#Más oración
Explore tagged Tumblr posts
Text
finally finished the wfc trilogy woohoo
#.txt#todos digan gracias gerardo vazquez. si no fuera por su voz no habría tocado la serie nunca#estuvo okay. siege sigue siendo terrible pero earthrise y kingdom están mejor#me dio risa q cuando cog murió lo hicieron todo dramático pero nadie más se acordó de él en los siguientes episodios akshsjsbsb#bueno arcee sí pero nomás por un segundo#pero sí me dolió la muerte de dinobot y elita (y de los tfs en cybertron) a pesar de q saber q iban a morir. owchie#me dio risa q starscream se refirió a megatron como un anciano esa vez. es chistoso q lo insulte y use 'usted' en la misma oración#expect redraws eventually i think. possibly
234 notes
·
View notes
Text
No hay oración que le dé quietud a mi pensamiento, cuando la oscuridad me rodea.
Papittafritta
#rompiendo esquemas#los muertos vivientes#zoombieland#papittafritta#solo yo#marzo2024#escritos#frases#2#anécdotas anónimas#anécdotas#sentimientos encontrados#sentimientos#letras tristes#mis sueños#pesadillas#oraciones#oración#pensamientos#noches de insomnio#noches de soledad#insomnio#cosas de la mente#tengo miedo#a veces escribo#freestyle poético#en tu orbita#oscuridad#noches sin ti#una noche más
45 notes
·
View notes
Text
me publishing my fics in english/ reading fics in english 😍😍🥰🥰💖💖
Me doing my English homework from the university 😡😡🔪🔪😭😭☠️☠️
#odio leer textos académicos en inglés#odio que me hagan resumir textos en UNA SOLA ORACIÓN#lo peor es que el jueves tengo parcial#espero aprobar o me mato#yo soy sola una chica que quiere terminar la carrera#ahre que me faltan dos años más para terminar 😭😭#lu speaks
9 notes
·
View notes
Text
В гостях хорошо но дома лучше.
#lo que me reconforta decirme esto cuando estoy de viaje#gracias Rusia por darme un montón de oraciones para momentos emocionales de lo más cotidiano#de visita se está bien pero en casa se está mejor#o en una traducción mucho más libre: viajar mola pero estar en casa mola más#como curiosidad gramatical: no hay ni un solo verbo en esta oración porque se sobreentiende
6 notes
·
View notes
Text
¡Alerta roja!
El traductor universal está fuera de línea
#mierda#fíjense que el traductor universal no traduce al francés tampoco#el capitán picard dice merde y nada#funciona hasta una oración multilingüe y se confunde#como los niños que crecen hablando dos idiomas y hacen code switching#funciona en ese instante o deja la palabra original como hizo con Picard en la primera temporada#en la Federacion es tan diversa pero apenas vemos el lado lingüístico de esa diversidad#me encantaría ver más fallas en esa tecnología porque sería interesante#no sé si lo podría ver porque esa sección de los Klingons de Discovery tuve que repetir varias veces#me gusta el concepto pero fue difícil prestar atención#será más creíble en una versión doblada#asi nadie habla el mismo idioma y se nota el uso del traductor como no corresponde con el#movimiento de los labios#ayuda no puedo parar#lo siento mucho#en fin volveré a explorar este tema pronto pq tengo muchos pensamientos#memeish#sonic shower thoughts
4 notes
·
View notes
Text
le puse demasiado tabasco a estos huevos revueltos and this is how i die
0 notes
Video
💸 La oración más poderosa para recibir un MILAGRO DE DINERO INESPERADO E...
#youtube#La oración más poderosa para recibir un MILAGRO DE DINERO INESPERADO E INMEDIATO te sorprenderá ¡Bienvenidos a nuestro canal sobre espiri
0 notes
Text
Lejos del Sol (Quema de Amor) - Esteban Kukuriczka
+18! Dom!Esteban. Biting, (alusión a) belly bulge, choking, (posible) dacrifilia, (breve) degradation, dirty talk, (mención de) marking, sexo sin protección, somnofilia, spitting, edades no especificadas. Uso de español rioplatense.
Buenos Aires, 17:53
Los últimos rayos de sol iluminando la cocina te permiten ver las infinitas e inevitables partículas de polvo danzando en el aire. El pensamiento te hace arrugar la nariz y, cuando tu expresión llama su atención, tu novio sigue la dirección de tu mirada para encontrar el motivo de tu disgusto.
Él no se fija en el polvo, sólo en la luz, extendiendo su brazo para que lo ilumine como un reflector y moviendo sus dedos.
La acción te saca de tus pensamientos y lo imitás con una pequeña risa que interrumpe el silencio reinante en la cocina. Te sonríe, su mano todavía suspendida en el aire busca la tuya con un gesto que sólo podés catalogar como dramático, y su índice señalándote -probablemente con intenciones de evocar una famosa pintura- te hace reír nuevamente.
-El café- dice antes de que el sonido de la cafetera los sorprenda a ambos-. ¿Servís vos...? Ya vengo.
Es un sábado extremadamente aburrido, tranquilo, pacífico, y la mayor parte del día estuvieron acurrucados entre las sábanas, con tu cabeza descansando sobre su pecho y su respiración acompañándote hasta que el sueño te ganó en más de una ocasión. Cuando por fin abandonaron la cama, cerca de la hora del almuerzo, lo hicieron con movimientos lentos y perezosos.
Moviéndose en silencio, siempre cerca del otro, prepararon el almuerzo y ocuparon sus respectivas sillas en la mesa. El ruido de la televisión en la sala de estar los acompañaba, lejano e incomprensible entre las palabras que intercambiaban, logrando distraerte en algún momento y permitiendo que tu novio arrojara todavía más queso sobre su comida.
Ocultó su sonrisa pícara sin mucho éxito y cuando lo regañaste, argumentando que consumir queso en cantidades industriales no podía ser sano, intentó comprarte con una mueca que debió considerar que sería extremadamente tierna; en realidad -tenías que admitir- lo era, pero su cabello despeinado cayendo en todas direcciones resultaba gracioso y no le fue de ayuda.
-Peinate- suplicaste cuando dijo que tomaría una rápida ducha. Dejó salir un sonido de molestia, una mezcla entre un quejido y un gruñido, pero el esbozo de una sonrisa tiró de sus facciones y antes de marcharse acarició tu brazo por un breve instante.
