombre es Esther, mami. No lo olvides, por favor.
—No, no eres Esther. Tu nombre es Leena, Leena Klammer, de Estonia. No tienes nueve, tienes treinta y seis años.
De nuevo aquello hizo grietas en la coraza dura de su atacante. Se giró de nuevo hacia otro lado, volviendo a presionarse su sien con fuerza, como si estuviera sufriendo de una fuerte migraña.
—Leena Klammer está muerta —declaró con fastidio en su voz—. Tú la mataste de una patada esa noche. Yo soy Esther…
—Sí, tienes razón, tú debiste haber muerto esa noche. Pero no lo hiciste, estás aquí con vida. No entiendo qué fue lo que te pasó, pero como bien dijiste ahora tienes una segunda oportunidad de hacer las cosas mejor. Pero nada de lo que estás planeado pasará, ¿entiendes? Desde lo ocurrido en Hamden todos saben de ti. Eres una criminal buscada y muy fácil de reconocer; no podrás esconderte mucho tiempo. Lo único que estás haciendo con todo esto es exponerte tú sola.
—Cállate… —susurró Esther despacio, aun dándole la espalda. Pero Kate no le hizo caso y prosiguió con su argumento.
—Hablé con tu doctor en Estonia, y me contó tu historia. Sé de las cosas horribles que te hizo tu padre. No te merecías todo eso, Leena.
—¡Dije que te calles! —Espetó Esther con más fuerza, virándose de nuevo hacia ella, con su rostro una vez más enrojecido.
—Si sigues con esto, la policía terminará por atraparte tarde o temprano, o te matarán. Las cosas no tienen que terminar así. Estás muy enferma, Leena, y necesitas ayuda. No tienes que seguir lastimando a las personas, ¡puedes detenerte! Yo no le diré a nadie que estuviste aquí. ¡Sólo vete de una vez, Leena!
—¡Cállate!, ¡Cállate! —Repitió Esther varias veces llena de absoluta desesperación. Y en ese momento, todo el enojo y frustración que se había acumulado en ella durante ese rato, se desbordó al fin, y su mente entera se tornó en blanco.
Su mano se dirigió por si sola hacia la mesa, tomando firmemente del mango el mismo cuchillo con el que la había amenazado hacia unos momentos, y entonces se le lanzó encima incluso antes de que Kate pudiera decir algo más, o siquiera digerir por completo lo que ocurría. Esther se subió de nuevo sobre ella, y sin el menor miramiento encajó el cuchillo en el pecho de Kate, hasta casi la empuñadura. El rostro de la maestra de música no reflejó dolor, sino más bien sólo confusión.
—¡Me llamo Esther! —Le gritó aún furiosa, sacando el cuchillo de un tirón, haciendo que una larga mancha de sangre le cubriera la cara. Sin esperar ni un segundo, siguió apuñalándola repetidas veces en su pecho, una y otra vez sin siquiera pensarlo; como si su mano simplemente se moviera por sí sola—. ¡Esther!, ¡yo soy Esther! ¡¿Por qué no puedes entenderlo, puta imbécil?!
Las acuchilladas continuaron hasta que la hoja del cuchillo de cocina se zafó del mango, quedando incrustada en el cuerpo de Kate. La mano de Esther se resbaló hacia un lado, y por el impulso su propia cabeza se inclinó hacia el frente, quedando contra el pecho de la mujer delante de ella, empapándose todo el costado de su cara.
Fue hasta ese momento que Esther tuvo la lucidez suficiente para darse cuenta de lo que había hecho, aunque no entendía como tal que en realidad hubiera sido ella. En su mente, era más como si ella más bien hubiera estado de pie en donde estaba hace unos momentos, y había visto desde ahí como alguien más se subía a las piernas de Kate, y comenzaba a penetrarle el pecho con ese cuchillo, una, y otra, y otra, y otra vez, sin que ella pudiera moverse siquiera para impedirlo.
Pero no había ocurrido así. No había sido nadie más… había sido ella misma…
Rápidamente separó su cara y volteó a ver a Kate. Su blusa se encontraba desgarrada, y empapada casi por completo del frente. Algo de sangre le escurría por la comisura de sus labios, y sus ojos miraban perdida hacia algún rincón lejano de la cocina. Respiraba lentamente, y cada inhalación parecía más dolorosa y angustiante que la anterior, y un poco más de sangre le brotaba de la boca.
—No… no… no… —Repitió Esther varias veces con incredulidad.
Su primer reflejo fue acercar sus dedos a la hoja aún sobresaliente de la última herida, intentando sacarla de su cuerpo, cortándose sus propios dedos en el proceso. Retiró la hoja del cuchillo, la tiró a un lado al suelo, y comenzó a presionar con sus manos las heridas, por las que seguía brotando la sangre empapando más su blusa, y ahora manchando también sus pantalones y la silla.
—Lo siento, lo siento mami —murmuraba Esther entre desesperados sollozos. Se dio cuenta rápidamente que presionar las heridas de poco funcionaba. La sangre escurría por entre sus dedos, manchándola también.
Comenzó a respirar con consternación, y sus ojos a humedecerse sin que fuera consciente de esto. Alzó sus manos ensangrentadas hacia el rostro de Kate, tomándolo para que la viera de frente, dejando marcas rojas de sus dedos en el proceso. Los ojos de Kate se posaron en ella, pero en realidad parecían ya no poder enfocar nada. Su respiración ya era casi inexistente en ese punto, y se limitaba a pequeños jadeos asfixiantes.
—Lo siento, lo siento… —volvió a repetir Esther una y otra vez, intentando sonreír a pesar de que sus labios no dejaban de temblar—. No quise hacerlo, de verdad. Todo estará bien, te lo prometo… ¿Sí?, ¿mami…? Todo estará bien…
Soltó su rostro, y entonces comenzó desesperadamente a intentar quitarle la cinta que aprisionaba su muñeca izquierda. Pero sus dedos le temblaban demasiado, y no le respondían como ella quería, además de que la cinta era gruesa y dura. Comenzó a frustrarse cada vez más, sin lograr ningún progreso. Desistió de ello cuando notó como la cabeza de Kate se dejaba caer hacia el frente, y ahí se quedaba. Y aquellos jadeos lastimeros de su respiración… se habían esfumado.
—No, no, no, ¡no! —Exclamó horrorizada, y rápidamente tomó de nuevo su rostro, intentando alzarlo. El cuello de Kate, sin embargo, se encontraba flácido y no ofrecía ningún tipo de resistencia para sostenerse—. Mami, mírame, por favor. Mami, por favor…
Logró al fin alzar lo suficiente el rostro de Kate, y rápidamente le retiró sus cabellos del frente para poder verla mejor. Sus ojos estaban sólo medio abiertos, el parpado derecho más abajo que el izquierdo, y lo que se alcanzaba a ver de ellos… se veían vacíos, como ojos falsos de vidrio. Esa era un tipo de mirada con la que Esther se había familiarizado; la mirada de un cuerpo al que su vida ha abandonado…
—¿Mami? —Murmuró despacio esperando recibir cualquier tipo respuesta, pero recibiendo a cambio sólo un insondable silencio. Cuando la soltó, su cabeza volvió a caer al frente, quedando en la misma posición anterior sin la menor resistencia—. No… no… ¡¡NOOO!!
Gritó con todas sus fuerzas consecutivamente, hasta casi desgarrarse la garganta. Se abrazó fuertemente del cuerpo de Kate, comenzó ahora sí a soltar agudos y fuertes llantos de dolor, de desesperación, e ira.
—¡Esto no debía pasar!, ¡esto no debía pasar! —Gemía una y otra vez entre sus llantos—. ¿Por qué? ¡¿Por qué?!
Aquella última pregunta la lanzó al aire, alzando su mirada hacia el techo, aunque su intención se encontraba mucho más lejos.
¿Esa era su segunda oportunidad? ¿Esa era caso la visión que Dios le había otorgado? ¿La había salvado de morir en ese estanque sólo para que hiciera justo eso una vez más?, ¿matar a su madre una segunda vez así como lo había hecho la primera con su mero nacimiento? ¿Qué clase de juego enfermo estaba Él jugando con ella?
O… ¿es que acaso nada de eso estaba manejado por la mano de Dios en realidad…?
Escuchó de pronto el sonido de un auto grande acercándose a la casa, y parándose justo delante de ésta. Aquello puso a Esther en alerta, y cortó de tajo su llanto. Oyó poco después el sonido de voces, y al menos dos puertas cerrándose.
—Max, no corras —escuchó como la abuela Bárbara pronunciaba con fuerza.
Unos segundos después, la voz de Daniel también se hizo presente:
—Olvidé los pedazos de pizza que le traje a mi mamá en el carro.
—Anda, ya está abierto.
Eran Daniel y Max… habían vuelto.
Esther sintió pánico, mucho pánico repentinamente.
Se bajó de Kate, con sus piernas temblándole. Miró fijamente en dirección a la puerta principal, con incertidumbre. Lentamente se aproximó a la silla en la que estaba sentada anteriormente, tomando de esta su pistola. La sostuvo con ambas manos y apuntó a la entrada de la cocina, intentando mantenerla lo más firme posible. Aunque… en realidad no tenía idea de qué haría exactamente…
Entonces contempló sus manos que sostenían el arma. Estaban casi totalmente rojas.
Bajó la pistola y acercó a su rostro la palma derecha, mirando con horror la sangre en ella. Un poco asustada, comenzó a tallar su mano contra su vestido, dándose cuenta un poco después de que éste también estaba manchado.
Comenzó a hiperventilar, a sentirse mareada y tuvo que sostenerse de la mesa para no caer. Escuchó los pasos en la puerta, y un primer intento de abrirla, pero ésta (como Kate bien había cuidado de hacer) estaba cerrada con llave.
Tocaron entonces el timbre.
—Kate, ábrenos —pronunció la voz de la abuela Bárbara poco después.
—Te traje pizza, mamá —añadió Daniel—. Ven antes de que Max se la coma.
Esther viró su mirada unos momentos hacia Kate, aún sentada en la mima silla, con su mentón pegado a su pecho, totalmente quieta como estatua. Su sangre goteaba de la silla, dejando un charco en el suelo. De toda aquella horrible escena, fue ese lento goteo rojo y ese charco en el piso, lo que le provocó más impresión.
—Quizás esté dormida —comentó Bárbara—. Déjenme uso mi llave.
Aquello fue como una llamada de alerta para Esther. Por un momento quiso volver a subir su arma como hace un momento, pero sus brazos no le respondieron. Y cuando escuchó las llaves comenzando a entrar en el cerrojo, sus piernas reaccionaron comenzando a moverse apresurada hacia la puerta trasera de la cocina, que daba hacia un costado de la casa. Intentó abrirla, pero un pasador y un seguro en la chapa se lo impidieron. Escuchó entonces como hacía el intento de abrir la puerta de la entrada, pero sin éxito.
—Tu madre colocó los pasadores —se quejó Bárbara, molesta—. Pero si sabía que veníamos en camino.
Aquello le dio la oportunidad a Esther de quitar el pasador, abrir la puerta trasera (acompañada del respectivo pitido de la alarma) y salir corriendo. El aire del exterior le pareció sorprendentemente aliviador. Mientras salía, logró escuchar a Daniel decir:
—Ya sabes cómo es. Quizás dejó abierta la puerta de la cocina.
Esther apenas dio un paso hacia el frente, cuando fue consciente de que ellos vendrían de esa dirección. Corrió entonces tambaleándose hacia el pequeño patio trasero, ocultándose detrás de la casa con su espalda contra la pared. Se asomó sólo un poco, lo suficiente para ver el panorama. Y por un momento los vio.
Max y Daniel eran significativamente más altos que la última vez que los había visto, aunque sólo habían pasado cuatro años. Max saltaba alegre detrás de su hermano, y su abuela iba un poco detrás de ellos.
—Está abierta —señaló Daniel un poco desconcertado al ver entreabierta la puerta por la que Esther había huido, aunque no precisamente preocupado. Se aproximó para pasar primero, y sus dos acompañantes le siguieron—. ¿Mamá? —lo escuchó exclamar justo después.
Esther aprovechó ese momento para correr rápidamente hacia la barda trasera. Las piernas aún le temblaban pero la adrenalina le permitiría saltarla hacia el otro patio y huir. Y aún tenía en sus manos su pistola, por si del otro lado se encontraba con algún perro o curioso. Estaba ya por llegar a la barda cuando escuchó el primer grito:
—¡¡Oh por Dios!!, ¡Kate! —Gritó Bárbara con fuerza.
—¡Mamá! —Secundó Daniel poco después.
Y Max… su grito fue silencioso, pero no por eso menor.
Esther se detuvo unos momentos y se giró estupefacta a la casa, oyendo como comenzaban a oírse más gritos y ajetreos. Sintió un nudo en la garganta, y el estómago como una licuadora. Quizás en otra ocasión se habría permitido vomitar, pero no esa vez. Se apresuró, saltó hasta agarrarse de la orilla de la barda, y para su sorpresa logró subirse con significativa facilidad. Pasó el muro de madera por encima, cayendo de espaldas al otro lado, pero sin sentir algún dolor significativo.
No había perro, ni tampoco algún curioso cuestionándose sobre la niña cubierta de sangre en su patio.
Se puso rápidamente de pie y comenzó a correr hacia el frente de la casa, poco a poco recuperando sus energías hasta comenzar a correr con una velocidad que le parecía casi inverosímil. Y como había hecho aquella noche de invierno, en aquel paraje boscoso y nevado, corrió y corrió hasta que no pudo más.
Y durante toda esa huida, por primera vez en muchos años, Leena lloró de verdad. Soltó tantas lágrimas que no sabía que era capaz de generar, mojando el pavimento a su paso como lluvia. Lloró, y lloró durante minutos, quizás horas. Sin embargo, una vez que dejó de correr, su llanto también se detuvo. Y luego de eso, nunca más volvió a llorar otra vez…
* * * *
El sonido de la puerta de la sala de juntas abriéndose trajo de vuelta a Esther al presente. Aún vestida con su disfraz de Jessica, se viró lentamente esperando ver de nuevo a la secretaria que la había traído hasta ahí, con la taza chocolate caliente que le había prometido en una mano. Sí, había una humeante taza de chocolate caliente en la puerta, pero quién la sostenía era otra persona.