Cuando abandonó el baño te encontró en la habitación y se arrojó sobre la cama, ataviado únicamente con un bóxer y una camiseta holgada que caía dejando ver uno de sus hombros. Observó en silencio tu indecisión a la hora de escoger ropa, sin comprender por qué dudabas tanto entre dos prendas igual de cómodas.
-Podrías haberme hecho compañía, ¿no?- dijo contra el colchón-. Ahorrábamos agua.
-Sí, seguro- negaste, más que consciente de la manera poco ecológica en que terminaban todas las duchas que tomaron juntos.
Regresaste media hora más tarde y él se encontraba profundamente dormido sobre tu lado de la cama, abrazando tu almohada con fuerza. Su cabello todavía estaba húmedo, algún que otro mechón iluminándose bajo esa franja de luz que atravesaba la habitación desde la ventana. Abrazaste su cintura y descansaste tu mejilla sobre su espalda.
Fue un alivio (y en parte una pena) no caer nuevamente en su trampa, pensás ahora y te ponés de pie lentamente. Todavía pueden compartir despiertos los últimos vestigios de la tarde.
Mientras esperás su retorno te encargás del café y te preguntás que estará haciendo. No recordás en qué dirección se desvaneció una vez que cruzó el umbral y no escuchás ruidos que te permitan saber en qué lugar de la casa se encuentra, pero por la expresión en su rostro estás segura de que recordó algo impostergable.
Esteban es así. Siempre.
Tiene la costumbre de interrumpirse a media oración para explicar algún pequeño detalle, relacionado directa o indirectamente con lo que sea que esté diciendo; si recuerda algo o un pensamiento lo invade tiene que expresarlo en voz alta, esperando el momento oportuno para compartirlo, por no mencionar los momentos en que huyó de una habitación corriendo para buscar algún objeto o pertenencia random.
Cuando estás relatando una anécdota suele perderse en el movimiento de tus labios, sostenerte la mirada como si intentara leer tu mente e invadir tu espacio personal como si tuviera la única intención de fusionar sus átomos con los tuyos. El destello en sus ojos todavía provoca que tropieces con las palabras y él jamás parece saber que es el responsable, pero completa tus frases para ayudarte a retomar el hilo.
Observás en trance las tazas y los hilos de vapor dibujando espirales, esfumándose en el aire, recordando todos esos pequeños detalles mientras la luz del sol continúa derramándose por toda la habitación, iluminando la cerámica blanca y las plantas.. Y entonces llega a tus oídos el sonido de sus pasos acompañados por una melodía que reconocés con facilidad.
Volteás en el momento exacto en que entra en la pequeña cocina y su sonrisa es inmensa, brillante y cautivadora. Comienza a caminar hacia vos con pasos rítmicos y tu expresión de resignación, como si estuviera por torturarte, lo hace soltar una carcajada.
Esteban gira sobre sus talones con una energía impropia del día y de la hora antes de extender una mano en tu dirección. Tu resistencia comienza a desmoronarse y te sentís presa de la fluidez con que su cuerpo en constante movimiento, elegante pero aún así desenfadado y perfectamente sincronizado con la canción, provoca que su ropa se arrugue y su cabello dorado baile.
-Dale- insiste y cruzás tus brazos sobre tu pecho-, no seas mala.
-Estoy cansada- decís para escapar de su invitación-. Y se va a enfriar el café…
Resistirte es cada vez más difícil porque tu cuerpo comienza a seguir la música en contra de tu voluntad y ocultarlo es imposible. Tus manos están ahora entrelazadas, todavía fingiendo estar en una profunda negación, pero el sutil vaivén de tu figura es delator y una sonrisa comienza a crepitar en tus labios.
Esteban extiende su otra mano y, cuando por fin aceptás con una risa, tira hasta que te rendís contra su pecho. Colocás tus manos en sus hombros y toma tu cintura para guiarte, tus torpes movimientos volviéndose más naturales luego de unos segundos y sincronizándose con los suyos, que parecen insistir con guiarte hacia la sala de estar.
Tus movimientos se tornan más seguros y la armonía de sus risas se entremezcla con la canción. Esteban te hace girar, siempre sosteniendo tu mano, y cuando su mirada vuelve a encontrar la tuya estás segura de que no existe en el mundo un mejor lugar que este, repleto de amor y complicidad, intimidad y alegría.
El mundo exterior parece desvanecerse y el tiempo detenerse mientras ambos continúan bailando. Sus sombras se proyectan sobre la alfombra y los muebles, cada vez más largas y también más cercanas la una de la otra por el espacio ahora inexistente entre sus cuerpos.
Sus respiraciones se entrelazan.
-¿Sabías que Bill Withers era tartamudo?- pregunta en un susurro.
Intentás contenerte pero se te escapa una carcajada.
-¿Qué tiene que ver eso?
-Nada- contesta con una risa.
Deshace el abrazo y te deslizás por toda la sala, más segura, más relajada, más perdida en el amor que deja entrever su expresión. Esteban te sigue, prácticamente pisándote los talones, aplaudiendo mientras cuenta tus giros y observa los saltos que te hacen perder el ritmo.
Adaptándose a tus movimientos pero todavía dándote el espacio suficiente vuelve a tomarte de la mano. El impulso de sus pasos te hace girar con él y en más de una ocasión tropiezan, arrastrándose mutuamente pero recuperándose en un parpadeo y retomando el baile.
Cuando te atrapa entre sus brazos sentís su respiración, el subir y bajar de su pecho contra tu espalda, pero te distraen sus labios en tu mejilla y el roce fugaz de estos contra tu oreja. Te dejás llevar por sus pasos lentos, mientras tararea la canción en voz baja, con un susurro que es sólo perceptible para tu oído.
Girás para poder ver su rostro y él descansa su frente sobre la tuya. Repite la letra de la canción sobre tus labios una y otra vez y sin importarle que sus pasos pierdan velocidad, porque sólo puede pensar en los lugares donde su cuerpo hace contacto con el suyo.
-El café- le recordás, lamentando interrumpir el momento-. Ya debe estar frío.
-No creo.
Vos creés en su palabra.
05:47
Lo primero que sentís cuando despertás son los dedos de Esteban deslizándose por tu abdomen y finalmente encontrando hogar en la delicada piel de tu cadera. No importa cuánto tiempo lleven juntos y tampoco cuánto te toque, sus dedos todavía te hacen cosquillas.
Lo segundo que notás son sus labios sobre tu cuello y, por último pero no menos importante, su erección caliente entre tus piernas y acariciando tu centro. Un grito débil deja tus labios cuando sus dientes capturan tu oreja, sincronizados con su punta golpeando tu pequeña entrada.
-Perdón, mi amor, no quería despertarte- se disculpa con voz ronca.
Suspirás y reprimís una sonrisa.
-¿No podías esperar un ratito?
-No- besa tu mejilla-. ¿Querés volver a dormir?
Es una pregunta de doble filo.
-No.
-Ya sabía- ríe contra tu piel y temblás-. Me vas a dejar hacer lo que quiera, ¿no?
Su mano recorre tu costado, su palma dejando un rastro de fuego en cada parte de tu ser que toca, para luego deslizarse sobre tu abdomen hasta detenerse cerca de tu clítoris.
No deja de moverse para utilizar tus pliegues y muslos para satisfacer su necesidad; estás segura de que de bajar la mirada, con ayuda de la escasa luz filtrándose por la ventana, verías su punta –y más, considerando su tamaño- asomándose.
Reprimís un gemido cuando sentís la excitación brotando de tu cuerpo, su miembro ahora brillante esparciéndola por tu piel junto con sus propios fluidos, cada vez más abundantes.
Te dejás caer aún más sobre su pecho, buscando más contacto, y él parece complacido por el gesto porque te recompensa jugando con tu clítoris. Jadeás y empujás tu cadera contra su pelvis.
-Más.
-¿Ya?- pregunta con tono burlón y asentís-. No sé, no contestaste lo que te pregunté.
-¿Qué…?
-¿Me vas a dejar hacer lo que quiera?- repite. Ejerce todavía más presión con sus dedos y dejás salir un sonido similar a un quejido de dolor.
-Sí, sí.
Ignora tus protestas cuando deja de tocarte y acaricia la parte posterior de tu muslo antes de sujetarlo con fuerza, obligándote a levantar la pierna para tener mejor acceso.
Sus largos dedos terminan de empaparse cuando los dirige hacia tu entrada, rodeándola con cuidado, tanteando antes de introducirse con suavidad y delicadeza en tu interior.
Tu cuerpo lo recibe sin más.
-Mirá cómo estás.
No tenés oportunidad de chequear por tu cuenta porque lleva ambos dígitos a tus labios: permitís que los deslice sobre tu lengua y succionás con fuerza para provocarlo, bañándolos con tu saliva ante su silenciosa pero evidente orden.
Luego de unos minutos y un tercer dedo sumándose, estirando tus labios todavía más, los retira y regresan a su habitual lugar.
-Ya está, ya está- intenta calmarte cuando te quejás.
Roza en tu interior los puntos que te hacen estremecerte y pronto tus gemidos son lo único que escucha junto con su respiración cada vez más descontrolada. Arrastra sus dientes entre tu cuello y tu hombro, sobre ese lugar con el que tiene una obvia fijación, mientras continúa tocándote con intención de volverte un desastre.
No estás segura de poder resistir mucho más.
-Dale, amor- suplicás-. Estás…
Estás tardando, querías decir, mucho. Esteban no te permite completar la frase porque comienza a mover sus dedos con, curvándolos hacia arriba y torturándote con la precisión de sus caricias, prácticamente obligándote a olvidar tus pensamientos sobre su tardanza.
En tu desesperación te empujás más contra su cuerpo, caliente y también desesperado por vos, sólo para poder sentir su erección palpitante contra tu piel.
Ataca tu cuello con besos húmedos, suspirando y murmurando palabras que tu cerebro cada vez menos coherente ya no comprende, y cuando buscás su miembro él aparta tu mano para centrarse en tu cuerpo sin distracciones.
Te aferrás a las sábanas, presa de sus dientes marcando tu hombro y de sus dedos abusando de tu interior, hasta que unos minutos más tarde cubre tu boca con su otra mano para silenciarte mientras un violento orgasmo sacude tu cuerpo.
La intensidad de la sensación te hace llorar, cortándote la respiración y deshaciendo los últimos pensamientos que habitaban tu mente.
-Quieta- ordena cuando intentás alejarte.
No tenés la fuerza necesaria para tolerar el placer una vez que se vuelve insoportable, amenazando con regalarte otro orgasmo, y tampoco tenés la fuerza para batallar con él mientras termina de prepararte para recibirlo en tu cuerpo.
Simplemente te dejás hacer y sollozás contra su palma.
En un rápido movimiento reemplaza sus dedos por la punta de su miembro. Tu cuerpo todavía sensible y su tamaño son una combinación que no falla en hacerte delirar, seguro, pero también te hacen morder tu lengua para soportar el ardor de la penetración mientras él intenta consolarte.
Tu mano tira de su cabello en cuanto continúa deslizándose en tu interior, haciéndolo gemir y provocando que sus movimientos hasta ahora delicados pierdan el ritmo. Introduce los últimos centímetros de manera brusca y protestás, tu voz todavía ahogada por su mano, mientras él entierra su nariz en tu cabello para embriagarse con tu perfume.
Estás más que segura de que también intentaba disimular un gemido y, cuando por fin descubre tu boca –arrastrando sus dedos entre tus labios, humedeciéndolos y luego manchando tu mejilla con tu saliva-, intentás burlarte como suele hacer con vos.
-¿Qué pasa?- intentás disimular el temblor de tu voz-. ¿Estás desesperado?
Sus uñas enterrándose en tu cadera son la única advertencia que recibís antes de que te sorprenda con la fuerza de sus embestidas. El impacto entre ambos cuerpos resuena entre las cuatro paredes, opacando el resto de sonidos cotidianos que llegaban a tus oídos.
La mezcla entre tu humedad y su excitación es evidente cada vez que vuelve a enterrarse en vos y tus gemidos descontrolados te resultan en extremo humillantes considerando la pregunta que hiciste. Intentás recobrar la compostura, fingir que sus acciones no te afectan tanto para no darle la satisfacción, pero podés sentir su sonrisa cuando pregunta:
-¿Qué decías?
El tono de su voz te hace temblar e inconscientemente empujás tu cadera contra su pelvis en busca de más.
Su respuesta es rodear tu cuello con su brazo, inmovilizándote y dejándote sentir la tensión en sus músculos, mientras reafirma su agarre en tu cadera para seguir con su brutal ataque. Sabe cuánta fuerza necesita emplear para privarte de oxígeno y lo demuestra presionando de manera experta sobre los lugares justos.