—Disculpa la tardanza —se excusó Damien Thorn sonriente, mientras ingresaba a la sala. En una mano traía la taza, y en la otra sujetaba un maletín de forro metálico, relativamente grande.
Aunque justamente lo esperaba, Esther pareció sorprenderse un poco por el hecho de que se apareciera justo en ese momento. Se preguntó entonces qué tanto tiempo se había sumido sin querer en sus propios recuerdos.
Por su lado, Damien ignoraba todo lo que había estado cruzando por la mente de su cita de esa mañana, y era mejor así. El muchacho cerró la puerta detrás de él, avanzó hacia la mesa y colocó sobre ésta tanto la taza como el maletín.
—Me dijeron que esto era tuyo —señaló, deslizando un poco la taza hacia el lado en el que se encontraba su invitada.
Esther contempló unos momentos el dulce regalo, y entonces dejó la ventana y se aproximó a la mesa.
—Gracias —musitó despacio. Tomó entonces la taza entre sus manos, le sopló un par de veces, y dio después un pequeño sorbo de ella. Su expresión se mantuvo bastante neutral, pero aun así murmuró—: No está mal.
—Qué bien que te guste.
Damien tomó asiento de un lado de la mesa, y señaló entonces a la silla opuesta, invitándola a sentarse. Esther aceptó sin chistear.
—Entonces, señor Anticristo —pronunció casi burlona, con su taza de chocolate sostenida delante de su rostro—, usted y yo tenemos una parte de nuestro trato que falta cumplir.
—Así es —asintió Damien, y entrecruzó entonces los dedos de sus manos delante de su rostro, y se apoyó por completo al respaldo de su silla que se dobló hacia atrás casi por completo, tomando de esa forma una postura bastante relajada, por no decir prepotente—. Si no mal recuerdo, te prometí que si hacías este trabajo por mí, hablaríamos sobre esta… condición que tienes, y que te ha mantenido con vida hasta ahora. Incluso luego de eso tan horrible que te ocurrió hace ocho años.
—Aunque luego de ese discurso que nos diste ayer en tu cocina, me puedo hacer una idea de lo que me piensas decir.
—¿Enserio? —Farfulló Damien con falsa sorpresa—. Entonces mejor dímelo tú a mí, en ese caso.
Esther dio un sorbo más de su chocolate, quemándose un poco la lengua en el proceso, pero sin sentirse particularmente desmotivada a seguir bebiéndolo por ello. Aun así, optó por bajar la taza de regreso a la mesa, y enfocar su atención en el muchacho delante de ella. Su expresión sonriente y confiada ciertamente competía con la relajada (y prepotente) de éste.
—Si no me equivoco —comenzó a pronunciar con algo de sarcasmo impregnando sus palabras—, me vas a decir que salí y sobreviví a ese hielo por obra y voluntad de Satanás en persona, ¿no? Tú papi, según entendí. Y de todas las personas en el mundo muriendo en ese momento, decidió salvarme a mí, e impedirme el morir para que así... ¿para que así qué? ¿Para qué nos conociéramos y te ayudara a destruir el mundo o algo así? Qué increíble honor.
Damien soltó sin miramiento una pequeña risa, incluso más sarcásticas que las palabras que acababa de escuchar.
—Y yo adivino que prefieres mejor tu idea de que fue Dios, y que lo hizo para darte una segunda oportunidad, ¿no?
—Yo ya no creo eso —respondió Esther tajantemente—. Y por ello esperaba una explicación diferente de tu parte. Así que si es la única que tienes que ofrecer, realmente me has decepcionado, mocoso.
Damien sonrió complacido, no reflejando aparentemente molestia alguna ante su tan irrespetuoso comentario.
—¿Sabes? —Comenzó ahora él a hablar, con bastante calma—, un año atrás no hubiera sido capaz de concebir la existencia de alguien como tú, o como Lily, o como Samara. Y quizás los miembros de la Hermandad que me han cuidado hasta ahora, buscarían dar una explicación como la que tú misma mencionaste hace un momento. Claro, eso si no optan por simplemente negarlo y ocultarlo todo bajo la alfombra como de costumbre. Pero el yo de estos días ya ha visto muchas cosas, y mi abanico de opciones se ha ampliado.
»Dicho eso, debo confesar que en realidad no tengo idea si fue Dios, Satanás, o un tercero el que te permitió vivir esa noche, o cómo fue exactamente qué obtuviste todo eso que puedes hacer ahora. Pero tengo una teoría.
—Oh, grandioso —espetó Esther, irónica y claramente molesta—. Recorrí todos los estados de la maldita costa oeste, arrastrando a Miss Simpatía en muletas, sólo para escuchar una teoría; ¡Yeih! —Se recargó entonces en su silla de forma perezosa, meciendo sus piernas de adelante hacia atrás debajo de la mesa—. ¿Y cuál es esa teoría, señor Anticristo?
Damien tomó una postura un tanto más seria, que a Esther destanteó un poco. Él se inclinó entonces hacia el frente, centrando su mirada tan fija en ella que no pudo evitar sentirse un poco nerviosa, aunque intentó disimularlo.
Una vez que se aseguró de tener su atención, Damien comenzó a explicar:
—Como tú misma pudiste ver, en este mundo existen personas que pueden hacer cosas extraordinarias y únicas; iguales o más impresionantes que curarte de unas cuantas heridas.
—¿El dichoso Resplandor del que hablaban? —Cuestionó Esther, defensiva—. Yo no soy como Lily o Samara, ni como tú. Yo no tengo esa cosa de lo que hablas.
—Claro que lo tienes, querida. Quizás sea cierto y no eres como nosotros, precisamente. Pero definitivamente eres muy, muy especial. De hecho, hace unos meses conocí a un simpático par que… no son como tú, pero tienen ciertas semejanzas.
Aquello confundió a la mujer, y ello se reflejó en un ligero arqueo de su ceja derecha.
—¿De qué hablas?
—Dime una cosa, ¿cuándo es que te sientes más fuerte y sana?
—¿Qué? —Esther continuaba perdida, sin entender a dónde iba con eso.
—Déjame contestar por ti. ¿Es acaso cuando… matas a alguien? —Aquella afirmación causó una extraña reacción en Esther, casi similar al… miedo—. Cuando tomas violentamente la vida de otro ser, ¿sientes como si una parte de esa vida que tomas entrara en ti, y te llenara de fuerzas?
Esther dibujó una mueca de desconcierto en su rostro, y se sintió tentada a preguntarle directamente qué clase de tontería estaba diciendo. Pero entonces, algunos recuerdos vinieron a su mente repentinamente… En estos efectivamente, al estar en presencia de la muerte de alguien, en ese mismo momento o más adelante, se comenzaba a sentir bien; más fuerte, más rápida… mejor. Como aquel día en que murió Kate, y poco después tuvo la fuerza suficiente para saltar esa barda, y correr, y correr sin cansarse.
Había enmudeció, incapaz de responder algo en concreto. Su vista se fijó en la superficie de la mesa, intentando darle orden a sus pensamientos.
Damien, por su lado, aprovechó para proseguir con su explicación.
—Estos dos amigos de los que te hablo son un poco así: ellos se alimentan de la vida de la gente que asesinan. Y con esa fuerza vital que extraen de sus víctimas, curan sus heridas y se mantienen jóvenes y fuertes. Como vampiros; esa es la comparación más acertada que se me ocurre. ¿Te suena familiar?
¿Vampiros?, ¿vampiros que se alimentan de la vida de aquellos que asesinan?
—No… No es cierto… —Masculló despacio, aunque no fue consciente de que lo había dicho en voz alta.
—Por lo que me contaron, un humano se puede convertir en lo que ellos son, por medio de un ritual y ciertas características en su persona. Pero, que te rompan el cuello en un estanque definitivamente no parece que sea algo parecido, ¿verdad? Así que no, no creo que tú seas lo mismo que ellos son. Pero sí estoy seguro de que algo te ocurrió esa noche, cuando estuviste al borde de la muerte, y te cambió; física y espiritualmente. O, quizás, es algo que siempre tuviste dentro sin saberlo, y esa experiencia sólo lo dejó salir. Según lo que he investigado hasta ahora con otros con estas habilidades, una experiencia como esa puede hacer que desencadene su florecimiento. O, ¿quién sabe? Tal vez en efecto Dios, mi supuesto padre… u otra cosa, lo hizo posible. Pero sea como haya sido, mi teoría es que ahora eres similar a mis dos amigos: un vampiro que se alimenta de las vidas de aquellos que asesina.
Esther sintió que su cabeza le daba vueltas, y su mente comenzaba a divagar tanto como lo había hecho aquella tarde cuatro años atrás, dificultándosele darle un sentido y orden a cualquier pensamiento que intentara tener. Su mirada, y toda su postura en general, reflejaban una palpable negación.
—Piensa en todas las personas que has matado o lastimado durante este último viaje —continuó Damien—, o que has al menos presenciado su muerte de frente. ¿No te has sentido más fuerte y con energía luego ello? ¿Tu rostro no se ha rejuvenecido?
Sin querer hacerlo, su memoria comenzó a recorrer los momentos, y especialmente los rostros de esas diferentes personas.
Aquel oficial de policía en Portland al que le había disparado en la cabeza.
El otro oficial al que había estrangulado en ese baño de Olympia.
Los guardias de seguridad en el psiquiátrico de Eola, más aquellos que de seguro habían muerto por la trifulca que habían provocado.
La madre de Samara que se apuñaló su propio cuello delante de ella.
El hombre que administraba ese hotel y que Samara hizo caer por el barandal.
Y los dos guardaespaldas en el pent-house que Lily había hecho que se mataran entre ellos.
Y todos esos sólo eran los de los últimos días. Entre esos cuatro años que separaban la última vez que vio a Kate, y su primer encuentro con Damien ahí en Los Ángeles, había varias otras muertes, la mayoría que no se había siquiera tomado la molestia de contar. Y eso sin mencionar a aquellos anteriores a esa noche en el estanque, o antes de ser Esther Coleman…
“Has regado cadáveres a tu paso a dónde quiera vas…”, escuchaba la voz de Kate resonando en sus oídos.
—Mis heridas… —susurró despacio queriendo dar algún tipo de argumento, pero no fue capaz de concluir la frase.
—No se curan únicamente cuando alguien muere, lo sé —señaló Damien—; yo mismo lo vi. De entrada pareces ocupar bastante menos que mis dos conocidos. Te sirve la vida de cualquiera, aunque sea un poco. Y esto es mera especulación, pero parece que eres capaz de… ¿cómo decirlo?, ¿guardar parte de eso en tu interior como reserva para cuando lo necesites? Y por eso te puedes curar esas pequeñas heridas, o no tan pequeñas. O incluso podría tener otros efectos que desconoces. Pero, si es así, eso significaría que conforme esa reserva se vaya agotando, esa habilidad para curarte haría lo mismo. Así que si fuera tú, tendría cuidado sobre cuando lastimarte y cuando no.
Damien inclinó entonces su cuerpo más al frente, como si quisiera acercarse más a ella. Esther bajó su mirada, careciendo de las fuerzas suficientes para sostenerle la mirada a aquel individuo.
—Estos dos amigos que te comento, se hacen llamar Verdaderos —le comentó justo después—. Qué modestos, ¿no? Pero, ¿sabes con qué otro nombre los conocen? Demonios Vacíos. —Aquel término provocó una sensación que le oprimió el pecho a Esther—. Es un nombre que se aplica bien a ti, ¿no crees?
Esther no respondió. Se quedó quieta en su silla, sin mirar u oír algo en especial, o incluso sin reflexionar en algo en concreto. Su mente saltaba de un momento a otro de los últimos días, semanas y años. De todas las personas que había matado, muchas de ellas sin siquiera darles importancia, como simples estorbos en su camino que hacía a un lado. Pero ahora el peso de todo ello le cayó encima, ante la idea de que, de alguna forma, todas esas personas podrían de hecho estar dentro de ella… Incluso Kate.
“¡Él no tendría por qué salvarle la vida a un monstruo como tú!,” escuchaba gritar a Kate. Entonces, ¿eso era ahora? ¿Un monstruo? ¿Un vampiro? ¿Un demonio…?
Una mueca de dolor se dibujó en su cara. Apretó fuertemente sus ojos y sus puños unos instantes, y soltó además un quejido. De pronto, tomó la taza con chocolate con una mano, y sin decir nada la arrojó con fuerza contra el pizarrón blanco en la pared. La taza se estrelló y se rompió, manchando además el pizarrón entero con el líquido oscuro, que poco después comenzó a escurrir. Damien contempló esto con bastante calma.
Esther respiro agitadamente, viendo la mancha de chocolate en la superficie lisa y blanca. Poco a poco se fue calmando, y viró lentamente su mirada hacia su anfitrión, echándole un vistazo sobre el armazón de sus lentes falsos, que se le habían movido un poco por el ajetreo.
—¿Terminaste? —Soltó con asertividad—. ¿Esa es tu dichosa teoría? —Damien asintió lentamente como respuesta—. Pues qué estupidez…
Se puso de pie casi de un salto en ese momento, tomó su bolso rosa de encima de la mesa, y comenzó entonces a andar en dirección a la puerta con bastante prisa.
—¿Ya te vas? —cuestionó Damien curioso, siguiéndola con la vista.
—Si eso es todo lo que me tienes que decir, mejor me largo de aquí de una vez. Y no vuelvas a buscarme, ¿oíste?
—Cómo quieras —murmuró Damien indiferente, encogiéndose de hombros. Parecía que le permitiría irse sin más, cuando de pronto murmuró alto para que lo oyera—: Pero si te interesa, hay una forma de saber si lo que digo es cierto o no.