Con cada golpe su punta toca tu cérvix, la sensación en combinación con la presión sobre tu cuello permitiéndote saborear un orgasmo cada vez más cercano, y su respiración bañando tu piel cada vez que jadea sólo empeora la situación.
En caso de mover su mano unos centímetros, Esteban podría sentir en tu abdomen bajo la profundidad de sus embestidas y torturarte utilizando sus largos dedos o su mano.
Eso es justo lo que hace luego de rozar tu piel con sus uñas.
-Mirá- toma tu mano, posicionándola y cubriéndola con la suya-. Acá estoy…
Tus músculos se contraen sobre él y tu visión se nubla. El orgasmo te hace gemir con fuerza, olvidándote por completo de la hora y de los vecinos, los dedos de tus pies se contraen por el placer y el calor que recorre tu cuerpo desde tu centro quema.
Esteban no deja de moverse, prolongando tu clímax sin importarle tu sensibilidad o tus uñas enterrándose en su brazo –todavía sobre tu cuello-, ignorando los espasmos que sacuden tu cuerpo.
Cuando por fin se detiene, unos minutos más tarde y sólo luego de ver que comenzás a desesperarte por la sobre estimulación, te concede unos pocas respiraciones para recuperarte antes de arrojarte sobre tu espalda y terminar de arrancar las prendas de tu cuerpo.
Se posiciona entre tus piernas, separándolas sin importarle tu flexibilidad, y desliza su miembro ardiente entre tus pliegues brillantes.
-¿Querés más?- su expresión es seria y cautivadora. Asentís, todavía sin palabras y perdida en él, en su rostro y en su cuerpo, pero eso no es suficiente-. Decime, ¿querés más?
-Sí, por favor.
-¿Qué querés?- empuja contra tu entrada y cuando no obtiene respuesta golpea con su mano sobre tu clítoris. Entre dientes, repite:- ¿Qué querés? Contestá, dale.
-A vos, Kuku, por favor- otro golpe. El calor de tus mejillas es nulo en comparación con el calor entre tus piernas y, sin importar la vergüenza que sentís, contestás con las palabras que tanto quiere oír:- Quiero tu pija, por favor.
El tormento no cesa allí.
-Sos una putita, ¿no?- jadeás-. Mi putita.
-Sí…
-Decilo- se desliza en tu interior hasta ver desaparecer la punta de su miembro y con su pulgar comienza a dibujar círculos sobre tu clítoris. Tu gemido, más agudo de lo usual y patético, te sorprende. Su miembro palpita-. Decí que sos una putita.
Cerrás los ojos en busca de valor para hablar. Humedecés tus labios.
-Soy una putita.
-¿Y de quién sos?
-Tuya.
Un sonido grave y gutural deja su garganta cuando tus paredes, imposiblemente cálidas y más húmedas que antes, vuelven a cerrarse sobre él. Se arroja sobre tu cuerpo y el nuevo ángulo te hace ver las estrellas, cada centímetro y cada vena que recorre su miembro estimulándote y provocando que las lágrimas caigan en cascada por tus mejillas.
-Mirame.
Tus p��rpados son pesados y tus pestañas brillan cuando te encontrás con la profundidad de su mirada. Los centímetros que los separan son prácticamente inexistentes y antes de comenzar a contar sus pecas o nombrar los colores que decoran la paleta de sus irises -en un absurdo intento de mantenerte cuerda-, tus dedos rozan su pómulo y su mejilla.
Tu pulgar traza su labio inferior suavemente, como si su miembro no estuviera haciéndote temblar o sacudiendo tu cuerpo sobre el colchón con la fuerza de sus embestidas, pero esta es una acción que dura milisegundos. Mueve su rostro sin precio aviso, obligándote a retirar tu mano, y escupe sobre tus labios entreabiertos antes de besarte.
Mientras te dejás llevar por sus besos hambrientos podés sentir la desesperación emanando de su figura y el constante palpitar de su miembro, siempre tan adictivo y la causa de tu perdición en más de una ocasión.
Tus piernas abrazan su cadera y él suspira contra tus labios para luego recostar su frente sobre la tuya.
-Estás muy apretada- susurra como si fuera una confesión. Tomás su mejilla y se deja caer contra tu mano-. Me encantás.
-Vos también me encantás- contestás entre suspiros.
Un gemido llega a tus oídos en el momento exacto en que su ritmo se vuelve frenético. Deslizás una mano entre su cuerpo y el tuyo, consciente de tus nervios reclamando tu atención, sin reparar en que ese pequeño primer roce es suficiente para tropezarte con un orgasmo desgarrador.
Tus uñas dibujando sobre su hombro lo hacen gruñir, su voz grave y cargada de deseo presa en su garganta, pero es cuando lo tomás por el cuello para obligarlo a besarte que su orgasmo lo golpea y llena tu interior. El calor de su liberación te hace sollozar contra sus labios y él aprovecha el momento para morder tus labios, tu mejilla, tu cuello, sin contenerse.
Besa las marcas que sus dientes dejaron, su huella, fingiendo no notar algún que otro vaso sanguíneo roto decorando tu piel con tonos de rojo y violeta. Recorre la línea de tu mandíbula mientras las últimas gotas de su semen pintan tus paredes, reclamándote como suya una vez más, marcándote permanentemente.
Unos pocos centímetros de distancia le permiten contemplar tu expresión.
-¿Estás bien?- besa tus mejillas juguetonamente.
Respirás profundamente.
-Muy bien. ¿Vos?
-Perfecto- sonríe-. ¿Puedo…?
-No- lo interrumpís-. Quiero estar así un ratito.
Besa tus labios.
-El tiempo que quieras- promete.
Iría a la guerra por este hombre. Moriría por él. Espero que hayan disfrutado la lectura así como yo disfruté escribir (hace muchas lunas) esta historia para ustedes 🤭
taglist: @madame-fear @chiquititamia @creative-heart @llorented @recaltiente @delusionalgirlplace @lastflowrr ♡
#deep inside - love letters#esteban kukuriczka#esteban kukuriczka fluff#esteban kukuriczka smut#esteban kukuriczka x reader#lsdln cast#lsdln smut#lsdln x reader
61 notes
·
View notes
Text
Cover art from Labyrinths, Jorge Luis Borges
Time is living me. More silent than my shadow, I pass through the loftily covetous multitude. They are indispensable, singular, worthy of tomorrow. My name is someone and anyone. I walk slowly, like one who comes from so far away he doesn't expect to arrive.
Jorge Luis Borges, Boast of Quietness
Escrituras de luz embisten la sombra, más prodigiosas que meteoros. La alta ciudad inconocible arrecia sobre el campo. Seguro de mi vida y de mi muerte, miro los ambiciosos y quisiera entenderlos. Su día es ávido como el lazo en el aire. Su noche es tregua de la ira en el hierro, pronto en acometer. Hablan de humanidad. Mi humanidad está en sentir que somos voces de una misma penuria. Hablan de patria. Mi patria es un latido de guitarra, unos retratos y una vieja espada, la oración evidente del sauzal en los atardeceres. El tiempo está viviéndome. Más silencioso que mi sombra, cruzo el tropel de su levantada codicia. Ellos son imprescindibles, únicos, merecedores del mañana. Mi nombre es alguien y cualquiera. Paso con lentitud, como quien viene de tan lejos que no espera llegar.
Jorge Luis Borges, Jactancia de quietud, from Luna de enfrente, 1925
#photography#art#jorge luis borges#borges#cover art#penguin books#books#poetry#boast of quietness#1920s#black and white#jactancia de quietud#luna de enfrente#argentinian writers
90 notes
·
View notes
Text
high infidelity (Enzo Vogrincic x Fem! Reader)
summary:
Alana Lomelí tiene todo lo que alguna vez soñó: Un best selling en Latinoamérica, un departamento en España y un novio para compartir sus triunfos, sin embargo, todo cambia una noche, cuando su actor favorito le confiesa que ella es su autora favorita.
Or
En donde Enzo y Alana se encuentran el uno al otro cuando ambos estaban perdidos.
Inspired by high indelity and tolerate it de taylor swift.
tw: infidelidad por parte de enzo y protagonista, uso de alcohol y otras drogas, smut eventual. La mayoría de la escritura será en lenguaje neutro, una disculpa de antemano si utilizo modismos incorrectos:).
----------
Capítulo 1.
-----------
—Muchas gracias por todo—dice Alana amablemente mientras le abre la puerta a Julieta, su estilista de confianza.
—Gracias a ti—dice ella—. Ya sabes, si se te empiezan a soltar las ondas…
—Dejo que lo hagan y no meto mato—termina la oración, recordando como en el último evento al que asistió, arruinó su peinado intentando componer un rizo suelto.
—Eso es—dice riendo—. Mucha suerte hoy.
—Vale, gracias—le responde cerrando la puerta una vez se marcha del departamento.
No necesita suerte.
No la necesita porque no está nominada a ningún premio, no tiene que presentar artistas o entrevistar gente que no conoce, simplemente se dedicará a ver una premier de una película independiente, beber alcohol gratis y comer palomitas, un viernes bastante apetecible a decir verdad.
Hace dos años y medio que se mudó a Sevilla, antes de eso, nunca había visitado Europa, y la primera vez que lo hizo, se quedó.
Nunca se hubiera imaginado viviendo en España, fuera de su país y fuera de su familia, pero todo cambió cuando le ofrecieron un nuevo trabajo a Sebastián.
Sebastián era su novio desde hace largos cuatro años, se conocieron precisamente por el trabajo, cuando él fue el encargado de editar su libro de fantasía, el chico hizo un trabajo impecable, como de costumbre, y el libro terminó siendo best selling en Latinoamérica, cosa que hasta el día de hoy, Alana encontraba como algó impactante y maravilloso.
Decidieron separar su relación del trabajo, por lo cual el resto de libros de la saga (otros tres en total) fueron editados por otra colega, eso no fue impedimenta para que el resto de los libros fueran igual de aceptados que el primero, actualmente, Alana era una de las autoras más proclamadas del habla hispana, firmando contrato con una editorial que le daba libertad de escritura, escuchaba sus opiniones y conseguía que asistiera a eventos divertidos: la premier de una película underground en el teatro más grande la ciudad.
Después de quemarse las pestañas durante cuatro años, consiguiendo de alguna manera escribir un libro por cada uno, Alana decidió tomarse unas vacaciones, aún así, sus dedos picaban por seguir creando, por lo cual actualmente se dedicaba a leer y corregir los manuscritos de Sebastián, el cual había decidido escribir su propio libro a la par de editar para otros autores, para este punto, a Alana le parecía un poco irónico todo el asunto, pues cuando acordaron separar el trabajo de su relación, no pensó que eso significaría leer los cientos de relatos sin terminar del chico mientras que él no se dignaba a leer nada de lo que ella hacía, pero no quería culparlo, sabía más que nadie que su novio se encontraba lleno de trabajo hasta las narices, y cuando no lo estaba, él mismo buscaba encontrarse en aquella incómoda situación.
—Me da mucha pena no acompañarte hoy—dijo Sebastián viéndola desde el marco de la puerta mientras que ella terminaba de aplicarse la última capa de rubor, Alana hacía su maquillaje para todos los eventos a los que iba, era una de las cosas que más le apasionaba, sin embargo, su rebelde cabello sólo podía ser domado por Julieta, por lo cual la mujer siempre trabajaba en su melena mientras que ella se maquillaba.
Alana hizo una mueca mientras lo veía por el espejo, Sebastián llevaba la misma camisa con la que se había dormido y un short de ejercicio, unas profundas ojeras decoraban su rostro y su barba estaba mal afeitada, los últimos meses habían sido así, Sebastián se la pasaba más tiempo en su propio estudio del departamento que a su lado, nuevamente, Alana no quería culparlo, pero no pudo evitar sentir una punzada de coraje en su pecho, no era el hecho que Sebastián hubiera decidido no acompañarla a la premier, era el hecho de que nuevamente había decido no pasar tiempo con ella, Alana hubiera cambiado su costoso vestido (prestado, claro) y sus lujosas joyas (rentadas) por quedarse en casa aunque sea viendo una película con su novio, llevaban meses sin pasar tiempo juntos y sin hacer otra cosa actividad recreativa que no fuera hacer el desayuno o las compras del supermercado.
—No pasa nada—mintió devolviendo la mirada a su reflejo, al menos se veía guapa—. Sé que estás ocupado.
—No tienes idea, creo que acabo de escribir lo mejor de toda mi vida—dijo emocionado, Alana le sonrió sinceramente, ignorando el hecho de que el chico decía eso cada vez que escribía un nuevo capítulo para el thriller que se encontraba creando.
—Estoy segura que sí, cariño—dijo ella viéndose por última vez y tomando su pequeño bolso de la cama.