Esther se detuvo abruptamente justo delante de la puerta, incluso con su mano ya aproximándose a la manija. Al virarse de nuevo hacia él, notó que Damien tomaba ese maletín metálico con el que había entrado, y lo colocaba sobre la mesa delante de él. Abrió entonces los dos seguros al frente de éste y levantó la tapa superior. Esther no podía ver lo que contenía desde su posición, pero Damien se encargó de tomarlo y mostrárselo. Era un termo, en forma de cilindro, con una superficie brillante que reflejaba la luz de la sala. Giró la silla por completo hacia ella para verla de frente, sujetando el cilindro entre sus manos.
—Dentro de este termo —comenzó a explicarle—, se encuentra justo de lo que los dos individuos de lo que te hablo se alimentan. Ellos lo llaman vapor; un nombre poco imaginativo. Pero en pocas palabras, es la energía vital de alguien. Pero no es como lo que has consumido asesinando a gente común, sino que es la energía vital de alguien que en vida tuvo un fuerte Resplandor. Eso, según ellos dicen, lo hace mucho, mucho más fuerte. —En ese momento extendió el cilindro hacia ella, ofreciéndoselo para que lo tomara ella misma. Por algún motivo, Esther se sintió intimidada por aquel objeto—. Si lo que pienso es cierto, si consumes sólo un poco de esto, sentirás como tu cuerpo se llena de una energía y fuerza que no has sentido hasta ahora.
¿Estaba diciendo que dentro de esa cosa estaba la vida de alguien? ¿Era algún tipo de truco? Esther no lo creyó así. Por más inverosímil que aquello sonara, le parecía que en efecto le estaba diciendo la verdad.
Sin darse cuenta, sus pies comenzaron a hacer que se moviera hacia él. Y su mano derecha se estiró sola, tomando el frío termo entre sus dedos. Lo acercó lentamente hacia ella y lo sostuvo frente a su rostro. Parecía un recipiente de café común, pero… había algo extraño en él. Por algún motivo le provocaba una sensación incómoda el sólo tenerlo cerca.
—¿Y si no es cierto? —cuestionó de pronto, mirando de reojo a Damien. Éste volvió a encogerse de hombros.
—No estoy seguro, pero es probable que no sobrevivirías. Ya te arriesgaste demasiado para averiguar la verdad; ¿estás dispuesta a arriesgarte un poco más?
¿Arriesgarse para obtener la verdad? ¿Cuál verdad era esa?, ¿que era un monstruo que se había estado alimentando de las personas que había estado asesinando todo ese tiempo sin darse cuenta? Si abría ese termo, ¿descubriría si era cierto o no? Y, ¿acaso quería saberlo realmente?
“Es probable que no sobrevivirías”
Si ese era el caso, entonces… ¿Qué había que perder? Familia, amigos, amor, incluso su propia identidad; ya no tenía nada, más que la sola vida en sí. Y, evidentemente, esa ni siquiera era suya; era también robada.
“Yo debí haber muerto en ese estanque, pero no pasó. Salí de ahí completamente sana. Fue un milagro, un verdadero milagro de Dios. Él me dio una segunda oportunidad para enmendar las cosas, para tener una mejor vida...”
Lo único cierto en toda esa afirmación era que en efecto, ella debería haber muerto en ese sitio…
Su mano derecha se colocó sobre la tapa del cilindro y la hizo girar rápidamente. Contempló fijamente el interior oscuro de aquel recipiente, y por unos segundos no notó nada, hasta que percibió un singular silbido que casi resonaba como un pequeño lamento. Y entonces, una neblina blanquizca se elevó desde el interior lentamente, suspendiéndose en el aire delante de ella. Ése debía de ser ese “vapor” que Damien había mencionado.
Aún insegura, Esther aproximó su rostro a dicha nube blanca, y entonces aspiró profundamente por su boca como lo haría con un cigarrillo. El vapor entró por su boca y lo sintió cosquillear en sus mejillas y lengua. Luego bajó por su garganta, llegó a su pecho… y entonces algo pasó.
Su respiración se cortó, todo su cuerpo se tensó, y un calor casi infernal la cubrió. Sus dedos se abrieron y el cilindro cayó al suelo, resonando fuertemente y rodando lejos de ella. Sus piernas se torcieron y cayó de rodillas al piso, con su cuerpo entero doblándose hacia atrás. Sus ojos se fijaron en el techo sobre ella, pero éste se difuminaba y contraía, como si la habitación entera estuviera respirando.
Intentaba desesperadamente aspirar un poco de aire a sus pulmones, pero no lograba hacerlo. Se sintió de nuevo en aquel estanque, sumergiéndose lentamente en la oscuridad mientras se alejaba de la luz. Vio en su cabeza el recorrido de cada muerte que había provocado en su vida, comenzando con su propia madre y el posterior asesinato de su padre y su novia, pasando por supuesto por Kate y todas las demás que le siguieron. Fue como vivir cada momento de nuevo, y volver a sentir todo lo que sintió: la ira, la emoción, incluso la excitación y la satisfacción. Todo ello se juntó en ella al mismo tiempo, hasta sentir que explotaría o se desbordaría como un vaso lleno.
Su cuerpo entero cayó de espaldas al piso y su cabeza quedó ladeada hacia un lado, con sus ojos viendo desorbitados hacia un lado y el cuerpo entero flácido. Por unos segundos, parecía en efecto al fin estar tan muerta como esperaba estarlo.
Pero no lo estaba.
Repentinamente aspiró aire con fuerza, volviendo a llenar sus pulmones. Sintió de pronto un choque eléctrico recorriéndole todo el cuerpo desde los pies a la cabeza, y su espalda se arqueó como si estuviera a punto de venirse, y realmente lo que sentía no era muy diferente. Cayó de nuevo de espaldas al piso, pero se sentó rápidamente, respirando agitadamente. Su mente se movía a toda velocidad, y comenzó a sentir muchos cosquilleos; sobre todo en…
Alarmada, rápidamente tomó la pulsera negra que rodeaba su muñeca derecha, y se le arrancó de un tirón, revelando debajo de ésta su piel blanca decorada con aquellas grotescas cicatrices que le habían hecho sus ataduras. Sin embargo, ante sus atónitos ojos, dicha cicatriz poco a poco se fue difuminando, como si se estuviera hundiendo en su piel como arenas movedizas, hasta que al final no quedó ningún rastro de ella…
Rápidamente se quitó también su pulsera izquierda, viendo exactamente el mismo resultado; la cicatriz se había ido. Repitió lo mismo con su gargantilla, y aunque no podía ver su cuello, pasó sus dedos por éste, sin detectar al tacto ninguna magulladura o marca. Esa también había desaparecido.
Se tocó después su rostro con sus dedos, aunque aquello era un acto reflejo más que otra cosa, pues ella misma sentía su rostro diferente. Supo que si se quitara todo el maquillaje que tenía encima, se impresionaría de lo que vería abajo, incluso más de lo que estuvo en aquel baño de motel.
Supo en cada molécula de su cuerpo, que ese vapor había hecho justo lo que ese chico había dicho que haría.
“¿Sabes con qué otro nombre los conocen? Demonios Vacíos… Es un nombre que se aplica bien a ti, ¿no crees?”
—Bueno, creo que eso lo confirma —escuchó a Damien pronunciar con satisfacción. Al alzar su mirada hacia él de nuevo, estando aún en el suelo, lo vio sentado en la silla sujetando otra vez el cilindro cerrado entre sus dedos, y mirándola hacia abajo con una sonrisa orgullosa—. ¿Qué harás ahora, Leena?
Ella no le respondió nada en ese momento. Estaba completamente sumida en las sensaciones e ideas que le recorrían el cuerpo; y en esa pequeña lágrima que comenzó de pronto a resbalar por su mejilla derecha.
FIN DEL CAPÍTULO 80
Notas del Autor:
Aclaración: en este capítulo no se está queriendo decir que Esther es en estos momentos una Verdadera, o que es exactamente el mismo tipo de Vampiro Energético que son Rose, Mabel o James. Lo que se está queriendo decir de momento es que la conclusión de Damien fue que su naturaleza actual es similar a la de ellos, y todo parece indicar que en efecto es así. Sin embargo como bien él mismo dijo, hay ciertas diferencias entre ella y el resto. Y como han de suponer, aún hay algunas cosas que se deben aclarar con respecto a los cómo y por porqués. Pero bueno, eso lo veremos después.
Debo confesar que la idea de este capítulo y el anterior, que narran todo este encuentro entre Esther y Kate, la tenía desde tiempo antes incluso de que comenzara a tener clara la idea de este fanfic. Me tomó 80 capítulos llegar a este momento, pero la verdad estoy contento con el resultado. Creo que ha sido de las partes que más he disfrutado escribir hasta ahora, y espero les sea de su agrado. E igualmente espero que les guste el giro que se le ha dado a Esther, tanto en su naturaleza actual como en su propia personalidad y forma de percibir las cosas.
Y bien, me complace decirles que se acabaron los flasbacks, al menos de momento y al menos los largos que ocupen capítulos enteros. Volveremos al presente a encargarnos de todos nuestros asuntos pendientes. Y nos acercamos cada vez más a Capítulo 100. Ni yo sé exactamente en qué punto de la historia caiga dicho capítulo, pero esperemos sea algo memorable. Nos seguimos leyendo.
#Esther Coleman#Leena Klammer#orphan#Damien Thorn#the omen#Damien#resplandor entre tinieblas#fanfic#wingzemonx#kate coleman
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15 Pruebas de que el mundo está lleno de bondad, solo que a veces no lo notamos
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A veces tenemos tanta mala suerte que parece que todo el mundo está en nuestra contra y las telediario parecieran echarle más palos al fuego, como si rodeando solo hubiera un montón de crueldad e indiferencia. Pero, luego, cuando empezamos a perder la fe en la bondad, ocurre poco que lo cambia todo. Puede ser un transeúnte al azar, poco que habías cedido por perdido pero al final regresó a tus manos, un vecino que albergó a un gatito sin hogar o simplemente la sonrisa de un ser querido que decidió balbucir de corazón a corazón.
Genial.guru cree que el mundo está lleno de muchedumbre bondadosa. Y nosotros tenemos historias de personas que lo comprueban.
Cuando mi esposa y yo compramos un unidad en un nuevo confuso habitacional, yo solo dormía 4 horas al día. Andaba por doquier en piloto inevitable. Una mañana, tomé el acuerdo de financiación y… lo olvidé en el autobús. Al darme cuenta de que lo había perdido, lo busqué; pero en vano. Me di por vencido. Llegué a casa, la zona era casi nueva y no había asfalto; tierra por todas partes; en el edificio, el elevador no funcionaba y tenía que lograr al noveno calle. Llegué a la puerta y vi el sobre en el cual estaba el acuerdo, pero estaba hueco. Abrí la puerta y ahí estaba el documento en el suelo, para que no lo robaran. Una persona buscó el unidad necesario, aunque no tenía numeración, y devolvió el documento. ¡Qué eficaz fui en ese momento ¡Ese mismo día me regresaron la fe en la bondad y las personas.
Una vez, cuando tenía 8 abriles, nadie me recogió de la escuela y me fui a casa caminando. Empezó una tormenta. A mi flanco se detuvo un coche, de ahí salió una mujer y ofreció llevarme. Mis padres me enseñaron a no balbucir con desconocidos, en específico subirme a un carro con ellos, así que yo lo rechacé. Entonces, ella sacó un gran paraguas de colores y me lo dio. “No te mojes, pequeña”, me dijo y se fue. Abrí el colorido paraguas sobre mi inicio y me fui sonriendo. Aún tengo ese paraguas, me ha servido 7 largos abriles. © LifeAndDeath69 / reddit
Un automóvil atropelló a mi mamá y ella quedó discapacitada. Una vez, estábamos viendo la tele y mostraron un video de protección de los tigres siberianos. “Oh, Dios mío, cómo sueño con tocar un tigre por lo menos una vez en la vida”, dijo ella. La idea llegó a mi inicio: “Busqué información en Internet y encontré un sitio, le escribí la historia de mi mamá y su sueño. A los cinco minutos, recibí una respuesta: “Vengan mañana al circo, a la entrada de personal autorizado. Ayudaremos a tu mamá a hacer su sueño realidad”. Mi mamá lloró de gozo. Aún recordamos ese mágico día. Esta historia me ha recordado que las personas buenas y los milagros aún existen.
Un campesino comenzó a aparecer cerca de la entrada del edificio donde vivo. Se veía honesto y colocado, pero estaba claro que era un vagabundo. Nadie lo expulsó de la entrada, no causaba molestias y, a veces, incluso ayudaba a los vecinos en pequeñas cosas de la casa. Una vez, empezamos a conversar. Se llamaba Nicolás, se había quedado sin vivienda y sin documentos. Encontré mi vetusto teléfono táctil, registré una plástico SIM para mí y se la di; además le ayudé a recuperar sus documentos. Pero, en cierto punto, desapareció por completo. El resultado de esta historia es el subsiguiente. Ayer vi a Nicolás, resulta que guardó mi número. Nos sentamos en su pequeño unidad alquilado. Trabaja como soldador en un turno y toma trabajos a tiempo parcial, tiene un buen salario y vive tranquilamente. Es bueno darse cuenta de que le di una oportunidad a una persona y no la desperdició. Creo que este es el manifestación de una válido amistad.
Cuando tenía 3 abriles, me perdí. Entonces, una amable chica me llevó con la policía. Mientras esperaba a mis padres, ella hablaba con un policía. Al final, resultó que se habían enamorado a primera pinta y pronto se casaron. Sé esto porque, hace poco, mi novio, que es 4 abriles pequeño que yo, me presentó a sus padres. Así fue como ayudé a mi novio a emanar; perdiéndome para que sus papás se conocieran.