—Sabes que al menos te llevaría al teatro, pero…
—Estás ocupado—lo interrumpió—. Ya lo sé.
Sabía a ciencia cierta que Sebastián mentía, hace tres semanas, Alana se había despertado en la madrugada por unos horribles retorcijones en el abdomen, unos mariscos le habían caído pesado y la chica vomitó una cantidad de veces que ni siquiera sabía que eran posibles para el cuerpo humano, cuando buscó con su brazo a Sebastián en la cama no lo encontró, y cuando le pidió que si por favor la podía llevar al hospital mientras él se preparaba un café, él le dijo que tomara un taxi.
Porque claro…estaba escribiendo lo mejor de su vida.
Sebastián apretó los labios apenado, al menos tenía la decencia de fingir importancia, sabía que cuando dejara de hacerlo, sería el quiebre para ellos.
A veces se sentía que estaban en la cuerda floja, pero ella no podía simplemente tirar cuatro años de relación a la basura, se había mudado a un jodido continente desconocido por él, eran el apoyo del uno al otro, en la extraña y retorcida manera de Sebastián.
O tal vez Alana era tan estúpida como para quedarse en un lugar donde ya no sentía bienvenida por el simple hecho de sentir miedo a estar sola.
—Te esperaré despierto—le aseguró él dejando un pequeño beso en su mejilla, al menos Alana sabía que eso sí era verdad.
—De acuerdo, ya llegó el taxi—dijo ella viendo su celular.
—Diviértete.
El viaje hacia el teatro fue tranquilo y la llegada fue más explosiva de lo que imaginaba, el lugar estaba repleto y desde la calle había una especie de alfombra roja donde le obligaron a caminar, Alana no era famosa en el mundo del cine pero ciertamente era conocida, adoraba el séptimo arte y aunque fuera un sueño bastante loco, le encantaría que alguna vez llevaran alguno de sus libros a carne y hueso.
Había celebridades de todo tipo, ella se tomó fotos con los que conocía y admiraba y le sonreía a los que no, la presentación de la película fue bastante emotiva (como suelen hacerlo) y al finalizar la transmisión, comenzó la fiesta.
Alana no dejó mostrar su incomodidad mientras se paraba en uno de los pilares del teatro y tomaba una copa de champagne, era introvertida, por lo cual no solía hacer muchos amigos en eventos como estos, pero no podía negar que se estaba divirtiendo, la película había resultado medianamente buena, adoraba la comida de cine y el alcohol le sabía delicioso.
—¿Alana Lomelí?—un acento bastante dulce y diferente al español que había estado escuchando durante toda la noche la sacó de sus pensamientos, ella se giró a ver al protagonista de aquella melodiosa voz e inmediatamente se ahogó al verlo.
Literalmente se ahogó: el champagne se fue por el orificio equivocado, quemando su vía aérea, comenzó a toser tan fuerte que algunas personas la miraron con preocupación y vergüenza ajena, el actor levantó su mano, como indicando que estaba por tocarla y después comenzó a palmear su espalda.
¿Qué mierdas hacía Enzo Vogrincic evitando que ella muriera asfixiada?
¿Y por qué mierdas sabía su nombre?
¿Y por qué mierdas era jodidamente guapo?
—Perdón si te asusté—se disculpó con una tímida sonrisa una vez que ella dejó de toser y abrir la boca como un pez fuera del agua, sentía lágrimas en las orillas de sus ojos y su garganta aún picaba un poco, un frío recorrió su espalda una vez que la enorme mano de Enzo dejó de tocarla, quién sabe si había sido su intención, pero sus palmadas habían sido fuertes aunque efectivas.
Y seguramente las ondas que le caían por la espalda ya estaban arruinadas.
Y por primera vez, no le importaba que Julieta la regañara si llegaba a ver las fotos.
—¿Me hablas a mí?—preguntó ella sintiéndose estúpida apenas las palabras abandonaron su boca, se golpeó la frente mentalmente.
—Ehh, sí—dijo él riendo, ¿qué siempre estaba feliz?—. Al menos que exista otra Alana Lomelí por aquí—dijo él levantando las cejas como escaneando el lugar.
Para este punto de su carrera, Alana ya estaba algo acostumbrada a conocer gente famosa, pero nunca se le había pasado por la mente encontrarse con su jodido actor favorito y mucho menos que él supiera de su existencia.
—Perdón—se disculpó nerviosamente—. Es que wow, soy en verdad una gran fanática tuya.
El chico le sonrió dulcemente y se llevó la mano al pecho, como si su corazón se hubiera llenado de la confesión de la chica, ella no pudo evitar sonreír estúpidamente.
Dios, qué bueno que había aceptado venir.
—Lo mismo digo—dijo él—. Me leí la saga completa de arco de sangre, uff—expresó resoplando al final.
Alana parpadeó varias veces, los recuerdos de los años anteriores invadieron su mente rápidamente, ella escribiendo en su habitación hasta la madrugada, en la biblioteca de la facultad después de sus exámenes, en casa de Sebastián una vez inició con el manuscrito del segundo libro, todo tomaba sentido cuando la gente le decía que en verdad leía lo que escribía, que habían tenido un buen tiempo haciéndolo, incluso cuando la odiaban por matar a sus personajes favoritos, ahora en este mismo instante, mientras Enzo Vogrincic le decía que se había leído la saga completa, todo tomaba sentido.
Sintió la sangre subir por sus mejillas y un calor extraño en el vientre, tuvo que bajar la mirada a su copa, usualmente no se sentía intimidada por la gente, pero Enzo estaba parado ahí, con su cabello largo perfectamente peinado pero despeinado, con una piel reluciente y bronceada y un perfecto traje, se dio cuenta que sus ojos eran más claros que en las fotografías o en vídeos, la cámara no le hacía justicia para capturar la belleza y aura que emanaba.
—Vengo siguiendo tu trayectoria desde años, desde el teatro hasta el cine—le informó rápidamente, sintiéndose como una adolescente que acababa de conocer al cantante de su boyband favorita, Enzo le regaló una sonrisa que mostró todos sus dientes y de pronto se sintió como si se encontraran solos en el lugar y no estuvieran repletos de gente y flashes de cámaras.
—Sos mi escritora favorita de habla hispana, sos una genia—dijo él abriendo sus ojos, Alana sintió un tirón en su corazón al escuchar esas palabras, Enzo jodido Vogrincic le había llamado genia.
Ya podía morir en paz.