Yo trabajaba en una empresa de mudanza. Una vez, en un traslado, mi cliente era una hermana soltera con un hijo pequeño. Anotamos el estado de las cosas, las cargamos en el camión y nos fuimos. Al lograr al circunstancia, la señora comenzó a protestar por daños a las cosas que estaban ahí desde el principio. El cuota era por hora y la clienta tenía que avalar más de lo que esperaba. Al final de todo, el crío de 4 abriles se me acerca y me dice: “Creo que hiciste un buen trabajo, pero mi mamá no. Toma esta moneda, la encontré en mi habitación”. Luego abrazó mi pierna y salió corriendo. Este acto me alegró el día, estoy eficaz. © RedHaze54 / reddit
Mi esposa sacó la ropa que desde hace tiempo ya no le quedaba a nuestros hijos y la colocó en una gran bolsa. — En un remolque cercano vive un hombre con su hija. Su esposa murió. La pupila tiene 5 abriles, su nombre es un trabalenguas, la llamaremos María. La pupila se veía descuidada, mal vestida y sucia. Ayer vi que la pupila no tenía mínimo que hacer y comenzó a arrojarles piedras a mis perros. La llamé, la llevé al unidad, le di té con golosinas, hablamos y le pedí que no molestara a los perros. Mi esposa me llamó muy contenta: — Sergio, le di a María unos vestidos y juguetes. ¡Debiste acontecer gastado sus fanales! Me lo agradeció diez veces. Después corrió, se bañó, se peinó y se puso sus cosas nuevas. Luego, caldo a nuestra casa y nos dijo: “Muchas gracias. Prometo que nunca más volveré a molestar a los perros. Y no ofenderé a nadie”. Más tarde, su padre caldo a nuestra casa y nos llevó un costal de comida para perros. Se acercó a mí y me dijo que, si necesitaba ayuda con poco, él podía ayudarme. Tal es la alegría de María que contagia a los demás.
Llegué a casa muy tarde en la sombra. Iba subiendo las escaleras y escuché un chillido en algún circunstancia bajo el porche. No presté atención y entré a casa. Al día subsiguiente, al lograr a casa luego del trabajo, escuché el mismo sonido. Eché un vistazo y encontré un pequeño gatito que tenía sus patas pegadas al hielo. Corrí a casa por agua caliente, liberé al pequeño de aquella situación y lo adopté. Aún no puede caminar, pero come muy perfectamente y está tomando medicamentos.
Mi hija trabajaba en un hotel en Turquía. Una vez llegó una pareja con un crío pequeño. Eran buenas personas y su hijo llevaba consigo su chirimbolo predilecto, un búho de peluche. Siempre lo llevaba consigo. Pasaron las recreo y los huéspedes se fueron a casa, pero olvidaron el chirimbolo en la habitación. Después de un tiempo, llamaron al hotel y pidieron mandar el muñeco por correo, ya que el crío no podía ni ingerir ni amodorrarse sin él. Mi hija inventó una historia para el crío: el búho quería descansar un poco más en el hotel, regresaría luego y prometió mandar una foto todos los días. Mi hija tomó unas cuentas fotos y las enviaba mientras el paquete iba camino de regreso a su dueño.
Mi padre falleció, mi novio me dejó y me expulsaron de la preparatoria, mi vida se volvió un horror. Por eso subí al coche, encendí la música y simplemente me dirigí a cualquier flanco. Me detuve cuando eran las 3 de la amanecida, estaba muy allí de casa. Entré a una cafetería y no había nadie rodeando. Un pequeño entró y se sentó a mi flanco a pesar de que había mucho más espacio. Comenzamos a balbucir y le conté todo lo que me había pasado. Me abrazó y lloré. Han pasado 8 abriles. Me gradué de mi arte, adoro mi trabajo y tengo una nueva perspectiva de vida. Comparto este éxito con el extraño que conocí esa sombra en la cafetería. © bondsman333 / reddit
Tenía 17 abriles y faltaban dos semanas para mi fiesta de proporción. Mis padres no tenían cuartos para comprarme un vestido. Mi mama y yo decidimos dar una dorso por las tiendas de vestidos de novia. En una de ellas, me trajeron un hermoso vestido que tenía el clausura roto. Me lo puse y los empleados de la tienda, al ver lo perfectamente que me quedaba, decidieron regalármelo. ¡Quedé maravillada! Estas personas me regalaron un relato de hadas. Fui la más hermosa, casi como una Cenicienta.
Todos lo llaman Pedro. Él lleva trabajando 15 abriles como chófer de autobús en la ruta de nuestro pueblo a la ciudad. En esos abriles, él ha cumplido cientos de solicitudes. Nosotros lo conocimos hace varios abriles. En ese entonces, mi consorte tenía una discapacidad y acabábamos de lograr al hospital. Tenía que delirar varias veces a la ciudad para continuar con el tratamiento. Pedro pasaba por nosotros cerca de la casa y, rumbo a la ciudad, al dejar a los pasajeros, en torno a un desvío para llevarnos al hospital y me ayudaba a aguantar a mi consorte hasta la entrada. A las 12:00 terminábamos y él pasaba por nosotros. Hoy tomé el autobús con Pedro. Hablamos y recordé como él nos había llevado, pero él no lo recordaba. Para él esto fue poco simple, solo un poco de amabilidad.
“Simplemente ayudó y lo olvidó. El conductor del autobús, Pedro”.
Cuando tenía 10 abriles, en nuestro confuso habitacional vivía un hombre, el vecino del cuarto calle. Él nunca me hizo mínimo malo, pero, por alguna razón, yo sentía cierto tipo de inquina en torno a él. Todo en él me molestaba, especialmente su pelo. En cuanto lo veía, pensaba “si yo fuera director de cine, seguramente le daría el personaje de algún sinvergüenza”. Un día, lo vi caminando con un perro y todo cambió. El perro era callejero y no tenía una pata delantera. El hombre lo trataba con gracia y se dirigía a él de guisa bondadosa. Más tarde, me enteré de que él había recogido al hijo desaseado y enfermo de un ámbito inmotivado. El veterinario lo trató, pero no pudo librar su pata. No creo que una persona así pueda ser mala. Ahora pienso que, si fuera director de cine, le daría el papel de un explorador o un piloto.
Esto ocurrió cuando era estudiante. Una vez, entré a una tienda para comprar comida. En la caja de cuota, me di cuenta de que no tenía cuartos en mi plástico. Tuve que dejar los productos. Me sentía muy triste y avergonzado. Salí a la calle pensando en dónde pedir prestado. De pronto, una mejor salió de la tienda y me dijo que había gastado lo sucedido. Me dijo que tenía un hijo estudiante y además había estado en situaciones similares. Ella me abrazó y me puso un poco de cuartos en el faltriquera. Estaba conmocionado, no podía pronunciar una sola palabra. Por primera vez en una semana, logré ingerir poco corriente. Ella cambió mi posición en torno a las personas. Espero que la vida la recompense. © Ageati / reddit
Mi consorte y yo éramos muy jóvenes y no teníamos mínimo de cuartos. Un día de diciembre, cualquiera dejó en la entrada una caja llena de regalos para nuestro hijo y además había un poco de cuartos para algunas cosas para nosotros. Simplemente nos pusimos a lamentar. © otherm0ther / reddit
¿Alguna vez has experimentado un acto de bondad por parte de un desconocido? ¿O tal vez tú mismo has ayudado a cualquiera?
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Música para molestar a los vecinos: Vol. 3
Música para molestar a los vecinos: Vol. 3
Sigue la cruzada: Dos de mis vecinos molestos dejaron de colocar la música fuerte durante la semana, el tercero dejó de hacerlo los fines de semana. Sin embargo, queda uno con férrea voluntad de hacerle la vida miserable al resto. Conmigo no perrita.
Así que decidí esta vez que lo mejor era bajar un poco el nivel de los decibeles. Mi idea tampoco es apelar a los sonidos más extraños que un…
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A veces tenemos tanta mala suerte que parece que todo el mundo está en nuestra contra y las telediario parecieran echarle más palos al fuego, como si rodeando solo hubiera un montón de crueldad e indiferencia. Pero, luego, cuando empezamos a perder la fe en la bondad, ocurre poco que lo cambia todo. Puede ser un transeúnte al azar, poco que habías cedido por perdido pero al final regresó a tus manos, un vecino que albergó a un gatito sin hogar o simplemente la sonrisa de un ser querido que decidió balbucir de corazón a corazón.
Genial.guru cree que el mundo está lleno de muchedumbre bondadosa. Y nosotros tenemos historias de personas que lo comprueban.
Cuando mi esposa y yo compramos un unidad en un nuevo confuso habitacional, yo solo dormía 4 horas al día. Andaba por doquier en piloto inevitable. Una mañana, tomé el acuerdo de financiación y… lo olvidé en el autobús. Al darme cuenta de que lo había perdido, lo busqué; pero en vano. Me di por vencido. Llegué a casa, la zona era casi nueva y no había asfalto; tierra por todas partes; en el edificio, el elevador no funcionaba y tenía que lograr al noveno calle. Llegué a la puerta y vi el sobre en el cual estaba el acuerdo, pero estaba hueco. Abrí la puerta y ahí estaba el documento en el suelo, para que no lo robaran. Una persona buscó el unidad necesario, aunque no tenía numeración, y devolvió el documento. ¡Qué eficaz fui en ese momento ¡Ese mismo día me regresaron la fe en la bondad y las personas.
Una vez, cuando tenía 8 abriles, nadie me recogió de la escuela y me fui a casa caminando. Empezó una tormenta. A mi flanco se detuvo un coche, de ahí salió una mujer y ofreció llevarme. Mis padres me enseñaron a no balbucir con desconocidos, en específico subirme a un carro con ellos, así que yo lo rechacé. Entonces, ella sacó un gran paraguas de colores y me lo dio. “No te mojes, pequeña”, me dijo y se fue. Abrí el colorido paraguas sobre mi inicio y me fui sonriendo. Aún tengo ese paraguas, me ha servido 7 largos abriles. © LifeAndDeath69 / reddit
Un automóvil atropelló a mi mamá y ella quedó discapacitada. Una vez, estábamos viendo la tele y mostraron un video de protección de los tigres siberianos. “Oh, Dios mío, cómo sueño con tocar un tigre por lo menos una vez en la vida”, dijo ella. La idea llegó a mi inicio: “Busqué información en Internet y encontré un sitio, le escribí la historia de mi mamá y su sueño. A los cinco minutos, recibí una respuesta: “Vengan mañana al circo, a la entrada de personal autorizado. Ayudaremos a tu mamá a hacer su sueño realidad”. Mi mamá lloró de gozo. Aún recordamos ese mágico día. Esta historia me ha recordado que las personas buenas y los milagros aún existen.
Un campesino comenzó a aparecer cerca de la entrada del edificio donde vivo. Se veía honesto y colocado, pero estaba claro que era un vagabundo. Nadie lo expulsó de la entrada, no causaba molestias y, a veces, incluso ayudaba a los vecinos en pequeñas cosas de la casa. Una vez, empezamos a conversar. Se llamaba Nicolás, se había quedado sin vivienda y sin documentos. Encontré mi vetusto teléfono táctil, registré una plástico SIM para mí y se la di; además le ayudé a recuperar sus documentos. Pero, en cierto punto, desapareció por completo. El resultado de esta historia es el subsiguiente. Ayer vi a Nicolás, resulta que guardó mi número. Nos sentamos en su pequeño unidad alquilado. Trabaja como soldador en un turno y toma trabajos a tiempo parcial, tiene un buen salario y vive tranquilamente. Es bueno darse cuenta de que le di una oportunidad a una persona y no la desperdició. Creo que este es el manifestación de una válido amistad.
Cuando tenía 3 abriles, me perdí. Entonces, una amable chica me llevó con la policía. Mientras esperaba a mis padres, ella hablaba con un policía. Al final, resultó que se habían enamorado a primera pinta y pronto se casaron. Sé esto porque, hace poco, mi novio, que es 4 abriles pequeño que yo, me presentó a sus padres. Así fue como ayudé a mi novio a emanar; perdiéndome para que sus papás se conocieran.
Yo trabajaba en una empresa de mudanza. Una vez, en un traslado, mi cliente era una hermana soltera con un hijo pequeño. Anotamos el estado de las cosas, las cargamos en el camión y nos fuimos. Al lograr al circunstancia, la señora comenzó a protestar por daños a las cosas que estaban ahí desde el principio. El cuota era por hora y la clienta tenía que avalar más de lo que esperaba. Al final de todo, el crío de 4 abriles se me acerca y me dice: “Creo que hiciste un buen trabajo, pero mi mamá no. Toma esta moneda, la encontré en mi habitación”. Luego abrazó mi pierna y salió corriendo. Este acto me alegró el día, estoy eficaz. © RedHaze54 / reddit
Mi esposa sacó la ropa que desde hace tiempo ya no le quedaba a nuestros hijos y la colocó en una gran bolsa. — En un remolque cercano vive un hombre con su hija. Su esposa murió. La pupila tiene 5 abriles, su nombre es un trabalenguas, la llamaremos María. La pupila se veía descuidada, mal vestida y sucia. Ayer vi que la pupila no tenía mínimo que hacer y comenzó a arrojarles piedras a mis perros. La llamé, la llevé al unidad, le di té con golosinas, hablamos y le pedí que no molestara a los perros. Mi esposa me llamó muy contenta: — Sergio, le di a María unos vestidos y juguetes. ¡Debiste acontecer gastado sus fanales! Me lo agradeció diez veces. Después corrió, se bañó, se peinó y se puso sus cosas nuevas. Luego, caldo a nuestra casa y nos dijo: “Muchas gracias. Prometo que nunca más volveré a molestar a los perros. Y no ofenderé a nadie”. Más tarde, su padre caldo a nuestra casa y nos llevó un costal de comida para perros. Se acercó a mí y me dijo que, si necesitaba ayuda con poco, él podía ayudarme. Tal es la alegría de María que contagia a los demás.
Llegué a casa muy tarde en la sombra. Iba subiendo las escaleras y escuché un chillido en algún circunstancia bajo el porche. No presté atención y entré a casa. Al día subsiguiente, al lograr a casa luego del trabajo, escuché el mismo sonido. Eché un vistazo y encontré un pequeño gatito que tenía sus patas pegadas al hielo. Corrí a casa por agua caliente, liberé al pequeño de aquella situación y lo adopté. Aún no puede caminar, pero come muy perfectamente y está tomando medicamentos.
Mi hija trabajaba en un hotel en Turquía. Una vez llegó una pareja con un crío pequeño. Eran buenas personas y su hijo llevaba consigo su chirimbolo predilecto, un búho de peluche. Siempre lo llevaba consigo. Pasaron las recreo y los huéspedes se fueron a casa, pero olvidaron el chirimbolo en la habitación. Después de un tiempo, llamaron al hotel y pidieron mandar el muñeco por correo, ya que el crío no podía ni ingerir ni amodorrarse sin él. Mi hija inventó una historia para el crío: el búho quería descansar un poco más en el hotel, regresaría luego y prometió mandar una foto todos los días. Mi hija tomó unas cuentas fotos y las enviaba mientras el paquete iba camino de regreso a su dueño.
Mi padre falleció, mi novio me dejó y me expulsaron de la preparatoria, mi vida se volvió un horror. Por eso subí al coche, encendí la música y simplemente me dirigí a cualquier flanco. Me detuve cuando eran las 3 de la amanecida, estaba muy allí de casa. Entré a una cafetería y no había nadie rodeando. Un pequeño entró y se sentó a mi flanco a pesar de que había mucho más espacio. Comenzamos a balbucir y le conté todo lo que me había pasado. Me abrazó y lloré. Han pasado 8 abriles. Me gradué de mi arte, adoro mi trabajo y tengo una nueva perspectiva de vida. Comparto este éxito con el extraño que conocí esa sombra en la cafetería. © bondsman333 / reddit
Tenía 17 abriles y faltaban dos semanas para mi fiesta de proporción. Mis padres no tenían cuartos para comprarme un vestido. Mi mama y yo decidimos dar una dorso por las tiendas de vestidos de novia. En una de ellas, me trajeron un hermoso vestido que tenía el clausura roto. Me lo puse y los empleados de la tienda, al ver lo perfectamente que me quedaba, decidieron regalármelo. ¡Quedé maravillada! Estas personas me regalaron un relato de hadas. Fui la más hermosa, casi como una Cenicienta.
Todos lo llaman Pedro. Él lleva trabajando 15 abriles como chófer de autobús en la ruta de nuestro pueblo a la ciudad. En esos abriles, él ha cumplido cientos de solicitudes. Nosotros lo conocimos hace varios abriles. En ese entonces, mi consorte tenía una discapacidad y acabábamos de lograr al hospital. Tenía que delirar varias veces a la ciudad para continuar con el tratamiento. Pedro pasaba por nosotros cerca de la casa y, rumbo a la ciudad, al dejar a los pasajeros, en torno a un desvío para llevarnos al hospital y me ayudaba a aguantar a mi consorte hasta la entrada. A las 12:00 terminábamos y él pasaba por nosotros. Hoy tomé el autobús con Pedro. Hablamos y recordé como él nos había llevado, pero él no lo recordaba. Para él esto fue poco simple, solo un poco de amabilidad.
“Simplemente ayudó y lo olvidó. El conductor del autobús, Pedro”.
Cuando tenía 10 abriles, en nuestro confuso habitacional vivía un hombre, el vecino del cuarto calle. Él nunca me hizo mínimo malo, pero, por alguna razón, yo sentía cierto tipo de inquina en torno a él. Todo en él me molestaba, especialmente su pelo. En cuanto lo veía, pensaba “si yo fuera director de cine, seguramente le daría el personaje de algún sinvergüenza”. Un día, lo vi caminando con un perro y todo cambió. El perro era callejero y no tenía una pata delantera. El hombre lo trataba con gracia y se dirigía a él de guisa bondadosa. Más tarde, me enteré de que él había recogido al hijo desaseado y enfermo de un ámbito inmotivado. El veterinario lo trató, pero no pudo librar su pata. No creo que una persona así pueda ser mala. Ahora pienso que, si fuera director de cine, le daría el papel de un explorador o un piloto.
Esto ocurrió cuando era estudiante. Una vez, entré a una tienda para comprar comida. En la caja de cuota, me di cuenta de que no tenía cuartos en mi plástico. Tuve que dejar los productos. Me sentía muy triste y avergonzado. Salí a la calle pensando en dónde pedir prestado. De pronto, una mejor salió de la tienda y me dijo que había gastado lo sucedido. Me dijo que tenía un hijo estudiante y además había estado en situaciones similares. Ella me abrazó y me puso un poco de cuartos en el faltriquera. Estaba conmocionado, no podía pronunciar una sola palabra. Por primera vez en una semana, logré ingerir poco corriente. Ella cambió mi posición en torno a las personas. Espero que la vida la recompense. © Ageati / reddit
Mi consorte y yo éramos muy jóvenes y no teníamos mínimo de cuartos. Un día de diciembre, cualquiera dejó en la entrada una caja llena de regalos para nuestro hijo y además había un poco de cuartos para algunas cosas para nosotros. Simplemente nos pusimos a lamentar. © otherm0ther / reddit
¿Alguna vez has experimentado un acto de bondad por parte de un desconocido? ¿O tal vez tú mismo has ayudado a cualquiera?
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Your Blood In My Name
Así comenzó. Con ellos dos sentados frente a frente en un bar punk de mala monta. No hablaron por varios minutos. Clint bebió de su cerveza y Bruce solo lo miro.
—Ya casi se cumple un año desde que me convierto en hulk— fueron las palabras que utilizo el científico para "romper el hielo" — ¿Todo un año? Eso es fantástico.— Exclamo el arquero ante la información. Bruce cerro los ojos mientras metía su mano dentro de su chaqueta. Suspiro antes de poner una pequeña caja azul en la mesa. Todavía tenía los ojos cerrados. Barton contuvo el aliento. — ¿Que es esto? Te me estas proponiendo?— bromeo con aprensión instalada en el pecho. —Algo así— parecía triste. El de cabellos castaños tomo la caja y la abrió revelando una especie de ampolleta fácilmente adaptable a las flechas de Clint en el fondo —Que es lo que hará? — Esto me matara...— por primera vez en todo el rato el científico miro a los ojos del rubio. —Si me convierto en hulk de nuevo. Alguna vez.— el castaño acerco la caja en dirección del arquero.– Quiero que tú uses eso— finalizo remarcando el tú. —No voy a matarte, Bruce- contestó negando con la cabeza también. Su mano tomaba el cuello de la botella pero la bajo a la mesa. —Tendras que hacerlo— dirigió su vista a sus manos en su regazo para no dar pie a ninguna clase de contacto en caso de que el otro lo deseará. Su rostro estaba casi libre de expresión. Una ligera arruga en su ceño lo delataba. —¿por que yo?— Se sentía molesto. No por el hecho de ser considerado capaz de matar a alguien. Si no porque Bruce parecía seguro de que lo mataría sin dudar un poco. — Por que eres una de las pocas personas que conozco, que eventualmente podrían vivir con esa elección— todavía estaba evadiendo la mirada del rubio. Su voz era extrañamente tranquila. —Bueno, eso es extrañamente insultante — y era mas que insultante. Dolía. —No lo es— Al fin levantó la vista para hacer contacto con los ojos azul gris.— Lo prometo. Te estoy diciendo que confió en ti con mi vida— su voz y expresión habían cambiado totalmente. Ahora lucían como desesperación puramente contenida. — Ha sido ya casi un año entero...Tal vez ya has superado todo esto— dijo en un intento vano por calmar al otro — Sueño como él. Sueño con ira. Me despierto con sabor a sangre en la boca. Me despierto y no estoy seguro si sucedió o no. Algunas veces tengo que prender las noticias para estar seguro. Y lo se, tú lo sabes, todos lo saben.— la voz del castaño se quebró un momento. — puede que me despierte un día y no sea un sueño y si eso sucede significa que he intentado todo y nada ha funcionado. — continuo hablando como perdido en algún recuerdo o visión lejano.— Necesitó que me prometas que me detendras de una vez por todas—
El arquero suspiro, tomo la caja, su tapa y los guardo dentro de su chaqueta de forma omniosa. Se bebió la cerveza de un trago lo que causo que hiciera una mueca ante el amargo líquido y se levantó para irse. Bruce le sujeto el antebrazo cuando paso a su lado. — Confió en ti— dijo gesticulando para que el mas alto leyera sus labios.
Barton salir del bar los mas rápido que pudo. Se permitió un momento para mirar el cielo nocturno y sentir el la fría brisa del viento en su rostro antes de hechar a andar de vuelta a su departamento. Había pensando en que esta visita iba a ser algo diferente. La llamada del científico le había sorprendido y todavía mas la invitación a tomar un trago. No había salido mucho con el hombre pero, jamas se le hubiera ocurrido que era para pedirle que lo matará.
Entró a su apartamento abalanzándo una caja de pizza un six-pack de cervezas. Habían pasado algunas horas desde el bar necesitaba pensar en todo, necesitaba estar solo. Agradecía que Kate no estuviera y se llevara a Lucky con ella.
Alguno de sus vecinos había puesto música demasiado alta que a pesar de que no podía escucharla bien, hacia retumbar sus ventanas. Estuvo a punto de brincar del susto, cuando prendió la luz y lo recibió el científico que había dejado en el bar hace unas horas. Estaba sentado en la barra de su cocina con una taza de té en la mano. Se veía tan gracioso. —Mierda.— Susurró el rubio para si mismo. — Pensé que habíamos terminado con el día de pedirle cosas raras al tío hawkeye— soltó con voz ronca. Se paro frente al otro lado de la barra colocando las cosas sobre ella. — Lamento arruinarte la noche. — replicó —No sabia que tenia té en la despensa. — respondió evadiendo el elefante en la habitación. — No tenías. Salí a comprar un poco. Tardaste mucho.— No era reproche pero,se sentía como uno a pesar de la actitud serena del castaño y que siempre incomodaba un poco al rubio. — ¿ Quieres pizza? — alcanzo a formular con torpeza mientras abría la caja de pizsq y dejando escapar el olor de su delicioso contenido. El ambiente entre ambos todavía estaba tenso.
Bruce dejo su bebida en la barra. Camino hasta frente al arquero. Quedaron un momento así, en silencio. Tan solo mirándose el uno al otro. Bruce parecía tan sereno y Clint tan parecido a un desastre andante. Ambos los mismos de siempre. Banner tomo a Clint de las solapas de la chaqueta con tanta fuerza que obligo a Barton a inclinarse hasta quedar a su altura. Lo suficiente para verse frente a frente y tan cerca para ver cualquier pequeño gesto en el rostro del otro. — Confió en ti, Clint.— dijo el castaño antes de juntar sus labios con los del rubio en un beso pausado pero, profundo y lleno de tantas cosas. No era el primer beso que compartían pero, este se sentía mas como una despedida con algo extraño que no habían tenido todos los anteriores.
El primero. Su primer beso había sido después de un tiempo de vivir juntos en la torre. Jess y Clint todavía salían juntos, pasaban las noches juntos pero, en su mayoría solo era sexo (tan incapaz como era Clint de tener una relación sentimental o confiar en alguien de manera normal)
Clint se llevaba bien con hulk en el campo de batalla, así que el rubio quería ver si podía hacer lo mismo con su contraparte mas pequeña y débil del gigante esmeralda. Con ese pretexto pasaban juntos tiempo en el laboratorio o en la sala común, siempre rodeados de papeles. Al arquero le gustaba molestar al castaño lanzándole cosas pequeñas (trozos de papel, botanas o cualquier cosa pequeña), le contaba chistes bobos y le hacia preguntas bobas que solo haría un niño pequeño. Pero nada de eso había sacado una reacción emocional de otro. En uno de esos intentos se había sentado a su lado y le había cuestionado, casi recrimidado sobre si estaba coqueteando con su novia. Bruce se había puesto tan rojo y había negado entre balbuceos que no era así. Clint se había reído de él un poco y le había tranquilizado con una broma sobre, que también debería coquetear con él; con eso se había acercado demasiado al castaño para incomodarlo pero, en lugar de una negativa recibió recibió una sonrisa burlona y un reto silencioso a continuar con aquello. Hawkeye había sido el primero en comenzar con el beso en aquella ocasión. Y ese primer beso se había sentido un error y un acierto por igual.
Jamas habían hablado de aquello jamas. Para ambos estaba claro que no podían tener una relación de ningún tipo siendo quienes eran. Bruce todavía amaba a Betty en el fondo, era una bomba de tiempo andante y Clint era demasiado desastre humano para atarse sentimentalmente a cualquiera. Bruce se había ido de la torre y del equipo pero, a pesar de ello todavía se mantenían en contacto para encontrarse, hablar de cualquier cosa y tener mas besos cuando llegaban a verse frente a frente. Algo extraño para ambos que eran bastante solitarios de diferentes maneras y que eran incapaces de tener una relación normal. El "confió en ti" era sustituto de dos palabras prohibidas implícitamente por ambos.
— ¿Aprendiste esto de Nath?— dijo el rubio cuando terminaron aquel beso. Tenia sujeto al otro en sus brazos,con una mano en la espalda y otra en la nuca. —¿Qué? Tu puerta estaba abierta cuando llegue.— respondió Bruce algo confundido por que el otro nombrará a la viuda en esos momentos. — No, eso no. Habló de los "premios de cariño" es lo que hace ella cuando piensa que me debe algo y si piensa que me debe la vida me da una ficha.— contesto soltando al otro y devolviendo su atención a la pizza. — Esto no es un "premió"— sentencio tomándolo del antebrazo y apretándolo con cariño. — ¿ Cuantas fichas tienes?— cuestionó quitándole al rubio la rebanada de pizza que tenía. — Tres ,¿por qué? — — Es bueno saber que tienes a alguien cidándote las espaldas.— — ¿No dices nada de tus manipulaciones?— pregunto con algo irreconocible en la voz. — No son manipulaciones. Es la verdad. Te necesito y confió en ti para eso.—
Fue la última vez que se vieron antes de su muerte/asesinato.