—Esto significa muchísimo para mí, muchas gracias—agradeció y dio otro sorbo de champagne, sintiéndose agradecida de que el coraje líquido estuviera haciendo su efecto.
—¿Conocés a Rodri de hace mucho?—preguntó él casualmente, Alana supuso que el chico se refería a Rodrigo Saltz, el director de la película que acababan de ver, Alana cayó en cuenta que estuvo sentada durante más de tres horas en el mismo lugar que Enzo Vogrincic sin tener idea alguna al respecto.
—No realmente—respondió sinceramente a decir verdad, no conocía a nadie del electo o staff de la película, había asistido únicamente porque Maricia, su agente, la había invitado—. Pero soy muy fan del cine, desde que me mudé acá he estado asistiendo a este tipo de eventos.
—No sabía que te encontrabas viviendo acá, sos de México, ¿cierto?
—Sí, ya voy para dos años viviendo acá, me mudé por el trabajo de mi novio.
—Ah, qué interesante—respondió él inclinándose en el muro y entregando su completa atención—. ¿Escribe también?
—Sí, algo así—respondió—. Fue el editor de arco de sangre y ahora se encuentra trabajando en su primer libro.
—¡Ah! ¿Editó toda la saga?
—No, sólo el primer libro—informó, se sentía culpable, pero hablar de Sebastián de pronto le aburría.
—El segundo es mi favorito—informó él para después tomar una copa de la bandeja que un mesero iba pasando, Alana inclinó la cabeza con gesto de curiosidad al escucharlo—. ¿Qué?—preguntó al notar la reacción de la chica.
—No te creo—respondió ella, el segundo había sido su libro favorito al escribir, pero también había sido el menos aclamado por el público y el que peores reseñas tuvo (dentro de las tantas buenas) incluso se pensó cancelar la saga completa, pues por un momento pensó que a la gente no le había gustado tanto por haber sido editado por una persona diferente y no Sebastián.
—Es verdad—dijo él—. Fue donde más protagonismo le diste a Luther, que por cierto, es mi personaje favorito.
Alana no pudo evitar morderse el labio inferior, Luther era el protagonista masculino de su saga.
Dios, Enzo no tenía idea alguna…
—¿Sabes? Casi cancelo la saga entera precisamente por ese libro—dijo ella alzando su copa.
—Nah, no te creo—dijo él con el mismo tono que ella había empleado momentos atrás.
—Te lo juro—respondió—. Al público no le gustó mucho.
—Estás jodiéndome, a ver, que tengo ese libro en mi GoodReads y sé que a la gente le encantó—gritó pues la música era alta y los cientos de voces se mezclaban entre su conversación—. Yo mismo le di 5 estrellas, la reseña estará por ahí si la buscas.
Nota mental: Buscar la reseña de Enzo apenas llegara a casa.
—Bueno, tal vez tenía algo de problemas para aceptar las críticas cuando recién inicié—confesó, precisamente por eso no le ponía mucha atención a las reseñas, no le tomó mucho tiempo en darse cuenta que Enzo emanaba una confianza que te hacía querer hablar hasta los codos.
O tal vez era el alcohol y ese estúpido traje negro, la imágen de Sebastián le picó en el fondo de su mente pero ella la empujó, no tenía nada de malo que estuviera conversando con su actor favorito, ¿cierto? Era de esas oportunidades que se presentaban una vez en la vida, además, Enzo estaba siendo jodidamente amable y para nada le hablaba con otras intenciones, además, Alana le hizo saber inmediatamente que se había mudado al jodido continente por el trabajo de su novio.
—Yo era igual al principio—dijo él asintiendo—. Cuesta, pero uno se termina acostumbrando y a la larga aprendés a bloquear los malos comentarios y sacar lo bueno de las críticas constructivas.
—Debe ser más difícil para ti—apuntó ella—. Tú cara literalmente está en la pantalla grande o enfrente del público, yo oculto mi rostro detrás de letras, la mayoría de la gente que está aquí no tiene puta idea de quién soy—dijo ella aliviada, le gustaba ser reconocida, pero no amaba los reflectores.
—¿Qué va?—dijo él rodando los ojos—. Cualquiera que haya comprado un libro tuyo te verá en la contraportada—rió—. Pero entiendo a lo que te refieres.
—¿Tú conoces a Rodrigo de hace mucho?—preguntó cambiando un poco la dirección del tema.
—Sí—dijo—. Precisamente estoy trabajando con un amigo de él, andamos filmando acá, entonces ya llevo unos meses viviendo en España.
—¿Cómo te trata el país?—preguntó ella, España era hermosa, pero el cambio le había parecido brusco al inicio.
—Eh, me gusta pero me asusta—dijo él—. Por eso cuando noté a la primera latina del lugar corrí hacia a ella—dijo él para después darle un trago a su copa, Alana se sintió sonrojar, ciertamente se sentía agradecida de que Enzo se le hubiera acercado, ella probablemente hubiera muerto del coraje si se hubiera dado cuenta que Enzo estaba en el mismo lugar que ella y ella no había tenido idea alguna.
—Gracias, la verdad este lugar estaba ahogándome, no conozco a nadie, digo, no es como que te conozca a ti, supongo que ahora sí, bueno tú entiendes, gente latino, digo latina—sacudió la cabeza—. Y así—habló rápidamente, Enzo soltó una carcajada, para ser una escritora, Enzo parecía robarle el sentido de las palabras.
—Qué tierna que sos—sonrió él, Alana sintió la necesidad de darle un abrazo, pues aunque precisamente acababa de conocerlo hace unos instantes, llevaba años siguiendo su trayectoría, le admiraba de demasiado, sin embargo, antes de que se atreviera a acercarse más, llegó un hombre con una gigantesca cámara.
—Enzo, ¿una foto con Alana?—preguntó el hombre captando la atención de más presentes, inmediatamente personas comenzaron a acercarse.
—Claro, claro—dijo él llevando su brazo delicadamente sobre los hombros de Alana, ella sonrió y posó para todas las fotografías.
—¿Se conocen de mucho?—preguntó un reportero, Enzo se giró a verla y rió, Alana apretó los labios.
—Lo acabamos de hacer pero llevo leyéndola años atrás—respondió él.
—Y yo llevo viéndolo años atrás.
Flashes resplandecieron ferozmente, pero ellos mantuvieron la mirada fija sin borrar sus sonrisas.
No tenían idea de que sus vidas no volverían a ser las mismas.