"Te necesito" y "confió en ti" era algo que jamas volvería a escuchar eso en voz del castaño y eso dolía. Dolía mas que las miradas de temor y de desprecio que provenientes de quienes eran sus amigos y compañeros de trabajo cuando fue detenido ese fatídico día donde había matado a Bruce Banner.
Murdock le había dicho que iba a buscar como sentencia para eso que Barton caminará por el pasillo de la muerte y eso estaba muy bien para el arquero. Pero el jurado había fallado a su favor gracias a un vídeo donde el mismo Bruce explicaba que, él mismo había hecho la cosa con la que hawkeye lo mataría y que también se la había entregado personalmente. El público en general había enloquecido dividendose entre llamar a Barton héroe o asesino. Al salir de la cárcel Clint se encontró con Bobbie y su nuevo novio que lo llevaron a una especie de vacaciones en una montaña. No fue malo, pero no era lo que necesitaba; aunque eso le había servido para tomar una decisión sobre lo que quería hacer ahora que era un paria en la comunidad superheroica.
Así fue como dejo todo lo que era antes y comenzó a recorrer el país mientras intentaba hacer algo bueno por la gente con intensión de honrar la memoria de Banner. Pero eso jamas pagaría la deuda que tenía.
Amadeus, el protegido de Bruce y el Totalmente Increíble Hulk busco a Clint pasando por SHIELD, Black Panther y todo aquello que se le ponía enfrente para impedir que llegara al arquero.
— Barton — Dijo el joven hulk al entrar por la puerta del restaurante de carretera en el que se había detenido el arquero.
— Cho.— respondió el rubio tranquilamente sentado en la barra del lugar. Tenía una taza de café en la mano y el periódico del día en la otra. Sus ojos tenían unas enormes ojeras debajo y su rostro lucía preocupado.
Los ocupantes del restaurante salieron corriendo después de que Amadeus entrará totalmente.
—No deberías estar solo. No es seguro.— comentó aparentemente despreocupado mientras avanzaba hacia el arquero. — Claaaaro.— respondió el otro dejando el periódico y la taza en la barra. — Hhh. Te vez asustado. Me gusta eso.— tenia una pequeña sonrisa de suficiencia en sus verdes rasgos. — Bueno. A uno de los dos — — He venido a asesinarte. Eso es lo que estas pensando. ¿Cierto?— Todavía sonreía. Clint suspiro. — Yo...— comenzó con un poco de duda sobre lo que debía decir. — No se lo que quieres realmente. Asesine a Banner. Tu amigo. Tenía buenas razones...— "o eso creía" pensó al momento que su voz se quebraba.— y he estado pensando en ello una y otra vez desde que sucedió, pero no se si has venido para...— la perorata fue interrumpida por el fuerte crack que hizo la barra al tener sobre ella el puño enorme del chico. — Le dije a Carol Danvers que no podría detenerme si yo quería aplastarte como a un insecto. Nadie podría detenerme. Ni ella, ni SHIELD , ni T'Challa, ni siquiera mi hermana.— lucia presumido.— Se siente bien mirar fijamente a Danvers y decirle eso, ¿sabes?. Se siente bien estar diciendotelo ahora como si estuviese a cargo. Como si pudiera hacer que sucedan cosas. Como si pudiera hacer que pase cualquier cosa.— Cho guardo silencio. Clint acerco su taza a su rostro con ambas manos. El muchacho continuó y ya no parecía tan presumido. — Pero — su voz se rompió. — Lo que realmente quiero...yo— comenzó a encojerse y a perder el color verde hasta quedar como el muchachillo de 19 años que era realmente. — Solo quiero a mi amigo de vuelta. — — Yo...no puedo ayudarte con eso.— Contestó Clint con pesar. — Lo se. No debería estar aquí. Banner... Banner no querría esto.— su cara era una mueca de total tristeza. — ¡Maldicion! Él dijo que lo descubriría, dijo que estaría bien.— Volteo la vista al mayor y se sentó a su lado en la barra, sobre uno de los banquillos altos. Con su dedo índice comenzó a marcar la grieta que había dejando momentos antes.— Pero no estoy bien. Ni siquiera un poco.— — Tampoco yo— confeso Clint con lágrimas corriendo por sus mejillas. Amadeus hizo lo mismo e intento calmarlo posando su mano en el hombro del otro. Así lloraron por Bruce y hablaron de los buenos momentos que pasaron con él.
Cuando pasaron horas salieron del restaurante.
— Hasta luego Amadeus.— se despidió el arquero tendiéndole la mano. — Adiós Barton.— musitó tomando la mano que se le ofrecía. — Espera. Toma — el rubio detuvo al chico cuando estaba a punto de convertirse. De uno de los bolsillos de sus jeans sacó un pequeño cuadro de plástico azul. El nuevo Hulk lo tomo y lo examinó con curiosidad. — ¿Para que es?, ¿que significa?— exclamó mostrándole uno de los lados del cuadrado donde había una figura grabada con marcador permanente y unas palabras. — Me lo dio Bruce. Era una especie de broma entre nosotros.— aclaró, señalando la figura. — Hace tiempo vi esa misma imagen y le dije que parecía como si mis flechas estuvieran atravesando un átomo. Él dijo que era tonto y me explico lo que realmente significaba pero, no entendí nada porque hablaba demasiado rápido y no tenia mis audífonos...— Dudó un poco de continuar con su explicación al ver la cara de confusión del chico. Ahora ya no parecía tan buena idea contarle sobre eso. — En fin, era algo importante para ambos. Creo que esta bien que lo tengas. Bruce lo dibujo ahí — — ¿ También puso el "confió en ti?— preguntó mirando de nuevo la figura. — Si...— — ¿Es parte de la broma?— —Uh...si— contestó un poco nervioso. — Deberías quedartelo. Yo ya tengo de él dinero y un reloj con alarma.— le tendió el cuadrado de nuevo — Y yo no soy él. — Clint tomo en cuadrado y lo metió de donde lo saco sin mirarlo. — Se que no eres él. — respondió con voz trémula.
Bruce tenía razón en algo: Clint era capaz de vivir con lo que había hecho. Era capaz de vivir sin Bruce, sin sus explicaciones largas y complicadas, sin sus raros chistes científicos, sin sus comentarios sarcásticos, sin sus "te necesitó" y sus "confió en ti" . Podía vivir siendo un paria entre sus ex compañeros de equipo. Sin Kate y sin Lucky. Pero siempre iba a vivir con la culpa y el dolor de aquella decisión. Con noches llenas de sueños con sus buenos momentos juntos y pesadillas con la imagen de él atravesado por dos de sus flechas .
Para el mundo hawkeye era un héroe que había matado a un monstruo y así había salvado al mundo. Pero la verdad se sentía como como un monstruo que había matado a un héroe.
#hulkeye#love#spanish#fanfic#civil war ii#muerte#dolor#yo estaba muy loca cuando escribí esto pero no me arrepiento#hulk#hawkeye#clint barton#bruce banner
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Nadie discutiría que años atrás grupos musicales y cantantes bien conocidos glorifican al diablo y a la muerte, como ser KISS, Black Sabath, Judas Priest, Marilyn Manson, AC/DC, Rob Zombie, etc, después hay bandas menos conocidas pero que incluso sitios web no cristianos las presentan como bandas satánicas (haciendo clic aquí se puede ver un corto video de algunas bandas que son un claro ejemplo de esto).
El problema radica en que muchas personas, y por sobre todo padres, se han quedado con este concepto y piensan que sus hijos están más “seguros” escuchando cantantes pop, ya que son más inofensivos. Nada más lejos de la verdad.
A continuación hablaremos muy brevemente de algunos artistas pop que parecen inofensivos y que seguramente has escuchado esta semana al encender la radio. El diablo no es tonto, y por sobre todo no es anticuado, oh no… el diablo se ha modernizado y ahora toca y produce música pop.
“Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas; porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en secreto. Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo.” Ef. 5:11-13.
Esta lista puede ser extremadamente larga y de hablar detenidamente de cada cantante o grupo llevaría demasiado tiempo, solo mostraremos algunos ejemplos.
No podemos publicar las canciones ya que los videos pueden ser censurados por derechos de autor, pero mostraremos algunas imágenes de los artistas más conocidos del momento (pedimos disculpas por las imágenes tan explicitas pero es necesario para entender el concepto). Empecemos:
Maroon 5
En el video de la canción “Animals” el cantante (Adam Lavine) es mostrado como un depredador sexual, aparentemente retratándose a sí mismo como el famoso asesino serial Robert Hansen, un violador que contrataba los servicios de prostitutas y las llevaba en su avioneta a una remota cabaña en el bosque. Tras violarlas, las liberaba, esperaba un tiempo, y les daba caza como si fueran animales. Asesinó entre 17 y 21 mujeres.
Lo que se logra con esto es glorificar a los pervertidos, violadores y asesinos.
Ariana Grande
Es una de las artistas del momento, algunos de sus videos en Youtube han llegado a más de un billón de reproducciones. A Ariana Grande se la ha visto en numerosos programas de chimentos hablando sobre su contacto con demonios e incluso su lucha con las fuerzas diabólicas; su promoción de la homosexualidad y la agenda LGBT está a la orden del día. Por otro lado en sus vídeos se la puede ver abriéndole la puerta de su habitación a quien sería el diablo, quien termina asesinándola, sin dudas un triste adelanto de lo que será su futuro una vez que ya no le sirva más a su amo.
“Esta noche estaré haciendo pactos con el diablo”
Quizás el más aberrante de todos sus videos y canciones es “God is a woman” (Dios es una mujer), absolutamente blasfemo y repugnante donde se la puede ver parodiando la última cena del Señor Jesús con sus discípulos, antes de emprender su camino a a cruz, donde murió por los pecados del mundo.
La coreografía de Ariana Grande durante los Video Music Awards en MTV, 2018, llena de imágenes ocultistas, signos satanistas y por sobre todo abarrotada de blasfemias contra Jesucristo.
En la mesa había mujeres de todas las “formas y tamaños”, incluida una mujer transexual, una mujer a la que le quitaron los senos “porque no podía identificarse con ellos”, lesbianas, heterosexuales, bisexuales y diferentes edades, todas interactuando entre sí.
Al principio de la canción se puede escuchar la voz de la madre de las blasfemas, la bruja Madonna, mal citando de la biblia el pasaje de Ezequiel 25:17 donde su voz personifica a la voz de Dios mismo.
Lady Gaga
Lady Gaga, en una gira del año 2010 dijo ser acosada por un fantasma llamado Ryan, por lo que compró un equipo para “cazar fantasmas” y así poder decirle a Ryan que “la deje de molestar”, a tal punto llega su paranoia y presión demoníaca que tiene miedo de dormir sola o con la luz apagada y necesita tener a alguien en la cama con ella.
El Señor Jesús advirtió acerca de los demonios y que solo pueden ser expulsados por medio de una relación personal con Dios y con ayuno y oración (Mt. 17:21), por más que Gaga gaste 50 mil dólares en un equipo “cazafantasmas”, nada podrá hacer contra los demonios que la acosan si la sangre de Cristo no limpia primero su alma y se arrepiente de sus pecados.
Admitió también estar poseída por una entidad espiritual que influye en su música, admitió que Satanás le habla a través de los sueños y que ha abrazado sus pesadillas morbosas satánicas como inspiración para su música. El uso continuo de imágenes satánicas de Gaga también revela mucho sobre quién es ella y cómo Satanás la está utilizando como marioneta para influir en millones de jóvenes desprevenidos.
Gaga pagando pleitesía a los maestros Illuminati
Lady Gaga simulando un uniforme nazi y Hillary Clinton durante la campaña presidencial
Gaga haciendo alusión a las SS de la Alemania Nazi
En su canción “Judas”, Gaga expresa su amor por Judas Iscariote, uno de los discípulos de Jesús, quien le entregó a las autoridades con un beso para ser llevado a la cruz. Judas luego cometió suicidio. En el video Gaga se identifica como María Magdalena, de quien el Señor Jesús echó siete demonios y ayuda a Judas a entregar a Jesús para ser asesinado, al final del video Gaga muere apedreada.
En la canción “Judas” Gaga dice: “Judas es el demonio a quien me aferro”.
Katy Perry
Katy Perry puede que sea quizás la personalidad más peligrosa del ambiente de la música satánica ya que es la que posee la imagen de más “inocente” o inofensiva. Gracias a que sus videos y atuendos son muy coloridos y hasta infantiles ha ganado millones de seguidores. Nada más lejos de la verdad, Katy Perry es por lejos la figura más influyente de la música pop dirigida a los adolescentes.
Hija de pastores pentecostales, Kate Hudson soñaba de pequeña con ser como Amy Grant, pero al no poder trepar en la fama de la música cristiana admitió haber vendido su alma al diablo. El papá de Katy, Keith Perry, afirma que ver los conciertos de su hija es tan infernal que termina llorando porque los fanáticos adoran al cantante en lugar de a Dios.
El primer hit de Perry fue “I kissed a girl” (besé a una chica) influenció a miles de chicas adolescentes al lesbianismo.
En su canción E.T. (extra terrestre) promueve el bestialismo y el sexo con seres de otra dimensión, es decir, con demonios. La letra dice algo así:
“Eres tan hipnotizante ¿Podrías ser el diablo, podrías ser un ángel? Tu toque magnetizante. (…) Eres de otro mundo Una dimensión diferente Abres mis ojos Y estoy lista para ir, llévame a la luz”
(…) “Dime que sigue ¿Sexo extraterrestre? Te voy a desvestir Entonces te voy a sondear. Mira, te secuestré (…) Bésame, bésame Infectame con tu amor y lléname con tu veneno”
En la entrega de los Premios Grammy 2014, Perry realizó una presentación tan diabólica que incluso los propios críticos del mundo del espectáculo se sorprendieron al verla, diciendo que lo que acababan de ver en el escenario era brujería pura. Mientras que en la presentación de los Premios Grammy Perry glorificó la brujería occidental, en el video original de la canción “Dark Horse” (caballo negro) glorifica el misticismo oriental y magia egipcia. El caballo negro hace alusión, por supuesto, al caballo negro del libro de Apocalipsis 6 que simboliza muerte.
Algunas fotos de la presentación.
En el video oficial se presenta a sí misma como alguien que puede lanzar hechizos de muerte sobre las personas.
Katy Perry se muestra durante el video sobre los brazos del dios egipcio Horus mientras sostiene una serpiente sobre sus brazos
Bruno Mars
Otro de los artistas del momento, pese a que su apariencia es de un “chico bien” sus letras están cargadas de lascivia y apología a las drogas:
“Oh, tengo una botella llena de licor con cocaína Kicker y siento que tengo treinta pies de altura Así que déjalo, déjalo. Tienes las piernas en el cielo con el diablo en tus ojos Déjame escucharte decir que lo quieres todo Dilo ahora, dilo ahora.
(…) Ooh ooh ooh sí, tú y yo bebé haciendo el amor como gorilas Sí, tengo un puñado de tu cabello Pero no pareces asustada Solo estás sonriendo dime papá es tuyo Porque sabes cómo me gusta, usa un pequeño amante sucio
Si los vecinos llaman a la policía, llame al sheriff. Llama al golpe, no paramos Seguimos balanceándonos mientras llaman a nuestra puerta Y estás gritando, dámelo bebé Dámelo hijo de p***”
La apología al abuso de alcohol y drogas es una constante en las letras de Bruno Mars, como también la promoción de la frase “die young” (morir joven):
“Tu-ru-tu, nunca mires atrás No tenemos miedo de morir jóvenes y vivir rápido Dame buenos momentos, dame amor, dame risas Vamos a subir al cielo antes de que se vaya la noche”.
Satanás usa a Bruno Mars para seducir a las audiencias con su voz pero su mensaje es veneno:
“Soy un monstruo pero no soy Frankenstein Y francamente me he estado sintiendo loco entre mis ojos Realmente no puedo explicar lo que siento por dentro Si supieras lo que soy, correrás y te esconderás Muchos han tratado de ir a la noche. Cruza la línea y vuelve vivo Pero ese es el precio que pagamos cuando vivimos del otro lado.”
Beyoncé
Beyoncé es uno de los artistas más influyentes de la escena actual mundial. Hay algo siniestro detrás de su éxito, como Beyoncé incluso admite, y millones de fanáticos no tienen idea de a quién realmente están “adorando”.
Antes de su presentación en el Super Bowl en 2016, Beyoncé dijo transformarse en Sasha Fierce gracias a espíritu que la poseyó, quien a partir de ahí es quien la posee cada vez que ella está en escena: “Justo antes de actuar levanté mis brazos y fue la primera vez que lo sentí dentro de mí”.
En una entrevista a la revista RollingStone en 2004, Beyoncé comentó: “… cuando actúo, esta confianza y esta sensualidad y todo lo que sea que soy, simplemente no sucede. Y lo sientes y comienzas a hacer cosas salvajes que ni siquiera tienen sentido, como si el espíritu se hiciera cargo. Esa magia, eso es lo que amo. Si me ves en la televisión no soy una persona humilde y tímida, pero eso es una transformación. Es un trabajo. En la vida real no soy así”.
Momento en que el espíritu demoníaco posee a Beyoncé
Esta es la mirada de una persona poseída
En 2018 Beyoncé fue acusada por su exbaterista de “brujería extrema”, “magia oscura” y “hechizos mágicos de abuso sexual” contra ella.
Beyoncé haciendo burla a la virgen María, mientras sus fans la adoran
Sasha Fierce, claramente se puede ver el símbolo satánico delante de ella
Beyoncé pagando pleitesía a los maestros Illuminati
Podríamos hablar de muchos ejemplos, la lista es interminable.
Cantantes como Nicki Minaj quien dice ser poseída por un espíritu que le hace hacer cosas que ella no quiere, le pidió que se vaya pero no lo hace ya que tiene ‘un trabajo que hacer’. Ella dice que este demonio se llama “Roman”.
Rihanna
Poppy
Kesha
Cerramos el artículo con -quizás- el personaje más perverso de la música pop, la increíblemente depravada Miley Cyrus:
Comenzando desde pequeña a actuar en Disney Channel en el programa conocido como Hannah Montana, ganó la confianza de padres y niños pequeños para luego convertirse en una de las figuras más perversas del ambiente pop.
El antes y el después de Miley Cyrus
Cyrus es increíblemente pervertida y todas sus canciones y videos giran en torno al sexo desenfrenado, homosexualidad y abuso de drogas. Billboard Magazine dijo que el video “We can’t stop” (no podemos parar) es subversivo (aquello que se propone o que es capaz de subvertir un orden establecido, bien sea de índole política, social o moral), hipnótico y desquiciante (la palabra utilizada aquí en realidad significaría algo que saca del quicio, que se vuelve salvaje o pierde el control). Compartimos dos imágenes de este video (todo el resto del video gira en torno al desenfreno sexual):
En uno de sus recitales en el año 2014 una fan le arrojó una tanga en el escenario, pero en lugar de esquivar la ropa interior del proyectil como lo hubiera hecho cualquier otra persona, Cyrus los recogió y se los puso en la boca.
Junio de 2019, Cyrus publicó en su cuenta de Twitter una foto asquerosa de ella celebrando el asesinato de bebés y a la internacional abortista Planned Parenthood; no solamente eso, sino que se la ve lamiendo la torta donde se lee “aborto es salud”. ¿Te preguntabas quienes son las manos que mueven la industria de la música y del espectáculo? Son manos manchadas de sangre inocente.
Tuit de Cyrus celebrando el aborto
Sus pervertidas puestas en escena son extremadamente explícitas y asquerosas como para mostrarlas aquí pero estos son algunos ejemplos. Pedimos disculpas si esto incomoda a alguien pero los padres tienen que estar alerta sobre este perverso y sumamente peligroso personaje:
Es responsabilidad de cada padre saber qué es lo que escuchan sus hijos. El diablo sabe como presentarse para lucir atractivo.
“Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz.” 2 Cor. 11:14.
La industria de la música utiliza a los artistas de turno para infuenciar a millones de personas, pero por sobre todo jóvenes, adolescentes y niños y los conduce a una vida lejos del Creador, una vida de placeres y de dolor. Hemos visto algunos ejemplos de como estos grupos promueven el sexo sin límites, la homosexualidad, satanismo, canibalismo, autoflagelación, brujería, espiritismo, blasfemias, alcoholismo, drogadicción, abortos y cuanta cosa uno se pueda imaginar.
¿Permitirías como padre que un desconocido se acerque a tu hija y le ofrezca drogas? ¿que la tire en una cama y tenga sexo desenfrenado gritando como gorilas?. ¿Dejarías que alguien la introduzca en el espiritismo y la adoración al diablo?. ¿Qué tal si alguien le ofrece sumergirse en una bañadera llena de sangre, o quizás beber sangre de un corazón?. Probablemente no… ¿Entonces por qué dejar que estas marionetas satánicas de la industria musical sí se lo inculquen?.
La música pop y su fascinación con el canibalismo, la homosexualidad, la muerte y el satanismo Nadie discutiría que años atrás grupos musicales y cantantes bien conocidos glorifican al diablo y a la muerte, como ser KISS, Black Sabath, Judas Priest, Marilyn Manson, AC/DC, Rob Zombie, etc, después hay bandas menos conocidas pero que incluso sitios web no cristianos las presentan como bandas satánicas (haciendo clic…
#Aborto#diablo#espíritus#Homosexualidad#niños#Satanás#Satanismo#Señales de los tiempos#Sexualidad#Transexualidad
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Lee Somi, un nuevo año comienza y con eso, un sinfín de oportunidades. Queremos comentarte que tus datos han sido revisados por nuestro equipo docente y que tu solicitud para ser parte de nosotros ha sido por fin aceptada. Así, anhelamos que encuentres aquello que persigues, así como también una nueva meta o propósito junto a tus demás compañeros. Esperamos que dentro de nuestros muros experimentes emociones que se creían inexistentes y conozcas la dicha de los aplausos.
¡Andi! Gracias por la muestra de interés en nuestro proyecto, esperamos que tu tiempo con nosotros sea agradable. Recordamos que a partir de este momento, cuentas con 24 horas para enviar tu cuenta.
datos ooc / generales.
Pseudónimo: andi Pronombres: ella/suya Edad: 20+ País o zona horaria: Chile Nivel de actividad: 8/10 Triggers: –
datos ic / básicos.
Faceclaim: kim yooheon Nombre: Lee Somi Fecha de nacimiento: 20 años - 29 agosto 1999
Orientación sexual y romántica: biromantico-bisexual
Ocupación: vendededora en one page vintage.
Cursos electivos: música y cultura.
datos ic / entrevista personal en Itaewon Drama Academy.
¿Cómo te describirías a ti mismo y cómo te describen los demás?
“Soy una persona normal, nada extraño en mí. …Aunque muchas personas me han descrito como alguien ligeramente insoportable, a veces molesta, o quizás demasiado hiriente… pero, ya sabes, la envidia y todo lo que provoca.”
¿Por qué te interesa inscribirte en Itaewon Drama Academy? ¿Tienes alguna experiencia en el mundo de las artes escénicas?
“Solían gustarme mucho las películas cuando era niña, y recuerdo a mi padre siempre fascinado viendo la televisión cuando su show favorito aparecía. Supongo que me gusta la idea de captar la atención de la gente de esa manera, parándose en un escenario, solo con tu presencia y talento. Mi única experiencia son las obras de teatro en la escuela. ¿Tiene alguna importancia? Solían decirme que lo hacía bien, si es que sirve de algo…”
¿Cómo es tu situación familiar? ¿Por qué no cuentas algún suceso relevante en tu vida?
“Vivo sola con mi padre, pero ‘vivir’ es una manera generalista de describirlo. La verdad es que a pesar de que compartimos el mismo techo, apenas nos dirigimos la palabra. Simplemente no congeniamos muy bien. Al menos puedo decir que pongo una parte de mi propio dinero para poder mantenerme, así que no puede quejarse respecto a eso.”
“El suceso más relevante de mi vida es que mi madre murió cuando yo era muy pequeña, y los vecinos me han dicho que mi padre era una persona totalmente diferente, antes. Trato de no pensar mucho en ello, no soy una persona sentimental… o eso creo.”
datos ic / extras. 1. Suele ser poco cortés para expresarse. 2. Se queja por montones de todo lo que pueda, desde algunos de sus compañeros hasta de las clases que toma, pero en el fondo le gusta mucho estudiar en Itaewon. (A pesar de que entró en la academia de arte para molestar a su padre, en gran parte).
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Es tu turno de lavar los platos.
Por quinta vez en esa tarde, Levi emitía un sonido que oscilaba entre un gruñido y un lamento. Su expresión mostraba lo frustrado que estaba y su paciencia no duraría mucho tiempo más. Sin embargo, estaba en medio de una tarea muy particular, y por alguna razón que cada vez parecía tener menos peso, debía terminarla.
-Cuatro ojos, recuérdame por qué estoy escribiendo este estúpido anuncio… -se recargó en el sillón, dejando sobre la mesa el bolígrafo y la libreta que sostenía.
-Porque me iré a hacer una investigación al extranjero, no regresaré en un par de años, y tu solo no puedes pagar el alquiler del departamento –Levi adoptó una expresión de enojo.
-¿Insinúas que no gano lo suficiente? podría pagarlo y…
-Si lo pagas, dejarás de ahorrar, y… enfrentémoslo: necesitarás dinero para tu vejez, ya que con ese horrible genio que tienes, nadie querrá cuidar de ti. Al menos no sin cobrar.
-Tsch… ¿te crees muy graciosa?
-Lo soy… pero recuerda, si no ahorras, no podrás comprar ese tablero multitouch para tus diseños.
-Odio cuanto tienes razón.
Levi volvió a tomar el bolígrafo y la libreta. La hoja estaba llena de tachones y apenas un par de renglones eran legibles, ya que, a pesar de ser un excelente arquitecto, su letra era espantosa.
Una hora más tarde, el documento que redactaban quedó completo:
Se busca roomie.
Departamento con dos recámaras, un baño completo, sala-comedor, cocina y espacio para un auto. Ubicación céntrica, a dos cuadras del metro Trost.
Personas aseadas y responsables.
Incluye: agua, luz gas e internet.
$2,000
Un par de semanas después, Levi estaba sentado en el sofá. Leía un libro y bebía una taza de té. Era el momento perfecto para él; sólo, cómodo y sin que nadie lo molestara, hasta que alguien tocó el timbre.
Decidió ignorarlo, y no le dio mucha importancia, ya que no volvieron a tocar, pero un par de minutos después, alguien golpeó la puerta.
-¿Qué demonios? –gruñó y dejó el libro sobre la mesa, caminado hacia la puerta, dispuesto a amenazar de muerte a la persona que osaba molestar su tranquila tarde- ¿qué caraj….?
-Hola –una chica de cabello cobrizo lo saludó con una gran sonrisa- vine por el anuncio del departamento. Toque el timbre, pero iba entrando otro vecino, y me dijo que este era el lugar.
-Sí, aquí es –dijo un poco confundido. Cuando publicó el anuncio, pensó que sería un varón el que rentaría, pero recordó que no había especificado el género que buscaba para su compañero de departamento.
-Y entonces… ¿puedo ver el departamento?
-¿Eh? –por un segundo olvidó que la chica estaba allí- oh, sí… pasa.
Ella entró y miró a su alrededor. Parecía ser una chica tranquila, de unos 25 años, tal vez. Era un poco más baja que él y sus ojos color miel le resultaron cálidos.
-No es muy grande –Levi caminó por el pequeño pasillo, hasta la sala, donde había una televisión, y junto estaba una mesa para comer. Detrás de esta, estaba la cocina, que parecía no haber sido usada nunca, ya que estaba inmaculadamente limpia.
El recorrido por el departamento fue rápido; no era un lugar muy grande, pero era acogedor. Además, Levi no hablaba mucho. Parecía estar estudiando a la chica con mucho detenimiento. Algo en ella le parecía interesante.