80 notes
·
View notes
Text
Solo quiero saber si, de alguna forma, te sentirías especial si me atrevo a desvelarte en palabras. Si mis manos toman la pluma y, con cada oración, dibujo la esencia de quien eres, tejida entre letras y silencios, en pensamientos que tal vez nunca te dijeron. Porque escribirte sería más que solo un puñado de frases, sería un acto de entrega, una forma de inmortalizarte en papel, de regalarte una versión de ti misma vista desde mis ojos.
¿Te sentirías especial si dedico mis letras a tus momentos, a esos instantes que otros pasan por alto pero que encierran tu verdad, tu luz, tus sombras? Solo quiero saber si, al leerme, entenderías que cada palabra lleva algo de mí, que en cada línea te he dejado una parte de lo que veo en ti.
Me pregunto si sentirías el peso de esas letras, si notarías que cada oración lleva tu esencia, tu silencio. Porque no se trata solo de escribir, sino de descifrar lo que haces, lo que eres y lo que evocas en mí. Me pregunto si, cuando leas entre líneas, verás la dedicación oculta, el intento de inmortalizarte en cada trazo, como si cada palabra fuera mi manera de decirte que, a través de esta pluma, te he vuelto eterna.
¿te gustaría que te escribiera?
-Roy Trouble
#escribir#escritos#frases#escribiendo#pensamientos#dolor#escritores de tumblr#letras#creando letras#citas tumblr#roytrouble#citas de reflexion#escape#escrituras#poesia#poetas#escrito#cosas que escribo
22 notes
·
View notes
Text
Confession #10
Hay demasiadas cosas que recuerdo de ti. Sin duda demasiadas.
Tus hirientes palabras, tu falta de afecto, tu aversión hacia mí. Y más aún, tu desagrado con mi forma de ser, el constante fastidio de tenerme cerca y de mí no poderte deshacer.
Pero... no sé porqué... a pesar de todo eso, pesa más la oración que, bajo las sábanas, me dijiste aquella noche.
Nada me ha dado la misma engañosa felicidad desde entonces.
Coldissweet
#coldissweet#notas#frases#citas#escritos#caostalgia#textos#pensamientos#amor#tristeza#desamor#escritos de una mente en insomnio#cafeina para el papel#agosto2033
245 notes
·
View notes
Text
🏛️ Este hermosísimo y decó portal de cementerio se encuentra en el centro-norte de la provincia de Buenos Aires, en la localidad de 25 de Mayo.
🔍 Hace años que busco información sobre su arquitecto, León Tumiati, y hasta el momento sé que nació en Ferrara, Italia, probablemente en 1895. Estudió y egresó como arquitecto en Bologna, llegando a CABA en 1929.
🏠 Para 1930 Tumiati realizó dos proyectos en Villa María que no se construyeron, pero en cambio, en CABA, en la esquina de Álvarez Thomas y Virrey Loreto construyó una vivienda colectiva con locales comerciales que aún muestra su firma.
🗓️ Volvamos al portal del cementerio de 25 de Mayo. Se inauguró el 31 de octubre de 1937 y ese día contó con la asistencia del gobernador Manuel Fresco, su esposa, su comitiva y el obispo de Azul.
😇 Dos ángeles en oración nos reciben y también una frase en el centro del portal: “Non omnis moriar" que significa “No moriré del todo” y es una cita del poeta Horacio. Una frase que va de la mano del sentimiento de armonía que transmite el arbolado del ingreso. Tumiati contó con la asistencia del escultor P.J. Ferrari y el constructor L. Ferraris. El frente sorprende por su art decó más cercano al de los cines de la época que a los portales monumentales e imponentes de Francisco Salamone.
🏰 Dentro del cementerio encontramos una capilla con una cruz decó, una oficina administrativa, numerosas bóvedas art decó, sepulcros antiguos y una galería de nichos. Al final de la calle principal, la que supo ser la morgue.
📜 También se hallan al menos dos bóvedas diseñadas por Tumiati junto a Ferrari, (8y9) también autor de las esculturas del frente del cine Teatro Premier en CABA.
📘 En 1944, Tumiati publicó un libro llamado Pensamientos sobre la arquitectura con ilustraciones de proyectos arquitectónicos de aires futuristas mezcladas con reflexiones propias(10).
💬 Frente a la capilla una frase nos recibe o nos despide: «Tú que ciego en el placer/cierras del alma los ojos/contempla en estos despojos/lo que eres lo que haz de ser/ven a este sitio a aprender/del hombre la duración/que en esta triste mansión/de desengaño y consejo/cada sepulcro es espejo/cada epitafio lección.»
📷2024
62 notes
·
View notes
Text
Pienso en escribir, pero me cuesta empezar, porque escribir implica atreverse a decir eso que duele, entristece, molesta, incomoda, moviliza.
Por más rápido que se quiera poner todo por escrito y olvidarse de ello, uno sabe que habrá un instante donde la oración, un párrafo, una palabra toca una parte sensible y entonces se vuelve necesario reconocerlo y aceptarlo antes de ahogarnos en ello.
Extranjera Andante
21 notes
·
View notes
Text
Esperar, dar un respiro y tratar de encajar.
Hacer todo lo posible para que alguien desee estar, permanecer juntos y compartir la intimidad.
Elevar una oración a cualquier entidad y rogar para que algún alma decida que significamos lo suficiente como para querer con nosotros estar.
De eso a veces trata la soledad, de querer encajar sin saber cómo realmente habitar.
No saber qué pasos dar, cuántos abrazos brindar, pero esperando dar lo suficiente para convencer a alguien de querer estar.
Solo estar… Porque es más de lo que nos hubiéramos imaginado alguna vez poder alcanzar.
Little Moon
#verso abstracto#escritos#frases#little moon#pub 6#julio2024#mensajes#citas#notas#textos#pensamientos#soledad#pertenecer#encajar#estar
27 notes
·
View notes
Text
Escritos sin sentido, sin rimar, y demasiado largos, con palabras confusas, amontonadas y siendo un desastre juntas, son solo sentimientos expresados en caos que letra por letra hasta formar una oración concreta explicando la emoción que la invade y desea sacar al exterior, tal vez si alguien más lee este desastre de persona se pueda sentir identificado, acompañando al autor en su dolor.
~samyo🐝
#escritos#notas#frases#citas#sinfonia-relativa#redcomunitariatumblr#vida#cosas que duelen#mayo2024#samyo
26 notes
·
View notes