Ella se detuvo un momento para mirar hacia la ventana de la sala, como si estuviese imaginando algo, pero antes de que él pudiese preguntar de qué se trataba, ella habló.
-Este lugar está impecable… me gustaría vivir aquí… ¿cuándo podría mudarme?
-¿Mudarte? –él no pensó que la chica se convencería tan rápido- eh…. Pues en cuanto pagues el primer mes, cuando tú quieras –dijo casi sin pensar, y hasta él mismo se sorprendió. Nunca pensó que sería tan fácil convencerse de que a persona con quien viviría sería la indicada.
-Excelente… ¿quieres efectivo, o un depósito?
-Efectivo está bien.
-Bien, entonces… ¿puedo pasar en dos días a pagar? –ella lo miró con cierta preocupación- pasado mañana me pagan, y para ser sincera, he estado buscando departamento por varias semanas. Este es el mejor que he visto, y mi lugar de trabajo queda cerca, así que… -miró hacia el suelo, poniéndose un poco nerviosa ante la mirada de escrutinio de Levi- ¿hay mucha gente interesada en el departamento?
-Eres la primera… por mi está bien… eh… -la miró con insistencia.
-Oh… mi nombre es Petra y tú eres…
-Levi –su expresión se suavizó- entonces te espero en dos días, Petra. Estaré aquí después de las 5.
-¿En verdad? ¡Muchas gracias! –una sonrisa amplia iluminó su rostro y miró a su alrededor, como para acordarse del lugar, imaginando cómo sería vivir allí.
Durante los próximos dos días, Levi se preguntó por qué había accedido tan fácilmente a que Petra se mudara con él. No sabía nada de ella, e incluso podía tratarse de una asesina psicópata. También esas personas necesitan un lugar en dónde vivir ¿no?... pensó en mil y un teorías sobre la chica, y sobre lo que haría para ganarse la vida, pero no fue hasta un par de días después, a las 5:30 de la tarde, que pudo preguntarle.
En cuanto ella tocó el timbre del departamento, Levi se apresuró a bajar para abrir la puerta. El departamento estaba en el tercer piso, así que sólo debía bajar un par de escaleras para llegar a la puerta principal.
Cuando abrió la puerta y miró que Petra estaba allí, tuvo una inexplicable sensación de alivio, misma que racionalizó como el haber evitado quedarse con todas esas dudas sobre la chica.
-En verdad viniste… -la dejó pasar.
-¿Bromeas? Me encantó el lugar –ambos comenzaron a caminar hacia el departamento- la luz que entra por la ventana de la sala es magnífica. Muy buena para leer, además la vista es hermosa y el lugar es justo lo que necesito.
-En ese caso, ambos salimos ganando –ella lo miró con curiosidad- soy arquitecto y estoy ahorrando para comprar un tablero multitouch, así que pagar el alquiler completo del departamento, no me dejaría ahorrar mucho…
-Entiendo… ¿cuánto tiempo llevas viviendo aquí?
-Cuatro años –abrió la puerta del departamento y entraron- solía tener una compañera de cuarto, pero ella se fue a hacer una investigación de fósiles al extranjero, así que… ¿quieres sentarte?
Levi señaló una de las sillas del pequeño comedor y ella asintió, mientras miraba nuevamente a su alrededor, con actitud serena. De pronto, Levi la miró con el ceño fruncido.
-Nunca pensé que mi próximo roomie sería una chica… -permaneció pensativo y al ver la confundida expresión de Petra comenzó a explicar- no es que tenga algo en contra de ello… yo… -no era muy bueno con las palabras- en realidad no esperaba mucho del anuncio que publiqué. Me bastaba con que no llegara un loco a vivir conmigo…
-Entiendo perfectamente… -rio un poco mientras tomaba algo de su bolsa de mano- y ahora que lo mencionas, toma –le dio un folder con algunos papeles- creo que me emocioné demasiado por haber encontrado un buen lugar para vivir, que olvidé entregártelo la vez pasada. Es un comprobante del lugar donde trabajo… es una carta que muy amablemente hizo mi jefe para mí.
-Dot Pixis… director general de Titan Publicity Co. ¡Vaya! ¿eres mercadóloga?
-Sí, soy parte del equipo creativo de la compañía –sonrió con amabilidad- llevo año y medio trabajando allí y buscaba departamento porque mi antigua compañera de cuarto se casó y… aproveché para encontrar un lugar más cercano a la oficina.
-Ya veo… -miró otra vez la carta de recomendación- muy bien, señorita Ral… ¿sales mucho de fiesta o sueles tener invitados?
-No... suelo ir al cine los fines de semana, a veces salgo con mis amigas, pero nada alocado. Me gusta más salir a caminar por la ciudad y…
-No tengo inconveniente con las visitas, siempre y cuando no pongan música a las tres de la mañana, pero hay algunas reglas de limpieza muy estrictas en este lugar –arqueó una ceja- asignaremos turnos para hacer limpieza de la cocina, el baño, la sala y las ventanas…las áreas comunes, en pocas palabras. Tu cuarto no es de mi incumbencia, pero las áreas comunes…
-Entiendo, puedo vivir con eso –sonrió
Una vez que Petra se mudó, hubo un periodo de adaptación para los dos; Levi tenía una extraña obsesión con la limpieza y el orden, y la chica tuvo que aprender a limpiar de la manera que a él le gustaba, ya que como ella lo hacía, parecía no ser suficientemente adecuado. Por otro lado, tuvo también que acostumbrarse a su, aparentemente, fría y distante forma de ser, así como su peculiar lenguaje, que con frecuencia hacía uso de referencias intestinales y sus desechos, lo cual, después de un tiempo, le pareció bastante cómico.
Por su parte, Levi tuvo que habituarse a escuchar murmullos en la habitación de Petra cuando hablaba por teléfono, lo cual sucedía al menos dos veces por semana. Parecía ser una chica muy sociable, y eso se notaba en la insistencia que tenía en entablar conversación por las mañanas o por las tardes, cuando regresaban de trabajo, pero poco a poco, Lev aprendió a apreciar las pláticas que tenía con la chica y se alegró de que ella cocinara decentemente, y fuese lo suficientemente amable para compartir su comida con él. Nunca había sido bueno cocinando, y su dieta era por completo caótica, así que hicieron un trato para que el comprara los ingredientes, y ella cocinara.
Pronto, se asombró al descubrir que disfrutaba de la compañía de la Petra, y se había vuelto una especie de tradición el beber una taza de té mientras charlaban por las noches. En ocasiones veían películas juntos, y cuando él pasaba toda la noche trabajando en algún diseño, encontraba una jarra de café lista por la mañana.
Levi y Petra se llevaban muy bien; algo inesperado para ambos, ya que, desde un inicio, esperaban tener una relación distante, y tener el menor contacto posible, pero a pesar de sus diferentes personalidades, ambos se entendieron bien y se volvieron buenos amigos.
Sin embargo, de vez en cuando, y en especial cuando Petra salía con sus amigas, Levi pensaba que Petra se veía muy bien usando vestido, y que a veces sus ojos lograban poner una sonrisa en su rostro por las mañanas.
Por su parte, ella siempre pensó que Levi era atractivo, y a pesar de su mal carácter, le encantaba la forma en la que sus ojos azules brillaban cuando hablaba sobre sus diseños o esos pequeños detalles, como cuando los viernes tenía listo un plato de palomitas y una excelente película para mirar juntos.
Un viernes en particular, Petra llegó un poco más tarde de lo habitual, y cuando entró al departamento, dio un sonoro portazo, que logró llamar la atención de su compañero, quien se encontraba en la sala leyendo; al notar que la chica no legaba, decidió tomar un libro y distraerse un poco, pero en cuanto ella entró, el sonido de sus pasos le hizo entender que ella estaba molesta.
-¿Sucede algo?
-Nada… -puso su bolso y las llaves sobre la mesa- sólo que mi trabajo parece no ser lo suficientemente bueno para hacer los anuncios de las marcas importantes del despacho.
-¿Bromeas? –él arqueó una ceja- tu trabajo es bueno, además pasaste varias semanas preparando ese proyecto ¿qué clase de idiota se atreve a decir lo contrario?
-¡Eso mismo pienso yo!... mi jefe puede ser completamente bipolar… además, ¿sabes qué me dijo? –lo miró, esperando a que él asintiera- me dijo… el diseño de tu trabajo es bueno, tiene un eslogan llamativo, pero le falta pasión… ¡pasión! ¿qué clase de excusa barata es esa? –estaba notablemente moleta y se dejó caer en el sillón junto a Levi.
-Tsch… pasión… que ridículo. Era un anuncio de galletas, no de preservativos –hubo silencio por un momento y Petra lo miró con incredulidad para después soltar una carcajada- ¡es la verdad! Si sirve de algo, yo creo que tu anuncio era muy bueno. Incluso compré una caja de esas galletas…
-Pues no fue suficientemente bueno –adoptó una actitud cabizbaja y a él no le gustó verla así, entonces decidió hacer algo al respecto.
-¿Sabes algo? Tengo la solución para ti –y entonces se levantó y fue hacia el refrigerador y tomó dos latas de cerveza- toma.
-Gracias… -tomó la lata que le ofreció, la abrió y le dio un buen trago- creo que esto me calmará un poco.
-Lo hará. Lo digo por experiencia- le dio un sorbo a su cerveza y se sentó otra vez en el otro extremo del sillón.
Esa fue la primera de varias cervezas que bebieron aquel día, y más tarde, decidieron pedir una pizza y abrir una botella de vino. Para las nueve de la noche, Petra ya estaba de mucho mejor humor, y Levi se alegró de haber podido hacer algo, ya que, además del alcohol, la chica se había desahogado contándole sobre lo que había sucedido en su junta.
Poco a poco el tema de plática fue cambiando, y ambos hablaron sobre su niñez, su vida en la universidad, e incluso un poco sobre su vida personal, aunque para entonces, ya sabían bastante el uno del otro.
Un par de horas más tarde, ambos continuaban en el sillón, pero más cerca el uno del otro. Habían puesto un poco de música y continuaban charlando mientras bebían su última copa de vino. Petra parecía estar un poco ebria, y Levi un poco menos que ella, pero lo suficiente para volverse más desinhibido.
-Tsch… pasión… ¿qué clase de excusa barata es esa para rechazar tu proyecto? Creo que ese Pixis es un idiota…
-Es como tu dijiste… ¡es un anuncio de galletas, no uno de preservativos! –ambos riendo.
-Sí… tal vez ese no fue el mejor ejemplo, pero…
-No, no… fue muy atinado. Es decir, para eso sí se necesita pasión ¿si no, para qué rayos vas a comprar eso a la farmacia? Necesitas cierto grado de… atracción y… confianza… -de pronto vio los ojos de Levi, que la miraban de manera intensa, como si estuvieran memorizando cada centímetro de su rostro. De pronto, se sintió abochornada y se sonrojó, pero logró ocultarlo aclarando su garganta.
-Debo decir que… estoy de acuerdo contigo -terminó su copa de vino y la puso sobre la mesa con un lento movimiento, dándole a Petra un poco de espacio, ya que notó perfectamente su sonrojo. Después volvió a sentarse junto a ella, mirándola casi de frente- ¿sabes algo? –ella lo miró con cierta expectativa, y sus lindos ojos color miel, lograron distraerlo por un momento- me alegro de que seas tú mi compañera de departamento. No podría haberme acostumbrado a alguien más.
-Pienso lo mismo –comenzó a reír- además, con esos hábitos tan peculiares de limpieza y el sentido del humor que tienes, creo que también habría sido difícil para otra persona.
-¿Estás diciendo que soy insoportable? –hubo una pausa y ella continuó riendo- Tsch… Petra, eso no es gracioso.
-Sí lo es.... eres maniático, tienes mal humor y mal encarado… pero, sobre todo, eres una buena persona. No cualquier compañero de cuarto se habría preocupado por mí como lo hiciste el día de hoy. Y no sólo este día… parece que siempre estás al pendiente de mí, y creo que eso es lindo –le sonrió- además, cuando hablas sobre tu trabajo y sueños a futuro… -no puso evitar suspirar- creo que… comparado conmigo, a ti no te falta ese toque de pasión –los ojos de Levi se abrieron por su gran sorpresa, tras escuchar las palabras de la chica.
-Gacias… -dijo de manera seca, pero acarició su brazo de manera tierna y para variar, sus labios mostraron una amable sonrisa.
Ella hizo lo mismo; le sonrió con mucha calidez, y decidió atreverse a algo más, gracias a todo lo que había bebido, así que poco a poco su sonrisa se volvió coqueta y rápidamente miro los labios de Levi, para luego volver su vista hacia sus ojos, abiertamente coqueteando con él.
Poco a poco se fueron acercando, dispuestos a dar el siguiente paso; ese que ambos habían anhelado desde hacía tiempo. Levi acarició la mejilla de Petra, y el roce con su piel fue mucho mejor de lo que se había imaginado, mientras ella sentía escalofríos recorriendo su cuerpo, pero antes de que sus labios se juntaron, él se detuvo.
-Petra yo… -suspiró, utilizando todas sus fuerzas para no besarla- por más que quiera que esto pase… deberíamos esperar a que estemos sobrios… -seguía muy cerca de ella, y hasta cierto punto, impresionado por lo que acababa de decir, aunque era verdad.
Levi estaba dispuesto a que sucediera algo más entre Petra y él; desde hacía tiempo se sentía atraído por la chica y se preocupaba por ella. Por eso mismo, quería hacer las cosas de la manera correcta.
Con una mirada sincera e intensa, sin apartarse de los ojos de Petra, Levi tomó la mano de la chica y le dio un tierno beso. Ella se sonrojó, pero volvió a sonreír. Había entendido perfectamente el mensaje, así que se levantó del sillón y con una voz muy dulce, le dijo.
-Que así sea. Te veo mañana –y se acercó a su rostro para darle un tierno beso en la mejilla, para después caminar hacia su cuarto, no sin antes mirarlo otra vez y guiñarle un ojo- por cierto, es tu turno de lavar los platos- y después, siguió su camino.
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